Lee+ 141 No me arrepiento de nada

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AÑO 11 • NÚMERO 141 • FEBRERO 2021

NO ME ARREPIENTO DE NADA

· Thelma & Louise 30 años de un camino sin vuelta · El librero de Irma Gallo · Los no arrepentimientos de los escritores · Édith Piaf: el leitmotiv de la redención · No me arrepiento de nada por Hilario Peña · Irma Gallo platicó con Martín Caparrós y Eileen Truax · Reivindicar la indecisión por Óscar de la Borbolla

PRECIO AL PÚBLICO 25 PESOS

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Índice

Tema del mes:

No me arrepiento de nada

5 Entrevista con Xavier Velasco 6 [El librero de] Irma Gallo 8 Thelma & Louise: sin camino de vuelta 9 Los no arrepentimientos de los escritores

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Directora General y editora

Édith Piaf y el leitmotiv de la redención

Gilberto Díaz

12 El arrepentimiento en la literatura Áurea Camacho

14 No me arrepiento de nada / Hilario Peña 16 Una conversación con Martín Caparrós Irma Gallo

18 Entrevista con Eileen Truax / Irma Gallo 19 [Para ver y oír] /Adrián García 20 Reivindicar la indecisión Óscar de la Borbolla

22 Éste es el mejor libro que he quemado José Luis Trueba Lara

24 El soporte del arrepentimiento José Luis Trueba Lara

26 El cerebro nos hará libres

Yara Sánchez De La Barquera Vidal yara@revistaleemas.mx

EDITORIAL

Coeditor

Cuando nuestros ojos recorren los renglones impresos, los arrepentimientos son invisibles. Las tachaduras y los borrones los desaparecieron por completo. En muchas ocasiones, éste se transforma en un fantasma que se diluye o nos persigue sin piedad: nos pone delante de conceptos como el pecado, el error, lo que no debimos hacer y hemos de esconder. La idea de “corregir es de sabios” puede ser cierta, pero siempre se muestra como indeseable. Nuestra autoestima nos obliga a ocultarla. El arrepentimiento es humano: tú y yo lo hemos padecido, sólo la causa que los provoca nos hace distintos. Sin embargo, nunca podemos escapar de él: estamos condenados a no conocer todas las consecuencias de nuestras acciones; por eso fallamos. Lo que parecía perfecto se convierte en un esperpento, y lo que imaginábamos correcto mutó en una falsedad absoluta. Es cierto, desconocer el futuro nos condena a padecerlo. Pero, ¿qué podemos hacer para escapar de sus garras? Nada, absolutamente nada. La inacción también tiene consecuencias incognoscibles. Debido a esto, no nos queda más remedio que seguir adelante con la certeza de que nos arrepentiremos. Como es imposible escapar de él, en este número de Lee+ no nos quedó otra opción más que encararlo: en buena parte de sus páginas, nos asomamos a algunas de sus facetas y sus mecanismos, a los medios que tenemos para borrar sus huellas. Y, por supuesto, es probable que, dentro de unos años, el arrepentimiento nos encuentre por lo que hoy publicamos. Por esta razón, antes de que nos alcance, vale más que te adentres en estas páginas. +

José Luis Trueba Lara jtrueba@revistaleemas.mx Director de arte y editor audiovisual Edwin Reyes Maya edwin@revistaleemas.mx Difusión Cultural Beatriz Vidal de Alba Marketing Fabián Vásquez Escalante fabian@revistaleemas.mx Correctora de estilo Mariana Aguilar Mejía Editor de contenido Gilberto Díaz Consejo editorial Alberto Achar Jorge Lebedev

En portada: Thelma y Louise

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Alejandro Gutiérrez de Velasco Muñoz

30 [Jóvenes] / Fabián V. Escalante 31 [Niños] ¡Anúnciate con nosotros!

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1991 Dir. Ridley Scott Diseño para Lee+ por Edwin Maya

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Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Información y Ventas Publicidad: (55) 5335 1327. Editado por www.taraediciones.mx contacto@revistaleemas.mx, Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Benjamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Democracias no. 116, col. San Miguel Amantla, Azcapotzalco, C.P. 02700, Ciudad de México. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Librerías Gandhi y la casa editorial se deslindan de los mensajes expresados en los espacios publicitarios cuya responsabilidad pertenece al anunciante. Hecho en México. También encuentra la revista aquí: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Biblioteca José Vasconcelos • Museo Nacional de Culturas Populares • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo • Museo Franz Mayer •

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Fotografía: Victor Benítez

C

uando decidí encerrarme, me entró el pánico: “¿Qué voy a hacer con tantas horas y tanta incertidumbre?”. Entonces me inventé un trabajo. Llamé a Arturo PérezReverte, que tiene un sitio web, y le dije que quería hacer un diario de cuarentena y publicarlo con él. Hablamos. Le gustó la idea. Nos pusimos de acuerdo, y comencé a escribir todos los días, lo cual era una temeridad porque estaba terminando El último en morir. Me faltaban como 50 páginas y no tenía ningún motivo para hacer otra cosa, pero no quería dejar ir esta oportunidad. Prefiero estar saturado a estar mirando el cielo y volviéndome loco: mirando los noticieros, checando Twitter y peleándome con gente. No quería desperdiciar la cuarentena de esa manera. Entonces decidí comprometerme con un trabajo los siete días de la semana, trabajando domingos, trabajando todo el tiempo. Y, aparte de todo, el libro que estaba terminando tenía que ver con el quehacer de novelista. En él hablo de lo poco que creo en la superstición, de lo mal que me cae la superstición. No iba a imponerme la superstición de que sólo podía trabajar en un proyecto. El asunto es que yo tenía trabajo a las tres de la mañana, mientras que la gente dizque descansaba con la cuarentena. Yo seguía escribiendo: mi esposa a un lado roncando, y yo en la cama del perro escribiendo. Así me pasé una parte de la pandemia. Cuando terminé El último en morir, no pude seguir con el diario: tenía que corregir y tenía que entender qué diablos había escrito. Eso es lo que te digo que pasa cuando terminas una novela: no sabes qué escribiste. No sabes dónde están las partes, qué quitaste, qué añadiste. Tienes mucho miedo. Sientes que por todos lados metiste la pata. Dejé el cuarentenario y ya me dediqué a este libro. Siempre que termino un manuscrito tengo una enorme inseguridad. Yo terminé el 24 de junio. Empecé a revisar y corregir para poder conciliar el sueño. Cuando corrijo 40 o 50 páginas, digo: “Mira, no está tan mal”, y me duermo. Al día siguiente, despierto con la inquietud de “todo es un caos, nada va a quedar bien, esto es una porquería”, y otra vez a corregir. Es decir, lo veo con los peores ojos posibles, y poco a poco me voy tranquilizando conforme corrijo, arreglo y voy viendo los acabados. Soy muy paranoico, muy neurótico, porque me da mucho miedo dejar un cabo suelto. Por eso le hablo a mi editor a medianoche para decirle: “Tengo que cambiar algo”. El último en morir es el más personal de mis libros. Es donde todos los demás pasan lista. En ningún otro hablo de mis demás libros; en éste sí. Yo escribí dos novelas de inspiración autobiográfica —Éste que ves y La edad de la punzada—, pero ahí hablaba de mi infancia o adolescencia. Hablar de tu madurez, y hacer una confesión de madurez, es hablar con la inmediatez de ti mismo. Sabes que tienes que mostrarlo todo: que te la tienes que jugar. Y cada página se siente sosa, pues tienes la obligación de darle fuerza. ¿Cómo le darás fuerza? Desnudándote, sobre todo en una novela autobiográfica. Ésta fue una experiencia completamente nueva. Además, cuento la historia en dos tiempos: de 2009 a 2020, y de la mitad de los ochenta para adelante. Estos planos van dibujando una semblanza, un homenaje, una declaración de amor al oficio de la escritura. Pero al mismo tiempo se cuenta la aventura desde que dices “voy a ser novelista”, y no sabes en la que te metes, y la cantidad de fracasos, golpes y obstáculos con los que te encuentras. El primer capítulo comienza diciendo: “¿Por dónde empieza uno a narrar? Por donde más le duele”. Me di cuenta de que tenía que empezar en uno de los momentos más dolorosos de mi vida; son los últimos dos días de la vida de mi abuela. Por eso también el libro dice: “Tengo veinte años y a mi mayor aliada tendida en una cama de hospital”. Empiezo con algo que me duele, algo terrible; por perder toda mi infancia. Es como si dijera que la única forma de recuperar lo que ahora estoy perdiendo es cumpliendo con el destino de novelista. Sólo mi abuela sabía que yo iba a dejar la carrera de ciencias políticas para ser escritor. Para mí, escribir es una buena manera de no perder a la gente que pierdo en la realidad: he perdido a mi abuela, he perdido a mi madre; escribiendo las traje de vuelta. En El último en morir, los lectores van a entender muchas cosas y supongo que van a armar el rompecabezas. Como escritor, lo que uno no quisiera es que encuentren de dónde vienen tus obsesiones, pero, en este caso, me quité la ropa y me saqué las tripas. No sé qué tan bueno o malo sea para mis lectores, pero eso fue lo que hice. +

Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

Entrevista a Xavier Velasco

La cuarentena y El último en morir


El librero de Irma Gallo

Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

S

oy periodista y escritora, pero sobre todo una voraz lectora. La verdad es que me resulta muy difícil calcular cuántos libros tengo, sobre todo porque hace cerca de dos años me cambié de departamento y regalé casi la mitad de los que tenía. El espacio resulta muy pequeño, y estoy convencida de que los libros deben circular de mano en mano. A pesar de esto, no me encanta prestar mis libros. Cuando me los pide alguien que aprecio, se los presto sin problemas; aunque en más de una ocasión me ha pasado que no me los devuelven. En todo caso, prefiero regalarlos: conseguirle a esa persona un ejemplar nuevo. Claro, si es que se consigue; si esto no ocurre, no queda más remedio que prestarlo. Leo desde muy chica, pero creo que empecé a conservar mis libros desde la primera vez que por una parte de mi biblioteca: los enme fui a vivir sola. Esto fue hace más o menos 20 años, cuando comencé a trabajar en Canal trepaños en los que están las escritoras 22. La razón es casi obvia y reiterativa: me mudé de casa de mis padres y empecé a crear latinoamericanas. Ahí están Camila Sosa mi mundo de lecturas. El libro más viejo que tengo es Magnum Cinema, un ejemplar Villada, Dolores Reyes, Gabriela Cabezón, bellísimo que Cahiers du Cinéma publicó por primera vez a mediados de los noventa, y Cristina Rivera Garza, Selva Almada, Ana está dedicado a la fotografía en el cine. Entre un libro de papel y uno digital, normalClavel y Carmen Boullosa, entre otras. Hoy, mente me decido por los primeros. Es más, si leí uno electrónico que me gustó musus libros son mis favoritos. Pero no sabría si chísimo, lo compro en papel. Sin embargo, en el caso de los que no están disponibles existe uno que lo sea sobre otros, pues cada en nuestro país, siempre los consigo en digital. En este momento, por ejemplo, esvez que leo un libro se convierte en mi favorito, toy leyendo Chicas muertas, de Selva Almada, el cual no pude encontrar en papel. claro, con sus excepciones. A mí no me gustaría Al igual que muchos lectores, tengo un método para ordenar mis libros. En elegir solamente uno; tengo muchos que me han uno de mis libreros más nuevos, tengo a las autoras que he estado leyendo últihecho muy feliz, que me han hecho soñar y que, por mamente, también a algunos escritores a los que vuelvo con frecuencia. Con supuesto, me han inspirado. toda seguridad, puedo decir que la escritora que mayor espacio ocupa en Esto que les cuento es muy importante. Para mi novela mi biblioteca es Cristina Rivera Garza. Después seguirían Margaret Atwood —que terminé de revisar el pasado septiembre—, el libro y Lionel Shriver, una escritora estadounidense que me encanta. En otro Fosa de agua. Desapariciones y feminicidios en el Río de los librero, tengo los ejemplares que ya leí y a los que no vuelvo con frecuenRemedios, de Lydiette Carrión, fue muy relevante. Se trata cia, pero me gustaron muchísimo. En los demás, están los que releo o de un trabajo periodístico. Lydiette se dedicó a conocer a las consulto con menor asiduidad. Creo que ése sería el método que tengo familias de algunas chicas desaparecidas en el Estado de Mépara ordenarlos. xico y creó una serie de reportajes e historias magníficas. Sus El género literario que mayor espacio ocupa en mi colección es la páginas se convirtieron en una gran inspiración para mi novela, novela, y tal vez en segundo lugar están los cuentos; luego seguique —espero— verá la luz muy pronto. El libro que más trabajo rían los ensayos y los libros periodísticos. También tengo muchos me ha costado escribir es la novela en la que estoy trabajando. libros ilustrados, pues mi hermana Valeria es una gran ilustradoLlevo mucho tiempo revisándola para darle el tono adecuado, justo ra. Uno de sus trabajos —Nosotras / Nosotros— cuenta con un como dijo el escritor poblano Jaime Mesa: “El tono es la novela”. De lugar muy especial en mis libreros. mis libros ya publicados, el más trabajoso se llama #YoNomásDigo; en A veces no es fácil decidirse, y esto es lo que me pasa al éste, lo que más me costó fue encontrar la voz de la protagonista: una momento de tratar de explicar cuál es mi libro favorito. niña de 11 o 12 años. El reto era hacerla hablar como una adolescente y Si tuviera que hacerlo, me decidiría no por un libro, sino no utilizando mi voz. +

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Tema del mes

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A N I V E R S A R I O

Thelma & Louise:

sin camino de vuelta Me siento realmente despierta. No recuerdo haberme sentido nunca tan despierta, ¿sabes? Todo se ve diferente ahora. ¿Te sientes así? ¿Sientes que tienes algo por que vivir ahora? Thelma Dickinson

E

n el verano de 1991, dos mujeres se rebelaron contra un sistema que las condicionaba a vivir una vida pasiva: una, divorciada y desencantada de la vida en pareja; la otra, sometida en una relación abusiva y represora. Sus historias generarían un impacto cultural que sigue siendo una referencia en el cine y la televisión. Sus nombres: Thelma y Louise. Ellas terminarían por representar una genuina idea de rebeldía y liberación en su película, de tal naturalidad y veracidad que bien puede ser la envidia de las producciones incluyentes contemporáneas, como aquellas de Disney o Netflix. Thelma & Louise retrata la historia de dos amigas que asumen las consecuencias de emanciparse de un entorno violento y conformista, a cambio de encontrar el gozo de la vida y una razón personal de ser, y cuyo final representa el sentido más alto de la búsqueda de libertad: no hay camino de vuelta; una vez que has avanzado debes seguir; no hay espacio para el arrepentimiento.

Compartimos algunos datos sorprendentes sobre esta película: - La cinta se estrenó fuera de competencia en el festival de Cannes de 1991, y con ello inició su impacto en un público poco acostumbrado a ver personajes femeninos tan complejos y activos. - Fue un éxito comercial y entre la crítica. Consiguió seis nominaciones a los premios de la academia, entre ellos, dos nominaciones a mejor actriz principal para Geena Davis y Susan Sarandon; una nominación a mejor director para Ridley Scott. Su escritora, Callie Khouri, se llevó el premio a mejor guion original. - Intrigada por la idea de la historia de unas “mujeres forajidas”, Khouri pasó seis meses escribiendo Thelma & Louise en 1988, mientras se dedicaba a producir videos musicales para Alice Cooper. - El estudio se resistió mucho al duro final de la historia, por lo que presionó por encontrar una alternativa, pero, como no pudieron llegar a una mejor conclusión, finalmente cedieron. - La escena final, en la cual las dos se abrazan antes de lanzarse conduciendo por un acantilado, se volvió icónica, al grado que diversos programas de televisión le han hecho homenajes y parodias con el tiempo, desde series como Buffy the Vampire Slayer, Seinfeld, American Dad y Los Simpsons, en el episodio de la temporada 5: “Marge, la rebelde”. - Tiempo después, se reveló la existencia de un final alternativo, en el que se podía ver el Thunderbird caer al vacío mientras sonaba la melancólica Better Not Look Down, de B. B. King, de fondo. En la versión final, más optimista, el automóvil y sus ocupantes se congelan en el aire. - La cantante y compositora Tori Amos, después de ver la película, se inspiró para escribir la canción Me and a Gun, un tema en el que cuenta la historia de su secuestro y violación por uno de sus fans a los 21 años. - Numerosos críticos y escritores han comentado las fuertes connotaciones feministas de Thelma & Louise, al considerarla un posicionamiento ante los patrones convencionales de comportamiento machista, además de exponer los estereotipos tradicionales de las relaciones entre hombres y mujeres. La película reescribe los roles de género típicos del género road movie. - La crítica cinematográfica Sheila Benson se ha opuesto a la caracterización de la película como feminista, argumentando que la cinta está más preocupada por la venganza y la violencia que por representar los valores feministas. +

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de nada

Tema del mes

No me arrepiento re lla: te siemp la Borbo ariamen e in d d tu je e a u n Óscar de s o y con n pers u to José Luis n te ie n p Va mi arr ie o re p b Trueba La me ar un ár l: epentimie se arre ra: la noche nto; lo co , siempre e lo que d e e p to n ie o n m ie n ie m e to T p u is q d re nfieso sin m e ro r a b u a ll lo n li e e e p u u M a d q s r a o d n e e d e pudor. M m ti , rd n s is lo e p s. Yo esta rep o la ta e arreDueña ba demasi rimeros libros. No d me he ar uí contig adalupe h u o G n e a c ebí public é d o d u o n q te v to r e n o rd o e rí p u e a , ar, c s demasiad tontas, y un bsalón o atragan no entend critura. Po salón, A b A ta , ía d y r o lo fo ¡A s “ rtuna, la v problema olvido. Yo s de la essiste!”. soy el únic ida es generosa y lo propu los conde o que los de ellos. nó al recuerda y se averg üenza

Murillo Alma Delia aber dejado el h e d to n pie iNo me arre telicida y asfixiante un in , pantanoso o Oficina. e verso llamad o quincenal, a pesar d ag p léel te el d ar es A pesar d p despensa, a los vales de nanciado por la empre fi r do la ra b li e m fono celu er r mpensa hab sa. Nada co cordiales, del elevado os d lu biado am rc de los sa te in el tóper y atascado, d escansar?” el “¿ya a d ía en cada d r, le por erro e u Almita q del ominoso e los habitantes de Ofi u rq o ir los p ib cr es correo n ó por religi cina, tienen iminutivo. Agh. d en s nombre

squinca: esar Bernardo E amorar a p vuelto a en e iera m b u er h ab a h y piento de del amor a re er ar e im u m q o N . n la divorcios. Si e helado de macadamia de mis dos sd si o d re b so na intentado u Alejandro Magallanes: No me arrepiento de coleccio nar pequeños objetos que me encuentro: pie dras de varios tipos, conchas, ramas secas que ha depositado el mar en la playa, vidrios pulido s por el océano, corcholatas aplastadas, rondan as y piezas de metal, material impreso, cartas de la baraja, pedazos de papeles, huizapoles y dem ás cosas que hallo en el suelo, que me llaman la aten ción y sorprenden cuando voy de un lugar a otro . Me pregunto por qué llegan a mí e imagino sus historias. A veces, simplemente parecen basura , pero los uso para diseñar o sencillamente par a admirarlos.

De intenta Ricardo Guzmán W olf r emular a Borges y n fer: o a Hemin gway.

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Música

D

e acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española, un leitmotiv se puede definir como: “Voz alemana, acuñada por el compositor Richard Wagner, que significa ‘tema musical recurrente en una composición’ y, por extensión, ‘motivo central recurrente de una obra literaria o cinematográfica’”. En otras palabras, es un tema que reitera una emoción constante dondequiera que se le identifique, como sucede a menudo en el cine o en las series de televisión. Siempre habrá una pieza musical que se identifique con el aspecto específico de una situación o con las características de un personaje. Resulta más que curioso que, de esos aspectos y emociones, los más recordados son aquellos que se asocian al conflicto o a la idea que tenemos de ello. Tal es el caso de la canción Non, je ne regrette rien (No, no me arrepiento de nada), que se ha inmortalizado a lo largo de la historia de la cultura popular. Non, je ne regrette rien, compuesta por Michel Vaucaire y Charles Dumont en 1956, es un canto de redención, que ha encontrado eco en la derrota y en las almas atormentadas, desde la dignidad de saber distinguir entre el bien y el mal a pesar de tener todo en contra. Se trata del motivo que justifica la acción sin tener que pedir perdón, porque se sabe que la causa es justa. Es la fuerza en un momento de profunda debilidad.

La travesía de Édith La versión más famosa de este tema musical pertenece a la intérprete francesa Édith Piaf, quien, con su potente voz y sentimiento, ha resonado como el himno definitivo de la redención personal. No es para menos que esa memorable interpretación sea la más recordada, considerando la tormentosa vida que tuvo la cantante desde su nacimiento: abandonada por su madre al nacer y criada dentro de un burdel, para después ganarse la vida como cantante callejera hasta ser descubierta por el dueño de un cabaret parisino, Louis Leplée, quien le colocaría el mote de “pequeña golondrina” (La Môme Piaf). Pasó de la calle al escenario en su debut con el prodigioso guitarrista Django Reindhart como su acompañante musical. Aunque fue señalada y absuelta por el asesinato de Leplée, los perpetradores curiosamente tenían lazos con Édith, quien de nuevo fue empujada hacia las calles. Los señalamientos y la inquisición mediática parecían abrumadoramente fatales, parecían el final de su éxito. Se cambió el apellido a Piaf, y desde entonces sus nuevas canciones aludían a su anterior vida en las calles, el hambre, el amor, las pérdidas y el dolor. Los alemanes ocuparon la Ciudad de la Luz, y durante ese tiempo Piaf fue señalada como traidora y colaboradora. Compareció numerosas veces para librarse de las purgas y el veto permanente de su voz, todo por aceptar hacer giras y conciertos en Alemania durante ese tiempo, hasta que se supo que, durante sus presentaciones en algunos campos de prisioneros de guerra, ella había ayudado a muchos a escapar. Los alemanes perdieron la guerra y una nueva reconstrucción se vislumbraba. Édith hizo amistad con Jacques Bourgeat y se relacionó con Yves Montand, también invitó al escenario a Atahualpa Yupanqui. Su reinvención también fue la del cabaret como género y espectáculo: dejaba de ser un mero entretenimiento en la sordidez nocturna de París para refinarse y volverse cosmopolita. Siguieron los viajes por el mundo, Nueva York, y el Carnegie Hall; su amor por el boxeador Marcel Cerdan, y la tragedia en las Azores; la adicción a la morfina, a los hombres, y su larga estadía de conciertos en la sala Olympia de París, lugar en el que cantaría por primera vez en vivo Non, je ne regrette rien, en 1961. El silencio y una legión Se cuenta que el tema musical originalmente se llamaría “No, no me encontraré nada”, pero, durante el proceso de creación, Michel Vaucaire pensó en Édith, por lo que cambió el título a uno más adecuado a la intérprete... y tras eso ya no hubo marcha atrás: ninguna otra persona podría ser la adecuada para entonarla. Por su parte, Charles Dumont, el compositor de la música, no parecía tener una buena relación con Édith. En diversas ocasiones, ella había rechazado las canciones que le llegó a ofrecer, porque, según la opinión de Piaf, eran “temas pobres y de baja calidad”. El día que Vaucaire y Dumont fueron a entrevistarse con ella, los recibió de manera arisca y grosera, haciéndolos esperar durante una hora hasta su aparición, en la que, despóticamente y argumentando fatiga, los apuró a sólo mostrarle una canción. Dumont, nervioso y ofuscado, apenas si consiguió terminar la interpretación con una voz baja. Tras un prolongado silencio, llegó el veredicto inesperado: 10

“¿Podrías volver a cantarla?”. Dumont no tardó en comenzar, cuando la cantante lo interrumpió: “Fantástico, ésta es la canción que estaba esperando…”. La grabación de Non, je ne regrette rien fue dedicada a la Legión Extranjera francesa, que en aquel momento se encontraba en medio de la guerra de independencia de Argelia, oponiéndose a su descolonización. La legión adoptó el tema, luego de que su resistencia fuese quebrada en 1961, cuando los soldados abandonaron sus barracas cantando la canción. El himno a la redención La fuerza que carga consigo Non, je ne regrette rien es contundente. Personajes históricos, políticos, desertores que prefirieron abrazar una causa más justa, aquellos que entienden sus actos y las consecuencias de éstos, ya sea en historias de la vida real o de la mera ficción, saben que no existe punto de retorno desde que comienzan los acordes o se pronuncian las primeras líneas . En el cine, su uso puede encontrarse en historias de todo tipo, desde comedias románticas como Bull Durham (1988), en la cual aparece en un momento de reflexión acerca de elegir a la persona incorrecta; Saving Private Ryan, en la que simboliza el preámbulo de la última confrontación de los soldados, o Dreamers, como amalgama simbólica de ese homenaje de Bernardo Bertolucci a la nouvelle vague. Sobre todo, la escuchamos en la cinta sobre la vida de Édith Piaf, La Vie en Rose, que le mereció el premio Óscar a la maravillosa Marion Cotillard; el clímax de la historia va sucediendo conforme avanza la interpretación del tema; mientras que en Inception, de Christopher Nolan, la canción funge como leitmotiv de todo lo que representa el personaje de Mal Cobb, también interpretado por Cotillard. Non, je ne regrette rien tiene la cualidad y el peso de ser una canción que toca fibras muy profundas de nuestras emociones, porque evoca esos momentos de la vida en que se cometen errores, y extingue la culpa al sustituirla con aceptación. Es una canción que habla de los dolores más profundos, desde la más pura honestidad de nuestra naturaleza humana. No, nada en absoluto, no, no me arrepiento de nada: ni el bien que me hicieron, ni el mal. Todo lo que me importa, no, nada en absoluto, no, no me arrepiento de nada, está pagado, barrido, olvidado, no me importa el pasado. Con mis recuerdos encendí el fuego, mis dolores, mis placeres, yo ya no los necesito. Arrasó los amores con sus trémolos, barrido para siempre, empiezo de cero. No, nada en absoluto, no, no me arrepiento de nada: ni el bien que me hicieron, ni el mal. Todo lo que me importa no, nada en absoluto, no, no me arrepiento de nada. Porque mi vida, porque mis alegrías hoy comienzan contigo. +

Gilberto Díaz es comunicólogo, productor de radio cultural y actualmente se encuentra desarrollando un proyecto de análisis y divulgación histórica de cine mexicano.


Gilberto Díaz

Édith Piaf

y el leitmotiv de la redención 11


Tema del mes

El arrepentimiento

en la literatura Áurea Camacho

C

uando hablamos sobre el arrepentimiento, por lo general le damos una connotación religiosa. Incluso su etimología nos remite a “sentir pesar por haber pecado”. No olvidemos que la cultura occidental está marcada por el cristianismo y la idea del pecado original, según la cual ni siquiera los niños se salvan de la culpa, a menos, claro, que sean arropados por la Iglesia, los sacramentos y las doctrinas bíblicas. Actualmente, también relacionamos al arrepentimiento con una acción que quisiéramos no haber llevado a cabo. De alguna manera, la culpa también suele asociarse con este término, y en el ámbito religioso tiene que realizarse una penitencia para “borrar” el pecado en cuestión. Pero, para que exista arrepentimiento, primero debe haber memoria.

Los seres humanos hemos fantaseado con borrar la memoria, ya sea para olvidar un viejo amor que no volverá o para desterrar de la mente un crimen cometido, justo como le ocurre al infame Raskólnikov con su eterna lucha moral. Para él, la memoria es una manera de infligirse un castigo: “Unas veces le parecía que llevaba un mes allí postrado y otras que continuaba siendo el mismo día. Pero aquello, aquello lo había olvidado por completo; en cambio tenía la constante sensación de haber olvidado algo que en modo alguno debía olvidar y, por eso, padecía y se atormentaba tratando de recordarlo” (Fiódor Dostoievski, Crimen y castigo). En Eternal Sunshine of the Spotless Mind, la fantasía de anular la memoria se hace presente de nuevo. La “impulsiva” Clementine decide borrar de su memoria a su pareja, Joel, y él, en venganza, hace lo mismo. Curiosamente, a mitad del procedimiento, se arrepiente y se aferra a los recuerdos que tiene con Clementine. Ese viaje por su memoria le hace ver que, a pesar del dolor, esas vivencias son importantes y preferiría conservarlas. En el desenlace de la historia, pareciera que la aceptación es el remedio contra el arrepentimiento: si supiéramos lo que va a pasar, ¿lo haríamos de cualquier manera? En este caso, tenemos que responsabilizarnos de lo que hicimos y aprender de ello; de otra forma el arrepentimiento es sólo una falsedad, un trámite para conseguir el perdón.

Pero [...] no sé, porque a lo mejor me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero eso es terrible, la sola idea me da cólicos”. Pareciera que, a pesar de todo, la Maga se encuentra aliviada de la ausencia de Rocamadour y trata de explicarse ante él. ¿Nos arrepentimos porque en verdad pensamos que lo que hicimos estuvo mal? ¿O porque nos enseñaron que existen pecados imperdonables? ¿Por miedo a las consecuencias de la ley? ¿El arrepentimiento viene de nosotros o externo? ¿La culpa es innata o nos la impusieron? Podría pensarse que la Maga no se arrepiente o que, al menos, se recuperará tan rápido como si sólo se tratara de una anécdota más que contar: “Se va a arreglar perfectamente sin mí y sin Rocamadour. Una mosca azul, preciosa, volando al sol, golpeándose alguna vez contra un vidrio, zas, le sangra la nariz, una tragedia. Dos minutos después tan contenta, comprándose una figurita en una papelería y corriendo a meterla en un sobre”. *** “Pero lo bailado quién me lo quita…”. Ésta es una frase común en el imaginario mexicano que retrata cierto cinismo, un “no me arrepiento de nada” que se enfrenta a la imposición moral del pecado y la culpa. Y quién mejor que Kerouac para hablar de la vida al límite:

*** Pero, ¿por qué nos arrepentimos de algo? Y no me refiero al ámbito cotidiano, en el que esto nos ocurre por haber comido esa porción extra de pizza que nos cayó pesada, ni tampoco al arrepentimiento obligado por la religión, para la cual —si no quieres ir al infierno y deseas que tus pecados sean perdonados— debes arrepentirte y cumplir una penitencia. Hablo de aquellas acciones cuyas consecuencias pueden cambiar la vida de las personas y hacen que nos cuestionemos nuestra condición humana. Viene a mi mente la muerte de Rocamadour en Rayuela. Efectivamente, la Maga le escribe una carta a su pequeño hijo muerto, en la que muestra dolor a su manera, pero también ofrece una justificación para su comportamiento un tanto egoísta: “Horacio tiene razón, no me importa nada de ti a veces, y creo que eso me lo agradecerás un día cuando comprendas, cuando veas que valía la pena que yo fuera como soy. 12

Miré por la ventana. Estaba solo en la puerta, mirando la calle. Amargura, recriminaciones, consejos, moralidad, tristeza… todo quedaba detrás de él; y, delante de él, el gozo irregular y extático de la pura existencia. –Venga, Helen, y Julie… Vamos a esos tugurios de jazz y olvidemos eso. Neal se morirá algún día. Así que ¿qué puedes decirle? (En la carretera). La generación beat y su intensidad: vivir una juerga eterna, entre los bares, los prostíbulos y la carretera, como si siempre fuera la última noche. Bukowski dice: “Querida, encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos. Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por un amante”.

Áurea Camacho. Editora, lectora y escritora. Mamá de dos remolinos. Rockera de corazón. No concibo la vida sin café. https://haciaelfindelmundo.blogspot.com/


En contraste, Gabriel, en “Los muertos”, de Joyce, tras escuchar sobre el joven que murió de amor por Gretta, su esposa, reflexiona amargamente: “Uno tras otros, todos se estaban convirtiendo en sombras. Era mejor pasar valientemente al otro mundo, en la gloria total de alguna pasión, que desvanecerse y marchitarse despaciosamente con los años. Pensó en cómo la que estaba acostada junto a él había guardado en el corazón por tantos años la imagen de su enamorado, cuando le dijo que ya no deseaba vivir” (Dublineses). El dolor y los celos de un hombre que ve de pronto que el amor que le ofrece a su esposa no puede superar aquel que le dio un muchacho a sus 17 años: “De manera que ella había tenido aquel romance en su vida: un hombre que murió por ella”. Se arrepiente ahora de una existencia tan tibia, insulsa, desprovista de pasión. Por su parte, Palinuro y Estefanía pueden estar satisfechos de su vida llena de pasión e incesto, y de nada se arrepienten: Pura, inocente, impávida como si nada hubiera pasado entre nosotros, como si nunca hubiéramos hecho tantas cosas que habrían obligado a los abuelos a dar de vueltas en sus tumbas de haberlo sabido, y que de verdad les hizo dar cincuenta y dos vueltas al año, pero no en la tumba, sino en la pared, cuando Estefanía, un sábado, volteó sus fotografías para que de allí en adelante nunca más nos vieran hacer el amor los fines de semana: así era mi prima (Fernando del Paso, Palinuro de México). “No me arrepiento de nada”, pensaría Isabel Moncada justo antes de convertirse en piedra: “Cuando venía a pedirle a la virgen que me curara del amor que tengo por el general Francisco Rosas que mató a mis hermanos, me arrepentí y preferí el amor del hombre que me perdió y perdió a mi familia. Aquí estaré con mi amor a solas como recuerdo del porvenir por los siglos de los siglos” (Elena Garro, Los recuerdos del porvenir). Tal vez sólo la locura causada por el amor podría explicar este tipo de arrebatos: a Isabel no le importan las faltas de su enamorado, su traición, incluso desprecia el perdón divino; se mantiene fiel a su amor, hasta el final, pase lo que pase. *** Cuando el cinismo se lleva al extremo, donde no hay arrepentimiento, ni culpa, ni mucho menos aprendizaje, sino una justificación de los hechos más atroces, nos encontramos con personajes como Humbert Humbert, quien cuenta desde la cárcel las peripecias que lo llevaron a volverse amante de Lolita, una niña de 12 años. Toda la apología de su debilidad por las nínfulas, como él las llama, y esa narración que nos atrapa en su mundo tienen el único objetivo de

convencernos —como al jurado que está a cargo de determinar su castigo— de que él no es un criminal, de que fue seducido por Lolita y no se arrepiente de sus actos: “Si me recreo algún tiempo en los temores y vacilaciones de esa noche distante, es porque insisto en demostrar que no soy, ni fui nunca, ni pude haberlo sido, un canalla brutal. Las regiones apacibles y vagas en que reptaba eran el patrimonio de los poetas, no el acechante terreno del delito” (Vladimir Nabokov, Lolita). Y así como Humbert Humbert no muestra ni una pizca de remordimiento, Perry Smith, después de matar junto con Dick Hickock a los cuatro integrantes de la familia Clutter para robarles 50 dólares, confiesa, ya en prisión: “¿Si siento lo que hice? Si te refieres a eso, la respuesta es no. No siento nada. Me gustaría poder decir lo contrario. Pero nada de ello me preocupa lo más mínimo. Media hora después de hacerlo, Dick hacía bromas y yo se las reía. Quizá no somos humanos. Soy lo bastante humano como para sentirlo por mí. Siento no poder salir de aquí cuando tú te vayas. Pero eso es todo” (Truman Capote, A sangre fría). Una confesión brutal que además pone el dedo en la llaga al comparar esos asesinatos con la labor de los soldados o de los propios verdugos que ejecutarán su sentencia: “A los soldados lo que hacen no les quita mucho el sueño. Matan, y encima les dan medallas. La buena gente de Kansas quiere matarme, y a algunos verdugos les encantaría que les tocase el trabajo de colgarnos. Matar es fácil: mucho más fácil que pasar un cheque falso”. En la confesión de Perry hay memoria, mas no arrepentimiento; hay un recuento de los hechos, pero no hay contrición ni redención. Así, vemos que la literatura nos muestra un sinfín de matices del comportamiento humano, en personajes —entrañables o detestables— que nos hacen vivir en carne propia las aristas de la vida. ¿Nos vemos reflejados en alguno? ¿Nos da cierto confort sabernos distintos de ellos?, ¿o nos causa escalofríos reconocer en nosotros los sentimientos y pensamientos de otros? Lo dejo a su consideración, querido lector; cada quien juzgará y sopesará su arrepentimiento o la ausencia de éste a la luz de lo que considera valioso en su existencia. + 13


Tema del mes ¯

Calieles, tor y g n Á si Los as mpo p de es, el co toca tem fio p l a n a ) d o 3 , i n ba e que 198 anc una us c ápolis, gajosas ás alegr a l es io de s e e d m e n r p t i s o o a y (M ab M tr ed s aint . Por m Jackson ías bella lía. Mien jemplo, quiero a e i e d o forn nte A/J n melo melanc ces, por tema qu ’s Gate, e a a e en Pie go, el cant vueltos onni abor Heav zzle en lce s ema. Pu n embar trata de pareja, B rrestre u s d o i r i r t S g ;¹ u te ab mac jan un a scuro su lásticas. r (2012) hite y s un extra andrógip w u a a de so e e r r s l á , una y e a e l p í o a m n n ión, las cirug álbum V shall Ap esucristo n de ma edicaban borg, c n a la c ción a , de su Mar n que J . Vestía —, y pr de los bros por a s l 7 r ic la ad r es 199 liderada enseñab e espacia e Lucife lares a lo los miem Bona i d e i z v y i e i anal ión ovn l y Bonn n una na ran cosa mena sim amas qu arshall como M e e al lig gr ol ón la re s. Marsh planeta e género nto de c cos pro ología de cia ficci o t e u n d i i le p s e t s i t s m m a e c nica e l o a a N resó s, los ro un pens era de l a que l ores de strió eño i g e h r t d qu da que ara ello ctiva y ar Trek debido a de au paci el pe rría r p to le St su ca 975, en hí no co paz na — encia co hecho, o ver. Es de la ob a y 1 a a a i c o e d c n o m i era ris se l. per cons r Trek. D permit iblia com ke. su ca persona idades, superior a espacia l n r a a B a t a í , l a S e n e s l t C r r 0 s e t . e n ó e e o 3 de i a p h v d a C a d uni s de ó netr sect ovec utó thur anto estu de la revaba t ein y Ar irada pe l—, recl ntaba en rado de un twist 85— apr onde fan s. e l a a n d g m 9 b s e n o , n a 1 nie t A. Hei cias a su rofesio n se pre a con un gélico c cer en ción n sus id dos, p r a n ié ia fic a co án an Robe shall, gr e ópera n. Tamb ier perso ismo ev ció de c de cienc ontacto margin aban y c st s s e n o Mar tante d , Oregó cualqu cristian ie falle d r l e e r o e u e an rt en f ntraron arios, n abían q el uso de l nn ue u a c o q o q p a l B a s r m a a t e á s s i o — u i l n k W d t o s l m e o i i —e i e l l n s r a eros rose uos o era que lo de e deb ar T +yV lo arsh pueb nta suert eligión n enta, M . Hacía p lark y St n individ ate eso ser pion Java, C+ iego Po r D v a C ió sG je ta con ar que su e los no mensa rthur C. iento er Heaven’ s permit ón como o el San d m su m A ci le n ot a ma de n ediados nsmitir einlein, e recluta traron e to nerd rograma entes co ra un a vieja e i s a c l m d n p r H a e l A ut ara t bert A. nda ola ue enco Este asp ajes de eb para c . En es de rona q net p ! gu gu w Ro s ast y pastor ientífico bano . u d inter r Wars, e esta se ciedad y paciales s en len páginas g c o a s anti o d a es so ywo o la si ta dote ador de S iembros n con la n naves n versad iseñand de Holl realidad os sacer o divulg abordar el comet l a a o d n a d e c m b c l r m e b i o a a f b o o a s t l t i n j n á c p s o o n s a ó r e i c e L o o g es . E ciami nc ig do e era p en la mato oras no e dica ia fu mism a rel na d que do: ¡un mputad su finan ora cine e la Bibl ino pre eía a sí ra y que ontraba caso e los a n v t v n c o r i d u d n a c c n e o n busc et y las , obtenía a produ idioses origen d orque se a a la Ti ie y se e . Un inal 97 e b m n n o el e 19 itúricos ama orig un ,p d o b z inter De hech tólico y oses y se res que religión se acerca por Bon r ar ar og i a a l ra de c. se de b de m el pr Basi n sitio c que los d r sus po la palab espacia pilotead ¯cuerpos de l 26 bredosis hura, d e u e s a a a l , v o r c b e U s a o b i s e d l a s , o n u a o t a l l l s p l t i l r r a a i o x t C o yo n ls de un aci ell ee ll ev ada p enco aaN uno os bo Para lógica d Marsha eses que nave esp ño. ron fue caus ncarnab ada res en l e , c a s r a u o á g f t o e i L l r a . m u e e s e e m ” e q ,75 dól nera a. Por ci ó a sus f rrenales ese mis en’s Gat dos ello triz que n fu to el m av ra ac te ació ba con 5 c i n escu les infor hículos a la Tier s de He erte de ichols, mu , conta u N e , ro ó e co 1997 an sus “v se acerc miemb ego. La m Nichelle os d nis Nike i d e 9 i e b e 3 m te dona opp, qu de los de San D rmano d e los lo de -B es e he mo d o mode o c Hale cadáver , al nort ichols, m ía l mis polic Los anta Fe omas N e la calzaba e h S d T o a h o t r c ra, tan Ran ecidos e a lite ción ll aten espectiv 39 fa r Trek. a l mó su r ta de S o que lla tado en s g l o c A ba a ntra enco

S

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¹ Por cierto, este artículo funciona mejor acompañado de dicha canción.


No me arrepiento de nada

Hilario Peña

su pantalón y estaba cubierto por una cobija de satín púrpura. Por su relación con la tragedia, la empresa Nike retiró para siempre del mercado el modelo Decade, que ahora sólo se vende como artículo de colección en portales como eBay. La cantidad de monedas en los bolsillos de cada fiel se definió a partir de un cuento donde Mark Twain, con ácido sarcasmo antirreligioso, afirma: “La cuota para llegar al Cielo en la cola de un cometa es de 5,75 dólares”. Contrario a lo que pensaban los familiares de las víctimas, Marshall no mantenía a los miembros de Heaven’s Gate dentro de la secta en contra de su voluntad. Estaban ahí por su propio gusto, cualquiera era libre de marcharse cuando lo quisiera. Otro error a la hora de analizar Heaven’s Gate es perder la empatía y deshumanizar a sus miembros, atribuyéndoles una inteligencia inferior. En su tema 1997, el compositor A/J Jackson hace justo lo contrario. Según sus propias palabras, la canción es “una oda a los lazos amistosos forjados dentro de la secta”. La estructura de la letra nos presenta una especie de diálogo entre un miembro de Heaven’s Gate y su madre, quien intenta sacarlo de la secta. Inicia con un par de acordes mayores, que generan optimismo, y que pronto se ven atribulados por un melancólico re menor. Termina la intro de piano y el miembro de la secta entona el verso inicial:

Pues es difícil amar a otra persona, y es difícil encontrar a un amigo, alguien igual de solitario que yo, alguien más que entienda. Y entonces sucedió… en 1997. El video musical, dirigido por el mismo A/J Jackson, fue filmado en un lounge californiano. En el clip, una mujer entrada en años canta el estribillo de la canción, provocando que los miembros de la banda le den la vuelta al mundo por medio de una proyección astral. El protagonista de la canción sabía a qué tipo de grupo había ingresado y a lo que se enfrentaba y, al final, queda claro que no se arrepiente de nada: “Describe a las personas que conoció como los mejores amigos que ha tenido –abundó Jackson en una entrevista–. Y eso no es tan malo, aunque es una secta y terminó mal. Es casi entrañable, en cierto modo”. Me parece interesante que, después de todos los documentales que vi y del par de libros que leí acerca del tema, fue una canción pop de lo más fresa lo que me hizo empatizar con las víctimas de tan terrible tragedia. Supongo que es el poder del arte. +

Pues hice nuevos amigos. Me dieron la bienvenida con los brazos abiertos. Estarán conmigo hasta el final. Estarán conmigo en las buenas y en las malas y esto ocurrirá… en 1997. La madre le advierte de los peligros que corre rodeado de gente tan extraña: “Tu grupo de amigos anda en malos pasos… Escuché que todos visten de blanco”. Es en este momento que el hijo contrataca con un segundo verso tan enternecedor como el primero:

Hilario Peña (1979) escribió la novela Detective Malasuerte (Océano) y el western Un pueblo llamado redención (Grijalbo), libro merecedor del Premio Bellas Artes “José Rubén Romero” 2016. @HilarioPenia

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Una conversación con Martín Caparrós 16

Sinfín: una ficción distópica muy cercana al presente

E

s el año dos mil treinta y tantos. Las fronteras se han extinguido; las migraciones provocadas por el cambio climático son tantas como aquellas impulsadas por la violencia; con los nacionalismos exacerbados, la xenofobia y el racismo a todo lo que dan, Europa resulta la región más afectada. La raza humana, en su constante búsqueda de la inmortalidad, ha encontrado una solución: cuando el cuerpo de alguien –que puede pagar por ello, of course– está dejando de funcionar, su cerebro se conecta a un host que sólo puede sobrevivir si está aislado, viviendo una existencia virtual, inventada por los científicos. Es un sistema llamado truVí, que se parece demasiado a cómo nuestras vidas actuales transcurren entre Zoom y redes sociales. Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) escribió Sinfín mucho antes de que una pandemia nos convirtiera –a los afortunados que podemos permitirnos el home office– en cerebros “transferidos” a hosts, que sobreviven aislados, con vidas que suceden sólo a través de las pantallas. Además, tuvo el enorme acierto de hacerlo con ironía. ¡Quién sabe cómo habría resultado una novela distópica sobre un futuro más bien negro sin ese rasgo humorístico! *** En entrevista desde Barcelona –aunque el cronista y novelista vive en Madrid desde hace unos años, ha ido a pasar unos días a la ciudad catalana–, Caparrós responde a estas cuestiones. —Me alegra que hayas subrayado lo del sentido del humor. Yo cada vez más creo que, si uno quiere simular alguna inteligencia —cosa que a mí me sucede con frecuencia; no sé por qué tengo esta especie de empecinamiento—, el humor es básico. Tonta es la persona que no tiene humor, que se cree que todo es absolutamente serio y solemne, y a mí me interesa más la gente capaz de tratar temas supuestamente enjundiosos, supuestamente profundos y demás, con alguna forma de humor. No es fácil tratar con originalidad aquello sobre lo que ya se ha escrito tanto: el empecinamiento de los seres humanos por encontrar la fórmula para vencer, por fin, a la muerte. El periodista confiesa que desde hace tiempo le interesan “las formas en que peleamos contra esta certeza horrible de que nos vamos a morir”. También dice que buena parte de su producción literaria de ficción toca este tema: —Y durante milenios, desde que empezó la civilización humana, buena parte de esas formas tuvieron que ver con las ficciones religiosas, esos relatos que hacen las religiones en los que te prometen alguna forma de supervivencia después de la muerte, a cambio de que tú les hagas caso en esta vida. El tema es que las religiones están, en muchos casos, perdiendo el lugar hegemónico que tuvieron durante milenios y, de algún modo, la ciencia está ocupando parte de ese lugar. Ahora hay una serie de tentativas —y son reales— de pelear contra ese error —así lo llaman— que es la muerte, por medio de técnicas cada vez más sofisticadas. Básicamente, muchos de estos nuevos multimillonarios de Silicon Valley, que han ganado enormes cantidades de dinero y que están viviendo unas vidas espléndidas, no quieren que se les acabe, entonces están invirtiendo para ver cómo se soluciona el asunto.

Irma Gallo

Caparrós afirma que en estos intentos por evitar la muerte hay dos posturas: la primera son los “cuerpistas”, que tratan de prolongar el funcionamiento del cuerpo a toda costa. —Y hay cada vez más intentos en ese sentido: terapias complejísimas, reemplazo de órganos, todo tipo de cosas para hacer que el cuerpo dure más— explica. Sin embargo, los cuerpos no pueden aguantar para siempre, y ahí es donde entra la otra postura, la que ocupa a su personaje Samar y su equipo de científicos: —Que si el cuerpo es finito, entonces transferimos la identidad de la persona, la mente, a un computador, y eso se podría guardar ahí para siempre. Ésa es la hipótesis que me gustó trabajar en Sinfín, la idea de la transferencia de cerebros a computadores, donde el cerebro sigue existiendo. Después hubo una serie de problemas en el experimento de Sinfín, y por eso terminaron inventándose una historia. Por eso terminaron inventando tsian, o sea, esta vida en la que cada cerebro sobrevive en una realidad virtual hecha a medida, en la que tiene un paraíso propio, siempre con la condición de que se mantenga aislado de los demás— dice. —Escribiste Sinfín mucho antes de la pandemia —comento—, pero el truVí, esa realidad virtual, se parece mucho a lo que estamos viviendo ahora... —Sí. Es muy curioso, porque, efectivamente, el libro yo lo debo haber terminado hace dos años, y se presentó primero en España, donde salió, los primeros días de marzo de 2020. Después de aquí, me fui a Argentina, donde lo iba a seguir presentando. Me iba a seguir por América, pero de Argentina me tuve que venir corriendo en el penúltimo avión porque se estaba cerrando España. Y cuando empezó la pandemia, efectivamente, empezaron a aparecer cosas que de algún modo estaban en el libro, y eso me preocupó un poco, me asustó. ”Una que me impresionó mucho –continúa– fue esto de que la condición para que estos cerebros sobrevivieran en sus computadores era que estuviesen aislados; cuando trataban de comunicarse con el resto del mundo se arruinaban. Entonces les inventaron el tsian, o sea, estas realidades virtuales, para que pudieran seguir aislados, pero contentos. La novela se publicó y a los 20 días nos dijeron: “la condición para que ustedes puedan seguir vivos es que se aislen”. Y sucedió exactamente eso. Y el aislamiento consistió, como tú dices, en vivir en esos truVís, estos espacios virtuales de encuentro, donde ahora estamos y donde nos hemos acostumbrado mucho a vivir en estos meses. Es raro; me da la sensación de que, como dicen por ahí, la pandemia aceleró mucho ciertos procesos que podrían haber tardado cinco, 10, 15 años en asentarse. Martín Caparrós, quien no sólo es autor de varias decenas de novelas, ensayos y libros de crónicas, sino que con frecuencia es jurado en premios de periodismo, e imparte conferencias y talleres para la Fundación Gabo (antes conocida como la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano Gabriel García Márquez), no podía evitar un chascarrillo sobre sí mismo; si esto fuera una película, le llamaríamos “un cameo”. —Hay una parodia de mí mismo. Al principio de la novela, en esa Patagonia selvática, un poco demasiado lujuriosa debido al

Irma Gallo. Periodista y escritora. Fundadora de La Libreta de Irma: https://lalibretadeirmagallo.com/ Premio Nacional de Periodismo Cultural "René Avilés Fabila" 2018. Autora de Profesión: mamá (Vergara, 2014), #YoNomásDigo (B de Blok, 2015) y Cuando el cielo se pinta de anaranjado. Ser mujer en México (UANL, 2016 y VF Agencia Literaria, 2020; segunda edición en eBook). Twitter: @irmagallo


Fotografía: Alvaro Delgado

Literatura Random House

cambio climático, en donde hay un recorrido por un barrio pobre, miserable, y hay diálogos, qué sé yo, es algo que yo he escrito muchas veces en verdad. Pude haber escrito eso en un pueblito en Níger y, en cambio, lo hago en un lugar inventado, tomándome un poco el pelo —confiesa con una risa traviesa, y le digo que, en efecto, esa primera escena de Sinfín parece sacada de su libro de crónicas El hambre. ”La intención —continúa— era poner en escena esto de que las formas pueden ser usadas para contar cosas muy distintas, y que no hay una forma para la no ficción, una forma para la ficción, sino que todo eso es muy dinámico y muy plástico. El periodista argentino decidió jugarle una mala pasada al viejo continente, en donde reside desde hace unos años. En Sinfín, Europa se lleva la peor parte. —Da la sensación de que es una región que sobrevive muy bien de sus viejas glorias. Durante cuatro o cinco siglos en la historia del planeta, Europa tuvo un desarrollo técnico que le permitió dominar buena parte del mundo; desde 1492 hasta 1900, digamos. Formaron imperios, controlaron y se aprovecharon de buena parte del mundo —explica—. Pero después se quedaron como sobreviviendo a partir de eso. No inventan, no renuevan, no buscan, siquiera. Entonces, es bastante posible pensar que se va a ir desgastando lo que les queda de tesoro histórico —reflexiona—. Tenía ganas de convertir Europa en aquello que Europa suele mirar cuando mira lejos. Acá está lleno de gente muy satisfecha de sí misma, que dice: “¡Ay, los pobres africanos!, ¡ay, los pobres sudacas!”. Entonces, estaba bueno aplicarles a ellos ese filtro. En la reconstrucción que hace Caparrós de la degradación de Europa, el lugar de los nacionalismos es muy fuerte: —Estamos en un momento raro de recuperación de los nacionalismos que creo que, si efectivamente no hay un freno a eso, dentro de los próximos 20 o 30 años va a ser uno de los problemas más brutales. Yo ahora no estoy en Madrid, sino en Barcelona. Éste es otro ejemplo de un pequeño espacio en donde el nacionalismo ha hecho que la vida sea mucho más complicada de lo que ya era. La entrevista se acerca al final. Hemos hablado casi 30 minutos. En un tono de decepción que no disimula ni su marcado acento argentino, Martín Caparrós concluye: —Yo pensaba que, cuando llegara a esta época de mi vida, las naciones iban a parecer cada vez menos importantes, iban a parecer cada día más obsoletas, como nociones ya un poco perdidas y, sin embargo, es todo lo contrario. +

Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi


Entrevista a Eileen Truax

Las regl Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

Irma Gallo

F

enómeno ineludible en nuestros tiempos, la migración ocurre en todo el mundo. Avanza desde los países que enfrentan situaciones de violencia, pobreza, desigualad, destrucción de territorios por el cambio climático, violación de derechos humanos y corrupción hacia aquellos conocidos como “primer mundo”: más ricos, pero también desiguales; con sistemas judiciales menos corruptos, pero cuya balanza se inclina por criterios xenofóbicos y racistas; violentos, pero sólo contra los inmigrantes de otro color, los más pobres. Todos tenemos claro de qué hablamos a través de la palabra migración; no obstante, cuando el término es petición de asilo, pocos sabemos a qué se enfrentan quienes un día salieron huyendo de sus países porque su vida corría peligro y llegaron a otras fronteras pidiendo urgentemente que los dejaran quedarse ahí. En El muro que ya existe. Las puertas cerradas de Estados Unidos, la periodista mexicana avecindada en Los Ángeles, Eileen Truax, relata las historias de mujeres y hombres que llegaron a pedir por sus vidas. Lo hace desde la empatía de quien ha caminado a su lado, los ha visitado en sus casas, ha entrado a los centros de detención —eufemismo para nombrar a esas prisiones donde esperan una resolución— para hablar con ellos de frente, mirarlos a los ojos y escucharlos, tareas fundamentales de todo periodista. *** Lee+: ¿Cómo empezaste a trabajar este libro? Eileen Truax: El muro que ya existe habla de cómo las personas que salen de su país para salvar la vida y solicitar asilo en Estados Unidos se encuentran con un muro burocrático, con una cantidad de trabas que impone el proceso de asilo, de manera que nunca pueden entrar. La única opción que les queda es entrar de forma ilegal, y esto es muy relevante, ya que más de la mitad de las historias que narro aquí, de personas que han sido víctimas de violencia por parte de cárteles, por parte del Estado, por parte de organizaciones policiacas, son mexicanas. Lo que hago es narrar historias sobre lo que enfrenta cada persona cuando viene y dice “mi vida está en peligro”. Las condiciones bajo las que se otorga asilo político en Estados Unidos no han cambiado a través de Bush, Obama, Trump, y tampoco estoy muy segura de que vayan a cambiar con Biden, porque ésta no es cuestión de un gobierno, sino de un sistema. Lo que busca este libro es denunciar ese sistema y hacer evidente que hay una maquinaria en la que están involucrados, no sólo un gobierno estadounidense o

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muchos, sino también gobiernos de los países expulsores, y tenemos que estar conscientes de ello. Lee+: Un sistema que tiene que ver, de este lado, con la impunidad y la corrupción, con familias destrozadas, no sólo porque secuestran y matan a un miembro, sino a dos, tres o hasta más. Eileen Truax: Amenazan a los siguientes miembros de la familia, y entonces deciden salir; como una familia de Chihuahua, que no le quedó más que agarrar una maleta, cruzar la frontera y decir “ayúdenme”. Esto que dices de la impunidad y la manera en que el poder político es cómplice de los grupos criminales es una herida muy fuerte, particularmente en los estados del norte: Chihuahua, Baja California, Tijuana... las áreas fronterizas. Porque una vez que estas familias llegan a Estados Unidos, no se trata nada más de salvar la vida o de escapar del peligro, sino que también existe este sentimiento de que no hay manera de hacer justicia, y mientras no tienes eso es muy difícil vivir, no importa donde estés. Lee+: Y además viene el asunto de la supervivencia económica, como en el caso de la familia Reyes Salazar. Eileen Truax: Recuerdo a la matriarca de esta familia, doña Sara, que tuvo 10 hijos, y cuando llegaron a Texas, a El Paso, tenía cuatro hijos vivos, y me decía “no me quiero morir aquí”. Lamentablemente murió hace un par de años. Después del secuestro de dos de sus hijos, doña Sara, que vivía en el pueblo de Guadalupe en Chihuahua, va a la capital a protestar frente a la oficina del gobernador y, mientras está protestando, le queman su casa. No hay una sensación de alivio en la persona que llega a pedir asilo cuando no hay justicia, cuando no se reconoce que ha sido víctima del Estado. Para mí, ése es el punto que une todas las historias; hay muchas, muy diversas: la de tres niñas que a la mamá la secuestraron los militares, entonces ellas vienen para acá siendo niñas y aún así siguen pidiendo justicia. El hilo conductor es la impunidad desde el Estado mexicano, que es lo que los obliga a salir: la incapacidad de protegerlos después de que han sido víctimas, y los criterios que aplica el gobierno

Fotografía: Ronda Somontano

en Estados Unid


glas de asilo

dos no aplican para todos estadounidense para otorgar asilo político a estas personas, que no cuentan con las características, con los criterios que se aplican actualmente. Ése es el sentido del título: sí hay reglas de asilo y sí se aplican las normas internacionales de asilo, pero no para todos; sólo para quienes vienen de ciertos países, con cuyos gobiernos hay una confrontación. De los países amigos no recibes a alguien, ya que implicaría reconocer que su gobierno ha sido incapaz de velar por esa persona. Es esta forma convenenciera de trabajar las normas internacionales para la defensa de los derechos humanos la que termina convirtiéndolos en reglas que se aplican con fines políticos, con criterios económicos y, en época de elecciones, con criterios partidistas. Lee+: Los centros de detención son el limbo para quienes salen huyendo de su país y terminan en alguno de estos lugares. Eileen Truax: Esto es terrible y creo que en ambos lados de la frontera se tiene que saber, porque no se conoce. En la mayor parte del mundo, el proceso para pedir asilo político es el siguiente: llegas a la frontera de un país, explicas que estás en una situación de vida o muerte y que pides asilo porque tu vida o tu integridad están en riesgo; a diferencia del refugio, donde lo solicitas desde tu país. En el proceso normal de asilo, las personas a cargo del control migratorio te llevan a un centro de detención; eso pasa en todo el mundo. En el centro, alguien te va a entrevistar para determinar si tienes algo que en inglés se conoce como credible fear; en español sería “miedo creíble”. Te hacen una serie de preguntas y, con base en esa entrevista, determinan si es posible que seas un caso para presentar en una corte o no. Si la respuesta es no, en ese momento te deportan; en caso de que la respuesta sea sí, te quedas en el centro de detención hasta que esta autoridad migratoria evalúe tu caso particular y determine. La mayoría de las veces lo que ocurre es que ven que no tienes antecedentes penales, que no corres riesgo de quedarte como indocumentado en el país. Entonces te dejan en libertad y puedes seguir ese proceso; en el caso de Estados Unidos puede tardar años. En países como Canadá, todo el proceso que acabo de contar tarda entre cinco y seis horas. Uno de los casos que cuento es el de Yamil Yaguar: él y su esposa vivieron desde muy jóvenes en Estados Unidos. Fueron deportados a México en 2010, justo cuando estaba comenzando la mal llamada “guerra contra el narco”, y sufrieron una serie de episodios: a él lo secuestraron, les cobraban derecho de piso... El caso es que volvieron para pedir asilo. Yamil se presentó; dijo lo que le estaba pasando; lo llevaron al centro de detención. Tuvo una primera entrevista; le dijeron que luego tendría otra, y que habría que hacer cita con el juez. Cuando hablé con Yamil, llevaba 14 meses en el centro de detención, esperando que su caso fuera revisado. ¿Qué tiene que estar pasando en tu país para que prefieras estar 14 meses metido en una prisión en el desierto de Arizona que viviendo en libertad? Al final, Yamil estuvo 26 meses en el centro de detención antes de que un juez decidiera que su caso tenía posibilidades para empezar el proceso de asilo. Lee+: Muchos migrantes no van a Estados Unidos para “quitar” trabajo. No van porque quieren; van porque es su vida la que está en juego. Eileen Truax: Es lo más importante de resaltar: que estas personas no son migrantes que van por dólares. Creo que es muy justo que la sociedad mexicana empiece a hacerse responsable también de la apatía del Estado mexicano ante estas situaciones, porque éstas son familias cuyos niños tendrían que estar sentados en una escuela en México, con un Estado velando por ellos, por su protección, educación y salud. Es un trabajo de los dos lados de la frontera, de dos sociedades, y confío en el trabajo de la sociedad civil, que una vez sensibilizada no deja de actuar. Para mí eso es más poderoso que la iniciativa burocrática de cualquier gobierno. + HarperCollins México

Persona (Dir. Ingmar Bergman)

Alma (Bibi Andersson), una amable enfermera, es contratada para cuidar a Elisabet Vogler (Liv Ullmann), una reconocida actriz que, sin motivo aparente, ha dejado de hablar. Ambas mujeres se recluyen en una casa de campo, esperando obtener mejores resultados para la salud de la paciente. Con el curso de los días, su relación florece al grado de convertirse en amigas íntimas; pero surge la extraña sensación, por parte de Alma, de sentirse demasiado identificada con la bella actriz. En este drama con toques de terror psicológico, Ingmar Bergman nos conduce por una de sus películas más aclamadas, que hasta el día de hoy logra sorprender a los espectadores por lo sórdido de su historia. Trata problemáticas muy adelantadas a su época, como el aborto o el guiño a las relaciones entre personas del mismo sexo. Persona es considerada por muchos críticos una de las mejores películas de la historia y fuente de inspiración para directores como David Lynch y Robert Altman.

Prequelle Ghost

Máscaras, maquillaje, cruces invertidas y conciertos que rayan en el fanatismo religioso hacen de esta banda sueca un hito dentro del amplísimo catálogo musical con el que contamos actualmente. Además de su singular apariencia y material altamente polémico, estos músicos, comandados por el papa emeritus, nos entregan canciones de calidad excepcional. Ahora, con la maldición de todas las bandas famosas por ser oscuras, se convirtieron en íconos de la cultura pop. Es normal ver a jovencitas usar camisetas de Ghost en festivales —cuando todavía había—, presenciando un concierto de Dua Lipa o de alguna boy band de K-pop. De igual forma, el conjunto nórdico cuenta con una enorme base de fanáticos que se toman las cosas en serio. Prequelle narra la historia de un hombre durante la peste negra; tema que lo transforma en un álbum conceptual. El material alude a la vida y a la muerte, enfocado en la época medieval. Para muestras, la canción Faith, donde los riffs de guitarra parecen salidos de una cruzada, y Dance Macabre, como un himno a la muerte. En esta lucha eterna entre el bien y el mal, el rock siempre gana. 19 Por Adrián García @the_noche_


Óscar de la Borbolla

Reivindi car la indecisión L

os seres humanos poseemos un prurito simplificador que nos hace ver el mundo como si estuviera armado por contrarios: noche / día, blanco / negro, bueno / malo. No vemos desprejuiciadamente lo que vemos, sino que de inmediato nuestra vista clasifica de manera binaria: me gusta / no me gusta, lo acepto / lo niego. Esta espontaneidad nos hace apreciar un mundo ordenado en el que las cosas se distribuyen arriba o abajo, a la derecha o a la izquierda, cerca o lejos. La ordenación del mundo por contrarios es muy sencilla y, sobre todo, tranquilizadora, pues nos hace creer que discernimos, distinguimos, que el mundo es claro e inteligible o, para decirlo de una vez, que sabemos a qué atenernos con él. Sin embargo, la verdad, no es tan simple, pues en el mundo ningún par de contrarios se presenta en estado puro: aquí no hay ni el blanco sin mácula ni el negro absoluto, sino una gama prácticamente infinita de grises que media entre un extremo y el otro. Y lo mismo ocurre con lo bueno y lo malo, con lo bello y lo feo y con todos los objetos singulares que forman la intrincada diversidad de lo que existe. Vivimos en un mundo de mezclas, de combinaciones, de cosas mestizas que sólo por el lenguaje somos capaces de simplificar, pues miramos con el lenguaje, es decir, miramos a través de las palabras, con términos universales que ocultan las particularidades concretas del objeto. Así, al llamarlo y verlo con el término banco no reparamos en la irreductible individualidad del objeto: en su concreción, sino en lo que de común tiene con un conjunto de objetos igualmente simplificados: el abstracto banco. Al ver el mundo con los anteojos del lenguaje, al adoptar las reglas gramaticales del lenguaje, el mundo real, concreto, queda oculto por las palabras, y nuestras conductas se ciñen a su código binario: buenos y malos, víctimas y verdugos, ricos y pobres. Lo que determina que nuestra vida, compleja hasta la náusea, se vuelve una tonta película de vaqueros donde combaten los fifís y los chairos, las mujeres y los hombres: el nosotros contra el ustedes, como si en el nosotros no hubiera traidores, ni en el ustedes, aliados. Alguna vez resultaría muy provechoso visitar la realidad concreta (en latín, concresco es “lo que crece junto”) para descubrir que estamos ciegos frente a lo más obvio, pues en el mundo, a diferencia de lo que nos impone el lenguaje, cada cosa es única y no necesariamente las cosas se oponen como los términos blanco y negro, oposición a la que nos induce nuestra naturaleza simplificadora. Ojalá en el mundo todo fuera sí o no, pero están también el tal vez, el no sé, el posiblemente y miles de modos que recorren nuestra compleja ambigüedad de indecisos. En un mundo artificialmente ordenado, como el de la Divina comedia de Dante, a los indecisos no los dejan entrar ni en el infierno. En el mundo real, en cambio, son los decididos quienes convierten el mundo en un infierno. +

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Óscar de la Borbolla. Escritor y filósofo, es originario de Ciudad de México, aunque, como dijo el poeta Fargue: ha soñado tanto, ha soñado tanto que ya no es de aquí. Ha sido profesor de Ontología en la FES Acatlán por décadas y, eventualmente, se le puede ver en programas culturales de televisión en los que arma divertidas polémicas. Su frase emblemática: “Los locos no somos lo morboso, sólo somos lo no ortodoxo... Los locos somos otro cosmos”.



Arte

Éste es el mejor libro José Luis Trueba Lara

E

que he quemado

n 1964, cuatro años antes de que se transformara en una de las villanas de la prensa de espectáculos tras su matrimonio con John Lennon, Yoko Ono publicó Grapefruit, en Tokio. La propuesta que se hacía en este libro era extraña y parecía casi estrambótica. Se trataba de una serie de instrucciones que, gracias una contemplación cercana a lo zen, invitaba a los lectores a desvincularse del mundo marcado por el consumo y la producción frenética de información y de mercancías que anulaban lo humano. Cada una de esas posibilidades —que pueden transformarse en realidad o en una suerte de ejercicio mental— permite descubrir hechos fundamentales: la vida y el arte están entrelazados; el arte no es un asunto de museos ni de galerías, sino una manera de existir que no necesita nada más allá de su mismidad y el vacío. No por casualidad, ella le pedía a sus lectores: “Queme este libro después de leerlo”. La experiencia de llevar a cabo los proyectos de Grapefruit era única y cercana al tipo de revelación que no puede pronunciarse. Grapefruit, más que un libro, es una propuesta para la creación y el performance, una apuesta para subvertir la realidad gracias al viaje interno. Algunos años después de la primera edición, que corrió por cuenta de Wunternaum Press, esta pieza —permítanme llamarla así por sus características— fue traducida en Argentina por Ediciones de la Flor con un título criollo: Pomelo. La versión en español estuvo a cargo de Pirí Lugones, quien en 1977 se transformó en una cifra más de las desaparecidas por la dictadura militar. Han pasado poco más de 50 años desde aquella edición, y la obra de Yoko Ono se convirtió en una rareza apenas accesible para los coleccionistas y sólo legible en algunas bibliotecas especializadas. Tener un ejemplar era difícil. Ante este hecho, Alias —el proyecto editorial de Damián Ortega— publicó el facsímil de la edición argentina de 1970. “Ella tuvo un tiraje relativamente bajo, pero es muy querida”, me dice Daniela Gil, la directora operativa de Alias. Pomelo es una pieza más del rompecabezas que Alias arma con sus publicaciones: de lo que se trata es de ofrecer las obras que casi han desparecido —por ejemplo, los libros de los estridentistas o Sátira, de Salvador Novo— así como los ejemplares que nos muestran el mapa de las tierras ignotas del arte contemporáneo. —Editamos Pomelo tal cual, como lo hacemos en Alias cuando de revivir obras se trata —me cuenta Daniela—. Casi es como una fotocopia que adaptamos al tamaño de nuestros libros. En sus páginas están los textos y los dibujos de Yoko Ono. Este libro es una obra emblemática tanto de un momento preciso de la historia del arte como de la vida de Yoko: Fluxus, una de las últimas grandes vanguardias del siglo pasado. Ellos buscaban transformar las reglas del juego del arte asimilando las experiencias de Marcel Duchamp y John Cage. Para los integrantes de Fluxus —y, por supuesto, para Yoko Ono—, el arte y la vida eran la misma cosa. Por esta razón, el trabajo artístico está en potencia en todos lados. —Justo como sucede con las instrucciones de Pomelo. —Efectivamente, Pomelo es una suerte de proyecto curatorial; un libro hecho con distintas piezas que pueden ejecutarse en la imaginación o en la realidad. El libro está dividido por disciplinas,

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empieza con piezas para orquesta, y de ahí va a la pintura, al objeto, al cine, y recorre los grandes intereses de Fluxus. Su propuesta, permíteme ser más o menos reiterativa, es que el arte es un estado de la mente y, por lo tanto, te invita a pensar la realidad de una manera distinta a la convencional. —En Pomelo vemos a otra Yoko Ono, a alguien absolutamente distinto del personaje que llenaba los periódicos dedicados al espectáculo. —Es cierto, la relación de Yoko con Lennon oscureció una parte de su trabajo. Los reflectores no la apuntaban a ella, sino a los chismes y las calumnias. Era la loca que había separado a los Beatles. Eso generó muchos malentendidos y una serie de opiniones muy pobres, casi miserables. En este sentido, editar Pomelo también es una invitación a mirarla de otra manera, desde una perspectiva que la separa de esa narrativa. —Tengo la impresión de que algunas de las cosas que hizo con Lennon eran parte de su obra creativa. Justo como sucedió con el hecho de acostarse hasta que se terminara la guerra, que era una suerte de performance, aunque por muchos sólo fue visto como una ocurrencia. —Es cierto, esa obra es preciosa, pero no fue comprendida en toda su magnitud. La atención que tenían los Beatles no necesariamente implicaba que su público estuviera familiarizado con las propuestas artísticas de vanguardia. Esa obra comparte muchas cosas con Pomelo y muestra la postura de Yoko frente a la guerra. Ella apuesta por la atención a un mundo interior, el mundo del individuo, como una manera de arreglar el mundo exterior. Estar en cama, estar quietos, contemplar, intimar... algo común a todos, donde no hay espacio para la violencia. Su mensaje era claro, preciso: sean humanos. —¿Cómo podemos leer Pomelo casi medio siglo después de su primera edición? —Nos podemos acercar a él como una obra fundamental de Fluxus, como una pieza que te permite descubrir a la verdadera Yoko Ono, como un libro poético y, por supuesto, como una obra seminal del arte conceptual, en el cual las ideas son mucho más importantes que el objeto. También podríamos leerlo como una invitación a vivir y experimentar la realidad de una manera distinta, a reinventar lo que significa estar en el mundo. En este sentido, Pomelo no expira; sigue absolutamente vigente. Te leo una de sus piezas: “Esconderse hasta que todos se vayan a sus casas. Esconderse hasta que todos se olviden de uno. Esconderse hasta que todos mueran”. —Pareciera que esas palabras se escribieron hoy; pareciera que forman parte del gran confinamiento que comenzó hace casi un año. La publicación de Pomelo se presenta de una forma doblemente atinada: como una obra en sí y como un libro urgente en este momento. —Mientras trabajábamos en la edición, no lo anticipábamos de esta manera; pero sí, es dos veces atinada si pensamos en este contexto, en el que la ansiedad, provocada por el aislamiento y por el peligro, está a flor de piel. La actitud frente a la realidad que Pomelo propone resulta una gran aliada. +


PIEZA TERRES TRE Escuchar el s onido de la t ierra girando .

Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

o O CLAV un troz N U e R ILLA centro d T R A M o el PARA lavo en ragment A R U f PINT llar un c r cada ia. i ia r Mart rio. Env arbitra d n i รณ de v direcci a a un

PIEZA D E CONVE RS Hablar sobre l ACIร N a muerte imaginar de una ia. persona Si alguie n foto en se interesa, sa marcada en negr car una del difu o nto y m ostrar. Si los a mig explican os invitan a s do alir, ex cusarse la muer te de e s a persona .

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Artículo

El soporte del arrepentimiento José Luis Trueba Lara

H

ay cosas que me da mucha pena preguntarles a mis colegas. Cuando los veo retratados con su libro más reciente, no me queda más remedio que asumir un hecho que a lo mejor se nota en esas fotografías: ellos jamás se arrepentirán de ninguna de sus palabras. Pero, aquí entre nos, a mí no me pasa nada de eso, siempre tengo la certeza de que lo publicado podría mejorarse y, cada vez que me topo con un libro dedicado a cualquier tema que ya toqué, se me ocurren nuevas ideas y correcciones que podría hacerle a lo editado. Yo estoy convencido de que los actos de escribir y publicar sólo le abren la puerta al arrepentimiento, y —por lo menos en mi caso— la única manera de sobrellevarlo es negarme a leer mis páginas una vez que salieron de la imprenta. En algunas ocasiones, el velo de la ignorancia fingida es muy saludable. A pesar de que mis palabras se pasan de melodramáticas, creo que algo de verdad hay en ellas: todos los días, mientras estoy escribiendo, hago un bolón de correcciones, que me permiten arrepentirme de las páginas en las que ya he trabajado. Siempre hay una palabra mejor, una redacción más precisa, un cambio de rumbo que probablemente llevará al puerto sin naufragar. Y así sigo hasta que el libro nace y yo me engaño pensando que ya no tiene problemas. El único detalle es que el error continúa existiendo y se hace presente en cada uno de los ejemplares que se imprimieron. Mis arrepentimientos no corren en el vacío, ellos tienen una historia que avanza al parejo de los materiales de escritura que he utilizado: hoy, por ejemplo, me basta con presionar la tecla delete para que mis tarugadas desaparezcan. Sin embargo, no siempre fue así: antes, cuando garabateaba las hojas con un plumón, éstas terminaban llenas de tachones cuya intensidad variaba de acuerdo con el tamaño de mi error; algunos me llenaban de ira y merecían trazos gruesos y poderosos; otros eran una precisión que reclamaba líneas mucho más finas y racionales. En el momento en que casi abandoné los plumones y comencé a utilizar una máquina de escribir, los arrepentimientos no cesaron: cuando terminaba de aporrear las teclas, seguía tachando las palabras en las hojas y, además, les agregaba notas en los márgenes o les pegaba trozos de papel cuando había que llegar más lejos. La mayor desgracia de estos arrepentimientos era que, al terminar el acto de contrición, tenía que volver a mecanografiar todo lo escrito. Aunque las fotografías de otros escritores parecen mostrar lo contrario, no hay nada original en lo que a mí me sucede, las muestras de arrepentimiento son antiquísimas. Podemos encontrar abundantes ejemplos de estas retractaciones y vale la pena detenernos en uno de ellos: la certeza de que —hace bastante más de un milenio—...

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José Luis Trueba Lara. Escritor, editor y profe. Colabora en la radio y de pilón sale en la tele. Duerme la siesta con su esposa y ha publicado varios libros. Es un lector que ha llegado al extremo de trabajar para pagarse el vicio. @TruebaLara


la escuela no era un lugar agradable … y el costo del papiro impedía destinarlo a fruslerías. Los litterator —los profes que enseñaban las primeras letras— generalmente estaban mal pagados y todo indica que tenían un pésimo carácter. Los porrazos, los regaños y los jalones de greñas eran asuntos de todos los días. La idea de que “la letra con sangre entra” ya había sido parida. A pesar de esto, Horacio describe a esos alumnos como niños muy felices, que caminaban a su salón “cargando en su brazo izquierdo la cajita con las piedras para hacer cuentas y la tablilla para escribir”. Por más ricos y poderosos que fueran, los romanos no estaban dispuestos a entregarles a sus hijos las hojas que venían del otro lado del Mediterráneo; ellos necesitaban algo más barato y funcional que los papiros egipcios: unas tablillas cubiertas con cera donde los niños pudieran grabar las letras con un punzón y, por supuesto, también era fundamental que tuvieran el chance de borrarlas gracias a una pequeña espátula que presagiaba la goma de los lápices, que aún no se soñaban. A golpe de vista, todo parece indicar que esos “cuadernos” permitían un uso casi infinito de su superficie. Cuando estaban en las últimas, sólo debían recibir una nueva capa de cera para volver por sus fueros, aunque su lectura podía implicar graves peligros. Varios médicos de esos tiempos alertaban a sus pacientes para que no las emplearan más allá de lo indispensable: leer las palabras grabadas en cera endurecía los ojos. Su negrísimo tono no era saludable. Los niños no eran los únicos que disponían de estas tablillas en la antigua Roma, los adultos también las usaban a la menor provocación, sin preocuparse mucho por las advertencias de los matasanos. En ocasiones, éstas tenían pequeños orificios que permitían atarlas con un cordel o unirlas con una armella para aumentar el número de páginas. Incluso —según cuentan los que de esto saben— existían las que poseían bisagras y formaban un códice con varias hojas. En buena medida, este objeto es el antecesor más remoto de lo que hoy entendemos como un libro, pues sus páginas quedaban unidas a una suerte de lomo y, con el paso del tiempo, las maderas enceradas fueron sustituidas con papiros, pergaminos y, al final, con las hojas de papel que hoy usamos sin preocuparnos gran cosa por su precio. Sobre esa superficie, además de los trabajos escolares y los asuntos de los negociantes, también se escribían palabras amorosas, las que buscaban pasar las aduanas de las túnicas y abrirle el paso a los seductores. En El arte de amar, Ovidio —el poeta latino que terminó metido en serios problemas por sus palabras— no se andaba con rodeos a este respecto: “Que la cera derretida […] empiece por ser la cómplice de tus propósitos. Lleve ella escritas tus ternuras y palabras que imiten las de los enamorados y, sea cual sea tu rango, añade súplicas y no pocas”. El consejo del poeta no parece nada malo, y tal vez presagiaba el apotegma que sostiene “verbo mata carita”.

Hasta aquí pareciera que los problemas estaban resueltos. Si la damisela creía o no en las ardientes palabras del seductor es harina de otro costal, y nada importa para lo que aquí conversamos. Pero, si observamos este asunto con una pizca de cuidado, los detalles y los peligros no tardan en revelarse. El seductor bien podía ser un hombre casado y el objeto de sus deseos también tenía la posibilidad de estar matrimoniada con un centurión acostumbrado a matar. Por esta razón, si las tablillas caían en manos de su esposa o del marido de la amada, las cosas seguramente se pondrían color de hormiga. Por fortuna, Ovidio también pensó en esta probabilidad, por eso le sugería a su lector que “cuantas veces las escribas, inspecciona antes tú mismo las tablillas por todas partes; [pues] muchas [mujeres] consiguen leer más de lo que se les ha escrito”. Los borrones debían ser revisados para anular las pruebas de la infidelidad y, gracias a esto, los amantes podrían sostener un matrimonio alejado de las tormentas y los platos voladores. Ante estos hechos, la duda no tiene cabida: la cera alisada con la espátula borraba las huellas de los engaños y confirmaba que los mentirosos siempre están preocupadísimos por la verdad, al grado que hacen todo lo posible por ocultarla. Es cierto, borramos para que nuestras falsedades no sean descubiertas y delante de los otros podamos mostrarnos como lo que no somos. Incluso a los cínicos les pasa esto: si sus hechos se descubren, son capaces de urdir historias que los aceptan y los justifican o los niegan al mismo tiempo. En aquellos momentos, arrepentirse de lo escrito en las superficies enceradas no era muy difícil: con gran velocidad, la espátula desaparecía lo que nadie debía leer. Es más, si el propietario de la tablilla se pasaba de cuidadoso, bastaba con un poco de calor para que las huellas se eclipsaran o, en un caso realmente extremo, hasta podía llevarla al taller más cercano para que la rasparan y le pusieran una nueva capa de cera. Debido a esto, es muy poco lo que sabemos acerca de los antiguos arrepentimientos, ellos se esfumaron y sus huellas se borraron para siempre. Nada queda de los titubeos de los seductores y los amantes romanos, y casi lo mismo podría decirse del resto de sus remordimientos. Si bien es cierto que la cera alisada era una espléndida manera de borrar las culpas, las dudas y los errores, éstos continuaron, inclementes, para obligar a los arrepentimientos, a las fallidas ansias de lograr la perfección. Por esta razón, si las hojas permanecen inmaculadas después de las retractaciones o quedan heridas y maltrechas tras su aparición, no tiene gran importancia: en esas páginas se encuentra una historia secreta que apenas en unas pocas ocasiones podrá recuperarse. Lo que ahora estás leyendo nada tiene que ver con los papeles tachados y arrugados; esto que está delante de tus ojos sólo es lo que existe tras el más duro de los arrepentimientos. +

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Neurotintacidad

Alejandro Gutiérrez de Velasco Muñoz

El cerebro nos hará libres E

mpieza el día en la oscuridad. Amarro con fuerza las agujetas de mis desgastados tenis deportivos. Salgo a trotar. La ventisca fría acaricia con suavidad mis mejillas; se detona una onda expansiva de agradecimiento que inunda de bienestar mi agitado pecho. Sonrío tímidamente ante miradas inexistentes. Cada mañana recuerda su unicidad; está aquí para no repetirse más. No reparo en abrazarla sólo para dejarla ir segundos después. Entusiasmado, continúo mi camino hacia el resto de mi existencia, sabiendo que hoy tengo la oportunidad de impactar, reír, amar, escuchar… ¿ya dije amar? ¿Es esto libertad? ¿Acaso no ansiamos vivir el momento presente sin que nuestro pensamiento nos haga presos de sus angustias, tristezas, rencores y preocupaciones infundadas y sobrevaloradas? El cerebro tiene el poder de darnos, quitarnos, encarcelarnos y liberarnos. Nosotros tenemos el poder de cuidar de él para que haga lo correcto. Sin embargo, somos negligentes cuando del cerebro se trata. Y lo entiendo: se trata de un órgano que jamás se asoma, que vive escondido detrás de su concha protectora, y que, si no fuera por las incapacitantes jaquecas que le siguen a una buena noche de farra, poco nos acordaríamos de él. En muchas ocasiones me sentí libre mientras hacía mal uso del cerebro, sólo para después darme cuenta de que las malas decisiones no harían sino lo contrario: privarme y alejarme del propósito vital. No confundamos, entonces, nuestras malas decisiones con libertad, pues todo aquello que atenta contra la integridad de las neuronas y sus conexiones no es otra cosa que la vía común hacia el encierro. Pero, entonces, ¿cómo cuido mi cerebro? ¿Cómo puedo encontrar la libertad a través de él? Nuestro cerebro representa tan sólo 2 o 3% de nuestro peso corporal total; sin embargo, demanda entre 20 y 30% de los nutrientes que ingerimos y 20% del oxígeno que respiramos; por ello mi insistencia en su cuidado. Gracias al cerebro, es posible tomar buenas decisiones y, gracias a estas decisiones, conservar las cosas buenas de la vida, como el amor de mi pareja, mi pasión por el trabajo y mi profesión, así como la salud física en general, y vaya que desde que cuido mi cerebro he encontrado mi mejor versión física. La pasión por el cuidado del cerebro la descubrí mucho después de concluir mis estudios como psiquiatra. Aprendí que tengo la capacidad de decidir hoy cómo quiero pensar y sentir, a mis 85 años. Aprendí que, al hacerlo, me sentía más vivo, con energía inagotable, con un estado de ánimo estable, en control de mis impulsos y libre: presente en el aquí y el ahora. Comencé a ser capaz de no sentir otra cosa más que el agua de la regadera masajeando con delicadeza mi dorso, el aire

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fresco de las montañas al descender montado en mi bicicleta o la melodiosa risa de mis hijos cuando estamos juntos. Espero, con este preámbulo, poder captar su atención, pues deseo fervientemente que sean, como yo, unos apasionados en el cuidado de su cerebro. El primer paso es renunciar, y renunciar significa darle un aumento de categoría al cerebro, un paso a la vez. Existen muchas sustancias que dañan la función neuronal; ustedes podrían rápidamente pensar en drogas, alcohol y otras sustancias adictivas, y, aunque están en lo correcto, también lo hacen otras de uso cotidiano, principalmente el azúcar y las harinas blancas. Estas dos son consideradas un factor de gran peso en la generación de radicales libres y estrés oxidativo, convirtiéndose en el común denominador de diversas enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y la depresión. ¿Quieren darle vida a su cerebro? Empiecen por quitarle esa cucharada de azúcar a su café, o esa dona de media mañana; la siguiente semana puede ser algo más —recuerden que los verdaderos cambios llevan tiempo—. La clave del éxito es la constancia y estar siempre dispuestos a subir la vara… siempre se puede estar un poco mejor. Cuando ya se ha decidido renunciar para ganar, el siguiente paso es agregar dos estrategias simples, pero que considero la fuente de la juventud cerebral. La primera es sencilla, sin embargo, también un reto que nos cuesta mantener. Me refiero a la actividad física: empieza con un poco hasta que logres llegar a 30 o 40 minutos por sesión, cuatro o cinco veces a la semana. El ejercicio no solamente ha demostrado ser un tratamiento útil en depresiones leves, sino que también puede ser un factor protector en el desarrollo de enfermedades cerebrales. La segunda estrategia es sin duda mucho más fácil, y es que a nuestro cerebro le encanta la grasa, ya que en su mayoría está conformado por lípidos y agua. ¿Quién no se ha comido una quesadilla de sesos? ¡Uf! Sin embargo, las grasas que prefiere nuestro cerebro son aquellas derivadas de los ácidos grasos omega 3, ya sea que agreguemos a nuestra dieta mucho aguacate, pescado, aceite de oliva extravirgen, almendras y otras semillas, o que consigamos un suplemento de omega 3. Somos responsables absolutos de nuestro cerebro y solamente a través de su cuidado seremos capaces de sentirnos libres, puesto que la libertad es un estado mental accesible para todos aquellos que tenemos un cerebro por debajo del cráneo. +

http://www.encefalik.com/



LOS LEÍDOS NO FICCIÓN

FICCIÓN

DE ANIMALES A DIOSES Yuval Noah Harari DEBATE

LA CIUDAD DE VAPOR Carlos Ruiz Zafón PLANETA

Carlos Ruiz Zafón concibió está obra como un reconocimiento a sus lectores que le siguieron a lo largo de la saga iniciada con La sombra del viento. El eco de los grandes personajes y motivos que animan a las novelas de El cementerio de los libros olvidados resuena en los cuentos de Carlos Ruiz Zafón —aquí reunidos por primera vez, y algunos de ellos inéditos— en los que prende la magia del narrador que nos hizo soñar como nadie.

Hace 100 mil años al menos seis especies de humanos habitaban la tierra. Hoy sólo queda una: la nuestra. ¿Cómo logró nuestra especie imponerse en la lucha por la existencia? ¿Por qué nuestros ancestros se unieron para crear ciudades y reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses o en naciones; a confiar en el dinero, en los libros o en las leyes? Harari traza una historia de la Humanidad y las tres grandes revoluciones que nuestra especie ha protagonizado.

UNA TIERRA PROMETIDA Barack Obama DEBATE

MUJERES DEL ALMA MÍA Isabel Allende PLAZA JANÉS

Isabel Allende bucea en su memoria y nos ofrece un emocionante libro sobre su relación con el feminismo y el hecho de ser mujer, al tiempo que reivindica que la vida adulta hay que vivirla, sentirla y gozarla con plena intensidad. En Mujeres del alma mía, la gran autora chilena nos invita a acompañarla en este viaje personal y emocional desde la infancia hasta hoy.

Un relato cautivador y personal de la historia del presidente que nos inspiró a creer en el poder de la democracia. En este extraordinario primer volumen de sus esperadas memorias presidenciales, Barack Obama narra la historia de su sorprendente evolución, cómo pasó de ser un joven en busca de su identidad a convertirse en líder del mundo occidental, describiendo con increíble detalle tanto su formación política como los momentos cumbre del primer período de su histórica presidencia.

EL CLUB DE LAS 5 DE LA MAÑANA: CONTROLA TUS MAÑANAS, IMPULSA TU VIDA Robin Sharma GRIJALBO

LA BAILARINA DE AUSCHWITZ Edith Eger PLANETA

Un libro sobrecogedor, potente e inspirador que busca ayudar a todas aquellas personas, cuyos traumas les impiden vivir en plenitud los instantes de su existencia. Al igual que su mentor, Viktor Frankl, Edith Eger es una superviviente. Su experiencia vital y trayectoria como psicóloga le han permitido ayudar a miles de personas que viven incapacitadas por sus cicatrices emocionales.

Robin Sharma desarrolló el Club de las 5 de la mañana hace más de veinte años gracias a los revolucionarios hábitos que le permiten a sus clientes incrementar la productividad, mejorar su salud y afrontar con serenidad la época en que vivimos. Este libro, de profundo impacto personal, nos descubrirá las rutinas que han hecho posible que muchas personas alcancen grandes resultados al tiempo que nuestra felicidad y vitalidad aumenta.

EL PODER DEL AHORA UN CAMINO HACIA LA REALIZACIÓN ESPIRITUAL Eckhart Tolle GRIJALBO

PLAGIO: UNA NOVELA Héctor Aguilar Camín PENGUIN RANDOM HOUSE

El lunes anunciaron que se había ganado un premio literario. El martes lo acusaron de haberse plagiado unos artículos periodísticos. El jueves lo acusaron de haberse plagiado también el tema de la novela premiada. El lunes de la siguiente semana le llevaron la grabación de una llamada entre su mujer y su rival. El jueves su rival amaneció acuchillado. El viernes lo visitó la policía.

El poder del ahora es un libro único. Tiene la capacidad de crear una experiencia en los lectores y cambiar su vida. Hoy es considerado una obra maestra. Para lograr la iluminación sólo tenemos que comprender nuestro papel como creadores de nuestro dolor. Es nuestra mente la que causa los problemas con su corriente de pensamientos, atándose al pasado, preocupándose por el futuro.historia y la de uno de los cárteles más poderosos.

CONFIANZA CIEGA John Katzenbach EDICIONES B

PANDEMIA BIZARRA Alejandro Rosas / Julio Patán PLANETA

Vuelve el maestro del thriller con una nueva novela de acción trepidante en la que nada de lo que ocurre es lo que parece ni nadie es quien dice ser. Cuando Maeve desaparece sin dejar rastro, su hija Sloane no se sorprende: si su madre tenía que desaparecer, sólo podía ser en extrañas circunstancias. Sin embargo, esta vez es distinto. ¿En quién puede confiar ahora Sloane?

¡Qué bizarra resultó esta nueva anormalidad! ¿Llevas días con los mismos pants, se te quemó el panqué de plátano y te cacharon en calzones en un Zoom? Te entendemos, maldita pandemia. Mientras tanto, unos changos roban muestras de sangre infectada, loquitos beben cloro para matar al virus y surge una nueva raza humana: los covidiotas. Léase con cubrebocas.

JÓVENES LOS COMPAS Y LA MALDICIÓN DE MIKECRACK Mikecrack, El Trollino Y Timba VK MARTINEZ ROCA

FINALMENTE SOY YO Lesslie Polinesia MONTENA

TRES PROMESAS Lesslie Polinesia MONTENA

TODO LO QUE DEJAS CUANDO BALADA DE PÁJAROS LLEGAS Y TE VAS CANTORES Y SERPIENTES Alberto Villarreal Suzanne Collins PLANETA OCÉANO GRAN TRAVESÍA


ELECTRÓNICOS

ARTE Y RECREACIÓN

EL DUQUE Y YO Julia Quinn TITANIA

Todos se divertían en ese baile. Todos, menos ellos dos: Daphne, una hermosa joven agobiada por su madre, y Simon, el huraño duque de Hastings. Ambos tenían el mismo problema: la presión para encontrar pareja. Al conocerse, urdieron el plan perfecto: fingir un compromiso, pero eso no sería tan simple…

DESDE LA CORDILLERA DEL ALMA Carlitos Páez PLANETA

Carlitos Páez es uno de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes y de otras varias tragedias. Él estaba mejor en ese infierno que en su casa: “La vida en la cordillera tenía que ver con mi existencia física, con sobrevivir cada día, y allí viví el milagro de sentir que había desaparecido de golpe el motivo de buena parte de mi desgarradura existencial”.

LA REVOLUCIÓN DEL SENTIDO EL PODER DEL LIDERAZGO TRASCENDENTE Fred Kofman; prólogo de Reid Hoffman HARPERCOLLINS MÉXICO

MANDALAS: LIBRO DE ARTE PARA COLOREAR Larousse Editorial NUEVA IMAGEN En este libro encontrarás más de sesenta mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos, que puedes conservar en el libro o convertirlos en parte de la decoración de tu lugar favorito. Aquí no hay límites: ilumínalos con plumones, acuarelas o con lápices de color. Solo tienes que elegir la mejor técnica y dejar volar tu imaginación. Al final, ¡tu libro de arte será único!

VIDA MÍA Sereno Moreno GRIJALBO

Que Vida mía pueda encontrarse en tus manos no es una coincidencia. Es tu oportunidad para descubrir la magia de la cultura mexicana. No sólo conocerás México a través de sus paisajes cautivantes, sus tradiciones únicas y su naturaleza extraordinaria: también serás responsable de darle a esta historia un toque de color. Comienza esta nueva aventura y déjate llevar por tu creatividad. Vive este libro al máximo y hazlo tan tuyo como desees.

IMAGEN, ACTITUD Y PODER Lucy Lara AGUILAR

El enfoque revolucionario de Fred sobre liderazgo comienza con un impulso poco convencional: el miedo a la muerte. ¿Qué tiene en común la ansiedad con la creación de la eficiencia organizacional? ¡Mucho! Éste es un libro que combina lo práctico con lo existencial, y te ayudará a infundir significado y dignidad en tu vida y tu trabajo.

EL VIZCONDE QUE ME AMÓ Julia Quinn TITANIA

Los cotilleos de lady Whistledown nunca fallan: Anthony Bridgerton es el soltero más codiciado de la temporada en la alta sociedad victoriana. Pero este año, el atractivo vizconde, amante de la diversión y enemigo del compromiso, sorprende a todos y decide buscar esposa y sentar cabeza. Edwina Sheffield es su elegida, pero para conseguir su mano tendrá que enfrentar grandes retos.

SALVAR EL FUEGO Guillermo Arriaga ALFAGUARA

Premio Alfaguara de novela 2020. Una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles. Marina, una mujer casada, con tres hijos y una vida familiar resuelta, coreógrafa de cierto prestigio, se ve involucrada en un amorío improbable con un hombre impensable. Salvar el fuego retrata dos Méxicos completamente escindidos. Una obra que retrata los absurdos de un país y, también, las contradicciones de la naturaleza humana. Una novela de amor que termina por brindar esperanza.

Utilizando como modelo su vasta experiencia como editora de revistas, Lucy te ofrece los mejores consejos para que tengas una presencia impactante, desde cómo dominar las emociones, hasta cómo sortear el infame “techo de cristal” al que nos enfrentamos las mujeres en nuestras carreras profesionales.

MAPA SUBJETIVO DE VIAJE Aniko Villalba / Maria Luque PLAN B

Cómo usar este diario: Viaja Cerca, lejos, por unos días, sin fecha de vuelta, a un lugar nuevo o a uno que conozcas de memoria. Documenta, escribe, dibuja o inventa técnicas nuevas para llenar estas páginas. Las consignas son sólo sugerencias. Olvídate de los imperdibles y llena los mapas de cada lugar con tus experiencias personales.

MANUAL DEL CAFÉ Nicolas Artusi PLANETA

¿Qué variedad de café elegir? ¿Cómo influye el tostado? ¿Cuál es el molido ideal para una cafetera italiana? ¿A qué temperatura tiene que estar el agua? ¿Cuál es el tiempo de infusión correcto para una prensa francesa? ¿Qué características debe tener el espresso ideal? Este manual revela toda la información necesaria para preparar la bebida perfecta y disfrutarla al máximo, es la guía definitiva para comprar, preparar y tomar el elíxir de los dioses.

NIÑOS HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL J.K. Rowling SALAMANDRA

LOS COMPAS Y LA CÁMARA DEL TIEMPO Mikecrack, El Trollino Y Timba VK MARTINEZ ROCA

EL ICKABOG J.K. Rowling SALAMANDRA

HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA J.K. Rowling SALAMANDRA

CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES. 100 MUJERES MIGRANTES QUE CAMBIARON EL MUNDO Elena Favilli PLANETA


Jóvenes

Fabián V. Escalante

Brujas y nigromantes. Equilibrio Raquel Brune (Editorial Hidra)

La trilogía Brujas y Nigromantes llega a su fin con Equilibrio, una historia ambientada en nuestra época. En ella se reencuentran los personajes de la saga, y la amistad, la fuerza, la magia, la acción y los delicados toques de romance completan el desenlace. Sin embargo, un destino oscuro y peligroso aguarda a Sabele: ha llegado el momento de hacerle frente si desea salvar a sus seres queridos y al aquelarre de la comunidad mágica. El equilibrio de la luz y la oscuridad está amenazado en esa noche de Samhain. Un nuevo enfrentamiento a muerte entre brujas y nigromantes se aproxima. Esta vez no hay manera de escapar. Madrid está lleno de acontecimientos sospechosos. Todas las miradas apuntan a Caleb. Sabele tendrá que darlo todo, así tenga que perder aquello que más ama. ¿Será necesario un nuevo tratado de paz entre la magia de la vida y la hechicería de la muerte?

Conjuro de luz V. E. Schwab (Destino)

La saga Sombras de magia también llega a su fin con Conjuro de luz. En esta novela, volvemos a encontrarnos con los cuatro Londres —el rojo, el blanco, el gris y el negro— y también regresamos a las aventuras protagonizadas por Kell, Lila, Rhy, Holland y Alucard. En Sombras de magia podemos descubrir el origen de algunos personajes que ya nos habían acompañado y eso nos permitirá comprender la causa de sus acciones. Ellos, en el enfrentamiento con Osaron, pusieron en juego su vida. En esta entrega, los protagonistas tienen un desafío extremo y todos aportarán sus conocimientos y su magia. Están dispuestos a dar la vida para ayudar a su pueblo y a los que aman. Pero su magia es peligrosa: el equilibrio del poder ya se ha derrumbado. ¿Quién tomará el control? ¿Quién será el héroe que salvará a este mundo mágico?

El relato del monstruo Shaun Hamill (Umbriel Editores)

Todas las familias tienen una historia con monstruos imaginarios; sin embargo, no todos los monstruos son ficticios o parte de una leyenda urbana. A veces, esos seres sobrenaturales aparecen en la oscuridad para causar problemas o, en ciertos casos, te percatas de su presencia, justo como sucede con la criatura de tupido pelaje con ojos brillantes de color naranja que todas las noches visita al más pequeño de la familia Turner. Pero este ser no sólo visita a Noah, también provoca las pesadillas de su madre y hermana. Estamos ante una atmósfera de misterio que desciende como una neblina en la vida de los Turner. Tal vez, esos miedos siempre estuvieron ahí, sólo que no eran visibles o quizá querían ignorarlos. ¿Qué tan familiarizados están Harry, Margaret, Sydney, Eunice y Noah Turner con los monstruos? Probablemente todos están conectados con ellos. Éste es el hilo que da lugar a una historia oscura.

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tu mente

Niños

Leer ilumina EL LIBRO DEL AVENTURERO DESCONOCIDO Teddy Keen Harperkids

Tú y yo lo hemos deseado más de una vez. ¿Para qué lo negamos? La vida de todos los días puede ser muy monótona, y las ansias de aventura nos llaman a recorrer el mundo. Encontrarse con un león sin las protecciones del zoológico, cruzar el desierto en un camello, sentir el viento helado en el polo o en los bosques de Siberia son grandes tentaciones. Todo esto se oye muy bien, pero… ¿cómo podrías prepararte para estas aventuras y sobrevivir a los retos y los peligros que te acecharían? Dejar el sillón y salir al mundo no es poca cosa. En El libro del aventurero desconocido, Teddy Keen te ofrece el mejor manual para vivir las más grandes aventuras al aire libre. En sus páginas encontrarás todo lo que necesitas, desde el equipo para resistir hasta los apoyos de primeros auxilios y los consejos más útiles para explorar los lugares más salvajes y lejanos. El libro del aventurero desconocido no sólo te permitirá seguir siendo un aventurero de sillón, pues también te dará lo necesario para tus aventuras en la naturaleza.

VERDE

Marie Desplechin, ilustraciones de Magali Le Huche Harperkids A veces las cosas no son tan sencillas como muchos piensan. Ser bruja, por ejemplo, no es un asunto fácil de sobrellevar. A los 11 años, la pequeña Verde sigue sin mostrar sus talentos para la brujería. Todo le sale mal y sus hechizos no funcionan. Y lo que es peor: para horrorizar a las otras brujas, ella está empeñada en ser una persona común y corriente. Alguien absolutamente normal. Y, por supuesto, Verde no puede ocultar su horror cuando ve hervir a fuego lento un brebaje destinado a envenenar al gato de los vecinos. Todo esto, hace que su madre, Úrsula, esté muy preocupada. Para una bruja como ella es muy importante transmitirle el oficio de la familia a su hija. Así que, como último recurso, decide dejar a Verde un día a la semana al cuidado de su abuela Anastabota, pues ellas parecen llevarse bien. Desde la primera visita, los resultados son maravillosos. Incluso superan las expectativas de Úrsula. Quizá demasiado. Verde descubre qué hacer con sus poderes… ¿Has pensado en lo que quieres hacer con los tuyos?

LA OLIMPIADA DE LOS ENIGMAS Profesor10demates Harperkids

Algunas competencias son extrañas y peligrosas. En el castillo de la Encina, ubicado en la ciudad de las Tres Torres y los Dos Puentes, se lleva a cabo una de las más rudas. A él llegan los jóvenes detectives de todo el mundo para participar en las Olimpiadas Mate-detectivescas. La justa está a punto de comenzar, pero algo pasa: los newtonianos necesitan tu ayuda para descubrir el secreto que oculta un antiguo artilugio, el llamado criptex, que tiene poderes sobrecogedores. Ahora tienes un reto: tendrás que unirte a los detectives Carlota, Javi y Valeria para resolver todo tipo de retos y enigmas que los pondrán a prueba y, si logran superar los retos, no sólo triunfarán en las Olimpiadas Mate-detectivescas, también conocerán los secretos de criptex. Tu astucia y el trabajo en equipo son fundamentales para que lo logres, si abres estas páginas nada podrá detenerlos.

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