la dignidad humana

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ÍNDICE

Contenido TEMA 1. 1.1.

LA DIGNIDAD HUMANA ..................................................................................................................... 2 DIGNIDAD HUMANA ................................................................................................................................ 2

1.1.1.

¿EN QUÉ SE BASA LA DIGNIDAD HUMANA? ........................................................................ 3

1.1.2.

EL SENTIDO DE LA VIDA Y DE LA DIGNIDAD HUMANA. ................................................ 3

TEMA 2. 2.1.

DIMENSIONES DE LA PERSONA HUMANA. ............................................................................... 4 EXCELENCIA DEL SER PERSONAL. .................................................................................................... 4

2.1.1.

EL ESPÍRITU ....................................................................................................................................... 4

2.1.2.

CUERPO. ............................................................................................................................................... 4

2.2.

EL VALOR DE CADA PERSONA. ........................................................................................................... 5

2.2.1.

LA PECULIARIDAD DEL CUERPO HUMANO ......................................................................... 6

2.2.2.

EL HOMBRE LLAMADO A LA UNIDAD. ................................................................................... 7

2.2.3.

PRECIOSIDAD DE LA PERSONA ................................................................................................. 7

2.2.4.

EL RESPETO A LA PERSONA HUMANA .................................................................................. 8

2.3.

INTIMIDAD PERSONAL ........................................................................................................................... 9

2.3.1.

EN QUÉ CONSISTE LA INTIMIDAD ........................................................................................... 9

2.3.2.

QUÉ IMPLICA LA INTIMIDAD. ................................................................................................. 10

2.3.3.

CLASES DE INTIMIDAD .............................................................................................................. 10

2.4.

AUTONOMÍA DE LA PERSONA .......................................................................................................... 11

2.4.1.

AUTONOMÍA EN EL SER: LA SUBSISTENCIA .................................................................... 11

2.4.2.

AUTONOMÍA EN EL OBRAR: LA LIBERTAD....................................................................... 11

2.5.

SINGULARIDAD DE LA PERSONA .................................................................................................... 13

2.5.1.

DEFINICIÓN..................................................................................................................................... 13

2.5.2.

EL ÚNICO .......................................................................................................................................... 13

2.5.3.

ATENTADOS CONTRA LA SINGULARIDAD ........................................................................ 13

2.5.4.

Manifestaciones de la singularidad ....................................................................................... 15

2.5.5.

CARACTERÍSTICAS DE LA SINGULARIDAD EN LA PERSONA .................................... 17

2.5.6.

TIPOS DE SINGULARIDAD......................................................................................................... 18

TEMA 3.

CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTUDIANTES DEL NIVEL SECUNDARIO ....................... 19


FUNDAMENTOS TEÓRICOS BÁSICOS Ir al final del tema Excelencia del ser personal / El valor de cada persona / Intimidad personal Autonomía de la persona / Singularidad de la persona / Características del estudiante

TEMA 1.

LA DIGNIDAD HUMANA

1.1. DIGNIDAD HUMANA Dignidad es grandeza, es una calidad o bondad superior por lo que algo o alguien goza de especial valor o estima. Todo ser humano tiene su propia dignidad que debe ser respetada aspecto que jamás se puede dejar uno mancillar, como tampoco hacer solo a los demás. La dignidad es el valor intrínseco y supremo que tiene cada ser humano, independientemente de una situación económica social y cultura, así como sus creencias o formas de pensar. El ser humano posee dignidad por sí mismo, nadie se lo da, lo tiene desde el mismo instante de su concepción, nadie se lo puede quitar bajo ningún pretexto. La enciclopedia wikipedia comenta, que la dignidad humana en sí es la necesidad emocional que todos tenemos de reconocimiento público por la autoridad personal, amigos, familiar, círculo social, entre otras, de haber hecho bien las cosas. La dignidad humana se basa en el reconocimiento de la persona como ser digno de respeto.

Toda persona las diferencias de cada persona además de

tolerarlas para que así la persona digna se sienta libre, entiende las bases que le permitan actuar consecuentemente y por lo tanto se considera capaz de desarrollar cualquier trabajo bien fundamentado. Demuestra su dignidad por su capacidad de ser virtuoso en sus actos. La dignidad humana es el resultado de buen equilibrio emocional. La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Se puede descubrir en nosotros si se puede ver en los demás. Pero


ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo que nos viene dado.

1.1.1. ¿EN QUÉ SE BASA LA DIGNIDAD HUMANA? -

Estamos dotados de un alma espiritual e inmortal. Hemos sido creados a imagen y semejanza divina. Poseemos entendimiento y voluntad.

-

Dios se ha hecho hombre: La segunda persona de la santísima trinidad ha tomado la naturaleza humana.

-

Dios nos ama

-

La gracia otorga al hombre la dignidad especial de hijo de Dios

1.1.2. EL SENTIDO DE LA VIDA Y DE LA DIGNIDAD HUMANA. En su poderosa encíclica evangelium vitae (1995) Juan Pable II afirma que “los mayores tienen una valiosa contribución que hacen al evangelio de la vida”. Por su parte, el consejo Pontificio para los laicos escribe que “Los planes de pastoral de los mayores y con los mayores deben enraizarse en la defensa de la vida”. La vida humana es un bien primario de un valor inestimable e inolvidable, una de las cosas vivas más hermosas del mundo. Es un regalo de Dios, un signo de su maravillo presencia en nosotros. Es algo sagrado. También es una tarea para todos los humanos: administrarla bien, difundirla y de promocionarla con otros. La vida humana es un valor porque es la vida de la persona humana, un ser humano libre, un ser capaz de amar y ser amado, una criatura de Dios y ante todo un hijo o hija de Dios: ¡Un peregrino! Somos peregrinos caminando hacia 1.000 destinos, todos enfocados hacia el objetivo de la felicidad, hacia el fin último, es decir, hacia Dios. La persona humana posee dignidad que es perfección única, plenitud y valor. La dignidad humana como dignidad antológica o fundamental, es igual en todos los seres humanos. Para el cristiano la más alta dignidad humana de la persona se halla en unión con Dios a través de Cristo, hijo de Dios y hombre perfecto


TEMA 2.

DIMENSIONES DE LA PERSONA HUMANA.

2.1. EXCELENCIA DEL SER PERSONAL.

2.1.1. EL ESPÍRITU Según García A. (2003), expresa que el conocimiento nos revela la distinción esencial con otros seres de la naturaleza y no solo se capta la distinción sino también una cierta “superioridad” con respecto al mundo animal y vegetal, por no hablar del mundo inanimado ¿en qué radica esa superioridad? No lo sabemos con precisión pero nos percibimos a nosotros y a quienes conviven con nosotros como realidades muchos más valiosos que las cosas, plantas y animales. Además pervivimos espontáneamente el miedo a la muerte, el deseo de justicia, el amor a la verdad y a las personas, el ansia de felicidad, etc. Todas esas experiencias subjetivas nos sirven para postular al menos teóricamente, a una dimensión que trasciende lo instintivo y material: es decir, nos hablan de la dimensión espiritual del hombre. Según Castillo G (2000) expresa que el alma animal no es espiritual ya que depende del cuerpo. En cambio el alma humana si es espiritual porque el hombre puede abstraer, entender, amar, etc. y estos no son orgánicos. Uno ama con todo su ser. Pero el acto de amar es un acto distinto de una simple afección del órgano. Con este se puede sentir, pero amar no se reduce a sentir.

2.1.2. CUERPO. Según Yepes, R. (2001) manifiesta que la unión del alma y el cuerpo se trata de una dualidad que nos conforma de raíz; hay una posición terna de nosotros mismos en nuestro cuerpo y de él dependemos. Así, interpreto que el cuerpo es la condición de posibilidad de la manifestación humana.

La persona expresa y manifiesta su intimidad

precisamente a través del cuerpo. García, A (2003) expresa que relacionado con la noción de persona se encuentra el problema de la dignidad humana que posee unas raíces hondamente arraigadas en la cultura occidental.

Con la palabra dignidad se designa


principalmente una cierta preeminencia o excelencia, por la cual algo resalta entre otros seres por razón del valor que le es excluido o propio. Por lo tanto que seamos dueños de nuestro cuerpo no quiere decir que podamos disponer de él como si se tratara de una cosa. Disponer del cuerpo de otro en contra de su voluntad es tratar a la persona entera del otro como si fuera una cosa, es decir tratarlos indignamente.

2.2. EL VALOR DE CADA PERSONA. Es patente hasta qué extremo todo esto resulta decisivo en cualquier relación que se pretenda inter-personal, explicando lo que antes ya sugería: que si no las tratamos en su estrictísima singularidad, no nos podemos relacionar realmente con las personas. Y, en efecto, cuanto vengo observando lleva a afirmar que la singularización de las realidades infra-personales es muy leve, muy poco discriminadora; que en definitiva, cada uno de esos individuos se limita a ser un puro exponente de la perfección específica. Por eso se les puede tratar genéricamente, un poco a bulto. Mientras, que al contrario, cada uno de los sujetos humanos merece una atención particularizada, al ser valioso en sí y por sí. Por eso, según ya sugería y como explica Eduardo Rorment, entre todas las realidades que pueblan el cosmos, únicamente la persona es “buscada por sí misma”. Solo en el nivel de la naturaleza racional, los individuos en cuanto tales tienen un interés por sí mismos. Un pero de guardia de casa o compañía interesa porque guarda caza o proporciona acompañamiento, igual que los restantes exponentes de su especie; o, en todo caso, porque lo hace mejor que el resto, es decir porque encarna las propiedades con mayor eficacia que los demás integrantes de grupos. Desde este punto de vista, habría que sostener que ninguna persona humana se configura como un mero ejemplar de la especie a que pertenece, como una reedición de las perfecciones comunes.


La vida del hombre en su condición de persona, es la vida radicalmente singular, no asimilable a ninguna otra entre las que componen el conjunto de la humanidad.

2.2.1. LA PECULIARIDAD DEL CUERPO HUMANO Llegados aquí, es importante señalar y hacer notar a las personas que tratamos, dos consecuencias de gran alcance:

1.

La grandeza del cuerpo humano, precisamente por cuanto constituye una

unidad esta estrechísima con el alma espiritual de la que participa. Es el ser que da actualidad al alma es numéricamente el mismo que confiere su realidad al cuerpo. Su rigor, más que contener este alma, es el alma la que contiene y verifica al cuerpo. Según indica TETTAMANZI, con fórmula feliz: … el cuerpo no es una parte o un sector del hombre, sino la expresión y la presencia de todo el hombre, es decir, un modo fundamental del ser y del existir.

López Lbor lo explicaba con estas palabras.

En el mundo cartesiano, el cuerpo humano se halla limitado por unas superficies geométricas como otro cuerpo cualquiera.

Pero evidentemente, el

cuerpo humano, como cuerpo vivido, rebasa los confines cartesianos.

Los

movimientos el cuerpo, si bien se hallan sometidos, como todos los físicos, a las leyes de la gravedad, ofrecen un conato de rebeldía frente a estos, como los saltos de los bailarines. La vida está llena de movimientos virtuales, inacabados en lo físico, pero que nacen y representan sobre la realidad humana de un modo que mochos movimientos físicos. El universo entero, creado por Dios para el hombre, resulta ensalzado, elevado a un nivel supracorpóreo, en cuanto lo alcanza la intimidad del espíritu y eso es lo que ahora me interesaba subrayar.


2.

La importancia excepcional que posee la intimidad de una persona, por

otra, la inminente necesidad, para cada uno, de conocer bien ese mundo interior, y por fin, las enormes posibilidades de ayuda que abre el que alguien nos permita acceder a su intimidad (pues ahí está el núcleo constitutivo de ese “quien”) y como consecuencia el respeto y la discreción con que debe llevarse a cabo siempre ese acceso, el agradecimiento por la prueba de confianza que supone el que una determinada persona nos desembra su intimidad y la obligación de jamás traicionarla frívolamente.

2.2.2. EL HOMBRE LLAMADO A LA UNIDAD. El proyecto de Dios anunciado por el Génesis se presenta como un proyecto de armonía / unida: armonía / unidad de hombre consigo mismo, armonía / unidad el hombre en Dios, armonía unidad con sus propios semejantes y con la naturaleza. Este proyecto aparece como el modo de ser y de realizarse de la criatura humana: esta criatura está hecha para vivir en la armonía / unidad, no en la desarmonía o en la división.

La noción de “hombre” creado a imagen y

semejanza de Dios. Según la Fe católica, se tiene el testimonio de una llamada de Dios hecha al hombre y destinada a conferirle una nueva grandeza. Si la naturaleza estructural del ser humano sigue siendo la misma, él sin embargo se encuentra con la posibilidad de participar en una nueva condición de vida. La condición a la que esta llamado el ser humano ya no es la de la criatura, sino la del hijo que vive en la casa del padre como en su propia casa.

2.2.3. PRECIOSIDAD DE LA PERSONA En el contexto de nuestra historiedad no hay nada que supere a la persona humana. Todo en el universo creado, en la sociedad, en su organización y en el campo de la santidad está subordinado a ella. “El principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales proclama de modo incisivo el vaticano II, es y debe ser la persona humana, esto supone que “el orden de las cosas debe someterse al


orden de las personas, y no al contrario”. Todo lo que va contra la persona, como cualquier forma de homicidio, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la persona humana, como las torturas infligidas al cuerpo y a la mente, los ….. para violar la conciencia y el espíritu; todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones de vida infrahumanas, las detenciones arbitrarias, las deportaciones, el desconocimiento de las libertades personales, la prostitución, la instrumentalización del cuerpo de la mujer y de los menores con fines sexuales y/o comerciales, todo lo que golpea al hombre en su condición corpórea degrada su dignidad única y atenta gravemente contra la gloria del creador. El valor primario e inalienable de la persona humana es la base de todo auténtico progreso. La existencia de cada persona es un escrito único, original, exclusivo, no es nunca la copia de ninguna otra. La diversidad de los rostros es expresión de la singularidad de cada ser humano; por eso toda persona, justamente reivindica ser identificada y llamada con su propio nombre. Reducirla a un número o a un objeto entre los objetos sería desconocer su irrepetibilidad. El concepto bíblico de “hombre” creado “a imagen y semejanza de Dios” coincide con la preciosidad absolutamente única de cada criatura humana. En el rostro de cada persona se refleja un rayo del esplendor de Dios.

2.2.4. EL RESPETO A LA PERSONA HUMANA Descendiendo a consecuencias prácticas y muy urgentes, el Concilio inculca el respeto al hombre, de modo que cada uno, sin ninguna excepción, debe considerar al prójimo como otro yo, cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios necesarios para viviría dignamente, para que no imiten a aquel rico que se despreocupó totalmente del pobre Lázaro. En nuestros días principalmente, urge la obligación de acercarnos a cualquier otro hombre y servirle activamente cuando llegue la ocasión, ya se trate de un anciano abandonado por todos, de un trabajador extranjero injustamente despreciado, de un desterrado o de un niño nacido de una unión ilegítima que sufre inmerecidamente a causa de un pecado que él no ha cometido, del


hambriento que interpela nuestra conciencia, recordándonos la palabra del Señor: Cuantas veces hicisteis esto a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis (Mt 25,40). Además, todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la persona humana, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, incluso los intentos de coacción psicológica; todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos

arbitrarios,

las

deportaciones,

la

esclavitud,

la

prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; también las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables; todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador.

2.3. INTIMIDAD PERSONAL

2.3.1. EN QUÉ CONSISTE LA INTIMIDAD Selles (1998:215) expresa que la “vida es la inmanencia, la cual significa permanecer en. Intensidad no indica solo permanecer en, sino estar abierto hacia adentro, la intimidad es superior a la inmanencia, la intimidad no se consigue mirándose en el espejo, tampoco alcanzar la intimidad mirando las posesiones prácticas porque ni son la intimidad ni son sus destinos, tampoco reincidiendo a una encuesta acerca de los que los demás piensan de uno ni siquiera en esas personas que actúan en función del qué dirán”. Por otro lado Yepes (2008) define la intimidad como “algo radicalmente a la persona y que esta es una peculiarísima y fascinante dualidad de habla y silencio, de interioridad y exterioridad.

El ser íntimo e irrepetible de la persona puede

iluminar con su presencia unos ojos un rostro que se vuelven transparentes y dejar ver ese fondo interior y único que a Uds., se asoma”.


2.3.2. QUÉ IMPLICA LA INTIMIDAD. Según Yepes (2008) menciona que “el pudor incluye no solo la interioridad espiritual o psíquica, sino también del cuerpo, pues él y cuanto se refiere forma parte de nuestra intimidad: el vestido, las acciones y movimientos corporales (comer, limpiarse, etc.) además la intimidad, se manifiesta en la casa siendo este el lugar donde la persona habita consigo mismo”. Asimismo

Selles (1998:

220) menciona

que

la

intimidad “es

la

transparencia, la persona no tiene que conquistar la intimidad porque esa intimidad transparente es la persona que se es una realidad abierta.

2.3.3. CLASES DE INTIMIDAD Según Selles (1998 – 222) nos da la siguiente clasificación.

2.3.3.1.

INTIMIDAD AMOROSA

Cuando se habla de intimidad, no solo se rememora al amor sino también, está más allá de unos que de otros y de la facultad misma, más aún acceder a la intimidad amante, implica ver la voluntad aún en todo su esplendor como límite. La razón necesita iluminar para que a ella le vaya bien, la voluntad necesita querer para crecer, sin embargo, el conocer y el amor personal no son necesitados porque son libres, la libertad es superior a la necesidad. El amor personal es cognoscitivo, transparente. En la intimidad, se conoce que es amor, se conocen como amantes pero no al término, significa aceptarse tal como son, lo primero en la persona humana, no es dar amor, sino aceptarse como amantes y aceptar el amor que uno es, conlleva aceptar la donación que se me ofrece y que me constituye en don, el dar es consecuencia de haberse aceptado.

2.3.3.2.

INTIMIDAD LIBRE

Intimidad y libertad son dos palabras que designan la misma realidad, la libertad es propio de los seres humanos, pero somos cada uno una libertad distinta, ser libre, no añade nada a la intimidad, se convierte con ella, la libertad personal es del ámbito de la intimidad es la apertura libre personal, la intimidad es inagotable.


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2.4. AUTONOMÍA DE LA PERSONA

2.4.1. AUTONOMÍA EN EL SER: LA SUBSISTENCIA Semejante nobleza hace referencia al ser, “consistencia” que sitúa a las personas en la cumbre de la jerarquía del universo. Según Melendo (2005), los que entendemos por dignidad aquella excelencia que marcha en relación a un grado de interioridad que configura al sujeto como autónomo. La interioridad, elevación y autonomía tienen por finalidad llevar a plenitud la magnitud del propio ser; y s caracterizan porque: todos los seres humanos lo poseen, por el hecho sublime de ser personas; debemos procurar incrementarlas para alcanzar el despliegue de la condición personal. Millán – Puelles y Melendo (1996) nos dicen; Todos los hombres son dignos, la eminencia de su ser más íntimo en figura el cimiento de tal universalidad, impidiendo así dolorosas distinciones. Por tanto, aún cuando la voluntad y el entendimiento, incluso el libre comportamiento amoroso se encontraran impedidos, todo indicio que nos permita descubrir la presencia de un ser personal es más que suficiente para obligarnos a tomar una postura de supremo respeto que exige quien se encuentra adornada por la dignidad de lo personal. Además todo en cada hombre puede ser digno, puesto que comprobada su universalidad. Todo lo que una persona es y, por tanto, todo lo que hace se resuelve en la consistencia de su respectivo acto de ser.

2.4.2. AUTONOMÍA EN EL OBRAR: LA LIBERTAD La condición persona lleva aparejada una excelencia en el obrar, los clásicos afirmaban: “el obrar sigue el ser y el modo de obrar al modo de ser”. Esa sublimidad en el obrar significa que todas las personas son libres; y por tanto dueños de su propio comportamiento.


-

La libertad humana no es absoluta, sino que está determinado por la voluntad. Así pues, obrar libremente lleva consigo la responsabilidad; por tanto la posibilidad y obligación de autoperfeccionarse. Emprender magnas metas a favor de los demás; tal magnificación es una virtud que es necesario recuperar.

-

En resumen, explica Melendo, en relación a uno mismo existe la obligación estricta de salvaguardar y hacer crecer la propia dignidad personal. El libre actual del hombre, manifiesta su elevación del ser humano y además permite reconocerlo como persona.

-

Melendo (2005) reflexiona sobre la dignidad humana y la libertad, que no es otra cosa que la autonomía en el ser con la autonomía en el obrar. Pico Della Mirandola, por otro lado, pone en boca del creador palabras que

nos permiten comprender las razones de la eminente realiza el hombre, basados en su libertad: (a Adán)”… Tú, sin verte obligado por necesidad alguna, decidirás por ti mismo los límites de tu naturaleza, de acuerdo con el libre arbitrio que te pertenece…” La libertad permite al hombre alcanzar su máxima grandeza, pero también es la condición de posibilidad de ser mayor degradación. El hombre es libre desde lo más profunda de su ser. No se concibe que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre de verdad. En Puebla nos dice “Pero la dignidad del hombre verdaderamente libre exige que no se deje encerrar en los valores del mundo, particularmente en los bienes materiales, sino que, como ser espiritual, se libere de cualquier esclavitud y vaya más allá, hacia el plano superior de las relaciones personales, en donde se encuentra consigo mismo y con los demás”. La dignidad del hombre se realiza aquí y en el amor fraterno, entendido con toda la amplitud que le ha dado el Evangelio y que incluye el servicio mutuo, la aceptación y promoción práctica de los otros, especialmente de los más necesitados.


2.5. SINGULARIDAD DE LA PERSONA 2.5.1. DEFINICIÓN Tomás de

Aquino

afirmaba

tajante

que,

singularidad

equivale

a

personalidad. El nombre de persona significa formalmente la individualidad de determinadas substancias, y designa además, la condición por la que algo es distinto e incomunicable. La singularidad de las personas, es en efecto suprema y su individualidad sobresaliente las distingue de aquellos que solo es singular de modo secundario.

2.5.2. EL ÚNICO Melado (2005) nos recuerda que el término persona se ha escogido para indicar que en el hombre hay una plenitud y perfección de ser particulares. Por tanto, no se puede expresar más que empleando este término “persona” Kierkegaard sostiene que el “destino de los hombres no es ser como los otros, sino tener cada uno su propia particularidad. Así pues, cada persona trasciende a su propio género y ostenta un significado particular, propio y nobilísimo, con independencia de los demás exponentes de la humanidad. Melendo nos confirma que estamos en la obligación de ser uno mismo, lo que significa que nadie puede mejorar sino siendo cada vez más quién es y está llamado a ser, radicalmente diverso a otro. Por ello a medida que vamos madurando, debemos empeñarnos en “mantener el oído atento al ser de las cosas”, comportándonos de acuerdo con las verdades adquiridas y poniéndolas al servicio de los demás. Finalmente, se concluye que sólo siendo a fondo uno mismo se podrá contribuir con algo realmente valioso a la convivencia humana.

2.5.3. ATENTADOS CONTRA LA SINGULARIDAD Se atenta contra la singularidad cuando se reduce a simple función a la persona, es decir no se le aprecia por lo que es sino por su utilidad.


Asimismo, se infringe contra esta característica de la persona cuando la moda influye poderosamente en el modo de pensar, de concebir, y vivir el amor y hasta en la propia identidad. Pues si Dios no hizo únicos e irremplazables, no deberíamos renunciar a la divina creatividad. La extrema competitividad también nos lleva a que atentemos contra la singularidad, esto se da porque intentamos medir nuestra propia rabia en función de los demás. Esto sucede cuando tendemos a no distinguirnos y además cuando nos subordinamos a otro.

2.5.3.1. LA REDUCCIÓN DE LA PERSONA A SIMPLE FUNCIÓN Como norma general, podría afirmarse que: -

Uno de los modos hoy más frecuentes de lesionar la singularidad de la persona consiste en considerarla y tratarla como simple función.

-

O, con palabras relativamente análogas, en no apreciarla por lo que es.

-

Sino solo por su utilidad; por la capacidad de desempeñar ciertas tareas o generar determinados beneficios, del tipo que fueren. Que es a lo que nos referimos de ordinario cuando hablamos de utilización o instrumentalización de las personas.

2.5.3.1.1 EL TOTALITARISMO DE “LA MODA”

En el mundo de hoy y con fuerza inusitada, la moda no se limita a determinar los hábitos exteriores, el modo de vestir, de peinarse, los lugares de recreo, los férreos e inalterables – itinerario de “la movida”, sino que influye poderosamente en lo que más caracteriza a la persona. La manera de pensar (o de no hacerlo) el modo concibe y vive el amor y en fin de cuentas, por la universabilidad de su influjo, hasta la misma identidad personal.

2.5.3.1.2 LA COMPETITIVIDAD EXTREMA

Se ha fundamentado la dignidad de la persona en la eminencia de sus ser, que le permite reposar en sí, sin depender del resto, ¿No lesionarnos esa


grandeza en la medida en que nuestra rabia resulte definida por lo que son o hacen los demás?

Esto sucede de dos modos contrapuestos: -

El primeo se trata de la tendencia a no distinguirse, a equipararse a los otros. Inclinación perfectamente tolerable si se mantiene dentro de ciertos límites, pero en extremo dañina.

-

El segundo es el objeto. El intento de ser mejor que los demás (y de serlo absolutamente, en todos los ámbitos) resulta al menos tan peligroso como el de asimilarse por completo a ellos o a distinguirse de ellos. En ninguno de los casos demuestra la categoría necesaria para descansar en mí, si no que se subordina a los otros aunque fuere para superarlos o marcar las diferencias con respecto a ellos.

2.5.4. MANIFESTACIONES DE LA SINGULARIDAD Descubrir y fomentar el amor, y por él, la singularidad en los demás nos dirige a valorar y fomentar la irrepetibilidad de los otros. En otras palabras vivimos y fomentamos la unicidad de la persona. Cualquier persona en virtud de su singularidad y los atributos que de ella derivan en cuanta persona, resulta de todo insustituible, pues cada persona vale tanto que ninguna otra puede suplirle.

2.5.4.1. EL INCOMPARABLE La singularidad de la persona encuentra su razón última de ser en la entrega; que hemos sido creados irrepetibles y debemos cultivar e incrementar esa individualidad con el único fin de ofrecer a quienes amamos algo que ningún otro podría dar en lugar nuestro. El amor es también el que permite. Descubrir y fomentar la singularidad de quienes nos circundan, y confirmar de esta suerte su condición personal.


Descubrir. Porque el amor más que ciego resulta clarividente. Nos torna capaces de “ver” la maravilla que cualquier persona encierra en lo más hondo de su ser; y advirtiendo la riqueza inigualable de aquellos o quienes queremos (nuestros hijos, cónyuges, amigos), nos sitúa asimismo en condiciones de valorar hasta el fondo su radical singularidad… Sin la que esa grandeza nunca podría ni considerarse ni, mucho menos, crecer.

Fomentar. Cuando el amor hacía el ser querido aumenta y se purifica hasta “derrotar” y superar al que tendemos a tenernos a nosotros mismo, engendra la aptitud no sólo de percibir, sino también de valorar y fomentar de apreciar y alentar, la irrepetibilidad de los otros. Entonces somos capaces de “soportar” que sean lo que están llamados a ser, y no un remedio de nuestras cualidades o de nuestro anhelos y nostalgias insatisfechas a pesar del desgarro íntimo que pudiera suponer la separación – no solo ni tanto física, sino estrictamente personal – que implica inevitablemente la diferencia.

Los proyectos que se vienen abajo, las ilusiones que cambian de

rostro, los criterios de siempre que son reemplazados por inéditas convicciones personales, el que acaben por ser más “de otro o de otra” y de ser nueva familia que nuestros. Y aumentando los quilates de nuestro cariño, ya sin apenas esfuerzo, buscamos y promovernos esa irrepetibilidad, que el entendimiento agudizado por el amor valora ahora de forma habitual y serena.

2.5.4.2. EL INSUSTITUIBLE Cualquier persona en virtud de su singularidad y los atributos que de ella derivan, precisamente en cuanto persona, resulta insustituible, pues por muy poco que “valga”, cada persona “vale” tanto que, justo en cuanto persona, ninguna otra puede suplirla. Más aún: nadie es sustituible ni por el íntegro conjunto de las personas creadas, pasadas, presentes y futuras… Más el propio Dios, precisamente porque el así lo ha querido.


En absoluto.

Diciéndolo a nuestro modo.

Dios asume todas las

consecuencias de las obras que realiza. Y por acudir al caso que se plantea más a menudo, cuando crea al hombre libre, corre con todos los riesgos que esa libertad lleva consigo: 

Riesgos para el ser humano, para quien el privilegio del obrar libre presenta un carácter ambivalente:

-

Por cuanto sin libertad es del todo imposible el amor y con él, la plenitud y la felicidad consiguiente desdichado.

Y riesgos para el propio Dios; que, justo porque nos ama, se torna vulnerable:

-

Se arriesga realmente a que frustremos sus planes y sufre muy de veras – solo y exclusivamente por el daño que eso supone para nosotros – cuando, al obrar de forma incorrecta, en efecto los malogramos.

-

Parece bastante claro que en todas situaciones se atenta contra la dignidad de la persona, al medir su valor no por lo que es, sino por lo que hace.

-

2.5.5. CARACTERÍSTICAS DE LA SINGULARIDAD EN LA PERSONA 2.5.5.1. CADA SER INDIVIDUAL ES UN “OTRO” Para Simonpietri (1977) cada ser individual es de algún modo un “otro” con respecto a todos los demás seres individuales finitos. Hay que observar que cada entidad activa, incluyendo a Dios, es algo individual.

2.5.5.2. LA CONCRESCENCIA DE CADA SER INDIVIDUAL EN UN TIEMPO Y ESPACIO DEFINIDO Sostuvo Simonpietri (1977) que nunca dos entidades actuales pueden tener el mismo mundo activo, nunca dos entidades activas podrían gozar del mismo tiempo y del mismo espacio. La entidad activa mantiene su exclusividad ante todas sus entidades activas contemporáneas. Finalmente cada entidad activa es también independiente de todas las futuras entidades activas.


2.5.5.3. UNIDAD DE LA ENTIDAD ACTIVA Según Simonpietri (1977) la unidad de cada entidad activa es una unidad única, nueva, nunca antes lograda e irrepetible en el futuro. Su carácter propio es único. 

La unidad de la entidad activa excluye a cualquier otra entidad activa. Para Simonpietri (1977), la unida de la entidad activa excluye de sí a cualquier otra entidad activa que esté en su culminación genética, o sea, en su logro a satisfacción. Esto significa que nunca una entidad activa en satisfacción incluirá como elemento activo de su propia satisfacción o “inmediatez” perteneciente a otra entidad activa que esté gozando de ”inmediatez subjetiva”, ni tampoco incluirá a otra entidad activa que esté efectuando su proceso genético.

2.5.6. TIPOS DE SINGULARIDAD 2.5.6.1. LA SINGULARIDAD MENUDA O POCO PRONUNCIADA Para Melendo (2005) corresponde a las realidades de menos entidad o categoría, en particular a los inertes y de manera todavía más acusada, a los artificiales, siendo lo único que las diferencias es el concreto material con que están hechas; no el que una sea de plástico y la otra de ese otro, en realidad idéntico al primero.

2.5.6.2. LA SINGULARIDAD ACENTUADA, VIGOROSA Y DISCRIMINADORA Según Melendo (2005).

La singularidad de los infrapersonales de los

animales y plantas, es muy leve, muy poco discriminadora, cada una de esas realidades se limita a ser un puro exponente de la perfección propia de su especie. La diferencia entre los seres humanos, justo por ser personas, en radical y absoluta.

Resultan valiosos por sí misma y por eso merecen una atención

particularizada.


TEMA 3. CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTUDIANTES DEL NIVEL SECUNDARIO Según el DCN las características de los estudiantes del nivel secundario, se atiende a los púberes y adolescentes, cuyas edades oscilan entre 11 y 17 años aproximadamente. En esta etapa los estudiantes experimentan una serie de cambios corporales, afectivos y en su forma de aprender y entender el mundo. Estos cambios son importantes porque influyen en el comportamiento individual y social de los estudiantes. Las características más importantes de estos cambios son las siguientes: 

El estudiante toma conciencia de la riqueza expresiva del lenguaje, por lo que hay que tomar en cuenta esta oportunidad para los procesos de enseñanza aprendizaje. El dominio del lenguaje también permite al adolescente desarrollar su capacidad argumentativa; en este sentido, el estudiante de secundaria, se ubica en la etapa denominada crítica porque aquí su dominio del lenguaje le permite asumir posiciones personales.

El estudiante se refiere a los objetos o fenómenos sin necesidad de observarlos directamente o estar cerca de ellos, pues su nivel de pensamiento le permite darse cuenta que puede representar el mundo mediante las palabras o la escritura, apoyado en su imaginación y su capacidad para deducir y hacer " hipótesis. En esta etapa es sumamente

importante

el

uso

de

estrategias

para

estimular

permanentemente sus potencialidades cognitivas para que aprenda a pensar y así identificar su propio estilo de aprendizaje. Estas características del desarrollo son comunes a todos los púberes y adolescentes, pero, a su vez, están marcadas por las particularidades propias de los entornos (urbanos o rurales) y las culturas (costeñas, andinas y amazónicas). Aspectos como la vinculación permanente al entorno familiar, el trabajo compartido con los padres y los hermanos, la relación permanente con la naturaleza, la convivencia con los abuelos


en el mismo entorno familiar y la terma de concebir el tiempo y el espacio, son particularidades que difieren en cada contexto y que el docente debe tener en cuenta. 

En esta etapa el adolescente experimenta numerosos cambios en su cuerpo, el crecimiento de, vello púbico, el crecimiento de los senos o el ensanchamiento de la caja toráxica. Estos cambios físicos hace que se reconfigure la imagen corporal factor importante para la autovaloración, la consolidación de la identidad y la autoestima. Se debe considerar, además, que el desarrollo corporal y la imagen corporal, están íntimamente

asociados

al

desarrollo

de

la

afectividad

de

los

adolescentes. Por ello, la práctica de actividades físicas, orientadas pedagógicamente, adquieren gran importancia en la medida que ayudan a configurar las características corporales propias de cada persona. De la

misma

manera

el

docente

debe

ser

consciente

que

estas

experiencias están a su vez enriquecidas por las vivencias propias generadas por los diversos entornos culturales y sociales de nuestro país. Experiencias como la construcción de la identidad y de la autoestima se realizarán en el marco de los saberes, concepciones del tiempo y del espacio y de la forma particular de relación entre pares y entre púberes, adolescentes y adultos existentes en estas diversas culturas. De igual forma, el desarrollo corporal, la imagen corporal y el inicio de la sexualidad se realizan en tiempos, ritmos y bajo códigos sociales propios de cada cultura. 

En el campo afectivo, el adolescente da un paso trascendental al desarrollar su autonomía, lo cual le permite hacer cosas que antes no podía hacer solo: aparecen los ideales colectivos, los proyectos personales y la necesidad de autorrealización en función de la imagen de futuro que va construyendo. En esta etapa, las relaciones con el adulto del periodo anterior, han sido sustituidas por las relaciones de cooperación con los pares, basadas en la igualdad, el respeto mutuo y


la cooperación o solidaridad. Es característica de esta etapa también una actitud aparentemente conflictiva y contestataria derivada de los conflictos propios del paso de una etapa a otra en la que se reconfigura. el Yo y consolida la personalidad. Siendo estos aspectos experiencias comunes a los púberes y adolescentes, es de suma importancia que los docentes tomen en cuenta que las relaciones entre pares, sean del mismo sexo o el opuesto, tiene sus particularidades según el entorno cultural y lo mismo sucede con la noción de autoridad. De igual forma, el respeto mutuo, la cooperación y la solidaridad cobran especificidades en las que la dinámica social se fundamenta en la necesidad de permanencia a un grupo. 

A partir de estos cambios, también varía el comportamiento de los adolescentes, Si antes se actuaba en función de lo que esperaban los integrantes de la familia, en esta etapa el adolescente actúa en función de lo que puede ser socialmente aceptable o no.

El estudiante de secundaria, además, se está ubicando en la etapa de la imitación diferida, que se da cuando el joven ya no toma como modelo directo a los adultos significativos, padres o profesores, sino que la imitación se hace a partir de un modelo distante. Aquí, por ejemplo, aparecen los ídolos o "estrellas". En algunos contextos, son modelos el adulto

mayor,

el

anciano,

aquellos

quienes

son

considerados

poseedores de la sabiduría, algunos profesores, los religiosos, quienes tienen dones especiales, los músicos o cantantes de moda, los artistas, entre otros. Esta imitación determina lo que algunos filósofos han denominado el "espíritu del tiempo", es decir, que cuando nos miramos como conjunto social en un momento determinado tenemos muchos elementos en común, producto de esta imitación. Por ejemplo, la moda, el tipo de música, los temas que nos interesan, entre otros, son productos de la imitación. Esta forma imitativa es dominante en la especie humana no sólo durante la escolaridad sino para toda la vida,


ya que permite generar patrones de comportamiento genéricos, tanto a nivel social como cultural. 

El juego cumple un papel fundamental en el desarrollo evolutivo de la persona, ya que configura desde un inicio la génesis de los roles sociales, como preparación para la vida ciudadana. El adolescente y joven de secundaria se ubica evolutiva mente en el juego constructivo, llamado también reglado. Es aquí donde emerge la práctica de actividades, deportivas y recreativas (dibujar, tocar instrumentos, por ejemplo) que, aunque se hagan en forma de juego o entretenimiento, siempre se siguen y se respetan determinadas reglas. El docente debe tener en cuenta que las actividades lúdicas, deportivas y recreativas, cumplen una función según el contexto o cultura. Así, el juego puede estar asociado a las actividades productivas y a la integración social, más que a la competencia, lo cual se manifiesta en diferentes espacios y

periodos:

la

música,

la

danza,

comidas,

medicina

ancestral,

tecnologías agrarias, rituales, respeto y cariño intergeneracional, la lectura de señas, periodos de siembra y cosecha, las lunaciones, etc. 

Durante los últimos años el adolescente o joven de la educación secundaria empieza a preocuparse por su futuro, ¿qué va hacer?, ¿qué puede proyectar construir luego de egresado, sabiendo que al concluir su educación básica debe afrontar una serie de retos relacionados con su inserción en el mundo del trabajo o de los estudios superiores? Por ello, los docentes deben desarrollar estrategias para que los estudiantes construyan su proyecto de vida. Volver al inicio Volver al indice


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