Discos y Otras Pastas 93 (mayo 2021)

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DISCOS Y OTRAS PASTAS www.otraspastas.blogspot.com AÑO 15 NÚMERO 93

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GRETA VAN FLEET - “THE BATTLE AT GARDEN’S GATE” (2021)

GRETA Y SU BATALLA CONTRA EL PRESENTE Greta Van Fleet está de vuelta y con fuerza. Los jóvenes roqueros de Michigan, cuyo sonido y estilo clásico recuerda a Led Zeppelin, presentan The Battle at Garden’s Gate, un disco no sólo fundamentado en el rock de la década del setenta, sino que se sumerge gloriosamente en él. Este segundo álbum marca una evolución hacia un enfoque más expansivo, con elementos progresivos, místicos y psicodélicos. Muchas de las canciones duran más de tres minutos, mientras la banda improvisa y garabatea con calma. En esta ocasión, hay un poco más de Rush que de Zeppelin. La banda hizo equipo con el productor Greg Kurstin (McCartney, Beck, Foo Figthers), y bajo su guía, esta colección de canciones tiene arreglos más elaborados, capas y progresiones de acordes, muchas secciones instrumentales y cuerdas. Todo va hacia el límite de lo grandilocuente, sin sobrepasarse, con letras sobre la naturaleza, ejércitos agrupándose y raras imágenes medievales.

completamente diferente. ‘Broken Bells’ le permite respirar a la banda, improvisando por más de tres minutos en una forma similar a ‘Stairway to Heaven’, respetándola y sin plagiarla. La balada ‘Tears of Rain’ le permite a Josh convertir su voz en un huracán, y ‘Stardust Chords’ suena un poco más al estilo de Jethro Tull. La segunda mitad del álbum pierde algo de impulso, especialmente con la desordenada e indulgente ‘The Barbarians’. Sin embargo, muestra un nuevo camino para el cuarteto en el futuro, cada vez menos parecido a sus héroes musicales. El disco termina con ‘The Weight of Dreams’, que es Greta Van Fleet en su faceta más progresiva, una montaña rusa de ocho minutos que te revuelve las entrañas con una ambición casi de niveles operísticos, cuya letra dice: “Le robamos a ella un manto de majestad adornada. La reina está muerta, nosotros profanamos su tumba”. Hay muchas críticas hacia la banda por robar sonidos, pero este tipo de comentarios son un poco snob y algo desinformados. Puede que The Battle at Garden’s Gate no cambie la forma de pensar de sus críticos, y los Greta Van Fleet sigan generando polarización, sin embargo, no tiene sentido alguno el desestimarlos. ¿Te encanta el sonido del rock clásico de los setenta? Entonces, ¿por qué odiar a una banda que está impregnada de aquello y lo celebra? M. KENNEDY

Los hermanos Kiszka (Josh, Jake y Sam) y el baterista Danny Wagner suenan potentes, con una camaradería musical más profunda y un mayor aplomo. Esta música te inspira a ponerte pantalones acampanados, dejarte el cabello largo y caminar descalzo por un bosque durante el crepúsculo. ‘Built By Nations’ utiliza como guía un riff parecido al de ‘Black Dog’ de Zeppelin, pero se abre hasta convertirse en algo

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VICIOGAMES

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO DE: RESIDENT EVIL VILLAGE LO BUENO Resident Evil Village mantiene la jugabilidad en primera persona de su predecesor, lo cual es un acierto. Esto nos otorga mucha inmersión, metiéndonos en la piel de Ethan Winters. A nivel gráfico y técnico, el juego sobresale bastante. La ambientación, la iluminación, el diseño de los personajes, monstruos y bosses están muy bien conseguidos; y todo esto, sin bajones en la tasa de frames o tiempos de carga excesivos. Este juego bebe mucho de Resident Evil 4. Demasiado. No solo hay enemigos bastante similares, en movimientos y ataques, sino que hay situaciones que indefectiblemente nos recordarán al juego del 2005. Esto tiene sus riesgos. Por un lado, puede ser positivo, ya que hablamos de uno de los mejores videojuegos de la saga. Sin embargo, creo que también puede verse a Village como un juego sin identidad propia, sobre todo si tenemos en cuenta que este título no innova con respecto a su predecesor, pero sí lo supera en su ritmo. Fuera del incentivo principal que impulsa a Ethan a seguir, siempre hay algo que hacer. Los acontecimientos nos llevan de un lado a otro, manteniéndonos enganchados en todo momento. La campaña tiene una duración más que aceptable. Llegar a los créditos finales me tomó unas 10 horas. Los efectos de sonido son geniales, y están muy bien utilizados para mantener en todo momento la sensación de tensión. La música (y la ausencia de ella) también está bien engranada con la jugabilidad, sirviendo como telón de fondo a los acontecimientos vividos. LO MALO La historia de RE Village arranca muy bien, con mucha intriga respecto a la actuación de Chris Redfield. Por cuestiones del guion, terminamos en una villa europea donde nos encontramos con licántropos, monstruos y una población presa del pánico y la desesperanza. Todo muy bien hasta ahí. El problema se presenta con el desarrollo del argumento. Capcom apela en demasía al poder del guion para poner las cosas en marcha, dando a Ethan el don de la ubicuidad, para estar siempre en el lugar adecuado, en el momento adecuado, y así los acontecimientos

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sigan su curso. Esto da pie a cosas inverosímiles y, lo peor, se han apelado a hechos demasiado convenientes para engranar la historia de Village y sus protagonistas con el canon de la franquicia. La mayor parte de la campaña es bastante lineal, con caminos marcados hacia dónde ir. El incentivo para desviar nuestro camino es encontrar secretos o tesoros, pero más que nada por un afán de coleccionismo. Otra cosa que no me convenció del todo, fueron las peleas contra los bosses, que se sienten poca inspiradas. Salvo una, todas se resuelven con tiroteos, y no hay mayores variantes, como activar una trampa o buscar un arma poderosa, que nos permita eliminarlos. Además, en la sección final de la campaña todo luce espectacular, con enfrentamientos llamativos y a gran escala, así como tiroteos cargados de mucha acción e intensidad; pero esto es algo que se le cuestionó duramente a los Resident Evil antes de su séptima entrega. Otro detalle que ha decaído bastante es el planteamiento de los puzles, cuya solución es bastante obvia, además hay textos e indicios en las cercanías que prácticamente nos gritan la respuesta. LO FEO RE Village llega doblado a nuestro idioma. Lo malo es que no tiene localización latinoamericana, sino española. CONCLUSIÓN “Mis expectativas en torno a este juego eran muy altas, teniendo en cuenta lo mucho que disfruté de Biohazard. Siento que Village es un paso hacia atrás con respecto al juego del 2017. Se han abandonado muchos de los elementos de survival y terror que se habían retomado para presentarnos un videojuego más enfocado en la acción, tal como ocurrió en RE4. Hay puntos interesantes, como la presentación de nuevas razas de enemigos; pero esto colisiona con un guion que va decayendo a medida que se avanza. Pese a esto, no creo que Village sea un título mediocre ni mucho menos. Tiene grandes valores de producción y goza de un apartado audiovisual magistral.” FERNANDO CHUQUILLANQUI

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Directora: Chloé Zhao / USA (2020)

NOMADLAND Estamos ante una película de actualidad, si se quiere, fronteriza entre la ficción, el documental y la crónica, que retrata el estilo de vida de muchos ciudadanos norteamericanos, en su mayoría adultos mayores desengañados, que rompen con el sistema y emprenden una vida errante a lo largo de las carreteras del medio oeste rural, en sus camionetas y remolques, aparcando en la inmensidad del desierto y formando una comunidad solidaria, básica, ambientalista, recolectores de empleos eventuales en corporaciones grandes como Amazon.

deslumbra asimismo, con su propia fotografía, pero que en líneas generales transmite emociones, está muy bien contada y es un testimonio de lo que ocurre en Norteamérica.

La película se cuenta a través de Fern (Frances McDormand), una nómade modelo, de acuerdo a los términos dramáticos que se plantean desde el inicio, que acumula heridas en el alma y cuentas con la vida. Todos los nómades son Fern, y Fern es Nomadland. Un filme solvente, que en algunos tramos se empoza en el sentimentalismo o se

Me trajo a la memoria “Mi vida es mi vida” (1970), la gran película de Bob Rafelson protagonizada por Jack Nicholson. Como en Nomadland, el personaje protagónico huye hacia adelante, quiere dejar atrás un pasado distinto, familiar, en algún sentido confortable, cargado de responsabilidades (Nicholson era un pianista prodigio); y se refugia en la vida populosa del medio oeste, trocando la música por las faenas en una refinería, el piano por el alcohol, relacionándose con una mujer opulenta, pero sin ningún punto en común. La cinta de Rafelson retrataba la resaca antisistema de fines del sesenta, y Nomadland la embriaguez y el mal sueño post Trump. ÓSCAR CONTRERAS

Director: Paul Greengrass / USA (2020)

NOTICIAS DEL GRAN MUNDO por la tribu Kiowa y de la que Kidd se hace cargo para llevarla hasta la casa de sus tíos. La búsqueda de un lugar en el mundo, de un hogar, en medio de la desolación, la maldad, la ambición, la muerte y el pionerismo, es el objetivo que preside la vida de estos seres humanos heridos, que se imponen a su destino y miran al pasado, para luego posar la vista en el horizonte lejano mientras avanzan sobre la ruta.

Estamos ante un western solvente que invoca al “Más corazón que odio” y el “Unforgiven” de Huston, y, por qué no decirlo, al “El mandaloriano” de Jon Favreau y Dave Filoni. La película de Greengrass es un mecanismo de relojería narrativa, con episodios de aventura e introspección donde se alternan los planos generales, las grandes geografías y aquellos detalles pequeños, ocultos, desvencijados, que configuran un tiempo de posguerra y perturbación. “Noticias del mundo” da cuenta de la odisea por las llanuras de Texas, del Capitán Jefferson Kyle Kidd (Tom Hanks), un veterano de la Guerra de Secesión que se gana la vida leyendo las noticias de pueblo en pueblo, en el Salvaje Oeste; junto a la niña Johanna (Helena Zengel), robada y criada

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Esta película fue filmada para estrenarse en salas y disfrutarse en la plenitud de su formato panorámico. Por las circunstancias que todos conocemos, sólo está disponible en plataformas de streaming, pero avivamos la ilusión que cuando termine la pandemia se reestrene junto a otras cintas que lo merecen. ÓSCAR CONTRERAS

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NOVEDADES DISCOGRÁFICAS

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS

WEEZER “Van Weezer” Van Weezer prometió, antes de cualquier adelanto, riffs poderosos de guitarra eléctrica muy distorsionada. Una vez que se lanzaron los singles ‘The End of the Game’ y ‘Beginning of the End’, descubrimos que esos riffs distorsionados están primordialmente en los intros, puentes y solos, pero la estructura sigue intacta. Sin embargo, al indagar en el álbum encontramos un concepto más sólido, y esa estética ochentera no eran solo pedales de guitarra al abrir y cerrar canciones, sino que, además, el disco está repleto de tributos y referencias, como ‘Blue Dream’, que se construye sobre el riff del ‘Crazy Train’ de Ozzy Osbourne, o ‘I Need Some of That’, que tiene fragmentos del ‘Heat of the Moment’ de Asia. Tampoco es que aquí se aborde un determinado género musical, por ejemplo, ‘1 More Hit’ posee un puente de trash metal que no vi venir, y la canción de cierre es una corta balada acústica que encajaría perfectamente en el Pinkerton. Van Weezer cumple a sobras lo que promete, y tuve razón al no esperar composiciones profundas y emotivas, pues para eso está el sorprendente OK Human. Estamos ante un álbum muy entretenido y ligero de escuchar, excesivamente colorido, pero sin llegar a abrumar, y con singles que tienen el potencial de quedarse por un buen rato. (LUIS ROMERO) AXOLOTES MEXICANOS “:3” Desde su debut en el 2015 con Holi <3, esta banda española siempre ha oscilado entre el punk y el pop electrónico. Por momentos, suenan parecidos a Los Punsetes. Aquí en su tercer álbum, :3, hay menos guitarras distorsionadas, pero las letras aún mantienen la simpleza, la ironía, la nostalgia onda neobakala y el humor. Desde el primer corte, “Opening”, nos encontraremos con este tipo de frases adolescentes, pero espetadas por adultos: “Irme a una isla para no verte más. Borrarme del planeta, de toda red social. A ver si tengo suerte y no te vuelvo a encontrar”. Estos asturianos - madrileños, combinan sin complejos el pop rock (‘Cuando estoy contigo’), el punk (‘Verano en espiral’), algo de pop nipón (‘Oshare Kei’) y hasta una baladita pop (‘Gotelé’). :3 es un disco hecho para pasarla bien y a todo volumen. Visualmente sus canciones son como las palomitas de maíz: explotan y explotan sin hacer daño, y son un aperitivo muy disfrutable. Ni más, ni menos. (HENRY A. FLORES)

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TWENTY ONE PILOTS “Scaled and Icy” La banda presenta un concepto diferente a todo lo hecho antes, saliéndose de lo narrativo y optando por algo más simbólico. Hay dos hilos que conectan este grupo de canciones; primero, que fueron compuestas durante la pandemia, y segundo, es la evolución musical más contrastada del dúo. Aquí se sumergen de lleno a lo retro. Sintetizadores old school y beats por minuto emulando la música disco, definen a un álbum en el que casi se pueden percibir las luces de neón. Si con Blurryface estaban en su etapa Emo, Scaled and Icy es puro color. Las canciones se encuentran saturadas de instrumentación, y si hablamos exclusivamente de la música, creo que trascendieron en lo que pueden hacer con la producción de estudio. No hay mejor instrumentación en su discografía que en este disco. Scaled and Icy es principalmente un disco de R&B. Con excepción del final de ‘Choker’ y un pequeño fragmento de rap en la última canción, todo el álbum es melódico, sin embargo, las canciones son muy parecidas entre sí, y hacen falta más elementos sorpresa, más respiros o cambios de tempo. Está bien lo melódico, pero al estar todo en un mismo rango, empalaga. (LUIS ROMERO) NEIL YOUNG “Young Shakespeare” Este álbum recoge un concierto que dio el genio canadiense, en febrero de 1971, en el Shakespeare Theatre de Stratford. Young estaba dispuesto a seguir comiéndose al mundo bajo sus propias reglas, y en una época pletórica de guitarras eléctricas y súper bandas, él daba conciertos en salones y teatros, acompañado tan solo de su guitarra acústica, un piano y una armónica. Incluso se atrevió a “desenchufar” el sonido de su banda Crazy Horse. Hay que tener agallas y ser un blasfemo, para sin ningún temor, complejo y remordimiento, despojar a ‘Cowgirl in the Sand’ y ‘Down By The River’ del glorioso sonido distorsionado de una Gibson Les Paul, y reemplazarlas por el cálido sonido acústico de una Martin D-45. Young Shakespeare suena muy parecido al “Live at Massey Hall 1971”, el vital e íntimo concierto de más de una hora que Neil dio en su natal Ontario, el cual es nuestro bootleg favorito gracias a un público totalmente entregado, entusiasta y agradecido, que le celebraba todo y aplaudía hasta más no poder. (HENRY A. FLORES)

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Héroes: Silencio y Rock & Roll (2021) – Alexis Morante

ECOS DEL SILENCIO ESCRIBE: JORGE CAÑADA “Polvo, viento, niebla y sol”, suena ‘Aragón’ en la voz de José A. Labordeta, mientras se despliegan los títulos de Silencio y Rock & Roll, el documental de Alexis Morante que cuenta la leyenda de los Héroes del Silencio. Un relato que desde el inicio es puro desenlace. Y algo no anda bien cuando una historia comienza por el final, o peor aún, cuando sólo habla del final, y de uno que no ha sido precisamente feliz. La narración de lo que no fue, eso es Silencio y Rock & Roll. Una geografía del espacio que ocupa el vacío. Un homenaje a lo grande que podrían haber llegado a ser los Héroes si no hubieran sido tan grandes como fueron. “Todo lo que termina, termina mal, poco a poco. Y sino termina, se contamina mal, y eso se cubre de polvo”, rezaba la autopsia que Calamaro se inventó para explicar un crimen perfecto. Lejos de la perfección estuvo la separación de los Héroes. Un epílogo en el que todo lo que podía salir mal, salió mal. Ni siquiera la voz cantante de la banda, un Bunbury que se apropia del ideario de Neil Young, logra convencernos cuando lanza con todo aplomo “…que algo llegue a su fin es emocionante. Cerrar un trabajo bien es mejor que alargarlo indefinidamente”. *** “Polvo, viento, niebla y sol”. Zaragoza es el lugar. Una ciudad entre dos desiertos. La ciudad española donde aplica el lema de Nueva York: "si lo logras aquí, lo lograrás donde sea". A decir de Raúl Sensato, el peor sitio DISCOS Y OTRAS PASTAS

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para convertirse en estrella de rock and roll. Desde allí los Héroes salieron a conquistar el mundo. Casi lo logran. A Bunbury lo contradice el guitarrista Juan Valdivia, el líder silencioso de los Héroes, “…ojalá hubiéramos seguido y ahora tuviéramos quince discos. Entonces sí que podríamos decir que somos historia de verdad”. Fueron sólo cuatro discos. El Mar No Cesa (1988), un tímido asomo al tsunami que llegaría apenas dos años más tarde con Senderos de Traición (1990), el álbum que cuenta por primera vez con la producción del Roxy Music Phil Manzanera, y que de la mano del hit ‘Entre Dos Tierras’ les permitiría dar el primer gran salto. El suceso en el resto de Europa cantando en castellano. Hasta allí los Héroes no habían sido precisamente innovadores. Abrevaban lo justo y necesario, tanto estética como musicalmente, en los tópicos del siniestrismo. Un pop rock de genealogía alemana, carente de teclados, que se recostaba en las raíces del metal. Riffs melódicos, batería de ritmo mecanizado y un bajo simple pero efectivo. A todo ello le agregaban actitud, sacrificio y sutiles maridajes con otras vertientes que hacían vislumbrar alguna originalidad. Manzanera les dio lo que los Héroes buscaban: que el disco sonara como sus conciertos, algo más MAYO 2021


crudos. El propio Valdivia concede: “Somos un grupo que despistó, yo lo entiendo, empezamos muy blandos”. Seguiría El espíritu del vino (1993), una grabación a la que llegan sin canciones, pero con la convicción de hacer un álbum doble. Embriagados de éxito se sumergen en un caos creativo, muy inspirador, pero también portador del germen que los llevará a un final anticipado. Con un orgullo algo oscuro Bunbury afirma desde la negación “…no es ningún mito que nos ayudamos de drogas para componer”. “¿Am I happy or in misery?”, se preguntaba Jimi Hendrix en ‘Purple Haze’, esa declaración de amor-odio a la niebla lisérgica que terminó disipando algo más que la claridad para entender su destino. Valdivia lo sabe: “…lo que pudieron hacer las drogas en los Héroes, más que ayudar fue estropear”. *** Decía Jorge L. Borges que “Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas”, y a la hora de desentrañar las causas del final, Morante prefiere cargar las tintas sobre los enemigos de los Héroes. Morante es un histórico colaborador de Bunbury. Talentoso y eficaz. Vale la pena repasar sus otras incursiones en el documental musical (“Camarón: flamenco y revolución” tal vez sea su obra más acabada en ese sentido), tanto como dar una mirada a cortometrajes de buen calibre como Matador on the Road, donde colabora Bunbury. Morante sabe mostrar las miserias de su numen sin exponerlo a la banalidad humana.

historia que se precie, la suya también los tiene. Allí destaca su primer mánager Pito Cubillas, el mismo que dirigió las carreras de Loquillo y Alaska, entre otros próceres del rock ibérico. Luce como un hombre castigado por los excesos, que cual testigo apañado recuerda muchos menos sucesos de los que insinúa haber extraviado en sus noches tóxicas. A fin de cuentas, las culpas más pesadas recaen entre el centralismo español, que aparece como un negador sistemático de reconocimiento a todo lo que no surge de Madrid o Barcelona, y la crítica feroz de la prensa especializada que nunca dejó de verlos como un montaje para quinceañeras, que en forma “casual” cautivó al público roquero. Los Héroes quemaron demasiada energía en combatir todo aquello que impedía su despegue. Ese desgaste inicial les quitó resto suficiente para una carrera más longeva. El libro de Job, ese monumento a las omisiones de Dios, o a su rara presencia, al que Víctor Hugo llamó “la obra maestra más grande de la mente humana”, cuenta los padecimientos que ese hombre sufrió a manos de Satán, y con permiso de Dios, para poner a prueba su fidelidad. Como a Job, a los Héroes todo les fue dado, y todo les fue quitado. A diferencia del profeta, los Héroes protestan por lo que perdieron. Todos los Héroes, menos Bunbury. Todas las derrotas tienen un ganador. *** “Polvo, viento, niebla y sol”. Zaragoza sólo tiene dos estaciones, dicen los maños. Invierno e infierno. Y nada en medio. El viento con frío te cala en los huesos, y con calor es una secadora industrial, completa Raúl Sensato en su ensayo ‘Héroes del Silencio, un fenómeno contado en primera persona’. Y así como el viento apura los

En ese plan, mientras ven los asuntos pendientes volver, los Héroes no ahorran dardos para algunos villanos, que como toda DISCOS Y OTRAS PASTAS

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aludes, el aluvión de éxito, egos, sustancias y desencuentros aceleró el que sería el último disco de los Héroes.

ética es un procedimiento para aplicar al adversario.

Con Bob Ezrin en la consola, en 1995 llegaría Avalancha. El endurecimiento de las guitarras, y la ausencia de experimentación, le dieron al sonido de la banda una dirección que se congraciaba más con las preferencias estilísticas del guitarrista, y menos con las del cantante, pero en definitiva el álbum tenía el lustre propio de las superproducciones garantidas de éxito, un objetivo que podía conformar a todos. El bajista Joaquín Cardiel lo dice sin reparos: “Juan hubiera necesitado un poco más de reconocimiento externo como importante, tanto o más que Enrique (Bunbury), en el sonido de Héroes del Silencio”. Cardiel también abre el juego a la hora de tirar del hilo que trae las razones del final: “Enrique quería innovar, hacer cosas diferentes, introducir nueva instrumentación, cambiar el sonido de Juan…y ahí empezamos a discrepar”. En medio de la gira de promoción de Avalancha, con más de 150 shows programados, el sueño devino en pesadilla cuando Bunbury propone una suerte de manifiesto que incluye la renuncia al sonido de la banda, al que Valdivia responde con un más que elocuente “aquí alguien se ha vuelto loco”. Aquel golpe de volante que el cantante le exigía al guitarrista, a sabiendas de que una más que presumible negativa le abriría la puerta a su carrera solista, fuerza un final prematuro para la banda. Una jugada hábil, aunque algo ardidosa, que ni Bunbury niega, ni Morante esconde. No es que en solitario el cantante fuera a abandonar por completo la impronta y las composiciones de la banda, pero ya se sabe, la DISCOS Y OTRAS PASTAS

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*** “Polvo, viento, niebla y sol”. El Sol casi no sale en las letras de los Héroes. Apenas en una, ‘Decadencia’. Quizás la lírica más autorreferente, y descaradamente anticipatoria sobre el destino de los Héroes. La voz temblorosa de Bunbury suelta “Anuncian la aurora, mi jodida suerte terminó”. El baterista Pedro Andreu, el que nunca se fue de la banda, el que más sufre el desenlace, recurre a la analogía conyugal para explicar la dinámica interna de los Héroes: “Éramos como un matrimonio a cuatro bandas”. Dolido, agrega “Nos convertimos en muchas horas de silencio, y eso es jodido.” En su desesperanza resuena la sentencia inicial de Ana Karenina (León Tolstói): “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”. Desde el comienzo, el documental alude con imágenes y referencias a la gira de regreso que los Héroes protagonizaron en 2007, esa suerte de Pax Romana que les permitió medir el alcance y vigencia de las resonancias que dejó el acto de escapismo con el que se habían desvanecido una década antes. Pasó un cuarto de siglo desde la disolución de la banda y aún sobrevuela la pregunta sobre una nueva reunión. Andreu lo tiene más claro que nadie, confirmando las tan mentadas teorías acerca del liderazgo pasivo de los bateristas. “El único lugar en el que los Héroes se entienden 100% es sobre un escenario tocando sus canciones”, y con sabiduría digna de un monje budista remata “pero lo que es fantástico, luego tiende a evaporarse”. Bunbury también lo sabe, y lo confirma cantando: “…si todo lo que nace, perece del mismo modo, un momento se va y no vuelve a pasar”. MAYO 2021


LIBROS

LIBROS

LACRÓNICA AUTOR: MARTÍN CAPARRÓS (ARGENTINA) Este libro es como un manual para escribir crónicas. Ahondando más en el para qué y el por qué, que en el cómo. Cada crónica es precedida por opiniones muy personales, consejos y explicaciones didácticas sobre esta vertiente del periodismo que combina la literatura con el periodismo. Aunque a veces, el autobombo o cierto tufillo ortodoxo en sus postulados le juegan en contra. Al terminar de leer este compendio de sus mejores veintidós crónicas, uno llega a la conclusión de que el famoso Martín Caparros es mejor como maestro que como cronista. EL HORIZONTE AUTOR: PATRICK MODIANO (FRANCIA) Otra vez París, y el recuerdo de acontecimientos sucedidos hace varias décadas. La evocación de un viejo amor, y la juventud que lo puede y permite todo, incluso el de enamorarse de alguien casi desconocido. Los protagonistas no solo huyen del pasado, sino de las personas que les hacen daño. La berlinesa Margaret Le Coz y el parisino Jean Bosmans. Un encuentro fortuito y necesario, con un final abrupto provocado por otra huida. Cuarenta años después, la posibilidad de un reencuentro al final de la novela exige que haya una segunda parte. Por mientras la imaginamos. LA LUZ DIFÍCIL AUTOR: TOMÁS GONZÁLES (COLOMBIA) De los relatos que he leído donde el protagonista es un anciano, este es uno de los poquísimos que, a partir del recuerdo de un hecho tan doloroso como es la muerte de un hijo, me convence su mirada no

LIBROS idealizada del pasado mezclada con amor, fascinación y agradecimiento. Y concuerdas con que, a pesar de las limitaciones físicas y la soledad inevitable, aún es posible encontrar la belleza y cierta plenitud en el senil presente. Una novela que apuesta por el derecho a vivir y también a morir. Tomás González es un gran observador; junto al caleño Andrés Caicedo es el escritor colombiano que más me entusiasma.

EL GALLO GALLINA AUTOR: OSWALDO REYNOSO (PERÚ) Simpática novela corta del gran maestro Reynoso. Cuya gran maestría consiste en combinar muy bien la prosa con la poesía. O dotarle a la prosa de cierta musicalidad poética. Un ministro de estado visita la capital de Ayacucho, y para agasajarlo, en la escuela principal de la ciudad se prepara una gran pachamanca y diversos platillos, muchos de ellos en base a los animales y aves que algunos de los alumnos habían robado. Mas adelante, el caos, la comilona desordenada y la borrachera inminente. Y al final, nuestro pequeño protagonista, tan perdedor como al principio. EL IMPERIO DE LAS MAREAS AUTOR: LUIS HERNÁN CASTAÑEDA (PERÚ) En el futuro, casi toda la costa peruana estará inundada por el Océano Pacífico. Sakana es un humano-anfibio, obsesionado con la extinta cultura japonesa, que trabaja en el hotel de sus padres. Su gran curiosidad se impone sobre la distinción del bien y del mal. Una novela que va de menos a más, con un final sorprendente y aberrante. El peruano Castañeda logra convencernos sobre una Lima distópica destruida por el mar, cuyos habitantes y autoridades son tan iguales a los del ayer.

DIRECTOR: HENRY A. FLORES Discos y Otras Pastas no se hace responsable del contenido de los artículos y agradece a sus colaboradores por la exclusividad.

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