ALMAS septiembre 2021

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Publicación de Misioneros de Guadalupe Año LXXII

Núm.

861

Ejemplar gratuito

Septiembre


Papa Francisco

Exhortación apostólica Amoris Laetitia (núm. 57) 19 de marzo de 2016

Doy gracias a Dios porque muchas familias, que están lejos de considerarse perfectas, viven en el amor, realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino[...] Las realidades que nos preocupan son desafíos. No caigamos en la trampa de desgastarnos en lamentos autodefensivos, en lugar de despertar una creatividad misionera. En todas las situaciones, «la Iglesia siente la necesidad de decir una palabra de verdad y de esperanza [...] Los grandes valores del matrimonio y de la familia cristiana corresponden a la búsqueda que impregna la existencia humana» (Relatio synodi, 2014, 11).


Intenciones

P. Sergio César Espinosa González, mg

Universal:

Un estilo de vida ecosostenible.

Recemos para que

todos tomemos decisiones valientes a favor de un estilo de vida sobrio y ecosostenible, alegrándonos por los jóvenes que están comprometidos con él.

Nuestra vida está constantemente amenazada, como lo hemos constatado dolorosamente durante muchos meses. Sabemos lo endebles que somos y lo frágil que es la casa común. Los cristianos tenemos la vocación de ser administradores fieles de lo que el Señor nos ha confiado. Por lo mismo, hemos de aprender a vivir con sencillez y a preocuparnos por el cuidado de la creación. Mucha gente, en especial los jóvenes, está muy comprometida en este empeño. Hay que ser solidarios y tomar decisiones que ayuden a que la obra de Dios siga brillando en todo su rico esplendor, para regocijarnos de habitar este mundo maravilloso.

El Papa nos invita a tomar “decisiones valientes” porque sabe que no es fácil cuidar lo que parece estar siempre ahí a nuestra disposición: el aire limpio, el agua, la rica variedad de las especies de plantas y animales, y la vida del mismo ser humano.


Ejemplar gratuito. Prohibida su venta. Año LXXII • Núm. 861 • Septiembre 2021

Papa Francisco Intenciones 3 Editorial 4 Página del lector 6 Traducir la Biblia para todos 9 No haya más otros, sino sólo un nosotros 12 Infografía: La Iglesia en Japón en números 14 MUSMI: Balero, el juguete que trasciende fronteras 16 Vida MG 18 Los migrantes en la Misión 21 Sólo para niños Portada El P. Antonio del Carmen Camacho Muñoz, mg, con feligreses de Japón

DIRECTORIO Sitio web: www.misionerosdeguadalupe.org/almas/ Director: Sergio Augusto Martínez Sánchez Diseño editorial: Enrique Ascencio Salgado f/misionerosdeguadalupe Ilustración: Ana Patricia García Sagrero t@misionerosmg Línea Misionera: 800 00 58 100 Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Alc. Cuauhtémoc, cp 06700, cdmx; editor responsable: P. Luis Alonso Yepes Cruz, mg. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Alc. Tlalpan, cp 14000, cdmx. Certificado de Licitud de Título y Contenido Núm. 16831. Impresa en Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Duraznos 1, esquina Ejido, Col. Las Peritas Tepepan, Alc. Xochimilco, cp 16010, cdmx. Tel. 5334 1750. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex. El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misioneros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío xii aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es sostenido por los católicos mexicanos.


Editorial

La Palabra de Dios es una de las grandes fuentes que alimentan la vida espiritual del cristiano; junto con los sacramentos, la oración y el servicio a los hermanos, la Sagrada Escritura nos ofrece el manantial de “agua fresca” en donde el corazón se sacia. Por desgracia, no todos hemos creado esa relación personal con la Palabra de Dios. Se nos olvida que ella nos habla al corazón, que ella nos explica la Historia –nuestra historia– desde la mirada misericordiosa de Dios (Lc 24, 13-34). Hemos dejado de reconocer que por ella nos comprendemos mejor, entendemos mejor nuestra vida y podemos descubrir a los demás como hermanos. Sin un contacto personal con la Palabra, corremos el riesgo de perder el rumbo de nuestra fe y la voluntad de Dios nos parece ajena. Sin una relación de escucha con ella, poco a poco nos olvidamos de nuestra dignidad de discípulos misioneros y perdemos la fuerza en el anuncio del Evangelio. En este mes dedicado a la Sagrada Escritura, renovemos nuestro amor por ella, dediquemos un tiempo para leer un capítulo diariamente y pidamos al Espíritu Santo que nos haga comprender mejor la voluntad de Dios que en ella se encuentra para que dejemos que encarne en nuestro corazón y nos impulse a compartir con los demás lo que Dios ha hecho en nuestra vida. Que a ejemplo de los discípulos de Emaús, vayamos al encuentro de los hermanos y les contemos cómo el Señor se nos ha aparecido en nuestra vida y nos ha transformado por el poder de su Palabra.


Página del lector Estimados Misioneros de Guadalupe: Mi nombre es Esther H. H. y les escribo para compartir con ustedes, y con otros lectores de Almas, un poco acerca de mi familia. Mi esposo, Roberto P. G., siempre fue fiel devoto de la Virgen de Guadalupe y de los sacramentos. Juntos asistíamos a Misa y para mí fue el mejor compañero de vida que Dios pudo haberme otorgado. A todos sus hijos y nietos les llamaba con algún apodo cariñoso; era una persona muy alegre y bondadosa. Siendo el amor la más pura manifestación de nuestro Dios, mi marido siempre demostró, a través de sus acciones, todo ese amor del Padre. Lamentablemente, murió el 12 de octubre de 2017, pero siempre le daré gracias a Dios por haberme dado el privilegio de compartir mi vida con él. ¡Fueron 64 años de feliz matrimonio! Tuvimos la bendición de criar seis hijos en la fe católica, haciéndolos a todos personas de bien y trabajadoras. De ellos, nuestro hijo Néstor, el más noble, y nuestra hija Magdalena, que siempre apoyó en varios servicios de la iglesia, ya se han unido a su padre, pues el primero falleció en noviembre de 2018 y ella, en abril de este año. Nosotros nos hicimos Padrinos de ustedes hace más de 20 años, cuando por medio de nuestra vecina, en Salamanca, Gto., conocimos la revista Almas y la noble actividad que ustedes realizan. Quizás nuestro donativo nunca ha sido mucho, pero lo que hemos donado siempre ha sido de corazón, esperando poder ayudarlos en su Misión tan importante. Reciban mis saludos y bendiciones. Atentamente, Esther H. H.

Estimados lectores: Los invitamos a compartir brevemente con nosotros sus experiencias de fe derivadas de la ayuda que brindan a las Misiones. Pueden escribir a cualquiera de las direcciones que aparecen en la contraportada de nuestra revista o al correo electrónico: almas@misionerosdeguadalupe.org

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Cargo recurrente a tarjeta

de crédito o débito

Con Apoya más buscamos llevar mayor ayuda a quien más la necesita. Si hace llegar su donativo por algún medio electrónico reducimos costos y llevamos más ayuda a las misiones. Le presentamos CARGO RECURRENTE a su tarjeta de débito o crédito. (VISA o MasterCard) Con la periodicidad y el importe que usted decida se aplicará de manera automática el cargo para llevar más ayuda a las misiones. Usted mismo puede realizar su registro desde nuestra página web, o bien, comunicarse a nuestra Línea Misionera donde le ayudaremos con gusto. El procedimiento es fácil, rápido y seguro. Los bancos con que trabajamos cuentan con sistemas de seguridad cibernética para realizar su donativo por este medio. Para realizar su registro desde nuestra página vaya a nuestro sitio con el código QR.

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septiembre 2020 I

Traducir la Biblia para todos P. Sergio César Espinosa González, mg

Para poder traducir un texto, no basta con saber dos lenguas, es necesario comprender bien ambas culturas. No siempre es posible traducir palabra por palabra, sino que hay que entender lo que se expresa con ciertos vocablos en un idioma y pasar esa misma idea, de la manera más precisa posible, al otro. La mayoría de los misioneros necesitamos aprender al menos dos lenguas. Sin embargo, a veces no podemos traducir algunas expresiones de nuestra lengua a la que hayamos aprendido, pues son tan propias, o reflejan tanto nuestra cultura o idiosincrasia, que se vuelve casi imposible tratar de ponerlas en otro idioma.

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Quizás todos nos sorprendemos cuando no podemos entender bien el español que se habla en otros lugares. Además, las lenguas van cambiando con el paso del tiempo. No se habla igual que como se hacía hace dos o tres siglos. La Biblia fue escrita hace miles de años por personas de una cultura muy alejada de la nuestra y de las de los países que nos acogen en nuestra labor misionera. Por lo mismo, es esencial traducir los textos que fueron escritos en un largo espacio de tiempo y no siempre en la misma lengua. La mayoría de los libros del Antiguo Testamento se redactaron en hebreo, casi todos a partir de tradiciones orales que pueden remontarse hasta mil o más años antes de Jesucristo. Otros textos, más tardíos, fueron escritos en griego y algunos fragmentos están en arameo. Por su parte, todo el Nuevo Testamento fue escrito en griego hace cerca de 20 siglos. Ya los mismos judíos tuvieron que hacer una famosa traducción al griego, la llamada Versión de los Setenta, para uso de aquellos que ya no

comprendían bien el hebreo porque vivían en otras regiones del mundo. Además, se sabe que se fueron recabando textos traducidos y glosados en arameo, que para la época de Cristo, era la lengua popular entre los judíos. Ya en la era cristiana, no pasó mucho tiempo sin que se hiciera indispensable ir traduciendo algunos textos, o todos los libros de la Biblia, a nuevas lenguas, en particular al latín, pero también a otras que hoy pueden sonar extrañas o desconocidas, como el copto, el siríaco y otras más. Los misioneros de otras épocas, si bien no siempre tenían traducciones oficiales, tuvieron que explicar la Buena Nueva en muchas lenguas y dialectos de los pueblos llamados a la fe. También ahora llevar la Palabra de Dios a otras culturas requiere que tanto los misioneros como sus interlocutores 7


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sean capaces de comprender lo que se dice y de leer los textos sagrados. Aunque no podamos entender ni un solo trazo, es hermoso ver las biblias en chino, coreano o japonés, en árabe, ruso o tailandés, o en tantas otras lenguas que usan una escritura tan desconocida para nosotros como nuestro alfabeto resultó extraño a los judíos y a los griegos. Asimismo, es emocionante ver biblias no sólo en las lenguas occidentales, sino amerindias, africanas o de etnias de los mares del Sur. Tras cada versión de la Biblia hay ordinariamente decenas de personas que invirtieron tiempo y recursos para acercar la Sagrada Escritura a los

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fieles y catecúmenos de otras culturas. En la actualidad, la Biblia completa está traducida a más de 450 lenguas y a muchísimas más se han traducido al menos algunos de los libros que la componen. Los misioneros estamos muy agradecidos con quienes han hecho ese ingente esfuerzo y nos alegramos al constatar que la gente de las regiones en donde evangelizamos puede disfrutar directamente de la Palabra de Dios, a pesar de que nosotros no siempre podamos expresarnos como quisiéramos, por mucho que amemos al pueblo que nos acoge. ¡Que el Espíritu Santo nos ayude a comprender la Palabra y a ponerla en práctica!


I septiembre 2021

No haya más otros, sino sólo un nosotros P. Antonio del Carmen Camacho Muñoz, mg

El Papa Francisco, en la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, de este 2021, nos invita a reflexionar, diciendo que “todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad”. Una experiencia en la parroquia El sábado por la tarde, a las 5 p. m., tocaron a la puerta de la casa parroquial un grupo de jóvenes, todos ellos vietnamitas: “¡Padre, ya llegamos!”, a lo que les contesté: “Ya me di cuenta”, y todos rieron. “Qué

interesante saludo”, pensé. El decir “ya llegamos” significa, “cuente con nosotros para todo”. Este grupo de vietnamitas quiere ser tenido en cuenta. En mi parroquia (bueno, una de las cinco que atiendo en la parte occidente de la ciudad 9


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de Kioto), dedicada a Nuestra Señora del Rosario, hace un par de años comenzaron a llegar vietnamitas católicos al templo. Ellos vienen a trabajar a Japón, o bien a estudiar como técnicos, pero la realidad es otra. Casi no tienen día de descanso y un lugar para reunirse. Así que, cuando empezaron a llegar, la primera dificultad fue el idioma, casi no hablan japonés; además, aunque Vietnam es un país asiático, es muy diferente cultural, social y estructuralmente a Japón. Por otra parte, la comunidad católica japonesa estaba preocupada y me decían que debíamos que ayudarles y hacer algo por ellos. Esto me alegro mucho y en una reunión del consejo parroquial decidimos que teníamos que

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recibirlos y acompañarlos en su fe y darles un espacio en la comunidad. ¡Así que nos pusimos manos a la obra! La integración de los migrantes Al inicio, llegaron cinco vietnamitas, y después otros tres; poco a poco se pasaron la voz y hoy en día asisten más de 20 jóvenes de aquel país. Por supuesto que hay muchos más, y día a día, va creciendo la asistencia. Para ello, los católicos japoneses los acogieron como familia y, conociendo la situación migratoria que hay en Japón, decidieron apoyarlos. En la parroquia ya forman parte de la comunidad y participan de diversas maneras.


I septiembre 2021

En las Misas, la primera y la segunda lectura, dos veces al mes, se hacen en vietnamita; asimismo, algún canto y (casi siempre) el canto de salida es en vietnamita. Las jóvenes vienen con sus vestidos coloridos de fiesta, ya que para ellas la Misa es un festejo. De hecho, así debe de ser: la Misa es una fiesta. Hoy en día uno de esos jóvenes vietnamitas, elegido por ellos previamente, participa en el consejo parroquial en las reuniones mensuales que tenemos y se encarga de enviar la información y la forma en que van a participar en las actividades de la parroquia. Por otra parte, desde hace dos años iniciamos, por iniciativa de los mismos jóvenes vietnamitas, el Vetonamu Fest, que es la Fiesta vietnamita. Ellos se reúnen y preparan todo, y el día señalado llegan antes de la Misa y adornan la Iglesia; al final de la Misa, hacen un canto especial y, posteriormente, pasamos al salón para continuar con un banquete donde compartimos platillos que ellos mismos prepararon para toda la comunidad.

No más otros, sino un nosotros Los jóvenes vietnamitas ya son parte de la comunidad, y los japoneses lo sienten así y están muy contentos. Los migrantes ya no se sienten extranjeros, sino parte de la comunidad, una sola Iglesia, una sola fe. “No haya más muros que nos separen, ya no haya más otros, sino sólo un nosotros”, como dice el Papa Francisco. El Espíritu de Jesús nos hace capaces de abrazar a todos para crear comunión en la diversidad, armonizando las diferencias sin nunca imponer una uniformidad que despersonalice. En el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y en el diálogo intercultural que puede surgir, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia, de enriquecernos mutuamente1. Querida Madrina, querido Padrino, te invito a que reces por ellos y por todos para ser una sola familia, familia misionera, ¡la familia de Dios! 1  Mensaje del Santo Padre Francisco para la 107a Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2021.

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La Iglesia en Japón en números

28

Obispos

70 locales 38 extranjeros

1, 258 1m0in8aristas

758 locales

500 ex

774

Se

Templos

Seminarios

3

41

Centros de atención médica

639

Instituciones de bienestar social

*Datos actualizados a 2019 según la Conferencia Episcopal de Japón, https://www.cbcj.catholic.jp/wp-content/uploads/2020/09/statistics2019.pdf


Santos

Misioneros San Mateo

Festividad: 21 de septiembre

xtranjeros

Sacerdotes

431, 070 laicos católicos

0.3338 %

de la población total del país

161 Estaciones misioneras

833

Centros educativos

San Mateo, también nombrado Leví, era hijo de Alfeo y recaudador de impuestos (publicano) antes de ser uno de los doce apóstoles de Jesucristo, además de ser el autor del primero de los evangelios sinópticos. San Mateo vivía en Cafarnaún y fue llamado por Jesús mientras realizaba sus labores como publicano. Al ser llamado, se levantó, siguió a Jesús y le ofreció un banquete en su casa, en donde recaudadores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Cristo y sus discípulos. Este episodio se narra en los evangelios de san Marcos (2, 14ss), san Lucas (5, 27ss) y el mismo san Mateo (9, 9ss). Como discípulo y apóstol siguió a Cristo hasta el


momento de su Pasión; fue testigo de la Resurrección y estuvo presente durante la Ascensión. Además de lo mencionado en la Biblia, es poco lo que se sabe de san Mateo, pero la tradición indica que durante los primeros años del cristianismo evangelizó entre los hebreos de Jerusalén y Palestina, a parte de escribir su Evangelio en arameo, dirigido principalmente a los judíos, el cual entregó antes de salir a otras regiones. Tiempo después, predicó en las actuales Siria, Georgia, Macedonia e Irán. Se cree que murió hacia el año 74 d. C., probablemente martirizado, y sus restos se hallan en la Parroquia de los santos Mateo y Gregorio Magno, en Salerno, Italia. A menudo se le representa como un hombre alado que porta en su mano una lanza. Lo recordamos cada año el 21 de septiembre. Oración a san Mateo Dios, que por la boca de tu bendito Hijo llamaste a Mateo del banco de los tributos, para que de publicano se convirtiese en apóstol y evangelista, danos gracia para renunciar a toda avaricia y desordenado deseo de riquezas y para seguir al mismo Jesucristo, tu Hijo, que en unidad del Espíritu Santo, vive y reina contigo eternamente. Amén.

Balero, el juguete que trasciende fronteras El balero es un juguete tradicional de origen incierto, pero conocido y jugado en gran parte de América Latina, y algunos lugares de Europa y Asia. Está compuesto por una pequeña bola o barril de madera con un hueco en el centro, que está unido por un cordón a un pequeño palo. Se juega con el objetivo de atrapar el barril con el palo mientras gira en el aire. En México, su uso se remonta a la época precolombina. Su antecedente más antiguo se encuentra en un documento maya hallado cerca de Yucatán, el cual data del periodo


Museo Misionero Intercontinental clásico (entre los años 250 y 950), donde se describe una práctica similar que utilizaba cráneos humanos en lugar de barriles de madera. El origen del término balero se desconoce. Se cree que se trata de una palabra inventada en Francia durante el siglo xvii. Sin embargo, en la actualidad, tiene diferentes denominaciones: en Chile y Colombia se le llama emboque; en Perú y Paraguay, bolero; en El Salvador y Guatemala, capirucho; en Honduras, enchute; en Bolivia, choca; en España, boliche, y en Japón, kendama.

Conoce éste y otros juguetes tradicionales en nuestro Museo Misionero Intercontinental. Entérate de este proyecto en nuestra fanpage de Facebook: f/museomisionero ¡Acércate a nosotros y vive el encuentro entre culturas!

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Vida MG

P. José Enrique Hernández Torres, mg 25º aniversario sacerdotal El P. José Enrique Hernández Torres, mg, nació el 23 de noviembre de 1968 en Guadalajara, Jal., en la familia formada por los señores Juan Hernández y Enriqueta Torres.

en Filosofía. En 1993 fue enviado a concluir su preparación al sacerdocio a la Misión de Kenia, donde cursó Teología en el Hekima College, en Nairobi.

Realizó los estudios de formación básica en su ciudad natal y comenzó su formación sacerdotal en el Seminario Diocesano de Guadalajara, donde permaneció de 1984 a 1989.

Acerca de su vocación, el P. José Enrique ha comentado: “En 1983 ingresé al Seminario Diocesano de Guadalajara con la idea de ser sacerdote, aunque para ese tiempo aún no tenía muy claro si pertenecer al clero diocesano o ser sacerdote misionero. Lo que poco a poco me fue ayudando a discernir mi vocación fueron los campos misión que año con año celebramos en diferentes comunidades. El contacto con la gente y el palpar de una manera más concreta sus problemas me hizo reflexionar que en otros países hay muchas personas que de igual forma desean escuchar la Palabra de Dios y un mensaje de esperanza en medio de sus necesidades”.

En septiembre de 1989 ingresó al Seminario de Misiones, donde culminó la formación


Recibió la ordenación sacerdotal el 13 de septiembre de 1996 en la Parroquia de Santa María Magdalena, en Guadalajara, Jal., por imposición de manos de Mons. Javier Navarro Rodríguez, Obispo Auxiliar de la arquidiócesis. Ese mismo año fue enviado a compartir el Evangelio en la Procura de Los Ángeles, Cal., eua. De esta experiencia, el P. José Enrique dice: “Me tocó llegar a una parroquia donde hay tres comunidades: afroamericanos, latinos y coreanos. Era encargado de la comunidad latina (mexicanos, hondureños y guatemaltecos). A pesar de que era una parroquia con bastantes años de historia, teníamos el desafío de la nueva evangelización; es decir, volver a evangelizar a los bautizados que no han profundizado en su fe. Al mismo tiempo, la parroquia era también de primera evangelización, puesto

que a su alrededor había muchas personas no cristianas. Fue un reto encontrar la manera de llevar el Evangelio a todos”. En el año 2000, formó parte del grupo de Misioneros de Guadalupe que fundaron la Misión de Mozambique, donde anunció la Palabra entre nuestros hermanos más necesitados de África. Asimismo, el P. José Enrique ha colaborado en la atención vocacional de jóvenes interesados en el sacerdocio misionero y la formación de seminaristas. Este mes celebra 25 años de sacerdocio y nos unimos a él para festejar y desear que el Señor lo bendiga con muchos años más de entrega en el servicio a los hermanos que no conocen a Cristo. ¡Muchas felicidades, P. José Enrique!


Los migrantes en la Misión P. José Navarro González, mg

Estimados lectores de Almas, en el marco de la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, a celebrarse este mes, quisiera compartir con ustedes algunos recuerdos de los países en donde he trabajado como misionero: Hong Kong, Taiwán y Estados Unidos, donde abundan los migrantes (legales e ilegales), quienes se enfrentan a múltiples circunstancias adversas. Trataré de hablar de mis experiencias con los migrantes en la Misión.

Hong Kong (1975 a 1990) En este país asiático la mayoría de los inmigrantes eran filipinos, indios y paquistaníes, seguidos por minorías de otros países. Los indios (llevados desde la India en el siglo xix, por los británicos, para trabajar como mercenarios o en construcciones, comercios, etc.) han vivido por más de siglo y medio en Hong Kong, y en general casi ninguno conoce su lugar de origen en la India, sólo saben que son descendientes de gente originaria de aquella nación. Sin embargo, pese a esa circunstancia y a que do18

minan plenamente el idioma chino cantonés, siguen siendo considerados extranjeros. Parte de la industria y el comercio de Hong Kong están en sus manos y son muy productivos. Casi todos son practicantes de la religión hindú, sihk, jainistas o de alguna otra religión de la India. A mí no me tocó conocer católico (o cristiano) alguno, aunque sí debe haberlos. Por lo tanto, la actividad pastoral de la Iglesia católica para con ellos era poca o nula. Los pakistaníes eran, por lo regular, de religión islámica (musulmana), así que la in-


teracción con ellos también era limitada.

patria los salarios eran muy bajos y migraban.

Por su parte, los filipinos, que constituían una buena población (alrededor de 150 mil), eran en su mayoría cristianos (católicos y protestantes). Acudían a los templos de habla inglesa y, por lo común, se organizaban en grupos. A mí me tocó en varias ocasiones ir a darles retiros, pláticas y celebraciones de la Misa, todo en inglés.

Recuerdo en particular el caso de una filipina que trabajaba como sirvienta y niñera, con patrones católicos fervientes y comprometidos. Fueron ellos los que me contaron que su sirvienta/niñera era doctora titulada. Cuando me la presentaron y platiqué con ella efectivamente confirmó que era médico general, egresada de una Universidad de Manila, pero me dijo que en su país era muy difícil encontrar un buen empleo en hospitales y que, además, en aquel tiempo, los sueldos oscilaban entre 5 y 6 mil pesos filipinos. lo que no era suficiente para mantener a sus padres, hermanos o una familia.

Formaban una especie de cofradías dedicadas a diferentes devociones; por ejemplo: la cofradía del Santo Niño, la de la Sagrada Familia, entre otras. De esta forma, recibían atención pastoral dependiendo de las parroquias de habla inglesa a las que acudían. Muchos trabajaban para los chinos, procurando —en la medida de lo posible— que sus patrones fueran católicos o cristianos de otras denominaciones. Llegaban a Hong Kong con la esperanza de encontrar un empleo digno y bien pagado. Conocí algunos casos en que los filipinos eran egresados de universidad y estaban titulados, pero en su

Sin embargo, en Hong Kong, trabajando como sirvienta/ niñera, ganaba el equivalente a 15 mil pesos filipinos. De esa forma enviaba 10 mil pesos filipinos a sus papás y ella se quedaba con el resto para sus gastos personales. Al vivir


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en casa de sus empleadores a tiempo completo, se ahorraba la renta y la comida.

neses, chinos, etc.) acuden al templo o lugar de reunión de la religión que profesan.

En la actualidad, ignoro cómo se dé atención pastoral y espiritual a los migrantes. Cuando yo estuve trabajando como misionero, Hong Kong todavía era colonia británica.

En cuanto a los católicos, hay templos que prestan sus servicios religiosos en la lengua madre de esos grupos. Cuando estuve allí, en la Parroquia san Pablo, celebrábamos Misas en español, en coreano y en inglés. Otras parroquias ofrecían sus servicios en vietnamita, japonés, chino, tagalog (filipino), entre otros.

Taiwán (1990 a 1995) Aquí mi experiencia con migrantes fue más limitada. Estuve en Taiwán de mayo de 1990 a julio de 1995 y trabajé exclusivamente con chinos, en ciudades de provincia. A pesar de ello, en aquel país había muchos filipinos, la mayoría había llegado ilegalmente. En general, eran atendidos pastoralmente en las principales ciudades por algunos misioneros europeos y filipinos. No obstante, hubo algunas ocasiones en que me fue solicitada ayuda para celebrar la Misa en inglés. Estados Unidos (2005 a 2013) Estados Unidos es un país formado por inmigrantes de todas las partes del mundo. Los grupos étnicos más conocidos (latinoamericanos, filipinos, vietnamitas, coreanos, japo20

La Arquidiócesis de Los Ángeles busca brindar atención pastoral/espiritual a los diferentes grupos étnicos, para que nadie se sienta excluido. Y es de destacar que la Iglesia católica en Estados Unidos no se limita a dar atención religiosa, sino que brinda apoyos sociales de distinta índole a los migrantes. A lo largo de los años que trabajé en Misiones, en mayor o menor medida, pude participar o ser testigo de la atención pastoral a uno de los grupos más vulnerables de cualquier nación: los migrantes. Es uno de los muchos retos a los que nos enfrentamos los misioneros y sobre el cual los invitamos a reflexionar este mes.



Actividad

Escribe los nombres de los libros de la Biblia Puedes escribir la abreviatura si el espacio es

Amiguito, recorta y colecciona las tiras de cada

ANTIGUO TESTAMENTO

mes, al final del año poGénesis

drías tener una sorpresa.

5 LIBROS DEL PENTATEUCO

Crónicas I

Esdras Nehemías

Jueces Reyes II

Samuel II

Es t

Josué

Judit

Salmos

Job

s

sté

sia

e Ed

7 LIBROS SAPIENCIALES

Carta d e cantar los es

16 LIBROS HISTÓRICOS

Rut

Habacuc

Amós Abdías

Nahum

Jonás

Oseas

Boruc

Miqueas

Ezequiel

Lamentaciones

Isaías

18 LIBROS PROFÉTICOS


Apocalipsis

Malaquías

Ageo

Sofonías

Pedro

8 CARTAS CATÓLICAS de as

Ju d

Hebreos

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II Carta de Juan

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CARTAS: 7 PABLO - 3 DÍSCIPULOS - 3 PASTORALES Tito

II Tim oteo

Efestos

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II Tesa

Colosenses

Filemón

Filipenses

Gálatas

intios

II Cor

Romanos

Macabeos II

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Hechos de los Apóstoles

Lucas

Marcos

Deuteronomio

Número s

que faltan. s muy pequeño.

NUEVO TESTAMENTO

EVANGELIOS Y HECHOS




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Línea Misionera (sin costo): 800 00 58 100 Correo electrónico: padrinosmg@misionerosdeguadalupe.org Oficinas de atención a bienhechores Ciudad de México Cantera 29, Col. Tlalpan, Alc. Tlalpan, CP 14000, Ciudad de México. Tel.: 555 655 2691 Guadalajara Calle La Paz 42, Col. López Cotilla, CP 45615, San Pedro Tlaquepaque, Jal. Tel.: 333 825 2315 Monterrey Río de Janeiro 100, Col. Altavista, cp 64840, Monterrey, NL Tel.: 818 358 2101 www.misionerosdeguadalupe.org/almas

El P. José Alejandro Molina Lara, mg, nació en la Ciudad de México en 1970. Ingresó al Seminario Mexicano de Misiones en 1986 y fue ordenado sacerdote el 1 de octubre de 1999 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Ha trabajado en el Centro de Orientación Vocacional y ha colaborado en la preparación al sacerdocio de nuestros seminaristas. Asimismo, ha proclamado el Evangelio en la Misión de Mozambique, y en la actualidad, ha sido nombrado para llevar la Palabra de Cristo a nuestros hermanos en Brasil. El P. José Alejandro escuchó el llamado de Cristo a temprana edad, cuando oyó la plática de un misionero acerca de la importancia de dar a conocer a Jesús a los no cristianos. Como él, tú también puedes compartir la alegría del Evangelio con quienes más lo necesitan. ¡Responde a tu vocación!


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