Bolivia en la coyuntura

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— Staff — Gonzalo Lema Responsable Ramiro Moncada A. Diseño portada Editor Gráfico Juan Bernal Diagramación Editorial Canelas Impresión

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Cochabamba—Agosto 2015


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Prólogo Gonzalo Lema

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Franz Flores

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índice

Presentación Lic. Juan Cristóbal Soruco

Fernando Mayorga

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Helena Argirakis

Yoyo Komadina

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José Rocabado

Gonzalo Rojas

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Marité Zegada

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Rodrigo Ayala

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Roberto Laserna

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PRESENTACIÓN

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ada la impronta de los medios de información se han creado espacios para que diversos analistas, hombres y mujeres, de la realidad nacional e internacional ayuden (cuando no influyan) a reflexionar sobre los diversos aspectos que ésta presenta y que afectan, directa o indirectamente, a la ciudadanía. Se trata, generalmente, de profesionales destacados a los que se confía en periódicos espacios fijos para escribir columnas (o son invitados a los medios audiovisuales) en las que explican, a través de hechos concretos, fenómenos sociales, económicos, culturales, sociales e incluso intimistas –y sus interconexiones--, que ayudan a que los lectores tengan un instrumento más a su disposición para comprender mejor la realidad y adoptar decisiones en su vida cotidiana. En la senda de “La Bolivia que se va, la Bolivia que viene”, libro en el que

se reproducen entrevistas a 13 importantes actores de la vida política del país y que editamos en 2011, y “La verdad esencial. Entrevistas a poetas” (2013), en el que como dice el título, Lema entrevista a 13 poetas, ahora esas entrevistas se trasladan a nueve analistas que provienen de diversas corrientes ideológico-políticas y regiones. Todos, publicados en agosto, el mes de la patria. Como hemos señalado en forma reiterada, en Editorial Canelas-Los Tiempos buscamos abrir escenarios de reflexión y debate plural sobre el país, pues consideramos que son fundamentales para la construcción de una sociedad más democrática, desarrollada, inclusiva, solidaria y justa. Este libro se inscribe en esa perspectiva y por ello agradecemos a Gonzalo Lema y, a través de él, a los analistas, hombres y mujeres, que han respondido a sus agudas preguntas, ofreciéndonos sólidos argumentos que, sin duda, nos interpelan y nos ayudan no sólo a ver mejor nuestro presente, sino también a avizorar un norte hacia el cual caminar. Si a ello contribuimos, habremos cumplido nuestro objetivo al editar este tercer libro de entrevistas de Gonzalo Lema.

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a morosa construcción de una opinión pública se fundamenta, también, en el buen saber de sus estudiosos. Es decir: su largo derrotero se inicia en el hogar, trajina las calles y las sendas, se apasiona en cabildos, asambleas y reuniones, languidece en las tertulias de café, y termina contrastando y tonificándose con la voz de sus analistas en los medios de comunicación. Existen, queda claro, otros procesos de elaboración, todos excepcionales, que inauguran esta regla común. Bolivia, nuestro país, que ha refundado su Estado (año 2009) para generar cobertura a todos sus pueblos y trabajar así un horizonte de esperanzas, ha vivido en meses (octubre, 2014; marzo, 2015) la experiencia reveladora de dos elecciones. La organización política y administrativa ha cambiado de conductores en regiones (departamentos) y localidades (municipios) salpicando de colores, como un feliz rocío, el mapa vasto de agrupaciones ciudadanas y partidos políticos: es esta la nueva Bolivia de autonomías y el poder político está dichosamente fragmentado. Todos debemos aprender a vernos, y vivirnos, a partir de esta contundente realidad. El gobierno central antes que nadie. Al mismo tiempo, es enternecedor descubrir que Potosí, a diferencia nada menos que de Santa Cruz, no se piensa como región y sí como país. Y que La Paz, sede del fuerte Gobierno central, tenga un gobernador opositor, un alcalde en su ciudad capital de otro color, y una alcaldesa también distinta en la ciudad de El Alto. ¿Cómo piensan políticamente los paceños? ¿Por qué los potosinos no se ven como región si tienen tanta riqueza? El MAS-IPSP se ufana de su alcance nacional y tiene razón histórica. Muy a su pesar fundacional, sin embargo, su nítida línea ideológica ha iniciado un proceso borroso de “irradiación” hacia grupos sociales (elites, se diría) que ha dado como resultado la contradicción del pregonado “buen vivir” con el capitalismo de Estado y sus afanes de industrialización. Los “oligarcas” de unos pocos años atrás, son los empresarios de hoy. ¿Es posible afirmar que son aliados del partido del gobierno central y del proceso de cambio? Esta nueva realidad social, política y cultural que vivimos ha sido muy bien apuntalada por una economía caracterizada por los grandes ingresos de la venta del gas y los minerales duros. ¿Qué hizo el país con tanto dinero? Las noticias dan cuenta, no obstante, que nuestra economía se desacelera paulatinamente. Una corriente de opinión afirma que es el tema central del tercer Gobierno de Evo Morales. A pesar de esta noticia triste, empieza el debate en la ciudadanía de su reelección indefinida. ¿Es legal? ¿Podría ser legítima? ¿Es auspiciosa en términos de democracia? Mientras nosotros, los bolivianos, debatimos estas ideas y desarrollamos sus efectos, un contexto internacional nos mira o nos obvia. Este precioso país de pisos ecológicos y matriz indígena, enclavado detrás de Los Andes y la Amazonia, se presenta ante las geografías vecinas como un centro de articulación natural del subcontinente. ¿Nos perciben así? ¿Cuánto hemos avanzado al respecto? ¿Acaso no hemos vivido siempre aislados del resto? Este libro ha de ayudarnos a comprender nuestra coyuntura. Los analistas que han atendido las entrevistas se han propuesto que así sea. El interés de todos está en construir una opinión pública fundamentada.

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Prólogo

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FRANZ FLORES CASTRO

Franz Flores Castro: “Potosí, a diferencia de Santa Cruz, no puede pensarse como región, siempre se piensa como nación”.

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ranz Flores Castro. Economista potosino, magister en ciencia política y candidato a doctor en ciencias políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Ecuador. Se desempeña como docente en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. Sus trabajos de investigación tienen relación con la historia política, Estado, élites, regionalismo y democracia, mismos que han sido publicados en revistas como Tinkazos, Anuario del ABNB y Surgiendo. 1. Gonzalo Lema (GL): Parece posible afirmar que el tema del mar cautivo logra el “milagro” de unir a los bolivianos. Yo digo

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que ese tema es, triste de mí, también un dolor. Un dolor que nos une. ¿Y las elecciones? ¿Acaso las elecciones generales no nos unen? Y, si me lo permites, ¿cómo se vive las elecciones en Potosí? ¿Como un hecho constitutivo de la patria? Franz Flores (FF) Creo que se debe diferenciar entre nación y Estado. La nación es un imaginario poderoso que, por los sentimientos de identidad y de solidaridad que genera, puede unir a las personas (como dice B. Anderson) más allá de las naturales y construidas diferencias que existen entre los individuos que componen la sociedad. Cuando decimos que el tema de la reivindicación marítima hace el “milagro” de unir a los bolivianos, lo que hacemos es referimos a un elemento histórico que, de una u otra manera, nos identifica y constituye como bolivianos y que nos encargamos de recrear cada 23 de marzo. Como señalas, esa referencia marítima es la parte seria y dolorosa de nuestro nacionalismo pero, cabe agregar, que el nacionalismo también aparece en asuntos no tan serios, más bien banales, como diría Billing, como el fútbol o el Dakar. En cambio, cuando hablamos de las elecciones más bien nos referimos a un hecho que tiene que ver con el Estado, con la definición de quiénes serán los administradores de los intereses públicos y, en la medida que se trata de un escenario de lucha por el poder, tiende a generar disputa, confrontación y desunión. Sin embargo, con todo, también la nación está detrás de este acto: los políticos la utilizan para legitimar su proyecto político y la gente va a las urnas no sólo como parte de un conjunto de personas, sino como parte de una comunidad política nacional. En Potosí las elecciones se viven como en otro departamento, como un acto más de los espacios de decisión colectiva democrática. A veces con gran expectativa, como fue el caso del respaldo al alcalde René Joaquino en las elecciones entre 2000 y 2005 y, otras, con la sensación de que se impone un candidato “desde arriba” y por ende una autoridad. Esto es lo que pasó en las últimas elecciones municipales de

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2. GL: Hace unos tres años, a propósito de un festival de cultura, visitamos Potosí y advertí que todos los presentes (altiplánicos, orientales, vallunos) hubieran estado de acuerdo si nos llamábamos República del Potosí. Listo, el mundo entero sabría de nosotros. Sin embargo, el entusiasmo contrasta con la marginalidad de años. ¿Cómo se beneficia Potosí con el “proceso de cambio”? ¿Qué rol se le tiene asignado dentro de la agenda 2025? FF: Como se repite de manera convencional, no se puede entender Bolivia sin Potosí, por el hecho de que Bolivia se identifica como un país minero. Los patriarcas de la plata (Arce, Pacheco), al igual que los barones del estaño (Patiño, Aramayo y Hoschild), tuvieron como fuentes de acumulación económica a minas ubicadas en el territorio potosino. El gran problema es que, a pesar de esta identidad, Potosí no ha podido construir un clivaje centro-periferia, es decir, un conjunto de proyectos, instituciones y liderazgos en torno a la identidad territorial que le permita plantear esquemas de resistencia al dominio del centro. Con Potosí pasa una cosa rara: tiene los recursos naturales que le podrían servir para presionar al Estado y tiene una identidad regional fuerte, sin embargo, no politiza el territorio, no puede construir un proyecto local que le permita desarrollo y modernidad. En cierto sentido Potosí, a diferencia de Santa Cruz, no puede pensarse como región, siempre se piensa como nación. Con el proceso de cambio Potosí se beneficia muy poco. Aquí no me refiero a las políticas públicas respecto de infraestructura caminera que son, sin duda, notables; me refiero a que Potosí continúa siendo una región dominada, sin capacidad de generar un proyecto regional. Cuando llega Evo Morales al Gobierno lo hace en un contexto de bonanza de los minerales: desde el 2004 que la minería en Potosí se vuelve a reactivar, empero, en vez de que esa bonanza sirva para generar

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políticas estatales que mejoren las condiciones de utilización del excedente minero, en realidad no pasa nada, los recursos, al igual que en el pasado, salen del departamento. Esto tiene que ver con el hecho de que el gobierno del MAS, a pesar de su discurso de recuperar el dominio estatal sobre los recursos naturales, en los hechos establece alianzas con los mineros, en especial con los cooperativistas, acepta su agenda empresarial. Esta agenda consiste en no subir las regalías, dejar que los mineros continúen trabajando en zonas que destruyen la forma cónica del Cerro Rico de Potosí y no controlar la contaminación que generan los ingenios mineros. A este factor se debe aditamentar el hecho que Potosí tiene una sociedad civil profundamente fragmentada, una elite económica que no ensambla su suerte empresarial con la de la región e instituciones que carecen de autonomía y capacidad de iniciativa política. Esta situación deriva en pobreza y marginalidad que, a la larga, recrea y reactiva el sentimiento, entre la población, de saqueo; la sensación de que Potosí nuevamente se perdió el tren del desarrollo, de que sus riquezas no sirvieron para lograr modernidad. Aparece una suerte de rencor colectivo que se expresa en movilizaciones regionalistas, largas, duras, heroicas, como la huelga potosina de 2010 de los 19 días, pero que no producen nada, porque detrás no existe un proyecto regional, no existe un clivaje territorial.

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abril de 2015 en la que el exsenador Maldonado fue vetado de postularse como candidato a alcalde por una resolución del muy cuestionado Tribunal Supremo Electoral de entonces.

3. GL: Se me ocurre, y sólo con el ánimo de contrastar, que existe una gran diferencia de “roles” entre Santa Cruz y Potosí. Mientras queda claro que Santa Cruz actúa como locomotora económica, Potosí se ve subordinada a lo nacional. Me llama la atención, porque Potosí nos da su riqueza desde… FF: Ésa es una muy importante pregunta ya que alude a los roles que cada departamento tiene en la nación boliviana, la manera en que el Estado imagina a las regiones. Para explicarlo se debe recorrer hasta la Revolución de 1952 en el que una evolución, que en su origen es un producto de la

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clase obrera y en especial del proletariado minero, se convierte en agrarista, se entrega al sueño de hacer de Bolivia un país de productores agrícolas. El razonamiento del Estado de 1952 era: como Bolivia es minera, lo es no por decisión propia sino porque así convenía a los intereses extranjeros, ergo: la tarea fundamental de la revolución era diversificar el país, hacerlo agrícola, para que pueda producir aquellos alimentos que en ese momento importaba. De inicio parece una buena idea, el problema es que detrás de esto establecía roles para cada región: Potosí tuvo el rol de ser productor de minerales, de generador de divisas, de recursos económicos que deberían destinarse al gran proyecto modernizador del MNR, que había cifrado sus esperanzas en la agroindustria y en Santa Cruz. Este imaginario de región y de nación que no proyectaba la modernidad por la vía de una diversificación de la minería potosina, fue, al final, lo que justificó el enorme trasvase de recursos de las regiones mineras hacia la regiones del oriente. Los estudios al respecto señalan que hubo una fuerte descapitalización de la Comibol, por ejemplo, el Estado de 1952 obligaba a esta empresa a vender sus dólares al Tesoro Nacional a precios diferenciados, por debajo de su cotización real. Lo trágico fue que esta lógica no fue respondida por la sociedad civil potosina. Es interesante ver que este lugar de Potosí, este su rol, fue aceptado y compartido por la sociedad potosina que en la década de los 50 no dijo nada al respecto. ¿Por qué? Para que esto suceda apuntaría dos elementos: por una parte, la élite potosina, que podía de alguna manera politizar la identidad territorial, fue barrida por la revolución nacional y, por otra parte, en Potosí aparece con fuerza un actor social que no puede pensarse como región sino como nación: Los mineros agrupados en torno a la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB). Claramente no articulaban sus demandas al Estado desde la identidad territorial sino desde la identidad de clase, los mineros potosinos entre 1952 y 1985 luchan por cambiar la nación entera, en su proyecto político ingresa Potosí pero de una manera muy secundaria. No obstante, con todo,

mientras estuvo la Comibol, algo de desarrollo hubo en las poblaciones mineras, la población podía ampararse en la FSTMB y, de hecho, eso es lo que sucedió. Cuando llega el Estado Plurinacional, ese rol permanece, baste mencionar que en 2010 Potosí llegó a ser el segundo departamento exportador, detrás de la “locomotora” de Santa Cruz, sin que cambie la realidad de Potosí, continúa sin llegar el ansiado desarrollo y modernidad. 4. GL: Si bien se afirma que el MAS-IPSP tiene presencia nacional, se sabe que tiene mucho más arraigo en el altiplano que en el valle, y menos aún en el oriente donde, ya lo dije, sin embargo, está presente. ¿Qué interpela este partido en los pueblos originarios? ¿Por qué se favorece aún del voto de la clase media? FF: Soy del criterio que lo que se vivió en la primera década del siglo XXI no sólo fue una crisis de Estado sino de nación. Lo de la crisis de Estado es algo que ha sido trabajado mucho y quizá no vale la pena repetirlo, en cambio la crisis de nación significó que el foco de identidad colectiva entró en crisis. Desde la vereda oriental se recreó la idea de que lo cruceño tenía una matriz identitaria distinta de la nación kolla; que en su cultura estaba arraigada la modernidad, el progreso y la convivencia democrática; por su parte, desde la vereda indigenista, se sostenía que la nación boliviana sólo reflejaba la cultura oligárquica que desconocía el mundo indígena que, según ellos, permanecía invisibilizado, oculto y hasta despreciado. Morales posiciona su discurso desde la segunda perspectiva, propone un cambio estatal que combina demandas de mayor equidad y justica social y económica, con demandas de reconocimiento cultural. Por otra parte, creo que la popularidad de Morales y del MAS se la debe entender en el contexto de una profunda crisis del proyecto neoliberal que abrió una estructura de oportunidades políticas para que interpelaciones como la de una mayor justicia social y un mayor reconocimiento cultural, tengan un gran arraigo y respaldo político y

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5. GL: Alguna opinión indica que estas dos últimas elecciones (la nacional, octubre 2014; la subnacional, marzo 2015) son una elección en dos tiempos. ¿Te parece un razonamiento fundamentado? Porque otra opinión indica lo contrario: lo nacional es distinto a lo regional y mucho más a lo local. Es decir, son dos elecciones muy distintas. ¿Qué piensas tú?

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FF. Yo me voy por lo segundo, por la opción de que la elección nacional es distinta de la subnacional; son dos escenarios distintos porque se juegan otro tipo de propuestas, participan otros liderazgos y se disputan distintos espacios de poder. Esto tampoco quiere decir que estén desconectados, empero desde un punto de vista analítico es mejor tomarlas por separado. También existe una razón adicional que me permito desarrollar: en cualquier elección la gente suele evaluar la gestión y premia o castiga con su voto al partido o candidato que estuvo en la administración previa. Postulo que cuando la ciudadanía fue a votar en las elecciones subnacionales lo hizo poniendo la mira, en lo fundamental, en la gestión de la Gobernación o de las alcaldías. Por ejemplo, si correlacionamos los datos de ejecución presupuestaria de la gestión 2014 con los resultados electorales, vemos que las alcaldías que lograron una buena ejecución presupuestaria, es decir, mayor al 70%, tuvieron como “premio” la confianza de la población, eso es lo que pasó con el alcalde Revilla en La Paz, con el controvertido Percy Fernández en Santa Cruz y con Jaime Paz Jr. que, como candidato, es de la misma corriente del alcalde saliente. En cambio, en aquellas regiones donde la gestión fue mala o mediocre la gente “castigó” con su voto, eso pasó notoriamente en la ciudad de Sucre donde perdió el candidato que representaba la continuidad de la gestión de Torres, no fue favorecido con el voto, y en la Alcaldía de El Alto. No quiero decir con esto que esta sea la única variable, pero creo que es útil empezar a rastrear por esos lados para entender lo que pasó en las elecciones subnacionales, sirve para alejarse un poco de las interpretaciones que indican que éste es el inicio de la debacle del MAS en el poder o de los que señalan que simplemente no pasó nada en la elecciones.

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electoral. Adicionalmente, cuando Morales y el MAS llegan al poder ya sea por el proceso de nacionalización o por los altos precios de las materias primas, dispone de una gran cantidad de recursos que permite establecer procesos de redistribución económica, a través de la asignación de bonos, subvenciones y tolerancia impositiva, entre otros. Empero, esta disponibilidad de recursos tiene efectos perversos, ya que el Estado se asegura gobernabilidad no tanto por su capacidad de imponer regulaciones, como por su capacidad de redistribuir las riquezas entre los segmentos con capacidad de presión política. Siguiendo a Michael Mann, se podría decir que el Estado pierde su oportunidad de crear un poder infraestructural. Este hecho se muestra en el caso de Potosí, ya que si bien en 2006, cuando llega Evo Morales al poder, había un proyecto estatal inscrito en el Plan Nacional de Desarrollo, de regular la cadena de prospección, producción y comercialización donde la Comibol jugaba un rol central, este objetivo fue dejado de lado y el Estado nacionalista plurinacional cede a los intereses de la minería extranjera, cooperativa y mediana. Lo que en su inicio fue una intención de recuperar para el Estado la función reguladora, tuvo que ser dejada de lado por la presión corporativa de los empresarios mineros cooperativitas. En suma, si bien el neoliberalismo, en muchos sentidos, significó el abandono del Estado de su función reguladora, este tema todavía está pendiente en el Estado Plurinacional; a nivel de América latina, de la mano de los gobiernos del “giro a la izquierda”, se ha retornado al Estado regulador, pero eso todavía es una asignatura pendiente en Bolivia.

6. GL: De todas formas, con una u otra interpretación, es visible el enorme apoyo que tiene Evo Morales frente a las dudas de su partido. Una prueba contundente es la merma de votos en las elecciones subnacionales donde

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él no está de candidato. ¿Qué virtudes tiene el MAS-IPSP que no tienen los otros partidos o agrupaciones? ¿En qué rasgos es parecido a los demás? FF: El punto de partida de mi análisis es que Morales y el MAS se sitúan exitosamente en un proceso de redefinición del imaginario de nación, en el agotamiento del proyecto neoliberal. Lo que pasa es que el MAS es un proyecto nacionalista que introduce lo indígena al imaginario de nación y que se constituye en el emisor más autorizado para hablar y emitir este discurso. Si uno hace un repaso de todos los discursos de los líderes del llamado socialismo del siglo XXI esto es lo que pasa, son movimientos nacionalistas porque el centro de su interpelación es la nación y su habilidad consiste en ensamblar su discurso político, la apelación a la comunidad política imaginada con los intereses nacionales. La otra clave está en que estos Gobiernos surgen en los momentos en que existe una especie de boom de las materias primas. 7. GL: A propósito de tu estudio en curso sobre la región y la centralidad, ¿cómo han de operar las autonomías regionales? Los bolivianos sabemos que toda la distribución de nuestros ingresos (por cualquier concepto) se realizó incluso antes del año 2006. Es decir: son autonomías con el mismo dinero, y es por eso que se requiere un nuevo pacto fiscal. ¿Cómo crees que debe manejarse este tema? ¿El nuevo pacto fiscal será esencial si se lo atiende con solidaridad respecto a las regiones más pobres? FF: Potosí nunca ha sido un departamento que se entusiasme mucho con la idea no digamos ya autonómica, sino sólo la descentralizadora. Cuando en 1989 se puso en el tapete de discusión el tema de la descentralización administrativa, claramente Potosí, junto con los departamentos del sur (en ese entonces Tarija todavía no despuntaba en su potencial hidrocarburífero) plantearon lo que se llamó un fondo de compensación departamental, como un mecanismo para que los departamentos

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que no podían solventar con sus recursos fiscales las competencias a ser descentralizadas, puedan encarar el proceso. Pero esto no sólo se vio como un mecanismo técnico, sino como una compensación histórica, en el caso potosino el argumento era que se trataba de un departamento que en el pasado había aportado al desarrollo de otros departamentos, por lo que correspondía crear una especie de fondo económico especial que corrija los graves desbalances interregionales. Posteriormente, todas estas discusiones y propuestas fueron dejadas de lado porque, en 1992, el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada aplicó una descentralización por la vía municipal, dejando de lado la departamental. Para Potosí el pacto fiscal no es un tema positivo o negativo en sí mismo, ya que este proceso se desarrollará en un escenario muy complejo que muestra rezagos institucionales de las unidades administrativas departamentales y municipales que son particularmente profundas en el caso potosino y que me permito enumerar: por una parte, la carencia de una burocracia profesional eficiente, la recepción de recursos económicos no ligados al esfuerzo fiscal de la población local, el uso de los recursos fiscales para gasto corriente y no para inversión productiva, la dependencia de los ingresos por minería. Insisto en que estos problemas son comunes a todas las regiones, pero tienen un énfasis mayor en Potosí. A esto aspectos se debe aditamentar la ausencia de un proyecto político y económico regional que logre ensamblar los intereses de sus principales actores económicos (mineros) con los intereses de la región. La tragedia que vive hoy el departamento es que los ingresos que se generan en su territorio no son reinvertidos en el mismo o son inversiones que no generan encadenamientos virtuosos con el empleo y la diversificación. 8. GL: ¿Cuán desarrollada está la cultura de la democracia en Bolivia? Que el alcalde, o el gobernador, sean de un color distinto al azul, por ejemplo, ¿es, a priori, un problema? O al

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FF: El tema de la cultura política es en extremo complejo. Al tener que ver con pautas culturales son necesariamente factores acumulativos de largo plazo. Uno de los rasgos que nos endilgan a los bolivianos es el de tener una cultura política autoritaria. Según esta visión los bolivianos somos poco proclives al diálogo y la búsqueda de consenso, algo de razón deben tener. Sin embargo, yo destacaría que las diferencias, las disputas, siempre van a existir, eso es parte de la vida en sociedad, por tanto que el Presidente del Estado o el alcalde sean de colores políticos distintos no es de principio algo malo, un problema, es más bien parte de la realidad política de todos los países. Empero, la cosa es preocupante cuando los conflictos no encuentran mecanismos democráticos de resolución, más aún cuando la política no sólo discurre en los espacios “clásicos” como los partidos o el parlamento. Bolivia tiene un déficit notable en ese diseño institucional, que no tiene que ver sólo con la carencia de institucionalidad sino de eficiencia de los mismos. En ese sentido, es deseable esperar que se debe propender a la creación de una institucionalidad que permita que esas disputas se realicen en marcos de respeto al adversario y a la opinión del otro. Una de las apuestas fuertes del Estado Plurinacional es la de construir una sociedad intercultural cuya condición básica es el diálogo entre diferentes culturas, empero ese punto todavía es un asunto pendiente, ya que esferas como la justicia, la educación y la economía no muestran avances significativos en ese sentido. 9. GL: Los bolivianos hemos sufrido un dolor intenso en el enfrentamiento entre el “campo” y la ciudad en varios puntos del país. Al cabo de estos años, ¿se ha recompuesto el cuerpo social? ¿Es posible abrigar esperanzas de una

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vida integrada y en común? FF: Cuando uno compara la experiencia de otros países, por ejemplo Colombia, o el Perú de los años 80, se da cuenta que realmente en Bolivia las cosas no han sido tan graves. Los clivajes regionales, étnicos o políticos no han procreado escenarios de violencia de los cuales sea muy difícil salir. Posiblemente esto se deba a que Bolivia, a diferencia de otros países, ha dado pasos en la resolución de algunas escisiones sociales que le han permitido escenarios pacíficos de resolución de conflictos; en ese sentido, y pese a todas las críticas que se puedan hacer a la Revolución de 1952, no se puede desconocer su extraordinario rol en la integración de vastas capas de campesinos a la nación y al Estado boliviano. Que todos estos cambios, junto con los que se hicieron entre 1985 y 2000, fueron insuficientes está fuera de toda duda, por ello entre 2000 y 2009 Bolivia era un país con “tensiones irresueltas” como titulaba un libro del PNUD, empero las mismas pudieron ser superadas a partir de mecanismos democráticos. Obviamente que este proceso no ha sido fácil, ha implicado luchas y desencuentros, pero al final, con todas sus críticas, la misma pudo resolverse (parcialmente) por los cánones institucionales de la Asamblea Constituyente realizada entre 2006 y 2008. Empero quedan muchos temas pendientes que se hace necesario resolver, uno de ellos es el de construir un Estado intercultural, que por una parte sea capaz de ejercer autoridad sobre la sociedad pero también sea el espacio para la construcción de consensos.

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revés: que las alcaldías sean azules y no así la Gobernación (Santa Cruz, Tarija). ¿Qué debe trabajarse para respetar todas las diferencias que la vida en sociedad plantea? ¿Es un proceso que se puede abreviar?

10. GL: ¿Cómo queda Bolivia después de estas dos últimas elecciones? ¿Es posible percibir el futuro que nos tocará recorrer? FF: Las elecciones nacionales de octubre de 2014 y las elecciones subnacionales de marzo de 2015 han generado aparentemente dos escenarios distintos. Por una parte, la imagen de un partido de gobierno y un Presidente prácticamente invencibles, con una gran capacidad para avanzar sobre regiones que eran como bastiones electorales de la oposición,

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éste es el caso de Santa Cruz; por la otra, está el escenario subnacional donde el MAS parece débil y la oposición fuerte, ya que logra copar espacios electorales que parecían imposibles como la Alcaldía de El Alto y Cochabamba. Una de las interrogantes que uno se hace sobre estos disímiles escenarios es si pueden convivir sin generar escenarios de ingobernabilidad; al respecto ya se han dado señales de parte del poder ejecutivo de la necesidad de trabajar en una articulación entre los distintos niveles de gobierno, lo que es positivo. Empero esta articulación no se da en vacío, se da entre un

centro que acumula poderes económicos y políticos y un conjunto de periferias regionales que no tienen la misma capacidad para resistir la lógica dominante del centro. En ese sentido, regiones como Santa Cruz, que han logrado construir instituciones, proyecto e identidad territorial, están en mejores condiciones de arrancarle al centro recursos para su desarrollo, versus periferias como Potosí, que contrariamente exhibe poca cohesión de su sociedad civil y un dominio perverso de su actor regional más determinante como son los cooperativistas mineros.

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ochabambino, 1960. Licenciado en Sociología por la UNAM. Doctor en Ciencia Política por Flacso, sede México. Catedrático e investigador de la Universidad Mayor de San Simón (CESU-UMSS). Directivo del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). Coordinador del Grupo de Trabajo “Ciudadanía, organizaciones populares y representación política” de Clacso. Investigador en el Proyecto “Desarrollo, Innovación y Multiculturalismo” de Unsam. Últimos libros publicados: Dilemas. Ensayos sobre democracia intercultural y Estado Plurinacional (2011). Incertidumbres tácticas. Ensayos sobre democracia,

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ciudadanía y populismo (2014).Blog: pioresnada. wordpress.com. 1. Gonzalo Lema (GL): Los bolivianos afirmamos, casi sin excepción, que el tema del mar cautivo trasciende nuestras tendencias políticas y nuestro “encuevamiento” regional y termina uniéndonos en una sola gran nación. Es decir: es un tema (un dolor, diría) constitutivo de nuestra nacionalidad. Y, ¿qué se puede decir de las elecciones nacionales? ¿Nos “constituyen” también? Fernando Mayorga (FM): Sí, en la medida que las elecciones representan la democracia. Pero eso ocurre de manera episódica porque es un rito político con calendario. Un rito intenso: los datos de participación electoral en la última década son una nítida manifestación de la capacidad interpelatoria de la democracia electoral, porque existe un importante grado de asistencia a las urnas –entre 85 y 95 por ciento–. Esa actitud se manifestó inclusive en coyunturas críticas de intensa polarización que hacían suponer que la resolución de la crisis estatal sería la violencia o la anomia. En esas situaciones, entre 20072008, las élites políticas, sindicales y regionales optaron por soluciones institucionales, como el referendo para la revocatoria del mandato del presidente y de los prefectos, y la sociedad acudió a las urnas. Se trata de la eficacia del voto ciudadano. Un hecho fundamental para la vigencia de esa convicción democrática es la participación político-electoral de los campesinos e indígenas que, hace dos décadas. optaron por forjar un “instrumento político” para disputar el poder mediante elecciones, es decir, apostaron a la democracia. Es un hecho que se remite a fines de los años 70, cuando la recién fundada Csutcb se movilizó contra los golpes militares en defensa de la democracia, y esta se convirtió en una demanda de alta agregación en la sociedad boliviana.

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FERNANDO MAYORGA: “La economía se constituye en el tema central de la agenda del tercer Gobierno de Evo Morales”.

Por otra parte, así como la democracia nos congrega como sociedad, es un régimen político que permite la expresión de la diversidad.

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La distribución de preferencias electorales expresa la diversidad de tendencias ideológicas en una sociedad y, por esa vía, muestran el grado de pluralismo político. Es decir, el hecho electoral nos constituye como ciudadanos y la distribución de votos delinea el mapa político mediante la definición de mayorías y minorías. Ahora bien, la ampliación de la democracia no se limita a la eficacia del voto ciudadano, se expresa en la inclusión política de nuevas identidades y demandas, entre las que sobresalen las mujeres y los indígenas-campesinos. La democracia nos congrega pero con matices interpretativos, porque existen diversas lecturas acerca de la caracterización del modelo político: algunos lo definen como democracia intercultural, otros como populismo autoritario, por mencionar un par de ejemplos. En cambio, la actual estrategia de reivindicación marítima logró un consenso excepcional que se ha traducido en la conformación de equipos de composición pluralista bajo la égida del Gobierno pero con criterios compartidos y autonomía de opinión. En otras palabras, es una política de Estado que desdice las acostumbradas miradas auto denigrantes que menosprecian la solidez de nuestras instituciones, sobre todo cuando se las compara con las chilenas. 2. GL: En el actual proceso social boliviano, caracterizado por la inclusión social de sectores tradicionalmente “olvidados”, de regiones excluidas del desarrollo y por la incorporación de los pueblos originarios al cimiento mismo del Estado, ¿deberíamos pensar que las elecciones nacionales son una manifestación que explicita la voluntad de construcción de una patria para todos? FM: La voluntad –así sea con buenas intenciones– no es un criterio apropiado para caracterizar el comportamiento de los actores políticos, tampoco de los electores. No existe un espíritu de unidad nacional que se manifieste en las elecciones o en un partido de fútbol. Es una lectura de tinte hegeliano que no comparto. Lo

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que se expresa es la diversidad de tendencias, demandas, identidades, proyectos e intereses políticos, culturales y económicos. El dato crucial de las elecciones del siglo XXI es la tendencia a la concentración de votos en una fuerza política, el MAS, que representa a organizaciones populares, sobre todo campesinas e indígenas. Esa coalición impulsó la creación del Estado Plurinacional que tiene varios ingredientes institucionales, como la democracia intercultural y la ciudadanía multicultural, que formalizan la inclusión de sectores sociales antaño marginados (como dijimos: campesinoindígenas, también mujeres y jóvenes). Otra faceta del nuevo modelo estatal es el régimen de autonomías territoriales que tiene la finalidad de profundizar la descentralización del Estado, pero sus avances son pausados, tanto en la autonomía departamental –apenas un estatuto aprobado hasta la fecha– como en la autonomía indígena –sólo dos estatutos serán sometidos a referendo–. Es importante destacar que la democracia intercultural resolvió el clivaje étnico con el reconocimiento de la democracia comunitaria y la autonomía indígena, así como la ciudadanía multicultural se materializó en el reconocimiento de derechos colectivos de los pueblos indígenas; asimismo, la incorporación de las autonomías departamentales en la CPE resolvió el clivaje regional. “Resolvió”, en la medida que se forjaron nuevas condiciones institucionales para el tratamiento de demandas, necesidades e intereses a partir de una fuerza política que, desde 2006, tiene el control del Gobierno central. Evidentemente, la política es más pluralista en el nivel subnacional (departamental y municipal) porque entran en juego otro tipo de demandas y perfiles de liderazgos. Por esa razón, la distribución de preferencias electorales provoca un cuadro político con mayores matices en la conformación de los gobiernos departamentales y municipales. En general, una combinación de mayoría y pluralismo es una fórmula apropiada para la “gobernabilidad democrática” y, en cierta

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3. GL: En esta misma coyuntura político-social que vivimos, a continuación de las elecciones nacionales, los bolivianos concurrimos a las elecciones subnacionales. Es decir: votamos por un gobernador departamental y por asambleístas, por alcaldes y concejales. Está bastante claro que asistimos a las urnas con un pensamiento distinto: lo regional, lo local. ¿Es así? ¿Ya no pensamos en la patria grande sino en el “paisito”, como se decía antes? FM: Simplemente se trata de escenarios distintos. Es la misma comunidad política que se expresa en diversas escalas y, por eso, no se modifica el sentido de pertenencia a lo nacional. El debilitamiento de la comunidad nacional se produjo en la década pasada cuando el clivaje regional produjo una polarización en torno a las demandas de autonomías departamentales (es suficiente recordar la “media luna” y los ilegales referendos por estatutos autonómicos con banderas departamentales), y el clivaje étnico se expresó en la propuesta de autodeterminación indígena (algunas voces aimaras negaban la república desde su origen y llamaban a una guerra civil). Como señalé anteriormente, ambos clivajes fueron articulados en el diseño del Estado Plurinacional y ya no dividen la sociedad ni enfrentan a los actores políticos ni sociales. Existen variaciones entre el voto nacional y el voto local (departamental y municipal) porque entran en juego otras demandas y otros liderazgos; además, las constelaciones partidistas varían en cada región, excepto por la presencia del MAS como única organización política de presencia nacional (mantiene su supremacía política en más de dos tercios de los gobiernos municipales, la mayoría en el área rural). También se expresa de manera más nítida la personalización de la representación política -un rasgo general de la democracia contemporánea- sobre todo en el área urbana, donde el peso de las organizaciones campesinas

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es menor y la relación candidato-elector está mediada por otros ingredientes, entre los que sobresalen los medios de comunicación y las redes sociales. 4. GL: El presidente Evo Morales Ayma rebasó el 60% de los votos en las elecciones nacionales de octubre pasado, pero su partido político, el MASIPSP, “sufrió” una importante merma de votos o apoyo en las elecciones subnacionales de marzo de este 2015. Con tus tres respuestas previas aún frescas en nosotros, ¿qué concepto nos debería quedar en claro? ¿Qué piensa el ciudadano boliviano respecto a ambas elecciones? FM: Es un ejercicio inútil comparar las elecciones de octubre de 2014 y los comicios de 2015 para discutir si el MAS “ganó” o “perdió”. Mi análisis adopta otra perspectiva. Para analizar los efectos políticos de las elecciones subnacionales considero que es preciso tener en cuenta que desde hace una década –precisamente cuando Evo Morales asume el Gobierno– el escenario político se ha tornado más complejo por la combinación de dos lógicas (horizontal y vertical) de distribución de los recursos institucionales de poder. Una combinación que define el proceso político decisional, es decir, el estilo de gobierno. Antes de 2005, sólo imperaba una distribución horizontal del poder político que definía las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo. Desde las elecciones de 2005 se introdujo una distribución vertical de poderes con la elección popular de prefectos que redefinió el vínculo entre el Presidente y las autoridades departamentales. Anteriormente, la distribución del poder se limitaba al ámbito parlamentario y se definía bajo el fantasma de la ingobernabilidad incentivando la formación de coaliciones mayoritarias (la “democracia pactada” vigente entre 1985 y 2002) en respaldo del Presidente. La elección de prefectos en 2005 sentó las bases de una división vertical de poderes que, con la implementación de las autonomías departamentales desde el año 2010, se institucionalizó como un rasgo del Estado Plurinacional.

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medida, ese es un dato central de los comicios de marzo de 2015.

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Esta distinción entre dimensiones de la distribución del poder político permite evaluar apropiadamente los resultados de los comicios subnacionales. Seis gobernadores son oficialistas y tres de signo opositor. Casi todas las alcaldías de las principales ciudades fueron ganadas por candidatos opositores. Excepto en Santa Cruz, el MAS tiene mayoría en las asambleas departamentales, y la oposición tiene una presencia legislativa importante en cuatro departamentos (Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Beni) aunque ese vocablo –“la oposición”– sólo sirve para designar a los rivales del MAS, no caracteriza a un actor específico, menos a una coalición. Lo que me interesa destacar son las consecuencias de las elecciones subnacionales en la reconfiguración del campo político y, para tal fin, es preciso comparar la distribución horizontal y vertical del poder en las tres gestiones consecutivas del MAS. La primera gestión de Evo Morales, entre 2006 y 2009, se caracterizó por una intensa polarización política que se expresó institucionalmente en la coexistencia de dos figuras complejas: “Gobierno dividido” y pugna vertical de poderes. La figura de “Gobierno dividido” se produce cuando el partido que tiene la jefatura de gobierno no controla el poder legislativo; en este caso, la oposición (Podemos, UN y MNR) tenía mayoría en el Senado y dispuso de cierta capacidad de veto a las decisiones oficialistas. La división vertical de poderes se convirtió en una intensa pugna política después de la formación de Conalde, una coalición de prefectos hostiles al presidente. Esa pugna concluyó con la realización del referéndum por la revocatoria de mandato. En cambio, en la segunda gestión de Evo Morales (2010-2014) se dio una figura opuesta: el MAS tuvo mayoría de dos tercios en las dos cámaras de la Asamblea Legislativa y el control de siete gobernaciones (con un par de maniobras de por medio). La concentración de poder fortaleció el decisionismo presidencial porque se debilitó el

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control de tipo multipartidario —aquel que debe ejercer el parlamento— debido a la mayoría calificada oficialista, así como el control de carácter contramayoritario —aquel que deben ejercer otros poderes, sobre todo el judicial— debido a la subordinación de los otros órganos del Estado al ejecutivo. También se acrecentó el centralismo por la precariedad de los gobiernos departamentales y la lentitud en la elaboración de estatutos autonómicos. Ahora bien, la actual gestión gubernamental presenta una combinación inédita porque, en octubre de 2014, se reprodujo la mayoría calificadadel MAS en la Asamblea Legislativa Plurinacional y, en marzo de 2015, se ha forjado una interesante división vertical de poderes porque existe mayor pluralismo en el manejo de gobiernos subnacionales. Es decir, no se repetirá la polarización conflictiva de la primera gestión, tampoco se reiterará la supremacía oficialista de la segunda gestión. A mi juicio, los resultados de los comicios subnacionales configuraron escenarios políticos pluralistas más proclives a la interacción política y a la colaboración intergubernamental; inclusive la figura de “Gobierno dividido” en el gobierno departamental de La Paz (con Félix Patzi como gobernador y una asamblea opositora mayoritaria) adquiere otro matiz en ese nivel puesto que existe un interés común: la implementación de la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025. Este programa o conjunto de políticas de desarrollo puede incentivar el establecimiento de acuerdos entre el Gobierno central y los gobernadores opositores, incluyendo a los alcaldes opositores o ajenos al MAS que vencieron en la mayoría de las ciudades –las más importantes, incluyendo El Alto y La Paz– y manejarán el 60% de los recursos públicos. A este panorama es necesario sumar la realización de cinco referendos para aprobar estatutos autonómicos como parte del fortalecimiento de los gobiernos departamentales. Estos son, a mi juicio, los efectos políticos de los resultados electorales de marzo de 2015.

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FM: La capacidad hegemónica del MAS se basa en su aptitud para articular los dos ejes discursivos que definieron y conducen el proceso político: nacionalismo e indigenismo. El primero tiene que ver con el Estado y el segundo se refiere al sujeto del “proceso de cambio”. Existe un revival del nacionalismo revolucionario porque se restituyó el protagonismo del Estado en la economía, empero el pueblo del siglo XXI no es, obviamente el “pueblo” del ‘52, que era una alianza de clases conducida por un partido. Ese “pueblo” fue sustituido por un “sujeto plurinacional” que en la CPE es definido como “naciones y pueblos indígena originario campesinos”. Empero, al margen de esa definición normativo-legal, existen varios sectores populares –rurales y urbanos– que son actores centrales en el patrón de desarrollo, tales como cooperativistas mineros, comerciantes, asociaciones de productores y transportistas. En los últimos años, particularmente desde el conflicto en torno al Tipnis, se han modificado las relaciones entre el movimiento indígena y el MAS; así como el partido de gobierno ha ampliado su radio de convocatoria a otros sectores para incluirlos en el modelo de desarrollo. El último ejemplo es la presencia protagónica de los empresarios agroindustriales en la “cumbre agropecuaria”. En otras palabras, es necesario investigar acerca de la composición sociológica y económica del “sujeto plurinacional”. 6. GL: Sin embargo, de la evidente hegemonía del MAS-IPSP en el país, en estas últimas elecciones

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municipales éste ha sido derrotado en casi todas las capitales de departamento (ciudades grandes), como en muchas de las ciudades intermedias. En ese mismo momento, pero en las papeletas de gobernadores, ha perdido tres importantes regiones: La Paz, Santa Cruz y Tarija. Ahora tenemos un Presidente con más del 60% de apoyo y diversa oposición en tres gobernaciones y varias alcaldías. Es muy interesante lo sucedido, y novedoso para los bolivianos. Esta realidad de preferencias políticas nos obliga a caminar al “centro” (lo genuinamente democrático) para concertar entre los tres niveles de gobierno. Es un buen ejercicio de convivencia democrática. Sin embargo, ¿ha de sufrir la gobernabilidad en general? ¿Se vienen los problemas? Lo sucedido ¿es un paso adelante o uno para atrás en la estructuración del Estado Plurinacional? FM: Hice un esbozo del campo político resaltando la concentración de poder en la dimensión horizontal y un avance del pluralismo en la dimensión vertical. Hay que destacar que las gobernaciones bajo el mando de fuerzas opositoras son los más “ricos” del país: Tarija, Santa Cruz y La Paz, pero sus configuraciones parlamentarias son disímiles. Los Demócratas son mayoría en la Asamblea Departamental de Santa Cruz; el MAS es mayoría opositora en La Paz provocando una figura de “gobierno dividido”, y Tarija es un caso más complejo porque existen tres fuerzas políticas con representación en la Asamblea Departamental y también tienen bajo su mando a “subgobernadores”. Además, en los tres casos, los alcaldes de las ciudades-capital son figuras con peso propio y no se enmarcan en la dinámica oficialismo-oposición del ámbito nacional. En esa medida, es posible que todos los actores políticos –sobre todo los locales– tengan incentivos para “avanzar” hacia el centro para consolidar sus liderazgos. Ésta es una ruta óptima para consolidar el proceso autonómico, pero su recorrido dependerá de las estrategias partidistas con miras a las elecciones de 2019. Por lo pronto, el campo opositor sufrirá una reconfiguración

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5. GL: Sin duda, el partido oficialista el Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS IPSP) tiene una presencia nacional que todos los partidos ansían desde siempre. También queda muy clara la dificultad que se plantea a los partidos y agrupaciones de la oposición de hacer “ingresar” su discurso en el ámbito rural y, ya ni hablar, en las comunidades de lo profundo de nuestras etnias. Así como en el 52 se generó la ideología del Nacionalismo Revolucionario, ¿qué ideología es la que se ha establecido ahora? O, quizás, existe otra explicación…

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porque un efecto directo de los comicios de marzo de 2015 fue la desarticulación de la coalición opositora Unidad Demócrata. 7. GL: Pese a la reticencia del MAS-IPSP a considerarse un partido político de acuerdo al concepto tradicional que se tiene, y de insistir en su carácter sui generis de “instrumento”político útil para todos los sectores sociales y movimientos, en lo que respecta a sus muchas y reiteradas conductas y actitudes (enorme corrupción, autoritarismo, líder único e irremplazable) se asemeja demasiado a los partidos políticos descalabrados en octubre de 2003. No se ve diferencia en la práctica. ¿Cómo debe pensarse al MAS-IPSP? ¿Qué nos indican los hechos como última palabra del discurso? FM: El MAS es una coalición de gobierno. No se asemeja a los partidos tradicionales porque su composición social es muy diferente, así como el perfil de su líder. El MAS se nutre de las organizaciones sindicales, sobre todo campesinas: la base sólida de apoyo está constituida por las confederaciones nacionales de campesinos, de mujeres campesinas indígenas (las “bartolinas”) y colonizadores (denominados “interculturales”). No existen fronteras nítidas entre organización social e instrumento político, además esa relación varía de región a región. Una composición de esta naturaleza crea condiciones para que las presiones corporativas se mezclen con el uso patrimonialista de los recursos públicos, tal como ocurrió en el Fondo Indígena con varios dirigentes acusados de corrupción. Con todo, existen elementos de autoritarismo y corrupción pero no son los rasgos centrales del MAS. Un rasgo central es el liderazgo de Evo Morales que se explica por la existencia de un fuerte lazo carismático con sus seguidores que es reforzado con la identidad campesinoindígena que representa como dirigente, es decir, la relación entre líder/organizaciones sociales/partido político/base electoral distingue notablemente el caso boliviano del venezolano o ecuatoriano. A eso se suma una cultura sindical —parte constitutiva de nuestra

sociedad desde, precisamente, 1952— que se caracteriza por la negociación permanente y que permite entender la aptitud de Evo Morales para “avanzar al centro” esgrimiendo un estilo de acción que —hace varios años— definí como una combinación entre “retórica radical y decisiones moderadas”. Por esa razón, no es adecuado asimilar el liderazgo de Evo Morales al de Hugo Chávez, o considerar que el MAS es una versión actual de ADN o del MIR, para mencionar algunos ejemplos de autoritarismo y corrupción. 8. GL: A mí me sorprendió, en un principio, que en estas dos elecciones el MAS-IPSP haya invitado a muchos actores políticos provenientes de lo más conservador, señorial y reaccionario de los partidos y de la sociedad. Más tarde supe que lo hicieron para concretar la idea de partido único. Pasé de la sorpresa a la decepción. ¿Cómo se entiende esta decisión? ¿”Flaquea” lo ideológico? ¿”Campea” lo pragmático? ¿Cuál fue el resultado final de esta medida? FM: Un cálculo electoral que, por cierto, no logró los resultados esperados porque esas personas no le dieron rédito en las ciudades. Se puede analizar esa estrategia desde varias perspectivas, sin reducirla a la distinción entre lo ideológico y lo pragmático, porque la apertura del MAS ocurre de manera previa a este último ciclo electoral. La apertura a las clases medias forma parte de lo que denomino un “giro programático” en el MAS y que se sintetiza en la búsqueda de un punto de equilibrio entre nacionalismo e indigenismo, entre lo estatal y lo popular, entre lo republicano y lo plurinacional. El ejemplo nítido de este giro es la adopción de la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025 que establece metas de desarrollo muy parecidas a los Objetivos del Milenio, y aunque existe una reiteración del término “soberanía” en los 13 pilares de la Agenda 2025 tiene el tenor heterodoxo de la política económica. Además, la celebración de la fundación de la república es la negación de la prédica “descolonizadora” que insistía en rechazar el pasado, considerado sin matices como una “era colonial”. Con la Agenda Patriótica

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9. GL: Se ha abierto ya el debate sobre la modificación de la Constitución Política del Estado que permita la reelección indefinida del Presidente. Por supuesto que la discusión ha de contrastar la legitimidad con la legalidad. El razonamiento jurídico no puede estar de acuerdo con la perpetuación en el poder, pero es probable que la ciudadanía legitime aquello. ¿Qué influencia tendrían las gobernaciones y alcaldías opositoras en el proceso? Estoy seguro que desarrollarán grandes campañas por el “No”… FM: Como dije antes, uno de los primeros desafíos que deben encarar las fuerzas contrarias al MAS es la reconfiguración del campo opositor. El curso de ese proceso influirá en la definición de posturas respecto a un posible referéndum dirigido a una probable modificación constitucional con miras a la reelección indefinida. 10. GL: ¿Cómo queda Bolivia después de estas dos elecciones? FM: Las dos elecciones definieron el cariz de la tercera gestión del MAS y, como señalé en respuestas anteriores, mi balance es positivo, si es que se compara con las anteriores gestiones y no con “lo-que-debería-ser”. Sin embargo, esta tercera gestión de gobierno enfrenta un elemento novedoso: el riesgo es externo. Me explico. El tercer mandato de Evo Morales se inició enfrentando un contexto económico externo que conlleva factores de riesgo para la continuidad y profundización del “proceso de cambio”, un riesgo inexistente en las dos

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anteriores gestiones bajo la conducción del MAS. Como contrapartida, el contexto interno muestra rasgos de estabilidad política y continuidad institucional que se constituyen en recursos idóneos para la ejecución de una estrategia gubernamental dirigida a mitigar el impacto de la caída del precio del petróleo que, más temprano que tarde, afectará a la “economía del gas”, uno de los sostenes del patrón de desarrollo, puesto que el precio del gas natural está indexado al del petróleo. Como se sabe, el patrón de desarrollo boliviano es una combinación de estabilidad macroeconómica, elevados ingresos por exportación de materias primas, inusitado crecimiento de reservas internacionales y redistribución de excedentes estatales incrementados por la nacionalización de los hidrocarburos. Este patrón tuvo un innegable éxito durante una década, pero ahora debe enfrentar la recesión económica que sufre la región latinoamericana. Entonces, la economía se constituye en el tema central de la agenda del tercer Gobierno de Evo Morales. Su importancia es crucial y no se limita a la esfera económica, tal como reconoció, implícitamente, Evo Morales al afirmar: “ahora vamos a ver si somos proceso… somos revolución o no”. En suma, está en juego la sostenibilidad del proyecto estatal y, también, la fortaleza estructural de las transformaciones sociales ante una amenaza coyuntural.

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2025 se apuesta a la continuidad histórica en la diversidad, entonces, así como el presidente indígena y los derechos colectivos incorporados en la CPE remiten a las sublevaciones indígenas de Katari y Willka, la política de nacionalización evoca la Guerra del Chaco, la Revolución del 52 y el nacionalismo militar de Ovando y Torres.

Otros asuntos de carácter aparentemente secundario para las necesidades del Gobierno pero de importancia estratégica para la edificación del Estado Plurinacional se refieren a temas institucionales. Por un lado, la necesaria renovación/reestructuración de los órganos judicial y electoral por necesidades de legitimidad y eficiencia; por otro lado, la consolidación de las autonomías departamentales e indígenas, por su importancia para la ejecución de la Agenda Patriótica 2025 y la cristalización de la democracia intercultural que definirán la cualidad institucional del Estado Plurinacional. Pero, a diferencia de las elecciones, estos temas no cautivan a la opinión pública.

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Helena Argirakis: “La clase dominante cruceña sigue reproduciendo su base material de poder”.

1. Gonzalo Lema (GL): No parece una preocupación común en el mundo, pero los bolivianos buscamos, sin descanso, los temas que nos constituyen en nación. El mar cautivo, por ejemplo. Desde ese punto de vista, ¿piensas que las elecciones logran ese resultado? ¿Y piensas que existen diferencias de percepción al respecto entre Santa Cruz y La Paz? ¿Cómo se “viven” las elecciones en Porongo, tu residencia?

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Fundación IDEA y la Vicepresidencia del Estado Plurinacional. Casada. Mamá y vegetariana, residente en el municipio rural de Porongo, Santa Cruz-Bolivia.

icenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de La Plata, República Argentina; docente hace 20 años en la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad NUR en Santa Cruz en las áreas de Teoría de la Ciencia Política, Teoría de las Relaciones Internacionales, Sociología Política y Resolución de Conflictos. Analista política y social, con énfasis en la tensión EstadoRegión, las territorialidades, seguimiento al proceso de cambio y transición al Estado Plurinacional y su incidencia en el departamento de Santa Cruz. Investigadora socio política con trabajos con el PNUD, el Ministerio de Autonomías,

Helena Argirakis (HA): No estoy tan segura de que los bolivianos buscamos, sin descanso, los temas que nos constituyen en nación, ya que la nación viene como soporte antropológico, sociológico, del Estado nación moderno y europeo. Más bien, en los levantamientos de fines del siglo XX, el sujeto político(colectivo) e histórico emergente fue el indígena originario campesino (el IOC de la nueva Constitución Política del Estado, promulgada en el año 2009), quien, producto de varios momentos insurreccionales en Bolivia —como ser las resistencias y rebeliones indígenas originarias y campesinas en tierras altas, valles y tierras bajas y la insurrección popular que impulsó la Revolución Nacional— formaron un vórtice político que dio paso al actual proceso de cambio. Como se puede constatar, éste en lugar de aspirar a devenir en nación (mono étnica y mono cultural) busca la construcción de la plurinacionalidad, la interculturalidad con profundo sentido antiimperialista, antineoliberal, pero sobre todo con un fuerte contenido decolonial o en rechazo del colonialismo interno que sigue siendo un estigma racista y capital político simbólico de las antiguas elites políticas basado en la pigmentocracia. Por lo tanto, a pesar de que las elecciones o el procedimentalismo electoral es un dispositivo de la democracia liberal representativa (heredera de ese Estado nación eurocéntrico y neocolonial), las grandes mayorías de la población votan por un horizonte de país

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2. GL: El presidente Evo Morales conserva un importante apoyo electoral (rebasa el 60%) de acuerdo al resultado de las elecciones generales. No se puede afirmar lo mismo de su partido, el MAS-IPSP, que, generalmente, en las elecciones subnacionales obtiene como un millón de votos menos. A juzgar por estos apoyos diferenciados, ¿se debe pensar por separado las dos elecciones? ¿No las une nada? ¿Todo las diferencia? HA: Un primer elemento que creo que vale la pena puntualizar: es acerca de la naturaleza política del Movimiento Al Socialismo, que es un instrumento político u organización política formada por la unión pactada de varias confederaciones de movimientos sociales. Esta unión pactada si bien le brinda al MAS la presencia territorial en prácticamente todo el espacio nacional, también le trae la dificultad y el desafío de coordinar con los diversos movimientos sociales1 que son autónomos

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e independientes entre sí, por lo que en este sentido, el MAS no es un partido político. Sin embargo, la fortaleza de penetración y anclaje territorial del MAS muchas veces es diluida por la complejidad de las representaciones políticas horizontales al interior de las organizaciones políticas que conforman el MAS, articuladas éstas en última instancia por el liderazgo del Presidente Evo Morales que actúa muchas veces como un vórtice político de agregación de demandas. Por otro lado, la construcción o articulación de los escenarios electorales, nacionales, departamentales y locales, obedecen a lógicas territoriales muy distintas y heterogéneas entre sí. Como ya vimos en la anterior respuesta, la configuración del campo político nacional tiene mucho más que ver con la agregación de demandas generales o universales, con los horizontes o visiones de país, con la gestión de la macroeconomía o la gestión de políticas públicas e infraestructura (ámbitos en el cual el Movimiento Al Socialismo o instrumento político se articula a sí mismo como el referente exclusivo o hegemónico en el plano nacional) mientras que en los espacios subnacionales, sean departamentales o municipales, se articulan las territorialidades bajo otras lógicas, sistemas de creencias, sentido común, reglas de juego, agendas y perfiles de candidatos. El campo político nacional gestiona la nueva generalidad, o el resultado de las nuevas correlaciones de fuerzas políticas luego de las movilizaciones, transformaciones y procesos vividos desde fines del siglo pasado, mientras que los espacios políticos subnacionales son construidos como escenarios de resistencia, reciclaje o trincheras de la oposición para articular alguna agenda política vinculada a las realidades subyacentes del pasado de la democracia pactada.

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decolonial de matriz nacional popular en el largo alcance, por la gestión de políticas públicas, infraestructura y servicios en el mediano alcance y por un estilo muy particular de liderazgo político carismático, anclado en las identidades complejas y cambiantes del presente. Por su lado, a pesar de que hay profundas diferencias en la construcción de las territorialidades en el país, tanto en la configuración del campo político nacional, como del escenario departamental y municipal, hay una agenda nacional anclada en el octubre negro del 2010 y actualmente en la Agenda Patriótica 2025, que constituye un referente e imaginario público de estabilidad y crecimiento económico, además de gestión y políticas públicas, que a pesar de las disidencias políticas que pueda presentar la oposición, esta agenda nacional aparece como determinante en el escenario nacional. En otras palabras, es la razón por la cual 49% de la población del departamento de Santa Cruz —sin ser militantes del MAS y ni siquiera afines al proceso de cambio — votaron en las elecciones nacionales del año 2014 por Evo Morales para presidente del Estado Plurinacional.

3. GL: Quizás debido al apoyo menor que logra el MAS-IPSP respecto a su líder, en estas dos últimas elecciones este partido invitó a personalidades de la mentalidad conservadora y señorial como 1 Por ejemplo, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia - CSUTCB, las Bartolinas, los Sindicatos de Interculturales, la Central Obrera Boliviana, entre otros…

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candidatos. ¿Fue sólo una apuesta por votos? ¿Quisieron debilitar a la oposición? De todas formas, es indudable que se ha generado una confusión respecto a su ideología… HA: En las dos últimas elecciones de 2014 y 2015, el oficialismo de gobierno apostó a una irradiación territorial de hegemonía2 hacia el departamento de Santa Cruz, basada en la expansión territorial y el crecimiento electoral hacia este departamento, inclusive a costa de su presencia en el oeste occidental del país en donde decreció electoralmente (pero aun así ganó en estos departamentos). En esta lógica de irradiación territorial de hegemonía, el oficialismo de Gobierno realizó una serie de concesiones o estrategias ideológicas, políticas y discursivas para expandirse hacia Santa Cruz. En los medios locales cruceños se hablaba de un “viraje político” y de un “entronque público–privado”, declarando el candidato a primer senador del MAS por Santa Cruz, el ex ministro Carlos Romero, “no subordinación, sino convergencia de visiones”. Entre las concesiones o estrategias realizadas por el oficialismo de Gobierno se pueden mencionar el abandono de sus posiciones maximalistas, radicales y las posturas ultra estatistas, el cuarto intermedio en la transformación radical de/en la estructura o sistema de tenencia de la tierra (en tiempos y alcances), la transformación en la percepción del Gobierno a la clase dominante cruceña (de “oligarcas” a “empresarios”), la compatibilización entre el modelo económico social comunitario productivo (Economía Plural) y el Modelo Productivo Cruceño (confirmada en la Cumbre Agroindustrial entre el Gobierno y los empresarios cruceños) y el giro en el eje geopolítico del país para convertir a Santa Cruz en el nuevo eje o pilar del proceso de cambio. Sin embargo, a pesar de que el 49,01% del electorado cruceño haya votado por la candidatura del presidente Evo Morales y vicepresidente Álvaro García Linera, la continuidad de la gestión gubernamental y –por 2 Entrevista a Álvaro García Linera en el suplemento Usted Elige del diario El Deber. (páginas 4 -5) Lunes, 06 de Octubre de 2014.

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supuesto– por el mantenimiento del modelo de economía plural, el 49,01% es victoria electoral, pero no es militancia ideológica, política, étnica, social, cultural, civilizatoria e histórica con el proceso de cambio ni con el MAS. Efectivamente el MAS creció electoralmente y se expandió hacia el oriente, por ende se ha irradiado territorial y electoralmente hacia Santa Cruz y Pando, posibilitando al MAS manejar ocho de los nueve departamentos de Bolivia, construyendo los 2/3 en la Asamblea Legislativa Plurinacional, a pesar de contar con 3,18% menos de apoyo electoral nacional que en el año 2009. Pero, a pesar del crecimiento electoral y la obtención de la primera mayoría en Santa Cruz, la sociedad civil cruceña no necesariamente milita en el proceso de cambio ni con el MAS y –por otro ladola clase dominante cruceña sigue reproduciendo su base material de poder, lo que nos lleva a afirmar que aunque haya habido efectivamente una irradiación territorial y electoral hacia Santa Cruz de parte del oficialismo de Gobierno, ésta no es equivalente a una irradiación territorial de hegemonía como afirma el vicepresidente García Linera 4. GL: Se afirma (y con razón) que el MAS-IPSP tiene presencia nacional, pero luego vienen los matices. En Santa Cruz, por ejemplo, la Gobernación sigue en manos de la oposición, como la Alcaldía de la capital. ¿Por qué no gana el MAS-IPSP en esa región? ¿Es, acaso, un problema de culturas? Me refiero a la andina y la amazónica. ¿Qué otras razones de peso encuentras tú? HA: A pesar de que la prensa buscó generalizar los resultados de las elecciones departamentales para hablar de la victoria de “la oposición”, volver absolutas o exportables las correlaciones de fuerzas departamentales y municipales hacia el campo político nacional en donde el MAS mantiene un nítida mayoría absoluta y en la búsqueda o apuesta de construir oposición nacional al Gobierno del MAS desde las regiones y desde las principales ciudades capital, considero que los resultados subnacionales tienen más que ver con las consecuencias de

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y de recuperación de las empresas estratégicas del Estado iniciado el año 2006, la recuperación de la capacidad de regulación, fiscalización y control del Estado, además de la invitación (con sentido literal y simbólico) del Gobierno a los empresarios cruceños “a hacer negocios y no política”, profundizó las fisuras, fracturas, disidencias y contradicciones al interior del Bloque de Poder cruceño, llegando inclusive a hablarse de una derrota política militar por los efectos y consecuencias de todo lo anterior. Sin embargo, dos de las claves centrales para comprender la evolución de los resultados electorales subnacionales, en contraste con la mencionada derrota política militar, tienen que ver con que, a pesar de la incertidumbre al interior de la clase dominante cruceña (provocada por el proceso de nacionalizaciones y recuperación de la capacidad de regulación, fiscalización y control del Estado), el modelo posneoliberal implementado por el Gobierno del MAS no sólo que NO afectó la base material del poder del bloque político cruceño, sino que al contrario, lo reforzó, expandió y reprodujo al extremo que muchos empresarios cruceños no militantes ni simpatizantes del proceso de cambio ni del masismo declaran satisfechos que están haciendo “más plata que nunca”. Por lo tanto, la derrota política militar no implicó una derrota en la base material de poder, por lo que a pesar de lo primero, el Bloque de Poder cruceño pudo seguir haciendo negocios y paralelamente reproducir hegemonía (política y cultural) irónicamente a través de sucesivos pactos con el Gobierno del MAS. Por otro lado, a pesar de que la derrota política militar significó una constatación en Santa Cruz de que el MAS efectivamente construía hegemonía y era la única sigla u organización política en el campo político nacional, el Bloque de Poder cruceño hizo las adaptaciones necesarias para cohabitar con la presencia monopólica del MAS en lo nacional, pero manteniendo la hegemonía local intacta, a través del fortalecimiento de un subsistema político regional-departamental con sus propios sistemas de creencias, sentidos, significaciones, historia, códigos, narrativas,

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ciertos procesos, acciones, conductas, pugna de influencias y giros al interior del MAS que con alguna estrategia premeditada, racional y coordinada de la(s) oposición(es) desde las regiones. Para contextualizar lo anterior, debemos hacer mención obligada a una serie de clivajes e inflexiones políticas, económicas y territoriales que afectaron al Bloque de Poder cruceño entre los años 2008 al 2010, a manera de retratar el devenir de las correlaciones de fuerza locales. Por supuesto que partimos afirmando el ejercicio ininterrumpido de más de 65 años de hegemonía del Bloque de Poder cruceño, asentado sobre una base material de poder alrededor de su clase dominante empresarial y su estructura gremial corporativa, además del aparato ideológico de la cruceñidad enquistado en el Comité Cívico Pro Santa Cruz que alberga las directrices de la elite política. Sin embargo, a pesar de lo anterior, dicha hegemonía se vio acumulativamente afectada/fracturada por algunos clivajes políticos que se dieron a través de hechos electorales, como ser por un lado, los resultados y efectos posteriores del Referéndum Revocatorio de agosto de 2008 y la promulgación del nuevo texto constitucional en enero de 2009. Por otro lado, dicha hegemonía absoluta también se vio quebrantada por tres hechos de fuerza como fueron la toma de instituciones o el golpe de fuerza de septiembre de 2008, la masacre en Porvenir (Pando) en el mismo año y el caso de terrorismo contra el Estado de Eduardo Rózsa Flores en abril de 2009. A los hechos electorales y de fuerza enumerados anteriormente se suman algunos hechos que podemos caracterizar como políticos institucionales —la cumbre política en Cochabamba luego de la toma de instituciones y el momento en el que el Congreso Nacional devino en Constituyente ante la premura de cerrar el ciclo constituyente abierto en el año 2006— que ahondan la fractura en la hegemonía orgánica del Bloque de Poder cruceño. Dichos clivajes políticos (que significaron el fin del proyecto político nacional y la agenda de la autonomía departamental) sumados a ciertos clivajes económicos como el ciclo de nacionalizaciones

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reglas y actores. En otras palabras, a pesar de la mayoría absoluta del MAS en lo nacional, el Bloque de Poder cruceño articuló el territorio regional–departamental como enclave político o espacio de sobrevivencia, resistencia, reciclaje y (a la vez) de botín, con la ayuda y anuencia del Gobierno del MAS, quienes aún, hasta el día de hoy, no disputan la hegemonía local. Ésta no es una historia nueva o reciente para el Bloque de Poder cruceño, quienes hicieron exactamente lo mismo ante la victoria de la Revolución Nacional en 1952, postulando la posición de adaptarse o morir. Ésta por supuesto que entraña el característico pragmatismo económico de la clase dominante, pero combinado con el conservadurismo político de siempre de la elite política, que ha resultado a la postre en leves variaciones cosméticas en formas políticas, pero que en los hechos no ha afectado a la estructura de poder oligárquico. La diferencia histórica fundamental puede encontrarse en que desde el Estado Plurinacional se habrán fomentado la formación de otras o nuevas oligarquías de composición originario–campesino–popular, pero a la luz de los pactos entre el Gobierno del MAS y los empresarios cruceños, las nuevas clases económicas emergentes no inciden en la balanza de las correlaciones de fuerzas ni llegan a constituir un nuevo sujeto económico que acompañe al sujeto político que se encuentra dibujado en la Constitución Política de este Estado Plurinacional. Al contrario, el sujeto político (indígena originario campesino) de la CPE se encuentra huérfano en términos de construcción de sujeto económico mientras el Gobierno del MAS prosiga reproduciendo el modelo económico moderno extractivista de desarrollo industrial y no gire significativamente hacia el Vivir Bien. Mientras tanto, en la administración de la coyuntura, los acontecimientos políticos favorecen a las antiguas estructuras de poder, permitiendo el reposicionamiento político electoral del Bloque de Poder cruceño luego de la mentada derrota política militar del 2008 al 2010. Básicamente, el Gobierno del MAS está cosechando lo que sembró (o lo que no sembró)

al querer competir en pragmatismo con las derechas cruceñas: al acercarse, coquetear, invitar y hacer alianzas con personajes de motivaciones cuestionables (la alianza con dirigentes de la Unión Juvenil Cruceñista en el 2009, las candidaturas para diputaciones de Gabriel Dabdoub, Carlos Subirana y Romy Paz, el acercamiento a Jessica Echeverría, son algunos ejemplos que vienen a la memoria) da señales de contradicciones entre lo que dice y lo que hace, reduciendo al proceso de cambio a una simple maquinaria electoral de reproducción de Gobierno, devaluando al sujeto político que dio cuerpo al mencionado proceso y, sobre todo, jugando a favor de las derechas cruceñas. Pongámoslo en otras palabras y tratemos de entender las lógicas detrás de las acciones: ¿Por qué habría un/a cruceño/a de votar por el MAS, que incorpora candidatos invitados de las derechas, siendo que en el universo político de las derechas existe todo el despliegue variopinto de las combinaciones conservadoras posibles, expresadas a través de todas las demás siglas y organizaciones políticas que compiten, mientras que las opciones y representaciones de la “izquierda” ni siquiera quedan como espacio en pugna, sino que directamente desaparecen El pragmatismo del MAS en el acercamiento/ invitación del Gobierno a los empresarios cruceños para hacer negocios y no política y su giro hacia el centro–derechas desde las elecciones nacionales de 2014 están cobrando factura, por lo que se constata fehacientemente la falacia de la afirmación de fin de año 2014 del vicepresidente Álvaro García Linera ante la “victoria” electoral en Santa Cruz, cuando lanzaba su tesis de la “irradiación territorial de hegemonía”, como fundamento de expansión del MAS hacia Santa Cruz. No sólo que no existe tal irradiación territorial de hegemonía en el caso cruceño, sino que, al contrario, como ya se mencionó líneas arriba, frente a los resultados de las elecciones subnacionales, hay un reposicionamiento político–electoral– territorial del Bloque de Poder cruceño, cuya hegemonía ha mutado en forma, pero no ha variado en fondo.

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HA: Luego de analizar los resultados de las elecciones departamentales en Santa Cruz y constatar el reposicionamiento político– electoral–territorial del Bloque de Poder cruceño, a pesar de la derrota política militar de la facción radicalizada de dicho bloque de los años 2008 al 2010, podemos completar el ejercicio anterior haciendo una revisión de los resultados electorales de las Alcaldías del país, pero con especial atención a los resultados en la región de Santa Cruz. Dicho análisis del escenario poselectoral nos ayuda a constatar las territorialidades del poder y también confrontar la posibilidad, tanto del deslizamiento como de la mutación del clivaje regional (o la vieja contradicción Estado–región), hacia los escenarios institucionales del Pacto Fiscal y de aprobación del Estatuto Autonómico cruceño. Por lo anterior, planteamos que las correlaciones de fuerzas del Bloque de Poder cruceño adquiridas luego de las elecciones departamentales y municipales en la región, permiten a dicho bloque político proyectarse nuevamente hacia lo nacional (luego de un compás de espera de casi una década), en razón de que el departamento en el que el MAS pierde en las correlaciones de fuerzas electorales, tanto en la Gobernación como en la gran mayoría de los municipios, es precisamente en Santa Cruz. A pesar de que el MAS IPSP sigue siendo la única fuerza política con alcance y representación nacional, ensayamos la idea de que los resultados de las elecciones subnacionales en Santa Cruz pueden llegar a significar una inflexión en el devenir del proceso de cambio hasta ahora liderado por el oficialismo de Gobierno —más aun por los recientes resultados de la Cumbre Agropecuaria realizada en la capital cruceña— a causa de las lecturas políticas, tratamiento y pactos que han realizado los operadores políticos del MAS en Santa Cruz. Si bien los recientes resultados

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electorales subnacionales del MAS en Santa Cruz son producto de una cadena de decisiones y opciones políticas asumidas por el oficialismo de Gobierno aproximadamente desde los años 2009 y 2010 en adelante, la constatación fáctica de esta acumulación política se produce a partir de marzo de 2015, evidenciando un punto de bifurcación en la ruta crítica e histórica del MAS. En otras palabras, el devenir histórico del proceso de cambio necesariamente pasa por las relaciones del oficialismo de Gobierno con Santa Cruz. Indudablemente, los números globales en perspectiva del campo político nacional son aplastantes a favor del MAS; evidencian el monopolio de dicha sigla en el sistema de partido predominante a nivel nacional y la inexistencia de una oposición consolidada en términos de entidad política compacta, uniforme y con propuesta política de alcance nacional. Por su lado, la presencia de las oposiciones políticas es local, territorializada, fragmentada y dispersa, salvo en los casos de Beni y Santa Cruz, en donde las oposiciones locales han trabajado el territorio como enclave y han formado vórtices políticos en torno al MDS y al MNR. El análisis de la territorialidad del voto nos muestra quizá una tendencia en formación u evolución que gira alrededor del deslizamiento del clivaje regional del campo político nacional de retorno al territorio y la mutación de los dispositivos políticos, estratégicos y discursivos hacia el debate del Pacto Fiscal y la aprobación del Estatuto de la Autonomía Departamental en los términos del Bloque de Poder cruceño. En otras palabras, con las renovadas correlaciones de fuerzas electorales a nivel de Gobernación en el departamento de Santa Cruz (59% del oficialismo cruceño frente a 31% del MAS)y con las correlaciones de fuerzas en los 56 municipios cruceños, el reposicionamiento de la disputa o tensión Estado–región vuelve a su escenario territorial de origen, posibilitando que el clivaje regional pierda todo contenido de interpelación progresista desde la lucha de clases, la deconstrucción en código étnico– civilizatorio, la reivindicación de género,

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5. GL: ¿Qué se piensa en Santa Cruz sobre el nuevo pacto fiscal? ¿Está en su pensamiento la solidaridad con las regiones menos favorecidas incluso por razones geográficas? ¿Qué tiene dicho el gobernador?

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generacional, de diversidad afectivo sexual, de sensibilidad artística cultural o cualquier otra diferencia o pluralismo que pudiera abrir, ampliar o diversificar el debate político en el departamento de Santa Cruz hacia una disputa planteada en los términos, códigos, sistema de sentidos y significaciones del Bloque de Poder

cruceño. Con estos resultados electorales, lo más probable es que el debate político sea definido por el oficialismo cruceño en torno a su agenda y en sus escenarios más favorables: la temática del Pacto Fiscal y la aprobación —en caja cerrada— de los Estatutos Departamentales cruceños.

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(2014), en co-autoría con María Teresa Zegada, Ceres-Plural; El Debate sobre el Control Social en Bolivia (2011). Ceadesc: Cochabamba; El poder del movimiento político. Estrategia, tramas organizativas e identidad del MAS en Cochabamba (2007). PIEB-CESU, en co-autoría con Céline Geffroy. 1. Gonzalo Lema (GL): Yo siempre asocio las imágenes de octubre de 2003 con la caída o descalabro de los partidos políticos de entonces. La huida en helicóptero de aquel presidente y la volatilización del sistema de partidos y agrupaciones políticos. A tu juicio, ¿es posible ser tan puntual? Después de todo, la historia del debilitamiento partidario quizás comenzó antes…

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orge Komadina Rimassa es sociólogo. Realizó estudios de Licenciatura en la Universidad Mayor de San Simón y de Maestría en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París. Actualmente trabaja como profesor e investigador en la Carrera de Sociología de la UMSS; asimismo, realiza consultorías sobre temas políticos y culturales. Entre sus principales publicaciones destacan las siguientes: El espejo de la sociedad. Poder y representación en Bolivia

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Jorge Komadina (JK): Los dramáticos acontecimientos de octubre de 2003 —la insurrección de los vecinos de El Alto y la huida de Gonzalo Sánchez de Lozada— constituyen el momento más alto del ciclo de protestas que se inició con la Guerra del Agua el año 2000 y culminó con la investidura de Evo Morales como Presidente de la República, en enero de 2006. Este ciclo histórico, una fase de transición, estuvo caracterizado por la emergencia de poderosos movimientos sociales de base campesina e indígena, en un contexto de crisis del Estado neoliberal y su modelo político, la “democracia pactada”. No obstante, los diversos episodios de convulsión social que se suceden durante este periodo se combinaron con procesos electorales (2002, 2004, 2005) que fortalecieron a las opciones políticas anti-neoliberales, me refiero sobre todo al emergente MAS-IPSP. Por supuesto, la crisis estructural del Estado neoliberal tiene una historia larga y, de hecho, sus causas son variadas y complejas. Entre otras cabe mencionar el fracaso del modelo económico basado en la inversión extranjera y el control del gasto fiscal, el monopolio de la representación política en manos de un sistema de partidos excluyente e ineficaz, la corrupción y el prebendalismo de la clase dirigente. Sin embargo, los acontecimientos

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Yoyo Komadina: “El MAS abandona en el camino las visiones del “buen vivir” y del “socialismo comunitario” y privilegia pragmáticamente un modelo de capitalismo de Estado”.

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de octubre de 2003 pusieron en evidencia el carácter irreversible de la crisis, pero también contribuyeron a visibilizar un programa político alternativo al neoliberalismo –la llamada “agenda de octubre– que unifica a los distintos movimientos sociales y anuncia un nuevo ciclo político. 2. GL: El MAS-IPSP tiene un “arranque” que tú has estudiado y te ruego que nos lo comentes. Pero me parece importante, en este propósito de señalar sus primeras noticias, contar que, pasadas las elecciones generales de junio de 2002, llegaron sus dirigentes a la vieja Corte Nacional Electoral y devolvieron una suma inmensa del dinero que no habían utilizado… Fue una novedad ética, se diría. JK: Los antecedentes del MAS-IPSP se remontan a principios de los 90 cuando las organizaciones campesinas e indígenas deciden forjar un “instrumento político” para representar sus demandas históricas. La sigla MAS aparece por primera vez en las papeletas de voto de las elecciones municipales de 1999, obtiene más de 65.000 votos en todo el país; en Cochabamba, se convierte en la primera fuerza política logrando 27 concejales y siete alcaldes en municipios de provincia. Poco después, en las elecciones generales de 2002, el MAS da un salto cualitativo y se convierte en la segunda fuerza electoral a nivel nacional. Después de esa elección, esta organización adoptó una estrategia democrática y electoral para llegar al poder que estuvo acompañada por un nuevo discurso que articulaba las demandas sectoriales de su núcleo campesino-cocalero con reivindicaciones nacionales y antiimperialistas. Asimismo, se introducen elementos discursivos que provienen de una matriz indianista, como la descolonización y el autogobierno de los territorios indígenas. La victoria electoral de 2005 implica pues un “cambio de época”: el MAS ocupa el centro del campo político boliviano mientras que los partidos políticos tradicionales desaparecen o se sitúan en los márgenes de la política.

Coincido contigo, Gonzalo, en ese momento de ascenso político, en su fase heroica, sobre todo después del desafuero parlamentario de Evo Morales, la acción política del MAS está cargada de una “densidad moral” que le permite interpelar eficazmente a los electores y cuestionar las practicas prebendales y clientelares de los partidos tradicionales, y su vergonzante alineamiento con la Embajada norteamericana y la DEA; esta interpelación recurre a un discurso de amplia gama que gira en torno a la dignidad y la soberanía. 3. GL: Ahora el MAS-IPSP es un partido nacional. Yo siempre he lamentado que no hayan podido utilizar su verdadero nombre, que es el que contiene su misión institucional: Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos= IPSP¿En qué medida el MAS-IPSP no es un partido político? Y, si no lo es, ¿cómo habría que definirlo? Pregunto para que lo entendamos mejor. JK: Desde mi punto de vista, al menos en la primera fase de su rica trayectoria, el MAS-IPSP constituye un “movimiento político” en un triple sentido. Primero, despliega su acción colectiva en las fronteras entre la sociedad civil y el sistema político. Segundo, a diferencia de los partidos políticos convencionales, está profundamente enraizado orgánicamente en organizaciones sociales de base, particularmente indígenas y campesinas, hecho que le ha permitido construir un poder territorial sin precedentes en la historia boliviana. Tercero, concentra un poderoso capital simbólico y moral, expresado en el liderazgo de Evo Morales. El MAS constituye solamente el brazo electoral de este movimiento político de base campesina e indígena. La llegada del MAS al poder tiene impactos desestabilizadores en su formato campesino por la presencia de funcionarios, técnicos y burócratas del aparato estatal que imponen a los campesinos e indígenas las decisiones políticas y técnicas estratégicas. A nivel interno, se produce una rivalidad entre los “”invitados” de las clases medias y los militantes “orgánicos” que provienen de las organizaciones campesinas.

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(COB) se convirtieron en un poderoso factor de poder. El proletariado minero era un actor político estratégico tanto por su capacidad de movilización como por su cohesión ideológica; contaba con fuertes organizaciones políticas y sindicales y con líderes experimentados y carismáticos. A lo largo del ciclo nacionalista, los sindicatos mineros, columna vertebral de la COB, preservaron su independencia política respecto a los Gobiernos, este principio era el secreto de su poder y su cohesión interna. En cambio, en el actual proceso, las organizaciones campesinas e indígenas parecen haber perdido su autonomía política, es decir: la capacidad de generar ideas y acciones críticas respecto a la gestión y las políticas gubernamentales. Las estructuras sindicales, sobre todo en el trópico de Cochabamba, se han superpuesto con las estructuras del Estado; los dirigentes campesinos e indígenas se han convertido en autoridades, representantes o funcionarios públicos. En otros términos, se ha establecido un pacto de poder entre el Gobierno y los sindicatos campesinos cuya base es el intercambio de recursos (leyes, obras, pegas…) a cambio de fidelidad política. Una de las consecuencias de estos desplazamientos ha sido la subordinación de las visiones indígenas del “vivir bien” a las políticas económicas extractivistas y desarrollistas, y el culto al Estado como agente económico del desarrollo capitalista.

4. GL: Alguna vez pregunté a Filemón Escobar sobre las diferencias que él hallaba entre el minero del MNR del 52 y el cocalero del 2006 del MAS. Un poco pensándolos como unidades esenciales de partidos inmensos. Y él me dijo que la diferencia radicaba en el desarrollo de la conciencia política de uno y otro. ¿Qué piensas tú?

5. GL: Con el devenir de los procesos electorales, yo advierto que mientras Evo Morales conserva un importante respaldo de la clase media su partido lo ha ido perdiendo. Entiendo que nunca fue un partido (o instrumento) urbano, pero alcanzó importantes niveles de aceptación. ¿Cómo crees que ha de afectar esta dicotomía en el muy probable referéndum para reelegir indefinidamente al Presidente? ¿Qué podría prevalecer: su liderazgo aún firme o la distancia gradual de la ciudadanía frente a su partido?

JK: Los sindicatos mineros, aglutinados en torno a la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), jugaron un rol decisivo en la insurrección de abril de 1952 y luego, cuando se organiza la Central Obrera Boliviana

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Asimismo, advierto la formación de un sistema de mediaciones clientelares y prebendales, a través de los cuales los dirigentes de las organizaciones campesinas acceden a puestos en el aparato estatal, desvirtuando la lógica de la auto-representación. Después de las elecciones de abril de 2010, el MAS-IPSP ocupó el emplazamiento central del campo político nacional. Ese centro articula tres “lugares” estratégicos de la política: el Estado, el “instrumento político” y las organizaciones sociales. Es decir, no implica solamente un lugar predominante en el sistema de partidos, sino que incluye el control tanto de las diversas entidades del Estado (en todos sus órganos y niveles) como una fuerte influencia sobre las instituciones de la sociedad civil, por tanto, la hegemonía masista implica interacciones o interfaces entre estos “lugares”. En consecuencia, el MAS-IPSP ha dejado de ser un movimiento político y ha conocido importantes cambios morfológicos (en su número y composición social), organizativos, programáticos e ideológicos, pero también se han transformado sus procesos de decisión interna. El partido de campesinos e indígenas se ha convertido en un conglomerado social amplio, complejo e inestable, débilmente institucionalizado y altamente conflictivo, como consecuencia de la rápida incorporación en la organización de nuevos sectores con diversas expectativas, trayectorias y demandas.

JK: El MAS es una organización política de origen campesino que se irradia desde el

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núcleo cocalero hacia las provincias. Sin embargo, en las elecciones de 2005, el MAS se convierte en la primera fuerza electoral en las ciudades capitales del occidente del país. Aunque carece de la estructura de poder territorial basada en el sindicato campesino, en las ciudades logró rápidamente la adhesión de los vecinos de barrios periféricos, lugares donde se asientan grupos de migrantes provenientes de las provincias o de otros departamentos. Asimismo, el partido de Evo Morales consiguió el apoyo electoral de las nuevas fracciones de ese vasto y heterogéneo conglomerado social que conforman las clases medias: comerciantes, transportistas, constructores, cooperativistas mineros, entre otros. En cambio, las clases medias “tradicionales”, conformadas sobre todo por profesionales con alto capital cultural y simbólico, se han distanciado del proceso de cambio. Los resultados de las últimas elecciones permiten constatar que los candidatos locales del MAS han perdido el apoyo y la confianza de importantes segmentos de clases medias urbanas. Este hecho puede ser explicado por varios factores. Primero, la mala gestión del MAS en las alcaldías de las principales ciudades de Bolivia. Segundo, la emergencia de una nueva elite política, de origen campesino, que ha desplazado a las elites tradicionales de los espacios de poder. Tercero, el predominio de una cultura política campesina en las esferas de decisión política, tanto a nivel nacional como departamental y municipal, que ha puesto en cuestión la cultura de los derechos ciudadanos. Ahora bien, aunque —aparentemente— este descontento no ha erosionado el capital simbólico de Evo Morales, la reelección indefinida del presidente es una jugada de alto riesgo. Desde mi punto de vista, el referéndum Constitucional generará un escenario de confrontación, sobre todo en los conglomerados urbanos del país, que incluyen a la gran mayoría de la población. Por ello, “enamorar” a las clases medias urbanas resulta imprescindible para garantizar la continuidad del MAS en el Gobierno.

6. GL: Si esta consulta ciudadana sobre la reelección marcha, creo que las gobernaciones y alcaldías del MAS saldrán a hacer campaña. Así mismo, las opositoras harán lo mismo pero buscando el “NO”. ¿Estamos, se diría, en vísperas de una contienda peligrosa? ¿Cuán diferenciadas encuentras las posiciones que apoyan la reelección y las que rechazan esa posibilidad? JK: Asumo como un hecho que el MAS buscará la reelección de Evo Morales. En realidad, no tiene otra alternativa. ¿Quién podría reemplazarlo? Evo es el articulador de un conglomerado social y político heterogéneo, el cemento que cohesiona a colectivos sociales con intereses y visiones contrapuestas, la imprescindible referencia simbólica del proceso de cambio. Aquí encuentro una paradoja, sin embargo. Si el liderazgo carismático de Evo Morales constituye la principal fortaleza del MAS, su capital político y simbólico, se ha convertido en un factor que ha impedido la renovación de liderazgos y la institucionalización partidaria, el MAS es una organización débilmente acoplada, carece de espacios y procedimientos que permitan ejercer la democracia interna. Los procesos de toma de decisiones son inestables, el líder toma las decisiones estratégicas. Ahora bien, como señalé antes, la estrategia de la reelección indefinida, que de manera imprescindible pasa por la reforma de la Constitución, es una decisión no exenta de riesgos políticos. El riesgo más evidente y real es la posibilidad de una derrota en el referéndum Constitucional, considerando el desgaste del MAS luego de tres gestiones de gobierno. Pero el riesgo mayor, a mi juicio, es el retorno a la polarización entre el oficialismo y la oposición, una confrontación que puede deslizarse hacia un escenario de inestabilidad política. La campaña por el SÍ se llevará a cabo en una “cancha inclinada”, es decir, con el apoyo manifiesto de autoridades y funcionarios públicos y empleando recursos estatales, como ya sucedió en las elecciones de 2014 y 2015. La campaña “desde el Estado” se combinará con una

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7. GL: El primer plan de gobierno (año 2006) gozó de un apoyo popular sin precedentes: asamblea constituyente, inclusión social, nacionalización de los recursos naturales, redistribución de la riqueza… No advierto lo mismo con el segundo: carretera por el Tipnis, exploración en áreas reservadas, la industrialización… Sin embargo, la única visión de país que tenemos hoy es la agenda 2025. ¿Qué piensas al respecto? Para colmo, a veces el plan riñe con lo ideológico… JK: Las tres gestiones son muy diferentes. Es cierto que el primer Gobierno tuvo un gran y entusiasta apoyo popular, que además se manifestó activamente por medio de la permanente movilización de las organizaciones sociales para respaldar las iniciativas del gobierno; no obstante, fue el momento de mayor resistencia al MAS, sobre todo en los departamentos de la “media luna”. El país vivió el tiempo de la polarización. Paradójicamente, la presencia de un adversario fuerte permitió la articulación de un poderoso bloque social que se impone a las fuerzas conservadoras; es decir, la polarización fue una exitosa estrategia del MAS-IPSP porque potenció su identidad política, facilitó la construcción de fronteras visibles entre “amigos y enemigos” (pueblo/oligarquía) y aisló al bloque opositor. La aprobación de la nueva Constitución Política es la materialización de esa correlación de fuerza y el inicio de un nuevo ciclo estatal en Bolivia. El segundo Gobierno está signado por la construcción del Estado Plurinacional, por una parte, y por la consolidación de una economía basada en la exportación de materias primas, extractivista y rentista, por otra parte. El MAS

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abandona en el camino las visiones del “buen vivir” y del “socialismo comunitario” y privilegia pragmáticamente un modelo de capitalismo de Estado. Respecto a la Agenda Patriótica 2025, tengo la impresión que no es un plan sino, justamente, una visión ideológica sobre el futuro del país que gira en torno al principio de la soberanía (política, económica, cultural, tecnológica, productiva) y que intenta conciliar la globalización con la defensa de la nación, el capitalismo con las formas productivas comunitarias, los indígenas con los empresarios, las tecnologías de avanzada con los saberes ancestrales. En suma, un conjunto de buenos deseos. 8. GL: ¿No percibes que una ideología se ha “instalado” en el país? Alguna gente me indica que algo así sintieron cuando se instaló el 52 nada menos que el nacionalismo revolucionario. Ningún ciudadano desea volver al neoliberalismo; al mismo tiempo desconfía del socialismo del siglo XXI, y, los más críticos, piensan que hay una corriente ideológica propia, una forma de pensar boliviana, con referentes también propios. ¿Qué piensas tú al respecto? ¿Es una ideología o es sencillamente un sentimiento?

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estrategia “desde la sociedad” con la adhesión activa de organizaciones sociales urbanas y rurales que forman parte del instrumento político. No obstante, al archipiélago opositor le puede resultar más fácil unificarse en torno al NO. De hecho, en las elecciones de 2015, las fuerzas de la oposición han logrado fortalecer liderazgos locales que jugarán un rol decisivo en el referéndum constitucional.

JK: Ambas cosas: las ideas políticas son inseparables de los sentimientos, de los mitos y las pulsiones colectivas. Con la aprobación de la nueva CPE, en enero de 2009, el discurso político del MAS ha dejado de ser un discurso partidario (en concurrencia con otros discursos partidarios) y se ha convertido en un discurso estatal; es decir, se ha vuelto hegemónico y legítimo. De hecho, creo que los cambios políticos son en gran medida una cuestión de cambios lingüísticos, cambios en la esfera del discurso. Efectivamente, el MAS-IPSP ha instalado un nuevo plexo semántico (“Estado Plurinacional”, “descolonización”, “autogobierno indígena”, “Economía Plural”, “Interculturalidad”, “Indígena Originario Campesino”) que ha tenido efectos en la realidad; es decir, ha permitido formar instituciones públicas y ha constituido sujetos políticos. La fuerza de este discurso radica

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en su legitimidad y legalidad: es un discurso enunciado desde el Estado y representa a la Nación, al conjunto de la sociedad boliviana. Sin embargo, es un discurso que se ha vuelto parte del sentido común de los bolivianos. 9. GL: El discurso político del MAS-IPSP, y su visión, dan la impresión de ser todo lo que tenemos los bolivianos hoy. Es decir, luego de tanta elección, no he hallado político opositor que diga lo contrario. ¿Quién diría que va a capitalizar los recursos naturales? Es sólo un ejemplo. Se limitan a afirmar que ellos harían una gestión de mayor calidad, pero seguramente serían las mismas tareas. ¿Cómo ha de superarse este discurso y esta visión? ¿Se debe esperar, sencillamente, su desgaste para generar otros? JK: El discurso oficial es hegemónico en un doble sentido. En primer lugar porque ha sido asumido como legítimo por las propias fuerzas opositoras, que a pesar de su filiación neoliberal ahora valorizan la intervención del Estado en la economía, la interculturalidad, la plurinacionalidad, entre otros tópicos. La CPE se ha convertido en una suerte de “lengua política” general que puede ser decantada de diversas maneras y al margen de la cual ninguna interpelación política es efectiva. En segundo lugar, el discurso dominante se ha apropiado de algunas figuras y demandas de la oposición, articulándolas a su propia ideología, me refiero a demandas como la autonomía departamental que fueron inicialmente enunciadas por los grupos cívicos y políticos opositores al MAS. Estas torsiones o desplazamientos discursivos, esta hibridez, es justamente el síntoma de buena salud de una ideología. Ahora bien, como lo recordaba René Zavaleta Mercado, las ideologías no son eternas y menos en Bolivia, ellas envejecen, pierden con el tiempo sus poderes performativos y su capacidad de interpelar a los sujetos sociales. Para que ello suceda, sin embargo, deben generarse nuevas

visiones que entren en concurrencia con la ideología dominante y con el propio sentido común. Por ahora, las fuerzas de la oposición no están en condiciones de elaborar un discurso político ideológico alternativo. Y no es por falta de imaginación o inteligencia, sino simplemente porque no existen las condiciones objetivas – políticas e ideológicas- para la emergencia de un nuevo discurso. 10. GL: ¿Cómo ha quedado Bolivia después de estas dos elecciones, Yoyo? ¿Te es posible avizorar el futuro que vamos a recorrer? JK: A nivel nacional, el MAS ha conservado su posición dominante —hegemónica— en el campo político nacional que le garantiza el control del gobierno y el Poder Legislativo. Asimismo, ha logrado el control de la mayoría de los gobiernos departamentales y municipales, demostrando que su articulación con las estructuras sindicales campesinas, núcleo de su poder territorial, se mantiene intacto. No obstante, en los niveles departamentales y municipales, la hegemonía masista ha sido contestada por fuertes liderazgos locales que han logrado importantes victorias en ciudades capitales y gobernaciones estratégicas como La Paz y Santa Cruz. El MAS ha perdido muchos votos en las ciudades debido a la mala calidad y la poca transparencia de la gestión en los gobiernos departamentales y municipales. Ahora bien, a pesar de sus éxitos electorales en los espacios “subnacionales”, las fuerzas de la oposición no constituyen una alternativa política al MAS, carecen de una estrategia unificada, un liderazgo indisputable y una organización nacional. Por lo tanto, el gran problema del MAS no es la oposición, ella no podría competir con el “instrumento”, sino la manera de asegurar su propia sucesión en el poder. En ese contexto, no es difícil avizorar un escenario político de polarización y confrontación en torno a la reelección presidencial.

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José Rocabado: “Bolivia es menos vulnerable externamente que hace una década o más atrás”.

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1. Gonzalo Lema (GL): Se podría afirmar que, desde un primer momento, el presidente Evo Morales sabía cómo debía encarar el tema internacional. Así como sorprendió ejecutando su programa de gobierno desde el mismo día de su posesión, pronto se lo vio en la vieja Europa visitando a reyes y presidentes. Pero, ¿y cuán fértil fue todo aquello? ¿Cómo redundó a favor de Bolivia? ¿En lo económico? ¿En lo social? ¿En lo simbólico? José Rocabado (JR): La llegada de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia a inicios del año 2006 y los primeros viajes internacionales que realizó —que abarcaron América, Europa y Asia— fueron, sin duda, importantes oportunidades para mostrar internacionalmente que en Bolivia se estaba iniciando algo diferente. Fue precisamente esta impresión la que, más tarde, llevó a varios Gobiernos del mundo a indagar qué de nuevo tenía lo que se estaba construyendo en Bolivia. Las primeras nacionalizaciones de hidrocarburos y de empresas estratégicas, la aprobación del primer “Plan Nacional de Desarrollo, Bolivia Digna, Soberana, Productiva para Vivir Bien” y muchas otras disposiciones más señalaron las orientaciones programáticas e ideológicas que tomó el Gobierno. En conjunto, estas medidas mostraron lineamientos de ruptura con el viejo orden neoliberal. Lo que se corroboró, entonces, fue que se trataba de un Gobierno de izquierda, liderado por un presidente indígena, acompañado por su Ministro de Relaciones Exteriores aimara, un Gobierno con orientación antiimperialista y alineado con los Gobiernos de izquierda (llamados, luego, los países del “socialismo del siglo XXI”). Y que, además, venían a cuestionar el “viejo orden hegemónico, imperial y asimétrico” y buscaban replantear ese orden mediante el activismo internacional para la construcción de un mundo más justo, no asimétrico, más horizontal, sin hegemonías, ni intervenciones,

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osé Fernando Rocabado Sánchez nació en Cochabamba el 1 de octubre de 1959. Ha realizado estudios de Licenciatura en Relaciones Internacionales en El Colegio de México, de Maestría en Economía y Política Internacional en el CIDE de México DF y de Derecho de los Negocios Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, así como estudios doctorales en Ciencias del Desarrollo en el CIDES/ UMSA en La Paz. Ha publicado libros y artículos sobre diversos temas enmarcados en los estudios internacionales. Tiene más de 25 años trabajando en docencia,

instituciones gubernamentales, la ONU y la consultoría internacional.

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y respetando la integridad y soberanía de los países, especialmente los “países del sur”. Geopolíticamente esto fue muy impactante, pues, no solo en ese momento la “izquierda sudamericana” estaba en franco ascenso, sino también mostraba que el Gobierno boliviano formaba parte de una ola de realineamientos en la región y en pujante ampliación de sus espacios de actuación. Todo esto redundó en que Bolivia se viera como un país con ciertas características. En primer lugar, un país más estable políticamente (a diferencia de la inestabilidad política que se vio en el pasado). Segundo, un país que no sólo cuestionaba el orden vigente, sino que pedía cambios sustanciales en el mismo (las nacionalizaciones, por ejemplo, serían un ejemplo de esto), inclusive internacionalmente. Tercero, un país donde los derechos se extendieron a sectores y grupos sociales antaño excluidos. Cuarto, un país incluyente, en proceso de eliminación de distintas formas de discriminación. La aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado, unos años después, vendría a coronar dichas corrientes, incluyendo la aprobación de centenas de nuevas leyes dentro el nuevo marco constitucional. Dichos cambios y transformaciones dieron lugar a un nuevo tejido social, institucional, económico, político, mostrando un país que se estaba transformando. 2. GL: Una vieja aspiración boliviana, aprovechando su posición en medio de montañas, selvas y chaco, es la de convertirse en lugar de “encuentro” de países (Brasil) que buscan salir al Pacífico y otros (Chile) al Atlántico. Sin embargo, no formamos parte del Mercosur, no estamos en la alianza del Pacífico, la Comunidad Andina de Naciones luce apagada, la ALBA funciona apenas… ¿Acaso no parece una contradicción? Somos el centro, pero no articulamos nada… JR: Históricamente, dos particulares eventos bélicos aislaron a Bolivia del mar, dejándolo sin acceso a los océanos Pacífico y Atlántico,

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respectivamente. La derrota en la Guerra del Pacífico llevó, primero, a la pérdida de territorio y costa boliviana en el Pacífico y el acceso directo a este océano. A su vez, la derrota en la Guerra del Chaco contra Paraguay condujo a la complicación del acceso al océano Atlántico. El haber quedado al centro de Sudamérica, rodeado de cinco países y sin acceso al mar, llevó a destacados pensadores bolivianos a construir doctrinas valorizando la actual ubicación geográfica de Bolivia. Lo que parecía un obstáculo se lo vio como una oportunidad. Así, se sostuvo que Bolivia podría articular los flujos provenientes tanto del Pacífico como del Atlántico, así como las corrientes del norte y sur de Sudamérica, desempeñando entonces un papel de articulador, de enlace, de puente integrador. Sin embargo, no resultó fácil darle forma a esta prometedora idea. Esto por, al menos, cuatro razones. La primera, que para ser un centro articulador Bolivia debería ofrecer infraestructura caminera que atraviese el país de norte a sur, de este a oeste e incluso diagonalmente, pero no lo hizo antes y en los últimos años, si bien se ha avanzado bastante, todavía no hemos llegado a un punto óptimo. La segunda, porque hacer realidad este sueño no sólo depende de Bolivia, sino también de otros países vecinos. Tercero, porque se han construido otras rutas de países vecinos que no pasan por Bolivia y conectan el Pacífico con el Atlántico, sea al sur del subcontinente o por el norte. Y aún construyendo una ruta que pase por Bolivia y vincule ambos océanos, no sería la única. Finalmente, si bien se han establecido organismos regionales, de diversos tipos, estos han funcionado aisladamente o con bajo nivel de complementariedad y coordinación, lo que ha llevado a una neutralización de los esfuerzos integradores o articuladores en la región. Un ejemplo de lo dicho es el caso del proyecto de construcción de una ruta de tren bioceánico que involucraría a Perú y Brasil, donde además participa una empresa china. Esta ruta saldría desde Brasil atravesando la Amazonia brasilera y peruana, pasaría la Cordillera de los Andes y

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JR: La política exterior boliviana, bajo el Gobierno del presidente Morales, ha mostrado importantes señales de cambio pero también algunas de continuidad. Ahora bien, la llamada “Diplomacia de los Pueblos por la Vida” refleja, en realidad, la participación de “nuevos actores”, como son la diversidad de “pueblos indígenas” de Bolivia, en el proceso de la política exterior del país, espacio en el que en el pasado no participaban. Hay que hacer notar que esto forma parte de una tendencia que se viene observando en las últimas décadas, que consiste en la emergencia de nuevos actores internacionales, más allá de los Estados, los organismos internacionales y los organismos internacionales no gubernamentales, principalmente. Esto se lo conoce como la diplomacia ciudadana, y consiste en el desempeño que llevan a cabo “sectores oficiosos” de varios países. Ellos pueden desempeñar papeles oficiales, pero también oficiosos, promocionando visiones, intereses, 3 El polémico tren Atlántico-Pacífico que China quiere construir en Sudamérica,BBC Mundo, 18 mayo 2015. http:// www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150518_brasil_ peru_china_tren_bioceanico_gl

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preocupaciones, y también expresiones culturales, como la artesanía, los tejidos, y mucho más. Con el ablandamiento de la diplomacia tradicional, desde hace ya varias décadas atrás, en el escenario internacional se ha visto proliferar una importante cantidad y variedad de nuevos actores no estatales, es decir, que provienen del ámbito de las sociedades civiles de los diversos países del mundo. Y estos actores tienen presencia y un peso específico internacional, pero siguen formando parte de la sociedad civil internacional. La llamada sociedad de Estados y de organismos internacionales forma el gran espacio de las instituciones internacionales, pero, a su vez, debe compartir ese espacio con este conjunto de nuevos actores internacionales. Hecha la conceptualización, me enfoco ahora a tu pregunta sobre los fundamentos de la influencia en materia internacional. Y coincido contigo en que los intereses económicos son centrales para poder influir internacionalmente; de hecho esta es la hipótesis principal de los enfoques realistas de las relaciones internacionales, que sostienen que tener poder –no sólo económico– es la base para tener influencia. Pero también debemos estar claros en que esto no explica suficientemente el tema del poder o los intereses a nivel internacional. Y eso lo vemos hoy en día. Profundizo más: ¿cómo explicar, por ejemplo, que los Gobiernos neo-populistas y que forman la izquierda sudamericana se hayan, cuando menos discursivamente, distanciado de la influencia norteamericana? Aquí el tema de la diferencia ideológica aparece como algo tan influyente como es el poder económico. Pero esto se debe combinar con un factor menos visible pero igualmente importantísimo. Y lo que acabo de mencionar se refiere a la vulnerabilidad de los países frente a efectos externos. Lo que hemos visto en estos últimos años, es que Bolivia es menos vulnerable externamente que hace una década o más atrás. La fortaleza económica del país de los últimos años ha ampliado el margen de autonomía para la actuación internacional del país. He ahí un factor estratégico para comprender el margen

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llegaría a un puerto al norte del Perú, sin pasar por Bolivia (3). La meta de esto sería… China. Al conocer este proyecto, el presidente Morales expresó su molestia y señaló: “No sé si Perú nos hace una jugada sucia”, y sostuvo que el proyecto sería “más corto, más barato” si atravesara Bolivia. Habrá que realizar las gestiones necesarias para que Bolivia forme parte de este interesante proyecto. Con todo, sigue en pie la posibilidad de que Bolivia pueda jugar este rol, su ubicación geográfica le ha conferido este desafío. 3. GL: Se advierte que el presidente Morales se esmera en desarrollar algo así como una nueva diplomacia. No obstante, la vida parece continuar al son de los intereses económicos. ¿Cuáles son, pues, los “fundamentos” de la influencia en materia internacional? ¿La amistad? ¿La ética? Reitero: a mí me parece que son nomás los intereses y que Bolivia, nuestro país, es débil por eso mismo…

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de autonomía internacional que le ha permitido a Bolivia desplegar una política exterior activa e intensa. Y a ello se debe añadir el estilo de actuación del presidente Evo Morales, lo que le ha catapultado como un actor de amplia visibilidad internacional. La alianza que se ha construido entre los países miembros del “socialismo del siglo XXI” ha sido otro factor que no sólo les ha dado una cohesión ideológica, sino también una fortaleza basada en la convergencia política, lo que –a su vez– les ha fortalecido en su actuación como bloque hacia el exterior. En suma, como se ha escrito en un importante documento oficial, “la Diplomacia de los Pueblos por la Vida es una propuesta de Bolivia al mundo que amplía el concepto de Estado desde su dimensión restringida a su dimensión plena; es decir, asume en toda su dimensión que el poder de los pueblos establece que las relaciones entre las naciones no sólo se ejercen por medio de los Gobiernos, sino a través de la plena y protagónica participación de sus pueblos”.4 4. GL: Se advierte cierta lejanía del Brasil hacia nosotros. En un principio (Lula) no fue así. La opinión pública indica que las nacionalizaciones de los recursos naturales dieron lugar a esta distancia. Inclusive se desaceleró el ansiado ingreso nuestro a Mercosur porque su influencia amenguó. ¿Es posible percibir qué piensa el Brasil de nosotros? ¿Es sólo el tema del gas el que nos vincula? ¿O quizás es el problema del narcotráfico? Por último, la frontera más larga de ese subimperio es con Bolivia… JR: Brasil es un actor muy importante en Sudamérica, baste con decir que es el país más grande en la región; pero también es un actor relevante en el continente americano, y no hay duda que tiene una importante presencia mundial. De hecho, Brasil es uno de los cinco miembros del Grupo Brics: Brasil, Rusia, India, 4 Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, La Revolución Democrática y Cultural y su Política Exterior. Memoria 2006-2013, La Paz, Sagitario, abril 2014, p.111.

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China y Sudáfrica, en el que se encuentran los países con gran tamaño y alto dinamismo económico en las últimas décadas y, sin duda, son y serán los grandes actores mundiales en las décadas que vienen. Además, Brasil tiene fronteras con todos los países de Sudamérica, excepto Ecuador y Chile. En suma, Brasil es un país influyente regionalmente y de talla mundial. Tener la vecindad con un país de esas características requiere una importante capacidad de coordinación y colaboración, así como de manejo de conflictos. Y ése ha sido un reto central para Bolivia. Veamos cómo nos ve el Gobierno de Brasil. En la página del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país se lee lo siguiente: “Brasil atribuye una importancia geoestratégica a las relaciones con Bolivia, país con el que comparte su frontera más larga (3.423 kilómetros) y la condición de país amazónico y platino”.5 Es decir, para Brasil, Bolivia es también muy importante. En ese contexto, el tener una frontera tan extensa es un reto serio, ya que por ella atraviesan muchos flujos, y su control efectivo depende de las capacidades de los Estados. Ahora bien, las relaciones entre Bolivia y Brasil han sido, en general, de buena vecindad. Es a partir de la década de los 70 cuando ambos países acentúan su vinculación, en particular en el tema energético. Si bien la agenda actual entre ambos países abarca muchos temas y tan diversos como fronteras, comercio (incluyendo contrabando), integración, infraestructura, migraciones y lucha contra el narcotráfico, para mencionar los más conocidos, no hay duda que el peso del tema energético, particularmente el gas natural, es dominante. De hecho representa el valor más grande dentro el conjunto de interacciones temáticas. Luego de la nacionalización de hidrocarburos en Bolivia el 1 de mayo de 2006, afectando los activos de las empresas del rubro, incluyendo 5 http://www.itamaraty.gov.br/index. php?option=com_content&view=article&id=5980:e stado-plurinacional-de-bolivia&catid=155&lang=esES&Itemid=478Subrayadoañadido.

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6 Ibid. 7 INE Resumen Estadístico Comercio Exterior Cuadro N.6, Bolivia: Exportaciones, Según Principales Países de Destino, 2013 – 2014.

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por la venta a Brasil (y Argentina). Pues estos recursos son centrales para el financiamiento de programas de alto impacto social en Bolivia como son el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, el Tesoro General de la Nación y las regalias a determinados departamentos. 5. GL: Exceptuando el gas a Brasil y Argentina, nuestro relacionamiento de orden comercial es muy chico. Con el Paraguay parece inexistente, apenas algo con el Perú y muy dificultoso con Chile que, no obstante, es siempre el más importante. Para ser exportadores de productos diversos, además de producirlos, ¿qué hace falta? ¿Carreteras? ¿Trenes? ¿Mercados? ¿Qué se piensa de Bolivia en el extranjero desde lo comercial? JR: Es correcta tu afirmación de que las exportaciones de gas a Brasil y Argentina ocupan un papel central en el comercio exterior de nuestro país. Como se sabe, en términos de valor, las exportaciones a estos dos mercados representan alrededor del 50% de lo que percibe Bolivia por sus exportaciones.8 Y de hecho, esta estructura de exportaciones tiende a fortalecerse en tanto el país ha priorizado la visión de ser un actor central en la provisión de gas y derivados en Sudamérica. Es más, las exportaciones bolivianas se sustentan fundamentales en la exportación de las llamadas “materias primas”: hidrocarburos y minería, principalmente. Ahora bien, tu pregunta apunta a la idea de la diversificación de las exportaciones que, por cierto, es un tema que se ha debatido en Bolivia en las últimas décadas. Además, el tema del comercio exterior, y en especial de las exportaciones, se relaciona con el modelo de desarrollo de un país, el tipo de inserción en los mercados mundiales y/o regionales, e incluso la forma de participar en la integración regional. Es pues un asunto interrelacionado, que requiere conceptualizarse en diversas dimensiones. Consecuentemente, y atendiendo tu pregunta,

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Petrobras, se procedió a las negociaciones. Se dieron varias misiones entre funcionarios del más alto nivel de ambos Gobiernos, es decir, de Presidentes y Ministros de Relaciones Exteriores. En la visita que realizó, en diciembre de 2007, el presidente Lula da Silva a La Paz, “Petrobras anunció nuevas inversiones en Bolivia y además se firmaron acuerdos de cooperación y de financiamiento para Bolivia”.6 Claramente, las relaciones entre ambos países se normalizaron. Los resultados que produjo la nacionalización se pueden ver en los siguientes datos. En 2013, Bolivia vendió a Brasil gas natural y combustibles por un valor de 4.030 millones de dólares, y en 2014 por 3.818 millones de dólares por el mismo concepto.7 Es gracias a estas ventas que la balanza comercial boliviana es positiva. La inestabilidad política que se dio en 2008 con los alzamientos de liderazgos regionales de varios departamentos de Bolivia, fue otra oportunidad en que el presidente Lula da Silva dio un vigoroso apoyo al presidente Evo Morales. Hubo varias misiones de funcionarios de alto nivel de ambos países ese año, así como se realizaron importantes reuniones de los países de la región expresando preocupación por la inestabilidad política en Bolivia y otorgando su respaldo al liderazgo del presidente Morales; Unasur jugó entonces un papel fundamental. Se han presentado eventos que han tensionado parcialmente las relaciones entre ambos países, pero esto forma parte de naciones que tienen una agenda bilateral compleja. Éste es el caso, por ejemplo, de la fuga del opositor Roger Pinto de la Embajada de Brasil y su llegada a Brasil, así como del fiscal Sosa y su refugio en ese país. Para finalizar, las relaciones de Bolivia con Brasil, por lo señalado antes, tienen un futuro interesante. Uno de los retos más importantes será cómo, en un contexto de caída de los precios del petróleo y gas natural, se puede mantener un adecuado ingreso de recursos

8 INE, Resumen Estadístico Comercio Exterior Cuadro N.1, Bolivia: Exportaciones, Según Actividad Económica, 2013 2014.

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para ser exportadores, sea de unos cuantos o muchos bienes exportables, se necesita, en primer lugar, tener productos competitivos, capaces de competir con productos similares de otros países en los mercados regionales y mundiales. Luego, se requiere infraestructuras de transportes terrestres, de puertos, de servicios portuarios (almacenaje, etc.), entre otros. Esquemas semejantes se suman para exportaciones por vía aérea, pero teniendo en cuenta que deben ser productos de alto valor para evitar que el costo del transporte castigue el precio final. Adicionalmente, no hay que perder de vista que muchos países cuentan con esquemas arancelarios que, al aplicarse, encarecen los precios finales; consecuentemente se requiere “controlar” este concepto. En conjunto, el costo de todos estos elementos debe ser semejante o menor al de otros oferentes. Caso contrario se pierde competitividad y se puede quedar fuera del mercado internacional. Un tema particularmente importante es el de contar con claras políticas de promoción de exportaciones. Esto implica la construcción de importantes alianzas público-privadas; el desarrollo de instituciones encargadas de estudios e inteligencia sobre mercados; capacitación de los diferentes actores que interviene en los negocios comerciales. Inclusive se necesitan mecanismos de apalancamiento de financiamiento y créditos. En cuanto a tu última pregunta, Bolivia es vista como un productor, principalmente, de materias primas. Y si revisamos la historia económica del país, esto resulta cierto, pese a que se han realizado esfuerzos por “añadir valor” a los bienes exportables bolivianos. La gran paradoja de la actualidad es que el “efecto China” ha llevado a lo que se ha venido a llamar la “reprimarización” de las exportaciones, es decir, el que se haya vuelvo a exportar materias primas de manera dominante, en buena medida por dos razones: la primera, los buenos precios internacionales para estos bienes, y segundo, la demanda creciente o constante de China, que se ha convertido en una surte de “fábrica

mundial” y, con ello, absorbe una buena parte de las materias primas del mundo entero. 6. GL: ¿Cuánto influye en nuestra economía la ausencia de relaciones con Estados Unidos de Norteamérica? La expulsión de su embajador denotó que prácticamente no les importó porque no tenían mayores intereses en Bolivia y que Bolivia, merced a los precios del gas y minerales duros, tiene ingresos y no necesita de préstamos o ayudas suyos. ¿Es así de simple? ¿O qué más se debe analizar? ¿Y cuánto puede durar esta situación? JR: Las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos, a partir de 2006, entraron en una fase de lenta y, luego, progresiva tensión. De ahí que cuando se produjo la expulsión recíproca de los embajadores de ambas naciones en septiembre de 2008, se estaba pasando por un periodo de alta tensión y enfriamiento de relaciones. La mayor fricción ocurrió dentro el territorio boliviano, de ahí que este conflicto fue más palpable en Bolivia. Pero no hubo ruptura de relaciones diplomáticas, y este dato es importante, porque los vínculos entre ambos países continuaron, si bien con Encargados de Negocios y el resto de los equipos humanos de ambas misiones diplomáticas y consulares. Incluso se llegó a producir, posteriormente, expulsiones de miembros de menor rango en la jerarquía diplomática de ambos países, pero esto formaba parte de una tendencia intermitente que continuó. De hecho, ambos Gobiernos suscribieron en Washington, el 7 de noviembre de 2011, un Convenio Marco de Relaciones Bilaterales, cuyo alcance comprendía un “conjunto de intereses mutuos en la relación bilateral, incluyendo el diálogo político, (…) lucha contra el narcotráfico (…), así como el comercio e inversiones”.9 No obstante, dentro la tónica mencionada, el 1 de mayo de 2013 la Agencia de los Estados Unidos 9 Convenio Marco de Relaciones Bilaterales de Mutuo Respeto y Colaboración entre el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia y el Gobierno de los Estados Unidos de América. Art. II.

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Bolivia fue de 779 millones de dólares.10 Estos datos sugieren que el mundo de los negocios tiene su propio espacio, y relativamente autónomo, frente al mundo de la política. Para finalizar, en cuanto a tu pregunta de cuánto puede durar esto, es importante tener en cuenta que la estabilidad y crecimiento económico que se ha logrado hasta ahora es muy significativa, mas se requiere seguir potenciando –aumentando el valor y diversificando– la economía boliviana para que sea una economía más sólida, pero también tenga la capacidad de hacer frente a crisis económicas internacionales. Lo importante es lograr fortalecer la economía a tal punto que tenga un nivel de certidumbre frente a futuras volatilidades financieras y económicas internacionales. Éste es un desafío muy importante sobre el que hay seguir trabajando y estar debidamente preparados. 7. GL: Desde el punto de vista del interés nacional, ¿qué provecho podría generarnos una relación intensa con Irán? ¿Se la debe entender desde lo ideológico? Porque queda muy clara la relación comercial con la China. Es decir: ¿No deberíamos estar avocados a articular el Pacífico y el Atlántico? ¿No tenemos suficiente trabajo intentando volvernos imprescindibles para los cinco países que nos rodean? A tu juicio, ¿cuál es el plan del gobierno?

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para el Desarrollo Internacional (Usaid) fue expulsada de Bolivia. Ahora bien, si atendemos a tu pregunta de cuánto influye en la economía boliviana la ausencia de relaciones con Estados Unidos, la respuesta es menos que antes. Y esto puede deberse, muy probablemente, por un lado, a que Bolivia es hoy un país menos vulnerable que hace una década atrás; y por otro, a que ha planteado un distanciamiento con Estados Unidos, no sólo por sus diferencias ideológicas, sino también porque en la región hay proyectos de asociación alternativos a los que Bolivia se ha sumado, sea como miembro o como partícipe: ALBA, Unasur, Celac y otros son ejemplos de esto, y son organismos que han sido creados en la última década. La Celac, por ejemplo, incluye a todos los países del hemisferio, menos a Estados Unidos y Canadá. El panorama descrito es una clara señal de que nuevos vientos soplan en el hemisferio. El potenciamiento económico de Bolivia y el realineamiento “con el Sur” que ha planteado el Gobierno del presidente Morales colocan al país en una posición internacional que le permite tener amplia movilidad internacional/global. Además, Evo Morales es un presidente muy activo internacionalmente, muy visible, que está presente en diversos foros mundiales, regionales o bilaterales. Posiblemente sea el presidente boliviano que más ha viajado y a mayor cantidad de países en el mundo, esto sugiere bastante acerca del rol que se otorga ahora a las relaciones internacionales de Bolivia. Con todo, es importante hacer notar que en términos de relaciones comerciales entre ambos países, el valor del comercio bilateral ha mostrado una tendencia creciente en el periodo 2006 – 2015, pasando de un valor total de 706 millones de dólares en 2006 a 3.244 millones de dólares en 2014, es decir, un incremento mayor al 350%, cifra muy sugestiva. Lo que llama la atención es que mientras el año 2012 Bolivia exportó a Estados Unidos un valor 1.746 millones de dólares, importó 940 millones de dólares de ese país, siendo el superávit comercial de 806 millones de dólares en favor de Bolivia. A su vez, el año 2014 ese saldo comercial favorable para

JR. Tu pregunta toca diversos temas, trataré de responderte abordando desde la última. Empiezo por caracterizar el mundo de hoy. Éste se puede definir como un escenario internacional complejo, multicéntrico y multipolar, con una agenda pluri-temática y con alianzas variables y cambiantes, según el tema que se trate. Un planeta con creciente contaminación y otras formas de degradación del ambiente y la naturaleza. Además, donde no hay un pensamiento único. Es, también, un mundo inseguro e inestable, con violencia y guerra en diversos territorios del planeta, con 10 IBCE, Estados Unidos: Economía y Relación Comercial con BoliviaBoletín Electrónico Bisemanal Nº 426 - Bolivia, 2 de julio del 2015.

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débil capacidad de gestión constructiva de conflictos. Asimismo, con riqueza mal distribuida y pobreza extendida. Donde, inclusive, es muy complicado construir políticas internacionales que impliquen acuerdos, recursos y voluntades para tomar decisiones. Y en un mundo así, hay muchas dificultades para construir acuerdos internacionales eficaces. Ahora bien, la Cancillería boliviana ha planteado una política exterior fundada en su proyecto de Revolución Democrática y Cultural, que a su vez se inspira en el Vivir Bien, la Cultura por la Vida y el Derechos a la Paz, y consta de cinco principios que guían la acción externa: la diplomacia de los pueblos, el ejercicio efectivo de la soberanía, la diversidad cultural, la armonía con la naturaleza y la reducción y la superación de las asimetrías. Adicionalmente, tiene las siguientes características: es propia y propositiva, antiimperialista, anticapitalista, descolonizadora, propugna un nuevo multilateralismo y busca reconstruir el Abya Yala.11 En términos de valores, la cualidad de las relaciones externas se sustenta en relaciones de “complementariedad, equilibrio, cooperación y solidaridad entre todos los estados y pueblos del mundo”.12 Esos son los pilares conceptuales piramidales a partir de los cuáles se ha diseñado y ejecutado la política exterior boliviana desde 2006. De ese modo se puede deducir que la actuación internacional del Gobierno boliviano se ha presentado en diversos frentes. En el campo de la política exterior regional, Bolivia ha privilegiado fortalecer las relaciones bilaterales con los países ideológica/políticamente afines – por ejemplo los miembros del ALBA– o naciones vecinas –CAN–, o regionales como Unasur. Durante un periodo, 2006-2010, incluso tuvo relaciones llevaderas con Chile. Asimismo, la definición del carácter antiimperialista, anticapitalista y descolonizador de la política exterior boliviana explica, en buena medida, su relacionamiento 11 Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, La Revolución Democrática y Cultural y su Política Exterior. Memoria 2006-2013, La Paz, Sagitario, abril 2014, pp.111 - 120. 12 Ibid, p.58.

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con países como Irán extra-continentalmente, así como Cuba, Ecuador y Venezuela en la región, y que, además, tienen en común el no estar alineados con Estados Unidos. Igualmente importante, impugnando el orden internacional vigente, las críticas bolivianas en los principales foros, sea mundial como la ONU y regionales como la OEA, se han dirigido a cuestionar el orden capitalista, el régimen del comercio internacional y el régimen del medio ambiente, para mencionar unos ejemplos, pidiendo modificaciones de fondo en los mismos. Por otro lado, en el campo de la política internacional, el Gobierno boliviano se ha sumado a la corriente de la nueva izquierda latinoamericana que ha protestado contra la actuación intervencionista del Gobierno norteamericano en la región, o los golpes de estado a Gobiernos democráticos y de izquierda, entre otras iniciativas. Adicionalmente, Bolivia también ha formado parte de estructuras regionales, sea Unasur (mostrando la unidad sudamericana) o Celac (mostrando la –relativa– unidad latinoamericana y caribeña), y que tienen en común –como se dijo antes– el no contar como miembros a Estados Unidos y Canadá. Y en cuanto al proceso de integración en la región, Bolivia está buscando ser miembro del Mercosur13 pero manteniendo también su membresía en la CAN. En suma, Bolivia ha sido un actor muy activo en el concierto regional e internacional, ha innovado varias iniciativas en su política exterior, se ha alineado con países de orientación progresista y populista en la región y fuera de ella. 8. GL: Se advierte un respaldo pleno de parte de los bolivianos a la acción judicial del Gobierno ante La Haya. Indudablemente, el tema del mar logra que nos sintamos, y afirmemos, que pertenecemos a una nación. Es uno de los pocos temas que lo logra. ¿Cuál es la opinión pública 13 Bolivia firmó el Protocolo de Adhesión al Mercosur en diciembre de 2012, y su ingreso está previsto para julio del presente año.

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de los países europeos al respecto? ¿Y cuál es la opinión de los países americanos? Aún más: ¿qué piensa el ciudadano chileno de hoy sobre este tema?

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9. GL: Valorando a cabalidad esta decisión presidencial de acudir a La Haya (que yo también apoyo firmemente), ¿cómo está trabajando Bolivia sus relaciones internacionales? ¿Debemos sentirnos bien representados? ¿Se está formando recursos humanos para la materia? O, más bien, se trabaja en base a designación improvisada como casi siempre ocurrió… JR: Bajo la conducción del presidente Morales, el Estado boliviano, en particular el Ministerio de Relaciones Exteriores, ha tomado este tema con la más alta responsabilidad, porque de culminarse favorablemente –como todos los bolivianos deseamos– resolvería el enclaustramiento marítimo boliviano. No es poca cosa, pues se estaría “des-enclaustrando” un asunto que, en rigor, se viene arrastrando desde 1879. De lograrlo, el “imaginario marítimo boliviano” estaría por fin liberado. De modo llamativo, el dispositivo comunicacional que se ha estructurado alrededor de la demanda marítima ha estado muy activo. Por ejemplo, se designó al ex presidente Carlos Mesa como el vocero oficial del Gobierno de Bolivia para comunicar, nacional e internacionalmente, acerca de la demanda interpuesta por Bolivia e incluyendo el proceso que se está llevando a cabo. Él ha realizado varios viajes con esta finalidad. Estuvo en Berlín el pasado marzo y se reunió con representantes del Gobierno de Alemania y de los principales partidos políticos de la Cámara Baja de ese país (Bundestag).14 A principios de junio de 2015, Carlos Mesa informó que se estructuró la difusión de “las bases jurídicas e históricas de la causa boliviana en tres fases: por países de Latinoamérica, Europa y Asia”.15 La primera fase incluiría Costa Rica, Panamá y Cuba. La segunda comprendería

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JR: Es cierto que la demanda planteada por Bolivia a Chile en la Corte Internacional de Justicia pidiendo que dicha Corte obligue a Chile a negociar con Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico representa la iniciativa más adecuada, posicionando así una solución efectiva al centenario problema de nuestro aislamiento marítimo. Esta demanda presentada a dicha Corte en abril de 2013 surge en respuesta al recurrente incumplimiento de Chile, a lo largo de décadas, de diversas obligaciones que se había comprometido. Es evidente que esta demanda nos ha cohesionado nacionalmente a bolivianos y bolivianas. Chile presentó una objeción preliminar a la jurisdicción de la Corte en julio de 2014. Esto llevó a que, en mayo de 2015, el Estado boliviano presentara sus argumentos sobre la competencia de la Corte para seguir este juicio. Chile hizo lo suyo. Estamos ahora a la espera de que la Corte se pronuncie sobre lo que sigue. En Bolivia estamos convencidos de que la demanda boliviana continuará su curso. Y este optimismo se expresa en la opinión pública de la población boliviana que contundentemente se ha alineado apoyando la demanda. Además, es muy alentador y satisfactorio que en Chile varios sectores de su opinión pública estén de acuerdo con la idea de otorgar a Bolivia una salida efectiva al océano Pacífico. Es más, la demanda boliviana en la Corte se funda precisamente en una serie de ofrecimientos de autoridades chilenas y de negociaciones que se llevaron a cabo, para resolver el problema de la mediterraneidad boliviana. Es decir, tanto autoridades chilenas como ciudadanos de ese país se han expresado, a lo largo del siglo pasado y del actual, en favor de la demanda marítima de Bolivia, y que esto se haga realidad. Esto es un factor fundamental. En suma, hay decenas de evidencias que señalan que Bolivia tiene la razón en su reivindicación

marítima, y que va en esa dirección, por recuperar su mar.

14 Carlos Mesa defiende en Berlín la demanda marítima de Bolivia ante la CIJ, La Razón, 30 marzo 2015. 15 Bolivia difundirá demanda marítima en tres fases: Latinoamérica, Europa y Asia, ABI, 8 junio 2015.

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Reino Unido, Italia, Gran Bretaña y Bélgica. Y la última, Japón, Rusia, India y China. Es importante mencionar que la Corte Internacional de Justicia presentará su decisión hacia finales de 2015, de ahí la importancia de informar cuando menos a los Gobiernos más influyentes en sus respectivas regiones, e idealmente a la mayor cantidad de ellos. Dado que la solución al enclaustramiento marítimo compromete a Chile y Bolivia en esencia, pero implica también a Perú, lograr la cercanía de Perú ha sido un objetivo de vital importancia. Por fortuna, el martes 28 de junio de 2015, en la frontera común a ambos países, los presidentes Morales y Humala se reunieron acompañados de sus respectivos gabinetes. Ahí se suscribió un acuerdo en el que se expresa que “la República del Perú mantiene su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión en relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia”. Y no sólo eso, sino que “el Presidente del Perú expresó sus fervientes votos para que pueda alcanzarse una solución satisfactoria a la referida situación de mediterraneidad”16. Sin duda, un apoyo estratégico que sería de gran utilidad para el escenario venidero. Para finalizar, la importancia de esta problemática llevó –ya el año 2013- a la creación de la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar) dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores), que justamente ha sido un espacio donde se ha enfocado interdisciplinariamente la problemática marítima, entre otras tareas. 10. GL: ¿Cómo ha quedado Bolivia, José, después de estas dos elecciones? ¿Es posible avizorar el futuro que vamos a desarrollar? JR: Propongo analizar tres escenarios importantes para Bolivia: el país y la economía regional; las relaciones económicas externas y las relaciones vecinales. Empecemos por el país y la economía regional. Según las previsiones de los 16 El Canciller de Chile dice que respaldo de Perú a Bolivia no está claro, La Razón, 24 junio 2015. http://www.la-razon. com/nacional/demanda_mar%C3%ADtima/canciller-Chilerespaldo-Peru-Bolivia_0_2295370540.html

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organismos financieros internacionales (BID, BM, CAF y otros), nos estamos enfrentando a un ciclo de muy probable bajo crecimiento económico de los países de América Latina y el Caribe. Y esto es algo que preocupa al conjunto de los países latinoamericanos. Por fortuna, Bolivia cuenta con ciertos márgenes de amortiguación, entre ellos reservas internacionales de alrededor de 15.000 millones de dólares y un balance comercial favorable, si bien anclado en materias primas, gas y minerales principalmente. Y también por altas tasas de crecimiento económico, en los últimos años, oscilando alrededor del 5%, entre los más altos de la región, por cierto. Esperemos que las variaciones de los precios internacionales de los productos mencionados no golpeen significativamente, pese a que ya se ha sentido su efecto. No obstante, es imperativo mantener los requerimientos (legales, financieros, etc.) para un crecimiento económico sostenido. Esto pasa por asegurar niveles de inversión pública, privada y externa. La inversión pública ha sido robusta los últimos años, queda entonces facilitar condiciones para que la inversión privada y externa pongan su parte. En cuanto a las relaciones económicas externas, la gran dificultad, si no riesgo, en los próximos años sería, en un marco de relativa recesión económica, la caída de los precios de los “commodities” que han venido explotando y exportando los países de la región: materias primas con distintos niveles de valor añadido, sean minerales, agrícolas, agroindustriales o incluso manufacturas. La presencia creciente de China y su demanda por materias primas plantea un reto contradictorio. Por un lado, es un importante comprador de los productos exportables de nuestra región, por ende se ha dado un importante crecimiento de las exportaciones latinoamericanas, con importantes efectos favorables para la balanza de pagos y el empleo, entre otros efectos. Pero, por otra parte, esa demanda limita las posibilidades de una industrialización diversificada y creciente, ya que es muy complicado competir contra las manufacturas chinas (y de otros países del Asia, en general), que como se sabe tienen precios (y servicios de exportación) muy competitivos,

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Además, firmaron acuerdos en materia del gas, defensa, energía eléctrica, infraestructura vial y caminera, entre otros. Los párrafos anteriores nos muestran que no sólo se observa un fuerte interés por fortalecer las relaciones con los países vecinos, sino también lograr diversas formas de apoyo a la demanda marítima boliviana. Finalmente, en este análisis no podemos dejar pasar de lado un hecho altamente significativo, y es que después de más de 50 años de conflicto entre Cuba y Estados Unidos, ya se ha confirmado el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Este hecho viene a poner fin a un diseño de confrontación ideológica de la época de la guerra fría. Esto es sumamente importante, porque el solo hecho de que Cuba reanude sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos demuestra que vecinos ideológicamente diferentes pueden trabajar juntos en asuntos de interés común. Al parecer, las diferencias ideológicas no parecen ser ahora un obstáculo para encontrar formas de convivencia y cooperación. Esto le dará a Cuba la posibilidad de romper la asfixia económica de varias décadas. Una pregunta que surge de ese renovado contexto es: ¿cómo repercutiría este nuevo escenario en la región?

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y vulneran rápidamente a la competencia. Este escenario plantea el desafío sobre qué debe hacer Latinoamérica para no quedarse rezagada produciendo materias primas. Lastimosamente, la llamada “reprimarización” que significa que los países de región han vuelvo a ser productores de materias primas para exportarlos, en especial a China, están expuestos a las variaciones de sus precios internacionales. Es decir, no tiene pleno control sobre factores perturbadores. En lo que se refiere a las relaciones vecinales, me parece que el planteamiento de la demanda marítima a Chile ha sido uno de los factores que ha hecho que el Gobierno boliviano relance sus relaciones bilaterales con los otros países vecinos, particularmente Perú que, como sabemos, es el tercer actor que está, en mayor o menor medida, involucrado en la “problemática marítima”. Del mismo modo, los presidentes de Bolivia y Paraguay se reunieron el 29 de junio en Asunción y suscribieron un Comunicado Conjunto que establece: “4. … Invocaron a los países de tránsito, los países desarrollados y las organizaciones internacionales a garantizar su derecho de acceso al mar y desde el mar, incluidos los relacionados con la libertad de la alta mar y con el patrimonio común de la humanidad, así como la libertad de tránsito…”.

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Gonzalo Rojas Ortuste: “No es

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auspicioso en términos de democracia lo venidero para Bolivia de persistir, como todo indica, la voluntad de eternizar al caudillo”.

De ángeles, demonios y política. Ensayos sobre cultura y ciudadanía (Muela del Diablo Eds. 1999). Vicente Pazos Kanki y la idea de República. Temprano mestizaje e interculturalidad democrática germinal. (CIDES-UMSA, PRISMA, Plural Eds. 2012.)

1. Gonzalo Lema (GL): ¿Es posible entender (y explicar) al elector de La Paz, Gonzalo? Sus preferencias políticas distinguen lo nacional de lo local y de lo regional, y cruza el voto. Al mismo tiempo, vota por asambleístas de un color y por el gobernador de un color distinto… ¿Qué lo impulsa a votar así? ¿Cuáles son sus apuestas? Es un comportamiento muy particular...

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ealizó una pasantía postdoctoral con una beca de la Fundación Carolina. Universidad Complutense de Madrid. España. Sept.Nov. 2010. Doctor en el Doctorado Multidisciplinario en Ciencias del Desarrollo, CIDES-UMSA con colaboración internacional de la UNAM (México).Tesis publicada: Cultura política de las élites en Bolivia. 1982-2005. La Paz: FES-ILDIS , CIPCA y CIDES-UMSA. 2009. Entre los libros y publicaciones, como resultado de su labor en investigación, destacan: • Democracia en Bolivia: hoy y mañana (La Paz: CIPCA 1994).

Gonzalo Rojas Ortuste (GRO): El elector paceño, principalmente citadino (La Paz y El Alto), es altamente politizado, para bien y para mal. Vive (y quiere vivir de) la política de manera intensa. Por ello también sus fuertes afirmaciones ideológicas, aunque mudables según criterios prácticos. De manera aún más nítida que en el resto del país –lo veremos adelante- votó de manera diferenciada en las elecciones nacionales (para reelegir al Presidente) y en las recientes subnacionales. A Félix Patzi, me parece, se lo ve con atributos étnicos similares a Evo Morales con el plus de su formación académica que eso explicaría por qué Elizabeth Reyes, destacada parlamentaria en la gestión previa, no pudo ser su contendora. La presencia mayoritaria del MAS en la Asamblea paceña tiene mucho que ver con la sobre representación rural o provincial que también está presente en los diputados a nivel nacional. De todas formas, incluso en sectores de fuerte apoyo al MAS y a su jefe, ya empieza a notarse cierto desencanto, también expresado electoralmente, cosa que no ocurre por ejemplo en el caso potosino, con fuertes reclamos al oficialismo, pero fiel (todavía) en la votación. Por ello, aquí (La Paz) se está expresando una búsqueda de equilibrios de poder, una cierta fidelidad a ciertos elementos del discurso oficialista (lo étnico-cultural) con distancias del entorno poco solvente para gestión (cuando no

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con claros rasgos de corrupción y cooptación) desde el masismo.

GRO: Seguramente es una combinación de varios factores donde la ineficiencia en la gestión, las denuncias de corrupción y las candidaturas en disputa son centrales para esa explicación. El Alto ya es el más populoso municipio del occidente del país y disponiendo en el último tiempo de importantes recursos no ha dado un salto que pueda verse y sentirse en términos de urbanización y que sin duda le hace falta. Soledad Chapetón es hija de este joven municipio, quien encarna en su juventud y claridad de discurso modernizador esa esperanza. El exalcalde oficialista que buscaba reelegirse quedaba visiblemente en desventaja en una comparación de características donde el “más vale lo malo conocido” ya no aplica (felizmente). 3. GL: ¿Cómo deben entenderse estas dos elecciones celebradas? Alguna corriente de opinión afirma que, tanto la nacional, como la subnacional, han sido una sola y se habría “debatido” la hegemonía del MAS-IPSP; otra, que la nacional refrenda la construcción del Estado Plurinacional mientras que la subnacional busca la solución de los problemas inmediatos que vive el ciudadano. ¿Qué las confunde? ¿Qué las diferencia? El presidente Evo Morales (no se debe perder de vista) actuó en ambas con roles distintos… GRO: Son ciertamente ámbitos distintos y los electores los perciben así. Por ello el virtual jefe de campaña en las subnacionales, que fue el presidente Morales, no pudo ni acercarse a sus resultados a pocos meses de conseguir su rereelección. Desde que tenemos elecciones diferenciadas

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4. GL: Tenemos tres gobernaciones opositoras en Bolivia: La Paz, Tarija y Santa Cruz. ¿Es posible imaginar una “coordinación” entre ellas? Más de un tema podría empujarlas a hacerlo: el nuevo pacto fiscal, por ejemplo, o la reelección indefinida del presidente… Sin embargo, el perfil ideológico del gobernador paceño es muy distinto al de los otros dos. Otro dato más: salvo Adrián Oliva, Félix Patzi y Rubén Costas han manifestado su interés por la presidencia del Estado Plurinacional. ¿No crees que harán campaña contra la reelección indefinida del Presidente?

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2. GL: Los resultados municipales de El Alto son una verdadera sorpresa en la opinión pública nacional. ¿Qué motivó (y detonó) el voto por Soledad Chapetón? ¿La búsqueda de “equilibrios” en lo político? ¿La corrupción? ¿La ineficiencia? ¿La hibridez actual de su cuerpo social?

de las nacionales (la segunda mitad de los 80s en las municipales, más recientemente para las departamentales) la votación es nítidamente diferenciada. Está fuera de duda que el MAS tiene un importante caudal de votos “duros” al que se le suman el voto pragmático donde pesa su condición de oficialismo exitoso, que tiene que ver con los ingresos fiscales resultado de altos precios internacionales de hidrocarburos (y minería). Por ello que la administración de tales recursos con propósitos claramente electorales tienen un efecto fuerte. Por ello también resulta por comparación una tremenda desventaja que quienes se postulan para reelección de cargos –exceptuando la Presidencia y la Vice– que no disponen de las ventajas asociadas al “caballo del corregidor”.

GRO: Por lo dicho en la respuesta anterior, es hasta necesario que lo hagan. Se podría pensar que los gobernadores de Santa Cruz y Tarija son más visiblemente opositores y afines, y es así, pero eso no implica que no tengan recursos también prácticos que uno no espera del tipo de discurso especialmente del primero (Rubén Costas), quien, sin embargo, es el único líder regional que queda del inicio de la “era Morales” hace una década. Adrián Oliva para la segunda vuelta hizo una importante alianza con el disidente masista y dirigente campesino Luis Alfaro y se aseguró la victoria. Félix Patzi se suma al pragmatismo con su propio bagaje, incluidas sus destrezas en negocios comerciales.

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En política desde luego es necesaria una cuota importante de estos recursos prácticos. El otro elemento que requiere su trabajo concertado, incluso más allá del pacto fiscal, es el esquema tutelado y confuso de las autonomías, que es necesario destrabar. En un arco de tiempo mayor, empero, es visible que Patzi y Costas son rivales para el cargo electivo de mayor importancia: la Presidencia. 5. GL: Ahora que estamos en vísperas de los referéndums por los estatutos de las autonomías regionales y las cartas orgánicas de las municipalidades, es posible afirmar, debido al control de constitucionalidad, que ninguna de las regiones subordinará el interés nacional al suyo. ¿Es así? ¿Será posible aseverar que primero está el país a la región? ¿Cómo percibes que han de desarrollarse las diversas autonomías? GRO: El diseño autonómico actual es complicado y ello responde a la reticencia del oficialismo por esa ruta político-institucional que implica compartir poder. Ni siquiera el caso de las autonomías indígenas es expedito, aunque es una de las pocas expresiones institucionales que podrían justificar el rimbombante rótulo de “Estado Plurinacional”. En términos de descentralización se ha retrocedido comparado con el avance que significó la exitosa puesta en marcha de la Participación Popular en los 90. En este tema es donde mejor puede verse la vocación centralista y casi unipersonal del poder político que en los hechos caracteriza al MAS. Los estatutos departamentales, en la mayoría de las regiones hasta ahora a cargo de ese oficialismo, tienen nula difusión y como ha ocurrido con otras disposiciones que desarrollan jurídicamente lo contenido como promesa en la Constitución, más bien tienden a limitar derechos y siempre pasar por “control” central, no precisamente por celo constitucional. De otra parte, la región que fuera abanderada de las autonomías la concibió defensivamente –precisamente del centralismo y la élite política mayormente andina-, por lo que ha dejado pendiente este tema, hasta que haya un

cambio de época en la política del país. No es infrecuente, escuchar a destacados miembros de cierta élite intelectual cruceña, sostener que la región o “patria chica” está primero y antes que Bolivia (p.e. el historiador Alcides Parejas, para mencionar a quien lo reitera) y a nadie allí parece importarle eso. El regionalismo, entonces, es todavía uno de nuestros temas pendientes17 y que un proceso autonómico podría enfrentarlo positivamente. Por esos dos planos, no se avanzará mucho en lo venidero y a lo sumo se podrá esperar ciertas alianzas episódicas desde alcaldías y gobernaciones opositoras, en momentos que arrecie la vocación centralista del MAS. 6. GL: La presencia nacional del MAS-IPSP pone de relieve que su visión de país ha “calado” en el cuerpo social boliviano. Ninguna de las oposiciones políticas ha formulado una visión distinta, sino matices de adscripción. Es así de contundente. Mi pregunta es: ¿Estamos ante una simple “visión”? ¿No estamos, más bien, viviendo la formulación de una ideología? ¿Cómo se contrastaría con la experiencia del 52 y el nacionalismo revolucionario? GRO: Hicimos referencia al “núcleo duro” del apoyo al MAS. Hoy ese referente está asociado a intereses corporativos (cocaleros, los autodenominados “interculturales” y cooperativistas mineros, para señalar los más visibles). En el 2005 y los primeros años, ese amplio apoyo tenía que ver con una acumulación de la sociedad boliviana que había identificado la cuestión de la discriminación étnico-social como una fractura a allanar y, en lo económico, que no se podía prescindir del rol del Estado en el desarrollo económico generador de riqueza a ser distribuida socialmente. Menos explícitamente, 17 Recientemente, en el prestigioso El Deber una nota de opinión con el título de “Regionalismo cruceño” sostiene que es normal el amor al terruño y termina recordando acciones violentas sobre esa región a fines de los 50 desde zonas andinas (y vallunas) para cerrar afirmando que ese regionalismo “es de verdad”. Es decir, el de los Otros es el malo.

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7. GL: La conducta del MAS-IPSP en estas dos últimas elecciones ha sido un tanto desconcertante: diversos actores políticos, de cuño conservador y hasta señorial, algunos muy enemigos suyos, fueron invitados a formar parte de sus filas como candidatos. ¿Así actúa un partido con pretensiones claras de ser “único”? ¿Es simple maniobra? O, peor aún: es una confusión ideológica… GRO: Ese tipo de expansión, desde luego, no es ideológica sino puramente pragmática, y en efecto detrás está la concepción de constituirse en “partido único”. Los supuestos cooptados

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también están jugando su juego, que es acomodarse “al sol que brilla”. Más preocupante, el despliegue prebendal que sin lugar a dudas pone al descubierto la corrupción en el Fondo Indígena. Hay que no querer ver que eso ha funcionado así por diseño, con deliberada falta de institucionalidad, que ha hecho de la dirigencia social y sindical –más que indígenauna suerte de oficio bien remunerado y cómodo, extendido ampliamente a cambio de apoyo político y electoral. Lo dicho sobre el pragmatismo más estas específicas argucias develan la consolidación de proyecto de poder (por el poder mismo). Y con creciente informalización lo que interesa son los negocios y allí no se precisa ideología. 8. GL: En términos generales, los resultados podrían “develar” cuál es el pensamiento (y sentimiento) de un sector social o de una clase respecto a un partido político. Si se atiende eso, la clase media no apoya al MAS-IPSP. No sólo hay un millón de votos de diferencia con su líder, sino hasta una lectura de corrupción e ineficiencia. ¿A dónde conduce esto? ¿Qué piensas al respecto? ¿En qué medida el MAS-IPSP es un partido diferente a los demás?

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pero junto a la revaloración de lo indígena, había una cierta simpatía ecologista. Hoy, en cambio, queda una práctica de desarrollismo de Estado, en gran medida dilapidador, fascinado con una idea de modernización con obras ostentosas (nuevo palacio de gobierno, desarrollo de energía nuclear del que Estados más organizados no pudieron evitar los ostensibles riesgos). Por supuesto siguen vigentes discursivamente ese suerte de nacionalismo indigenista –y por allí su vínculo con el nacionalismo revolucionario, que es el otro referente ideológico fuerte de algo más del último medio siglo-. Desde luego el nacionalismo sigue teniendo rédito político y todos apoyamos, por ejemplo, la demanda ante La Haya en nuestro histórico reclamo con Chile. Lo indianista ya cada vez más es producto de exportación discursiva. No sólo para los pueblos indígenas de tierras bajas, directos víctimas de prácticas alejadas de esas retóricas –que lo digan los del Tipnis, de nuevo amenazados– sino para sectores de tierras altas y “demócratas de la Tierra” también en las ciudades, está claro que el ecologismo es otro producto de exportación simbólica (en conveniente empaque “pachamamista”). Una diferencia importante con la experiencia del 52 –además de las de época– es que allí había un elenco dirigente, aquí, en cambio, se ha insistido mucho en la idea de un líder, que en verdad opera como el gran caudillo y ello refuerza pautas de intolerancia.

GRO: Un aspecto central de las recientes elecciones (las del ámbito subnacional) es que han puesto en evidencia que la oposición no es un asunto de minorías resentidas sino un problema de desazón amplia aun cuando disfrutamos de una época de bonanza en ingresos fiscales y lo conseguido son sectores con ostensibles mejores ingresos, pero sin mayores méritos –algo hay– socialmente reconocidos como plausibles (mayor educación formal, esfuerzo laboral) y por ello también parecen depender más del ocasional favor político. Hay un estudio del PNUD Bolivia de hace un par de años que insiste que usa la denominación “clase media” sólo por facilidad de expresión y al segmento nuevo que le asigna el rótulo, lo ve dependiente de los bonos que a su vez dependen de esos ingresos estatales que este año parece que serán menores como en la

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economía mundial, pese a las declaraciones de “blindaje” de la economía boliviana. 9. GL: A propósito del probable referéndum sobre la reelección sin límite del Presidente, ¿cuánto podría incidir el poco apoyo que tiene el MAS-IPSP en la clase media? ¿Ha de valorarse únicamente a su candidato? GRO: No hay en la experiencia nacional, ni en la mundial, prorroguismo presidencial (de jefatura de Estado) compatible con la democracia, que no trastoque el sentido básico de ese referente a “pueblo”, con todo lo light que podamos conceder. Ciertamente es en la clase media donde más evidente es ese rechazo; pero en pueblos indígenas andinos y amazónicos la idea del turno, como servicio temporal en situación de autoridad es un valor y, en buena medida, una práctica. De nuevo, esa creciente parcialidad de la sociedad boliviana ha de enfrentarse al “núcleo duro” del oficialismo que parece jugarse a fondo con la opción de Evo Morales como candidato y caudillo sempiterno. Aun con un árbitro confiable (digamos un renovado tribunal electoral independiente), ésa es una apuesta fuerte para la pervivencia de la democracia boliviana. Es indudable que también se tiene presente, a la hora de valorar, el desempeño (macro) económico durante la “era Morales” y allí el problema está en el seno de nuestra sociedad, que como otras latinoamericanas, está orientada predominantemente con un sesgo caudillista y donador, que reparte favores. 10. GL: ¿Cómo ha quedado Bolivia después de estas dos elecciones? ¿Qué futuro le espera?

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GRO: No es auspicioso en términos de democracia lo venidero para Bolivia de persistir, como todo indica, la voluntad de eternizar al caudillo. Al menos si por democracia asociamos una forma de Estado de Derecho donde el estatuto de ciudadano comporta vigencia de derechos efectivos y, desde luego, los correspondientes deberes que en conjunto dan certidumbre en lo que es posible en el universo social y político. Visiblemente se ha desinstitucionalizado lo poco y dificultosamente construido en el periodo precedente en referentes de ciudadanía; es decir, de disminución de la arbitrariedad del poderoso de turno. El caso de la administración de la justicia y la policía es de ribetes de escándalo, aun para los parámetros bolivianos que en esta materia no son exigentes. Es cierto que en términos de ciertos indicadores sociales y económicos hay una mejora de sectores que estaban profundamente deprimidos –y todavía falta–. Lamentablemente ello no va acompañado con un crecimiento equivalente de cultura política cívica. Sin embargo, también hay una reacción ante el desencanto, que es el surgimiento de nuevos liderazgos desde la oposición y, principalmente, que una parte importante del electorado prefiere un esquema desconcentrado de poder, que en congruencia con lo que se sabe de la dinámica del mismo, sólo se morigera ante otros poderes. Si como colectividad seremos capaces de gestionar esas diferencias de manera más o menos concertada habremos pasado el umbral de solo evitar la catástrofe que nos debilita como sociedad organizada, a diferencia de lo que nuestros empeños políticos apuntan –y ni qué decir de los discursos–; pues ése es el valor de las instituciones, el de preservar ciertas conquistas y proyectarlas sostenidamente en el porvenir.

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Marité Zegada: “Las transformaciones del proceso boliviano van más allá del Movimiento Al Socialismo”.

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Marité Zegada (MZ): Un acto electoral forma parte del ritual cívico, por tanto es una reafirmación de la democracia, eso de por sí es importante, pero además constituye una oportunidad para expresar una preferencia política o enviar un mensaje al escenario público. La democracia boliviana es relativamente reciente si pensamos en perspectiva de memoria larga, tiene apenas 30 años de acumulación política. Desde el desmoronamiento de la dictadura del Gral. Banzer, la democracia ha transitado por distintos momentos: ha sido bandera y razón de las luchas sociales, ha sido objeto del monopolio de los partidos políticos mediante la democracia pactada, ha entrado en crisis y se ha reconstituido alrededor de movimientos sociales que han asumido protagonismo en el campo político. Más allá de estos itinerarios cambiantes, existe una constante que es el compromiso y participación de la sociedad con su destino. Este compromiso se ha expresado ya sea mediante movilizaciones en momentos de profunda crisis política, o mediante la concurrencia al acto de votación. Es cierto que el voto es obligatorio en Bolivia y este factor influye en la tasa de participación en elecciones, pero aún en ese marco se pueden percibir las tendencias de entusiasmo o apatía ciudadana. Mientras durante los 90 el promedio de participación era de alrededor del 70%, en la última década ascendió acerca al 90%. En realidad no puede percibirse cada elección como un acto fundacional, sino como parte de un trayecto de rupturas y continuidades. Es llamativo constatar que hemos concurrido 13 veces a las urnas en los últimos 14 años, un

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ocióloga, con maestría en Ciencias Políticas. Doctorante en Procesos Sociales y Políticos en América Latina (Prospal) Universidad U-Arcis, Chile. Profesora e investigadora universitaria. Artículos especializados en revistas, libros recientes “Espejo de la sociedad: poder y representación en Bolivia”, “La democracia desde los márgenes: transformaciones en el campo político boliviano”, “En nombre de las autonomías: crisis política y procesos discursivos en Bolivia”, “Movimientos Sociales en Tiempos de Poder”. Columnista de Pagina Siete.

1. Gonzalo Lema (GL): Debido al visible fervor cívico que se respira el día de las elecciones, ¿crees tú que es posible afirmar que los bolivianos lo vivimos como un hecho político “constitutivo” de nuestro país? Es decir: ¿ese día se “reconfirma” la patria? ¿Se la funda de nuevo? ¿Qué es lo que sucede? No debemos perder de vista que otras sociedades democráticas no obligan (como la nuestra) al ciudadano a acudir a urnas y, sin embargo, nada tiembla…

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promedio de casi una vez por año, y hay que evitar que estos actos se vacíen de contenido y caigamos en una fatiga cívica. 2. GL: Las elecciones realizadas en nuestro país generan “lecturas” diferentes. ¿Fue una sola elección en dos tiempos? O, más bien, fueron dos elecciones muy distintas: una, reconfirmando el apoyo al “proceso de cambio”; la otra, buscando el equilibrio ante tanta hegemonía del partido MAS-IPSP… MZ: En realidad fueron dos elecciones en dos tiempos. Las lógicas de una elección nacional y de una subnacional son distintas y estas diferencias se expresaron en sus resultados. La variación en los resultados se explica por varios factores, uno de ellos y quizás el más importante se debe a la presencia de Evo Morales como candidato, pues su liderazgo es indiscutible y no ha perdido popularidad en estos 10 años de gestión de gobierno, sin desmerecer los otros factores que tienen que ver con la gestión o los elementos simbólicos instalados en el “proceso de cambio”. En cambio, en la elección de marzo se jugaron otros candidatos, otras propuestas, otro tipo de relación entre los candidatos y el electorado. Los resultados mostraron estas distancias. En la elección de marzo último se percibe un deslucido apoyo al MAS sobre todo en las principales ciudades capital y una presencia más fuerte de la oposición regional y local. Cabe destacar la capacidad de discernimiento de las y los bolivianos a la hora de votar en consideración a este conjunto de factores, y al trasfondo político que las conecta, de ahí que como resultado de ambos comicios, tenemos un partido de gobierno política y electoralmente consolidado a nivel nacional al menos por cinco años más, en cambio a nivel subnacional, se puede percibir un país que apuesta por otras opciones abriendo nuevos derroteros para la o las oposiciones. 3. GL: La opinión pública afirma que frente a la idea de desarrollo (visión) del país que tiene el MAS-IPSP no se ha formulado otra. La oposición, aún la victoriosa en las elecciones subnacionales

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(gobernaciones y alcaldías), va a inscribirse en la agenda 2025 del partido oficialista. ¿Qué ideología se ha “instalado” en Bolivia? ¿Cuál es el sentimiento político que albergan los bolivianos? MZ: La agenda 2025 es suficientemente amplia y abarcadora de diversas visiones y proyectos de país. Esto significa que ha dejado a la oposición prácticamente sin un discurso alternativo. Por ello en los procesos preelectorales no se han revelado fracturas ideológicas significativas, sino la reproducción de discursos con variantes tendientes a cuestionar la forma en que se administra la gestión pública, alrededor de un discurso circular que gira con los mismos elementos. Es curioso constatar, después de 10 años de gobierno, cómo el discurso ideológico del MAS ha experimentado un notable giro en su orientación; así, del socialismo comunitarista y el indigenismo que consagraron la figura del primer Presidente indígena en 2006, se ha ido desplazando hacia un discurso más amplio y ambiguo, diluyendo estas aristas fuertemente ideológicas de la matriz originaria. Si bien ello ha significado la ampliación de su base social y la integración de otros actores, el costo ha sido el debilitamiento de lazos con el movimiento indígena y sectores más radicales de izquierda. Así, el “proceso de cambio” se convierte en una frase que dice todo y no dice nada al mismo tiempo, pero que ha logrado instalarse como eje central en el escenario discursivo, frente al vacío del debate político y la ausencia de posiciones que cuestionen las bases del discurso hegemónico. 4. GL: La clase media boliviana continúa apoyando al presidente Morales, pero se advierte que apoya menos a su partido. Esto queda de manifiesto en estas dos últimas elecciones: la nacional y la subnacional. Hay una resta de votos en la segunda. Sin embargo, el debate de la reelección indefinida ya ha comenzado. ¿Qué criterio prevalecerá en el elector? ¿Su confianza en Evo Morales o la “distancia” frente a su partido? MZ: Es cierto que hay una distancia entre el apoyo a Evo Morales y el apoyo al partido o

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5. GL: Resulta natural que las gobernaciones y alcaldías del MAS-IPSP sean instancias de campaña ante el muy probable referéndum que modifique la Constitución Política del Estado buscando la reelección indefinida. En esa lógica, ¿debemos imaginar que las gobernaciones y alcaldías opositoras se den a la tarea de trabajar por el “NO”? ¿Qué implicancias “desataría”

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este proceso respecto a la gobernabilidad y coordinación entre los tres niveles de gobierno? MZ: La apertura del texto constitucional aprobado en 2009 y la posible realización de un referéndum para que el voto ciudadano ratifique los cambios es un hecho. Existen varios temas en cuestión que serán utilizados como resorte o pretexto para iniciar dicha reforma; por ejemplo, los cambios en el sistema de justicia y la forma de elección de magistrados, probablemente cambios en la conformación y funcionamiento de la entidad electoral que atraviesa por uno de sus peores momentos. No obstante, el tema que está detrás de todos ellos y forzará la reforma en el corto plazo es el artículo relacionado con la reelección de la máxima autoridad del Estado. Ya en 2014 se ensayaron diversos argumentos que “legalizaron” la reelección consecutiva de Morales que estaba claramente prohibida en el texto, ninguno de ellos es válido para la próxima elección de 2019. La Constitución en el Artículo 168 señala con claridad que el presidente y vicepresidente pueden ser reelectos por una sola vez de manera continua, por lo que solo queda modificar la Constitución. Ahora bien, la posición de las nuevas autoridades subnacionales respecto a este tema será variable. En general, los gobiernos de la línea oficialista resultarán funcionales a la propuesta de reelección y con seguridad desplegarán los recursos en función de dicho objetivo, en tanto que las autoridades opositoras tratarán de no intervenir para evitar futuros procesos judiciales. Yo separaría de este próximo proceso de consulta los grandes problemas de ingobernabilidad multinivel que de hecho existirán de manera permanente entre quienes no comparten la línea política del partido nacional.

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al gobierno. Esto se pone de manifiesto en el conjunto de encuestas de opinión que circulan en el ámbito público. Evo Morales tiene un peso significativo dentro y fuera del Movimiento Al Socialismo, esto quiere decir que no podemos imaginar el éxito político electoral del MAS sin la presencia de Evo Morales, por esta razón el líder está deliberadamente blindado frente a los problemas de la gestión gubernamental o las disputas dentro el instrumento político. Pero, tampoco podemos imaginar la existencia del MAS sin su presencia, es decir, se ha convertido en un factor de cohesión insustituible al interior del partido. Esta realidad de “carisma situacional” tiene dos caras: una virtuosa que permite la reproducción del poder político, y otra podríamos llamarla perversa, pues se deposita demasiado poder en manos de un solo personaje y con el costo y los riesgos que esto implica. Por estas razones, no cabe duda que no se escatimarán esfuerzos para lograr los arreglos institucionales necesarios para aprobar la reelección presidencial hacia los comicios generales de 2019 y garantizar la permanencia del MAS en el poder. La presencia de Evo Morales genera un escenario descompensado de cara a las próximas elecciones por la ventaja comparativa de Morales respecto a otros posibles competidores que es difícil de revertir. Queda claro que la confianza de la población está fuertemente asentada en la presencia de Evo Morales que además ha sido objeto de un proceso sostenido de construcción simbólica que lo distingue del resto: un personaje honesto, trabajador, incondicional, con la noción de servicio al pueblo y solidario con las necesidades de los pobres, su propia trayectoria es testimonio de este capital simbólico.

6. GL: Esta oposición que, aunque diversa y dispersa, cobra cuerpo, ¿será capaz de nombrar el binomio de candidatos para las elecciones del 2019? Parte de la oposición piensa que sí, pero la ciudadanía gruesa advierte que no tiene ningún predicamento. ¿Cuáles serían los factores, a tu

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juicio, que posibilitarían la construcción de una oposición viable al Gobierno central?

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MZ: Cada día resulta más patética la imposibilidad de realizar acuerdos políticos entre las oposiciones existentes en el país. Y este no es un fenómeno sólo actual, sino que es un comportamiento que se viene arrastrando desde hace varios años. Yo diría que no existe una definición clara de la oposición. Desde la llegada del MAS al Gobierno, las alternativas opositoras han resultado débiles, sino inoperantes. Podemos en 2005, como principal fuerza opositora, trató de aglutinar a la derecha conservadora, sin embargo, terminó dividida en varios frentes internos antes de terminar la primera gestión parlamentaria. Como resultado de las elecciones de 2009 el voto opositor se concentró en la alianza liderada por Manfred Reyes Villa, quien huyó del país antes de la posesión del Presidente, y su bancada parlamentaria, sin un liderazgo y una línea política clara, se atomizó en posiciones personales que desempeñaron su labor de manera unipersonal y por cuenta propia. Para las elecciones de 2014 este voto “duro” migró hacia la flamante alianza Unidad Demócrata bajo la candidatura de Samuel Doria Medina que ocupó el segundo lugar de votación muy distante del primero. Esta alianza que prometía continuidad y sostenibilidad sufrió su primer quiebre en las elecciones subnacionales de 2015, por lo que su futuro no resulta muy promisorio. De cualquier manera, en las elecciones generales ya se presentó una división debido a la candidatura de Jorge Quiroga que disputó el mismo electorado a Doria Medina y se apoderó de una porción de dicha votación debilitando al frente opositor. Son varios los problemas que transversalizan a “las oposiciones”: la falta de liderazgos renovados capaces de convencer a los electores, la ausencia de programas políticos que ofrezcan al país una nueva lectura de la realidad y alternativas al proyecto del actual partido de gobierno, la escasa institucionalidad de las organizaciones políticas que no expresan una continuidad y sostenibilidad en el tiempo, pero sobre todo el vacío discursivo, no le dicen

nada nuevo o nada sostenible a la gente, nada creativo, nada que seduzca al electorado. A estos factores hay que sumarle otros que no pueden endilgarse solo a la incapacidad de la oposición, como son las condiciones políticas en que se realiza la competencia electoral fuertemente monopolizada por el partido de gobierno. La capacidad hegemónica del discurso del MAS ha limitado las posibilidades de circulación –a nivel nacional– de discursos alternativos neutralizando tanto a la oposición conservadora como a la oposición radical de izquierda o indigenista. Otra es la historia a nivel subnacional, donde ha logrado éxitos electorales importantes, pero esa es a la vez una de las limitaciones de la oposición: le cuesta trascender las fronteras locales. A ello hay que sumar el indiscutible liderazgo de Evo Morales que parece no tener competencia y la exitosa gestión de gobierno, hasta ahora respaldada por amplios sectores sociales como lo demuestran las diversas encuestas de opinión. Se prevé que este escenario persistirá por unos años más, por tanto es difícil concebir para el 2019 una fórmula electoral que pueda disputar el poder al presidente Morales que no dudará en habilitarse legalmente para su cuarta gestión de gobierno. 7. GL: Además de cierta ideología que, insisto, parece haberse instalado en nuestro país desde el año 2006, se ha ejecutado un programa de gobierno (inclusión social, nacionalización de los recursos naturales, redistribución de la riqueza, infraestructura rural, etc.) que ha removido nuestra realidad social, cultural, económica, política… Pero luego, concluido éste, se avizora problemas con el segundo tomo: carretera del Tipnis, exploración y virtual explotación hidrocarburífera en áreas protegidas, industrialización… ¿Este conjunto de planes es coherente con el proceso de cambio? Muchos adeptos del MAS-IPSP no parecen estar de acuerdo… ¿Es el programa más importante que la ideología? MZ: Es muy interesante tu planteamiento porque, desde mi punto de vista ha existido un giro en la

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seguridad sobrevivirán a su posible sustitución, pues se sostienen sobre la base de la sociedad civil, de ahí que los avances logrados no dependen solamente (no están sujetos) a la presencia del MAS en el poder, sino constituyen las condiciones inexcusables para cualquier futuro protagonista de la política. 8. GL: Se ha seguido creando instituciones durante estos últimos años con el afán de profundizar la democracia, proteger al individuo, la colectividad y los bienes del Estado. Sin embargo, se afirma que carecen de calidad en su trabajo. Esta realidad hace patente la necesidad de una alianza con la clase media y sus profesionales. ¿Cuán participativa ha sido la clase media en el proceso de cambio? ¿Es el MAS-IPSP un partido político también urbano? MZ: Yo diría que desde el principio, es decir, desde la conformación del primer gobierno del MAS, se ha percibido la presencia de sectores medios, técnicos y profesionales en la gestión pública. Varios de ellos aún ocupan cargos jerárquicos estratégicos, pero se ha buscado también la presencia de dirigentes o representantes de organizaciones sociales. Es cierto que el costo de una participación ampliada y diversa ha significado una baja en la eficiencia de la gestión pública, pero esta afirmación es mucho más compleja que la solo mención a la baja calidad del trabajo, responde también a la concepción con que se llega al poder y las posibilidades de plantear y ejecutar proyectos. La administración del poder está cruzada por una diversidad de intereses en juego y las dificultades reales para responder a las interminables demandas sociales, poniendo en juego la noción de gobernabilidad, entendida en sentido amplio como la capacidad del Estado de satisfacer las necesidades y expectativas sociales. Por otra parte, el predominio de intereses particulares impide una construcción colectiva de un objetivo común. Respecto al papel de los sectores medios, si bien estos han participado desde el principio

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discursividad del Movimiento Al Socialismo en estos diez años de gestión. En una primera fase, el referente fundamental del proceso de cambio era la construcción del socialismo comunitario y la transformación radical del Estado republicano y del modelo neoliberal; más adelante, las políticas publicas se orientaron hacia un modelo desarrollista, nacionalista y redistributivo acompañado por medidas de nacionalización con un fuerte contenido social, que fue generando efectos positivos en la economía reflejados, por ejemplo, en indicadores como la reducción de la pobreza extrema o la estabilidad macroeconómica, logrando el consecuente apoyo de la gente. Por tanto, en esta segunda fase, los enunciados discursivos radicales iniciales se fueron diluyendo en un discurso mucho más ambiguo y más abarcador bajo los signos desarrollo nacional, “patriotismo”, “nación compleja”, entre otros, interpelando al conjunto de bolivianos y bolivianas a sumarse al proceso de cambio. Estos nuevos referentes bajan el volumen a los anteriores o, en su caso, colisionan con los mismos, como el caso del conflicto con los indígenas por la carretera del Tipnis y amplían la base social del MAS a otros sectores como los gremiales o el empresariado cruceño, otrora principal enemigo del proceso. Quizás la inercia de la propia realidad fue marcando el derrotero de un proceso en el que el proyecto de poder se impuso a las orientaciones ideológicas iniciales. Este giro es justificado por el Vicepresidente cuando reconoce que estamos viviendo en medio de estas contradicciones que se debaten entre la necesidad de generar excedente estatal por una parte, y promover el desarrollo del “vivir bien” por otra. Pero además, te invito a pensar en la idea de que las transformaciones del proceso boliviano van más allá del protagonismo del Movimiento Al Socialismo. Es decir que, la crisis que se desencadenó a principios de siglo, la emergencia de nuevos referentes discursivos y simbólicos, la potente presencia de la sociedad en el campo político y los cambios constitucionales no son exclusividad del partido de gobierno, con

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en la estructura de poder, han respondido a invitaciones personales directas del Gobierno o del Presidente del Estado, no a una representación de determinados sectores medios como académicos o profesionales. La denominada clase media como tal parece estar ausente de las bases sociales del actual gobierno. Es cierto que el MAS, de ser un partido fundamentalmente rural, ha ido avanzando hacia espacios urbanos, pero en dichos espacios ha encontrado más tensiones y dificultades así como cuestionamientos, por ejemplo, de grupos de intelectuales críticos al poder, desde allí también han surgido algunos liderazgos locales que le han disputado eficientemente el poder al partido. Estos sectores son, sin duda, uno de los puntos vulnerables del Gobierno, porque no han sido subordinados al proyecto de poder. 9 GL: En cierto momento, a propósito de enfrentamientos violentos entre el Gobierno y algunas dirigencias regionales, o entre el “campo” y la ciudad, se advirtió quebrado el cuerpo social boliviano. Años después, con claras mayorías electorales a favor del Gobierno central, ¿es posible afirmar que la sociedad en su conjunto goza de “buena salud”? ¿Se han restañado las heridas? MZ: Es muy cierto lo que dices. Tanto el proceso de crisis que precedió la llegada del MAS al Gobierno como la propia gestión del MAS han revelado las grandes fracturas sociales que existen en Bolivia, persisten en la memoria larga y acompañan su desarrollo de manera visible o imperceptible; me refiero por ejemplo a la exclusión de grandes masas de indígenas y campesinos que no estuvieron representadas ni acogidas en más de un siglo de vida republicana por el Estado, desde su fundación hasta los albores de la Revolución de 1952, deudas que hasta el momento no terminan de saldarse en la mentalidad colectiva. Lo que quiero decir es que persiste subrepticiamente una cultura racista, discriminadora y segregadora en diversos sectores ciudadanos que se expresa, en pleno siglo XXI, en actitudes de racismo y

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discriminación muy patentes. La reciente crisis boliviana se ha convertido como diría Zavaleta, en un método de conocimiento, en un momento de visibilización de las contradicciones; hemos sido testigos de múltiples confrontaciones regionales entre cambas y collas, étnicas entre indígenas y k’aras, y otras de diverso origen tanto sociales y culturales, como económicas y territoriales. No obstante, en este proceso también se han hecho diversos esfuerzos de unificación nacional, la necesidad de cumplir una tarea pendiente e inconclusa de la Revolución Nacional del 52 que ahora reaparecen como asignatura pendiente. Si bien se han superado por ahora los procesos de confrontación, quedan heridas que desde mi punto de vista han marcado fuertemente el imaginario social. 10. GL: ¿Cómo queda Bolivia después de estas dos últimas elecciones? ¿Es posible percibir el camino que va a transitar? MZ: En realidad estas elecciones dejan dos señales en el mediano y corto plazo. La primera, que es destacable, es la capacidad de discernimiento del votante en el momento de sufragar, expresada en los resultados electorales. Estas preferencias muestran la persistencia del apoyo a Evo Morales a nivel nacional, como Presidente del Estado, pero, a la vez, los desplazamientos en la votación subnacional que no replicaron la votación de octubre. Lo segundo y más importante es la enseñanza que dejan los actos electorales respecto al ejercicio de una ciudadanía cada vez más plena y al compromiso con la democracia. El mensaje dejado por la población al sistema político es exigir una mejor y más transparente gestión pública local y la necesidad de respetar las reglas electorales y el pluralismo, mediante el voto castigo en determinados casos, o el apoyo a algunas autoridades, así como el repudio a las arbitrariedades. La democracia parece gozar de buena salud pero la garantía no está precisamente en las instituciones debilitadas ni en los partidos casi inexistentes, sino en la población.

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Rodrigo Ayala: “El MAS debe aprender a pensar el país a través de las regiones”

medios de comunicación. Es director de cine y ha realizado los largometrajes “Día de Boda”, “Historias de Vino, Singani y Alcoba”, “La Huerta” y “Tarija Valle Central”.

odrigo Ayala Bluske es Licenciado en Antropología y ha realizado estudios en guión, dirección de cine y diversas investigaciones y ensayos sobre gobernabilidad, política y recursos naturales. Entre las principales figuran: “Personajes Increíbles vistos por un Clasemediero en Crisis”, “Áreas Protegidas del Departamento de Tarija”, “La Provincia del Gas” , “El Cambio visto desde el Sur”, “La Difícil Tarea del Equilibrio: El rol de Tarija en el escenario político 2006 -2009”, “La Construcción del Nuevo Paisaje Político Tarijeño” y “Tarija: Escenario de las tres Batallas”. Es columnista y analista en diversos

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Rodrigo Ayala (RA): Son varios factores: Tarija tiene una sociedad en la que la clase media tradicional, en la ciudad capital, y las elites provinciales, en el resto de su territorio, tienen una enorme influencia. El MAS en una primera etapa se apoyó fundamentalmente en la “Federación de Comunidades Campesinas” (el único “movimiento social” realmente significativo de la región) y en sectores migrantes, pero eso no fue suficiente para seducir al conjunto. En este último periodo electoral, trató de suplir dicha deficiencia “cooptando” a las elites provinciales (sobre todo a través de su fusión “de hecho” con el Poder Autonomista Nacional –PAN, de gran presencia en el Chaco) e incorporando a sus listas electorales a connotados líderes empresariales y miembros de la clase media “añeja”, pero en este caso tampoco alcanzo, fundamentalmente por el costo que le ha significado el enorme desgaste de la gestión que encabezó durante los últimos años el gobernador Lino Condori. Sin embargo, debe diferenciarse la preferencia de los tarijeños en los distintos niveles de gobierno. Evo Morales ganó con poco más del 50% en las dos últimas elecciones presidenciales; queda claro entonces que buena parte de los habitantes de la región confían en el proyecto nacional del MAS, pero no en los intentos que ha hecho este partido para reproducirlo a nivel departamental.

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1. Gonzalo Lema (GL): Se diría que no hubo sorpresa en los resultados de Tarija. La Gobernación, la Alcaldía de la capital y otras ciudades quedaron, en virtud de los votos, con la diversa oposición. Algo previsto por parte de la opinión pública boliviana, además. ¿Por qué no “cuaja” el MAS-IPSP en ese departamento? Antes ya había ganado Cossío (MNR) la Gobernación y Montes (UNIR) la Alcaldía…

2. GL: Lo que sí sorprende es que las noticias den cuenta de las arcas rotas de la gobernación. Es

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alarmante aquello. Después de todo, Tarija genera, en gran medida, el dinero de los bolivianos con los pozos de gas. ¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Acaso ese déficit se debe a grandes inversiones en su desarrollo? ¿Dónde está el dinero? RA: La propuesta y aprobación de los Estatutos Autonómicos requirió de un enorme esfuerzo por parte de las elites dirigenciales para llegar a un consenso departamental. Ésa es la razón por la que las provincias (en realidad las secciones municipales), se empoderaron y lograron un enorme peso en la nueva estructura institucional, expresado en dos elementos fundamentales: la composición de la Asamblea Departamental, en la que lo territorial tiene preeminencia sobre lo poblacional y la elección directa de los “Ejecutivos Seccionales” hoy “Subgobernadores”, de acuerdo a la nueva denominación aprobada en el Estatuto. La gestión de Lino Condori, al tener su mayor plaza opositora en la ciudad de Tarija (tradicionalmente “antimasista”), optó por apoyarse en los “Ejecutivos Seccionales”, lo que les otorgó un enorme peso político en los últimos años. Esta configuración política se tradujo en una descentralización radical del presupuesto; si tomamos en cuenta los montos distribuidos entre “ejecutivos”, alcaldes y entidades desconcentradas, se llega a la conclusión de que la unidad central del gobierno departamental no administró más del 10% o 15% de su presupuesto en el último periodo. El costo de dicha descentralización, sin embargo, se expresó en la ausencia de una priorización en la ejecución de los proyectos. Esta forma de gastar el dinero, solucionó algunos de los problemas crónicos de las poblaciones rurales (electrificación, parcialmente agua para riego), pero dejó irresueltos otros muy importantes (agua de uso doméstico e industrial en las ciudades, salud, parcialmente la vinculación con el Chaco, etc.). Por otra parte también conspiró contra el uso eficiente de los recursos, un diseño institucional anticuado de una estructura que hasta hace siete u ocho años acostumbraba manejar no más de cuatro millones dólares al año y que hoy se ha visto desbordada al centuplicarse

dicha cifra. A esos factores podremos añadir otros, como el de la falta de calificación de los mandos medios de muchas de las unidades técnicas de la Gobernación y el que varios ítems que por normativa o tradición deberían ser cubiertos por el Gobierno central o sus entidades descentralizadas, finalmente han sido absorbidos por las finanzas del gobierno departamental (situación que se aceptó en el momento en el que parecía que las finanzas tarijeñas iban a seguir en una suerte de “bonanza eterna”); por ejemplo, hoy en día la Gobernación paga ítems de salud, cubre inversiones que tradicionalmente deberían ser realizadas por ENDE y en muchos casos coloca contrapartes elevadas en la construcción de caminos de la red nacional. En definitiva, a pesar de que en algunos casos se han realizado inversiones importantes, queda la sensación de que la mayor parte del dinero se ha desperdiciado, en la medida en que no se han solucionado los problemas centrales del desarrollo departamental y se ha hecho un gasto desordenado en muchos de los casos. Esa sensación de “arcas vacías”, se ha acentuado desde la baja de los precios del petróleo, lo que inevitablemente se refleja en el precio del gas y por lo tanto en los ingresos de Tarija. El que la anterior gestión de la Gobernación hubiera comprometido recursos en proyectos para los próximos años, basándose en el estimado de los recursos que el departamento manejó en las anteriores gestiones (es decir, en el anterior precio del petróleo), ha generado un déficit que se estima en aproximadamente 1.500 millones de bolivianos. Las nuevas autoridades deberán realizar una priorización del gasto: postergar proyectos no iniciados, suspender aquellos que no tengan sostenibilidad y rebajar el gasto corriente de la Gobernación, a fin de equilibrar las finanzas. En todo caso es difícil pensar que esto pueda ocurrir sin un pacto departamental que involucre a subgobernaciones, Asamblea Departamental y alcaldías. A pesar de que las posiciones de estas instancias están encontradas (la Asamblea y los Ejecutivos están controlados mayoritariamente por el MAS), es posible prever que dicho acuerdo será reclamado por una opinión pública que está

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cansada del enguerrillamiento político y reclama mayor eficiencia en el uso de los recursos.

RA: Si se compara los presupuestos de las distintas gobernaciones del país, el de Tarija, merced a los ingresos por regalías e IDH, aparece como un gigantesco y caudaloso río. Sin embargo, si analizamos el total anual de la inversión del Estado (la mayor parte de la cual es realizada de manera directa por el Gobierno central y sus empresas desconcentradas) se convierte en un escuálido charco. Si nos tomamos el trabajo de ir un poco más allá y observamos la inversión histórica del Estado en los últimos 25 años, nos daremos cuenta que el dinero recibido por Tarija se asemeja a una pequeña gota perdida en el océano. Tarija es un departamento pobre. Hace seis o siete años era la única unidad político administrativa de país, junto con Pando, que no tenía una carretera asfaltada que la vincule con los restantes departamentos, que tenía un solo hospital para atender capital y provincias, y que poseía enormes deficiencias en cuanto a servicios básicos. Se trataba de un departamento “expulsor de gente”, en el cual los campesinos, mayoritariamente, se convertían en mano de obra barata para las zafras de Bermejo, Santa Cruz y el norte argentino, y donde los “clase medieros” con alguna expectativa, migraban a La Paz para pugnar por algún puesto en el aparato burocrático. Está claro que siete años de buenos ingresos no bastan para equilibrar la brecha existente en la inversión pública boliviana, así el dinero de la Gobernación se hubiera manejado en forma ideal (cosa que, seamos sinceros, tampoco ocurre

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4. GL: Estos resultados electorales (octubre, 2014; marzo, 2015) dados en Tarija motivan a suponer un gran debate en el muy probable referéndum sobre la reelección del Presidente. ¿Es posible avizorar una alianza con las gobernaciones de La Paz y Santa Cruz? Es cierto, sin embargo, que Adrián Oliva, a diferencia de los otros gobernadores, no indicó tener la aspiración de candidatear a la Presidencia…

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3. GL: Se ha planteado el reto sobre el nuevo pacto fiscal. Es la posibilidad que tiene Bolivia de generar un desarrollo más uniforme y solidario en sus nueve regiones. Al mismo tiempo, Potosí y Tarija denuncian marginalidad durante la historia de la República y reclaman por sus derechos. ¿Qué es lo que piensa el ciudadano tarijeño? Es más: ¿cuál es la posición dicha por el nuevo gobernador?

con frecuencia con sus pares del resto del país). Es por eso que la posición tarijeña respecto al pacto fiscal se divide en dos posturas que, sin embargo, parten del mismo principio: por una parte están los que piensan que no debería asistirse a las reuniones convocadas por el Consejo Autonómico para discutir este tema, ya que se daría pie a que las regiones con mayor territorio y población (especialmente La Paz y Santa Cruz) puedan plantear una nueva distribución del IDH (las regalías son inamovibles en la medida en que están constitucionalizadas), y, por otro, están los que piensan que sí debería asistirse, pero para plantear que haya un nuevo acuerdo, que suponga una reducción en los montos que maneja el Gobierno central en beneficio de las regiones. Entendemos que el Gobernador de Tarija se enmarca en la última posición, a pesar de que éste no ha sido uno de los temas centrales en su discurso electoral.

RA: En la campaña electoral ha quedado claro que la prioridad de Adrián Oliva se centra en la agenda regional; la nacional casi no fue mencionada en sus distintas intervenciones. En este sentido fue notorio el esfuerzo realizado por el candidato para desvincularse de las reyertas políticas que marcaron la agenda política en los conflictos del 2008. Uno de los componentes de su discurso fue el de la voluntad de concertar con el Gobierno nacional, manteniendo una independencia básica, pero evitando entrar en un terreno de confrontación. Ese discurso se ha traducido rápidamente en acciones, ya que en las primeras cuatro semanas de su gestión, Oliva ha sostenido por lo menos tres encuentros en actos públicos con el Presidente del Estado, los

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que han estado marcados por una cordialidad al parecer genuina, complementada por diversos anuncios de colaboración. Esta línea definida por Oliva y su equipo más cercano, probablemente está motivada por la percepción de que el común de los tarijeños está cansado en extremo del enguerrillamiento partidario que se ha dado en las dos anteriores gestiones, la de Cossío y la de Condori. La percepción de que dicho enfrentamiento es una de las causas centrales del mal uso de los recursos, es generalizada. Por ello es que en las elecciones, por lo menos en los principales candidatos, primó el discurso concertador y pacifista (Pablo Canedo, candidato del MAS, también trató de desarrollar un discurso similar, diferenciándose de los sectores “duros” de su partido). Por otra parte, Olivia sabe que un buen relacionamiento con el Presidente puede darle el oxígeno necesario para enfrentar a los sectores recalcitrantes del MAS, que, como se ha dicho, tienen mayoría tanto en la Asamblea Regional, como en los subgobernadores. Esos son los elementos que nos inducen a pensar que, por lo menos en una primera instancia, la Gobernación de Oliva no se involucrará a fondo en una suerte de cruzada opositora contra la reelección de Evo Morales, más allá de alguna posición discursiva y principista. 5.GL: ¿Cómo debe entenderse estas dos últimas elecciones realizadas? Una corriente de opinión, minoritaria, al parecer, afirma que las dos elecciones han sido una en dos tiempos; otra, que ambas son muy distintas. ¿Qué las une? ¿Qué las diferencia? El Presidente estuvo muy activo acompañando a sus candidatos en las subnacionales, en particular en Tarija… RA: Estoy convencido de que el votante boliviano ha alcanzado una enorme madurez política, la que hace que defina su voto de acuerdo al contexto específico del proceso electoral en el que está participando. Eso quiere decir que los votos “duros”, los votos “consigna”, se han reducido a la mínima expresión. El mismo votante alteño que en las elecciones

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nacionales votó por Evo Morales, en las regionales lo hizo por Soledad Chapetón. En el caso de Yacuiba, por ejemplo, los mismos votantes, en el mismo acto electoral, definieron que en la Alcaldía Municipal se empoderará UDA, al tiempo que en la Subgobernación lo hacia el MAS. Eso significa que más allá de colores partidarios, votan por proyectos y por las personas, es decir, que hemos entrado a una etapa política en que la eficiencia en la administración del Estado cobra prioridad sobre los discursos reivindicatorios que hicieron eclosión en la crisis constituyente que vivimos en la pasada década. De esa manera, podríamos decir que el tiempo de los guerreros ha quedado atrás y que hoy vivimos en la época de los gestores, los que “hacen cosas” en beneficio de la gente. La preeminencia que el proyecto de Evo Morales logró a nivel nacional, estuvo impulsada en un principio en un discurso esencialmente reivindicativo (inclusión social, nacionalización del gas), pero hoy se apoya sobre todo en la expectativa que tiene la gente por mejorar sus condiciones de vida (y en ese sentido es clave el éxito que siga o no teniendo en el manejo macroeconómico). Por su parte, como sabemos, la oposición no ha sido capaz de renovar su propuesta, lo que la “astilla” en diversos pedazos, no sólo por las disputas entre sus líderes (Doria Medina–Quiroga) sino por el tamaño de la porción del aparato estatal que aspira a administrar (multiplicidad de agrupaciones nacionales, regionales, municipales, etc.). Nos desenvolvemos entonces en una sociedad en la que los ciudadanos y los sectores en los que se agrupan optan y “negocian” de acuerdo a sus intereses específicos; en el caso de Tarija eso quedó en evidencia por la votación en el campo. Por ejemplo; las comunidades negociaron con los distintos candidatos, lo que provocó que la votación rural se divida en dos partes, casi del mismo tamaño, lo que hace unos años hubiera sido impensado. En las elecciones regionales, evidentemente Evo Morales con su presencia intentó transferir a su candidato el éxito que tuvo en las nacionales, pero eso no fue posible; para la gente estaba claro

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6. GL: Insisto sobre las dos últimas elecciones. ¿Qué efectos han causado? En lo político, por ejemplo, se advierte una oposición diversa y dispersa en el país. ¿Hay un afán de coalición entre sí? Conforme pasan las elecciones, yo me inclino a pensar que, más bien, no. ¿Cómo estaría rearmándose eso que llamamos sistema de partidos políticos y agrupaciones? RA: Sin un discurso fuerte e innovador, que tenga un poder real de seducción sobre la sociedad, y sin un aparato de poder que lo sustente, es muy difícil que la oposición logre la unidad, más allá de ciertos pactos de conveniencia. Acuérdate de la experiencia de “Convergencia” en las elecciones del 2010, que comenzó su proceso de dispersión apenas se cerró la última ánfora. El problema además se da en la separación de los distintos niveles del gobierno; en ese sentido puede decirse que la implementación de la autonomía departamental, realmente ha socavado la solidez de los partidos de oposición. En el caso de Tarija, los partidos de oposición que tuvieron influencia en la elección nacional, jugaron un rol completamente secundario, casi inexistente, en las elecciones departamentales y municipales. Por eso es que creo que las posibilidades de éxito de la oposición a nivel nacional están, más que en las virtudes de sus dirigentes, en los posibles errores y el declive interno del partido oficialista. Me da la impresión de que los bolivianos sólo verán a la oposición como opción de poder, cuando perciban que el proyecto de Evo Morales ya no es viable, por eso es que temas como el del crecimiento y la generación de ingresos han cobrado preeminencia en la agenda del Gobierno nacional. Hoy la estabilidad juega a favor del MAS, al contrario de lo que ocurría durante la etapa de la “democracia pactada”.

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7. GL: Advierto una aceleración en la dinámica política boliviana. Esto me permite suponer que, en los próximos años, surgirán más partidos y más agrupaciones ciudadanas dispuestas a competir electoralmente. Al mismo tiempo, se ha manifestado expresamente una notoria incomodidad en el partido de gobierno, una molestia. ¿Qué debe trabajarse en la política con el ánimo de lograr respeto a la diferencia? ¿Es un proceso normal? ¿Cómo se lo podría abreviar? RA: Creo que lo que va a provocar la aceleración de la política en la próxima etapa será la discusión de la reforma constitucional para viabilizar la reelección presidencial. Está claro que al MAS le conviene plantear y resolver lo más pronto posible dicha situación, aprovechando el empuje de las elecciones nacionales y previendo un empeoramiento de la situación económica, el que en alguna medida podría producirse por la baja de los precios del gas y la ralentización de la economía mundial. Lo que no me queda claro, tal como tú insinúas en una de tus anteriores preguntas, es si la oposición regional se involucrará a fondo en dicha disputa. Si no es así, los partidos nacionales estarán cojos y la batalla se les hará mucho más difícil. Coincido contigo en que seguirán apareciendo partidos y agrupaciones en el ámbito de la oposición; eso sólo dejará de ocurrir cuando la gente perciba que alguna de las opciones existentes tiene posibilidades reales de acceder al poder (lo que motivaría se convierta en un polo aglutinador); si eso no se da, seguirán apareciendo “competidores” en los distintos niveles de gobierno. Sin embargo, está claro que también esas nuevas agrupaciones provendrán de sectores regionales descontentos del partido oficialista, como ya ha ocurrido con los casos de Damián Condorí en Chuquisaca y Luis Alfaro en Tarija. Lo que no parece probable es que en el oficialismo haya disputas de liderazgo a nivel nacional; en ese sentido el partido de gobierno, merced al fuerte liderazgo de Evo Morales, se diferencia de las viejas expresiones políticas, como la del MNR del 52, donde varios liderazgos se disputaban la hegemonía.

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que se trataba de dos dimensiones distintas, que el candidato a Gobernador no era Evo Morales, y que en definitiva el proyecto nacional no se reproduce mecánicamente en el nivel regional; que necesita un proceso de maduración propia, que a su vez elabore discurso que exprese genuinamente los intereses de la región.

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Pero más allá de la pelea partidaria, creo que está nueva etapa estará marcada por una mayor presencia de la “opinión pública”, de sectores de la clase media que van recuperando paulatinamente la voz, y reclaman una mayor eficiencia en las instituciones. Eso es lo que ha presionado a los mecanismos de poder para que promuevan la renovación del Tribunal Supremo Electoral, por ejemplo, y seguramente se dará un fenómeno parecido en la reconfiguración del aparato judicial. Gran parte del éxito futuro del partido de gobierno, depende de la eficiencia con la que encare la renovación de dichas instituciones; si es que no tiene éxito en ello, seguramente se intensificará la acumulación de descontento. 8. GL: Se afirma que hay criterios regionales muy fuertes, capaces incluso de intentar priorizar lo suyo frente a lo nacional; al mismo tiempo, otros se subordinan y subalternan. Es todo lo contrario. ¿Qué es lo que sucede con Tarija? En este momento de autonomías y nuevo pacto fiscal, ¿cómo se articula la región y el ciudadano tarijeño al Estado Plurinacional? ¿Está de acuerdo con la agenda 2025? RA: Sí, es evidente que hay una diferencia marcada entre el ámbito político nacional y el regional. Eso se visualiza claramente en Tarija, con el accionar de una institución como la Brigada Parlamentaria que aglutina a los parlamentarios nacionales. Dicha instancia que hace unos años (antes de la implementación de la autonomía departamental) ocupaba el centro del escenario político, hoy se ha visto reducida a un papel completamente marginal. El ciudadano siente que la política “de verdad” es la que se expresa en otras instancias: en la Asamblea Departamental, que ahora ocupa el centro de la agenda mediática y en los Concejos Municipales. Pero es importante hacer notar que esa percepción también está alimentada por la estabilidad del nivel nacional. Como no hay una disputa real por el poder “macro” y como no ha habido mayores sobresaltos en la economía, la gente centra su atención en los

niveles de gobierno que le son más cercanos. No creo que esté en duda la unidad nacional y, en realidad, nunca la ha estado realmente. En Tarija los discursos “separatistas” nunca han ido más allá de una conversación de café, y no ha habido político importante, de cualquier tendencia política, que no haya afirmado una y mil veces su completa bolivianidad. Sin embargo, en la Bolivia autonómica, la política tiene expresiones diferenciadas en las regiones, lo cual es natural, porque evidentemente somos un país diverso y por tanto los discursos no se pueden reproducir de manera mecánica. En el futuro, creo que los partidos nacionales, si quieren superar su actual debilidad a nivel regional, deberán hacer un esfuerzo por alentar expresiones locales realmente autónomas, capaces de realizar elaboraciones discursivas propias, lo cual es imposible de lograr con la actual estructura de “jefes” absolutos y verticales. 9. GL: Pese a los resultados de la elección subnacional, el MAS-IPSP y el presidente Evo Morales tienen asegurada la gobernabilidad en lo político. Sin embargo, se teme una merma en los recursos económicos que podrían generar dificultades sociales. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Cómo ha de “vadearse” la probable disminución de ingresos al TGN? RA: Hoy en día el Gobierno apuesta el empleo de las reservas y sobre todo al aumento de los volúmenes de exportación de gas; ahí también encontramos la explicación del impulso que ha dado a las actividades de prospección y exploración a través de diversos decretos que se han dictado en los últimos meses. También de manera tímida ha dado otros pasos para la optimización de los recursos (eliminación de la subvención a la harina, ampliación de la base impositiva). Pero, en definitiva, ¿logrará vadear este periodo de contracción económica?, creo que todo depende, primero, de que no se deterioren aún más los precios y luego, de que la situación no se prolongue indefinidamente, y progresivamente haya repuntes que den alivio a la economía. El Gobierno es consciente

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de la situación, por lo que también promueve acciones de carácter simbólico de corto y largo alcance, el caso de la visita del Papa o del impulso a la reivindicación marítima.

RA: Se trata de una Bolivia en la que se han consolidado las dos principales reivindicaciones que marcaron la agenda política de la última década: la inclusión social y las autonomías departamentales. Son transformaciones irreversibles, a pesar de todas las limitaciones que hubiesen podido tener en su implementación. Por ello es que creo que hemos entrado en una nueva etapa política, lo que ha quedado en

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10. GL: ¿Cómo ha quedado Bolivia después de estas dos elecciones? ¿Qué futuro se avizora?

evidencia en los pasados procesos electorales. Es una etapa en la que la gente prioriza otros valores: la estabilidad, la eficiencia, la transparencia, por encima de la reivindicación. Es una Bolivia en la cual las expresiones políticas tienen retos distintos, pero complementarios; el MAS debe aprender a pensar el país a través de las regiones y la oposición está ante el desafío gigantesco de generar una alternativa que tenga una real capacidad de seducción ante el conjunto de la sociedad, lo que le permitiría agrupar a las distintas astillas en las que se ha dividido a lo largo y ancho del país. No me queda duda que nos encontramos ante una ciudadanía más madura. La pregunta es si las expresiones políticas con las que contamos podrán ponerse a su altura.

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Roberto Laserna Rojas: “¿Qué hizo el

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país con tanto dinero?”

Roberto Laserna (RL): También sentimos esa “unidad nacional” cuando juega la selección de fútbol (especialmente cuando gana). Son momentos fugaces que nos ayudan a recordar que somos parte de una comunidad histórica cuyos rasgos identitarios son, sin embargo, relativamente débiles y por eso se les sobreponen con frecuencia otras fuentes de identidad: la regional, la étnica, la partidaria, etc. GL: Pero sí crees que existe una identidad nacional boliviana…

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oberto Laserna es investigador social. Fue formado como economista en la Universidad Mayor de San Simón y obtuvo el Doctorado en la Universidad de California, Berkeley. Ha sido docente universitario en la UMSS, en la U del Pacífico (Lima) y en la U de Princeton (Nueva Jersey). Es Presidente de Fundación Milenio y Director de CERES. Como resultado de sus investigaciones en los ámbitos de la economía y la sociología, ha publicado varios libros y artículos sobre desarrollo, democracia, conflictos sociales, política hacia las drogas y rentismo. 1. Gonzalo Lema (GL): No es común en los países pero en Bolivia se “vive” las

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elecciones generales como un hecho constitutivo de la patria. Es decir: es un momento cierto en el que nos sentimos todos pertenecientes a una nación. Lo mismo nos sucede, se dice, con el tema del mar cautivo. ¿Estás de acuerdo con este razonamiento? ¿Qué denotaría este sentimiento?

RL: Sin duda. Esa identidad tiene una historia muy larga que explica precisamente el surgimiento del Estado boliviano en las guerras de 1809 a 1825, sobre la base de una entidad ya existente llamada Audiencia de Charcas que, a su vez, se formó a partir de Potosí y Charcas en el territorio del antiguo Kollasuyo y los señoríos que lo formaban. Y, obviamente, ese Estado fue también proyectando una identidad colectiva hecha de símbolos, leyes, disputas por recursos, guerras fronterizas, relaciones internacionales. La identidad nacional formada en ese largo proceso tuvo y tiene, ya lo dije, debilidad. Muchos de sus rasgos son negativos. Por ejemplo: la derrota y el dolor, el despojo y la condición de víctimas de agresiones, invasiones, envidias... Nuestro civismo cultiva una imagen de nosotros mismos que es terrible. Hasta aquello que nos puede hacer sentir orgullo nacional, como el paisaje, el clima, las riquezas naturales, tienen una carga negativa porque nos pone siempre, en nuestra imaginación, como objeto de codicia de los vecinos, de las transnacionales, del imperialismo. Mira, en vez de enorgullecernos cuando proyectamos influencia cultural con la diablada y la morenada, nos convencemos de que al imitarnos nos están robando. Es

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2. GL: Una corriente de opinión política dice que las elecciones realizadas (octubre, 2014; marzo, 2015) son, en realidad, una sola: se habría disputado la hegemonía del MAS-IPSP en dos tiempos. La otra opinión afirma que el ciudadano “distingue” lo nacional de lo regional y lo local, por eso cruza su voto en base a intereses distintos. ¿Cómo entiendes tú este debate? De la posición que uno asume se saca las respectivas perspectivas… RL: Ambas posiciones están bien argumentadas y son razonables. Por un lado, es evidente que una gran parte de los votantes distingue claramente que participa en la formación de niveles diferentes de gobierno, pero eso no invalida la otra idea puesto que la combinación de esos diferentes niveles de gobierno definen la manera en que se administra el Estado. Y si la gente cruza el voto es porque intuye que los poderes absolutos no son buenos. Son dos miradas complementarias, válidas, de un mismo hecho. 3. GL: Los resultados de ambas elecciones plantean, a los electores, un nítido tema de la democracia universal: el respeto al otro, al que piensa, siente y hasta actúa diferente.

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Las autoridades tienen que coordinar e interactuar buscando el interés del país. En esta coyuntura, ¿cómo avizoras el devenir político y administrativo? ¿Fluirá la gobernabilidad? ¿Surgirán problemas serios? RL: Coincido contigo en que compartir el poder y la responsabilidad de gobernar con otros (que pueden ser minorías políticas nacionales pero que son mayorías locales), es un aspecto fundamental de la democracia. En los últimos años esto fue despreciado y hasta vilipendiado, y muchos se refieren todavía a la “democracia pactada” como sinónimo de inmoralidad política, y se refieren con desdén al cuoteo, la negociación, la “transa”. Si bien es cierto que muchas veces las negociaciones políticas estuvieron marcadas por el intercambio de prebendas y hasta el soborno, lo cierto es que la negociación, la búsqueda de acuerdos y la formación de alianzas son componentes esenciales de la política. Tan esenciales que los vemos incluso cuando la votación se concentra en un solo partido y sus líderes se ven obligados a buscar acuerdos internos entre sus facciones, negociando candidaturas, puestos públicos y también favores y prebendas, con el fin de conservar o ampliar su mayoría. Por lo tanto, abierta o escondida, explícita o implícita, transparente o turbia, la negociación está siempre presente en la política. Y diría que lo está independientemente de su carácter democrático. En monarquías y en dictaduras también se negocia, por lo menos con algunos “otros” y a veces para deshacerse de los “otros” que consideran más molestosos. Tu preocupación por las elecciones es compartida por muchos bolivianos como si ellas fueran el núcleo de la democracia.

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un “sentimiento nacional” poco alentador. Y ahora se ha hecho incluso más complicado. Sobre la base de una deficiente capacidad de integración social que tenían nuestra economía y nuestro sistema institucional, que excluía de manera injusta a grandes grupos poblacionales, algunos sectores promueven ahora un rechazo al componente cultural occidental olvidando que éste ya es un aspecto constitutivo del ser nacional. Esto implica proponer un nuevo desgarramiento y una reconstrucción de la derrota: gozar del castellano, de la poesía de Tamayo y Sáenz, del barroco chiquitano puede colocarte junto a los verdugos colonizadores, ¡y hacerte sentir culpable! En suma, hay una identidad boliviana pero no hemos logrado todavía darle una fuerza proactiva capaz de movilizarnos hacia objetivos comunes.

GL: ¿No te parece que lo son? RL: Son importantes, sin duda, pero más como medio que como fin. Es decir, la participación electoral es un mecanismo que vincula a los ciudadanos con el gobernante, que permite comprometer al ciudadano, y que también contribuye a definir límites y controles al

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poder. Pero a mi juicio lo que verdaderamente importa en la democracia es que sus fines se realicen efectivamente. Y sus fines no son la participación electoral o la representación de mayorías y minorías, sino la sujeción del poder, su restricción dentro de límites claros, y la existencia de mecanismos que permitan la defensa de los débiles frente a los más fuertes. Y esto sólo se logra bajo el imperio de la ley. Por ello, la existencia de tribunales independientes y de procedimientos preestablecidos para cambiar las leyes que son injustas me parecen tan importantes (o incluso más) que los votos y la participación electoral. Si una camarera no puede buscar protección frente al acoso del Presidente del FMI ante un juez, o si una empresa de barrio no puede protegerse frente a prácticas monopólicas de una gran cadena, o si un partido local pierde personalidad jurídica en vísperas de ganar una elección, quiere decir que no hay democracia. Porque la mayoría política, como el monopolio económico, tienden a abusar en proporción a su poder. Y la democracia se mide por la posibilidad que tiene un individuo, que es el componente mínimo de la sociedad, de defenderse de esos poderes. 4. GL: Atendiendo la personalidad (y mentalidad) de los candidatos que el MAS-IPSP invitó para ambas elecciones, llamó la atención que algunos no sólo provinieran del conservadurismo sino que, incluso, hayan sido rivales enconados suyos, por decir lo menos. ¿Fue una estrategia? ¿Un mensaje a favor de la convivencia pacífica? O refleja, más bien, un deterioro de lo ideológico, un confusionismo que revela una lectura social poco clara… RL: En el MAS han coexistido desde el comienzo varias ideologías, no necesariamente compatibles entre sí. Por ejemplo, hay una ideología marxista que se propone la modernización industrial del país mediante la vigorosa intervención del Estado en la economía. Y hay un indigenismo que reivindica los valores de la comunidad rural. En algún momento fue importante el ecologismo que daba más bien

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prioridad al medio ambiente, considerando que los ecosistemas son poco menos que sagrados. Por supuesto, también integró una ideología nacionalista y antiimperialista, que desconfía de lo externo, lo global, lo europeo. Todos estos elementos pueden rastrearse en los discursos de sus principales representantes y vincularse a grupos específicos que son o han sido parte del MAS. Y en sus políticas concretas se manifiestan, además, otras ideologías, como el extractivismo, que aspira a utilizar los recursos naturales como palanca del desarrollo, el mercantilismo, que utiliza al poder como fuerza económica para promover ciertas inversiones sectoriales o territoriales. Podríamos seguir desmenuzando la composición ideológica del MAS pero basta esa rápida relación para caracterizarlo como un movimiento populista abierto a la integración de todas las corrientes, siempre que le permitan acceder y conservar el poder. No es el primero que tiene esa característica y tampoco será el último. Es más… muchos otros partidos y líderes quisieran hacer lo mismo. Si el MAS lo logró fue por una coincidencia de factores que van desde el descrédito de los partidos (al que contribuyeron ellos mismos con dedicación y esmero), las cualidades personales de Evo Morales (cultivadas en su lucha sindical previa) y la bonanza exportadora que le permitió al Gobierno disponer de sumas de dinero inéditas en la historia del país. Este aspecto es clave para entender también el hecho de que una parte muy importante del apoyo al MAS es igualmente interesado, pues busca acceder a una parte de esos recursos mediante el favor político, la retribución clientelar, el contrato particular. Así, no hay sorpresa en el fenómeno que destacas sino más bien una cierta continuidad de prácticas políticas. 5. GL: En vísperas del referéndum sobre los estatutos departamentales y las cartas orgánicas municipales, ¿cómo adviertes las autonomías? Quiero decir: que las regiones sean autónomas, igual los municipios, que se rijan con su propia ley, ¿qué ha de significar? ¿Se acelerará el

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RL: Desde mi punto de vista, el movimiento autonómico regional es una prolongación del movimiento descentralista de los años 90. En esencia este movimiento planteaba una reforma del Estado desde las identidades territoriales regionales, a partir del reconocimiento de que el Estado unitario entonces existente no era suficientemente representativo y tampoco suficientemente eficaz para alcanzar los objetivos de bienestar y desarrollo que quería la gente. La reforma municipal que conocemos como de la “participación popular” cambió radicalmente el escenario porque fue más allá de la descentralización, revitalizó las secciones provinciales y aumentó la relevancia de las áreas rurales. En ese momento se propuso que los gobiernos departamentales sean como bisagras y puntos de encuentro entre municipios y Estado central. Pero no llegaron a funcionar de ese modo, quizás por falta de tiempo y de acumulación de experiencias, dando la sensación de un cierto vacío en ese nivel. El movimiento autonomista recogió esa sensación y volvió a apelar a las identidades regionales en un momento en el que ganaba fuerza el movimiento político que apelaba más bien a las identidades étnicas. El MAS tuvo éxito en incluir o absorber al movimiento étnico y la oposición buscó refugio en el autonomismo. Ello generó una polarización primitiva, porque ambos son movimientos primarios, que se asientan en identidades elementales como la pertenencia étnica y la territorial. Este tipo de identidades tiene mucha fuerza porque pueden movilizar rápidamente las energías sociales, e incluso derivar en acciones de violento fanatismo, pero tienen una gran debilidad, y es que siendo más emotivos que racionales, son efímeros y también maleables, ya que pueden ser manejados desde perspectivas ideológicas y políticas diversas. Así se explica que el Gobierno, luego de una intensa pulseta, lograra también absorber la

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demanda autonomista. Ésta, como la étnica, han terminado siendo episodios discursivos más que políticas públicas o reformas institucionales. ¿Referendos, estatutos? No les veo mayor relevancia que la de ofrecer oportunidades para escaramuzas seudopolíticas. 6. GL: También estamos en vísperas del nuevo pacto fiscal. Unas regiones indican que han sido siempre excluidas del desarrollo, desde la República hasta ahora, y exigen compensación; otras, que pese a su riqueza han sido subalternadas por el interés nacional; en contraste, ha habido atención del Estado a favor de unas pocas. ¿Con qué principios rectores se ha de discutir el nuevo pacto? ¿Qué busca el Gobierno nacional? ¿Qué posición se percibe en los gobernadores de Santa Cruz, Tarija y La Paz? ¿Cómo se lo debería trabajar? RL: Un Pacto Fiscal, en rigor, es un acuerdo sobre el rol del Estado (sea a nivel nacional o local), que lo protagonizan los actores políticos y los actores económicos, es decir, es un pacto entre los partidos, los gremios empresariales y los sindicales, cuyo cumplimiento se encomienda a la burocracia estatal, cualquiera que sea quien la dirija. Por eso es un pacto de largo plazo que va más allá de los gobiernos, y define las cargas fiscales o impositivas, los destinos mediante presupuestos de varias gestiones, prioriza las inversiones de interés público y define las responsabilidades y tareas de los gobiernos nacional, regionales y municipales. Pero en Bolivia se está denominando “Pacto Fiscal” a lo que no es más que un pacto rentista, en el que las burocracias estatales del ámbito nacional, regional y local, que debieran ser sólo ejecutoras, tratarán de decidir sobre cómo asignarse o distribuirse, entre ellas, los recursos públicos. La participación de los partidos, de los empresarios y de los obreros estará mediatizada y en cierto modo subordinada a los intereses de los funcionarios y las autoridades, trastocando o invirtiendo la relación que debe existir entre la sociedad y el Estado. No creo que esto sea ni adecuado ni provechoso; incluso aumenta

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progreso? ¿Cómo ha de influir en nuestra vida? Para empezar, por ahora serán los mismos ingresos económicos…

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el riesgo de que el faccionalismo político se imponga y transfiera hacia la sociedad, de manera que terminemos atrapados en una maraña de conflictos regionalistas y localistas, con alcaldes, gobernadores y ministros movilizando a la gente para conseguir apoyo a su presupuesto. 7. GL: Las noticias dan cuenta de que el Gobierno ha retirado el subsidio a la harina de pan. Casi de inmediato, exige a los distribuidores de carne que paguen impuestos (no lo hizo antes). El contexto internacional indica una fuerte caída de los precios de los hidrocarburos. ¿Cuál es el panorama de nuestra economía? ¿Qué previsiones se tiene? RL: Hemos vivido una bonanza sin precedentes por su magnitud y duración. Los precios de los bienes primarios, minerales, hidrocarburos y algunos productos agrícolas se multiplicaron varias veces. Y ese aumento coincidió con la puesta en marcha de dos proyectos de larga maduración que se iniciaron mucho antes: el gasoducto al Brasil y la minería de San Cristóbal. Ello permitió que nuestras exportaciones aumentaran vertiginosamente, y con ellas los ingresos fiscales provenientes de impuestos, regalías y aranceles. ¿Qué hizo el país con tanto dinero? Aumentó el gasto fiscal, incluyendo la realización de inversiones millonarias, muchas veces decididas de forma precipitada y sin cuidar su viabilidad y sostenibilidad, y aumentaron las importaciones, estimuladas por un tipo de cambio fijo que, a la larga, abarató el dólar. Los mercados se llenaron de bienes importados mientras nuestros productores tenían cada vez más dificultades para competir. Muchos agricultores campesinos se han convertido en comerciantes y transportistas, y muchos industriales se han vuelto comerciantes importadores. En general aumentó el consumo y por eso la gente vive mejor y está más satisfecha. Pero eso ha empezado a cambiar. Los precios están cayendo y las reservas de minerales y gas se agotan. Las exportaciones empezaron a disminuir y bajarán los ingresos fiscales. Será cada vez más difícil mantener el ritmo de gasto y

consumo que tuvimos, y por eso el Gobierno se ha visto en la necesidad de eliminar subsidios y aumentar recaudaciones, integrando al sistema tributario a otros sectores. Estos ajustes son conflictivos. Pero el tema fundamental, a mi juicio, es ver si realmente aprovechamos estos años de bonanza para fortalecer nuestras capacidades productivas. ¿Invertimos de una manera que nos permita satisfacer nuestras necesidades con el fruto de nuestro trabajo? Hay más carreteras, puentes, aeropuertos, edificios y plazuelas, pero no han aumentado las fábricas, ni mejorado las granjas, ni se incorporaron nuevas áreas a la producción. Tampoco ha mejorado la educación y la absorción de nuevas tecnologías. Esto me pone muy pesimista sobre el futuro. Al señalar esto no estoy negando que la economía boliviana ha cambiado profundamente, que hay un mercado interno mucho más grande y al que se han integrado grandes contingentes de la población. Por supuesto, parte de ese fenómeno ha sido el de la movilidad y el ascenso social, que han cambiado también las estructuras sociales. Lo que no está claro, porque no hay estudios ni debate sobre el tema, es cuánto de esos cambios pueden ser atribuidos al dinamismo económico proveniente de los mercados internacionales, y cuánto puede atribuirse a las políticas económicas que se aplicaron en el país. 8. GL: Entiendo que lo ideológico se manifiesta en el manejo económico. Sin embargo, el “centro” democrático también sirve para las decisiones en la economía: se debería concertar. ¿Por qué se quita la subvención a la harina de pan y no al diesel? ¿Por qué se exige impuestos al distribuidor de carne si el contrabando “campea”? Se advierte un ajuste al sector más débil y mano blanda con el sector más fuerte… RL: Se atribuye a Aristóteles haber argumentado que “la política es el arte de lo posible”. Cuando se quiere hacer algo, se comienza por lo que se puede, y eso significa buscar los eslabones más débiles. Ya lo notaste… 9. GL: La democratización de la economía bien

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RL: El acceso a los servicios es un determinante del bienestar y por eso ampliar la cobertura es tarea prioritaria del Estado. Precios bajos ayudan a ampliar la cobertura, pero al mismo tiempo debe aumentar la oferta. Esto no quiere decir que para lograrlo los servicios deban ser producidos o distribuidos por el Estado, sino que éste debe encargarse de evitar privilegios, de regular monopolios naturales y de garantizar que los bienes comunes (el aire, el agua, los parques nacionales, los recursos del subsuelo) sean aprovechados por todos. Lamentablemente, muchas veces se cree que el problema es el precio de esos servicios y entonces se los subsidia, se los controla o se crean empresas para abastecerlos, y los resultados suelen ser contrarios a los deseados. Eso ocurre porque los precios controlados evitan la expansión y desalientan inversiones, también porque los subsidios son aprovechados por los consumidores más poderosos y al final lo barato cuesta caro, como el agua en Cochabamba, que llega por turriles, cara y de mala calidad, a los más pobres, mientras otros lavan sus aceras con agua de Semapa. ¡Algo deberíamos haber aprendido de esa experiencia! GL: ¿Y los bonos… resuelven algo? RL: Desde el comienzo de este gran ciclo exportador he abogado con insistencia (a veces cargosa, lo admito) por crear mecanismos que transfieran a la gente las rentas generadas por los recursos naturales. La argumentación que respalda esta propuesta es muy sencilla. Primero, porque los recursos naturales son de todos los bolivianos y la única manera de garantizar que llegue a todos es mediante transferencias directas y en efectivo.

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Esto me parece de justicia elemental. Segundo, por una cuestión de eficiencia: porque la gente ha demostrado que sabe utilizar bien el dinero que es suyo, de hecho, lo hace mucho mejor que los burócratas que suelen actuar a su nombre. Esto ha sido demostrado por todos los programas de transferencias en efectivo que se realizan en el mundo entero. Tercero, por su efecto en el crecimiento: la distribución directa crea un mercado mucho más diversificado y amplio, y por tanto, ofrece muchas más oportunidades económicas a los productores pequeños y medianos, y a los industriales locales, y por eso tiene un efecto multiplicador en la economía que es muy superior al del gasto público. Si en Bolivia hubiéramos distribuido solamente la mitad de las rentas de recursos naturales entre todos los hogares, nuestra economía habría crecido al doble de lo que lo ha hecho, creando una base productiva mucho más sólida y diversificada de la que ahora tenemos. Esta idea fue considerada extravagante cuando la empezamos a plantear pero con el tiempo, la experiencia y la reflexión, ha ganado adherentes. Lamentablemente, a un ritmo muy lento por lo que aplicarla se hace cada vez más difícil, ya que disminuye lo que podría distribuirse. De todos modos, algo se hizo a través de los bonos. Ellos permiten apreciar el impacto que tendría una transferencia mayor en cantidad y en cobertura. Como lo he dicho varias veces, creo que la Renta Dignidad es la política más exitosa y eficaz del Gobierno de Morales: mejora el consumo, reduce las desigualdades, estimula las economías locales, disminuye la pobreza… Por este éxito es que no me explico por qué no se han atrevido a ampliarla, por ejemplo, asignando una remuneración a las mujeres mayores de 30 en compensación a su dedicación a las familias. Quiero decirte además que no concibo esas transferencias como “bonificaciones” que se otorguen a cambio de algo, salvo si este criterio ayuda a justificar públicamente una política que suele ser rechazada casi de forma automática y sin debate por los prejuicios existentes. No se trata de premiar comportamientos que de todos modos la gente los hace si tiene

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puede significar que todos los servicios cuesten menos: agua (no sucede), luz (no sucede)… Al mismo tiempo, la redistribución de la riqueza vía bonos me parece esencial. ¿Qué opinión te merecen los bonos actuales? ¿Se debería bonificar también por otros conceptos? O, más bien, estás en desacuerdo…

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la oportunidad, como asistir a la escuela o llevar a los niños al médico. Como se ha visto en muchos estudios sobre este tema, aquí y en otras partes, las condicionalidades sirven para justificar públicamente las transferencias, pero influyen muy poco en sus resultados. Los buenos resultados provienen de la libertad que adquieren los individuos para decidir por sí mismos. 10. GL: ¿Cómo ha quedado Bolivia después de estas dos elecciones? ¿Qué panorama adviertes? Por último: ¿qué futuro avizoras? RL: Ya adelanté mis temores acerca del futuro económico. No soy optimista. A pesar del aumento del consumo y la integración al mercado de grandes grupos poblacionales, hemos desperdiciado una de las mayores oportunidades que tuvimos de dar el salto al desarrollo y no percibo que haya una preocupación colectiva al respecto, y por tanto tampoco propuestas para enderezar el rumbo despilfarrador que hemos seguido. La gente está muy contenta consumiendo productos importados y disfrutando inversiones públicas sin rentabilidad ni sostenibilidad, y no le preocupa la productividad laboral, la integración de nuevas tecnologías, el clima de inversiones, la competitividad y ese tipo de cosas en las cuales se ha ido deteriorando la situación del país. Todos vivimos concentrados en la tasa de crecimiento del PIB, el índice inflacionario y las reservas internacionales, y nos tranquilizamos con esos datos. Pocos quieren darse cuenta de que nuestra economía es hoy más dependiente y vulnerable que hace 10 años, y por tanto es también más débil. No sé si la agricultura extensiva del oriente podrá soportar la eliminación del subsidio al diésel, y no estoy seguro de que la podrían resistir la avicultura y la lechería, por mencionar dos sectores claves en la región. Una gran parte de la canasta de alimentos proviene de Perú, Chile y Argentina, y usamos dólares para importarlos. Hay dinero pero no inversión, como lo recuerdan las quejas y los desafíos que lanzan de cuando en cuando las autoridades. Obviamente, no

bastan quejas ni desafíos. La inversión depende de mucho más que audacia y disponibilidad de dinero; requiere acceso a mercados, certidumbre jurídica, trabajadores y técnicos capacitados, una seguridad social que otorgue protección eficaz y una legislación laboral que premie la productividad. GL: ¿Tienes la misma percepción crítica respecto al desarrollo político? Muchos destacan como fundamentales los logros en este campo. RL: Las condiciones mencionadas antes para el desarrollo económico nos remiten justamente a evaluar el estado de la democracia y de la institucionalidad. Aunque es extraordinariamente positivo el avance producido en la autoestima de la gente y el golpe que se ha dado a una subjetividad que era penosamente segregadora en las relaciones sociales, encuentro que se han debilitado las instituciones y el respeto por las normas. Tenemos una nueva Constitución, más amplia, ambiciosa y detallada que la anterior, que se cumple menos. Los tribunales y el sistema de justicia han perdido credibilidad y eficacia. Casi no hay partidos en el sistema político. Los sindicatos y las organizaciones vecinales están sumergidas en pugnas intestinas y en comportamientos prebendales. La lucha por controlar las rentas ha estimulado el corporativismo particularista que se exacerbará a medida que se reduzcanlas rentas, generando conflictos que podrían debilitar más el sistema institucional. Y muchas expectativas aumentaron sin haber sido satisfechas, lo que podría alimentar el malestar social. Esta visión no desconoce que mucho de lo que se ha hecho y tratado de hacer en estos años ha sido motivado por las mejores intenciones y con una voluntad política y personal animada por la solidaridad y el deseo de resolver problemas de largo plazo. Aprecio y respeto eso. Es justamente por esa razón que me resulta tan frustrante observar los magros resultados alcanzados cuando el país dispuso de más recursos económicos y políticos que nunca en su historia contemporánea.

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GONZALO LEMA

Foto: Dennis Lema Andrade

GONZALO LEMA (Tarija, 1959) Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros: La Bolivia que se va, la Bolivia que viene. Entrevistas a líderes políticos bolivianos (Los Tiempos, 2011). Link: http://www.lostiempos.com/biblioteca_libro.php?id=3 La verdad esencial. Entrevistas a poetas bolivianos (Los Tiempos, 2013) Link: http://www.lostiempos.com/biblioteca_libro.php?id=13 Los días vacíos del Raspa Ríos (novela, premio Marcelo Quiroga Santa Cruz, (Kipus 2012) Tumbalocos (Cuentos, premio Santa Cruz de la Sierra, 2014) Siempre fuimos familia (novela, premio Kipus internacional, 2014)

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