Rev.Trim.Nº 191, Legión Pequeñas Almas

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SUMARIO EDITORIAL..........................................................................…….……....1 - La Palabra del Papa, …………………………..…….…………………….……....4 - Bélgica, El Consejero Internacional nos dice:……….……….……….….11 - P. Hugo Cornelissen mts, (q.e.p.d) ..……...………………………………...13 - Proposiciones de Textos del Libro ―Mensaje del Amor Misericordioso de Jesús‖ para reflexionar en sus Islotes de Santidad.………24 - Domingo 15 abril, Divina Misericordia………………….…..…………….29 - Reflexión Enero de 2012 P. Marcel-Bélgica………………….…….…….32 - Reflexión Febrero de 2012 P. Marcel-Bélgica…..………….…….……..38 - Reflexión Marzo de 2012 P. Marcel-Bélgica……..………….…….……..43 - Obra Misionera de la Transfiguración del Señor….…….……………..48 - Calendario de Visitas a Regiones 1er Semestre 2012…………….……55 - Carta Invitación Retiro en Córdoba, Argentina…………………………56 - Actividades del Centro Nacional en Santiago de Chile……………….58 - Suscripciones……………………………………………………………..…………60 Editor Centro Nacional de Chile – Secretariado Latinoamericano Legión de las Pequeñas Almas de Chile Parroquia La Anunciación Plaza Pedro de Valdivia 1850 - Providencia - Santiago – Chile legionpa_chile@hotmail.com - legionpachile@gmail.com Fono : (+56) (+2) 204 2381 http://peqalmachile.wordpress.com


EDITORIAL ¡Ave María! Queridas Pequeñas Almas ¿Cómo están? Esperamos que todos nos encontremos muy bien, gozando de la alegría que Jesús derrama a todos por su Resurrección gloriosa, hecho central de nuestra fe. Por ningún motivo debemos olvidarnos de nuestro muy querido Padre Hugo, y es por eso que les entregamos en este Nº una carta resumida donde él nos pide una evaluación personal. Pensamos que esta carta nos ayudará a crecer en nuestro camino para llegar a ser verdaderas Pequeñas Almas. AQUÍ HABLA PADRE HUGO Queridas Responsables de la Legión de Pequeñas Almas y queridas Pequeñas Almas de América Latina. ¡La Paz del Señor esté con Ustedes! En una semana, podré visitar nuevamente el Centro de nuestra Legión y a nuestra querida mensajera y pequeña mamá Margarita, y recibir de ella mucho amor, paz alegría y buenos consejos para todos nosotros. Ella cada día ora y se inmola alegremente como holocausto para cada uno de nosotros sus Pequeñas Almas sus hijitos e hijitas. ¿Rezamos todos también cada día por ella? ¿Tratamos cada uno de nosotros de ayudarle y agradarle, esforzándonos por ser siempre más Pequeñas Almas de verdad, que cumplimos, vivimos e irradiamos el Mensaje del Amor Misericordioso y especialmente ―La jornada de una Pequeña Alma‖ (Mensaje del 5 de diciembre de 1967)? ¿Existe un mejor regalo, que puede hacer más feliz a una madre, que la buena conducta de sus hijos y su fiel y generoso cumplimiento de sus deberes? ¿Lo hacemos?

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Cumplimos los siete puntos que ella anotó a parte en nuestro carnet de Pequeña Alma y que sacó del Mensaje mencionado y que separó de las exhortaciones y las promesas que añadió nuestro Señor, nuestro Amor Misericordioso. Por favor, examinémonos si vivimos la jornada de una pequeña y si cumplimos bien los siete puntos: 1. ¿Rezamos cada día y lo ofrecemos por las seis intenciones indicadas? ¿Nos ofrecemos alegremente como holocausto constantemente: por nuestro Santo Padre el Papa y por sus intenciones? por la paz del mundo? por la conversión de los pecadores? por los que sufren? En reparación de los ultrajes que ofenden gravemente al Divino Corazón de Jesús y al Corazón Dolorido e Inmaculado de María? 2. ¿Luchamos en un esfuerzo total y generoso, contra nuestro egoísmo, que hay en cada uno de nosotros? 3. ¿Amamos al prójimo de verdad y con hechos? 4. ¿Propagamos el Rosario? Eso incluye regalarlo también, que lo queremos difundir constantemente. 5. ¿Nos profundizamos en la oración según nuestras posibilidades? ¿Tratamos de orar cada día mejor, de corazón a corazón, en profunda e intima comunicación y comunión? 6. ¿Mantenemos constantemente un contacto con Dios, elevando muy a menudo los pensamientos hacia El, mediante vivas aspiraciones? (u oraciones, jaculatorias)

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7. Y ahora viene la cumbre de la santidad, que es: ¿Nos entregamos totalmente y llenos de confianza a la Santa Voluntad de Dios? Queridos hermanitas y hermanitos hagamos un leal examen de conciencia. ¿Cómo estamos en estos siete puntos. Seamos sinceros y objetivos. Démonos una de estas 5 notas para cada uno de los siete puntos. Y si el resultado global sale mal, esforcémonos en subir nuestra nota. Por cada una de las 7 ardientes invitaciones que Jesús nos dirige con mucha confianza en nosotros, ¿Cuál de las 5 notas siguientes nos damos; o nos daría Jesús? 7 = muy bien; 6 = bien; 5 = suficiente; 4 = mediocre, insuficiente = tibio; 3 = nulo = muy egoísta. ¿Cuál es el resultado global? ¿En que debemos subir la nota? ¿Cómo subirla? Hagamos por cada uno de los siete puntos una firme resolución y busquemos el modo de ponerlo en práctica. Y por sobre todo como crecemos en la pequeñez, en la confianza, en el amor fraternal, el amor al Santo Padre, como vivimos la Santa Eucaristía y nuestra entrega total llena de confianza a la voluntad de Dios. Les Saludo y Bendigo a cada una de Ustedes, con cariño, gratitud y confianza y CONFIO en sus oraciones

Padre Hugo Cornelissen (q.e.p.d)

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MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2012 «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hb 10, 24) Queridos hermanos y hermanas La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual. Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza

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preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal. 1. ―Fijémonos‖: la responsabilidad para con el hermano. El primer elemento es la invitación a «fijarse»: el verbo griego usado es katanoein, que significa observar bien, estar atentos, mirar conscientemente, darse cuenta de una realidad. Lo encontramos en el Evangelio, cuando Jesús invita a los discípulos a «fijarse» en los pájaros del cielo, que no se afanan y son objeto de la solícita y atenta providencia divina (cf. Lc 12,24), y a «reparar» en la viga que hay en nuestro propio ojo antes de mirar la brizna en el ojo del hermano (cf. Lc 6,41). Lo encontramos también en otro pasaje de la misma Carta a los Hebreos, como invitación a «fijarse en Jesús» (cf. 3,1), el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Por tanto, el verbo que abre nuestra exhortación invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinterés, que nacen del egoísmo, encubierto bajo la apariencia del respeto por la «esfera privada». También hoy resuena con fuerza la voz del Señor que nos llama a cada uno de nosotros a hacernos cargo del otro. Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado recíproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien. El gran mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero alter ego, a quien el Señor ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón. El Siervo de Dios Pablo VI afirmaba que el mundo actual sufre especialmente de una falta de fraternidad: «El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los

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pueblos» (Carta. enc. Populorum progressio [26 de marzo de 1967], n. 66). La atención al otro conlleva desear el bien para él o para ella en todos los aspectos: físico, moral y espiritual. La cultura contemporánea parece haber perdido el sentido del bien y del mal, por lo que es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence, porque Dios es «bueno y hace el bien» (Sal 119,68). El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comunión. La responsabilidad para con el prójimo significa, por tanto, querer y hacer el bien del otro, deseando que también él se abra a la lógica del bien; interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades. La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón endurecido por una especie de «anestesia espiritual» que nos deja ciegos ante los sufrimientos de los demás. El evangelista Lucas refiere dos parábolas de Jesús, en las cuales se indican dos ejemplos de esta situación que puede crearse en el corazón del hombre. En la parábola del buen Samaritano, el sacerdote y el levita «dieron un rodeo», con indiferencia, delante del hombre al cual los salteadores habían despojado y dado una paliza (cf. Lc 10,30-32), y en la del rico epulón, ese hombre saturado de bienes no se percata de la condición del pobre Lázaro, que muere de hambre delante de su puerta (cf. Lc 16,19). En ambos casos se trata de lo contrario de «fijarse», de mirar con amor y compasión. ¿Qué es lo que impide esta mirada humana y amorosa hacia el hermano? Con frecuencia son la riqueza material y la saciedad, pero también el anteponer los propios intereses y las propias preocupaciones a todo lo demás. Nunca debemos ser incapaces de «tener misericordia» para con quien sufre; nuestras cosas y nuestros problemas nunca deben absorber nuestro corazón hasta el punto de hacernos sordos al grito del pobre. En cambio, precisamente la humildad de corazón y la experiencia personal del sufrimiento pueden ser la fuente de un despertar interior a la compasión y a la empatía: «El justo reconoce los derechos del pobre, el malvado es incapaz de conocerlos» (Pr 29,7). Se comprende así la bienaventuranza de «los que lloran» (Mt 5,4), es decir, de quienes son capaces de salir de sí mismos para conmoverse por el dolor de los demás. El encuentro con el otro y el

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hecho de abrir el corazón a su necesidad son ocasión de salvación y de bienaventuranza. El «fijarse» en el hermano comprende además la solicitud por su bien espiritual. Y aquí deseo recordar un aspecto de la vida cristiana que a mi parecer ha caído en el olvido: la corrección fraterna con vistas a la salvación eterna. Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relación al bien físico y material de los demás, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos. No era así en la Iglesia de los primeros tiempos y en las comunidades verdaderamente maduras en la fe, en las que las personas no sólo se interesaban por la salud corporal del hermano, sino también por la de su alma, por su destino último. En la Sagrada Escritura leemos: «Reprende al sabio y te amará. Da consejos al sabio y se hará más sabio todavía; enseña al justo y crecerá su doctrina» (Pr 9,8ss). Cristo mismo nos manda reprender al hermano que está cometiendo un pecado (cf. Mt 18,15). El verbo usado para definir la corrección fraterna —elenchein—es el mismo que indica la misión profética, propia de los cristianos, que denuncian una generación que se entrega al mal (cf. Ef 5,11). La tradición de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de «corregir al que se equivoca». Es importante recuperar esta dimensión de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar. Pienso aquí en la actitud de aquellos cristianos que, por respeto humano o por simple comodidad, se adecúan a la mentalidad común, en lugar de poner en guardia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien. Sin embargo, lo que anima la reprensión cristiana nunca es un espíritu de condena o recriminación; lo que la mueve es siempre el amor y la misericordia, y brota de la verdadera solicitud por el bien del hermano. El apóstol Pablo afirma: «Si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado» (Ga 6,1). En nuestro mundo impregnado de individualismo, es necesario que se redescubra la importancia de la corrección fraterna, para caminar juntos hacia la santidad. Incluso «el justo cae

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siete veces» (Pr 24,16), dice la Escritura, y todos somos débiles y caemos (cf. 1 Jn 1,8). Por lo tanto, es un gran servicio ayudar y dejarse ayudar a leer con verdad dentro de uno mismo, para mejorar nuestra vida y caminar cada vez más rectamente por los caminos del Señor. Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros. 2. ―Los unos en los otros‖: el don de la reciprocidad. Este ser «guardianes» de los demás contrasta con una mentalidad que, al reducir la vida sólo a la dimensión terrena, no la considera en perspectiva escatológica y acepta cualquier decisión moral en nombre de la libertad individual. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no debe ser así. El apóstol Pablo invita a buscar lo que «fomente la paz y la mutua edificación» (Rm 14,19), tratando de «agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación» (ib. 15,2), sin buscar el propio beneficio «sino el de la mayoría, para que se salven» (1 Co 10,33). Esta corrección y exhortación mutua, con espíritu de humildad y de caridad, debe formar parte de la vida de la comunidad cristiana. Los discípulos del Señor, unidos a Cristo mediante la Eucaristía, viven en una comunión que los vincula los unos a los otros como miembros de un solo cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece, su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación. Aquí tocamos un elemento muy profundo de la comunión: nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social. En la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, se verifica esta reciprocidad: la comunidad no cesa de hacer penitencia y de invocar perdón por los pecados de sus hijos, pero al mismo tiempo se alegra, y continuamente se llena de júbilo por los testimonios de virtud y de caridad, que se multiplican. «Que todos los miembros se preocupen los unos de los otros» (1 Co 12,25),

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afirma san Pablo, porque formamos un solo cuerpo. La caridad para con los hermanos, una de cuyas expresiones es la limosna —una típica práctica cuaresmal junto con la oración y el ayuno—, radica en esta pertenencia común. Todo cristiano puede expresar en la preocupación concreta por los más pobres su participación del único cuerpo que es la Iglesia. La atención a los demás en la reciprocidad es también reconocer el bien que el Señor realiza en ellos y agradecer con ellos los prodigios de gracia que el Dios bueno y todopoderoso sigue realizando en sus hijos. Cuando un cristiano se percata de la acción del Espíritu Santo en el otro, no puede por menos que alegrarse y glorificar al Padre que está en los cielos (cf. Mt 5,16). 3. ―Para estímulo de la caridad y las buenas obras‖: caminar juntos en la santidad. Esta expresión de la Carta a los Hebreos (10, 24) nos lleva a considerar la llamada universal a la santidad, el camino constante en la vida espiritual, a aspirar a los carismas superiores y a una caridad cada vez más alta y fecunda (cf. 1 Co 12,31-13,13). La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor, «como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día» (Pr 4,18), en espera de vivir el día sin ocaso en Dios. El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios. Así la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4,13). En esta perspectiva dinámica de crecimiento se sitúa nuestra exhortación a animarnos recíprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras. Lamentablemente, siempre está presente la tentación de la tibieza, de sofocar el Espíritu, de negarse a «comerciar con los talentos» que se nos ha dado para nuestro bien y el de los demás (cf. Mt 25,25ss). Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal (cf. Lc 12,21b; 1 Tm 6,18). Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de fe, quien no avanza, retrocede. Queridos

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hermanos y hermanas, aceptemos la invitación, siempre actual, de aspirar a un «alto grado de la vida cristiana» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte [6 de enero de 2001], n. 31). Al reconocer y proclamar beatos y santos a algunos cristianos ejemplares, la sabiduría de la Iglesia tiene también por objeto suscitar el deseo de imitar sus virtudes. San Pablo exhorta: «Que cada cual estime a los otros más que a sí mismo» (Rm 12,10). Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras (cf. Hb 6,10). Esta llamada es especialmente intensa en el tiempo santo de preparación a la Pascua. Con mis mejores deseos de una santa y fecunda Cuaresma, os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María y de corazón imparto a todos la Bendición Apostólica. BENEDICTUS PP. XVI © Copyright 2011 – Libreria Editrice Vaticana

“Quien confía en Mí, no será nunca defraudado. Acudid a vuestro Dios, todos los que sufrís”. 10 de febrero de 1974

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El Consejero Internacional nos dice: “En el estado de noviazgo, y en el del matrimonio puede uno, si se quiere, santificarse tanto como en el fondo de un convento”. (Mensaje, 11 Febrero 1980) Queridas Pequeñas Almas: Estamos entrando en un nuevo año pastoral, en el segundo lugar del programa que nos proponen los Obispos de Bélgica para el período 2011-2012, durante el cual se nos invita a reflexionar sobre el tema: “Re-nacimiento. Vivir los Sacramentos”. En este contexto, reflexionemos hoy sobre el matrimonio. En su declaración, nuestros Obispos escribieron en parte: ―Nuestra relación con Dios es por lo tanto una prolongación de la boda. Con el sentido de los símbolos, con ocasión de una boda judía, en Caná, que Juan el Evangelista abrió la vida pública de Jesús. Ni en el Templo, ni en una escuela, sino durante el curso de una fiesta nupcial. En la mesa festiva, que se reserva el mejor vino para el final. (cfr Juan 2, 10). Jesús vino a cumplir (Mateo 5,7) desde el primer día hasta el último día. Fue en la mesa que la copa de vino que sostenía Jesús llegó a ser el signo de ―una nueva alianza‖ (Lucas 22,20) en su sangre. Son las copas que resumen todo lo que su Amor ha hecho‖. En su Encíclica ―Evagelium Vitae-El Evangelio de la Vida-―, el Beato Juan Pablo II ha escrito: ―Una verdadera participación del hombre en la soberanía de Dios también se manifiesta en la responsabilidad específica que él encomienda en el respeto de la vida humana. Es una responsabilidad que alcanza su punto máximo cuando el hombre y la mujer en el matrimonio dan la vida por la generación, como lo recuerda el Concilio Vaticano II: ―Dios mismo dijo: No es bueno que el hombre esté solo (Génesis, 2, 18) y que desde el principio, los hizo hombre y mujer (Mateo 19, 4) y quiso dar una participación especial

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en su obra creadora; también él bendijo al hombre y la mujer diciendo: ― sean fecundos y multiplíquense‖ (Génesis 1, 28) . En el Mensaje del Amor Misericordioso a las Pequeñas Almas, tenemos una bella meditación de Margarita sobre el matrimonio, el 11 de Febrero de 1980: -

“En el estado de noviazgo, y en el del matrimonio, puede uno, si se quiere, santificarse tanto como en el fondo de un convento. Los novios, como los esposos, deben comprender que la vida que les está dada no se fundamenta sobre el placer, el egocentrismo, el amor de las comodidades…Es una superación sobre sí mismos, de cada instante: un amor que no puede permanecer encerrado sobre sus dos personas sino que debe llegar a ser, por el ejemplo, un amor difusivo e irradiante, gracias a su fe cristiana.” (…)

Si el amor que une a la pareja se viviera integralmente según los deseos de Dios, la tierra se poblaría de una multitud de lucecitas radiantes, cantando la Gloria a Dios, y el Señor establecería al fin, su Reino entre nosotros. Feliz de estar juntos, feliz de estar unidos, la pareja cristiana afrontaría sin temor la vida que le espera: las cruces inevitables que hay que soportar, las dulces alegrías, también, de un matrimonio bendito; apoyándose el uno sobre el otro, los dos cónyuges adivinándose, buscándose, olvidándose el uno por el otro, dándose el uno al otro: es la unión fecunda, tan perfecta como es posible, a pesar de las incapacidades y las miserias de una naturaleza bastante rebelde a veces ante el sacrificio. No puedo dar otra definición del noviazgo ni del matrimonio sino es así: El centro: ¡DIOS!‖. Que estas reflexiones alimenten nuestros deseos, queridas pequeñas almas, para profundizar nuestra apreciación del matrimonio y el descubrimiento de la belleza y la bondad, cuando se vive de acuerdo con el plan de su Amor Divino. fr. Yves-Marie Legrain, Carme.

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“LAS PEQUEÑAS ALMAS Y SU PAPEL EN EL MUNDO DE HOY” PADRE HUGO CORNELISSEN (Q.E.P.D) Encuentro Nacional Anual de Chile, 30 de noviembre, 2003 Queridas Pequeñas Almas de Chile y de muchas otras Pequeñas Almas de otros países de América: Son Jesús y María que nos han invitado a este Encuentro Nacional y ya un poco continental. Ellos nos agradecen por haber venido, y Ellos desean, que todo el día, vivamos también en presencia de Ellos y de Margarita, escuchándoles. El tema del día es: ―Las pequeñas almas y su papel en el mundo de hoy‖. ―¿Qué esperan hoy Jesús, María, Margarita, la Iglesia y toda la humanidad de nosotros? Esperan nuestro amor, pues en todo el Mensaje Jesús y Margarita nos ayudan siempre más, a amar, a ser amor. Este tema hemos tratado juntos en el Encuentro Continental en México del lunes 1 al jueves 4 de septiembre de 2003. Orando juntos, hemos entendido que el Amor Misericordioso, que es Jesús, le debemos entregar en forma especial y preferencial a los niños, preadolescentes (12 a 14 años) y jóvenes de (15 a 28 años) pues los hemos dejado demasiado solos e indefensos contra todo el mal que nos ha rodeado y asaltado a todos por todas partes; especialmente en la televisión y otros medios de comunicación. Pues son ellos, los niños, prejuveniles y jóvenes que hemos descuidados más o abandonado, y que han estado más indefensos contra el mal, y por muy difícil o imposible que nos parezca, todos debemos acercarnos ahora con predilección y preferencia a ellos. Pues si todo el mundo ha sido alejado mucho de Dios, los jóvenes mucho más. Desde muchos años Margarita lo vio muy bien, hacen ya

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más de 30 años, cuando, muy preocupada por ellos, preguntó a Jesús en el Mensaje del 22 de Mayo de 1973: M

“Señor, el problema de los jóvenes es grave. ¿Qué hacer?

Leamos, escuchemos y meditemos bien, la larga respuesta de Jesús. Pueden leerla y escucharla varias veces para que puedan formarse una opinión personal, verdadera, con los buenos propósitos indispensables, que debemos hacer, en diálogo fraternal entre nosotros y especialmente con los jóvenes en todas nuestras parroquias y países Americanos. Jesús contesta a Margarita y a todos nosotros en una respuesta que quizás nos va a doler pero nos dice la verdad básica. J

“Desde luego, es grave, debido a la debilidad de los adultos. Sólo se resolverán cuando estos (nosotros) tomen conciencia de su responsabilidad hacia ellos y hacia Mí.

¿Aceptamos esta respuesta? ¿Reconocemos nuestra debilidad culpable de haber dejado pasar muchas cosas graves y malas desde hace años, sin reaccionar o corregirlos firme y enérgicamente como el Papa, con amor, pero con claridad y firmeza como lo hace constantemente? Desde 30, 40 años, los medios de comunicación, especialmente la Televisión, los videos, y cines nos ofrecen tanto veneno y vaciedad, ¿Cuántos padres empezaron a dejar a sus niños solos en sus casas o en las calles, sobre todo durante las vacaciones, para ganar más dinero y comprar muchas cosas para aumentar su comodidad? ¿Hemos acompañado y amado bastante a los niños? Hace 50 años, ¿los padres no obedecían mejor las leyes de Dios? “Vayan y multiplíquense” ¿no educaron ellos sus hijos? Y que ahora escuchan más a los locutores de la TV. que a sus propios padres.

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¿Hace 50 años, los padres, no estaban más cerca de sus hijos? ¿No inculcaron mejor la fe, la esperanza, el amor? ¿Los grandes valores humanos como la vida, la decencia, la oración y la familia? A pesar que eran más pobres, ¿no oraban más y educaban mejor a sus hijos? ¿Con su palabra y su ejemplo? ¿Con su presencia, su asistencia continua, ininterrumpida, enseñándoles a rezar? Examinemos bien todo lo que Jesús nos dice y nos va a decir en este Mensaje del 22 de Mayo de 1973 y en todo su Mensaje de Amor misericordioso. Esta es mi gran preocupación, sobre todo por los jóvenes y las familias jóvenes. Pues nuestra primera gran preocupación deben ser ellos. En vano pedí, a menudo, invitar a estos jóvenes a sus islotes de santidad, o a leer en sus casas el Mensaje, y buena lectura, adecuada, reconfortante, y estimulante de Jesús y María. En nuestro Encuentro Continental en México hace dos meses, vimos la aurora después de un largo día oscuro, y confiamos que con el Mensaje del Amor Misericordioso, Jesús quiere empezar una era nueva, si nosotros lo anunciamos mejor, como El lo suplica. Por favor, antes de seguir con este Mensaje, leamos algunos Mensajes, en que Jesús nos pide con ardor e inmensa confianza nuestra colaboración para salvar el mundo entero. En seguida después, reflexionaremos, orando juntos, sobre los jóvenes. El 02 de septiembre de 1966 (ya hace 37 años) nos pidió con su infinito amor y confianza: I Salvar el Mundo J

“A ustedes a quienes he elegido, pido mucho. Mi Mensaje tiene que ser conocido”

Y que poco o nada es conocido entre los jóvenes y entre matrimonios jóvenes. Amenazados por la droga como es el peligro hoy en Chile y en otros países, también por la legislación del divorcio. Queridas pequeñas almas jóvenes ¿Nos vamos a despertar? ¿Nos vamos a levantar? ¿Vamos a seguir a Jesús y cumplir su petición, su súplica

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urgente del 20 de noviembre de 1966: “Entréguense con fervor a la obra inspirada”. Jesús no se dejará superar en generosidad, y nos hace grandes promesas, como en el Mensaje del 05 de septiembre de 1967: J

“Convéncete de que toda Palabra, que viene de Mi debe ser fructífera. Si no, Yo no soy su Autor”.

En toda historia de la humanidad. ¡Jesús es el único Salvador de todos e Hijo de Dios! Ya hace 2000 años dijo: “Vayan y enseñen todo lo que les he enseñado y mandado”. Y con cuanta claridad y fuerza nos los vuelve a decir a nosotros: “¡Entréguense con fervor a la Obra inspirada!”. (Mensaje 4 de noviembre de 1966). Volvamos a nuestro Mensaje del 22 de mayo de 1973 Pero… más dispuesto ¡más generoso! ¿Verdad? Sí, tengamos más amor a los niños, los prejuveniles y los juveniles. ¡Escuchemos lo que Jesús nos dice! Todo lo contrario de lo que oímos. ―Para estos jóvenes de hoy día, parece que no hubiera ya no tienen remedio‖. Jesús dice lo contrario: II Salvemos a los jóvenes J

“Hay que exaltar, en el sentido del deber y del amor verdadero la generosidad que dormita en sus almas”.

Nos quejamos demasiado, e injustamente de los jóvenes, y de los niños. Sabemos como Jesús siempre los defendió: ―¡Dejen que se acerquen a Mi! ¡No se los impidan! ¡De ellos es el Reino de los Cielos!‖ Jesús lo confirma aquí. ¡Exaltémoslos! ¡Exaltemos su generosidad, innata, que dormita en sus almas! ¡Despertemos la generosidad!, ¡No la asfixiemos con malos ejemplos o nefastas experiencias!, pero

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“¡exaltemos su generosidad en el sentido del deber y del amor verdadero!, que hay en ellos como semilla. ¡Démosle tierra fértil, reguémosla, para poder cosechar lindos frutos, como Don Bosco con Domingo Savio, ¡incluso con Miguel Magone! Y los hermanos de Don Bosco, con Laura Vicuña y los padres, con su hijo Herman Wijns. Leamos, releamos muchas veces, también a otros santos; sus vidas en los números 59, 41 y 46 de la Colección Honor de Dios o Vidas de Santos. Si leemos 5 veces o más estas vidas siempre aprenderemos más y seremos mejores. Ellos son el agua viva que Jesús nos ofrece para la vida eterna. Difundamos todas estas, ya 69 hagiografías para que nunca tengamos más sed. Leyéndolas, no podremos dejar de gritar con los hermanos mexicanos: ―Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo‖. Difundamos estos libritos, y serie ―Margaritas‖, y sobre todo el Nº 8: ―El Librito de una Pequeña Alma‖, y ―El Mensaje del Amor Misericordioso‖, que tiene dos partes muy desiguales pero iguales en importancia: Primera parte, el 1º tomo del Mensaje: La Mensajera (Pág.15-33) y segunda parte: El Mensaje (de Pág.51 a la Pág.567), y después los tomos II, III y IV, que Jesús nos escribe por manos de y en diálogo con Margarita nuestra querida mamá espiritual, mensajera y fundadora de nuestra Legión, o Orden, o Familia de Pequeñas Almas, como El nos llama. En este tan importante Mensaje quiere enseñar la solución tan grave al problema mundial de los jóvenes, de su educación, de su salvación. Escuchémoslo, más que nunca, con disponibilidad, con abertura y generosidad para ayudar a los jóvenes, pues en todo, sobre todo ahora con los jóvenes no hay que tener perjuicios, sino que: ―Hay que vivir e irradiar el Amor, sabiendo que no se conseguirá nada sin sacrificios‖ (Fin del Mensaje de 5 de diciembre de 1967). Sigamos escuchando a Jesús, cumpliendo bien lo que ya nos dijo: que en vez de quejarnos injustamente de ellos tenemos que exaltar, en el sentido del deber y del amor verdadero, la generosidad innata que está dormida en sus almas.

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Jesús nos sigue diciendo: 22 de mayo de 1973 J

Los padres y educadores tienen esta obligación sagrada. a. b. c. d. e. f. g. h. i. j. k.

de precederles en el camino que conduce a la Vida, incitándoles a seguirles, por el ejemplo de la santidad, por el ejemplo de la decencia, por el ejemplo de la compasión hacia los que sufren, por la práctica de las virtudes teologales, por el respeto de los valores humanos y morales, por el conocimiento de Dios en su Sacramento de Amor, por el respeto debido a su Santo Nombre, por las obras nacidas, no de la carne, sino del Espíritu, por la caridad y el amor al prójimo.

Así, Jesús con bondad y firmeza, se dirige a nosotros los adultos, los padres, los educadores y nos afirma que hemos fallado en la obligación grave de la educación cristiana de los jóvenes, y con bondad y confianza nos dice como podemos y debemos salvar a los jóvenes y a la humanidad entera. a. No los hemos precedido suficientemente en el camino que conduce a la Vida. Por el contrario, los hemos dejado muchas veces solos, indefensos contra los asaltos del Maligno. Solos con él, frente a la televisión, solos en muchas de sus fiestas, aparentemente inocentes, pero donde hay alcohol, drogas, cassettes y videos con palabras obscenas. Tentaciones de la carne, música e imágenes del Maligno, que les van dando signos de muerte. b. Incitándoles a seguirles. ¿Cuántas veces no los hemos precedido?, como Jesús precedía a sus apóstoles y

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discípulos, diciendo: ―Ven (vengan) y Sígueme (síganme)‖ y les indicó el camino que conduce a la Vida. ¿Les he dado un ejemplo, para que hagan igual? c. Por el ejemplo de la santidad Jesús no nos pide solamente que no seamos malos o que seamos buenos, sino: ―Sean perfectos, santos, como su Padre celestial es santo, perfecto‖. Quién tira una flecha con un arco, tiene que apuntar muy alto, pues en el vuelo, la flecha siente la atracción de la tierra, y llega siempre más bajo de donde apuntamos… Jesús dice: apunta a la perfección, a la santidad,… como lo hicieron, con firmeza, los santos. Ellos son nuestros modelos. Por eso, debemos ofrecer a los jóvenes modelos de santos que los sepan entusiasmar. Es un deseo personal y una propuesta: ayudemos a hacer una biblioteca y librería en cada parroquia o decanato, donde se pueda comprar o prestar estos libros. d. Por el ejemplo de la decencia. ¡Cuanta importancia San Juan Bosco dio a esta virtud! Dejó frases fuertes, como: ―Un joven puro es un joven santo‖. Y también: ―Setenta o más por ciento de los jóvenes van al infierno, van por el pecado de la impureza‖. Y se preocupó que todos sus jóvenes estuvieran siempre bien ocupados o jugando en el día, para que estuvieran cansados al acostarse y así pudieran orar, y así evitar cada tentación contra la pureza. En esta virtud no podemos ser imprudentes sino decir (en latín: ―en fugo, salvo‖) ―la salvación está en huir de la tentación‖. No permitirse, jugar con ella, pues caeremos en ella, dolorosamente. e. Por el ejemplo de la compasión hacia los que sufren. Inculcar la virtud a los niños y jóvenes; imitar a los santos que han practicado esta virtud como Santa Teresa de Calcuta y muchos otros santos. ¡Aprender a ser compasivos desde muy jóvenes! En todo lo anterior, ¡los padres y educadores tienen la obligación sagrada de precederles!

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f. En la práctica de las virtudes teologales. ¿Cuáles son, y cuando las hemos recibido? ¿Por qué? Son la fe, la esperanza y la caridad. Las hemos recibido gratis, sin ningún mérito de parte nuestra, junto con la vida divina en el Bautismo. Porque son indispensable para mantener, guardar y hacer crecer la vida divina que hemos recibido en el Bautismo. ¡Este don es inmensamente grande y superior a todos los otros dones y virtudes! ¡Y sí somos hijos de Dios debemos siempre vivir como hijos de Dios! g. Por el respeto de los valores humanos y morales. ¿Cuáles son? Son virtudes que cada hombre, por su carácter de ―ser humano‖ debe cultivar. ¿Cuál es el primer valor humano?... y ni siquiera éste es respetado: el respeto a la vida ¡Respetarla! No herirla, ni matarla. Y el ser humano, suma creatura es, ¡no solamente desde su nacimiento, sino desde su concepción! El pecado del aborto es ¡muy grave y muy grande! ¡Es el asesinato del más indefenso, y… todavía no bautizado! De allí, recurrir a todos los valores de la vida que debemos cultivar, hacer crecer y no dejar morir por dejación. La primera virtud de la decencia, es la pureza, el respeto por el cuerpo que por el Bautismo es templo vivo de Dios. h. Por el reconocimiento de Dios en su Sacramento de Amor Riquísimo contenido de nuestra fe, misterio de fe. Jesús ha venido a revelarnos y que supera mucho, de lo que podríamos haber encontrado con nuestra reflexión: que se queda con y en nosotros en el sacrificio eucarístico = Sacramento de Amor… Todos los que son cristianos pero buenos y verdaderos creyentes en Dios, no encontrarán nunca puntos de fe como que: es un solo Dios y con una sola naturaleza divina: ¡y tres personas: el Padre Dios, el Hijo Dios, y el Espíritu Santo!, ―las tres son plenamente Dios, pero no son tres dioses sino un solo Dios‖. Otro misterio de fe es el sacramento del Sacrificio

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Eucarístico que Jesús nos ha revelado: que por la Ultima Cena, El se hizo realmente Pan Vivo para la vida eterna, cuando, uno seis meses antes de la Ultima Cena, en el sexto capítulo del Evangelio de San Juan, dijo: ―Ustedes me buscan porque les di de comer pan multiplicado pero después de comerlo, de nuevo tienen hambre. Yo soy el Pan Vivo para la vida eterna, quién come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día‖. Eso nos recuerda Jesús con su Sacramento de Amor, que debemos reconocerlo como verdadero Dios, en este Sacramento donde nos ama hasta el extremo. Por eso, participen con mucha fe, esperanza y caridad en cada Santa Misa, y también con respeto, confianza y Amor a El, y a todos nuestros hermanos, los hombres, nuestro prójimo. i. El respeto, debido a su Santo Nombre. A menudo, se identifica la Persona con su Nombre. Faltar el respeto al nombre, es faltar a la persona, y venerar, respetar el nombre es respetar, venerar la persona. Como Jesús es Dios y hombre, tengámosle el respeto debido por sus dos naturalezas, así también por el nombre (común) pues se trata siempre del ―respeto debido a su Santo Nombre‖, en un respeto interior, que se manifiesta también exteriormente. Podemos expresar este respeto, con una pequeña inclinación de cabeza al pronunciar u oír su nombre, y evitar toda falta de respeto. j. Por fin ―incitándoles a seguirles, imitándoles, por tantas obras nacidas no de la carne sino del Espíritu. Siempre se trata de que como Pequeñas Almas tenemos la obligación sagrada, de preceder a los jóvenes, y especialmente en este tiempo, con buen ejemplo de obras no nacidas de los instintos o pasiones de la carne, sino del Espíritu. k. Sobre todo, como lo enseña Jesús en el Evangelio, y también en el Mensaje, debemos irradiar a El, que es Amor

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Misericordioso. Siempre demostrar la caridad y el amor al prójimo. Pues seremos juzgados sobre el amor. ―Cada uno vale, lo que vale a los ojos de Dios. Y cada uno vale a los ojos de Dios, en lo que vale su amor‖ Así llegamos al segundo párrafo de este importante Mensaje del 22 de mayo de 1973: J

“Los jóvenes son niños pequeños que miran cómo viven los que les han dado la vida del cuerpo y que desatienden la vida del alma por su negligencia y su idolatría”

Que importa, que los hijos vean e imiten los buenos ejemplos de sus padres pero… cuantos padres cuidan solamente la vida del cuerpo y desatienden la vida del alma ―por dejación‖ por su negligencia, porque se preocupan más del cuerpo, de su salud física, de sus estudios, diplomas y tener la prosperidad, dinero, en un egoísmo camuflado; y así adoran (o poner en primer lugar los falsos dioses) y viven en grave negligencia e idolatría. J

“Para muchos la conciencia del bien y del alma está abolida”.

Han perdido la vida divina misma, y las tres virtudes teologales, y tan indispensable: la fe, la esperanza y la caridad, gracias divinas, que santifican. “La consecuencia de este estado lamentable es que los que hayan fallado en la tarea, designada, por el Creador, es decir, la educación cristiana, sana de sus hijos, encontrarán el sufrimiento y la amargura por el abandono de aquellos que tuvieron entre sus brazos y se les escaparon, porque su amor no era más que un amor egoísta y sin fundamento vital. Creyendo amarles, habrán causado su desgracia.

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Eso pasa tan a menudo y es tan doloroso tanto para los padres como para los hijos que siguen tristes, malos caminos del alcohol, droga, corrupción o delincuencia para poder sobrevivir, u olvidar la miseria. Hay padres que quieren conseguir mucho dinero y comprar la felicidad o la comodidad para ellos mismos y para sus hijos. Quieren cosas, que no son necesarias, incluso dañinas para la salud del cuerpo y del alma. Como pequeñas almas queremos prevenir esto, y acompañar a estos jóvenes solteros, novios o casados, ayudarlos, acompañarlos, para que sigan el buen camino y no se pierdan en la oscuridad del mal o del pecado, sino que sigan a Jesús con nosotros. ¡A Jesús, que es la Verdad, que es la Luz, que es el buen Camino que es la Vida! Las pequeñas almas colaborarán con los que quieran salvar a los niños, prejuveniles y jóvenes, invitándoles a nuestros encuentros, nuestros campamentos de trabajo y de servicio, peregrinaciones a los Santuarios chilenos, como a peregrinaciones a Santuarios de países de América y de Europa. Informaremos todo esto en un folleto aparte. Le invitamos a nuestra gran familia de pequeñas almas que ¡sigamos a Jesús! ¡Mirémoslo a El! ¡Escuchémoslo a El!, con nuestra mamá mensajera y fundadora Margarita y como todos los santos.

Padre Hugo Cornelissen, m.t.s (q.e.p.d) LEGION DE LAS PEQUEÑAS ALMAS SECRETARIADO LATINOAMERICANO Y CENTRO NACIONAL DE CHILE

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Proposiciones de Textos del Libro “Mensaje del Amor Misericordioso de Jesús” para reflexionar en sus Islotes de Santidad. ¡Ave María! Queridas Pequeñas Almas: El deseo del Centro Nacional como una manera de unificar y trabajar muy unidas a Jesús y María Santísima; presenta estas profundas meditaciones para que puedan ser meditadas en los Islotes de Santidad. Es importante que cada Pequeña Alma cuente con su propia revista por que es muy enriquecedor lo que Jesús quiere enseñarnos. Citas del Mensaje

ABRIL

1. 8 de abril de 1977 (VIERNES SANTO) J ***** No temas conocer lo que me hacen! ***** ¡Al contrario, mira si hay peor dolor que el mío! ***** 2. 10 de abril de 1977 (DOMINGO DE PASCUA) M ¡Pascua! ¡Es el Día de la Alegría y de Esperanza para los hijos de Dios! *****

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15 e abril “Día de la Divina Misericordia” 3. 26 de abril de 1979 J

***** Yo soy el Dios fiel, cuya Misericordia no conoce límites. *****

4. 27 de mayo de 1979 J

***** DI, ALREDEDOR MISERICORDIOSO PECADORES. *****

DE TI, CUAN DULCE Y SON PARA LOS POBRES

MAYO

3 de Mayo “Exaltación Santa Cruz” 5. 13 de abril de 1979 M ***** Un día, cuando desde lo alto de la Cruz y más allá de tus ojos velados por las lágrimas y la sangre, veías interiormente a estos pequeños alrededor de tu patíbulo, dijiste: ¡No tengas cuidado, mira mis pequeños salvados, están aquí al pie de la cruz! *****

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13 de Mayo “Nuestra Señora de Fátima” 6. 26 de marzo de 1977 J Ven a la Escuela de mi Madre. Ella te enseñara a amara, antes de introducirte en la Escuela Superior. ***** 20 de Mayo “Ascensión del Señor” 7. 4 de mayo de 1978 J ***** No se guarda un tesoro para uno mismo, hay que compartirlo con los pobres. ***** Pues la ascensión del Amor exige mucha generosidad en los que El llama. Si no avanzas, retrocedes. ***** 27 de Mayo “Pentecostés” 8. 4 de junio de 1979 J

***** La ciencia de las cosas divinas sólo se adquiere por la fuerza del Amor en el Espíritu Santo que anima tu alma. *****

JUNIO

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3 de junio “La Santísima Trinidad” 9. 19 de abril de 1979 ***** M La Santa Trinidad, pues las tres personas divinas son Amor. El Padre dio al mundo su hijo Único para salvarlo, no para aniquilarlo. El Hijo aceptó el sacrificio y su nombre es Amor. El Espíritu Santo derivando del Padre y del Hijo actúa entre nosotros. ***** 10 de junio “El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo” 10. 17 de marzo de 1977 Acerca del respeto debido a la Eucaristía. J

Yo estoy tan verdadero en la Eucaristía, como Yo lo estaba en la zarza ardiente del Sinaí. ***** Viernes 15 de junio “SSCC de Jesús”

11. 1 de septiembre de 1979 NS HAY QUE INTENSIFICAR LA DEVOCION AL CORAZON MISERICORDIOSO DE MI HIJO. *****

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Sábado 16 de junio Sagrado Corazón de María 12. 20 de mayo de 1979 J

***** En verdad te lo digo, hija mía: ―Si cada alma, cada parroquia, cada país se consagrara a Su Corazón Inmaculado, el mundo sería salvado‖. ***** 25 de junio “Día del Niño Jesús”

24 de agosto de 1977 J

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***** ¡Sufres, pide a mi Corazón de Niño! Soy tan tierno y tan vulnerable para los que confían en Mi. Soy el Niño-Dios; mi Corazón está todo abierto para recibir tus peticiones y escucharlas para tu mayor bien… *****


Domingo 15 abril, Divina Misericordia VIAJE APOSTÓLICO A POLONIA DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II DURANTE LA VISITA AL SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA Cracovia, sábado 7 de junio de 1997 1. «Misericordias Domini in aeternum cantabo» (Sal 88, 2). Vengo a este santuario como peregrino para unirme al canto ininterrumpido en honor de la divina Misericordia. Lo había entonado el Salmista del Señor, expresando lo que todas las generaciones conservan y conservarán como fruto preciosísimo de la fe. Nada necesita el hombre como la divina Misericordia: ese amor que quiere bien, que compadece, que eleva al hombre, por encima de su debilidad, hacia las infinitas alturas de la santidad de Dios. En este lugar lo percibimos de modo particular. En efecto, aquí surgió el mensaje de la divina Misericordia que Cristo mismo quiso transmitir a nuestra generación por medio de la beata Faustina. Y se trata de un mensaje claro e inteligible para todos. Cada uno puede venir acá, contemplar este cuadro de Jesús misericordioso, su Corazón que irradia gracias, y escuchar en lo más íntimo de su alma lo que oyó la beata. «No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo» (Diario, cap. II). Y, si responde con sinceridad de corazón: «¡Jesús, confío en ti!», encontrará consuelo en todas sus angustias y en todos sus temores. En este diálogo de abandono se establece entre el hombre y Cristo un vínculo particular, que genera amor. Y «en el amor no hay temor —escribe san Juan—; sino que el amor perfecto expulsa el temor» (1Jn 4, 18). La Iglesia recoge el mensaje de la Misericordia para llevar con más eficacia a la generación de este fin de milenio y a las futuras la luz de

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la esperanza. Pide incesantemente a Dios misericordia para todos los hombres. «En ningún momento y en ningún período histórico — especialmente en una época tan crítica como la nuestra— la Iglesia puede olvidar la oración, que es un grito a la misericordia de Dios ante las múltiples formas de mal que pesan sobre la humanidad y la amenazan. (...) La conciencia humana cuanto más pierde el sentido del significado mismo de la palabra ―misericordia‖, sucumbiendo a la secularización; cuanto más se distancia del misterio de la misericordia, alejándose de Dios, tanto más la Iglesia tiene el derecho y el deber de recurrir al Dios de la misericordia ―con poderosos clamores‖» (Dives in misericordia, 15). Precisamente por esto, en el itinerario de mi peregrinación he incluido también este santuario. Vengo acá para encomendar todas las preocupaciones de la Iglesia y de la humanidad a Cristo misericordioso. En el umbral del tercer milenio, vengo para encomendarle una vez más mi ministerio petrino: «¡Jesús, confío en ti!». Siempre he apreciado y sentido cercano el mensaje de la divina Misericordia. Es como si la historia lo hubiera inscrito en la trágica experiencia de la segunda guerra mundial. En esos años difíciles fue un apoyo particular y una fuente inagotable de esperanza, no sólo para los habitantes de Cracovia, sino también para la nación entera. Ésta ha sido también mi experiencia personal, que he llevado conmigo a la Sede de Pedro y que, en cierto sentido, forma la imagen de este pontificado. Doy gracias a la divina Providencia porque me ha concedido contribuir personalmente al cumplimiento de la voluntad de Cristo, mediante la institución de la fiesta de la divina Misericordia. Aquí, ante las reliquias de la beata Faustina Kowalska, doy gracias también por el don de su beatificación. Pido incesantemente a Dios que tenga «misericordia de nosotros y del mundo entero». 2. «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia » (Mt 5, 7).

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Queridas religiosas, tenéis una vocación extraordinaria. Al elegir de entre vosotras a la beata Faustina, Cristo confió a vuestra congregación la custodia de este lugar y, al mismo tiempo, os ha llamado a un apostolado particular: el de su Misericordia. Os pido: cumplid ese encargo. El hombre de hoy tiene necesidad de vuestro anuncio de la misericordia; tiene necesidad de vuestras obras de misericordia y tiene necesidad de vuestra oración para alcanzar misericordia. No descuidéis ninguna de estas dimensiones del apostolado. Hacedlo en unión con el arzobispo de Cracovia, quien tanto valora la devoción a la divina Misericordia, y con toda la comunidad de la Iglesia, que él preside. Que esta obra común dé frutos. Que la divina Misericordia transforme el corazón de los hombres. Que este santuario, conocido ya en muchas partes del mundo, se convierta en centro de un culto de la divina Misericordia que se irradie por toda la Iglesia. Una vez más, os pido que oréis por las intenciones de la Iglesia y que me sostengáis en mi ministerio petrino. Sé que oráis continuamente por esa intención. Os lo agradezco de todo corazón. Todos lo necesitamos mucho: tertio millennio adveniente. De corazón os bendigo a los presentes y a todos los devotos de la divina Misericordia.

© Copyright 1997 - Libreria Editrice Vaticana

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Enero de 2012 Queridas Pequeñas Almas de la Diáspora, En el transcurso de este mes de enero y como cada año, estaremos invitados a hacer subir hacia el Cielo una ferviente súplica por la unidad de la Iglesia en comunión con nuestros hermanos y hermanas de las demás confesiones cristianas. Las oraciones de la semana 2012 fueron preparadas por las Iglesias presentes en Polonia y escogieron como tema una frase tomada del pasaje de la primera epístola de Pablo a los Corintios (15, 51-58) : «Todos, seremos transformados… por la victoria de Nuestro Señor Jesucristo.» Podremos empezar leyendo nuevamente esa evocación del apóstol que ve en la Resurrección de Jesús un eje central capaz de hacernos superar lo que parece insuperable a nuestras fuerzas humanas. Al elevarnos encima de lo perecedero, tenemos acceso a un cielo sereno donde ya no quedan fronteras, ni rivalidades, ni divisiones. Llevar la preocupación por la unidad no es opción facultativa para los cristianos que somos. Es un deseo del Corazón de Jesús, expresado en su oración sacerdotal, durante la noche del Jueves Santo. El Papa Benedicto XVI lo recordaba en su homilía del año pasado, durante la celebración ecuménica de las vísperas en la Basílica de San Pablo Extra-Muros. Finalmente, trataremos de arraigar nuestros esfuerzos en favor de la unidad meditando una exhortación de Jesús en el Mensaje del Amor Misericordioso. No basta rezar por la unidad de los cristianos que se encuentran lejos. Es preciso que el Espíritu Santo encuentre en nosotros fermentos de unidad. Cada paso hacia la unidad implica una conversión. Y uno no puede pretender convertir a los demás si no se propone de convertirse a si mismo. ¡Abramos nuestros corazones a la dulzura y la humildad para que se conviertan en caminos de unidad al servicio del Espíritu Santo! padre Marcel +

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Todos, seremos transformados por la victoria de Jesucristo. 1 Co 15,51-58 Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: «La muerte ha sido devorada en la victoria». ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, La Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo! Así pues, hermanos míos amados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que vuestro trabajo no es vano en el Señor.

Cada uno está llamado a rendir su contribución. Benedicto XVI El compromiso a favor de la unidad de los cristianos no es sólo el deber de algunos, ni una actividad segundaria para la vida de la Iglesia. Cada uno está llamado a rendir su contribución para dar esos pasos que llevan hacia la comunión completa entre todos los

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discípulos de Cristo, sin olvidar nunca que es, ante todo, un don de Dios que tenemos que invocar constantemente. En efecto, la fortaleza que promueve la unidad y la misión proviene del encuentro fecundo y apasionado con el Resucitado, como sucedió para San Pablo en el camino a Damasco, y para los Once y los demás discípulos reunidos en Jerusalén. ¡Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, procure que se realice, lo más pronto posible, el deseo de su Hijo: "Que todos sean uno... para que el mundo crea " (Jn 17, 21). Amén! Fiesta de la conversión del apóstol Pablo Basílica San Pablo Extramuros Lunes 25 de enero 2010

Convertirse antes de convertir a los demás. Jesús a las Pequeñas Almas ¡Un Alma Pequeña debe ser Amor! Debe evitar juzgar, criticar... una defensa de la Fe sólo será válida si está basada sobre la humildad y la obediencia. La inteligencia que se coloca en el primer plano no es la que Yo prefiero; para mí, sólo cuenta la Inteligencia del Corazón. Mis apóstoles eran unos pequeños sin cultura. Instruidos por Mí, han realizado su misión mejor que hubieran podido hacerlo los más sabios .... Aquel que se da, a si mismo, la misión de defender la fe en peligro, no es necesariamente el centro del mundo :

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que se convierta antes de convertir a los demás, hasta que haya adquirido la mansedumbre necesaria y la certeza que Sólo Yo puedo salvar; que sea un elemento de unión y no de división, sino lo bueno que hay en él perderá su valor en cuanto al fin que persigue. Si se le pide un sacrificio, que lo acepte. En la paz, Yo seré, para todos, el medio de evitar todo lo que puede herir, sin favorecer a nadie; él deberá obedecer en la humildad y seguir con la obra de enderezamiento, ahí donde le será permitido hacerlo. Ante todo, quiero una comprensión – por ambas partes – basada únicamente sobre una defensa de la Fe, toda de dulzura y de amor. Mi mandamiento seguirá siendo siempre: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO OS AMO. Ahí donde habla el Corazón, no hay sitio para la razón. Lo que divide no viene de Mí .... Yo quiero el Amor, la Unidad entre los que Yo he elegido: ahí es donde reconozco a mis hijos. Tal es mi Voluntad. Los desvelos vienen de ambas partes; que lo comprendan sin hacer el juego al Enemigo 2 de febrero 1984

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Misterios luminosos

Primer misterio: El Bautismo de Jesús por Juan Bautista. J

Deseo que mi Alma Pequeña sienta dentro de si misma sus impotencias y mi Omnipotencia. Sí, consuela mi Misericordia, llámala sobre el mundo entero. Es la única petición de indulto que pueda Yo dar todavía a este mundo infame. (13 de enero 1994)

Segundo misterio: Las bodas de Caná. M Jesús está en mí. En cada instante, mi alma le abraza para consolarle. Le amo sin medida. Semejante amor no se puede medir. No puedo más repetir a Jesús mi deseo de fidelidad en todas las dificultades de mi pobre vida. No puedo más que implorar mi perdón por mis defectos y la esperanza en mis arrepentimientos. (13 de enero 1994) Tercer misterio: El anuncio del Reino, el llamado a la conversión. J

Grita tu amor, tu esperanza y tu aviso. Atrae a las almas con tu canto de amor. Pues es conmovedor ya que contiene el Amor. Su grito recorre el mundo: ¡Convertíos! Es hora de que las almas comprendan y acepten oírlo. ¡Canta tu alegría de ser amada! (08 de marzo 1994)

Cuarto misterio: La Transfiguración del Señor. J

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El Amor te coge y te lleva, no sabes adónde, en un lugar cerrado todavía, sembrado de flores, campo de amor donde me gusta pasear. Unos árboles viviendo la Vida de los pájaros del Paraíso, encanto de los ojos y de los oídos. Un día, levantaré Yo el velo y


contemplarás, arrebatada, la maravilla que tu Dios te reserva. (17 de mayo 1993) Quinto misterio: La institución de la Eucaristía. J

Si me quedo entre vosotros, es para apaciguar la Justicia inmanente lista para intervenir a causa de los ultrajes incalificables que Yo recibo en mi Sacramento de Amor: «Tomad y comed, esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros.» Es la Herencia que os he dejado y vosotros la malgastéis bajo mil pretextos. En muchas iglesias, los Sagrarios se vacían de la Sustancia que os hace vivir. (12 junio 1977)

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Febrero de 2012 Queridas Pequeñas Almas de la Diáspora, El 13 de mayo de 1992, el Beato Juan Pablo II instituyó la Jornada mundial de los enfermos, pidiendo que sea «rezada» el día en que honramos a Nuestra Señora de Lourdes. Este 11 de febrero de 2012, tendrá lugar pues la vigésima celebración de esa jornada. Es una oportunidad que nos parece privilegiada para poder profundizar lo que El Señor quiere decir a las Pequeñas Almas a través del misterio del sufrimiento que encontramos tan a menudo en nosotros mismos o en las personas cercanas. Empecemos «por lo alto» para no perder tiempo en consideraciones psicológicas: el sufrimiento fue asumido en lo alto por Cristo. Podremos releer algunos versículos de Isaías que serán meditados muchas veces durante la Cuaresma que empieza a finales del mes. Cristo ha sido «un varón de dolores». (Texto 1) El Santo Padre, Benedicto XVI nos invita a ver todas las plagas de la humanidad (y nuestros propios sufrimientos) a través de las heridas de Cristo. En Él, todo lo que parece negativo a los ojos del mundo se convierte en una fuente de vida, gracias al don del Espíritu Santo que nos asocia a Cristo «que no erradicó el mal pero lo venció de raíz.» (Texto 2) ¡No es fácil aceptar todo aquello con la mentalidad actual que moldea nuestros reflejos! Sin embargo, si queremos que Dios nos tome en serio, ¿no debemos tomar nosotros mismos en serio lo que él ha vivido por nosotros y lo que nos propone vivir con él? ¡Hay tantas maneras de reaccionar frente al sufrimiento! Leamos nuevamente lo que dice Jesús a Margarita al respecto. (Texto 3) ¡El Señor Jesús nos necesita tanto! ¡Llega hasta decir a la Pequeña Mensajera, el día 18 de enero de 1993, que ella le baja de la Cruz! A veces, Me bajas de la Cruz para asumirla Tú cierto tiempo en tu cuerpo y en tu alma, y así dejarme reposar "un poco".

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¡Locura del Amor que confiere tal poder a nuestro pequeño amor!

padre Marcel +

Con sus cardenales hemos sido curados. Is 53, 2…10 Delante de Dios, creció como un retoño, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia ni presencia y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y deshecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro; despreciable y no le tuvimos en cuenta. Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba, y nuestros dolores que soportaba. Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trajo la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. (…) Mas plugo a Yahweh quebrantarle con dolencias. Pero, si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahweh se cumplirá por su mano.

Mensajeros de una alegría que no teme el dolor. Benedicto XVI

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A todos ustedes que están enfermos y sufren, les digo que es precisamente a través de las heridas de Cristo que podemos, con los ojos de la esperanza, ver las plagas que afligen a la humanidad. Resucitando, el Señor no erradicó el sufrimiento ni el mal pero los venció de raíz. A la fuerza del Mal, él opuso su Amor todopoderoso. Y nos enseñó entonces que el camino hacia la paz y la alegría, es el Amor: que "como yo os he amado, así os améis los unos a los otros" (Jn 13,34). ¡Cristo, vencedor de la muerte, está vivo entre nosotros! Y mientras con Santo Tomás decimos nosotros también: "¡Señor mío y Dios mío!", sigamos a nuestro Maestro en la disponibilidad para dar nuestra vida por nuestros hermanos (véase 1 Jn 3,16), convirtiéndonos en mensajeros de una alegría que no teme el dolor, la alegría de la Resurrección. (Mensaje para la Jornada mundial de los enfermos en 2011)

Tanto amor hace falta para sufrir bien. Meditación sobre el sufrimiento. J

Está el sufrimiento de los corazones extraviados que se complacen en su "yo". Está el sufrimiento de los réprobos, sufrimiento terrible que no puede siquiera servir para borrar sus faltas. Está el sufrimiento expiatorio que conduce el alma a su término, purificándola. Está el sufrimiento de los discípulos de la cruz, sufrimiento deseado, aceptado con amor por los pecados del mundo. Sufrimiento noble que une el alma a su Creador de manera inefable. Está también el sufrimiento soportado, no deseado, sino aceptado; éste es el destino de la mayoría.

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Mantiene el alma en conformidad con la voluntad de su Dios. Comprender el valor del sufrimiento, es conocer su mérito y su utilidad. Tanto amor hace falta para sufrir bien. ¡Cuántos se apartan de su Dios a la hora del sufrimiento! ¡Pobre amor, el suyo! ¿Cómo pueden decir que me quieren? Consideran como anormal toda persona que encuentra su alegría en saber sufrir. Es una apreciación estúpida. Bueno es recordarles que yo soy el principio y el fin. Nadie escapa a su destino. Yo enseño el camino del cielo a todo hombre de buena voluntad. ¡Que no tema seguirme! La recompensa se halla al final. 30 de noviembre de 1966

Misterios luminosos

Primer misterio: El Bautismo de Jesús por Juan Bautista. J

Yo he dicho: "Daré mi ciencia a los pequeños y a los humildes‖. Te concedo contemplar las maravillas del cielo. Tu amor es más necesario, créelo, que unos excesos de actividad, que, a veces, no son de mi agrado, aunque la intención sea buena y laudable de por sí. No busques otra cosa que lo que quiero darte. Ámame, y yo te daré siempre más amor. (A 10)

Segundo misterio: Las bodas de Caná. J

Cuando parezco lejos, estoy cerca y enseño. Llenaré el vacío de tu Corazón. Ten confianza. Sé fiel. No hay que tener miedo. Hay que hacer pasar sus problemas personales al segundo plano, sacar

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provecho de todo, del bien y del mal; acordándose del uno y olvidando el otro. (30 de enero 1966) Tercer misterio: El anuncio del Reino, el llamado a la conversión. J

El dolor que me causa la enemistad de mis propios hijos es mayor que los dolores de mi Pasión. Ellos quieren convertir el mundo. Y jamás el mundo ha estado tan alejado de la conversión. ¿Y qué sacan? El caos completo. ¿Y el amor? ¡Ay! Sólo sirve para encubrir sus inaptitudes. Yo he dicho: ¡Ay de aquel por quien se produce el escándalo! (22 de abril 1968)

Cuarto misterio: La Transfiguración del Señor. J

Toda la gloria del mundo no vale la gloria que te procura un sólo suspiro hacia mí. La paz del Corazón se adquiere a costa de innumerables sacrificios. Lo que es santo, hija mía, tiene un valor trascendente para las almas. El porqué de las cosas es revelado a los que aman. (15 de junio 1968)

Quinto misterio: La institución de la Eucaristía. M ¡Voluntariamente, Te has hecho el Gran Prisionero del Amor en Tu Eucaristía! El trampolín que sostiene el Brazo de Dios a punto de abatirse sobre tus verdugos. ¿Si Tú no te hubieras quedado aquí abajo, que habría sido de nosotros? En Tu sacramento de Amor, Tú sigues siendo la Fuerza que contiene la Justicia de Tu Padre. ¡Jesús Mío! ¿Qué hemos hecho de Tí? ¿Y qué podemos esperar todavía?

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Marzo de 2012 Queridas Pequeñas Almas de la Diáspora, En su mensaje de la Cuaresma 2012, nos dice el Santo Padre: «Este año, deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico sacado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (He 10, 24). Empecé por releer el pasaje de esta Carta a los Hebreos que incluye esa frase. (Texto 1) Después, llamó mi atención el tercer párrafo, a falta de poder mencionar todo. (Texto 2) Sin embargo, me parece que, en una meditación personal, este mensaje merecería ser estudiado por completo, lápiz en mano. No olvidemos que esa palabra proviene de aquel que Jesús nos presenta como «su Representante». Difícilmente podemos tener mejor certeza de entender el Pensamiento mismo de la Sabiduría de Dios para nuestros tiempos. En respuesta a lo que dice el Papa respecto a la «vocación universal a la santidad» y a las exigencias de progreso cotidiano que eso implica, puede ser útil acordarnos de esa urgencia de reanimar «el ardiente deseo de amar más». Referente a esto, Jesús nos hace una pregunta provocativa para despertar nuestra eventual tibieza: «¿Queréis que os haga santos?» (Texto 3) ¡Que esta Cuaresma nos permita dar un paso decisivo hacia la santidad, dejando al Espíritu Santo todo espacio de libertad en el secreto de nuestros corazones para santificarnos un poco más cada día! padre Marcel +

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Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras. He 10,19-24 Teniendo, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario del cielo en virtud de la sangre de Jesús: por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir de su propia carne. Y con el Sumo Sacerdote por excelencia al frente de la casa de Dios. Acerquémonos pues a Dios con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras.

En la vida de la fe, quien no avanza retrocede. Benedicto XVI Esta expresión de la Carta a los Hebreos nos incita a considerar la llamada universal a la santidad, el constante caminar en la vida espiritual que permite aspirar a los más grandes carismas y a una caridad siempre más grande y fecunda. Las atenciones mutuas tienen por finalidad alentarnos los unos a los otros hacia un amor efectivo siempre más grande, «como la luz del alba cuyo destello crece hasta el pleno día», en espera de vivir el día sin fin en Dios. El tiempo que nos es otorgado durante nuestra vida es valioso para descubrir y cumplir las obras de bien, en el amor de Dios. De esta manera, la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la plena madurez de Cristo. En esa perspectiva dinámica de

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crecimiento se sitúa precisamente nuestra exhortación a estimularnos mutuamente a fin de alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras. Desgraciadamente, subsiste la tentación de la tibieza, de la asfixia del Espíritu, como del rechazo de «aprovechar los talentos» que nos son otorgados para nuestro bien y el de los demás (…) Los maestros espirituales nos recuerdan que en la vida de la fe, él que no avanza retrocede. Queridos hermanos y hermanas, acojamos la invitación siempre actual a tender al «más alto grado de la vida cristiana».

¿Queréis… que os haga santos? Pregunta de Jesús a las Pequeñas Almas. M

¡Jesús, quiero ser amor! Nada más cuenta a mis ojos.

J

Cuanto más amor me hayas dado en esta tierra, tanto más cerca de Mí estarás en la Eternidad. Hijos míos, derramaros en Mí ya desde esta tierra, y no solamente estaréis más cerca de Mí, sino todo en Mí hasta la inmersión total de mi Divinidad en vuestras almas. Tú, hijita mía, aprende de Mí el catecismo del Amor, que rige todo con sus derechos divinos. ¿Qué son tus imperfecciones sino un silencio que oculta el tesoro de tu Corazón, una fe viva y activa en su oscuridad, una fidelidad a toda prueba? Tú presencia constante, derecho otorgado a mi Sagrado Corazón para purificarte. Es verdad que, en tus imperfecciones, tienes que buscar en ti su remedio. ¿Qué es la fidelidad de presencia sino un ardiente deseo de amar más? Hijos míos, no deis a las cosas más importancia de la que tienen. Liberad vuestras almas de las preocupaciones que os

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estorban. ¿Queréis que Yo actúe, que Yo ame en vuestro lugar, y que os haga santos? Entonces, dejadme obrar en vosotros, en el secreto de vuestros corazones. Yo hablaré por vosotros. Seré para vosotros amor y firmeza, en el cumplimiento de las tareas que os incumben. Manteneos serenos. Mi alegría no os dejará, si os abandonáis en el Conocimiento Infuso que os daré en cada instante en que haga falta intervenir. Mi Corazón está tan triste a veces, al ver muchos de mis hijos como ovejas sin pastores. Estos no comprenden la desdicha que puede y, que va a descargar sobre ellos, ¡ay! (4 de noviembre de 1993)

Misterios dolorosos

Primer misterio: La agonía de Jesús en el Getsemaní. J

Un padre no puede olvidar a sus hijos, por ingratos que sean. Y su llamada resuena hondamente en los corazones que consienten en recibirle y en darle el testimonio de su ayuda con el don de su generosidad a Aquel que espera angustiosamente la vuelta de sus hijos pródigos. La tierra engulle las almas con voracidad. Le cuesta tanto al cielo salvarlas. Necesito la ayuda de mis almas pequeñas. (24 de julio de 1968)

Segundo misterio: Jesús sometido al suplicio de la flagelación. J

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No pienses más que en amar. Yo te quiero amor a Imagen Mía. Lo que dicen, lo que te hacen no tiene importancia, sólo me incumbe a Mí, pues solo Yo quiero ser lo Importante a tus ojos,


aquel a quien miran y de quien todo se espera. No suprimo las heridas, Yo las curo con el bálsamo del Amor. (18 de enero de 1978) Tercer misterio: Jesús recibe la corona de espinas. J

La humildad es la vasija que contiene todas las virtudes; eso no impide que se haga sentir cruelmente la mordedura del Orgullo y de sus similares incluso en un alma de buena voluntad. Si la vasija conteniendo la humildad tiene un fondo sólido: la fe, el orgullo y sus derivados no encontrarán sitio en ella. Será solamente superficial en el alma. (27 de enero de 1979)

Cuarto misterio: Jesús lleva su Cruz hasta el Calvario. J

¿Piensas que se adquiere la santidad durmiendo sobre el terciopelo? Todo lo que hace el valor del santo es su conformidad a mi voluntad. Es el amor con que recibe la cruz. Es su deseo de recibirla. (19 de abril de 1967)

Quinto misterio: Jesús es crucificado y muere en la Cruz. J

Para Mí, ha llegado la hora y me voy hacia mi Padre, pero seguiré siendo dolor en los miembros que he dejado sobre la tierra para continuar mi Redención a fin de reunir el Rebaño. Y si no viene en su totalidad, vendrá en su realidad, incluso limitada. (17 de abril de 1992 – Viernes Santo)

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MISIONERO DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR ¡Ave María! Respondiendo al año convocado por nuestros Pastores, dedicado a la Misión Juvenil, la Transfiguración del Señor se une a la Legión de las Pequeñas Almas para exhortar a la Santidad de los Jóvenes. -------------------------------------------------------------------------------Alocución del Diácono Ricardo Gómez H., el 6 de diciembre de 1993, día de la Jornada Nacional de la Legión. -------------------------------------------------------------------------------Uno de los frutos más grandes que hemos experimentado de la canonización de Sta. Teresa de los Andes, es el poner de relieve el tema de la Santidad. Desgraciadamente con anterioridad a este hecho, esta palabra parecía pasada de moda, una palabra anticuada, o a lo más, un privilegio para sacerdotes y religiosas. Ahora ha reaparecido con fuerza y atractivo como algo más real, más cercano y, posiblemente, es en este contexto que aparece el tema de la Santidad de los jóvenes; tema que lentamente se está haciendo presente entre ellos. Quisiera en estos pocos minutos intentar, con la ayuda del Señor y la Santísima Virgen, aportarles algunos puntos que servirán para que los jóvenes tomen conciencia de que todos estamos llamados a la Santidad. Este tema se puede enfocar de diferentes maneras. Las Pequeñas Almas, por ejemplo, tienen la posibilidad de llevar el Mensaje a los jóvenes. Trataré de darles unas ideas o pistas para que ustedes sean instrumentos de Dios para acercar el Amor Misericordioso a los jóvenes.

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Lo primero es saber cómo son los jóvenes de este tiempo, que son muy diferentes a los jóvenes de hace dos o tres décadas atrás. Ahora los jóvenes nos hablan de realidades y situaciones ante las cuales, los adultos muchas veces quedamos perplejos. Por eso es fundamental conocerlos para así poder comprenderlos. Una de las mejores formas de conocerlos es tomar lo que nos dijeron nuestros Obispos y nuestros Pastores de América Latina, convocados por el Santo Padre en la IV Conferencia de Santo Domingo, en el N° 112. En el documento dice lo siguiente: ―Muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la forma de empleo y del subempleo, de una educación que no responde a las exigencias de sus vidas, del narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la prostitución, del alcoholismo, de abusos sexuales. Muchos viven adormecidos por la propaganda de los medios de comunicación social y alienados por imposiciones culturales y por el pragmatismo inmediatista que ha generado nuevos problemas en la maduración afectiva de los adolescentes y jóvenes. Por otra parte, constatamos que hay adolecentes que reaccionan al consumismo imperante y se sensibilizan con las debilidades de la gente y el dolor de los más pobres. Buscan insertarse en la sociedad rechazando la corrupción y generando espacios de participación. Cada vez son más los que se congregan en grupos, movimientos y comunidades eclesiales, para orar y realizar distintos servicios de acción misionera y apostólica. Los adolecentes y los jóvenes están cargados de interrogantes vitales y presentan el desafío de tener un proyecto de vida personal y comunitaria que dé sentido a su vida y así lograr la realización de sus capacidades, manifestando el desafío de ser acompañados en sus caminos de crecimiento en su fe y trabajo eclesial”.

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A partir de este texto, reflexionaremos en tres puntos para que los jóvenes se motiven a ser santos. En primer lugar las pastorales hablan de vivir la fe en comunidades. Los jóvenes son particularmente sensibles a participar en grupos, les gusta salir, estar con amigos. Uno de sus valores es ser comunitarios, más comunitarios que en otros tiempos. Tratemos de lograr que los jóvenes que se juntan para realizar cosas muy humanas a favor de la comunidad, puedan formar comunidades de fe y preguntémonos qué podemos hacer para lograr dicho objetivo. La Legión de las Pequeñas Almas está constantemente esforzándose para formar nuevos Islotes de Santidad y, a partir de este Encuentro Nacional, se esforzarán más aún para formar Islotes de Santidad juveniles. Sin duda que los jóvenes se interesarán por descubrir la riqueza del Evangelio y del Mensaje y tratarán de vivirla en comunidad. En segundo lugar, nuestros Obispos de América Latina nos decían que los jóvenes y adolecentes están cargados de interrogantes vitales. De ahí la urgencia de comunicarles la Buena Nueva de Jesucristo, el Único capaz de responder las interrogantes más profundas del ser humano. Comunicar a Jesús a los jóvenes es una tarea que ninguno de nosotros puede postergar o eludir. Es una tarea urgente, tan urgente que si nosotros no la asumimos, vendrán otras personas; vendrán lobos rapaces vestidos con piel de oveja que les van a presentar otros proyectos de vida, que están muy alejados del Evangelio. Si miramos a nuestro alrededor, descubriremos que muchos de ellos han sido conquistados por otros valores. El joven está hambriento por modelos de vida; si no le presentamos a Jesucristo, se van a entusiasmar con cualquier otra persona. Observemos cómo reaccionan los jóvenes ante los ídolos de la

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canción. ¿Por qué actúan así? Sencillamente porque están hambrientos de modelos de vida. Si nosotros seguimos dormidos, si no le anunciamos al Señor, ellos van a seguir adorando falsos ídolos y ese es un pecado de omisión del cual todos tendremos que dar cuenta. Todos aquí reunidos hemos sido llamados por el Señor y el Señor nos encomienda esta gran tarea: darle a conocer y hacerle amar entre los jóvenes. En tercer lugar, junto con el anunciar, nuestros Obispos nos dicen lo siguiente: “presenten a los jóvenes el desafío de tener un proyecto de vida social y comunitario que dé sentido a sus vidas y así logren la realización de sus capacidades”. Los jóvenes de 16 a 17 años están armando su proyecto de vida, están buscando su ideal. Para ello tratan de lograr su independencia. Por eso si coartamos su libertad se ponen rebeldes y no los entendemos. El joven exige ese espacio de libertad para construir su proyecto de vida. Es en la construcción de este proyecto de vida donde Jesús debe estar presente y, más todavía, estar presente la idea de Santidad; porque, como lo dijo el Concilio Vaticano II, los jóvenes manifiestan el desafío de ser acompañados en sus caminos de crecimiento en la fe. Es muy importante, no basta con anunciarles al Señor, sino que hay que acompañarlos, hay que acogerlos con cariño. Muchas veces son irrespetuosos, se saltan las reglas, pero tenemos que hacer el esfuerzo de tener paciencia y mucho amor para acogerlos. El joven está hambriento también de cariño. Se creen personas grandes, pero son sólo niños que hacen el doble juego. Nosotros que somos miembros de la Iglesia, debemos, entonces, acogerlos con mucho cariño.

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Sintetizando, si queremos que los jóvenes sean santos, debemos, en primer lugar, anunciarles a Jesús. Jesús tiene un magnetismo especial que atrae poderosamente a los jóvenes cuando lo trasmitimos con fidelidad. Cada uno de nosotros deberíamos ser como un puente para que los jóvenes tengan un encuentro personal con Jesucristo. A este efecto, uno de los medios más eficaces son los retiros espirituales juveniles. La experiencia que tenemos de los retiros juveniles en la Ermita, nos muestra cómo le cambia la vida cuando el joven se encuentra con Jesús personalmente; pero tenemos que saber presentar al Señor para que el joven descubra su atractivo, su magnetismo. En segundo lugar debemos cuidar nuestro testimonio. Los jóvenes son críticos; si no somos coherentes, ellos nos cuestionan. Debemos pedir al Señor el don de la coherencia; que lo que decimos, pensamos y hacemos sean una misma cosa. Lo peor, lo más perjudicial y lo que hace que los jóvenes se alejen de la Iglesia, es la falta de testimonio, la incoherencia de vida y ustedes como padres, madres, abuelitas, tienen que cuidar mucho el testimonio que dan a sus hijos y nietos. En tercer lugar, debemos esforzarnos por formar Islotes de Santidad juveniles. Por ese espíritu comunitario que les caracteriza, ellos están dispuestos a vivir su fe junto a otros jóvenes. Lamentablemente, faltan en la Iglesia comunidades de jóvenes. Démosles esta oportunidad esforzándonos para formar Islotes de Santidad juveniles. Y, finalmente, debemos darles una orientación adecuada. Hoy día, los jóvenes están muy desorientados. Muchos de ellos al no tener claro su proyecto de vida, entran a la Universidad a estudiar cualquier carrera, y fracasan al 1er año. Por eso es importante orientarlos, apoyarlos, acogerlos, nunca cerrarles las puertas. Hay muchos lobos rapaces vestidos de piel de cordero que son las sectas que tienen un gran atractivo para los jóvenes. ¿por qué?.

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Porque muchas veces nosotros les hemos cerrado las puertas de la Iglesia. No actuemos por prejuicio. Hagamos el esfuerzo de salir de nosotros mismos. Para alcanzar la santidad hay que morir a uno mismo; debemos desprendernos de nuestros prejuicios, de nuestros esquemas que, a veces, son muy rígidos y en lugar de atraer a los jóvenes, los alejan más. Ello no quiere decir que no actuemos con firmeza cuando sea necesario. Ser bueno no significa ser bonachón; como el joven se está recién formando necesita también una mano un poquito fuerte a veces. Como comencé este tema invocando a Santa Teresita de los Andes, quisiera terminarlo leyendo un breve escrito de una Carmelita, a raíz de la canonización de Teresita: “Hay que invocarla mucho, ella es un modelo de santidad de vida. El por qué Dios la escogió privilegiadamente y la ensalzó ante nosotros lo expresa en forma simplísima la oración compuesta por Mons. Alvear: Tú escogiste a Teresa de los Andes para manifestar a los hombres la alegría de conocerte y amarte, ahí está todo, una delicadísima misión, una bellísima tarea confiada por Dios a una niña. Cuando Dios quiere revelar algo grande, escoge un pequeño instrumento y en Teresa quiso revelar nada menos que la felicidad, la alegría inmensa que es conocerlo a Él, y amarlo”. Que misericordia del Padre salir al paso de los hombres que buscan la felicidad allí donde no está y mostrarles la verdadera alegría, la de conocerlo y amarlo. Preocupémonos de sembrar un deseo de

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santidad en los corazones de los jóvenes y el Señor nos bendecirá el día de mañana con nuevas santas Teresa.

A Jesús sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Ricardo Gómez M.T.S Director Espiritual de las Pequeñas Almas de Chile (ordenado sacerdote el 8 de enero de 1994)

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Carta Invitación Retiro en Córdoba, Argentina Julio 14 y 15 de 2012 Queridas Pequeñas Almas ¡Paz – Alegría - Amor! En la Paz y Alegría de Jesús Resucitado les saludo y las invitamos al Encuentro Anual de las Pequeñas Almas de la República de Argentina a realizarse en Córdoba los días Sábado 14 y Domingo 15 de Julio. Llegaremos el día viernes 13, las Pequeñas Almas que viajen en auto y las Pequeñas Almas que van por Bus tendrán que salir 1 día antes al jueves 12. Estaremos en retiro con las Pequeñas Almas de Corrientes – Córdoba y otras Provincias de Argentina, en un encuentro espiritual que nos unirá mucho como Legión. El retiro termina el día 15 con la Santa Misa de clausura, para luego almorzar y salir al ―Santuario de Nuestra Señora de Lourdes a 32 Km de la ciudad de Córdoba donde estaremos presenciando la visita de la Santísima Virgen. Si les interesa llamar al: Centro de las Pequeñas Almas al teléfono 2042381 o los correos electrónicos legionpa_chile@hotmail.com y legionpachile@gmail.com p.a. Sra. Mónica Venegas al teléfono 2203472 Unidos en los corazones de Jesús y María p.a. Mónica Venegas Secretariado Latinoamericano

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P.D. Los costos de alojamiento con comidas de $120 dólares americano = $72.000 mil pesos chilenos Posibilidad de ir en Bus tiene unos riesgos, por ser una época de pleno invierno en que el paso de la Cordillera podría estar cerrado o cerrarse durante la estadía en Argentina con todas las complicaciones que esto significa. Los pasajes aéreos deberán ser comprados por cada Pequeña Alma y les ofrecemos asesoría del Centro para ver las posibilidades mas económicas tanto por internet como por la línea aérea directamente

SAN ALFONSO...CONVENTO REDENTORISTA

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Actividades del Centro Nacional en Santiago de Chile “Parroquia La Anunciación” Retiros Mensuales Se reitera la invitación a todas las Pequeñas Almas y simpatizantes a los retiros mensuales a efectuarse los segundos miércoles de cada mes de 9:30 a 16:00 Hrs de Chile. Islotes de Santidad día Miércoles a las 10:00 hrs. Exposición del Santísimo Sacramento. Los días miércoles a las 11:00 Hrs. Misa diaria a las 12:00 hrs. Horario de Oficina de Lunes a Viernes de 15 a 18 hrs. y los segundos Miércoles del mes desde las 9:30 a las 16:00 hrs. y los otros Miércoles desde 11:00 hrs. Lunes – Martes – Miércoles – Jueves – Viernes. Islotes de Santidad en diferentes zonas del área Metropolitana. Misas de la Legión, difuntos, intenciones y coronas de caridad. Suscripción a la Revista Trimestral Ofrecemos la suscripción a la Revista Trimestral por 12 meses. Su valor $2.500 pesos chilenos ó us$4.88 dólares americano, más flete según lugar a pagar. Sede Nacional al

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Teléfono 2042381 Email:legionpachile@gmail.com


CENTRO DE INFORMACION MENSAJE DEL AMOR MISERICORDIOSO A LAS PEQUEÑAS ALMAS - MENSAJE TOMO I (1965 - 1975) - MENSAJE TOMO II (1977 - 1979) - MENSAJE TOMO III (1980 - 1987) - MENSAJE TOMO IV (1988 - 1995)

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SERIE MARGARITAS 2.- “La Teología del Mensaje” (Ph.Vecoustre) 5.- “Los Pensamientos del Corazón de Jesús” Parte I (P.R. Jaouen) 6.- “Los Pensamientos del Corazón de Jesús” Parte II (P.R. Jaouen) 7.- “El Rosario de las Pequeñas Almas” 8.- “El librito de la Pequeña Alma” 9.- “Cartas – Circulares y Alocuciones de Margarita” 12.- “Cartas de Margarita a los responsables y Las Pequeñas Almas del mundo” 13.- “Al servicio del Evangelio el mensaje del Amor Misericordioso” 14.- “La Legión de las Pequeñas Almas y los Niños”

REVISTA TRIMESTRAL Revista Trimestral (Ultima Edición)

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