Ante ti se arrodilla mi silencio

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Ante ti se arrodilla mi silencio seguido de Las profundidades del mar

Jacob Steinberg


Ante ti se arrodilla mi silencio Colección Fuera de Serie Primera edición, junio 2013 (CC) 2011-3, Jacob Steinberg (CC) 2013, Kodama Cartonera Tijuana, B.C., México http://kodamacartonera.tumblr.com http://www.facebook.com/kodama.cartonera Twitter: @KodamaCartonera Diseño de la colección: Néstor Robles Edición: Mexa y Marina Alessio Imagen de la tapa: Walter Mackey Imagen en la página 32: Cameron Guthrie Foto del autor: Alexander Gregory Diseño de cubiertas y logo de la colección: Talia Pérez Logo Kodama: Careli Rojo, a partir de un personaje de Mononoke Hime creado por Hayao Miyazaki (Studio Ghibli, 1999). Los kodama son espíritus del bosque en la mitología japonesa. Su nombre puede significar eco , espíritu de árbol , bola pequeña o pequeño espíritu . En la película de Miyazaki, los kodama sólo se manifiestan cuando el bosque es puro y, al ser contaminado por el hombre, mueren y caen de los árboles como hojas fantasmas. Esta obra está protegida bajo una licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivadas 3.0 Unported. Algunos derechos reservados. Hecho e impreso en Tijuana / Made in Tijuana


ÍNDICE PRÓLOGO de Mario Bellatin 3

ANTE TI SE ARRODILLA MI SILENCIO Afasia 13 Movimiento browniano 15 Dead As A Dodo 17 a s f i x i a d o 19 Quizás nunca estuviste en la pieza 23 bang bang 27 Cerca del corazón salvaje 29 ___+_____ (Web profunda) 33 Toda mina adora a un fascista 36 Estoy agarrando esta piedra 39 Lamentaciones 41

LAS PROFUNDIDADES DEL MAR Primera parte 51 (traducción en conjunto con Luna Miguel) Segunda parte 52


PRÓLOGO MARIO BELLATIN

Antes de conocerlo en persona ya sabía de la existencia de Jake Steinberg. La primera vez que me lo mencionaron me hallaba caminando con una académica a través de Washington Square Park, aquel parque neoyorkino que me recuerda tanto a Henry James como a Manuel Puig y su magnífica Maldición eterna a quien lea estas páginas. La académica me habló acerca de un estudiante que acostumbraba expresarle –aparte de sus dudas de orden académico– algunas de sus penas de amor. En la soledad en la que a veces se encontraba la sala de profesores de la Universidad de Nueva York, la maestra y el alumno se desviaban de los temas académicos y compartían preguntas y dudas sobre lo que podría ser el amor y las relaciones románticas que se podrían establecer con los demás. Mientras continuábamos caminando advertí que no era del todo cierto lo que pensé en un momento: la escena de un estudiante frente a una maestra que es capaz de inspirarle la suficiente confianza como para compartir ciertas confidencias. Por ciertos detalles de lo que me iba expresando, advertí que no solamente aquel estudiante se encontraba desorientado frente a aquellos asuntos, sino que la propia maestra estaba atrapada en dudas similares. Me mostraba en esa conversación, que comen-

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zamos en la zona donde se suelen apostar a descansar los estudiantes de la universidad –Washington Square es el verdadero campus– hasta la esquina donde los ancianos juegan ajedrez desde tiempos que ya nadie recuerda. “¿Tienes quién te escuche?”, me atreví a decirle. Alguien con quien discutir asuntos para los cuales la sociedad contemporánea ha restringido ciertos espacios, con reglas sumamente rígidas además: el gabinete de un psicoanalista o la infinidad de grupos de autoayuda y de protección mutua que se suelen formar frente a una anormalidad social específica. Pero la académica y el estudiante habían logrado instaurar un no-espacio –por llamarlo de alguna manera– donde discutir, y por lo menos de alguna manera resolver una serie de interrogantes. Casi todos los temas que se discutían en aquella sala de maestros cuando se encontraba vacía eran, como lo señalé, asuntos sentimentales. La maestra estaba casada con un hombre que gustaba de otros hombres, con quien tenía una hija que criaban juntos. El estudiante en esa época no parecía entender, entre otros asuntos, por qué era imposible plantear y llevar a cabo, por ejemplo, el término “para siempre”, “tú y nadie más”, al momento de entablar una relación de orden sentimental. La académica me describía cómo el estudiante llegaba a desesperarse porque – afirmaba– según la lógica racional con la que había estado acostumbrado a llevar su vida esta imposibilidad estaba precisamente imposibilitada de demostrar lo que aseveraba. El

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estudiante experimentaba en la realidad algo que no podía adecuar a determinado tipo de pensamiento. La catedrática me dijo además durante ese paseo que no fuera a creer que aquel estudiante se trataba de alguien que tomara la vida sólo como si fuera un científico. No, me dijo, además es alguien místico. Es una persona que respeta los ritos de su religión y que incluso, de cuando en cuando, realiza viajes con fines espirituales a las tierras de origen de su tradición religiosa. “Es incapaz de hallar la clave con las herramientas que cuenta”, recuerdo que me dijo cuando estábamos a punto de llegar a la esquina occidental, aquella misma que el anciano personaje del libro de Manuel Puig elegía para comenzar a interrogar sobre su vida cotidiana al joven estudiante que para ganar algo de dinero en sus horas libres se dedicaba a empujar su silla de ruedas. En ese momento le pregunté a la maestra sobre los asuntos que ella discutía con el estudiante. De qué manera se beneficiaba del intercambio entre ambos. Recuerdo que me miró fijamente. Creí percibir algo de nostalgia cuando me confesó que a pesar de la diferencia de edad y de experiencia ella sobrellevaba las mismas dudas. Pero que su caso era peor que el del estudiante, porque sentía que sus dudas provenían de un pasado que ya no había sido, y las del estudiante se dirigían hacia algo que quizá pudiera salvarlo. Parece que la académica con quien habíamos acordado pasar buena parte de la mañana no había pensado que nuestra conversación llegara hasta semejante punto. Sin urdir ninguna

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excusa dijo que debía resolver ciertos asuntos y debía irse. Casi al instante quedé sólo en aquella plaza. Washington Square. Con su redil acotado destinado a que los perros jueguen entre ellos. La zona de los dealers. El espacio destinado por la costumbre a los artistas callejeros. El sol era radiante. Me senté en un banco y me dediqué a pensar en el joven estudiante que me había descrito la académica. ¿Su búsqueda tendría salida?, me pregunté. ¿La académica no habría sido en su momento igualmente una joven plagada de preguntas sin respuestas? Tuve deseos de conocer al joven estudiante. Pero por la actitud de la académica supe que no me lo iba a presentar. Al menos no durante ese viaje, que yo había realizado con la intención de dar un pequeño curso en la universidad. En medio de nuestra conversación, la académica me había hablado de las supuestas contradicciones del estudiante. De su apego a las costumbres de su estirpe religiosa. De su necesidad de respuestas, que ya las conocemos. De sus intereses en la llamada alta literatura, pero al mismo tiempo la búsqueda de extraños placeres como la de pasar la noche junto a un amigo inglés con la única intención de que le leyese al oído párrafos enteros de Harry Potter pronunciados con el marcado acento british del acompañante nocturno. A pesar de no haberlo visto en esa ocasión, aquel personaje tomó una corporeidad definida en mi imaginación. Podía ser que fuera una suerte de contagio de la impresión que estaba seguro le causaba a la académica la relación que mantenían. No sé por qué razón no

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deseaba que el estudiante siguiera el camino de la maestra. Tal como el estudiante buscaba –con las armas de la lógica– yo comencé a preguntarme que debía haber alguna forma de llevar más allá de lo cotidiano, lograr incluso un fin palpable, nítido, transmitible, que no hiciera de esas elucubraciones y búsquedas sólo un juego retórico o la constatación de un fracaso. En ese viaje ya no podía hacer más sino llevarme conmigo la figura de un fantasma. El saber de la existencia de un joven atormentado por la falta de respuesta a sus preguntas. Un joven en peligro de ser aniquilado por esos mismos cuestionamientos para finalmente terminar aplastado por una realidad mediocre. Traté de olvidar, sin embargo la imagen de aquel estudiante quedó como un fantasma constante. Todo apareció de nuevo en mi vida unos años más tarde, cuando de pronto aquel estudiante se comunicó de manera personal conmigo para informarme que iba a traducir uno de mis libros. Un texto que, de alguna manera, cuestiona la posibilidad de la existencia de una mística de nuestros tiempos. Y no sólo recibí aquella propuesta sino que en la misma comunicación fui informado de algo mucho más importante. Que aquel estudiante había devenido en poeta. Que de alguna manera estaba salvado. Que había hallado el sendero perfecto para hacer material lo inmaterial o viceversa. Ante ti se arrodilla mi silencio, que fue el primer libro de Jake Steinberg que leí, materializa de manera sumamente sutil las cuestiones que la académica me contó que atormentaban al estudiante durante sus

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reuniones cotidianas. Dentro de un marco absolutamente concreto, el autor de este libro perfila lo inasible presente en lo cotidiano. Siguiendo una línea fantástica de la literatura norteamericana, Steinberg se introduce en los mayores misterios a través de los elementos más cotidianos de la vida cotidiana. Hace posible que una llamada de teléfono, la visita a una sinagoga, la caída al suelo de un termómetro y el posterior derrame del mercurio, sean una alegoría de las inmensas preguntas celestes. Nunca antes como ahora, haciendo una suerte de amalgama entre la idea que yo tenía del autor y el hecho de haber vuelto poesía lo que la maestra vislumbraba sólo como preguntas, un texto muestra para mí –de manera simultánea además– su estar y no estar en el mundo. La primera reacción que tuve al enterarme de la presencia del libro, fue la de volver a recorrer Washington Square en compañía de la académica que huyó de mis preguntas, para caminar de nuevo con ella por aquel espacio y demostrarle que no necesariamente las historias son las mismas. Me hubiera gustado enterarme de cómo se desarrollarían ahora las sesiones entre ambos con un texto de esta naturaleza en medio del intercambio. Estoy seguro que quien saldría beneficiada de estas nuevas reuniones sería la académica, quien de alguna manera estaría obligada a aceptar que sólo algo ajeno y cercano como un libro de poemas es capaz de contener la respuesta acerca de la no posibilidad en la que sus sueños fueron vencidos por la fuerza de lo cotidiano. ¿Cómo será

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actualmente un paseo por Washington Square llevando el libro de Jake Steinberg en la mano? Intuyo lo que posiblemente podría suceder, sin embargo quisiera vivirlo en la realidad. Deseo escuchar de su voz la respuesta ante el descubrimiento de la poesía por parte de su interlocutor cuando la sala de maestros de la universidad quedaba vacía. Me miraría esa mujer a los ojos y me diría con una contundencia evidente: DEAD AS A DODO.

Junio 2013

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Ante ti se arrodilla mi silencio


‫ויעקב דיסבול גלותא יטול כלא‬

Jacob lo recibió todo por sufrir el exilio El Zóhar I:198a


AFASIA

A veces es más fácil estar enojado que sentirse triste. Siento que me estoy fugando hacia una oscuridad relativa. Siento que esto está bien. Salgo de mi casa y hay un diluvio. Tengo que nadar desde el auto hasta la puerta del súper sólo para agarrar una palta, por favor. Todas las personas que me cruzo en el estacionamiento me miran pero con decisión. ¿Por qué no les puedo hablar? Sus ojos son tan crueles y mis defensas, tan débiles. El lenguaje es duro. Problemas al formular palabras. Esto es afasia. Podría puede ser la última vez que te escribo. Volví a casa y corté la palta y saqué el carozo y se cayó al piso y lloré. El horno se precalentó a 220Ê, pero en realidad no cambió nada.

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Todo se quedó básicamente igual. ¿Qué estás haciendo ahora? Digo en este momento preciso. Afuera hay árboles y mapaches. Acá adentro sólo hay yo. Quizás debería fugarme. Si llego a otro país, donde me tengan que creer cuando les diga: Soy un zorro salvaje. Cavaré en el jardín y ladraré cuando piense en vos. Me esconderé. Y lo más importante de todo, nadie me molestará. Y yo nunca dije que nuestras promesas importaran mucho, pero vos sí dijiste que nunca me dejarías.

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MOVIMIENTO BROWNIANO

Vos y yo estamos en movimiento partículas acercándose y alejándose brownianamente. Instantes en los que saltás y entrás en mi visual Te caés y chocamos flotamos en el aire. ¿Dónde vamos a caer? ¿Algún día

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este amor va a ater riz a r?

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DEAD AS A DODO

Últimamente siento como si hubieras vertido un balde de agua sobre mi cabeza y estuviera dando vueltas como loco en un intento de secarme. Empiezo y paro esporádicamente mientras me mirás, confundido. En este caso dijo solemnemente el Dodo, mientras se ponía en pie , propongo que se abra un receso en la sesión y que pasemos a la adopción inmediata de remedios más radicales ¿Qué tipo de carrera loca es ésta?

No sos malévolo

… Sólo indiferente

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ASFIXIADO

Intenté hacer empanadas Debería acostumbrarme, supongo, & aprender a manejarme acá. //y salieron casi todas perfectas pero en la bandeja se quedaron pegadas y sus tripas chorreaban al plato// choclo y morrón y cebolla y amarillo y rojo y rojo y

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las Entrañas ahí tiradas, nomás demasiado calientes como para reparar heridas demasiado recientes para tocar. ¿Y acá qué aconteció entre nosotros?

Buscaba alojarme nomás Buscaba alojarme en tus palabras.

Il mio supplizio è quando non mi credo in armonia My torture is when I don t believe myself to be in harmony

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Estoy lejos. No hay un sinónimo suficiente por lo l e j o s que me he ido y ni siquiera me podés escuchar. Mas no ceso de gritar.

te voy a rondar en tus sueños más dulces y te voy a rondar en los pasillos del súper tal como vos me rondás. voy a estar ahí cuando hagas tu café de la mañana y voy a estar ahí cuando empieces a besar otros labios y voy a estar gritando voy a estar gritando voy a estar rondando y gritando y no haré otra cosa hasta que por fin me mires

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voy a estar tan blanco a s f i x i a d o y como una empanada mis tripas van a chorrear chorrearĂĄn chorrearĂŠ.

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QUIZÁS NUNCA ESTUVISTE EN LA PIEZA

Quisiera desdoblarme en varias geometrías emocionales. Desde un punto central dibujo formas. Desde un punto central, me vuelvo un triángulo. Entonces soy trapezoidal. Ahora soy hexagonal. Y de a poco me vuelvo fractal, extendiéndome en el espacio de lo desconocido. Quisiera volver a vos. Quisiera creer que alguno de estos planos se bifurca, y que en algún punto más adelante en una de sus ramas, puedo llegar de vuelta a tus sábanas. Hoy hablé con los árboles y hablé con Dios y dije: Wow, lo único que realmente quiero es poder besarte en los labios otra vez. Y como un deltoide, me desplomé

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Implosionando hacia dentro lentamente. Mi centro de gravedad está descentrado desde que te fuiste de mi lado. Y el mundo alrededor mío parece haber perdido poco a poco su orden. Fuera de órbita. Este juego es ridículo Y yo siempre te amé ¿Esto ya no cuenta para nada? Un astrólogo me dijo que a partir de la semana pasada Venus entraba en Géminis y se quedaría ahí 4 meses. Algo tipo mucha tentación y poca estabilidad. Quizás eso tenga la culpa de toda la situación. Astrología, bah. Me quedo sin armas con las que apuntarte. Me quedo sin opciones. Me rindo. Vos y tus ojos y mi cuerpo ingrávido en una pieza vacía un anteproyecto indefinido (No euclidiano) donde alzo una remera blanca hecha jirones

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Mis brazos están marcados por las correas del amor Pero te perdés la señal. Paf. Aquí el pelotón disparó, pero en retrospectiva, ya te habías ido. Quizás en realidad nunca estuviste en la pieza.

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BANG BANG

El discurso cotidiano no es suficiente para nombrar las emociones que despertaste en mí. Pixxeles que prefiero olvidar. Palabras borrosas que perdieron su sentido. Cuando me fui, juré que nunca iba a volvvver. Cuando creía que era demasiado dévil. Dialéctica dudosa. Dolor y el borde fino que comparte con el querer dispararte una bala mío. Paf. en la cavveza. Te aviso ahora: ahorrá las energías. Estate armado tal como lo estoy yo. Busco volvver de golpe el golpe. Y no fallo, el que falle

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tiene hembra el alma pero hembra no es mi alma ni la pistola con la que voy.

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CERCA DEL CORAZÓN SALVAJE [Derivar en lo inmóvil sin antes ni después, un ahora hialino sin contacto ni referencias, un estado en el que continente y contenido no se diferenciaban, un agua fluyendo en el agua, hasta que sin transición era el ímpetu, un violento rush proyectándola, sacándola sin que algo pudiera aprehender el cambio, solamente el rush vertiginoso en lo horizontal o vertical de un espacio estremecido en su velocidad. Alguna vez se salía de lo informe para acceder a una rigurosa fijeza igualmente separada de toda referencia y sin embargo tangible] vos & yo y nuestros cuerpos degollados en una pieza in grávida el ataque de mis sentidos y entonces la con/cl/fusión que viene después Soy el desperdicio del capitalismo. Exiliado de m|í|/ /M|I|S|M|O| por

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razón de mis propias acciones. una cinta de moebius de sentido [los mismos viejos versos que decíamos siempre plegándose en sí repetidamente] y ahora creés que podés volver de la muerte, tarado? (Y vos, ¿qué hubieras esperado? Nunca viste Beetlejuice, claro; o te habrías quedado del otro lado!) Incapaz de estar vivo por razón de una facultad disminuida [es decir, una falla mental]

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Soy el desperdicio de nuestras relaciones, semilla derramada insegura . . sobre donde me voy a caer. Todavía en Sus penso.

casi una tangibilidad sólo un cuerpo abandonado en los bosques y un corazón tirado sin defensas ¿Sabés disociar? Últimamente lo hago tan bien que ya casi no soy yo mismo.

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((((Sigo enm ara単 ado |

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p nh n tioV))))


___+_____ (WEB PROFUNDA) Y locamente me apodero de los desvanes de mí, mis desvaríos me asfixian de tanta belleza. Soy antes, soy casi, soy nunca. Y todo eso gané al dejar de amarte. Agua viva | Clarice Lispector

Hoy dejé caer un termómetro y el mercurio se derramó sobre el piso flotante. Y mientras lo limpiaba, me empecé a preguntar si su caída fue algo que me pasó sin querer o si de verdad mi inconsciencia quería que se cayera. (destruir la materialidad) Porque consistentemente soy incapaz de asumir la consciencia de que nuestros cuerpos son dos entidades distintas O la enfermedad somática despierta en mí al notar tu ausencia y tu figura invisible.

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¿Cómo desafiar mis límites corporales? ¿Cómo volver del saliente a un lugar que ya no reconozco? No soporto enunciar la palabra patria, 8000 kilómetros desplazado de mí mismo. Volver no es sino un rito pervertido. (Y Las estrellas salen valseando en azul y rojo) Un trozo tendido, Nunca me voy a olvidar de cómo me escondí de vos a un metro en la misma cama. La situación parece demasiado fuerte. Ahí acostado Parecés tan inocente respiración trabajosa, dormido y acurrucado, (si supieras todo el daño que has creado.) Cierro los ojos y el mundo muere;

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levanto los párpados y nace todo nuevamente. (Creo que te inventé en mi mente).

Dije: Creo que te inventé en mi mente.

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TODA MINA ADORA A UN FASCISTA No se puede escribir poesía después de Auschwitz Alguien pintó una esvástica en la vereda frente a mi casa. Ahora tengo que pisarla todos los días. Está enfrente de mi edificio En el único cruce De una gran avenida. El semáforo tarda entre 2 y 3 minutos en cambiar de color así que me quedo parado sobre brazos doblados y pienso: Mi piso se ha vuelto el anfitrión de las ansiedades de un invierno entero: la ropa de ayer y una copia de Rayuela, hecha pedazos, que todavía se niega a explicar Dónde has estado. Símbolos de opresión. Vacantes y vacíos He pasado tiempo en el colectivo

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escuchando hip hop del 2006 puesto en loop como las líneas en mi cabeza los restos de nuestro banquete pero a lo mejor toda la etiqueta se quedó en la calle porque para cuando llegaste a subir hasta aquí ya habías dejado nuestras Ceremonias a las que yo me seguía adhiriendo con fervor. El único modo en que mi abuela sabe emocionarse es realizando quejas. Pero heredé otros genes, me parece. Se supone que la sumisión corre en algún lugar remoto, profunda en mi sangre y tan escondida que algunas cosas en la vida simplemente no son justas y me das ganas de pegar mis dientes contra el asfalto. ¿Cuál es tu rumbo? ¿Cuándo empezaron las tácticas sucias? Una guerra se está perdiendo porque no me adapto

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a defensas adecuadas contra tus técnicas de guerrillas. Ahora marcharé mientras ponen esa estereotipada musiquita vieja de gramófono y me despido de todo lo que creía con un chau. Te quería, ¿sabés? Bueno, tal vez no sabías. Ni siquiera estoy seguro de que algún día lo vaya a saber yo.

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ESTOY AGARRANDO ESTA PIEDRA

Cuando fui a Israel visité los cementerios de muchas almas justas. Un hombre ortodoxo los llamó “lugares de descanso” en vez de “tumbas” lo cual me pareció hermoso. Hay una costumbre de dejar una piedra en el lugar de descanso de alguien que visitás, pero si la persona era completamente justa, entonces te llevás una piedra y la guardás, para que te dé fortaleza. Ahora es cuando siento que la estoy necesitando. Un guía espiritual que me pregunta: “¿Quién es la persona que quieres ser?” y luego “¿Qué tienes que sacrificar para ser esa persona?” Siento que sos una persona que amo mucho. Pero creo que ese tipo de amor es una emoción. El guía dice que las emociones no son parte del camino espiritual.

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Que el amor es, de hecho, una herramienta para motivarte a cambiar. Y si una relación depende de que sus constituyentes se “sientan” enamorados, seguramente va a fracasar. Me parece que estamos fracasando. A pesar de mis esfuerzos por quererte, no parecés dispuesto a cambiar. O quizás yo sea el que no está dispuesto. No sé. No soy un guía. Sólo sé que las cosas no nos están saliendo muy bien. Y la última vez que te fuiste Sé que dormí con una roca entre mis manos cada noche. Y ahora la saqué de vuelta para pedir fortaleza. Así no es cómo las cosas tienen que ser. No sé cómo deberían ser. Pero sé que es mejor que esto.

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LAMENTACIONES

Un fuego sordo me lame los dedos. Hoy: Roma está en ruinas. ¿Y dónde estoy yo? Aquí en el medio haciendo lo único que sé hacer: Poetizando Declarando Lamentando su caída mientras ardo en su ceniza Reposando aquí tranquilamente mientras me tiran palos. Ay Jerusalén: Eijá yashvá badad, ha ir rabati am ¡Cómo yace solitaria, la ciudad de tanta gente! Ciudad que no sabe hacer más que llorar amargamente, en la noche mientras la siguen chupeteando con bombas, antorchas y morteros mientras siguen disfrazándose tras sonrisas y caras de té

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al mediodía con la abuela

(Tres voces, dos audibles y otra castrada:) VOZ 1 VOZ 2

- ¿Ay cómo va? Te ves mal m’hijo - Sí, mi amor. Se nota que estás trabajando mucho estos días. VOZ 1 (en un murmullo a VOZ 2) - Un poco de sol le vendría bien VOZ 2 (responde:) - Uf y no sé cómo lo aguanta la familia… Dicen que hay un mal que afecta a este pibe. Dicen que el chico está muy mal de la cabeza. Qué tocado, desafecto, solipsista que soy. Qué viejas, putonas, chupapijas que son. Pero no se han equivocado del todo. Porque esta alma.. ¡no sé! ¿Qué doctor me escribirá una receta para curar esta indiferencia? Esta falta de reacción a las cosas que me pasan: Las compuertas se abren

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el agua me inunda y ahora qué? Qué? Qué mierda?! Noé, ¿dónde estás? ¿Se te olvidó informarme de la hora de salida? Escribo y escribo y escribo hasta que me canse y cuando no puedo más, entonces empiezo a enterrarme, alma todavía (no sé bien si) viva, en las cenizas de esta gran fortaleza podrida, hasta el cuello, pero sin ahogarme, me dejo así vivo, anti-avestruz, poetudo jodido. {{ Capaz de registrar todo lo que me pasa }} pero sin la menor idea de cómo manejarlo más allá de comentarlo describirlo vomitarlo hasta el oído de la puta madre de la sociedad ¿Me ven?

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Seguro, porque me siguen arrojando todo lo que encuentren posible de lanzar. Amor, me piden, dejá de escribir, hacé algo, pero algo, por favor … pero nada. No hago nada. No me animo. No entiendo esa lengua con la que me hablan. Hoy es el día en el que dejé de hablar inglés. La lengua natal castra, Alejandra. Hoy me enmudezco. Hoy no les contesto. Ay cómo han caído los grandes! Re eh hashem, ki tzar li; me ay jamarmaru. Mira oh Dios, que estoy angustiada; hierven mis /entrañas. Pasen adelante chicos. La mesa está puesta. Hoy comemos tripas de poeta. ¡Qué rico que estoy! Ki-rabot anejotai velibi davai Porque son muchos mis gemidos, y desfallece mi corazón. Un día del ochenta-y-pico, mis viejos cogieron

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y poco después salí yo al mundo llorando “¿y ahora qué?” Y nunca me contestaron nada. Dios no me contesta. Haya Hashem keoyev. Así que no me contestes más. Hoy renuncio a todo lo que te he dicho. Hoy renuncio a todo lo prometido. Hoy voy hasta la masmédula y escupo palabras de ternura e ira. SHUPÁMELA (te digo) por favor (te pido) El corazón sabe lo que el corazón quiere y a veces lo que el corazón quiere son petes muchos y aún más petes Hoy quiero que el mundo me petee

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que me la chupe así bien suave hasta que acabe palabrazas bellas y fuertes en su cara tragátelas saborealas que son las últimas que voy a enunciar. Hoy abandono, dejo, (te las picás) No puedo más. Kalu bademaot einai; jamarmaru me ay; nishpaj la aretz kevedi Mis ojos se consumen por las lágrimas; hierven mis entrañas; mi hiel se derrama por tierra Estas ruinas en las que nado no se han acumulado a nada. Nado en la nada y la visto de palabras, verbos y sustantivos que son muy lindos pero no curan ningún rasguño. Se ha abierto en mi torso un tajo profundo. Pero no me quejo, no lo busco cerrar.

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Hoy no doy más. Sangro palabras un chorro de letras que manchará tu garganta. Un rastro del suicidio más bucal que escucharás. Un rastro del beso que ahora nunca tendrás. Un rastro de esta alma arruinada en llamas que no sabe, no sabe, ni puede esperar más. CORO: Restáuranos a ti, oh Dios, y seremos restaurados; Renueva nuestros días como antaño A no ser que nos hayas desechado totalmente, y estés enojado en gran manera contra nosotros Hashivenu Hashem eleija, venashuva Jadesh yameinu, jadesh yameinu kekedem

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Las profundidades del mar


Te odio y por eso vamos a estar juntos para siempre, haceme una incisi贸n si vuelvo a pasar por alto todo esto, haceme una incisi贸n si me ablando, si me humedezco, si me dejo enamorar de vos otra vez

CONDENADA Ariana Reines


LAS PROFUNDIDADES DEL MAR traducción en conjunto con Luna Miguel Siempre supe que algún día te ibas a escapar Y rezaba a los cielos que otra vez pudiera verte Pero te fuiste corriendo a las profundidades del mar. Ojalá hubiese aceptado cuánto tu amor me iba a costar Antes de derrochar todo mi esfuerzo en poseerte. ¿Cómo podía imaginar que un día te ibas a escapar? ¡En qué oneroso llanto salieron mis palabras a resonar! De qué manera grité y como supliqué otra suerte; Pero aún estabas perdido en las profundidades del mar. Al mirar atrás, vi un camino minado de ansiedad Mas no aceptaba que nuestro fin era tan inminente; ¿Cómo lograr prepararme para cuando te ibas a escapar? Porque aquello que temía, hoy me vino a superar. Y a pesar de su fe, Job aún imploró a la muerte: Así que me hundí abatido en las profundidades del mar. Lo de menos fue la apatía, de los golpes que me pude llevar, Y de las cosas que no hiciste, la más dura: no envolverte. Debí haber estado esperando el día en que te ibas a escapar Pero fui yo el que se ahogó en las profundidades del mar.

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LAS PROFUNDIDADES DEL MAR, II

Tenías todo de mí; querías más.

Salí de mi casa a las 11.45 de la mañana. Descendí en el ascensor y le di una sonrisa al portero al salir de mi edificio a la calle. Recorrí la cuadra hasta llegar a la estación del subte, y bajé las escaleras. Observé el agua estancada en la vía, que formaba ondas al son de mi ipod, en anticipación del tren que venía. Imaginé mi cuerpo lanzando hacia delante, arrojado de la plataforma por alguna fuerza invisible, y me pregunté qué le diría a Dios, ahí, en ese instante. Me acordé de las líneas que había escrito la última vez que te fuiste. En mi mente, volví a otra época atrás, otra en la que también me había ido de mi casa. Pero entonces fue por un tiempo más largo. Las cosas que te escribí se repitieron ahora en mi cabeza…

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“Un día te fuiste y no me di cuenta…”

Las palabras se callaban mientras el tren entraba a la estación. [Estoy aquí abajo. Estoy aquí abajo y es más oscuro que cualquier superficie que he navegado antes. Estoy aquí abajo y estoy descubriendo recovecos oscuros del mar que ningún hombre ha descubierto. Estoy aquí abajo y la gravedad es fuerte y la presión de diez mil millones de toneladas de dudas pesa más que lo que mi corazón acongojado sabe soportar. Estoy aquí abajo y creía en nosotros. Creía en vos. Desde aquí abajo aún creía en vos y dejé tanto de mí mismo de lado para luchar por vos. Estoy aquí abajo y deconstruí todo lo que creía para crear un espacio para vos. Estoy aquí abajo y nunca se me ocurrió que llegaríamos a separarnos. Estoy aquí abajo y estoy abrumado y me pregunto y estoy aquí abajo y no puedo sino preguntarme si algún día volveré a la superficie

En este asiento intento reducirme Y contraerme para adentro hacia la simplicidad de la juventud.

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Sin embargo, mis sentimientos no se pueden contener y se expanden hacia fuera como un fractal, llegando a los demás pasajeros. El lenguaje ondea hacia afuera como las olas del océano. Como los pequeños círculos concéntricos que crecen sobre la faz del abismo mientras jadeo e intento volver a la superficie. [Estoy aquí abajo y estoy empezando a volverme otra criatura de aguas profundas. Estoy aquí abajo y hay formas de vida que ni reconoceríamos en la superficie. Y poco a poco me estoy transformando en otra de estas así llamadas formas de vida. Somos translúcidos y nuestros órganos cumplen funciones ajenas. Cuando pasás tanto tiempo bajo el agua, empezás a olvidar que en algún momento precisabas aire. Estoy aquí abajo y aunque estoy rodeado de estas criaturas, sigo estando solo. Poco a poco mi piel se ha vuelto elástica y transparente, y sacos desinflados color bermellón se pueden ver flotando dentro mío. Estoy aquí abajo y es el infierno, pero sigo convencido de que tal vez sólo sea el purgatorio. Estoy aquí abajo y rezo, las únicas líneas que recuerdo.

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Señor abre mis labios y publicará mi boca tu alabanza

Miro a los demás pasajeros y me pregunto por qué no intentan ayudarme. Veo que entienden que estoy sitiado de problemas, pero apenas miran mis labios que murmuran rezos con pena y ellos, también, confían en seres externos. Devotionem. Estoy aquí abajo y nadie se da cuenta porque todavía me ven sentado ahí a su lado. [Estoy aquí abajo y estoy lejos de vos y estoy gritando rezos en una lengua que no reconoces. Mi lengua está dividida en dos mientras llora al Dios de una fe que no es mía. Creía en el amor y creía en nosotros y me adherí con tanta certeza a estos valores durante cada centímetro del descenso y me embaucaste, sabés, de verdad me embaucaste para que creyera que vos también compartías esta fe

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que tenía. Me embaucaste para que creyera que nos hundiríamos juntos y ahora mi cuerpo se está deteriorando por la sal y la falta de oxígeno.

El tren va de estación a estación. Los rostros alrededor mío cambian, pero el sentimiento queda igual. Ya estoy demasiado lejos y me pierdo la parada. Hasta arremeter contra vos requiere tanto esfuerzo. Es difícil soltarnos de las tantas doctrinas a las que vamos aprendiendo subscribir. Lo único que puedo hacer es recordar las líneas que escribí la última vez que te fuiste. Siempre supe que algún día te ibas a escapar Pero fui yo el se ahogó en las profundidades del mar.

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oblicuidades

El texto en cursiva en “Dead As A Dodo” es un fragmento del Capítulo 3 de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. La estrofa italiana en “a s f i x i a d o” está sacado del poema “I Fiumi” de Giuseppe Ungaretti. “bang bang” está fuertemente basado en el poema “XIII” de César Vallejo, de su colección Trilce. Las partes en cursiva en “Cerda del corazón salvaje” son sacadas del cuento “Anillo de Moebius” de Julio Cortázar. Partes de “___+_____ (Web profunda)” están tomadas del poema “Canción de amor de la joven loca” de Sylvia Plath, apareciendo aquí tanto en cursiva como no. El epígrafe de “Toda mina adora a un fascista” es una cita de T. W. Adorno. Los versículos hebreos transliterados en “Lamentaciones” son del Libro bíblico de Lamentaciones; también contiene el texto completo de un poema inédito de Ryan Manning, originalmente posteado al sitio web Let People Poems en el 2011. “Las profundidades del mar” contiene un versículo no citado del Libro de Job. “Las profundidades del mar, ii” contiene letras de la canción de Madonna, “Love Spent”, una estrofa del poema propio del autor “Extranjero”, un verso breve del poema “In Which She Pays For Her Tardiness” de Ariana Reines y una línea de texto del rezo judío la Amidá.

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Jacob Steinberg es un zorro salvaje. Cava en http://magulladon.tumblr.com. @posnoventista

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Ante ti se arrodilla mi silencio, de Jacob Steinberg, se termin贸 de imprimir en junio de 2013 en Tijuana. Se utiliz贸 la familia tipogr谩fica Baskerville.




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