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IGLESIA DEL NAZARENO HISPANA EN USA-CANADA

WWW.NAZARENOSUSCAN.ORG

RECURSOS ESPIRITUALES DE SANTIDAD PARA PASTORES Y LAICOS

BRESEE Y NUESTRA IDENTIDAD NAZARENA Entrevista con Ron Benefiel / p. 14

BESEE Y EL MINISTERIO MULTICULURAL: UNA REFLEXIÓN HISPANA Juan Vázquez Pla / p. 18

EL METODISMO Y LA IDENTIDAD TEOLÓGICA DE LA IGLESIA DEL NAZARENO Stan Ingersol / p. 26

NÚMERO 1, 2014

EL PASADO DE LA IGLESIA DEL NAZARENO: SU HERENCIA E IDENTIDAD Wilfredo Canales / p. 44



Publicación Cibernética de la Iglesia del Nazareno Hispana Región USA/Canada

Gracia y Paz Número 1, 2014 www.nazarenosuscan.org

Bob Broadbooks Director de la Región USA/Canada

Roberto Hodgson Director de Ministerios Multiculturales y de Misiones Hispanas Región USA/Canada rchodgson@aol.com

Byron McLaughlin Director de la Revista Impresa y Cibernética en Inglés Grace & Peace Magazine gpeditor@nazarene.org José Pacheco Editor de Literatura Hispana, Misiones Hispanas USA/Canada Traductor de artículos de esta edición Jospacheco@aol.com

La presente publicación en el espacio cibernético ofrece recursos espirituales de santidad para pastores y laicos, tanto de la Iglesia del Nazareno en USA/Canada como en todo el mundo de habla hispana, así como a los fieles de otras iglesias y denominaciones. Además, se propone servir de enlace principalmente a los nazarenos hispanos de la Región USA/Canada, publicando noticias de iglesias, distritos y ministerios, así como promociones de eventos denominacionales y regionales.

Si desea contribuir con artículos y/o noticias le invitamos a visitar la página www.nazarenosuscan.org, biblioteca virtual, en donde podrá descargar el Manual de estilo de nuestras publicaciones.

Dirija toda correspondencia a: jospacheco@aol.com rchodgson@aol.com USA/Canada Regional Office Church of the Nazarene 17001 Prairie Star Parkway Lenexa, KS 66220 913-577-0500

CONTENIDO 4

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Bresee y sus Sólidas Raíces Bob Boradbooks

La Iglesia del Nazareno —Misión y Herencia Roberto Hodgson

El Pasado: Identidad y Misión Bryon Mclaughlin

Nuestro Mensaje y Misión William Greathouse

Un Mensaje al Pueblo Llamado “Nazareno” William Greathouse Bresee y Nuestra Identidad Nazarena Entrevista con Ron Benefiel

Besee y el Ministerio Multiculural: Una Reflexión Hispana Juan Vázquez Pla

La Identidad Nazarena Pasada y Presente Robert Doyle Smith

Cómo Somos los Nazarenos Iglesia del Nazareno Esperanza Viva

El Metodismo y la Identidad Teológica de la Iglesia del Nazareno Stan Ingersol

El Pasado de la Iglesia del Nazareno: Su Herencia e Identidad Wilfredo Canales

Siete Diapositivas Sobre la Identidad Nazarena Recursos en internet

La Identidad Eclelsial y Misionera de Congregaciones Nazarenas Hispanas en Chicago Brian Wilson ¡Aladanza y Adorashow!

Recursos en internet


Bresee y sus sólidas raíces La

primera vez que estuve bajo la sombra del árbol de baniano, en Fort Myers, Florida, quedé maravillado. Cerca de ahí edificaron sus residencias de verano los inventores Henry Ford y Tomás Alva Edison. Harvey Firestone compró un árbol de baniano en India y se lo regaló a Edison en 1925 —con la esperanza de que su savia produjera el hule natural, lo cual nunca ocurrió. Al presente es un enorme árbol de 120 m. (400 pies) de altura y de 43 m. cuadrados (1 acre) de diámetro. Si busca en Google “Fort Myers banyan tree panorama view”, encontrará un vídeo panorámico de 360 grados de ese baniano. Observará sus raíces aéreas. Esas raíces visibles actúan como brazos que le permiten al árbol extenderse exteriormente. Qué maravilla. Es extraordinario. Phineas Bresee, fundador de la Iglesia del Nazareno, fue un líder extraordinario. Era como un baniano masivo. Su influencia y eficacia dependían de sus raíces, nutridas en el wesleyanismo y cimentadas en la santidad. Para él, la santidad no era solo un tema intermitente de un sermón, una doctrina que se enseñaba ocasionalmente, una idea atractiva de la que se había convencido intelectualmente, o un simple eslogan que lo ubicaba en cierta rama de un árbol teológico. Para Bresee, la santidad era una entrega personal, transformadora de la vida, agonizante, que resultaba en una reorganización completa de su vida. Esa absoluta consagración infundió amor en él y orientó su ministerio hacia los pobres, a los que sufrían y a los marginados en su esfera de influencia. La santidad era la raíz misma de su vida y ministerio. Esas raíces de santidad sostenían cada rama de su obra. Su educación cristiana, política, predicación, oración, cuidado de los pobres, adoración, disci-

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Bresee nos enseña a enfocarnos en Jesús y en su amor al ser testigos de las necesidades del mundo que nos rodea.

Complacido por las perspectivas:

BOB BROADBOOKS Director de la Región USA-Canada

pulado, todo su ministerio se basaba, se nutría y dependía de sus raíces visibles de santidad siempre en expansión. Pastor, ¿cuál es la orientación principal de su vida? En estos desafiantes, frenéticos días de ministerio, es muy fácil caer en la ansiedad y el nerviosismo. Surgen las preguntas: ¿Acaso mi ministerio es eficaz? ¿Está marcando la diferencia? ¿Agrado a mis líderes y les gusta lo que hago? Más importante aún: ¿Le agrada al Señor mi servicio? Estoy orando para que este número de Gracia y paz, que se enfoca en Bresee y nuestra herencia nazarena, le ayude a dar un paso atrás, a respirar profundo e imaginar una nueva pero antigua forma de bendecir el reino de Cristo. Bresee nos enseña a enfocarnos en Jesús y en su amor perfecto al ser testigos de las necesidades del mundo que nos rodea. Creo que de esta manera cobrará usted fortaleza interior que apoyará naturalmente todas las ramas de su ministerio siempre en expansión.


L A I GLESIA DEL N AZARENO –MISIÓN Y HERENCIA D

esde sus años formativos la Iglesia del Nazareno ha mantenido la visión de alcanzar a su Jerusalén y hasta lo último de la tierra en su fidelidad al mandamiento de Jesucristo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).

“La Iglesia del Nazareno cuya organización sobre base nacional se llevó a cabo en Pilot Point, Texas, en 1908. Su feligresía en aquel entonces provenía de asociaciones de iglesias organizadas… [Estas], fueron el resultado de un avivamiento espiritual que durante la media centuria anterior se había estimulado entre muchas denominaciones sobre la doctrina y experiencia de la perfección cristiana o entera santificación” (La historia de los nazarenos, Timothy L. Smith, CNP, Pág.9).

El movimiento de iglesias que formaron la Iglesia del Nazareno se caracterizó por ser una iglesia misional que proclamaba el mensaje de santidad en Estados Unidos y alrededor del mundo. A finales del siglo XIX (1893), Maye McReynolds y su familia llegaron al área de Pasadena, California y se unieron a la Primera Iglesia del Nazareno de esa ciudad. Poco después, la hermana McReynolds fue ordenada al ministerio cristiano por el Dr. Bresee. En 1906, la primera misión mexicana había crecido notablemente; entonces fue organizada la Primera Iglesia del Nazareno Mexicana y el Dr. Bresee asignó a la Rda. McReynolds como su pastora (Nota: Estos datos fueron tomados del documento de los 75 años formativos del distrito Occidental Latinoamericano, escrito por el Rdo. Orlando Serrano, superintendente del distrito mencionado).

En su misión global, la iglesia ha establecido su presencia en más de 150 áreas del mundo, siendo fiel a la proclamación del evangelio de Jesucristo. “Como pue-

blo cristiano, de santidad, abrazamos la misión de Dios en el mundo. Mediante la gracia de Dios, en respuesta a Cristo e investidos de poder por el Espíritu Santo, nuestra misión cristiana nos llama a 1) la adoración, 2) al testimonio, 3) y al discipulado, a extender la misión de Dios en nuestro mundo” (Valores esenciales).

La Iglesia del Nazareno ha sido consistente en la proclamación de la doctrina bíblica de la santidad durante su primer siglo de su historia. Entrando en el segundo siglo, declara en sus valores esenciales: “Creemos que Dios, quien es santo, nos llama a una vida de santidad mediante Jesucristo. Creemos que la esencia de la santidad de Dios es amor. Y que el carácter de su amor es santo. Creemos que el amor es la marca distintiva relacional de la santidad”.

La familia nazarena es una iglesia inclusiva y compasiva. Desde sus primeros años, la Primera Iglesia del Nazareno de Los Ángeles ya tenia ministerios entre la comunidad china y su alcance a los mexicanos. Los primeros nazarenos formaron misiones de rescate o casas de misericordia. El propósito de estas misiones era “redimir a las mujeres caídas, levantándolas de la degradación y protegiéndolas con un ambiente santo y agradable” (Surge la Iglesia del Nazareno, M. E. Redford, CNP, Pág. 80).

La familia de la Iglesia del Nazareno tiene una rica herencia que nos une y nos identifica alrededor del mundo. Las características distintivas como un código genético son las siguientes: Las doctrinas bíblicas expresadas en los 16 artículos de fe, su constitución y gobierno en el Manual de la Iglesia del Nazareno, su historia en el movimiento de santidad bíblica, sus bases teológicas arminianas-wesleyanas, sus valores esenciales como pueblo cristiano, de santidad y misional. Y finalmente su declaración de misión: “Hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. —Roberto Hodgson, Director de Ministerios Multicultiurales

El Dr. Roberto Hodgson es Director de Ministerios Multiculturales y de Misiones Hispanas

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El Pasado, Identidad y Misión: La Necesidad de Redescubrir a Phineas F. Bresee

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or un incidente de lapsus de la memoria, el historiador eclesiástico David C. Steinmetz pronunció una reflexión muy profunda. Durante una fiesta se le había pedido que presentara a algunos invitados, pero en el momento le falló la memoria y no pudo recordar el nombre de una invitada. Experimentó pánico, confusión y bochorno, por lo que ya no pudo continuar. Para su desilusión, de inmediato la invitada procedió a presentarse a ella misma. Ganando su compostura Steinmetz comentó que cualquier iglesia que pierde su memoria y su identidad propia solo puede “divagar sin rumbo en el presente y en el futuro”.1 Conocer nuestro pasado es esencial para cumplir nuestra misión en el presente, afirmó. En el cumplimiento de nuestro ministerio como nazarenos en medio de cambios sociales, económicos y culturales, ¿qué tan sólida es nuestra identidad denominacional? ¿Qué tan claro entendemos nuestra misión y mensaje contra la creciente secularización, el pluralismo religioso, la diversidad étnica y cultural y la innovación tecnológica? ¿Qué adaptaciones necesitamos hacer para alcanzar a las generaciones milenial y posmoderna, así como a una comunidad global tan diversa? Dentro de nuestra denominación, ¿qué tan conscientes estamos de lo que debemos cambiar y lo que debe seguir igual ante los desafíos de nuestro futuro? ¿Qué tanto debemos alinearnos con la trayectoria de nuestro pasado? ¿Cómo nos ayuda el conocimiento de la historia nazarena a contestar estas preguntas? Nuestro pasado debe informar nuestro presente y futuro y muchas personas y perspectivas significativas podrían (y deberían) dirigir nuestros esfuerzos: pocas de ellas son tan notables como las del co-fundador nazareno Phineas F. Bresee. El historiador Carl O. Bangs, el biógrafo de Bresee más reciente y de mayor importancia, lo consideró no solo como figura central nazarena, sino como uno de los líderes evangélicos protestantes principales en la historia religiosa de Estados Unidos. En Bresee encontramos la poderosa convergencia del ministerio entre los pobres, el evangelismo urbano, la predicación fiel al testimonio del evangelio, así como una visión inclusiva de la iglesia impulsada por la dedicación a la vida cristiana profunda. La historia de Bresee es particularmente cautivadora cuando se considera que a la edad de 58 años, en plena madurez de sus facultades y líder

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En Bresee, encontramos la poderosa convergencia de ministerio entre los pobres, evangelismo urbano, predicación fiel al testimonio del evangelio y una visión inclusiva de la iglesia alimentada por una dedicación a la vida cristiana más profunda.

BRYON K. McLAUGHLIN es Editor Ejecutivo de Grace & Peace Magazine.

GPeditor@nazarene.org

significativo en el metodismo (logro no tan fácil de alcanzar), renunció a ese futuro eclesiástico seguro para abrazar toda una nueva iniciativa teológica En 1883, cuando Bresee dejó su ministerio en las praderas de Iowa y se mudó a Los Angeles, entró en un contexto social complejo totalmente diferente de lo que antes había experimentado. La inmigración y la diversidad cultural, la pobreza de barrios marginados y los problemas de la industrialización y la mano de obra ya eran fuertes dolores de cabeza, pero no le sorprendieron a Bresee. Poseía el don del optimismo por el que se enfrentó con entusiasmo a esos desafíos sociales. Optó por el cristianismo decididamente wesleyano, misional e inclusivo. Deseaba establecer “centros del fuego santo” en las áreas urbanas de Estados Unidos, con los cuales esperaba iniciar un avivamiento. Aun cuando a Bresee se le considera justamente defensor de los ministerios de compasión urbanos nazarenos, había albergado la convicción, después de un año crucial en 1894, mientras que ministraba en la Misión Peniel, de que los menesterosos no necesitaban una misión, sino una iglesia.2 Creía que los pobres y todas las clases sociales necesitaban reuniones que fueran auténticas iglesias de la comunidad caracterizadas por los sacramentos, el amor y la vida santa. Un discurso que pronunció sobre el oficio pastoral durante sus años en el metodismo expresó algo de las cualidades que según él necesitaba un ministro para llevar a cabo tal obra: “El pastor debe poseer un alma grande… tan grande como para aceptar de corazón a todas las personas… que esté en particular cerca de los pobres y los desposeídos… tendrá enemigos así como amigos y su corazón deberá ser tan grande como para amarlos a todos”.3 Bresee era un líder catalítico que valoraba a la gente y no se dejaba llevar por sus impulsos. Poseía la habilidad de unir a diversos grupos bajo una misión común. Su lema famoso, que no originó él mismo, decía mucho acerca de su carácter y liderazgo: “En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; y en todas las cosas, amor”. Que ese lema caracterice nuestra comunión actual mientras que laboramos unidos para cumplir nuestra misión evangélica.

1. David C. Steinmetz. Memory and Mission:Teological Reflections on the Christian Past [Nasville: Abingdon Press, 1988], 33-34. 2. El archivero e historiador de la denominación, Stan Ingersol, relacionó este punto [y el siguiente sobre “iglesias de la comunidad”] en una conversación de grupo sobre Bresee, diciembre 13, 2012. 3. Carl O. Bangs. Phineas Bresee: Pastor to the People, comp. Stan Ingersol [Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 2013], 29.


NUESTRO MENSAJE Y MISIÓN Por WILLIAM M. GREATHOUSE (1919-2011)

El Dr. Greathouse fue pastor, educador, rector de universidad, presidente del Nazarene Theological Seminary, y superintendente General de la Iglesia del Nazareno.

En esta edición presentamos dos artículos que nos dejó el Dr. Greathouse. Uno de ellos con este título,

que escribió a nombre de la Junta de Superintedentes Generales en la Asamblea General de 1985, y, el segundo, cuando se jubiló como Superintendente General de nuestra Iglesia cinco años después. Su voz profética cobra vigencia en particular por los temas de esta edición: Nuestra identidad y herencia...

C

uatro años antes de su muerte Juan Wesley, fundador de la Iglesia Metodista, escribió en la Revista Arminiana: “No temo que las personas llamadas metodistas jamás dejen de existir, ya sea en Europa o en América. Pero sí tengo miedo de que existan sólo como una secta muerta, teniendo una forma de religión sin poder. Y esto indudablemente es lo que pasará, a no ser que ellos se mantengan firmes en la doctrina, el espíritu y la disciplina con que primero comenzaron”.

Las sociedades metodistas de Wesley tenían escasamente 50 años de existencia cuando él hizo esa profética observación. Para entonces ya eran la fuerza espiritual más potente en la Gran Bretaña; con todo, Wesley sabía que los movimientos religiosos tendían, con el correr de los años, a caer en un formalismo estéril. Alguien ha dicho: “La única lección que aprendemos de la historia es que no aprendemos nada de ella”. Aunque es una advertencia saludable, quizá es también una declaración enérgica. Un movimiento espiritual puede tomar en cuenta las fuerzas en acción que pudieran diluir su mensaje y difundir su poder, y tomar medidas para oponerse a éstas. Nosotros los nazarenos haríamos bien en considerar con especial cuidado las palabras de Wes-

ley a los primeros metodistas. Recientemente celebramos nuestro septuagésimoquinto aniversario como denominación (celebramos nuestro centenario en 2008, en la First Church of the Nazarene, de Pasadena, California —nota del redactor). Sin embargo, los grupos que se unieron en Pilot Pont, Texas, el 13 de octubre de 1908, tenían ya años de haberse formado; como movimiento, la Iglesia del Nazareno tiene casi 100 años de existencia. Eso significa que tenemos el doble de la edad que las sociedades metodistas tenían cuando Wesley escribió su solemne advertencia. Démosle gracias a Dios por el grado de pureza doctrinal, poder espiritual y disciplina santa que aún caracteriza a nuestra iglesia. El impulso inicial que dio origen a nuestra denominación — propagar la santidad bíblica hasta los confines de la tierra-sigue siendo una influencia vital y poderosa. Y nuestra iglesia da prueba de ello al establecerse en cinco nuevos países del mundo el año pasado. Dondequiera que usted encuentre la Iglesia del Nazareno alrededor del mundo, oirá esencialmente el mismo mensaje, sentirá el mismo espíritu y experimentará la misma dedicación hacia la vida de santidad. Nuestros pastores y congregaciones, nuestros rectores y profesores de uni-

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versidades, colegios y seminarios, nuestros superintendentes generales y de distrito, todos comparten un mismo compromiso de proclamar el mensaje de la santidad bíblica. Sin embargo, debemos estar prevenidos contra la usurpación de alguna forma de santidad que carece de poder. Nuestra denominación no está inmune a las sutiles, pero poderosas fuerzas que tratan de quitarnos valor como movimiento de santidad. ¿Cuál es el secreto para conservar nuestro mensaje y nuestra misión? En las palabras de Wesley, es “mantenernos firmes en la doctrina, el espíritu y la disciplina con que (nosotros) primero comenzamos”.

1. Desde el principio nuestra doctrina distintiva ha sido la santidad de corazón y vida. Nuestros padres fundadores insistieron en que Jesús vino a salvarnos no sólo del infierno, sino del pecado, del pecado en práctica en el nuevo nacimiento; y del pecado en principio en la entera santificación. Ellos buscaron con vehemencia “el amor puro Dios que llena el corazón limpio… amor que los apóstoles y discípulos de Jesús recibieron en el aposento alto el día de Pentecostés... Nuestros predicadores deben definitivamente predicarlo y recomendar encarecidamente que todos los creyentes reciban” (Manual 1898 del doctor Bresee). Esta es la doctrina que debemos preservar. 8 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

2. El espíritu que dio origen a nuestra iglesia fue un espíritu de amor ferviente de Dios y del hombre, una compasión como la de Cristo que abarca a toda la persona. Fue el espíritu de libertad gozosa en el Espíritu Santo que experimentaron cuando adoraban, lo que resultó en cultos poderosos de evangelismo de santidad y lo que produjo un deseo de servicio a la humanidad cuando se dispersaron como miembros del cuerpo de Cristo en la tierra.

3. La disciplina con la que principiamos fue la de una vida santa. Ser santo era “crucificar la carne con sus pasiones y lujurias”, conservarse sin mancha en el mundo”. Aquellos primeros nazarenos osaron ser diferentes. Esa diferencia, que fluía de sus corazones llenos del amor puro de Dios, les dio valor y atractivo, de modo que el Señor añadía diariamente a su número a aquellos que iban siendo salvos.

No temo que el pueblo llamado nazareno jamás deje de existir, ya sea en las Américas o alrededor del mundo. Pero sí tengo miedo de que exista solo como una secta muerta, con una forma de religión sin poder. Y este indudablemente será el caso, a no ser que ellos se mantengan firmes en la doctrina, el espíritu y la disciplina con que comenzaron primero. —El Heraldo de Santidad, junio de 1985


UN

MENSAJE AL

PUEBLO

LLAMADO

“NAZARENO”

A

POR WILLIAM M. GREATHOUSE

raíz de mi jubilación como superintendente general de mi amada iglesia, me han pedido que escriba mis impresiones en estos días cruciales de mi vida y ministerio. Varias convicciones se han cristalizado en mi mente y corazón a través de los años, las cuales comparto con el lector a continuación. Pero antes quiero ex presarle mi gratitud a la iglesia. Me siento deudor a la iglesia, sobre todo, por haberme conducido a Cristo. Junto con San Agustín, confieso que “nunca hubiera conocido a Cristo si la iglesia no me lo hubiera presentado”. Aunque reconozco y agradezco la influencia bienhechora de la otra rama de la iglesia de Cristo en la que nací y fui bautizado, le doy gracias a Dios por la Iglesia del Nazareno, la cual me condujo a Cristo, el Libertador, cuando apenas era yo un jovencito. La iglesia de mi infancia me enseñó que continuaría yo pecando “en palabra, hecho y pensamiento” durante toda mi vida, pero encontré en un altar nazareno la verdad de la promesa del Salvador: “Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres” (Juan 8:36, La Biblia de las Américas).

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Al día siguiente de mi conversión, por la noche, di testimonio de que Cristo me había “santificado”. Y así fue en realidad —fui santificado inicial y externamente. En aquel encuentro salvador con Cristo, junto con Carlos Wesley expresé que había descubierto que “Él quebranta el poder del pecado, Él liberta a los presos”. Después aprendería que, sin menospreciar la gloria del nuevo nacimiento, éste es sólo la puerta de entrada a la entera santificación —la experiencia santificadora “por completo” prometida en 1 Tesalonicenses 5:23-24.

Después de oír la predicación del superintendente general J. G. Morrison sobre la importancia de ser un creyente “tipo Sermón del Monte”, comencé a buscar con diligencia la ver dadera santificación interior. Después de una 10 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

larga lucha, encontré “el reposo sagrado para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9, LBdlA) —el descanso de la fe, que me dio la plenitud del Espíritu Santo.

Además, soy deudor a la iglesia por haber sido un arca de salvación para mi familia. En la Iglesia del Nazareno encontré a Ruth, mi amada esposa de mi juventud, quien por más de 50 años ha seguido a Cristo junto conmigo y ha sido fiel compañera en el ministerio. La iglesia ha alimentado y educado espiritualmente a mis tres hijos -Rebecca, Mark y Beth— quienes, junto con sus respectivas familias, participan de mi devoción a Cristo y la fe de la iglesia. ¡Me siento muy afortunado! Finalmente, le doy gracias a la iglesia por haberme ordenado al ministerio y haberme encargado la predicación del evangelio. En diciembre de 1988, celebré 50 años de haberme iniciado en el


ministerio. Me sigue maravillando la confianza que la iglesia ha puesto en mí como predicador y maestro del evangelio. Abraham Lincoln dijo en cierta ocasión “Todo lo que soy y espero ser se lo debo a mi querida madre”. Parafraseando sus palabras, diría yo que todo lo de gran significado en mi vida se lo debo a la iglesia que me ha enseñado acerca de Cristo. Si Dios es mi Padre, ¡la iglesia ha sido mi madre!

Para mí, el mensaje de santidad que recibí a través de la Iglesia del Nazareno sigue siendo la esencia del evangelio -el amor de Dios puro que reina en el corazón y expulsa el pecado. Esta experiencia es a la vez el mandamiento de la ley y la promesa del evangelio. He dedicado toda mi vida a la proclamación y exposición de ese mensaje.

Mi Mayor Preocupación

El temor más profundo y que me abruma radica en que esta gloriosa verdad que le dio razón de ser a nuestra iglesia se convierta sólo en una contraseña o símbolo, una profesión vana sin la integridad del amor perfecto. Cuatro años antes de su muerte, Juan Wesley escribió en la revista The Arminian Magazine: “No temo tanto que el pueblo

llamado metodista deje de existir en Inglaterra o América, sino que sólo exista como secta muerta, con la forma de la religión, pero sin poder. E indudablemente ese será el caso, si no nos apegamos a la doctrina, el espíritu y la disciplina que nos caracterizó de recién organizados.

“Predicad la doctrina, inculcad la experiencia, urgid a su práctica, disciplinaos”, recomendó después Wesley. “Si solamente predicáis la doctrina, el pueblo se volverá antinomiano; si solamente predicáis la experiencia, se convertirá en fanático; si solamente predicáis la práctica, se convertirá en fariseo; y si predicáis todo ello y no os disciplináis, el metodismo será como un jardín muy cultivado pero sin cerca, expuesto a las bestias salvajes del bosque”. Estas palabras deben constituir una solemne advertencia para nosotros los nazarenos. Para preservar nuestra bendita herencia dada por Dios, debemos seguir predicando y enseñando la perfección cristiana como (1) una doctrina que se ha de creer, (2) una experiencia que se ha de recibir, (3) una vida que se ha de encarnar en la práctica, y (4) una disciplina a la que se debe uno someter.

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Cierto cínico dijo: “La única lección que aprendemos de la historia, es que no nos enseña nada”. En la Conferencia General de 1828, los obispos de la Iglesia Metodista Episcopal, al comentar el crecimiento extraordinario del metodismo en Estados Unidos, advirtieron que su éxito se convertiría en su fracaso mismo si no seguían predicando su mensaje de entera santificación. Cada año se unen a nuestras filas más

El temor más profundo y que me abruma radica en que

esta gloriosa verdad que le dio razón de ser a nuestra

Iglesia se convierta sólo en una contraseña o símbolo,

una profesión vana sin la integridad del amor perfecto.

de 50 mil nuevos nazarenos. Nuestro éxito en la evangelización de los perdidos se convertirá en nuestro fracaso, si no conservamos vital y fresca la verdad del amor perfecto en nuestras iglesias. No temo que el pueblo llamado nazareno deje de existir, ya sea en Estados Unidos o en lo último de la tierra. Mi temor es que sólo exista como secta muerta, con la forma de la religión, pero sin el poder. Indudablemente ese será nuestro destino si no nos apegamos a la doctrina, espíritu y disciplina que caracterizó a nuestros fundadores. 12 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

Otra Preocupación

Un segundo temor que me asalta radica en que la Iglesia del Nazareno caiga en el institucionalismo. En la edición del 2 de noviembre de 1988, de la revista The Christian Century, el Dr. Leonard I. Sweet escribió:

Ha habido momentos en la historia de mi denominación -la Iglesia Metodista Unidaen que sus miembros han contestado preguntas acerca de su afiliación religiosa con la declaración “No pertenezco a una denominación, sino a un movimiento”. Pero ya no lo hacen. De la misma manera en que una universidad fundada originalmente por una denominación deja de pertenecer a la misma después de alcanzar cierto nivel respetable, y de la misma manera en que un grupo de colonos se rebela contra la madre patria para fundar una nueva nación, un movimiento espiritual dinámico tiene la tendencia de convertirse en una institución más, en otro sistema más, en otra burocracia. El metodismo surgió en Inglaterra con el fin de renovar a la Iglesia Anglicana, la cual se había convertido en un fin en sí mismo en lugar de atraer a las masas hacia la alabanza y la adoración a Dios. Entonces fue trasplantada a tierras americanas... “para reformar el continente y extender la santidad bíblica por todo el territorio”. Pero ahora se ha convertido en otra institución, o en términos bíblicos, en otro “ministerio del templo”. Aunque el 13 de octubre de 1908 se reconoce como la fecha oficial de la fundación de la Iglesia del Nazareno, como movimiento en realidad ya ha cumplido más años en la región de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, y pronto se


cumplirán en otras regiones también. En muchas partes del mundo el Espíritu está manifestándose poderosamente y se predica y se vive la santidad; pero en otras, aunque estamos madurando rápidamente, ya se dan señales de envejecimiento y peligroso institucionalismo. Todavía no somos una denominación “tradicional” históricamente, pero ya se nos reconoce como denominación protestante a nivel mundial. ¡Nuestro grave peligro radica en que perdamos nuestro sentido de misión y dejemos de ser un movimiento del Espíritu! El Dr. Sweet advierte:

Después que un movimiento se convierte en institución organizada, es muy difícil que vuelva a ser un movimiento otra vez. Los sociólogos insisten en que después que una iglesia se convierte en denominación, siempre será denominación. Quizá sí, quizá no... Una institución se preocupa por lograr metas y objetivos; un movimiento produce una visión... Una institución habla más acerca de nuestro Cristo que de nuestra

iglesia.

Esperemos confiadamente en el Señor para que envíe un poderoso derramamiento de su Espíritu sobre nuestra iglesia en todo el mundo. Aunque sin duda alguna poderosas fuerzas históri-

cas ejercen fuerte presión para convertimos en otra institución religiosa más, el Dios vivo que nos llamó para organizarnos como iglesia es más poderoso que las fuerzas determinadoras de la historia. Y si estamos dispuestos a pagar el precio, cualquiera que sea, la Iglesia del Nazareno continuará como un movimiento del Espíritu y cumplirá, en un grado que va mucho más allá de nuestra imaginación, nuestro destino de ser el pueblo de Dios en estos últimos días. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

Desciende sobre nosotros, Espíritu divino! “Aviva tu obra en medio de los tiempos”.

—El Heraldo de Santidad, abril de 1990

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BRESEE Y NUESTRA IDENTIDAD NAZARENA ENTREVISTA CON RON BENEFIEL

No todos pueden decir que han pastoreado la misma iglesia que pastoreó Phineas Bresee, pero Ron Benefiel es uno de los pocos que han tenido ese privilegio. El Dr. Benefiel ministró como pastor de la First Church of the Nazarene de Los Angeles, iglesia multicongregacional y multiétnica, de 1982 a 1996. Durante ese tiempo, fundó y ministró como director ejecutivo de la P. F. Bresse Foundation, centro de la comunidad sin afán de lucro en el distrito Medio de Wilshire de Los Angeles. En el año 2000, fue electo como el Octavo Presidente del Nazarene Theological Seminary de Kansas City, Missouri. Al presente el Dr. Benefiel ministra como Decano de la School of Theology and Christian Ministry en la Point Loma University. Grace and Peace Magazine le pidió que contestara algunas preguntas sobre lo que significa ser nazareno, su ministerio en Los Angeles y sus ideas sobre Bresee. G&P: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA USTED FORMAR PARTE DE LA FAMILIA NAZARENA?

BENEFIEL: De muchas maneras, ser nazareno para mí forma parte de mi identidad tanto como apellidarme Benefiel. La Iglesia del Nazareno me edificó y me “crió” como seguidor de Jesucristo. Le debo mucho a esta tradición. ¡Y qué grandiosa es esta tradición! Dios nos formó como el pueblo llamado nazareno y específicamente nos llamó a ser un pueblo santo y a ministrar a y entre los pobres. Al ir creciendo, siempre me preguntaba acerca del nombre: “Iglesia del Nazareno”. Timothy Smith, en su libro La Historia de los Nazarenos (CNP), dice que el nombre fue inspiración de J. P. Widney después de toda una noche de oración. Al adoptar ese nombre, los primeros nazarenos creían que la iglesia debería conocerse como de Jesús de Nazaret, quien se identificó con los pobres, con “las masas de desposeídos del mundo”.

G&P: USTED MINISTRÓ COMO PASTOR DE LA PRIMERA IGLESIA DEL NAZARENO DE LOS ANGELES POR MUCHOS AÑOS. ¿CUÁLES SON SUS IMPRESIONES DE ESE TIEMPO?

BENEFIEL: Fue un gran privilegio ministrar como pastor de la First Church of the Nazarene de Los Angeles, la iglesia de Bresee, la iglesia que muchos consideran su iglesia madre – particularmente en el Oeste de Estados Unidos. A través de casi toda su historia, la congregación celebraba el Día de los 14 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


Fundadores en el tercer domingo de octubre. En ese día recordábamos a Bresee, fundador de la iglesia y la razón misma de nuestra existencia. La visión de Bresee de una iglesia mundial –sobre la que nunca se oculta el sol sobre la Iglesia del Nazareno— era literalmente cierto en cuanto a nosotros en Los Angeles. En cualquier domingo dado, personas como de 30 diversas nacionalidades se reunían allí para adorar a Dios. Incluso hasta el presente, esas congregaciones abrigan un sentir de orgullo y gratitud por ser nazarenos y formar parte de lo que Dios inició desde el principio bajo la dirección de Bresee. Mary Stewart fue una de las santas durante el tiempo de mi ministerio. Había sido la pianista de la iglesia por más de 65 años y su madre lo había sido también cuando Bresee fundó la iglesia. Cuando tomé el pastorado de esa iglesia, Mary era la única persona de la congregación que había tenido contacto directo con Bresee. Nos contaba una y otra vez la misma historia: “Cuando yo era una niñita, Phineas Bresee subía a la plataforma y podíamos ver en su rostro que había estado en la presencia de Dios”. Esa fue la historia de las generaciones anteriores y las del futuro. Nos recordaba que Bresee era un hombre de integridad, de carácter cristiano e, incluso en sus años de la infancia, ella detectaba que era un hombre de Dios.

G&P: ¿CUÁL CREE USTED QUE ES EL VALOR DE BRESEE PARA EL MOVIMIENTO NAZARENO?

BENEFIEL: Phineas Bresee era un líder de éxito, predicador y organizador extraordinario. Aun cuando no tuvo mucha educación formal, entendía el valor de la educación y la apoyaba; fundó lo que hoy se conoce como la Point Loma Nazarene University. Combinó en sí mismo la pasión por el evangelismo y la atención a los pobres, razón por la cual surgió la Iglesia del Nazarenjo como movimiento de renovación en la tradición wesleyana. Tuvo la habilidad de unificar a la iglesia. Desde su fundación misma, sufrió conflictos que la amenazaban con destruirla. Bresee pudo sobreponerse a todo eso. Fue un gran líder que se había entregado totalmente a Dios –quien encarnó todo lo que nuestra tradición vino a representar con el tiempo. G&P: COMO SOCIÓLOGO, ¿CUÁLES SON SUS OBSERVACIONES SOBRE LA IDENTIDAD NAZARENA?

BENEFIEL: El sociólogo Ken Crow y yo hemos venido observando y categorizando la identidad denominacional en la Iglesia del Nazareno por los 18 años pasados. Lo primero que hemos observado es que la identidad nazarena no es estática, sino que cambia constantemente. Desarrollamos un modelo o tipología de seis diferentes identidades que contribuyen a o compiten por la identidad esencial de la Iglesia del Nazareno. Los seis tipos pueden resumirse en tres grupos principales. El primer grupo, los nazarenos “trdicionales”, ve el pasado inmediato y con toda razón se preocupa de que perdamos la historia de nuestra teología y nuestra razón de ser. El segundo grupo, el “contemporáneo”, es más amplio en carácter y le preocupa más ver hacia afuera, conectar con otras denominaciones en las que Dios se está manifestando en el mundo para aprender de ellas. Finalmente, tenemos a los nazarenos “retradicionales”. Este grupo se enfoca en indagar profundamente sobre nuestra herencia wesleyana y ubicar sus descubrimientos en el presente y en el futuro.

Cada una de esas identidades abraza una dimensión de nuestra herencia teológica wesleyana de una manera u otra. Los nazarenos “tradicionales” demuestran un fuerte compromiso con el evangelismo y la predicación del evangelio. La Iglesia del Nazareno nació como

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movimiento evangelístico. Esto es esencial para nuestro llamamiento. Los nazarenos “contemporáneos” nos ayudan a ver dónde está obrando Dios en el mundo de hoy. La obra del Espíritu siempre nos está impulsando a formas de pensamiento nuevas y creativas. Los nazarenos “re-trdicionales” nos ayudan a recordar nuestro llamamiento y compromiso con los pobres y la justicia social. Cada grupo contribuye con algo a nuestra comprensión mayor de lo que significa ser nazareno. Nuestra esperanza que los diversos grupos aprecien con lo que cada uno de ellos contribuye al cuadro total. Cada tipo presenta una perspectiva diferente –un ángulo de visión— pero lo importante es que nuestro sentido de identidad siempre emana de nuestro llamado esencial o central de ser un pueblo de santidad comprometido profundamente con nuestro amor a Dios y al prójimo. G&P: ¿QUÉ TAN IMPORTANTES SON LOS COLEGIOS Y UNIVERSIDADES NAZARENAS EN LA FORMACIÓN Y REAFIRMACIÓN DE LA IDENTIDAD NAZARENA?

BENEFIEL: Our Nuestros colegios y universidades juegan un papel crucial en este proceso. Por supuesto, nuestros líderes generales pueden contribuir con mucho, pero el personal de las instituciones educativas está formando e influyendo sobre la vida de los estudiantes en una comunidad por un largo periodo de tiempo. Cuando considero a mis colegas de la Point Loma Nazarene University, veo ese increíble recurso de pensadores de santidad y líderes en literatura, labor social, enfermería, negocios, o teología. Nuestras escuelas tienen el potencial de ser centros de recursos de ministerio, centros en los que la misión puede comunicarse, expresarse y llenarse de recursos. Nuestras escuelas son extremadamente importantes para el futuro de la Iglesia del Nazareno. RO N B E N E F I E L es el decano académico de la Point Loma Nazarene University’s School of Theology and Christian Ministry.

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Bresee y el Ministerio Multicultural:

UNA REFLEXIÓN HISPANA Por JUAN VÁZQUEZ-PLA

M

i identidad étnica, mi cultura, mis idiomas natal y segundo (español/inglés), así como el lugar en donde nací y fui criado y donde inicialmente ministré como pastor nazareno (Puerto Rico, Estado Libre Asociado de Estados Unidos), me llevan a apreciar lo que los biógrafos de Phineas F. Bresee (1838-1915) y otros han llamado “su compromiso con el ministerio multicultural”. Casi la mitad de mis 53 años de ministerio los he vivido en la Región USA/Canada, lo cual refuerza mi aprecio por el elemento multicultural en el ministerio de Bresee. En uno de los primeros informes de Bresee como superintendente general de la naciente Iglesia del Nazareno, dijo: “También se ha establecido una misión hispana en esta ciudad… la cual es un campo fiel y prometedor”.1 Se estaba refiriendo a lo que Roberto Hodgson, en su propia evaluación histórica de esa misión, llama “la Primera Iglesia del Nazareno Mexicana” de Los Angeles, organizada en 1906.2 Como dato interesante, se menciona que Bresee asignó como su “superintendenta” a una dama angloamericana de nombre Maye McReynolds, miembro de la Primera Iglesia del Nazareno de Los Angeles.3 Antes de 1906, había renunciado a su empleo en la Santa Fe Railroad Company a fin de “proclamar las buenas nuevas entre los mexicanos” de la ciudad.4 Pero sospecho que el patrocinio tan entusiasta de la “misión hispana” de Los Angeles por parte de Bresee quizá no le resultó tan fácil. Estaba entrando en territorio ministerial culturalmente desconocido. 18 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


Ministerio Monocultural en Iowa

Durante los 26 años anteriores de Bresee como predicador metodista “de la frontera” en Iowa (1857-1853), su enfoque de ministerio era más bien Monocultural. No se nos dice diferente. El Estado de Iowa, durante su ministerio en ese lugar:5 • Era principalmente rural, con una economía basada en la agricultura; • Sus habitantes eran americanos e inmigrantes de ascendencia de Europa del noroeste (ingleses, irlandeses, alemanes y noruegos); • el inglés era su lingua franca; y • eran principalmente protestantes; el metodismo del norte era el movimiento religioso de más rápido crecimiento en la región en aquel entonces.

en ese entonces eran fuertemente racistas en contra de los indios, los mexicanos, los asiáticos y los católicos romanos”. Con todo lo desafiante que ese nuevo ambiente cultural haya sido para Bresee, evidentemente se sobrepuso y patrocinó la “misión hispana” de Los Angeles. Como de seguro lo sabe el lector, esa pequeña obra patrocinada por Bresee hace ya más de 100 años se convertiría con el tiempo en el segmento multicultural más grande de la Iglesia del Nazareno en Estados Unidos y Canadá.7 A la vez, el segmento hispano de nuestra iglesia se convertiría en uno de los más fuertes a nivel mundial. Sería precisamente ese conglomerado nazareno multiétnico el que, en su momento, bajo la providencia divina, le daría a la Iglesia tales gigantes denominacionales como el finado Dr. H. T. Reza y el recientemente electo Superintendente General Dr. Gustavo A. Crocker.

Pero la floreciente ciudad que le esperaba a Bresee a finales del siglo XIX y principios del XX presentaba un ambiente cultural totalmente diferente.6 • La religión predominante era el Catolicismo Romano, introducido por los españoles y los mexicanos en la década de 1770 (el nombre oficial de la ciudad originalmente era “Nuestra Señora la Reina de los Angeles”). • La inmigración americana occidental y extranjera había aumentado la población como de 50,000 en 1890 a más de 100,000 en 1900. • Tenía “la población más diversa como ningún otro estado”. • No había “leyes discriminatorias que demandaran la segregación racial en reuniones públicas”. • Sin embargo, “la mayoría de los angloamericanos del Sur de California

Con todo, al reflexionar aquí con gratitud por el compromiso de Bresee hacia el ministerio multicultural, debo reconocer que están surgiendo otros desafíos para nosotros los hispanos e hispanas en Estados Unidos y Canadá –un desafío multicultural interno, por decirlo así. Ya es un hecho que las realidades políticas, económicas y culturales de Estados Unidos y Canadá de seguro abrirán las puertas a más inmigrantes de los países de habla hispana en el futuro cercano. Por tanto, las congregaciones monoculturales, de habla hispana, como lo percibió Bresee originalmente, han llegado para quedarse. Sin embargo, hablo aquí en términos de la primera generación bilingüe, e incluso de la de “solo inglés” y más allá de los hispanos e hispanas de Estados Unidos o Canadá. Me refiero a las familias racialmente —y culturalmente— mezcladas que están formando muchos de ellos. Hablo también en términos de la creciente sociedad nortea-

Ministerio Multicultural en Los Angeles

Multiculturalismo Interno

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mericana racial, étnica y culturalmente diversa en que viven los hispanos y las hispanas de hoy. A la luz de todo ello, surge la pregunta: ¿Acaso lo que Travey M. Lewis-Giggetts llama “La iglesia integrada: Auténtico Ministerio Multicultural”8 forma ahora gran parte de nuestro ministerio hispano así como el Monocultural? En este nuevo escenario, más y más de las congregaciones hispanas monoculturales se convertirían en multiculturales internas y más y más de las fundadas por hispanos e hispanas serían integradas desde el principio. En su libro del mismo título, Lewis-Giggets presenta el desafío multicultural interno a otras iglesias monoculturales: anglos, negros, asiáticos, etc., pero también a las iglesias hispanas. Sostengo que Bresee hubiera considerado este nuevo y más auténtico multiculturalismo de nuestros días tanto como el “campo fiel y prometedor”de la misión hispana de aquel entonces.

JUAN VÁZQUEZ-PLA es ministro ordenado de la Iglesia del Nazareno y director de Synergy Ministries, ministerio dedicado a promover la cooperación en el avance del cristianismo. 1. E. A. Girvin, Phineas F. Bresee: A Prince In Israel, http://wesley.nnu.edu/wesleyctr/books/00010100/HDM0091.pdf, 124. 2. Roberto Hodgson, “Reseña General de la Historia de la Iglesia del Nazareno en Estados Unidos y Canada”,Reflexiones Ministeriales, http://pagnaz.com/files/historiaidn_rm211.pdf. 3. Girvin, op cit. 4. Hodgson, op cit. 5. Http://en.wikipedia.org/wiki/Iowa,consultado el 18 de octubre de 2013. 6. Véase“An Overview of Religion in Los Angeles from 1850 to 1930”y enlaces relacionados, compilados por Clifton L. Holland, tp://www.prolades.com/glama/la5co07/overview_18501930.htm, consultado el 18 de octubre de 2013. 7. Grace and Peace Magazine, Número 9, Verano 2013, 73. 8. Tracey M. Lewis-Giggetts, The Integrated Church: Authentic Multicultural Ministry (Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 2011).

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LA

IDENTIDAD

NAZARENA PASADA Y

PRESENTE Por Robert Doyle Smith

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L

o que comprenden los estudiantes acerca de la doctrina de la entera santificación y de su propia experiencia religiosa, indica la efectividad con la cual la Iglesia del Nazareno está pasando su identidad y su misión a la próxima generación. Yo examiné las declaraciones formales de la Iglesia en los primeros manuales y en los discursos cuatrienales de la Asamblea General y también la opinión de unos estudiantes en 150 pre-exámenes finales en lo que pedían que definieran la identidad de su denominación.

Las primeras declaraciones formales de la denominación vinculan la entera santificación con su identidad. El Manual de la “Pentecostal Church of the Nazarene” (uno de los nombres originales del grupo) de 1907 hace una conexión con la visión misional de los nazarenos de 1895 con la entera santificación: “Estas personas estaban convencidas de que habían sido llamados por Dios a la santidad, a enseñar la doctrina a los demás, y para conducirles a la experiencia de la entera santificación”. Incluidas en la declaración misional de la Pentecostal Church of the Nazarene están las palabras “la entera santificación de los creyentes.” En la sección que trata sobre las cualificaciones para el ministerio, un requisito era que los ministros fueran “santificados enteramente por el bautismo del Espíritu Santo.” El Manual actual contiene afirmaciones y requisitos similares. Los discursos cuatrienales también vinculan la identidad de la iglesia con la entera santificación. Phineas Bresee comentó en su discurso de 1907, en Chicago, que la unión había ocurrido porque los grupos habían visto bueno olvidar sus diferencias para que pudieran proclamar más efectivamente el mensaje de la santidad. En su discurso cuatrienal final en 1915, Bresee recordó que aquellos que “salieron bajo las estrellas para predicar la santidad y juntar un pueblo santo ‘habían establecido las


bases’ para todo nuestro pueblo declarando en términos inequívocos su creencia en la entera santificación y en que todos nuestros predicadores confesaran su experiencia de esa bendición, y la insistencia constante de que todos los hombres la buscaran y la obtuvieran”. En 1956, la Iglesia declaró que todavía mantenía lealtad a su propósito original: “La entera santificación de nuestra naturaleza”. Dijo también que la “Iglesia del Nazareno cree en la santidad como segunda bendición”. En el discurso cuatrienal de 2001, la Iglesia identificó sus “Valores Esenciales” como: ser una iglesia cristiana, de santidad y misional. Además, habló de la necesidad de mantener la posición formal de la Iglesia sobre la entera santificación: “La misión de la Iglesia del Nazareno consiste en responder a la Gran Comisión de ir y hacer ‘discípulos a todas las naciones’ con el énfasis distintivo de la entera santificación y la santidad cristiana”.

Desde las primeras declaraciones de la Unión de 1907 hasta la reciente Asamblea General, la Iglesia, en declaraciones formales, ha vinculado su identidad y su misión con la doctrina de la entera santificación.

Pongamos ahora nuestra atención en el entendimiento y las experiencias religiosas de algunos estudiantes nazarenos actuales. ¿Reconocen ellos que la entera santificación es central a la identidad y la misión de la Iglesia? ¿Comprenden lo que significa la doctrina? ¿Pueden ellos explicarle a otra persona lo que significa? ¿Están sus experiencias religiosas conformes a la enseñanza formal sobre la doctrina? ¿Aceptan ellos la misión de un estilo de vida y la experiencia de la entera santificación? y, ¿proclamarían ellos este mensaje?

Cuando se les preguntó ¿cuál doctrina le dio su identidad a la Iglesia del Nazareno? o ¿cuál es la creencia que más distingue a la Iglesia de las otras denominaciones? Diecinueve de 45 estudiantes que tomaban un pre-examen no hicieron referencia a la santidad ni a la entera santificación. Aunque 23 sí mencionaron la santidad o la santificación, solamente 4 se refirieron a “la entera santificación” por nombre o por concepto general. ¿Pueden explicar los estudiantes la doctrina? La mayoría tiene algún entendimiento de la formación espiritual, pero los estudiantes tienen más preguntas sobre la entera santificación que explicaciones adecuadas respecto a la experiencia. Un estudiante comentó que “la idea de la entera santificación raramente se explica con claridad a los miembros que existen y que han crecido en la iglesia”. Un estudiante (del hogar de un pastor), en su examen final dio su opinión sobre por qué la iglesia había hecho preguntas

acerca de la entera santificación para su generación. “Mientras pregonamos esta doctrina como radicalmente distintiva y fundamental para la unidad de nuestra denominación, no podemos ponernos de acuerdo sobre una definición de lo que es exactamente la santificación. Me he visto a mí mismo y a otros luchar con la duda, el temor, el legalismo y la confusión, en parte por causa de las enseñanzas de los líderes nazarenos respecto a la santificación. Además he notado que la aplicación, en vivo, de la vida real, de la definición nazarena de la entera santificación no se ve tan diferente del crecer en santidad que predican otras denominaciones”. ¿Qué podemos aprender de las experiencias religiosas de estos estudiantes? En la vida de los estudiantes la entera santificación parece, a menudo, algo para mirarse como prenda en un museo. El concepto se reconoce de nombre, pero falta la experiencia personal. Poquísimos estudiantes en 100 exámenes finales se refirieron a alguna experiencia religiosa personal de la entera santificación. He aquí los únicos testimonios que se vieron en el pre-examen: “Le di el control de cada pensamiento, sentimiento y decisión”. “Fui lleno del Espíritu”. “Me así de Jesús con todo lo que yo tenía por dentro”. Y “Recientemente fui santificado”. Irónicamente, otros dos estudiantes que tenían un entendimiento intelectual de la entera santificación declararon que su propia experiencia religiosa contradecía la enseñanza de la Iglesia. Lo que habían experimentado confirmaba crecimiento espiritual, pero rechazaba la entera santificación como experiencia de crisis. ¿Aceptan la misión de la Iglesia del Nazareno? Siete estudiantes no sabían cuál era la misión de la Iglesia. Seis la conectaron a algún aspecto de santidad. Dieciséis la asociaron con el evangelismo. Muchos estudiantes ven la Iglesia más en terminos del evangelismo que de una iglesia de santidad; y la santidad como (si acaso) una entre muchas doctrinas de igual importancia.

Para concluir, ¿cómo ayudan los líderes de hoy día a la próxima generación a separar las cuestiones y descubrir los valores esenciales de lo que significa ser una denominación de la santidad? Si la entera santificación yace en el corazón de la identidad y la misión de la iglesia, ¿Qué tiene que hacerse para aumentar la comprensión de ella por parte del lego? y ¿para que todos nosotros tengamos la experiencia de la realidad de la bendición?

wesley.nnu.edu/2002-GNTC/presentations.../memoria-smith_ES.doc

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CÓMO SOMOS LOS NAZARENOS... Tomado de la página web de la Iglesia del Nazareno Hispana, Esperanza Viva, de Woodstock, Virginia: http://unfarodeesperanza.org/#/nosotros Sus observaciones sobre la identidad de los nazarenos habla muy bien sobre el tema de esta edición...

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EL METODISMO Y LA IDENTIDAD TEOLÓGICA DE LA IGLESIA DEL NAZARENO Resumen de un ensayo presentado al Grupo de Estudios Wesleyanos de la Academia Norteamericana de Religión el 24 de noviembre de 1997 por Stan Ingersol

EN UNA TRAVESÍA A LA INDIA

CINCO MISIONEROS ZARPARON de Nueva York a

finales de 1897. Fueron enviados por la Asociación de Iglesias Pentecostales de América, antecesora de la Iglesia del Nazareno. Su llegada a la India a principios de 1898 es considerada como el comienzo de las misiones nazarenas. El grupo misionero hizo escala en Inglaterra antes de abordar el barco de vapor “Egipto”, mismo que los llevaría a través del Mediterráneo. Así que dedicaron su único domingo en Londres para asistir a los servicios de la Capilla de Old City Road de Juan Wesley y visitar las tumbas de él y de su madre, Susana.1

Uno se pregunta: ¿Recordarían ellos en ese momento las palabras de Wesley: “El mundo es mi parroquia”? Un año después, la señorita Mina Shroyer fue enviada para unírseles y ella también dedicó su domingo en Londres para visitar el mismo lugar metodista. El acto de estos peregrinos misioneros de adorar a Dios en la capilla de 26 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

Wesley resonaba con otros primeros misioneros. “La Iglesia del Nazareno no es nada en el mundo sino un Metodismo pasado de moda, con una forma congregacional de gobierno”, le escribió C. W. Ruth a W. C. Wilson en 1903. Luego el señor Ruth parafraseó una oración publicada originalmente en las actas de la primera Conferencia Metodista en Londres en 1744, en la que reafirmó en la Conferencia de Navidad de la fundación del Metodismo Norteamericano en 1784: “Nuestra misión es extender la santidad bíblica sobre estas tierras”2. Sombras de Wesley y Asbury. UN MOVIMIENTO DE AVIVAMIENTO EN CRISIS

Por los años 1900, el Movimiento de Santidad Wesleyano estaba al borde de caer en el lado sectario dividida por raza, región y nacionalidad. Sesenta años antes, Sara Lankford había combinado los grupos de oración para mujeres de dos iglesias metodistas en Nueva York para crear las reuniones de los martes


para la promoción de la santidad. Esa acción junto con la publicación de la Guía para la Perfección Cristiana del ministro de Boston Timothy Merritt, marcó el advenimiento del Movimiento de Santidad Wesleyano, misma que dio inicio a esa carrera extraordinaria de Febe Palmer, la hermana de Lankford. La señora Palmer avivó el fuego de la piedad evangélica del siglo XIX como líderesa de las reuniones de los martes, predicadora trasatlántica de avivamiento, co-fundadora de una misión en los barrios marginales de la ciudad de Nueva York, autora de varios libros y editora de La Guía a la Santidad (publicación de Merrit con nuevo nombre). John Inskip, William McDonald, J. A. Wood y otros ministros metodistas iniciaron una nueva fase del movimiento norteamericano de santidad después de la Guerra Civil. Comenzando en 1867 y continuando bien hasta el siglo XX, la Asociación Nacional de Reuniones Campestres para la Promoción de la Santidad condujo reuniones campestres especializadas, convenciones y avivamientos por todos los Estados Unidos. Las primeras reuniones campestres y avivamientos se enfocaban en convertir al inconverso. Pero las auspiciadas por la Asociación Nacional apuntaban, en su lugar, a llevar a los cristianos a una más “profunda obra de gracia” —una experiencia de la entera santificación.

Un espíritu democrático saturó el movimiento de santidad wesleyano. Los obispos podían controlar al clérigo metodista, pero no al laicado que dirigió muchas asociaciones de santidad locales, del condado y estatales —algunas dirigidas por mujeres excluidas del liderazgo en otros sectores de la iglesia y de la sociedad. Evangelistas independientes que desafiaron la Disciplina Metodista y que usaron licencias locales de predicador como su autoridad para conducir avivamientos, aunque compitieran directamente con los pastores locales. Por los años 1900 el movimiento de santidad wesleyano incluía grupos diferentes: los sectaristas llamados “come outers” (los que salen voluntariamente) que consideraron el establecimiento del Metodismo como deficiente; los “put outers” (expulsados) que habían sido echados de sus iglesias, y eran leales metodistas.3 La naturaleza fragmentada del avivamiento de santidad a finales del siglo XIX planteó una pregunta difícil: ¿Acaso había algo que los uniera? Las respuestas fueron tan diversas como el problema mismo que lo ilustró aún más. LO ESENCIAL DE LA IDENTIDAD NAZARENA

La Iglesia del Nazareno emergió en esta atmósfera. Fue una de las dos docenas

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más o menos de los nuevos cuerpos religiosos que emergieron entre 1880 y 1910, cada uno exaltando su propia visión en particular de lo que significaba ser creyente de una iglesia de tradición wesleyana.

Santidad Unificadora. El deseo de vencer la fragmentación sectaria en el movimiento de santidad norteamericana, fue el primer motivo impulsor de la formación de la Iglesia del Nazareno de hoy en

día, la cual resultó de una serie de fusiones de cuerpos regionales de santidad desde el Este, Oeste y Sur. El Rdo. C. W. Ruth, evangelista de la Asociación Nacional de Santidad, presentó a los socios de la fusión, pero el deseo ya era parte de algo grande y no provincial lo que caracterizó a cada uno de los grupos originales. La pri28 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

mera fusión (Chicago 1907) unió a la Asociación de Iglesias Pentecostales de Norteamérica en el noreste de los Estados Unidos y la Iglesia del Nazareno se centró en el oeste. La segunda fusión (Pilot Point, Texas, 1908) trajo la Iglesia de Cristo de Santidad del sur a la nueva denominación. Otras fusiones claves ocurrieron en 1915, cuando la Misión Pentecostal, centrada en el sureste de los Estados Unidos y la Iglesia Pentecostal de Escocia se unieron a la creciente denominación. Ya que la Asociación de Iglesias Pentecostales de Norteamérica y la Iglesia de Cristo de Santidad fueron ellos mismos producto de fusiones anteriores, la Iglesia del Nazareno Pentecostal a finales de 1915 abarcó siete denominaciones previamente independientes.4 El deseo de vencer límites nacionales y regionales —y las subculturas basadas en ellas— era un aspecto importante de la identidad de la primera generación nazarena.

Una Iglesia de Creyentes Moderada. Los nazarenos comenzaron su peregrinaje denominacional como una iglesia moderada de creyentes. Como tal, ellos rechazaron la noción de que estaban restaurando la “política de la verdadera iglesia”... o que habían descubierto un esquema de la organización de la iglesia enseñada en las Escrituras. El Manual de 1898 de la Iglesia del Nazareno de Bresee en Los Ángeles estableció que los fundadores del movimiento en la región del Pacífico, “creen que el Señor Jesucristo no ha ordenado ninguna forma particular de gobierno para la Iglesia”, sino que fueron guiados por “consentimiento común” al enmarcar su política, proveyendo que nada sobre lo que se ha acordado es “repugnante a la Palabra de Dios”.5 Esta afirmación subraya continuidad con la Iglesia Metodista Episcopal en uno de las presuposiciones más fundamentales de eclesiología.


La mayoría de iglesias de santidad wesleyana que emergían en ese tiempo eran también moderadas en su expresión del ideal de la iglesia de creyentes. No obstante, el amplio movimiento incluía cuerpos radicales con eclesiologías restauracionistas, como la Iglesia de Dios (Anderson, Indiana) y la Iglesia de Dios (Santidad) que reclamaba haber recobrado el patrón bíblico del “orden de la iglesia verdadera”. Mientras se rechazaba el restauracionismo, los grupos fundadores de la Iglesia del Nazareno insistían todos en una membresía regenerada de la iglesia, en la aplicación de disciplina a los ofensores morales, y consideraban su comunidad eclesiástica como un compañerismo “reunido” que trajo a todos providencialmente para un propósito.

• • • • •

la Iglesia y corte de apelación final. Un Manual modelado en la Disciplina Metodista.6 Las Reglas Generales adaptadas de la Disciplina Metodista. Superintendencia General.7 El sistema de distritos y superintendentes de distrito. Un énfasis distintivo de las doctrinas de la fe cristiana, gracia, salvación y santidad.

Identidad Metodista. El impulso de la Iglesia de creyentes y la herencia wesleyana fueron componentes críticos del entendimiento temprano propio nazareno. El hecho de que los fundadores nazarenos abrazaran el estilo de la iglesia de creyentes del protestantismo es central a su crítica de la línea principal del metodismo, la cual consideraron cada vez más negligente en la disciplina doctrinal y moral, y adaptado a la cultura general al punto que la prosperidad de la clase media que surgía en el metodismo se cegaba a las necesidades de los pobres.

Aún su edificación cuidadosa de una identidad wesleyana en las áreas de soteriología, Escrituras, sacramentos, ministerio y visión misionera es crucial para el entendimiento del otro lado —su sentido de continuidad con la amplia tradición metodista. El alcance completo de la influencia metodista en la vida nazarena es evidente en las áreas siguientes: • Una Asamblea General Cuatrienal, modelada en la Conferencia General, como el cuerpo legislativo más alto de

• • •

Doctrina del ministerio. Fundadores principales. Las restricciones de los títulos de propiedad (o “cláusula de confianza”) de la iglesia local que hace que la denominación sea el dueño de todas las propiedades de la iglesia.

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OTROS TEMAS DE IDENTIDAD

Hubo otros aspectos importantes de la identidad teológica inicial de la Iglesia del Nazareno. Ciertos factores separaron a los nazarenos de otras iglesias de creyentes en la tradición de santidad wesleyana que se formaban al mismo tiempo. De las dos docenas más o menos de iglesias de santidad wesleyanas en 1900, ¿por qué esas tres y no una combinación diferente se unieron para crear la Iglesia del Nazareno presente?

El peligro sectario del movimiento de santidad incluyó divisiones sobre eclesiología, teología bautismal, escatología, el rol de la mujer, la sanidad divina y modelos de educación superior. Así que más allá del modelo compartido de una “iglesia de creyentes en la tradición wesleyana”, las varias iglesias de santidad por lo general tenían posiciones estrechas en otros asuntos que ya sea atraía una a otros o las rechazaban. En el caso de las tres iglesias que se unían en 1907 y 1908, cada una de ellas arribó independientemente y por diferentes trayectorias a la misma posición básica en una variedad de asuntos que estaban dividiendo el movimiento de santidad.

El rol de la mujer. Un aspecto crucial de la identidad nazarena inicial fue su

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disposición a abrir a las mujeres cada posición ministerial para laico y para ministro. Mientras que las mujeres de denominaciones establecidas todavía peleaban por lsus derechos como laico y como ministro, las de cada una de las tres denominaciones que se unieron eran ya miembros de las juntas locales de la iglesia, servían como delegadas en organismos de alto gobierno y eran ordenadas al ministerio, donde servían como pastoras y evangelistas. Ese impulso de igualdad fue uno de los factores que separó a los grupos fundadores de la Iglesia del Nazareno de la línea principal del metodismo de su tiempo, pero los unió entre sí.

Teología bautismal. La teología bautismal fue un tema de división dentro del movimiento de santidad norteamericano. La Iglesia de Cristo del Nuevo Testamento originalmente reconoció la aspersión o derramamiento como el único modo bíblico de bautismo y requirió que los nuevos miembros bautizados previamente de diferente modo, se bautizaran de nuevo. Al fusionarse con otro grupo sureño, abandonó esa práctica y formó la Iglesia de Cristo de Santidad; en cambio otras iglesias de santidad no siempre estaban dispuestas a ser moderadas. La Iglesia Bautista de Santidad, ede Arkansas, por ejemplo, consideraba fusionarse solo con los grupos que aceptaran la posición de


que la inmersión era el único modo de bautismo en las Escrituras. Las diferencias sobre el bautismo de los creyentes versus el bautismo infantil, dividieron las filas de las iglesias del movimiento de santidad.

cuando su escatología difirió, fue la marca que distinguía a la escatología nazarena.

Sanidad divina. Por medio del ministerio del laico evangelista episcopal Charles Cullis y otros, un énfasis en fe saPor el año 1907, cada uno de los tres nadora se asoció con el Movimiento de Sangrupos fundadores de la Iglesia del Nazatidad Norteamericano a partir de los años reno había llegado independientemente a 1870. Eventualmente este impulso fluyó en posiciones similares sobre el bautismo. el Pentecostalismo del siglo XX. El énfasis Cada uno dejó el tema del modo bautismal de sanidad divina fue otro tema que dividió a la conciencia del candidato a bautizarse. las filas de santidad. La reverenda Mary Además, cada uno permitió a los padres Lee Caggle era una de las varias típicas napresentar a sus hijos para bautismo infanzarenas. Ella experimentó lo que considetil o les permitió posponer el raba un ejemplo singular de sacramento si su propia presanidad divina, pero nunca El peligro sectario ferencia bautismal era hacia hizo del tema un aspecto el bautismo de los creyentes. del movimiento de central de su predicación. La En cuanto al tiempo y modo posición oficial de la Iglesia santidad incluyó dide bautismo, “libertad de del Nazareno Pentecostal fue conciencia” era el lema naza- visiones sobre ecle- que los cristianos debían reno.8 orar por sanidad y confiar siología, teología en Dios, pero no rechazar Escatología. El posmibautismal, esca- las instalaciones y atenciones profesionales médicas. lenialismo dominaba los sitología, el rol de la El patriarca nazareno, Phiglos XVIII y XIX del pensamiento religioso mujer, la sanidad neas Bresee, vivió los últimos 20 años de su vida en norteamericano, pero el movimiento floreciente dispen- divina y modelos de la casa de su hijo, el Dr. sacional premilenialista Paul Bresee, un médico, educación superior . atrapó en su red a algunos cuya oficina estaba en la grupos de santidad. En concasa misma.10 traste, la Iglesia de Dios (Anderson, Indiana) permaneció sólida amilenialista al entrar al siglo XX. La libertad de El rol de factores secundarios. El conciencia llegó a ser también la posición rol de estos factores como característinazarena en cuanto a las teorías escatológi- cas atractivas y repelentes de la vida nacas. Algunos de los primeros líderes nazare- zarena inicial es ilustrado por la relanos como el evangelista de avivamientos C. ción de la joven denominación a la W. Ruth y el superintendente general E. P. Misión Pentecostal, una red de iglesias Ellyson fueron premilenialistas. Otros como con sede en el sureste de Nashville, Tenlos teólogos A. M. Hills y el superintendente nessee. La Misión Pentecostal fue funde distrito William E. Fisher, fueron posmi- dada en 1898 por J. O. McClurkan, orilenialistas.9 La escatología no fue un enfoginalmente un ministro de la Iglesia que de unidad nazarena. Mas bien, la disPresbiteriana de Cumberland y con una posición de respetar cortésmente a otros asociación cercana con A. B. Simpson y

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la Alianza Cristiana Misionera. Aún los unían ayudaron a consolidar juntos a los líderes laicos miembros de la Misión tres grupos. Pentecostal, como la familia de John T. Benson, fueron de trasfondo metodista. EL CONCEPTO DE LA La Misión Pentecostal envió represenIGLESIA DE CREYENTES tantes a la II Asamblea General de la Iglesia del Nazareno Pentecostal (1908) y ¿En qué sentido la Iglesia del Nazafue la anfitriona en la III Asamblea Gereno se originó como una iglesia de creneral (1911). Pero McClurkan no estaba yentes? Y ¿Cómo ese aspecto de su carácdispuesto a comprometerse para unirse ter se relaciona con la comunidad más con los nazarenos, porque al igual que amplia del Metodismo? Simpson, sostenía la teología de santidad de Keswick, que se oponía firmeCada una de las iglesias fundadoras mente a la ordenación de las mujeres que se fusionaron era una (aunque él permitió a las iglesia de creyentes y llevó mujeres predicar y servir esas características a la uni“No tiene caso como pastoras) y era un ardad del cuerpo. Cada quien diente premilenialista. Solo exhibió características descon la muerte de McClurkan predicar la santifi- critas por Donal F. Durnen 1914 sus seguidores se cación a una mem- baugh en The Believer´s sintieron libres de fusionarse Church: The History and Cacon los nazarenos y fueron bresía de la iglesia rácter of Radical Protesde ellos mismos quienes ordetantism (1968) [La Iglesia de naron a la viuda de McClurque vive tan por Creyentes: La Historia y el kan unos años más tarde.11 Carácter del Protestantismo debajo de este plano Radical]. La identidad teológica de religión que no de los nazarenos no estaba Durnbaugh define la basada solamente en el desienta su Iglesia de Creyentes como un seo de promover el avivacompañerismo voluntario miento de santidad, sino necesidad”. basado en la idea de separatambién en el de unir ese ción del mundo y en reunión avivamiento con una base de conjunta de los creyentes regenerados, que la iglesia de creyentes que fuera liberal con rechaza cualquier idea de la iglesia visible la participación de las mujeres en la vida como una “asamblea mezclada” del converde la iglesia, abierta a aquellos de diferentido y del inconverso. La iglesia de creyentes perspectivas bautismales y escatológites históricamente enfatiza la necesidad de cas, y sensibles en su perspectiva a la saque todos los miembros sean activos en la nidad divina. obra cristiana. Practica la disciplina de la iglesia. Sus miembros ayudan al pobre y Cada uno de esos temas fueron facespecialmente a los hermanos y hermanas tores en la formación de la identidad nazaen necesidad. Sigue un patrón simple de rena al rechazar otros grupos pequeños adoración. Su vida en común está centrada que fueran incompatibles en una o más de en “la Palabra, la oración y el amor”.12 esos temas. Asimismo, la compatibilidad Cada uno de los grupos principales de esos mismos por las iglesias que se

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que se fusionaron ejemplificó esas características al compararse con la Iglesia Metodista Episcopal y la Iglesia Metodista Episcopal del Sur, de las cuales salieron la mayoría de los primeros líderes nazarenos. Esas dos ramas del árbol del Metodismo constituyeron la iglesia protestante más grande en el país y estaban llegando a ser la más influyente denominación norteamericana. Para revertir la dirección del título de Sydney Mead, la línea principal del Metodismo estaba llegando a ser la “iglesia con el alma de una nación”. El asunto es crucial: Si el metodismo hubiese llegado a ser algo diferente de lo que había sido a finales del siglo XIX, la Iglesia del Nazareno nunca hubiese ocurrido. Así que en el comienzo de su vida denominacional, el compromiso nazareno con un estilo de iglesia de creyentes funcionó (en su propia mente) como un rechazo implícito de lo que consideró como su “madre” cada vez más indisciplinada.

La queja común del movimiento de santidad wesleyano era el deterioro del metodismo. Las diferentes interpretaciones de la entera santificación dentro del metodismo fueron un enfoque principal de la preocupación del movimiento de santidad, pero no del todo. Muchos estaban de acuerdo con Lovick Pierce, patriarca metodista sureño y abogado firme de la entera santificación, quien en 1876 se lamentaba por los “miles de metodistas denominacionales pero inconversos”. Pierce añadió: “No tiene caso predicar la santificación a una

membresía de la iglesia que vive tan por debajo de este plano de religión que no sienta su necesidad”.13

Más de 20 años después, la publicación póstuma de Pierce, Ensayo Misceláneo sobre la Entera Santificación que denunciaba al metodismo de laxitud moral, de bajar los estándares de membresía (mayormente por medio del abandono de las reuniones de clases), y una declinación general en la calidad de vida espiritual. La opinión de H. C. Morrison era más fuerte: “Hay una rigidez y un enfriamiento en las iglesias de nuestras ciudades que congela a la gente ordinaria, y lo peor de todo, es que deja afuera a Cristo del pueblo común. Los pastores de nuestras iglesias en las ciudades no son ganadores de almas”.14 Este es un eco del lamento de B. T. Roberts 40 años antes cuando ocurrió el cisma de la Iglesia Metodista Libre. Muchos otros en el movimiento de santidad norteamericano compartieron la evaluación. No fue un solo tema el que llevó a los diferentes grupos fundadores a retirarse del metodismo, sino que diferentes factores llevaron a cada uno de ellos a romper con la Iglesia Metodista: • Eclesiología: La Iglesia de Cristo del Nuevo Testamento se desarrolló en Tennessee sobre la base de la eclesiología restauracionista “no sectaria” de su fundador, Robert Lee Harris, quien rompió

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con la Iglesia Metodista Episcopal del sur en 1894. Harris murió pronto y sus sucesores moderaron sus puntos de vista en “la política de la iglesia verdadera” y las abandonaron totalmente en 1904 cuando fueron incorporados dentro de la Iglesia de Cristo de Santidad.

• Conflicto sobre avivamientos de santidad: C. B. Jernigan fundó la primera congregación de la Iglesia Independiente de Santidad en Texas en 1901, como resultado de conflictos locales entre laicos de santidad y sus pastores metodistas. Algunas personas de santidad dejaron las iglesias como resultado de ello y se congregaron en bandas estructuradas no muy bien, una situación que Jernigan consideraba deplorable. A pesar de la crítica de otros líderes de santidad, Jernigan organizó a estas bandas en congregaciones donde (en estas palabras) “los sacramentos pudieran ser administrados”.15 Conflictos similares entre metodistas de santidad y sus pastores resultaron en nuevas congregaciones en New England que más tarde formaron parte de la Iglesia del Nazareno. Esto fue especialmente verdad de la congregación más antigua de la denominación, la de Providence, Rhode Island.16

• Deseo de ministrar al pobre: En el oeste, el asunto que más claramente hizo salir a Phineas Bresee de la Iglesia Metodista Episcopal se centraba en su deseo de predicar a los pobres del área urbana

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en Los Ángeles —una convicción que creció en su vida después de pastorear congregaciones acaudaladas y de presidir como presbítero en dos conferencias. Cuando el obispo y el gabinete rehusaron nombrarlo a la misión de la ciudad que él deseaba, Bresee solicitó y recibió una transferencia, y luego aceptó una posición como pastor de una obra no denominacional.

Un año más tarde, él y otros se asociaron con la misión de la ciudad organizando la primera congregación que llevaba el nombre de la Iglesia del Nazareno. En su primer Manual se declara que aquellos que se unieron a Bresee fueron “llamados por Dios a esta obra, de salir y estar juntos”. Pero, ¿a qué exactamente fueron llamados? A vidas santas, a ministrar al pobre y al abandonado, a dar activo testimonio cristiano de su fe. La nueva iglesia también contiene principios firmes y explícitos para aplicar la disciplina de la iglesia a los infractores.17 Los primeros nazarenos llegaron a su identidad como una iglesia de creyentes por diferentes caminos, pero llegaron a ella sin duda. Para cada uno de los grupos fundadores, no era suficiente el deseo de “huir de la ira venidera”. Cada uno enfatizaba una membresía regenerada y llevó ese tema a la iglesia unida. El ritual de recepción de nuevos miembros impreso en el Manual de la Iglesia del Nazareno Pentecostal de 1908 hacía una pregunta directa: “¿Acepta a Jesucristo como su Salvador y está consciente


de que Él le salva ahora?” Después de una respuesta afirmativa, se le preguntaba al candidato además: ¿Se compromete a darse a usted mismo al compañerismo y a la obra de Dios... tal como se establece en las Reglas Generales de la Iglesia; esforzándose de todas maneras a glorificar a Dios, por un caminar humilde, una conducta y conversación piadosas, un servicio santo, dando devotamente de sus recursos; asistiendo fielmente a todos los medios de gracia; absteniéndose de toda maldad, buscando sinceramente la santidad perfecta de corazón y de vida en el temor del Señor”.18 En reacción a un metodismo que según ellos estaba comprometiendo su herencia espiritual y doctrinal, los primeros nazarenos tomaron su identidad de santidad wesleyana y la pusieron dentro del contexto de una tradición de la iglesia de creyentes con su énfasis en la regeneración, el pacto, la entrega y el amor. IDENTIDAD WESLEYANA Y LA IGLESIA DEL NAZARENO

biterianas y congregacionales antes de unirse con la Iglesia del Nazareno. Pero a pesar de ese hecho (o quizás debido a eso) cada uno estaba profundamente consciente de la identidad metodista que subrayaba a su nueva denominación.

El ensayo de Hills fue publicado en conjunto con la celebración del XXV aniversario de la Iglesia del Nazareno en 1933, y allí citaba la continuidad nazarena con el metodismo en seis áreas primarias: Liderazgo, evangelismo, esfuerzo misionero, erudición teológica, herencia espiritual y educación superior para una cultura cristiana. Bajo cada aspecto, Hills A. M. Hills declaró que enumeró una lista de repre“la Iglesia del Nazareno sentantes metodistas y agregó al final de ésta a los es la flor más bella que representantes nazarenos, enfatizando la continuidad había florecido en el básica que afirmaba entre la jardín metodista, la vida metodista y nazarena.

hija eclesiástica más EL MINISTERIO prometedora que la La doctrina del minisprolífica madre

terio fue una de las muchas áreas de la vida nazarena en metodista había dado alla cual había aparentemente un sentido de continuidad mundo”. con el metodismo. El histoEl teólogo nazareno A. riador eclesiástico Abel SteM. Hills declaró que “la Iglesia del Nazareno es la flor más bella que había florecido en el vens, resumiendo un siglo del Metodismo Norteamericano, argumentó que parte de jardín metodista, la hija eclesiástica más su genio se había centrado alrededor del prometedora que la prolífica madre meto19 dista había dado al mundo”. E. F. Walker, hecho de que el Metodismo —al igual que el predicador popular y más tarde superinten- cristianismo primitivo— enfatizó “un ministerio” y no “un sacerdocio”.21 Este sentidente general insistió: “Examina bien a un miento, al igual, capta el espíritu del movinazareno verdadero y tocarás a un metomiento nazareno primitivo, que dependía dista original; examina a un metodista genuino y encontrarás a un nazareno”.20 Hills hasta cierto grado de la iniciativa del laicado como el metodismo lo había hecho. y Walker difirieron de la mayoría de la priPero la influencia metodista en el ministemera generación de líderes nazarenos en rio nazareno fue mucho más profunda. que ambos habían servido en iglesias pres-

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ordenar a candidatos para el ministerio. En el oeste, Bresee inicialmente ordenaba La ordenación de presbíteros. El a quien quería y cuando quería hasta obispo anglicano tenía una amplia área de 1904, cuando fueron creados los primediscreción para decidir a quién ordenar, ros distritos al estilo metodista. Desde cuándo ordenar y dónde ordenar, pero el ese momento, la asamblea de distrito Metodismo Norteamericano estableció anual eligía a los candidatos a las órdeprácticas que fueron pasadas a la Iglesia nes del presbiterio y, el superintendente del Nazareno. La Iglesia Metodista Episcogeneral, con la participación de otros pal primitiva puso el poder de elegir candipresbíteros en la asamblea de distrito, datos a las órdenes de diácono y de presimponían sus manos en el que iba a ser bítero en las manos de la conferencia ordenado(a). Ese llegó a ser el modelo esmisma. Aún más, ésta hizo a los tablecido de la iglesia unida presbíteros de la conferencia y continúa como la práctica co-participantes con el En reacción a un de la Iglesia del Nazareno obispo y la imposición de manos para la ordenación de metodismo que ellos hasta hoy en día. presbíteros. La conferencia creyeron que estaba Más allá de una prácanual también fue establecida como el lugar apropiado comprometiendo su tica simple, otro aspecto de ordenación une a los nazarepara la ordenación. Sin emherencia espiritual y nos y a los metodistas. Más bargo, el obispo era el presbídoctrinal, los de la mitad de aquellos que tero que presidía el acto de apartar a los candidatos a las primeros nazarenos han servido como superintendentes generales de la posiciones de diácono y de tomaron su identiIglesia del Nazareno pueden presbítero. Esta combinación de características reflejó una dad de santidad trazar su línea de ordenación como presbíteros direcmezcla de elementos episcowesleyana y la tamente hasta la ordenación pales y presbiterianos. pusieron dentro del de Francis Asbury por ThoLas prácticas de ordecontexto de una mas Coke en la Conferencia durante la Navidad de nación de los grupos que se tradición de la igle1784.22 Por extensión, esto unieron para formar la Iglesia de creyentes. significa que más de la misia del Nazareno difirieron tad de todos los ministros uno del otro. La Asociación ordenados en la Iglesia del Nazareno a trade Iglesias Pentecostales de Norteamérica vés de su historia podrían hacer lo mismo. creó presbiterios ad hoc para examinar y ordenar a los elegidos a la posición de El ministerio de las mujeres. Cada presbítero por el voto congregacional. Iniuno de los grupos que se unieron ordenacialmente, las ordenaciones basadas en la ban a mujeres al ministerio antes de su congregación también caracterizaron a fusión del uno con el otro. En 1902 la los ancestros de la Iglesia de Cristo de Asociación Central Evangélica de SantiSantidad (Iglesia de Cristo del Nuevo Tesdad, un precursor de la Asociación de Igletamento y la Iglesia Independiente de sias Pentecostales de América, ordenó a Santidad), pero al tiempo de su fusión en Anna S. Hanscome, pastora de Malden, 1904, ellos establecieron el procedimiento Massachussets. En 1902, la Asociación de del concilio regional anual para elegir y 36 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


Iglesias Pentecostales de América ordenó a Martha Curry, de Lowell, Massachussets.

En 1899 la Iglesia de Cristo del Nuevo Testamento, una rama de la Iglesia de Cristo de Santidad, ordenó a Mary Lee Cagle y a la Sra. de E. J. Sheeks al ministerio en una ceremonia en Milan, Tennessee. Por el año de 1908 la Iglesia de Cristo de Santidad tenía 31 mujeres ordenadas en sus filas, quienes constituían el 17 por ciento de sus ministros ordenados.23 En el oeste, Phineas Bresee ordenó a Elsie Wallace de Seatle, Washington en 1902 y a Lucy Pierce Knott de Los Ángeles, California en 1903. Ambas ya eran pastoras.24

La historia de las mujeres nazarenas en el ministerio forma un capítulo interesante en la historia de las mujeres en la religión norteamericana en general, pero es más comprensible desde el contexto amplio de la tradición metodista. Por años, Cagle luchó sobre su llamado a predicar como miembro de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur; finalmente tuvo que aceptar la “carga de la disensión” como la única manera de resolver su dilema. Knott era miembro de por vida de la Iglesia Metodista Episcopal antes de llegar a ser miembro fundador de la Iglesia del Nazareno de Bresee en Los Ángeles en 1895. El ala de la iglesia unida de Bresee afirmó a las mujeres el don de predicar, dirigir y ser ordenadas como ministros en una de sus primeras reuniones. Parece ser que esta afirmación fue influenciada por el debate sobre la or-

denación de las mujeres en 1892 en la Conferencia General de la Iglesia Metodista Episcopal, a la cual Bresee era delegado y por su amistad con la evangelista de avivamiento Amanda Berry Smith, una predicadora en la Iglesia Metodista Episcopal Africana, quien condujo un avivamiento para él en la Iglesia Metodista Episcopal Asbury en el este de Los Ángeles en 1891.25 La ordenación de mujeres en cada uno de los tres grupos que se fusionaban les separaba de la línea principal del Metodismo, pero les dio otro vínculo cohesivo. Su teología y práctica fue una herencia directa de una corriente de pensamiento metodista que se originó cuando Juan Wesley permitió primero a las mujeres participar con otros predicadoras laicos en el “ministerio extraordinario”. Así que puede ser trazado subsecuentemente a través del ministerio público de la evangelista laica de avivamiento Febe Palmer y las mujeres que siguieron su ejemplo, así como en una cantidad creciente de literatura metodista que se relacionan con la mujeres en el ministerio. Esa literatura incluyó Promesa del Padre (1859) de Febe Palmer, El Ministerio Femenino (1859) de Catherine Booth, Mujeres en el Púlpito (1889) de Frances Willard, La Mujer Predicadora (1891) de William B. Godbey, La Ordenación de Mujeres (1891) de B. T. Roberts, ¿Por qué No? Una Súplica por la Ordenación de Aquellas Mujeres a Quienes Dios Llama a Predicar su Evangelio 1894) de Walter Sellew, Mujeres Predicadoras (1905) de Fannie McDowell Hunter.

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LAS ESCRITURAS

Mientras que el metodismo influye sobre muchos aspectos de la vida nazarena, un aspecto central del centro wesleyano de la Iglesia del Nazareno se encuentra en una red de doctrinas expresadas formalmente en los artículos de fe de la Iglesia. Esto incluye afirmaciones relacionadas con las Sagradas Escrituras y con la naturaleza de la gracia, elección y vida espiritual. El artículo IV en el actual Manual de la Iglesia del Nazareno versa sobre “Las Sagradas Escrituras”. Sigue a tres artículos anteriores relacionados con el Dios Trino que expresan las afirmaciones nazarenas sobre la Trinidad dentro de la amplia tradición católica. El artículo IV, sin embargo, muestra un punto de vista definitivamente anglicano, mediado a través de la Iglesia Metodista Episcopal.

En una buena manera protestante, el artículo IV identifica a las Sagradas Escrituras con “los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento”. Luego, establece que estas Escrituras “revelan (inerrantemente) infaliblemente la voluntad de Dios respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra salvación, de manera que no se debe imponer como Artículo de Fe ninguna enseñanza que no esté en ellas”.26

La palabra “inerrantemente” o “revelan in38 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

faliblemente” fue añadida a la afirmación en 1928, durante el clímax de la controversia fundamentalista/modernista, pero la ubicación de la palabra fue estratégica. H. Orton Wiley, criado en la Hermandad Unida en Cristo y preparado académicamente en teología bíblica, estaba en su octavo año escribiendo una teología sistemática para la Iglesia del Nazareno. El trasfondo de estudios bíblicos de Wiley, combinado con sus estudios recientes en teología, le convencieron de que si la iglesia iba a hacer algún tipo de gesto en señal de desaprobación a las preocupaciones fundamentalistas, lo haría en una manera que no la llevara por los senderos de la Iglesia Reformada trazados por los teólogos de Princeton.

para la salvación.

Por medio de la influencia de Wiley, el concepto de “inerrante” fue introducido en el artículo nazareno sobre las Escrituras de manera que mantenía la posición de la iglesia dentro del marco anglicano que enfatiza el principio de “la suficiencia de la Escritura” como una guía

Ese punto de vista anglicano, encarnado en el Artículo VI de los treinta y nueve artículos de Religión de la Iglesia Anglicana o de Inglaterra, llegó a ser (con mínimos cambios) el artículo V de los veinticinco artículos de la Iglesia Metodista Episcopal. Ambos llevan el título “De la Suficiencia de las Sagradas Escrituras para la Salvación”.27 CAMINO DE SALVACIÓN: PECADO, GRA-


CIA, ELECCIÓN, Y SANTIDAD

ginal y Personal”, es consistente con la distinción de Wesley entre el pecado original y el “pecado propiamente llamado”. El artíLa identidad metodista de la Iglesia culo original en el Manual de 1908 —la midel Nazareno es subrayada más allá tad de largo— estaba limitado al “pecado cuando examinamos los artículos de fe del V al X, los cuales tratan sobre el pecado original” y tomado (con ligera edición para personal y original, la expiación universal modernizar los términos) casi verbalmente por medio de Cristo, la gracia preveniente de los treinta y nueve Artículos de la Iglesia (antes libre albedrío), el arrepentimiento, la Anglicana o de Inglaterra y de los veintijustificación, la regeneración y santificacinco Artículos del Metodismo. En el Mación. Esas breves afirmaciones apuntan a nual actual, en los párrafos adicionales souna teología más amplia que ha formado los bre el “pecado personal” afirma que es “una temas centrales de la predicación nazarena. violación voluntaria de una ley conocida de Dios” y “no debe ser confundido con fallas involuntarias e inevitables, Al mismo tiempo, esAlgunas veces se ha debilidades, faltas, errotos artículos son expresiores, fracasos” —temas con nes formales de temas que afirmado que la caracterizaron la predicaque estaban familiarizados doctrina de la entera los lectores de La Perfección metodista durante el Avivamiento Evangélico y ción Cristiana de Wesley y santificación es “la fueron enseñados a generasus otros escritos estánciones de metodistas a tra- doctrina cardinal” de la dar sobre la perfección vés de los sermones e himcristiana.28 Iglesia del Nazareno. nos de Juan y Carlos Wesley. El punto es imporEl artículo VI sobre Pero el artículo X (La tante. Algunas veces se ha “La Expiación” refleja la afirmado que la doctrina de Entera Santificación) doctrina arminianoweslela entera santificación es “la no está solo. Forma yana de la expiación unidoctrina cardinal” de la versal de Cristo por el peparte del “ordo salutis” Iglesia del Nazareno. Pero el cado como “la única base artículo X (La Entera Santi(orden de salvación) de salvación y que es sufificación) no está solo. ciente para todo individuo”. nazareno. Forma parte del “ordo salutis” (orden de salvación) naEl artículo VII (La zareno. Está dentro de una red de doctriGracia Preveniente) específicamente define nas relacionadas cuyas formas el alcance del libre albedrío en términos de particulares informan y apoyan una a la la gracia capacitadora de Dios, en vez de otra. Hay frases aquí y allá que represenuna habilidad natural, adhiriéndose así al tan las preocupaciones específicas del Moconcepto de Wesley de la libre voluntad vimiento de Santidad Norteamericano, pero como una capacitación por medio de la cada uno de los artículos del V al X es distintivamente Arminiano-Wesleyano. La ver- gracia divina. El término “gracia preveniente” no se ha usado pero el concepto endad central de cada uno no salió del movimiento de santidad norteamericano sino de fatiza la afirmación nazarena de la libre voluntad. Juan Wesley y refleja su huella distintiva. El artículo VIII sobre “El ArrepentiEl artículo V titulado “El Pecado, Ori-

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miento” no tiene análogo dentro de los artículos de religión de la Iglesia Anglicana o de Inglaterra o de la Iglesia Metodista Episcopal, pero la afirmación en el Manual nazareno representa un tema que ha sido el centro de la teología espiritual de Wesley y una preocupación principal de su predicación. Era una parte esencial de la predicación metodista norteamericana, de la cual los nazarenos heredaron este tema.

a un estado de entera devoción a Dios”. Esto hace eco al entendimiento de Wesley sobre la entera santificación como “una libertad completa del pecado”. El artículo también afirma que la entera santificación es “efectuada por el bautismo con el Espíritu Santo”. El eco aquí no es de Wesley sino de John Fletcher y William Arthur. La Lengua de Fuego de Arthur jugó un rol clave en revivir la doctrina del Espíritu Santo y el tema del Pentecostés en el metodismo del siglo XIX. Arthur no trata explícitamente El artículo IX sobre “La Justificacon la entera santificación, pero el movición, la Regeneración y la Adopción”, remiento de santidad wesleyano —al igual que fleja de nuevo los temas fundamentales el resto del metodismo en el wesleyanos. Como una unimundo— bebió profundadad, estos breves párrafos en el Manual subraya lo que El artículo también mente de su libro y encontró maneras de conectar las preWesley denominó la distinafirma que la entera ocupaciones de Arthur con ción entre el cambio “relalas de ellos. El artículo X tivo” y el cambio “real” en la santificación es también menciona varios sivida de los creyentes cristianónimos para la entera sannos y la adopción de Dios de “efectuada por el tificación —“perfección crisla persona justificada y regenerada. El párrafo sobre jus- bautismo con el Es- tiana”, “amor perfecto”, “pureza de corazón”, “bautificación es el único en este artículo que tiene un antece- píritu Santo”. El eco tismo con el Espíritu Santo”, “plenitud de la bendición” y sor en los treinta y nueve y veinticinco artículos. Las aquí no es de Wesley “santidad cristiana”. Algunos reflejan el lenguaje de Wesley oraciones breves sobre regeneración no usan explícita- sino de John Fletchermientras que otros reflejan mente el término “santificalos desarrollos del pensay William Arthur. ción inicial” con relación al miento y la predicación del movimiento de santidad wesmismo, pero identifican la leyano del siglo XIX. Por último, el artículo regeneración como “el nuevo nacimiento” X tiene dos párrafos que tratan con el “creo “la obra misericordiosa de Dios, por la cimiento en gracia” subsecuente a la entera cual la naturaleza moral del creyente santificación. arrepentido es vivificada espiritualmente y recibe una vida distintivamente espiritual, Ciertos aspectos de estos Artículos de capaz de experimentar fe, amor y obe29 Fe llevan las marcas del desarrollo interno diencia”. del movimiento de santidad, y aún así, su En el artículo X sobre “La Entera san- orientación básica es hacia la tradición teológica metodista. Cada uno fue ensetificación” declara que es “aquel acto de ñado por Juan Wesley y como un paquete Dios, subsecuente a la regeneración, por el cual los creyentes son hechos libres del pe- estos constituyen el centro de su teología cado original, o depravación, y son llevados espiritual. La teología nazarena no es sim-

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plemente una reflexión de un movimiento genérico norteamericano de santidad. No hay estampa de la tradición de santidad de Oberlin, la tradición de santidad de Keswick o de la tradición de santidad pentecostal. Al contrario, la teología nazarena refleja la orientación de la tradición de santidad wesleyana.

H. Orton Wiley.30

La biografía y los escritos de Wesley tuvieron una influencia directa. A los candidatos ministeriales desde 1915 a 1928 se les requirió leer el libro Wesley y su Siglo de Fitchett. Después que se abandonó ese libro, los candidatos ministeriales desde 1928 a 1944 leyeron el libro Vida de Juan Wesley de John Telford. Se publiINFLUENCIA DE LA IDENTIDAD WESLEcaron 10 sermones de Wesley en una coYANA EN LA VIDA NAZARENA lección pequeña por la Casa Nazarena de La influencia metodista saturó los Publicaciones y fueron parte del Curso de primeros cursos Estudio desde de estudio para 1915 hasta la preparación 1932.31 El libro ministerial de la La Perfección Iglesia del NazaCristiana como reno. La teología fue Enseñado sistemática de por Juan WesJohn Miley apaley, de J. A. reció primeraWoods —una mente en el compilación de Curso de Estudio los escritos de en 1911 y perWesley de difemaneció allí rentes fuencomo texto printes— fue leccipal hasta 1932. tura requerida desde 1919 a El libro Ele1932. En resumentos de Divinimen, los minisdad de Thomas tros nazarenos Órgano que tocaba Carlos Wesley Ralston fue inque pasaban cluido como libro por el Curso de alternativo al de Miley desde 1919 hasta Estudios en los años de 1920 tenían que leer una biografía de Juan Wesley, una 1932, cuando llegó a remplazar el libro de selección de sus sermones y una compilaMiley como la teología sistemática princición de sus obras sobre la santidad crispal. El teólogo nazareno A. M. Hills publicó tiana. su libro Teología Cristiana Fundamental en 1931 y fue añadido al Curso de Estudios Abundaban otras influencias metoen 1932 —pero sólo las teologías sistemátidistas. Las teologías espirituales de E. M. cas de los metodistas Miley y Ralston proveyeron las introducciones básicas a la teo- Bounds (sobre la oración) y William Arthur (sobre el Espíritu Santo) fueron parte del logía para ministros nazarenos hasta la Curso de Estudio hasta 1944 por lo menos. aparición en 1940 del primer volumen de El libro de Breve Historia de la Iglesia Crisun juego de tres de la teología cristiana de

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tiana del obispo John F. Hurst también apareció desde 1923 hasta 1944.

Hubo otros escritos metodistas: Obispo Randoph Sinks Foster (Pureza Cristiana), William McDonald (Vida del Rev. John Inskip), Asbury Lowry (Posibilidades de la Gracia), Obispo Matthew Simpson (Conferencias sobre Predicación), Daniel Steele (El Evangelio del Consolador), Samuel Chadwick (El Camino al Pentecostés), y Jesse T. Peck (La Idea Central del Cristianismo), entre otros. Algunos de estos escritores estaban profundamente involucrados en el avivamiento de santidad del siglo XIX, mientras que otros no lo estaban. Pero todos fueron metodistas, que escribieron —la mayor parte— sobre temas teológicos. Su influencia en el Curso de Estudio enfatizó la identidad metodista compartida por la Iglesia del Nazarenoprimitiva. RESUMEN

La Iglesia del Nazareno se originó como una Iglesia de Creyentes en la tradición wesleyana, uniendo el centro de la doctrina espiritual wesleyana (pecado, expiación universal, arrepentimiento, justificación, regeneración, adopción, y santificación) a las maneras disciplinadas de la tradición de la Iglesia de Creyentes (miembros regenerados, pacto de compañerismo, compromiso, apoyo mutuo y amor).

Era una de las diversas denominaciones que emergieron a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XX. Su genio distintivo se halla en el deseo de encontrar bases comunes y unir varios grupos de santidad wesleyanos por medio de la tolerancia de diferen42 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

tes puntos de vista de escatología y bautismo, abrazando una posición moderada sobre la sanidad divina, y firmemente respaldando los derechos plenos de las mujeres como laicos y clérigos.

Al mismo tiempo, una identidad metodista fue reflejada y edificada a través de la vida nazarena: en el proceso sencillo de seleccionar y ordenar presbíteros, en la estructura básica de la iglesia (local, de distrito y general — con el distrito nazareno combinando las funciones del distrito metodista y de la conferencia anual metodista), la superintendencia de distrito y general, la doctrina de las Escrituras, y en las doctrinas de la vida espiritual que forman el centro de la soteriología nazarena.

Nota del redactor: Las fotos que ilustran el artículo le fueron tomadas al Dr. José Rodríguez en su visita a la Iglesia Metodista fundada por Wesley y al Centro Metodista de Londres.

NOTAS

1. Beulah Christian (enero 1898): 5. 2. Carta de C.W. Ruth a W.C. Wilson, 3 de agosto de 1903. En la Colección W.C. Wilson, Archivo Nazareno, Kansas City, Missouri. Wilson después se unió a la Iglesia del Nazareno y fue electo superintendente general en 1915. 3. Los mejores resúmenes generales en inglés del desarrollo y fragmentación del movimiento de santidad norteamericano son Charles Edwin Jones, Persuasión Perfeccionista: El Movimiento de Santidad y el Metodismo Norteamericano 1867- 1936 (Metuchen, N.J.: Scarecrow Press, 1974), y Melvin Easterday Dieter, El Avivamiento de Santidad del Siglo Diecinueve. (Metuchen, N.J. and London: Scarecrow Press, 1980). El estudio clásico sobre asuntos teológicos es el de John Leland Peters, Perfección Cristiana y el Metodismo Norteamericano (Nashville: Abingdon Press, 1956). 4. La mejor recopilación de las historias individuales de estos grupos fundadores y las dinámicas detrás de su unión se encuentran en el libro de Timothy L. Smith La Historia de los Nazarenos: Los Años Formativos (Kansas City: Casa Nazarena de Publicaciones, 1970). 5. Manual de la Iglesia del Nazareno, 1898 (Los Angeles: Nazarene Publishing Company, 1896), p. 9. 6. Sobre Asamblea General y Manual, ver B.F. Haynes, “¿Por


qué Silencio?” en El Heraldo de Santidad (inglés) (14 de Febrero de 1923): 4. 7. Las ideas de Phineas Bresee de la superitendencia distrital y general no solamente fueron marcadas a través de su experiencia como presbítero en la presidencia sino también como delegado a la Conferencia General de la Iglesia Metodista Episcopal. Allí él era un miembro del Comité de Episcopado, el cual ese año debatió si los obispos misioneros James Thoburn y William Taylor debiesen ser considerados al igual que otros obispos de la iglesia metodista episcopal como “superintendentes generales”. Ver libro en inglés por Carl Bangs sobre Phineas F. Bresee: Su Vida en el Metodismo, el Movimiento de Santidad y la Iglesia del Nazareno (Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 1995), p.174. 8. Para un examen más completa, ver artículo por Stan Ingersol, “Bautismo Cristiano y los Primeros Nazarenos: Las Fuentes que dieron forma a la Tradición Bautismal Pluralística”, en inglés, Wesleyan Theological Journal (Spring-Fall 1992): 161-180. 9. A.M. Hills Teología Cristiana Fundamental en dos volúmenes (1931) fue escrito desde un punto de vista postmilenialista pero contiene un capítulo sobre premilenialismo escrito por J.B. Chapman, para que pudiera ser colocado en el Curso de Estudios Nazareno para Ministros. 10. David D. Bundy, “Charles Cullis”, en Daniel G. Reid, ed., Diccionario de Cristianismo en Norteamérica (Downers Grove, Ill: InterVarsity Press, 1990), p. 331; Mary Lee Cagle, La Vida y Obra de Mary Lee Cagle (Kansas City: Nazarene Publishing House, 1928), pp. 75-76; Bangs, Phineas F. Bresee, pp. 272-273; y Manual de la Iglesia del Nazareno Pentecostal (LosAngeles: Nazarene Publishing Company, 1908), p. 35. 11. Ver Smith, Historia de los Nazarenos, en inglés, pp. 180199. 12. Donald F. Durmbaugh, La Iglesia Creyente: La Historia y Carácter del Protestantismo Radical (New York: The Macmillan Company, 1970)., pp. 4, 32-33. 13. Camino de Santidad (Mayo 1876): 20, en inglés. En Biblioteca Perkins, Duke University, Durham, North Caroline. 14. Heraldo Pentecostal (25 de Enero, 1899, inglés). Citado por Charles Edwin Jones en “La Queja de Santidad con el metodismo Post Victoriano” en Russell E. Richey y Kenneth E. Rowe, eds., Historia Metodista Repensada: Una Consulta Histórica Bicentenaria (Nashville:Kingswood Brooks, 1985), p. 59. 15. Charles B. Jernigan, Días Pioneros del Movimiento de Santidad en el Suroeste (Kansas City: Pentecostal Nazarene Publishing House, 1919), pp. 109, 123. 16. Una Historia del Avivamiento de Santidad en la Iglesia Metodista Episcopal de St Paul, Providence, Rhode Island,

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1880-1887 (Providence: E.L. Freeman & Son for the South Providence Holiness Association, 1887). Manual de la Iglesia del Nazareno, 1898, p. 10. Manual de la Iglesia del Nazareno Pentecostal, 1908 (Los Angeles: Nazarene Publishing Company, 1908), p. 67. A.M. Hills, “El Aniversario del Jubileo de Plata”, Heraldo de Santidad en inglés (22 de Noviembre, 1933): 10. El Mensajero Nazareno (01 de Abril de 1909). Abel Stevens, Historia Suplementaria del Metodismo Norteamericano (New York: Eaton & Mains, 1899), pp. 248-250. Estos son superintendents generales: Bresee, Reynolds, Morrison, Williams, Nease, Vanderpool, Jenkins, Benner, Coulter, Lawlor, Strickland, J. Johnson, Knight, Cunningham, Porter, y T. Johnson. Dos listas ministeriales, incluyendo una lista separada para aquellos de la Iglesia de Cristo de Santidad, aparecen al comienzo de los Procedimientos de la Segunda Asamblea General de la Iglesia Pentecostal del Nazareno, 1908 (Los Angeles: Nazarene Publishing Company, 1908). Breves biografías de todas estas mujeres y otras se encuentran en el libro en inglés de Rebeca Laird Mujeres Ordenadas en la Iglesia del Nazareno: La Primera Generación (Kansas City: Nazarene Publishing House, 1993). Bangs, Phineas F. Bresee, pp. 168, 172. Bresee comentó sobre Amanda Smith: “Ella predicó un día de reposo por la tarde, como nunca la había escuchado antes, y como nunca antes he escuchado a alguien predicar, en tono de elocuencia santa y unción, casi igual al obispo Simpson en el cenit de su poder y oratoria sagrada”. Gran alabanza de hecho, ya que Simpson era el héroe personal de Bresee. Citado en Bangs, p. 169. Manual de la Iglesia del Nazareno, 1993. (Kansas City: Nazarene Publishing House, 1993), p. 27. Paul Bassett, “La Identidad Teológica del Movimiento de Santidad Norteamericano: Su Entendimiento de la Naturaleza y Rol de la Biblia,” en el libro de Donald W. Dayton y Robert K. Johnston, La Variedad del Evangelicalismo Norteamericano (Knoxville: University of Tennessee Press, 1991), pp. 72-108. Manual, 1993, pp. 27-28. Los párrafos sobre pecado personal fueron añadidos por la Asamblea General de 1985. Manual, 1993. p. 30. Manuales, 1911-1914, in passim La colección incluyó “La Escritura, Camino a la Salvación”, “Pecado en los Creyentes”, “Arrepentimiento en los Creyentes”, “Perfección”, “Caridad”, “Paciencia”, “Tentación”, Amistad con el Mundo”, “La Cura de la Palabrería de Maldad”, y “Compañerismo Cristiano”. Ver: Sermones de Wesley: 10 Sermones Seleccionados (Kansas City: Publishing House of the Pentecostal Church of the Nazarene, 1915).

“Ser bautizado con el Espíritu Santo, de acuerdo con Bresee, significaba que el Espíritu de Dios “residía en el ser humano”, que limpiaba su corazón y le daba poder para servir a su prójimo” —Harold Raser NAZARENOSUSCAN.ORG / 43


EL PASADO DE LA IGLESIA DEL NAZARENO:

SU HERENCIA E IDENTIDAD Por Wilfredo Canales

La tradición es la fe viva de los muertos; el tradicionalismo es la fe muerta de los vivos. La tradición vive en conversación con el pasado, mientras que recordamos dónde estamos. —Jaroslav Pelikan

historiográficas (fuentes docuquienes han intentado darnos mentales oficiales, publicauna aproximación panorámica ciones ocasionales, historia oral, etc.) donde han estado al de la pre-sencia y desarrollo alcance, ausencia de un marco de la Iglesia del Nazareno en referencial amplio para inlos diferentes países de Latinoamérica y Estados Unidos y scribir lo local, distrital y/o Canadá, nos damos cuenta de nacional en el espectro de la iglesia como un cuerpo. que hay mucho camino por recorrer en el esfuerzo por esLo más difícil y doloroso para tructurar o sistematizar ese recorrido o peregrinaje. Es ev- reconocer, como resultado de idente, en la gran mayoría de esta primera mirada retrolos ensayos, que los escritores spectiva general de nuestro peregrinaje, es encontrarnos han debido lidiar con serias con una iglesia que, en la limitaciones: escasez de mayoría de los casos, no ha fuentes interpre-tativas, disestado escuchando la voz del paridad en el aprestamiento pasado. O, en el mejor de los para el uso de herramientas

LEYENDO las reseñas de

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casos, solo ha escuchado una voz monocorde, pragmática, no evaluativa, lo que no ha posibilitado una toma de conciencia apropiada de la vida de la iglesia misma.

El Rdo. Leonel López, Superintendente Distrital de Cuba, ha afirmado: “Los nazarenos cubanos hemos navegado en el mar del olvido, con respecto a nuestra propia historia, la que ha sido acompañada de una continua manifestación de la gracia de Dios en más de medio siglo de existencia en nuestra patria... sirviendo de instru-


“Es imposible pensar en recapturar el espíritu de la Iglesia del Nazareno sin examinar la influencia fundamental de Bresee. Toda rearticulación del legado de la denominación debe considerar seriamente su vida, su pasión y sus más profundas convicciones”. — T. Scott Daniels mento para el adelanto del i reinado de Dios en la tierra” . Estas palabras del Rdo. López, revelan una situación que no es “patrimonio” solo de los nazarenos cubanos, ha sido una constante de los nazarenos en toda Iberoamérica. Y es que, no hacer memoria, equivale a vivir sin perspectiva, sumergidos en una actitud “ahorista”, privándonos de hacer los ajustes necesarios para un ministerio más relevante a la circunstancia presente que se quiere ministrar.

Raúl Serradell, escribiendo el prólogo de una importante obra sobre la historia de la iglesia cristiana, ha señalado: “La memoria es un elemento esencial en la formación de la identidad colectiva. La falta o la pérdida de ella pueden producir graves perturbaciones en la identidad de una comunidad, de un pueblo o de una nación. Pero la memoria colectiva no es solamente una conquista es también un instrumento y un objeto de poder. Con su relato de la memoria del pueblo de Dios, el autor ha hecho del quehacer

histórico un genuino ejercicio de ‘organización del pasado en función de las exigencias del presente’ (Lucien Febvre), pues ha elaborado una herramienta que nos permite reconstruir la memoria sobre las ii raíces de nuestra identidad”.

Necesitamos, con urgencia, hacer memoria. Pero, no una memoria como simple reseña cronológica o frío ejercicio académico, sino una memoria crítica que nos permita evaluar nuestra trayectoria como iglesia sin temor, pero con una pasión comprometida con el propósito de Dios. Necesitamos hacer memoria porque anhelamos redescubrir o rearticular nuestro sentido de identidad, de manera que podamos ministrar en el contexto presente con la esperanza de legar una mejor herencia a las generaciones iii venideras.

La necesidad de una mirada histórica crítica no es sólo un desafío para los nazarenos. Lo es para todo el protestantismo latinoamericano. José Míguez Bonino, enfatizando el impe-

rativo de hacer un trabajo histórico serio de la iglesia protestante en nuestro continente, escribió hace unos años: “El protestantismo latinoamericano necesita desesperadamente esa carta (historia), esa herencia. Y la necesita especialmente en esta hora de crecimiento acelerado, de renovación y fervor religioso, en un mundo al que parecen haber ‘regresado’ todos los dioses. Es preciso que, en esta hora, sepamos vincular memoria y destino, recuerdo y esperanza, iv pasado y proyecto”.

Lo anterior nos plantea un reto: necesitamos poner más atención a nuestra historia. Necesitamos hacer un trabajo histórico serio, equilibrado, comprometido con la causa del evangelio que nuestra iglesia declara servir. Esta conferencia ha dado un paso importante, aunque modesto, que nos permite reconocer que, el camino por recorrer (articular nuestras memorias) es largo, pero hay que transitarlo porque lo necesitamos urgentemente.

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Herencia y Gesta Autóctona

Hemos hecho referencia, en otros ensayos, a aquello que consideramos nuestra herencia fundav cional . Normalmente, cuando hemos hablado de la herencia recibida, hemos aludido a ese conjunto de ideales y convicciones declarados por aquellos hermanos que dieron los pasos iniciales para la siembra de la Iglesia del Nazareno en nuestras tierras. No pasamos por alto el hecho de que, entre los ideales declarados y lo realmente forjado, hay una distancia y, hasta una diferencia. Sin embargo, esos ideales y convicciones, como legado o herencia, siguen siendo válidos en el sentido de que nos permiten evaluar el trabajo realizado y la fidelidad o no a los ideales compartidos.

En el específico proceso de plantar la iglesia en América Latina, esos ideales y convicciones fueron encarnándose en estilos particulares de acción, que han dado el carácter a nuestra denominación en los diferentes países donde ministramos al presente. Es evidente que este proceso no se dio de manera estandarizada. Por un lado, el trasfondo de los primeros misioneros no fue homogéneo, no sólo en lo que se refie-

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vi re a la zona de los EE.UU. de donde procedían sino, también, a los antecedentes de los grupos de los que habían sido parte, algunos misioneros pioneros, antes vii de ser nazarenos. Por otro lado, las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y religiosas de los países latinoamericanos, tampoco fueron homogéneas y, por lo tanto, la inserción de la iglesia en las respectivas sociedades no se dio de la misma forma.

Consideramos importante honrar la memoria de los pioneros (misioneros y nacionales) que, sin otro aliciente que su mística comprometida con la causa del Reino de Dios, dieron los primeros pasos en estas tierras sembrando la iglesia de la que ahora somos parte. Sin ser exhaustivos en la mención, y sólo con el deseo de, en ellos, honrar a todos los de esa generación, queremos recordar a: Leona Gardner (1902) en Cuba; Richard S.Anderson (1904) y Mardoqueo Paz en Guatemala; Roger Winans (1914), Espiridión Julca y Baltazar Rubio en Perú; Francisco y Lula H. Ferguson, Carlos y Catalina Miller (1914), y Lucía García de Costa en Argentina; S. M. Stafford (1908) y V. G. Santín en México. En estas personas, rendimos tributo a todos los que, nominal o anónimamente sirvieron al Señor en el establecimiento de nuestra iglesia en suelo latinoamericano. Ministros ordenados y laicos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, personas sencillas y otros con cierta preparación profesional, todos contribuyeron para que la joven Iglesia del Nazareno fuera haciéndose un espacio en el contexto de las iglesias evangélicas que deseaban proclamar el evangelio en esta parte del mundo. El período correspondiente al trabajo pionero, los primeros veinte años, es un reto para los historiadores nazarenos latinoamericanos que debe ser atendido con seriedad e integridad.

Por la limitación de espacio, en esta oportunidad, queremos hacer un esbozo de exploración en torno a lo que, los organizadores de esta conferencia, han denominado la gesta autóctona. Decimos que es un “esbozo


de exploración” por su carácdocumento que se ha converguaje de misión integral que ter preliminar y porque recotido en marco referencial clave se propone a la iglesia de nocemos que, este esfuerzo para nuestra iglesia al ininuestros días, pero desde los interpretativo, debe ser un ciarse el presente milenio, la albores de la Iglesia del Nazatrabajo de equipo. Lo que Junta de Superintendentes reno en el Perú, se predicó un xi vamos a compartir, son los Generales reafirmaba que: evangelio integral” . Esta primeros apuntes de un tra“Nuestra iglesia se fundó para aseveración, curiosamente, es bajo que requiere profundiza- transformar al mundo disemi- verdad para la mayoría de los ción y ampliación. No nando la santidad bíblica. casos en el período inicial o obstante, consideramos que, Somos una iglesia de la Gran pionero de establecimiento de xii las percepciones generales Comisión y de santidad al la iglesia , más no ha ocucompartidas por los autores de mismo tiempo. Nuestra misión rrido así en los esfuerzos poslos ensayos acerca de los paíes hacer discípulos en todas teriores y, menos aún ses iberoamericanos donde las naciones, a semejanza de podemos decir, que describe a viii ix nuestra iglesia ministra , y Cristo”. la generalidad del ministerio nuestras propias percepciones actual de nuestra iglesia en el xiii y primeras indagamundo hispano. ciones, fruto del miBresee dirigió a los nazarenos hacia nisterio misionero y Algo pasó en la gesta las esquinas más oscuras donde abundocente en las tres autóctona nazarena regiones de nuestra daba el pecado, porque estaba conven- latinoamericana que iglesia en América nos llevó, no sólo a cido del poder transformador de la Latina, nos brindan no preservar ese engracia y el Espíritu de Dios para dar la perspectiva básica foque inicial de miluz en las tinieblas, llevar santidad para aproximarnos a nisterio embrionario) donde había pecado y dar vida a los este intento. Abordasino, además, a no remos nuestra aproampliar esa perspecmuertos en sus delitos y pecados. ximación a la luz de —T. Scott Daniels tiva en un contexto tres criterios de evacomo el de nuestro luación: el criterio continente, tan detemisionológico, el cririorado y tan urgido terio organizativo y el criterio Esta declaración con ser báde testimonios de transformax teológico. ción integral. Por supuesto, la sica, fundamental no siemdilución de esa perspectiva pre ha constituido el terreno Criterio misionológica básica no se dio sobre el cual hemos realizado misionológico de manera automática. En el nuestra labor como iglesia. camino, si bien es cierto se ha Misionológicamente, la gesta No necesitamos argumentar autóctona de los nazarenos la- mantenido, a nivel declarademasiado para reconocer que tinoamericanos se percibe de- tivo, la identificación con los la Iglesia del Nazareno no postulados fundacionales y bilitada o en déficit. Es más, surgió como un proyecto relipioneros de la iglesia, lo cierto en algunos lugares hemos tegioso advenedizo y pasajero. es que, las prioridades minisnido retrocesos signficativos. Desde sus inicios, nuestra Como muy bien lo señala Eve- teriales de la misma, se han iglesia asume su rol en el con- lio Vásquez, “Los primeros mi- estado enfocando en otras ditexto de la misión de Dios en sioneros y pastores peruanos, recciones. En este proceso, elemedio de la historia. En un mentos cruciales del marco tal vez no utilizaron el len-

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misionológico han sido diluidos y, como consecuencia, la ambigüedad se tendió como manto sobre la naturaleza y misión de la iglesia distorsionando perfiles que debían ser nítidos para todos.

encarnan en la radicalidad de un compromiso con el propósito eterno de Dios en el contexto específico de nuestras culturas.

que. Con muy contadas excepxv ciones , todavía no hemos desarrollado propuestas significativas de ministerio integral, para los diferentes contextos urbanos en los que Este sesgo eclesiológico fue ya estamos presentes de maacentuado por una opción esnera modesta. Esto influenció, La declaración de la Junta de tratégica (voluntaria o cirtambién, la pastoral de nuesSuperintendentes Generales tra iglesia que, en la mayoría cunstancial, tendrá que recordaba que “nuestra misión discutirse más adelante) que de los casos y durante mucho es hacer discípulos semejantes dio cierta estabilidad al motiempo, se tornó defensiva y a Cristo en todas las naciodelo. Nuestra iglesia en Amé- de protección, evitando o minines”, nada más que eso, pero mizando el contacto y/o la corica Latina echó raíces, nada menos, tampoco. Sin em- mayormente, en lugares peri- laboración con las otras bargo, en la acción cotidiana féricos. Es decir, a nivel nacio- iglesias evangélicas. Peor aún, en ciertas circunsde la mayoría de tancias, este enfoque nuestras congregade pastoral derivó ciones, desde hace “La memoria es un elemento esencial en actitudes de combuen tiempo, el hacer en la formación de la identidad colecpetencia, midiendo discípulos ha devenuestros “resultanido en hacer miemtiva. La falta o la pérdida de ella puedos” en comparación bros, a semejanza de con lo que lograban los miembros más den producir graves perturbaciones en otras iglesias. antiguos en el grela identidad de una comunidad, de un mio. La organización Los cambios que se de una iglesia, es depueblo o de una nación...” han producido en las finida desde un enfoque —Raúl Serradell diferentes etapas de la vida de nuestra predominantemente iglesia en el contiadministrativo (núnal, privilegió el interior antes nente, no han sido cambios de mero de personas, nombraque la capital de los países; se fondo. Más bien, han sido miento de una junta, etc.), extendió con más facilidad en ajustes en los métodos (cuescuya identidad ha estado lilos sectores rurales antes que tiones prácticas), sin cambiar gada a símbolos formales como el estilo litúrgico, el len- en los urbanos. Cuando llegó a la perspectiva misionológica básica que ha permanecido viestos últimos, lo hizo “siguaje denominacional, los gente todo este tiempo. eventos característicos (sesión guiendo el rastro” a los nazarenos rurales que se anual, asamblea de distrito, trasladaban a la ciudad y, mu- En una atmósfera de fragilietc.), más que desde un enfodad misionológica como el desque bíblico (una comunidad de chos de ellos, aún en la ciucrito, podemos entender por dad, se ubicaban en sectores fe que expresa el Señorío de qué enfrentamos hoy tantas periféricos y conservaron la Jesucristo) y cuya identidad forma rural de “hacer iglesia”. dificultades para preservar la se manifiesta en un estilo de “identidad nazarena” frente a Nuestra gesta autóctona no vida marcado por los valores xiv las influencias de los diversos esenciales del Reino , que se ha logrado revertir este enfo48 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


movimientos que se están dando en el contexto religioso xvi contemporáneo y que, de una manera u otra, han llegado hasta nuestras congregaciones. Criterio Organizativo

Desde el punto de vista organizacional, declaramos que, como denominación, al momento de nuestra fundación y en las primeras etapas de consolidación, optamos por un paradigma que nos mantuviera equidistantes del episcopalismo y del congregacionalismo. Esto implicaba que, en todas las instancias decisionales de la iglesia, debía darse una participación genuinamente representativa y no sólo decorativa, en plano de igualdad, de laicos y ministros ordenados. Esto, en el entendido de que ambos grupos forman la iglesia y es, por medio de ella, más en sus consensos que en sus disensos, que el Señor se manifiesta para ir guiando a su pueblo en la línea de su propósito específico para una circunstancia específica.

La observación más elemental nos dice que, en la práctica, nuestra gesta autóctona asumió y reprodujo los procedimientos de una estructura xvii organizativa , pero no los principios que les daban sustento a la misma. Ha abrigado con calor los programas (defendiendo ardorosamente es-

quemas por sí solos), pero no ha logrado desarrollar los ministerios a los que esos prograxviii mas deben servir. Para complicar el panorama, debemos señalar otro aspecto clave. El diseño organizacional de nuestra iglesia, fue tomado de un contexto social marcado por los valores políticos de la democracia moderna (expresada en roles de representatividad). La forjación de la misma iglesia en América Latina, debió enfrentar el desafío de un contexto donde, todavía, prevalecían los valores del cacicazgo, del patronazgo y, en contextos de populismo, del caudillismo, en la estructura sociopolítica.

Los valores de estos esquemas se mimetizaron o camuflaron en los procedimientos formales de la democracia representativa, lo cual les permitía seguir manteniendo los privilegios del poder. Al heredarse, en el contexto de nuestra iglesia, una estructura organizativa que, además de sus valores declarados, fue acompañada de un estilo propio de xix “hacer las cosas” , la gesta autóctona, en la mayoría de los casos, siguió el paradigma modelado por la práctica, en lugar de hacer el ajuste y acercarse más al paradigma declarado en los valores organizacionales de nuestra iglesia. Para la mayoría de los líderes (nos referimos aquí a los superintendentes de dis-

trito) que tuvieron que asumir en el período de la transición del liderazgo misionero al nacional, su rol fue definido en términos de perpetuar las formas y no los valores organizaxx cionales .

A medida que ha ido pasando el tiempo, esta situación, en vez de enmendarse, se ha ido complicando al punto de que, en muchos lugares, se percibe que los diferentes niveles de nuestra organización eclesiástica parecieran transitar terrenos autárquicos. Para muestra, un botón: en una primera etapa, a nivel local, se dio el acatamiento de las directrices del liderazgo distrital; en una segunda etapa, las iglesias locales empezaron a mostrar cierta resistencia ante directrices distritales que, obviamente, no las habían tomado en cuenta al momento de ser diseñadas (esas directrices); hoy, se puede notar una marcada tendencia, por parte de las iglesias locales, a ignorar la relevancia y ascendencia del liderazgo distrital en varios aspectos del quehacer eclesiástico. Criterio Teológico

El criterio teológico alude a la dimensión reflexiva de la vida de iglesia. Es decir, a esa capacidad que tiene o debe tener la iglesia para pensar acerca de su rol en el contexto en el que se está forjando, para asimilar y rearticular el mensaje

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que debe proclamar, teniendo en cuenta el legado recibido, su propio acercamiento a la Palabra de Dios y su particular peregrinaje en medio de caminos que plantean desafíos muy diferentes a los que debió afrontar la iglesia madre.

la luz de las nuevas circunstancias, más bien, se dio un proceso de fijación doctrinal que no incentivó el esfuerzo por actualizar la comprensión del mensaje bíblico de santidad y sus demandas en el contexto latinoamericano.

introducir innovaciones y profundidad en el quehacer educativo teológico, aún con ser modestos, han enfrentado el desafío del pragmatismo que, a la larga, ha ahogado los anhelos por forjar espacios para la reflexión responsable, que permita a la iglesia ministrar En el documento que hemos con profundidad en medio de Teológicamente, se optó por aludido antes, la Junta de Su- una actitud repetitiva más que un mundo cada más desperintendentes Generales de- reflexiva. En ese sentido, por afiante. clara: “La Iglesia del ejemplo, en lo que concierne al Nazareno nació en los albores desafío bíblico de una vida En descargo de la gesta autócdel siglo XX” P.F. Bresee y tona latinoamericana, y para santa, se reprodujeron, en la otros líderes estaban profunenseñanza y predicación, más atenuar la fuerza de esta cadamente convencidos de que rencia en la reflexión teolólas categorías de la teología xxiii Dios los había unido con el de- sistemática nazarena , que gica, hay que señalar los finido propósito de proclamar, las de una teología bíblica que limitados recursos con los que a la iglesia y al mundo, el han contado los nazarenos hubiera reflejado más el caevangelio de Jesucristo en la hispanos. No obstante ser uno rácter wesleyano de nuestra tradición wesleyana de santide los grupos idiomáticos más teología. Por otro lado, esta xxi dad.” Este carácter partiactitud repetitiva, llevó a defi- importantes, después del inglés, la literatura nazarena ha cular del evangelio está nir la fidelidad teológica, en sido deficitaria en la provisión definido en el documento bajo términos de repetir exactade materia prima para la reel apartado de “Somos un Pue- mente lo que nuestros textos xxii flexión seria. Nos identificablo de Santidad”. oficiales de teología sistemática decían, en vez de evaluar mos como una iglesia de santidad heredera de la enseLos pioneros de nuestra igleesa fidelidad en conexión con sia cumplieron muy bien su la verdad de la Palabra, inter- ñanza wesleyana. Sin embargo, lo que hemos tenido de rol al transmitirnos, a la luz pretada en el marco de nuesWesley, en español, ha sido índe su conocimiento y experien- tra propia circunstancia de xxv fimo. cia, lo que para ellos implicó ministerio. este mensaje. Nuestros primeros pastores y laicos hicieron Este criterio de evaluación in- Por otro lado, los hispanos que están comprometidos con la bien en abrazar este mensaje, cluye a la educación teológica reflexión teológica seria, pero con pasión, llevándolo por do- nazarena, especialmente la no tienen acceso al idioma inquier. Sin embargo, la gesta que se ha provisto por medio autóctona, otra vez, quedó de institutos y seminarios. In- glés, no han podido seguir el corta. Con el paso de los años, dependientemente de las épo- ritmo de las propuestas teológicas que se han estado haen vez de producirse un procas y de los diseños xxiv ciendo en el contexto ceso de maduración teológica, programáticos , en su caque hubiera permitido a la rácter, nuestra educación teo- anglosajón de nuestra iglexxvi sia. Confiamos que, con iglesia toda (ministros ordena- lógica ha sido, mayormente, los nuevos recursos a disposidos y laicos), descubrir las im- reproductora más que transción, nuestra reflexión se enriplicaciones de este mensaje a formadora. Los esfuerzos por 50 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


quezca y se refleje en el minis- cambio de perspectiva hará 3. La Iglesia del Nazareno reterio de la iglesia. que la evangelización sea asu- quiere, urgentemente, ilumimida, en su integridad, por la nar su acción con más iglesia local y sea evaluada a reflexión y, al mismo tiempo, Conclusión la luz de la obediencia a Jesu- nutrir su reflexión con los desEl panorama de nuestra gesta cristo. afíos que provienen de su acautóctona, brevemente exploción. Desde la Escritura se rado, nos plantea claros des2. Necesitamos redescubrir y nos señala que la teología no afíos a los nazarenos revalorar los principios que es un adorno ni un pasalatinoamericanos. dan soporte a nuestra estruc- tiempo en la vida de la iglesia. tura organizacional. A la par Más bien, la teología es hija 1. Necesitamos recuperar de esto, necesitamos revisar la de la misión. Previa a la reflepara nuestra iglesia, una consistencia y consecuencia de xión, está la obediencia, fruto perspectiva misionológica que nuestro estilo de hacer lo que de la reflexión debe ser el sea más fiel al mandato de Je- hacemos como iglesia, a todos compromiso con el Señor y su sucristo (Mateo 28). Reino. Como iglesia, no existimos para serLa reflexión de la Necesitamos hacer memoria por- Palabra, bajo la guía vir de pedestal a famas pasajeras, que anhelamos redescubrir o rear- del Espíritu, no sólo nuestra razón de ser en nuestras instituticular nuestro sentido de es servir a Jesuciones de educación identidad, de manera que podacristo. Y, según su teológica sino en la mandato, debemos mos ministrar en el contexto pre- vida cotidiana de forjar discípulos que nuestra iglesia, en sente con la esperanza de legar tengan la semejanza todos sus niveles, una mejor herencia a las de Él. debe llevarnos a una renovación profunda generaciones venideras. A la luz de esto, el que nos impulse a la discipulado deja de conquista de nuestro ser una “tarea” mundo. aliada del “evangelismo”, los niveles. De nada nos sirve como normalmente se le conguardar las aparien-cias orga- Nuestra iglesia necesita, como cibe, y pasa a ser el objetivo nizacionales cuando los proce- los discípulos camino a de la vida y misión de la iglesos decisionales no reflejan Emaús, que al reflexionar la sia. Otra será nuestra historia nuestros valores. Nuestra cul- Palabra de la mano del Resucuando, en nuestras sesiones tura organizacional también citado, nuestro corazón arda y anuales y asambleas de disdebe reflejar que somos una nos impulse frente a todo y trito, en vez de informar cuán- iglesia santa o que, por lo contra todo, a volver a aquetos nuevos “miembros hemos menos, pretende serlo. Esto llos lugares (como Jerusalén) ganado” celebremos cuán me- implicará un proceso de re-en- que habiendo significado frajores discípulos somos y cómo trenamiento a todo nivel de caso y vergüenza, sean transnuestro testimonio, como pue- nuestro liderazgo para encar- formados por el mensaje de blo de Dios, está siendo usado nar esos valores que fueron esperanza y restauración por Él para “agregar a los que parte del proyecto original de plena, que sólo el poder de habían de ser salvos”. Este nuestra denominación. Dios hace posible.

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Por lo tanto, nuestra reflexión no debe quedar prisionera ni del pragmatismo y menos del quietismo. Ambas prisiones rebajan a nuestra iglesia. El Señor nos ha convocado para algo más grande que eso (1 P. 2:9).

vi

Esto es importante recalcar por el hecho de que, la Iglesia del Nazareno en los EE.UU., desde sus inicios, enfrentó el dilema respecto al grado de normativa que debía tenerse para orientar la vida de los miembros. Las discusiones tenían como trasfondo si las “propuestas” provenían de grupos del este o del oeste, del norte o del sur, del país. Por supuesto, no está demás decir que, dependiendo de la procedencia de las propuestas, éstas se calificaban como “conservadoras” o “liberales” por los grupos respectivos. Para mayores detalles, véase: Timothy Smith. La Historia de los Nazarenos: los años formativos (Kansas City: CNP, s/f).

—Rdo. Wilfredo Canales, B.T., Lic. T., M. Ed. El presbítero Canales, peruano, es Presidente del Centro de Estudios Pastorales, CEP (Chicago), Consultor en Educación Teológica y Profesor Asociado de Olivet Nazarene University (Bourbonnais, IL). El protestantismo

Referencias bibliográficas i

Leonel López. “Una reseña histórica de la Iglesia del Nazareno Cubana”. Ponencia inédita. 1ª. Conferencia Teológica Nazarena Iberoamericana. Octubre 2004, p.1, cursivas nuestras.

xii

No es casualidad que, en las obras más antiguas de nuestra iglesia en América Latina, se encuentren menciones a esfuerzos educativos (escuelas primarias, mayormente) y pequeños dispensarios médicos como medios para servir a la gente en el nombre de Jesucristo.

latinoamericano

necesita desesperadamente esa carta (historia), esa herencia... Es preciso

que, en esta hora, sepamos vincular memoria y destino, recuerdo y esperanza, pasado y proyecto”

ii

En: Juan Driver. La Fe en la Periferia de la Historia: una historia del pueblo cristiano desde la perspectiva de los movimientos de restauración y reforma radical (Guatemala: Ediciones Semilla, 1997), p.17. iii

Este señalamiento lo hemos hecho en anteriores oportunidades. Véase: Wilfredo Canales. “Transmitiendo la Herencia”, en Revista Ministerio, Kansas City, No. 1, Vol. VI, 1992. También, Wilfredo Canales, “Recibiendo un Legado”, Ponencia Inédita, Conferencia Global Nazarena de Teología, Guatemala, 2002.

iv

“Carta a los jóvenes historiadores del protestantismo latinoamericano”, en Revista Electrónica Espacio de Diálogo, (FTLMéxico), No. 1, Septiembre-Diciembre 2004, pp. 1-2.

v

pulido en aras de una aprehensión bíblico-teológica más clara. Por ejemplo, cuando se declara que somos una iglesia “de la Gran Comisión y de santidad” (cursivas nuestras), se desliza la idea de que lo segundo no está implícito en lo primero, lo que, a la luz de la Escritura no es correcto. xi “Herencia y Gesta Autóctona de la Iglesia del Nazareno en el Perú”, p.3.

Ver nota (iii).

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—José Míguez Bonino

vii

Es interesante resaltar que, en lo que concierne al comienzo de nuestra iglesia en América Latina, en algunos países, los nazarenos llegamos antes de ser nazarenos. Ver referencias al respecto en los ensayos de Richard Faúndez, Ignacio Malca y Evelio Vásquez, en lo relacionado al trabajo pionero en Chile, Argentina y Perú, respectivamente.

viii

Los trabajos han estado disponibles para todos los participantes de esta conferencia en la página web del Seminario Nazareno de las Américas: www.sendas.ws ix

Una Fe Viva: Las creencias de los Nazarenos (Kansas City: CNP, 2001), p.1. Las cursivas son nuestras.

x

Aunque hay cierto sesgo en el lenguaje que, a nuestro criterio, debe ser

xiii

Por supuesto, no desconocemos los esfuerzos de algunas congregaciones y distritos que han desarrollado un enfoque amplio de su ministerio. El señalamiento lo hacemos en función de la gran mayoría de congregaciones que, no solamente carecen de ministerios desarrollados en un marco de misión integral, sino que ni siquiera definen una marco misionológico para lo que hacen.

xiv

Para Zacarías, el padre de Juan el Bautista, estos valores esenciales son “santidad y justicia” (Luc. 1:74,75). Para el Señor Jesús, “santidad, justicia y amor” (Mt. 5-7). xv

Como la de la Iglesia del Nazareno Central, en Campinas, (Sao Paulo, Brasil). Aun en este caso, se trata de una ciudad intermedia que está proxima a la urbe. xvi

Es interesante notar las diversas perspectivas de análisis general que encontramos en los autores de los ensayos sobre la Iglesia del Nazareno en los diferentes países. Les recomendamos una lectura detallada de los mismos.

xvii

Estos procedimientos están fielmente reflejados en lo que llamamos el Manual de la Iglesia del Nazareno.


xviii

En muchas ocasiones y lugares, incluso, se ha hecho de la “defensa del Manual” (como frío procedimiento) la causa de la iglesia, cuando lo fundamental es defender y proteger los principios que están detrás de esos procedimientos. No en vano, cada cuatro años, nuestra Asamblea General ha aprobado ajustes, modificaciones, clarificaciones a estos procedimientos para que reflejen mejor los principios que hemos asumido como rectores. xix

Debemos recordar que, en muchos lugares, los misioneros que tuvieron responsabilidades de liderazgo administrativo, en vez de encarnar valores nuevos, asumieron roles de “jefatura” o “patronazgo” con lo cual dificultaron la forjación de modelos más próximos a los valores que nuestra iglesia propugnó siempre. xx

Aun cuando, estos líderes nacionales, no contaran con los mismos recursos que se adscribían al rol del misionero (especialmente, recursos económicos, símbolos de estatus, etc.). Hay un testimonio valioso respecto a la vivencia de esta

etapa, que fue escrito por un recordado y amado colega, hoy en la presencia del Señor: Joaquín Lima. “El rol del Superintendente de Distrito Nacional”. 1ª. Conferencia Regional de Líderes de la Iglesia del Nazareno (Lima, 1983). Conferencia inédita.

xxi

xxii

xxiii

Ob. Cit., p.16. Cursivas nuestras. Ibíd., p. 5.

Al utilizar esta frase, no estamos sugiriendo que la teología sistemática de nuestra iglesia (en el contexto anglosajón) ha sido homogénea todo el tiempo. Reconocemos que la comprensión de las doctrinas cardinales en nuestra denominación es dinámica y, al interior de ella, se dan corrientes de interpretación que, en perspectiva, permiten ir actualizando nuestro mensaje para desafiar el mundo que nos toca ministrar. Para una visión histórica amplia de estas tensiones interpretativas, recomendamos: Mark R. Quanstrom. A Century of Holiness Theology: The Doctrine of Entire Sanctification in the Church of the Nazarene 1905 to 2004 (Kansas City: Beacon Hill Press, 2004), 231 pp.

xxiv

Cuando se escriba la historia de nuestra educación teológica nazarena latinoamericana (institucional), seguramente se destacará el hecho de que, nuestra estrategia educativa ha sido muy fluctuante y que, además, hemos hecho constantes cambios sin realizar estudios serios respecto a lo que se implementó con anterioridad, su nivel de implementación, sus frutos, sus limitaciones, etc., para, a partir de ese análisis, construir mejor y de manera progresiva y no solo cancelatoria.

xxv

Hasta hace muy poco tiempo, lo único que teníamos de él, eran tres obras: Los dos tomos de Sermones y La Perfección Cristiana. Todos estos publicados por la Casa Nazarena de Publicaciones. Celebramos que, desde hace unos años, hemos empezado a tener los 14 tomos de las Obras de Wesley, en un esfuerzo conjunto de varias editoriales. xxvi

Recomendamos, especialmente, los trabajos de Mildred Bangs Wynkoop, H. Ray Dunning y William M. Greathouse

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SIETE DIAPOSITIVAS SOBRE LA IDENTIDAD NAZARENA

Conferencia presentada a la Iglesia del Nazareno en Perú. Se puede descargar en formato Power Point en:

http://es.slideshare.net/joelcite/identidad-nazarena-laicado 54 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014


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LA IDENTIDAD ECLESIAL Y MISIONERA DE CONGREGACIONES NAZARENAS HISPANAS EN CHICAGO

Por Brian E. Wilson

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Las Escrituras claramente comunican que el pueblo

de Dios es un pueblo cuya identidad se define en el hecho de haber sido escogido y adquirido por Dios mismo y, a la vez, que tiene una responsabilidad misionera por comisión del mismo Dios (1 Pedro 2:9). Como superintendente de distrito, tengo interés en que las congregaciones nazarenas se acerquen al diseño de Dios para su iglesia. También reconozco que la iglesia se desarrolla y desempeña sus actividades en contextos diversos alrededor del mundo. Con el propósito de asesorar a algunas congregaciones de mi distrito, específicamente a las congregaciones hispanas, en el contexto de la urbe de Chicago, hace un par de años realicé una investigación académica, planteando la siguiente pregunta, “¿Cuál es la auto-percepción de las congregaciones hispanas en Chicago, en cuanto a ser un pueblo reunido y enviado por Dios?” La investigación incluyó entrevistas a treinta miembros de tres congregaciones, observación de múltiples artefactos y actividades de las congregaciones, y una reunión plenaria con cada congregación. A continuación comparto un resumen de las conclusiones generales de la investigación. UN PUEBLO REUNIDO

Este es un resumen descriptivo de algunas de las formas en las cuales las congregaciones nazarenas hispanas expresan su identidad como un pueblo reunido: Las congregaciones nazarenas hispanas en Chicago entienden que son un pueblo reunido por Dios...

1. convocado de entre muchas naciones, a un lugar particular, para un tiempo particular. Hay un movimiento frecuente de personas motivado por la apertura de empleos en otros lugares, así como otros factores, que generan un incesante intercambio desde y hacia distintas comunidades o estados. No obstante, dondequiera que se establezcan estas personas, los nazarenos hispanos creen que la mano de Dios les ha llevado a su nuevo hogar, para este tiempo preciso.

2. quien les ha dado una familia espiritual aquí en Chicago, para ayudarles con las necesidades básicas de la vida y el desarrollo de sus familias.

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En esos viajes, se “reuni3. porque conciben que la rán” con la familia en otra iglesia es una vía por iglesia, generalmente no medio de la cual Dios una iglesia nazarena, y a provee para sus familias menudo en una iglesia penuna vida mejor. Existe en tecostal. las congregaciones la expectativa de que la igle7. aunque sus hijos no necesia local también se sariamente comparten la desarrollará al mismo memoria de la jornada mitiempo que las familias gratoria original, y quienes se desarrollan.

4. especialmente en congregaciones locales, por ello, la identidad local de “familia” es más importante que una afiliación denominacional, una doctrina particular o ciertas prácticas de adoración. Se toleran diferencias doctrinales para mantener las relaciones personales, que se valoran.

5. porque ven que la reintegración de familias separadas es un ejemplo del tipo de reintegración que

Dios desea para todos. Si las familias siguen separadas (tanto por geografía como a causa del hecho de que algún miembro de la familia no es creyente), se guarda la firme esperanza de que Dios realizará finalmente su plan para la familia.

6. porque mantienen vínculos transnacionales con familias y amigos en sus tierras de origen, viajando ocasionalmente para visitarles.

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están en proceso de formar su propia identidad de “pueblo reunido”. Ellos están siendo influenciados por el deseo de obtener educación superior y experimentar la promoción social. ¿Cuál será su identidad eclesial?

UN PUEBO ENVIADO

Las congregaciones nazarenas hispanas en Chicago se perciben como un pueblo “enviado” por Dios...

1. ya que asumen una responsabilidad para ayudar a sus familiares y amigos a descubrir los gozos y las bendiciones que ellos ya han descubierto. La visión de alcanzar a otros con las Buenas Nuevas, aparentemente es menos global cuando el enfoque de evangelismo es hacia la familia inmediata.

2. quien les ayuda a percibir que las necesidades pri8. porque anualmente celemordiales de los hispanos bran el aniversario de su en sus comunidades tienen formación como iglesia que ver con el matrimonio (“reunión del pueblo”), lo y la familia, con aceptación que refuerza su perspectiva y auto-estima, así como con histórica como congregala ayuda en cuanto a la exción. periencia migratoria. En 9. porque ven en la iglesia comunidades donde las una manera de cultivar en pandillas son un problema sus hijos los valores cultusignificativo, la prioridad rales, sociales y espirituasocial para la iglesia apales que afirman como rentemente es el desarrollo importantes y deseables. de actividades para los jóvenes, que constituyan al10. porque valoran profundaternativas a los desafíos de mente la oportunidad de las pandillas. estudiar y aprender de las Escrituras, por medio del 3. quien los insta a estar enacceso a biblias y al lidetrenados y capacitados razgo pastoral que les guía para el servicio en la igleen sus estudios. sia local. De esta manera podrán cumplir los planes de Dios por medio de la uti-


lización de los dones espirituales que Él les ha concedido.

4. quienes saben que son parte de una denominación con ministerio en otros países, pero sin precisar realmente en cuántos ni en cuáles países.

5. porque tienen inquietud para con los que viven en sus tierras de origen. Esto se da especialmente entre la primera generación, quienes tienen memorias frescas de sus tierras. Su dominio del idioma caste-

llano aparentemente les sugiere que busquen proyectos misioneros dónde puedan comunicarse con facilidad.

6. cuyos jóvenes tienen una consciencia amplia de la pobreza en el mundo y de los desafíos en el medio

ambiente. Las tendencias de los jóvenes a pensar en proyectos misioneros en lugares como África, la India y Etiopía, más que en las tierras de sus padres.

7. quienes aparentan identifi-

car la estructura misionera de la Iglesia del Nazareno como una organización basada en los Estados Unidos, en vez de una organización global.

8. quienes a veces carecen de los documentos legales que les permitan viajar, tanto

nacionalmente como internacionalmente. Esta limitación parece eliminar pensamientos de participar en viajes misioneros.

9. quienes a veces separan la “predicación” de la “ayuda

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social”, como ministerios diferentes y desconectados en la iglesia.

tualizada y más efectiva en cumplimiento de la misión de la Cabeza de la iglesia, nuestro Señor Jesucristo.

Perfil de autor:

Brian E. Wilson fue Superintendente del Distrito Chicago 10. cuyo sentido de responsaCentral de la Iglesia del Nazabilidad para con los minis- PREGUNTAS PARA reno. Recientemente fue electo terios a los “americanos” como superintendente del DisDIÁLOGO Y DISCUSIÓN: emerge principalmente en trito Sur de Florida a donde el contexto de desastres está en proceso de mudarse. Con base en las percepciones naturales como los huraca- encontradas y en nuestro esSirve, también, en varias junnes. Se da poca expresión tas y comités al más alto nivel fuerzo por ayudar a las con(aunque no está totalen nuestra denominación. gregaciones locales: mente ausente) a un sen¿Cuáles rasgos deberían consi- Además de su trayectoria en el tido de responsabilidad estamento distrital, tiene vasta por ministrar a los anglos, derarse claves para desarroexperiencia en ministerios llar una identidad cristiana afro-americanos y otros fundamentada en la Palabra? trasculturales en América Lagrupos étnicos en el área tina y Europa, como misionero de Chicago. ¿Qué elementos hacen que un nazareno por varios años. Ha El estudiante de misionología, grupo de personas se perciban publicado artículos en revistas eclesiología y de Biblia, notará a ellos mismos como un “puemisiológicas y pastorales y ha blo reunido o convocado” por que las auto-percepciones exparticipado como expositor en presadas no siempre concuer- Dios? consultas misiológicas. El Dr. dan con lo que entendemos Wilson, se graduó en Olivet ¿Cuáles son las marcas distincomo el diseño bíblico de Dios Nazarene University (B.A, tivas que deberían expresarse para su iglesia. Por ende, la M.A. Religion), realizó estuen una congregación cristiana tarea del pastor, del superindios de posgrado (M. Div.) en para percibirse como “un puetendente, del líder eclesiástico el Nazarene Theological Semiblo enviado” por Dios? de hoy en nuestro contexto dinary, Kansas City, y es candiverso, urbano y multicultural, ¿Cuáles serían las causas que dato al doctorado en Estudios incluye el desarrollar maneras están originando que, en un Interculturales (Ph.D.) en Tride ayudar a las congregaciogran número de iglesias cris- nity Evangelical Divinity nes a descubrir una identidad tianas, su auto-percepción School, Deerfield, IL. Él y su más semejante al diseño diesposa Joan, tienen dos hijos, como “pueblo reunido y envino para el pueblo de Dios, y viado” por Dios no corresDavid y Jennifer. Residen en a ejercer su potencial misioel Sur de Florida ahora. ponda al perfil bíblico? nero en una manera contex-

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Recursos en internet...

Tomado de FACEBOOK .Información

de grupo

NAZARENOS (CIUDAD DE MÉXICO)

Grupo cerrado: Grupo de hermanos y amigos de la Iglesia del Nazareno.

130 miembros · Invitar por correo electrónico

Tali Sol Perea ha compartido la publicación de Ariadna Romero Moreno

Aquí les dejo este articulo que me pareció interesante, espero lo lean los antagónicos a esta postura y si así fuera el caso, presenten argumentos sólidos y bien fundamentados...

¡ALADANZA Y ADORASHOW! Ariadna Romero Moreno JNI REGIÓN MESOAMÉRICA

POR QUÉ YA NO CANTAMOS LOS DOMINGOS

El domingo pasado en la iglesia, miré a mi alrededor y noté que la mayoría de la gente no estaba cantando. Además, muchos de los que estaban cantando apenas movían los labios. Las únicas voces que de verdad se escuchaban eran las de los que estaban al frente, en los micrófonos. Esto ha sido una constante —por muchos años ya en las iglesias grandes y pequeñas. Lo que solía ser una actividad para el canto congregacional se ha convertido en una actividad para que la congregación se la pase de pie, observando todo. Aun cuando el animado director de alabanza de las iglesias contemporáneas salta y predeciblemente invita a todos a “ponerse de pie y adorar”, la gente obedece dócilmente a la orden, pero se convierten en maniquíes mudos.

¿Qué hay detrás de este fenómeno? ¿Qué le pasó a los sonidos de antaño, cuando los santuarios estaban llenos de fervor, cuando las voces armonizaban desde las bancas cantando con tal pasión que se podía escuchar aun en las calles? Sospecho que es el resultado de varios factores desafortunados.

Grupo de Espectadores. Cada vez con más frecuencia, la iglesia ha transformado el servicio de adoración en un evento para espectadores. Todos esperan la actuación de los hermanos que dirigen, mientras que permanecen en las bancas cumpliendo con lo que se espera de una buena audiencia: estar quietos, callados, no cuestionar nada, no contribuir en nada (excepto para las ofrendas) y observar a los destacados músicos llevar a cabo su concierto (en el mejor de los casos) bien ensayado. Profesionalismo. Parece que es de suma importancia que la música de la iglesia sea más profesional que participativa. La gente que ocupa las bancas sabe que no canta tan bien como las grandes voces en los micrófonos. Se adora la calidad. Así que los adoradores se resisten a profanar esa calidad con su canturreo desafinado. Es mejor solamente fingir con un poco de movimiento de labios.

Estruendo. El volumen que utilizan los músicos es tan alto, que los hermanos de la congregación no pueden oír sus propias voces, o las voces de los que están junto a ellos —incluso si cantaran, así que no cantan. ¿Qué faltaría por añadir? Ah, claro, el abrumador escándalo amplificado por las grandes bocinas, haciendo desaparecer cualquier posibilidad de escuchar el nutrido canto congregacional. Elección Musical. A veces, la gente se abs-

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importante. La congregación ha dejado de escuchar música cristiana, a veces los mismos hermanos nos dicen: “Toquen canciones viejitas”. Al pedirles los títulos o que nos canten un pedazo, la gran mayoría pide las mismas cinco o 10 canciones, (eres todopoderoso, renuévame, qué sería de mí, yo te busco, etc.) no se saben más porque no escuchan música que alabe a Dios, fácilmente puedo pedirle a cualquiera su celular y son muy pocos los que tie*Concierto de órdenes. A título personal nen musica de alabanza, casi siempre es quisiera añadir este punto. No sé qué sucede con esa creciente obsesión de control en los mi- musica del mundo y se ve reflejado cuando los nistros de música. Lo que es una realidad, es más pequeños en la congregación saben más que durante el tiempo en que se canta en la de grupos o canciones no cristianas; entonces, iglesia no falta lo que yo llamo, el concierto de ¿cómo voy a cantar en el culto si solo escucho órdenes: “Ahora cierren los ojos, levanten las coros los domingos?, ¿como me voy a gozar en manos, ahora repitamos el coro tres veces, la letra si me gustan más las canciones del canten los hombres, canten las mujeres, canmundo? ten los de mi izquierda, ahora los de mi derecha…” Y cuando finalmente termina la En nuestro caso no pedimos: aplaudan, siénmaratónica canción escucho decir: “Dé un tense, párense, repitan, porque la gente no lo aplauso a Jesús”. ¿Qué? Entonces, antes de la quiere hacer. De hecho, hay quien nos dice que siguiente melodía tienen que levantar el no les gusta que pidamos aplausos. Si escucenso: ¿Cuántos están gozosos? ¿Cuántos cháramos, viviéramos más como cristianos están necesitados de consuelo? ¿Cuántos…? Es alabando cada instante de nuestra vida, tentan repetitivo y sin sentido, que logran todo lo dríamos congregaciones más gozosas, no imcontrario de lo que debería ser la adoración y portando que no se escuche mi voz por las la alabanza. bocinas tan fuertes, yo voy a alabar, a goAdmito que me he unido a esta mayoría. He zarme en la presencia del Señor, voy a cantar dejado de cantar. No es que esto me haga muy como sea, pero es porque lo siento. feliz. Sé que debo sobreponerme a estos obstáEs un largo camino por recorrer, pero tenemos culos y adorar al Señor con mi canto, aunque que enseñar a la congregación no solo a hano sea un profesional. Es solo que anhelo un cerse llamar cristianos sino a buscar esa ambiente que me provoque entonar un canto identidad de ser cristianos nazarenos; desde lo más profundo de mi corazón. —Traducción de un artículo de cristianos gozosos en la presencia del Señor; Thom Schultz. cristianos con amor y fe diaria y a cada momento, no solo cuando tenemos problemas; cristianos que alaban cada segundo de sus Principio del Formulario vidas a su Creador. Se ha compartido 4 veces Me gusta · 5 David De La Rosa Cerón Lidia Duran Muy buena reflexión. Me gusta · 2 Estoy de acuerdo con sus puntos, hermana, pero también quisiera añadir un punto muy tiene de cantar porque las canciones no le son familiares, o son difíciles de cantar, o simplemente son muy monótonas. En ocasiones los líderes de la alabanza escogen canciones que si bien pueden ayudar a comprender mejor el tema del sermón, son prácticamente imposibles de cantar. Otras veces eligen canciones aburridas solamente porque han sido escritas por sus compositores favoritos.

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Ariadna Romero Moreno ¡Bienvenido el comentario! Aclaro que el artículo no es mío, ¿eh? Es una traducción del trabajo de un conocido autor americano. Estoy de acuerdo con él y en parte contigo. Pienso que cada congregación tiene sus características propias y, como dice el texto, el resultado de lo que hoy enfrentamos es la suma de muchos factores. Buen tema de debate, ¿eh? Saludos! Me gusta · 3

David De La Rosa Cerón Sí, es un tema muy extenso; gracias por poner estos temas a flote que nos permiten reflexionar sobre nuestras congregaciones, y como siempre digo, ya identificamos el problema, ahora tenemos que trabajar para solucionarlo Me gusta · 2 Sandra Malpica Excelente artículo..... Me gusta · 3

Estrella Sol lamentablemente es verdad lo que dice este articulo, y como dice nuestro hermano David, debemos enseñarnos a llevar una vida cristiana en todo y adorar a Dios no solo es cantar alabanzas!! muy buen articulo Ariadna Romero Moreno Me gusta · 4

Anhelo Paha Así muchos quizas han dejado de sentir ese gozo que provoca la adoración. Oremos por cada iglesia. Me gusta · 1

Información de Facebook: Publicado originalmente por JNI REGIÓN MESOAMÉRICA, 957 miembros. Grupo abierto: Jóvenes cristianos nazarenos pertenecientes a la REGIÓN MESOAMÉRICA con deseos de interactuar e informarse y compartir lo que acontece en nuestras iglesias. Final del formulario

mPunto Final

EN ESTE TIEMPO DE RÁPIDOS CAMBIOS CULTURALES Y GLOBALES, las preguntas de ortodoxia constantemente surgen a la superficie. La tecnología y los medios sociales han logrado grandes y buenos avances, pero en la iglesia pueden con frecuencia ser instrumentos de división en lugar de unidad. Se necesitan hoy desesperadamente líderes con la sabiduría y convicción de Bresee para mantener unido a un grupo, mucho más diverso que el de sus días, con los valores esenciales del llamado a ser santos como Dios es santo. BRESEE DISTABA MUCHO DE SER PERFECTO Y, como todos los grandes líderes, recibió profunda influencia de su particular momento de su tiempo. Pero Dios también lo usó para iniciar un movimiento mucho más grande que él mismo nunca se imaginó. Espero que quienes hemos sido llamados a dirigir la iglesia de hoy nos identifiquemos con su corazón, de modo que los mejores días de su visión aun estén por venir para la Iglesia del Nazareno —T. Scott Daniels, Pastor de la First Church of the Nazarene de Pasadena, California

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