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R E V I S TA D E L A FA C U LTA D D E C O M U N I C A C I O N E S DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE AÑO XIII | N°83 | JULIO 2016

DEL AMOR POR EL ARTE, LA EDUCACIÓN Y OTROS DEMONIOS MAGDA NO ESTÁ, MAGDA SE FUE Una crónica que nos muestra lo traumática que puede ser la enseñanza REFLEJOS EN SILENCIO

¿Artes visuales en la ciudad? Además: Entrevista a Gustavo Cáceres Salaverry / Reflexiones sobre literatura, filosofía y educación


AÑO 13 | Nº 83 | julio 2016 Revista Editada por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte Director Luis Eduardo García Editor Hugo Vergara Corrector Alonso Domínguez Diseño y Diagramación José Carlos Castillo Coordinación General Karolyna Gomez Ilustración de Portada Diana Ortiz Colaboradores David Sanchez María Fernanda Salaverry Gabriel Vigo Alexis Pacori David Navarrete Alfredo Alegría Diana Chugnas Juan Vergara Fotografía e ilustraciones Karolyna Gomez Saby Pulido Grecia Rodas Columnistas Alfieri Díaz Richard Licetti Orietta Brusa


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OPINIÓN

EL CUADERNO DEL TRIBAL Escribe: Luis Eduardo García Director de la Facultad de Comunicaciones (Trujillo) leg@upn.edu.pe

El “Síndrome de Solomon” El “Síndrome de Solomon” no solo explica la tragedia de país como el Perú, sino que revela, por un lado, la falta de confianza en nosotros mismos y, por otro, la envidia; es decir, la acción de minar el éxito y el talento ajeno. El psicólogo estadounidense Solomon Asch sometió en 1951

«Solomon tendría que conocer el Perú, porque la envidia es

a 123 seres humanos a una serie de pruebas con el fin de comprobar

la gran lacra del país», ha escrito en Facebook Rodolfo Hinostroza.

la influencia del entorno social en las decisiones de las personas.

La frase es dura, pero cierta. «Si oyes solo cosas buenas acerca de un

Una de las conclusiones del experimento fue que en su actuación

escritor, si ves que todos lo quieren como a un hermano, puedes

las personas trataban siempre de no ir en contra de los demás o de

estar seguro que nadie le teme, de que todos le estrechan la mano

no convertirse en un elemento discordante en su entorno. En pocas

para ser generosos con él pues, en cualquier caso, no representa un

palabras, de que no eran libres, de que estaban condicionadas por el

peligro. Los compañeros de profesión no se permiten nunca alabar a

medio más de lo que creían.

los que son mejores que ellos ni tampoco siquiera a los iguales (…)

Los psicólogos modernos llaman al fenómeno anteriormente

los alabados son elegidos con gran cuidado entre los inofensivos,

descrito “Síndrome de Solomon” y lo describen como la conducta

entre los tiernos fabricantes de “sofisticados destellos lingüísticos”

que adoptamos con la finalidad de evitar que los reflectores caigan

(…) mientras que los verdaderamente buenos están rodeados por el

sobre nosotros; es decir, asumir eso que llamamos perfil bajo o ne-

famoso cordón sanitario: o bien no se habla de ellos en absoluto, o

gativa a sobresalir así lo merezcamos. ¿Por qué? Para evitar, dicen

bien se habla mucho, pero a sus espaldas (…) o bien se les somete a

los psicólogos, llamar la atención en exceso o por miedo a que los

una encarnizado tiroteo de insultos tan pronto como uno los ve en

demás se sientan ofendidos por nuestros triunfos.

el objetivo», ha escrito en sub libro Las bellas extranjeras el rumano

«El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro

Mircea Cărtărescu.

de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta

Las consecuencias del “Síndrome de Solomon” son la baja au-

de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que

toestima y el deseo de que al otro le vaya mal porque es más que

nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que

nosotros. Este es, sin duda, un escenario recurrente en el Perú, el

la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que

cual explicaría nuestros complejos y fracasos como Estado y como

seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a con-

nación. La solución, según Vilaseca: «comprender la futilidad de

denar el talento y el éxito ajenos. (…) Detrás de este tipo de conduc-

perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros» y «dejar de

tas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos

demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de

enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia»,

las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus

escribe Borja Vilaseca.

sueños». Es difícil, pero se aprende.

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Una crónica que nos muestra lo traumática que puede ser la enseñanza.

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Su apellido era Nureña, pero en mis recuerdos siempre la llamé Dureña. Quizá porque fue la maestra más dura que he conocido en mi vida.

Escribe: David Sanchez – Estudiante de Comunicación y Periodismo Ilustración: Diana Ortiz - Estudiante de Comunicación Audiovisual en Medios Digitales

Tenía 4 años cuando la conocí, y antes de conocerla no recuerdo haber sentido miedo. Dicen que ni siquiera la oscuridad me intimidaba; pero, cuando la conocí, el temor irrumpió en mi cabeza como una bola de demolición. Magda ya no está. Magda se fue, pero algo de su mirada acusadora e intimidante sigue haciendo temblar al niño que aún se esconde en mis recuerdos. Era maestra, y un año antes de conocerla había fracasado en su intento de dirigir su propio jardín de niños. Entonces, el colegio donde yo pasaría ocho años de mi vida, la contrató como maestra de inicial. Su misión, dada su amplia experiencia, era ayudar a los más pequeños a dar sus primeros pasos en la vida escolar. Lo que nosotros no sabíamos, lo que nuestros padres ignoraban, lo que la escuela desconocía, era que Magda nos haría pagar por sus fracasos y, como un endemoniado dragón medieval, esparciría el fuego de su rencor sobre nosotros, grabando para siempre la marca del miedo y la inseguridad en nuestras vidas. El primer día de clases había muchos padres y muchos niños, muchos de ellos lloraban a gritos mientras sus papás intentaban tranquilizarlos con promesas de pasarla bien, de los nuevos amigos, etc. Ese año aprendí que las promesas que los padres suelen hacer en tales circunstancias son en realidad palabras de consuelo que intentan calmar el temor natural que sentimos hacia lo desconocido, hacia lo impredecible. Recuerdo haber permanecido en silencio, con los ojos muy abiertos. No entendía por qué los demás niños lloraban tanto. Gritaban, pataleaban, era como presenciar un exorcismo donde el demonio lucha con todas sus fuerzas por permanecer dentro de sus víctimas. Ahora que lo pienso, quizá ellos notaron el hedor del mal en el ambiente. Ella ya estaba en el aula, pero yo no me había dado cuenta de su presencia. Hasta que cerró la puerta.

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Me paré en la silla para tocar con mi dedo la figura multicolor que giraba con el viento. Y ella me vio, me vio y, sin decir nada, caminó hacia mí y me bajó de la silla de las orejas. ¿Dónde quedaron las palabras, Magda?

No recuerdo haberla visto sonreír. Los primeros recuerdos que tengo de Magda se reducen a un rictus implacable, mejillas endurecidas y el cuello huesudo bajo el mentón. Al volver del recreo, por la adrenalina que todos los niños experimentamos al jugar, quise tocar unos de los muñecos que decoraban el aula y que colgaban del techo. Me paré en la silla para tocar con mi dedo la figura multicolor que giraba con el viento. Y ella me vio, me vio y, sin decir nada, caminó hacia mí y me bajó de la silla de las orejas. ¿Dónde quedaron las palabras, Magda? Una vez, un compañero fue descubierto comiendo algo que le sobraba en la nariz. Entonces, Magda nos enseñó una canción sobre un niño al que no le gustaba bañarse, que era sucio. La canción tenía una sencilla coreografía, la cual se reducía a señalar al niño infractor mientras le cantábamos aquella degradante canción. Recuerdo que alguna noche tuve una pesadilla donde yo

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era el niño de la canción y la mirada acusadora de todos se clavaba en mi mente atormentada por la culpa. Tanto miedo, y tanta culpabilidad, tanto sentido de imperfección a tan temprana edad ocasionó que la viéramos como una reina, una reina oscura en cuyos ojos brillaba el resentimiento y el sádico deleite del que disfruta ejerciendo su poder intimidante. Recuerdo que nos pidió que hiciéramos un dibujo de ella en nuestro cuaderno. Recuerdo muy bien esa tarea, pues había en mí la necesidad de agradarle, de que me quisiera, de que no me hiciera daño. Mis trazos eran duros. No utilicé colores, sólo lápiz. En mi dibujo ella llevaba una corona. Era la reina maldita a la que un niño aterrorizado rendía pleitesía para salvar su alma en el laberinto infernal en que se había convertido su aula. El miedo que le teníamos, y que no sabíamos manejar, nos dejaba al descubierto cada vez que nos orinábamos porque temíamos pedir permiso para ir al


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El miedo que le teníamos, y que no sabíamos manejar, nos dejaba al descubierto cada vez que nos orinábamos porque temíamos pedir permiso para ir al baño. Incluso nos hacíamos encima por evitar dirigirle la palabra.

baño. Incluso nos hacíamos encima por evitar dirigirle la palabra. Una vez me pasó a mí. Me encerré en el baño y traté de lavar mis pantalones. Un niño de cuatro años tratando de lavar sus pantalones en el baño de su aula por temor a que su maestra le cogiera más asco, por temor a que su maestra lo colgara como aquél adorno multicolor del techo. La única diferencia que habría entre aquél muñeco y yo en aquél entonces era que el muñeco estaría sonriente y a colores, mientras que mi vida empezaba a tomar un color gris patético y absurdo a la par que olvidaba sonreír. Sí, Magda. Contigo olvidé sonreír. Contigo sólo adquirí una expresión de paciente psiquiátrico. Magda, quizá ya no estés, quizá hayas muerto, pero algo de tu mirada acusadora e intimidante sigue haciendo temblar al niño que aún se esconde en mis recuerdos.

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OPINIÓN

AL FIERRO Escribe: Alfieri Díaz Docente de la Facultad de Comunicaciones alfieri.diaz@upn.edu.pe

KEIKO Y LOS OTROS DIECIOCHO O la tragedia del elector peruano en busca de su candidato

Keiko Fujimori, con infladita encuestadora y todo, tiene 30% de la masa electoral en el bolsillo. Voto duro para una señora cuyo único mérito es ser hija de un presidiario. Es bolo fijo en segunda vuelta. La pregunta es quién de los otros dieciocho contendores quedará con ella en carrera después del 10 de abril. Castillo anunció en febrero que ya no postularía, así como Reggiardo, así que quedan dieciséis en carrera. Dos han quedado fuera por decisión del JNE. Guzmán por irregularidades al inscribirse. Acuña por ofrecer diez mil soles en Chosica. Ambos, según las encuestas, habían acumulado un 20% de intención de votos que podrían emigrar a los otros catorce. Hilario y Cerrón son prácticamente dos desconocidos. Sus posibilidades son nulas. Mismo panorama para otros con más renombre como Olivera, Simon, Flores-Araoz y Diez Canseco, quienes apenas figuran en las encuestas. Sin ellos, quedan ocho en carrera. En la categoría ‘otros’ pero con ciertas posibilidades de crecer un poco más figuran Toledo, el ex presidente con fama de beodo, Guerra-García, aunque su campaña parece centrada más en que Luna —su financista— conserve su curul y Santos, quien desde la cárcel, hace meses sin haberse dictado sentencia, mantiene un 1,5% de voto cajamarquino y antiminero. Sus probabilidades son escasas, iguales a las de Urresti, el candidato del humalismo, con lo cual quedan solamente cuatro candidatos en carrera.

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Kuczynski mantiene el segundo lugar con un promedio de 7% en las preferencias. Un buen candidato sobre el que pesa su edad avanzada y la fama de lobista. Lo más seguro es que su opción se siga desinflando. García es el candidato que según las encuestas no despega y cuenta con el mayor antivoto. No obstante sería descabellado descartarlo ya que es un viejo zorro que sabe hacerse fuerte en los tramos finales. Aparte, sospecho que el aprismo, por vergüenza, debe tener voto escondido con lo que puede tener un 10% y no el 4,5% que publican los encuestadores. Con unos cuatro o cinco puntos más puede clasificar a la ronda final. Los candidatos con mayor probabilidad de crecimiento son Barnechea y Mendoza. Un 30% del electorado votaría por una cara nueva y ellos representan la novedad en carrera. Alfredo, que de novedoso tiene poco, debe ser quien capture el mayor de los votos del expectorado Guzmán. Sin embargo, opino que Verónika, si es que el machismo peruano permite que haya dos féminas en Segunda Vuelta, tiene mayores proyecciones de crecimiento, por su juventud y porque la izquierda representa históricamente en el Perú un 20% del sufragio y si no tiene voto escondido, tiene voto que no es tomado en cuenta por las encuestadoras. Sin inhabilitaciones de último momento, las opciones del Frente Amplio y de Acción Popular pelearán los votos con Keiko. Salvo que las mañas, demolición y guerra sucia de cierto partido tradicional consigan cambiar este panorama.


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Una entrevista a Gustavo Cáceres Salaverry

“Para mí, el propósito de la vida es ser felices” Estás por salir del colegio o estás pensando seriamente en cambiarte de carrera, pero no sabes qué estudiar o a qué dedicarte entre todas las cosas que te atraen o que te ofrecen. Algo similar le pasó a Gustavo sólo que él decidió no escoger. Él es docente de matemática y estadística de la UPN, ingeniero químico, empresario en el rubro de comida, cantante y compositor de diversas melodías, desde publicitarias hasta interpretadas por famosos cumbiamberos. Escribe: Maria Fernanda Salaverry - Estudiante de Ciencias de la Comunicación Fotografía: Aldo Corcuera - Docente de la Facultad de Comunicaciones

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Infancia artística. Gustavo, su hermana (y también compositora) Mercedes y su hermano mayor, Federico.

Gustavo es mi tío y pese a ello, como muchos de sus alumnos, yo tampoco sabía que era compositor. Saber que posee una voz estentórea y melódica es una cosa, pero saber que posee varias composiciones interpretadas por cantantes reconocidos es otra. Así es mi tío Gustavo, un hombre que no suele contar mucho de sí y de cómo desarrolló su amor por la música en su natal Cajabamba, distrito de Cajamarca junto a sus cuatro hermanos.

Tío, cuando saliste del colegio, ¿sabías qué ibas a hacer?

Cuando llegaron a Trujillo, ¿continuaron con el deseo de componer?

Mi papá, desde muy chicos, nos educó para estudiar una carrera tradicional. Regresábamos del colegio, en ese entonces era mañana y tarde, cenábamos y empezaba nuestro estudio diario del Baldor, todos los días sin feriados ni vacaciones de 07:30 a 09:00 de la noche; además, teníamos horarios de lecturas, él nos asignaba leer cuentos que en estos tiempos se leen en secundaria, nosotros en la niñez teníamos que terminarlos de tapa a tapa.

Nosotros salimos de Cajabamba en 1971, debido a que la reforma agraria se llevó los terrenos que poseíamos. Llegamos a vivir en Buenos Aires Sur, una realidad completamente diferente a la que estábamos acostumbrados. Lo que más nos gustaba de vivir en Trujillo era el Festival de la Canción. Puedes creer, sobrina, que el festival de la canción era tan similar como el Festival de Viña del Mar, es más, Viña del Mar aún estaba en pañales; era lo más representativo que tenía Trujillo en aquella época y recuerdo que mi hermana y yo decidimos postular. Teníamos sólo catorce años, sabíamos que al ganador le daban cinco mil dólares y al mejor vals mil dólares, así que compusimos un vals para llevarnos los seis mil dólares. Escribimos un vals a nuestra querida Cajabamba:

Así es como desarrollé interés en los números y la escritura. Desde los seis años, en Cajabamba componía con mi hermana Mercy; nuestras canciones eran para el perrito o las cosas cotidianas (lo dice y sonríe al recordar).

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Mi pueblo, casitas de adobe, de paredes blancas y techos de teja Mi pueblo, de calles angostas, hermosos paisajes y su buena gente Camino a mi pueblo yo voy, entonando una canción, con todo el corazón MI pueblo, casitas de adobe, de paredes blancas y techos de teja Con sus carnavales, bellas mingas jaraneras Donde se baila con gusto, al paso de la marinera CORO: Camino a mi pueblo yo voy, se agita el corazón, de tanta emoción Camino a mi pueblo yo voy, recordando mi amor, mi vida y mi pasión Camino a mi pueblo yo voy, se agita el corazón, de tanta emoción Camino a mi pueblo yo voy, recordando mi amor, mi vida y mi pasión Recordando mi infancia yo voy, camino a mi tierra Allá donde quedó gran parte de mi alma Allá donde las noches, más alegres parecen Al son de las guitarras, entonando hermosas serenatas […]

Recién graduado. El título de ingeniero químico fue solo uno de las metas que se trazó el joven Gustavo.

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Teníamos todo, el texto, la voz grabada en caset, los ánimos y nervios, así que llegamos al Club de Leones a inscribirnos y nos piden la partitura. Éramos muchachos, no habíamos estudiado música, así que no pudimos ingresar por la partitura. Pero eso no nos quitó el deseo de escuchar por la radio las bellas melodías de todos los competidores. Luego, lamentablemente dejó de existir el festival. ¡Qué pena! Pero tras esa desilusión sé que no dejó de componer. ¿Cómo lo hizo a la par con su profesión de Ingeniero Químico? A la edad de 26 años egresé de la Universidad Nacional de Trujillo. A esa edad, en mi religión los jóvenes salían a servir en una misión por dos años; al regresar, una hermana me llamó y me dijo que en Lima un grupo de amigos estaban formando un Grupo de Rock, necesitaban un compositor y así es como viajo allá. Al final, el Grupo se desintegró y terminé trabajando para Coca-Cola en el área de control de calidad, también en una academia pre- universitaria y en un colegio. Entonces me di cuenta que lo mío es la docencia, es lo que me llena, me siento feliz enseñando, el trabajo en la planta era muy estresante. La docencia y la música, mis pasiones. ¿En Lima es donde conoce a la tía Ester? ¿Cómo la conquistó? Fue una reunión dominical, yo había llegado tarde a la capilla, en el preciso momento que ingreso al salón ella tenía un número especial. Tu tía era muy guapa y su voz me cautivó, ella tenía un montón de pretendientes pero la ventaja que yo tenía, por así decirlo, es que me encantaba la música como a ella. Mi estrategia fue esa y en una ocasión me pidió que le componga una canción para un concurso; ella compuso otra y ganó. Ah, entonces tenía que agradecerle… (Gustavo se ríe con ganas) Y nos casamos en el año 1993. Luego vinieron los hijos y la felicidad se completó.

¡Qué lindo! Tío, ¿cómo llegan a poner el negocio de yogurt frente a la universidad? Cuando Aarón, mi hijo mayor, tenía aproximadamente dos años vinimos a Trujillo de visita, nos encantó tanto la ciudad que nos quedamos a vivir aquí. Así que postulo a UPN a dictar cursos de Química, al final dicté Estadística y Matemática. Tu tía Ester siempre fue una mujer emprendedora, aprovechó que vivimos al frente de la universidad para poner una peluquería pero cuando le diagnosticaron cáncer ya no podía trabajar en ello por los químicos. Después de pensar mucho, vimos que a un vecino le iba muy bien con el negocio del yogurt y como él iba a viajar le pedimos que nos enseñe; el señor viajó antes de lo planeado y sin avisar, pero no nos frustramos. Entonces me dije: soy ingeniero químico, aprenderé a hacer el yogurt. Experimentamos para sacar el sabor, aroma y textura perfectos. Ambos lo hicimos, siempre fue mi apoyo. Tenía el trabajo en la universidad y el negocio y aparecían empresas pidiéndome que componga marineras, villancicos, valses, cumbias, etc. para su publicidad. Casi no tenía tiempo pero ella siempre estaba allí apoyándome, incluso algunas canciones ella las hizo. Así que es medio comunicador… Aprendimos que con la música se puede llegar lejos si te dedicas; yo me he llevado, aproximadamente, once mil soles sólo en regalías por componer “Jugador de Amores” para los hermanos Silva. Me he dado cuenta, con el pasar de los años y experiencias, de que toda carrera es buena, en tu realización personal puedes llegar lejos, sólo debe de gustarte, a mí me fascina la música y los números; siento que no son diferentes, al contrario han sido compatibles en mi vida porque a los dos le di la misma importancia. Puedes ser ingeniero, abogado, etc., cada uno tiene sus dones y la vida nos da tiempo para aprender más cosas. A mí no me encantaron siempre los números, mi padre me enseñó a amarlos y puedo decir que soy feliz enseñando o componiendo una canción. No todo es dinero.

[…] Pero un día saltaste de la Luna y en una estrella me entregaste tu amor Ahora vivo de tí enamorado y grito al mundo “soy el hombre más feliz” Y hoy soy el idiota que va comprando flores, soy el idiota que te escribe canciones Soy el idiota que vive enamorado, totalmente ilusionado Con tu amor y es feliz […] Link: https://www.youtube.com/watch?v=mK18XJL0ysw

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OPINIÓN

Crónicas marcianas Escribe: Orietta Brusa Docente de la Facultad de Comunicaciones orietta.brusa@upn.edu.pe

Violen – cia Cuando se habla de violencia hacia la mujer, es oportuno aclarar qué se entiende por violencia. Al tiempo en que Fujimori, con su clara visión de los intereses de las mineras multinacionales, trataba de desertificar el Perú, eliminando ciudadanos presentes y futuros, aplicó, entre otras más cruentas, la técnica muy efectiva de la esterilización femenina. Ni hablar de la masculina: tampoco ese criminal se atrevió a amenazar la característica más importante del hombre. Fue una tragedia para muchas mujeres porque, ya estériles, además fueron rechazadas por sus maridos que no podían demostrar, a través del útero de sus esposas, su virilidad. La costumbre, todavía muy difundida en las zonas rurales, es tener todos los hijos que dios (o un pene descuidado) regale. Cómo se van a criar y mantener, no importa. No les importa a los padres que se sienten más viriles por el hecho de comportarse como conejos; no les importa a las madres que, reproduciéndose como ganado, se aseguran la pareja. Violencia, sin duda, es prohibir a una mujer de procrear pero ¿no es más violencia obligarla a tener hijos sin conciencia y sin razón solo por voluntad de dios o de un macho que, para ellas, tiene la misma importancia? Existe un movimiento contra las esterilizaciones de Fujimori y nadie (menos Keiko) lo contesta. Pero cuando hay uno contra la reproducción forzada, todo el mundo católico se escandaliza. La iglesia se ha entrometido hasta cuando se habló de educación sexuales y de repartir condones en los colegios. “No tenemos que atentar a la inocencia de nuestros jóvenes”, Cipriani dixit. En fin, tener hijos es la función principal de la mujer. Y cuánto más pobre e ignorante, más hijos. De esta visión retrograda nacen las distintas agrupaciones provida, en contra de la despenalización del aborto. No es un caso que el ya recordado Cipriani, el tipo de “los derechos humanos son una cojudez”, sea promotor y patrocinador de estas penosas manifestaciones, llenas de mujeres creyentes y virtuosas que defienden los derechos del embrión y descuidan por completo los de las otras mujeres, tal vez no santas pero menos hipócritas que ellas. Se inspiran en la biblia que, por supuesto, la gran mayoría nunca ha leído, para dar órdenes y preceptos morales que dios transmitió a sus profetas no se sabe dónde ni cuándo. Cómo, sí se sabe: en los distintos delirios que los patriarcas tenían antes o después de un golpe de calor ya que vivían en el desierto. Es violencia morir de parto en el siglo XXI: si en Europa el promedio es de 12 mujeres por 100,000 partos, en el Perú es de 93

por 100,000. Y estamos felices porque el promedio ha bajado. Un discurso aparte merece el aborto clandestino: La tasa de aborto descendió de 34, en 1995, y a 29 por mil mujeres en 2003, cifra que se mantuvo invariable hasta 2008. La situación fue diferente en el mundo desarrollado donde la tasa de aborto para 2008 fue de 17 por mil mujeres, disminuyendo con respecto a 1995, cuando se registró una tasa de 20. Cerca de un millón de mujeres en Latinoamérica son hospitalizadas anualmente por complicaciones de un aborto inseguro. La tasa de aborto en 2008 fue de 29 por mil mujeres en edad reproductiva en África y 32 por mil en América Latina, regiones en donde el aborto está altamente restringido en casi todos los países. (La República, 20 de Enero de 2012) En los países subdesarrollados la mujer vale menos. ¿No es violencia educar la mujer a ser esposa, madre y objeto sexual desde la niñez? Muñecas, ollas, escobitas y toda la parafernalia (rosada posiblemente) rodean a las niñas hasta que vendrán sustituidas por ropita coqueta y pequeños tacones, bikini sexy y disfraces de princesa que forman una identidad de género prejudicial para el desarrollo de la personalidad. Son condenadas a ser femeninas, débiles, sumisas y listas para “amar” al primer bípedo que se cruza en su camino o a enfrentar la reprobación de una sociedad que tiene bien clara la diferencia entre hombre y mujer: diferencia por lo que concierne no solo la personalidad y las características psicológicas, más bien por los derechos que se reservan a estas supuestas diferencias “naturales”. Tienen entre 12 y 14 años, pero ya son madres. Cada día, de tres a cuatro partos registrados en el Perú son de menores de 15 años. La mayoría llega a este estado en un contexto de violencia, abusos, pobreza y exclusión. Viven en zonas rurales, en comunidades o donde el acceso a la información y a la educación les han sido injustamente negados. De pronto, cambian su proyecto de vida. Para el especialista Walter Mendoza, de UNFPA, esto solo es la “punta del iceberg” de otras exclusiones, entre las que están la falta de ejercicio de derechos reproductivos y su correlación con el embarazo adolescente entre 15 y 19 años. (La Republica, 28 de octubre de 2015) Una mala educación excluye a la gente hasta de los derechos más elementales. -13-


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Escribe: Gabriel Vigo - Estudiante de Comunicación y Periodismo Ilustración: Saby Pulido – Estudiante de Comunicación y Publicidad

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Robert Coover (Iowa, 1932; junto a Thomas Pynchon –“El arco iris de gravedad”- y el desaparecido Kurt Vonnegut –“Matadero 5”- formó parte de la ya extinta promoción de escritores estadounidenses posmodernos, a la que sucedió, dicho sea de paso, el trabajo de la generación de los amigos Franzen y Foster Wallace) concedió una entrevista a inicios de año para El Cultural. En ella, además de conversar acerca de Pinocho en Venecia, novela suya publicada en España a finales de 2015, y de su condición de “deformamitos”, el autor de El hurgón mágico hizo algunas declaraciones bastante puntuales con respecto de una previsible evolución en el concepto que actualmente se tiene de literatura. Y de la literatura, como tal:

<<Lo que hoy llamamos literatura, en el futuro, será una mezcla de cosas. Será música y a la vez será imagen y será texto, y el conjunto será una obra de narrativa. Ya existen iniciativas en ese sentido. […] Siempre comparo lo que está pasando con Gutenberg. Tuvo que pasar un siglo y medio desde que se inventó la imprenta hasta que se publicó el primer libro que era reconocido como libro y que podía leer todo el mundo: El Quijote. Los textos que hay entre la invención de la imprenta y El Quijote se consideran precursores de la novela, pero no novelas propiamente dichas. En ese momento nos encontramos ahora. Todos los esfuerzos en este sentido serán vistos en el futuro como intentos, pruebas, hasta que de repente aparezca un Joyce o un Cervantes y descubramos todas las posibilidades del nuevo medio. >>

Lo declarado por Coover es una fresca aproximación en respuesta a una interrogante que crece cada vez más conforme se desarrollan los soportes y plataformas que posibilitan la literatura (Coover, de hecho, ha señalado que tendrá que ver más con la pantalla). Esta evolución, pues, sería total: tanto en formato como en contenido. Quizá uno de esos primeros intentos (de acuerdo con las palabras de Coover), y que bien podemos considerar un hito en la narrativa de finales del siglo XX es Afternoon, a story (1987), del norteamericano Michael Joyce. Concebida como un universo cerrado (fue diseñada por medio de un programa, Storyspace), esta novela sui géneris fue pionera en su tiempo de lo que posteriormente se denominaría “narrativa hipertextual”. En el Perú, quien ha seguido la impronta experimental de Joyce es Roberto Valdivia –editor de la revista Poesía sub25- con su poemario Salinger (2015). Salinger es, probablemente, una evolución de la obra de Joyce; una metamorfosis no leve que incluye además de, naturalmente, poemas, enlaces a YouTube –música, la concepción del lenguaje de Ludwig Wittgenstein-, notas de voz en SoundCloud, imágenes, gifs, entre muchas otras cosas. Todo esto constituyendo un paso adelante de la estructura de la novela a la que sucede. Ante tiempos en los que el inevitable avance de la tecnología, que influye en las costumbres e inconscientemente forma una nueva visión acerca del mundo (menos ingenua; más simple y más compleja a la vez), la literatura adopta ese dinamismo que la hace manifestación mayor; más susceptible y más plástica, más hija de su tiempo. En el futuro, será lo que tenga que ser sin alterar su esencia.

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Un cariñoso lapo y un severo pañuelo Escribe: Hugo Vergara Docente del Departamento de Humanidades y de la Facultad de Comunicaciones

Un lapo. Ese, sin duda, es el primer recuerdo que tengo de mi educación en el colegio Seminario. Un lapo de ademán más aparatoso que violento. Un lapo en la cabeza de un condiscípulo desconocido propinado por un profesor desconocido en un aula desconocida. El profesor Silva, minutos antes, había estrenado nuestro lunes y nuestro año lectivo con unas afectuosas palabras de bienvenida. De pronto, un estornudo salvaje, exagerado, que empezó con un alarido de muerte y terminó con el más ridículo “chiuuuuu” destrozó la tranquila modorra matutina. No hubo tiempo de reír. Las miradas de una treintena de desconocidos se centraron en las mejillas súbitamente coloradas del profesor Silva. Él, sin abandonar su andar elegante, se acercó a la desafortunada alma autora del esperpento y le zampó el lapo. Luego, le acarició con calidez la mejilla y le dijo que lo sentía. Entonces nos preguntó: ¿Sabían que José Faustino Sánchez Carrión estudió en esta misma aula? Ustedes empiezan hoy la misma educación que recibieron cientos de años atrás, grandes hombres que delinearon la historia. Por eso, su formación no puede ser solamente de conocimientos científicos. Nuestro lema es Fides, Patria, Labor. Aquí, en el glorioso Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo, formamos futuros profesionales, tal vez, pero definitivamente formamos caballeros, patriotas, hombres de bien… Y aprendimos esa mañana que un hombre bien educado no estornuda así sino que con discreción y dentro de un pañuelo, prenda obligatoria desde entonces. No llevarlo era merecedor a un fuerte llamado de atención. Todas las semanas se revisaban tareas y útiles, pero además se revisaban limpieza y pulcritud personal y del uniforme, y claro, el pañuelo que debía estar siempre impecable. No solo es para tus mocos, nos decían y nos enseñaban que si una persona se sentía mal, la asistías con un pañuelo limpio. Fíjate cómo está el lugar donde te vas a sentar y dónde se va a sentar tu compañía y asegúrate con tu pañuelo que esté limpio.

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La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma. John Dewey

Tantas posibles eventualidades salvadas con un pañuelo que muchos empezamos a dotarlo de cualidades sobrenaturales y a llevar dos; uno para nuestro uso personal y el otro por si acaso, a la espera por socorrer a una damisela desvanecida por el calor y aliviar su bochorno con una tela almidonada y planchada. Y no faltó aquel que se ganó un beso al extender su pañuelo limpio sobre la banca de la plazuela para que ella se siente. Más de veinte años y ese matiz de mi educación en el glorioso Seminario sigue presente. Claro es que la educación clásica también se grabó en nosotros pese a nuestros esfuerzos rebeldes, sin embargo, es ese aspecto que no figuraba en los planes de estudio ni se mencionaba en ningún capítulo de ningún temario, el que más nos definió. Ni las malas calificaciones o los actos rebeldes tenían la gravedad de una expresión dicha con mal gusto. De ahí que una clase de Arte se convertía en una clase de urbanidad y refinamiento, una clase de Química en un taller de aseo y la de Historia en una de reflexión del pensamiento humano. Solamente en un entorno así tiene sentido que alguien que jaló Matemática sea elegido y preparado para representar al colegio en un concurso de Aritmética y Ajedrez, que un individuo indisciplinado sea nombrado brigadier de disciplina y que el mismo estudiante que renegó de la Química en un experimento fallido termine de presidente del Club de Ciencias y organizador de la Feria.

Chávarry, maestro de nuestros maestros. Este hombre que en la reja de su propia casa había colocado Pasaje San Carlos y San Marcelo, se aseguraba de conocer a cada uno de nosotros y nos abordaba con interrogantes: ¿Sabían que la primera bandera del Perú fue resguardada por estudiantes seminaristas a la espera de José de San Martín en esta misma aula? Ustedes… En cierta ocasión nos contó que un grupo de alumnos fueron invitados a un baile de un colegio de mujeres, pero, al enterarse, las monjas que lo regentaban declararon que el baile sería sólo entre mujeres. Esta cuadrilla de intrépidos decidió que la solución era disfrazarse de mujer y así, con pelucas y ropas de madres y hermanas, se colaron en la fiesta y bailaron hasta que fueron descubiertos. La indignación de la monja se hizo notar al día siguiente en la oficina del director quien, tras escucharla en silencio, le preguntó con toda amabilidad: ¿Se comportaron mal? ¿Le faltaron el respeto a alguien? Entonces nada malo ha pasado, tan sólo una desafortunada elección de vestimenta. Es muy posible que luego de ser defendidos, a ese grupo de estudiantes (algunos de ellos, luego convertidos en maestros) les cayó también un lapo y un sermón que seguramente habrá empezado más o menos así: ¿Sabían que Toribio Rodríguez de Mendoza y José Andrés Rázuri estudiaron en esta misma aula? Ustedes…

Docentes así, que hacían eso por sus estudiantes. Docentes - ex alumnos seminaristas que estudiaron bajo la misma mística y que luego inspiraron el mismo sentimiento holístico que irradia este colegio desde 1625. Lo supimos por las anécdotas del gran Leoncio

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Número: Centro de Artes Visuales.

En una ciudad que un día llegó a ganarse el epíteto de “Capital de la cultura”, un grupo de profesionales dedicados esencialmente a la fotografía pero involucrados con las artes visuales, apostaron por un espacio para que se convirtiera en un bastión de aprendizaje y difusión. “Una fotografía no es el mero resultado del encuentro entre un acontecimiento y un fotógrafo; hacer imágenes es un acontecimiento en sí mismo”. Susan Sontag Escribe: Alexis Pacori - Estudiante de Ciencias de la Comunicación

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Con más de dos décadas de labor profesional, Omar Miñano, director de Número, es un referente de la fotografía nacional.

En la biblioteca de Número, Guillermo, uno de los estudiantes, mece con sus dedos un pequeñísimo fragmento de papel que está situado en la esquina inferior de una página. Lo hace de derecha hacia la izquierda. Sobre sus rodillas sostiene un considerablemente voluminoso libro del fotógrafo Nobuyoshi Araki. Guillermo observa, analiza, curiosea, acecha visualmente, la espectacular, desafiante y controvertida obra del artista japonés. Mientras eso sucede, un pequeñísimo rayo de luz se atreve a perforar una ventana a través de la cual, se puede contemplar el panorama urbano. Otro estudiante ensaya unas tomas con su Canon 7d. El obturador suena y el taller del día cobra vida. La niña pobre del cine El 19 de agosto de 1839, Louis Daguerre hizo público un invento que se apropia del instante para hacerlo perpetuo: la primera cámara fotográfica, el daguerrotipo. Con esto, se marca el inicio de una de las disciplinas más apasionantes de las expresiones visuales: la fotografía. Con el transcurso del tiempo, distintos estilos fotográficos se han forjado, desde un documento real de denuncia a través de imágenes, hasta alcanzar un clímax artístico en la experimentación surreal y conceptual. Los trabajos de Man Ray, son un ejemplo. “La niña pobre del cine”, como ha sido denominada en los años 50, según Graciela Iturbi-

de, ha alcanzado posicionarse como una de las principales alternativas del comunicador para construir un mensaje. En ese sentido, los primeros meses del año 2015 surge Número como un Centro de Artes Visuales, un espacio de instrucción, creación y divulgación de fotografías con un sentido documental y artístico basado en una visión personal. Situado en la cuadra 8 del centro histórico de Trujillo, Número ha empezado a formar en sus alumnos un concepto propio y una filosofía en el cual lo fotográfico se sitúa sobre muchas cosas basado en un lenguaje, logrando así un vínculo entre ambos realizados a través de talleres fotográficos continuos. Nace así un concepto y una filosofía fotográfica que tiene por finalidad construir imágenes a partir del reconocimiento, carácter, interpretación personal, generando una particular narrativa visual. El método usado para generar imágenes empieza a través de la lectura, ese proceso de comprensión y asimilación de contenido en las cuales intervienen libros de autores como: Robet Frank, Henri Cartier Bresson, Susan Sontag, Sebastiao Salgado, Joan Fontcuberta, y uno de los fotógrafos que inmortalizó el Perú en el siglo XX: Martín Chambi, entre otros. De esta manera se logra la creación de propues-

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tas fotográficas a partir de la interpretación y visualización, utilizando textos y referencias descriptivas. El fotógrafo y docente, director del proyecto, Omar Miñano dice al respecto: Empezamos a mirar hacia un universo cultural que, en los últimos años, se ha ido desaprovechando. A rescatar y a darle un espacio, un lugar a las actividades que alumnos recrean con una finalidad estética, creaciones en que en ellos se expresa a través de una visión de la realidad interpretada a su manera tomando distintas posturas personales transformándolas en fotografía, pintura, escultura y poesía. Y este trabajo ya ha rendido frutos. Durante este periodo de educación, se han realizados diferentes actividades artísticas. Algunas de ellas, lsa exposiciones colectivas denominadas “Develaciones Vulgares” “Tan solo fotografías, tan solo fotógrafos” y “Las pretensiones son una falacia...”. En ellas se intenta manifestar una postura sobre la fotografía, donde la realidad es distinta ante el ojo de cada fotógrafo y de cada testigo de su “creación”, la mirada es siempre personal, únicamente toma formas de indicios poéticos y contenidos distintos (emociones, sentimientos, posturas, ideología e imaginación). Conversatorios, duelos poéticos, exposiciones multidisciplinarias, visionado de portafolios fotográficos, proyecciones de cortometrajes y películas, venta e intercambio de fotografías, denominado “fotostore”, en la cual cada participante tiene la oportunidad de mostrar su

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trabajo. Charlas de pintura, como también de fotografía y periodismo. Asimismo, intervenciones en las calles con uno de los fines de generar una interrogante entre los individuos mismos. Quienes acompañaron en este corto proceso de creación y compartieron sus experiencias y conocimientos fueron artistas plásticos como Luis Alarcón, Eduardo Urquiaga, Oscar Alarcón, Rosa Benites, Juan Chávez, Gonzalo Fernández; críticos de artes como Alfredo Alegría; de igual forma docentes, entre ellos Alejandro Castillo, Hugo Vergara y Orietta Brusa. Fotógrafos como: Gabriel Tejada, Francisco Vigo, el colectivo limeño “Aleph”, en el cual los conforman, José Vidal, Franz Krajnik y Milko Torres, todos ellos dedicados a la fotografía documental y periodística, a la cual han engendrado en la formación académica, visión personal y artística de los alumnos. Son ellos de quienes forman un hogar, donde cada uno de sus integrantes subsiste a través de momentos, emociones, impulsos, instantes, experiencias vividas y catarsis de júbilo. Son esos chispazos de vida que nos mantienen vivos, una vida que en su momento se extiende sólo por segundos para luego llegar a congelar el tiempo a través de una cámara. Son las imágenes que alimentan y se capturan mediante una reacción. Porque las fotografías están ahí, en todos los espacios, suspendidas. Están en el alma, en los ojos, en el cerebro y sobre todo en el corazón, concluye Miñano.


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Entre las actividades de Número se destacan: las revisiones de portafolio, donde destacados profesionales observan los trabajos de los estudiantes; exposiciones y venta de trabajos que permiten a los fotógrafos hacerse conocidos; los cursos, conferencias y talleres a cargo de especialistas nacionales e internacionales y las performances artísticas.

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Son esos chispazos de vida que nos mantienen vivos, una vida que en su momento se extiende sólo por segundos para luego llegar a congelar el tiempo a través de una cámara.

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Yo no sé: una respuesta necesaria Escribe: David Navarrete - Docente del Departamento de Humanidades y de la Facultad de Comunicaciones Ilustración: Karolyna Gomez y Saby Pulido – Estudiantes de Comunicación y Publicidad

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Leí hace muy poco un texto en el que Karl Popper reflexiona sobre el avance del conocimiento y compara lo que antes se conocía con lo que ahora se conoce. El texto se llama El conocimiento de la ignorancia y fue un discurso pronunciado por el filósofo en la Universidad Complutense de Madrid1.En esta conferencia, Popper resalta la sabiduría de Sócrates al reconocer el mismo su propia ignorancia. Sócrates sabía cuán ignorante era, no porque realmente lo fuera, sino porque era consciente de que había un mar de conocimientos esperándolo y él, sabio y amante de la sabiduría, deseaba navegarlo. Bajo esta perspectiva, todos deberíamos ser ignorantes y conscientes de todo aquello que nos falta conocer. La vieja historia nos cuenta que Sócrates respondió: Solo sé que nada sé, cuando el dios Apolo reconoció en él al hombre más sabio. Otro de los aforismos atribuidos a Sócrates es aquel que aparece en el frontispicio del templo al dios Apolo: Conócete a ti mismo. Algunos manuales de filosofía agregan: y luego a los demás. Personalmente creo que el conocerse a sí mismo y luego a los demás no es excluyente; es decir, no tengo que conocerme, para recién comenzar a conocer al resto. Por el contrario, uno mismo se conoce en la medida en que conoce al otro, porque nadie vive solo y aislado, sino en sociedad. Es necesario recordar, además, que Sócrates fue acusado por “inquietar” a la juventud cuando pregonaba estos preceptos. Fiel a su palabra, el amante de la sabiduría aceptó gustoso morir por tan noble causa y se bebió tranquilamente la venenosa cicuta. Las sentencias pronunciadas por Sócrates cinco siglos antes de Cristo no han perdido vigencia; por el contrario, el pensamiento del filósofo griego ha transcendido en el tiempo y se ha convertido en una necesidad para el hombre del siglo XXI. En este sentido, es necesario que los hombres de hoy se encuentren a sí mismos en función a los demás y que reconozcan su ignorancia para que nazca en ellos esa bendita avidez por el conocimiento; esa suerte de emoción y extrañeza ante las nuevas cosas, pues solo así el hombre podrá ser uno nuevo, uno que cuestione el orden y que pueda conquistar la verdad, esa que para Camus es misteriosa, huidiza, pero necesaria.2

En 1636, el filósofo francés René Descartes pone en duda todo lo que la realidad le ofrece, pues esta es dada, no por la razón, sino por los intereses del sistema imperante del momento; es decir, la verdad se subordina a intereses personales. Con este acto, Descartes no solo nos enseñó que hay que dudar de todo; además nos reveló una gran verdad: debemos seguir conociendo, buscar las respuestas a aquellas eternas preguntas que han gobernado al hombre desde el alba de la civilización. Queda claro, entonces, que tanto Sócrates como Descartes nos invitan a cuestionarnos a nosotros mismos y sobre lo que conocemos para que a partir de allí transitemos por los sinuosos y mágicos pasadizos del saber. Para terminar esta justa reflexión, quiero rescatar las palabras de Wislawa Szymborka, la poeta polaca que en 1996 ganó el Premio Nobel de Literatura y que desde el 2012 pasó a formar parte de esa legión de creadores que viven en ese atávico lugar de señales místicas reservado para los artistas que ya no están físicamente en este mundo. Szymborka, en su magistral discurso de aceptación del Nobel, señala que ella valora esa breve frase que, compuesta por solo dos palabras, ha sido crucial en nuestra historia. “Este es el motivo por el cual valoro esta breve frase: “No sé”. Es breve, pero vuela sobre poderosas alas. Expande nuestras vidas abarcando desde nuestro espacio interior hasta las expansiones externas en qué está suspendida nuestra diminuta Tierra. Si Isaac Newton nunca hubiera dicho “no sé”, las manzanas en su jardín podrían seguir cayendo como granizo, y él, en el mejor de los casos, solamente se inclinaría a recogerlas y comérselas con fruición. Si mi compatriota Marie Curie nunca hubiera dicho “no sé”, probablemente habría terminado enseñando química en un colegio para señoritas de buena familia y en este trabajo, por lo demás muy respetable, se le hubiera ido la vida. Pero siguió repitiéndose “no sé” y estas palabras fueron las que la trajeron, no una sino dos veces, a Estocolmo, donde los espíritus inquietos y en búsqueda constante son ocasionalmente galardonados con el Premio Nobel”.

La conferencia citada se dio con motivo del otorgamiento del doctor “Honoris causa” de la Universidad Complutense de Madrid – España a Karl Popper. La traducción apareció en Diario 16 de Madrid. 2 Albert Camus señala que “La verdad es misteriosa, huidiza, y siempre hay que tratar de conquistarla” (Esto aparece en el discurso pronunciado el 10 de diciembre de 1957, el día en que recibió el premio Nobel de Literatura). 3 El discurso en el que Wislawa Szymborka recibe el premio Nobel fue pronunciado el 7 de diciembre de 1996. 1

Referencias - Karl Popper, « El conocimiento de la ignorancia », Polis [En línea], 1 | 2001, Publicado el 30 noviembre 2012, consultado el 27 noviembre 2015. URL: http://polis.revues.org/8267 - Los premios Nobel de literatura toman la palabra.

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OPINIÓN

CAUSA PERDIDA Escribe: Richard Licetti Editor de contenidos de medios virtuales richard.licetti@upn.edu.pe

NOSTALGIA PLAYERA Uno Debo a un viaje inesperado, como tantos, el hallazgo de dos playas que la memoria persiste en conservarlas como fueron. Y a otro más el haber recalado en una bahía adonde la imaginación me lleva siempre.

Dos Terminábamos de avecindarnos en Chiclayo y en un rapto de aventura el tío Edmundo apareció un día con la proposición de enrumbarnos al norte sin definir destino. En la familia a este tipo de ofertas jamás se oponían negativas, así que poco antes de que cayera la noche la solícita Rambler station wagon iniciaba otra de sus incontables travesías.

radica lo bello y lo cierto, entonces ese sitio era hermoso y verdadero: arena, mar, lanchas de pescadores, el arrullo de las olas. Todo podía contemplarse auténtico y verosímil en esa caleta, de las que quedan pocas. A no muchos kilómetros de allí existía otro remanso de pescadores -Máncora-, desfigurado hoy al extremo de haberse convertido en algo completamente distinto de lo que fue. Porque la profusión de hoteles y visitantes no ha mejorado a esta caleta, sino todo lo contrario. Por eso me solazo con el recuerdo calmante de su playa blanca y mar azul en estado virginal, lo mismo que con el de sus magníficas tortillas de langostinos, de las que uno podía dar cuenta con la maravillosa sensación de estar casi solo en el mundo.

Tres El tío Edmundo quiso ponerse al timón y luego de un tramo largo, tras sortear con fortuna las curvas y almas en pena de la sinuosa cuesta de Ñaupe –un paso para el cual era menester encomendarse a todas las vírgenes- y de cenar en Chulucanas portentosos caldos de pavo, estacionó la camioneta al costado de una ramada en las inmediaciones de Tumbes. Las primeras luces comenzaban a despuntar mientras él indagaba por el desayuno del día. Como en todo viaje que se digne de espontáneo, había que continuar. Así fue, y luego de un alto alimenticio en el ecuatoriano puerto de Machala, de común acuerdo se tomó la decisión de dar la vuelta. En esas circunstancias nos recibió Zorritos. Los mayores eligieron el antiguo hotel de turistas para pasar la noche y beber unas cervezas en su terraza. A mí el esplendor de su playa a las cinco de la tarde me provocó un hechizo de larga duración. Si en lo simple -26-

Un recorrido a través de la costa californiana depara experiencias varias. El acompañamiento de una gaviota en sereno vuelo en el trayecto del ferry hasta la isla de Alcatraz es una de ellas. También que en el Barrio Chino de San Francisco uno deba eludir en cada esquina a pacíficos residentes orientales con problemas de daltonismo. El descubrimiento de Carmel by the Sea en el camino a Los Ángeles fue fortuito, pero su impronta es imperecedera. En sus arenas transparentes, en los cipreses que vigilan y ventilan la playa, en el horizonte interminable sobre el mar, hay algo único y enigmático. Considérese como valor agregado de este hallazgo a una dama en bikini que bebe el vino de Napa Valley bajo los rayos del sol, y por supuesto el conmovedor espectáculo de las ballenas apareándose frente a la bahía en obediencia a los mandatos de la naturaleza. Sin duda, volver a esta playa es una tarea pendiente.


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Mo Yan o la prescripción para escribir crónicas El mérito de leer una crónica no está en el hecho noticioso mismo, es el estilo y la manera cómo se narra los que perduran y dejan una huella en el lector. Escribe: Alonso Dominguez - Docente de Lengua y Literatura Fotografía: Grecia Rodas - Estudiante de Comunicación Audiovisual en Medios Digitales

Es llamado el Gabriel García Márquez chino, célebre por su fascinante manera de contar lo usual, lo humano, lo bello. Su narrativa revela una sensibilidad clara y formidable: la de un ser que ha vivido el olvido y la carencia, pero que, aun así, tiene la dignidad y sabiduría para contárselos al mundo. Un solo relato suyo basta para entender que no existe pretexto para ver al mundo con desdén; sino más bien, que existen razones humanamente hermosas para darlo a conocer. Los relatos breves de Mo Yan, ganador del Premio Nobel 2012, no solo son un elixir para nuestra ansiosa o acaecida existencia. No, constituyen una gama de oportunidades para aprender a contar con gracia y maestría lo que parece ordinario y que, a veces, se contempla de forma insulsa. La vida sencilla y cotidiana, aquella que nos hace buscar una forma de ganarnos la vida, la misma que nos hace abandonar a nuestros hijos, esa misma es el manantial del cual se nutre este magnífico escritor para crear una historia fascinante. Esos mismos hechos, que pueden ocurrir en un remoto distrito chino o en la esquina de nuestro barrio, son la fuente para todo comunicador, más si su propósito va más allá de brindar información. La crónica, por ejemplo, es un cálido formato que permite narrar con agilidad y belleza aquello que suele ser calificado como trivial y hasta suele ser comunicado burdamente. El mérito de leer una crónica no está en el hecho noticioso mismo (que lo determina la intención del comunicador), es el estilo y la manera cómo se narra los que perduran y dejan una huella en el lector. Una persona puede enterarse de un acontecimiento si lee una noticia; pero, no puede disfrutar y al mismo tiempo enterarse como lo haría a través de una crónica ágil y amenamente escrita. Sin un propósito más que literario, Mo Yan muestra que lo

próximo, y muchas veces inadvertido, debe ser motivo de una reflexión, de un acercamiento. ¿Cómo lo hace? Mediante sus cuentos, historias que pueden hacerte cuestionar hasta tu propia manera de vivir. Te pregunto: ¿Harías cualquier cosa por divertirte? Imagina que eres despedido luego de toda una vida de trabajo honorable y eres tan viejo que no consigues empleo alguno. ¿Cómo vivir y disfrutar de ello? (Shifú, harías cualquier cosa por divertirte). ¿Cuidarías a una recién nacida, huérfana de amor y patria, si la encontraras llorando en medio del campo, bajo el inclemente sol? ¿Incluso si tu esposa solo anhela “el varón” y hace todo lo posible por que renuncies a tu altruista esfuerzo? (Niña abandonada). ¿Escaparías volando para no sucumbir ante el amor y el destino, incluso si te brotaran alas como lágrimas de esperanza y consuelo? (Volando). ¿Vivirías los cambios con una sonrisa plena y sincera? Si solo tuvieras como opción la militancia política y en el devenir de tus días descubres que hay más de una historia parecida a la tuya ¿Cambiarías esa vida? Nuestro deber no es contestar esas preguntas; lograr que el lector se las formule sería nuestro objetivo, sobre todo si con ello logramos que se fije más en las personas que lo rodean, que mire más allá de su trabajo, de sus deudas y de su familia. Mo Yan, maestro entre maestros, nos demuestra que lo usual, lo cercano, puede ser visto y expresado con belleza. La estética, entonces, es un bien indispensable para todos aquellos que gravitamos en el ámbito y la necesidad de comunicar. ¿Qué nos queda si pretendemos llegar a la mente y al corazón de otros? ¿A qué aspiramos quienes vivimos de la palabra y su fuerza comunicativa? Solo a expresarnos con el ingenio y la belleza suficientes como para no ofender y menospreciar a nuestros lectores con un lenguaje ordinario, pariente cercano de la prensa de bajo calibre. -27-


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¿ARTES VISUALES EN TRUJILLO? REFLEJOS EN SILENCIO Escribe: Alfredo Alegría Docente de la Facultad de Comunicaciones En una tarde soleada de verano me dirigí al restaurante “Mistura”, espacio asumido por la bohemia trujillana de la plástica, si es que así puede llamarse. Era un encuentro para analizar la posibilidad de un conversatorio sobre arte. ¿Sobre arte? ¿Y qué es eso? ¿Qué importancia o significatividad puede tener ese interrogante deletéreo dentro de una sociedad tan mercantilista como la nuestra? Pero habría que ver… Hacía tanto tiempo que estaba apartado del grupo de creadores plásticos…Claro, yo fungía lamentablemente del calificativo de “crítico” aunque solo he sido un comentarista en épocas inverosímiles en que el diario de la ciudad publicaba sobre las exposiciones… Así que en esta especie de retorno me sentía como un recién llegado a un espacio iniciático. Y efectivamente, el restaurant estaba lleno de cuadros de artistas interesantes de un figurativismo revisado y simbólico, algunos paisajes con intenciones de contemporaneidad o de obras muy vanguardistas marcadas por un impactante sentido de ruptura conceptual… La reunión se desarrolló agradablemente pero me llevó a una serie de cuestionamientos sobre el rol del artista en una ciudad como Trujillo y un país como el Perú. Se levantaba una interrogante crucial: ¿Artes visuales en Trujillo? Responder a ella supone una desesperanza construida a lo largo de los últimos años. Nuestra ciudad ha sido tomada por el mercantilismo en tal alto grado que los espacios culturales se han reducido por completo y si suceden eventos de esa índole se realizan en el silencio. Un silencio que ha ido marcando el desarrollo artístico de la ciudad que, actualmente, carece de una visión y un ideal que le otorgue una identidad auténtica. Y sin embargo recibí la invitación para sendas exposiciones…Asistí a la primera acompañado de amigos interesados en el tema artístico que sentían una curiosidad singular. Ingresamos a la Casa de la Emancipación cuyo

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su hermoso patio neoclásico se abría a nosotros y entramos a su amplia galería iluminada por las típicas ventanas de reja trujillanas. El sentimiento de apertura y de serenidad se rompió bruscamente. Mis amigos debían enfrentarse a imágenes de seres fantásticos, estructuras abstractas en manchas de color, opulentos y distorsionados desnudos femeninos, símbolos cada vez más extraños y angustiados. En algunos había una convicción en el ideal y en otros la paradójica afirmación de la negación de la vida. “No entendemos” -me dijeron- “Algunos cuadros están bien hechos, los colores están muy bien colocados, son originales. Esas formas son grotescas pero interesantes”, me decían casi con un espíritu de resignación. “¿Y por qué tienen que ser así?”. Expliqué que hoy el artista exige una autonomía y libertad para expresar su personal desilusión o tragedia siempre con una forma adecuada y un apropiado sentido de manejo plástico. Siguieron en duda: “¿Pero no podrían ser más cercanos, más directos?.... Este es interesante. Está usando la fotografía ¿Montaje?”. Y entramos a una segunda sala. “Esto parece una escenografía”, comentaron. Y efectivamente, una instalación es muy semejante. Luego un extraño video de imágenes citadinas en permanente repetición les llevó a una interrogante trágica: “¿También eso es arte?” En síntesis concluyeron que el arte parecía ser solo para los que conocen”. Y era imposible un intento de identificación: ¿Dónde se hallaba el problema humano? ¿Dónde se encontraba la sociedad? Este rechazo interno de mis amigos resultaba singular si se toma en cuenta que el tema del público desconcertado ante la ruptura estética viene desde comienzos de siglo XX. El caos conceptual tan propio de los artistas de hoy resulta un testimonio de la época y de la crisis humana que agobia la sociedad. Pese al esfuerzo que realiza por comprender, el públi-


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Atardecer en Malabrigo José Carlos Orrillo

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Tampoco soy yo - wendy castro - tinta sobre

Santuario adolfo asmat

organza

co se siente distanciado y perplejo buscando una validez para lo que observa, lo que por momentos pareciera tener un sentido críptico La ruptura artística en Trujillo data de 1990 con el grupo “Grito” y al año siguiente el Salón de Primavera. Se inició con Tito Monzón y William Pinillos, ambos de un manejo exquisito de la técnica, el símbolo y dentro de la contemporaneidad en su más alto grado; el desaparecido Manuel Miranda Parreño y su delicado neosurrealismo; el sentido simbólico de Luis Alarcón; la barroca y melancólica fantasía en Joselito Sabogal; las formas grotescas de Carlos León; el erotismo expresionista de Francisco Castillo y Humberto Jiménez; la fusión entre abstracción y símbolo realizada por Carlos Chávez y Juan Chávez, Coco Mora, Adolfo Amat. Rosa Benites y Pedro Méndez Encomenderos; el vaivén entre lo experimental y lo figurativo en Belinda Li y Wilo Vargas… Recién a fines de la década del 90 los artistas se apartaron radicalmente de lo que se entendía por representación e ingresaron al rumbo de lo conceptual en instalaciones con fotografía y video. El arte experimental tomó por asalto a la ciudad gracias al trabajo de Jano Cortijo –ganador de la Bienal de Lima de 1999– y de Alice Vega, ambos tomados por el tema de la identidad ciudadana.

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Jano Cortijo presentó en 1997 la primera instalación conceptual en Trujillo: “Los días solos se suceden”: Una extraña habitación con sala, comedor, dormitorio, cocina y baño, a la que se ingresaba por un plástico. Las personas se sentaban en el sofá, en la cama y las sillas del comedor. Desde entonces se inició el uso de multimedia en instalaciones que incluían con intervenciones sonoras, texturas o reflejos lumínicos…y junto a ellas, la fotografía en sus infinitas posibilidades, siempre en procura de transmitir la idea de instantaneidad, el sentimiento de búsqueda de la trascendencia de lo intrascendente La actual importancia de la fotografía se evidencia en artistas del nivel de Jean Paul Zelada, Juan Carlos Alvarado Salvatierra, Tania Castro y Wendy Castro, expresando estados emocionales escépticos: seres deformados, situaciones incongruentes, una irremisible soledad y, por momentos, visos de crítica social. Hemos visto las visiones fotográficas cósmicas y míticas de José Carlos Orrillo.. Carmen Hoyle captura el movimiento del fuego como personajes danzantes hechos de luz y Perla Callirgos es tomada por visiones de la naturaleza en claroscuro. A su lado, las formas destruidas de Omar Miñano. Características desarrolladas también en las instalaciones simbólicas y crítica social de Gonzalo Fernández y Juan Zavaleta… Otro género es el de la historieta


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Personaje en azul Oscar Alarcón

Trashumantes- Socorro - Mora MoraC - Óleo sobre lienzo

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Pedro Méndez Encomenderos

utilizado entre otros, por Oscar Alarcón… Tal vez intentan responder creativamente al desafío que les plantea la realidad inmediata. Retornando a la historia inicial, asistí a otra exposición. Era la sala “Impromptu”, la única en Trujillo donde se puede realizar intervenciones en el espacio. La exposición se llamaba “Habitat”, presentada por Héctor Lozano –profesor de la Universidad Privada del Norte- y Shoshi Chong. Uno de los muros había sido tratado con tierra al estilo de un inmenso cuadro de Jackson Pollock. Fotografías del cuerpo humano fragmentado, con un erotismo explícito en tono lírico o cuerpos en movimiento, completamente difuminados. Formas geométricas místicas colgaban del techo y el público caminaba entre maniquíes. Prácticamente solo había jóvenes que participaban libremente y sin problemas. Es claro que los jóvenes saben lidiar con las actuales propuestas interactivas pero ¿es suficiente? Volviendo al conversatorio, este se llegó a realizar aunque casi en secreto. En la sala se encontraban nuevamente jóvenes apasionados y algunos artistas, hoy ya antiguos para la nueva hornada. Y lancé una interrogante perversa. ¿Existen los artistas trujillanos? ¿Realmente existen? ¿O acaso son las suyas creaciones que deambulan en un limbo personal? ¿Qué significación tiene su particular angustia para el gran público? ¿Y el dolor de los demás? ¿La tragedia humana que se encuentra a la vuelta de la esquina?

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Un tema ya propuesto en versos de César Vallejo: “Un hombre pasa con un pan al hombro. ¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?... Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre. ¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?... Álguien pasa contando con sus dedos. ¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?” Y seguí cuestionando al auditorio: ¿Dónde están realmente nuestros artistas? Muchos siguen los gestos y formas supuestamente novedosas que en verdad persisten en paradigmas de un establishment contemporáneo. Algunos se pierden en gestos que fueron válidos en el Perú de los años 60 y 70, cierto neoexpresionismo de los 80 y comienzos de los 90 pero ya no lo son según las pautas de la antigua modernidad. Vivimos la posmodernidad y aún más allá. Es un momento histórico difícil caracterizado por el relativismo cultural total. Y en él los artistas han optado por un convencionalismo de lo informal. Una historieta en el Times decía: “Querido, ¿por qué eres tan informal como todo el mundo? Esa fue mi intención al participar en el conversatorio. Rechazar que el artista acepte la ruta fácil de lo aparentemente experimental. ¿Hasta qué punto el artista tiene derecho de decidir su estilo basado en la sugerencia de modelos artísticos sin relación directa con la agobiante realidad?¿Hasta qué punto esta generación no estaría perdiendo el rumbo? Es verdad que todo desde entonces ha aparentemente cambiado… ¿Y el público?


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En un país como el nuestro, tan lleno de problemas humanos, detenerse solo en la belleza formal del color, la singularidad de los conceptos o la sorpresa de lo absurdo, llega a ser irresponsable.

Jean Paul Zelada- Autotracking

Sin título Tania Castro

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Ana de Orbegoso- Virgen Urbana

En un país como el nuestro, tan lleno de problemas humanos, detenerse solo en la belleza formal del color, la singularidad de los conceptos o la sorpresa de lo absurdo, llega a ser irresponsable. No vivimos en el tiempo del neo dadaísmo y el nihilismo artístico. Nuestro alrededor es demasiado terrible para que quienes tienen el don especial de ponerlo en evidencia en imágenes escojan la evasión hacia la seguridad de un mundo interno y –defendidos por un extraño hermetismo- deserten de su responsabilidad como portadores de denuncia, orientación y pensamiento. Una nueva generación parece aceptar el desafío de la realidad, vista en forma propia y no sólo a través del cristal metropolitano. Su tarea es evitar la torre de marfil contemporánea e interiorizar que integran una sociedad que requiere mensajes que enriquezcan el espíritu. Deben luchar contra el vacío conceptual, contra el pragmatismo de los tiempos y del sistema pero, ante todo, contra sí mismos. Hay que considerar la censura de la exposición “Ciudad Fantasía” (2014) Videoinstalaciones, fotografías y obras plásticas que denunciaban la mediocridad espiritual en que se ha sumergido la ciudad. Muestra conceptualmente desintegrada con una temática genérica: la acusación política directa a la comuna, los políticos y el mercantilismo. La muestra se volvió a presentar pero fue un síntoma del lamentable contexto en cuanto a las manifes-

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taciones artísticas Y así transcurre el proceso de las artes visuales trujillanas. Gestos individualistas y solitarios como reflejos de un mundo ciego. Quehacer que sucede en el silencio, sin el apoyo suficiente, sin la posibilidad de una crítica –casi ya no existe esa posibilidad en el diario de la ciudad– y limitada a las redes sociales. No quisiéramos repetir con José Eulogio Garrido –quien en los años 60 observaba con desesperación a un Trujillo destruido y olvidado– que a la ilusión de ciudad la “”ha tumbado el tiempo…se la ha llevado el viento”. Frente a esa desesperanza solo puede responderse con la fe en la posibilidad de construir el futuro con belleza y con valores. Necesitamos nuevamente de soñadores. Necesitamos de líderes. Necesitamos crear de nuevo a Trujillo. Siempre las historias comienzan con “hubo alguna vez”. La tarea que se nos impone es continuar la historia legada, retomar el camino trazado y dignificar este rumbo para las generaciones por venir. La sociedad peruana se ha tornado cada vez más compleja y difícil de descifrar. Su enigma es el reto a asumir por los creadores plásticos trujillanos. Mensajeros de ilusiones y deseos, tienen el deber de forjar en sus obras conceptos que interpreten y propongan caminos a una sociedad angustiada y ansiosa. Poesía y verdad, realidad y ensueño, desafío y acción de una juventud que forja su propio destino.


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EL ESPEJO Diana Chugnas, estudiante de Ciencias de la Comunicación Ilustración: Grecia Rodas, estudiante de Comunicación Audiovisual en Medios Digitales

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díatreinta • abril 2016

A quella noche miró hacia el pasado para encontrarse con su otro yo, aquella muchacha asustadiza y tímida que no era capaz de decir una palabra más alta que la otra. Se miró al espejo intentando analizar sus gestos, buscando qué era aquello que la había hecho cambiar tanto como para convertirse en lo que ahora era. ¿Adónde habían ido a parar aquellos sentimientos de culpabilidad de las primeras veces? ¿Qué había sido de su arrepentimiento, dónde estaban sus comeduras de cabeza, aquel dolor intenso que había sentido su pecho, esa lucha de sus ojos intentando evitar llorar? Ya no quedaba nada de aquello. Ella se había convertido en una implacable máquina de muerte. Ya no había compasión en sus ojos a la hora de matar. Ya acabó la venganza, porque ahora no se sentía pequeña e indefensa, porque ahora ya tenía el control que había estado ansiando durante toda su vida. Y, mirándose ante el espejo, sintió ganas de llorar, no por sus actos, si no al ver en lo que se había convertido, ya que había pasado de ser una dulce personilla, sincera, silenciosa, sufriente y simple, a aquello. ¿De qué le había servido? Si realmente era gratificante la venganza o si sólo era una idea que había creado en su mente para convencerse de que llevaba la razón, era algo que ya no se sentía capaz de evaluar. Y ahora estaba a solas. A solas con la muerte. Meditando sobre el sentido de todo lo que había hecho. Pensando en cómo habría sido la vida de aquellas personas si ella no se la hubiera arrebatado. Acordándose de las familias, de todas sus víctimas. Era extraño que se hubiera puesto a pensar en ello. ¿Qué estaba fallando en ella? ¿Por qué se creía malvada? ¿Por qué sentía compasión? Toda su vida había consistido en una cruzada de venganza hacia el pasado, hacia los malos tratos que sufrió, que la convirtieron en un ser alienado, inútil, que se dejaba llevar. Y había disfrutado tanto siendo ella quien llevaba las riendas... Pero ahora el camino llegaba a su fin. Ya no sentía deseos de volver a matar. La cuenta había sido saldada. La venganza había llegado a su término y se dio cuenta de que su falsa personalidad, la de aquella imparable asesina, era tan sólo una mala fachada que ella misma había creado. Y la fachada había cedido ante la realidad. Ya no había vuelta atrás. No podía permitirse el hecho de volver a ser como antes. No volvería a llorar, ni a quejarse, ni a sufrir por ella ni por nadie. Jamás podría aceptar a su verdadero yo. No sabría cómo convivir con él. Sin más escapatoria abrió el bolso, sacó su pistola, se miró al espejo y, apoyando el arma sobre su sien, disparó con una sonrisa en los labios. Había ganado la batalla.

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RETIRAS

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