Jaime Quispe Palomino, Pbro.
Cuaresma -camino hacia la Pascua-
Tiempo de conversión: La conversión es el gesto concreto de la Cuaresma que significa volver a empezar “en referencia al aspecto exterior de cambio de vida práctica o costumbres (epistréfein) y al aspecto interior de cambio de mentalidad (metanoía)”25.
“…Ayúdame a volver y volveré, ya que tú eres Yavé, mi Dios. Ahora me arrepiento de haberme desviado, me doy cuenta y me golpeo el pecho” (Jer 31,18e-19).
La conversión se desarrolla en función a la toma de conciencia del pecado; porque solamente habrá una verdadera conversión en la medida que el cristiano reconozca el pecado como un atentado al pacto de alianza con Dios. ■■ Dinámica de la conversión: La conversión, en el discípulo y misionero de Jesucristo, comienza en el interior y se refleja exteriormente. Por eso, la conversión debe asumirse desde estas dos actitudes: •• Conversión interior: Consiste básicamente en el cambio de mentalidad. “Volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti” (Lc 15,18). La conversión interior es el fruto de la reflexión paciente y humilde.
•• Conversión exterior: Consiste básicamente en el cambio de actitudes.
[25]
“Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, por ser sus santos muy queridos; revístanse de sentimientos de tierna compasión, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Col 3,12; Cf. Tit 3,4). La conversión exterior es el conocimiento y consentimiento del perdón que Dios otorga apasionadamente a la Iglesia.
Dionigi Tettamanzi, El hombre imagen de Dios, secretariado trinitario, p.213
33