Arquidiócesis de Huancayo -Pinceladas históricas y Episcopologio-

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-Pinceladas histรณricas y Episcopologio-

Jaime Quispe Palomino

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Jaime Quispe Palomino



Arquidiรณcesis de Huancayo -Pinceladas histรณricas y Episcopologio-

Jaime Quispe Palomino


Arquidiócesis de Huancayo -Pinceladas históricas y EpiscopologioEs una publicación de: © Jaime Quispe Palomino Dirección: Jr Bruno Terreros N° 1521 AA. HH. Justicia Paz y Vida - El Tambo - Huancayo

jaime-quispe@hotmail.com Fotografías: Luis García Shanki ISBN: Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: N° 2016-16279 Noviembre 2017, Primera edición Tiraje: 1000 ejemplares Editado por: Jaime Quispe Palomino Impreso en Editora Imprenta Ríos SAC Jr. Puno 144, Huancayo Editado e Impreso en Perú / Printed in Peru Queda prohibida cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización del titular de la propiedad intelectual.


A los sacerdotes de la Arquidiócesis de Huancayo que un día trabajaron en la viña del Señor para dejarnos como herencia esta amada Iglesia Aquidiocesana de Huancayo. Asimismo a los religiosos y religiosas que han dejado huellas de eternidad en la evangelización de la región central del Perú. A los laicos que por su servicio pastoral mantienen el fervor de nuestra fe católica.

A la señora Hilda Angélica Ninahuanca Sovero por hacer realidad esta publicación.



Presentación

C

omo dice el filósofo griego Seneca, la historia “es testigo de los tiempos, luz

de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida y testigo de la antigüedad.” Y como “no se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama”, Jaime Quispe, en el afán de contribuir en la forja de una iglesia más fuerte y viva, refleja su preocupación por dar una identidad histórica a la iglesia. El Papa Juan Pablo II dijo en más una ocasión que América Latina era “la reserva moral de la humanidad.” Pero sin una historia, sin una tradición de vida, sin una feligresía activa, la iglesia corre el riesgo de 9


ser un organismo agónico, una asociación obsoleta. El Papa Francisco dijo una verdad meridiana con respecto a la Iglesia Católica Latinoamericana: “Es una Iglesia viva, una Iglesia alegre, una Iglesia luchadora y con una historia gloriosa.” Por eso, es importante reconocer y saludar el esfuerzo de asumir la difícil tarea de investigar y dar a conocer la historia de la Arquidiócesis de Huancayo; él continúa el camino iniciado por monseñor Rubén Berroa, obispo de la diócesis de Huánuco, añade una página más a la trayectoria de la fe católica en nuestra región, otorga continuidad y tradición, dinamismo y actualidad a un organismo viviente y palpitante. “Arquidiócesis de Huancayo -Pinceladas históricas y Episcopologio-” es una valiosa contribución a la investigación y desvelamiento de nuestra historia regional. Construir la biografía del Arzobispado de 10


Huancayo se emparenta con la búsqueda de unidad con la gran familia que compone la feligresía huanca, personas del ayer y de hoy que enraízan sus vidas y su fe, que requieren saber de su pasado para amar e identificarse, para dejar en heredad una fortaleza espiritual que les asiste, para hacer mucho más fuerte su sentido de pertenencia. Apropiándonos de una frase del sabio Sebastián Lorente podemos afirmar que “Las ventajas generales de la historia, que son suplir la falta de experiencia, dirigirnos hacia la verdad, la belleza y el bien con el atractivo de los grandes ejemplos, y avivar el deseo de instruirse en los principales ramos del saber, se hallan, en el más alto grado, en la historia antigua de Oriente” y este mismo concepto es posible extenderlo a nuestra historia regional. He ahí la importancia de este libro: es una ventana que desde el pasado ilumina 11


nuestro presente y nos puede señalarnos el rumbo al mañana. Enhorabuena, Jaime, otros vendrán a enriquecer esta rica historia hasta convertirse en verdad incontrovertible, mientras tanto, hacemos votos para que el camino trazado permita a otros viajeros de la historia seguir el mismo sendero de verdad y fe. Nicolás Matayoshi Matayoshi.

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Introducción

L

a historia de la actual Iglesia Arquidiocesana de Huancayo empezó el 25 de

abril de 1534 con la llegada de los españoles a Jauja, fundada con el nombre de “Santa fe de Hatun Xauxa”. Aquella fecha los fundadores llegaron acompañados por la Orden de los Predicadores (O.P.), más conocidos como sacerdotes dominicos; entre ellos Fray Vicente Valverde. Desde entonces inició la evangelización en el valle del Mantaro y la región central del País. Entonces,

el

valle

del

Mantaro

pertenecía a la Arquidiócesis de Lima cuando fue eregida como tal; y, después a la Diócesis de Huánuco. En la época 13


republicana, Huancayo llegó a tener autonomía con la fundación de Diócesis el 18 de diciembre de 1944 mediante la Bula “Supremum Apostolatus Munus” (El Supremo Apostolado Confiado al Sumo Pontífice). Más adelante, con la Bula “Quam sit christifidelibus utilitate” (Cuando sea un bien para los fieles cristianos) es elevada a Sede Arquidiocesana Metropolitana, el 30 de junio de 1966; teniendo como sufragáneas a las Diócesis de Huánuco y Tarma. Es la celebración jubilar de los cincuenta años de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo que me anima a publicar este libro que lleva por título “Arquidiócesis de Huancayo” y como subtítulo he decidido colocar “pinceladas históricas” porque hay mucha historia que hacer y sistematizar y “Episcopologio” como un reconocimiento grato a los Obispos y 14


Arzobispos que pastorearon y pastorean actualmente nuestra Iglesia Arquidiocesana de Huancayo; actualmente une a cinco provincias, denominada eclesiásticamente Vicarias pastorales, de Huancayo (I), Chupaca(II), Concepción (III), Jauja (IV) y La Oroya (V). Espero que este libro sea nada más un punto de inicio al estudio, tratado e investigación de la historia eclesiástica de nuestro valle del Mantaro que en sus iglesias, tradiciones, danzas y costumbres guardan imperecedero los tesoros religiosos desde los albores de la Evangelización. Quiero expresar mi agradecimiento al historiador Nicolás Matayoshi Matayoshi, al historiador y tradicionista Apolinario Mayta Inga, al historiador Dr. Aquilino Castro Vásquez, al P. Eusebio Pascual por las traducciones de las Bulas del latín al español, al Pbro. Javier Castillo Arroyo por 15


sus manuscritos historiográficos, al Pbro. diocesano Angel Mercado, al P. franciscano Jorge Cajo, a las congregaciones religiosas que han aportado testimonios biográficos de los obispos y arzobispos de la Arquidiócesis de Huancayo, al clero y a los laicos como la Srta. Juana Espinoza Sagastizaba por sus valiosísimos aportes y asesoramiento; especialmente al señor Luis García Shanki por las fotografías de esta publicación y a mi gran amigo Liberio Ríos Cano. Con afecto de amigo y hermano. Jaime Quispe Palomino.

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I Etapas que viviรณ la actual Arquidiรณcesis de Huancayo



1.- Huancayo perteneció a la Arquidiócesis de Lima La

región

central

y

Huancayo

dependían eclesiásticamente de la Diócesis de Lima desde el 14 de mayo de 1541, fecha en que fue constituida la Diócesis, bajo el pontificado del papa Pablo III, mediante la Bula “Illius fulciti praesidio”; después elevada a Arquidiócesis el 12 de febrero de 1546 mediante la Bula “Super Universas Orbis”. Desde los inicios de la creación del virreinato del Perú, Lima fue sede dela Arquidiócesis que abarcaba Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Guatemala, Paraguay, Chile y Bolivia, incluyendo la primera Diócesis del Perú establecida en la ciudad del Cusco (1537). 19


Es de entender, entonces, que las cinco actuales provincias de Jauja, Concepción, Huancayo, Chupaca y La Oroya, formaron parte otrora de la sede episcopal de Lima. Santo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima y ejemplar misionero de la Iglesia Latinoamericana, dejó sus huellas misioneras en el valle del Mantaro, en una carta al rey Felipe III de España, del 18 de abril de 1603, decía: “Ahora siendo Dios servido, voy a la provincia de Jauja a entrar en otros andes, tierra muy escabrosa donde se ha de ir a pie”. La actual provincia de Jauja fue una de las primeras fundadas por la conquista española y el poblado de Santa Fe de Hatun Xauxa, fue elegida como la primera capital del virreinato del Perú, por poquísimo tiempo. Antes de la llegada de los conquistadores españoles, según las crónicas de Pedro Cieza de León y del Inca Garcilazo de la 20


Vega, el reino Huanca estaba dividido en tres parcialidades: a. Hatun Xauxa: Teniendo como cabecera el poblado de Santa Fe de Hatun Xauxa y como gobernante a Apo Manco Surichaqui. b.

Lurin Huanca: Teniendo como cabecera el actual poblado de San Jerónimo de Tunán y como gobernante a Apo Manco Guacrapáucar.

c.

Hanan Huanca: Teniendo como cabecera el actual poblado de Sicaya y como gobernante a Apoalaya Chuquillanqui. En los albores de la evangelización del

Perú el territorio de los huancas estuvo a cargo de los sacerdotes de la Orden de los Predicadores (O.P.), más conocidos como los Padres Dominicos. Algunos años y décadas después llegaron otras congregaciones religiosas 21


como la Orden Franciscana Misionera (OFM) para unirse a la labor evangelizadora de este valle hermoso de la región central del Perú. La organización colonial respetó las tres parcialidades, con mínimas variaciones: a. Hatun Xauxa: abarcando las Doctrinas de Jauja, Marco, Accha, Huaripampa, Muquiyauyo y Huamalí. b.

Lurin Huanca: abarcando las Doctrinas de Apata, Matahuasi, Comas, Andamarca, San Jerónimo de Tunán, Sincos, Mito y Orcotuna.

c.

Hanan Huanca: abarcando las Doctrinas de Chupaca, Sicaya, Chongos Bajo, Chongos Alto, Colca, Jarpa, Huayucachi, Sapallanga y Pariahuanca. Estas

delimitaciones

han

ido

sucediéndose de acuerdo al crecimiento de las necesidades pastorales que implicaban 22


una nueva organización geográfica como el nacimiento poblacional, el crecimiento de nuevas ciudades, la necesaria y constante reorganización

eclesial,

las

nuevas

parroquias, vicarías y diócesis, que significa también la llegada de otras órdenes religiosas.

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2.- Huancayo, vicaría de la Diócesis de Huánuco El 17 de marzo de 1865, el papa Pío IX, mediante la Bula “Singulari Animi Nostri”, erige la nueva Diócesis de Huánuco, desmembrándose de la Arquidiócesis de Lima. Después de más de tres siglos, se reestructuró la nueva Diócesis integrando territorialmente a tres departamentos: Huánuco como sede episcopal, incluyendo los territorios de Pasco y Junín. monseñor Manuel Teodoro del Valle Seoane (1813 - 1888), nacido en Jauja, fue el primer obispo de la Diócesis de Huánuco (1865 - 1872) que, algunos años después de haber tomado posesión canónica de su sede, fundó el Seminario Conciliar “San 24


Teodoro”; que mandó construir con los fondos de la Diócesis y sus propios peculios. La preocupación del ilustre obispo monseñor Manuel Teodoro del Valle era la promoción de sacerdotes diocesanos formados en el mismo lugar para el ejercicio de su ministerio presbiteral; es por eso que, el 17 de octubre de 1869, cuatro años después de fundación de la Diócesis de Huánuco, abre las puertas del seminario para la formación de los futuros pastores. Monseñor Teodoro del Valle viajó a Roma para participar en el Concilio Vaticano I (1869 - 1870), y aprovechando su estadía, solicitó que un grupo de sacerdotes jesuitas (S.J.) se encargaran de la formación de los seminaristas. Esta orden religiosa se ocupó de la formación de nuevos sacerdotes en el Seminario “San Teodoro” y compartieran 25


la formación de 28 nuevos sacerdotes en otros 7 seminarios del Perú “Santo Toribio de Mogrovejo de Lima, “San Jerónimo” de Arequipa, “San Carlos” y “San Marcelo” de Trujillo, “San Antonio de Abad” del Cuzco, “San Cristóbal” de Ayacucho, “Jesús María” de Chachapoyas (fundado en 1845) y “San Ambrosio” de Puno (fundado en 1866). Fue en el periodo episcopal de monseñor Francisco Rubén Berroa (1876 1956), cuarto obispo de Huánuco, conocido por su dote intelectual y espíritu misionero, pastor de la Diócesis de Huánuco por 24 años desde 1922, que se dio la creación o de la Diócesis de Huancayo. En julio de 1923, monseñor Francisco Rubén Berroa, dejó testimonio, en los archivos parroquiales de la Parroquia “La Inmaculada” de Chongos Alto, de su visita pastoral por la zona altina del 26


Canipaco. En el Auto de la santa visita pastoral, entre otras preocupaciones pastorales, manifestó lo siguiente: “Experimentamos profundísimo dolor al contemplar el estado de lamentable ignorancia religiosa en que se halla sumida la casi totalidad de los que habitan esa comarca; así como el abandono e incuria que se notan en la casa de Dios a fin de remediar en lo posible tamaños males, disponemos: Primero: Encarecer eficazmente al párroco actual (y a sus sucesores) conjurándolo por las entrañas de N.S. Jesucristo que poniendo en práctica todos los medios que le sugiera su celo caritativo, procuren enseñar el Catecismo de la Doctrina Cristiana, tanto a los niños como a los adultos, explicándolo con sencillez en lengua quechua, y aprovechando para ello de cualquier oportunidad en que se reúna cierto número de personas; que 27


explique asimismo el Evangelio de las Misas de los domingos y demás días de precepto. Segundo: Que procure el cumplimiento de los preceptos de confesión y comunión, que se hará en la fecha que juzgue más a propósito, debiendo darnos cuenta de todos los años del cumplimiento de esta disposición del número de niños que la hubieren hecho. Quinto: Que para el año entrante pida una Misión formal, la que recorrerá toda la extensión de la parroquia, deteniéndose en cada punto el tiempo que requiera las necesidades de los fieles. Sexto: Que despliegue todo su abnegado celo para arreglar la Iglesia parroquial (y las capillas) con el decoro y decencia que requiere la grandeza de nuestra Santa Religión; procurando pavimentarla, asearla y dotarla de los paramen28


tos de demás utensilios necesarios a la digna celebración del Santo Sacrificio y de las otras funciones sagradas; como también que adquiera imágenes capaces de inspirar devoción, en reemplazo de las imperfectas. Séptimo: Como el párroco no puede llenar cumplidamente sus elevados deberes si no vive en medio de sus feligreses, le ordenamos formalmente cumpla con fidelidad la estrecha obligación de la residencia, así material como formal, que los sagrados cánones imponen a los pastores de almas; sobre lo cual le gravamos seriamente la conciencia; de este podrá fomentar la religiosidad, moralidad y piedad en el pueblo que le está confiado y del que deberá dar severa cuenta al Soberano Juez de vivos y muertos. Octavo: Que se sujete estrictamente al arancel de derechos parroquiales que apro29


baremos en breve y del cual pondrá un ejemplar provisto de nuestro sello, en lugar visible a la entrada de la Iglesia” Este Auto demuestra la actividad misionera de monseñor Francisco Rubén Berroa quien viajó a lomo de mula hasta los confines territoriales de su Diócesis.

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3.- Huancayo se erige como Diócesis El 18 de diciembre de 1944, el papa Pío XII, mediante la bula “Supremum Apostolatus Munus”, erige la Diócesis de Huancayo, desmembrándose de la Diócesis de Huánuco. Después de haber pertenecido a la Diócesis de Huánuco, por setenta y nueve años, la Diócesis se conformó por seis provincias del Departamento de Junín: Huancayo, Chupaca, Concepción, Jauja, Yauli - La Oroya y Junín. El año de 1952, en las Constituciones del Primer Sínodo de la Diócesis de Huancayo, celebrado por monseñor Daniel Figueroa Villón, en el Capítulo II, de la División de la Diócesis, en el artículo 5, afirma que: 31


“El territorio de la Diócesis de Huancayo se divide en una Rectoría y cinco Vicarías Foráneas, las cuales se subdividen en treinta y cuatro parroquias”. En el artículo 6 de las Constituciones, afirmaba que la Rectoría de Huancayo abarcaba las parroquias de “Sagrario, San José de Pichcus, Chilca, El

Tambo,

Pariahuanca,

Huayucachi,

Sapallanga, San Jerónimo y Pucará”. En el artículo 7 describe la conformación de las cinco Vicarías Foráneas: a.

Vicaría de Jauja: Jauja, Apata, Huaripampa, Muquiyauyo, Huamalí, Marco y Sincos.

b.

Vicaría de Tarma: Tarma, Acobamba, La Oroya, Palcamayo y Yauli.

c.

Vicaría de Junín: Junín, Carhuamayo y Ulcumayo.

d. Vicaría de Chupaca: Chupaca, Chongos Bajo, Chongos Alto, Colca, Sicaya y Ahuac.


e. Vicaría de Concepción: Concepción, Andamarca, Comas, Mito y Orcotuna. El 15 de mayo de 1958, mediante la Bula “Ecclesiae Navem”, se erige la Prelatura de Tarma, integrando a las provincias de Cerro de Pasco y Daniel A. Carrión que se disgregaron de la Diócesis de Huancayo y Huánuco, Prelatura que después de 27 años es elevada como Diócesis de Tarma el 21 de diciembre de 1985 mediante la Constitución Apostólica “Cum Satis”, por el santo papa Juan Pablo II. Entonces, la Diócesis de Huancayo, queda conformada por cinco provincias del Departamento de Junín: Huancayo, Chupaca, Concepción, Jauja y Yauli - La Oroya. La

bula

“Supremum

Apostolatus

Munus” está en latín. El texto completo, traducido al español, se encuentra en el Apéndice de este libro. 33


4.- Huancayo se consolida como Arquidiócesis El 30 de junio de 1966, la Diócesis de Huancayo fue elevada a Arquidiócesis, mediante la Bula “Quam sit Christifidelibus Utilitate”, por el papa Pablo VI concediendo a Huancayo la responsabilidad de ser la Sede Metropolitana de las Diócesis sufragáneas de Huánuco y Tarma; nombrando como primer Arzobispo a monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz, quién ya estaba pastoreando la Diócesis desde hacía una década. monseñor Valdivia y Ortiz asumió la sagrada responsabilidad de ser pastor de la Arquidiócesis durante un quinquenio más hasta llegar a ser emérito y teniendo como 34


sucesor a monseñor Eduardo Picher Peña. La traducción al español de la Bula “Quam sit Christifidelibus utilitate” que proclama la elevación a sede de la Arquidiócesis Metropolitana de Huancayo se encuentra en el Apéndice de este libro con los detalles correspondientes de este magno hecho.

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II Pinceladas estructurales de la Iglesia particular de Huancayo

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1.- La casa episcopal de Huancayo En el momento de la creación de la Diócesis de Huancayo, mediante la Bula “Supremum apostolatus munus”, el 18 de diciembre de 1944, el papa Pío XII, ordena que se erija una casa episcopal llamada “Curia de Huancayo”. Según el testimonio de monseñor Moisés Ramos, uno de los primeros presbíteros incardinados a la nobilísima Diócesis de Huancayo y Vicario General por varias décadas, la sede episcopal estuvo siempre ubicada en la actual Curia Arzobispal del jirón Puno 430. Es de conocimiento público que en 1952, ochos años después de la creación de la Diócesis de Huancayo, la devota Rosa 39


Hostas, decidió donar esta casona, donde ya vivía monseñor Daniel Figueroa Villón, segundo obispo de Huancayo. Tal es así que la bella casona de arquitectura elegante y ornamentación neoclásica se convirtió en el palacio episcopal. La donación fue hecha en memoria de sus padres el doctor José Viterbo Hostas y doña María Agripina Giráldez de Hostas. Resaltando el desprendido gesto, el testimonio se encuentra plasmado en una placa conmemorativa entronizada en el arco interno del actual palacio Arzobispal. La donación del Palacio Arzobispal fue significativa porque se hizo en el marco de las celebraciones del “Congreso Eucarístico del Centro” que tuvo como sede la ciudad de Huancayo, del 20 al 24 de agosto de 1951, que también incluía el “Primer Certamen Catequístico” entre los escolares del departamento de Junín; y, por supuesto, del “Primer Sínodo Diocesano”,


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realizado del 1 al 3 de diciembre de 1952. Esta casona es testigo de la historia de la Diócesis y Aquidiócesis de Huancayo, sus gradas y pasamanos conducen al despacho arzobispal, donde atiende el pastor de la Iglesia Arquidiocesana. La fuente de agua que borbotea vida en medio de un jardín da la bienvenida a los que entran en la casa, las ventanas detienen nuestra mirada para hablarnos de las maravillas de la creación, el color celestial del techo natural eleva la mirada del creado al creador, por una esquina se asoma como vigía a cuidar la cúpula de su sede catedralicia y cada vez que puede se asoma por sus balcones para contemplar la histórica Plaza de la Constitución y la legendaria calle Real. La sede episcopal ha tenido varias restauraciones en el techo, puertas y pasadizos externos y ligeras modificaciones en las graderías, pero siempre manteniendo 43


el estilo original. La última restauración fue realizada por la arquitecta Vivian Orosco Villasante, durante los años de 1992 y 1994. Existe un segundo patio, actualmente adornado por una gruta en honor a la “Madre de Dios” bajo la advocación de “Nuestra Señora de Guadalupe”; que formaba parte extensiva de la residencia privada del ordinario del lugar. En el tercer patio, donado por la Madre Cecilia Córdova, actualmente están ubicadas las oficinas y áreas de pastoral de la Arquidiócesis; anteriomente funcionó el colegio pre seminario “San Pío X”, desde su inauguración del 8 de noviembre de 1954.

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2.- Catedral de Huancayo El 1 de junio de 1 572 la encomienda de

Huancayo fue fundada bajo la protección de la Santísima Trinidad, por orden del virrey Toledo y ejecutada por el juez visitador don Jerónimo de Silva quien a su vez asigna el terreno para la construcción del convento y la iglesia matriz; como se afirma en las investigaciones de los historiadores Oscar Chávez, Ricardo Tello Devotto, y Waldemar Espinoza Soriano entre otros. Según Oscar Chávez, hacia 1590 los

padres

construcción

dominicos

iniciaron

la

del Convento de Santo

Domingo de Huancayo y alcanza el rango de “Priorato”, o como José Varallanos 45


llama el “Convento de Huamanmarca”, en el lugar donde fray Vicente Valverde había

plantado

anteriormente

una

cruz, en ejercicio de su función como extirpador de idolatrías. En el convento habitaban permanentemente dos frailes y de allí administraban las doctrinas de Chupaca, Sapallanga, Sicaya, Chongos y La Mejorada. En efecto, en el “Tercer Capítulo Dominicano” del 18 de julio de 1553, celebrado en Lima, ya se mencionaba como el “Convento de Huancayo”. Así nos data el sacerdote e historiador franciscano Julián Heras y el historiador Aquilino Castro. Este convento estuvo ubicado en el solar que actualmente ocupa el Hotel de Turistas, llamado actualmente Hotel Turismo, e incluían los terrenos donde en la actualidad está construida la iglesia franciscana de la “Inmaculada Concepción”. 46


Cabe especificar, también, que antes del establecimiento de los dominicos en Huancayo, a partir de 1536 ya venían realizando la labor evangelizadora desde el convento de Chongos Bajo. Con la llegada de los padres doctrineros, dedicados a la extirpación de idolatrías, un ídolo de piedra considerado sagrado por los pobladores huancas, en aras de la inculturación de la fe, fue extirpado y reemplazado por la cruz de Cristo, estableciendo el lugar de la doctrina y señalaron los terrenos asignados a la iglesia. El historiador Ricardo Tello Devotto escribió: “Nemesio Ráez en su Monografía ‘Huancayo’ (1892), indica que hubo en el templo de Huamanmarca una inscripción alusiva: ‘Se empezó el 8 de Noviembre de 1580. Terminada el año 1616; siendo Corregidor D. Fernando de Carbajal.” 47


Ráez pertenecía a una familia de notables huancas y es probable que haya leído directamente la inscripción en los muros del viejo templo de Huamanmarca que se encontraba en estado ruinoso. La importancia de la región se refleja en la existencia de varias iglesias matrices como las de Huancayo, Jauja y Chongos Bajo, a pesar de los años que demandaron sus edificaciones. Un notable testimonio se encuentra en un óleo conservado en la parroquia de “Santo Domingo de Sicaya”, fechado el año de 1736; ahí se resaltan las iglesias existentes en la región central del país, nos hace percibir que la presencia de la iglesia de Huancayo ya tenía importancia. La iglesia matriz de la “Santísima Trinidad de Huancayo” brillaba “por sus ornamentos y retablos y galantes adornos de pinturas que pudieran figurar en cualquiera de las mejores ciudades 48


de Europa”, expresaba el dominico Juan Meléndez. En efecto, en una visita pastoral de 1769 hecha por el presbítero Francisco Javier Echevarría y un comisionado de la corona española, detallaron los bienes consistentes en alhajas de oro con incrustaciones de piedras preciosas, candelabros, etc., como se testimonia en el expediente VII, legajo 18, del Archivo Arzobispal de Lima. La evangelización, desde sus inicios, estuvo a cargo de los padres dominicos quienes desde su llegada a tierras peruanas se internaron en el “valle de la esperanza”, ofreciendo sus vidas al servicio de la buena nueva de la salvación. Varios de ellos murieron en estos lugares como signo de fe, identidad y entrega; sus restos mortales descansan cubiertas por tierra huanca en el cementerio del anonimato pero sus nombres están escritos en el cielo 49


con tinta de eterna gratitud. “Gracias a

nuestros

primeros

evangelizadores

tenemos heredada la fe que hoy profesamos orgullosos los católicos”, expresa el historiador Apolinario Mayta. Los padres dominicos estuvieron en la doctrina de Huancayo hasta el año 1771, sin saber exactamente el motivo de su retiro. Desde entonces tomaron la posta doctrinal los sacerdotes seculares o diocesanos; el primero fue Nicolás María Tambini y Gutens, el segundo Buenaventura de Tagle Irazaga desde 1791, el tercero Pedro Avilés desde 1800, el cuarto José Ignacio Moreno desde 1806. Así nos data el obispo de Huánuco e historiador monseñor

Francisco

Rubén

Berroa.

Desde entonces, los sacerdotes diocesanos pastorearon la doctrina de Huancayo con la consiguiente evangelización. En el siglo XVII, pocos años después 50


del retiro de los padres dominicos, la construcción de la iglesia matriz de Huancayo comenzó a debilitarse desde sus cimientos, la edificación antigua de adobe que le caracterizaba no soportó las inclemencias del tiempo, el suelo arcilloso, las constantes lluvias y algún otro

fenómeno

meteorológico

más

ocasionaron el desplome de sus muros. El caso es que se hizo riesgoso el uso del recinto sagrado. La iglesia estuvo en estado ruinoso y casi abandonada por algunos años; para mantener los servicios del culto, la

sede

parroquial

fue

trasladada

temporalmente a la nueva capilla de La Merced, según resuelven los escritos del segundo párroco diocesano de Huancayo Buenaventura de Tagle Irazaga, se hacía necesario “construir una nueva Iglesia… en el riñón o centro de ella”, eligiéndose 51


espacio de la actual plaza histórica de la Constitución; mientras tanto, los cuadros, utensilios, ornamentos, objetos y tesoros de la antigua iglesia matriz que se tenían fueron puestos a buen recaudo en la nueva capilla de Nuestra Señora de La Merced, (culminada en 1808), familias notables que la tuvieron en custodia, pero con el transcurrir del tiempo y los acontecimientos sociales que hubieron, muchas de estas reliquias terminaron extraviándose,

otras

conservándose

celosamente en el Convento Santa Rosa de Ocopa; también hay muestras pictóricas restauradas que se conservan en la actual pinacoteca de la curia arzobispal, ubicada junto a la capilla del segundo piso. En sus

los

devotos

terrenos

donados

propietarios,

por

legitimada

mediante escritura pública el año 1799, los herederos de doña Catalina Jiménez, 52


Manuel Mariano Martínez, doña Melchora Martínez y doña Lorenza, se inició la construcción de la nueva iglesia con similares dimensiones a la antigua iglesia matriz “Santísima Trinidad” de Huancayo o llamada también de Huamanmarca, de 60 varas de ancho por 60 varas de largo. La iglesia fue diseñada con una planta de cruz latina, los cimientos se hicieron con piedras y arena traídas desde las orillas del cercanísimo río Chilca. La fachada principal se erigió con piedras calizas labradas traídas de unas canteras ubicadas en las faldas de los cerros de Ocopilla. En el interior de la iglesia, las paredes de 1.20 m de ancho fueron construidas con adobes gruesos o adobones de 50 x 30 cm de dimensión, elaborados en el mismo lugar; además, utilizaron madera para los tijerales que fueron amarrados con cuero de animales, tejas y otros materiales. 53


El magnífico frontis denota la importancia de la feligresía de Huancayo en aquella época, el trabajo con piedras labradas y columnas de la fachada principal fueron obras de expertos artesanos al servicio del gobierno colonial. • En el lado derecho de la puerta principal se puede leer: “En 2 de abril de 1808 se hizo cargo el director de ella don Adriano Narvarte hasta 1813 a expensas del público”. Hay otras inscripciones lapidarias con rogaciones, apotegmas bíblicos y motivos. Citaremos a continuación las siguientes inscripciones: • En la parte superior de la fachada derecha dice: “O

qué

terrible

es

este

lugar

verdaderamente no está aquí otro, que es casa de Dios y puerta del cielo. Mi casa es casa de oración y dice el Señor que todo 54


aquel que pide en ella recibe y el que busca halla y al que toca se le abre” • En la parte superior de la fachada izquierda dice: “Este lugar es santo en el cual el sacerdote ruega por los delitos y pecados del pueblo / Entre si convertido tu pueblo orase en este tu santo año oye sus ruegos”. • En el dintel de la ventana derecha dice: “Soy exaltado como el cedro en el Líbano, como el ciprés en el monte Sión / Santa María Virgen Madre de Dios intercede por nosotros”. • En el dintel de la ventana izquierda dice: “El justo hecho que la renuevo como la azucena / Y florecerá eternamente ante el Señor”. • En el dintel de la puerta principal dice: “Decid Señor esta casa que edifiqué en tu nombre con que vine… y hazlo si en el encumbrado solio de tu sombra”. 55


La fecha de 1813, indudablemente, señala el término de la construcción de la primera parte edificada con piedra canteada de la iglesia matriz de Huancayo y, por consiguiente, es la fecha de su inauguración, pues para dar realce a tan importante acontecimiento, como indica Nicolás Matayoshi Matayoshi. El Arzobispo de Lima, monseñor Bartolomé María de las Heras, encargó a un ilustre sacerdote, el doctor en teología, ex vicerrector del Real Convictorio de San Carlos, cuyo titular era el sabio sacerdote Toribio Rodríguez de Mendoza, este notable personaje fue el canónigo guayaquileño José Ignacio Moreno Santisteban, “Cura y Vicario de dicha doctrina, Comisario del Santo Oficio, y Juez Eclesiástico del Partido de Jauja y jurisdicción eclesiástica en las provincias del Santa, Chancay y Jauja.” Le fue encargado de culminar 56


la construcción de la iglesia matriz de Huancayo, e investido con la autoridad del arzobispo de Lima, realizó la ceremonia de inauguración de la nueva iglesia Matriz de Huancayo, celebrando una Misa Solemne de Acción de Gracias y, dada la trascendencia de la ocasión, pronunció un notable y erudito discurso donde propone la adhesión de la iglesia y del pueblo de Huancayo a la “Constitución Política de la Monarquía Española” culminada el 18 de marzo de 1812 y promulgada en Cádiz el día siguiente. El notable discurso fue inmediatamente impreso por la “Real Universidad de San Marcos” en la Imprenta de los Huérfanos de 1813. Matayoshi inserta la presentación al rey Carlos III, del rector de la universidad, el marquéz de Casa-Calderón: “Zelosa esta Universidad de promover la ilustración, como de afianzar la fidelidad por principio da a luz 57


el discurso doctrinal que pronunció el Dr. D. José Ignacio Moreno en su curato de Huancayo: admirable enlace de verdades sagradas y políticas, que conspiran a hacer ver la sabiduría y ventajas de nuestra Constitución. Apareciendo en él la religión cristiana como el más sólido apoyo a las instituciones civiles, principal argumento de los antiguos apologistas para recomendarla a los emperadores paganos, su tuición naturalmente pertenece a V. E. I. prelado sabio de la iglesia, e esclarecido patriota…” Tal es así que, desde entonces, los servicios religiosos fueran trasladados a la nueva iglesia matriz, desocupándose la capilla de la Merced. Lo que explica que posteriormente ese recinto fuera ocupado por el ejército realista de Canterac, el ejército patriota de Bolívar, el Congreso Constituyente de 1839, el ejército de 58


Ramón Castilla y otros caudillos. Después de 1813 se detienen las obras debido a las luchas por la independencia nacional:

las

obras

se

reiniciaron

posteriormente, pero ya no con piedras canteadas, sino con adobones, debido a la ausencia del primer constructor Adriano Narvarte, teniente ingeniero del ejército virreinal. Después de 1813, los movimientos políticos hicieron que se suspendieran las obras, es así que la ampliación posterior fue reanudada después de 1825, y culminada el 19 de marzo de 1831. Recién en el siglo XX, respecto a la a la iglesia matriz, monseñor Francisco Rubén Berroa en su libro “Monografía de la Diócesis de Huánuco” constata que la iglesia requería completar algunas obras, afirma que fue el presbítero diocesano Luis Márquez, Vicario de Huancayo, 59


quien tomó el interés de culminar la

construcción,

encomendando

al

arquitecto alemán Christian Runzer y al contratista don Adolfo Mitterhöfer. La remodelación del proyecto de arquitectura religiosa se hizo acorde con la modernidad. El presupuesto económico se hizo en función a la “enajenación de varias propiedades de la parroquia, con autorización de monseñor Pedro Pablo Drinot y Piérola”, tercer obispo de la Diócesis de Huánuco; complementadas con las limosnas ofrecidas por los fieles, y la ayuda del gobierno del presidente Augusto B. Leguía; con ocasión de celebrarse el centenario de la independencia nacional; el historiador Ricardo Tello Devotto consigna que el año de 1917 se vuelven a trasladar temporalmente las ceremonias de culto a la capilla de La Merced, para proceder a las obras de remodelación de la 60


iglesia matriz, es así que en marzo de 1918 se reinicia el arduo trabajo. Recordemos que todavía no tenía la denominación de catedral por ser una Vicaria de la Diócesis de Huánuco. En 1920 monseñor Drinot y Piérola ofreció un banquete a los diputados regionales y bendijo las cruces destinadas a las torres de la iglesia, estas obras fueron posibles gracias al empeño del entonces Vicario foráneo padre Luis T. Márquez; asimismo, en 1924, gracias a la devoción de la señora Isabel Abad de Palomino, se establece el culto al “Señor de los Milagros”, con un cuadro pintado por el artista Eloy Corcuera Orbegozo. Participó en la ejecución de la remodelación de la iglesia don Vicente Aquino Chocos, cuando tenía 18 años de edad, como él mismo testimonió en una entrevista periodística, ya en el ocaso de 61


su vida; indicó que los trabajos se hicieron bajo la dirección del Arquitecto Runzer y Mitterhöfer. Aquino afirmaba que los trabajos se realizaban entre los meses de abril a noviembre en la temporada de seca, pues las lluvias eran intensas, los riachuelos se multiplicaban por las calles y el desbordante lodazal impedía el avance de la construcción. Por su parte, adhiriéndose a las celebraciones

del

centenario

de

la

independencia nacional, la colonia china de Huancayo donó un reloj para ser colocado en la torre derecha de la iglesia; más adelante, se adquirió el órgano musical que dio realce a las solemnes celebraciones eucarísticas. Posteriormente, don Vicente Aquino, realizó trabajos de restauración en el convento de Ocopa, en la construcción 62


del Cine Central, la torre de la iglesia de Concepción, capilla de La Merced, iglesia de Chupaca, Colegio Salesiano, Hospital El Carmen. Con el cambio de párroco que hasta entonces había sido el presbítero diocesano Luis Márquez, hasta el año 1922, le sucedió el presbítero Ricardo Rosemberg que dará continuidad a la culminación arquitectónica de la iglesia matriz “Santísima Trinidad”. Además, el presbítero Rosemberg agregará a la construcción “una casa parroquial adosada a la iglesia y un magnífico salón de actos”, como lo recuerda monseñor Francisco Rubén Berroa y como se puede observar actualmente desde los diversos ángulos de la Plaza de la Constitución. La iglesia fue culminada con dos modernas torres, que ya estaban previstas; pues contaba con las bases respectivas, 63


hasta entonces, la iglesia de Huancayo tenía el apelativo “Iglesia Cuto-torre”. Con la remozada iglesia, Huancayo celebró el centenario de la independencia nacional con la Misa “Te Deum”, donde participaron autoridades distinguidas como nuestra de gratitud al rol protagónico que había tenido la iglesia huancaína en favor de la independencia. Como era la tradición religiosa y canónica, en el momento de la consagración de una iglesia se debía colocar una reliquia en el altar o cerca del altar. Fieles a la tradición, se colocó cerca del altar las reliquias del mártir romano San Félix que fue donado por el papa Pío IX y trasladado a este lugar el 21 de diciembre de 1855; monseñor Francisco Rubén Berroa dice: “La iglesia matriz tiene pues todo el aspecto de una catedral. En el crucero, en la capilla izquierda, está 64


el altar de San José; bajo el nicho se da culto al cuerpo de San Félix, mártir, que está encarnado con cera”. El 18 de diciembre de 1944, mediante la Bula “Supremun Apostolatus munus”, la iglesia matriz de la “Santísima Trinidad” de Huancayo es elevada al grado y dignidad de “Catedral”. En 1947, un fuerte terremoto azotó la ciudad de Huancayo que derribó el altar mayor junto con la cúpula octogonal de tejas; la misma que fue reemplazada con una cúpula esférica de concreto y empastando las paredes de piedra canteada con cemento, pero a fines de la década de 1950, la estructura presentaba rajaduras, por lo que se optó por cubrir la cúpula con planchas de zinc o calaminas, desluciendo su aspecto real. En 1965, al celebrarse el “VII Congreso Eucarístico Nacional” fue inaugurado el 65


precioso altar monumental dedicado al Santísimo Sacramento que se encuentra en la parte posterior del presbiterio y engalana dignamente el tabernáculo. Este monumento, revestido con mármol de Carrara, fue traído expresamente desde Italia. Estas obras fueron posibles gracias a la gestión de la Junta de Obras Públicas, contando con el apoyo del presidente Belaunde Terry. En esa misma ocasión se hizo el arreglo del piso, dejando plasmado un logo de dicho evento en la parte central del crucero. El 30 de junio de 1966, mediante la bula “Quam sit christi fidelibus utilitate”, fecha de proclamación de “Sede Arquidiocesana Metropolitana”, se separa definitivamente de la Arquidiócesis de Lima, que había permanecido todavía como sufragánea, y es nombrada “Catedral Metropolitana de Huancayo”. 66


La consagración episcopal de la catedral fue programada para el 7 de octubre de 1991, en la festividad de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario, por el Arzobispo monseñor

Emilio

Vallebuona

Merea

S.D.B. En estas circunstancias, se agravó la enfermedad cardíaca del arzobispo; tuvo que ser auxiliado en la ciudad de Lima hasta su sensible fallecimiento; por lo que la consagración de la catedral fue suspendida. Con motivo de la consagración de la catedral de Huancayo, en 1992, se remodeló íntegramente el exterior y, sobretodo del recinto. Las obras estuvieron bajo la dirección de los arquitectos Luis Cano, por parte de la Municipalidad Provincial de Huancayo y la arquitecta Vivian Orosco, por parte del Arzobispado de Huancayo, ejecutándose una restauración general 67


de la catedral, se retiraron las planchas de zinc y se reemplazó con un hermoso revestimiento cerámico, tomando como modelo el acabado de la cúpula de la catedral de Florencia, asimismo se retiró el empaste de cemento del frontis redescubriendo las paredes originales, donde resaltan la laboriosidad de los constructores del siglo XIX. El 8 de diciembre de 1992, siendo Administrador

Apostólico

monseñor

José Ríos Reynoso, se hizo realidad la consagración de la catedral por manos del Nuncio Apostólico del Perú monseñor Luigi Dossena. Al lado izquierdo del altar se encuentra actualmente la cripta donde reposan los restos mortales de monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz y de monseñor Emilio Vallebuona Merea, S.D.B., pastores de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo. 68


3.- Seminario San Pío X El papa Pío XII, en la Bula “Supremum Apostolatus Munus”, hizo un pedido expreso de aperturar un Seminario Diocesano para la formación de los futuros presbíteros para el pastoreo de la iglesia huancaína. En respuesta, monseñor Daniel Figueroa Villón aperturó gradualmente la fundación del colegio pre seminario “San Pío X” el mes de agosto de 1953. Más adelante el 19 de septiembre de 1962, monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz, erigió canónicamente el Seminario Mayor “San Pío X”. Inmediatamente se inició la construcción del pabellón antiguo para la acogida y formación de los futuros 69


pastores de la Arquidiócesis de Huancayo. El Seminario “San Pío X” tenía la extensión de 75 250 metros cuadrados. Actualmente tiene la extensión de 56 250 metros cuadrados porque la diferencia ha sido distribuida en la ampliación del cementerio perteneciente a la Comunidad Campesina de Umuto, la apertura de vías como la avenida Progreso, un espacio para el abastecimiento de agua de Sedam– Huancayo y terrenos expropiados. En 1998 se construyó la actual capilla que está ubicada a una distancia mínima de la estructura antigua y el pabellón actual de filosofía; y, adornada por una gruta central con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, rodeada de pinos, cipreses y diversas flores que dan vida y alegría. El “Pabellón de filosofía” fue construido el 2001, por monseñor José Paulino Ríos, cuya placa figura en el frontis 70


del nuevo pabellón, para el recuerdo de los estudiantes de filosofía. El comedor que alberga una cantidad de 150 comensales fue construido el año 2005. El “Pabellón de Teología”, las aulas de estudio y las oficinas administrativas fueron construidos el año 2007, siendo pastor de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo monseñor Pedro Ricardo Barreto. El 29 de junio del 2012, con la ordenación de 3 presbíteros para la Arquidiócesis de Huancayo, se dio inicio al Año Jubiliar del Seminario San Pío X, en la conmemoración de los 50 años de servicio a la formación de los futuros presbíteros.

71


4.- Convento de clausura de las Madres Carmelitas El 27 de mayo de 1993, siete monjas contemplativas llegaron a Huancayo para adecuar la “Casa de Retiros” que había sido remodelado para la fundación de un Monasterio. Este Monasterio está ubicado en el anexo de Umuto, distrito de El Tambo. El 30 de mayo de 1993 fundaron el Monasterio San José de las Madres Carmelitas en la ciudad de Huancayo, procedentes del Monasterio de “Santa Teresita del Niño Jesús” de la provincia de Lircay, departamento de Huancavelica. Quién presidió la Misa de apertura fue el entonces Administrador Apostólico monseñor José Paulino Ríos Reynoso. 72


Las

siete

monjas

contemplativas

fueron la madre Manuela María De la Cruz como superiora, madre Carmen Angélica de la Cruz, madre Isabel de la Santísima Trinidad, madre Celina del Niño Jesús, madre María Angeles de la Eucaristía, y la madre externa Doris María Lucía Bayly Letts, que poco tiempo después dejó el convento. La fundación del Convento de las Madres Carmelitas en Huancayo fue solicitado por monseñor Emilio Vallebuona Merea SDB, que en pleno proceso falleció. En continuidad de la fundación del Convento, fueron acogidas por el entonces administrador apostólico monseñor José Ríos Reynoso. El Monasterio fue dedicado a la custodia de San José, esposo de la virgen María; de allí el nombre “Monasterio de San José”. Con el transcurrir de los años, 73


impulsaron la construcción de una iglesia adecuada al monasterio de clausura. Fueron las mismas Madres Carmelitas, con el apoyo de las Madres Carmelitas de Chiclayo y Huancavelica, que comenzaron a construir el actual templo; en seguida, Adveniat apoyó con la construcción del techo de material noble, el piso por el alcalde de Huancayo Dimas Aliaga Castro, el revestimiento del altar y del presbiterio por monseñor José Paulino Ríos; la puerta por la Sra. Blanca Loayza de Salazar. Esta Iglesia fue consagrada el año 2000. La casa de retiro que se había remodelado para el Convento, pocos años después, comenzó a deteriorarse por antigüedad y por adolecer de buenos cimientos y fue declarado en emergencia. Por acción de la divina Providencia se empezó a construir el nuevo convento con la donación de dinero de una familia 74


española que tiene el apellido Gomeza, el año 2006; todo ello, gracias a la gestión de monseñor Pedro Ricardo Barreto. Las madres Carmelitas continuaron recibiendo lluvias de bendiciones por mediación de Nuestra Señora del Carmen con la construcción e implementación de una panadería, para el sustento de la comunidad. Del domingo 2 de octubre hasta el martes 4 de octubre del 2011 llegaron en peregrinación a la ciudad de Huancayo las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús. El motivo era por la celebración de los 100 años de la presencia de la orden de los carmelitas descalzos en el Perú (1911–2011). Dentro de la preciosa urna se encontraban exactamente una parte del brazo, de la pierna y un trozo del hábito que vistió Santa Teresita del Niño Jesús. Para esta oportunidad, se organizó una novena 75


de preparación con la participación de los devotos de la Bienaventurada Virgen del Carmen y, en las homilías, se promovió la devoción a esta santa francesa que sin salir de su convento fue nombrada patrona de las misiones por tener presente en su oración, su preocupación y su sacrificio, la misión de la Iglesia que tiene que llevar el Evangelio hasta los confines del orbe (Cf. Mt 28,19-20; Mc 16,15-16). La entrada de las reliquias de santa Teresita del Niño Jesús en la Arquidiócesis de Huancayo fue apoteósica que fueron veneradas por la feligresía de La Oroya, Jauja, Concepción, Chupaca y Huancayo. Las reliquias de esta misionera descansaron en el convento de las Madres Carmelitas por tres días; allí, en presencia de las reliquias, se celebró la Misa con los niños, jóvenes, enfermos, hermandades, etc.

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III Eventos resaltantes

77



1.- Primer Sínodo Diocesano El “Primer Sínodo Diocesano” fue organizado y celebrado por monseñor Daniel Figueroa Villón, del 1 al 3 de diciembre de 1952, en la ciudad de Huancayo; proclamado por un Decreto apertura que decía: “En nombre de la Santísima e Individua Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en honor de la Bienaventurada Virgen María y de su castísimo esposo San José, en alabanza de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, encontrándose congregado el clero que hemos convocado para el I Sínodo Diocesano, declaramos abiertas sus sesiones e imploramos sobre él las luces y gracias del Espíritu Santo”. La Secretaría de Estado de su Santidad 79


papa Pío XII, en la persona de Giovanni Batista Montini, futuro papa Pablo VI, en la Bendición Apostólica para los asistentes al

Primer

Sínodo

Diocesano

resalta

fraternalmente los siguientes puntos: “Y es que Su Santidad se ha dado cuenta de que, como un buen pastor, cuidas de proveer lo conveniente para la disciplina del clero, salud de los fieles confiado a tu gobierno y sólida prosperidad de la causa católica” Vale la pena recordar que, antes de la celebración de los tres días conclusivos, se tuvo todo un proceso de preparación en las parroquias, basados en un “Anteproyecto de las Constituciones Sinodales” como describe textualmente la Secretaría de Estado en la misma Bendición Apostólica para los asistentes al Primer Sínodo Diocesano: “El Santo Padre no duda que de ese Sínodo han de derivarse acuerdos y frutos excelentes, ya 80


que conoce bien que con la debida diligencia han preparado las reuniones que con tal motivo se han de realizar”. Constituciones: Veamos, a continuación, la estructura y los puntos resaltantes de esta herencia espiritual que nos dejó el Primer Sínodo Diocesano de la Iglesia de Huancayo. De los clérigos: En el Capítulo I, de los preliminares, hace una breve reseña histórica de la Iglesia de Huancayo poniendo a la Inmaculada Concepción como la patrona de la Diócesis y la Santísima Trinidad como titular de la Catedral de Huancayo. En el Capítulo II, de la división de la Diócesis, hace una descripción territorial de las 34 parroquias distribuidas en: -

La Rectoría de Huancayo, compuesta por las parroquias de “Sagrario”, “San José de Pichcus”, Chilca, El Tambo, Pa81


riahuanca, Huayucachi, Sapallanga, San Jerónimo y Pucará. -

Cinco Vicarías foráneas: • Jauja: Jauja, Apata, Huaripampa, Muquiyauyo, Huamalí, Marco y Sincos. • Tarma: Tarma, Acobamba, La Oroya, Palcamayo y Yauli. • Junín: Junín, Carhuamayo y Ulcumayo. • Chupaca: Chupaca, Chongos Bajo, Chongos Alto, Colca, Sicaya y Ahuac. • Concepción: Andamarca, Comas, Mito y Orcotuna. En el Capítulo III,

Costumbres

y

Licencias,

de

Leyes,

sustenta

el

acontecimiento por medio del Concilio Plenario de América Latina, Concilios Provinciales VII y VIII y este mismo Sínodo. En el Capítulo VI, de las obligaciones de los clérigos en general, alienta a promover: 82


• La espiritualidad eucarística, mariana, la dirección espiritual, los ejercicios espirituales que conduzcan nuestra vida y la vida de la feligresía por el camino de la santidad. • La comunión sacerdotal para vivir plenamente el ministerio presbiteral, dar buen ejemplo a la comunidad cristiana y obedecer fielmente al ordinario del lugar. • La formación permanente, especialmente, en temas de moral, liturgia y otras materias eclesiásticas que ayuden a perfeccionar la ciencia religiosa del sacerdote. • La obligación de guardar la virtud de la castidad y la salvaguarda de su dignidad evitando exponerse en actos públicos de dudosa reputación sacerdotal. • Vestirse adecuadamente, según la dignidad del ministerio presbiteral, para mantener la identidad del sacerdote. 83


En el Capítulo VII, de algunas obligaciones especiales de los sacerdotes, dice que: • “A ejemplo del Apóstol el sacerdote, especialmente el párroco conviene que de muy buena voluntad dé de todo lo suyo y entregue toda su persona por las almas de sus ovejas (2 Cor 12,15). Lo que no podrá cumplir, sino se dedica con todo empeño al estudio de cosas eclesiásticas y al ejercicio del ministerio pastoral” (N° 39). • “Los párrocos han de dar cuenta a Dios de las almas de sus ovejas, están obligados por justicia a proveer a sus necesidades especialmente espirituales, a fin de que ninguno perezca” (N° 43). • Especialmente en cuanto a los indígenas, el Sínodo suplica y amonesta a los párrocos que se conduzcan con ellos caritativa y paternalmente, corrigiéndoles

84


y enseñándoles lo que deben saber para vivir cristianamente” (N°44). En el Capítulo XII, de las parroquias y párrocos, respecto de la organización que se debe tener en cuenta: • “El fin esencial de la parroquia es desarrollar entre sus miembros la vida de la gracia que infunde en las almas el Espíritu Santo por el Bautismo y los demás sacramentos” (N°72). • “El párroco como jefe y padre espiritual de esta comunidad cristiana, es el llamado por la voluntad de Dios a ejercer la acción pastoral, en cada uno de los files encomendados a sus cuidados, bajo la inmediata dependencia del Obispo” (N° 73). • “siendo difícil al párroco extender su acción personal a todas las necesidades espirituales de la parroquia, procure crear organismos que le secunden en su labor apostólica” (N°76). 85


En el Capítulo XIII, de las otras obligaciones de los párrocos, dice: • Respecto a la residencia: “Como quiera que la residencia debe ser laboriosa, no se contente el Párroco con cumplir con sus obligaciones dentro de la Iglesia; es necesario que visite a los enfermos que estén o no graves y que se ponga en contacto con el pueblo visitando a sus feligreses” (N° 90). • Respecto de los libros parroquiales (N° 93-99), pide mantener en orden los libros de los sacramentos administrados en la parroquia. • Respecto del socorro a los pobres y oratorios parroquiales (N° 100-107): “Una de las principales obligaciones del párroco es socorrer y hacer socorrer a los necesitados de su parroquia; el debe considerarse como el padre de los pobres y como tal debe organizar la limosna y su distribución” (N°100). 86


• Respecto de la catequesis (N° 108-114), pide la formación de grupos parroquiales que ayuden en la educación cristiana basada en la enseñanza del Catecismo, dentro y fuera de la sede parroquial. • Respecto del Magisterio Eclesiástico (N° 115-120): “Procuren que cada niño tenga el Catecismo que le corresponda según su grado de instrucción” (N° 116). • Respecto de la predicación (N° 121-127): “Al menos una vez al año, recorrerá el párroco todos los pueblos y caseríos de su parroquia, no sólo para celebrar las fiestas, sino para visitar a sus feligreses, enseñarles sus deberes religiosos y administrarles los sacramentos. Durante la cuaresma, su visita debe tener el carácter de una pequeña misión” (N° 126). De los laicos o seglares: En el Capítulo XVI, de la Acción Católica, el Sínodo exhorta con las 87


siguientes palabras: “Recuérdese que el fin principal de la Acción Católica es restaurar la vida cristiana en los individuos, en la familia y en la sociedad, a fin de asegurar el reinado de Cristo” (N°142).

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2.- VII Congreso Eucarístico Nacional El “VII Congreso Eucarístico Nacional” tuvo como sede la ciudad de Huancayo, los días 26, 27, 28, 29 y 30 de agosto de 1965. Fue monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz quien gustosamente organizó este certamen de fe eucarística nacional. Quien presidió la Eucaristía de clausura fue el Eminentísimo Cardenal Juan Landázuri Ricketts, primado del Perú y, esta vez, delegado papal. Los

que

presenciaron

este

acontecimiento eucarístico dan testimonio de la impecable organización de la feligresía huancaína y la fervorosa participación cien mil personas, aproximadamente. Fue un acontecimiento inolvidable que quedó grabado, por muchos años, en el corazón de 89


sus habitantes el amor de toda una nación, venidos de todas las regiones de nuestra patria, por Jesucristo en el Santísimo sacramento del Altar. El papa Pablo VI, que llamó a Huancayo la ciudad “Histórica y gloriosa”, en la clausura del 30 de agosto de 1965, a través de un radiomensaje, convocó a rendirle un homenaje de “fidelidad de todo el Perú a Cristo en la Eucaristía” en tres momentos: 1.- La necesidad de la formación del cristiano para encontrar en Cristo la única verdad y ser capaces de llevar el contenido de la buena noticia a los demás. En el mensaje radiofónico decía que “este es el primero y fundamental paso para salir de un catolicismo rutinario a una existencia integralmente cristiana: con sabor de sal para la sociedad y la civilización nuestra, amable y atracti90


va frente a la invasión hedonista del vivir actual, capaz de captar la simpatía del joven y del anciano, del sabio y del inculto, del hombre de negocios y del trabajador común, dotada de una virtud formidable para someter esquemas mentales y modos de obrar alejados, al suave yugo de la ley de Cristo” 2.- El efecto de la Eucaristía, en el que Cristo se hace presente como alimento espiritual, nos debe llevar al ejercicio de la caridad y la justicia en las relaciones sociales: Definitivamente, decía el papa Pablo VI, “La participación en el banquete eucarístico, en una palabra, es una invitación a corregir las injustas desigualdades sociales entre personas, sectores o pueblos. Acompañe por lo tanto a la comunicación de la riqueza sobrenatural por parte de Cristo, Nuestro Salvador y hermano, la solidaridad, 91


la distribución más justa de los bienes de la tierra entre los miembros de las comunidades humanas”. 3.- Basado en el fervor demostrado durante los días de la celebración del “VII Congreso Eucarístico Nacional”, invitó a no dejar en el pasado el gusto por la Eucaristía y el culto al santísimo sacramento del altar. Es por eso que este tercer momento señaló algunas actitudes concretas como la conformación de: - “Adoradores Nocturnos ante la Custodia, tantas Capillas o Iglesias que, teniendo al Señor de manifiesto, invitan al coloquio personal; - las visitas al Santísimo que dan calor espiritual a la jornada; - la belleza de las procesiones del Corpus; todas estas son cosas de tanta tradición en la Iglesia, de tanta eficacia santificadora que, aunque sus92


ceptibles de adaptación, nunca se habrá de renunciar a ellas”. Difícil de olvidar las últimas palabras pronunciadas por el papa Pablo VI en el radiomensaje de clausura de este “VII Congreso Eucarístico Nacional” que decía: “¡Oh Perú, cuna gloriosa de Santos y de Héroes! Si sigues a Cristo, Maestro y Rey de Amor, como en este solemne día le prometes, en Él encontrarás para tu salvación las palabras de vida eterna (Cf. Jn 6,69)”. En la clausura, la Virgen de Cocharcas, del actual distrito de Sapallanga, fue coronada como Reina y Patrona del VII Congreso Eucarístico Nacional; encomendando a la Bienaventurada Virgen María los frutos del Congreso y el amor de la Iglesia peruana a Jesucristo en la Eucaristía. Entre otros, como signo impercedero de este magno evento, se ha enclavado una cruz de gran dimensión que actualmente 93


se encuentra en la primera cuadra de la Av. Huancavelica del distrito de El Tambo, a lado del Colegio Salesiano.

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3.- Congreso Misionero del Centro (Comicentro) Este Congreso Misionero del Centro, aunque estuvo programado para la región central del país, reunió a laicos y laicas de todo el Perú, se llevó a cabo en la sede metropolitana de la Arquidiócesis de Huancayo, del 5 al 9 de agosto de 1998. Este Congreso tuvo la participación mayoritaria de las 44 parroquias de la Arquidiócesis de Huancayo tuvo como lema: “Con la fuerza del Espíritu, impulsa tú, la misión universal”. Sintonizaba con el evento milenario de preparación a la celebración del Gran Jubileo 2000 que el santo papa Juan Pablo II había convocado 95


para celebrar el nacimiento de Jesús y con Él el inicio de una nueva etapa de la Iglesia, impulsada por el Espíritu Santo. En efecto, el año 1998, dentro del itinerario trinitario de preparación, estuvo dedicado al Espíritu Santo; de tal manera que se viviera en cada Iglesia particular el impulso misionero de la Iglesia para el tercer milenio que entonces se avecinaba con sus retos y desafíos. En una parte de la oración que monseñor José Paulino Ríos Reynoso, pastor de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo, había preparado para la ocasión, rezaba: “Danos la fuerza de tu Espíritu para impulsar la misión también más allá de nuestras fronteras”, nos invitaba a despertar el ardor misionero para “remar mar adentro” (Lc 5,4) en una nueva etapa de la vida de la Iglesia. Este Congreso Misionero del Centro tuvo todo un período de preparación en las 96


parroquias para llegar a celebrar gozosos el evento central realizado del 5 al 9 de agosto. Los cinco días estuvieron marcados intensamente por la alegría generada por el Espíritu Santo. El primer día fue la inauguración y bienvenida al Congreso por medio de una manifestación pública que consistía en pasacalles, pancartas y danzas por las calles principales de la ciudad de Huancayo que desde los diversos puntos de concentración confluían en un mismo lugar que era el Coliseo Wanka donde se celebró la Misa inaugural. Los días sucesivos, estuvieron marcados por la oración desde las primeras horas del día, continuando con la exposición de los temas misioneros dados en el Coliseo del Colegio Salesiano y concluyendo el día con la celebración Eucarística. Tal es así que el segundo día de trabajo, dedicado a los niños, concluyó la jornada con la participación 97


multitudinaria de los niños en la Misa. El tercer día dedicado a los jóvenes concluyó su jornada con la participación carismática de los jóvenes que hicieron sentir la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. El cuarto día, por la mañana, estuvo dedicado a la celebración de la Misa con los enfermos en el Coliseo del Colegio Claretiano y la visita a los hospitales llevando la unción de los enfermos. El quinto día de clausura del Congreso estuvo dedicado a las familias que desde diversos puntos de la cuidad se encaminaron al Estadio Huancayo donde tuvo a bien presidir la Misa el Nuncio Apostólico del Perú monseñor Fortunato Baldelli, como delegado del santo papa Juan Pablo II.

98


4.- Mesa de Diálogo La prefiguración de la Mesa de Diálogo se encuentra en el viaje emprendido por monseñor Pedro Barreto Jimeno S.J., desde la ciudad de Lima hasta la ciudad de Huancayo, el día viernes 3 de setiembre del 2004. El motivo de su viaje era conocer la realidad de la Arquidiócesis de Huancayo donde había sido designado Arzobispo por el papa Juan Pablo II; y, la toma de posesión canónica estaba programada para el domingo 5 de abril. Aquél 3 de setiembre inició la primera parada en la Parroquia “Niño Jesús de Praga” de Morococha, ubicada en las faldas del nevado de Ticlio y de tradicional 99


explotación minera, a 4800 msnm. Allí despertó monseñor Barreto la preocupación por el cuidado de los bienes de la creación al ver tanta gente pobre y desolada en medio de minas de oro, plata, cobre, etc. La segunda parada estaba programada en la Parroquia “Inmaculada” y “Cristo Rey” de Yauli - La Oroya; pues, para la ocasión, los oroínos, como lo hicieron en tantas oportunidades con personajes ilustres, le pusieron un casco de minero y le regalaron un cofre de piedras con los minerales que se fundían en el Complejo Metalúrgico enclavado en el corazón de la ciudad y funcionaba las 24 horas del día, desde 1922. Al respecto, monseñor Francisco Rubén Berroa, en 1934, en su libro intitulado “Monografía de la Diócesis de Huánuco”, a la que pertenecíamos aquél entonces, expresaba: “en la ciudad de La Oroya está la fundición de metales, una de las más 100


fuertes que tiene el Perú; esos monstruos de hornos que cada día arrojan toneladas de metales y cuyas chimeneas cubren de humo la atmósfera como nubes espesas, pero que también llevan consigo polvos mortíferos que como el caballo de Atila, no dejan crecer hierbas y, como gases asfixiantes, matan a centenares de seres humanos”. monseñor Barreto, al detenerse, en la ceremonia de bienvenida, iba contemplando el firmamento que estaba polarizado por las nubes de gases que discurrían por la ciudad y entraban en la persona por la respiración, ocasionando inclusive un olor desagradable; claro está que fueron los mismos lugareños quiénes expresaron su preocupación por vivir en condiciones insalubres. También, monseñor José Paulino Ríos, el 4 de octubre del 2000, en la festividad de san Francisco de Asís, patrón de la ecología, publicó una Carta Pastoral “El cuidado de la casa 101


común” en la que expresaba su preocupación del grave peligro al que estaba expuesta la vida en el planeta con “el abuso en el consumo de recursos naturales no renovables, la amenaza de extinción de las especies vegetales y animales, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de las aguas y del aire, el depósito no controlado de los residuos sólidos, la erosión de los terrenos cultivables, la sobrexplotación de los bosques y la destrucción de las especies nativas, son todos ellos problemas que, siendo en sí mismos importantes, apuntan, sin embargo, hacia la pérdida de un bien mayor, la vida, cuya culminación y corona es la vida misma”. Esta preocupación social y magisterial fue despertando cada vez más el deseo de promover la conciencia ecológica para el mundo presente y la preocupación de dejar un planeta saludable para las futuras generaciones (Cf N° 22), como afirmará en la Carta Encíclica “Laudato Si” del actual papa Francisco. 102


Es pues en La Oroya donde empieza la preocupación alarmante por el deterioro ocasionado al medio ambiente y la vida de las personas. O sea, lo que monseñor Berroa denunció en 1934, monseñor Ríos ratificó el año 2000, monseñor Barreto el 2004 ejecutó con la creación de la Mesa de Diálogo el 22 de marzo del 2005 para dar “Solución integral y sostenible a la problemática ambiental y laboral de La Oroya y la recuperación de la Cuenca del río Mantaro”, expresó en su segunda Carta Pastoral, el 23 de marzo del 2006. La Mesa de Diálogo, era pues “un espacio de encuentro, diálogo y propuesta institucionalizado entre la sociedad civil, el sector empresarial y el Estado”, bajo el liderazgo del Arzobispado de Huancayo, siendo presidente monseñor Pedro Barreto. La Mesa de Diálogo, que después se llamó Mesa de Diálogo Ambiental de la Región 103


Junín (MEDIAREJ), cumplió sus objetivos mediante la ejecución de proyectos que tuvieron varias etapas en varios años como “Mantaro Revive”, “Siembramontes” y muchos otros sub proyectos que tuvieron la finalidad de lograr una conciencia ambiental poblacional, promover la política ambiental, garantizar el derecho a una mejor calidad de vida, priorizar la salud ambiental y manejar de manera sostenible los recursos naturales en la zona media y alta de la cuenca del río Mantaro porque “vemos que la creación entera gime y sufre dolores de parto. Y también nosotros, aunque ya tengamos el Espíritu como un anticipo de lo que hemos de recibir, gemimos en nuestro interior mientras esperamos nuestros derechos de hijos y la redención de nuestro cuerpo” (Rm 8,22-23).

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IV Episcopologio

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Monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón, O.F.M. Primer Obispo de la Diócesis de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Arequipa. Fecha de nacimiento: 10 de marzo de1909. Fecha de defunción: el 5 de octubre de 1992. Lema episcopal: “In te, Domine speravi” – “Señor, tú eres mi esperanza” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 6 de julio de 1945 hasta el 13 de junio de 1946. 109


Biografía Nació en la quinta Ballón (actualmente conocido como el barrio La Negrita), en Arequipa, el 10 de marzo de1909. Era el último de los 7 hermanos. Quedó huérfano de padre y madre, antes de cumplir su primer año de vida. Asumieron la tutoría de todos los hermanos sus tíos paternos don Pío Francisco Calderón Navarro y doña Carmen Ballón García. Los estudios primarios los realizó en la Escuela “Sagrados Corazones” y la educación secundaria en el Colegio de la “Independencia Americana”, de la misma ciudad blanca de Arequipa. Los estudios de teología lo realizó en el Convento Franciscano de Santa Rosa de Ocopa que está ubicado en la provincia de Concepción, ubicado dentro del ámbito de la actual Arquidiócesis de Huancayo. Los 110


frailes del Convento “Santa Rosa” de Ocopa recuerdan con mucho cariño la presencia de Fray Leonardo José Rodríguez Ballón en su convento; mientras éste concluía los estudios, fray Juan Landazuri Ricketts iniciaba los estudios eclesiásticos; ambos arequipeños; el primero como Arzobispo de su tierra natal por largos 34 años y el último como Arzobispo de la Arquidiócesis de Lima y Primado del Perú por el período de 36 años. Monseñor

Rodríguez

Ballón

fue

ordenado sacerdote el 21 de abril de 1935, en el Convento franciscano de “Santa Rosa” de Ocopa, lugar donde realizó sus estudios. En 1943, a los 34 años de edad, fue ordenado y nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Lima. Al momento de crear la Diócesis de Huancayo, el papa Pío XII lo nombró primer obispo; cargo que desempeñó en la Diócesis 111


por el período aproximado de un año (6 de julio de 1945 hasta el 13 de junio de 1946); aunque la toma de posesión canónica de la nobilísima Diócesis se realizó el 23 de agosto de 1945. En su corto período de estadía se dedicó a organizar el Obispado de Huancayo en la estructuración canónica del clero, la delimitación territorial, la Curia, la Catedral, etc. En este breve período de su episcopado convocó a los sacerdotes de la Diócesis de Huánuco, que ya desde hacía mucho tiempo desempeñaban su ministerio sacerdotal en Huancayo y también a otros sacerdotes de buena voluntad, en atribución de segregar territorialmente, para la respectiva incardinación de los sacerdotes en la nueva Diócesis de Huancayo. En ese período transitorio de su episcopado fue trasladado a su tierra natal 112


para pastorear la Iglesia de Arequipa por largos 34 años (1946-1980); donde, entre una de sus labores emblemáticas, fue la fundación de la Universidad Católica “Santa María”, el 6 de diciembre de 1961. Falleció en Lima, el 5 de octubre de 1992. Fue sepultado en la Capilla del Señor de Gran Poder de la Catedral de Arequipa, el 8 de octubre de 1992.

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Monseñor Daniel Figueroa Villón Segundo Obispo de la Diócesis de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Carhuaz – Ancash. Fecha de nacimiento: 16 de agosto de 1902. Fecha de defunción: 30 de enero de 1967. Lema episcopal: “Plenitudo legis dilectio” – “El amor es la plenitud de la ley” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 22 de setiembre de 1946 al 17 de diciembre de 1956. 117


Biografía Nació en la provincia de Carhuaz, departamento de Ancash, donde se asientan los abundantes glaciares y los nevados más altos del Perú, el 16 de agosto de 1902. Los estudios de teología fueron realizados en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo de la capital Lima. Estudió Derecho Canónico en la Pontificia facultad de Teología civil de Lima; posteriormente, se desempeñó como docente de dicha facultad. Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de mayo de 1926. En 1937, al pasar a ser obispo emérito de la Diócesis de Huaraz monseñor Domingo Juan Varga O.P., monseñor Figueroa fue nombrado como delegado del Administrador Apostólico del Obispado de Huaraz por el período de 4 años (19371941). Pocos años después, el 7 de abril 118


de 1945 fue nombrado obispo auxiliar de Arequipa por el papa Pío XII y ordenado obispo el 20 de mayo de 1945. Al ser declarado sede vacante el Obispado de Huancayo, fue nombrado como segundo obispo, cargo que permaneció por el período de 10 años, desde el 22 de setiembre de 1946 hasta el 17 de diciembre de 1956. Los primeros años de su episcopado continuó organizando las estructuras del Obispado de Huancayo. Organizó el “Congreso Eucarístico Regional”

que

tuvo

como

sede

la

Arquidiócesis de Huancayo, del 20 al 24 de agosto de 1951. Dentro de este Congreso se realizó, conjuntamente, el “Primer Certamen Catequístico” entre los alumnos del departamento de Junín para impulsar la Catequesis al sacramento de la Eucaristía. Para dar mayor impulso a la tarea 119


evangelizadora del futuro, de caminar juntos en una experiencia de reflexión y discernimiento pastoral, organizó y celebró el “Primer Sínodo Diocesano”, del 1 al 3 de diciembre del año 1952 como un tiempo de gracia para renovar la vida y la misión de la iglesia de Huancayo; que reunió a sacerdotes, religiosos y laicos de las comunidades parroquiales de todo el ámbito de la Diócesis, desde la ciudad, extendiéndose hasta el campo. Este Sínodo tuvo como herencia la composición de 383 artículos. Asistió a la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) que se llevó a cabo en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), del 25 de julio al 4 de agosto de 1955. Esta conferencia asumió el problema fundamental que afligía a la Iglesia Latinoamericana por la escasez de vocaciones sacerdotales y 120


religiosas; por lo que se hizo un fervoroso llamado a los sacerdotes, religiosos y fieles a “colaborar generosamente en una activa y perseverante campaña vocacional” como Dios mismo nos consigna en las Sagradas Escrituras de “rogar al dueño de la mies para que envíe operarios a su mies” (Lc 10,2). Esta preocupación Latinoamericana de la formación sacerdotal y el nacimiento de la Diócesis conllevó a monseñor Daniel Figueroa a fundar el semillero de vocaciones llamado pre seminario “San Pío X”, el papa de la Eucaristía. El 17 de diciembre de 1956 fue nombrado primer obispo de Chiclayo. En 1959 adquirió un terreno y mandó construir el Seminario Mayor “Santo Toribio de Mogrovejo” para la formación de los futuros sacerdotes. Como primer obispo, se preocupó por la construcción 121


de la Catedral y la curia diocesana de la Diócesis de Chiclayo. Pese a la hemiplejia que padecía supo organizar la Diócesis hasta su muerte del 30 de enero de 1967. Sus restos descansan en el cementerio general de Chiclayo.

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Monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortíz Tercer Obispo y Primer Arzobispo de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Arequipa. Fecha de nacimiento: 11 de setiembre de1895. Fecha de defunción: 30 de junio de 1982. Lema episcopal: “Ego sum via veritas et vita” - “Yo soy el camino, la verdad y la vida” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 17 de diciembre de 1956 hasta el 10 de febrero de 1971. 125


Biografía Nació en la ciudad blanca de Arequipa, el 11 de noviembre de1895. Los estudios en educación secundaria lo realizó en el Colegio Nacional de la “Independencia Americana” y en el Colegio Mercedario “San Pedro y Pascual”, de la misma ciudad de Arequipa. Los estudios superiores inició en la Universidad Nacional de “San Agustín” que tuvo que ser interrumpido para ingresar al Seminario Mayor “San Jerónimo” y recibir la formación al futuro ministerio presbiteral. Todavía como seminarista, fue becado para realizar estudio de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia “Gregoriana” de Roma. Fue ordenado presbítero el año 1929 por imposición de manos del primer Arzobispo de Arequipa monseñor Mariano Holguín y Maldonado. Fue nombrado obispo de Huaraz por 126


el papa Pío XII el 15 de diciembre de 1940 y ordenado obispo el 25 de marzo de 1941. Fue testigo de los estragos ocasionados por el aluvión de la cuenca del Santa, originado por los deslizamientos de glaciares de la cordillera Blanca la madrugada del 13 de diciembre de 1941, que arrazó con la parte moderna y residencial de Huaraz. Después de 16 años de pastoreo de la Iglesia Huaracina, fue trasladado a la entonces Diócesis de Huancayo, el 17 de diciembre de 1956, en el pontificado de Pío XII. Con la Bula Pontificia “Quam sit christifidelibus Utilitate” del 30 de junio de 1966, de Diócesis pasó a ser Arquidiócesis de Huancayo; concediéndole a monseñor Mariano Jacinto ser el primer Arzobispo. Respondiendo al llamado hecho por la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM), llevada a cabo en Río de Janeiro (Brasil), al subrayar la 127


importancia del aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas (Río de Janeiro, Parte 1, Título I, Capítulo I, Número 4, párrafo a), erigió la estructura material del Seminario como un espacio adaptado exclusivamente a la formación el 19 de setiembre de 1962, en el anexo de Umuto, distrito de El Tambo. El Seminario fue consagrado a la advocación de “San Pío X” por ser el papa de la Eucaristía y por la propagación de su reciente canonización, acontecido aquél 3 de setiembre de 1954. Organizó y celebró el “VII Congreso Eucarístico Nacional”, que tuvo como sede la ciudad incontrastable de Huancayo, del 27 al 30 de agosto de 1965. En aquella oportunidad presidió la Eucaristía de clausura el Cardenal Juan Ladázuri Ricketts, como Delegado Papal. Este magno acontecimiento reunió a más de cien mil personas para vivir la ocasión; acontecimiento que ha dejado 128


una huella indeleble en el piso central de la Catedral de Huancayo. Aquél mismo año de 1965, dentro del marco del VII Congreso Eucarístico Nacional,

monseñor

Mariano

Jacinto

Valdivia solicitó al papa Pablo VI la coronación pontificia de Nuestra Señora de Cocharcas como Patrona del Congreso. Quien tuvo el alto honor de efectuar dicha coronación fue el Cardenal Juan Landázuri Ricketts O.F.M., como delegado del Papa. Su preocupación pastoral, además de la centralidad de la Eucaristía y Mariología, estuvo

concentrado

en

la

actividad

misionera de los sacerdotes y laicos en la misión evangelizadora de la Iglesia y la comunión con el mundo actual. En efecto, monseñor Mariano Jacinto Valdivia fue testigo de la nueva visión eclesiológica del Concilio Vaticano II que demandaba una renovada etapa evangelizadora de la Iglesia. 129


Monseñor Mariano Jacinto Valdivia estuvo caracterizado por una sencillez de vida alimentada a los pies del Santísimo Sacramento del Altar; tal es así que fundó, junto a la Hna. Cecilia Córdova López la actual Congregación religiosa femenina “Hijas de Santa María Reyna”; que en el principio era “Pía Unión” y luego adquirió el derecho diocesano; para el culto y la adoración perpetua del Santísimo Sacramento del Altar. Estuvo al pastoreo de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo por el período de 15 años; desde el 17 de diciembre de 1956 hasta el 10 de febrero de 1971; pasando a ser obispo emérito. Falleció el 30 de julio de 1982, en Lima. Sus restos mortales, con la autorización de sus familiares, fueron trasladados del cementerio La Planicie de los padres Pasionistas a la cripta de la Catedral de Huancayo, que está ubicado a lado izquierdo del altar. 130


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Monseñor Eduardo Picher Peña

Segundo Arzobispo de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Chorrillos - Lima. Fecha de nacimiento: 12 de agosto de 1920. Fecha de defunción: 30 de noviembre del 2002. Lema Episcopal: “Ubi Charitas, Ibi Dominus” – “Donde hay amor, allí está el Señor”. Periodo de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 31 de mayo de 1971 hasta el 14 de junio de 1984. 133


Biografía Nació en el distrito de Chorrillos, de la capital Lima, el 12 de agosto de 1920. La educación primaria y secundaria realizó en el prestigioso colegio “San Agustín” de Lima. La formación filosófica realizó en el Seminario Conciliar “Santo Toribio de Mogrovejo” de Lima. La formación teológica la realizó en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los estudios de postgrado, en la facultad de sociología política, la realizó en la Universidad Católica de Friburgo (Suiza). Fue ordenado Sacerdote el 23 de setiembre de 1944; año en que se creaba la Diócesis de Huancayo. El papa Pablo VI, con la creación del Obispado de el Callao mediante la Bula “Aptiorem Ecclesiarum”, le nombró primer obispo de la Diócesis del Callao, recibiendo la consagración episcopal el 8 de setiembre 134


de 1967; a partir de esa fecha, promovió, entre tantas actividades, la conformación de la curia diocesana de el Callao y la organización del nobilísimo presbiterio, hasta el año de 1971. Estuvo al servicio de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo por el período de 13 años; desde el 31 de mayo de 1971 hasta el 14 de junio de 1984. Su

carisma

pastoral

estuvo

caracterizado por su cercanía al pueblo de Dios. Las personas que lo conocieron dan testimonio de su buen corazón a la manera de Jesucristo Buen Pastor. El celo apostólico de este Arzobispo carismático estuvo caracterizado por la amistad abierta e igualitaria a todas aquellas personas que llevaban el mensaje de paz. Una parte de la mañana se dedicaba a responder, personalmente, las cartas enviadas por las

autoridades

civiles,

eclesiásticas, 135


instituciones y, sobretodo, a sus amistades. Después

de

haber

impulsado,

con mucho éxito, la conformación de asociaciones, congregaciones y hermandades en la naciente Diócesis del Callao; a su llegada, en la Arquidiócesis de Huancayo, continuó con el mismo carisma eclesial de organizar las asociaciones, congregaciones y hermandades existentes, de manera especial, en la Catedral de Huancayo. Su relación con las autoridades de la ciudad de Huancayo fue muy cercana por lo que los vinculó en la misión evangelizadora de la Iglesia. En uno de sus mensajes, con motivo del vivir el Tiempo de Cuaresma, dijo: “Compartir es, pues, una actitud cristiana fundamental. En las numerosas iniciativas de amor al prójimo, desde la limosna y el servicio individual hasta la cooperación colectiva a la producción de los pueblos materialmente menos favorecidos, 136


el cristiano siente la alegría de compartir, de gozar junto con los demás el patrimonio que Dios ha puesto generosamente a disposición de todos” (Mensaje de Cuaresma, 1978). Definitivamente; además de haber estado caracterizado por su sencillez, se preocupó por los pobres de la ciudad y del campo, del cuerpo y del alma. Su espiritualidad misionera estuvo marcada por las constantes visitas pastorales, especialmente en el Tiempo de Cuaresma; visitó

comunidades

misioneras

como

Chongos Alto, Huasicancha, Jarpa, etc. Se preocupó de la formación de los futuros sacerdotes del Seminario Mayor “San Pío X”, enseñando como docente de Código de Derecho Canónico y otros cursos de teología. Los que lo conocieron dan testimonio de que la mitad de su jornada matutina lo dedicaba al seminario para mantener la cercanía con los futuros 137


sacerdotes. Fue nombrado Obispo Castrense del Perú el 14 de junio de 1984 hasta el momento de pasar a ser obispo emérito en 1995. En el desarrollo de su ministerio episcopal, desempeñó diversos cargos como: -

Asesor Nacional de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos del Perú.

-

Asesor del Consorcio Católico de Ingenieros de Lima.

-

Vice-secretario de Acción Social del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

-

Secretario General de Cáritas del Perú.

-

Miembro de la Junta Nacional Censora de películas y Televisión. Pasó de este mundo a la presencia de

Dios el 30 de noviembre del 2002. Sus restos descansan en la cripta de la Catedral del Obispado del Callao, donde fue el primer Obispo. 138


139



Monseñor Emilio Vallebuona Merea, S.D.B.

Tercer Arzobispo de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Lima. Fecha de nacimiento: 27 de enero de 1930. Fecha de defunción: 28 de noviembre de 1991. Lema episcopal: “Ut fructum afferatis” – “para dar frutos en abundancia” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 30 de agosto de 1985 hasta el 28 de noviembre de 1991.

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Biografía Nació en Lima el 27 de enero de 1930. Fue ordenado sacerdote el 30 de noviembre de 1956. Consagrado obispo el 30 de noviembre de 1975 en Lima. Fue obispo de la Diócesis de Huaraz del 18 de enero de 1978 al 30 de agosto de 1985. Fue nombrado obispo auxiliar de Piura el 21 de octubre de 1975. Gobernó la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo por el período de 6 años; desde el 30 de agosto de 1985 hasta el 28 de noviembre de 1991. Conocido como el Arzobispo letrado, piadoso y de pocas palabras. Como Arzobispo de Huancayo le tocó vivir una etapa difícil con los sacerdotes que estaban ejerciendo su ministerio sacerdotal en situaciones irregulares. Difícil situación 142


que tenía que afrontar por tratarse de su presbiterio y por el ejercicio de la communio sacramentalis. A pesar de la rigidez en sus decisiones, monseñor Emilio Vallebuona, por la investidura que le correspondía como ordinario del lugar y la misión encomendada por la tria munere ecclesiae, especialmente la misión de gobernar (munus regendi), se le quebraba el corazón de buen pastor a la hora de tratar éstos asuntos delicados. En estas circunstancias difíciles, su corazón misericordioso se inclinaba en el sufrimiento y la oración; cabe el momento para resaltar que monseñor Emilio Vallebuona, anteriormente, ya había sido intervenido quirúrgicamente del corazón por lo que estaba condicionado a un marcapaso y un estilo de vida de mucha tranquilidad. Era un pastor celoso de su propio alimento espiritual. El estilo de vida 143


metódico que ejercía en su vida espiritual se reflejaba en la preocupación de tener un Monasterio que pudiera acompañar en oración a la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo; comenzando por el Arzobispo, orando por el corazón de la Iglesia encarnada en los sacerdotes, velando por la formación de los seminaristas, intercediendo por los proyectos espirituales de la Iglesia, encomendando las actividades eclesiásticas y preocupado por la cura de almas desde aquellos que se encontraban cerca de la sede episcopal hasta los lugares más recónditos de la jurisdicción. Fue monseñor Emilio Vallebuona quien hizo la petición de fundar un Monasterio en la Arquidiócesis de Huancayo sin llegar a término por haber sido llamado a la presencia de Dios. Será su sucesor quién concluirá el trámite y la fundación de este Monasterio de las Madres Carmelitas. 144


Monseñor Emilio Vallebuona vivía en la Comunidad Religiosa de los Sacerdotes de San Juan Bosco. Era muy querido por los jóvenes, maestros y padres de familia del Colegio Particular Salesiano; por lo que se sentía a gusto compartir buen tiempo con ellos. Desde esta realidad, surge su preocupación por la formación de los docentes de Educación religiosa y la promoción de catequistas. Promovió

el

sacramento

de

la

Confirmación en las instituciones educativas de nivel secundario; llegando a celebrar la Misa en los mismos colegios, con el motivo de manifestar su cercanía a los jóvenes. Con estos hechos tan significativos, expresaba su “opción preferencial por los jóvenes”. Gobernó la Iglesia de Huancayo en circunstancias convulsivas de la realidad nacional. Recordemos que la década de 1980 y 1990, nuestra patria estuvo asediada 145


por los movimientos terroristas que ocasionaron estragos, violencia y letargo en nuestro país. El terrorismo, que por principio revolucionario contradecía la religión, incursionó en los ambientes de la Iglesia católica con amenazas y apropiación de bienes, caracterizados por actitudes violentistas. monseñor Emilio Vallebuona, en muchas oportunidades, dentro y fuera del púlpito, tuvo que llamar a una convivencia pacífica de la sociedad. Organizó jornadas de oración, vigilias y mensajes por la paz ante los coche bomba que explotaban sorpresivamente en las calles, las listas rojas y negras que se publicaban en los parques, la muerte de autoridades civiles en situaciones escalofriantes, el bombardeo de las instituciones estatales y privadas, los tiroteos y matanzas entre los mismos terroristas y militares. En medio del temor y el pavor, monseñor Emilio Vallebuona fue 146


el pastor que invocaba ser constructores de paz. Falleció con paro cardíaco el 28 de noviembre de 1991 en la capital Lima, siendo arzobispo de Huancayo. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Catedral de Huancayo, junto a los de monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz.

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Monseñor José Paulino Ríos Reynoso

Cuarto Arzobispo de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Cañete - Lima. Fecha de nacimiento: 4 de octubre de 1944. Lema episcopal: “Anunciar a Jesucristo” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: del 2 de diciembre de 1995 hasta el 29 de noviembre del 2003.

151


Biografía Nació

en

Imperial,

Cañete,

departamento de Lima, el 4 de octubre de 1944; año en el que se creó la Diócesis de Huancayo. Realizó estudios secundarios en el Colegio de los Padres Agustinos de la ciudad de Cañete. La formación sacerdotal lo realizó en el Seminario “Santo Toribio de Mogrovejo” de la capital Lima y los estudios filosóficos y teológicos en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. Se ordenó sacerdote el 5 de junio de 1971. Como sacerdote coordinó la Fraternidad Sacerdotal de Lima, fue secretario de la Comisión Episcopal para el Clero y miembro del Consejo de Consultores de la Arquidiócesis de Lima. A la muerte repentina de monseñor Emilio Vallebuona Merea S.B.D., por 152


un problema cardíaco, monseñor José Paulino Ríos Reynoso asumió, a los pocos meses, la Administración Apostólica de la Arquidiócesis, exactamente desde el mes de diciembre de 1991 hasta el día en que fue nombrado Arzobispo. El 2 de diciembre de 1995, el papa Juan Pablo II lo nombra Arzobispo de Huancayo y el 6 de enero, en la solemnidad de la Epifanía del Señor, de 1996 fue ordenado por imposición de manos del mismo papa Juan Pablo II, hoy santo, en la sede de San Pedro, Roma. A su llegada, vivió en las instalaciones del Seminario Mayor “San Pío X” que poco a poco fue reorganizando la estructura formativa y la moderna infraestructura; llamó al Seminario como la niña de los ojos de la Arquidiócesis, pues así había sugerido la Exhortación Apostólica Postsinodal “Pastores Dabo vobis”. 153


Desde

su

experiencia

tenida

anteriormente, como sacerdote diocesano, impulsó las reuniones mensuales del clero, promovió la formación permanente del clero y dedicó su preocupación a la construcción de nuevas casas parroquiales para la convivencia fraterna de los sacerdotes como la casa sacerdotal Juan Pablo II y muchas casas parroquiales. De allí que pregonaba del clero como el corazón de la Diócesis. Monseñor José Paulino estuvo al pastoreo de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo en tiempos de concentración poblacional de las ciudades por la gente que escapaba de sus pueblos ocasionadas por la violencia terrorista, en busca de un futuro mejor. En sintonía con el crecimiento poblacional y extensión territorial creó nuevas parroquias como la Parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe” del AA. HH. Justicia Paz y Vida, “Nuestra Señora de 154


las Victorias”, junto con las urbanizaciones que se iban formando en los alrededores de la ciudad, “Santísima Cruz” del distrito de Chilca y muchas otras parroquias más. Fue un pastor celoso en la labor evangelizadora de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo; ya que en 1994 impulsó “La Gran Misión de la Esperanza” que consistía en hacer un censo religioso, formar agentes pastorales, tocar las puertas de dos en dos para llevar el mensaje de Dios, visitar familias y orar en comunidad. Fue una experiencia viva de la presencia de Dios en la Iglesia, comunidad de comunidades. Promovió

las

peregrinaciones

misioneras: -

La Cruz de la paz; que ha sido construido con fierros de torres de alta tensión, derruidos por la violencia terrorista. Esta peregrinación es en tiempo de Cuaresma. 155


-

Mamacha Cocharcas; devoción mariana que hace 300 años se apareció en un manantial de aguas cristalinas en el anexo de Cocharcas, del distrito de Sapallanga. Esta peregrinación inaugura la festividad del 8 de setiembre.

-

Corpus Christhi; consolidando el fervor por la Eucaristía y el culto a su santísimo cuerpo, que nos legaron los Padres Dominicos en los albores de la evangelización del valle del Mantaro y la región central de nuestro país. Esta peregrinación conduce ala capilla “El Copón” de la Parroquia “Santiago Apostol” del distrito de Chongos Bajo. Entre las actividades eclesiásticas

multitudinarias podemos mencionar: -

El “Congreso Misionero del Centro”. Llevado a cabo del 5 al 9 de agosto de 1998.

- 156

El “I Congreso Eucarístico y Mariano”.


Celebrado del 21 al 25 de noviembre 2001. -

La apertura del “II Sínodo Diocesano”; después de 50 años que se llevó a cabo en el período episcopal de monseñor Daniel Figueroa Villón. El

fue

29

de

nombrado

noviembre pastor

de

del la

2003 Iglesia

Arquidiocesana de Arequipa. Permaneció en ese lugar por el período de 3 años, hasta el 21 de octubre del 2006, fecha en que pasó a ser emérito.

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Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno S.J.

Quinto Arzobispo de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Lima. Fecha de nacimiento: 12 de Febrero de 1944. Lema episcopal: “En todo amar y servir” Periodo de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: desde 17 de julio del 2004

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Biografía Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno S.J., nació en Lima, el 12 de febrero de 1944, el mismo año en que se creó la Diócesis de Huancayo. Estudio la primaria y la secundaria en el Colegio “La Inmaculada” de los Padres Jesuitas, de donde egresó en diciembre de 1960. En 1961 ingresó a la Compañía de Jesús. Sus estudios filosóficos realizó en la facultad de la Compañía en Alcalá de Henares de España. Los estudios teológicos en la Facultad Pontificia y Civil de Lima y en el Instituto Pedagógico Marcelino Champagnat de Lima. Recibió la ordenación presbiteral el 18 de diciembre de 1971 en la orden religiosa de la Compañía de Jesús (S.J.). El 21 de noviembre del 2001 fue elegido por el papa Juan Pablo II como obispo del 162


Vicariato Apostólico de Jaén, su ordenación episcopal fue el primero de enero del 2002 y toma de posesión canónica el 6 de enero del 2002. El 17 de julio del 2004, el papa Juan Pablo II lo nombró Arzobispo Metropolitano

de

Huancayo.

Tomó

posesión de la Arquidiócesis el día 5 de setiembre de 2004. Su deseo, dos días antes llegar a la sede episcopal, fue detenerse en las parroquias que estaban a su paso para conocer la realidad y expresar su cercanía a la gente; entre las parroquias que estaban cerca de la carretera central fue La Oroya que quedó impresionado por la cantidad de humo que salían de las chimeneas de la fundición y se dispersaban con el viento por toda la ciudad, como si fueran nubes. Tal fue su preocupación que en su segunda Carta Pastoral del 23 de marzo del 2006 expresaba: “es urgente en nuestra región el 163


cuidado y protección del medio ambiente, a pesar de las resistencias y agresiones del mal, enquistados en el poder económico y político, donde, con frecuencia, priman los intereses de grupos sobre el Bien Común”. Desde entonces no ha dejado de proclamar el Evangelio de la creación en la región Junín proclamando el “derecho a la vida y la salud que está por encima de cualquier otro derecho porque Dios no permite que predomine la oscuridad del horror”. En la defensa del cuidado de los bienes de la creación, en tiempos de conflicto ha creado la “Mesa de Diálogo”, impulsando programas

como

“Siembramontes”,

el

“Mantaro revive”; y promocionado la actividad minera-metalúrgica pero con responsabilidad ambiental y social que favorezcan la defensa de la salud, el trabajo digno y la vida de los pobres y de los que están expuestos al peligro de la contaminación. 164


Este apostolado ha sido ratificado por el Magisterio Pontificio del papa Francisco al publicar la Carta Encíclica “Laudato si” sobre el cuidado de la casa común, el 24 de mayo del 2015. El 22 de marzo del año 2005, presidió la instalación de la Mesa de Diálogo: “Solución Integral y Sostenible al Problema de Salud Ambiental y Laboral en La Oroya y la Cuenca del río Mantaro”, que agrupó a más de 60 instituciones del Estado y la sociedad civil de la Región Junín. Consolidó la formación sacerdotal ampliando las estructuras materiales del Seminario Mayor “San Pío X”; y, extendió la formación para los seminaristas de la Arquidiócesis de Ayacucho, Diócesis de Huánuco, Diócesis de Tarma y Prelatura de Caravelí. Promovió la convivencia sacerdotal en comunidades que les ayudara a fortalecer 165


la vocación, compartir sus experiencias ministeriales y pastorales y la programación de actividades sostenida por la espiritualidad de “Comunión y Participación”. Ha fortalecido la Pastoral Social de la Arquidiócesis con el respeto de la dignidad humana y los derechos de la persona que ha llegado a ser condecorado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, por el Congreso de la República del Perú y el Consejo de la Orden Premio Unión Nacional del Perú del Instituto Nacional de Desarrollo y Acción Social Perú (INDAS PERÚ). Ha iniciado el Proyecto de Renovación Pastoral para darle una Nueva Imagen a la Arquidiócesis, fortaleciendo las Cinco Vicarías Episcopales y la Nueva Imagen de Parroquia (NIP). Cargos que ha desempeñado y viene desempeñando actualmente como 166


Arzobispo de Huancayo: - Participó como delegado de la Conferencia Episcopal Peruana en el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía, llevado a cabo en Roma, durante el mes de octubre del 2005. - En la LXXXVI Asamblea Ordinaria del Episcopado Peruano del mes de enero del 2006 fue elegido Presidente de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) por el período de dos años (2006-2008). - Participó de la V Conferencia del

Episcopado Latinoamericano y El Caribe, llevado a cabo en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, Brasil (del 13 al 31 de mayo del 2007). - En la XXXIII Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, el 19 mayo del 2011 fue elegido Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM. 167


- El 20 de agosto del 2012 fue elegido por el papa Benedicto XVI miembro del Pontificio Consejo de Justicia y Paz del Vaticano. - En la XXXV Asamblea General del CELAM, del 12 al 15 de mayo del 2015, en RepĂşblica Dominicana, fue designado como obispo-enlace entre la Red Eclesial Pan-AmazĂłnica (REPAM), el CELAM y El Vaticano.

168


169



Monseñor Carlos Alberto Salcedo Ojeda O.M.I.

Primer Obispo Auxiliar de Huancayo

Datos generales: Lugar de nacimiento: Lima. Fecha de nacimiento: 25 de noviembre de 1960. Lema episcopal: “Enviado para dar buenas nuevas a los pobres” Período de su episcopado en la Iglesia de Huancayo: desde el 17 de abril del 2016

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Biografía Monseñor Carlos Alberto Salcedo Ojeda, nació el 25 de noviembre de 1960, en la ciudad de Lima y radicó en el distrito de Cómas - Lima Norte. Hijo de don Alberto Salcedo Álvarez y doña Justina Ojeda Santos. Los estudios primarios realizó en la I. E. 718, hoy José Valverde Caro; y la secundaria en la I.E. INEI - EEUU de Cómas - Lima. Ingresó a la Congregación Oblatos de María Inmaculada (O.M.I.), el 19 de enero de 1985. Celebró los primeros votos religiosos el 19 de enero de 1990 en Asunción-Paraguay. Los estudios superiores de Filosofía y Teología fueron realizados en el Instituto Superior Teológico “Juan XXIII” de Lima (1987-1994). Fue ordenado diácono el 30 de agosto de 1994 en la Parroquia Nuestra Señora 172


de la Paz del distrito de Comas (Lima), de manos de monseñor Guido Breña, O.P. Recibió la ordenación presbiteral el 06 de enero de 1996 en la Parroquia Señor de los Milagros (Comas-Lima). La labor pastoral, en el ejercicio de su ministerio presbiteral, lo realizó en Puerto Rico (vicario parroquial), Lima (Ntra. Señora de la Paz de Comas), Huancayo (Parroquia San Francisco de Asís de Orcotuna y Señor de la Ascensión de Mito). Ejerció varios cargos en su comunidad religiosa de los Oblatos de María Inmaculada como la dirección del Pre noviciado (20062007), secretario del equipo Oblato para la formación de América Latina (2006-2008), asistente del maestro de novicios, Noviciado Oblato Internacional en Asunción – Paraguay (2008-2011). En el 2015 fue nombrado por el Arzobispo

de

Huancayo

monseñor 173


Pedro Barreto Jimeno S.J. como Vicario Episcopal de la Vicaría III de la provincia de Concepción. El 30 de enero del 2016, el papa Francisco nombró obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Huancayo. El 17 de abril del 2016 recibió la Ordenación episcopal por la imposición de manos de monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, S.J., Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Huancayo; estuvieron como concelebrantes principales monseñor Salvador

Piñeiro

García-Calderón,

arzobispo de Ayacucho y monseñor Miguel Cabrejos Vidarte O.F.M., arzobispo de Trujillo.

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APÉNDICE

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Bula de Creación de la Diócesis

“Supremum Apostolatus Munus”

177



HUÁNUCO (HUANCAYO) Se separa una parte del territorio de la Diócesis de Huánuco y se erige de ahí la nueva Diócesis de Huancayo, sufragánea de la Iglesia Metropolitana de Lima PÍO XII OBISPO SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS PARA PERPETUA MEMORIA

El supremo Apostolado confiado al Romano Pontífice por voluntad divina sin duda comprende también aquello de que, si alguna diócesis sobresaliese por la excesiva amplitud del territorio, a fin de procurar el mejor servicio dominical a la grey, sea separada una parte de ella, para poder ser establecida como nueva diócesis. Ciertamente, 179


Nosotros, con la mejor disposición ante los solicitantes, contando con el voto favorable de los venerados Hermanos Francisco Berroa, obispo de Huánuco, y Fernando Cento, arzobispo titular de Seleucida Pierii y Nuncio Apostólico de la República del Perú, presentadas ante Nosotros las peticiones de desmembrar la diócesis de Huánuco y de erigir una nueva, con sumo agrado las acogimos. Así, pues, para llevarlo a cabo, para hacerlo posible, con el acuerdo de todos los implicados, habiendo evaluado con suficiente conocimiento, con la plenitud de Nuestra potestad Apostólica, desmembramos de la diócesis de Huánuco una parte de la provincia civil, comúnmente llamada Juran, en cuanto es de reciente delimitación, y así, de este territorio separado, erigimos y constituimos la nueva diócesis, que decidimos llamar “Huancayo”, en razón de ser la ciudad de Huancayo, la más importante de allí. 180


Por consiguiente los límites de la diócesis de Huancayo en adelante serán la provincia civil de Huánuco y la de Cerro de Pasco. Establecemos la sede de la nueva diócesis y de la residencia del obispo en la referida ciudad de Huancayo, a la que, honrada con el título de ciudad episcopal y con todos los derechos y privilegios, concedemos todas las prerrogativas con que se distingue a las sedes episcopales por el mundo. Siendo en dicha ciudad la parroquia principal la dedicada a la Santísima Trinidad, la elevamos al grado y dignidad de Catedral y la rodeamos con los honores, privilegios y derechos que le competen; y otorgamos derechos, honores y privilegios a los obispos de Huancayo, a todos los obispos que han de sucederles, a quienes también cargamos con todos los deberes y obligaciones a los que han quedado unidos. Constituimos a la nueva diócesis como sufragánea de la Iglesia Metropolitana de Lima 181


y subordinamos sus obispos a los arzobispos Metropolitanos de Lima. En lo que se refiere al gobierno y administración de la diócesis, a la elección de los Vicarios Generales en sede vacante, y otros asuntos de esta naturaleza referidos a los derechos y oficios, mandamos atenerse a lo que ordenan los cánones sagrados. Para mayor bien y decoro de la diócesis mandamos que se constituya el Cabildo según las normas dadas por la Letras Apostólicas y teniendo presente los favores concedidos por la Constitución Apostólica Praeclara inter, del Papa Pío IX de feliz memoria, Predecesor Nuestro, que data del día cinco del mes de Marzo del año del Señor mil ochocientos setenta y cinco. Mientras que la diócesis carezca del senado de los Canónigos, concedemos que sean elegidos y admitidos los Consultores diocesanos para este trámite según derecho. 182


Además, mandamos que, cuanto antes sea posible, se erija el Seminario menor según las normas del Código de Derecho Canónico y según lo prescrito por la Sagrada Congregación de Seminarios y de Universidades de Estudios; y de él habrán de enviarse dos jóvenes destacados, o al menos uno para no haber interrupción, al Colegio Pío Latino Americano de Roma, para que bajo la mirada cercana del Romano Pontífice se formen según lo que espera la Iglesia. Por otra parte mandamos que se constituya la mesa episcopal con los ingresos de la curia y las ofrendas de los fieles, y también con la dotación aportada por el Gobierno del Perú. En cuanto a lo que se refiere al clero, establecemos que, una vez que estas Nuestras Letras entren en vigencia, los sacerdotes residentes en esta nueva diócesis de Huancayo permanezcan adscritos a la misma. Manda183


mos, en fin, que los documentos y las actas, que se refieren a la nueva diócesis, a los mismos sacerdotes y a los fieles, cuanto antes se han de enviar de la cancillería episcopal de la diócesis de Huánuco, en la que celosamente se conservan, a la cancillería de la diócesis de Huancayo. Por lo demás, para todo lo que anteriormente fue dispuesto y decretado, delegamos al ya nombrado y venerado hermano Fernando Cento, Nuestro Nuncio Apostólico en el Perú, al que otorgamos las necesarias y oportunas facultades, aun de subdelegar, para el propósito de que se trata, a una persona constituida en dignidad eclesiástica, y también mandamos que, cumplida la actuación, se haga copia auténtica de las actas para poder ser remitida cuanto antes a la Sagrada Congregación Consistorial. Queremos y deseamos que ahora y en adelante sean eficaces las presentes Letras y 184


todas y cada una de las disposiciones contenidas en ellas, también lo que se suceda o se derive de ello, o lo que se considere de interés y también lo que sea digno de específica e individual mención, también que sean recibidas y tenidas como libres de falsedad o ilicitud o de vicio de nulidad o defecto de Nuestra intención, y de cualquiera otro, aún substancial e impensado, aun jurídico, de poder ser impugnadas o contra vertidas, pero ellas, elaboradas y emanadas, por así decirlo, de ciencia cierta y plenitud de potestad, siempre serán válidas y podrán generar y producir abundantes y sanas consecuencias y deberán ser observadas fielmente por aquellos a los que corresponde, y, si incluso alguno, revestido de cualquier autoridad, a sabiendas o no, obrara en contra, tal cosa sea tenida por inválida y vana absolutamente; en cuanto sea necesario derogamos por las Presentes 185


Letras todo lo que fuera normado en sinodales, provinciales, generales y universales Concilios publicados, en especiales o generales Constituciones y Ordenaciones Apostólicas así como en otras disposiciones de Nuestros Predecesores Romanos Pontífices, y todas otras dignas de mención contrarias a las presentes. Finalmente, queremos que a las traducciones o copias ya impresas de las presentes Letras, no obstante suscritas de la mano de algún notario público y protegidas con la dignidad de una persona eclesiástica, se de la misma fe legal y extra legal, que se otorgaría a las mismas originales si fueran exhibidas y presentadas. A nadie por consiguiente se le permita infringir o contravenir este escrito de nuestra desmembración, erección, institución, concesión, substitución, estatuto, mandato, decreto, delegación, derogación y 186


voluntad Nuestra. Si alguien temerariamente se atreviera a atentar contra él, sepa que incurrirá en la indignación de Dios omnipotente y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo. Dado en Roma junto a S. Pedro, el año del Señor de mil novecientos cuarenta y cuatro, el día dieciocho del mes de diciembre, año sexto de Nuestro Pontificado. Pro S. R. E. Cancellario I. Card. GRANITO DI BELMONTE Decanus S. CollegiiS. Fr. RAPHAEL C. Card. ROSSI S. C. Consistorialis a Secretis Alfridus Vitali, Protonotarius Apostolicus. Franciscus H. Ferretti, Protonotarius Apostolicus.

187



Bula de Elevación a Sede

Arquidiocesana Metropolitana de Huancayo

“Quam sit christifidelibus utilitate”

189



PABLO VI OBISPO SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS PARA ETERNA MEMORIA Constitución Apostólica de Huancayo en la República del Perú se erige Nueva Provincia Eclesiástica, con el nombre de «Huancayo»

Cuando sea un bien para los fieles cristianos una nueva disposición territorial de la circunscripción eclesiástica, sobre todo si se mira tanto desde la geografía del lugar como de las necesidades y circunstancias de nuestro tiempo, y nada se ve en contra de dicho beneficio, se hace necesario atenderlo. Cuando además el venerado hermano Rómulo Carboni, arzobispo titular de Sidón y Nuncio Apostólico de la República del Perú, oída la opinión de los 191


venerados obispos interesados en dicho asunto, ha presentado la petición a la Sede Apostólica, erigir una nueva provincia eclesiástica en la República del Perú, consideramos que debemos encargarnos con interés de la petición presentada y que debemos llevarla a cabo. Separamos de la Iglesia Metropolitana de Lima la sede catedral de Huancayo y la elevamos a sede arquidiocesana metropolitana, con todos los derecho y obligaciones propios. Se constituye la nueva provincia creada con la misma sede metropolitana y con la diócesis de Huánuco y con la prelatura de Tarma como sufragáneas, las cuales separamos de la sede metropolitana de Lima. En adelante, los obispos de la venerada sede de Huancayo, como conviene, serán reconocidos con la dignidad de arzobispo y de metropolita, con los derechos y obligaciones mismas que les otorga el derecho canónico; naturalmente el primer obispo que designamos con 192


la dignidad de la que hemos hablado es el venerado hermano Mariano Jacinto Valdivia y Ortiz, hasta ahora obispo de Huancayo. Para que se lleve a efecto esto que prescribimos, se encarga al venerado hermano Rómulo Carboni, a quien hemos notificado, y también delegado, a fin de que le invista en la dignidad eclesiástica. Cumplida la ejecución, lábrense actas escritas y remitanse a la Sagrada y Consistorial Congregación. Queremos que esta Constitución llegue a ser eficaz ahora y en el futuro; de tal manera que ha sido decretado en ella se observe religiosamente por aquellos a quienes corresponda y de ese modo obtenga su vigor. Ningunas prescripciones contrarias, de cualquier género que sean, podrán obstar a la eficacia de estas letras, ya que por las mismas las derogamos todas. Por lo cual, si alguno, revestido de cualquier autoridad, a sabiendas o no, obrara en contra 193


de lo que ahora decretamos, mandamos que tal cosa sea tenida por inválida y vana completamente. Además, a ninguno será lícito romper o alterar estos documentos de Nuestra Voluntad; más aún, a las copias o fragmentos de estas letras, impresos o manuscritos, que lleven el sello de alguna persona constituida en dignidad eclesiástica y que, a la vez, estén firmadas por un notario público, debe darse la misma fe que se daría a estos originales si fueran mostrados. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día treinta del mes de Junio, del año del Señor de mil novecientos sesenta y seis, cuarto de Nuestro Pontificado. SANTIAGO A. Card. COPELLO S. R. E. Canciller CARLOS Card. CONFALONIERI S. Congr. Consist. Pro-Praefectus Franciscus Tinello, Apostolicam Cancellariam Regens Ioannes Calleri, Proton. Apost. Sylvius Romani, Proton. Apoost

194


Visiรณn panorรกmica de la Curia Arzobispal de Huancayo, segundo piso

Visiรณn panorรกmica de la Curia Arzobispal de Huancayo, primer piso


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Visiรณn panorรกmica del despacho arzobispal


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Indice Presentación.................................................................. 9 Introducción................................................................13 Primera parte Etapas que vivió la actual Arquidiócesis de Huancayo............................................................. 17 1.- �Huancayo perteneció a la Arquidiócesis de Lima........................................................................19 2.- Huancayo, vicaría de la Diócesis de Huánuco.24 3.- Huancayo se erige como Diócesis.....................31 4.- Huancayo se consolida como Arquidiócesis........................................................35 Segunda parte Pinceladas estructurales de la Iglesia particular de Huancayo........................................................ 37 1.- La casa episcopal de Huancayo..........................39 2.- Catedral de Huancayo..........................................45 3.- Seminario San Pío X............................................69 4.- Convento de clausura de las Madres Carmelitas.............................................................72 Tercera parte Eventos resaltantes.............................................. 77 1.- Primer Sínodo Diocesano..................................79 2.- VII Congreso Eucarístico Nacional..................89 3.- Congreso Misionero del Centro (Comicentro)........................................................95


4.- Mesa de diálogo....................................................99 Cuarta parte Episcopologio.................................................... 105 - monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón, O.F.M......................................................109 - monseñor Daniel Figueroa Villón..................117 - monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortíz..................................................125 - monseñor Eduardo Picher Peña......................133 - monseñor Emilio Vallebuona Merea, S.D.B.......................................................141 - monseñor José Paulino Ríos Reynoso............151 - monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno S.J..............................................161 - monseñor Carlos Alberto Salcedo Ojeda O.M.I........................................................171 Apéndice....................................................................175 Bula de Creación de la Diócesis.............................177 Bula de Elevación a Sede Arquidiocesana Metropolitana de Huancayo...................................189 Bibliografía.................................................................197


Visto y leído con ojos laicos, este libro es el portal de la Iglesia Católica viva con nervio y alma, dando campanazos cristianos de historia y oración desde Huancayo a los feligreses de los recónditos lugares de la Arquidiócesis. Por mi actividad periodística en el diario Correo, traté personalmente a Mons. Mariano Jacinto Valdivia Ortiz, organizador del VII Congreso Nacional Eucarístico; Mons. Eduardo Picher Peña, expresaba sonriente “los soldados de Cristo debemos ser alegres”; Mons. Emilio Vallebuona Merea, asediado por el terrorismo que azotó la región y el país; Mons. José Ríos Reynoso, dando forma a la Cruz de la Paz del cerro Achcamarca con los deshechos de las torres eléctricas derribadas por el terrorismo; y Pedro Ricardo Barreto Jimeno preocupado por el Reasentamiento de Morococha. Con cuánta alegría me atrevo a compartir con ustedes amigos lectores estas reflexiones: Un hombre le pidió a Dios: “Señor, dame todo para disfrutar la VIDA”... Dios le respondió: “Te he dado VIDA para que disfrutes de todo”. En este libro escrito por mi amigo Jaime Quispe Palomino, testamento histórico de la fe, encontramos la vida de nuestra Iglesia arquidiocesana de Huancayo. Apolinario Mayta Inga

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