bién de delirios y tormentos. El homenaje que le rindió Kate fue reconocido por todos. Si a eso se le suma que la industria británica se vio encantada (ya que la firma es británica 100%), el éxito estaba asegurado. La elección del nombre de uno de los diseñadores más geniales, inventivos y torturados de la moda contemporánea fue atrevida, pero acertada. El vestido solo se llevó alabanzas. Hasta hace bien poco hablar de Sarah
Burton era hablar casi de una desconocida. Pero cuando el 29 de abril de 2011 Kate Middleton puso un pie fuera del coche que le llevaba a su boda en la abadía de Westminster, la diseñadora pasó a formar parte de la historia. ¿La razón? Ella era la que firmaba el traje de novia, uno de los secretos mejor guardados de todas las bodas. Y es que Sarah Burton, mano derecha durante años de McQueen, fue la encargada tras la muerte del diseñador de con-
tinuar con su legado. Algo complicadísimo, pero que esta mujer de 37 años está haciendo a la perfección. A pesar de las reiteradas negativas de los portavoces de la firma Alexander McQueen a reconocerlo en los días previos, finalmente la Burton sí fue la encargada de diseñar el vestido, y no solo el de la novia, sino también el de la hermanísima de la novia, Pippa, del que se habló igual o incluso más.
De izquierda a derecha, vestido de Zara utilizado después del enlace, vestido azul de Issa para el día de la pedida de mano, y vestido nuevamente de Zara utilizado en una jornada en la que acudió a la ópera.
UN ESTILO CLÁSICO ✱ Sobrio, pero efectivo. Si hay una
palabra para describir el estilo de Kate Middleton, esa es clásico. Aunque claro, es de suponer que tiene que serlo para ser princesa de Inglaterra y duquesa de Cambridge. Su forma de vestir se caracteriza por la sobriedad, pero ha conquistado a todos. Como muestra, un botón. La revista Harper’s Bazaar la nombró como la nueva musa para los británicos, consiguiendo derrotar a la admirada Kate Moss. “La evolución del estilo de Kate se ha apoderado de todos nosotros. Nos regaló el momento fashionista del 2011 con su boda y se está convirtiendo en una embajadora excelente de la moda británica”. ¿Quién lo dice? Lucy Yeomans, directora de esta prestigiosa publicación. ✱ Actos públicos. Para sus apariciones
públicas suele escoger siempre vestidos, sin medias y con salones clásicos, en
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colores básicos como el nude, el negro o el marino. Sus vestidos y abriguitos a juego siempre son en tono lady, ya sea con vuelo o con un dos piezas ajustado. Suele añadir algún toque que recuerde su juventud: un encaje o un estampado de flores. Cuando utiliza tocado le gustan los de tipo azafata, que le quedan de maravilla, aunque la melena castaña con ondas es demasiado perfecta y poco natural. Un poco más de movimiento sumaría enteros a su look. Últimamente se ha aficionado de manera muy acertada a las inspiraciones militares y marineras en detalles como la doble botonadura dorada (un clásico en ella) o los ribetes y galones. ✱ En privado, poca cosa. Al contrario
que su hermana Pippa, no es frecuente encontrar imágenes de la duquesa en su día a día, salvo en apariciones deportivas como el polo o el deporte. Cuando se ha
dejado ver, sus looks rozan el clasicismo más absoluto: polo, jersey de ochos, zapatillas y pantalones vaqueros que resaltan su delgadez. Todo bastante aburrido. ✱ Viva la noche. Para la noche sabe que
le sientan de muy bien los vestidos largos vaporosos con la cintura muy marcada, y se permite introducir detalles de tendencia como los escotes asimétricos o los encajes. Hay un vestido color perla que se ha hecho especialmente famoso. Lo diseñó la inglesa Jenny Packham y dio la vuelta al mundo. La duquesa de Cambridge llevó el modelo en gris perla para una cena benéfica que tuvo lugar el pasado mes en el Palacio de San James en Londres. Seis meses antes, fue nada más y nada menos Angelina Jolie la que lo llevó, aunque en rojo, para el estreno de la película El árbol de la vida, en Los Angeles.