u cabeza está llena de melodías y no deja de tararear algunas de las más conocidas para explicarse mejor cuando habla de los compositores. Está claro que es un apasionado de la música, y esta pasión la heredó de su padre, el director de orquesta Ataúlfo Argenta. Pero por lo que cuenta, no solo heredó de él esa afición; también el optimismo y una forma de mirar a la vida siempre con una sonrisa en la cara. Y es que con la misma soltura y cercanía con la que Fernando Argenta se desenvuelve sobre el escenario, lo hace en el día a día. Derrocha simpatía y buen humor, dos características fundamentales para meterse al público al bolsillo. Antes lo hacía en televisión con El conciertazo, y ahora por los escenarios de diferentes ciudades. En cualquier caso, su objetivo siempre es el mismo, que los niños escuchen música clásica y disfruten con ella.
En parte sí, pero sobre eso habría que preguntarle también a mi mujer (más risas). También hay momentos de tensión, porque no todo son alegrías en esta vida, pero sí, creo que yo también soy un niño grande, como lo era mi padre.
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¿Lleva la música en los genes?
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Más que cosa de genes es el ejemplo que tuve de mi padre. Qué importante es la educación que dan los padres a los hijos para su desarrollo... A veces echamos la culpa al sistema, a los colegios, a la sociedad... pero los padres y la familia son los que tienen la mayor responsabilidad.
Así que su padre le influyó en el gusto que siente por la música.
Por supuesto. Desde pequeño tengo la música clásica metida en la cabeza y tengo el recuerdo de ver actuar a grandes directores de orquesta, no solo a mi padre, y para mí era algo natural. Lo raro para mí resultaba ir a casa de un amigo y ver que no había un piano.
¿Qué recuerdos tiene de su padre? Murió cuando yo tenía 12 años y disfruté poco de él porque estaba mucho tiempo de gira. No era como un padre normal que cada día viene a casa al salir de trabajar; él venía poco, pero esos instantes eran muy fuertes para mí. Yo siempre le veía como a un niño grande, porque era un amante de la vida, muy alegre, optimista, una persona que se reía mucho por tonterías... pero luego en el podio era muy serio. Se transformaba, como el doctor Jeckyl y mister Hyde (entre risas). Yo sentía adoración por él y lo tenía en un pedestal.
Por lo que cuenta, además de lo musical ha heredado su forma de ser; usted siempre está sonriente y alegre. 11 de febrero de 2012
Usted ha tenido un hijo, ¿él también sigue con la tradición musical que hay en la familia?
En los 60 el rock español era algo minoritario, elitista” PERSONAL Nombre: Fernando Martín de Argenta Pallarés. Nacimiento: Madrid, 1945. Familia: Es hijo del director de orquesta Ataúlfo Argenta. Está casado y tiene un hijo que también se llama Ataúlfo Argenta. Estudios: Licenciado en Derecho, también cursó estudios superiores de música en el Real Conservatorio de Música de Madrid. Música: Fue miembro del grupo de rock Micky y Los Tonys, una de las bandas pioneras en España. Radio y televisión: En 1976 comenzó a trabajar en Radio Nacional de España, primero como colaborador musical y después dirigiendo el programa Clásicos populares, que trataba de acercar la música clásica al gran público. Desde 2000 y hasta su prejubilación obligada en 2008 dirigió y presentó el programa El conciertazo en TVE, en el que presentaba conciertos de música clásica para niños con puestas en escena y elementos de danza y ópera. En la actualidad sigue trabajando con este formato, pero lo hace viajando por los escenarios y actuando con diferentes orquestas.
Ha cogido algo, pero ya se sabe que en casa del herrero, cuchillo de palo. Estudió piano y violín hasta los 13 años y le gustaba, pero no tenía esa vocación tremenda que hace falta para dedicarse a la música, porque es muy duro compatibilizarla con los estudios. Cuando se habla de música parece que es una tontería, pero lo cierto es que se trata de una carrera más. Después, en la adolescencia, se aficionó al heavy y al rap y sigue con esas aficiones, pero también le gusta la música clásica. Eso es lo bueno, no cerrarse a ningún tipo de música; hay que estar abierto a todos los géneros.
Y hablando de esa afición adolescente, usted también formó parte de un grupo de rock, Micky y Los Tonys. Yo cogí la guitarra en 1961 y me uní a ese grupo, que ya funcionaba desde 1960. Fuimos de los pioneros del rock en España; en 1959 nacía el primer grupo del que se tenga constancia de rock en España, Los Estudiantes. Después, ya en el 60, llegaron Micky y Los Tonys, Los Pekenikes, Los Relámpagos...
Así que fue un pionero del rock. Entonces el rock and roll en España era como una gamberrada. Los jóvenes nos insultaban y nos pedían que tocáramos cosas que pudieran bailar, fíjate cómo ha cambiado todo. Entonces el rock era algo minoritario, elitista.
Y en su casa, donde reinaba la música clásica, ¿sorprendió, se lo tomaron mal? ¿Que yo tocara rock and roll? No. Entonces ya había muerto mi padre, pero a él no le hubiera parecido mal que yo cogiese la guitarra. Mi padre tuvo que tocar el piano en situaciones muy difíciles y pasó por bares, cafeterías... así que comprendía mucho. Empezó a sobresalir en 1945, cuando cogió la batuta y porque había nacido para eso, pero antes fue un pianista bastante bueno, solo que le tocó vivir en una época muy difícil, primero en la Guerra Civil española, luego vivió en Alemania y con el estallido de la Segunda Guerra Mundial volvió a España, donde se vivía la postguerra...
Y volviendo a usted, ¿cómo cambió el rock por la música clásica? ONGENTE ❘ 5