Boletín del Embajador - Diciembre de 2015

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Embajador de la Esperanza

Foto: Arquivo Fazenda da Esperan莽a

Edici贸n 99. Diciembre 2015 www.fazenda.org.br

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En unidad podemos superar las dificultades, los obstáculos y dar pasos que ván más allá de los límites

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esús nació en un lugar simple, en una familia pobre y los primeros testigos oculares fueron los más humildes. Cuando su madre estaba embarazada, no consiguió siquiera un cuarto para dar a luz (Lc, 2). Él creció aprendiendo las costumbres de su tiempo, vivió profundamente su religión y ayudó a su padre adoptivo en el oficio de carpintero, en Nazaret. Cuando fue adulto reunió en torno a sí a un grupo de discípulos, les enseñó, curó a los enfermos, levantó a las personas caídas y las animó a hacer – también ellos – cosas grandiosas (Lc, 17). Su nacimiento marcó la historia con un antes y un después de Cristo. El tiempo de adviento, que es preparación para la navidad, es una invitación para reflexionar sobre la importancia de la llegada de Jesús a nuestras vidas. Es este el mensaje que la Iglesia nos quiere dar con la apertura de la Puerta Santa. Este 8 de diciembre iniciaremos el Año Santo Extraordinario de la Misericordia y como tal muchas iglesias y santuarios del mundo entero abrirán la Puerta Santa. Simbólicamente esto sucede para que, de hecho, también dentro de cada uno de nosotros, pueda nacer una vida nueva, a través del perdón y de la misericordia. Y no será una celebración como una “fiesta” de fin de año, sino la apertura de un nuevo camino. La Fazenda no quiere apenas finalizar un año. Tenemos una misión, que comienza abriendo las puertas dentro de las personas, para reencontrar el camino de la vida. Por esto nuestras comunidades tienen siempre las puertas abiertas. Esta es una de nuestras características, en cualquiera de sus unidades en cualquier parte del mundo, siempre vas a encontrar sus puertas abiertas. Vamos a continuar así, de puertas abiertas, porque vemos que esto también estimula a nuestros jóvenes recuperando, que necesitan abrir sus corazones para conquistar su recuperación. Así, con esta puerta abierta, Jesús puede nacer en nuestros corazones. 2 - Boletín del Embajador - Edición 99 - diciembre 2015

Esta actitud nos prepara para vivir un nuevo año, con la propuesta de vivir el perdón y la misericordia, como afirma el papa Francisco, “Delante de nosotros se encuentra la gran puerta de la Misericordia de Dios, que acoge nuestro arrepentimiento ofreciendo la gracia de su perdón. La puerta es generosamente abierta, pero nosotros debemos valerosamente cruzar el umbral”. (Audiencia general del miércoles 18 noviembre 2015) La experiencia del carisma de la Esperanza propone un nuevo estilo de vida, que, para nacer en nuestros corazones necesita encontrar las puertas abiertas. Esto es lo que sucede en la vida de muchas personas, que hacen una opción por Dios y es Él quien muestra el camino que podemos seguir, de nosotros depende aceptar o no. Muerte que trae vida Hace aproximadamente 13 años Ana María Alves perdió a su esposo. A pesar del esfuerzo de ella, él no aceptó ayuda y falleció con la adicción al alcohol. Aquel momento que parecía ser el fin de todo se transformó en un comienzo, a partir de un encuentro en la Fazenda de la Esperanza de Garanhuns/PE. “Fue en esa ocasión que la doctora Renate Jost – creadora del método de atención sicológica ADI (Abordaje Directo al Inconsciente) – realizó un encuentro en el cual yo participé. Inmediatamente pedí para ser voluntaria. La Fazenda me ayudó mucho con mis propias miserias, en mi relación con mis hijas y a entender la enfermedad del alcoholismo”. Desde entonces, María Inés, que es catequista, ayuda a los jóvenes a encontrarse espiritualmente con Dios. Dar la vida por los demás Como muchos de nuestros jóvenes que llegan a nuestras comunidades, Jandir Cossa, ex-recuperando de Chapecó/SC, experimentó los males de la droga. “Lo que me trajo a la Fazenda fue el gran sufrimiento que yo vivía y causaba a mi familia. Yo había abandonado mi hogar, mi trabajo y, prácticamente vivía en la calle. La


unidad con los hermanos y el modo de vivir la Palabra fue lo que me sostuvo. Después de un año siento el deseo de devolver un poco de lo que la Fazenda hizo por mí, porque aquí volví a recuperar mi vida. Voy como misionero para la apertura de la Fazenda de la Esperanza en Sudáfrica y podré llevar un poco de lo que aprendí aquí, pero también voy a aprender muchas cosas de ellos”. Amar al próximo Otro que va a donarse en Sudáfrica es Jian Ricardo Sutilli. Hace un poco más de un año él llegó a la Fazenda de la Esperanza de Casca/RS, entregado a las tristezas y sufrimientos de las drogas. Encontró en la comunidad un nuevo modo de vivir, tanto para su crecimiento personal, como en su búsqueda de ayudar al próximo. Compartamos un poco su experiencia: “A los cinco, seis años sufrí un abuso y con el tiempo, fui creando odio en mi corazón. Me hundí en las drogas, intenté matar a mi madre, suicidarme, terminé con muchas deudas y vendí todo, menos la casa. Acepté recibir ayuda y el estilo de la Fazenda, de perdón, de unidad, me cautivo. Cuando llegué quedé una semana en cama. Personas que nunca vi me despertaban a las 05:30 para darme un remedio o para llevarme al hospital. El cariño que sentí de los hermanos fue muy grande. Algunas veces tuve las ganas de volver a mi casa y usar drogas, pero este estilo me ayudó a permanecer. Cuando fui a hacer terapia, en Guaratinguetá, vi a un joven que se preparaba para hacer misión en Alemania. Allí comenzó a encender una llama en mi corazón. Vi como él realizaba todos los esfuerzos vendiendo productos para juntar dinero para el pasaje y así poder donarse a otros jóvenes y esto fue un incentivo muy grande para que yo realice esta misión que se va a iniciar en África”. Fray Hans muestra este nuevo camino a miles de jóvenes que buscan librarse de los vicios, pero no asume para sí las glorias. “¡Cuántos nos ayudaron a lo largo de estos años para el desarrollo de 113 Fazendas en 17 países! Soy Franciscano, hice voto de pobreza, no tengo nada, pero con todos estos amigos y con los Embajadores de la Esperanza fue posible construir todo esto. Veo a cada embajador como una puerta que se abre, es la misión de la Fazenda de la Esperanza que lleguemos a más lugares; además de las que ya existen, ya fueron donadas 50 más y nos estamos preparando para abrir. Nuestro deseo es poder inaugurarlas lo más pronto posible, porque sé muy bien cuánto bien hace la Fazenda para cada uno; ella devuelve la vida a quien sufre”.

Sucedió conmigo Tras dos tentativas de recuperación, llegué a la Fazenda de la Esperanza y aquí pude ver a través de las actitudes de las personas que ellas se entregaban por algo más grande y que esto les ayudaba a tener un cambio de vida muy fuerte. Como muchos saben, aquí en la Fazenda del Centro Masculino, en Guaratinguetá /SP, existe un monasterio de las hermanas Clarisas e inmediatamente en mi primer mes de recuperación me pidieron escribir algunos lienzos como homenaje a la hermana Chiara, que iba a realizar sus votos perpetuos. Mientras escribía estos lienzos pensaba; ¡Dios mío! Es una elección muy radical renunciar a la familia, amistades, cosas que el mundo ofrece para vivir en clausura, sólo para Dios. Quedé medio desconcertado pensando como una persona puede llegar a realizar algo así, pero en aquella misma semana pude conversar con la hermana Verónica y ella me explicó que la más grande motivación de la vocación de ellas es la de rezar por cada uno de nosotros que nos estamos recuperando. Así como me sentí amado, cuando descubrí que Jesús murió por mí, en ese momento me sentí amado de nuevo una vez más. Me di cuenta del valor inmenso que tenían estas personas que con su oración daban la vida por mí y por cada recuperando. Esta experiencia me fortaleció mucho para lograr entregar mi vida a Dios, muchas cosas lindas están sucediendo en mí vida, como aprender a amar al hermano, abrazar las dificultades. Sé que Dios y hasta algunos hermanos perciben este cambio en mi vida por mis actitudes o mi manera de pensar. Hoy hago experiencias concretas, como perdonar a un hermano con quien tuve alguna dificultad y entregar a Dios todos esos sentimientos y dejar todo en sus manos. Durante algunos días trabajé cerca del monasterio sacando un árbol que había caído, y pude ver que en las actividades del día a día las hermanas hacen todo rezando, hasta las cosas más simples. Aprendí que puedo ofrecer a Jesús todo lo que hago, porque como una de ellas me dijo: “cuanto más amigo de Dios somos, más amigo de Él queremos ser”. Con ellas aprendí el verdadero sentido del dar y rezar intercediendo por el prójimo. Agradezco a Dios por el don que es San Francisco y Santa Clara, y por hacer que a través de ellos el carisma de la Esperanza llegase hasta mi corazón. Hoy puedo contar con la hermana Chiara pues es mi madrina de confirmación. Fue por ella que pude afirmar mis pasos aquí en la Fazenda. Jaime Witer, 26 años Osasco/SP


Destacable Asamblea y Consejo de la Familia de la Esperanza En octubre, la Asamblea de la Familia de la Esperanza reunió a miembros de todas las regiones del mundo. El encuentro contó con la presencia de Mons. Joseph Clemens, secretario del Pontificio Consejo para los Laicos, que al hablar a la Asamblea expresó su comprensión y respeto por la Fazenda de la Esperanza. “Con mucha humildad puedo decir que las Fazendas de la Esperanza son oasis de misericordia. Así debemos reconocer a la Familia de la Esperanza, como un fruto de la renovación de la Iglesia. El primer criterio de madurez eclesial es poder ser fiel al carisma en sus inicios. Cuando Dios es el centro todos dirigen su mirada a Él, no a los fundadores; no quiere decir que ellos no son importantes, sino que nosotros debemos tener siempre nuestra mirada fija en Dios”. También fue elegida la nueva presidencia, que va a llevar para adelante la Familia de la Esperanza. Padre Luíz Menezes, José Ricardo, Angelúcia Moura y Juliana Nogueira fueron elegidos, tanto para la parte masculina como femenina.

“Nuestra humanidad es limitada, pero creemos en la gracia de Dios y sabemos que es Él quien lleva la obra para adelante”, afirmó el Padre Luíz. “La Fazenda nos ha hecho descubrir que el Evangelio vale la pena ser vivido y que lo importante es tener la presencia de Jesús entre nosotros y que estamos aquí para servir”, recordó Angelúcia. Fray Hans cree que con este paso, Dios suscita nuevas personas para cuidar de la obra. “Ahora, con la nueva presidencia y el nuevo consejo, somos más para llevar esta obra para adelante y así permitir que ella crezca”. CONSEJO Cada año los consejeros se encuentran dos veces para tratar asuntos relativos a la obra. Además de cuidar de los dependientes químicos, la Familia de la Esperanza trabaja con el tratamiento de personas portadoras de VIH, educación de niños, atención siquiátrica, entre otros y los asuntos abordados en el Consejo se refieren a estos grupos.

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OBRA SOCIAL NOSSA SENHORA DA GLÓRIA - FAZENDA DA ESPERANÇA Departamento Retorno à Vida - Caixa Postal 529 - CEP 12511-970 Guaratinguetá-SP Tel.: (12) 3128 8900 E-mail: adm.rv@fazenda.org.br


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