Publicado por ©Wombat Cuentos Únicos cuentoswombat@gmail.com Tel: 679 99 85 34 Texto, Alessandra Fernández Scrimieri Ilustraciones, Marina Serrano Pérez Editado en Madrid, Octubre 2015 Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares.
180ยบ Textos, Alessandra Fernรกndez Ilustraciones, Alessandra Fernรกndez yMarina Serrano
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Esta historia está dedicada a todas las familias en las que, de entre todas las flores blancas que las forman, un día brota un ejemplar fucsia. La familia de Sara, de la que yo soy parte, nos ha encargado un cuento para ella y sobre ella. Para que otras familias puedan ver que, a veces en la vida creemos que nos llega un problema y sin embargo, resulta no serlo. Lo que ocurre es que nos cuesta entender que en el mundo existen muchas personas diferentes. Al principio es difícil aceptarlo pero, poco a poco, llegamos a descubrir que lo que parecía complicado y duro, resulta ser algo maravilloso y que nos va a llenar de alegría para siempre. A veces, lo mejor de la vida llega de una forma que no nos esperamos. Sarita, la protagonista de esta historia, es un ejemplo de ello. Si en tu mundo cercano conoces algún niño o niña como Sarita, será un honor adaptar su cuento para que otras familias puedan disfrutarlo.
Esta es la historia de Sara. Una niña que ya desde su nacimiento, dejó muy claro que iba a ser diferente a los demás niños. El artista que elaboraba los moldes donde se hacían los bebés, ese día se sentía inspirado, así que decidió hacer unos cambios por aquí, unos trazos por allá, y la pequeña Sarita sorprendió a todos cuando salió a la luz. Era preciosa y diferente al resto de bebés nacidos aquel día en el hospital.
Al principio, toda la familia estaba un poco desconcertada y sin saber qué decir. Sus padres se sentían culpables porque pensaban que quizás algo se habían dejado por hacer en el camino, y por eso Sarita no era como los demás niños. Menos mal que Sara ajena a estos quebraderos de cabeza, dormía feliz acurrucada en los brazos de su madre. Y de vez en cuando abría los ojitos y nos saludaba a todos con una mirada silenciosa y tranquila.
Desde pequeñita, Sara nos enseña que el tiempo es relativo. Cada niño tiene un ritmo distinto para aprender cosas.
Y, sobre todo, cada niño decide qué cosas son importantes y divertidas en la vida, y cuáles son las que merecen la pena su atención.
Es asombroso ver cu谩ntas maneras existen de mirar el mundo.
Hay personas que se creen que s贸lo existe la suya y hay que ayudarles a ver de nuevo...
Hay veces que no parecerse al resto de los ni単os puede producir sorpresa o desconcierto. Algunas personas no saben apreciar la belleza de la diferencia, porque les da miedo lo desconocido y se alejan de Sara porque no la comprenden. Lo bueno es que siempre hay ni単os que descubren que ser diferente y especial es algo de lo que se puede aprender mucho.
Durante unos a単os, Sarita ha compartido en el cole las mismas clases que sus compa単eros. Pero tambi辿n hay horas en las que se va a descubrir otras aulas donde le ense単an a manejar su lengua bailarina y a concentrar su mente que a veces se va volando como un globo de colores.
Al principio todo es difícil, porque cuesta mucho aceptar que el camino que llevan otros niños, Sarita no lo va a recorrer. A veces nos empeñamos y esperamos que antes o después, se sume a la corriente. Pero esto no ocurre, Sara tiene otros senderos frente a ella que no son los de la mayoría. El cambio se produce, cuando papá y mamá descubren que estos nuevos caminos son los buenos para Sara, y la ayudan a tomarlos. Sarita nos muestra que existen muchos mundos diferentes dentro de este mundo, y cada uno de nosotros tiene que encontrar el suyo para ser feliz. Lo importante es saber aceptarnos tal y como somos.
Cuando se hace mayor, Sarita conoce un nuevo colegio donde descubre algo fantástico. Hay muchos niños diferentes en el mundo que, como ella, están deseando aprender cosas. Cada uno a su ritmo y a su manera. En este cole, Sara se siente feliz y se lo dice a todo el mundo. Para sus padres no ha sido una decisión fácil, pero ahora están encantados porque no hay nada mejor que ver a Sara contenta y rodeada de amigos.
En este tiempo, Sara ha conocido mucha gente nueva, y lo mismo sus padres y sus hermanos. Todos opinan que es una suerte poder coincidir con personas con experiencias similares a la suya, porque la sensaciĂłn de sentirte solo en el camino desaparece. AdemĂĄs, no es una coincidencia, todos aquellos que se acercan a Sara y a sus amigos son personas muy buenas. Gracias a Sara ha aparecido en nuestro mundo gente maravillosa, y nosotros tambiĂŠn hemos crecido mucho por dentro.
Llegan las navidades y Sara comparte con su familia los días de vacaciones. En el salón de su casa, Sara canta y baila feliz, y reparte besos a todo el mundo. Ver cómo expresa su amor a los demás y comparte su alegría es todo un ejemplo a seguir. Al final, somos la mayoría los que debemos aprender otras maneras de comunicarnos. Para todos nosotros, la que tiene Sara nos resulta maravillosa.
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