Somos pueblo, Somos gente No. 12

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Somos pueblo, somos gente

No.

12

Saber

Actuar

Regenerar

Julio 2018 “Miguel Hidalgo es el símbolo de la revolución popular, del

pueblo -los pueblos- que toman en la mano su destino, para transformarlo. Es también el símbolo del potencial rebelde y justiciero que subyace en la gente de Guanajuato”

Editorial 2018: una primera evaluación de Morena en Guanajuato

Hidalgo, Cura de Dolores, en su traje de guerra, Claudio Linati, 1828

Colectivo Miguel Hidalgo

Reivindicaciones ¡Se acabó! Y entonces, todo renació

La victoria de Morena ¿para qué?

Nuestras calles, nuestra gente Breve cronología de la denominación de la ciudad de Celaya

Para provocar la polémica Lo que la izquierda está olvidando

Historia de vida Don Ángel, una vida de trabajo

Somos pueblo, somos gente cumple un año

Colectivo.Miguel.Hidalgo@gmail.com

Lo que está por llegar


Editorial 2018: una primera evaluación de Morena en Guanajuato No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. El 1 de Julio se realizó la trascendente elección federal y, en el caso de nuestra entidad, también estatal. Sólo han transcurrido quince días desde entonces, pero los datos que surgen del Cómputo Distrital nos dan oportunidad de realizar un rápido análisis, así sea éste de carácter numérico, primordialmente. En particular, es de interés evaluar con estos números el avance de Morena en Guanajuato, este joven partido que a cuatro años de haberse registrado como tal ha provocado un evidente vuelco en el mapa político nacional al encabezar la coalición Juntos Haremos Historia, acompañado por los Partidos del Trabajo y Encuentro Social, de modo que sus candidatos obtuvieron la presidencia de la República, la mayoría legislativa, tanto en la cámara de diputados como en la de senadores, y al menos 5 de las 9 gubernaturas que fueron votadas el domingo. Asimismo, Morena gobernará en más de 250 municipios, que incluyen varias capitales estatales y ciudades importantes. Al apreciar la geografía electoral de México tomando como referencia la votación alcanzada por Andrés Manuel López Obrador en cada una de las 32 entidades del país, resulta que Guanajuato aparece no como el negrito en el arroz, pero sí como el azulito en el mole. Todo el territorio nacional se pintó de rojo marrón y sólo en el centro del mapa se muestra el contorno de nuestro estado relleno de azul. Sin embargo, como dicen, no hay que ver sólo la foto, vale la pena revisar la película para analizar la dinámica de un proceso. Una rápida comparación del porcentaje de la votación lograda por Andrés Manuel López Obrador en Guanajuato en esta elección del 2018 con relación a la que obtuvo hace seis años, da cuenta de un considerable crecimiento. En el 2012 alcanzó poco menos del 13% y ahora pasó a poco más del 30%, esto considerando el estado como un todo. Al observar un poco más en detalle, a nivel distrital, es evidente que el avance ocurre en cada uno de los 15 distritos en los que está distribuido Guanajuato electoralmente, pero es particularmente notorio en varios de ellos. Al revisar los resultados distrito por distrito, se percibe que AMLO superó al candidato del partido en el gobierno de Guanajuato en cuatro distritos (los que tienen cabecera en Salamanca, Irapuato, Acámbaro y Valle de Santiago), destacando el número 8 con cabecera en Salamanca, en donde la ventaja fue de casi 9%. En seis distritos el ahora virtualmente presidente electo quedó por detrás de Anaya con diferencias que van de 3 a 7.81 por ciento, mientras que en cinco la diferencia fue mayor, siendo necesario advertir que 1


todos esos distritos corresponden a la región comprendida por León y municipios aledaños. Es de subrayar que en la elección del pasado domingo el porcentaje de los votos obtenidos por AMLO en los 15 distritos osciló entre el 20 y el 41%, mientras que hace seis años sólo en 2 distritos apenitas superó el 20%. Al revisar los resultados en Guanajuato para la coalición Juntos Haremos Historia en las diferentes elecciones efectuadas el domingo, tenemos que la cosecha no es nada despreciable. Treinta por ciento de los votos para la elección presidencial, cinco ayuntamientos (Salamanca, Acámbaro, Comonfort, Apaseo el Alto y San José Iturbide), seis diputaciones en la legislatura local, una de mayoría relativa y cinco de representación proporcional, un puesto en el senado que seguramente con mucha presencia y compromiso ocupará Malú Micher, y más de un centenar de regidores. El crecimiento de Morena en Guanajuato es notorio, visto éste como un incremento en la cantidad de votos obtenidos y, por consiguiente, en los cargos públicos alcanzados. Lo que queda por verificar es si en realidad en Guanajuato ha ocurrido un desarrollo de este Movimiento que se ha convertido en el más importante instituto político-electoral a nivel nacional. Terminado el proceso electoral, ha llegado el momento de la reflexión para analizar con profundidad lo ocurrido. Es ampliamente conocido que en Guanajuato no existen comités municipales y que el comité estatal se caracteriza ante todo por la antidemocracia. Son cuestiones internas que necesitan arreglarse. Ojalá que los militantes de Morena en Guanajuato tengan la capacidad para delinear una estrategia que les permita encontrar el camino hacia una vida al interior del partido caracterizada por la democracia, la unidad, la organización, la participación consciente, el respeto por parte de y desde todas las instancias y la formación política de manera integral. Una tarea inmediata debe ser la elección de quienes integren los comités a nivel estatal y municipal, de manera que todos ellos funcionen y se comporten, en primera instancia, de acuerdo con los tres principios “no robar, no mentir y no traicionar” que tanto hace falta poner en práctica y, después, con inteligencia y creatividad para afrontar las tareas que están por venir. El reto de Morena es muy grande, el capital político de Andrés Manuel López Obrador es abundante y rico. Sólo que para hacerlo valer es necesario el impulso de todos, residiendo el mayor compromiso en quienes de una u otra manera son integrantes del partido. En lo particular, quienes alcanzaron en Guanajuato un cargo público postulados por Morena en la elección tendrán una responsabilidad inmensa y su desempeño será vigilado por la ciudadanía y por quienes de una u otra manera promovimos la candidatura de López Obrador a la presidencia. 2


Reivindicaciones ¡Se acabo! Y entonces, todo renació ¡Ay pero qué lindo, que lindo es Michoacán! Lástima, sus lagos azules se han visto mermados por el lirio, el descuido y la corrupción; en Pátzcuaro ya no hay pescado blanco, en sus aguas, algunos viejos pescadores viven de mostrar cómo se usaban las redes de mariposa para pescar charales a quienes deciden visitar Janitzio. Los alrededores de Sirahuén han sido talados y en el lago se ven los restos de detergente. Los bosques disminuidos por la tala inmoderada han ido perdiendo su magnificencia. El recorrido desde la carretera por la región de los lagos y después por la meseta purépecha de pronto nos conmueve; tras un recodo el bosque se vuelve imponente, los bajíos aprovechados en una agricultura que desde el camino nos mostraba una rica variedad de cultivos en los que predomina el maíz, contrastan con las montañas cubiertas de pinos y encinos que dan a la Sierra una apariencia majestuosa. Un señalamiento en el camino nos saluda y nos previene. “Bienvenidos a la comunidad indígena de Cherán. Prohibido introducir bebidas embriagantes. Portar o difundir propaganda de partidos políticos. La entrada de vehículos con cristales polarizados. Toda persona ajena a la comunidad para poder ingresar deberá identificarse con su credencial de elector o equivalente. ¿Cómo colaborar? 1. Dando facilidades para que te registren el vehículo 2. Evitando el consumo de bebidas alcohólicas con el fin de no generar problemas con el personal de guardia. Por la seguridad de todos. Comunidad indígena de Cherán” Era 25 de junio (2018), pasamos por Cherán en caravana formada en tres vehículos por los asistentes a un curso de Chi Kun, nos habían invitado a la fiesta de Corpus en Carapan, uno de los once pueblos de la meseta purépecha. La belleza de la geografía reconstruida se reflejaba en el buen humor de los pasajeros. Para cruzar por el pueblo hay que cumplir con ciertos requisitos, pasar un retén formado por policía comunitaria; identificarnos, explicar a qué vamos y demostrar nuestras intenciones pacíficas. En los tres puntos de acceso al municipio, que por desorientados tuvimos que pasar, cumplimos con el mismo ritual. Cherán, municipio autónomo, ¿Cómo es que tiene su propia policía? ¿Cómo es que no hay violencia? ¿Cómo es que no hay partidos políticos? ¿Cómo es que todas las casas son del material de construcción que usamos en las ciudades? (o desilusión, parecíamos estar en la colonia Las Fuentes o en Zona de Oro Dos de Celaya, las casas de adobe y techo de tejas casi han desaparecido) ¿Cómo es que se nota en el andar de las personas su calidad de vida? 3


Un día no muy lejano, allá en el 2011, diez mujeres purépechas decidieron que era suficiente; desde el 2008 habían llegado los malos, la delincuencia organizada, los sicarios coludidos con las autoridades y la policía sembraron el terror, robando los recursos del pueblo y asesinando a quien se opusiera. El miedo estaba en todos lados. De sus 27 mil hectáreas de bosque, habían devastado 20 mil, los talamontes, unidos con la policía local y el presidente municipal del PRI, habían empobrecido a la comunidad, el agua del manantial estaba contaminada y mermada, la agricultura cada vez rendía menos y además los culpaban por el descuido de sus bosques comunales, mientras doscientas camionetas de tres toneladas y media bajaban diariamente con trozas de lo que fueran frondosos pinos, de unos 80 centímetros a un metro veinte de diámetro. “Y no era justo, ya ni dormía la gente, desde las tres de la mañana empezaban los viajes con los carros llenos de madera buena y maciza”. Todos se quejaban, pocos hacían, la impotencia y el miedo se habían apoderado de sus almas, pero, las mujeres sentían que el futuro de sus hijos se estaba acabando. ¡Basta ya! Diez mujeres, como única arma opusieron sus cuerpos, al conductor se le hizo fácil tratar de echarles el camión cargado de muy buenos trozos de pino “a esas guares”. No lo hubiera intentado. Con la rabia acumulada de siglos de vejaciones y explotación empezaron a golpear el camión, y con eso a impedir el paso a todos los demás y “los corretearon a puras pedradas”. Al ver a una mujer con las rodillas sangrantes, los hombres salieron con palos y sus instrumentos de labranza, botellas de gasolina para acabar con las camionetas que habían destruido los bosques. La prensa las describió como “viejas revoltosas”, sin más arma que su determinación cerraron la carretera, las acusaron de robar comida, de descuidar a sus hijos. Ellas, de manera creativa, decidieron cuidar la comunidad en las fogatas, sí, una fogata en cada lugar donde podrían pasar los camiones, allí alimentando el fuego, contando historias, compartiendo atole y corundas en todas las posibles entradas y en los caminos reales se impedía la llegada de los camiones y la policía, a través de radio fogata Cherán comunicaron todo lo que estaba pasando Y con ansia de saber más me encontré con algunos documentales1. Los niños aprenden las tres “C” Coraje, compasión y creatividad para resolver conflictos. El coraje es el valor para reconocer los errores, la compasión para escuchar y comprender al que causó el conflicto y la creatividad para resolver el conflicto. “A los niños nos toca reconstruir los bosques como nuestros antepasados nos los dejaron”. Una mujer afirma: “Si nunca nos levantábamos pues todo se iba a venir pa’ abajo… y es por eso que las mujeres hacemos un bien para nuestros hijos, para nuestros nietos que vienen todavía y ya por eso nos ponemos alerta” 4


Se dan cuenta de los retos. Un hombre dice que al gobierno “no le conviene que una comunidad se levante, proteste en contra de lo que están haciendo… tenemos que defender, tenemos que sacar nuestra uñas para defender lo que es nuestro, para nosotros así poderles dejar a las futuras generaciones que vienen atrás de nosotros, dejarles eso también y enseñarles a trabajar y a que conserven lo que nos da vida y nos da el sustento, qué mejor que nos fortalezcamos, nos hagamos fuertes unos a otros y defender lo que a nosotros nos fortalece también, la naturaleza” “En una lucha de unidad, sin partidos políticos… aquí no hay dirigentes, aquí hay gente que le da dirección a nuestro movimiento, sin llegar a tener gente que represente a nuestra comunidad, líderes no hay”. Empezó la lucha por la instauración de un municipio autónomo, como en México todas las instancias se cerraron, retomaron los acuerdos no cumplidos de San Andrés Larráinzar y recurrieron a la Organización de las Naciones Unidas, al acuerdo 169 firmado por México, en donde se afirma que los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación y a nombrar sus autoridades mediante usos y costumbres. A la Organización Internacional del Trabajo. “Cherán logró su autonomía en una lucha de nueve meses en los cuales perdieron a dos docenas de sus compañeros” En febrero de 2012 fue la toma de protesta de Cherán K’eri (el Concejo Mayor) que sustituyó la figura del Presidente Municipal. Desde entonces se enorgullecen de ser un pueblo sobrio y no ebrio. Trabajador, responsable, digno que ha logrado el renacimiento del bosque, la unidad popular, la cultura del servicio “servir y no servirse”, “mandar obedeciendo”. El ejemplo cunde, otras 8 comunidades de Michoacán han empezado a luchar por su autonomía y algunos la han logrado: Aranza, Zopoco, Santa Fe de la Laguna, Sevina, Urapicho, San Felipe de los Herreros, San Benito, Cocucho. Por eso cuando en la agenda legislativa de Morena se decide: “Retomar el tema de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar plasmados en el proyecto legislativo conocido como ley Cocopa, que quedó interrumpido en 2001, para cumplir los compromisos que asumió el Estado mexicano con los pueblos indígenas del país. Dichos acuerdos recogen no sólo postulados sociales, sino también propuestas de de-mocratización política, cuarto nivel de gobierno, disfrute de los recursos naturales por los pueblos originarios, así como el reconocimiento de nuestra diversidad lingüística… y cultural”2. Me congratulo al recordar mi breve paso por Cherán, por sus habitantes, por sus bosques, por su caminar erguidos, por su dignidad y sí, hay que exigir que se cumplan los acuerdos de San Andrés Larráinzar. Esther Sanginés García 1

Documental. Cherán, tierra para soñar: https://www.youtube.com/watch?v=DnV_T4c_lKI. Ver el artículo de nuestro compañero del Colectivo, Pedro Salmerón: “Una agenda legislativa para cambiar a México” en: http://www.jornada.com.mx/2018/06/26/opinion/016a1pol 2

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Lo que está por llegar La victoria de Morena ¿para qué? En su Historia de la Revolución rusa, León Trotsky dice que la historia de las revoluciones es la de la irrupción de las masas en el gobierno de sus destinos. En los “tiempos normales” el Estado está por encima de la nación y la política la hacen los especialistas; pero cuando el régimen establecido se hace insoportable para las mayorías, “estas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y, con su intervención, crean u punto de partida para un nuevo régimen”. Esta irrupción tiene una característica que Trotsky resalta: “Las masas no van a la revolución con un plan preconcebido de sociedad nueva, sino con un sentimiento claro de la imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja”. Dicho de otro modo, las mujeres y hombres que deciden, de manera consciente e individual, sumarse a una revolución, pueden no saber exactamente qué quieren para después de la Revolución, pero saben perfectamente qué es lo que no quieren, lo que no aguantan más, los agravios –diría Barrington Moore- que ya no están dispuestos a soportar. Nuestros estudios de los tres grandes procesos de revolución social en la historia de México muestran con claridad esta condición. Así, los veinte o treinta mil indios laboríos, mulatas, esclavos que se lanzaron masivamente a la rebelión en el Bajío en septiembre de 1810, y que contagiaron su rebeldía a vastas regiones de lo que hoy llamamos México, sabían muy bien contra qué se levantaban: la esclavitud y los tributos, que fueron abolidos desde un primer momento por Hidalgo, abolición confirmada por Morelos. Hace poco, Luis Fernando Granados nos contó que “la Independencia como proceso social desde abajo sí resultó en una modificación sustantiva de la relación colonial”. En el Bajío, los campesinos sin futuro que se lanzaron masivamente a la revuelta, se convirtieron en rancheros que se alimentaban a sí mismos y no a los amos y a las minas. La insurrección de 1810 rompió el orden colonial. Al mismo tiempo, otros grandes historiadores, como John Tuttino y Antonio García de León, nos han mostrado que el modelo capitalista basado en la plata, había llegado a su fin, a un colapso irremediable, mientras arrancaba la era industrial en 1790-1810. Cuando la hueste que acompañaba a Hidalgo destruyó el modelo de hambre y esclavitud de la mina-hacienda, en realidad solo le dieron la puntilla a un modelo caduco, ya en bancarrota. Un siglo después, cuando los rancheros de Chihuahua se levantaron en armas contra Porfirio Díaz, en noviembre de 1910, aprovechando el llamado a la revolución de Francisco I. Ma6


dero, sabían muy bien contra qué lo hacían. Las quejas y las protestas que esos mismos rancheros, vaqueros, mineros y trabajadores alzaron contra el gobierno entre 1890 y 1908 son muy claras, y se repiten en sus proyectos de transformación nacional escritos entre 1911 y 1916: la dictadura (el autoritarismo que sufrían desde el nivel municipal) y el latifundio. Ese doble rechazo está en la base de su futura alianza con el zapatismo y de su proyecto de revolución popular. Si en 1810-1815 los mexicanos se levantaron contra la esclavitud y el tributo y en 19101916 contra la tiranía y el latifundio (la gran revolución liberal de 1854-1867 es más difícil de sintetizar), ahora millones de mexicanos se suman a una insurgencia pacífica en marcha contra la corrupción y el neoliberalismo. La corrupción la entendemos no sólo como la generadora de un enorme boquete en la economía nacional, sino también como la generadora de impunidades y complicidades que han hecho de regiones enteras territorios sin más ley que la de las mafias, y del resto del país territorio de la violencia y la impunidad de los violentos y los corruptos (salvo algún chivo expiatorio de tanto en tanto). Por neoliberalismo entendemos una política que ha favorecido a un puñado de privilegiados (baste recordar cuánto pagan de impuestos las corporaciones cuasimonopólicas, datos de hace cinco años: TelMex, 6.5%; Televisa, 5.4%; WalMart, 2.1%); así como el número de pobres: en 2010, después de 30 años de neoliberalismo, de ajustes estructurales, de reformas, de su cantada estabilidad, apenas el 19.3% de la población puede considerarse no pobre: 11.7 millones de mexicanos viven en la extrema pobreza; 51.9 en la pobreza y 32.2 millones están en situación de carencia. En 2010 había diez millones más de pobres que en 2006 (los datos del desastre en http://brigadaparaleerenlibertad.com/programas/el-granfracaso/). Por neoliberalismo entendemos la destrucción del Estado como garante de los derechos, de los derechos individuales (a la vida y la seguridad en primer lugar), los derechos sociales (conquistados por la revolución: derechos a los recursos, al trabajo, a la educación, a la salud), los derechos culturales y los derechos de las minorías. Pedro Salmerón Sanginés

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Nuestras calles, nuestra gente Breve cronología de la denominación de la ciudad de Celaya Para los pobladores de una nación, una región, una comunidad o una ciudad, el nombre que ésta lleva es un motivo de identidad e incluso de orgullo. Las siguientes líneas tienen como propósito recordar la manera como se gestó lo que ahora es el municipio de Celaya, haciendo hincapié en la denominación que tuvo en ciertas etapas de su historia. A partir de estudios realizados sobre las civilizaciones de México prehispánico, arqueólogos e historiadores han concentrado su trabajo en la investigación del origen y desarrollo de las primitivas y grandes culturas que existieron en diversas regiones del país y su posterior transformación en el periodo colonial. Establecen límites geográficos al centro de la Republica, dividiéndola en dos zonas: Norte-Aridoamérica y Sur Mesoamérica. 1500: La frontera de Mesoamérica fue ocupada por diversos grupos indígenas procedentes del norte. Eran cazadores recolectores, pero también descendientes de otras culturas. 1500-1521: El Bajío Guanajuatense (frontera de Mesoamérica) que colinda al sur con el estado de Querétaro, estaba habitado por grupos como: Huachichiles, Pames, Guamares, Chichimecas y Otomíes, entre otros. 1521-1524: Después de la conquista de la gran Tenochtitlan, el 13 de agosto del año de 1521, Hernán Cortés extendió su dominio al interior del país, improvisó a sus capitanes y soldados, como encomenderos y se incrementó la expansión de españoles y religiosos misioneros, fundando villas y ciudades en todo el país.

1525-1526: En el transcurso de la época colonial el territorio guanajuatense fue invadido por españoles, mestizos, criollos e indígenas de diferentes etnias. Hernán Pérez Bocanegra, capitán de Cortés, recibió la encomienda de ocupar las tierras del Bajío, para fundar villas y ciudades. Funda la encomienda de Acámbaro, pueblo de purépechas en 1526. Posteriormente, en el mismo año, funda la encomienda de Apaseo el Bajo (hoy Apaseo el Grande). Esta fundación se realizó en la zona llamada, Estancia del Rio o Mezquital de Apa8


seo. Con indígenas traídos de Acámbaro, previo consentimiento de los habitantes originales Otomíes, Chichimecas y Pames. 1551: El segundo virrey de la Nueva España, Luis de Velasco, expide una cédula real para que se instale en esta zona una guarnición de protección y abastecimiento para viajeros, procedentes de Guanajuato y Zacatecas, con destino a la capital de la Nueva España. En el mismo año de 1551, a petición de un grupo de pobladores españoles que ya ocupaban terrenos que posteriormente serían de la ciudad de Celaya, solicitaron al guardián de los conventos de Acámbaro y Apaseo, Franciscano Fray Juan de San Miguel, la construcción de una capilla dedicada a la virgen de la Asunción. Esta capilla se construyó en un pueblo Otomí denominado Nat-tha-hi, que en español significa El Mezquite. La capilla quedó a cargo de padres agustinos y se funda el pueblo de la Asunción. En su interior se veneraba una escultura de cristo crucificado conocido como el Sr. del Zapote1, en el Barrio del mismo nombre, también fue conocido como Barrio de la Asunción, donde actualmente se venera esta imagen, y hoy es la Colonia de la Fundación. Los españoles habitaron la parte central de Celaya, donde edificaron sus casas y el Cabildo (hoy presidencia municipal) y los indígenas fueron instalados en 9 barrios periféricos, según el origen de su etnia. 1570: Para formalizar su estancia en este lugar, los españoles solicitan permiso al virrey, Martín Enríquez de Almanza, para establecer una villa que llevaría el nombre de Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Zalaya. Este permiso les fue concedido mediante Cédula Real el 12 de octubre de 1570 y la fundación se realizó hasta el 1 de enero del año de 1571 en la comunidad de Nha-tha-hi. Bajo un frondoso árbol de Mezquite, según cuenta la tradición y después de oír misa en la capilla ya edificada, establecieron el primer cabildo de la villa de Nuestra Señora de la Asunción de Zalaya, quedando integrado por dos alcaldes: Domingo de Silva y Juan Freire, y por treinta vecinos entre mujeres y hombres. 1655: El 20 de octubre de 1655 el rey de España Felipe IV otorga el título de muy noble 9


y leal ciudad de Celaya de la Purísima Concepción. Dejando de ser villa para pasar a ser ciudad, con blasón y escudo de armas. El nombre de Zalaya proviene del idioma Vasco (significa tierra llana). La imagen original de la Purísima Concepción ya se veneraba en el Reino de Vizcaya, territorio Vasco en España. A partir de esta fecha el nombre de Zalaya se escribe con la letra C, Celaya. 1857-1859: Siendo presidente de la Republica el Lic. Benito Juárez, promulga las leyes de reforma, el 12 de julio del año de 1859, que consistía, entre otras cosas, en eliminar los nombres religiosos de las ciudades de México, de tal manera que el nombre original de Celaya de la Purísima Concepción, pasa a ser únicamente: Ciudad de Celaya, Gto. 2007: A iniciativa del presidente municipal de Celaya, L.A.E. Gerardo Hernández Gutiérrez, se pretende retomar el nombre original de Celaya de la Purísima Concepción. A petición de un grupo de celayenses, se realizó una encuesta entre los habitantes de nuestra población2. Como resultado, la propuesta fue rechazada por la mayoría de los encuestados, quedando únicamente el nombre que ya se tenía de Celaya, Gto. Fue muy significativo el saldo de la encuesta, en tanto que sólo el 28% de los encuestados se manifestó a favor del cambio en la denominación. Sin embargo, la discusión alrededor de la propuesta, que se expresó tanto en los medios formales de comunicación como en manifestaciones de diverso carácter, tuvo momentos álgidos. Como conclusión final quiero resaltar la manera como el pueblo participa cuando se hace necesario defender cuestiones muy propias y sentidas como es el caso del nombre que lleva el lugar donde ha vivido por varias generaciones. Jesús Oñate Moreno 1

Quizás debido·a que en estos terrenos crecía este fruto original de América.

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https://www.proceso.com.mx/211737/guanajuato-buscan-autoridades-del-pan-ponernombres-de-santos-y-papas-en-obras-y-vialidades

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Para provocar la polémica Lo que la izquierda está olvidando más de lo que necesita y lo esconde para protegerlo de otros, nace la propiedad privada y la acumulación, esto le dará al sujeto oportunidad A este llamado, luego, luego acude la guerra, de trocarlo por algo más valioso cuando haya vía recuerdos vivos o imágenes recreadas en la escasez, sentirá el derecho a negarlo si alguien literatura, cine, televisión o artes plásticas lo necesita, hasta que le den el precio que pre(Guernica); sin embargo, la destrucción puede tenda. o no implicar violencia visible, como en las -El poder de la especulación. películas; porque ahora somos parte de una violencia silenciosa, mimetizada de moderni-La explotación de las necesidades. dad y repleta de arreglos cosméticos con la Tener ese poder le da preferencia a ese alguien marca fallida de la democracia (igual, la muerpara que sus opiniones sean consideradas sobre te se hace presente). las demás porque se convierte en proveedor, se Me parece oportuno retomar algunos elemen- comienzan a delinear las figuras de poder, estos que acertadamente la Dra. Esther Sanginés grimiendo derechos especiales: el tener más y García presenta en su artículo Democracia tener relaciones con los más fuertes. viva o democracia privatizada1 en un certero Los fuertes más fuertes, inclusive de los que análisis que hace del texto periodístico Demohacen llover, los que mandan desgracias, los cracia Privatizada de la filósofa española Jule que cuidan de él y los que lo pueden destruir. Goikoetxea Mentxaka, respecto a la situación -Dioses. política de la Unión Europea. Si tiene relación con ellos tiene más poder Retomo, para comentar, algunos ejes que tienen luz propia… y, como sólo se puede extraer aparte del que le da tener más satisfactores que otros (para eso los inventó). de donde hay, vamos pues: Destrucción, según yo, puede definirse como daño irreparable.

 Privatización de todo. Venta del país

-Religión y poder.

 No hay más salida que vida o capital

Y tiene la posibilidad de superar el estado de inermidad mediante la compra de protección, civil y divina.

 Democracia viva o democracia Privatizada

Me acompañará la palabra Capital, es la constante.

Se delinea una relación monstruosa entre trabajo-necesidad-miedo, que se retroalimenta Recurramos al pasado, a las viejas lecciones, cíclicamente multiplicando la acumulación y el aunque a los neoliberales de plástico no les capital como factor generador de riqueza (para gustan; recordemos que cuando alguien guarda su dueño, desde luego). 11


-Más poder.

los demás, mientras que democracia es el poder del pueblo.

Está activo un ciclo de autogeneración basado en la explotación de unos por otros.

Luego entonces, la democracia y lo público son una simbiosis y lo privado es la contraparte.

Renovación de la fuerza de trabajo para la estabilidad de la producción-crecimiento de capital.

Por caída libre se puede deducir que la democracia privatizada, en esencia, es una contradicción.

Así de simple: la destrucción cíclica del ser humano asegura al capital.

Desde luego que las doctoras se refieren al facto que el capitalismo impone como práctica política insana, no a la construcción gramatical, fatua per se.

Que todo tenga un dueño. Que cada cosa sea de alguien. Que todo beneficio cueste. -Privatizar.

Que no haya propiedad colectiva, propiedad pública, propiedad común, propiedad social.

El capitalismo ha convertido a la verdadera democracia en una entelequia y ha impuesto “su” modelo propio de democracia para que sus rebaños la persigan como utopía dejando históricas estelas de sudor y sangre rebasando todas las fronteras.

Eso sería ofender a dios y al capital, o al dios capital que como castigo nos puede mandar la guerra, cercar fronteras, enjaular a nuestros hijos, asesinar a nuestros estudiantes y hermanos indígenas y lo que le dé la gana.

La profesora Goikoetxea se refiere a este fenómeno en el viejo continente y la profesora Sanginés a tierras americanas, hablando de ganar democráticamente la mayoría en el congreso mexicano.

Veamos...

Vayamos pues en pos de la verdadera democracia.

El poder ligado a lo privado. Sólo el que tiene, puede.

¿Qué debe ser lo público, lo privado, la democracia? Si de primera intención nos vamos a las etimologías, las pistas esenciales que nos proporcionan están relacionadas con lo que le pertenece al pueblo como tal y lo que no, lo público es lo referente al popolo, a lo común, a lo colectivo, a lo de todos; lo privado es lo que tiene dueño determinado y que se priva a

-Y como decía Don Miguel Hidalgo y Costilla: ¡Hijos míos, su justicia, no es nuestra justicia!2 ¡Su democracia no es nuestra democracia! No les faltan razones… José Antonio Bueno Saucillo

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http://www.somosmass99.com.mx/democracia-viva-o-democracia-privatizada/

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Paco Ignacio Taibo II, 15 verdades sobre Miguel Hidalgo y Costilla, emeequis, No. 236 12


Historia de vida Don Ángel, una vida de trabajo Las personas de quienes se escribe la mayoría de las veces, han realizado alguna obra o actividad sobresaliente en su vida y pasan a formar parte de un álbum de personajes notables de un pueblo o nación. Sin embargo, el presente escrito narra la vida de un ciudadano celayense, quien es alguien como nosotros, como la mayoría de la gente común. Se trata de Don Ángel, quien nació en el año de 1954 en el rancho de San Diego de los Dolores, municipio de Santa Cruz de Galeana -actual Santa Cruz de Juventino Rosas-, fue el tercero de 8 hermanos y en el momento actual vive en la calle Abasolo, de esta ciudad de Celaya, donde es conocido e identificado por sus vecinos. Se dice y se siente Celayense porque ya hace 46 años que se estableció en esta ciudad. Desde su infancia en el rancho de San Diego de los Dolores, hasta la edad adulta en Celaya y en otras partes de la República Mexicana, una constante en su vida ha sido el trabajo. Fue un niño que se dedicó a pastorear ganado vacuno, a trabajar en el campo, a ayudar a sus padres en los quehaceres del hogar, a vender leña, a hacer las compras en la cabecera municipal, a donde en aquellos tiempos, que ahora parecen remotos, se llegaba caminando en 3 horas. Uno de los recuerdos más presentes de su vida de pastor tiene que ver con la temporada de lluvias. Cuando las tormentas con relámpagos y truenos sorprendían al pequeño en las laderas de los cerros pastoreando las vacas, ocurría que dichos animales se asustaban y corrían sin orden, entonces al pequeño pastor le era imposible controlarlas. Rememora que entonces se ponía a llorar guareciéndose de la lluvia hasta que escampaba y enseguida se daba a la tarea de encontrar a las vacas que ya andaban haciendo estragos entre los sembradíos cercanos. De su infancia, Don Ángel guarda en su memoria anécdotas dignas de ser contadas. Cuenta que en cierta ocasión su padre lo mandó a Santa Cruz, a comprarle unos zapatos a su hermana Tere, porque en esos días se festejaba la fiesta del rancho, la fiesta de la Santa Cruz. Recuerda que la noche anterior se durmió pensando en levantarse a las 5 de la mañana para llegar al pueblo cerca de las 8, que era la hora en la que abrían la zapatería en aquellos tiempos, pero como carecían de reloj no supo a qué hora se levantó y resulta que al llegar al pueblo todas las tiendas y comercios estaban cerrados, no le quedó más remedio que acostarse en una banca del jardín. Unos gendarmes que pasaron por ahí lo interrogaron y al escuchar su historia le dijeron que aún faltaban 2 horas para que abrieran la zapatería pues eran las 6 de la mañana. Debió tener en aquel entonces 10 años. 13


Otra ocasión, acompañando a su abuelo materno, quien vendía pan y otros víveres a lomo de burro en las rancherías cercanas: Aguazarca, el Cerrito de los Llanos, Mandujano, observó semienterrada una parte de la boca de una olla de barro que sobresalía por el camino real, él le dijo a su abuelo: “mira ahí hay una olla enterrada”, su abuelo le contestó: “no, es nomás un pedazo de tepalcate”. Cada 8 días hacían ese recorrido y cada 8 días el pequeño le hacía la misma observación al abuelo, quien le daba igual respuesta. Hasta que un día se supo que una señora se había encontrado una olla con dinero, se hizo rica y se fue a vivir a Santa Cruz. La siguiente vez que pasaron, abuelo y nieto por el camino real, en el sitio en el que se veía la boca de la olla de barro vieron la evidencia de la excavación. Don Ángel asistió por algún tiempo a la escuela de San Diego, que era atendida por una maestra, recuerda que no fue buena experiencia, aprendió muy poco, y sufrió lo que ahora se llama bullyng. Le tocó vivir un castigo muy cruel por parte de la maestra quien, en represalia por haber golpeado a un sobrino de su novio, le castigó recargándolo en la pared con dos piedras en las manos, situación por la que no le tomó gusto a la escuela. Recuerda que su padre, debido a la pobreza, se iba a trabajar a México como velador de obras de construcción y regresaba con la familia cada 15 días. Y cada 15 días él y uno de sus hermanos iban a encontrarlo a la parada del camión en Santa Cruz. En una ocasión que lo esperaban, llegó el camión y su padre no apareció, recuerda como los dos niños llenos de desconcierto regresaron a casa y contaron lo sucedido al resto de la familia, la incertidumbre los invadió durante las siguientes 2 semanas, cuando su padre apareció en el camión de costumbre. De las cosas más agradables que guarda Don Ángel de su vida en el rancho de San Diego, son los juegos con los niños de su edad, en el arroyo que atravesaba el rancho en tiempo de lluvia cuando el agua abundaba y todos iban a nadar, es uno de sus recuerdos más felices. Con sus amigos de la niñez jugaba al beisbol, pero dejó de hacerlo desde que tuvo una lesión en la mano izquierda ocasionada por un garrotazo que le propinó su madre en un momento de enojo porque la desobedeció. Otra diversión de la infancia era jugar en las ruinas de lo que en tiempos pasados habían sido minas de caolín. Todos los niños de su edad entraban por los túneles para explorar el fondo, hasta que un día al estar dentro de una de las minas escucharon un estruendo muy fuerte como si cayeran muchos metales. Fue tal el susto de los niños que corrieron hacia la salida, pero al ser ésta muy estrecha se aventaban unos a otros y resbalaban, pues la tierra era arenosa. También en esa época aconteció uno de los hechos más tristes de su vida: la muerte de su hermana Tere a los 17 años, por una causa desconocida. Se rumoró en el rancho que fue envenenada por despecho de un novio a quien había dejado y quién al enterarse que era novia del nuevo maestro de la escuela, junto con sus familiares habría urdido esa venganza, usando para 14


ello un raspado envenenado. También de esta época es el susto más grande que ha tenido, no recuerda haber sentido miedo igual en su vida: en una ocasión, ya oscuro, su padre lo mandó al corral a meter los aparejos de los burros, al estar haciendo esta labor sintió que alguien o algo lo aprisionaba, rompió en gritos y llanto. Don Ángel, al ser el mayor de sus hermanos varones, era el encargado de hacer las compras todos los domingos en Santa Cruz. Recuerda que su rutina consistía en llevar la leña a lomo de burro a una casa donde se la compraban. Ahí dejaba los burros que eran dos, y se iba a la tienda de Don Juan Gasca, donde compraba los insumos de la dieta familiar: tomates verdes, chiles, manteca, fideo y algunas veces arroz, así como el jabón de teja para lavar. Todo ello pasando los 12 años de edad. Cuando tenía entre 15 y 16 años su padre decidió que la familia dejaría el rancho, se fueron a vivir a Santa Cruz, a una vecindad de la que don Ángel no guarda gratas memorias. A su mente viene el recuerdo de la familia llegando a ese lugar: sin maletas, sin nada, sólo con lo que llevaban puesto. En su niñez nunca estrenó unos zapatos, una camisa o un pantalón, recuerda que se vestía con las ropas, zapatos y sombrero usados que sus tíos le regalaban. En esta temporada el señor Ángel se dedicó a trabajar en el corte de cebolla y jitomate, ganaba más dinero que en el rancho, pero la familia no estaba feliz con la vida en la vecindad. Por tal razón su padre decidió que toda la familia emigraría a la ciudad de México. Don Ángel rememora ese viaje: 6 hijos (su hermana Tere había muerto y su hermana Pueblito se había casado en Santa Cruz), papá y mamá. No llevaban maletas pues nada tenían. Tomaron el camión para llegar a Celaya a la terminal de Obregón de donde salían los Amarillos para México. Era la primera vez que se subía a un camión como ése, recuerda cómo disfrutó ir del lado de la ventanilla viendo el paisaje. Y la llegada a la gran ciudad, a México, el impacto, el susto. Nunca en su vida había visto tanta gente junta, tantos coches, los edificios; era la avenida Insurgentes de la ciudad de México, donde empezaría una nueva etapa de su vida, tenía entre 16 y 17 años. La vida de la familia en el Distrito Federal, transcurrió en 2 cuartos que se encontraban en la azotea de un edificio del arquitecto con quien trabajaba el jefe de familia, después se mudaron a la colonia San José sobre Insurgentes, donde su padre cuidaría una obra. En ese terreno la propia familia hizo su casa con láminas y madera, todos estaban felices. En esa ciudad Don Ángel trabajó como ayudante de albañil, recuerda que ganaba mejor que en sus anteriores trabajos y que le daba el dinero a su madre, quien lo usaba para el sostenimiento de la familia. Fue entonces cuando comenzó a comprarse ropa y zapatos, tanto él como sus hermanos. No sabe Don Ángel de dónde le vino la idea a su mamá de comprar números de lotería, pero 15


durante el tiempo que vivieron en México siempre compraba no una serie completa pero si un número, un cachito. El dinero que el joven Ángel le daba como producto de su trabajo, además de ayudar a los gastos de la casa, servía para comprar el número de lotería que con regularidad era adquirido por su madre. Su madre fue una persona muy trabajadora pues en el tiempo que vivieron en la ciudad de México, trabajó haciendo labores domésticas en un convento de monjas que se encontraba en la misma calle. El número de lotería que adquiría la madre del señor Ángel siempre obtenía un premio, aunque fuera reintegro, nunca perdía. Hasta que un día, cuando ya iban para 2 años de vivir en la ciudad, se sacó un premio más grande: de 85 mil pesos. Don ángel recuerda la felicidad de los padres cuando confirmaron el premio, desbordaban alegría. La primera adquisición que hicieron, recuerda, fue comprar un reloj de pulso para él, la alegría y el gusto que sintió todavía no se le olvidan. Después de este golpe de suerte la familia decide regresar a Guanajuato y comprar una casa en Celaya, pues era la ilusión de su mamá vivir en esta ciudad. Todavía no cumplía 19 años cuando por primera vez la familia pudo tener su propia casa y muebles, en la calle Abasolo de Celaya. Recuerda que fue entonces cuando por primera vez en su vida, él y sus hermanos durmieron en una cama. Después de que la familia se asentó en Celaya, la vida de Don Ángel se orientó hacia el norte. Animado por familiares, un tío y un primo, emprendió a los 19 años la aventura a los Estados Unidos, de mojado. Recuerda que el viaje fue difícil, pesado, largo, caminaron mucho. En la travesía conoció la falta de solidaridad de sus propios familiares, pues cuando se les acabó la comida descubrió que a escondidas de él se comían un pinole que ellos llevaban y que no compartían, pues lo mandaban a buscar agua para aprovechar de su ausencia y comerlo. Él es una persona muy tranquila pero eso sí lo hizo enojar. Otra muestra de esta falta de solidaridad fue el engaño de parte de su tío, quien les pidió a él y a su primo le ayudaran para que un coyote lo llevara a Houston y que después él mandaría por ellos, pues allá iba a ganar mejor; Don Ángel vendió su reloj -el que le habían comprado sus padres con el premio de la lotería-, para ayudarlo con la ilusión de que los llevara a ellos, pero el tío nunca regresó, ni tuvieron noticias de él durante todo el año que permanecieron en Texas. En Estados Unidos trabajó en varios ranchos texanos, regando frijol, cortando ejotes, reparando cercas. Vivió en una casa en la que vivían muchos mojados, a donde llegaban los patrones gringos o chicanos a contratarlos. Trabajó un año allá y se regresó de manera intempestiva porque un pastor de los Testigos de Jehová que había sido su patrón, quiso casarlo con una mujer de su congregación. 16


Para resumir su experiencia en Estados Unidos dice: “regresé descalzo del Norte”. Y no es metafórico sino real, literal. Cuenta que ya para regresar a México se compró unas botas vaqueras, las estrenó el día que tomó el autobús a Monterrey, ciudad en la que transbordaría para llegar al entonces Distrito Federal. Como el autobús partiría unas horas más tarde, salió de la central de autobuses a caminar y conocer un poco de la ciudad. Después de un rato las botas comenzaron a molestarle y optó por quitárselas para descansar, lo que pasó después suena a falso pero fue verdad: no hubo manera de que se pudiera poner las botas nuevamente. Tuvo que abordar el autobús en calcetines, con las botas en las manos. Así llegó a la ciudad de México y así llegó a Celaya, donde lo primero que hizo fue comprarse unos zapatos en una tienda que ya no existe, pero que estaba en la calle de Benito Juárez. Ya en Celaya decidió volver a la albañilería. Trabajó en varias obras, en diferentes municipios del estado, entre ellos en León Gto., donde conoció a la mujer y amor de su vida, Graciela, oriunda de Silao, con quien contrajo matrimonio a los 25 años de edad y con quien vivió feliz. Me dice: “Imagínese nos decían los eternos enamorados”. Ya con su familia formada, recuerda Don Ángel, se le cruzó en el camino la oportunidad de trabajar de mozo para una de las familias más acaudaladas de Celaya. La señora, muy conocida en Celaya, le ofreció trabajar a tiempo completo con ella en su casa de la Alameda, donde él, su esposa y su hija pequeña tendrían alojamiento. Su trabajo consistiría en realizar labores de jardinería y mantenimiento de la que era en realidad una mansión. En este trabajo duró seis años, al principio en Celaya y posteriormente en Querétaro cuando la familia se mudó a esa ciudad. Seis años en los que conoció lo que era el trabajo duro, casi como esclavo de siete de la mañana hasta casi las doce de la noche. La familia acaudalada resultó muy demandante, ya no sólo requerían que hiciera la jardinería, la limpieza de la alberca, el aspirado de las alfombras, la limpieza de los ventanales, sino que cocinara cuando se les iba la cocinera, cosa que pasaba seguido por el carácter de la señora y el señor, que recogiera las camas, la ropa cuando no tenían quien lo hiciera y demás actividades que se les ocurrieran, como, por ejemplo, que les enseñara a las nuevas cocineras a preparar el arroz, como a los señores les gustaba. Era un empleado de confianza para esta familia, pero a más confianza mayor abuso. Así que tomó la decisión de no hacer todo lo que le pidieran, sólo lo que le tocaba según el acuerdo original. Razón por la cual fue liquidado, por parte del señor, cerrando así otra etapa de su vida. De estos seis años Don ángel rescata como buenas experiencias el haber aprendido a manejar un carro, hacer de mentor del hijo pequeño de la familia con quien compartía tiempo y juegos y a quien enseñó trabajos de carpintería, así como a jugar tenis entre otras actividades. 17


Ya fuera de este trabajo se dedicó a la construcción, donde llegó a ser contratista. Disfrutó mucho de este oficio, y se siente muy orgulloso de haber aprendido –sin saber leer bien- a interpretar los planos para realizar una construcción. Realizó varias obras en distintos estados de la república, Puebla, Jalisco, Tlaxcala, San Luis Potosí, entre otros. Pero del trabajo que siente mayor satisfacción es el de haber llevado la obra para la construcción de la Televisora Michoacana. Como contratista tuvo la oportunidad de ser jefe, considera que no lo hizo mal, no maltrató a nadie pero si exigía un buen trabajo. Dejó de trabajar hace nue e años por invalidez, debido a un derrame cerebral, por prescripción médica. Piensa que tal vez esta enfermedad sea algo hereditario, pues uno de sus hermanos murió de ese padecimiento El acontecimiento que le afectó de manera determinante fue la muerte de su esposa hace siete años, al grado de requerir tratamiento médico y terapia, fue un golpe muy duro. En el momento actual Don Ángel vive de su pensión y dedicado a ayudar a su hija en la crianza de su nieto, un pequeñín México-cubano que ha venido a alegrar su vida. Hace de todo en su casa, comenta, menos planchar, no le gusta. Siempre ha sido bueno para cocinar y es una labor que realiza de forma cotidiana en su casa. Hace trabajos ocasionales de pintura y reparaciones de albañilería a familiares y conocidos, así como repartir el periódico de la Diócesis de Celaya cada 15 días. También realiza y comercializa artesanías en madera y materiales similares. Se dice y se siente celayense porque aquí formó su propia familia, aquí murieron sus padres, nació su hija y su nieto, es su ciudad. No guarda resentimientos con nadie, ha vivido la vida de frente como le ha tocado, no se espanta con el trabajo. Cree que lo más valioso es la vida misma, pero no le tiene miedo a la muerte. No ha esperado nunca nada de los políticos, aunque ahora tiene la esperanza de que haya un nuevo gobierno y algo cambie. No envidia nada de los ricos, no cree que sean malos, ni se avergüenza de sus orígenes humildes, pues así le tocó. No cambiaría su vida por otra, es feliz siendo quien es: Don Ángel. Conocí a Don Ángel haciendo trabajos de albañilería en mi casa, me llamó la atención su personalidad sencilla y comedida, animada siempre por una sonrisa. Considero que él es un ejemplo de esos miles de mexicanos muy trabajadores, que con su sudor y cansancio y a pesar de su pobreza han sostenido a nuestro país a lo largo de su historia y sus muchas crisis. De esa gente de la que dice Obrador, es de “la más trabajadora del mundo”. Laura Cuevas

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Somos pueblo, somos gente cumple un año Con este número 12 del boletín Somos pueblo, somos gente, el Colectivo Miguel Hidalgo cumple un año de publicarlo mensualmente. Aprovechando la ocasión, queremos recordar y refrendar nuestros propósitos y convicciones, mismos que quedaron asentados en el No. 1 del boletín: El Colectivo Miguel Hidalgo es un grupo conformado por ciudadanos que con una orientación popular y de izquierda pretenden contribuir a modificar de raíz los problemas políticos y sociales en la región de Celaya y sus alrededores. El Colectivo busca ser un espacio en el que sus integrantes y amigos discutan con camaradería y un espíritu crítico y autocrítico asuntos de índole social, como son el de la vivienda, el de la educación, el de la salud, el del agua potable, el del transporte y otros servicios municipales a los que tenemos derecho como habitantes de esta región. El Colectivo mantiene una relación estrecha, aunque no orgánica, con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pudiendo sus integrantes militar o no militar en este partido político. El Colectivo guardará una relación fraternal y de colaboración con los comités de base de Morena que en Celaya desarrollen tareas afines. El Colectivo persigue en un primer momento los siguientes objetivos: a) Alcanzar presencia entre la población celayense; b) Generar una posición como grupo de los problemas políticos y sociales con base en el acercamiento y discusión de ciertos temas profundos relacionados con aquéllos; c) Promover la discusión de esos problemas a través de la difusión de sus puntos de vista por medio de un órgano propio y de los existentes. El trabajo del Colectivo intenta trascender los calendarios de los procesos electorales, sin dejar de participar activamente en ellos. El Colectivo aspira a obtener de la población y de otros grupos con objetivos comunes un reconocimiento moral basado en un trabajo constante, serio y responsable, así como en una actitud de respeto y tolerancia en sus relaciones de colaboración. El boletín Somos Pueblo, somos gente, del cual éste es el primer número, es el medio a través del cual el Colectivo expone algunas ideas que den lugar a la discusión acerca de ciertos asuntos que consideramos es importante comprender. Cualquier comentario o colaboración será muy agradecido. Para ello ponemos a su disposición la dirección de correo anotada en la portada. Gracias de antemano por la lectura y el apoyo que puedan brindarnos. 19


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