Revista de Bellas Artes, núm. 23, 1975

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SECRET ARIA DE EDUCACION PUBLICA Secretario: VIctor Bravo Ahuja Subsecretario de Cultura Popular y Educacion Extraescolar: Gonzalo Aguirre Beltran INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y LITERATURA Director General: Sergio Galindo Subdirector General: Alejandro Alarcon Nava Subdirector Tecnico: Fernando Gamboa

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Direccion: Oscar Oliva Redaccion: Aurelio Gonzalez Adminisiracion: Rossina Larrariaga Diseflo: Rafael Lopez Castro La colaboraci6n sera solicitada por Ia direcci6n; no devolveremos origin ales enviados espontaneamente ni acusaremos su recibo. De lo aqul publicad.o responden s61o los firmantes. La propiedad intelectual de las obras que aparecen revierte a sus autores; solo ellos pueden autorizar su reproducci6n total o parcial. (Registro en tramite) Correspondencia: Revista de Bellas Artes. Palacio de Bellas Artes, Mexico 1, D. F. Tel. 512-60-43. Precio del ejemplar: $ 15.00 M.N. Suscripci6n anual, 6 entregas: $ 90.00 One year, 6 issues: U.S. $ 9.00

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CAMBIO Cortazar, Rulfo, Revueltas, Zepeda, Orgam bide y Donoso Pareja Ia hicieron para U d. ipfdala en quioscos y librerfas! Revista del consejo regional de Bellas Artes


SUM ARlO 2/35 ESCRITORES CHI LENOS EN MEXICO 2 Luis Enrique Delano MANUEL ROJAS, EL GORKY CHILENO 9 Rodrigo Quijada TANGO PARA FORASTEROS 14 Armando Casslgoli LA PASION SEGUN SANTANA 20 Poli Delano LAS IDEAS FIJAS 26 Hernan LavIn Cerda POEM AS 30 Juan Jose 01 iver LITORAL 32 Bruno Montane POEM A 34 Sergio Macias ANDUVE 35 Roberto Bola11o MISTER INVISIBLE 38 Lawrence Ferlinghetti POEM AS 43 Lazaro Blanco ARTE FOTOGRAFICO 51 VIDA CULTURAL Y ARTISTICA 55 Ricardo Rondon LA ESENCIA DE DMITRI S HOSTAKOVICH 59 Jesus Luis Ben ltez LA REALIDAD NOVELISTICA DE ARTURO AZUELA

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SEPTIEMBRE-OCTUBRE I 1975 I NUEVA EPOCA Digitalizado par

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.Escritores chilenos en Mexico

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Seguramente el novelista mas importante de los que surgieron directa o indirectamente al calor de los acontecimientos de ese fen6meno romantico y social que en Chile llamamos "el afio 20" (1920) es Manuel Rojas. Por mucho tiempo se pens6 (y hasta se escribi6) que Rojas, por las razones que se veran, era nuestro Maximo Gorki, el Maximo Gorki que todas las literaturas deberfan tener. Esto es, el escritor viril, sensible, desbordante de solidaridad humana y educado en las universidades de Ia vida. Rojas, como Gorki, proven fa de un media pobre, el mismo en Buenos Aires, donde naci6, en 1896, que en Chile a donde sus padres, ambos chilenos, lo llevaron en 1899, y otra vez el de Buenos Aires, cuando Ia familia regres6, en busca de horizontes mas propicios, cuatro ·anos mas tarde . All ( sigui6 Manuel los prim eros cursos de escuela. De su padre se sabe poco, quizas muri6 temprano. De su madre, dona Dorotea Sepulveda Gonzalez, natural de Talca, nos han llegado algunas referencias. Era una mujer que no solo lela novel as sino tambi€m esos Iibras sociales que estaban en boga en las primeras decadas del siglo y que soliviantaban a Ia gente generosa, anhelante de dar algo de sf misma a los demas. A Ia casa de dona Dorotea sol fan llegar anarquistas hambrientos o perseguidos. Gabriela Mistral, que ten fa gran estimaci6n por ella, asf como por su hijo Manuel, nos Ia describi6 una vez como "una viejita preciosa". Vivian en Ia pobreza que vuelve luchador at hombre desde sus primeros anos, Ia pobreza que ayuda a resistir golpes y soportar adversidades, cuando no provoca Ia sumisi6n, Ia aceptaci6n de un injusto status del que no somos culpables sino vfctimas. Lo ultimo es lo habitual, lo primero Ia excepci6n, el alien to a Ia rebeld fa. Si record amos a los campesinos de Nijni Novgorod, que Gorki nos ha descrito con mano maestra, tenemos que pensar que no menos indiferentes a sus propias miserias ser(an las gentes de las barriadas de Buenos Aires o de los campos chilenos que conoci6 Manuel Rojas en su infancia.

Manuel Rojas, el Gorky chileno Luis Enrique Delano

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He ahf una afinidad. Otra es el afan andariego que sacudi6 tanto al ruso como al chilena. El primero, con un zurron colgando de su hombro, se Ianzo a caminar por las llanuras y las costas, por las montafias y las estepas de su inmenso pais. Rojas, quizas mas que todo por am or al vagabu ndaje, a no estar sometido a patrones explotadores y normas de conducta prefij ad as, emprendi6 tam bien Iargos viajes a pie, cruzando nada menos que Ia temible Cordillera de los Andes, que separa a Ia tierra donde naci6 de aquella donde mas tarde anidarfa y echarfa ralces; o recorriendo Chile de uno a otro extrema, desde el norte calvo, calido y desertico hasta el sur que es pura agua de lluvia, rios, lagos, al cual se ha llamado "tropico frfo". Hacia los ultimos afios de su vida, Manuel Rojas escribi6 animadas y bellas paginas sabre sus andanzas a pie por territorio chilena. El otro parentesco entre Gorki y Rojas es consecuencia de lo que se ha dicho, deriva de Ia ensefianza que los afios de vagar dan al hombre sabre sus semejantes. Y al decir semejantes estamos pensando en seres de los ambientes del trabajo, que ambos escritores conocieron muy bien y que son, para un novelista, el fil6n mas rico, Ia fuente mas prodiga, Ia cantera ideal don de ir a buscar uno de Ios materiales princ ipales de una novela. El mundo del trabajo es el que ha inspirado las mejores novelas de todos los ticmpos y de todos los pafses, el que ha proporcionado Ios gran des confl ictos y los ti pos humanos mejores que se han llevado al libra. Entre los quince afios y su madurez, Manuel Rojas, que solo habia estudiado para hombre, desempefi6 sin embargo una buena docena de oficios tan diversos y encontrados como: pintor de brocha gorda, electricista, cuidador de un circa, acarreador en las faenas de Ia vendimia; fue tambien peon en Ia via ferrea que, atravesando Ia Cordilera, une a Chile con Ia Argentina, y lo fue en el sitio mas dificil de ese diffcil trayecto : en lo mas alto de Ia montana, justa en el limite de ambos pafses. Luego fue cuidador de faluchos y estibador en el puerto de Valpara iso, colaborador y redill.(tor, de .peri qdi-

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cos anarquistas, apuntador de compan1as teatrales, linotipista de imprenta, periodista, funcionario de Ia Biblioteca Nacional, regente de Ia imprenta de Ia Universidad de Chile, profesor de redacci6n en Ia Escuela de Periodismo y de literatura latinoamericana en universidades de Estados Un idos.. La mayor parte de estos oficios - sabre todo los ejercidos durante Ia juventud - correspondi6 al trabajo manual, lo que supone Ia sociedad con seres que tenfan que arreglarse diffcilmente, a veces a duros golpes, con Ia vida. Manuel Rojas ha dicho : "Canoe( andando por el mundo, muchos hombres que narraban, en un campamento, en una estacion de ferrocarril, en una comisar(a, sus historias y las ajenas." Bien, esta es una manera de llenarse los bolsillos de tesoros, de ricos temas a los que echar mana alguna vez. Pero i.y lo que el mismo vio, supo, aprendi6, experimento? LTodo lo que le dio Ia vida, los caracteres, los personajes, los hechos, los paisajes, los amores, los dolores, a traves de sus andanzas y de sus trabajos, tanto si se toma esta palabra en su acepcion normal o en el sentido cervantino? Esa ha sido, sin duda, Ia fuente mas abundante y mejor de las que se nutri6 Ia obra de Manuel Rojas. De cada sitio, de cada hombre, de cada oficio salieron cuentos o partes de novela. De su trabajo de peon en Ia IInca del 路 ferrocarril transandino viene su justamente famoso cuento "Laguna"; de sus tareas en el puerto de Val para fso surgieron narraciones de tanta ternura humana y piedad por los desventurados como es su cuento "El vasa de leche", asf como tambien Ia novel a Lanchas en Ia bah fa; de sus conocimientos del bajo mundo, el relata "EI delincuente", como tambien parte de Ia novela Hijo de ladr6n, mientras del errar por campos chilenos vienen los relatos que forman Hombres del Sur. En fin, de todas sus experiencias vitales emergi6 el personaje de tres novelas de Rojas, Aniceto Hevia, delineado con rasgos vigorosos, como un autorretrato salida del pincel de un pintor recio y experimentado. uda~~s el sur rn61

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de ebullicion social, el paso de algunos hombres desde Ia carcel a Ia revolucion o viceversa, el abandono y Ia soledad de seres humanos que si no hablan mucho de ello, sufren lo suyo, son el material de sus Iibras, que en general, estan compuestos con real preocupaci6n tecnica e inteligente maestr fa. Toda Ia evoluci6n Iiteraria del siglo se refleja en las novelas de Rojas que, sin embargo, nunca son inutilmente complicadas ni buscan una originalidad a base de trucos ni artificios. Su universalidad se funda en un conocimiento verdadero y de primera mano de "Ia vida y en un tratamiento adecuado del alma de los seres humanos.

piense por ello que Rojas emplea Ia novedad por Ia novedad o va tras un superficial vanguardismo. Sus propositos son lograr Ia mayor eficacia literaria posible y sin duda que lo logra. Han de pasar algunos aiios de trabajo, cerca de veinte, despues de Lanchas en Ia bahfa, antes que Manuel Rojas publique, en 1951, Hijo de ladr6n. Hay crfticos que sostienen que todo lo anterior fue solo un periodo de incubacion de Ia que se calificarfa como su obra maestra .. Si no es ella Ia mejor novela de Rojas, es por lo menos Ia que despert6 el mayor interes, nacional e internacional, por el escritor. (La novela se tradujo a varios idiomas. En Estados Unidos se publico bajo el titulo inexacto Born Guilty [Nacido culpable o Culpable de nacimiento], que no tiene Ia significacion del nombre en espaiiol.) Se trata de una novela con un fuerte contenido autobiografico, en Ia que Manuel Rojas vaci6 una buena parte de lo que el tiempo dejo en su memoria. En sus paginas se reconoce a hombres de una generaci6n cuya mente quedo marcada por dos acontecimientos determinantes: uno de orden general, Ia Primera Guerra Mundial, y otro de orden particular, el aiio 20 chilena, que se man ifiesta por una explosion, brutalmente reprimida, de las ideas anarquistas que hacfan presa por aquel tiempo de muchos obreros y no pocos estudiantes. Manuel Rojas habfa conocido de nino a los anarquistas. En el cuento "Laguna", que aunque destina- do a hablar de un hombre de ese apellido o quizas apodo, Laguna, es autobiografico de Ia temprana adolescencia del autor, escribe: "Me un f a dos anarqu istas chi Ienos que regresaban a su tierra y emprendimos el viaje, saliendo de Mendoza una noche de abril." Mas tarde, en Chile, se liga a obreros y estudiantes de tendencias acraticas. Uno de sus buenos amigos y quien lo estimula para que escriba versos es el poeta Do mingo Gomez Rojas, que muere loco, ese mismo aiio 20, despues de una prolongada y dura prision. El propio Roj as, durante esos d (as, tiene que hurtar el cuerpo a Ia persecuci6n y cuando I 11 ilf!:j!\iY;Jlapor 6rjenes del ~o-

II Manuel Rojas comenzo siendo poeta y sus primeros versos se publicaron en 1917, en una revista muy selecta de Santiago. Sigui6 siendo poeta siempre, escribiera o no en verso, aunque a partir de 1926, cuando publica Hombres del Sur, se le considera fundamentalmente como prosista. En verd ad es Ia prosa, Ia narracion, lo que labra su nombradfa como escritor, no obstante que en 1927 publica Tonada del Transeunte, un volumen de versos de I cu al Io menos que pue· de decirse es que es original y pleno de sensibilidad. Despues vienen los cuentos de £1 delincuente y Ia novela Lanchas en Ia bahfa, del origen que se seiia16 antes. En esta ultima obra, publicada en 1932, se nota ya una preocupacion por tecnicas literarias que aun los escritores chilenos no empiezan a usar. Rojas sabe qu e para veneer el provincianismo y Ia incomu nicac ion, el escritor debe vivir atento a los rumores del gran caracol del mundo. Lanchas en Ia bahfa, por ejemplo, contiene un mon61ogo interior desprovisto de puntuaci6n, en el que los pensamientos se muestran del mismo modo que se producen, aglomerados, a saltos, cambiantes o a bor· botones. Mas adelante, en su nov ela mas famosa, Hijo de ladr6n, volveremos a encontrar preocupacion por las manifestaciones de Ia corriente ·de conciencia cuando, en ciertas evocaciones o vu eltas al pasado yux tapone pasado y presente en el mon61qgo interior. · No se

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truyen Ia imprenta del periodico anarquista Numen, Rojas, que trabaja all f como obrero, se salva de Ia prision y quizas de Ia muerte ocultandose tras unos fardos de papel. Esas son pues, las ideas que bu lien en Ia cabeza de An ice to Hevia, que aunque parece mas un ser pasivo que un militante y no carece de cierta dosis de escepticismo, cree en Ia humanidad. No obstante Ia corru pcion en que esta ha cafdo bajo el orden burgu es, puede ser salvada. Las ideas de Aniceto Hevia son, naturalmente las de Manuel Rojas, que era u n giganton Iento de movimientos y palabras, con espesas cejas negras y manos encallecidas en trabajos rudos. He mos conocido, aparte de Manuel Rojas, a unos cuantos chilenos que eran estudiantes anarqu istas en los dfas del afio 20 y lo que mas nos impresi ono de ellos fue su profunda honestidad, su decencia para vivir.. Eso nos result6 mucho mas interesante que sus ideas sacadas de Bakunin, de Reclus o de Stirner, de qu ie n tanto se bur16 Carlos Marx. En Hijo de ladr6n, Ia sensaci6n mejor que queda en el animo del lector es Ia de Ia verdad. Los perso najes viven realmente, son autenticos, son seres libres y no tfteres manejados por el nove lista, y esto no se ve solo en sus acci ones sin o en el disc urrir de sus pensami entos. Su s acciones son sol amente el reflej o de sus pensami entos o de sus sentimientos. La concepcion literari a qu e se desprende de las novelas de Manuel Rojas habfa sido, por lo demas, ex presada por el con bastante anteriorid ad, cuand o escribi o: "El novelista ha abandonado aquel camino de sol, de ri sas, de carreras, de juego y de guerra, propio de Ia epopeya, y descendido a otro, si lencioso, como ta pizado, por donde Ia vid a inte ri or transcurre como Ia sangre, sin ruidos, y donde Ia ra fz del hombre se ban a en oscuros lfq uid os y en extrafias mix turas. Cada d fa mas los hech os ex teriores son abandonados y olvid ados en Ia novela; no t ie nen sino una importanc ia periferica, social; el hom bre no vive en los hechos, mejor di cho,

los hechos no son lo mas importante en el: lo es lo que esta antes o despues, lo que los ha determinado o lo que de ellos se deriva. El novelista, asf como todos los que estudian y describen al ser humano en un sentido psfquico, y asf como aquellos que tienen que juzgarlo alguna vez, como los jueces, se ha percatado de que lo importante del hombre es ahara, y lo ha sido siempre, su vida psfquica." Por eso los personajes de Rojas, Aniceto Hevia en particular, piensan mucho, meditan, recuerdan, tienen "ideas disolventes", como escriben los peri6dicos burgueses, pero no son culpables de elias.. Las han sacado de Ia vida y de los Iibras, como ocurre con todas las ideas. Las manej an verbal mente mientras II egan los d fas en que se pued an poner en practica.. lCuando? Son libertarios, rebeldes, individual istas, arbitrarios, enemigos de Ia disciplina y sienten olfmpico desprec io por Ia pol ftica y por los politicos. Pero priva en ellos, como se advierte en casi toda Ia obra de Rojas, el sentido de Ia solidaridad human a. Y quizas sea este sentimiento, expuesto en distintas formas, explfcito o subyacente, lo que da a los Iibros de este au tor Ia universalidad. El crftico Fernand o Alegria ha sabido ver esto y en su obra Literatura Chilena del Siglo XX dice, a nu estro ju icio con mucho acierto: " .. . Este -mundo, hecho de una sola im agen basica y sostenid o por un sentimiento de fraternid ad entre los ho mbres libres y de amor esencial hacia Ia humanid ad por encim a de toda corrupci 6n y de toda injustici a, constitu ye el aporte medul ar de Manu el Rojas a Ia literatura chilena. Lo que sabra en su creacion y que no guard a relaci6 n con este mund o - algunos huasos, algu nas lcyendas- es marginal y de significado transitori o. La verd adera obra de Rojas esta constituida por una larga narrac 1o n autob iografica - algunos detalles de Ia cual se esbozan en sus co lecciones de cuen tos, especialmente en El delincuente- , cuyo pr imer volumcn cs Lanchas en Ia bctJ'fg if~li~~tldepor

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describe Ia temprana adolescencia de Aniceto Hevia; el segundo es Hijo de ladr6n, donde florece en su amplia amargura Ia juventud de An ice to y se dan a conocer los detalles de su infancia; el tercero es Mejor que el vino, donde el heroe descubre el amor a Ia mujer-amante, y el cuarto es Sombras contra el muro, reiteraci6n del tema juvenil." Dirfamos que Mejor que el vino (el titulo esta tomado de E/ cantor de los can tares: " i Beseme mi am ado con los besos de su boca! Porque sus caricias son mej ores que el vino"), en que se presenta Ia vida amorosa de Aniceto Hevia, sin duda con altura, marca Ia separaci6n del binomio que formamos llevados por nuestra admiraci6n: Gorki-Rojas. Bien, estaban separados desde antes, para ser exactos .. Partieron juntos por los cami nos, conocieron a los seres mas aporreados por Ia vida y levantaron Ia bandera de lo que vale mas en el hombre : el sentido y el ejercicio de Ia solidaridad humana. Pero los separ6 Ia concepcion de c6mo arreglar las imperfecciones del mundo: Gorki crey6 que es preciso hacerlo a traves de Ia organizac i6n y se uni6 a Len in y los bolcheviques: Rojas pens6 que Ia humanidad se arreglarfa sin que intervinieran los pol fticos, los partidos, los gobiernos. Pero , en cierto modo, Ia vieja amistad era irrompible, porquc ten fa como denominador comun Ia fraternidad entre Ios hombres. En Mejor que e/ vino, que aunque es una novela que muestra con elevaci6n, y a veces desgarradoramente, amores y algun amorlo entroncado en Ia picaresca, encontramos a Aniceto mezclado con algunas gentes muy distintas de sus viejos amigos, de los hombres con quienes se encuentra en las primeras paginas de Hijo de ladr6n, al abandonar Ia carcel. En 1960 publica Manuel Rojas Ia novela Punta de rieles, en Ia que es visible una refinada elaboraci6n teen ica. Ya no apa rcce An ice to Hevia, que ha term in ado su ciclo con Sombras contra el muro, donde de nuevo se ven las preocupaciones socialcs de los viejos dfas. En Punta de rieles el amor es


imagm1stas aseguraron publicamente que era uno mas de ese grupo que se dab a de trom pad as con Ia realidad inmediata. El tiempo demostr6 que no era ni lo uno ni lo otro. Porque Ia obra verdaderamente transcendente de Rojas, Ia que le val i6 nombradia internacional, se inicia solamente en Ia dec ada del 50 con Hijo de ladr6n. Y ni esta novela ni las que siguicron son criollistas ni imaginistas, como se ha sefialado, sino de una tendencia que se basa en el hombre mas alia de sus accioncs y sus palabras. Entre los escritores mas j6venes, los que formaron Ia llamada generaci6n del 38, que llegaron a Ia literatura en otro momento de gran efervescencia social en el mundo, en plena Guerra Espanola, en las vfsperas de Ia Segunda Guerra Mundial y cuando en Chile el Frcnte Popular conquistaba el gobierno, Rojas apareci6 como un maestro. Estos j6vencs que ten fan el prop6sito de elcvar al hombre por encima de todo, de estudiarlo y cxponerlo en su integridad, individualmente como dentro del Contexto social --digamos Reinaldo Lomboy, Oscar Castro, Fernando Alegria, Nicomedcs Guzman, Gonzalo Drago, Volodia Tatelboim, Andres Sabella, Mario Bahamonde, en trc otros- con side raron a Rojas como un maestro, por sus claras ideas sobre Ia litcratura y por las obras que las reflejaban. "Ideas son estas" --dice Fernando Alegria en Literatura Chilena del Siglo XX-- "que debieron hacer epoca en Ia literatura chilena. No fueron reconocidas de inmediato; al menos nolo fucron directamente. Sin embargo, mi generaci6n, que sale a Ia palestra en el ano de 1938, llevara en los ofdos Ia voz de Manuel Rojas, el descontento: Ia voz del noblemcnte ambicioso, del preocupado escritor que, sin alardcs, demanda sabldurla, hondura y universalidad en Ia creaci6n literaria". Manuel Rojas muri6 en 1974. Conoci6 el mundo viajando a pie, cuando podia hacerlo, y en avi6n mas tarde. Visit6 paises socialistas y capitalistas y pudo comparar sus viej as ideas con Ia real idad y sopesar Ia forma en que unos y otros trataban a quien fue su preocupammnot@tal en Ia vida y en

tambien determinantc. Se trata de dos historias paralelas, comenzando por Ia de u n obrero que ha matado a su mujer y que se confiesa con u n per iodi sta. Este es u n arist6crata que ha rodado socialmente a causa del alcohol. No hay un en trelazam ien to a lo Faulkner entre ambas historias; mientras una es contada por su protagonista, el carpintero, Ia otra no sale de los labios sino que transcurre en los recuerdos del hombre que se ha desmoronado y ha perdido su posicion, su fortuna y su familia. Hay en esta novela una cualidad mas, aparte de los valores de huma:lidad siempre presentes en las obras de Rojas: el tratam ien to del lengu aje, Ia sintesis casi perfecta que ha logrado del habla popular, en Ia historia que cuenta el carpintero. iQue distinto de las fotograffas del habla campcsina que en su tiempo nos hacfan tragar los crio11 istas! IV A Manuel Rojas no le resultaba facil Ia literatura, a causa de su profunda concicncia y su concentrada scriedad de escritor. Tardaba en escribir sus novelas, sus cuentos y hasta sus articulos. Cuando en 19 57 se le otorg6, con toda ju sticia, el Premio Nacional de Literatura, al recibirlo improvis6 un breve discurso. Declar6 que hab(a pcnsado en escribir una discrtaci6n y que no lo hizo porquc clio lc habr(a demandado por lo menos un mcs. Dis tintas tcndencias literarias chilenas se lo disputaron, al advertir desde sus primeros libros Ia categor(a que encerraban. Cuando publico E! hombre de los ojos azules -que segun dicen tenia cierta influcncia de los Bocetos Californianos de Bret Harte, e I li bro que tanto encant6 a Baldomcro Lillo en SLI adolescencia- y mas tarde los relatos de Hombres del Sur, los criollistas sostuvieron ingenuamente que Rojas era uno de los suyos. Cuando apareci6, como folletfn en un peri6di co de Santiago, su novela fantastica La Ciudad de los Cesares, que fue en realidad una de las primeras que escribi6, inspirada en unq :Jeytnda que viene de los dfas de Ia conquista espanola, los

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Tango para forasteros Rodrigo Quijada

La senora Plo vigila los movimien.tos de su huesped. Se ha bajado las bombachas, y, de reojo, mira hacia el patio, donde su marido ensaya sobre ladrillos sus ultimas lecciones de karate. Pero Ia senora Plo no comprende el karate; ni siquiera comprende a su marido. AI bajarse las bombachas, por ejemplo, esta pensando que su huesped es un hombre interesante, aun en esa absurda posici6n . "iQue se le va a hacer, se dice, si Buenos Aires mas que una ciudad es un pals! " El huesped es un extranjero aparecido nadie sabe de d6nde. Esta tarde golpe6 a Ia puerta y Ia senora Plo se encontr6 con sus ojos cas tan os atosigandola . Antes de que ella pudiera decir nada, el hombre pregunt6: --(Vive aqul Picione? Ella, por supuesto, asinti6 con un leve cosquilleo en el coraz6n . El tedio solla producirle cosquilleos. Mas todavla, el cantito del hombre Ia sorprendi6 un tanto y tentada estuvo de preguntarle si era extranjero. Lo hizo pasar y el extranjero se acomod6 frente al televisor. Intimamente Ia senora Plo lament6 no poder continuar mirando el teleteatro Pond's. Pero Ia cu riosidad pudo mas y Ia empuj6 hacia el piso superior donde su marido entreten (a su abu rri mien to sabati no leyendo Ia revista de automovilismo. -Querida - le dijo- - un senor extranjero te busca. El marido de Ia senora Plo se hundi6 entre las paginas de Ia revista. --- Querida -repiti6 ella- un senor extranjero te espera. Entonces s ( que el marido de Ia senora Plo Ia escuch6, pues emergi6 un ojo de Ia revista y una voz mascul16: - (Hum? - Un extranjero, querido . -(Me busca? (A m(? --5 I, a vos. El marido de Ia senora Plo se encogi6 de hombros . - (Sabes? -dijo- . Hay carburadores especiales .. . M i r6 despues hacia las persian as.


era aunq ue de senos prominentes, se sintio algo intranquila. - iQuerido! -remarco-. Debes atender al senor extranjero que te espera. - S( - dijo el marido de Ia senora Plo- . Lo atendere. Pero estaba pensando una cuestion importante. . . i Imaginate, u n carburador especial! Comenzo a incorporarse con parsimonia. - Buenos Aires - observo- no es solo una ciudad. Es un pafs. lDonde si no aqul podrfa ocurrir un hecho tan extrano como este? Un hombre descansa y su mujer se acerca para decirle que un extranjero lo busca. En otro Iugar Ia situacion hubiese provocado conmocion. Sin embargo, aqu( es cosa de todos los dfas. Las paredes, por nombrarte algo. En cada una de elias puedes leer letreros pidiendole a los extranjeros que regularicen sus papeles. Yo mismo ... La senora Plo lo contemplaba con cierta felicidad. Le gustaba oirlo hablar y solo los sabados lo consegufa. Los otros dfas era tan diffcil: correr tan solo, de aquf para alia, de alia para aq u f, en pos de, por que no decirlo, Ia fortuna. Recien a las diez de Ia noche, el marido de Ia senora Plo retorna al hogar, cansado como una sana bestia. Se tiende sobre el lecho y duerme hasta las cinco; a esa hora salta, y despues de cantar una tonad ilia de infancia, desaparece. Asl, todos los dfas, hasta el sabado. Pero no importa: hay que prosperar y algo han conseguido . La senora Plo puede recordar sus comienzos en Ia calle Cabildo, en Ia tiendita y, ahora, viendose en pleno Barrio Norte, sabe que el sacrificio ha tenido sus compensaciones. "Cuando tenga treinta anos - se ha dicho infinidad de vecescomenzare a vivir." Entretanto, sabe esperar. Pues bien, el marido de Ia senora Plo, antes de preocuparse del extranjero, diserto sobre Ia vida en Buenos Aires. - Debes ir a ver lo que quiere -coment6 ella- . Parece un hombre importante. -Es verdad - dijo el simulando apresurarse-. Entretanto, trata de entretenerlo. La senora Pl o se dirigi6 a Ia planta baja.

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- Ya viene - le dijo al extranjero. El hombre sonri6. -Esta bien -dijo. Se habla levantado y, al parecer, durante Ia ausencia de Ia seno· ra Plo, dedic6 su soledad a intrusear con sus ojos los chiches del esquinero de Ia izquierda. Todavfa permanecfa all f y no despegaba Ia vista de las figurillas de marfil. -(Le gustan? -pregunt6 Ia senora Plo. El extranjero asinti6. -Sf - dijo- son muy hermosas. Tanto como usted. La senora Plo enrojeci6 muy a su pesar. "Tiene cantito", reflexiono. Algo turbada procur6 cambiar el giro de Ia conversaci6n. -A esta hora - sena16- mi marido suele dormir Ia siesta. Es una costumbre. T rabaj a tanto. El extranjero camino hacia Ia ventana. Era muy alto y, aunque sus ropas eran costosas, carecfa de gusto, No obstante mirandolo, Ia senora Plo advertfa que el hombre parecla muy seguro de todo. "Es raro -penso- , pero me divierte." -En mi pals tambien se duerme Ia siesta - dijo el extranjero. La senora Plo pens6 que esa era una frase bastante estupida y que con ella el extranjero esperaba iniciar algun tipo de conversaci6n. - lEs usted extranjero? - pregunt6 con toda decision. El extranjero volvi6 a sentarse. Hizo cabalgar una pierna sobre Ia otra y, de repente, casi gritando, exclam6: -iS(! La senora Plo se asust6. Tal reacci6n le pareci6 inusitada. Pero, sin transici6n, el extranjero le dedico una enorme sonrisa. - (Le gusta Ia television? La senora Plo mir6 hacia el televisor. En ese instante Deify de Ortega se abrazaba a un individuo robusto y le decfa "(Sabes? El destino es una de las mas hermosas habitaciones de Ia vida" . - Me entretiene -respondi6. Y en seguida quiso agregar que Buenos Aires no solo era una capital sino un pals, pero el extranjero no Ia dej6. - Yo. . . - empez6 a decir- he venido a hablar con Picione por un asunto que le interesari .. n~WtM!ces, desde arrib~ Ia

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comenz6 con Ia tonadilla de infancia. "Se esta banando", pens6 ella. El extranjero carraspe6 y dio Ia impresi6n de sentirse inc6modo. En ese momenta Ia senora Plo pensaba que su marido no tenIa ningun derecho a cantar esa tonadilla los sabados por Ia tarde y, esto, porque suponla que Ia vida debe ajustarse a los canones establecidos. Un hecho como el presente podIa alterar todo lo construido hasta el momenta. Prefiri6, sin embargo, conti nuar Ia conversaci6n. -(Me decla? - inquiri6. El extranjero miraba con los ojos curiosamente desorb itados. - SI. .. - dijo-. Venia por un asunto que estoy seguro le interesara a Picione. Me han dicho que es un hombre ambicioso. La senora Plo procur6 disimular su turbaci6n. - Bueno - dijo- , mi marido no es exactamente ambicioso. Sucede que debemos prosperar y... - (Debemos? - pregunt6 el extranjero. - Tal vez usted no lo comprenda - dijo ella- . Pero en Buenos Aires todos los hombres deben prosperar, para que nosotros seamas felices. Sonri6 en seguida. La senora Plo tenia una hermosa dentadura. - Nunca hab Ia vis to una sonrisa como Ia suya - coment6 el extranjero. La senora Plo solt6 una risilla n erviosa. Nuevamente su rostra busc6 protecci6n en el televisor. El programa estaba terminando, Deify de Ortega lloraba desconsoladamente y ru ido de tambores presagiaba un final infeliz. - Wna cop a? - ofreci6 Ia senora Plo. -Bien -dijo el extranjero. Entretanto, alia arriba, el marido de Ia senora Plo completaba su bano y vigilaba su vientre plano en pos de alguna adiposidad. Le agradaba contemplarse, pues se sentfa solido. "Antes de ver al extranjero - medit6- serfa buena que ensayara con los ladrillos." Lo lamentaba en alguna medida porque el canto de Ia mana aun le dol Ia con los intentos del sabado anterior. "De todas maneras, debo hacerlo", decidi6. Despues escogi6 una camisa y comenz6 a'vestirse. - ( Es un as unto de dinero?

-preguntaba Ia senora Plo en ese mismo instante. -Alga as( -repuso el extranjero y luego guard6 silencio. El marido de Ia senora Plo escogi6 un pan talon verde. Le hab (an dicho que con el verde lucia mas esbelto. - Mi marido merece una oportunidad - dijo Ia senora Plo al extranjero. -He venido a ofrecersela - observ6 el extranjero. Bebi6 despues, a pequenos sorbos, lo que quedaba en su vasa. - lOtra copa? - le pregunt6 ella precipitadamente. Temfa que el extranjero se aburriera y se marchara. -S(, gracias - dijo el extranjero. La senora Plo se levant6 y camino hasta el bar. - En Buenos Aires no sobran las oportunidades -dijo con cierto nerviosismo. Lo se - dijo el extranjero- . He estado much as veces aqu (. El marido de Ia senora Plo se amarraba lentamente los zapatos. A decir verdad, no tenia muchas ganas de conocer al extranjero aquel. No le gustaban los extranjeros. El ultimo que conoci6 fue uno, ayer en Ia tarde, un gallego estupido que no querfa ser mozo de cafe. La senora Plo miraba fascinada el perfil del extranjero. - lMuchas veces? - pregunt6. - Sf - asinti6 el extranjero- . Buenos Aires me parece una maldita ciudad. - Se equivoca - expres6 Ia senora Plo-. Buenos Aires es un pafs. El extranjero rio de una manera desagradable. - Hace diez anos . . . -empez6, pero prefiri6 tamar un trago antes de seguir. El sol de mayo penetraba por Ia ventana y sus pal idos reflejos had an olvidar las lluvias de Ia vfspera. ("Cuando llueve en Buenos Aires - habfa dicho una vez el marido de Ia senora Plo- me siento triste".) -Yo viv f mucho tiempo en Viamonte - dijo el extranjero. Es una calle estrecha y maloliente. La senora Plo suspir6 . - Conozco Viamonte - dijo- y rM<>*;t''" *"a gran call e. Si sus

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radas es por falla de las autoridades. El extranjero parecla absorto en pensamientos propios, pues ni siquiera se dign6 lanzar una pequena mirada sobre Ia senora Plo. - Dormfa en un Iugar detestable y no comfa. Nadie querfa ayudarme. La senora Plo llen6 Ia copa del extranjero. - iOh, sin dud a exagera! La gente aqu( es buena y hospitalaria. El cxtranjero sonri6. - Le contarc - dijo. La senora Plo se acomod6 mejor en el sill 6n dejando a Ia vista su par de hermosos muslos. ·-Yo era un muchacho y ten (a hambre. Fui donde un ami go; bueno, no precisamente un amigo, sino una de esas personas que se hacen am igas de uno. No se si usted me entiende .. . La senora Pl o movi6 Ia cabeza con cntus iasmo. Le gustaban tanto las historias que comenzaban de ese modo: "Era yo", "Yo tenia", "Erase que fue". - Lo entiendo muy bien, lo entiendo - murmur6. El mar id o de Ia senora Plo dio los ultimos retoques a su fachada. La raya del panta16n cafa implacable e impecable hacia Ia alfombra. La camisa ajustaba su bleeps y los hacla resaltar. Silb6 con algo de ad miraci 6n para sf mismo y, quiza porque record6 Ia buen a de su vieja qu e so l fa mandarlo a hJce1· las compras con un hermosa sombl·e ro. De no haber estado contento consigo mi smo hub iera so ltado algun lagrim6n . El amigo me atcndi6 con su mejor cara de porteno. " ( Que haces" - me dijo . "(En que an das 7 " Yo no tenIa ganas de conversar, as( que de go lpe le dije que me prestara unos pesos, pues no comfa en varios d(as. El amigo comenz6 a rcfr. "(Hambre7" -me dijo , "( hambre aq u(7" Tuvieron que ll egar mu chas perso nas antes de que el tipo se le cortara Ia risa. Despues empez6 a cont<irselo a los demas: "Este, sabes, se csta muricndo de hambre." - ( Es ustc chil eno7 -- pregunt6 Ia senora Pl o. El extranj cro Ia mir6 duramcntc . No con segu f otra cos a. Se re Ia y se rela. Finalmente tuve que

insistir en que me prestara dinero o me invitara algo de comer. Ahl se le acab6 Ia risa... - iLe dio dinero! - afirm6 Ia senora Plo. -- No, no - dijo cl extranjero- . Me dijo que esperara hasta el otro dfa. "(Te podes aguantar? ", me pregunt6. Me desped f sin decirlc nada. - ( Y despues? - pregunt6 Ia senora Plo. El extranjero baj6 Ia cabeza contrariado. --Es una historia muy triste --dijo. Ella se rio . -A m( me divicrte - sena16- . Eso le ocurre en Buenos Aires a todos aquellos que no son precavidos. Lucgo cami n6 a traves de Ia habitac i6n. Estab a pensando que ese hombre Ia atrafa, tal vez mu cho mas que su propio ma rido. Habfa vivido aventuras y cso bastaba.

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- (Y que hizo entonces? -pregunt6. El marido de Ia senora Plo baj6 del dormitorio dispuesto a preguntarle al extranjero cual era Ia raz6n de que lo molestara a aquellas horas de Ia tarde. Le daban deseos de escurrirse por el corredor hacia el patio. Sin embargo, enfrent6 Ia escalera con expresi6n contrariada. Esa noche podrfa fornicar con Ia senora Pl o. Era lo que hacla sabado por medio. "Buenos Aires no es solo una ciudad, es un pals. Eso es.'' - (Y que pasa con Picione? ·- pregu nt6 el extranjero inesperadamente. La senora Plo lo obse rv6 extranada. - (Con quien? --Con su marido que tarda tanto. - iAh! La senora Plo fue hac ia Ia escalera, con una duda mordicndole el pccho. No obstante gr it6: --Querido, ven I, el senor te csta esperando. La voz del marido de Ia senora Plo retumb6 cxtraiiamente cercana : - Ya voy, querida, ya voy. La escalera comenz6 a crujir con cl peso de los pasos del marido de Ia senora Plo que, ahora pensaba largamentc en una so la cosa: "Debe irse ese extranjero, yu no quicro nada con extranjeros." Y sc acord6 cntonces de su madre ali a en Bocdo, Ia pobrccita, ponicndolc esc maravilloso sombrero cada vez que lo hacfa salir de compras: "To mei, hij o, comprate unos caramelos." Y esc extranjero, hoy, toda Ia tarde masc ullando un<1 chachara, con cantito disperso. " No - decid i6 -, ire hac ia el patio, hasta que se fat igue y raje." ..- (Y que hizo? - pregunt6 de nuevo Ia se nora Plo. - Yo - dijo el ex tranjero- vivfa en Vi amo nte en sucia pension. - Eso ya lo sab1'a - dijo Ia senora Plo, que pensaba ahora en una cosa desgarrad ora. - En las noch es las cucarachas co rrfan por las paredes y yo las esperaba con un zapata en ristre para matarlas y desarticularlas... El extranjero hizo una pausa, mientras Ia sen ora Plo se afirmaba etMo para !lee~ a ~~uella tJa€is¥ml ~ a<i..,..Qw,ACULTA BellasArtes


efecto! iSu marido no se llamaba Picione! Pero lo peor de todo era que ella no recordaba como se llamaba su marido. En diez anos de matrimonio el nombre hab (a acabado por metamorfosearse en ese impersonal "Querida" con que lo nombraba. lba a decfrselo al extranjero, pero este continuo con su narracion: -Pero esa noche fue distinto. -lDistinto? -pregunto Ia senora Plo con voz ahogada. -S( -dijo el extranjero-. Esa noche aguarde las cucarachas sin el zapata en Ia mana. -lPor que? -pregunto Ia senora Plo. El extranjero bebio u n largo sorbo. - -Porque me las comf, senora - dijo simplemente. La senora Plo retrocedio aterrada. - lSe las comi6? El movimiento le permitio vcr Ia silucta de su marido deslizandose hacia el patio. "No quierc conocer al extranjero" -penso Ia senora Plo-. "Tiene miedo; como siempre, desde que muri6 su madre". -Dcsde cntonces, aun en Ia opulencia, no he podido dejar de comer cucarachas y tengo un odio terrible contra Buenos Aires. La senora Plo se acerc6 a Ia ventana. Vela como su marido cog(a los ladrillos para iniciar su juego sabatino. - No deberfa odiarla -dijo- . Ahara, aunque le pareda raro, comenzaba a sentirse liberada . "Y antes de los treinta anos", pens6. Sc volvi6 hacia el extranjcro y via que este se hab(a recostado en cl sill6n y se dcsabrochaba los pantalones ceremoniosamente. Ella volvi6 a mirar porIa vcntana. El marido suyo, el "querido" de Ia senora Plo, se concentraba en Ia terrible faena de partir un ladrillo con el canto de Ia mano. -Mi marido - dijo- - no me comprende. -- Lose -dijo el extranjero. -Mas bien soy yo Ia que no lo comprende a el. -Lose -dijo el extranjero. - Ademas ... dijo Ia senora Plo con ex presion fcl iz. -Yen - dijo el extranjero . El marido de Ia senora Plo parti6 el primer ladrillo.


La pasi6n segun Santana /

Armando Cassigoli

... Como le iba diciendo esta cuesti6n del arte es cosa seria, si no, preguntele a cualquiera que sepa cantar, componer decimas o tocar un instrumento por musica 0 de oldo. La cosa fue que despues de las palabras de Santana, todos lbamos a convertirnos en artistas; y lo mejor de todo, con un trabajo honrado. El Santana estaba que saltaba en una pata. En menos de una semana hab(a reunido a casi toda Ia gallada y Ia Compafi(a de Teatro estaba por empezar a fu ncionar. Este aiio sf que tendrfamos una gran Semana Santa, con buena paga, no para hacerse uno rico, pero, por lo menos, lo suficientemente provechosa como para poder seguir ti ran do. Por eso es que acepte el trato del Santana sin pestaiiear. Porque Ia cosa esta de ser artista, pense, era mil veces mejor que otros trabajos mlos anteriores; como testigo falso en el Segundo de Menor Cuantfa, los uslas Ia anduvieron parando y se relan o enojaban cada vez que me velan entrar; con esa cochina mezcla de "piur ceilon ti", me fue peor, ya que todos se daban cuenta a Ia legua de que era te usado, teiiido con anilina y vuelto a secar; en Ia venta de bolsitas de pol ieti leno no me fue mejor, porque en este mundo capitalista los pequeiios fabricantes llevamos las de perder. En Ia profesi6n del arte Ia cosa viene del alma y no se haec con Ia intenci6n de engaiiar al pr6jimo. El d fa que Santana nos habl6 dijo, para tranquilizarnos, que no nos preocuparamos, porque a esa altura Ia Compaiila tenia ya tres Marias Magdalenas y dos Pilatos, ya que, suele suceder, se producen fallos de ultima hora. A m (, el Dire me en cargo primeramente los decorados, ya que sab (a que algo le he pegado siempre a Ia pintura y a Ia carpinteria. Estos eran olivos, palmeras, casas, mesas, sillas, un desierto y tres cruces; lanzas y espadas, demas. Una ganga de esas que se pueden hacer hasta con los ojos vendados. Para empezar mi trabajo me fui entonces donde don Moises, el de

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- Oiga, compa -le dije-, ffjese que estoy metido en un lio de unos decorados y usted, como es judio, puede ayudarme. iDigame, por favor! LC6mo son los olivos, las palmeras y las casas de Jerusalen? Don Moises me dijo que el no tenia idea porque habia nacido en Rumania, pero que le echara una preguntada al arabe del rincon, porque ese si que era de Palestina. Me fui entonces donde el de Ia paqueteria, don Salvador que le !Iaman, y el me explic6 que las palmeras eran mas o menos iguales a las de Ia Avenida La Paz, que los olivos eran los mismos arboles donde yo habia visto colgando las aceitunas verdes, y que las casas de alia, como las de nuestro barrio, tambien eran de adobe y de un piso. Cuando le pregunte si en su tierra se usaban turbantes como los de los bandidos de las pellculas o como los de los que ven Ia suerte, casi me peg6, diciendome que si yo me estaba hacienda el ignorante o habia nacido asl. Bueno, no le h ice caso, uno no puede andar peleando con todo el mundo; hasta le di las gracias. Despues de estas averiguaciones y con un poco de paciencia, Ia cosa de Ia tecnica no tendrfa por que andar mal. El asunto era conseguirse herramientas y materiales y listo el pescado! A pesar de estar ya metidos en Ia cuesti6n artlstica, nosotros, que somos gentes senc illas, segu imos siendo igual que antes. Sin embargo, el amigo Santana empez6 a cambiar; le dio por visitar iglesias e ir a misa. -- Hay que estudiar al personaje -decla, disculpandose ante nosotros, que nos relamos de el y lo embromabamos por esa facha entre cura y dirigente sindical que iba tomando. Si hasta se tifi6 las canas para verse de Ia misma edad del路 personaje que iba a hacer, es decir, casi quince afios mas joven. lncluso, Ia moral le cambi6 al Santana: durante el dla no probaba un trago, solo despues de anochecer se permitia darle duro a las botellas; dicen que hasta suspendio su amistad con Ia "Tres Lomos" porque ella era demasiado mal hablada; fondeo en el ropero los dados y el naipe chileno lleno de marcas y, para colmo, empezo a

usar sombrero y corbata negros; tambien se dej6 crecer el pelo y Ia barba. Hasta parecla mejor lavado. Le enronquecio Ia voz. Estabamos a fines de marzo (tiempo, en mi tierra, de Ia primera chicha}; por eso, segun el Dire, ten (amos que apurarnos. Ensayos manana y tarde. - LY que vamos a hacer con Judas lscariote, de don de lo sacamos, rapido? - iBah, el "Chanfaina" pues! Ese ha sido soplon, rompehuelgas y cuando se cura es capaz de vender hasta su misma abuela. - LY nose enojara con el papelito que le toea? - iQue se va a enojar! Por medio litro se dejarla matar cien veces. -Bien, entonces, Judas esta listo, pero ... Ly San Pablo, al que el gallo le canto tres veces, segun dicen? - Tu, pues, hombre -me dijo Santana con un acento medio espafiol con que se habla puesto a hablar ultimamente. - iChitas! -alegue- . Yo soy jefe tecnico, decorador... - i Bah, y eso que importa! Acuerdate que San Jose fue carpintero. Y tu sabes que un carp intero ... es decir, tu entiendes, Lno? . . . decorador, escenografo, carpintero, ingeniero, mueblista, santo ... bueno, es mas o menos lo mismo; as( que . .. ino te corras! Acepte. En Ia cucstion del arte hay que ser disciplinado . Ademas el plazo, Ia fecha del estreno, se nos venia encima. Para cada ensayo Santana nos hacla disfrazar; barbas y bigotes creclan gracias al corcho quemado. Yo colocaba mis palmeras y mis olivos de carton reforzado con alambres y tablas. Casi toda Ia luz apagada; silencio; el coraz6n zapateando hecho un loco. Y empezabamos a transmitir y dale que dale . Pero el Santana viv(a preocupado de los dctalles, parece que tenia el sistema muy nervioso. De repente paraba el ensayo y hablaba a gritos: - i Faltan las pelucas! -- Podemos hacerlas de estopa, o huaipe; en el Mercado Perse venden hasta pelo autentico. - iEstas loco ! Ese pelo que vend en es de d ifu+l.toO. 'ti t\l.i. mll_jrto

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me pondrfa una asf! - Hay una parte donde arriendan ... - Bueno. i Endrgate tu! ... Pero faltan soldados romanos. Para el Buen Ladron y el Mal Ladron sobran postulantes; pero para soldados romanos... - Los hermanos Cavieses. Ahora andan sin pega ... iahl esta Ia cosa! - (Los Cavieses? i Esos no se han banado nunca! - Mejor asf, Ia gente creera que vienen llegando de Ia guerra. - S I, tamb ien es cierto. Santana a veces se dejaba conveneer. Como Dire que era, pensaba que su trabajo consistfa en sorprender detalles, pero como no los encontraba, prosegu fa el ensayo. Una tarde "La Guagua" y Ia "Tres Lomos" se agarraron de las mechas porque las dos querfan hacer el papel de Marfa Magdalena. La "Guagua" alegaba que ella era una mujer arrepentida, Ia otra mina deda que ella tenIa mas meritos y antecedentes, "que esta es Ia historia de mi vida" "que yo he sido mas pecadora que tu", "que esto y que esto otro" . .. Santana tuvo que apartarlas y les dio el papel a las dos, porque Ias dos "se lo meredan realmente", eso sf que tendrian que ponerse de acuerdo antes de las funciones. Santana sabla haccr justicia. El guat6n Barraza fue nombrado definitivamente Poncio Pilatos, porque comia como chancho y se cortaba las patillas muy arriba cuando sc afeitaba. El problema de Ia Virgen fue el mas diflcil. iD6nde encontrar una! El Dire se agarraba Ia cabeza a dos manos, se encerraba en el camarfn, se echaba un traguito de aguardiente para que le vinieran ideas y despues empezaba a pasearse. Por fin ha116 una soluci6n. Como Ia senora Erncstina habia sufrido mucho con sus hijos y lloraba muy fuertc, tuvo que hacer cl papel de Ia Virgen. Cuando h ice Ia cruz del med io, lc puse rcfuerzos de fierro y una tabla para descanso de los pies; a cada extremo del travesano coloque unos lazos de cordel para que asi Santana pudiera sujetarse sin peligro de cansarse mucho o de darse un suelazo. Con li,!S ,:ruce;j de

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los ladrones no tuve gran problema ya que las hice en forma de letra T para que asf se aferraran sin complicaciones, tomando en cuenta que Ia ultima escena era Ia mas larga y Ia mas seria. Repito, Ia cosa tecnica andaba como por un riel, lo demas serfa solo menudencia. Una manana salimos con Santana para lo de Ia propaganda. Fuimos a dos radios, donde transmitian Ia Audicion de los Barrios. En una de elias esperamos al susodicho casi dos horas, final mente nos prometio, al igual que el otro gordito chico de los noticiarios, varios avisos gratis de nuestra funcion. De las radios nos fuimos a Ia parroquia del barrio a pedirle al reverendo que nos hiciera un sermoncito de propaganda, total, Ia funcion a su vez le hacfa propaganda a su propia faena. El cura se acerco a Santana y le olio el tufo a vino litreado y espantoso que el Dire tomaba todas las noches para "!lamar ideas". - Anoche estuve de cumpleanos, su patern idad, us ted sabe, los amigos insisten ... El reverendo se rio con cara de pocos amigos y contesto a nuestro pedido diciendo que a el le era difl'cil hacer esc tipo de propaganda, por mas rcligiosa que fuera Ia obra, pero que, sin embargo, les avisarfa a todos sus conocidos. El Dire entonces lo quiso tomar por el lado sentimental y le alcgo que nucstra corned ia era, en el fondo, una campana para que Ia gente fuera mas a Ia iglesa; que nuestro pais se ponia cada vez mas descrcido y que lo unico que le estaba proponiendo era cambiar un favor por otro; le dijo ademas que esto era un "asunto entre gente seria, entre amigos", y que no dudara con respecto a las conversiones que se habrian de producir desde Ia primera funcion; hasta se atrevio a ofreccrle una gorda limosna de las ganancias netas. El parroco no se convencio; a pesar de todo nos invito un trago antes de echarnos. Siguieron los ensayos y las clases de teatro. Santana nos ensen6 a llorar sin tener ganas, a caminar con el paso de las personas antiguas, a declamar moviendo los braHnstitufonblar como lo hacen flffi9i@~.all9~ o ~OblAGULTA BellasArtes


en el escenario no hablaba como espanol, estaba perdido. Conseguimos pelucas de crin. Con sabanas de tocuyo Ia senora Ernestina hizo tunicas y trajes. Los soldados romanos se consiguieron unos yataganes verdaderos. Los decorados del Huerto de los Olivos me quedaron parecidos al cerro Santa Lucia, pero eso era de menor importancia ya que el publico, como me dijo Santana, nose darla cuenta de ello. A falta de sandalias nos conseguimos ojotas, y en cuanto a las ramas de palmera, las cortamos de noche y a escondidas en Ia Quinta Normal. La cosa tecnica andaba como se pide, tanto asf que cuando entrabamos a un bar a pedir una cerveza, lo haclamos moviendo los brazos y con el acento ese. Nuestra obra se estren6 un d fa antes de Semana Santa. Para esa fecha el Dire nos cit6 en Ia manana, mu y temprano, a pesar de que en Ia noche anterior nos fuimos a Ia "Picada de dona Lucha" a celebrar Ia cosa como se pide; all f Santana rega16 varias entradas a favor. Llegamos a tiempo, pero con el cuerpo malo. El Dire se par6 en medio del escenario y paso lista, como en Ia escuela. - Poncio Pilatos. - iPreesentee! - J efe tecnico y San Pablo. - i Firme, mi Dire! iTodo en ordenl - Apenas pude despegar los labios con Ia sed del demonio que me quemaba Ia garganta . - Virgen Marfa. - iAquf estoy, hombre! - Marias Magdalenas. - Para que gri tas as f si nos estas viendo - dijo Ia "Tres Lomos", que estaba conversando con "La Guagua" frente a Santana. Despues de constatar Ia presencia de soldados, ap6stoles y pueblo, el Santana nos hizo un rapido ensayo general. Corregfa, nos hacfa repetir, se enojaba, refa, escapaba a su camarfan a componer el cuerpo y segufa metiendole fierro al arte. Para que no perdieramos tiempo saliendo a almorzar, el Dire mand6 a uno de los Cavieses a comprar, pan, queso, aj f y cerveza en abundancia. Despues del almuerzo probe Ia iluminaci6n; como no ten (amos reflectores, arregle dos grandes ampolletas con cu-

curuch os de carton y con eso lo de Ia luz qued6 perfecto. i Lis to el pescado! AI poco rato Santana lleg6 feliz diciendonos que mas 0 menos al mediodfa ya se habfan vendido mas de Ia mitad de las entradas y que por lo tanto estaba asegurada Ia primera funci6n de Ia comedia. A ultima hora casi anduvo fallando el detalle de Ia musica, pero "La G uagua" traj o su fon6grafo y sus discos. Elegf los mas serios y los deje listos para el acompanamiento. Le cambie aguja al aparato y se lo pase al Astudillo, hermano de Ia "Tres Lomos", quien, ademas de consueta, serfa el encargado de cambiar los discos. Santana nos reuni6 a las cinco de Ia tarde en Ia bodega del teatro para decirnos un discurso sobre el arte y darnos las ultimas instrucciones. Nos habl6 de Alejandro Flores, Jorge Negrete y otros artistas famosos; recit6 parte de una poesfa llamada "Las abandonadas" para que nos fijaramos en Ia pronunciaci6n, y, finalmente, abri6 una damajuanita de aguardiente de Donihue y nos dio un vaso a cada uno "para tener animos". Le aplaudimos sus palabras, su barba, su tunica blanca y ese amor por el arte que a todos nos habfa sabido meter en el coraz6n. La senora Ernestina se emocion6, echo un llanto afuera y enseguida declam6 un "Dios te bendiga, hijo mio" que nos lleg6 al alma. A mf me hicieron hablar a nombre de los artistas de Ia Companfa, en vista de lo cual, de puro patudo, dije que, interpretando el sentir de Ia mayorfa de mis companeros artistas, hacla el juramenta de no separarnos mas en Ia vida, por grandes que fueran los triunfos que obtuvieramos. Propuse otro brindis en honor al Dire. Se acept6 de inmediato. Cuando terminamos de pintarrajearnos Ia cara, puse mis decorados de palmas y olivos sobre el escenario y encend f los focos. Astudillo se meti6 en Ia concha, dio cuerda al fon6grafo y orden6 sus papeles. Por un agujero de Ia cortina mire hacia Ia platea. El teatro estaba lleno. Sonaron tres p itazos. Empez6 Ia co sa. fiFIยงNtutfParay, que hacla el

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paseaba con paso antiguo por entre los decorados de palmera, con una concha de ostion en Ia mano; estaba a orillas del Jordan. En ese momenta aparecio Santana y un gran aplauso se oy6 en Ia sala. La escena del bautismo resulto rebien, lo mismo que Ia del Sermon de Ia Montana, en que el Dire no le hizo caso al consueta y se leyo por su cuenta, con voz ronca, un librito de esos que reparten los evangelicos y que mantuvo bien escondido entre las arrugas de su sabana. Para lo de los mi lagros, uno de los Cavieses sali6 moviendose como si bailara conga; era un para Iftico y fue sanado. En lo de Ia tentacion del Diablo, el pelado Cornejo sal io d isfrazado de Satan as y fue derrotado. En esa fu nci6n hubo de todo, pesca milagrosa, marcha sobre las aguas de papel celofan, multiplicacion de panes; un chuico de agua fue convertido en vino tinto. El primer acto termino con Ia eleccion de los doce ap6stoles, que sal imos desfi lando por el escenario, donde el respetable publico nos aplaudio a rab iar. Hicimos una venia y cayo el telon. En los diez minutos de intermedio ap rovechamos de darnos una manita de pintura y echarnos unos traguitos para Ia nerviosidad. Estabamos felices. Nuevos timbrazos y apag6n. La segunda parte empezo con algunas fallas. Como el Dire estaba muy entusiasmad o con su actuacion, no le aviso a ninguna de las dos Magdalenas cual estaba de tu rno. Las dos salieron llorando y arrepintiendose. Fueron perdonadas y nadie lo noto. El guaton Barraza, que legftim amente era Poncio Pil atos, tuvo que reemplazar a Lazaro, quien, debido a una pequena borrachera, no pudo salir al proscenio. Salio envuelto en vend as, mu rio y resucit6 a los pocos mi nutos sano y rozagante. El respetable publico, que nada sabla de nuestros contratiempos, segufa ap laudiendo. Los Cavieses y el flaco Garrido se repitieron el plato y fueron curados como leprosos. Con Ia imp resion ante aparicion de Ia senora Ernesti na, !lorando en esce na, concluyo ex itosamente el segundo acto. Durante ese intermedio, el Santana llam6 aparte....p ".La l(;uagj.J a"

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y a Ia "Tres Lomos" y les pego una retada por haber salido juntas al escenario. Elias entonces se enojaron y dijeron que no segu(an actuando. Ante tamano problema, a Santana no le qued6 otra cosa que llevarlas a su camerfn, servirles un traguito y hacerles muchas promesas para que elias decidieran seguir en Ia Compan(a. El Dire quedo de malas pulgas. A gritos me pregunto si hab Ia pan y vi no para Ia Ultima Cena. Me pegue una palmada en Ia frente. iQue imbecil! Se me hab fa ido ese detail e. iQue hacer! La panader (a y Ia botillerfa estaban lejos del teatro. Hab(a que actuar con mucha rapidez a lo cauboy. Mande entonces a comprar al Astudillo. Entre tanto camb ie los decorados, traje Ia mesa, puse las sillas y me vestf de San Pablo. "Ver para creer", dije frente al espejo para sentirme bien en el personaje. Hab fa pasado un cuarto de hora y el Astudillo no volvfa El Dire dio orden de que se levantara el telon de todas maneras. Felizmente el hombre llego corriendo en ese instante. Trafa dos botellas de vino Macu l, cinco panes amasados y varios pequenes cal ientitos, porque, dijo, esos cinco panes eran los ultimos. La escena fue su mamente seria. Santana se metio en tal forma en su papel que nosotros nos quedamos con Ia boca abierta. Llegue a sentirme un pecador y un indigno; hasta me dio verguen za representar a un santo. Me hormigueaba Ia sangre en las venas y hasta los pelos del brazo se me pusieron de punta. No solamente nosotros sino que tambien el publico se habfa emocionado hasta adentro; dejaron de ap laud ir y se q uedaron comp leta me nte callados. De repente termi no el silencio: "EI Chanfaina", que hacfa de Judas, fue senalado como un traidor y un carajo; entonces las rechiflas e insultos de Ia galerfa se hicieron tremendos. Muchos lo amenazaron

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con pegarle a Ia sal ida del teatro. Pero Santana estaba transformado. Sufrfa el papel con todas sus fuerzas, como si de repente se hubiera arrepentido de todos los mu chos pecados de su vida. De ah f que el guaton Barraza, que, segun decfan, era un buen actor, ante el Dire hizo un Poncio sin gusto a nada. La escena de Ia cruz fue espantosa y de ello parte de Ia culpa Ia tuve yo por no haber tornado, como jefe tecnico, las precauciones debidas. Uno de los Cavieses, que ademas de haber tornado mucho trago era medio corto de vista, le dio un verdadero puntazo en el costado y Ia sangre que mano fue verdadera. El sosten para los pies se desclavo, pero el cuerpo de Santana no se vino al suelo porque uno de los lazos que yo habfa puesto en los extremos se le enredo en una rnano. Quedo colgando. La mano comenzo a hincharsele y los museulos se le pusieron tiesos como si estuviera hacienda fuerza. El Dire, sin embargo, no Ianzo ningun quejido fuera de tiesto, ni siquiera un esto en Ia cara. Todo era ab solutamente natural. AI darse cuenta de lo que pasaba, Ia serfiora Ernestina se puso a llorar de verdad. La mano se volvio morada, parecfa que iba a estallar. La cabeza del crucificado cay6 sobre el pecho, realmente desmayada. Los llantos de las Magdalenas y Ia desesperaci6n de todos nosotros jamas las podrfan entender el publico. Pero, ademas, otra fall a teen ica hizo que Ia escena se pusiera formidable : los cucuruchos de carton con que hice los focos se recalentaron y empezaron a arder; tres ampolletas hicieron explosion , apagando el escenario. Cay6 el telon, muy demasiado lentamente . La ola de aplausos no dej6 o(r nuestros gritos y carreras. El exito de aquella funci6n fu e notable. El querido y respetable publico deliraba. Estoy completamente seguro de que podrfamos haber ganado mucha fama y dinero si hubiesemos seguido con las funciones durante toda Ia Semana Santa, pero Santana, con su hombro enyesado, no podia actuar. Y Santana, esta bien que se sepa, es, de todos nosotros, el unico actor irremp lazable . ..


Las ideas fijas Poli Delano

- i Pa(s de mi erda! - dijo Juan Pablo cuando nos bajamos de Ia micro en Teatinos a las siete y sin que refrescara nada tras un VlaJ e de so lo diez cuadras, pero infernal , "como en una lata de sardinas", segun se dice aqu(, y a eso mismo se referfa Ju an Pablo, aunque igual podrfa haberse referid o a cualqu ier otra cosa, si pensamos que su animo estaba en el mismo Iu gar que Ia noche en que lo lleve a comer donde Claudi a cuando el mismo se encarg6 de recordarme mi promesa, y no es que Ia hubiera o lvid ado sino que me andaba corriendo por Ia tangente para hacerle el juego a un sentido de Ia prudenc ia que a las claras me aconsejaba no abusar de Ia mi na de oro, co mo que Ia velada result6 de veras un desastre ya que Juan Pablo y Ia senora Regina no se cayero n mu y en gracia, como pude notar cuando al sentarse ell a dijo "q ue calor ha estado haciend a, no" y 61 contest6 " no tanto, senora, no exagere", el idi ota, como si fuera una cosa de vida o mu erte para tener que discutirl a, y entonces ell a casi no volvi 6 a dirigirle Ia palabra y terminada Ia cena, se re ti r6 discretamente, cosa que tamb ien, para ser fra nco, a nad ie \e result6 lamentable, pero lo bochornoso es que cuando a \ dfa sigu iente \lame a Claudia, me contest6 Ia senora Regina y \o primero q ue me dijo en to no de abierto reproche fue que de d6nde pude sacar yo un ami go tan roto, lo que no le disc utf, porque si bien es cierto que no estaba con ell a Ia raz6 n en cuanto a que Ju an Pablo fuera un roto, ten(a de sobra motivos vali dos para pensarlo. - Todo anda como Ia mierda - sigui 6 Juan Pablo. Yo no le respond( para no alentarle el mal humor, pues no resulta muy simP?tico pasar toda Ia noche con u n tipo que no hace otl"a cosa que despotricar. Caminabamos hacia Nataniel, a un Iugar \\ amado Las Trancas que segu n J uan Pablo ( ta mbi en Juli an \o me ncionaba mucho) "no hay nada igua\". Era Ia primera vez que iba y creo que si nada altera mi voluntad fue tamFragmento de una nove la inedita y aun inconclusa de POLl DE LAN O, qu e poa titul arse WATER路 acional de

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bien Ia ultima, porque solo a los ch iflados como Juan Pablo y Julian lcs pueden dar descos de repetirse el plato de un Iugar apcstoso y que !!ega a entrar el habla de puro susto. -- Y nad ie haec nada. Sa ben que todo anda como Ia mierda y nadie mueve un dcdo, porque son unos cagoncs. Somos. Por eso . Suban los precios de todo, "a mf que me rcgistrcn", gobierno desgraciado, gerentes, militares, abusen, sigan las cstafas, llenense, micrda, llenense los bolsillos de plata, de oro, roben a manos llenas, sin tapujos, que Ia justicia no solo cs ciega, sino tambien sorda, y cs adem as una puta, como Ia pin to Orozco, ahoguen sin escrupulos al pueblo, a Ia gente senc illa , que los pobrcs sigan, se aguanten un tiempito mas comiendo micrda,. adulteren el aceite, achiquen cl pan, dcsgrasen mas Ia leche, deslechen mas Ia grasa, acaparen, acapare n azucar, porotos, mierda, que los precios van a subir. Abrid paso, senores, mirad como el oro, Ia riqueza, el bienestar, vienen hacia ml, militares desvencijados, gerentes agrios de bufanda, productores, fantasmas de Ia bolsa, agricu Ito res, parientes cercanos y lejanos de los gobernantes, accrquense, aprovcchen Ia ocasion, llevar, llevar, liegar y llevar, mi negra, robar, robar, que el mundo se va a acabar, que las estan dando, aprovcchen, carajo, que aqu( nadie levanta un dedo y si los estudiantes salen a Ia calle y dicen algo, o los sindicatos, los obr路eros organ izados, no temais nada, que son todos unos blandengues: disparen, abran fuego, fuego en las calles, mierda, en las cscuclas, en las fabricas, i bala contra cl pueblo, contra los rotos alzados! iPalo con los ninos, co n las mujeres, sobre todo con las mas ancianas, palo, palo! Si para eso estan los pacos, pues, para darles duro, pendejo y asesino senor Lopez para asesinar a sus hermanos. Matad, matad, que Ia ciudad se acalla y tras Ia paletada, nad ie dice nada. - Ya, cortala, si no estas hacienda un discurso en Ia Plaza -- le dije --. Me tostaba un poco que hablara tan fuerte llamando Ia atencion de otros tran seuntes. En realidad, Juan Pablo no era tan loco como eso. Creo que Ia revuelta tamb ien le al tero los nervios.

Sobre todo porque el participo y vio y vrvro cosas que a cualquiera lo dejan su buen tiempo trastornado. - i.Ve el maricon, ve? Se asusta, todos se asustan, nadie tiene calzones en este pafs de mierda. Todo puras dificultades, todos lienos de complicaciones atascadas en Ia garganta, como si Ia naturalidad se hubiera perdido para siemp re, como si para bcsar a una nina fucse absolutamente necesario tener un paraguas abicrto, o estar leyendo un diario portorriqueno; todos, todos !Ienos de ideas fijas. Que somos una democracia perfecta: ihuevas! , que tenemos el mejor clima del mundo, ivayanse a Ia cresta! Seguimos caminando. Esperarfa a que cstuvieramos bien sentados a una mesa para que me aclarara dos o tres cosas, y no por el afan de discutirle sino, como dijc, de aclarar, porque si bien Ia mayorfa de sus conceptos no me entraba ni con vasclina, habla al menos un par que me parecfan una verdadera aberrac ion. Juan Pablo siguio disparando mierda con vcntilador hasta que llegamos a un boliche inmensa y asqueroso, lleno de barriles en los pasillos, de salones grandes y hediondos donde Ia picantcrla hacla nata, ate ndido por garzonas acidas y desdentadas y' por anadi dura, malas pulgas, donde para colmo de Ia mala racha, tuvimos que esperar como media hora antes de plantarnos el primer trago de un borgona en durazno bastante bueno que nos rcfresco Ia mollera y dicto una pausa amablc a Ias cnfermantes despotricaciones de Juan Pablo . Nos tomamos el primer jarro casi sin hablar, de pura sed, y comenzamos otra vez nuestro turno desesperante para que alguna de las gar zonas se d ignara acercarse. - i.Como es eso de las ideas fijas? - lo provoque. - Todos tienen ideas fijas. Somos un pals de ideas fijas. - Como ideas fijas. - i Ideas fijas! ildeas fijas! - Como por ejemplo ... -- Prcguntale a cualquier huevon que tal encuentra el clima de Santiago y diez a uno que te jura que es esplendido, insuperable, paradislaco.

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- - (Tu lo encuentras malo? - De los peores. En invierno nos cagamos de frfo, en verano nos cagamos de calor, pero como el clima es tan buena no hay estufas, no hay aire acondicionado, apenas si hay abrigos y uno que otro guatero. Primavera y otofio casi no existen. La verdad es que no hay n i estaciones, aparte de las de ferrocarriles. Hay breves perfodos, a veces hasta solo d las. En plena julio, un dfa helado, otro caluroso, otro _regular, uno seco, otro humedo; en plena enero treinta y cinco grados a las cuatro de Ia tarde y dace a las siete. Veintiocho grados de diferencia entre minima y maxima; a una hora no aguantas el calor; poco despues tienes que correr a tu casa a ponerte un chaleco, pero como Ia locomoci6n es una verdadera mierda no lo haces y terminas par pescarte un resfrfo; una ciudad de moquillentos: esta es Ia historia del santiaguino. Toda Ia poblacion se pasa las tres cuartas partes de su vida af6nica, sonandose los mocos, tomando mejorales y pllseners con limon y sal, como si aqu( se necesitaran pretextos para engullirse otro trago mas. Yo estaba esa tarde destinado a no hacer un usa excesivo de Ia palabra. Juan Pablo no me dejo meter ni un simple avisito; decirle nada mas que yo no conocfa muchos climas, pero que comparado con el de Valdivia, el de Santiago me resultaba de veras edenico. No hubo caso: Juan Pablo segu fa adelante sin dar tregua. - i Eso son ideas fijas! Ahara preguntale a cualquiera de estos gallos, al de esa mesa, a ese guat6n con pinta de carnicero, a cualquiera, a ver si no te dice que somas una democracia perfecta. Puede ser un muerto de hambre, con hijos raqulticos y Ia mujer enferma y ni un cobre para remedios, puede podrirse hacienda cola en un hospital para que lo atiendan como Ia mona, pagar tres cuartas de su su eldo por el arriendo de una porquerfa de casa, seco de pagar impuestos par un quftame allf estas pajas. Pero te dice limpiamente que somas una democracia macanuda porque se elige al presidente sin que se maten a balazos veinte o treinta tipos. iAnda, parate y pregunta!

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Yo desde luego no iba a andar preguntandole a nad ie. Es lo que menos se me habrfa ocurrido hacer. Si querfa, que lo preguntara el. En esos momentos lleg6 Ia garzona. - Vas a ver - dijo Juan Pablo- . Vas a ver si somas de ideas fijas o no ... Senorita, traiganos par favor otro jarrito igual y dos sanguches de arroz. La mujer lo mir6 feo y primero no dijo nada, pero cuando Juan Pablo insisti6, le dijo (y con toda raz6n) asf como si Ia paciencia no le fuera a durar toda Ia noche: - No hay sanguches de arroz. - (Hay -pan? - Sf. - (Hay arroz? - Sl. - Dos de arroz. - Hay pernil y lomita. Juan Pablo me m1ro con cara de triunfo, como diciendome: (ah? qu iubo, ten go raz6n o no. i Sanguches de arroz! Hay que estar mas loco que una cab ra tambien, para pedir sanguches de arroz. - Pero si hay pan y arroz, haganos dos sanguches de arroz, pues. La mujer puso una cara como de ir a llamar a Ia policla y sin rep Iicar se reti ro a atender otra mesa. - Ah ( tienes. Nadie puede entender que hay a una persona que no desee vivir entre casas todas preparadas, que quiera un poco de variaci6n en Ia vida, que tenga gustos diferentes. Que use para alga su imaginacion. No se Ia d ije, pero pense que si a alguien podia servirle Ia imaginaci6n para ir a un restaurante como el natre y encima pedir sanguches de arroz, mas le val iera hacer con ella un paquetito y mandarla derechito a Ia cresta. Cost6 bastante lograr que nos sirvieran el segundo jarro de borgofia con unos lomas calientitos. - En este Iugar tienen los mejores pipefios y las mejores chichas del planeta - dijo Juan Pablo- . Y eso s( que no es idea fija. Fue al pregun tarle como le habla ido en sus in te ntos de dar con los parientes de Julian cuando el guat6n sentado a dos mesas de Ia lt~~~6 a ca!Jtilr_:'J...a Donna ISJA<eooakdi1:0 ~~N_A,ULTA BellasArtes


ban a retumbar los ofdos y mientras dur6 Ia canci6n no hubo dialogo en esa sala. Aunque tres o cuatro mesas lo aplaudieron, tuve Ia impresi6n de que Ia mayorfa de Ia clientela no habrfa dado un peso por que siguiera. Lo decfan las expresiones mas bien ir6nicas. Quizas hasta ese momento el asunto resultaba una nota simpatica, un factor que romp fa con Ia monotonla del zumbido y Ia botella, pero cuando el ceboso matarife, con un volumen que habrfa dejado a Mario Lanza como una piltrafa, parti6 con "Una furtiva lacrima", le d ( a Juan Pablo una mirada como de apurarnos ese borgofia y apretar cueva de ah ( rapidamente. Por eso, un par de minutos despues, antes de que el tipo comenzara otra, Juan Pablo se acerco a su mesa y le dijo con muy buenos modales: - Oiga, compafiero, no es que no nos guste como canta, pero muchos aquf tenemos cosas que hablar, as( que yo le pedirla que por favor Cantara un poco mas bajito. Se lo dijo amistosamente y se vino a Ia mesa, pero antes d~_llegar_ se detuvo en seco, cuando escucho al gordo decir: - Es que este no es Iugar pa' brutos. Juan Pablo se dio vuelta como un torero. - iNi pa' huevones de mierda tampoco! -contesto con una decision que no solo jamas le habrfa imaginado, sino que me hizo preguntarme muchas veces si yo algun d(a serfa capaz de tener, frente a cualquier contingencia. El hombre se levan to de su asiento y q uedaron mi ran dose con las manos empun ad as. - i Rep(telo! - dijo el matarife. Juan Pablo no perd io tiempo repitiendo cosas que ya habla dicho, sino que pens6 quizas que era mas saludable hacer algo que aun no hacfa y entonces, sin esperar que le dieran permiso, decidi6 por s( solo que el que pega el primer z6acate pega dos veces. El gordo no alcanz6 siq uiera a perder el equilibrio, se llevo las manos al menton, le dio a Juan Pablo una mirada de "ya nos veremos" y se sento sin decir una palabra. Por supuesto que no volvio a cantar. - Ahl viene Galateo, el duefio.

Vi entrar a un hombre bajo y moreno, con impecable traje de hilo blanco, luciendo un ostentoso anillo de piedra roja y una calva lustrosa y creciente, fumando un habano de humo espeso y caminando como Diego por su casa, que lo era. - Que es lo que pasa. Una de las garzonas nos sefialo y antes de que nos dieramos cuenta, Galateo se sentaba a nuestra mesa. - Como est a, J ara. Tiempo que no venia por aqul. -Que dice, Galateo. Le presento a un amigo. - No se violente tanto, hombre. Mucho gusto. Me va a ahuyentar a los cl ientes con esos mod ales de vaquero. Oiga, algunas malas lenguas me han dicho que esta pintando bastante bien, y que ingres6 al P.C. Ya ve que por aquf se sabe todo. Bueno, amigos, provecho. No se pierda tanto, J ara. Y dio una escrutadora vuelta por Ia sala, deteniendose en dos o tres mesas a saludar. Advert( nftidamente que al pasar frente a Ia del matarife, les dio a los ocupantesuna r:niradita como de que ultima vez, ah, que un solo lfo mas y no volvlan a poner los pies en su local. No se habrfan perdido nada. No volver a Las T ran cas era casi un premio. A pesar de los dos lomos calientes, el segundo borgofiazo pego su mandoble, porque al salir a Ia calle no h icimos precisamente gala de un caminar muy elegante. Juan Pablo no me dej6 pagar y como yo aun tenia dinero del que me habla "prestado" Ia Gallina y tambien unas ganas infernales de comer algo solido, algo que no fuera un sanguche, le dije: - (Conoces El Candil? Te invito a comer un plato. Un plato. - Un plato, un pluto, ploto, un pato, un puto, un poto. Aceptado cabro. Un plato bueno. Un caldillo de congrio; calamares en su tinta; albacora en mantequilla; machas a Ia parmesana; un lomo pobre. Un buen plato. Vamos al Candil. Un plato con un buen tinto. Don Matias. Macul Cosecha. Eso, mierda, un buen tinto con un buen plato. iA Ia cresta Ia pension y sus tortillas de verdura! iA Ia gran puta Ia pension y sus torturas de verdilla! Un taxi y antes..de alez min !,!tos

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estabamos sentados a una mesa del Candil, en el subterraneo. Otra cosa. Un local acogedor, gratam ente iluminado y decorado con gusto, donde en cualquier punto que uno enfocara pod fa en con trarse a lo menos una nina agradable de mirar, gente bien vestida, j6venes. Muy distinto panorama de Las Trancas. Pedim os calamares en su tinta despues de mucho recorrer el menu, y un Santa Rita 120. Como caballeros. Hech a ya Ia ord en, a una garzona por cierto mas amable y sol fcita que las de Ia chicherfa, tuve Ia se nsacion de un amplio bienestar. Que bu ena era andar asf, ilimitadamente, de un Iugar a otro, como si no tuviera topes Ia noche, con un bu en amigo, disfrutando de una tibieza indefinible. Se me ocurri 6 que yo era feliz, y a j uan Pablo ya se le habfa diluido un poco ese estado de encontrarl o todo pes imo y, si no hasta el desanim o, su fuego habfa mengu ado haci a una especie de sobriedad melancolica y entonces habl amos de julian y me dijo que hasta ultim a hora habfa esperado noticias, pero que ahora sf ten fa el c o nv e n cimi~ n to, y que despu es de much os correteos hasta habfa Iagrado dar con Ia marna en Vina, en Ia casa de una herrnana viuda, y le pregunte por qu e estaba tan seguro de que a jul ian lo habfan en terr ado por ahf con un balazo bien rnet id o, y me di jo que ya no le ca bfan dudas, qu e aq ucll a tarde de los boches julian le habia insistid o en que era el morn en to y que si no se encend fa aha ra Ia chi spa, renunca sc iba a in cc ndi ar Ia pradera, as f, cxalta do hasta Ia eu for ia sin entender razones y, luego, si pensabamos que no habia regresado csa nochc, Ia qu e sacaron a los mili cos y fondca ron a los pacos, Ia noc hc en que muchos desaparec ieron sin que nada se supi era hasta Ia fec ha, Ia qu e segun corria ya Ia bo ld, los mil icos echaron ca mionadas de cadilVe res en un a fosa comun del Ce menterio General, (qu e pod famos deducir7 y sumandose a todo, por esos mismos dfas los an imus de juli an and aban en plena baja. Y me dijo que se qued6 de una pieza ante Ia madre, en Vi na de l Mar, un a senora delgada y espectralmen tc palid a que despu es de escucharlo, despues de oirle decir lo que tambi en habia le ido en

los periodicos, lo que era ya vox populi, lo de Ia inmensa fosa, le

habfa dich o impavida: no se preocu pe us ted, por ah f andara, n i lo dude, no es de los que se mueren, y le hab fa anadido, con cierta dosis de bil is, que cuando el parti 6 de Ia casa " vivfa mos en una pension en Santi ago" - tampoco di o aviso sin o qu e se limit6 simplemente a no llega r - "h asta con Ia po licia lo anduve buscando" - y so lo dos ano s despu es, por casualid ad se encontraron en el centro y el le dijo 路- "com o si nada, con tierna voz" - hola, mama, y prometio visitarl a y hasta le anot6 su propia direccion, qu e resul t6 mas fa lsa que judas y que -" no se pre ocupe uste, ya aparecera" 路 siempre habfa sido un muchacho

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raro --"irse porque no le permiti estudiar musica sino que quise que tuviera una buena pro fesi6n" - , de inclin aciones y manera poco comunes y que, sobre todo esto : ya apareceria, ya aparecerfa en algun momento en algu na parte. ju an Pablo vaci aba rapid amente las copas de bl anco y tem f que se me fu e ra a curar hasta las patas. El ritmo mfo era mas Iento, a pesar de ser yo qui en o fa y el quien hablaba, a ratos con lentitud, pesando las palabras, mascandolas pulcramente, con bu enas pausas entre un a y otra, y a ratos con u na vehem encia desaforada, riend o de viejas casas, reprodu ciendo viejos chistes, reviviendo viejas situaciones que ambos hab ia n pasado. Cornprendi que j ul ian le ha bia significado mucho mas qu e Ia relacion amistosa y cordi al visi ble en Ia vid a de Ia pensio n, qu e ambos eran -路 0 fueron algo mas que compancros de mesa: dos amigos de verd ad, dos camar adas unidos por Ia misma vo lun tad, y pense en aquel mom en to, y ta mbi cn despucs, que de nuevo era yo u n cega to n que no alcanzaba a ver m<is all it de las narices y qu e no bastaba entonces tam poco co n lee r en los di arios los succsos del mundo. Tarnbi cn hab ia que aprender a conocer a !"as personas ce rca nas, co mpr e nd cr las, de ducirl as. Era Santi ago. Todo esto no era mas que Sa nti ago, que me esta ba enseii ando a vivir, que me estaba ensena ndo a ver. Discutim os, comim os y bebimos en el mejor de los mundos hasta que ll ego al local un grupo que conocia a ju an Pabl o. Habl amos de como se encontr6 co n julian en unas caban itas muy modestas que arre nd aba cada uno e n un a parce la de La Reina; de los partidos de ajedrez que sol ian jugar en las tardes de in vierno cuando le sacaban Ia cresta a todo, a Ia misma vid a, que era una muerte; de cu ando fue I fd er unive rsitario; de l sur, tambi en, de mi t fa Raquel y de mis prim as en el ve rano, de Cl audia, de las manias de Ia vieja de Leo ni, de todos los personajes que nos podfan ser comunes y hasta me atrevf a contarle algunas cosas mas so bre Mariela. So lo a Pajeres y a Ia Gallina me guardc bien de lnsnituto Estuve un poco co~l'!irujal~路o ..CaNACULTA BellasArtes


sentim iento de i.verguenza ser fa? y el hasta se atrev i6 a confesa r que desde cl matrimonio su vida hab fa sid o un a mierda por que tuvo que ir dejimd olo todo: Ia pol fti ca (pudo ser un buen dirigentc), Ia pintura (quizas si todav fa pudiera), pcro ahara estaba seguro de que ven fa de rcgreso y Ias puer tas las ten fa de par en par y habfa soltado las amarras. Y al ll egar esc grupo y unir con ellos mesas no es que lo pasaramos mal, pero sc acab6 una espec ie de qui etud, una fa mili aridad pl acida que nose encuentra e n cada csquina. - A estas dam it as las conozco como si las hu bicra parido - dij o jua n Pablo. Eran dos morenitas simpaticas, cada una con su pareja, y una rubia de ojos verdes. El otro era un su jeto de apell id o aleman bastante raro, mu y ati ldado, que fu maba mucho y no tomaba mas qu e cafe y a ratos decfa alguna lesera de esas con mayusculas. Creo qu e mas o menos hasta que un it.aliano ll amado Carlo empez6 a tocar acorde6 n y can tar canciones napolitanas paseandose por cada mesa y adoptand o romJnticas poses y mi radas langu id as fren te a las muj eres, llega con cierta coherencia mi rccue rdo de Ia velada. No se CU<into mas estuvimos en El Can dil antes de sJ iir todos a Ia noche y, apretu jados en un cac har ro que un a de las morenas se empcfi() en manejar, pcse a Ia resistencia del aleman y co n juan Pa bl o y Rosa (Ia rubi a de o j o s ve r路des) se n tados sobre e I capot, su bim os a Ia cuspide del San Cristobal, desde don de turbiamente se me vino enc im a Ia ciudad a Ia hora en qu e Ia lu z de los faro lcs y las largas hil eras de neo n de las avenid as empiczan a perder su se ntido. Cantamos " sin t i, no podre vivir jamas" y otros boleros a toda voz y eso fue apote6s ico. Eramos los duef\os de todo. i.Eramos los duef\os de todo' A nu estros pies se desplegaba Santiago en mil direcciones, mientras que con mucha seriedad j uan Pabl o le pl anti ficaba al alem <in una doc um entada disertaci6n sobre el origen, las norm as, los reglamentos y los sanos objetivos que Sir Robert Baden Powell habfa crea do para los Boy Scouts.


CONTRA LOS CHANCHOS El Sol amaneci6 con cerco ( icuidado! ) Como los chanchos hay algunos que estan mirando el barro y que lo escupen. Ahora, en este preciso minuto, ellos se reunen en el Estadio Chile y hablan por Ia lengua sinuosa de Caicai (Ia de alta traici6n). Cada noche interrumpen el sueiio de los generales y en Ia sombra les hacen proposiciones sediciosas. A Ia Luna Ia encierran, Ia amurallan. Entonces corren rumores, preparan las intrigas. Nadie puede dormir con sus dos ojos. Nadie esta tranquilo. Estamos en penumbras y el cerco amenaza con extenderse de Ia noche al Sol. Hoy el Sol amaneci6 en medio de tinieblas. Los chanchos siguen escupiendo contra el barro. Los mas osados desaffan con una guerra civil (tambien quisieran quemar libros). 路 Y entre sollozos Ia ira de sus mujeres inconsolables que se estremecen bailando el baile del tormento.

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lQUIEN PONE LAS BOMBAS?

Senor Dador de Ia Vida

No o/vides que yo soy el que te adora El que te quema pequefios corazones de ciervos abatidos ÂŁ/ que te da e/ amor en una concha que flora por su per/a Y por eso mismo es que quiero saber yo poeta irac undo (y misericordioso) quiero que me digas quien hace estallar las bombas cada noche en el recinto sagrado don de se levan tan los 78 ed ificios que forman el Templo Mayor Ia Puerta al Para (so. Tu sabes quienes son, tu los ves preparar noche a noche -entre las sombraslas cargas de dinamita (Lievan mascaras de oro y orejeras, piel de lobo y pezunas, el pelo enculebrado, los p6mulos palidos, los labios de azul anil, las voces de taro ferrenino, las muecas como las nalgas, los ojos fofos, las lenguas lacias) . El Templo Mayor se estremece con cada estallido, las piedras se sueltan. Y sin embargo tu ni te inmutas, no haces un gesto Senor Dador de Ia Vida. Pero tu sabes sus nombres detras de esas mascaras , los conoces por su modo de huir y de mover las caderas. Tu eres el unico capaz de descifrar sus afeites. Tu mejor que nadie entiendes que ellos quisieran que gusanos hubiese por las calles y las plazas y en las paredes estan salpicados los sesos y los cabellos esparcidos y las aguas rojas como tenidas. Senor Dad or de J usticia tu no debes mantener este silencio no puede cruzarte de brazos y de piernas y dejar que nos destruyan nuestro recinto sagrado. Haz que toda mecha encendida termine en una estrella en una luz de bengala. Pero si siguen as( desata en ellos sus fuerzas antag6nicas y prov6cales tentaciones de risa, hazlos morir de carcajadas.

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LA PIRAMIDE DE LOS DEGOLLADOS

A Cecilia Vicuna, en Londres Comprendo Ia saudade tuya por este sol azteca que ahora quem a como el plomo hi rviendo en Mayo y Junio y Julio, y luego se vuelve ingenuo como los totonacas, precursores en Ia fundaci6n del humor universal que aprendieron a reirse de sf mismos, en aquellos d fas tumultosos en que reirse de uno mismo fue como hacer abandono del mundo y" empezar a subir las escalinatas de Ia Piramide de los Degollados, por donde se llega al pedernal del sacrificio despues de una viaje turbulento. Sl, Cecilia, el reloj dice que es Ia una de Ia manana en un cafe de Finchley Road, y te veo hacienda pactos con qu (micos clandestinos que conocen el secreto de las tarjetas locas y las llamadas telef6nicas. {Entonces voy hacia lo mas profunda de Ia fuente del Teatro Municipal de Santiago de Chile y dudo del gesto sagrado con que tomo mi maletln de cuero, pero el agua ya me ha cubierto las rodillas y estoy vestido de gris.) Tu pintas el Mural de Ia Victoria contra los nazis y los mom ios, y mientras Claudio se rasca Ia cabeza en medio de abogados hindues e ingleses tarupidos, por aqu( se siente venir una musica en llamas que cae del Iom ode los caballos. Que amarillo es pasarse Ia vida en Ia isla de lnglaterra ql)e ya ingres6 a Ia edad del climaterio y aun no quiere convencerse. 0 al reves, porque es peor todav(a cuando el himen vuelve a cerrarse por una impotencia colectiva. Pero en fin: todo ciclo tien e su apertura y tambien su cerradura. No dejes de escribirme.

LA FIESTA

Bailando se hunde en un soponcio Ia hija de Toribio y 200 mil dolares es el precio del naufragio. Pero iDiluvio, Diluvio, viva Ia vida tracamundana! Y cinco mil inv itados Hacen del hundimiento de Ia Bergantina una codicia. Abajo el turbi o baile feliz ahoga l o~ll!~fiftMifuto Que suben por l.a . n(}Che d el ca l a bo~l'fi ~~lt(P.e t_.CONACULTA

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LA ULTIMA CARTA

Los dioses nos van hundiendo las fechas, los caminos, los dlas, lque veremos arder?, y aun no te puedo encontrar. Como tu yo escribo cartas y no quiero extraviarme, como un deudo, en los lutos del sistema telef6nico. Es por eso que Nora habla por ml, y todav(a mantiene una nonata esperanza en Ia ciencia telef6nica, y los telefonos Ia respetan y Ia quieren y as( sucede desde siempre, porque cuando fuimos nifios ella jugaba con un telefono pequefiito y yo Ia vela con aquel aparato en forma de camar6n o trompa de elefante mortal, y no puedo entender lo que all ( estaba sucediendo. De Chile ya tu sabes. Hoy anduve con las bib I iograflas ocultas lqu1en sabra d6nde? lQuien sabe de mis oscuros libros? Venid a ver Ia sangre, porque manana sigue siendo martes. lDesde cuando vives junto al lago de Chapultepec? En el ultimo d (a de Pompeya, y coram populo, te abrazo con algo de desidia, aunque rabioso de ganas de tenerte . Tuyo.


Bastante metafisica hay en no pensar en nada. A. Caeiro

Condenado a iniciar un libro imaginario me refugio en el mar Veo crecer Ia vida del coral bajo las aguas Ocasionalmente pienso en Isla Negra y escribo: sobre Ia arena I doy rienda suelta a todas I las necesidades de mi cuerpo I ejercito mis museu- 路 los I brinco por los penascos I quiero sacudir mis moleculas del DNA I pero hay lasitud en mis arterias I el sol pulveriza los crustaceos de plastico naranja I el rumor del mar frente a mf I solo el rumor del tiempo se extiende frente a mf Pero no es tal Ia historia de los hombres ni es med.nico su tiempo: aplasto con furia los moluscos secos I el sueno del hombre se pulveriza I vuelve a Ia mar I mensajes que alguien descifrara I mi extasis purulento I en el conto rn o blan Etlilitllliitdf as I vivo I les sw~>;.~enle? d Nacional de Dl~n:a 1za o par Bellas Artes

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Es demasiado que el alma se saiv.:: o se pudra en unas cuantas Ifneas Mis ufias son intactas mientras mira declinar el d(a: estoy entre Ia muchedumbre I estoy entre Ia soledad I arremeto con fur ia en el cinemat6grafo I un mariner eyacula en los muslos de Ia mexicana I cruza Ia frontera y se va I dicie ndo adios desde un portaviones I erguido I duefi o de sf mismo I ahara un estadio sabre Ia tundra austral I vifiedos de uvas secas En Ia aldea de pescadores hay mantas y tortugas destazadas moribundas o con sal Todo lo que nombro esta lleno de violencia Ia realidad incide en Ia memoria como este viento sabre Ia playa huele a sangre y es fetido pues es otofio Pero decir que esta agua esta en reposo no es nada fidedigno: no hay reposo para el mar

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ni para el hombre

Vuelvo ami ciudad para limpiar mis armas o perderme en el mas cotidiano de los aetas.

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RI E CANTANDO PAISAJE

lmagi na el silencio d espues del balazo tirado al cielo. Suena hu eca Ia violencia qu e dispara contra el es pac io d e un a noc he. - Advi erto que esto es un rec uerd o de las osc uri dades de mi pals, a las cuat ro o c inco d e Ia manana Y me quedo ava nzado hac ia Ia nost algia en el ex il io de cuer po y alma. Me agarro del borde ultim o solo en Ia memoria; porq ue as( f ue el sentimiento destrozando su paz. Y todo po r una ciud ad reventa nd o: era cosa de sentir el mi edo en el est 6mago, y sa ber qu e se termin aban in o lvidab les vid as. Aha ra, llora cantand o, paisaje. Sopla Ia ira entre los dedos. Un proyec t il sin destino fue recogid o el mismo d Ia de las lanzadas al infierno. Cien afios estan arrumb ados, subiend o, aconchandose, e mpujando el ojo mayor de l movimiento. - Y a veces Ia luvia te deja mas lnstituto Nacional de que el agua en L;a . itsma awa LJ1g1 auzaoo par BellasArtes 1

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Me mira Ia franca obviedad de tratar con el tiempo, intentando dibujar las trazas de una generacion especialmente herida. Hoy el cielo escasea palomas por culpa de Ia viciada. habitacion de Ia tierra. Le doy Ia mano al pie mas embarrado, de lo hondo salen gritos, mas risas, mas !Iantos. Escucha - ojo por ojo muerto por muerto. iQue mierda sola se esparce, crece! iQue antigUedad estremece inimaginables salones barrocos! El pueblo fue dando las vidas. Y mearon en el frio del invierno, igual en el verano. -A Ia hora de Ia tarde caracoles aplastadosy es Ia muerte de las horas -es el Iento pausado deletreo de una frase para decir- por Ia cresta hay que tener cuidado que nos muerden los pies, las manos, los ojos; y no son perros, no son lobos los malditos; sino que nuestros hermanos confundidos, olvidados de nosotros, por eso nos apuntan, nos aplastan, nos matan, nos mandan ah( mismo donde el diablo perdio el poncho. iAh, Ia saliva del hombre cae y excita Ia paciencia! Blanca cara mirando el espejo que solo tiene sentido reflejandonos. Dejemos para otro tiempo el besar florecitas plenas de hermosura, solazandonos con el sol que se pone; porque ya no sera necesario olvidarse de Ia muerte haciendonos cosquillas infames cad ad (a. iY que bello, que Iindo el mundo, solo entonces!

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Anduve preguntando por m f mismo. Anduve siglos diciendome: quien soy? Anduve hambriento y con Ia lengua reventada tocando las puertas, desvaneciendo mi corazon en parajes, y corolas. Anduve satisfecho y ebrio acostandome con hembras a Ia luz de Ia luna (Y tambien al mediodla en mi cuarto color cereza, donde las hormigas !Iegan como un hilo de sangre, a devorarse el pan afiejo). Anduve con Ia mano abierta dandosela a mis semejantes hijos de puta. Anduve con el pufio cerrado metiendolo en delicadas bocas, y en el alma de los acreedores que me destru (an. Anduve cuerdo cantando como los arroyos. Anduve con Ia alegrla de los pajaros. Anduve loco manejando armas como soldado. Anduve atormentado en mis profundidades. Anduve destruyendo todo lo que anduve. Cae Ia nieve sabre el Baltico. Las gaviotas se confunden con Ia naturaleza blanca. Un barco se balancea en Ia cintura del agua. Mi compafiera solloza. Es el exilio. Una nina nos grita: Chile! Nos despedimos de ella con una sonrisa en los labios. Pi en so en ti. Recorro tus caminos. (Andabas con tus pies desnudos sabre Ia hierba, cantando viejas melodlas del sur.) Pero Ia tierra no te ignora. Yo mismo escribo tu nombre en el idioma de Ia primavera. En el exilio una llam a de amor enciendes lnstituto a las orillas del Baltict>igitalizado par ~=~~~n~~~: t_.CONACULTA


"Cafan con estrepito los portones del coraz6n" Despues de Ia guerra de procesi6n de flares por tu cuerpo Y al disiparse el polvo aparece tu figura como Ia de un pistolero legendario Cae con estrepito el port6n de acero y no ulula Ia sirena de Ia fabr ica y un puf\ado de ojos se te clava en el coraz6n Quizas, tr iste, abrochas tus zapatos y tientas los blandos mecanismos de lo concreto pero nadie responde al loco, crece el musgo en los escritorios el azar construye retratos en las paredes Harto ya de horror, devorando lentamente caminos pavimentados y con historias inamovibles ZCuanto me ha costado Ia libertad? Esqueletico pajaro contemplando desde una cama el volar de Ia Belleza por Ia estrat6sfera psicodelica Escucho los cantos del Exito desde el laber into de una supercarce l vada en California ZCual libertad sino esta parodia que hunde su lengua en mi boca? Resbala tu saliva por mi garganta Mis ojos se abren de repente en Ia noche de las manos marm6reas, y diente con diente El vertigo de Ia estatua que me mira I Desconocimiento que linda con Ia vision de una brizna de Yerba detenida en tu retina I rirllsgfurtac i 6 n Un trope! de ancianos afasicos cru Nacional de t ..CONACULTA que se muere Digitalizado par BellasArtes


Petr61eo y carbon ensucian el palSaJe en Ia contraofensiva de Ardennes Rimbaud dentro del bosque escuchaba el chirrido de las helices mientras su hermana Isabel adornaba su cabe/los con margaritas Y el pajaro cruza el arbol y Ia blancura de los huesos y Ia nieve ya no se borran de tu mente Hasta cuando lleguen nuevas tiempos, tu desencanto El close-up en blanco y sepia de tu perfil estatico Sanda intermitente entre un cuerpo y otro cuerpo Latidos que terminaran por volverte loco y entonces mas latidos Buenas naches ave embalsamada que responde a los latidos de mi olvido consumado de mis gesto consumados Horizonte cafe de Ia verdad, pedazo de universo por donde aparecen las siluetas de los tanques y los jovenes de Ia Wehrmacht silbando Lily Marlene El asesino duerme entre sabanas sucias mientras Ia vlctima le toma fotograflas Caminabas por zonas de desastre platicando de Proust con un voluntario de Ia Sociedad de Escritores Sentlas que mediante Ia violencia o Ia ternura ilimitada podr(as cambiar el arden de participar en el juego sin modificar el juego mismo Y a las flautas que te invitaban a una agon(a de poeta soldado con exemplos en Ia historia simplemente no las o(as En fin, te asemejabas a Venecia hundiendose, a Marla Antonieta sentando cabeza, a un pajarraco prehist6rico muriendo entre angelicas cantos e incienso y renaciendo entre risas, escupitajos y cuentos negros Mister invisible: ardiendo

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- PABLOno invoco tu nombre en vano muerte Ia muerte chilena Araucano del viento pampero Pablo escapado en los Andes cuarenta-y-nueve con tu Chile Libre a Par(s cuarenta-y-nueve con tus ojos de Picasso con tu polltica de Picasso con tu cabeza de tortuga Pablo conmigo con Cuba Libre sesenta-y-uno Pablo Pablo con tu Isla Negra con tu Mathilde con tus proas de barco Pablo Pablo escapado esta vez atras Ia puerta escondida de Ia muerte con tu 'Residencia en Ia Tierra' ahora en Ia Tierra para siempre con tu libertad ahora en Ia Tierra Pablo Pablo con tu voz de libertad Chilena que no invoco que no invoco ahora en vano en tu muerte Ia muerte Chilena!

Pablo Tu Pablo Pablo Pablo

Lawrence Ferlinghetti 10/73 Leldo por primera vez en el Pablo Neruda Memorial Reading 111111 lnstituto San Francisco/oct ubre/5/197 3

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EN LA BODEGA El joven y ardiente garancSn bailarfn de flamenco vestido como un torero tiene pies veloces como alimafias de propia identidad y vida aut6noma que no tienen nada que ver con un resto des( mismo que los observa mientras danzan Y cada gesto insolente que ese cuerpo realiza Y cada pose arrogante que esc cuerpo adquiere exactamente como los del torero le dicen a Ia mujer que el hace girar en torno "Soy tu amo tu no puedes tocarme y al final hare que ruedes a mis pies con cste paiiuelo blanco"

YO SOY TU Hombre mitad mujer mujer mitad hombre Y los dos entreverados en cada uno de nosotros andr6ginos los miembros de uno alrededor de los miembros del Otro abrazando mi pecho un vestigia remanente de ti el coraz6n bivalvula acezando en una cueva manna ruido de las o las del mar golpeando semen espuma del mar sop lando hacia acuevados vientres empujados hacia arriba fuera del cuerpo del estar mas alia de Ia boca del mar que canta (Silenciosos pajaros acuaticos revoloteando alrededor) Y el mar encarnado Como Ia Pasion segun San Mateo cantada por un ciego llega por Ia radio matinal del domingo Y yo estoy solo aqul Pero si fueramos dos dir Ia Solo hay un ser aqu ( al principia como al f in al un cuerpo que respira un cuerpo que canta Y el cuerpo somas nosotros 111111111111111nsti~uto el cuerpo es n uestros seres . • • • y y_o soai.i NaCIOnal de . . .CONACULTA

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Poetas, salgan de sus roperos, 路 abran sus ventanas, abran sus puertas, Han estado encuevados demasiado tiempo en sus mundillos cerrados. Desciendan, desciendan de sus Russian Hills, de sus Telegraph Hills, sus Beacon Hills y sus Chapel Hills, sus alturas de Brooklyn y de Montparnasse, bajen de sus Pies de Ia Cuesta y de sus montafias, salgan de sus tapees* y de sus domos. Los arboles siguen cayendo y nosotros no vamos ya a los bosques. No tenemos tiempo para sentarnos all ( En tanto, el hombre incendia Ia propia casa para rostizar su puerco. No mas canticos Hare Krishna mientras arde Roma. San Francisco quema, el Moscu de Mayakovsky quema los combustibles fosiles de Ia vida. La Noche y el Caballo se acercan devorando luz, calor y fuerza y las nubes !levan pantalones. No son tiempos para que el artista se esconda arriba, mas alia, detras de Ia escena, indiferente, mondandose las ufias, refinandose hasta perder Ia existencia. Noes tiempo para pequefios juegos literarios, No es tiempo para paranoias e hipocondrias, no hay tiempo para temer y lamentarse, lnstituto Nacional de BellasArtes

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es tiempo solo para Ia luz y el amor. Hemos visto a las mejores cabezas de nuestra generaci6n desplomarse de tedio en las lecturas de poemas. La poes(a noes una socicdad secreta, Ni es un templo. Las palabras secretas y los canticos ya no Sl!·ven. La hora om, !a hora del joven C<intico colectivo ha terminado, El ticmpo de ia intensidad ha llegado Es tiempo de entusiasmarse y de lcgoc!Ja:·se cuando se aproxima el fin de 1<1 civilizacion industrial, mala para Ia tier1·a y el hombre . Es tiempo de mirar hacia adelante en comp!eta posicion de loto con los ojos bien abiertos, Es tiempo ya de abrir Ia boca con un nuevo alegato, Es tiempo de cornu nicarse con todos los seres de sensibilidad inteligente, Todos ustedes los "Poetas de Ia Ciudad" colgados en museos , incluyendorne a m 1, los poetas que escriben poemas acerca de Ia poesi<l, Todos ustedes los poetas de tallercs venidos de un pueblito cor;1z6n de Ia patria, ustedes los Ezra Pound caseros, T odos usted es Ios poetas pasados, c n v iu je, y los que andan chapeados, Ustedes los poetas de conneto p1e-prer1sado, los p"oetas cunilingues, ustedes poetas de excusado que gr·u!lcn ante los albures escritos los movidosos del Metro que nunca se han columpiado en un abedul ustedes los maestros del hai kai de serrln en las Siberias norteamcr ica nas, Ustedcs los supc:scm·ealistas que sc ocultan as( mtsnws, Ustcdcs los visionarios de rcdmara los agitopropagadorcs de clo set, Todos ustcdcs los poetas Groucho Marxistas y camaradas de c\ase acomodada que sc Ia pasan echados todo e I d (a y h<~blan de Ia clase trabajadora p:-oletMia, Ustedes los catolicos anarquistas de Ia pocs(<t, Ustedes los Monta11eses Negros de Ia poes(a Ustedes los Brahamanes Bostonianos y bucoiicos Bol inas, Ustedes, tibias rnadrigucras de Ia poes(a, Ustcdes los hermanos Zen de Ia poes(d Ustcdes los amantcs suicidas de l<l poestcl Ustcdes los cornentat·istas de pocs(a que se bebcn ia sangre de! poeta Ustcdes los Polidas de Ia poes(a, D6nde estan los ninos salvajcs de Whitmc~n, dc)nde las grandes voces hacicndosc o(r, con ese sentirniento de dulzura y sublimidad, donde Ia nuevd grc~n visi6n, lnstituto d6nde Ia nueva perspectiva mundia Nacional de

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Ia gran canci6n profetica de Ia inmensa tierra y de todo lo que en ella canta y nuestra relaci6n con ella Poetas, desciendan una vez mas a Ia calle del mundo con el antiguo regocijo visual, Aclaren Ia voz y hablen fuerte, La poes(a ha muerto, viva Ia poes(a de ojos terribles y fuerza de bUfalo. No esperen a Ia revoluci6n 0 esta se dara sin ustedes. Dejen de tartamudear y expresense con una nueva poes(a abierta con una nueva "superficie publica" comunosensual con otros n ivel es sub jetivos u otros niveles subversivos, con un diapason en el o(do interno para golpear bajo Ia superficie. De su propio y dulce yo canten y sin embargo profieran "Ia palabraen-masse" (Sea Ia) poesla Ia portadora comun para llevar al publico a lugares mas encumbrados que a los que otras ruedas puedan !I evario. La poes(a todav(a descicnde de los cielos y cae florecida, No se le han levantado au n barricadas, las calles aun se animan de rostros, bellos hombres y mujeres caminan por ah(, todav(a hay criaturas adorables por doquier y en los ojos de todos el secreta de todos que sigue enterrado Los niiios salvajes de Whitman todav(a duerme en ellos, Despierten y salgan a caminar al aire libre . Lawrence Ferlinghetti Febrero 1975 San Francisco

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EL ARTE FOTOGRAFICO DE LAZARO BLANCO


EL ARTE FOTOGRAFICO DE

LAZARO BLANCO Para Lazaro Blanco Ia fotograffa pareccr(a ser un arte fundamentado en Ia luz y Ia sombra como elementos ant itcticos de un mismo todo . Las fotograf( as de Blanco son estructuras armadas cuidadosa. mente en las cuales Ia luz y Ia

sombra son como piez as de un rompecabezas chino en el que una parte se apoya en ot ra y sin su corrcspondicnte no tiene sentido. En las creaciones de este artista de Ia fotografla Ia composici6n, arm6n ica y tranquila, es fund amental y producto de una busqueda concienzuda. La claridad esta compensada, casi amorosamente env uelta, por zonas de obscuridad. El movimiento se ha convertido en el reposo de un perro o en el andar Iento de un paseante. Los temas a los que se acerca Lazaro Blanco son mul ti ples, lo mismo pueden ser niiios que calles,

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pero donde obtiene resultados muy personales, con esti lo, es en esas fac hadas viejas o simplemente envejecidas, cargadas de tiempo y de miseria. Es Ia fachada del improvisado taller mecanico o de Ia v ieja iglesia que conoci6 otros tiemp os de esplendor. Son las mantas del tianguis popular compitiendo con su sombra con Ia infini ta luminosidad del ciclo. Las fotos de Blanco son construcciones equilibradas y frfas, pero tienen Ia fucrza de quien puede se ntir Ia belleza del mundo a traves del objetivo de una camara fotografica. (A.G) .

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VIDA CULTURAL Y ARTISTICA INTERNACIONAL La XXVII Feria lnternacional de Libra de Francfort tendra como tema La mujer en Ia literatura. La Feria del Libra de 1976 tendra como tema Latinoamerica. Se preve para este evento una oferta editorial lo mas amp lia y completa sabre el libra de este continente asf como una semana de cine latinoamericano .

Wilhelm Brueckner

• El Festival Verano en Carintia (Austria) se ll evo a cabo este afio del 28 de junio al 29 de agosto. El programa general del festival incluy6 40 representaciones (operas, conciertos, vel ad as Iiterarias, etc.), 4 scm i narios, d iez misas y una exposici6n. En el programa musical de este evento destacaron las cuatro representaciones de Ia opera eclesiastica E/ hijo extraviado, de Benjamin Briten ; Ia serie de representaciones de Ia Phoenix Opera de Londres con obras de Gay y Purcell; conciertos de Ia Fi larm6nica Eslovaca, de Ia Filarm6nica Nacional Hungara (que interpret6 un concierto de Bernstein en presencia del compositor), de Ia Academy St. Martin in the Fields, y de Ia Orquesta Bach del Gewandhaus de Leipzig .

Museo Hirshorn

• Aun se construyen violines de acuerdo con los modelos de antiguos maestros. Wilhelm Brueckner, de Erfurt, RDA, construyc sus violines en csa forma y son muy solicitados por los musicos de todas partes del mundo. En el Concurso lnternacional Henryk Wieniawski que se celebra en Poznan, Polonia, le fu e entregada recientementc una medalla de oro por su labor artfs tica y artesanal.

• El Musco y jardfn escult6rico Hirshhorn es Ia morada artfstica mas reciente de Ia ciudad de Washington. Este Musco ha sido creado con Ia donacion de Joseph H. Hirshhorn de su coleccion de arte fo rmada por 4000 pinturas y 2000 esculturas procedentes de todas partes del mundo y rcpresentativas de lo mas selecto del ar te de los siglos X IX y XX . En Ia colecci6n se encuentran obras de artistas de Ia ta lla de Mat isse, Segal, Bourdell , Marini, Snelson, Rodin, Ziegler y Calder por mencionar solo algunos de los escu ltores. La donaci6n es Ia mas grande efectuada hasta el momenta en pals alguno. El Musco estara supervisado por Ia lnstitucion Smithsoniana y es como un complemento a Ia Galerfa Nacional.

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Daria Fa

• La ciudad de Bonn dedic6 este afio su Workshop (Taller) al compositor Paul Hindemith, fallecido en 1963. La concepcion y ejecuci6n del Taller estuvo a cargo de Dieter Rexroth y el tftulo bajo el que se agrup6 su trabajo fue Por ejemplo Hindemith -musica y arte en los anos veinte. El ciclo en el cual se buscaba mostrar Ia revoluci6n artfstica de los afios que siguieron a Ia primera guerra mundial bajo un punto de vista actual, incluy6 ademas de varias obras de Hindemith, trabajos teatrales de Brecht, asf como pantomimas coreograficas (Pieza educativa y El demonio ), cine de Fernand Leger y de Moholy-Nagy. Obras de Satie, Eisler, Stravinsky, Webern y Milhaud. La direcci6j coreografica estuvo a cargo de Oskar Schlemmer .

/van el terrible

• Se estren6 en ltalia Ia ultima obra de Dario Fo, Fanfani secuestrado, en esta farsa Fo pone en practica todas sus ideas sobre un teatro popular en el cual el elemento pol ftico es fundamental y debe de estar manejado con un lenguaje facilmente accesible, para lo cual se vale de Ia m fmica, Ia satira e incluso del manejo tosco y vulgar de situaciones escenicas. El contenido de esta farsa, bastante panfletario y simplista en momentos, logra llegar al publico por Ia extraordinaria habilidad escenica del propio Fo .

• Arte palaeo

Se presento en el Metropolitan Opera House, por primera vez fuera de Rusia, con el Ballet Bolshoi, Ia coreograffa lvdn el Terrible de Grigorovich. Este el primer trabajo actual que muestra en 7 afios el Bolshoi.

NACIONAL JULIO Artes Plasticas En el Museo de Arte Moderno se ll evaron a cabo los d fas 8, 15, 22 y 29 las confere ncias sobre Pintura y literatura de Tomas Segovia, Edu ardo Li zalde, Ma reo Antoni o Montes de Oca y Carlos Pellicer. Los dfas 10, 18, 24 y 31 se proyectaron las pelfculas de arte del ciclo Los pintores mexicanos y su mundo. Estas pel feu las reali zadas por Alvaro Covacevich, Ian Hugo y Bob Hansen muestran una imagen del pi ntor y su obra. Los pintores incl uidos en Ia serie son Feliciano Bejar, Alberto Gi ronell a, Francisco Corzas y Arnaldo Coe n. Tambien en el Mu seo de Arte Moderno se in auguro Ia exposicion Polonia en Mexico, Festival de las formas. La muestra La mujer como creadora y tema del arte cont inu o en una de las saias de dicho Museo. El d fa 16 se a brio al pub Iico Ia muestra Salon de los Artistas Pldsticos de Mexico en el Sa lon de Ia Plastica Mexicana. En el Palac io de Bellas Artes continu o Ia exposici6n Homenaje a David A

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Danza El Ballet Fo/k/6rico de Mexico se present6 en el Palacio & Bellas Artes todos los miercoles y domingos del mes. El Ballet- Teatro lnbal de Israel present6 en Bellas Artes los dfas 12, 14 y 15 una muestra del nuevo folclor y de Ia danza moderna de ese pals del Media Oriente. El Ballet de jamaica present6 los ritmos de indudable origen africano caracterfstico del folclor de ese pals el d fa 1o. en el Auditorio Nacional. La Gue/aguetza, conjunto de danzas tfpicas de Oaxaca, se present6 en el Auditorio Nacional los d fas 5 y 6. El Ballet Fo/c/6rico de Bie/orrusia debut6 el d fa 10 en el Auditorio Nacionai, continuando sus presentaciones con Ia musica y las danzas espectaculares de esa republica sovietica hasta fin de mes. Literatura Los dfas 9, 16, 23 y 30 se realiz6 en Ia Sala Manuel M. Ponce el seminario E/ escritor y sus pa/abras, a cargo de jose Revueltas. Con motivo del centenario del nacimiento del poeta espaiiol Antonio Machado se realiz6 un homenaje en forma de espectaculo poetico los dfas 18, 20, 25 y 27 en el Museo de San Carlos y en Ia Casa del Lago. jose Vazquez Amaral, traductor de los Cantares de Pound, pronunci6 dos conferencias sabre Ia relaci6n de los trovadores medievales, Guido Cavalcanti y Ia poesfa norteamericana los d fas 28 y 31 en Ia Pinacoteca Virreinal. El d fa 10 en Ia Sala Ponce se llev6 a cabo el recital poetico Versario pirata (en busca del /enguaje marabusino) a cargo de Orlando Guillen. Musica La Orquesta Sinf6nica Nacional se present6 en Bellas Artes los d fas 1, 7, 14 y 21 dentro de su Temporada de Verano. En el mismo escenario Ia Orquesta Sinf6nica del Estado de Mexico se present6 los dfas 5, 12, 19 y 26. Los grupos /nti-11/imani, de Chile, y Los Folk/oristas, de Mexico, se presentaron en Bellas Artes el dfa 5. La artista espanola Marfa Rosa Calvo Manzano dio el dfa 2 en Ia Sala Ponce un concierto acompaiiada porIa Orquesta de Camara del Conservatorio Nacional de Musica. Los dfas 15, 17 y 19 se llev6 a cabo en Ia Sala Ponce un ciclo de recitales de guitarra en el cual participaron Richard Stover, Georges Sakellariou, Morris Mizrahi, Felipe Sosa, Sila Godoy, jose Candido, Gala Herrera y jesus Benites. Los d las 1, 3, 4, y 8 se presentaron en Ia Pinacoteca Virreinal el duo guitarrlstico Sol Is-Gonzalez, el pianista Sergio Peiia, Enrique Flores y Los nifios cantores de Pueblo. Dentro de Ia temporada Jazz en Ia Pinacoteca actuaron el Cuarteto Mexicano de jazz, Stax trio jazz y jazz fibre. El d fa 15 tuvo Iugar el concierto conmemorativo de los 30 aiios de Juventudes Musicales. En este concierto participaron Margarita Gonzalez, Viviano Valdes, jorge y Manuel Suarez, Guadalupe Parrondo y Alfonso Moreno.

jose Revue/tas

Los folkloristas

Duo Solfs-Gonza/ez


G Del 21 al 27 se realizo en Ia Pinacoteca una serie de eventos musicales y literarios en homenaje a Jose Mart f. Teatro La Compaf\la Nacional de Teatro continuo Ia presentacion de julio Cesar de Shakespeare, bajo Ia direccion de Hector Azar; en el Jimenez Rueda Addn y Eva se presento en el teatro El Galeon, asf como el Universo de los payasos locos. En el teatro el Granero se presento La isla, bajo Ia direccion de Nancy Cardenas. Arturo Estrada

AGOSTO Artes Plasticas Continuando con el ciclo La literatura y las artes pldsticas participaron Juan Garda Ponce, Gustavo Sainz, Henrique Gonzalez Casanova y Julieta Campos. Los crfticos de arte Marta Traba y Mario Pedrosa dieron conferencias sobre diversos temas los d fas 20 y 22. Los d fas 7 y 14 se proyectaron las pel fc ulas de arte ÂŁ/ dominio encantado o el encanto dominado y Max Ernest, expedici6n a/ subconsciente. Todos estos eventos tuvieron Iugar en el Museo de Arte Moderno. Tambien en el Museo de Arte Moderno se inauguro Ia exposicion Disefio industrial, perspectiva y trayectoria en copatrocinio entre el INBA y el IMCE . Tambien se inauguro Ia exposicion de pinturas del artista argentino Julio Leparc. En el Sa lon de Ia Plastica Mexicana se in auguraron el d fa 5 Ia muestra de obras recientes d~ Arturo Estrada y el dfa 22 Ia de xilograffas en color de Mexiac. Danza El Ballet Fo/k/6rico de Mexico realizo sus presentaciones habituates los miercoles y domingos. El Ballet Fo/c/6rico de Bielorrusia concluyo el d fa 3 sus presentaciones en el Auditorio Nacional. Los d fas 4, 5, 6 y 7 se presento en Bellas Artes y en el Auditorio Nacional el Ballet Folclorico de Corea Los pequefios angeles. Literatura Los dfas 6 y 16 se reali zo el espectaculo Poesfa indfgena con Ia participacion de Los Fol kloristas y de Aurora Molina. Los dfas 20 y 27 se efectuo Ia lectura del libro iOh hermosa mundo! de Sergio Galindo, bajo Ia direccion escenica de German Castillo. Aparecio el libro C/rcu/o del suefi o, de Elva Macias, volum en 3 de Ia Coleccion INBA/Literatura joven.

Duo A ngel eri -Mingardo

Musica La grande ecurie e( Ia chambre du roi se presento en el Palaci o de Bellas Artes los dfas 1 y 4. La Orquesta Sinf6nica del Estado de Mexico se presento en Bellas Artes los dfas 2, 9, 16, 23 y 30. Fungieron como directores en esos conciertos Enrique Batiz, Al ejandro Kahan y, Gerald Devos. Las obras interpretadas fueron de Mozart, Li szt, Debussy, Revueltas, Respighi , Brahms, Beethoven, Berlioz, Chopin, Bruckner, Rachmaninof y Stravinsky. La Orquesta de Camara de Ia Ciudad de Mex ico dio un concierto el d fa 26 y Ia Filarmonica de Xalapa actuo los d las 10, 17, 24 y 31. Am bas se presentaron en el Pal acio de Bell as Artes. El duo piani st ico Angeleri-Mingardo se presento en Ia Pinacoteca el d fa 14 y el organi sta y clavecinista Renzo Buja el dfa 7. Ra/ces del canto se prese nto en el Auditorio del 22 al 24. Teatro julio Cesar continuo en el Jimenez Ru eda con Ia Compaf\la Nacional de Teatro, as f como La Isla en el Granero. Se estreno Pito Perez en Ia Hoguera, de Jose Revueltas, en el Ori I circa maya de Ia wida ef . El Galeon. Nacional de t ..CONACULTA D 1g1ta IZado par Bellas Artes


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La esenc1a de Dmitri Shostakovich Ricardo Rendon

La reciente muerte del mas grande de los compositores vivientes Dmitri Shostakovich marca el final de una era de lucha personal y sufrimiento. A pesar de haber recibido todos los galardones que su Patria pod fa ofrecerle, el artista siempre tuvo problemas para expresar libremente su genio. Aun asf, el legado musical de Shostakovich es impresionante en numero de composiciones y tomando en cuenta sus circunstancias, en divulgacion. Hoy en d fa tenemos grabaciones comp Ietas de las 15 sinfonfas, en Ia mayorfa de los casas mas de una edicion. Un hueco notable en el catalogo es Ia ausencia de Ia opera La Nariz pero es muy probable que se grabe durante el perfodo de homenajes que siguen a estos tristes acontecimientos. Andre Previn y su Sinf6nica de Londres continuan grabando el ciclo sinf6nicq completo y es indudable que Maksim Shostakovich, unico hijo varon del compositor continue real izando Ia obra de su padre ante el micr6fono. Maksim es el mas indicado para esta labor, tiene el talento, Ia sangre y ha comprobado un raro entendimiento por esta musica. AI escuchar las grabaciones saltan a Ia vista o mas bien al oldo dos

casas, Ia superioridad en cuanto a sonido pulido que producen las orquestas americanas y europeas. En sentido contrario, las agrupaciones sovieticas proyectan un salvaje brfo y entusiasmo que yo encuentro totalmente apropiado para las obras. En las composiciones que incluyen solistas o coros, ni pensarlo dos veces, el sonido ruso es el que impresiona a nuestra sensibilidad. Es el sonido verdadero y adecuado y los coros son una gloria del pueblo ruso. Siempre que se prepara una discograffa entra Ia subjetividad o gusto personal pero he tratado de incluir el "concensus" de Ia cr(tica mundial para llegar a un comun denominador en cuanto a apreciacion. Algunas de las grabaciones han sido descontinuadas pero siguen circulando en las tiendas de discos.

Sinfon!a No. 1 Op. 10 {1924-25) Pocos compositores han creado una primera sinfonfa de esta calidad (Brahms y Mahler son buenos ejemplos) pero que yo sepa, ninguno a los 18 aiios. Hay maestrfa de forma, inventiva y sarcastico sentido del humor. La obra fue llamada en su estreno "suficientemente academica para ser agrada-

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ble y suficientemente moderna para ser interesante". Ese colorido que marca Ia composicion de Shostakovich esta presente desde su primer ensayo sinfonico y contamos con interpretaciones excelentes. La mas juvenil y brillante es Ia de Yuri Aranovich (Melodiya) posiblemente por ser Ia mas insolente. La orquesta de Ia Radio de Moscu comprende sus intenciones y las sigue con gusto. Este disco incluye Ia unica edicion de Ia Obertura sabre temas rusos bajo Ia batuta de Maksim. El sonido es soberbio. Sinfon/a No. 2 Op. 74 {1927) "A Ia Revo/uci6n de Octubre" Aqu( tenemos al compositor hacienda experimentos en el terreno Avant-garde. Los resultados son h(bridos y en ultimo analisis aburridos. Hay escasa claridad si consideramos que Ia Primera esta repleta de esta cual idad. Shostakovich abandon6 este estilo antes de que Ia censura lo obligara a hacerlo .y Ia obra es solo de interes para aquellos que desean seguir el desarrollo de un genio. La parte coral en el final carece de interes. Morton Gould y 1

ld~e~~~~AtULTA


una interpretacion correcta pero >in emocion y e>te ingrediente e> preci>amente el que >alva Ia obra en mano> de Kondra>hin (Melodiya) para ca>i convencerno> de que tiene valor. El >onido de Ia edici6n ru>a e> muy >uperior a Ia RCA. Sinfon/a No. 3, Op. 20 (7929) "Primero de Mayo"

La obra e5 en un >olo movimiento con e5Ca5o de>arrollo. E>te Allegretto >e ba>a en ge>to> mu>icale>, ret6rica y continuidad rltmica. E> como >i el compo>itor tratara de hacer al go y todav fa no su pi era como lograrlo. Termina con un h imno, loan do Ia> festividades del primero de mayo que marca el d (a internacional de Ia clase trabajadora. Todo es un tanto forzado pero au n as f no5 permi te observ ar avances e ideas nuevas. Gould (RCA) nos dio Ia primera graba路 cion moderna y es buena, pero otra vez Kiril Kondrashin con Ia Fil arm6nica de Moscu y un soberbio coro ruso le gana Ia batal la (Melodiya) . En el lado contrar io de Ia edicion Melodiya aparece Ia unica version del ciclo coral, Op. 136 "Fidelidad". Son ocho baladas propagand istas que caen en bochornosas expresiones de algo que obviamente no llevaba inspiraci6n. Es Ia obra menos interesante que he escuchado de este autor. Sinfon/a No. 4, Op. 43 {7936)

El joven artista continua buscando su camino. Hay abundancia de colorida y atrevimi ento en cuanto a las combinaciones. Siempre he sentido que esta sinfonfa tiene material para d iez sinfon fas y por eso pierde su efecto. Aqu( ve mos claramente esa enfermed ad que sufrieron muchos compositores en los ar'ios treinta: "Mah/aria". El compositor expresa Ia influencia de Mahler llegando al ridlculo en el movimiento de val s y solo se repone en Ia Quinta y Sexta Sinfonfa. La Cuarta mu estra lo que podia haber sido si no retrocede a tiempo porque de lo vacfo ll ego a lo profunda para jamas abandonar ciertas practicas en sus composiciones. El colorido de las percu siones es Io mas interesante y Eugene Ormandy nos de Ia version defini-

tiva para Columbia con Ia Orquesta de Filadelfia. El sonido tiene buen balance y perfecta definicion.

Sinfon/a No. 5, Op. 47 {7937}

Con esta obra el artista se reivindica ante el partido socialista. Ya no se le puede hacer a un lado, porque ha creado una sinfon Ia moderna que rapidamente formara parte de todos los repertorios. Su popularidad es indiscutible ya que se comunica con las masas, tiene logica y poderfo. Cuando Ia Orquesta Sinfonica Nacional Ia toco en una gira por los Estados Unidos Ia cr ltica d ijo: "La agru pacion obviamente piensa que el vodka es fuerte ipero el tequila lo es mas! " Bernstein opta por una interpretacion de alto dramatismo e inevitable avance captado en un marco so noro de gran fuerza (Columbia). M. Shostakovich preficre subrayar los aspectos Ifricos y nunca pierde el control del movimiento final (Melodiya). Las dos ediciones son soberbias y vale Ia pena conocer ambas para entender las posibilidades de expresion del au tor. Sinfon/a No. 5, Op. 54 {7939)

Pocas obras sinfonicas son tan disparejas como esta Sexta. Despues de un largo de indudable grandeza, Ia obra se convierte en algo propio de un circo para acabar en un desfile con estruendo. El unico director que conozco que logra darle dignidad a Ia scgunda parte despues de Ia ex posicion ex traord inariamente diffcil del prin cipio es Sir Adri an Boult. Con Ia Filarmonica de Londres nos da Ia mejor cd icion a pesar de in terpretac iones de musicos de mayor celeb ridad. El sonido Everest t iene algunos ar'ios pero sigue >iendo natural y claro. Sinfon/a No. 7, Op 60 "L eningrado" {7942}

Cuando los nazis martillaban en las puertas de Ru>ia durante Ia Segunda Guerra Mundial, Shostakovich qu iso hacer algo por su patria en fo rma activa. No se le permi tio ir al frente sin o como parte de una C (~ isiqn .artfs~ ica

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pero pudo palpar los horrores de Ia guerra y nunca se le olvid6 lo que vio. La sinfonfa fue fotografiada en microfilm y llevada a los Estados Unidos en donde los directores se disputaron el estreno. El honor, despues horror, fue para Arturo Toscanini que af\os despues dijo: "iDebo de haber estado loco! " La obra es Ia primera sinfon Ia de guerra de Shostakovich y lleva en sus venas un tercer movimiento en forma de adagio-largoadagio digno de lo mejor que escribiera. El primer movimiento narra el avance nazi como una enfermedad que se va apoderando de todo lo que el estorba el paso y tiene su efectividad sin duda pero hoy en d (a esta sinfon fa ha caldo de Ia gracia de los directores y del publico que prefiere no recordar aquellos tiempos. Karel Ancerl dirige a Ia Filarm6nica Checa en una maravillosa interpretacion que se ocupa mas del aspecto Ifrico que del sabor bombasico, restaurandola de su dignidad. El sonido Supraphon/Parliament es solamente monoaural pero tiene el impacto necesario. Sinfon/a No. 8, Op. 65 (7943) "La vida es bella. Todo aquello que es obscuro e ignominioso va a desaparecer. Todo lo bello triunfara", palabras de Shostakovich al presentar su Octava, Ia mas sincera y profunda de sus sinfonlas de guerra. En cinco movimientos nos da un testimonio impresionante de los sentimientos humanos llevandonos nuevamente a uno de sus mas bellos adagios. Prevalece una sensaci6n de pesi mismo pero en orme compasi6n por el genera humano . El sufrimiento de aquellos que vivieron Ia guerra se nos expresa elocuentemente. Existcn dos grabaciones magn (ficas y me es imposible scleccionar una sola. Andre Previn con Ia Sinf6nica de Londres y K iril Kondrasi n al frente de Ia Filarm6nica de Moscu nos llevan de Ia mana al coraz6n de una obra maestra que cad a d Ia recibe mayor reconocimiento. Sinfon/a No. 9, Op. 70 (7945) El numcro 9 es magico en Ia com posicion. Los testimonio de Bee-

thoven, Bruckner, Mahler, Dvorak y Schubert son ejemplos fehacientes . Para Shostakovich fue un cambia radical en estilo sinf6nico y el final de Ia trilogla de guerra. Aqul viene Ia felicidad, Ia alegrfa y una nueva y mejor forma de vivir. Nos lleva casi al mundo de Haydn en donde el sol entra por todas partes. La obra es sencilla y se puede apreciar desde el primer instante. Kondrashin nos da una excelente exposici6n de las ideas y Ia orquesta Filarm6nica de Moscu lo apoya como los virtuosos que son. Este disco es especialmente atractivo por incluir en el lado opuesto Ia impresionante obra coral La Ejecuci6n de Stepan Razin en Ia cual Shostakovich rinde homenaje a Moussorgsky. El sonido es fabuloso. Sinfon/a No. 70, Op 93 {7953) Las ideas se vuelven mucho mas ambiciosas y se produce lo que es para muchos Ia obra maestra del compositor. La forma sinf6nica es tradicional pero el sella especial est a all f en to do momen to. Para realmente apreciar las capacidades creativas del autor es recomendable conocer mas de una grabaci6n pero me sigue gustando especialmente Ia edici6n Melodiya con Yevgeny Svetlanov al fren te de Ia Orquesta Sinf6nica de Ia URSS, quizas porque los escuche interpretarla en persona y q uede hech izado . Nuevamente Melodiya nos da un sonido magn ffico. Otros directores intcresantes en esta obra son Von Karajan (DG}, Ormandy (Columbia} y Kurtz (EM!) Sinfon/a No. 7 7 "E/ Ana 7905" (7957) Pocas obras sinf6nicas me han impresionado tanto como esta Undecima cuando Ia escuche por primera vcz y mis sentimientos no han cambiado. Es uno de los testimonios dramaticos mas importantes de nuestros tiempos y au nque se narra Ia tragedia de un pueblo nunca he dejado de sentir que Ia tragedia es mas bien de Indole personal. Musical mente es una obra deslumbrante, repleta de drama y emoci6n como un enormc fresco en el cual ,g,r.ita.Q ifj)os QCli SO-

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najes. Tiene poderes de comunica路 cion de profundidad psicologica inigualado en Ia musica. Las demandas orquestales son tan grandes que a esto atribuyo sus escasas presentaciones en los programas de concierto. La baterla de percusiones es enorme y sus mo mentos de lucimi ento son constantes. Como indica su titulo, se narra Ia Revolucion de 1905 y se sujeta a un programa de cuatro movimiento s: La Plaza del Palacio, Enero Nueve, Requiem y El Tocsin. Nadie puede p er manecer impavido ante esta musica y es indispensable leer el programa h istori1o para aprec iar las capac idades enormes de expresion . La antigua ed icion Ange l co n Andre Cluytens al frcnte de Ia Orquesta Nacional de Ia Rad iod ifusi6n Francesa cuenta con Ia supervision de Shostakovich y es en pocas palabras ge nial. Su so nido co ntinua siendo rcspetable. La nueva grabac ion Melodiya de Kon drashin es tambien cxcelcn te y cuenta con una buena grabacion y Ia vcntaja de un so lo disco pero falta esc toque de exaltacion de Ia presencia del Maestro.

Sinfon/a No. 73, Op. 7 73 "Babi Yar" (1962}

El num ero 13 marca un camb io en Ia composicion de Shostakovich . Regresamos a Ia expresi6n coral, regresamos a Ia reapertura de heridas, a Ia expresi6n sin igual de un gen io de Ia musi ca. Es el mund o profunda y dramatico de Moussorgsky, un mund o de sufri miento y do lor: los jud los sufriendo en Ia segunda Guerra Mundial. Los textos de Yevtush enk o tuvieron problemas predecibles con Ia censura pero para entonces Shostakovich era un monumento nacional y era intocab le. Somos afortun ados en esto ya que Ia Sinfonla No. 13 es de sus m ax i mas inspiraciones. Ormandy y Kondrashi n nos han dado grabacioncs excelentes pero Ia obra es dcmasiado rusa para poder proyectarse en el extranjero con Ia convicci6n req uerid a. Kondrashin cuenta con un so li sta de altura que a ratos lucha con Ia tess itu ra pero arro ja su alma a Ia tarea y sa le ade lante, es Artur Eizen.

Sinfon/a No. 72, Op 77 2 "EI Ana 797 7"

Dedicada a Lenin, Ia obr路a es sobrc tcmas rcvo lu cionarios. No hay esc apcgo a un programa de Ia Undecima y por ello podra ser mas atractiva para algunos pero no llega a poseer Ia grand iosidad de su antcccsora. Los movimicntos forman parte de un todo y cs imposi- bl e saber cuando tcrmi na uno y emp ieza cl otro, cosa que lc da unificacion al desarrollo. Los movimicntos son Pctrogrado Revolu cionario, Razliv, Aurora y El Amaneccr de Ia Humanidad . Georges Prctre dirigc a Ia New Philharmonia en una reali zaci6n adecuada que dcsafortunadamcnte no tiene bucn son id o y csto es indispensable en Shosta kovich. La edicion Philips en cambio, es una de las glorias del cata logo. Ogan Durjan dirigc a Ia Orquesta del Gewandhaus de Leipzig y no tengo mas que admirac ion por lo que ha Iagrado. Es un disco que se puede recomendar si n rcscrvas.

Sinfon/a No. 74, Op. 735 (1969)

El tema de Ia mu erte, los textos son de Garda Lorca, Apollinaire, Rilke y Ki.ichelbecker y se habla de Ia liberacio n. El cambio sinf6nico utili za ahora Ia pequeiia orquesta de cuerdas, las percusiones, una mezzo y un bajo. El efecto es devastador y dentro del legado del compositor, una especie de premonici6n. Este Angel de Ia Muerte no tiene igual en Ia composici6n moderna y requ iere un analisis especial y detall ado para poder ser apreciado. Ormandy y Barshai han dado buenos test imon ios pero el director ruso supera en todo al hungaro po r morder con mas pasion las o portunid ades de lucimiento para transmitir los textos. El sonid o Mclodiya cs ejemplar y se incluyen todos los poemas. Sinfon/a No. 75, Op. 74 7

Compuesta en ocho se manas con una alegrla de viv ir muy especial, Shostakovich lc prese nt6 Ia obra a su hijo co n jubilo en el verano de 1971. La interpretacion fue discutida y el cstreno en enero de 1972 en cl Con servatorio de Moscu fue noticia de primcra plana. Volvlan los coloridos y sarcasmos de antaiio. Rossi ni y su Guill ermo Tell son hucspedes de honor en el primer movimiento y Wagner cs invitado en Ia parte final. La obra no solo es entrctcnida sino ilu strativa y afortunadamcntc Maksim Ia grabo para Ia postcridad con Ia Orquesta de Ia Rad io y TV de Moscu (Melodiya) . La grabacion es del tipo de demostracion para ver los alcances de los cquipos de sonido. Otras Obras de lnteres Especial:

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El tambien recientemente dcsaparec ido viol ini sta David Oistrakh grab6 los dos Conciertos para Viol In (Melodiya) siendo de may ores alcanccs el primero. Los sabroslsimos Conciertos para Piano se real izaron en Fran cia cuando el compositor superv is6 Ia grabaci6n de Ia Undecima. Es maravilloso olr a Shostakovich tocar sus prop ias melod las en forma virt uoslstica y Cluytens le da un ~ffil!lffilll ~f\搂tlrutl5>nal (Seraphim) . La H!-~<Nabritlai<Qlall t.&CONAeULTA :~,.,~: BellasArtes


los Basques marca Ia reforestaci6n de Rusia despues de Ia guerra y tiene momentos de inmen sa tern u ra y efectividad. Aleksander Orlov dirige una edici6n de calidad superior en Melodiya, sus solistas excelentes son Petrov e lvanovsky. Para una gran mayorfa el Quinteto para Piano y Cuerdas, Op. 57 (1940} es Ia obra maestra del compositor. La obra tiene ideas soberbias y vemos Ia adaptaci6n de su talento a un medio mas fntimo y es su mejor realizaci6n de camara. Lyubov Edina y el Cuarteto Borodin nos dan Ia version definitiva (Melodiya}. Los once Cuartetos han sido grabados por el Cuarteto Borodin para Seraphim con una autoridad absolu ta que jam as descu ida los aspectos Ifricos. En este genero musical Shostakovich pudo expresar todo lo que llevaba adentro sin temor de recibir ataques oficiales y desconocer los cuartetos es ignorar una de las areas mas intimas del compositor. Nunca conoceremos lo que realment e fue Lady Macbeth de Mzensk, revisada en 1962 como Katherina lsmailo va. Lo prim ero que nos preguntamos es (que pudo mol esta rl e a Stal in 7 Hay ideas de intercs y aspectos vocales bien logrados pero jamas hay Ia fuerza dramatica requerida para que pod amos creer en el d ilem a de Ia herofn a. La unica edici6n es muy buena sie nd o producci6n del Teatro Stanislavsky Nemirovich Dan chenko de Moscu (Melodiya}. La musica ligera y los ballets aparecen tambicn en Melodiy a bajo Maksim que nos brinda las tres Suites de Ballet, La Edad de Oro y El Cerrojo. Andre Kostelanetz ha rccopilad o varias obras para Columbi a y !l eva a cabo su labor con gusto y co nvenc imi ento. Para fina lizar recom iendo los Preludi os y Fugas que toea el compositor para Seraphim. Este es su "Ciavecfn Bien Temperado" y una gran obra pianfstica. El soni do de estas grabaciones es sorprcndentementc bueno considerando su edad. En nada ha sido descuidado Sh ostakovich en este medio masivo para Ia divulgaci6n de su genio. Nunca pensaremos que ha mu erto ya que vivira a traves de su obra.

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La realidad novelistica de Arturo Azuela Jesus Luis Benitez

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Las membres(as bastardas sirven como pretexto para el lead: desde hace varios siglos se vienen manejando esquemas tan profusos como confusos en torno a Ia tecnica de Ia novela. Se habla de novelas de supuesto "lenguaje", que no pasan del nivel de Ia experimentaci6n sintactica; se menciona una ecletica producci6n de novelas de "ideas", mas cercanas al discurso que a Ia teorizaci6n; cuando se hace referencia a lo que podrfa ser Ia novela de "personajes", se borda en el vacfo, porque en Ia busqueda del personaje perdido se han extraviado muchos autores; similar situaci6n se establece de entrada al crear una novela de "atm6sferas", con climas generalmente destemplados. Y asf por el estilo, sin tregua. Se hace caso omiso de que Ia novela no es otra cosa mas que Ia fusion de todos y cada uno de estos elementos, a saber: lenguaje, ideas, personajes y atm6sferas; ubicar, entonces, cualqu iera que sea su naturaleza, origen y categorfa, un libro dentro de un ambito tan reducido como escueto no tiene mas significaci6n que Ia de excusar las limitaciones en las miras o las capacidades del novelador. El escritor por excelencia es quien reune y dota de vitalid ad una impresi6n y le confiere un interes general a partir de un fe n6路 me no particular. Este Iugar comu n tiene su imprescindible colof6 n: toda particularidad es mas esencial, mas rica y mas compleja que cualqu iera de las acciones o de los sucesos generales de los que se ocuparfa el nove lista. Y esto, lo dice Revu eltas, es Ia materia prima del buen escritor. 0 del escri tor a secas. T oda esta dotaci6n de aseveraciones fundamentales tiene como funci6 n Ia de sefia lar el importante papel que en Ia actualidad desempefia el joven nove li sta Artu ro Azuela dentro del marco de Ia narrativa latinoamericana. Azuela, con solo dos novelas publicadas, sin otras referencias dentro de Ia literatura que no sea su li ga fami liar co n el autor de Los de abajo - Ia novela de Ia contrarrevolu ci6n mexicana, a juicio de Vicente Lombardo Toledano- , maestro de ~hst!Mtd a ciencia en Ia UniverNbtionahae At ..OONAGW.TA BellasArtes


xico, habiendo coordinado en alguna ocasi6n hace algunos afios una pagina "cientffica" en un cotidiano de Ia capital, irrumpe dentro del panorama de Ia prosa contemporanea y logra un exito de publico -esto es: de venta-, de crftica -esto es: comentarios halagadores-, lo cual resulta notable e inusitado, dentro del contexto. Este fen6meno, quiza el mas importante que haya tenido Ia narrativa mexicana en Ia primera mitad de los setentas, !leva a Ia lectura de los Iibros de Azuela con ciertos prejuicios. Uno se imagina -para que vean como es de mal pensado-: Arturo Azuela se encontr6 algunos manuscritos de don Mariano y los reelabor6. Tambien uno supone que no se trata mas de que de una producci6n "inflada" al maximo. AI fin de cuentas estamos tan necesitados y urgidos de una novela, de Ia real nove/a, que todo puede pegar, tener resonancia, conmover -conmover: como una historia de Yolanda Vargas Dulche-, o alga as f par el estilo. Pero con todo y estos presupuestos, totalmente extraliterarios, y conforme se avanza en Ia lectura de los dos volumenes, necesariamente uno tiene que aceptar que esta ante un narrador par excelencia, que Arturo Azuela tiene un cumulo de aportaciones con relaci6n a nuestras letras y que, como declamos en las I fneas iniciales de este articulo, sus novelas no encajan dentro de ningun membrete hijo del ocio. Sus novelas no son de "ideas" nada mas, tampoco se quedan dentro del ambito del "lenguaje" a secas, ni mucho menos permanecer inmersas dentro del juego de las "atm6sferas". Las dos nove-路 las de Arturo Az uela, reflexionan sabre las cualidades del novelar, mientras novelan. Se encuentran en este dueto las virtudes totales de Ia novela como un enfrentamiento que al tamar Ia vida exactamente tal y como es se nutre de ella. Vamos a ver. II: DOS VERT/ENT拢5

Poco menos que simultaneamente se expidieron hace unos veinte afios: a) las esquelas de defu nci6n

de Ia narrativa rural, porque supuestamente juan Rulfo hab(a clausurado el genera con dos obras maestras: E! llano en llamas y Pedro Paramo, y b) Ia participaci6n del nacimiento de Ia nueva prosa de tematica urbana que habla parido Carlos Fuentes con La region mas transparente. Tan to el velorio como el bautizo eran mas rid fculos que un exorcismo. Parque el genera nunca muere: siempre vendran nuevas aportaciones a una corriente, sabre todo si como en el caso de Mexico esa tematica tiene como origen gruesas capas de poblaci6n que en realidad nutren Ia econom (a nacional, en primera; Ia prosa que se ocupa de Ia ciudad de Mexico, par otro lado, tiene una serie de antecedentes que van desde el catr/n Lizardi hasta el roto Angel de Campo, para citar solamente dos casas: Como se ve, nada mas lejanos de este epitafio y de este bolo que Ia veracidad. As( son las casas. Precisamente viene a colaci6n esto porque para m f en Ia narrativa de Arturo Azuela se unen estas dos vertientes de una man era precisa. Tanto Ia ciudad como el campo se encuentran presentes con una fuerza innegable, no solamente en el lenguaje d irecto y preciso que utiliza para describir una situaci6n de hecho, un lenguaje que tiene sus parentescos con Rulfo, par ejemplo, o con Garc fa Marquez. Con Rulfo en Ia busqueda de metaforas llenas de tierra y de dolor y de miedo. Con Garda Marquez en Ia manera como concibe Ia fabulaci6n en su sentido mas estricto. Y Ia presencia de Ia ciudad se hace tangible, plena, !lena de vida. cuando se traga primero a una familia y luego cuando devora paulatinamente toda una , poblaci6n, sucesivamente, en los dos Iibras. Aquf se reflejan sin lfmites, sin treguas, sin ataduras, esas dos vertientes de las que hablaba antes. Primero, el campo, tanto en su habla como en sus personajes. Luego, Ia ciudad, con su poder de gran urbe que, como un jupiter colerico y end om in gada en su fu-. ria, consume todo, hasta Ia existencia de unos seres que no sabfan siquiera de Ia amenaza a Ia cual estaban expuesto s. Si no se da una linea divisoria en tr~am bo l.elemen-

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tos es porque, a fin de cuentas, tanto el campo como Ia ciudad han pasado a ser categorfas similares dentro del contexto de Ia enajenacion general, ya. Ill: EL TAMANO DEL INFIERNO El tamafio del infierno no es una

metafora: es una alegorfa. Se trata de Ia extension de Ia urbe. Los dominios de esa ciudad son el infierno. Por eso, creo, se llama asf Ia primera novela de Arturo Azuela, publicada en 1973 por joaquin Mortiz en su colecci6n Nueva Narrativa Hisp anica. En esta obra se apuntan por principia de cuentas, y entre otras muchas cosas, Ia desintegraci6n familiar, Ia omnipotencia de un personaje -e l tfo jesus- que hace acto de presencia en el ultimo Idem de Ia novel a y del desajuste de un modo de vida. La descri pci6n que logra Azuela de esa des-integraci on del nucleo familiar, asf como un bien logrado aguafuerte del costumbrismo de los veintes en Ia ciudad capital, en lo que fuera antes Ia Muy Noble y Leal Ciudad de Mexico, ofrece n Ia perspectiva del deter ioro para sus seres de ficci6n. Pero, como todos los seres de ficcion de un novelista eficaz, estos tienen Ia vocaci6n de veracidad, el sentido epico de Ia senci ll ez ex pres iva y el metodo adecu ado para poder compaginar de una manera scca, con un lirismo lleno de aspcrezas y de ruidos internos, esa cronica vivaz del exodo, ese exodo que ac tua en calidad de verdadero y eje mpl ar sentido dramatico o pi eza central de una novela, y que cobra una fuerza cada vez mas arrolladora dentro del discurso de Ia obra azuel fstica. AI llegar a Ia ciudad, Ia familia siente por primera vez el impacto realmente conmovedor, Ia fuerza de una impresi6n que ostenta todas las cualidades de una iluminaci6n prim era, de una revelac ion. Revelaci6n : sentido de Ia vista mas ali a de lo aparente. Solamente los que ven pueden tener acceso a Ia revelaci6n. Aquellos que miran son incapaces de obtener Ia revelacio n. Estos seres son los que alimentan y dan color, peso y fuerza a las novelas de Arturo Azuela. Seres llenos de fuerz a que luchan por un destino, aunqu e ~) e .desfj no ÂĽ!a Ia

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destrucci6n, como quien huye de esa fuerza demoledora para caer finalmente dentro del mismo torbellino de su soberbia, pura y primigenia colera. Por eso, los seres de Azuela nunca llegan a "caerse" de Ia vista del lector atento. Por esto es que generalmente caza todos y cada uno de esa docena de personajes ¡ febriles, en los cuales Ia pasion es un rito y el dolor es un climax, tienen Ia feroz consistencia de lo anormal, de lo fuera del mundo. Por eso, tambien, pertenecen a Ia categorfa del arquetipo, porque en sus personal idades se engloban con justeza y justicia muchos de los aspectos de los personajes que representan como meras fuerzas vivas: son entidades en las cuales se mezclan las facultades propias del arquetipo, pero tambien poseen esa intrepidez y esc colorido de los perso najes vivos. Y para logra r una fusion tan ten az como efectiva, creo yo, se necesita ser en realidad un novelista; esto es, para poder plantear esa desintegracion por medio de un punado de personajes, como una nomina tan reducida de seres, se rcquieren las f acul tades del narrador. El deterioro, entonces, Ia ruptura total, intern a y dolorosa a Ia cual se som eten todos como cumpliendo una orden imperiosa del ausente tfo je sus, ll ega a cobrar r asgos de autodestrucci 6n. Est a autodestruccion se basa en Ia maner a en Ia cual se nutren de esperanzas que estan muertas desde antes de que fueran concebidas, son como seres mucrtos por por cuya boca hablaran generaciones y generac iones de seres de pur a apariencia. Y aq u f, natural me nte, se pu ede e ncontrar otro lazo de union con el Pedro Paramo. Pero Ia diferencia estriba en que no ex iste esa apariencia nada mas como un juego de Ia fabulaci6n. Aquf, en Ia novela de Arturo Azue la, las vfctimas de Ia apariencia son seres de carne y hu eso que estan asistiendo a Ia demol icion de sus propias existencias, que narran sus propi as ruinas porque no tiencn otra perspectiva mas que las del exter minio, porque, a fin de cuentas, ellos mismos sucumbieron al canto de Ia sirena y mantienen dilititd~tro de esa esfera por

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desean, porque "ya ni modo, aqu f nos toco", como dice lxca Cienfuegos en La region mas transparente Similitudes van y similitudes vienen y, sin embargo, no se establece un solido vaso comunicante, porque E/ tamaiio del infierno es una obra tan sol ida como autonoma, tan efectiva como independiente.

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IV: UN TAL jOSE SALOME Un tal jose Salome, publicada en este af\o por Ia editorial joaqu fn Mortiz en Ia misma serie, es Ia replica a El tamaiio del infierno. Si en El tamaiio del infierno son los provincia nos los que caen en el gar/ito de llegar a "hacer Ia ciud ad", en Un tal jose Salome se resuelven las cosas de otro modo: los habitantes de un pu eblo qu e se encuentra en los alrcdedores de Ia urbc, presencian Ia destruccio n de su propia pobtac ion a manos de los ingenieros qu e !Iegan a tender cam inos, de los pol fticos que IIega n a hacer "levas" de voluntarios pa ra los actos de publico apoyo al reg1men, etcetera. El parafso es destruido. Pe ro ese parafso so lamente exi stfa en Ia imaginaci6 n o en las ambicioncs de los habitantes de El Volador, taladores hcchos y derechos que viven o viv fan con un hacha a Ia mano. No . Aquf no esperan los capitalin os a los incautos campesinos a que venga n a servir a Ia ciud ad, sino qu e avanzan hasta ell os, los arranca n de sus pasiones y los llev.an a los nivel es mas delezn ables. Simple y se ncill amente les condenan su sentid o de Ia vid a rural. Les arrebatan sus pasiones. Y, de este mod o, tanto j osefina como Lodegario como el mism o j ose Salome cae n ya defini tivamente en Ia expiacio n de una culp a que no fu e co metid a po r ellos sino por otros que no osan decir su nom bre. Aqu ( es donde se pl antea ya Ia destru ccion del mito. Se trata de un apacibl e pu ebl o en don de las pasiones de j ose Salome son vesti gios de una epoca dorad a. Ya no mas el mar, di ce j ose Salome. i.O nad a mas lo pi ensa? Nunca mas Genov eva, sino otra mujer que encarne uni ca mente como elemento co mpl ementario, mero sustituto de una pasion qu e el tal jose Salome tra fa metid a hasta el tuetano. Pero com o el mismo jose

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Salome no sabe quien es su padre, supone que es Lodegario, pero eso no es Ia verdad, en real idad cuando Lodegario se "junta"con Ia madre de jose Salome ya estaba prenada. El c(rculo se cierra cuando un hombre sin origen se queda, tambien, sin destino. El hombre de ninguna parte. El hombre que en el ejercito conocio lo que era Ia bebida, lo que era Ia mariguana, lo que era Genoveva. Y de los tres, unicamente le queda Genoveva como un pedazo de vida incrustada en el cerebro pustulento, como una maldicion que esta mas alia, que no sabe de otra cosa mas que de Ia pasion, una pasi6n en Ia cual nacen y renacen ambiciones y deseos que se veran frustrados y a los cuales dara el golpe de gracia ese sentido de ruptura que tiene jose Salome con su propia tierra, cuando llega Ia ciudad y se traga al pueblo. No puede existir una maldicion mas tenaz, no se puede concebir en terminos humanos una desnaturalizacion mas tremenda que esa ruptu ra. Por eso, jose Salome ya no habla, sino que simplemente pasea su mirada, su tristeza, sus hijos, su eterno cansancio y su enorme voluntad de descanso final, de ir de ningun lado a ninguna parte. No solamente deja de lado el hacha y se mete en una fabrica, una fabrica que borda en el cielo antes limpio una dotacion gigante de nubes enfermas de negra pus, sino que al mismo tiempo se exilia de sf mismo y se vuelve un condenado a permanecer en el mismo Iugar donde nace, porque no le queda otra. Tal es el desamparo, tal es Ia sumision a un destino que fijo alguien a quien ni jose Salome ni ninguno de los personajes de Ia novela conoce. Se rompio el sueno y nadie volvera a ser el mismo. Todo esta terminado y, finalmente, el simple y sencillo procedimiento de imponer una carretera y de erigir una f<ibrica logra reducir a escombros toda una arquitectura de vida rural. Esa es Ia vida de quienes miran, sin protestar siquiera, como les van qu itando to do: hasta el derecho de seguir viviendo como ellos querfan hasta el derecho de ser ellos mismos. Se pierde Ia identidad. Y nadie sabra nunca si fue en real idad una iden tid ad perdida esta, o si acaso se llego a

Ia con dena un ica y primordial de que se trata de una busqueda de personalidad propia. Ambas alternativas, naturalmente son espeluznantes. Ambas alternativas, de paso, pueden dejar como constancia unica que el transito del rancho a Ia ciudad y viceversa destruye todo lo que toea. He aqu f a Ia ciudad en calidad de un rey Midas, al reves.

V: UNA VOCAC/ON DE LENGUAJE TOTALIZANTE Estos fenomenos de Ia sociedad contemporanea de nuestro siglo en Mexico, estos hechos que aparentemente pueden ser triviales, denotan ya de entrada que se trata de una verdadera y efectiva perdida de Ia identidad y de Ia vida. Pero, tcomo se expone todo esto, a que recursos tecnicos o IingU fsticos recurre Arturo Azuela para poder estructurar estos murales escalofriantes y tenebrosos, cuales son los metodos para mostrar Ia verdad? El juego de los puntos de vista, alternando Ia narrraci6n en prime-

Digitalizado par

ra persona por parte de varios de los personajes, el sentido de contraposicion de factores narrativos, Ia abolicion del relato lineal para subrayar Ia intemporalidad de los hechos, u n lenguaje feroz, desatado, sin l(mites, en el cual brillan los giros, en el cual yacen los atributos de una prosa que no desdena en momento alguno cualquier coloquialismo, cualquier modismo que sea imperecedero, son algunos de estos recursos. Mediante un expediente tan habil, Azuela nos comunica Ia riqueza de un habla popular. Esa habla popular, esa sensibilidad para tratar las cosas tal y como son, sin ad or nos y sin afectaciones, y as i trasciende el orden de los factores que se utilizan en Ia novela actual. Aqu f no hay nada que se parezca al lenguaje Iiterario, entre comillas, aqu f no hay nada que este divorciado de Ia narraci6n. Azuela semeja un anciano que, sentado al pie del viejo arbol del pueblo, cuenta y cuenta historias e historias sin parar, para poder sentirse, para poder trascenderse. Es en este sentido de narracion en el cual considero a Azuela como uno de los novel istas mas importantes de esta primer a m itad de los setentas. Su manera de tratar el material tan vital que maneja, su decision de borrar las Iim itaciones a sus ambiciones, su deseo de liegar a plantearnos una ruptu ra sin afectar para nada su verdadero sentido del relato, es una fuente y es una veta. Si estas dos novelas no hubieran llegado a poseer esa fuerza y esa intensidad de Ia cual derrochan toneladas, seria por falta de capacidad del autor, porque tanto por su estructura como por su tema, tanto por su lenguaje como por sus personajes, tanto por su tension como por su tono, El tamafio delinfiernos, y Un tal jose Salome nos muestran el ejercicio de Ia novela como una voluntad de cuestionamiento, como una esencial decision de derrocar cartabones para decirnos, en nuestra cara, que Ia ciudad se convierte en un monstruoso engendro que tritura con similar entusiasmo las poblac iones y los seres que viven dentro 0 fuera de el. Y Azuela nos conmueve por ona.u ..... T uoo l mente Sa be 10 que r,~aŠooae dea ~t•CONACULTA BellasArtes


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