Revista de Bellas Artes, núm. 33, 1970

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MAYO

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JUNIO

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1970

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SECRET ARiA DE EDUCACioN PUBLICA S ecretario: Agustin Y aiiez Subsecretario de Asuntos Culturales: Mauricio Magdaleno INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y LITERATURA Director General: Jose Luis Martinez Subdirector General: Jose Antonio Malo Subdirector Tecnico: Jesus Sotelo Inclan DEPARTAMENTOS:

Administrativo: Xavier Par lange Arquitectura: Artes Plasticas: Jorge Hernandez Campos Coordinaci6n: Sergio Galindo iJanza: Clemen tina Otero de Barrios Difusi6n: Catalina Sierra Literatura: Antonio Acevedo Escobedo Musica: Miguel Garcia Mora T eatro : Hector Azar

REVIST A DE BELLAS ARTES Director: Huberto Batis Redacci6n: Rita Murua PATROCINADORES Banco de Londres y Mexico, S. A. Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A. Nacional Financiera, S. A.

Correspondencia: Revista de Bellas Artes. Palacio de Bellas Artes. Mexico 1, D. F. La colaboracion sera solicitada por el director; no devolveremos originales enviados espontaneamente ni acusaremos su recibo. De lo aqui publicado responden solo los firmantes. La propiedad intelectual de las obras que aparecen revierte a sus autores: solo ellos pueden autorizar su reproduccion parcial o total. [Registro en tramite] . Precio de ejemplar: $10 M.N. Suscripcion anual, 6 entregas: $50. One year, 6 issues: U.S. $5 Pedidos : A la Redaccion, tel. 5-18-55-37; al 5-18-01-80, ext. 27; y ala Oficina de Venta de Publicaciones del INBA. Telefono: 5-18-01-80, extension 58. Directo: 5-12-38-11.

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BELLAS \.

ARTES Mayo-Junio de 1970

SUMARIO

Mexico- Numero 32

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JUAN MARSE: El baile de las debutantes

13

FEDERico CMIPBELL: Sobre Juan Marse

22

ERNESTO CARDENAL: Marchas Pawnees

25

MIGUEL GONZALEZ AVELAR: Mimesis. Beatriz

27

LUIS CARLOS EMERICH: Under Ilustraciones de Adolfo Falcon

38

BRUNO SCHULZ: Ellibro (Tracl. Juan Manuel Torres)

44

ABRAM TERTZ: Pjentz (Trad. Rosa Maria Phillips) Dibujos de Antonio Serna

57

TELMA NAVA: Neblilunea. Este territorio. El territorio de la ternura. Para hablar de lo que jamas existi6. Hablemos del amor

60

CARLOS MONTEMAYOR ACEVES: Todas las tardes

64

MONICA MANSOUR: El negro en la poesia negrista

71

ALFONSO DE NEUVILLATE: El vampiro. Ausencia. Bohemia. La Africana

74

NICHOLA CHIAROMONTE: Antonin Artaud. ( Trad. Juan Jose Gurrola)

85

MARIANO FLORES CASTRO: Artaud

96

MIGUEL GUARDIA: Carta

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La palabra en la punta de la lengua

LA VIDA CULTURAL EN EL INBA

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JUAN MARSE

El baile de LAS DEBUTANTES Volvio a entrar en el dormitorio envuelta en su albornoz y mientras esperaba que se llenara Ia bafiera encendio un cigarrillo, descorrio las cortinas, recupero el frasco de sales y, sin mirarme (s6lo una rapida ojeada al tomo encuadernado de semanarios H ola, que seguia en la mesilla de noche) regreso al cuarto de bafio. Sobre el rumor del agua en la bafiera oi su voz, que disimulaba mal Ia contrariedad que le causaba mi repentino interes por aquellas viejas revistas. "lNo seria mejor que te levantaras? No sabemos a que hora lleganL .. " Le dije que era muy temprano y que ademas daba lo mismo, que su 路 marido me tenia sin cuidado. Cogi el pesado tomo, lo abri, busque un numero atrasado .. . "No me digas que te gusta leer esas cursilerias -grito ella desde !a bafiera-. No se por que las guardo, algun dia iran todas a la basura." "Haras muy bien." Y sentado en la cama, fumando, me enfrasque feliz en aquellas cronicas anonimas escritas por sublimes y densas mediocridades con el declo indice de una sola mano. Los ecos mundanos, a pesar del tiempo transcurrido, todavia llegaban mezclados con risas de muchachas, el claxon de un seiscientos y musica bailable de 1960, aquella fiesta juvenil con ambiente del legendario Oeste celebrada en Ia residencia veraniega de los senores Reynals, en Castelldefels, con asistencia de gran numero de invitados. Curiosa la repentina transformacion, ampliamente comentada en nuestros circulos de alta sociedad, que esta noche se oper6 en los distinguidos anfitriones (don Jose de BUfalo Bill y dofia Maribel de Juanita Calamidad) y tambien en sus salones y jardines, decorados conforme al estilo del viejo Far-West. En Ia foto de Ia izquierda todavia sonrien Merche Reynals y su intima amiga Dotty Lacalle graciosamente vestidas de bailarinas de "Saloon". Arriba, de izquierda a derecha segun Ia posicion del lector: Sissy Boada, Coqui Malabrida, Tan Pasarell, Polin Sanchez y Carlitos Romeu en la oficina del "sheriff", otro alarde de ambientacion. Abajo, sentados y con sendas pistolas: Kiko Cardellach, Tina Portabella, Nuria Claramunt y un amigo de esta no identificado y disfrazado muy convincentemente de "El Zorro" (detente en esos tiernos ojos vengativos, en esa cabal sonrisa sarcastica). Rumor de conversaciones, risas, un viejo piano, el verismo escalofriante de un desafio a muerte en el "Saloon": con estilo impecable "El Zorro" dispara el revolver que empufia su mano izquierda, al tiempo que con Ia derecha enlaza por el talle a Ia gentil hija de la casa (Merche Reynals) mientras en segundo termino y algo desenfocado el traidor "sheriff" ( Carlitos Romeu) se dobla de manera poco convincente. La fiesta transcurrio en medio de un animado ambiente de bromas y gags de aque-

* Fragmento de !a novela La oscura historia de La prima M ontse (en preparaci6n en Ja Ed . Seix-Barral) . 4

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llos viejos tiempos, y los senores Reynals fueron muy felicitados . He aqui un nutrido grupo de jovenes invitados; el misterioso enmascarado aparece en las ultimas posiciones, brazos cruzados sobre el pecho y apoyado indolentemente en una columna, medio oculto entre Ia bailarina de "Saloon" Nuria Claramunt y el elegante ventajista del Misisipi Kiko Cardellach (que aquel mismo verano, por cierto, moriria carbonizado a! volante de su primer seiscientos con una prostituta; una triste his to ria) . La ultima era, me di cuenta inmediatamente, una foto en cierto modo esperada por este lector tardio -pero entusiasta- de cronicas pequeno-mundanas: de pie ante !a mesa de poker llena de dol ares, el enmascarado se ha ganado definitivamente a Ia bella y abate a tiros a su rival el poderoso banquero (Kim Bofarull ) que cae fulminado. i Que emanaciones sutiles de que sueno enterrado, que cabos sueltos e inasibles y casi perdidos en el tiempo ondulaban en esa foto proponiendome atarlos al presente? Nuria habia cambiado mucho, ahora me daba cuenta lo nina que era entonces, debio ser la primera vez que enfundaba sus piernas en unas medias negras de red. Convincentemente prostituida en su disfraz ... Pero observemos al "Zorro": esta mirada va risiblemente mas alia de Ia parodia, el disfraz no alcanza a ocultar un recelo que nos hermana, un destello, una f{!lgida acechanza animal ante una superioridad del media ambiente que no esta por supue5to en las pistolas de plastico sino en lo real, en las reales categorias sociales que se ocultan tras los grotescos disfraces y decorados. Aquellos lias y manejos de Nuria, conozco a un chico para Ia instalacion elcctrica de Ia fiesta . . . Si, ahi debio empezar Ia cosa. Veamos este otro n{tmero, segunda quincena junio 1960, fuera Soraya en color intenta h acernos creer (sin conseguirlo en absolute) que nadie Ia consuela en Ia soledad de su destierro, dentro se ha casado Anita Desvalls con traje de shantung natural y joyas de antigua pertenencia familiar . . . Aqui: En el marco incomparable del Club de Tenis La Salud y bajo una maravillosa noche estival cuajada de estrellas se celebr6 con extraordinaria brillantez Ia \路crbena a beneficia de Ia Congregacion de Senoritas Visitadoras, de Ia que es activa secretaria Ia senora Carmen Reixach de Joveller (Menchu de soltera). Montse asistio, de mala gana. Los jardines genti~mente cedidos para tan benemerito fin aparecian bellamente iluminados y engalanados, ofreciendo un aspecto inolvidablc, lo que junto a Ia noche delicio:a contribuyo a que los centenares de invitados prolongasen Ia animada fiesta hasta altas horas de la rnadrugada. Ademas, en a pagina enter a con informacion grafica. "Estas muy guapo", me dijo aqui Montse, momentos antes de qu edar cegada por el flash, Vilella cazado con Ia cabeza vuelta hacia tio Luis pero con un ojo de serpiente traicionandole, fijo en el escote de Nuria, Nuria mirandome a mi, yo como un pasmarote, Ia boca abicrta -pero nad a de cso deda el pie de ]a foto, clara, ni tarnpoco que路 mi smoking y el de Salva nan alquilados. Me estaba enterando ahora que ]a velada fue amenizada por notables atracciones, entre las que destacaba el cuadro flamenco "Los Contrahecbos", y que se bailo animadamente a los acordes de varias orquestas que interpretaron escogidas cornposiciones. No faltaron los tipicos puestos de churros, el organillo, los farolillos y otros simpaticos detalles propios de las fiestas de caracter verbenero y popular. "Un poco estrecho de sisa, se te nota a! bracear", me advirti6 aqui tia Isabel, ya sentada en Ia mesa, sus ojos tontamente cerrados -siempre salia mal. En esta, conversando con las damas de Ia Junta Organizadora y mostrando en el gesto sus dotes de man do (yo de pie tras ella, solo se me ve hasta Ia cintura) no quedaria mejor, y un segundo despues levant6 el rostra para decirme: "Dile a Nuria que se suba de una vez el tirante del vestido." Ahora resulta que en Ia organizaci6n de Ia memorable velada colaboraron eficazmente el doctor don

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Pedro Viu Comajuncosa, miembro clistinguido de !a Sociedad Iberoamericana de J osefologla ( estudios josefinos) y don Luis Claramunt Fisas, vocales ambos de !a benemcrita entidad, y una junta de damas integrada por dona Isabel de Claramunt ( presidenta ) y dona Marta Man au de Manau ( vicepresidenta) y otras ilustres damas de nuestra sociedad. Bellas muchachas ataviadas graciosamente de "chulapas" madrilenas repartlan boletos para una rifa a beneficia de los citados fines con valiosos obsequios cedidos desinteresadamente por importantes y prestigiosas firmas contribuyendo as! a! gran exito que alcanz6 !a verbena .. . La alcance en Ia orilla mas soleada y luminosa de !a pista, aquella donde reinaban las debutantes. y ron~ tlmidamente su brazo con los dedos: "Nuria, tu madre dice ... " "Dejame en paz, i quieres? Y quita las manos. Siempre tocando'' Asistieron y dieron realce varias personalidades. De izquierda a derecha, empezando por arriba: con des de Arb6s y marqueses de Calafell; baronesa de Flguls y vizcondesa de los Cuerpos de La Nava; senores de Barrancos, Comamella, J uncadella y Gratac6s; Llop, Dot, Bachs, Dachs, Codorniu, Llofriu, Sal at y Rafat; Climent, Manent y Prudent; Sert, Mon, Nin, Am at, Serrat (don Oriol) Malet y Fatj6; Con ill, Bofill, Gassol y BassoIs ; Faixat, Cotonat y Llapat; Bufala, Pahissa, Pujol y Despujol. Y otros muchos que harlan interminable esta lista. Tres bellisimas muchachas vistieron sus primeras galas de mujer: M enchu Nin, Chari Recolons y Nuria Claramunt. El trio de debutantes, elegantemente ataviadas, rivalizaban en belleza y simpatia. Estaban encantadoras y toda !a noche se vieron rodeadas y solicitadas por un nutrido enjambre de j6venes admiradores que las hicieron objeto de justo homenaje. Estuve dando vueltas en torno a las mesas de las casadas, deteniendome en !a calidad bronclnea o marfileiia de ciertos hombros desnudos. Varias veces me cruce con J'\1ontse, iba sonriendo de mesa en mesa con una amiga, recogiendo fondos. Tambien estaban presentes y luciendo sus naturales encantos las o:enoritas Rosy Lagarde, Queta Camps, Tere Serrat y Maria Eulali::t Bertran. En Ia mesa , sentadas: Coqui Malabrida, Janine Xifreu, Yoya Fatj6, Cris Nogues, M aite Fontcuberta, Margot Arnus y Ana y Totona Gratamamella. Arriba: Ia mesa c!rl conocido industrial don Jorge Reix Salarich y su familia . Aba jo: !a bailarina Lucero en un mom en to de su actuaci6n. Emitiendo li nguidos efluvios, pro1ongadas voluptuosidades ( esa mezcla de cara fea y piernas bonitas que en las muchachas ricas resulta tan excitante) las menos agraciadas fumaban con una soltura envidiable y tenian en soledad un estilo de cruzar las rodillas y un mirar entre descarado y cegato que me sumia en hondas reflexiones sobre !a vigencia y esplendor de nuestra tradici6n braguetistica nacional. Pero el grupo de las debutantes era el mas animado. Rodeaban a las hijas de !a elegancia, haciendolas objeto de admiraci6n y simpatia, un selecto grupo de solteros de "alta cotizaci6n" entre los que pudimos distinguir a Guillermo Rivas, Miguel Angel Amat, Salvador Vilella, Luis Trias de Giralt, Francisco Javier Bodegas, Alvaro Clotas y Salvador Rosa!. Siempre ditin'tmbico ( e ingenuo, pues ni Vilella ni yo mereclamos scr incluidos en esta legendaria lista) el cronista consignaba que se habia iniciado brillantem ente el baile, animado por musica que difundlan los innumerables altavoces profusamente distribuidos por el parque, a! mismo tiempo que se abrian los diversos y bien surtidos buffets con cientos de botellas de champagne y de whisky a\i como millares de pastelitos, pastas, canapes, pollos frios y aceitunas de diversos tamanos y colores. La selecta concurrencia fue esplendidamente obsequiada con generosos vinos de exquisita marca y grado. A Nuria le cost6 concederme un baile. "Tu hermana esti muy nerviosa", le dije en esta borrosa panoramica, bailando muy juntos en Ia orilla del mar de cabezas. Yo no bailaba mal, sabre todo de cintura para arriba ( un smoking envarado y varonil evolucionando con !a fria elegancia de una percha) pero m e traicionaba

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el loco juego de piernas, la nerviosa tendencia a Ia floritura y a Ia espuela. Luego apretaria a Nuria tan dulcemente a mi cuerpo, insistiria tanto en pasear juntos por lo oscuro del parque, que se enfad6 y no quiso bailar mas conmigo. Se excus6 y fue a arreglarse el tirante del vcstido. En lo mas animado de Ia fiesta, ocurri6 que Ia vizcondesa de los Cuerpos de La Nava acept6 Ia invitaci6n de una bailaora de "Los Contrahechos" y salt6 al tablao, donde se arranc6 por sevillanas. El garboso braceo de Ia vizcondesa fue muy comcntado. La vizconde:a vestia un sencillo traje azul sin mas adorno que unas flores en el pclo. Rapidamente se organiz6 una tertulia en Ia mesa de los senores Claramunt (don Luis) don de sali6 a relucir Ia gracia y Ia sencillez de Ia vizcondesa. Poco antes, el conocido y prestigioso hombre de negocios don Jorge R eix Salarich, que ocupaba con su familia una de las mesas pr6ximas al tablao, habia prometido publicamente hacer entrega de una elevada cantidad en metalico con destino a engrosar los fondos pro-labor social de las senoritas visitadoras si Ia vizcondesa se atrevia a aceptar Ia invitaci6n de la bailaora. La ilustre dama no se arredr6, y con rapidez subi6 las escaleras del estrado situandose en medio de "Los Contrahechos". Y se arranco par sevillanas. Con gracia, con garbo, con gentileza y elegancia inimitables Ia vizcondesa admir6 a los asistentes y a! final un gran aplauso premi6 su gesto alegre y generoso, mientras en su mesa don Jorge Reix echaba mano a Ia cartera, simb6licamente enfurrunado (buen perdedor en estos lances, no hay que decirlo) y entregaba a Ia joven postulante Montse Claramunt Ia cantidad convenida en Ia original apuesta. Se le vio luego rubricar su rumboso gesto a! besar inclinadamente gentil la mano de la vizcondesa y felicitarla por su lucidisima actuaci6n, lo cual fue muy celebrado por la concurrencia en medio de un ambiente de franco buen humor y regocijo, si bien con Ia justa, no hay que decirlo, ponderaci6n. Y sin mas acontecimientos dignos de menci6n se reanud6 el baiie, que fue muy Iucido. Buscaba yo a Montse para saber a cuanto ascendia la apuesta, y no Ia encontraba (alguien me dijo que habia ido a entrcgar el dinero a la Junta) cuando tio Luis me puso Ia mano en el hombro: "~ T e diviertes, muchacho?" - y el flash le inmortaliz6 de perfil, el vasa en Ia mano, Ia nariz vernacula y hurana rozando el trasero en segundo termino de Ia senora Bux6. Yo no aparezco,

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fui excluido. Pero le dije: "iHas visto a Montse?" "No." Principal atracci6n de la velada fue el vals del Caballero de la Rosa bailado por las tres bellas debutantes, cada cual con el respectivo autor de sus elias. Las debutantes efectuaron su entrada en el gran mundo con una profunda reverencia ante la nobleza, representada en esta ocasi6n por la vizcondesa de los Cuerpos de La Nava. Fuegos de artificio, cohetes y bengalas iluminaban Ia alta noche verbenera y derramaban perezosas estrellas. Ocurri6 poco despucs: cuando aun no habia empezado a despun tar el alba arrebolada por encima de los arboles artisticamente iluminados, y palpitaba intensamente la alegria de vivir en nuestros j6venes corazones alii reunidos, y brillaba de manera especial en los sonadores ojos de las tres debutantes que infatigables bailaban con sus adoradores, en cuyos apuestos hombros recostaban las cabccitas turbadas por cl dulce vertigo de Ia danza y por el exito personal de esta noche que sin duda recordarian toda su vida, notose Ia inexplicable desaparici6n de la gentil senorita Montse Claramunt, muy conocida y estimada en los medios de ayuda social y beneficencia diocesana. Su ausencia venia prolongandose por espacio de dos horas en el momenta de ser verificada por la familia. El h echo trascendi6 inmediatamcnte al publico por culpa de Nuria, que manej6 su nerviosismo como una forma sutil de coqueteria: "Me temo lo peor ... Llevaba mucho dinero ... ", decia a su corte de ad orad ores y a sus ami gas, contagiandolas. En efecto, cundi6 la alarma y serpente6 entre Ia distinguida concurrencia al saberse que Montse era depositaria de cicrta cantidad de dinero . una parte del producto de la venta de boletos mas el importe de la memorable apuesta -cantidad esta que no fue revelada, pero que viniendo de mano tan desprendi da debemos cstimar con largueza- por lo que sus padres, los senores Claramunt (don Luis ) mostraron su natural inquietud ante tan extrano proceder, lo mismo que Nuria, que precisamen te esta noche lucia por vez primera sus galas de mujer y vio de prontn su alegria ensombrecida por una nube de pesar. Ciertamente, esta deliciosa criatura de sedosos cabellos y turbadores hombros dorados ( y decir esto es recoger solamente una parte de los elogios que estaban en Ia mente de los presentes) con su aire juvenil y deportivo adquirido precisamente en las pistas de este recinto, se afect6 mucho con Ia desaparici6n de su hermana y anduvo buscandola de mesa en mesa con su libro de baile en el que recogia aut6grafos, acalorada, con el pecho agitado y los labios entreabiertos, con su precioso modelito blanco muy escotado y causando la admiraci6n general por su encanto y su belleza. Excitadisima preguntaba por la ausente, repartiendo discretas sonrisas que no conseguian disimular totalmcnte su angustia. ~Que hace mientras su primo? Nada. Sentado rigidamente al borde de la pista, frio y anodino, sin pasado y sin futuro, es un joven malconocido embutido en un smoking de alquiler que observa con su melancolia de cretino comarcal a las j6venes y ardientes parejas que evolucionan extasiadas bajo la luz de los focos ... Seguia a Nuria una corte de admiradores deseosos d e prestar gentil ayuda, pero ella no les atendia y su nerviosismo era tal que no se clio cuenta que se le habia roto un tirante del vestido. Cuando una amiga se lo hizo ver discretamente, enmedio de la pista de baile, casi desierta en aquel momento y barrida por la rutilante luz de los focos, mi prima, riendose levemente, se cubri6 Ia cara con las manos en un espontaneo gesto de rubor, que fue muy favorablemente comentado. Entonces vino corriendo hacia mi, quiza para que tambien me alcanzara un poco de aquel extasis que irradiaba, una pizca de aquel h omenaje de admiraci6n, de aquel murmullo general, y durante unos minutos fue ella, si nos es permitido decirlo, la feliz triunfadora de la noche, la reve!aci6n de la temporada, Ia esperada y tremula aparici6n de aquella feminidad con casta y tradici6n seculares que convierte a nuestras fiestas, con su sola presencia, en hitos inolvidables dentro de la contem-

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poranea Historia de la Sociedad. Maravillosa muchacha y maravilloso vestido, ciertamente. Su nombre iba de boca en boca y circulaban toda clase de rumores y discreciones cuando, de pronto, en un momenta que en el angulo mas iluminado de Ia pista ella apoyaba su ape>adumbrada cabeza en el pecho de su joven primo Francisco Javier Bodegas, se produjo en la concurrencia el milagro del presagio, algo que esta mas alia del tiempo y del espacio, la sutil percepci6n de su futuro de mujer mezclado todavia con un casto aroma de lirio tempranero e inmarcesible, con vagas historias o leyendas de rancio perfume virginal. En efecto, todo el mundo crey6 ver que, en su constante ir y venir por entre las mesas buscando a su hermana, Nuria Claramunt llevaba ya consigo las insensatas luces del manana, Ia amenaza fatal de otra vida mas intensa y excitante, aquella cuyas puertas se le a brian alegremente esta noche con su brillante presentaci6n en sociedad: las del amor. Habia que ver sus finos tobillos de gacela; porque como en una reve'aci6n comprendi de pronto, en mi quemante calidad de primo carnalisimo, que aun siendo todavia una nina habia ofrecido ya en alguna penumbra propicia el abrazo de la ansiada incontinencia, por decirlo paradojalmente. Era ya toda ella, poseida de algun modo por el delicado espectro de la hermana misteriosamente desaparecida en las tinieblas de Ia noche, la prernonici6n de si misma en el incierto manana de la vida, ardiente y fragil llama expuesta a todos los vientos, indefensa criatura y paipitante encarnaci6n de cierta feminidad suntuosa y siempre amenazada par un peligro oculto, astuto, soberano y decididamente viril.

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"Sacarne de aqui", murmur6 su boca en mi pechera, de un blanco dcclinante. "Ya esta bien con el numerito, ~no?", le dije. Pregunt6 insistentemente por su hermana en los grupos juveniles, pero en ellos result6 que apcnas se habia gozado de su amable campania en toda Ia noche, pues era la joven desaparecida, segun se dijo, de natural recatada y poco dada al baile. Discretamente circul6 entonces un rumor, segun el cual Montse habia sido vista cerca de Ia entrada principal del Club, en el aparcamiento de caches, paseando por lo oscuro con un joven desconocido en mangas de camisa, moreno y mas bien atractivo, no muy alto al parecer, aires de golfante, evidentemente ajeno a los benemeritos fines de la fiesta. Con 16gico sobresalto, al enterarse, mis tios procedieron a buscar a su hija en las zonas mas oscuras del jardin e incluso en el interior de los coches aparcados, comprometida operaci6n que cncerraba alguna sorpresa en materia de insospechadas conexiones trasconyugales y hasta cierto punto disculpables devaneos nocturnos. Tio Luis se mostr6 discreto y delicado hasta limites increibles, con un partidarismo que estaba en contradicci6n con sus principios morales y con el esfuerzo desplegado en la busqueda. En algunas j6venes parejas, el publico reconocimiento oficial de su noviazgo asomaba altanero en sus ojos y entonces tio Luis se disculpaba, cerraba la puerta del coche y se escurria como una sombra. Result6 sin embargo especialmente irreparable el susto y la consiguiente fuga de los adormilados gorriones que, notando Ia proximidad de la aurora, se arrullaban urgentemente en las fragantes frondas del parque. Tere Serrat perdi6 un zapato. "Se habra ido a casa, tio'', decia yo. "Eso me temo, que se haya ido. Pero no a casa." La gentil personita motivo de justa preocupaci6n, pues aventurandose a! exterior de la noche con el dinero podia haber sido victima de algun desaprensivo, fue hallada finalmente en el oscuro interior del lujoso autom6vil "Mercedes" propiedad de la vizcondesa de los Cuerpos de La Nava. Lo que estaba hacienda alli result6 tan inesperado y fuera de Iugar que produjo en los senores Claramunt (Don Luis ) una gran confusion: su hija se hallaba platicando acurrucada o mas bien francamente abandonada en los brazos del desconocido, posteriormente identificado como peligroso ex presidiario, que Ia besaba apasionadamente en los !abios rojo cereza. "Sal de aqui", orden6 tio Luis abriendo violentamente la puerta. Sorprendida, con las mejillas encantadoramente arreboladas, parpadeando sus ojos negros detras del crista!, con femenino gesto precipitado Ia senorita Montse Claramunt compuso los pliegues de su falda al tiempo que sobre sus rodillas una tenebrosa mano masculina describia, en su perezosa retirada hacia las sombras, un circulo incompleto de indiferencia y de fastidio. La puerta del autom6vil abierta por tio Luis, y muy violentamente, la senorita Montse, visiblemente consternada, se tom6 su tiempo en apearse. La luz de la luna banaba sus rodillas temblorosas, lo demas permanecia en sombras. El incidente se producia, no hay que decirlo, dentro de las mas estrictas normas de la correcci6n. En este momento se hallaban ya presentes, ademas de mis tios y de Nuria, algunos intimos, entre los que citaremos a don Jorge Reix, al general laureado en reserva don Lauro Mata, a Ia vizcondesa de los Cuerpos de La Nava y al joven Salvador Villa, asiduo acompaiiante de la senorita Nuria y muy allegado a su familia. "~No me oyes, hija?", dijo casi dulcemente tio Luis. "Que bajes en seguida." Y dirigiendose a! intruso, impasib!e entre las sombras: "Finalmente tendremos unas palabras usted y yo, joven." Mantenia Ia puerta del coche abierta, estupefacto ciertamente pero sin perder en ningun momento Ia calma, esperando serenamente ver salir a su hija, cuando, anticipandose con su natural gracejo, conciliadora y mundana, diciendo algo a

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proposno ae que Jas cmaaaes con puerto de mar son proplC!as al amor, Ia VlZcondesa se asomo riendo al interior del automovil y hablo un instante con la furtiva pareja que, al parecer, a{m no se habia desenlazado totalmente por debilidad. La risa fresca y mediadora de Ia vizcondesa, mezclada con las notas musicales que la brisa traia desde Ia pista de baile, fue como un balsamo para todos los presentes. Finalmente mi prima, que estaba radiante con su precioso modelo de encaje de petalos y seda salvaje, hizo su esperada aparicion al pie del automovil y fue admirada por los curiosos, pasando inmediatamente a ocupar, del brazo de su padre, el sitial que le correspondia. "Y ahora quiero hablar con este sinvergiienza", insistio tio Luis. Un intenso y turbador olor a nardos se expandio repentinamente en Ia noche y envolvio las nobles cabezas de los testigos: ella, arrebolada, hermosisima, sostenia un precioso ramo que caus6 Ia admiracion general. El, sonriente, desconocido galan de rigurosa camisa blanca a manga recogida y con un negro mechon de pelos caido sobre Ia frente, descendio del automovil con una sugestiva natural soltura que no paso por alto a Ia selecta concurrencia. Con la delicadeza de que siempre hizo gala en situaciones semejantes, la vizcondesa acogio a la ruborizada joven, mientras Ia senora Claramunt (dona Isabel) sufria un ligero malestar pectoral y era asistida por su marido y el general, que inmediatamente procedio con bien timbrada voz y firme el ademan a interrogar por no decir increpar a! desconocido y vandalico joven que, con pasmosa sangre fria, cerro Ia puerta del automovil y, tras dirigir una seductora sonrisa de aliento a mi prima y otra de agradecimiento a Ia vizcondesa, aprovecho Ia momentanea confusion para alejarse hacia Ia salida del Club, donde fue definitivamente y convenientemente engullido por las sombras exteriores de Ia noche. Pasado el primer efecto de estupor, los asistentes a l acto procedieron a un discreto y susurrante intercambio de pareceres, distinguiendose Ia recia voz del general al comentar desfavorablemente Ia indisciplina de Ia juventud actual, interesante opinion que no era compartida por Ia vizcondesa, de modo que entre ella y el general, mientras los demas regresaban a la pista de baile, Ia discusion se prolongo aparte y en Ia intimidad todavia caliente del automovil de la vizcondesa hasta bien entrada la madrugada. "~Y el dinero ... ?", oi que Nuria le susurraba a Montse al volver a Ia mesa. Montse callaba. Podia oirse todavia Ia aterciopelada risa de la vizcondesa fluyendo a lo lejos, en Ia exotica noche azul de su boca ancha, inmensa, vampirica, cuando la familia Claramunt y sus mas directos allegados, dando por finalizado un incidente no susceptible de ulteriores complicaciones, pasaron nuevamente a ocupar su mesa y prosiguio la fiesta como si nada hubiera ocurrido. Posteriormente se conocieron mas detalles: el portero del Club declaro que el desconocido se le habia dirigido en Ia entrada para rogarle amablemente que avisara a Ia senorita Montse, pues tenia algo urgente que comunicarle; que hablaron largo rato en voz baja paseando por lo oscuro del parque y que luego subieron al automovil, en cuyo interior estuvieron mas de una hora aproximadamente; que la discrecion que caracterizaba a! servidor en cuestion le habia impedido acercarse para ver que sucedia en el interior del automovil, pero que era facil de adivinar, y que perdonaran Ia expresion. Sobre este punto, los comentarios en las mesas fueron de una absoluta discrecion. En general, el singular suceso merecio el tibio calificativo de inoportuno, pero no constituyo al parecer ninguna sorpresa: se comento que mi prima, actuando en funciones de Ia Congregacion a la que pertenecia, y donde desarrollaba una positiva y benemerita labor social, frecuentaba misericordiosamente desde jovencita el trato de necesitados, enfennos, presos y demas gentes de humilde condicion, en especial Ia del interfecto ( un caso desesperado) en cuya compania habia sido sorprendida esta noche

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dentro del autom6vil de la vizcondesa, y del cual era muy posib!e que se hubiese enamorado perdidamente, por esas cosas de Ia vida, en contra de los deseos y previsiones de la familia. Esto se dijo, y en sordina. Y con no menos discreci6n, teniendo en cuenta las virtudes que adornaban a mi prima, igualmente fue considerada Ia posibilidad de un devaneo, un repentino, aunque ciertamente poco oportuno, rapto de los sentidos. Sea como fuere, llam6 Ia atenci6n el que desde este momenta muchisimos j6venes pertenecientes a di~tinguidas familias de Ia mejar sociedad barcelonesa hicieron objeto de sus preferentes atenciones a la felizmente recuperada senorita Claramunt, que daba muestras de su natural fatiga y emoci6n, por lo que no tarcl6 en retirarse a sus aposentos con su familia, tan conocida y estimada en los medias. No trascendi6 de los circulos estrictamente familiares Ia nueva prueba que Montse habia dado de su insensata generosidad y de ~u total sumisi6n a! presidiario (le hizo entrega del dinero que ella hab!a recaudado) y Ia fiesta prosigui6 muv animada, prolongandose hasta altas horas de la madrugada. En resumen: una noche inolvidable para cuantos se congregaron en aquellos hermosos jardines.

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I

SOBRE JUAN MARSE [PRESENTACION CON PRESENTACIONES1 por FEDERICO CAMPBELL La siguiente semblanza de Juan Marse quiere llegar a! lector a traves de un procedimiento muy utilizado en estructuras novelisticas: Las cajas chinas. La PRIMERA caia seria Ia presentacion que Jaime Gil de Biedma hizo de Juan Marse en un acto publico. La SEGUNDA seria el conjunto de citas que hizo Jaime Gil de Biedma al hablar de un articulo de Mario Vargas Llosa. La TERCERA estaria ocupada por Ia defensa que de Mario Vargas Llosa hizo Carlos Barra!. Y Ia CUARTA corresponderia, por fin, a Juan Marse. Ademas. de confirmar que un novelista no necesariamente es un buen conversador, el autor de La oscura historia de la prima Montse apenas balbuce6 dos 拢rases en Ia ocasion de aquel acto publico y tuvo que hacer - por escrito-- las declaraciones que el redactor de esta nota transcribe como corolario. A finales de 1969 tuvo Iugar en Ia Iibreria Cine d'oros de Barcelona uno de los coloquios programados bajo el nombre de Nueva Narrativa Hispanica que pretendia enfrentar a! escritor con una parte reducida de su publico y juzgar, a! mismo tiempo, lo que ha sido la novela de Espana en los ultimos diez afios. Una semana antes que Juan Marse, Juan Garcia Hortelano hizo una especie de mea culpa en nombre de los novelistas del llamado realismo social y de alguna manera, por extension, aludia a Ia obra de Juan Marse. Mas tarde, en la fecha sefialada, Jaime Gil de Biedma se encargo de presentar a Marse y a opinar sobre su obra : 1)

Supongo que si se me ha pedido que abra este coloquio no es porque haya leido las tres novelas de Juan M arse sino porque durante una cpoca el y yo tuvimos una relacion muy frecuente. Lo conozco desde hace diez afios, y desde entonces su can路era novelistica ( o, mejor dicho, su carrera dentro de la sociedad literaria) ha sido bastante diferente a lo que entonces parecia que iba a scr. Cuando Juan fue fina-

lista en 1960 del premio Biblioteca Breve, practicamente era una perla negra dentro de la sociedad literaria de la epoca. Su novela, Encerrados con un solo juguete, estaba bien. El era inteligente, afable, partidario de tomar copas, y ademas, en el momento en que le dieron el accesit del premio Biblioteca Breve, trabajaba de operario en un taller de joyeria. Es decir, era un obrero. Esta caracteristica lo ponia en una posicion absolutamente privilegiada en Ia sociedad literaria. Juan era un escritor que habia escrito una novela que estaba bien y ademas era obrero: no se podia pedir mas. Por otra parte, tenia un fisico agradable, era una persona simpatica e inteligente, y se veia que iba a tener en los proximos tres afios (que es lo que mas o menos dura una moda Iiteraria) una carrera fulgurante. Tenia un papel que desempefiar dentro de la sociedad literaria: el de escritor obrero. Este papel resultaba tan incomodo como el de escritor catolico o el de escritor perverso o el de escritor comprometido, y en general, porque Ia gente no juzga a! escritor por Ia calidad de su cultura literaria sino en funcion de las ideas que tienen sobre el y de lo que esperan oir de er. Todos sabemos lo que son las sociedades literarias, y de manera especial sabemos Io que es la nuestra: algo asi como un gran ducado aleman del ancien regime: muy pequefia, muy jerarquica, muy etiquetera, muy protocolaria, muy puntillosa, y padece de una especie de herida incurable de irrealidad que Ia hace adherirse de manera absolutamente conformista a cualquier moda. Bajo estas circunstancias, para una persona como Juan Marse, que hasta entonces no ha tenido un contacto demasiado frecuente con Ia sociedad literaria, es bastante penoso entrar y encontrarse reducido a desempefiar un papel determinado. Por si fuera poco, Ia sociedad literaria es una sociedad clasista, progresista pero con una tremenda conciencia de clase (por eso para ella un escritor obrero es una bendicion del cielo). Como en realidad el 98% de los escritores no uertenecen a la clase obrera, entonces en el fond~ hay una prevenci6n y ya no se trata de un fenomeno literario; se trata de un fenomeno de la sociedad literaria.

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JUAN MARSE

Lo primero que se dice de un escritor de origen obrero es que es autodidacta, lo cual conlleva varias implicaciones. Primero, que es una persona encantadoramente simpatica y naturalmente ingenua. Segundo, que no hay que hacer mucho caso de lo que dice "porque el pobre tiene tanto merito". Juan llego a la sociedad literaria y se encontro con que todo el mundo lo recibia muy bien, pero hasta cierto punta. y no solo porque habia escrito una novela y estaba a punto de escribir otra mucho mejor todavia, sino sencillamente porque trabajaba en un taller de joyeria. Por lo tanto se encontro de pronto en aquel ducado aleman hablando de sus ideas politicas con un chambelan de origen burgues que lo escuchaba con una condescendencia respetuosa y con una total falta de atencion a lo que decia. Esta situacion es muy molesta cuando el escritor se da cuenta de que no se atiende a Ia calidad de su libro, no a Ia calidad del producto sino a la naturaleza del producto, no a como lo va a hacer sino en que linea o por donde lo va a hacer. Yo he vivido precisamente la epoca en que Juan empezaba a encontrarse molesto con el papel que se le habia asignado y que no desempenaba demasiado bien 0 que no desempenaba en lo absoluto. En esa epoca estaba escribiendo Ultimas tardes con Teresa que en 1965 fue galardonada con el premio Biblioteca Breve, en un momento en que el codigo de observancias

literarias que habia regido a la sociedad literaria empezaba a estar seriamente en entredicho; aunque por otra parte subsistia esa actitud tan patrocinante de simpatia por el autor pero de total ÂŁalta de atencion a lo que decia o a lo que se proponia. Durante dos anos estuve de huesped en el taller literario de .Juan Marse. Fue algo muy interesante (no se si para el o para mi) . Generalmente los escritores no disponemos de bastante tiempo para apasionarnos por lo que esta hacienda el otro escritor. Por mucho que estimemos su obra, siempre ocurre que estamos demasiado divertidos o con demasiado trabajo o demasiado cansados para realmente discutir con el acerca de su trabajo. En aquella epoca que duro dos anos, Juan habia dejado el trabajo en la joyeria, habia vuelto recientemente de Paris, no se habia casado a{m, lo cual queria decir que no tenia dinero pero tampoco problemas inmediatos para el dia siguiente, no tenia mas problema que escribir, y tambien tenia mucho tiempo libre, y como consecuencia hablamos interminablemente durante dos anos en que vi escribirse Ultimas tardes con Teresa. Algunos capitulos los oi primero contados antes de leerlos escritos. Tenia una idea bastante aproximada de lo que Juan Marse se proponia hacer con su novel a y de lo que Juan Marse era como ser humano y como escritor. Cuando aparecio Ultimas tardes con Teresa

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ya era evlOente que Juan M.arse no nao~a necno la carrera literaria a la que estaba predestinado. Parece ser que esas ideas de respetuosa o afable condescendencia, con respecto a un escritor que no pertenece a la clase burguesa, son bastante dificiles de rectificar.

2) Recuerdo cuanto me divirti6 e irrit6 un articulo de un novelista excelente que sobre todo cuenta con una posicion social literaria sobresaliente en el mundo de habla espanola, Mario Vargas Llosa, que ademas habia sido jurado del premio Biblioteca Breve en 1965 y votante ademas a favor de Ia novela de Juan Marse, por lo que implicaba de absoluta desatenci6n a lo que el autor se habia propuesto. Mario Vargas Llosa es una persona inteligente, encantadora y dieciochesca, tiene una idea sacramental de Ia novela, y una gran sensibilidad literaria, y se habia dado cuenta de que Ia novela de Juan era buena. Es decir, Ia musicale habia gustado, pero habia errado de la manera mas total y absoluta el argumento y los cantables. Dado que Mario Vargas tiene una gran ifluencia y ponia a la novela a un nivel bastante elevado, creo que vale la pena repasar sus equivocaciones sobre todo porque son de una pedanteria encantadora. Para Vargas Llosa Ia mejor novela que ha publicado Juan Marse lo es por las siguientes razones: "La excelencia de Ia novela reside en una curiosa metamorfosis que se opera en su seno, en una violaci6n manifiesta d e los calculos y los deseos del autor." Realmente una novela de 500 paginas que resulta ser buena porque su autor viola manifiestamente sus calculos y sus deseos debe ser una novela hecha por un autor obcecado que llega a la pagina 500 sin darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Una declaraci6n asi requiere ciertas explicaciones: "Pocas veces ha reunido un autor tan variados y eficaces recursos para escribir una mala novela y por eso mismo resulta tan notable y asombrosa Ia victoria de su talento sobre su raz6n."

A Vargas Llosa le intriga lo del talento y lo de Ia raz6n, e incluso llega a comprender que puede referirse a un talento particular para tocar el piano o para Ia cocina que no tiene nada que ver con el ser humano en conjunto. Pero luego viene la explicaci6n: "Leyendo Oltimas tardes con T eresa, he tenido la impresi6n de asistir a los minuciosos e impecables preparativos de un suicidio que esta cien veces a punto de culminar en una hecatombe grotesca y que siempre se frustra en el ultimo instante por Ia intervenci6n de esa fuerza incontrolable y espontanea que anima las

palabras y comumca Ia verdad y Ia v1da a todo lo que toea, incluso a Ia mentira y a Ia muerte, y que constituye la mas alta y misteriosa facultad humana: el poder de creaci6n." Es decir, ahora comprendemos que Ia novela es buena a las 500 paginas porque ha intervenido deus et machina y porque su autor sabia premeditadamente que era mala, y todo esto es una facultad humana de las mas misteriosas, el poder creador. Segun Mario Vargas el libro es el mas vigoroso y convincente de los escritos estos ultimos anos en Espana y su autor es un burro flautista. La apreciaci6n de Vargas Llosa s6lo tiene interes en cuanto denota un prejuicio de escritor burgues. Tal vez esperaba que Juan escribiese otro tipo de novela, y como Mario ticne suficiente talento literario para darse cuenta de que Ia novela es buena, mas bien parece que ha sido a el a quien le ha sucedido que su talento de lector triunfe sobre su raz6n. Pero la novela de Juan Marse no responde a esos prop6sitos tan claros, de metaforas grandes, de que hablaba Mario Vargas L!osa. Esos prop6sitos, segun Mario Vargas, eran los siguientes: "EI Pijoaparte y el autor aparentan a lo largo de Ia novela una complicidad, una alianza sumamente antipatica y en todo caso desleal para con las demas personas del libro. Este rufian apuesto, desenvuelto y locuaz, parece haber sido concebido como un instrumento del descredito, como la mano justiciera que rasgara el velo que disimula Ia impostura de Teresa en su circulo. En efecto, la sabia intromisi6n de ladrones en este mundo bast6, 0 mas bien deberia bastar, segun los flagrantes prop6sitos del autor, para destruir las apariencias y sacar a Ia luz Ia falsedad de la rebeldia de estos j6venes, su mentira predilecta, su inconfesable solidaridad con sus traumas sexuales y sus mitos." Desde este punto de vista, parece ser que la finalidad del libro era poner al desnudo la falsedad de rebeldia de la izquierda juvenil burguesa, su mentira profunda, etcetera, y, curiosamente, con un objetivo tan limitado a Ia vista, a Juan Marse se le fue el libro de las manos y le sali6 una novela buena. Realmente, no. Juan es una persona inteligente y Iucida, y esto se ve en un capitulo que preocup6 mucho a Mario Vargas. Hay un pasaje en el que aparece Juan Marse; es en un baile y no se le entreve mas que la nuca y los hombros. La descripci6n que hace Juan es de tal exactitud que realmente escalofria. Muy poca gente conoce que impresi6n causa a los demas cuando es vista de espaldas y se marcha. Race falta ser bastante Iucido para ello, y se supone que cuando una persona que cuenta con esa lucidez para saber que aspecto tiene por detras a! escribir una novela de 500 paginas, aplicara algo de esas dotes. Cuando Juan Marse volvi6 de Paris ya tenia 15

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el nucleo de la novela, aunque el apodo del personaje no es suyo. Antonio Perez facilit6 a Juan el nombre de un personaje que ya no existia. Asi empez6 la novel a. Pero l por que ese nombre tiene el poder de polarizar a una serie de personas, de imagenes, de ideas, y de historias? Porque lo que se incorpor6 en el nombre del Pijoaparte eran suenos y proyecciones de Juan Marse. El Pijoaparte no fue concebido para que los lectores tuviesen conciencia de clase, sino para ser una proyecci6n de a! go que a Juan Marse le gustaria ser. El Pijoaparte es guapo, inteligente, simpa.tico, no tiene escr(tpulos, quiere hacer carrera (lo cual es una cosa que compartimos todos y que comparte Juan Marse), pero ademas tiene algo que no tiene Marse -uno de los seres mas nihilistas y pesimistas que yo he conocido-: el Pijoaparte tiene Ia capacidad de pensar que va a escapar a su clase, o sea: tiene la capacidad de hacerse ilusiones. Es imposible entender Ia novela si no se comprende que el Pijoaparte no es un instrumento para poner al descubierto los mitos o los traumas sexuales, o Ia superficialidad de una clase. Sencillamente1 Ia finalidad de la novela fue dejar al Pijoaparte salir por el campo de Montiel y correr hasta donde pudiera. E! Pijoaparte esta hecho de Ia materia de los suenos de J\,1arse. No es un instrumento, sino una cristalizaci6n, o un desahogo, y tambien quiza una venganza contra el Pijoaparte. La idea primera era que este confinase sus aventuras er6ticas a su barrio, pero ya puesto en Ia pendiente de satisfacer los suenos del autor, Juan anadi6 otro personaje, que no es Ia proyecci6n de un posible Juan Marse, sino de sus suenos. Teresa esta hecha tambien de Ia materia de los suenos. Es encantadora, guapa, y esa es su realidad que se pone de manifiesto desde el primer momento. No vale decir que el personaje finalmente se subleva, que habia sido concebido como maniqui y luego adquiri6 vida. No. Estuvo muy vivo desde el primer momento. La primera aparici6n de Teresa en la novela tiene Iugar cuando se ve ella corriendo por un jardin a oscuras, un atardecer, con una gabardina, y con un cintur6n que cuelga, y un poco despeinada. Esta encantadora. Guapisima. Tal como yo creo recordar Ia genesis de la novel a, Juan Marse se encontr6 con dos personajes ( dos suenos incorporados) : Manolo el Pijoaparte que lo incorporaba a el, y Teresa que incorporaba una serie de suenos er6ticos de Marse, que no es sino el deseo de Ia muchacha burguesa encantadora sobre Ia cual uno no se hace muchas preguntas ni se interesa mucho en hacerlas. El problema era c6mo poner en contacto a los dos personajes. La soluci6n era primero meter a Maruja de por medio y luego hacer que Teresa fuese una joven estudiante de izquierda. El mecanisme result6 totalmente a la invena. No se mont6 toda la historia para po-

ner a! descubierto a los j6venes de izquierda sino que se hizo a Teresa de izquierda para que pudiese conocer a! Pijoaparte, y no s6lo porque lo conoceria a traves de Maruja, la criada, sino para que tuviese ]a suficiente capacidad de retenci6n e interes en el Pijoaparte y asi funcionara la historia. La idea ya estaba. Estaban tambien los dos personajes, cl mecanismo de la acci6n y la caida, y el por que del antecedente del Pijoaparte. Eso ya estaba en marcha. Pero como una novela no se hace con tres personas, entonces se planteaba un problema grave: habia que meter a mas gentes, pero en una novela donde los dos personajes principales estan hechos de la materia de los suenos, eso es peligroso. Y en una novela de 15 o 30 personajes no se puede esperar que todos esten hechos de esa misma materia. El problema consistia en conciliar dos personajes que tenian una naturaleza y un origen totalmente distintos a cualquier otro personaje. La soluci6n era la introducci6n constante del autor y que Ia historia fuese lo suficientemente inverosimil. En ella participarian unos y otros y serian brutalizados, ironizados, y constantemente interferidos e interrumpidos por el autor. Esa fue Ia soluci6n formal o estilistica a! problema de manejar dos series de personajes, y para ello fue necesario encontrar personajes que se prestasen facilmente a Ia satira. Por otra parte, aparece un grupo social bastante reducido, muy significado y propenso a la caricatura, con el fin de que diese el contrapunta necesario durante gran parte de Ia novela. Era indispensable tambien que ese grupo fuese lo suficientemente irreal como para justificar las acciones de Teresa y lo inverosimil de Ia acci6n. Desde luego, yo creo que todos estos veneros de la literatura no tienen mas finalidad que casar a dos tipos de personajes distintos. Si Ia finalidad de la novela no es denunciar a los falsos militantes, l cual es entonces? El objetivo es dar a los lectores, mientras el autor se mantiene desahogando dos suenos suyos, una serie de suenos er6ticos a traves de instantaneas, y hacer una buena novela. No tenia otra finalidad. El argumento es rom{mtico, como el de todas las novelas del siglo 19. El protagonista es el Pijoaparte. Teresa no es mas que una imagen, un sueno, y el argumento de la novela es el hundimiento de los sueii.os de Manolo el Pijoaparte a! contacto con la realidad. No hay otra finalidad. Hay, claro, una finalidad privada, pero es Ia que todos tenemos cuando escribimos una obra literaria: justificarnos y tranquilizarnos a nosotros mismos. Pero como Juan Marse no es el Pijoaparte, sino el novelista, entonces tenia que hacer fracasar al Pijoaparte para convencerse de que habia escogido el buen camino, el de escritor, y que no se habia equivocado.

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3) Carlos Barra!: -No s61o Mario Vargas Llosa vot6 a favor de esa novela sino que emiti6 el voto decisivo. Me di cuenta inmediatamente de que Mario Vargas no es un critico a pesar de que es un fino lector, sino un novelista, y que Ia novela de Marse representaba exactamente la antipoetica de Mario Vargas. Tu has exp'icado que los perwnajes de Oltimas tardes con Teresa pertenecen a dos naturalezas literarias irreductibles, que los dos personajes principales son de materia onirica ( lo cual yo tambien creo). Matizando un poco tu criterio, y sin tener exactamente Ia misma opinion, yo diria algo asi: Que no se trata de que un personaje sea una proyecci6n de Juan Marse y el otro una proyecci6n de sus suenos er6ticos. Los dos personajes son al mismo tiempo una proyecci6n del autor y sus suenos, y el argumento, la historia de la novela, que es absolutamente baladi, tambien es una proyecci6n de Juan Marse. Vemos el resto de los personajes que tienen para la poetica y la naturaleza de un escritor como Mario Vargas Llosa un fuerte inconveniente de principio: son personajes muy poco logisticos, son estrictamente funcionales, son todo lo claros que pueden ser en contraste con los dos personajes principales totalmente en relieve, en un relieve muy particular, estereosc6pico, oni-

rico. Y tu dices que, basicamente, la historia del libro resuelve un problema personal de Juan Marse: Iiberarle del deseo de ser el protagonista, el Pi joaparte. Yo creo que ellibro resuelve varios problemas, y por ej emplo, es cierto que Marse aprovecha esos personajes que aparecen pintados en tintas planas, sin relieve; que son 路 un poco como sombras chinescas, para vindicar una serie de frustraciones o para expresar una serie de opiniones particu!ares sobre grupos humanos que no le son simpaticos. La aparici6n de esa novela clio lugar a un tipo de polemica que no es comun en la literatura espanola. La gente consider6 que era una novela en clave. Yo creo que lo es en una medida muy pequena. Los personajes son identificables, no uno a uno, no cada personaje con una persona de la realidad, sino varios rasgos de cada personaje con distintos rasgos de personas de Ia realidad, de Ia realidad de Ia sociedad Iiteraria, ademas, contra Ia que seguramente, como tu dedas, Juan Marse tenia un hacha que afilar. y esos hachazos, breves, pero cortantes, que a ese tipo de mundillo da Ia novela, son de una alta eficacia, tanto es asi que todos aquellos que se reconocieron en el libro lo consideraron uno de los monumentos mas satanicos desde el punto de vista politico-social, y de los mas importantes de Ia literatura espanola de nuestro tiempo. Quiero decir que lo que Mario Vargas Llo-

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sa queria decir en ese articulo era que se le daba el premia con esa especie de censuras y elogios, ambos apasionadisimos, y que !a novela era, en !a tradici6n de !a novela hispanica, o de la novela en general, una verdadera novedad. Es decir, mil veces el planteamiento de Juan Marse hubiera sido el planteamiento que hubiera dado Iugar a una novela de ideas, o a una antinovela; en cambia, lo que Vargas llama el " talento literario" se refiere a la fuerza expresiva del libra, a la fuerza sabre todo que tienen los dos personajes oniricos, que hacen que ese planteamiento tan, digamos, inusual, llegue a constituir una textura homogenea, y que !a novela sea realmente, ir6nicamente, un exito. Eso es lo que me parece que de un modo tan apasionado y tan contrastado quiere decir Mario Vargas Llosa. Jaime Gil de Biedma: - Bueno, Carlos, creo que a Mario Vargas le pareci6 una rareza la novela dentro de !a literatura hispanica pero i por que acudi6 a ese procedimiento tan absolutamente irracional de pensar que era una rareza porque el autor queria escribir una novela y realmente le habia salida a! reves. CB: - Bueno, porque hay que publicar una impresi6n, !a que puede tener un lector, y no precisamente Vargas Llosa; !a impresi6n de que de cuando en cuando el novelista cede a! deseo de subrayar una caricatura. JGB: - j Carlos! Una novela de 500 pagmas cuando uno la escribe !a aprovecha para todo, incluso para intentar ganar dinero. CB: - No me parece tam poco un plan teamien to. JGB: - El deber de Vargas Llosa como escritor de novelas era saber que novelas de 500 paginas no se escriben contra !a voluntad del autor. CB: -No dice exactamente eso. Dice que el planteamiento del autor parece prometer un 路libro frustrado y que en cambia el libra no lo esta. JGB: - Pero es que el planteamiento que el atribuye al autor no es el de la novela. CB: -Ese es tu punto de vista. Y tu tenias, tienes, unos datos de experiencia personal puesto que, como has explicado antes, participaste en el taller literario de Juan Marse. Pero esos datos al lector subito de !a novela no se le vienen a mano. Entonces tiene que hacer una hip6tesis, que puede ser equivocada, yo no digo que no, pero en una hip6tesis solo puede darse una路 impresi6n de lectura. JGB: - Bien. 4)

Juan Marse: - Yo, es d ecir tu ( dirigiendose a Gil de Biedma), es decir, tu planteamiento es correcto. Yo no me proponia todo eso que dice Mario. Entonces al verse uno en la necesidad

de ponerle ingredientes locales a la historia que esta contando, entre otras casas para que sea verosimil, situarla en un tiempo y en un lugar, o sea, entonces esas realidades que se van acumulando, que en esos momentos debido a la condici6n de T eresa, que era estudiante, debido a la epoca, 1956-58, cuando en la Universidad de Barcelona se vivia un cierto romanticismo ideol6gico, entonces podria hacer pensar que el libra estaba planeado, proyectado, para eso, pero ciertamente no. Lo que en definitiva queria contar eran las aventuras del Pijoaparte con esta senorita. Esa era !a idea esencial. Pregunta : - iPara que sirve !a literatura, para que el escritor de novelas? Juan Marse: -Mas que aventurar para que sirve la literatura y el escritor de novelas, quisiera expresar lo que yo entiendo que son ambas casas. Decir que sospecho que escribir novelas es ante todo una manera de estar vivo es decir bien poco y suena, parad6jicamente, a pretensioso. Es asi, sin embargo, y no sabria aclarar m ejor esta sospecha. Decir que escribir es tambien una forma de protesta y de critica frente a cualquier tipo de sociedad, de instituci6n humana (sea del color que sea y aunque uno tenga preferencia por el rojo ) 0 d e regimen politico o social habido y por haber, es algo que hoy todavia parece mas obvio y tampoco aclara mucho !a cosa. Diriase, como ya se ha dicho, que la novela esta ahi para establecer mediante una ficci6n los limites de la apariencia y la realidad constantemente embrollados, para recrear (no simplemente copiar, ya sabemos eso) una y otra y replantearse constantemente el mundo ; y es evidente que si el novelista hace esto es porque el mundo no le gusta, porque piensa que el mundo no anda bien. Esta parece ser una raz6n de peso, aun dentro de su ambigiiedad. Pero quiza lo que en mi caso mas se acerca a !a verdad en materia tan compleja, podria ser eso : escribo buscando siempre algo que, cada vez mas, sospecho se trata de un simple placer estetico, es decir, ando buscando !a conciencia de que h ay algo en alguna parte que es o podria ser mas coherente, mas hermoso y hasta mas real que ese conglomerado de ficciones y convenciones humanas que llamamos realidad y que componen la sociedad en que vivimos. P: -iBajo que influencias del medio cultural, politico, profesional, vive us ted? i Hasta que punto estas presiones de ambiente determinan su traba jo d e creaci6n? JM: -En una subcultura que ya casi es totalmente televisiva y de prensa dominguera como es la nuestra, los scntimientos habituales en uno son !a irritaci6n, !a indignaci6n, el asco y la desesperanza. Desde el punto de vista de "aportaci6n cultural", hace ya mucho tiempo que el escepticismo preside mi trabajo: no hay m as que informarse un rato frente a la televi-

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swn o Ia prensa estatales, que son las {micas que en verdad inciden en Ia masa, para comprender que, ahora si, Ia batalla esta perdida para esa clase de intelectual que se permite dudar, por ejemplo, de Espana como "portadora de valores eternos" o como "reserva moral de Europa" y otras lindezas. Las mas eminentes mediocridades del pais en materia politica, moral, artistica o econ6mica se asoman dianamente desde Ia ventana de Ia TV en casi todos los hogares espanoles, destilando todos la misma baba sutil y machacona de Ia nada mas feliz. Este es un pueblo de felices y sonrientes ahorcados, y claro esta, la insistencia de tal situaci6n creo que puede llegar a modificar o determinar aquella obra literaria que uno se propuso hacer alguna vez. La realidad cotidiana en la que uno vive ( si podemos !lamar

realidad a lo que tiene todos los visos de ser pesadilla) es, efectivamente, Ia que determina Ia obra literaria. En este sentido, Ia novela espanola actual es realmente una penuria que refleja una penuria. P: _.--Se ha difundido mucho la creencia de que la novela espanola peninsular sufre un complejo de inferioridad ante la latinoamericana. i Es f alsa esta presunci6n? JM: -No. Contiene bastante verdad. No se puede afirmar que con otro regimen politico y cultural Espana produciria una novela vigorosa; lo que si puede afirmarse es que, mientras perdure el regimen actual, en Espana no puede existir una novelistica vigorosa. Este pais se volvi6 de espaldas a Ia aventura del hombre contemporaneo; luego, i que vision puede darnos de Ia sociedad, que novela? 路

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ERNESTO CARDENAL

MARCHAS PAWNEI Una manta. Unas cuentas de co]orcs una pipa labrada por Gavilan Azul gratuitamente de tribu en tribu en un intercambio no comercial sino religioso gratis, a traves de grandes extensiones de los Estados Unidos. Por

e~as

praderas pasaban los pawnc.es.

Donde estan las instalaciones de Ia Boeing Co. necrofilica o Ia Dow productora de napalm necrofilica Dow Co. (condones y napalm) odiadora de Ia vida "era primavera, cuando se aparean los pSjaros "o en verano, cuando hacen sus nidos y las carreteras por las que van los convoyes verdes cargados de armas por esas praderas pasaban los pawnees "o en otono, cuando vuelan en bandadas. "No en invierno cuando est't dormida Ia vida General Motors 11.7% American Motors 7 '/o $870.8 billones, un aumento de 8% anuricios comerciales en el cielo escritos por aviones y el rugir de los R S-71 y los A-ll en el cielo siniestras alas cuerpo en forma de bala los pawnees, en procesi6n de paz. Bajo cielos de Kansas. And, man 路 dice el vice-presidente de Ia Camara de Comercio de Wichita, Kansas aqui hay prosperidad. La verdad es que si manana termina Ia guerra habria panico.

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Los espiritus de los hombres y animales podian salir de sus cuerpos y viajar lejos. Asi tambien los espiritus de las personas podian juntarse ... "epidcmia de paz" dijo Johnson (Time, Feb. 17.67) Fueron sofiados esos cantos, dicen ellos fueron sofiados esos ritos y esos cantos antiguamente, por sus antepasados.

Los vientos son invisibles pero tienen mucha fuerza Una vez un sacerdote iba por una pradera y vio un nido escondido entre el zacate y se dijo si mi pueblo aprendiera de los pajaros la tribu estaria alegre, llena de nifios. (Un cese del bombardeo es dice Rusk "casi una propuesta obscena") Por esas praderas por praderas y montafias. Y era impresionante. A veces pocas millas; otras, 100 mill as o mas (Tahirassawichi habia llevado Ia procesi6n hasta los omahas) Algo muy distinto de los grupos de cazadores o guerreros, o simples viajeros. y no tan solo para pedir abundancia: sino sobre todo para establecer una union entre dos grupos, una especie de comuni6n "y para que haya paz entre las tribus" Debia ser entre dos pueblos, dos clanes o dos tribus necesariamente dos comunidades diferentes (y a veces eran antag6nicas) Un grupo marchaba hacia el otro con cantos adelante los jefes con plumas de aguila avanzando rigidos, en silencio, con la mirada fija detras los cantores con el tambor de madera al final los caballos con regalos. Era tambien un intercambio de bienes y asi los productos artesanales y artisticos de una tribu iban gratis de tribu en tribu a traves de los Estados Unidos. En la inmensa pradera, millas y millas manteniendo el mismo orden dia tras dia. Y si un grupo de guerreros desde una cumbre los divisaba no los atacaba, sabiendo que llevaban simbolos mas fuertes que las armas. Se volvian a sus pueblos en paz.

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i. Podra haber paz sin que los ban cos quiebren? 100 mill ones anuales da Electra a la Lockheed (Electra, avi6n de patrullaje) c! Y que ganancia dan a la Lockheed Aircraft Corp. el proyectil Polaris y el F-104? Los vientos son invisibles pero tienen mucha fuerza Toda agua es sagrada. Los blancos enseiiaron a los indios a profanar el tabaco. Vientos sol tierra plantas agua son Poderes Menores entre Tirawa y el hombre. - A Tirawa no hay que imaginarlo como gente. Un sacerdote oy6 cantar un pajaro una manana con notas mas alegres y agudas que los otros lo busc6 y era el gorri6n, el mas debil se dijo : esta es una lecci6n para mi pueblo todos pueden ser felices y tener una canci6n. Yo he hecho lo que nunca se habia hecho dijo el kurajus a Miss Fletcher le he dado a ud. los cantos tal vez para esto fue conservada mi vida para cantar los cantos sagrados en la gran flauta. What are you going to do with the production? ( el vice-presidente seiiala hacia la Boeing) "c! Que hariamos con la producci6n y el trabajo de esos 400.000 (sefiala las praderas de la Boeing) si hubiera paz路?" La voz del viejo kurajus grabada en el viejo gram6fono Lo que el sabio kurajus de los pawnees dej6 dicho (canto) en Ia gran flauta. La gran flauta : el gram6fono de Miss Fletcher.

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Miguel Gonzalez Avelar

MIMESIS Blas Dominguez Flamari6n, calificado agente de polida, fue puesto a defender la casa de un pr6cer cuya hermosa cabeza pareda forzosamente destinada a consentir una bala de alto poder. Por consejo de la superioridad usurp6 el uniforme de barrendero y asi consigui6 disfrazar convenientemente su indole. Para mas solapar su actividad paseaba un tambo montado en una carretilla con manguetes, lo llenaba sin prisa con desperdicios que desludan el area y, si acaso, se precavia tambien de no rebosarlo sino hasta terminar el turno. Fuera de esta cautela que pudo hacerlo sospechoso, los viajes higienicos conquistaron la rutina del vecindario, por otra parte muy padfico y disperse como corresponde a una colonia de fuste. AI cabo de unos meses se sinti6 en la calle como en su casa. La ronda era infaliblemente tranquila y en el curso de tres aiios no obtuvo sino una inesperada reprimenda del Departamento de Limpia. Ocurri6 que una vecina que lo vigilaba, ignorando que Blas no podia alejarse mas alia del limite de su punteria, desesper6 de ver c6mo se devolvia siempre a la mitad de su predio dejando una frontera ritual de basura; rabiosa, moviliz6 algunos amigos influyentes y fue asi que ellos tramitaron exitosamente una severa amonestaci6n. Otro incidente memorable fue que a partir de su quinto aiio de servicios comenz6 a figurarse, cada vez con mayor verismo, la subita irrupci6n de un autom6villleno de conjurados que escupian balas por todas las ventanas. AI expirar el sexenio la vision era tan fidedigna que lo hada brincar a la banqueta, poseido precisamente por el miedo que infunde la superioridad numerica. El dia de las elecciones nacionales fue derrotado el partido liberal y los conservadores se repartieron alegremente los puestos del gobierno. Dominguez Flamari6n, prudente, esper6 hasta el ultimo memento para ir a pres entar sus respetos y pedir nuevas instrucciones; pero ya nadie le pudo dar raz6n de nada porque naturalmente habia cambiado el jefe de seguridad publica y los nuevos detectives que encontr6, si bien inclinados a dispensar su dislalia, dudaban si era un colega en funciones de barrendero o solamente un empleado de limpieza atormentado por los magnicidios.

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BEATRIZ Fluye Iento el Arno y se parte en tres bajo los finos arcos del puente viejo. Florencia hierve sobre el calor poderoso del comercio, la orfebreria y la industria de la construcci6n. Casas suntuosas y altas se aprietan sobre las calles, cancelan la deslumbrante luz y establecen por pasajes y galerias aereas una secreta comunicaci6n. Y todo se sabe. La balconcria avanza sobre el arroyo y asomarse a la vcntana es atropellar la intimidad entera del vecindario. Un grabado antiguo rescata el instante en que Dante encuentra a Beatriz. El dibujante ha perdonado el decenio escaso de la Portinari y nos entrega una escena perfectamente plausible: acompaiiada por su nana, la niiia vuelve la cara y sin dejar de caminar se encuentra con los ojos inmensos del seiior de Alighieri. Por el intersticio de esos pocos segundos, masculino y femenino en su expresi6n mas simple anudan una complicidad que se promete eterna. AI llegar a su casa la muchacha corre a abrazar a sus muiiecas que, por fin, se le entregan filialmente. Las ocasiones de inmortalidad se obtienen en concursos que organiza el municipio; Ghiberti le gana a Donatello las puertas del Bautisterio y las del Paraiso. El desarrollo de la perspectiva conduce de la mano a los pintores directamente al campo, que ahora se revela con delicadcza detras de los rostros y los cuerpos. El volumen ingravido del lienzo parece alcanzar la densidad del marmol y este, labrado como nunca, se desvancce en el marco delgado del aire. Los artistas estan en la boca de todos y, a cambio, los pinceles escurren burgueses de la vida real sobre los frescos ciudadanos. Yo te p1nto, tu me pintas, nosotros nos debemos un retrato. ~ Y Dante? La vida nueva comienza a adquirir forma bajo la ritmica pluma toscana; Ia laboriosa maquinaria lingiiistica edifica una alegoria que desdice y confunde la murmuraci6n. El imposible amor se defiende y construye su nido de palabras en el sitio mas elevado. Alii permanecera a salvo, asi se hunda Florencia, para alivio de quienes sobrellevan algun amor inusitado y no pueden redactar siquiera, como Dante, los terminos de su desesperaci6n y su entusiasmo.

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Luis Carlos Emerich:

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(Ilustraciones de ADOLFO FALCON]

Vuelvo, cuando quiero, por placer, a las circunstancias que precedieron a mis equivocaciones. Encuentro huellas de frases o seiiales que me conducen sorpresivamente a las cosas que amo; entre ellas me regodeo porque aclaran ]a composicion de mi cuerpo, el rumor de mi aliento, y cada region de mi pie! reorganiza parajes o ciertas risas que soy. Y el paraje es un manto sordido y caliente, absorto en materias liquidas que integran la conservacion de una especie, el misterio que ayuda a estar o desaparecer con solo desearlo. Interpreto lo que digo a capricho y no importa. Es factible encontrar antidotes, risas, burlas: sustitutos de una defensa que no llega a enclaustrarnos. Pero estamos solos y violentos cotidianamente. Y mi cuerpo produce el alimento que nutre dimensiones necesarias para querem1e, saberme complete y logrando lo que es definitive para un momento de vida aunque lo niegue despues. Reconozco causas y misterios y regreso al punto movil del que partimos una vez (me gusta afirmar que fue una semana antes, porque nada significa una fecha) y encuentro a Under retratado, su rostro fijo en un marco oval donde comenzo a concebir un destino que me encantaba por hosco, por absurdo, por lejano a mi. Es el reflejo que desprecio en el agua tranquila, en el !ago que conocere cualquier dia dentro de los plazos fijados para una confesion supuestamente final de los sucesos. Under me miraba solo a traves de aquellas, hoy lejanas, alucinaciones que el alcohol le producia. Me miraba directamente con los ojos caidos, con el cuerpo doblado al levantar ridiculamente la pequefia mesa redonda que hacia las veces de comedor, de escritorio y lugar para colocar las botellas de licor, y que constituia su poder de ataque. Gaia al suelo vencido por su arma. Despues olvidaba la vision que tenia de mi. La verdad que me contaba era una conversacion consigo mismo, acerca del espejo colocado a mis pies donde veia completando mi figura en el lugar opuesto a mi, sumido en el piso, referencia brumosa de mi cabeza. El piso de parquet dividia, como en una figura de naipe, el reencuentro con los dias en que ignore todo y no conocia a Under. Mas tarde - otro dia- ante sus ojos sujetos al suefio, le contaba, sin ocultar una palabra, paso a paso, lo que habia dicho. No me engafiaba al referir los pasajes; le hada ver con toda su magnitud lo que habia auscultado tan sutilmente, tan estupidamente que, tiempo despues, llegue a saber que el retrato que yo repasaba con tanto esmero, como venganza, era una figura grotesca que Under, sin alucinaciones, jamas llegaria a ver aunque comprobara, grabando las frases, el resultado monstruoso. Una semana antes, antes de la otra fecha donde todo empezo, Under se transfonnaria en un ser afectuoso, dulce, que yo no podia ya admirar. Era indiferente hasta el olvido a su mirada queda, sobresaltada por una emocion del momento. Recuerdo las peliculas que lo conmovian; entrabamos de madrugada a la cocina a comer papas y tiras tostadas de tocino. A esa hora regresabamos del frio de la calle y el hablaba desorbitadamente de una serie de regresos al pasado inmediato. Clavaba yo con el tenedor las papas y comprobaba su blandura. Under, sin dar un paso, me traia hacia e] y me besaba bruscamente en la boca. Las noches eran diferentes: dejaba mi cuerpo reposar, no man tenia en tension algunos musculos clave, y sus manos (los dedos delgados, morenos) me palpaban

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sin reparar en la fealdad de mi vientre o en la indiferencia sorpresiva de mi sexo. Dos anos antes corriamos enfureciclos, desaforaclos, por las calles, por las casas de personas desconocidas para mi. Creiamos en emociones que producian esos raptos. El se escondia o me enganaba; crd.bamos situacioncs hirientes o luchas sexuales de las que saliamos transformados a rccorrer de nuevo nuestra euforia con energia renovada. Yo lo perseguia en reacciones fantasmales donde, con el rostro amoratado, gozaba de los conceptos que puecle mantener vigentes clos o tres elias, luego caia cada vez con mas fuerza en una lucha distinta, picliendo matices que mas tarde lograba y olvidaba. Vino el reconocimiento de csfuerzos y cerramos por completo nuestras potencias para e] desasosiego. R ecreamos el pasado y alcanzamos finalmente establecer lo que podiamos mencionar con una sola palabra. En Ia cama dijimos lo necesario y su cuerpo - cada m ttsculo, cada movimiento- empez6 a pertenccernos, mientras mis miembros, mi cara, m is dedos, se sumian de pronto en lo cleseaclo. Habia ya iniciaclo Ia negaci6n del presente, de los elias y d el ritmo conseguido en el movimiento sexual que dej6 de senalarnos. Ahora Under recibe Ia carta y me la lee complacido. Oigo las palabras de Ia prima o de la tia vueltas a nacer de un dia para otro sin una gestaci6n previa. No encuentro un significado que armonice con las cosas aun cuando sea para destruirlas. Accedo a lo que quiere, a! optimismo que d emuestra. Lo acojo como objeto extrano para elegir desde hoy el deseo de interpretar ese mundo ya sepultado, organizado y completo que ha huido de mi manera de sufragar las horas siguientes. No importa. Ya no puedo seguir con gestos complacientes lo que el dicta como respucsta a esa petici6n que le hace su prima o su tia en Ia que yo llevo una buena parte de Ia importancia de lo que sucedera. Ahora empieza a transcurrir Ia semana : Se aclara e] encanto de lo que me es ofreciclo, de lo que Under no cesa un mom en to de alabar. Se me dibuja como figura extrai'ia a mis suposiciones. Se cree que yo trabajo infatigablemente en el logro de algo que Under ha deseado toda su

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vida. Yq soy el centro. Under llega ami a dictarse en Ia medida en que se conoce. Todo el he sido yo y soy lo que para si quiere. Incluso Ia temperatura del agua en que me bano refleja estados de animo donde el es eje conductor de Ia historia de nuestros conocidos. Yo soy Ia acci6n, ei dolor de otros elias, una fiesta que recordamos, el cuarto lleno de papeles donde impresa (con el anticuado tipo de mi maquina de escribir) se encuentra su lucha por sobrevivir; yo lo modelo a su antojo y surge envuelto en destellos de una grandeza a la que el se cree destinado; de mi cara desaparecen arrugas y el gesto obsceno de mis mej'illas a! reir de una vanalidad; no soy yo quien odia intensamcnte su color, no soy quien quiere limpiar de una vez poJ.'1 todas nuestro departamento de personas que no convienen por tener otras ambiciones; no soy yo, a secas. Y lava la region de mi espalda a donde no llegan mis manos y donde las suyas pueden moverse ansiosamente cuando el agua y el jab6n caen sabre mis ojos cerrados. Me gusta oirlo en los momentos en que es mas acentuado el deseo de Ievantarse sobre mi, al verme caminar por Ia calle cuando tomo el cami6n que me !leva a! trabajo, al mediodia. Saca, a{m calientes, los Iibros de mis manos; quiere sobreponer sus ojos a mi vista y seguir al mismo tiempo las Iineas impresas. Yo me evado, destruyendo las situaciones que reconozco intimas e insuperables; hablo de otras cosas o desprecuo Io que el esta pensando en esos momentos. El 路se pone de pie, yo me vuelvo de espaldas para atraer de inmediato su mirada. Entonces duda y yo decido cambiar el tono de algunas horas para equilibrar lo que esta fallando. Eran unas vacaciones, quince elias en un Iugar lejano, aparentemente inaccesible, donde habia una casa, un clima frio. Los alrededores eran los arboles inmensos y anosos, prados, plantas cultivadas por las manos de su tia ; un pozo don de Under estuvo a punto de perecer cuando era nino (Ia casa era el recuerdo de Under); una cubeta de madera, carcomida por los anos y el uso ; una terraza cubierta de piedra de formas y colores extravagantes a donde Ilegaban ocasionalmente el sol; dos sillas -dos mecedoras- antiguas que habian pasado su vida a Ia intemperie; dos perros, hi jos de Ia Fedora, almacigo de anecdotas; incontables gatos ; un cierto numero de cerros y un volcan cubierto de nieve por estos elias, en los que iriamos. . . si yo quisiera. El aire era violento y las nubes pesadisimas, desgarradas y blancas; las ventanas, al descuido, eran azotadas por el vi ento, y Ia casa entera estaba en el paroxismo de Ia muerte, virtualmente. Caminariamos tratando de entrar en calor y, en la medida en que avanzaramos, nos iriamos despojando de la ropa para Iograr un acto sexual a descubierto. Llevariamos un lubricante para la irritaci6n, o en otro caso nadariamos en el lago que nunca se ha congelado, o comeriamos frutas que en este tiempo estan maduras. Nos abrazariamos y Under, al ver que no podemos consumar el acto, me abrira la ropa, pero esto, en el ultimo de los casos. Habl6 de Ia comida Under conociendo mi inclinaci6n por los platos rusticos, abundantes, plagados de sabor y texturas y de que, en vasijas de barro, en platones con flores grabadas a fuego, me seria ofrecida Ia satisfacci6n de una rumia que me separaria del Iugar y me haria retroceder a emociones premeditadas, hasta llegar a] climax donde mi pie! cambia y entonces, incluso mi tez, se abriria por los poros con otras pulsaoiones, con otro ritmo en el viento que inunda mis pulmones. La mesa era larga, de roble oscuro, y las sillas se moverian desiertas, ajenas, obligadas a jugar con nosotros a! ingerir los alimentos. Los brazos eran circu!os en nuestro rededor: detectaban la cintura, el fluir de los liquidos, Ia llegada del bocado a! interior, y sugerian Ia seguridad que un acto de amor con Under o cualquier otro, en otro tiempo, no podria darme. Olvidare que una comida incluso indiferente a mis gustos es suficiente para satisfacerme. Y de hecho olvido: una

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propos1c10n de esa naturaleza me Ianza de lleno a concebir una suerte de destino privado, oscuro. Y Under acaricia mis hombros. No he negado el viaje. No he negado los propositos de no huir de Ia tentacion a pesar de Ia indiferencia que me impulsa a oir las casas como datos estadisticos de las peculiaridacles de mi canicter. Under baja Ia mana a mi pecho; busca con los Iabios el calor de la piel, y lo observo al recordar sus ultimas palabras. Pero Ia llegada a la casa ( la carta cae y se cierra sabre si misma) es diferente en estos dias. Hay un tren corto, oscuro y Iento que juega en el paisaje, atraviesa dos tuneles y un puente. La prima y Ia tia, dos naches a Ia semana, lo oyen pitar y resoplar aun cuando los puntas que toea son distantes y Ia situacion de Ia casa es una burla a las veredas. Con sus padres, Under llegaba a Ia casa. No recuerda como; terminaba durmiendose en los brazos de su madre y despertaba con el beso de la tia. Pero pronto, si yo acepto, llegara el plano conductor. La hoja de papel ha caido al suelo. Under respira agitadamente, Ia carta pierde sentido y yo hundo una mirada intima, caliente, en Ia oscuridad de Ia boca que se acerca a mi buscando el reproche, comprobando Ia frialdad que quisiera sentir pero mi a!iento delata mis durezas, las perdidas de tiempo en Ia interpretacion de una realidad que me rodearia, que me tomaria si pudiera captar su extension; y llego a un camino amplio, pegajoso, dibujado con pistola de hierro y de el salen los proximos movimientos de mis manos y de mi torso empeiiado en localizar sus musculos, sus atractivos. Day una vuelta a! p~cho, dejo inmoviles las piernas. Una linea zigzagueante corre desde los pies basta el Iugar donde se afilan las puntas de los dedos de Under. Quiebro mis intentos; recuerdo caminos infranqueables; el llanto del niiio dormido mientras viaja, mientras es conducido por brazos protectores a nuestra diversion, a nuestros vicios anteriores: nuestras vacaciones, nuestra estancia en el frio, nuestra casa de Ia prima o de Ia tia; el encuentro que fragua Under, que fraguo puliendo rincones que el no sospecha, que yo pasco, detecto e imagino cuando todos los sucesos premonizan una perdida. Sera nuestro juego nuestra union,

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el ritmo de los dias que nos absorben en una b\1squeda, en un apasionamD.ento desbordado por los enlaces, por las secuencias de lo que nos sucedio como solo yo lo supuse y comprobe por metodos que hoy parccen irnposibles por Ia falta de elementos con que Begue a ellos. Y Ia linea zigzagucante es su guia, Ia energia para encaminarme a no negar ciertas comprobacioncs. . . o tengo miedo, de pronto, a! saber que el carnina por un terreno franco y prometedor. Por mi. Mi cuerpo que se tensa y elimina el vacio de mis cavilaciones para aliarse, sin el consentimiento de mi voluntad, a un juego sin rneritos, sin cerebra y que sin embargo no puedo negar que estaba dando el resultado apetecido. Su boca era sicmpre el fin al principio de mi cuello, de mis venas hinchadas, y Ia sangre scria penetrada por su aliento, ho!lando una vez mas las partes vulnerables de lo que ingenuamente considere cntonces mis defensas. Caminariamos, lo repito, desde e] tren. Por Ia vcreda nos mirariamos con las sonrisas que planeamos y despues (a bordo de! tren ansiaremos realizar esa primer comedia de encuentros), recreariamos un acto d~ iniciacion a Ia vida extraiia que vivio y no recuerda (se dormia en el regazo de -su madre), violcnta y primitivamente para obtener como premio la riqueza que contiene el desprecio a] pasado. Con las maletas en Ia mano, buscando entre los arboles a los hombres que nos esperaran, despertaremos Ia estrechez de nuestros poros, y luego !o tomare y llevare a cabo mi primer deseo. Pero el camino bacia Ia casa ha cambiado de un tiernpo a esta parte. Under me muerde finalmente sin haber olvidado Ia colocacion rutinaria de sus manos sobre mis muslos, apretando. Aparece Ia mancha y los primeros espasmos dolorosos unidos a Ia queja que marca y limita Ia primer duda comprobada sabre el camino y sobre Ia realidad de mis convicciones. No quicro porque no comprendo, a la mitad de Ia semana, sobreponerme a ]o que intuyo ( aunque de alguna forma cobrara sentido) pues el ritmo de las palabras de Under hace que yo determine un final, que mi papel sera cumplido a la perfeccion sin menoscabo de Ia intensidad de mis rechazos. La carta, en el curso de las ultimas veinticuatro horas, fue pisoteada; quedo donde queriamos olvidarla y todo coincidio con el extrano silencio de Under. Y descubri Ia mecanizacion de mi mente en el trabajo al encontrarme pensando en cosas ajenas; podia evadirme sin dificultad, centrarme en Ia imagen que se filtraba a! fonda de mis ojos; Ia carta dob!ada que ayer cayo a! suelo. En otro Iugar de Ia casa Under ya escribia Ia contestacion y daba detalles de mis observaciones y mi entusiasmo por los quince elias que nos eran ofrecidos. Lo se mientras cumplo con el trabajo manual impuesto por mi mismo que me ayuda a seguir viviendo. Y en tension, los margenes de la hoja de papel impresionan la retina. Es suficiente saber que existen para corregirlos. Cada palabra, cada desviacion de la escritura es rememorada y confim1ada. No habra equivocaciones cuando ine decida. Cualquier ayuda exterior sera un excitante morboso que desviara mis motivaciones. Y no se ya, si la carta se pierde ( tiene pegotes de lodo aplanados sabre las letras), que significacion tiene el atesorar su estilo, Ia medida de las hojas o la escritura del nombre de Under en Ia cara del sabre. Se realizaron, creo, extranos metoclos para que !legara a nuestro domicilio: simultaneamente al recibo de Ia carta debio gestarse el agregado ( Ia guia) ; de otra manera no hubiera sido posible Ia comunicacion, y aun tomando en cuenta las limitaciones del tiempo, m e ofusca que no hayan considerado nuestros problemas dando por hecha Ia respuesta afirmativa. Under las justifica (a Ia prima o a Ia tia) diciendo que viven en otra temperatura. He terminado mi trabajo, voy de una habitacion a otra tras un espejo que de nada me servira. Torno una taza de cafe, miro por Ia ventana del sotano que es 31

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nuestra habitacion. A Ia altura del alfeizar crecen las plantas con ritmo vibrante. Under, en su estudio, cruza desolado los brazos sobre el pecho. No reposa. El crecimiento del las cosas, el jard:in, de nuestro exterior, nos limita el paso. Es' tiemo, infantil y solitario Under cuando pasa Ia pantunfla por un extremo carcomido de Ia alfombra porque siente de alguna rnanera mi vigilancia. Sonrio solo pensando en Ia linea de sus mejillas, en el brillo de los dientes, que observo. Dice unas palabras a! frente y quiero olvidarlas para sustraerme a los acontecimientos. Es tangible cuando me habla o se dirige a mi y yo solo puedo localizarlo, en mi interior, deformado por las posibilidades de haberle dado afecto y Ia ternura que mi voluntad con todas sus defensas no ha podido preservar. E! deseo de destruir el apasionamiento me mantiene en este estado de ausencia que admiro por natural y porque me da el tono que una ocasion como esta exige. La prima ( ayer !Iego Ia guia, hoy Under Ia pidio) es morena, del gada. AI caer Ia tarde cambia su vestido ligero, informal, por uno complicado y aparentemente antiguo; un sueter grueso le llega a las rodillas y, sentada cerca del fuego, toma una revista de los alios veinte que conoce de memoria y se pierde por completo en cavilaciones incoherentes y amables. Se burla con fuerza de si misma, de su adaptacion a! Iugar remota e inaccesib 1e, y tiene deseos que seguira inhibiendo (como Ia tia: se acercaba a Under de dace alios para acariciarle los muslos) . Under no recuerda a su prima pero guarda su autorretrato y algunas cartas desesperadas. La guia es un papei de estraza con trazos curvos y caminos laberinticos que hemos tratado de entender. Nos limitaremos a seguir las instrucciones que vienen claramente explicadas por escrito. Under piensa enmarcar el dibujo y conservarlo como recuerdo de lo que viviremos en esos quince dias. Y Ia tia camina por Ia casa teniendo como referencia central Ia estufa de Ia cocina; habla mucho y mantiene su cuerpo correoso en buenas condiciones. Under !a ticne presente por el roce de sus encias desdentadas sabre sus muslos y por Ia punta de los dedos huesudos que jugaban con los primeros vellos de su sexo. N ada mas. En las naches me recuesto a leer y niego, entre parrafo y parrafo, Ia posibilidad del viaje. La prima ( es un placer) ha recorrido ya varias veces el mapa que envia para depositar las cartas en el correo. E! pape! huele a guardado, a una lucha que se entablo en otro tiempo, cuando ella era nina y Under se perdia en Ia maleza helada junto con ella. y el se me ofrece en un suefio; un arbo! de fuego lo devora, las llamas se astillan con Ia grasa. No hay un so1o grito, ni rencor. Una masa de cabello cubre Ia cara de los animalitos que penetran en Ia boca buscando e] calor. Y me compruebo in{ltil, masticando acidos ancestrales, deseos ocultos en los pliegues de Ia pie!, recordando el agua a! tacto, el jabon en el bafio. Soy Ia corriente del agua o el agua misma que desaparece en Ia coladera llevando mis texturas, mis celulas, Ia desesperacion que crea el llanto, Ia convulsion precisa, que definen un espasmo mas ancho que mi cuello de donde saldra para libertarme de lo que no se. Under no es otro, no se ha transformado, no niega sus placeres; yace en la cama-mientras leo un parrafo en voz alta, o suefio el arbol de fuego, o recuerdo simbolos pueriles de esas historias que construyo para darle cabida a] desasosiego de siempre. Y reanudo el regreso, en el que estoy, y quiero decir que el placer de Ia equivocacion me colma a! interpretar lo que he vivido los dias anteriores a ... Under tartamudea. Se estampa Under sabre el ovalo, sabre su retrato y adquiere el don de fundirse en su atmosfera, de crear una atmosfera semejante a si mismo y de dejarme el sentimiento de que ha desaparecido y provoca Ia fuerza que destruira Ia guia que llega manana como el amuleto que nos protegera en este encuentro. El arden de los dias se presenta disparatado: cronologicamente no tiene ningtin 1

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sentido, y Ia otra manera de aprehenderlo, Ia que con Iigas, asociaciones y simbolos puede rescatar, es oscura y obtusa. Nada se puede aclarar sabiendo que a lo largo de Ia marana encontrani el dato que falta y hasta Under tuvo un momento de duda a! catalogarlo cuando creyo que todo finalizaria en el y que, sin buscar sentido, los hechos se concretarian para formar un todo que nos niega el derecho de interpretacion. Olvidamos, hoy separados, el haber vi vi do esc tiempo; y a cualquier tormento debido a! recuerdo le nombramos equivocacion o error de ritmo de los engranajes accionados por el contacto nocturno o diurno de nuestros cuerpos. Son coordenadas nuestros cuerpos, son lineas cruzandose sobre un plano tridimensional, que marcan puntas: Ia grafica regula esa transicion y sin ella no estariamos existiendo tal como somas actualmente. El me besa en Ia boca y lo deseo mecanicamente. Cumplo en los dias anteriores a Ia salida y justifico Ia ausencia de emociones. Puedo colocar Ia superficie de su pie] sobre el aplanado de las paredes. Lo extiendo, lo clasifico y reseco, como carne para comer a mi antojo, a! gusto que el me clio por las cosas violentas. Solo tengo, cuando hago esas operaciones, punto de apoyo en el nombre de Ia tia, del pueblo, de Ia prima y, sobre todo, en el paisaje y el clima. La carta termino por desaparecer y el cuadro con la guia esta en Ia pared donde, hoy, Under me engana. Me resta Ia satisfaccion de lo oculto, de lo que siembra Ia inquietud cuando obedecemos un orden extrano, engendrado por las circunstancias que interpretamos a tiempo, que obliga a nuestros actos parecer motivaciones absurdas, desligados de lo que Under llamo realidad y no era mas que una idea global de Ia vida que el tiempo redujo, finalmente, a polvo. Hoy, Under forcejea. Sabre una cama d a pasos quitandose Ia camisa, mostrando el pecho en un juego con cuerpos encontrados a] azar mejor acabados que el mio, que responden a sus palabras, a su mundo, a sus dias, a sus palpitaciones, a su tacto, a las manos que me tocaban como a carne ajena. Y se desgarra al saber que su lenguaje es entendido ahi, donde el da vueltas sobre Ia espalda, donde levanta las piernas y es poseido por un calor similar al de eJ. No existen ya los dias en que su voz era casi ficticia, infinita. Y cuando presencia mi silencio comunica las palabras que escribio en mi nombre, y que puedo repetir sin conocerlas, y quiere que yo justifique Ia llegada inmediata del plano que guiara el primero de nuestros quince dias de vacaciones. Puede reir de cualquier cosa el dia que cocinamos pedazos de carne y tomamas sopa de lata. Mientras muevo el tenedor sobre las cenizas de un cigarro, le describo Ia curiosa estancia de un ami~o en varios paises de Europa y las relaciones erotico-economicas que sostuvo con un hombre muy bello. No me escucha. A Ia altura del tercer cigarro vuelve a contarme (como si fuera una respuesta a mi anecdota) un pasaje de su pubertad del cual conserva Ia sensacion de las endas desdentadas de Ia tia sabre sus muslos. Agrega solamente esta vez, que sintio un placer que aun lo inquieta y que ha buscado Ia satisfaccion final en mi. Pero el hombre -continuo- fue tan determinante en el paseo, que mi amigo, al pisar de nuevo este pais, creyo que no fue verdadero. El sueno ha absorbido Ia importancia y el valor de todos sus contactos. E! sueno posee y anula Ia vida con el y Ia vigilia haec una permuta sin su vo!untad y le roba Ia comprobacion de sus goces. Y aquellos dias que puede senalar en el tiempo con fechas, se le escapan de las manos; lo invoca a menudo en el recuerdo y percibe su presencia en las noches de las que se ha escapado. Miro a Under cuando me deja. Llega al estudio y toma el libra donde guarda mi fotografia de cuando yo era joven. Concentro los dientes sabre mi brazo, muerdo lentamente, busco los dedos como si no me pertenecieran. No oigo los pasos de Under sobre Ia alfombra carcomida.

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Muerdo las uii.as, hiero Ia palma de Ia mano y marco Ia linea de Ia vida, el monte de Venus y termino por inmovilizarme, por unirme al silencio que cuida los ruidos de Under. Nada oigo, mira al frente, bacia el vaclo, reconciliando las sensaciones con el pensamiento basta coincidir en Ia nacla, en una especie de hipnotismo que borra los elementos exteriores y hace que yo sea solo el oiclo que escuchara Ia respiracion acompasada de Under, dormido en el couch, con mi rostra impreso en papel muy cerca de su pie! abwrbienclo el suclor y el calor del suei'io. Estrellan el silencio mis pisadas. Extraigo ahora Ia carta que lleg6 hoy y que en el curso del dia he mantenido oculta, alejada de los dos porque no nos pertenece. Nuestro ciclo de dudas, de rumias, ha terminado sin decidir las cosas. Alguien, lejos de nosotros, ordena nuestros actos, e inconscientes inventamos palabras para comunicarnos, actos para medirnos. Pedimos una explicacion, entablamos escenas o juicios porque creemos gobernar sabre nosotros. Como acto mortal rasgo Ia seii.al dirigicla a Under. Frente a mi estan los otros dos, nuestros reflejos, la multitud de nosotros mismos que taman lugar de cada segundo de nuestra existencia, el reflejo de todos ellos se mueve, acomcte y me da la ilusion de un espejo colocado a mis pies como linea mediad ora que atravesare. l\1e llaman las figuras; rompere el encanto para llegar a nada, o al nuevo giro de las casas que dabamos, s;n wlucionar, por terminadas. No altero el valor de !a encrgia que tnjo Ia carta, Ia tercera carta, Ia {!ltima. Antes de leerla se que bubo un momenta de sobrevicla en el pecho de Ia tia o un descubrimiento doloro-o, por p:ute de la prima, que las forzo a alterar el nombre de Under en la cara del sabre. La mezcla de los nombres le da una atmosfera diferente a las palabras oidas mil veces, a explicaciones obsesivas sobre un mismo tiempo. La temperatura era y sera la misma desde Ia primera carta hasta el clia en que regresemos. El paisaje no cambiara, solo limpiaran un poco el exterior y se barrera a diario nuestra habitacion para que tenga el olor del que hablan tanto. No tenia importancia. Hacia el final fue tachada una frase que contenia un nombre de persona; despucs se hablaba de algo sin sentido y siempre he creido que la idea completa apareceria sin puntos oscuros si hubieran logrado interpretar esc nombre. Under -probablementetiene en la memoria, en sn vida anterior, una asociacion inmediata con lo que me confundio; pero ya no lo sabre: viole un secreto que de cualquier forma iba a conocer. Oculte mis reacciones para que Under no me descubriera. Aprendi de memoria las palabras y mire mucho tiempo Ia carta antes de quemarla. La pared de la cocina me sirvio de apoyo por horas. El azulejo deformo mi cara que se estacionaba indiferente como ante un caleidoscopio por el que no atraviesa la luz. Under me encontr6 en una posicion que de alguna forma le atraia. Se acerco para besarme y tomarme en sus brazos. Mi cuerpo fue algo nuevo, curiosa, inconfundible, definitivo en su deseo. Me poseeria. Deseaba poseerme, restituir Ia sangre violada tantas veces; con los Iabios cerrar ]a herida de mi torso, Ia herida de mi cuello; cubriria Ia palidez que sigue al final de un acto, de una accion sexual que me debilita. Quise doblar mi tronco, humillarme, reconocerme como el objeto al que necesitaba continuar violando y sustrayendole Ia vida lcntamente. De esa manera mi placer se consumaba y me convertia en Ia prolongacion de su piel, de su aliento. Mi estertor, mis convulsiones, solicitaban el nuevo degradamiento. y destrui su pureza, el deseo sin macula de superar las venas desgarradas en la noche anterior y en todas de nuestra vida juntos. Sus labios resanaban Ia pie] y algo, el nombre, el nombre tachado en Ia carta, cl que nunca he conocido, el nombre de la persona que Ia prima y Ia tia se negaron a comunicar, tenso mis miembros, abrio mis ojos. Alguien, al mismo tiempo que nosotros, en medio de su propia soledad, llegar<i por el camino que pensamos bautizar y

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compartira las vacaciones. Alguien mas gozara de la casa, del paisaje, del frio, de los gatos, de la prima o de la tia. Alguien que desde hoy me posee al creer en el. Under muerde mi cuello, desliza mi ropa a! suelo. Secciona mi cuerpo palido una linea de sangre. Under la mira correr. V eo el noinbre; las rayas que lo tachaban desaparecen y claramente, la linea antigua, elegante, dibuja las letras. Recuerdo a Under caminando por la maleza helada; recuerdo a Under en los brazos de sus padres, en los labios de su tia; las encias de la tia, sabre Under. Veo el nombre, se graba en la pared, lo deletreo, lo admiro, aprendo mentalmente a dibujarlo, a quererlo y a recrearlo en las manos y mi sangre corre mientras el nombre juega en mi memoria a poseerme, a entregarse, a ser mio; y la linea de sangre cubre el vello de mi sexo. Under me mira hipnotizado. Petrificado. Sabe que he destruido las ramas de un arbol, la vision original y primitiva de las cosas que nos resguardan de la muerte, de nosotros mismos. Manchan sus manos mi cuerpo. Me recorre, como a un camino anegado, cubierto . por la hierba, por las cenizas de una carta, por un nombre extraiio, por el nombre de sus padres, por los brazos de sus padres, por las cartas de la prima o de la tia. Soy, ahora, el. El fuego consume la ultima esquina del papel. El nombre desaparece. Camino hacia el estudio; Under duerme. Quito mi retrato de entre sus manos. Me mira en esa edad, detesto los dientes de mi sonrisa, la piel suave de una epoca captada en un instante, en otra ciudad, en otro estado que hoy no podria reconocer sobre un mapa. El no se mueve, se perdi6 antes de que lo olvidara. Conoce el secreta del nombre que nunca pronunciare y yo soy s6lo un camino obtuso entre el y !a verdad. Le cloy la espalda ; no camino, no caminare asi mas. La fotografia me estanca y mi interior crece y se ilumina como cuerpo incandescente. Mi sexo es una estatua imponente que desgarra mis vestiduras y m e toma para lanzarme a lo desconocido, hacia lo que ,necesitare amar por unos segundos, a lo que descare cuando todo termine sin un s6lo movimiento de mis manos y mi desnudez sea cubierta hoy por el liquido opalino, pegajoso, largo y vio!ento que sustituira a la sangre. Escucho a Under. Despierta. No tengo el valor de voltear hacia el. Una palabra de extraiieza ante mi desnudez sera una descarga que me matara. Mi cuerpo responde en medio de la vergiienza. Mi voz cambia ; enfermiza y debil no cabe en ninguna ,persona. Camino sin mirarlo cuando me aniquila porque he cumplido. Me destruyo en el camino, en mis pasos, sobre mi ropa muerta en el suelo. Rompo lentamente el papel de la fotografia, la cara que sonrie bajo la capa seca y opaca del Iiquido al que me he reducido en un instante. Recuerdo la carta, la tercera, la que no fue enviada correctamente, cuando arrojo los pedazos de mi imagen, de mis ropas al retrete y los hago desaparecer. El agua del baiio me cubre, el jab6n reseca mi pie!, y el zumbar de mis 'oidos se adhiere al ruido que traga la coladera. Under esta de nuevo sobre el arbol de fuego: su edad se consume y muere ante mi vista. Participo de la energia que hace estallar las ramas del arbo.J, participo del calor y de su muerte. .La maleza se derrite a mi paso y senalo mi sepultura donde el nombre, el que he olvidado, se dibuja con un declo sobre la tierra que me cubre, El cadaver: de Under Ilega a la tumba que sera ignorada por siempre 路 en el invierno de ese Iugar remoto, amplio, que habit6 la familia, el can1ino y los ruidos del tren . Bajo la tierra soy el cuerpo de una mujer, soy ]a existericia y la muerte de una mujer que se entrega a la putrefacci6n con estupor y placer. Yazco en el lugar donde no se puede liegar a mi. Under me da la toalla. Me pregunta la hora. Se mira al espejo y trata de do~ minar er cabello que se ha queb~ado al contaCto de su cabeza con la almohada.

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BRUNO SCHULZ

EL LIBRO [Traducci6n de

JUAN MANUEL TORRES )

Lo llamo simplemente El Libro, sm ning{m ad jetivo, y esta abstinencia, esta contenci6n, encierra un suspiro de impotencia, una silenciosa capitulaci6n ante lo trascendental, pues ninguna palabra, ninguna alusi6n, es capaz de brillar, de destacar, de inquietarnos tanto como esa sensaci6n de algo desconocido, de algo cuyo solo sabor rebasa toda nuestra capacidad de admiraci6n. iDe que serviria Ia grandilocuencia de los adjetivos y lo ampuloso de los epitetos ante ese infinito, ante esa grandeza sin lirnites? Ademas, el lector con que sueiian estas paginas sabra entencler cuando crucemos nucstras miraclas, cuando el descubra en mi cste brillo particular. En un breve instante, en un furtivo apret6n de rnanos, el entendera, asimilara toclo y cerrara los ojos conmovido por nuestra profunda cornprensi6n. i Acaso bajo Ia mesa que nos separa no permanecemos tornados de Ia mano? El Libra. . . En el principia de Ia vida, en los albores de Ia infancia, su suave luz ilurninaba el horizonte. En plena gloria yacia sobre el escritorio de mi padre, quien sumergiclo en Ia lectura acariciaba largamente con un declo ensalivando Ia pasta de aquel volumen, hasta que el ciego carton cmpezaba a nublarse, a opacarse, a clespertar con un presentimiento divino, hasta que de repente caia su cascara para rnostrar un agujero multicolor y maravilloso. Entonces, desrnayacla, Ia mirada se hundia en Ia virginal aurora de esos extraorclinarios colores, en Ia preciosa humeclad de esos purisimos azul marinas. i Oh, esc rompimiento de Ia coraza! i Oh, esa invasion de color! i Oh, divina primavera! j Oh, padre mio! A veces mi padre salia de Ia habitaci6n, dejandome solo con El Libra, por cuyas hojas pasaba el viento despertanclo imagenes. Mientras el viento alborotaba asi esas paginas, levantando figuras y colores, el texto se estremecia echanclo a volar de entre sus letras formaciones de gorriones y golondrinas. Asi, clesmenuzandose, volaba una pagina tras otra hasta funclirse suavemente con el paisaje, al que llenaba de color. A veces El Libra dormia y el viento lo acariciaba clelicaclamente, como a una rosa de mil petalos, abriendo sus paginas petalo tras petalo, parpado tras parpado, to-

clos ciegos, aterciopelados y somnolientos, lienos de pupilas azules, de nucleos multicolores, de bulliciosos nidos de colibries. Pero de esto hace mucho tiempo, pues sucedi6 antes de que entre nosotros apareciese mi madre. Entonces solia pasar los elias enteros a solas con mi padre, en nuestra enorme habitaci6n que nos parecia tan grande como el munclo. Las formas prismaticas que colgaban de la lampara de techo llenaban el cuarto con sus colores filtraclos, con su arco iris repartido por todos los rincones, y cuando Ia lampara giraba pencliendo de su cadena, toda Ia estancia se mezclaba con los fragmentos de ese arco iris, como si las esferas de siete planetas avanzasen girando a traves de si mismas. Me gustaba estar entre las piernas de mi padre, abrazado a ambas como si fuesen columnas. A veces se ponia a escribir cartas. Yo me sentaba a su !ado en el escritorio y veia con fascinaci6n las grecas de su firma, tan ornamentadas como los trinos de un cantante de opera. Los tapices se llenaban entonces de sonrisas, ojos y gestos traviesos. Y, para divertirme, mi padre llenaba el espacio colorido con pompas de jabon que chocaban contra Ia pared y reventaban dejando en el aire sus colores. Despues lleg6 mi madre y este clara idilio termin6. Conquistado por sus caricias maternales me olvide de ei. Mi vida tomo por un nuevo clen路otero, sin fiestas ni milagros, y no hubiese vuelto a pensar en El Libra de no haber sido por cierta noche y cierto sueii.o.

II Una vez desperte durante una oscura aurora invernal. Muy abajo de las capas de oscuridad ardia una triste aurora. Con los parpados atiborrados por un enjambre de nebulosas figuras y signos empece a delirar turbiamente, lleno de dolor y de pena, soiiando en aquel vlejo y perdido Libra. Nadie parecia entenderme y molesto por ello empece a importunar a mis padres entre Ia impaciencia y Ia fiebre. En camison, descalzo, temblando por la excitaci6n, revise la biblioteca de mi padre y despues, decepcionado, furioso, intente describir

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ante mi azorado auditorio ese algo indescriptible, inalcanzable por ninguna palabra, por ninguna imagen trazada con mi alargado y tembloroso declo. Me agotaba inutilmente en relatos llenos de errores y contradicciones, llorando con una impotente desesperaci6n. Todos me miraban confundidos y sin saber que hacer, avergonzados de su impotencia. En el fondo no eran tan inocentes. Mi indignaci6n, mi violento y furioso tono de exigencia, me daba apariencias de tener la raz6n, como si mis reclamaciones estuvieran bien fundadas. Por lo tanto me traian a la carrera distintos libros y me los ponian en las manos, s6lo para que yo los rechazase furibundo. Entre esos libros habia un tomo voluminoso que mi padre ponia una vez y otra en mis rnanos con cierta timidez. Lo abri. Era la biblia. Vi en sus paginas un gran desfile de animales que se dividia en grandes grupos por un pais lejano; tambien vi un cielo lleno de pajaros y una enorme area de Ia que pareda salir una piramide invertida. Mire entonces con cierto rencor a mi padre: - Tu sabes de lo que se trata, papa -le dije- ; sabes bien, no me engaiies, tu bien sabes. Este libro te ha traicionado. i Por que me entregas este ap6crifo imperfecto, esta copia defectuosa, esta torpe falsificaci6n? l Que has hecho del Libro? Mi padre apart6 Ia mirada.

III Pasaron varias semanas y mi indignaci6n fue desapareciendo; pero al recordar el Libro mi alma volvia a arder entre clarisimas llamas. j Oh, tu, enorme y murmurante c6digo, destruida biblia que dejabas pasar el viento por tus paginas como si fueses una rosa que se deshojase! AI observarme mas tranquilo mi padre se me acerc6 una vez sigilosamente para decirme en to no de amable proposici6n : - En realidad lo unico que hay son libros. El Libro es un mito en el que creemos en los anos de juventud, pero a medida que pasan los anos nos damos cuenta que no existe. Pero entonces yo ya pensaba de otra manera. Sabia que el L ibro era un postulado, una necesidad. Sentia sobre mis hombros el peso de una gran tarea. Asi que no le conteste nada, sintiendome lleno de desprecio y de un furioso y triste orgullo ; pues entonces ya me hallaba yo en posesi6n de un pedazo del Libro, de sus dolorosos restos encontrados por un azar del destino. Guardaba yo mi tesoro celosamente, protegiendolo de todos, dolido por Ia miseria de ese Libro cuyos despedazados restos hubiesen sido incomprendidos. Asi fue como encontre el L ibro. Cierto dia invernal de ese mismo ano vi que Adela in-

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terrumpia la limpieza de la casa y se apoyaba sobre una mesa en Ia que yacian unos papeles. Me acerque a ella y, atraida no par Ia curiosidad sino por el olor de su cuerpo descubierto no bacia mucho por mis sentidos, me incline sabre su hombro. -Mira - me dijo, soportando sin protestas el peso de mi cuerpo- ~Crees que alguien pueda tener el cabello tan largo路? Me gustaria tenerlo igual. Mire lo que me senalaba. Era el dibujo de una mujer de formas mas bien regordetas, cuyo rostra demostraba estar lleno de energia y experiencia. De la cabeza de esta dama se desprendia una enorme mata de pelo que le caia espesamente desde los hombros para arrastrarse por el suelo. Parecia un increible capricho de la naturaleza. Era como un pesadisimo abrigo que le brotase de las raices capilares y era dificil imaginar que esa carga no causase dolor a la cabeza que la soportaba. Pero, al contrario, la duena de esa maravilla parecia orgullosa de portarla y en un texto impreso al lado pregonaba la historia de ese milagro con las siguientes palabras: "Yo, Anna Csillag, vecina de Karlowice, Moravia, tenia muy pocos cabellos ... " Era una larga historia semejante a la d e Job. Por un castigo divina Anna Csillag tenia muy pocos cabellos. En su pueb 1o todo mundo se apiadaba de su defecta y fingia no advertirla par deferencia a su vida ejemplar, aunque tal castiga no podia ~er totalmente inmerecido. Pero he aqui que como resultado de sus fervientes oraciones le fue quitada la maldici6n. Anna Csillag fue iluminada. R ecibi6 ciertos signos y claves, asi como J.a formula de un maravilloso remedio que le devolvi6 la fertilidad a su cabeza. De un dia para otro, no solo ella sino tambien su esposo, hermanos y primos empezaron a cubrirse con una espesa y negra cab ellera. En la pagina siguiente aparecia Anna Csillag seis semanas despues de Iu ber sido iluminada. La rodeaban sus hermanos, cufiados y primos; varones todos de luengas barbas y bigotes que despertaban la admiraci6n por su salvaje y autentica virilidad. Anna Csillag hizo participe de esta bendici6n a todo el pueblo. Los h abitantes lucian onduladas melenas y abundantes copetes al tiempo que barrian el suelo con barbas anchas como escobas. Anna Csillag se convirti6 asi en el ap6stol de las cabelleras. Una vez que hubo hecho feliz a su pueblo natal decidi6 hacer feliz a todo el mundo y por lo tanto pedia, rogaba, suplicaba, que Ie solicitasen a vuelta de correo este milagroso rerriedio del que solo ella poseia el secreto. Inclinado sobre el hombro de Adela leia esta historia y de pronto me asalt6 un pensamiento que me hizo erguirme como en llamas. Ese era el Libro, sus ultimas paginas, un su-

plemento adicional, una {tltima bodega llena de cachivaches y desperdicios. Me vi como envuelto en un arco iris. Arranque de las manos de Adela e>as paginas y con una voz que pareda no qucrer obedecerme le dije: -~De d6nde sacaste esto? -Tonto -exclam6 encogiendose de hombros- -, ese libra siempre esta aqui. Todos los elias le arrancamos unas hojas para envolver cl desayuno de tu papa y Ia carne del mercado. IV Me fui corriendo a mi cuarto. Profundamente indignado empece a agitar una tras otra las paginas de esc cuaclernillo. Desgraciadamente eran apenas un poco mas de una docena. No habia ni una sola de texto propiamente dicho; s6lo anuncios. Inmediatamente despues de Ia biblica voz de aquella Sib\la de largos cabellos habia una secci6n dedicada a otro remedio maravilloso que curaba todas las enfermedades. Este balsamo se llamaba Elsa y obraba verdaderos milagros. La pagina estaba !lena de documentos que asi lo probaban: conmovedores relatos de personas que habian sido salvadas gracias a ese remedio. De todas partes venian llenos de entusiasmo los recien sanados a testificar su historia con voces conmovidas. Venlan llenos de vendajes, encorvados, enarbolando sus ya inutiles mu 1etas, arrancandose las vendas de los ojos y de las llagas. Mas alla de ese desfile de invalidos se asomaban unos lejanos y tristes villorrios endurecidos par lo tedioso y cotidiano de sus vidas que transcurrian bajo un cielo tan blanco como cl papel. Eran unos pueblecillos olvidados en lo mas profundo del tiempo. Sus habitantes, atados a sus pequenos destinos, no alteraban ni por qn momenta su historia. El zapatero era total y definitivamente zapatero; todo el olia a cuero, hasta su rostra pequefio y enjuto o hasta sus palidos y miopes ojillos que se movian sabre un bigote incoloro. Ademas, se sentia profundamente zapatero; como los demas habitantes sentian lo que eran. Y si no Ies dolian las ulceras ni los lmesos, ni padecian de hidropesia, eran felices con una gris e incolora felicidad, mientras fumaban tabaco corriente o sofiaban torpemente frente a las hileras de billetes de loteria. Asi deambulaban, rascandose la comez6n de las manos y sofiando con perros negrisimos mientras los gatos les cruzaban el camino. A veces escribian cartas, pegaban cuidadosarnente el sello postal y llenos de dudas y desconfianza las arrojaban al buz6n, golpeando este con un pufio como para despertarlo de su sueiio, para despues, en sus suefios, imaginar blancas palomas que llevaban en los picas aquellas cartas.

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Las siguientes paginas del cuadernillo se elevaban mas alia de los asuntos cotidianos, hacia las regiones de la mas pura poesia. Habia alii armonicas, citaras, arpas, instrumentos que en epocas remotas habian servido solo a los angeles y que ahara, gracias al progreso de la industria, estaban al alcance de los hombres comunes y corrientes, regocijando y divirtiendo los corazones de todo el pueblo a precios populares. Habia tambien organillos, verdaderas maravillas de la tecnica. El interior de estos instrumentos estaba lieno de pitas y flautas, de voces dulcisimas que parecian coros de ruisenores y que eran un inapreciable tesoro y fuente de ingresos para los lisiados, asi como alegria imprescindible en cualquier hogar verdaderamente musical. Estos organillos, bellamente pintados, iban sabre las espaldas de unos ancianos cuyos rostros carcomidos por la vida parecian cubiertos de telaranas. Eran rostros despojados de vida, rostros de humedos ojos de los que escurrian lentamente las lagrimas, rostros tan descoloridos como la corteza de un arbol azotado por los temporales y oloroso ya tan solo a lluvia y a cielo. Hacia mucho habian olvidado sus nombres y perdidos en si mismos arrastraban los pies, dando pequenos pasos con sus enormes y pesadas botas por un camino recto y monotono, al lado de los retorcidos paseos de los demas transeuntes. En las mananas sin sol -mananas que dentro de un frio aspero se ocupaban s6lo de los asuntos del dia-, aquellos ancianos salian inadvertidamente de la muchedumbre y se plantaban con sus organillos en los cruceros, bajo un cielo amarillento subrayado por los hilos telegraficos. Alii, entre las personas que con el cuello levantado avanzaban pesadamente, ellos empezaban su melodia, no desde el principio, sino en el punto donde la habian interrumpido el dia anterior -"Daisy, Daisy, dime que si"- mientras de las chimeneas de las casas se elevaba un humo blanco como plumas. Y cosa extrana, apenas al comenzar esta melodia se incorporaba de golpe a su Iugar en el tiempo y espacio, como si desde siempre le hubiera pertenecido a ese dia pensativo y cabizbajo, cuyos pensamientos e inquietudes echaban a andar al compas de esa musica. Y cuando despues de cierto tiempo se interrumpia con una nota para dar paso a una nueva melodia, los pensamientos y las penas se detenian tambien como en un baile para cambiar el paso y despues continuar en otro sentido, al compas de la nueva melodia que salia de las entranas del organillo: "Tu eres mi tesoro, Margarita ... " Pero en Ia torpe indiferencia de esas mananas nadie parecia advertir que el sentido del mundo habia cambiado, pues ya no se mar-

chaba a! tacto de "Daisy, Daisy", sino todo lo contrario, a! compas de "Margarita". Pero pasemos esa pagina ... i Que sucede! ~Es una lluvia primaveral? No. No es una llovizna sobre los paraguas, sino el canto de los pajaros. Aqui se ofrecen verdaderos canarios encantados, jaulas llenas de gorriones y t6rtolas, canastos llenos de aves cantoras y parlanchinas. Pajaros ligerisimos, como rellenos de algod6n, saltarines, agiles, Henos de cuerda como cucus de relojeria, endulzadores de la soledad; pajaros que sustituian la vida hogarena a los solteros, que ponian a flote la dulzura maternal en los mas duros corazones; pajaros conmovedores, chillones, que aun al voltear la pagina nos seguian con sus cantos alegres. Pero mas adelante los restos del Libra se hundian en una dolorosa caida cada vez mas vertiginosa. Ahara por ejemplo se enfangaba en una muy dudosa charlataneria. Vestido con un largo abrigo, con una sonrisa que media ocultaba una barba negra, se presentaba al publico el senor Bosco de Milan, maestro en magia negra, quien hablaba larga y confusamente mostrando algo con la punta de los dedos, pese a lo cual no se Ie entendia mejor. Y aunque segun el llegaba a conclusiones cada vez mas maravillosas que parecia sopesar en sus sensibles dedos por un momento, antes de qus su volatil sentido escapase en el aire, y aunque remarcaba los sutiles recovecos de su dialectica alzando las cejas como si nos preparase para algo extraordinario, no se le lograba comprender y lo que es peor no se deseaba comprenderlo y se le abandonaba con su gesticulaci6n, con su tono apagado, con toda su escala de oscuras sonrisas, para enseguida hoj:ar rapidamente las ultimas destrozadas pagmas. En esas ultimas paginas que de manera evidente caian en una absurda confusion, en una clarisima falta de sentido, un caballero ofrecia un metoda infalible para volverse energico e inquebrantable en las decisiones, argumentando largamente sabre Ia firmeza de principios y la fuerza de caracter. Pero bastaba dar vuelta a la pagina para desorientarse totalmente en lo referente a las decisiones y los principios. Alli, con paso menudo, salia a escena cierta Magda Wang, quien envuelta en Ia larga cola de su vestido nos decia que ella se burlaba de Ia fuerza de caracter y de la firmeza masculina, pues su especialidad era romper las mas fuertes voluntades (a] decir esto daba un taconazo y la cola de su vestido quedaba clavada al suelo) . Con este objeto, decia entre dientes, habia metodos infalibles de los que no deseaba hablarnos pero que podiamos conocer en su libra de memorias intitulado "Dias de purpura" (Ediciones del Instituto de Antroposofia de Budapest) , en donde compilaba los resulta41

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dos de sus experimentos en Ia doma de hombres (y esto lo deda firmemente y con un ironico brillo en los ojos) . Y cosa extraii.a, esta dama tan poco ceremoniosa pareda recibir toda Ia aprobacion de aquellos a quienes se referia tan dnicamente y en esta curiosa situacion se advertia que los significados morales parecian extrafiamente trastocados, como si nos encontrasemos en otro clima donde el compas de los sentimientos marchase al reves. Estas eran las ultimas palabras del Libra, lo que dejaba un sentimiento de curiosa confusion y una mezcla de hambre y excitaci6n en el espiritu.

v Inclinado sobre el Libra, con e] rostra iluminado como un arco iris, avanzaba silenciosamente d e un extasis a otro. Sumergido en Ia lectura me habia olvidado incluso de Ia comida. No me habia equivocado. Habia encontrado el Autentico, e] Santo Original, aunque tan humillado y degradado. Y a entrada Ia noche, con una sonrisa de placer, acomode aquel cuadernillo en lo mas profundo de una gaveta, cubriendolo con otros libros para disimularlo. Era como si preparara para el suefio a Ia misma aurora, pero esta continuamente 路 volvia a encenderse y a cabalgar por rayos de luz y purpura, queriendo seguir, regresar. i Cuan indiferentes me fueron entonces todos los otros Iibras! Porque generalmente estos son como meteoros. Cada uno de ellos tiene un momento en que entre gritos levanta el vuelo como un fenix, incendiando todas sus paginas. Y s6lo por consideracion a ese instante seguimos amandolos aun despues, cuando ya solamente son cenizas. Entonces, con amarga resignaci6n, solemos volver a pasear por sus apagadas paginas, recorriendolas indiferentemente, como si fueran las cuentas de un rosario, formulas despojadas de vida. Los exegetas del Libra afirman que todos los otros textos viven sofiando con el Autentico. Llevan asi una vida prestada que en

el momenta de su vuelo de fenix regresa a su antigua fuente. Esto quiere decir que los otros Iibras disminuyen mientras el Autentico ofrece De cualquier modo, no queremos aburrir a] lector con Ia exposicion de esta doctrina. Solo quisieramos seii.alarle algo irrebatible: el Autentico vive y crece. ~Que resultados tiene esto? La proxima vez que abramos nuestro cuaclernillo no podremos decir d6nde estara entonces Anna Csillag y sus fieles. Tal vez encontremos a esa dama de largos cabellos arrastrando su abrigo por J\1oravia o deambulando por un pais lejano, por blancos pueblecillos sumergidos en Ia prosa cotidiana, repartiendo pruebas del balsamo Elsa entre los pobres atacaclos por Ia sarna y los flujos. ~Que hadm entonces esos bondadosos barbudos del Iugar inmovilizados por sus largos cabellos? ~Que haran sus fieles seguidores, condenados a cuidar y administrar sus excesivas pelambres? i Quien sabe si no compraran organillos para irse por el mundo tras su apostol, buscandola en todas partes, tocando siempre "Daisy, Daisy"! i Oh, Odisea de esos hombres barbados que ira.n de pueblo en pueblo tocanclo sus organillos en busca de su madre espiritual! ~ Cuando habra un poeta digno de esta epopeya? ~A quien habd.n confiado esos hombres los derechos de su ciudad, Ia ciudad de Anna Csillag? ~ Habran salida de su casas sin prever que sin ellos, sin esa elite espiritual de maravillosos patriarcas, Ia ciudad esta en peligro de caer en Ia duda y formar otra secta para abrir sus puertas - j por supuesto!- a Ia terrible y dnica Magda Wang (Ediciones del Instituto de Antropologia de Budapest) , quien fundara ahi una escuela para domar y romper caracteres? Pero volvamos a nuestros peregrinos. ~ Quien no conoce a esa vieja guardia, a esos cimbrios vagabundos, a esos oscuros hombres de cuernos aparentemente potentisimos pero construidos por tejidos carentes de fibras? Toda su energia, toda su fuerza, se halla ahora en sus cabellos. Hace tiempo que los antro-

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p6logos estudian a esta extraiia raza que anda siempre vestida de negro, con los dedos cubiertoo de anillos gigantescos y gruesas cadenas plateadas que les cuelgan sobre el vientre. Yo siento una gran estimaci6n por esos hombres que unas veces son Gaspares y otras Baltasares. Amo Ia profunda austeridad y el funebre decoratismo de esos extraordinarios varones de bellisimos ojos y cutis bronceado. Me gusta Ia noble falta de vitalidad de sus enormes cuerpos fofos, Ia morbidez de esas estirpes decadentes, Ia cortada respiraci6n de SUE' potentes pechos e incluso el olor a valeriana que despiden sus barbas. Como angeles del Juicio Final aparecen a veces inesperadamente en las puertas de nuestras cocinas, inmensos y agitados, para llenos de cansancio secar el sudor de sus humedas frentes mientras mueven de un !ado a otro sus ojos azules. En ese justo momento olvidan Ia misi6n que los ha traido y extraiiados buscan un pretexto, una explicaci6n para su presencia, estirando Ia mano en suplica de limosna. Pero volvamos al Autentico. i Nunca lo hemoo abandonado! Aqui aparece una extraiia caracteristica que ya ahora es totalmente clara para el lector ; o sea que ese cuadernillo cambia durante Ia lectura, pues sus fronteras estan abiertas por todos !ados para las fluctuaciones y mareas. Ahora, por ejemplo, no hay ya quien venda pajaros encantados, pues estas pelotitas emplumadas se han mezclado con las melodias de los organilloo, de donde salen a intervalos regulares. Asi, Ia plaza central esta repleta de pajaros que semejan motas de color. i Oh, esa multitud gorjeante y chillona! Alrededor de todas las astas, picos y salientes se arremolinan verdaderas muchedumbres de color que entre aleteos se disputan los escasos lugares. Basta asomar un bast6n a traves de la ventana para enseguida devolverlo rodeado de pajaros al cuarto. Nos acercamos en este sitio y a grandes pasos a esa maravillosa y catastr6fica epoca que en nuestra biografia personal se denomina epoca genial. Seria inutil negar que ya desde aqui sentimos el coraz6n estrujado y que nos invade una curiooa intranquilidad, ese santo miedo que precede a las cosas definitivas. Pronto se agotaran los colores de nuestras probetas y nos ÂŁaltaran brillos en el alma para poner los mas altos acentos, para subrayar las clarisimas y trascendentales formas de lo que queremos describir. ~ Pero que fue esa epoca genial y cuando sucedi6? Nos vemos obligados a ser por un momenta tan esotericos como el seiior Bosco de Milan y a bajar nuestra voz hasta convertirla en un agudo murmullo. Debemos terminar nuestro discurso con sonrisas ambiguas y estru jar en la punta de nuestros dedos Ia delicada materia de los imponderables como si fuese un terr6n de sal.

No es culpa nuestra si a veces seremos parecidos a esos vendedores de telas invisibles que con gestos rebuscados demuestran su inexistente mercancia. ~ Pero existi6 o no esa epoca genial? Es dificil decirlo. La respuesta es si y no. Pues hay cosas que nunca pueden realizarse totalmente, de manera definitiva. Son demasiado grandes y maravillosas para tener cabida en la realidad. Solamente hacen intentos por lograrlo, poniendo a prueba Ia resistencia de la realidad para ver si esta e"s capaz de soportarlas, pero enseguida echan marcha atras por temor a perder su integridad en lo fallido de las realizaciones. Y si han perdido algo de su capital, si han extraviado un pedazo de si mismas en sus intentos de encarnaci6n, entonces celosas recogen sus pertenencias llamandolas de nueva cuenta para reintegrarlas a su sitio, dejando despues en nuestras biografias esas manchas blancas, esos dolorosos estigmas, esas extraviadas huellas plateadas de descalzos pies celestiales, repartidas a grandes pasos entre nuestros dias y naches, a Ia vez que esa plenitud de gloria crece y se complementa constantemente hasta culminar sabre nosotros, sobrepasando en triunfo sorpresa .tras sorpresa. No obstante, Y. en cierto sentido, caben elias totalmente y de modo integral en cada una de sus fallidas encarnaciones. Aqui se presenta el fen6meno de las representaciones y Ia existencia secundaria. Por su procedencia y por sus elementos determinado suceso puede ser pobre y pequeiio, pero al mirarlo de cerca puede abrir en su interior una infinita y luminosa perspectiva gracias a que brilla intensamente por una existencia superior que intenta expresarse a traves de dicho suceso. Asi pues, recogeremos esas alusiones, esas terrestres aproximaciones, esas estaciones y etapas del camino de nuestras vidas, como si fueran los pedazos de un espejo rota. Juntaremos los fragmentos de algo que es unico e indivisible, nuestra gran epoca, la epoca genial. Es posible que en nuestra diminuta carrera, aterrorizados por no poder asir lo trascendente, la hayamos limitado demasiado, cuestionandola y poniendola en peligro cuando pese a todas nuestras objeciones esa epoca existi6. Existi6 y no habra nada que nos quite esa seguridad, este luminoso sabor que aun tenemos en Ia punta de Ia lengua, este helado fuego en el paladar, este suspiro grande como el cielo y fresco como una bocanada de aire purisimo. ~ Hemos preparado ya al lector para las cosas que aqui sucederan? i Podemos acaso arriesgarnos en un viaje a Ia epoca genial? Hemos contagiado nuestros temores al lector. Sentimos claramente su nerviosismo. Pero pese a nuestra aparente alegria nosotros tambien nos sentimos temerosos y angustiados. Que sea pues en nombre de Dios . . . i Emprendamos el viaje!

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Abram Tertz

PJENTZ [Trad uccion de ROSA MARIA PHILLIPS) [Dibujos de ANTONIO SERNA]

NOTICIA SOBRE EL AUTOR

Andrei Donatovich Siniavski ( 1925) , famoso bajo el seud6nimo de Abram Tertz, obtuvo el doctorado en letras en la Universidad de Moscu, en 1952. Brillante critico literario, audaz defensor de la vanguardia artistica sovietica y gran prosista, publico sus obras en el extranjero, ante la imposibilidad de hacerlo en su patria. En 1966 fue juzgado, junto con el escritor Yuli Daniel, bajo el cargo que el conocido hecho origin6 dentro y fuera de Ia URSS, Siniavski fue condenado a siete anos de trabajos forzados ( y Daniel a cinco). La obra de Siniavski, arraigada en la mejor tradici6n literaria de Gogo!, Dostoievski y Lieskov, ilustra de manera muy convincente el credo artistico de su autor, expuesto en su famoso ens ayo S obre el realism a socialista: "Que la imagineria fantastica de Hoffmann y Dostoievski, de Goya, Chagall, Maiakovski. . . y de muchos otros realistas y no realistas, nos ensene a ser veraces con la ayuda de lo absurdo y de lo fantastico." Lejos de ser antisovietico y antirrevolucionario, Siniavski se ha destacado entre los te6ricos y artistas de la Union Sovietica por sus lucidos argumentos en pro de un arte y una critica consecuentes con el gran desarrollo social y econ6mico de su patria, asi como por su innegable capacidad creadora. Siniavski es, sin Iugar a dudas, el mas importante escritor del llamado movimiento "de subsuelo". En este cuento suyo que ofrecemos por primera vez al lector de lengua espanola, se puede percibir la dramatica desesperaci6n de un artista honrado ante el disfraz que le impone una sociedad, incapaz todavia de superar los errores del stalinismo. Sin embargo, y aunque el protagonista de Pjentz alude a un sistema social concreto, extiende su critica a la situaci6n universal del artista en relaci6n con cuanto le rodea. Siniavski aborda el tragico tema, ya clasico en la literatura rusa, del desdoblamiento que las presiones de la existencia cotidiana operan en el hombre, obligado a pensar de un modo y a obrar de otro. Mas que al mundo de la ciencia ficci6n (el nativo de Pjentz recuerda tanto al angel-jorobado de La visita maravillosa de H. G. Wells como al Gregorio de La metamorfosis kafkiana), el protagonista del presente relato pertenece al universo vasto y profunda de la "vida ficci6n": al mundo terrible, lejano, sin nombre pero ~iempre autentico, de quienes reivindican, a cualquier precio y en cualquier sociedad, un derecho legitimamente humano: el de ser distintos, el de verlo todo desde muchos angulos a la vez; el de tener mil ojos; una percepci6n superior; una riqueza imaginativa para la que todo lenguaje resulta pobre, y, finalmente el derecho de sentirse hermosos y de tener respeto y libertad.

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vuelto a encontrarlo en Ia lavanderla. Simulaba no verme y estar muy atareado con su ropa sucia. AI principia salieron del lio las sabanas, que la gente emplea por razones de higiene. En una esquina de cada sabana bordan la palabra "pies", para prevenir Ia posible contaminacion originada por el roce de los labios del durmiente con la tela que ha estado en contacto con sus pies Ia noche anterior. De igual manera, un puntapie se considera mas ofensivo todavia que una bofetada, y no solo porque Io primero duela mas que lo segundo. Tal distincion denota la supervivencia del cristianismo: el pie debe de ser Ia parte mas pecaminosa del cuerpo, sencillamente parque esta muy lejos del cielo. Los organos sexuales merecen un trato menos respetuoso aun, debido a misteriosos motivos. Siguieron las fundas de las almohadas, con huellas oscuras en el centro. Despues las toallas, que a! reves de las fundas se ensucian mas pronto por los hordes y, finalmente, un bulto multicolor de prendas interiores. AI llegar aqui, me puso a revolver la ropa con tanta rapidez que no tuve tiempo de examinarla bien. Tal vez deseaba conservar alglin secreto o, como a Ia mayoria de las personas, le avergonzaba exhibir objetos directamente relacionados con sus piernas. Pero Ia circunstancia de que diese a lavar ropa demasiado sucia, me parecio sospechosa: los jorobados comunes suelen ser Iimpios basta la pulcritud. Temen provocar con sus vestidos una repulsion adicional. Y aquel, contra todo cuanto pudiera esperarse, era tan desaseado como si no tuviese giba alguna. Hasta Ia mujer que recibia Ia ropa, acostumbrada a todo y conocedora de las huellas mas extranas, no pudo evitar una exclamacion bastante audible: - j Fijese en Io que me esta poniendo en las narices, ciudadano! Si no sabe dormir como se debe, i lave usted mismo su ropa! El, sin despegar los labios, pago y salio corriendo. No Io segui para no Ilamar Ia atencion.

H

E

En casa, todo seguia igual. Apenas hube en路 trado en mi cuarto, aparecio Veronica. Con los ojos bajos, me propuso cenar juntos. No podia negarme, pues era la unica inquilina d'el piso que me trataba mas o menos bien. Lastima

que su inclinacion por mi fuese de indole sexual. Aquel dia me convenci de ello. - i Que dice Ia Kostritskaya? -pregunte a Veronica, para desviar Ia conversacion bacia los enemigos comunes. -jAy, Andrei Kasimirovich! Ha vuelto a proferir amenazas. - i Por que motivo? - Por el mismo de siempre. La luz del bano encendida y el suelo mojado. La Kostritskaya me dijo que se quejaria con el administrador. Semejante nueva me saco de quicio. Utilizo las canerias menos que los otros y casi no voy a la cocina. iNo puedo entonces compemar el poco uso de la cocina con ei mas frecuente del cuarto de bano? -Pues que se queje -replique rudamente-. Ella paga menos luz de la que gasta y sus hijos han roto mi botella. i Y a veremos cuando venga el administrador! Sin embargo, al decir esto comprendia los posibles riesgos que implicaba para mi la intervencion de las autoridades. i Tenia objeto hacerse notorio? - Calmese, Andrei Kasimirovich -dijo Veronica- . Yo me encargo de lidiar con los vecinos. Calmese, se lo suplico. Extendio Ia mano para tocar mi frente, pero tuve tiempo de esquivarla. -No, no. Estoy muy bien y no tengo fiebre. Cenemos ya. Sabre Ia mesa humeaba la maloliente comida. Siempre me ha sorprendido el sadismo de Ia gastronomia. Futuros pollitos son devorados en su fase liquida. Las entranas del cerdo se rellenan con su pro pia carne. U n in-

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testino que se ha tragado a si mismo guarnecido de pollitos abortados: eso es precisamente Ia tortilla de huevos con salchichon. AI trigo le va peor todavia: lo cortan, lo golpean, lo muelen hasta convertirlo en polvo. No en balde, harina y tortura se expresan en ruso con una misma palabra que solo difiere por el acento.1 -Coma usted, Andrei Kasimirovich -invito Veronica-. Nose preocupe mas, por favor. Yo responde.re por usted. ,: Y si al hombre lo cocinaran de igual manera? Tomese un inge.niero o un escritor, rocieselo con sus propios sesos, pongasele una violeta en cada agujero de las narices, previamente fritas, y sirvaselo a sus colegas para Ia cena. No, los tormentos de Cristo, Jan Hus y Stenka Razin 2 son minimos comparados con el sufrimiento de un pez sacado del agua mediante un anzuelo. AI menos, ellos sabian para que le soportaban todo. -Digame, Andrei Kasimirovich, ,: no se siente usted muy solo? -pregunto Veronica, que volvia a Ia habitacion con Ia tetera. Durante su ausencia yo habia vaciado mi plato en una hoja de periodico. -,: Ha tenido amigossirvio azucar - hijosotra cucharadita -o alguna mujer amada? .. . Y a menear, a menear. Todo revelaba el nerviosismo de Veronica. -Para amistad, me basta con Ia suya -empece cauteloso-- y en cuanto a mujeres se refiere, usted misma comprendera. Soy viejo y jorobado. Viejo y jorobado -repeti con implacable insistencia. Honradamente, me esforzaba por evitar una declaracion amorosa: ,: no tenia ya bastantes problemas sin ella? ,: Valia Ia pena estropear nuestra coalicion contra los malos vecinos, despertar en aquella muchacha desadaptada un interes mayor hacia mi? A fin de impedir Ia desgracia, estaba dispuesto a declararme alcoholico. 0 criminal. ,: 0 tal vez alienado e incluso pederasta? Sin embargo, temia hacerlo: quiza alguna de estas Muka (harina) y muka (tortura) (NT) . 2 J efe cosaco de las rebeliones campesinas de 166 771, descuartizado vivo en Moscu .en 1671. En Rusia se le considera heroe nacional (NT). 1

cualidades pudiera rodearme de un halo interesante y por tanto peligroso. Hube de limitarme a insistir en mi corcova, mi vejez y mi pauperrima economia; mi insignificante profesion de contador que tanto tiempo me quitaba y, finalmente, el hecho de que a un jorobado solo le convenia una jorobada, asi como una mujer normal y bonita necesitaba un hombre simetrico. -No -decidio Veronica- . Usted es demasiado noble. Se considera invalido y teme ser una carga. No piense que solo hay lastima de mi parte. Simplemente, me gustan los cactos, y usted parece un cacto. i Y cuantos han crecido en el alfeizar de su ventana! Sus dedos calientes rozaron mi mano. Brinque como si me hubiesen quemado. - j Que frio esta usted! ,:No se habra enfermado? - pregunto Veronica preocupada y, a Ia vez, sorprendida por Ia temperatura de mi cuerpo. Aquello era demasiado. Pretexte una jaqueca y le pedi que me dejara. -Hasta manana -convino, y agito Ia mano como una nina-. Y manana me obsequiara usted uno de sus cactos. i Sin falta! La buena muchacha me hablaba como lo haria un contador: despues de haberme declarado su amor, pedia remuneracion. ,: Don de habre lei do que los enamorados son como esclavos fieles? Nada hay mas falso. En cuanto una persona comienza a amar, se siente duena y con derechos sobre todo aquel que no Ia arne bastante. i Como quisiera que nadie me amase! Y a solo, me puse a regar mis cactos. Poco a poco, de una jarra esmaltada, alimente a mis hijitos jorobaditos y. . . me senti descansado. Eran las dos de Ia madrugada cuando, desfalleciente de hambre, cruce de puntillas el oscuro corredor hacia el cuarto de bano. i Alii cene a las mil maravillas! Es muy dificil habituarse a comer una sola vez al dia. II

os SEMAN AS han transcurrido desde aquella velada. Veronica me ha dicho que tiene dos enamorados: uno es teniente y, el otro, actor del teatro Stanislavski, pero yo sigo siendo el preferido. Veronica me amenaza con

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afeitarse la cabeza para que no vuelva a mencionarle su hermosura, asi como el sacrificio de esta a un viejo fenomeno. Ha dado en acecharme cuando voy al bano. -La pulcritud embellece a los jorobados -es mi respuesta invariable a sus constantes interrogatories: quiere saber por que me bano tanto. Por si acaso, he tapiado con madera el vidrio opaco que separa la banera del retrete. Y pruebo las cerraduras antes de quitarme la ropa. No soporto ni la idea de que alguien me espiara. Ayer en Ia manana llame al cuarto de Veronica, para llenar mi pluma fuente y seguir con mi diario, bastante irregular por cierto. Aun acostada, Veronica lcia Los cuatro mosqueteros. Cerro el libro y dijo: - i Sabe us ted? Todos los del piso nos creen amantes. No respondi nada, y entonccs ocurrio algo espantoso. Con llamas en los ojos, Veronica aparto la cobija y me mostro su cuerpo totalmente desnudo. - i Mire usted, Andrei Kasimirovich -exclarno e.ncolerizada-, lo que tanto ha rechazado! Unos quince anos atras, me habia familiarizado con el cuerpo humano mediante un manual de anatomia. Como deseaba estar al corriente del asunto, habia estudiado cuidadosamente todos los dibujos y diagramas. Mas tarde, en el Parque Gorki de Cultura y Descanso, pude observar a los ninos que se banaban en el rio. Pero nunca babia visto una mujer desnuda, al natural y tan de cerca. Aquello fue, lo repito, espantoso. Toda ella era de un color tan blanco y artificial como el de su cuello, su rostro y sus manos. Por delante le colgaba un par de senos blancos. Al principia los tome por brazos supernumeraries, amputados mas arriba del codb. Pero cada uno remataba en un pezon redondo, parecido al boton de un timbre. y mas alia, basta las piernas, un vientre esferico ocupaba todo el Iugar disponible. Alii se juntaba en un manton la comida del dia. Su mitad inferior estaba cubierta de cabellos nzados, como una cabeza. Desde bacia mucho me preocupaba el problema del sexo, que tan determinante papel desempena en Ia vida intelectual y moral de los hombres. Tal vez por razones de se.guridad,

desde antiguo han cubierto dicbo problema con un velo de misterio impenetrable. Hasta el manual de anatomia calla todo al respecto, cuando no aborda Ia cuestion de manera tan vaga y confusa que parece plantear una insoluble adivmanza. De manera que, reponiendome a mi turbacion, decidi aprovechar la oportunidad y mire alii dond'e, seglin el manual, se localizan los organos genitales, capaces de disparar como una catapulta ninos totalmente acabados. Alii, pues, entrevi algo semejante a un rostro bumano. Solo que, a mi parecer, no era femenino: recordaba mas bien la cara de un viejo, desdentado y sin afeitar. Un hombre depravado y bambriento vivia entre sus piernas. Seguramente roncaba por las nocbes y desabogaba su tedio con palabras soeces. Sin duda, de aqui deriva ]a naturaleza doble de Ia mujer, de Ia cual tan acertad'a mente dijera Lermontov: "Bella como angel celeste, Astuta y malvada como un demonio." Mi examen del objeto fue insuficiente, parque Veronica se estremecio y dijo: - i Que esperas? Cerro los ojos y abrio Ia boca, semejante a un pez que sacaran del agua. Se agitaba infructuosamente en e] lecho -enorme pescado blanco-- y su cuerpo se cubria de ampollas azules. - Disculpeme, Veronica Grigorievna -repuso timidamente-. Disculpeme, pe.ro ya debo irme a trabajar. Y evitando pisar fuerte y mirar atras, me aleje. Afuera llovia, pero yo no llevaba prisa: en nuestra oficina era dia de limpieza. Habiendome librado de Veronica con el pretexto de mi trabajo en una dependencia oficial (presupuestos, nicotina, el contador en jefe Dsuikov, mecanografas enloquecidas: todo por 650 rub los mensuales), ya podia permitirme el lujo de pasear a] aire libre en tiempo humedo. Elegi un albanal agujerado y me puse bajo el chorro. El agua se deslizaba por mi cuello, fresca, sabrosa, y a los tres o cuatro minutes me senti lo bastante mojado. Pero los transeuntes, que pasaban presurosos junto a mi con sus paraguas y suelas de goma, me observaban de reojo intrigados por mi conducta. Rube pues de abandonar mi postura y

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chapotear por los charcos. Mis zapatos se empapaban. AI menos sentia placer por debajo. -Ah, Veronica, Veronica - repetia indignado-. ~ Por que no se avergonzo siquiera un poco de su aspecto exterior, y se porto tan franca e imperdonablemente? Porque Ia vergiienza es el mayor merito del hombre. Es el oscuro reconocimiento de Ia propia c irreparable fealdad, el temor instintivo a lo que sus ropas ocultan. Solo Ia vergiienza, y siempre Ia vergiienza, puede conferir al hombre algo de nobleza y hacerlo, si no bello, cuando menos modesto. Desde luego, al caer aqui segui Ia regia general. A donde quiera que fucres, haz lo que vieres. Ademas, el peligro constante de ser atrapado y descubierto me llevo a cubrirme el cuerpo con este traje de carnaval. Si yo fuera ellos, no solo no me quitaria el traje, sino que seguiria enfundado en el abrigo dia y noche. Con una operacion de cirujia plastica, acortaria mis piernas y pondria siquiera una joroba en mi espalda. Los corcovados son aqui, despues de todo, mas agradables a !a vista que el resto, aunque no por ello dejen de ser fenomenos. Con el animo abatido me dirigi a Ia calle Herzen. Frente al conservatorio, en un semisotano, vivia el jorobado aquel. Desde hacia ya un mes y medio, no perdia de vista su silueta graciosa, abovedada, en nada parecida a Ia de un hombre y que, de algun modo, me recordaba mi perdida juventud.

Tres veccs consecutivas lo habia visto en Ia lavanderia, y una en el mercado de flares, comprando cactos. Cuando entregaba Ia nota de su ropa a Ia recibidora, tuve Ia suerte de leer su direccion. Habia llegado Ia hora de poner los puntos sabre las ies. Me dije que aquello era imposible, que todos habian muerto y yo, como Robinson Crusoe, era el U.nico sobreviviente. Con mis propias manos habia destruido todo cuanto quedara de Ia colision, y no habia aqui nadie, salvo yo. Pero. . . ~ y si lo habian enviado a buscarme? Si, fingiendose deforme, oculto, siguiera mis pasos? i No me habian olvidado! i Habian comprendido lo sucedido y organizado una busqueda! Sin embargo, ~como iban a saberlo? AI cabo de treinta y dos aiios. Seg{m el tiempo local, claro. Sano y salvo. No era una bagatela. Aunque, ~por que precisamente aqui? Tal era el meollo de Ia cuestion. Nadie habia pensado venir aquL La direccion era totalmente opuesta. Casas imprevisibles. Nos desviamos de Ia ruta. Del plato a Ia boca se pierde Ia sopa. Siete y medio. i Entonces fue cuando cometimos la idiotez! Tal vez haya sido casualidad. ~Repeticion del mismo error? Desviacion del curso y del horario invernal. El primer sitio que habia en el camino. ~ Ocurren las coincidencias? Como dos gotas de agua. Donde nadie habia puesto el pie. ~ Y por que no? Disfrazado de giboso.

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Igualito a mi. Si hubiese uno igualito a mi. Abrio la puerta una senora parecida a la Kostritskaya. Pero su Kostritskaya era mas alta y vieja. Despedia un olor a lilas elevado a la decima potencia. Era perfume. -Leopoldo volvera en seguida. Haga el favor de pasar. Al final del corredor ladraba un perro invisible. Pero no se decidia a echarseme encima. No obstante, yo ya habia tenido mas de una experiencia desagradable con tal clase de animales. -.:Le teme usted? i Pero si no muerde! i Niksa, tout beau, silence/ 3 Mientras discutiamos cortesmente y el animal rabiaba, por las puertas laterales aparecieron tres cabezas. 11e examinaban con atenci6n y maldecian al perro. El resultado fue un barullo infernal. Con grandes riesgos entre en una habitacion donde estaba un chiquillo armado de un sable. Al vernos comenzo a pedir kliukvi 4 confitadas, a dar aullidos, a hacer muecas y a retorcerse. . -Es un goloso, como yo ---explico la Kostritskaya-. Deja de hacer caprichitos, o el senor te comera. Para complacer a la duefia de la casa, dije en son de broma que en vez de sopa bebia sangre de nifios, calientita. El chiquillo se calmo en seguida, arrojo el sable y fue a meterse en el rincon mas lejano, sin quitarme de encima los ojos, llenos de terror animal. -Se parece a Leopoldo, .: verdad? -pregunto la Kostritskaya en tono indiferente, pero con cierto dejo de ternura en la voz. Fingi dar credito a la insinuacion. Me ponia enfermo aquel olor a lilas que impregnaba el aire. En algunos Jugares mi piel, irritada por la misma razon, se hincho. Habia el peligro de que mi rostro se cubriera de manchas verdes. Pero la salvaje Niksa arafiaba con sus garras el piso del corredor y olfateaba ruidosamente mis huellas. Las excitadas inquilinas, ignorantes de mi potente percepcion acustica, cuchicheaban a medias. a Tout Beau: Exdamaci6n fra ncesa corriente entre los cazadores rusos para calmar a los perros y equivalente a un "i quieto ahl !" Tertz afiade el "silence" para hacer mas c6mica 1a expresi6n en 1a casera (NT) . 4 Bayas rojas del Norte que, cubiertas de ax6car, se venden en las dulcerlas rusas (NT).

-No cabe duda. Es hermano de Leopoldo Sergueievich. - i Oh, no! Junto a este, nuestro jorobado es tan guapo como Pushkin. -Guardanos, Senor, de tener esta noche una vision semejante ... -Da asco hasta mirarlo. La llegada de Leopoldo interrumpio los comentarios. Recuerdo que me agrado su entrada en escena, su rapida asimilacion del papel: el papel clasico del giboso que se encuentra con un monstruo igual frente a terceros. - j Ah! i Un compafiero en desgracia! l Con quien tengo el honor de hablar? zA quien le debo ... ? Tejia a la perfeccion una fina telarafia psicologica: el orgullo escudado trae la burla de si mismo, la vergiienza tras la bufonerla. Sentado a horcajadas en la silla, como un jinete, rodeo por debajo el asiento con las piemas; brinc6 para volver a sentarse dando la giba al respaldo; reclin6 la cabeza en aquel e hizo muecas salvajes sin cesar de agitar los hombros, como si sintiera la joroba que emergia sobre ellos semejante a un zurr6n. -De modo que es usted Andrei Kasimirovich. Pues mi nombre, bastante chistoso por cierto, es Leopoldo Sergueievich. Como usted vera, tambien soy un poquito jorobado. Me encantaba su convincente parodia de hombre, aquel arte tanto mas real cuanto mas absurdo era, y con alglln pesar reconod su mayor destreza en el juego del vivir y mi propia incapacidad para adoptar, como el, la \mica forma que la tierra nos ofrece: la forma de un monstruo corcovado y de un egouta profundamente herido. Pero los negocios son los negocios, y le di a entender que deseaba hablarle con-fi-den-cialmen-te. -Me ire entonces -anunci6 la Kostrltskaya ofendida, y sali6, obsequiandome en despedida con una oleada suplementaria de su caustico aroma. En venganza, pense que estarla saturada hasta la medula de aquel olor. Hasta sus excrementos olerlan a perfume y no, como ocurre normalmente, a papas cocidas y otras excelencias domesticas. Sin duda meaba pura agua de colonia. En semejante atmosfera, el pobre de Leopoldo se marchitaria. ~zHace mucho que ha venido de alla?

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-pregunte a Leopolda cuando estuvimos solos en el cuarto, a excepcion del chiquillo que, sentado en su rincon, seguia reflejando en sus ojos un horror ciego e interrogante. -~De donde? ~De donde? -repuso Leopolda evasive. La animacion de su rostra habia desaparecido junto con Ia casera. Habia desaparecido tambien aquel exhibicionismo de payaso comun a Ia mayoria de los jorobados, lo bastante listos como para ocultar sus gibas y lo bastante orgullosos como para no sufrir por elias. Sin embargo me parecio que aun no volvia en si, por inercia, y que ya fatigado continuaba ocultando su verdadero ser. - j Basta ya! -dije tranquilamente-. Lo he reconocido a usted desde Ia primera mirada. Ambos procedemos del mismo Iugar. Como quien dice, somos parientes. i PJENTZ, PJENTz! -susurre, a fin de recordarle un nombre sagrade para los dos. -~Como dice? . . . ~ Sabe us ted? Su cara tam bien me es conocida. ~ Donde he podido verlo antes? Se froto Ia frente, arrugo el cefio, fruncio los labios. Su rostro tenia una movilidad casi humana, y de nuevo envidie su perfeccion tecnica, aunque tantas precauciones comenzaban a molestarme. - j Ya se! -exclamo, haciendose aun el tonto-. ~No habra trabajado usted en la Administraccion Principal de Papel? La dirigia, alia por el cuarenta y cuatro, Y arov Solomonovich Zek. Un judio muy agradable ... -No conozco a ningun Zek -respondi secamente-, pero si le conozco a usted, Leopolda Sergueievich. Usted no es ni Leopolda Sergueievich ni jorobado, aunque enarbole su joroba por todas partes. Basta ya de fingir. AI fin y al cabo, yo arriesgo tanto como usted. Parecio como si el diablo se le metiera en el cuerpo. -~Como se atreve -exclamo- a decirme qui en soy? Arruina mis relaciones con la casera, j y encima me insulta! i Pruebe a conseguirse una mujer tan estupenda como esa, y sefialeme despues mi defecto fisico. U sted ... i es mas jorobado que yo! ~Lo oye? i Es mas repugnante que yo! j Monstruo! i]orobado! i Invalido miserable! De pronto rompio a reir, y se dio una palmacia en la frente.

- j Ya recuerdo! Le he visto en la lavanderia. Usted y yo nos parecemos solo en que utilizamos Ia misma lavanderia. Esta vez no dude mas de su sinceridad. Efectivamente, se creia Leopoldo Sergueievich. Se habia posesionado tanto de su papel que, humanizado, ya como un nativo, estaba adaptado al media ambiente y habia cedid'o a la influencia externa. Con su nombre olvidado y su lejana patria perdida, sucumbiria sin remedio, de no ayudarlo alguien. Lo tome por los hombres y lo sacudi con suavidad. Lo sacudi y le hable amistosa, bondadosamente, para convencerlo de que debia hacer un esfuerzo por recordar y volver en si. ~Para que necesitaba a la Kostritskaya y su venenoso hedor? Hasta los humanos reprobaban Ia copula con los animales. Mas todavia: la traicion a la patria, por olvido ordinario, ya que no por malicia premeditada ... - j PJENTZ! j PJENTZ! -grite una y otra vez, y repeti las palabras que pude recordar. De pronto, a traves de su chaqueta Boston me llego un calor incomprensible. Sus hombres se calentaban cada vez mas, tanto como la mano de Veronica y como miles de otras rnanos calientes que prefiero no estrechar cuando saludo. - Perdone -me disculpe y afloje los dedos-. Ha habido un error. Un equivoco lamentable. Yo ... ~como explicarselo? ... Sufro ataques nerviosos. En aquel instante oi un barullo terrible y me volvi. A prudente distancia, detras de mi, el chiquillo danzaba blandiendo su sable. - j Deja a Leopoldo! -gritaba-. i Dejalo! Mama lo quiere. Es mi papa. i Es mi Leopolda, y nq el tuyo! Tales palabras disipaban cualquier duda. Me habia equivocado. Leopolda era un hombre, el mas normal de los hombres, aunque giboso.

III

c

me siento peor. Ha llegado el invierno: la estacion mas fria en esta parte del mundo. Ni siquiera me asomo a la calle. De todos modos, seria un pecado quejarse. Despues de las festividades de noviembre, me retire jubilado. No recibo mucho dinero, pero vivo mas tranquilo. De otra manera, ~que hubiera sido de mi durante mi pasada enfermedad? ADA DIA

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Sin fuerzas para correr al trabajo, obtener un permiso del medico hubiera sido trabajoso y arriesgado. i Someterme, a mi edad, a un examen fisico? i Habria firmado mi sentencia de muerte! A veces me hago una perfida pregunta: ,:por que no legalizar mi situaci6n, despues de todo? i Por que he vivido treinta afios haciendome pasar por otro, como un criminal? Andrei Kasimirovich Sushinski. Medio ruso. Medio polaco. Soltero. Sin parientes. N acido en Irkutsk. Padre, empleado. Madre, ama de casa. Muertos ambos durante la epidemia de c6lera de 1901. i Eso es todo! i Y si fuese a la policia, me disculpara, contase lo ocurrido tal y como fue? Bueno, diria, la cosa ocurri6 asi. Como ustedes podran ver, soy una criatura de otro mundo. Ni del Africa ni de la India ni de Marte ni de ninguno de sus Venus, sino de un sitio aun mas lejano e inaccesible. Ustedes ni siquiera tienen nombres para lugares como ese, y aunque desplegasen ante mi todos los mapas celestes que tuvieran, yo no podria, palabra de honor, sefialar el punto extraordinario de donde provengo. En primer lugar, no soy muy versado en materia de astronomia y navegaci6n espacial: iba adonde me llevaban. En segundo, los dibujos son muy diferentes. No puedo reconocer mi cielo nativo en los libros y mapas de ustedes. Aun hoy, salgo de noche a la calle, levanto la cabeza y miro: i todo esta de otro modo! Ni siquiera se en que direcci6n debo mirar con nostalgia. Tal vez desde aqui no s6lo es invisible mi tierra, sino tambien mi sol. Quiza este se encuentre en el otro extremo de la galaxia. i Como saberlo? No piensen, por favor, que he venido aqui con alguna intenci6n oculta. Migraci6n de los pueblos, guerra de los mundos y demas tonterias. No soy ni militar ni cientifico, ni viajero. Y mi profesi6n -aqui, se entiende- es la de contador. De la otra, la primera, prefiero no hablar. De todos modos, no me entenderian. Ni siquiera pensabamos emprender un viaje espacial. 1bamos, para decirlo primitivamente, de vacaciones. En el camino pas6 algo, llamemoslo meteorito para que resulte mas comprensible, y comenzamos a caer, privados de apoyo, hacia lo desconocido. Seguimos cayendo durante siete meses y medio -de nuestros meses,

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quiero decir, no de los de ustedes-, y por mera casualidad-aterrizamos aqul. AI volver en mi, vi muertos a todos mis compafieros de viaje. Despues de haberlos sepultado seg{ln nuestra costumbre, comence a tratar de adaptarme. A mi alrededor todo era extrafio, incomprensible. En el cielo brillaba una luna inmensa, de color amarillo, pero solitaria. El aire y la luz dejaban mucho que desear, y la gravedad y la presion tampoco me convenian. ~Como expresarlo? El pino mas simple afectaba mis sentidos ultraterrestres de la misma manera en que un puerco espin los hiere a ustedes. ~Donde ocultarme? Necesitaba comer y beher. Por supuesto, no soy hombre ni bestia. Posiblemente, estoy mas cerca del reino vegetal que de todo cuanto tienen aqui, pero tengo mis necesidades basicas. En primer termino requiero agua, a ÂŁalta de otra forma mejor de humedad, y preferentemente a cierta temperatura. El agua de aqui carece de las sales beneficiosas para mi organismo, y siento en la atmosfera un progresivo enfriamiento. Ustedes conocen tan bien como yo las heladas sibenanas. No me quedaba sino abandonar el bosque. Durante algunos dias, habia espiado a la gente a traves de los arbustos. Desde el primer momento comprendi que eran criaturas racionales, pero temi ser devorado por elias. Me envolvi en unos trapos (fruto de mi primer robo, disculpable dada mi situacion) y sali de la espesura con expresion jovial. Los yakuts 5 son hospitalarios y dignos de confianza, y me ensefiaron los primeros habitos humanos. Posteriormente, me traslade a regiones mas civilizadas. Aprendi el idioma, obtuve alguna instruccion y ensefie aritmetica en una escuela secundaria de Irkusk. Alguna vez residi en Crimea, pero muy poco tiempo, a causa del clima: en verano es dernasiado caliente, y no lo bastante en invierno. Se necesitaba un piso con calefaccion y tales comodidades, no frecuentes en los afios 20, costaban mucho dinero Yo no podia procurarmelo, asi que pase a Moscu. Aqui vivo desde entonces. Quienquiera a quien yo narrase esta triste historia, aun de !a manera mas clara y accesible para el lector, no me creeria por nada del 5

Pueblo de Ia Siberia oriental (NT).

mundo.. Si al menos pudiese verter las lagrimas que mi relato requiere. Pero, aunque de alg{ln modo aprendi a reir, nunca he sabido llorar. Me considerarian loco, amgio de quimeras y, lo que seria peor, me enjuiciarian por falsificacion de pasaporte, firmas, sellos y otras actividades ilegales. Y, si contra toda logica, me creyeran, la cosa seria mas grave todav!a. De todas las academias acudirian academicos: astronomos, agronomos, fisicos, economistas, geologos, filologos, psicologos, biologos, microbiologos, quimicos y bioquimicos, y estudiarian hasta la ultima pinta de mi cuerpo, sin pasar nada por alto. Y se pasarian el tiempo haciendome preguntas, interrogatories, examenes, analisis quimicos. Por millones, circularian tesis, peliculas y poemas sobre mi. Las senoras comenzarian a pintarse de verde los labios y a encargarse sombreros en forma de cactos, o cuando menos de nopales. Durante algunos afios, los jorobados tendrian un exito colosal con las mujeres. Habria marcas de automoviles con el nombre de mi patria, y pondrian el mio a cientos de recien nacidos, para no mencionar las calles y los perros. Me convertiria en un personaje tan famoso como Leon Tolstoi, Gulliver, Hercules. 0 Galileo Galilei. Sin embargo, y a pesar de este interes mund'ial en mi humilde persona, nadie comprenderia nada. i Como iban a entenderme, si yo mismo soy tan incapaz de expresar mi naturaleza inhumana en el lenguaje terrestre? Le doy vueltas y mas vueltas al idioma y trato de emplear metaforas, pero acabo por callarme. Solo puedo ver un solido y breve GOGRI, escucho un fugaz VZGLIAGU, y un indescriptiblemente bello PJ E NTZ acude a mi tronco. Cada vez son menos las palabras como esas que permanecen en mi debilitada memoria. Los sonidos del lenguaje humano se limitan a transmitir su construccion aproximada. Si un grupo de lingiiistas me rodeara y preguntara que es esto, yo me concretaria a responder: GOGRl TULLEROSKIP. Y abriria los brazos, impotente. No, seguire viviendo solitario y de incognito. Y a que ha aparecido un ser tan singular y especifico, debe existir a hurtadillas. Y perecer inadvertido. De no ser asi, cuando muera - y morire pronto-, me pondran en un gran frasco de vidrio con formol, para exhibirme en el Museo

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de His to ria Natural. Los visitantes desfilan1n frente a mi y se estremeceran de horror. Y para tranquilizarse, lanzaran insultantes risotadas y pronunciaran con sus labios desdefiosos: "i Oh! i Que aborto tan feo y anormal!" i Pero no soy un aborto! ~ Tienen que maldecirme solo porque soy distinto? Es imposible comparar mi belleza con la fealdad de ustedes. Soy mas hermoso y normal que ustedes. Y cada vez que me miro, me convenzo mas de ello. Antes de caer yo enfermo, el bafio se rompio. Me entere de la desgracia ya tarde por la noche, y comprendi que la Kostritskaya habia causado el destrozo para fastidiarme. No podia esperar ayuda de la pobre Veronica, pues estaba ofendida desde aquel dia en que, habiendome ofrecido lo que desde su punto de vista humano era lo mejor, yo habia preferido un paseo. En ocasiones, a traves de la pared, me llegaban los besos de Veronica y del actor del teatro Stanislavski con quien se habia casado. Yo estaba sinceramente contento por Veronica e incluso le habia enviado, el dia de su boda, un pastel anonimo de 16 rublos, con sus iniciales y el monograma de los recien casados, todo escrito con chocolate. Pero desfallecia de hambre, y el bafio estaba estropeado, por obra de la Kostritskaya, que deseaba matarme. 1vfientras hacian las reparaciones, el agujero por donde salia el agua estaba amordazado por un tapon de madera, y el agua no caia. Por ello, cuando todos se hubieron dormido y me llego un roncar uniforme del piso de arriba, del de abajo y de las habitaciones laterales, descolgue de su clavo la cubeta de Veronica, que pendia entre otras en el retrete. AI arrastrar el balde por el corredor, parecia como si llevara truenos dentro, y alguien dejo de roncar en el piso inferior. Pero realice mi obra: puse a hervir Ia tetera en Ia cocina, Ilene la cubeta de agua fria y subi todo a mi cuarto. Eche e.! pestillo y puse Ia llave en la cerradura. Con que agrado me quite las ropas y Ia peluca, las orejas de goma y las correas que me oprimian pecho y espalda. Mi cuerpo se extendio como una palma, a la que ya en casa permitieron desplegar sus hojas, plegadas y comprimidas por el empleado de la floreria. Todos mis miembros entumecidos durante la jornada revivieron, retozaron.

Despues me instale en Ia cubeta. Con una mano tome la esponja, para rociar generosamente todos los lugares secos, y con la otra la tetera. Con mi tercera mano asi la jarra de agua fria, a la que puse un poco de caliente, y con la cuarta y final probe la tibieza de la mezcla. i Cuanta comodidad! Mi piel absorbia el precioso liquido vertido por la jarra sobre mi cabeza. Calmados asi los primeros ardores del hambre, quise examinarme con atencion y lavarme Ia insalubre mucosa segregada por mis poros y convertida, en algunos lugares, en coagulos secos de color lila. Decididamente, los ojos de manos y pies se habian debilitado tanto como los de Ia nuca y el cuello, privados siempre de Ia luz diurna por ropas burdas y cabellos postizos. Y a en el afio 34 habia perdido un ojo por un zapato derecho demasiado cefiido. Por todo esto, no era facil realizar una inspeccion detallada y completa. No obstante mis deficiencias oculares, volvi la cabeza sin limitarme a describir un semicirculo -los irrisorios 180 grados permitidos al cuello humano- y, abriendo a un tiempo todos los ojos disponibles, en lucha contra la fatiga y la oscuridad, pude verme por todas partes y desde diferentes angulos a la vez. Que espectaculo tan atractivo. Lastima que solo me sea concedido durante las horas nocturnas, siempre demasiado breves. Basta con levantar la mano, para contemplarse desde el techo, como inclinado sobre si mismo, de lejos y de cerca simultaneamente. Y, tambien simultaneamente, con mis ojos restantes miro mis partes inferiores, mi espalda, mi cuerpo entero, extendido y frondoso. Quiza, de no haber vivido treinta y dos afios en el exilio nunca se me hubiese ocurrido admirar mi fisico. Pero soy aqui el unico ejemplo de aquella perdida y armonica belleza que es mi patria. ~Que puedo hacer en la tierra, aparte de contemplarme? j No importa que mi mano trasera se haya torcido por la constante necesidad de fingir una joroba humana! i No importa que mi mano pectoral tenga ya dos dedos secos por la presion de las vendas, ni que mi viejo cuerpo haya perdido su antigua flexibilidad! i Aun asi soy bello! j Proporcionado! j Elegante! i Ya pueden afirmar lo contrario todos los envidiosos y criticones! Tales eran mis pensamientos mientras me

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rociaba con el agua de la jarra, la noche aquella en que la Kostritskaya quiso matarme por meclio de un bafio roto. AI dia siguiente cai enfermo, seguramente porque pesque un resfriado en la cubeta, y comenzo la peor epoca de mi vida. Durante doce dias estuve tendido en mi divan, sintiendo como me secaba. No tenia fuerzas para bajar a la cocina en busca de agua. Mi cuerpo oprimido en su envoltorio de forma humana, se marchito e inflamo. Mi piel seca crujia. No podia ni siquiera incorporarme para aflojar mis vendajes, cortantes como alambres. Asi pasaron doce dias, y nadie iba a verme. Con la imaginacion, vela a mis vecinos Hamar alegremente a la policlinica, despues de mi muerte. El medico local acudiria para certificar el deceso. Inclinado sobre el divan, rasgaria con sus tijeras quirurgicas mis ropas, vendas y correas y, retrocediendo de horror, ordenaria enviar mi cuerpo al mejor y mayor anfiteatro, lo mas pronto posible. i Entonces llegaria el frasco de formal, corrosivo como el perfume de la Kostritskaya! Y, para beneficio de las generaciones futuras, yo entrada en el bafio t6xico, en la cripta de crista!, en la historia, en la eternidad. Yo, el monstruo, el mayor monstruo de la tierra.

Al llegar aqui, comence a gemir, primero en muy baja y despues mas fuertemente, en e} odioso e inevitable lenguaje humano. "Mama, mama, mama" -decia, imitando la entonacion de un nifio quejumbroso, con la esperanza de causar lastima a quien pudiera oirme. Y durante las dos horas que pase pidiendo ayuda, me repetia que en caso de sobrevivir conservaria mi secreto basta el fin. No entregaria mi hermosa cuerpo, ultimo reducto de la patria perdida, a la destruccion y burla de mis enemigos. Entro Veronica. Habia adelgazado visiblemente y su mirada, libre de amor y resentimiento, era indiferente y serena. - j Agua! -rugi. - Si esta enfermo -aconsejo Veronica- debe desnudarse y tomarse la temperatura. Llamare al medico. Sin duda le haran una sangria. - j Medico! i Sangria! i Desnudarme! i Poco faltaba para que Veronica me tocara la frente, tan helada como el aire de la habitacion, y tomara entre sus dedos de fuego mi pulso inexistente! Pero Veronica se limito a arreglarme Ia almohada y retiro disgustada la mano al sentir el contacto de mi peluca. Seguramente, mi cuerpo le repugnaba, como a todos los humanos. VOZ

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- j Agua!

j Agua,

por el amor de Cristo! -lHervida o tal y como sale del grifo? Por fin salio, para volver con una jarra. Froto un vaso empaiiado con tan pensativa lentitud, que yo hubiera tornado aquello por venganza, de no estar seguro de su ignorancia respecto a mi condicion. -Realmente -dijo- yo le amaba, Andrei Kasimirovich. Le amaba pero, ahora comprendo, mi am or nada de. . . l como explicarselo? De algo asi como histima. . . L<i stima hacia un invalido, si me perdona la franqueza. Pero yo Ie compadecia tanto .. . no me fijaba . .. lesiones fisicas. . . U sted, Andrei Kasimirovich, me parecia el hombre mas guapo de la tierra el mas. . . Y cuando usted se burlo de mi tan cruelmente . . . suicidarme. . . Le amaba. . . Io digo sin tapujos. . . hombre valioso. . . Volvi a enamorarme . . . Pero ahora casi Ie agradezco. . . Me he enamorado . . . De un hombre ... Humanamente. . . humanidad. . . de hombre a hombre .. . - j Veronica Grigorievna! -la interrumpi, incapaz de soportar mas- . Le suplico. Dese prisa. Agua. - Hombre . . . humano . . . nomahu ... nohuma . . . onamuh . . . humano . . . - j Agua, agua! 0

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Veronica Ileno ei vasa y, repentinamente, lo acerco a mi boca. Mis dientes postizos golpearon ei vidrio, pero no me decidia a ingerir el liquido: Yo debo regarme desde arriba, como una flor o un manzano, y no por Ia boca. - j Beba, beba usted! - insistia Veronica- . l No me ha pedido agua? La aparte de un empellon y trate de sentarme, sintiendo que todo estaba perdido. El agua cayo de mi boca al divan. Pude aprovechar algunas gotas con mi palma reseca. - Deme Ia jarra y vayase -ordene con toda Ia dureza de que soy capaz- . j Dejeme en paz! Bebere solo. De los ojos de Veronica rodaron dos lagrimas prolongadas. - l Por que me odia? - pregunt6-. l Que le he hecho? Fue usted quien no quiso mi amor, quien rechazo mi piedad. U sted es simplemente un hombre malo. Muy malo, Andrei K asimirovich. - j Veronica! Si Ie queda a usted un poco de piedad, vayase, se Io suplico. Salga, par favor. Dejeme solo. Se marcho, profundamente dolida. Entonces me desabotone la camisa y vacie en mi cuello la jarra. 55

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IV N LA naturaleza todo es alboroto y apresuramiento. Todo cede a! nerviosismo. Las hojas crecen atropelladamente. Los gorriones emiten cantos entrecortados. Los ninos corren a presentar sus examenes en las escuelas y en los institutes tecnologicos. En la calle, las voces de las nineras son agudas, histericas. Y el aire sofoca. Por doquiera -en dosis menos concentradas- flota el olor de la Kostritskaya. Hasta los cactos del alfeizar huelen por las mananas a limon. No debo olvidar regalarselos a Veronica antes de irme. Temo que la pasada enfermedad me haya aniquilado. Me ha despedazado tanto el alma como el cuerpo. A veces me asaltan extranos deseos. Ya quiero ir al cine, ya jugar a las ciamas con el marido de Veronica. Segun dicen, es un magnifico jugador de damas y ajedrez. He releido mis notas y me siento insatisfecho. En cada frase advierto la influencia del medio terrestre. c! Quien necesita de semejante chachara en dialecto local? No debo olvidarme de quemar el diario antes de mi partida. No pienso mostrarselo a la gente. De todas maneras, los mios no lo leeran y jamas sabran nada de mL N unca recorreran un camino tan largo para venir a este absurdo lugar. Cada dia me resulta mas difkil recordar e1 pasado. Unas cuantas palabras conservo de mi lengua natal. He olvidado incluso a pensar a mi manera, no digamos a escribir y hablar. Recuerdo algo hermoso, pero no se que es exactamente. A veces me parece que deje hijos en la patria. j Unos cactitos muy guapos! No debo olvidarme de regalarselos a Veronica. Habran crecido mucho. Vasia ya va a la escuela. ,!A la escuela? i Que cosas digo! Vasia ya es todo un adulto. Es ingeniero. Y Masha se ha casado. i Senor! i Senor! i Creo que me estoy volviendo humano! i No! No en vano he soportado 32 anos de sufrimiento, no en vano cared de agua durante el invierno, echado en el divan. c! Para que me he recuperado, sino para marcharme de aqui, en cuanto haga calor, a alg{In lugar tranquilo

E

y morir alli sin ruido? Solo asi puedo conservar lo que me resta. Todo esta listo para mi partida: mi boleto y mi reservacion de asiento para Irkutsk, mi lata para el agua, una considerable suma de dinero. Casi toda mi pension de invierno fue a parar a mi caja de ahorros. No gaste ni en un abrigo de pieles, ni en el tranvia, ni en el trolebus. No fui al cine ni una sola vez. Y desde haec tres meses no pago la renta del piso. Tengo, en total, 1,65 7 rublos.6 Pasado manana, cuando todos se hayan dormido, saldre sin ser notado de la casa y tomare un taxi hasta la estacion ferroviaria. Alii, i tuutuu! i El humo de la locomotora sera lo ultimo que veran de mi! Bosques, bosques verdes como el cuerpo de mi madre, me recibiran y me ocultanin. 路 Habra algun modo de llegar alia. Hare parte del camino en barca. Unos 350 kilometres. Y por el rio. Con el agua corriendo a mi }ado. Podre refrescarme hasta tres veces al dia. Habia un agujero. Lo buscare hasta encontrarlo. Al caer, hicimos ese hoyo. Lo rodeare de lena. El enebro arde como polvora. Sentado en el agujero, me quitare ropas, vendas y correas, y aguardare. No tendre ning{In pensamiento humano, no pronunciare ni una sola palabra en lengua extrana. Y cuando empiecen las heladas y comprenda que ha llegado la ocasion, un fosforo bastara. No quedara nada. Pero faltaba mucho para entonces. Habra muchas noches tibias, agradables. Y en el cielo de verano brillan muchas estrellas. l Cual de ellas? No lo se. Pero las contemplare todas, todas juntas y una por una. Las mirare hasta hartarme los ojos. Alguna de ellas sera. la mia. i Oh, Patria! i PJENTZ! i GOGRI! i TULLEROsKIP! Vuelvo a ti. j GOGRI! j GOGRI! j TULLEROSKIP! j BU-BU-BU! MIAU-MIAU! j PJENTZ! 6 Sin duda, Tertz alude al rublo antiguo. Hacia 1960, 650 rublos equivallan ya a 65 de los de antes, salario normal de un empleado (NT).

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THELMA NAVA Neblilunea "Toda una noche se decirte !a misma palabra: tengo un habito terrestre de tu compafila." PAUL CLAUDEL

( Sabias que una muchacha desnuda canta como una botella que se arroja al mar? (Lo sabias? Escuchame cantar como a un arbol lacustre en el centro de Neblilunea, a la orilla de tu sangre, en tu terrestre compafiia. Neblilunea, la ciudad descubierta por nosotros, conoce tu pasado y el mio. Buscada como a la casa de la infancia, esperandonos en nuestras palabras agazapadas. Neblilunea forma el nudo de la alianza y despierta a los diocesillos y a los demonios de las aguas y los vemos danzar y extender sus alas en juegos irrepetibles. Soy solo lo que tu coraz6n desea, lo que busca en silencio. .Yo repi to tu nombre en la ciudad don de tu voz y tu rostro permanecen. Transparente ciudad de los patos salvajes como una criatura festiva de Occidente. Todos los caminos conducian a ti. Conocemos ahora Ia bondad de las aguas, la humedad de la tierra y Ia hojarasca vaticinadora de los sitios que aun no recorremos juntos. Y estamos siempre en ti, vigilantes cuando el amor y sus actos, palabras y silencios son tiernos como en todo comienzo.

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Este territorio En este territorio de vastas posibilidades los dioses salen a jugar a la calle y alternan con las doncellas despreocupadas de sacrificio alguno. De vez en cuando uno puede subirse a las montaiias, a las piramides o atravesar los lagos sin que a nadie le importe preguntarle su nombre o condici6n. Desde este sitio en que se dijo que el aire era mas transparente porque efectivamente es transparente y los inviernos son siempre luminosos. Desde esta tierra horadada, este sitio de colores v1vos que juegan con la muerte porque la muerte es de barro o carton comprimido o pan de azucar. Donde cualquiera escribe un poema o se sube a Ia torre-vigia de la ciudad para extraer los secretos de la noche, la belleza, la violencia de la noche mexicana y cada quien es dueiio de su propia esclavitud de su vicio secreto, de su soledad irremediable, su locura o su amor. Desde aqui, Iugar en que te vivo, Iugar donde te escribo, sitio en el que transcurren las horas, las tardes, los elias y todo aquello que quiero, deseo y necesito compartir contigo, desde aqui te digo que te amo.

El territorio de la ternura Cuando se vuelve un acorde6n oscuro en los oidos, una flor sin aroma en Ia mitad del aire o se desliza por nuestra pie! volviendonos cada vez mas fragiles. Cuando ha sido inutil todo intento de seguirle los pasos y se ha escapado incontrolable y no existe ningun pequeiio sitio donde colocarla sobre la tierra, ninguna palabra que Ia detenga. Cuando ya no podemos mas y nos arrasa con su fuego invisible, nos aterra y el solo pensamiento de nombrarla en voz baja es como una amenaza sin sentido, un caracol reptando por Ia orilla de Ia sangre.

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Tenemos que soltarle en un sitio cualquiera, bajo la prisa de los autos o en las primeras luces de mercurio de una ciudad sm nombre.

Para hablar de lo que jamds existi6 No es que inesperadamente aparecieran alii como palomas muertas en m1s manos tus palabras No fue tampoco el rumor de los trenes que jamas abordamos en la estaci6n secreta Era como la increible sonrisa de un profeta loco en el comienzo de la primavera cl algod6n cultivado en la piel de un ser humano o una flor de crista! en la ventana del mv1erno N unca los labios aprendieron tu contorno y se canso la barca de esperarnos para cruzar la llanura marina No conoci el sonido de mi piel bajo tu piel Todo se derrumb6 desapareci6 sin dejar huella como el nombre de un pais de un territorio que s{tbitamente ya no figura en el mapa

Hablemos del amor Mi coraz6n tigre en acecho salta sabre tu vida y se aquieta cuando lo escuchas silencioso. Es el amor golpeando, es el viejo amigo de siempre con quien hemos vuelto a encontrarnos. La ciudad no pierde sus luces mientras tu y yo inventamos, compramos suefios, eternidad, locura. La luz tiembla en tus ojos. Cuando escribo el poema pienso en tus brazos barca en la que navego contra el viento, contra la soledad: animal de la tierra que ha perdido su presa para siempre.

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CARLOS MONTEMAYOR ACEVES

TODAS LAS TARDES A las seis de la tarde pasaba Ia m aquina oscura con su silbato a todo escape, atravesaba el cerro y se perdia detras; el sol caia enrojecido viendo al ferrocarril correr por la tierra leva ntada en cerros; maquina perdida en !a tarde, silbato desvanecicndose en cl aire. Las tardes somnolientas miraban el sol caer con el ruido pesado que se deslizaba sobre los rieles y se encajaba en el espacio caluroso. Asi todas las tardes: tarde a tarde el sol y la maquina sud ada. E! aire h enchide de nubes enrojecidas parecia sentir la costumbre del silbato, el paulatino descenso del sol, el cerro gris que sostiene y mira al ferrocarril que se aleja, que se pierde en sus ruidos metalicos, en sus fierros pesados, en sus vagones sudados; recuerdo que el cerro guardaba el momenta en que quedaba sordo por el ruido de los vagones y el silbato, en que recibia el olor de la maquina. Luego el recuerclo escurria por su pie! reseca y opaca como si resbalara de las manos envej eciclas de un anciano. Asi era toclas las tardes, asi sucedia en el cerro: recuerclo tras recuerdo, soles que caian a su espalda viendo pasar el ferrocarril con el silbato a todo escape, silbato que lo atravesaba y se perdia en los otros cerros que existen tras el cuando er imagina, cuando el piensa que existen. Y el miraba el cerro cubierto de sol, cubierto de cielo enrojecido; el lo miraba toclas las tardes sen taclo en su sill a; el via pasar el ferrocarril, el vio a! sol caer enrojecido como un agonizante, el mir6 toclo todas las tardes, desde la tarde en que envejeci6, clesde que fue anciano, desde que olvid6 su nombre que no sab!a recordar, que olvicl6 por innecesario, desde h acia afios, desde siempre, desde Ia tarde en que el viejo port6n de Ia casona se abri6 y Lucas sali6 con su silla a sentarse en la callejuela empedrada para mirar el aire tranquilo y caliente. Y al mirar sentia nostalgia del cerro. Sentia deseos de decir que el cerro estaba seco, que el cerro sentia el paso de las tardes. El sol se reclinaba por toda la callejuela empedrada inundandola d e su moclorra. Lucas sentia el calor en Ia pie! y se volvia a mirar los arboles donde todos los elias se posaban las auras con su color negro y el ruido de sus vientres. Siempre estaba callado. Todas las tardes miraba Ia callej uela empedrada extendida frente a el, Ia callejuela donde reposaba con su silla de cafiamo, con su silla inm6vil ; Ia veia deslizarse h asta Ia esquina, detenerse alii y quedar asustada

mirando los cerros y el polvo y el viento que pasaban sofiolientos ante ella. La mir6 todas las tarcles, todas las veces, pedazo a pedazo, piedra por piedra, hasta aprenclerse todas las piedras: aprendi6 el sonido que hacia cada una cuanclo las pisaban, cuanclo las miraban, cuando las escupian. Todas las tardes veia hacia el cerro, veia las casas que se extendian a! pie del cerro hasta ]a casa gris levantada junto a Ia :zona pedregosa. Frente a la casa gris se sentaban por la tarde varios ancianos. Los veia diminutos, empequefiecidos; los veia platicar, mover las m anos, encender cigarrillos, hacer sefias a los nifios que jugaban cerca. A veces los ancianos callaban y quedaban tan inm6viles que parecian fijarse en los muros grises, fi jarse en el a ire ; era cuanclo tenia Ia sensaci6n de que lo miraban, de que tanto silencio era para mirarlo, que se queclaban quietos para verlo con Ia misrna mirada con que el sc habria mirado de haber estado alia, con ellos, en el aire. Y a poco notaba como los ancianos desaparecian hasta no poder encontraries. Las tardes empezaban a morir en Ia noche que se acostaba frente a el, que se acostaba en Ia callejuela, en sus 路 manos, en su cabeza, en su silla. Entonces buscaba el cerro, metia sus ojos entre Ia oscuridad y lo buscaba: siempre lo veia enrojecerse, incendiarse, destrozarse con aquel fuego que parecia sangre que se escurriera y se coagulara hasta confundirse en ]a noche. Perrnanecia el anciano en medio de Ia oscuridad mirando las sombras d e las piedras. Perrnanecia en medio de Ia noche de Ia callejuela extendida frente a el, en medio de la noche de su casa am arilla, taciturna . en medio de la noch e del cerro, de ]a noche del polvo, d e la noche del viento, en media de Ja noche penetrada por laclridos de perro que se oian encima d e las casas como voces de nifios, estrellandose y apagandose en los cledos pegajosos de Ia oscuridad. - M etete ya, Lucas, ~ quieres? - dccia Rosa clescle ]a puerta con su vestido negro y raido; el no se volvia a verla, miraba la callejuela estirarse hasta Ia esquina, d etenerse para ver la oscuriclacl y los perros y las sombras que trepaba n por ]a noche. - M etete ya, L ucas, ~ quieres? -repetia Rosa; y Ia noche seguia corriendo por Ia callejuela y se elevaba altisimo para verles a Rosa y a Lucas sus cabezas clesde arriba: y las veia pequenas, como canicas de nifios que juegan su regalo de cumpleafios; Lucas sentia la mirada sobre su cabeza, la sentia detenicla.

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-Metete ya, Lucas ~no has oido? -volvia a gritar. Sentia los ojos de Rosa a su espalda, mirando con odio, con desprecio. Adivinaba el vestido negro rozando el suelo, Ia puerta. Sentia la sombra de Rosa entresaliendo del viejo porton, sosteniendo Ia lampara de petroleo. Sentia Ia luz de Ia lampara correr desde las manos de Rosa hasta su silla, detenerse en su espalda, en sus hombros, en su pelo, alumbrar sus manos viejas y caer basta las piedras de Ia callejuela que parecian acariciarla, ocultarla, perderla para que no las desnudase a todas. -Estoy esperando que entres -volvia a decir Rosa. Lucas se volvio a mirar Ia casa gris: Ia vio alia, del otro !ado, sin los ancianos, sin moverse; una casa callada. - Espera, ya voy - dijo. Miro bacia el cerro, bacia arriba del cerro, oscuridad que se expandia increiblemente. Miro con su boca y con sus manos envejecidas Ia noche; pero Ia quiso ver toda, Ia quiso ver junta, inmensa, y abarcarla en una sola mirada: abrio los ojos hasta que le dolieron y sintio la noche y quiso beberla, aspirarla con todas las estrellas que pudiera derrumbar, arrastrar con la mirada. Hace calor, i verdad? - dijo y sintio silencio, sintio deseos de cerrar los ojos, de llorar, de no ver, de no encontrar la casa gris en su imaginacion, no sentir en su pensamiento la presencia del cerro, la tierra amontonada, Ia respiracion reseca. Hace calor, ~ verdad? -dijo cerrando los ojos, abriendo los ojos, queriendo tocar con sus manos el aire oscuro y caliente, queriendo partirlo, escarbarlo para llegar hasta el cerro, hast a Ia oscuridad: al aire que estaba mas cerca de esa tierra y mas lejos de sus manos viejas.

-Si, hace calor -dijo-, las naches estan cada vez mas calurosas; lo dije tambien ayer, recuerdo, pero ahara la noche esta caliente otra vez, parece que esta encerrada. Espera un momento. ~ Sabes?, hoy el tren iba muy despacio, iba como si no tuviera ganas de correr, parecia estar cansado. Atraveso el cerro muy Iento, silbando muy quedo, casi apagandose. Era extrafio verlo cansado, parecia hundirse en una costra pegajosa que nolo dejaba moverse y lo quisiera matar. Esta noche va a regresar el tren, Rosa, pasara por alia, por ese Iugar, oscuro, con todos sus pesados ruidos, con su olor. ~Como se vera en la noche atravesando el cerro? Lo escucho desde mi cuarto ya muy entrada la noche, ~sabes?, lo escucho avanzar con su ruido de maquina y me parece una sombra que se desliza rudamente como animal enfermo. Pero que extrafio era verlo, rodar tan despacio, que el cerro lo sienta avanzar tan Iento, que duro esperar una maquina tan cansada. ~ Por que caminan despacio los trenes, Rosa? Date cuenta, va a regresar alii, ives? Va a regresar con toda su presencia lejana. i Que terrible es regresar tan despacio! Mira el cerro, se ve diferente de noche, parece un hombre dormido, ~verdad?, un anciano. Ahi se queda toda la noche durmiendo, esperando que el tren pase muy despacio envuelto en sus ruidos metalicos y en sus silbatos. i No sientes envidia, Rosa? Ser el cerro. Ser el tren. Atravesar el cerro silbando, hundirte en el ruido y ver otros cerros mas. 0 ser los dos juntos. Ser el tren y el cerro, y tambien ser Ia via y caminar, caminar, sentir como te pierdes y te hundes en la tierra, como te encajas en el aire, sen61

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tir que bebes los cerros, sentir q~e se aleja nuestra maquina, que se va, que se p1erde como una mancha que apenas ves moverse. Hoy atraves6 muy despacio, cansado. Y me fui con el me subi en el, Rosa, atravese el cerro, lo ' con el tren, i te das cuenta~, ') me f u1. mi. atrave5e rando todos los varrones, todas las vias, todos los durmientes, mordib el viento y me emborrach'e con la tarde pegajosa que atravesamos el tren y yo y los cerros, los cerros que pasaban como suenos cubiertos de tierra, como suenos envueltos en aire gris, como suenos vestidos de vejez, como suenos. como suenos. Vi la tarde que nos persecruia d~sde el cielo y nos buscaba entre los cerro~, y 'revante los ojos hacia el~a y la vi correr la vi estirarse encima del a1re en pos de nos~tros. Vi todo, Rosa, i te das cuenta?, desde aqui vi el tren con sus vagones y su locomotora y sus ruedas como patas de c~empies. Vi ~ue se detuvo en medio del cerro. V1 que me m1raban del tren, por primera vez senti la~ mira~as de los hombres que iban dentro, sent! las m1radas de los varrones sobre mi, todo el tren detenido viendomeo correr hacia su cuerpo oscuro, sudado de aceite, viendome brincar a sus vagones mientras el comenzaba a rodar pesadamente sobre los rieles calientes de sol. Esta noche va a regresar el tren. lo veras cruzando el cerro, veras su sambra de,slizarse en medio de esta noche caliente. Cada vez son mas calurosas las naches. Ya te lo dije, recuerdo, pero esta es mas caliente que las anteriores. En la noche tenemos que hablar bajo en el polvo de la noche nos escondemos y todo' corre hecho sombra hacia el cerro y nada queda para ver. Entonces las naches h~elen a muerto, a cadaver, huelen a todos los d1funtos que estan en las casas y en los cerros, a todos los difuntos que se juntan para calen.tarse y no tener frio. Y sentimos las noches cahentes. Pero la noche esta ahora de duelo. Vi la muerte en !a tarde, tendida en la tierra, envej;ciendo dilu)'endose con la sangre que escurna ' ' p_or to das por el cerro, por las casas, que escu;na las calles, por esta callejuela. i Y como s1entes el dolor que avanza sobre tu cabeza. ,apagan~o la luz y lastimando los ojos! Se muno el anClano, Rosa sin gritar sin que pudieras escucharle una ' ' voz pero sintiendo que miles d~ bocas se ab' n~n y d ejaban escapar entre los d1en.tes esa agoma que se escondi6 tras el cerro lastlmado que ~o podia soportar mas. Y solo queda en los OJ~S mirar c6mo se hunde y se hunde, y lo ves aqm, el muerto aqui, en la callejuela. Se muere tantas veces sobre las piedras, frente a la casa; tu lo ves desde la puerta con tu lampara, yo lo veo sentado en esta silla. Qued6 tanto por preguntarle, Rosa, qued6 tanto por conocerle, por decirle, por quitarle. Se ve triste nuestra callejuela, se ve oscura, temerosa, como si quisiera escapar, como si quisiera correr; pero s6lo llega hasta su esquina y

se detiene a mirar. Cuantos ruidos. i Oyes el ruido que hace tu lampara sobre la callejuela? Mira c6mo se arrastran hasta la esquina y se vuelven a vernos. Mira nuestras palabras sobre las piedras, sin hacer sombras, miralas huir, tropezar en las piedras, querer perderse tras la esquina, miralas morir sin alcanzarla. i Como !len amos la noche, Rosa! i C6mo nos metemos en ella para olerla y vamos a caminar por sus pueblos . . . ! Cuando volvi6 el atardecer, cuando el aire volvi6 a ser tranquilo, cuando el aire torn6 a aguardar las horas que arrastran la noche, cuando el port6n se abria y el asomaba la cabeza como pedazo de tierra vieja, como abandono de tierra, cuando asomaba la cabeza y sus ojos veian el aire caliente y sus ojos se cerraban de cansancio y sus ojos se abrian, sali6 del port6n con su silla para mirar las tardes que faltaban. Pero las tardes eran pegajosas, eran de un sol pegajoso que se escurria por toda la tierra gris, reseca, que se derretia por toda la tarde, por el aire, por cada pedazo del cerro, por cada arruga del cerro y por cada durmiente y por cada riel y por el tren que se alejaba con su silbato gimiendo como un borracho, como un nifio borracho. Y las manos las sentia pegajosas, y el pelo, los ojos. Se volvia a mirar la casa gris en el aire caliente y veia a los ancianos banados de sol pegajoso, bafiados en sus manos, en su silencio.

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Veia Ia tarde opacarse, hacerse roja tras el cerro, apagarse en el cerro musgoso, gris. Lo pegajoso de Ia tarde hacia sentir mas profundo el anochecer, su final era una muerte que se extiende con dificultad, que se cubre de tierra y de piedras, que crece: Ia tarde envejecia con una modorra lenta y cruel, envejecia a cada ruido y a cada silencio hasta que el anciano incendiado caia muerto tras el cerro. Quedaban rezagados por Ia callejuela empedrada jirones rojos de Ia tarde y ellos miraba despacio, los miraba con los ojos abiertos, con los ojos cerrados reprimiendo el deseo de tocarlos, de guardarlos, de esconder siquiera uno. Pero no los escondi6 ni los tom6 ni procur6 tocarlos: miraba los resabios de Ia luz que se esfumaba paulatinamente, que se desvanecia poco a poco hasta desaparecer en meclio de la callejuela Ilena de oscuridad densa, pesada. La noche caliente lo envolvi6, quiso secarle los ojos, Ia boca. Sentado en su silla vio Ia noche introducirse por el gastado port6n y buscar, confundirse en Ia casa como un sordo suefio en el que Rosa iria a morir, y Rosa moria, Rosa era recuerdo, Rosa rodeada de noche y Ia no-

che en sus ojos, en sus manos, en su lampara y extraviada en Ia casona que pareci6 mirar asustada, muda. La noche totalmente noche quedaba ÂŁrente a Lucas y el Ia veia completa, y empezaba a llorar, empezaba a morderse la lengua, Ia boca. Levant6 los brazos y apretando furioso los dientes comenz6 a sangrarse, a gritar, a correr enloquecido porIa callejuela, a correr sobre las piedras y a subirse encima de Ia noche y empezar a golpearla, a quererla romper desesperada, rabiosamente; y alli estaba: estaba montado sabre la noche como si la noche fuera un caballo, y el caballo enorme y negro echaba a correr por los cerros y las estrellas orinandose en los rios, haciendo un ruido infinito, con el anciano montado que gritaba, que luchaba por desgarrarla, que lloraba rabioso, lastimando su garganta. Y Ia noche era impenetrable, dura, negra. Y unicamente Ia surcaban los ladridos de perros que se iban corriendo por encima de las casas. Y todo quedaba solo. Quedaba s6lo Ia noche. Y la noche estaba sentada en una silla de pino y cafiamo color amarillo y grande; en una silla grande y gorda como una nifia.

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MONICA MANSOUR

EL NEGRO EN LA POESIA NEGRISTA Las culturas negras en las colonias espafiolas y portuguesas en America representan una experiencia muy distinta de la que se puede observar en las colonias francesas e inglesas en este continente y en paises africanos. Esto se debe, desde luego, a circunstancias hist6ricas. Las Antillas espafiolas casi no tuvieron contacto con Africa, ya que Espana tampoco lo habia tenido en comparaci6n con Francia, Inglaterra y otros paises que poseian colonias mas amplias en aquel continente. Ademas, su contacto con ]a "madre patria" tambien era m enor. Por ejemplo, los negros de las colonias francesas en America y en Africa iban a estudiar a Paris a la primera oportunidad; alli se reunian las opiniones sobre la situaci6n racial, ya que ellos resentian la discriminaci6n en carne propia. Esto aconteci6 desde el siglo XIX y es fundamental en Ia aparici6n del movimiento de la negritud. En cambio, las colonias espafiolas estaban estructuradas de manera mas independiente: aquel que tenia Ia oportunidad de estudiar, lo bacia en la colonia misma. Asi, Africa se convirti6, para los 11egros hispanoamericanos, en un mito lejano, y por lo tanto idealizado e irreal. Por otra parte, debido a esta estructura mas independiente de las colonias espafiolas, el contacto de los negros y las clases mas bajas con Europa tambien fue escaso, ya que este se realizaba unicamente a traves de la aristocracia criolla en el poder. Al contrario, los otros negros americanos que iban a Europa sentian Ia opresi6n directa por parte d e los paises europeos, al igual que los africanos la sintieron en su propia tierra bajo sistemas impuestos por Ia fuerza. Ademas de estos factores, consideramos que el mas importante es el fundamento del sistema esclavista y colonial en Iberoamerica. A pesar del trato cruel y gracias a la I glesia y a los antecedentes del sistema, una gran parte de los negros logr6 ascender en la escala socioecon6mica a traves del aprendizaje de oficios, de las posiciones militares, y mediante el mestizaje, que se ha llamado el "blanqueamiento de la raza". La discriminaci6n, entonces, no fue extrema entre blancos y negros -como en las colonias inglesas y francesas-, ya que la sociedad se desarrollo bajo la forma de un complicado sistema de castas. Ademas, sabemos que desde los primeros afios del comercio de negros, surgi6 un movimiento antiesclavista, sos-

tenido principalmente por algunas instancias de la Iglesia y, mas adelante, por los ilustrados e intelectuales de otras epocas. Es claro, sin embargo, que tanto la abolici6n de la trata como la de la esclavitud se llevaron a cabo por razones econ6micas y politicas, mas que humanitarias. En forma predominante, Ia independencia de las colonias espafiolas se preocup6 por ello, ya que esto significaba el rechazo de una instituci6n colonial mas, y parque los nuevos estados surgieron inspirados en las modernas ideas liberales. Esto se refleja claramente en la coincidencia de fechas de la independencia de cada pais y la abolici6n de la esclavitud en los mismos. Aqui es patente, una vez mas, una condici6n politica y no racial. Cuando Marti, ochenta afios d espues de la independencia de la m ayor parte de los paises bispanoamericanos, proclama la idea de la independencia cubana, incluye naturalmente a negros y blancos por igual. En Cuba no hay temor alguno a la guerra de razas. Hombre es mas que blanco, mas que mulato, y mas que negro. Cubano es mas que blanco, mas que mulato, mas que negro. (Patria, 16 de abril de 1893) .1 Lo importante es ser cubano, cubano que ama a su tierra y lucha por ella basta la muerte. Marti insiste en que el color de la piel no significa nada para la patria, e insiste tambien, en todas las formas dables, en que la unica 路posibilidad de supervivencia para Cuba es el nacionalismo. i El cubano negro no aspira a la libertad verdadera, a la felicidad y cultura de los hombres, al trabajo dichoso en la justicia politica, a la independencia del hombre en Ia independencia de la patria, al acrecentamiento de la libertad humana en la independencia, no aspira ---decimos- a todo esto el cubano negro como negro, sino como cubano! 2

Este sentimiento nacionalista fue mas importante en hispanoamerica que Ia cuesti6n racial, que no existia sino relativamente; el negro era ya, desde bacia mucho tiempo, un elemen1 En Armando Guerra, Marti y los negros, La H abana, Imp. Arquimban, s/f, p. 96. 2 En A. Guerra, op. cit., p. 146.

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to mtegrante de la sooedad coloma!. .t-1 nacwnalismo, entonces, fue Ia base del desarrollo posindependentista de los paises iberoamericanos. Por esto, debia reafirmarse de continuo. La independencia habia dejado un problema en el aire: Ia estructura socioeconomica colonial permanecio vigente, aunque el sistema politico hubiese cambiado. Las diferencias socioeconomicas, en Iugar de disminuir, aumentaban. La conciencia de este problema, sin embargo, no comenzo a manifestarse sino basta principios de nuestro siglo, en las obras de intelectuales y estudiosos. AI mismo tiempo, estas enormes diferencias de clase provocaron una nueva y mas fuerte reafirmacion de la entidad nacional. Surgio en Mexico, Peru, Ecuador y otros paises el importante movimiento indigenista, que se proponia revalorar y rehabilitar las culturas precolombinas como los valores mas autenticamente nacionales, destruidos por los colonizadores. De ahi se desarrollo el interes por el sistema de vida de los indigenes precolombinos y de las comunidades aun existentes. Las Antillas no tenian una cultura aborigen en que apoyarse. Sin embargo, tenian una gran proporcwn de negros y mulatos que habian conservado muchos elementos de sus culturas ancestrales en el arte y la religion. De toda esta circunstancia nace el movimiento literario de Ia poesia afroamericana o negrista, que tiene su culminacion entre 1926 y 1940. Se ha dicho en multiples ocasiones que esta poesia surgio en las Antillas como imitacion del arte europeo que celebraba el culto al exotismo y primitivismo africanos, desde antes de la primera guerra mundial. Mas que en literatura, este interes se manifesto, en un principia, en las artes plasticas, especialmente influido por Ia escultura. Por lo que toea a Ia cultura popular, es importante recordar que gran parte de lo que se conoce como "bailes de salon" en el mundo occidental de este siglo proviene de danzas y ritmos africanos, aunque filtrados a traves de la "civilizacion" y Ia "decencia". Sin embargo, el origen de estas danzas nunca fue tornado en cuenta y el tango, Ia samba, !a rumba y otros se consideraron, en el peor de los casos, modos americanos. El interes consciente de artistas y estudiosos europeos por lo primitivo quedo manifiesto con el viaje de Leo Fromenius al Africa en 1912, que intentaba ser una investigacion cientifica de aquel mundo misterioso y desconocido. Asi, tambien, su recopilacion de leyendas de tradicion oral fue Ia biblia para quienes se interesaban en esas culturas. Por otra parte, precisamente a principios de este siglo, los spirituals y labor songs de los negros en Estados Unidos se liberaron y popularizaron en Ia forma de blues o en general jazz. Estas formas musicales si se consideraron directamente "negras" y en poco tiempo pasa-

ron a ser una parte 1mportante del mteres europeo por los negros. Aunque los principales estudios etnologicos se realizaron en Alemania, fueron los artistas y literatos franceses quienes obtuvieron mayor provecho de esta "moda". Posteriormente, a traves de los simbolistas y despues los cubistas, llego esta moda en Ia poesia a Hispanoamerica, coincidiendo con el modernismo tardio y especialmente con Ia escuela posmodernista, unos quince afios antes de que comenzara lo que llamamos el movimiento negrista. Hemos visto que el tema negro en Ia literatura de expresion espanola tiene una tradicion de siglos, anterior incluso a Ia conquista de America. Ademas, desde el siglo XVIII se encuentra en hispanoamerica "una veta, paralela a Ia decima campesina, de poesia popular anonima de tema negro". 3 Gran parte de esta lirica popular es muy semejante, y a veces identica, a Ia poesia de tipo tradicional, "popularizante", de los siglos de oro. Es importante mencionar Ia lirica popular porque, a pesar de Ia ausencia del tema negro en Ia poesia culta en muchas epocas -especiaJmente Jos sigJos XVIII y XlX-, demuestra una conciencia constante e inevitable de Ia vida en comun de negros y blancos en Hispanoamerica. En Ia poesia culta, aunque el tema negro haya sido abordado por lo general con una actitud de lejania y exotismo, y aunque haya sido necesario el impulso de Ia moda artistica europea, su resurgimiento en este siglo tuvo un significado muy particular en Ia literatura hispanoamericana, y en especial en las Antillas. Consideramos que el cambio de actitud del poeta ante su conciudadano negro se debe mas a Cintio Vitier, Lo cubano en la poesia, La Habana, Ucar, Garcia y Cia., 1958 (Univ. Central de las Villas), p. 350.


a las causas historicas mencionadas que a una imitacion de Europa. En cierto sentido, es decir, en cuanto a estilo o "forma", esta poesia si fue una moda literaria. Sin embargo, tambien encontramos muchos de sus recursos poeticos -elementos ritmicos, el uso de la onomatopeya- desde la poesia de este tema del siglo XVII. Lo que parece acercarse mas a la verdad es que el llamado "negrismo" en la poesia antillana -o hispanoamericana en general- de la decada de 1930 es un reflejo mas de la posicion del negro en su sociedad, como lo fueron tambien el ocultamiento del color del artista en la literatura, la actitud condescendiente, la burla y el desprecio, etcetera. Ha sido motivo de discusion -para quienes se interesan en el movimiento de poesia negrista- determinar cual de los poetas fue el "precursor" inmediato, ya que la literatura de tema negro adquirio tanta importancia, no solo en cuanto a innovaciones literarias, sino tambien social y politicamente, en cuanto se refiere a la situacion de los negros y la definicion del caracter nacional. Segun Roberto Fernandez Retamar, por ejemplo, quienes directamente introducen el negrismo poetico en Cuba son "el uruguayo Ildefonso Pereda Valdes -que publico poemas negros en 1927 en la Reuista de Auance- y el norteamericano Langston Hughes, de quien la revista Social publico traducciones en 1928 (realizadas por .J. A. Fernandez de Castro) , y cuyo paso por La Habana

fue de gran importancia".4 Jose Juan Arrom, en su estudio "La poesia afrocubana" sostiene esta idea: " ... ya habian rondado el tema negro, aunque situados en medio del modernismo, Jose Manuel Poveda con su Grito abuelo y Felipe Pichardo Moya con La comparsa . . . " 5 Pereda Valdes, Portuondo y otros consideran a Poveda, Guirao, Tallet y Carpentier como precursores del movimiento de literatura negrista. Consideramos, sin embargo, que la cuestion de los precursores inmediatos de esta literatura no se puede determinar en definitiva, ya que existieron circunstancias historicas que produjeron la busqueda casi simultanea de la esencia nacional y sus origenes en todos los pueblos hispanoamericanos. Por otra parte, las fechas de publicacion de poemas aislados no bastan para determinar la influencia de unos escritores sobre otros. En todo caso, seria preferible investigar la epoca y la amplitud de la difusion de un poema, y no la fecha precisa en que fue concebido por el autor. La poesia negrista pretendia revalorar las costumbres y tradiciones de los negros americanos, por medio de descripciones de su danza ritmica y su sensualidad, del efecto de la musica y el ritmo en la preparacion del extasis religioso; y protestaba por su situacion socioeconomica mediante descripciones de la vida cotidiana de los negros de los estratos mas bajos de la estructura social. Pero esta poesia reivindicaba a los negros "nacionales" solamente. El tema negro en la literatura fue mas bien una protesta por la situacion social que por la racial. Fueron pocos los poetas que se acordaron de los negros del resto del mundo que estaban en circunstancias iguales o peores. Anotaremos aqui a algunos de los poetas mas importantes del movimiento negrista y que, por e1 hecho mismo de ser artistas mayores, en ciertos aspectos sobrepasan lo que se considera estrictamente el negrismo, ya sea en intencion, temas o estilo. Luis Pales Matos (Puerto Rico 1898-1959) difiere del caracter general del movimiento negrista en su gusto por lo irreal, que se refleja no solo en su poesia sino tambien en su vida. La poesia se convierte en la vida misma del poeta y, a la vez, en una realidad superior, mas intuitiva que logica. Encontramos las rakes de este concepto en la desilusion absoluta del poeta respecto del mundo que le rodea. Tomas Blanco, gran amigo suyo, anota, entre las lecturas que mas llamaron la atencion de Pales y que mas influyeron sobre el, la Decadencia de Occidente de Spengler. Pales llega a considerar que el arte occidental esta sufriendo un momento de decadencia y agotamiento. Esto le lleva a interesarse por las teorias del inconsciente • En C. Vitier, op. cit., pp. 350-51. s En Revista lberoamericana, IV, 1942, pp. 39192.

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colectivo de Jung, por lo instintivo o lo intuitivo, por el ideal de " lo primitivo". Asi, sus intereses se centran en las culturas negras -ya sean africanas o antillanas- porque en elias encuentra Ia manifestaci6n mas cercana a su ideal. Pales escapaba de la vida cotidiana de Puerto Rico por medio de sus excursiones imaginarias. Sin embargo, toda su poesia- y no s6lo la que trata el tema negro- refleja el paisaje y el ambiente de su pais, y aun de manera mas concreta y clara, refleja a Guayama, su pueblo natal, tan distinto del resto de Ia isla. Pero Pales no sali6 nunca de su pueblo. Asi, Tomas Blanco lo describe como "un perenne naufrago de viajes en proyectos" 6 y Miguel Enguidanos explica que en Pales "el sueiio adquiere categoria tan real, a su vez, que llega hasta a suplantar a Ia misma realidad cotidiana en el mundo del poeta". 7 Desde su primer libro, Azaleas (1912), resalta la desilusi6n de la realidad del mundo y Ia busqueda de otra vida en el sueiio. Para ello, Pales alimentaba su imaginaci6n con abundantes lecturas, tanto de los poetas de su tiempo, como de obras y estudios sobre paises lejanos y ex6ticos, que, una vez asimilados, se convierten en una unidad externa al poeta, en una realidad. Asi surgen l~s poemas que representan aquello que se consrdera "barbaro" y "primitivo" de Africa, estilizados, por supuesto, y que manifiestan una protesta contra la "civilizaci6n" occidental. Es a raiz de este gusto por lo irreal que ha surgido Ia opinion o critica de que Pales ve al neo-ro desde el punto de vista de un blanco, b • civilizado, intelectual; que no mterpreta a 1 negro "desde dentro", enfoque fundamental en Ia poesia negrista, sino que lo ve como algo ex6tico y con ironia. Sin embargo, toda su poesia, especialmente la que trata de jibaros o negros, refleja -como hemos seiialado- el ~m­ biente de Guayama. Asi, dentro de su desilusi6n y desesperanza de la realidad, e! poeta busca las raices y el alma de su pueblo y de las Antillas en general. Presenta Pales Ia idea de un "panantillanismo" que abarca, en cuanto a su caracter general, tambien a las islas no espaiiolas. Dice el poeta: Sostengo que las Antillas, Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico han desarrollado un tipo espiritual homogeneo y estan por lo _tanto psicol6gicamente afinadas en una mrsma direcci6n. . . Fisicamente las Antillas constituyen tambien una unidad: paisaje, clima y productos son los mismos; fauna y flora identicas ; nucleos de poblaci6n semejantes. Ecos Tomas Blanco, Sabre Pales Matos, Mexico, Ed. Orion, 1950 (Bib!. de Autores Puertorriquenos, San Juan, P.R.), p. 21. 7 Miguel Enguidanos, La poesfa de Luis Pales Matos, Rio Piedras, Ed. de Ia Univ. de P.R., 1961, p. 12.

n6micamente, girando como giran en Ia 6rbita del industrialismo yanqui, corren iguales contingencias ... 8 Pales Matos, entonces, no se ocupa unicamente del negro puertorriqueiio, sino que, por una parte, trata de destacar a Africa como el paraiso perdido, sueiio de esperanzas que reemplaza Ia falta de sentido de Ia vida cotidiana; y por Ia otra, busca el poeta la esencia, un "modo" homogeneo, de todas las Antillas, que no puede ser sino la cultura mulata. La vida espiritual de nuestras islas, por su comunidad de origen, puede sintonizarse en un acento, en un modo, en un ritmo peculiar y homogeneo. . . Este acento, traducido a terminos de cultura, no es ni puede ser ya espaiiol ni africano. Porque si Ia cultura, en ultima instancia, ha de tener un valor sustancial y no meramente externo, habra de ser un constante fluir, un perenne producirse del ser o de la raza, en armenia con el paisaje que los rodea. 9 En su poesla negra y, en general, en toda su poesia, Pales no toea los problemas sociales o politicos que afectan a su tierra, sino de una manera muy intima y personal, la monotonia de la vida. "Pales no espera nada de su pueblo como pueblo. Su destino, como comunidad, esta en manos de potencias misteriosas, lejanas e incomprensibles. Pales espera mas de su gente como gente. Confia, sobre todo, en lo que hay en cada uno de los suyos de original y de autentico, en lo que puede hallarse dentro d_e Ia persona que todavia es capaz de serlo. Qmzas ese sea el mas intimo -y e! mas grandemensaje del poeta." En este sentido Pales se preocupa por el destino de su pais: i Piedad, Seiior, piedad para mi pobre pueblo donde mi pobre gente se morira de nada! ("Pueblo")

Luis Pales Matos, por la calidad de su poesia, en la que se comprenden tambien sus descubrimientos ritmicos, estructurales, metaf6ricos y de rica adjetivaci6n, y ademas debido a su anterioridad cronol6gica, es uno de los poetas mas importantes del movimiento de poesia negrista y dentro de los esfuerzos de revaloraci6n de una raza, injustamente desprestigiada. Es poesla soiiada e irreal de un poeta muy real. Dice el, como introducci6n al libro Tuntun de pasa y griferia ( 1937) : Algo entrevisto o presentido, poco realmente vivido y mucho de embuste y de cuento. ( "Preludio en boricua") s D e El Mundo, San Juan, 13 de nov. de 1932. 9 Idem., 26 de noviembre de 1932.

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Iniciado dentro del modernismo, el cubano Regina Pedroso (n. 1896) produjo en un principia poesia artificiosa y elegantemente ornamentada. Mestizo de chino y africano, proviene de una familia y un sector de la sociedad muy humildes, par lo que desde los trece afios tuvo que interrumpir su educacion para dedicarse a distintos oficios, como el de herrero, carpintero y mecanico, entre otros. De ahi -despues de haber sufrido Ia explotacion y las injusticias de Ia dictadura y del imperialismo norteamericano en carne propia- nace su poesia mas madura, mas autentica y mas importante, Ia poesia social o de protesta, recogida en el libra N osotros ( 1933). Su poesia social se dirige a! proletariado del mundo, a todos los hombres oprimidos o explotados, y entre ellos alude en particular a las dos razas de las que el desciende, Ia china y Ia negra. Pedroso proclama la union de todos los negros contra la injusticia racial y, en especial, social: Negro, hermano negro; mas negro par dolor que por Ia raza. Negro, hermano negro; mas hennano en el ansia que en la raza. ( "Hermano negro") La Republica Dominicana no tiene una tradicion literaria de tema negro. De hecho, lo {mica que hemos encontrado anterior a 1930, ademas del poema "La mulata" de Francisco Munoz del Monte, han sido algunos poemas incluidos en el Romancero dominicano de finales del siglo pasado que se revelan en furiosa oposicion a la revolucion de los negros haitianos; en estes poemas, los negros, incluidos Toussaint Louverture y otros heroes, aparecen como "selvatica gente", "satanicos asesinos", "negras cucarachas", "nube de cuervos con pretensiones de aguilas". El miedo que inspiraba a la clase dominante de Santo Domingo Ia invasion de sus vecinos revolucionarios ha representado una lamentable constante en la literatura dominicana. Por esta razon, y a pesar de Ia gran poblacion negra del pais, la actitud oficial ha ,ido de rechazo absolute de cualquier idea de influencia africana y la exaltacion de los valores culturales y raciales espafioles, o en general europeos. Sin embargo, el movimiento de literatura negrista de Ia decada de los treintas en las Antillas espafiolas, junto con las presiones que representaba el imperialismo norteamericano, despertaron Ia conciencia de muchos intelectuales y artistas dominicanos, entre ellos los poetas Manuel del Cabral y Tomas Hernandez Franco. A partir de 1932, Cabral (Rep. Dom. n. 1907) publica Iibras de poesia de tema negro. La mayor parte de la obra de este poeta es fundamentalmente social y americana, cons-

ciente de Ia situacion que sufre este continente. Asi, el problema negro es para el una parte del gran problema social que afecta a todo el continente iberoamericano. El libra Tr6pico negro, publicado en 1941, con tiene los temas mas representatives en relacion a los negros y mulatos de Ia Republica Dominicana. El tema principal, tratado de maneras distintas, es el abuso excesivo del trabajo de los negros, por el que no se obtiene mas recompensa que Ia miseria y Ia discriminacion social. Es precise sefialar, ante todo, que Ia poesia de Cabral -inclusive aquella que trata el ritmo, Ia sensualidad, Ia danza- no esta escrita en imagenes o estructura popular; su poesia es culta, las imagenes rebuscadas, no para asombrar sino para herir en lo mas profunda de Ia conciencia y del sentimiento. Encontramos nuevamente en Ia poesia de tema negro de Cabral, que no trata especificamente un problema racial, sino que esta integrada en la unidad de su obra, en una protesta social americana. Puesto que pertenece mas bien a la corriente "pura", Emilio Ballagas (Cuba 1908-54) casi no escribio poesia con tema de reivindicacion social, sino que se aparto lo mas posible de Ia realidad en su literatura. Sin embargo, el hiato que representa cl Cuaderno de poesia negra ( 1934) demuestra Ia conciencia del poet a frente a los problemas que sufria su pais. Despues de este libra, Ballagas no escribi6 m5s poemas "negros". En su ensayo "Poesia negra liberada" explica par que: Lo racial como absolute es intransvasable, pero lo humano dentro de lo racial salva todas las fronteras y viene asi a integrar, a universalizar a! hombre y al arte. El arte negro sera pues, encuentro de Ia poesia con Ia vida, costumbre y peculiaridades del hombre de color, encuentro del hombre negro con Ia poesia eterna, universal y penetradora ( ... ) Y llegara el dia de Ia poesia negra liberada, fundida, abrazada, sin necesidad de r6tulo; el dia de Ia 'Canci6n negra sin color'." 10 Y en el mismo ensayo concluye que "el llamado arte negro ha venido a ser una nueva manera de integracion del arte total". La poesia negrista, entonces, se integra a la poesia cubana. Asi encontramos uno de sus ultimos poemas que trata precisamente el mestizaje en America, el "color americana": Es sangre negra, sudor negro, llanto negro tambien y polvo de trabajo lo que a Ia leche palida juntamos. El cafe negro humilde que ha dejado 10 En Argyll Pryor Rice, Emilio BallaRas: poeta o poesÂŁa, Mexico, Ed. De Andrea, 1966 (Col. Studium, 56), p. 112.

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sus huellas fuertes en la morganatica union con Ia blancura suave y lactea. Aqui en jicara o taza bebo un sorbo de rico mestizaje americana: leche azuleante de profusas venas y sangre anochecida, rio africano que al resplandor indigena del fuego sus almas olorosas han mezclado. ("Balada en blanco y negro") EI movimiento de poesia negrista es relativamente breve y se integra a las poesias nacionales. Las razones para esto son claras: Ia poesia negrista no fue sino un elemento en Ia busqueda del caracter nacional de muchos paises hispanoamericanos, dentro de una protesta contra Ia in justicia social y Ia explotacion extranjera. Esta poesia solo tuvo un momento racial en la corriente nacional, latinoamericana y social. La obra de Nicnl<is Guillen (Cuba n. 1902), ademas de ser Ia cumbre del movimiento negrista bispanoamericano, representa claramente el proceso de transformacion del negrismo a! "latinoamericanismo". Si bien este poeta empezo por describir las caracteristicas mas superficiales del negro cubano, guiado por su espiritu de protesta y por su ansia de justicia llego a abarcar no solo al negro de todas Ia~ islas antillanas o de todo el continente sino a ' ' gran la raza negra mtegra como parte de una proporcion de hombres de todas las "razas" o "colores", oprimidos por el sistema capitalista e imperialista de las grandes potencias. Periodista desde muy joven, Guillen publico articulos referentes a! problema racial en 1929 y 1930, antes de Ia publicacion de su primer Iibro, en Ia pagina "ldeales de una raza", parte del suplemento dominical del Diario de la Marina. Sus dos primeros Iibras, Motivos de son y S6ngoro路 Cosongo, insisten sobre todo en la situacion miserable de los negros en Cuba y la discriminacion, especialmente entre negros y mulatos, para resaltar los valores traidos y conservados por los negros durante siglos y, sin embargo, no reconocidos. La actitud del poeta esta bien definida. Se advierte que, al igual que Marti y Maceo cuarenta afios antes, Guillen no defiende ningun tipo de racismo negro, sino por lo contrario acusa Ia discriminacion racial como antinacional, ya que Ia poblacion negra o mulata es tail importante para el pais como la blanca. Semejante a las ideas de Marti es el concepto de Guillen de crear una "raza cubana". Es este un principio totalmente nacionalista, indispensable para defender al pais contra los intereses extranjeros de explotacion, ya sean europeos o norteamericanos. La exaltacion de los valores del negro, al igual que el profundo orgullo racial, son para Guillen un paso indispensable bacia la union interna del pais. El autor mismo subraya esto en el prologo a la edicion de 1931 de S6ngoro Cosongo:

Dire, finalmente, que esos son unos versos mulatos. Participan acaso de los mismos elementos que entran en Ia composicion etnica de Cuba, donde todos somas un poco nispero. iDuele? No lo creo. En todo caso, precisa decirlo antes de que lo vayamos a olvidar. La inyeccion africana en esta tierra es tan profunda, y se cruzan y entrecruzan en nuestra bien regada bidrografia social tantas corrientes capilares, que seria trabajo de miniaturistas desenredar el jeroglifico. Opino, por tanto, que una poesia criolla entre nosotros no lo sera de un modo cabal con olvido del negro. El negro - a mi juicio-- aporta esencias muy firmes a nuestro coctel. Y las dos razas que en Ia Isla salen a flor de agua, distantes en lo que se ve, se tienden un garfio submarino, como esos puentes hondos que unen en secreta dos continentes. Por lo pronto el espiritu de Cuba es mestizo. Y del espiritu bacia Ia piel nos vendra el color definitivo. Algun dia se dira: color cubano. Estos poemas quieren adelantarse a ese dia.11 West Indies Ltd. ( 1934) - producto de una epoca de crisis para el pueblo cubano, que reflejaba la crisis economica de los Estados Unidos- trata los problemas con que se enfrenta 11 En Angel Augier, Nicolas Guillen . Notas para un estudio biografico critico, T. I , 2a. ed. revisada, La Habana, Univ. Central de las Villas, 1965, p. 168.

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la isla bajo el imperialismo norteamericano y las abismales diferencias sociales y econ6micas, que recaen en especial sabre los negros. El tono general de este libro, desde su titulo, es de amargura e ironia contra el imperialismo y Ia traici6n de los gobernantes cubanos, movidos unicamente por intereses econ6micos egoistas. Se intensifica la protesta contra la injusticia, y ahara no s6lo en Cuba, sino en todas las islas antillanas. Es, en general, pesimista, y por lo mismo se dedica a reafirmar el orgullo racial del poeta como mulato y Ia solidaridad con todos los hombres explotados y oprimidos. Guillen insiste aqui en que todo antillano es mulato, en que las Antillas mismas son mul~tas y que toda su cultura es una mezcla de lo afncano y lo europeo. Se advierte aqui la misma idea de "panantillanismo" que sefialamos en Luis Pales Matos. En 1937, en el libro que comprende Cantos para soldados y sones para turistas, Guillen incluye ya a toda Hispanoamerica como unidad contra el "neocolonialismo" de los Estados Unidos". E! segundo de estos trata Ia amargura y Ia rebeldia de los negros, ahora orgullosos de su raza y de su cultura, en defensa de sus valores que son mucho mas que curiosidades para turistas. El siguiente libro, El son entero ( 1948), representa una nueva etapa en el desarrollo de Ia obra de Guillen. Presenta un cuadro mas sereno y sosegado en cuanto al tono, en comparaci6n con su obra anterior, aunque esto no signifique de ninguna manera la disminuci6n de su espiritu de preocupaci6n social y politica. El libro integra a los negros, a todo el proletariado de America; es Ia protesta contra Ia injusticia social que sufren los negros como parte de Ia poblaci6n oprimida y explotada de toda America. Asi, en los libros posteriores se ha perdido el negro como personaje principal. Hablan con una misma voz todos los pueblos americanos, identificados en Ia misma lucha, Ia justicia social y Ia liberaci6n del imperialismo norteamericano. Tengo, aparecido en 1964, es ellibro de exaltaci6n de Ia libertad del pueblo cubano, lograda con Ia revoluci6n de Fidel Castro; es Ia exaltaci6n del comunismo, base de esta revoluci6n. La revoluci6n ha dado a los pobres el derecho a Ia vida y les ha restituido Ia dignidad de homb:路es; ha liberado al negro de toda in justicia o discriminaci6n basada en el color de su pie!. Ahara Guillen no s6lo comprende, sino que, con mas intensidad que nunca antes, anima y apoya a los negros de los Estados Unidos en su lucha por Ia libertad y la igualdad. E insiste aqui en que no deben luchar contra los blancos en general, sino contra aquellos que los han crucificado; el negro cubano fue Iiberado tambien por los blancos, blancos y negros juntos lograron Ia revoluci6n.

La poesia de Guillen ya no es lo que se ha llamado "poesia negrista"; ha llegado al momenta en que no tiene Ia necesidad de serlo. Sin embargo, sigue siendo poesia que canta a la justicia del hombre y a su dignidad, poe~ia de los oprimidos y explotados que, desgraciadamente, en ciertas partes parecen aumentar. Pero Guillen, con Ia voz del pueblo cubano, puede al fin cantar su mensaje a todos los pueblos de Ia tierra: Tengo, vamos a ver, tengo lo que tenia que tener. ( "Tengo" ) La obra de Nicolas Guillen, en toda su calidad poetica, tanto cuando se realiza dentro de estructuras disicas o tradicionales populares, como cuando se incorpora a nuevas formas y ritmos experimentales, ha sido dirigida siempre a las mayorias, al pueblo. Rene Depestre en su ensayo "Problemas de Ia identidad del hombre negro en las literaturas anti Ilanas" / 2 acusa al negrismo hispanoantillano de no tener "ni rebeldia ni c61era" y de continuar los estereotipos literarios del negro. Podriamos estar de acuerdo con el, pero {micamente en cuanto se refiere a algunos poetas del movimiento. Hemos visto, sin embargo, que la poesia negrista, que casi siempre habia tenido un componente con referencia social, se convirti6, en poco tiempo, en una poesia de clara protesta contra la explotaci6n econ6mica y Ia discriminaci6n social en general, abandonando por completo el enfoque mas superficial de la revaloraci6n de Ia cultura negra. El problema negro, fundamental en Ia primera poesia negrista, se integr6 a! gran problema de la situaci6n de los pueblos latinoamericanos, sometidos a la explotaci6n imperialista, que ha contado casi siempre con la complicidad de los gobiernos locales. Para terminar, podemos decir que la poesia hispanoamericana de tema negro o "negrista" no participa del movimiento de la negritud, que se ha manifestado en las literaturas americanas y africanas de expresi6n inglesa o francesa desde el segundo cuarto de este siglo. La literatura negrista no trata -como aquellaun problema exclusivamente racial: es, mas bien, el descubrimiento necesario de los elementos nacionales mas autenticos, que llevan a cada pais a su identidad y a la liberaci6n de ~u dependencia de potencias y fuerzas extranJeras. 12 Rene Depestre, "Problemas de Ia identidad del hombre negro en las literaturas antillanas" en Rev路ista Casa de las Americas, IX, 53, La Habana, mar.-abr. 1969, p. 23.

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ALFONSO de NEUVILLATE

CANSANCIO DEL FIN Para Lucinda U rrusti

EL VAMPIRO Se acerca en la tarde a Ia vuelta 'de Ia esquina cerca del faro confundido en la bruma. Acecha detras de la cantina esperando Ia noche se introduce con el humo de la niebla y succiona los recuerdos. Se olvida todo y como el opio proyecta imagenes desde el cinemat6grafo de sus ojos. Pero el guarda tantos recuerdos y soledad que se desvanece con la aurora dejando por rastro mas tristeza. AUSENCIA Llega la tarde y el reloj parece que no camina. Asfixian los atardeceres cuya calma no tiene fin. Un aguij6n se clava en las sienes mientras se asesina al tiempo.

El ocaso del sol ilumina las esculturas baiiadas de erotismo y tibia sombra espejada mientras el sediento de compafiia se aburre a solas junto al humo azul del cigarrillo. BOHEMIA Una imagen cae perezosa en el agua se diluye formando el estanque misterioso y surgen perlas diamantinas del azul boreal de tu hermosura. Las gotas acrisolan Ia roca carne que te traspasa con la flecha de Cupido hasta Ia agonia efimera. El cuerpo gira en un tremolo sordina-liquida vida blanco vino de esperanza sin fruto. Semilla injertada en tu cuerpo que al tiempo es desdoblamiento del mio y propiedad del que posee. Despues las caricias en Ia muerte infinita el cansancio infinito en que tu te yergues y triunfas adolorida y gozosa. EJ mastil penetra en las nubes tibias de tus piernas

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y forma en el contacto a! dios inventado por Amor.

El sopor se encuentra en el repose

y los guerreros vuelven a llamarse con sus nombres y salen a la calle como fantasmas egoistas. Otra vez en el muelle y en el cine las parejas se unen bajo el neon y Ia mortecina vela del secrete. Alborada iridiscente tu luz tmeca el encanto de Eros y deja ver el cuerpo salamandra junto a! rnio y la ilusi6n queda en ilusi6n imaginada. EI efebo era tan s6lo el signa inmersi6n en deseo memento monumento hechizado. LA AFRIOANA Y arde tu cuerpo en mi memoria, Arde en tu cuerpo mi memona.

(Octavia Paz).

del entusiasmo transformado en pas10n y cuerpo enguantado que abre el cuerpo propio el silencioso mediando el sentido - sentimiento antiguoal sentido de la muerte que es !a vida. Rupturas y otra vez tal vez Ia brasa consumiendo esa claridad de sensaciones imaginadas presentidas iluminadas consentidas. EI amor es jugueteria de soledad y vida pia otra muerte deslizandose en la vida al paso por el sueiio. Polvo enamorado del polvo del amor de Ia esfinge y !a nada antigua forma de la piedra y Ia herida. Las escaleras explotan mas a!la de Ia vida suena el caracol remote y el topacio calla en el dia la pasi6n de la noche. Mujer ser total

Misiva: genera diflcil como el dialogo astron6mico y la geometria metaflsica. Las palabras callan el significado de tu signo y hablan las consonantes he!adas de tus ojos habladas de mirada. Salamandra roca africana inmersi6n en el sueiio de tu cuerpo que mis manos descubren torpes al tacto invisible. Cuerpo de agua caracol inaccesible fuente de crista! ÂŁrente a otros cuerpos azules. Imagenes intemporales

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tu carta es brujeria forma de morir en vida creando la otra muerte que pasa al mediodia. Pausa delirio cortina de tu ser fuego viento poema herida del coraz6n y silencio de la nada. La nada palabras en vano sombra liquida de tu imagen estabtecida en mi sueiio reducto imposible de lo posible imposible realidad. M orir es todavia morirse de repente en cualquier parte

Buque carbonizado en el oceano diamantino y palabras al vacio del espiritu. Blanca forma de lo blanco tr6pico triste tristeza secular gritos de grullas con el antifaz de la muerte. La amatista desgrana corazones morados desde el otoiio ojeroso. Sangra hojas el cementerio marino camposanto alado de las aladas mariposas metafisicas y alegria concentrica. La poesia es signo del mito y mitologia de lo poetico. Vivo me ves y muerto no has de verme La africana transforma al ser mi ser el no ser el que fue. Guante mortal por ser bella del coraz6n desgarrado un nombre en la vida como en el espacio y en la fantasia. Asombro, ensueiio ojos que ven lo que no se siente y no se mira con los ojos de la vida pero se sabe con el pensamiento. Mis manos Abren las cortinas de tu ser Te visten con otra desnudez Descubren los cuerpos de tu cuerpo Mis manos Inventan otro cuerpo a tu cuerpo . ..

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NICOLA CHIARAMONTE

Antonin Artaud* [Traducci6n de

JUAN JOSE GURROLA]

A principios de 1923 Antonin Artaud, actor de cine y teatro de veintisiete alios, mand6 una selecci6n de su poesia a Jacques Riviere, editor en jefe de Ia Nouvelle Revue Fran~aise. El lo. de mayo recibi6 una nota de Riviere diciendo que sentla mucho no poder publicar la poesia, pero que queria conocer al poeta. Y asi fue. Justo el dia que se conocieron, Artaud escribi6 a Riviere una carta que ha sido frecuentemente mencionada, pero rara vez se le ha dado Ia debida atenci6n:

impide ser lo que podria ser, pero que me deja, por asi decirlo, en suspenso ...

Sufro de una aterradora enfermedad mental. Mis ideas me abandonan en cada etapa, desde el mero hecho del pensamiento en si basta el fen6meno exterior de su materializaci6n en pal abras. Palabras, las formas de las frases, direcciones inte.riores del pensamiento, las reacciones mas simples de la mente : estoy en constante busqueda de mi existencia intelectual. Cuando pue.do aprehender una forma, aunque sea imperfecta, la fijo, por miedo de perder toda la idea. Vivo por debajo de mis posibilidades, lo se, y sufro por eso, pero lo acepto por miedo a morir completame.nte. Esas formas de expresi6n, esos giros verbales desacertados que me reprocha se deben a la profunda incertidumbre de mis ideas. . . me alegro mucho, por cierto, cuando esta incertidumbre no cede a! estado de absoluta noexistencia que a veces sufro. Quisiera que comprendiera que no se trata de una existencia menor o mayor, resultado de lo que com{mmente llamamos "inspiraci6n", sino de su ausencia total, un absoluto vacio ... las pocas cosas que le mande son fragmentos que !ogre conquistar de la completa nada. Despues, en contestacion a Ia carta en la que Riviere habia tratado de darle seguridad y animario, Artaud explica : I

La cualidad difusa de mi poesia, los defectos de forma, este constante fracaso de mi mente no deben ser atribuidos a !a falta de practica o de dominio del instrumento que utilizo, sino, a! colapso del espiritu en su centro, una especie de erosion de las ideas que es al mismo tiempo esencial y fugitivo. Hay algo que destruye mi pensamiento, algo que me

*

Revista Encounter.

No hablemos de !a locura de este hombre, pues seria demasiado facil. Hablemos del hombre atormentado por una enfe.rmedad oscura, que esta consciente de vivir "por debajo de sus posibilidades", y que sabe que los defectos de su poesia no son superficiales sino que vienen de una "aterradora enfermedad mental", de "un colapso del espiritu en su centro", el hombre que, no obstante, esta decidido a ser publicado por !a Nouvelle Revue Frmt~aise (!a publicacion literaria mas rigurosa en Francia), a ser un litterateur. Esto esta claro en su preocupacion sabre si "un poema defectuoso con relampagos de verdadera belleza tiene menor valor literario autentico y menor fuerza que un poema perfecto sin resonancia interior . .. " T enemos frente a nosotros una crisis humana transformada en un problema literario, con la propia victima reduciendo su situacion angustiosa a la banal cuestion de si un trozo de escritura de forma perfecta pero debil en sustancia es preferible a un trabajo imperfecto que tiene "relampagos de verdadera belleza". Aunque Riviere contest6 a las ansiosas preguntas de Artaud con amabilidad y comprensi6n, lo hizo como hombre de letras, no como doctor o como sabio. En si misma la mente es una especie de cancer ( escribi6 Riviere) que se esparce y crece en todas direcciones. . . Hay toda una literatura. . . que es producto de la operacion inmediata, y por asi decirlo, animal de la mente. Esta literatura tiene la apariencia de una gran II anura de ruinas; las columnas que quedan en pie se sostienen por casualidad solamente. Es la casualidad la que reina alli y una especie de monotona multiplicidad. Se podria decir que es Ia expresion mas precisa y directa del monstruo que cada hombre lleva en si mismo, pero que instintivamente trata de atar con las sarmentosas hierbas de los hechos y de la experiencia, casi todo el tiempo. "Pero", replicad., "i es esto lo que debemos describir como la fragilidad de la mente? Mientras yo me quejo de una debilidad, usted pinta otra enfermedad que probablemente sea producto de un exceso de fuerza." Aqui esta mi opinion mas precisa: la 路

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mente es fragil en tanto que necesita obstaculos. Sin ellos pierde su camino y se destruye a si misma. Me parece que esta "erosion" mental, estas "harpias" interiores, esta "destruccion de Ia mente en su sustancia" se deben enteramente a la excesiva libertad de su mente. Para volverse tensa, Ia mente requiere limites, encontrarse con Ia bendita opacidad de Ia experiencia. El unico remedio para la locura es Ia inocencia de los hechos. AI llegar a este punto esta claro que la discusion, entre Artaud y Riviere se vuelve un dialogo de sordos. Mientras Artaud habla en primera persona de una condicion real, la "aterradora enfermedad de ( su) mente", Riviere contesta como un litterateur preocupado con el control de su medio, y le aconseja que no le de a la mente "demasiada libertad" a un hombre que sufre precisamente de la 拢alta de cualquier control sobre la "libertad" de su mente. Sin embargo, es a Riviere, el hombre de letras, a quien se dirige Artaud, pues quiere ser reconocido como Artaud el escritor. Ahora, hablando como editor a un aspirante a escritor, Riviere esta absolutamente en lo cierto al observar que una literatura que se abandona a la "operacion animal de la mente" tan solo es "una gran llanura de ruinas" gobemadas por "Ia casualidad y una especie de monotona multiplicidad". Pero al hacerlo permanece fatalmente sordo al grito de Artaud, que no es simplemente la suplica de un aspirante a escritor sino el grito de un ser humano en angustia. Ademas, Riviere paso por alto un hecho esencial. En la republica de las letras en la que el era un juez eminente, desde el tiempo de Rimbaud, dominaba una ley segtin la cual cualquier producto de Ia mente, sin importar lo "animal" 0 lo "suelto" que fuera ( y entre mas mejor) , es significativo e importante en si mismo. Sus objeciones a Artaud, entonces, eran realmente un problema de forma, no de sustancia. Y Artaud tenia raz6n en hacerle ver esto y reclamar para sus escritos, defectuosos pero autenticamente humanos, el mismo reconocimiento que se le da a las obras que son, quiza, mas controladas pero menos "verdaderas". Artaud tenia raz6n, pero eso no mejoraba en nada sus escritos, ni lo salvaba del error en que se encontraba por su ambici6n literaria. El error no es formal sino sustancial: existencial en el sentido mas profunda del termino.

Artaud sentia que escribir y tener reconoci路 miento como escritor era Ia unica manera que tenia de luchar contra la amenaza del "colapso del espiritu en su centro". Luchaba contra ella al expresarla totalmente, dejandola hacer todos los estragos que pudiera y haciendola el rasgo mas caracteristico de su personalidad. Uno es conducido a decir que en la sociedad contemporanea la unica manera de afirmar nuestra individualidad plena sin restricciones, es lograr el exito como artista. Como Artaud no podia hacerse notar en la republica de las letras como maestro de la forma, fue empujado a llevar hasta el limite lo que Riviere llam6 la "operaci6n animal de la mente", aventurandose en todas las direcciones posibles hasta alcanzar los linderos del sin sentido. Dada su condici6n, el resultado fatal fue que la enfermedad que corroia su mente se agrav6. Al poner su enfermedad al servicio de su pluma fue forzado a entrar a un circuito cerrado en donde el desorden mental producia desorden verbal y que, a su vez, aumentaba el desorden mental cada vez que se conectaba la corriente. En pocas palabras, al caer bajo el influjo de Ia literatura, al involucrarse en los problemas de la forma literaria (y de su negaci6n, un problema no menos literario) Artaud se traicion6 a si mismo y a la verdad que llevaba en el. La situaci6n humana de Artaud era absoluta. Desafiaba la expresi6n, y la unica soluci6n que permitia era, quiza, religiosa, un pasaje a otro orden de realidad. Esto fue lo que busc6 freneticamente toda su vida al escribir. Pero obviamente escribir no era el camino para llegar ahi. Las tortuosas circunstancias en que se encontraba Artaud se revelan con dolorosa claridad en Ia carta que escribi6 (20 de mayo de 1924) a Jacques Riviere, quien habia sugerido publicar su correspondencia bajo seud6nimos. "iPor que mentir?", empieza protestando Artaud, "i por que tratar de situar en un plano literario algo que es un grito de la vida misma?, c!POr que darle la apariencia de ficci6n a algo heeho de la inextirpable sustancia del espiritu?" Sin embargo, su deseo de ver sus escritos impresos es demasiado fuerte para el y afiade : "Si, pero con Ia condici6n de que el lector no tenga la impresion de leer una obra que ha sido fabricada. . . El lector debe creer en una enfermedad real y no en un mal du siecle." Me parece que el deseo de desempefiar un

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papel en el mundo literario raramente ha sido expresado tan ingenuamente. Despues de todo, para "dar !a impresion", para "hacer que el lector crea" es necesario trabajar con mana, es clecir, mentir, fingir, y "situar en un plano literario" algo que es "el grito de Ia vida misma". No hay otra manera. No se puecle haccr una verdadera enfermedad publica realmente sin una simulacion. AI enseiiarla a! publico, nuestra vida interior siempre parece simulada, ci mejor dicho, solo en Ia meclida en que este bien fingida no lo parecera.. Llevado por Ia ambicion de tcner una posicion unica y privilegiada en el mundo de las letras, Artaud llevo sus ideas y su vida espiritual a sus mas violentos extremos. AI hacerlos eJ tema de una ficci6n teatral agravo conscientemente su mal. AI agravarlo y estimularlo se fue convirtiendo mas y mas en su prisionero. ~Como romper cl drc11lo vicioso? Artaud trat6 de hacerlo con proclamaciones profeticas y c<;>n el frenetico abandono a los espasmos de su mal; publicamente se exhibio exactamente como era. "Antonin Artaucl se representa a si mismo", es el titulo que alguien le clio a su \tltima aparici6n publica el 13 de enero de 1947, y Andre Gide Ia describe con compasion y objetividad en su diario. Ning{In testigo de esa funcion pudo haberla consiclerado una ficcion, como algunas manifestaeiones publicas de los Futuristas, Dadaistas y Surrealistas. L a actuaci6n de Artaud estaba compuesta de ademanes gcnuinamente clesconectados e incongruentes, dolorosas muecas y gritos no articulados. La prueba de su realidad supuestamente residia en cl hecho de que todos aquellos simbolos sordidos e incoherentes eran indescifrables y quedaban, de hecho, mas alia del alcance de Ia comunicacion. Lo que exhibio en publico fue una enfermedad real ; un hecho ininteligible, doloroso, desconectado del mundo. El esfuerzo de Artaud d e representar su propia condicion fuera del marco de un orden preestablecido y de "un punto de referencia mental" (en sus propias palabras ) termino en un impasse. La resultante fue una confusion total y constante entre artificio literario y verdad individual, ficcion teatral y existencia real. "Todo lo que he hecho es transcribir el dolor de un adjustment abortivo" . Escribi6 Artaud. Y estas palabras podrian muy bien servir como epigrafe tanto para su vida como para su obra. Las observaciones y proclamaciones contenidas en L e Theatre et son Double revelan Ia ambigiiedad de Artaud d e una manera menos exasperacla que en su 1l Faut en Finir avec le Jugement de Dieu y L es L ettres de R odez. Por una parte, Artaud hablo del teatro desde el punta de vista del profesional que el era y queria ser. Por el otro, hablo del teatro como de una forma privada de expresion que habia in-

ventado, de un medio que pudiera salvarlo del abstraccionismo y fa tuidacl de escribir, al permitirle encarnar plena y publicamente el unico personaje que realmente le preocupaba y que continuamente se Ie escapaba: el mismo. Si uno no toma en cuenta Ia ambigiiedad y Ia importancia que caracterizaba Ia personaliclad de Artaud, entonces sus ideas sobre el teatro, o, mejor dicho, sus intuiciones y cleclaraciones profeticas, se rompen en enjambres de sugestiones confusas y contradictorias. Aquellos que se han agrupado a! llamado del "T eatro de Ia Cruelclad" con Ia ilusion de que entre m as simnlificaran Ia idea mas revolucionaria seria, n; han tornado en cuenta el significado de un gran numero de declaraciones de Artaud y el sentido del titulo que le clio a su coleccion de escritos sobre teatro: L e Th eatre et son D ouble. El significado literal de double es "el cuerpo inmaterial que reproduce Ia imagen de una persona". Es un termino usado en brujeria. En Ia carta de Artaud a Jean Paulhan informandole del titulo que habla escogido para el libro, Artaud explica: Mientras el teatro "dobla" Ia vida, Ia vida "dobla" el verdaclero teatro, y esto no tiene nada que ver con las ideas de Oscar Wilde sobre el asunto. El titulo se refiere a todo~ los "dobles" del teatro que creo haber encontrado en estos {tltimos anos: Ia metafisica, Ia plaga y la crueldad. Asi, el "doble" del teatro, esto es, su origen y causa ultima, no es Ia vida, que, fascinada por su reflejo en el arte, imita a! arte (como Wilde sugeria) ; sino Ia esencia incorporea o trascendente de la existencia y su final significado. En el teatro toma un cucrpo, !lena el espacio, y recibe el don del lenguaje y el ademan expresivo, mientras que en Ia vida real se queda completamente oscura y dispersa. "E! arte no es la imitaci6n de Ia vida. La vida es la imitacion de un principia trascendente con el cual el arte restituye Ia comunicaci6n." Asi estamos fuera del campo del naturalismo, del realismo, o cualquier otra ideologia. Es mas, estamos en medio de Io que llaman~, a falta de un termino mas preciso, el "gnosticismo" de Artaud; su pesimismo sin fonda acerca de Ia naturaleza del m undo real y su odio hacia el, como u n Iugar de sombras y maldad: que solo puede ser redimido mediante el esfuerzo de Ia creacion, el acto de encarnar v personificar fisicamente: pues Ia creaci6n es un impulse bacia Ia luz y el bien. Pero nunca puede redimir por completo. Pues para poder encarnar y personificar, el acto creative debe aceptar Ia materia, que es el principio del mal, y Ia forma del mundo como es. "La vida, al admitir Ia extension, la densi-

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ARTAUD de Levine

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ARTAUD de Dubuffet

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dad, el peso y Ia materia, admite, como consecuencia directa, Ia maldad y todo lo inherente a Ia maldad y Ia materia", escribe Artaud. En una carta a Jean Paulhan en que explica el significado que da a Ia palabra "crueldad" aplicada al teatro, anade: Empleo Ia palabra "crueldad" en el sentido de. . . un rigor cosmico y una necesidad implacable, en el sentido gnostico de un torbellino vivo que devora Ia oscuridad . . . EI bien es deseado, es Ia consecuencia de un acto. El mal es permanente. Cuando el dios oculto crea, obedece a Ia cruel necesidad de Ia creacion que ha sido impuesta a si mismo por si mismo; y no puede no crear, o sea no admitir en el centro de su voluntario torbellino un nucleo de maldad siempre mas conde.nsado y consumido . .. Una obra de teatro en donde no existiera esta voluntad, este apetito ciego por Ia vida capaz de pasar por encima de todo, seria una obra inutil y fracasada. Aqui tenemos un ejemplo de Ia ambigiiedad intrinseca de las ideas de Artaud. Postula una creacion que, mientras gravita hacia el bien (y Ia luz), no puede evitar "admitir" un "nucleo de maldad" que, sin embargo, esta "siempre mas consumido". En Ia siguiente frase esta voluntaria y consciente creacion, gravitando hacia el bien y Ia luz, se convierte en un "apetito ciego por Ia vida capaz de pasar por encima de todo''. Ahora bien, estas dos ideas se cancelan una a Ia otra tanto en el campo de Ia estetica como en el de Ia logica. Aun asi, Ia tension en Ia que coexisten ayuda a aclarar no solo el significado de cada una, sino Ia relacion entre elias. (Me parece que es sobre todo Ia primera de estas dos concepciones Ia que Artaud quiere subrayar; pero esta cuestion no es importante para el proposito de este ensayo.) El "gnosticismo" de Artaud fue el ongen del horror apocaliptico que tenia por Ia infinita proliferacion en el mundo moderno del homme moyen sensuel y sus ideales. "Estamos envueltos", escribe en un pasaje revelador, por una humanidad fantasma que es maligna. Echa raices en los cuerpos de hombres ordinaries que en determinado momento se revelan como vampiros y empiezan a actuar como tales. Estos son los hombres que al nacer no mataron a Ia bestia que llevaban en ellos y que se han negado a separarse de Ia bestia que los esclavizo. Esta bestia es un erotismo sin fondo, Ia lugubre luz de un erotismo que llega de los limites mas alejados del mundo. . . Es alii don de uno puede ver, destellando, el horrible mundo de Ia Iubricidad.

Esta no es con mucho, Ia expresion mas violenta de Ia repugnancia de Artaud por todo lo material, animal o sexual. Pero debe ser suficiente para iluminar a aquellos que interpretan su idea de "crueldad" como una exhibicion de erotismo y sadismo. Su horror por esa "humanidad fantasma que es maligna" lo !leva directamente a Ia conviccion de que desde que el teatro frances expresa a este tipo de humanidad o sea desde el siglo xvu en adelante, las obras dramaticas francesas no han sido mas que una "psicologia narrativa", con el resultado de que los "actores franceses ya no saben hacer otra cosa mas que hablar". "Los delitos del teatro psicologico que viene desde Racine", apunta Artaud en el principio de su ensayo "Sobre el Teatro de Crueldad", nos ha desacostumbrado a esa accion inmediata y violenta que el teatro debe poseer. El cine, por otro !ado, asesinandonos con reproducciones de segunda mano que, filtradas por maquinas, no pueden unirse con nuestra sensibilidad, nos ha mantenido por diez anos en un ineficaz letargo en el que nuestras facultades parecen estar yendose a pique. Me parece que esto nos regresa a lo que yo llamaria Ia concepcion primitiva del teatro. Si dejamos Ia violencia de Artaud a un !ado, ~co­ mo podemos no estar de acuerdo con su idea de que "el teatro es un Iugar fisico concreto que pide ser Ilenado"? De hecho esta nocion no era nueva ni en el tiempo en que Artaud Ia afirmaba. Los grandes directores rusos, particularme.nte Meyerhold quien en 1930 habia llevado su teatro a Paris, en donde Artaud por lo menos oyo hablar de el, habia hecho de esta nocion el precepto fundamental de Ia direccion escenica. Es mas, el principia de que en el teatro, el lenguaje debe estar en funcion de una accion es suficientemente obvia. Cuando Artaud declara que el cine es el enemigo del teatro porque en vez de dar cohesion a nuestra sensibilidad que tiende naturalmente a Ia dispersion, Ia hace "irse a pique en un letargo ineficaz", parece que invoca a ese teatro que es el justo contrario del cine: un teatro basado en Ia comunicaci6n rigurosa y directa del significado de las acciones humanas, mas que de Ia apariencia fisica. Pero esta claro que Artaud tenia en mente un teatro basado en Ia violencia; sonidos y gestos cuya U.nica superioridad sobre el cine era que los gestos, los sonidos y las luces no fueran meramente reproducidas sino que estuvieran presentes fisicamente. Aqui parece estar describiendo el teatro espectacular imaginado por directores contemporaneos como Meyerhold. No debemos olvidar, sin embargo, que Artaud queria llegar mas alla. El invocaba un 81

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teatro que "no se limitara a ensenar escenas intimas de las vidas de unos cuantos titeres convirtiendo a los espectadores en fisgones", sino que pusiera al publico frente a frente con el hecho de que "todo lo que existe es crueldad". Llego a afirmar que "es sobre esta idea de accion extrema Jlevada a sus limites que el teatro debe ser reconstruido. . . esta cruel dad sera sangrienta, si es necesario". De todo esto uno podria concluir que Artaud abogaba seriamente por la presentacion de acontecimientos monstruosos en la escena. Sin embargo, vuelve a virar y le da a Ia "crueldad" un sentido puramente figurativo a! identificarlo como "una severa pureza moral que no teme pagar a Ia vida el precio que exige". Es obvio que la unica posible conexion entre "crueldad" sangrienta y "severa pureza moral" es metaforica. No se debe olvidar que su lenguaje era deliberadamente extremoso y muchas veces maniatico. Por cierto que Artaud (en una carta a Jean Paulhan) hizo un esfuerzo para suavizar el significado de la "crueldad" a lo que estaba tan unido. El problema no es blandir el "cuchillo de carnicero" cada minuto sino reintroducir en cada gesto teatral Ia nocion de una especie de crueldad cosmica sin la cual no habria ni vida ni realidad. La "crucldad cosmica" obviamente tiene relacion con lo que he Ilamado el gnosticismo de Artaud: su idea de que como estamos arrojados en un mundo de maldad y sombra, deseamos subir hacia Ia luz, y solo podemos actuar y crear en el mundo como es, estamos obligados a chocar con las !eyes del cuerpo, Ia materia y la maldad, o sea, con Ia crue.ldad. Y, si el teatro dice Ia verdad, este es el hecho, piensa el, que debe ser representado. Me parece que la intuicion mas penetrante y autentica de Artaud es que el Teatro como la peste en cronicas antiguas, es la revelacion implacable de la realidad ultima de la existencia, pues deja desnuda la verdadera naturaleza del individuo y el mundo en el que se encuentra, causando, por tanto, la desintegracion de las convenciones sociales. "Como la peste, el teatro es un Ilamado formidable a las fuerzas que impulsan la mente ejemplificando el origen de sus conflictos . .. " Y esta declaracion es seguida por una referencia a los misterios de Eleusis, que tiene relacion con su afirmacion de que el teatro es, antes que todo, magia y ritual, unida a fuerzas, y fundada en una religion y en creencias afectivas cuya eficacia se manifiesta en gestos, y esta ligada directamente a los ritos del teatro que son, en realidad, el ejercicio y Ia expresion de una necesidad espiritual de magia.

Aqui no solo tenemos la gastada confusion entre teatro y rito religioso, sino su confusion con la magia y el mito primitivo. Sin embargo, no se puede negar que deba jo de todo esto habia Ia seria intencion de Artaud de devolver al teatro su funcion original y primaria: la conmemoracion publica y celebracion de los aspectos esenciales del destino humano. :Me parece que nos esta llamando a las mismas fuentes de donde vinieron las imagenes de la revelacion de Edipo y el deliria de Macbeth, asi como la pasion por la verdad de Ibsen, las obsesiones de Strindberg, y el vehemente raciocinio de Pirandello. Es mas: encuentro muy arbitrario ( aunque parezca justificado por algunas de las declaraciones de Artaud) interpretar sus ideas como una prescripcion para los "happenings", improvisaciones dramaticas o escenificaciones de violencia. Ya que en esos espectaculos la angustia, tan real para Artaud, se convierte en un objeto estetico o en un pretexto para lo inverosimil, muy alejado del teatro ideal donde "uno se juega la vida". Lo que apunto no debe interpretarse como una defensa del tradicionalismo inerte de gran parte del teatro occidental de hoy, sino como un intenta de tratar con la seriedad que se merece el enfasis de Artaud sobre el efecto esencialmente espiritual, del teatro. (Uno podria incluso hablar en terminos de "purificacion" o de la antigua y malinterpretada catarsis.) "El teatro debe convertirse en una especie de demostracion experimental de la profunda unidad de lo abstracto y lo concr~to." Ahora bien, es claro que tal demostracion no puede ser llevada al cabo en un universo de gesticulaciones, gritos y acciones aterrorizantes. Solo puede ser llevada a! cabo en el nivel del intelecto, aunque los medios que se utilicen sean los de Ia accion fisica. Hay un pasaje de Artaud que me parece particularmente pertinente. Escribe sobre el salto necesario para pasar de la accion real (violenta y utilitaria) a la accion teatral ( cuyo significado reside precisamente en ser gratuito, hecho para la contemplacion y puramente simbolico) . En su ensayo "EI Teatro y la Peste", dice: Un actor requiere infinitamente mas poder para no cometer un crimen, que el asesino coraje para completar su acto. Es aqui, en su caracter gratuito, que la accion y el efecto del sentimiento en el teatro aparece infinitamente mas valido que el sentimiento cumplido en la vida. Comparada con Ia furia del asesino, la cual se extingue, Ia del actor tragico queda encerrada en un circulo perfecto. La furia del asesino consuma un acto, se descarga, y pierde el contacto con Ia fuerza que la inspira pero que ya no Ia puede sostener. La furia del actor, apunta por otro lado Ar-

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taud, se queda en contacto con la naturaleza del mundo que Ia inspir6. Expresa Ia misma idea en otro ensayo. "Aunque un ademan teatral es violento, es al mismo tiempo desinteresado. E! teatro enseiia precisamente Ia inutilidad de una acci6n que, una vez realizada, termina, y Ia utilidad superior del estado espiritual no consumido por el acto, y que, a! volver sobre el, Iogra una purificaci6n." A{m asi, podemos encontrar declaraciones en los escritos de Artaud que contradicen completamente estos pasajes, y que verdaderamente parecen pedir un teatro basado en la gesticulaci6n, y la violencia espectacular o frenetica. Pero aqui debemos detenernos y recordar de nuevo el punta de partida de Artaud y la direcci6n que sigui6 toda su vida. En primer Iugar desech6 el realismo de la raiz hasta las ramas. "A Ia crud a visualizaci6n de lo que existe", dice, "el teatro opone imagenes de lo que no existe". Es cierto que se puede contestar que esa ha sido siempre Ia funci6n del arte. Pero Ia actitud de Artaud requiere elucidaci6n. Senegaba a aceptar que los "hombres ordinarios" y sus existencias vacias y opacas tuvieran realidad alguna. "Ahara hemos llegado al punto de Ia "vida aplicada", declar6, "en Ia que todo ha desaparecido: naturaleza, imagenes y fuerza. Hemos alcanzado un estado de estancamiento en el cual el hombre vive de lo que ha heredado, con una reserva de sentimientos y actitudes morales que no han cambiado en el ultimo siglo". Esta es Ia situaci6n que el sentia debia ser minada y destruida. De acuerdo con Artaud, el realismo tanto en Ia vida como en el teatro era esencialmente una fuerza conservadora. Se rebelaba contra el orgullo del hombre moderno en el realismo de su pensamiento pragmatico y rechazaba todas las ideologias que habian alimentado a! mundo occidental desde el siglo xvrr. En este mundo de realismo utilitario, el hombre es concebido como una serie de reacciones psicol6gicas que deben ser ajustadas a Ia situaci6n social objetiva y a sus fines practicos cualesquiera que sean. Para Artaud, el hombre pertenece al polo opuesto, en el reino de Ia libertad que ha abandonado. No permitimos Ia obstrucci6n del desarrollo libre de un delirio que es tan legitimo y 16gico como cualquier otra sucesi6n de actos humanos o ideas. La represi6n de las reacciones antisociales es tan quimerica como inaceptable en principia. Todos los actos individuales son antisociales. Los locos, por definicion, son victimas de una dictadura social. En el nombre de esta individualidad

ARTACD,

por Vicente Rojo

que es peculiar al hombre, pedimos que estos esclavos de la sensibilidad sean liberados. Esto fue escrito durante un corto periodo que pas6 Artaud en las filas de los surrealistas. Y a[ pasar el tiempo se volvi6 cada vez mas violento; por ejemp!o, acus6 a Ia medicina moderna y en particular a Ia psiquiatria, de tratar de "robar!e a! hombre su ego", y de "arrogarse el derecho de dictar las reglas de Ia conciencia de cad a individuo". Pienso que esta rebeli6n global explica el paso que da Artaud del teatro como "llamado a las fuerzas que impulsan la mente ejernplificando el origen de sus conflictos" hasta Ia idea extrema de un teatro que "no se base ya en el texto, y que el texto misrno, lo poco que quede, no sea escrito a priori sino que sea puesto en escena, creado en escena ... " Es mas, afirma que el teatro sera restaurado solamente el dia en que cada representaci6n dramatica sc cree directamente sobre el escenario y no sea una remasticaci6n de un texto autosuficiente y definitivo. Si asumirnos que el pensamiento de Artaud se refiere exclusivamente a una teoria sobre dirccci6n de escena estamos forzados a concluir, tomando como base sus escritos, que la teoria se contradice a si misma, ya que se fundan en dos principios antiteticos: 1) Ia sustituci6n del lenguaje articulado por la mise en scene, y 2) el uso del lenguaje articulado "para expresar Ia mise en scene", esto es, para hacerla "expresar lo que generalmente no expresa ... poe.sia". J\1e parece que esto es tratar de encontrarle cuadratura al circulo.

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Cuando Artaud intento aclarar el significado de sus objeciones en contra del enfasis que se daba al texto escrito, dijo, por ejemplo, "no es cuestion de suprimir el lenguaje hablado sino de darle a las palabras la importancia que tienen en los suefios". Esto puede ser muy sugerente pero ~que quiere decir darle a las palabras Ia importancia que tienen en los suefios? Implica Ia recitacion de frases sin sentido en actitudes de sonambulo, o, por el contrario: una representacion estilizada y lirica en que las palabras suenan como si hubieran sido sofiadas, solo porque adquieren una calidad surrealista enteramente diferente del valor que tendran en Ia conversacion ordinaria. Por cierto que seria un retorno a! estilo noble de recitacion parecido a! S prachgesang de Arnold Schoenberg. Pero, en ese caso, las palabras deben ser se!eccionadas meticulosamente, no improvisadas. Si son sugestiones concretas para Ia escenificacion de una obra lo que busca uno en Artaud se deben examinar las secciones donde discute "lo imprevisto objetivo" -"lo imprevisto, no en las situaciones sino en las cosas, la abrupta transicion intempestiva de Ia imagen intelectual a Ia imagen verdadera; por ejemplo, el hombre que esta blasfemando ve, de pronto, realistamente materializada Ia imagen de su blasfemia"- "o Ia subita aparicion de un Ser fabricado, hecho de lana y tela, completamente inventado, que no corresponde a nada; inquietante por naturaleza .. . " Ejemplos excelentes del uso efectivo de "lo imprevisto objetivo" son, a mi parecer, Pozzo y Lucky en Esperando a Godot de Samuel Beckett y Ia criatura de Amadeo de Ionesco que crece y crece basta que desborda el espacio. Es probable que estos dramaturgos hayan sido influenciados por Artaud, aunque no podemos estar seguros de ello. De cualquier manera ideas como estas estaban ya en el aire inclusive antes de los experimentos de los surrealistas. Es mas, las ideas de Etienne Decroux sobre el uso de la pantomima y la gesticulacion estilizada y violenta fueron propuestas a principios de 1931. El joven Jean-Louis Barrault, amigo y admirador de Artaud, habia asistido a Ia escuela de Decroux y, al mismo tiempo, habia estudiado cuidadosamente las teorias de Artaud. Es cierto que cuando Artaud pedia Ia supresion de Ia palabra hablada estaba, como siempre, llevando sus ideas hasta el limite. No lo decia todo en serio e inmediatamente corregia o modificaba su posicion. Pero aun si los recursos con los cuales se le identifica pueden ser considerados como innovaciones ( "relativas", ya que eran conocidas en Rusia y Alemania, si no en Francia), es dificil ver la conexion entre el uso de Ia pantomima y Ia vision de Artaud de un teatro, que liberado de las

cadenas de Ia psicologia del hombre ordinaria y del realismo, habia de clevolver el sentido de "peligro moral" al publico. Si a Ia pantomima se le convierte en el elemento mas importante del teatro, el teatro se vuelve otra vez superficial. E! factor "estetico", que Artaud genuinamente menosprecia, se acentua. ~En que adelanta, entonces su principal objetivo, el tumulto espiritual del publico?- a menos que el "cuchillo del carnicero" sea blandido, en cuyo caso tenemos un acto de circo, no pantomima ... De todas maneras, Ia pantomima no nos lleva al teatro "metafisico" de rigurosa pureza moral que se vislumbra en L e Theatre et son Double. ~Cual es entonces la interpretacion mas coherente y comprehensiva que podemos darle a la miscelanea de ideas de Artaud sobre teatro? ~ Puede encontrarse alguna pista del principia subyacente en la declaracion de que el teatro del futuro debe hablar "un lenguaje que quede a medio camino entre Ia idea y la palabra"? Ciertamente es el tipo de frase que atrae a Ia sensibilidad moderna, que oscila continuamente entre Ia imagen y Ia palabra, entre Ia magia negra del simbolo puro, una simple marca fugaz que dejan movimientos reales, y Ia fascinacion por las palabras evocativas, simbolicas y ritmicas del dialogo coherente. Pero es una frase que no tiene aplicacion real, excepto referida a! cine y a los diferentes estilos de danza de los adolescentes modernos. Despues de todo, si el mensaje de Artaud es simplemente que el teatro de Ia sensacion inmediata esta mas cerca de nosotros que las obras basadas en el logico e inevitable desarrollo de las acciones humanas que entra en conflicto e interactua con otras acciones humanas, entonces no se trata mas que de una denuncia facil del drama convencional, que ya esta en los estertores, si no completamente muerto. ( Que podemos decir finalmente acerca de Artaud? Antes que nada, creo que debemos reconocer el hecho de que su idea del teatro no es solamente ambigua sino que se contradice hasta la esquizofrenia. Por un !ado, su teatro debe luchar con Ia intensidad espiritual y Ia pureza de Ia poesia. Por el otro, debe asirse furiosamente a lo corporeo, a la presencia, a! brutal efecto exterior. Si separamos estos dos impulses los reducimos a una serie de proposiciones banales. M e parece que Ia fuente de su significado y de su poder de evocacion es Ia tension espasmodica que se establece entre ellos y Ia inmovilidad indecisa que resulta d e esto. De otra manera, uno se siente tentado a mandar a todos los admiradores de Artaud a leer un libro publicado hace mas de un siglo: Nacimiento de la Tragedia de Friedrich Nietzsche, en donde los dos principios en conflicto estan definidos con mucha mayor claridad.

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Roger Blin, hombre de teatro y (en cierta manera) discipulo de Artaud, resumi6 sus impresiones de Ia obra de Artaud en estas lineas: Un ma.ximo de estilizaci6n, un maximo de antinaturalismo, y no s6lo el rechazo, sino Ia destrucci6n, de cada canon del teatro clasico y burguh Este es el gran valor de Artaud. . . Sin embargo, nunca me convenci6 Ia aplicaci6n de estos principios, Ia acentuaci6n de Ia brutalidad, Ia crueldad, los gritos. . . Para Artaud el escenario es un espacio que debe llenarse con aclemanes, con gestos, no con palabras, porque las palabras ejercen una tirania. En pocas palabras, me parece que Artaud tenia puesta Ia mira en un teatro surrealista que nunca existi6. El teatro concebido por los descubridores actuales de Artaud nunca existi6 y s6lo podria existir artificialmente y por muy poco tiempo. Mientras que lo que queria Artaud mismo era no s6lo un teatro que nunca existi6 sino como que no podrÂŁa januis existir: un Iugar de palingenesis donde Antonin Artaud pudiera actuarse a si mismo, revestir palabras vacias con carne y !meso y asi, redimirse del mundo de sombras que lo aprisionaban.

ARTAUD o La Palabra en la Punta de la Lengua

Mariano Flores Castro

Antonin Artaucl, ambicioso amante de los gritos reveladores y las incursiones que el pensamiento hace en busca de su propio origen, clio Ia evidencia mas autentica de su desesperaci6n ante un lenguaje que no expresa su genesis, en un pequeno grupo de textos reunidos bajo el nombre de El Pesa-nervios. Es este un texto cercano a Rimbaud, pero no tanto como a Ia universal preocupaci6n del poeta por fijar e] origen, el germen del pensamiento, en palabras que expresen o a! menos permitan Ia intuici6n del c6mo y el por que del nacimiento del discurso poetico, entendido como conclusion de un proceso que se inicia en una parte del espiritu donde el lenguajc no ha echado raices. Es una ambici6n sin medida que busca encuentro con el instante insustituible que indica vagamente al creador que ei papel esta listo para recibir el dictado del pensamiento, pero que jamas se manifiesta en un lenguaje ni remotamente parecido a! usado en Ia escri tura. Artaud da Ia clave para entender un proble-

rna muy discutido y s6lo en apariencia resueltc,, que consiste en considerar a Ia poesia como una anticipaci6n a la replica de un dialogo, en donde, el que tiene Ia palabra no es el lector (como se ha pretendido en no pocas ocasiones) , sino el poema que este esta leyendo. Si bien Ia poesia no puede considerarse siempre desde este punto de vista, si se puede afirmar que parte de su naturaleza esta integrada por esta actitud o modo de autopresentarse. Unido a este problema hallamos el que para Artaud, en El Pesanervios, sera medular y que en este texto s6lo encontrara una soluci6n parcial, sobre "Ia operaci6n en virtud de la cual aparece el pensamiento"; problema cuyo planteo es de capital importancia no s6lo para Ia poesia, sino tambien para Ia sicologia, Ia antropologia, etc., todas aquellas disciplinas que intentan un mejor entendimiento de Ia naturaleza del lenguaje y de sus fuentes. Cabe preguntarse si el poema, considerado siempre en su individualidad mas caracteristica, ofrece alguna posibilidad de existencia a otras

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palabras que no son las que el mismo propone y estatuye: las siempre deseadas, huidizas y, por que no, imposibles del lector. De un lectoractor que no ha sido imaginado por el poeta, ni siquiera por el poema, pero un lector necesario, por asi llamarlo, que realiza el acto mas sublime a que puede aspirar la poesia: experimenta la genesis de palabras que, a pesar de no ser propias, tienen la facultad de engendrar otras, con las que se uniran para que el poema este vivo, significantemente animado. Hay un mom en to antes de lo vital ( considerado en un sentido sicologico) que no a justa a! racional ordenamiento del mundo como una realidad misteriosamente fatigada de su imperfeccion; eso que pod ria ser considerado como primer paso si no fuese dado hacia atras antes de avanzar hacia lo que esta a punto de tener una existencia definitiva en el universo de las formulaciones mentales o emocwnes mcontrolables que nos inventan: Me he colocado a menudo en ese estado de absurdo imposible, para tratar de hacer nacer en mi el pensamiento. Somos unos pocos en esta epoca los empefiados en atentar contra las cosas, en crear en nosotros espacios para la vida, espacios que no estaban y no paredan tener que encontrar un sitio en el espacio. Y agrega: Evidentemente, he aqui la buena condicion para crear. Cuando se buscan los principios g-eneradores del pensamiento, no necesariamente son estos los que, a fin de cuentas, echan mas luz sobre lo que se busca, porque seguramente en el transcurso de la investigacion iran apareciendo accidentes y hallazgos imprevistos que faciliten aun mas el planteamiento 0 posible solucion del problema; pero se hace necesario establecer esos principios como finalidad. Para el poeta hay pocas cosas tan importantes como la adecuacion de lo que se ha querido expresar con lo que en realidad se dice. Y no es !a vaguedad lo que Artaud prefiere cuando afirma que toda escritura es suciedad, sino poder actuar en un espacio que el mismo puede procurarse a traves de la suspension y analisis de todos aquellos indicios que, ademas, habran de darle la facultad de ver hacia adelante en e! tiempo, hacia el momento que llegara cuando sea invocado y el presente ya no sea necesario. Es tal vez, quien lo sabe, imposible hacer poesia del tiempo, que todavia no llega, del mas cerrado momento futuro, pero solo como promesa para ese entonces vive el poema. Artaud se inquieta por eso que esta atras d e las palabras y que no es el sentido de las palabras, pero sin lo cual estas no tenclrian sentido. Dificil resulta tener una vision clara de esto. El profesor Paton, citado por Herbert Read, ha

definido el yo como "aquello que sabe, quiere y siente"; definicion que sino expresa cabalmente lo que el yo es para las diferentes sensibilidades ( porque seguramente habra para el artista algo mas que saber, sentir 0 querer, por mas que se pretenda incluir en esto mas actividades del espiri tu de las que los terminos soportan) , si permite entender un poco mejor eso que Artaud llama la "relojeria del alma". Quizas el problema deba verse desde el punto de vista de lo que Read denomina el acto. Nos dice: "Puedo observar un color, puedo incluso tal vez observar una mesa, pero lo que no puedo observar es mi acto de ver u observar." Artaud no lo considera imposible; es lo que busca: verse en el acto de producir conceptos, observarse con todo detenimiento, hacia su interior, en el instante en que esos conceptos estan hechos de otra cosa que no es la palabra, o si lo es, pero en condicion de semillas, manantiales. Octavio Paz intenta algo de la misma naturaleza: "el comienzo el cimiento la simiente latente la palabra en la punta de la lengua inaudita inaudible impar gravida nula sin edad la enterrada con los ojos abiertos inocente promiscua la palabra sin nombre sin habla" Y la agradecida palabra se evidencia y es blanca. En el texto de Artaud la palabra "sin habla" emana de la anticipacion. Conforme se va leyendo, el ritmo (no el del sonido de las palabras sino el del tiempo en el poema) es sincronico a las preguntas y respuestas que surgen casi automaticamente en ellector-actor; todo lo que pucde ser respondido esta alii, en el texto. Lo que se pregunta es siempre aquello que sed. respondido, muchas veces antes de que la pregunta tenga una estructura verbal. La anticipacion a la replica del dialogo consiste, entonces en una especie de adivinacion que, como expresa Artaud, es la "inspiracion escalonada". Existe una posibilidad aterradora, inconcebiblemente relacionada con la muerte total: que el mundo, la realidad, cleje de serlo en el proximo instante. Artaud pacta con esa posibilidad. La llama, la invoca con toda la conciencia de que es capaz: "Una especie de disminucion constante del nivel normal de realidad", nos dice. Si, una vez habiendo intuido el origen, buscar el desenlace, aunque esto implique la conclusion de todo aquello que hemos considerado como la realidad objetiva.

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Quizas Artaud, de alguna manera crey6 en el Dios de Rilke: "el Dios venidero, el que desde la eternidad esta por llegar; que es lo futuro, el fruto ultimo de un arbol cuyas hojas somos", ese que siempre nace y siempre nacera, sin terminar nunca de salir del vientre de su madre la in teligencia. La palabra es Dios, si dioses como los de Romero son palabras. Lo que hay en el de vulgar se debe unicamente a su ropaje, Ia lengua usacia por todos: el habla. Esta palabra es Ia que esta en condici6n de coito, de acto engendrando otro acto. En verdad el hecho escrito puede llegar a ser una forma de crueldad pero, si esto fuera posible, una crueldad sin carga emotiva, del pensamiento sometido, avasallado por el deseo de eternizarse. ,: Que otra cosa si no, si el silencio no, es lo que repugna a] poeta? ,: Por que no se ha quedado callado, conforme con g-uardar sus percepciones del mundo y de Ia vida para Ia mas intima fruici6n? Como poeta, Artaud advierte que Ia medula, Ia esencia del problema esta intimamente Iigada a Ia expresi6n de algo tragico. Acepta, pero siempre en actitud de combate, que Ia tragedia estriba en Ia socorridisima finitud del hombre, una finitud del lenguaje, que no alcanza a "fijar vertigos" tan de prisa como seria deseable. Asi nos dice: "Me falta una concordancia de las palabras con el minuto de mis estados. Con ello nos deja apreciar el motivo de su nostalgia, su estado de desesperaci6n ante el imposible que, con sus limitaciones, levanta el Ienguaje. A.A. quisiera que esos estados quedaran pinchados como mariposas, en donde el alfiler fuese no ya los terminos (contra los que se declara en desacuerdo, pues los considera en su senti do literal: "limitaciones") sino Ia palabra en su sentido original, veloz y exacta. La belleza natural del Pesa-nervios aparece en Ia manera de expresar Ia naturaleza del hombre frente a una imposibilidad. La expresi6n de Ia naturaleza tragica de todos los hombres alcanza Ia sublimidad en boca del poeta que, a pesar de manifestarla, de nombrarla, no la resuelve ni la hace menos dolorosa, pero la hace bella porque es poetizable. El artista frente a un mundo que le ha procurado todo menos un lenguaje exacto para definir a! hombre, para nombrarlo. Pero Artaud cree encontrar una salida no en Ia ampliaci6n de ese medio de conocimiento de Ia naturaleza humana, sino en el conocimiento de aquello que siendo germen, es a Ia vez el fin ultimo de lo poetico. Antes y despues de la palabra. Esto ultimo intimamente allegado a la posibilidad de abandonar a la realidad como punto de referencia, como ruta de una expresi6n que hasta ahora habia quedado sumisa ante algo tan complejo y misterioso como es la condici6n human a.

Pero acaso sea otro lenguaje Io que el poeta necesita para describir y escudrifiar el espiritu humano. Escribe: "Lo dificil es encontrar bien su Iugar y restablecer Ia comunicaci6n consigo mismo. El todo esta en una cierta fluctuaci6n de las cosas, en el ensamble de toda esa pedreria mental alrededor de un punto que es precisamente el que hay que hallar. Y he aqui Io que pienso del pensamiento: Ciertamente la inspiraci6n existe. Hay un punto fosforoso donde toda Ia realidad se recupera, pero cambiada, transformada -,:yen virtud de que?-, un punto de magico empleo de las cosas. Y creo en aerolitos mentales, en cosmogonias individuales." Se advierte que Artaud, cuando habla de Ia realidad, hace enfasis en el hecho de una posibilidad de cambia, de transformaci6n que se da en uno mismo como una subita exageraci6n de las cualidades de las cosas. No hay punto de partida pero se parte. Artaud no busca cabos, porque como expresa: "He aqui uno para quien !a vida es un punto y para quien el alma no tiene trozos, ni el espiritu comienzos." Logra, casi sin darse cuenta, realizar el comienzo de Ia so1uci6n a! problema; ese hallazgo consiste en darle una correcta revision y un planteo que se desliga de los tradicionales caminos seguidos para ese prop6sito, casi todos desligados de lo estetico y enfocados a elementos cientificos o 16gicos incapaces de siquiera interpretar hechos y situaciones como las que Artaud pudo resolver. A.A. quiere desembarazarse de los terminos que lo paralizan; quisiera tener un vehiculo diferente para sus pensamientos, repito , quiza otro lenguaje. Lo irrita verse "localizado" por esas "terminaciones" y no tener el poder suficiente para hacer de sus palabras la expresi6n exacta de lo que piensa, de lo que el ha inventado que piensa o siente: "Solamente una palabra me faltaria a veces, un simple vocablo sin importancia, para ser grande, para hablar con el tono de los profetas, un vocablo testimonio, un vocablo preciso, un vocablo sutil, un vocablo bien macerado en mis medulas, procedente de mi mismo, el cual se mantendria en la punta extrema de mi ser, y el cual, para todo el mundo, nada seria." Es probable que lo unico que Ilegara a desear a! final de su vida fuera una palabra; pero, obediente a su enorme ambici6n, una tal, que le hiciera sentir un placer parecido al que un dios experimentaria si alguien lograra acufiar el "termino" exacto para nombrarlo. "Bajo una costra de hueso y piel" Artaud llevaba un sentimiento de respomabilidad, de conciencia que se angustia al apreciar la fria actitud del hombre ante su medio de contacto tanto con otros hombres como consigo mismo: !a vida del pensamiento desde su nacimiento hasta su muerte.

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CERDOS y CENIZA MARIO MU:NOZ Cien anos de soledad postula Ia participacion activa del lector para conceder verosimilitud a Ia alegorla que describe ascenso y caida de un pueblo y una dinastia. Asi, Gabriel Garcia Marquez se apropia el afioso recurso de los poetas anonimos de cantares de gesta que elaboraban poeticamente Ia realidad tomando un aspecto 0 un personaje sobresaliente de esta para habilitar Ia fantasia del vulgo (invencion de creaciones miticas) . Hay una condicion previa: Ia aceptacion de un universe privado que se organiza a partir de una laboriosa estructura lingilistica. Porque Ia invencion de Garcia Marquez es ante todo verbal, e intentar explicarla como sustitucion de cosas ciertas es negar Ia dimension de lo prodigioso, el establecimiento de otro espacio a traves de imagenes sensoriales y afectivas. La epica implica un acto de fe, un compromise sostenido, en el curso de los acontecimientos, con los pormenores de Ia fantasia. Sin humildad no es posible creer en lo que no se ha visto. Por eso -lo dice Leopoldo Alas "Clarin"- el cantar de gesta aparece en la infancia de los pueblos, cuando Ia imagen no se ha sometido a Ia burocracia del silogismo y cuando el auditorio, compuesto de gente de mal vivir o comensales de paso, puede asistir, sin el sobresalto de Ia duda o Ia acidez de Ia ironia, a Ia lectura de las andanzas de hombres emprendedores que desandaban distancias, esclarecian misterios, conquistaban reinos o impartian castigos ejemplares, sometiendo ejercitos enteros o aplacando Ia furia de alglin jayan desmandado. Garcia Marquez emplaza su novela en los limites de un tiempo circular cuyas categorlas se sobreponen, se combinan o se mixtifican, resolviendo Ia historia como un fenomeno reversible no propenso a Ia evolucion, que tiene Iugar en Ia oculta trayectoria del hombre para aceptar el destino que le ha tocado cumplir. La vida esta hecha del aproximaciones, de capturas ilusorias y consumaciones relativas, y Ia problematica del hombre esta precisamente en no aceptar esta condici6n de ser invaginado, predispuesto a Ia derrota y a Ia soledad. En este sentido, todos los personajes de esta novela estan secretamente minados por el fracaso en

Ia medida en que este alumbramiento o clarividencia los hace sentirse desamparados frente a las disyuntivas que les plantea Ia realidad. Por eso el Iugar de los acontecimientos es un sitio hermetico, casi diriamos vaginal, donde cualquier intento por encontrar una salida queda frustrado ante los obstaculos que antepone Ia naturaleza. Esta idea de claustro prenatal lo sugiere Ia composicion del ambiente: el terrene es acuoso, "blando y humedo", donde Ia luz solar es obstruida con frecuencia por lo inusitado de Ia vegetacion o las lluvias torrenciales que obligan a los habitantes a guarecerse por dias, meses o aiios, entre las humedas paredes de sus barracas. U n aire de ausencia, nimbado con Ia tonalidad lugubre de lo remote, deposita su huella en los rasgos de los personajes, en el arcaismo de los objetos, en los oficios y menesteres de Ia poblacion, en el atuendo y las inclinaciones del vecindario. Pues aun en el apogeo de Ia novedad queda advertido el continuo forcejeo por rescatar de Ia impureza el estado de gracia anterior al conocimiento, ya que curiosidad significa aqui lenta asuncion de lo sordido y lo engafioso. Como acontece con el primer Jose Arcadio Buendia cuya mania de saber lo convierte, de activo y "emprendedor", en un sujeto de apariencia desagradable y animo taciturno. Tal parece que el hombre solo fuera probabilidad no resuelta, posibilidad solo accedera al hechizo de mitos e invenciones que le aseguren un ambito exento de sobresaltos y prevaricaciones. De acuerdo con esto Ia incidencia en lo fantastico relega a segundo termino los dominies de Ia realidad invirtiendo, por consiguiente, el mecanisme temporal y anulando, de hecho, Ia dialectica. Lo que conducira fatalmente al anquilosamiento de Ia vida, al exterminio de Ia especie. Final predecible y logico con el cual Garcia Marquez apunta a Ia parte mas sensible de America: la consagracion a perpetuar, como articulo de fe, las verdades aceptadas y garantizadas por Ia camarilla oficial de moda. Circunstancia que nos deja sin historia como a los moradores de Macondo, pues "Ia mentira ideologica, Ia omision, la deformacion reiteradas en Ia version oficial se expande, se hace mentalidad, estilo, y pesa deci-

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sivamente como si fue.ra de granito"."l Consecuentemente, la premeditada aplicacion de la ciencia y el trabajo a Ia obtenci6n de una ganancia egoista y ventajosa conduce a ]a enajenacion de las estructuras que componen el organismo social. Solo asi es explicable Ia paulatina p erturbacion del primero de los Jose Arcadios, al igual que la progresiva mediatizacion de los aldeanos, despues de experimentar con fortuna los maravi!losos efectos de la alquimia, paso inicial de otros descubrimientos condicionados por la uti!idad. En este mundo "peninsular" y primerizo, inaccesible a Ia comunicacion de dentro y de fuera en los albores de su existencia comunal, la quimera esta por encima de Ia contradiccion, mas aun cuando Ia pareja de fundadores, para superar el sentimie.nto de culpabilidad que los asedia, pues en ambos pesa la amenaza de una descenclencia monstruosa asi como ]a muerte de Prudencio Aguilar, tienen que concentrarse en una ardua y continua activiclad que les haga olviclar las proporciones de Ia realidad y el avanzar del tiempo: J ose Arcadia es emprendedor e inventivo mientras Ursula, "activa, menuda, severa", "parecia estar en todas partes desde el amanecer hasta muy entrada la noche" (p. 15 ) . Y confiados en Ia rectificacion del pasado ambos daran origen a una estirpe predestinada a la soledad y al remordimiento. Asi, Macondo llega a clotarse del significado que no tenia en el sueno de .Jose Arcadia Buendia, cuando refleja la imagen comple.ta de la desquiciada personalidad de Ia dinastia primordial. Los espejos que recubren las paredes de Macondo en esta vision onirica sugieren ]a proyeccion, multiple y siempre repetida en el tiempo, del mismo acto incestuoso de Ia pareja original y de la version igualmente reiterada de la personalidad retraida y silenciosa de Aureliano (p. 20 ), el "primer ser humano que naci6 en Macondo" (i bid). Para dar esta sensacion de atemporalidad provocada por el cansino recomienzo de los parentescos, las identidades y las catastrofes, Garcia M a rquez va interceptando la narraci6n, "1

Sergio Benvenuto.

"Estt~ tica

como historia." (La

Habana: El caiman barbudo, 1968.) p. 8.

en apariencia lineal, con algunas oraciones cuyos enunciados ( adverbios, pronombres, sustantivos o verbos ) conservan, con ligeras variantes, su primitiva estructura gramatical. Asi tencmos que la oracion explicativa que abre la novela: "Muchos anos despues, frente al peloton de fusilamiento, e] coronel Aureliano Buendia habia de recordar aquella tarde remota en que su padre lo l!ev6 a conocer el hielo", aparece constituida con los mismos elementos en el siguiente parrafo: "Tenia Ia misma languidez y Ia misma mirada clarividente que habia de tener anos mas tarde frente a] pelot6n de fusilamiento." (p. 50). Asi, la frase adverbial que inicia Ia apertura del libro no deja de encontrarse como leit motiv en el curso de Ia historia. En !a pagina 21, por ejemplo, las lecciones que J ose Arcadia Buendia imparte a sus hijos seran evocadas, muchos aiios mas tarde, por Aureliano Buendia, segundos antes de hacerse efectiva la ordcn de fusilamiento. Paginas aclelante, en Ia 28, el mismo nucleo lingi.iistico aparece inesperadamente al recordar el penoso recorrido de los descubridores de Ia "cienega grande", que aiios despues intentaria reanuclar Aureliano Buendia aunque sin el exito de sus progcnitores. Y nuevame.nte en la pagina 40 el relata se interrumpe para proyectar, muchos anos despues, la perdurable idea de Jose Arcadia Buendia consistente en sustituir las acacias por el sembrado de almendros. Como se habra ya advertido, Ia culminaci6n de un acontecimiento sobreviene despues que su desenlace ha sido anunciado con bastante anticipaci6n. U n caso concreto es Ia muerte de Arcadia, ya prevista "ÂŁrente a! pelot6n de fusilamiento", en Ia pagina 68, pero consumada hasta Ia 106, cuando es abatido "contra el muro del cementerio'~. Estc continuo vaiven cronologico, que desplaza igualmente el ambito espacial, da curso a una se.rie de probabiliclacles entre las cuales cabe que la novela esta construida en base a un mon6logo interior atribuible al coronel Aureliano Buendia, visto desde la omnisciente tercera persona del autor, en los instantes previos

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y posteriores a su muerte; otra posibilidad puede ser el inusitado curso de un sueno, generado por algun miembro de Ia dinastia que funge solo en calidad de espectador hasta el momenta de reingresar en los limites de Ia lucidez. Una version no menos arriesgada seria Ia relectura de Ia historia o Ia desmitificacion de lo consagrado por el regreso a! punto de partida donde dio principia Ia encarnacion del mito. En consecuencia, no estamos muy Iejos del recurso cervantista -Io nota Raul Silva-Caceres- que situa a los protagonista ÂŁrente a sus propias hazanas. 2 Idea que se robustece con Ia insercion de los indescifrables manuscritos de Melquiades, que proporcionan a Ia curiosidad del ultjmo de los Buendia el recuento de las anecdotas vividas por sus predecesores hasta adelantarse a! instante postrero de Ia consumacion. Combinando los recursos estilisticos y las caracterizaciones tipicas y arquetipicas de Ia novela contemporanea con una abundante dosis de fantasia, Garcia Marquez alcanza lo que pre tende: La ambigiiedad y contingencia como fundamento de Ia obra Iiteraria, pues aunque aspiremos al esquema que todo lo explica y ultima, Macondo seguira rigiendose con las !eyes propias de su dimension microcosmica, si es que alll pueden elevarse los componentes del absurdo que invierten Ia estima de los valores. El humor negro derivado de ese compuesto de exageraciones y disminuciones viene a ser solo Ia panacea de ese quietismo hecho mensaje, pues el Ienguaje cumple una funcion inversa a Ia reconocida al inventar previamente el universe antes de explicarlo. Ocurre entonces Ia creacion de "una realidad escurridiza momentaneamente capturada por las palabras", pero irremisiblemente condenada a desaparecer a! olvidarse "los valores de Ia letra escrita" ( p. 47) ; lenguaje viciado en cuanto no trasciende los llmites de Ia subjetividad, sin trasmision, a! margen de cualquier responsabilidad con los protagonistas. As!, a! no cumplir su funcion, el contenido de Ia palabra es denegado como proceso catalizador del pensamiento para asumir un caracter refractario en el que no es posible Ia comunicacion ni el afecto, tan es as! que "Ia unica persona" con Ia que habra trabado amistad Jose Arcadio Buendia "desde hacia mucho tiempo, era Prudencio Aguilar" (p. 124), muerto varios anos antes. EI aislamiento Io genera Ia repeticion de los principios que predomina en "el aire solitario de Ia familia" (p. 160). "Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubieramos vuelto a! principia", dice Ursula a! comprobar en Jose Arcadio Segundo el mismo espiritu progresista del bisabuelo. Viviendo con Ia certidumbre de 2 R aul Silva-Caceres. "La intensificaci6n narrativa .en Cien aiios de soledad de Gabriel Garcia Marquez" (Mexico: Revista de Bellas Artes No. 22, 1968) p. 58.

Ia maldicion, al no haber posibilidad de salida, todos los caminos conducen a! mismo desarraigo. Si en Ia novela hispanoamericana de principios de siglo el hombre padece Ia circunstancia de su inferioridad ÂŁrente a Ia naturaleza, en Garcia Marquez sucumbe ante Ia fuerza de los remordimientos y de Ia nostalgia. Impotente para reprimir los recuerdos, perdido en los vericuetos de Ia conciencia, estragado de suenos inservibles y desenganado de sus impetus reformistas, el hombre da a! traste con el mito de Ia evolucion y el progreso. Los fantasmas milenarios lo continuan habitando, sobreponiendose a los vientos innovadores de las epocas. La fiebre civilizadora de Macondo que desorganiza horarios, destroza convencionalismos, y cambia el curso de los rios y el orden de las estaciones, anuncia el advenimiento de tiempos de corrupcion y desgracia. Presentimiento que conmueve al coronel Aureliano Buendia hasta el ultimo rincon donde lo ha botado Ia soledad, a] comprender tardiamente, bajo el azoro de los cambios, "que habra sido un error no proseguir Ia guerra hasta sus ultimas consecuencias" ( p. 206) . Los incontables episodios que sobresaltan Ia comarca solo maduran el rasgo fatalista que cada uno de los habitantes !leva a cuestas como las cruces de ceniza que marcan con su signo de muerte Ia vida de los diecisiete hijos del coronel. Los hombres son incorregibles andariegos, pero enconchados en Ia melancolla y en Ia incertidumbre; mientras las mujeres, fieles a su condicion inasible, son laboriosas o eroticas en medio de su sedentarismo. Ademas, los acontecimientos estan a! margen de Ia explicacion y los resultados, porque Macondo pertenece a una "realidad imaginaria" donde lo practico se subestima o se olvida. Pues aun los 32 Ievantamientos que patrocina el coronel Aureliano Buendia en contra del regimen conservador, terminan en una accion sin sentido, en el esfuerzo eflmero y egoista solo sostenido por Ia soberbia (p. 214). A su vez, de tanto practicarla, a] coronel Gerineldo Marquez Ia guerra se Ie convirtio en "una referencia remota: un vacio" (p. 143). Pero solo a traves de una dimension ficticia Garcia Marquez alcanza Io pretendido: Ia creacion de un espacio abierto en que los ordenes y los propositos son cuestionados hasta poner en duda Ia intenci6n de Ia propia creacion artistica; razon de mas para vaticinar Ia proximidad de otro orden que no este sostenido por Ia miseria y Ia desesperanza. En otras palabras, Macondo como mito literario laboriosamente preparado en cuatro obras previas, culmina en un callejon cuya unica salida es Ia de poner punto final a un simbolo avocado a persuadir. Exterminio que amenaza al propio creador si este no renuncia a sus predilecciones pues basta cotejar los ultimos escritos que ha

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publicado Garda Marquez con su producci6n anterior para temer el regreso a una fuente que no puede dar mas de si sin mediar el peIigro de Ia saturaci6n. En un cuento escrito en 1968, "Un hombre con unas alas enormes"/ advertimos redundancias, en el estilo y el ambiente, de los recursos manejados por el autor tanto en sus primeros escritos como en la exuberancia de Cien aiios de soledad. En el cuento sefialado, una vez mas el gusto a Io fantastico le proporciona al autor ei tema de un angel "muy viejo" que se extravia en los Iimites terrestres provocando Ia consiguiente reacci6n del populacho, que pasa de Ia burla despiadada y el afan de lucrar con Ia novedad al respeto y el temor que causa ei advenimiento de lo desacostumbrado. AI examinar comparativamente este relata con "Isabel viendo Hover en Macondo", que data de 1955, y ciertos pasajes de Cien aiios de soledad, saltan a la vista las semejanzas que ofrecen ambos cuentos, si no en el contenido si en los elementos que le dan validez al tema. Algunas citas completaran lo anterior: 1. Entonces llovi6. Y el cielo fue una sustancia gelatinosa y gris que alete6 a una cuarta de nuestras cabezas ... ("Isabel viendo Hover en Macon do", p. 17.) 2. Me sentia convertido en una pradera desolada, sembrada de algas y Iiquenes, de hongos viscosos y blandos, fecundada por la repugnante flora de la humedad y las tinieblas ... (ibid) 3. . .. Pero la vaca permaneci6 imperturbable pezufias hundidas en el barro y Ia enorme en el jardin, dura, inviolable, todavia las cabeza humillada par la Huvia. (ibid) 4. . .. volvieron los gitanos . . . Esta vez, entre muchos otros juegos de artificio Hevaban una estera voladora. a Casa de las Americas tLa Habana; No. 48, 1968) pp. 62-67.

5. Estaba entre Ia multitud que presenciaba el triste espectaculo del hombre que se convirti6 en vibora por desobedecer a sus padres. (ibid p. 35)

1. EI mundo estaba triste desde ei martes. EI cielo y el mar eran una misma cosa de ceniza ... ("Un hombre muy viejo con unas alas enormes", p. 63.) 2. . .. y las arenas de Ia playa que en las naches de marzo fulguraban como polvo de Iumbre, se habian convertido en un caldo de lodo y mariscos podridos ... (ibid) 3. Ambos observaron el cuerpo caido COt?. un caHado estupor . . . sus alas de gallinazo grandes, sucias y medio desplumadas, estaban encalladas para siempre en el lodazal. (ibid) 4. Vino una feria ambulante con un acr6bata volador, que paso zumbando varias veces por encima de la muchedumbre ... (p. 64) 5. Sucedi6 que por esos dias, entre muchas otras atracciones de feria, llevaron al pueblo el espectaculo errante de Ia mujer que se habia convertido en arafia por desobedecer a sus padres. (p. 65) AI recapacitar en el estilo de Garda Marquez, la referencia a El coronel no tiene quien le escriba sigue siendo obligada, pues junto a este modelo de sintesis y penetraci6n sorprende el despilfarro de ideas y el exceso verbal de Cien aiios de soledad. Sin embargo, el poder de concentraci6n del autor parece intensificarse en algunos pasajes del libro que por si solos integrarian la trama de un cuento, como la historia de Remedios, Ia bella, la misteriosa muerte de Jose Arcadio Buendia o la oscura adolescencia y ominoso despertar de Fernanda del Carpio. Hay en elias el suspenso y las ambiva!encias ya conocidas en Los funerales de la Mama Grande. AI afirmar su estilo, expresando con sencillez lo retorcido de nuestra imagina-

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cJOn, plasmada en el figurativismo barroco que infecta Ia vida criptica surgida del subdesarrollo, Garcia Marquez recoge lo mejor de Ia tradicion literaria de America, removiendo mitos anteriores a !a conquista. Yael Papal Vuh menciona "gentes montaraces" que "solo andan por los montes pequenos y grandes, como locos", 4 desafiando la complacencia de los dioses; acto rebelde, tambien, el de los intrepidos exploradores que dirige Jose Arcadio Buendia a lomas intrincado de Ia selva tropical, intento rabioso para burlar la desolada mirada que Prudencia Aguilar le envia desde el mundo de los muertos. Violacion a! sentido comun, a Ia costumbre y a Ia comodidad, no menos implkita en el espiritu aventurero de los navegantes, mercenarios y sicarios que escribieron los primeros diarios de viaje redactados en America. Garcia Marquez no desdena ningun motivo convencional para suscitar en su novela el aire legendario de los cantares de gesta. As!, Ia primera impresion que causa Ia lectura de Cien aiios de soledad es Ia de que el autor vuelve a los elementos acumulados en las primicias de Ia prosa latinoamericana: narracion en tercera persona, accion sostenida de los personajes, reafirmando Ia selva su antiguo prestigio, previamente reconquistado en La Casa Verde; estan las caricaturas como la del padre Antonio Isabel, la del corregidor Apolinar Moscote o Ia de los emisarios enlutados; vuelta a la sublimacion de la figura femenina con Ursula Iguaran, ejemplo de estoicismo y constancia, y a Ia solterona socavada de traumas con Amaranta Buendia. Renacimicnto del binomio madreamante, y amplia licencia a! regodeo erotico y a la astringente escatologia. Pero son los olores y las deyecciones humanas los que intensifican hasta Ia exasperacion la sensacion de mortandad que perciben algunos personajes como aviso promisorio en el transcurso de su prolongada existencia: a veces Ia muerte es la companera de Amaranta en el corredor de begonias, otras, el olor a polvora que despide el cadaver de Jose Arcadio es Ia pestilencia funebre que asediara a Rebeca hasta su viudez centenaria; esta en Ia necromania de don Fernando, que envia a sus nietos, como presente navideno, su cuerpo corrompido en un cofre primorosamente adornado; o bien el quejumbroso soliloquio de Ursula con el fantasma de Jose Arcadio Buendia. Pero contra cualquier prevencion, los personajes de Garcia Marquez son ajenos a las inquietudes del mas alia, el fin de Ia vida no es un gran acontecimiento porque sus actos y su experiencia no ha tenido validez humana sino temporal, meras alusiones a un pasado no menos dudoso. La muerte es otra "aventura vivida en el sue4 Popol-Vuh (Mexico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1964) p. 89.

no comtante"; 5 atrincherados en el recuerdo, recogiendo las migajas de una remota consumacion no menos atroz y miserable, prisioneros de munecas destripadas por los comejenes o cartas percudidas de humedad, los Buendia aprenden tempranamente a convivir con lo sepulcral. Sin inferir mediaciones, accion y paralisis como fantasia y realidad fomentan Io ilusorio en igualdad de circunstancias. Y como en lo irreal los sentimientos carecen del privilegio que los haec concretos, nada puede causar menor estupefaccion que el termino de sensaciones no asimiladas fuera de los limites de Ia imaginacion. Por eso, ante ]a muerte las reacciones se suceden en cad en a: Ia defuncion de Remed;os ni altera Ia impavidez de Aureliano, indiferente a! dolor como Ia ocasion en que le asesinaron a sus 16 hijos; a su vez, la matanza de los bananeros es silenciada por el olvido antes de arrojar a! mar a! ultimo de los caidos; y Ia solapada complicidad de Amaranta con Ia muerte ]o demuestra tejiendo su mortaja con cuatro anos de anticipacion. Pero lo catastrofico no radica en el cese violento de las funciones vitales sino en la incapacidad del hombre para eludir la soledad aun en los dominios de las tinieblas. Por eso los muertos como Melquiades o Jose Arcadio Buendia regresan a Ia tierra a buscar la campania de sus hermanos vivos. El circulo es perfecto, nada Io escinde o interfiere, porque hasta "el amor es una peste" (p. 66). Este grado de abandono y desvalidez, constancia sentimental en el Iatinoamericano que no logra Ia explicacion racional de un ambiente que no deja de agredirlo y nulificarlo implica necesariamente referencias a otros territorios literarios vue]tos a recordar o a re.descubrir en Ia lectura de Cien aiios de soledad. Quiroga, Arlt y Eustasio Rivera estan presentes. De Quiroga es la sensacion no siempre objet;vizada de lo terrorifico. U n relato de Roberto Arlt "El traje del fantasma" lo rememoran el cuerpo enteramente tatuado de Jose Arcadio Buendia y 1as sutilezas de los buhoneros, que hacen pensar, respectivamente, en Ia imagen de Cosme, con su anatomia cubierta de "dibu jos variados y extraordinarios", y en las tiendas de los mercaderes que vendian "suenos". 6 Y Rebeca Buendia, con su inseparable talego de huesos familiares, es Ia version femenina de Clemente Silva -uno de los caucheros de La voragine- para quien los restos de su hijo que Ilevaba en un atado eran su "cadena".7 Asim;smo, Ia saga de los Buendia no es 5 Maria Dolores Bravo Arriaga. "El mundo magico y su vigencia en Cien aiios de soledad (Mexico: "El gallo ilustrado", El Dia, 2 de febrero de 1969). 6 "El traje del fantasma" en El jorobadito (Buenos Aires: Losada, 1958) p. 153. 7 La voragine (Buenos Aires: Losada, 1959) p. 172.

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menor a Ia de Arturo Cova y campania desbrozando senderos en el coraz6n de Ia Amazonia. De paso habria que sentar c6mo las leyendas, los sueiios y los vaticinios del libro de Rivera informan, sin demerito de originalidad, Ia suma argumental de Cien aiios de soledad (como ejemp!os remitase a las siguientes paginas de La voragine: 110-11, 120-21-23 ... ). En cuanto a lo que puede haber en comun entre Garcia Marquez y Borges, Carpentier o Asturias, !a relaci6n no esta propiamente en el estilo 0 el fonda de la obra, sino mas bien en !a certidumbre, emotividad o intuicion, para captar e interpretar el ambiente. A Borges lo sentimos en el sueiio de los espejos de Jose Arcadia y Aureliano Buendia, en la serie de repeticiones nominales o en la concepcion circular de la historia. De Carpentier es la forma como el tiempo se apodera de la narracion, 8 la si~plificacion del dialogo, !a predileccion por obJetos y lugares poco accesibles, comparando los "dos aldabonazos perentorios en el porton" de la casa solariega de Fernanda (p. 180) con los toquidos con que Victor Huges instaura el desconcierto en !a mansion habanera de Carlos y Sofia. Sin omitir Ia vision pesimista de la historia en ambos autores. En lo tocante a Asturias, la remision a Hombres de mafz se suscita con las mariposas amarillas que advierten !a presencia de Mauricio Babilonia 路 elocuente . que Asturias lo indica con ' las luciermat1z nagas que anuncian la indole magica del hijo de los Mochajon. Debo hacer hincapie que al establecer estas 8 En Cien afios de soledad Garcia Marquez procede en el manejo del tiempo a la inversa de Carpentier en Los pasos perdidos. En la primera novela existe un recorrido simultaneo del tiempo hist6rico que. se desam?ll:;t sin interrupciones cronol6gicas ; el tlempo subjetlvo, que avanza y retrocede continuamente sin la permanencia en un acontecer concreto; mientras en la segunda ocurre lo contrario en la conciencia del narrador siempre prevalecera~ los prejuicios y los desconciertos de la epoca que ha ido dejando detras de los rios y las montaiias. En otras palabras, el recorrido de la historia lo hace hacia atras en tanto que su etica para juzgar sus nuevas vivencias le impide olvidarse de su verdadera condici6n al discurrir con principios que dejan de tener validez al situarlos fuera de su medio.

breves referencias con algunos de los autores citados no ha sido con el criteria ortodoxo de atribuir influencias determinantes -de cualquier modo aceptadas a! pertenecer a un mismo acervo cultural- sino con el animo de demostrar las constancias que le dan validez a nuestra literatura, pues aun Cortazar, en el cosmopolitismo de Rayuela, sondea en el ofuscamiento, tipicamente continental, que ocasiona !a ausencia de un centro sobre el cual intentar el salto a otra dimension, a !a parte oscura y medular de si mismo, ese territorio suplantado por !a costumbre y !a obediencia. Desde otro angulo, el de !a busqueda del encuentro, Cortazar admira las suplantaciones y capitulaciones que alejan a! hombre de su propio reconocimiento. Sustrayendose a los codigos de la mediatizacion, Oliveira no acepta los aplazamientos, rehuye los compromisos faciles, la comoda militancia con las instituciones. "Nunca me he propuesto la felicidad" -llega a deciry con estas palabras Ianza un no rotunda a los productos de esa satisfacci6n programada por los heraldos del capitalismo. Montones de mitos negativos que han empujado al habitante de Hispanoamerica a invertir el sentido de la realidad, malversando el origen de las necesidades, atribuyendo el humillante desconsuelo de sus vidas sin objeto a "un destino irreparable" ( Cien aiios ... p. 266) . Si Cortazar opta por tender un puente que lleve a !a integridad humana, Garcia Marquez hace aparecer a Macondo como !a gran estafa, el gran fraude que llega a ser la historia de Latinoamerica, en la que "no ha pasado nada, ni esta pasando ni pasara nunca" (p. 262). Un continente de hombres marcados y traicionados -como los hijos del coronel, como el mismo-- que chapotean en "la exquisita mierda de la gloria" (p. 120) o sucumben a la fascinacion de la espera. Para determinar el curso del tiempo, su poder destructive y modificador en la esclerotica sociedad de Macondo, suspendida en la redtindancia de los comienzos, Garcia Marquez prepara detenidamente el desenlace funesto en que va precipitandose cada anecdota para rematar con la consumacion de la cronica familiar. El autor penetra en las secuencias de esta

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devastacion introduciendo una variable en el tratamiento del paisaje y los personajes. Juzgados objetivamente en sus manuscritos precedentes, ahora su perspectiva esta situada desde el interior de los hechos, pues salvo en El coronel no tiene quien le escriba en el resto del repertorio los acontecimientos se sobreponen a las personas, cuyo destino de piezas de ajedrez esta en Ia voluntad del narrador. Cada personaje representaba asi Ia conciencia atrofiada de quienes, sin proponerselo, quedan involucrados en el acontecer historico, aceptando pasivamente su condicion de comparsas en un juego que no han elegido. De este modo su caracter se mantenia fie! a si mismo ante los cambios subitos, sin establecer una tacita complicidad con lo irreparable. Por eso, y porque ademas Macondo tenia que seguir funcionando como simbolo, las conclusiones quedan abolidas en libros como La hojarasca y La mala hora. En Cien aiios de soledad los personajes estan al corriente de las acechanzas del tiempo, pues aun en aquellos casos de empecinada desidia o de orgulloso despego, como sucede con Aureliano Segundo y Fernanda del Carpio, Ia evidencia del deterioro es superior a los privilegios de la indiferencia. Certidumbre fomentada desde los remotos dias de la fundacion, cuando el insoportab!e hedor a humedad y vegetales podridos era un continuo desafio a los impetus progresistas de los colonos, agobiados por la proEferacion de tantas calamidades como habia en el aire y en Ia tierra. Prestos a sostener Ia precaria armonia de Ia naciente comunidad, Jose Arcadia y Ursula intentaron la continuacion de un orden promisorio, ignorando que este contrato con Ia responsabilidad estaba inspirado en el desarraigo y ]a nostalgia, contra lo cual no valdria "ninguna tentativa de rectificacion" ( p. 278). Por eso Ia naturaleza de Ia casta esta macerada desde los origenes por el desconsuelo y la soledad. Empantanados en el cenegal de los recuerdos, escocidos con Ia polvareda de tantos sueiios inutiles, malgastandose con la ilusion de empresas efimeras, incubando pasiones prohibidas e incapacitados para el amor, cada personaje va abstrayendose del tiempo real para estacionarse en un tiempo sin limites, que es "inutil dividirlo en meses y aiios" (p. 273) porque el pasado es una constancia irremplazable, en virtud del cual se soporta Ia aridez de Ia existencia, el futuro sin realizaciones, porque el porvenir solo esta en e:l regreso a la nada, a la insoportable negacion de todos los sufrimientos y todas las cobardias que prestigian Ia condicion humana. Sin mediar algunos motivos de las obras anteriores, en Cien aiios de soledad no son la muerte ni los turbulentos episodios que devastan Ia region los elementos que llevaran a Ia ruina a Macondo y su periferia, sino el Iento avanzar de un tiempo irreversible que

no respeta el enclaustramiento mental, ese rechazo a! presente que sobrevie.ne cuando el sujeto no esta conforme con una realidad que no le pertenece, porque su vida depende de una cronologia arbitraria que esta en funcion "de un pasado cuyo aniquilamiento no se consuma, porque seguia aniquilandose indefinidamente, consumiendose dentro de si mismo, acabandose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamas". (p. 340). AI contacto de las viejas obsesiones los personajes afirman su increible condicion. Son "augustos", "solemnes" o "lugubres". Dotados de cualidades insolitas, desbordantes de vitalidad y apetencias sibariticas, los Buendia son Ia regia sin excepciones, por eso tan pronto como traspasan los umbrales de Ia niiiez empiezan a confundir los limites de Ia realidad, sin sentir Ia carcoma de los aiios mientras pueden sostenerse "a! calor de sus recuerdos mas antiguos". Cuando repentinamente sucumben a los efectos de Ia vejez, todo el horror de la decrepitud, testimonio irrebatible del avanzar del tiempo, se concentra en una sola exclamacion: - j Que horror -dijo [el coronel a Amaranta]-, como pasa el tiempo! Ante semejante evidencia los recuerdos son insuficientes para conjurar Ia !enta consumacion de Ia carne y Ia inalterable senilidad de los objetos, pues el veneno de la destruccion no e.sta solo en Ia conciencia culpable de un hombre sino en el medio comunmente compartido donde impera Ia intolerancia y el desamor. Nada puede ser duradero en estas condiciones. Las marcas del desquiciamiento se advertiran a la larga aun en lo que se creia a salvo de los embates de Ia verificacion, pues hasta las evocaciones son nulificadas por "Ia voracidad del olvido" ( p. 292) . La belleza se hace ceniza, lamentable despojo de desechos humanos que no despiertan la piedad sino Ia repugnancia. Sin el soporte de ninguna justificacion, los atributos revenidos mostraran cuan insensato es el intento por evadir Ia realidad. Asi, Fernanda, que llego a estimarse "Ia mujer mas fascinante que hubiera podido concebir la imaginacion" (p. 174), queda convertida en una lamentable anciana, "tan acabada, tan distante de las mejores horas de su vida, que inclusive aiioro las que recordaba como las peores ... " (p. 308). No menos desolador es el destino de Rebeca, la del "cutis diafano" (p. 53) y el "vientre desaforado" (p. 215), que muere buscando e! regreso al claustra materno, "enroscada como un camaron, con la cabeza pelada por Ia tina y el pulgar metido en Ia boca" (p. 292). Y la codiciada matrona Pilar Ternera, "cuya risa explosiva espantaba a las palomas" (p. 31), termina sus dias al frente de un burdel zoologico acostada en "un mecedar de bejuco", "viviendo en e! tiempo es-

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tatico y marginal de los recuerdos" ( p. 333). Y a en los estertores de ague! imperio de abandono y desidia, Ia voracidad de las hormigas y Ia incontenible proliferacion de Ia maleza apresuraran Ia obra devastadora de los alios. Los ultimos habitantes, Aureliano y Amaranta Ursula, en el extasis de Ia degradacion experimentaran los horrores de Ia carne roturada -Amaranta amanece con Ia cara cubierta de moretones, padeciendo "Ia hinchazon de las piernas" y "Ia deformacion del antiguo y amoroso cuerpo" (p. 345)- y cumpliran con Ia sentencia que espero un siglo para consumarse: la monstruosa concepcion del hijo con cola de cerdo. La profesia llega a su fin, y Ia anecdota no ha sido mas que un principia largamente prolongado, porque Ia selva y los animales vuelven a conquistar el espacio que les fuera arrebatado por los hombres (p. 346). Si Ia mision de Ia cultura ocidental ha sido Ia sublimacion del ser humane, Garcia Marquez rebaja Ia dignidad de este mito engafioso ofreciendonos a! hombre como el apestado de siempre, capaz de practicar todas las infamias, todas las cobardias y bajezas, pero imposibilitado para llenar provechosamente el vacio de su soledad, para hacer de su existencia algo mas que el reducto del rencor donde efectua las consumaciones diarias. Siempre " habra un Buendia, por los siglos de los siglos", dice Garcia Marquez (p. 63) rompiendole las alas a Ia posibilidad y a Ia esperanza, y a menos que las premisas que le han dado hasta hoy prestigio a Ia razon sean reemplazadas violentamente por otro sistema de valores, estaremos condenados, con una cruz en Ia frente y una cola de cerdo, a! silencio, a] temor y a! aniquilamiento. Los regresos son siempre dolorosos e inutiles, es cierto, pero tambien es el unico filon que tenemos para escapar cuando las puertas de Ia dignidad han sido clausuradas de una en una y nos quedamos abrumados con Ia presencia del silencio, con el eco de nuestras preguntas que nadie respondera porque estamos solos, inmersos en el lodazal del pasado, en los convenencieros acuerdos con las jerarquias. Sin contrasefia para situarnos en Ia fila de los elegidos, de los que no tienen nada que reprocharse porque han vivido en paz con su me-

diocridad, en armonioso acuerdo con Ia sagrada costumbre. Como el Coronel Aureliano Buendia, cada hombre que trate de esquivar Ia frivolidad de un arden cimentado en los excesos y las vejaciones de los poderosos estara expuesto a !a soledad, a ser perseguido y rematado por cargar con el signo de Ia inconformid~d como los hijos del coronel lucieron Ia mancha de ceniza que los llevo a Ia tumba. Si hay algo de conmovedor en Cien aiios de soledad es el caracter tragico de sus heroes, suplantacion literaria del desamparo ontologico de los paises latinoamericanos, es "Ia autoconciencia subhumana hablando por si misma" (Sergio Benvenuto, art. cit. p. 5) desde dentro, desde el fonda de sus atavismos e impotencias, sin poseer un mito de mayores dimensiones que el de Ia insuperable soledad del abandono fisico y moral. Mito que no ha sido creado por Ia imaginacion o Ia leyenda sino por la miseria de tantos siglos de sometimiento y barbarie, de revoluciones inconclusas y derrotas ciclicas. La imagen del coronel Aureliano Buendia es "Ia vision de los vencidos", fieles a Ia ilusion del poder, incorregibles seguidores de quimeras y utopias. Cargado de alios, exilado en su taller de orfebreria, con su asma perniciosa y su vicio de "hacer para deshacer", el coronel Aureliano Buendia es uno de los personajes mas desvalidos surgidos de las letras hispanoamericanas. Como Don Quijote es un conquistador de derrotas, un heroe humanizado en las 32 caidas de su vocacion castrense. Solo que el coronel, al final de su vida, no renegara de sus aventuras, sino intentara afirmarlas en un esfuerzo desesperado por cumplir una mision que el mismo no llego a comprender. La caida de Macondo es el desarraigo de las falsas creencias desarrolladas a Ia sombra de errores centenaries. Sin acceso al manana, padeciendo las nostalgias de toda Ia dinastia, anulada su libertad de eleccion porque "las obsesiones dominantes prevalecen contra Ia muerte" (p. 346), Aureliano Babilonia asiste al final de su propio mito. La profesia de Melquiades se cumple, como habran de cumplirse los movimientos de independencia surgidos en el seno de los innumerables macondos que existen en Latinoamerica.

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• Si no fuera por los sicomoros y por los cipreces, por algunos rincones que me recuerdan el antiguo Mixcoac -primer testigo-, y porque un absurdo regusto a vacaciones me aisla del vacio que hay dentro y fuera de mi, estoy seguro de que ya me hubiera convertido en algun raro ser sin pie! ni boca, sin ojos y sin m~nos, torpe y sordo, cuyo coraz6n, cada dia mas pequeno, latiria una sola vez cada veinticuatro horas con una especie de eructo maligno y hostil.

• Creo que si Ia ausencia fuera, como el espacio, infinita y eterna, ya estariamos lloramlo a lo lejos, muertos. Bien muertos .

Casi no hay algo nuevo que contar como no sea que cuando estas lejos es m as estrecho el mundo: comienza en los huesos y termina en el pecho.

Perdido casi para Ia esperanza me miro de espaldas a mi mismo y se que no tardare en interrogarmc, hoy o manana, muy pronto en todo caso, acerca de mi: en que oscura curva del camino me he perdido, si me sera dado recobrar !a imagen por Ia que fui, en otro tiempo, amado .

Aqui estoy, entretanto, a un paso de la sierra y del d esierto - escoge lo que quieras: en pleno centro de Ia ciudad se oyen los grillos, las gallaretas casi se posan sobre las ninas de los ojos y las coralillo entran y salen inmunes, insomnes, indemnes; tambien hay alacranes transparentes, como de plastico ; escarabajos negros e irisados, cucarachas gigantes y moscas de pante6n, verdes grandes, zumbonas. Vinagrones. Bellotas.

• La ausencia, te digo, es un hueco, lleno de miedo.

Te escribo sin futuro razonable y sin muerte segura a ningun plazo, pero tambien sin una previsible resurrecci6n. Te escribo, simplemente. Me despido : si no me seca el sol ni el frio me apunala; si no me aprisionan !a lluvia o la nieve, si no me cubre el polvo de las calles, vivire para verte. M e clespido: finaliza septiembre y termina asi el unico lirismo que he encontrado: el color de las j6venes mujeres, frescas en sus breves vestidos de verano.

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vida cultural ENERO-JUNIO 0 ARTES PLASTICAS Federico Cantu A partir d-el 16 de enero, en las salas 1 al 5 del Palacio de Bellas Artes, fue presentada una exposicion retrospcctiva de Federico Can.tu. Pinturas, grabados, dibuj os, esculturas, proyectos de murales, rea"liza dos de 1922 a 1970, formaron el conjunto. En El Nacional ( 1o. de febrero), P. Fernandez Marquez dijo: "Casi 50 aiios uc labor en una disciplina artistica tan suj eta a las variaciones del sentimiento creativo del autor, segun las circunstan cias personates y los influj os, en cada memento, de las modalidades pictoricas q ue en meclio siglo se h a n sucedido ... Fuera de los titubeos de principia, n a turales en todo joven artista, Federico Cantu h a seguido una linea -recta, acusadora de su personalid ad , en lo psiquico y en lo ideologico, de manera tcrminante. En cuanto se refiere a su manera de h acer, dentro d e .esa misma recta, se h a a tenido de,de el principia al mas estricto sentido dasico, dentro de una m a nera con ceptiva muy suva, muv m exicana. "Den tro de esa linea clasicista, 路el pintor h a recorrido toda Ia gama de motivaciones. Batallas que se resuelven en entrelazamientos de 路Cuerpos, como 'Ja celebre, y desaparecida, d e Cascina, mas armonicas de d etalle aunque menos ordenadas que otras que figuran en nuestros murales. El d esnudo femenino, en una sucesion continua de Floras y Pomonas, friso de exuberancias que acompafia a:! artista toda su vida creadora . M adonas. 路santos, escenas biblicas, en interpretaciones correctas, realistas. no n a turalistas. Es precise hacer esta .distincion, porque casi siempre lo de na tura lista se emplea en sentido peyorativo ... "Los aguafuertes d e Cantu fi_guraran en Ia h istoria del grabado mexicano como una de las realiza路ciones mas logradas tanto desde el punto de vista artistico como d el procedimiento tecnico. Sus dibujos tambien son de una calidad extra-ordina ria, y r ealmente pocoJ; .ar.tis-

las mexicanos han em!Jlcado este medio de expresion grafica d e m anera tan completa, tan acabada. " H abria que dedicar un capitulo a parte al Cantu escultor. Son sus csculturas --en piedra o en meta l- de excepcional finura y d e perfecto simbolismo ... H ay en tocia su obra un a lto sentido mistico, sea religiose o n o el tema . AI insistir sobre e,te aspecto d el trabajo de Cantu, hay que agregarle otro: el sensualismo. Todas sus realizaciones son misticosensuales, lo que nos trae tarnbien a Ia memoria el scnsualismo de los misticos religiosos espai\oles ... L as morbideces d e formas, las faccta s d el colorido, Ia a rrogancia d e los desnudos, se d esprend en de un instinto mistico sensualista."

Nueva Veta Con el titulo Nueva Ve ta: Ia Figura ( 1963-1968 ), el Museo d e Arte Moderno abrio, el 14 d e enero, una exposici6n de artistas n orteamericanos d e vangua rdia. L as obras exh ibidas eran d e Robert Cremean, Fra nk Gallo, Aldo Casan ova, Enrique Castro-Cid, George Cohen, R obert H anse n, Lester J ohnson, Philip Pearlstein y Stephan von Huene. En El Nacional ( 6 de febrero ), P. Fernandez M arquez seiial6 : "Hay d os tipos de realizaciones. L a que se atiene a Ia representaci6n realista, en un sentide m as o m enos clasico, con Ia aue ten emos una version actual del desn udo realista. L a otra, en est a exposicion Ia mayoria, es en realidad una mezcla de todos los ismos, desde el surrealismo hasta el pop art, en los que entran los a rtistas de hoy buscando su personalidad, &u originalid ad . L a verd a d es que en estas busquedas h ay Ia inquietud d e siempre: d arnos Ia version mas intima, espiritual y verdadera d el hombre . . . T ambien h ay en esta exposicion obras que incursionan en el lla ma do arte cinetico. Siempre sobre el tema humano, que en estos casos mas bien se reduce a! an a to"1Jico."

Maxwell Gordon D espues de ocho afios consecutivos de perma nencia en M exico, el nor-

tcamericano :Yia xwcll Gordon ha logrado compenetrarse de nuestro estilo de vida y ha captado en su pintura much o del caracter nacional. Esto se puso de manifiesto en Ia exposici6n que abri6, en Ia Sala Internacional del Pa lacio de Bellas Artes, el mes d e enero. De ella, sei\al6 J orge J. Crespo de Ia. Serna en N ovedades ( II de febrero) : "Es una admirable d em ostraci6n del proceso de transposici6n d e obj etos, escenas y tipos huma nos, con que ha tornado de Ia realida d ideas y temas, convirtiendol os en creaciones nuevas -completa mcnte s uyas- en que palpita Ia vida mexica na, en sus multiples y versatiles presencias. Ningun extranj ero, salvo alguna vez Sjolander y en cierta medida Alice Rahon, h a logrado utilizar nuestras cosas para expresar con sus caracteristicas propias moment as Yi tales del pueblo; y descubrir todas sus acciones, hasta las mas rec6nditas. L o ha hech o, a ! mismo tiempo, incorporando sus vivencias del a rte p opular a acontecimientos y pensamientos de Ia historia y el arte universal. " Es un gran colorista. D erroch a color. L o usa en grandes y certcras pinccladas, y asi obtiene una materia luminosa y sapida. L os temas son ricos. En ellos se adivina n influencias d e retablos y viejos cuadros coloniales, las forma s multicolores de los juguetes, los judas, los d anzantes, las fotos de los j a rdines del p ueblo, las imagen es de Ia bara ja, los titeres, los musicos callejeros, etc."

Leopoldo Mendez AI a fio d e su muerte, el 6 d e febrero, fue ina u gura d a una exposici6n - organizada conjuntamen te por Ia Acad emia de Artes v el INBA- del grabador L eopolda M endez ( 1902-1969 ) en Ia Sa la V erde del Palacio de Bellas Artes. Berta T aracena s e fi a l o en Ia revista Tie mpo ( 16 de febrero ) : "El a rte d e hoy esta despersonalizado. Por eso M endez, ya desde su epoca, buscaba e invitaba a otros a reflejar las costumbres, a tratar de verlo todo, sin e nfocar las miras hacia un solo punto, a respetar Ia historia, a apartarse d e lo simplemente

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VIDA CULTURAL i.lustrati ,·u o grafi ro y. sobrl' torlo. hacer las casas bien sin preocup;u·se por la fam a . Si ideario --qu e cs el idcario de un h umanista- tienc mayo r Ya lor a medicla que pas:~n los elias, porque con fi rma que rl problema del artc sir;ue siendo C<'lebra r la dignidad del hombre. "~J{·ndez ~ fuc un gran cantor dt· Ia clignidad humana, Sus cstamp<~s. llenas de tcmas que lc alraian sobre Ia vida del hombre, son cj ewplos completes de lo q ue el llamaba una obra de artc: un con junto indi,·isiblc de tema, tc .. nica y modo de cxp rcsion. E n l" mrclida en qut~ cualquicr:t de estos trcs elemen tos sobrcsale y se separa de los otros deja de ser a rte. En - aiiad ianinguna de sus obras ocurrio l'Sto. La prirnera de sus ct:~pas de trabajo, inspirada por la inconformidad y Ia rcbeldia de un artista jovcn frcnte a una soc icclad \'a namente il usionada que lo rodea, clio pur result:tdo una serie d e m agistralcs composiciones co ntra cl capitalismo, b m iseria, cl milita ri smo y Ia opresion dr los debiles, composiciones ya d asicas en el ant· n1exicano.''

Pedro Coron el El 12 d e fcbrcro, Pedro Coronel inauguro en el Musco de Arte M odcrno, con el titulo "Aiio I Luna", una exposicion de sus u ltimas obras. En la presentacion del ratalogo, .J ustino Fernandez asegur6: " EI pintor ha querid o que el color hable por si mismo, y lo h a lograd o en Ia mas amplia m cdi da; es el cntusiasmo per el color ; pt>ro a Ia vez domina sus impetu s por las fonnas, por la sabiduria y el acierto de las combinacioncs. H ay espontaneidad, pero rcf\ cxion en toclo: cabeza clara y manos libres, sintesis mara,·illosa de Ia pasion, d el pensarniento y de la imaginaci6n. "Esta expresion, nueva, librc y grandiosa de Pedro Coronel, sin a feites y en !a que cl artista ha probade Ins limites de sus posibilidades, rcsul ta sorprenclente, si sc tiendc Ia mira da h acia sus obras anteriores, pero tambien si se ticnc concicncia de lo que es Ia pintura actual. Porq ue los a rtistas m enores se deficnden con una serie de in,·enciones, d e refinarnientos y de trucos - todo ello es valido- , pcro solo los grandes Juch an a pecho clescubicrto. Ped ro Coronel se h a despojado de toda superficialida d para quedarse con las posibilida dcs escncia les de su ser . .. Si h ay una pintura actual es csta, en que el hombre creador csta d e cuerpo e n-

tcro, desnudo frcnte al infinite: Csta es su gra ndeza y a Ia vez stt drama, porquc es consciente dr· s11 pequeiicz en cl uninorso."

Scis

arti~tas

En Ia planta baja de Ia Sa la de Exposic iones Temporales del :.1usco de Artc Moderno, seis anistas del Centro de Artes Plasticas ·- ·.Hernandez Delgadill o, Ceniceros, Arias Murueta, Byron Galvez, R ene Alis y !\facie! - :1brieron una exposi,·i6n el mcs d e febrero. D e ellos exp reso .J orgc J. Crespo de )a Serna en Novedades ( II de m arzo) : "En un espacio de dime nsiones m uralcs, cuatro de ellos trabajaron juntos en una gran escena saturacla d e accion y cfectos drarnaticos reforzados p or el uso de opuestos b lancos y negros. Sus autores son Hernandez Delgadillo. Ceniceros, Ari as Murueta y Byron Gah·ez. El tod o tienc una fu ertc coheren cia y claras intcnciones humanistas. Cada pintor csta representaclo por diez obras ( dibujos en blanco y n egro, salvo los de Ren(· Alis). De Byron son un os d esnudos de finas lineas, ligeramcnte d eformados, como si estm·iera n en tu l proceso d e mutacion de lo vital :1 !o muerto. L a seric, en efccto, se intitula I magenes d e siempre. La carac teriza u na gra n sol tura y cspontaneiclad. D elgadillo ha ilustrado un pocma de Lcopolclo Ayala con unos grabados e n que campca no solamente Ia soltura y Ia hondma de exprcsi6n, sino una fir!llc textura qu e corresponde perfectamente a los \·ersos. " M aciel dibuja a l hombre como trasun to de una realidad magica, como si a l fij arlo en cl papel, con signos y simbolos q ue cubren rostros y cuerpos, se propusiera un acto de cxorcismo o d e a lquimi a . "Adcmas de lo africano, h ay t'n el un primitivismo que lo vertebra al arte popular d e Polinesia. E stamos ante los cuaclros de Ceniceros, de escala mural ( dib uj os sobre tela) . Figu ras humanas, cscorzos, posiciones cliversas como vistas a l reves en un gran cspcj o. Amplios trazos. Soltura. Amplitucl espaciaL Clasicismo y neofigurativismo de h oy. "El H ombre y Ia Violencia es el tema d esarrollado por Ari as Murueta. Dibujos d e mucha reciedumbre. Fragmentos del cuerpo d el hombre. M etaforas en tremenclos contrastes. "Ali s h a enviaclo, cubicrtos por un lujoso estuche en a urirrclievc de meta l, una seric de dibujos de

color, inspi rados en el m ite . Cada dibuj o rcp resenta un aspecto de lo m!tico : rnitos d e Ia scka, de los hombres, de los animales. fabul as y leyc ndas, los feti ches. los sueiios, y muchos actos mar;n·i llosos de !a vida. "La tbnica genera l de Ia cxh ibici6n es de gran altura y prestigia . a sus componentes, sobre todo parque lo que presentan, con muy li·· gera s moclificaciones formalcs, co-· rrespondcn fielmentc a Ia idiosincrasia y al sentido estctico y anim ico de cacla uno."

Lorra ine Pin to Una scrie de esculturas cineticas presento Lorrain e P into, a partir del 18 de rna rzo, en Ia planta baia d el Museo d e Arte Moderno. En El Dia (3 0 de marzo) Socorro Diaz comcnto: "Su vision accrca del vac!o, de Ia soledad, del intransitable y poco h umano medio que sc esta construyendo, se manifiesta en todas sus obras. Entre los 19 tra bajos pres en taclos d estacan los perfi les transparentcs e irreales d e una ciuchd trazada como suponen los escri to res de ciencia fi ccion que ser:in Li s d el futuro . L a a utora lo ti tulo con el revelaclor nombre d e ]un gla, y de cse espacio cubierto de p last ico, a isl acl o, cscapan los ayes musicales de una yoz femcnina. Cabc sciialar q ue Ia mt•sica de Ia exposicion fue com puesta por los maes tros Fra ncisco Savin y J u lio Estrada. " Las figuras hutnan;1s que estan inrluid :1s en a lgunas de las obras. puedcn considerarsf' sin1bolicas d e los conccptos filos6ficos que ticnela a rtista en cuanto a Ia vid a. Niii.a y Niii. o, trabaj os de g ran scntido plastico, cncerrados en espacio' embrionarios, \'Ucl\'C'n a rec:ordar· las condiciones psicologicas y a m bientalcs que son caracteristicas del scr humane. L as fa cultades creativas, fc cundan tes y tambien relegadas del sexo femcnino quedan apuntadas, asi como Ia existencia imaginativa y ,·olatil d el hombre, \'isto como en te sexuaL " D e esta m a ncra, el a luminio, cl p lastico, el yeso y Ia madera, se transforman en obras com o Quinta dimeusi6n, R ompeca bezas y Libelula, que expresan las ideas d e Lorraine Pinto sobre los confli ctos del h ombre contemporaneo. Agregamos que sus trabajos son una clara mucstra de lo q ue puede h accrse utili zando los adela ntos tecnicos y Ia colaboracion de grupos, cuand o se tienen cu alida des artisticas de concepcion y proyeccion."

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VIDA CULTURAL Gunther Gerzso El 19 de rnarzo, el M useo de :\rtc· Moderno abri6 al p{Jb!ico una exposicion rctrospectiva de Gunthc1 Gerzso. Acerca de su obra, Luis Cardoza y Arag(m indica en El Dia (6 de abril): "En su pintura mas recicnte, seca y vibrantc, explora vieios sedimentos escondiclos v actua"les: sus , -isioncs poseen C;lrporcidad concrct:lcla en diafano jucgo de lineas sobre superficies activas de un solo color unido y sin noiiJbre , gHido y qucmante. Su mundo parece --parccc nomas-- que sc apasiona por el artc mas que por la vida. Y esto no insinUa rcprochc alguno. Es su fuerza. "La abstracci6n no es un rccha zo de la vida sino una nueva fon11a de aceptaci(m y de cxahacion de Ia vida, claborada en el inconsciente por Ia sensibiliclad y !a inteiigencia. H"y calculo y hay sorpresa en los dibujos mas recientes. El azar se filtra , aunque parczca go bcrnaclo con prcmcditaci6n de irnperati,·os forrnales. Dibujo con aventura de couciencia autoritari:_: , dibujo de la iulag·inaci()l! , a pcsar de su aspecto prev isto y corno tnec3.nico , que prcsuponc ln1pctu r control obcclicntcs a in tuiti\·:.t n )luntacl arquitcct6nic a . ''

Paul Yan Hoeydonck Pa u l , -an Clcsdc el 7 de e n las y 5 d el Palacio de BelL1:s i\rtcs~ una serie de sus tLt baios rcalizados de acucrdo co n id(;as csll:ticas av~1nzaclas. De (~· L dijo Jurgc J. Crespo d e la Serna en Nouedadcs (15 de abrii) : "Van Hocydonck sc ajusta a los vaivenes de Ia historia humana, que sicmse ha reflcjado , casi auton1i·· en lo Ci ue el hombre ba querido exprcsC~r:. su actitud Zll1l· r11ica, ya no en los fcnc)nleno~ naturales que tanto han tcnido qr1e ver con crcencias y hechos plasticos~ sino en los objetos suntuarios o de ntilidad fisica di,·ersa , en que cntra ) clcsde lucgo. la perfecci()n continua de lo rnccanico , desde la Eclacl de Piedra hast<1 hoy. "La rniquin;t, in\·cnci6n extraordinaria del hombre, tienc ~-~hay que recordarlo-- elementos que no son sino transcripciones del cucrpc humano. :\o hav rnt1ch a distancia entre los cdcbrc,s canones de Policleto y otros gricgos accrca de la proporcicm y climcnsiones de estatuas y cari{ctidcs, en funcion de lo a rquitect6nico, y la estructura formal de llll aparato cuyos embo!os,

c"clos. rueclas dentadas v tir<J> sm fin, corresponden exactarnenic a micmhros y mm·imientos del hombre. La maquina es 11n arhitrio sustitutivo de lo humano, de Lt ac ci{)n; y asl corr10 se va perfcccionanclo con el ticmpo, el hombre ---por lo rnenos fisicamcntc haec uso de ella para ensanchar Ills horizontcs de su tnente y sn cxistir ··

Hector Ayala El 18 cle marzo. el SalcJII de Lt PLlstic<l l\1exicana lnaugur() urLl exposicion de _H(,ctor \yala, de qt1ien Crespo de Ia Serna sc!ral(l en !Youedades (16 de abril): "Es 1111 pintor exuberante , dindrnico. Buen dibujante , Vigoroso. En sus contrastes sobrc todo. Altcrna asociaciones cron1<:iticas grises con tcmZJs de rnucho colorido. Es violcnto a veces. Otras, delicado hasta el prcciosisruo. Concibe sus coinposic.iones en una escala de eTan arnplitucL :\o acumula formas. s!no que <'rnpl"a para su cliscur~o las concrcciones In{ts csenci a les, en anlbientes esotCri cos. Encuentro que su arte sinte tiza varj<:lS rnodalicl:_~­ dcs, auxiliado por el aliento sblido y po(:tico que in snfla a 1:1 mcnm· escena creada o recrcada pur SLt clc ric a vena: h a y rcrcnacentist a :; Y ~ lw:~~o. <Jq u ellas Ya riantcs que lo s si_!.dos d crr;nnaro n en los prcrr~tL!cli s LL',. "El Zlrte de Ayala sc aproxinu h; tst: ;ntc ---en c iertos cas()s- - al cst ilo arcaizant e cle C orz;:s v Coronel (Rafael ) , Sus tern as ,;, ll;cs:l!! en 1o fantd.stico y n1uchr1s ticncn Yis(js de surrea1isnlo~ un poco a lo i.COilOl'a

C~Lrrington,

COrnO

en

el

con1plicado terr1a de la 1.Vaue C() stnica , cornpuesta de figuras huinana-; , anirnales, d iablos, st'tc.uhos, gncrreros, etc. En su cuaclro Cnmesta mas en la linea de ios de la Eclacl de Om [brnenca ( erotisn10, picardia. etc.). Otr:1s ocasiones inc ide en lo ;r poc:aliptico de tipo miguc!angdcsco. Sus dibujos abocetados , de gra n soltura, son esplendidos."'

:Feliciano Bejar L na cnlecr.i6n de 111 a ncaclos entre 1966 y 1 t(J cl ~3 de abril, e1~ b Expmiciones Temporalcs del sco de Arte .\fodcrno, c l a rti sw Feliciano Bejar, De esas picz;1s. sc Crespo de Ia Serna en .Yo( 5 de mayo ) : "lJ nas son pcq uciias, como joyas. Otras, montuncntales, prestas a su incorporaci6n a una gran n1ansi6n , a un

Af agi.sco pi o5

hc rrnoso y ~nuplio p: 1rqu.r. ~d rcnnte de una h1cnt"c, o cCHllO scrlal d e un cruce d e c;aninus. l)iscos enorInes , cubos solos o (•n grupos, cl dodccaeclro como cli:nnante de ensuefio, tri<ingulos, conos , tetraedros. e:trellas. P~u::1 crcar ('~;tos rcal?;ados, n1agnificaclos p{)r la ginaci6n pot·tica de Si1 autor, se han conjLtgado a su ;trhitrio cl hieno, cl accro, el ,-idrio. t'l plastico. :\o solo tra)\a Ul\0 Ia Slllidcz de lo que esta construido a ca baliclacl, s1no el 1nila2:ro de csas horadaciocoJ-1':icr tcn lo rlg-ido en t ransp:1rcntcs, rnuchas de ellas superpuestl!S para que sc produzca, como sc proclcJce, cl espcctaculo de nwvimicnto, colorido ) una serie inagotahlt~ d e refrac;._:iones. ref1ex iones, luces vivas v rcfLdgentes. Los georneu·(. cos cobran asi una \·ida ble. Son entcs rrue\-as cxistencias, alhcrgues otras criaturas que se cntrela:t.an . forman ritmos, o simplcmente ocupan lugares ah1cjnantcs en el cuerpo de cada picza cscultorica. No cabe duda que hay algo de bruj eria en la realizacibn de los bien llamados magiscopios."

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VIDA CULTURAL Ignacio Beteta

turaleza que el artista ofrece trasmutadas."

El 6 de mayo, en el Salon de Ia Plastica Mexicana, Ignacio Beteta presento una exposicion retrospectiva de su labor como acuarelista. En Ia revista Tiempo ( 18 de ma yo ), Berta Taracena hizo su elogio: "Las mejores acuarelas de Beteta alcanzan Ia perfeccion que se exige en una obra para que se pueda !lamar arte. Esta transformacion de Ia energia surge como inconfundible llamarada en Foro romano, Sacristia de San Jacinto, las series de Calles de San Angel, Grises proletarios y Arboles, y muchas escenas ejemplos de habilid ad manual y de logro poetico. "En el fugaz lenguaje de Ia acuarela tambien puede capta rse Ia belleza capaz de despertar intimas sensaciones en los mas exigentes y en los mas indiferentes, como Jo prueba Beteta con su muestra !lena de notas personales y de los distintivos que se aprecian como arte. La exposicion abarca obras de Ia primera epoca de trabajo del a rtista, a puntes de sus numerosos viajes en el pais y en el extranjero, que revelan a! cosmopolita y a! hombre que sabe apreciar el valor de lo propio; dibujos de fi gura, ensayos de desnudo, un a u torre tra to y di\·ersos apuntes y esbozos, que denuncian una cuidadosa trayectoria de trabajo para exp resa r no solo las conquistas d e Ia tecn ica sino del espiri tu, hasta ll egar a Ia obra mas reciente. "Dentro de este panorama de solido y sensible desarrollo destacan, ademas, Pueblo italiano, ilumi nado por un torrentc de luz ; La vieja estaci6n de San Lazaro, cuyos contornos suavizados pareccn recibir luz del mortecino reflejo de una p erl a. Tales matices de luz que oscilan dentro de las mas suaves clarid ad es y alburas, son Ia pasion del buen acuarelista . En este arte nada es negro y tormentoso, todo debe tender a descubrir el delicioso secreto de Ia perla, cuyo arco iris sc pierde en brumas doradas."

Juvenal Sanso En Ia Sala Internacional de Bellas Artes, el pintor y grabador hispanofilipino Juvenal Sanso clio a conoce r algun as muestras d e su labor. D e esa ex posicion, que fue abierta al p{Iblico el dia 13 de mayo, indico Berta Taracena en Ia revista Ti empo ( lo. de junio ) : " En las ob ras de Sanso hay imaginacion, libertad, elegancia y, sobre todo, contacto con Ia vida y con Ia na-

Grabado chileno contemponineo El 21 de mayo, .e n el Museo deArte Moderno, fueron expuestos 165 grabados de artistas chilenos contemporaneos. Entre los expositores figuraban Roberto Matta, Nemesio Antunez, Jose Venturelli, Enrique Zanartu y Juana Lecaros. De algunos de ellos, que sumaban 33, se dijo en Excelsior ( 21 de mayo) : "Matta, participe del movimiento surrealista, toma parte con cuatro litografias a color, ejemplos de invencion y critica, ironia sutil para censurar Ia guerra, Ia edad tecnologica de los hombres-rob ot. Burla expresada con delicada sonrisa. Vision transparente Ia de M a tta, lenguaje diferente por entero a! de una generacion reciente de artistas de sombrias atmosferas abstractas, de composiciones blanco y negro, desola dora ruptura d e Ia comunicacion reflejada en e l r esquebrajamiento de las formas como los grabados de Natacha Moreno o el muy conocido Enrique Zanartu. "Nemesio Antunez desconcierta por el colorido; Ia nostalgia humeda que trasmite empero Jo haec a pocaliptico co n un a referencia clara a los terrem otos qu e suelen asolar Chile sembrando el caos, temblores internos d e Ia tierra que hallan contrapunto en Ia poesia de los grabados arboreos de Le a Kleiner. Imagenes ape nas movidas por el viento. " Venturelli es un a d e las grandes atracciones. Sus graba dos en serie dan una sensacion de tristeza y de romance. La figur a humana se confunde con Ia naturaleza en blanco y negro. Una figura huma na nueva, en transformacion optica siempre en los grabados d e Roser Bru : alargamientos de las formas o contraccion de las mismas con una dosis de interpretacion del porque 'las nin as cambian' o 'el problema de generaciones'. "Juan Bernal Ponce expone grabados casi constructivistas y algunos abstractos, oscilaciones de formas negras en fondo blanco que contrastan con el lenguaje rea lista de Julio Escamez, p ero que es un buen contrapunto para el a rte simbolista pero con un profundo amor a Ia tierra de Santos Chavez."

Jorge DuhOn Con el titulo "Escultura y disenos a partir del suelo", Jorge Duhon

inauguro una ex poSICIOn, el I 0 de: junio, en Ia Sala Verde del Palacio de Bellas Artes. Alfonso de NeuviJlate se refirio a sus trabajos en El Heraldo (22 de junio) : "No una sorpresa sino Ia confirmacion de un talento es lo que constituyen, en sintesis, las obras .e scultori cas de Jorge Duhon. . . Estas cscul turas son aptas para integrarse a cualquier tipo de a rquitectura contemporanea o d e antano. La form_a y Ia mole, a partir d el suelo, asciende desdoblandose en posibilidades . de finitud y en imposib les movimientos curvos, rupturas, engrosamientos, concavidades y convexidades que plasma n un senti do: el de Ia fun cion de expr.esar len guajes aptos para Ia lucubracion y aptos, asimismo, para el analisis mas intelectual. La forma convertida en espacio es Ia descripci6n -o el hallazgo- de un lenguaje de elevado y sutil pensamiento moderno. El espacio, a d emas, prefabrica otro : y ese otro se moviliza o gira sobre m mismo eje Ia impresion - instante fotografi co- de se r lo otro y lo mismo a[ tiempo exacto . "Cada pieza es una individualidad, una consecuente subjetividad que objetiva, hiperbolicamente, las. formas constructivas y constructoras de las imagenes dclimitadas por otras imagenes de Ia dinamica y del ritmo espacial: cl elemen to se torna en m a leable form a d e las disciplinas menta les y surge como torre dentro de Ia simplicidad -dificil- de Ia problematica actual. "

Varia En Ia Sala Internaciona1 de Bellas Artes fue inaugurada, .el 7 de enero, una exposi cion d e Ia fotografa canadiense R eva Brooks. • L itografi as, grabados y dibujos de Ignacio Aguirre fueron expuestos en Ia sa la ba ja del Museo de Arte Moderno durante enero. Excelsior ( 15 d e enero) informo: " Miembro de Ia Li ga d e E sc ritores y Artistas R evolucionar ios (LEAR), organizacion que funciono en los anos 30, Aguirre h a sido fie! a una trayectoria realista. AI elaborado trabajo d e caball e te o d e plancha para el graba d o reline tambien Ia esponta neidad del ap unte grafico tornado de escenas vivas que reflejan pasajes co tidi a nos o humoristicos d e Ia vida d el pueblo." • El 13 d e enero, en Ia Sala Verde de Bellas· Artes, fu eron presentad as vari as obras d e dos artistas brasil enos: Norberta Nicola y J acques Douchez.. Basad os en Ia arte--

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VIDA CULTURAL sania de los tapices murales y de las a!fombras, ambos realiza n formas tejidas con un sella muy personal. En el ca talogo de presentacion, Nicola afirmo: "Me esfuerzo per dar a Ia ta piceria una nueva dimension creadora. L a tapiceria q ue busco se aparta de Ia idea tradicional d e una representaci6n plana. Cree en cl objcto tejido ... L a o bra tejida d ebe modela r el espacio en una forma multidimensio-

hacemos quiere estar per encima de todos los juegos conformistas y los cantos de sirena del mundial artepurismo. De Ia expansion abstractizante tan falsificada como del tradicionalismo erase. Nos colocamos en el riel d e nuestra conformacion genetica, fieles a una expresion comunicante en el medic. Nuestro lenguaj e d e rajgambre humana d eviene de Ia realidad que nos circunda."

nal."

e Rosa Gottlieb y Macari o Rojano abrieron exposiciones de sus obras, el mes de febrero, en Ia Galeria Chapultepec. En Ia misma Galeria, el 27 de marzo, Alberto 1\1artinez y J esus Sanchez inaugura ron sus exposiciones. e Una exposicion del pintor italiano Mario Tudor fue inaugurada, el 11 de marzo, en Ia Sala Internacional de Bellas Artes. En El D ia ( 17 de marzo ) , S. D. afirmo que " Ia obra de Tudor posce gran calidad plastica y pertenccc a Ia corriente abstraccionista. Presenta sus interpretaciones acerca de objetos y animales con una imaginacion un tanto infantil.. . En los cuadros pred ominan los colores suaves, sedantes, perc con Ia composicion de formas geometricas el artista logra pinturas muy sugerentes y vitales".

• En Ia Tienda de Arte del Palacio de Bellas Artes, cl escultor Humberto Peraza exhibio, el 23 de marzo, algunas de sus obras. • El 24 de marzo, en Ia Galeria C hapultepec, fuc inaugurada una exposicion de oleos de D aniel M a nrique y dibujos de J orge A. Gonzalez. • El grupo guatcmalteco V ertebra die a conocer, el 1o. de abril, en Ia Sala Internacional de Bellas Artes, una amplia muestra de sus trabajos. Los fundad ores del grupo son Marco Augusto Q uiroa, R oberto Cabrera y Elmar Roj as. El orimero presento una coleccion de pinturas que denomino "Personajes de Tierra Caliente"; Q uiroa titulo su obra "La Limonada" I nombre de un barrio d e Guatemala) y exhibio des series mas: ·'Kio Montagua" y "Triptico sabre Ia muerte d e un personaje"; Rojas presento su serie "Guatemala 1969-1970" . En sus declaraciones, los miembros del grupo han afirmad o: "Aqui en nuestro medic primigenio, andante, evolutivo, queremos estructura r u na conciencia. El arte que

e El 15 de abril , Carlos Jurado expuso en el Salon de !a Ph1stica Mexicana. En .e stas n uevas obras, distintas d e las que con anterioridad habia producido, el artista intent6 llegar -segun sus propias palabras"a una pintura pura, sin recursos literarios ni insinuaciones, a un juego serio despojado de solemnidad y acorde con la scnsibilidad y Ia optica del hombre contemporaneo".

• Nunik Sauret y Fernando F. Sanchez, en Ia Galeria C h apultepec, abrieron una cxposici6n el 24: de abril. • En Ia Galeria .Jose Maria Velasco, el acuarelista R odolfo van Kurczyn exhibio 28 acuarelas a partir del 24 d e abril. D el conjunto destacaron Paisaje urbana, Ventana a Ia esperanza, Cristo v uelve a sangrar, La dama del sombrero negro, P erro de basurero, Calavera psicodelica, L a Celestina, Rostra de Cristo, Eterno Calvaria , Apocalipsis, Flores en azul y Sinfonia macab ra. e "Una vida pintando'' se lla mo Ia valiosa exposicion de J esus Marti Martin en las Salas 1 y 2 del Palacio de Bellas Artes. El acto inaugural fue el 29 de abril.

• En Ia Sala I nternacional del Palacio de Bellas Artes, Ia pin tora Margje Toonder expuso algunas de sus obras a partir del 18 de febrero.

• El pintor congoles Pierre Victor Mpoyo mostro sus pinturas, el mes de mayo, en Ia Sala Internacional del Palacio de Bellas Artes. Sus temas fueron los deportes, los mitos del Africa Central, el paisaje y las naturalezas muertas.

• El grupo de nuevas pintores de J a lisco fue presentado en una exposicion, el 5 de marzo, en las Salas 4 y 5 de Bellas Artes. El conjunto fue titulado "Plastica contemporanea de Guadalajara : Imagen ac.~ual de las artes visua les de J allsco· .

• He··sua v Sebastian, estudiantes de Ia Escucla de San C arlos, abrieron al publico, en Ia Sala 3 del Pa lacio de Bellas Artes, el II de j unio, su "Haps-4 Arte Otro". En sus trabaj os, los jovenes artistas utilizan Ia pintura, Ia escultura en madera, Ia laca y otros materiales.

• Otras expos1c10nes d el Sa lon de Ia Plastica Mexicana fueron las d e .Julia Lopez ( 23 de enero), FreyIan Ojeda (27 de febrero) y Francisco Dosamantes ( 5 de junio). D e este ultimo, Juan O'Gorman a firma en el ca talc go d e pres en tacion: "Las principales cualidades de Ia pintura de Dosamantes son: Ia claridad del contenido tematico, Ia precision del d ibuj o, Ia simplificacion de Ia forma y Ia aplicacion del color para realzar Ia forma y el dibujo. A m i juicio, su contenido plastico y poetico se deriva de su scntido popular."

e Antonio R odriguez, dentro del ciclo de los cri ticos, presento en las Salas 1 y 2 de Bellas Artes, e l dia 17 de ju~io, "U~~ escuela de arte: San L U!S Potos1 .

e En Ia Galeria Chapultepec, Roberto Ruff expuso, cl 20 de enero, su "Divertimiento", serie de p inturas y dibujos.

• En Ia Galeria Chapultepec fue inaugurada, el 16 d e junio, Ia exposicion del V Concurso Nacional de Estudiantes de Artes Plasti cas, cfcctuado en Aguascalientes durante el mes de abril. Entre las obras premiadas sobresalian los grabados R ecuerdo rojo d e R afael Villar (Jalapa, Ver.) y Hu ellas de cal y sangre de .Jua n Manuel de !a Rosa ( M exico, D . F . ); los dibujos Formas de Boncei Fujikawa ( San MiR<tcl de Allende, G to. ) y Cactos de W alter .J. W ojtyla (San Miguel de Allende, Gto.) ; los oleos Trasmu taci6n de Sergio Gallegos (Aguascalientes ) y Flor de vida de Rosa Luz V illas usc (San Luis Potosi), y Ia escultura Composici6n de I sabel .Jirash Kaim ( Aguascalientes) .

• Dibujos contemporaneos de Rolanda .e xhibio, el 20 de enero, el Musco de Arte Moderno.

• La pintora peruana J udith W estphalen d ie a conocer su obra, en Ia Sala lnternacional de Bellas Ar-

• El 30 de enero, Ernesto Carreon abrio a l publico, en Ia Galeria J ose Maria Velasco, una exposicion de oleos y tintas que titulo "Nadi 70".

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VIDA CULTURAL tes, e l dia 2+ de junio. f.'/ Dia (3U de junio ) clijo: "Poclcmos aprcciar en sus tclas y dibujos las sensitivas y ascet ic:lS texturas de SUS traiJajos en bla nco y negro, sus personales calidadcs manifiestas en ci lun1inuso sosicgo de sus bien cotJcorcla clas g;11nas, Ia composicic'm a Ia par li brc y orden~da, la suti i y flora l apert ma de Ia matcri:1. Ia d;ntunica Sll!-!:esti6n de ~us fonTL ts."=

D :viOSICA Festival Beethoven I 970 Con ocho concicrtos de carna ra, en cl Tcatro de Bellas Artes, se inici6 b cekbracibn del segu n do cc nt·enario del nacirniento de Lud vvig ,·an BPe tho vcn, dentro de un Festival que s" cxtenclerla a Jo la rge> d el afio. L:1 sc rie, con prograrn;.ts de obr:1s del rnusico alema n, di n princip io cl 13 de enero y fina!i;o e1 6 de fcbn·ro. 'T otnaron p;~rte los ,·iolin ist:~s J f. Nm·e!o, L. Verno•: " . :\I. Enriquez, D . Burgos. H . 01\'era , T. Saficr, M. Su a r ez y P. C ort inas: los chelistas S. ,·a n den Berg, L. Te llez . .]. de ]. Enriquez, A. .-\rias y Vil'tor Manu el Cort(·s: l os p ianist;,s .·\l icia Cn·eta, 'Yfaria T eresa Rndriguez, Tita Valencia, J osC:: K a han . Stella C o ntre ras, J Suii>ez y C. Ba rajas: los \iolistas C. Carcia y II. \'elazquez: loo clari · nc tistas D. Jimenez y A . Flores: los cornistas J. P. Dullae rt y E. Mendoza; los fagotistas T. Traba, L. Salom c ns y .J . Pa le ncia ; los ou<Jistas ~iria1n .Jakes, L. ScguLr y G. de Cra,,f, y cl corno-bajista .J. 1.. Hernandez. D el conciertu inicia l. Eloisa R . de Baq uc iro d ijo en Rl Na cional ( 1.5 de Pncro ) : " Fueron lo s intcrprctes de 1:1 noch e: H e n n ilo Novelo, en el ,·iolin, y Alicia U n cla. en el p iano, quicnes se idt~n tifi caron plen;uncntc en d esti lo beeth ovcniano y clcj aron sentir sus cua licla .. des musicales, sobrc todo en cl seg undo mo,·imicnto de la Sonau a Kre utzn, que les clio oportunidacl d e lucir cl dorni n io tccnico sobrc su instrumen to y un refinado con cepto del frasco." Accrca de Ia fu nci(m final, en Pren.1a ( 10 d e febrero) seiia lb Ricardo Mungarro: "Escuchamos primeramcnte Ia Sonata Opus 1:Z, num. J, para violin y piano, interpretada por dos j6venes valores mexicanos: Pedro Cortinas y Carlos Baraj as. Cortinas es un violi nista q u e prome t c. Tiene buen sonido y afinaci6n impecal.Jle . No rc,·cl6 un estro muy apasionaclo.

ra

pero matiza y frasea con Ia intenci6n apropi:1da que requiere catla n1otivo . Carlc)s Barajas e.~ un nlu chacho m11y im pctuoso. Ti cnc tt'-cnica vigorosa y cnormes facultades de in terprete. En Ia sonata para , ·ioiin y piano. ambos ejeculat1tes coo rdin o1ron aclecuadamcn tl' sus partes. En segu nd o termino, cl pianista Carlos Barajas interpret<'> con mucho sc ntido de p rofundidad Ia d ;Jicil S <>ll ata Opus 109, en Mi mayor. en Ia Cllal se adviertc un 1ne~saje mct ;,fisico ... Barajas interpret a ];, ><>llata resaltando equilihradamcntc Ia fuerza de su mcnsajc y fras"ando con ,·igor y clcga ncia sus tcn1as.)'

" T anto Tcmirkanov, en las primeras obras. como K ondrashin en la ultima c:uidanm las sonoridades de Ia orqLwsta para d ar a !a solista un impecable acompaiiamien to. " En el concicrto del dia 21 . voh'i6 a l podio cl maestro Kondrashin y Sll p rimer numero fuc Ia complicada m{, sica para cuerda, percu£i6n y ct'lesta, que interpret6 como un lwm ~naje a l compositor Bela Bartbk, de quien est.' a iio se conmcrnora el ~5 aniversario de su rnuerte. La complcj;; obra fue dich a por la orquesla y el solista con un rdinamiento sorprendente."

Orquesta Filarmonica de Moso'1

Orquesta Sinf6nica Nacional

Con scis pr()gnnnas d .i feren tes, 1:t O.rquesta FiLtnnbnica de ~1n'.'' {l a"tu6 en cl Tratro de Bellas Artcs d el 1 7 ::rl 2:) de fcbrero. Las oiJl'as cle<~i­ das fueron de Beethci\·en . Ch a iko' sky, i\Jahkr, R :1jmaninoff. Debussy, Shosta ko,·ich, :Mozart, Bmhn1s. Prokofieff. R :1 ,. e I, Jatch a t u ri:r11, Bartok, v Strauss. Dirigieron Kiril Konclrashin y Yuri Temirkanov y los solistas fu eron el pianista Akxei Naseclkin v Ia ,·iolinista f rin:1 Botchko,·;1. , Acerca de los conciertos de lo,. elias 20 y 21, Elois:1 R. de Baqueiro >ciial6 e n 1-:1 N acional ( 24 d e fcbrero ): "La \'iol inista Irina Botchkava sorprcndio por su dinarnism o, musicalida d y dcsanolla d a thnic:•. e hizo tlll tollr de force actuanclo tres elias conscruti,·os con la orquesta. Prirnero fue cl CotKicn" n{m1. 1, e n Rc mayor, de Prokofieff, q ue clcsclc los primcros com pascs ie clio oportunidad de lucimiento co n una mcloclia expansi,·a y agra dablc para cl violi n solo. y una vcz que Ia 111isma ha alc ;lnzaclo plcno desarrollo siguen hrillantes pasajcs de bravura p:1r<r I" solista. "En el concierto del dia 20, Ia jo\·en BotchkO\·a fue solista en e l Concierto para ,-iolln y orq uc<t<' de J atchaturian, . . E l final es verllgrnoso y prcsenta apasionaclos ritmos y mclodias gitanas, q ue Irin a hizo cant:ar como pocos solistas podrian haccrl o. Pa ra el concierto siguientc, la Botchkova prepar6 el delicioso y refinado Conc ierto n {lm. 7, e n R e mayor, de M oza rt, y aqui se re\'do como Ia virtuosa nota b le que ticnc toclo para entusiasmar. Los mas hellos tonos, el mas delicado fraseo y la expresi6n mas sutil alcanz6 su instrumento con esta obra.

EI 27 de febrero, en el Teatw de Bellas Artes, Ia Orquesta Sinf6nica J\Taciona l ina ug-u rO su pri·m er:t. temporada del aiio. F11c dedicacL - como 1a mayoria de los concienos del a iio·-- a celeb rar el segundo rentc n<1rio d P Beetho.,·en , del cual hH' cjecuta cla por lo menos una de ~us ohras en ca da concicrto. AI frcntc de la orquesta estuvieron su director Lu is Herrera rle la Fuente v lo, huespedes Laszlo Somogyl. Abel Eisenberg y Vaclav SrnetarPk. Fl!Pron solistas Jorge Federico Os,lrio, Irma Gonzalez, D on n a Petcrs<·n. Sah ·ador 1\"ovca . Arn old Voketaitis, Nicole H enriot , L uben Yordanoff. I da HaendeL Mich el Block, Manuel Suarez, Paul Badura-Skoda, Eva Maria Zuk , J ose Kahan, Guillermo Salvador y Aurora Serratos. En Ia re,·ista Ti em po (4 de m a yo), Elisa K ahan se rcfiri6 a l fi n a l de ]a ternporada : "Con los con cicrtns del 2 f v 26 de abril clio fin, bajo Ia hat;ita del dire c tor huesped V a clav Smetacek, de Checoslovaquia , Ia Primera Tempora da de h Orrp1esta Sinf6nica Nacional. El programa formaclo por e l estreno de iJ Sinfonia clasica del compositor ch cco J an Klusak, Concerto en Rc mcnor para clos pianos d e Francis Poulenc, con el duo mexicano Sa lvador-Serratos, termmo con h Sinfonia num. 5, Op. 57, en D o men or, de Bee thoven. "La Sinfonia cldsica de Klusak irremediablemcntc - debido al t itulohaec recordar Ia obra del mismo nombrc de Serge Prokofie,·. Aunque no se pa rece a Ia del compositor ruso, que cs milsica encantado ra, graciosa y d e refinado ritmo, Ia partitura del Prokofiev ch eco, tambien se dist ingue por su carac ter j uguet6n, linea mel6clica, y solo e n el ul t imo

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VIDA CULTURAL movimiento el Presto, recuerda definitivamente Ia obra del autor del Teniente Kije. Las !eves disonancias de las cuatro partes de Ia sinfonia rnuestran una obra amable, pero no de interes especial. Smetacek dirigio Ia sinfonia de memoria y con su batuta clara obtuvo los efectos deseados de los miemhros de Ia Orqucsta Sinfonica. "Los solistas Salvador y Serra tos intcrpretaron el Concerto de Poulenc, cuya musica, basada en temas sencillos folkloricos, es gra·ciosa, arnena y de buen humor. Ambos pianistas que tienen esta partitura asimilada desde haec varios afios, Ia interpretaron con gusto tocando como una sola persona. El acompafiamiento que les brindo Smetacck no siempre iba a Ia par con los solistas. Para terminar, el maestro checo rindio una ejecucion vivaz, energica del primero y ultimo tiempo de Ia Quinta, y serena en cl andante. "En el penultimo programa sc escucho otro estreno de un compositor checo: Paginas del Apocalipsis de Durero de Lubos Fiser ( 1935), a u tor de obras para piano, de dos sinfonias, asi como de una fantasia para danza, de una comedia musical, y de otras. Las demas piezas del programa incluy~ron el Concerto num. 2 para p1ano y orquesta de Beethove n, con .Jose K a han como solista, y Ia Sinfonia num. 3, Op. 90, en Fa mayor, d e Brahms. "La obra de Fiser, escrita en idioma contemporaneo, rcfleja cierto dramatismo y no contiene elementos para sorprender a! publico par Ia extravagancia. El a utor subraya los motivos musicales varias veces, repitiendoles, para que se graben e impresionen a! que csc ucha. Baja Ia autoritaria batuta de Smetacek los miembros de Ia Orquesta Sinfonica Nacional sig uieron fielmentc las indicacioncs del maestro checo. "Sobre Ia actuacion del pianista rnexicano Jose Kahan, d ijo un cri tico: 'Jose K ahan lagro el mas a lto nivel musical y el mas puro concepto beethoveniano. El pianista eminente sabe modelar arte con refinado gusto y domina Ia tecnica por completo. El Concerto le rcsulto redondo, bellamente dicho y de un sentido poetico rara vez alcanzado en versiones de esta obra' (Ovaciones). "Con una brillante interpretacion de Ia T ercera Sinfonia de Brahms, par Smetacek, en Ia que destacaron los movimientos vigorosos Y, los ;~e intensidad, dio fin el conCJerto.

Lttis lf err era de la. Fuente

Las 32 sonatas de Beethoven En una serie de ocho conciertos, en el Tcatro de Bellas Artes, los pianistas viencses Paul BaduraSkoda y Jorg Demus tocaron las :12 sonatas de Beetlw,·en. BaduraSkoda taco los dias 2, 7, 9 y 11 de abril, y Demus los dias 14, I 6. :.!0 y 21 del mismo mcs. Del ultimo concierto d e Bad ura Skoda y del primero de Demus. cscribi6 Eloisa R. de Baquciro en El N acional ( 16 de abril) : "Paul Badura-Skoda completo su scrie de cuatro rccitalcs, con sus especiales \'Crsiones de Ia Sonata num. 5, en Do menor, Ia Sonata num. 6. en Fa mayor, y Ia dificil lf ammerkla,·ie-r. Por temperamento, BaduraSkoda es un pianista a! que le interesa, sabre todo, lucir su virtuosidad, y algunas veces sacrifica b cxpresion en sus alardes de tecnica. Esto sucedio en sus ultimos rccitales. El publico paso por alto basta las equivocaciones del artista, deslumbrad o par su agilidad digital. "De Ia misma generacwn es .Jorg D emus, tambien formado en Ia Academia Musical de Viena. D esde los primeros compases d e una obra, Demus cuida Ia sonoridad de cada nota, Ia dinamica y equilibria de c:ada frase dentro del discurso general y hasta se puedc decir que rehuye todo efectismo de fuerza buscando siempre los propios recursos de Ia obra para lograr lo que otros con solo Ia virtuosidad. En su primer recital, interpreto Ia Sonata num. 2, en Fa mayor, con Ia que impresiono por

cl co1orido logrado ; despues vi no Ia famosa sonata Claro de luna. Nadie como el romantico Lemus para cmocionar con su espiritual version del primer movimiento, y despues, con Ia impetuosidad avasalla dora del llltimo."'

Solisti di Zagreb Con musica de Carelli. Dittersdorf y Vivaldi, Ia orquesta de ramara Solisti di Z agreb dio un concierto en el Teatro de Bellas Artes. De los 13 musicos que componen ese grupo. cxpreso Eloisa R. de Baqueiro"e~ F:l Nn~ional (14 d; mayo) : Este cOnJunto de camara yugoslavo tiene ya 16 a fios de cxistencia. Nos visit.o haec algunos afins c uando todavia trabajahan bajo Ia direccion musical del violonchelista italiano Antonio Janigro. En su nueva presentaci6n en l\·fexico lo hicieron como lo han h echo ya de, d e 196 7, sin tener a! [rente director alguno; pero las cmefianzas rccibidas de .J anigro, el profesionalismo del grupo, su dominio absoluto de la tecnica y Ia musicalidad de cada integrante h a n mantenido su alta calidad musical. " La interpretacion del Concierto pa ra fla utin y cuerdas de Vivaldi resulto todo un acontecimiento por Ia actuacion refina da de Ia flautista Tinka Muradori. A su esplendida tecnica y perfecto dominio de Ia respiracion auno Ia compren•ion de Ia obra ; derrocho musicalidad y buen gusto en cada uno de los tres m ovimientos de Ia obra. L a scgunda parte del pro-

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VIDA CULTURAL grama fue dedicada integramente a Ia interpretacion de Las cuatro estaciones de Vivaldi. . . Cuatro violinistas fueron los solistas, uno para cada estacion: Branco Kosir, Augustin Detic, Tonko Ninic y Dragutin Hrdjk, que lucieron con esplendidez sus habilidades artisticas."

Orquesta de Camara de la Ciudad de Mexico El 26 de mayo, en cl Teatro d e Bellas Artes, ofrecio un concierto Ia Orquesta de Camara de Ia Ciudad de Mexico. Actuaron como solistas Victor M. Cortes y el duo formado por M ari Carmen Costcro y M ario Beltran. El programa se compuso con obras de Mozart, H acndel, Vivaldi, Galindo, Tartini y Britten. De m actuacion, sci'ialo Novedades (3 de junio) : "Este conjunto ha hecho notables progresos: tienc cohesion y su afinacion es justa. Esta integrado por jovenes talentosos y entusiastas que tocan con conviccion. Lo que mas nos gusto fue Ia Sinfonia para cuerdas de Britten, en donde Ia orquesta clio lo mejor tanto en homogeneidad como en el refinamicnto del detalle. Otra obra que destaco fuc el Poema de Neruda. de Bias Galindo. Es una obra corta, con las caracteristicas del Galindo de ha ce algunos ai'ios, con sus intervalos de cuartas y quintas que le dan un toque melancolico. La orquesta toco con muy buen estilo. "Los solistas del Concierto de Vivaldi; los jovenes Mari Carmen Costero y Mario Beltran, son alumnos del guitarrista a rgentino Manuel Lopez R amos. Teniendo en cuenta que iniciaron sus estudios musicales en el ai'io 1962, es considerable su progreso. "Esperabamos con interes la presentacion del chelista Victor Manuel Cortes. Ha ganado notablemente en sonido, el cual es pastoso y potente con un bello vibrato. Sus bajos tienen calidad poco comun y es ademas muy artista ."

truccion de ritmo tan firme que se pueden combinar sus temas en toda clase de estilos y variantes. Jacques Loussier, estupendo pianista por derecho propio, en ~路US arreglos para el trio de jazz quita 1a barrera entre musica que es culminacion de Ia clasica y Ia mas popular que es Ia de jazz. Los tcmas de Bach, a los que el pianista infunde ritmos sincopados, vitalidad y distintas inflexiones, no se pierden. En el Concierto italiano, gracias a Ia magistral ejecucion y Ia hermosa calidad de sonoridad, se pudo apreciar el ambiente poetico del segundo movimiento, asi como el firme y brillante ritmo del ultimo. Los arreglos dan oportunidad al lucimiento no solo del pianista sino del baterista, que es Christian Garros, y el contrabajista, Pierre Michelot. No solo los tres instrumentistas se expresa~ magistralmente como conjunto, 51no en lo individual sorprenden por Ia madurez y dominio en su especialidad, asi como por Ia frescura

y vitalidad que imponen a sus interpretaciones."

Cuarteto Amadeus Un concierto dio, en el Teatro de Bellas Artes, el 19 de j unio, el Cuarteto Amadeus de lnglaterra. El conjunto esta formado por Norbert Brainin (primer violin), Siegmund Nissel (segundo violin), Peter Schidlof (viola) y Martin Lovett ( violonchelo ) . Tocaron el Cum路teto en Si bemol (El amanecer) de Haydn, el Cuarteto num. 2 de Britten y el Cuarteto num. 10 (Las arpas) de Beethoven. En Excelsior ( 21 de junio) , comen to Junius: "El concierto se inicio con el Cuarteto en Si bemol de H aydn, en donde los artistas demostraron Ia perfecta comprension del sentido de estructuracion del 路 autor cuya musica no toca ron en forma reglamentaria o pretendidamente tradicional, sino de una manera viviente, como si Ia obra se hubicra escrito ayer."

Tri o J ac ques L oussier

Trio Jacques Loussier Tres funciones, los dias 16, 18 y 20 de junio, ofr:ecio en el Teatro de Bellas Artes el Trio J acques Loussier, especializados en tocar la musica de Bach en forma de j azz. D e su actuaci6n, Elisa Kahan dijo en Diario de la T arde ( 23 de junio): "Las partituras d el genial compositor destacan, entre otras cosas, por una cons-

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VIDA CULTURAL Hans Richter Haaser El 22 de junio, el pianista Hans Haaser inicio un nuevo Ciclo de las 32 sonatas de Beethoven, en el Teatro de Bellas Artes. De su tercer concierto, el dia 26, sefialo .Junius en Excelsior (28 de junio): "El gran pianista incluyo, como 'pieza de resistcncia' , Ia sonata W aldstein (llamada tam bien La aurora), ob1:a monumental en que dio la plena medida de sus extraordinarias dotes interpretativas. Es posible que no hayamos oido nunca esta sonata mejor tocada. En especial, el Rondo final fue dicho con una majestad, una seguridad, una expresividad, verdaderamentc asombrosas. El primer Allegro tuvo todo el sentimicnto que pudieramos exigir, y hasta las partes meramente conectivas tuvieron caracter y significado. El tiempo Iento, que sirve de introduccion a! Rondo, fue expresado con cierta modalidad muy individual e interesante. "Es increible como el artista puede tener en Ia cabeza los millares de notas que contienen las 32 sonatas, las cuales toea con precision casi perfecta, v decimos 'casi' porque Ia perfeccion no es de este mundo."

Varia El 15 de febrero, Ia pianista Eva Maria Zuk acornpafio a Ia orquesta dirigida por Enrique Batiz en un concierto efectuado en el Teatro de Bellas Artcs. El programa se compuso con Ia Sinfonia jupiter de Mozart, el Concierto para piano y orquesta de Schumann y la Primera Sinfonia de Brahms. En N ovedades ( 20 de febrero), Maria Teresa Castrillon com en to : "Batiz va por un optirno camino. Tiene un desbordante temperamento y es muy artista; el tiempo y el asentamiento que viene con Ia edad y el conocimiento le daran lo que ahora le falta. . . Eva Maria Zuk mostro las cualidades que ya le hemos admirado: pese a su juventud, posee una gran madurez tecnica e interpretativa." • En Ia Sala Ponce, el grupo infantil Micropauta de Mexico ofrccio, el 4 de marzo, una funcion . Los niiios que lo forman son estudiantes de !a Escuela Nacional de Musica bajo Ia direccion de Cesar Tort. • El violinista Manuel Suarez y el pianista Jorge Suarez ejecuta-

ron un "Programa Beethoven", el 11 de marzo, en Ia Sala Ponce. El programa se compuso con tres sonatas: Ia Primavera, Ia num. 2 en Do menor y Ia dedicada a Kreutzer. • Bajo Ia direccion de Ralph Matesky, Ia Orquesta Sinfonica .Juvenil de Wasatch dio un concierto, el 29 de marzo, en el Teatro .Jimenez Rueda. Fueron solistas Guadalupe Campos, J annet Cannon, Gaelyn Allen y Kirk Baecher_ En El N acional ( 2 de abril), Eloisa R. de Baqueiro indic6: "El programa comenzo con la Obertura Prometeo de Beethoven, obra que domina el grupo en todos sus aspectos luciendo una afinacion perfecta y un fraseo adecuado a su estilo. . . De voz clara y fresca , Guadalupe Campos Iucio por su refinada interpretacion, colaborando con ella el maestro Matesky, que le ofrecio un acompafiamient o discreto." • Otras actividades en Ia Sala Ponce fueron : un recital de clavecin (los seis conciertos de V ivaldi transcri tos por Bach) de Enrique Aracil, el 1Q de abril; u n concierto con obras del siglo xvm, tocado el 8 de abril por el duo de clavecines formado por Luisa Duron y Enrique Aracil; cinco conciertos de Bach tocados, el 15 d e abril , por el Quinteto de Cuerda que form an Manuel Enriquez (''iolin primero ) , .Jose Luis Sosa (violin segundo ) , I vo Valenti ( viola ), Victor Manuel Cortes ( chelo ) y .Jose Luis H ernandez (bajo ). Actuaron de solistas Luisa Duron, Enrique Aracil, Emma Gomez y .Jose Antonio Guzman. El 13 de mayo, los compositores Manuel Enriquez y Hector Quintanar presentaron obras suyas en interpretaciones de Guadalupe Perezarias, Homero Valle, Sergio Guzik y .J ulia Marichal. EJ duo de guitarra Lopez-Zaccaria dio un concierto, el 10 de junio, con obras de Bach, Haendel, Ponce, Villalobos, Riera Lauro, Atahualpa Yupanqui , Tamez, Lopez, Carrillo y piezas tradicionales. Dirigidos por Eduardo Mata, miembros de Ia Orquesta de Ia U niversidad ofrecieron, el 17 de junio, un Concierto .J. S. Bach . Actuo en esa ocasion el Coro Christ Church bajo Ia batuta d e Gene Gerszo. Cristobal Halffter y Maria Manuela Caro de Halffter dieron, el 24 de junio, una conferencia-concierto sobre musica contemporanea espanola.

D DANZA Ballet Folklorico Chileno El 26 de febrero hizo su presentacion, en el Teatro de Bellas Artes, el Ballet Folklorico Chilena de Carmen Cuevas Mackenna. En la revista Tiempo (9 de marzo), Luis Bruno Ruiz hizo Ia cronica: "Chile y sus paisajes comprendio el primer acto en que se ejecutaron danzas chilenas, propias del territorio del sur. . . Luego el paisaje araucano, con Ia canci6n Tat at a y Ia danza mapache Treil choik, unica danza araucana en que bailan hombre y mujer_ El r igor y el ritmo obstinado reflejan el vigor de esta raza. . . Los paisajes del nor te de Chile son ma.,;>;nificas ventanas que miran a Bolivia, Ia Argentina y el Peru, p a ises unidos por Ia misma herencia incaica. Estos artistas, ademas de bailarines , son cantantes y en Ia vida privada unos tienen carreras universitarias (medicos y abogados) y otros son comerciantes, amas de casa, danzarinas, etc. , pero que han formado un club de arte chileno y han hecho giras sin ser profesionales. Los bailarines cantaron bellamente Ia Baguala, que es "el canto de Ia soledad del A ltiplano", y danzaron Ia Cueca argentina chilena. " Tomaron par te los guitarristas Luz Maria Streeter, Monica Lailacar y Fernando .Jimenez, dirigidos por Gerardo Rios ; el cuerpo d e b aile ; Carlos Mancilla, Monica .T ohnson, Marcela Huici, Patricio Alvarado, Marcelo Roman , Pepita Gonzalez de Roman, .Juan Callao, Rosita Gonzalez, Lenka Arriagada, Gaston Guerra, Augusto Salve y otros.)'

IV Concurso N acional de Danza Con Ia participacion d e grupos de Nayarit, Oaxaca, Sonora, Chihuahua, Yucatan, San Luis Potosi, Guerrero, Nuevo Leon y el Distrito Federal, se celebro el IV Concurso N acional de Danza, del 12 al 20 de marzo, en el Teatro del Bosque. Integraron el jurado Evelia Beristain, Efren Orozco Rosales, Luis Bruno Ruiz y Clementina Otero de Barrios. El grupo triunfador fue el de Danza Folklorica de Ia Universidad Autonoma de Chihuahua, que obtuvo el premio de 10 mil pesos y un trofeo donado por el Instituto Nacional de Antwpologia e Historia. El segundo Iugar se pre-

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VIDA CULTURAL larines Ia destreza, agilidad y fuerza en las da nzas guerreras, como Ia de las Espadas, o el Khan , un drama basado en el poema epico hindu del Ramayana, o el "Ram Tuan", estilizacion de una escena guerrera ."

V Festival de la Danza

Ballet chilen a mio con diploma especial y con el trofeo Caballero Aguila, donado por el D epartamento de Turismo, al grupo de D anza R egional lyolmacehuayotl, del Distrito Federal. 路 Los grupos folkloricos Guisi I de Tehuantepec, Oaxaca, y el de D anza de Ia Universidad de Sonora (Hermosillo ), merecieron cl tercer Iugar otorgandose a cada uno un diploma especial y el trofeo M acuilxochitl. El premio de 3 mil pesos a Ia mejor direccion artistica de grupo, se conccdio a Antonio Rubio S., del grupo D a nza Folklorica de Ia U niversidad Autonoma de Chihuahua . Se otorgo el premio para Ia mejar coreografia a! trabajo presentado por M artha Bracho, del grupo de D a nza de Ia Universidad de Sonora . Consistio en tres mil pesos. El premio a Ia mejor composicion musical inedi ta fue obtenido por Carlos I ribarren Sierra, por sus composiciones ]uladi ( ch ocolate) y Baxayu (Tangayu de figura de mujer), del Grupo Folklorico Guisi de T ehuantepec, O axaca, consistente en 3 mil pesos. E l premio a Ia mej or bailarina, se declaro desierto. El premia al mejor baila rin se destino a Agustin Martinez Alonso, del grupo d el Distrito Federal, por su interpretacion de Ia Danza del V enado. Consistio en m il pesos. El premia a Ia mejor musica viva, consistente en 3 mil pesos, toco a Ia Banda R egion al Princesa D onashii, de Teh uantepec, dirigida por Margarita Guzman.

Los grup os de danza Nayar, Folklorico de Ia U niversidad Autonoma de San Luis Potosi, Ballet C lasico de M erida, D anzas Mexicanas Xochiquetzal del IMSS de Acapulco, Guerrero y Conjunto Folkl6rico Nuevo Leon, seran asimismo premiados por su participacion con un trofeo cada uno: el Macuilxochitl.

Phakavali D ancers Ocho funciones - 5 en el Teatro de Bellas Artes y 3 en el Ferrocarrilero- ofreci6 el grupo tailandes Phakavali D ancers. D e sus actuaciones, Carmen G. de T a pia afirmo en El U niversal Cr6./ico ( 2 de abril ): "Un repertorio de danzas folkl6ricas, de gran pureza en su concepcion .e stetica clasicista, en numero de quince, acompaiiadas por Ia orquesta Pi-Phat, integracia por gongs, instrumentos de aliento, cimbalos, un xil6fono con teclas de bambu y una variedad de tambores y cantos exoticos complementan el espectaculo. "La influencia de todo el Oriente se deja sentir en las danzas del Phakavali D ancers, particularmente las de origen indio, ada ptadas al pueblo tailandes desde su mas antiguo origen . Deslumbra nte el vestuario en su gran riqueza y colorida; el cuerpo fem enino de bailarinas con sin igual gracia, enigmatica sonrisa, hacen derroche d el sentido innato que estos pueblos tienen de Ia belleza y plasticidad, que no excluye el dominio de tecnica y disciplina adquirida desde su mas tierna edad. y en los ba i-

D el 3 al 27 de abril se llev6 a cabo el V Festival de Ia Danza. Las funciones fueron en el T eatro de Bellas Artes, y tomaron parte el Ballet Clasico de Mexico ; el Ballet Independiente, dirigid o por Raul Flores Canelo, y el Ballet Nacional, que dirige G uillermina Bravo. De las actuaciones del Ballet Independiente, Luis Bruno Ruiz seiialo en Ia revista Tiempo ( 20 de abril ) : " Se presento el Balle t Independiente con un programa cargada de 'nueva inquietud' o, mas bien, que revela Ia angustia actual del hombre, acrecen tada despues del estallido de Ia bomba at6mica en Hiroshima, y por Ia infrahumana condicion de los habita ntes de Biafra, que padecen h ambre y sed de justicia. T a mbien muchas personas en el mundo se acuerdan de Ia protesta del monje budista J an Palach , que se prendio fuego el m!SITIO.

"Esto lo recoge el ballet con las invenciones del H ombre de Piedra. La fun cion no emplea orquesta, sino cinta magnetofonica . La primera obra, E legia, es una da nza de am or con las subsccuentes libertades; otra obra, A, con musica de Krystof Penderesky y coreografia de J ohn Fealy. Es un ballet a Ia memoria de los niiios de Biafra, d e gran dramatismo. Cymnopedia, con musica de Erik Sastre y coreografi a de Graciela H enriquez, es una danza para exhibir las posibilidad es del cuerpo; es decir, Ia danza por Ia danza, con una tendencia a estableccr una proyecci6n plastica de movimiento. I nvenciones, con musica de percusiones de Miroslav K ebelac. Aqui se crea un esquema del hombre en su primitivismo petreo. Una serie de invenciones a base de percusiones m usicales. Esta clase de invenciones tambien la emple6 el Ballet Clasico, pero con otro mensaje escenico, y no con un purismo antropol6gico."

Gran Music Hall de I srael Los elias 4, 5, 7 y 9 de m ayo actuo, en el Teatro de Bellas Artes, el Gran Music H all de Israel bajo Ia direccion de J onathan K a r-

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VIDA CULTURAL mon. En El H eraldo ( 6 de mayo), Jose Luis Jimenez hizo un comentario: "El espectaculo es en verdad fascinante. Todo armoniza a !a perfecci6n, y el show, en sus dos partes, esta perfectamente balanceado. Todo el folklore musical, el vestuario y !a coreografia son una manifestaci6n de la alegria de la juventud de Israel (!a edad promedia de todos ellos es de 23 anos). "El show abre con una obertura sinf6nica dirigida por Rafi Paz, quien tiene a su cargo toda !a direcci6n musical. Esa obertura, en !a que se conjugan armonias folkl6ricas y clasicas de ese joven pais, comienza a envolver en un "no se que' a los asistentes. Posteriormente, en un gran cuadro coreografico en el que participan todas las bai!arinas y bailarines del Karmon Dancer's, se presenta Primavera en Israel. Las guapas bailarinas, con su vestuario oriental a base de sedas, pregonan en sus danzas el magnetismo y el espiritu actual de Ia juventud de Israel."

Pilar Rioja Del {mico recital que Ia bailarina Pilar Rioja dio en el Teatro de Bellas Artes, el 25 de mayo, Luis Bruno Ruiz expres6 en ExcelsioT ( 2 7 dt1 mayo) : "Sus danzas tuvieron Ia novedad de una gran jerarquia artistica. Las castanuelas en las manos de Pilar son un nuevo instrumento de variadisimos matices. Porque en .e lla todo es m~gi_co, sugerente, sugestivo. Su mimica canta, conversa y con el arabesco de sus manos senala caminos de ensueno en el Allegro Assai de Bach y otros numeros de fina elegancia y jerarquia artistica como los del Retablillo de los jardines reales hasta el fuego y donaire en los momentos del flamenco. "Pilar Rioja es el resultado de largos anos de estudio; nada hay en ella improvisado. Su tecnica es firme y sostiene el sentimiento y Ia creaci6n espontanea. Hizo cursos metodizados de danza clasica y moderna. Coreografia, en el Carnegie Hall de Nueva York. Flamenco, con el Estampio y con Ia 'pap is a' de los gitanos: Regia Ortega. El 'arte del danzado a Ia espanola con castanuelas de concierto' lo cre6 con el music6logo Domingo Jose Samperio. "Colaboraron en el recital el pianista concertista Jose Luis Alcaraz, el cantaor Antonio de Cordova, el guitarrista Sergio Fernandez, Ia Orquesta de Camara de

Mexico dirigida por Armando Zayas, el violin concertina Daniel Burgos, el guitarrista Jesus Benitez y el trompetista Tomas Fernandez."

Compaiiia de Danzas Filipinescas En el Teatro de Bellas Artes, los dias 5, 6, 8, 9 y 11 de junio dio funciones !a Campania de Danzas Filipinescas, que dirige Leonor Orosa de Gequinaca. De su actuaci6n, Kurt Hermann Wilhelm indic6 en El Redondel ( 14 de junio) : "El programa estuvo clividido en dos interesantes partes. La primera nos mostr6 leyendas y temas hist6ricos que tienen fuertes contrastes musicales y bailables. La creaci6n fue el comienzo del programa y vimos !a lucha de los elementos por crear algo maravilloso. La tribu manobos de Filipinas, Ia narra con un hermoso sentido primitivo e inocente, y el publico !a recibe con beneplacito. La sencillez no se pierde en Historia de una tribu y esa sencillez que se va enriqueciendo poco a poco con mayor colorido; mas rico vestuario y Ia mezcla de lo sagrado y lo profano, crea un estilo peculiarisimo de canto y baile. Todo muy ex6tico y todo muy espontaneo. Vemos a traves de los diferentes numeros ofrecidos por el Filipinescas, c6mo llega !a civilizaci6n y como Espana tambien deja entre ellos su huella en Ia milsica y en los pasos de sus bailes populares; pero podemos tam bien observar como, a pesar de Ia colonizaci6n y cristianizaci6n de Filipinas en 1565, ya los nativos tenian muy dentro sus costumbres y sus sentimientos y a pesar de las influencias extranjeras, guardaron el rico acerbo de sus propias costumbres. Escena de belleza total lo es M alaa Kalilan, donde apreciamos todo el ceremonial de una boda real, desde que Ia sacerdotiza hace su ofrenda a Immam (hombre sagrado), hasta que ya casados, el principe y Ia princesa toman parte con toda Ia corte real de las festividades propias de esc dia. "La epoca actual estuvo representada por Ia alegria rustica y que tiene su momento mas alegrc y simpatico cuando los plantadores tra tan de a tra par las pa tas de un travieso pajaro ( tikling) entre los palos de bambu."

Varia El Ballet Raza de Bronce se present6, el 26 de abril, en el Teatro

del Bosque, con ritmos musicales de Rosendo Vazquez y actuaci6n especial de Roberto Briones. El programa se compuso con dos obras: X tabay y Leyenda de Ia princesa. N arr6 !a funci6n Stella Inda. • Bajo el patrocinio de Ia Junta Espanola de Covadonga se efectu6, en el Teatro de Bellas Artes, el 13 de junio, el X Festival de Musica, Coros y Danzas Espanolas. Participaron los coros polif6nicos y los instrumentistas de los cuadros artisticos de los centros espanoles de Mexico. "El grupo que mas se clistingui6 por sus coreografias, danzas y coros -dice Eloisa R. de Baqueiro en El N acional ( 16 de junio)- fue el del Centro Gallego. Primero impresion6 con Fest¡ividades de Santiago Apostol. . . Su segundo cuadro, A xeitura ( Ia siega), fue pleno de colorido y alegria."

0 TEATRO Teatro musical El 9 de febrero hizo su prescntaci6n, en el Teatro de Bellas Artes, !a campania Teatro Arena de Sao Paulo, Brasil, con Ia obra Arena conta Zumbi. En El Universal Cuifico ( 13 de febrero), Carmen G. de Tapia hizo una resena: "Espectaculo que en sin tesis es una cxpresi6n de protesta contra los regimenes dictatoriales del mundo, los gobiernos goriloides de los pueblos hispanoamericanos y el contubernio de estos con los intereses extranjeros; Ia esclavitud de los negros en .el Brasil de 1609 a 1969 y !a historia de Zumbi, el ultimo de los reyes de Palmares, Ia republica negra fundada en Ia selva brasilena por un esclavo escapado de un barco negrero en aquella epoca. Todo esto formando parte de un pasado y un presente en Arena conta Zumbi, con texto de Gianfrancesco Guarnieri, y Augusto Boa!, director de escena; musica de Edu Lobo dirigida por Theo de Barros. "Once artistas en total -entre estos, dos actricesinterpretan diversidad de personajes de Ia obra, cantan y danzan, todo ello a cuerpo limpio, sin caracterizaci6n, enfundados en pantalones con roclilleras y blusas de colores. . . Su contenido es a todas luces dramatico y violento. Llama Ia atenci6n ]a musica que sirve de fondo interpretada por un baterista, contrabajo y guitarra, de colorido muy localista."

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VIDA CULTURAL Estado de secreto En el Teatro Comonfort fue estrenada, el 23 de abril, Ia pieza E st ado de secreta de Rodolfo U sigli, con escenografia de Jose Mendez y bajo Ia direccion de Alejandro Bichir. Los actores fueron Jorge Lavat, Maricruz Najera, Jose Antonio Raeza, Amado Zumaya, Roberto Rivero, Salvador Ornelas, David Espinosa, Ricardo Deloera, German Castro, Arturo Albo, Luis H. Alvarez, Jaime Resendiz, Manuel Ibariez, Jaime Meza, Esteban Mendoza y Alejandro Tapia. "El trabajo en esta farsa --e.'cribio Jose Hugo Cardona en E l Ur;iversal (2 de mayo ) - logra de]ar ver una excelente exposici6n de caracteres, un dibujo fi e! de perscmas y el desarrollo de situaciones eminentementc humoristicas .. . En esta puesta en escena, interesante descle todos los puntas de vista como reprcscntacion teatral. logra una labor manifiestamen te Hcil el actor Jorge Lavat, secundado por un cuaclro que ejemplariza sus caracterizaciones. . . Caracteriza con habilidad dos personajes femeninos la actriz Maricruz Najera y da muestras de talento a! hacerlo. Pero el que se ga na todas las simpatias del publico es el actor Roberto Rivero, con Ia caracterizacion de un maestro de mus~ca a! que hace con gracia, humonsmo y con intuicion. Dirige E stado de secreta Alejandro Bichir. del grupo de nuevas animadore~ escenicos con que contamos."

Frida Kahlo La vida de Ia pintora Frida Kahlo clio pretexto a Federico S. Inclan para escribir una obra que fue estrenada, el 24 de abril, en el Teatro Jimenez Rueda. En Cine Mundial ( 26 de abril) aparec10 un elogio de esta puesta en escena: "El autor se tom6 varias libertades en el planteamiento de los hechos reales, pero acerto en Ia eleccion del recurso de dar vida a tres munecos de carton, de los conocidos como judas, para mover el aspecto subjetivo de Ia protagonista. "El director Daniel Salazar, debutante en teatro profesional, se anoto un exito en Ia concepcion del montaje que llevo a cabo a base de parlamentos no directos entre los dos principales personajes, en !a primera parte, sino en 'apartes' que dan un clima de idealismo muy teatral. Admirable resulto Ia caracterizacion de Jose Galvez como Diego Rivera, a! que

revive escenicamente con gran acierto. Stella Inda, en su Frida Kahlo, quiza estuvo algo baja de voz, pero intensa en su interpretacion en todo momenta. Buen marco formaron en Ia acci6n Betty Catania, Valerio Garza, Leticia Gomez y Juan Angel Martinez. La escenografia de Felicia Medina provoco aplausos desde que se le\'anto el tclon."

Teatro Negro de Praga Durante cuatro semanas cl io funciones, en el Teatro Hidalgo, el Teatro Negro de Praga. De su trabajo se ocupo Marciano Navarrete en Diario de Ia Tarde ( 4 de junio): "Todo un mundo de magia inasible, imponderable en los dos sentidos del vocablo, ingravido, adquiere un movimiento muy significativo para crear una raoida pincelada en que pueda haber · ternura y dolor, humorismo y drama. Es una espccie de pantomima particularm cnte iluminada e iluminativa este espectaculo del Teatro Negro de Praga. No dispone de pantall as ni de proyecciones cinematograficas como La Linterna Magica. Aqui es pura actuacion en vivo, centrada a proyecta r una vision magica, fantastica y fantas magorica, de las formas humanas y de los objctos, brazos, piernas, manos, sombreros, guantes y demas que cumplen un papel determinado en el mimodrama con graciosa liviandad y con todo el poder de quien ha roto o traslado su centro de gravedad. En suma, es el arte silencioso de la pantomima como medio de expresion universal; pero a! mismo tiempo viene a ser Ia tecnica de Ia iluminaci6n a! servicio del arte plastico y como espectaculo. Y como hay en todo ello buena carga de ironia, muy fino humorismo en torno a! destino del ser humano, el resultado es apasionante y sugestivo. "Seria justa mencionar a todos, porque los verdaderos creadores son los que permanecen ocultos; pero en escena sobresalen Emilie Mareckova, Frantisek Kratochvil y Milan Matejcek."

Varia La Asociacion de Criticos y Ensayistas hizo entrega, en el Teatro Xola, de los premios correspondientes a! aii.o 1969. Sus decisiones fueron las siguientes: • Los albaiiiles, obra de Vicente Leii.ero, fue premiada con e1 trofeo Juan Ruiz de Alarcon.

• A Ignacio Retes se le concedio el premio Jose de Jesus Aceves por su direccion de Los albaiiiles. • Beatriz Sheridan recibi6 el premio Maria Tereza Montoya como Ia mejor actriz por su actuacion en Un tranv£a llamado Deseo. • Claudio Obregon por su actuacion en La danza macabra se hizo merecedor a! premio Ricardo Mutio, instituido para el primer actor. • El premio para Ia revelacion femenina fuc para Gloria Leticia Ortiz por su trabajo en Kean . La revelacion masculina fue Alejandro Suarez en La fiaca . • A Felicia Medina otorgaron el premia Diego Rivera dedicado a Ia escenografia mas apropiada, por Ia que ide6 para Los albaiiiles. • La mejor coactuaci6n femenina !a ofrecio Monic a Serna en Un tranu£a llamado De seo y Ia mejor coactuacion masculina, Jose Carlos Ruiz en Los albaiiiles. • El grupo experimental de Alejandro Bichir obtm·o el premia Xavier Villaurrutia por su obra La madre. • En Un hombre de Ia Mancha, C laudio Brook tuvo una magnifica actuaci6n. Los criticos acordaron concederle un premia especial. El trofeo Chac-Mool, por primera vez se entrego a los triunfadores y a todos los que integraron las ternas se les dieron diplomas. • Se rindi6 un homenaje a !a actriz Maria Tereza Montoya simbolizado en una medalla de oro que se le prendio en el pecho. • L a temporada de Teatro Escolar se llev6 a cabo con dos obras, El niiio y !a luna y Flor de juegos antiguos de Agustin Yanez, bajo Ia direccion de 6scar Ledesma. La primera fue escenificada en el Teatro Jimenez Rueda, y Ia segunda en el Teatro de Bellas Artes. Participaron en elias las actrices Marta Ofelia Galindo y Carmen Areu y los actores Valerio Garza y Carlos Vazquez. • De los 24 grur;o.s que se inscribieron para partJC!par en el IV Festival de Primavera, el comite de selecci6n -Maria Luisa Mendoza, Marco Antonio Montero y Felix Cortes- eligio a los 9 mejor preparados: Primer grupo: Laboratorio Teatral Foro Independiente, con Ia

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VIDA CULTURAL 'Obra La ultima flor, de Jaime Arellano, con Cesar Perez Soto como director. Segundo grupo: Tespis, con Los aiios luz, de Carlos Almas, bajo la direccion de Aurora Mosso. Tercer grupo: El Circulo, con La fabrica de juguetes, de Jesus Gonzalez Davila, dirigida por Manuel Novelo S. Cuarto grupo: Taller de Composicion Dramatica del Instituto Politecnico Nacional, con Ia obra Vision I, de los autores Sergio Peregrina, Jose Lopez Arellano, Jose Luna y Jesus Assaf, bajo Ia direccion de Del Castillo, Perez Arellano, Luna y Lopez Ramirez. Quinto grupo: Teatro de Busqueda, con Vampiro Opus I, de Nicolas Nunez, bajo la direccion de Carlos Gonzalez Hernandez. Sex to grupo: Club de Teatro de San Pedro, Coahuila, con la obra Viva el Rey, autor y director Alfredo Hernandez. Septima grupo: ADDS, de Hermosillo, Sonora, con Ia obra InTicitezcatl o el espejo encantado, de Salvador Nova, bajo Ia direccion de Alberto Estrella. Octavo grupo: Ascarico, que presento la obra Alga efimero que contar, de la que es autor y director Mario Humberto Chavez. Novena grupo: INBA, de Zacatecas, que presento La tia Pocha, de la que es autor y director Juan Juarez Gomez.

D CANTO Opera N acional Con El niiio y los sortilegios de Ravel, La vida breve de Falla, Traviata de Verdi, Lucia de Donizetti y Fausto de Gounod, la 6pera Nacional clio una temporada, en el Teatro de Bellas Artes, a partir del 8 de mayo. De la representacion de Traviata, Eloisa R. de Baqueiro senalo en El N acional ( 19 de mayo) : "Se escogio para protagonista del drama a la joven soprano Hortensia Cervantes, a quicn la Union Mexicana de Cronistas de Teatro y Musica hizo merecedora del diploma para la mejor cantante del a no 1969. "Hortensia Cervantes ,.a en camino siempre ascendente y con Traviata ha subido un peldano mas de su dificil can·era. Desde el primer acto puso de manifiesto que estudio los pasajes mas dificiles de la obra con verdadero teson, demostrando que tiene una emision facil y que aun puede dar mucho mas como soprano ligcra. Era su debut en este papel.

"Otrn eantante que thicde ton· siderarse un profeslonaf insustitui· ble en nuestro media es el baritono Roberto Bafiuelas. A el se le confi6 el papel de Germont, el padre de Alfredo, en cuyo desempeno estuvo verdaderamente impresionante, tanto como cantante como en su madurez de actor." Elisa Kahan se refirio al Fausto, llevado a escena el 4 de junio, en su cronica de N ovedades ( 14 de junio) : "El elenco estuvo formado par cantantes jovenes que posiblemente desempeiiaron par primera vez estos papeles. Solamente el bajo Arnold Voketaitis, personificando a Mefist6feles, fue el unico artista invitado del extranjero. Empuno la batuta, al frente de la Orquesta de la 6 per a, Salvador Ochoa, que ademas de conocer la partitura a Ia perfeccion goza a Ia hora de dirigir. Con muy contadas excepciones, Ochoa tuvo bajo control toda la funcion. "Los tres personajes principales, aunque los demas tambien son importantes, fueron encomendados a! tenor Froylan Ramirez (Fausto), a ]a soprano Guillermina Higareda (Margarita) y al bajo Voketaitis. El baritono Marco Antonio Saldana (Valentin), que siempre desempenaba papeles menores, hizo gala en esta ocasion de bien timbrada y calida voz, musicalidad y profesionalismo. "Ramirez se distinguio par su organa vocal robustecido con seguros y nada forzados agudos, y ante todo par el sentimiento que imprimia a! canto. Guillermina Higareda no defraudo. Su buena y fresca voz, parej a en todos los registros, aun en el registro alto conservo Ia calidez sin asomo de estridencia ."

Varia En la Sala Ponce fue representado, en forma de opera de camara, L'enfant prodigue de Claude Debussy. La funcion se llevo a cabo el 22 de abril. En su cronica aparecida en Excelsior ( 24 de abril), Junius indico: "Como se trata de una ob ra corta, tambien se presento un acto de concierto par la soprano Marina Argelia Lopez, que canto Beau So i r de Debussy y A pres un reve de Faure; el tenor Carlos Pimentel, con tres canciones de Schumann y La barca triste de Salvador Moreno, y el baritono Rafael Rufino M ontero, que tuvo a su cargo dos ari as de Verdi. El acompanamiento estuvo a cargo de Salvador O choa, que tarnbien fue el concertador a] piano en ]a representacion de El hijo pr6digo en que

JORGE

DELEZE,

6 per a naciona/

los papeles de Lia, Azael y Simeon fueron desempenados par los cantantes en e] orden que aparecen arriba. "La opera se desarrollo ante un cscenario simplificado, bajo la experta direccion de Carlos Diaz Du-pond. La voz de Marina Argeli a; es de un timbre muy bello, y muy· especialmente destacan sus notas agudas. Carlos Pimentel, a quien frecuentemente hemos escuchado; en obras de conjunto, canta cada vez mejor, cuidando mucho sus matices. Par su parte el baritono. Rafael Rufino Montero posee un. organa vocal de muy buen volumen, que maneja con soltura·." • La soprano brasilena Eny Camargo, acornpanada par el pianista Carlos Feliciati, ofrecio un recital, el mes de mayo, en Ia Sala Ponce . El programa se compuso con arias, lieders, arias de operas y canciones clasicas de composi tores brasilenos y argen tinos. En Ia revista Tiempo ( 1o. de junio) , Eli: 5a Kahan se refirio a esa funci6n: "Despues de esc uch a rla en las arias, hay que decir que se trata de una cantante dotada de un amplio volumen d e voz de bella calidad y de notorio sentido dramati co. M uy en especial llamaron ]a atencion sus notas en el registro alto, que emitio con seguridad y bello timbre, sin asomo de estri ... dencia."

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VIDA CULTURAL • El 21 de j unio, en cl Teatro de Bellas Artes d ieron una audicion los conjuntos corales, instrumentales y estudiantinas de varias escuelas de Ia capital del pais. En Excelsior ( 22 de junio ) , Luis Ferm1ndez d e Castro afirmo: "Nuestro juicio critico se inclino hacia el trabajo de Ia mas alta jerarquia artistica del maestro Rodolfo Ascensio, a l frente del bellisimo co njunto coral de Ia Escuela Secundaria num. 2. Las mas acendradas virtudes exigibles en un coro j uvenil fueron reunidas en este conjunto excepcional. "Dignos de menci6n fueron los conjuntos instrumentales de la Esc uela Independencia (prima ria ), de Ia Florencio M. del Castillo y, muy especialmente, el de la Escuela Republica del Brasil. No menos interesante fue el Club de Campanas d e la Escuela Nacional de Maestros, formado por dieciocho guapas ejecutantes con una sola campana cada una. "Muchos aplausos conq uisto el Conjunto Armonico de la Escuela Nacional de Maestros, las cstudiantinas de la Escuela Secundaria 38 (de Coyoacan ) y numero 100, de la Colonia Peralvillo. "Fueron encantadores los conjuntos corales de Ia Primaria Joaquin Ga rcia I cazbalceta, Escuela Pad re Mier, escuelas sccund a rias n\1meros 4, 4 1, 38, 11, 78, 75 y la 2 matutina. "Los maestros que h icieron posible este desfilc de arte fueron: Judith Amezcua de Quin tan a r, Francisco M ejia, David Gonzalez Pichardo, M a ria Vallin Gallo, Lucrecia M endez R endon, Consuela Luna, E steban C ontreras, Carmen M endez Alonso, Ad o lf a M e j ia, Adoracion Fabila, Pilar Garcia Luna, Francisco Pichardo Solares, Alarii Valle Mendez. Aurora Ortigoza M ora, M a ria Elena Campbell de Batiz y L eone! Gonzalez Aguirre."

Hernandez Campos dijo: "Tengo presente su fidelidad a los amigos, su sentimiento de camaraderia. Sostengo siempre ante mi, como un espejo, su d evocion a todo lo que fuera causa del pueblo; su gusto por la sencillez, su espiritu de ser,·icio. Quiero rememorar, como cosa que siento propia, su entu siasmo por el trabajo en equipo. Su con,·encimiento de que saber compartir Ia accion es base de toda justicia. Acepto como vocaci6n su afan de que el h ombre es Ia medida de todas las casas y de que nada que menoscabe su dignidad puede ser buena ni fructifero. Cultivo su misma idea de que hay que esforzarse porque Ia morada d el hombre sea digna de su humanidad, e l escenario d e su marcha hacia el futuro. Esta instancia es mas urgente que nunca en estos tiempos, en que el hombre ve cada vez mas deteriorado su ambiente por una ma rejada de impurezas que son como la ema naci6n d e sus muchas esclavitudes."

Centenario de Lenin El primer centenario d el natalicio de Vladimir Elich L enin fue r ecordado con una cercmonia efectuad a, cl 22 de abril, en el Teatro de Bellas Artes. En nombre d e Ia Secretaria d e Educacion Publica hablo Gilberta L oyo. T arnbien pronuncio un discurso cl emba jador de la URSS en M exico, K olosovsky.

Candelario Huizar El 3 de mayo muri6 el compositor Candela rio Huizar, a u tor d e los poemas sinfonicos Oxpanitztli, Pueblerinas y Surco; de Ia Sinfonia Cora y d e cantos cm·alcs, Huizar habia n acido en Jerez, Zac., en 1888.

Julio Torri

0 VARIA Homena jes a Ruth Rivera El Instituto Politecnico N acional ( 19 d e enero), el Colegio d e Arquitectos de Mexico y la Sociedad d e Arquitectos Mexican as ( 11 de febrero) y el Instituto N acional de Bellas Artes ( 12 de febrero) rindieron hornenaj e a la recientemente desaparecida Ruth R ivera, que fu e jefa d el D epa rtamento d e Arquitectura del INBA. En Ia u ltima d e esas ceremonias, J orge

Julio Torri, au tor de Ensayos ;· poemas, D e Fusilamientos y L a literatura espanola, murio el 11 d e mayo, semanas antes d e c umplir los 8 1 anos de edad.

Jose Carlos Becerra AI finalizar el mes de mayo, en I talia, murio el poeta Jose Carlos Becerra. Originario d e Villa hermosa, T ab., con taba 34 a nos d e edad y su unico libro era R elaci6n de los hechos, publicado en 1967.

Pradel Dos funcion es ofrecio el rmsmo frances Pradel, el 12 y el 14 de mayo, en el Teatro de Bellas Artes. Arturo Cava, en El Nacional (26 de mayo) , se refirio a su actuaci6n: " Se trata realmente de un recital, con numeros suel tos que representan breves anecdotas, rapidas pinceladas sabre tipos e incidentes humanos, en que todo se expresa mediante el m ovimiento del rostra, de las manos y del cuerpo en general; es el idioma universal, el de Ia mimica, que en Pra del no es solamente un instrumento de comunicacion humana sino al mismo tiempo viene a ser una creacion a rtistica. "Satira, parodia d e lo cotidiano, caricatura de lo que es la rutina del hombre y, claro esta, el consiguiente hum orismo constituyen las caracteristicas esenciales del espectaculo pa ntomimico de Pradel."

Joan Manuel Serrat Los dias 28, 29 y 30 de mayo y 5, 6, 7 y 15 de junio clio recitales, en el T eatro de Bellas Artes, el cantante espana! J oan Manuel Serrat. De cl se expreso Enrique Amed en El H eraldo ( 30 de mayo) : " Su experiencia y profesionalismo com o cantante permiten que el publico se introduzca en un mundo de poesia y el animo sube o baja a! compas de sus canciones. Su sentimiento verd aderamente cata lan lo cxpresa en sus propias composiciones.

Conferencias En el ciclo de conferencias titulado "De la ironi a y el humorismo" que se efectuo en Ia Sa !a Ponce, toma ron parte Guti erre Tibon ( 11 de junio), M auricio Gomez M ayorga ( 18 de j unio) y Raoul Fournier (25 de junio) .

Exposici6n filatdica deportiva En el P alacio d e Bellas Artes se abrio al p{rb lico, el 19 de junio, una exposici6n, " Sportmex 70", d e sellas posta les relacionados con los Juegos Olimpicos. L a colecci6n se campania de m as de 15 mil p iezas p roced entes d e 28 coleccionistas de M exico, los Estados U nidos, Escocia, Suecia, Belgica y Polonia.

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Ballet Independiente

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