Periodico la palabra n3 2013

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LA PALABRA

Nº 3/ Noviembre de 2013

Asociación Sindical de Profesores Universitarios-Risaralda

Se nos extravió el ABC de la Democracia en la UTP.

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De la acreditación de alta calidad para la institución UTP.

Relaciones peligrosas: Producción académica, concursos y algo más.

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La universidad de los atletas

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La cancelación del segundo semestre de 2013: La definitiva desinstitucinalización de la Universidad Tecnológica de Pereira ASPU - RISARALDA

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l acuerdo 29 de 23 de octubre del Consejo Superior cancela el segundo semestre del año 2013 de forma irresponsable y antidemocrática donde se leen más las excepciones a la norma que una directriz de política académica.

Semestre cancelado

No es gratuito que después de ser emitida tal resolución, esta sea entendida como una cancelación SELECTIVA del semestre --- para los estudiantes que en derecho de la protesta entraron a paro----, y, por otra parte, se interprete como la EXPULSIÓN de la comunidad universitaria, no solamente a los estudiantes “negligentes” sino, además y, por carambola, a los profesores Continúa en la pág. 3

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EDITORIAL: Crisis y reconstrucción moral de la Universidad Comité Editorial Gonzalo Arango J, Director Luis Enrique Tabares. León Felipe Cubillos. Carlos Holguín. Wiliam Rendón. Ilustraciones: Andrés Felipe Cano. ASPU-RISARALDA Universidad Tecnológica de Pereira Edificio del Galpón - La Julita-Pereira tel: (6) 321 5627 correo electrónico: asputp@utp.edu.co Facebook: Aspu Utp ASPU-Risaralda Fenalprou

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oco tiempo después que el actual rector de la UTP, ingeniero Luis Enrique Arango Jiménez, asumiera la dirección de la Universidad, uno de sus primeros desafíos consistió en emprender la reconstrucción física del claustro, averiado por el movimiento sísmico que azotó al eje cafetero en 1999. Hoy, catorce años después, la reconstrucción del principal centro de estudios de la región es mucho más compleja, porque pasa por lo académico, lo ético, lo moral y democrático. Los daños estructurales causados por el modelo de universidad agenciado durante más de una década, ocho de ellos bajo el entorno autoritario y clientelista del gobierno de Alvaro Uribe Vélez, tienen sumida a la Universidad Tecnológica de Pereira en una profunda crisis, no menos importante y patética que al resto de universidades cocinadas al calor de la irredenta ley 30, y cuyo paradigma institucional es la UTP. Aunque los balances de gestión despiertan aplausos y venias, al ritmo de indicadores y marketing, lo cierto es que la imagen proyectada hacia la sociedad contrasta con la cotidianidad que se vive en la universidad, gracias a

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un esquema de cobertura construida desde dos premisas propias del neoliberalismo: privatización de nuevas ofertas académicas y restricción de la democracia interna. Y como el modelo de mercado no garantiza el equilibrio general, una de las grandes averías de éste ha sido justamente el sacrificio de la calidad académica, y no menos importante la calidad de vida de cientos de docentes, contratados a destajo y en condiciones que denigran su dignidad humana. La UTP es hoy un monumento a la degradación contractual de los catedráticos, maquillada con figuras con la “acreditación de ALTA CALIDAD”, un pasa bordo con el que se franquicia la arbitrariedad, la mediocridad, y el envilecimiento docente. Cuando decimos que la reconstrucción es moral, es porque sencillamente los costos de esta transacción han sido nefastos para la vida universitaria. Sucesivas reelecciones, incluida la que se protocolizó a puerta cerrada, bajo la vigilancia del temible ESMAD, solo ratifican que uno de los pilares básicos de la vida universitaria, como lo es la democracia, se vino a pique y a cambio pulula el miedo y la cooptación de lealtades, una dupleta perversa que paga dividendos desiguales.

Las recientes denuncias publicadas en el anterior número de LA PALABRA sobre presuntas irregularidades por parte de un alto directivo de la Universidad, nada más ni nada menos que involucra a su Vicerrector Académico, en la asignación de puntos por producción intelectual, no solo han producido indignación y malestar en el cuerpo docente, sino que ha provocado lo peor: un desgobierno universitario bajo la mirada de los organismos de control, que ya deberían estar investigando este y otros casos de abuso de poder, y tráfico de influencias. El edifico ético de la UTP presenta fallas estructurales en algunos casos, y en otros sus torres emblemáticas han quedado por el suelo, si se suman los escándalos por cuenta de la Red Alma Mater, a cuyo ex director, no le cabe una denuncia y sanción más por parte del Ministerio Público, al mismo ritmo de las multimillonarias contrataciones indebidas con docenas de instituciones gubernamentales a la sombra de los vericuetos de la ley. ¿Hasta cuándo soportaremos más titulares de prensa por cuenta de la corrupción? La marca UTP, y otras arandelas asociadas a una organización de corte empresarial han desdibujado


la esencia del espíritu que una Universidad Pública debe tener, si realmente está preocupada por el avance del conocimiento al servicio de la sociedad y el progreso de la región, y no como realmente ha venido ocurriendo: a merced de un proyecto político clientelista que corroe y envilece las finanzas públicas universitarias. La UTP está capturada por facciones políticas ligadas al clientelismo y la corrupción local. La reconstrucción integral de la UTP es una tarea que nos convoca a todos y todas quienes tenemos sentido de pertenencia por una universidad que requiere de funcionarios y académicos transparentes, con un alto sentido del valor por lo público, capaces de devolverle su honra, hoy seriamente cuestionada por los factores anotados anteriormente, algunos de los cuales se amparan en una autonomía cada vez más deslegitimada. Negar la crisis de la universidad, bajo el prejuicio de una conspiración, resulta en consecuencia un insulto y distractor mediático hacia la comunidad profesoral, al estudiantado, trabajadores y empleados, y padres de familia, y por supuesto a la comunidad local y regional. Moral, ética, académica y democráticamente hablando, la universidad en las condiciones anotadas es insostenible. Está en ruinas y hay que reconstruirla, y no propiamente con quienes la han destruido.

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catedráticos eternas victimas de estas situaciones que sólo hasta el lunes 28 de octubre pertenecieron a nuestra institución.

se continuaba amplificando a ritmo de Regeton y Electrónica, fiestas de integración del Halloween, en una “Universidad Desintegrada”.

En la declaración de motivos como en el acuerdo mismo pulula un régimen discrecional:

“En nombre del respeto de la institucionalidad se ha desinstitucionalizado la Universidad” así lo evidencia unas directrices operativas surgidas al día anterior sin ningún tipo de criterio académico, donde se exhorta “al sálvese quien pueda” siempre y cuando un docente certifique “él” y no el “Consejo Superior”, al estudiante que por apatía al movimiento estudiantil, pueda continuar el semestre académico.

Están exentos de la cancelación de semestre: los estudiantes de los programas de Medicina, Atención Prehospitalaria, Administración Industrial, los programas de Intercambio en ambas direcciones, los posgrados, los programas ofrecidos en los distintos CERES y los ofrecidos en Extensión; del mismo modo, los estudiantes que en condiciones de anormalidad continuaron en clase, prácticas o laboratorios (poco importa que haya sido en los cubículos de los profesores, la biblioteca, en los pasillos, o en cualquier tipo de establecimiento o espacio público por fuera de la Universidad, la presentación de exámenes en el parque de los Álamos, por ejemplo,) y , finalmente, los estudiantes que deseen continuar con las clases del ILEX. En esta ambigua decisión, los profesores tenemos la oportunidad de capacitarnos gratuitamente en cursos virtuales, de disfrutar de vacaciones adelantadas, de continuar con nuestros proyectos de investigación y extensión y de volvernos unos verdaderos notarios (casi reyes) porque con nuestra firma podemos certificar notas, asistencias e inasistencias. En esta semestre cancelado, también se observa un día después en el galpón y al frente del edificio administrativo, como

Ahora el profesor catedrático tiene todo el poder conferido por el Consejo Superior para definir la continuación del semestre de cada estudiante, finalmente se puede entender el verdadero poder de los profesores ocasionales que el Rector se comprometió a fortalecer desde su administración, paradójica situación cuando después de tener la posibilidad de cancelar numerosos semestres, de numerosos estudiantes ( y de salvar otros tantos), al otro día le será cancelado un contrato que no se le ha entregado.

actuaciones tan infortunadas. Exhortamos entonces un verdadero acuerdo, que no surja de aspectos formales, coyunturales y divisionistas sino de un Consejo Superior digno de lo que representa y no inferior a lo que exigen las circunstancias de una institución tan importante para la sociedad, como lo es nuestra Universidad Pública. Ser responsable es tener la capacidad de dar respuesta: ¿será posible para nuestro gobierno universitario satisfacer todas dudas sobre todo desde lo “legal”? Posdata: ¿Qué pasará con la matrícula de los estudiantes? Y ¿cuál es la normatividad que cobija dar clases por fuera de la institución?

Sin argumentos académicos, sin derecho a la igualdad, sin unas claras directrices, este tipo de acuerdos mal escritos (leer el gazapo de los cursos “sobrevivientes”) ahondan la crisis de legitimidad del gobierno universitario. Lloverán las cartas y actos simbólicos de protesta, los derechos de petición y las tutelas. Lógica consecuencia de decisiones discrecionales. Sólo el dialogo inteligente podría regular

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Se nos extravió el ABC de la democracia John Jaime Correa Ramírez Docente Asociado Facultad de Ciencias de la Educación

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e nos extravió el ABC -o “el Coquito”- de la formación política, democrática y ciudadana en la Universidad. ¿Cómo es posible que en una institución pública de educación superior donde se promueve la formación y la investigación sobre temas tan trascendentales como el Estado, la ciudadanía, la democracia, el sentido de lo público, etc., –y se supone, además, con base en una pedagogía deliberativa, crítica y pluralista-, se impongan criterios más de tipo autoritario y de forma unilateral y que son legalizados mediante el uso calculado,

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estratégico y personalista de las posibilidades jurídicas? Parece ser que quienes están en los altos cargos de dirección y de toma de decisiones de la UTP han seguido el dictado del maestro Darío Echandía al pie de la letra, cuando decía que “el poder es para poder”. Con miras a aportar otros elementos de análisis que contribuyan a enriquecer el debate público y retomar los espacios de diálogo, quiero expresar los siguientes puntos de vista:

A ¿Cuáles son nuestros imaginarios sobre el poder? ¿Cómo se “conquista” el poder? ¿Cómo se ejerce? ¿Cómo se legitima el poder? La búsqueda de respuestas a estos interrogantes nos lleva a revisar nuevamente muchos de los tratados de la sociología dura e incluso de la ciencia política, para darnos cuenta que en nuestro ámbito académico universitario siguen imperando las medidas caudillistas y autocráticas que, observadas en la escala micro de nuestra pequeña comunidad universitaria,

evidencian los problemas de método y principio para la construcción de la democracia bajo el ideal de los consensos entre personas plenamente asumidas en su “condición de mayores de edad” en el sentido que Kant le otorgaba a esta expresión. Y en lugar de esto priman los inveterados “miedos a la democracia” que justifican –o les da “derecho”a quienes detentan “el poder” de restringir el acceso a los espacios de toma de decisiones e incluso hasta de modificar la normatividad vigente en beneficio de sus intereses particulares. No ha habido lugar para que


Los hechos vividos de tiempo atrás en la Universidad han demostrado un ejercicio excesivo y ventajoso de su poder que sobrepasa la justa medida, que es contrario a la voluntad de una gran mayoría y que lo usa en ventaja propia, como cuando el Consejo Superior, sin convocar a elecciones para rector ni conocer otras hojas de vida, procedió a reelegir al rector sin abrir los espacios de consulta reglamentados a los demás estamentos universitarios

nuestras directivas reflexionen serenamente sobre el hecho de que ellos encarnan un “poder constituido” que les hemos delegado quienes en esencia hacemos parte del “poder constituyente”. O sea, se ha perdido esa mínima y necesaria claridad sustancial y procedimental de la democracia que permita entender a los directivos y a quienes en un futuro, ojalá no muy lejano, pretendan asumir las riendas de la Universidad, que el poder es delegado y transitorio, y no un poder perpetuo –eso es absolutismo-. Que la base del ejercicio de los derechos fundamentales individuales se da sobre los límites que se le establecen “normativamente” al poder político y que son “inviolables” por el mismo, como señala Pedro Salazar Ugarte1. De lo contrario estaríamos ante una “democracia aparente” en la que las relaciones de poder, la toma de decisiones, etc., parecen desarrollarse según ciertas reglas democráticas, pero adolecen de unos mínimos presupuestos para su correcto funcionamiento. Como se aclara en este mismo texto, “la limitación del poder contra los abusos es ilusoria si el sujeto que detenta la facultad de ejercer el poder coactivo es el mismo sujeto que establece las reglas que deberían limitar su ejercicio”2. En consecuencia, nos preguntamos: ¿qué instancia puede frenar el poder ilimitado del rector? Los hechos vividos de tiempo atrás en la Universidad han demostrado un ejercicio excesivo y ventajoso de su poder que sobrepasa la justa medida, que es contrario a la voluntad de una gran mayoría y que lo usa en ventaja propia, como cuando el Consejo Superior, sin convocar a elecciones para rector ni conocer otras hojas de vida,

procedió a reelegir al rector sin abrir los espacios de consulta reglamentados a los demás estamentos universitarios. Esto constituye un problema serio de legitimidad que atenta contra la credibilidad pública de sus mandatos e iniciativas3 . Desconocer esto ha tenido profundas implicaciones sobre nuestra marcha institucional, sobre la gestación de nuevos liderazgos académicos y nuevos proyectos y formas de concebir la universidad y el trámite de sus conflictos académicos y administrativos, e incluso sobre la idea de la universidad como un proyecto construido colectivamente – asumiendo la legitimidad de expresión de los “otros” como interlocutores racionales y por ende críticos de dicho poder-. Ahora lo que prima es una forma muy acomodada de entender la academia: dejar hacer sin molestar o que prime el famoso criterio utilitarista del “cómo voy yo ahí”, "coma callao" o "que esto quede entre nosotros", que se presta para toda la cadena de intereses creados particularistas –en torno a un proyecto, a un puesto de cátedra o un plaza de profesor transitorio, etc.-, así como para volver habitual la corruptela generalizada que nos hace ver la universidad como un inagotable botín de “operación comercial”. También se ha desconocido que toda forma de gobierno requiere establecer sus propios límites y sus formas de control. Pero cuando las personas no tienen el más mínimo reparo en transgredir estos límites o “auto-controles” se abre como una especie de agujero negro donde nada está estructurado a la hora de ponerle freno al autoritarismo sucesivo y cualquier oposición se disuelve de inmediato ante el poder omnímodo y unipersonal del rector.

Quizás aquí cabría recomendar al rector que en lugar de escuchar repetitivamente la canción de Lolita “No renunciaré”, mejor leyera el relato de Ulises –en la Odiseaque era presa fácil de los cantos de sirena del poder y de las más hondas pasiones que éste suscita, por lo que debió autoamarrarse al mástil de su maltrecha embarcación para regresar al punto de origen4. Lo anterior no es sino una muestra más que el poder desgasta y obsesiona, hasta el punto de desconocer que “una forma de gobierno es democrática cuando las decisiones colectivas son el resultado de un juego político iniciado y controlado «desde abajo» por los ciudadanos, es decir, por los destinatarios de las decisiones colectivas”5. Todo lo anterior tiene mayores repercusiones si pensamos que nos hallamos dentro de una Universidad Pública. Estos cuestionamientos no son simples clichés academicistas. Podría decirse que todos estos interrogantes constituyen la razón de ser de nuestra universidad, como una comunidad académica en mayoría de edad, capaz de pensarse autónomamente, de manera crítica, por sí misma. A no ser que todo esto sea una falacia, una promesa incumplida más de la democracia. Pero esto consta en los principios rectores de la universidad. Lamentablemente son las mismas directivas en cabeza del rector quienes han venido desatendiendo flagrantemente este dictado misional6, a pesar de toda la pantomima conciliadora que se ha hecho circular por medios de comunicación escritos y radiales, lo mismo que por la página institucional de Campus Informa. Pero al parecer, nuestra actual

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realidad dista mucho de estos principios que ilusamente pregonamos en las aulas de clase para construir la base de una sociedad más plural y más madura para entenderse y repensarse desde sus conflictos y malestares académicos.

B De manera puntual quisiera profundizar en el siguiente aspecto: es muy evidente el desequilibrio o la desproporcionalidad en la forma como se construye la gobernabilidad democrática en la UTP, caracterizado por un profundo desfase entre principios, normas y procedimientos. Partamos del hecho de que la política es “la aspiración a la participación en el poder, o la influencia en la distribución del poder”, como diría Max Weber, y que los fines del poder pueden ser o altruistas o egoístas, que dicha aspiración se da tanto al interior de los Estados como de los grupos humanos, pero la política siempre está movida por intereses. Si se entiende lo anterior no resulta tan paradójico comprender que los representantes de los sectores mayoritarios dentro del Consejo Superior de la universidad, en este caso, estudiantes y docentes, estemos sometidos al designio de los representantes de unas minorías, como son los representantes de los ex – rectores, de los empresarios, y de las directivas académicas. No se equiparan los dos votos del representante profesoral y el de los estudiantes, que representan unas ¾ partes de la comunidad universitaria frente al reducido número de ex – rectores, de un determinado número de directivas académicas o incluso de empresarios –aquí cabe citar a Norberto Bobbio cuando señala en su texto de

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la Teoría General de la Política que “el voto de todos los ciudadanos debe tener igual peso”-7. A propósito, ¿cuántos empresarios hay en Pereira? ¿Cómo se da el proceso de elección –o selección- de este representante?, reconociendo además que Pereira no es una ciudad que se destaque mucho en el concierto nacional por su empresarismo, como se puede ver en el último informe de la revista Semana sobre las desigualdades del desarrollo regional en Colombia, donde ni siquiera se menciona esta región8. Lo cierto es que todo esto constituye una forma muy acomodada o amañada de entender la democracia y la autonomía en la UTP. En este caso cabe decir que el principio de autonomía se lo arrogaron –para sí mismos, de manera autocrática y restringida- el rector y sus áulicos en el Consejo Superior. Ellos son –supuestamentelos “mayores de edad” y nos subyugaron al resto de la comunidad académica –

¡Es que el no hace lo que yo le digo!

como dije anteriormente- a la “eterna minoría de edad” –es decir, como actores pasivos, faltos de razón-. Sobre la base de estos sobreentendidos es que algunos miembros del Consejo Superior juzgan unilateralmente cualquier acción de protesta, y por ende, no tienen razón nuestras protestas. O sea, acá sólo hay unos iluminados mientras los otros estamos en el oscurantismo, en la sinrazón. Y esto es muy grave, porque mientras estas personas están en su propio Olimpo, les toca convivir con –o mirar desdeñosamente desde su elevada condición de Consejeros- el resto de la “manada” de “ilusos desproporcionados”, de “rebeldes sin causa” que sólo reaccionan por un problema de hormonas, como le gusta decir al rector de la UTP. Y nuevamente, sobre la base de estos “entendidos”, el Consejo Superior procede en consecuencia. Autocráticamente, violando las propias normas estatutarias

que le asignan una función de control al poder, se modifican las normas para elección de rector y decanos, sobre la edad máxima para proseguir en el cargo, y ahora la ratifica con la decisión unilateral de cancelar el semestre, en medio de una gran confusión e indignación.

C Lo anterior también evidencia la poca capacidad que tiene la institución para tramitar sus propios conflictos. Prevalece el imaginario negativo de los conflictos, cuando buena parte de la historia de la universidad se ha hecho con base en los conflictos que expresan sus estamentos. La determinación de las directivas de cancelar el semestre es una muestra de la poca credibilidad del rector ante los estudiantes que no siguieron al pie de la letra sus indicaciones de cancelar el semestre y ante los mismos docentes que asumiéndonos en el derecho de la libertad de cátedra y la

¡Es que el no me escucha!


No se equiparan los dos votos del representante profesoral y el de los estudiantes, que representan unas ¾ partes de la comunidad universitaria frente al reducido número de ex – rectores, de un determinado número de decanos o incluso de empresarios

calidad de la educación no hemos atendido el llamado a dictar las clases virtualmente o rebuscándonos un salón por fuera de la Universidad. Queda muy en duda el espíritu conciliador del rector cuando en anteriores ocasiones “se pasó por la galleta” los espacios de negociación con ASPU y Sintraunicol a los que estaba obligado a asistir como representante legal de la institución o cuando clausuró unilateralmente una mesa de diálogo con los profesores que él mismo había convocado para tratar de resolver la crisis universitaria del 2011. Es una miopía no reconocer que la Universidad muestra un balance muy precario en la forma como resuelve sus conflictos internos. En un estudio realizado un par de años atrás9 que buscaba identificar las nuevas formas de comunicación y de identidad de los movimientos estudiantiles dentro de la universidad se había intentado mostrarle a las directivas de la UTP la necesidad de recuperar o redimensionar el sentido de lo público en la universidad, entendiendo lo público como “aquello que es de todos y que no es de nadie en especial”; de igual modo resaltamos que ciertas políticas adquirían la connotación de ser públicas porque se hacían, se discutían, se ejecutaban y se evaluaban en público, es decir, ante todos. El interrogante de fondo que se quería auscultar era: ¿qué tanto quieren comunicar, es decir, discutir en público, las políticas de la Universidad, o qué tan incluyentes son los procesos para la toma de decisiones en nuestra institución académica? También preguntábamos: ¿Desde las instancias superiores de la universidad se considera que toda la comunidad universitaria está

preparada para intervenir en los debates públicos o existe eso que en términos de la historia política latinoamericana se denomina “el miedo de las elites a la democracia”? En este mismo sentido, cuestionábamos si la participación o la apertura de ciertos debates públicos son una decisión o un criterio que se toma desde arriba o que se debe exigir desde abajo. Es claro que en algunos casos se asume que las personas sí están preparadas o capacitadas para participar, por ejemplo, cuando se invita a toda la comunidad a escuchar la rendición de cuentas institucional en publicitadas audiencias públicas. Algo similar podría decirse de los procesos de elección interna –en los que lamentablemente los factores que predominan son la abstención, el desinterés y la desinformación-. ¿Pero acaso la participación sólo es válida en las esporádicas coyunturas de elecciones o cuando se asiste pasivamente a escuchar la rendición de cuentas? ¿Qué tan válido es pensar en formar e informar al estudiantado universitario para una participación más activa dentro de la vida pública de la universidad? Al parecer estas inquietudes se quedaron sin ser revisadas ni discutidas sobre los escritorios de los directivos de la Universidad. Y en su lugar se ha seguido señalando negativamente las expresiones de malestar que conllevan al conflicto, sin entender que los conflictos sirven para hacer palpable la “momificación de un determinado sistema social” y que obligan a la innovación y la creatividad, como dice el sociólogo Lewis Coser: “un grupo o sistema que ya no es objeto de desafíos tampoco podrá dar una respuesta creativa. Puede subsistir, aferrado al eterno ayer del precedente y de la

tradición, pero ya no es capaz de renovarse”10. Por lo tanto es necesario que recuperemos la dignidad de la universidad pública y de nuestro oficio docente, tan pisoteado y mancillado en los últimos años. Estas medidas unilaterales de cancelación del semestre no resuelven el conflicto, y en lugar de gestionar salidas transitorias a este impasse, lo que hacen es represarlo y agudizarlo. Y además son una muestra más de la egolatría del rector que persiste en seguir atornillado al cargo modificando las normas a su antojo y la connivencia acrítica de las directivas que lo acompañan como escuderos fieles. Es necesario volver sobre los fundamentos primarios que deben regir la convivencia “política” –es decir, poder participar en la distribución del poder, porque la autonomía es un ejercicio que nos compete a todos –no es un privilegio de unos cuantos, es un derecho de todos- y se debe ejercer, en consecuencia, de manera plural –que nos permita elegir entre una pluralidad de alternativas reales-, con responsabilidad y con mecanismos que garanticen la posibilidad de elegir y ser elegido, con plena información, con dispositivos competitivos transparentes, en condiciones de igualdad y reciprocidad, porque “la esencia del juego democrático es la institucionalización del enfrentamiento público equitativo y equilibrado entre todas las opiniones y en todos los niveles”11. Pero también se requiere mucho realismo, con muy buenas dosis de pragmatismo. Hay que superar las divisiones sindicales y profesorales en el marco de unos mínimos principios de respeto,

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Queda muy en duda el espíritu conciliador del rector cuando en anteriores ocasiones “se pasó por la galleta” los espacios de negociación con ASPU y Sintraunicol a los que estaba obligado a asistir como representante legal de la institución

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reconocimiento y rigor académico. Hay que permitir el surgimiento de nuevos liderazgos académicos dentro de las diferentes facultades de la Universidad. Se necesitan escuchar nuevas voces con nuevos repertorios sobre la universidad, el conflicto y la acción social colectiva. Pero sobre todo hay que pensar en nuevos escenarios a futuro, ya que si bien es aparentemente fácil estar en contra de algo, no lo es tanto compartir intereses y criterios una vez se despeje el panorama de crisis en la Universidad y es posible que se reproduzcan los viejos conflictos arropados en nuevos conflictos. Una cosa es pensar la Universidad sin el rector Luis Enrique Arango y otra cosa es poder establecer nuevos consensos en función del proyecto de Universidad que nos cabe a todos en la cabeza de manera diferenciada. Lo que se viene a futuro es muy complicado, sobre todo cuando nos damos cuenta que el problema es mucho más profundo y entendemos que la universidad de Luis Enrique Arango se supone autosuficiente en recursos a partir de su gestión y que esa es su mejor carta de presentación, es decir, el autofinanciamiento y la ampliación de estructura física. De este modo no sólo él se permite poner los ladrillos y las bigas de la normatividad a su favor, sino que se siente a sus anchas en su propia casa, construida sobre su propio ego. Así es muy duro que exista un mínimo respeto por los derechos constitucionales de las mayorías o minorías, o por las bases democráticas sobre las que se supone se sustenta la universidad. Por eso tal vez algunas personas piensan que él lo que está es haciéndonos un favor -o por lo menos así es que se lo cantan las sirenas que tiene en su cabeza y los

perpetuos coristas del Consejo Superior-, pero sin pensar que esta la forma más alienadora del “embrujo autoritario” de los caudillos con poses mesiánicas.

Referencias 1. Salazar Ugarte, Pedro. La democracia constitucional. Una radiografía teórica. México: Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 18. 2. Ibid, p. 20. 3. El problema de la legitimidad –que constituye una especie de “moral” de las decisiones y de la representación políticafue estudiado a fondo por Max Weber. La legitimidad tiene que ver con la dominación. Para este autor la dominación consiste en “la probabilidad de encontrar obediencia de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandato); (…) la dominación puede descansar en los más diversos motivos de sumisión; desde la habituación inconsciente hasta lo que son consideraciones puramente racionales con arreglos a fines”. Weber, Max. Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica, 1984, vol. 1, p. 17 4. Ver: Chinchilla, Tulio Eli. “¿Ulises atado o desatado? Problema constitucional. (En: http://www.elespectador. com/columna163322-ulisesatado-o-desatado-problemaconstitucional) 5. Salazar Ugarte, op. cit., p. 29.

6. Según dice en los principios rectores de la UTP la “DEMOCRACIA: Se refiere a la combinación de un conjunto de reglas y procedimientos para el ejercicio del poder, del control, la oposición y toma de decisiones colectivas, a través de plebiscitos o instrumentos donde se garantice la más amplia participación de la comunidad universitaria”. ( h t t p : / / w w w. u t p. e d u . c o / institucional/principiosrectores.html) 7. Ibid, p. 32. 8. http://www.semana. com/economia/articulo/ crecimiento-economico9 Correa, Jhon Jaime, Leal, Catalina y Agudelo Alexandra. “Pluralismo, participación y comunicación: un acercamiento a las dinámicas comunicativas de las organizaciones estudiantiles de la Universidad Tecnológica de Pereira 2010”. En: Miradas, No. 10, 2012, pp. 84-99. (http://revistas.utp.edu.co/ index.php/miradas/article/ view/8585/5253). 10 Coser, Lewis. Nuevos aportes a la teoría del conflicto social. Buenos Aires: Amorrortu editores, 1967, p. 29. 11. Salazar Ugarte, op. cit., p. 29.


De la acreditación de alta calidad para la institución UTP Lo que los pares evaluadores externos no alcanzaron, no les permitieron o no quisieron revisar William Rendón Docente Programa Ingeniería Eléctrica

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raíz del conflicto que se está viviendo en la UTP y de las declaraciones al respecto que su Rector, Ingeniero Luís Enrique Arango Jiménez, ha rendido ante los medios, en las que enarbola la re-acreditación institucional de la UTP como uno de sus grandes logros es de sumo interés para la opinión pública mostrar cómo puede, de manera sistemática, maquillarse un proceso de AUTOEVALUACIÓN para que el resultado final, el informe, muestre cifras de desempeño tan cercanos a lo óptimo que pareciera no necesitar de cambio alguno en lo académico ni en lo administrativo, es decir, que estamos en la UNIVERSIDAD IDEAL. Lo primero que debe aplicarse es el precepto autocrático “Yo administro con quienes me demuestren lealtad total” Este principio de lealtad incondicional se implementó a través del representante de las directivas académicas en el Consejo Superior, William Ardila Urueña, quien impulsó modificaciones en el reglamento para que el nombramiento de decanos, que era un proceso democrático, se convirtiera en un proceso dedocrático (34%Consejo Superior, 22% estudiantes, 22% egresados y 22% profesores).

Segundo paso. A través de esos decanos leales, agenciar nuevos modelos de contratación de docentes, con unas reglas de comportamiento tan rígidas y constriñentes que garanticen fidelidad total a pesar de la precariedad económica, inestabilidad laboral y eso si con suficiente laxitud de cátedra para que esos docentes puedan manejar regalías académicas que resulten lo suficientemente atractivas al estudiante para que se mantenga en la institución. Tercer paso. Conformación del “Comité Central de Currículo y Evaluación” asegurándose que todos sus integrantes hayan demostrado voluntad plena y disposición incondicional para diligenciar los formatos que indagan sobre FACTORES Y CARACTERISTICAS, Cuarto paso. Asegurarse de aplicar los FORMATOS de consulta, única y exclusivamente entre las personas (profesores, trabajadores, estudiantes y egresados) que, igual que ellos, puedan generar evaluaciones altamente favorables sin perjuicio de cuestionamientos sobre la forma, profundidad y objetividad de las preguntas. Quinto paso. Revisión minuciosa y selectiva de la documentación diligenciada para que, por error u omisión de los encuestados, no se vayan a filtrar cifras que

desvíen los promedios hacia niveles tan bajos que despierten la curiosidad de los pares evaluadores externos por indagar más a fondo en esas debilidades. Sexto paso. Difusión de resultados a nivel local, regional y nacional para que la institución se convierta en el paradigma nacional que le permita a su gran gestor, catapultarse y erigirse como el ejemplo a seguir y con ello capotear todas las objeciones que pretendan FACTOR 1. FACTOR 2. FACTOR 3. FACTOR 4. FACTOR 5. FACTOR 6. FACTOR 7. FACTOR 8. FACTOR 9. FACTOR 10. FACTOR 11.

opacar su gestión y que por el contrario hagan ver a quienes cuestionemos su mandato autocrático como una horda de perseguidores políticos ansiosos de hacerse al pastel presupuestal de la institución. No esta demás que nuestros lectores conozcan las cifras resultado contenidas en el “INFORME DE AUTOEVALUACIÓN CON FINES DE RE-CREDITACIÓN INSTITUCIONAL 2011.

Misión y Proyecto Institucional 98.3% Estudiantes 89.3% Profesores 94.9% Procesos Académicos 91.3% Investigaciones 89.6% Pertinencia e Impacto Social 81.7% Autoevaluación y Autorregulación 92.1% Bienestar Institucional 77.4% Organización, Gestión y Administración 93% Recursos de Apoyo Académico y Planta Física 91.9% Recursos Financieros 95.8%

COMUNIDAD CONSULTADA Estudiantes Docentes Trabajadores Oficiales Administrativos Egresados

314 125 18 202 2.548

Es evidente que fueron omitidos los indicadores que reflejan la situación real de la UTP. Aquellos que permitirían opinar sobre:

COMUNIDAD EXISTENTE 2011 Estudiantes 16.085 Docentes 1260 Trabajadores Oficiales 21 Administrativos 326 Egresados No se tiene información • Hacinamiento por cuenta de la ampliación de cobertura desbordada. •

Deterioro

de

la

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calidad académica por la flexibilidad y laxitud del reglamento estudiantil al eliminar prerrequisitos en los programas de estudios, incorporar las pruebas de suficiencia y la puesta en marcha del programa “GERENCIA DE DESERCIÓN”.

MECATRÓNICA: Ni dialogo ni soluciones. Sólo calumnias, intrigas y agresiones Gonzálo Arango Jiménez.

• R e p o s i c i ó n , actualización y dotación de equipos suficientes para atender, con calidad, la creciente demanda de los laboratorios por cuenta del aumento en número de estudiantes por curso y nuevos programas de estudio.

¡Juancho! ¡Desocupe rapido que todavia faltamos muchos mijo!

• Inequidad caótica en la contratación de docentes provocada por la intervención de la Vicerrectoría Administrativa como ordenador de los cupos de docentes para cada programa y sus correspondientes modalidades de contratación, independiente de los concursos de méritos y de los planes de desarrollo de cada programa de estudios. • Incomodidad de profesores y estudiantes por el manejo deficiente de: Procesos de matrícula, asignación de aulas, adaptación de las mismas a las TICs. Finalmente, se percibe un manejo amañado de la información para impedir que los profesores, estudiantes y unos pocos funcionarios agremiados en entes sindicales no patronales, tengamos bases con las que cuestionemos las acciones administrativas que están llevando la MARCA UTP hacia el desastre como Institución Educativa Estatal.

H

ace siete años se creó el programa de MECATRÓNICA en la Universidad Tecnológica de Pereira –UTP-. Había sido un viejo anhelo de grupos académicos que trabajan en algunas áreas disciplinares afines o concurrentes en esta profesión, tales como el control y la automatización, incluso la mecánica, que habían logrado notable desarrollo y reconocimiento en la UTP, y que veían en esta novel campo profesional un importante nicho de trabajo en cuanto a la oferta de programas de formación, de investigación y de extensión. La propuesta, aprobada en el Consejo Académico, incluyó un diseño curricular nuevo en la universidad, el de los

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ciclos propedéuticos. Ese modelo había venido siendo promovido por la política gubernamental (Ley 749 de 2002)i con el propósito de incentivar la formación técnica y tecnológica, facilitando el tránsito entre estas y de allí a la formación en el nivel de ingeniería. La justificación, en términos generales para dicha política, era que quien pudiera obtener la formación técnica o tecnológica podría salir al mercado laboral y quienes lo quisieran estarían en posibilidad de regresar a la universidad a complementar su formación en los otros nivelesii. Una opción que se ha promovido, sobre todo para las familias de ingresos precarios y que se ajustaba a la perfección con los “programas de jornada especial” que se

venían ofreciendo en la UTP, con un costo de matrícula mayor y diferenciada de los programas regulares, la cual se justifica por la dirección universitaria en el hecho de que quienes ingresan están laborando y tienen capacidad para sufragar los costos que ello implica. Es evidente que un diseño curricular de esta naturaleza requería condiciones materiales especiales para su desarrollo, en lo que se refiere a infraestructura física y personal docente con perfiles y dedicación especificas. El perfil profesional del técnico, asociado a unas competencias, partiendo de la práctica en el dominio de habilidades y destrezas, el del tecnólogo y el de ingeniería.


PERFILES OCUPACIONALES – Publicidad del programa de la UTP. Técnico profesional

Tecnólogo

Ingeniero

-Técnico Profesional en Mecatrónica. -Auxiliar de electromecánica en los diferentes procesos de mecanizado. -Auxiliar de mantenimiento en la industria. -Operador en el montaje y mantenimiento de dispositivos electromecánicos. -Auxiliar de operación de sistemas neumáticos, hidráulicos y electro-hidráulicos y electroneumáticos. -Auxiliar instrumentista. -Operador de sistemas automatizados.

-Director del área de electromecánica en los diferentes procesos de mecanizado. -Director de mantenimiento en la industria. -Diseñador del montaje y mantenimiento de dispositivos electromecánicos. -Diseñador de sistemas neumáticos, hidráulicos y electro-hidráulicos y electro-neumáticos. -Director de instrumentación. -Diseñador de sistemas automatizados.

-Diseñar, examinar y evaluar operaciones. -Analizar y planificar recursos productivos, de acuerdo con sus respectivos modelos de producción. -Elaborar, aplicar y validar modelos matemáticos en cualquiera de las áreas de su conocimiento. -Solucionar problemas relacionados con su área de formación. -Buscar permanentemente el mejoramiento de la calidad de vida del ser humano. -Desarrollar e implementar soluciones para la industria por sí mismo o mediante la conformación de equipos multidisciplinarios. -Aplicar los conocimientos en la operación y diseño de sistemas de modernización y automatización industrial. -Analizar y evaluar objetivamente sistemas electrónicos y de automatización. -Interpretar y aplicar literatura científica en idioma español o inglés, para mantenerse actualizado en su área. -Elaborar y difundir información científica relacionada con su profesión.

No tiene ninguna posibilidad de éxito, en el cumplimiento de los objetivos de formación, un programa que carece de infraestructura tecnológica y física adecuada y suficiente en equipos, laboratorios y talleres, además de operar con una planta de docentes contratados en la modalidad de hora cátedra, con diversidad de asignaturas a su cargo y asignaciones laborales extenuantes, entre quienes se encuentran profesores sin experiencia laboral y docente significativas. Esto último conlleva a la relajación, en todos los órdenes, de las experiencias didácticas y evaluativas, que han sido objeto de la crítica de los estudiantes. El escenario de trabajo didáctico para el ciclo técnico es, indudablemente el laboratorio o taller y los bancos de trabajo. No es la participación en eventos demostrativos sino la actividad práctica directa la que concede habilidades y destrezas. Cuando no existen dichos recursos, el trabajo

práctico no pasa de ser una mala caricatura del deber ser. Las observaciones y peticiones planteadas por los estudiantes no son recientes. En el 2011, hace dos años, presentaron un pliego cuyo contenido no difiere mucho del que han elaborado en 2013, lo que deja en claro que es poco o nada lo que se ha hecho para atender las justas demandas de quienes, con buen juicio, perciben que lo que les proporciona el programa está lejos de cumplir lo que les han prometido en las ofertas promocionales y han constatado que no están en capacidad de llevar a cabo las actividades que les demanda el entorno laboral, en correspondencia con el perfil profesional para el cual se estableció el programa.

Foto: Archivo ASPU

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INVENTARIO DE PROBLEMAS IDENTIFICADOS POR LA MESA ESTUDIANTIL DE MECATRÓNICA Diseño curricular: -No existe una secuencia lógica en la malla curricular de las asignaturas básicas, esto quiere decir que se ofrecen cursos en los cuales el estudiante aún no tiene las bases fundamentales para poder ver dicha materia. -El programa de las asignaturas no satisface las necesidades de formación para habilitar al estudiante en la atención de los problemas del medio laboral, mucho menos para la investigación y el desarrollo tecnológico. -Hay evidente desequilibrio entre las áreas correspondientes a electrónica, control, mecánica e informática. -Intensidad horaria insuficiente para abarcar el contenido de las asignaturas. -Discontinuidad en las asignaturas de fundamentos en las asignaturas básicas. -Materias electivas: Carencia en la oferta de las asignaturas; falta consistencias y complementariedad que conduzcan a la profundización en un énfasis específico. -Conformación de cursos con estudiantes de variedad de avances dentro del programa lo que implica que el contenido se ajuste por lo básico. Infraestructura: -Carencia de espacios y equipos en los laboratorios por ello hay hacinamiento. -Obsolescencia y mal estado en los equipos existentes. -Uso simultaneo de los equipos en los espacios de trabajo lo que interfiere e impacta negativamente el adecuado desarrollo de las actividades. -Equipos adquiridos a costos altos y no se utilizan. Planta docente: -Carencia total de docentes de planta, solo 2 transitorios y los demás de cátedra. -No existe una correcta selección de los docentes, solo se tiene en cuenta el titulo más no el conocimiento en la materia que dicta. Se contratan a profesionales recién graduados del mismo programa a pesar de las falencias y de falta de experiencia laboral en el campo de la industria. -Algunos docentes no cumplen con la totalidad del currículo, además de que se nota una falta de dominio en los temas que se alcanzan a dictar por lo cual facilitan la aprobación de la asignatura. Bienestar universitario: -Carencia en los bonos de alimentación, transporte y monitorias en la parte social, a pesar de la presencia de estudiantes estratos 1, 2 y 3 que hasta en algunos casos tienen préstamos ya sea con el ICETEX o la FUC. -Ausencia de entes administrativos durante las horas en que los estudiantes están en la universidad. Resulta sospechoso, por decirlo menos, que quienes ejercen las funciones de dirección en dicho programa hayan generado un escándalo plagado de calumnias, intrigas y agresiones, con ardides tan ruines como los de amenazar con el cierre del programa, de lo cual acusan, gratuita y temerariamente, a quien lo único que ha hecho es escuchar las quejas de los integrantes de la Mesa Estudiantil de Mecatrónica y buscar, por los medios institucionales, espacios de interlocución en procura de soluciones a las justas peticiones estudiantiles. Denunciar las deficiencias en

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la calidad del programa ha sido convertido en sinónimo de promover el descrédito de la universidad; es prohibido hablar de ello, so pena de ser acusado de atentar contra “el respeto y el honor” del programa y de hacer un mal muy grande a los egresados. Pero además, la dirección de la universidad, a quien le cabe responsabilidad grande en lo que ocurre, no sólo avala tales desafueros sino que justifica el matoneo instaurado desde la dirección del programa contra quien ha osado darle resonancia al clamor estudiantil. La situación de Mecatrónica

no es la excepción, más parece la regla, en lo que a los programas de formación establecidos bajo la modalidad de “operación comercial” se refiere. Medicina Veterinaria y Zootecnia, Atención Pre Hospitalaria, entre otras, así como los demás programadas de “jornadas especiales”, padecen males similares. No sólo los estudiantes sino muchos padres de familia ya se han percatado de ello y se aprestan a exigir soluciones a tantos males. La sociedad toda debe repudiar lo que acontece. El engaño como recurso predilecto para ocultar la ligereza e irresponsabilidad

con la cual han impuesto un modelo de educación superior privatizador y mediocre y el asentamiento de cofradías corruptas haciendo su agosto en la institución, no puede tolerarse. Referencias: i De acuerdo con la Ley 749 de 2002, el primer ciclo abarca la formación técnica profesional que comprende tareas relacionadas con actividades técnicas que pueden realizarse autónomamente. El segundo ciclo tiene que ver con la formación tecnológica, la cual desarrolla "responsabilidades de concepción, dirección y gestión". Por último, el tercer ciclo es el profesional, el cual "permite el ejercicio autónomo de actividades profesionales de alto nivel, e implica el dominio de conocimientos científicos y técnicos". ii Arango Jiménez, Luis Enrique. Rector. La formación por ciclos propedéuticos. Caso: Universidad Tecnológica de Pereira. Octubre 6 y 7 de 2005. www.utp.edu.co/ rectoria/discursos/intervencionciclos-propedeutic… · “A la Luz de la Ley 749 del 19 de julio de 2.002, se puede implementar la formación por ciclos propedéuticos en todos los programas que ofrece la Facultad de Tecnologías. Esto significa que la Universidad puede crear el ciclo de formación Técnica Profesional y el ciclo de profesional en…[]...pues los actuales programas de formación tecnológica se ubican en la mitad de los dos anteriores. Con este prospecto, la Universidad generara mayores oportunidades y mayor democratización para una población que demanda cada vez más una Educación ligada a sus intereses, posibilidades y expectativas laborales. “La Educación ya no se entiende como mero capital simbólico, compuesto de cultura general, sino también como una herramienta habilitante para diferentes desempeños. Cultura general, educación y formación para el trabajo han dejado de ser conceptos opuestos o desinteresados para convertirse en elementos articulados sistémicamente”.


RELACIONES PELIGROSAS: Producción académica, concursos y algo más. Unidad Investigativa ASPU Director del proyecto de deserción director de la maestría en Administración económica y Financiaera, y uno de los representantes de los profesores en el Consejo Académcio. Director del departamento de Matemáticas.

Ganadora de concurso docente, esposa de Leonel Arias y miembro de la junta de asociación de profesores.

Leonel Arias Montoya

Liliana Portilla de Arias

Fernando Mesa

Vice rector Académico, Ex director del departamento de física,Ex director del programa de Ingeniería Física y Ex director de la maestría en Instrumentación Física.

Decano de la Facultad de Ciencais Básicas y director de la revista Ciencia y técnica.

RELACIONES PELIGROSAS Hugo Armando Gallego

William Ardila Urueña

Ex representante de profesores en el Consejo Académico y ganador de concurso.

Presidente de la Junta directiva de la Asociación de egresados de la UTP y ganador de concurso. Jose Andrés Cháves

E

l 16 de diciembre de 2005, el Consejo Superior de la UTP, mediante el Acuerdo N° 48, “POR MEDIO DEL CUAL SE REFORMA EL ESTATUTO DOCENTE EN SU ARTICULO NOVENO”, estableció un nuevo límite a la asignación de docencia directa para los profesores de cátedra. Hasta la fecha este era de nueve horas semanales. En adelante, la denominada “carga académica” para quien tenga una vinculación por hora cátedra, podría sumar hasta veinte horas por semana, en ambas jornadas. El límite vigente hasta esta reforma obedecía al criterio

Ex presidente de ASDOUTP, director de la Maestría en instrumentación física, coordinador académico de Mecatrónica y ganador de concurso docente.

Jairo Alberto Mendoza

Jimmy Alexander Cortés

según el cual, una vinculación que implicara la atención de docencia directa de diez o más horas a la semana debería corresponder a una contratación como docente de planta, en dedicación de medio tiempo o tiempo completo. Sin embargo, se optó por “flexibilizar el número de horas totales de la jornada especial más la jornada ordinaria”, ante el hecho “Que en la práctica se está cargando a un número considerable de profesores en contra vía al Estatuto Docente”, según lo consignado en los considerandos del Acuerdo Nº 48. Dicho de otra manera, para no seguir violando el

Estatuto Docente, se optó por modificarlo. Con esta reforma se echó por la borda el criterio que caracterizaba al docente de cátedra como aquel profesional que teniendo una vinculación con otra empresa, pública o privada, o estando dedicado a otras actividades profesionales, por sus conocimientos y/o experticia, estaba en condiciones de hacer aportes significativos a la Universidad al asumir la orientación de asignaturas dentro de uno o varios programas de formación. Se convirtió en una forma precaria y perversa

de vinculación de académicos, formados y respetables, que tienen como proyecto de vida la docencia universitaria, pero también en el instrumento para instaurar un proyecto clientelista y de control político del profesorado. Es así cómo en la UTP se implantó un régimen leonino de contratación precaria que hoy cobija a más del sesenta y cinco por ciento de sus docentes. Los profesores contratados bajo esta modalidad dejaron de ser una minoría con características especiales, para convertirse en la gran mayoría de quienes tienen a su cargo la orientación de los cursos que se ofrecen en la UTP, pasando por encima de la normatividad vigente en el estatuto docente sobre asignación de docencia directa. No sobra recordar que esta reforma, presentada por el consejero William Ardila Urueña y secundada por el rector Luis Enrique Arango, fue controvertida por el representante de los profesores en el Consejo Superior, profesor Miguel Antonio Álvarez, quien se opuso a ella por considerar que no había sido consultada previamente con el cuerpo docente y se constituía en un golpe al profesorado, propinado seis días antes de salir a las vacaciones, lo que impedía una reacción acorde con la magnitud de este desafuero. No obstante la posición del representante de los profesores se procedió a la votación. El acuerdo se aprobó por cuatro (4) votos a favor, uno (1) en contra, una (1) abstención y un (1) voto en

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blanco.

Al detectar tantas anomalías en esta información, nos dimos a la tarea de profundizar la indagación, ahora sobre los artículos publicados en la revista Scientia et Thecnica, de la UTP, indexada por COLCIENCIAS

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La verdad es que la lesión causada a la institucionalidad de la UTP fue enorme. Se otorgó una especie de “patente de corso” a las directivas, en contra de un creciente número de docentes. El aspecto principal fue la expansión de una modalidad de vinculación docente, sin control alguno, que en lo referente al reconocimiento de derechos raya con ciertas formas de esclavitud moderna. Son docentes a quienes no se les reconoce derecho alguno en materia de estabilidad, ni siquiera durante el lapso de duración de su vinculación la cual se hace por resolución; asignación de labor académica que rebasa los límites contemplados en el Artículo 19 del estatuto docente, en cuanto a número de asignaturas y horas semanales de docencia directa correspondientes; chantajes académicos y se rumora que hasta económicos por parte de algunos directivos, para mantenerles la vinculación de un semestre a otro. Además de ello, la contratación de docentes bajo la modalidad de “transitorios u ocasionales” de medio tiempo y tiempo completo se convirtió en una especie de trofeo, otorgado a discrecionalidad entre la gran masa de profesores de contratación precaria. Con ello maniobran ciertos directivos académicos quienes pagan favores y mal entendidas lealtades, con esta modalidad de contratación o castigan actuaciones y opiniones independientes de quienes se alejan de su alienante e indigna tutela y control. Los concursos recientes para la incorporación de treinta docentes a la plata de la UTP, se constituyeron, en algunas dependencias, en un premio mayor para los más allegados y abyectos

amigos de algunos directivos académicos y defensores de las políticas administrativas en la universidad. Investigadores, directivos punteros y ganadores de concursos A continuación expondremos algunos de los hallazgos encontrados por la Unidad Investigativa de ASPU, en relación con el análisis de los datos sobre el reconocimiento de puntaje por producción académica entre los años 2000 y el primer semestre del año 2013, suministrados por la oficina del Comité Interno de Reconocimiento y Asignación de Puntaje –CIRAP-; el estudio y trazabilidad sobre algunos de los productos presentados; así como la correlación entre cierto comportamiento en la producción académica de los últimos años y el resultado de los concursos docentes. En el número anterior de LA PALABRA, habíamos reportado el hallazgo de situaciones atípicas relacionadas con los productos académicos presentados por el Vicerrector Académico de la UTP y el Director del Departamento de Matemáticas de la facultad de Ciencias Básicas, profesores William Ardila y Fernando Mesa y su reconocimiento correspondiente de puntos salariales. Con el ánimo de profundizar en la búsqueda, la Unidad Investigativa de ASPU inició la tarea de hacer la comparación de la producción histórica desde el año 2000, del promedio de productos de tres docentes de la UTP con PhD en el extranjero, vinculados a grupos de investigación de reconocida trayectoria y con actividad permanente en estas labores (en adelante investigadores), contra el promedio de los productos de tres directivos académico

administrativos (en adelante directivos). Los docentes seleccionados para este ejercicio, reconocidos por su labor académica, son el profesor Ramón Alfonso Gallego Rendón, PhD, quien terminó sus estudios de doctorado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad Estadual De Campinas, Brasil, en 1998; el profesor Alfonso Álzate Gómez. PhD de la Universidad Politécnica de Valencia, España, quien termino sus estudios de doctorado en el año de 1997 en Automática e Informática Industrial; por último, pero no menos importante el caso del profesor Álvaro Ángel Orozco Gutiérrez, quien ha sido reconocido por su formación académica y su labor investigativa. Ángel termino sus estudios de doctorado en Bioingeniería en el año 2009 en la Universidad Politécnica de Valencia, España. La información anterior se adquirió de la hoja de vida pública consignada en el CvLAC. (Currículum Vitae de Latinoamérica y el Caribe). La comparación se hace con el promedio de los tres directivos, profesores William Ardila Ureña, Mg. en Física de la U. de Antioquia, Vicerrector Académico; Fernando Mesa Mg. en Instrumentación Física de la UTP, Director del Departamento de Matemáticas; y el profesor Leonel Arias, Mg. en Administración Económica y Financiera de la UTP, Director del Proyecto de Deserción, Director de la Maestría en Administración Económica y Financiera, y uno de los representantes de los profesores en el Concejo Académico. Además, con bastante frecuencia, ejerce como decano encargado de la Facultad de Ingeniería Industrial.


Comparación Histórica de la Producción Académica Promedio de Producción

16 14 12 10 8 6 4 2 0

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

PROMEDIO DE 3 INVESTIGADORES

2009

2010

2011

2012

2013

DIRECTIVOS

Fuente: CIARP Elaboración: Unidad Investigativa ASPU

Comparación Historica de Puntos Salariales Promedio de Puntos Salariales

100 90

Como se puede apreciar la producción académica de los tres directivos en varios periodos es superior al promedio de los tres docentes investigadores. Hay que resaltar que los datos de la producción promedio desde el año 2000 a 2003 de los directivos sólo son los de William Ardila, cuyas labores directivas eran desempeñadas en el Departamento de Física. Ello implica que la producción de sólo William Ardila es superior en los primeros tres años al promedio de la producción de los docentes investigadores, en lo que a número de productos se refiere.

80 70 60 50 40 30 20 10 0

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

PROMEDIOS DE 3 INVESTIGADORES

2009

2010

2011

2012

DIRECTIVOS

Fuente: CIARP Elaboración: Unidad Investigativa ASPU

En esta grafica se observa la producción de 4 docentes cercanos al vicerrector académico y ganadores de concurso.

Comparación de Producción Académica de Ganadores de Concurso y Profesores Investigadores Producción acdémica

12 10 8 6 4 2 0

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

años

PROMEDIO DE 3 INVESTIGADORES

JAIRO ALBERTO MENDOZA VARGAS

JIMY ALEXANDER CORTÉS OSORIO

JOSÉ ANDRÉS CHAVES OSORIO

LILIANA MARGARITA PORTILLA DE ARIAS

2013

2012

2013

Se observa que estos docentes ganadores de concurso presentan para el año 2010, 2011 y 2012 niveles de producción intelectual superior incluso al de los docentes investigadores. Ello nos lleva a pensar que tan inusitada escalada correspondió a la preparación de condiciones favorables, en evaluación de la hoja de vida, para el concurso que se avecinaba.

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En la siguiente grafica se muestran los puntos obtenidos por los docentes investigadores, comparado con el promedio de puntos de Fernando Mesa y German Correa.

Comparación de Promedio de Puntos Salariales de Mesa, Correa y Promedio de Investigadores Puntos Salariales

200 150 100 50 0

2000

2001

2002

2003

2004

2005

PROMEDIO DE 3 INVESTIGADORES

2006

2007

2008

2009

FERNANDO MESA

2010

2011

2012

2013

GERMAN CORREA

Se puede ver como Fernando Mesa y Germán Correa presentan un comportamiento atípico comparado con los puntajes obtenidos por los investigadores. Es de subrayar que Fernando Mesa desde el 2005 ha escrito 32 libros y Germán Correa ha escrito 25, más interesante aún, Germán Correa solo produce libros y en el año 2010 publicó 14.

Fuente: CIARP Elaboración: Unidad Investigativa ASPU

¿Dónde están? ¿Los libros dónde están? Unos de los hallazgos notables son los relacionados con la pesquisa llevada a cabo para conocer los libros producidos en forma tan prolífica. Para ello acudimos a dos fuentes: Los registros en la Cámara Colombiana del Libro, institución que otorga el ISBN -International Standard Book Number-, para cada libro editado y la Biblioteca Central de la Universidad Tecnológica de Pereira. Del estudio de los registros en la Cámara Colombiana del Libro encontramos que algunos de los libros tienen doble registro, con los mismos título y autor, diferentes año y editorial, por ejemplo: Título del libro

Autores

Comercio. También empresas de impresión litográfica o tipografías en cuyo objeto social no está contemplada la edición de libros. Entre quienes figuran como “Editoriales”, en los registros de la Cámara Colombiana del Libro, de las obras consultadas, tenemos los siguientes: Sergio Augusto Fernández Henao, Jairo Alberto Mendoza Vargas, Fernando Mesa, Pedro Pablo Cárdenas, Germán Correa Vélez, José del Carmen Gómez Espíndola, Oscar Fernández Sánchez, Alejandro Martínez Acosta, José Rodrigo González Granada, Edgar Alirio Valencia Angulo, Jhon Jairo León Salazar, Edwin Joe Orrego Galvis, Edison Duque Cardona y Hugo Armando Gallego. Editorial

!

Continuidad Espacios Topológicos

en

Compacidad Espacios Topológicos

en

Fernando Mesa

Fernando Mesa

AÑO 2010

Ecoe Ediciones Ltda.

978-958-648-808-2

2012

Ediciones Correa

978-958-44-7379-0

2010

978-958-648-806-8

2012

Ediciones Correa

Germán

Germán

Ecoe Ediciones Ltda.

Además de lo anterior encontramos que un gran número de los libros publicados han sido editados por personas naturales, que aparecen como “Editorial”, sin que estén registrados como tales en la Cámara de

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ISBN 978-958-44-7378-3

Según la ley 98 de 1993 conocida como “Ley del libro”, en el Articulo 3°, se señala que “Se entiende por empresa editorial la persona jurídica responsable económica y legalmente de la edición de libros, revistas,

folletos o coleccionables seriados de carácter científico o cultural, pudiendo realizar su producción en talleres propios o de terceros, total o parcialmente.” De acuerdo con el decreto 1279 de 2002, en el Artículo 24, literal d, en el cual se hace referencia a libros de texto, se estipulan como factores a tener en cuenta, para su reconocimiento, entre otros: “… d.6. Carácter inédito de la obra. d.7. Obra publicada por una editorial de reconocido prestigio en el nivel nacional o internacional y con un tiraje apropiado. d.8. Grado de difusión regional, nacional o internacional….” Es claro, que las publicaciones realizadas bajo las condiciones arriba mencionadas no cumplen con lo establecido en el decreto 1279. En tales casos se ha obrado con laxitud en el cumplimiento de los parámetros contemplados en la normatividad vigente. De otro lado, es extraño que en la biblioteca central de la UTP, no se encuentre registro de muchos de los libros por cuya elaboración y publicación el CIARP concedió puntos salariales. ¿La difusión de

dichas obras no incluye al acervo bibliográfico de la UTP?. Presentamos en la gráfica 1 un cuadro con algunos de los libros no encontrados. ¡Copiando, copiando, vamos acumulando! Al detectar tantas anomalías en esta información, nos dimos a la tarea de profundizar la indagación, ahora sobre los artículos publicados en la revista Scientia et Thecnica, de la UTP, indexada por COLCIENCIAS. Haciendo un ejercicio bastante simple para cualquier evaluador, se escogieron partes del texto de algunos artículos y se llevaron al buscador de la UTP, obteniendo como resultado su emparejamiento con trabajos de grado de estudiantes. En algunos casos, en los artículos aparecen como autores personas que nada tuvieron que ver con el trabajo fuente, parte del cual es prácticamente la totalidad del artículo. Este hecho pone de relieve un comportamiento anti ético, ajeno al ethos universitario, donde debe primar la honestidad intelectual de los educadores, como ejemplo a


En el trabajo de grado se hace mención de los profesores Ardila y Mendoza, en los “Agradecimientos”, en los siguientes términos: “al Msc William Ardila Ureña por enseñarnos el fructuoso camino de la perseverancia y brindarnos la oportunidad de crecer académica y profesionalmente; al Msc Jairo Alberto Mendoza por su orientación en la presentación del documento en el procesador de texto Lyx1,”

Gráfica 1

emular por los educandos. Corroborando lo dicho citamos dos casos: El artículo presentado por Leonel Arias Montoya y Liliana Portilla de Arias, excepto el ABSTRACT, en su totalidad es una copia fiel de parte del Trabajo de Grado de las estudiantes Sandra Milena Grandas Jerez y Liliana Martínez Pérez Gallego. RECICLAJE DE MATERIALES NO FERROSOS, EN BUSCA DE UNA PRODUCCIÓN MAS LIMPIA, Scientia et Technica Año XVII, No 46, Diciembre 2010. Universidad Tecnológica de Pereira. ISSN 0122-1701, Autores: Sergio Augusto Fernández Henao. Leonel Arias Montoya, Liliana Portilla de Arias. http://revistas.utp.edu.co/ index.php/revistaciencia/ article/view/237/97 FORMULACIÓN DE UN PLAN DE NEGOCIOS PARA LA CREACIÓN DE UNA

EMPRESA DEDICADA AL PROCESAMIENTO Y RECICLAJE DE ESCORIA DE METALES NO FERROSOS, por Sandra Milena Grandas Jerez y Lina Marcela Pérez Gallego, Trabajo de grado para optar por el título de ingeniero industrial, director Sergio Augusto Fernández Henao. UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA, FACULTAD DE INGENIERÍA INDUSTRIAL PROYECTO DE GRADO, PEREIRA, Junio 2010. Revisar en: http://repositorio.utp.edu.co/ dspace/ Los artículos presentados a continuación, en los que aparecen como coautores los profesores Jairo Alberto Mendoza Vargas en el primero y William Ardila Urueña y Jairo Alberto Mendoza Vargas en el segundo, son copia exacta, en más del 80% de partes del trabajo de grado de Jimy Alexander Cortes Osorio y Francisco Alejandro Medina Aguirre.

IMPLEMENTACIÓN DE UN SISTEMA DE POSICIONAMIENTO GLOBAL UTILIZANDO EL MÓDULO GPS SIRFSTARIII. MTI-6 DE STARSNAV, Scientia et Technica Año XVI, No 45, Agosto de 2010. Universidad Tecnológica de Pereira. ISSN 0122-1701, Autores: Jimy Alexander Cortés Osorio, Francisco Alejandro Medina Aguirre, Jairo Alberto Mendoza Vargas. http://revistas.utp.edu.co/ index.php/revistaciencia/ article/view/287/145 SISTEMA INTEGRADO INALÁMBRICO ETHERNET WIPORT, Scientia et Technica Año XVII, No 46, Diciembre 2010. Universidad Tecnológica de Pereira. ISSN 0122-1701, Autores: Jimy Alexander Cortés Osorio, William Ardila Urueña, Jairo Alberto Mendoza Vargas. http://revistas.utp.edu.co/ index.php/revistaciencia/ article/view/255/27 DISEÑO DE UN MAGNETÓMETRO ASISTIDO POR COMPUTADOR, por Jimy Alexander Cortés Osorio y Francisco Alejandro Medina Aguirre Trabajo de grado para optar por el título de Maestría En Instrumentación Física, director Hugo Armando Gallego UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA, FACULTAD DE CIENCIAS

BÁSICAS, PEREIRA, Julio de 2009. Revisar en: http://repositorio.utp.edu.co/ dspace/handle/11059/1457 Aunque el rector Luis Enrique Arango Jiménez afirma que éstos hechos son permitidos por la Norma, “Precisamente para ello se está adelantando un estudio del impacto del decreto 1279 por parte de la Universidad de Antioquia, financiado por el Ministerio de Educación, y con el acompañamiento del SUE, que esperamos arroje luces sobre el tema. Bien importante hacer este examen cuando se están haciendo reclamos de aplicaciones no muy apropiadas del decreto, que si bien son permitidas por la norma, pudieran no ser las más deseables” (Campus InForma, 2013). ¿Norma?, señor Rector, ¿cuál norma? Lo observado aquí, es sólo una muestra a la violación evidente a las normas. Se espera que a quiénes les atañe aplicar las sanciones correspondientes a estos funcionarios, que han actuado de modos tan inapropiados, procedan en consecuencia. Estas conductas no pueden quedarse en la mera crítica al proceder ético, deben trascender al ámbito jurídico, puesto que ambos aspectos pueden no ser equiparables en la práctica. Es preciso que se avale por un ente competente la fiabilidad de lo investigado pues el propósito del importante trabajo aquí consignado debe dirigirse a la investigación por parte de la instancias oficiales. Lo que menos se quiere es que ello no trascienda de lo anecdótico.

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La Universidad de los atletas o de los cazapuntos Alberto Antonio Verón Profesor titular

¿Cuantos puntos

por estas publicacioncitas?

La vieja universidad erudita

T

engo la percepción de que el decreto 1279 hizo de las universidades públicas lugares más eficientes, aunque no por eso sitios mejores para la práctica del ethos académico. La universidad pública en la que yo me formé resultaba ser de tiempos aparentemente más pausados. Mis profesores dedicaban una buena parte de la mañana a leer a los filósofos y el otro resto del tiempo lo dedicaban a preparar sus clases, mientras entregaban uno que otro minuto a la conversación con nosotros los estudiantes. Digamos que era una universidad erudita, donde se contaba con varios años sabáticos en la vida de un profesor, y donde los estudiantes resultábamos más

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autónomas con nuestras lecturas, menos dependientes de lo que orientara un docente, un semillero o un grupo de investigación. Pensábamos todavía sin mucha angustia, en un futuro donde nos esperaría una clase en un colegio, de súbito en una universidad o también en la sala de redacción de un periódico. Las publicaciones especializadas eran algo exótico y el escenario de controversia se ejercía en las páginas de los suplementos literarios de los periódicos o en las revistas culturales. Era la universidad cuya vida mayoritaria se ejercía en el aula de clase, en la cafetería, más no en los escenarios de las certificaciones, de globalización y de la competencia del siglo XXI.

El fin de la universidad reivindicativa La universidad del decreto 1444 fue sin duda la universidad de la conversión. La carrera del docente se reguló dentro de unas categorías que pasaban por el tema de las publicaciones, de allí que fuera ese, el tiempo de las revistas universitarias, que florecieron con todo tipo de trabajo, los unos más originales que los otros, unos mejor escritos, algunos más ensayos, los otros más informe de investigación, pero en todo caso, los profesores universitarios colombianos empezaron a descubrir que, la manera de mejorar su salario no pasaba ya por la paciente espera y el perseverar de los años o por la convención colectiva y la huelga

organizada desde el sindicato, sino por la capacidad de cada uno para producir y publicar artículos y libros. Con el pasar de unos ocho años el abismo se hizo evidente entre aquellos profesores que se dedicaban a su clase o la vida administrativa y aquellos que escribían y publicaban en páginas culturales, en revistas de investigación o se auto-publicaban. Fueron años de bonanza, en unas universidades más que en otras, las unas más exigentes, las otras más permisivas. De allí que los dispositivos de control ejercidos al interior de la academia facilitaran una rápida movilidad salarial mes tras mes, mucho más efectiva que lo que podía dejar una maestría o un doctorado


La universidad de los atletas

los profesores universitarios colombianos empezaron a descubrir que, la manera de mejorar su salario no pasaba ya por la paciente espera y el perseverar de los años o por la convención colectiva y la huelga organizada desde el sindicato, sino por la capacidad de cada uno para producir y publicar artículos y libros

Pero con ese panorama el gobierno temió lo peor: que un grupo grande de profesores “publicadores” pudieran tener salarios de congresista. Por eso a principios del nuevo milenio esa fiesta llegó a su fin y los mecanismos de divulgación se hicieron más exigentes , más regulados por toda clase de instancias administrativas. Bajo la excusa de que el decreto 1444 estaba vaciando las arcas de la universidad, la parte administrativa de las universidades recuperó el protagonismo y sobre todo aquello que las administraciones más necesitaban: su capacidad de ejercer el poder. El decreto 1279 en la parte que tiene que ver con las mejoras académicas de los profesores puso unos diques a esa bonanza de los “puntos” y sobre todo favoreció la aparición de controles y más controles, especies de peajes académicos, con censores y más censores que frenaran las aspiraciones económicas que se podían tener alrededor de un texto. De allí que esa universidad del 1444, competitiva de por sí, se hizo todavía mucho más y los mismos profesores se vieron obligados a refinar la manera de que sus trabajos pudieran alcanzar más que una bonificación, un verdadero reconocimiento salarial. En esto sí, cada universidad ha sido autónoma en sus criterios, de modo que cada comité de evaluación pudo refinar sus manías de control, haciendo del asunto de la evaluación un verdadero “te cojo que no te cojo” entre el texto evaluado y los criterios con los cuales el texto se examina.

carrera para alcanzar los estímulos laborales por la producción. Pero solamente al final del recorrido, los más capaces, los más sagaces, los más hábiles en sortear los detalles verán reconocido su esfuerzo a través de la mejora notoria de su salario. Ese es el relato que nos han vendido en Colombia acerca de la competencia por el punto. Pero lo que uno se pregunta es si esto resulta de verdad tan transparente. Sabemos como cada vez más, la universidad pública se ha matriculado en el paradigma del eficientísimo. El intelectual ha tenido que convertirse en técnico, y el profesor humanista en un verdadero cazador de puntos. Las afinidades electivas entre colegas, han pasado a ser verdaderos “carruseles” donde la capacidad de tener aliados y nexos determina en parte el destino de la aprobación de una investigación o de una publicación. Bajo los en apariencia duros criterios de evaluación, lo que empieza a florecer es que quien está mejor es el que hace menos ruido y trabaja particularmente en la sombra. Se trata de un modelo de universidad que habla de trabajo en grupo, pero que privilegia al docente aislado, centrado en lo suyo, cada vez más separado de cualquier preocupación de tipo colectiva o escéptico ante cualquier reivindicación social. Es más, pareciera ser que la exposición de un pensamiento contrario a la lógica administrativa convierte al docente universitario colombiano en un potencial enemigo de la administración.

Cazadores de puntos

¿Otra universidad es posible?

Tengo ante mis ojos una imagen: una especie de pista de carreras donde según las traicioneras reglas, todos los profesores estamos en el mismo punto de partida en igualdad de condiciones y de información acerca de las exigencias de la

Obviamente que todo este proceso de cosificación de la vida académica resulta difícil de comprobar. El paradigma de la eficiencia y de la productividad con sus engañosos índices de calidad brilla y es tan aplastante que lo que se diga en contradicción con este resulta fruto

del resentimiento y es sospechoso, pataleta de ahogado, de quienes no pueden competir en escenarios académicos con la misma agilidad de quienes están aplicados por completo a su trabajo personal. En este proceso de reingeniería universitaria se ha producido un modelo particular de vida académica donde unos profesores sospechan de los otros, las administraciones sospechan de la legalidad y originalidad de los trabajos que hagan los docentes y los docentes piensan lo mismo con respecto a las administraciones. Se trata de una universidad que en medio de la entrega de formatos, el número creciente de clases y de alumnos resulta casi imposible para el encuentro y la conversación y donde mucho menos resulta imposible pensar en claustros para el encuentro y la discusión de facultad y mucho menos de las facultades con las administraciones. Se trata pues de otro tipo de universidad, a la que prácticamente le ha sido robada su autonomía con la indiferencia de sus mismos profesores; más líquida como diría Bauman, más acorde con el mercado, más antihumanista a pesar de que se venda como escenario humanista. A pesar de que ese panorama resulte tan injusto para algunos, es el que tenemos. Es el espacio que hemos ganado, que amamos y defendemos y resulta de los pocos escenarios que van quedando para expresarse y comunicarse con sinceridad y con capacidad crítica. No ejercerlo es pasar una vida por completo “acomodada”, disfrutando de unos frágiles beneficios, aunque se experimente bien adentro una extraña sensación de malestar.

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El deterioro de la academia y la democracia universitaria en tiempos de innovación y competencia Modelo Universidad Tecnológica de Pereira PhD. León Felipe Cubillos Facultad de Ciencias Ambientales

Y mientras tanto en el consejo superior… A diferencia de una empresa, una nación no busca obtener ganancias. Su acción se inscribe en el largo curso de la historia, no en la inmediatez de los mercados. Gilles Ardinat. 2012

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ánguido ha sido el tiempo transcurrido desde que las inadecuadas políticas de los gobiernos comenzaron a desorientar el rumbo de las instituciones públicas hacia la eficacia del sector privado. El Estado cada vez se ha vuelto más estrecho y ha profundizado la crisis de la conservación y reivindicación

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de los derechos sean la salud, la justicia, el trabajo, los servicios públicos y hasta la misma educación. Ante el abandono del Estado, los entes públicos se consagran a buscar sus propios recursos para tratar de solventar la inasistencia económica del gobierno de turno. En aras de la deuda fiscal y para no ocasionar la disminución de la destinación de recursos---, por ejemplo, para la guerra en tiempos de paz---, la educación pública cada día más pierde en legitimidad, paralela a una calidad que no resiste evaluaciones académicas in situ cuando se apunta más allá

de los indicadores formales. Premiar la autogestión y el emprenderismo de las direcciones universitarias se convierte en una permanente competencia; su trofeo es la tan anhelada acreditación universitaria que permitirá mantener nuestro buen nombre y los recursos mínimos para su funcionamiento. La acreditación, la creencia y demostración de la calidad de la educación, ahora se congela en indicadores que miden menos los procesos ante los productos cuestionando la equivalencia entre números y cualidades. Extrañamente, mientras más se acreditan y reacreditan las Universidades,

más fuerte se escuchan los reclamos de los Rectores y las Vicerrectorías Administrativas, por la falta de una mayor inversión prometida por el gobierno pero incumplida constantemente... En este modelo de “pensamiento” universitario vale más publicar dos veces que una vez, hacer tres investigaciones que dos, pertenecer a cuatro redes que a tres, y así sucesivamente... No interesa ir más allá del número y preguntarse si ese docente investigador que escribió más artículos, realizó más proyectos, conquistó más redes o consiguió más “plata”,


lo hizo con una mayor calidad que aquel quien lo llevó a cabo con menos. Un modelo de educación que opera bajo esta dinámica, no está haciendo más que cumplir una matriz externa dictada por las escuelas de gestión de negocios más allá de lo estatal. Cuando la salud, los servicios públicos, la cultura, el medio ambiente, la educación se convierten en un mercado más y no en un “derecho social históricamente conquistado”, el problema se reduce a cómo se compromete a los demás a hacerse cargo de unas responsabilidades estatales que los gobiernos de turno reducen a unos costos y cargas insostenibles para el fisco nacional. En otras palabras, cuando un hospital, un acueducto comunitario, un parque natural, un juzgado, un colegio, una Universidad, es medida como cualquier otra empresa, lo que empieza a importar es la operación del “servicio” impulsado por el número de “usuarios o clientes” que lo pueden sustentar. En últimas, cuando el gran temor es “la deserción”, y la máxima estrategia es “la retención” ---llámese del enfermo, del agua no contabilizada, del visitante, del rating, del estudiante, etc.--- pues ,al final, son las tarifas que cada cabeza paga las que permitirán el funcionamiento eficiente de “tal servicio”: poco importa que el hospital no invierta en camas, el acueducto en nueva tecnología subsidiada por el Estado, se caricaturice a los victimarios en los medios, o no nos vuelvan a nombrar más jueces o Maestros. Así como en algunos manuales de “gestión del talento humano” aún se utilizan palabras como el reclutamiento de nuevos

empleados; de un momento a otro el lenguaje militar también nos hipnotizó con el termino de deserción, en una Universidad que no ha podido “recluir” a los estudiantes el menos tiempo requerido, para que después ellos mismos quepan, paguen y egresen, manteniendo bien aceitada esta maquinaria sin freno de la autosostenibilidad. Cada vez las directivas universitarias se especializan más en la consecución de indicadores, la mayoría de las veces los más alejados de su formación. Phds, Magisteres, pregradistas asumen cargos administrativos en una Universidad donde rinden cuenta primero por los indicadores señalados para su unidad académica, segundo, por sus funciones en el cargo tercero, por su plan de trabajo, cuarto, por sus clases, quinto por sus investigaciones, sexto por su gestión y séptimo, se le invita a responder por actividades de bienestar universitario, también contabilizadas como indicadores de responsabilidad social de la organización. Cada vez existe menos tiempo, cada vez existen más obligaciones, cada vez, se piensa menos, se comparte socialmente menos pues está actividad está siendo cada día más relegada a reuniones consuetudinarias de trabajo institucional. La única manera de mantener en firme el ideal de esta universidad productiva es mediante el resquebrajamiento de la academia pero, por sobre todo, de la democracia. Las directivas académicas de “alta dirección” ya no necesitan ser nombradas por diferentes votaciones de de la comunidad académica, es suficiente el consenso de un consejo superior, quienes

curiosamente siendo externos a la institución, gozan mucho más que nosotros de la autonomía universitaria. Las Rectorías toman la vocería y la palabra de la Institución como una especie de chamanismo moderno: hablan por la Universidad sobre lo sagrado y lo profano, prescribiendo el bien y el mal: tanto en el interior del claustro como frente al mundo exterior. Hay quienes, como en nuestro caso, se apoderan semanalmente de alguno de los medios locales, incluso justificando la legitimidad de su nombramiento, su derecho a permanecer en el puesto y hasta sus problemas personales con las “ías” ante hechos tan sonados como el de “Alma Mater”. Con el mismo interés reformista y reactivo de las visiones modernizadoras de los tecnócratas y expertos en management de los Ministerios, las Consejos Superiores, las Rectorías, y, por sobre ellos, los secretarios generales, ya no como oidores sino como asustadores públicos, están permanentemente cambiando la normatividad, flexibilizando el régimen salarial, los reglamentos de estudiantes y profesores. En cada instancia de nivel superior, se suele rechazar las decisiones de un Consejo Académico, un Consejo de Facultad, una sala de profesores, un departamento académico, irrespetando la resistencia nacional y las solicitudes democráticas alcanzadas por movimientos generales universitarios como la Mane, por ejemplo.

La única manera de mantener en firme el ideal de esta universidad productiva es mediante el resquebrajamiento de la academia pero, por sobre todo, de la democracia

Lo más extraño es que todo esto sucede con el consentimiento tácito de los directivos universitarios, los docentes, los investigadores que tanto se quejan, los estudiantes

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Foto: Archivo ASPU

quienes ojalá, para los ojos de los administradores, cada vez más rápido se gradúen. La gran equivocación de las directivas académicas de la Universidad Tecnológica de Pereira y, sobre todo, de los órganos responsables de las tomas decisiones, es que se ha flexibilizado tanto la academia que cada día más se la pone en riesgo. La única manera en que este ilegitimo modelo de universidad continúe vigente se basa en la pasividad general de la comunidad universitaria, la indiferencia de los docentes, la subordinación de las directivas académicas, pero, como decíamos antes, debido la captura de la participación democrática. Cohabitamos en nuestra cotidianidad con muchos “indicadores” de la pauperización de la academia, del facilismo, y de la perdida de espacios y derechos democráticos: desde la cancelación de una asignatura hasta el último día, hasta la reelección del Rector durante dos periodos consecutivos previo lobby

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del Vicerector Académico ante el Consejo Superior; desde la imposibilidad de la perdida de una materia por inasistencia, hasta alas completas de oficinas de asesores con régimen privado que reemplazan la vocería de los cuerpos colegiados; desde exámenes supletorios, validaciones, simultaneidades, y flexibilización de requisitos hasta el aplazamiento del justo retiro; desde el porcentaje del 34% del Concejo Superior para la elección de Decano, hasta unos concursos docentes donde sólo el 30% puede ser evaluado por jurados invitados y los Consejos de Facultad. Como una hipótesis de investigación del actual ejercicio político universitario me atrevería a declarar que mientras más se desee impulsar los nuevos procesos de modernización en las Universidades y mientras más se encaminen en desmedro de las consideraciones académicas, será más necesario el control de “los sistemas”, la prolongación de los periodos de las direcciones

universitarias, y la pretensión de mantener la vigencia de una figura Rectora que debería ya reconocer culminado su ciclo… Más que preocuparnos por reducir la educación a un servicio con contabilidad mercantil, los indignados académicos de la Universidad Tecnológica de Pereira, como de la educación superior en general, deberíamos preocuparnos por rescatar el verdadero significado y valor del funcionario público como “Servidor”. No somos los dueños de la cosa pública… somos sus servidores, quienes prestamos un servicio a la sociedad gracias a una normatividad, unas estrategias políticas y gerenciales al servicio del bien común sin ser restringida a un acomodado concepto de equidad y cobertura hacia los fines cada vez menos coyunturales de la autosostenibilidad económica. A quienes asumen papeles

directivos en instituciones de carácter público tenemos que recordarles que ustedes no son la institución: son sus servidores, como “garantes de derechos educativos” pues la ética social no termina, pues comienza, cuando me preocupo por el bienestar de aquellos a quienes no conozco, sin preocuparme por mantener los favores de los políticos regionales quienes vienen lanzando al traste la autonomía, libertad, ritmos del quehacer educativo. Finalmente, para todos aquellos quienes nos preocupamos por el “Declive del Hombre Público” (Sennet, 1977) les regalo este punzante párrafo de un clásico demócrata del pensamiento liberal: “Cada persona, retirada dentro de sí misma, se comporta como si fuese un extraño al destino de los demás. Sus hijos y sus buenos amigos constituyen para él la totalidad de la especie humana. En cuanto a sus relaciones con sus conciudadanos, puede mezclarse con ellos pero no los ve, los toca, pero no los siente: él existe solamente en sí mismo y para él solo. Y si en estos términos queda en su mente algún sentido de familia, ya no persiste ningún sentido de sociedad” Alexis de Tocqueville.


La marca UTP y el programa de especialización en Neurología Clínica: Cómo se desnaturaliza la universidad Gonzalo Arango Jiménez, Representante Profesoral en Consejo Académico de la UTP

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ada hay que tenga una significación tan mercantilista cómo el concepto de “marca”. Tanto, que se constituye en un importante intangible comercial el cual se vende y se compra. Lo que se comercia es el derecho a usar “el aviso” de otro para competir en el mercado. El posicionamiento de marca consiste en lograr que los consumidores potenciales de una mercancía, trátese de un bien o un servicio, presuman en sus mentes la existencia de ciertas características distintivas en aquellos productos que estén respaldados por una sigla o símbolo, asociada con “la marca” y ello los predisponga, en el momento de tomar una decisión de compra, hacia una elección específica.

Foto: Archivo ASPU

En la UTP, el Consejo Superior aprobó el ACUERDO Nº 01, del 1 de marzo de 2013, “POR MEDIO DEL CUAL SE APRUEBA EL SISTEMA DE IDENTIDAD Y GESTIÓN ESTRATÉGICA DE MARCA PARA LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA Y SE DICTAN OTRAS DISPOSICIONES”. Un paso más en la mercantilización de la UTP, consecuente con el modelo privatizador emprendido. La comunidad utepecista fue asediada con una campaña de expectativa, en la que profusamente se dispuso de piezas publicitarias, la cual culminó con la realización de un

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evento en el que, con igual generosidad, se distribuyeron selectiva y discrecionalmente algunos objetos recordatorios de el nuevo símbolo de la marca. Mientras esto acontecía en desarrollo de la estrategia comercial, ocurrió un hecho, en el ámbito académico digno de examinar y que sin duda alguna, comporta una relación estrecha con la nueva estrategia empresarial universitaria. En el Consejo de Facultad de Ciencias de la Salud fue presentado, como sacado de una chistera, un proyecto para la apertura de un programa de especialización en Neurología Clínica. Curiosamente quien presento el proyecto no es especialista en el área y el único docente de la UTP que tiene esa especialidad, el Dr. Claudio Aguirre, que lo es de medio tiempo, rindió un informe evaluativo en el que concluyó que la UTP no está en capacidad de darle soporte académico a dicho programa. El Consejo de Facultad tomó la decisión de negar la solicitud, por una inmensa mayoría (nueve votos en contra y uno a favor). De allí en adelante se surtieron una serie de trámites y procesos, animados con extraños episodios, mediante los cuales se culminó con la aprobación de la propuesta en el Consejo Superior, previa recomendación del Consejo Académico y del Comité de Posgrados. En el Consejo Académico se atendió la apelación presentada por el promotor del proyecto, en una sesión en la que no se escuchó la argumentación del Dr. Aguirre, acatada por el Consejo de Facultad, pero si un conjunto de sindicaciones con las cuales se buscaba descalificarlo por supuestos

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intereses mezquinos y rencillas con los proponentes, quienes resultaron ser los propietarios de una empresa de la ciudad, NEUROCENTRO, dedicada a la neurocirugía, quienes ofrecían el soporte técnico y científico o las posibilidades de conseguirlo, para esta aventura académica. Con mi voto en contra y la abstención del decano de la Facultad de Ciencias de la Salud fue aprobada la derogación de la decisión del Consejo de Facultad y se le dio continuidad al proceso, dándole traslado al Comité de Posgrados para su estudio y recomendación. En ese organismo ocurrió algo bien particular. Allí se permitió al profesor Aguirre hacer su presentación pero se le impuso que lo hiciera antes que los señores de NEUROCENTRO presentaran la propuesta. No hubo argumento capaz de mover al Vicerrector Académico, William Ardila, de su absurda decisión de que se controvirtiera la propuesta en la reunión sin haber sido presentada. Finalmente allí se aprobó recomendar su aprobación en las instancias subsiguientes. Posteriormente, en reunión del Consejo Académico, se incluyo el punto para que fuera estudiado por este organismo y recomendada o no su aprobación ante el Consejo Superior. En el preámbulo a la discusión del tema, el Vicerrector de Investigaciones, Extensión e Innovación, Germán López, señaló como “enemigos del progreso de la universidad” a quienes se opusieran a iniciativas como esa. El profesor Aguirre solicitó ser escuchado en la sesión para exponer sus puntos de vista, lo cual fue negado por el Vicerrector Ardila, quien argumentando que ya lo habían escuchado

en el Comité de Posgrados nos impidió conocer en detalle la argumentación en contra del proyecto. Se atrevió a calificar de “obsesión enfermiza” la insistencia del docente para exponer su argumentación ante quienes deberíamos tomar la decisión. Es así como después de escuchar a los representantes de la empresa dueña del proyecto, se aprobó mayoritariamente, de nuevo con mi oposición, la recomendación de su aprobación en el Consejo Superior. Mi percepción es que se impuso, a rajatabla, utilizando artimañas y el poder intimidatorio que se ha establecido en la UTP, bajo el modelo administrativo de los padrinazgos y las lealtades donde “el jefe siempre tiene la razón”, una decisión académico administrativa, pisoteando la participación decisoria del núcleo básico de participación de la comunidad académica que es el consejo de facultad y la autonomía académica. Las pruebas documentales que demostraban cómo los promotores del proyecto falseaban opiniones de especialistas y presuntas cartas de intensión para vincularse al proyecto fueron desestimadas, pero en el colmo del autoritarismo se negó el debate franco y abierto en los espacios de decisión, coartando el derecho a la expresión e incluso llegando a la intimidación a quien se atrevió a tener una posición crítica e independiente, pues se le abrió investigación preliminar para seguirle un proceso disciplinario por presunto irrespeto a los proponentes del proyecto, al profesor Aguirre. En la presentación realizada por los funcionarios de NEUROCENTRO en el

Consejo Académico, a quienes si se les brindó la posibilidad de ser escuchados, quedó al descubierto el fondo del asunto: se trataba de una propuesta de alianza estratégica donde el socio privado ofrecía aportar la parte académica fundamental y la universidad algunos apoyos colaterales y algo muy importante para el proyecto LA MARCA. Quedó claro que de lo que se trata es de una de las APP –Alianzas Publico Privadastan encomiadas por el Rector, Luis Enrique Arango, en reciente columna de prensa. Es la introducción, a la chita callando, de aquellas propuestas contenidas en el proyecto de Ley de Reforma a la Ley 30, derrotado por la movilización universitaria y social en el año 2011. Es la desnaturalización de la universidad. Es el abandono de su esencia como comunidad académica, conformada de escuelas de pensamiento, de agrupaciones de personas que han elegido como proyecto de vida el trabajo con el conocimiento y que con base en la capacidad adquirida en esa practica social están habilitados para ofrecer a la sociedad programas de formación, de investigación y de extensión o proyección social. Esa universidad es reemplazada por una institución burocrática, administrada como un negocio, en la que prevalidados del reconocimiento fundamentado en los procesos de acreditación institucional, mediante el cumplimiento de unos estándares de desempeño, posicionan una “marca” y así respaldan actividades propias del sector académico, soportadas en empresas privadas.


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