¿Nuevo paradigma espiritual?
Autoría foto: Diari ARA
Estamos viviendo momentos importantes de muchos cambios a nivel global. Son infinitas las dimensiones que bien han hecho un tráfico de transformación o bien lo están haciendo. El investigador Khun (1922-‐1996) fue el primer académico en utilizar el término cambio de paradigma para explicar que ante la aparición de nuevas realidades las soluciones anteriores no pueden dar respuesta, y consecuentemente hay que pensar nuevos métodos y nuevas soluciones. El cambio es tan grande, afirmaba Khun, que la nueva realidad impone dando por obsoleto las categorías anteriores. Estos cambios van más allá de la comunidad científica y se extienden a todas las ramas del saber y del conocimiento. El término cambio de paradigma se utiliza, también, para explicar el cambio que se produce en la psicología, en la sociología, y en todas las otras ciencias y disciplinas, hasta llegar a la pedagogía o la forma de enseñar y aprender. Tal es la dimensión educativa el ejemplo más notario que se tiene para captar este cambio de paradigma. Los que son de la generación de los años 70 saben muy bien qué diferente es la educación respecto a la de sus hijos. Sin embargo, según los expertos, actualmente la educación (como también sucede en otras disciplinas y áreas de conocimiento) se encuentra en crisis de paradigma, debido a que seguramente los paradigmas educativos que hasta ahora han estado presentes en la educación formal y no formal ya no dan respuesta a la nueva sociedad emergente y, además, explican de manera insuficiente el proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo se podría nombrar otras dimensiones de la vida que ponen en juego este tránsito de unas categorías anteriores hacia unas nuevas: la prevención y la promoción de la salud, la crianza de los hijos, la alimentación consciente, la economía social, la vieja y nueva política, el acceso al conocimiento, los lenguajes, las relaciones personales y la sociedad líquida, las relaciones laborales y el emergente teletrabajo, la comunicación 2.0., etc. Se podría decir que cada vez más coexisten iniciativas que promueven una mayor conciencia holística y menos infantil del ser humano. Y este quizás es un camino de no retorno.
La vivencia espiritual también puede vivir un cambio de paradigma. Son muchas las personas que sienten que las categorías religiosas anteriores no dan respuesta al anhelo más profundo del ser humano. El lenguaje religioso ya no los expresa y hay que buscar otra manera de dar respuesta a la búsqueda del ser humano de una vida en plenitud. El acceso a este espíritu, para muchas personas, va más allá de las religiones. Esto no quiere decir que se renuncie forzosamente a sus fuentes culturales o recorrido creyendo inicial. Se puede vivir desde un agradecimiento a todo lo recibido para acoger una nueva comprensión de la vivencia espiritual donde no hay pertenencias, liderazgos ni followers. Es posible vivir una vivencia espiritual más allá del marco religioso y ésta ya no es propia de cada religión sino que trasciende a una experiencia profundamente humana para todos. Marta Digón