Guía BasketMe Euroleague Final Four 2021

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GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2021

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ÍNDICE GENERAL INTRODUCCIÓN HISTÓRICA, por Iván Fernández Brevísima Historia de la Copa de Europa .................................................................................... 3 10 grandes momentos de la Copa de Europa (1958-1988) ........................................................ 5 La Final Four: repaso a todas las ediciones (1988-2019… y más) ............................................... 9 11 grandes momentos de la historia de la Final Four ............................................................... 16 Los ránkings: presencias y títulos en Final Four y Copa de Europa ........................................... 21 Los récords históricos ............................................................................................................... 25 El repaso a los MVP ................................................................................................................... 27 Las curiosidades de la Final Four ............................................................................................... 29

Gante 1988: la primera Final Four, por Iván Fernández ...................................................................... 36 Colonia 2021, por Iván Fernández ........................................................................................................... 46 Las semifinales: CLAVES, DATOS Y CURIOSIDADES, por Iván Fernández Anadolu Efes – CSKA ................................................................................................................. 47 FC Barcelona – Olimpia Milano ................................................................................................. 51

CSKA DE MOSCÚ Análisis, por Iván Fernández ..................................................................................................... 55 El Apunte histórico, por Iván Fernández: Tropiezos pretéritos ................................................. 60 El perfil de… Daniel Hackett, por Iván Fernández: Mucho más que el hijo del arte ................. 63

ANADOLU EFES Análisis, por Iván Fernández ..................................................................................................... 65 El perfil de… Ergin Ataman, por Iván Fernández ...................................................................... 71 El Apunte histórico, por Iván Fernández ................................................................................... 73 El perfil de… Krunoslav Simon, por Iván Fernández ................................................................. 76

FC BARCELONA Análisis, por Iván Fernández ..................................................................................................... 78 El perfil de… Sarunas Jasikevicius, por Iván Fernández ............................................................ 85 El Apunte histórico, por Iván Fernández: El éxito de la continuidad ......................................... 88

OLIMPIA MILANO Análisis, por Iván Fernández ..................................................................................................... 91 El perfil de… Sergio Rodríguez, por Iván Fernández ................................................................. 97 El perfil de… Luigi Datome, por Iván Fernández ....................................................................... 99 El perfil de… Ettore Messina, por Iván Fernández .................................................................. 102 El Apunte histórico, por Iván Fernández: Baloncesto en Milán ............................................... 105 El Apunte histórico, por Iván Fernández: Milano en Europa ................................................... 108

Créditos y agradecimientos ................................................................................................................ 110

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BREVÍSIMA HISTORIA DE LA COPA DE EUROPA

por Iván Fernández En 1954, el periodista francés Gabriel Hanot había acudido a cubrir para el periódico L´Equipe el encuentro de fútbol entre el Honved de Budapest y el Wolverhampton y, emocionado por lo visto, decidió proponer a su director la organización de un torneo europeo entre clubes. La idea resultó todo un éxito, y de esa particular manera surgió la Copa de Europa de fútbol. Ante la popularidad del nuevo torneo, la FIBA decide imitar el sistema y encarga a la Federación checoslovaca el estudio de una fórmula atractiva de competición. En junio de 1957, durante el transcurso del EuroBasket de Bulgaria, se aprueba definitivamente el germen de la nueva competición, que comenzará en los primeros meses de 1958.

A lo largo de los años el sistema de competición iría cambiando, y con ello su desenlace: pasando de la final a doble partido (con repetición en caso de empate), a la final a partido único o a la actual Final Four (que ya se experimentó a finales de los años 60). En lo deportivo la competición arranca con un claro dominio soviético: el ASK Riga, dirigido por Aleksandr Gómelski y liderado por el gigantón Jānis Krūmiņš, se alza con los tres primeros títulos y cae en la cuarta final ante el TSKA de Moscú.

En 1962 se disputa la primera final a partido único, que se salda con victoria de los georgianos del Dinamo de Tbilisi ante el Real Madrid. El año siguiente se recupera la final a doble partido, e incluso se necesita partido de desempate ya que el TSKA vence en Moscú por 17 puntos, la misma renta que traía de desventaja de Madrid. En el desempate los 26 puntos de Gennadi Volnov se tornan decisivos. En 1964 el Real Madrid es el primer equipo no soviético que se alza con el torneo, en parte porque al ser año olímpico la URSS había declinado enviar a su campeón. Como curiosidad hay que recalcar que el diario francés donó el trofeo que se otorgaría al campeón durante muchos años, una preciosa canasta que posteriormente pasaría al campeón de la Eurochallenge.

Por fin, en 1965 un equipo de la URSS, el TSKA, es derrotado y el Madrid se alza con su segunda Copa de Europa. En lo que queda de década lo haría por dos veces más (1967 y 68), completando el palmarés el Milán de Bill Bradley (1966) y de nuevo el TSKA (1969, la única final con prórroga(s) de la historia hasta las de Milán 2014 y Berlín 2016).

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nada inexpertos, ya que entre 1973 y 1981 habían disputado 8 finales (3 de Korac y 5 de Recopa).

Hablar de la Copa de Europa en los 70 sólo puede remitir a un nombre: Varese. En una racha difícilmente igualable, los varesinos disputaron las 10 finales de la década, consiguiendo 5 títulos. Dirigidos por el mítico profesor Nikolic primero (3 títulos) y por Sandro Gamba después (2 títulos), el mítico Ignis ejerció un dominio absoluto. El sobrio base Aldo Ossola y el gran Dino Meneghin permanecieron en el equipo los 10 años (Dino se perdió la final del 75 por una lesión en la mano), y junto a ellos la rapidez del mexicano Raga, el tiro de Morse o la calidad de los Yelverton, Flaborea o Bisson fueron dando cuerpo a la hegemonía más absoluta que la Copa de Europa ha conocido. El Real Madrid (1974 y 78) y el TSKA (1971) mantuvieron su status y, a finales de la década, el Maccabi de Berkowitz y el Bosna de Delibasic se sumaron al palmarés.

Dirigidos por el gran Pierluigi Marzorati, los italianos repetirían título no sin polémica. La FIBA tenía decidido suprimir la invitación de participar en la edición del año siguiente al campeón si éste no lograba plaza en su competición doméstica, con el fin de evitar finales con representantes de un mismo país. Finalmente se decidía dilatar la medida (la idea ya había partido de Stankovic cuando Joventut y Real Madrid coincidieron en la liguilla del 79), con tanta fortuna que el Cantú (que había sucumbido en el tercer partido de los cuartos de final de la LEGA ante el Synudine de Bolonia por 100-102) y el Milan se encontraron en la final de 1983, con una nueva victoria de los de Cantú. El dominio transalpino continuó en el 84, donde la “libélula” Wright comenzó a sentar las bases de la maldición barcelonista en la máxima competición europea. En los dos años siguientes, 1985 y 86, el gran protagonista sería Drazen Petrovic, que guiaba a la Cibona a dos títulos y a la que la nueva norma impedía defender el tercero tras caer en la competición doméstica ante el Zadar de los Petranovic, Vrankovic o Popovic. La última edición pre-Final Four deparó la victoria de los “viejos” del Tracer de Milan, coronando la gran labor de un Dan Peterson que ponía -temporalmente, como se vio hace unos años- un broche de oro a su carrera.

Los 80 arrancan con un nuevo triunfo madridista gracias a un gran Rafa Rullán y continúan con el segundo título para el Maccabi. A los israelíes les suceden en el palmarés los italianos del Cantú, representantes de una ciudad pequeña pero para

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10 GRANDES MOMENTOS DE LA COPA DE EUROPA

1958 – 1988 10. – La gran remontada (1987)

9. – La primera derrota soviética (1965)

Cerraba el breve repaso a la historia de la Copa de Europa el triunfo del Tracer de Milan, un triunfo cuyo momento más delicado estuvo…. en la eliminatoria previa a la liguilla semifinal. Por increíble que parezca, la mayor hazaña de los milanistas ese año llegó en una eliminatoria a cara de perro con el Aris de Salónica.

En 1964 el Real Madrid había tenido el honor de ser el primer equipo no soviético en levantar la Copa de Europa… pero aquella victoria llevaba un pequeño asterisco. Y es que, como sería habitual a lo largo de toda su singladura, los soviéticos declinaban participar en las competiciones europeas los años olímpicos. Con estas premisas la final de 1965 entre el TSKA y el Real Madrid llegaba cargada de expectación y con una novedad: esta vez el primer partido se disputaba en Moscú. Con un enorme Clifford Luyk (28 puntos) los madrileños resistían y se traían de vuelta una desventaja de “sólo” 7 puntos. En la vuelta, con un frontón de Fiesta Alegre (no confundir con Vistalegre) abarrotado la velocidad de Emiliano rompía a los rusos y daba el primer título con mayúsculas de un Madrid que con el 76-62 final podía proclamarse ya a ciencia cierta como mejor equipo de Europa.

En la ida jugada en Grecia, el conjunto liderado por Nikos Gallis acumulaba una ventaja de 31 puntos en medio de un ambiente infernal (98-67), que daba paso a todo tipo de comentarios acerca del ocaso de Meneghin o de la decadencia de McAdoo. Pero los italianos siempre se guardan un as en la manga, y en un Palatrussardi a reventar y con una presión que rayaba lo ilegal (el gran karate-press) consumaban la mayor remontada de la historia de la Copa de Europa (83-49) y ponían la primera piedra de sus dos títulos consecutivos. VÍDEO: ARIS – TRACER MILÁN (1986) http://youtu.be/p_1lNt_eYSs

8. – Una final a tres partidos (1963) No, no es que la final se jugara en formato playoff, pero casi se le podía considerar un antecedente. Por aquel entonces la final se disputaba a doble

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partido, y en caso de empate se celebraba un nuevo encuentro que había de dirimir el campeón. Con estas premisas el Real Madrid viajaba a Moscú con una renta de 17 puntos adquirida en el primer partido, que no parecía tanta si se tiene en cuenta que los blancos habían llegado a disponer de hasta 30. En la capital soviética el TSKA salió a por todas y a falta de 20 segundos parecía ser el campeón gracias a los 20 puntos que ya acumulaba de ventaja… pero el pequeño Durand anotó un tiro libre y tiró a fallar el segundo de tal manera que Burgess se hizo con el rebote ofensivo y forzó el tercer partido. Con él, aunque los moscovitas no dieron opción en el desenlace, la final pasaba a figurar en los libros como la más “larga” de la historia.

Pocos años después, el genial ala-pivot zurdo del OKK Belgrado Radivoj Korać emulaba a Chamberlain y sometía al impotente equipo de Estocolmo anotando la friolera de 99 puntos en un récord que permanecerá por siempre en los anales de la historia del basket europeo. Tras anotar “tan sólo” 34 puntos en la primera mitad, el mítico pelirrojo balcánico se desataba en una segunda parte de locura donde solo la ignorancia del registro impidió una cifra aún más notable. En lo que al resto de competiciones europeas se refiere, el récord lo ostentan los 144 puntos que Zdenko Babic (incluidos 28 triples) le endosaba en 1985 al Apoel Limassol… en un encuentro cuya intrahistoria de revancha ante Petrovic es mucho más apasionante que el propio récord anotador. A nivel de clubes, y aunque es difícil precisar según qué registros, caben destacar los 153 puntos anotados por el turco Erman Kunter, allá por el año 1988 cuando militaba en el Fenerbahçe.

VÍDEO: RADIVOJ KORAC http://youtu.be/eWCi20Fnyog VÍDEO: ERMAN KUNTER https://youtu.be/ttOEa58sslQ

6. – La primera “final” (1962)

FOTO: BOXSCORE (TAMAÑO COMPLETO) http://goo.gl/tqgGtk

7. – Radivoj Korac, el Chamberlain europeo (1965) Si bien es cierto que el baloncesto es un deporte de equipo, no lo es menos el hecho de que las grandes hazañas individuales lo hacen más grande. Cuando el 2 de marzo de 1965 Wilt Chamberlain endosaba la friolera de 100 puntos a los Knicks, entraba de lleno en la historia del deporte y su mítica foto levantando el dedo índice mientras sujetaba un cartel con el número 100 se convertía en la imagen más recordada de la época.

En una época en la que las finales se disputaban a doble partido, una cláusula daba lugar a la primera final como tal propiamente dicha. Cansada de conflictos diplomáticos, la FIBA había estipulado que, en caso de problema, la final se celebraría en campo neutral, así que cuando, una vez más, el dictador Francisco Franco se negaba a que un equipo soviético viajara a España, se decidió que la final entre los georgianos del Dinamo de Tbilisi y el Real Madrid se disputara en Ginebra. Los soviéticos montaron en cólera, pero una generosa indemnización del siempre sibilino Raimundo Saporta calmó los ánimos permitiendo la primera final a partido único de toda la historia. Al final, victoria soviética por 90-83 y acercamiento de posturas, que permitió que al año siguiente el “ejército rojo” del TSKA jugara en España.

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5. – La gran racha – los libres de Prada (1979) Si hay un récord difícil de igualar, ese es el del conjunto del Varese que durante los años 70 disputó las 10 finales del máximo torneo continental sumando 5 títulos. De todas las clasificaciones para las finales, la más agónica sin duda fue la de 1979 (aunque como final la de 1972 ante la Jugoplastika no tuvo precio).

resistiéndose de tal manera que el subcampeonato de la Jugoplastika en 1972 era el mayor éxito hasta la fecha.

En la última jornada de la liguilla semifinal, Real Madrid y Varese se jugaban el paso a la final: el vencedor la disputaría y el perdedor se iría a su casa. En medio de una guerra de nervios (el Varese se presentó de blanco aduciendo haber olvidado su uniforme titular, obligando así al Madrid a jugar con su uniforme reserva), una canasta de Yelverton mandaba el partido a una prórroga en la que el marcador se movía con cuentagotas.

A falta de un sólo segundo y con un punto abajo, el pívot donostiarra Prada era objeto de falta. Por aquel entonces aún permanecía en vigor la regla del 3x2, con lo que Prada tenía hasta tres oportunidades. Con un acierto una nueva prórroga, con dos la gloria…. y sin embargo falló los tres, con lo que el Varese cerraba su década mágica accediendo a una nueva final.

4. – Delibasic mete a Varajic en la historia (1979) Tras el claro dominio soviético en los años 60, Yugoslavia había tomado el relevo generacional aupada por el talento de los Slavnic, Kikanovic, Cosic o Dalipagic, pero le faltaba la guinda a nivel de club ya que, si bien había sumado 5 títulos de la Korac y uno de la Recopa, la Copa de Europa seguía

Nada hacia presagiar que la edición de 1979 fuera a ser diferente, pero contra todo pronóstico el sorprendente y joven Bosna Sarajevo de Bogdan Tanjević conseguía colarse en la final aupado por su trío mágico: Delibasic, Varajic y Radovanovic. Sin embargo, el partido decisivo pasaría a la historia, y no sólo por el primer triunfo yugoslavo, sino por la mayor exhibición individual que una final viera: Zarko Varajic anotaba 45 puntos por dos motivos fundamentales: su gran tiro exterior y, sobre todo, la impagable colección de pases magistrales que el mago de Tuzla, Mirza Delibasic, le tenía a bien brindar sin por ello descuidar el ataque (30 puntos). VÍDEO: FINAL COMPLETA 1979: BOSNA - VARESE http://youtu.be/k6RDDcAQsXs

3. – El gran duelo (1986) La URSS versus Yugoslavia, Lituania vs. Croacia, Zalgiris contra Cibona… pero sobre todo Petrovic contra Sabonis. La final de 1986 disputada en Budapest concentraba la mayor expectación posible. Frente a frente las dos grandes potencias europeas, pero sobre todo los dos grandes iconos baloncestísticos de los 80. Por un lado, el genial Drazen, que ya había saboreado las mieles del

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triunfo el año anterior, y por otro el zar lituano, que buscaba su consagración absoluta tras su exultante EuroBasket del año anterior en Alemania. El partido discurría con más tensión que juego, igualdad en el marcador y cierta ventaja para Sabonis en el duelo particular, hasta que estalló la tormenta: Nakic robaba un balón y en pleno contraataque recibía una falta de Krapikas a la que respondía soltando el brazo, cuando de la nada aparecía Sabonis para tomarse la justicia por su mano golpeando al pívot croata, lo que le suponía la descalificación y, lo que es peor, enterraba las opciones del Zalgiris abriendo de par en par las puertas de la reválida para los de Zagreb.

Así pues, Don Pedro ordenó la jugada clave: saque de fondo para Alocén, que anotaba en su propia canasta dando así a su equipo una leve derrota por dos puntos, fácilmente recortables en la vuelta. Los varesinos, tras unos primeros instantes de júbilo, montaron en cólera, pero sus protestas sólo sirvieron para que la FIBA enunciara un nuevo artículo por el que una autocanasta sería sancionada con gravedad. Años más tarde el belga Dierckx intentó repetir la historia, propiciando que definitivamente se adoptara el modelo actual.

VÍDEOS: SABONIS GOLPEA A NAKIC http://youtu.be/z9k0W6kqf-o

2. – La autocanasta de Alocén (1962) Que Pedro Ferrándiz ha sido uno de los grandes genios del basket europeo nadie lo puede negar, y menos repasando alguna de sus “creaciones”. A principios de los 60 las eliminatorias a doble vuelta contaban con una particularidad: pese a que lo que importaba era el resultado global, si en el primer partido había empate se disputaba una prórroga.

1. – Las prórrogas para los locales (1969) Desde que en 1966 la FIBA adoptara definitivamente el modelo de final a partido único, sólo en tres ocasiones se ha tenido que recurrir a la prórroga para dilucidar el campeón. Además de la de 2014 en Milán y 2016 en Berlín, la primera de ellas data de 1969, cuando para más emoción se vio abocada a un doble tiempo extra. Los dos mejores equipos del momento, TSKA y Real Madrid, llegaban a la final de Barcelona con una autoridad incontestable. Dada la rivalidad entre blancos y “culés”, se esperaba que el público local tomara partido por los moscovitas, pero al contrario de lo esperado se volcaba desde inicio con los locales hasta que algo sucedió…

El 18 de enero de 1962, Varese y Real Madrid se enfrentaban en el primer partido de los octavos de final, y tras más de 30 minutos los blancos dominaban con cierta holgura. Pero los problemas de faltas y el cansancio, unidos a la gran actuación del húngaro Toth, llevaban la igualada al marcador a falta de 2 segundos, ante lo que Ferrándiz decidía solicitar un tiempo muerto. Con el americano Hightower lesionado y con varios jugadores eliminados, la perspectiva de una prórroga se revelaba inquietante.

Tras forzar Lipso la prórroga con una canasta en el último segundo del tiempo reglamentario, ésta comenzaba con ligero dominio blanco pese al dominador juego de Andreiev. Tras un clamoroso fallo de Aiken y una pérdida de Emiliano, un claro contraataque ruso era frenado por los árbitros señalando unos inexistentes pasos, lo que daba pie a otra prórroga. Los jugadores rusos montaban en cólera, y con ellos el público hasta entonces madridista viraba sus ánimos y convertía el segundo tiempo extra en un infierno para los merengues, que acababan por ser superados 103-99 en una de las mejores finales de la historia.

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LA FINAL FOUR: REPASO A TODAS LAS EDICIONES

1988-2019 (y más) En 1988 la FIBA decide tomar, a imagen y semejanza de la NCAA, la idea de una final a 4. La idea ya tenía antecedentes, ya que a finales de los 60 se había experimentado (bajo el nombre de fase final), aunque no cuajó ante las protestas de los equipos, que veían menguadas sus taquillas al perder el encuentro de semifinales.

Así pues, en 1988 nace la moderna Final Four. El sistema de competición permanece casi intacto, tras sucesivas eliminatorias una liguilla entre los mejores da paso al acto final, y si hasta entonces los dos mejores se disputaban el título ahora pasaban a 4. Como curiosidad cabe resaltar que los dos primeros clasificados de la liguilla (Partizan y Aris) quedaron eliminados en semifinales, cuando de haberlo hecho el año anterior hubieran disputado la gran final. La primera Final Four fue todo un éxito y deparó un nuevo titulo milanista, liderado por el gran McAdoo.

1988. – Gante

1966. – Milan - Bolonia Semifinal 1: Slavia Praga 103-73 AEK Atenas (Zidek 31, Trontzos 22) Semifinal 2: Simenthal Milan 68-57 TSKA Moscú (Bradley 20, Lipso 13). 3 y 4º puesto: TSKA 85-62 AEK (Volnov 14, Trontzos 20) Final: Milan 77-72 Slavia (Thoren 21, Vianello 21, Zidek 22)

1967. – Madrid Semifinal 1: Simenthal Milan 103-97 Slavia Praga (Robbins 33, Zednicek 23) Semifinal 2: Real Madrid 88-86 Olimpia Ljubjana (Aiken 31, Daneu 24) 3 y 4º puesto: Slavia Praga 88-93 Olimpia (Zednicek 29, Daneu 39) Final: Real Madrid 91 Simenthal Milan 83 (Emiliano 29, Chubin 32)

Semifinal 1: Maccabi 87-82 Partizan (Magee 34, Divac 21) Semifinal 2: Tracer Milan 87-82 Aris (McCadoo 39, Gallis 28) 3 y 4º puesto: Partizan 105-93 Aris (Gallis 41, Divac 31) Final: Tracer 90-84 Maccabi (McAdoo 25, Jamchy 24) Tras el éxito del Tracer llegaría el dominio balcánico: primero global con los tres títulos consecutivos de la Jugoplastika y el del Partizan, y posteriormente desde los banquillos. Aferrados a un baloncesto control y excesivamente mecanizado, Maljkovic, Obradovic e Ivkovic monopolizan los títulos de 1993 a 1997 (Limoges, Joventut, Madrid y Olympiacos). La racha la rompe el Kinder Bolonia de Messina, aunque lo hace aferrado a las mismas armas. Hay que resaltar que en 1992 había nacido la nueva Liga Europea, dando así un nuevo paso hacia la globalización baloncestística al permitir en la competición la participación de varios equipos de un mismo país.

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1989. – Munich

1991. – París

Semifinal 1: Maccabi 99-86 Aris (Magee 29, Yannakis 25)

Semifinal 1: Barcelona 101-67 Maccabi (Montero 25, Horton 16)

Semifinal 2: Jugoplastika 89-77 Barcelona (Kukoc 24, Sibilio 15)

Semifinal 2: Pop 84 Split 93-87 Scavolini (Savic 25, Daye 29)

3 y 4º puesto: Aris 88-71 Barcelona (Gallis 36, Norris 18)

3 y 4º puesto: Maccabi 83-81 Scavolini (Jamchy 22, Cook 19)

Final: Jugoplastika 75-69 Maccabi (Radja 20, Jamchy 25)

Final: Pop 84 Split 70-65 Barcelona (Savic 27, Trumbo 12) Aunque el año 1988 sirva como referencia por la llegada de la Final Four, es en 1992 cuando la primera competición continental da el que probablemente haya sido (con el permiso de la ley Bosman y la actual libre circulación) su mayor salto cualitativo: el paso a denominarse Liga Europea y con él la posibilidad de que, en ese momento, hasta tres representantes de un mismo país puedan participar.

1992. – Estambul

Semifinal 1: Joventut 91-69 Estudiantes (Villacampa 28, Pinone 18) Semifinal 2: Partizan 82-75 Milan (Danilovic 22, Dawkins 21) 3 y 4º puesto: Milan 99-81 Estudiantes (Rogers 20, Winslow 21)

1990. – Zaragoza Semifinal 1: Barcelona 104-83 Aris (Epi 24, Gallis 26)

Final: Partizan 71-70 Joventut (Danilovic 25, Pressley 20)

1993. – Atenas

Semifinal 2: Jugoplastika 101-83 Limoges (Perasovic 24, Ostrowski 21)

Semifinal 1: Limoges 62-52 Real Madrid (Young 20, Sabonis 19)

3 y 4º puesto: Limoges 103-91 Aris (Ostrowski 26, Gallis 43)

Semifinal 2: Benetton 79-77 PAOK (Rusconi 23, Prelevic 21)

Final: Jugoplastika 72-67 Barcelona (Kukoc 20, Norris 18)

3 y 4º puesto: PAOK 76-70 Real Madrid (Barlow 20, Biriukov 16) Final: Limoges 59-55 Benetton (Young 18, Teagle 19)

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1994. – Tel Aviv Semifinal 1: Olympiacos 77-72 Panathinaikos (Paspalj 22, Volkov 32) Semifinal 2: Joventut 79-65 Barcelona (Villacampa 20, Epi 23) 3 y 4º puesto: Panathinaikos 100-83 Barcelona (Gallis 30, Roberts 19) Final: Joventut 59-57 Olimpiacos (Ferrán 17, Paspalj 15)

1998. – Barcelona

Semifinal 1: Kinder 83-61 Partizan (Savic 23, Brkic 17) Semifinal 2: AEK 69-66 Benetton (Anderson 21, Williams 22) 3 y 4º puesto: Benetton 96-89 Partizan (Williams 24, Drobnjak 22) Final: Kinder 58-44 AEK (Danilovic 13, Lasa 7)

1995. – Zaragoza Semifinal 1: Real Madrid 62-49 Limoges (Sabonis 21, Kempton 12) Semifinal 2: Olympiacos 58-52 Panathinaikos (E. Johnson 27, Paspalj 17) 3 y 4º puesto: Panathinaikos 91-87 Limoges (Alvertis 29, Young 24) Final: Real Madrid 73-61 Olympiacos (Sabonis 23, Volkov 15)

1996. – París Semifinal 1: Panathinaikos 81-77 CSKA (Wilkins 35, Karaseev 23) Semifinal 2: Barcelona 76-66 Real Madrid (Karnisovas 24, Arlauckas 22) 3 y 4º puesto: CSKA 74-73 Real Madrid (Vetra 22, Savic 22) Final: Panathinaikos 67-66 Barcelona (Alvertis 17, Karnisovas 23)

1997. – Roma Semifinal 1: Olympiacos 74-65 Olimpija Ljubljana (Rivers 28, Stepania 12) Semifinal 2: Barcelona 77-70 Villeurbanne (Djordjevic 17, Rudd 20) 3 y 4º puesto: Olimpija 86-79 Villeurbanne (Milic 17, Digbeu 22)

Kinder Bolonia, campeón en 1998

Tras los años de racanería, el sorprendente Zalgiris (quizás no tanto ya que venía de ganar la Saporta de manera brillante el año anterior) insuflaba un soplo de aire fresco en 1999 con su basket de conceptos libres y tiro exterior liderado por el mágico Tyus Edney, bien apoyado en Bowie y Stombergas. El 2000 traía un nuevo varapalo para el Barcelona y un título más para Obradovic.

1999. – Munich

Semifinal 1: Zalgiris 87-71 Olympiacos (Bowie 19, Tarlac 15) Semifinal 2: Kinder 62-57 Teamsystem (Nesterovic 16, Myers 18) 3 y 4º puesto: Olympiacos 74-63 Teamsystem (Komazec 13, Jaric 17) Final: Zalgiris 82-74 Kinder (Bowie 17, Rigadeau 27)

Final: Olympiacos 73-58 Barcelona (Rivers 26, Jiménez 16)

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2000. – Salónica Semifinal 1: Maccabi 65-51 Barcelona (Huffman 24, Goldwire 13) Semifinal 2: Panathinaikos 81-71 Efes Pilsen (Bodiroga 22, Turkoglu 15) 3 y 4º puesto: Efes Pilsen 75-69 Barcelona (Besok 22, Rentzias 29) Final: Panathinaikos 73-67 Maccabi (Rebraca 20, Huffman 26) Tras años de enfrentamientos, la FIBA y la ULEB rompían sus relaciones y organizaban torneos separados. La Suproliga de la FIBA poseía menos nivel medio, pero conservaba la Final Four y a tres de los participantes del año anterior en Salónica. En París, y con el Panathinaikos como claro favorito, el Maccabi de Tel Aviv se imponía con un gran McDonald y un dominante Huffman dando la sorpresa.

La mayor bonanza económica de la ULEB hace que finalmente los clubes se agrupen en su Euroliga. La primera final de la reunificación cuenta con el Kinder como claro favorito, pero en una gran segunda parte el Panathinaikos le da la vuelta y se hace con su tercer título. El año siguiente el Barcelona cierra su mala racha (5 subcampeonatos) y ante su público logra su primer título de la mano de Bodiroga. En 2004 el Maccabi, también como local, se lleva el título con una gran exhibición ofensiva y en 2005 lo revalida haciendo gala de un basket alegre y rápido. Los macabeos llegan a soñar con ser el tercer equipo en conseguir un tercer título consecutivo, pero el CSKA se interpone en el camino. En 2007, en una final plena de intensidad el Panathinaikos volvía a lo más alto ante un CSKA que recuperaba un año después su titulo en Madrid, volviéndolo a perder en la siguiente edición en una extraña final ante el Panathinaikos del omnipresente Obradovic.

2002. – Bolonia

Semifinal 1: Kinder Bolonia 90-82 Benetton (Charlie Bell 19, Jaric 18) Semifinal 2: Panathinaikos 83-75 Maccabi (Bodiroga 26, Burstein 18) Final: Panathinaikos 89-83 Kinder (Kutluay 22, Ginobili 27)

2001. – Suproliga (París) Semifinal 1: Panathinaikos 74-66 Efes Pilsen (Bodiroga 22, Mulaomerovic 25) Semifinal 2: Maccabi 86-80 CSKA (McDonald 17, Kirilenko 23) 3 y 4º puesto: Efes Pilsen 91-85 CSKA (Drobnjak 25, Kirilenko y Morgunov 16) Final: Maccabi 81-67 Panathinaikos (McDonald 21, Bodiroga 27)

2001. – Euroliga (playoff)

2003. – Barcelona

Semifinal 1: Benetton 65-62 Siena (Garbajosa 14, Stefanov 17) Semifinal 2: Barcelona 76-71 CSKA (Fucka 21, Holden 21) 3 y 4º puesto: Siena 79-78 CSKA (Ford 19, Songaila 15) Final: Barcelona 76-65 Benetton (Bodiroga 20, Edney 16)

Kinder Bolonia – TAU Cerámica (3-2)

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2004. – Tel Aviv

2008. – Madrid

Semifinal 1: Maccabi 93-85 CSKA (Parker 27, Marcus Brown 23) Semifinal 2: Skipper Bolonia 103-102 Siena (Delfino 27, Thornton 26)

Semifinal 1: Siena 85-92 Maccabi (McIntyre 26, A. García 17) Semifinal 2: TAU Cerámica 79-83 CSKA (Rakocevic 19, Andersen y Siskauskas 16)

3 y 4º puesto: CSKA 97-94 Siena (Brown 27, Vanterpool 18)

3 y 4º puesto: Siena 97-93 TAU Cerámica (K. Lavrinovic 19, Mickeal 15)

Final: Maccabi 118-74 Skipper (Parker 21, Vujanic 21)

Final: CSKA 91-77 Maccabi (Langdon 21, Bynum 23)

2005. – Moscú Semifinal 1: CSKA 78-85 TAU Cerámica (Holden 20, Macijauskas 23) Semifinal 2: Maccabi 91-82 Panathinaikos (Sharp 20, Kutluay 17) 3 y 4º puesto: CSKA 91-94 Panathinaikos (Brown 21, Batiste 28) Final: Maccabi 90-78 TAU Cerámica (Jasikevicius 22, Scola 21)

2006. – Praga Semifinal 1: Maccabi 85-70 TAU Cerámica (Baston 20, Scola 15) Semifinal 2: CSKA 84-75 Barcelona (Williams 24, Papaloukas y Holden 19) 3 y 4º puesto: TAU Cerámica 87-82 Barcelona (Drobnjak 17, Fucka 20) Final: CSKA 73-69 Maccabi (Papaloukas 18, Solomon 20)

2007. – Atenas Semifinal 1: CSKA 62-50 Unicaja (Langdon 13, Cabezas 13) Semifinal 2: Panathinaikos 67-53 TAU Cerámica (Batiste y Becirovic 15, Erdogan 11) 3 y 4º puesto: Unicaja 76-74 TAU Cerámica (Tusek 18, Rakocevic 16) Final: Panathinaikos 93-91 CSKA (Siskauskas 20, Papaloukas 23)

2009. – Berlín

Semifinal 1: Olympiacos 82-84 Panathinaikos (Greer 18, Pekovic 20) Semifinal 2: Barcelona 78-82 CSKA (Andersen 24, Siskauskas 29) 3 y 4º puesto: Olympiacos 79-95 Barcelona (Greer 19, Andersen 20) Final: CSKA 71-73 Panathinaikos (Spanoulis y Fotsis 13, Holden 14) En 2010 el Barcelona lograba su 2º título de una manera incontestable dominando la competición como pocas veces se ha visto (sólo dos derrotas) y desplegando un baloncesto cercano al “total”, y un año después, en la propia ciudad condal, el Panathinaikos de (cómo no) Zeljko Obradovic recuperaba su condición de campeón continental tras derrotar a los anfitriones en los playoff de cuartos, y a Siena y Maccabi en la propia Final Four, de la mano de un Dimitris Diamantidis que se convertía en el primer jugador de la historia en aunar en una misma temporada los MVP de fase regular y Final Four.

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El testigo del PAO lo recogía sus “queridos” vecinos del Pireo que, guiados por Papanikolaou y Spanoulis, daban la vuelta a una final increíble ante el CSKA en 2012. Un equipo moscovita con el que volvían a ejercer de verdugo un año después, antes de protagonizar otra exitosa remontada en la final, en este caso ante el Real Madrid. Precisamente al equipo blanco un año más tarde volvía a escapársele la final al caer en la primera prórroga de una final en la era Final Four ante el Maccabi Tel Aviv. Tras dos subcampeonatos consecutivos, el cuadro de Pablo Laso se alzaba con el título ejerciendo como local y poniendo fin a una sequía de veinte años, siendo sucedido por un CSKA que conseguía romper su mala racha en la Final Four con un triunfo vibrante en la prórroga ante el Fenerbahçe. Precisamente, un año después y ante su gente, los de Estambul lograban el primer título para el basket turco tras un extraordinario final de curso agrandando más si cabe la leyenda de Zeljko Obradovic. Por último, el Real Madrid, con Luka Doncic despidiéndose de Europa a lo grande, y el CSKA se llevaban las dos últimas ediciones celebradas hasta hoy.

2011. – Barcelona Semifinal 1: Maccabi Tel Aviv 82-63 Real Madrid (Eidson 19, Tomic 17) Semifinal 2: Panathinaikos 77-69 Siena (Calathes 17, Kaukenas 13) 3 y 4º puesto: Real Madrid 62-80 Siena (Llull 23, K. Lavrinovic 17) Final: Maccabi Tel Aviv 70-78 Panathinaikos (Eidson 17, Batiste 18)

2012. – Estambul Semifinal 1: CSKA 66-64 Panathinaikos (Kirilenko 17, Jasikevicius 19) Semifinal 2: Olympiacos 68-64 FC Barcelona (Spanoulis 21, Navarro 18) 3 y 4º puesto: FC Barcelona 74-69 Panathinaikos (Huertas 21, Diamantidis 17) Final: Olympiacos 62-61 CSKA (Papanikolaou 18, Teodosic 15)

2013. – Londres Semifinal 1: CSKA 52-69 Olympiacos (Weems 13, Antic y Hines 13) Semifinal 2: FC Barcelona 67-74 Real Madrid (Huertas 19, Reyes 17) 3 y 4º puesto: CSKA 74-73 FC Barcelona (Khryapa 16, Navarro 17) Final: Olympiacos 100-88 Real Madrid (Spanoulis 22, Rudy Fernández 21)

2010. – París Semifinal 1: Barcelona 64-54 CSKA Moscú (Fran Vázquez 11, Siskauskas 19) Semifinal 2: Olympiacos 83-80 Partizan (Kleiza 19, McCalebb 21) 3 y 4º puesto: CSKA 90-88 Partizan (Langdon 32, Roberts 18) Final: Barcelona 86-68 Olympiacos (Navarro 21, Childress 15)

2014. – Milán Semifinal 1: CSKA 67-68 Maccabi (Kaun 14, Blu 15) Semifinal 2: FC Barcelona 62-100 Real Madrid (Tomic 16, Sergio Rodríguez 21) 3 y 4º puesto: FC Barcelona 93-78 CSKA (Navarro 20, Kaun 13) Final: Real Madrid 86-98 Maccabi (73-73) (Sergio Rodríguez 21, Rice 26)

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2015. – Madrid

2018. – Belgrado

Semifinal 1: Real Madrid 96-87 Fenerbahçe (Ayón 20, Goudelock 26) Semifinal 2: CSKA 68-70 Olympiacos (De Colo 18, Printezis 14)

Semifinal 1: CSKA 83-92 Real Madrid (De Colo 20, Doncic y Llull 16) Semifinal 2: Fenerbahçe 76-67 Zalgiris (Dixon 19, Pangos 16)

3 y 4º puesto: Fenerbahçe 80-86 CSKA (Goudelock 24, De Colo 17)

3 y 4º puesto: CSKA 77-79 Zalgiris (M. Kulagin y Hunter 14, Milic y Jankunas 15)

Final: Real Madrid 78-59 Olympiacos (Carroll 16, Lojeski 17)

Final: Real Madrid 85-80 Fenerbahçe (Causeur 17, Melli 28)

2019. – Vitoria Semifinal 1: Fenerbahçe 73-92 Efes (Vesely 14, Larkin 30) Semifinal 2: CSKA 95-90 Real Madrid (De Colo y Sergio Rodríguez 23, Causeur 18) 3 y 4º puesto: Fenerbahçe 75-94 Real Madrid (Sloukas 17, Ayón 23) Final: Efes 83-91 CSKA (Larkin 29, Higgins y Clyburn 20)

2016. – Berlín Semifinal 1: Fenerbahçe 88-77 Baskonia (Bogdanovic 18, Bourousis 22) Semifinal 2: CSKA 88-81 Lokomotiv (De Colo 30, Delaney 26) 3 y 4º puesto: Baskonia 75-85 Lokomotiv (Adams 25, Broekhoff y Delaney 21) Final: CSKA 101-96 Fenerbahçe (De Colo 22, Dixon 17)

2017. – Estambul Semifinal 1: Fenerbahçe 84-75 Real Madrid (Udoh 18, Llull 28) Semifinal 2: Olympiacos 82-78 CSKA (Spanoulis, Printezis y Papanikolaou 14, Teodosic 23) 3 y 4º puesto: Real Madrid 70-94 CSKA (Ayón y Maciulis 11, Hines 14) Final: Fenerbahçe 80-64 Olympiacos (Bogdanovic y Kalinic 17, Birch 14) GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2021


11 GRANDES MOMENTOS DE LA FINAL FOUR

por Iván Fernández 11.- El senador se lleva la primera (1966)

10.- El triple de ‘Mache’ (2005)

Adoptada como modelo experimental y llamada entonces fase final, la primera final a 4 tuvo lugar a caballo entre Milán y Bolonia y terminaría con el primer título para el basket italiano. El Milán había diseñado un equipo competitivo, aunque sin opciones claras para llegar lejos cuando un golpe de suerte cambio su sino.

Tras perder dos Final Four de manera consecutiva ante los anfitriones (Barcelona 2003 y Maccabi 2004), el CSKA había conseguido llevar a Moscú la celebración de 2005. Con un equipo construido con una sola idea, durante más de 40 partidos permaneció invicto mostrando una solidez inédita en Europa desde los tiempos de Sergei Belov. La racha terminaba por romperse en un intrascendente partido ante el Barcelona, pero nada parecía poder hacer sombra a la máquina rusa en la Final Four.

Bil Bradley, mejor jugador de los Juegos Olímpicos de 1964, venía a completar sus estudios a Oxford. Tras unas intensas gestiones, los milanistas conseguían que Bradley viajara los días de partido para jugar la Copa de Europa. Sin entrenar, sin apenas conocer a sus compañeros, su enorme talento se sobrepuso a todo y llevó a los lombardos a lo más alto.

La primera victima para el ansiado título debía ser el TAU, pero un enorme Scola y el “carácter Baskonia” mantenían la incertidumbre. Con los locales al borde del colapso, un saque de fondo con apenas unos segundos de posesión derivaba en un monumental triple lateral de Macijauskas que confirmaba una de las grandes sorpresas de la historia de la Final Four.

Un año más tarde se repetiría experiencia con el Real Madrid imponiéndose como local al propio Milano y en la semifinal al Olimpija de Ljubljana de un heroico Ivo Daneu.

VÍDEO: TRIPLE DE ARVYDAS MACIJAUSKAS (BASKONIA - CSKA, SEMIFINAL 2005) https://youtu.be/kJzNjmgt46I

VÍDEO: BILL BRADLEY https://youtu.be/2spiHl-pFkU

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9.- El fin de una maldición (2003)

7.- La gran final (2007)

Cuando la “libélula” Wright y sus imposibles dribblings hundieron al Barcelona en la final de 1984, comenzaba una maldición que tardaría casi 20 años en quebrarse. 5 subcampeonatos y 7 Final Four después el carácter ganador de Dejan Bodiroga en la pista y de Svetislav Pesic en el banquillo barría todos los fantasmas del pasado en medio de un Palau Sant Jordi abarrotado y preso de la euforia.

Tras las semifinales de 2007, el viejo regusto al caduco basket-control de los 90 había dejado un poso de desconsuelo en una audiencia ávida de algo más que exiguos resultados. Con las dos mejores plantillas de Europa frente a frente, la final habría de borrar las malas sensaciones del penúltimo acto.

VÍDEO: BARCELONA–BENETTON (2003) http://youtu.be/tx2S_gvdyfk

Tensión, nervios, dureza, tiros imposibles, defensas al límite, pero sobre todo calidad, brindaron más de 2 horas de un espectáculo único: La versatilidad de Siskauskas, el carácter de Diamantidis, la obstinación de Papaloukas o el “hambre” de Smodis fueron los ingredientes de una de las mejores finales de la historia.

VÍDEO: BARCELONA–BANCO DI ROMA (1984) http://youtu.be/5ChSgCMB0uE

VÍDEO: PANATHINAIKOS-CSKA https://youtu.be/bm9w30dSGX0

8.- El gran Corny (1994) Si hay una plaza eminentemente baloncestistica, esa es Badalona, adalid eterno del juego de la canasta entendido como un ejercicio de cantera, juventud y riesgo. Dos años atrás se había quedado a las puertas de la gloria, pero en Tel Aviv y en medio de un mar de nervios, el enorme (en todos los sentidos) Corny Thompson se elevaba a falta de unos segundos y clavaba el triple crucial que hacia justicia a la ciudad del basket. VÍDEO: JOVENTUT – OLYMPIAKOS http://youtu.be/cWBQplNBU-A

6.- Las prórrogas (2014 y 2016) Sin prórrogas en una final desde 1969, Milán veía el primer tiempo extra en una final de la era Final Four. Tras una temporada impecable y una semifinal arrolladora ante su eterno rival, el Real Madrid de Pablo Laso comenzaba mandando ante un sorpresivo Maccabi. Con un inteligente

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planteamiento de David Blatt y aupado por la consistencia de Devin Smith, el cuadro israelí lograba remontar en la segunda parte para acabar rematando la faena en una brillante prórroga de la mano de un imparable Ty Rice, quien ya en la semifinal había logrado la canasta decisiva ante el CSKA de Moscú. VÍDEO: REAL MADRID – MACCABI TEL AVIV https://youtu.be/57ocx0hOFac Dos años después, Berlín vivía la segunda prórroga en una final tras un duelo entre el CSKA y el Fenerbahçe que probablemente haya sido una de las mejores finales recientes. La exhibición ofensiva de los moscovitas en la primera mitad, la remontada turca y el palmeo de Khryapa que enviaba el partido al tiempo extra forman ya parte de la historia del torneo. VÍDEO: CSKA - FENERBAHÇE https://youtu.be/DMF12vlszq8

joven center, inédito casi toda la temporada, se hacía el rey de la zona mientras que Bodiroga, bien secundado por un inspirado Kutluay, tomaba el mando para dar un nuevo título al mejor entrenador de Europa, en la que posiblemente haya sido la mejor Final Four hasta la fecha. VÍDEO: PANATHINAIKOS FINAL FOUR 2002 https://youtu.be/jjqTOL1UjXM

4.- La gran polémica (1996) Dotado de unas condiciones innegables para el juego, pero indolente hasta la desesperación, Stojan Vrankovic fue el protagonista de la jugada más polémica de la historia de la Final Four, cuando en un acto impensable dada su habitual desidia se levantaba de su caída en medio campo para correr hasta su aro y poner el tapón más famoso que se recuerde.

5.- Tócala otra vez, Zeljko (2002) Bolonia estaba preparada para que la Final Four de la reconciliación fuera también la de la consagración de su escuadra. La potente Kinder de 2001 se había reforzado con Becirovic y Granger que, unidos a Jaric, Ginobili, Smodis, etc, conformaban un equipo poco menos que intratable. Enfrente, el Panathinaikos de Obradovic, que esta vez parecía menos fiero, impresión que parecía confirmarse cuando los boloñeses se marchaban por 13 puntos de diferencia. Pero Zelimir siempre guarda otra vuelta de tuerca más: Bodiroga o Alvertis de falsos ‘4’ y todo el espacio de la zona para el joven Papadopoulos. El

La historia había arrancado mucho antes con el morbo en el duelo entre Maljkovic y Aíto, que parecía tener controlado el primero con su juego lento y pausado. Pero a falta de unos pocos minutos y con 10 puntos abajo, García Reneses daba entrada a dos bases y conseguía cambiar el ritmo del partido. Así a falta de unos segundos Montero robaba el balón decisivo, se trastabillaba, cometía pasos y cuando dejaba la bola de la victoria en el tablero aparecía el enorme brazo de Vrankovic para hurgar más en la vieja herida culé.

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El tapón fue manifiestamente ilegal, pero lo más curioso del caso es que nada de aquello debería haber valido porque, en el anterior ataque, los griegos habían consumido 35 segundos sin que nadie se percatara de que la bocina hubiera saltado. La indignación fue grande e incluso la FIBA dio la razón al Barcelona, pero el trofeo voló a Atenas. VÍDEO: PANATHINAIKOS - FC BARCELONA (1996) https://youtu.be/_BAtA9utM6w

3.- Un soplo de aire fresco (1999) La inesperada victoria del Limoges en 1993 (aunque el cambio de tendencia bien podía rastrearse en la propia Jugoplastika) había alimentado el nacimiento de un nuevo concepto baloncestístico apoyado en el absoluto control del ritmo, el uso de las manos y, en definitiva, el cercenamiento de la creatividad.

corazón de los románticos del deporte. Para el recuerdo queda la memorable retransmisión de Ramón Trecet en RTVE “cotangente de Pi…” VÍDEO: FINAL EUROLIGA 1999 https://youtu.be/KLNdcWujd_4

2.- Juventud, divino tesoro (1989) Es posible que los ya inmortales versos del poeta nicaragüense resulten un tanto manidos, pero nada mejor para describir la maravillosa irrupción que Munich vivió en 1989. Llegaba el Barcelona como absoluto favorito a la Final Four cuando en semifinales se cruzó un grupo de jovenzuelos de Split, liderados por Bozidar Maljkovic y que interpretaban un juego preciso y preciosista como pocos.

Liderado por los técnicos balcánicos, Ettore Messina había tomado el relevo ganando la edición del 98 con unos miserables 58 puntos y su equipo, el Kinder de Bolonia, llegaba a la Final Four de Munich como claro favorito pese a no contar con un Danilovic tocado y no marchar muy bien en la LEGA.

Así durante tres años, una Jugoplastika que en 1972 ya se había quedado a las puertas con un postrero lanzamiento de Solman, labró su merecidísima condición de equipo de leyenda, creando tendencia y anunciando una nueva era para el baloncesto europeo con un equilibrio entre la solvencia defensiva y el talento individual no visto anteriormente. Los tres títulos consecutivos emulaban a los pretéritos triunfos del ASK de Riga, pero la dureza de la época daba especial significado a la hazaña de los croatas, convirtiéndolos, muy probablemente, en el mejor equipo de la historia del basket europeo. Pero, por suerte, no siempre los pronósticos se cumplen y un descarado Zalgiris liderado por Edney enloquecía la final y a base de contraataques llevaba 15 puntos de diferencia al descanso. La tímida reacción boloñesa en la segunda parte fue estéril y el título viajó a Kaunas acompañado por el

VÍDEO: JUGOPLASTIKA – MACCABI (1989) http://youtu.be/mJ4hYIzj1Fs JUGOPLASTIKA SPLIT 1988-89 https://youtu.be/CI4JFDDMtqY

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1.- A sangre fría (1992-2012) A lo largo de la historia, multitud de jugadores han destacado por su especial sangre fría en los momentos más difíciles. De entre todos ellos quizás sea Djordjevic uno de los más recordados. Corría el año 1992 y la Final Four viajaba a la maravillosa Estambul que, bañada por sus tres mares, olía a especias y magia, a caos y belleza, olía en definitiva a algo grande.

Cuando a falta de pocos segundos para el final, Tomás Jofresa anotaba una suspensión frontal toda Europa daba por seguro que el título viajaba a Badalona, pero el Partizan sacó rápido y entonces Aleksandar emprendió una carrera suicida que le llevó a la esquina, desde donde se levantó y con un escorzo imposible anotaba el triple ganador más espectacular que se recuerde y la canasta ganadora por excelencia... hasta que justo 20 años después y en la misma ciudad, Giorgos Printezis completaba la más increíble remontada de la era Final Four ante un atónito y autocomplaciente CSKA. Estambul sería también el escenario donde, en 2017, el Fenerbahçe pondría fin a la larga sequía turca en la copa gorda, resarciéndose de su derrota en la final de 2016. Una final de 2016 que por su nivel de calidad, la remontada turca y el palmeo de Khryapa para forzar el tiempo extra bien podría merecer un puesto de honor en este ranking... VÍDEO: TRIPLE DE DJORDJEVIC (1992) https://youtu.be/ESQuXC_7KDs VÍDEO: CANASTA DECISIVA DE PRINTEZIS (2012) http://youtu.be/EOpMWEwUYgo VÍDEO: EL PALMEO DE KHRYAPA (2016) https://youtu.be/E3hV9xRn5j4

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LOS RÁNKINGS: PRESENCIAS Y TÍTULOS

Final Four - Copa de Europa EQUIPOS CON MÁS PRESENCIAS EN FINAL FOUR 1996, 2001, 03, 1º CSKA (19) 04, 05, 06, 07, 08, 09, 10, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19 y 21 89,90,91,94,96, 2º FC BARCELONA (15) 97,00,03,06,09, 10,12,13,14,21 1988, 89, 91, 3º MACCABI (12) 2000, 01, 02, 04, 05, 06, 08, 11,14 1994, 95, 96, 4º PANATHINAIKOS (11) 2000, 01, 02, 05, 07, 09, 11, 12 5º OLYMPIACOS (10) 1994, 95, 97, 99, 09, 10, 12, 13, 15, 17 REAL MADRID (10) 1993, 95, 96, 2011, 13, 14, 15, 17, 18 y 19 7º BASKONIA (5)* 2005, 06, 07, 08 y 16 2015,16,17,18,19 FENERBAHÇE (5) 9º PARTIZAN (4) 1988, 92, 98, 2010 BENETTON TREVISO (4) 1993, 98, 02, 03 EFES PILSEN (4) 2000, 01, 19, 21 SIENA (4) 2003, 04, 08, 11 13º VIRTUS BOLONIA (3)* 1998, 99, 2002 JUGOPLASTIKA (3) 1989, 90, 91 LIMOGES (3) 1990, 93, 95 ARIS SALÓNICA (3) 1988, 89, 90 MILÁN (3) 1988, 92, 2021 18º JOVENTUT (2) 1992, 94 FORTITUDO BOLONIA (2) 1999, 2004 ZALGIRIS KAUNAS (2) 1999, 2018 CON 1 PRESENCIA UNICAJA ESTUDIANTES AEK ATENAS PAOK VILLEURBANNE OLIMPIA LJUBLJANA SCAVOLLINI PESARO LOKOMOTIV KUBAN * Kinder y Baskonia disputaron la final de 2001 en formato playoff

TÍTULOS EN LA HISTORIA DE LA COPA DE EUROPA 1963-64, 65, 1º REAL MADRID (10) 67, 68, 74, 78, 80, 95, 15,18 1960-61, 63, 2º CSKA (8) 69, 71, 06, 08, 16 y 19 1995-96, 2000, 3º PANATHINAIKOS (6) 02, 07, 2008-09, 2010-11 1976-77, 81, MACCABI (6) 2000-01, 04, 2005, 2014 5º VARESE (5) 1969-70, 72, 73, 75, 1975-76 6º OLYMPIACOS (3) 96-97, 2011-12, 2012-13 ASK RIGA (3) 1957-58, 59, 1959-60 MILÁN (3) 1965-66, 87, 1987-88 JUGOPLASTIKA (3) 1988-89, 90, 91 CANTÚ (2) 1981-82, 83 CIBONA (2) 1984-85, 86 VIRTUS BOLONIA (2) 1997-98, 00-01 BARCELONA (2) 2002-03, 09-10

CON 1 TÍTULO DINAMO TBILISI BOSNA SARAJEVO ROMA PARTIZAN LIMOGES JOVENTUT ZALGIRIS FENERBAHÇE

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1º 2º

11º

18º

JUGADORES CON MÁS PRESENCIAS EN FINAL FOUR (SIN INCLUIR 2021) VICTOR KHRYAPA (CSKA) THEO PAPALOUKAS (CSKA, OLYMPIACOS) ANDREY VORONTSEVICH (CSKA) FRAGISKOS ALVERTIS (PANATHINAIKOS) J.R. HOLDEN (CSKA) DERRICK SHARP (MACCABI TEL AVIV) JUAN CARLOS NAVARRO (FC BARCELONA) MILOS TEODOSIC (OLYMPIACOS Y CSKA) KYLE HINES (CSKA) NIKITA KURBANOV (CSKA) MATJAZ SMODIS (KINDER, SKIPPER, CSKA) ALEKSEI SAVRASENKO (OLYMPIACOS, CSKA) TAL BURSTEIN (MACCABI) VASILIS SPANOULIS (PAO, OLYMPIACOS) FELIPE REYES (REAL MADRID) SERGIO LLULL (REAL MADRID) KOSTAS SLOUKAS (OLYMPIACOS Y FENERBAHÇE) SARUNAS JASIKEVICIUS (BARCELONA, MACCABI, PAO) NIKOLA VUJCIC (MACCABI, OLYMPIACOS) DAVID ANDERSEN (KINDER, SIENA, CSKA, BARCELONA) YOTAM HALPERIN (MACCABI, OLYMPIACOS) TRAJAN LANGDON (BENETTON, CSKA) VÍCTOR SADA (FC BARCELONA) ERAZEM LORBEK (FORTITUDO,CSKA,BARCELONA) SASHA KAUN (CSKA) SERGIO RODRÍGUEZ (REAL MADRID Y CSKA) RUDY FERNÁNDEZ (R. MADRID) JAYCEE CARROLL (R. MADRID) JAN VESELY (PARTIZAN Y FENERBAHÇE)

12 9 9 8 8 8 8 8 8 8 7 7 7 7 7 7 7

6 6

6 6 6 6 6 6 6 6 6 6

11º

ENTRENADORES CON MÁS PRESENCIAS EN FINAL FOUR (INCLUYE 2021) ZELJKO OBRADOVIC (PAO, PARTIZAN, 18 JOVENTUT, REAL MADRID, BENETTON, FENERBAHÇE) ETTORE MESSINA (CSKA, BENETTON, 11 VIRTUS Y MILANO) BOZIDAR MALJKOVIC (JUGOPLASTIKA, PAO, 7 BARÇA, TAU, LIMOGES) DUSAN IVKOVIC (PAOK, 7 OLYMPIACOS, CSKA) IOANNIS IOANNIDIS (ARIS, 6 AEK OLYMPIACOS,) AITO GARCÍA RENESES 6 (BARCELONA) DIMITRIS ITOUDIS (CSKA) 6 PABLO LASO (REAL 6 MADRID) PINI GERSHON (MACCABI) 5 XAVI PASCUAL 5 (BARCELONA) ERGIN ATAMAN 4 (EFES Y SIENA) ZVI SHERF (MACCABI) 3 DAVID BLATT (MACCABI) 3

CON 2 PRESENCIAS JONAS KAZLAUSKAS ERGIN ATAMAN PANAGIOTIS GIANNAKIS SERGIO SCARIOLO DUSKO VUJOSEVIC PETAR SKANSI DUSKO IVANOVIC SIMONE PIANIGIANI MIKE D'ANTONI DIMITRIS ITOUDIS VELIMIR PERASOVIC GIORGIOS BARTZOKAS IOANNIS SFAIROPOULOS SARUNAS JASIKEVICIUS

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LOS RÉCORDS HISTÓRICOS

Títulos, puntos, rebotes, asistencias, triples, recuperaciones…

1º 2º

ENTRENADORES CON MÁS TÍTULOS ZELJKO OBRADOVIC (5 PANATHINAIKOS, 1 PARTIZAN, JOVENTUT, R.MADRID, FENERBAHÇE) PEDRO FERRÁNDIZ (REAL MADRID 1965, 67, 68, 74) ALEXANDER GOMELSKY (ASK RIGA 1958, 59, 60, CSKA 1971) BOZIDAR MALJKOVIC (SPLIT 1989, 90, LIMOGES 93, PANATHINAIKOS 96) ETTORE MESSINA (KINDER BOLOGNA 98,01, CSKA 06,08) ALEKSANDAR NIKOLIC (VARESE 1970, 72,73) PINI GERSHON (MACCABI 2001, 04, 05) EVGENY ALEKSEYEV (CSKA 1961, 63) VALERIO BIANCHINI (CANTU 1982, VIRTUS ROMA 84) SANDRO GAMBA (VARESE 1975, 76) ZELJKO PAVLICEVIC (CIBONA 1986, SPLIT 91) LOLO SAINZ (REAL MADRID 1978, 80) DUSAN IVKOVIC (OLYMPIACOS, 1997,2012) PABLO LASO (REAL MADRID 2015 Y 18) DIMITRIS ITOUDIS (CSKA 2016 Y 19)

9 4 4

4

4 3 3 2 2

JUGADOR CON MÁS TÍTULOS (ERA ULEB) SARUNAS JASIKEVICIUS (BARCELONA 03, MACCABI 04, 05, PAO 09) MÁS TÍTULOS EN COPA DE EUROPA (TOTAL) DINO MENEGHIN (5 VARESE, 2 MILÁN) CLIFFORD LUYK (REAL MADRID) ALDO OSSOLA (VARESE) FRAGISKOS ALVERTIS (PANATHINAIKOS) WAYNE BRABENDER (REAL MADRID) CRISTÓBAL RODRÍGUEZ (REAL MADRID) EMILIANO RODRÍGUEZ (REAL MADRID) LOLO SAINZ (REAL MADRID) CARLOS SEVILLANO (REAL MADRID) MARINO ZANATTA (VARESE) SARUNAS JASIKEVICIUS (BARCELONA, MACCABI, PANATHINAIKOS) KYLE HINES (OLYMPIACOS Y CSKA)

4

7 6 5 5 4 4 4 4 4 4 4 4

2 2 2 2 2 2

JUGADOR CON MÁS TÍTULOS EN FINAL FOUR FRAGISKOS ALVERTIS (PANATHINAIKOS) 5

Con 3: Andersen, Antic, Astakhov, Batiste, Bisson, Bodiroga, Burstein, Corbalán, Davids, Diamantidis, Flaborea, Fotsis, Goulbis, Jankovski, Krumins, Kukoc, Kurbanov, Leonchik, Monsalve, Morse, Muiznieks, Paniagua, A. Parker, Perasovic, Perperoglou, Prada, Raga, Rullán, E. Rusconi, Savrasenko, Sharp, Shelef, Sloukas, Smodis, Spanoulis, Sretenovic, Szczerbiak, Tabak, Tsartsaris, P. Tomic, Valmanis, Veritis, Volnov.

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MÁS PUNTOS EN UNA FINAL COPA DE EUROPA ZARKO VARAJIC (BOSNA SARAJEVO 1979) 45

JUGADOR CON MÁS PUNTOS EN UN PARTIDO RADIVOJ KORAC (1965) 99

MÁS PUNTOS EN UN PARTIDO LIGA EUROPEA* JOE ARLAUCKAS (REAL MADRID 1996) 63 * desde 1992

MÁS REBOTES EN UN PARTIDO DE FINAL FOUR DARRYL DAWKINS (MILÁN 1992) 19 STOJAN VRANKOVIC (PANATHINAIKOS 1994) 19 MÁS REBOTES EN UNA FINAL MACEO BASTON (MACCABI 2006) STEFANO RUSCONI (BENETTON 1993) MÁS REBOTES EN UNA FINAL FOUR ROY TARPLEY (OLYMPIACOS 1994)

15 15

30

MÁS ASISTENCIAS EN UN PARTIDO FINAL FOUR FACUNDO CAMPAZZO (REAL MADRID 2019) 15

MÁS PUNTOS PARTIDO COMPETICIÓN EUROPEA ZDENKO BABIC 144 (ZADAR, COPA KORAC 85-86)

MÁS PUNTOS EN UN PARTIDO DE FINAL FOUR NIKOS GALLIS (ARIS, 3º-4º PUESTO 1990) 43 BOB McADOO (MILÁN, SEMIFINALES 1988) 39

MÁS ASISTENCIAS EN UNA FINAL ARIEL McDONALD (MACCABI 2001) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PAO 2011) MÁS ASISTENCIAS EN UNA SEMIFINAL TONI KUKOC (BENETTON 2003)

10

MÁS ASISTENCIAS EN UNA FINAL FOUR DIMITRIS DIAMANTIDIS (PAO 2011)

18

MÁS TRIPLES EN UNA FINAL ALEKSANDAR DJORDJEVIC (PARTIZAN 1992) ANTOINE RIGADEAU (KINDER 1999) DOROM JAMCHY (MACCABI 1989) SERGIO RODRÍGUEZ (REAL MADRID 2014) BOBBY DIXON (FENERBAHÇE 2018) MÁS PUNTOS HISTORIA DE LA FINAL FOUR NIKOS GALLIS 231 MÁS PUNTOS EN UNA FINAL (ERA FINAL FOUR) SHANE LARKIN (EFES 2019) 29 MÁS PUNTOS EN UNA FINAL FOUR NIKOS GALLIS (ARIS 1990)

69

MÁS PUNTOS EN FINAL FOUR JUGANDO LA FINAL SHANE LARKIN (EFES 2019) 59

9 9

5 5 5 5 5

MÁS TRIPLES EN UN PARTIDO DE FINAL FOUR GUNDARS VETRA (CSKA 1996) 6 TERRELL McINTYRE (SIENA 2008) 6 DARIUS ADAMS (BASKONIA 2016) 6

MÁS RECUPERACIONES EN UNA FINAL ANTOINE RIGADEAU (KINDER 1999)

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5


MÁS RECUPERACIONES EN UNA FINAL FOUR ROMAIN SATO (SIENA 2008) 8

MÁS RECUPERACIONES EN UN PARTIDO FINAL 4 CHUCK EIDSON (MACCABI 2011) 6

MÁS VALORACIÓN EN UN PARTIDO FINAL FOUR* SHANE LARKIN (EFES 2019) 43

RÉCORDS TOTALES ERA ULEB (DESDE 2001)

MÁS VALORACIÓN EN UN PARTIDO (TOP 5) TANOKA BEARD (ZALGIRIS-SKIPPER 03-04) 63 JAKA LAKOVIC (NOVO MESTO-MADRID 01-02) 55 DEJAN MILOJEVIC (PARTIZAN-OLYMPIACOS 04-05) 55 MARKO POPOVIC (CIBONA-ESTUDIANTES 04-05) 54 SHANE LARKIN (EFES-BAYERN 19-20) 53 JAKA LAKOVIC (PAO-BENETTON 03-04) 51 MIKE JAMES (CSKA-KHIMKI 20-21) 51 B. BROWN, MACIJAUSKAS, VAN DEN SPIEGEL 50

MÁS VALORACIÓN EN UNA TEMPORADA ANTHONY PARKER (MACCABI 04-05) 597

MÁS VALORACIÓN CARRERA VASSILIS SPANOULIS JUAN CARLOS NAVARRO PAULIUS JANKUNAS

MÁS VALORACIÓN EN UNA FINAL* ANTHONY PARKER (MACCABI 2004) MANU GINOBILI (KINDER BOLONIA 2002)

34 34

MÁS VALORACIÓN EN UNA FINAL FOUR* SHANE LARKIN (EFES 2019) DEJAN BODIROGA (PANATHINAIKOS 2002) MARCUS BROWN (CSKA 2004) TERRELL McINTYRE (SIENA 2008) THEO PAPALOUKAS (CSKA 2006) THEO PAPALOUKAS (CSKA 2007) TRAJAN LANGDON (CSKA 2010) CHUCK EIDSON (MACCABI 2011)

67 60 59 55 51 50 50 50

4183 4022 3993

MÁS PUNTOS EN UN PARTIDO SHANE LARKIN (EFES 2019-20)

49

MÁS PUNTOS CARRERA VASSILIS SPANOULIS JUAN CARLOS NAVARRO NANDO DE COLO GEORGIOS PRINTEZIS SERGIO LLULL

4455 4152 3576 3474 3197

*desde 2002

MÁS REBOTES EN UN PARTIDO ANTONIS FOTSIS (DINAMO MOSCÚ)

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24


MÁS REBOTES CARRERA PAULIUS JANKUNAS FELIPE REYES IOANNIS BOUROUSIS MÁS ASISTENCIAS EN UN PARTIDO FACUNDO CAMPAZZO (REAL MADRID) STEFAN JOVIC (ESTRELLA ROJA) MÁS ASISTENCIAS CARRERA VASSILIS SPANOULIS NICK CALATHES SERGIO RODRÍGUEZ

MÁS TRIPLES EN UN PARTIDO ANDREW GOUDELOCK (FENERBAHÇE 2014-15) SHANE LARKIN (EFES 2019-20) MARCUS ERIKSSON (ALBA BERLÍN)

1965 1799 1603

19 19

1607 1519 1401

10 (10/13) 10 (10/12, 10/15) 10 (10/13)

MÁS TRIPLES CARRERA JUAN CARLOS NAVARRO VASSILIS SPANOULIS RUDY FERNÁNDEZ

623 518 494

MÁS TAPONES EN UN PARTIDO STOJAN VRANKOVIC (FORTITUDO)

10

MÁS TAPONES CARRERA BRYANT DUNSTON KYLE HINES FRAN VÁZQUEZ

273 259 249

MÁS ROBOS EN UN PARTIDO JEFF TREPAGNIER (ULKER)

11

MÁS ROBOS CARRERA DIMITRIS DIAMANTIDIS NICK CALATHES THEO PAPALOUKAS

434 336 335

MÁS VECES SELECCIONADOS EN QUINTETOS IDEALES (PRIMERO Y SEGUNDO) VASSILIS SPANOULIS 8 (5+3) JUAN CARLOS NAVARRO 7 (5+2) MILOS TEODOSIC 6 (3+3) NIKOLA VUJCIC 5 (3+2) NANDO DE COLO 5 (3+2)

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EL REPASO A LOS MVP

Los galardones de cada año MVP DE LA FINAL FOUR 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988

WILL CLYBURN (CSKA) LUKA DONCIC (REAL MADRID) EKPE UDOH (FENERBAHÇE) NANDO DE COLO (CSKA) ANDRÉS NOCIONI (REAL MADRID) TYRESE RICE (MACCABI TEL AVIV) VASSILIS SPANOULIS (OLYMPIACOS) VASSILIS SPANOULIS (OLYMPIACOS) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) JUAN CARLOS NAVARRO (BARCELONA) VASILIS SPANOULIS (PANATHINAIKOS) TRAJAN LANGDON (CSKA) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) THEODOROS PAPALOUKAS (CSKA) SARUNAS JASIKEVICIUS (MACCABI) ANTHONY PARKER (MACCABI) DEJAN BODIROGA (BARCELONA) DEJAN BODIROGA (BARCELONA) MANU GINÓBILI (KINDER) (Euroliga) ARIEL McDONALD (MACCABI) (Suproliga) ZELJKO REBRACA (PANATHINAIKOS) TYUS EDNEY (ZALGIRIS) ZORAN SAVIC (KINDER BOLONIA) DAVID RIVERS (OLYMPIACOS) DOMINIQUE WILKINS (PANATHINAIKOS) ARVYDAS SABONIS (REAL MADRID) ZARKO PASPALJ (OLYMPIACOS) TONI KUKOC (BENETTON) PREDRAG DANILOVIC (PARTIZAN) TONI KUKOC (POP 84 SPLIT) TONI KUKOC (JUGOPLASTIKA) DINO RADJA (JUGOPLASTIKA) BOB McADOO (TRACER MILAN)

MEJOR DEFENSOR 2021 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005

EDY TAVARES (REAL MADRID) EDY TAVARES (REAL MADRID) KYLE HINES (CSKA) ADAM HANGA (BASKONIA) KYLE HINES (CSKA) BRYANT DUNSTON (OLYMPIACOS) BRYANT DUNSTON (OLYMPIACOS) STEPHANE LASME (PANATHINAIKOS) ANDREI KIRILENKO (CSKA) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) VIKTOR KHRYAPA (CSKA) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS)

MEJOR JUGADOR JOVEN 2021 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005

USMAN GARUBA (REAL MADRID) GOGA BITADZE (BUDUCNOST) LUKA DONCIC (REAL MADRID) LUKA DONCIC (REAL MADRID) ÁLEX ABRINES (FC BARCELONA) BOGDAN BOGDANOVIC (FENERBAHÇE) BOGDAN BOGDANOVIC (PARTIZAN) KOSTAS PAPANIKOLAOU (OLYMPIACOS) NIKOLA MIROTIC (REAL MADRID) NIKOLA MIROTIC (REAL MADRID) RICKY RUBIO (FC BARCELONA) NOVICA VELICKOVIC (PARTIZAN) DANILO GALLINARI (OLIMPIA MILANO) RUDY FERNÁNDEZ (JOVENTUT) ANDREA BARGNANI (BENETTON TREVISO) ERAZEM LORBEK (FORTITUDO BOLOGNA)

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MVP DE LA TEMPORADA 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001

JAN VESELY (FENERBAHÇE) LUKA DONCIC (REAL MADRID) SERGIO LLULL (REAL MADRID) NANDO DE COLO (CSKA MOSCÚ) NEMANJA BJELICA (FENERBAHÇE ÜLKER) SERGIO RODRÍGUEZ (REAL MADRID) VASSILIS SPANOULIS (OLYMPIACOS) ANDREI KIRILENKO (CSKA) DIMITRIS DIAMANTIDIS (PANATHINAIKOS) MILOS TEODOSIC (OLYMPIACOS) JUAN CARLOS NAVARRO (BARCELONA) RAMUNAS SISKAUSKAS (CSKA) THEODOROS PAPALOUKAS (CSKA) ANTHONY PARKER (MACCABI) ANTHONY PARKER (MACCABI) ARVYDAS SABONIS (REAL MADRID) JOE BLAIR (ULKER) (Fase Regular) MIRSAD TURKCAN (SIENA) (Top 16) MIRSAD TURCKAN (CSKA) NATE HUFFMAN (MACCABI), DEJAN TOMASEVIC (BUDUCNOST)

QUINTETOS IDEALES (PRIMERO Y SEGUNDO) 2000-01 Bullock, Ford, Hamilton, Fucka, Tomasevic Reich, Liadelis, P. Gasol, Giannoulis, Griffith 2001-02 Edney, Jaric, Ginobili, Bodiroga, Tomasevic McDonald, Ford, Nicola, Turckan, Blair 2002-03 Edney, Ford, Bodiroga, Garbajosa, Alexander Vujanic, M. Brown, Nocioni, Turckan, Vujcic 2003-04 Jasikevicius, M. Brown, Bodiroga, Turckan, Sabonis L.Greer, Vujanic, Vanterpool, Nocioni, Vujcic 2004-05 Jasikevicius, Macijauskas, Parker, Andersen, Vujcic Lakovic, Ch. Smith, M.Brown, Scola, Beard 2005-06 Papaloukas, Navarro, Parker, Scola, Vujcic Prigioni,Spanoulis,Langdon,Garbajosa,D.Lavrinovic 2006-07 Papaloukas*, Diamantidis, Navarro, Langdon, Vujcic, Scola Prigioni, Rakocevic, Siskauskas, Smodis, Papadopoulos 2007-08 McIntyre, Langdon, Siskauskas, Morris, Splitter Papaloukas, Halperin, Thornton, K. Lavrinovic, Pekovic 2008-09 McIntyre, Navarro, Rakocevic, Bourousis, Pekovic Papaloukas, Spanoulis, Siskauskas,E.Lorbek,Splitter

2009-10 Teodosic, Navarro, Khryapa, Kleiza, Maric McCalebb, Siskauskas, Childress, E. Lorbek, Splitter 2010-11 Diamantidis, Navarro, San Emeterio, Batiste, Schortsanitis Llull, Pargo, Spanoulis, Savanovic, K. Lavrinovic 2011-12 Diamantidis, Spanoulis, Kirilenko, E. Lorbek, Krstic McCalebb, Teodosic, Navarro, Domercant, Batiste 2012-13 Diamantidis, Spanoulis, R.Fernández, Krstic, Tomic Teodosic, Navarro, Khryapa, Mirotic, S. James 2013-14 S.Rodríguez, Langford, R.Fernández, Weems,Tomic Hickman, Spanoulis, Khryapa, Mirotic, Lasme 2014-15 Spanoulis, Teodosic, Bjelica, Reyes, Marjanovic De Colo, R. Fernández, Goudelock, D. Smith, Tomic 2015-16 Teodosic, De Colo, Delaney, Vesely, Bourousis Datome, Miller, Udoh, Randolph, Ayon 2016-17 Llull, De Colo, Bogdanovic, Printezis, Udoh Teodosic, Wanamaker, Melli, Dunston, Ayon 2017-18 Calathes, De Colo, Doncic, Shengelia, Vesely Pangos, S. Rodríguez, Spanoulis, Shved, Jankunas 2018-19 Calathes, Sloukas, Clyburn, Davies, Vesely De Colo, M. James, Micic, Poirier, Tavares 2020-21 Pangos, Micic, Lucic, Mirotic, Tavares Larkin, De Colo, Clyburn, Shields, Davies * Papaloukas fue elegido MVP y dada su condición de sexto hombre habitual, la Euroliga hizo un guiño colocandolo en el primer equipo como tal.

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LAS CURIOSIDADES DE LA FINAL FOUR

Datos, curiosidades, apuntes… Pocas prórrogas A lo largo de la historia de la Copa de Europa pocos han sido los partidos que se han decidido por prórroga. En concreto, hasta hace siete años en Milán entre Maccabi y Real Madrid sólo la final de 1969 necesitó de tiempo extra (eso sí, doble) para decantarse, algo que volvería a ocurrir en 2016 con la tremenda final entre CSKA y Fenerbahçe. Actualmente, la Final Four sólo ha vivido 12 prórrogas, al margen de las ya citadas: dos en el partido de consolación de 2005 entre los desolados anfitriones del CSKA y el Panathinaikos, otra en la semifinal italiana de 2004 donde el Skipper se deshacía del Siena y en el partido de consolación de la edición de 2008 entre Siena y TAU. En París 2010, fiel a su espíritu insobornable, el Partizan de Belgrado llevó sus dos partidos (semifinales y consolación) a un tiempo extra frente a los, al menos en apariencia, superiores Olympiacos y CSKA. Por último, en 2016 tanto la semifinal entre Fenerbahçe y Baskonia como la final acabaron decidiéndose en el tiempo extra.

fuera poco, esta norma fue derogada y, por ejemplo, la Cibona no pudo defender sus títulos de 1985 y 86 (lo mismo le ocurrió dos años después al Tracer Milán) tras perder la final de la liga yugoslava ante el Zadar. Además, en los años en que la FIBA organizaba la Final Four obligaba a los equipos de un mismo país a cruzarse en semifinales, norma que aún mantiene en sus competiciones.

Finales con dos equipos del mismo país 1960 ASK RIGA – DINAMO TBILISI* 1961 ASK RIGA – CSKA MOSCÚ* 1983 CANTU – MILÁN * Letonia, Georgia y Rusia pertenecían a la URSS VÍDEO: FINAL 1983, FORD CANTÙ - BILLY MILANO http://youtu.be/UbwVjzH1kLY Ninguna de ellas se dado en la era Final Four, aunque sí bastantes semifinales, y es que no ha sido raro que más de un equipo de una misma liga participe en la cita.

Presencia de más de un equipo de una misma liga en la Final Four

No habrá final monocolor A lo largo de la historia sólo en tres ocasiones se ha producido una final entre equipos de una misma liga. Hasta 1992 únicamente participaba un equipo por competición nacional, salvo que el campeón de Europa no lograra plaza en su liga doméstica. Por si

1992 1994 1995 1996 1998 1999 2002 2003 2004 2006 2007 2009 2012 2013 2014 2016 2019

JOVENTUT – ESTUDIANTES BARÇA-JOVENTUT / OLYMPIACOS-PAO OLYMPIACOS – PANATHINAIKOS BARCELONA – REAL MADRID KINDER BOLONIA – BENETTON TREVISO KINDER – TEAMSYSTEM BOLONIA KINDER BOLONIA – BENETTON TREVISO BENETTON TREVISO – SIENA SIENA – SKIPPER BOLONIA TAU CERÁMICA – BARCELONA TAU CERÁMICA – UNICAJA PANATHINAIKOS – OLYMPIACOS PANATHINAIKOS – OLYMPIACOS FC BARCELONA - REAL MADRID FC BARCELONA - REAL MADRID CSKA MOSCÚ – LOKOMOTIV KUBAN EFES - FENERBAHÇE

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En buena forma Al margen de lo evidente que es el mero hecho de estar en una cita de esta trascendencia, una buena prueba de la situación de los equipos en momentos trascendentales es su rendimiento en el torneo copero, el cual en buena parte de Europa guarda similitudes con una Final Four. Hay que recordar que desde hace unos años en la Copa rusa sólo pueden participar jugadores locales, por lo que algunos clubes como el CSKA no participan en ella, a lo que este año se ha unido la no disputa de la Copa turca. Esta temporada, teniendo en cuenta que Efes y CSKA no han disputado la suya, tenemos un minipleno de campeones, tras los títulos de Milano y Barcelona en sus respectivas Copas.

1988

1989

1990 1991 1992

1993

1994

1995

1996 1997

1998

Como dato cabe apuntar que el récord data de la edición parisina de 2010, cuando los 4 participantes habían sido campeones coperos, en algo que si bien a primera vista puede parecer habitual no lo es tanto, ya que en ese momento Barcelona y CSKA habían logrado su última Copa en 2007 y el Olympiacos en 2002… pero lo que realmente denota lo relevante del dato es que era la 1ª vez que esto ocurría, y es que desde que en 1988 se disputará la primera Final Four nunca sus cuatro participantes se habían proclamado ganadores de Copa.

Participantes en Final Four/Campeones Copa Junto al año aparecen en mayúsculas los participantes en la Final Four y entre paréntesis el campeón copero en su liga ese año, siempre y cuando no fuera el mismo.

1999

2000

2001

2002

2003

2004 2005

PARTIZAN (Cibona) MACCABI (Hapoel Galil) JUGOPLASTIKA (Partizan) BARCELONA (Madrid) JUGOPLASTIKA LIMOGES* POP 84 SCAVOLINI (Verona) PARTIZAN ESTUDIANTES LIMOGES* REAL MADRID PANATHINAIKOS (Olympiacos) JOVENTUT (Barcelona) REAL MADRID (Tau) PANATHINAIKOS (Paok) PANATHINAIKOS REAL MADRID (Tdk) OLYMPIACOS VILLEURBANNE KINDER BOLONIA (Fortitudo) PARTIZAN (Buducnost) ZALGIRIS PAF BOLONIA (Kinder Bolonia PANATHINAIKOS (Aek) EFES (Tofas) PANATHINAIKOS (Aek) EFES PILSEN PANATHINAIKOS (Olympiacos) BENETTON (Kinder Bolonia) BARCELONA SIENA (Benetton) MACCABI SIENA (Benetton) MACCABI CSKA

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MILÁN (Caserta) ARIS MACCABI ARIS BARCELONA (Cai) ARIS BARCELONA MACCABI JOVENTUT (Estudiantes) MILÁN (Scavolini) BENETTON PAOK (Panathinaikos) OLYMPIACOS BARCELONA OLYMPIACOS (Paok) LIMOGES* BARCELONA (Tdk) CSKA* BARCELONA (Joventut) OLIMPIJA BENETTON (Fortitudo) AEK (Aris) KINDER BOLONIA OLYMPIACOS (Paok) MACCABI BARCELONA (Estudiantes MACCABI CSKA* KINDER BOLONIA MACCABI BENETTON CSKA (Unics Kazan) SKIPPER (Benetton) CSKA (Ural Great) TAU (Unicaja) PANATHINAIKOS


2006 2007

CSKA BARCELONA (Tau) PANATHINAIKOS TAU

2008

CSKA (Khimki)

2009

TAU (Joventut) PANATHINAIKOS

2010 2011

CSKA (Unics Kazan) BARCELONA PARTIZAN SIENA PANATHINAIKOS

2012

PANATHINAIKOS

2013

BARCELONA (Real Madrid) BARCELONA

2014

OLYMPIACOS (Panathinaikos) REAL MADRID

2015

CSKA (Unics Kazan) REAL MADRID

2016

OLYMPIACOS (Panathinaikos) FENERBAHÇE CSKA* (Parma Perm)

2017

REAL MADRID

2018

OLYMPIACOS (Panathinaikos) ZALGIRIS

2019

2021

FENERBAHÇE (Anadolu Efes) EFES (Fenerbahçe) REAL MADRID (BARCELONA) EFES (no se disputó) BARCELONA

TAU MACCABI CSKA UNICAJA (Barcelona) MACCABI (Hapoel Jerusalem) SIENA (Avellino) OLYMPIACOS (Panathinaikos) BARCELONA (Tau) OLYMPIACOS CSKA MACCABI REAL MADRID (Barcelona) OLYMPIACOS (Panathinaikos) CSKA (Samara) REAL MADRID (Barcelona) CSKA (Samara) FC BARCELONA (Real Madrid) MACCABI TEL AVIV FENERBAHÇE (Anadolu Efes) CSKA* (Novosibirsk) BASKONIA (Real Madrid) LOKOMOTIV KUBAN* (Parma Perm) FENERBAHÇE (Anadolu Efes) CSKA* (Novosibirsk) REAL MADRID (F.C. Barcelona) CSKA* (Lokomotiv Kuban) FENERBAHÇE CSKA* (Parma Basket) CSKA* (Temp Sumz Revda) OLIMPIA MILANO

* En Francia los clubes de primer nivel no disputaron la Copa hasta 1995.

* En Rusia la primera edición se celebró en 2000 y la segunda hubo de esperar hasta 2002. Desde 2011 la Copa no la disputan todos los clubes de la máxima categoría

El factor pista Desde que en 2005 la Euroliga retomara los playoff (en las ediciones de 2002, 03 y 2004 el primer clasificado del Top 16 pasaba directamente a la Final Four) hasta 2011 sólo en tres eliminatorias se había producido semejante circunstancia, algo que desde entonces ha pasado a ser algo más habitual. En la primera edición de la Euroliga ULEB (2000/01 con formato play-off), el TAU alcanzó la final tras superar tres eliminatorias con el factor pista y dejando por el camino en octavos de final al Peristeri (eliminatoria a 3 partidos) y en cuartos y semifinales, ya en eliminatorias a cinco, a Olympiacos y AEK. Esa misma temporada la Benetton Treviso también se imponía en octavos de final al Barcelona sin la ventaja de su lado. Cabe resaltar que esta circunstancia había sido más habitual en los años FIBA, con la edición de 1997 como la más paradigmática llegando al extremo de que los 4 participantes en la Final Four (Olympiacos, Barcelona, Olimpija y Villeurbanne) habían tenido en su contra el factor cancha en los cuartos de final, e incluso tres de ellos (con la excepción del Villeurbanne de Rudd y Digbeu que se deshacía del Estudiantes) ya lo habían hecho en los octavos de final. En el presente curso, con la inmensa mayoría de partidos celebrados a puerta cerrada, el número de victorias foráneas ha sido el más elevado de los últimos años, pero pese a que hasta tres series llegaron al quinto partido ningún equipo ha conseguido colarse en la Final Four sin el factor pista.

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Equipos en Final Four sin ventaja de pista 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2021

Entrenadores ex-yugoslavos

PARTIZAN, MILÁN JOVENTUT, BARCELONA PANATHINAIKOS OLYMPIACOS, BARCELONA, OLIMPIJA, VILLEURBANNE PARTIZAN(a favor en 1/4,en contra en 1/8) KINDER TEAMSYSTEM (octavos) Suproliga: Euroliga: TAU (octavos, cuartos y semis) No hubo playoff No hubo playoff No hubo playoff TAU TAU PARTIZAN SIENA, PANATHINAIKOS, MACCABI OLYMPIACOS MACCABI TEL AVIV OLYMPIACOS FENERBAHÇE ZALGIRIS Y REAL MADRID -

Desde que naciera la Euroliga "ULEB" en 2001 se ha roto el factor pista en 18 ocasiones, y los equipos que lo han perdido han sido los siguientes:

OLYMPIACOS F.C. BARCELONA PANATHINAIKOS PERISTERI PAOK SALÓNICA AEK ATENAS BENETTON TREVISO SIENA MILANO MACCABI TEL AVIV

3 3 3 1 1 1 1 1 1 1

Por tercera vez en la historia no habrá ningún técnico “yugoslavo” en la Final Four entre los aspirantes al título. 1988 1989 1990 1991 1992 1993

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019

DUSKO VUJOSEVIC (Partizan) BOZIDAR MALJKOVIC (Jugoplastika) BOZIDAR MALJKOVIC (Jugoplastika) BOZIDAR MALJKOVIC (Barcelona) ZELJKO PAVLICEVIC (Pop 84) ZELJKO OBRADOVIC (Partizan) PETAR SKANSI (Benetton) BOZIDAR MALJKOVIC (Limoges) DUSAN IVKOVIC (Paok) ZELJKO OBRADOVIC (Joventut) ZELJKO OBRADOVIC (Real Madrid) BOZIDAR MALJKOVIC (Limoges) BOZIDAR MALJKOVIC (Panathinaikos) ZELJKO OBRADOVIC (Real Madrid) DUSAN IVKOVIC (Olympiacos) ZMAGO SAGADIN (Olimpija) MILAN BOGOJEVIC (Partizan) ZELJKO OBRADOVIC (Benetton) PETAR SKANSI (Fortitudo) DUSAN IVKOVIC (Olympiacos) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) SVETISLAV PESIC (Barcelona) DUSAN IVKOVIC (Cska) DUSAN IVKOVIC (Cska) JASMIN REPESA (Fortitudo) DUSKO IVANOVIC (Tau) DUSAN IVKOVIC (Cska) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) DUSKO IVANOVIC (Barcelona) VELIMIR PERASOVIC (Tau) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) BOZIDAR MALJKOVIC (Tau) NEVEN SPAHIJA (Tau) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) DUSKO VUJOSEVIC (Partizan) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) ZELJKO OBRADOVIC (Panathinaikos) DUSAN IVKOVIC (Olympiacos) ZELJKO OBRADOVIC (Fenerbahçe Ülker) ZELJKO OBRADOVIC (Fenerbahçe Ülker) VELIMIR PERASOVIC (Baskonia) ZELJKO OBRADOVIC (Fenerbahçe) ZELJKO OBRADOVIC (Fenerbahçe) ZELJKO OBRADOVIC (Fenerbahçe)

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Presencias consecutivas en Final Four

Final Four lustrosa

Con su presencia en Colonia, el CSKA alcanza, en una racha abierta, las nueve participantes consecutivas en una Final Four, superando su propio récord.

Sumadas las presencias de los equipos presentes en Colonia se llega a la cifra de 41 (contando la de esta temporada), un número que da buena cuenta del contenido histórico y que iguala a la edición de Estambul 2012 como la de mayor número.

CSKA MOSCÚ (2012-¿?) CSKA MOSCÚ (2003-2010) FENERBAHÇE (2015-2019) TAU CERÁMICA (2005-2008) MACCABI (1988-90, 2000-02, 2004-06) PANATHINAIKOS (1994-96 Y 2000-02) JUGOPLASTIKA (1989-1991) BARCELONA (1989-1991 y 2012-2014) ARIS SALÓNICA (1988-1990) REAL MADRID (2013-2015 y 2017-2019)

9 8 5 4 3 3 3 3 3 3

¿Final inédita? Dada la composición de las semifinales, la final de la presente Euroliga tendrá la consideración de inédita. Extrapolando a otras competiciones europeas, una posible final Efes – Milano tendría un precedente en la final de la Copa Korac de 1996, que finalizó con triunfo turco. En la historia de la Final Four, la final más repetida ha sido, con 3 ocasiones, un Maccabi-Panathinaikos (2000, 2001 y 11) y un Real Madrid-Olympiacos (1995, 2013 y 2015), mientras que Barcelona - KK Split, Panathinaikos - CSKA y CSKA - Maccabi son las otras finales que se han repetido hasta en dos ocasiones.

Coto privado Que llegar a una Final Four resulta complejo es algo que raya en lo evidente, pero con los datos en la mano parece aún más claro. Y es que desde que en 2002 la ULEB organizara la Final Four ya de manera unificada, y hasta la presencia en 2016 del Lokomotiv Kuban, únicamente tres conjuntos (considerando que el TAU en 2005 no era un debutante al uso tras su subcampeonato en 2001) han debutado en la misma: Siena en 2003 (repetiría en 04, 08 y 11), Unicaja en 2007 y Fenerbahçe Ülker en 2015. El entonces conjunto de Obradovic ha sido el último hasta la fecha en lograr entrar sin haber pisado antes una final de otra competición europea, siendo los únicos que lo han logrado:

ARIS ESTUDIANTES BENETTON OLYMPIACOS – PANATHINAIKOS FENERBAHÇE

1988 1992 1993 1994 2015

En cuanto a la historia global de la Copa de Europa, el duelo más celebrado fue el sostenido entre Varese y Real Madrid, que en la década de los 70 llegaron a encontrarse en el partido decisivo hasta en cuatro ocasiones. Una menos (3) se dio la final Varese-CSKA y CSKA-Real Madrid. Por su parte, ASK Riga y Akademic de Sofía se encontraron en las dos primeras finales, Real Madrid y Spartak de Brno en las de 1964 y 68, Maccabi y Milán en 1987 y 88 y Real Madrid y Maccabi en 1980 y 2014. En cuanto a la Recopa/ULEB/Eurocup, ninguna final cuenta con más de un precedente, mientras que en la Korac Limoges y Sibenik disputaron las finales del 82 y 83, con doble triunfo galo, y Cantu y Partizan las del 74 y 89. Al margen de estas finales, algún duelo europeo sabe lo que es encontrarse en finales de distinta competición, de tal forma que el Real Madrid perdía sendas finales de Recopa y Copa de Europa ante la Cibona (82 y 85), las ganaba ante el Milán (67 y 84), el Cantú le deparaba un doble disgusto al Barcelona en Korac y Recopa (75 y 81) y el Maccabi conseguía en 1977 su primera Copa de Europa ante el Varese, vengando así la derrota en la primera final de la Recopa de la historia (1967).

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Mayores derrotas de un futuro campeón ¿Cuenta para algo la fiabilidad durante el curso? En 2011, por ejemplo, el Panathinaikos no sólo se proclamaba campeón, sino que lo hacía demostrando una solidez envidiable, hasta el punto de que su mayor derrota se produjo por tan sólo 7 puntos. En cambio, en 2014 el Maccabi se proclamaba campeón después de haber encajado una derrota (ya en el Top 16) de 35 tantos ante el CSKA, arrebatando la marca al Olympiacos de 2012 quien, también ante los rusos, había caído por 32 tantos. Computando la época FIBA, la mayor derrota de un equipo que a la postre se proclamaría campeón de Europa fue el 103-65 que encajaba el Pop 84 Split en Tel Aviv ante el Maccabi en la temporada 1990/91.

1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973

MAYORES DERROTAS DE UN FUTURO CAMPEÓN DE EUROPA ASK Riga (-2 ante CWKS Legia en cuartos) ASK Riga (-8 ante Honved Budapest en 1/4) ASK Riga – invicto CSKA (-5 ante ASK Riga, vuelta de final) BK Dinamo Tbilisi – invicto CSKA (-17 ante R.Madrid, ida de final) R.Madrid (-11 ante Spartak Brno, ida final) R.Madrid (-17 vs OKK Beograd, v.semif) Olimpia Milano (-23 Slavia Praga, liguilla) R.Madrid (-13 ante Slavia Praga, liguilla) R.Madrid (-16 ante Spartak Brno, liguilla) CSKA (-11 ante R.Madrid, liguilla cuartos) Varese (-23 ante CSKA, liguilla cuartos) CSKA (-15 ante Slavia Praga, ida semif) Varese (-8 ante Panathinaikos, v.semif) Varese (-21 ante CSKA, liguilla cuartos)

1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2021

R.Madrid (-8 ante Radnicki, liguilla cuartos) Varese – invicto Varese (-9 ante Maes Pils) Maccabi (-23 ante Varese, liguilla semis) R.Madrid (-16 ante Asvel V., liguilla semis) Bosna Sarajevo (-27 vs Maccabi, liguilla) R.Madrid (-10 vs Maccabi, liguilla semis) Maccabi (-17 vs Nashua Den Bosch, liguilla) Cantu (-15 vs Partizan, liguilla semis) Cantu (-10 vs Maccabi, liguilla semis) Roma (-9 vs Bosna Sarajevo, liguilla semis) Cibona (-9 vs Virtus Bolonia, liguilla semis) Cibona (-24 vs Milan, liguilla semis) Tracer Milan (-31 vs Aris, ida 1ª ronda) Tracer Milan (-25 vs Aris, liguilla cuartos) Jugoplastika (-13 vs Scavolini, liguilla) Jugoplastika (-18 vs Maccabi, liguilla) Pop 84 Split (-21 vs Aris, liguilla cuartos) Partizan (-20 vs Estudiantes, liguilla) Limoges (-13 vs Virtus Bolonia, liguilla) Joventut (-24 vs Panathinaikos, liguilla) R.Madrid (-13 vs Scavolini y PAO, octavos) Panathinaikos (-26 vs Benetton, cuartos) Olympiacos (-9 vs Estudiantes, liguilla) Kinder Bolonia (-16 vs Olimpija, 2ª liguilla) Zalgiris (-15 vs Fenerbahçe, 1ª liguilla) Maccabi (-12 vs PAOK, octavos) Euroliga: Kinder Bolonia (-17 vs TAU, cuart) Suproliga: Panathinaikos (-12 vs CSKA) Panathinaikos (-17 vs Olympiacos, Top 16) Barcelona (-17 vs Cibona, liguilla) Maccabi (-11 vs Unicaja, liguilla) Maccabi (-12 vs Olimpija, liguilla) CSKA (-10 vs Panathinaikos, liguilla) Panathinaikos (-21 vs Barcelona, Top 16) CSKA (-5 vs Unicaja, Top 16) Panathinaikos (-25 vs Siena, liguilla) Barcelona (-7 vs R.Madrid, cuartos) Panathinaikos (-7 vs Caja Laboral, Top 16) Olympiacos (-32 vs CSKA, Top 16) Olympiacos (-26 vs Efes, liguilla) Maccabi (-35 vs CSKA, Top 16) Real Madrid (-16 vs Panathinaikos, Top 16) CSKA (-10 vs Baskonia, Top 16) Fenerbahçe (-34 vs Baskonia, liguilla) Real Madrid (-30 vs Baskonia, liguilla) CSKA (-17 vs Maccabi, liguilla) Efes (-35 vs CSKA, liguilla) CSKA (-30 vs Efes, liguilla) Barcelona (-13 vs Bayern en liguilla y Zenit, playoff) Milano (-17 vs Baskonia, liguilla)

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MÁS FINALES EN COPA DE EUROPA (ENTRE PARÉNTESIS LAS GANADAS) REAL MADRID 18 (10) MACCABI TEL AVIV 15 (6) CSKA 14 (7) VARESE 10 (5) OLYMPIACOS 8 (2) FC BARCELONA 7 (2) PANATHINAIKOS 7 (6) MILANO 5 (3) VIRTUS BOLONIA 5 (2) TÍTULOS DE EUROLIGA CON EQUIPOS DIFERENTES SARUNAS JASIKEVICIUS 3 (Maccabi, Barcelona, Panathinaikos) DEJAN BODIROGA (Barcelona,Panathinaikos) 2 ZORAN SAVIC (Jugoplastika, Kinder) 2 MATJAZ SMODIS (Kinder, CSKA) 2 DAVID ANDERSEN (Kinder, CSKA) 2 ZELJKO REBRACA (Partizan, Panathinaikos) 2 IVO NAKIC (Cibona, Partizan) 2 PREDRAG DANILOVIC (Partizan, Kinder) 2 DINO MENEGHIN (Varese, Milán) 2 FAUSTO BARGNA (Cantu, Milán) 2 RAMUNAS SISKAUSKAS (Panathinaikos,CSKA) 2 DIMITRIS PAPANIKOLAU (Olympiacos,PAO) 2 VELIBOR RADOVIC (Jugoplastika, Maccabi) 2 ALEXEY SAVRASENKO (Olympiacos, CSKA) 2 VASSILIS SPANOULIS (Olympiacos, PAO) 2 STRATOS PERPEROGLOU (Olympiacos, PAO) 2 GIORGI SHERMADINI (Olympiacos, PAO) 2 KYLE HINES (Olympiacos, CSKA) 2 KOSTAS SLOUKAS (Olympiacos, Fenerbahçe) 2 PERO ANTIC (Olympiacos, Fenerbahçe) 2 SERGIO RODRÍGUEZ (Real Madrid, CSKA) 2

PARTICIPACIONES CON EQUIPOS DIFERENTES DAVID ANDERSEN (Kinder,Siena,CSKA,Barça) 4 SARUNAS JASIKEVICIUS (Barça,Maccabi,PAO) 3 ZELJKO REBRACA (Partizan, Benetton, PAO) 3 ZARKO PASPALJ (Partizan, Olympiacos,PAO)* 3 MATJAZ SMODIS (Kinder, Skipper, CSKA) 3 ZORAN SAVIC (Jugoplastika, Madrid, Kinder) 3 MIHALIS KAKIOUZIS (AEK, Siena, Barcelona) 3 MIRSAD TURCKAN (Efes, Siena, CSKA) 3 MARKO JARIC (Teamsystem, Kinder, Siena) 3 JOHNNY ROGERS (Milán, Olympiacos, PAO) 3 PREDRAG DROBNJAK (Partizan, Efes, TAU) 3 ERAZEM LORBEK (Skipper,CSKA,Barcelona)** 3 DAMIR MULAOMEROVIC (Teamsystem,Efes,PAO) 3 TERENCE MORRIS (Maccabi, CSKA,Barcelona) 3 IOANNIS BOUROUSIS (Olymp, Madrid, Baskonia) 3

* En la 1997/98 Paspalj llegó a disputar algunos partidos con la Kinder Bolonia, pero no participó ya en la Final Four. ** En la 2006/07 Lorbek disputó la Euroliga con el Unicaja, pero regresó a la LEGA antes de que se celebrara la Final Four. Por los pelos se queda fuera Ken Barlow, campeón de Europa con el Tracer en la última final pre-Final Four y luego la disputó con Maccabi y PAOK. Si una lesión no lo impide, Sergio Rodríguez y Kyle Hines se unirán en Colonia al club de los que han llegado con tres equipos distintos.

PARTICIPACIONES EN FINAL FOUR CON EQUIPOS DIFERENTES (ENTRENADORES) ZELJKO OBRADOVIC 6 (Partizan, Joventut, Madrid, (Campeón Benetton, PAO, Fenerbahçe) con 5) BOZIDAR MALJKOVIC 5 (Jugoplastika, Barcelona, (Campeón Limoges, PAO, Baskonia) con 3) ETTORE MESSINA 4 (Virtus Bolonia, Benetton, (Campeón CSKA y Milano) con 2) DUSAN IVKOVIC 3 (PAOK, Olympiacos, CSKA) (Campeón con 1) IOANNIS IOANNIDIS 3 (Aris, Olympiacos, AEK) (Sin títulos)

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GANTE 88: LA PRIMERA FINAL FOUR

por Iván Fernández La vuelta del Olimpia Milano a una Final Four es una buena ocasión para repasar un poco la historia de la primera edición en la que la Copa de Europa se resolvió en este formato en la época moderna. Una temporada que se saldaría con el triunfo del propio club lombardo y que sería, a su vez, la última en la que el Saturn Colonia, sede ahora de la cita, disputó por última vez la liguilla previa (en 1989 disputarían también la Copa de Europa pero cayendo en la segunda previa ante el Nashua Den Bosch).

se entremezclan genialmente con el propio proceso de investigación o creación del autor, dibujando un lienzo que despoja a la historia de sus más innecesarios adornos de la manera menos esperada, apostando por un ejercicio (meta)literario tan preciso como emocionante.

Una de las cosas que ha caracterizado al baloncesto desde casi su propia irrupción como deporte ha sido su constante afán por reinventarse para, con mayor o menor éxito, seguir creciendo, bien a través de sus diferentes reglas o bien en su búsqueda de nuevas formas de competición. Con ecos sobre el futuro de unas competiciones europeas, en especial la Euroliga, que parecen caminar hacia un horizonte de ruptura, quizás sería bueno pararse un momento y contemplar que, pese a la nueva realidad cestista del viejo continente ejemplificada por ejemplo en las nuevas ligas supranacionales (Adriática, VTB, Balcánica, Báltica…), el debate dista de ser nuevo y la historia, atendiendo una vez más a la vieja dialéctica hegeliano-marxista, en realidad se repite, con nuevos matices pero con un fondo que no dista en demasía del ADN de una torneo que ha basado buena parte de su historia en un continuo devenir. Quizá ahora, con la Euroliga asentada en formato liguilla “todos contra todos”, sea un buen momento para echar la vista atrás y contemplar la historia de la primera Final Four moderna.

Dino Meneghin Desgraciadamente, un servidor carece del talento, capacidad e imaginación del autor francés, pese a lo cual no me resisto a, en cierta medida, tomar su camino no ya en las formas, por pura incapacidad que no de ganas, sino al menos en la opción de apostar por contar la historia de un cambio desde otra perspectiva. Y es que, como decía la canción, “quedó algo de nosotros en esos lugares”, hasta el punto de que, para quien esto escribe, el primer gran cambio había llegado cuatro años antes con la inclusión de la Final Four, el formato que metía de lleno a la Copa de Europa en la modernidad.

Antecedentes Muchos son los momentos que se podrían citar como claves como, sin ir más lejos, el que se vivía cuando la “vieja” Copa de Europa pasaba a denominarse Liga Europea acogiendo en su seno hasta tres equipos de un mismo país, en lo que suponía un cambio de rumbo histórico. Pero, ¿cómo se cuenta una historia? Las posibilidades son muchas, e incluso cuando parecen agotadas surgen nuevas formas, como bien demostraba Laurent Binet con su impecable “HHhH”, en donde las aristas de la historia (¿lo más interesante quizás?)

Resulta complicado tratar de glosar la historia de los algo más de 50 años de historia de la Copa de Europa de baloncesto sin con ello caer en los olvidos y las injusticias que una tarea tan titánica conlleva. Habría que comenzar hablando de cómo en 1954 el periodista francés Gabriel Hanot había acudido a cubrir para el periódico L´Equipe el encuentro de fútbol entre el Honved de Budapest y el Wolverhampton y, emocionado por lo visto,

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decidió proponer a su director la organización de un torneo europeo entre clubes, de cómo de esa idea nacería la Copa de Europa de fútbol… y a su imagen la que nos ocupa. Habría que hablar del EuroBasket de Bulgaria, de la Federación checoslovaca, o incluso habría que remontarse a principios de los años treinta para detenerse en un pequeño café a orillas del, por entonces, Lago Ginebra… en cualquier caso, baste decir que tras diversas fórmulas y un continuo crecimiento, la Copa de Europa de baloncesto enfilaba los años 80 tras un periodo de estabilidad formal en el que una serie de eliminatorias daban paso a una liguilla de seis equipos cuyos dos primeros clasificados disputaban, a partido único, la gran final. Sin embargo, paralelamente, los principales clubes del viejo continente comenzaban a mirarse en la lejana NBA barruntando nuevas formas de competición y un camino hacia una nueva profesionalidad, movimiento ante el que la FIBA decía apostar por un cambio que habría de terminar por ser histórico: la Final Four. Elevando la liguilla semifinal de seis a ocho participantes, en lo que algunos sectores veían el reflejo de una competición de carácter cercano al liguero, los cuatro primeros entre ellos disputarían una final a cuatro al más puro estilo NCAA, concentrando en una ciudad (Gante sería la elegida) a lo más granado del basket continental. Pero, ¿era nueva la idea? Dicen que el plagio es la base de toda literatura excepto de la primera, y en este caso concreto, y más allá de la coincidencia con la competición universitaria, el nuevo modelo de competición no era la excepción ya que la propia FIBA lo había probado durante dos temporadas: la 65/66 y la 66/67. Adoptada como modelo experimental y llamada entonces fase final, la primera Final a 4 tuvo lugar a caballo entre Milán y Bolonia y terminaría con el primer título para el basket italiano. El Milán había diseñado un equipo competitivo, aunque sin opciones claras para llegar lejos, cuando un golpe de suerte cambio su sino. Bill Bradley, mejor jugador de los Juegos del 64, venía a completar sus estudios a Oxford. Tras unas intensas gestiones, los Milanistas conseguían que Bradley viajara los días de partido para jugar la Copa de Europa. Sin entrenar, sin apenas conocer a sus compañeros, su enorme talento se sobrepuso a todo y llevó a los lombardos a lo más alto, derrotando en primera instancia al TSKA de Moscú y en la final al Slavia de Praga, vencedor en su semifinal ante el AEK de Atenas del gran Jiri Zidek, cuyo hijo lograría resarcir

la memoria de su padre logrando el título treinta y tres años más tarde.

Stanko Bloudek

Un año después Madrid tomaba el relevo con el equipo anfitrión como claro favorito, algo que plasmaría venciendo en la final al propio Miláno en una final recordada por el intenso duelo anotador entre Emiliano y Chubin. Las semifinales habían sido el techo esta vez para los de Praga y para un Olimpija de Ljubljana que, de la mano de la excelsa figura de Ivo Daneu, había puesto contra las cuerdas a los anfitriones rememorando la semifinal de 1962, donde en el partido de ida, y con 45 puntos del gran Ivo, los de Ljubjana cosechaban una interesante renta de 14 puntos (105-91) pero insuficiente ante la victoria blanca en la vuelta (6953), en la que dos tiros libres errados en el último minuto por Kandus y un tapón de Hightower acababan por dictar sentencia. Esas dos derrotas ante el equipo blanco supusieron el techo europeo de un conjunto que entre finales de los años 50 y buena parte de la década de los años 60 había conseguido erigirse como uno de los principales exponentes del baloncesto yugoslavo a nivel de clubes al lograr cinco títulos ligueros en 11 años, de la mano de figuras tan claves como las de Boris Kristancic, Ivo Daneu o, ¿por qué no citarlo? otras tan increíbles como la de Stanko Bloudek, el diseñador de la Sala Tivoli y uno de los grandes padres del deporte esloveno. De biografía más propia de un falso documental al estilo Cravan vs Cravan que de un personaje

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histórico, todo lo que se diga del gran Bloudek suena a exageración… y se queda muy corto. Pionero de la aviación eslovena, vivió a caballo entre Praga, Ljubljana, Viena y Budapest construyendo aeroplanos y artilugios imposibles adelantados a su época. Amigo de Lenin, Kafka dicen que de su mente surgió el primer esbozo de la maravillosa “Un artista del hambre”- o Conan Doyle, su inquietud vital le llevó de los cielos al asfalto introduciéndose, o más bien creando, la industria automovilística eslovena, mientras se convertía en un deportista total: futbolista, campeón de patinaje, tenista y, sobre todo, constructor: pistas de esquí, de tenis… Hasta la llegada de la segunda guerra mundial, donde su ingenio viraba a la construcción de armas y refugios para los partisanos, lo que le condujo a las cárceles nazis de la por entonces llamada Eslovenia del Norte. Tras la caída de la bestia fascista, Bloudek ingresaba en el COI a la par que comenzaba a esbozar la que con los años sería la sala que habría de ver por primera vez a la selección yugoslava de baloncesto subirse a lo más alto de un cajón mundialista, y aunque nunca llegó a verla terminada un busto en su honor sigue presidiendo el acceso al nuevo pabellón de Ljubljana… aunque, como diría Kipling, eso es otra historia. Lo cierto es que, pese al interés deportivo, la idea de la FIBA terminaba muriendo por la falta de interés de unos clubes que alegaban graves daños y perjuicios económicos para volver a la fórmula tradicional.

Nikos Gallis y Panagiotis Giannakis

La 87/88: el inicio de una nueva era De inicio la temporada comenzaba con las clásicas eliminatorias previas sin que en ellas se produjeran grandes sorpresas, y dejando como hechos más significativos los festivales anotadores que se dieron en buena parte de las pistas. Ello deparaba,

entre otras cosas, que el modesto Pully suizo pasara a la historia de la competición al ser el equipo que más puntos había anotado en una derrota tras caer por 125-127 ante un Aris de Salónica, donde los 48 puntos de Nikos Gallis demostraban que el escolta heleno mantenía el hambre exhibida el verano anterior en el EuroBasket, que le llevó directamente a formar parte del politeísta panteón griego. Con los ocho equipos más fuertes en liza, el aficionado comenzaba a relamerse pensando en la temporada en donde sólo se echaba en falta la presencia de dos equipos: la Cibona de Zagreb y el Zalgiris de Kaunas, o lo que es lo mismo, de los dos grandes iconos individuales de aquella Europa, Drazen Petrovic y Arvydas Sabonis. Por un lado el equipo yugoslavo faltaba por segunda vez consecutiva, tras haber sido campeón en las ediciones de 1985 y 1986, y de nuevo lo hacía con un verdugo similar encarnado en la figura de Vlado Djurovic. Tras la final de 1983 entre Cantú y Milán, a la que por cierto volveremos en unas líneas, la FIBA había decidido, en buena parte por las protestas del propio club lombardo, derogar la norma que permitía al campeón de Europa repetir presencia en el torneo, aunque no se proclamara campeón en su propia liga. Aplazada durante un año, el primer damnificado sería el club de la capital croata, quien tras vencer en la Copa de Europa del 86 y pasearse en su liga (sólo una derrota en la fase regular) acababa cayendo ante su público en el tercer partido de la final ante un Zadar dirigido por Vlado Djurovic. El técnico serbio había sido uno de los mentores de Drazen Petrovic en el Sibenik, dirigiendo al conjunto dálmata a dos finales de Copa Korac y una liguera, pero la relación con su ex pupilo se había enfriado esa misma temporada, tras el numerito anotador en el que Zdenko Babic anotaba 144 puntos en un partido de la Copa Korac, en un plan dirigido a minimizar los 112 conseguidos por Drazen ante un Olimpija Ljubljana que hubo de jugar con juniors por un error administrativo (que a la postre le supondría el descenso, aunque se reharía al año siguiente jugando la final de Copa ante otro segunda, IMT, y ascendiendo). Un año después, la Cibona se paseaba por la Recopa, llevándose el título ante el Scavolini de Pesaro, y por una liga regular donde terminaba invicto. Sin embargo, en las semifinales, y de nuevo en el tercer partido, Djurovic, esta vez dirigiendo al Estrella Roja, se cruzaba en el camino apeando a los zagrebinos de la final. Con todo, y pese al magnetismo de Drazen, la Cibona era un equipo

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que tendía a cotas menores y su papel sería excelentemente cubierto por un Partizan que no sólo lideraría la liguilla semifinal de esta Copa de Europa, sino que también sería el verdugo de los de Zagreb en las semifinales ligueras.

donde los ocho equipos caía al menos una vez como locales. Con todo, el plano deportivo también tuvo momentos secundarios, y es que las semanas previas a su inicio llegaban presididas por todo un “bombazo”.

Distinto era el caso del Zalgiris Kaunas, que sí había ganado su liga, pero que era “víctima” de la costumbre soviética de no participar en Europa los años olímpicos con el fin de preparar mejor el torneo, algo que, al menos, en esta ocasión terminaría por revelarse de lo más justificado. Subcampeones en 1986, los lituanos vivían sus mejores días logrando superar la hegemonía de un TSKA con el que habían establecido una rivalidad de las que hacen verdaderamente grande este deporte. En cualquier caso, de haber podido participar el Zalgiris tampoco hubiera podido contar con un Sabonis al que sus problemas físicos dejarían toda la temporada en el dique seco., aunque justo es decir que el potencial de los Homicius, Kurtinaitis, Iovaisha, Civilis y compañía muy probablemente les hubiera permitido ser uno de los equipos punteros del torneo. De hecho, ya sin ninguno de ellos en la 89/90 el club de la ciudad de los dos ríos aún llegaría a rozar la final de la Recopa tras caer en las semifinales ante el Real Madrid por un sólo punto en el global de la eliminatoria.

¿Se buscaban cambios? Pues no dejaba de haber quien quisiera ir más allá como el Tracer Miláno, vigente campeón del torneo, y que se descolgaba con la petición “a corto plazo” de una Liga Europea cerrada y para la que se atrevía a dibujar alguna de sus líneas básicas… muchas de las cuales suenan increíblemente actuales (a principios de esta temporada las declaraciones de Giorgio Armani sobre su desinterés en competir en “pueblos donde no tengo tiendas” ya causó bastante revuelo en la LEGA). En un argumentario detallado y preciso, el club lombardo comienza plasmando un análisis de la situación en el que incluso piensa en los equipos que se van a quedar fuera y a los que augura mayores posibilidades de éxito en sus competiciones domésticas. Con la NBA como espejo, en definitiva, la propuesta milanista acaba por definirse en cuatro grandes consideraciones: - Liga cerrada de entre 16 a 20 equipos, con posibilidad de revisar las cuatro últimas plazas en un período de tiempo por determinar. - Dichos clubes jugarán exclusivamente la nueva competición europea, que tendrá formato liguero con dos jornadas semanales y desembocará en un play-off. - Dichos equipos deberán pertenecer a ciudades de más de 800 mil habitantes con aeropuerto internacional y un pabellón con una capacidad mínima de siete mil espectadores.

Valdemaras Homicius

- Cada club debería aportar un patrocinador principal con un contrato cuya duración nunca sería inferior a los tres años y asimismo un contrato televisivo de alcance nacional y donde se aseguren las retransmisiones en horarios de máxima audiencia.

En definitiva, la liguilla semifinal quedaba conformada por Fc Barcelona, Tracer Milán, Partizan Belgrado, Saturn Colonia, Pau Orthez, Nashua Den Bosch, Maccabi Tel Aviv y Aris de Salónica, ocho equipos que durante 14 jornadas perfilaron un baloncesto de marcado cariz ofensivo, grandes actuaciones individuales y una igualdad inesperada que provocaba más de una sorpresa, dibujando un torneo en el que sólo el Pau Orthez galo se quedaba sin conocer el triunfo a domicilio y

Al margen de las propuestas concretas, el club italiano, que en ese momento afirma contar con el respaldo de al menos “otros cinco grandes clubes europeos”, aporta un análisis en el que insta a captar a ciudades como París o Londres y a “huir” de ciudades pequeñas que “nada aportan a los principales patrocinadores”… punto este que acabaría por desatar la mayor de las polémicas en el propio país transalpino, caracterizado por tener un baloncesto en muchas ocasiones dominado por

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esas pequeñas ciudades. Como adalid de las mismas, desde Cantú llegan las primeras voces críticas espoleando una polémica que venía de muy lejos. A lo largo de la historia de la Copa de Europa, sólo en tres ocasiones se ha producido una final entre equipos de una misma liga, e incluso si atendiéramos exclusivamente al actual mapa europeo cabría decir que el único precedente se remonta a 1983 con la final entre Milán y Cantú. Con 20 puntos de Antonello Riva y una gran dirección de Marzorati, el Ford Cantú sumaba en 1983 el segundo título de campeón de Europa de su historia al imponerse a los Milanistas por un ajustado, y polémico ya que los Miláneses reclamaban una última falta sobre Gallinari, 6968… ahondando, por increíble que hoy parezca, en otro precedente todavía más recordado hoy en día, y es que el camino que llevó a esa final arrancaba con el título liguero del Cantú en 1981 (en 1983 participaban como campeones de Europa del 82). En esa final de la temporada 1980/ 81, el por entonces Squibb Cantú se imponía en tres partidos (93-83 en el decisivo) al Synudine Bolonia de los Villalta, Caglieris, McMillan, Bonamico y Marquinho. Pero su prueba más dura había tenido lugar en semifinales, donde los de Bianchini habían conseguido apear al Milán en una serie a tres partidos que no conoció ninguna victoria local y donde el partido decisivo terminó con un 84-85 en la línea de los dos anteriores (77-79 en Milán y 6466 en Cantú). A todo esto, sólo habría que añadir que ya en las semifinales de la temporada anterior (79/80) la escuadra de Cantú había apeado a los milanistas con el factor pista en contra y con un 7675 en el desenlace que dejaba bien claro el tipo de rivalidad existente. ¿Alguien da más? Quizás sí, si tenemos en cuenta que en las semifinales de la Recopa del 77 el propio Cantú era la bestia negra milanista, antes de imponerse en la final al Radnicki por 87-86 pese a los 30 puntos de Srecko Jaric. Con estos precedentes el rechazo del Cantú resultaba esperado, de ahí que quizás lo más notorio fuera el comentario de un jugador del propio Tracer de Milán, un Fausto Bargna quien calificaba la idea de “ocurrencia sin gracia”. Bargna, que afrontaba su tercera temporada en Milán, vivía el que podía considerarse como su mejor momento profesional llegando a ser convocado por Sandro Gamba para la gira que la selección azzurra iba a emprender por los Estados Unidos para enfrentarse a alguna de las principales universidades de la NCAA. Natural de Cantú, ciudad donde además

había vivido sus primeras cinco temporadas como profesional, aquella sería su última temporada en Milán y en la que menos minutos habría de contar. En cualquier caso, la propuesta quedaba en el aire, y si bien la FIBA era rápida en su rechazo, el anuncio de la misma de que a partir del año 90 los equipos que accedieran a la Final Four dotarían a sus países de una plaza extra (medida que a la postre derivaría en la Liga Europea que habría de arrancar 4 años después) daba a entender que las intenciones milanistas llegaban avaladas con fuerza suficiente como para ser el germen de un nuevo modelo competitivo. Volviendo al mero devenir deportivo, la liguilla semifinal deparaba una clasificación final encabezada por el sorprendente Partizan de Belgrado, que habría de ser acompañado en Gante, elegida definitivamente como sede de la Final Four, por el Aris de Salónica, Tracer de Milán y Maccabi de Tel Aviv. Sólo un año antes, de haberse dado esa misma clasificación, yugoslavos y helenos hubieran disputado la final, pero con el nuevo modelo el resultado sería justo al contrario, pero antes de alcanzar el último escalón justo sería reparar aunque sea brevemente en la trayectoria de los otros cuatro conjuntos que, en mayor o menor medida, habían contribuido a elevar el nivel de la Copa de Europa hasta extremos nunca vistos.

Kees Akerboom Último clasificado con cuatro triunfos, el Nashua Den Bosch holandés se presentaba como el gran dominador de su competición nacional y un asiduo de una Copa de Europa en la que participaba por octava vez en nueve años, aunque su presencia en la liguilla semifinal era la primera desde 1982, en los que habían sido sus últimos coletazos de cierto

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poderío de la mano del que probablemente había sido el mejor jugador de su historia: Kees Akerboom. Considerado una de las grandes leyendas del baloncesto holandés, Akerboom había comenzado su carrera en el Flamingo para pasar más tarde al Den Bosch, manteniéndose durante 19 años en la élite conquistando la friolera de 12 títulos ligueros. En las competiciones europeas Akerboom había dejado su sello siendo clave en el Den Bosch que alcanzaba la final de la Recopa de 1979, tras eliminar en la prórroga del partido de vuelta de las semifinales a la Virtus Bolonia de los Villalta, Cosic o Caglieris que sólo unas semanas después sumaria su octava LEGA.

incluso habían alcanzado la última jornada con posibilidades de alcanzar la final tras una temporada en la que habían conseguido proezas como la de ganar al Real Madrid en su propia pista en un inolvidable partido donde Frederic Hufnagel anotaba hasta nueve triples. Con la misma base de esa temporada donde a la dinamita de Hufnagel o Carter se sumaba el trabajo de Scheffler, el cuadro galo completaba una buena primera vuelta en la que ponía contra las cuerdas al Tracer de Milán y derrotaba al Barcelona (32 puntos de Carter) pero acababa pagando su falta de consistencia y concentración en una segunda manga para olvidar.

Ya en el partido decisivo los holandeses caían ante el intratable Cantú por 83-73 tras haber alcanzado el descanso a tan sólo un punto de los italianos. Akerboom con 17 puntos fue el mejor realizador del EBBC mientras que en los de Arnaldo Taurisano, John Neumann aportaba 26. Así mismo, Akerboom participaba con la selección holandesa en tres Europeos, destacando sobre todo su actuación en el de 1977 donde promedió más de 27 puntos, cebándose principalmente con España, a la que endosó 38, logrando el galardón de máximo anotador. Aun sin jugadores de la talla de Akerboom, el recién retirado como jugador Jan Dekker contaba con una buena plantilla en la que destacaba el tulipán Jos Kuipers y la metralleta estadounidense Paul Thompson. Proveniente del Limoges, donde había alcanzado las semifinales de la Copa Korac y donde había llegado a alcanzar incluso los 60 puntos en un partido de la liga francesa, Thompson era un anotador bestial y el auténtico faro de un equipo que sobrevivió hasta que una desgraciada lesión le apartaba de buena parte del torneo. Hasta ese momento, el Nashua marchaba con un ilusionante 2-2, habiendo sido capaz de derrotar al Maccabi (103-102 con 46 puntos de Thompson) o de competir hasta el final en Milán (96-92 definitivo… con Thompson otra vez por encima de los 40). Tras la lesión del americano, la falta de capacidad defensiva se tornaba decisiva y el equipo quedaba a la deriva, aunque aún habría de propiciar otra sorpresa decisiva en el devenir de la competición. Igualado con el conjunto holandés acababa un PauOrthez cuyo balance era pese a ello algo más decepcionante. Ganadores de la Korac de 1984 tras destrozar en la final al Estrella Roja de Ranko Zeravica, el conjunto de George Fisher se presentaba en la liguilla semifinal avalado por su extraordinario rendimiento del año anterior, donde

Tony Di Leo El sexto lugar, con cinco triunfos, terminaba siendo posesión de uno de los equipos más estimulantes de todo el torneo, un Saturn de Colonia que pese a su irregularidad acabaría por deparar alguno de los momentos más hermosos. Con sólo diez años de historia, el equipo alemán se presentaba como el espejo de su entrenador, un Tony Di Leo sin el que no se podría entender la singular trayectoria del Saturn. Miembro en la actualidad del organigrama de los Sixers, equipo que llevó a los play-off tras sustituir de manera interina a Mo Cheeks en la temporada 2008/09, Di Leo había llegado al club de Colonia tras dirigir al conjunto femenino del DJK Dusseldorf, al que conseguía llevar a siete títulos ligueros y una Copa de Europa, a la par que se hacía con las riendas de la propia selección femenina. Tras disipar las dudas de su adaptación al basket masculino en la temporada anterior, el técnico de Philadelphia moldeaba un equipo rápido, alegre y atrevido como pocos, tan capaz de presionar a toda

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pista como de bombardear el aro rival sin ningún tipo de miramiento en un poético desprecio del reloj de posesión. Con una buena pareja norteamericana formada por el eléctrico Bryan Warrick y el sobrio y eficaz Ralph McPherson, el Saturn completaba su columna vertebral con el canadiense nacionalizado Richard Hunger (que había pasado por Ferrol y Alcalá de Henares) y con internacionales como Gnad, Baeck o, el que sin duda era la gran estrella del equipo, Michael Jackel. Dotado de una zurda exquisita, Jackel compartía origen canadiense con Hunger y llegaba a la presente edición de la Copa de Europa en plena madurez baloncestistica tras realizar un espectacular EuroBasket en Atenas. Al igual que dos años antes, el cuadro germano había caído en los cuartos de final ante España, casi en ambos casos habría que decir ante Epi, pero a nivel individual Jackel había llevado su juego hasta nuevas cotas, batiendo incluso el récord de puntos con la selección al anotar 42 puntos en el triunfo ante Israel, en una marca que perduraría hasta el partido por el bronce del EuroBasket 2001 con los 43 de Dirk Nowitzki (cinco años más tarde ante Angola, el propio jugador de los Mavs se iría hasta los 47).

locales ante el propio Partizan y Maccabi, dejaban a los alemanes sin opciones reales de pelear por la Final Four, no sin antes dejar una tarjeta de visita en la que figuraba la condición de equipo más anotador del torneo con más de 100 puntos de media. Por último, y con un balance de 7-7, el último equipo en quedarse fuera era el sorprendente, por lo negativo, F.C. Barcelona. Subcampeón en el 84 y de vuelta con tres títulos continentales consecutivos bajo el brazo (las Recopas del 85 y 86 ante Zalgiris y Scavolini y la Korac del 87 ante el Limoges), el conjunto blaugrana partía como uno de los grandes favoritos del torneo añadiendo a su extraordinaria plantilla nacional (Solozábal, Epi, Sibilio, Jiménez, Costa, Ferran...) a un Audie Norris que había deslumbrado en sus dos temporadas en Treviso. Marcado por los problemas físicos de este último, el conjunto de Aito arrancaba la competición doméstica con varias derrotas que habría de unirse a las cuatro cosechadas en las primeras cuatro de la propia Copa de Europa. Tratar de analizar la trayectoria culé en este torneo obliga a tirar de calificativos tan manidos, ¿y erróneos?, como el de kafkiano. De entrada, caían en Tel Aviv por 108-107 pese al 7/7 en triples de Sibilio, en un partido que dominaban claramente a escasos momentos del final y donde la baja de Kevin Magee acabaría de ser suplida por los 36 puntos de Ken Barlow y los 34 de Jamchy. Lastrados por ese mazazo, y por los 45 puntos de Gallis, el Barça repetía guión en su pista ante el Aris entrando en una dinámica atroz, de la que se salía, entre otras cosas, venciendo en Milán con un Epi imperial... antes de caer en Francia ante un pobre Pau. La segunda vuelta dejaba la mejor versión de un equipo que destrozaba a Maccabi o Tracer y que conseguía asaltar la hasta entonces, poco menos que imposible pista del Aris en un esfuerzo finalmente baldío, pues cuando la situación parecía encarrilada dos derrotas consecutivas, una asumible en Belgrado y otra increíble en Holanda, dejaban al conjunto blaugrana con la miel en los labios en favor de un Maccabi que en la última jornada no fallaba ante un apático Partizan.

Michael Jackel Con estas premisas, el Saturn comenzaba su periplo destrozando al vigente campeón por un claro 10278 con 32 puntos de Jackel, en una victoria local que ratificarían en la tercera jornada venciendo al F.C. Barcelona. Sin embargo, la falta de continuidad a domicilio, pese a la cual serían el único equipo de ganar en Belgrado, y un par de ajustadas derrotas

Gante Así pues, la bella ciudad flamenca se aprestaba a acoger entre el 5 y el 7 de abril a los cuatro mejores equipos de Europa en medio de un ambiente espectacular entre el que destacaba la masiva

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presencia de seguidores helenos. Para abrir boca, el vigente subcampeón, el Maccabi Tel Aviv, se enfrentaba al mejor equipo de la competición, un Partizan de Belgrado poco menos que intratable durante la “fase regular”. Los yugoslavos se habían convertido en la gran sorpresa del torneo en la que era tan sólo su cuarta presencia en la principal competición europea. Con un juego veloz y un quinteto altísimo en el que Grbovic y Paspalj partían como alas, los de Belgrado habían hecho de su pista un fortín, consiguiendo vencer además en pistas tan complicadas como la del Barcelona, hasta el punto de situarse de inicio con un balance de 7-1 que convertía su tramo final en mero trámite. Con diversos focos anotadores (Paspalj o Grbovic fueron capaces de anotar más de 40 puntos ante el Den Bosch) y un juego preciosista por momentos, los de Vujosevic volaban en las transiciones gracias a la velocidad del propio Paspalj, de un liviano Divac o de los primeros pases de un Djordjevic al que la ausencia de Zeljko Obradovic en buena parte del año le había otorgado un rol preponderante. La polivalencia de Nakic, doble campeón ya con Cibona, y la contundencia de un Peckarski que ese verano había sido campeón del mundo junior junto al propio Djordjevic y Divac completaban un conjunto muy diferente al del cuadro macabeo. Con el ya ex seleccionador alemán sustituido por un Svetislav Pesic que precisamente había sido el “padre” de esos juniors yugoslavos, Ralph Klein de vuelta a los banquillos, el Maccabi presentaba una nueva cara en la que Ken Barlow, campeón el año anterior con Milán, llegaba como sustituto de Lee Johnson que salía del conjunto amarillo junto a su inseparable Lassof. Con los problemas de fondo entre Dorom Jamchy y un Berkowitz que se “negaba” a entregar el relevo, el conjunto macabeo vivía una temporada plagada de resultados irregulares que no obstante le había llevado a buen puerto. Con los precedentes de la fase regular saldados con sendos triunfos locales, aunque en Tel Aviv el partido ya resultaba un trámite para los de Belgrado, ya primeros frente a un cuadro hebreo que se jugaba el pase, el partido parecía tener color yugoslavo, máxime cuando los blanquinegros comenzaban con un estimulante 7-0 de salida. Pese al arreón inicial, el Maccabi conseguía minimizar los daños impidiendo a los de Belgrado correr con su habitual fluidez y cargando el juego al interior con un Kevin Magee que conseguía meter en problemas de faltas a Vlade Divac. Ante esa tesitura, el técnico partisano optaba por colocar una suerte de zona en la que el pivot de Kraljevo se

colocaba en la cabeza de la zona flotando a Aroesti. La medida dosificaba a Divac, pero a cambio sacrificaba un rebote en el que el Maccabi comenzaba a dominar logrando segundas e incluso terceras opciones hasta el punto de llegar por delante al descanso. En el segundo acto, un Magee excelso (34 puntos) marcaba la diferencia ante un Partizan que se suicidaba desde la línea de tres puntos y al que, pese a su reacción final, la quinta falta de Vlade Divac terminaba de sentenciar propiciando el triunfo final por 87-82 de un Maccabi mucho más avezado a ese tipo de situaciones.

Kevin Magee

El segundo acto venía marcado por el duelo entre Aris de Salónica y Tracer Milán, definitiva vendetta de la trepidante eliminatoria del año anterior donde, en la fase previa a la liguilla, los milanistas, que ya en la ronda anterior habían sufrido ante el gran Murray BC hasta el punto de empatar en Edimburgo, conseguían remontar los 31 puntos de desventaja acumulados en Salónica. En cuanto a la liguilla, al igual que la anterior semifinal, los precedentes deparaban igualdad con sendos triunfos locales, aunque con el (importante) matiz de que en Italia se había ausentado un Nikos Gallis que en Salónica había sido el héroe del triunfo del Aris con la friolera de 51 puntos. Y es que, en la estela del milagro veraniego del EuroBasket, el Aris había conseguido extrapolar su dominio doméstico a Europa confirmándose como un equipo temible al amparo de su público a la par que un casi inagotable caudal ofensivo. Con la pareja Giannakis-Gallis marcando el territorio, la llegada del canadiense Greg Wiltjer había permitido equilibrar un poco el juego de los

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de Ioannidis. Junto a esa tripleta el buen hacer de Subotic y la experiencia de los Lipiridis, Romanidis o Filippou completaban un conjunto al que la FIBA había vetado la incorporación de un cuarto interior de garantías, el greco-macedonio Misunof Papadaki del MZT (Metalni Zavod Tito) Skoje, cuyos 2´10 hubieran supuesto un interesante parche a la floja capacidad reboteadora de los helenos. Enfrente, el vigente campeón, un Tracer de Milán en el que Dan Peterson había cedido su lugar en el banquillo a un Franco Casalini que compartía generación con una buena parte de sus jugadores. En la plantilla, el positivo, cambio de Ricky Brown por Barlow y la llegada desde Reggio Emilia de un Piero Montecchi que acabaría por tener grandes momentos, suponían las nuevas notas en un conjunto veterano, duro e inteligente donde Roberto Premier pnía un poco de picante que añadir al triángulo D´Antoni-McAdoo-Meneghin.

Bob McAdoo

Con las gradas teñidas del amarillo griego, el Aris comenzaba dominando el encuentro ante un cuadro lombardo donde sólo McAdoo parecía aguantar el tipo, pero el cambio a una zona y la aparición de Ricky Brown metían de lleno en el partido a un cuadro milanés que se iba al descanso ya por delante. En la reanudación, McAdoo seguía con su recital (se iría hasta los 39 puntos) y las rotaciones defensivas daban sus frutos con el joven Pittis y Montecchi secando a un desquiciado Gallis en el que morían las últimas esperanzas griegas antes de que el marcador se cerrara con el mismo resultado que la otra semifinal (87-82). Tras un desangelado partido por el “bronce” donde la superioridad interior yugoslava, personificada en los 55 puntos de la pareja Divac-Peckarski, había desarbolado al Aris, Gante se aprestaba para vivir la reedición de la final del año anterior, constatando

que la nueva Europa seguía en poder de los mismos protagonistas que ya un año antes habían dirimido la supremacía cestista en un duelo de aire crepuscular al más puro estilo Sam Peckinpah. Más de cinco millares de griegos daban la espalda al partido a la par que dominaban la escena sonora del recinto inaugurando de tan peculiar forma una final donde poco a poco los tiffosi lombardos iban haciéndose fuertes. Con todo en la pista, el dominio comenzaba siendo de un Maccabi que aprovechaba las ventajas que Jamchy obtenía de su defensa ante hombres más grandes (primero Brown y luego Meneghin) para dominar desde el perímetro, provocando que el Tracer optara por su famosa defensa zonal mucho antes de lo esperado. Con D´Antoni prodigándose más de lo habitual desde el triple (4/11 al final) y Aldi ejerciendo de revulsivo desde el banquillo, el conjunto italiano conseguía abrir un hueco importante que alcanzaba los 11 puntos al descanso (52-41). En la reanudación, el Maccabi seguía acusando el flojo partido de un Kevin Magee atenazado por las faltas, pero una defensa zonal concebida en origen para proteger al ex zaragozista y el despertar anotador de Sims y Barlow llevaba al cuadro hebreo a situarse a tan sólo dos puntos en un primer instante e incluso, tras una racha de tiro de McAdoo, en un segundo esfuerzo, a igualar el encuentro a 78. En ese momento, con todo en el aire, y pese a la quinta falta de Meneghin, el Tracer se echaba en manos de un Mike D´Antoni que, en una recta final de manual, guiaba a su equipo a un espectacular tramo final en el que el Tracer revalidaba título con un 90-78 que no reflejaba todo lo sufrido durante la Final Four. Bob McAdoo era a su vez elegido primer MVP inaugurando con todo el lujo posible un galardón que habría de coronar en lo sucesivo a lo más granado del basket continental y poniendo el broche de oro a un año espectacularEl que estaba llamado a ser el año del nuevo orden en Europa aplazaba su llegada por el orgullo de unos viejos rockeros que se habían empeñado en desafiar al tiempo y al destino, burlándose de los pronósticos y esquivando un destino que no obstante estaba a la vuelta de la esquina. Tricampeones en 1987, el Tracer ya había dejado escapar esa misma temporada el título copero que se había mudado hacía el sur tras una espectacular final en la que, tras dos prórrogas, el Caserta, con Joe Arlauckas como sustituto temporal de Glouchkov, se imponía por 113-110 al DiVarese de Corny Thompson, dando así el único título que la

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carrera de Oscar Schmidt contemplaría en su periplo europeo. Lo que podía parecer un accidente, agravado por la irregularidad tanto europea como en la LEGA, terminaba por confirmarse en certeza cuando, poco más de un mes más tarde de aquella gloriosa tarde en Gante, el Scavolini de Pesaro (algo por debajo de los 100 mil habitantes) se llevaba el cuarto partido de la final de liga por 98-87 (con Magnifico, Daye y Cook por encima de los 20 tantos) colocando el 3-1 definitivo en la serie que permitía a la escuadra rojiblanca sumar su primer Scudetto, a la par que cercenaba las opciones de los milanistas de refrendar su título europeo.

Tracer Milán, campeón de la Final Four 1988

Mientras tanto, algo más al este, el equipo que había dominado la liguilla semifinal, también cedía en su final liguera ante un conjunto vestido de amarillo y ubicado en Split...

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COLONIA 2021

por Iván Fernández Un año después de lo previsto, y aún sin poder contar con público en las gradas, Colonia albergará entre el 28 y el 30 de mayo la primera Final Four de su historia. Con los cuatro primeros clasificados de la fase regular y la presencia de los dos equipos que más ediciones han disputado, la cita alemana debería cerrar una temporada sacada adelante con gran mérito dadas las circunstancias. Con el baloncesto local en horas muy bajas, Colonia puede, no obstante, presumir de cierta tradición, así como experiencia al haber organizado en los últimos años grandes eventos deportivos tanto en balonmano como en hockey sobre hielo. Además, la ciudad será una de las sedes de la primera fase del EuroBasket del año que viene.

El Pabellón

Inaugurado en 1998, el Lanxess Arena (hasta 2008 Kölnarena) ha organizado numerosos eventos deportivos a escala mundial, como el Campeonato Mundial de Balonmano Masculino en 2007 y 2019 y el Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo de la IIHF en 2001, 2010 y 2017. Fue también sede del NBA Europe Live en 2006, en el que participó el campeón de la Euroliga de aquel año, CSKA de Moscú, y el subcampeón, Maccabi Tel Aviv, frente a equipos NBA como Philadelphia 76ers y Phoenix Suns. Si hablamos de Alemania, esta será la cuarta Final Four que allí se organiza tras las ediciones disputadas en Munich en 1989 y 1999 (con Jugoplastika y Zalgiris como respectivos campeones) y en Berlín en 2010 con el Barcelona como ganador. Antes de la era Final Four, la propia Colonia albergó la final de 1982 con triunfo del Cantú ante el Maccabi. Munich en 1978 y Berlín occidental en 1980 fueron las otras dos ciudades alemanas sedes de la final de la Copa de Europa, en ambas ediciones con el Real Madrid como campeón ante Varese y Maccabi respectivamente.

El Pabellón, que tiene una capacidad de más de 18000 espectadores sentados, se situó en el tercer lugar en el ranking mundial de venta de entradas con casi 2 millones de entradas vendidas en alrededor de 180 eventos WEB OFICIAL: https://www.lanxess-arena.de/

VÍDEO: FINAL COPA DE EUROPA 1982 (COLONIA): https://youtu.be/PDSoaYOKIxY LA CIUDAD: https://blog-alemania.com/ciudades-dealemania/colonia GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2021


LAS SEMIFINALES: ANADOLU EFES – CSKA

Claves, datos y curiosidades, por Iván Fernández * Viernes 28 de mayo de 2021, 18:00 h. CET Reedición de la final de 2019, Efes y CSKA abrirán la Final Four de Colonia con un duelo que promete ser vibrante y con dos estilos casi contrapuestos. Segundos los moscovitas en la fase regular y terceros los de Estambul, los exagerados marcadores de sus precedentes en la liga regular alimentan la incertidumbre en una semifinal donde se mide el tono físico de los de Itoudis con el talento exterior y trabajo interior de los de Ataman. Frente a frente, con dos técnicos en sus banquillos conocidos por su expresividad, el Efes llega avalado por la continuidad del proyecto que lo llevó a aquella semifinal de 2019, mientras el CSKA es hoy un equipo muy diferente. Sin James y con la incertidumbre de si recuperará alguno de los lesionados en el juego interior, el CSKA llega, por una vez, sin la presión habitual de estas fechas. Una presión que probablemente esté en esta ocasión del lado de un Efes que, tras la suspensión de 2019 y la extraordinaria marcha de 2020, puede estar ante su última gran oportunidad. El estilo directo del CSKA y la recuperación de Clyburn, la magia de la pareja exterior Larkin & Micic, los dos equipos más anotadores frente a frente y varias cuentas pendientes auguran una semifinal para disfrutar…

máximo anotador con 22 puntos y Kondratov con 20 dando la réplica en los visitantes, y 87-96 en Moscú con 26 tantos de Sarica y 23 de Naumoski. El primer duelo en la máxima competición llegaría en la 1997-98, y con él el primer triunfo del CSKA por 77-73 con 18 tantos de Valery Tikhonenko. Un año más tarde llegaba el primer gran duelo entre ambos, enfrentándose en la eliminatoria de octavos de final. El Efes se llevaba la serie por 2-0 con un espectacular triunfo en Moscú en el segundo partido por 98-105 tras la disputa de dos prórrogas y con Naumoski firmando 36 puntos y 13 asistencias. En la 1999-00 ambos disputaban su primer precedente en una final Four, con triunfo del Efes en el partido de consolación. VÍDEO: CSKA-EFES (FINAL FOUR 2000) https://youtu.be/N_2-aAOHtlM

Precedentes Esta temporada: 1-1 En Final Four: 1-1 Historia Copa de Europa / Euroliga: 21-9 CSKA (20-5 época ULEB, 1-4 FIBA) Otras competiciones europeas: 2-0 Efes. Hasta en 32 ocasiones se han enfrentado en partido oficial CSKA y Efes con un balance claramente favorable al conjunto ruso, en especial en los últimos años. El primer precedente ante ambos data de la temporada 1992/93, en la liguilla de cuartos de final de la Recopa con doble triunfo de los turcos: 85-83 en Estambul con Sarica como

La era ULEB traería un gran dominio del CSKA en los cara a cara, en unos duelos que tendrán su gran precedente en la final de 2019. En el curso presente ambos se han repartido las victorias, a domicilio y ambas con unas diferencias enormes... Estadística de los enfrentamientos de este año: http://www.euroleague.net/main/results/showga me?gamecode=118&seasoncode=E2020 https://www.euroleague.net/main/results/showga me?gamecode=245&seasoncode=E2020

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La experiencia es un grado: CSKA Nikita Kurbanov: 8 Final Four Campeón 2006, 2016 y 19, Finalista 2007 y 12 y semifinalista 2010, 17 y 18 CSKA Daniel Hackett: 2 Final Four* Campeón 2019 y semifinalista 2018 CSKA Will Clyburn: 2 Final Four Campeón 2019 y semifinalista 2018 CSKA Semen Antonov: 2 Final Four** Semifinalista 2017 y 2018 CSKA Ivan Ukhov: 1 Final Four Campeón 2019 CSKA Nikola Milutinov: 1 Final Four Subcampeón 2017 Olympiacos Dimitris Itoudis: 5 Final Four Campeón 2016 y 2019 y semifinalista 2015, 2017 y 2018 CSKA

Los números Estadísticas en Euroliga de Anadolu Efes: https://www.euroleague.net/competition/teams/s howteam?clubcode=IST&seasoncode=E2020 Estadísticas en BSL de Anadolu Efes: https://www.tbf.org.tr/ligler/bsl-20202021/takim-detay/83748/istatistik Estadísticas en Euroliga de CSKA: https://www.euroleague.net/competition/teams/s howteam?clubcode=CSK&seasoncode=E2020 Estadísticas en VTB League de CSKA: https://vtb-league.com/en/team/181748/

* Formaba parte en 2017 de la plantilla de Olympiacos, pero no disputó la Final Four por lesión. * Campeón 2019 con CSKA, pero no jugó la Final 4

La experiencia es un grado: Anadolu Efes Vasilije Micic: 2 Final Four Subcampeón 2019 Efes y semifinalista 2018 Zalgiris Bryant Dunston: 2 Final Four Subcampeón 2019 Efes y 2015 Olympiacos Shane Larkin: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Dogus Balbay: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Rodrigue Beaubois: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Bugraham Tuncer: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Krunoslav Simon: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes James Anderson: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Adrien Moerman: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Chris Singleton: 1 Final Four Semifinalista 2016 Lokomotiv Tibor Pleiss: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Sertac Sanli: 1 Final Four Subcampeón 2019 Efes Ergin Ataman: 3 Final Four Subcampeón 2019 Efes y semifinalista 2000 y 2003 Siena y Efes

Ritmo competitivo Finalizada la temporada regular, el lapso de semanas hasta la disputa de la final Four siempre acaba siendo un tiempo delicado en la gestión de los equipos. La búsqueda del equilibrio entre recuperar físicamente y mantener el tono competitivo obliga a hacer ejercicios de equilibrismo. Con ambos equipos limitados en su competición nacional en cuanto a la utilización de jugadores foráneos, en especial el Efes, ese equilibrio puede ser fundamental.

Defensa CSKA y Efes llegan a la Final Four con las dos mayores medias anotadoras de la temporada. Probada su eficiencia ofensiva, en el aspecto defensivo puede estar la clave de su cara a cara. Muy mejorado respecto al inicio de competición,

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Efes ha ido engrasando su funcionamiento, aunque a cambio ha sido ligeramente intermitente en ese aspecto. Más físico en su propuesta, el CSKA mantiene una defensa más agresiva y de contacto. Los problemas del Efes para leer las alternativas que propuso el Madrid en los cuartos de final, bien pudieran ser un espejo para los de Itoudis.

consecutiva, un registro que no había alcanzado ningún equipo anteriormente. A su vez, será la sexta consecutiva para su entrenador, un registro que nadie había conseguido antes.

Títulos europeos Campeón de la Saporta con el Siena, la EuroChallenge con el Besiktas y la EuroCup con el Galatasaray, Ergin Ataman busca en Colonia lograr llevar a un título europeo a su cuarto equipo distinto. Zeljko Obradovic con 6 y Dusan Ivkovic y Boza Maljkovic con 4 son los únicos que lo han logrado hasta la fecha.

Tiro exterior

Presión Habitualmente una de las claves al tratar las opciones del CSKA en una Final Four era hablar de la presión generada por sus múltiples pinchazos. El título de 2019 y el consiguiente cambio de escenario en la configuración de la plantilla, así como la salida de Mike James, alivian esta vez la situación de los moscovitas. Casi el caso contrario lo podemos encontrar en el Efes. Subcampeones en 2019 y maravillando, hasta la suspensión en 2020, la cita de Colonia apunta, con la salida de Micic, los rumores sobre la de Larkin y la veteranía de alguno de sus hombres clave, a una oportunidad clave.

Rebote El CSKA es el equipo que más rebotea de la Euroliga mientras que el Efes es tan sólo el 11º. Más allá de la simple estadística, lo cierto es que el rebote, en especial el cerrar el propio, es uno de los grandes caballos de batalla del actual Efes. De la concentración para no conceder demasiadas segundas oportunidades, puede depender parte de la suerte del encuentro.

Rachas El CSKA disputará en Colonia su novena final Four

En una faceta cada día más clave puede estar otra de las llaves de la semifinal. Irregular en lapsos cortos, a la larga el Efes presenta tanto buenos porcentajes como un notable volumen y, sobre todo, muchos polos de atención, lo que unido a la presencia de buenos pasadores y a una interiorizada circulación de balón le permite buenas dosis de anotación. Correcto el CSKA, no presenta en cambio muchos especialistas puros, pero a cambio sí dispone de interiores (Shengelia, Antonov o Voigtmann) capaces de abrirse. La mejora de jugadores como Hackett o Clyburn o el papel de buenos tiradores pero algo ciclotimicos como Strelnieks o Hillard será fundamental.

Continuidad De los 24 jugadores inscritos en la final de 2019 permanecen 16 de cara a esta Final Four: 11 en el Efes por tan sólo 5 en el CSKA.

Dudas En principio, Efes llega a la Final Four con todos sus jugadores disponibles, mientras que en el CSKA permanece la duda en su juego interior. Oficialmente recuperado Bolomboy, queda comprobar la incógnita del estado de Nikola Milutinov. Descartado inicialmente tras su lesión para el resto de la temporada, un vídeo colgado por el CSKA en redes sociales en plena eliminatoria ante el Fenerbahçe abría la puerta a las especulaciones. Inmersos en los play-off de la VTB League, el CSKA llega tras superar una dura eliminatoria ante el Nizhny Novgorod y luchando actualmente en semifinales frente al Zenit (2-1 en la serie a 5 partidos).

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Parciales

en cambio, más cuando se encuentra soluciones heterodoxas enfrente.

Si habitualmente una cita con la trascendencia de una final Four cuestiona la validez de cualquier precedente, en este caso el reparto de victorias y lo holgado de ambas, dificulta aún más las conclusiones. Más allá de eso, una de las claves del partido bien pudiera estar en la capacidad del CSKA de sobrevivir a los parciales del Efes. Y es que, independientemente de la marcha del partido, los de Ataman tienen dinamita y propuesta para estallar en parciales increíbles en lapsos muy cortos de tiempo.

Micic & Larkin En una cita del calibre de una Final Four el desequilibrio individual puede ser un factor clave cuando las cuestiones tácticas se contrarrestan. Con un historial “sospechoso” en momentos clave en los momentos calientes y el recuerdo de una floja final en 2019, Micic llega avalado por un gran segundo tramo de curso. Larkin, menos exuberante que el año pasado, ya ha demostrado sobradamente que tiene feeling cuando el balón quema. Si los dos funcionan, Efes tendrá mucho ganado. A la altura de los “Sergios” del Madrid 2014 o el “Milos & Nando” de 2016 en el CSKA, probablemente una de las mejores parejas exteriores de la historia reciente de la Euroliga.

(Aparente) sencillez De grandes números ofensivos, ambos equipos presentan, si se mira de manera superficial, cierta simplicidad en ataque. Obviamente, y más a estos niveles, es solo una impresión, por no decir que no hay nada más complicado que sublimar el juego libre. Aupado en el talento de su pareja exterior, Efes tiende a atacar mucho bloqueo central para crecer desde el pick and roll, y si no sale de manera directa apoyarse en Dunston como eje de distribución. A partir de esa (aparente) sencillez, si la pareja Larkin-Micic no decide, entra en juego la excelente circulación de balón, castigando hasta la extenuación las rotaciones defensivas y consiguiendo posiciones cómodas de tiro exterior y mucho desgaste mental en el rival. Por su parte, aunque algo menos tras la salida de James, CSKA se encuentra cómodo con un sistema de aclarados y espacios bien para las penetraciones agresivas o para rotar y facilitar los tiros abiertos. Más adaptado a las turbulencias el CSKA, Efes sufre,

Proyectos En las semanas previas a la Final Four, ambos equipos han renovado a sus respectivos entrenadores por dos años más.

Llegar bien Segundo en la fase regular, pero con el mismo balance que el Barcelona, el 3-0 en los cuartos y las dos derrotas de los blaugranas ante el Zenit hacen que el CSKA llegue a la Final Four con el mejor balance de victorias / derrotas de la competición. Algo que lejos de ser una garantía de éxito en los últimos años ha sido hasta contraproducente, y es que, contadas las últimas 15 ediciones, hasta en 11 ocasiones ha caído a las primeras de cambio el equipo que llegaba con ese mejor balance.

Repetir En la era Final Four sólo tres equipos (Jugoplastika, Maccabi y Olympiacos) han logrado ganar la Final Four de manera consecutiva. A eso aspira el CSKA. En el caso de su entrenador el reto es aún más mayúsculo, y es que en los últimos 40 años sólo tres han logrado dos títulos consecutivos: Maljkovic, Obradovic y Gershon. En el caso del segundo, haciéndolo con cambio de equipo de por medio. Y es que en toda la historia sólo Gomelsky, Ferrándiz, Nikolic, Gamba, Maljkovic y Gershon han ganado la Copa de Europa dos años consecutivos con el mismo equipo. Desde los 80, por ejemplo, equipos como Cantú, Cibona, Milano y Olympiacos ganaron dos seguidas, pero con cambio de entrenador entre medias.

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LAS SEMIFINALES: BARCELONA - MILANO

Claves, datos y curiosidades, por Iván Fernández * Viernes 28 de mayo de 2021, 21:00 h. CET Cerrando sendas rachas negativas de ausencia, mucho más acusada en el lado italiano, Barcelona y Milano disputarán la segunda semifinal de la Final Four en lo que supone, pese a la amplia historia de ambos, un duelo inédito a estas alturas de temporada. Primero contra cuarto de la fase regular y tras sendas series de cuartos enormemente sufridas, el favoritismo aparente, por la clasificación e incluso por la plantilla, parece caer en un Barcelona con la presión de culminar el ambicioso proyecto que iniciaba en el verano de 2019. Con todo, el no menos ambicioso Milano llega cómodo en el papel de tapado, con el colchón de haber adelantado en un año su objetivo de volver a una Final Four y con un técnico como Messina que sabe lo que es llevarse el título en cuatro ocasiones, tres de ellas en una Final Four. Con ambas escuadras habiendo sumado ya el título copero, el partido se presenta a priori como un duelo táctico, donde el papel de dos entrenadores bastante intervencionistas y lo largo de ambas plantillas pueden derivar en un partido de enorme intensidad. Con el doble enfrentamiento de la regular saldado de manera muy favorable a un cuadro blaugrana que colapsó el ataque milanista, el cuadro italiano llega con la confianza de haber tenido unas semanas clave en la preparación de partido y el espejo de la semifinal de 2012 del Olympiacos ante el propio Barcelona. Con la maquinaria defensiva del cuadro catalan imponiendo su físico, de la capacidad de la pareja Sergio-Delaney para mantener la frescura y con ella cierta fluidez ofensiva puede depender la suerte de una semifinal que, si entra igualada en el tramo final, puede caer de cualquiera de los dos lados. Con el tridente campeón Sergio-Datome-Hines aportando su experiencia reciente, el estado del dudoso Shields se antoja fundamental para no dejar a Punter solo, mientras en el Barcelona la necesidad de encontrar espacios para los tiradores y la

confianza de que Mirotic si aparezca en los momentos clave apuntan a ser alguna de las claves para un duelo que promete tensión, carga táctica y mucho sudor.

Precedentes Esta temporada: 2-0 Barcelona En Final Four: Inédito Historia Copa de Europa / Euroliga: 13-9 Barcelona (10-6 Barcelona en Euroliga “ULEB”). Otras competiciones europeas: Inédito

Inédito en Final Four, el duelo entre Barcelona y Milano tuvo su primer precedente en Copa de Europa en la temporada 1987-88 con doble victoria del entonces equipo de Aíto García Reneses en la liguilla de cuartos de final: 94-100 en Milán en la primera victoria del curso para el Barcelona con 28 tantos de Epi y 37 de McAdoo en los locales, y 10287 en la “vuelta” en el Palau, de nuevo con los mismos protagonistas como máximos anotadores. Pese a ese doble triunfo, el Barcelona no alcanzaría la Final Four, mientras que el conjunto italiano acabaría por proclamarse campeón. La primera victoria italiana llegaría dos años después por 94-93 con 32 tantos de Antonello Riva, pero, con todo, el enfrentamiento más decisivo que han vivido ambos se dio en los cuartos de final de

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1992, con una serie a tres partidos y factor pista para el Barcelona. Con el formato de 1-2, donde el equipo peor clasificado jugaba primero en casa, Milano se llevaba el primer partido por 80-79 gracias a la sangre fría de Pittis y decidía en el segundo jugando con los nervios y la presión barcelonista. Ya en la era ULEB, el Barcelona ha dominado más claramente los cara a cara, gracias en buena parte al doble triunfo de este año, en dos partidos en los que los de Jasikevicius han asfixiado a los de Messina.

* Como jugador, Jasikevicius disputó 6 Final Four con Barcelona, Maccabi y Panathinaikos.

VÍDEO: BARCELONA-MILANO (EUROLIGA 91-92): https://youtu.be/t4TSPblUaAg

* Leo Westermann formaba parte del CSKA que disputó la Final Four 2018, pero no participó en ella.

Víctor Claver: 1 Final Four Semifinalista 2016 Lokomotiv Brandon Davies: 1 Final Four Semifinalista 2018 Zalgiris Pau Gasol: 1 Final Four Semifinalista 2000 Barcelona Sarunas Jasikevicius: 1 Final Four* Semifinalista 2018 Zalgiris

La experiencia es un grado: Olimpia Milano

Fuera de las competiciones europeas, Barcelona y Milano se encontraron por partida doble en la Copa Intercontinental de 1987, celebrada en la propia ciudad lombarda. Ganadores los blaugranas en el partido de la primera fase, en la final volvían a verse las caras con triunfo local por 100-84, cimentado especialmente en los 49 puntos de la pareja BrownMcAdoo. Muy cómodos ante un Barcelona sin Norris por lesión y sin Ferrán Martínez por estar disputando los Juegos del Mediterráneo con España, la victoria se fraguó en una buena defensa sobre Epi, que había sido elegido MVP del torneo.

La experiencia es un grado: Barcelona Cory Higgins: 4 Final Four Campeón 2016 y 19 y Semifinalista 2017 y 18 CSKA Nikola Mirotic: 3 Final Four Subcampeón 2013 y 14 y Semifinalista 2011 Real Madrid Nick Calathes: 2 Final Four Campeón 2011 y Semifinalista 2011 Panathinaikos Álex Abrines: 1 Final Four Semifinalista 2014 Barcelona Adam Hanga: 1 Final Four Semifinalista 2016 Baskonia

Kyle Hines: 8 Final Four Campeón 2015, finalista 13 y 14, semifinalista 2010 y 17 Real Madrid Sergio Rodríguez: 6 Final Four Campeón 2015 y 19 Real Madrid y CSKA, Subcampeón 13 y 14 Real Madrid, Semifinalista 2011 y 18 Real Madrid y CSKA Luigi Datome: 4 Final Four Campeón 2017, Subcampeón 2016, Semifinalista 2018 y 19 Fenerbahçe Vlado Micov: 2 Final Four Semifinales 2013 y 2014 CSKA Malcolm Delaney: 1 Final Four Semifinalista 2016 Lokomotiv Kuban Ettore Messina: 10 Final Four Campeón 1998 Virtus, Campeón 2006 y 08 CSKA, Subcampeón 1999 y 2002 Virtus, 2003 Benetton, 2007 y 09 CSKA, Semifinalista 2013 y 14 CSKA* * Campeón en 2001 en formato play-off.

Los números Estadísticas Barcelona Euroliga: https://www.euroleague.net/competition/teams/s howteam?clubcode=BAR&seasoncode=E2020 Estadísticas Barcelona ACB: http://www.acb.com/club/estadisticas/id/2 Estadísticas Milano Euroliga: https://www.euroleague.net/competition/teams/s howteam?clubcode=MIL&seasoncode=E2020 Estadísticas Milano LEGA: http://web.legabasket.it/team/tbd.phtml?from=2 020&to=2020&club=MIO&type=d2

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Entrenador / Jugador

recámara. El tamaño, el físico y los cambios son sus señas de identidad.

A lo largo de la historia de la Copa de Europa de baloncesto sólo tres personas han conseguido alzar el título en la doble faceta de jugador y entrenador: Ardenak Alachatchan (CSKA Moscú), Lolo Sainz (Real Madrid) y Svetislav Pesic (Bosna Sarajevo/Barcelona). De los tres, sólo el título como entrenador del serbio se produjo en la Final Four, por lo que aún nadie ha conseguido llevarse una final Four en ambas facetas... algo que sí podría sumar Jasikevicius este año.

Más intermitente, Milano ha mostrado quizás más riqueza propositiva. Cómodo con los quintetos pequeños, la actividad de LeDay y Hines permiten ayudas muy largas y atacar al portador del balón, siendo además uno de los equipos que mejor cuida el lado débil.

Hasta el momento, quienes más cerca han estado son Dusko Ivanovic y Panagiotis Giannakis, que tras haber sido campeones como jugadores lograron alcanzar la final desde el banquillo. En el caso del técnico griego, el logro hubiera sido doble ya que ya había logrado el doble triunfo en el EuroBasket (1987 y 2005). Otros entrenadores que alcanzaron la Final Four tras haber sido campeones de Europa fueron Velimir Perasovic y Evgeni Pashutin.

Campeones por triplicado Si Milano logra salir de Colonia como campeón, Sergio Rodríguez y Kyle Hines se unirían a Sarunas Jasikevicius como únicos jugadores en haber sido campeones de Europa con tres clubes distintos. En el caso del pívot sería su quinto título, lo que le permitiría superar al actual técnico lituano como el más laureado en la actual Euroliga e igualar las 5 de Alvertis en la era Final Four.

Ritmo Siempre clave en estos partidos de tanta trascendencia, a priori un ritmo alto de partido favorecería a un Milano que pese al bagaje táctico de Messina está más cómodo con espacios. Si puede correr o al menos jugar en transición, los riesgos de verse ahogado ante la maquinaria blaugrana serán menores. Milano es el equipo que menos asistencias da de toda la Euroliga y, pese a tener una buena circulación puntual de bola, tiende a abusar de las soluciones individuales en estático.

Estilo defensivo El Barcelona ha mostrado durante la temporada momentos defensivos de auténtica élite y da la sensación de tener aún una vuelta más en la

Tiro exterior Con el triple siendo cada día más fundamental, puede decirse que ambos equipos tienen un punto contracultural. Los italianos llegan a Colonia como el undécimo en lanzamientos de tres, mientras que el Barcelona va más allá y ha sido el segundo equipo que menos se ha prodigado desde el 6’75 esta temporada. Una receta que Jasikevicius ya mostraba en Kaunas, por ejemplo en la Final Four de 2018, en la que el Zalgiris se presentó siendo el que menos triples había intentado por partido con poco más de 16. Y dentro de eso, su acierto estaba, además, totalmente polarizado: de los 243 triples que anotaron en esa Euroliga más de la mitad (143) los habian conseguido entre sólo dos hombres: Arturas Milaknis (74) y Kevin Pangos (73). La otra cara de la moneda es la buena selección de los mismos, y es que tras Zalgiris, Milano y Barcelona han sido el segundo y tercer mejor porcentaje de triples de la competición. Mantener ese tono subiendo el volumen bien pudiera valer el pase a la final.

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Lapso

Tamaño / Físico

Entre el debut en una Final Four de Pau Gasol en la edición de Salónica y la actual han pasado 21 años, siendo, de muy lejos, el mayor lapso de la historia. Campeón de Europa y del mundo con la selección y de la NBA con los Lakers, Gasol busca completar un póker con la Euroliga. En la historia, el único jugador que ha conseguido esos 4 títulos es Toni Kukoc.

Probablemente el aspecto donde parta con más ventaja el conjunto de Jasikevicius sea en su presencia física y en su capacidad de meter tamaño en los emparejamientos exteriores. La polivalencia de Milano puede llevar a intentar igualar esas configuraciones con Shields/Datome en el exterior. ¿Será la apuesta o buscará Messina líneas más livianas intentando llevar la iniciativa?

Haciendo historia Kyle Hines y Sergio Rodríguez podrían encadenar títulos de Euroliga consecutivos con equipos diferentes. Únicamente Ramunas Siskauskas (Panathinaikos 2007, CSKA 2008), Sarunas Jasikevicius (Barcelona 2003, Maccabi 2004) y Dejan Bodiroga (Panathinaikos 2002, Barcelona 2003) lo han conseguido.

29 años después

Cuidar el balón

El Olimpia Milano disputará su primera Final Four desde 1992. Ningún equipo ha tardado 29 años en volver, siendo el registro más próximo los 19 años que tardó en volver el Zalgiris Kaunas a una Final Four, entre 1999 y 2018.

El Barcelona es el tercer equipo que más balones pierde en la Euroliga, mientras que Milano es el equipo que menos pérdidas sufre. Por detrás de Milano como segundo y tercer mejor equipo aparecen los otros dos semifinalistas. Contrarrestar ese déficit de posesiones puede ser una de las claves para los de Jasikevicius... aunque en el partido de la primera vuelta el Barcelona perdió 7 bolas más que Milano y se impuso por 16 puntos. En el lado contrario, Milano es el segundo equipo que menos pérdidas provoca a su rival.

Dudas En el momento de cerrar esta Guía, la principal duda en ambas plantillas la encarna Shavon Shields, retirado por un problema muscular en el primer partido de cuartos y ausente en los dos siguientes. En principio, la participación del alero parece bastante probable.

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EL ANÁLISIS DE... CSKA DE MOSCÚ

por Iván Fernández Palmarés del CSKA Campeón de Europa

Subcampeón de Europa

Final Four

Otros títulos europeos Ligas Copas

8 (1961, 63, 69, 71, 2006, 08, 16 y 19) 6 (1965, 70, 73, 2007, 09 y 2012) 19ª (1996, 2001, 03, 04,05,06,07,08,09 10,12,13,14,15,16 17, 18, 19 y 21)

de Mike James, por un estilo más físico y directo. Tras la suspensión de la temporada pasada, cuando el club marchaba cuarto en Euroliga, este verano el conjunto ruso decía adiós a emblemas recientes como Kyle Hines o Andrey Vorontsevitch, apostando fuerte a una reconfiguración interior con los fichajes de Toko Shengelia y Nikola Milutinov.

54 (24 URSS, 20 Rusia, 9 VTB y 1 NEBL) 8 (3 URSS, 4 Rusia, 1 VTB)

Esta temporada Fase regular

2º (24-10)

Playoff

3-0 Fenerbahçe

Total

27-10

Vigente campeón del torneo, el CSKA llega a Colonia para disputar la que será su novena Final Four consecutiva, lo que supone el récord absoluto de la competición... superando las ocho que el propio conjunto moscovita había acumulado entre 2003 y 2010. Unos registros sin parangón y reafirmados, pese a ser segundos en temporada regular, al ser el equipo que llega con mejor balance de victorias/derrotas en el curso. Y sin embargo, pese a este dato, de la temporada del cuadro rojo puede decirse casi de todo, excepto que ha sido tranquila. Campeón en 2018, el CSKA emprendió entonces una renovación del proyecto que vio la salida de jugadores tan capitales como Nando De Colo, Sergio Rodríguez o Cory Higgins y apostando, en torno a la continuidad de Will Clyburn y la llegada

Con tres derrotas en los cinco primeros partidos de la temporada en Europa, el CSKA borraba cualquier atisbo de alarma al encadenar a continuación doce triunfos marcados en buena parte por el liderazgo de un Mike James pletórico... pero que empezaba a acumular encontronazos con un Dimitris Itoudis que acabaría, tras diversas idas y venidas, ganando el pulso con un jugador que acababa por salir rumbo a los Nets, aparcando hasta el verano la solución definitiva al caso. Junto al “affaire” James, el otro gran contratiempo de una temporada ya de por sí complicada incluso en VTB, llegaba con la grave lesión de Nikola Milutinov, a la que se unía posteriormente la de Joel Bolomboy, dejando el juego interior francamente tocado pese a la llegada posterior de Michael Eric. Al ex baskonista se le unía en el exterior como refuerzo de mitad de temporada Iffe Lundberg a priori como un fichaje a medio plazo tras su enorme inicio de curso en el Zielona, pero que pronto acabaría por despuntar.

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Pese a esos problemas, y aún poniendo en cuarentena la solvencia de los cuartos de final dadas las circunstancias del Fenerbahçe, el CSKA parece llegar a la cita alemana en uno de los mejores momentos del año. Con la cabeza limpia y sin la presión de otros años, los moscovitas han reconstruido su identidad manteniendo su capacidad anotadora y dejando destellos de un despliegue de intensidad defensiva tremenda.

Si bien la salida de James deja huérfano de un referente claro el perímetro, el gran papel de Lundberg y el tremendo año de un Hackett que ha dado otra vuelta de tuerca más a su juego, dibujan un perímetro de alto tono físico. Indirectamente, la salida de James ha devuelto más balón a un Clyburn que, una vez recuperado de su lesión, recupera así jerarquía y empieza a parecerse al que fue MVP de la última Final Four. Con Kurbanov siempre solvente en la intendencia, queda ver si Hilliard aparca su irregularidad o Strelnieks aprovecha la que puede ser su oportunidad. Porque de lograrlo, el CSKA presentaría un abanico de posibilidades notables, crecidas con la más que posible vuelta adelantando su recuperación de Milutinov. Versátil en su ausencia, el CSKA ha sido capaz de jugar con configuraciones pequeñas al punto de ver a Clyburn-Shengelia como pareja interior o en el polo contrario contando con Voigtmann como cuatro. Ajustar esa posible vuelta para competir con formatos grandes, pero a la vez permitir espacio a Clyburn, puede ser la clave de un equipo que por primera vez en muchos años llega casi como tapado, pero que a cambio posee físico, experiencia y una renovada química para afrontar un desafío sin precedentes para ellos: ser campeón de Europa por dos veces de manera consecutiva.

La plantilla Clave en la final de 2019, Daniel Hackett no ha parado de crecer desde entonces en su importancia dentro del esquema del CSKA y no sería descabellado afirmar que está firmando a nivel personal una de sus mejores temporadas, algo que se ha acentuado aún más tras la salida de Mike James. De notable presencia física, el italiano pasa por ser uno de los mejores defensores exteriores de los de Itoudis, lo que unido a su gran competitividad tiende a elevar el listón de actividad del equipo cada vez que está en pista. Caliente en el juego, pero frío en lo resolutivo, el ex de Bamberg ha ido puliendo su 2x2 a la par que mantiene su facilidad para atacar el aro, donde es capaz de finalizar con ambas manos pese a su condición de zurdo. Con su tiro exterior cada vez más asentado y un rol importante llega a Colonia con el status que probablemente hace años merecía. Tras no cuajar en Tenerife, Iffe Lundberg está viviendo una temporada casi de ensueño. Con un crecimiento enorme a las órdenes de Zan Tabak en el Stelmet y protagonista absoluto de la histórica victoria de Dinamarca ante Lituania, Lundberg ha aterrizado en el CSKA con una naturalidad pasmosa. Físicamente muy potente, en especial en el tren inferior, el danés mantiene su querencia por los espacios abiertos y la transición, pero va creciendo a ojos vista en tareas más propias de base a la par que su tiro exterior ha pasado de ser un handicap a una amenaza para el rival. Algo tendente al despiste en lo defensivo, su rapidez de desplazamiento y su explosividad le hacen un aval también en esa faceta e incluso en el rebote. En su segunda temporada en Moscú, Janis Strelnieks está sufriendo un año complicado, hasta el punto de llegar a ser retirado de la VTB tras el fichaje de Lundberg. Recurrentes problemas físicos y la desconfianza de Itoudis a entregarle la dirección de equipo, confinándolo casi siempre a un papel de tirador o generador secundario, han acabado por desdibujar el rendimiento del letón. Con todo, la salida de James y la irregularidad exterior de algunos de sus compañeros de perímetro le han devuelto cierto rol, hasta el punto de disponer de bastantes minutos en los dos primeros partidos de la serie ante el Fenerbahçe. Con ciertos problemas de lateralidad defensiva, pero con una sobresaliente lectura del pick and roll en ataque, Strelnieks puede ejercer como alivio ofensivo con sus triples o como desahogo creativo en un equipo cada vez más decantado al juego directo. Estéticamente

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irreprochable pero algo frío, una cita como la de Colonia puede ser perfecta para que se erija en invitado inesperado. Calidad, inteligencia, tiro y carácter tiene para ello, aunque tenga que llegar desde el puesto de 2. Aunque ha disputado quince partidos en Euroliga, no parece muy probable que Alexander Khomenko sea de la partida en la Final Four. Con todo, a sus 22 años, la temporada puede considerarse como positiva, ganando soltura en la dirección, aunque siga sin estabilizar el tiro exterior. En su segundo año en el club, se esperaba que Darrun Hilliard diese un paso adelante en el peso ofensivo del equipo y que mostrase una mayor regularidad en el juego, algo que ha quedado lejos de ocurrir. Jugador completo, técnicamente dotado y con una zurda tan estética como efectiva, el ex del Baskonia ha dibujado algunos partidos y rachas magníficas (ante el propio Baskonia, la victoria ante Efes…) pero sin la continuidad necesaria para escalar en la jerarquía ofensiva. Buen defensor por instinto más que por conceptos, la citada irregularidad y la llegada de un Lundberg mucho más decidido en el juego han acabado por restringir su rol hasta el punto de pasar por los play off de una manera totalmente desapercibida. En un CSKA tan diferente al de hace dos años, donde quizás la ausencia de un anotador natural en el perímetro sea la mayor carencia, un resurgimiento de Hilliard podría ser clave. Sin demasiados minutos, pero más oportunidades que en cursos precedentes, Ivan Ukhov ha ido aprovechando sus oportunidades teniendo incluso alguna aparición en momentos importantes. Zurdo como Hilliard, el jugador ruso destaca por su juego sin balón y capacidad de levantarse desde el triple sin grandes complejos gracias a una mecánica de tiro rápida y limpia. A priori sin rol en una cita como la de Colonia, podría ser una sorpresa puntual ante situaciones concretas de atasco ofensivo o acumulación de faltas de los exteriores. De menos a más durante la temporada, Will Clyburn llega a la Final Four con las mejores sensaciones desde que volvió de su grave lesión. Decisivo en la eliminatoria de cuartos y MVP en el título de Vitoria, Clyburn parece sentirse más cómodo sin la presencia de James acaparando balón. De enorme talla física como tres, sus minutos como falso cuatro tienden a ser de enorme impacto ofensivo y fuerte desequilibrio para el rival. Intuitivo en defensa y siempre haciendo gala de una enorme concentración en el juego, su mejora física le vuelve

a permitir atacar el aro con fiereza siendo un quebradero para las defensas rivales. Sólido en el rebote y con algunos destellos ya en el pase, aunque con mucho margen de crecimiento en la velocidad para soltar el balón cuando recibe 2x1, Clyburn es un aval en el poste y sigue mejorando en un tiro exterior en el que cada vez se prodiga con más naturalidad y donde ya es una amenaza real, en especial cuando recibe parado balones invertidos del interior o cuando se apoya en el bote. Tras pasar por Ratiopharm, Holon y Darussafaka, el alero de Detroit ha firmado una segunda mitad de temporada notable. Impagable en campo abierto, su despliegue físico y su presencia en el rebote han elevado el listón de un CSKA no pocas veces romo en ese aspecto en el pasado, siendo, además vital su papel en las defensas adelantadas como punta de lanza. Dotado del carácter y la naturalidad para los momentos clave, por él pasarán buena parte de las opciones de los de Itoudis.

Algo menos acertado de cara al aro que las dos últimas temporadas, Nikita Kurbanov mantiene su peso en la rotación de Itoudis gracias a su capacidad defensiva y de jugador todoterreno, Importante en el rebote, su papel como tres titular (lo ha sido en los 37 partidos que ha disputado) se redobla con su gran rendimiento defensivo, llegando incluso en ocasiones a usarse como comodín ante bases o escoltas. Maduro en el juego y mejorado en la visión del mismo, su capacidad para jugar al poste y su amenaza en los tiros abiertos pese a no ser un especialista (preocupante 1/8 en triples en los cuartos de final, tras un año de bajada de porcentajes) hacen que puntualmente pueda sumarse al juego ofensivo de un equipo que, no obstante, le necesita más en la intendencia. Tras una floja serie de cuartos de final, Tornike Shengelia va a tener en la Final Four su primera prueba de fuego con el CSKA. Con menos protagonismo, como era de esperar, que en el Baskonia, el georgiano ha completado no obstante una buena primera temporada en líneas generales

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adaptando sus condiciones al nuevo entorno. Todo corazón y determinación, su capacidad de atacar el aro de fuera adentro, su control del cuerpo y su dureza siguen dándole réditos, mientras que la falta de lectura del juego y una escasa, aunque no desestimable, amenaza exterior siguen siendo su principal hándicap. Recurso puntual, y efectivo, al cinco con las bajas, la posible vuelta de Milutinov y el renacer de Clyburn pueden llevar a Itoudis a apostar por configuraciones pesadas, aunque en ese escenario la decisión de Toko en el tiro pasaría a ser fundamental de cara a mantener la generación de espacios.

igual en ambas posiciones interiores, aunque ofensivamente su juego se decanta cada vez más a un lanzamiento exterior donde cada vez acumula más volumen y acierto. De buen rango y mejor tacto, su mecánica alta y su enorme envergadura unidas a sus 211 centímetros convierten sus bombeados tiros en casi indefendibles. Saliendo habitualmente desde el banco, su impacto suele ser inmediato ya sea de manera directa o a través de su excelsa visión y ejecución del pase. Si logra seguir produciendo en lapsos más cortos o en configuraciones más extensas, la Final Four podría ser su espaldarazo definitivo.

Desde un papel secundario, pero siempre listo para ayudar, Semen Antonov ha ido perdiendo espacio a la sazón de que su carrera se centraba casi definitivamente en el puesto de cuatro. Listo en el poste y con buena visión de juego, a lo largo de su carrera siempre se ha caracterizado por dar su mejor versión en los momentos clave por lo que podría ser uno de los tapados De aspecto algo robótico y tosco, se muestra muy eficaz en el triple si dispone de espacio y tiempo de ejecución, lo que unido a su capacidad de jugar sin balón puede ser un balón de oxígeno puntual, como ya fue por ejemplo en el primer partido de la serie ante el Fenerbahçe.

Llegado casi en el corte de mercado por las lesiones de Milutinov y Bolomboy, puede decirse que Michael Eric ha cumplido con lo que se esperaba de él e incluso, pese a ir a menos durante el cruce, que ha tenido cierto impacto. Titular de facto y encarnando el perfil más interior de toda la plantilla, el pivot nigeriano pasa por ser básicamente un finalizador ofensivo. Penalizado por sus flojas manos, pero de notable volumen corporal, su buena actitud y el hecho de que no ser vital le están permitiendo buenos momentos defensivos, pese a lo que le cuesta leer los cambios.

En el que probablemente sea su mejor momento desde que llegó al CSKA, Johannes Voigtmann llega a la cita de Colonia, a escasos 300 kilómetros de su Eisenach natal, como una de las referencias de los de Itoudis pero con la duda habitual en torno a su juego de los últimos años. MVP del mes de marzo en la VTB y de creciente protagonismo en Euroliga, el alemán tiende a rendir mejor cuanto más espacio dispone tanto en el juego como en la rotación, por lo que no parece casual que su pico haya llegado con las lesiones de Milutinov y Bolomboy. Con esa incertidumbre en el caso de que ambos lleguen a tiempo, cabe decir que el baskonista ha mezclado mejor que en su etapa vitoriana con Shengelia y sigue manteniendo las virtudes que le han traído a este escenario. Sólido y tranquilo, puede rendir por

Con Andrei Lopatin casi inédito en la recamara, la gran duda del juego interior del CSKA, y quién sabe si buena parte de sus opciones, va a pasar por la recuperación de los lesionados Joel Bolomboy y Nikola Milutinov. Principal fichaje, junto a Shengelia, del verano, el pívot serbio parecía decir adiós a la temporada por una grave lesión en el hombro, pero la mejora en su recuperación ha adelantado los plazos y no es descartable que esté en Colonia. Con la duda de su ritmo competitivo, Milutinov puede ser un plus importante en las opciones del CSKA, aunque obligue a algunos ajustes ofensivos. De corte clásico en el juego y notable presencia, su tamaño y su gran uso del cuerpo le permiten ser un muy buen protector del aro, un excelente aval en el rebote en ambos aros (récord ofensivo este año en un partido) amén de un contundente finalizador. De menos a más antes de la lesión, su papel en la defensa del pick and roll estaba siendo fundamental, aunque aún no se había estabilizado como un eje creativo, algo cuya capacidad de pase (algo perdida ya en sus últimas dos temporadas en el Pireo) permitiría. Con menos peso, a priori, que Milutinov, la posible reaparición de Bolomboy brindaría a Itoudis otra pieza más capaz de desenvolverse en ambas posiciones interiores. De mayor movilidad que sus

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compañeros interiores, el ex de Weber State permite defensas más agresivas por su capacidad de cambio con pequeños, así como por su capacidad de salto e intimidación. Buen socio para el pick and roll en las finalizaciones, poco a poco va desarrollando cierta amenaza en el tiro aún por consolidar.

Tendente al barroquismo en sus gestos, pero con un mayor control del que parece del partido su apuesta por la polivalencia, los espacios y la química parecen de nuevo bien encaminadas. Recién renovada su vinculación con el club moscovita, puede estar ante la oportunidad de firmar su obra más ambiciosa.

El entrenador En ocasiones, la permanencia en el cargo, en especial en equipos de primer nivel, es la mayor prueba de éxito de un técnico. Algo que en el caso de Dimitrios Itoudis en el CSKA es ya un hecho, ya que no en vano el técnico griego ha sido el entrenador que más ha permanecido en el banquillo moscovita de manera continuada en la etapa moderna del club. Avalado por sus dos títulos, muy especialmente por el de 2019, pero finalizando contrato y con el desgaste de su pulso con James flotando en el aire, Itoudis llega a Colonia solventando un año difícil y completando el viraje de la filosofía del equipo. Asistente durante casi una década de Zeljko Obradovic, Dimitris Itoudis puede presumir de una carrera meteórica como primer espada. Tras vivir hace ya ocho años su primera experiencia en un Banvit, donde por momentos realizó un notable baloncesto, el técnico heleno llega a su sexta Final Four habiendo dibujado una trayectoria en el conjunto moscovita efectiva y por momentos brillante. Con una plantilla muy cambiada respecto a sus orígenes, Itoudis dispone de un conjunto hecho a su medida. Notable en la preparación de partidos, exigente y apasionado, el técnico griego sigue teniendo problemas para manejar las rotaciones largas y para mantener la calma en los momentos complicados, aunque este curso se ha mostrado más flexible con las primeras y más maduro en lo segundo.

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EL APUNTE HISTÓRICO

por Iván Fernández TROPIEZOS PRETÉRITOS Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente, como atestiguan sus cuatro Euroligas y su continua presencia en la Final Four. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón, el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Relajados, al fin, tras recuperar el título europeo, los últimos años ha visto como su casi continuada presencia en la Final Four ha tenido, en muchas ocasiones, suerte esquiva. Las derrotas ante el anfitrión en 2003 y 2004 para luego caer con un 10/38 en tiros libres cuando al fin la Final Four llegaba a Moscú. La horrible primera parte en Berlín 2009, la remontada del Olympiacos en 2012, la pérdida de Khryapa ante el Maccabi, los triples de Spanoulis en el Palacio... toda una galería de horrores propios y ajenos que no obstante llegan con la permanencia en la élite. Y es que con la salvedad de la 2001/02 (pese al gran papel de Giricek y Turkcan) y del año de Vujosevic (¿qué pasaría en aquella gira USA?) el actual CSKA siempre ha estado en primera línea. Tanto es así que para encontrar su última derrota en unos play-off tendríamos que remontarnos a la temporada 199900 con la Cibona de Josip Sesar como verdugo. Pero este dominio no siempre fue tal… Creado en los años 20, será después de la Segunda Guerra Mundial cuando adopte el nombre de CDKA (Casa Central de la Armada Roja). Con los sucesivos cambios de nombres ligados a sus distintas adscripciones, los moscovitas lograban el título de 1954 pero sería a principios de los años 60 cuando, bajo las órdenes de Yevgeni Alexev, logren romper la hegemonía del ASK Riga de Gomelsky o del Dinamo de Tbilisi. Pronto, el histórico TSKA también logra dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971 que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas.

Por un lado, las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la Federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército.

Sergey Belov y Alexander Gomelsky El TSKA de Moscú era oficialmente el equipo del ejercito, por lo que, apoyándose en esa condición comenzó a realizar su particular draft. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987, con excepción de las lituanas, casi todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal que entre 1960 y 1984 los moscovitas sólo dejaran de ganar el torneo en dos ocasiones: en 1968 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Kondrashin y Alexander Belov, que por una vez

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dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70). Con Kurtinaitis como excepción de la ausencia de lituanos (los detalles y un millón de cosas más en las magnificas “Crónicas lituanas” de Juan Carlos Gallego o más reciententemente en los dos mágnificos libros que sobre el baloncesto soviético se han editado en España a cargo de David de la Vega y Marc Cano e Ignacio Morejon), el basket en la república báltica se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana… entre la que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el de 1979 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad lituana tardaría sólo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club pasaría su particular travesía del desierto alejándose paulatinamente de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulauskas a la cabeza, a finales de los 60 y 70 el club recobra su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto, aunque la falta de interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia.

Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales de 1983 y 1984 ante un CSKA símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día esta más cerca. La temporada 1984-85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión, algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el VEF Riga de Valters), con doble victoria ante el CSKA (98-88 en Kaunas y 7880 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los de Garastas es aún mejor, cerrándola invictos y venciendo de nuevo al CSKA esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78.

Vladas Garastas, manteado por sus jugadores tras conseguir el título en 1985 VÍDEO: FINAL 1985 (ZALGIRIS - TSKA): https://youtu.be/Fk20ilIR9fA

Arvydas Sabonis y Vladimir Tkachenko La irrupción de Raimundas Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un CSKA que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o

Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros, pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del TSKA. Con todo a favor, el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios… y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al publico que abarrotaba el viejo pabellón. La euforia de la

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victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el CSKA ya se habían convertido en inmortales… y más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en 1986 y 1987, con mención especial a esta ultima con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. Un año después, y con Sabonis lesionado, el CSKA conseguía vencer en el cuarto cara a cara consecutivo, mientras que los de Kaunas, en el ultimo baile de su quinteto mágico, serían de nuevo subcampeones en 1989 cayendo en una polémica final (al igual que Livorno o Partizan ese mismo año) ante el Budivelnyk de Volkov… tras superar al CSKA en semifinales, cerrando siete años de enfrentamientos al más alto nivel.

exterior con Mario Elie (que posteriormente ganaría tres anillos de la NBA), logra hacerse con el título. Con su reincorporación el Kalev gana en amenaza exterior y poco a poco va creciendo en su juego, logrando encarar los playoffs en una forma envidiable. Una vez en las eliminatorias el equipo sigue su ascensión y en una final vibrante derrotan al Spartak de San Petersburgo y dan a Estonia el primer titulo de su historia. Ya en 1992, y mientras el Spartak logra el título en una versión menor de la liga soviética, el CSKA se alza con el primer título liguero de la recién creada liga rusa, estableciendo un patrón que hasta nuestros días ya sólo conseguirían romper el Ural Great en la 2000-01 y 2001-02 y el Khimki en la VTB 2010-11.

Aivar Kuusma Con un Zalgiris ya sin sus cuatro grandes (aunque aun así los de Kaunas rondan la eliminación del Real Madrid en las semifinales europeas), el CSKA recupera el título en la 1989-90 superando a sus vecinos del Dinamo. Un año más tarde, será un ex jugador moscovita el protagonista liguero: un Titt Sokk que se convierte en el alma del Kalev Tallin. Junto a Sokk el Kalev logra reunir a Pehka, base sobrio y excelente defensor, al pívot Sergei Babenko, plata con la URSS en el EuroBasket 1987, y al joven Pert Kullamae. Sin embargo, el gran impulso llega de la mano de un jugador que habría de ligar su carrera a la de nuestro protagonista: Aivar Kuusma, escolta de físico un tanto endeble, pero con una capacidad de tiro espectacular. Kuusma se había formado en el Tallin, pero a finales del año 1990 había dado el salto al Youngstown pride, equipo de la WBL, donde formando pareja GUÍA BASKETME EUROLEAGUE FINAL FOUR 2021


EL PERFIL DE... DANIEL HACKETT

por Iván Fernández MUCHO MÁS QUE EL HIJO DEL ARTE Pocos países pueden hablar con propiedad de algo tan etéreo como el concepto de arte; pocos como Italia han tenido el talento y el amor para llenar de literatura las gestas deportivas y llevarlas a la eternidad a través de crónicas y sobrenombres para el recuerdo. Y hacerlo no sólo con los campeones, sino con aquellos que llenaron de gloria las carreteras secundarias o los pequeños pabellones. Nacido en la pequeña Forlimpopoli, apenas 12000 habitantes en la provincia de Forli-Cesena, Daniel Hackett puede decir con orgullo que lleva uno de los calificativos más bonitos que un jugador de basket llevará nunca: “El hijo del arte”. La madre, Katia, natural de Imola y crecida en Pesaro; el padre estadounidense que atiende al nombre de Rudy Hackett. Fino, grande para el puesto de alero, precursor del falso 4, liviano y puro talento. Tras pasar por la ABA y brevemente por los Pacers ya en la NBA, Rudy llegaba a Italia a finales de los 70 para jugar en Forli, con una Libertas deprimida en la A2 a la que la llegada de Hackett cambia la cara con el ascenso a la A1 y al año siguiente el play-off por el título. Rudy, para la época, firma números buenos pero no especialmente llamativos. Es lo de menos, porque aparece siempre en los momentos clave, y lo hace dibujando en el aire movimientos de pura poesía. No es un cestista, es un artista, clamaba la grada. De ahí a Livorno y luego la primera de las dos etapas en la Reggiana. Entre medias, otro destino modesto: Porto San Giorgio, en el que se convertía en leyenda. Leyenda de los gourmets, de los estetas y de los amantes de la escena alternativa, lejos de los grandes focos, de los excesos anotadores o de la fama gratuita. Pero cerca, siempre, de los buenos paladares. Clásico pero adelantado a su tiempo. Con esa herencia nace Daniel, nombre americano pero también italiano, un acuerdo entre Rudy y Hackett, la profecía de que el pequeño unirá los dos mundos. El pequeño Hackett toma contacto con el juego entrando en las categorías inferiores del

Scavolini. Es callado, tímido y no destaca especialmente... salvo cuando llegan los partidos apretados. Sus entrenadores lo definen como un líder, pero el niño Daniel aún no tiene claro su futuro. Pronto lo hará, y será en USA, en el High School Bellflower, cerca de Los Ángeles. El contacto con la cultura de su padre le cambia. Se vuelve más agresivo, le llega la confianza y la escenifica con sus primeros tatuajes. Criado como italiano, abraza la cultura negra en su vertiente más reivindicativa y luce con orgullo su herencia. El basket ya es prioridad y llega el salto a la NCAA de la mano de los Trojans.

Base con ascendencia en el juego, notable defensor y capaz de hacer de todo, llega a firmar varios triples dobles, pero también prueba la otra cara del juego cuando en un entrenamiento recibe un puñetazo de OJ Mayo, la estrella del equipo, que le deja varias semanas fuera con una fractura de mandíbula. Antes, en Verano de 2007 Daniel había debutado al fin con la Nazionale. Tras algunos malentendidos lo

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hace directamente con la absoluta en un amistoso en Bari ante Croacia anotando 10 puntos, y dos días después, ante Eslovaquia, son 14 y más especiales aún pues el partido se disputa en Porto San Giorgio. “Bienvenido, hijo del arte”, reza una pancarta a la entrada del pequeño Pabellón. El apodo que ya habrá de acompañarle siempre Tras ese debut con los grandes, Hackett participa en el Europeo U20 formado perímetro con Pietro Aradori y Luigi Datome. Italia dibuja un torneo sensacional, pero en semifinales los 19 puntos de Teodosic les apean de la final. Un día más tarde Rusia paga los platos rotos e Italia se cuelga el bronce. De vuelta a USC, llegará a coincidir con jugadores de la talla de Taj Gibson o Demar DeRozan firmando tres campañas de vértigo que no obstante no le sirven para ser elegido en el Draft. Sin opciones USA, la salida está clara: vuelta a Italia con Treviso como destino. El primer año no sale como se espera y la falta de pegada ofensiva unida a unas expectativas terribles dejan un sabor agridulce. Para resarcirse, nada como volver a casa. Pesaro lo acoge con los brazos abiertos y Hackett estalla firmando una temporada de ensueño. All Star, mejor jugador italiano del año y la convocatoria para disputar el EuroBasket de 2011. El segundo año es algo más discreto en lo numérico pero de mayor impacto en lo colectivo. Scavolini alcanza las semifinales y Daniel es su líder natural. Llega la hora de dar el salto y la opción elegida es Siena. La Siena de Minucci, la gran devoradora del torneo, a punto (aunque eso aún no lo saben) de caer en los infiernos. Es la 2012-13 donde Siena ganará los tres títulos nacionales de los que luego será desposeída. Y es ahí donde la memoria de la carrera de Hackett sufre la primera amnesia del aficionado. El revuelo posterior tapa lo que en otro orden es evidente: Daniel ha dado otro paso más y es uno de los mejores bases de Europa. Ya es mucho más que el hijo del arte, es arte en sí mismo, un arte urbano distinto. Menos renacentista pero pura vanguardia. Siena, en la pista, lo gana todo y Daniel es el amo. En unos meses suma el MVP de la Copa, de la final de la LEGA y de la Supercopa. Con los toscanos hundiéndose y ya con la 13/14 en disputa, Daniel es traspasado a Milano. El impacto es inmediato. Sus números bajan pero los del equipo suben. Milano firma un Top 16 mágico y afronta los cuartos de final de la Euroliga con el factor pista a favor... y la Final Four en casa. Pero la suerte es esquiva y pierden por lesión a Keith

Langford, el faro ofensivo del equipo. 1-3 ante un Maccabi que semanas después gana la Euroliga. No todo acaba mal y Milano se lleva la LEGA, la primera desde 1996. Hasta tres canastas ganadoras firma Daniel ese año. Lo tiene todo para ser considerado una estrella europea, pero en vísperas del Mundial y tocado físicamente renuncia a la selección dejando la concentración. La Federación lo inhabilita pudiendo jugar durante los primeros meses sólo la Euroliga. Con todo, y con el único lunar del tiro, Hackett sigue yendo a más. En verano firma las paces y disputa el EuroBasket 2015 amén de firmar por el Olympiacos. En pocas semanas es uno de los ídolos de la grada, pero a nivel colectivo ese año no van las cosas tan bien y tras una gran primera fase, el Olympiacos queda fuera en el Top 16.

La 2016-17 le enseña la cara amarga del deporte con una grave lesión. El equipo del Pireo alcanza la Final Four, pero con Hackett lesionado el gran público le sigue olvidando. Pese al revuelo de los aficionados, optan por renovarlo y Daniel se va al Brose, otra vez con mal timing porque el conjunto bávaro ya no vive sus mejores días, aunque él rompe estadísticamente. Tanto es que ese verano llega la llamada del CSKA. Muchos no lo entienden y piensan que sus números están vacíos. Otros conocen lo que lleva haciendo desde 2013 y esperan expectantes. Junto a Sergio, Nando, Cory… su papel vuelve a ser el de la intendencia, pero lo cumple con creces y ya en la final acaba siendo decisivo desquiciando a Micic y apareciendo en ataque. El resto ya es conocido, a sus 33 años comienzan a lloverle los elogios, los mismos que lleva mereciendo desde hace casi una década, y quienes le llamaban sobrevalorado le llaman infravalorado ahora. Y es que nunca fue fácil ponerle precio al arte, aunque sin ánimo de ser tasador, el bueno de Daniel siempre estuvo mucho más cerca de lo segundo.

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EL ANÁLISIS DE... ANADOLU EFES

por Iván Fernández Palmarés del Anadolu Efes Campeón de Europa

-

Subcampeón

1 (2019)

Final Four

4 (2000, 01, 19 y 21)

Otros títulos europeos

1 Copa Korac (1996)

Ligas

14 23 (11 Copas de Turquía y 12 Copas Presidente)

Copas

Esta temporada Fase regular

3º (22-12)

Playoff

3-2 ante R. Madrid

Total

25-14

quinto partido cerrado y decidido por detalles como el triple de Krunoslav Simon. Con todo, para entender al actual Efes conviene echar la vista atrás y poner en perspectiva lo que ha sido la última década del otrora club cervecero. Tras ganar con Ataman en su segunda etapa y Bootsy Thornton como MVP de las finales la liga de 2009, el cuadro de Estambul entraba en una espiral de la que ha tardado años en salir. Sin resultados relevantes en Europa, en Turquía sumaba una sequía pertinaz agravada por el hecho de que en hasta seis ocasiones era eliminado con el factor pista a favor (finales de 2010, 12, 15 y 16, semifinales de 2013 y cuartos de final de 2014). Todo ello, con proyectos ambiciosos y técnicos de prestigio como Velimir Perasovic (en dos etapas), Dusan Ivkovic o Ilias Zouros.

Vigente subcampeón, el Anadolu Efes acude a Colonia a disputar la que será la cuarta Final Four de su historia. Lo hace quizá por primera vez con legítimas aspiraciones de salir campeón tras una trayectoria reciente de absoluta brillantez y superando una temporada en forma de montaña rusa. Ausente por lesión Larkin y con Micic muy fuera de forma, el cuadro de Estambul arrancó la temporada con dudas, un flojo nivel defensivo y la sensación de haber perdido “el mojo” de la suspendida temporada anterior. Cuatro victorias consecutivas entre la quinta y la octava jornada, coincidiendo con el primer regreso a las pistas de Larkin, parecían despertar a los de Ataman que, sin embargo, entre las jornadas 12 y 17 encadenaba cinco derrotas en seis partidos. Con las alarmas rojas encendidas y el equipo en undécima posición y balance negativo, el Efes despegaba firmando un tramo final de campaña deslumbrante. Unas sensaciones que habría de repetir en los dos primeros partidos de play-off antes de colapsar en el tercero con todo de cara o vivir una mini montaña rusa en el cuarto con fatal desenlace también. Finalmente, y no sin sufrimiento, el Efes cerraba la eliminatoria en un

En esa deriva, el punto de inflexión llegaba a mitad de la temporada 2017-18. Con el equipo en el sótano de la Euroliga y fuera de los puestos de playoff, Velimir Perasovic era cesado en su segunda etapa en el club y su relevo lo tomaba Ergin Ataman, el último técnico que los había llevado al título liguero y que encaraba así su tercera etapa en el club. De entrada, el Efes resucitaba en liga y con un gran sprint final lograba meterse en la Copa. Una Copa que terminaba por ganar, eliminando ya en cuartos a un Fenerbahçe que en ese momento era el vigente campeón de Europa. Sin opciones en Europa y semifinalistas en liga, el proyecto salvaba su año más duro mientras Ataman declaraba que con un esfuerzo económico se veía con capacidad de llevar al equipo a la Final Four.

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El verano siguiente se emprendía la enésima revolución, con dos fichajes de relumbrón en las figuras de Shane Larkin y Rodrigue Beaubois, una apuesta por un Vasilije Micic que venía de un buen año en Zalgiris, pero lejos de su status actual, y varios fichajes más bien rebotados de otros equipos de Euroliga (Moerman), provenientes de otro escalafón como Anderson o jugadores de confianza del propio Ataman como Pleiss. Pese a esos mimbres, sin duda notables, la desconfianza era generalizada y en muchas de las encuestas de inicio de curso se les daba fuera de play-off. Con todo, y pese al largo periodo de adaptación que debió pasar Larkin, el Efes acababa por firmar un año notable siendo subcampeón de la Euroliga y recuperando la liga. Lo hacía además sellando su pase a la Final Four venciendo el quinto partido en su casa y haciendo lo propio en la liga en el séptimo, con una exhibición de Larkin quizás solo comparable a la de David Rivers en la final de 2000 con el Tofas.

Con ese espaldarazo, el Efes afrontaba la temporada pasada con más ambición si cabe y una apuesta de continuidad, pues en la rotación principal sólo se producía un cambio: la salida de Motum, máximo anotador del equipo en liga pero más discreto en Europa, por un especialista más claro en el tiro como Peters. Pasadas unas semanas, la lesión de Moerman llevaría además a la llegada de Chris Singleton, en un movimiento tan ambicioso como acertado. Con la continuidad por bandera y un estilo innegociable, el Efes maravillaba con un vendaval de juego a la altura de los mejores equipos de la historia hasta que la pandemia echaba al traste la temporada. Y así, con la frustración de un trabajo no acabado por causas ajenas, afrontaba el Efes esta temporada, de nuevo apostando por la continuidad de toda la rotación habitual en Europa y solo

reforzándose con algunas apuestas a medio plazo a nivel local. Y si bien la continuidad puede ser una virtud en el conocimiento del juego, el jugar de memoria y de la construcción de una idea en ocasiones puede dar lugar también a fatigas y vicios difíciles de encauzar. Una vez limpia la cabeza de esa frustración arrastrada, al Efes le queda lidiar ahora, como ya tuvo que hacer en la eliminatoria ante el Real Madrid, con la presión de ser uno de los favoritos y, quizás, con la sensación de última oportunidad. Aunque la historia del deporte está llena de equipos que vencieron cuando ya no se les esperaba, la más que posible salida de Micic a la NBA o la veteranía de jugadores como Simon, Beaubois o Dunston, confieren a la actual Final Four una aureola de ahora o nunca que puede ser un arma de doble filo. Porque más allá de temas mentales, siempre tan claves por otra parte, lo cierto es que el actual Efes tiene argumentos baloncestísticos como muy pocos equipos en Europa los últimos años. Por un lado, la pareja Larkin-Micic no sólo es probablemente la mejor del torneo, sino que ha alcanzado un punto de química en donde ambos pueden brillar a la vez, de manera alterna o sucesivamente sin necesidad de forzar jerarquías ni poner alternancias artificiales tan perjudiciales en ocasiones en la gestión de este tipo de jugadores. Con capacidad de romper, tirar o generar, cuenta además con el respaldo de Beaubois y Simon conformando un cuarteto de jugadores capaces de dinamitar partidos en lapsos muy cortos y con el plus añadido de que, salvo el galo y más por cuestión de rol que de capacidad, todos ellos son excelentes generadores de juego. Unido eso a un juego interior de buen nivel defensivo, con los roles asumidos y donde los cuatros amenazan de fuera y los cincos pueden ser resolutivos con muy poco balón, conforman una plantilla perfectamente engrasada y menos corta que en el pasado. La presencia. además de buenos pasadores con el plus de tener interiorizada la circulación de balón, así como una considerable amenaza triplista acaban por conformar un equipo con una dinamita sin parangón y que por momentos se acerca a un basket total. De la capacidad para sufrir si los partidos se van al tono físico y de gestionar la presión/ansiedad va a depender parte de la suerte de un Efes que, por lo demás, llega a Colonia con capacidad de coronar la obra magna de su entrenador.

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Los jugadores Tras un inicio de temporada donde sus números camuflaban un rendimiento irregular y un estado físico cuestionable, Vasilije Micic llega a Colonia tras haber reconducido el curso y firmando dos últimos tercios de temporada tan brillantes que le señalan como uno de los favoritos al MVP. De exitosa, en lo individual y colectivo, carrera en categorías inferiores, el base serbio ha acabado por trasladar, al fin, todo su arsenal de juego a estos niveles tras unos primeros años de carrera profesional marcados por su escasa mordiente en el tiro exterior y su necesidad de amasar bola. Tras hacer clic, en especial en el tiro, en su temporada en Bursa, su buen año en Kaunas le colocó en un nuevo escalafón antes de, ya en el Efes, dejarlo atrás para convertirse en uno de los mejores bases del continente. Muy “jefe” en la pista, su altura le da un tono físico y una visión de juego privilegiada que le permite llegar con claridad al aro o sacar ángulos de pase inesperados. Con unas rodillas flexibles y una técnica depurada, sin ser especialmente explosivo, el serbio posee un cambio de dirección y ritmo muy difíciles de parar. Con facilidad para fabricarse el tiro y un devenir por la pista estéticamente preciosista, cierta irregularidad en el tiro exterior (con todo llega con un notable 38,5% tras haber empezado con un 6/38 en los primeros siete partidos) y su falta de frialdad en los momentos calientes de partido aparecen como las dos últimas barreras a superar antes de emprender la más que probable aventura NBA con los Thunder. Flojo en la final de 2019, pero con personalidad más que demostrada, Colonia puede ser la oportunidad de cerrar a lo grande el círculo de su carrera europea. Tras protagonizar una Final Four con registros históricos en 2019 y una temporada 2019-20 de auténtica locura, Shane Larkin está mostrando esta temporada una versión ligeramente terrenal, pese a lo cual llega a la cita de Colonia como el jugador con más valoración media del equipo. Tras perderse el inicio de temporada y sufrir después varios problemas menores, en especial en una rodilla, el base estadounidense está rindiendo no obstante a más nivel Euroliga que a nivel local. Eléctrico como pocos, su bote bajo y su fulminante primer paso atacando los bloqueos le permiten romper a sus defensores con una facilidad pasmosa, mientras que su gran equilibrio corporal le permite llegar al aro con tremenda eficacia pese a su ligereza. Cómodo junto a Micic en pista, Larkin acaba actuando en muchos minutos en una función que casi se podría calificar como de escolta,

aprovechando los bloqueos para lanzar de tres, donde acumula un volumen tremendo y unos porcentajes, para ese volumen, rapidez de ejecución y rango, notables. Capaz de generarse tiros de la nada o de encontrar al hombre abierto -y Efes juega muy bien con esos espacios- el ex baskonista es capaz de protagonizar rachas de anotación tremendas de las que pueden romper un partido en un instante. Algo peleado con el mundo en ocasiones cuando no le salen las cosas, su enorme papel en la Final Four de Vitoria o la posterior final liguera de 2019 auguran que en una cita como la de Colonia esa irregularidad puede quedar atrás. De ser así, Efes estará mucho más cerca de su objetivo.

Con menos peso que en años precedentes, Dogus Balbay encarna la figura de capitán del equipo y enarbola la bandera de la continuidad tras casi una década ya de formar parte. Zurdo cerrado y sin excesiva naturalidad en el bote, Balbay siempre ha tenido su mejor aval en su poderoso tren inferior y, si bien en ese aspecto ha perdido cierta explosividad, se sigue manteniendo como un jugador potente. Con serios problemas en el tiro, defensivamente aún puede ser útil en rotaciones cortas o como especialista puntual como demostró en el quinto partido de los cuartos con unos buenos minutos ante Carroll. Plata en el Europeo junior de 2015, Erten Gazi ha sido una de las pocas caras nuevas esta temporada en el Efes tras cerrar su periplo en la NCAA. Notable defensor en el cara a cara, sin prodigarse mucho está teniendo buenos porcentajes en el tiro exterior en liga, donde disfruta de más minutos que en una Euroliga donde su presencia ha sido testimonial, aunque cabe apuntar que cuando ha tenido opción de jugar se ha mostrado valiente y decidido. En condiciones normales, debería ser uno de los descartes para la Final Four.

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En una madurez de juego envidiable, Rodrigue Beaubois llega a la Final Four tras una gran serie de cuartos de final y, en general, una notable temporada. Suplente en casi la mitad de los encuentros, el guadalupeño ha encontrado su sitio y ejerce de microondas ofensivo con una naturalidad pasmosa. Liviano, pero con un control del cuerpo excepcional y un muy buen tren inferior, el ex baskonista presenta unos grandes porcentajes de tiro exterior y una inusitada facilidad para generarse canastas con muy poco. Más listo que constante en defensa, tiende a actuar como jugador terminal y aprovechar las esquinas y ángulos vacíos por la gravedad que genera la pareja Micic & Larkin, pero siendo capaz a su vez de dar una vuelta más a la bola y alimentar a los interiores.

Con más de 20 minutos por tarde y 10 puntos de promedio por partido, el tranquilo paso de Efes en la actual liga (una sola derrota en el momento de escribir esta Guía) está permitiendo que Bugrahan Tuncer disponga de un espacio que en la Euroliga le está vedado. Magnifico tirador y técnicamente delicioso, Tuncer tiene la virtud de ser cada vez más descarado en su juego a la par de haber crecido en la lectura del mismo, aunque su fragilidad le sigue penalizando cuando los encuentros se tornan físicos. Orientado ya desde hace algunos años más, pese a lo aposicional del juego, a una posición de alero más que de escolta, Krunoslav Simon está viviendo a sus 35 años una temporada fantástica, rubricada con el fundamental triple que resultaba clave en el desenlace de la serie de cuartos ante el Real Madrid. Zurdo, heterodoxo y genial, el croata pasa por ser el jugador más cerebral y clarividente del cuadro turco en los momentos finales. Pillo en defensa en las líneas de pase y el uso de faltas para camuflar la perdida de lateralidad, se muestra cómodo en el tiro y como tercer generador del equipo. Sus entradas a un paso y pase en el aire/tiro en corto suelen ser una constante mina de la moral contraria.

Con un rol limitado y muchas veces inclinado a la intendencia, James Anderson es uno de los jugadores que mejor ejemplifican el éxito del modelo que ha implantado Ataman en el Efes. De enorme impacto anotador en su debut europeo en Zalgiris y notable posteriormente en Darussafaka o Khimki, el estadounidense ha derivado en un alero de rol, importante en defensa por su tamaño y actitud. Cómodo incluso en rotaciones esporádicas, no dispone de grandes sistemas a su disposición pese a lo cual está tirando con acierto desde el 6,75, amén de ser de ayuda en la faceta reboteadora, habitualmente delicada para este Efes. Con calidad para ser importante, no sería la primera vez que en una Final Four (los triples de Kommatos en 2005, por ejemplo) tiene como protagonista a un invitado inesperado. Mientras trabaja en la sombra, Anderson parece preparado para serlo llegado el caso. Llegado a mitad de temporada, Dzanan Musa apenas está contando en la rotación de Ataman en la Euroliga, aunque a cambio promedia más de 22 minutos en liga, donde incluso he llegado a coquetear con el triple doble. Convertido en una celebridad en Bosnia tras llevar a su selección al oro en el Europeo cadete de 2015, la carrera de Musa ha atravesado muchas más etapas de las que su edad haría presumir. Con la dificultad de gestionar una idolatría y unas expectativas exageradas, su paso por el Cedevita alternó destellos de grandeza con problemas extradeportivos y tirones de orejas como el famoso que le dedicó Veljko Mrsic. Tras un paso por la NBA donde dejó de nuevo algún destello, la firma de un contrato de duración media con el Efes parece un buen primer paso para recuperar sensaciones. Grande para el puesto y con instinto natural para mandar en la pista, su falta de continuidad en el tiro exterior sigue siendo su principal hándicap junto a la necesidad de tener balón. Con ciertas similitudes con Micic en lo que el paso de inferiores a profesional se refiere, da la sensación de que el Efes trabaja con la idea de que, a medio plazo y en el mejor de los escenarios, Musa pueda ocupar, desde otra posición, un rol similar. Jugador moderno y aposicional por excelencia, Tolga Gecim vive su segunda temporada en el Efes con cierta presencia a nivel local, pero con muy poco espacio en Euroliga (apenas 32 minutos en seis partidos). Grande, delgado y con un buen uso del cuerpo, sigue teniendo su campo de batalla en la irregularidad en el tiro y en la incapacidad para concretar todo el mundo de posibilidades que su juego parece dejar intuir.

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Fundamental en el pase a la Final Four con un soberbio quinto partido (algo que en su día ya había hecho con el Lokomotiv en la eliminatoria de 2016 ante el Barcelona), Chris Singleton vuelve a ser clave en el engranaje defensivo del Efes. Con un punto menos de protagonismo ofensivo que el curso pasado, aporta desde el puesto de 4 actividad defensiva, una tremenda capacidad en la defensa de cambios para aguantar ante pequeños en espacios o grandes en el poste y agresividad en la línea de pase. A cambio, su falta de talla y envergadura tienden a penalizar un tanto en el rebote a un equipo ya de por sí débil en ese aspecto. Ofensivamente mejorado con los años a pies parados, en especial tras balones invertidos, se ha convertido en un notable triplista siendo de hecho su principal vía de anotación. Capaz en caso de problemas de parchear como cinco, su competitividad y su instinto le hacen un aval en citas como las de Colonia. Un Singleton que había llegado al club turco la temporada pasada para cubrir la baja de Adrien Moerman. Totalmente recuperado el francés aporta un perfil diferente, destacando más por la actividad que por la lectura y ayudando más en el rebote que el estadounidense. Mejorado a la hora de dar continuidad al juego, Moerman sigue siendo un finalizador con buena lectura de los cortes a canasta y un alto volumen de lanzamiento de tres puntos. Instalado en torno al 35% en el triple en Euroliga, en liga está en un espectacular 53% en el triple... que contrasta con los problemas en el libre en la competición europea. Termómetro emocional del equipo, su actividad en ambos lados y su “insensatez” en el juego pueden ser revulsivo en momentos delicados. A sus 22 años, Yigitcan Saybir parece definitivamente asentado en la posición de cuatro. Con solo dos partidos disputados en esta Euroliga, parece, salvo lesiones, muy poco probable que sea de la partida en Colonia. Zurdo y más cómodo jugando de fuera adentro o sin balón por el fondo, Saybir está aprovechando sus oportunidades en liga. Mejorado en la fluidez en el tiro y todoterreno en el juego, parece haber corregido su tendencia al despiste defensivo. Cabe apuntar a modo de curiosidad que Yigitcan es hijo de Omer Yigitcan, el que fuera internacional, entre otros torneos, en el EuroBasket de 1993. Cumpliendo 35 años el día de la semifinal, Bryant Dunston ha comenzado a esbozar este curso los primeros, aunque aún leves, esbozos de ocaso en una carrera notable. Bien dosificado por Ataman, el

pívot estadounidense mantiene presencia defensiva, con una concentración notable, buena capacidad de recuperación y un excelente timing de salto. Sin regatear nunca esfuerzos, Dunston ejerce a su vez un rol importante en ataque, bien con tiros cortos, bien con continuaciones que resuelve con contundencia o bien como poste repetidor de juego, situación en la que genera mucha fluidez.

Jugador de la confianza de un Ataman que ya lo tuvo en el Galatasaray, Tibor Pleiss está viviendo una temporada complicada donde una lesión y el buen rendimiento en ella de Sertac Sanli le han ido quitando espacio. Con todo, y una vez perfectamente recuperado, el pívot alemán sigue teniendo un hueco como especialista ofensivo. Grande y con envergadura, cuando aguanta la posición es un buen taponador y posee una buena lectura del pick and roll defensivo, aunque en ocasiones le penaliza su falta de fuerza y el uso de manos. En ataque, aunque no disponga de muchos minutos, el equipo suele tratar de involucrarlo bien en el poste para finalizar en gancho o con contundencia o bien en tiros frontales abiertos. En liga, donde ha contado algo más, Pleiss promedia más de 15 puntos por partido con un 47% en triples en poco más de 20 minutos. Con menos peso, evidentemente, en Euroliga, esa facilidad no deja de ser un lujo como ya demostró en el tramo final del quinto partido. Ocupando un espacio similar, el ya citado Sertac Sanli ha ido perdiendo un poco de gas en las últimas semanas, pero sólo si se tiene en cuenta del excelente momento que venía. Muy consciente de su rol, el pívot turco interpreta excelentemente el pick and roll, donde sus buenas manos y su talla le permiten rápidas y eficaces continuaciones. De muy buena conexión con Larkin en pista, Sanli ha ido asentando su siempre buena mano hasta convertirse en un triplista fiable y especialmente peligroso a pies parados.

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El entrenador En su tercera etapa en el banquillo del Efes como primer entrenador, Ergin Ataman ha vuelto a ejercer de ilusionista resucitando a un equipo a la deriva hasta convertirlo en uno de los más atractivos de la historia reciente del baloncesto europeo. Excesivo, inteligente y enormemente intuitivo, el técnico de Estambul destaca por su preparación de los partidos más que por su intervencionismo y, en los últimos años, ha virado su idea de las rotaciones.

Campeón en distintas competiciones europeas con tres equipos distintos y presente en las cuatro temporadas en las que el Efes ha alcanzado la Final Four (aunque en 2001 no llegó a la cita), Ataman busca ahora el último paso para certificar una carrera ya de por sí sobresaliente.

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EL PERFIL DE... ERGIN ATAMAN

por Iván Fernández De breve carrera como jugador y perfil defensivo según sus propias palabras, Ergin Ataman había comenzado a interesarse por el baloncesto por influencia italiana, por sus etapas adolescentes en Brescia primero y en sus estudios en el Liceo italiano de Estambul después. Un interés que le llevaría a cimentar una carrera exitosa en lugares que a menudo que no habían conocido el éxito antes. Tras comenzar en las categorías inferiores del Efes Pilsen, Ataman pasa al cargo de asistente en 1991, permaneciendo allí hasta 1996, año en el que el Efes se lleva la Korac ante el Stefanel, el primer título europeo de la historia del club. Señalado por el propio Ors como una de las claves tácticas del equipo, el éxito le permite dar el salto al PTT Turk Telekom Ankara un año más tarde. En la capital otomana comienza a dejar su sello en un equipo en el que destacan Kemal Tunçeri, Ricky Winslow o Marko Milicevic. En su primer año, el Turk gana la Copa President, primer título de la historia del club, llega a los cuartos de final de la Recopa, donde cae ante el Racing de París de Maljkovic, y se cuela en la final de la TBL por primera vez en su historia, cayendo ante el Efes de Naumoski, Alston, Turkcan o Sarica. Con el average dejándolos fuera de cuartos de final de la Euroliga, el equipo termina desinflándose en el curso siguiente para caer en cuartos de final ligueros. Tras el ligero revés, de este segundo año, Ataman emprende la aventura estadounidense como asistente en la Universidad de Stanford, en busca de contacto con otro tipo de baloncesto. De vuelta para la 1999-00, el técnico se hace cargo de un Karsiyaka al que dirige durante siete partidos, todos ellos saldados con victoria, pero tras un par de meses de competición recibe la llamada del Efes Pilsen, al que acaba por guiar a la primera Final Four de un equipo turco en la historia. A nivel local, Ataman vuelve a alzarse con la Copa President, pero en una de las mejores finales ligueras de la historia el Efes cae, tras la disputa de una prórroga, en el quinto y definitivo partido ante el Tofas Bursa por 96-99 en un partido en el que David Rivers se va hasta los 40 tantos para los de Jasmin Repesa,

haciendo estériles los 32 de Drobnjak. Cesado a mitad de curso en la 2000-01 -en la que el Efes repite Final Four-, Ataman firma por un Montepaschi Siena al que a las primeras de cambio hace lograr su primer título europeo con la Copa Saporta del 2002. Con Naumoski, al que el técnico conocía bien de sus primeros años en Efes, al lado de su compatriota Vrbica Stefanov, Ataman fía el equipo a un dúo exterior de lujo que alterna explosividad y clase y en el que se pueden apreciar con los ojos de hoy parte del encanto de la pareja Micic & Larkin. Con Chiacig como ancla interior, la apuesta del resto del roster mira hacia al este, y en especial a varios jugadores de indefinición posicional en lo que habrá de ser tendencia bastantes años después. Topic, Gorenc, Mindaugas Zukauskas... una plantilla heterodoxa, pero a la que el entrenador turco saca el mayor de los partidos.

Un año más tarde, con Alphonso Ford como pareja de Stefanov y el refuerzo de Turckan, Ataman logra meter al Siena en la primera Final Four de su historia. Con un basket más controlado que el año anterior y una apuesta por la explosividad exterior y el pick and roll, los aficionados toscanos se plantan en la Final Four de Barcelona con una pancarta en la que se ver el rostro de su entrenador y una leyenda: “Sexo, drogas y pick and roll”. Tras el periplo italiano, Ataman firma por el Ulker logrando el doblete de Copas en la 2004 y 2005, pero sin lograr un título liguero que habría de resistirse hasta 2009 en su segunda etapa en el Efes. Entre medias, un frustrante paso por la Fortitudo de Bolonia y una gris primera etapa en el Besiktas dan las primeras señales de alarma en una carrera que

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parece frenarse con su turbulenta etapa europea en el Efes. Sin embargo, su segundo paso por el Besiktas arranca con un triplete de excepción sumando de la mano de Carlos Arroyo la Eurochallenge (51 puntos y 35 rebotes en la final entre Erceg y Pops), en lo que es el primer título europeo de la historia del club, la Copa y el primer título liguero de los blanquinegros desde la 1974-75 en la época de los Zeki Tosum, Tom Davis o Faruk Cagam. Un año más repite liga con el Galatasaray en la primera del club desde 1990 con los Pat Williams, Canikilioglu Aribogan y compañía.

Aficionado del club declarado, Ataman permanece en el club durante cinco temporadas hasta que los problemas económicos hacen tambalear el proyecto. En ellas, y al margen de la citada liga, el club se lleva la Copa ULEB de 2016 ante el Strasbourg, en lo que es el primer título europeo de su historia, para el año siguiente lograr meterse en los cuartos de final de la Euroliga. Mientras, el técnico que ya había sido asistente en el EuroBasket de 1997 dirige durante un par de años a Turquía, logrando meter a la selección en los cuartos de final del Mundial de España en lo que es la mejor clasificación del equipo sin ejercer como local. En 2018, con el Efes tocando fondo, Ataman volvía a acudir a la llamada del club para ejercer de nuevo como reanimador… con los resultados ya comentados.

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EL APUNTE HISTÓRICO

por Iván Fernández Aunque en los últimos años al Efes le ha perseguido cierta sensación de fatalismo, lo cierto es que el club tuvo unos inicios de vida muy cercanos al éxito inmediato. Con el grupo Efes, parte de la corporación Anadolu, buscando implantación deportiva en Estambul, uno de sus directivos y a la postre Presidente, Tuncay Özilhan, apuesta por introducirse en el mundo del baloncesto, deporte por el que profesa devoción desde sus años de estudiante en Estados Unidos. Así en 1976, y tras hacerse con los derechos deportivos del Kadıköy Spor en graves problemas financieros, nace el Efes sports club que debuta en la temporada 1976-77 con Faruk Akagun como entrenador. El primer año el club gana el campeonato de Estambul y accede a la segunda división turca. En la 1977-78 el éxito no cesa, y de manera invicta el club asciende a las primeras de cambio a la primera división. Destaca como figura Jessie Campbell, el primer extranjero del club. Lejos de detenerse, la estela del Efes sigue su marcha triunfal y en su estreno en la máxima categoría finaliza la temporada regular en tercera posición. Con los cinco primeros clasificados disputando una nueva liguilla y apoyado en la pareja USA formada por Billy Lewis (que acabaría siendo un clásico del club en una segunda etapa) y Jeff Wilkins (ex Udine y años después jugador varias temporadas de los Jazz) el Efes da un paso más y gracias al average suma su primera liga en su primera participación, cerrando una racha de tres títulos por parte del Eczacibasi. Tres años de existencia y tres títulos en ascenso continuo… Obviamente una racha así no podía continuar, pero el Efes queda ya instalado en la élite del baloncesto turco. Sin extranjeros en la 1979-80, los cerveceros debutan en la Copa de Europa sumando sólo un triunfo ante el Aris, mientras que a nivel local firman el subcampeonato, cayendo por el average ante un Eczacibasi con el mismo balance de victorias y derrotas. Los 80 se inician con Mahmut Uslu (hoy hombre fuerte en el organigrama del Fenerbahçe) en el banquillo y la vuelta de jugadores estadounidenses. Tras un par de años más grises, en

la 82/83, ya con Riza Erverdi en el banquillo y el regreso de Lewis, el Efes suma su segunda liga. Un año después, en la primera edición resuelta con play-off el club refrenda el título imponiéndose en la final por 2-1 al Karsiyaka. La segunda mitad de los 80 está marcada por la presencia en los banquillos, en la que era su segunda etapa, de Aydan Siyavuş, antiguo entrenador del propio Kadıköy, con un breve paréntesis en el que el equipo queda a cargo del que sería su primer técnico foráneo: toda una leyenda como Rusmir Halilovic. Scott Roth, David Butler o Anthony Mason, antes de triunfar en los Knicks, son algunos de los americanos de esta segunda mitad de década donde el Efes se afianza en lo alto de la tabla... pero conoce los primeros sinsabores. Poco competitivo en Europa, la liga se le resiste y solo la Copa President de 1986 queda como botín.

Los 90 se abren con el primer aviso en Europa. Tras superar dos rondas previas, el Efes lidera su grupo de la Copa Korac y accede a los cuartos de final donde cae ante el Bosna de Sarajevo victima de una doble exhibición de Radulovic y de un notable Samir Avdic. La 1991-92 cambiará, definitivamente, la historia del club. A mitad de temporada Aydin Örs se hace cargo de la primera plantilla, ascendiendo como asistente a Ergin Ataman. Esa misma temporada, con Kenny Green y Mark Stevenson como pareja extranjera y con Ufuk Sarica como referente nacional, el Efes recupera, ocho años después, el título liguero. Pese a finalizar cuartos la

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temporada regular, los de Örs vencen con el factor pista en contra las semifinales al Fenerbahçe y en la final (1-3) al Pasabahçe. Pese al éxito, Örs apuesta por los cambios y releva a la pareja de extranjeros. Llegan al club un referente en la liga como Larry Richard y el macedonio Petar Naumoski... que hará historia.

Tras años a la sombra de Gallis, Giannakis, que ya había brillado y de qué manera sin él en el Mundial 1990, tocaba la gloria europea antes que su ex compañero. Los incidentes posteriores con varios jugadores teniendo que ser atendidos por sillazos sólo añadían dolor a la derrota. La 1993-94 era menos rutilante, con el equipo acusando el desgaste de jugar en la liga europea, pero tendría aún mejor final. Campeones de Copa, el Efes revalida además su título liguero venciendo en la final al Ulker, mientras que en Europa alcanza los cuartos de final y con el factor pista para alcanzar la Final Four. Con 1-1 en la serie y Estambul en vilo, el Barcelona colapsa a los de Örs y los deja fuera. En verano, Naumoski firma por la Benetton. En Treviso, el macedonio gana la Copa y la Saporta, dibujando un baloncesto en las antípodas del mostrado en Estambul. Con Örs bota y dirige, con D’Antoni vuela. Con Corchiani como sustituto, el Efes firma una gran fae regular siendo primero, pero cae en la final perdiendo el quinto partido como local mientras firma un año más gris en Europa.

Doble campeón de Europa con la Jugoplastika, aunque con un papel menor, Naumoski había pasado la temporada 1991-92 de vuelta en Skopje deslumbrando por su capacidad anotadora. Fuera del radar de las selecciones yugoslavas, Naumoski no era un desconocido del todo como muchas veces se acabaría por decir. Con 17 años había debutado en primera con el Rabotnicki en la 1985-86 y repite en la 1986-87 ya con mayor protagonismo. Esa temporada el conjunto macedonio desciende, pero ya en segunda (1987-88) Naumoski es el máximo anotador liguero y se mete en las semifinales de la Copa que se celebran en formato Final Four. Una semifinal es Jugoplastika-Partizan y la otra CibonaRabotnicki... con Naumoski teniendo un duelo cara a cara con Drazen Petrovic. Con esos refuerzos, el Efes vive una campaña histórica llevandose la liga de manera invicta. 30-0 en liga regular y 10-0 en play-off coronado con un 40 en la final (partiendo de un 1-0 por el doble triunfo en la liga) ante el Fenerbahçe con victorias siempre superiores a los 20 puntos. La cara amarga llega en la Recopa, donde el Efes alcanza la final con una sola derrota en todo el curso para acabar cayendo por un pírrico 50-48 ante el Aris de Zvi Sherf, donde Roy Tarpley mandaba en los tableros con 19 puntos y 18 rebotes tapando la floja final de un Giannakis que sí había sido clave en la semifinal ante el CAI Zaragoza.

La ambición es máxima y el equipo tira la casa por la ventana, trayendo de vuelta a Naumoski. Los resultados no van a la zaga. Doblete nacional (con un 4-0 en la final) y el primer título europeo de la historia: la Copa Korac. Líderes de grupo en la primera fase, el Efes ve como le cae en suerte el Fenerbahçe en los cuartos de final a celebrar en formato ida y vuelta. En la ida, en pista de los amarillos, un 68-95 con 36 puntos de Naumoski deja las cosas claras. En semifinales espera la Fortitudo de Scariolo, con Carlton Myers y Sasa Djordjevic, pero de nuevo en la ida es Naumoski quien dicta sentencia dejando en estéril la victoria italiana en el segundo partido. Mucho más apretada será la final. El rival, un Stefanel que entre Trieste y Milano disputa su tercera final consecutiva. Tanjevic, que habrá de perder su quinta Korac, en el banco, y en la pista, Gentile, Rolando Blackman, Fucka o Bodiroga. 31 puntos de Naumoski certifican un +8 en el primer partido que los otomanos defienden in extremis en Milano. Primer título europeo de la historia del basket turco y delirio total. Tras el mejor año de la historia, la 1996-97 amenaza con ser igual, con el Efes firmando un nuevo doblete nacional y una fantástica Euroliga. Líderes en la fase de grupos, los de Estambul eliminan al Maccabi en los octavos de final con 32 puntos de Naumoski en el partido decisivo y pasan a jugarse la Final Four con el sorprendente ASVEL de Delany Rudd, Bilba o Digbeu. Con Naumoski anotando y Derrick Alston

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dominando en la zona, el Efes se lleva con cierta facilidad el primero para caer en Lyon en el segundo. Como tres años atrás, el equipo que es un muro en casa tiene la oportunidad de dar el salto como local... pero de nuevo la presión se come al equipo y la Final Four se escapa.

En la 1997-98 los problemas físicos de Naumoski marcan al equipo, que pese a todo se lleva la Copa y vuelve a quedar a un paso de la Final Four cayendo de nuevo en el último partido de cuartos, aunque en esta ocasión a domicilio y en la pista de la Benetton de Zeljko Obradovic. Con Naumoski recuperado, Sarica en el rol de líder y la eclosión definitiva de Turckan, la llegada de Zoran Savic parece encaminar al Efes a su gran objetivo, pero el Tofas de Repesa en la final liguera y el Zalgiris de Kazlauskas en los cuartos de la Euroliga cercenan de nuevo el sueño del conjunto cervecero. Así, la 1999-00 nace entre marejada y tras el cese de Örs y un par de partidos de transición con Mahmuti, el club, que ha perdido a Naumoski, Sarica, Savic y Turckan, recurre a Ergin Ataman. El nuevo técnico apuesta por dar espacio a los jóvenes como Turkoglu o Besok, mientras carga el peso de la dirección en un gran Mulaomerovic. Finalmente, con el ASVEL enfrente, y de nuevo en el tercer partido, el Efes lograba pasar su rubicón y se colaba en la Final Four de Salónica. Lo hacía poco más de 20 años después de su debut en la primera división. Entre 2002 y 2005, el club lograría cuatro títulos ligueros, entrando en un bache del que sólo saldría con el título de 2009 con Ataman de vuelta al equipo. Ese título de 2009 abría la travesía en el desierto más larga de la historia del club… una travesía que se cerraba con el tercer advenimiento de Ataman, que ahora busca el paso definitivo.

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EL PERFIL DE... KRUNOSLAV SIMON

por Iván Fernández Aunque es imposible quedarse con un solo rincón de Praga, “Toda la belleza del mundo”, que diría Seifert, seguro que pocos son tan especiales como la calle que sube desde Mala Strana hasta el Castillo. La arteria, tan empinada y vertical como bella y evocadora, lleva por nombre Nerudova en honor a Jan Neruda. A diferencia de compatriotas como Rilke o Kafka, Neruda fue una de las principales personalidades culturales en atreverse a escribir en checo en un tiempo en el que el alemán era poco menos que omnipresente. Pero más allá de su valor cultural, la obra poética del escritor praguense no debería tomarse a la ligera sirviendo, como prueba de su valor, la enorme influencia que llegó a tener en las generaciones venideras. Del por qué el poeta chileno Neftali Ricardo Reyes optó por tomar como nombre artístico Pablo Neruda, existen las más diversas teorías hasta el punto de que incluso puede leerse un entretenido y curioso pastiche holmesiano al respecto (“La pista Sarasate”), pero en cualquier caso lo que si parece seguro es que el autor de “20 poemas de amor…” tomó su apellido en honor al escritor checo. Poeta, dramaturgo e incluso notable escritor de viajes, Jan Neruda es recordado hoy principalmente por su libro de relatos “Cuentos de la Mala Strana”. Publicado en 1870 pero de sorprendente modernidad al ser contemplado con ojos contemporáneos, los relatos que componen el volumen poseen como principal punto común su ambientación en el barrio que da título al libro. De entre ellos, destaca sin duda alguna “El doctor Misántropo” (Doktor Kazisvet). Breve pero genial, narra la peripecia del Doctor Heribert, quien tras heredar la próspera consulta de su padre, opta por aislarse del mundo dedicando sus días a la lectura y a los paseos aparentemente ajeno al mundo que le rodea. Un buen día, al cruzarse con el entierro de un noble local, Heribert descubre que el presunto finado no sufre sino un ataque de catalepsia, rescatándolo así. Pese a su renovada celebridad, el Doctor misántropo vuelve a su vieja vida sin ánimo alguno de aprovechar su repentina fama. Unos 650 kilómetros separan Praga de Zagreb, otrora parte ambas del imperio austrohúngaro y

con algunos detalles urbanísticos ligeramente semejantes. Allí, en la hoy capital croata, nacía en junio de 1985 Krunoslav Simon, que muy pronto habría de dar sus primeros pasos baloncestísticos en clubes locales como el Maksimir o el Zrinjevac, antes de arribar al KK Zagreb. Llegaría sin hacer ruido, sin alardes para ir ganando en importancia poco a poco. Un club modesto del que nunca tuvo prisa por salir y con el que habría de ganar una Copa y una liga. Tan poco para algunos, tanto para un equipo casi de barrio.

Llegaría la selección y su papel fundamental en el oro en los Juegos del Mediterráneo de Pescara en 2009 junto a su socio Ante Tomic. Decisivo en la final, pero sin perder el gesto. Dos años después, la absoluta en el EuroBasket de 2011 y las semifinales del mismo torneo en 2013. Con ellas cierto reconocimiento y la hora de salir de casa. Málaga primero, Krasnodar después y por fin Milano, con Repesa como mentor y el histórico doblete de 2016. Irregular, genial, tirador de rachas o generador deslumbrante, al público general no acababa de entrarle por el ojo. Demasiada heterodoxia, demasiada lucidez en la locura. Así, su fichaje por el Efes era recibido con estupor. Pasada la treintena y con el historial a cuestas de ambos, el equipo de los proyectos fallidos con el tipo inescrutable que parecía ir a su bola. En el banquillo su compatriota Perasovic, pero aquello no funcionó. Y entonces llegó Ataman y le dio las llaves. Un equipo roto que se metía por los pelos en

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la Copa y salía de ella como campeón. Y Kruno como MVP. No estaba muerto, el diagnóstico era otro. Llegarían más títulos y MVP como el de la Supercopa de 2019. Y llegaría el reconocimiento masivo, al borde de los 35. Pero poco importa, porque al zurdo de Zagreb le mueven otras pulsiones, más íntimas y puras que los halagos, mucho más pegadas a la esencia del juego. Como Heribert, el croata deambula por la pista ajeno al ruido, al halago gratuito y a todo lo vano que rodea el juego. Con ese aspecto de bohemio, de violinista zíngaro... de artista de kafana. Lo hace fiel a su manera de ser, al estilo de juego que le ha traído hasta aquí y que probablemente aún le reserve nuevas metas.

Consciente del estrellazgo de Micic o Larkin, Kruno medita y vive los partidos desde la consciencia de quien sabe aprovechar y esperar su oportunidad. Como Heribert, Simon pasea y lee. Lee los partidos como pocos jugadores y lo hace sin atisbo de ausencia. Y así, cuando tocan a funeral, cuando todo lo demás falla y el club de Estambul luce propicio para el funeral, el Doctor Krunoslav alza la voz, ataca el aro o eleva una de sus suspensiones. Como el triple del quinto partido, el triple que cercenaba la presión. Y el enfermo respira, y una vez que lo hace, el bueno de Heribert, el bueno de Simon vuelve a su particular Mala Strana para gozo de los que aún amamos lo que queda de juego en este negocio.

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EL ANÁLISIS DE... FC BARCELONA

por Iván Fernández Palmarés del FC Barcelona Campeón de Europa Subcampeón de Europa

Final Four Otros títulos europeos

2 (2003 y 2010) 5 (1986, 90, 91, 96 y 97) 15 (1989, 90, 91, 94, 96, 97, 2000, 03, 06, 09, 10, 12, 13, 14 y 21) 2 Copa Korac (1987 y 1999)

Ligas

18

Copas

25

copero y se quedaba a las puertas de la Final Four al caer en el quinto partido de los cuartos de final ante el Efes. Con esos antecedentes, el club decidía apostar fuerte y se convertía en el gran protagonista del verano de 2019. Así, de una tacada llegaban al equipo Brandon Davies, integrante del equipo ideal del curso anterior, Cory Higgins, tras su segundo título con el CSKA, Álex Abrines y, en uno de los movimientos más espectaculares en mucho tiempo en Europa, Nikola Mirotic. Más adelante y por las lesiones en el puesto de base llegaba Malcolm Delaney completando un quinteto de caras nuevas de indudable impacto.

Esta temporada Fase regular

1º (24-10)

Playoff

3-2 al Zenit

Total

27-12

Siete años después de su última participación, el Barcelona regresa a una Final Four cerrando la que ha sido su peor racha histórica en el torneo, ya que nunca antes había estado, hasta la actual sequía, más de dos años consecutivos fuera de ella. Sólido líder de la fase regular y campeón de Copa a nivel local, el club blaugrana llega a Colonia con algunas dudas tras una durísima eliminatoria ante un Zenit que, pese a las bajas de Ponitka y Gudaitis, fue capaz de llevarle al límite, desnudando alguna de las carencias de la plantilla hasta ese punto casi teóricas. Y es que para entender al actual Barcelona, como pasa también con los otros participantes, es necesario volver al escenario previo a la cancelación de la pasada temporada. Intentando cerrar una espiral cada vez más negativa, la vuelta al banquillo culé de Svetislav Pesic en febrero de 2018 para sustituir a Sito Alonso, con un breve interinato de Alfred Julbe, tenía un efecto revulsivo con la conquista de la Copa. Un año después, y aún sin terminar de despegar, el Barcelona repetía título

Sólidos en Euroliga hasta la suspensión, pero por detrás del Efes, los azulgranas terminaban la temporada de vacío al caer en los cuartos de Copa y en la final de la ACB. Unos resultados que, pese a la particularidad de la burbuja final, sabían a muy poco y provocaban la salida del técnico de Novi Sad. ¿Hubiera cambiado la historia si el último tiro de Higgins hubiera entrado? Sea como sea, el Barcelona pasaba página y apostaba, tras varios veranos de tanteo, por un Sarunas Jasikevicius muy revalorizado por su papel en el Zalgiris. La vuelta del lituano a la que había sido su casa como jugador en dos etapas distintas marcaba ya desde el inicio lo que sería el nuevo Barcelona. Fiel a sus principios, el de Kaunas exigía dos cosas ante todo: conformar su propio equipo técnico y autonomía plena en su trabajo día a día. A cambio,

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y al igual que ya había hecho en Zalgiris, aceptaba no participar en la configuración de una plantilla que apenas habría de sufrir cambios. Con el fichaje de Calathes cerrado antes que el del técnico lituano, de quien había sido compañero como jugador en Panathinaikos, el Barcelona partía con tres salidas: Pangos, Ribas y Tomic. Sustituido el primero por el griego y con el segundo dejando espacio para el progresivo crecimiento de Bolmaro, el sustituto del croata estaba llamado a ser Jan Vesely, pero problemas de última hora acabaron por dejar desierto ese campo. Así pues, Jasikevicius partía con una plantilla extremadamente fuerte pero un punto menos larga que la del año anterior y algunas carencias estructurales heredadas.

Con esas premisas, el Barcelona arrancaba la temporada con algunas dudas que pronto disipaba y tan sólo tres derrotas consecutivas en diciembre ponían sombra a un equipo que crecía en torno a la figura de su entrenador. Bebedor de distintas fuentes, Jasikevicius volvía a demostrar tener mucho del espíritu de su antiguo entrenador, y gran amigo en lo personal, Zeljko Obradovic en su gestión de los jugadores. Listón de exigencia enorme en la pista y complicidad fuera hasta el punto de ganárselos, pasaban a ser la receta de un grupo cada vez más fuerte y muchísimo menos dependiente de Mirotic en la pista. Con momentos defensivos de impacto y un despliegue físico enorme, el Barcelona iba creciendo por semanas, mientras que la gestión de Saras ampliaba el equipo dando confianza a Smits, dejando crecer a Bolmaro, usando a Pustovyi en ACB como garante de los descansos de los interiores o incluso apostando en momentos concretos por un Sergi Martínez que tenía pocos minutos, pero en momentos muy importantes. En el otro lado de la moneda, y superadas algunas lesiones menores y el grave problema personal que apartó a Mirotic de las pistas, el puesto de base

quedaba como uno de los más problemáticos con un Thomas Heurtel muy descontento con su nuevo rol y un Jasikevicius que no le encontraba su sitio. Tras el progresivo deterioro de la relación, el problema acababa por estallar con el grotesco incidente en Estambul. La llegada de Westermann, que no ha acabado de encontrar su sitio, acabaría por parecer más una operación de agencia que una solución real. Con todo, y tras superar un horrible cruce de cuartos ante Unicaja, el Barcelona se hacía con la Copa venciendo en la final de manera muy clara al Real Madrid. El título y el notable tramo final que aseguraba el liderato colocaban al Barcelona como uno de los grandes candidatos al título, pero la situación aún debía de revelar un nuevo movimiento crucial. Así, al borde del plazo de fin de fichajes, el Barcelona anunciaba el regreso de Pau Gasol, 20 años después de su salida, superados los 40 años y tras una inactividad de más de dos temporadas. Un movimiento notorio en lo mediático pero muy arriesgado por lo que suponía de alteración en los equilibrios de vestuario y de incertidumbre en la pista. Dándole minutos en ACB o en el partido de su re-debut ante el Bayern sin nada en juego, las primeras sensaciones de Gasol distaban, como era de esperar por otra parte, de ser óptimas y todo en medio de una serie en la que el Zenit llevaba la iniciativa en el juego y la propuesta. Con todo, el sólido triunfo en el quinto y el buen papel en él de Gasol abrían un nuevo escenario sobre lo que se puede esperar del actual Barcelona en Colonia. Con las carencias más o menos claras: falta de un base suplente de primer nivel y el condicionamiento por la falta de mordiente exterior de Calathes, poco volumen de triples y quizás la falta de un anotador natural ajeno a los sistemas dibujan a un equipo muy sistematizado y a veces, por ello en parte, predecible, lo que puede ser un riesgo en una cita para la que el rival dispone de casi un mes de preparación de partido. A cambio, el Barcelona presenta toda una avalancha de avales para disputar el título. Mucha calidad en la plantilla, un líder en la figura del entrenador que hace no depender tanto de un Mirotic hasta la fecha “sospechoso” en las grandes citas y sobre todo un nivel defensivo con picos de auténtica élite. La versatilidad de buena parte de sus aleros, el tamaño y la capacidad de cambiar casi hasta el infinito, convierte al conjunto azulgrana en una trituradora de rivales. La remontada ante Unicaja y el solvente quinto partido de la serie ante Zenit, permiten intuir además a un Barcelona preparado para ser fuerte mentalmente.

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Los jugadores Único fichaje en verano, Nick Calathes ha aterrizado en el Barcelona con total naturalidad y haciéndose cargo de su rol casi sin transición. Notable director y extraordinario pasador, el internacional heleno resulta un aval en el pick and roll, alimentando a los interiores o para apurar los sistemas para los tiradores. Correcto en defensa con picos interesantes, su tendencia a ralentizar el bote pasa por ser un problema puntual con el ritmo, aunque paradójicamente y pese a no prodigarse disfruta a campo abierto. Ciclotímico a la hora de atacar el aro, como casi siempre en su carrera, el termómetro de su rendimiento en los momentos clave llegará con su tiro. Sin malos porcentajes generales en el triple (correcto 33% en Euroliga y notable 42% en ACB), sigue siendo un jugador sin estabilidad y regularidad en el mismo acusando en ocasiones la presión psicológica cuando es “flotado”. Preocupante también en los libres (50% en Euroliga y poco mejor en ACB), si no se ahoga y no renuncia a los tiros que disponga, el Barcelona puede llevar mucho trabajo adelantado. Llegado tras la tormentosa salida de su compatriota Thomas Heurtel, Leo Westermann no ha acabado de cogerle el pulso al Barcelona. Con poco papel en el Fenerbahçe en el inicio de curso y con una pequeña lesión posterior ya en Barcelona que le frenó cuando parecía despegar, el jugador galo tiene además el problema de solapar varios de sus hándicaps con los de Calathes. A gran nivel con Jasikevicius cuando coincidieron en Kaunas, queda por ver, tras su discreto paso por CSKA y Fenerbahçe, si es finalmente capaz de adaptarse a un rol secundario. Alto para el puesto, buen defensor, cerebral con dotes de mando e inteligente, su capacidad de molestar en defensa o generar ventajas ante sus defendidos le confieren características de todoterreno, pero la falta de chispa exterior y su caracter “diesel” le están dificultando la adaptación a un papel de menor balón. En parte por la salida de Heurtel y el no excesivo peso de Westermann al sustituirlo y en parte por su ya innegable crecimiento, Leandro Bolmaro ha ido ganando peso en la rotación desde ayudar en la ACB a acabar siendo ya un jugador Euroliga a todos los efectos. Principalmente orientado al puesto de base, el argentino intenta ir ganando automatismos en un puesto para el que no parece tener instinto natural pero dónde ha ido ganando muchos recursos. Algo lento a la hora de reconocer ventajas

con el pase, en cambio tiene una habilidad portentosa para atacar los espacios y romper hacia el aro. De impresionante tren inferior, su capacidad de atacarlo o de generase tiros abusando de su superioridad física le llevan en ocasiones a ciertos destellos de individualismo, pero también a ofrecer soluciones a atascos del equipo. Muy mejorado en las últimas semanas en el tiro exterior hasta el punto de pasar de ser un problema a una más que interesante solución, sigue ganándose minutos no obstante por su capacidad defensiva de auténtica élite ya pese a su tendencia, cada vez más atenuada eso sí, al uso de las manos. De perfil (muy) sugerente a medio plazo si acaba de asentar sus casi infinitas posibilidades, lo cierto es que a día de hoy parece ya capacitado para ser de la partida en Bolonia e incluso, quien sabe, si importante ante las referencias rivales.

Recuperado de los problemas físicos que le persiguieron el curso pasado, Cory Higgins está viviendo una excelente segunda temporada en un Barcelona donde se ha convertido en el líder del perímetro y el jugador a buscar en los momentos calientes de partido. Doble campeón de Europa en Moscú y en ambas con un enorme papel en la final, llegó a Europa de la mano del Triumph para destaparse como un anotador puro para acabar de crecer como jugador total a las órdenes de Jure Zdovc el curso siguiente en el Royal Halil turco. Con buena parte de ese trayecto hecha desde el puesto de 3, y hasta de falso 4, la llegada de Clyburn a Moscú le desplazó puntualmente al puesto de escolta, aunque en los momentos clave de su trayectoria siempre partió al lado de dos exteriores más puros (Milos-Nando primero o Sergio después). Muy cómodo por tanto cuando puede coincidir con un base y Kuric, Higgins ha tenido que ajustarse no obstante a un rol diferente, partiendo como dos titular y siendo la principal referencia ofensiva del perímetro. Serio y concentrado en el juego, el ex del CSKA pasa por ser un excelente defensor tanto por intensidad como, sobre todo, continuidad y lectura.

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Mejorado a la hora de soltar el balón y con facilidad para buscar el aro, cada vez se muestra más adaptado en situaciones de aclarado donde resulta letal. Sólido tirador y con capacidad para lanzar y generarse tiros en la media distancia, este curso presenta sus peores porcentajes triplistas por segundo año consecutivo, siendo mucho más peligroso recibiendo y tirando o cuando comparte pista con otros dos exteriores. De buenos porcentajes igualmente para el volumen y diversidad que afronta, el peaje que paga en forma de menor naturalidad redunda positivamente en el tono físico del equipo. De carácter ganador de verdad, pocas dudas ofrece el que Higgins vaya a aparecer en los momentos clave.

dotando a los de Jasikevicius de un tono físico de primer nivel. Fundamental en el desenlace del segundo partido de cuartos en el que probablemente haya sido el momento más delicado del curso para los blaugranas, Hanga no está teniendo demasiado rol en ataque, pero a cambio está mostrando una solidez en el tiro exterior notable.

De rendimiento creciente en el play-off, Kyle Kuric llega a su primera Final Four después de firmar una temporada de leve regresión estadística en la anotación, pero probablemente mucho más completa. Perfectamente adaptado al rol de microondas, el estadounidense de pasaporte eslovaco pasa por ser uno de los mejores tiradores de Europa apoyado en un explosivo tren inferior y unas potentes salidas de bloqueo. Por encima del 50% en triples en Euroliga y sin necesidad de gastar balón, sus rachas de tiro son oxígeno para un equipo poco decantado a ese aspecto. Compacto en defensa y con capacidad para atacar el aro a través de los cruces sin balón, Kuric encuentra su principal limitación en la falta de naturalidad con el bote que en ocasiones limita su impacto. Frío de cabeza en los momentos importantes, pero siempre con la muñeca caliente, bien pudiera ser uno de los detonadores en la cita alemana.

Una de las grandes incógnitas del actual Barça bien pudiera ser la figura de un Víctor Claver que entre lesiones, problemas y longitud de rotación no ha acabado de encontrar el sitio en la rotación de un Jasikevicius que a priori parecía un técnico a su medida. Capaz de dar tamaño, por altura y envergadura, al puesto de alero, Claver bien podría ser un comodín al puesto de 4 o incluso de falso 5 hasta el punto de aparecer como una solución ideal en la defensa exigente y de cambios del lituano. Muy flojo durante el curso en un tiro exterior que parecía haber asentado, Claver parece necesitar confianza para rendir en su plenitud, lo que en cierta forma lleva a un pequeño círculo vicioso de difícil salida. Con todo, su disciplina táctica, su capacidad de cerrar el rebote y sus prestaciones defensivas son un hecho al igual que sus grandes actuaciones recientes en partidos clave con la selección. En una posición hipercubierta y con la inercia en contra, parece complicado que Claver encuentre su sitio para Colonia pero, de hacerlo, las posibilidades del Barcelona podrían crecer exponencialmente.

Prueba de que se puede ser importante sin excesivo peso ofensivo, Adam Hanga está completando una notable temporada siendo clave, como siempre, por su capacidad defensiva y también por su versatilidad. Comodín exterior de lujo, el húngaro tan pronto parte como alero como ejerce de base,

Perfectamente ya readaptado al juego europeo, Álex Abrines está viviendo una temporada de mayor confianza y participación en el juego. Beneficiado de sistemas propios para sus salidas de bloqueo, el balear ha vivido una campaña irregular donde a un buen inicio y un gran tramo central le han seguido unas últimas semanas de menor impacto, siendo uno de los jugadores con un papel más gris en el cruce de cuartos. Lejos de ser un especialista defensivo, su buen tren inferior y su rapidez de movimientos en defensa le permiten adaptarse a la exigencia de Jasikevicius. Notable tirador, Abrines está mostrando mejores porcentajes en ACB que en Euroliga, más allá de lo cual su notable volumen y su capacidad para entablar rachas le siguen convirtiendo en importante. En un momento de encrucijada en su carrera, la Final Four podría ser un punto de inflexión para acabar de canalizar su indudable talento.

Con una competencia feroz en el puesto y quizás cuando menos se esperaba, Sergi Martínez ha

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acabado por tener espacio durante algunas fases de la temporada llegando a ser incluso importante ante rivales como el Real Madrid o el CSKA. Entre el 3 y el 4, con el peso de no acabar de consolidar su tiro exterior y la sensación de jugador demasiado hecho cuando triunfaba en inferiores, Martínez se ha ido ganando espacio a base de decisión, esfuerzo defensivo y mucha presencia en el rebote. Más cómodo en el barro y en campo abierto, parece complicado que sea de la partida en Colonia, pero su año puede haber sido el germen de un rol mayor a medio plazo. Líder indiscutible del equipo, en ocasiones hasta en demasía, la temporada pasada, Nikola Mirotic llega a la Final Four tras una excepcional actuación donde manteniendo la importancia ha estado mucho mejor dosificado. Cómodo en el rol y aceptando el papel con naturalidad, el jugador montenegrino llega a Colonia tras firmar una excepcional fase regular solo empañada por una pobre serie de cuartos ante el Zenit, que volvía a sacar a colación sus problemas de mentalidad en las citas clave a la hora de gestionar la presión ofensiva. Recuperado tras perderse unos partidos por un grave problema familiar, se ha mostrado mucho más fino en un tiro exterior que, tras ser su principal seña de identidad durante años, el año pasado no le acabó de funcionar de manera regular. Cada vez más importante en defensa, su capacidad de jugar en interior posteando desde las esquinas y cierta mejora en la circulación de balón le han acercado a la consideración de jugador total a este lado del charco. Una consideración de la que solo parece separarle el rendimiento en los momentos de máxima presión. Con una de las fichas más altas de la historia reciente del basket europeo y la presión tras una floja serie ante Zenit, Colonia puede marcar el punto de inflexión definitivo en esta vuelta a Europa. Con la sensación de que es un problema más de ansiedad competitiva que de carácter propiamente dicho, dar ese paso, quizás el más complicado, está en su mano. Situada en una preciosa esquina de la Barceloneta, la librería “Negra y Criminal” fue durante unos años un refugio paradisiaco para los amantes de la literatura criminal. Su notable catálogo, la cantidad de escritores que la frecuentaban, las degustaciones de mejillones o el mimo por los detalles hicieron de ella un sitio de lo más especial. Gracias, sobre todo, al gran hacer de Montse y Paco, el gran y tristemente fallecido Paco Camarasa. Librero de raza, cuando publicó la maravillosa “Sangre en los estantes” contaba en el prólogo que el mes de septiembre previo al cierre de Negra y

Criminal fue irrepetible por la cantidad de gente que les envió muestras de cariño y les hizo ver, a él y a Montse, que eran parte de sus vidas... quizás no tan cotidianamente como necesitaban, eso sí, para que la librería siguiera adelante. A lo mejor les hubiera venido mejor un poco menos de cariño a cambio de vender algunos libros más.

En su última etapa al frente del banquillo blaugrana, Svetislav Pesic no se prodigó, como siempre en su carrera por otra parte, en los halagos, quizás con la excepción del reconocimiento al trabajo de Rolands Smits al que siempre ponía como ejemplo. Es probable que el letón hubiese preferido menos elogios y más minutos, algo que si está sucediendo este curso. Con Mirotic más dosificado, Jasikevicius ha sabido ir encontrando hueco al de Valmiera bien como cuatro suplente o en no pocas ocasiones como algo más que un parche en el puesto de 5. Físicamente potente y móvil, su actividad y envergadura le convierten en un activo en defensa, algo caótico en ocasiones, pero siempre elevando el tono del equipo. Siempre presente en el rebote ofensivo, Smits tiene capacidad para atacar el aro y está tirando con buenos porcentajes exteriores pese a no ser un tirador natural. Un poco tosco a veces, pero siempre entregado, encarna un perfil siempre necesario en un equipo de esta longitud. Integrante del quinteto ideal de la temporada hace dos cursos con el Zalgiris, Brandon Davies está aprovechando su reencuentro con Sarunas Jasikevicius para volver a mostrar su mejor cara. De menos a más durante la temporada, el estadounidense llega a la cita de Colonia en un extraordinario momento de forma siendo clave en ambos lados de la pista. Fundamental en el entramado defensivo por sus ayudas, su capacidad de aguantar a los pequeños o su actividad en el poste, en ataque Davies se embarulla en ocasiones, pero a cambio ofrece recursos en la media distancia y un potente y peculiar repertorio en el poste, a lo que incluso ha ido añadiendo algo más de fluidez

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pasadora. Gran reboteador en ataque y de buenos porcentajes en los tiros libres, aunque irregular en ocasiones, el internacional por Uganda necesita llegar con la cabeza y las piernas frescas a los finales de partido. De hacerlo el Barcelona tendrá mucho ganado. Más utilizado este año como interior puro que abierto, Pierre Oriola llega al momento clave de la temporada con cierta pérdida de status, en parte por la utilización de Smits y en parte por la llegada de Pau Gasol por delante de él por ejemplo en el quinto partido de cuartos. Siempre activo y clásico jugador que resulta incómodo al rival, Oriola es un aval en actividad defensiva en especial cuando esta vira hacía la actividad. De notable actitud en el rebote por ganas y colocación, ofensivamente sus buenas manos le resultan un aval en las continuaciones. Poco prodigado este año en el triple, presenta no obstante un 50% de acierto tanto en ACB como en Euroliga. Pese a esa importancia menguante, actuaciones pasadas en fechas clave como en la final del Mundial de Argentina con su notable defensa a Scola apuntan a que Colonia aún podría dejarle un espacio relevante.

acabó por ser importante cerrando el aro y como eje ofensivo. Más delgado que nunca, su gran envergadura y lectura le pueden permitir mantener cierta capacidad de intimidación, mientras que en ataque la pérdida de velocidad en la ejecución puede suplirla por tamaño y por su tacto en los tiros cortos. Por calibrar aún el verdadero impacto en la química interna del grupo, ese quinto partido ante los de San Petersburgo mostró otra pincelada de la importancia que aún puede aportar Gasol. En un Barcelona en ocasiones falto de mala hostia, el carácter y la concentración mostrado por el de Sant Boi acabó por marcar y arrastra al equipo. Poseedor de una leyenda y una carrera enorme, Gasol puede salir de Colonia con un nuevo logro mayúsculo. Inédito ante el Zenit, parece complicado que Artem Pustovyi sea de la partida en Colonia sin sitio especialmente tras la llegada de Gasol. Con todo, el ucraniano llega a la cita final habiendo disputado más partidos este año de Euroliga que en las dos temporadas anteriores en Barcelona juntas e incluso teniendo cierto espacio en ACB. Grande y buen intimidador, defensivamente le cuesta adaptarse al estilo agresivo de Jasikevicius pero a cambio no negocia esfuerzo y empeño. Resolutivo ofensivamente si el balón pasa por él con frecuencia, la actual configuración de los culés le aparta de un rol que probablemente tendrá que esperar a su próxima etapa. Impecable en actitud en la pista y fuera de ella, Pustovyi a buen seguro sumará en aspectos de química y equilibrio en el vestuario.

El entrenador 21 años después de disputar su primera Final Four, sin duda el de Pau Gasol será uno de los grandes nombres de la cita estrella de la Euroliga. Obstinado contra viento y marea en poder disputar sus quintos Juegos, el mayor de los Gasol ha conseguido volver a las pistas a sus 41 años y superando más de dos años de ausencia en un caso probablemente sin precedentes. Su llegada a un club lanzado suponía una prueba de fuego a la hora del encaje que va camino de resolverse. Buscándolo ante el Bayern o en ACB en partidos de escasa trascendencia, los primeros partidos de la serie ante el Zenit parecieron señalar las lógicas e inevitables carencias tras un lapso de inactividad así. Muy atacable en el 2x2 y sin explosividad inferior para repetir esfuerzos, el Barcelona necesitó esconderle para no sufrir por esa vía. Con todo, en el quinto y definitivo, con una defensa más arropada, Gasol

Leyenda absoluta del baloncesto europeo como jugador y de la Final Four en particular al haber sido el único en ganarla en cuatro ocasiones en la era ULEB y el único en hacerlo con tres equipos distintos, Sarunas Jasikevicius sigue reafirmando su fulgurante carrera también en los banquillos. Presente en 2018 con el Zalgiris en una de las grandes sorpresas recientes, Saras ha sabido dar el salto al Barcelona con las mismas constantes de liderazgo que mostró en Kaunas. Deudor de un Sagadin con el que explotó en Ljubljana pese a no conectar en lo personal, el lituano ha ido cogiendo pinceladas de varios de sus entrenadores para acabar dibujando una personalidad cercana a la de su muy buen amigo Zeljko Obradovic. Intenso y ultra exigente en pista, pero ganándose a los jugadores fuera de él, Saras se ha hecho con el

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equipo ayudado por la ascendencia que arrastraba en el club y por su determinación. Muy apoyado en su cuerpo técnico, en apenas unos meses ha conseguido hacer del Barcelona un equipo más largo y duro, aunque algo rácano para el aficionado esteta, como quien esto escribe. Algo predecible e hipersistematizado en ataque, el actual Barcelona posee no obstante una riqueza defensiva y una mentalidad de hierro que suelen ser claves en este tipo de citas.

Tras años de travesía en el desierto, Jasikevicius puede devolver la gloria a un equipo muy necesitado de ella y de paso confirmar su status, también, en el olimpo de los banquillos.

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EL PERFIL DE... SARUNAS JASIKEVICIUS

por Iván Fernández Los primeros oros y el hijo pródigo Si hablamos de la carrera como jugador de Sarunas Jasikevicius muchos son los puntos que pueden tocarse, tanto desde su sobresaliente palmarés hasta su innegable magnetismo en el juego. Cuatro veces ganador de la Euroliga (nadie lo ha hecho tantas veces en la era Final Four), oro y MVP del EuroBasket 2003… no todo fue un camino de rosas para el base lituano, y menos en su ciudad. Natural de la propia Kaunas, Sarunas Jasikevicius nace en el seno de una familia con clara dimensión deportista, tanto por parte de la madre (jugadora de balonmano internacional con la URSS y cuya historia ya ha sido muchas veces contada) como del padre. Practicante habitual de tenis y de baloncesto, el pequeño Sarunas tiene como primer entrenador en el mundo de la canasta a Feliksas Mitkevičius, una figura a la larga clave ya que es el encargado de convencer a los padres de Saras cuando éste, con 12 años, quiere dejar el baloncesto por la raqueta de manera definitiva. Una vez retomada la senda de la canasta y tras pasar por dos escuelas en Kaunas (la Jablonskis primero y la secundaria nº 4) después, da el salto a Estados Unidos en un trayecto nada raro a lo largo de la historia del basket lituano (Karnisovas, Timinskas, Javtokas, Kleiza, Pocius, Kaukėnas…). Entre medias llega su primer contacto con el Zalgiris y es que en una selección de jóvenes de la ciudad el club verde le lleva a una gira por Australia... aunque apenas juega y allí se marca su primera decepción. Su primera parada en Estados Unidos es en el Solanco High School de Quarryvile, desde donde da el salto a la Universidad de Maryland gracias a la presencia en el staff técnico de un entrenador lituano. Tras dos primeros años duros y de pocas oportunidades, Jasikevicius, jugando prácticamente a tiempo completo como escolta, firma dos últimas temporadas notables que incluso le llevan a estar en algunas quinielas de cara al draft.

Sin que esto se materialice, planea su regreso a Europa. Su primera opción pasa por el Zalgiris donde tiene buena sintonía con su entrenador, Jonas Kazlauskas, y que viene de ganar la Copa Saporta. Pero desde la dirección deportiva, el club prefiere apostar fuerte y dice no tener espacio para promesas. Ese año Zalgiris gana la Euroliga y Jasikevicius firma un notable año en el Lietuvos Rytas formando pareja exterior con una leyenda como Rimas Kurtinaitis y más adelante, tras la recuperación de su lesión, con un emergente Ramunas Siskauskas (sobre el lituano escribí un perfil AQUÍ).

El Lietuvos cae en la final de la liga lituana por 3-0 ante el campeón de Europa pero Jasikevicius es elegido en el quinteto ideal del torneo y lidera el torneo en pases de canasta, mientras que en Europa firma 17 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias por noche. Ese verano, la posibilidad de volver a Zalgiris cobra forma, pero de nuevo la gerencia, en clara divergencia con su entrenador, lo descarta alegando que es “demasiado caro para ser suplente”. Tras esa nueva decepción Jasikevicius apuesta por irse a Ljubljana atraído por el interés de Zmago Sagadin y la peculiar política del equipo esloveno con jugadores europeos. Tan exigente como con excelente ojo para los jóvenes, Sagadin acabará por

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ser clave, como con tantos otros, en la definitiva eclosión de un Jasikevicius que en la capital eslovena sublima su baloncesto. Campeón de copa y MVP del torneo, es en Europa donde Jasikevicius vuelve a mostrar su mejor versión. Líder casi desde su llegada en un equipo en el que empieza a despuntar Becirovic y donde ofrecen su tutelaje veteranos como Zdovc o Kotnik junto a jugadores de la talla de Milic, Golemac o Kovacic, Saras deja sus primeras tarjeta de visita en las dos primeras jornadas de Euroliga con sendas victorias ante el PAOK y el Real Madrid. En la cuarta jornada el Olimpija cae ante el Tofas pero él se va a los 29 puntos en un duelo tremendo con David Rivers y en la quinta llega el regreso a Kaunas.

Con la polémica sobre su no fichaje revoloteando y monopolizando las previas del partido, Jasikevicius empieza el partido muy nervioso y el Zalgiris, vigente campeón, se escapa en el marcador con ventajas de hasta 17 tantos. Pero Saras vuelve y de su mano el mejor Olimpija hasta completar la remontada y vencer por 84-85. Las imágenes de Jasikevicius autoafirmandose en la pista acaban por certificar su divorcio definitivo con el Zalgiris:

VÍDEO: JASIKEVICIUS CONTRA ZALGIRIS (1999): https://www.dailymotion.com/video/x15mbb7

El Olimpija sigue firme y accede a los octavos de final donde se enfrenta al Olympiacos. Tras sendas victorias locales, en el tercer partido los eslovenos certifican su pase a los cuartos eliminando a un conjunto del Pireo que el año anterior había alcanzado la Final Four. Saras firma 29 puntos y un impecable 7/7 en triples. En los cuartos de final

espera el Barcelona con la Final Four de Salónica en juego. En el primer partido en el Palau el Barcelona se impone por tres puntos, pero los eslovenos devuelven la moneda en el segundo (71-64). En el tercero la lógica se impone y los barcelonistas sellan su pase a la Final Four venciendo por 71-66. Saras se despide del torneo con 22 puntos y siendo el segundo mejor jugador del mismo en asistencias y en porcentaje de triples. Ese mismo día se acaba de fraguar su fichaje por los blaugrana. El cansancio de esa eliminatoria pese y el Olimpija cae en la semifinales de liga ante el Krka de Smodis y Sunara (más detalles AQUÍ). El resto ya es historia. Su llegada a Barcelona, el doblete con Pau Gasol, su gran papel el año siguiente en la final de Copa y la 2002/03 con el triplete y su MVP en la final de la ACB. La salida, su llegada al Maccabi y sus dos nuevos títulos. La llegada a la NBA, la frustración en los Warriors y la vuelta triunfal a Europa de la mano de un Obradovic ahora rival en Belgrado, pero al que le une una enorme amistad. Tras dos años en Grecia, la floja 2009/10 del equipo verde y unos problemas físicos en la espalda le llevan de nuevo a Lituania. Pero una vez más el destino es esquivo y Saras vuelve a Vilnius. Tras lograr meter al Lietuvos en el Top 16, firma por el propio Fenerbahçe, con el que gana la liga y la Copa turcas. Ya plenamente recuperado, pero en el ocaso de su carrera, Jasikevicius vuelve a Atenas con un nuevo rol. Obradovic le reserva, le da minutos contados pero todos ellos en momentos calientes de partido y con plena ascendencia en el juego. Alcanzan la Final Four, suma un nuevo título de Copa y es elegido MVP de la misma. Un año después, esa gira de despedida le lleva a Barcelona donde también se alza con la Copa. En verano y tras coquetear con la retirada, Jasikevicius acaba por jugar un último año. Y esta vez si, lo hace con un Zalgiris con el que cierra definitivamente heridas y acepta jugar una temporada antes de integrarse en el staff técnico. Cuatro años después y desde el otro lado de la pista, Saras ya puede sonreír y sentirse profeta en su ciudad... y es que si extendemos el concepto de ciudad a su tierra siempre lo ha sido, ya que si bien su historia con el Zalgiris siempre ha sido esquiva no se puede decir lo mismo con la selección. Y es que si a Jasikevicius le ha llevado media vida triunfar en el Zalgiris, con la selección su historia ha sido una muy distinta. Oro en los EuroBasket de 1937 y 1939, Lituania no

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habría de volver a jugar un torneo oficial hasta 1992 tras su independencia de la URSS. La historia es bien conocida, con el excelente Preolímpico en Zaragoza, la derrota en la primera fase ante la CEI, que probablemente les costó la plata, y el posterior bronce en un partido de nuevo ante sus antiguos paisanos. Un año después llegaría la traumática derrota ante Bielorrusia y, con ella, el quedar fuera del EuroBasket 1993 y por tanto del Mundial 1994, antes de culminar aquella primera etapa con la excelsa final y la plata del EuroBasket 1995 y un nuevo bronce en los Juegos de Atlanta. Después de aquello, Marciulionis ya no volvería a la selección y Sabonis sólo puntualmente para el EuroBasket de Francia 1999.

iniciales de torneo, Lituania cae ante Eslovenia que repite con Nesterovic como referencia interior y que cuenta con Goran Jagodnik como máximo anotador y reboteador del partido. Citando al gran Imanol Martinez hablando del esloveno “Si el físico de Jagodnik hubiera sido mejor la leyenda de Bodiroga hoy sería menor”. A partir de ahí Lituania, de nuevo dirigida por Kazlauskas, retoma el vuelo y se mete en semifinales. En ellas vence a los anfitriones pese a los 35 puntos de Kutluay para meterse en una final que acaban dominando ante España en un enorme partido de Timinskas y del hoy seleccionador lituano Adomaitis. Tras la independencia, segundo oro para Lituania y segundo oro para Saras.

Pero mientras todo eso pasaba, Lituania lograba también su primer oro... y en él Jasikevicius tendría mucho protagonista. Líder anotador, con 18 tantos de media, de la selección cadete que quedaba eliminada con un triple empate en el Europeo de 1993, Jasikevicius volvía a jugar con Lituania en el Europeo junior de 1994... un torneo que acabaría siendo icónico. Con el baloncesto lituano deprimido tras la ausencia de su selección senior en el EuroBasket y el mundial, el conjunto junior acabaría por devolver la alegría al Krepsinis local. VÍDEO: EL CAMINO AL EUROPEO JUNIOR 1994: https://www.dailymotion.com/video/xem2g8 Dirigidos por Jonas Kazlauskas y tras una odisea de viaje hoy inimaginable, Lituania llegaba a Tel Aviv con unas aspiraciones que la derrota inaugural ante la Eslovenia de Milic y Nesterovic parecían infundadas. Y más con un Jasikevicius tocado que apenas rendía en los primeros partidos pero que despertaba en el tramo final. 21 tantos a la Italia de Bulleri y Gironi en el partido que daba esta vez si el pase a semifinales, 19 en la semifinal a España (Iturbe, Carlos Jiménez, Rodrigo De la Fuente) y 10 puntos y otras tantas asistencias en la apretada final (73-71) a Croacia (el gran Zemljic, Giricek, Nicevic..). 54 años después Lituania volvía a ganar un oro: VÍDEO: LITUANIA, ORO EN EL EUROPEO JUNIOR: https://www.delfi.lt/video/sportas/krepsiniopasaulyje-archyvas-pirma-karta-europos-jauniucempionais-lietuviai-tapo-1994metais.d?id=62635761 Un año después Jasikevicius alcanza el quinto puesto en el Mundial junior de Grecia siendo de nuevo el máximo anotador y pasador de la selección. La siguiente parada llega en el Europeo U22 de Estambul. De nuevo en los compases

Un año más tarde, Kazlauskas es promovido a seleccionador absoluto y hace debutar a Jasikevicius en el EuroBasket 1997. Repite en el Mundial 98 y asombra en el 99 estando a punto de frustrar con 22 puntos y 5 triples a aquella España que, De Miguel mediante, había logrado minimizar a Sabonis. Un año después, en Sidney, Saras ya es el dueño del equipo, logrando el bronce olímpico y en cierta forma humanizar a Estados Unidos. Luego el fiasco de Estambul 2001 apartaría del foco a una Lituania que volvería con más fuerza que nunca en el EuroBasket 2003. Con uno de los baloncestos más atractivos vistos en décadas, Lituania se colgaba el oro en Estocolmo con una exhibición de recursos pocas veces vista. Era el tercer oro tras la independencia y el primero en categoría senior. El tercero también para un Jasikevicius que además era nombrado MVP del torneo. Siempre competitiva, Lituania no ha ganado desde entonces ningún otro oro en senior y tuvo que esperar unos cuantos años más a que la generación de Valanciunas lo hiciera en formación. Saras aún habría de maravillar en los Juegos de Atenas y Pekin, amén de sumar el bronce en el EuroBasket de Madrid. Todo le que le costó encontrar en Kaunas nunca le faltó en la selección…

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EL APUNTE HISTÓRICO

por Iván Fernández El éxito de la continuidad Doble campeón de Europa en 2003 y 2010, la ausencia de siete años de la Final Four probablemente haya servido para poner en perspectiva el logro que había supuesto la continuidad en ella durante casi dos décadas. Y es que no siempre el Barcelona fue un club grande en lo que a baloncesto se refiere… Fundada en .926, la sección baloncestística del FC Barcelona nunca tuvo una singladura fácil, de tal manera que incluso en 1961 estuvo al borde de la desaparición. Sin peso en los primeros años, el Barcelona se establecería como una de las potencias locales de los años 40, logrando cinco Copas y la primera liga disputada a nivel nacional, aunque esta finalmente quedara en el olvido y ya no se retomara con el formato definitivo hasta 10 años después. En el seno ya de la Liga nacional, el Barcelona se llevaría su tercera edición, la de 1959 de la mano de históricos como Canals, Bonareu, Buscató, Miró o los Martínez. Sin embargo, lejos de ser un presagio de tiempos mejores, el título liguero fue el comienzo de una larga travesía del desierto. Tras un par de dobletes madridistas, el presidente del club, Enrique Llaudet, decide disolver la sección ya que ésta no estaba en condiciones de competir por los objetivos mínimos estimados por la directiva. Finalmente, el club continúa en categorías inferiores y logra el ascenso de nuevo a la liga nacional, pero en 1964 vuelve a perder la categoría, esta vez en la pista. Tras recuperar de nuevo su status, los blaugranas pasan sin pena ni gloria por el torneo, hasta que en 1972, con Xavier Añua en el banquillo logran el subcampeonato liguero. Mediados los años 70 y de la mano de Eduardo Portela en la dirección y de Ranko Zeravica en el banquillo, el Barcelona comienza a priorizar su cantera y a sembrar las semillas de sus primeros

éxitos. Con todo, y tras varios subcampeonatos, el primer título no llegaba hasta 1978 en forma de Copa con Kucharski en el banquillo. Convertido en dominador copero, el título liguero llega en 1981, el siguiente no se hace esperar tanto y llega en 1983, dando paso a la Copa de Europa de 1984, donde ante la Roma, el Barcelona se topa con su primera gran decepción en la máxima competición continental. Antes, la mejora doméstica ya había tenido sus primeros reflejos europeos con sendas finales perdidas ante el Cantú.

En 1975, todavía con Zeravica en el banco, el Barcelona abría la final cayendo en el Palau por 6971 en un partido donde los italianos habían llegado a manejar ventajas superiores a los 10 puntos. Ya en la vuelta, los hombres del “científico” Taurisano no daban opción venciendo por un claro 110-85 con 27 puntos de Pier Luigi Marzorati. Seis años más tarde, en la Recopa, el club italiano volvía a ser el verdugo del cuadro blaugrana, ahora entrenado ya por Antoni Serra, al imponerse por 86-82, dejando en estériles los 28 puntos de Epi. Por parte de los de Bianchini, el reparto ofensivo de los Marzorati, Riva, Flowers o Boswell resultaba clave. Tras las decepciones ante las escuadras italianas, el club blaugrana iba a conocer al fin la gloria Europa encadenando tres títulos continentales: las Recopas de 1985 y 86 ante Zalgiris y Scavolini y la Korac de 1987 ante el Limoges. Con Manolo Flores al frente en la primera de ellas, las dos siguientes llegan ya bajo la manija de una de las figuras clave de la

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historia barcelonista: Aíto García Reneses. En 1987 Aíto dirige al Barcelona y de la mano de la recordada canasta de Kenny Simpson lograba en Badalona el título liguero abriendo una etapa de dominio que se prolongaría durante años (14 de las siguientes 25 ligas). Reconquistado el poder liguero, bajo su dirección el Barcelona encadenaba por primera vez 4 títulos, dejando como gran asignatura pendiente la Copa de Europa… una herida que no se cerraría hasta 2003. La Jugoplastika por tres veces, el Joventut, los colosos griegos… el Barcelona acababa por chocar en la fase más decisiva del año abriendo un debate encendido entre los que achacaban al equipo falta de competitividad y los que valoraban el éxito de estar en la pomada año tras año.

Con dos títulos en las vitrinas, tras el de 2010, el viejo debate se observaba con más indulgencia y el que el Barcelona se convirtiera en asiduo en la Final Four pasaba a ser visto como el reflejo del trabajo bien hecho… de tal manera que quizás los verdaderos fracasos estuvieron en aquellos años en el que el club no consiguió llegar a la Final Four. Entre ellos, varios llaman especialmente la atención por ser especialmente dolorosos: los de 1998 y 2011, por celebrarse la gran cita en el Palau Sant Jordi y, sobre todo, la casi inexplicable ausencia de la primera Final Four de la historia. Con sus recientes éxitos europeos como aval, el conjunto blaugrana partía como uno de los grandes favoritos del torneo añadiendo a su extraordinaria plantilla nacional (Solozábal, Epi, Sibilio, Jiménez, Costa, Ferrán...) a un Audie Norris que había deslumbrado en sus dos temporadas en Treviso. Marcado por los problemas físicos de este último, el conjunto de Aíto arrancaba la competición doméstica con varias derrotas que habrían de unirse a las cuatro cosechadas en las primeras cuatro jornadas de la propia Copa de Europa. Tratar de analizar la trayectoria culé en este torneo obliga a tirar de calificativos tan manidos (¿y

erróneos?) como el de kafkiano. De entrada, los de Aíto caían en Tel Aviv por 108-107 pese al 7/7 en triples de Sibilio, en un partido que dominaban claramente a escasos momentos del final y donde la baja de Kevin Magee acabaría de ser suplida por los 36 puntos de Ken Barlow y los 34 de Dorom Jamchy. Lastrados por ese mazazo, y por los 45 puntos de Gallis, el Barça repetía guion en su pista ante el Aris entrando en una dinámica atroz, que incluía otra inesperada derrota en Colonia ante el Saturn. Con sólo diez años de historia, el equipo alemán se presentaba como el espejo de su entrenador, un Tony Di Leo, padre del actual jugador del Murcia, sin el que no se podría entender la singular trayectoria del Saturn. Miembro en la actualidad del organigrama de los Sixers, equipo que llevó a los play-off tras sustituir de manera interina a Mo Cheeks en la temporada 2008/09, Di Leo había llegado al club de Colonia tras dirigir al conjunto femenino del DJK Dusseldorf al que conseguía llevar a siete títulos ligueros y una Copa de Europa, a la par que se hacía con las riendas de la propia selección femenina. Tras disipar las dudas de su adaptación al basket masculino en la temporada anterior, el técnico de Philadelphia moldeaba un equipo rápido, alegre y atrevido como pocos, tan capaz de presionar a toda pista como de bombardear el aro rival sin ningún tipo de miramiento en un poético desprecio del reloj de posesión. Con una buena pareja norteamericana formada por el eléctrico Bryan Warrick y el sobrio y eficaz Ralph McPherson, el Saturn completaba su columna vertebral con el canadiense nacionalizado Richard Hunger (que había pasado por Ferrol y Alcalá de Henares) y con internacionales como Gnad, Baeck o, el que sin duda era la gran estrella del equipo, Michael Jackel. Dotado de una zurda exquisita, Jackel compartía origen canadiense con Hunger y llegaba a aquella edición de la Copa de Europa en plena madurez baloncestística tras realizar un espectacular EuroBasket en Atenas. Al igual que dos años antes, el cuadro germano había caído en los cuartos de final ante España, casi en ambos casos habría que decir ante Epi, pero a nivel individual, Jackel había llevado su juego hasta nuevas cotas, batiendo incluso el récord de puntos con la selección al anotar 42 puntos en el triunfo ante Israel, en una marca que perdurará hasta el partido por el bronce del EuroBasket 2001 con los 43 de Dirk Nowitzki (cinco años más tarde ante Angola, el propio jugador de los Mavs se iría hasta los 47). Con estas premisas, el Saturn comenzaba su periplo destrozando al vigente campeón (Tracer Milan) por un claro 102-78 con 32 puntos de Jackel,

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pese a lo cual la victoria ante los blaugranas se convertía en un verdadero bombazo. Tras caer ante el Partizan en el Palau, el Barcelona comenzaba su salida del pozo, venciendo en Milán con un Epi imperial... antes de caer en Francia ante un pobre Pau. La segunda vuelta dejaba la mejor versión de un equipo que destrozaba a Maccabi o Tracer y que conseguía asaltar la hasta entonces, poco menos que imposible pista del Aris en un esfuerzo finalmente baldío pues cuando la situación parecía encarrilada dos derrotas consecutivas, una asumible en Belgrado y otra increíble en Holanda, dejaban al conjunto culé con la miel en los labios en favor de un Maccabi que en la última jornada no fallaba ante un apático Partizan.

Muchos años después y con el propio Milano enfrente, Barcelona vuelve a Colonia, sede de una de aquellas inesperadas derrotas, en busca de recuperar la gloria, pero consciente, tras siete años de ausencia de una Final Four de que a veces el mayor éxito es la estabilidad y la continuidad.

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EL ANÁLISIS DE... OLIMPIA MILANO

por Iván Fernández Palmarés del Olimpia Milano Campeón de Europa Subcampeón de Europa

3 (1966, 87 y 88) 2 (1967 y 1983)

Final Four Otros títulos europeos

3 (1988, 92 y 2021)* 3 Recopas (1971, 72 y 76), 2 Copa Korac (1985 y 93

Ligas

28

Copas

7

* Datos de la Final Four en la era moderna. En 1966 y 67 la Copa de Europa se decidió por un formato de Final a 4, llamado entonces fase final, y el conjunto milanista llegó en ambas ocasiones.

Esta temporada Fase regular

4º (21-13)

Playoff

3-2 a Bayern Munich

Total

25-14

Veintinueve años después de su última presencia, el Olimpia Milano vuelve a una Final Four certificando con nota el ambicioso proyecto que iniciaba la temporada pasada con la vuelta de Ettore Messina al pallacanestro. Tras años de travesía en el desierto europea y lejos de dominar en la LEGA (4 títulos de liga en los últimos 30 años), la vuelta a Italia del técnico de Catania, casi tres lustros después de su salida de Treviso, marcaba el punto de inflexión de un proyecto diseñado a tres años y cuyos objetivos pasaban por recuperar la hegemonía local y aspirar de nuevo a la Final Four. Con Sergio Rodríguez como estandarte en la pista, pero escasamente acompañado, Milano llegaba al momento de la suspensión de la Euroliga fuera de los puestos de play-off y con la sensación de que la temporada se le estaba haciendo larga. Sin Supercopa y eliminados en las semifinales de

Coppa, tampoco en lo local marchaban las cosas como se presumía. Bajo esa premisa, este verano, el club decidía moverse con rapidez y, con mayor disponibilidad que en el anterior, apostaba por siete fichajes: un cupo a medio plazo como Moretti y lo que podríamos definir como dos bloques de tres jugadores. Por un lado, jugadores con hambre, polivalentes y físicamente potentes a punto de dar el salto en el escalafón (Shields, Punter o LeDay) y por otro, jugadores de sobrada experiencia y veteranía con gen ganador (Delaney, Hines y en especial Datome). Los movimientos, sin duda ambiciosos, se veían amplificados por dos cuestiones ajenas ya que, por un lado, la situación de incertidumbre producía menores movimientos de mercado y por otra, la premura en cerrar el plantel con la catarata de fichajes agudizaba la sensación de refuerzo. Lo cierto es que las salidas eran a su vez notables (Sykes, Nedovic, Della Valle, Crawford, Burns, Scola, Gudaitis…) pero la balanza parecía claramente inclinada en favor de la plantilla actual. Algo que los resultados han refrendado.

Campeones de la Supercopa y de la Coppa con insultante superioridad, los lombardos han terminado a su vez la temporada regular de la LEGA como líderes con tan sólo seis derrotas, cuatro de ellas llegadas entre finales de marzo y abril con el equipo volcado en Europa. Hechos los deberes locales, la parte más complicada del proyecto pasaba por ser realmente aspirante a la Final Four. Algo que parecía pasar por solucionar alguna de las carencias de la plantilla.

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La falta de un tercer base de nivel, ya que Cinciarini parece lejos de poder ser un factor en Euroliga, se reveló como uno de los principales hándicaps, en especial durante la lesión de Delaney. En cambio, la consolidación de Punter y Shields acabó por minimizar la falta de un exterior rupturista, mientras que la adaptación de LeDay al cuatro fue mejor de lo esperada por lo que la configuración interior, a priori un poco plana, ha acabado por no ser especialmente vulnerable.

Con el técnico más experto y laureado de los presentes, Milano partirá con un conocimiento del entorno muy superior al que se le presume a un equipo tantos años alejado de la cita. Una experiencia acentuada por la presencia de jugadores como Sergio Rodríguez, Datome o Hines que saben lo que es ganar la Euroliga recientemente. Con esa experiencia sumada, el buen nivel defensivo en algunos momentos del cruce y el paso adelante de Shields aparecen como otras virtudes junto a la magnífica circulación de balón. Doblemente derrotado, en ambas ocasiones por 16 puntos, por un Barcelona que le ahogó por completo, Milano parte además con la lección aprendida y una falta de presión que en cierta forma recuerda a la del Olympiacos en 2012.

La plantilla

Equipo experto y bien dosificado, Milano ha tenido en la regularidad uno de sus mejores aliados sin llegar a encajar más de dos derrotas consecutivas en ningún momento de la temporada pese a atravesar diversos baches, lo que le permitió llegar al tramo final con los play-off muy encarrilados y la ventaja de pista a tiro, algo que finalmente certificada. Con los fantasmas de las eliminaciones de 1997 y 2014, donde el conjunto milanista caía en la antesala de la Final Four ante Olimpija y Maccabi con el factor pista a favor, los de Messina sobrevivían a una eliminatoria durísima ante un Bayern, ante el que necesitaron un milagro en el primer partido y al que perdonaron la vida en el cuarto... y casi, casi en el quinto, con un final de partido lleno de nervios y calamidades. Con esas premisas y el billete para Colonia, la temporada ya puede considerarse un éxito, aunque con un equipo construido a tan corto plazo, la exigencia probablemente siga siendo alta. ¿Tiene entonces opciones Milano de salir campeón en la cita alemana? La lógica apunta que parte como el equipo con menos opciones de los cuatro en liza. Tanto por la clasificación hasta aquí como por plantilla y quizás por falta de ese referente claro que pudiera decidir. Los bloqueos ofensivos que han tenido de manera más o menos recurrente y la dificultad para cerrar algunos partidos, aparecen como las otras sombras de un equipo que, no obstante, presenta otros argumentos para no renunciar a nada.

Dosificado a la perfección y partiendo casi siempre desde el banquillo, Sergio Rodríguez llega a Colonia con menos protagonismo que el curso pasado, pero excelentes sensaciones tras una magnífica serie de cuartos. Tercer equipo con el que llega al fin de semana clave, el canario ha encontrado en Milano otro lugar donde seguir dibujando una carrera nada convencional sin renunciar al éxito. Menos exuberante en el 1x1, lo que en ocasiones le lleva a abusar un punto del bote, Sergio sigue teniendo la chispa que le hace diferente algo especialmente necesario en un equipo en ocasiones algo plano como este Armani. Con tendencia a aparecer en los días grandes, al margen de la serie de cuartos su papel en la Coppa fue excepcional. El ex del CSKA mantiene su confianza en el tiro exterior, siendo una amenaza casi en cualquier momento. Con una lectura excelsa del pick and roll, su capacidad de generar sigue intacta pese a tener en muchas ocasiones un rol más directo en el juego, lo que le ha hecho bajar estadísticamente las asistencias. Atacable en defensa, su compromiso y su buena lectura de los cortes y el uso de manos le están permitiendo salvar el tipo en los momentos clave del curso. Estéticamente irreprochable y feliz con espacios, paradójicamente será en el barro cuando más necesario resulte para los de Messina. Superados sus problemas de rodilla, Malcolm Delaney llega al momento determinante del curso en el que probablemente sea su mejor momento de la temporada. Potente físicamente y con destellos de impacto en defensa, aunque no siempre la necesaria continuidad, el ex barcelonista forma una sólida pareja con Rodríguez ya sea alternándose en

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la dirección o compartiendo pista. Sin el potente 1x1 de sus primeros años en Europa, el estadounidense mantiene intacta su capacidad de generarse tiros a través del bote y su querencia por los momentos calientes de partido, aumentando desde hace unos años su capacidad triplista. Competitivo y duro mentalmente, citas como la de la Final Four se ajustan a su ideario baloncestístico. Con un papel cada vez más testimonial en Euroliga, Andrea Cinciarini vive su sexta campaña en el equipo convertido más en una referencia a nivel de vestuario que en la pista. Grande para el puesto y siempre sobrio, “Cinca” mantiene cierta capacidad defensiva y querencia directora, aunque los años no han acabado de solucionar sus problemas en el tiro exterior. Sin minutos importantes ni siquiera durante la baja de Delaney, se antoja complicado que sea de la partida en Colonia. Tras no cuajar en el Pireo y romper en el Estrella Roja, Kevin Punter llega a la parte crucial del año tras disipar cualquier atisbo de duda sobre su nivel real. Capaz de funcionar desde un rol preponderante o como “tapado”, destaca por su capacidad de generar puntos de las más diversas formas. Físicamente interesante y con capacidad de atacar el aro, su facilidad para sacarse tiros de la nada se ha visto multiplicada con el que parece el definitivo asentamiento de su tiro exterior. Capaz de entrar en ebullición en lapsos cortos de tiempo, sus prestaciones en el “clutch” le convierten en un seguro de vida. Defensivamente algo superado en el inicio de la temporada, con el paso de los partidos ha ido mostrando una mayor adaptación al engranaje de Messina hasta convertirse en un jugador útil también en su aspecto. Algo “domesticado” respecto a su anterior etapa italiana, Punter mantiene el instinto necesario para poder seguir saltándose el guion cuando la ocasión lo requiere. Doble campeón de la Champions con AEK y Virtus, el estadounidense tiene ante sí la oportunidad de dar, más si cabe, el espaldarazo definitivo a una carrera cada vez más interesante. De los pocos supervivientes de la temporada pasada, Michael Roll ha ido viendo reducido su peso en el equipo en la parte final del curso, en parte por sus problemas físicos y en parte por el gran funcionamiento de la pareja Punter-Shields. Prácticamente inédito ante el Bayern, su completa recuperación y el rodaje en las últimas semanas en LEGA pueden darle aún algo de espacio a un jugador por otra parte muy del gusto de Messina... y de casi cada entrenador que le ha dirigido. Diesel en su rendimiento, el internacional tunecino es un

jugador alérgico a los excesos, pero de una notable lectura táctica del juego y una inteligencia que le permite tapar sus carencias defensivas. Notable tirador liberado o tras finta y bote, Roll es además clave en el estático por su capacidad de alimentar la circulación de balón. Cerrada su etapa en la NCAA, Davide Moretti está viviendo una complicada vuelta al baloncesto europeo. Fichaje a medio plazo, el hijo de Paolo, apenas ha disputado un par de partidos en Euroliga y su papel en la LEGA ha ido perdiendo continuidad. Sus problemas defensivos y la irregularidad en un tiro exterior que a priori debe ser una de sus fortalezas (pobre 32% en LEGA) han marcado un año que, no obstante, arroja destellos de esperanza por su buena actitud, su velocidad y su implicación colectiva.

La última vez que Milano levantó el título de LEGA lo hizo superando en la final a un sorprendente Trento por 4-2. Buena parte de la resistencia de aquel equipo en la desigual pelea llegaba por parte de un Shavon Shields que en dos partidos de la serie se iba por encima de los 30 puntos y un tercero hasta los 27. Tres años después y tras crecer en todos los sentidos en Baskonia, el danés llega a la Final Four siendo el jugador clave de la eliminatoria de cuartos con un estratosférico último partido que no hacía sino refrendar su excelente campaña. Tres nominal, pero con capacidad de subir la talla física del equipo bajando al dos, Shields mezcla con cualquier jugador del perímetro acercándose cada vez más a la consideración de jugador total. Magnífico, por actitud, ligereza y físico, en defensa, ha ido creciendo además en lo intuitivo y todo ello avalado por el paso definitivo en ataque. Tirador de momentos, llega a Colonia tras su mejor año en el

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tiro no solo ya por los porcentajes (curiosamente mejores en Euroliga que en LEGA) sino por la velocidad, variedad y rango de sus tiros. Cómodo en campo abierto, pero capaz de atacar a su defensor en estático, ha mostrado además una voracidad competitiva en lo que probablemente sea el último escalón que le faltaba para llegar a la élite europea y dejar de ser mucho más que un todoterreno.

Pese a una notable merma en su capacidad física y a algunos problemas menores de lesiones, Vladimir Micov sigue manteniendo su status en el conjunto milanista. Perfectamente dosificado por Messina, con más minutos en Euroliga que en la propia LEGA, el alero serbio ha perdido protagonismo ofensivo pero mantiene su capacidad de levantarse desde el triple, de aportar tamaño atrás e incluso ayudar en el rebote. Valorado por su compromiso y su poca tendencia a salirse del plan. Probablemente en el ocaso ya de su carrera, su personalidad puede ser importante en una cita tan particular y podría ser una opción en el falso cuatro si la cita necesita de sorpresas. Importante en el primer tramo de temporada, Riccardo Moraschini ha ido perdiendo protagonismo con el paso de las jornadas hasta el punto de quedar inédito en los play-off. Con más peso en la LEGA y la sensación de revivir los fantasmas del año pasado, el ex canterano de la Virtus mantiene igualmente una encomiable actitud. Sólido en el puesto de tres, quizás donde más competencia encuentra, su escasa mordiente en el tiro exterior, aunque al menos ha ido ganando en decisión, le alejan de tareas más exteriores, aunque con las bajas Messina llegó a probarle como base (rol puntual que ya había tenido en Brindisi). Buen defensor y cercano al prototipo de jugador italiano de otros tiempos, parece complicado que

Moraschini goce de minutos en Colonia, pero si lo hace a buen seguro será un incordio para su rival. De todos los fichajes realizados por el Olimpia Milano este verano, probablemente ninguno haya sido tan importante como el de Luigi Datome. En lo deportivo por su experiencia y su gen competitivo y en lo simbólico por lo que supone su vuelta a la LEGA y a la vez alivia el tema de los cupos permitiendo a Milano una plantilla más larga que en ocasiones pretéritas. Lejos de sus mejores días en lo físico, el sardo mantiene aún un tono más que decente y una polivalencia que le permiten seguir bien dando equilibrio y tamaño al equipo en el tres o espacios, tiro y oxígeno ofensivo desde el cuatro. Inteligente en defensa donde sigue siendo un buen taponador, en ataque Gigi sigue siendo un seguro de vida. Clarividente a la hora de dar velocidad a la circulación de bola, su juego sin ella y su capacidad para fintar y apoyarse en la tabla se suman a su cada vez más impresionante tiro exterior (por encima del 50% en triples en la temporada entre las cuatro competiciones con casi 200 intentos). Dosificado durante el año e incluso con momentos de poco peso en la rotación, Datome fue elegido MVP de la Coppa (lo había sido también en sus dos últimos años en Turquía), lo que apunta a que a la hora de la verdad volverá a estar. Como siempre ha estado. Tras unos inicios de carrera europea más orientados al puesto de 5, Zach LeDay está solventando con nota su paso permanente al rol de 4 y todo pese a jugar con cincos de perfil claramente interior. Autor de la canasta ganadora en el primer partido de los play-off, el ex de Zalgiris llega en el mejor momento físico del año tras superar una molesta lesión y con una creciente confianza en su juego. Móvil y con capacidad para atacar el aro con balón sin ser un manejador natural, su polivalencia y su buen tono físico le convierten en un aval en ambos lados de la pista. Algo obtuso en el pase, le cuesta soltar el balón con celeridad, pero a cambio ha progresado en el tiro exterior. Lejos, de momento, del prototipo de cuatro tirador, LeDay está tirando con creciente confianza y muestra unos grandes porcentajes de triple tanto en LEGA como en la Euroliga, aunque su mecánica aún peque de cierta lentitud, siendo especialmente letal desde la esquina izquierda del ataque. Disperso y algo desubicado, la temporada de Jeff Brooks ha quedado un poco en tierra de nadie. Importante a nivel local por su condición de “cupo”, Messina lo ha utilizado en momentos contados, pero con cierta relevancia en ellos. Liviano y con capacidad de aguantar los cambios con exteriores,

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su uso de las manos tiende a penalizarle en defensa mientras que en ataque es una buena opción secundaria en el tiro exterior o en las continuaciones. Llegado tras la lesión de LeDay, Jeremy Evans ha extendido su participación en el equipo hasta el final de la Euroliga. Sin ficha en la LEGA y algo falto de ritmo de competición, ha sufrido para integrarse en un equipo más controlado de lo que quizás sus características parecen demandar. Activo y de gran salto, su buena movilidad y su capacidad taponadora minimizan un tanto sus despistes defensivos mientras que en ataque su actividad en el rebote ofensivo o su facilidad para el mate pueden darle ciertos réditos. Con minutos puntuales de cinco, el acierto en los pocos tiros abiertos que pueda disponer puede ser el termómetro que marque su papel. Fiel a su cita anual con la Final Four, Kyle Hines buscará, al igual que su compañero Sergio Rodríguez, igualar en Colonia a Sarunas Jasikevicius como los únicos jugadores en llevarse la Euroliga con tres equipos distintos. Cerrada la etapa moscovita, el pívot estadounidense comenzaba la temporada con algunos (ligeros) atisbos de decadencia física, pero el paso de las semanas terminaron por disipar las dudas, firmando de nuevo un año de lo más interesante. Duro en el poste e inteligente en los cambios defensivos, su excelente uso del cuerpo y su depurada técnica de salto le permiten competir en la zona con plenas garantías pese a su falta de altura. Más peligroso en el rebote ofensivo, la capacidad de aguantar los contactos y su buena lectura del pick and roll son su principal vía ofensiva junto a su facilidad para conducir la transición. Buen taponador y una auténtica roca cuando gana la posición ha dado otro paso más en su mejora en el pase y en la seguridad en tiros cortos frontales, así como en la capacidad de gestionar su cuerpo en el aire para finalizar en rectificados o aros pasados. Cada vez más cómodo con balón, Messina lo ha usado en múltiples ocasiones para subir el balón y desahogar el ataque milanista. Algo solapado el curso pasado con Arturas Gudaitis, Kaleb Tarczewski ha vivido un año de cierto estancamiento en su juego y en su confianza. De perfiles ambos netamente interiores, el sueldo del primero y su tendencia a jugar en el poste hacían a la dirigencia lombarda apostar por el estadounidense, viendo en él un jugador menos fino, si cabe, pero más explosivo y más capacitado para explotar el pick and roll. Condiciones que,

siendo ciertas, no han acabado de aparecer hasta el punto de presentar registros ofensivos a la mitad de valor que la temporada pasada. Tendente a cometer faltas y algo lento en las reacciones, defensivamente gana ante pares fijos mientras que en ataque su nula visión de juego y unas cuestionables manos han limitado su impacto. Con todo, sus buenos bloqueos, su explosividad en las finalizaciones y su presencia en el rebote ofensivo pueden ser un aval si el partido va por cauces no demasiado rígidos.

Prácticamente inédito en Euroliga, Paul Biligha parece tener muy complicado ser de la partida en Colonia salvo que se produzcan bajas de última hora. Mejorado no obstante en líneas generales, el internacional italiano está firmando una muy buena LEGA dando minutos de intensidad en cada rotación que protagoniza. Excelente taponador pese a su altura, su capacidad de cambiar en defensa y cierta visión de juego han ido asentando un nivel de juego creciente pese a su ya dilatada experiencia. Si bien su inclusión entre los 12 sería una gran sorpresa... que podría tener sentido. Llegado desde la A2 in extremis para la Coppa por las bajas y la necesidad de cubrir cupos, Jakub Wojciechowski no ha llegado a debutar en Euroliga y parece poco menos que imposible que lo haga ya en la Final Four. Grande y con cierto talento ofensivo, su carácter disperso y su escasa lectura del juego han condicionado una carrera que parecía apuntar más alto.

El entrenador Historia viva del torneo, Ettore Messina regresa a la Final Four llevando a la gran cita a su cuarto equipo distinto. Cerrada su segunda etapa NBA probablemente con el sabor agridulce de no llegar a ser entrenador jefe (más allá de sus puntuales

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sustituciones a Popovich) el técnico de Catania volvía a Italia tras más de una década de ausencia con la misión de recuperar el prestigio de un Olimpia Milano en horas bajas tanto a nivel local como europeo.

Metódico, extremadamente inteligente y de gran riqueza táctica, el Messina actual mantiene su tronco de influencia “serbia” pero con los años y la experiencia NBA ha ganado en flexibilidad en el trato de jugadores y el diseño de sistemas. Cuádruple ganador de la Euroliga, de momento este año ya se ha llevado la Supercopa y la Coppa. Era su octavo título copero, igualando a Alberto Bucci (por cierto muy relevante en su carrera) al conseguirlo con tres equipos distintos. 31 años después de lograr el primero, casi nada...

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EL PERFIL DE... SERGIO RODRÍGUEZ

por Iván Fernández RENDIRSE AL CANTO DE LAS SIRENAS “Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; “ (Lope de Vega, ”Ir y quedarse”) “Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave... Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio”

directa o su regreso a la NBA parecieron haber difuminado un tanto aquella ola de entusiasmo generado en aquel mágico 2014 en torno a su figura. Y sin embargo la belleza sigue ahí, en el mismo sitio donde ha estado siempre, disfrutando de los espacios, clavando triples inverosímiles, buscando a los compañeros más calientes, en el pase sin mirar a la esquina, en la finta debajo de canasta para finalizar como sin gana. Y ahora fluye libre. Porque siempre lo ha sido, pero ahora además es alentado a serlo aún más y eso que ganamos los estetas.

(Franz Kafka, “El silencio de las sirenas”) “En esta época, es triste, hay que llamar triunfo a un acto de justicia. ... “ (Juan Carlos Onetti, “El astillero”) Figura sugerente en distintas mitologías, la literatura en torno a las sirenas y sus encantos es tan variada como constante en el tiempo. De la dualidad amor/razón del poema de Lope a las vueltas de tuerca de Kafka, muchos autores han puesto sus ojos en una figura sin duda sugerente y que ha aparecido desde la antigua Grecia hasta tierras celtas, China o el medio Oriente. Sea como fuere, en la mayor parte de estas leyendas, subyace un afán moralizante y retrógrado, dejando intuir la enésima demonización de lo femenino y del concepto del placer sin contrapunto. Sin ser precisamente un equipo dado a esos lujos, hay en Milano un par de focos que invitan al magnetismo. Buena parte del mérito de mantener ese magnetismo lo tiene un Sergio Rodríguez que sigue dibujando una carrera preciosa de pura anomalía probando los más distintos baloncestos. De la sonrisa del chaval rapado del Europeo junior de Zaragoza, el que maravillaba en Magariños o el del quiebro a Ilievski, al jugador total cuya barba pasaba a ser referencial. Un problema de tiroides, una lumbalgia, distintos problemas físicos y un Madrid con una propuesta ligeramente menos

Firma habitualmente el gran Imanol Martínez con una cita de Wilde “La belleza es superior al genio, porque no necesita explicación” y, como siempre, acierta de pleno. Habrá quien quiera que este juego vuelva a ser de las pizarras, del estudio y de la falta de riesgo, pero mientras queden tipos como el 'Chacho', los turistas de los precipicios podremos sonreír y seguir recordando porque nos enganchamos a este juego. Reza el tópico que cuando uno disfruta vuelve a su niñez, pero, si me lo permiten, un servidor sufre el fenómeno contrario cuando contempla el devenir de Rodríguez por la pista. Demente casi de cuna, lleva grabada en la cabeza aquella frase de Woody Allen en la que afirmaba no querer madurar porque

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lo siguiente era la putrefacción, la lleva grabada en la cabeza. Fiel a una inmadurez que permite disfrutar de los prejuicios como antaño. Quien esto escribe no puede negar su felicidad cuando a Alberto Herreros se le escapaba cualquier título, ni tampoco obviar la desesperación que produce ver cómo Felipe Reyes en lugar de envejecer rejuvenece cual Dorian Gray. Y, sin embargo, con Sergio Rodríguez, con el puto Sergio Rodríguez un servidor tuvo que hacer ímprobos esfuerzos para contener la admiración, para no aplaudir ante la genialidad... para no sonreír pensando que esto es lo que nos había enamorado pese a vestir la camiseta maldita. A base de talento, el maldito barbudo que revolucionaba la zona de Goya iba sacudiendo uno a uno los prejuicios. No es difícil imaginar que si había sido capaz de enamorar desde la némesis, ahora desde la trinchera amiga cada partido es un lujo, una oportunidad un disfrute sin remordimientos o ataduras. Es pues, el Chacho, un placer adulto para un servidor, un placer mayúsculo.

reservas... les merecerá la pena. Por cierto… un debut simbólico. El inmaduro que hay en mí no tiene más remedio que traer a colación a su Estudiantes. Del paso por el club de Serrano 127 de Sergio Rodríguez hay lo suficiente escrito. De su debut en la ACB con una canasta costa a costa también. Pero permitan detener la imagen unos segundos antes: Sergio va a debutar ni más ni menos que en un quinto partido de una final. Una final decidida ya en ese momento, pero igualmente histórica para un Estudiantes que ha rozado el milagro. Sergio va a debutar en lo que habría de ser un funeral de sensaciones. Debutar porque Corey Brewer está eliminado por faltas y el otro base, Don Ignacio Azofra De la Cuesta acaba de cometer también su quinta falta. Azofra le va a dar la alternativa, el relevo... pero lejos de la frustración que uno se imagina en esos momentos, el 13 se va hacia el banco despreocupado, haciendo girar la pelota en su dedo índice. Se va jugando. Es posible que Sergio ni siquiera se percibiera del detalle. A decir verdad, su estilo y su carácter diferente ya estaban ahí, y que evidentemente ese nimio detalle nada ha tenido que ver en una carrera que, tópicos aparte, Rodríguez ha construido con toneladas de trabajo. Pero la imagen es tan potente como bonita. Insisto, abran las ventanas, escuchen a las sirenas... VÍDEO: DEBUT DE SERGIO RODRÍGUEZ EN LA ACB https://www.youtube.com/watch?v=ZV9WaABlW3 M

Volviendo a Woody Allen: “Is sex dirty? Only when it’s being done right”. Porque Sergio es sexo del sucio, es un trago largo y seco de Tullamore Drew, es el blues de Garfield Arkers o el calor en las venas de un buen chute. Sergio es lo que cualquier buen aficionado a este juego debería querer. Háganme caso, maduren y disfruten del placer adulto de un jugador pornográfico en estos tiempos de transversalidad y mensajes planos. O, si lo prefieren, sean niños pensando que no hay final, que la magia existe y que el de la barba va a acabar enterando por siempre las cenizas de los infaustos 90. Escojan madurar o volver a la niñez, pero, por favor, escojan la luz y el juego de los espejos. Ni se pongan cera en los oídos, ni se aten a un poste, escuchen el canto de las sirenas y entréguese sin

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EL PERFIL DE... LUIGI DATOME

por Iván Fernández TRADICIÓN Y SANGRE: LOS ORÍGENES DE GIGI Poco más de 30 mil habitantes conforman hoy Montebelluna, una comuna situada en la provincia de Treviso. Pese a esa modestia, la pequeña ciudad del Veneto ha sido la cuna de grandes deportistas como Aldo Serena o Luca Badoer, y allí llegaba al mundo a finales de noviembre de 1987 Luigi Datome, el segundo hijo de Sergio y Antonella. El padre modesto jugador de baloncesto y de familia íntimamente ligada a este bendito deporte. De ascendencia veneta pero sangre sarda, a donde muy pronto habrían de trasladarse. Concretamente a Olbia, Terranoa en el idioma local. A la provincia de Sassari. Allí, y tomando el nombre de una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, Sergio Datome, su hermano Roberto y otros tres amigos habían fundado el Santa Croce Olbia, actualmente en la serie C1 pero que en su día llegó a pasar por la B1. Unos años después, en un accidente de trafico, Roberto, el tío de Luigi, fallecía y su nombre pasaba a ser el del Pabellón. Allí, entre paredes cargadas de historia comenzaba a dar sus primeros pasos Luigi, a la estela de su hermano, mayor y más alto pero sin la mirada del pequeño. De una precocidad inaudita, con tan sólo 15 años Gigi debuta en el primer equipo, entonces en la B2, y se da el lujo de compartir pista con su hermano. Es la antesala del momento más importante de la historia del modesto club. Y es que en julio de 2002, la Santa Croce protagonizaba una hazaña impensable y se colaba en la fase final del campeonato nacional cadete a disputarse en Bormio. Así el 9 de julio, el club firma la página más lustrosa de su historia llevándose el torneo, de las manos de un alero delgado, desgarbado pero fino en el tiro, el más alto del equipo pero jugando de todo y siendo decisivo en la final. Es Luigi Datome, campeón en Bormio y MVP del torneo, como Kukoc 15 años antes cuando

Antonella apuraba su embarazo. A su lado, crecen jugadores que nunca llegaran a tocar otro cielo igual. Entre ellos, Gigi Riccardo Fois, hoy perteneciente al staff de los Suns de Phoenix y con una meteórica carrera de asistente que con 33 años ya le ha llevado a pasar por Gonzaga o la Nazionale.

La Federación toma nota y en agosto de 2002 Datome debuta con la Italia cadete que afronta la primera parte del clasificatorio para el Europeo del año siguiente. Cuatro partidos ante Inglaterra, Finlandia, Islandia e Irlanda a celebrarse en Dublín. Cuatro victorias claras, recuerdos más ligados a noches rockeras y un debut con 29 puntos (11/17 en tiros) 12 rebotes y 6 asistencias ante la Inglaterra de Daniel Clark y tan sólo 150 privilegiados espectadores… 37 se llevará Islandia apenas dos días después. Clasificados para la segunda fase a celebrar en Croacia. El arranque no es bueno, cayendo ante Macedonia, pero cuatro triunfos consecutivos dan plaza a los italianos para el Europeo de Rivas en verano. En las noches clave ante los anfitriones con Ante Tomic a la cabeza, Gigi firma 15 puntos y 11 rebotes y ante Lituania 25 y 11. Ya en verano el torneo es para la Yugoslavia de Nemanja Alekjsandrov, el unicornio que no pudo ser, con un Teodosic aún secundario pero ya con destellos de genialidad. Italia no está a ese nivel, pero Datome sale del torneo como máximo anotador con más de 21 puntos por tarde. Ya no hay vuelta atrás, espigado, delgado, con pelucón pero conformando un jugador total. Media

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Italia se lo rifa pero Carlo Recalcati, presente en la grada un año antes en Bormio se lleva el gato al agua. Leyenda como jugador en Cantú y campeón liguero como entrenador en Varese y Fortitudo, acaba de llegar a Siena para sustituir a Ataman. Un Ataman que a su vez ya había recomendado el fichaje del chaval al club.

Datome llega para jugar con el equipo junior, pero en el segundo partido de liga, ante Scavolini y Lamonica pitando, y aún sin cumplir los 17 años debuta ya con el primer equipo disputando un simbólico minuto sustituyendo a David Vanterpool. Llegarán pocos partidos más, pero oficialmente forma parte del equipo que se lleva la primera liga de la historia de la entidad toscana. En verano toca volver a ser parte de la selección italiana. Esta vez ya con la junior. Una selección que tiene a Marco Bellineli como líder y que acaba cayendo en las semifinales ante España. Gigi anota 13 puntos en la derrota, enfrente, en la victoria Sergio Rodríguez se va a los 17. 17 años después ahora buscan juntos otra corona…. En ese punto la carrera de Gigi sufre un cierto parón. Llega el debut en Euroliga ante el ASVEL, pero los minutos en Siena son caros y el año no va como quisiera. En Verano, en cambio, las cosas van mejor y en el Europeo junior, tras caer ante los triples de Teodosic ya bajo la denominación de Serbia & Montenegro en semifinales, Datome secunda a un espectacular Gallinari e Italia se lleva el bronce ante Italia. Gigi sale del torneo como quinto máximo anotador y miembro del quinteto ideal. Todo parece indicar que la 2005-06 ha de ser la de la eclosión definitiva y los primeros partidos ligueros así parecen confirmarlo. 17 puntos a Biella en el segundo partido, 16 a Livorno un poco más

adelante e incluso minutos de calidad en Euroliga. Pero en la segunda mitad de curso la cosa comienza a complicarse y sus minutos caen. Tutelado por un Stonerook del que con los años aún conserva “tics” defensivos y el pase en saque de fondo como sorpresa, Gigi aguanta e incluso cuando tiene minutos responde como con los 27 tantos a Avellino. El verano trae de vuelta su papel con la selección, en este caso la U20, teniendo en las semifinales de nuevo el tope cayendo en ellas tras una doble prórroga ante Serbia para luego perder el bronce ante una Eslovenia en la que Emir Preldzic se va a los 29 tantos. La 2006/07 marcará ya para siempre la carrera de Datome. Siena es ya una máquina que aspira a algo más que dominar en Italia y donde no hay tiempo para esperar a nadie. Sin minutos de calidad y con vistas a medio plazo, los toscanos deciden ceder a Gigi a Scafati a cambio de los derechos de Rodolfo Rombaldoni. Allí, en el sur, en la provincia de Salerno, donde la ricotta con pera alcanza la consideración de arte, Datome aterriza a las órdenes de Marco Calvani, con el que llegará la explosión. No será a las primeras de cambio, pero ya desde los primeros partidos el cambio es notable. Ese verano llega una nueva medalla, de bronce en el Europeo U20 tras caer de nuevo en semis ante la Serbia de Milos y superando en la consolación a la Rusia de Shved y Vorontsevich con 26 tantos de Gigi y una enorme defensa de Hackett a Alexey. No será la única alegría de ese verano ya que ese mismo mes de junio debuta en Bari con la Nazionale. Un año antes de que Gianrico Carofiglio publique “Né qui né altrove. Una notte a Bari”, Gigi debuta anotando 5 puntos a Croacia. Ese mismo verano entrara en la selección que disputa el EuroBasket. La primera de muchas noches, tantas como 175 hasta la fecha, algunas tan especiales como la de un año después en su Montebelluna natal ante Ucrania, las de Bormio en 2009 ante Senegal y la República Checa o las celebradas en tierras sardas, como los torneos de Cagliari... incluyendo su icónico mate ante Turquía. Tras un segundo año de eclosión definitiva en Scafati, Siena no se decide a conservar sus derechos y lo cede primero y traspasa después a la Roma. El resto es historia, pasando por el reencuentro con el propio Calvani, siendo elegido mejor joven de la LEGA en 2009 y rematando con el subcampeonato de 2013 en la que era tan sólo la tercera final de la historia del club capitalino. Un 2013 que le coronaba como MVP de la lega, completando la metamorfosis que le había llevado a ser un

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todoterreno letal. Después, la NBA y Zeljko, la frustración en USA y el éxito en Estambul. Ahora, en el inicio del ocaso, ha vuelto a la LEGA para devolverle oropel. No necesita ruido ni demasiados minutos, por momentos parece que su tiempo ha pasado, pero a la hora de la verdad vuelve a aparecer. Como ya hizo en la Coppa, sumando un nuevo MVP, como había sido en las dos últimas finales coperas con Fenerbahçe o como había sido de la final de liga en 2016 o de la Copa President solo un año después. Ahora el reto es el más mayúsculo por eso quizás el más atractivo. El corazón sardo de Gigi, el calor canario de Sergio y el origen siciliano de Ettore. Insularidad para un asalto. Fue en verano, al confirmarse su fichaje, cuando tuvimos la suerte de leer otro prisma sobre su fichaje. Llegaba a cargo de Imanol Martinez Otxoa, la persona que más conoce y más ama al pallacanestro por estos pagos. Porque al pallacanestro, como a Italia, no se la puede entender y su conocimiento llega desde la pasión por ella. Siempre certero, siempre con la historia en la cabeza, el alma y la pluma, escribía lo siguiente:

cual se explican todos los diferentes momentos a través de la trayectoria de la Olimpia Milano. Junto a Messina y Datome esperan rescatar antiguas leyendas y volver al lugar que históricamente les pertenece. Cuando uno pasa por Olbia puede observar que el Pabellón se nombra PalaDatome, en honor a un tío de Luigi muerto en accidente de tráfico. Cuando uno entra dentro, la primera imagen que aparece expuesta en el vestíbulo de acceso es una con el título de campeones nacionales cadetes de 2002, con Gigione al mando. Eso ficha la Olimpia. Tradición y sangre. Un físico desgarbado, de ojos hundidos, espalda ancha y hombros caídos. Un atleta de clase y talento. Una betulla. Otra.” * Betulla: abedul en castellano, sobrenombre que se le dio a Cosic en Bolonia por su aspecto desgarbado.

“Ettore Messina ha estado mas de una década alejado del pallacanestro. Luigi Datome siete años. La Olimpia, y los dineros de Armani, han logrado devolver a ambos a un baloncesto italiano en crecimiento estas dos últimas temporadas. Aún quedan viejos hábitos y la organización de la liga deja mucho que desear pero se está trabajando bien en muchos clubes, y esto se ve reflejado en que deportistas de tanto lustre quieran volver a Italia. Durante estos capítulos hemos podido comprobar cómo la Olimpia ha procurado siempre contar con los jugadores nacionales más importantes. D’Antoni / Montecchi, Riva / Romanutti, Sylvester / Riminucci, Datome / Stefanini, Meneghin / Ferracini conforman un extraño roster a través del

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EL PERFIL DE... ETTORE MESSINA

por Iván Fernández LOS ORÍGENES Natural de Catania, pero hijo de veneciano, Ettore Messina llega con tan sólo 16 años a la órbita del Reyer Venezia que dirige toda una institución del club como Antonio Zorzi. Trabajando con los juveniles del por entonces Canon, Messina inicia su relación con otros entrenadores de su generación entre los que destaca la figura de un Lele Molin desde ese momento íntimamente ligado a su carrera. Haciéndose un nombre en la zona, Messina es reclutado por Massimo Mangano (al que por cierto con los años acabaría sustituyendo brevemente Moncho Monsalve) para un Superga Mestre que en la 1979-80 con el histórico Chuck Jura a la cabeza firma un meritorio octavo puesto, cayendo en cuartos de final ante el Billy Milán de Dan Peterson. Ya en la 1982-83 el propio Mangano se lleva al cada vez más conocido Messina a su nueva etapa en el A.P.U. Udine, donde el actual coach lombardo comienza a ejercer también como asistente de la primera plantilla. Con todo, el gran salto llega en la temporada 1984-85, donde Alberto Bucci apuesta por el joven Ettore como asistente en la Virtus de Bolonia que acaba de campeonar tanto en la LEGA como en la Coppa. Compaginando su labor de asistente con el trabajo de cantera, Messina se empapa de las enseñanzas de Bucci en una temporada donde ciertos problemas físicos del gran Van Breda y el peaje de disputar la Copa de Europa alejan a la Virtus de los puestos nobles del basket italiano. En verano, Bucci es sustituido por otro gigante de los banquillos como Sandro Gamba, quien a su vez permanece en el cargo durante dos temporadas en las que la paulatina mejora de los blanquinegros no se transforma en títulos. Doble campeón de Europa con el Varese, triple medallista en el EuroBasket (oro 1983, plata 91 y bronce 85), plata olímpica y 10 veces campeón liguero como jugador (2 más en los banquillos), basta enumerar el currículo de Gamba para imaginar todo lo que la esponja táctica del de Catania llega a absorber.

Tras el paso de Gamba, la Virtus apuesta por un viejo mito de la casa: Kresimir Cosic. Genio absoluto en la pista como jugador, el paso del croata por los banquillos muestra tantas sombras como luces. Sin triunfar plenamente ni a nivel de club ni de selección, en el recuerdo queda su apuesta en Yugoslavia por la transición que, si bien no le dio frutos de manera directa, acabó por ser el punto de despegue de la siguiente generación al introducir en el ámbito de la Reprezentacija a los Kukoc, Divac, Radja o incluso Komazec.

Considerado por el propio Maljkovic (asistente de Cosic en la Universiada de Japón) como un absoluto genio, el dueto Kresimir/Ettore no puede ser más dispar. Por un lado, el ex jugador genial dotado de un sexto sentido para el basket, tan amante de la libertad individual como tendente al despiste y alérgico a la metodología, y por el otro el estudioso, el amante del orden y la táctica. Con choques reconocidos entre ambos, la experiencia acaba siendo altamente enriquecedora en lo personal para el italiano, mientras que en lo colectivo una temporada irregular deriva en sensación de fracaso cuando la Virtus es eliminada en los octavos de final ligueros por la vecina Fortitudo que lidera Wallace Bryant. La salida de Cosic es cubierta por el estadounidense Bob Hill, aunque el gran salto del equipo lo proporciona la llegada de Michael Ray Richardson.

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Con experiencia en NBA, Hill supone una nueva visión en la acumulación de experiencias de un Messina ya preparado para el salto. La temporada es un éxito, y a las semifinales ligueras se le une el título copero con Richardson pudiendo con los 41 puntos de Oscar en el Caserta. En una época en la que el paso de los asistentes al primer plano empieza a ser algo más que una tendencia (Marceletti por Tanjevic en Caserta, Caseletti por Paterson en Milano…) la hora del de Catania parece haber llegado y en el verano de 1989 su nombre suena con fuerza para la Livorno que tan amargamente ha visto partir el título. Sin embargo, la vuelta de Hill a Estados Unidos acaba por abrir la puerta de la Virtus a un Messina que ya en el primer año marca unas pautas bien reconocibles.

1997, la Italia de Messina se convierte en el primer equipo europeo en derrotar a Yugoslavia desde el levantamiento de la sanciones de la ONU. Finalmente, el cuadro italiano accede a la final donde en un partido trabado hasta el delirio acaba sucumbiendo ante los plavi por 61-49. La plata del EuroBasket pone punto y final a la primera etapa en la selección de un Messina que vuelve a la Virtus. El resto es historia bien conocida, la vuelta de Messina propicia la primera Euroliga de su historia a la Virtus (58-44 ante el AEK), mientras que un increíble 3+1 de Danilovic supone una nueva LEGA en un agónico quinto partido ante una Fortitudo que llegaba como campeona copera con los dos últimos MVP de la Euroliga (David Rivers y Dominique Wilkins). Hasta 10 derbys se celebraban ese año, con la pelea en la Euroliga a mitad de pista y cuatro victorias visitantes en los cuatro primeros partidos de la serie. La cura de humildad del Zalgiris de Kazlauskas o la pérdida de la Saporta ante el AEK de Ivkovic son el germen de la espectacular Kinder de 2001, y con ella del ascenso definitivo de Ettore Messina a su actual condición en los banquillos.

Muy influenciado por el legado de un Aza Nikolic al que conoce en sus primeros años en Bolonia, la felicitación de este tras un torneo en Trieste (donde el profesor ejercía de asesor de Tanjevic) de pretemporada reafirma a Messina en sus ideas. Ese primer año se salda con un nuevo título copero y con la consecución de la Recopa ante el Madrid. Las semifinales de 1991, la amarga eliminación en la liga europea de 1992… pequeños o grandes sinsabores que se quedan en el olvido con la LEGA de 1993. Con un Danilovic excepcional, la entonces Knorr barre por 3-0 en la final a la Benetton de Kukoc (ganadora de la Coppa y subcampeona de Europa). De manera brillante, Messina cierra esa primera etapa siendo sustituido por el propio Bucci para hacerse cargo de una selección italiana deprimida tras su horrible Preolímpico de 1992. El inicio no es nada halagüeño y en el EuroBasket de Alemania, una temprana derrota ante la Letonia de Muižnieks (a la postre segundo máximo anotador del torneo tras Bilalovic) marca a un conjunto transalpino que no pasa del noveno puesto, quedando así fuera del Mundial de Canadá. Una mejor versión en 1995 no basta para acceder a los Juegos de Atlanta, pero un año más tarde, en la primera fase del EuroBasket

EL GRAN SEMIFINALISTA Y SU PARTICULAR NÉMESIS Dentro del impresionante palmarés de Ettore Messina (4 Euroligas, 1 Recopa, 1 plata en el EuroBasket, 5 ligas rusas, 3 italianas, 4 VTB, 8 Copas italianas…) llama la atención un dato: su notable solvencia en las semifinales. Y es que si bien en sus dos últimos años en el CSKA ese era su límite, el técnico de Catania presentaba hasta entonces un espectacular balance de 8-0 (2 con la Virtus de Bolonia, 1 con la Benetton y 4 con el CSKA) en semifinales. Dicha fiabilidad se refuerza con su victoria en la semifinal de la Euroliga de 2001 (formato play-off), así como con los triunfos en sus dos únicas participaciones europeas fuera de “la Copa gorda” (Recopa del 90 y Saporta de 2000). Por si fuera poco, a nivel de selección su única experiencia en un penúltimo cruce se saldaba con un 67-65 ante Rusia. En definitiva, a nivel continental Ettore Messina ha afrontado la friolera de 14 semifinales con sólo dos derrotas. El reverso del dato puede buscarse en un balance en las finales mucho más discreto: 5-7. Jonas Kazlauskas (Euroliga 1999), Dusan Ivkovic (Saporta 2000) y Svetislav Pesic (Euroliga 2003) fueron alguno de sus verdugos, pero ninguno tan

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contumaz como un Zeljko Obradovic al que Messina aún no sabe lo que es ganar en el partido decisivo. El EuroBasket 1997, la final de Atenas en 2007 con el Panathinaikos como local aparecen como derrotas llenas de lógica. Mucho más dolorosas en cambio resultaban la de 2009 con el PAO barriendo al CSKA en una primera parte antológica y, sobre todo, la de 2002 en Bolonia donde una Kinder que ejercía de local dejaba escapar rentas de más de 10 puntos ante una demostración de flexibilidad táctica tremenda.

europeo, un oro mundialista y una plata olímpica... la mayor historia jamás contada a este lado del charco. Contando tanto la etapa FIBA como la Euroliga, Obradovic ha disputado 21 eliminatorias de play-off en la Copa gorda. De las 21 ha ganado 20 (sólo cae en la de 2006 ante Baskonia). Su balance de victorias derrotas en play-off es de 4913.

A esta particular leyenda negra podría añadirse la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga 1992, donde una Knorr de Bolonia claramente favorita caía en el tercer y decisivo partido por 65-69 ante un Partizan que daba así su primer gran hachazo a su particular Euroliga. Más allá de la broma puntual, obvia decir que siendo un dato curioso perder 7 finales europeas implica la capacidad de disputarlas en una prueba más de la grandeza del italiano. A modo de curiosidad, el récord a nivel de jugadores bien pudiera ser de Ferdinando Gentile. El mágico zurdo casertano llegó a ser campeón de Europa en el año 2000 a las órdenes del propio Obradovic, pero en el camino tuvo que paladear el sabor de la derrota hasta en ocho finales europeas (Korac y Recopa con Caserta, 3 Koracs y una Saporta con Trieste/Milan, una Suproliga con Panathinaikos y el EuroBasket 1991 con Italia). Otro italiano ilustre, Dino Meneghin, comparte el número de derrotas en finales (5 Copas de Europa con Varese y 1 Copa de Europa y una Recopa con Milán) aunque a cambio el pívot puede presumir de haber sumado 7 Copas de Europa, 1 EuroBasket, 2 Recopas y 1 Korac). A nivel de banquillos otro ilustre como Bogdan Tanjevic (campeón de Europa con el Bosna y del EuroBasket con Italia) también conoce lo que es perder 7 finales: una mundialista con Turquía, otra en el EuroBasket de 1981 con Yugoslavia y, lo más curioso, hasta 5 Copas Korac con Bosna, Caserta y Stefanel.

Fuera de la máxima competición continental, Obradovic participó en dos ocasiones en la Recopa/Saporta/Copa de Europa. Ahí no había playoff antes de la final y sí eliminatorias a doble partido. El balance de Zeljko en ese tipo de eliminatorias es de 8-0. 13 victorias, 2 derrotas (ante Riga en casa con el Madrid tras haber ganado cómodo en la ida y ante el MKS Mazowszanka cuando dirigía a la Benetton) y un empate. En definitive, sumando su papel en eliminatorias europeas el amigo ha ganado 28 de 29… con 62 victorias, un empate y 15 derrotas. La leyenda que no cesa.

Eso sí, si hablamos de rachas, lo del propio Obradovic es algo de otro mundo. Presente en 18 Final Four (como entrenador, otra más como jugador) con seis equipos distintos (Partizan, Joventut, Madrid, Benetton,Panathinaikos y Fenerbahçe Ülker), ha ganado 9 de ellas con cinco conjuntos distintos. Entre medias, sus dos únicos años fuera de la primera competición continental se saldan con otros tantos triunfos en la Saporta (Real Madrid 1997 y Benetton 1999), mientras que con la selección yugoslava suma un oro y un bronce

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EL APUNTE HISTÓRICO

por Iván Fernández BALONCESTO EN MILÁN La vuelta del Olimpia Milano a una Final Four es una excusa perfecta para echar la vista atrás y repasar un poco la historia del equipo y, por qué no, de la ciudad. Extendiéndose geográficamente, ninguna región puede presumir de palmarés similares al sumar a los milaneses los tremendos logros de Cantú o Varese. Ese famoso triángulo lombardo MilánCantú-Varese llegaría a sumar 19 títulos ligueros de manera consecutiva, al margen de 10 Copas de Europa, 9 Recopas y 6 Copas Korac. Extendiéndose a su vez en el tiempo podemos encontrar como el primer partido disputado oficialmente en la ciudad se remonta a junio de 1919. Apenas un par de años después, varios notables de la ciudad sentarían las bases de lo que habría de ser ese primer campeonato italiano Al margen del ahora Armani, cabe recordar la presencia entre los años finales de los 80 y hasta bien mediados los 90 del Basket Arese ad Arese de Milano, que trató de hacerse un hueco llegando a disputar dos temporadas en la A1. En sus filas desembarcaría en Europa toda una leyenda como Adrian Dantley mientras que en su banquillo se sentarían entrenadores de la talla de Carlo Recalcati o Fabricio Frates. Años atrás, hasta cinco equipos milanistas pasarían por la A2 y a mediados de los 60 y durante casi tres lustros el All'Onestà P. Milano coquetearía con Europa. Mucho antes aún, los primeros pasos del primer campeonato italiano (1920) también conocerían a un campeón milanista y así la primera edición pasaba a las manos del SEF Costanza Milano en el que Carlo Andreoli ejercía de entrenador-jugador. De manera ininterrumpida hasta 1927 aquel embrionario torneo sería patrimonio de clubes sitos en Milano hasta que la Gimnastica Roma de Angelo Bovi rompía la hegemonía lombarda. Pese a todo, como ya se apuntaba, hablar del basket milanés equivale poco menos que a hacerlo del Olimpia de Milano. Fundado oficialmente en

1936, tal y como reza en su escudo, el Olimpia surge de la fusión del Dopolavoro Borletti y el Triestina Milano, aunque en realidad su identidad surgiría algo más tarde. Nacido en 1930, el Dopolarovo era un club formado por empleados de “Hermanos Borletti”. Dirigido por Giannino Valli, el cuadro milanista suma cuatro títulos consecutivos entre 1936 y 1939. En ese periplo puede considerarse especialmente significativo el título de 1937, pues esa edición pasa a ser la primera en la que participan 14 equipos frente a los tres que formaban las ediciones anteriores. Formados en dos grupos de siete, los líderes se enfrentaban en una final a doble partido saldada a favor de un Borletti que terminaba el curso invicto… al derrotar en ese último acto a otro club milanista, el Filotecnica Milano. Paralelamente a ese dominio, Adolfo Bogoncelli funda el Triestina Milano, en clara referencia a su Trieste natal, que muy pronto pasaría a ser disputa entre Italia y Yugoslavia. Tras ser subcampeón en 1941, el Borletti comienza una lenta decadencia superado en la ciudad incluso por el Pirelli Milano y que coincide con el parón liguero entre 1943 y 1946. Tras la vuelta, y en un campeonato aún en reconstrucción, es el Triestina Milano quien lleva la hegemonía local. Con el Borletti en la Serie B, Bogoncelli apuesta por una fusión. Como guiño al primer triunfo, se establece 1936 como fecha de origen pasando a ser Borletti el que puede considerarse como el primer sponsor de la historia del pallacanestro. Nace así el Olimpia Borletti. Tan solo tres años después, el nuevo gigante suma el que es oficialmente su quinto entorchado. Lo hace con un símbolo de la Triestina en el banquillo (y en la pista) Cesare Rubini y con Sergio Stefanini como máximo anotador del torneo. Bogoncelli en la presidencia, Rubini en el banco y Stefanini anotando cada vez más, siembran una hegemonía que perdura durante 5 temporadas, sentando las bases de un récord que duraría casi hasta nuestros días con los, siete triunfos del Siena... al menos antes de la retirada de los últimos por la justicia.

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Apagada la luz anotadora de Stefanini, llegaría la de hombres como Romanutti, Meter Tillotson o absolutos históricos del basket transalpino como Sandro Gamba o Sandro Riminucci, para, aun con Rubini en el banco y ya con el Simmental como sustantivo, sumar otras cuatro ligas entre 1957 y 1960. La fama de aquel equipo llegaría a ser tal que a mediados de los 70 Simmenthal dejaría el patrocinio del equipo pues el nombre se asociaba más al baloncesto que a su producto (carne en lata).

FINALES VARESE-MILANO DE INICIO DE LOS 70: http://web.legabasket.it/other/spareggi.pdf

Antes, Milano había tenido que sufrir el doblete liguero de una Virtus abrazada a la figura de Antonio Calebotta, el primer gran pívot italiano, natural de la Dalmacia y dicen que descendiente de la realeza albanesa. Para frenarle, Milano había probado incluso trayendo al que habría de ser el primer extranjero de la LEGA: el griego Mimis Stefanidis

La 1978-79 llegará con novedades que habrían de marcar la siguiente década del pallacanestro italiano y en cierta forma del europeo. Tras arduas negociaciones, el Olimpia, ahora patrocinado por Billy, logra contratar a Dan Peterson como entrenador. El norteamericano llega tras tres temporadas en Bolonia, en la primera de las cuales había devuelto a la Virtus un título que se le resistía desde casi 20 años atrás. La llegada de Peterson coincide con la aprobación del segundo extranjero en la lega, lo que unido a la nacionalización de Mike Silvester dota a los italianos de una estructura muy potente con Mike D´Antoni y Kupec ocupando oficialmente la doble plaza.

La nueva década se abre con un tercer puesto y la irrupción del Varese de Grabosi, que suma su primer Scudetto. Paolo Vittori es ahora el estilete, bien secundado por Vianello, el propio Riminucci o un poco más tarde Steve Chubin y, cómo no, por la dirección técnica del eterno Rubini. Campeones de nuevo en 1962, 63, 65, 66 y 67… nueve títulos en once años y una imagen para la historia, con todos los jugadores vistiendo las zapatillas rojas que el propio Bogoncelli había traído de Estados Unidos. Scarpette rosse al poder. El final de la década sienta las bases del cambio de guardia. En 1968 Boris Stankovic guía al Cantú de Recalcati y Burgess a su primer título liguero, mientras que entre 1969 y 1971 el Varese encadena tres títulos, los dos últimos ya con el profesor Nikolic sustituyendo a Nico Messina. En medio, en la 1969-70, Milano juega su primera final de Coppa (se había constituido el torneo dos años antes) para caer ante el Varese con 30 puntos de Raga. En 1972, ya con el formato de final a partido único, Milán, con Bariviera como máximo anotador, conquista el doblete nacional en lo que habrá de ser su último título liguero en casi dos décadas. El subcampeonato de 1973 supone además el último servicio de un Cesare Rubini que deja paso a Filipo Faina. VÍDEO: FINAL SIMMENTHAL MILÁN-IGNIS VARESE: https://youtu.be/Un3xAml91A4 VÍDEO: MILANO-VARESE: LA CLASSICA: https://youtu.be/mE02FICFdlY

Pese a debutar con otro segundo puesto y coincidiendo con el abandono de patrocinio de Simenthal, el equipo de Faina va perdiendo fuelle de tal manera que tras el séptimo puesto de la 1977-78 el técnico italiano es cesado en una temporada en la que el Xerox Milano de Giuseppe Guerrieri con 30 puntos por noche de Chuck Jura les logra superar con un histórico quinto lugar.

Pese a lo apuntado, el Olimpia no pasa del quinto puesto de la fase regular compartiendo un modesto balance de 15-11 con la Roma que dirige Valerio Bianchini y a la que los milanistas logran endosar un 0-2 en los cuartos de final. Ya en semifinales, el Billy da un paso al frente para asaltar el Varese en el tercer encuentro cerrando así el ciclo de un equipo que con su derrota en la Copa de Europa ante el Bosna decía adiós a su década prodigiosa. Pese a la línea ascendente, en la final la Virtus de Bolonia resulta ser un rival excesivamente duro y termina por imponerse por 2-0. En el banquillo se sienta un Ferry Driscoll que sólo cuatro años atrás había sido jugador del propio Peterson en el anterior título boloñés y que goza en la pista de una escuadra mítica con Kresimir Cosic, Jim McMillan, Renato Villalta o Carlo Caglieris. En el curso siguiente, 1979-80, la historia se vuelve del revés y tras una gran fase regular en la que Milano es líder con un gran 22-4, los play-off traen una dolorosa eliminación en las semifinales ante el Cantú de Marzorati, confirmando los temores que se dejaban entrever con los apuros pasados en la primera ronda ante un Forli en el que destacaba Rudy Hackett, padre del hoy jugador del CSKA. Si dolorosa, y apretada, había sido la eliminación de 1980, la de 1981 de nuevo ante el Cantú habría de superar todo lo imaginado para ver cómo Milán

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volvía a caer en las semifinales por 1-2 en una serie sin victorias locales y en la que los dos primeros partidos se dirimían por tan solo dos puntos de ventaja, y el tercero y decisivo tras la disputa de dos prórrogas. VÍDEO: BILLY MILANO – EMERSON VARESE (1979): https://youtu.be/rpH6mdlKJSs

un Benetton que dirige el propio Mike D´Antoni. Ese verano llega a Milán Rolando Blackman dando el toque de calidad y veteranía a un equipo que logra un doblete nacional que no habría de repetir hasta la llegada de Jasmin Repesa al banquillo en 2016. VÍDEO: CANASTA DECISIVA DE BODIROGA (1995): https://youtu.be/-DD1TDK_HV0

La 1981-82 traía consigo los fichajes de Dino Meneghin y John Gianelli y con ellos habría de llegar, al fin, el vigésimo título para el Olimpia aunque no sin sufrimiento. Tercero en la liga regular, el cuadro de Peterson comenzaba sufriendo en los cuartos de final ante el Brescia de Ricardo Sales. Finalmente sendos 0-2 ante el Torino de Sachetti y la Scavolini de Kicanovic devolvía la gloria al conjunto de las zapatillas rojas. VÍDEO: SCAVOLINI PESARO–BILLY MILANO (1982): https://youtu.be/aPFWghFxH-k Subcampeones en 1983 y 84, la 1984-85 traía a Milán a toda una estrella como Joe Barry Carrol, en cierta forma sustituto de Antoine Carr para lograr un doblete nacional que el conjunto de Peterson repetiría las dos temporadas siguientes, el último de ellos ya con McAdoo en sus filas. La retirada del técnico italiano marcaba un nuevo punto de inflexión, pese a lo cual el joven Franco Casalini lograba debutar con un subcampeonato en 1988 y un polémico título en 1989. Tan sólo un año después, y pese al fichaje de Antonello Riva, un triste balance de 15-15 dejaba a los lombardos fuera de los play-off marcando quizás el inicio de lo que ha sido su más profundo bache. Con Mike D´Antoni pasando a los banquillos, el ahora Philips logra el subcampeonato de 1991, pero en los tres cursos siguientes, y pese al paso de jugadores como Rogers, Dawkins, Djordjevic o Tabak no logra superar los cuartos de final. Con mejores resultados en Europa que a nivel doméstico, el cuadro milanista practica un baloncesto fresco y veloz pero se estrella por tres veces en los cuartos de final, las dos primeras con el factor pista a su favor. La temporada 1994-95 trae consigo otra enorme revolución. Tras ser la gran sensación del año anterior con el subcampeonato de la Korac y el tercer puesto liguero, Stefanel decide dejar su patrocinio en Trieste llevándose consigo a Milán a la base de ese equipo: Tanjevic en el banco y Bodiroga, Fucka, Gentile y De Pol en la pista. El equipo cae en semifinales, mientras que el heroico Trieste salva la categoría e incluso se permite el lujo de acceder a la final de la Coppa, en la que cae ante

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EL APUNTE HISTÓRICO

por Iván Fernández MILANO EN EUROPA Que los 28 scudettos del Olimpia Milano son un logro tremendo es algo que nadie puede dudar, pero no parece menos cierto que buena parte del aura que rodea al equipo y la ciudad llegó por su papel en una Europa donde también pudo escribir unas cuantas páginas de gloria. La primera aparición milanista en Europa coincide con el inicio de la Copa de Europa (57/58), saldando su primer partido con un contundente 115-47 ante los Wolves de Amsterdam. George Von Salle sería el máximo anotador de aquella primera aparición con 29 tantos, aunque el honor de anotar la primera canasta europea caería en manos de Cesare Volpato. Salvada la primera eliminatoria, Milán sería la sede de una de las fases de clasificación para los cuartos de final, con los locales imponiéndose al Slovan de Praga y a un Honved de Budapest que, clasificado como segundo, a la postre sería el verdugo del Olimpia. Un año después, Milano debuta venciendo con comodidad al Al Gezira de El Cairo. Los egipcios aún disputaban sus encuentros en una pista descubierta, un hecho ante el cual el club lombardo protestaba negándose a viajar para disputar la vuelta, lo que les acarreaba la eliminación y una inhabilitación de un año sin competir en Europa. La sanción y la pérdida de hegemonía local llevan al Simenthal a una ausencia de cinco años… tras la cual debutan jugando en Casablanca, al aire libre. De nuevo los cuartos de final son la barrera de un equipo que en esta ocasión cae ante un Dinamo de Tbilisi liderado por Valeri Altabaev. Un año después, Milano da un paso adelante para caer en semifinales ante el Real Madrid pese a imponerse en el primer encuentro. Tras ausentarse en 1965, 1966 supone el espaldarazo definitivo con la primera Copa de Europa. En lo que bien puede considerarse la primera final a 4 de la historia, Milán derrota en semifinales al CSKA con 20 puntos de Bill Bradley para ya en el partido decisivo derrotar al Slavia de Praga por 77-72 con 21 tantos de Vianello

y Thoren. Subcampeones en la edición siguiente ante el Real Madrid, la derrota en semifinales de 1968 ante el Brno marca una ausencia de cinco años en la máxima competición, aunque su primera aparición en la Recopa (1970-71) no puede ser más positiva. Y es que pese a caer en la ida por 10 puntos, el Milano logra en la vuelta superar al Spartak de Alexander Belov por 19 tantos para sumar así su primera Recopa. Un año más tarde, y en Salónica ya a partido único, la Simenthal revalida el título imponiendose por 7470 al Estrella Roja (campeón ese año de la potente liga yugoslava) que dirige Bata Djordjevic y en el que militan jugadores de la talla de Slavnic, Simonovic o Kapicic. Como el año anterior, Art Kenney resulta el factor determinante con su buen hacer interior y sus 23 puntos. El norteamericano, conocido por el sobrenombre de “Arturo el duro” se tomaba su venganza ya que había protagonizado una intensa pelea en Belgrado cuando ambas escuadras se habían encontrado en la fase de grupos, siendo expulsado. VÍDEO: FINAL SIMMENTHAL – SLAVIA PRAGA (66): https://youtu.be/2spiHl-pFkU VÍDEO: ASVEL – SIMMENTHAL (1966-67): https://youtu.be/CURd-hAGeT8 VÍDEO: FINAL R.MADRID – SIMMENTHAL (1967): https://youtu.be/dubGKF3hNt0 De vuelta en la 1972/73 a la Copa de Europa, el Milano sufre una de las mayores humillaciones de su historia y es que tras una impecable marcha, acaba cayendo en las semifinales ante su “amado” Varese de la peor manera posible: 72-97 en la ida víctima de los 31 puntos de Morse y 115-100 en la vuelta con otros 32 del fino estadounidense. Por si fuera poco, esa derrota supone el adiós a la máxima competición continental por una década. Sin grandes resultados en sus primeras incursiones en la Copa Korac, la vuelta a la Recopa del ahora llamado Cinzano Milán trae de nuevo la alegría con el tercer título de la por entonces segunda

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competición continental. Irregulares durante el curso, los milanistas llegan a perder por hasta 34 puntos ante el Estudiantes (con 52 puntos de los Sagi Vela) perdiendo la primera plaza de grupo y viéndose abocados a una dura semifinal ante el Rabotnicki de Lazar Lecic. Con un gran partido de la pareja Robbins-Sylvester, el Cinzano logra en la ida una renta de 23 tantos que la derrota en Skopje por 104-89 (32 tantos de Georgijevski) hace buena. Ya en la final, los 29 puntos de Brumatti y los 23 de Silvestre resultan decisivos ante un gran Aspo Tours en el que brillan Bowen y Senegal. Semifinalista, de la Korac en 1977 y 78 (derrotas ante Cantú y Bosna Sarajevo), Milán vive su peor época estando hasta cinco años fuera de las competiciones continentales). VÍDEO: FORD CANTÚ–BILLY MILANO (FINAL 1983): https://youtu.be/UbwVjzH1kLY El periodo de ostracism termina con el título liguero de 1982 y con él la vuelta a la Copa de Europa. Colíderes de la liguilla semifinal junto al Cantú, la final ante los vecinos lombardos resulta tan emocionante como poco vistosa y acaba decidiendose con un polémico tapón de Brewer ante Gallinari que deja al Olimpia con la miel en los labios… tal y como les sucedería un año después en una Recopa en cuya final caen por 82-81 ante el Real Madrid, víctimas de dos tiros libres de Brian Jackson. No obstante, el idilio europeo no se pierde, y en 1985 la escuadra milanista suma su primera Copa Korac venciendo en la final al Varese de un desacertado Corny Thompson por 91-78. Pese a los 28 puntos de Romeo Sachetti y al flojo encuentro de un Joe Barry Carrol que apenas unas semanas después sería fundamental en los play-off, la Simac se muestra imparable con 33 tantos de Schoene, 23 de Premier y una excelsa dirección de Mike D´Antoni. VÍDEO: FINAL COPA KORAC 1984-85: https://youtu.be/Gy6WdF97S8E La vuelta en la Copa de Europa de 1986 les deja a un solo triunfo de la final, antes de que la leyenda tome cuerpo definitivamente con el doblete en las ediciones de 1987 y 88. Ausentes en el 89, una derrota ante el Limoges cercenaba sus opciones de entrar en una Final Four a la que volverían en el año 1992. Sin ventaja de pista por mor del histórico triple de Juan Aisa, la Philips se colaba en Estambul tras eliminar en los cuartos de final al Barcelona en lo que habría de ser su último saludo en primera línea hasta 1997. Líder de las dos primeras fases, el ya Stefanel apea en los octavos de final a la Virtus

de Bolonia para encarrilar su pase a la Final Four venciendo en el primer partido de cuartos por 9490 a un Olimpija de Ljubljana que ya había dado cuenta de la Cibona sin gozar del factor pista. Igualada la serie en la Sala Tivoli, el tercer y definitivo acto resulta un desastre para un cuadro italiano incapaz de frenar a los de Sagadin, que se hacen con el billete para Roma con un claro 61-77. No sería ya hasta 2006 cuando Milán volviera a aparecer en la ya denominada Euroliga, siendo el 2014 su mejor año hasta el presente. Entre medias, en una de las finales más impresionantes de la época, y ya con D´Antoni en el banquillo, un Djordjevic excelso (29 y 38 puntos) había guiado a los milanistas a una nueva Korac en la 92-93 ante la Roma de Dino Radja, en lo que es, hasta la fecha, el último título de un equipo que no obstante llegaría a perder otras tres finales: las de la Korac 1995 (ante Alba Berlín) y 96 (ante Efes) y la de la Saporta 98 (ante el Zalgiris). VÍDEO: OLIMPIA MILANO, CAMPEÓN KORAC 1993: https://youtu.be/H2RfbRmMmdo En un ejercicio de reduccionismo, a todas luces injusto, estas líneas han identificado al baloncesto en Milán con su club más representativo, pero hay que recordar que no sólo la LEGA conoció otros rivales ciudadanos, sino que uno de ellos también logró asomarse a Europa. Lo hizo en 5 campañas entre 1968 y 1978 el All´Onestá Pallacanestro Milano. Dirigidos por Richard Percudan, el All'Onestà había alcanzado un extraordinario tercer puesto en la temporada 1966-67 sustentando su juego en la anotación de Joe Isaac y en la dirección de un Aldo Ossola que poco tiempo después protagonizaría una marca para la historia al disputar 10 finales de Copa de Europa de manera consecutiva. El debut europeo llegaba unos meses después con victoria por 73-64 ante el Dinamo de Bucarest con 22 tantos de Isaac. Por desgracia para el club italiano, la ventaja no sería suficiente y en la capital rumana el Dinamo daba la vuelta a la eliminatoria de la mano de un fantástico Albu que se iba a los 23 puntos. De entre sus cinco participaciones, finalmente sería la de la 1972-73 la más recordada, ya que el Pallacanestro Milano lograba alcanzar las semifinales de la Recopa cayendo de manera ajustada ante la Jugoplastika.

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CRÉDITOS

PRODUCCIÓN Y EDICIÓN: Nacho Doña REDACCIÓN: Iván Fernández FOTOGRAFÍA: BasketMe, Euroleague Basketball, FIBA.

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