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Queridas amigas

Queridas amigas F.C. (mujer rumana)

Abro mi corazón para contar mi historia de amor.

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Empezó con bellas palabras y buen humor. Con la promesa de que sería una princesa, que no haría nada en casa. Después de un mes me dejó embarazada. No era ninguna princesa. Era su mujer que debía hacer de todo en casa. Incluso su tono de voz cambió.

Me dejó una segunda vez embarazada. Llegué a ser su propiedad. A la que se permitía gritar, insultar… Hacerme pensar como él quería. Por poco no me pegaba. Bebía todos los días, fumaba. Y yo no le importaba.

Si le hacía la comida todo estaba bien. Pero a su mujer le debía más cosas: medias, ropa elegante… Para mí nada… Para él todo… Porque él trabajaba.

Mi consejo es no dejarnos manipular. Porque las buenas palabras y las malas obras son una trampa.

Hablo a todas las mujeres, para que sean respetadas en el trabajo y también en casa.

Para las abuelas, madres, mujeres enamoradas. Un gran saludo y atención.