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Solo una

Solo una Rocío Orostivar Espliego

La tristeza que admiraba a la alegría no entendía por qué eran tan diferentes la una de la otra. Tan solo una letra, solo una, pero esa pequeña e insignificante letra era para ellas un océano infinito.

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Ésta, la tristeza, siempre se encontraba con el miedo, aunque siempre iba en busca del valor, su gran amigo. No entendía por qué no podía jugar con quien ella eligiese, al menos por una vez.Y claro, cómo no, el miedo no se despegaba de la preocupación, eran amigos inseparables. Pero ella sabía que antes o después encontraría a su fiel amiga, la serenidad, esa que tanto añoraba y que le había hecho vivir momentos inolvidables.

Esta, la tristeza, siempre terminaba jugando con la soledad, pero la mayoría de las veces, mientras jugaban, aparecían la humillación y la vergüenza. No podía olvidar lo divertida que era la honorabilidad, siempre con juguetes nuevos e ideas creativas.

Pasaba el tiempo pensando en sus amigos, la alegría, el valor, la serenidad y la honorabilidad. Sabía que se había hecho pequeña, que se había ocultado incluso de sí misma, pero estaba segura de que antes o después volvería a sentir la alegría, se tropezaría con el valor, se encontraría con la serenidad y gozaría de la honorabilidad.

Tan solo necesitaba una letra para alcanzarlo, solo una…