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Vivas. Metáfora de la existencia

Vivas. Metáforas de la existencia Dra. Laura Lara Martínez

Noviembre es el tiempo que el almanaque dedica de modo especial a defender nuestros derechos, pues el 25 de noviembre es el día internacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres, fecha institucionalizada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de 1999.

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En el primitivo calendario romano era el noveno mes del año, de ahí su etimología. Treinta días para reflexionar acerca de la frágil existencia humana, un in media res por el devenir como esas Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique (c. 1440-1479) en vísperas del fin de la Reconquista o los lienzos de Valdés Leal (1622-1690) en pleno Siglo de Oro: In ictu oculi y Finis gloriae mundi. En efecto, las vanitas barrocas se convierten en guías epicúreas en estas páginas, ya que lamentablemente en “un abrir y cerrar de ojos” se acaba el paso por la Tierra y el individuo se encuentra solo, escuchando la voz de su conciencia, en los laberintos de la frontera metafísica. Siempre es triste la muerte pero más aún cuando esta se precipita porque había un asesino dentro del propio hogar, alguien a quien esa mujer una mañana o una tarde, en su casa o en una cafetería, ¿quién sabe?, había dado la oportunidad de entrar en su vida al considerarlo amigo, novio, compañero, pareja, marido… Sería toda una conquista para la humanidad que esta fecha desapareciera, porque eso significaría haber logrado extinguir la violencia machista del planeta.

Hace dos décadas y media, las Hermanas Lara estudiamos estos versos en 6º de EGB/ Primaria, los cuales aparecen con frecuencia en nuestro pensamiento como suma de aforismos, más aún en los tiempos de pandemia en que vivimos:

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el placer; cómo después de acordado da dolor; cómo a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor .

Jorge Manrique se casó hacia 1470 con doña Guiomar de Castañeda, la hermana de su madrastra, procediendo la joven de la familia más notable de Toledo. Fueron padres de dos hijos, Luis y Luisa. Ganó fama como guerrero, siendo su lema "ni miento ni me arrepiento".

Rodrigo falleció el 11 de noviembre de 1476 y su hijo 3 años después, si bien la fecha de composición de las Coplas (en tanto que género poético de la elegía funeral medieval o planto), suscita dudas cronológicas, ya que Manrique de Lara podría haber empleado estrofas escritas con anterioridad a su orfandad. La fama, el sentido de la vida, la diferencia de estamentos sociales -a los que iguala la muerte de análogo modo que a los ríos caudales y más chicos, llegando todos tarde o temprano a la mar que es el morir- y las altas dosis de resignación, cristiana, hebrea o estoica, se inspiran en textos clásicos, medievales y del Eclesiastés, combinados con la historia reciente de Castilla y sucesos autobiográficos. En una escaramuza cerca de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), que defendía el Marqués de Villena, Jorge fue herido de muerte. En la actualidad, a nivel turístico en Castilla-La Mancha existe "el triángulo manriqueño": Castillo de Garcimuñoz, donde fue herido de muerte; Santa María del Campo Rus, pueblo en el que falleció, y Uclés, donde el caballero recibió sepultura.

Guiomar sería la última musa de Antonio Machado, seudónimo de Pilar de Valderrama, a quien conoció en Segovia en su condición de catedrático de francés del instituto provincial de 1919 a 1932 y hoy da nombre a su estación de tren de alta velocidad, en memoria de los viajes a Madrid del poeta. Pero en pleno Medievo hubo hombres que supieron admirar e idolatrar a mujeres como fue el caso de Beatriz Portinari (20 de junio de 1266 - 8 de junio de 1290), conocida también como Bice, dama florentina idealizada por Dante en su Vida Nueva y, sobre todo, en la Divina Comedia.

Laura de Noves, mencionada como Laura de Sade (1310 - 6 de abril de 1348) al ser esposa del marqués Hugo de Sade, fue una noble provenzal oriunda quizás de Noves o de Aviñón. Laura sería el amor platónico de Petrarca y, aunque algunas hipótesis negaron su existencia convirtiéndola en un mero recurso poético relacionando su nombre con la etimología de laurus ('laurel', el árbol sagrado de Apolo, dios de las artes), sí que vivió realmente, acabando su existencia por culpa de la peste negra. Como imagen estilizada del amor cortés, Petrarca compuso en honor de Madonna Laura su Cancionero, integrado por 366 poemas: 263 en vida de Laura y 103 tras su muerte, así como más adelante escribiría Triunfos, alegoría religiosa donde reaparece Laura.

Jesucristo no había nacido cuando el poeta latino Horacio (65-8 a.C.) animaba a "carpe diem quam minimum credula postero":

No pretendas saber , pues no está permitido, el fin que a ti y a mi, Leucónoe, nos tienen asignados los dioses, ni consultes los números Babilónicos. Mejor será aceptar lo que venga,

ya sean muchos los inviernos que Júpiter te conceda, o sea éste el último, el que ahora hace que el mar Tirreno rompa contra los opuestos escollos. Sé prudente, filtra el vino y adapta al breve espacio de tu vida una esperanza larga. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el día de hoy. Captúralo. No te fíes del incierto mañana.

El precursor del beatus ille (que después de transcurridos más de quince siglos retomarían Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León), sentenciaba transmitiendo una ilusión chispeante por atrapar la alegría de vivir. Es la metáfora del viaje retomada por el poeta griego Cavafis (18631933), como si del retorno del homérico Odiseo a su patria se tratara.

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca (...), pide que el camino sea largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues -¡con qué placer y alegría!a puertos nunca vistos antes (...). Ten siempre a Ítaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje.

En nuestros días, las filosofías orientales y el mindfulness (técnica de relajación que invita a tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración que produce el no poder cambiar determinadas situaciones) predican el mismo mensaje. Y las mujeres lo sabemos pero queremos estar vivas para disfrutar de cada minuto sin miedo, siendo libres de sufrir el impacto de los micromachismos, términos o conductas que, quien los profiere, automáticamente los transforma en macromachismos que caen como losas llenas de prejuicios anticientíficos.

Esperamos que pronto la igualdad, la tolerancia y el respeto universal de los derechos humanos se hagan efectivos como lo fueron en esos clásicos juegos de esferas que María Lara compone y relata magistralmente en su novela El velo de la promesa (Premio de Novela Histórica “Ciudad de Valeria”), aventuras en torno al Mediterráneo y al mar Negro en la Antigüedad tardía que Caerelia y el resto de personajes literarios prosiguen en la continuación de la saga en Memorias de Helena.