CRIANZA & SALUD No. 12-1

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De 6 a 12 años

La escuela: escenario de realidades

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Opinan los expertos

Problemas de aprendizaje. Lo que los padres deben saber

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Entorno

La disciplina humanizada: una cara del amor

Crianza Salud &

A ñ o 12 • n ú m e r o 1 • f e b r e r o - m a r z o 2 0 14 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a

Para el bienestar de la familia

Azúcar:

¿sí o no?



Contenido

Así es su mundo

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La llegada de un bebé cambia la vida de la pareja que debe empezar a construirse como padre y madre. Cómo asumir ese nuevo papel.

Junta Directiva Nacional 2014 - 2016 Presidente Dr. Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez

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Azúcar: ¿sí o no?

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De 6 a 12 años La escuela: escenario de realidades

Vicepresidente Dra. Marcela Fama Pereira Secretario Dr. José Fernando Gómez Urrego Fiscal Dra. Ángela María Giraldo Mejía Vocales Dr. Juan Camilo Jaramillo Bustamante Dr. Mauricio Guerrero Román Dr. Mauricio Hernández Cadena Dr. Diego Mauricio Cardozo Rodríguez Dr. Jûrg Niederbacher Velásquez Dr. Jairo Enrique Ascencio Gutiérrez Dra. Mónica Tovar Díaz

Gerente Gloria Zuccardi

Opinan los expertos

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Problemas de aprendizaje. Lo que los padres deben saber

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La disciplina humanizada: una cara del amor

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La alimentación y la crianza humanizada

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A propósito de la crianza de los niños en edad preescolar, sabía usted que:

Coordinadora de publicaciones Mónica Vivas

www.crianzaysalud.com Año 12 - número 1 febrero - marzo 2014 ISSN 1692-150X Director

Entorno

Juan Fernando Gómez Ramírez Producción Editorial IPE- Mercadeo Relacional Legis S.A.

Prevención Avenida calle 26 No. 82-70 Bogotá D.C. Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316 ana.castillo@legis.com.co andres.rivera@legis.com.co Editora: Ana Luz Castillo Barrios Coordinadora editorial: Ana María Gómez Campos

Preguntas y respuestas

Foto portada ©2013 Shutterstock.com

Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304 Bogotá D.C. Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110 Correo electrónico: scp@cable.net.co

Si su hijo está poniendo todo su empeño en aprender ciertas habilidades, pero no es capaz de seguirles el ritmo a sus compañeros, es importante averiguar el porqué. Si tiene un problema o dificultad en el aprendizaje cuanto más temprano lo detecte, más pronto podrá buscar ayuda.

Autoridad significa sostener para crecer. Muchos padres la confunden con violencia o permisividad. Ser justos, garantiza una buena crianza.

La mejor manera de inculcar buenos hábitos de alimentación en los niños es a través del respeto, el amor y la inteligencia. Mitos y verdades que los padres deben conocer.

Durante esta etapa los niños y niñas empiezan a fortalecerse como seres humanos eficientes e independientes.

Fotos: ©2013 Shutterstock.com

Corrección de estilo: Lina María Martínez F. Diseño y diagramación: Angélica Gómez Batista

Es innegable que el sabor dulce es uno de los preferidos de niños y adultos, pero el consumo de alimentos con azúcar adicionada debe ser moderado. Aunque no se trata de prohibirlos, entre menos hagan parte de la dieta, mejor.

La etapa de la infancia comprendida entre los 6 y los 12 años tiene como centro de la vida la escuela. Cada niño que ingresa es único y así debe ser tratado, a fin de estimular el desarrollo de sus múltiples inteligencias.

Rpte. Capítulos Clara Esperanza Galvis Díaz Presidente anterior Ana Cristina Mariño Drews

Desde el nacimiento El primer hijo

Además... Editorial Cartas de los lectores Recomendados en todos los sentidos

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Crianza y autoridad: una alianza necesaria y posible

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Caricatura

Recuerde que... Una pertinente reflexión para nuestro tiempo 3



Editorial

Crianza y autoridad: una alianza necesaria y posible

L

a crianza definida como el proceso de acompañar, educar y orientar a niños y niñas en la aventura de la vida, debe fundamentarse en un ejercicio asertivo de la autoridad, que grupos de expertos califican como benevolente y con serena firmeza. El buen ejercicio de la autoridad en la crianza tiene como función enseñar a obedecer responsablemente dentro de un proceso gradual de socialización, entendida esta como convivencia en democracia. Una de las connotaciones etimológicas más reconocidas de la palabra autoridad se refiere a la raíz latina augeo, que significa, entre otras acepciones, ‘hacer crecer’. Desde su origen debemos tener claro que el ejercicio asertivo de la autoridad debe permitir que los niños y niñas avancen de manera segura hacia la meta fundamental de su autonomía. Con mucha frecuencia se observa que las prácticas de crianza oscilan pendularmente entre la permisividad y el autoritarismo. La primera deroga las normas estableciendo para el niño un enorme vacío y el segundo las refuerza, pero de una manera amañada y caprichosa. Como la anota William Damon, por opuestos que puedan parecer, la permisividad y el autoritarismo de los progenitores y de otros adultos

acompañantes, tienden a producir en los sujetos de crianza personas con un pobre autocontrol y una incorporación difícil al tejido social, que compromete el ejercicio vital gratificante al que tienen derecho. La invitación que hacemos con vehemencia desde la Sociedad Colombiana de Pediatría tiende al rescate de un buen ejercicio de la autoridad, que le aporte a los sujetos de crianza los elementos necesarios para obrar con la responsabilidad y la libertad, que les permita afrontar con éxito cada una de las etapas de su proceso vital. Un buen resumen de nuestra propuesta lo encontramos en esta reflexión de Emanuel Levy: “La autoridad es el equilibrio entre la libertad y el poder”.

Ilustracio nes: ©20 1

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Cartas de los lectores

Recuerde que: Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño pue­de acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo dice textualmente: “Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención. Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”.

Señores Revista Crianza & Salud Sociedad Colombiana de Pediatría Es muy buena la revista que ustedes lideran y me parece que todos los temas son muy actuales y de utilidad para las personas que tenemos hijos. Tengo un bebé lactante y me gustaría mucho que me asesoraran en esta inquietud: ¿A qué edad es recomendable que los niños que utilizan el biberón para alimentarse, dejen de hacerlo?

Rta./ Cordial saludo. Como respuesta a su inquietud, predomina la recomendación entre los expertos de que los niños y niñas dejen por completo el uso del biberón ojalá hacia el año de edad o, en su defecto, a más tardar hacia los 18 meses. Desde que los niños aprenden a beber en vaso, ya no necesitan el biberón. Se sugiere comenzar gradualmente, eliminando el biberón del mediodía, luego el de la tarde, después el de la mañana y, por último, el de la noche, que es el usualmente más difícil de dejar. Cordialmente, Sociedad Colombiana de Pediatría

Muchas gracias, Elena María Ossa

Fotografía: ©2014 Shutterstock.com

Guía de

anunciantes

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Pág.

Pág.

02. Dettol 04. Nestlé 11. Chocolisto 17. Sociedad Colombiana de Pediatría 27. Enfagrow

31. Sociedad Colombiana de Pediatría 35. Sociedad Colombiana de Pediatría 39. Alpina Baby 40. Alpinito


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Así es su

mundo

“No se trata de predecir el futuro, sino de hacerlo posible”. Antoine de Saint-Exupéry

08 Desde el nacimiento 12 Desde el nacimiento 18 De 6 a 12 años

El primer hijo Azúcar: ¿sí o no? La escuela: escenario de realidades


Así es su mundo Desde el nacimiento

El primer

hijo Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra puericultor, y

María Eugenia Villegas Peña Especialista en familia

C

uando nace el hijo la familia centra la atención hacia su interior para responder a las necesidades de este; los padres se cierran al mundo exterior y difieren la satisfacción de sus necesidades individuales y de pareja, para enfocarse en el nuevo papel de ser padres.

Son tres Con mucha razón se ha afirmado que: “Cuando nace un niño, nacen tres personas: un padre, una madre y un hijo”. Hasta este momento la pareja funcionaba como díada; ahora, debe ampliar la estructura de manera que el hijo tenga su propio espacio, siendo uno de los cambios más significativos y trascendentales para la familia, que debe cambiar su cotidianidad.

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La espera y el nacimiento del primer hijo son eventos significativos para la pareja, porque fuera de ampliar la familia, significa construirse como padre y madre para el resto de la vida.


Así es su mundo Desde el nacimiento

Cambios en el grupo familiar

• La pareja puede verse afectada en su relación conyugal dada la dimensión que adquiere la de padres. • Los parientes de ambos pueden llegar a intervenir en las relaciones de la nueva familia, de tal manera que les afecten la autonomía e independencia.

Sentimientos que se generan en la madre La madre puede sentir como un peso la crianza y la satisfacción de las necesidades del hijo, de tal manera que ella como mujer y esposa se debilite; puede ocurrir agotamiento por la intensidad del trabajo, la falta de tiempo para ella misma, sentir que no tiene espacio para su descanso, e incluso llegar a pensar en ocasiones que la colaboración del compañero podría ser mayor, todo lo cual puede ser acentuado por la tendencia a la depresión que con frecuencia tienen algunas madres en el posparto inmediato.

El niño y la madre tienen una relación muy estrecha: el uno vive para el otro.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

La presencia y demandas del niño exigen un reajuste en la relación de la pareja, en la que puede ocurrir una crisis si en la etapa anterior no se reflexionó sobre los cambios ni se elaboraron acuerdos ante lo que es la llegada y crianza del hijo. El hijo puede llegar en la plenitud del desarrollo de la pareja, cuando fortalecidos mutuamente planean y preparan las condiciones para su llegada y son conscientes de la responsabilidad que esta tarea conlleva. Puede ser una pretendida estrategia para mejorar las desavenencias de la pareja, situación esta muy compleja por los cambios que implica la responsabilidad de ser padres, los que sumados a la insatisfacción de la pareja como tal, van a contribuir a la generación de conflictos que dificultan las condiciones para crear el ambiente adecuado que posibilite el desarrollo armónico del grupo familiar. Generalmente, se acepta que el nacimiento de un niño no hace que un buen matrimonio se dañe o que uno malo se mejore. Si el hijo llega sin ser planeado, pero la pareja se siente capacitada para preparar las condiciones que implican el desarrollo del nuevo ser, se establecerán los acuerdos que permitan reorganizar su cotidianidad y posibilitar su buen desarrollo. Cuando el hijo llega sin ser planeado ni deseado y la pareja no se prepara, este evento se convierte en motivo de insatisfacción y conflicto, tanto en la relación conyugal como en la proyección como padres. Otros cambios que se promueven en el grupo familiar en este período son: • Variaciones en los límites de la intimidad de la pareja. • El niño y la madre tienen una relación muy cercana: el uno vive para el otro. • La relación de la pareja se puede desestabilizar porque los padres se dedican en forma absoluta a la atención del hijo. • El padre puede asumir una posición distante y sentirse segregado por la madre.

Sentimientos que se generan en el padre El padre puede tener un sentimiento de abandono debido a la íntima relación de la madre con el hijo; sentir que para él es lo que sobre de la atención y el cariño que la madre le proporciona al niño. El niño puede despertar celos en él porque siente que le ha quitado el apoyo emocional que la madre le ofrecía anteriormente. En general, puede predominar en este un sentimiento de abandono.

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Así es su mundo Desde el nacimiento

En las relaciones con el entorno familiar amplio es necesario tener en cuenta que el nacimiento del hijo no solo establece relaciones parentales, sino que también crea abuelos, tíos, primos.

El reto de ser padres

Si el padre es partícipe del proceso de gestación y nacimiento del hijo, se puede convertir en un gran apoyo emocional para la madre.

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Para que el sentimiento de abandono del padre y el de agotamiento de la madre no se conviertan en factores generadores de tensión para la familia, es necesario que sean expresados y que se haga un análisis comprensivo de la situación, en el cual cada uno manifieste sus sentimientos e inquietudes. Los padres han de lograr la conservación de un espacio de disfrute para los dos, lo que contribuirá a su crecimiento como pareja.

Cambios sociales Con el nacimiento del hijo se crea una convergencia de los sistemas familiares de origen de ambos padres, los cuales pueden influir en las pautas de crianza que se empiezan a determinar para el hijo. En algunos casos, los puntos de vista de las dos familias pueden ser antagónicos, dado que en ellos está presente la historia de la pareja y de las familias que ellos han construido. La tarea primordial de los nuevos padres es la de hacer flexibles y permeables los límites, permitiendo la participación de los otros grupos sin perder la autonomía que como nueva familia están construyendo. La pareja, por la natural tendencia hacia su nueva familia, tiende a alejarse de sus propios grupos familiares de origen. Es conveniente la regulación del tiempo para las visitas con el fin de conservar la intimidad de la pareja y posibilitar la reorganización de ellos como familia con hijos.

El ser padres implica contribuir en la formación de una persona; es una responsabilidad que oscila entre la satisfacción de asumir su función y el temor a equivocarse. Por este motivo, los padres de hoy desean capacitarse, con el fin de armonizar sus características individuales con los requerimientos que tiene la función de padres, dentro del proceso tendiente a lograr un mejor acompañamiento de los hijos en su desarrollo. El ser padres hoy, es una conjunción entre las características que cada uno trae de su propio sistema familiar de origen y el empeño en mejorar las debilidades que cada uno encontró en sus propios padres. Ser padres no es una tarea fácil; se construye en la cotidianidad de serlo, se asume en la medida en que se posibilitan los intercambios verbales, gestuales, afectivos, corporales y sensitivos con el hijo. Esta posibilidad solo se da con la convivencia estrecha e interactiva. El hijo con sus características propias también influye y orienta la relación que él y sus padres construirán. El ser padres es complejo, es único, es dinámico y debe cambiar de acuerdo con las demandas de cada niño. Como lo plantea Edgar Morin, la función de padres hoy se ve influenciada por el entorno: hay gran cantidad de programas de televisión y radio y folletos que describen las características de los padres, para tener hijos más inteligentes, más creativos, más independientes, más seguros; esta exigencia es una de las principales debilidades de los padres de hoy. Ser padres es una gran responsabilidad, porque con esta relación se están formando personas, lo que implica acompañar el desarrollo del hijo desde que se concibe hasta cuando se convierte en el adulto independiente.



Así es su mundo Desde el nacimiento

Azúcar: ¿sí o no?

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Así es su mundo Desde el nacimiento

Por: Ana María Gómez Campos Aida Lebbos Saad

Pediatra y Directora de Fun4Fit

Si te portas bien, te compro un helado”, “te comes las verduras y tienes derecho a postre”, “si no quieres almorzar, tómate al menos este jugo”. Con frecuencia los padres recurren a estas estrategias, como si las golosinas y los dulces fueran un premio al buen comportamiento o les ayudaran a sus hijos a comer mejor. Pero se equivocan, lo único que logran es alejarlos de los buenos hábitos de alimentación. Es innegable que el dulce es el sabor preferido de los niños, pues es el primero que conoce un bebé a través de la leche materna y desencadena una respuesta placentera. Pero eso no quiere decir que haya que preparar sus alimentos con azúcar, panela o miel, cuando en realidad ellos no los necesitan. La tendencia actual, según la nutricionista Clara Rojas, es la de no incluir durante el primer año alimentos con adición de azúcar o sal, pues esta etapa juega un papel clave en la formación de hábitos. Algunos estudios de la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica que abordan las experiencias tempranas con los sabores y las preferencias alimentarias durante la niñez han encontrado que este aprendizaje se ve limitado por predisposiciones genéticas, las cuales incluyen un gusto innato por sabores dulces y salados y rechazo por los ácidos y amargos. Los menores también están predispuestos a preferir alimentos con alto aporte de energía, a rechazar alimentos nuevos y a aprender la relación entre los sabores y las sensaciones gástricas después de ingerirlos. Sin embargo, estas predisposiciones genéticas podrían modificarse a través de la experiencia y los padres juegan un rol muy importante en la alimen-

Si los padres no incluyen golosinas en el mercado, al niño tampoco le harán falta.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Aunque no se trata de prohibirles el consumo de azúcar a los niños, entre menos haga parte de su dieta, mejor. Aporta calorías vacías y su exceso conduce a problemas de salud como sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares. ¿Cuál es la medida?

Con la asesoría de Clara Rojas Montenegro Nutricionista infantil, y

tación complementaria. A juicio de la pediatra Aida Lebbos, si los padres comen mucho dulce, los niños desarrollarán ese gusto también. Y ningún extremo es bueno. Pero, ¡ojo!, porque una cosa es el azúcar procesado y otra la que contienen los carbohidratos de las frutas, verduras y harinas, necesarios para su desarrollo y nutrición. “La energía de-

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Así es su mundo Desde el nacimiento

La infancia es el momento de enseñarles cuáles son las porciones adecuadas para su edad y las características de los grupos de alimentos.

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bería provenir de estos alimentos. Las frutas, por ejemplo, contienen fructosa, fibra, vitaminas y antioxidantes, y lo mejor es comerlas enteras y no en jugos, ya que en dicha presentación pierden buena parte de sus nutrientes. En los bebés, cuando se introducen los alimentos, es mejor la fruta macerada e ir aumentando la consistencia poco a poco”, indica la especialista. Se trata de diferenciar el azúcar natural del refinado, que se emplea en la mayoría de ‘paquetes’ y comida chatarra. En su consulta, la nutricionista encuentra que con frecuencia hay niños que no comen bien, pero cuando les ofrecen una golosina, aceptan sin renegar, al punto de sustituir una comida por un brownie o un bizcocho. Lo cierto es que, de acuerdo con Clara Rojas, “en los últimos 20 años, los parámetros de la nutrición han sufrido un cambio trascendental que se encamina hacia las necesidades nutricionales del ser humano”. Hoy por hoy debemos tener un equilibrio energético; gastar lo que consumimos. Y los niños tienen unas necesidades calóricas altas: por su metabolismo necesitan por lo menos el 50% de las calorías para su crecimiento, para digerir y excretar. A partir de los dos años, la velocidad de crecimiento disminuye y cuando van al colegio pasan más tiempo sentados y la oportunidad de practicar alguna actividad física disminuye. En el caso de los deportistas, demandan más energía de absorción lenta, que se obtiene de los carbohidratos, no del azúcar. Y aunque un individuo puede vivir sin azúcar, no se trata de

suprimirlo de la dieta, sino de comer con moderación. “Hay personas que necesitan azúcar, que si no consumen sienten desasosiego —como una adicción—, y se trata de evitar llegar hasta ese punto”, anota la nutricionista.

Cambios en el mercado Qué come un niño, cómo, cuándo y dónde depende de los cuidadores, y si no tiene golosinas en casa, pues simplemente no le harán falta; así se le evitarán riesgos para su salud, como el sobrepeso que puede facilitar el desarrollo de trastornos metabólicos, diabetes tipo 2, aumento de la grasa abdominal, hipertensión, problemas cardíacos y caries (usualmente por consumir bebidas azucaradas antes de dormir y no cepillarse los dientes después). Uno de los problemas contundentes es la alimentación en los colegios: el exceso de dulces, grasas, jugos y productos de repostería. Como se sabe, los hábitos de alimentación se adquieren en los primeros años de vida. Por eso, conviene que los padres hagan una revisión de cómo hacen el mercado y orientarlo a que sea más saludable. El menú de sus loncheras también hay que controlarlo, así como el tiempo que dedican a la actividad física, que debe motivarse. “El problema es que los padres no saben poner límites ni reglas y ellos son los únicos responsables de la alimentación de sus hijos”, enfatiza la pediatra Aida Lebbos. Los malos hábitos dependen de una decisión familiar y del manejo integral que se les dé en casa. Los adultos educan con el ejemplo.

¿Qué deben comer? De acuerdo con la nutricionista Clara Rojas, la cantidad de alimentos depende de la edad, pero el menú de los niños debe incluir lácteos, frutas, verduras, proteínas (huevo, carne, pollo, pescado, vísceras, fríjol, lenteja), y farináceos (harinas y tubérculos), tal y como lo recomiendan las Guías Alimentarias del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).


Así es su mundo Desde el nacimiento

• Huevo o queso. • Fruta.

A media mañana:

• Fruta: mejor entera, no jugos ni bebidas azucaradas a base de fruta o una bebida láctea.

Almuerzo:

Las preparaciones deben ser, de preferencia, asadas, cocidas, horneadas y a la parrilla, en lugar de los fritos, los cuales se deben evitar hasta donde sea posible. Si bien los niños necesitan un aporte de grasa, estas no deben ser saturadas; los expertos recomiendan utilizar aceite vegetal de canola, maíz y de oliva. En cuanto a las gaseosas, es mejor cambiarlas por agua y bebidas no calóricas, así se convierte en hábito. Vale la pena tener en cuenta que los alimentos dulces interfieren con el apetito del niño y solo contienen calorías vacías, es decir, que no aportan nutrientes. Las cifras de sobrepeso y obesidad infantil crecen y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2015 habría aproximadamente 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad, si no se ponen en práctica, en forma masiva, las medidas de prevención. El desequilibrio entre el ingreso y el gasto de energía es una de las principales causas, sumado a la falta de actividad física. La modificación mundial de la dieta ha llevado a un aumento en el consumo de

alimentos elevados en calorías, grasas y azúcares, pero bajos en vitaminas, minerales y otros nutrientes. Por esta razón, la OMS recomienda entre sus estrategias lograr un equilibrio energético y un peso normal, reducir el consumo de alimentos con alto aporte de energía y aumentar el consumo de frutas y verduras en la dieta diaria.

Menú ejemplo Las guías alimentarias para mayores de dos años exponen los siete grupos de alimentos que componen una dieta balanceada. La recomendación es incluir carbohidratos (cereales, pan, pastas, arroz, papa) entre cuatro y seis raciones diarias. Frutas y verduras, cinco al día, que pueden ser tres raciones de frutas y dos de hortalizas. La carne, el pescado, los huevos y las leguminosas: una o dos porciones diarias. Los dulces deberían consumirse ocasionalmente. Por ejemplo:

• Cereales: un pocillo de pasta, un pocillo de arroz, una papa o un pocillo de leguminosas (arveja, fríjol, lenteja). • Proteínas: carne, pescado, pollo. • Verduras: ensalada mixta con zanahoria, apio, lechuga o tomate o ahuyama, acelgas, habichuela. • Agua: debería ser la bebida habitual del niño. • Fruta: -una para el postre- un banano, una manzana, tres ciruelas, dos duraznos, dos guayabas, una naranja o mandarina, una tajada de papaya o media de piña.

Onces:

• Un pocillo de leche, kumis o yogur, una tajada de queso. • Galletas, frutos secos.

Comida:

• Verduras en ensalada o puré. • Huevo (uno al día), carne o pescado. • Arroz, pasta, plátano. • O pasta con pollo y verduras. • O sándwich de atún, con lechuga y tomate. • Fruta.

Desayuno:

• Un yogur o un vaso de leche. • Una tostada, pan, mogolla, arepa, avena, medio envuelto o cereal.

Si van a comer dulce, resultan más saludables los que contienen fruta o leche. 15


Así es su mundo Desde el nacimiento

Tendencias en hábitos de alimentación El ICBF estableció los perfiles de niños (a partir de los dos años) y adolescentes, de acuerdo con sus tendencias alimentarias. Los padres están llamados a motivarlos a mejorar sus hábitos.

• Preescolar (2 a 6 años): Son altamente emocionales e impulsivos y es aquí cuando más manipulan a sus padres con la alimentación. En esta etapa el niño perfecciona su capacidad para caminar, lo que le brinda más independencia y la posibilidad de alcanzar objetos y alimentos sin la ayuda de los adultos. Esto también aumenta considerablemente su consumo calórico y se incrementan las necesidades nutricionales. Así mismo, empieza a consumir alimentos por fuera del hogar y se estimula su capacidad de selección, esencialmente imitando lo que observa en los adultos. Por eso, la preparación y presentación de estos es clave. Si los padres o cuidadores no tienen buenos hábitos, comen dulces y paquetes, ese será el ejemplo. Y aunque no se trata de prohibirlos, si se pueden evitar, mucho mejor.

• Escolar (7 a 12 años): Los modelos de autoridad se modifican y los maestros son ahora figuras influyentes. En esta etapa cambian las expectativas sociales del niño y se hace más susceptible a la presión de los medios de comunicación, los pares y la moda. Cuando inician las prácticas deportivas, se incrementan sus requerimientos calóricos y proteicos para la formación muscular y

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ósea. Suelen experimentar apetito desaforado. Se incrementa el deseo por las comidas rápidas, aumenta el consumo de alimentos industrializados, cereales refinados y paquetes, y disminuye el de frutas y verduras. Muchos también se interesan por los juegos electrónicos, internet y la televisión, lo que puede disminuir su actividad física y generar problemas de sobrepeso y obesidad.

• Adolescentes (13 a 17 años): Los adolescentes inician el desprendimiento de la casa parental y suelen asumir actitudes de control y liderazgo. Empiezan a explorar las relaciones de pareja y se preocupan profundamente por su imagen corporal, lo que lleva a muchos a regímenes de ejercicio y dietas, en no pocas ocasiones, extremos. Se sienten atraídos por las comidas rápidas y la televisión o el acceso a las redes sociales influyen en sus preferencias.



Así es su mundo

De 6 a 12 años

La escuela:

escenario de realidades 18


Así es su mundo

De 6 a 12 años

El maestro y la escuela son el segundo escenario de la crianza. Cada niño que ingresa es único y así debe ser tratado, con sus fortalezas y debilidades, a fin de estimular el desarrollo de sus habilidades y múltiples inteligencias. Por: Carmen Escallón Góngora

Pediatra puericultora y terapista de familia requiere de maestros que sean verdaderos parteros que permitan que el conocimiento nazca sin presiones y al ritmo de cada niño. Cuando el niño ingresa a la escuela primaria es frecuente que aparezcan algunos temores, como el miedo a los nuevos amigos, a la desaprobación social, a hacer el ridículo, a la burla de los compañeros, a equivocarse, a los maestros; y que continúen los miedos que trae de la etapa preescolar, tales como el miedo a la oscuridad, al abandono, a la muerte, a la violencia, a los fenómenos naturales y a lo desconocido. La creación de un espacio escolar sano es una tarea tanto de padres como de los profesionales de la salud, educación e ingeniería. Se deben tener en cuenta factores como la localización de la escuela, la cual deberá estar lejos de sitios que produzcan contaminación auditiva o ambiental. El salón debe ser amplio, iluminado, con buena acústica y ventilado. La escuela para el niño se vuelve menos atractiva y menos lúdica de lo que fue el jardín. Padres y maestros están ante el reto de posibilitar

La escuela debe favorecer la investigación, la curiosidad y el asombro, tan necesarios para los estudiantes.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

L

a etapa de la infancia comprendida entre los seis y los doce años tiene como centro de la vida la escuela, por ello, a este período de la vida del ser humano se le llama etapa escolar. En esta época el niño se convierte en un nuevo científico, con una forma de pensamiento que va desde el puramente mágico y concreto hasta llegar al pensamiento abstracto, es decir, que emite conceptos a partir de las ideas. Ocurren cambios significativos, hasta el punto de que podemos mirar las diferencias que existen entre un niño que ingresa a la escuela y el que sale al final para entrar a la secundaria. Es una etapa de crecimiento intelectual, moral, espiritual y físico. Para el escolar el estudio es la principal actividad. La escuela se convierte en su centro, de allí la importancia tan grande de contar con un sistema escolar que capacite al niño, enseñándole nuevos y complejos conceptos por un lado, y que permita la formación humana por el otro, y que le desarrolle los valores humanos y un nivel de crecimiento tal, que sea capaz de tener conciencia de sí mismo, de los otros, de la sociedad y del universo que habitamos. La escuela debe permitirle al niño escolar el desarrollo armónico de todas sus inteligencias múltiples: la lógico-matemática, la inteligencia emocional, la musical, la corporal, la ecológica, la espiritual y la espacial. Para ello, debe considerar que cada niño que ingresa a su sistema es único y, por lo tanto, debe ser tenido en cuenta con sus fortalezas y debilidades, preocupándose por estimular su potencialidad. Este tipo de escuela

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Así es su mundo

De 6 a 12 años

un sistema escolar que se convierta en escenario de varias realidades: donde se conjugue el aprendizaje con el asombro, con el juego, la magia y la fascinación. En la escuela, el niño desarrolla habilidades que impulsan y promueven su desarrollo físico, emocional, espiritual y social. Socializa con otros niños y así construye un nuevo mundo. Además de aprender a leer, escribir, operaciones matemáticas e historia, geografía, el niño adquiere nuevas destrezas integrales, y logra aprender lo que es el sentido de la amistad, de la justicia, de la lealtad y la confianza. Así mismo, supera miedos, se enamora y juega.

Los maestros son verdaderos espejos en donde los niños se reflejan, y tienen gran significado para su vida.

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Maestro, modelo Los programas escolares deben fundamentarse en las características, necesidades e intereses de los niños. Deben ser dignos y asertivos evitando el autoritarismo y la permisividad. De igual forma, depende mucho la imagen del maestro como modelo, para que el niño aprenda ese otro currículo, que es el aprendizaje de los valores humanos. En la escolaridad, el maestro tiene un gran significado para la vida del niño, hasta el punto que el maestro y la escuela se constituyen en el segundo escenario de crianza. El escolar va a la escuela porque necesita autonomía, necesita hacer amigos y aprender. La adaptación del niño depende de la escuela misma, del respeto que el maestro tenga de los derechos humanos, de la aceptación de los otros niños, de la organización afectiva que el niño trae, de su experiencia en el preescolar, así como del tipo de familia que tenga.

El maestro es el elemento que unifica y sostiene a los niños en la escuela; es el adulto que representa el respeto y la autoridad. La mayoría de los problemas de adaptación escolar y de aprendizaje se originan cuando el niño ingresa a la escuela primaria y a la secundaria. En estos dos períodos sensibles la sabiduría del maestro, su paciencia, su dignidad y su madurez afectiva son determinantes. Si el maestro sabe resolver conflictos y sabe vivir, con toda seguridad ayudará al niño a resolver sus propias crisis.

Escuela y casa en conexión Los padres deberán participar de las actividades de planeación y ejecución de los programas académicos de sus hijos, manteniendo una comunicación constante con el colegio. Deberán acompañar a su hijo en la escogencia de este, animarlo y ser ellos mismos modelos en cuanto al cumplimiento de sus funciones. Un padre que trabaja con agrado enseña a su hijo que el trabajo es un gozo que dignifica y promueve bienestar. Un padre que lee, enseña a su hijo el agrado por la lectura, clave para la vida. Los padres deben convertirse en animadores del proceso escolar de sus hijos, respetando la autonomía del muchacho. Deben estimular la reflexión, la imaginación y la creatividad sin hacerle los trabajos al niño. Igualmente, deben ayudar a sus hijos a revisar las debilidades y fortalezas, a aprender de sus caídas y a estimular los logros. Deben respetar el ritmo de aprendizaje, recordando siempre que cada niño es único e irrepetible, y que, por lo tanto, compararlo con otro lo enajena y lo disminuye.


Así es su mundo

De 6 a 12 años

Recomendaciones

Cuando el niño hable del colegio, déle suficiente interés a este tema, así sabrá cómo va el desarrollo escolar. En la casa se deben crear hábitos de estudio, para ello, se debe disponer de un espacio adecuado con una mesa, sin la presencia del televisor, y con música agradable. La escuela puede convertirse en un refugio para el niño. Cuando la calle y la familia son los sitios del dolor, la escuela debe seguir siendo el sitio de la felicidad. El maestro debe convertirse en un sanador de las heridas físicas y emocionales de la infancia. Cuando el escolar cometa una infracción, el maestro debe sancionar con palabras que cuestionen el acto, pero jamás atacando al niño. Nunca se debe sancionar al niño quitándole el recreo o con planas o frases repetidas. Esto lo lastima y le produce aversión por la escritura. La metodología empleada debe ajustarse a las necesidades físicas y emocionales del niño y del maestro; las clases, entre tanto, deben desarrollarse más en espacios abiertos, y más desde el juego y la lúdica, que le brindan mayor motivación al niño. El escolar, al igual que los demás seres humanos, necesita un significado para aprender; es lo que se llama aprendizaje significativo. Este debe satisfacer una necesidad por conocer por parte del niño. La lectura y la escritura se constituyen en la herramienta más importante en el escolar, sobre todo los

primeros años, pues modifica áreas importantes del cerebro y transforma el pensamiento del niño, volviéndolo más lógico. La lectoescritura le genera seguridad, orgullo y autonomía, al tiempo que lo introduce en el mundo del conocer por él mismo y en el de transmitir sus emociones y pensamientos en un papel. Le permite, además, avanzar en las demás materias y le abre la puerta a un universo de realidades desconocidas, promoviendo así la fantasía y la capacidad de soñar. El escolar poco a poco va haciendo grupos de amigos y así la escuela se convierte en el eje de su vida social. Los amigos son necesarios y el escolar siente la importancia de sentirse aprobado y aceptado por ellos. Todo lo que acontece en la escuela es importante para el escolar. Esos buenos maestros dejan en el chico una marca amorosa que nunca se borrará y que le ayudará en los procesos de vida. La escuela debe entender su significado y cada día trabajar hacia la construcción de un territorio de paz, de un espacio de consensos y de diferencias, donde el error sea parte del proceso, donde cada estudiante sea tenido en cuenta como único e irrepetible, y donde el maestro entienda que la letra con sangre no entra. Esta será la escuela que necesita la región: una escuela para la paz.

• En las posibles opciones de escuela deben tener en cuenta el ambiente emocional, las instalaciones, el patio y los otros escenarios. • El primer día de clases es difícil, así que este debe ser acompañado con mucha paciencia y solidaridad. • Hagan de las rutinas de la mañana un espacio de juego y gozo. • No castiguen a su hijo cuando se equivoque, como una manera de recordar que el error es parte del aprendizaje. • Trabajen en los hábitos de estudio de su hijo, haciendo un espacio de estudio agradable, que fomente la lectura, y siendo ustedes excelentes modelos. • Revisen la relación que ustedes tienen con su trabajo, tanto si es buena como mala, como un excelente modo de entender que el niño tiene un modelo para imitar. • Mantengan una estrecha y buena relación con el colegio. • Participen en las actividades escolares de su hijo, siendo propositivos y creativos ante el mundo escolar.

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Opinan los expertos

Problemas de

aprendizaje

Lo que los padres deben saber

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Opinan los expertos

S

¿Qué es un problema específico o dificultad en el aprendizaje? Problema o dificultad en el aprendizaje es el término que se utiliza para describir una serie de problemas de aprendizaje. Estos tienen que ver con el modo en el que el cerebro obtiene, usa, almacena y envía información. Los niños que sufren problemas en el aprendizaje pueden tener dificultades con una o más de las siguientes destrezas: leer, escribir, escuchar, hablar, razonar y hacer operaciones matemáticas.

¿Qué causa un problema específico o dificultad en el aprendizaje? No siempre se conocen las causas de las dificultades en el aprendizaje. Hay varias posibles. A menudo los niños que padecen de este trastorno tienen un padre o pariente con una dificultad en el aprendizaje igual o similar. En algunos casos, los niños que tienen un problema de aprendizaje nacieron con bajo peso, o fueron prematuros. En otros casos, una lesión o enfermedad durante le niñez pudo haber causado el problema, por

Todos los niños tienen talentos especiales y debilidades específicas, por eso aprenden a distintos ritmos.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

u hijo aprenderá muchas cosas en la vida: a escuchar, hablar, leer, escribir y hacer operaciones matemáticas. Es posible que le sea más difícil aprender algunas destrezas que otras. Si su hijo está poniendo todo su empeño en aprender ciertas habilidades, pero no es capaz de seguirle el ritmo a sus compañeros, es importante averiguar el porqué. Puede haber varias razones. Si su hijo tiene un problema o dificultad en el aprendizaje cuanto más pronto lo detecte, más pronto podrá buscar ayuda. Aunque este problema no tiene una cura específica, su hijo puede aprender a triunfar en la escuela, el trabajo y sus relaciones personales.

ejemplo, una lesión severa en la cabeza, intoxicación con plomo o una enfermedad infantil como la meningitis.

¿Cómo sé si mi hijo tiene un problema de aprendizaje? Los problemas en el aprendizaje no siempre son evidentes. Sin embargo, hay algunos signos que podrían indicar que su hijo necesita ayuda. Tenga en cuenta que los niños se desarrollan y aprenden a distintos ritmos. Comuníquele a su pediatra si su hijo muestra cualquiera de los siguientes signos:

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Opinan los expertos

Los niños en edad preescolar podrían tener:

Los problemas de aprendizaje no tienen nada que ver con la inteligencia.

• Demora en el desarrollo del lenguaje. Hacia los dos años y medio de edad, su hijo deberá ser capaz de hablar usando oraciones cortas. • Problemas en el habla. Hacia los tres años de edad, su hijo deberá hablar lo suficientemente bien como para que los adultos entiendan casi todo lo que dice. • Problemas de coordinación. Hacia los cinco años de edad, su hijo deberá ser capaz de abotonarse la ropa, recortar y saltar. Deberá ser capaz de copiar un círculo, un cuadrado o un triángulo. • Corto margen de atención. Entre los tres y los cinco años de edad, su hijo debe estar en capacidad de quedarse sentado para escuchar un cuento corto. A medida que su hijo crece, deberá ser capaz de prestar atención por períodos de tiempo más largos.

Los niños en edad escolar y los adolescentes podrían tener dificultades para:

• Seguir instrucciones. • Organizar sus cosas y permanecer organizados en la casa y en la escuela. • Entender instrucciones verbales. • Aprender datos y recordar información. • Aprender las asignaturas que se enseñan en la escuela (por ejemplo, matemáticas, lectura o gramática) y a la vez ser hábiles para otras cosas.

• Adaptarse a sus compañeros o comunicarse con otras personas. • Modular palabras y leer o deletrear. • Escribir con claridad (es posible que tenga muy mala letra). • Concentrarse y terminar las tareas escolares (pueden tener una marcada tendencia a soñar despiertos).

¿Cuáles son los problemas más comunes en el aprendizaje? A continuación se describen brevemente algunos de los problemas más comunes en el aprendizaje. Tenga en cuenta que no todos los niños que padecen de este tipo de trastorno encajan exactamente en uno de estos tipos. Es importante hacer una evaluación cuidadosa de cada caso.

Los niños que tienen un trastorno de lectura:

• Pueden no recordar los nombres de letras y de los sonidos que estas hacen. • Pueden no entender las palabras que se les leen. • Pueden no entender que las palabras están formadas por sonidos y que las letras representan esos sonidos. • Pueden no ser capaces de pronunciar palabras a la velocidad adecuada y de la manera correcta. • Pueden tener dificultad para deletrear palabras. • Pueden tardarse más en leer palabras que ya conocen.

Los niños que tienen un trastorno de escritura (grafomotor):

• Pueden tener dificultad para usar un bolígrafo o lápiz. • Pueden no recordar cómo están formadas las letras. • Pueden tener problemas para copiar figuras o dibujar líneas, así como para espaciar las cosas correctamente en el papel. • Pueden tener dificultad para organizar y escribir sus pensamientos en el papel. • Pueden tener dificultad para escribir palabras con el fin de expresarse.

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Opinan los expertos

Los niños que tienen un trastorno en destrezas matemáticas: • Pueden tener dificultad para captar conceptos matemáticos, tales como valores numéricos, cantidades y orden de los factores. • Pueden tener problemas con fracciones, porcentajes, geometría y álgebra. • Pueden tener problemas con ciertos conceptos como el tiempo, el dinero y el sistema de medidas. • Pueden tener otros problemas que incluyen dificultades con las figuras geométricas y el dibujo.

Los niños con problemas en el aprendizaje no verbales:

• Pueden tener problemas para comprender signos o señales no verbales, como el lenguaje corporal. • Pueden tener poca coordinación.

Los niños que tienen problemas en el habla y el lenguaje:

• Pueden tener problemas para entender y utilizar el lenguaje (esto podría afectar a la vez su facilidad para leer y escribir). • Pueden tener dificultad para entender instrucciones o información nueva.

Los niños con trastornos de procesamiento auditivo central:

• Quizás no tengan problemas para escuchar, pero presentan dificultad para comprender y retener lo que escuchan. • Pueden tener una debilidad específica en el modo en que escuchen los sonidos. Es posible que estos niños tengan dificultades mayores cuando haya mucho ruido en el fondo.

Las pruebas informales y las evaluaciones formales son maneras en que los maestros y otros especialistas en educación pueden ayudarle a determinar si existe un problema. Es posible que el pediatra quiera hacerle a su hijo un examen visual y de audición para descartar otros posibles problemas. También podría llevar al niño a un pediatra especializado en problemas del desarrollo neurológico, a un pediatra experto en desarrollo y comportamiento o a un neurólogo infantil. Otros profesionales que pueden ayudar en esos casos son los psicólogos y los especialistas en educación. Los niños que tienen problemas en el aprendizaje pueden ser elegibles para recibir servicios especiales que les ayudarán a tener un buen desempeño escolar. Esto podría incluir tutoría, exámenes sin restricción de

¿Existe una cura? No existe una cura única para los problemas de aprendizaje. Cuídese de las personas y los grupos que dicen tener respuesta o soluciones simples. Quizás oiga hablar de ejercicios visuales, movimientos corporales, dietas especiales, vitaminas y suplementos nutricionales. No hay evidencia que pruebe que estas cosas son efectivas. Si tiene dudas sobre algún tratamiento, discútalo con su pediatra.

¿Quién puede ayudarle? La ley le exige a las escuelas a que ayuden a todos los niños que tienen dificultades del lenguaje o de aprendizaje sin ningún costo adicional para los padres. Si le preocupan los problemas de aprendizaje de su hijo o sospecha que tiene un problema en el aprendizaje, hable con el maestro o la maestra del niño y con su pediatra.

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Opinan los expertos

tiempo, o a veces cambios en el salón de clases dirigidos al estilo de aprendizaje específico del niño. Una forma de garantizar que su hijo reciba la ayuda adecuada es que los maestros y los padres (y a veces el pediatra) se reúnan para diseñar un plan por escrito que describa claramente los servicios que su hijo necesitará. Una vez que el plan se defina, debe ser revisado con regularidad para cerciorarse de que las necesidades del niño estén siendo satisfechas.

¿Cómo puedo ayudarle a mi hijo? La mayoría de los niños que tienen problemas de aprendizaje pueden alcanzar sus metas al desarrollar formas diferentes de aprendizaje. El amor y el apoyo de los padres, amigos y maestros, así como el cuidado médico adecuado también son muy importantes.

Formas en que puede estimular a su hijo

• Resaltar las fortalezas. Todos los niños tienen talentos especiales, así como debilidades específicas. Determine cuáles son las fortalezas de su hijo y ayúdelo a que aprenda a utilizarlas al máximo. Es posible que el niño sea bueno para las matemáticas, la música o los deportes. Quizás tenga destrezas artísticas, de carpintería o para cuidar animales. • Desarrollar destrezas sociales. Los problemas del aprendizaje combinados con los retos del crecimiento pue-

den hacer que su hijo se ponga triste, malhumorado o retraído. Ayúdelo haciéndole ver que los problemas del aprendizaje no tienen nada que ver con lo inteligente que sea. Trate de hallar clubes, equipos y otras actividades en las que se haga énfasis en la amistad y la diversión. Estas actividades también deben fomentar la confianza del niño. Y recuerde: la competencia no significa solo ganar. • Planear el futuro. Muchos padres de niños que tienen problemas en el aprendizaje se preocupan por el futuro de sus hijos. Recuérdele a su

hijo que los problemas de aprendizaje no están relacionados con su inteligencia. De hecho, muchas personas que tienen este tipo de trastornos son brillantes y llegan a tener mucho éxito en la vida. Usted puede ayudarle a su hijo a planear su futuro como adulto al estimularlo a tomar decisiones en cuanto a su carrera profesional durante los años de la secundaria. Hay carreras especiales y programas vocacionales que ayudan a fomentar la confianza al enseñar a tomar decisiones y brindar capacitación laboral adecuada.

©No deberá usarse la información contenida en esta publicación a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podría haber variaciones en el tratamiento, que su pediatra puede recomendar basado en los hechos y circunstancias individuales.

Recuerde

Los niños que tienen problemas en el aprendizaje pueden aprender y tener éxito si obtienen la ayuda y el apoyo adecuados. Una identificación temprana del problema es importante. Si tiene inquietudes acerca del aprendizaje de su hijo, hable con su pediatra. 26



Entorno

La disciplina humanizada:

una cara del amor Muchos padres confunden autoridad con violencia o permisividad. Ser justos, garantiza una buena crianza.

Por: Carmen Escallón Góngora Pediatra puericultora Terapista de familia

L

a autoridad es uno de los factores determinantes en todo sistema familiar: autoridad significa sostener para crecer. Es lo que permite que exista una organización adecuada en la colonia familiar y en la gran colonia social. Un buen sistema de autoridad produce niños sanos, adaptados a la sociedad, respetuosos, libres y conscientes. La autoridad tiene que ver con el respeto de los padres por sus hijos y de los hijos por sus padres. Se edifica en el diálogo, en el acompañamiento, en la reflexión y la revisión constante. Muchos padres confunden una buena autoridad con la violencia o la permisividad. Y justamente, ni es lo uno ni lo otro. Un adecuado sistema de autoridad se construye desde la vida dentro del útero: cuando los padres asisten a su control prenatal y la madre se alimenta adecuadamente, estimulan a su hijo y respetan el propio crecimiento y estados de este ser. Poco tiempo después del nacimiento se debe seguir en el respeto por el niño y el respeto por las necesidades de los padres. Estos últimos deben actuar como unos jardineros, estando allí hasta que el fruto de la planta brote, podando, poniendo límites, regando y nunca violentando.

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Entorno

Maltrato, nunca Con el ánimo de corregir a sus hijos y disciplinarlos muchos padres los maltratan. Muchas veces lo hacen porque se sienten frustrados ante ciertas actitudes y conductas de los hijos y ante la dificultad que tienen para controlar sus impulsos agresivos. Estos padres deberán sanar sus propios dolores ocasionados en su niñez, para no copiar la actitud que tanto les dolió, y que aunque la hayan cuestionado, terminan imitándola.

La autoridad sana no se preocupa tanto porque el niño obedezca la norma ciegamente, sino porque la cuestione respetuosamente y, cuando es pequeño, se preocupa más por enseñar que por corregir. Es necesario que los padres cuando corrijan a sus hijos pequeños les muestren además cuál es el camino o la conducta adecuada. Muchas veces los niños se confunden porque la madre está enojada porque ellos se ‘portaron mal’, pero ellos no saben cuál es la mejor manera de ‘portarse bien’. El siguiente cuadro ilustra a los padres sobre las diferencias entre el poder y la autoridad:

Autoridad • Se fundamenta en el respeto mutuo. • Crea el aprendizaje de los límites. • Es eterna. • Se fortalece cada día.

Poder • Se fundamenta en la dominación. • No enseña el establecimiento de límites. • Es temporal. • Se acaba cuando la fuerza del hijo iguala o supera la del padre.

• Se fundamenta en criterios y normas claras.

• Es confusa e inconsistente.

• Es asertiva.

• Nunca es asertiva.

• Emplea sanciones disciplinarias humanas y justas.

• Se basa en el castigo físico, psicológico, moral y social.

• Educa y crea niños sanos.

• Intimida y crea niños infelices.

• Transmite un buen modelo para imitar y enseña.

• Transmite un modelo violento que se imita.

• Se ejerce en función de la libertad. • Conjuga la ternura con la firmeza.

La autoridad sana se preocupa más por enseñar y mostrar el camino, que por corregir.

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Existen formas de autoridad falsa, que son formas de poder o uso de la fuerza física, emocional, social o moral para doblegar la voluntad del niño. Estas formas de autoridad falsas son: manipulación de los padres, amenaza, miedo, cantaleta, juicio, desvalorización, insultos y golpes.

• Se ejerce en función del dominio. • Es confusa.

• Significa sostener para crecer. • Significa obligar y someter. • Produce seres autónomos y seguros con alta autoestima.

• Produce seres heterónomos e inseguros con pobre autoconcepto.

• Produce niños que saben elegir.

• Produce niños rebeldes. 29


Entorno

Recomendaciones

Se debe cuestionar toda conducta inadecuada por parte del niño, sin lastimarlo, y dejar de usar rótulos como inquieto, insoportable, desordenado, ‘mamón’ y tantos otros que lastiman su esencia. Cuando un niño incumple una norma los padres deben sancionarlo, sin hacerlo delante de terceras personas ni en estados de profunda rabia y frustración. Ante estos estados se recomienda serenarse primero y luego ejercer la medida disciplinaria como todo buen maestro. Para crear hábitos y normas en el niño pequeño es necesario repetir la enseñanza y controlar repetidas veces hasta que el niño aprenda. Los padres deben tener paciencia, fe y mucho amor. Deben valerse de cuentos, juegos o marionetas para enseñar hábitos al niño pequeño. El niño pequeño responde muy bien a las sanciones que se hacen con firmeza, con el ánimo de enseñarle, tales como sentarlo en la silla de la reflexión, hablarle, sacarlo del campo (tiempo fuera) o quitarle privilegios. Los padres y maestros deben cuidar de no quitar el juego, la alimentación o el uso del baño. Muchas veces el niño pequeño trata de rebelarse ante una medida disciplinaria: es recomendable que los padres sean firmes y nunca suspendan el acto disciplinario, pues le-

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vantar o quitar una sanción hace que los padres se muestren inseguros e inconsistentes ante sus hijos.

Amor y firmeza Mantener la calma, sin perder la armonía ante los caprichos del niño, multiplica el éxito de la educación, a la vez que les transmite a los hijos un modelo de personalidad adecuado. Es provechoso que los padres respalden las palabras con hechos, es decir, que sean consistentes: la fuerza de la autoridad está basada en la consistencia. Las amenazas sobran y debilitan la autoridad. Anticipar la sanción disciplinaria o las amenazas a los niños daña la credibilidad en los padres. La medida disciplinaria debe ser coherente con la falta y debe tener un principio y un final. No debe ser desproporcionada porque los padres tendrán que dar marcha atrás: por ejemplo, decirle a un niño que por rabia arroja el cuaderno en el suelo que no saldrá a la zona de juegos por dos meses no solamente es imposible de cumplir, sino que debe ser suspendida, con lo cual los padres quedarán muy debilitados ante el niño. Una autoridad ideal, apoyada en la ternura y la firmeza, es la forma en que los padres pueden dejar su herencia a sus hijos; una herencia de gran valor que los acompañará por el resto de la existencia.

• Sean justos. • Sean modelos dignos de imitar. • Hablen con su hijo cuando se equivoquen, pidiendo disculpas. • Sean firmes ante los ataques para debilitar la autoridad por parte del niño, tales como los berrinches, las pataletas y la conducta desafiante. • Cuando su hijo se equivoque no le digan ‘no’ simplemente, explíquenle por qué no puede hacer determinada cosa, dándole alternativas. • Eviten el uso de autoridad falsa o formas veladas de poder, como manipulación, amenaza, golpes, burla, etc. • Sean pacientes y tolerantes con su hijo. • Explíquenle las normas a su hijo. • Repitan la enseñanza tantas veces como sea necesario en el niño pequeño. • Sancionen la conducta inadecuada del niño, evitando afectar derechos como el juego, la comida y el uso del baño. • Sean coherentes entre sus palabras y los hechos. • No supriman una sanción ni la apliquen por anticipado.



Prevención

La alimentación y la crianza humanizada Respeto, amor e inteligencia: tres palabras claves para los padres en la alimentación a los niños. Mitos y verdades. Por: Miriam Bastidas Acevedo Pediatra puericultora

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l hijo, ese regalo y a la vez préstamo que la vida le hace a los seres humanos para acompañarlo en su proceso de crecimiento y desarrollo, necesita un apoyo amoroso e inteligente que le provea de lo necesario para su existencia. De estas necesidades, una básica es la alimentación, que brindada con amor e inteligencia constituye un pilar fundamental en la crianza y favorece el desarrollo de las potencialidades del niño. Existen dos mecanismos por los que el ser humano busca alimento, uno de ellos es el hambre, que constituye una defensa y se manifiesta con un conjunto de sensaciones poco placenteras en el organismo, forzando al individuo a buscar comida para satisfacerla, y el otro, es el apetito, en el que prima el deseo, que orienta a ingerir solo cierto tipo de comidas objeto de su deseo. Dejando de lado aspectos no menos importantes como la nutrición, es fundamental reconocer que la alimentación del niño brinda un espacio privilegiado para favorecer su desarrollo y la construcción de las metas de desarrollo humano integral y diverso.

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Durante el primer año de vida del niño prima la búsqueda de alimento por hambre, quien utiliza el llanto como forma de expresarse y cuya satisfacción inmediata le da certeza de que es amado, lo cual contribuye a la construcción de su autoestima. Además, se inicia en las bases de la solidaridad al recibir la ayuda que necesita en esos momentos, permitiéndole también la autonomía alimentaria y de sus procesos digestivos que empieza a ejercer desde que nace, y lo lleva con seguridad al placer y conformidad consigo mismo y con el ambiente, fundamento de la felicidad. Hacia el segundo año de vida y en la etapa preescolar continúa el hambre como motor fundamental en la búsqueda del alimento y empieza a aparecer el deseo y la preferencia por determinados alimentos inducidos por los adultos implicados en la crianza, de tal forma que el niño aprende a comer lo que consumen en la familia y en la comunidad en la que está inmerso, y se presentan fluctuaciones en sus sensaciones de hambre y saciedad, que lo llevan a comer unos días más que otros.

Autonomía y autoestima La alimentación durante los años preescolares, el respeto por el niño y por su sensación de hambre o saciedad fortalece su autoestima, ya que este percibe que lo que siente es válido para quienes lo rodean y que, por lo tanto, él es valioso, lo cual le da la posibilidad de decir no cuando no quiere y lo prepara para afrontar algunos momentos en la vida con una negativa rotunda ante ofrecimientos que no desea aceptar, lo que favorece su propia toma de decisiones y su autonomía. Con la autonomía y la autoestima fortalecidas se da paso a la creatividad. El niño se siente amado sin condiciones, percibe que la comunicación entre él y sus padres o cuidadores es afectiva, se siente partícipe de su proceso de crecimiento y desarrollo,

Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

Prevención

y favorece la convivencia familiar, constructora de la solidaridad, que inicialmente se da consigo mismo para extenderla posteriormente a los otros. En los años escolares debe continuar ese trato que respete la dignidad humana del niño y así continuar con la construcción de su crecimiento y desarrollo. Así mismo, cobran importancia las reglas y normas que la familia establece en la alimentación, tales como los horarios y los rituales, con flexibilidad y participación, que promueven la formación de hábitos alimentarios saludables y evitan el autoritarismo y la permisividad que tanto confunden al niño. Cuando se obliga al niño a comer mediante la amenaza, el chantaje o la súplica se perturban los mecanismos fisiológicos del hambre y saciedad y, aún más grave, se afectan el amor y el respeto implicados en un buen vínculo afectivo, y aparecen el temor y el miedo, que lo obligan a aceptar lo que otros quieren que haga, negándole así la posibilidad de ser. El niño aprende a manipular a los adultos significativos con la comida ingiriéndola cuando quiere gratificarlos y rehusándose cuando desea castigarlos; esto es notorio principalmente cuando la madre trabaja y deja al niño al

Sal, grasas y azúcar pueden incluirse en la dieta, pero en sus justas proporciones.

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Prevención

El niño aprende a comer lo que consumen en la familia y en la comunidad en la que vive.

cuidado de otros a quienes les recibe muy bien las comidas, lo que significa que este ha percibido la angustia que genera en los padres el que no coma y pone a prueba tanto los límites de éstos como los suyos propios. En ocasiones los adultos recurren a la televisión, a los juegos y maromas para que el niño reciba los alimentos, y otras veces al castigo, con lo cual convierten el momento de la alimentación en un circo o campo de batalla, que distorsiona una valiosísima oportunidad de fortalecer el vínculo afectivo y la construcción bidireccional de las metas de desarrollo.

Mitos Algunas creencias sobre los alimentos y la alimentación favorecen prácticas inadecuadas e impiden una relación armoniosa entre el niño y los padres o cuidadores. • El niño gordo es el más sano y saludable: Se sabe que el sobrepeso constituye un riesgo para la salud. Indica que la dieta no es balanceada y que está recibiendo un exceso de energía que el organismo tiene que almacenar en forma de grasa. • La sopa alimenta más que el seco: Las sopa es solo una forma de preparar los alimentos en la que se utiliza mayor can-

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tidad de agua. Hay que ofrecerla al niño en cantidad suficiente, pero no en exceso, ya que tiene que ser eliminada por el riñón y suele poseer poco valor nutricional. • La sustancia de la carne alimenta más que el bagazo: La sustancia es agua con grasa desprendida de la carne; lo que es verdaderamente útil es la fibra (bagazo), por lo que hay que procurar que el niño lo ingiera. • La yema del huevo alimenta más que la clara: La yema está formada principalmente por grasa y la clara constituye la proteína; el niño debe ingerir tanto la yema como la clara. • Los niños deben comer con poca grasa, poca sal y poco azúcar: Los niños necesitan una dieta balanceada en grasa, sal y azúcar. Así se disminuye la posibilidad de colesterol alto, hipertensión o agravamiento de la diabetes, si se tiene.

Prácticas desfavorables • Ofrecer otra variedad de alimentos cuando el niño no quiere comer; pues con esta práctica él aprende a manipular a los adultos. • Interrumpir el juego para que se dedique a comer esto solo le provocará malestar y disgusto que trasladará a los alimentos. • Ofrecer golosinas antes de las comidas principales; pues esto suprime la sensación de hambre.

Algunos elementos útiles • El niño es el propio regulador de sus procesos de hambre y saciedad y estos no deben ser interferidos. • El niño ante todo es un ser humano y merece un trato justo y respetuoso. • La alimentación del niño debe enfocarse en la calidad de las relaciones que se establecen con él y no en la cantidad de alimentos que ingiera. • Los padres no deben considerarse malos padres si el niño rechaza los alimentos, ni sentir que esta actitud equivale a rechazarlos a ellos.



Preguntas y respuestas

A propósito de la crianza de los niños

en edad preescolar,

a í b a s usted

que: Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra puericultor

más difíciles y fascinantes de la crianza. ● Durante esta etapa los niños y niñas empiezan a fortalecerse como seres humanos eficientes e independientes. Lo anterior debe aproximarnos a la idea de que de manera creciente papá y mamá ya no irán siendo para los hijos el comienzo y el fin del mundo. ● La personalidad única de cada uno, así como sus preferencias y antipatías particulares explican que no exista una estrategia que funcione para todos. ● El temperamento de los hijos no solo determina sus fortalezas y vulnerabilidades, sino que también influye en la forma como usted debe tratarlo; si para ello se basa en quién es su hijo en realidad y no en

quién quisiera que fuera, podrá darle el respeto que todos los niños y niñas merecen. Los niños y niñas de esta edad suelen ser muy exigentes y obstinados y es importante que aprendan también a respetarnos. Los niños no nacen sabiendo cómo comportarse o cuáles son las reglas de la interacción social. Si usted no se las enseña, puede estar seguro de que el mundo lo hará. Tan importante como el tiempo que dedica a sus hijos, es el que usted se dedique a sí mismo(a) y a su pareja. Permítale a su hijo ser quien es, pues tiene pleno derecho a expresar sus gustos y contrariedades. Por último, para comprender que todo lo anterior no es un proceso fácil, compartimos esta reflexión de Neil deGrasse Tyson, quien afirma que: “Pasamos el primer año de la vida de un niño enseñándole a caminar y a hablar, y el resto de su vida a guardar silencio y sentarse. Algo no funciona bien”.

Fuente: Hogg Tracy y Melinda Blau. Esos terribles y fascinantes primeros tres años. Secretos prácticos para comunicarse con su hijo. Ed. Norma. Bogotá. 2003.

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Fotografías: ©2014 Shutterstock.com

● Constituye para los padres una de las etapas


Recomendados en todos los sentidos

Una pertinente

“Los niños crecen en un entorno cada vez más frenético y exigente que, por un lado, ha hecho la tarea de educar más compleja, y, por otro, los ha alejado de lo esencial. Para su éxito futuro vemos necesarios programarlo para un sinfín de actividades que los están apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza. Su vida se ha convertido en una verdadera carrera para saltar etapas, lo que les aleja cada vez más de su propia naturaleza. Muchos niños se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo, adentrarse en la realidad. Un ruido ensordecedor acalla sus preguntas, las estridentes pantallas saturan sus sentidos e interrumpen el aprendizaje lento de todo lo maravilloso que hay que descubrir por primera vez.

Educar en el asombro es replantear el aprendizaje como un viaje que nace desde el interior de la persona, una aventura maravillosa facilitada por una consideración profunda de lo que reclama la naturaleza del niño, como el respeto por su inocencia, sus ritmos, su sentido del misterio y su sed de belleza”. Catherine L’Ecuyer. Educar en el asombro. Plataforma Editorial. 4ª ed. Madrid, 2013

Ilustraciones: Juan Carlos Sánchez

reflexión para nuestro tiempo

Frases “Todos nacemos originales y morimos copias”.

Carl Jung

“Criar a un hijo exige más cariño y menos instrucciones”.

Carlos González

“Hay algo suicida en la manera en que los humanos estamos tratando a nuestros niños”.

Rosa Montero

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Recomendados en todos los sentidos

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