Reflexiones y anotaciones sobre el Proceso de Paz

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Reflexiones y Anotaciones sobre el Proceso de Paz en el Gobierno de Andrés Pastrana

William J. Clinton Andrés Pastrana Arango Gustavo Bell Lemus Camilo Gómez Alzate


Obra auspiéiada por la Fundación Konrad Adenauer

ÍNDICE Título: REFLEXIONES Y ANOTACIONES SOBRE EL PROCESO DE PAZ EN EL GOBIERNO DE ANDRÉS PASTRANA

Autores! WilliamJ. Clinton

AraésPasma/w«¡)

INTRODUCCiÓN

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PRÓLOGO AL LIBRO "LA PALABRA BAJO FUEGO" William J. Clinton

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PALABRAS EN LA PRESENTACiÓN DEL LIBRO "LA PALABRA BAJO FUEGO" Andrés Pastrana Arango

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PALABRAS DE PRESENTACIÓNDELLlBRO "LA PALABRA BAJO FUEGO" DE ANDRÉS PASTRANA Gustavo BeULemus

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LA PAZ: UNA ESTRATEGIA INTEGRAL Camilo GómezAlzate ~

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GtSavo BelI..enus

CarriIo Gómez Alzate

ISBN: 9285 - 58 - 9 Artes e Impresión: Unión Gráfica Ltda. Impreso en Colombia Bogotá D.C., 2006

ILil-A~LCiJ Stiftung Fax: (57) 1 620 8765 (!:)

PENSAMIENTO SlGLOXX1

~? Fax: (57) 1 235 9561

Las opiniones expresadas en este libro no son necesariamente las de la Fundación Konrad Adenauer y la Corporación Pensamiento Siglo XXI.

Los artfculos son propiedad de los editores, por lo tanto se prohibe la reproducción de los mismos.

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INTRODUCCIÓN ~~~r

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El pasado 5 de septiembre de 2005, en Bogotá, se llevó a cabo el lanzamiento del libro 'La palabra bajo fuego' del ex presidente colombiano Andrés Pastrana Arango (19982002). Fue un acto emocionante e importante. Emocionante para todos los asistentes, en especial, para quienes lo acompañaron durante su gobierno. E importante, porque allí se estaba escribiendo un capítulo de la historia reciente de Colombia. Como dijo el ex vicepresidente Gustavo Bell, el libro 'es un testimonio personal de su período para juicio de la historia'. Motivados por la petición de los participantes, quienes nos animaron a documentar los discursos pronunciados ese día, la Fundación Konrad Adenauer y la Corporación Pensamiento Siglo XXI, decidimos hacer esta publicación. Estamos convencidos de que la recopilación y el entendimiento de la historia son ejercicios vitales para las sociedades y, por eso, accedimos con gusto a esta labor. 5


Este libro es una invitación a los lectores a reflexionar sobre algunos acontecimientos recientes, que merecen hacer parte de la memoria colectiva. Es un relato vivo de las dificultades y tropiezos de una gestión, narrado por los testigos directos, que ayuda a comprender las complejidades en medio de las cuales se teje la historia. Es una oportunidad para conocer la evolución de algunas políticas públicas, para sopesar los avances y retrocesos de un gobierno en relación con otros, para evaluar las continuidades entre un periodo y otro. Algunos lectores, quizás, se sorprenderán de encontrar en estos testimonios algunascontinuidadescon el gobiernoactual.EIafianzamiento de la legitimidad del poder y las instituciones del Estado, la modernización y fortalecimiento de las fuerzas armadas, la búsqueda de la presencia estatal en todo el territorio, la arremetida diplomática para una mejor inserción dentro de la comunidad internacional y la búsqueda de una paz negociada, son sólo algunas de las directrices que estuvieron presentes en las políticas públicas del gobierno de Andrés Pastrana.

posiciones de los actores que buscaron la paz en Colombia durante este periodo. Entender los aciertos y fracasos de los procesos e iniciativas de paz que se han adelantado en el país, es un paso relevante para encontrar caminos hacia una paz duradera y verdadera. Además, queremos que el lector no se quede con lo que ha encontrado en este libro, que es apenas un abrebocas para los interesados en conocer lo que pasó en este lapso, más allá de los sucesos más notorios y mediáticos. Como bien lo subrayó el ex comisionado de paz Camilo Gómez: 'La estrategia de paz fue mucho más que los diálogos con la guerrilla'. Esta es, pues, una invitación para estudiar a fondo lo sucedido.

Heinrich Meyer Representante en Colombia Fundación Konrad Adenauer

Hernán Beltz Peralta Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

Los discursos y ensayos que publicamos en esta ocasión son aportes, anotaciones y comentarios sobre lo ocurrido en el proceso de paz llevado a cabo entre 1998 y 2002, que van de la mano de las apreciaciones, valoraciones y

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PRÓLOGO AL LIBRO "LA PALABRA BAJO FUEGO" ~%~"J&~0t:"'l-'BiZ"~~:;i~SW1Mll!f.~1:ti{~t~~'fm~$í;~iK~~~W~

William J. Clinton

En el despuntar del nuevo milenio ningún país de nuestro hemisferiose enfrentabaa mayores desafíosque Colombia. El narcotráfico y el terrorismo amenazaban la integridad del Estado y la estabilidad de la sociedad. Las fuerzas militares y de policía estaban debilitadas. La economía se precipitaba hacia una grave crisis. Pero el pueblo colombiano rehusó rendirse ante el terror, la codicia y el caos. Por el contrario, millones de colombianos marcharon por todo el país, enarbolando banderas y pañuelos blancos, clamando por paz, justicia y desarrollo, y por una vida tranquila. En octubre de 1997, diez millones de ciudadanos votaron en referendo informal y dieron un mandato a los líderes del país para buscar la paz con la guerrilla y los grupos paramilitares.

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Un hombre escuchó el mensaje presidente.

y en 1998 lo eligieron

El padre de Andrés Pastrana fue presidente de Colombia una generación atrás. Desde su adolescencia, Andrés demostró su vocación de servicio caminando a lo largo y ancho del país, recaudando fondos para los pobres y los niños quemados. Luego, como periodista y como político, denunció a los carteles de la droga y promovió la justicia social. En 1988, fue secuestrado por el Cartel de Medellín, y aún así no dio marcha atrás. A los dos meses de su liberación fue elegido alcalde de Bogotá. Durante su mandato fue testigo del asesinato de tres candidatos presidenciales. A pesar del riesgo que corría su propia vida, Pastrana continuó al servicio de Colombia. Tras perder por estrecho margen las elecciones presidenciales de 1994, triunfó en 1998 con un mensaje de esperanza a una nación agobiada por un conflicto de décadas con los grupos guerrilleros. Gabriel García Márquez, el Premio Nobel colombiano, reflexiona en su relato El Coronel no tiene quien le escriba que Ilelque espera lo mucho, espera lo poco". El presidente Pastrana asumió el consejo de Gabo afrontando rápida y decididamente los más insondables problemas de Colombia. 10

Como presidente de los Estados Unidos tuve el privilegio no sólo de ser testigo del coraje y sacrificios del pueblo colombiano, sino también de compartir los grandes esfuerzos del presidente Pastrana por dirigir su país por el camino de la paz y la justicia social. Fue una cruzada contra las drogas y la violencia, contra la pobreza y la intolerancia, por la libertad y la seguridad, en una alianza fuertemente renovada con Estados Unidos. Conocí a Andrés en agosto de 1998, pocos días antes de que jurase como presidente de su país. Comprendí entonces que Colombia tenía un presidente claramente independiente de las fuerzas destructivas, comprometido con la unificación de su pueblo y orientado a la construcción de un futuro mejor para su nación. Como señal del apoyo decidido de Estados Unidos a sus políticas lo invité de nuevo a Washington en visita de Estado, tan sólo dos meses después de su posesión. Pastrana bautizó como Plan Colombia su visionario y audaz esfuerzo para profundizar la democracia, extender la prosperidad, poner fin al prolongado conflicto interno y combatir la producción y el tráfico de drogas que, al igual que el narcoterrorismo, han segado tantas vidas y obstruido por tanto tiempo el progreso de Colombia. El Plan Colombia buscaba simultáneamente la paz mediante la lucha contra los carteles de la droga y la búsqueda de una salida negociada con los grupos guerrilleros. 11


Bajo el liderazgo de Dennis Hastert, presidente de la Cámara de Representantes, una gran mayoría bipartidista respaldó en el Congreso mi solicitud de 1.300 millones de dólares para cumplir con nuestra parte del apoyo al Plan Colombia. Estos fondos implicaban multiplicar por diez nuestra ayuda al desarrollo económico y social, incluyendo estímulos para cultivos legales y recursos para un fortalecimiento dramático de las fuerzas de seguridad, su entrenamiento en la protección de los derechos humanos y la extensión del acceso de los colombianos a la justicia.

impulso de esta política. Para el 2005, el Plan ha fortalecido y modernizado significativamente las fuerzas militares y de policía, reducido los cultivos de coca y amapola, expandido la economía ayudando a los campesinos a cultivar productos legales, mejorado el desempeño en derechos humanos y el sistemajudicial e inducido a miles de combatientes ilegales a dejar sus armas y retornar a la sociedad civil. Pueden faltar muchos años más para cumplir los objetivos del Plan Colombia pero, al tiempo de puolcarse este libro, se realiza un nuevo esfuerzo para alcanzar una solución definitiva.

Durante décadas, las guerrillas -notablemente las FARC y el ELN- se han mantenido en guerra contra el gobierno de Colombia y secuestrando a sus ciudadanos. El presidente Pastrana demostró la profundidad de su compromiso con la paz otorgando a las FARC una zona desmilitarizada en el sur del país como gesto de buena voluntad. No obstante, los grupos rebeldes insistieron en el secuestro y el asesinato, fracasando al no capitalizar la generosa oferta del gobierno. Esta pasará a la historia como una inmensa oportunidad tremendamente desaprovechada.

El Plan Colombia dio esperanzas renovadas al pueblo colombiano y cimentó los lazos de Estados Unidos con la democracia más antigua de América Latina. La ayuda estadounidense a Colombia es hoy sólo inferior a la que se da a Israel y Egipto en cumplimiento de los Acuerdos de Camp David.

Aún así, la estrategia del presidente Pastrana de asumir los múltiples e intrincados desafíos que enfrentaba Colombia ha dejado muchos dividendos. Estoy personalmente muy complacido de que nuestros sucesores, el presidente Álvaro Uribe y el presidente George W. Bush, hayan mantenido el 12

Estoy orgulloso de considerar a Andrés Pastrana como mi amigo y muy complacido de que él, una vez más, haya accedido a servir a su nación, en esta ocasión como embajador ante los Estados Unidos. Él fue un presidente sensato y valeroso que antepuso los intereses de su patria a cualquier otra consideración, incluyendo su seguridad personal y su carrera política. Supo guiar a Colombia en la dirección correcta en una coyuntura crítica de su historia y 13


el país aún lleva la impronta de su visión. Andrés es una persona notable cuyas Memorias le dan al lector una mirada singular a un momento extraordinario en la historia de Colombia y a la vida de un hombre igualmente extraordinario que cuenta su historia con considerable perspicacia y sinceridad. He llegado a querer a Colombia, lugar pleno de belleza y de coraje, de genio artístico y potencial inmenso, gracias, en no poca medida, a Andrés Pastrana.

PALABRAS EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LA PALABRA BAJO FUEGO"

Andrés Pastrana Arango

Al tiempo que les expreso a todos mi más efusiva gratitud por su presencia en este acto, -muy especialmente a usted, señor presidente Uribe-, así como agradezco las entrañables y estimulantes palabras de presentación de ese buen amigo y gran colombiano que es Gustavo Bell, permítanme, antes que nada, excusar a Nohra, a Santiago, Laura y Valentina, quienes, infortunadamente, y a pesar de su deseo, no han podido acompañarme en este momento tan importante para mí. Yo sé que ellos están hoy aquí en mente y corazón. Como lo dije en la dedicatoria, ellos fueron y son mi amorosa compañía en tiempos de esperanza y mi fortaleza en las horas de angustia.

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Escribir este trozo de memorias, apreciados amigos, no era una opción: era una obligación. Era un mandato de la Historia. Mi buen amigo Rafael Naranjo Villegas anotaba que cuando uno recoge sus memorias con demasiada perspectiva corre el riesgo de terminar escribiendo sus amnesias. O termina por que le escriban su historiaal antojo de otros, añadiríayo. Por ello, es importante contar la Historia casi en caliente, casi sobre la marcha, exponiéndola al debate y la controversia, con la memoria fresca en la opinión pública y los protagonistas lúcidos en sus apreciaciones. Aún así, considero que un mínimo de distancia es sano para la perspectiva, amparándome bajo lo que un ilustre colombiano decía en cuanto a que los gobiernos, como las montañas, se aprecian mejor desde la distancia.

repetirla- en la Historia viva hay momentos irrepetibles en los que una palabra, una entonación, una mirada, un gesto, cambian el curso de los acontecimientos. Estos detalles hacen del testimonio en primera persona un aporte singular en el que surgen intimidades de los hechos y de las motivaciones que los moldearon. Por ello, le agradezco infinitamente a mi amigo y consejero Camilo Gómez la perspectiva única que aporta a esta obra una óptica paralela y el testimonio de un testigo excepcional. Su inteligencia y trabajo incansable fueron esenciales para que un proyecto de memorias se convirtiese en la realización compleja que entregamos hoy en forma de libro.

La parte de la Historia que cuento a lo largo de este libro es una visión particular de momentos únicos, controvertibles y controvertidos, defendibles y -poco a poco, a medida que se amplía el horizonte- entendidos y defendidos.

La palabra, para mí y para los míos, lo es todo. Es la impronta del carácter, la expresión del alma, el sello del compromiso. La palabra es el fundamento de la Humanidad, de la Civilización, del Pacto Social. La palabra que marcó mi gobierno fue el mandato de una voz colectiva que clamaba por la paz. Buscar la paz por la palabra fue entonces un audaz camino de esperanza para salvar una democracia que se enrumbaba hacia el abismo político, económico, social y militar.

Al recoger documentos y recuerdos, quien lo hace comprende que -si bien Santayana advertía que quienes rehúsan aprender de la Historia están condenados a

Buscar la paz por la palabra no es el camino fácil. Dice Sun Tzu, el maestro de la estrategia, que el estratega victorioso busca la batalla sólo tras la victoria. Es así que la

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primera parte de su Arte de la Guerra lo dedica precisamente a las batallas más difíciles, o sea aquellas que físicamente no se libran. Dice entonces que, cuando se ve obligado al combate, el gobernante -quien debe tener el Tao, o sea la capacidad de pleno liderazgo de su pueblo- debe buscar lo que el maestro llama la excelencia suprema de la guerra, subyugando al enemigo sin batalla. Esta excelencia suprema, por supuesto, no sólo depende de la estrategia y delliderazgo, sino de la calidad y número de los ejércitos. Si tu fuerza es diez veces la de ellos, rodéalos; si cinco, atácalos; si el doble, divide entonces sus fuerzas, dice. Repasando nuestra historia reciente, en particular desde el Plan Colombia, esta prolongación de la política por otros medios -diría Clausewitz- se ha dado partiendo desde mi mandato con el célebre axioma sobre el que se fundó la Roma Imperial: IISiquieres la paz, prepárate para la guerra" (Si vis pacem para bellum). O diría Churchill: liNosostengo

que nos debemos rearmar para la guerra. Sostengo que debemos rearmarnos para conversar", Una y otra vez -pública y privadamente- le dije al país, le advertí a la guerrilla y a las autodefensas, le anuncié al narcotráfico y al terrorismo que iba a fortalecer las Fuerzas 18

Armadas y la Policía para la paz así como para la guerra. A todos les consta que cumplí mi palabra. Por su lado, las FARC, en lo que constituye tal vez -corno lo señala el presidente Clinton en el prólogo- la gran equivocación histórica que marcó su derrota política, no quisieron recoger el generoso ramo de olivo ni lograron interpretar el alma de un pueblo colombiano harto de transitar por el camino de las armas y la sangre; anhelante de paz, progreso y justicia social. Hoy está en marcha un proceso con las autodefensas sobre el cual mis reservas han sido siempre públicas. Aún así, el presidente Uribe, tras tomar la iniciativa ante la comunidad internacional en Europa solicitando una comisión de verificación para el proceso de Santa Fe de Ralito, me invitó a prestarle un nuevo servicio al país en la embajada ante los Estados Unidos en el que será el primer cargo público por nombramiento de mi vida. Esta Comisión, del más alto nivel internacional, puede ser garantía igualmente para sus reservas, me dijo el señor presidente Uribe. Ármela usted, presidente Pastrana, remató con franqueza, metiéndome de nuevo en el tema de la paz y confirmando que en política lo único cierto es lo imprevisto, como afirmaba la sabiduría del señor Núñez.

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Así -al amparo de la palabra del presidente Uribe- puedo recoger las palabras que escribiera mi padre Misael Pastrana Borrero en octubre de 1984, en referencia a la paz firmada en Corinto, Cauca, para referirme al proceso de Santa Fe de Ralito.

IIMiposición personal en referencia al proceso de paz", decía, lilahe expresado con claridad y sin esguinces: soy irrevocable amigo de la paz, y paz con mano larga y tendida, dentro del más riguroso esquema de las instituciones que nos rigen. Ni la paz, ni la tregua, jamás pueden implicar que el gobierno deponga las armas del Estado de Derecho. La paz es para extender, y no para menguar, la juridicidad. Dentro de esos criterios estaré de acuerdo con todo lo que conduzca a hacer más fecunda la reconciliación para despejar el horizonte de nuestra patria, cargado por décadas con los amenazantes nubarrones de la violencia."

Apreciados amigos: En todos los esfuerzos de mi gobierno siempre estuvo presente el Partido Conservador. Por eso hoy quiero aprovechar esta oportunidad, tal vez la última que se me presente antes de asumir la Embajada ante los Estados Unidos, para referirme a mi partido. Llegué a la Presidencia con su apoyo, y cumplió un papel de enorme importancia en mi gobierno. Como Presidente, defendí sus principios y sus ideales en todos los campos. Trabajé por mejorar las condiciones sociales y económicas de los colombianos, siguiendo la inclinación social y la profunda raigambre humanitaria que lo caracteriza. Bajo esos mismos postulados, busqué la paz a través del diálogo, pero no por ello dejé de fortalecer las instituciones y en especial la Fuerza Pública, como es de esperarse de un partido apegado a la ley y el orden. Tengo la tranquilidad de que, al terminar mi mandato, el conservatismo estaba unido y fortalecido como nunca, y tenía todo un proyecto político en marcha. Debo confesar que hoy no percibo un futuro tan claro para el conservatismo, un partido histórico y lleno de realizaciones que, sin embargo, ha venido perdiendo su capacidad de representar a tantos ciudadanos que comparten nuestros principios.

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Colombia necesita de partidos fuertes y organizados con un proyecto político claro, yeso significa que a nuestro partido le ha llegado la hora del cambio y la renovación. Esta noche, al tiempo que presento este testimonio de lo que hicimos, debo decir también que es hora de pensar en el futuro. No podemos abandonar las banderas de la paz, no podemos claudicar en los ideales sociales por los que hemos trabajado. Es tiempo de persistir en la afirmación de un Estado con instituciones sólidas y democráticas. Por eso invito a mis amigos a que tomen las banderas de ese proyecto político por el que trabajamos y a que revivan los ideales de un partido moderno y con verdadera vocación de poder. [Iomen ustedes las banderas de la renovación del Partido Conservador! Estimados amigos y amigas: No puedo terminar sin expresar mi más profunda gratitud a tantas personas, instituciones y países que hicieron posible el inmenso esfuerzo que realizamos en pos de la paz, el desarrollo y la justicia social entre 1998 y el 2002. A todo mi equipo de gobierno, a las Fuerzas Armadas y de Policía, a la Iglesia, a los negociadores, a los gremios y la sociedad civil toda, a la comunidad internacional y, especialmente, a los países que conformaron los Grupos 22

de PaísesAmigosy de Países Facilitadores de los procesos de paz, entre muchos otros que hicieron su aporte al futuro de Colombia, imuchas gracias! Todos son protagonistas de este libro, porque todos tuvieron parte en esta búsqueda incesante de la paz. Pronto no podré hablar más de política, pues estaré cumpliendo la honrosa y trascendental misión que el presidente Uribe me ha encomendado,lo cual haré con todo el empeño y toda la voluntad de servicio que se requieren. El presidente Uribe, en un gesto noble, siguiendo la tradición colombiana de unión y concertación frente al tema de las relaciones internacionales, me ha pedido que lo represente a él y a la nación en los Estados Unidos y, tal como se lo expresé personalmente, lo haré con absoluto compromiso y sin otro ánimo que el de seguir trabajando por el país donde pueda serie útil. Son muchos los retos que tenemos que asumir y muchas las tareas para cumplir, y lo haremos con entusiasmo. Si tenemos un país aún asolado por la violencia, si la pobreza sigue siendo una llaga en el alma de Colombia, icómo no vamos a unirnos en lo fundamental para trabajar juntos por un futuro próspero y mejor!

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A eso los convoco, y ese será mi propósito en la misión que en breve asumiré, como agente del Presidente y del país todo: a trabajar unidos por Colombia, con visión de futuro, para seguir recuperando la seguridad, para seguir llevando la presencia del Estado a las regiones más apartadas, para seguir aliviando la situación de la población más vulnerable, para seguir fortaleciendo nuestra economía, para borrar el narcotráfico de nuestro suelo y, algo muy importante, -no lo olvidemos nunca-, para seguir buscando la paz, ¡siempre la paz!, hasta alcanzarla.

PALABRAS DE PRESENTACIÓN DEL LmRO "LA PALABRA BAJO FUEGO" DE ANDRÉS PASTRANA ~~'J~~

Muchas gracias. Gustavo BeU Lemus

Quiero empezar estas breves palabras agradeciéndole una vez más al ex Presidente Andrés Pastrana su especial generosidad para conmigo, en esta ocasión al haberme dado el honor de presentar sus memorias sobre el período de gobierno que le correspondió dirigir entre 1998 y el 2002, y también por el privilegio de ser uno de los primeros en leer sus páginas. Mi presencia esta noche está íntimamente ligada a una de las muchas virtudes que ha tenido Andrés Pastrana a lo largo de su carrera pública. Me refiero, en particular, a su poder de convocatoria para renovar los cuadros dirigentes del país. Basta traer a la memoria el aire refrescante de 24

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figuras nuevas que significó en su momento la aparición de la Nueva Fuerza Democrática en el escenario político nacional. Hoy, muchos de los novatos de aquel entonces ocupan posiciones destacadas en el Gobierno Nacional, en el Congreso de la República y en el sector privado. Pues bien, si hoy me dirijo a ustedes en calidad de ex Vicepresidente de la República es gracias a esa virtud de Andrés Pastrana. Como muy bien lo dice en un aparte de sus memorias, yo no era su amigo personal ni pertenecía a su movimiento, tampoco representaba ningún caudal electoral que le sumara a su campaña por la Presidencia. ; Mi única credencial en la vida pública había sido mi paso por la gobernación del Atlántico entre 1992 y 1994,después -:de la cual había vuelto a mis actividades académicas. Sin embargo, eso fue suficiente para invitarme a que lo acompañara como su fórmula vicepresidencial en los comicios de 1998. El resto es la historia que ustedes ya conocen a grandes rasgos, pero con la lectura de "La Palabra bajo Fuego", de seguro la conocerán mejor y en más profundidad. Al hacer la presentación de estas memorias me es un tanto difícil armonizar mi formación como historiador con la de actor protagónico y presencial de los hechos en ellas narrados. Por razones obvias - estuve presente en muchos de los escenarios que rodearon al Presidente y en no 26

pocas ocasiones fui consultado por él para la toma de algunas decisiones. También fui ejecutor de sus políticas y como Ministro de Defensa me correspondió adelantar varias tareas de enorme importancia para la seguridad del país, en especial aquellas relacionadas con el proceso de paz y su posterior ruptura. Leer entonces "La palabra bajo fuego" fue volver a vivir un período muy intenso en mi vida que aún condiciona mi visión del país, de la política, así como de la condición humana. Pero quiero confesar que me fue muy grata su lectura, no sólo porque está impecablemente bien escrito primera condición para que un libro sea bueno-, sino porque me hizo sentir orgulloso de haber formado parte de ese esfuerzo y sacrificio, que se hizo con todo el sentido de la grandeza que debe tener un Presidente con el país que lo elige para dirigir sus destinos, en una coyuntura tremendamente difícil, donde lo que se requería era eso, grandeza. Y esa fue la que tuvo Andrés Pastrana. Permítanme decirle que en mis años de estudiante de Historia, y para escribir mi tesis doctoral- La formación del Estado Nacional en Colombia en la primera mitad del siglo XIX - tuve que leer muchos documentos sobre el desarrollo político de la naciente Nueva Granada. Labor en la que se echa de menos las memorias de sus gobernantes, lo que 27


hace verdaderamente complicada la tarea de poder estudiar a fondo los gobiernos que, sumados unos tras otros, hacen nuestra historia como república. Desde entonces, pienso que aún tenemos un gran vacío en nuestro conocimiento del país por la ausencia de una investigación a fondo de lo que significó, por ejemplo, el gobierno de Santander entre 1832 y 1837, que marcó para siempre algunos de los rasgos particulares de nuestra nacionalidad y nuestras instituciones. La inquebrantable subordinación de las fuerzas militares al poder civil, entre otros rasgos esenciales de nuestra institucionalidad, proviene precisamente de varios actos de gobierno de Santander en ese período, aún por profundizar. Para algunos analistas extranjeros de la historia política de Colombia les es muy llamativo el desdén que siempre ha existido en los académicos por el estudio individual de los gobiernos, a los que no les conceden la suficiente importancia como para ser objeto de sus investigaciones. Un extremo simplista de esta posición, sesgada sin duda por un condicionamiento ideológico, no halla en nuestra historia sino una larga cadena de explotación y dominación por parte de elites excluyentes, sin tomarse el trabajo de verificar su real existencia por decir lo menos. Ello ha llevado a la distorsionada idea de que al país lo han gobernado "los mismos con las mismas", cuando la realidad ha sido bien distinta. 28

"La palabra bajo fuego" constituye entonces, bajo la óptica de la historiografía nacional, una novedad: la de un Presidente que deja un testimonio personal de su período de gobierno para juicio de la Historia, al cabo de pocos años de haberlo concluido. Testimonio, por supuesto, que no basta para comprender la complejidad de los hechos que se dan cita en cuatro años en la vida de una nación, pero que es imprescindible a la hora de analizarlos. Al leer los primeros capítulos del libro pude confirmar una vez más lo que aprecié con el correr de los meses estando en la Vicepresidencia: el Presidente Pastrana obraba como gobernante con absoluta coherencia con respecto a lo que había planteado durante su campaña y frente al mandato de paz que había recibido de los colombianos. Su entrega y dedicación para cumplir sus promesas electorales fueron totales y con un profundo sentido de honestidad. Quien quiera hacer un juicio objetivo sobre su mandato deberá, por ello, tener presente su programa integral de paz, resumido, en forma magistral, en el discurso del Hotel Tequendama el 8 de junio de 1998 ante toda la Alianza por el Cambio, y comprobar después su desarrollo a lo largo del período. Y con ello se ratifica algo que con mucha frecuencia pasa inadvertido en el país: nuestros Presidentes cumplen sus promesas de campaña más de lo que el

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ciudadano corriente cree. Tal vez porque sus resultados no se ven en el corto plazo la gente estima que no cumplen y sus juicios sobre los gobernantes terminan siendo tan severos. Que es el caso de Andrés Pastrana. En sus memorias, el Presidente ha querido poner todo su énfasis en el malogrado proceso de paz y la razón es obvia: fue su principal apuesta como estadista. Lo cual no significa que haya descuidado otros aspectos de la vida nacional, como queda ampliamente demostrado en varios de sus capítulos, sino que a ella dedicó todas sus energías. Que no se logró en su cuatrienio es cierto, pero lo que queda meridianamente ilustrado es que no fue precisamente por falta de voluntad, de grandeza o de generosidad. Noerberto Bobbio señaló en alguna ocasión, que los dos requisitos básicos que debe tener todo dirigente político son: una visión amplia de las cosas y una plena conciencia de las responsabilidades que implica ser político. "La palabra bajo fuego" es el testimonio de un Presidente que obró siempre bajo esas dos premisas. Sus principales políticas siempre fueron concebidas como políticas de Estado y diseñadas para un horizonte de largo plazo, c,uyos frutos dependían por ello de su debida continuidad, como inteligentemente lo ha hecho el Presidente Uribe con resultados a la vista. 30

Desde la perspectiva que da el transcurso de siete años de nuestra historia reciente, hoy son claros los retos que afrontaba Colombia luego de la zozobra vivida en el cuatrienio 1994 - 1998. Reinserción positiva en la comunidad internacional, fortalecimiento de la legitimidad del poder Ejecutivo, modernización y fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, presencia del Estado en todo el territorio nacional, y, finalmente, la búsqueda de una solución negociada al conflicto armado por expreso mandato de los colombianos. "La palabra bajo fuego" es un repaso de la mano del Presidente de las políticas y estrategias que se siguieron bajo su mandato para poder salir adelante como nación y como Estado. Por ello resulta verdaderamente paradójico la idea - hoy en boga, de que ha sido a partir de este gobierno cuando el país empezó a salir adelante, cuando una mirada objetiva de los hechos lo que nos muestra es que nunca antes había habido tanta continuidad en las políticas de Estado como en este gobierno, lo cual, por supuesto, habla bien de su Presidente porque sus frutos dependían precisamente de su continuidad. Es por eso que en los logros de la actual administración hay tantos méritos propios como heredados. Así lo reconoció en justicia el propio Presidente Uribe con ocasión de la visita reciente que hiciera al país Bill Clinton, al señalar que el Plan Colombia era un ejemplo de liderazgo con visión y coraje. 31


Porque lo que demuestra "La palabra bajo fuego" es que tan importante para un país es el liderazgo de sus gobernantes en el día a día, como el diseñar políticas de Estado que trasciendan los períodos presidenciales. Ese es el gran legado de Andrés Pastrana, porque sus actos de gobierno se convertían de Estado cuando consultaba y convocaba a todas las fuerzas nacionales para que lo respaldaran, y sus objetivos iban más allá de las simples coyunturas del momento. Que tampoco descuidó el liderazgo en el día a día y en el terreno, cuando las circunstancias lo ameritaban, lo recuerda el capítulo de la reconstrucción de Armenia y el eje cafetero. Uno de los principales aportes que trae "La palabra bajo fuego" es recordarle a los colombianos las circunstancias que rodearon el final del mandato del Presidente Samper, y que marcaron la pauta para el proceso de paz con las Farc y el Eln. La campaña electoral en curso hizo que el tema de la paz se convirtiera irremediablemente en el centro del debate, lo que explica la prioridad que le dieron los candidatos. Por su parte el Congreso expidió el marco legal que habría de utilizar el Presidente entrante para darle cumplimiento al mandato de paz que le daban los colombianos, y que incluía la posibilidad de crear zonas de despeje.

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Así, el proceso de paz se hizo inaplazable, lo que pudo haber llevado a obrar con cierta premura en muchos casos e incluso a improvisaciones en sus primeras etapas que a la postre pudieron incidir negativamente en el transcurso de las negociaciones. El Presidente Pastrana no desconoce que se hayan podido cometer errores en el proceso, pero jamás dejó de fortalecer el Estado en todas sus dimensiones ante la eventualidad de que los diálogos fracasaran. La relectura actual del proceso de paz, hecho por su principal protagonista, no deja de producir una gran frustración por la forma tan ciega e insensible cómo las Farc respondieron a sus continuos gestos de generosidad y amplitud. Si algo quedó en absoluta evidencia durante las negociaciones fue la falta de voluntad de paz de las Farc y la absoluta carencia de un discurso político que fuera creíble para los colombianos. De ahí que al final del proceso quedaran reducidas a ser vistas como una organización terrorista tanto a nivel nacional como internacional, y no porque así lo quisiera el Presidente, sino porque sus mismos actos lo revelaron. Las memorias de los estadistas tienen como fin último ganarse el veredicto favorable de la historia. Ese veredicto, sin embargo, no se otorga sino en el largo plazo, cuando los hechos generados por sus actos se han decantado, 33


las pasiones apaciguado y sus frutos cosechado. En el caso de Andrés Pastrana, aunque parezca extraño, la opinión positiva que goza el actual Presidente son un anticipo de que aquel veredicto habrá de serie favorable, porque, como ya lo dije, varios de los logros más visibles de esta administración cabalgan sobre las políticas que él dejó diseñadas en su cuatrienio. "La palabra bajo fuego" debe verse también como un documento que permitirá en el futuro apreciar mejor que la estabilidad institucional del país es el fruto del respeto de sus gobernantes a las leyes y a la constitución. No hubo actuación alguna del Presidente que no estuviera debidamente sustentada en la ley o en la carta constitucional. Empezando por la creación misma de la zona de despeje y su reglamentación, o por las salidas temporales de las cárceles de algunos cabecillas del Eln para efectos del proceso de paz. El apego a la legalidad es algo que, aunque por lo general damos por descontado, es preciso valorar siempre como la esencia misma del Estado de Derecho que nos rige, a efectos de prevenir cualquier tentación autoritaria de los gobernantes. Se dice que la historia es bueno conocerla para no repetirla. Sin duda "La palabra bajo fuego" abunda en lecciones para quienes en el futuro aspiren a dirigir el país y buscar la paz a 34

través de una negociación. Esbozadas con el mejor ánimo por quién literalmentese la jugó todo por ella. En uno de los tantos y sabios escolios a un texto implícito, Nicolás Gomez Dávila, escribió: "La historia no tiene leyes que permitan predecir; pero tiene contextos que permiten explicar; y, tendencias, que permiten presentir". Con la obra que hoy me honro en presentar, Presidente Pastrana, brinda Usted con rigor y con objetividad los elementos del contexto que permitirán explicar, con una perspectiva de larga duración que trascienda la frivolidad del episodio, el difícilcuatrienio en el que, con mano maestra,tuvo que dirigir en aguas turbulentas la nave del Estado, hasta dejarla en puerto seguro. Con esta misma obra, podremos sus compatriotas, corroborar que las tendencias centrales que su obra de gobierno trazó, permiten ahora vislumbrar un mejor futuro para todos los colombianos. Leyendo su testimonio - el rastro existencial de unos años tan intensamente vividos y mirando en perspectiva ese pasado que en muchos momentos tuve la fortuna de compartir a su lado, con su familia - soporte inamovible de afecto y solidaridad a toda prueba -, me ha venido a la memoria una frase de Castoriadis en la que definió bellamente el don de la prudencia como la facultad de orientarse en la historia. Quiero que esta frase sea el sustento de mi testimonio final en esta noche: el de mi 35


inagotable admiración por quien, ejerciendo a cabalidad el don de la prudencia, nos orientó sabiamente en una coyuntura de nuestra historia colectiva, en el que muchas cosas esenciales estuvieron en riesgo y todas se preservaron para que sobre ellas se pueda ahora construir el porvenir de nuestra patria.

LA PAZ: UNA ESTRATEGIA INTEGRAL

Bogotá, Septiembre 5 de 2005

Camilo Gómez Alzate

Cuando un gobierno se dedica a buscar la paz, muchas veces acaba siendo víctima de incomprensiones, malentendidos y tergiversaciones sobre lo que en realidad sucedió. Esto hasta cierto punto es comprensible, pues el anhelo de toda una sociedad por llegar a lograr la paz es enorme y la frustración que produce el no alcanzarla es por lo tanto, inmensa. Eso mismo obliga a quienes estuvimos involucrados en la búsqueda de la paz a presentar ante la opinión y ante la sociedad la versión de todo lo que sucedió y cuáles fueron las estrategias que se utilizaron. También es de enorme importancia mostrar cuál era la realidad de un momento histórico y cuáles eran las perspectivas que le esperaban al país.

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La estrategia de paz del gobierno Pastrana fue mucho más que los diálogos con la guerrilla. El objetivo fue la paz y para llegar a ella se fortalecieron las Fuerzas Militares como nunca antes, se reconstruyeron las relaciones internacionales, se diseñó y puso en marcha el Plan Colombia, el plan más grande de nuestra historia en materia de inversión social y en la lucha contra el narcotráfico y sentamos a la mesa de negociación a los dos grupos guerrilleros más importantes del país. El trabajo por la paz tampoco puede verse aislado del contexto histórico en el que se inició el Gobierno de Andrés Pastrana y tampoco puede analizarse sin tener en cuenta las características de nuestro conflicto. En 1998 es elegido Andrés Pastrana por la mayor votación de la historia, incluso mayor que la del actual Presidente Álvaro Uribe. Pero unos meses antes de esta elección más de 10 millones de Colombianos habían votado en el "Mandato por la Paz" cuyo objetivo era precisamente otorgarle al siguiente presidente el mandato de buscar la paz mediante una solución política negociada. Fuera quien fuera el candidato elegido en 1998, su obligación era seguir ese mandato que el pueblo había definido.

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Por otra parte, la situación del país en 1998 no era la mejor. Enel campo interno, en el internacional, en el militar y en el económico los nubarrones eran enormes. La crisis era evidente y el país estaba al borde de un precipicio, como pocas veces lo había estado. Colombia estaba totalmente polarizada en lo político gracias' al ingreso de dineros del Narcotráfico en la campaña Presidencial de Ernesto Samper, lo cual había traído como consecuencia adicional un desgaste significativo en la credibilidad y la legitimidad del Estado. Desde el rompimiento de las negociaciones de Caracas y Tlaxcala no había diálogos entre el gobierno y los grupos guerrilleros. Las FARC habían rechazado cualquier posibilidad de negociación con el Presidente Samper por considerarlo ilegítimo y el ELN sólo hablaba con la sociedad civil, excluyendo al gobierno de estas conversaciones, a tal punto que no invitaban siquiera a los delegados del gobierno. Desde el punto de vista militar, la guerrilla había dado los más duros golpes al ejército. Patascoy, las Delicias, el Billar y otros más, habían envalentonado a la guerrilla y habían diezmado la moral de nuestros ejércitos. Nunca el enfrentamiento había sido tan fuerte y nunca nos había ido

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tan mal, a tal punto que el comandante de la Fuerzas Militares al iniciar el gobierno del Presidente Pastrana le dijo al Presidente que nuestra democracia, por primera vez, estaba en peligro.

Nuestras Fuerzas Militares en 1998 contaban con 34.000 soldados bachilleres sin entrenamiento ni capacidad de combate, 60.000 soldados regulares y tan sólo unos 22.000 soldados profesionales.

Las FARC ya actuaban con una estrategia de ejército regular dejando atrás la concepción de guerra de guerrillas llegando a su evolución militar más avanzada. En términos de los grupos guerrilleros ya estaban llegando a la última etapa de la estrategia de una guerra irregular, que no es otra que la guerra de territorios. Sin duda, estábamos frente al mayor avance militar de la guerrilla en toda su historia.

Por último, las constantes acusaciones por violaciones a los Derechos Humanos habían generado una crisis de legitimidad de la fuerza pública y un aislamiento internacional evidente.

Adicionalmente, las FARC tenían secuestrados a más de 400 soldados y policías capturados en diferentes lugares del país y por su parte el ELN también tenía secuestrados cerca de 50 soldados y policías. El ELN a su vez se dedicaba a atacar con mucha fuerza la infraestructura económica, principalmente las torres de energía y el oleoducto. En el campo de nuestras fuerzas militares, la movilidad de la fuerza pública estaba muy restringida y por consiguiente la capacidad de reacción era mínima. Teníamos sólo 4 helicópteros de combate para todo el país.

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En el campo internacional las condiciones no eran menos dramáticas. El país estaba aislado de la comunidad internacional. Todo lo relacionado con el proceso 8000 y los dineros del narcotráfico en la campaña del Presidente Samper en 1994 habían generado gran desconfianza en la comunidad internacional e incluso, habían llevado a los Estados Unidos a retirarle la visa para ingresar a ese país, al Presidente Samper. Las relaciones con los Estados Unidos estaban en su peor momento yeso tenía serias repercusiones políticas y comerciales y con Europa las cosas no estaban mucho mejor en razón de los cuestionamientos en materia de Derechos Humanos.

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La guerrilla había aprovechado los espacios internacionales, especialmente en Europa, para alcanzar algún reconocimiento y había logrado minar la credibilidad en el país.

Con este panorama político, militar, económico e internacional,también nos enfrentábamos a un conflicto de más de 40 años con unas características bastante particulares que podrían resumirse de la siguiente manera:

En el campo social y económico, las condiciones no eran las mejores. Entre 1994 y 1998 los índices de desempleo se habían duplicado pasando de un 7 % a más de un 16 %; la inflación estaba en aumento y las tasas de interés estaban por encima del 50 %. Muchos Colombianos estaban a punto de perder sus viviendas y el sector financiéro entraba en una de las más graves crisis de su historia. Por primera vez en más de 70 años se veía venir una etapa en la que no habría crecimiento del PIB.

1. Es un conflicto en el que intervienen tres factores diferentes: guerrilla, autodefensas ilegales y el narcotráfico

Pero adicionalmente, en el campo del narcotráfico el crecimiento de cultivos ilícitos resultaba evidente y en grandes proporciones; no existía una política internacional que apoyara a Colombia en la lucha contra las drogas y la poca ayuda de EE.UU. se dirigía solamente a la erradicación por fumigación que realizaba la Policía Nacional. El panorama no era pues el más alentador. En 1998 la crisis era evidente!!

2. Tiene un carácter interno. Si bien últimamente se ha querido internacionalizar el conflicto, este es solamente al interior del país y sus repercusiones no implican un riesgo transnacional, ni en la región. 3. No se trata de una guerra civil. La sociedad no esta enfrentada ni dividida en razón del conflicto, por el contrario esta unificada en la idea de acabar con el conflicto así no lo esté en cuanto a la manera de hacerlo. La soberanía de la nación tampoco está escindida. En este conflicto los actores armados ilegales no alcanzan ni siquiera un 2% de apoyo de la población. 4. Se presentan actos en contra de la población civil. Se puede decir, cada vez con más razón, que se trata de una confrontación contra la población civil. 5. No se trata de un conflicto de tipo territorial, ni étnico ni religioso. Tampoco se trata de una confrontación de

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tipo social o por causas sociales. Se trata de una confrontación en la que en sus orígenes tuvo motivaciones de tipo político que hoy han desaparecido, especialmente por la caída de la cortina de hierro y por la desaparición de la idea de las revoluciones comunistas. 6. Es un conflicto donde no existe una confrontación convencional sino que se presentan enfrentamientos de tipo irregular con acciones de tipo terrorista. Ni la guerrilla ni los grupos de autodefensas ilegales realizan ataques de tipo convencional, acudiendo a la guerra de guerrillas y a los actos de tipo terrorista en los que se ve fuertemente afectada la población civil. 7. Es uno de los conflictos más prolongados del mundo, pero no puede ser catalogado como de alta intensidad, sino por el contrario, al compararlo con otros conflictos internos se puede afirmar que se trata de un conflicto de baja intensidad. Esto no significa que la tasa de muertesviolentasen Colombiasea baja, por el contrario es una de las más altas del mundo, pero la mayoría de homicidios, no está ocasionada en razón del conflicto. 8. Si bien es un conflicto con altísimo contenido de actos terroristas, tampoco se podría afirmar que se trata solamente de una confrontación de tipo terrorista. Los diferentes grupos armados ilegales han sido

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catalogados internacionalmente como terroristas y sus actuaciones están cada vez más orientadas a este tipo de actividades, pero no se puede caer en el equivoco de catalogarlo exclusivamente como de ese tipo. Como se puede observar, la caracterización del conflicto muestra la complejidad de su solución pues los guerrilleros, en razón a la longitud del conflicto y a los cambios del mundo, han creado prácticamente una forma de vida aislada de la realidad mundial y fuertemente influenciada por el dinero del narcotráfico. Con estos elementos en el escenario, se construyó una estrategia coherente y sólida para enfrentar los retos que se imponían en ese momento histórico. El deber de un gobernante es actuar con responsabilidad y no dejarse guiar por las expectativas de corto plazo. Y eso fue lo que consideramos al diseñar una estrategia integral de paz y seguridad, que comprendiera todos los tópicos claves para enfrentar una crisis como la que estaba aconteciendo en Colombia. En la construcción de la estrategia para la paz y la seguridad desarrollamos 5 puntos fundamentales que deberían actuar de manera interrelacionada, pues la

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solución al problema de la paz de Colombia no está solamente en la negociación con la guerrilla. 1. DIPLOMACIA POR LA PAZ Nuestros problemas no se resuelven sin un adecuado apoyo internacional y por eso una prioridad era recuperar la posición de Colombia frente a la comunidad internacional. Los objetivos eran precisos: Normalizar las relaciones de Colombia con el mundo, alcanzar apoyo político para avanzar en la construcción de la paz de Colombia, lograr el involucramiento internacional en la lucha contra el problema mundial de las drogas y lograr que al mundo le interesara el problema de la paz de Colombia, sin internacionalizar el conflicto pero si su solución, buscando una participación activa de la comunidad internacional en el proceso de paz.

2. FORTALECIMIENTO FUERZAS MILITARES Las carencias en lo militar eran evidentes. Teníamos que darle un vuelco a nuestras fuerzas armadas y fortalecerlas para la paz o para la guerra. Para eso nos planteamos como objetivos lograr la profesionalización de nuestros soldados, dotarlos de mayor movilidad con más elementos de transporte, dotarlos de mejores instrumentos de combate 46

que nos permitieran cambiar la ecuación militar de la confrontación, modificar la estrategia defensiva y estática para pasar a una estrategia basada en la movilidad, fortalecer las acciones de inteligencia y lograr también una coordinación en las actuaciones de las diferentes fuerzas para obtener mayor rendimiento de los recursos y mayor efectividad. En últimas teníamos que pasar de la posición defensiva a la ofensiva en lo militar. Pero esto debíamos hacerlo también fortaleciendo a la vez el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y evitando que nuestros militares fuesen acusados de violaciones a los Derechos Humanos o vínculos con grupos de autodefensas ilegales, fortaleciendo así su legitimidad y a la vez mostrándole al mundo nuestro respeto por los Derechos Humanos pues de lo contrario, la estrategia internacional tendría problemas. y por último, teníamos que recuperar la credibilidad de las fuerzas militares frente a la opinión pública pues sin apoyo de la sociedad, no sería posible alcanzar efectividad militar.

3. LUCHA CONTRA NARCOTRÁFICO Este campo no podía quedar por fuera de las acciones de nuestra estrategia. Teníamos que lograr que el mundo

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aceptara el principio de la corresponsabilidad internacional en la lucha contra el problema mundial de las drogas y una mayor cooperación en este campo. Esta meta resultaba ser una parte fundamental para avanzar en una solución real al problema. A la vez debíamos lograr mayores avances en la erradicación de cultivos ilícitos, combinando los mecanismos: Erradicación por fumigación, erradicación manualy desarrolloalternativo, interdicciónaérea y marítima de precursores químicos que ingresan y de narcóticos que salen, y ·fortalecimiento mecanismos legales como la extradición y la extinción de dominio. 4. INVERSiÓN SOCIAL Dentro de la estrategia resultaba imposible abandonar los aspectos sociales que tienen incidencia en la problemática del país. Para que la situación mejorara resultaba indispensable acercar el estado a las comunidades más pobres y generar soluciones sociales reales. Para esto se diseño el Plan Colombia con el que buscábamos invertir más de más de 7500 millones de dólares, el 75% del plan, en aspectos de carácter social, en especial en las regiones más apartadas.

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5. NEGOCIACiÓN POLíTICA Por último y frente a los grupos guerrilleros siempre he estado convencido que la solución es de tipo político por la vía de la negociación. Este instrumento complementaba los anteriores y tenía como objetivos sentar en la mesa de negociación a los dos grupos guerrilleros para que mediante negociaciones de tipo político cambiaran su actividad violenta por actividad política. Esta estrategia implicaba un liderazgo personal del Presidente, mucha audacia y perseverancia para alcanzar la construcción progresiva de alternativas políticas que sacaran a la guerrilla de su actividad violenta y la acercaran a la vida civil. Para que la estrategia de negociación funcionara también era necesario vincular a la comunidad internacional como garantía de la seriedad y compromiso del proceso, construir la confianza necesaria para que los acuerdos avanzaran y diseñar las agendas correspondientes. y cuáles fueron los resultados obtenidos con esa estrategia? Sin duda al final de la etapa, los resultados son evidentes, aunque debo reconocer que muchas veces se desconocen. 49


En el campo militar las FuerzasArmadas cuentan con más movilidad, más capacidad de operación, más profesionalización y están a la ofensiva. Pasamos de 82.000 soldados combatientes en agosto de 1998 a más de 132.000 en agosto de 2002, lo que implicó un incremento de más del 60% del pie de fuerza. Muy importante, fue el cambio de composición de la tropa, pues pasamos de 22.000 a 55.000 soldados profesionales iun aumento del 150%! y redujimos los soldados bachilleres a una proporción mínima. Se duplicó el número de helicópteros de transporte y cuadruplicó el número de helicópteros artillados, y se crearon brigadas con mayor movilidad. Los cambios en la estrategia militar nos permitieron pasar de una actitud defensiva a una ofensiva y los resultados operacionales de las fuerzas militares mejoraron sustancialmente. Recuperamos la credibilidad de nuestras fuerzas armadas y el respeto por los Derechos Humanos les devolvió la legitimidad perdida. En el campo diplomático recuperamos el espacio internacional de Colombia, logramos apoyo para la lucha contra el problema mundial de las drogas y el mundo entero

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entendió que debía apoyar a nuestro país en la búsqueda de la paz y así lo hizo de manera permanente. Más de 25 Estados participaron de manera activa y en forma directa en el proceso de negociación asumiendo un papel de facilitación y acompañamiento y todos los grandes foros internacionales apoyaron los esfuerzos que realizábamos por la paz. En el campo social invertimos 7.500 millones de dólares del Plan Colombia. Con ellos llevamos subsidios directos a las familias más pobres, generamos empleo en la construcción de obras de infraestructura social y capacitamos a los jóvenes en los trabajos más solicitados por el mercado laboral, entre otros logros importantes. Muchos de estos programas aun continúan. Se estabilizó la economía y empezó de nuevo una etapa de crecimiento. Se salvó el sistema financiero y se modificó el sistema de financiación de vivienda permitiendo que miles de colombianos salvaran sus propiedades. La tasa de desempleo empezó a disminuir y la inflación quedo por debajo del 9%.Así mismo, la reducciónde lastasa de interés fue sustancial con lo que la reactivación de la economía se facilitó. También quedaron las bases para el TLC y se logró el sistema de preferencias ATPAcon los Estados Unidos.

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Jor supuesto, un elemento fundamental de la estrategia ntegral de paz fue el proceso de diálogo y de negociación ion ambos grupos insurgentes: las FARC y el ELN. Jermítanme detenerme en ella un poco pues fue mi sxperlercla más cercana. 3iempre he creído en la solución política negociada y siempre he considerado que esta es la vía más adecuada iara solucionar el conflicto colombiano. 3ien sabe la guerrilla que por la vía militar no existe ninguna )osibilidad de llegar al poder, por la falta de apoyo popular I por su estructura misma. La guerrilla misma lo ha 'econocdo. es imposible su triunfo militar.

~on las FARC, se inició un proceso que alcanzó avances umca logrados antes. El propio presidente lideró el iroceso "cogiendo el toro por los cachos". Se reunió con ~Ijefe guerrillero Manuel Marulanda para iniciar el proceso I luego en dos oportunidades más. ~I inicio del proceso y con base en una ley del Congreso íe la República aprobada en 1997, se decretó la creación íe una Zona Desmilitarizada como instrumento para adelantar los diálogos con esta organización, siempre

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respetando el Estado de Derecho y sin ceder un milímetro de soberanía. Allí se instaló la Mesa Nacional de Diálogos el 7 de enero de 1999. Se lograron, sin ninguna duda, hitos fundamentales a donde jamás se había llegado en una negociación de este tipo, como los siguientes: Se acordó una completa agenda temática de negociación y se comenzaron a debatir los primeros puntos, con el concurso de la sociedad civil. En este proceso de discusión participó una gran cantidad de personas que frente a la guerrilla y al gobierno expusieron sus planteamientos. Estas Audiencias Públicas se adelantaron en la misma Zona de Distensión donde presentaron sus ponencias más de 1.100 personas de todos los sectores y se hicieron presentes más de 24 mil. Además, por primera vez en un proceso de paz en el mundo el Estado mismo trasmitió por televisión estos debates para que la nación entera conociera los planteamientos políticos de la guerrilla. Esta era una forma de abrir un espacio para que la guerrilla cambiara las armas por la política. No se trató, entonces, de un proceso a espaldas de la nación, sino, todo lo contrario, de un proceso que convocó y reunió ala nación en torno a la consecución de un gran

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propósito nacional. Fue un proceso abierto que le otorgó a la guerrilla oportunidades políticas que jamás habían tenido y que posiblemente nunca más tendrán. y algo sin antecedentes en la historia nacional: se firmó un

Acuerdo Humanitario gracias al cual más de 350 militares y policías que se encontraban en poder de las FARC desde hacia más de cuatro años en medio de la selva y en las más inhumanas e indignas condiciones recuperaron su libertad y volvieron a la vida. Sin embargo, en medio de todos estos avances, la voluntad de las FARC por llegar a acuerdos que sacaran de los efectos del conflicto a la población, no se concretaba. Este grupo insistió siempre en negociar en medio de la guerra, una condición que aceptamos inicialmente, pero que cada día más resultaba insostenible. Ni el país ni el mundo entendían que, mientras en la mesa de negociación se hablaba de una salida política en el resto del territorio las FARC se dedicaran sistemáticamente al secuestro, a la extorsión, a la voladura de infraestructura energética, al asesinato, a la siembra de minas antipersonales y al infame ataque con cilindros de gas contra pequeñas poblaciones humildes.

discutiría este tipo de acuerdos cuando ya se hubiese llegado a acuerdos sobre más del 80% de la agenda acordada. En el año 2000 se intercambiaron propuestas al respecto y avanzamos en la discusión de esta alternativa, llegando a un avance enorme. Pero las FARC continuaron el terrorismo afectando la población civil. En tan sólo un mes, entre el 20 de enero y el 20 de febrero de este año, realizaron 117 atentados terroristas. El 20 de febrero, finalmente, sus actos rebosaron la copa de la indignación y determinaron el fin de un proceso que necesitaba, para sobrevivir, hechos de paz y no hechos de barbarie. ¡La sociedad colombiana, que les tendió la mano, no merecía tanto dolor ni tanta sevicia! Se había intentado todo. Se había buscado construir confianza. Se había apostado con decisión a la paz, asumiendo todos los riesgos. Pero la conducta terrorista de las FARC determinó la terminación de un proceso en el que faltó, justamente, su voluntad para lIevarlo a buen término. Ellostuvieron que enfrentarse a la alternativa de convertirse en una opción política o de insistir en su actividad terrorista. Para nuestro infortunio, decidieron lo segundo.

Resultaba urgente firmar un Acuerdo de Cese del Fuego y je Hostilidades.Aunque la guerrilla había afirmado que sólo 54

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cuanto al Ejército de Liberación Nacional también lelantamos un proceso y por primera vez, este grupo ciaba una negociación de manera independiente. 1

I un

principio, grupos de la sociedad civil habían iniciado ntactos en busca de una salida política. Quisimos darle ntinuidad a esas gestiones e hicimos grandes esfuerzos diálogo con este grupo. una acción sin precedentes el Presidente autorizó, ntro del marco legal y en varias oportunidades, la salida la cárcel de dos de los líderes y voceros más importantes ese movimiento con el fin de avanzar en el proceso. udimos también a los buenos oficios y la facilitación del JpOde países amigos y del gobierno de Cuba, que se nstituyeron en un apoyo importante para adelantar las nversaciones.

I

pesar de los esfuerzos del gobierno, este grupo, en su terado accionar contra el oleoducto y la infraestructura ergéticadel país,ocasionó en octubre de 1998el incendio alcinamientode una humilde poblaciónllamada Machuca, Antioquia y 70 de sus habitantes perecieron en esta gedia. También secuestró, en 1999, un avión de Avianca , sus 46 ocupantes, a más de 100 feligreses que asistían ma misa dominical a las afueras de Cali en la iglesia de l María" y a un grupo de pescadores en la ciénaga del 56

Torno. También realizaron uno de los episodios más dolorosos que ha vivido el país al secuestrar un grupo de personas que se encontraba en una región del sur del país descansandoen balneariospara luego internarlosen la selva del Pacífico en las peores condiciones imaginables, sin alimentos y con los peores tratos. Con acciones terroristas como éstas, las conversaciones demoraron en comenzar en firme. No obstante, insistimos en ellas y finalmente iniciamos la búsqueda de un acuerdo para disminuir la intensidad del conflicto y sacar a la población civil del mismo y luego de varias semanas de conversaciones en la Habana y teniendo ya un borrador de acuerdo redactado conjuntamente, el ELN no lo quiso firmar, por lo cual el 31 de mayo de 2002, ante la intransigencia e inconsistencia de este grupo en sus posiciones, se decidió la suspensión de los diálogos para que el nuevo presidente los retornara si lo consideraba conveniente. Tristemente, el ELN, con mejores herramientas para entender el nuevo curso de los tiempos y superar un anacrónico discurso de revolución violenta, no ha sido capaz de asumir el reto de la paz.

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Alguien podría pensar, frente a este rápido recuento de lo que fue nuestra apuesta por la paz, que se perdió el esfuerzo y que no avanzamos nada. Yo pienso, mirando hacia atrás, que toda experiencia deja enseñanzas que tenemos que aprovechar y que sin lugar a dudas dejan unas bases sentadas que el país no debe desaprovechar.

A nivel internacional, la derrota política es igual de grande. La guerrilla,con su actitudterrorista, ha sido desenmascarada ante el mundo, que ya no la ve como una figura mítica y romántica, como los "Robin Hood" de los oprimidos en Colombia. Como diría Savater, en unas declaraciones sobre la guerrilla colombiana: "Europa cometió por años el error de verJa como un ejército de salvadores'. Por fortuna esa visión cambió y hoy el mundo entero los cataloga como terroristas.

No tengo ninguna duda de que el proceso de paz que intentamos, con los aciertos y errores que hayamos comeíldo, fue un proceso absolutamente imprescindible. Era necesario intentar la paz por la vía del diálogo, como un imperativo moral. Colombia debía atravesar por esa etapa y había que hacerlo de forma genuina, poniendo sin temor todas las fichas en la casilla de la paz para que esta tuviera una oportunidad.

Hoy contamos con unas fuerzas armadas más profesionales, más modernas y más fuertes que nunca. Hoy la comunidad internacional le apuesta también a la paz de Colombia y nos acompaña en la lucha contra el narcotráfico. Hoy los colombianos y el mundo saben cuál es la guerrilla que tenemos y hasta dónde va la ausencia de sus ideales.

Se podía lograr el objetivo. Pero de no lograrse, quedaría la certeza de que se había intentado todo, y con total honestidad, para alcanzarla.

Hoy resulta claro que los intereses de la guerrilla están contaminados por los intereses del narcotráfico y que la violencia ejercida contra sus propios compatriotas y contra un sistema democrático construido por todos los colombianos, carece de todo sentido.

Hoy queda una guerrilla completamente desprestigiada y sin ningún respaldo popular. Vale decir, la guerrilla, -ella sola-, se propinó la más grande derrota política de toda su historia.

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Hoy el país cuenta con una Agenda de Negociación con temas fundamentales para el país acordada entre el Gobierno, la sociedad civil y la guerrilla, que puede servir de base para continuar consolidando las reformas que 59


demanda el pueblo colombiano para alcanzar una mayor justicia social. Hoy contamos con un camino recorrido y con la legitimidad que le otorga a una nación que lo intento todo por la paz. No llegamos a ese fin por la ciega obstinación de la guerrilla en la violencia. Pero sí queda la satisfacción de haberlo intentado todo, apegado a la convicción personal -y la de la mayoría del pueblo colombiano- de que sólo por medios pacíficos se alcanza una paz cierta y duradera. Hoy puede decirse que, gracias a esa "batalla por la paz" que realizamos durante los últimos cuatro años, Colombia está más cerca de una solución a su conflicto, tiene mejores herramientas para alcanzarla y una más amplia y certera comprensión de su realidad, tanto a nivel interno como internacional.

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