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La Asociación Colegial de Escritores es una entidad libre e independiente que agrupa a los escritores españoles con el fin de fomentar la vida intelectual, las culturas españolas, defender a sus asociados en los derechos que les reconozcan las leyes, propugnar sus reivindicaciones profesionales, representarlos en los organismos oficiales que les afecten, establecer relaciones de solidaridad y cooperación con otras entidades análogas mundiales y defender la libertad de expresión.

República de las Letras Revista de la Asociación Colegial de Escritores de España

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La junta Directiva de ACE, de acuerdo al artículo 8 de sus Estatutos, aprobados por el Ministerio del Interior el 8 de junio de 2013, que dice: Artículo 8: Los miembros de la Junta Directiva que hubieran agotado el plazo para el cual fueron elegidos, continuarán ostentando sus cargos hasta el momento en que se produzca la aceptación de los que los sustitiuyan.

y en aplicación de los mismos, acuerda convocar elecciones a la Presidencia en el plazo previsto de dos meses para el lunes 5 de mayo que se celebrará la Asamblea General y una vez desarrollado el proceso pre visto para la elección de cargos en nuestros Estatutos . y que hasta dicho día en que se producirá la toma de posesión del nuevo Presidente contin-je ostentando su cargo el actual Presidente Juan Mollá, dado que Félix Grande, presentado en la anterior convocatoria de diciembre de 2013 para el cargo de Presidente, no pudo participar en la Asamblea ni tomar posesión del cargo por enfermedad y fallecimiento.


Sumario Comunicado de la Junta Directiva de ACE sobre la Presidencia

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En la memoria 5

ANDRÉS SOREL

Madrigal 6

FÉLIX GRANDE

Las dos "almas" de la poesía de Félix Grande MANUEL RIco Una gotera

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FÉLIX GRANDE

Textos publicados en la revista La Ortiga

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Cuando el verso se hace música

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PEDRO GARCfA CUETO

Hijopaterno de mí

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FÉLIX GRANDE

Machado en Segovia. Celan en Bremen 31

ANDRÉS SOREL

Homenaje al gran escritor de Asturias y de España Víctor Alperi

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RAM6N HERNÁNDEZ

Ana María Navales. Memoria y reconocimiento ALFREDO CASTELL6N

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CRÍTICAS Y RESEÑAS DE LIBROS

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Armando López Salinas - Antonio Gómez Rufo Andrés Sorel - Ramón Hernández - Raúl Guerra Garrido Juan Miguel Contreras - Jesús Felipe Martínez Manuel Villar Raso - Mercedes N euschafer-Carlón Francisco Morales Lomas - BIas Valentín Moreno - Arturo Seeber Manuel de Pinedo Carcía - Daniel de Cullá - Antonio García Velasco María José Mielgo - Martina MarÍínez Tuya - M. a José Martínez Sánchez Francisco Luis Cerdán Rico - Dionisia García - Luis Arrillaga Antonio Enrique - Modesto Conzález Lucas - Pablo Méndez Rafael Soler - José Ramón Ripoll- Rafael de Cózar Ezequías Blanco - Rosa Díaz - José Luis Conzález Cáceres Caspar Moisés Cómez - Aurora Cómez Enríquez - José Verón Pilar Cáceres - Juan Cano Ballesta - José A. Vidal Castafí.o Bartolomé Segura Ramos - Isabel del Río - Celsa Carmen Carcía Valdés Rosina F. Hetzel- José Verón - Pedro J. de la Peña - Enrique Lenza

Corrección de estilo: Laura Martínez


En la memoria ANDRÉS. SOREL

Ahí viven los amigos, los creadores. Un día del año 1966 fue a verme a la Embajada de Cuba Félix Grande. Me pidió que le enviara un libro de poemas que había escrito, Blanco spirituals, al premio de Casa de las Américas, el más prestigioso entonces en lengua castellana. El jurado, formado por destacados escritores de América Latina , se reunió a finales de enero del 67 Y le otorgó el primer premio. El libro fue publicado en aquella prestigiosa colección. Yo publicaba algunos trabajos sobre literatura latinoamericana, José Martí, José María Arguedas, CiJO Alegría, Vargas Llosa, etc., en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, que él pasó a dirigir después de Luis Rosales. Un día de noviembre de 2013, en la Casa Sefarad de Madrid, Félix Grande presentaba mi última novela, Último tango en Auschwitz, con voz pausada , con gran esfuerzo -dijo que se encontraba enfermo pero que no podía dejar de asistir para hablar de un libro que le había impactado-o No hacía mucho que él publicara un libro de poemas sobre el tema. Al regresar a casa perdió el conocimiento. Tuvieron que hospitalizarle. Murió. Medio siglo de relaciones se habían cerrado. Pero por su creación literaria , por su amistad, ha quedado instalado en mi memoria. En este número de República de las Letras hablamos de otros dos escritores, compañeros en la travesía existencial de ACE desde su nacimiento: Víctor Alperi y Ana María Navales. Ellos también se han instalado definitivamente en nuestra memoria yen la de la Asociación.


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MADRIGAL Palabra, dulce y triste persona pequeñita, dulce y triste querida vieja, yo te acaricio, anciano como tú , con la lengua marchita, y con vejez y amor aclamo nuestro vicio . Palabra, me acompañas , me das la mano, eres maroma en la cintura cada vez que me hundo; cuando te llamo veo que vienes, que me quieres, que intentas construirme un mundo en este mundo. Hormiguita, me sirvo de ti para vivir; sin ti, mi vida yo no sé lo que sería, algo como un sonido que no se puede oír o una caja de fósforos requemada y vacía. Eres una cerilla para mí, como esa que enciendo por la noche y con la luz que vierte alcanzo a ir a la cama viendo un poco, como esa; sin ti , sería tan duro llegar hasta la muerte. Pero te tengo , y cruzo contigo el dormitorio desde la puerta niña hasta la cama anciana; y, así, tiene algo de pálpito mi puro velatorio y mi noche algo tiene de tarde y de mañana. Gracias sean para ti , gracias sean, mi hormiga, ahora que a la mitad de la alcoba va el río. Después , el mar; tú y yo ahogando la fatiga, alcanzando abrazados la fama del vacío. Félix Grande


La dos 'almas' de la poesía de Félix Grandé MANUEL RICO

1 Las dos deudas poéticas esenciales de Félix Grande, según él mismo reconoció en diversas ocasiones, tienen dos nombres propios: Antonio Machado y César Vallejo. No siempre los poetas reconocen sus deudas con la claridad con que Félix Grande lo hizo desde el comienzo de su trayectoria. Ese dato, que puede ser contemplado como una ayuda para acercarnos a sus primeras lecturas, para entender el origen de su vocación poética , es esencial para analizar el conjunto de su obra lírica, para cualquier acercamiento crítico a su concepción del lenguaje y a su formalización. En mi memoria de la amistad, de las conversaciones frente a un vaso de vino de tantas veces, siempre hay destellos, momentos especiales vinculados a

algún verso evocado de cualquiera de estos dos grandes de la len g ua castellana. Conviene, no obstante, destacar algo esencial: la confluencia de esas dos "almas de lenguaje" en su obra, filtrada por su propia experiencia, por sus obsesiones y por nuevos aprendizajes, daría lugar a una de las empresas líricas más personales e inimitables de la poesía en castellano del último medio siglo. Aunque ambas pulsione -la lran -parencia , el realismo y el temblor difí il d I sencillo de un lado , y la indaga i ' n 11 I lenguaje, la adjetivación difí il la qui bra de lo convencional de otro- advi rt 11 a 1 largo de todos sus libros , la r ali a ,' qu podemos establecer do claramente diferen iada . l\la ha \1


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Las dos 'almas' de la poesía de Félix Grande

Grande, la "honda palpitación del espíritu" , la "palabra en el tiempo": más de una vez. en las conversaciones interminables del tiempo de la felicidad, solía referirnos aquellos dos versos memorables con que Antonio evocaba sus días sorianos en el poema final de Campos de Castilla: "voy caminando solo, / triste, cansad'o , pensativo y viejo", subrayando la poderosa carga lírica de cuatro adjetivos sencillos, directos, casi vulgares; Vallejo, en Félix, representa la ruptura de la tradición , la búsqueda en los recovecos del lenguaje, la investigación, lo nunca expresado , una forma de vanguardia en la que el juego verbal nunca acaba en sí mismo, sino que conecta con las incertidumbres del ser humano de todo tiempo y lugar. y en ambos, como hilo conductor, la atención a los procesos históricos, la implicación en las aspiraciones más hondas de los más humildes, una concepción comprometida del poema y de la labor del escritor. Obviamente, Félix tenía otras devociones: de Neruda a Larca o Rosales; de Julio Cortázar a Pepe Hierro; de Rilke, Eliot o Miguel Hernández a los poetas anónimos del flamenco , de Pessoa a Onetti. Pero, en lo esencial , esas dos "almas" han respirado, con mayor o menor énfasis a lo largo de su obra. Y en una y otra alma lingüística estaba su pasión por la poesía como misterio, como vía de acceso a la "santidad" entendida en sentido laico, como expresión de lo inexplicable desde el punto de vista de la lógica. La huella vallejiana, rotunda, voluntariamente explícita y, a la vez, filtrada por su propia experiencia de aprendizaje en el campo castellano-manchego, ya se manifiesta en su primer libro real (no fue el que primero publicó), Taranta (1971). El lenguaje roto, la búsqueda del neologismo, el grito y el canto a lo más sencillo y humilde se mezclan para dar lugar a un poemario raro, in asimilable para las tendencias del momento (no olvidemos que Félix lo escri-

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be en los años del realismo de la generación del 50) y de gran calado. De TaranlO a Las piedras (1964) hay un camino de depuración y de acercamiento a los clásicos castellanos, sobre todo a Antonio Machado, y una apuesta meditativa en la que el tiempo , el paisaje, el diálogo con la infancia , con cierta poesía entrañada de los poetas del 36, da lugar a un poemario que, tal y como lo subrayó en el prólogo a su obra completa Ángel Luis Prieto de Paula, "imbrica esencia y tiempo histórico". En Música amenazada (1965) pondrá en juego las dos vertientes estéticas, combinán dolas, para abordar un canto-sustituto (así lo ha confesado Félix Grande más de una vez) a una de sus pasiones irrealizadas: la creación musical. Pero no solo eso: hay una feroz indagación en la condición humana . Esa preocupación asaltará, de modo terminante, su siguiente libro, Blanco spirituals (1967), en el que, con materiales propio s de la llamada poesía social pero con un lengua je ambicioso, rupturista, emparentado con las vanguardias y con las nuevas corrientes culturales de la época (son los años 60) ,


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Manuel Rico

construye un mundo poético desasosegador y corrosivo (el inevitable Vallejo al fondo) y, a la vez, esperanzado y solidario . Un verso largo que no rehúye el collage ni el alegato, ni el coloquialismo, y que tantea en los avatares histórico-sociales que marcan la época: la guerra del Vietnam, la bomba nuclear, la inmigración interior, la confrontación Este-Oeste, el jazz, el París existencialista, la música pop oEn el libro siguiente, Félix asume el difícil reto del poema en prosa con Puedo escribir los versos más tristes esta noche (1971). Esos tres libros , que parecen formar parte de un ciclo que se extiende a lo largo de una década trascendental para la literatura en castellano (son los años iniciales del boom, no lo olvidemos), es destacable, por su novedad y su sintonía con los nuevos impulsos culturales, el uso de referentes de un tiempo en proceso de mutación: Rayuela, una cajetilla de L&M, María Borgia, el jazz , los misiles , el Ulises de Joyce, son, entre otros, ejemplos de esa búsqueda con una orientación tan cosmopolita y universalizadora como comprometida. La depuración lingüística, el lenguaje preciso y cargado de sensualidad a la vez, integrarán las dos almas aludidas en poemas breves, intensos , irreverentes, sustentados en el desdoblamiento psíquico y vital y fuertemente erotizados de Las rubáiyátas de Horado Martín (1978), uno de los más inquietantes acercamientos al misterio de la relación amorosa que ha producido nuestra literatura. Junto a ello, hay un afán metaliterario que se expresa en la creación del heterónimo Horacio Martín . Como si sólo a través de l personaje inventado p udiera afrontar poéticamente esa parcela de su experiencia. Las huellas del Antonio Machado creador de los apócrifos, sobre todo Abel Martín y Juan de Mairena, o de un poeta curtido en la creación de heterónimos como Pessoa, son obvias. Con La noria (1986) volverá el alma más machadiana de Félix Grande, recupe-

rando algunas de las claves que dieron sentido a Las piedras, y después vendrá un largo silencio poético. 11

Hace algunos años, cuando, a finales de los noventa del pasado siglo trabajaba en la edición crítica de Blanco spirituals y Las rubáiyátas de Horado Martín (apareció en 1998), un conocido poeta de una generaci.ón posterior me dijo que con aquellos libros Félix había agotado su capacidad creati va. Los más de treinta años de si lencio poético que habían sucedido desde Las rubáiyátas parecían dar la razón al colega. Es más, hasta hace apenas tres años (hablo del otoño de 2011) esa afirmación parecía tener cierto fundamento. Sin embargo, los último s meses de 2011 pusieron de relieve lo erráti co de tal apreciación. Treinta y tres años después de la publicación de Las rubáiyátas de Horado Martín, Félix cerró su obra completa, Biografía (2011), con La cabellera de la Shoá, un largo poema escrito en verso libre


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Las dos 'almas' de la poesía de Félix Grande

(con una serie de endecasílabos pareados, un soneto y un fragmento en prosa) de una altura, una densidad y una profundidad acordes con los mejores momentos de su obra . En él, afronta una reflexión perturbadora que habla desde el más radical humanismo ante la más radical (e inexplicable) abyección de la especie. Es una reflexión (o una mirada a la raíz de la condición humana) provocada tras una visita relativamente reciente a las instalaciones del campo de exterminio de Auschwitz. Félix Grande, en un poema largo, que se lee de un tirón, sumerge al lector en una pesadilla de la que no puede (no quiere) salir, en la que se ve atrapado gracias a la belleza de un lenguaje envolvente en el que suenan los ecos del Guernica picassiano, la desolación de la más dura memoria del Holocausto y la irrupción de momentos de un hiperrealismo descripti vo que arranca con el propio título del libro-poema, la cabellera de la Shoá. Poco después de la nueva edición ampliada de Biografía, apareció un nuevo libro en el que trazaba nuevos senderos sobre los caminos inaugurales sustentados en las ense-

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ñanzas de Vallejo y Machado . Hablo de Libro de familia (2011). Con él nos damos cuenta de cuánta verdad había ya en Blanco spirituals: la búsqueda de la palabra precisa en un verso ambicioso, a veces desbordante, la creación de neologismos que iluminan nuevos significados, la indagación de las raíces de la existencia en la combinación entre recuperación de la memoria y mirada crítica hacia la realidad, elementos consustanciales al libro con que Grande ganó el premio Casa de las Américas en 1966, están también en Libro de familia. Quien haya gozado o goce de la amistad de Félix (es mi caso) sabe muy bien que hay varios universos que forman parte de l propio metabolismo emocional y cultural del poeta: además de los citados Vallejo y Machado, están el flamenco, la música clásica, el miedo heredado y mamado a la vez, generado por la crueldad de los vencedores durante la Guerra Civil y la posguerra, y la memoria personal (la propia , la de Paca Aguirre, poeta y esposa, y la colectiva) . Todo eso está en Libro de familia . El poeta se sumerge en más de medio siglo de histo-


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Manuel Rico

ria propia y ajena. Poemas largos, escritos con un lenguaje de una gran riqueza, crudo cuando la referencia lo exige y delicado y frágil cuando se refiere a lo más cercano y querido . En Libro de familia encontramos al poeta proteico y generoso capaz de hermanar el vocablo más rudimentario de nuestra lengua con el más intelectualizado: el temblor popular del flamenco y la intui ción elitista de Johann Sebastian Bach conviven, se entrelazan, se miran de frente y no con la mirada por encima del hombro con que a veces queda "canonizada" la relación de la música clásica con la música popular. Quien haya leído La balada del abuelo Palancas no podrá evitar evocar capítulos enteros al leer algunos de los poemas de este poemario de Grande: por ejemplo, "El madrigal del odio muerto", un emocionante ajuste de cuentas con la figu -

ra materna, o "Hijopaterno de mí", con el que cierra el libro . Del primer poema , des taco estos versos: "¿En dónde nace e l od io, madre? / ¿En qué naufragio de la confi anza / se me pegó esa grasa sobre mi piel de hijo? / ¿En qué estallido de la decepci ón / nació aquel estupor que se clavó en mi infancia / como un arpón de soledad , y de culpa, y de angustia?". Escuché , en la sede de la Fundaci ón Juan March , de Madrid , la que habría de ser última conferencia de Félix un día frío del pasado mes de diciembre. Hizo un recorrido por sus padres poéticos, pero también abordó una incursión por su infancia y por el papel que desempeñó la madre. Al esc ucharle , tuve la sensación de que se estaba despidiendo de todos nosotros. Y de que en esa despedida había una extraña y emocionada reconciliación con la madre. La esencia de sus palabras aquella tarde memorable de diciembre de 2013 estaba, sin ninguna duda, en el citado poema de Libro de familia. Se reconoce una obra maestra por su . capacidad para depurar, en el lugar más recóndito y en apariencia provinciano, la esencia de lo uni versal: Macando, el condado de Jefferson de Faulkner, La Mancha de El Quijote, la Santa María de Onetti , la Soria de Machado ... Son ejemplos sobradamente conocidos. Pues bien, en el Tomellosa de Félix, que es también un quinto piso de la madrileña calle de Alenza, 8, que es también la pequeña e inmensa patria de Paca Aguirre, o en la remota memoria de su Mérida natal. .. , lugares que están en todos y cada uno de sus libros, vive la esencial verdad de su obra poética. Gracias a sus libros , son lugares que no monran nunca. ' Probablemente, sus primeras lecturas de Antonio Machado y de César Vallejo ayudaron a ello.

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UNA GOTERA Escucho la guitarra de Paco de Lucía. La música me araña los huesos de la edad. Lejanamente todo mi pasado se enfría. Una gotera insiste entre la soledad. La madrugada apoya su frente en la ventana y me confía unas sílabas de pena y compasión: se lo agradezco desde la yel de esta desgana. Hay una losa de algo sobre mi corazón. Una gotera. Una gotera hay en mi casa en esta rara noche de música y de adiós. Yen esta seguiriya que me hiela y me abrasa veo el rostro de la nada como un golpe de tos. ¿Qué es esto? ¿No está alIado mi bella hija dormida? ¿No está ahí cerca dormida la paz de mi mujer? El invierno tirita y me lame la vida. Mi juventud se ha ido para nunca volver. ¿Te acuerdas, Paco? Un día fuimos adolescentes entre hermosas guitarras y muchachas de miel. y hoy la noche de invierno me acaricia los dientes y el viento de los años dormita en el mantel. Todos mis sueños muertos se acuestan a mi lado y esta gotera sigue rezando sin cesar. Hasta el renunciamiento me dejó abandonado. Se han ido lejos hasta mis ganas de llorar.


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Cuando ya ni la lágrima acude hasta la herida y la vida es convulsa como golpe de tos, ¿qué le queda a esta llaga trivial y entumecida?, ¿qué le queda a esta música? , ¿qué nos queda a los dos? Suena en la seguiriya la lujuriosa pena de un tiempo que se apoya cansado en la pared . y suena en mi memoria y en mi cansancio suena la horrenda saciedad que me dejó la sed. Perdona, Paco. Excusa esta porción de invierno con que te está escuchando mi viejo corazón. y que Dios te bendiga por ese ruido eterno que suena como suena la palabra perdón . Fumo mi cigarrillo sentado en una silla, cercado por la silla, la tiniebla y la edad. Oigo el perdón, muy próximo, en esta seguiriya. y oigo, lejos, la espalda de la felicidad.

Félix Grande


Reproducimos , escaneados, un os tex tos publi cados en otoño ele 2009 , en el núm ero 90 de la revista LA ORTIGA, monog ráfico , ínteg ramente ded icado a Féli x G rande


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FÉLIX GRANDE, O lOS OBSCENOS PÁJAROS DE LA NOCHE PERDIDOS Y SIN COLLAR Manuel Vázquez Montalban

Fé l.ix. Grande ya tiene su primer tomo de Obras lncmnpletas en la calle. Biografía es el título que da rostro al compendio de sus libros de poemas publicados entre 1964 y 1971 . Es curioso que los poctas españoles jóvenes más copiosos tiendan a desprenderse de la obra veinteañera mediante un libro compendio. Gimferrer. precoz hasta en eso ya lo ha hecho. Félix Grande lo hace ahora con Biografía. Govti solo lo hizo en Años Decisivos y Gil de Biedma estuvo a punto de hacerlo, pero no k dejaron. Publicar es, en cierta manera, desentenderse, y hay escritores que se reconocen incapaces de proseguir y evolucionar si no publican. Porque el libro en la calle, aunque parezca una contradicción, deja, por fin, la angustiada, molesta. indignada patria potestad del autor. Félix Grande, además, tenía un factor que casi exigía a estas a1.turas el libro compendio de todos sus libros, desde el primero hasta el último, constituyen movimientos sobre el mismo tema: la relación del poeta, obscenamente autoasumido, conSIgo mismo, con su historia, con los otros, con la Historia. Desde el Félix Grande primeri zo de Ta ranto. Homenaje a César Vallejo al Félix Grande de Puedo escribir los versos más Iristes esta noche (robo confesado de un celebérrimo verso de Neruda), el autor no ha hecho otra cosa

La Ortiga

que investigarse con la misma obscenidad con que el protagonista de Les Clz emins de la Liherté se contempla el ombligo. Esa aparente ingenuidad convoca él su conjuro a un excelente lenguaje poético al servicio de la siempre peligrosa literatura de confesión. En Félix Grande, el escándalo obsceno de su yoísmo es total, radicalmente voluntario. Fre nte a la falseada ani quilación del "yo" que había efe ctuado el neoITomantismo de la poesía social, Féli x Grande - respondía con el "yo" sin sonroj o como centro de su quehacer poéti co. En parte, Félix Grande asumió estos talantes con ingenuidad autodidacta. El poeta el e Tomelloso desconocía la coquetería intelectual que ha obligado a buena parte de los autores del siglo XX a pedir perdón por haber nacido. Pero también en buena medida, Féli x Grande retomaba la antorcha del "yo" de grandes poetas que no por su yoíSJ1l0 habían eludido al compromiso con su espacio y con su tiempo: Vallejo, el más influyente sobre Félix Grande, y Ncruda, el más oportuno hoy día para la citación. La poesía de Félix Grande además no era periférico-industrial , como buena parte de la notable joven poesía española escri ta en castellano. Arrancab a de savIa s agrícolas, y la distancia con los materiales que poetas periféricos , como Gil de Biedma, conseguían mediant~ la ironia, Félix Grande sólo podía obtenerla mediante una exagerada identificación . La impresión obscena que podía dcrivar1'c de una excesiva autocomplacencia en pesares, traumas , mitos y símbolos intran ~ ferib l es, la contrarresta Félix con un lenguaje deformado peculiarísimo que consigue, a la manera de Vallejo, defomlar la propia entereza de su temática.

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Con todo, la autorreflexi6n de Félix Grande ante su ombligo viaja por un proceso de elevación expresiva, dentro de sus constant.es, que culmina con ese impresionante libro que es Blanco Spirituals, una de las cimas de la joven poesla, española. Allí el poeta !lO sól o nos habla ele sus perplejidades, sino que se sitúa en el mundo. se ve en cierta manera desde fuera. entre otros , y entre lo otro, y en gran manera encuentra las respuestas a sus ignorancias en la propia impotencia de /0 olro para hallar respuestas a los suyos. Blanco Spirituals. con todo y ser un libro directamente emparentado con cuanto Jo que el poeta había escriro ha.:;ta entonces. es también el que más se le escapa, el que más puede pertenecer a un lector no necesariamente obligado a identiticarse con la sensibilidad de ese obsceno pájaro nocturno perdido y sin collar con el que Félix Grande ha compuesto su autorretrato literario . .

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Quisiera lJamar la

alCnClOn

sobre

Puedo escrihir los versos más {risres

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noche. Hay un tipo de libros poéticos superinteresanlcs: aquellos en los que el poeta hace balance y, liquidaci6n de sus constantes. Para conseguir ese bal ance y esa liqllidacicín se sue le bu scar una forma por encima de su maniera habituaL y este forzamiento suele dar resultados óptirnos. a veces sorprendentes. Se me ocurre un ejemplo. Puede ser que un 90 por 100 de la poesía de Antoni o Machado haya envejecido; en c,lmbio, t:Slél por leer con ojos nuevos su Recuerdos de sue/l0 y duerme vela . Poema testamentario de los "tics" del poema, un poema impresionantemenre moderno, en el que Machado hizo resumen de t.odo su decir anterior. El último libro recopilado por Biografía es también un balance de los "ties" de Félix Grande, y la forma nos hace prever que pese a la perpetua adolescencia de sus temas y de su posición moral, Félix Grande es uno de esos raros poetas que sobreviven a su adolescencia. En una de las canciones de Mari Trini se viene a decir: ¿ Quién a los quince mIos 110

escribió un poema hllyendo de la so/edad? Cuando un hombre de treinta y cuatro años ha publicado LInos ciento veinte excele ntes poemas huyendo de la soledad, se ha autolegitimado poéticamente por encima de su bioquímica y su biografía.


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La Ortiga

TE ,ENTREGO LO QUE ME DISTE Francisca Aguirre Una playa en el Sur y algunos libros, una mirada al árbol de mi casa, las charlas con Eladio y con Negrillo, el corazón audaz de Luis Rosales, la delicada e intachable fidelidad de Alcántara, la compasiva desazón de Paco Albertos, el abrazo sinfónico de liberman, el vértigo 'creador de Paco de Lucía, la infinita piedad de Antonio López, la soñada Caleta de Quiñones, la solidaridad de Antonio Gala, las ventanas en fuga de Fernando Higueras, la sinfonía astral de José Hierrq, la inocente alegría de Guelbenzu, la púdica orfandad de Conte, la magia cotidiana de Monolito Ríos, la sombra de Despeñaperros por delante de Antonio Hernández, la abismall lucidez de Paco fernández Santos, las lúdicas alucinaciones de Francisco Nieva, el milagroso desvalimiento de Carlitas de Ory, la infantil ilusión de Justo Jorge, el hambre de justicia de Manolo Martín, la contagiosa calidez de Rafael de Cózar, el adorable 2 en el cuaderno de Felipe Mellizo, el entusiasmo inquebrantable de Galvarino Plaza, la lección asombrosa de José Antonio Maravoll, lo sonriso mundial de Meliano Peroile, Eduardo Ti jeras con sus mares o cuestas, el resplandor vital de Claudio Rodríguez, la inamovible fe en el porvenir de Miguel Rubio, las charlas de Montesinos con Bécquer, el romance de Nacho Cobeta con lo poesía, la mirada zodiacal de Porlan, la tristeza azogada de Chicano,

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el trovador oculto en Pedro Gorda Domínguez, lo ecuanimidad testaruda de Santos Sanz, Gómez Marín y su alma de nardo del árabe español , los hermanitos argentinos siempre soñando con la Cru z del Sur, la locu ra ven ial de Jimmy, el ayer melancólico de Garda Pavón ¡ la in term inable comprensión de Elad io Cabañero, la genialidad pudorosa de José Luis Prado Nogueiro , el secreto ensimisma mi en to de Ro jas Herazo, la cos mogónica bondad de G uido Castillo, la feroz inocencia de Juan Carlos Onetti, la implacable ternu ra de Hugo Gutiérrez Vega. Todo esto hemos ten ido, Poca, me dijiste. Esos seres maravillosos, únicos, como d iría Elad ío . Ellos y sus mujeres y sus hijos . Unicos, Paco, me decías, ellos y muchos má s que olvido . Nuestra gente, la gente de tu casa y de mi casa: tu padre, legándonos el mundo en su pintura, el mío, legándonos el mundo con su vida . La luz intermina ble de los ojos de Guadalupe, vida y dulzura, es peranza nuestra . Todo eso tenem os, Paca, me di jiste.

y alg ún día, una playa en el Sur y al gunos li bros, Félix, una mirada al á rbol de tu casa de la calle de A sia, las charlas co n Elad io y co n Negrillo, el cora zón audaz de Lui s Rosales, la intachable fidel idad .. .


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ES·PERA EL MAR A. FÉLIX GRANDE Fernando Quiñones SIN duda va a tratarte según lo que le adeudas. Te empujará sus olas, sus muertos y sus canfos con esa vehemencia de quien esperó mucho y a tu rostro de tierra trág ica y sonreída subirán las espumas más posesivamente. Te abrirá corredores tibios como muchachas y no sabrás qué hacer con tus brazos de yeso cuando una veta helada, como un dedo imprevisto, conduzca hasta tus centros la polar pesadumbre. ¿Qué harás tú por las grandes salas de la bahía, qué, cuando es por la tarde y se retira el mundo y en la playa desierta no queda más que el Tiempo y le vemos pasar como un caballo mudo? ¿Qué harás sobre esa arena de la noche avanzante percibiendo la escasa duración de la vida y ni bastando el mar, tendido y acallado, bajo el lejano grito de algún niño que vuelve? Tú llegas de lugares donde un muerto está firme, donde madura el llano las vides aquietadas, donde el cielo devora los pelados desmontes y posa el tren y fijan las horas los jilgueros . Sabes lo que es lo música y conduces un fuego inacabable, y, como sabemos, indecible, tocando los principios y fines con un alma alta y delgada igual que tu madre Castilla . Pero no sabes cómo puodes sentirte enorme al desaparecer en el gran fuego az~I, como serás aún de mínimo y de grande

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perdiendo la conciencia, los duelos, la memoria, entre el salvaje amor de las mareas. En el nombre del mar, mi querida y mi padre, quiero traerte, Félix, aquí su enorme mano y que te oprima un hombro hasta que caigas y doblen por tu nombre las guitarras del fondo.

Pepe Hierro y Félix Grande

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Cuando el verso se hace música

PEDRO GARCÍA C UETO

La guitarra ha dejado de sonar, el cante flamenco llora de pena, más aún de lo que siente el cantor cuando expresa el desgano de la vida. En un día triste de Madrid, frío de enero, la voz de Félix Grande ha dejado de sonar, la cadencia del aire exhala tristeza, ya no se ilumina el ventanal, los versos gimen su soledad , por no hallar los ojos claros de Félix, su sonrisa, que nos regaló a los que fuimos sus amigos. Hijo de republicanos, el futuro poeta nació el 4 de febrero de 1937, mientras su madre trabajaba en un hospital y su padre, republicano, combatía en el frente. Nació en Mérida, Badajoz, pero en seguida se fue, con dos años, a Tomelloso, Ciudad Real, donde ha sido enterrado el sábado 1 de febrero de este año. Vivió allí hasta los veinte años, donde

fue exhalando el aroma de la Mancha la tierra 'de Don Quijote , donde cuidó de las cabras, ya que su abuelo lo hacía. Como si Miguel Hernández lo inspirara , en una suerte de embrujo , el poeta empezó a leer versos, en el campo , llenando su corazón de la luz de los versos, de la magia sonora de la poesía. Pero la guitana ya vivía en su interior, su abuelo la había tocado y él escuchaba el fla~ menco como si viniese de un territorio escondido , un lugar donde el embrujo no tenía parangón, donde la voz del cante se quedaba lleno de luz y sombra, como la propia vida. Fue en 1957 cuando Félix se marcha a Madrid, donde vive de varios oficios, ya que no había hecho estudios, pero llevaba dentro el ímpetu del esfuerzo y el deseo de progresar. Su encuentro con Luis Rosales , en 1961 , fue


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Cuando el verso se hace música

el cénit de ese momento de descubrimiento, ya que el poeta granadino le regaló no solo su participación en Cuadernos Hispanoamericanos, que este dirigía, sino también un halo de poesía trenzada con la música, la que el genial Rosales llevaba en el alma. Comenzó su carrera literaria con la poesía y obtuvo el Adonais en 1963, con su libro Las piedras, libro que nada entre las aguas de la duda existencial y que refulge con brillo en la década de los sesenta. Explora el tema de la soledad y logra un libro memorable, que sigue brillando para todo lector de poesía. Luego llegó su primer galardón de narrativa, el Premio Eugenio D'Ors con la novela corta Las calles. Si la inspiración machadiana preside su primer impulso poético, luego anida en él la influencia de César Vallejo, al que tanto admiró, o de Federico García Lorca: el duende del poeta granadino late en los versos de Grande . Sin olvidar a su maestro, el gran Luis Rosales, a quien defendió de las calumnias vertidas contra él como participante activo en la muerte de Lorca en su inolvidable La calumnia (1967). Como narrador, destacan libros como Por ejemplo, do'scientos (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, caballeros (1980), Fábula (1991), Decepción (1994), El marido de Alicia (1995), Sobre el amor y la separación (1996) y su novela más exitosa, La balada del abuelo Palancas (2003), donde recrea los años cuarenta, tan cerca de su propia vida, en una familia del campo, evocación de sus años de infancia, con el abuelo Palancas como centro neurálgico de una historia revisionista acerca de la posguerra española, el hambre, la tristeza y las sombras que la dictadura dejó sobre los españoles. Como poeta, logró el premio Nacional de Poesía en 1978 por Las rubáiyátas de Horacio Martín, en los cuales busca heterónimos, en la línea de Pessoa, para crear un libro que crece, como un árbol, para emocionar al lector, donde la música de verso cobra altos

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vuelos, enervando toda mirada, alzando la luz de ese poeta fino llamado Félix Grande. Del flamenco escribió y muy buenos libros, como su inolvidable Memoria del flamenco (1995), un tratado poético en prosa, lleno de embrujo, que le llevó a ganar el premio Nacional de Flamencología, sin olvidar la gran amistad que tuvo con Paco de Lucía y Camarón de la Isla, que le llevó a escribir un ensayo del mismo título, los nombres de los dos grandes del flamenco, editado en el año 2000. El largo silencio en la poesía se rompió cuando visitaba los campos de concentración , lo que dio lugar a La cabellera de la Shuá , que incorporó a su 'antología poéti ca Biografía, publicada por Galaxia Gutemberg en el año 20to, donde recoge lo mejor de su obra, para culminar con Libro de familia , publicado a finales de ese año. Hay que recordar también que el gran poeta fue premio Nacional de las Letras en el año 2004. La muerte de Félix deja un hueco irreemplazable en la poesía, por su compromi so social, por su voz llena de poesía y de talento , por su incalificable amor hacia Francisca , Paca, Aguine, su mujer, poeta de gran altura , cuyo padre, el pintor Lorenzo A'g uine, fue asesinado por los fascistas en la Guerra Civil , y el amor a su hija, Guadalupe, antropóloga y poeta, de fino verso , que seguirán queriendo al padre ido hacia la nada existencial. Nos queda la música de sus versos, tan cerca del flamenco y de la armonía de la vida .

UN RECORRIDO POR SUS MEJORES LIBROS DE POESÍA

Un primer libro asomó a la poesía española en el año 1961, Taranta, homenaje a César Vallejo , donde el poeta ya escucha al niño que ha dejado en La Mancha, recrea los tiempos del ayer, el recuerdo del abuelo, que tanto le enseñó. De los poemas del libro , donde podemos ver ya la temática esencial de su obra, el amor a la vida y su evocación , des-


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Pedro García Cueto

taco este retrato del abuelo, perteneciente al poema "La rumia":

para envejecer juntos, nos tomamos las manos / yo miro tu sonrisa, tú miras mi tristeza; / irán saliendo

~l11ugas

en mi

y el abuelo con su pecho de tronco . /

alma y tu cabeza / y canas sobre nues-

Ya no queda. / Desde mañana no he

tros espíritus humanos

dejado de memorar / el sol aquel, la piara veterinaria, sus balidos volviendo el cuello, / el generoso macho que peleaba hasta / hasta sangrarle la testuz, filósofo cabrío

y el recuerdo del padre, ordeñando las ubres de las vacas, como un retrato que llega al alma, porque la infancia vuelve, como un eco que escuchamos al pasar el tiempo y se nos entrega, con devoción, hecho poema:

Sin duda, el amor más allá del tiempo , en el proceso quevediano de la vida, para alumbrar un nexo que está por encima del transcurrir de los años, tanto es así que el joven poeta se anticipa al tiempo y le dice en el primer terceto de este bello soneto: tú eres ese recuerdo que he

ordeñaba, depositando con unción / un puñado de yeros junto al hocico

re

las

más lecheras, / que mimábamos , venturosos todos , y ellas.

El permiso del padre para fumar en el comedor es ya la demostración del niño que se hace hombre, en un ámbito de pobreza donde vive la felicidad. Tras la Guerra Civil, donde tanto daño queda adentro, busca de nuevo el edén perdido, que es el objetivo de este libro deslumbrante, homenaje ya a César Vallejo . De su siguiente libro , Las piedras, sentimos el amoroso sino del poeta, que busca sus raíces, pero que ve el pasar del tiempo, su proceso irrevocable, en un libro que trata sobre las piedras que quedan en la senda de nuestra vida, homenaje , sin duda , a esa piedra de Darío, que ya no siente, como en su poema "Lo fatal" , pero que ahora vive y siente, gracias al amor hacia la vida de Félix Grande. Cito uno de los poemas del libro, donde sentimos que el amor fundamenta todo, el de Félix a su mujer, Paca Aguirre, en estos bellos versos, que suenan como música:

tener un

día, / yo soy esa nostalgia que poblará tu frente / cuando ya sea un anCIano, amada,

En el establo, / tibio hacia dentro, hacia el olor, familiar y enigmático, / padre

re

~U1ciana

mía.

Del libro nacen poemas hermosos que ya descubren a un gran poeta, que no ha encontrado su lugar en las generaciones, algo joven para ser de los cincuenta , ya que empezó en los sesenta, demasiado mayor para ser de los novísimos, ad~más, lejano al mundo poético de ellos; pero no importa , porque sus versos nacen del corazón , son fuente de vida en cada nota , como · si la música los alumbrase. Poemas como " Noviembre llueve" o "Gravedad de la noche" , donde apar~ce un tema que fundamenta su poes (a, como oc urría en el mundo de Caballero Bonald, la noche como espacio de desc ubrimiento , que espera el alma, en la línea de nuestros místi cos , noche de amor que se cumple en la alborada. Destaco el poema "Magia", muy hermoso, de donde cito estos versos: En esta noche tibia / me asomo a la ventana, / por el cerebro absOlto / una fusión en llamas / formada de pasado / porvenir amor nada / desolación y música: / como un bulto está el alm a. / Quiero entJ:egarme, quiero / fundirme en esta magia, / equivaler.


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Cuando el verso se hace música

Nos llega el asombro de esta noche de descubrimiento, llena de magia, donde la música está presente, pero también la entrega, como la de san Juan de la Cruz, cuando el alma busca a Dios, porque la noche es solo proceso que termina, como un culmen de éxtasis , en el amanecer. El verbo "equivaler" cobra todo su sentido , es el espacio del ser que se iguala con el cosmos , en mágica conjunción , como el acto de amor en su momento culminante. De este libro , Las piedras, escuchamos ya la música del cante flamenco, porque Félix Grande navega en esas aguas , se entusiasma con el ritmo del verso, busca, a ciegas, la cadencia armoniosa de la música del poema. Poemas como "Suceder progresivo" o "Apacible sorpresa" ya muestran ese afán de conjunción , la música y la poesía en el mismo barco de luz. Luego llega su libro Música amenazada, donde vuelve la idea de la noche como un espacio de creación, donde el poeta busca la luz, como si en un túnel se hallase , para alumbrar, con la luz del día, la arquitectura del poema y, por ende, la del amor conseguido. Destaco "Oscuro", dentro de los muchos poemas del libro que merecen ser leídos con devoción: En la alta machugada / se diría que

ces-

pieltas para siempre. / Sales cel sueño como si salieras / ce una placenta pobre, enferma. Emerges / ce entre miseria y sangre; / ce entre heridas emerges. / Y

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en las sienes son muestras de ese devastador efecto de haber nacido en una época de Guerra Civil. El libro lleva uná música implícita, donde el amor por la vida de Félix Grande no excluye la fatalidad de haber nacido , como también nos hizo ver Daría en el poema antes comentado , "Lo fatal", que no puede ni debe ser olvidado . La idea de la felicidad también se vuelve incertidumbre para el poeta, como nos dice en "Ética inútil", porque la dicha no dura, se nos escapa de las manos, se derrite como la nieve entre nuestros dedos: Donde fuiste feliz algun a vez / no debieras volver jamás: el tiempo / habrá hecho sus cestrozos , levantado / su muro fronterizo / contra el que la ilusión chocará estupefacta.

Sin duda alguna , la felicidad no dura , solo permanece un instante, la vida es un ir perdiendo, en el inexorable e imparable paso del tiempo, donde el nacimiento , como vimos en el poema anterior, ya ha marcado la derrota . Este fatalismo del poeta no elude su deseo de vivir, pero le hace consciente del dolor implícito en nuestro sino humano . De su siguiente libro, Blanco spirituals, destaco su amor por el flamenco, como en el poema dedicado a Manolo Caracol , donde se pregunta qué es el cante, una voz nacida de las entrañas, que ilumina, con su luz, todo el universo:

quedas como un niño mal paricb / con canas en sus sienes.

La fatalidad de nacer en una época de hambre, aquella que Miguel Hernández le deCÍa a Josefina en "Las nanas de la cebolla", los famosos versos: "Desperté de ser niño, nunca despiertes", late en este poema, donde el útero materno es una caverna oscura que busca la luz de la vida , pero que viene ya marcado por la fatalidad, la miseria y la sangre que el tiempo no puede cambiar, porque las canas

Pero, ¿qué es el cante? ¿Qué es una seguiriya? / ¿No es algo roto cuyos pedazos aúllan / y riegan ce san gre oscura el tabique ce la reunión? / ¿No es la electricidad cel amor y el miedo ?

Sin duda alguna, el cante está allí, donde pervive el dolor ancestral, ese que expresa nuestro sino trágico al nacer; es el lugar de la sangre oscura, es pura electricidad, como nos dice el poeta extremeño .


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Pedro García Cueto

Porque la música está ya dentro de él, en este acto de amor, donde el verso se hace músi~ ca, la devoción del poeta por el cante se envuelve en el tamiz de una porcelana suave que acariciamos, pero que desgana también, tal es así su declaración de la música en este libro portentoso: La música me araña lentamente en los huesos / se me restriega por un puñacb re hojas secas / resmenuza hojas secas como minúsculas bufandas / arropancb a mi calcio con el polvillo re noviembre / y con la fibra re los años, esa tan familiar urdimbre / re paisajes y lluvia y personas lo que llamo mi corazón.

La música en todo, en cada poro de la piel hasta el tuétano, hasta el lugar del polvillo de noviembre, donde late el hombre que ha de morir, hecho, desde el nacimiento, para ir trenzando el mapa de la vida hasta llegar a la nada de la muerte.

Luego llegarán otros libros como Cuadernos de Lovaina (inéditos de Horaciu Martín) , La noria (un homenaje al cante flamenco en muchos de sus poemas) y La cabellera de la Shoá , el libro que cierra antes de Libro de familia su periplo por las letras y que supuso un regreso a la poesía , donde el tema central es la barbarie de los campos de concentración nazis , lugar donde la humanidad perdió su razón de ser. Una voz que se ha apagado ahora , cuando mejor brillaba, por la experiencia del mundo, pero también por esa generosidad que ha alumbrado siempre su obra, donde los ver~ sos han ido trenzando una música interior, tan hermosa como el cante flamenco, aquel que hizo que sus ojos de hombre bueno se emocionasen, cuando yo los vi llorar, supe que en él y en su savia estaba la verdad , esa que nos arrebata, con una crueldad inusitada , la muerte . Nos quedan sus versos, que nos aliviarán la sed hasta el final de nuestros días. Muere el poeta, pero no su música.

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HIJOPATERNO DE MÍ

del Libro de familia Visor, 2011

Hijopaterno de mi tú conmigo en tu grupo escolar ... ¿Furtivo, hijo, encogidito visionario? : Aún juegan

en el patio los perros cazadores, pero no escapará el animal montés pese a estar ya corriendo vertiginosamente por los bosques... ¿Te oyes correr vertiginoso? ¿sufres del mal de piedras? ¿en silencio escuchas f.."leal fanfarria de colmillos? jCuánra sombra dentada ves a doble luz del miedo, hijopaterno, hijito, yo allí en tu infancia y tú aquí en mi posguerra, entrambos desollados deudores uno del dolor del otro. Veo tus dos ojos de laceración alimentando de silencio el buche implume mayorcito: ¿Qué deduces, qué estás pensando de la soga, el árbol) la puta rama, el patio, el luto triple de nuestra madré nuestra novia, ciega de tanto ver y de no ver, de tanto sufrir plumón de implume mayorcita? ¿Qué oyes en la garrucha yen el cubo lleno de sombra, en sombra derramada por el brocal de la fatalidad? ¿Qué oyes, qué ves?: ¡Qué falta te nos hace crecer, tú a mi vejez, yo a tu intemperie!

-Poemas escaneados del libro de Visor-


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Miro tUS ojos atonales, quietos a manotazos con el sino ... y me conduele tu contemplación: ¡Ya basta, germen de mi yo, hijo mío: Yo soy el sino, hijopaterno! ¡Yo, yo soy tu sino! Tú lo fuiste tanto ... Descansa, vida mía, que por fin tu sino es padre y luz de tu mi sombra. Yo soy tu sino. Abrázame este abrazo prieto de infancia en que te anudo, con que te cauterizo y que te estaño de abrazamiento desde tu vejez. Yo soy tu sino, corazón, confía en que ya nunca huiré de ti paterno. Ya nunca más la cobardía altanera del adulto en espalda agazapado daré la espalda al tórax de tu infancia. Ya para el siempre que nos queda y (esta seré tU padre, tu hijo, tu senda, tu vallejo. Te entrego mi palabra y mi palabro: ¡Que caiga muerto si me suelto un dedo de tu manita, de la primigenia insomne cuna de mi garra anciana! ¡Que se muera mi vida si no abl'azo ya para un siempre implume tu intemperie de tu yo al mío, de poder a poder! Me voy a confesar de mí contigo. Me voy a perdonar con tu perdón. Hijo: he pecado. Compasióname. Misericórdiame.... Durante muchos años, fui forajido de mi infancia: tuve m iedo de ti: de tu rotundidez.


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Mi tú me daba miedo. Viví al sesgo de ms dos ojos de mirar el mundo y verle al mundo la intemperie junta. ¡Ah la intemperie, hijopaterno, cuánto miedo le tuve a tu fragilidad! Cuánto horror disfrazado de poderes subalternos, fugaces, maniáticos he arrastrado espantado de tu rastro. Cwimos incendios de hojarasca prendí para abrasarme la aprensión ante la digna hoguera de tu frío. Cuánto correr sin rumbo contra el cenero de tu ansiedad ,v tu escozor centrado. Cuáneo miedo trivial a [U terror. Cuántas medallas me colgué en la bl usa, casi todas de plomo, otras de humo, a causa del recelo que me daban tus condecoraciones de vivir: oros, platas y cobres de [U susro. Cuánto he temido a tu intemperie, hijo: me he pasado millones de mi vida funámbulo de mí, equilibrista en el alambre del temor contiguo sólo por miedo hambriento y precipicio al nutritivo hondón de tu inocencia. Se acabó, niño padre de mi vida. Se acabó para siempre el miedo al miedo. Tu espantosa inocencia es mi coraje. Mi abrazo a tu intemperie es ya mi honor. Mi vejez. lema es tu cinematógrafo y mi alegría final es tu palacio. ¡Sube conmigo hasta las canas! ¡Cama


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esta marcha triunfal con que nos vamos lentos y orquestalmente hacia morir! Echa un vistazo a nuestro privilegio: papá y mamá y rodos nuestros muenos se rebullen de gusto al ver que somos amorosos, valientes, laudatorios! Nuestra familia palpitante habita en su gramo de eternidad ... ¿Podríamos recibir de vivir mayor riqueza que haber vivido tan arrodeados por el amor? Agrégale a este lujo la emoción del lenguaje: lo que viene de la fuente remota del sentir colectivo. Añade la amistad. Y la mirada compasiva de un Andes de maestros vivos o eternos ... ¡Y además la música, añádela, sé agradecido, que ella condimentó el fesrín! '" Y ahora haz la suma, saca las cuentas: ¿te das cuenta, sabes sumar multiplicar el hondo tramo de la escalera de nuestra alcancía? Dame la mano y un abrazo, padre. Vamos. Vamos los dos. Vamos por fin siendo uno solo junto. Lo que queda, antes de disiparnos, es brindar interminablemente con la tribu por la vida, el amor y la conciencia.

No te avergüences, hijo: yo también rengo ahora mismo ganas de llotar. FÉLIX GRANDE


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MACHADO EN SEGOVIA CELAN EN BREMEN Lugares que un tiempo habitaron hombres y libros ANDRÉS SOREL

Hace setenta y cinco años que un hombre bueno, un poeta extraordinario, murió nada más pisar las tierras del exilio al que le llevó el fascismo asesino. Es tiempo para recordar que con él murió una España que en las primeras décadas del siglo XX intentó cambiar su vieja y prolongada historia: catolicismo inquisitorial, corrupción caciquil, ejército represor, pueblo sumido en la ignorancia, devastación económica y cultural bajo el signo de monarcas, aristócratas, señores feudales, oligarcas y banqueros tan explotadores como incultos y reaccionarios. Y fuerzas policiales, cuerpos armados represivos, como la Guardia Civil, especializados en perseguir, torturar y encarcelar a quienes intentaban alzarse contra Estados tari crueles como decadentes, alejados de la regeneración democrática que con mayor o menor fortuna sacudía Europa. Setenta y cinco años después todavía decimos con Machado que ni el ayer ha muerto ni está el mañana escrito. Segovia, ciudad donde nací y pasé mi infancia y parte de mi adolescencia, me abrió los ojos a la luz cuando ya los franquistas empujaban a Machado hacia la muerte. En Segovia, Antonio Machado, los Zambrano, otros ilustres seguidores de la Institución Libre de Enseñanza fueron quienes con su ejemplo alumbraron mi caminar en la vida por los caminos opuestos a la terrible dictadura de la represión y el miedo que nos envolvía. Pienso en ellos, y los veo en los paisajes que yo recorría de niño: hablando en un café de la Plaza Mayor, paseando por las sendas que conducen al Alcázar entre edificios de belleza no truncada por el silencio y el abandono que los envolvía, parados ante los árboles que besan las aguas del Clamores y del Eresma para refrescar a quienes buscan

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la sombra en el dulce estío de la ciudad, internándose por la Fuencisla hacia el camino que conduce a Santa María de Nieva, tomando un vino en la Venta de Abantos o asomándose al Terminillo mientras cruzan ideas sobre el desarrollo y actividades de la Universidad Popular que han fundado, preparan la llegada de intelectuales al servicio de la República, que ofrecerán palabras y debates en el teatro Juan Bravo a los segovianos ávidos de nuevos pensamientos para desarrollar sus acciones transformadoras, preparación de cursos de filosofía, literatura, arte, que eleven el nivel cultural de los ciudadanos .. . y todo envuelto en vientos de amistad, solidaridad, utopía auténticamente social y revolucionaria, es decir, impulsar la libertad y enriquecimiento humanístico de la que tan ajenos estaban a comienzos del siglo XX los hombres y los pueblos de España. De diciembre de 1919 a junio de 1932, y de lunes a viernes, salvo en periodos no lectivos que le trasladaban a Madrid, impartía clases Antonio Machado en el instituto situado al final de la calle Ochoa Ondátegui, donde yo nací. Y en la plaza contigua del Salvador habitó un tiempo María Zambrano . Con Antonio Machado, con el padre de quien sería otra exiliada y una de las más inteligentes pensadoras de España de todos los tiempos, y con su hermana Araceli, viviría María el 14 de abril de 1931. Cuando ella y Machado ascienden por la calle Real hacia la Plaza Mayor, en cuyo balcón del Ayuntamiento el poeta participará en la colocación de la bandera republicana, contemplan entre la riada de manifestantes a un hombre de corta estatura, con los brazos abiertos y el pecho asomando entre la blanca y entreabierta camisa, que grita una y otra vez: Viva, viva la República. María le dice a Machado: "Mira, es uno de los personajes de los fusilamientos de Goya y ha resucitado". Se verían por última vez en 1939 después del homenaje que rinde Machado a su íntimo amigo y compañero de vida Bias Zambrano, "el arquitecto del

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Acueducto", como le llama, que ha muerto en Barcelona poco antes, del final de la guerra. Era el 25 de enero. Barcelona ha sido rendida a las hordas invasoras de Franco. La madre de María, su hermana, sus primos, la criada , van en el Hispano-Suiza que conduce Manuel Muñoz, director general de Seguridad y compañero sentimental de Araceli. Abandonan Barcelona camino de la Junquera y Perpignan . En el camino, entre la interminable cola de gentes que con sus míseros enseres huyen de la bestia, divisan a Antonio Machado agarrado del brazo de su madre. El hijo parece tener mucha más edad que la anciana que le conduce. María recuerda entonces las palabras que poco tiempo atrás le había dicho Machado al referirse a su padre, Bias Zambrano, ya él mismo: habían perdido su sueño utópico, se veían envueltos por la desesperanza, todos sus proyectos, conversaciones, fueron derrotados. Su derrota era una vez más la derrota de España. Y el hitlerismo iniciaba la derrota de Europa y, algo peor, el fin de la propia civilización. El 26 de enero de 1958 en la ciudad alemana de Bremen se entregó un premio literario a uno de los mejores poetas del siglo XX: Paul Celan. Iba a pronunciar un discurso sobre su obra , tal vez sobre su vida. Contaba 37 años de edad . Existía gran expectación por escuchar las palabras de aquel judío rumano que vivía en París y escribía en alemán al referirse al reciente pasado: sus padres muertos en un campo de concentración nazi y él mismo prisionero , huido , tras recobrar la libertad y vivir un tiempo en Bucarest, hacia Viena y apátrida sufriente como la mayor parte de su pueblo. Algunos críticos consideraban ya a Paul Celan el Kafka de la lírica. En 1938 , cuando marchaba a Francia a realizar estudios universitarios que le negaban en su tierra , la Bucovina rumana, el tren en que viajaba se detuvo en Berlín. Fue la conocida como Noche de los Cristales Rotos. Las hordas alemanas fanatizadas por Hitler perseguían a los


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Andrés Sorel

judíos, los mataban, destruían sus comercios y viviendas. Los ojos de Celan llevaron las lágrimas a su corazón, allí se cristalizaron y no le abandonaron nunca. En España las hordas franquistas helaban el corazón de Antonio Machado preparando su muerte. Pero Celan sólo se refirió al inadjetivable reciente pasado con unas hermosas, profundas palabras para referirse a sí mismo y a la tragedia ocurrida. Dijo: El paisaje del que yo vengo [... ] era -si se me permite completar este apunte topográfico como algo que surge ahora ante mis ojos desde muy lejos- un lugar en el que vivían hombres y ti bros.

Ni una palabra más en referencia a la barbarie nazi, fuera de su extraordinario poema ya conocido en todo el mundo "Fuga de muerte", que se llamó en su versión original publicada en Rumanía "Tango de la muerte" .

extendió sobre toda España. Pero algo no pudieron matar. La palabra. La lengua que corrompieron pero no consiguieron destruir. La lengua que era preciso regenerar. La escritora Ingeborg Bachmann lo expresa con la mayor precisión posible: "¿Qué es hoy el lenguaje, sea el nuestro, el alemán, pero vale para otros, español, inglés, chino o árabe, sino plomo derretido que se inyecta en las conciencias para dormir y aplanar los espíritus?" . El español envenena las conciencias de quienes lo reciben y usan a través de los medios de comunicación y gran parte de la literatura que se publica. La antítesis precisamente de lo que Antonio Machado y Zambrano nos siguen irradiando. y entonces no puedo menos que considerar y recoger las palabras del propio Celan en aquel discurso de Bremen. Las que siguieron algunos, pocos , escritores y pensadores de los tiempos de España. Dijo Celan: Accesible, próxima y no perdida, per-

VIVÍAN HOMBRES Y LIBROS

Pienso en la Segovia, no en la que yo nací, sino la de Machado, la de los tiempos en que ella, los Zambrano, Emiliano Barral, los hombres y mujeres que crearon la Universidad Popular y a ella asistían, los que daban clases según las pautas marcadas por la Institución Libre de Enseñanza, esa ci udad que también era un lugar de hombres y libros . A estos los quemaron. A los otros los persiguieron, encarcelaron, asesinaron. y tal vez recordemos las palabras de Heinrich Heine: "Allí donde se queman libros, no tardan en quemarse hombres" . Setenta y cinco años transcurridos. La sombra de la muerte , el hambre, la injusticia social, la degradación cultural -apoteosis de la Iglesia Católica, de las oligarquías económicas, de las fuerzas represivas que las susten tan , de la corrupción de todos ellos- se

maneció en medio de todas las pérdidas, so lo una cosa, la len gua. Pero tuvo que pasar entonces a través de la propia falta de respuesta, a través de un enmudecimiento, pasar a través de las múltiples tinieblas del discurso mOltÍfero. [ ... ] En esa lengua he intentado yo escribir poemas en aquell os años y en los posteriores: para hab lar, para orientarme , para averiguar dónde me encontraba y a dónde ir, para proyectarme una realidad.

Es la lengua de Machado para nosotros los que pretendemos negar la realidad que nos envuelve y descubrir y posibilitar la que crearon hombres como él, la que proyectamos en nuestro amargo presente histórico. Es el mejor recuerdo , homenaje qu se puede prestar al poeta y pensador. 1 hombre comprometido con los prin ipi


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que se vulneran hoy día . Porque no ViVimos, como se nos dice a todas horas, una época de crisis, sino de voracidad de un capitalismo terrorista que día a día va enterrando las escasas conquistas sociales que costaron decenas de años de lucha; por tanto, es época de reinterpretación del mundo, de nuevas acciones por dar sentido a la vida en la búsqueda de la igualdad, desarrollar el humanismo frente al neoliberalismo y la gestión tecnocrática, el pensamiento racional contra los dogmas - religiosos o nacionalistas- de toda índole, encontrar el lugar del ser humano en la Tierra, que no sea devorado por la llamada revolución científico-técnica que arrasa · con el pensamiento libre y diferenciador, que busca imponer una sociedad orweliana, que suplanta el totalitarismo genocida fascista y nazi del siglo XX por el dictatorial de los banqueros y del imperialismo impuesto por las poderosas familias que imparten sus doctrinas económicas y culturales para devorar a los pueblos y seres humanos del mundo, convertirlos en nuevos esclavos al servicio de la leyes que impulsan desde su poder. La historia , la que los hombres como Machado intentaron desarrollar, no puede continuar siendo un desencuentro de la utopía y la revolución con la realidad. La realidad conduce a los campos de concentración, a que hoy miles de millones de seres humanos tengan que vivir con menos de un dólar diario y cien familias se repartan cientos de millones entre ellos, a que la discriminación educativa, sanitaria, existencial, cree inmensas bolsas de pobreza, de excluidos sociales y humanos. Machado. Cultura popular, diálogos humanistas, palabras y actos para el desarrollo cultural, para imponer la única religión que debiera enseñarse en las aulas desde los primeros años de la vida: la de los derechos humanos.

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Al hablar de Machado debieran recordarse las palabras de Stendhal puestas en boca de Lucien Leuwen: La religión es el más firme apoyo del poder despótico .

o las reflexiones del propio Antonio Machado en boca de Juan de Mairena , cuando habla de cómo debería ser la Esc uela Popular de Sabiduría Superior: De nuestra Escuela no habría de salir tam. poco una nueva escolástica, la cual supone una Iglesia y un Pocer Político más o menos acordes en defender y abrigar un dogma, con su tabú correspondiente, sino todo lo contrario. [. .. ] Porque la linaliclad de nuestra escuela [ ... ] consistiría en revelar al pueblo , quiero decir al hombre de nuestra tierra, todo el radio de su posibl e actividad pensante, toda la enorme rona el:: su espíritu que puede ser iluminada y. consiguientemente, oscurecida; en enseñarl e a repensar lo pensado , a desaber lo sabieb y a dudar de su propia duda, que es el único modo de empezar a creer en algo.

Hay quienes han sido vencidos por la publicidad y el mercado , escritores que no reconocen la necesidad de hombres como Antonio Machado. Integran esa literatura acosada por el feísmo, la vulgaridad, las dependencias mercantiles, propia de un tiempo histórico que abomina de la ética, el humanismo y la justicia social. Ellos, desde luego, no debieran ensuciar con su podredumbre nombres como el de Antonio Machado en actos burocráticos y serviles . Porque a Antonio Machado , a su honestidad y claridad de pensamiento , a él. y a otros como él, los necesitamos en los días aciagos que vivimos. Contra el vocin glería canalla, las palabras claras, precisas, de Juan de Mairena y Abel Martín.


In memoriam

Homenaje al gran escritor de Asturias y de España V íctor Alperi RAMÓN HERNÁNDEZ

ESCRIBO estas líneas dolorido el ánimo por la reciente muerte de Víctor Alperi, gran escritor y entrañable amigo, nacido en Mieres el día 14 de julio del año 1930; y fallecido en Gijón, hermosa ciudad costera del mismo Principado de Asturias, el 22 de octubre del año 2013. Desoladora pérdida humana para los que le conocimos íntimamente, que trasciende la tragedia de morir, por cuanto el adiós de Víctor, desde su intransferible yo humano y literario , nos deja una densa pesadumbre que, paradójicamente, viene a realzar su grandeza personal , y su noble espíritu generoso y humanitario ; expresión de su bondad sin medida, signada por un permanente sentido del humor que puso de manifiesto durante toda su vida, omando de un floral resplandor su extensa y vatiada obra literaria y periodística, merecedora de una exégesis

amplia que, sin duda, contlibuiría a conocer mejor un largo período de la novela de posguerra española. A este respecto , y a modo de introducción del ámbito creador de Alperi, reproduzco aquí mi personal opinión, la cual di a conocer por escrito a la directora de la Fundación Príncipe de Asturias, al objeto de apoyar su candidatura para que le fuera otorgado el prestigioso premio de la referida institución; texto que hoy, cuando Alpeli ya no aspira a telTenales homenajes , a la letl"a , dice así: Distinguida señora:

re su amabilidad, me diIid en nombre propio y en el re muchos

Sin duda abusancb jo a otros

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Homenaje al gran escritor de Asturias y de España

el año 1930 en Mieres , cuya obra literaria y periodística viene enalteciencb sin pausa, resce hace más ce medio siglo, las Letras Españolas '11 muy especialmente, el acervo . . cultural cel Principacb ce Asturias. Autor ce más ce éinte textos narrativos -novelas y relatos-, e~tre ellos su célebre novela La batalla de aquel general; otros tantos libros ce ensayo , tan reconocicbs como Astuliru vista por los astulianos y Astuliru, paisaje con figurru, y un amplísimo catálogo ce prosas breves, prólogos, y colaboraciones diversas, A1peri ha sicb galarcbnacb con importantes premios ce carácter nacional, como el Plaza & J anés, 1965 por su obra Dentro del río" o el Ruta ce la Plata ce Periodismo Literario 1993 , por su Viaje por la vieja ntta. Traclucicb a numerosos idiomas, tales como el ruso , francés, e inglés, entre otras lenguas cultas, Víctor Alperi es, hoy, uno ce los más importantes escritores españoles vivos, no solo por sus textos en libro, sino, también , por su tenaz, inteligente, y culta labor periodística, siempre al servicio ce la Cultura ce España y ce los españoles; habiencb sicb comparacb con P érez ce Ayala por la prestigiosa catedrática ce Literatura Carmen Bobes. Razones todas ellas que le hacen merececbr cel premio Prínci pe ce Asturias ce las Letras. Propuesta que, en mi nombre, y en el ce otros muchos escritores , hago llegar a Vd , en su calidad ce directora ce la Fundación Príncipe ce Asturias. Muy cordialmente.

Premio que no le fue concedido, circunstancia que nada resta a los méritos ya señalados de este siempre joven Víctor, cuerpo de atleta en su juventud y alma de lo mismo hasta su última hora; personaje único que deja esteks en el mar de esta vida fugaz a la que él se entregó con energía y carácter, solitario e independiente, pero siempre solidario con el mundo. Alma sensible, educada en el deber filial que demostró siempre, espeCialmente cuando, fallecido su progenitor, acudió al lado de su

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madre viuda, hasta el final. Ángel protector de la que le dio el ser, quizá heredó de ella su vocación piadosa a través de una senda religiosamente católica, pero también con criteri o propio, que propició su rechazo de algunos excesos de la jerarquizada institución ecles ial. Librepensador sin excesos, Alperi entendió la creación literaria y artística como muestra de un actuar filosófico , ético y moral ; defensor del pacifismo y la justicia social, a la que él contri · buyó siempre con su generosa aportación. Descanse en paz nuestro amigo querido y admirado, peregrino siempre en su afán viajero por todo el humano mundo, más allá de la historia y la arqueología. Tal y como él mismo definió en uno de sus mejores libros, Peregrino en Malta, citando un poema de Luis Cernuda : "Peregrino: Sigue, sigue adelante y no regreses, fiel hasta el fin del camino de tu vida. No eches de menos un destino más fácil, tus pies sobre la tierra antes no hollada, tus ojos frente a lo antes nunca visto" . Palabras a las que puede unirse el fúnebre presagio del propio Víctor Alperi, cuando , en la misma obra citada, diluye sus inquietudes metafísicas en esta metáfora: "Porque nad ie tiene la llave de su tumba, nadie regresa después de haber entrado en el hogar desconocido presentido siempre". BIBLIOGRAFÍA DE VÍCTOR ALPERI Novelas: Dentlv del río ; El rostro del escándalo ; La batalla de aquel general; Dorado palacio de Lisboa; Una histolia de guelTa:, Los hierros de una ccúr:el; Romance con bomba atómica; Flores para los muertos, etc. Trilogía ce novelas en colaboración con Juan Moll á: Sueño de sombra, Agua india, y Clisto habló en la montaña. Relatos y ensayos críticos: Los papas del siglo XX ; Ávilamuere; Anselmo el pescador, El Papapereg lino; Como el viento ; Rutas y leyendas de Oviedo ; Pintores y paisajes; Alá bendice Mamtecos ; Ccu1as de cunar de una monja portuguesa, Astulias, paisaje con figuras; La lúz de Tánger, Los dfas y las som bras o el final de un siglo; R uta de oro, camino de plata, Sagrada Galicia, Los sueños de un portugués y otras histolias; El destino no estaba en las cartas ; Homenqje a Astulias, etc.


Ana María Navales Memoria y reconocimiento ALFREDO CASTELLÓN

Quiero empezar recordando un lugar común que me servirá, en estos momentos, de consuelo en este aniversario de la desaparición de Ana María, y me distanciará de la emoción que cierra el pensamiento: la muerte es de todos . Un ejemplo de ausencia, pero no una cualquiera sino la ausencia por antonomasia , al ser la más ausente de todos, la que contiene la muerte. Pero cuando llega a un amigo rememoras en seguida aquellos intercambios de pensamientos·, reflexiones , recuerdos , Piensas en los afectos que al amigo le hubiera agradado que destacaras, lo mejor en el caso de Ana María habría sido elegir el mismo poema que un día de conversación destacaste como de tu

agrado y que, de algún modo, reflejaba tu afinidad con ella. Y por qué no hacerlo así, de sopetón, a las cuatro líneas de esta evocación , para que impregne mi mente y me ayude en el proceso del recuerdo. "Las palabras me des ~ hacen / y ocultos están mis rostros / en el tiempo. En el túnel/abierto bajo mis pies / guardo la calma y el miedo , / el fuego y las cenizas, / el silencio y mis voces / y me pierdo en el poema. / No tengo un lugar seguro / donde no haya alguna trampa / que se trague la alegría". Y a este poema debería seguir otro y otro y una vez demostrada tu admiración con la esencia de su palabra, decirle hasta pronto y terminar. Pero la tristeza, a veces , te acompaña más trecho del que tú pensabas y


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Memoria y reconocimiento

las lágrimas antiguas renacen y tienes que ir limitando el pensamiento y buscar remedios amables, engañarte una vez más, entretener la oscUlidad de la vida con esa luz artificial que no desearías que alumbrara la ausencia de una amiga. La muerte como la "paciencia del tiempo", como le gustaba recordar al filósofo Levinas: "transición o la nada", la impresencia. Con cada uno de los amigos desaparecidos hacemos un camino en el que acumulamos confidencias, ilusiones, pensamientos, sueños y, sobre todo, inseguridades, dudas imposibles ya de ser satisfechas por el ausente . Con Ana María hubo muchos momentos de esos porque ella te comunicaba confianza, seguridad y tú te abrías con la esperanza del consejo-opinión que ella tan generosamente te ofrecía. En su casa, no lejos de la mesita central, estaban sus álbumes de otoño, como ella recordaba en un poema, álbumes expuestos a intemperie de un tiempo que solo le servía a ella y en los que posiblemente aireaba su alegría. "En mi árbol de ausencias / están a ciegas, sin orden / y con ese tono sepia / que se aferra a los años / las aventuras robadas al alma". Metáforas premonitorias que nos incitan a cumplir en su nombre y muy cercanas a las del profeta Lucas: "Haced esto en memoria mía". Porque desde hace ya tiempo hablamos de Ana María a través de sus escritos, pero ella ya se fue, ya está demasiado ausente y no solo en nosotros sino, por desgracia, en el todo. La muerte es poderosa y con ella nacemos y Ana la tuvo muy presente ya desde la desaparición de su madre: "Qué terrible caminar entre los muertos / y abrir la noche sólo con las palabras". Decía que es terrible caminar entre los muertos, pero no son muertos, ~on recuerdos de seres que iremos reconociendo en ese camino hacia la nada. Qué contrasentido, pero así aparentan. Qué frialdad, qué infelicidad. Ya lo dijo Lázaro a sus hermanas cuando llegó de la muerte: "la felicidad allí solo existe para Él y aunque intentes que sea contagiosa, no se logra".

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Ya lo recordaste tú en otro poema: "La felicidad es para los dioses , / para los que aú n no saben / que se disuelve en un río / donde bailan las serpientes". Y yo imagino que la luz allí será artificial y vendrá, quizá, de algún astro enchufado a una multinacional bien relacionada con algún simio poderoso. No vendrá, como Ana María Navales pensaba, de una luciérnaga azul. Y seguro que allí se echará mucho de menos el agua, el viento , las flores ... Se echarán en falta tantas cosas que sería mejor que no existiese ese cielo tan utópico , tan imposible, aunque sea divertido imaginarlo y tú lo sabes: "Pero no mires hacia atrás / ni cuentes las escaleras / que te faltan hacia arriba / o hacia abajo / porque no hay camino / de vuelta, [ ... ] este es un viaje sin más brújula que el viento / ni más compañía / que este miedo y esta noche". Como los ausentes vuelven, sin duda, a hablar a través de nosotros, quiero situar estas palabras escritas en nuestra Zaragoza, incluso compartirlas con las de otro amigo, bien vivo todavía y tan cercano como ella, Juan Domínguez Lasierra, su marido, presente , muchas veces , en aquellos diálogos zaragozanos. Recuerdo, por ejemplo, su preocupación por mi soledad. No comprendía que yo estuviera tan satisfecho con ella y encima con unas arterias tan estropeadas. Para mí era muy fácil hablar de ese tema del que tan convencido estaba. Tengo tantas imágenes de vida, le decía, y tan vivas que no me dejan estar solo ni en sueños. Y después está la escritura: cuando armonizamos la palabra desde la soledad, estamos participando con los otros . Pero no es lo mismo, me decía, la felicidad la da lo inmediato cuando se comparte con el prójimo y, claro, como en el fondo tenía razón, mis argumentos terminaban admitiendo que cuando necesitaba compañía recurría a amigos como ella y Juan para saturarme, por una larga temporada, de esa grata convivencia que ella defendía.


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Alfredo Castellón

Recuerdo esos momentos de charla en el saloncito de su casa y aquellos cigarrillos alargados de boquilla dorada que ella fumaba. Le daban un aire sofisticado que a mí me complacía y obligaban a que en la conversación se esmeraran las formas, yeso sucedía espontáneamente como si las volutas de humo de aquellos enigmáticos cigarrillos nos contagim·an. Sus libros , cuadros, fotografías, todo contribuía al bienestar de aquellos ratos que ahora tanto añoro . Sé que el espíritu de la persona se queda en montones de pequeñeces que por fortuna allí siguen, y sus libros, como realidad de su existencia y en los que perdurará su espíritu durante largo tiempo. "Y ahora miro sin piedad mis libros / y entre el antes y el después / quiero encontrar mi palabra, [ .. .] esas palabras sin nombre / que intento despertar cada día / son la memoria de mi instante / que se pierde en la niebla" .

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Cuando Ana María murió ya tenía nombre en nuestras letras, que , con seguridad, la van a sobrevivir porque están ligadas a la calidad de su obra. Muchos de sus poemas ya tienen la seña de la inmortalidad y sabíamos, al terminar de leerlos, que estaban inscritos, junto a su nombre, como autora trascendente. "Y escribo para ver que no me humillo, / que aún no me resigno , / y lucho porque no pase un día / sin clavar en el álbum de mi tiempo / un cromo distinto, alguna huella / de este mundo en mi mirada, [ ... ] pero todo sucede lejos / y yo aquí no soy nada". Sí, eres el recuerdo, un recuerdo quizá demasiado 'ausente para "otros", pero muy cercano para los que te hemos querido y nos consuela tu impresencia.

DEL FUEGO SECRETO I

Y salí a escribir el mundo y en busca del tigre cabalgué mi delirio. Tú regresabas herida, luciendo la túnica de polvo que roba el aire. Un instante rocé el puñal de tu sombra estéril como el suspiro , triste como la ausencia. II

Araña pendiente de un techo sin memoria dispuesta a desandarme hasta el momento que precede al llanto de la vida.

III Quién pudiera calmar esta avidez helada que me inventa cada día la quimera ceñida sin tregua a mi íntimo contorno .

t- • .


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Memoria y reconocimiento

CLXX

Un ave de rapiña ha anidado en mi alma y voraz se traga el deseo, el tiempo vivido y las raÍCes del árbol del futuro. Después se duerme en la sangre a la espera de nuevos vientos . Vive ·tranquila en la costumbre y sólo emprenderá el vuelo cuando la vida destruya su nido y la muerte le oblique a desalojar la vieja casa. CLXXI

Antes de que se apague la luz del tiempo y borre mi nombre quiero entregarte mi fortuna . Tuya es la mirada de sauce de la lluvia, y el jardín que a cuchilladas de sol mató mi tristeza; y la palabra nueva que duerme entre las hojas de un libro que he extraviado; la caja de los vientos donde guardo la brisa del último verano; y ese poema que persigo desde niña y no escribiré nunca. Tuyo mi corazón sin mentira, extraño pájaro que vuela despacio entre las sombras de la noche cuando cierro los ojos.

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Estudio de Kafka Golden Lane - Praga

CRÍTICAS Y RESEÑAS DE LIBROS NARRATIVA ARMANDO LÓPEZ SALINAS

La mina

Jesús Felipe Martínez

ANTONIO GÓMEZ RUFO

La abadía de los crímenes

Antonio A. Gómez Yebra

ANDRÉS SOREL

Último .tango en Auschwitz

Félix Grande. Otros

RAMÓN HERNÁNDEZ

Palabras en el muro. Presentimiento de lobos

RAÚL GUERRA GARRIDO JUAN MIGUEL CONTRERAS

Dulce objeto de amor. Con tortura Cardiopatías Andrés Sorel

JESÚS FELIPE MARTÍNEZ .

Retrato con fondo rojo

MANUEL VILLAR RAso

Las señoras del Paraná

MERCEDES NEUSCHÁFER-CARLÓN

Opiniones sobre su obra Bajo .el signo de los dioses .

FRANCISCO MORALES LOMAS

Gregario Morán


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BLAS VALENTÍN MORENO ANTONIO SEEBER BONORlNO MANUEL DE PINEDO GARCÍA DANIEL DE CULLÁ ANTONIO GARCÍA VELASCO MARÍA JOSÉ MIELGO MARTINA MARTÍNEZ TUYA MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ SÁNCHEZ FRANCISCO LUIS CERDÁN RIco

Golpes de cabestro Un paquete para el manager Este invierno Sin más acá ni más allá Altos vuelos Las ventanas de la vida Mujeres en la rosa de los vientos Yo, Venus Relatos entretenidos y con encanto

Carmen Posadas

,

LIRICA DIONISIA GARCÍA LUIS ARRILLAGA ANTONIO ENRlQUE MODESTO GONZÁLEZ LUCAS PABLO MÉNDEZ RAFAEL SOLER JosÉ RAMÓN RIpOLL RAFAEL DE CÓZAR EZEQUÍAS BLANCO ROSA DÍEZ JosÉ LUIS GONZÁLEZ CÁCERES GASPAR MOISÉS GÓMEZ AURORA GÓMEZ ENRÍQUEZ JosÉ VERÓN BLAS VALENTÍN MORENO

Señales La voz del viento Cisne esdrújulo El paisaje en la mirada Oh, siglo veinte Ácido almíbar Piedra rota Cosmopoética La realidad desprendida Esperando a Grenouille Poemas de puertas abiertas Cuerpos en desvarío Haikus a tres voces Ritual del visitante Golpes de cabestro

Jesús Cánovas Juan Ruiz de Torres Manuel Quiroga Clérigo Fernando Broncano Ricardo Martínez Moreno José M. Caballero Bonald Varios Rogelio Reyes

Manuel Quiroga

ENSAYO-TEATRO Memoria, lenguaje y trauma en la obra de Félix Grande Manuel Cruz JUAN CANO BALLESTA Voces airadas José López Rueda JUAN ANTONIO VIDAL CASTAÑO Exiliados republicanos en Septfonds Nicolás Sánchez Albornoz BARTOLOMÉ SEGURA RAMOS Espíritu universitario Santiago Fortuílo ISABEL DEL RÍo Zero negative-Cero negativo CELIA CARMEN GARCÍA VALDÉS Ramillete de sainetes ROSINA F. HETZEL Fisiognomía JOSÉ VERÓN Las puertas de Roma PEDRO J. DE LA PEÑA Otro 18 es necesario Pedro G. Cueto ENRIQUE LENZA Vivir una ilusión PILAR CÁCERES


NARRATIVA

Lamina ARMANDO LÓPEZ SALINAS

Edición de David Becerra Mayor · Akal,2012

La novela como testimonio

Entre mediados de los años sesenta, cuando leí por primera vez La mina, y el año 2014 en que me enfrenté a la segunda lectura de esta obra en la cuidada y rigurosa edición de David Becerra Mayor -Ed. Akal- , muchas cosas han cambiado en el mundo , en España yen mi persona. Y entre esos cambios está el de las modas literarias. En aquel tiempo, el llamado realismo social todavía se consideraba una opción válida para narrar, poetizar o realizar películas que ofreciesen a los receptores un testimonio creati vo de su mundo y de las gentes que lo habitaban . Cierto es que comenzaban ya a aparecer voces críticas contra la literatura realista e incluso algunas despectivas . Por desgracia, estas últimas se impusieron y, sin mayor fuste que el de las leyes del mercado, obras y autores hasta hace poco elevados a los altares fueron aherrojados al limbo del olvido . Entre ellas, la novela de Armando López Salinas. Pero , al igual que me ocurriera con La piqueta de Antonio Ferres , La mina me ha vuelto a parecer una obra que conserva toda su vigencia literaria por la sencilla razón de que es una gran ·novela . Porque , como trataré de señalar en esta crítica, la novela de López Salinas se limita - ahí es nada- a servirse de los recursos que los grandes autores de todos los tiempos han utilizado -léase Lazarillo de Tormes , Cervantes, Dickens, Zola, Blasco Ibáñez ... - para acercar al lector a lo que le está sucediendo a unos personajes que tratan de salir adelante en un medio hostil. Y el novelista 10 hace con tal habilidad que el lector se sentirá identificado con los protagonistas en este combate vital contra la opresión capitalista, contra las estructuras feudales de un país que niega el pan y la sal-un cacho de tierra- a sus hijos. Es, efectivamente , un testimonio. O mejor, un arma de combate, porque el novelista se plantea el viejo objetivo pedagógico de "enseñar deleitando", de mostrar lo que ocurre a su alrededor a unos ciudadanos embrutec idos porque se les ha negado el acceso a la educación y alienados por los medios propagandísticos del régimen franquista. Decía Juan Goytisolo que en España la novela había de tener el papel testimonial que en otros países corresponde a

la radio , la prensa , la televisión o el ensayo literari o. Efecti vamente , la dictadura franqui sta ostenta el monopolio de la información (más bien , desinformación), lo cual hace que muchos ciudadanos busquen en el cine o la literatura el ace rcamiento a una realidad que se les hurta día tras día. Pero, el gran novelista, como es el caso de Arm ando López Salinas , no se limita a esa función testimonial. Su dominio de las técnicas narrativas le permite hacer que el lector sienta como propio lo que está ocurriendo , que, a través de las vicisitudes de los personajes , encauce sus propias vivencias; es decir, el narrador se plantea que su obra ha de cumplir esa función patética y de catarsis que Aristótel es atribu ía a la tragedia. Y de ahí que, como trataré de analizar, La mina utilice también sabiamente los recursos dramáticos huyendo en todo caso del melodrama. Veamos cómo esta óbra representa claramente la conversión de un suceso -en este caso un accidente minero- en una obra literaria. El domingo 19 de octubre de 1958 , la página 83 de su edición matinal del ABe se abría con estos titulares:

MUCHAS VíCTIMAS POR UNA EXPLOSIÓN DE GRISÚ EN UN POZO MINERO DE PUERTO LLANO

ESTA MADRUGADA CONTINUABAN LOS TRABAJOS DE SALVAMENTO Y HAN SIDO YA RESCATADOS DIECISIETE CADÁVERES y . SIETE HER IDOS Brigadas de socorro de otras minas acuden en auxilio de sus compañeros


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Lamina

A continuación el periodista daba cuenta del derrumbamiento de la galería, de los muertos y heridos, extendiéndose particularmente en la eficacia de las patrullas de salvamento , la prontitud de las autoridades en acudir al lugar de la catástrofe y el perfecto estado en que estaban las instalaciones, con lo cual nos encontraríamos ante una intervención demoníaca para explicar el accidente. Y si yo no tuviese la certeza de que la mayoría de estos periodistas no eran irónicos sino bobos paniaguados, pensaría que había una broma macabra y sarcástica en las líneas que reproduzco a continuación, en las que el articulista dice que la galería que se derrumbó "fue visitada por el Caudillo en el año 1954. En ella se encontraba la imagen de Santa Bárbara , patrona de los obreros mineros" . Pues bien, nuestro novelista se dirigió a Puertollano y allí estuvo diez días recogiendo información sobre las condiciones del accidente, sobre las características de la mina , familiarizándose con el lenguaje de los mineros, con sus formas de vida y costumbres , de todo lo cual nos dará cumplida cuenta en su novela , si bien sus protagonistas poco ti e nen que ver, en líneas generales, con los desgraci ados muertos en el accidente.

Estructurarle la novela Armando López Salinas se plantea un reto bastante difíc il y del que sale airoso gracias a su dominio de la escritura: novelar un hecho cuyo desenlace es conocido y pres cindir de recursos que obliguen al lector a preguntarse qu é está pasando. Es decir, el relato narra lo cotidiano de manera aparentemente sencilla, sin apoyarse en el misterio o la intriga. Como era frecuente enlas novelas de los años ' cincuenta del siglo pasado, lo que importa es hacer visible la realidad diaria, acercar al lector a los intríngulis de su propia existencia para que reflexione sobre el mundo en el que vive y adopte una postura consecuente, es decir, de rebeldía contra unas estructuras sociopolíticas basadas en el enriquecimiento de unos pocos a costa de la explotación de la mayoría de los ciudadanos. Lo cual en absoluto significa que la obra se haya escrito de manera mecánica o descuidada. Antes bien, desde su planteamiento arquitectónico, La mina responde a una conc ienzud a labor de planificación . Dado qu e se nos va a contar una tragedia , la novela se es tructura siguiendo los cánones clásicos : tres actos que res ponden al planteamiento , nudo y desenlace sobre los que se organi za el conflicto dramáti co. El primero de estos actos - "La huida"- se divide en tres escenas: el pueblo granadino que .han de abandonar Joaquín y su famili a en busca de medios de subsistencia; el penoso viaje en tren hasta su destino, que permitirá al novelista ofrece rnos esbozos de otras vid as también truncadas p()r la COIljunción de di ctadura franqui sta y capitalismo feroz ; y la

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llegada al pueblo de Puertollano -Los Llanos en la novela- o donde Joaquín, el protagonista, tratará de encontrar Ull espacio vital trabajando en la industria minera. El segundo acto -"La cuadrilla"- es el que ocupa más extensión en la novela por cuanto en él se nos presentará a los actores del drama tanto por sus palabras y acciones como por las acertadas intervenciones del narrador. Las escenas de este segundo acto se desarrollan e n la humild e casa de los primos que acogen a Joaquín y su familia , en la que estos últimos adquirirán casi al final de la novela . en las galerías de la mina infernal, en la taberna-prostíbul o como lugar de escape de los explotados mineros (con claras reminiscencias de la obra de Zola) y en el contrapunto al miserable mundo de las chabolas y al inframundo de las profundidades que representa el poblado de los in genie ro s, donde no falta ningún detalle de lujo ni de confort. Las escenas del desenlace - " El hLllldimiento"- se organizan en el interior de la mina donde se va a producir el derrumbamiento mortal , en el exterior de ella cuando los familiares y amigos superen las barreras represivas para llegar al lugar de la tragedia 1 , el funeral, la llegad a del periodista para falsear la realidad de acuerdo con lo s di c tadqs del poder, y la que cierra el libro, la soledad de An gustias. la mujer del protagonista, que en estilo indirecto libre recuerda lo que pudo haber sido y no fue en su vid a aunque también es consciente de que el sacrificio de Joaquín y de sus compañeros no ha sido en vano.

Tratamiento literario de los espacios Según he indicado en líneas anteriores ,La mina se des~ arrolla en dos espacios uruanos (el pueblo granadino dond e han nacido Joaquín, su mujer y sus dos hijos) y Puertollano , localidad a la que acude a buscar trabajo en sus explotaciones mineras animado por las relativamente halagüeñas perspectivas de las cartas de la prima de su mujer. Estos dos núcleos, con las cOlTespondientes subdivisiones espaciales en lo que a Puerto llano se refiere , van a tener gran importancia para la comprensión cabal de la novela. El pueblo granadino es una aldea al pie de la sierra , a la cual el autor bautiza con el nombre de Tero. En reali dad este pueblo representa cualquier lugar arruinado por el sistema latifundista , a la vez que el paraíso perdido continuamente añorado por el protagonista . Inclu so c uand o al quile su mísera casa en Puertollano , Joaquín va a tratar de plantar algún árbol y criar algún conejo en el patiZlle lo de la casucha como homenaje y recuerdo a los límpidos aires , a las fuentes y manantiales , a la vegetación y cultivos de aquella aldea de donde le han expulsado unos caciques impuestos por la sinrazón de las armas que dio fin a la reforma agraria republicana. l. Esta escena fue censurada , al ig ual qu e otros p,írrafos de la nove la que ahora podemos leer e n la edición de Akal.


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Armado López Salinas

Frente a este locus amoenus se alza, como contrapunto ominoso, el submundo de chabolas donde habitan los trabajadores, las tierras y los aires arruinados por los humos tóxicos, las aguas putrefactas y contaminantes, los vertidos de esco rias y desechos que arruin an la vegetación y el medio ambiente. Yen este infierno dantesco, la mina donde trabaja Joaquín adquiere un protagonismo especial. Muchos son los fragmentos en los que Armando López Salinas nos muestra su pericia para ponernos delante un conjunto de sensaciones que, por sí solas , demuestran hasta dónde puede llegar la voracidad capitalista. Como ejemplo copio estas líneas para que el lector pueda apreciar la habilidad del novelista para crear una atmósfera hiriente para todos los sentidos corporales: El caballo siguió a su paso , le palmeó en el lomo . Notó la carne húmeda y pegajosa del animal. De cuando en cuando, Joaquín volvía la mirada hacia atrás. Y como en un sueño preñado de pesadillas, acompañado :del sonido monótono del pisar de las cabal.lerías y el chirrido-de las vagonetas, veía alzarse en la oscuridád las cimbras de madera que sujetaban la bóveda, las esquinas de los esquifes con su filo amenazador. Llegó a un desvío y las voces surgieron entre el repiqueteo de las herramientas, tan fuertes y repentinas, que sintió una sensación miedosa. [.. .] La atmósfera sofocante , llena ~e polvo, rodeaba las cosas cubriéndolas con un velo negro. El calor era tan fuerte que le exprimía la piel haciéndole sudar de pies a cabeza. (Pág. 181).

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También en la novela nos encontramos con un escenario traído por las evocaciones de uno de los personajes, el Extremeño. Se trata de su tierra natal, las Hurdes , símbolo máx imo del subdesarrollo español. Armando López Salinas se servirá para la descripción de esta misérrima comarca de algunos materiales que se incluyen en su libro Caminando por las Hurdes , realizado con Antonio Ferres y que será publicado este año de 1960.

Personajes Otro de los aspectos destacables de la novela es el tratamiento de los personajes . . Lo primero que me llamó la atención es que todos los personajes pertenecen a la clase obrera. Cierto es que en un momento determinado se nos presenta a un ingeniero hablando con el esquirol Felipe, pero Armando despacha a este individuo con cuatro trazos suficientes para englobarlo en el mundo de los explotadores, seres deshumanizados, cuyo supremo dios es el dinero . Buscando una similitud pictórica podríamos decir que los capitalistas y

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terratenientes en La mina son como los verdugos del cuadro Los fusilami entos del tres de mayo de Gaya: iguales . desprovistos de faccion es corporales, verdugos uni fo rmes frente a los individuos a los que van a asesinar, estos sí claramente diferenciados y que solo tienen en común el se r la eterna carne de cañón que diría el poeta. Los mineros retratados por Armando López Salinas también tienen en común el ser tan salvajemente explotados como los caballos de la mina hasta su aniquil ación total, pero cada uno de ellos tiene una personalidad ric a, complej a , capaz de evolucionar, como en el caso de Joaquín, desde el ingenuo campesino que se considera "apolítico" hasta el hombre consciente de la responsabilidad y papel en este conflicto que se llama lucha de clases . La supresión de individuos pertenecientes al bando de los capitalistas evita el maniq ue ísmo, la confrontación entre héroes y antihéroes que encontraremos en otras novelas de planteamientos similares. Y obliga al autor a centrarse en sus personajes desde ellos mismos, a retratarlos en su ambiente . Y los iremos conociendo por sus conversaciones, por sus actos, por las acotaciones del autor o in cluso por sus pensamientos reflejados en monólogos y soliloquios, como es el caso de Joaquín , el personaje más complejo y redondo, a mi entender, de la novela. Tal vez el personaje más claramente di señado como arquetipo es Laureano Ruiz, el Asturiano. Se trata del obrero militante, del dirigente que ha de despertar la conciencia de clase de los proletarios , el héroe que simboli za también la solidaridad obrera , la claridad de ideas , la co ntinuidad de la lucha revolucionaria ... En definitiva, Lallreano no es sino la encarnación del Partido Comunista como vanguardia de la clase obrera. Tampoco es cas ual que López Salinas haya hecho que este dirigente sea asturiano. Por una parte, le permite explicar la revolución de 1934 como antecedente de la Guerra Civil y hacer a su . héroe continuador de aquella lucha; por otra, Armando sabe, como dirigente del PCE, que es en Asturias donde se están produciendo los más importantes conatos de organización reivindicativa obrera que culminarán en la huelga de 1962, cruelmente reprimida por la dictadura y que significará el encarcelamiento de López Salinas y otros intelectuales precisamente por firmar un manifiesto condenando esta represión. Angustias, la mujer de Joaquín, también es un personaje dotado de una personalidad que, conforme transcu'rre el relato, se irá haciendo más compleja _Al principio de sempeña el papel asignado a la mujer por la España de cuartel y sacristía: cuidado de la casa y de los hijos, sumisión ante .el marido , el hogar como único espacio vital... Sin embargo, más adelante la veremos tratar de -salir de esta situación discutiendo con Joaquín sobre aspectos que afectan a la vida futura de la familia y, sobre todo al final de la obra, asistimos a su rebelión contra la pasividad a la que


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Lamina

ha sido condenada. Rechaza volver al pueblo , continuar con el papel de hembra sumisa que solo sirve para hacer que sus hijos crezcan y decide participar activamente en la lucha porque el futuro de sus hijos no sea el exilio , la miseria o la muerte prematura: La vida y el porvenir había que ganarlos día a día pues los hijos esperaban. Y ella tenía que ser un huerto de esperanza. Una oleada de calor se expandió por su pecho. La angustia se deshacía igual que un pedazo de hielo puesto al sol. Viendo a los pequeños sintió una gran paz y una tranquila serenidad. Una serenidad que le llegaba desde muy hondo, desde su esperanza. (Pág. 311) .

Esta esperanza con que acaba la novela, no es , a mi entender, sino otro guiño del novelista militante comunista esperanzado en el triunfo de sus ideas. Porque unas páginas atrás hemos leído cómo la muchedumbre de mineros, encabezada por la jove n Marcela (nombre con reminiscencias del ¡Ay, Carmela! y trasunto del ideal revolucionario femenino encarnado por Dolores Ibárruri) ha asaltado la Minera , ha hecho retroceder a las fuerzas represivas. Se trata de una victoria mínima por sus consecuencias, pero máxima por su simbolismo: por primera vez la guardia pretoriana de los capitalistas omnipotentes ha retrocedido ante la presión popular. Es el primer hito de la esperanza, o sea, de la revolución socialista. Otro personaje que me ha resultado altamente significativo por cuanto simboliza la castración por el capitalismo del ser humano es el de García. Por la novela de Armando López Salinas desfila toda una corte de seres destruidos por la voracidad de la burguesía, las víctimas de los " pl anes de desarrollo" impulsados por los nuevos mini stro s franquistas, los tecnócratas del Opus Dei . Aunqu e debido a las emanaciones de grisú la silicosis será la enfermedad más frecuente , también encontraremos en la nove la manc os, cojo s, paralíti cos que han sobrevivido a derrumbamientos o explosiones de barrenos en tanto que otro s co mpañeros no tuvie ron tanta suerte. Y entre ellos a un minero que a la edad de treinta años sufre impotencia por e manacion es del me rc urio cuando trabajaba en las minas de Alm adén, en tanto que otros compañeros de aqu ell as explotaciones e nloquecían o enfermaban gravemente de los nervio s como consecuencia del contacto con es te ele mento químico . El retrato que, con muy pocos trazos, hace el noveli sta de es te personaje atormentado por la impotenci a, por las bromas macabras de sus amigos , por 10 que pensará y sentirá su joven esposa y si uuscará una alternati va en otro hombre, me parece propio de un maestro e n el arte de narrar. Ta mbi én merecerían co mentarios por su buen trata-

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miento novelesco los niños con su infancia secuestrada y su futuro hipotecado a las ansias capitalistas, la parej a de novios que verá truncada sus ilusiones por la muerte del joven en el hundimiento , Felipe, el esquirol que trata de desclasarse sin que ello le sirva para evitar morir junto COIl su cuadrilla de mineros a l? s que pretendía trai cionar, la tabernera, mujer tan atractiva como audaz y liberada .. . Pero ello excedería con mucho los límites de esta crítica.

Técnicas narrativas No es este el momento en debatir sobre las mu chas estupideces que se han dicho y escrito a cuento de los autores encuadrados en el llamado realismo social o socialista. Entre ellas la de la pobreza de estilo literario . Sin entrar en el generoso y sabio uso que hace Armando de los recursos poéticos en esta novela , lo cual descubrirá el lector avisado abriendo el libro por cualquier página, al igual que comprobará la riqueza léxica referid a a los distintos niveles del lenguaje , me referiré a las técnicas narrativas que utiliza el escritor para construir su relato. A primera vista , la novela está escrita si guiendo los cánones establecidos por los maestros decimonóni cos en el arte de novelar: narrador omnisciente y diálogos de los personajes. El narrador cuenta su historia en pasado sirvié nd ose ·.del 'Pl:e:téúto perfecto simple que se combinará con los otros pretéritos cuando lo exija la sintax is . El novelista, sin embargo, introduce algunas modi ficaciones en este planteamiento narrativo. Cuando quiere ralentizar la acción o destacar algún elemento trayéndolo a primer plano , sustituye el pasado por el presente. Así ocurre, entre otros casos , cuando el tren se detiene en Valdepeñas para hacer más estática la descripción , o bien cuando Joaquín descansa un momento en su penosa marcha con los caballos que arrastran la vagoneta de carga y se encuentra por primera vez con Ruiz, el Asturiano . La importanci a de este encuentro requiere una pausa temporal . Además del diálogo para caracterizar a los personajes o contarnos historias de otros seres o sucesos anteriores al tiempo de la narración , el noveli sta se sirve de otros rec ursos narrativos para explicar lo que esta pasando o para retratar a los protagonistas. El soliloquio de Joaquín con los caballos que le han sido asignados para acarrear el mineral compl ementa los monólogos de este protagonista para dar a conocer al lector sus añoranzas, deseo s, ilusiones y sufrimientos de man era viva y con expresividad. El dibujo de la realidad cotidiana de un país policíaco se nos mostrará con algunas pinceladas mediante las cual es ya no se nos presenta como algo asombroso sino tan normal como si el narrador nos hablase de tranvías o auto-


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Armado López Salinas

móviles: el policÚl pidiendo la documentación en el tren, la pareja de la Guardia Civil con la que se topan en la estación nada más apearse del vagón, la dueña de la pensión que ha de "dar cuenta de la gente que viene", los guardias de la mina, el de la colonia de los ingenieros, la Guardia Civil acudiendo a la mina ... Con la misma técnica de dar detalles"que por sí solos nos hablan del atraso de España, el novelista incluye otros · hechos que ahora nos pueden parecer asombrosos pero que entonces se antojaban el pan nuestro de cada día . Así , la ostentación de un personaje de su reloj como símbolo del mayor poder, la ignorancia de lo que es una televisión cuando en la mayoría de los países desarrollados llevaba casi veinte años utilizándose , los retretes comunales, incluso el desconocimiento no ya de lo que es un biquini, si no , a juzgar por sus palabras, de lo que es un sujetador, prenda que las mujeres de la clases más humildes no utilizaban en estos años. Así explica Antonio a su primo Pedro el lujo en que viven los dirigentes de la mina:

era uno de los autores más odiados por el franqui smo debido a su activa participación a favor del gobierno legítimo de la II República y también a la obra señalada, en la que Neruda hace una severa crítica de la conquista y colonización española de América. Estos versos, unidos a las coplas populares que cantan los mineros en distintos momentos , actúan antici pando o glosando acciones importantes de la novela,.con 10 cual su función sería similar a la del coro griego y vendrían a completar el sentido trágico de la obra. Obsérvese , por ejemplo , cómo los versos que López Salinas sitúa al comienzo del desenlace podrían ser el lamento coral funerario tras una catástrofe como la de ser sepultados vivos acaecida a los héroes de la tragedia: Yo no vengo a llorar aquí donde cayeron : vengo a vosotros, acudo a los que viven . Acudo a ti y a mí y en tu pecho golpeo.

(Pablo Neruda: "Los muertos de la plaza". Canto Ahí viven los ayudantes del ingeniero y los empleados de categoría. Son muy bonitas las casas. Algunas tienen piscina y en verano se bañan. Uno que se llama Hernández me dijo que vio un día a la mujer de un ayudante bañándose, llevaba un traje de baño que era unas bragas y un pañuelo para taparse las tetas . (Pág. 168).

Otro aspecto interesante de la novela de López Salinas es el uso de los versos de Neruda que preceden a cada capítulo. El autor suprimió en la edición española la autoría de Neruda y la referencia a la obra , Canto general, seguramente por miedo a la censuta; ya que el poeta chileno

genera~.

Aunque, para ser más exactos , habría que decir que más que un lamento es una incitación a los compañeros sobrevivientes a ocupar el lugar de los caídos y empuñar las armas en la continua lucha revolucion ari a. Como ha hecho desde su primera juventud el in cansable luchador y muy notable noveli sta llamado Armando López Salinas. JESÚS FELIPE MARTÍNEZ

Madrid , marzo de 20 J4

La biografía que yo pudiera escribir sobre Armando López Salinas se reduce a cuatro frases. Difícil me resulta encontrar palabras que no parezcan tópicas, que sean, simplemente, sinceras y puedan describirle . Es una de las mejores personas que conoCÍ en mi existencia. Y no hablo de su trato hacia mí, sino del qúe deparó a cuantas personas se cnmiron, ante mi presencia, en su camino. Un hombre bueno. Un luchador que se entregó , por encima de cualquier otra consideración, sin arribismos ni beneficios personales , a la causa en la que creía. Alguien desprendido en su entrega generosa en la búsqueda de un mundo mejor, más justo y humano . Que supo levantarse de sus delTotas y continuó batallando contra las injusticias desde sus firmes convicciones: el marxismo y las revoluciones que culminaron en 1917 con el triunfo de los bolcheviques. Un escritor que con obras como La mina, Año tras año, Caminando por las Hurdes, en aquellos años de censura y oscurantismo franquista, inició un camino que le pudo llevar más lejos en la literatura de no haberla.supeditado al compromiso político del día a día anticapitalista que se vivía entonces y vivimos hoy en día. Alguien que habita.en mi memoria desde que le conoCÍ a finales de los años cincuenta. ANDRÉS SOREL


N ARRATIVA

Temática , personajes y figuración en 'La abadía de los crímenes' , de Antonio Gómez Rufo Editoria l Planeta

1. Aproximación a la época Es fác il encontrar tras el punto fina l de no pocas novelas la afirmación siguiente: "Cualquier simili tud en esta novela con hechos o personas reales es mera coincidencia". Con esa expresión termina también La noch.e del tamarindo/, de Antoni o Gómez R ufo, que precede en el tiempo a La abadía de los crímenes 2 , y que su autor situó en un mundo completamente disti nto a esta última. S in embargo, en cada obra literaria, máxi me cuando se trata de una novela, no hay tantas pos ibiüdades de dar pie a la casualidad, al azar, y mucho menos cuando se trata de una novela que pudiéramos acotar dentro de las históricas aunque le convenga incOlp orarse al género detectivesco . Qué hay de las personas reales que circulan por la obra co nvertidas en entes de ficci ón, y de sus actos, en La abadía de los crímenes no es asunto de este estudio , pero quien lee la obra tiende a considerar que el acopio informativo ha sido exhaustivo, y que el autor no se ha limitado a hacer uso de la inventiv. Abadías como la de San Benito que refl eja la novela ex istieron en un a época en que estaban ocupadas por hombres y mujeres procedentes de la nobleza, cuya idea de Dios no era prec isamente la que promulgaban sus fundadores . Conventos y abadías se convÍltieron en refugio de segundones y mujeres de escasa solvencia económica, condenados a un enc ierro de por vida, y sin un ápice de vocación religiosa. Ell as, muchas veces oblig~d as a la vida monjil por haber caído en las redes de la carne y haberse convertido de esa forma en mujeres marcadas , en .mujeres mancilladas que nadie querría desposar. Por otra paIte, la precariedad de su formación intelectual y bíblica era magnífico caldo de cultivo paI'a la desorientación y para la aceptación de teorías muy alejadas de la fe y la moral cristianas . De su desinformación se aprovecharían diversos pseudomísticos, auténticos charlatanes de palabra fác il mechada de citas bíblicas y de otras procedencias, que parecían daI' autoridad a sus planteamientos. En alguna época, además, los monasterios, como lugares apartados y, por tanto, seguros , ante las miradas de los gobernantes del momento , se conv irtieron en reductos para la cons-

piración política. Los conventos y abadías se regían con leyes I estrictas, que impedían el acceso a quienes no tuvieran un permiso especial de la Iglesia, la cual ejercía por aq uel enlonces como un poder civil de primera magn itud. Los conventos de clausura en el siglo XIII, que es el escogido por Gómez Rufo para enmarcar cronológicamente su novela, formaban un mundo aparte, reducido y herméticamente celTado, especie de poli s con un abad o abadesa ejerciendo el papel de rey absoluto ante quien sus servidores reverenciaban y obedecían sin apenas opción a la discusión y a la queja . Gracias a los conventos se conservó buena 'parte de la literatura anterior, tanto de la eclesial como de la profana. Los scriptoria , como tan bien refleja El nombre de la rosa, de U mbelto Eco, se eri gieron en reductos del saber, o, cuando menos , de la transmisión del mismo . De todas formas, la labor de copia de libros supone su lectura , aunque sea fragmentad a, y monjes y monjas se sentirían influenciados por lo que leían , no siempre obras piadosas ni santas. Algunas, por otra parte, procedentes directa o indirectamente del árabe o de otra lengua que no fuera el latín , la lengua de cultura del momento y lengua ofi cial de la Iglesia. No pocas de esas obras eran tambi én tratados so bre plantas, fármacos y tratamientos médicos, difícilmente localizables, pero indispensables para un periodo hi stórico en que la medicina se había atascado, si no retrocedido en comparación con otros momentos. El libro de los Milagros de Nuestra Seíiora, de Berceo, o el de las Cantigas de Santa María , tan próx imos en el tiempo a la historia de Gómez Rufo , demuestran que los monjes y las monj as eran proclives a los deslices de la CaIn e. Cuando ell as eran quienes los protagonizaban , había que deshacerse de los frutos de sus vientres, y es evidente que no siempre la Virgen María llevaría a cabo un milagro para llevarse al recién nac ido a fin de que lo cuidara un ermitaño en apaIt ado lugaI', co mo ocurre en el milagro XXI de Berceo , "La abadesa preñada".


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Antonio Gómez Rufo

Todo esto y mucho más, explícita o implícitamente, está en La abadía de los crímenes, desarrollada en un convento del Pirineo regido por la regla de San Benito donde el joven rey Jaime 1 de Aragón decide hacerse presente para conocer in situ las muertes violentas que allí se producen.

2. Temas fundamentales: amor, política y muerte La novela está dividida en cuatro "jornadas", periodo de tiempo en que se desarrolla la acción, y el rey aragonés ha solicitado , pma que colabore en la investigación , la comparecencia de una monja-detective , doña Constanza de Jesús. Es una monja emparentada, sin duda, con Owen Archer, el investigador medieval creado por Candace Robb 3 , pero no menos con la monja protagonista de Voto de castidad, de Verónica Black4, miembro de la congregación de las Hijas de la Compasión , aunque mucho más próxima a nosotros en el tiempo. Se trata de desvelar la causa de los asesinatos de monjas que se han producido en el convento, y el rey no está dispuesto a perder mucho tiempo en ello. El descubrimiento de los culpables va paralelo a otros dos, también fundamentales: el de la histOlia de desamor entre el rey y la reina, al que acompaña el nuevo descubrimiento del amor por parte de Jaime 1, y el sacm a la luz una conspiración contra el monarca. Amor y desamor van en paralelo: mientras la reina descubre pronto sus cartas -ama sin ser amada-, el rey ha dejado de amar a su esposa, que le fue impuesta siendo apenas un muchacho de 13 años, y se siente fuertemente atraído por doña Violante, hija del rey de Hungría, una de las damas de compañía de doña Leonor. En torno a la historia de amor-desamor de los reyes se da cuenta de las diferentes formas de interpretarlo por parte de hombres y mujeres. Gómez Rufo hace una disección del amor que parece bastante ajustada a la realidad, no solo a la del siglo XIII, sino a la de todos los tiempos . La reina añora los primeros tiempos de su relación, y una de sus sirvientas da con algunas claves de las diferencias entre los sexos: Si los hombres supieran que a nosotras nos basta con creer que algún día llegarán a posarse en nuestros brazos para permanecer locas de amor por ellos, que no nos importa esperar lo que haga falta para gozar de su temura, ni siquiera necesitarían decirnos que nos aman. Porque ellos nos quieren enamoradas, pero no a cambio de estar enamorados . No buscan esposa, buscan ser amados: otra madre. No buscan sentir amor, sino apaciguar su lujuria. 5

El desapego del reyes tan grande que llega a plantearse la posibilidad de que la reina muera, lo que favorecería los trámites de la solicitada anulación de su matrimonio. Pero esa posibilidad también es sopesada por las damas de la reina, quienes llegan a pensar que si se produjese la

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mueI1e del rey, todo sería más sencillo. Ninguno de los reyes cae, sin embm'go, en la tentación de acortm la vida del otro. Otra es la causa de la tentac ión del rey, la jovencísima Violante , cuyo retrato se inicia en la primera jornada , y veremos más tmde. Amor y sexo van muy unidos, pero la reina tiene claro que "la esencia del amor es la necesidad de salir de uno mismo para brindarse al otro y por eso el afecto entre ellos hubiera estado siempre descompensado" . Y encuentra imágenes mu y visual es. que sugieren su experienc ia amorosa frente a la del rey : " EI de su esposo había sido un amor matemático, mi entras que el suyo se había sublimado en lo poético. Un guarismo frente a una jm'cha; una cifra contra un cántico de bm'do enamorado . Una entelequia".6 Evidentemente, Gómez Rufo está destacando las diferencias entre el amor del hombre y el de la mujer. Mientras en la mujer es cálido, en el hombre es frío: la mujer lo interioriza, el hombre lo exterioriza. Jaime 1, finiquitada la primera atracción carnal que lo había llevado al lecho de Leonor, queda prendado de lajuventud, de la belleza, de la virginidad de Violante. En ningún momento tiene en cuenta otras virtudes de la muchacha, apmte de las físicas. Para él, rey, "el amor, el dolor y la generosidad son tres sentimientos que hacen al hombre fuerte pero que, a la vez, le debilitan , destruyéndolo",7 y no puede permitirse ese lujo , porque él es , ante todo, el conquistador por antonomasia, tanto en el terreno bélico como en el amoroso, como muy bien han advertido no pocas damas de la corte. Para Violante, por su parte , pese a haber sido aleccionada sobre el tema, a sus apenas 13 años , solo acierta a comprender que "el amor es un duende al que le gusta jugar a hacerse visible cuando menos se espera y que tiene un carácter tan juguetón que huye cuando se le busca y se muestra cuando se le ignora".8 Y, poco más tm'de , ambos se entregarán al contacto físico, única manifestación del amor en la que caminan juntos por entonces: "Al cabo de un rato, imposible de medir, ya se abrazaban y se besaban como si les faltara el aire. Querer era eso" ? Claro que eso solamente es pasión , la surgida "entre dos seres que no podían hacerlo , que no eran libres: uno por estar unido a su esposa; otra por es tm' apropiándose de loque no le pertenecía" .10 Pero para ninguno de los dos aquello que han viv ido juntos, mucho más allá del amor cortés , es pecado'. Ellos se emancipan de la normativa de la Iglesia , y lideran un canto a: la libertad sexual. Un canto que , desde luego, solo se podían permitir en aquella época los reyes , y aun sin dejar de advertir cierto sentimiento de culpa . Los reyes gozaban de no poca libe11ad sexual , e , incluso, cuando no hacían uso del derecho de pernada, se-permitían acceder a las damas que se les antojaban. De esa libertad de acción se había servido la madre de Jaime 1 para concebir a su hijo, engañando al padre, que creía haber mantenido relaciones íntimas con otra dama , como propone Gómez Rufo .


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La abadía de los crÚTIenes

Entre los servidores, el amor, y la relación sexual es bien diferente. Teresa, dama de la reina, necesitará qlie esta haga labores de tercera ante la demanda del hijo del conde de Urgel , que pretende a su ayuda de cámara. En ese caso no existirá etapa de galanteo, no se producirá ningún contacto entre uno y otra. La reina dotará a su dama de compañía y se saltarán las etapas previas a la boda como fin de una mutua atracción . Una posibilidad bastante común en la época , cuando en ocasiones los novios no se conoCÍan antes del enlace . Pero el sexo tiene otras posibilidades en la novela. Las monjas muertas han sido violadas, y en sus b09as y en sus partes íntimas hay restos de fluidos seminales , cuya procedencia ha de descubrir la monja navarra que lleva a cabo funciones de investigadora . El sexo es una de las causas de los crímenes, y no será fácil localizar al autor de los hechos. Finalmente, la monja Constanza de Jesús dará con otra posibilidad, que no dejará indiferente al mismo rey, acostumbrado sin duda a practicarlo con damas de diversa categoría. La práctica del sexo entre mujeres con ayuda de prótesis es la última variante que se descubre en la obra . El amor físico mal entendido fue producto de determinadas tendencias pseudomísticas que se extendieron por Europa. Petronila alcanza una modalidad de éxtasis que está bien lejos del que viviría santa Teresa de Jesús. La existencia de aquellas corrientes pseudomísticas motivó las numerosas trabas con que se encontró la santa de Ávila en su vida . Con todo, como señalé antes, era fácil engañar a aquell as mujeres, tan ignorantes como crédulas y, por tanto, fácilmente manipulables . La hermana Lucía llega a comentar a la hermana Petronila: El espíritu y el verbo se hacen carne. Tienes que ser una con tu cuerpo y, así, t.ratarlo de un modo sutil, porque cuanto en él sucede en ti es sobrenatural. Tus éxtasis son compmtidos cada vez por dos cuerpos y dos espíritus: el Cuerpo de Cristo y el de esas rameras . Tú simbolizas el amor de Dios; ellas, la person ificació n de Satanás . Solo tú puedes participar de la experiencia mística. Disfrútala. 11

La abadesa, por su parte, explicará al rey, casi al final de la obra, que Lucía no puede contener su gran concupiscencia, y que Petronila "goza con el castigo ajeno y su afición conoce pocos límites, otro modo de experimentar el éxtasis de la comunión con el espíritu de Dios".12 Gómez Rufo ha puesto sobre la mesa las diversas fOlmas del amor y el sexo en el siglo XllI, si n olvidar, en guiño malicioso y no exento de humor, la del amor homosexual entre hombres, que apenas llega a sugerir: "[Teresa] empezó dejando entrever la poca salud del caballero para menesteres de atención a damas y su predilección por rodearse de escuderos jóvenes, lo que acompañó con una risa contenida". 13

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Tan importante como el tema del amor y el sexo en la novela es el tema de la política. Desde el primer momento el rey está recibiendo avisos sobre la forma de actuar de los nobles catalanes. Bien pronto expresará: "Me preocupa la insistenc ia de los nobles catalanes en pedirme cuentas, en medirlo todo en dineros y en buscar ql.da vez más poder en menoscabo del poder de la Corona. [... ] y mucho me temo que pasen el día en conjUJa para resquebrajar la unidad de la Corona de Aragón y convertirse en reino" .1 4 En la "Segunda Jamada" comentará que los nobles catalanes "saben que la riqueza es como el poder: tiene la virtud de hacer que parezcan más grandes las personas" ,15 y, poco más adelante, insiste sobre el tema de la unidad de su reino: "toda fragmentación debilita a los reinos", incluso dirá que los catalanes "han cenado el puño y en él guardan su oro" . 16 Al rey le disgusta sobremanera que los catalanes pretendan que la próxima conquista de Mallorca, para la cual necesita su concurso, "se reconozca como empresa catalana".17 En una época en que los nobles disputan a los reyes la primacía, cuando se discute qué es un reino y cómo se fo rma. Jaime 1 tiene clara cuál es la relevancia de la unidad de sus ti enas y sus pueblos: "Lo importante Péu·a la paz de mi rein o es que , con grandes esfuerzos, he conseguido destelTar esos viejos comportamientos feudales, tan inútiles , para que mis súbditos tengan la convicción de que al amparo monárquico es más seguro construir el futUJo".18 Gómez Rufo está defendiendo la idea de un país uni do, un país del que es necesario desterrar la idea de segregacioni smo , especial mente del catalán , una idea que pm·ece contemporánea. y que conlleva la revisión de algunos conceptos, en conc reto el de la existencia de un reino de Cataluña. Por eso deja bien claro, a través de la voz de Jaime T de Aragón, que Ramón Berenguer IV nunca fue rey de Cataluña: "El resultado es que don Ramón Berenguer IV entró a formar parte de la Corona de Aragón, pero nunca fue rey. [... ] Aunque bien es cierto que Aragón y Cataluña conservaron desde entonces sus costumbres y sus Cortes , que siempre han sido respetadas por la Corona" .19 En la novela se hace uso del cuento dentro del cuento, muy del gusto medieval. Forma parte del entretenimiento de la gente de la corte, y es una forma de aproximarse a la literatura de la época. Incluso cuando se presenta incorporado al texto narrativo, por ejemplo cuando Constanza cuenta la resolución del "caso" de las cabras 20 que no dejaban dormir a nadie en Lizarra, verdadero exemplwn con el tono de los textos del Conde Lu-

canoro Los as untos mitológicos se uti lizan con el mismo fin de deleitar enseñando. Y son numerosos en aportaciones de personajes, a veces como elemento de una compm·ación o una metáfora. Siempre oportunamente. Co mo son las incorporaciones de Hércules 21 , la de Lince0 22 , la de cíclopes y titanes 23 , incl uso la de Zeus, que, envidioso de Hera, decidió parir también un hijo, extrayéndoselo de un musl0 24 . En comparac iones con


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Antonio Gómez Rufo

asuntos mitológicos, crea una especialmente bella en tomo a la figura de Violante , al decir que: "Iluminada por la claridad de la tarde , parecía una helmosa sirena recién florecida a la pubertad" .25 S i la reina oye con gusto los relatos de sus damas de compañía , como el del conde Amaldo y la abadesa Adalaiza, Inés de Osona , la abadesa, contará al rey la leyenda de la Bruja de Piedra, una gárgola situada en lo más alto del contrafuelte de la torre de Carlomagno en la catedral de Gerona, y que era imagen de una mujer que practicaba la brujería. Y, tras enseñar sus cartas al rey, le ex plica la leyenda de las montañas de Montserrat, que están con las raíces hacia arriba. Finalmente, le confesará que lo atrajo al convento con la idea de matarlo allí y conveltirse ella misma en líder de una triunfante revuelta catalana. El tema de la muerte envuelve los otros temas de la obra; el asesinato de cinco monjas (cuyo número se incrementará posteriormente) es el imán que atrae al rey a la abadía de San Benito . Sobre esas muertes se monta el dispositivo de pesquisa que Constanza de Jesús dirige y en el que participa el mismo monarca. La muerte acecha los pasos de la rein a, del rey, de Conslanza, del sanador don Yáñez, de las novicias aragonesas y, finalmente, de Lucía , Petronila e Inés de Osona, en quienes cumple su misión en los últimos compases de la novela. En e l fondo , la muerte es buena solución para los problemas que se plantean en la obra, de tal forma que el rey piensa que "si su esposa muriera en aquel monasterio a nadie le sorprendería y se ahorraría el trámite del repudio",26 algo semejante, como se advirtió antes, a lo que se le ocurre a alguna dama y ll ega a pensar la propia reina. La muerte ha acechado al monarca desde su infancia, tras haber quedado huérfano de padre con apenas cinco años, y, muy poco después, también de madre. La intervención en su favor de Inocencio III , que lo recluyó en Monzón bajo la custodia del Temple , concluyó con el fa llecimiento del Papa , tras lo cual su vida volvió a estar seriamente amenazada: "La suya fue, pues , una infancia dura , marcada por la muerte al principio y por la ambición al final".27 Pero hay otras mueltes que es necesario investigar, y ante las que el rey siente verdadera conmoción: la de niños recién nacidos y nonatos cuyos huesecillos ocupan un lugar disimulado en el cementerio de la abadía. Esas muertes son , probablemente , uno de los grandes pecados de la abadía en conjunto y de Inés de Osona, su abadesa, en parti cular. Las jóvenes aragonesas de buenas familias que han cometido un desli z van al convento para ser liberadas del fruto de su amor o su pasión, y se hace muy poco para que conserven la salud y la vida. El tema de la muelte va asociado al de los cementerios, donde en dos momentos diferentes se exhuman cadáveres y se practican autopsias. Las monjas recién enterradas presentan

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"señales de desgarros y mordeduras" .28 El cementeli o de la abadía regida por doña Inés de Osona es un libro abierto para qui en sepa leer sobre, entre y debajo de sus lápidas. Pero para las monjas es un gran pecado altenu'la paz de los muertos, de los que , probablemente, el menos culpable es el mastín del Pi rineo que perteneció a la abadesa, utilizado como elemento para enmascarar los asesinatos. de las novicias . Así pues , el tema de la muelte está asociado al tema del amor y al de la política. La quema del convento , que supone su muelte definitiva, limpia y pLllifica los pecados de sus moradoras y de quienes, en algún momento y por diversas causas . lo habían visitado. Cuando el rey se despide de aquel lugar que ha ordenado destruir, no siente remordimi ento alguno , como advierte a su Campeón , don Blasco de Alagón: "Era un lupanar de asesinos . Entre esos muros habitaba Satanás. Una vez dentro , a todos nos devoró la idea de la muerte , ya fuera para matar, ya para morir" .29 Al mirar "el fuego purificador que todo lo devoraba"30 está imitando a Abraham cuando "diri gió la vi sta en dirección de Sodoma y Gomarra y de toda la región de la redond a, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata" .31

3. La madurez de Gómez Rufo como narrador En La abadía de los crímenes , Gómez Rufo ha dado muestras una vez más de su madurez como narrador. Una madurez que se descubre en el desanollo de la trama, en el dib uj o de los personajes y en la utilización de recursos lingüísticos. En cuanto a la trama, la novela se desarrolla linealmente , en tomo a los avances que la monja doña Constanza lleva a cabo sobre los hechos luctuosos ocurridos en el convento . Y siguiendo el horario del convento, que se refleja en las campanadas , los rezos y los cánticos acostumbrados, desde maitines hasta completas. Con todo , algunosjlash-backs retrotraen a la infancia del ~ey o a la época de su boda y momentos inmediatos, cuando su relación con la reina se basaba en la pas ión amorosa reci én descubierta. Sin embargo , doña Constanza de Jesús no es la protagonista , como OCUlTe en el caso de la monja investigadora creada por VerónicaBJack , o como en el Padre Brown , de Chesterton. El auténtico protagonista es el rey Jaime I, a quien Gómez Rufo convierte, a una edad todavía temprana, en un adalid de la monarquía y un inteli gente defensor de la integridad de su reino. cosa que en la vi da real, al testar, no supo refrendar. Gómez Rufo retrata al rey ocho años después ele haber contraído matrimonio, en estos términos: E l rey do n Jaime acababa cle cumplir los veintiún años. De considerable estatura, tenía el cabell o rubio y era alabada por todos su gnm presencia , como la más noble de todos los caballeros del reino . Su cutis era pálido. tal vez demasiado níveo,


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La abadía de los crímenes

espectral , lo que le daba una aparienc ia aún más imponente , y lucía una hermosa dentadura, tan blanca que no contrastaba con su palidez , Tenía las manos finas y muy lru'gas ,'a la vez fue11es y ágiles pma la espada y pru'a el amor, y su fama de licencioso lo había convertido en un hombre muy peligroso pru'a algunas damas y demasiado atractivo pru'a otras,32

C uando se mira al espejo , se gusta, Incluso para la reina , que reconoce haberlo perdido , es " bueno, valiente, noble , fiel y veraz" ,33 Se trata de un personéUe físicamente atractivo , que conoce sus armas, y que las utiliza oportunamente , Sin embargo , cuando trata de consegui.r a Violante , siente cierta ternura hacia ella, y opta por no conseguirla por la fuerza, consciente de que prefiere su amor consentido a robado , Es un personaje creíble, que sabe hacer ejercicio del poder, que se deja arrastrar puntualmente por la i.ra, y que no resulta demasiado inculto para su época, De hecho , ha leído buena parte de los libros que se copian en el scriptorium de la abadía, y conoce su contenido , por lo que no se deja engañar por las mentiras de la abadesa, En cuestiones políticas , no duda a la hora de poner a cada uno en su sitio, a sabiendas de que se juega la vida y su reino si condesciende ante las pretensiones de los catalanes, Psicológicamente es el único personaje de la obra que evoluciona , En los primeros compases se muestra un tanto tiránico, pero la acción benéfica de Constanza, por quien llega a sentir cielto cariño, casi de tipo maternal, lo dulcifica, Violante, a su vez, "tenía la piel limpia, el cabello largo y rizado del color del centeno y las manos leves como si carecieran de peso , Sus dedos eran finos y alargados; sus uñas , rosas , y sus muñecas, de alabastro, Su rostro carecía de huellas que delataran el paso del tiempo por su juventud, y su frente, distendida, parecía un lecho de nieve virgen , recién caída" ,34 Se trata de un a muchacha de 13 años " más gozosa por lo apuesto del aragonés que seducida por la conveniencia de las razones de Estado" ,35 Si se entrega al reyes porque ha caído en sus redes , no por otras causas, Constanza de Jesús es una mujer agradab le en extremo, De cierta edad , gruesa y ig il , Y de ojos vivísimos, apenas gesticul aba con las manos al hablar, pero sus dedos rego rdetes no permanecían quietos ni un instante, ya tambo rileando sobre la mesa, ya llevándolos de paseo por la nariz , las orejas o el cuello para rascarse puntos de piel que no le picaban, [" ,] sus dedos inquietos componían un a sinfonía de pa labras sin sonido que complementaba a la perfección su s explicaciones, hasta e l punto de resultar amenas, clarificadoras y ab iertas a muchas posibilidades 3 6

En cuanto a su caracterización psicológica, también es m uy completa: "Las referencia s sobre su sagacidad e inteli-

REPÚBLICA DE LAS LETRASI32

gencia le precedían , leng uas se hacían sobre su astucia y claridad de juicio , sobre su capacidad ded uctiva y sus argum entaciones lógicas" ,37 Se trata de una monja que cuestiona algunos aspectos de la regla de San Benito, como la de levantarse a las cuatro de la mañana para rezar maitines, y a quien no le importa abrir una tumba, hacer desenterrar un cadáver, y hacerle la autopsia , algo poco normal en una persona (mujer, además) entregada a Dios , Se salta el protocolo ante el rey , a quien trata con un desparpajo casi atlético , y con quien llega a tener una familiaridad poco común , basada en los almuerzos privados y en lo pec uliar de su investigación , de la que debe dar noticia puntual a Jaime 1. Su capacidad para el humor la convierte en un personaje muy completo y atractivo, En cuanto a la reina, doña Leonor, se encuentra en un a encrucijada de su vida, ya que el rey ha solicitado a Roma la anulación del matrimonio, Con 27 años ha perdido al rey y está a punto de perder su puesto de reina , Suele aparecer triste y necesitada del apoyo y de la alegría de sus damas de compañía, aunque le quedan arrestos para mantenerse en su sitio , especialmente pensando en su hijo Alfonso , aún niño, Pese a todo, no pierde el sentido del humor, lleganoo a replicar a su capell{m Teodoro , que quiere dejar de pasar las noches al raso porque sus viejos huesos se resienten: "Tus huesos gozan de toda mi simpatía" ,38 Inés de Osona, la abadesa, es la auténtica antiheroÍna de la obra y, como tal , acumula imperfecciones: es mentirosa, permisiva con sus favoritas, L ucía y Petronila, cómplice en las muertes de las novicias, cOHupta y sediciosa, Por último, da fin a su pI'opia vida, como un acto de venganza y cobardía, El resto de los personajes es menos importante , aunque la pecaminosa actividad de las monjas afines a la abadesa, Lucía y Petronila, las haga dignas de ocupar un lugéu' superior al resto, Hay que destacar cómo Gómez Rufo no se detiene en pormenorizar los atuendos de sus personajes , ni el mobiliario de los lugares más citados de la abadía, No está haciendo novela histórica, sino novela detectivesca, y por ello prefiere la etopeya a la descripción, Las descripciones , sin embargo , tienen cabida en la obra, Así cuando el rey, harto de permanecer encerrado entre las paredes del convento , va a visitar a sus tropas acampadas en un lugar próximo , se puede leer: "El olor de la primavera , la luz del cielo abierto , los horizontes de cumbres nevadas y pinos desperezándose , el verdor de los campos y el vuelo largo de las golondrinas devolvieron a don Jaime el ansiado bien de la libertad",39 Es esta una descripción en la que destacan imágenes de varios sentidos (vista y olfato, fundamental mente) e incluso una hermosa personificació n de los pi nos agitando sus ramas como brazos 'humanos , En todo caso , Gómez R ufo prefiere describir el con vento, que ha de ser de estilo románico, aunque no cite arcos de medio punto (nombra "arcadas"), ni bóvedas de cañón, pero los materi rJes utilizados en su construcción, y la época en que se sitúa


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Antonio Gómez Rufo

la obra, lo pres uponen: "El edificio era hermoso. Todo él construido con bloques de piedra, tenía grandes columnas también de piedra que sostenían traviesas de madera gruesa, algunas de ellas demasiado deterioradas ya, arañadas como si en aquel invierno hubieran llovido gatos".40 Y, más adelante, el claustro: "era de planta cuadrada, con una fuente en el centro y, alrededor, un jardín cruzado por cuatro caminos. Los lados del claustro, las pandas , resguardaban las galerías o corredores cubiertos que se limitaban por arcadas" .41 Y abunda en datos cuando describe la estancia donde trabaja la abadesa: Sus dos ventanas estaban cerradas y ocultas tras unas cortinas de terciopelo rojo que impedían el paso de la luz y la visión de la sala desde el exterior. Ni siquiera ante la presencia del rey descorrió los cortinajes para que la luz de la tarde lo alumbrase todo. En cambio, encendió los velones reprutidos por los cuatro rincones de la sala y un cruldelabro con seis velas que permanecía sobre una amplia mesa de trabajo, un tablero tosco de madera sin pulir en el que se amontonaban toda clase de herramientas y diversos clavos, tijeras, cinceles, lijas, listones de madera , frascos conteniendo diferentes líquidos y otras muchas cosas que desconocía el rey y que a simple vista no pru'ecían tener utilidad. En unas repisas de la pru'ed se amontonabrul miniaturas que reproducían crucifijos , copas de madera y de bruTO , casitas, canuajes, medallones labrados y algunos muñecos sin terminru·. En un extremo de la sala había una mesa con arcilla de modelar, varias porciones ele bruTO reseco y unas jruTas con agua alrededor ele un tomo pequeño ,junto a una chimenea que pru'ecía útil pru'a la labor de alfru·ería. 41

Es, con diferencia, la descripción más larga de toda la novela , yen ella descubrimos algunos de los elementos del ornatus más reiterados en la novela, como un par de enumeraciones de los útiles de que se vale Inés de Olosa y los objetos a los que ha ido dando forma. También relacionada con la abadesa es la enumeración de plantas y flores que utiliza para sus pócimas: "Son un puñado de florecillas que se espcu'cen por doquier, y también hojas , corimbos y macollas de algunas hierbas , [... ] son esencias de narcisos , violetas, lirios, alheí'ías, violas, cítisos, acantos, colocasias y mirra" .43 Corno efecto del bebedizo que Inés de Osona ha proporcionado al rey, este se encuentra en una situación onírica que se describe en un viaje por las nubes durante el cual distingue, además de jabalíes y unicornios, "cabras, conejos , sirenas , peITOS, tortugas, culebras, osos, escorpiones, ovejas, monos, zoITOS , salamandras, leopardos, ratas, hienas, gacelas , patos, nutrias, burros, comadrejas, caballos, mulas, saltamontes, dragones y gorgonas".44 Se trata de una enumeración un tanto caótica de animales, habida cuenta de que peltenecen a diversas especies, y que algunos son mitológicos. El desorden en la relación certifica la alucinación que el rey ha padecido.45

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A veces las acumulaciones son más breves, pero no por ello producen un efecto menos intenso , como en la descripción del cementerio: "aquel ambiente tenebroso , luctuoso, funéreo y desagradable"46 . Otras enumeraciones producen sensaciones distintas, por ejemplo las refelidas a los alimentos que van a ingerir el rey y Constanza en el apartado sexto de la "Segunda jornada": "Sopas de verduras, una docena de pichones estofados, se is piernas de cabrito doradas y crujientes , medio queso de oveja bien curado y diversas frutas de primavera se sirvieron junto a dos jarras de vino y valias hogazas de pan de trigo" .47 Pero tambi~n se propone .alguna enumeración para desta" car la placidez de un momento determinado: "la seren idad del claústro, la soledad del monasterio, el sosiego de su quietud y la placidez de sus habitantes extendían las horas como hilos eje miel".48 En este caso , además , se incluye una hermosa cómparación, recurso del que Gómez Rufo hace uso generosamente a lo largo de la obra. Las comparaciones permiten obtener imágenes de lo más variopinto. Por ejemplo, de tipo humorístico , cuando el rey apunta que los nobles "insisten como moscas en é(cu'¡o de una vaca" ,49 o cuando Constanza replica a Jaime I tras háber sugerido este que la iba a decapital': "TermiIÍaré siendo para vos u~;r. especie de butifalTa en rodajas" .50 Otras sugieren procesos de la natural ~za a;;ociados.a pro-. cesos internos del cuerpo humano: "porque el aire se le quedó atravesado en la garganta como un alud de piedras amontonadas".51 Aunque los procesos pueden ser de tipo sentimental: "el tiempo caía sobre ella como la lluvia sobre el mar: inütilmente" .52 La comparación, paso previo de la metáfora, en el fondo tiene el mismo sentido que esta, y produce bellas imágenes , como ocurre cuando el autor se refiere a los tristes pensamientos de la reina: "Volaron, rasas como vencejos en víspera de tormenta, ideas de suicidio e intenciones de reclusión" ,53 o cuando hace uso de la vieja imagen, sin duda de origen eh'abe , "dos lágrimas, como perlas , rodcu'o n hasta la almohada" ,54 que el culteranismo terminó de apropiarse. O cuando refiere: "Pero la serenidad del claustro , la soledad del monasterio , el sosiego de su quietud y la placidez de sus habitantes extendían las horas como hilos de miel" ,55 donde la comparación sigue a una enumeración. Gómez Rufo es un maestro iluminando con comparaciones momentos de especial trascendencia: "Recorrían el sendero de sepulturas como si avanzaran por las calles del infierno sin querer miral' a los lados" ,56 donde es posible hallar además una alusión a la Divina comedia, aunque esta es posterior a la época en que se sitúa La abadía de los crímenes . Alguna compal'ación que pudiera resultcu' un tanto extraña destaca por su evidente fondo hi stórico: "el miedo se extendió por la sala real como se reparten mendIUgos a los mendicantes" 57


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La abadía de los crímenes

El miedo sine tamb ién a Gómez Rufo como elemento comparador en una metáfora: "El miedo es un ratón anidado en las tripas que roe, roe , y no se sacia jamás" ,58 tan próximo a una greguería ramoniana. 59 También con visos de greg uería es la q ue sugiere los primeros instantes del enamoramiento de Violante: "el amor es un duende al que le gusta jugar a hacerse v isible cuando menos se espera" .(,0 A veces, se conjuga con la hipérbole: "El amor fue para ellos un fuego eterno. La pasión, orilla : ola tras ola, beso tras beso, sin repetirse jamás" .61 Breves y con atención a vm'ios sentidos son también otras, a veces con el amor como protagonista: "Las verdades son sal sobre heridas abiertas" .62 "El amor es una espada de dos filos: por un lado hiere y por otro da la vida" .63 Las metáforas no dejan de ser ilustradoras, y traen a veces reminiscencias culturales diversas: "Un camino de cementerio [ ... ] es igual que una danza carnavalesca" .64 En el ámbito conceptual de la metáfora se encuentran también las traslaciones. En La abadía de los crímenes hay magníficas viv ificaciones: "En los rincones dormían unas cuantas vasijas de barro de distintos tamaños" ;65 animalizaciones: "para sujetar el galope desbocado de tantos caballeros aITI' biciosos", que en el fondo incorporan una metonimia; "los pensamientos de la reina iniciaron un vuelo rasante";66 "[Ci, xilona] Apretó las manos de Constanza y le clavó la luciérnaga de sus ojos"; e inc~uso curiosas personificaciones: "Un cadáver que tendría muchas cosas que contarle. Y ese manjar era muy apetecible" ,67 o "se detuvieron ante una lápida todavía sin bautizar" ,68 e incluso "Conozco las quejas de tu esqueleto, don Teodoro" .69 Pero Gómez Rufo también sabe hacer uso del proceso inverso, la cosificación: "y dobló [la reina] la tijera de sus piernas para sentirse recogida en posición fetal" .70 A veces utiliza la imagen 'como una forma más rápida y eficaz de lenguaje traslaticio: " las pezuñas del cansancio arando arrugas en sus rostros";71 "Solo ha de disimularse cuando la trastienda de los pensamientos almacena cerezas de malicia" ;?" "esa generosidad le llenaba de luciérnagas el alma y de golondrinas el estómago, haciéndole sonreír";73 "ten cuidado y domestica a esos diablillos que hab itan en tu boca" .74 Los juegos de palabras producen hermosísimas imágenes, en ocas iones con una especie de lucha intelectual entre e l rey y Constanza, que compiten elaborando paronomasias: - En fin -cabeceó don Jaime, irónico- . Como tú dices, soseguémonos y comamos, que tan importante es el cordero como la cordura. -O la ~ como la ternura -apostilló ágil de lengua e ingenio Constanza, sin lev,mtar los ojos del plato, redoblando la iron ía del rey.75

En numerosas ocasiones Gómez Rufo utiliza frases hechas y refranes, que salpican y salpimentan la narración, o

alg ún di álogo , proporcionando al texto cierto valor oral y un tono más antiguo . "Pm'a mí que aquí, en este cementerio, hay más cera que la que m'de", donde se hace uso de la dilogía. "A Dios rogando pero con el mazo dando" (pág. 100), muy propia para el lu gar y personas que ocupan el.convento; "al mal tiempo buena ca ra" (pág. 140); "los cántaros, cuando m,,1s vacíos, más ruido hacen" (pág. 236); "toma pimpinela y ajo, y llegarás joven a viejo" (pág. 329); si bien en ocasiones se efectúa alguna ligera variante: "la carita sonrosada de no haber roto un a vasija nunca" (pág. 70); "se me está inundando la boca de jugos" (pág. 84) . Por fin, para proporcionar mayor verosimilitud a un relato cuya acción se sitúa en el siglo XliI y en un cenobio , el autor introduce un sinfín de latinismos, a veces como oraciones o invocaciones a Dios, y a la Virgen (salve , padrenuestro, creclo, oficios divinos, Agnus Dei, fórmulas de confesión), en ocasiones para ilustrar o completar un comentario o sentencia. Las expresiones latinas están oportunamente puestas en boca de las monjas, pero también en boca del rey, cuya formación intelectual parece fuera de duda, pese a destacar como hombre de lli"l11as: Aut taee aut loquere meliora silentio 7(' (pág. 66); Labor O/1uúa ímproba vineit77 (pág. 67); aecipere quemfacere praestat iniuriam78 (pág. 304). Las puestas en boca del rey incluyen su traducción a pie de página y so lo la puesta en labios de Inés de Osona, previa a su muerte, es traducida también : Mors est quies viatoris,finis est omnis laboris ?) La reina conoce las principales oraciones, y se despide de su esposo con una expresión apropiada: Deus volente (pág. 382) . Algunas de esta expresiones latinas perviven, como rigor mortis (pág. 102), o vade retro (pág. 373) , incorporadas al castellano; la mayoría, no, porq ue son oraciones que han sido traducidas con el tiempo, o porque suponen un punto elevado de conocimientos, como una de las puestas en boca de Constanza: Mihi amiticia Cl/m Deus erat (pág. 185). La obra termina,justamente , con un término latino que parece muy apropiado al momento narrativo: "Que nadie vuelva a pronunciar jamás el nombre de esa habitación del infierno . Nunca existió.Ro Don Jaime dixit. 8 ' NOTAS lA. Gómez Rufo : La noche del tamarindo. Barcelona, Planeta, 2008 . 2 A. Gómez Rufo: La abadía de los crímenes . Barcelona, Planeta. 20] 1. 3 Candace Roob es autora de El secreto del boticario, El misterio de la capilla, El relato de la monja, El obispo del rey, El crimen del santuario, todas ellas publicadas en Barce lona por Emecé, entre 1996 y 2000. En El crimen del santuario , se aborda un tema similar al de La abadía de los crímenes: descubrir hasta qué punto los galeses son fieles a la corona de Inglaterra. El relato de la monja , situado en la segunda mitad del XIV, trae a colación el tema del incesto , y la actuación mil agrosa de la Virgen que impide que una monja sea descubierta. 4 Bm-celona, Península, J 996 .


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Antonio Gómez Rufo

La abadía de los crímenes, pág. 37. (, La abadía de los crímenes, pág. 194. 7 ¡bid., p<Íg. 274. x /bid., pág. 275 . '1 ¡bid., pág. 278. \O ¡bid. 11 ¡bid., pág. 352. 11 /bid. , pág. 369. 13 /bid., p<Íg. 68. 14 /bid. , pág. 88. 15 ¡bid., pág. 200. 16 ¡bid., p<Íg. 202 . 17 ¡bid., pág. 203. IX ¡bid., pág. 343. 19 ¡bid., pág . 346. 20 ¡bid. , págs. 301-302. 11 "Al igual que ocurría con la Hidra de Lema, el monstruo de nueve cabezas que, cada vez que Hércules le sajaba una, crecía de nuevo en cuanto era cOltada, en ese caso, cada vez que Constanza creía haber desc ubierto algo nuevo, del descubrimiento surgía un nuevo enigma. Hércules acabó de matar a la hidra aplicando una antorcha prendida a cada decapitación para impedir el interminable resurgir de las nuevas fauces, pero ell a no tenía modo de cauterizar sus conclusiones para que de ellas no brotaran nuevos misterios". ¡bid., pág . 182. 22 "E lla, que había atesorado fama de tener ojos de Linceo , aquel argonauta que se caracterizaba por tener una vista muy penetrante , se encontraba ahora sin ningún indicio fiable y le resultaba muy difícil hallar un camino por el que seguir" . Ibid., pág . 254. 23 El sanador don Fáñez dice al médico don Mmtín: " Vuestros consejos, señor Martín, han sido de una eficacia ... iciclópea! Y vuestro interés, majestad, ha dado a la enferma una fuerza titánica" . ¡bid., pág.321. 24 El rey se burla de la supuesta nobleza de la abadesa , Inés de Osona , en estos términos: "Ignoraba que tu nobleza hubiera nac ido de un muslo del dios Zeus", La. abadía de los crímenes, pág. 371 . 25 [bid., pág . 96. :21, ¡bid., pág. 75. 21 ¡bid., pág . 82. 2X ¡bid., p,íg. 180. 29 ¡bid .. pág. 385. ;0 ¡bid. 31 Génesis , 19,28. >2 La abadía de los crímenes, págs. 42-43. 33 ¡bid ., pág. 226. 34 ¡bid., pág. 97. Parece recién salida de un cuadro de Botticelli, aunque este los pintaría un par de siglos después de cuando se sitúa cronológicamente esta obra. 35 ¡bid., p,íg. 98. >(, ¡bid., pág . 27. 37 ¡bid. 3H ¡bid., p<Íg. 248. .19 ¡bid .. pág. 198. 40 ¡bid., pág. 55. 41 ¡bid., pág. 110 . 42 ¡bid .. págs. 110-1 11. 43 ¡bid. , pág. 11 4.

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Ibid., pág. 154. Otra enumeración, nada caóti ca , tiene cabida unas líneas antcs, cuando comienza la alucinac ión del monarca. En ell a los elementos son piedras preciosas: " lo que se desprendía del cielo no era agua. sino diamantes, ónices, zafiros, ágatas, jaspe, esmeraldas, aguamarinas, topacios, rubíes, corales, amatistas , perlas, gemas. carbunclos, turquesas y otras piedJ'as preciosas que ni siquiera le rozaban en su caída" . La abadía de los crímenes , pág . 154. 46 La abadía de los crímenes , pág. 74. 47 Ibid .. págs . 84-85. 4K ¡bid., pág. 83 . 49 Ibid., pág. 87. so Ibid. S I ¡bid. , pág. 109. 52 Ibid. , pág. 182 . 53 Ibid., pág. 91 . 54 ¡bid. 55 Ibid., pág. 83 . 56 ¡bid., pág . 99. 57 ¡bid., pág. 222. SR ¡bid. , pág. 231. 59 " El miedo es un ratón que se nos ha metido en el corazón" . Véase mi ed. de R. Gómez de la Serna: Greguerías. MadJ'id , Castalia , 1994,pág.35. 60 La abadía de los crún enes, pág . 275 . 61Ibid., pág. 278. 62 /bid ., págs. 335-336. 63 /bid., pág. 337 . M ¡bid. , pág. 100. 65 Ibid. , p,ígs. 55-56. 66 Ibid. , pág. 90 . 67 ¡bid., pág . 100. 68 ¡bid. 69 Ibid ., pág. 318. 70 Ibid., pág. 137. Una imagen simil ar propone J. F. FelTé en su no ve la finalista elel premio Herralde 2009: "Me siento ahora como Dustin Hoffman en El graduado, atrapado entre los fu ndidos encadenados del montaje y las falsas piemas de Anne Bancroft, erguidas como ti jeras castradoras". Providence. Barcelona, Anagrama, 2009 , pág. 196. 7 1 Ibid., pág. 10. 72 ¡bid. , pág . 220 . 73 Ibid., pág. 333. 74 Ibid., pág . 334. 75 ¡bid. , pág. 139. El subrayado es mío . 76 Di algo mejor que el sil encio, o calla . 77 El trabajo tenaz lo vence todo. 7X Más vale ser objeto de una injusticia que cometerla. 79 La muerte es el descanso del viajero , el fin de toelos sus u·abajos. 80 Estas dos palabras invitan a considerar que toda la nove la es il/\'(' I/ tia, aunque ex istieron algunos lugares con aspectos en comú n a la abadía de San Benito donde se sitúa la acción de la mi sma . SI La abadía de los crímenes, pág. 385.

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ANTON [O A. GÓMEZ YEBRA

Uni versidad de Málaga


NARR AT IVA

'" Ultimo tango en Auschwitz ANDRÉS SOREL

Aka l Literaria

FÉLIX GRANDE Premio Nacional de las Letras Españolas 2004 Andrés Sorel , con un terror colérico y una piedad abarrotada de lágrimas sinfónicas , ha escrito Último tango en Auschwitz para dar fe de su furiosa confianza en la diaria resurrección de la Conciencia y para recordamos, una vez más, que la moral del escritor no es un mero aderezo expresivo y ni siquiera una elección, sino un destino. Con una erudición sigil osa , invisible , y una prosa serena, pero resquebrajada por los golpes de la congoja, Sorel ha fijado en el pentagrama del dolor y de la compasión una emocionante partitura de monólogos que nos relatan , en la tonalidad de la desgracia y del espanto , el suceso más abom in ubre de la Histori a, el terremoto de desprecio m ás bárbaro de toda la crónica del simio posmodemo, y la interrogación más atroz , más brutal , más inmunda y más apremiante de cuantas nos obligan a convertir a la Memoria en la tronera de la vigilan cia y el nutri ente de nuestra conducta. Último tango en Auschwitz, hermosísimo documento sobre la repugnancia que merece la indignidad , nos in vita al ejercicio del insomnio y a iniciar el trabajo intelectual de cada amanecer con los ojos abiertos y los puños cerrados.

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ANDRÉ:S·

'rSOREl

Índice P RIMERA SECUENCIA. M e llamo K S EGUN DA SECUENCIA. Trabajo y libertad

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T ERCERA SECUENCJA. En A usc hwitz no había ti empo para aburrirse C UARTA SECUENCJA. El humo y el fuego

97 16]

QUINTA SECUENCIA. A usch witz . Ú ltimo tango 2 17

GERMÁN GULLÓN Escritor, crítico literario y profesor de literatura en Estados Unidos y Holanda . Una novela excepcional , nada parecido él lo que anda por los escaparates. Una hi storia con una profundidad y compromiso ex traord in ario . La lectura a veces resulta tan fuerte , cuando va poniendo un círculo y otro círculo , y luego cuando te das cuenta de que K. es incapaz de olvidar, que tienes que dejar la lectura . Es una novela útil, muy di stinta de la novela que en los sete nta y ochenta pusieron en e l trono de las letras, bastante inútiles. Qué derroche de tale nto , escribir tan bien y no dedicarlo a contar algo que merec iese la pena, cO mo esta novel a .

CODA 243 ApÉNDJ CE Vocabulario

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Bibliografía

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Tangos

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Publicaciones y documentales

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Andrés Sorel

JOSÉ CARLOS MAINER Crítico literario, historiador y catedrático de literatura española (Fragmento de una carta) Tu libro se lee con fa scinación . En el fondo , has escrito , en representación de todos, lo que todo hombre de nue stro tiempo ha de hacer: sumergirse como personaje en ese horror del que ha nacido nuestro tiempo y que siempre ha corrido el riesgo de ser una leyenda , una suerte de cuento de miedo remoto . El holocausto solo puede ser vivido, a riesgo de eternizar su relato , meandro tras meandro de su curso (como sucede en Shoa , la interminable y sugerente película de Lanzmann) . y la idea de que los tangos sean la música de fondo es espléndida: el tango es egoista, como son los fascistas, pero sobre todo es compasivo y sentimental, y los fascistas, no.

FRANCISCO MORALES LOMAS Escritor, crítico literario, catedrático de literatura y presidente de los críticos andaluces Después de haber leído Las benévolas, de Jonathan Litel] , premio Goncourt , creíamos que no íbamos a ser conmovidos tan profundamente con una novela sobre la crueldad nazi, sin embargo , Último tango en Auschwitz , de Andrés Sorel , vuelve de nuevo a remover nuestras entrañas y auspicia al lector una inmersión en los infiemos dantescos . Además , bajo el p,mlguas demoledor de la música, para que e] efecto antiéti co de la barbarie drague aún más profundamente los cimi entos de esa creación [ ... ]. Las reflexiones del narrador, creadas desde la desesperanza y la memoria, que son evidentemente las del propio escritor, son tan importantes como el dec urso de la novela y sus procesos creativos. [ .. . ] Último tango en. Auschwitz es una obra que ayuda a la reflexión , a la introspección y al análisis , a movilizar el pensamiento que en los momentos actuales anda perdido y prófugo , una profunda reflexión ética con la que Andrés Sorel trata de razonar la génesis y las secuelas de una ideología

que se sustentó sobre un ·proyecto económico y fu e seg uid a por millones de personas que miraron hacia otro lado cuando. se masacraban otros tantos de millones de seres hum anos . Algo que se quiere ignorar, al go que está ahí y estará siemp re presente aunque nos neguemos a su evidenci a y su paso por la historia del infierno. Y sobre el que , desgraciadamente, algunos están tratando de volver, como si no hubi era habido ya bastante dolor y muerte.

PILAR GÓMEZ Escritora (Fragmento de la crítica publicada en F ilosofía Hoy) Música en medio del horror. ¿Cuál es el papel del arte allí? Si tu vida dependiera del sorbo que ofrece tu pos ibl e verdugo , ¿no to¿árías para él? El filósofo está presente en el discurso reflexivo que plantea el texto. Y bien ac ompañado· por otros colegas pensadores y escritores , como Adorn o, Heidegger, Georg Trakl, Stanislaw Lem o el impresc indibl e Celan. A ellos recurre el violinista una y otra vez ante el estupor que le causa seguir viviendo y ante el estupor que causa él mismo: la figura del sobreviviente qué, po r no haber . muerto con los otros , se convierte en al go así como un sos- ·· pechoso, un nuevo condenado cuya existencia a menudo acabará en el suicidio (le pasó al propio Cel an). No es un libro complaciente . Pero ... ¿qu é es un poco de incomodidad comparado con lo que se va narrando?

RAFAEL SOLER Narrador, poeta y profesor de universidad Una novela estremecedora y bri liante, con un intenso tono sostenido, lúcido en su s ~ftl.ex ion es y de gran am bic ión literaria [ . .. ], una espléndida novela al amparo del irrepetible Celan , y algo así ocurre pocas veces . "Compondremos una oda al humo" , musita Kals al comienzo de la hi stori a. Ahí su mayor acierto. ¿Todo ha sido dicho y nadie ha esc uchado? Todo queda siempre por decir, y para que algui en esc uche primero hay que contarlo. Así lo hace Último tango en 32 capítulos que dejan al lector sobrecogido y sin ali ento.

Nada hay impensabl e como Au schwitz, pero nada puede hacernos pe nsar tanto como Ausc hw itz . Que un a creación artísti ca afronte esa p aradoja y lo haga con la hondura moral y poética que pru eba A ndrés Sore l en Último tango en Auschwitz es al go qu e está al alcance de muy pocos creadores . Sorel co nsigue po ner al lec tor ante preg untas fundam e ntal es sobre un a E uropa que no defe ndió a sus jud íos , so bre una c ultura que se inclinó ante la barb arie, sobre la supervivenc ia en nuestros d ías de las perversas lógicas q ue co nduj eron a Auschwitz. Grac ias , Andrés, por habern os entregado es ta obra tan terribl e co mo hermo sa, tan urgentemente necesaria .

J UAN MAYORGA


NA RRATIVA

Presentimiento de lobos Palabras en el muro

RAMÓN HERNÁNDEZ

P RESENTIMIENTO DE LOBOS P ALABRAS EN EL MURO Novelas

RAMÓN HERNÁNDEZ

Society of Spanish and Spanish-American Studies, 2008

En aquel tiempo, tran scurridos tres lustros del final de la Guerra Civil de España (1936-1939), Itia era una pequeña ciudad de la alta meseta de Castilla que todavía conservaba las huellas de la férrea represión de los vencedores sobre los vencidos. Huellas que se percibían con más intensidad y nitidez en la pétreas paredes de la fachada renacentista del palacio de los Mendívil, en los gruesos muros de ladrillo de la cárcel provincial, y en las tapias del cementerio municipal , lienzos goyescos donde se dibujaban, como por magia reivindicativa , rostros fantasmales de fusilados y de presos, surgiendo cual espectros de un genocida ayer perdido, inhumano recuerdo de bombardeos, interrogatorios y torturas, calei doscopio de hambre, sudor, sangre y hierro. Conmoción fraticida , demoníaca y feroz, sin una sombra de mar, ni un a gaviota en el horizonte, ni un velero, tampoco el prodigio de un trasatlántico que, como nueva arca de Noé , llevara a una muchedumbre de supervivientes más allá del confín del odio fratricida, en pos de la inasequible utopía del Amor Universal. Itia era la capital de una provincia dura y árida, de páramo y desierto, de escasos y fértiles valles, milenarios bosques de coníferas, eriales y enjambres de abejas . Tierra de Caín bajo los vientos heladores y el sol abrasador, apretados, tenaz y plomizo. Férreo vie nto y férreo so l como un castigo celeste para aq uellos hombres que, tan solo quince años antes, habíanse aniquilado mutuamente con saña cruel, bajo las banderas enfrentadas del rebelde fascismo dictatorial y la república democrática. Cuerpo encima y cuerpo debajo martirizados por el invierno interminable y gris que se apoderaba de las piedras agujereadas por la escarcha y las miradas sup licantes de los mendigos vagabundos que pedían limosna en el atrio de la catedral. Noche negra y larga, tachonada de estrellas parpadeantes en la inmensa bóveda del cielo. Torrencial lluvia que ensangrenta e l barro de los caminos y los cauces del agua. Color y viento y polvo, cuando enloquecen las chicharras y las lagartijas se abrasas sobre las piedras. Avisperos en las fuentes y el río Henares amenazando

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ahogados bajo las terreras rojas, propicias a la oscura premeditación de los suicidas, que también abundan. Clima que congela , erosiona y ultraja, incendia e inunda las aldeas que oprimen los montes y en cuyas llanuras de secano pastan rebaños de ovejas, hipnotizadas por un pavoroso presentimiento de lobos. Pueblos miserabl es. la mayoría sin luz eléctrica, de tejados hundidos , que vegetaban todavía en 1957 agrupados alrededor de la inevitable iglesia románica, a veces en ruinas, abandonados por sus jóvenes proles, que huían a las ciudades en busca de otros trabajos y otras formas de vida mientras, tras ellos, quedaba el mísero adobe, e l barrizal de los caminos vecinales, el incendio de.] ftire en tiempo de siega , los pedregales, el arado, el asno, la mula, el jabalí, e l águila, las malas hierbas, las flores si lvestres, la amapola entre las mieses de cebada y de trigo. Ya la sombra de la higuera, en el chozo del pastor, en la torre de las cigüeñas y, en la oscuridad de los establos y las cuadras , los pensamientos encadenados, pri sioneros en un ex ilio S111 aurora. Tierra que proyectaba sus ecos sobre Itia, la pequeña enjuta capital homónima de la provincia , convi rtiendo los vestigios medievales de sus surcos en muros románicos, húmedos conventos de clausura, guarnición , cabildo catredral, instituto de segunda enseñanza , escuela de magisterio, gobiernos civil y militar, delegación provincial del Movimiento o partido único, y funcionarios al servicio del régimen au toritario nacido tras la Guerra Civil; unos trabajando con el entusiasmo propio de los vencedores y otros con la obligada obediencia del vencido. Y en el mismo escenario, desfiles de tropas, la Guardia Civil, la Policía Armada, la censura de periódicos, emisoras de radio y li bros; la mor-


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Presentimiento de lobos - Palabras en el muro

daza y e l disimul o, la inútil conspirac ión clandestina , la utopía de derrib ar a un régimen petrificado co n sangre, persec ución y muerte . Y al margen , co mo comparsas mudos , la masa doblegada y te meros a , sumi sa como toda la nación , herida todavía por el horror de la guerra. Ho rmig uero de habitantes, casino provinciano, viejas piedras de la mole catedralicia , amenaz ante con s us

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exorcismos y sermo nes , s u teatro litúrgico, y su hipnosis . Y to do el co njunto, co mo un r fo de aguas ap arent eme nte mansas pero tur bul entas bajo la s up e rfi cie, desemb ocaba en el pul c ro cementeri o, donde es pos ible reprodu cir la hi stori a de la c iudad leye ndo las inscripciones de lo s sepulcros, y lo s epitafios ro tos entre la arena re mov id a de las tumbas .

RAMÓN HERNÁNDEZ pertenece a la llamada " generación española de posguerra". Ha cultivado la nove la , el ensayo, la poesía y el teatro, y es uno de los novelistas más originales del siglo XX. Acredita en todas sus obras un riguroso proceso creativo, de carácter universalista , exento de localismos , y adscr ito siempre a una poética imaginativa que trasciende la realidad hasta los más insospechados límites de l mundo onfrico . En 1966 , la editorial Prometeo publica El buey en el matadero , primera novela de Ramón Hernánd ez . Reeditada en 1979 por Espasa Calpe con el título de Presentimiento de lobos, fue incluida en la colección Selecciones Austral. Obra existencial, describe los contradictorios conceptos del escepticismo y de la fe, del fanati smo y de la marginación, en los escenarios provinciano y rural de una España todavía ensangrentada por la fratricida Guerra Civil de 1936-1939 . Dos años más tarde, en 1968 , la editorial Seix-Barral publica la segunda novela de Ramón Hernández , Palabras en el muro, constituyendo su edición un aco ntecimiento literario que reveló a su autor como uno de los más firmes valores de la narrativa hi spáni ca de vanduardia. De esta obra afirmó Th e Tim es que era "La mejor novela publicada en España en los últimos años" . F ue reeditada por la mi sma editorial en 1984. Novela de la cárcel, muestra la dramátic a vida de la prisión y los conflictos íntimos de sus personajes con un estilo nuevo , experimental y elocuente. El profesor y crítico Antonio Tovar la ha comparado con La casa de los muertos, la inmortal obra de Dostoiev ski .

OTR AS OBRAS DEL AUTOR

El buey en el matadero (Prometeo, 1966) , Palabras en el muro (Seix Barral, 1969 y 1984, SSSAS, 2008) , La ira de la noche (Linosa, 1970), El tirano inmóvil (Seix Barral , 1970), lnvitado a morir (Planeta, 1972; Argos- Vergara, J 978; versión inglesa en Garland , 1989) , Eterna m emoria (Planeta, 1975; Mondadori, 1988) , Algo está ocurriendo aquí (Argos- Vergara , 1976; versió n ing lesa en SSSAS, 1983) , Pido la muerte al rey (Argos -Verg ara , 1979) , Fábula de la ciudad (A lce , 1979), Presentimiento de lobos (Espasa-Calpe , 1979;

nueva edición de El buey en el matadero; SSSAS , 2006), Bajo palio (Argos-Ve rgara , 1983) Los anwnles del sol poniente (Mieres, 1973 ; SSSAS , J98 6), El ayer perdido (Seix-Barral , 1986; SSSAS , 2007 ), Sola en el paraíso (Plaza & Janés , 1987) , Golgothá (Sei x-B arra l, 1989), Caramarcada (Anaya , 1990) , Cristóbal Co lón , llora por ti la Tierra (Nobel , 1992) , El j oven Colombo (SSSAS , 1995) , El secreter del rey (Se ix-Barral, 1995), Miriam (Escuela Libre Editorial , 1995), Un destino de mujer (Seix-Barral , 1997) , Davos Plat-z. (Nobe l, 1998), Curriculum vita e (Edi ciones Libertarias, 1993 : SSSAS , 1999), D iáspora (SSSAS, 2004), Delirium (SSSAS , 2006).


NARRATIVA

Reediciones de obras de Raúl Guerra Garrido

'Dulce objeto de amor' Reino de COl'deha, 2013

El tacto es e l menos cá ndido, el más rea lista y, sin embargo, e l más im ag in ati vo ele los se ntidos. No cO ll se ntirás que tra s la gloria de tu s manos otras más inh áb il es la contami nen con su suci a torpeza. Ex traño a utomóv il. y no menos in sólito el perso naje qu e de él desc ie nd e. Obse rvas la maniobra de ap arcami e nto, s u subid a por las esca leras del Palace , sus pasos dueños de l terreno qu e pis an . Te encuentras cómodamente in sta lada e n un s illón de la rotonda, qui zá menos complac id a que e n ocas iones anteriore s, pues lo variable del tiempo se ext iende tambi é n a las c irc un stancias de tu s com pañeras de tertuli a y así, sin abando nar la conversac ió n , di straída, observas: lo f irm e de s u and ar;] o agradable de su no pe rfec to ro stro , a lgo , un a cicatriz en la mejilla, le da un toq ue exó ti co; lo desco ncertante de su atu endo , un traje entre desestructurado A dolfo Domíng uez y corte c ll:ls ico Ca rl os C utuli ; y lo indeciso de una edad que siempre se defin e co mo de cuaren ta. C uand o se acoda e n la barra aba nd onas la observac ió n. Vuestra charla pros ig ue en co nj eturas sobre la amiga ausente , en viaje de nov ios. para fa lta r a la ci ta mejor exc usa no existe, " ¿De

veras te g ustaría casarte tan jove n'?", es tan re lat ivo In de los años adecuados para hacer algo CO ll creto . E l ti el1lp " no se corresponde co n la ava nzad a fecha de Ull pr il1l c' viern es de junio , el verano se res iste a fustigar c on u; calor que, por otro lado, se año ra. ha s id o Ull año llorteI'"ll ,. de lluvi as con stantes. y la c iudad se esponj a so líci ta a los rayos de un sol intimidado por el paso de li ger as pero contuinaces nubes . La acri stalada bóveda de la roto nda es un caleidoscop io en dond e alternan los brillantes colo res de los dibujo s moderni stas co n los· g ri ses de la inte rmi tente umbría que los e mpaña y del mi smo modo. e ntre alegre y tri stón , percibes tu án im o y fin de semana .

Es ta hi stor ia de amor ocas ional e ntre una muj er joven, bella y sensual y un hombre maduro y atractivo arranca en la luj osa rotonda de l hote l P alace de Madrid y se prolonga durante toda un a noc he. Raúl G ue rra Garr ido da fo rma a un ro mance pas io nal , a un 1igue de urgencia, alternando el punto de vista femeni no y mé.lsc ul ino. Las dos perspect ivas , la de ell a y la de é l, se van suced ie ndo en un diálogo interior que apenas requi ere pal a bras para exp resa rse, y en e l que los gestos buscan el roce final de los cuerpos , e l hom enaj e íntimo al pl acer del tacto que c uanto más se de mora más se desea. Sutil y al mi s mo tiempo directa y profundam ente sin cera, esta novela corta rep leta de sorpresas indaga so bre el eterno lance de la seducció n, un apas in ante paseo por e l amor que a veces bordea la muerte.


NARR ATIVA

Reediciones de obras de Raúl Guerra Garrido

'Con tortura' Tábula Rasa Ediciones, 2013

A modo de prólogo ¿Dónde están? ¿Cuántos son? Lo difícil fue dar con las dos preguntas, a partir de ahí Con tortura salió seguido en puede que una hora y nunca pude imaginar que esa hora se reiterara tanto en mi recuerdo. El relato no es un ajuste de cuentas, sino una larga pasión sostenida por el hilo de la sangre y aquí, por fin, colmada al reunirse por primera vez las cuatro variantes esenciales después de pasear aisladas por tantas ediciones, ediciones pirata, representaciones, traducciones, pérdidas recuperadas o no y tantas charlas académicas de café. Puede que el relato y sus obsesivas preguntas sean el pálpito literario de toda mi obra, tanto como para haberlo introd ucido íntegro e intertextualizado en más de una de mis novelas en donde la situación se hace límite y la emoc ión insoportable. Pude que también me haya servido a mí mismo para soportar alguna extrema circunstancia. Con tortura ganó el premio Ciudad de San Sebastián en 1968 y no pasó inadvertido si tenemos en cuenta que agentes de pai sano boicotearon el acto de entrega y a la salida del mismo mi primer coche , Renault 4L, tenía las lunas trizadas y el rapó rotulado con un expresivo "Hijo de puta". Esto, má s otros también soportables inconvenientes, me confirmó lo acertado de la cita anónima: "La

vida de un escritor es un continuo estado de guerra" . En mi caso, una obviedad . La ampliación del texto en El sucio vue lo de la torturo fue un necesario recurso para adaptarlo a una retran smisión radiofónica. En Tortura y muerte de José Saranwgo , escritor comprometido, las ligeras variantes son c itas de Saramago intercaladas como homenaje al premio Nobel y en respuesta a su invitación para participar en el evento. Y en De cuyos nombres no quiero acordarme lo intercalado son ganas, tantos años después, de narrar distanciadamente lo ocurrido en el origen. No habrá más versiones. Puede que el elenco de todas las aparicio nes de estos relatos, siempre el mismo, antología de la misma pasión. como informal retahíla bibliográfica y por orden de aparición en la escena del tiempo, sea lo más clarificaclor de lo que quieren y quise decir y sería ocioso reiterarlo en un prólogo.

RAÚL GUERRA GARRIDO (Madrid, 1935) es autor de una amplia y variada obra literaria , tanto por su temática como por su estilo. A lo largo de su carrera ha obtenido numerosos galardones, entre los que destacan el premio Nacional de las Letras Españolas, en 2006; el Nadal en 1976 por Lectura insólita del capital; el Villa de Madrid. el de las Letras de Castilla y León, el de la Crítica de esta comunidad en 2005 por La Gran Vía es New York: y el Fernando Quiñones de Novela 2010 por Quien suena novela. Entre su extensa obra sobresalen títulos como Cacereño (1970), Copenhague no existe (1970), El año de Wolfram (1984), La mar es mala mujer (1987) , La carta (1990), Tantos inocentes (1996), El otoño siempre hiere (2000), La estrategia del .outsider (2010) y el libro de viajes Castilla en canal (1999).


NARR ATIVA

Cardiopatías JUAN MIGUEL CONTRERAS

Arritmias Otra vez un lugar de la Mancha. Pero nos encontramos en la seg unda mitad del siglo XX . Y entre jóven es y adol esce ntes . En el tiempo de la memoria de quien ya sabe qu e el camino de la vida , que surgió de la nada, desemboca e n la mu erte , que es la nada a la que se regresa. En el exilio interior, donde la soledad, el tedio y la nula vida cultural abren gri eta s al desánimo y la apatía que se combaten mediante el alcohol , las escasa s palabras que luego no se rec uerdan, y los juegos, e n los que el sexo ocupa un lugar privil eg iado. Con ex iliados que nunca se sienten exiliados dado qu e conforman la población sumi sa , embrutecida , propia de una España que no termina de soltar las cadenas del oscuranti smo , del peso embrutecedor que sobre ella impone la religión , de la ignorancia y la falta de utopías liberadoras . Ellos, en sus gestos, actitudes y pensamientos configuran la minoría ajena , repudiada. Uno es el narrador , qu e pas ea su mirada sobre los tipos humanos que aco mp añaro n su c recer a la vida , s u desarrai go del medio en el que la literatura va a jugar su papel determinante. ¿Realmente existió un tipo tan original como el que cobra vida en el arranque de la narración , la arritmia con la qu e e l corazón se pone en marcha para conocer el alcance de s u dolencia , y no di gamos si es física , humana o ex istencial , que puede abarcarlas a todas? No intentaremos averi g uarlo : porque , sea in ventado o reinventado, es , fundam entalmente, literatura, y esto , en tiempos de enfermedad tal vez sin operac ión pos ible de la propia literatura , es lo que no s importa y seduce . La ti erra de Alm ería , un desierto propio, más que para ambiente de películas, para que e n él se pierdan alma s vagabundas, expatriadas de sí mismas y de países y gentes co n las qu e prefi eren no convivir, es el seg undo caminolas venas son los caminos de l corazón y la~ rutas de la memo ria los re latos confortantes de la literatura- por el que se interna la arritmi a qu e antecede a la hipertrof ia. Un re lato be llo , amargo y tri ste como la ex istencia de qui enes ti enen neces id ad de amar y no son c apaces de entregarse a s us sueños : leyes de la herenci a , conve nc ionali s mos soc iales, la impote ncia o la e nfe rm edad de qui e nes sabe n q ue res ul ta imposibl e aband o nar la so ledad. Po rqu e nacl a ex iste peo r qu e un ve nc ido q ue acepta e l i ay de los

vencidos ! De la propia existencia. De ahí el prog reso . cura posible, de las arritmias.

~ i ll

Hipertrofia La presencia de la muerte no es, en ocasiones , má s que la continuidad de determinadas vidas. El cojo Lucas es un personaje que en su simplicidad lo expresa con profun da filosofía. ¿En qué se diferencian o en qu é co nsisten la razón y la locura? ¿No es la vida acaso un ab surdo corredor de la muerte? Y en el abismo del morir, saber que uno desaparece sin conocer si existe o no existe Dios y que , de existir, no se le podrá maldecir lo suficiente por todos los males que viene causando a la humanidad . La verosimilitud de los personajes tien e qu e ve r mucho con el ritmo de la narración , con la exactitud y e l rigor del lenguaje, y aquí el escritor se Illu eve sabiéllll e nte como hábil discípulo y continuador de los narrado res qu e hicieron de los relatos el otro género -con la poes ía- certero y difícil de la literatura .

Calcificación La exi stencia, a través de la literatura . O cómo se vence la enfermedad del cuerpo -cas ual y provocada po r virus tan pes ados como inoportuno s- o Las c loacas de l o rganismo enre vesado y -perfec to para uno s , in ex pli cabl e para qui enes no ace ptan el ab surdo del dolor- de la c ivili zación abi e rtas e inte rve nidas por c irujanos de l pe nsami e nto y la palabra para ex poner las mi se rias del se r humano . Es la lect ura del Ill al qu e as ue la e l espíritu , e s dec ir, e l ca usado po r los represo res a los di fe re ntes , e l es -


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Cardiopatías

tI'echami ento de las fro nteras entre los crimi nales y los sensib les, abordados ahora en la estela de un libro maravilloso, El maestro y Margarita, y un escritor perseg uido, Bulgakov, por e l estal inismo nocivo, una de las grandes catástrofes de la c iv ilizac ión en el s iglo XX, coetánea de la mayor que nunca haya existido , la impulsada desde Alemania por el poder nazi . Sería, al hilo de esta reflexión, bueno reflexionar sobre la desmitificación del concepto pueblo, o de las masas, bajo sistemas políticos aparentemente antagónicos y que condujeron a crímenes, genoci dios y esclavitud para desembocar en regímenes burocráticos, explotadores y corruptos como los que hoy ostentan el poder en esas naciones. El corazón, de derrota en derrota, hasta la derrota final. Mordaza de brumas es al tiempo un homenaje al Ensayo sobre la ceguera de Saramago. y así entramos en la fase de la

más cruel y sang uina rio inve ntado por los hombres . que rige a q uienes se denominan católicos. " Mi vida no vale nada , [ ... ] tiendo a pensar que fue el m undo el que se fue a la mierda". Como pensaron algunos sobrevivientes de Auschwitz . No es el corazón enfermo. son la Humanidad y la civilización quienes en el siglo XX iniciaron el camino hacia la muerte, y este libro de relatos homenajea a un puI'íado de seres humanos para convertirse en la mú sica que nos dice que todavía existe la vida. En los mundos por los que navega el autor, en la absoluta soledad, silencio del espacio -recordemos su gran novela La muñeca ntS(/- otros hablaron del silencio de Dios , es donde encontramos la angustia y desazón que crea el pensamiento. Ella fue la que me hizo descubrir ele nuevo mis sueños. la que me hizo volver a verme a mi mismo dentro de mis suefíos. Eso fue lo que me mantuvo vivo e n esa maldita sierra, donde una manada de desheredados y enterrados en vida escarbábamos la montaña, o lvid ados del mundo .

Insuficiencia. Imposible Penélope Cuelgamuros. Nuestro pequeño campo de exterminio. Venc idos . Fantasmas. Sobrevivientes. Trabajar, dormir, morir. Despedazados como las piedras que hendían con sus picos, ente las que habitaban en peores condiciones que los animales de las regiones más inhóspitas. El franquismo . La memoria. Otro ayer que no ex istió . Otra vuelta de tuerca a la existencia del mal , para que así pueda perpetuarse bajo nuevas formas, en las mismas u otras latitudes. Y a la mayor gloria de la Iglesia que conforma el Dios

Cuelgamuros. El-vagabulldo de las estrellas. de Jack London. Palabras. Literatura de un auténtico creador. narra dor. Lógico que entre, como les pasó a muchos escritores bajo el régimen censorial soviético, en la semicJandestinidad. Entonces era por el nefasto autoritarismo estaliniano. Ahora es el nocivo y salvaje, explotador neocapitalismo y un mercado que impone la censura económica co mo arma tan nefasta como la política. Afort unadamente, aquellos que todavía son capaces de leer y pensar acabarán encontrando obras como la de Juan M iguel Contreras. ANDRÉS SOREL


NARRATIVA

Retrato con fondo rojo JESÚS FELIPE MARTÍNEZ

Caballo de Troya

Decía Gregorio Marañón que los españoles contaban su vida RI primero que tuvieran delante, pero les daba rubor escrib irl a. ExacLamente al revés que los ingleses. Todo eso ha cambiado . Las memorias de españoles de la más variada especie han saturado las librerías, y la fecha que produce la ruptura con la tradición es la Guerra Civil y el exilio. Hay tal ca ntidad de autobiografías de personajes de lo más variopinto desde 1939, que a veces uno sugerida que mejor las dedicaran a sus nietos, o bizn ietos , y así nos evitábamos los insufribles retratos de manifiestos impostores. Podría poner nombres pero hay tantos que llenarían el artículo. Es significativo que las mejores memorias que conozco de un militar duranLe la Guerra Civil las escJibiera un fís ico madrileño, un tipo discreto que llegó a general. Manuel Tagüeña, muerto en el exi lio mexicano (197]) con la misma discreción con que vivió. Luego la posguerra y la lucha antifranq uista. Evitemos los recuerdos falsar ios de todos los grandes del franq ui smo Serrano Súñer, Fraga, Rodó, Utrera . .. -, que , tras contratar a un amanuense o dictar a su secretari a , fabricaron textos de autoj ustificación. No les fueron a la zaga algunas grandes personalidades de la oposición: Gil Robles, Tierno Galván y, sobre todo, el gran Carrillo, autor tan prolífico que de no llegar a morirse, ya hubiera puesto en circulación su q uin ta o sexta autob iografía: perdí la cuenta. Por eso les voy a hablar de Jesús Felipe MartÍnez. conoc ido más en su casa que en cualquier parte; admirado por sus ami gos, pocos; expel10 en literaturas tan poco seductoras hoy, y es pena, como la novela de los siglos llamados de oro y que ~ran de estrulo. Harto de desasnar con escaso éxito a sus alumnos de sec undaria, que se descojonaban de él. de la enseñanza. de la literatura y hasta de sus padres , decidió prejubilarse y dedicarse a actividades más beneficiosas para la sociedad y para su sa lud mental. Pues bien , este caballero nacido en Segovia en 1948 ha escrito uno de los libros más sentidos -y mejor escritos- que he leído en mucho tiempo. Y además trata de algo nada frecuente, insólito hasta decir basta: la autobiografía de un estud iante de la Universidad de Madrid, sección Letras, que por esos azares del destino y de la voluntad, después de ser detenido y apal eado, cárcel incluida, decide ingresar en el Partido ComunisLa. Era el año 1969 . Es decir. cuandc a nadi e se le hubi era ocurrido in gresar en el PSOE, en el PSP, ni tener el

morro ele conVOC~lr a la dictadura del proletariad o a la sa li da de misa de doce. El nacionalismo políti co . fuera dc Euskadi . no existía. Es un cofre este libro . De esos que deben abrirse para ellseñar a los amigos como mu estra de la ironía y el humo r, que son como piedras preciosas . con la precauci ón de ponerlas lejos del alcance de los "antiguos combatientes" . Conozco él Jesús Felipe Martínez de antiguo -nos vemos cada tres o cuatro años- y nunca he conocido a nadie tan exento de ambición. Es un espécimen dig no de estudio , porCJLLe en una España donde el trepa, el logrero. ya sea catedrático o albañil. vive en la obsesión de ser Í'~lJ110S0, de conseguir que le valoren en todo lo que lleva denLro, un genio de la lingüística o un constructor de ciudades sin habitantes , Jesús Felipe admite perfectamente lo jodido que es as umi r que uno no quiere más que escribir buen castellano y luchar por la verdad . E l sueño de Max Aub. una ele las cimas de la literatura castellana de la segunda mit ad del siglo XX. que murió conscienLe de que tal ambición era una quimera. Un relato directo de la in fancia, breve, como corresponde a quien no pretende emular a Proust. (Esa obsesión de nuestros memorialistas de contar por lo menudo la hi storia de su familia. anodina y mediocre, como si se tratara de los Romanov de Reus, Badalona o Laviana). Y luego esos largos años de l cólera en los que Retrato con fondo rojo logra páginas de una brillantez que echan al calTO de la basura toda la farfolla ele los "rebeldes independientes" , hoy académicos, que apuntaban maneras . La descripción de la mili en el campamento de ViáLor (Almería) , donde nuestro autor se convierte en RIgo tan enraizaclo en la pasión y la ignorancia como es ser escriLor de cartas de amor a las novias de los analfabetos, alcanza la categoría de imborrable. No por conocido, menos valioso. porque está


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Jesús Felipe Martínez

escrito con humor y distanc ia, sin superiori dad alguna, con esa sencillez que convirtió nuestra vieja literatura e n algo tan raro como la sabiduría compartida; la comprensión unida a la rebeldía contra esa canalla que logró ganar una g uerra a costa de destrozar tantas vidas . Tal como éramos. No hay grandeza ni heroísmo, y cualquier chiquilicuatre la hubiera metido a ChOITOS en esos relatos cm·celarios. Todo está narrado por un hombre que sabe que va a perder, pero que , ya puesto a ello, considera una indignidad ren unciar. Un "militante de base" y en clandestinidad resulta una aventura por sí sola; no exige excesos de escenografía. La literatura, aunque cuente historias estremecedoras, es siempre un juego, ya se trate de Kafka o de Canetti. de la cárcel o del crimen. Hay en este libro momentos estelares que remedan la comedia, la vieja eOlnmedia dell'arte o del entremés. Lo del torero gañán y la cándida británica , en pleno 1969, aquel año atroz, q ue empezó con un asesinato -Enrique Ruano Casanova, estudiante, lanzado desde un séptimo piso por la Poli cía- y terminó en salvas ~ue ánunciaban la transición aún sin fuelle, ese relato pertenece a ese género tan difícil de definir y que está entre la risa y el llanto. ¿ Q,ué decir de aquella militancia proselitista que tanto copiaba de los curs illos de cristiandad? Para los amantes de la pequeña nota biográfica de los famosos , lo de Joaquín Sabina tiene su gracia, el descubrimiento de Tirant lo Blane también. Hay tantas. historias que me evocan a Stendhal en algunos de

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sus textos. considerados menores , en los que senc ill amente de jaba coner la pluma, la memoria y la sensibilidad. Si echara a fa ltar algo es culpa mía. Es verdad que está la miseria de las pensiones para estudiantes o provinc ianos e n busca de trabajo, y luego el salto a los pisos de alquiler entre va rios, cosa imposible de co nsegu ir en los primeros años sesenta porque nadie osaba alquil ar a cha va les s in posibko.. Falta, lo lamento yo pero no lo har{m los lectores , aquel mundo de las cajas que mandaban las madres desde los pueblos él las capitales de España . N unca olvidaré las de Recarte. posterior decano en la Universidad ele Madrid, cuya madre nos quitaba hambre de semanas con sus chorizos y sus pimientos navarros que aLm olían a la leña en que fueron asados. Y también el otro lado, lo coti.diano. Las latas de call os La Piara y las de fabada Campana!.. Mi generación, allllenos algunos, las comimos por centenares. Hagan un sencillo cálculo, 30 o 40 por curso. ¡Pero estábamos hablando de Stendhal y yo meto insensatam en te a Camilo José Cela! Lo siento . Retrato con fondo rojo lo publicó un a editorial -Caballo de Troya- que no creo yo que s uscite una oleada de entusiasmo promocional , ni e ntrevistas a su autor. ni siqui era reseñas. Merece la pena , se lo aseguro. Nosotros 11 0 tu vim os magdalenas de Proust, ni siquiera llegamos a conocer los <.10nuts ; todo lo más los sobaos pasiegos. Crecimos as il vestrados con bocadillos de calamares, ChUITOS y porras de dos tipos: de pasta y de canalla policial , especialidades madrileñas. Y li bros . Pero los libros no se comen.*

* Artículo de Gregario Morán en La Vanguardia . Sabalina inlell1 pestiva del 28 de septiembre de 2013


NARR ATIVA

Las señoras de Paraná Flora, fauna y mundo femenino del Brasil MANUEL VILLAR RASO

Editorial Autores Premiados

Las s eíiOl~as de Paraná (editorial Autores Premiados) , de Manuel Villar Raso, es un a saga que relata la vida de la fami li a Oliveira a lo largo de varias generaciones de mujeres durante los dos últim os siglos del Brasil. Narrada desde la perspectiva de dos de sus protagonistas, Eliana y Rossana, los aco ntecimien tos retratados por e ll as tratan sobre el amor, la fami lia, la emigración , las clases sociales, la muerte y la maravill osa fauna y flora del Brasil, que todas ellas cultivan y co mparten. La hi storia se in ic ia con la llegada a la ciudad portuaria de Paranaguá de don Pedro de Oliveira, a principios del siglo XIX, e n busca de fo rtuna . Patriarca de cuatro generaciones de mujeres, ellas convertirán la novela en un a saga feme nin a de madres e hij as, pasiones indómitas, traiciones maritales y ajustes de c ue nt as que se legarán unas a o tras e n un a sucesión de amores, infortunios y desgracias , en las que tendrán cabida delirantes situaciones y una fascinación sin límites por la flora del país y el alma femenina. Don Pedro de Oli veira se enamora de su esclava Sebastiana y, tras este escandaloso incidente , la mujer de don Pedro , doña Ana dos Prazeres, le h_4rá cortar los dientes a la esclava en venganza por su adulterio, y ello establecerá el tono de la novela. Dueño de los mejores almacenes de secos e mallados de Paranaguá , la desgracia se ceba en don Pedro ye n su hijo Serafim, padre de loao y Gabriela, que de niña se verá abocada a la mendicidad y a la prostitución. Primera señora de Paraná , Gabriela, casa con don Ignacio Coimbra, dueño de una a ~taiataria · en la ciudad, que se laj uega y pierde con los militares. Con él , Gabriela tendrá catorce hijos y diez abortos. A lo largo de su vida, que abarca un periodo de cas i un siglo, la vida de Gabriela pasa de la miseria social en Paranag uá, donde pensaba qu e no tendría nada más que hacer e n este mundo , a la clase media de Curitiva, donde su hermano loao le compra la hermosa casona de la Rua Paulo Gomes, donde viven. A la mu erte de don Ignacio Coimbra la fam ilia se di spersa por las regiones más alejadas del Brasil, con Río de laneiro y Manaos como centro, y ella se casa con el procurador Don Vicente Gradoski, con lo que asc iende a la aristocracia de la ciudad, pero lo abandona al poco tiempo, siempre fasc i-

nada por su papá Serafim , a quien ell a alimenta desde niña. y enamorada de su herman o loao, que será qui en , ignorándolo Gabriela, le compre la casa de la Rua Paula Gomes. Eliana , segunda señora de Paraná y en gran parte du eña de la novela, es una mujer con esclerosis en la cadera y un a gran pasión por la botánica y por todo tipo de dulces que ell a vende en su cafetería de Curitiba, frente a la universidad , gracias a los consejos y ayuda del profesor Ralph Friedman , [¡lmoso biólogo universitario. Casada con Césare San Geminiano, natural de Pisa, Italia, Césare es un odontólogo sin estudios que se dedica, más que a los dientes , a enam orar jovencitas por los all·ededores de la finca de San Geminiano. que Eliana ha comprado y donde cultiva sus plantas y flore s. Eliana lo expulsa de la casa, y se marcha a vivir con Ralph Friedman a Ilha do Mel, donde el biólogo ha comprado un a casa y donde ella encuentra a su tío 10ao , hermano de Gabriela, de rocambolesca historia , convertido en un monje franciscano de la ermita Nossa Senhora dos Prazeres. El final de Césare es ig ual de rocambol esco. Fasci nado por las cataratas de Iguazú y por la sequía qu e arrasa la finca de E1iana , morirá ahogado en un pozo qu e él está abriendo en San Geminiano , al irrumpir las aguas co n parecido empuje a las de Iguazú . La tercera señora de Paraná es una jovencita de de licada belleza , " una muñeca de tirabuzones largos y rostro de porcelana, las manos blancas y bien cuidadas , las uñ as tan perfectas que parecía que nunca tuviera que cortárselas": pero tiene que casarse, obligada por su madre con el fin de qui tarse una boca que alimentar, y 10 hace con el portero del hotel Curitiba, Vincen zo Agnelli. Enamorada , sin embargo. del odontólogo Herbert WiegeJ , con él tendrá tre s hij as. siendo una de ellas Rossana , narradora de la novel a. Pero es


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Manuel VilIar Raso

obligada a entrar, debido a una relación con su marido, que ella odia, en la clínica Mens Sana de Curitiba, donde acaba perdiendo la razón. Marcela, incluso casada, esperaba pacientemente que Herbert Wiegel, su enamorado, la sacara de la clínica y la llevara a Helianópolis, donde él vivía. Será Rossana, a la muerte de Eliana, quien saque a su madre de la clínica y la lleve con ella a Ihla do Mel, donde pacientemente recuperará la razón. Rossana Agnelli , cuarta señora de Paraná, nos cuenta la vida de su antepasadas, de Gabriela, Eliana y Marcela, sus escarceos, amores e infortunios, traiciones maritales , acc identes y ajustes de cuentas con el pasado, perfidias, incestos y una fascinación por la naturaleza y el alma femenina que es "el amor sin límites", común a todas ellas, seg ún Gabriela. Al igual que sus antepasadas, la narradora sufre numerosos descalabros sentimentales; el primero, co n Glauber dos Santos, que ella encuentra recogiendo las mariposas monarcas por el paraíso de flores que es la Ihla do Mel, con las que monta un vivero. Mujer inteligente y libre , los proyectos de Glauber dos Santos no la fascinan y marcha a Curitiva, donde trabaja por un tiempo en la revista Natura Brasileira, abandona al director Arturo Moller, que la persigue, y se une al holandés Rip Van Rijsted, ambicioso micólogo que recorre el parque urbano de Iguazú , pero que desprecia su interés por las aves y las plantas, la viola brutalmente y la deja embarazada. Tras su aborto, Rossana hace su doctorado en París co n el famoso profesor Patrick Blanc , especialista en jardines verticales, quien la pone en contacto con otro biólogo francés, Eduardo Baulieu, de quien ella se enamora y con quien tiene la familia que busca -el periodo más corto de

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su vida, pero el sueño de todas las señoras de Paraná para la prolongación de su especie-o Con él recorre y planta jardines verticales por los países más interesantes del mundo , desde los países árabes a Panamá y los Estados Unidos, el sueño del profesor Baulieu y de Rossana , que ella ya había descubierto en Curitiba y en la bellísima Ihla do Me!. Aparte de estudiar la flora, fauna y la idi osi nc rasia del país , 10 más interesante de Las señoras de Paralló son las mujeres de la familia de Rossana: Gabriela en especial, "decidida ella sola a fundar un país" ; Eliana, "s iempre junto a ella, por encima de las circunstancias y de los mayores obstáculos , cronista del periódico local Le Jornal de Noticias de Curitiba"; y Marcela , " un estudio psicológico de supervivencia", que asombra a Ro ssana, y a ella misma. Todas sus antepasadas tienen un a caracter íst ica común, genéticamente heredada de sus antepasados don Pedro de Oliveira y Serafim Oliveira, que determin ará su vitalidad y amor a la vida , su empuje en superar todo tipo de dificultades y objetivos y amores mezquinos . Una obra , en suma, de naturale za é pica , qu e exh ibe un virtuoso manejo del suspense narrat ivo. colmada de sabiduría , sutileza, y fértil en estímulos sensoriales y hechos reales . Con esta obra , Villar Raso culmina un a vida dedicada a la escritura, logrando a partir de personajes y hechos reales una proyección histórica inolvidable sobre la realidad socioeconómica de Brasil en sus dos últi mns siglos, desde la abolición de la esclavitud en ti empos del portugués don Pedro de Oliveira , propietario de esc lavo s, en el siglo XIX, has ta el Brasil e merge nte de nu es tro s días.

MANU EL VILLAR RASO nace en Ólvega (Soria) en 1936 . Reside en Granada desde 1977 , donde ha eje rc ido como profesor de literatura norteamericana en su universidad . Es uno de los más interesantes nov eli stas con que cuenta la literatura española contemporánea. Con su primer libro, Mar ligeramente sur (Ediciones Destino) , fue finalista del premio Nadal en 1975. Desde entonces ha publicado más de veinte novelas, entre las qu e cabe destacar Las Españas perdidas (editorial Comares) , Donde ríen las arenas (Algaida), El color de los sueños (Planeta) o La mujer en Burkina, XXII Premio Casino de Mieres . Villar Raso ha traducido a Walt Whitman (Alianza Editorial) y Emily Dickinson (Hiperión), ha diri gido numerosas expediciones de la universidad de Granada a África y colaborado como guionista en varios documentales para televisión sobre Mauritania, Malí, Burkina Faso y Níger. También ha impartido numerosas co nfe ren cias en E spaña , Holanda , Grecia, Inglaterra y e n los Estados Unidos. Es miembro di stin guid o de la Acade mia de Buenas Letras de Granada y colaborador habitual del periódico El Ideal .


NARRATIVA

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Mercedes N euschiifer-Carlón Opiniones sobre sus obrás l. Fragmentos sobre 'La acera rota'

La acera

rota MemoriA de un comienzo

Miguel Delibes (esclitor y académico): Un libro muy atractivo con un texto plástico, lleno de observaciones e incidencias interesantes en cualquier circunstancia y que 10 son más aún por estar vinculadas a la Guerra Civil, episodio de nuestro pasado que continúa condicionando nuestro presen t ,... T T,., librn ,,1 " llp, auguro y deseo el éxito . Karl August Ott (catedrático. Universidad de Kiel):

1=4 C. Pérez .lVlontta U ~ catedrática de sec undaria, 0viedo):

He leído La acera , ."'- y, ciertamente, de línea en línea con creciente admiración. La autora ha conseguido en este libro un verdadero milagro: contar desde la perspectiva de una niña sin caer jamás en 10 trivial. Ello es algo asombroso. Flaubert escribe: "La betise consiste a vouloir conclure" y yo he de confesar que, aun después de tantas sorpresas como este admirable libro me ha ofrecido en sus doscientas páginas, no esperaba un tan conseguido final, que, dejando todo abierto, subraya la prcfundidad del tema y corona la entera narración. Un libro en verdad maravilloso. Gonzalo Sobejano (catedrático, Universidad de Nueva York): He leído La acera rota de un solo tirón . L vr la límpida sencillez y encanto con que evoca aquel duro tiempo me ha interesado profundamente. Una obra concentrada y trascendente . Emilio L1edó (académico, catedrático de Filosofía, UNED , Madrid): El libro es una delicia de ternura, de sensibilidad, de observaciones, que han hecho saltar a mi memoria de niño de la guerra mis juegos, mis esperanzas y ese clima gris, que lo envolvía todo y en el que, como consuelo, se enredaba el humo de nuestros sueños. Había que soñar para resistir. Todo ello contado en una escritura limpia, clarísima. El reflejo infantil se rompe, como la acera, cuando los ojos adultos chocan contra el cristal, que alcanza a otro paisaje, a otro espacio.

Lo que más me gusta de La acera rota es su s~!1cillez al mismo tiempo que su profundidad. Las obras maes~ras son así. Estamos hartos de técnicas, de mensajes: .. Este libro sin apariencias de trascendalismo ¡cuánto dice y qué bien 10 sabe contar! Su ironía es sana y finísima . Sus descripciones, las necesarias y exactas. El hilo de la narración en su aprente sencillez dice todo einsinúa suficientemente claro el desarrollo psicológico de la protagonista con su carga de alegría y dolor. Yo la he leído de un tirón. No he tenido la fuerza de aplazar su lectura: tan amena e interesante m<=: ha resultado. Rosemarie Bollinger (periodista y crítica literaria , Hambur,go):

La acera rota es un libro muy v_ •• J, importante , uno de esos libros que son necesarios. Lo he leído con sumo interés, conmovida, impresionada por muchos aspectos. Admiro su absoluta sinceridad con la memoria, que quizá culmina -para mí- en el episodio en el que el padre regresa de la prisión. Carmen Bobes (catedrática, Universidad de Oviedo): La lectura de La acera rota me ha hecho recuperar escenas y ambientes de mi infancia. Pero, aparte de la emotividad que esto produce y la pasión que nuestra Guerra Civil todavía suscita, el libro contiene aún mucho más y ha sabido mantener el modo narrativo a lo largo de todo el discurso y las anécdotas se integran en él con toda soltura. Hay un hilo. que es la protagonista, que mantiene la unidad de los episodios no solo como técnica sino semánticamente por el


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Mercedes Neuschafer-Carlon

Dr. Gehard Schewe (Academia de la Lengua, Berlín):

Johannes Hosle (italianista e hispanista, catedrático en la Universidad de Regensburg y autor recientemente de una obra de nmrativa sobre su infancia que está teniendo gran éxito en Alemania):

El gran logro de La acera rota consiste sobre todo en la extraordinaria forma de conseguir que el lector se coloque en la psicología de la protagonsita, haciéndole sentir de manera tan creíble cómo la niña va experimentando poco a poco su mundo natural y social y cómo ello influye en su sensibilidad y forma de valorar. El libro está muy lejos de una pintura blanco-negro y también de toelo juicio, que divida en bueno-malo, según'la posición política del autor. Evita, por el contrario, colocar en primer término cualquier clase de determinación moral. Toelo ello me parece un novum y también lo es la incorporación de elementos religiosos tomados aquÍ como patte totalmente natural de la vida.

Nunca he leído una retrospectiva tan completa en tantos aspectos de aquellos desgraciados años de la Guerra Civil española como en La acera rota, en la que se ha conseguido mantener sin excepcióJ?¡ la perspectiva infantil. Así, conserva el libro con toda la riqueza de connotaciones sociales, políticas y psicológicas que transmite , su unidad y queda pelfectamente redondo. Especialmente me ha impresionado la descripción de la pllmera comunión , que muestra de nuevo lo que la un a, santa, católica apostólica Iglesia tanto en España como en la Suebia Alta de mi propia infancia ha traído: los mismos miedos , las mismas esperanzas, ilusiones, desilusiones ... E l libro lo he leído de un solo tirón.

11. Sobre 'La primavera no reía'

Die tiefen Auswirkungen der Heuchelei der Zeit und das fehlende demokratische Versülndnis werden in der Darstellung dieser "kleinen" Erlebnisse umso deutlicher und fi.ir jedermann verstandlich. [ ... ] Der Roman ist auch, nicht ZlIletzt durch seinen klat'en Stilund seine lineare Erzüh Istruktur, als Schullektüre zu e mpfehl en , um das The ma der Franco-Zeit und seiner Auswirkungen auf das Leben . der Menschen versUindlich zu machen.

sentido único que tienen. El libro me ha gustado e interesado mucho.

Gonzalo Sobejano (catedrático, Columbia University, New York): He le.ído La primavera no reía con el gusto de reconocer en su prosa -sensitiva y transpat'ente- el mismo sello de verdad de La acera rota . Fui subrayat1do a lápiz datos históricos, canciones, películas , momentos de un tiempo que yo he vivido. Me han impresionado especialmente las páginas sobre la niña del Coto. Aunque independiente es, en cierto modo, continuación de La acera rota. Su protagonista es la misma: Elena. Y a través de sus ojos -niña al comienzo, joven más tarde- se va conociendo la época de la posguerra española, en Gijón, ciudad industrial en la costa nOlte de España. Ursula Vences (Hispanorama, mayo 2006): Wie haben Kinder und Heranwachsende die Zeit unmittelbar nach dem Spanischen Bürgerkrieg erlebt? Auf diese Frage gibt das Buch von Mercedes Neuschmer-Cmlón in leisen Tonen und auf unspektakulare Art und Weise Antwo rt. Es geht der Autorin nicht um auBergewahnliche Schicksale , sondem geradewegs um den Alltag, die ganz schlichten und einfachen Erlebnisse junger Menschen unter den besonderen Bedingungen ihrer Zeit. [ ... ] Auch die Politik spielt in das Dasein der Protagonistin hinein, und ohne in ihrem Alter rational damÍt umgehen zu konnen oder gar klare Vorstellungen entwickelt zu haben, bleibtjeweils intuitiv ein Gefühl für Recht und Gerechtigkeit zurLick. [ ... ]

~

José Rodríguez Richart Mercedes Neuschafer-Carlón es autora tambi én ele una extraordinaria novela de la Guerra Civil: La acera rota, en la que se nmran las terribles experienc ias ele los años del conflicto bélico en su ciudad natal (Oviedo) desde la óptica de una niña precoz y sensible de unos pocos años. En cierto modo, La primavera no reía (alusión a uno de los versos del Cara al sol) es un a continuación de dicha novela y refleja las contradictorias vivencias de una niña desde el final de esa conflagnlción civil en 1939 hasta los últimos años de la década del cuarenta. Creo que en la novela puedcn distinguirse dos perspectivas o lecturas . Por una parte, cncontramos en ell a los recuerdos autobiográficos de la autora , entonces una niña despierta, con fantasía, imaginación, con cierta independencia de criterio que se va afirmando paul atinamen te al paso del tiempo. Su vida familiar, no siempre fácil, con sus padres y hermanos, con la tía Lina , su educación y sus estudios en un colegio de monjas, en una aca.:lem ia y en un instituto oficial, sus idílicas vacaciones en un a granja ca mpes ina y


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en un pueblo leonés, sus amistades, juegos , bromas y diversiones inocentes, sus sueños, sus primeros contactos con la literatura , con el teatro y con la música, su primer enamoramiento platónico de uno de sus jóvenes profesores , don Alberto, y de un tímido y retraído muchacho, sus primeras desilusiones ... Pero en la novela hay otra dimensión importante, de índole muy distinta, dramática, trágica, que aparece ya en los primeros capítulos ("Las almenas del castillo", "Miedo") como una amenazadora sombra en segundo plano y que impregna casi todas sus páginas hasta el final: las secuelas de la recién terminada Guerra Civil, todavía muy presentes con toda su crudeza en la vida diaria de aquellos años aciagos. La vida cotidiana de esos años ominosos, con su clima de terror, con los fusilamientos de rojos en las madrugadas de la cárcel en que se había t:ransformado el castillo, con las sangrientas venganzas del falangi sta Francisco Mallén, apodado Paco Cigales, cuya ocupación frecuente y favorita era sacar a muchas personas de casa para darles "el paseo", recuerdos de barbaridades cometidas en la guerra, como la muerte vejatoria del coronel jefe de la guarnición de la ciudad por los milkianos, los maquis de las montañas asturianas, el hambre, el racionamiento, los desmayos sobre todo de mujeres por falta de alimentos, el Auxilio Social oficial y otros pmticulares para tantos menesterosos e indigentes, la muerte de niños a causa de la tuberculosis, la censura, la prohibición de escuchar Radio Londres o Radio París, los funcionm-ios suspendidos de empleo y sueldo , como el Domínguez de la novela, al que de vez en cuando auxilia el padre oo. La novela, de fácil y grata lectura, escrita en un lenguaje claro, sencillo , conversacional, lleno de expresividad, con bastantes dialectalismos o asturianismos léxicos y sintácticos tanto de los personajes (casi siempre en cursiva) como también , ocasionalmente, de la autora, que le dan al relato un innegable pintoresquismo y color local, nos recuerda en algunos aspectos pasajes de la primera de las tres partes de La fOlja de un rebelde, de Arturo Barea, en lo relativo a la educación y las implicaciones sociales en los colegios re ligiosos. Pedro Fernández Giménez (profesor de primm-ia,Alicante):

He leído La primavera no reía como un hermoso presente , saboreándolo poco a poco, y ha sido para mí un feliz hallazgo. Las referencias a la guerra están hechas de manera muy fina, sin acritud para que las nuevas generaciones puedan darse una idea de lo que ocurrió, pm-a que no vuelva a pasar. Todas las alusiones a la infancia , que imagino reflejan retazos de la vida de la propia autora, me han encantado y no digamos las canciones y coplillas que las acompañan.

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Como también lo referente al cine de la época. El libro constituye una crónica de un tiempo crudo y cruel, pero entre lo que denuncia hay también mucha poesía, mucha temura que mitiga el dolor y nos llena de esperanza. Afortu nadamente_ nuestro país ha cambiado mucho y aunque nos faltan muchos objetivos por alcanzar, hoy la soc iedad es más justa y no hay una educación pma ricos y otra pma pobres. En el libro apmecen unas líneas que me han emocionado especialmente, es cuando tía Lina enseña a leer a Pedro: "Y aprendió a leer, a escribir, a decir lo que pensaba y la expresión de su cma se transformó". El libro me ha encantado. Anabel Sáiz Ripoll (doctora en Filología y catedrálica de Literatura en secundmia, Salou): La primavera no reía requiere una lectura seria y profunda, porque lo que narra no es fácil, aunque esté contado por una niña de ojos puros . l oo .] La novela está narrada en tercera persona , aunque da la impresión de que es la propi a Elena, su protagonista, la que nos cuenta tocio. Elena ha vivido la dureza de la guerra. Sin embmgo, no es un l.ibro triste, en absoluto, es un libro limpio, de lectura diMana y esperanzada. Nos cuenta, es verdad, la represión de los cuarenta, pero también los anhelos de unas personas , de unas gentes que luchaban por salir adelante. Nos habla de una época en la que la magia del cine era importante, en la que las relaciones se establecían poco a poco, en la que las circunstancias eran distintas y, sin embargo, las ilusiones, los sueños y los amores eran, en el fondo, los que pueda sentir un joven de hoy. [oo.] Es una novela fácil de leer, pero no nos engañemos, porque tras su aparente faci lidad, hay un esfuerzo: el de buscar ajustarse a los pensamientos de una niña, primero, y de una joven después . [oo.] Todos podemos entender la vida que late tras La primavera no reía: Elena va al colegio y no acaba de entender las diferencias de clase y descubre con pena que no todos somos iguales, pero también encuentra grandes sentimientos como la am istad y_ sobre todo, el amor. Así acaba el libro , con una puerta abierta a la esperanza. No es un libro nostálgico , precisamente porque se cierra mirando al futuro y porque "para Elena la primavera empezaba a sonreír". Johannes Hosle (romanista, catedrático de Universidad, Ratisbona, Regensburg): La primavera no reía ha conseguido maravill osamente , desde sus primeras páginas, crem una atmósfera de miedo , miedo que puede quedar, en los que lo hemos experimentado, hasta el final de nuestras vicias. Y, partiendo de este transfondo , el irse , poco a poco , aclarando la situación, desde la tímida perspectiva de una niña, pri-


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mero, y de una adolescente, después, da al relato una especial brillantez.

I. de la Fuente: "La mirada serena": Novela de evocación siguiendo el hilo de la memoria [ ... ]. Bajo un fondo de anormalidad, la de la sombra de la Guerra Civil, con sus oscuros demonios de muerte y delación, una niña de clase media relata los avatares de su fa-

111. Sobre 'Fortuny, 53' Carmen Bobes (catedrática, Universidad de Oviedo): Me gustó mucho la primera parte: en pocas hojas se diseña una historia de amor matrimonial tan frecuente: la falta de identificación entre el marido "con profesión" y la mujer que desempeña el trabajo casero, tan pesado, tan nulo de tern ura y de ilusión. Se hace un diseño perfecto de años, resumidos en algunas contestaciones del marido. El mismo ritmo y eficacia se encuentra en la tercera parte, en donde se recupera el espíritu joven de aquellas señoritas de Fortuny. El grueso de la novela es un panel amplísimo e intenso de las enormes variantes de amores y amoríos, tal como se entendían por los años cincuenta del pasado siglo. Puede muy bien tomarse como un tratado de sociología de usos amorosos de la época. Me encantan también los cambios, tan de juventud, entre esa euforia de un amor que se inicia y las consideraciones de un posible fracaso; los recelos de las mujeres , los temores ante los jóvenes, "esa moral del ten con ten" que ya describió Clarín eficazmente. [ ...] Estaría hablando mucho tiempo de aspectos diversos de esa prosa, tan suelta, tan interesante ... Mi enhorabuena.

José Rodríguez Richart (profesor en la Universidad del Sarland y publicista): La novela nos ofrece una visión general del universo de las jóvenes españolas de esa época -no solo de las residentes en el colegio mayor-, los usos y costumbres relacionados con las mujeres de entonces, también la discreta exposición de algunos aspectos de la sexualidad femenina tan tabuizada entonces, tan ocultada. También habla la obra de la Universidad Central (que sale mal parada) , de las oposiciones, de la política, aunque marginalmente y en tono menor. [ ...] Escrita con una prosa transparente , precisa , muy lejos de esos libros "pretenciosos, retorcidos, intencionadamente confusos cronológica y temáticamente llenos de alusiones intertextuales", esta nueva creación de la prestigiosa escritora ovetense, que tiene en su haber una extensa y muy no-

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milia, abocada a vi vir un holgado exilio interior. En La primavera no reía, en la misma linea de La acera rota, nove la anterior, Elena sueña y juega al tiempo que es capaz de contar cómo su mundo anterior se esfuma. Su padre se libró de la cárcel, pero la familia tuvo que. cambiar de ciudad y aprender a vivir con los vencedores sin serlo. moviéndose en una inteligente cuerda floja que les lleva a pactar y a poner límites .

table producción narrativa , es también una obra finamente intimista, incide una y otra vez con delicadeza y sensibilidad , en la descripción de sentimientos, vivencias y actitudes de la psicología femenina . Una obra de grata Lectura y a la vez auténtico documental de la sociedad española de los años cincuenta del pasado siglo. Y está concebida como la tercera pa!te de la trilogía que empezó con La acera rota .

Raquel Vázquez (profesora de la Universidad de Vigo y autora de Mujeres y educación en la Espaiia contemporánea, la Institución Libre de EnseFíanza y fa Residencia de Seiioritas , Akal, 2012): Leí el libro con gran interés. Es una novela original en su planteamiento, precisamente porque "no vende" ori ginalidad y consigue transmitir muy bien el jóvenes [sic ] en una época realmente difícil para destaCa!' y promoci onarse, sus dudas, sus contradiciones, sus miedos ... Se trata de un documento de primera mano para reconstruir sentimientos, emociones y vidas reales. Cuando defendí mi tesis doctoral se me dijo que se echaba de menos "la vida íntima" de las residentes. Naturalmente , yo no tenía material para construir esa parte de la historia. Este libro lo ha dado.

Alberto Piquero (periódico El Comercio): La pintura literaria es pródiga en lugares reco noc ibles , ya sea la calle de Martínez Campos, las cuevas de Luis Candelas o boites de la época. [ ... ] Pero es la perspicacia psicológica, el trazo reali sta de las costumbres de aquel tiempo, 10 que da profundidad al cuadro. [ ... ] Nada de palabras mayores: "Un mundo oscuro y amenazador era el del sexo. Para las mujeres , para las mujeres sobre todo". Y, sin embargo, queda flotando en aquel ambiente un peso nostálgico. [ ...] Hay pasajes de un a temura y emoción que solo se alcanzan en la edad de la inocencia .l ...] También rasgos de humor. [ ... ] y ap untes críticos acerca ele aq uellos calendarios tristes en los que solo los hombres podían reír, porque la risa produce surcos a cada lado de la boca "y la mujeres no debían tener mrugas" .


NARR ATIVA

Bajo el signo de los dioses Las corrupciones en el siglo XVil adueñándose del poder FRANCISCO MORALES LOMAS

Alcalá G rupo Editori al , 20 13

El guarda le dio un empujón en el hombro y le espetó eres carne de cuchillo ... Así comienza Bajo el signo de los dioses, novela ambientada en los siglos XVI y XVII, con el protagonismo de Rodrigo Calderón , que, de no ser nadie , acabó convirtiéndose en uno de los hombres más poderosos de España desde 1600 hasta 1621 , fecha en que es degollado en la Plaza Mayor de Madrid . Un periodo apasionante de la historia de España que anuncia su futura decadencia, iniciada por entonces. Las corruptelas diversas se habían adueñado del poder, que emprendía una huida hacia delante. Sus protagonistas vivirán al filo del cuchillo y mostrarán a su vez los límites de sus propias podredumbres. La novela es una historia de encuentros y desencuentros , de pactos y traiciones, de servidumbres y putrefacciones, con un estilo ágil y certero en que el autor mezcla la realidad con la ficción y convierte a grandes escritores como Lope o Cervantes en personajes de carne y hueso. Y mezcla ficción y realidad en un mundo donde convive la emperatriz María con Quevedo, el duque de Lerma con Felipe III y Góngora con personajes como Leopoldo del Prado , que nunca existió. En definitiva, es una historia de emoción y pasiones que nos desvela nuestro inmediato presente y

explica las ~ondiciones de nuestra realidad. Bajo el signo de los dioses forma parte de la trilogía Imperio del sol junto fllas novelas Cautivo y Puerta Carmona. Francisco Morales Lomas ha publicado las nov~las Candiota (2003), La larga marcha (2004), El extraíio vuelo de Ana Recuerda (2007) ; ,yen narrativa breve, los libros de relatos El sudario de las estrellas (1999), Juegos de goma (2002) y Tesis de mi abuela y otras historias del Sur (2009) , además de un buen número de narraciones breves: Un intruso en el cielo , El laberinto de la esperanza, Habitación 309 ... que han aparecidp en diversas publicaciones. Es catedrático de Lengua Castellana y Literatura, doctor en Filología Hispánica, licenciado en Derecho, licenciado en Filosofía y Letras y profesor de la Universidad de Málaga. Su extensa producción , por encima de las cincuenta obras, se extiende también al teatro , la poesía y el ensayo . Ha recibido importantes galardonl:'"


NARRATIVA

B LAS VALENTtN MORENO

Golpes de cabestro BLAS VALENTÍN MORENO

Verbum, 2013

" Sé que en todo ideal hay una vocación moral, un deseo romántico de una batalla sin cuartel contra el mal. Eso también es grandeza. Pero si no se asienta sobre la verdad , es un castillo de arena, y como tal termina por derrumbarse. "- Hay muchas maneras de enfocar una historia, ¿ verdad? -intervino una alumna. " -Así es -dijo Amparo- , quizá porque el propio Cervantes, como ya dijo Jorge Luis Borges, sabía que la realidad estaba hecha de la misma materia que los sueños. El libro también puede ser una especie de sueño. y como tal , y como bien dices, es interpretable y depende en última instancia de nuestra visión de las cosas" . Gustavo Tresguerres, alférez de complemento del Ejército español, perseguía un ideal, igual que el Quijote, y se hizo miembro del ejército para combatir el mal; en cambio, encontró una realidad imperfecta y prosaica. La rutina del ejército, sus órdenes y contraórdenes, el absurdo de la disciplina castrense y todo tipo de vicisitudes y cuitas llevan al personaje a superar su idealismo y a replantearse su vida y vocación. "La medalla

exige una existencia predestinada con instrucciones de uso, existencia vegetal y maquinal , obedien te y co nformista a la dominaciólíl: solo hay vida 'viva', verdad de la vida, allá donde desfallece el Sino" . BLAS VALENTÍN MORENO (Teruel , 1974) es licenciado en Filología Hispánica por la Universitat de Valencia actualmente es profesor de lengua y literatura en el instituto Giola, de Llinars del Valles (Barcelona). Ha impartido clases en la UNED (Alzira-Valencia) de las materias de lengua española y comentatlo de textos. También trabajó como con·ector ortográfico en un periódico de Valencia y como oficial de complemento del Ejército de Tierra. En el año 2009 obtuvo plaza en las oposiciones a profesor de secundaria en Cataluña. Tiene una novela publicada, El zarzal (Sekotia, 2003), además de relatos y diversos attícul os.

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República de las Letras ~

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NARRATIVA

Un paquete para el mánager Relatos negros de boxeo ARTURO SEEBER BONORINO

Garaje Negro , 2011

El boxeo no es un deporte de se ñoritas. En países como la Argentina , donde la distancia entre la clase alta y la clase baja es infranqueable, el boxeo es una suerte de revancha de los que poco o nada tienen, una forma de civilizar el resentimien to y la vio lencia. Es también la vía de llegar, tarde y mal, a la fama, al dinero , a cierta ilusión de dignidad. Ha tenido el país pugilistas de renombre , ca mp eones mundiales, ídolos populares . Sin embargo, pocos se han salvado del fracaso vital y de la ruina. Todavía estoy viendo a Pascualito Pérez , borracho y harapiento, rondando el estadio Luna Park (una suerte de Madison Square Garden porteño) , tirando la manga a todo el mundo para seguir chupando. Pasc ualito fue nuestro primer campeón mundial, una mosca pegador que ganó la mayoría de sus combates por knock out, cosa poco habitual en su categoría. También en la década de los años cincuenta y sesenta surge uno de nuestros grandes ídolos populares, el "Mono" Gatica, quien, pese a no haber obtenido título alguno , conseguía que sus peleas arrastraran multitudes. Perdió todas las que realizó con Alfredo Prada , campeón argentino de los livianos, yen su breve carrera en Estados Un idos logró enfrentarse al campeón mundial de su categoría , el negro Ike WiPiams . Su simplona fanfarronería lo llevó a bajar la guardi a ante su rival y adelantarle la mandíbula como diciéndole pégame .. . y el negro le pegó. Apartado ya del boxeo , quebrado , pasó el resto de su vida en una vi lla miseria con su familia, resto muy corto porq ue una tarde, a la salida de un partido de fútbol, borracho, murió atropellado por un colectivo. Tenía treinta y ocho años. No f ui en mi infancia amigo de los deportes , y llegué a detestar el fútbol, porque en el colegio me obligaban a ju gar. AC(lsO algo de atletismo, sobre todo salto largo , que solía practicar cuando los curas del colegio Champagnat nos llevaban , una vez .a la semana o al mes, no recuerdo bien, a un campo de deportes que tenían en San Martín . Recién en mi adolescencia me aficioné al boxeo, aunque no recuerdo bien las circunstancias. Una tarde , al salir de clase, con mi amigo Julio, fuimos a in sc ribirnos al Almagro Boxing Club. Por entonces entrenaba allí Abel Laudonio, campeón argentino de los livianos. Dos niños bien

en el corazón mismo de la " negrada" no pudimos ser otra cosa que objeto de burla . Fui de estadio en estadio viendo peleas co n mi s tíos ateos . Así pasaron los años, la juventud se fue , y no rea licé ningún combate . Cierto qu e nun ca me lo propu se . primó el instinto de conservación. Lento de mo vimi e ntos de frágil defensa, perfilaba para "paqu ete" . Tarde y de mala gana terminé el colegio secundario y me f ui aficionando a la literatura , con ese don que nunca me fa ltó para las cosas inútiles . Y allá, casi a fines de los setenta. en pleno fervor Borges , cuando nuestro escritor se lamentaba de que no le dieran el premio Nobel de Literatura (Chacun avec son petit mauvais gotit), saliendo yo de una pelea de aficionados en que uno de los boxeadores perd ió por vomitar en el r ing una sandía que había comido justo an tes de la contienda, como movido por un estado de iluminación me propuse conocerlo y, al recibirnos, habló conmigo como si lo hiciera con un antiguo colega , acaso con un igual, y en un momento hasta tuvo la gentileza de preguntarme si hacía mucho que no lo veía a Bioy Casares , co mo si yo lo conociera. De esta conjunción nace esta serie de relatos que ti enen por escenario el mundo marginal del bo xeo , asociado las más de las veces a la corrupción policial . ,lllnq ue , a mor de ser justos , suceden en un país donde la corrupción ha tenido feliz acogida en todas las clases soci .tlcs. Tratan de parecer historias verosímiles, aunque con 1. 1' limitaciones que la realidad impone, porque la literat ura ti ene un a lógica , una coherencia de la que la realidau carece. Debo reconocer que al gestarlos me ha movido un poco la co mpasión; acaso la realidad no sea tan clemente.


NARRATIVA

Este invierno MANUEL DE PINEDO GARCÍA Alhulia editorial

Este invierno es la novela de un pueblo de España, Guatiana, y de sus gentes, de su parálisis de hielo , donde un joven prepara oposiciones, se enamora y escribe. En las frecuentes visitas que hace a una librería, se va enterando , por boca del librero, que pertenece al extenso grupo de los "vencidos", de lo que ocurrió en nuestra Guerra Civil y, lo que es más importante, de lo que sucedió al finalizar la contienda. ¿Qué reacciones va a producir en su mente y en su comportamiento este caudal de información? El joven, para descansar de los estudios, que considera el único camino para escapar de aquella realidad que le oprime y que tan poco le gusta, de vez en cuando juega unas partidas de ajedrez, o se reúne con los amigos, para charlar al calor de una jarra de buen vino del país. Y escribe, sobre todo escr ibe , sin abandonar nunca los estudios ni las clases, a las que asiste con rigurosa puntualidad. Ahora se enfrenta él su tercera novela. ¿Qué escribe y por qué escribe? Podría decirse que el personaje central de Este invierno es Guatiana , la ciudad que cuando luce el sol ve cómo la sombra de su catedral cae verticalmente sobre calles y plazas, aplastando la vida, que agoniza en suspiros; luego , durante las noches, acuden los fantasmas del pasado , y, a veces, se siente la extraña presencia del diablo y su corte de brujas, sobre la arcilla de las montañas, en un gigantesco aquelarre. En la plaza porticada las farolas han olvidado el ballet de la primavera y ya no hay enamorados que se juren amor eterno. Sin embargo. siguen las miradas acechantes detrás de los visillos. Finalizado el invierno del 52, el joven, ilusionado, viaja a Madrid para examinarse. ¿Va a influir el pasado de su familia en el resultado de las opo~iciones?

MANUEL DE PINEDO GARCÍA nace en Guadix y funda la Asociación Amigos de ACCI, que se dedica al teatro. las exposiciones de pintura, a dar conferencias . .. Luego, en la capital , monta la Compañía Teatral del Sur. En los setenta crea el Teatro Popular, que dirige auxiliado en la parte técnica por su helmano Luis. Ofrece representaciones a lo largo de todas las temporadas y en los veranos recorre gran parte de Andalucía y Levante. Participa en el Festival Andaluz de Teatro, El Ejido (Almería). y en el Certamen Nacional "Lazarillo" (Manzanares) . Es el primer director de teatro que llevó una obra de Larca a la escena después de la trágica muerte del poeta. El Teatro Popular participó en el IV Centenario de Mira de Amescua. con el montaje en Guadix del auto sacramental La jura del príncipe, y poco después rodó un corto para Televisión Española basado en El esclavo del demonio. Manuel de Pineda estudió en la antigua Escuela Superior de Comercio de Granada y, posteriormente , en la facultad de Filosofía y Letras , donde se licenció en HistOlia Contemporánea. Más tarde, alcanzó el gradO de doctor con su tesis Historia del teatro en Granada y provincia durante la segunda mitad del siglo XX (1940-2007). Ha obtenido el prenllo «Pedro Antonio de Al arcón » , de Guadix, por su novela La arcilla dijo sí; el «Esperante» de la Northeastern lllinois University, de Chicago, por su obra Glaciación Genil: el «Doña Mencía» de Noalejo (Jaén), por su pieza Y mañana será olro día: el del «Liceo», de Granada, por su obra La campana, etc.


NARRATIVA

Sin más acá ni más allá DANIEL DE CULLÁ

Editorial ArtGerust

Daniel de Cullá es de origen castellano aragonés. Poeta, escritor, pintor y fotógrafo, ha fundado la revista literaria Gallo Tricolor . Participa en espectáculos que funden poesía, música y teatro. Ha dirigido la revista de arte y cultura Robespierre, y la revista de pelforrnances llamada Poesía y Evidencia. "S in más acá ni más allá, vemos a Sancho Panza , mastuerzo , hombre torpe , bruto y majadero , cual un 'araúco domado ', del poeta castellano Pedro de Oña. oreando las calles del barrio de los Austrias en Madrid con el tronco de la cola del caballo de don Quijote, mascullando como entre dientes, sin que se entienda lo que dice: la Puerta del Sol, la Plaza Mayor y alrededores. "Se queda en suspenso, en jolito, viendo la altura del puente de Bailén, "puente de los suicidas" anteriormente. Va acompañado de Paula y Maula, con quienes visitó en el día de ayer el célebre monasterio de El Paular, de cartu-

jos , situado en la falda de la sierra de G u adarr~II II: I. ,1: 1.. provincia de Madrid, fundado por Juan 1, y que tollla su nombre del puerto inmediato , que es uno de los pasos ele la tierra que separa por esa parte a Castilla la Vieja del reino de Toledo" . I

Altos vuelos ANTONIO GARCÍA VELASCO

Editorial Sarriá Esta novela parte de un hecho extraordinario: la extremada piedad de Simón Cantalicio , practicante de una religión cuyo mandamiento principal es "Nunca te tras ladarás de un lugar a otro por medios ajenos a las capacidades naturales de tu propio cuerpo". Al ser objeto de mofa por la intolerancia de unas gentes acostumbradas al movimiento mecanizado, Simón Cantalicio siente un misterioso impulso que lo eleva y le permite volar por sí mismo. No queda en un simple mandamiento la religión de Simón Cantalicio: las relaciones humanas y, sobre todo, amorosas se resuelven de manera inteligente y natural, a la vez que chocante con el sistema de complejos contratos que regulan el mundo actual. Antonio García Velasco es profesor del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Málaga. Entre sus publicaciones cuenta

con libros de poesía, narraci ones y ensayos . También es autor de numerosos artíc ulos de lengua y literatura, de crítica literaria y de didáctica de la lengua y la literatura. Algunas de sus novelas han sido seleccionadas en diferentes concursos.


NARRATIVA

Las ventanas de la vida MARíA JOSÉ MIELGO

No sé quién dijo que hay cuentos que valen más por lo que omiten que por lo que cuentan. Son esos en los que la síntesis es virtud y en los que apenas un puñado de palabras bien escogidas sirven para que el lector rellene todos los puntos suspensivos, responda todos los porqués, haga suyas las vivencias que en ellos se narran. Los cuentos de María José Mielgo pertenecen a esta sutil y difícil categoría y brillan en ella con luz propia. Son narraciones en las que, como bien anúncia el título del libro , ofrece diversas ventanas a la vida. De est,e módo , con el fervor y el temor de un voyeur se nos permite asomarnos a muy distintas realidades en las que el amor, el desamor, la pasión, la ausencia, el dolor y la búsqueda laten en cada página, en cada línea , en cada palabra.

Es muy fácil identificarse con estos cuentos. Son vivencias que todos hemos conocido pero que, como la propia María José proclama , toman la forma de diversas ventanas que se abren generosas para enseñarnos su yo más profundo , también su inquietante y, para mí, mu y redentor y cómplice, lado oscuro.

Mujeres en la rosa de los vientos MARTINA MARTfNEZ TUYA

Martina Martínez Tuya es licenciada en Pedagogía, doctora en Filología Románica , catedrática de Francés y profesora de Psicología y Pedagogía. Ha publicado varios libros sobre cuestiones educativas y tres novelas. Es colaboradora asid ua de periódicos y revistas. Las mujeres de este libro de relatos, como los marinos que tienen que habérselas con el mar en solitario, acuden a la rosa de los vientos para enderezar el rumbo cuando la tempestad arrecia, cuando una corriente que viene de lo más profundo amenaza con llevarlas a la deriva, cuando el viento las sorprende y tienen que agarrar el timón con las dos manos para no sucumbir a la tormenta. Las mujeres de es te libro saben aprovechar la calma, disfrutar en ella, dejarse sentir en el paisaje, en la hor~, en la luz, en esos tiempos que llevarían a todos los espejismos si no fuera porque una brújula permite reiniciar el camino .

En este libro encontrarán monólogos qu~ parecen escritos para el teatro, para decirse en un decorado minimalista en el que la voz lo es todo. Enco ntrarán diálogos mínimos que no llegan a interrumpir ese discurso que en la vigilia, o incluso en el sueño, es la vida de estas mujeres cuyas historias vemos o entrevemos siempre cercanaS , siempre vivas, siempre fllera de los tópicos.


NARRATIVA

Yo, Venus Una bomba para un rey MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ SÁNCHEZ

La historia aquí contada se apoya en dos hechos históricos se parados entre sí catorce años. E l primero se apoya en la teoría defe ndida por Jonath an Brown , hispanista estado unidense, seg ún el cual la modelo del cuadro de Velázquez La Venus de l Espejo, pintaclo en 1648 en Madrid, p udo ser una cómica conocida, amante de un marq ués, hijo de uno de los cargos más destacados e n la Corte . El segundo es que dicho marqués le puso una bomba al rey , Felipe IV, en el año 1662. Pero ¿quién es en realidad la modelo del cuadro? Sobre la teoría de Jonathan Brown, la a utora construye una novela en la que una serie de dramáticos episodios enlazan entre sí los dos hechos citados, y donde se encue ntra reflejada la necesidad más honda del ser humano, en general , y ya de la muj er renacentista en particular: la ansiada individualidad dentro de la historia de otro . Desde el rey a Quevedo , de

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la Calderota a Las Me nin as. en esta novela , lírica e inti mista , nobles, bufones, criados y hasta el mismísimo Velázquez se dan cita pa ra co ntarnos la co nm ovedora hi stori a de La Venus, en la que cualq uier detalle, por ligero q Ul ' pueda parecer, está basado en anécdotas reale s de aqu el gran imperio españo l que ya empezaba a declinar.

Relatos entretenidos y con encanto FRANCISCO LUIS CERDÁN RICO

Como el título indica. los lectores descubrirán en esta obra de relatos un medio de entretenerse con unas historias que les llegarán al corazón, por supuesto, con el encanto de los libros que buscan por momentos emocionar, hacer pasar un rato de lectura agradable, formar en el pensamiento la fascinación vivida en cada página por los personajes. Algunos de ellos son o pueden ser el reflejo de nosotros mismos . El autor invita a descubrir la naturaleza, el amor, la necesidad de compañía ... Temas y personajes variados que serán inolvidables , que harán disfrutar.

FRANCISCO LUIS CERDÁN RICO nació en la localidad de Aspe, perteneciente a la provincia de Alicante, en España , en el año 1969. Obtuvo la diplomatura en Magisterio y la licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Alicante . Tiene dos libros publicados , Luis, u.n niño muy feliz y La Semana Santa valenciana , cultura popular. Además , es colaborador en revistas festivas y cultural es aspenses. Goza plenamente en su faceta de escritor, actividad que se mani fiesta en fe li cidad interior. Sabe que con la literatura puede ll egar a la mente y al corazón de los lectores yeso le fascina. Desde que escribe se siente sumamente realizarlo , como si hubiera vuelto a nacer, pero un nacimiento al fabuloso universo de las letras.


LÍRICA

Señales DIONISIA GARCÍA

Re nacim iento , Se v illa , 20 12

Posee la poesía de Dionisia García, en general, un sentido cósmico y, diría, hasta metafís ico . Claramente se evidencia en SeFíales con la distinción entre dos mundos. Estos no hacen referencia a la partición platónica entre topos uranós y topos ais-;,hetós; tampoco, en orden a la tríada poppellana, a los mundos 1 y 3; la dicotomía que nos presenta D ionisia García alude más bien a la antigua división sofística entre nomos y fysis. Ahora bien, en contraposición a los sofistas, nuestra poeta no resalta la importancia del nomos frente a lafYsis, sino que sucede justamente al revés . Un mundo , el real, es el de los objetos, los paisajes, las puestas y salidas del sol; el de la naturaleza, en definitiva. Otro , el de los hombres , el del azar humano y sus contingencias , es un mundo ilusorio , en tránsito, falaz , llamado a la decrepitud y a su conversión en polvo y ceniza, donde fimtlmente señoreará el olvido. Ex iste una fuerte confrontación entre estos dos mundos señalados , pero será uno de ellos, en la consideración de nuestra poeta, el que resulte vencedor, y, por tanto, asuma la condición de verdadero: el mundo de lafysis. Sin embargo, todo sería demasiado sencillo si realmente fuera así, pero no lo es , pues lafysis solo puede acceder a condición de verdad o realidad bajo el presupuesto de la mirada humana. La interesante apuesta de Dionisia García consistirá en elevarse , a modo de ascesis poética, desde la contemplación del falaz mundo transitorio de la acción humana y la concomitante reivindicación del mundo de lo natural , también sometido al paso , a un mundo de pura contemplación donde la misma vida humana quedará iluminada por la adquisición de sentido. En Se¡Jales, Dionisia García reivindica, por consiguiente, no tanto una interpretación como un modo de estar en el mundo , contemplativo, análogo al bias teoréticos aristotélico . Fuerte es esta contraposición entre los mundos; nuestra autora es plenamente consciente de ella y así nos la quiere transmitir de fOlma poética, aludiendo tanto a la inteligencia como al corazón . Vengo al poema "Ante lo transitorio", donde con fuerza aparece esta dicotomía . Dionisia se detiene en la belleza de la mar que nadie contempla , en la luna saliendo entre el escenario impávido de las nubes para alumbrar esa mar nocturna y silenciosa ... La mar, la luna, la oscuridad , la luna meciéndose sobre las aguas en la noche oscura: todo alude, simbólicamente, a un claustro femenino , a una gran mattiz de la que puede surgir cualquier forma , a ese sustrato informe previo a cualquier emergencia, un mundo silente donde es posible el milagro .. . y la vida. Pero si esa pasmosa verdad queda reflejada en la primera estrofa del poema, casi de fOlma irónica si no rozara lo patético,

la segunda comenzará de este modo: "Mientras tanto. los hOI11bres / se entretienen y buscan / en ciudades de llanto". Aun sabiendo que su pasar no es dmadero, los hombres se entregan a los afanes ridículos de los días; saben que son transitorios, pero se agotan en el rebullir de una vana y continua agitación . ¿Hay una redención posible para el hombre, para este hombre de nuestro tiempo de sombra, malvado , ciego y prácti co? Sí. Se hacía Cemuda, en "El rui señor sobre la piedra", la siguiente pregunta: "Ante un a sola hoja de hierba / qué vale el horrible mundo práctico y útil , / vómito de la niebla y el fastidio". Parece que Dionisia Garda también la hace suya, la medita y la resuelve de igual modo al poeta sevillano . Sin embargo. Cernuda propicia la respuesta en la mi sma fo rmul ac ión de la pregunta; Dionisia, no. Por el contrario . hace explícita su respuesta con una mostración de las seFíales de un tiempo que de alguna manera pugnan por ser rescatadas, y, por su rescate, ese mismo tiempo. Porque las señales significan eso, las huell as , los vestigios del paso del hombre; pero también , por su polisemia, los signos o maravillas que registran y anotan 10 admirable de ese paso. Una sola y frágil hoja de hierba vale más que todo el mundo práctico , pero solo vale en cuanto alguien la reconoce en su valor inmarcesible. El poeta (en este caso, la poeta) es quien la registra y eleva sobre la horizontalidad del tiempo , con una atenta mirada en la que planea, por su ascesis , el roce de lo místico: la hoja de hierba no pasa y fenece, sino que perdura en el instante que no deviene; en sí misma permanece porgue, simplemente , es. En "Lectma de un paisaje" , poema dedicado al pintor Pedro Sem a, Dionisia, metida en la piel del éU1ista, viene a indicar que, tras el arduo empeño de acomodar la mirada al paisaje para que le siga luego el ligero pincel y la acuarela, "al fin , la realidad cede sus luces , / llevadas al color desde su hon dura". ¿Qué ha visto, pues, el pintor? El pintor ha captado la otra realidad allende la realidad , por eso la misma realidad queda transfigurada: "Ha visto las bondades de otro mundo / y vuelve la cabeza, celoso del milagro".


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Señales

Con un telurismo ameno, una dulzura en el verbo, una serenidad concisa junto a una fuerza y justeza en la palabra, insistirá nuestra poeta: "El tiempo no camina, asciende en su quietud . / Transita sólo "el tiempo de los hombres", / sus locas bagatelas". Magnífico titmo de serenos alejandrinos como póltico del poema "Pasajeros", cuyo título ya ilumina el fondo de su temática: esa dicotomía que traspasa el poemm.io como un eje fundamental de sentido. "Somos los pobladores transitorios,/ atisbos de ilusión en afias ya prescIitos", volverá, con insistencia, a recalcar la autora. El tiempo no camina, es decir, no pasa como el punto que recorre una línea o el hombre que deambula por un sendero; el tiempo , propiamente, no tiene un sentido hOlizontal , y esa fOlma suya del antes que se convierte en después puede ser de algún modo conjurada: el tiempo asciende en su quietud. iQué forma más bella de expresar, frente al antes y el después, la presencia del ahora! Sí, del ahora, puesto que el ahora es lo realmente existente, y lo único que puede asir, en su Salpresa, nuestra mirada. Ese ahora maravillado, ese momento presente que registramos con el pasmo quizá de una tremenda belleza, es lo que hace ascender el liempo en. su quietud. Supone un instante, por imposible, paradójico, y, aun así, auténtico y real, pues solo en él se pueden rescatm·, entre las sombras que ahogan a la humanidad en su conjunto, los claros de una época; en este caso, los de la nuestra: "sí el asombro / ante ese mismo mundo, ensombrecido hoy, / que pide de nosotros una nueva primicia / y rescata.r los claros de una época" . Rescatar los claros de una época ... la belleza o bondad, también la verdad, que una vez existió y, junto a ellas, con ellas, el sentido de la etemidad. Mas si esto es así, si de algún modo podemos rescatm.· el sentido de lo eterno, iqué inútil, entonces, la tristeza! En el poema programático de SeFíales ya nos aJelta Dionisia sobre el ha.11azgo de tal verdad , y lapidariamente lo conclLúrá con el apotegma: "Pm-a el ayer el llanto". Porque la tristeza, para el hombre que eleva su mirada , y se eleva al elevm·la transfOlm ando su ser, no hay nada más carente de sentido que la ttisteza, ya que todo es entonces celebración de la luz y de la misma sombra transfigurada ahora en esa luz. Se refrenda esta idea en el último poema del libro, "Seguridades", con total lucidez: "Los días se detienen si te acercas y cantas, / si quieres recibir el natural prodigio. Hoy la tarde te espera con sus dones" . Principio y final; elUllm·que contemplativo de la mirada donde aparecerán, sucesivas, las señales de una época, ellas mismas transfiguradas por el ser que previamente se ha transfigurado para poder mirarlas. El mundo de los hombres, falaz , transido de miseria y de dolor, y el otro, el natural, y también fugaz, purificados en la mirada, vendrán a ser verdaderos. SeFía/es nos propone una mirada de madurez en la que serenamente se registt·a ese fluir de las cosas o de la histOli a: esas impresiones que han marcado algún instante con la belleza o la alegría, con la tristeza o el desconsuelo. No es extraño, por consigu iente, que el número de poemas que lo componen sea el de la edad jubilar: un poema de apelt ura, que supone una declaración de intenciones, y otro de cien·e o epílogo, como balance o con-

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densación de lo ganado; en medio, dos series de poemas, cada una de veinticuatt·o poemas: "Sinfonías quebradas", donde abunda tanto la denuncia social como el pasmo ante la crueldad y la injusticia, y "Archivo inédito" , donde la reflex ión y el sentido de lo piCtÓlico (pues no hay contemplación posible si no existe este sentido) ganan la mano al dolor. La denuncia social se centra en la mostración de la injusticia y, concomitantemente, en la reivindicación del débil , sea el niño (en poemas tan cargados de emoción como "Los zapatos", "Primer trabajo" o "Telares", el que me llega especialmente), el anciano ("Daño impune", "Clandestinos" ), el emigrante ("Cercos") o la mujer ("Maternidad", "Voces posi bles"); se evocm·á a la gente anónima, pero también a los paisajes y los <Ulligos, a los escritores a los que se les reconoce una deuda. y la madre tendrá un lugar especial en "Mensaje". Los moti vos se suceden como estampas , como las hojas de un álbum , pues la au tora quiere fijarlos en el recuerdo, en la permanencia, C0l110 unas señales o faros que indiquen su propio acontecimiento. Al final. no todo habrá sido vano; mientras haya un solo hombre que recuerde la histOlia de los otros hombres , la de aquellos que ya pasmun , esta puede ser rescatada.Apunta de esta manera el poemcu1o a una memoria que no es la meramente biográfica, sino la colectiva de la humanidad: a un archivo en el cual se registran y quedan las señales . Este m·chivo supone una segunda memolia que filtra los sucesos y los fija , recogiendo de ellos lo importante y desechando lo superfluo, para que todos los hombres, pasados o futuros, puedan allí reconocerse y, por tanto, comunicm·se . El ahora del instante nos redime del paso tt·ansitorio y nos hace ascender hacia la contemplación ; se intensifica el tiempo. y. de algún modo, al intensificarse, se diluye, pues si el hombre puede alcanzm.· algún atisbo o señal de etemidad es en ese misl110 instante del ahora que asciende en su quietud. Alguien ascendió una vez a la contemplación, y a.1 registrar la impresión del momento, no ya en su memoria individual. biográfica, sino en una segunda memoria colectiva, nos eleva a los demás hacia sUl11isma contemplación. Así se alcanza el sentimiento de eternidad que le es permitido al hombre. Y no hay más. El instante no dura, no pasa: es etell1o. Dion isia García registra y deja en esta obra una serie de señales pm.·a que otros las recojan y se alumbren; acrece el archivo inédito de la segunda memoria pma que lo humano quede de esta forma redimido , o pueda quedm asÍ. El tiempo se adensa y cobra vigor, tanto, que se desplaza a sí mismo en el propio intento, en el cual se fija y se detiene. Pero si el tiempo se detiene, revielte en sustanc ia del espacio, se eterniza y queda como estampa de una impresión que ya nunca desapm'ecerá: Ventll roso poder presenciar el instante y disfrutar con creces su refugio. Posible que las horas te parezcan distintas y ayuden él templar el cansancio y los límites, que no han de ser motivo de tristeza, más bien digna cordura en el empeño.

JESÚS CÁNOVA S


LÍRICA

La voz del viento LUIS ARRILLAGA

Ediciones Vitruvio, 2013

En 1980 conocí al poeta Luis Arrillaga, que nos. aco mpañó en aquello s primeros años de la Asociación Taller Prometeo. Recuerdo con nostalgia que acostumbrábamos a escaparnos, después de las duras sesiones de taller de poesía en el y.iejo café Lyqn, cuatro de los asistentes Ángela Reyes, Rosa M." de-Heredia, Luis Arrillaga y yoa una cervecería cercan'a. Allí, sin más preámbulo, sacábamos papel y bolígrafo para escribir entre los cuatro nuestro poema "cadáver" de esa tarde . Esa temporada dedicada al t surrealismo en sus variados matices fue muy productiva. Confieso que luego, aparte un par de libritos que escribí con Ángela Reyes, también "al alimón", nuestro estro poético cam.inó por otros derroteros. Pero, asombrosamente, el de Luis Arrillaga siguió impertérrito por la misma senda que se iniciara hace un siglo en los cafés parisienses . Perfeccionándola, dotándola de matices, extrayendo todo su jugo a esa forma particular de ver la poesía, en la que una palabra establece relaciones inéditas y aun inauditas con otras al parecer lejanas. Ahora presenta, a través de los oficios de Ediciones Vitruvio, que con buen tino y gusto dirige el también poeta Pablo Méndez, esta colección de una cincuentena de poemas que clasifica, algo arbitrariamente a mi parecer, en cinco grupos: "Introito", "Estancia desolada", "Estancia terrestre", "Estancia fraternal" y "La palabra libre". Seguramente mi amigo Luis se enfade conmigo ante mi "arbitrariamente". No: mientras que los títulos y las ocasionales ded icatorias y aun citas hacen justicia a esa clasificación, los textos se mantienen -afortunadamente , porque es lo que esperábamos y deseábamos- dentro de los rigurosos cánones del Surrealismo . Me explico . Muchos de los versos del poemario son intercambiables y podrían perfectamente ser parte de cualesquiera otros poemas. A algunos les parecerá una extraña for ma de poesía, en la cual muchos de los versos no son serviles acólitos del objetivo del poema. Pero no nos engañemos: no es exactamente eso el Surrealismo (en puridad, deberíamos decir "sobrerrealismo", traducción del original francés surréalisme). En esa forma de concebir el objeto poético, la pluma debe quedar libre, establecer las relaciones que la mente del poeta concite, y llenar de

magia sin ataduras la página. Así, leemos (son versos tomados al azar de una decena de poemas): "q uiero ser triturado por las dagas felices", "la luna se enamora del sudor / de los lechos perdidos", "todos los hijos que jamás me amaron / clavarán su sonrisa", "las olas me despejan pesadillas" , "hundo la sed en el confín del lago", "la melodía de la espuma roja secuestra el arco iris en tu cuerpo desnudo", "yen tu duda una muerte de inocencia / te hará sentir culpable", "tu corazón derrama las estancias dormidas", "te invoco para que mi futuro sea pasto del agua y las monedas", "pájaros y bolígrafos cayendo sin descanso". El uso de estructuras específicas (la disyuntiva "o" aleixandrina, el "como", el "hay", la copulativa "es", el adversativo "pero") es un recurso surrealista siempre presente, pero de nada serviría sin la magia y maestría que el poeta, ahora Luis Arrillaga, debe imprimir al poema para diferenciarlo de una mera agregación de versos felices. Miremos más de cerca La vúz del viento. Numerosos poemas reflejan estados idiosincrásico~ del autor cinte el hecho de escribir poesía. Es reflejo de la preocupación del autor el primer verso del poemario, en el poema "Filosofía estética": "Permanecen las obras y los hombres se apagan", que refleja fielmente la esperanza y al tiempo la an gustia de todo creador. Más adelante remacha: Mi corazón será un poema en un libro , una medalla triste bajo el poI vo, un diploma de juegos florales olvidados.

¿ Triste destino? De ninguna forma: esa es la ambición de todo poeta, de todo creador, qm~ Arrillaga expone de forma definitiva. En otro poema, algo más adelante, "Po-


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La voz del viento

é ti ca de urge nc ia", v uelve a exponer, e n otras palabras, el e terno tema de l deseo de permanencia, de la valid ez de lo q ue escribimos: El poema devi ene calofrío cuando la so mbra cuelga de la lu z indivisa el poema es un gri to de venganza contra mi propio pecho derrotado en la noche el poema es la ofrend a in enarrable del poeta a los dioses cuando ll ega la muerte. Pero e l poe mario g uard a otras, muc has sorpresas . Hay una q ue me res ulta especialmente cara, porque, como L ui s , he sido viajero durante muchos años y muchos países, "Estancia terrestre". En esta sección del libro acaricia recuerdo s de luga res y es tad os de ánimo de la memoria. Como e n "C harco de los Sargos", de la canaria Is la de El Hierro:

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El poeta c ri sti ano que es Luis Arrillaga ide nti fica así e l espectác ulo maravilloso de la creac ió n con su C rea dor. y su e moció n trasc iende la di stanc ia y e l ti e mp o e n la virtualidad del poema . No c reo que de ba mo s seguir desbro zand o las varias áreas del poemario , porque ese es e l privileg io , e l de recho del lector; baste con haber ap untad o qu e cada un a de las secciones -de lo s poemas, mejor- reserva a l lec tor, él caballo de ese jinete desaforado que es el verso s urrea li. sta de Arrillaga, so rpresa's que aquel debe descubrir y gozar por sí mis mo . Sí debemos añadir que en e l poe mario de Arri ll aga el vi ejo ritm o itali ano (7 -11-14) añade esa sonorid ad necesaria para que las estru cturas de es te canto surreali sta qu e es La voz del viento nos ll enen de amor a la palabra pura , sonora y ll ena de s ig ni ficados mi sterio sos . Para q ue nos ali mentem os los des dich ados, ilusos versodepe ndi e ntes .

Cristo desc iende entre las nubes cuando nace el ocaso en las olas de fuego un a ex tensión más vasta que el humano delirio Dios ha pasado cerca de mi s ojos.

Poema desolado El fin de la tortura o caminar unidos sa ngrar hasta que el hueso taladre la memoria del espíritu mar o le nta canción en el borde del mund o de este mundo invisible cincelado en los rostros que sonríen al miedo y volver a la luch a de los número s a papeles co n almas encerradas y a lo s libros que aúllan poetas fracasados en la sopa televisiones só rdidas c uchill adas de nieve y gritos en la cruz de tanta soledad por lo s bol sillos al fina l es un cuerpo con las manos abiertas qui e n sabe las banderas del futuro.

JUAN

Rurz

DE TORRES


LÍRICA

Cisne esdrújulo ANTONIO ENRIQUE

Colección Genil de Literatura, Granada, 2013 Así, y de otras mil maneras, define Antonio Enrique a la etérea bailarina Trinidad Sevillano: "La tempestad de los sentidos", "No fue hecha para la danza, / sino la danza / para ella", "Es toda ella un esplendor / de caracola". y es que con preciosas ilustraciones de Miguel RodríguezAcosta, académico de Bellas Artes de San Femando desde 1986 y cuyo nombre debería fi gurar en la portada , el poeta de Guadix estudia , rememora, muestra , ilustra, defi ne, interpreta, analiza el mundo de la danza clásica, sus momentos de inspiración , sus metáforas de la ex istencia, la hi storia de quienes viven en esos espacios de entrega mtística y de vitalidad escénica. Trinidad Sevillano (SOlia, 1968), que estudió con María de Á vila, inició su carrera en plena adolescencia en el Ballet Lú;co Nacional, fue nombrada enseguida primera bailarina del London Festival Ball et, y de ah í pasó a interpretar su arte en compañías como el Boston Ball et, el Ballet de Puerto Rico , Ballet Nacional de Cuba, Northern Ballet Teatre , Australian Ballet, English Natiol1at Ballet. Interpretaciones de gran calidad en obras como Giselle, El corsario, Scherezade o Romeo y Julieta fi guran entre sus mejores momentos profesionales, todo lo cual le ha reportado ga lardones como el Time Out o el premio Nacional de Danza en J993 . La ciudad de Granada ha disfrutado con las actuac iones de Trinidad Sevillano en el Generalife y en los festival es de mú sica y danza. Dedi cado él Trinidad , este libro es no solo un homenaje a tan singulw' fi gura, sino, sobre todo , una reflexión en tomo a ese Ull iverso etéreo , vital , brillante y vütuoso donde, también , se dan los mayores sufrim ientos, renuncias , largas horas de trabajo que el espectador no ve, no conoce, no presupone cuando ve únicamente el movimiento angelical, la asombrosa dimensión de nube y la innegable pasión que lleva a dimensiones de leyenda, allá por los espacios de la ingravidez y la eleganci a. Así lo viene definiendo Enrique, poeta que ha dado ya 19 libros de poesía a la imprenta y que ha firmado otras publi caciones como Tratado de /0 Alha/1/hro her/1/ética, Cal/on.lzeterodoxo o Erótica celeste. "Este ser que enarca / el torso , / mientras gira los brazos , / ha sobrev ivido a las to rmentas / desde los primeros días de la Creac ión" , escribe el poeta granad ino tras la fig ura airosa, desenvue lta, casi divi na, sorprendente, de la mtista. Los de Rodríguez-Acosta son trazos li mpios , necesm"iamente barrocos , tran sparentes, tan etéreos como la luz difusa que acoge a la danzar in a y a la danza. Es prec iso anotar q ue "por esdrújulo se hace referencia al salto, al movim iento extremo, a la ingravidez. Por cisn e, al arquetipo universal ele bailarina clásica". Esa es

la dedicación , la ocupación, la tm'ea de artistas como Trimdad Sevillano , quien , escribe Enrique, "Igual que la alondra / levanta el vuelo / con el pico en alto". Se nos prodiga una poesía intensa, lúdica, condicionada por la emoción , amena, musical, metafórica , asombrosa. El autor de estos versos penetra en los escenarios, vibra con la artista, la recrea en su mente abierta y resplandeciente: "Un mundo que se va, / la danza" en la página 67 se hace gemelo con el movimiento estilizado , sobrenatural, ambicioso, vehemente de la figura anterior que fue un a consecuencia firme de "El esp íritu de la danza". Y una fig ura de mundo abierto a la expresión más diáfana suscita los versos del poema XVII ("Ya no está , / el telón ha caído"), como si la felicidad se pudiera contener en el recuerdo ávi do de la figura siendo prut e del aire "Como esa lun a que atrav iesan / nubes de cLfchillo". Va, entonces , surgiendo un enamoramiento del poeta por la rutista, del hombre por la visión etern a de qui en es capaz de vibrar en el escenario y levitar al compás de un a melodía y de una intuición. Todo eso sucede porque el arte forma un todo esencial que es, no deja de ser, un estímulo pma seguir creando, en definitiva, para seguir existiendo. Veamos a Trinidad Sevillano en esa última imagen , ampul osa, perfecta, ado lescente, vital, ya lejos de los esfuerzos del ensayo co ntinuo, de la lu cha co ntra los hematomas , el dolor de los múscu los, la fragilidad de la piel, el cansanc io de la mente. Y, así, antes o siempre , los versos siguen acompañando ese trabajo intenso, voluntari oso , visceral, enérgico . Anton io En rique, el poeta, el admirado r. e l enamorado de un arte tan especial, escribe, por fin : "Tienc los pechos casi lisos, ideal para besarlos. / La piel, ahí, emite, despacio, / su calor que va transformándose / en olor a pétalos cas i a punto de caer, pma / tierra el vientre / sobre la que acaba de nevar. / Es toda ell a un esplendor / de caracola, / un tembl or de mar / la mariposa sob re la corola / del pubis . / Son sus ojos ahora / lo que más deseo besar en este mundo" . MANUEL Q UlROGA CLÉRICJ O


LÍRfCA

El paisaje en la mirada MODESTO GONZÁLEZ LUCAS

Edicio nes Vitruvio, 2014

La poesía es un modo de estar en el mundo La poesía es un don del poeta al público que guarda un secreto que no te ha sido dado compmtir y que no es tu tm·ea desvelar. Nada tienes que decir del contenido y muy poco de la forma. La poesía es un modo de estm· en el mundo que exige del lector la misma actitud que el autor de esta obra adopta ante el horizonte que se mueve con su expeliencia. La constituye en palabras como a veces constituimos en histolias lo que ha sido un dolor del que el tiempo nos ha sobrepuesto. Modesto González ha ido construyendo un álbum de imágenes escritas para preservar la memOlia de un mundo que ha devenido aldea por la contaminación de los textos , la ubicuidad de las películas y la disponibilidad de dispositivos mecánicos de viaje a velocidad del ensueño. Si en algún tiempo la peregrinación, el viaje e incluso la emigración fueron los modos de mnpliar los horizontes de la ex istencia, hace varias décadas que el planeta se ha reducido en el tiempo y se ha ampliado en la hondura de los pozos de los sueños yen la latitud de los deseos con los que elaboramos nuestra historia. Nuestro rumbo se ordena espacialmente por nuestros viajes y temporalmente por la secuencia de nuestras experiencias. Dar fe de que ex iste es contar los espacios y los tiempos que nos han sido dados y hacerlo del modo sincero que solo el poeta alcanza cuando se distancia del sentimiento para situarse en el lenguaje. Las sendas y singlad uras que recorremos en el día dibujan mapas imposibles en donde las distancias se miden por la intensidad de las experiencias y por las cercanías de la emoción . Exploramos la cueva de nuestro mundo como el salvaje la oscuridad de su morada , como quienes necesitan tocar cada roca para ir definiendo un camino en el pasillo osc uro de una casa que aún no habitamos. Necesitamos las palabras para acompañar a nuestros pasos con relatos de lo que necesitaríamos ser. El tópico a veces dice la verdad: "Todos los viajes son interiores". Paseamos por las calles de la aldea-planeta recorriendo los recuerdos del pasado y de los espacios ficticios e n los que ya hemos vivido mucho antes para garantizar que nuestra imaginación no era pura fantasía y sí parte del barro con el que hemos construido los muros de nuestra identidad . N ueva York está más cerca que Usera. Las distancias ya no son más reales que las fronteras ni más largas que la lejanía de las palabras que entendemos y las imágenes en que vivimos. Solo la otredad nos separa en calles y avenidas que no pueden ser cruzadas sin cambiar de identidad. Por eso los viajes son también viajes especulares en los que reconocemos lo que no conocíamos en presencia del Otro, cuya sombra es tan oscura como la que proyectan las arquitecturas de las ciudades que ex-

MODESTO GONZÁLEZ L ucAs nació en Madrid en 1945 y vive en Leganés desde 1973 , donde ha ejercido el periodismo como director del periódi co Nuevo Leganés y Leganés Actualidad. En 2012 se publicó en esta mi sma colección Sonetos del descampado , que ha sido elogiado por la crítica. Es también autor de los libros Fe de vida y Descampado al aire, así como de Anita, fieLmemoria o Cuentos de la ciudad dormitorio. Con el soneto siempre como medida de expresión poética, el paisaje es ahora el elemento escogido por González Lucas para una poética de celebración , lucidez y sensibilidad. El paisaje en la memoria es un auténtico viaje de poesía y ritmo . trañamos . En un tiempo sin catecismos, toda guía de vida es ya una guía turística que nos relata los entrecruzamientos que hemos tejido y que nos han vestido. FERNANDO BRONCANO

Praga Franz Kafka, con el {mimo sombrío , se imagina a su padre amOltajado. La culpa atravesándole el costado enredada en un hondo escalofrío. La ciudad es un puente sobre el río. Clamor en el crepúsculo dorado . El tiempo se detiene ensimismado en los relojes del banio judío. Al mecerse la tarde bajo el puente, Praga es como un excelso labeIinto de rincones perdidos en la historia. Traspasado el espejo de su frente, Franz Kafka se atormenta por instinto a través de la piel de su memOlia.


LÍRICA

Oh, siglo veinte PABLO MÉNDEZ

Ediciones Vitruvio , Madrid, 2014

Oh , siglo veinte es el último poemario del escritor madrileño Pablo Méndez, un poeta nacido en 1975 y ya con una sólida carrera a sus espaldas. Poeta conciso , claro, valiente como pocos que ya en ] 994 en su primer libro, Una flecha hacia la nada, se atrevió a decir cosas como esta: No podréis quebrar mi rebeldía. Me habéis dado una cárcel de rejas doradas a cambio de mis horas felices . Me rodeáis de voces crueles, absurdas para tapar mi silencio que os agrede

y que ahora, creo, veinte años después , ha llegado al verdadero clímax de su estado poético . Ha conseguido escribir un libro de los que se pueden leer de mil maneras y olvidar de casi ninguna. En su anterior libro , Ana Frank no puede ver la luna , ya intuimos un Pablo Méndez rodeado de fantasmas , esos fantasmas literarios que tanto gustan, que salía n y entraban en las letras . Ahora, Pablo Méndez se ha valido del siglo anterior, de sus mitos, de sus hombres grandes, de sus grandes mujeres, para pergeñar un mundo de nostalgia , deseo , ambivalencia y fetichi smo que hacen del libro un viaje hacia ese lugar recóndito y oscuro llamado: gran literatura. En Oh, siglo veinte , Pablo Méndez mantiene una doble conversación, triple quizá si contamos la de uno mismo, con sus grandes mitos, co n el tiempo pasado y con el lector que está al otro lado del espejo. Habla de Galdós como si lo tuviera enc ima , al lado , en la cola de la pescadería o tomando una ce rveza en la madrileña Plaza Mayor, y existe en esa con versac ión, en esa presencia un homenaje y al mismo tiempo una necesidad, es lo mismo que declarar inmortal al escritor que sigue vivo en nuestros días. Por este libro pasa n Albert Camus y Miguel Hernández, El Titanic y Casob/an ca ... , pero no es un libro únicamente de homenajes , . también hay poe mas del ti e mpo actual y alg un os de corte narrativo , extensos, que ti enen por su originalidad y fuerza un valor incalc ulabl e, ningún aficionado a la poesía debe-

ría dejar de leer "La madre", "El hacha del abuelo" o "Club privado" , que versa sobre los hechos que hacen a un hombre quemar y destruir los bosques. Oh, siglo veinte es el mejor libro de un poeta que vive por y para la poesía desde sus dieciocho años , que!1a conocido el mundo solo desde el lugar del que piensa en poesía y que ha analizado su espacio en este ti empo con la añoranza del que quiere siempre volver y no sabe a dónd e. Es un libro cargado de sustancia , aquella con la que se crean los sueños, que diría su admirado Machado , de esos libros que pueden conseguir enamorados , afines a la poesía ... , nostálgicos de un siglo que ya no existe ... , ¿hay algo más poético que esto? RICARDO MARTíN EZ MORENO


LÍRICA

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Acido almíbar RAFAEL SOLER

Editorial Vitruvio, Madrid, 2014

Convertido en una referencia obligatoria desde la publicación en 2009 de Maneras de volver, que ha sido traducido a varios idiomas y ha alcanzado en nuestro país cinco ediciones, Rafael Soler es uno de nuestros poetas más reconocidos.

A su anterior obra poética, Las cartas que debía, que tuvo también una excelente acogida, suma ahora Ácido almíbar, un poemario brillante, intenso, rebosante de esa voz entre la ironía, la sutileza y el desconcierto que le convierten en una figura poética inconfundible.

RAFAEL SOLER es poeta y novelista. En los años ochenta tuvo una intensa producción literaria , que fue recibida como una de las más interesantes de la nueva literatura española, y que inició con su novela El grito (1979) Y el libro de poemas Los sitios interiores (1980) , a los que siguieron títulos como El corazón del lobo, El sue170 de Torba o Barranco. Tras un largo si lencio editorial public6 el libro de poemas Mane ras de volver (2009), al que siguieron Las cartas que debía (2011), La vida en un puño y Pie de página (2012). Su último libro de poemas publicado es Ácido almíbar.

No me tires del pelo, por favor. Ni abras instantáneo la colcha ni des al entusiasmo tu hueso elemental depón el calcetín haz lumbre con las manos ensaya si te pl ace un ruego inofensivo a cuerpo lento vengo a cuerpo lento llego y a cuerpo lejos quiero cocinar tu prisa.


LÍRICA

Piedra rota JOSÉ RAMÓN RIPOLL

Tusquets, 2013 La poesía de José Ramón Ripoll es reconocible tanto por un estilo marcado por la musicalidad como por la insistente búsqueda de una realidad subyacente más allá de las apariencias, que solo puede ser desvelada a través de sus nombres y sus múltiples significados . De allí la conseguida ambigüedad de su escritura. Sin embargo , los poemas de este deslumbrante libro parecen seguir un sutil hilo argumental que lo dota de un inesperado discurso unitario: un caminante pasea por la ori lla del mar y estrecha en su mano una piedra elegida al azar entre muchas otras. En su sustancia mineral vislumbra el paseante su existir, desgajado de su universo como la piedra de la roca, solitario y abandonado como el guijarro en la playa baldía. En el centro de la forma pétrea se oculta el verdadero rostro de quien la observa y trata de retenerla. Y de ese encuentro brota una voz que ref1exiona sobre la palabra y el silencio, el amor y el tiempo, el canto y el vacío . Como ocurre en toda la poesía del autor, la música es esencial en este poemario, que puede leerse o escucharse al modo de una derivación sonora y conceptual a partir de un leitmotiv. En ese sentido, los títulos son más una señal indicativa que una insclipción definitiva de los diferentes fragmentos, que actúan como sopOlte de un único instante: el de un tiempo ya sin tiempo . Dividida en tres partes -"Encuentro", "Reconocimiento" y "Abadono"-, Piedra rota habla del ser humano en busca de sí mismo, de la sensación de florecimiento cuando este cree haberse reconocido en su interior o en el otro, y de la complicidad final con el vacío y el despojamiento. De esta obra afirma José Manuel Caballero Bonald: Ripoll ha sabido elegir con singular agudeza sus propias cuñas de silencio (un silencio que, como en la música, tiene suma importancia), prestando atención excluyente a esa in-

JOSÉ RAMÓN RlPOLL (Cádiz, 1952) ha desempeñado una larga labor como periodista y musicógrafo en Radio Nacional de España, donde ha dirigido numerosos espacios y proyectos culturales. Desde su fu ndación en 1991, dirige Revista Atlántica de Poesía. Ha recibido, entre otros galardones, los premios Rey Juan Carlos 1 (1983), Villa de Rota (1981) o Tillos (1999). Entre sus libros de poemas destacan La tarde en sus oficios (1978), La Tauromaquia (1980), Sennón de la barl)(irie (1981), El humo de los barcos (1984), Las sílabas ocultas (1991) y Niebla y confín (2000). Estos lres últimos fueron reescritos y publicados en un solo volumen bajo el título Hoyes niebla (2002) . Es también autor de monografías y ensayos , en los que muestra un especial interés por la: relación entre la música y la poesía, como Variaciones sobre una palabra (2001) o Cantar del agua (2007). En 2008 estrenó,junto al compositor Uri Caine, la cantata Desastres de la guerra, de . donde extrajo el poemario Estragos de la guerra (2011).

teriorización conceptual en la que consisten los mejores momentos de su poesía.

Sin lenguaje Paul Celan Sin lenguaje también, sin lengua, sin la palabra que otorga nombre al sol o a la lluvia, sin signos que den fe de que pisamos un instante esta playa, sin el silencio cómplice y proscrito que conformó tiempo y memoria -el cuerpo mío y tuyo-, sin el eco del mar: alma tras alma sin lengua, sin lenguaje.


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Piedra rota

Contorno y límite Forma que sellas lo no escrito, lo no dicho al nacer, como el dedo del ángel sobre el labio de un niño para ser lejanía desde el principio, contorno y límite, testigo ciego del dolor, perpetua sombra que enmudeces el silbido del viento y en tu tiniebla truecas el destino de las palabras.

Todas las lenguas Todas las lenguas mudas: la lluvia cae sobre la arena y calla, ni el mar fiero resuena, el vendaval arrasa los vestigios de la palabra consumida y no silba, ni siquiera los juncos susurran al mecerse. Todas las lenguas se disuelven en el paisaje silencioso de esta playa baldía. Todas las lenguas enredadas en el recuerdo mineral de tu forma, en el inútil gesto de nombrarte.

N ada aparece Nada aparece: ninguna forma ni apariencia, ningún borrón de tinta, ninguna mancha, nada , ninguna grieta en el dolor, ningún espasmo que recuerde tu vuelo, tu hendidura en la noche como la huella del desgarro, nada en la noche, ninguna mano escribe mi extravío.

REPÚBLICA DE LAS LETRAS132


LÍRICA

Cronopoética RAFAEL DE CÓZAR

Guadalturia, 2013 (Tetuán , Man'uecos, 1951) es poeta, pintor y narrador. Es catedrático de Literatura Española de la Un ivers idad de Sevilla. Entre 1982 y 2002 fue presidente de la sección andaluza de la Asociación Colegial de Escritores de España . Ha sido premio extraordinario de doctorado (1985), premio "Ciudad de Sevilla" (1986) con la obra titulada Poesía e imagen (1992), premio " Vargas Llosa" de Novela (1996) con El corazón de los trapos. EntTe sus obras destacan: RAFAEL DE CÓZAR

El motín de la residencia, Bocetos de los sueíios, Entre Chinatown y River Side , Ojos de uva, Con-cierto visual sentido, Piel iluminada y Los huecos de la l11.emoria. Ha publicado estudios en t01110 a autores y temas del siglo XX, especialmente de la vanguardia, trabajos algunos de ellos recopilados en la obra Vanguardia o tradición (2005). Es miembro asesor del Centro Andaluz de las Letras y actualmente colabora en el programa El público, de Canal Sur Radio.

Con este nuevo libro, en un solo poema a través de su experiencia personal , hace balance de la segund a mitad del siglo XX . Cronología de una época .

Empezaré diciendo que hace ya bastante tiempo de casi todo y que un susto de limón asombra y colorea los paños calados de mi memoria a punto de cruz , .. .decir también que se me rompen ya los hilos de aquellas iniciales que me bordaron en el ajuar de la vida al comienzo, y que, estando relativamente entero de moral y de físico, mis sábanas adquieren ya por fin la suavidad marfil del uso que precede -aunque a distanciaa la herida y a la rotura. Pero lo cierto es que he aprendido a zurzir ambas -las sábanas de la vida y la memorialogrando hacerme experto en la costura , del lienzo y del dolor, lo suficiente al menos para volverme extensivo a los que acaso aún reclamen en mi entamo un hueco en el abrazo y un ligero toque de temura. No es que haya perdido del todo la bravura, ni borrado a fondo la inocencia. No me as ustan las curvas de la esperanza, ni llevo el corazón en punto muerto , pero ya me cuestan las cuestas al subirlas sobre todo en la pasión , y no me corre la misma sangre por las venas cuando a mi paso de nuevo se me cruza y me asombra la aventura.


LÍRICA

La realidad desentendida

E ZEQu fAS BLANCO

(Antología 1978-2012) EZEQUÍAS BLANCO

Diputación de Salamanca, 2013

Es propósito del poeta encontrar 10 perdido, hallar sus huellas y aromas por medio del recuerdo ... Y bucear en "la infancia desnuda, la juventud azul". En esa edad de certezas deslumbrantes se encuentra el valle florecido, las ventanas que todavía resisten, las hierbas que penetran en alcobas y cocinas, el huelto airoso, la tapia derruida, el palomar que "regala su renovada dicha" , el son de la campaña. [ ...] Los caprichos de Ceres se halla impregnado del sabor de la evocación . La memoria selecciona las atmósferas, los escenarios concretos, los detalles domésticos, las imágenes precisas, las lunas que se van sucediendo. Y hasta los vocablos relacionados con la vida del campo y rescatados del olvido en este empeño literario. La calidez y calidad de las evocaciones, la templada hermosura del lenguaje y la riqueza léxica rescatada del hondón del olvido convielten a Los caprichos de Ceres en un libro muy recomendable. PASCUAL IzQUIERDO

Cuadernos del matemático, Madrid

En medio del desiel10 plantea una doble lectura: como vi-

La realidad desentendida (Antología 1978-2012)

<:ilil

~ D i pUlaCi6 n

!W6c Salamanca

vencia personal y como símbolo de nuestro tiempo. A su vez, en él pueden observarse tres tramos estructurales: la partida, la travesía y la pérdida. El hombre está solo frente a sí mismo y bajo un sol del diablo que merma el cuerpo y borra la memoria y hasta 1as ci udades que esa humanidad en tránsito encuentra en su camino son ocasión de desencanto , por no mencionar el pillaje en que la caravana se ve envuelta al encontrarse con otras caravanas. Estamos, pues, ante el retrato de una sociedad sin guías espirituales, sin ideales que no sean la ley del más fuerte y donde la muerte se hace cada vez más deseable . Se apela así a la "lúgubre angustia", la fatalidad es tal que, volviendo a la resonancia manriqueña, el destino humano implica la imposibilidad de volver atrás. ANTONIO ENRIQUE

El papel literario, Málaga

El desentendimiento de las fiebres del mundo es también una cualidad poética [ ...]. Sí, el destendimiento deliberado es un valor poético tan firme como lo puedan ser el compromiso o la inseguridad de quien habla a ciegas en el poema. Uno de los poetas de voz desentendida que, de cuando en cuando, regresa de magmas abisales con un puñado de poemas que deposita como un cuenco de manteca a las puertas de las casas y luego vuelve a irse -pero ya nos ha dejado menos solos y menos imperfectos- es el zamorano Ezequías Blanco. [...] Uno

conoce de hace mucho al escritor. Aquellos martes en Salamanca a mediados de los setenta -"los martes del Quías", se dieron en llamar- ya mostraban a alguien que cultivaba el desentendimiento, dispuesto a inmutarse apenas por cualquier disquisición poética b de la vida misma. TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO

La Opinión de Zamora


LÍRICA

Esperando a Grenouille ROSA DÍAZ

Carena , 2013

Un aire de sincera veracidad conceptual y, a la vez, un decir doliente y desgarrado, no exento en ocasiones de una leve carga de ironía, definen, desde mi punto de vista, las más destacadas cualidades de Esperando a Grenouille. Una obra valiente, libre y desenfadada, una confesión en la que desnuda sin disimulos su yo más personal y lanza al mundo sus grandes perplejidades existenciales con una autenticidad y una coherencia expresiva dignas de ser muy consideradas en el panorama de la poesía española de este tiempo nuestro tan pródigo , por desgracia, en voces y en acentos líricos convencionales . ROSA DÍAZ ha cultivado

ROGELIO REYES CANO

Universidad de Sevilla

la poesía, la nalTativa, el ensayo , el relato, la biografía, el rutículo periodístico y la literatura infantil. Sus libros han obtenido varios premios , como el Ciudad de Alcalá de Henares, Fray Luis de León , Miguel Hernández, Fray Bernru·dino de Sahagún , Aljaribe, Ciudad de Jaén y el Chru·o González de literatura infantil.

Preludio para invierno Hay una guerra fría en esta casa que ha entibiado el café. Que a bajo cero mantiene el edredón. Que en la argamasa ha infiltrado un glaciar y un avispero. La tundra en el sofá y el cierzo arrasa tuero, cenizas, brasas y brasero , y el hombre de las nieves, cuando pasa deja un oso polru· en el ropero. y no encuentro el calor ni en los veranos . Llueve en mi corazón. No hay quien soporte ni el silencio del hielo ni este frío.

Ya no siento los labios ni las manos pues me he tragado todo el Polo Norte sin rechistru.· y sin decir ni pío.


LÍRIC A

Poemas de puerta abierta J oSÉ LUIS GONZÁLEZ CÁCERES

Poemas de puerta abierta es un poemario dedicado principalmente al mundo educativo en un escenario amplio y diverso. Los protagonistas fundamentales de los poemas son los niños y jóvenes, receptores de este proceso formativo , pero también los enseñantes y el resto de elementos vivos del proceso. La mayor parte de estos poemas han nacido de la colaborac ión del autor en el programa de radio Puerta abierta , conducido por Dolores Díaz, al que ha contribuido durante años con la elaboración de un poema dedicado al asunto abordado ese día por el programa . Otros poemas están elaborados desde el alma y los deseos de los niños y jóvenes a los que quiere po ner voz. M uchos de los poemas han sido escritos en primera persona por la necesidad del autor de identificarse con el protagonista del tema tratado , principalmente en poemas referidos a personalidades peculiares, como en "Habito en ti para entenderte" .

Poemas de puerta abierta José Luis González Cáceres

JOSÉ LUlS GARC ÍA C ÁCERES escribe cuentos y poesía. Participa en tertulias literarias de la ciudad de Sevilla. Es presidente de la institución literaria Noches de Baratillo. Ha sido galardonado en varios celtámenes literarios .

Un consejo: jugar Jugar con todo, con los sujetos y los objetos . Jugar con todo, incluyendo la palabra y el verso. Jugar: mantener la mirada ensimismada. Jugar: conservar la ilusión entretenida. Jugar: disfrutar sin cortinas del presente . Jugar: ser rehén del misterio y de la risa. Jugar; jugar: jugar; jugar a ser embajador de la locma, y ser emperador del infinito, duende, hada, ogro, príncipe , bruja. Jugar, jugar, jugar a simular ilustres mentiras, y usar mentiras fantasiosas en imitar lo atractivo de la vida. Pero jugar, jugar, jugar a diluir en risas enemistades y engarzar como un puzle a los amigos , y cantar y volar como las aves.


LÍRICA

Cuerpos en desvarío GASPAR MOISÉS GÓMEZ

Cálamo-Gesto, 2013 XXVIII Premio Cálamo de poesía erótica Gaspar Moisés Gómez nació en Serranillas (Ávila) en 1927. Reside en León desde hace muchos años. Cursó estudios de Derecho en Salamanca. Libros publicados: Con ira y con amor (1968) , 1 Premio Internacional Álamo , Salamanca; Las bravías abejas (1969); Sú~fonías concretas (1970),1 Premio Bienal Provincia de León; Alfilo del alma, Premio Internacional San Lesmes Abad , Burgos; Alfilo del cuerpo (1986) ; Oráculos sombríos (1990), Premio La Cochera , Á vi1a; Son perversos los límites (1996), Premio Hispanoamericano "Juan Ramón Jiménez" , Huelva; Y maHana tampoco (2004); Quieto espacio. Fugacidad del tiempo (2007); Memoria y desconcierto (2011).

Requerimiento urgente a Antonio Gamoneda, ... por si él tampoco. Si es " sabido que las cantáridas excitan la lujuria" , dime tú, mi amigo, cómo lo he de tomar. Si virtualmente el insecto muerto y luego machacado . Si en porción más bien desmedida, porque el mal es ya grave. Y, si por experiencia lo supieras y no por texto de Dioscórides, ·te digo que.tienes mi teléfono: llámame ya. Lo necesito como irme a la cama ¿Lo comprendes? Soy lo que se dice un hombre sin futuro y he de buscar la fónnula del sexo sea como sea. No sé si los años nos agravian, o estamos constituidos solo de química de tal forma que, con la simple aleación del tiempo , hemos de perecer. Mas dejemos esas disquisiciones y vamos a la triste realidad; el acto de amor es un ejercicio cada vez con menos urgencias, y, hasta ahora, no sé de otra cura que la resignación.

i Pero tú dices de las cantáridas!. .. Qué bonito nombre si a la vez son' emplasto milagroso, o bebedizo de consolación o, fuera lo que fuere , si me salvan regresándome al tiempo sin memoria: oh , juventud. Pero me es muy urgente , porque esta noche no , ni mañana tampoco. Veo a una joven, y no clamo al cielo. Y hasta me resultan ingratos los versos de Catulo. ¿Es consustancial con esto ir más conmovido a la iglesia, pues aplacado el don de la lujuria , el espíritu impone su ley difusa , buscando la fe en el más allá? Pero equilibremos los términos . Ni aquel joven ni este que, por edad, ya se despide al fondo de sus lágrimas.

Un grano solo , mágic.o , requiero. Una gota del espesor milagroso de la cantárida para que, ya mismo , podamos entonar aquel canto dulce en consolación que siempre fuertemente entonáramos.


LÍRICA

Haikus a tres voces

~íA-ft{m'E-j;¡.:fqum

1MLItUI~~ AURORA GÁMEZ ENRÍQUEZ

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Colección Generación del Vértice, 2013

Música , naturaleza y cotidianidad son las tres claves de estos haikus donde la autora , licenciada en Ciencias Biológicas, comulga con la filosofía contemplativa y su sensibilidad hacia la naturaleza . Rompe la trayectoria de su obra poética , profundamente andaluza y española , para hacer un requiebro y cultivar las semillas del haiku en estos versos plenos de simbolismo , espiritualidad, misterio y sabiduría. Interioriza instantes dejando constancia del disfrute de los sentidos a través de la música o de la si mple contemplación de la caída lenta de las gotas de la lluvia sobre las hojas de las macetas de su balcón, desde donde comparte la naturaleza urbana que la acompaña cada día , "pertinaz, persistente / la lluvia alfombra en 3D / a Bach le debo / que se moje mi ropa / a la belleza". Inmaculada García Haro, vocal de la junta directiva de A.L.A.s.

En el poemario de este abanico de haikus , De a(f'a a omega. Haikus para sanar, la autora vuelve a la forma actual (5,7,5), que no abandona en los siguientes. Estos versos son trozos de esperanza para mujeres que han padecido cáncer de mama, a las que invita a "incorporarse / al cielo de la vida / placer, dolor". Aurora Gámez tiene publicada numerosa poesía en revistas y libros. www.presidentagrupoalas.blogspot.com

Ritual del visitante JOSÉ VERÓN

En este poemario, titulado Ritual del visitante, el autor recorre los momentos decisivos de la expresión poética: el tiempo y sus preguntas, que no siempre se pueden responder; la influencia del medio en el lenguaje lírico y, en tercer lugar, los aspectos íntimos y externos que surgen desde el entorno urbano e invaden de forma más o menos imprecisa ese territorio abstracto que llamamos memoria. Están solo el poeta y solo el verso. No hay nadie alrededor, sino la tarde y el viento. Las palabras nacientes quisieran conjurar la soledad desnuda.

Aún late en las ausencias el tiempo ya pasado. Al otro lado el cristal vacío, el rumor de las hojas recuerda inúti lmente que al otro lado la vida continúa.


Memoria, lenguaje y trauma en la obra de Félix Grande PILAR CÁCERES

Carpe Noctem, 2013

"La memoria es uno de los motivos poéticos más recurrentes en la lírica de las generaciones poéticas de posguerra", empieza afirmando la autora de este libro . No le falta razón. Incluso cabría ampliar el alcance de la afirmación y sostener que la memoria es uno de los motivos poéticos más recurrentes, sin más especificaciones. Esto no significa, claro está, que constituya un ámbito acotado en exclusiva para los poetas, pero tal vez sí que para ellos ocupa un lugar absolutamente vertebral. En este sentido (como tantos otros, por lo demás) al filósofo interesado en el mismo asunto le resulta difícil evitar una cierta mala conciencia por estar incurriendo en el antipático pecado del intrusismo. Pero no queda otra que sobrellevarla. A fin de cuentas, a poco que fuera verdad la antigua afirmación de Manuel Sacristán según la cual el filósofo es esa peculiar figura que lo sabe todo acerca de Ser pero absolutamente nada acerca de ningún ente en particular, al intrusismo quedaría aquel condenado a la menor ocasión en que abandonara las más abstrusas generalidades y decidiera descender a lo real y referirse a todo aquello que afecta al común de los mortales. Pero que no se pueda hablar de un asunto con la autoridad con la que hablan otros nunca debería implicar una condena al silencio. No tengo la menor duda respecto a que nadie acaricia, mima, los propios recuerdos con la delicadeza con la que lo hace el poeta. De la misma forma que nadie como él nos transmite la herida abierta de la vergüenza por aquella lejana humillación , la tristeza irremediable por el amor perdido, o tantos otros registros del alma, al volver los ojos hacia el pasado. Y si esto vale para el poeta en general, qué no valdrá para Félix Grande , cuyo libro de poemas Blanco spirituals quedó grabado en mi memoria como una de las lecturas más fecundamente conmovedoras de mi juventud. Tal vez, no lo descarto en absoluto, en algo interviniera aquella experiencia, tan íntima, de lectura para conformar mi sensibilidad filosófica hacia determinados asuntos. Sea como sea, no cabe la menor duda de que la memoria del trauma constituye una cuestión que, a pesar del sinnúmero de páginas a que ha dado lugar, en más de un se n~:do permanece pendiente de ser pensada. O tal vez fuera mejor decir que precisamente el sinnúmero de pági-

nas ha contribuido en muchos momentos más a oscurecer que a clarificar la cosa misma. En ese sentido, la mirada penetrante del poeta no debería entrar en conflicto con otras miradas, que intentan reparar en otras dimensiones de una experiencia, la traumática, excesiva por completo. Acaso el denominador común de todas esas miradas , su lugar de encuentro, no sea otro que la palabra. Por eso, justamente por eso (aunque no solo por eso, claro está, no pretendo agotar los méritos de este texto) , hay que celebrar la aparición del libro de Pilar Cáceres, que enriquece, con su propia voz, la majestuosa voz de Félix Grande. Que pone palabra -como quien esto firma intentó, con desigual fortuna- a lo que con tanta frecuencia nos invitan a dejar de pensar, enmascarándolo bajo el rubro , esterilizador, de lo inefable. Si algo debe ser enunciado -y, a ser posible, en la plaza pública- es aquello que tanto dolor generó, que tanto nos hizo padecer. No por complacencia victimista o desrenponsabilizadora, sino para poder ser felices de una maldita vez. O al menos para empezar a intentarlo. MANUEL CRUZ Universidad de Barcelona

Félix Grande es dueño de una de las voces poéticas más profundas de la lírica española actual. El libro de Pilar Cáceres tiene el mérito de acercarnos a las hondonadas de su inspiración , inseparable del trauma vivido por el pueblo español a raíz de la traición de los generales sublevados contra la democracia en 1936. Bienvenido sea. IAN GIBSON


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Memoria, lenguaje y trauma en la obra de Félix Grande

Epílogo ¿Nada concluye y todo recomienza ? Félix Grande El trauma es el gran oxímoron Francisca AguüTe "¿Nada concluye y todo recomienza?" Este verso, pertenec iente al poema-libro La cabellera de la Shoá (Grande, 2010) , expresa la interrogación que se cierne sobre la obra grandiana (Biografía, 1958-2010) , una labor poética íntimamente unida al duelo , aparentemente inconcluso , pero que . contiene la semilla de reconciliación que culmina en Libro de familia (Grande , 2011) . El lenguaje representa como ningún otro código expre, sivo el cú'culo sugerido por el verso. «El madrigal del odio muerto», un poema de Libro de familia sobre la ambigüedad que atraviesa la relación materno-filial , ilustra de manera extraordinaria la naturaleza híbrida de los nexos con la escritura poética y, más específicamente, con el lenguaje mismo. Ni el poemario anterior ni La cabellera de la Shoá pudi eron, por motivos cronológicos (no se habían publicado aún), formar parte de la investigación que dio lugar a la redacción del presente libro , aunque estos recientes escritos grandi anos cierran el cerco que empiezan a dibujar los primeros poemas de Biografía.

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La cabellera de la Shoá, el único poema de su extensión jamás escrito en la historia de la literatura española sobre el Holocausto judío, revela las conexiones y afiliaciones trau máticas de la poética grandiana no solo con la historia sangrienta del siglo XX español, sino también con el sufrimiento humano que nos vincula a la tragedia europea del fascismo, y a su manifestación mtística en las producciones poéticas fuera de nuestras honteras. En Libro de fámilia el lenguaje se sobrepone a sí mismo . recapacita sobre su propia autoagresión, y trasciende su condición de mecanismo devastador que mticula las emociones del sujeto lú-ico con el mundo y con los objetos poéticos que genera en su confrontación con la memoria personal y colectiva. Nada concluye de forma definitiva en Libro defami/ia , aunque el lenguaje recomienza, apremiante y más salvífico . La voz que en BiogrCffía encmllaba la herida de la violenc ia y la muerte, el dolor y el miedo, da paso a una nueva configuración amorosa en el seno del lenguaje poético gnmdiano que alumbra con misteriosa potencia una nueva dirección de la escritura, latente en Biografía: la de un lenguaje que renace con ímpetu vivificador, y que recobra, junto a la voz de lo innombrable, la luz que siempre estuvo alIado de la calamidad: ' lo amado vuelve a amarse y vuelve a amar. y por eso con lenta fuerza se soporta la muerte. ¿Cúyas son esas voces inmortales?

ÍNDICE

1. Introducción 1.1. La herida en la memoria 1.2. Marco histórico de la memoria bajo el Franquismo 2. Fundamentos teóricos 2. 1. Perspectivas de la memoria 2.2. Literatura y trauma 2.3. El exilio: el desanaigo y silencio de la memoria 3. El lenguaje, la memoria y el olvido 3.1. Sobreviviendo a la separación (la muerte) a través del lenguaje 3.2. Teoría grandiana de la memoria 4. Trauma en la obra poética de Félix Grande ' 4.1. El imposible testimonio de la voz poética 4.2. La pérdida y sus acólitos: culpa, tristeza y silencio 4.3. El insomn io y el papel del atte 4.4. El espacio del trauma o el contenido de la forma: el círculo y la ventana 4.5 . El miedo 4 .6. La malaise de la memoria: estasis y muelte 4.7 . La huida, la antiética del olvido, y el perdón 5. Conclusión Epílogo 6. Bibliografía


ENSAYO

Voces airadas

JUAN CANO BALLESTA

La otra cara de la Generación del 27 JUAN CANO BALLESTA

VOCES AIRADAS LA arRA CA RA DE LA GENERACIÓN DEL 27

Cátedra, Madrid, 2013

La Editorial Cátedra (Madrid, 2013), en su sección de Crítica y Estudios Literarios , acaba de publicar un nuevo libro de Juan Cano Ballesta sobre los poetas de la Generación de 1927 ..Sabido es que el gran crítico murciano es uno de los mejores especialistas en poesía conteniporánea española y particularmente en los poetas de dicha generación, sobre la que tanto se ha escrito. Lo novedoso de este conjunto de ensayos es el tema que les da unidad: la evolución del esteticismo puro de los años veinte a lo que Neruda llamaba "una poesía impura como un traje, como un cuerpo , [ ... ] con manchas de nutrición y actitudes vergonzosas, [ ... ] arrugas, [ ... ] observaciones, [ .. .] sueños , [ ... ] creencias políticas , [ ... ] negaciones, [ ... ] dudas , [ ... ] afirmaciones , [ ...] impuestos". Para su análisis Cano elige a los principales representantes de la generación y utiliza una bibliografía poco usual en estos estudios, lo que a mi parecer constituye uno de sus méritos. José Moreno Villa (Málaga, 1887 - México, 1955) El malagueño José Moreno Villa es el mayor de los poetas pertenecientes a la Generación del 27. Vivió 20 años en la famosa Residencia de Estudiantes, donde tuvo amistad con los miembros más jóvenes. Fue pintor y poeta, pero ha quedado en la historia como poeta. En la década de los veinte tomó patte en las experiencias estéticas e ideológicas que influenciaban a los artistas y escritores residentes . Juan Cano muestra en su libro cómo la evolución de su obra poética coincide con la de sus colegas más jóvenes. Admirador de Ortega, los primeros poemas de José Moreno Villa se ajustan a lo que el pensador madrileño juzgaba que debía ser el arte: un juego donde la estética predomina sobre lo ideológico y lo sentimental. Y, en efecto, ese es el talante de sus primeros libros , entre los cuales destacan Jacinta la pelirroja (1929) y Carambas (1931) . Incluso los poemas de amor tienen un tono irónico y humorista: Oh , Jacinta, pelirroja, peli-peli-roja pel-pel-peli-pelirrojiza. Qué bonitos , qué bonitos , oh, qué bonitos son, sí, son , tus dos , dos, dos , bajo las tiras de dulce encaje hueso de Malinas.

Pero, según demuestra Cano , en los últimos años veinte, Moreno Villa "se aleja del pu rismo y del esteticismo para acercarse a Rafael Alberti, Emilio Prados y Luis Cernuda , al lado de Luis Buñuel y Salvador Dalí, promotores de un surrealismo radical, ya desde mucho antes de los primeros disparos de la Guerra Civil". Estall ado el conflicto fratricida , Moreno Villa escribe una poesía comprometida que Ca no analiza bajo el título de "Romances de guerra", en los cual es el poeta usa "un lenguaje sencillo y coloquial" donde la belleza literaria "se subordina al objetivo político y a la intensidad y eficacia del mensaje". Comenzada la guerra, Moreno Villa se traslada a México, donde vivirá largos años (1937-1955). El destierro y-la nostalgia serán el leitmotiv de su poesía . Leyendo los poemas de esa época, nos damos cuenta de que, como acertadamente dice Cano, "el término ' trasterrado ' que propone José Gaos a los exiliados españoles de México [ ...] no encaja precisamente en los poemas de los últimos años, que son claramente de creciente nostalgia" . Pedro Salinas (Madrid, 1891- Bastan, 1951) Juan Cano Ballesta empieza su ensayo sobre Salinas diciendo que en su juventud canta a los monumentos y a las máquinas con un sentimiento que pudiéramos llamar intelectual. Así, recordamos unos versos dedicados a un radiador: Calor sigiloso. Formas te da una geometría sin angustias. Paralelos tubos son tu cuerpo.


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Voces airadas

En los primeros tiempos de su estancia en USA, piensa que la poesía debe estar al margen de la política y así lo vemos en la mayoría de sus poemas de entonces. Pero en algunos textos en prosa escritos durante la Guerra Civil manifiesta su rabia ante la actitud de no intervención que adoptaron Francia e Inglaterra. Yen contra de su teoría aséptica, escribe tres sonetos "de desahogo antifranquista" que aparecen en sus Obras completas como inéditos. El tercero de estos sonetos está dedicado a Franco , a quien llama "Paca, la Franca Mona" . Avecindado en Puerto Rico, escribe su poemario al mar que baña la isla con el nombre de El contemplado. A medida que pasan los años, su poesía se enfrenta con la modernidad. Para él la gran urbe es la ciudad de los negocios, la ciudad enemiga. El pOema en que expresa estas ideas se titula irónicamente Civitas Dei. En Puerto Rico se da cuenta de que su destierro va a ser largo y en Todo más claro y afros poemas suena un eco aterrado de la guerra mundial. Le obsesiona que USA acabe utilizando la bomba atómica , y en el poema "Cero", escrito en 1944, profetiza su lanzamiento que , en efecto, se produjo en Japón en 1945. Jorge Guillén (Valladolid, 1893 - Málaga, 1984) La poesía pura española alcanza una cima elevada con el poemario Cántico de Jorge Guillén, que se entusiasma con el aspecto bello de la realidad y llega a escribir su famosa frase: "El mundo está bien hecho" , que fue tan criticada, porque el poeta no tenía en cuenta los muchos aspectos negativos de la vida. Guillén se justificaba diciendo que se había referido al U ni verso. Cano dedica su estudio a demostrar cómo el poeta vallisoletano va ocupándose en sus libros posteriores de los aspectos trágicos del mundo en que le toca vivir. Dedica poemas a la situación de España y condena 10 que está ocurriendo con la dictadura de Franco. Él mismo padeció una breve prisión y temió ser fusilado, como podemos ver en los siguientes versos:

simulador de la paz en la guerra, déspota, déspota, déspota puro .

Pero Guillén no solo se ocupa de España sino que su poesía es también un eco de los sufrimientos de Europa durante la Segunda Guerra Mundial y de los temores de sus habitantes en los inciertos años de la Guerra Fría. La bomba atómica inspira algunos de sus textos. Cano comenta un poema en que Guillén denuncia la trivialidad de los sabios tecnócratas que preparan en sus cómodos laboratorios las armas nucleares. y esto lo hacen con fría dedicación obedeciendo órdenes superiores, sin importarles el espanto que fabrican. Es la banalidad del mal que observaba Hannah Arendt refiriéndose a los jefes burócratas de los campos de exterminio nazi. A la vista de todos estos argumentos, Cano termina su ensayo re cordándonos que Guillén "rechaza enérgicamente la fórmula olteguiana de un arte deshumanizado aplicada a la lírica ele su generación". Emilio Prados (Málaga, 1899 - México , 1962) El ensayo sobre Emilio Prados est<Í escrito con entu siasta empatía. Sabido es que el poeta malagueño es uno de los que más contribuyeron a aglutinar a los liróforos del '27 con su revista Litoral, que publicó sus textos juveniles. En sus libros iniciales, Prados sigue la estética purista de sus compañeros de generación, pero, junto con Rafael Alberti . fue uno de los primeros en abandonarla por sus inquietudes sociales. Cano Ballesta nos ofrece una semblanza esencial sobre la evolución de Prados en su defensa de los obreros y menesterosos. Llega a decimos que en algunas ocasiones el poeta durmió debajo de un puente junto con mendigos. En el poema ,. Alerta" , escrito antes de 1930 ,. Prados exhorta a los niños desamparados a la revolución: Unidos lograréis la sonrisa arrojaréis como a perros sarnosos

"¿Hoy la suerte común será mi suerte:

a esos hombres que os quitan el sabor de los peces

que sin forma de ley se me fusile

a esos otros que vieron el hambre al borde de sus iglesias y se alzaron la capa por temor a mancharse con vuestra sangre. Cuervos ellos que os llamaban hermanos.

en nombre del Eterno, aquí tan bélico. de su milicias y de sus devotos? Confim' en mi estrella fue mi ayuda". -¿No en Dios? -Andaba con los asesinos, según los asesinos y sus cómplices.

"La voz del poeta - nos dice Cano Ballesta- es implacable con el tirano, al que describe con los más duros epítetos, como déspota y corruptor del país": Aplaudid , aplaudid al Jefe de los miedos. Frío. cruel. sanguinario, vulgar, transformador de las vidas en muertes, gran corruptor del país aterrado,

"Iniciada la contienda -nos dice el crítico-, Prados une su voz a la de los numerosos poetas que en Madrid están creando el romancero popular [ .. .] y publica ya el 17 ele septiembre de 1936 su romance ' Llegada' , dedicado a García Lorca". Aunque escritos con sangre, algunos de estos poemas padecen cierta monotonía y el poeta duda a veces de su efi cacia. Frustrado por los fallos de la República, Prados se pregunta en La voz cautiva si merece la pena el sacrificio de lo estético a favor del compromiso social.


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Juan Cano Ballesta

Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 1898 - Víznar, 1936) Es, sin duda, el poeta español de su generación más conocido fuera de España. Aprute de la calidad de su obra, su absurdo fusilamiento explica su gloria internacional. En el análisis de su evolución poética, Juan Cano sigue el mismo método que emplea para la de los otros poetas de la Generación del 27. Así, nos recuerda su fase esteticista, compuesta principalmente por Canciones y el Romancero gitano, para luego hacemos ver cómo el bardo granadino se contagia de sus compañeros en su preocupación por mejorar la situación del pueblo y en la práctica de una poesía comprometida. Sabido es que en este cambio de Federico mucho tuvieron que ver sus amigos Buñuel y Dalí, que cultivaban un surrealismo radical y revolucionru·io. Lorca abandonó su fino y elegante tratamiento de los temas populares españoles para lanzarse a la poesía de tremenda crítica social de Poeta en Nueva York . Este libro , nos dice Cano , "es la expresión de una realidad cuyas contradicciones, irraclonalismo y absurdo se proyectan en la misma forma literruia, en sus estructuras irracionales, en la metáfora y en el lenguaje. La misma escritura ha roto con toda la tradición retórica y se convielte en decisión ética al hacer una vigorosa denuncia de la injusticia muy a tono con el espíritu de rebelión surrealista". De los poemas analizados en este ensayo, quizás el mejor y más entusiasta es "Grito hacia Roma" , donde Federico denuncia la reprobable actitud del papa Pío XI, que firmó el pacto de Letrán con Benjto Mussolini , ensalzando así la política fascista enemiga de toda libeltad. La Iglesia, según Lorca, ha traicionado a su fundador convirtiendo a sus clérigos en "herreros que forjan cadenas" y "en carpinteros que hacen ataúdes sin cruz". Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898 - Madrid, 1984) y Dámaso Alonso (Madrid, 1898-1990) Menos radicales en política que los poetas mencionados anteriormente, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso, amigos íntimos, también evolucionaron en su poesía desde la pureza y el esteticismo a una poesía que expresaba contenidos del subconsciente y sentimientos extrapoéticos. En el caso de Aleixandre , Cano analiza en su libro unos cuantos poemas en apoyo de la República escasamente conocidos por no haberlos incluido su autor en sus Obras completas. El crítico ci ta dos romances publicados en El Mono Azul: "El fusilado", el 17 de septiembre de 1936, y "El miliciano desconocido (frente de Madrid)" , el 11 de febrero de 1937. En "El fusilado", nos dice Cano, "Aleixandre no es el poeta que todos conocemos; escribe en un registro lírico completamente nuevo . Su voz suena airada en una circunstancia histórica extraordinaria que afecta a todo ciudadano responsable en aquel momento crucial de la vida española". Veamos unos cuantos versos:

Sonó aquella voz infame. ¡Fuego!, gritó, y fuego hicieron las nueve bocas malditas que plomo vil escupieron, y nueve balas buscaron la tierna carne de un pecho que latió por el amor y la libel1ad del pueblo.

Otro texto inspirado en el hOlTor de la guelTa fratricida es la "Oda a los niños de Madlid mueltos por la metralla", publ icado en Ahora, Diario de la Juventud (Madrid, 18 de enero de 1937). Cano Ballesta nos hace notar que este poema está mé:1S cerca de lo que suele ser la poesía aleixandrina. Hay algunos fragmentos que nos recuerdan el Guernica de Picasso: Todas las casas gritan. Pasáis , y de esa ventana rota sale un grito de muerte. Seguís . De ese hueco sin puerta sale una sangre y grita. Las ventanas, las puertas, las tOITes, los tejados gritan , gritan. Son niños que murieron.

Por lo que respecta a Dámaso Alonso, su paso de la pureza a la rebelión poética no acaba en un terreno político si no en un a queja humana universal. El libro donde oculTe ese giro copernicano de su poesía y que también va a determinar el cambio de la española es Hijos de la ira , publicado en 1944 , es decir, en los lúgubres días de la posguelTa. Cano Ballesta inicia su ensayo sobre ese libro de Dámaso con una diseltación sobre Jo que era la poesía española en aquella época de lentejas con bichos, boniatos y panes de estraperlo. Los jóvenes falangistas desfilaban por las calles cantando el Cara al sol y proclamando que íbamos a implantar el imperio. Los poetas imitaban a los clásicos y escribían como Garcilaso , lo cual no está nada mal , pero los sonetos triunfalistas no casaban con aquella realidad de hambre y mordaza. En ese ambiente de poetas conformistas surge Hijos de la ira, donde , según nos dice Cano , "Dámaso Alonso descubre que la poesía no tiene que usar un lenguaje bello y decorativo, que puede ser un glito de protesta y desesperación". Los jóvenes poetas universitarios de entonces leíamos con entusiasmo aquel libro recién aparecido y nos identificábamos con su verso libre empapado de angustia y rebeldía ex,istenciales . Yo lo leí en 1946 y todavía puedo recitar un fragmento del gran poema autobiográfico titulado "En el día de difuntos" en el que Dámaso describe su juventud , tan semejante a la mía de entonces: No sé quién es aquel cruel, aquel monstruoso muchacho. tendido de través en el umbral de las tabernas , frenético en las madrugadas por las callejas de las prostitutas, melancólico como una hiena triste, pedante arg umentista contra ti, mi gran Dios verdadero


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Voces airadas

Luis Cernuda (Sevilla. 1902 - México. 1963)

y una mañana todo estaba ardiendo.

La poesía de Cernuda nace al calor de los poetas de su generación. Cano comienza estudiando los primeros libros del sevillano, que expresan una suave melancolía. Los versos brotéill de sus íntimos padecimientos y no se advieIte en ellos ninguna preocupación soc ial . Pero, al final de la década de los veinte y sobre toelo en los afios de la República, Cernuda expresa en su poesía su condición ele homosex ual y se preocupa por los problemas colectivos que acabarán generando la GuelTa Civil. Como casi todos sus am igos poetas. toma partido por la República y manifiesta una especial simpatía por el Pmtido Comunista , aunque nunca llega a pertenecer a él ni a ningún otro. Cano Ballesta nos cuenta que su actitud no se queda en la pura teoría sino que marcha a luchm' en la sierra de GuadatTama con un fusil y un libro de Hblderlin. Poco después, el gobielllo lo envía a nuestra embajada en París y allí le invitan a dar unas conferencias en Inglaterra. Cernuda acepta y no volverá nunca más a Espmla. Los temas dominantes en su poesía del exilio serán el amor gay y la añoranza de su país, al cual ama y rechaza. como puede verse en el tremendo poema "Ser de Sansueña", con el que muchos españoles que nos hemos pasado la vida en el exilio nos identificamos:

y desde entonces fuego. pólvora desde entonces, y desde entonce's sangre . Preguntaréis: ¿por qué su poesía no nos habla del suei'ío, de las ho jas. de los grandes rí?s de su patria natal? Venid a ver la sangre por las ca ll es

Durante su larga vida en el exilio, Alberti sigue ocupándose de Espa ña y esc ribe las Coplas de Juan Panadero (1949-] 953). Este personaje, invento de Alberti. "es el juglar anónimo, intérprete de la voz del puebl o . de su puebl o oprimido , que lucha por la libertad" . Aunque ya va siendo un tanto largo este ensayo-reseña, no nos res istimos a poner aquí el poema ejemplo de este famoso libro: Hoy canta Juan Panadero. Sobre e l mm ll egan de España ráfagas de pudrid ero . Alza e l Caudill o la mano

Acaso allí estará, cuatro costados bañados en los mm-es, al centro la meseta

y el pueblo españo l se pone todo lleno de gusanos.

ardiente y andrajosa. Es e ll a la madrastra original de tantos, como tú , dolidos

Va a misa y con gran unción

de ella y por ella dolientes.

en s u vientre deposita

Es la tierra impos ible que a su imagen te hizo

el pan de la comunión.

para de sí arrojarte.

Rafael Alberti (Puerto de Santa María, 1902-1999) Rafael Albelti es el ejemplo más notable de ese cambio de la poesía pura a la poesía comprometida de carácter político. Después de Marinero en tierra -ese canto juvenil, entusiasta, refinadamente popular-o Albetti se mete de lleno en la política de la época y milita en el Partido Comunista. Escribe su poesía sobre la injusticia social y sus temas se alejan del hennoso esteticismo de sus plimeros poemm'ios, lo que provoca cierto rechazo entre los críticos. Incluso en el mismo García Lorca, que poco después comprenderá y respetará a este otro AJbelti. Pero lo cierto es que , según nos dice Cano, "al levantar la bandera de la poesía revolucionm'ia Albelti estaba llevando a cabo una auténtica revolución poética , tal vez la más profunda desde el Romanticismo. [ .. .] Pero fue el estallido de la Guerra Civil lo que como un vendaval le '.uTastró de una manera definitiva a un tipo de poesía más clispada y violenta". Este espantoso acontecimiento cambió también la obra de otros escritores de la época, como Pablo Nemda, que ha contado en un helmoso poema cómo lo vivió. Desclibe en él cómo estalla la guelTa turbando la existencia apacible del ban'io de ArgUelles donde res idía:

Digerido el sacramento. firma religiosamente cuarenta fusilamientos. Acciones tan divinales le ganan las bendiciones de obispos y cardenales.

En una vida tan larga y viajera,Albetti se ha ocupado también de otros países. Resulta notable su visión de Nueva York y patticulannente su crítica marxista de Wall Street, sede del capitalismo mundial. En cuanto a los países hispanos , llama la atención su aceItado juicio sobre Cuba y México, que a la sazón soportaban la explotación de los Estados Unidos. Cano termina su libro con un denso y profundo ensayo sobre Luis Buñuel, que tanto contribuyó a la difusión del surrealismo entre los poetas del 27; Y en apéndice nos brinda un fino estudio sobre el gran poeta Gerardo Diego, vanguardista en poesía pero conservador en política. Así, term ina el crítico murciano con dos máximos representantes de la famosa Generación del 27 , uno a la izquierda y otro a la derecha: el de Calanda , anarquista e iconoclasta abso luto , y el santanderino, único adherido a los franqui stas . JOSÉ LÓPEZ R UE DA


ENSAYO

José Antonio Vidal Castaño

Exiliados republicanos en Septfonds (1939)

EXILIADOS REPUBLICANOS EN SEPTFONDS (1939) PROl OGOO( NJcoLU S~NCH[l·,UBOR ~Ol

JOSÉ ANTONIO VID AL CASTAÑO

Catarata, 2013

Pma aquel éxodo multitudinario, variopinto y desconcertado, que se desbordó finalmente en enero y febrero de 1939 -"Ia cuarta oleada, según los expertos"-, el ejecutivo del radical socialista Édouard Daladier ya había diseñado , a partir del "centro especial" de Rieucros, por decreto del 21 de enero de 1939, y ganándole la mano al gobierno colaboracionista de Vichy, toda una geografía de la infamia: muchos de los republicanos españoles que llegaban como refugiados a Francia, con su flamante derecho de asilo en cesantía, solo encontraron privaciones, desprecio y humillación, las playas de alambre de espino de Argeles-sur-Mer, Saint Cyprien o Barcares, la lóbrega fortaleza de Colliure, y el siniestro itinermio de Gurs (Béarn) a Le Vernet (Ariege) señalizado por Rivesaltes (Pirineos orientales) , Agde (Hérault) , Bram (Aude) y Septfonds (Tmn-et-Garonne) , sin que se agote aquí ni tanto estrago, de una parte, ni tanta dignidad de la otra. Eran tiempos de confusión , incertidumbre y sospecha, y en cada uno de aquellos lugares se internó , sin rubor alguno , el mapa de una derrota que tenía mucho de indicio y mensaje, matasellado especialmente para el primer ministro británico y el jefe del gobierno francés, Chamberlain y Daladier, embaucados ambos por Hitler, con los ilusorios acuerdos de Munich y sus consecuencias. Acerca de aquellos lugmes, y de los errores y horrores que en ellos se perpetraron, tal vez por torpeza política , en un plincipio, y más tarde por imperativo de los criterios xenófobos, raciales y sumisos al nazismo que informaban el régimen de Vichy, sabemos que la paciente investigación y el rigor histórico andan ventilando hasta sus más sórdidos escondrijos . Se aportan documentos, se indagan datos, pliegos de actas, recortes de viejos periódicos , testimonios orales y escritos; se escarba, se explora en la memoria, se restauran epistolarios , prendas para el llanto y el remiendo, versos de esperanza o de amores y cementerios disueltos en lluvia. Y es así como, poco a poco, se sigue el ratro de unos epistolarios trágicos e irrepetibles, se va aseando y ordenando esa materia recuperada , y se pone en pie, renglón a renglón, una bibliografía de solvencias pma el conocimiento, el recuerdo y el respeto.

Ese oficio, que abate el olvido y hace una peripeci a, un destino, lo conoce a golpe de sensibilidad y sabiduría José Antonio Vidal Castaño, que ahora nos revela , en esta obra , todo el enigma y la desolación del campo de Judes , en Septfonds, y de sus inquilinos, españoles del exilio en su mayoría, hasta que "llegmon, a partir de octubre de 1940, otros nuevos, que los iban desplazando: primero soldados polacos en periodo de instrucción que pronto pasaron a la condición de prisioneros de guerra, al ser Francia derrotada mi litarmente; y casi de inmediato judíos franceses y de otras nacionalidades que iniciaban el infernal camino de su deportación a los campos nazis [ .. .]". A raíz de un fortuito descubrimiento , en el curso de una ruta, entre turística y arqueológica, José Antonio Vidal Castaño escribe unos textos literarios, pero su condición de historiador lo impele a regresar al pequeño pueblo de Septfonds , en el departamento de Tarn-et-Garonne. Y lo hace dispuesto a desentrañar apasionada y metódicamente cuanto sucedió en aquellos parajes, con los combatientes españoles que cruzaron la frontera, tras la batalla del Ebro y la caída de Cataluña , en manos de los militares sublevados. Y este libro nos lo cuenta con sobriedad, reflexión y rigor académico . Este libro es, como afirma su autor "el resultado de poner en orden esos papeles - los que rescató en Montauban y probablemente algunos más-, los recuerdos y las imágenes retenidas por la cámara y las historias orales" . Pero también , y sobre todo, es una investigación impecable y lúcida, resuelta por la voluntad, la responsabilidad y el compromiso que José Antonio Vidal Castaño tiene con la historia y la memoria. Por eso 10 dedica a cuantos, como él , combaten el olvido, que es una forma de sacarle punta al futuro. NICOLÁS SÁNCHEZ- ALB ORNOZ


NARRATIVA

Espíritu universitario BARTOLOMÉ SEGURA RAMOS

Para quien no conozca de cerca el mundo universitario le sorprenderá esta novela de campus, modalidad narrativa con tradición anglosajona y norteamericana (W. Nabokov, T. Sharpe, Ph. Roth ...) y que ha suscitado interés actualmente en nuestras letras hispanas (G. Torrente Ballester, Javier Marías, A. Orejudo ... ). El "espíritu universitario" aún con privilegios, lo presenta Bartolomé Segura, como hiciera también últimamente Jordi Llovet en Adiós a la universidad. El eclipse de las humanidades, repleto de pasiones, recelos y situaciones irrisorias y absurdas. Sacarlo a la luz resultaba tabú y podría acarrear problemas de todo tipo a quien en él se hallase. Sus personajes, las situaciones y ambientes varios y caricaturizados, resultarán reconocibles a cualquier miembro del personal universitario por haberlos vivido y, por qué no, sufrido. He de reconocer que ha sido un relato que me ha interesado y, sobre todo, me ha divertido, por cuanto la descripción de ambientes y personajes, objetivo principal que su autor se preocupa en destacar, está bien conseguida. No parece pretender la novela presentar caracteres de honda densidad humana sino rasgos y aspectos particulares y personales en una dimensión grotesca y ridiculizadora. Es este rasgo el que la distingue y singulariza literariamente. Pero no solo es la universidad el punto que acapara la atención del narrador, al incluirse, asimismo, las relaciones fa-

miliares y de pareja y las arraigadas tradiciones folklóricas - ahí están las procesiones ele Semana Santa y las reacciones que provocan-, entre otras. Tiene, asimismo, la novela otros rasgos distintivos: su estructura en cuadros episódicos y el contrapunto (l () que trae inevitablemente al recuerdo La colmena, ele Ca· milo J. Cela), la ironía y la modalización polifónica, de ahí que el lenguaje sea variado, directo, con.el emp leo ele los vocablos y expresiones -ello constituye una de las características más plausibles de la novela- que mejor conforman el retablo universitario, al que, como Valle-Inclán , su autor manipula con actitud demiúrgica. Bartolomé Segura, especialista en lenguas clásicas, ha plasmado en Espíritu universitario, con acierto e inteligencia, la clásica advertencia horaciana ridentem dicere veruln. SANTIAGO FORTUÑO LLORENS

Universidad Jaume 1 de Castellón


NARRATIVA - TEATRO

Zero negative cero negativo ISABEL DEL RÍo

Araña Editorial, 2013 Una voz compulsiva, actos de irrefrenable intensidad, un viaje sin retorno ... Cero negativo es un libro concebido y escrito en inglés y español, por 10 que hay que hablar de versiones y no de traducciones. Algunos de los relatos tienen una clara contrapartida en el otro idioma, con sutiles variaciones. En otros casos, los dos textos -el inglés y el español- difieren por completo, aunque de alguna manera se complementan. Así, de un mismo origen nacen dos versiones, cada una con las particularidades y símbolos del idioma en que está escrita. El tema es el derramamiento de sangre , el propósito es lanzar una acusación al vacío.

Cosas de magos "Frente al espejo ya no había ilusión posible porque lo que reflejaba realidad también la exigía. Tras la actuación diaria, en esta o en otras poblaciones, el viejo mago se sometía a una mudanza donde bastaba un pedazo de algodón

embadurnado de crema amarilla. Lo hacía con gestos cortos . y firmes , primero una sección del rostro y luego otra, además sin orden aparente. Y en esta ocasión, la operación a medio terminar, se miró en el espejo sin saber quién era el de verdad y quién el de mentira" . Río nació en Madrid y ha vivido tod a su infancia y adolescencia entre España e Inglaterra. Periodista, locutora y traductora , desde hace dos décadas trabaja como lingüista en un organismo internacional con sede en Londres. Ha ganado varios premios de relatos y poesía en España y Reino Unido . ISABEL DEL

Ramillete de sainetes CELSA CARMEN GARCÍA VALDÉS

La historia del teatro está llena de obras amenas, brillantes, diveltidas o profundas que no han llegado a convertirse en clásicos de pIimera línea. Estudiadas en los manuales de literatura, rara vez editadas y apenas representadas, estas obras han quedado muchas veces ocultas para el público, al no existir una edición moderna. La Biblioteca Temática RESAD se propone llenar este vaCÍo con volúmenes que recojan textos con un criterio temático para ofrecer una visión amplia de cieltos movimientos, estilos o temas que son hoy patrimonio de los especialistas. Este era el caso del teatro breve que acompañaba a las comedias de nuestro teatro clásico. Aunque hoy existen numerosos estudios tanto de autores concretos como de determinados géneros , se había desatendido la publicación de antologías contemporáneas a las representaciones del siglo XVD, cuyo estudio resulta imprescindible para obtener una visión de conjunto del espectáculo teatral aúreo. Ramillete de sainetes es una colección muy completa, tanto por la variedad de géneros y temas como por la heterogeneidad

de sus autores. Esta edición crítica rescata un repeltorio que no había vuelto a ser publicado desde 1672 y que ofrece un amplio panorama de los gustos del público en una época de esplendor del espectáculo teatral. Ala vez, se recuperan obras y autores que constituyen parte de nuestro patrimonio t~atral clásico. CELSA CARMEN GARCíA VALDÉS


ENSAYO

Fisiognomía ROSIN A F. HETZEL

"La cara es el espejo del al ma". Esta frase tan conocida por todos es la q ue mejor describe el verdadero significado de la fisiog nomía . Gracias al análisis y la interpretación individual que se hace de más de 400 rostros de todas las razas, el lector co nocerá los pilares básicos que conducen al completo domino de la fisiognomía . Algun os de los objeti vos esenciales de Fisiognomía son: -Conseguir entablar un a comunicación clara con el interlocutor. -Apreciar con exactitud a la persona que tenemos de. lante. -Saber cuáles son nuestras posibilidades y las de los demás . -Potenciar la tolerancia , evitando sentencias equivocadas y malos entendidos. -Aceptar nuestras debilidades y desarrollar nuestro talento .

Las puertas de Roma JOSÉ VERÓN

La Roma imperial, durante la época turbulenta que va desde los incendios de la urbe y la caída de Nerón hasta el tenebroso mandato del cruel Domiciano, tuvo un testigo de excepción: Marco Valerio Marcial , el poeta satírico aragonés, nacido en Bílbilis, que relata sus experiencias por boca propia y, altern ativamente, por la de dos contertulios, profesores emérito s de la Uni versidad de Zaragoza. De este modo , los hechos narrados, las costumbres de la sociedad romana y la obra de Marcial tienen el contrapunto crítico de dos personaj es de nuestro tiempo , conocedores de la hi storia e interesados en el famoso ep igrami sta latino. La constante vari ación de perspectiva, sustituyendo en capítulos alternos el tiempo actual por el pasado romano , permite anali zar el conten ido de la narración, incluso di sc utir las actitudes de los protagoni stas: se trata de un a estructura ori gin al , dinámica, que mantiene e l interés del lector y lo introduce en la cultura de Roma y sus contrastes, así como en su re lación con la Celtiberi a.

Este libro nos permitirá conocer a los demás y a nosotros mismos,facilitando una convi vencia más to lerante. tanto en la vida privada como en el trabajo.


ENS AYO

Otro 98 es necesario PEDRO

J. DE LA PEÑA

La sensación que recorre el libro es clara, hace falta una intelectualidad que salve al pueblo , adocenado en gran parte por la telebasura y por la tecnología, de estos dirigentes inefi caces y, en muchos casos , corruptos. La Generación del 98 supuso un es tímulo enriquecedor para una España en decadencia, porque manifestaron con su alto nivel Clítico y sus obras un deseo de cambio , de regeneración social, como podemos ver por la nómina que adorna la pOltada del libro (editado impecablemente por Huerga y Fierro), donde hallamos a Azorín, los hermanos Machado, Unamuno, Ortega (más arraigado en el Novecentismo, pero partícipe de muchas discusiones de la época y de gran espílitu reformador), Baroja, Ramiro de Maeztu , Pérez de Ayala y Valle-Inclán. La pregunta resulta necesaria: ¿tenemos una nómina así de pensadores en nuestros días? Probablemente no; por ello, ese necesario espíritu que alumbra el libro de Pedro de la Peña, deudor de ese legado, lector atento y hombre de letras, también licenciado en Ciencias de la Información , 10 que le ha llevado a cultivar la prensa escrita en Las Provincias de Valencia y en otros peri ód icos nacionales. El escritor cántabro reúne los artículos escritos desde el 28 de octubre del 2010 hasta el 15 de septiembre del 2012 , introducidos ambos por un prólogo y un epílogo, este último titulado "Suspiros de España". En el prólogo , De la Peña nos advielte del error que supone ocupar la calle con la violencia, del acierto que supone destituir a toda la clase política (idea esencial en la mayoría de los rutículos del libro, que no cito, para que el lector los descubra por sí solos) desde la des estructuración de unas autonomías despilfamldoras para un país pequeño, lleno de diputaciones , concejalías, alcaldías, etc, todo ello, gasto innecesario que ha supuesto un denoche tenible para el país, aparte del pudridero que supone la corrupción de muchos de estos políticos, en ambos prutidos (PP y PSOE), debido a la situación de impunidad y de falta de control de sus cargos , muchos a dedo. En el epílogo, llamado "Suspiros de España", como cité antes , De la Peña nos habla del espíritu con~i1iador de hermanos que tuvieron que vivir la Guerra Civil en dos frentes distintos, que se dejaron llevar por ideas antagónicas , Manuel Machado haciendo un poema a Franco y Antonio Machado , republicano , muriendo en el exilio , en Colliure. Por ello, el escritor de Reinosa nos dice algo que también ilumina el libro y le dota de un sentido profundo, como lección que debemos aprender, si queremos evitar, de nuevo , la sangre innecesaria, en tiempos tan agitados en la calle como estos, cuando muchos

españoles están sufriendo el abuso de las clases diri ge ntes (políticos, bancos, etc.) a base de impuestos. desahucios. ~t c .: Ahora que hay gente poco estimulada para dividirnos y enfrentarnos, aprendamos de estos ejemplos de ami stad en la diferencia; de fraternidad en la consideración; en la parte de verdad que anima en tantas ocasiones a nuestros contendientes. Evitaremos de este modo - por mal que vayan las cosas- otr,1 estúpida y crimjnal guerra incivil , como lo son toclas. Así no tendremos que lamentar una vez más el rotundo fracaso ck nuestra convivencia y vernos obligados a "suspi rar por España" (p. ISO) . Final esclarecedor, porque nos invita a una solución pacífica de los graves problemas que vivimos, para un libro compuesto de artículos de gran agudeza, donde el hombre lúcido nos advierte contra todo extremismo , donde la denuncia está presente ("La democratización del robo", " ¡Bájense el sueldo. señorías!" , "Manifesaciones y juventud"), pero tambi én un humor irónico , necesario para seguir viviendo. p,u'a no caer en el pesimismo total ante el desamparo en que nos hallamos por elegir a políticos tan impresentables y deshonestos, en la mayoría de los casos ("Prohibido comer"). Recomiendo el libro porque nos hacer ver, con el estilo ameno de un escritor de larga trayectoria en la prosa, la poesía y el ensayo , la realidad en la que nos hallamos, la necesidad de una crítica que sea sólida, una intelectualidad que no esté comprada por un prutido o por otro , que sea independiente y pueda salvruTIOS, o , al menos, ayudamos, a salir de este túnel en que nos hallamos. Un ensayo necesario , en tiempos de grandes dificultades que , espero , puedan ver su fin un día. P EDRO G ARCíA CUETO


TEATRO

ENRIQUE LENZA GONZÁLEZ

Vivir una ilusión Obra en cuatro cuadros ENRIQUE LENZA

Vivir una ilusión Hace varios años leí una novela breve de don Miguel de Unamuno titulada Una historia de amor. Su argumento no solo trata de una bella historia de amor como su título indica, sino que nos lleva a reílexionar sobre si el camino que hemos elegido en nuestra vida es el auténtico o el que nos hemos visto obligados a seguir por las circunstancias. Como autor teatral intuí la posibilidad de hacer una adaptación teatral de la obra, pero por respeto a su autor desistí de tal proyecto . Ahora, al escribir la obra publicada en este libro , he aprovec hado algunos pasajes, muy pocos , para rendir un merecido homenaje a tan ilustre escritor. Vivir una ilusión es la tercera y última parte de una trilogía iniciada co n Isidoro Máiquez o el eterno sielncio de l olvido y co ntinu ada co n La amarga soledad, una conversación entre María Guerrero y Margarita Xirgu . Pero esta vez no se trata de personificar la vida de ningún actor o actriz como en las obras anteriores, sino de re nd ir un merecido homenaje a quienes dedican su vida i1 representar vidas de ficc ión para solaz esparc imiento de nu estro espíritu. E RIQUE LENZA GONZÁ LEZ nac ió en Madrid en 1928 e ini ció sus actividades teatra les en 1961 con la creación

Obra en cuatro cuadros

teatro

del grupo La Careta. Como dramaturgo , ha escrito y estrenado La voz de ayer perdida (1994) , Un hombre corno los demás (1986), Isidoro Máiquez o el eterno silencío del olvido (1996) y La cárcel de mis sueí70s (1999). Otr a ~ obras publicadas son: ¿Merecía la p ena vivir así? ( 19gg). El cisn.e en el estanque (1989), Nub es de verano ( 1989 L Un grito en el desierto (1991), Un hombre , un árbol, un Dios (1995), La amarga soledad ( 1999) , La casa viejo (2003), Réquiem por un torero (2003) , El monumento (2004), Flores de papel (2004), ¿Por qué Juan ha vuelto Q. beber? (2005), Un estilo de vida (2006) , Es p eligroso jugar con el amor (2007) y Zweig (2008). En este mismo sello editorial ha publicado Deslealtad (2010) y La hermosura de Angélica (2011).

ALFONSO SASTRE - Lenguaj e, drama, pensamiento ngollla y pri1, it-

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AC E -Asociación Colegial de Escritores de España HAN SIDO MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA DE ACE EN ESTOS 34 AÑOS DE HISTORIA Juan Ángel Jurista Agustín Lafourcade Luis Landero Enrique Lenza Ángel María de Lera Jacinto López Gorge Joaquín Marco Julián Marcos Adolfo Marsillach Fernando Martínez Laínez José María Merino Mario Merlino Pau Miserachs i Sala Juan Mollá Isaac Montero Ana María Navales Lauro Olmo . Ángel Palomino Salvador Pániker Jesús Pardo Pedro J. de la Peña Meliano Peraile Carmen Posadas Cesáreo Rodríguez Aguilera Mercedes Salisachs Ramón Sánchez Lizarralde Gonzalo Santonja Santos Sanz ViIlanueva Ramón Salís Andrés Sorel Elena Soriano Daniel Sueiro Francisco Vélez Nieto Alonso Zamora Vicente

REPÚBLICA DE LAS LETRAS,

PRESIDENTE:

JUAN MOLLÁ

ANO XXXV

Rafael Alberti VíctorAlperi Carlos de Arce Enrique Badosa Teresa Barbero Marcos Ricardo Barnatán Carlos Barral Antonio Beneyto Esther Benítez Carmen Bravo-ViIlasante Jesús Campos Josep M: Carandell Guillermo Carnero Antonio Colinas Carmen Conde José Corredor-Matheos Rafael de Cózar Guillermo Díaz Plaja Luis Mateo Díez Ana Diosdado Antonio Ferres Jesús Fernández Santos Gregario Gallego Francisco Garda Pavón José Luis Giménez Frontín Antonio Gómez Rufo Juan Manuel González Félix Grande . Alfonso Grosso Raúl Guerra Garrido Eduardo de Guzmán Antonio Hernández Ramón Hernández Paula Izquierdo Diego Jesús Jiménez

JUNTA DIRECTIVA DE ACE

VICEPRESIDENTES:

ANTONIO HERNÁNDEZ ANTONIO GÓMEZ RUFO S ECRETARIO

GENERAL:

ANDRÉS SOREL T ESORERO:

ENRIQUE LENZA VOCALES:

RAFAEL SOLER Relaciones institucionales TWIGGY HIROTA Medios de comunicación PABLO MÉNDEZ Actividades culturales CONSEJEROS:

RAMÓN HERNÁNDEZ DIONISIA GARCÍA LUIS ALBERTO DE CUENCA RAÚL GUERRA GARRIDO PAULA IZQUIERDO MANUEL RICO JUAN ÁNGEL JURISTO PRESID ENTE ACE ANDALUCÍA:

MANUEL GAHETE PRESIDENTE ACE TRADUCTORES:

CARLOS FORTEA PRSEIDENTE ACE TEATRO:

JES ÚS CAMPOS

es una revista no venal que se publica con el patrocinio de

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CEDrO "

CENTRO ESPAÑOL DE DERECHOS REPROGRÁFICOS

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