Historia de las Zompopas

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¡Hola! e d a n i e r a l y ! ¡Yo so s a p o p m n o e z s s e a l o n a z e l a é e r r a t e n d o c o l s u e t l í t e t n Mi e n m e a r i d i m u d g a e s e u , q o a r van a p a i r o t . s i s h a ñ a mi z a h s i m


¿Sa crea que yo bían sola millo r una logro gran nes tant de h o co colo a m nia c bita un e o un on 5 ntes spac a va , qu io ta ca p ¡Con e co or d n gr ozca me ía y ande n mi juzg que uen com sorp ocup o su u r s e t n e a dent la ve s ca des s e hi rdad mism as? s toria era os s rein i no y a s o d trop ical! el bosq y yo ue


Mi historia comienza en la co lonia de mi madre. Aunque en la colonia siempre están naciendo muchas ho rmigas muy trabajadoras, nosotras las reinas, y nues tros hermanos los machos, nacemos solamente una ve z al año, en la misma époc a. Eso sí, nacemos varios miles, y d esde bebés nos alimentan con mucha comida pues somos más gr andes y fuertes que el re sto de las hormigas. Nos tratan com o reinas y reyes porque so mos los únicos que podemos reprod ucirnos, por lo tanto, es nuestra responsabilidad pr opagar y perpetuar nuestra especie.

Nacimiento de la reina


Salida de la colonia

Después de nacer mis hermanas y yo somos cuidadas por las trabajadoras de la colonia hasta que nos desarrollemos por completo, incluyendo el fortalecimiento de nuestras grandes alas. Sí, ¡somos hormigas voladoras! Y así es como salimos de la colonia, ¡volando! Los machos también saldrán detrás de nosotras, pero les será difícil alcanzarnos, solamente los más fuertes lo lograrán.


¡Hay un detalle muy importante qué nunca debemos olvidar! El preciado hongo del cual nos alimentamos, pues sin él no podríamos empezar nuestra propia colonia… Por eso antes de partir, tomamos un pequeño trozo del hongo, del tamaño de una cabeza de alfiler, y lo colocamos en una cavidad especial que tenemos en la mandíbula. Y así por fin salimos de nuestra querida colonia madre, volando hacia nuestro destino.


Vuelo nupcial

El vuelo nupcial es como nuestra noche de bodas, el momento en que ocurre nuestro apareamiento. Volamos muy alto, donde nadie nos puede ver, por eso los machos tienen que poner mucho empeño en alcanzarnos, lo cual asegura que sólo los más fuertes serán padres de las nuevas generaciones de zompopas. Allá en el cielo, fui fertilizada por tres machos, y algunas de mis hermanas hasta por cinco y seis. Tal vez esto les suene extraño, pero no olviden que sólo nos apareamos una vez en nuestras vidas, y esa noche necesitamos acumular suficiente material genético para poder producir hasta 200 millones de huevos. Sí, ¡200 millones de huevos! Ser reina no es fácil, después de todo…. Vivimos hasta 20 años y durante la mayor parte de ese tiempo no hacemos nada más que poner huevos.


Pero os l e u q r o j e m de s é u p s e la tenemos d o t jus n e r a e r u r e m i t s e a r l b a o p r machos: los al, exhaustos. Al baja hí… Es una a ci o p u d n n e i o l c e a u y v n ellos á r e a d nuestro r g s o o l t : n s e i erto ar c u v r m e o s d b o o t s l o e nd , s á t o podem s ñ e a o s n o h o c r u m pe r , o é p s s o l a g , i a m m r i lást de ho s í! e m l i e m d e o d r t s n e de n o r a ser padr d e u q s ne pues sus ge


Fundación de la nueva colonia

Al terminar nuestra difícil travesía en el cielo, nos toca una tarea aún más complicada: ¡fundar una nueva colonia! Desde el aire seleccionamos un lugar adecuado, por ejemplo, nos gustan mucho los claros en medio del bosque, y así bajamos hacia la tierra. Más del 90% de mis hermanas reinas no sobreviven los primeros 3 meses, víctimas de enfermedades, depredadores y otras amenazas como el propio ser humano, quien en algunos países gusta de cocinarnos y comernos.


Imagino lo que están pensando, que después del todo la vida del macho no es tan mala, pues ellos se divierten y ya, mientras a nosotras nos queda hacer todo el trabajo, ¡pero no nos importa, nosotras somos fuertes! ¡Sí que lo somos!


Lo primero que hacemos es cavar un túnel de unos 20 a 30 cm y crear una pequeña cámara subterránea donde colocaremos nuestro preciado fragmento de hongo. Una vez expulsado el hongo, sellamos el túnel y nos preparamos para los próximos dos meses de soledad y trabajo intenso. Ya desde el primer día comenzaré poniendo mis primeros huevos, con lo cual la colonia, mi nuevo hogar, será oficialmente inaugurada.


Primeros días de la fundación y labores de la reina

Los primeros días son los más difíciles, luego del primero ya estoy al cuido de huevos, y en unos cuantos más tendré mis primeras larvas. No puedo comer de mi hongo, pues aún está muy débil y no puedo arriesgarme a dañarlo, si el hongo muere no hay ninguna esperanza de sobrevivir para la nueva colonia. ¿Cómo hago entonces para no morir de hambre? Mi organismo degrada y convierte los fuertes músculos de mis alas en energía, pues de todos modos ya nunca más volveré a volar. Además consumo el 90% de los huevos que pongo, ya que de todas formas no los puedo mantener a todos.


También me encargo del cuido de mis bebés, pues tengo que alimentar y atender a mis primeras larvas, y como si fuera poco, debo encargarme además de cultivar mi jardín fúngico, lo cual también requiere de mucho esfuerzo de mi parte.


Al cabo de un mes nacerán mis primeras hijas, todas serán hembras. Cada una proviene de un huevecillo fertilizado con un espermatozoide que guardé en mi espermateca, una especie de reservorio a largo plazo para el material genético que recibí en el vuelo nupcial. En unos años, cuando la colonia ya sea grande, dejaré que algunos huevos sin fertilizar se desarrollen, pues así nacen los machos. Los pobres solo tienen la mitad de nuestros genes, por eso solo sirven para dos cosas: comer y cortejarme.


Desarrollo de la colonia: Etapas de desarrollo. Mi trabajo se hace más fácil a medida que nacen mis primeras hijas. Luego de tres semanas, las larvas se convierten en pupas, ocurre la metamorfosis y se producen las primeras hormigas. Estas se alimentan del hongo y a su vez comienzan a encargarse de todas las labores de la colonia. Las nuevas trabajadoras finalmente abren un agujero al exterior y se encargan de recolectar los primeros trozos de hojas con los que comenzarán el cultivo de mi jardín fúngico.


No todos los huevos que pongo son viables. Por eso mis hijas me alimentan de ellos y trozos del hongo. Con esto me mantengo sana y fuerte. Ellas me van a cuidar por el resto de mi vida, y así me convertiré, más que en una reina, en una máquina de poner huevos por los próximos 20 años…


Castas y sus labores

Al principio, todas mis hijas son del mismo tamaño, unos 3mm. Este tamaño es lo suficientemente pequeño para cultivar al hongo consumiendo poco alimento, y lo suficientemente grande para cortar hojas y traerlas a la colonia. Pero luego de unos 6 meses, empezaré a tener hijas de diferentes tamaños, cada una especializada en sus labores. ¡Aquí se las presento!

Trabajadoras máximas ¡Mi fiel ejército! -Son mis hijas más grandes. Pueden pesar 200 veces más que mis hijas pequeñas -Tienen grandes mandíbulas que fácilmente pueden cortar la piel humana como si estuvieran cortando una hoja. - La mayoría del tiempo permanecen dentro de la colonia y solo salen en casos de peligro, como el ataque de otros insectos, osos hormigueros o los humanos que llegan a molestarnos.


Trabajadoras medianas ¡Mis recolectoras! - Son las encargadas de recolectar las hojas que servirán para cultivar mi jardín fúngico. - Son las más conocidas de mis hijas pues marchan en largas filas por el bosque cargando cada una un trozo de hoja en su mandíbula. - Este material vegetal lo llevan a la colonia para que sea cortado en fragmentos cada vez más pequeños, hasta entregarlos a las trabajadoras mínimas.


Trabajadoras mínimas ¡Mis queridas agricultoras! - Son las más pequeñas y abundantes, entre ellas mismas existen varios tamaños: - Las primeras se encargan de preparar una pasta para cultivar al hongo, mezclando los fragmentos de hojas con sus fluidos fecales. - Trabajadoras más pequeñas toman la pasta y la colocan en nuevos lugares para sembrar ahí más hongo y expandir mi jardín fúngico. - Las trabajadoras más pequeñas se encargan del cuido del jardín, removiendo todo agente extraños y avisando al resto de la colonia si hay infección.


Las más jóvenes pasan la mayoría del tiempo realizando tareas dentro de la colonia, el lugar más seguro. Mis hijas de mayor edad llevan a cabo tareas que implican un mayor riesgo y una mayor posibilidad de morir. Esto está justificado pues aunque sean preciadas para mí, ¡no puedo arriesgar a las más jóvenes que tienen más mayor tiempo de vida por delante!


Por ejemplo: Mis trabajadoras mínimas de mayor edad se convierten en jinetes de las forrajeras. Las acompañan en la recolecta y de vuelta se montan en la hoja para proteger a mis forrajeras de insectos parásitos que quieren depositar sus huevos en sus cabezas. ¡Busca las hormigas jinetes la próxima vez que encuentres a mis hermanas zompopas en tu camino! Asimismo las trabajadoras medianas de mayor edad se encargan de lidiar con las invasiones de enemigos pequeños como otras hormigas y además de manejar los desechos de la colonia, un trabajo peligroso pues conlleva un mayor riesgo de adquirir infecciones mortales.


Forrajeo (recolecciĂłn de hojas)

Ser una forrajera no es nada sencillo. El recorrido de una de mis hijas de vuelta a la colonia equivale a que un humano recorriera una distancia de 50 Km a una velocidad de 400 metros por minuto, transportando 225Kg de peso. Ni las largas marchas de los legionarios romanos se equiparan con las travesĂ­as de mis forrajeras. Mis forrajeras son bien conocidas a lo largo de Costa Rica y la mayor parte de AmĂŠrica. Ellas dejan un largo y marcado camino.


No somos nada tontas a la hora de explorar, mis hijas pueden marcar muy bien un camino hacia un árbol con hojas de buena calidad. Logramos esto mediante potentes químicos llamados feromonas. Con 1 mg de nuestras feromonas se podría marcar un camino a seguir para mis trabajadoras que equivaldría a darle vuelta a la tierra 3 veces.


Rara vez comemos todas las hojas de un árbol, más bien realizamos podas y permitimos que se regeneren para posteriormente volver a ellos. En las copas de los árboles mis hijas son capaces de señalar las mejores hojas mediante vibraciones que alertan a sus hermanas. Ellas cortan hojas de acuerdo a su tamaño, utilizando sus patas para medir el fragmento que pueden transportar. Una vez medida su carga, cortan la hoja con sus poderosas mandíbulas que se asemejan a un cuchillo eléctrico, porque vibran mientras van cortando. Lo siguiente es traer los cortes de hoja de vuelta a nuestro hogar!


Cultivo y mantenimiento del jardín fúngico

Yo y mi hongo, mi hongo y yo... cuando 2 especies como nosotros convivimos tan estrechamente debemos aprender a comunicarnos. Mi hongo es capaz de comunicarle a mis trabajadoras mínimas cuando se siente bien, cuando esta incomodo e incluso puede comunicarles cuando un material vegetal es de buena calidad o cuando está teniendo un efecto nocivo sobre su salud. Mis trabajadoras están en constante vigilia del jardín fúngico, encargándose así de mantenerlo más limpio posible. Ellas controlan la población de seres vivos que crecen en él, favoreciendo a bacterias benéficas y eliminando de inmediato cualquier parásito invasor. Se comunican con las forrajeras y les indican la calidad de las hojas que están introduciendo a la colonia y si estas causan algún daño al hongo. Por lo que es común ver a mis trabajadoras mínimas extrayendo porciones de hongos ajenos a la colonia, o probando con sus antenas el jardín en busca de sitios dañados para encargarse de su reparación.


¡Para nosotras la higiene es lo más importante!

Mis hijas mantienen muy limpio mi jardín y para eso crean botaderos para todos los desechos que este genera, evitando la acumulación de residuos. Las hormigas más viejas de mi colonia se encargan de esta labor debido al alto porcentaje de mortalidad que conlleva este trabajo por contagio de enfermedades.


Los desechos son colocados en cåmaras especiales para esta tarea, pero ciertas especies de zompopas, como mis primas las Atta colombica, han desarrollado un sistema de botadero afuera de la colonia. Éste es conocido entre los humanos por su potencial repelente contra hormigas. Las trabajadoras no tocan el botadero, es peligroso, por ello cuando sacan la basura se suben a una rama o lugar alto desde donde lanzan su carga.

CĂĄmaras de desecho



Colonia Madura

¡Las cosas aquí están creciendo a un ritmo increíble! Una colonia como la mía de aproximadamente 8 años y con 4-5 millones de habitantes puede ocupar un volumen de 20m3, un área de 60m2 y puede llegar a tener una profundidad de 8 metros. En mi colonia tenemos unas 2000 cámaras excavadas de las cuales unas 250 contienen jardín fúngico. Para construir mi reino fue necesario remover hasta 40 toneladas de tierra. ¡Esto equivale en términos humanos a la construcción de la Gran Muralla China! ¡Si, las zompopas somos así de sorprendentes!


Los hogares tan grandes como el m铆o conllevan un problema evidente de ventilaci贸n, ya que se acumulan grandes cantidades de CO2 debido a nuestra respiraci贸n y la del hongo cultivado. Para esto hemos desarrollado un eficiente sistema de aireamiento mediante una gran cantidad de t煤neles y de torres elevadas que captan el aire fresco y permiten que haya un intercambio gaseoso con el interior de la colonia. Por ello dentro de la colonia la temperatura siempre es agradable, ideal para el crecimiento de nuestro cultivo.


DespuĂŠs de un largo recorrido mi colonia finalmente esta lista. Una vez al aĂąo produciremos nuevos machos y nuevas reinas para que inicien su propia aventura y mi especie siga en expansiĂłn.


Diseño y diagramación: DISEÑO Y COMUNICACIÓN J Y D S.A. dicom@ice.co.cr Tel.(506) 2280-8886


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