5 minute read

Una Descripción General de los Temas Básicos del Dharmadhātustava

Una Descripción General de los Temas Básicos del Dharmadhātustava

Dada esta larga y rica “historia” de la mente luminosa cubierta únicamente por las manchas adventicias, el tema del Dharmadhātustava de Nagarjuna y cómo se enseña no es en absoluto inusual, excepto cuando uno tiene su propia agenda establecida de lo que se supone que debe decir como un “verdadero” Mādhyamika y lo que no. De hecho, dado que casi todos los demás en el mundo Budista Mahayana hablan sobre la mente luminosa y el Tathāgatagarbha, la pregunta no parece ser por qué Nagarjuna enseñaría sobre este tema, sino por qué no lo haría.

Advertisement

En cuanto al texto del Dharmadhātustava, solo seis de sus versos (18-23) se conservan en Sánscrito, como se cita en el Sekoddeśaṭīkā de Naropa.297 La traducción al Tibetano en 101 versos fue preparada por Kṛṣṇa Paṇḍita y el traductor Tibetano Nagtso Lotsāwa Tsültrim Gyalwa298 a mediados del siglo XI. Las ediciones Tengyur de Pekín (P2010; ka, fol. 73a.7–77a.8), Derge (D1118; ka, fol. 63b.5–67b.3) y Narthang (ka, fol. 70a.1–74b.7) muestran una serie de variaciones, pero solo unas pocas son significativas (ver traducción). El canon Budista Chino contiene dos traducciones del Dharmadhātustava (Taishō 413 y 1675), traducidas por el famoso maestro tántrico Amoghavajra (705–774) y Dānapāla de Uḍḍiyāna a principios del siglo XI, respectivamente. A diferencia del Tibetano, Taishō 413 tiene 125 versos (sus versos 91–112 y 116–119 no se encuentran en el Tibetano) y también muestra varias lecturas variantes. Taishō 1675 no es una traducción literal, sino una interpretación más libre del significado en ochenta y siete versos.299

En cuanto al contenido del Dharmadhātustava, lo que se dijo anteriormente sobre la combinación de enfoques afirmativos y negativos en las alabanzas de Nagarjuna sin duda se aplica más a este texto. En cierto modo, se puede decir que combina el estilo del segundo y tercer giro de la rueda del Dharma, logrando un equilibrio entre la ausencia de naturaleza de todos los fenómenos y la verdadera naturaleza de la mente. Muchos de sus versos están de acuerdo tanto con las enseñanzas sobre la vacuidad como en las obras Madhyamaka de Nagarjuna y las

instrucciones sobre la naturaleza de Buda que se encuentran en los sutras de Tathāgatagarbha y el Uttaratantra de Maitreya.

Esto último es especialmente cierto para los ejemplos que ilustran el tema principal del Dharmadhātustava ‒la mente luminosa o el Dharmadhatu están oscurecidos por las manchas adventicias pero esencialmente no están manchados por ellas, revelando todas sus cualidades en su totalidad, una vez que estas manchas se eliminan. El texto contiene doce ejemplos de este tipo: (1) la mantequilla dentro de la leche (versos 3-4); (2) una lámpara dentro de un jarrón (57); (3) un berilo incrustado (9-10); (4) el oro en su mineral (11); (5) los granos de arroz en sus cáscaras (12-13); (6) el sol y luna cubiertos por cinco oscurecimientos (18-19); (7) una prenda ignífuga sucia (20-21); (8) el agua profunda en la tierra (23); (9) un bebé en el útero (27); (10) la misma agua está fría o tibia (36-37); (11) la leche mezclada con agua (62–63); y (12) la luna creciente (74–76). Hay dos ejemplos más que ilustran que no hay resultado sin una causa: las semillas en general (16-17) y las semillas de la caña de azúcar en particular (69-73). El ejemplo del árbol de plátano (14-15) es una metáfora un tanto mixta aplicada a los dos sentidos recién mencionados, ya que el ejemplo mismo dice que una fruta dulce crece de algo sin médula, mientras que su aplicación en el siguiente verso dice que el samsara sin médula que se libera de la corteza de las aflicciones es el fruto de la Budeidad. Juntos, los treinta versos sobre estos ejemplos y sus significados constituyen casi un tercio del texto.

El texto también dice repetidamente que el Dharmadhatu o la mente cubierta por las manchas adventicias es el samsara, mientras que cuando se descubre es el nirvana (1, 2, 37, 46–48, 56, 64, 79–80 y 88). Desde la perspectiva de los seres sintientes, hay tres fases del Dharmadhātu: (1) al estar completamente oscurecido por las aflicciones, se le llama un ser sintiente; (2) al estar en el proceso de volverse gradualmente no obscurecido, se le llama Bodhisatva; y (3) estar completamente no obscurecido, se llama Budeidad o Dharmakaya (74–76). En el mismo sentido, la iluminación no es ni cercana ni lejana, siendo solo una cuestión de realizar el siempre presente Dharmadhatu o no (49, 61), que ocurre a través o como la experiencia personal de la propia conciencia o sabiduría (1, 29, 46, 56, 61). Al mismo tiempo, en la dicción clásica Madhyamaka, el Dharmadhatu se caracteriza como no surgido e incesante (8); libre de yo y mío, así como de todas las características, como el género (24-25); igual al cielo (87); completamente inconcebible; y más allá de las esferas del habla y los sentidos (89-90). Se dice que todos los fenómenos son vacíos, no existentes, simplemente surgen y cesan de manera dependiente, siendo madhyama ‒el centro mismo (30-33). Las concepciones sobre el yo, lo mío o cualquier otra característica de los fenómenos son los mismos oscurecimientos (28, 64). De manera similar al Uttaratantra, el verso 22 aborda la cuestión de la relación entre las enseñanzas del Buda sobre la vacuidad y el corazón del Tathagata, afirmando que la vacuidad sirve como remedio para las

aflicciones, pero nunca invalida la naturaleza luminosa de la mente. Esto lo confirma el verso 26, que dice que la vacuidad o la ausencia de naturaleza es lo que mejor purifica la mente. En términos de la aplicación práctica de esto no solo en la meditación formal sino a lo largo de la vida, los versos 38-45 hablan de la realización directa del Dharmadhatu al penetrar en la esencia misma de las cinco conciencias sensoriales y la conciencia mental, incluidos sus objetos, que es sorprendentemente similar a lo que se dice al respecto en las instrucciones Mahāmudrā y Dzogchen. Otros temas del texto incluyen cómo los Budas se aparecen a los seres sintientes (51–55); que el Dharmadhatu es la base fundamental de todo en el samsara y el nirvana (2, 57–59); las diez pāramitās como medio para revelar el Dharmadhatu (66–68); la progresión de los diez bhūmis de Bodhisatvas (78–87); y el logro de la Budeidad como el “cambio fundamental de estado” final, incluida su interacción con los Bodhisatvas en el décimo bhūmi (88-101).

En resumen, la noción de Dharmadhatu que Nagarjuna presenta aquí claramente no es pura vacuidad (y mucho menos vacuidad en el sentido de una negación no implicativa), ni simplemente la naturaleza de los fenómenos como el objeto último a realizar. Más bien, el Dharmadhatu se entiende como el estado natural de la mente pura luminosa. Esta es la sabiduría experimentada personalmente (el sujeto último sin ninguna dualidad de sujeto y objeto), en otras palabras, la Budeidad llena de cualidades iluminadas, que representa un beneficio infinito tanto para uno mismo como para los demás.300