Mejor acceso a los mercados para los productores - El hilo rojo a través de cuatro proyectos du TDC

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Agricultores bolivianos después de recibir cu certificación ecológica © AOPEB

Las cooperativas agrícolas y los grupos productores en el Sur muchas veces tienen múltiples características en común: un gran compromiso y mucho potencial, pero también una clara falta de medios y de conocimientos del mercado, por lo que se pierden las oportunidades para el desarrollo. Es en este aspecto que el Trade for Development Centre (TDC), un programa de la Agencia belga de desarrollo, quiere marcar la diferencia con su apoyo financiero.

Estos son algunos ejemplos de acciones concretas dentro de los proyectos del TDC:

Para el TDC el comercio justo y sostenible constituye una fuerte arma en la lucha contra la pobreza y para el desarrollo sostenible. El TDC centra sus acciones de ayuda en proyectos en los 18 países socios de la cooperación belga al desarrollo y lo hace en tres ámbitos: el fortalecimiento del poder de organización de grupos de pequeños y medianos productores, la mejora de la calidad de sus productos y el aumento de sus conocimientos del mercado, todo ello a nivel local, regional o internacional.

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Formaciones para jefes para mejorar sus capacidades de dirección;

Consultoría para el desarrollo y la mejora de la calidad de productos;

Participación en ferias comerciales nacionales o internacionales para presentar los productos y entablar contactos comerciales;

Apoyo para la certificación de comercio justo o ecológica;

Consejos acerca de ciertas oportunidades como por ejemplo el mercado de los créditos de carbono


Paso a paso se logran resultados: de momento hay seis supermercados en Belén que ofrecen productos de cooperativas locales. El nuevo proyecto contiene planes para contactar con hoteles y restaurantes en la parte turística de la ciudad y entablar contactos con los mayoristas palestinos. Otras cooperativas están muy interesadas también; parece que las cosas se han puesto en marcha.

Para hacer concretas las cosas nos enfocamos en cuatro organizaciones que han recibido apoyo en los últimos años. Empezamos en los Territorios Palestinos, más precisamente en Cisjordania. En 2006 se creó, con apoyo europeo, el Fair Trade Development Centre (FTDC) en la Universidad de Belén. Las primeras acciones de este centro se enfocaban en la certificación de comercio justo del aceite de oliva palestino y su acceso al mercado de comercio justo europeo. Hoy el FTDC se centra en las numerosas cooperativas agrícolas y pequeñas empresas que constituyen la columna vertebral de la economía palestina pero que muchas veces no disponen de las capacidades comerciales y las redes para aprovechar su potencial.

De Palestina pasamos al Perú, más precisamente a las comunidades Shipibo Conibo en la Región Amazónica. Estas comunidades viven tradicionalmente de la selva y de la tala, pero los precios que pagan los compradores por su madera son muy bajos.

TDC empezó la colaboración en 2009 y la prolongó en 2014. “En un contexto frágil el FTDC logra en muchos sentidos llevar a un nivel superior las cooperativas agrícolas que muchas veces son muy vulnerables”, dice Steven De Craen, Financial Support Officer del TDC. “El hilo rojo en su historia es la transformación que necesitan las cooperativas palestinas hacia un enfoque más empresarial. Si éste genera ingresos más estables y más altos, también se podrá reforzar el lado social.”

En 2005 obtuvieron como primera comunidad indígena la certificación FSC con la ayuda de la ONG peruana AIDER (Asociación para la Investigación y el Desarrollo Integral). Esperaban mejorar económicamente gracias a esto pero no fue lo que pasó. La organización no era su fuerte y no sabían suministrar la calidad y la cantidad necesarias. El potencial estaba ahí, pero faltaba la base.

La estrategia es la misma en cada proyecto: El FTDC selecciona cierto número de cooperativas y las asesora a través del trayecto, esperando así que se conviertan en un modelo para muchos otros. La formación es fundamental: los jefes obtienen un diploma de ‘gestión de cooperativas’ en la universidad y los colaboradores son formados en contabilidad, gestión del stock o marketing. Por otra parte, también hay dinero disponible para micro-proyectos dentro de cada cooperativa, como la compra de un exprimidor de jugos o de un pequeño equipo de refrigeración para poder conservar mejor las verduras. La participación en algunas ferias y festivales de comercio justo, que forma parte del primer proyecto, enseñó que la mayor parte de las cooperativas palestinas no está preparada para la exportación. Habrá que abordar primero cosas elementales como calidad, presentación y embalaje o la fabricación de material de promoción. Los estudios mostraron además que los habitantes de las ciudades palestinas muchas veces dudan de la calidad y de la higiene de los productos locales. Por eso es esencial trabajar en procedimientos para el control de calidad y en la certificación de productos con un sello de calidad de la Autoridad Palestina.

Shipibo Conibo– leñadores en el trabajo © Sebastien Bouhon/Bos+

A petición de BOS+, una ONG flamenca que lucha por una gestión forestal sostenible, TDC empezó en 2010 con la financiación de un proyecto de tres años. El punto de partida fue una serie de formaciones en administración, contabilidad, planificación estratégica y marketing para los miembros de la comunidad. En el terreno mismo se organizaron talleres técnicos. Pero la acción más importante fue sin embargo la construcción – con fondos del TDC y otros donantes – de un centro de almacenamiento.

Productos de las cooperativas en los supermercados © FTDC

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la que los agricultores dentro de un grupo de productores se controlan mutuamente. Los miembros locales de la organización son formados para ser ‘evaluadores’ que realizan los controles y documentan todos los datos. Después de esto, se pueden limitar a un control anual por un organismo de control independiente. Un sistema tal abre la puerta a un mercado interior con productos ecológicos certificados de pequeños productores.

Ahí no sólo se colecta la madera, sino también se lleva a cabo el secamiento, el aserrado y la transformación de la misma. Así una parte del valor añadido se queda en la región. Ahí también se pueden almacenar artesanía u otros productos del bosque o de madera de las comunidades. Con la ayuda de AIDER las cinco comunidades participantes crearon la primera empresa ‘indígena’ en la Región Amazónica peruana, llamada Citeindigena (Centro De Transformación e Innovación Tecnológica Indígena) para gestionar el centro y la venta.

Los últimos años el TDC apoyó la creación de un SPG tal en cinco comunas repartidas por el país. Con éxito: a principios de 2014 ya había 108 evaluadores trabajando y 942 familias tenían su certificado en la mano. Steven De Craen dice al respecto: “La historia de SPG en Bolivia es única, pero la certificación sólo es un primer paso. Ahora hay que luchar por un lugar en el mercado, lo que en los últimos años no ha resultado nada evidente. Por eso hemos decidido brindar a este importante proceso todas las oportunidades a través de un proyecto de seguimiento.”

Los primeros resultados son prometedores. El proyecto ha generado más empleos, más conciencia sobre la importancia de la gestión forestal sostenible así como ingresos más altos para las comunidades. El 10% de esto se pone en un fondo común de infraestructura para la construcción de escuelas o la instalación de electricidad. Pero desde el punto de vista comercial queda un largo camino por recorrer, en parte porque muchos compradores peruanos no están dispuestos a pagar un precio más alto por la madera certificada, y por otra parte porque sus productos no responden suficientemente a la demanda del mercado, por lo que la exportación sigue siendo un sueño lejano.

AOPEB apuesta plenamente por la cadena corta, sobre todo a través de mercados de productos ecológicos locales. Otra oportunidad son los desayunos escolares. El gobierno boliviano quiere ofrecer a los niños en la escuela una comida sana y los grupos de productores negocian con las autoridades locales qué productos pueden ofrecer para esto.

Para remediar este aspecto Citeindigena, AIDER y BOS+ planean construir un sitio web bilingüe, elaborar un catálogo más amplio y sobre todo realizar una prospección del mercado más profunda, tanto a nivel nacional como internacional, para identificar a clientes potenciales. "Hemos aprobado este trayecto de seguimiento”, según Steven De Craen, “porque queremos brindar a Citeindigena todas las oportunidades para aprovechar su ventaja única: madera certificada de una empresa indígena, única en Perú, un país donde la tala ilegal constituye más la regla que la excepción.”

La última historia nos lleva al interior de África, más precisamente a las colinas alrededor del Lago de Kivu. Por su papel dirigente en el 'renacimiento del café congolés' la cooperativa SOPACDI (Solidaridad Paisana para la Promoción de las Acciones Café y Desarrollo Integral) recibió hace poco un premio de sostenibilidad de la 'Specialty Coffee Association of America'. “¿Quién lo hubiera pensado?”, exclamó Joachim Munganga, presidente de SOPACDI, al final de sus palabras de agradecimiento.

Del Amazonas peruano al Altiplano boliviano es un paso hacia arriba no sólo literal sino también metafóricamente. Efectivamente, la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos (AOPEB) es una organización que ya ha avanzado más que las dos anteriores. Fue creada en 1991 y abarca hoy más de 60 grupos de productores en 9 departamentos. Su trabajo de años de presión ha dado mucho fruto. En 1996 se creó BOLICERT, lo que bajó los costes de la certificación ecológica para la exportación. En 2006 se reconoció legalmente la agricultura ecológica y en 2012 se creó un marco legal para un Sistema Participativo de Garantía (SPG), una forma de certificación ecológica con

Los agricultores están orgullosos de su café y su cooperativa© SOPACDI

Sin embargo SOPACDI se encuentra en el Congo oriental, una región que en los últimos veinte años ha sido muy marcada por la guerra y la violencia. Los agricultores muchas veces tenían que huir y abandonar sus campos de café. Cuando sí podían cosechar, estaban expuestos al chantaje de los pocos compradores que se atrevían a adentrarse en la región. Cientos de agricultores se ahogaron en el lago cuando intentaban vender su cosecha de café en Ruanda.

Productos orgánicos al honor © AOPEB

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Aunque un cafeto nuevamente plantado sólo lleva frutos después de tres años, la productividad ahora ya ha aumentado mucho gracias a las sesiones de formación sobre técnicas de cultivo sostenibles en las que participaron no menos de 3000 miembros.

Fue la cooperativa ruandesa COOPAC la que puso a SOPACDI en contacto con ONGs y organizaciones de comercio justo. “A partir de entonces la cooperativa ha recorrido un camino asombroso”, confirma Steven De Craen, “gracias al compromiso de la gente que lucha por un futuro y con el apoyo de la extraordinaria calidad de su café Arábica.” En 2008 salió el primer contenedor con dirección a la organización de comercio justo inglés Twin. La dura labor no solamente llevó a una certificación de comercio justo sino también a una certificación ecológica. En 2011 Oxfam-Tiendas del Mundo introdujo en el mercado belga café del Lago de Kivu y hoy la consolidación en el circuito de comercio justo es un hecho, desde América hasta Nueva Zelanda.

Las fluctuaciones de precios en el mercado mundial no ayudaron a la cooperativa, que sigue luchando por ganar y mantener la confianza de los miembros. Pero visto las circunstancias – las guerras de muchos años, la total ausencia de un gobierno congolés y la pobreza casi endémica en la región – los resultados son espectaculares: hay cada vez más miembros (por el momento 5600), hay cada vez más contenedores vendidos y los ingresos para los agricultores han aumentado claramente. Los premios de comercio justo bastante altos se han invertido por parte en una gran instalación de lavado y en mesas de secado, y por otra parte han sido concedidos a los agricultores.

También el TDC apoyó la organización con un proyecto, centrado sobre todo en el aumento de la productividad. Como la mayor parte de los arbustos de café data de hace mucho tiempo antes de la guerra civil, se invirtió en plantaciones para cafetos jóvenes y árboles para la sombra.

“La exportación del café sin duda alguna significó trabajo e ingresos, y desde luego esperanza. La mejor prueba son los ex soldados y rebeldes que cambian sus armas por cafetos”, concluye Steven De Craen.

E.R.: Carl Michiels, CTB Rue Haute 147 1000 Bruselas

Des agriculteurs palestiniens commercialisant leurs produits dans les supermarchés locaux, des bûcherons créant la première entreprise indigène d’Amazonie péruvienne, des agriculteurs boliviens organisant régulièrement des marchés bio, et des caféiculteurs congolais exportant des conteneurs de café de qualité : tous ces exemples montrent comment des gens passionnés peuvent se construire un futur en optant pour un commerce équitable et durable.

Avec leur production du bois durable à travers la fôret amazonienne préruvienne © Sebastien Bouhon/Bos+

Las opiniones vertidas en esta publicación no necesariamente coinciden con las de la CTB o la Agencia Belga de Desarrollo.

Fuentes: Propuestas de proyecto, evaluaciones e informes en el Trade for Development Centre. FTDC: www.bethlehem.edu/icp/ftdc AIDER: www.aider.com.pe, www.citeindigena.com, www.bosplus.be/nl/onzeprojecten/projecteninhetzuiden AOPEB: www.aopeb.org SOPACDI: www.sopacdi.com; Reportage TV5 Monde: https://www.youtube.com/watch?v=i0XB5MfiurU (FR), https://www.youtube.com/watch?v=-TCZqediSW0 (NL); entrega del premio: https:// www.youtube.com/watch?v=xSqYY4QcpwY&feature=em-upload_owner.

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