Lo que Agustín cuenta

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ESCUELA SECUNDARIA No. 1 AGUSTÍN VADILLO CICERO SEMANA CULTURAL VADILLISTA 2021 - 2022

LO QUE AGUSTÍN CUENTA


Escuela Secundaria No. 1

PRESENTACIÓN

Agustín Vadillo Cicero Nuestra escuela, preocupada por promover la cultura, así como de poner en práctica los conocimientos adquiridos en las aulas, se ha dado a la tarea de editar esta revista escolar que es motivo de orgullo para maestros, padres de familia y alumnos, ya que es el resultado de la creatividad y esfuerzo por alcanzar un producto de calidad.

Antologador Prof. Saúl M. Tuyub Castillo Escritores Mayté Acal Hú Mérida Abigail Gala Guerra Diego Abraham Cruz Patrón

En este ejemplar encontrarás dos géneros literarios, cuento y poesía. En el primero encontrarás elementos mágicos y simbólicos desarrollados en ambientes realistas. En el segundo experimentarás diversas expresiones relacionadas con los senti-

Saraí de Jesús Ek Basto Ilustradores Andrea Paola Pérez Manzanilla Isabella Albertos Isabella Gutierrez

mientos.

Fernanda Monforte También encontrarás ilustraciones de muy buena

Alejandra M. Manrique Cetz

calidad. En la presentación de esta revista podrás

María Fernanda Aguilar Arceo

disfrutar de los dibujos físicos, incluyendo los que no pudieron ser parte de esta antología.

Lizbet Naomi López Pantí Elmy Yoselín Nah Couoh Sophia Desireé Bolaina Félix

Atte.

Eleonor Hernández Canté Prof. Diego Clemente Várguez Tamayo Director de la escuela

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Rodrigo Granados M.


Dos almas en un cuerpo Mayté Acal Hú / 1B

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ra un día como cualquier otro, llevábamos como diez minutos esperando y la fila de coches no se movía. En eso mi papá bajó para ver qué pasó y el vio un choque más ade-

lante; dos niñas habían fallecido en distintos vehículos. Una de más o menos doce años y la otra como de catorce años. Toda la gente me dice que yo soy extraña que porque me río de la nada o porque cuento cosas que a otros les da miedo; pero en el momento en que fallecieron las niñas, vi dos almas corriendo entre la fila de vehículos. De inmediato me bajé y las seguí. Mi mamá alcanzó a preguntarme ¿a dónde vas?, le dije que perseguía a las almas de las niñas; ella se quedó aterrada porque yo era la única que las podía ver. Después de perseguirlas por casi 20 minutos llegué a un bosque, las 2


encontré llorando y yo me escondí entre los árboles para que no me vieran. La de catorce años se llamaba Arely y decía que fue su culpa por estar peleando con su familia, que se siente arrepentida y que ahora ya no puede hacer nada. La de doce, Cailany, dijo que su hermana de quince años la estaba fastidiando en el coche y que por ello hizo que su papá choque. En ese momento se dirigieron a mí, como si pudieran verme a través de los árboles, y me sorprendió que me pidieran ayuda, con su voz espeluznante, para completar un plan que ya tenían. Yo estaba en shock, pero logré preguntarle a Arely sobre su plan; me dijo que quería usar mi cuerpo para decirle a su familia lo arrepentida que está por lo que pasó, mientras que Cailany también quería mi cuerpo, pero no para disculparse, sino que para vengarse contra su hermana y traerla a la vida de los muertos, porque ella también merecía morir. Les dije que estaba de acuerdo en prestarles mi cuerpo y le pregunté a Cailany cómo llevaría a cabo su plan; «Primero te voy a sacar tu alma para que la mía pueda entrar a tu cuerpo». Algo que me llamó la atención es que le pregunté si era la primera vez que lo haría, pero ella no me respondió, pero le dijo a Arely que se quede en el bosque. 3


Sólo teníamos un día completo para hacer todo esto; a las 12:06 p.m. Cailany entró a mi cuerpo y solo nos restaban doce horas desde que ocurrió el accidente a las 11:23 a.m. Caminamos alrededor de una hora en el bosque hasta que llegamos al lugar del accidente. Cailany, a través de mí, agarró pedazos de vidrio y se dirigió a su hermana que jugaba en su celular cuando notó que un extraño se acercaba amenazante huyó; es lo que yo me temía, porque sabía que esto iría para largo. Después

de

media

hora al fin se detuvo. Fue tan difícil explicarle que yo era Cailany, tardamos tanto que ya eran más de las 2:33 p.m., después de eso, ¡bashhh!, le tiró los vidrios a su hermana. Media hora después vimos al alma de la chica desesperada, corriendo. Cailany la atrapó, porque ella ya estaba muerta y su familia

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ni en cuenta de que su hija de quince años había fallecido pues aún no se reponían de la muerte de Cailany. No regresaron pronto por Arely, ya eran las 5:38p.m., cuando llegaron preguntó que quién era la chica, porque se le hacía familiar. Cailany le dijo que es su hermana a la que mató. Bueno después de todo ese show, era hora de que Cailany se saliera de mi cuerpo, pero yo no sabía cómo ni Arely ni su hermana; solo ella lo sabía y a todas se nos hizo raro, se salió de mi cuerpo y Arely entró. Hubo un contratiempo porque ya eran las 6:27 p.m. y ya no había coches ni las familias, tuvimos que ir a la casa de Arely para que se disculpara, pero nadie había en su casa, así que fuimos al cementerio y no había nadie. Nuestra última opción era ir a la iglesia y por suerte aún seguían los padres. Esperamos a que termine la misa, para eso ya eran las 7:45 p.m., y Arely todavía no terminaba con su discurso, ya por fin terminó a las 8:10 p.m., se despidió de su familia y corrimos para llegar al bosque porque ya era tarde y quedaba pocas horas. Llegamos al bosque como a las 9:20 p.m. donde estaba Cailany y su hermana esperándonos y ya que las dos habían realizado su plan ya por fin yo podía regresar a mi cuerpo, donde otra vez Cainaly nos ayudó.

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Ahora que ya había cumplido con mi parte me podía ir del bosque, pero algo que no me quitaba de la cabeza era de que como ella era la única que podía hacer los cambios de cuerpo. Llegando a la esquina de mi casa, como por ahí de las 11:42 p.m., se apareció el alma de Cailany junto con más almas. Me dijo en un cuerpo que no era de ella, que si me acordaba de cuando le pregunté que si es primera vez que hacia los cambios de cuerpo y ella me dijo que no. Y todas esas almas son de ella y su hermana de quince años no era su hermana, así como su familia. Y yo quede impactada.

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Para ti Mérida Abigail Gala Guerra / 2A Destellos de cobre perdidos en tu oscuro cabello, tus hermosos ojos refugio de la noche, una sonrisa más brillante que un sol y en tu piel se refleja el color de la canela. Tu figura más perfecta que la misma palabra, actitud brillante como una estrella y con la enredadera de tus brazos cálidos como el fuego en un invierno. Con el roce de tus gruesos y dulces labios refleja el exquisito y dulce aroma de la miel, miradas cruzadas que dicen más de lo que la boca puede expresar, lo que sienten estos grandes corazones que no se dejan de amar. Momentos tan bellos que solo a tu lado quisiera encontrar porque si no es contigo no quiero a nadie más. 8


A tu lado Mérida Abigail Gala Guerra / 2A Todo es tan cálido como un atardecer, brillante igual que el sol, seguro como lo es el pecho de una madre para un bebé y más rápido que el tiempo que nunca quisiera que se acabe. Deseo que esto nunca llegue a su final, pues no soportaría la idea de no volver a mirar, imaginarme un mundo sin ti es como vivir infeliz. Si no es contigo todo pierde el brillo, pues a tu lado tiene más sentido, mi mundo deja de girar de tanta tristeza y soledad, que si no es contigo no veo un futuro con nadie más. A tu lado es más sencillo y perfecto como el nacer de una bella flor, igual que una estrella que ilumina mi corazón.

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Quédate Mérida Abigail Gala Guerra / 2A Quédate a mi lado porque sin ti mi mundo se me cae a pedazos, sin ti el tiempo se queda estancado. Quédate porque a pesar de los problemas y los tantos obstáculos yo siempre estaré a tu lado. Quédate aunque no sea fácil ni sencillo, pues nadie dijo que lo fuera, pero si es por ti haría lo que sea. Quédate y construyamos un mundo solo para nosotros, sin que nadie nos prohíba ni nos impida expresar nuestro gran amor.

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Amor de ladrón Diego Abraham Cruz Patrón / 1C

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sa noche la tormenta apagó el llanto de la bebé, cuando entró Ricardo a los cuneros del hospital diciendo «El Patrón va a estar contento» y tomó a la bebé furtivamente y

se la llevó en un auto. Durante el trayecto pensaba lo hermosa que sería la niña y su maldad le hacía pensar en hacerle un daño, pero no lo hizo porque le temía al Patrón. Estaba nervioso, le faltaba poco para llegar, pero tenía miedo porque la huida no fue fácil, un hombre lo persiguió hasta el auto gritando «¡Devuélveme a mi hija!» al mismo tiempo que disparó hacia una llanta. Sin embargo, Ricardo era experto conductor, logró esquivar el contraataque. Ricardo llegó a su destino, recorrió el inmenso jardín de la fuente y se detuvo en la escalinata de mármol de la puerta principal. Envolvió con cuidado a la niña en su pañal y la abrazó, en silencio atravesó la gran sala de visitas, en algún momento pensó en detenerse a descansar en el gran sofá, pero prefirió no perder tiempo y se dirigió a la oficina del Patrón. Lo encontró acariciando a un pequeño hámster blanco, mirando por un gran ventanal su radiante estanque de los 11


patos, ahí donde se reflejaba la luna. Sin decirle nada, descubrió el rostro de la niña. —Cuando ella crezca será tu consolación —le dijo el Patrón a Ricardo con una mueca de burla.

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El Patrón le puso por nombre Silvia, doce años después ella creía ser la hija no querida de la familia, pues nunca la aceptaron en las actividades familiares, como comer juntos pues a ella la enviaban a comer con la servidumbre. Además, no la permitían ir a la escuela y cuando abusaban de ella por Ricardo no le prestaban atención, por eso sólo cerraba los ojos para no ver lo que sucedía y se decía «esto no pasó». A pesar de todo, siempre sonreía para evitar que Sofía, la ama de llaves, se pusiera triste, ya que siempre la vio como a una madre. —Silvia, el Patrón se va a enojar si no preparas la mesa ——dijo Sofía. —Sí mamá —contestó mientras veía un pájaro sostenido por el aire.

A la vez, una plática entre el Patrón y Ricardo en la oficina. —¿Ricardo cómo estás? — pregunta Patrón con sinceridad.

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—Bien Patrón, gracias. Le diré a mi Silvita que venga a mi recámara. — No te molestes yo le digo solo prepárate pa cuando vaya— dijo el Patrón con una gran carcajada. El Patrón fue por la niña Silvia, la encontró en el comedor. — Silvia, Ricardo te llama. — Patrón por favor, no quiero ir, ese hombre es malo. Se lo suplico. La chica besó sus zapatos para implorar que no lo permitiera, pero a cambio recibió una patada que la botó. Luego la golpeó y la arrastró hacia la recámara de Ricardo; en el camino ella miró por la ventana al pájaro sostenido en el viento. Después de este suceso ella salió de la recámara con el vestido roto y lleno de sudor, fue a su cuarto y cerró los ojos repitiéndose «Esto no pasó». El Patrón cansado de golpear a Silvia fue a su oficina a descansar. Al entrar se percató de que había un álbum tirado, lo recogió y leyó la etiqueta que decía «La experiencia con el Sol» y luego miró la foto de su antiguo hámster y dijo con lágrimas en los ojos «Sol como te extraño». Recordó que un día Silvia limpiaba la oficina y dejó la jaula abierta; Sol escapó. A Silvia la dejaron una semana en un cuarto oscuro. 14


Ese mismo día el Patrón salió a buscar a su hámster y se encontró en el jardín a un hombre que acariciaba a Sol, imploró que le devuelvan a su hámster, pero el hombre le arrojó tierra a los ojos y huyó con el pequeño animalito. Alguna vez, el Patrón se enteró de que aquel hombre cazaba bandidos y ante todas las mafias lo presentó como el Secuestrador Blando. Un día la niña fue a comprar materiales de limpieza y no se percató que el Secuestrador Blando, que temerariamente aún merodeaba por los alrededores, la observaba. Observó el hermoso y caro vestido de la niña y supuso que era millonaria, por eso la siguió hasta que entró a una elegante casa; ese día se fijó en su mente la idea de secuestrar a la niña. Ajena a esos mórbidos pensamientos, Silvita se distrajo de sus quehaceres al ver un pájaro en la ventana. Sólo le faltaba la oficina del Patrón, fue allá cuando se encontró una jaula que tenía un letrero que decía «Lunita», entonces, por primera vez vio el reemplazo de Sol. Sufrió la pena ajena al mirar que tenía una patita atorada entre los alambres de la jaula, jaló la piernita del animal intentando ayudarlo, pero lo lastimó y el hámster chilló. De inmediato, el Patrón entró a su oficina y al ver la escena, tomó un látigo y golpeó a Silvita en la espalda y en las manos, luego mandó traer al mejor veterinario del país para que revisen a su mascota.

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Al día siguiente, mientras la niña tendía la ropa, un hombre descendió de un auto, saltó la barda baja y poniéndole un trapo en la cara se la llevó. Sin preocuparse, Silvia se sintió feliz, lejos del infierno donde ella vivió por doce años. No sabía qué era lo que quería aquel hombre de ella cuando la dejaron en una habitación; se asombró de que no tuviera seguro, así que empezó a explorar la casa. Al llegar a la cocina, vio un cuchillo y lo agarró al escuchar pasos, contuvo la respiración y en el momento en que un hombre entró se lanzó hacia él y sin que pudiera hacer algo le arrebataron el cuchillo.

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Temerosa de que le peguen se hincó a pedir perdón, pero el hombre le hizo sentarse y le mostró los juguetes, los libros y las libretas; le pidió que haga sus tareas de la escuela. Ella respondió «No voy… no soy más que una bastarda no querida por esa familia, no sé por qué me criaron si me odian. Quiero que me amen, sólo pido que me escuchen, que me canten a la hora de dormir, que me cepillen el cabello y que me dejen comer con ellos. Quisiera ser libre y tú, un desconocido, me tratas con amabilidad. Mira mis manos, ayer recibí la golpiza de todos los días solo por ti no vi a Ricardo desnudo hoy haciendo lo que quiera con mi cuerpo, soy torturada constantemente. ¿Por qué eres tan bueno conmigo?, quisiera ver tu rostro. Su intento de quitarle la máscara no funcionó, él le prometió venganza hacia esos malditos desgraciados. Ella aceptó y él le dijo que vea en la tele películas de acción para entrenar, según él, aunque a Silvia le parecía una idea ¡muy loca! el secuestrador salió y regresar lo saludó, la habían comprado comida, comieron los dos, le pidió a Silvia que se bañe y al salir le cepilló su cabello y la llevó a una recámara, le cantó para que duerma y por primera vez durmió sin miedo; esto continuó por muchos los días. Una noche le contó una historia de un hombre que era bueno, pero un día le mataron a su esposa y le robaron a su hija recién nacida. 17


Que por ello comenzó a cazar mafias despiadadamente, a robar bancos para tener dinero que le permitiera encontrar a su hija. Así, después de tanta convivencia, Silvia comenzó a ver a su secuestrador como una familia, pues siempre la trataba bien, pero tenía cierta curiosidad por su rostro, ya había transcurrido una semana desde que la secuestró. Varios días después, vio unos planos en la mesa y varias bolsas de dinero, el hombre le explicó que citaría a los narcotraficantes en una bodega construida estratégicamente para matar a todos los secuaces del Patrón, incluyéndolo a él. Que había construido cobertizos con trampas y que al final estaban apilados unos barriles con aceite. A ella le gustó el plan y le dijo que quería participar. El hombre puso en marcha el plan. El día del encuentro Silvia dijo que quería ir, pues el entrenamiento ya era suficiente. El hombre aceptó, pero le guardó varias cosas del plan: llamó a la policía. —Buen día señor, ¿cuál es su emergencia? —preguntó el oficial en el departamento de policía. —Soy el llamado Ladrón Blando, si no me cree vaya a la siguiente dirección… y mande muchas patrullas. 18


El ladrón y Silvia llegaron al lugar, más tarde llegó el Patrón y sus hombres montaron guardia junto a los barriles con aceite. Estaban a la expectativa, cuando Silvia se dejó ver un instante; entonces el Patrón corrió hacia ella y justo en ese momento disparó el Ladrón Blando a los barriles, matando con una gran explosión a los hombres del Patrón. El jefe contestó al ataque con ráfagas de su metralleta, en un descuido el Ladrón Blando se barrió y le dio un balazo en la cabeza. Silvia, para no ver muerto al Patrón levantó la mirada hacia una ventana, entonces vio al mismo pájaro azul; no tuvo tiempo de pensar porque escuchó los quejidos de su secuestrador y amigo, se acercó y notó que tenía un balazo muy cerca de un pulmón. En ese momento entró la policía y encontró llorando a la desconsolada niña que de inmediato la llevaron a Protección de menores. Ella quería saber qué pasó con el ladrón y si su padre o sea el Patrón estaba muerto. —El ladrón murió —le dijo la doctora— 19

y

el


narcotraficante no es tu padre. Sospecho que tú eras la bebé que fue raptada de éste mismo hospital hace doce años. Le tomamos muestras de sangre a los dos hombres y la comparamos con la tuya. El ladrón es 99.8% compatible contigo. La niña quedó perpleja, recordó la historia del ladrón y se dio cuenta de que la persona que la protegió era su verdadero padre. Ella regresó a la mansión, fue a la armería y eligió una pistola. Esperó a Ricardo en la azotea, cuando el hombre vio la mirada de Silvia supo que ya no era la misma; por ello le disparó. Sin embargo, ella tuvo mejor puntería o suerte, pues le dio dos disparos en el estómago, lo que ocasionó que el cayera hasta unos arbustos. Escuchó unas sirenas a lo lejos.

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Para mi querido amor Saraí de Jesús Ek Basto / 2A Labios rojos de cereza el sol del atardecer de tus cabellos piel blanca que refleja esperanza y amor. Somos seres completamente diferentes pero eso no va a impedir nuestro amor eres la cima de mis sentimientos la cúspide de mis sueños y anhelos. Tengo que reconocer que me enamoré de ti eres la ruta natural de mi corazón allá en la montaña más alta, te encontraré para rayar el cielo con nuestro amor.

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