Rojo Amate 5

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Martha Meireles

de humores y otros lenguajes


Rojo-amate Revista de política, economía y cultura Año 2 | Número 5 | agosto-octubre | 2011 Director: Julio Moguel Coordinador editorial: Miguel Ángel García Consejo editorial: David Aburto, Gaspar Aguilera, Miguel Ángel García, Ismael García Marcelino, Julio Moguel, Adolfo Orive, Enrique Pérez, Carlos San Juan, Víctor Suárez Consejo consultivo nacional: René Alvarado, Laura Andrade, Mario Baeza, Armando Bartra, Benjamín Berlanga, Gustavo Bernal, Raúl Cabrera, José Cárdenas, Juan José Chagolla, Lizbeth Cruz, Evodio Escalante, Alejandro Estrada Salinas, Javier García Chávez, Abraham García Gárate, Rosario Herrera Guido, Víctor Herrera, Mariana Hernández García, Benjamín Herrejón, Víctor Jiménez, Adolfo Lizárraga, Patricia Moguel, Arturo Montañana, Fidel Negrete, Luis Rojas, Laila Saab, Emilio Toledo, Víctor M. Toledo, Alfredo Ramírez Bedolla, Roberto Sánchez, Karla Velasco Herrera, Jorge Zepeda, Sergio Zermeño Diseño editorial: Hiram G. Rodríguez Fotografías: Martha Meireles, Tomás Montero, Concepción Morales, Gilberto Pérez, Laurencia Tobías Fotografías de portada y contraportada: Gabriel Medrano de Luna Ilustraciones: Hiram G. Rodríguez Distribución: Comercializadora gbn ROJO-AMATE es una publicación editada por Fundación México Social Siglo xxi ac, Monterrey 242, Colonia Roma Norte, Delegación Cuauhtémoc, México, df, cp 06700 Tel. 52647157 www.rojoamate.com Información en el correo: mexxicosocial@hotmail.com Editor responsable: Julio César Moguel Viveros Reserva para uso exclusivo otorgada por la Dirección de Reservas del Instituto Nacional del Derecho de Autor bajo el núm. 04-2010-072214451200-102. Certificado de Licitud de Título y Contenido núm. 15003 expedido el 26 de octubre de 2010 por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. issn 2007082-9. Distribuida por Comercializadora gbn, Calzada de Tlalpan # 572, Desp. C-302, Colonia Moderna, Delegación Benito Juárez, cp 03510, México, df,

Tel/Fax: 56 18 85 51. Impresa en Partido del Trabajo, Oriente

107 #3162, Tabla de San Agustín, cp 07860, Delegación Gustavo A. Madero, México, df, julio 2011 Tiraje de 2 mil 500 ejemplares Los textos publicados son responsabilidad de los autores Prohibida la reproducción total o parcial

amate en el otlayo, pedro cote


Nuestros colaboradores

LUIS GABINO ALZATI (Morelia, 1982) Periodista y gestor cultural. Fue editor de La Jornada en Michoacán y Jalisco de 2004 a 2009. Ha colaborado en diversas publicaciones nacionales sobre temas de cultura y política. Es uno de los fundadores de RedLab, asociación que promueve la gestión y vinculación de proyectos para el desarrollo de la cultura de nuestro país.

ARTURO ARGUETA VILLAMAR Doctor en Ciencias (Biología) por la unam y Diplomado de Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable por El Colmex. Ha publicado Los saberes p’urhépecha. Los animales y el diálogo con la naturaleza (2008) y en este año Saberes colectivos y diálogo de saberes en México. Investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, unam.

JOSÉ ALBERTO BENAVIDES Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Tiene maestrías en Economía (Colmex) y en Políticas Públicas Comparadas (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Diputado del pt en la v Legislatura de la Asamblea Legislativa del df, donde funge como presidente de la Comisión de Fomento Económico. Integrante de la Comisión Ejecutiva Nacional del pt.

RAÚL CABRERA Psicólogo Social con doctorado en Ciencias Sociales por la uam-Xochimilco. Consultor en procesos de intervención institucional en México y Centroamérica. Presidente de la Asociación Civil Puentes Sociales.

ARTURO CANO Periodista. Cubre Asuntos Especiales del diario La Jornada donde fungió como director del suplemento Masiosare. Ha cubierto conflictos políticos y sociales en Estados Unidos, Brasil, Venezuela y Honduras. Coautor de Doña perpetua, biografía no autorizada de Elba Esther Gordillo.

SONIA ANAID CRUZ DÁVILA Linares, Nuevo León (1993). Narradora egresada del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo. Cursa el primer semestre de la licenciatura en Filosofía (umsnh).

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA Poeta y narrador. Psicólogo Social por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Coordinador Editorial de Rojo-amate.

ERNESTO HERNÁNDEZ DOBLAS (Morelia, 1971) Poeta y escritor. En 1999 obtuvo el primer lugar de los Juegos Florales Ramón Martínez Ocaranza (H. Ayuntamiento de Morelia) y en 2007 ganó los Juegos Florales de Poesía de Jiquilpan, Michoacán. Con el poemario Inventar París se hizo acreedor al premio Estatal de Poesía Carlos Eduardo Turón (Michoacán, 2009).

MARÍA DEL ROCIO LÓPEZ RUIZ Benito Juárez, Michoacán (1982). Narradora. Estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas. Cursa la maestría en Filosofía de la cultura, ambas carreras en la umsnh. Imparte clases de Filosofía contemporánea y Comunicación educativa en el imced.

genio y obra de antonio bení-


MARTHA ELBA MEIRELES LÓPEZ (Cuernavaca, Morelos, 1962). Estudió la carrera de Administración Pública y posteriormente Fotografía en el Centro Cultural Universitario de Cuernavaca, Morelos. Coordinadora General de la Fundación cfca Cuernavaca ac.

CARLOS SAN JUAN VICTORIA Economista e historiador. Investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ha publicado diversos libros y ensayos sobre temas sociales, económicos, políticos e históricos.

PAULO MOREIRA (Rio de Janeiro, Brasil, 1969) Licenciado en Letras Inglesas (Universidad Federal de Minas Gerais), maestro y doctor en Literatura Comparada (University of California, Santa Barbara). Desde 2006 es profesor del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Yale, eu. Recientemente recibió la beca Morse de Yale para escribir un libro sobre las relaciones culturales y artísticas entre mexicanos y brasileños.

LAURENCIA TOBÍAS (El Salvador, 1968) Radica en Morelia desde 1989. Licenciada en Artes Visuales (udg). En 2005 fue becaria de Fotoguanajuato. Ha participado en exposiciones fotográficas nacionales (individuales y colectivas). Ganó el primer lugar en el concurso fotográfico internacional Legatum Center, del Massachusetts Institute of Technology.

MARGARITA VÁZQUEZ Poeta, periodista cultural e investigadora de la cultura urbana. Al respecto ha publicado Graffiteros de Morelia (2003) y Nuevas identidades en la ciudad de Morelia: las jóvenes en la contracultura (2006), ambos en Conaculta.

ADOLFO ORIVE Ingeniero Civil con doctorado en Ciencias Políticas por la unam y posdoctorado en Economía Política por la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Diputado por el pt en la v Legislatura de la Asamblea Legislativa del df. Ha publicado diversos libros y ensayos sobre temas económicos y sociales.

PABLO YANES Licenciado en Economía y maestro en Gobierno y Asuntos Públicos por la unam. Editor y coordinador de seis libros sobre política social, derechos humanos y derechos indígenas. Director General del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal (Evalúa-df) y miembro del Comité Ejecutivo Internacional de la Basic Income Earth Network (Red Mundial por el Ingreso Básico).

GILBERTO PÉREZ BAEZA Egresado de la Facultad de Filosofía de la umsnh. Director de la Revista Cultural Hilo, beneficiada en 2008 con la beca del Programa Edmundo Valadés de Apoyo a Revistas Independientes.

ANA CRISTINA RAMÍREZ BARRETO Licenciada en Filosofía, maestra en Filosofía de la Cultura (umsnh), doctora en Antropología Social (Colmich). Profesora de la Facultad de Filosofía (umsnh), autora del libro De humanos y otros animales (Driada, 2009).

JOSÉ ROA ROSAS Licenciado en Economía por la unam. Profesor de Historia económica mundial y de México en la Facultad de Economía (unam). Ha escrito numerosos artículos y ensayos sobre economía, política y problemas sociales. Integrante de la Comisión Ejecutiva Nacional del Partido del Trabajo. genio y obra de antonio benítez rojo

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genio y obra de antonio benĂ­-


Índice

presentación

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MÉXICO: AYER Y HOY LA IMPUNIDAD Y LA GENERACIÓN DEL FUEGO (RECORDANDO EL 10 DE JUNIO) Arturo Cano

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SIETE TESIS SOBRE LOS SABERES COLECTIVOS Arturo Argueta Villamar

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REVISITANDO EL PLAN DE AYALA: HERENCIAS PARA UNA SOCIEDAD JUSTA Carlos San Juan Victoria

23

UNA NOTA SOBRE EL MODELO Y EL CONTEXTO NEOLIBERAL José Roa

48

LA ECONOMÍA DEL DF CON GOBIERNOS DE IZQUIERDA José Roa, José Benavides

50

ANEXO: “CARTA POR MORELIA”

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UNA ECONOMÍA ALTERNATIVA PARA MÉXICO Y AMÉRICA LATINA (RESEÑA)

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Adolfo Orive

economía y política en los gobiernos de izquierda del df

POR LOS CAMINOS DE BARTRA (LUCES DE UN PENSAMIENTO EN LIBERTAD) Julio Moguel

PROTECCIÓN SOCIAL VERSUS DERECHOS SOCIALES EN LA LEGISLACIÓN DEL DF Pablo Yanes

33

POLÍTICA SOCIAL Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL DF Raúl Cabrera

38

EL ESPACIO DE LA CIUDAD Y LA CIUDADANÍA ESPACIADA Carlos San Juan Victoria

43

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15 TESIS SOBRE HUMANOS Y OTROS ANIMALES Ana Cristina Ramírez Barreto

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TOMÁS MONTERO TORRES: LA MIRADA PRODIGIOSA Luis Gabino Alzati

77

APUNTES SOBRE LA LITERATURA BRASILEÑA DE HOY Paulo Moreira

80

MUSEO DE MUSAS Ernesto Hernández Doblas

96

DE CARA AL CARACOL Margarita Vázquez Díaz

98

PERFILES GASPAR AGUILERA DÍAZ

PUROS CUENTOS ELÍAS ANTES DE PERDER LOS DIENTES María del Rocio López Ruiz

89 90

EN EL FRISO DE LA BARCA Sonia Cruz

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siete razones de rojo-amate (a manera de Presentación)

rojo-amate cumplió con el número 4 su primer año de

2. La “circunstancia mexicana” es y seguirá siendo el

vida. Aprovechamos por ello este espacio de presentación para hacer algunas consideraciones sobre nuestro quehacer editorial.

eje básico de nuestro interés editorial. Y en sentido contrario de quienes quisieran ver en nuestra revista un abarrote de pluralidades infinitas para bien colmar los circuitos “libres” del “mercado editorial” (sostenida en

1. Cada número de Rojo-amate pretende ser una equili-

el manoseado planteamiento de “la soberanía del consu-

brada combinación de palabras e imágenes. Con la idea

midor”), mantenemos la idea de entrar en sintonía con

(no racionalista) de quitar a la imagen el papel segundón

los procesos de transformación en los que los sectores

o de acompañante, para darle su específica majestad como

populares y políticos fundamentales del país se encuen-

lenguaje capaz de decir por sí mismo “su mensaje”. No

tran hoy comprometidos (publicar las propuestas progra-

mencionaremos aquí los nombres de los extraordinarios

máticas de Andrés Manuel López Obrador y del Movimien-

fotógrafos que hasta ahora nos han acompañado (cual-

to de Regeneración Nacional, por ejemplo, nos pareció un

quiera puede hacer el recorrido), pero cabe decir que han

signo distintivo de la filiación democrática de la revista, y

recibido significativas loas y reconocimientos desde diver-

no un signo de sectarismo o parcialidad).

sos ámbitos culturales, políticos y sociales de México y el extranjero. (Se programa un esquema de presentaciones de la revista que vaya acompañado de sus exposiciones

3. “La cultura”, dentro del tríptico que conforma nuestra

fotográficas.) Conviene mencionar en este punto algo que

temática editorial (“revista de economía, política y cultu-

distingue algunas de las aportaciones fotográficas referidas:

ra”), no es considerada en absoluto como una especie de

provienen de personas que no tienen “formación profe-

“anexo” o acompañante despreocupado y jovial de “temas

sional” específica en la tarea de hacer los clics correspon-

sustantivos”. Dentro de dicho reto no resulta menor sor-

dientes, pero que han logrado labrar, sobre la marcha, un

tear el grave peligro de la dispersión culturalista (cuyo lema

profesionalismo real, auténtico, desligado de esa relación

resulta ser: “hay que saber de todo”; o, más sofisticado

mercantilista que en nuestros medios casi siempre termina

aún: “que nada de lo humano nos sea ajeno”) propia del

por corromper las prácticas artísticas verdaderas para con-

“Estado intelectual de la Nación” (los circuitos de “la vida

vertirlas en moneda corriente de circuitos en los que priva

cultural” institucionalizada, en suma).

la autocultivación.

presentación

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4. Queremos que la revista ubique y desarrolle temáticas

apenas sea preciso señalarlo: con suficiente distancia de

que provoquen debate y abran apetitos de reflexión. No

aquel romanticismo latinoamericanista que en el siglo xx

creemos en la machacona repetición de “la doctrina”.

distinguió las más variadas utopías de integración. Quere-

Tampoco en las consabidas fórmulas de autocultivación. Y

mos abrevar ahora de las experiencias de transformación

nos declaramos en definitiva partidarios del “margen”, del

que se dan en Bolivia, Ecuador, Brasil o Uruguay, países en

“pliegue”, del lapsus o del registro indiciario. El centro o lo

los que (con sus variados tonos y matices) gobierna la iz-

central nos parece engañoso. Creemos en las capacidades

quierda, sin despreciar o subestimar lo que sucede en países

metonímicas del detalle y nos repugnan los imperialismos

como Argentina: lugares que ahora se encuentran más

connotativos del “centro”. (Por ello no pensamos que sean

cerca de Dios que de los Estados Unidos.

temas secundarios, por ejemplo, el estudio o el debate sobre el humor, el ánimo o la risa; o el debate en torno a “lo animal” o a “la animalidad” en el campo de reflexión pro-

7. Rojo-amate es y seguirá siendo un espacio huésped y

pio de lo humano.)

experimental para aquellos que desde sus diversas edades (prioritariamente los jóvenes) se aventuran a trabajar en el ensayo crítico o en los difíciles campos del cuento o la

5. Buscamos tejer editorialmente con y desde diversas ven-

poesía.

tanas, ofreciendo al lector la posibilidad de ver temas y aspectos de la realidad planetaria que generalmente se escon-

Julio Moguel

den o se pierden en desmemorias labradas. Y lo trabajamos: a) En literatura e historia, con la ida rulfiana de los Retales; b) Con el uso recurrente a la traducción (Rojo-amate ya ha presentado traducciones del inglés y francés en temas de economía, política y literatura).

6. América Latina constituye nuestro otro espacio-tiempo privilegiado de atención (sin perder a México como eje de prioridad o como espacio-tiempo de aterrizaje). Y quizás

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presentación


Martha Meireles

de humores y otros lenguajes

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La impunidad y la generación del fuego (recordar el 10 de junio)

Arturo Cano

un clásico dijo que el 68 produjo “una de las pocas generaciones históricas del país en el siglo xx”. Tres años después de la matanza de Tlatelolco, fue víctima de una nueva atrocidad del régimen autoritario encabezado por el presidente de la “apertura democrática”, el predicador tercermundista y –ahora lo sabemos– agente de la cia Luis Echeverría Álvarez. Cuando finalizaba la década de 1971, en la Escuela Nacional de Maestros, escenario central de la masacre del Jueves de Corpus, había ignorancia y desmemoria. Una generación de jóvenes “inquietos” hizo una huelga de más de un mes en la Normal, pero sabía poco, muy poco de sus antecesores del 10 de junio. Las generaciones subsiguientes venimos a topar, a conocer, a aprehender a los sesentayocheros con el correr de los años. En las luchas en escuelas, en ejidos y fábricas, en la multiplicación de las causas (e incluso en el arribo a las batallas electorales) fue donde hallamos la respuesta a la pregunta que plantea Inés Ramos, al dilema de “la tensión entre presente y pasado, entre recordar y olvidar”. Se pregunta Ramos si habría “otras consecuencias” si en lugar de subrayar el recuerdo se transmitiese “lo vivo” del movimiento. Las generaciones siguientes lo encontramos en las batallas en las colonias populares, en la toma del Zócalo proscrito durante lustros, en la lucha sindical, en la creación de medios de comunicación ajenos a la uniformidad de los peores tiempos del pri (que fueron los mejores para los priístas, y si no, que le pregunten a Jorge Hank). En esas lides, en esas batallas no exentas de derrotas, de pleitos internos, del olor a pólvora que traían los que optaron por la vía armada, fue que encontramos el legado del movimiento de 68 y de 71.

Creo que las generaciones siguientes lo hallaron en esas batallas no exentas de derrotas y pleitos internos, en esas luchas que tuvieron como actores principales a los jóvenes de hace 40 o 43 años, los que permanecieron al frente en la lucha por las libertades democráticas esenciales, que transmitieron a los de atrás el sacrificio personal y colectivo, el espíritu antiautoritario que desparramaron en centenares de luchas sociales, en las movilizaciones por los derechos humanos y civiles, por las libertades democráticas. En suma, que trazaron una ruta en ese camino tortuoso y enredado de la inacabada transición a la democracia. Este año se cumplen 43 de la matanza de Tlatelolco y 40 de la masacre del Jueves de Corpus. Coincido con los sesentayocheros en un par de foros. Antes de saludar, Raúl Álvarez Garín entrega copia de la petición que esa mañana entregaron a la Procuraduría General de la República, para que los expedientes del 68 y del 71 sean sacados de la congeladora. Unos días más tarde, Jesús Martín del Campo me cuenta que fueron a la pgr, que él, Álvarez Garín y Félix Hernández Gamundi se tomaron con humor a la joven médica que, haciendo su trabajo, les pidió desnudarse para ser examinados antes de declarar. “Oiga, los chingadazos fueron hace 40 años.” Si la impunidad no fuese una marca de vergüenza de la sociedad mexicana, como lo es en estos días de la guerra inútil, alguno estaría tentado a decir que cómo joden estos viejitos. Los sesentayocheros con su terquedad a toda prueba.

El diablo y el marqués Se me figura que al Diablo de San Jerónimo le tiene sin cuidado el Marqués de Beccaria, ese multicitado clásico del derecho que escribió:

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méxico: ayer y hoy


vana defensa contra los halcones del presidente de la “apertura democrática”, Luis Echeverría Álvarez. En medio de la confusión, de la balacera y los heridos que caían por todas partes, Moreschi lo perdió de vista. Nunca volvió a verlo con vida. Hijo de un carpintero y una enfermera, Edmundo Martín del Campo creció en la colonia Agrícola Oriental de la capital mexicana. Aún niño, pero ya muy fuerte, fue expulsado de la escuela secundaria cuando golpeó a un maestro abusivo, quien después hizo carrera como líder charro en el sindicato de maestros. Años más tarde, Edmundo retomó los estudios en una escuela secundaria nocturna, al tiempo que comenzó a participar en una célula de la Liga Comunista Espartaco, a instancias de Jesús, su hermano mayor.

Al que dijese que la misma pena dada al noble y al plebeyo no es realmente la misma por la diversidad de la educación y por la infamia que se extiende a una familia ilustre, responderé que la sensibilidad del reo no es la medida de las penas sino el daño público, tanto mayor cuanto es causado por quien está más favorecido.

Echeverría, El Favorecido, y con él el régimen que encarnó, ha pospuesto la rendición de cuentas para la hora de su muerte. Por eso no habla del 68 ni del 71. Él está más allá de lo subversivo. Hace unos años, las cámaras fotográficas lo captaron dando órdenes a uno de sus ayudantes, cuando los sesentayocheros lo tenían rodeado con sus gritos de “¡asesino!”: “Díles que se callen, díles que se callen”, decía El Favorecido.

La vida de mi hermano y de los otros que murieron

Edmundo Edmundo Martín del Campo Castañeda tenía 20 años, era atrabancado, “fuerte como un toro” y muy risueño. También era de los que siempre, en las marchas, quería ir al frente. Su amigo Hugo Moreschi lo vio por última vez la tarde del 10 de junio de 1971, cerca de la Escuela Nacional de Maestros, cuando Edmundo intentaba una

son irreparables. Pero es preciso que queden claras las responsabilidades, que las cosas ocultas salgan a la luz, si queremos que México camine por el sendero democrático y que hechos como la matanza del 10 de junio de 1971 no se repitan –dice Jesús, su hermano.

Gilberto Pérez

méxico: ayer y hoy

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Las líneas anteriores forman parte de Halcones nunca más, un pequeño librito de divulgación promovido por el comité conmemorativo de los 40 años de la matanza del Jueves de Corpus, cuya distribución se atoró en manos de burócratas del Gobierno del Distrito Federal. Es uno de muchos esfuerzos que Jesús Martín del Campo ha hecho en su batalla contra la impunidad.

que “busca hacerlo responsable” de las matanzas de 1968 y la de Corpus Christi en 1971.1 En cambio, ese 5 de junio de 2006 quiere hablar de su partido. El poloff titula al apartado respectivo de esta manera: “Un pri debilitado clama por ayuda.” Y cita a Echeverría: Admitió que el pri estaba seriamente debilitado y que sin duda correría sangre después de la elección. Admitió que

Poiré y García Barragán “Los estudiantes iban armados, declara la procuraduría.” “No se preocupen, no son sus hijos porque los que cayeron fueron sicarios e iban armados hasta los dientes.” La primera frase corresponde a las ocho columnas de un diario del 11 de junio de 1971. La segunda, a la madre de uno de los estudiantes del Tec de Monterrey asesinados en mayo de 2010, en medio del supuesto fuego cruzado entre militares y delincuentes. ¿Por qué cuatro décadas después, con todo y los cambios ocurridos en el país, el discurso del poder suena igual? “Los padres nos pidieron colaboración para que detengamos preventivamente a cualquier menor que se encuentre en la calle después de las 10 de la noche”, dijo hace unos meses el vocero de la policía de Ciudad Juárez. “Hago un llamado a los padres de familia para que controlen a sus hijos, con el fin de evitarnos la pena de lamentar muertes de ambas partes”, dijo en 1968 el general Marcelino García Barragán. Nadie puede decir que México no ha cambiado en estas cuatro décadas. “Las violaciones (a los derechos humanos en la ‘guerra’ contra el narcotráfico) que se han registrado son incidentales, se han sancionado, y no son el resultado de una cuestión estructural”, dice Alejandro Poiré, el vocero de Calderón. “México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando.” ¿Poiré? No, el general García Barragán.

el partido necesitaba ser reformado y modernizado, pero creía que era lo suficientemente fuerte para sobrevivir. Predijo que al buscar rehacerse, el partido podría incluso cambiar de nombre.

Lo deja ahí, al menos en el informe del funcionario de la delegación diplomática. Y el ex presidente va a otros temas:

Expresó gran preocupación por el daño que el tema migratorio le estaba causando a las relaciones Estados Unidos-México. Dijo que temía que si no pasaba en el congreso estadunidense una reforma migratoria integral, el gobierno estadunidense buscaría repatriar a millones de indocumentados mexicanos a sus estados de origen, lo cual podría seriamente desestabilizar a México. Conminó a que el gobierno estadunidense provea de asistencia económica a aquellos estados mexicanos con mayor migración. También estuvo a favor de un acuerdo migratorio bilateral.

Al comentar el desayuno, El poloff afirma que a pesar de su llamada a rehacer la imagen del pri, Echeverría encarna la línea dura que sigue siendo: “estatista y filosóficamente opuesta a las políticas de libre mercado de los dos últimos presidentes del pri.” Así le pagan sus servicios como informante de la cia. En todo caso, lamenta el funcionario, más que en el futuro de su partido, Echeverría aparece “especialmente interesado” en hablar de algunos acontecimientos ocurridos bajo su presidencia, especialmente de su relación con Richard Nixon sobre la admisión de China a Naciones Unidas, de su visita de Estado a Pekín y, claro, de su reunión con el presidente Mao.

Echeverría y Mao Para el presidente Echeverría, el mundo es Mao. El desayuno se realiza en la residencia de Luis Echeverría Álvarez, a instancias de Everardo Moreno Cruz. El poloff (oficial político de la embajada de Estados Unidos en México) describe a Echeverría: tiene 84 años y sufrió en enero un derrame cerebral que lo dejó temporalmente con parálisis parcial. Pero parece que se ha recuperado. Está bien informado y con una mente clara, aunque le “cuesta un poco de trabajo hablar” y “parece que necesita ayuda para caminar”. Echeverría, subraya el autor del informe, no entra al tema del proceso penal

Echeverría y Morelos “No hay asunto, problema, arbitrariedad o injusticia que no tenga un cauce constitucional o legal para ser enmendado.” Hasta hace unos meses, esta frase estuvo a la entrada del auditorio del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal. Y hasta hace poco 1

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Cable 06MEXICO3196, del 9 de junio de 2006.

méxico: ayer y hoy


Gilberto pérez

sobre el 68 y el 71, y quien en los días de la absurda exoneración de Echeverría –gracias a la figura del delito sin delincuente–, dijera que: “Lo sustancial no es el aferramiento a la impunidad, sino la vastedad del juicio moral que la sociedad realice [...] ahora, con documentos tan contundentes el olvido es un puerta cancelada en definitiva.” Así que tenemos la memoria y, volviendo a Rojas, tenemos también la luz que nos dio lo mejor de la generación del 68 y el 71. Escribe Rojas:

–principios de junio– daba la bienvenida en la página web del citado tribunal. Todavía hoy, si se googlea la frase completa, se pueden hallar documentos que explican las funciones del tribunal, ahí, en la página oficial de uno de los órganos encargados de impartir justicia en la ciudad que fue escenario de la matanza de Tlatelolco y de la masacre del 10 de junio. La frase, repito, dice: “No hay asunto, problema, arbitrariedad o injusticia que no tenga un cauce constitucional o legal para ser enmendado.” Y su autor es Luis Echeverría Álvarez, muy cerca, como ilustra la existencia de la frase, del corazón de algunos magistrados en activo. En junio, el magistrado presidente atendió las sensatas voces que le hicieron ver el hecho grotesco, para decirlo suavemente, de que una frase de Echeverría Álvarez diera la bienvenida a los interesados en conocer el tribunal. La frase fue cambiada por otra, de José María Morelos y Pavón, que dice: “Que todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario.” Un punto apenas, y reciente, para el Siervo de la Nación frente al agente de la cia que gobernó de 1970 a 1976.

Los hijos de los hombres son las únicas lámparas, porque en esta carrera sin fin de las edades sólo vale el que sabe quemarse. Sólo es hombre quien recibe su fuego, y parte velozmente por la pista a entregarlo a otras manos seguras.

Al tesón, al empecinamiento de los sesentayocheros que no cedieron, debemos no el recuerdo de los mártires, sino que nos transmitieron “lo vivo”, el fuego de sus mejores días.

La generación del fuego Miro las fotos de la tumba de Edmundo Martín del Campo, con su hermosa “v” de la Victoria en lugar de cruz, pienso en los muchachos de la “guerra sucia” que no tuvieron tumba identificable, en los otros que fueron sepultados en silencio por sus aterradas familias. Nadie lo dice mejor que el enorme poeta chileno –un allendero, se definía a sí mismo–, Gonzalo Rojas, fallecido hace muy poco: Aquí duerme el origen de nuestra dignidad: lo real, lo concreto, la libertad y la justicia.

Tenemos pues, la memoria, y aquí pido el auxilio de otro de nuestros muertos entrañables, Carlos Monsiváis, cuya inteligencia sin par persistió siempre en la reflexión méxico: ayer y hoy

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Gilberto pĂŠrez



Siete tesis sobre los saberes colectivos Arturo Argueta Villamar

1. Pluralidad de culturas, pluralidad de sistemas de saberes En el marco de ese gran conjunto de ideas innovadoras que trajo consigo el pluralismo, mediante las cuales se analizan hoy los múltiples asuntos y rincones del orbe, el pluralismo epistemológico se abre paso. Contra la perspectiva de un mundo uniforme producido por la globalización hegemónica se postula la existencia de una enorme pluralidad de culturas, las cuales hoy emergen en todo el planeta señalando su propuesta de vivir bien en el universo. Una derivación de la presencia de esa pluralidad de culturas es la existencia de una pluralidad de sistemas de saberes, todos diferentes y, al mismo tiempo, legítimos todos, por lo que el concepto que denomina a esta posición es el de equidad epistémica. Es un pluralismo que, al mismo tiempo que debate contra el universalismo –en tanto que discute que el conjunto de criterios científicos y tecnológicos no debieran ser los que le otorguen validez a los conocimientos tradicionales–, lo hace contra el relativismo extremo, pues señala que debe haber criterios de validez de los conocimientos tradicionales, pero pone el acento en que estos criterios deben identificarse por los propios poseedores de los mismos a través del análisis de los procesos de conservación, generación, transmisión y circulación de los saberes.

desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas”. Incluso el poco conocido y menos citado documento Ciencia, conocimiento tradicional y desarrollo sustentable (2002), elaborado por el Consejo Internacional de las Ciencias (antes icsu, International Council of Scientific Union –el Consejo Internacional de las Academias de Ciencias del mundo) se suma al llamado a promover el diálogo e impulsar los procesos de intercambio entre la comunidad científica y los poseedores de los saberes tradicionales.

3. Los saberes del México profundo mantienen su vigencia Plantear la vigencia de los saberes colectivos y la urgente necesidad del diálogo de saberes, en medio de la extrema tensión producida por la existencia de un mundo excluyente, fruto predilecto del proyecto hegemónico de la modernidad, y frente al cual se abre paso otro, plural e incluyente, donde se expresan las nuevas subjetividades, nuevas y ancestrales identidades, novedosas configuraciones regionales y actores sociales emergentes como los pueblos originarios de América Latina con sus enormes acervos culturales: puede ser una temeridad o un aviso del porvenir. Porque la diversidad fue, pero también es y será y, en tal sentido, cuando Juan Goytisolo (habitante de Marrakech) mirando la plaza Jamaa el Fna afirma que dicho conglomerado no representa un regreso al siglo xiv sino una clara visión de lo que será el siglo xxii en el mundo: hay que creerle. Porque los conocimientos tradicionales son tradicionales por su forma de transmisión y apropiación, pero no porque sean estáticos, inmóviles o reacios al cambio; por el contrario, como se ha demostrado en algunos estudios, en el marco del conocimiento tradicional se experimenta y se hace innovación. Muchas veces se escucha decir a los campesinos: “Vamos a echar un cale”, lo cual expresa su interés y deseo de experimentar, probar, manejar un proceso, una semilla o una máquina nueva.

2. El conocimiento científico no es la única manera de conocer y transformar el mundo Muchos de los mejores documentos internacionales, multilaterales y colectivos de las últimas décadas reconocen la necesidad de respetar, reconocer y dialogar con los poseedores de los conocimientos tradicionales. Por ejemplo: la Declaración de Alma Ata de la Organización Mundial de la Salud (1978) sobre la atención primaria de la salud, donde se reconoció la existencia e importancia de la medicina tradicional; el Convenio sobre la Diversidad Biológica (1992), donde se reconocieron y valoraron los conocimientos tradicionales sobre el medio ambiente; y la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), donde la comunidad internacional reconoce “el derecho de los pueblos indígenas a mantener, controlar, proteger y 17

méxico: ayer y hoy


Esa curiosidad extrema es muchas veces aprovechada por las transnacionales para introducir novedades y artificios tecnológicos, pero es también el punto de partida de una propuesta contrahegemónica para revitalizar y mantener vigentes los saberes colectivos.

la fuerte presencia de esas experiencias, que han hecho de México el primer país productor de café orgánico en el mundo y el segundo país en manejo comunitario de selvas y bosques.

5. Un proyecto nacional sin los pueblos y saberes indígenas es inviable La formulación de un Nuevo Proyecto de Nación para México debe estar basada en todo lo que realmente forma el patrimonio que los mexicanos hemos heredado: no sólo los recursos naturales sino también las diversas formas de entenderlos y aprovecharlos, a través de conocimientos y tecnologías que son la herencia histórica de los diversos pueblos que componen la nación; no sólo la fuerza de trabajo individual de millones de compatriotas, sino las formas de organización para la producción y el consumo que persisten en el México profundo y que han hecho posible su sobrevivencia; no sólo los conocimientos que con mucho esfuerzo se han ido acumulando (más que desarrollando) en México y que provienen de la tradición occidental, sino de toda la rica gama de conocimientos que son producto de la experiencia milenaria del México profundo.2 Hoy podemos entender que el patrimonio del que habla Guillermo Bonfil es el patrimonio biocultural, concepto que no escinde ni opone de manera dicotómica lo natural frente a lo social, y también entendemos que los distintos proyectos de desarrollo del país, tanto del periodo colonial como del poscolonial, han sido esfuerzos por invisibilizar y sustituir los recursos y conocimientos del México profundo, tratando de negar y excluir a la civilización mesoamericana que aquí floreció y que hoy resiste y cuyos miembros no renuncian a ser los protagonistas de su propia historia.

4. El patrimonio biocultural de México es importante: para México y para el planeta México es un país megadiverso que alberga el 10 por ciento de toda la diversidad biológica del planeta; megacultural pues aquí conviven 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones lingüísticas y 364 lenguas,1 y la interacción entre riqueza biodiversa y riqueza cultural dio origen a una tercera megadiversidad que son las plantas cultivadas y los animales domesticados. Con más de 100 especies de plantas domesticadas, México y toda Mesoamérica son uno de los siete grandes centros de origen y domesticación de plantas del mundo, en donde dicho proceso de selección bajo domesticación continúa todos los días. Estos recursos, conocimientos y productos, se han elaborado y perfeccionado a través de un proceso de alrededor de 9 mil años y constituye, sin duda alguna, un legado de enorme valor al que se ha denominado Patrimonio Biocultural de México. Dichas riquezas, de interés nacional y planetario, se encuentran paradójicamente en manos de algunos de los sectores más pobres y depauperados del país: los pueblos indígenas y campesinos. Contra todo pronóstico desarrollista, algunas experiencias exitosas se han incubado precisamente ahí, mediante la gestación, consolidación y expansión de cooperativas indígenas, empresas forestales y agrícolas, y en general, empresas sociales que se proponen coadyuvar en la construcción de una sustentabilidad, desde abajo. Hoy existen más de 2 mil empresas sociales rurales distribuidas principalmente en el Centro y Sur del país, y unas 15 regiones identificadas como estratégicas por 1

inali,

2 Guillermo Bonfil Batalla, México profundo. Una civilización negada, Grijalbo, México, 1994.

2007.

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LAURENCIA TOBÍAS

El Nuevo Proyecto de Nación requiere la sabiduría del México profundo y al mismo tiempo ser incluyente de todos los saberes. No es suficiente entender los diversos acervos de saberes que tenemos en México, lo importante es tener una visión integral de todos los saberes que en México existen, como ya lo indicaba José Carlos Mariátegui, en la segunda década del siglo xx para el Perú, y lo apunta Jaime Vieyra al analizar la obra de Bonfil en el número 2 de Rojo-amate.3

Si las poblaciones indígenas de México, por su situación colonial, han vivido procesos de imposición y enajenación, pero también de resistencia, apropiación e innovación, Bonfil acierta en señalar que ello se debe a que existe “un ámbito de cultura autónoma que es su eje organizador” y desde el cual resiste e interacciona con las otras culturas y realidades del mundo. Es por ello que plantea la necesidad de políticas públicas destinadas a fomentar los ámbitos de cultura propia y autónoma de los pueblos indígenas; así como a desarrollar su capacidad de decisión sobre los procesos de innovación y apropiación, al mismo tiempo que señala que las políticas culturales nacionales (y agregaríamos que también las políticas públicas agropecuarias, forestales, pesqueras, artesanales y de salud, entre otras) pueden ser evaluadas pensando si su objetivo es “reforzar o ampliar el campo de la cultura autónoma o ensanchar el ámbito de la cultura impuesta”.

6. Los saberes colectivos y el diálogo de saberes Ante la propuesta de si la valoración de los sistemas de conocimiento tradicionales debe ser una tarea de la ciencia, para que sea ella la que legitime sus principios y las reestablezca en sus derechos, como señaló Claude

Jaime Vieyra, “El México profundo de Bonfil Batalla en la hora de las rememoraciones centenarias”, en Rojo-amate 2, noviembre-diciembre, 2010, pp. 66-67.

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TOMÁS MonterO

que lo que debe gestarse es el fortalecimiento y el desarrollo autónomo de los sistemas de conocimiento colectivos y locales, para que bajo un plano de horizontalidad y de simetría se pueda dialogar con las ciencias occidentales, principalmente para encontrar soluciones a problemas específicos. En esta perspectiva, se trata de construir los espacios particulares donde los sistemas de conocimientos distintos puedan interactuar desde sus especificidades, manteniendo cada uno sus propios principios y marcos epistémicos. Boaventura de Souza Santos propone en su “ecología de los saberes” una perspectiva prudencial en tanto formula la interdependencia de los saberes sin exclusión de los que hoy parecen no serlo. Propone la búsqueda de credibilidad para los saberes no científicos, pero ello no implica el descrédito del conocimiento científico. Tal posición se asume contra el predominio de la voz única, al tiempo que abraza la idea de la articulación y complementariedad de todos los conocimientos respecto al propósito central de la emancipación social. Por ello es que trae a la memoria la formulación de John Dewey de que esto es lo que hará posible una verdadera “Conversación de la humanidad”.

Levi-Strauss en 1962, existen muchas voces indígenas y no indígenas que, desde América Latina, apuntan a una propuesta distinta. Señalan que debe ser una tarea colectiva en la que exista la voluntad y el interés para construir los contextos éticos, institucionales y políticos que favorezcan el diálogo intercultural, lo cual implica establecer las premisas y los principios éticos y políticos para tal diálogo, y esclarecer las finalidades, las formas y los participantes. En el marco de las propuestas del diálogo de saberes se perciben cuatro tendencias actuales: la primera, que desde una posición etnocéntrica y hegemónica considera que el conocimiento científico occidental es el único válido, y desde esa posición niega, invalida y destruye abierta o indirectamente cualquier otro tipo de saber; una segunda, que se propone el diálogo entre sistemas de saberes distintos, sobre la base de la secularización y la validación desde la ciencia occidental: lo que busca es la incorporación de los saberes tradicionales, dentro de los saberes científicos; una tercera, en la que se habla del diálogo intercultural para romper fronteras e “hibridizar” los diversos sistemas de conocimiento para, finalmente, generar algo nuevo, entonces sí universalmente válido; y una cuarta, que considera méxico: ayer y hoy

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los líderes indígenas, los científicos e intelectuales indígenas, los educadores, los científicos y académicos no indígenas, los gobiernos estatales, el gobierno federal, los elaboradores de los marcos legislativos, los hacedores de iniciativas de políticas públicas, los tomadores de decisiones, los críticos, los evaluadores, así como las agencias internacionales de cooperación interesadas. Es en tal sentido que en México se considera que construir una verdadera sociedad del conocimiento es construir una sociedad del conocimiento pluralista, justa y democrática.

Finalmente, en este punto hay que subrayar que si bien es vital el diálogo entre saberes tradicionales y saberes científicos, es muy importante el de los saberes tradicionales entre sí, pues esa es la base fundamental para la construcción de la propuesta contrahegemónica.

7. La construcción de los acuerdos y los espacios para el diálogo Aunque a algunos les parezca totalmente novedoso, la construcción colectiva de saberes ya ha despuntado en muchas regiones de México, de otros países de Nuestra América y del Sur profundo del planeta, sobre todo debido a la existencia de una gran cantidad de hombres y mujeres de conocimiento que desde lo local mantienen los saberes, los renuevan y transmiten a las nuevas generaciones, y buscan contacto con los “inconformes e indignados” del otro lado (de los otros lados del saber) para gestar nuevas formas de creación de conocimientos, dando lugar a una creación colectiva de saberes a través de lo que algunos han denominado redes socioculturales de creación de conocimiento e innovación. Una de las redes que conozco más, o de las que ignoro menos, son las redes de conocimientos dirigidos al gran tema de lo ecológico y lo ambiental. Se trata de innumerables personas, grupos, redes que trazan puentes entre diferentes formas de conocimiento con respecto a la producción agropecuaria, los sistemas agroforestales, las pesquerías de aguas continentales o ribereñas, la utilización múltiple de los recursos naturales, la conservación de la biodiversidad, la restauración de los ecosistemas deteriorados, los estudios de impacto ambiental y social, los ordenamientos territoriales participativos, la protección jurídica y social de los recursos y conocimientos, entre otros. Construir los diagnósticos de la realidad de manera pluralista, establecer los espacios para el diálogo horizontal de saberes, para actuar con éxito respecto a temas y problemas de interés colectivo, requiere, sin duda, de la articulación entre diversos actores: los indígenas comunitarios, los indígenas migrantes,

Colofón En medio de la espiral de violencia que se ha instalado en México y que parece no tener fin, lo dicho anteriormente parece un sueño, y lo es. Ernest Bloch lo llama también el “Todavía No”, John Rawls “Una utopía realista” y los médicos tradicionales de México les llaman “Visiones”, las cuales obtienen mediante las técnicas del ensueño. Para unos y otros se trata de anticipaciones de un futuro posible.

* Algunas de las tesis señaladas pueden leerse en textos como Maya Lorena Pérez Ruiz y Arturo Argueta Villamar, “Pueblos indígenas y diálogo intercultural” (www.culturayrs.org.mx/); en Arturo Argueta Villamar, “El diálogo de saberes, una utopía realista”, en el libro coordinado por Argueta, Corona y Hersch Saberes

colectivos y diálogo de saberes, publicado por el crim, la unam, el inah,

la uia Puebla y el Proyecto Foncicyt (95255), Unión Europea,

Conacyt, 2011. También están contenidas en los textos de algunos de los autores que escriben en ese libro como Benjamín Ortiz, Guadalupe Díaz Tepepa, Enrique Leff, Eckart Boege, Aída Castilleja, Julio Glockner, Rafael Ortega Paczka y Víctor M. Toledo, entre otros. Con el título quiero refrescar en la memoria colectiva (mexicana) las Siete tesis que en su momento escribiera José Carlos Mariátegui a propósito del Perú profundo.

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LAURENCIA TOBĂ?AS

de humores y otros lenguajes

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revisitando el plan de ayala: Herencias para una Sociedad Justa Carlos San Juan Victoria

méxico ha vivido largos periodos donde el agravio se acumula como un peso que aplasta y que genera incluso depresiones colectivas. Pero a la vez está lleno de acontecimientos inesperados (crisis, revoluciones y revueltas), de vivencias ignoradas como las resistencias cotidianas y tramas de actos e ideas, de emociones y razones que resisten y se proponen una vida “justa”. A esa trama de actos, valores compartidos, ideas y leyes que comparten desde diversos imaginarios el reparo de los agravios les nombro las herencias para una sociedad justa. Su lado más reconocido es el de ciertas ideas, católicas, liberales y socialistas; o bien, la elaboración por letrados de leyes e instituciones que pretenden “moderar la opulencia y la indigencia”, como diría Morelos. También están los imaginarios populares, los valores, creencias y memorias de la mayoría de nuestra población donde se aspira a un “orden justo”. Las herencias parecen entonces muchos hilos sueltos de culturas y lenguajes que en ocasiones, ante determinados acontecimientos, se enlazan como constelaciones y se retroalimentan. Eso ocurrió en las grandes revoluciones populares de los siglos xix y xx, y en muchos acontecimientos locales y regionales a lo largo y ancho del país. ¿Cómo jugará en esas constelaciones a favor de lo justo el dolor de personas afectadas por los agravios de los poderosos? ¿Y la memoria popular de actos de justicia? ¿Y el lento surgir social de expectativas de justicia en ambientes deprimidos? El Plan de Ayala del 25 de noviembre de 1911 fue un ejemplo extraordinario donde la palabra escrita, monopolio de letrados urbanos, expresó un sentimiento de agravio de los pueblos de Morelos desde las Reformas Borbónicas hasta las Repúblicas liberales. Pero también fue una especie de “emisor” que proyectó a nivel nacional la Patria querida por los pueblos y una caja de resonancia donde se despertaron e identificaron muchos de los agravios vividos por las personas en sus experiencias familiares y locales más allá de los pueblos de Morelos. Como eje

de una tormenta, en torno a ese Plan se congregó una constelación virtuosa de ideas y letrados liberales, de interpretaciones populares de su sentido y creencias civiles y religiosas que nutrieron valores sociales sobre lo “justo”.

¿Somos parte o no de la República? El zapatismo entró al movimiento revolucionario de Madero en marzo de 1911 cuando en el kiosko de la Villa de Ayala el profesor Otilio Montaño resumió en una frase el motivo del levantamiento: “¡Abajo haciendas, arriba pueblos!” Y a pesar de ser un ejército campesino, sin el armamento y el despliegue de un ejército profesional, abrió una longitud guerrera en las goteras de la principal ciudad, la de México, que impidió al ejército federal trasladarse en masa hacia el Norte ardiente de Chihuahua y Coahuila. Ayudó al maderismo tomando la importante ciudad de Cuautla cuando ya se advertían las negociaciones de elites porfirianas y maderistas que dieron cuerpo a los Tratados de Ciudad Juárez para cambiar gobernantes y no corregir las injusticias que habían convocado a muchos a formar los ejércitos populares. Por eso nació el Plan de Ayala: en estricto sentido un conjunto de “adiciones” al Plan originario. En sus artículos 6º, 7º, y 8º se nombraron las injusticias y sus reparaciones. El 6º transmite el agravio vivido por Anenecuilco y por los 100 pueblos indígenas de Morelos en ese entonces. La experiencia que vivieron con el liberalismo hecho gobierno y que se aceleró con el gobierno de Pablo Escandón, hacendado y gobernador, quien estableció la Ley General de Avalúo de la Propiedad Raíz, gracias a la cual 28 hacendados eran ya dueños legales del 77 por ciento de la totalidad de la tierra del estado de Morelos, mientras que los dueños originarios, 100 pueblos, se amontonaban en el 20 por ciento restante.1 Por ello se pide en el 6º: 1 Véase Alicia Hernández, Anenecuilco. Memoria y vida de un pueblo, El Colegio de México / fce, 1993.

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Ahí se mencionó a los que carecían de toda voz y visibilidad, los que carecían de títulos y en ocasiones de pueblo que las defienda. Se expresaba un agravio aún más profundo y, con ello, como cura, una justicia capaz de distribuir los bienes de la Nación a todo aquel que cumpliera con el requisito de ser mexicano, así de verdadero y simple.

[...] los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la justicia venal, entrarán en posesión de esos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos, correspondientes a esas propiedades, de las cuales han sido despojados por la mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance con las armas en la mano la mencionada posesión, y los usurpadores que se consideren con derecho a ellos deducirán ante

En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y

los tribunales especiales que establezcan al triunfo de la

ciudadanos mexicanos no son más dueños que del terreno

revolución.

que pisan, sufriendo los horrores de la miseria sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a

Lo que se expresa es una lectura popular del liberalismo. Junto al ciudadano, aparecían los pueblos, las corporaciones precisamente combatidas por las leyes del liberalismo decimonónico. Reaparecían como sujetos de derecho que pueden exhibir sus títulos. Pero además se hablaba desde una noción de justicia más antigua que equilibra y compone los intereses tanto de afectados como de afectadores. Les pide a los pueblos y ciudadanos exhibir sus títulos para reclamar propiedades despojadas, y, a la vez, armarse para evitar que en un acto de fuerza los hacendados las retomen. Y a los despojadores les abrió también la posibilidad de reclamar ante los nuevos tribunales. La cura al agravio no era entonces una venganza. Era un acto de justicia que equilibraba intereses apelando a la ley. Los artículos 8º y 9º continuaban ejerciendo esa apropiación popular del liberalismo:

la industria o a la agricultura, por estar monopolizadas en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas; por esta causa se expropiarán previa indemnización, de la tercera parte de esos monopolios a los poderosos propietarios de ellos, a fin de que los pueblos y ciudadanos de México, obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos.

¿Había tras de esa lectura popular una memoria popular liberal? En el extraordinario libro De rebeldes fe se ofrecen varias pistas.2 En sus párrafos iniciales el Plan de Ayala hizo mención al “inmortal Código del 57 escrito con la sangre de los revolucionarios de Ayutla”. Los pueblos de Morelos habían conocido la experiencia de la revolución encabezada por el general Juan Álvarez cuando en 1853 se levantó contra la dictadura santanista. Entre la ciudad de México y el Sur, hacia el puerto de Acapulco, se abrió una ruta guerrera que Santa Anna recorrió arrasando pueblos levantados o sospechosos de colaboración, pero también recorrido por los “pintos” de las costas del Pacífico que integraban al ejército liberal de Álvarez. Pueblos como Tepoztlán se unieron al liberalismo que venía del Sur para aprovechar la situación y recuperar tierras en litigio. Se vivió la experiencia de enfrentar y retar al orden y a la autoridad injusta, y cuando triunfó años después el liberalismo urbano e ilustrado en los pueblos se vivió el triunfo como suyo. También conocieron y participaron en la resistencia nacional contra los franceses, las pugnas entre liberales encabezadas por Porfirio Díaz y su Plan de la Noria; desde entonces algunos hombres de los pueblos tejieron alianzas con destacados personajes de la

8° Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o indirectamente al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras partes que a ellos les correspondan, se destinarán para indemnizaciones de guerra, pensiones de viudas y huérfanos de las víctimas que sucumban en la lucha por el presente Plan. 9° Para ejecutar los procedimientos respecto a los bienes antes mencionados, se aplicarán leyes de desamortización según convenga; pues de norma y ejemplo pueden servir las puestas en vigor por el inmortal Juárez, a los bienes eclesiásticos que escarmentaron a los déspotas y conservadores, que en todo tiempo han pretendido imponernos el yugo ignominioso de la opresión y del retroceso.

La noción de justicia para reparar un despojo se extendió aún más en el séptimo capítulo. méxico: ayer y hoy

Víctor Hugo Sánchez Reséndiz, De rebeldes fe, Instituto Cultural de Morelos / La Rana del Sur, Morelos, 1996.

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nuevos títulos de propiedad al uso, la llamada propiedad privada. Entonces sus autoridades se dieron a la tarea de reconstruir su memoria de posesión, rescataron de los archivos de la Nación republicana sus títulos originarios, volvieron a recorrer los linderos de sus territorios y a hacer el recuento del despojo sufrido. Y a la vez aprendieron los nuevos caminos para buscar justicia, ya no la del Rey sino la de la República, con sus reglas de tribunales y abogados en la ciudad de México. Como lo ha mostrado de manera rigurosa Ethelia Ruiz,3 al apelar a los títulos originarios se aferraban a un orden legal previo a la República, a las Cédulas Reales de Felipe ii en el siglo xvi y a la Segunda Audiencia que, con afán de dominio colonial, reconocieron la posesión indígena de la tierra. Pero a la vez incursionaban y aprendían del nuevo sistema judicial. Hacían un doble movimiento: rehacer el pasado como memoria precisa e incidir en las nuevas reglas del juego. De esa experiencia ya vivida se formaron ideas y sentimientos de lo que era un orden justo: de equilibrio y moderación, que ahora introducían en el vendaval expropiatorio contra los pueblos exigiendo esa noción de justicia que les amparaba. El Plan de Ayala encarnaba esa justicia de

ciudad de México. Pero además, a través de las escuelas y de los maestros rurales, de las lecciones de historia oficialista y positivista y de la poesía patriótica, los pueblos se apropiaban de un sentido nacional, de nuevas palabras e ideas (el panteón de héroes como Juárez nutrió ese liberalismo plebeyo). Por eso el Plan de Ayala estaba lleno de resonancias y apropiaciones de esa historia reciente. Su palabra se dirigió a la “faz del mundo civilizado que nos juzga” y “ante la Nación a la que pertenecemos y a la que amamos”. Se expresaba en el lenguaje del siglo, de la razón liberal, pero interpretada por el sentir popular. Había más: en corridos, bolas y en la Loa a Agustín Lorenzo, bandido patriota y social, apareció la República Indiana, esa Patria que ya no era la idea abstracta ilustrada, sino una patria concreta que surgía de la unión de los muchos pueblos y que los protegía y respetaba. Esa que en el Manifiesto de Domingo Arenas a sus seguidores, ya en la revolución de 1910, se nombraba en náhuatl como “nuestra madrecita la tierra, la que se dice la Patria”. Y entonces, con la tierra aparecían otras “capas” de memorias aún más profundas pero vigentes. Para comprender una de ellas estaba el ejemplo de Anenecuilco. Tuvo un año decisivo, 1854, cuando ya era innegable que se había roto la legalidad de siglos de la Monarquía Española y entraban nuevas reglas del juego que afectaban a los pueblos por carecer de los

3 Ethelia Ruiz Medrano, Mexico´s indigenous communities: their lands and histories, 1500 to 2010, University Press of Colorado, Boulder, 2010.

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le abrieron espacio en un territorio sagrado apretujado de santos: las procesiones a la Basílica les permitieron a los pueblos morelenses el contacto con muchos otros pueblos; era otra ventana para mirar su pertenencia a la Nación mexicana. Esas creencias sagradas, ya en los espacios familiares de los pueblos y las regiones, eran parte sustantiva para reproducir su identidad pueblerina y el control de su territorio. Sustituyendo a una jerarquía remisa, los pueblos organizados en barrios y mayordomías cambiaron el sentido “externo” religioso para insertarlo en la celebración festiva del ciclo agrícola, de los intercambios milenarios con lo sagrado para perpetuar la vida y aspirar al reino de la igualdad sin injusticias. ¿Eran mochos? En el lenguaje de lo sagrado se mostraba otra faceta de su expresión pública: la pertenencia nacional, la autonomía pueblerina y los valores de justicia e igualdad.

moderación y equilibrio que incluso amparaba a los “enemigos del pueblo”. Porque la aspiración zapatista era la de mantener una República de convivencia justa, donde se pudiesen reinsertar los pueblos como habían estado inscritos en el Imperio español. La nueva República era ambigua desde su origen: abría resquicios a su inserción como ciudadanos y también la posibilidad de recrearse ya no como “República de indios” sino como ayuntamientos constitucionales; pero no las dejaba pasar como pueblos y territorios. No sólo eso: alentaba además a las nuevas fuerzas comerciales y especulativas que despojaban a los pueblos. Parecían decir: “Sí entras, pero sólo como despojado, como proletario.” El zapatismo se negó a esa inserción proletarizada y exigió su adscripción como lo que son: ciudadanos, pueblos, territorio. Todo en uno. Esa era su novedad, su concepción del ciudadano y de la República, alimentada por el pasado y redefinida para entrar a las nuevas reglas del juego. Cuando el zapatismo entró con los villistas en la ciudad de México el 6 de diciembre de 1914, abría su marcha la bandera mexicana y un gran pendón con la Virgen de Guadalupe. Los soldados surianos traían estampitas de los santos preferidos en sus sombreros y les colgaban cruces y escapularios. Los carrancistas no los bajan de “mochos”. Pero lo que se paseaba por las calles de la ciudad de México, ya secularizada, era otra apropiación popular de lenguajes, símbolos y ritos religiosos, no del rebaño sumiso del gran poder (terreno de los obispos y curas) sino la memoria elaborada de gestas y sentidos populares en el lenguaje de lo sagrado. Una perspectiva autónoma para sentirse parte de una Nación y con el control de sus pueblos-territorios. Era nacional y local. Según se muestra en De rebeldes fe, en la gran riqueza sincrética de vírgenes, cristos y santos de los pueblos de Morelos no existía la Guadalupana hasta los inicios del siglo xix. Llegó esta santa de la ciudad de México y de las poblaciones del Centro-occidente de la mano del cura Morelos y abanderando a los ejércitos insurgentes. Su tez morena y sus resonancias mesoamericanas (Tonatzin) méxico: ayer y hoy

La promesa rota De marzo a noviembre de 1911, en sólo nueve meses, se gestó el ascenso revolucionario y la gran decepción hacia Madero por los ejércitos populares que le respaldaron, lo cual llegó a la confrontación armada entre los otrora aliados. El zapatismo se dirigió hacia el Sur de su área fuerte, hacia una masa montañosa en el estado de Puebla, árida y de difícil acceso. Ahí Emiliano mandó concentrar a sus generales y oficiales con la idea de elaborar y firmar el Plan de Villa de Ayala, en una escondida comunidad de nombre Ayoxustla, la que tuvo que pedir ayuda a los pueblos vecinos para recibirlos y abastecerlos. Ahí, en tres días (uno de descanso, otro de intercambio de ideas y de elaboración, otro de festejo), nació el Plan de Villa de Ayala. El Plan se comprometió a “sostener y llevar a cabo las promesas que hizo la Revolución del 20 de noviembre de 1910”. ¿Cuál era la importancia de esa formulación? Que los zapatistas se apropiaban de una promesa incumplida y se comprometían a realizarla. Se llamaba a las armas pero para restaurar la legitimidad y la legalidad, y con ello se arropaban en el orden jurídico y político del liberalismo. Madero no 26


representaba un poder legítimo porque no sostenía ni llevaba a cabo el cumplimiento de la promesa hecha. Tampoco era legítimo y se sumía en la ilegalidad porque ya como gobernante no acataba el federalismo consagrado en la Constitución del 57 e imponía a un gobernador, a la guerra y el despojo en el Estado soberano de Morelos. Y esa legitimidad hecha girones se terminaba de deshilachar al declarar la guerra a los pueblos que le creyeron y le siguieron. De acuerdo a una tradición forjada en el siglo xix, originada en España y luego extendida hacia toda Hispanoamérica, la Junta Revolucionaria era un recurso cuando a juicio de hombres interesados en los asuntos públicos se desgarraba la legalidad y la legitimidad. Por ello Zapata y los suyos se constituyeron en la Junta Revolucionaria que llamaba a tomar las armas para restaurar la legitimidad y la legalidad. De ahí surgía una peculiar tradición mexicana de la ruptura revolucionaria. No abjuraba del orden jurídico existente, en este caso de la Constitución del 57, sino que pretendía su plena implementación. Tampoco se distanciaba del Plan de San Luis, sino que exigía su cabal cumplimiento. Ese grupo de campesinos armados se proponía una lucha simbólica sustantiva: desarmar la legitimidad que presumía Madero y mostrar su crisis mayúscula al desatar la guerra contra los ejércitos populares que le habían llevado a la silla (y que se negaban a entregar las armas hasta que se cumpliera la promesa empeñada). En el curso de la guerra desatada el zapatismo fue elaborando una propuesta para cumplir esa promesa, que no puede reducirse a la idea del reparto de tierra. Por un lado, y en efecto, se trataba de realizar la restitución de tierras pero concebidas como el territorio de los pueblos como las tierras, aguas y montañas indispensables para la reproducción de esas sociedades. Esa sería la base material para sustentar dos dimensiones del zapatismo. La primera, referida a la necesidad de consolidar la tradición del Ayuntamiento constitucional como una forma plena de autogobierno de los pueblos, y que se expresó más tarde en la Ley General de Libertades Municipales expedida el 26 de octubre de 1916. Ahí se recuperaban 27

las tradiciones de elección y deliberación de los vecinos para organizar y vigilar a su poder municipal, plenamente soberano sobre su territorio, sus ritos y costumbres. Y la segunda, referida a la idea de que las Repúblicas tendrían que rehacerse de abajo arriba con una especie de confederación de ayuntamientos fuertes que estarían representados en el Congreso (expresión de esos poderes territoriales) para garantizar que el Ejecutivo republicano se apegara a ejecutar la voz del verdadero soberano: los ciudadanos agrupados en ayuntamientos autónomos. Se trataba de fundar la idea del mandar obedeciendo. Para el zapatismo, rehacer la promesa era ante todo una propuesta de revolución material y política de las Repúblicas: si la utopía es un no-lugar del imaginario europeo del renacimiento, este imaginario de los pueblos de Morelos y de otras regiones mesoamericanas era un lugar que sí existía, en su memoria, en su práctica y en su territorio: era la tradición del autogobierno.

El valiente [...] estatura regular tirando a alto, de complexión también regular, tez morena clara, frente amplia y despejada, ojos grandes y negros de mirada muy vivaz, ceja y bigote poblado, pelo negro y lacio, tenía voz clara y fuerte aunque era callado. Tenía dos modos de vestir: para el trabajo diario andaba de manta blanca, sombrero de palma y huaraches de correa; para asuntos especiales, de charro, con pantalones de raya ancha, a veces colorada o blanca, botonaduras de plata, sombrero galoneado.

Así recordaba a Emiliano la señora Herlinda Barrientos Velasco, hija de su compadre don Laureano Barrientos, muerto en una emboscada, y que llegó a vivir con su madre a la casa de los Zapata a los siete años. La mar cotidiana y enorme de agravios, que puede reposar durante largos periodos, se agita y encrespa cuando ocurren acontecimientos que hacen públicos los dolores sociales y abren la esperanza para hacer justicia. Esos acontecimientos fueron las elecciones de 1910, las méxico: ayer y hoy


de ser, parco y preciso, su voz que sabía mandar, el no echarse para atrás cuando la situación lo demandaba, todo ello eran cualidades que como imán atraían la mirada, daban seguridad y confianza a los demás. Era un carácter decidido capaz de confrontar a la violencia instituida de las leyes injustas, de los excesos de los jefes políticos, de la ambición de los hacendados. Por eso, cuando los viejos del pueblo sintieron que se agotaba el camino legal en las luchas agrarias de Anenecuilco, lo eligieron Presidente de la Junta de Defensa.4 En los testimonios de los que le conocieron y que vivieron los años revolucionarios afloran otras dimensiones sustantivas de la cultura popular: las creencias en hombres con dones especiales y tratos con fuerzas sobrenaturales. El general Morelos podía curar e incluso revivir a los muertos. Zapata no podía morir y, se dice, traía pintada en la espalda una serpiente y en el pecho a la Virgen de Guadalupe.

pugnas de elites donde una de ellas llamó a restituir las tierras arrebatadas a los pueblos y luego el lento desgranar de una rebelión popular. Pero además se requiere de esas personalidades capaces de coagular y dirigir la sangre que hierve. ¿Se trata de personas capaces de encarnar el verbo de la justicia? Sí, pero no sólo como discurso, sobre todo como actitud y gesto. Hablamos de lo que en las culturas populares mexicanas se le nombra como El Valiente: el que desafía de cara a un poder establecido, sea el hacendado vecino o el Gobierno que lo protege en sus injusticias, y que habla en nombre del pueblo. Estas figuras recurrentes fueron retenidas en la memoria popular a través de leyendas, poesías y corridos. El corto periodo de noviembre de 2010 a marzo de 2011 verá cómo brotan, como hongos, muchos valientes que cohesionan y dirigen a pequeños y grandes ejércitos locales y regionales. Zapata y Villa son los casos más conocidos y excepcionales de esa semilla humana que duerme en pueblos, barrios y regiones. Emiliano expresa de un modo transparente esas cualidades. Nació cuando su pueblo (Anenecuilco) tuvo un pleito por el abasto de agua con haciendas vecinas. Creció mirando cómo aumentaba el cercado de tierras abiertas que impidieron el libre tránsito de los ganados de las familias pueblerinas. Y los viejos acuerdos de usos de territorios (bosques, zonas de pastoreo, cultivos en zonas de litigio) entre pueblos y hacendados cayeron según aumentaban los negocios de unos cuantos. Emiliano fue un hombre sensible al agravio de su familia y de su pueblo. También pesó que era un hombre hábil y audaz, ducho en montar novillos y toros, amansar caballos bravos y con amigos diversos en las ferias y fiestas regionales. Su modo méxico: ayer y hoy

La herencia de una sociedad justa ¿Cómo juega el dolor en esas constelaciones a favor de la sociedad justa? El dolor por los agravios puede resultar un arma filosa que en las revoluciones populares mexicanas tuvo excesos de venganza y espirales de violencia sin freno: las “fiestas de las balas”. La memoria entonces es una herida que no deja de sangrar, pero también pueden ser memorias que elaboran el agravio para recuperar la vida justa. El zapatismo y la experiencia de los pueblos de Morelos parecen apuntar hacia esa dirección sin que ello sea garantía para contener las pasiones desatadas. Pero hay un esfuerzo memorioso para demostrar que poseen un territorio avalado por una Jesús Sotelo Inclán, Raíz y razón de Zapata, Ediciones de la Comisión Federal de Electricidad, México, 1981.

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Gilberto pérez

¿por qué diversa gente acude a los llamados para tomar partido e incluso las armas? Y junto con los muchos y finos hilos de las relaciones sociales (familiares, padrinazgos, compadrazgos, paisanajes) de las ideas y religiones compartidas, puede que también cuente el espejo elaborado de un dolor que sienten muchos, de hacer públicos los agravios sufridos individualmente y de construir o reconstruir una promesa de justicia. El Plan de Villa de Ayala parece resonar en los tonos profundos de los lenguajes que convocan a sus contemporáneos y a los que aún no nacían pero lo siguen escuchando. De ahí su importancia, porque nació del lugar y de la experiencia del agravio, de la elaboración memoriosa popular y de sus imaginarios de lo justo.

Autoridad y su ley, y nuevos aprendizajes para pleitear en el campo incierto de la nueva justicia republicana. Las armas son el último recurso, no el primero. Como vemos, violencia y restauración del imperio legal y legítimo van atadas, e igual ocurrió con una concepción de justicia que amparaba incluso a los grandes predadores, a algunos de los hacendados presas del ansia de reconquista de tierras y recursos naturales en manos de sus legítimos dueños. El dolor se elabora y se convierte en la búsqueda del justo equilibrio. Pero además esta trasfiguración del dolor, del aguijón del agravio, se convirtió en un lenguaje poderoso que convocaba a muchos. En el Plan de Ayala aparece ya el discurso popular de la Nación y de la República de leyes, pero también los valores de justicia sembrados por la experiencia terrena y sagrada de los pueblos. ¿Por qué se dejan familias y lugares?, ¿por qué se arriesga la vida?,

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méxico: ayer y hoy


En LibrerĂ­as de Prestigio de humores y otros lenguajes

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Economía y política en los gobiernos de izquierda del DF

Tomás Montero

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patrimonios y conquistas


PRESENTACIÓN donde aparece con naturalidad la misma pregunta que hacíamos con respecto al Distrito Federal: ¿conservará la izquierda los poderes de mando de la entidad? Las dos preguntas (la del Distrito Federal y la de Michoacán) quedan concatenadas o ligadas por un contexto único que el sentido más común de los sentidos tendría ahora que aceptar: que “las derechas” se dirigen de nuevo a tratar de imponer un sistema gobernante de alternancia bipartidista, con la idea de que ello generará finalmente en México un largo periodo de bonanza y estabilidad. Los textos que Rojo-amate integra en este Expediente Político quieren aportar elementos al referido análisis, debate y reflexión sobre el tema específico de “las izquierdas” en su papel gobernante en el Distrito Federal. Con aportaciones magníficas de Pablo Yanes, Raúl Cabrera, Carlos San Juan Victoria, José Roa y José Benavides. Dada su particularidad “urbana” (y con ello su pertinencia en cuanto al debate programático “urbano” del Distrito Federal) hemos agregado, como anexo, la “Carta por Morelia” que las Fuerzas de Izquierda de Michoacán signaron recientemente para apuntalar su participación en el proceso electoral en curso.

El análisis, la reflexión y el debate sobre la “circunstancia política” del Distrito Federal adquieren en estos días una importancia particular, pues en pocos meses se renovarán los poderes de gobierno y el proceso para generar ese cambio ya ha iniciado su curso. Un cuestionamiento central aparece en la coyuntura: ¿mantendrá la izquierda el timón de mando de la entidad? La pregunta no parece trivial si, como sabemos, el “cerco” político de las derechas se ha venido estrechando desde que el pan conquistó con Vicente Fox (2000) la Primera Magistratura. De entonces a la fecha el prd (y sus aliados) ha venido perdiendo algunas plazas importantes (Zacatecas es sin lugar a dudas la más grave y bochornosa), y sus resultados como “fuerza alternativa de gobierno” en algunos de los casos (Guerrero, Tlaxcala, Baja California Sur, por sólo mencionar tres experiencias conocidas) han dejado mucho que desear. ¿Se harán valer en las batallas que se avecinan las importantes reservas ideológicas y políticas que aún conserva esta izquierda como “ganancia invertible” en su haber gubernamental? El ciclo ya abierto a los cambios políticos en el Distrito Federal tiene una parada previa dentro del contexto nacional, a saber: las elecciones para el cambio de poderes estatales en el convulsionado Michoacán,

La redacción

ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

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protección social versus derechos sociales en la legislación del df Pablo Yanes

la reciente presentación a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (aldf) de la iniciativa de Ley del Sistema de Protección Social del df (lspsdf) ha abierto una excelente oportunidad para desarrollar un debate en torno a las reformas legislativas en materia social que requiere la ciudad, proceso que puede llegar a ser un importante paso adelante para fortalecer la perspectiva de derechos de la política social, pero que puede traducirse también en un acotamiento y retroceso respecto a lo alcanzado en los 13 años de los gobiernos electos de la ciudad. El tema de fondo central que nos plantea la iniciativa de lspsdf es si la política social del Distrito Federal se va a seguir orientando por una concepción amplia del desarrollo social desde una perspectiva de derechos exigibles o, por el contrario, va a optar por una visión reducida de la política social limitada a la protección social centrada fundamentalmente en la obtención de ayudas y beneficios. En la exposición de motivos de la iniciativa se realizan afirmaciones como la de que “El Gobierno del Distrito Federal ha trabajado a lo largo de 13 años de gestión en construir una sólida política de protección social”, con lo cual, en el balance de los gobiernos electos, se reduce la política de desarrollo social diseñada e instrumentada en estos 13 años en programas y políticas de protección social. Asimismo, en la iniciativa se fundamenta la necesidad de un Sistema de Protección Social en los siguientes términos:

Más adelante se señala: Por su parte, la onu impulsó entre sus miembros la consolidación de un piso de protección social, a través del cual pueden abarcarse un conjunto de derechos sociales, infraestructura y servicios básicos de los cuales puedan beneficiarse todos los ciudadanos del mundo. Es decir, todo país debe concebir un piso de protección social que permita velar por la realización de un nivel mínimo elemental de los derechos que están consagrados en diversos tratados sobre derechos humanos y sociales.

Cabe añadir que lo anterior es una interpretación de los propios postulados de Naciones Unidas y que un análisis riguroso revelaría que, incluso en el término acotado de protección social, la iniciativa se encuentra por debajo de lo que los organismos internacionales están discutiendo respecto al tema. Llama la atención que en la exposición de motivos se retomen como conceptos eje: el de creación de oportunidades, el de piso de protección y el de realización de un nivel mínimo elemental de los derechos, los cuales se encuentran distantes de la lógica de garantía de derechos, progresividad en su goce, movilización del máximo posible de recursos y búsqueda de los umbrales más altos de satisfacción de necesidades y bienestar objetivo. Ello contrasta con el contenido de la Ley de Desarrollo Social y con el discurso del Gobierno del Distrito Federal, que a lo largo de todos estos años se ha pronunciado por una política de derechos, no de oportunidades y, por ende, exigible y progresiva. La iniciativa de lspsdf constituye una iniciativa paralela y, en muchos aspectos, contradictoria con la Ley de Desarrollo Social para el Distrito Federal (ldsdf), la cual está reconocida, más allá de los ajustes y reformas que requiera, como una de las más avanzadas y completas

Las prácticas internacionales han demostrado la necesidad de contar con una red o sistema de protección social que permita combatir las circunstancias económicas y sociales adversas y que permita ofrecer oportunidades a los ciudadanos para que tiendan a su desarrollo y, por ende, al desarrollo de su ciudad. 33

ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF


del país y de la región latinoamericana. Adicionalmente, la iniciativa de lspsdf no hace ninguna referencia a su alineamiento o no con el Programa de Desarrollo Social 2007-2012, y en muchos aspectos es contradictoria con el Programa de Derechos Humanos y con la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad. Más adelante nos referiremos a las implicaciones del contraste entre la iniciativa y la recientemente promulgada reforma de la Constitución General de la República en materia de derechos humanos.

Fomentar la equidad de género en el diseño y

vii.

operación de las políticas públicas y en las relaciones sociales. Implementar acciones que busquen la plena equidad

viii.

social para todos los grupos excluidos, en condiciones de subordinación o discriminación por razones de su condición socioeconómica, edad, sexo, pertenencia étnica, características físicas, preferencia sexual, origen nacional, práctica religiosa o cualquier otra; Contribuir a construir una sociedad con pleno goce de

ix.

sus derechos económicos, sociales y culturales.

***

x.

Fomentar las más diversas formas de participación

ciudadana con relación a la problemática social.

La protección social es un componente del desarrollo social, pero no es, ni de lejos, todo el desarrollo social. Y ello queda claramente establecido si comparamos la perspectiva establecida en la actual Ley de Desarrollo Social de la ciudad y la que postula la iniciativa que ahora comentamos. La Ley de Desarrollo Social define de manera muy amplia el campo de su objeto:

xi.

Profundizar el reconocimiento de la presencia indígena

y la diversidad cultural de la ciudad y en el desarrollo de relaciones de convivencia interculturales. xii.

Articular el desarrollo social y el urbano. Coadyuvar al reconocimiento y ejercicio del derecho a

xiii.

la ciudad. Fomentar la reconstrucción del tejido social

xiv.

urbano con base en el orgullo de pertenencia a la i.

Cumplir, en el marco de las atribuciones de la

ciudad y la comunidad, el respeto de los derechos de

Administración Pública del Distrito Federal, con la

todos los habitantes y la superación de toda forma de

responsabilidad social del Estado y asumir plenamente

discriminación, violencia y abuso en las relaciones entre

las obligaciones constitucionales en materia social para

los habitantes.

Integrar o reintegrar socialmente a los grupos de

que la ciudadanía pueda gozar de sus derechos sociales

xv.

universales.

población excluidos de los ámbitos del desarrollo social, la

ii.

Promover, proteger y garantizar el cumplimiento de los

familia o la comunidad con pleno respeto a su dignidad y

derechos sociales universales de los habitantes del Distrito

derechos.

Federal, en particular en materia de alimentación, salud,

xvi.

educación, vivienda, trabajo e infraestructura social.

del Distrito Federal cumpla de manera eficiente su

iii.

Disminuir la desigualdad social en sus diversas formas,

Establecer los mecanismos para que el Gobierno

responsabilidad en el desarrollo social.

derivada de la desigual distribución de la riqueza, los

xvii.

bienes y los servicios, entre los individuos, grupos sociales

órganos que integran la Administración Pública del

y ámbitos territoriales.

Distrito Federal que se vinculen al tema del desarrollo

iv.

Integrar las políticas y programas contra la pobreza en

social.

el marco de las políticas contra la desigualdad social. v.

Definir las responsabilidades de cada uno de los

xviii.

Impulsar la política de desarrollo social, con la

Fomentar las propuestas de la ciudadanía y sus

organizaciones en el diseño, monitoreo y evaluación

participación de personas, comunidades, organizaciones

de las políticas de desarrollo social y su contribución a

y grupos sociales que deseen contribuir en este proceso

las innovaciones en este campo, a fin de fortalecer la

de modo complementario al cumplimiento de la

profundidad y sustentabilidad de las acciones que se

responsabilidad social del estado y a la ampliación del

emprendan.

campo de lo público. vi.

xix.

Revertir los procesos de exclusión y de segregación

Avanzar en la definición de mecanismos y

procedimientos que garanticen la plena exigibilidad de

socio-territorial en la ciudad.

los derechos sociales en el marco de las atribuciones de la Administración Pública del Distrito Federal.

ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

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Frente a esta concepción amplia del desarrollo social, la iniciativa de lspsdf postula, en cambio, su objeto (Artículo 2) en los siguientes términos:

y exigibilidad de los derechos sociales y el enfoque desca (Derechos Económicos, Sociales Culturales y Ambientales) en la política de desarrollo social. Tampoco hace mención a todos los grupos sociales que considera dicha ley. Es claro el contraste entre ambos ordenamientos cuando comparamos cómo se define el desarrollo social y la política social en la ley respectiva con la definición de protección social incluida en la iniciativa. La Ley de Desarrollo Social define en estos términos (Artículo 3) el desarrollo social:

La presente Ley tiene por objeto crear y regular la operación del Sistema de Protección Social del Distrito Federal. A través del Sistema de Protección Social se consolidan los instrumentos y acciones a través de los cuales la Administración Pública del Distrito Federal promueve y mejora el bienestar de los ciudadanos al brindarles una plataforma de beneficios que permitan impulsar su desarrollo; combatan la discriminación en cualquiera de sus formas; disminuyan las desigualdades y

El proceso de realización de los derechos de la población

mejoren la equidad social.

mediante el cual se fomenta el mejoramiento integral de las condiciones y calidad de vida.

Es decir, no se sitúa en la perspectiva de la garantía de los derechos, sino del ofrecimiento de una plataforma de beneficios, con los cuales pretende lograr objetivos tan ambiciosos como impulsar el desarrollo, combatir la discriminación, disminuir las desigualdades y mejorar la equidad social. Pero es obvio para nosotros que estos objetivos pueden alcanzarse no a través de “una serie de beneficios”, sino de un conjunto de políticas con un diseño integral y con base en el goce efectivo de los derechos. La iniciativa de lspsdf no hace mención alguna a asuntos tan relevantes, incluidos en la Ley de Desarrollo Social, como son, entre otros: el cumplimiento de la responsabilidad social del Estado, el derecho a la ciudad, la articulación del desarrollo social y el urbano, el fomento de la participación ciudadana, la universalidad

Y la política de desarrollo social como: La que realiza el Gobierno del Distrito Federal y está destinada al conjunto de los habitantes del Distrito Federal con el propósito de construir una ciudad con igualdad, equidad, justicia social, reconocimiento de la diversidad, alta cohesión e integración social, pleno goce de los derechos, creciente elevación de la calidad de vida y acceso universal al conjunto de bienes y servicios públicos urbanos; mediante la cual se erradican la desigualdad y la exclusión e inequidad social entre individuos, grupos y ámbitos territoriales con el fin de lograr su incorporación plena a la vida económica, social y cultural y construirse

Tomás Montero

como ciudadanos con plenos derechos.

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ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF


En cambio, la iniciativa de Ley spsdf define la protección social (Artículo 3) como:

Al analizar conforme a estos indicadores el contenido de la iniciativa de lspsdf y, en particular, de los diferentes programas y acciones institucionales que ahí se incluyen resulta claro que, efectivamente, carecen de un enfoque de derechos, siendo particularmente serias las omisiones en materia de definición del contenido mínimo de los derechos, ausencia de compromiso con la utilización máxima de los recursos disponibles, ausencia de un enfoque de progresividad, ausencia de mecanismos de reclamo y nula participación social y ciudadana en el diseño de las políticas públicas. Por ello, en vez de postular los derechos de manera formal, debe analizarse cada una de estas declaraciones a la luz de los criterios arriba anotados para discernir si se está o no frente a un derecho y si la iniciativa de ley se sitúa desde un enfoque de derechos o no. El reciente auge del concepto de protección social y de redes de protección social tiene una connotación conceptual e ideológica originada en la reforma neoliberal de la política social que ha abandonado la idea de régimen y Estado Social de Derechos o de Estado de Bienestar y ha buscado desmontar el concepto estratégico de seguridad social y remplazarlo por el de protección social. No es casual por ello que, en México, a la par que se ha debilitado profundamente a las instituciones de seguridad social, se ha promovido el fortalecimiento del Sistema de Protección Social en Salud que es el nombre oficial del Seguro Popular. La seguridad social implica universalidad, exigibilidad como derecho e integralidad en la prestación de servicios y el acceso a bienes públicos. La protección social, en cambio, nació como contraoferta a la seguridad social y se estructura en torno a una visión minimalista del desarrollo social: implementación de programas versus el desarrollo y construcción de instituciones; intervenciones focalizadas versus universalidad; condicionalidad versus exigibilidad; integralidad versus intervenciones parciales, y atención a grupos vulnerables versus combate integral a la pobreza y la desigualdad. La primera perspectiva apunta hacia la reducción de la política social a la aplicación de programas de protección social mientras que la segunda se orienta al objetivo estratégico de construir un Estado Social de Derechos, como lo postula el Programa de Desarrollo Social 20072012 (pds 2007-2012). Tanto la Ley de Desarrollo Social

Acciones positivas que implementa la Administración Pública para promover y mejorar el bienestar social de los ciudadanos, combatir la discriminación en cualquiera de sus formas, disminuir las desigualdades y mejorar la equidad social.

En un caso se habla del proceso de realización de los derechos (ldsdf), mientras que en el otro (lspsdf) de acciones positivas para mejorar el bienestar. La referencia a acciones positivas como definición de la protección social, si bien es consistente con la idea de plataforma de beneficios, no lo es con un enfoque integral de derechos. En política social las acciones positivas son intervenciones puntuales para grupos específicos con el fin de compensar desigualdades con una temporalidad establecida. Las medidas positivas no son, por ende, ni universales, ni garantistas, ni permanentes ni redistributivas. Por ello, reducir el desarrollo social a la protección social es ya una limitante muy seria, pero lo es aún más reducir la protección social a plataforma de beneficios y acciones positivas. Esto es: la alternativa entre las y los ciudadanos concebidos como titulares de derechos o atendidos como beneficiarios. En este sentido es de la mayor importancia manejar de manera rigurosa el concepto de enfoque de derechos. No basta con enunciar un derecho, sino establecer las condiciones para su efectiva definición y materialización. Conforme a los estándares internacionales, el enfoque de derechos en políticas sociales supone el cumplimiento al menos de los siguientes criterios: •Definición del contenido mínimo de los derechos. •Utilización del máximo de los recursos disponibles. •Progresividad y no regresividad. •Igualdad y no discriminación. •Acceso a la justicia y mecanismos de reclamo. •Producción y acceso a la información. •Participación en el diseño de las políticas públicas.1

Víctor Abramovich y Laura Pautáis (comps.), La medición de derechos en políticas sociales, Buenos Aires , Editores del Puerto, 2010.

1

ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

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como el pds 2007-2012 apuntan en esta dirección y han sido la guía básica de la política social de la ciudad. Remplazar dicho modelo por el de sistema de protección social no significa un cambio operativo o una medida funcional para agrupar programas y rediseñar procesos, sino un cambio de orientación de la política social. En resumen, el df tiene una Ley de Desarrollo Social que ha sido reconocida en México y en el extranjero, pionera en su materia en el país, por lo que la existencia de una legislación del Sistema de Protección Social al margen de la misma podría duplicar ordenamientos, introducir contradicciones entre ambas o, peor aún, suprimir aquellos que han contribuido a la democratización del Distrito Federal desde un enfoque de derechos. Cabe añadir que muchas de las preocupaciones que se han expresado como motivaciones para la formulación de la iniciativa del Sistema de Protección Social (dispersión, baja articulación entre programas y pobre coordinación interinstitucional) pueden ser resueltas en el marco de la actual Ley de Desarrollo Social, por lo que si bien la Ley de Desarrollo Social debiera reformarse en función de fortalecerla, profundizarla y llenar algunos de sus vacíos, actualmente uno de los problemas centrales respecto a la política social es también la limitada aplicación de la legislación vigente. Entre los temas posibles, de manera enunciativa mas no limitativa, para la reforma de la Ley de Desarrollo Social del Distrito Federal se encuentran:

•Conformar mecanismos permanentes, ágiles y eficaces de coordinación en el gobierno central y entre éste y las jefaturas delegacionales. •Fortalecer la independencia y autonomía del órgano de evaluación externa, así como robustecer la condición vinculatoria de sus recomendaciones. •Redefinir los procedimientos para el cumplimiento de recomendaciones y la resolución de controversias respecto a recomendaciones no aceptadas.

Lo anterior debiera traducirse en la garantía de la primacía del desarrollo social en todas las decisiones públicas y la conformación del Sistema del Desarrollo Social de la Ciudad, en el que se garantice el funcionamiento cotidiano del gabinete social y queden claramente definidas las atribuciones del gobierno central y de las delegaciones así como sus competencias concurrentes y la articulación e integralidad entre ambos niveles de gobierno respecto a la política social. El Consejo de Evaluación ha sido el primero en señalar que la Política Social del df requiere correctivos de importancia: así lo hemos demostrado en las 183 recomendaciones que hemos dirigido a diversos funcionarios (incluida la Jefatura de Gobierno, algunas de las cuales están aún pendientes de cumplimiento). Consideramos que los correctivos pueden y deben hacerse en el marco de valores y derechos reconocidos por la Ley de Desarrollo Social del df, contribuyendo así a la reforma y mejora de esta legislación.

•Conformación de un mecanismo permanente, amplio e integral de planeación de la política de desarrollo social. •Profundización del enfoque de derechos estableciendo mecanismos reales para la exigibilidad. •Definir los estándares de cumplimiento de derechos en el desarrollo social, particularmente en lo referente a contenido mínimo de los mismos, progresividad y no regresividad. •Diseño de estrategias explícitas hacia la universalización. •Garantizar los mecanismos para el crecimiento real del gasto social y definición de una estrategia de mediano y largo plazo para su financiamiento. •Mejorar sustancialmente la participación ciudadana en el desarrollo social. •Definir las funciones y atribuciones de las delegaciones en la política social. 37

ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF


política social y participación ciudadana en el df

durante la primera mitad del sexenio del presidente Ernesto Zedillo tuvo lugar un proceso de negociación entre los cuatro partidos políticos con representación en el Congreso de la Unión (pri, pan prd y pt) y la Secretaría de Gobernación. Este proceso culminó en noviembre de 1996 con la aprobación, por parte del Congreso de la Unión, de la iniciativa de reforma electoral. La legalidad electoral que emergía de dicha reforma constituiría desde entonces el marco en el que transcurrirían las elecciones federales y locales de 1997, otorgando (entre otras definiciones) un estatuto diferente a la ciudad de México y dando lugar a la elección, por primera vez en su historia, del gobierno de la Ciudad. El 5 de diciembre de 1997, luego de una contundente victoria electoral con una mayoría de 47.1 por ciento de los votos, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano tomó posesión como el primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en una posición que hasta entonces había sido ocupada por funcionarios designados por el titular del Ejecutivo Federal. Con ello se fortalecía la búsqueda de alternativas democráticas de izquierda en México y daba comienzo un periodo de gobiernos en el Distrito Federal.

importancia de la constitución de asambleas ciudadanas para elegir a los comités ciudadanos como eslabón entre el gobierno y la ciudadanía.1 El tema de la participación ciudadana fue una estrategia que se extendió más allá del gobierno cardenista. Durante la administración de López Obrador se impulsó la formación de comités ciudadanos territoriales y el fortalecimiento de asambleas vecinales orientadas a consolidar un cuarto piso de gobierno a nivel territorial. De igual manera su gobierno impulsó mecanismos de monitoreo para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas. La Ley de Participación Ciudadana vigente a partir de 1998 otorgó a los ciudadanos el derecho de recurrir al plebiscito, al referéndum y a la iniciativa popular, así como de llevar a cabo consultas vecinales y presentar propuestas públicas para ser tratadas con las autoridades gubernamentales. A pesar de la existencia de estas medidas legales y de los espacios formales de participación que se habían construido, la capacidad vinculatoria de estas estrategias legales fue menor y las distintas modalidades y mecanismos de participación ciudadana mantuvieron más bien un carácter consultivo. Así, es posible señalar que, a lo largo de los 13 años de gobierno perredista, las distintas administraciones públicas han considerado a la participación ciudadana como un eje central de la acción de gobernabilidad y democratización de la ciudad. Centradas en la noción de corresponsabilidad como estrategia fundamental para la construcción de una cultura política y, posteriormente, en la idea de responsabilidad social del Estado, las distintas propuestas, con características diferentes en cada administración, se han orientado por la búsqueda de alternativas que permitan pensar la relación entre la ciudadanía y el gobierno al margen de las prácticas clientelares y corporativas que habían sido el soporte de

Gobernabilidad y participación ciudadana Partiendo del supuesto de que la gobernabilidad democrática tendría que construirse con la participación ciudadana, Cárdenas dispuso, desde el comienzo de su gobierno, que el área responsable de impulsar dicha participación de la población en los asuntos públicos tendría que ser la Secretaría de Gobierno. Bajo la misma perspectiva, Cárdenas impulsó modificaciones legislativas y propuso como una de sus principales prioridades la erradicación de la corrupción y la promoción de un proceso de democratización institucional. De igual manera se establecieron como prioritarios los espacios concentrados en la colonia, el barrio, las unidades habitacionales y los poblados, reivindicando la ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

Raúl Cabrera

1

Sergio Zermeño, “El gobierno cardenista y su propuesta de participación ciudadana en el Distrito Federal”, en http://redalyc.uaemex.mx/pdf/308/30802405. pdf

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los gobiernos en la ciudad de México bajo los regímenes priístas.2 En este contexto de exploración se han intentado implementar también institucionalmente una serie de mecanismos de participación en los que se fomenta y prioriza la relación con las organizaciones ciudadanas, como han sido los consejos consultivos a nivel de las distintas dependencias, al tiempo que se mantuvieron algunos espacios de participación a nivel vecinal o en el ámbito de la relación con las organizaciones sociales y civiles. No obstante, podemos decir como un adelanto de nuestras conclusiones que ello no ha dado lugar a una mayor participación de la ciudadanía en las decisiones públicas y en el diseño de políticas públicas en la ciudad. Si tomamos como una de las características principales de los gobiernos de izquierda en el Distrito Federal el impulso a la participación ciudadana en las decisiones y ejecución de las políticas públicas, cabe resaltar que, más allá de sus funciones consultivas y de opinión, para que los órganos de participación ciudadana puedan adoptar legítimamente decisiones vinculantes con relación a las políticas de gobierno se requiere que sea garantizada su representatividad. Un problema clave frente a ello es que no se han establecido procedimientos que garanticen la conformación y funcionamiento autónomos de tales órganos y la representatividad democrática de los mismos. Complementario a esta primera conclusión, podemos decir que la legislación adolece de grandes vacíos, lo que otorga a estos mecanismos y órganos un estatuto precario que deja librada la calidad de los procedimientos a la iniciativa y discrecionalidad de las autoridades. El otro aspecto trascendental que aparece como un déficit en lo que se refiere a la participación de la ciudadanía en las decisiones de gobierno es que, en la medida en que dichos instrumentos formalizados

de participación quedan despojados de su carácter vinculante con las decisiones públicas, se encuentran sujetos a un papel de consulta y emisión de simples recomendaciones y sugerencias.

Emilio, Duhah, “Gobernabilidad democrática a nivel local”, en http://www.iglom. iteso.mx/HTML/encuentros/congresol/pm4/duahu.html

3

Política social en un marco de derechos sociales El otro ámbito de gobierno significativo en las distintas administraciones perredistas en la ciudad de México responde a la implementación de una política social sin precedente. Partiendo del principio de que la política social debe crear mecanismos de integración social basados en la institucionalización de los derechos humanos y en particular de los derechos sociales, más allá del carácter compensatorio que estas políticas tienen frente al desenvolvimiento de una economía neoliberal, se han propuesto acciones orientadas a frenar el empobrecimiento de los habitantes de la ciudad y a promover el ejercicio de los derechos sociales y la equidad, así como a fomentar los valores de respeto a la dignidad, la tolerancia y la inclusión social. En el caso, por ejemplo, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se desarrollaron cuatro líneas estratégicas: la promoción del ejercicio de los derechos sociales; de la equidad; de la prevención del delito, la violencia y las adicciones; y la protección a la comunidad.3 Junto a ello, las Asambleas Vecinales fueron dotadas de recursos y se constituyeron formalmente en el eslabón para priorizar las acciones en materia de desarrollo social y configurar un piso territorial para la ejecución de los programas sociales. De igual manera se hizo vigente la construcción de una política social en la ciudad, partiendo del supuesto de que era necesario no solamente superar las condiciones de sobrevivencia de la población más empobrecida sino de crear las condiciones para que dicha población pudiera acceder al conjunto de bienes y Cristina Sánchez Mejorada, “De actores y programas sociales en la Ciudad de México”, en http://www.uacm.edu.mx/sitios/andamios/num1/dossier%203.pdf

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ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF


servicios de salud, educación, vivienda, etc. Si la exclusión social y el deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad se había agudizado a partir de los programas federales de ajuste estructural, el gobierno de la ciudad de México propuso el diseño de un conjunto de políticas que no sólo apuntaran a la superación de la pobreza sino a la búsqueda de la inclusión social, concediéndoles a las políticas sociales un estatuto que fuera más allá de lo compensatorio. Desde la administración de Cuauhtémoc Cárdenas la política se orientó a la reconstrucción del tejido social pauperizado por las políticas económicas a nivel nacional. Los servicios de salud se concentraron en una recién creada Secretaría de Salud. Se impulsaron programas de desarrollo urbano en barrios y colonias populares basados en la planeación participativa, y se creó el Instituto de la Vivienda (invi) para formular estrategias centradas en el diseño de viviendas populares.4 La política social del gobierno de la ciudad asignó montos importantes de recursos a programas sociales y de protección de la población con un carácter innovador. Partiendo de la necesidad de contemplar en los programas de gobierno no sólo mecanismos orientados a la superación de la pobreza, sino sobre todo basados en una idea clara de inclusión social y de institucionalización de los derechos sociales, se impulsaron programas como el de la pensión de adultos mayores que alcanza actualmente a más de 470 mil personas. Centrado en la idea de un programa de alcance universal se estableció en primera instancia una estrategia de focalización territorial que permitiera cubrir las unidades territoriales en la ciudad con un nivel de muy alta o alta marginación, para posteriormente brindar acceso a otros niveles de la población de adultos mayores. En el año 2003 la Asamblea Legislativa aprobó la Ley que establece el Derecho a la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores de 70 años residentes en la ciudad de México. Dicha Ley se complementó con otra estrategia basada en que toda la población que no cuenta con los servicios médicos que otorgan instituciones como el imss o el issste pudiera ser atendida gratuitamente y contara

con los medicamentos necesarios que le permitieran el acceso a la seguridad social. Dicho programa contempla actualmente la afiliación de 2 millones 600 mil personas en la ciudad. De esta manera se abrieron otras iniciativas orientadas a garantizar los derechos sociales de los habitantes del Distrito Federal.5 Una de las principales propuestas que se fue consolidando consistió en la institucionalización de los derechos sociales de los ciudadanos del Distrito Federal. Así, además del programa de pensión para adultos mayores antes mencionado, se concretaron otros como el de madres solteras, personas con discapacidad y apoyo a jóvenes en educación media superior. Con ello se ha buscado ampliar las garantías ciudadanas de los habitantes de la ciudad. La política social creó así un soporte centrado en la protección social de los ciudadanos como piso sobre el cual pudieran construirse nuevas alternativas que permitieran enfrentar las condiciones de pobreza de una parte importante de la población, bajo el supuesto de que un reconocimiento de la desigualdad social debe propiciar la existencia de otras condiciones que hagan posible la generación de nuevas dinámicas sociales. Esta estrategia de gobierno ha dado lugar a una nueva nomenclatura para nombrar y por tanto para diseñar estrategias orientadas al combate a la pobreza. Los programas y las políticas a nivel federal destinados a combatir la pobreza han concentrado su acción en la transferencia de subsidios a través de medidas asistenciales con un carácter focalizado, pero no garantizan los derechos de los ciudadanos. Frente a propuestas tales como la del programa Oportunidades, basado en la focalización de la población en condiciones de pobreza y de extrema pobreza y la atención centrada en la asistencia social, el Gobierno del Distrito Federal ha ido implementando una política basada en la noción de derechos sociales y en la exigibilidad de los mismos en función de una responsabilidad social del Estado. Con base en este modo de conceptualizar la problemática social se han establecido programas que apuntan a crear condiciones para enfrentar la crisis económica y el incremento paulatino de precios de alimentos básicos y pérdida del empleo.

Alicia Ziccardi, “Políticas de inclusión social de la Ciudad de México”, en http:// bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/barba/16zicca.pdf

Pablo Yanes, “La pensión ciudadana de adultos mayores en la Ciudad de México”, en http://www.eclac.org/dds/noticias/paginas/0/37350/Ponencia-PabloYanes.pdf

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ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

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Martha Meireles

de comités y consejos ciudadanos territoriales con capacidades reales para participar en el proceso.7

En los últimos 13 años el sistema de protección y bienestar social que se ha ido configurando en la ciudad de México ha llegado a ser considerado como uno de los más avanzados en América Latina. Para consolidar estos espacios de protección social el gobierno del Distrito Federal constituyó la denominada Red Ángel, mecanismo a través del cual se articulan los programas que cubren y aseguran los derechos sociales, destacadamente los derechos a la salud, a la educación y a la equidad.6 La referida política social no deja de contemplar un carácter compensatorio y, como lo hemos señalado ya en la matriz, su aplicación en esos términos no necesariamente representa un elemento que caracterice de un gobierno su inclinación izquierdista. Lo que parece importante resaltar de acuerdo a la matriz es que dicha política busca construir dispositivos institucionales basados en una acción pública orientada a establecer condiciones de equidad en el acceso al conjunto de bienes y servicios públicos, y a construir una ciudadanía con plenos derechos. Lo que sí aparece como un déficit y como algo importante a ser analizado en el balance, dentro del enfoque valorativo del presente estudio, es quizás el significativo centralismo de las decisiones implementadas y la limitada participación de los gobiernos delegacionales tanto en el diseño como en la aplicación de las referidas políticas. La política social centralizada ha dejado en segundo plano la integración

La política educativa La política social con un enfoque de derechos, a pesar de sus debilidades relativas centradas sobre todo en la falta de participación ciudadana (tema al que ya nos hemos referido), constituye uno de los principales aportes de los gobiernos de izquierda en el Distrito Federal. Y cabe agregar en este caso el papel que han tenido en lo que se refiere a la política educativa. Desde los primeros días de su mandato, Cuauhtémoc Cárdenas planteó con toda claridad que el sistema educativo de la ciudad era restrictivo en cuanto a cobertura y calidad, y que en las zonas periféricas y municipios conurbados del norte y oriente de la ciudad el déficit en el rubro era particularmente grave. Se agregaba además, en los reportes diagnósticos que entonces se presentaban, que una de las principales carencias en el rubro se ubicaba en el nivel preescolar y en los jóvenes de 15 a 19 años. Un documento oficial señalaba a la vez que la calidad y la equidad de la educación se veían mermadas por la orientación de los programas de estudio, la currícula y las metodologías aplicadas, en un marco de persistente rigidez y burocratización de la enseñanza sometida a una administración centralizada sometida sobre todo en su orientación a determinados intereses políticos.8 Aunado a ello, se agregaba, pesaba como enorme fardo

Según datos oficiales, en el último año (2010) se ha logrado incluir a cinco millones y medio de personas en las diversas iniciativas, y se cuenta con trescientos cincuenta programas para la protección universal de los habitantes de la ciudad. Operan además en la ciudad más de trescientos cincuenta comedores gratuitos, y se otorga atención médica y medicamentos al 75 por ciento de las personas que carecen de los servicios tradicionales de seguridad social.

6

Alicia, Ziccardi, “Políticas de inclusión social en la Ciudad de México”, en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/barba/16zicca.pdf

7

Gobierno del Distrito Federal (2000), “La ciudad de México hoy. Bases para un diagnóstico”, en http://www.paot.org.mx/centro/publi-ext/fideicomiso/00indice. pdf

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en el sistema el deterioro del salario real del magisterio, desórdenes administrativos y los reducidos horarios escolares. El Gobierno del Distrito Federal (gdf) creó en ese primer ciclo administrativo una estrategia para enfrentar lo que entonces consideró como uno de los principales retos de la ciudad: la combinación de una deficiente cobertura de educación media superior con la deserción escolar. A fin de ofrecer una opción educativa en el nivel bachillerato, el gobierno de la ciudad puso en marcha, a manera de un ejercicio piloto, una preparatoria en Iztapalapa orientada a construir un modelo de atención con contenido, organización y gestión educativa capaz de ser replicado. Este ensayo fue acompañado de un esfuerzo de descentralización educativa. La experiencia de la preparatoria Iztapalapa i dio la pauta para que la Asamblea Legislativa promulgara una Ley de Educación del Distrito Federal que facultó al gobierno para establecer, administrar y sostener planteles de educación y expedir certificados de estudios. Cuando Andrés Manuel López Obrador encabezó el gdf estableció como gran prioridad de su administración la ampliación de la cobertura de educación media superior y superior, decidiéndose a crear nuevos planteles estratégicamente distribuidos para evitar que los jóvenes tuvieran que desplazarse a sus planteles de estudio de largas distancias. Para ello se tomaron en cuenta las zonas de más alta demanda, considerando el nivel de alta marginación así como el nivel de deserción en el nivel de la secundaria. Destacó, dentro del proyecto educativo de López Obrador, la creación de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm). La propuesta implicaba el criterio de establecer condiciones de equidad en las oportunidades educativas de los jóvenes. Se conformó para ello una red de sedes que respondiera de alguna manera a la distribución geográfica de la demanda, dando preferencia a las zonas urbanas que no contaran con servicios educativos. La organización académica tanto de las preparatorias como de la universidad del gdf se basó en un sistema tutorial de atención personalizada. El modelo de la uacm combinó estrategias de atención personalizada a través de un sistema tutorial, con peso significativo en los medios populares. La fórmula de apertura a los sectores de bajos recursos fue el establecimiento de un criterio de admisión basado en el sorteo. En 2001 el gobierno local y la Secretaría de Educación Pública establecieron un convenio de coordinación para que la dependencia federal inscribiera a la uacm ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

y al Instituto de Educación Media Superior del df en el registro nacional de instituciones pertenecientes al Sistema Educativo Nacional. En dicho convenio se reconocieron las facultades del gobierno de la ciudad como autoridad en materia educativa y para promover los servicios de educación media superior, dentro del marco de lo establecido en los artículos 1, 5, 9, 10, 11, 13 y 14 de la Ley General de Educación.9 Pese a las carencias y a las dificultades que el gobierno encabezado por López Obrador tuvo para poner en marcha las 16 preparatorias y la uacm, el resultado fue significativo y marcó sin lugar a dudas un hito en las políticas públicas en el rubro. Para el periodo que aún corre del gobierno encabezado por Marcelo Ebrard, se han puesto en marcha nuevos planteles en las delegaciones Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero. Se estableció un programa de estímulos que ha dado cobertura a más de 200 mil estudiantes, y se ha dado apoyo, con uniformes y útiles escolares, a más de 1 millón de niños en escuelas públicas primarias. La entrega de becas a estudiantes de educación media superior en planteles públicos y la promoción de iniciativas para consolidar el aprovechamiento escolar –que desde los periodos anteriores había constituido una parte importante de la política educativa– ha dado lugar a que en este periodo disminuya la tasa de deserción en más de un 15 por ciento. Por otro lado, es importante mencionar que el gobierno de Marcelo Ebrard ha hecho crecer la infraestructura pública en materia educativa, y ha respaldado los programas de apoyo económico a jóvenes que se encuentran en el nivel de preparatoria. Importa en este punto señalar que el énfasis puesto en la educación media superior (y en la educación en general) por parte de los gobierno de izquierda en la ciudad de México ha confrontado, en imagen y posibilidades prospectivas, un ejemplo relevante frente a las desgastadas estrategias educativas del sistema educativo nacional.

* Este ensayo forma parte de un trabajo más amplio que desarrollamos con Julio Moguel, Carlos Heredia y Erick López.

Ver Adriana Medina Espino, “El proyecto educativo del Gobierno del Distrito Federal”, en http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/5189/1/proyecto.htm

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El espacio de la ciudad y la ciudadanía espaciada

¿Cómo gestionar la diversidad en ciudades fracturadas? La ciudad de México inició desde 1997 la gestión de sus problemas con el emblema de la Ciudad de Todos. De entonces a la fecha esa voluntad programática de inclusión se ha confrontado con realidades globales y nacionales que la frenan, modulan o enriquecen. En lugares y segmentos poblacionales se avanzó en inclusiones, en muchos otros se impuso la exclusión.

Carlos San Juan Victoria

b) La consolidación de identidades grupales (homosexuales, lesbianas, transexuales, feminismo) que no se distancian sino que reafirman su condición ciudadana. Su singularidad la articulan a demandas de acceso, buen trato y calidad en los servicios públicos de salud. Identidad y ciudadanía aparecen entonces como polos que entretejen diversas condiciones: el ámbito irrenunciable de la libertad individual, el tejido asociativo abierto y prefigurador de identidades, y la condición de pertenencia a una “comunidad imaginaria” llamada ciudad de México y a una más amplia: la de ciudadano mexicano a secas. Identidad y ciudadanía como una ruta posible para ir “vistiendo de derechos” a los individuos citadinos, sin descartar las tensiones y oposiciones inherentes a todas estas condiciones.

Identidades diversas y ciudadanías comunes El sábado 25 de junio de este año otra vez fuimos testigos de la gran marcha del orgullo gay por un circuito público conquistado por las grandes movilizaciones ciudadanas de los años sesenta y setenta del siglo pasado: Reforma-Avenida Juárez-el Centro histórico. Varias aproximaciones al respecto:

c) La cualidad de la ciudadanía en la ciudad es que se trata de “ciudadanías espaciales”, al menos en dos sentidos: 1) Como derecho a tener un lugar en ese espacio urbano llamado ciudad, de vivienda, de modos de ganarse honradamente la vida, de movilidad, de esparcimientos varios, de acceso a sus servicios e infraestructuras; y es un derecho para los que están asentados pero también para los de paso; y 2) Como “revestimiento” de cada individuo o grupo con derechos específicos para sus varias condiciones y circunstancias. Se trata de ciudadanías “espaciadas”, no reducidas a un rasgo abstracto, cuyo referente es la experiencia diversa del “estar en la ciudad”.

a) Se recurre a las manifestaciones para hacer visibles identidades y demandas, en una ruta que es el corazón de la actual especulación inmobiliaria más intensa. Se trata de un eje que parte de la Santa Fe corporativa y transnacional para llegar al Centro histórico de Carlos Slim. Los actores y las movilizaciones más recientes, innovadoras y festivas, sostienen el carácter público y abierto del circuito que desde los ochenta del siglo pasado es el de más alta capitalización urbana. Un difícil equilibrio que se puede decantar hacia la derecha: desde la reglamentación de marchas hasta el cultivo de cierta diversidad cultural ligada a los mercados turísticos y culturales, segregando la diversidad molesta de la pobreza. O hacia la izquierda: aperturas crecientes a la pluralidad popular y a sus “ocupaciones de espacios” y fuertes regulaciones públicas que mantengan el acceso abierto a los espacios.

¿Ciudad de todos la ciudad fracturada? Hacia el Sur-oriente de la ciudad se encuentra Iztapalapa, una de las delegaciones con mayor población y extensión territorial, creada como otras por las oleadas de migraciones del campo a la ciudad desde los años cuarenta, y que conviven en colonias con muchos pueblos preexis43

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las casas con bardas de reclusorio, las calles cerradas, los fraccionamientos exclusivos, las privatizaciones de lo público que segregan con el simple pero contundente expediente del precio de acceso.

tentes. Dentro de los muchos estratos que componen a la ciudad de México,1 Iztapalapa es en gran parte esa ciudad construida por los pobres, no sólo en sus viviendas, sino en trazos, servicios y en ocasiones infraestructuras. Ocuparon y construyeron ese espacio a contracorriente, y ahora, también a contracorriente, están luchando, entre otros asuntos, por el abasto y la calidad del agua. Resulta que, cuando llega, el agua doméstica es un verdadero laboratorio de bacterias. Después de años de desabasto y de pésima calidad del servicio, pueblos, barrios y organizaciones se proponen lanzar sus “marchas por el agua”. Si nos trasladamos hacia la zona centro de la ciudad, en la Delegación Benito Juárez, nos encontramos con una situación diametralmente opuesta: ahí se tienen las infraestructuras y servicios de un nivel de calidad que rivaliza con ciudades del primer mundo, y también un crecimiento “hacia arriba” de las edificaciones para aprovechar a fondo, en la especulación inmobiliaria, estas ventajas de capital público acumulado en calles arboladas, jardines, infraestructuras y servicios. Tres aproximaciones a esta polaridad de los “cimientos” de la ciudad:

c) La universalidad de derechos se convierte entonces en una amarga ironía frente a estas segregaciones públicas y privadas, mientras que las loables diversidades aprovechan las fracturas para marcar (si es necesario) a hierro el espacio de lo exclusivo.

La sorda (e invisible) lucha por el espacio Tuve el honor de vivir varios años en Santa María la Ribera, en la zona centro del país, la primera colonia que desbordó la traza colonial hacia fines del siglo xix , lugar de clases medias ascendentes o al menos con pretensiones de ascenso en su origen y que desde los años cuarenta del siglo pasado inició su lenta decadencia, luego su tugurización, para ser rescatada por muchos movimientos de vivienda que rehicieron casas y construyeron nuevas unidades habitacionales de interés social. Es una colonia de izquierda donde todas las mañanas se ve la movilización de esa energía individual y familiar que sale a ganarse la vida en el comercio formal e informal, en el desempeño de muchos oficios, y de manera secundaria, como empleados de gobierno o de empresa. De esa colonia y de la Guerrero, entre otras, salieron manifestantes poco habituales, tratando de ganar calle y visibilidad para sus demandas. Fue la primera marcha contra la invasión de los barrios populares por las microredes corporativas del comercio en pequeño: los oxxo, los 7-Eleven, los Walmart. Los marchistas dijeron representar a 100 mil familias, eran los dueños de las tradicionales “misceláneas”, negocios familiares, que expenden desde jabones hasta fideos. En contra de su esperanza, vivieron lo que ya les ocurrió a los pueblos de la Álvaro Obregón que se opusieron a la supervía del poniente: el gobierno de la ciudad les dio un trato poco amigable. Otras aproximaciones:

a) La diversidad de identidades, tan intensa en las zonas pobres como en las ricas, se asienta sin embargo en una desigualdad profunda para la “ocupación” y el “uso” de la ciudad. Profunda porque en ocasiones está en el subsuelo, pero también porque es acumulada. Se trata de la segregación provocada con valores, orientaciones y recursos públicos que tiende a concentrarlos en espacios específicos, donde viven las redes de elite de la ciudad (política, económica y culturalmente) y se presumen las instalaciones primermundistas en equipamiento urbano. b) De ahí el cultivo de diversidades “enrejadas”, donde el esfuerzo y valores de individuos y familias, así como de corporaciones, construyen sus archipiélagos existenciales donde una diversidad de utopías a la mano provocan a la vez fuertes tendencias a la exclusión: desde

a) Estos conflictos se localizan, como muchos otros, en la batalla central que vive la ciudad de México: una reestructuración de los espacios, desde los públicos hasta

1 El trazo conquistador del centro y los muchos pueblos que se articularon para prestar servicios y alimentos; la ciudad oligárquica del siglo xviii a la fecha, la ciudad de la modernización y de las migraciones populares

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en la ciudad. En un caso, un esfuerzo comprobado para subirse al templete. En los casos de las tienditas, de las supervías, de las consultas a vecinos sobre obras: más que empatía, frialdad burocrática, donde llegar a cierta interlocución con el gobierno requiere de una enorme acumulación y persistencia de la energía social. Tal parecería entonces que en la ciudad de México, muy distante de ciudades como Guadalajara (donde se llegó a plantear una “limpieza” de las calles de ambulantes, prostitutas y mendigos por la cercanía de los Juegos Panamericanos), hay dos agendas públicas por la vía de los hechos:

los privados, por la mercantilización extrema. Según la unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, por sus siglas en inglés), la ciudad de México tiene el primer lugar en competitividad económica, es decir, en el fomento a la inversión privada, pero octavo lugar en competitividad social, es decir, en lograr mínimos de inclusión y bienestar para sus habitantes. En otras palabras, a la par de una expansión mercantil sobre una ciudad rentable por su complejidad, hay una política que le fomenta y propicia. Por eso la diversidad popular que “ocupa” la ciudad con sus modos de vida y trabajo no es bien recibida por este gobierno cuando se cruza con los circuitos promovidos por sus políticas.

a) Una “blanda”, donde se hace público el empeño gubernamental para reconocer diversidades que globalmente son parte del quehacer políticamente correcto, en Nueva York o en Berlín, y que pasan por una clasificación de rasgos de identidad donde los “expertos” diseñan y administran esa diferencia, su trato en términos de equidad para entornos cada vez más desiguales.

b) Esta batalla por la reestructuración del espacio pone en tensión las diversidades derivadas de las “ocupaciones populares” en relación a las diversidades inherentes a los circuitos de mercantilización globalizada. Su tendencia derechista, al margen de la ideología oficial, pulveriza no sólo los derechos necesarios para ocupar un espacio en la ciudad y en sus diferentes ámbitos: físicamente les expulsa. De ahí que esa reestructuración espacial decantada hacia la derecha se convierta en un disolvente de unos “derechos universales” fallidos, sólo pensados como diagnóstico, presupuesto y programa diseñado por “expertos”, no surgidos de la experiencia diaria de los millones de citadinos en su trajinar urbano, en su ocupación y uso de la ciudad.

b) Otra “dura” e invisible, donde la diversidad gana (o pierde) su visibilidad y atención desde el conflicto y la movilización, y cuyas demandas inciden en la reestructuración de los espacios y en las luchas por la redistribución de accesos, infraestructuras y servicios, así como por oportunidades para seguir ganándose día con día el espacio de la ciudad. Esa es la diversidad que cuesta trabajo reconocer en las políticas de la ciudad.

La lucha por las agendas públicas Para acercarnos al cierre de estas líneas, regresemos al inicio. En la marcha del orgullo gay, tumultuaria, alegre, desafiante, sólo hubo un momento de tensión. Ocurrió en el “centro politizado” de esta y cualquier marcha, la que se arremolina en el templete donde se exponen razones y demandas. Ahí acudió el Secretario de Turismo del Gobierno del df para pedir que se le permitiera transmitir un saludo del Jefe de Gobierno. Hubo rechazos inmediatos pero también alegatos de las muestras de sensibilidad y apoyo de este gobierno. Lo que importa resaltar, más allá del desenlace de la anécdota, es el contraste de posiciones gubernamentales con respecto a la diversidad de las demandas

Para otra Agenda Pública Como otras ciudades globales y antiguas a la vez, la de México acumula diversidades diacrónicas y sincrónicas. Su espacio integra y repele desde los edificios autodenominados “inteligentes” hasta las casas hechas a mano de abuelos a nietos, la diferencia más cosmopolita con la más originaria, la riqueza que viaja en helicóptero y la pobreza masiva en su metro, los transexuales y la monogamia de manita sudada. En su historia, como Troya, hay capas civilizatorias varias. Mesoamérica aún se pasea en conductas profundas y en comidas, mientras que los anuncios gigantescos pregonan la globalidad más deseada (por algunos). Su historia más antigua y su pre45

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Martha Meireles

sente global son de diversidad intensa, de migraciones continuas e invenciones de territorialización, de nómadas y sedentarios. La gestión política de la diversidad requiere entonces de una lógica articulatoria que permita caminar para:

d) Reconocer y expandir, a la vez que el reconocimiento a la diversidad de identidades, la construcción de ciudadanías “espaciadas” y espaciales.

a) Consolidar las identidades colectivas y, a la vez, afirmar su condición ciudadana de pertenencia.

e) Rehacer una Agenda Pública “dura” que equilibre y confronte las dinámicas de especulación mercantil y privatización de lo público para hacer efectivo el derecho de “estar” en la ciudad y “usar” a la ciudad.

b) Propiciar la emergencia y el reconocimiento, como se muestran en la acción social y su demanda, de las diversidades populares que confrontan a las tendencias más excluyentes de los procesos y las políticas en acto. c) Ligar el reconocimiento a la diversidad con el combate a la desigualdad, las políticas multiculturales con las políticas redistributivas. ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

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Una nota sobre el modelo y el contexto neoliberal José Roa

las políticas monetaristas1 recomendadas por los “Chicago boys”, encabezados por Milton Friedman, antecedieron la puesta en práctica del modelo neoliberal.2 En 1979 subió al poder en Gran Bretaña Margaret Thatcher y en 1980 ganó la Presidencia de Estados Unidos Ronald Reagan. Ambos gobiernos lanzaron sobre el conjunto de la economía mundial la contrarrevolución neoliberal, la cual fue sistematizada y formalizada en 1989 con el enunciado de “Consenso de Washington”. El principio rector del monetarismo era “menos Estado y más libre mercado”. Su tesis principal consistía en reemplazar las políticas fiscales keynesianas por las políticas monetarias restrictivas, bajo el supuesto de que con ello se reduciría la inflación, se estabilizaría la economía y se crearían bases firmes para el crecimiento. Esto se reflejó en el decálogo del “Consenso de Washington”, cuyas “recomendaciones” fueron las siguientes: 1) Disciplina presupuestaria; 2) Reordenamiento del gasto público; 3) Reforma impositiva –reducción de impuestos directos y aumento de impuestos indirectos; 4) Liberalización financiera; 5) Tipo de cambio competitivo; 6) Liberalización del comercio internacional; 7) Liberalización de la inversión extranjera; 8) Privatización de empresas públicas; 9) Desregulación de la economía; y 10) Garantía a los derechos de propiedad. Estas medidas les fueron impuestas a los países en desarrollo que obtuvieron asistencia financiera del fmi, del bm o del bid a lo largo de los años ochenta del siglo pasado, y han continuado aplicándose aún más, después de la formalización del “Consenso”, en las dos décadas siguientes.

a la Presidencia de la República de Miguel de la Madrid (1982-1988). A lo largo de este sexenio, desde la Secretaría de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari fue articulando el conjunto de medidas que integrarían la instrumentación del modelo neoliberal en nuestro país.3 Se procedió a aplicar al extremo el principio de “menos Estado y más libre mercado”; se reprivatizó parcialmente la banca; se privatizó la mayoría de las empresas del sector público; se redujo el gasto público asignado al desarrollo social; se instrumentó en gran medida la apertura comercial externa; se adoptó la libre flotación del peso respecto al dólar y se comenzaron a aplicar medidas de desregulación de la economía y de liberalización de la inversión extranjera. Otro aspecto que debe ser mencionado fueron los terremotos de 1985 que, además de los varios miles de muertos, también tuvieron como efecto una significativa afectación al aparato productivo del Distrito Federal, de la que nunca se repuso plenamente y que en cierto modo contribuyó al proceso de desindustrialización que a lo largo de todos estos años se ha venido registrando en la capital. El comportamiento de la economía mexicana en conjunto durante todo el sexenio de Miguel de la Madrid se reflejó en un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (pib) de 0.34 por ciento, comportamiento inédito –por lo reducido– para un sexenio en la historia contemporánea de México. Carlos Salinas de Gortari llegó a la Presidencia de la República bajo el reclamo de millones de ciudadanos a lo largo y ancho del país de fraude electoral en las elecciones de 1988 en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, reclamo sustentado en la maniobra gubernamental de la famosa “caída del sistema” de cómputo electoral, y después en la decisión de quemar las boletas electorales a propuesta de Diego Fernández de Ceballos (coordinador del pan en la Cámara de Diputados). La validación del triunfo de Salinas de Gortari y la decisión de quemar las boletas electorales fueron las bases de los acuerdos políticos que después se denominarían “concertacesiones” entre el gobierno salinista y el pan. Durante el sexenio de Carlos Salinas (1988-1994) se reforzó y amplió el modelo neoliberal, destacando entre

El entorno neoliberal en México En México, sobre todo en los últimos años del sexenio de José López Portillo (1976-1982), se escenificó una encarnizada disputa por la conducción del país entre los llamados “tecnócratas” (neoliberales) y los “políticos” (nacionalistas revolucionarios), la que culminó con el triunfo de los primeros en el marco de una cuantiosa fuga de capitales, la estatización de la banca y el acceso 1 Véase Joaquín Estefanía, La nueva economía. La Globalización, España, Debate, 2001, pp. 126-131.

Véase David Harvey, Breve historia del neoliberalismo, España, Akal, 2007, pp. 14-16; sugerimos consultar también el extraordinario libro de Eric Toussaint, La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos, La Habana, Cuba, Ciencias Sociales, 2003. 2

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En este apartado nos beneficiamos de algunas ideas planteadas en el libro de Carlos Tello Macías, Estado y desarrollo económico: México 1920-2006, Facultad de Economía/unam, 2007, particularmente en los capítulos vii y viii.

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al 15 por ciento por los diputados del pri y del pan en 1995, y desde luego, la conversión en deuda pública en 1998 del cuantioso rescate bancario del fobaproa/ ipab por alrededor de 900 mil millones de pesos. Por otra parte, fue en ese sexenio que se aumentaron arbitraria y significativamente las cuotas de importación de granos básicos, con lo que se profundizó el deterioro del campo, el mayor empobrecimiento de las familias campesinas y la dependencia alimentaria del país respecto a Estados Unidos. Los efectos económicos y sociales de la aplicación prolongada de las políticas neoliberales fueron: una tasa anual promedio de crecimiento del pib de 3.5 por ciento en el sexenio zedillista; una mayor concentración de la riqueza en manos de un grupo reducido de grandes empresarios (al que Andrés Manuel López Obrador llama La mafia que se apoderó de México);4 el deterioro del nivel de vida de amplios segmentos de las clases medias; el incremento de la pobreza y extrema pobreza entre las clases trabajadoras y los sectores populares mayoritarios de la población; y el incremento notable de la delincuencia, el crimen organizado, la violencia y la descomposición social. El efecto político fue la repulsa creciente contra el viejo régimen, el fortalecimiento electoral de la izquierda y en general de las oposiciones que se reflejó en la pérdida de la mayoría absoluta del pri en la Cámara de Diputados en las elecciones de 1997, el triunfo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y de la izquierda en la histórica primera elección para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, y la alternancia en el poder de la Presidencia de la República y de la mayoría relativa en las Cámaras de Diputados y de Senadores en el año 2000 en favor de la derecha panista. Cabe subrayar que a pesar de la alternancia política, durante los dos períodos del pan al frente del Ejecutivo Federal se ha mantenido la continuidad en la aplicación del modelo neoliberal con resultados progresivamente catastróficos para el país, especialmente para las clases y sectores sociales mayoritarios de la población. Particularmente en cuanto a la economía, durante el sexenio de Vicente Fox, el crecimiento promedio anua del pib se redujo a 2.3 por ciento, y en lo que llevamos del actual sexenio dicho crecimiento se redujo aún más: a 1.9 por ciento.

las medidas adoptadas las siguientes: la reprivatización total de la banca; la privatización de Teléfonos de México y de la televisión pública; la reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos para entregar segmentos de la industria petrolera a la inversión privada; la reforma al Artículo 27 constitucional y la aprobación de una nueva Ley Agraria para hacer posible la privatización del ejido y la comunidad agraria; la reforma a la Ley del Banco de México para otorgarle autonomía como banca central y que sólo se ocupara del control de la inflación y la estabilidad del tipo de cambio; y una reforma adicional a la Ley de Inversiones Extranjeras para facilitar aún más la entrada de capitales. La aprobación por el Congreso de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) en noviembre de 1993, y su entrada en vigor el 1 de enero de 1994 (el mismo día y hora en que tuvo lugar el levantamiento en armas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas), coronó la aplicación a ultranza del modelo neoliberal durante el sexenio salinista. La tasa promedio de crecimiento del pib bajo el gobierno de Salinas fue de 3.9 por ciento; sólo poco más de la mitad del crecimiento promedio de 1940 a 1980. Sin embargo, estas políticas neoliberales desembocaron en la fuga de capitales, la macrodevaluación del peso, la hiperinflación, la crisis del sistema bancario y la crisis económica de 1994-1995, la mayor crisis económica que ocurriera en nuestro país desde la Gran Depresión mundial de 1929-1933, con una caída del pib de -6.2 por ciento. Así inició el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), que en términos de desempleo abierto registró la cifra histórica de 6.2 por ciento en 1995, y que desde una perspectiva de conjunto representó la continuidad del modelo neoliberal bajo el último gobierno priísta antes de la alternancia política del año 2000. En efecto, dicha continuidad se reflejó en un conjunto adicional de procesos de privatización de enorme importancia en la vida económica y social de nuestro país. Entre ellos destacan los de puertos, aeropuertos, líneas aéreas, ferrocarriles, tramos carreteros y las pensiones de los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (imss). A lo que se deben agregar las reformas a las leyes que hicieron posible la transferencia de los bancos mexicanos más importantes a grupos financieros de capital extranjero, la aprobación del aumento del Impuesto al Valor Agregado (iva) del 10

4 Andrés Manuel López Obrador, La mafia que se apoderó de México... y el 2012, Grijalbo, México, 2010.

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la economía del df con gobiernos de izquierda José Roa José Benavides

el presente artículo es una primera aproximación de conjunto al desenvolvimiento de la economía durante el periodo 1998-2010, en el que la izquierda ha tenido la responsabilidad de ser gobierno en una de las ciudades más grandes, más pobladas y más complejas del mundo: el Distrito Federal, en el contexto de gobiernos nacionales de derecha que han mantenido la aplicación del modelo neoliberal desde 1982, con las desastrosas consecuencias económicas, sociales, de seguridad pública y de violencia que hoy padece todo el país. El legado del PRI en la economía del DF En este entorno adverso y luego de 15 años (1982-1997) de aplicación a ultranza de las políticas neoliberales, y en buena medida precisamente por esto, en julio de 1997 un amplio frente sociopolítico de izquierda ganó la Jefatura de Gobierno y la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (aldf). Se iniciaba así un prolongado periodo de gobierno que lleva ya más de 13 años. Desde una perspectiva general, ¿cuál fue el legado del pri al nuevo gobierno de izquierda en cuanto a la economía del Distrito Federal? Las características más sobresalientes se pueden resumir en estos términos: una economía deteriorada, en declive, desatendida por el repliegue del Estado neoliberal, enfilada al colapso y enmarcada en un régimen de corrupción, clientelismo político y ausencia de derechos ciudadanos básicos.1 La viabilidad económica de la capital de la República estaba seriamente cuestionada. El deterioro y rezago de su infraestructura urbana eran notables. Los viejos y graves problemas de drenaje e inundaciones se extendían por toda la ciudad, así como la carencia de agua entubada en diferentes delegaciones. Las condiciones del transporte público eran deplorables y tendían a empeorar. A más de 12 años de distancia la reconstrucción habitacional por los daños causados por los terremotos de 1985

seguía incompleta. Cotidianamente se padecían niveles de contaminación muy elevados. La incapacidad de generar empleos estables y aceptablemente remunerados se ilustraba con la proliferación de la economía informal y el ambulantaje. La desigualdad ensanchaba sus márgenes y la inseguridad comenzaba a cobrar la dimensión de un problema de Estado, con la peor ola delictiva de que se tuviera memoria en ese año de 1997. Como puede observarse en el Cuadro 1, durante los últimos cinco años (1993-1997) del régimen autoritario priísta el comportamiento de la economía en el Distrito Federal había sido notablemente deficiente. La tasa promedio anual de crecimiento económico fue de 0.9 por ciento. La profunda crisis económica de 1995 produjo una caída del Producto Interno Bruto (pib) nacional de -6.2 por ciento, pero el pib del Distrito Federal cayó aún más con -8.4 por ciento. La recuperación del siguiente año fue de 5.2 por ciento a nivel nacional, mientras que

Fuente: inegi. Sistema de Cuentas Nacionales de México (http://dgcnesyp.inegi.org. mx/bdiesi/bdie.html). A

Los años de 1993 al 2002 se encuentran en base 1993=100.

B

Los años de 2003 al 2009 se encuentran en base 2003=100.

1 Entre otros factores fundamentales, esta ausencia de derechos ciudadanos básicos fue una de las claves que articuló la abrumadora mayoría con que el frente sociopolítico de izquierda derrotó al pri en 1997 en el Distrito Federal. Véase Arturo Alvarado y Diane E. Davis, “Participación democrática y gobernabilidad en la Ciudad de México: el reto del prd en la transición política”, Estudios sociológicos, vol. xxi, núm. 001, El Colegio de México, enero-abril de 2003, p. 136 y ss.

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la capital registró apenas un 3.3 por ciento. En 1997 se registró un crecimiento económico aún mayor a nivel nacional con un 6.8 por ciento, y sólo entonces la economía capitalina mostró un comportamiento similar con un incremento de 6.7 por ciento.

nas como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, por parte del Legislativo Federal, en donde tenía preeminencia dicho partido. Por cierto, el gobierno priísta saliente llevó a cabo un desmedido incremento de la deuda del Distrito Federal, la cual pasó de 2 mil 465.4 millones de pesos en 1995 a 20 mil 366.5 millones en 1998,2 un incremento de 826.1 por ciento en el periodo indicado, situación que dificultaría seriamente a los gobiernos de izquierda el manejo de la economía capitalina a lo largo de los siguientes años. La construcción democrática de un modelo3 o proyecto alternativo –o cuando menos la articulación de un conjunto de políticas públicas orientadas hacia los objetivos de desarrollo económico, justicia social y participación ciudadana, que apuntaran en dirección de construir dicho modelo–4 era uno de los retos fundamentales de la izquierda a su arribo al gobierno del Distrito Federal.

Fuente: Elaboración propia con datos del inegi. Sistema de Cuentas

Como se observa en el Cuadro 2, las políticas neoliberales de los últimos años del régimen autoritario priísta tuvieron como consecuencia un importante descenso de la participación del Distrito Federal en el PIB nacional, pasando de 23.8 por ciento en 1993 a 22.6 por ciento en 1997. La incidencia de los cambios estructurales inducidos por el modelo neoliberal, y los efectos de sus políticas económicas sobre una de las principales áreas económicas del país, se reflejaron en los datos antes indicados. Dicho de otro modo: la mayor dependencia del crecimiento de las áreas más dinámicas del país (como lo es el Distrito Federal) respecto de las exportaciones hacia Estados Unidos, combinada con la desatención generada por las políticas de austeridad y la intensa promoción de políticas de libre mercado por parte del Gobierno Federal, tendieron a acrecentar los efectos de la crisis de 1994-1995 y a rebajar las posibilidades de la recuperación en la capital. De hecho, estas características tendieron a convertirse en “rasgos estructurales” en la relación de la economía del Distrito Federal con la economía nacional. Otros dos aspectos fundamentales del legado del pri se expresan en la disposición constitucional de determinar los ingresos (incluido el techo de endeudamiento anual) y egresos del Gobierno del Distrito Federal, así como de los recursos procedentes de instituciones exter-

La economía del DF con gobiernos de izquierda El 5 de diciembre de 1997 la izquierda asumió el gobierno de la capital del país, refrendándolo para los periodos 2000-2006 y 2006-2012.5 Aunque las La deuda de 1998 también fue solicitada –y autorizada– por el gobierno priísta saliente en 1997.

2

3 Proponemos entender por “modelo” la siguiente conceptualización: “Una construcción de encadenamientos lógicos, partiendo de comportamientos supuestamente fundamentales de los actores. En este caso, el modelo es de hecho un método para delimitar la coherencia de una configuración socioproductiva, partiendo de una construcción teórica que representa supuestamente el núcleo duro de los comportamientos de los actores.” Robert Boyer y Michel Freyssenet, Los modelos productivos, España, Fundamentos, 2003, p. 16.

4 En un excelente trabajo de investigación en curso, esta problemática está planteada como un proceso de construcción de una “matriz programática y de valores” de izquierda. Julio Moguel (coord.), Mariana Sosa, et. al., “Balance de las políticas públicas en el estado de Michoacán en el decenio 2002-2012 (En un marco de políticas comparadas en el nivel nacional: los casos del Distrito Federal, Guerrero, Michoacán y Zacatecas)”, Mimeo., mayo de 2011. En 1997 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ganó la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal con el 47.1 por ciento de los votos, con una participación del 67.3 por ciento del total de electores; Andrés Manuel López Obrador ganó con el 34.5 por ciento, y una participación del 70.6 por ciento de los electores; y Marcelo Ebrard Causabón ganó con el 46.4 por ciento, y una participación del 67.2 por ciento de electores. 5 En 1997 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ganó la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal con el 47.1 por ciento de los votos, con una participación del 67.3 por ciento del total de electores; Andrés Manuel López Obrador ganó con el 34.5 por ciento, y una participación del 70.6 por ciento de los electores; y Marcelo Ebrard Causabón ganó con el 46.4 por ciento, y una participación del 67.2 por ciento de electores.

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personalidades de los gobernantes, los estilos de gobierno y los planes particulares también cuentan de manera importante, es posible hacer una primera apreciación de todo el periodo en su conjunto en cuanto al comportamiento de la economía y algunos de sus efectos más importantes sobre las condiciones de vida de los habitantes del Distrito Federal. Una pregunta y una hipótesis iniciales pueden servir de guías. La pregunta: ¿la conducción de la economía del Distrito Federal ha sido mejor, igual o peor con los gobiernos de izquierda que con el pri en los años inmediatamente anteriores? La hipótesis: algunos de los principales datos disponibles indican que no ha sido mucho mejor, pero sí ha cambiado notablemente en un sentido favorable para la mayoría de los habitantes del Distrito Federal. Abona a favor de esta hipótesis el hecho de que la economía capitalina con los gobiernos de izquierda ha tenido que desenvolverse en el marco de las determinaciones del modelo y las políticas neoliberales a ultranza, y de sus desastrosos efectos económicos y sociales en el plano nacional: recesiones y profundas crisis económicas (1995 y 2009), desempleo abierto al alza (de 2 por ciento con Ernesto Zedillo a más de 6 por ciento con Felipe Calderón), incremento conjunto del subempleo y el empleo en la economía informal (de 17 por ciento con Zedillo a más del 30 por ciento con Calderón), aumento desmedido de la deuda pública interna y externa nacionales (de 2001 a la fecha), incremento acelerado de la violencia y muertes por la proliferación del crimen organizado, desgarramiento y descomposición del tejido social, etc. Estas determinaciones no han tenido efectos absolutos, pero sí han restringido significativamente los márgenes de acción de los gobiernos de izquierda en la gestión de la economía capitalina. Por otra parte, es cierto que en respuesta a tal situación no se siguió (ni se ha seguido hasta ahora) la ruta de ir construyendo un modelo o proyecto alternativo de los gobiernos de izquierda para el desarrollo económico y social del Distrito Federal. Pero también es cierto que, en términos generales, los ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

tres gobiernos de izquierda que se han sucedido en el periodo 1997-2011 se han orientado, con diferencias de fondo y forma, hacia la articulación de un conjunto de políticas públicas que han modificado favorablemente las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de una mayoría creciente de los habitantes del Distrito Federal. Este conjunto de políticas públicas se fue articulando progresivamente en torno a tres ejes estratégicos: 1) El establecimiento de un piso de derechos sociales

básicos –incluso llevados a su ordenamiento legal– para todos los habitantes del Distrito Federal, especialmente para las clases y sectores sociales más desfavorecidos. 2) La creación de mecanismos legales y prácticas sociopolíticas y culturales que alentaran la participación

ciudadana democrática en los asuntos públicos y en el ejercicio de gobierno de la capital. 3) El propósito de establecer las bases de sustentabilidad

y sostenibilidad del desarrollo económico y social del Distrito Federal.

En cuanto al primer eje estratégico, los avances han sido significativos. En relación al segundo eje, se han llevado a cabo varios ejercicios de participación ciudadana democrática, pero hasta ahora no se ha seguido una línea estratégica de política pública sistemática para propagar y enraizar la cultura y las prácticas masivas de participación ciudadana en la determinación de las políticas públicas y el ejercicio de gobierno (incluido el manejo del presupuesto); por ello, en este aspecto los resultados han sido muy limitados. En cualquier caso, el Distrito Federal está a la vanguardia en todo el país en cuanto a la amplitud y satisfacción de los derechos sociales básicos de la población; y también en las disposiciones y los mecanismos legales de la participación ciudadana en los asuntos públicos y de gobierno. Sin embargo, los datos disponibles y la realidad misma muestran que en relación al tercer eje estratégico no se ha conseguido un avance notable 52


hecho una mejor defensa del desempeño económico del Distrito Federal dentro de la dinámica económica nacional, que cuando gobernaba el pri. Un factor muy importante que ha incidido negativamente en este desempeño ha sido la política de bloqueo/castigo de los gobiernos federales del pri y del

que contraste contundentemente con la situación económica que tuvo el Distrito Federal en los últimos años del viejo régimen priísta. A lo largo de los pasados 13 años de gobiernos de izquierda, en la ciudad capital se ha avanzado un buen trecho en la reorganización y operación administrativa y jurídica del manejo de los recursos públicos, así como en su aplicación más honesta y eficiente. A este respecto, el Distrito Federal ha ocupado la primera posición en transparencia entre todas las entidades del país de 2007 a la fecha. Sin duda, esto es muy positivo; no obstante, aún queda camino por recorrer para erradicar plenamente las prácticas de tráfico de influencias, corrupción e impunidad en la totalidad de las enormes y complejas estructuras de gobierno de la ciudad de México. La evaluación arroja resultados menos alentadores cuando revisamos algunos de los principales datos del desenvolvimiento económico del Distrito Federal bajo los gobiernos de izquierda. Veamos: la tasa de crecimiento promedio anual del pib capitalino en el periodo 1998-2002 fue de 2.1 por ciento y en el periodo 2003-2009 fue de casi 1.3 por ciento.6 Es decir, en el primer caso más del doble, y en el segundo caso más de un tercio, respecto a los últimos cinco años del régimen priísta (Cuadro 2). No obstante, el crecimiento económico promedio del Distrito Federal estuvo en todo el periodo 1998-2009 por debajo del promedio nacional. Por otra parte, como se observa en el Cuadro 3, bajo los gobiernos de izquierda la participación del Distrito Federal en el pib nacional no ha aumentado, más bien ha seguido bajando de 22.2 por ciento a 22.0 por ciento en el periodo 1998-2002 y de 18.5 por ciento a 18.1 por ciento en el periodo 2003-2009, aunque en una proporción mucho menor respecto a los últimos cinco años del régimen priísta (cuando pasó de 23.8 por ciento a 22.6 por ciento en el período 1993-1997). Lo anterior indica simplemente que bajo los gobiernos de izquierda se ha

Fuente:

inegi.

Sistema de Cuentas Nacionales de México.

pan a los gobiernos de izquierda en el Distrito Federal, y que entre otras cosas se ha reflejado en el rubro de las Participaciones (una parte de los ingresos federales que bajo esta denominación entrega el Gobierno Federal a las 32 entidades de la República) entregadas anualmente al gobierno capitalino. En este aspecto, que representa alrededor de una tercera parte de los ingresos totales de la capital, del 15.2 por ciento del total nacional entregado al Distrito Federal en 1997 (último año de gobierno priísta en la capital) se pasó al 13.8 por ciento en 1998 (primer año de gobiernos de izquierda) y al 12.0 por ciento en 2010 (Cuadro 4). Lo anterior muestra que –a pesar de los crecientes ingresos federales por los excedentes petroleros de 2003 a la fecha– ha sido clara y precisa la intención de los gobiernos neoliberales del

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es decir, indica un manejo responsable de la deuda pública del Distrito Federal bajo los gobiernos de izquierda.

y del pan de ahorcar financieramente la gestión económica de los gobiernos de izquierda en el Distrito Federal. En el mismo sentido ha incidido el factor de la deuda pública de la capital, que por disposiciones constitucionales y legales debe aprobar el Legislativo Federal en donde predominan los dos partidos de derecha, el pri y el pan. En este aspecto, como se indicó anteriormente, el pri legó a los gobiernos capitalinos

pri

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp), información actualizada al 26 de abril de 2011 (http://www.shcp.gob.mx/Estados/Deuda_Publica_ efm/ Paginas/2010.aspx).

Un indicador que refleja la existencia de condiciones favorables y una conducción cuando menos aceptable de la economía es la Inversión Extranjera Directa (ied).

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público (http://www.apartados.hacienda. gob.mx/estadisticas_oportunas/esp/index.html).

de izquierda una cuantiosa deuda pública; pero por otra parte ambos partidos han rechazado y modificado hacia una baja significativa las propuestas de techo de endeudamiento que anualmente han presentado dichos gobiernos, a pesar de existir un buen margen de ampliación de la deuda respecto al pib del Distrito Federal. Bajo los gobiernos de izquierda la deuda capitalina pasó de 20 mil 366.5 millones de pesos en 1998 a 52 mil 578.5 millones en 2010 (Cuadro 5); pero el nivel de endeudamiento respecto al pib bajó ligeramente en el mismo periodo, pasando de 2.6 por ciento en 1998 a 2.4 por ciento en 2010 (Cuadro 6), lo cual muestra una ligera tendencia al desendeudamiento, ECONOMÍA Y POLÍTICA EN LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA DEL DF

Fuente: shcp, información actualizada al 26 de abril de 2011 (http://www.shcp. gob.mx/Estados/Deuda_Publica_efm/Paginas/2010.aspx) y Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la H. Cámara de Diputados, saldos al cierre del 2006 (http:// www.cefp.gob.mx/intr/edocumentos/pdf/cefp0242007.pdf).

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En este aspecto, el desenvolvimiento de la economía capitalina ha sido calificado positivamente por los inversionistas extranjeros, pues del año 2000 al 2009 pasó de una captación de 49.9 por ciento a 61.5 por ciento de la ied en todo el país (Cuadro 7).

Fuente: Cuarto Informe de Gobierno del df (2009-2010). Secretaría de Desarrollo Económico, Dirección General de Regulación y Fomento Económico.cefp0242007.pdf).

Este aspecto altamente favorable, junto con otros que en términos generales han sido aceptables, no se ha reflejado en un mejoramiento significativo en las condiciones de trabajo y de vida de los habitantes del Distrito Federal. La tasa de desempleo se ha mantenido en la ciudad de México por arriba del promedio nacional tanto en los ocho años de regencias priístas en la década de los años noventa como a lo largo del período de gobiernos de izquierda (Cuadro 8); al mismo tiempo, el nivel de desempleo ha mostrado una tendencia persistente a la alza. A esto hay que agregar que el nivel de ocupación en la economía informal se ha mantenido por arriba de la cuarta parte de la población económicamente activa (pea) en el Distrito Federal, ligeramente por debajo del nivel observado en el promedio nacional, cuando menos durante los cinco años recientes (Cuadro 9). En contraste, el panorama de los ingresos de las y los trabajadores capitalinos muestra algunos cambios positivos. El número de las y los trabajadores ocupados que recibían 1 salario mínimo pasó del 9.3 por ciento en el año 2000 al 7.4 por ciento en 2009, y quienes recibían más de 1 a 2 salarios mínimos pasaron de 34.2 por ciento a 22.7 por ciento en el mismo periodo; mientras

Fuente: del periodo de 1990-2004 del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la H. Cámara de Diputados. (http://www3.diputados.gob. mx/camara/001_diputados/006_centro_de_ estudios_de_finanzas_ publicas_1/005_indicadores_y_estadisticas/estatales/01_ indicadores_socieconomicos). Del periodo 2005-2009 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, actualizada al 13 de octubre de 2010 http://www. stps.gob.mx/secciones/conoce/areas_atencion/web/menu_infsector.html).

Fuente: Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal (http://www. sedeco.df.gob.mx/indicadores/rapidos/index.html).

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tanto, quienes recibían más de 2 y hasta 5 salarios mínimos pasaron de 35.3 por ciento a 40.3 por ciento, y quienes recibían más de 5 salarios mínimos pasaron de 12.7 por ciento a 13.7 por ciento (Cuadro 10). Esto significa que tuvo lugar un mejoramiento en los ingresos para alrededor del 75 por ciento de las y los trabajadores ocupados en el Distrito Federal. Finalmente, se debe decir que a lo largo del periodo de gobiernos de izquierda en la capital del país apenas hubo una ligera modificación en la estructura del pib, es decir, en la participación de las nueve actividades económicas que integran el pib:

del Distrito Federal (Cuadro 11). No se puede omitir la referencia a que esta tendencia es la que ha alentado el neoliberalismo en el mundo, particularmente en las llamadas economías emergentes que no han opuesto resistencia alguna a los dictados del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, de la Organización Mundial de Comercio, etc., como es el caso de México. Desde luego, esta no debería ser la orientación predominante de una de las economías capitalinas más importantes del mundo como lo es la del Distrito Federal bajo gobiernos de izquierda.

A reserva de lo que usted opine… (A modo de conclusión) Los cuatro partidos de derecha (los dos más viejos: pri y pan; y los más recientes: pvem y Panal) se identifican y defienden el modelo neoliberal a nivel nacional. Este modelo ha condicionado severamente (y lo seguirá haciendo) el comportamiento de la economía del Distrito Federal. Por lo tanto, es condición necesaria, aunque no suficiente, el reemplazo de este modelo por un proyecto alternativo al neoliberalismo a nivel nacional, por el bien del país y de la ciudad capital. El balance, sin duda, es favorable para la izquierda. Del análisis antes expuesto se desprende que la izquierda debe seguir gobernando el Distrito Federal. Pero no lo pueden seguir haciendo sólo con un conjunto de políticas públicas bien intencionadas y honestamente aplicadas. Menos aún con una postura contemporizadora que tiende a inclinarse por una mezcla variable, según el caso, de neoliberalismo y Estado de bienestar, que ha evitado la profundización de la pobreza, el rompimiento del tejido social y el crecimiento de la inseguridad, pero que no se ha encaminado a la solución de los problemas económicos fundamentales. Entre ellos, el aprovechamiento insuficiente de una de las entidades mejor dotadas (si no es que la mejor) de infraestructura productiva

Fuente: Cuarto Informe de Gobierno del df (2009-2010). Secretaría de Desarrollo Económico, Dirección General de Regulación y Fomento Económico.

1) Agricultura, silvicultura y pesca; 2) Minería; 3) Industria manufacturera; 4) Construcción; 5) Electricidad, gas y agua; 6) Comercio, restaurantes y hoteles; 7) Transporte, almacenaje y comunicaciones; 8) Servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler; y 9) Servicios comunales, sociales y personales. En este sentido, la tendencia ha sido a la desindustrialización y el reforzamiento de una terciarización7 de sobrevivencia del aparato productivo 7 Mayor peso del sector servicios o terciario en el conjunto de la economía, en detrimento del sector industrial o secundario en las economías predominantemente urbanas. El sector agropecuario es el primario.

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Fuente: inegi. Sistema de Cuentas Nacionales de México.

manera los objetivos y las metas de ese proyecto colectivo. Los gobiernos de izquierda tienen la obligación de retomar el postulado de que la justicia social y la vida democrática sólo pueden florecer a partir del desarrollo de las fuerzas productivas y de la riqueza social que éstas generan, distribuida lo más equitativamente posible. La justicia social y la vida democrática sólo pueden florecer y ser sustentables y sostenibles con base en el desarrollo económico con equidad social. Aunque aceptable en términos generales y en varios aspectos específicos, la conducción económica del Distrito Federal por los gobiernos de izquierda no ha sido todo lo deseable que podría haber sido en estos años... Pero puede serlo.

y servicios de todo tipo; la desindustrialización en el marco del recambio tecnológico y las energías limpias; el potencial turístico desaprovechado; la insuficiente generación de empleos estables y bien remunerados; los asentamientos irregulares, de alto riesgo, y el hacinamiento de millones de capitalinos; la insuficiente cobertura educativa en los niveles medio superior y superior; el servicio de agua para segmentos considerables de población en varias delegaciones, etcétera. La izquierda debe seguir gobernando el Distrito Federal, y convertirse en ejemplo para todo el país, pero con base en un modelo, plan o proyecto alternativo al neoliberalismo. Y desde luego, construyendo este proyecto alternativo, las políticas públicas y las agendas de gobierno con base en la democracia participativa (consulta popular, plebiscito, referéndum, iniciativa ciudadana, presupuesto participativo, revocación de mandato, entre otros instrumentos de la democracia participativa). Los gobiernos de izquierda y las y los ciudadanos, conjuntamente, tenemos que decidir qué ciudad queremos y cómo podemos alcanzar de la mejor

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anexo: “carta por morelia” las fuerzas de Izquierda de Michoacán, en el marco de enfrentar el reto de participar con éxito en los comicios para elegir gobernador del Estado el 13 de noviembre del presente año, nos comprometemos a establecer un esquema programático que contemple los siguientes 10 puntos, algunos de los cuales fueron confirmados, con propuestas o planteamientos precisos, por la histórica consulta que el pasado 5 de mayo se llevó a cabo en la ciudad de Morelia:

abrir las posibilidades de inversión para incorporar a nuestro espacio urbano sistemas de Tranvía o de Metrobús, tal y como existen en otras partes de México y del mundo. TERCERO. Nuestra ciudad integrada requiere establecer una clara estrategia para preservar el campo periurbano. Estos espacios se han venido degradando en el terreno social, económico y ambiental, convirtiéndose en áreas en disputa de fraccionadores y especuladores de tierra y vivienda, afectando negativamente la vida urbana en general y esas áreas periféricas en particular. Se plantea por ello abrir procesos de desarrollo microrregional en los que se busque establecer nuevos equilibrios sustentables: construcción de vivienda y desarrollo productivo.

PRIMERO. Queremos que Morelia sea una ciudad integrada, de la que sus habitantes hablen con orgullo y consideren en definitiva como un bien común, parte de su propio patrimonio. No aceptamos, frente a ello, que nuestra ciudad se siga segmentando, desmembrando, privatizando. La pérdida o disminución de los espacios recreativos y de concentración para la vida y el quehacer colectivos es una desgracia de grandes centros urbanos que en un momento dado puede llegar a ser irreversible. No permitiremos que ello suceda en el caso de nuestra ciudad capital. Cabe, dentro de esta perspectiva, presentar un modelo de desarrollo urbano que tenga el sello de la sustentabilidad, de manera en que no se vulneren sus condiciones ambientales fundamentales. Por ello aceptamos, con la encuesta aplicada el pasado 5 de mayo, que no se construya una vía de acceso directo por la propia Loma de Santa María con las repercusiones y daños ecológicos que han sido reiteradamente señalados por pobladores y especialistas, sino que se busque construir una vía alterna que pudiera ir por atrás de Santa María, por la Avenida de Las Torres, que conecte la salida a Pátzcuaro y el libramiento de Morelia a la altura de Jardines del Tiempo. Se requiere, además, que se definan otras vías de paso del tren que pasa por Morelia, y un nuevo plan de vialidades de la zona metropolitana que beneficie a Charo, Tarímbaro y Álvaro Obregón.

CUARTO. Una ciudad integrada no es una que tienda a la homogenización ni a la serialización de los bienes y servicios urbanos. Por ello es que a la idea de una ciudad integrada agregamos que Morelia debe ser una ciudad democrática, pluriétnica y pluricultural. Debemos reforzar por todos los medios la lucha contra la discriminación y las diversas fórmulas de exclusión y segregación territorial que aún prevalecen en nuestros espacios urbanos. En dicha perspectiva, cabe tomar la iniciativa para generar una nueva reforma política urbana que permita reordenar las representaciones, condiciones y niveles de gobierno y gestión territorial. Deben promoverse diversas acciones que coloquen la temática indígena en niveles de altísima prioridad, con medidas tales como la de elevar la tenencia de Capula a la condición de Pueblo Mágico. Se deben apoyar e impulsar los procesos políticos que conduzcan al reconocimiento de los “usos y costumbres” de las áreas del municipio de Morelia que aún tienen una significativa población indígena. QUINTO. Se requiere dinamizar el crecimiento económico de la ciudad. El turismo, actividad fundamental, tiene que combinarse con una dinamización o redinamización de la economía popular, social o solidaria. La denominada “tiendita de la esquina” no puede o no debe desaparecer frente a una modernización en la que se imponen los símbolos y los productos propios de las cadenas multimillonarias, muchas de ellas trasnacionales; lo mismo tendríamos que decir con respecto al pequeño taller, al espacio de producción artesanal, a la pequeña y la mediana empresa. Las cooperativas o redes solidarias de consumo pueden ser, entre otras medidas, fórmulas que generen los efectos multiplicadores que le son conocidos en otras

SEGUNDO. La ciudad de Morelia no puede cerrar los ojos ante realidades urbanas negativas como las que marca el creciente predominio de lo que podemos denominar “el poder del automóvil”. Ciertamente no es algo que podamos o debamos desestimular sin más, pues del circuito y del manejo automotriz depende en gran parte el éxito de nuestras comunicaciones cotidianas, pero sí podemos dar prioridad al desarrollo del transporte colectivo ambientalmente sustentable. Por ello nos parece significativamente preciso uno de los mandatos de la consulta del pasado 5 de mayo, consistente en

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edades y géneros deben ser capaces de disfrutar y aprovechar su medio urbano, convirtiéndolo en un espacio de habitabilidad seguro y equilibrado. Los adultos mayores requieren estos y otros medios de reinscripción en nuestra vida social, cultural y productiva, con programas que les permita generar algunos ingresos y con ello redignificar su condición de ciudadanos plenos de nuestro municipio.

partes de México o del mundo. Se requiere, desde esta perspectiva, reconstruir la responsabilidad social del gobierno municipal, con capacidades para resolver la contradicción entre el asistencialismo compensatorio y el necesario apuntalamiento de lo económico, en el nivel solidario y popular. La consulta realizada por las Fuerzas de Izquierda de Michoacán colocó algunos de sus más significativos acentos en la generación de opciones productivas desplegadas en las áreas de mayor marginación del municipio, pero también en la idea de desarrollar programas solidarios tales como los que se conocen como HambreCero (incluyendo en esta línea de intervención la constitución de redes de comedores populares).

NOVENO. Un gobierno democrático en la ciudad de Morelia deberá ocuparse de políticas serias y sostenidas de mejoramiento del hábitat popular. Se requiere, en dicha perspectiva, popularizar los círculos urbanos centrales, con uso accesible del suelo urbano y urbanizable, para reducir el crecimiento periférico destructor del suelo rural y de la reserva ecológica. Se requiere, en la misma perspectiva, favorecer el sector de vivienda en renta para los sectores de bajos ingresos, con participación efectiva del derechohabiente en todos los niveles de control y gestión de su ámbito específico de vida.

SEXTO. Morelia debe reencontrar el camino para ser una ciudad segura, lo que de ninguna manera supone el simple incremento de los presupuestos o de las acciones de seguridad sino toda una línea de reconstrucción de las relaciones sociales y políticas desde los fraccionamientos, los barrios, las cuadras o las colonias. La generación de estructuras de cuidado o de autoprotección en los espacios base de nuestro medio urbano requiere de nuevas formas de quehacer colectivo relativas a la participación social. Una ciudad sin participación social no puede tener alma ni mucho menos futuro. Por ello también avalamos la iniciativa establecida en la consulta del pasado 5 de mayo en Morelia, en la que quedó claro el deseo y la disposición de la mayoría de los ciudadanos de nuestro municipio para el establecimiento de procesos democráticos tales como el de los denominados presupuestos participativos.

DÉCIMO. Se requiere un nuevo esquema de relación entre gobierno y ciudadanía, en la que se dé confianza al ciudadano. Entre otras fórmulas de la referida nueva relación se necesita reducir y/o simplificar los trámites municipales, estableciendo en los reglamentos municipales la figura jurídica de perjurio. En otras palabras, el ciudadano deberá tener posibilidades de iniciar un negocio o la construcción o remodelación de su casa con solo avisar a la autoridad sobre las características de su acción y apegarse a ellas. Ello sería una buena medida contrarrestante de los problemas existentes de corrupción. Un nuevo esquema o modelo de relación entre gobierno y ciudadanía requiere, por lo demás, que se gobierne con criterios y definiciones que partan de consultas y formas de participación ciudadanas permanentes y efectivas, alejadas de los modelos de consulta de simulación como los que a menudo se aplican en nuestros territorios. Otras líneas y estrategias de cambio como las que hasta aquí hemos desglosado deben convertirse en un compromiso firme para cualquiera de los aspirantes a gobernar nuestra entidad en una perspectiva verdaderamente democrática. Nos parece que este decálogo establece una buena plataforma programática para que, como es el deseo y la voluntad mayoritaria, Morelia se convierta en “Una ciudad sustentable, para todos”.

SÉPTIMO. Queremos construir una ciudad verdaderamente democrática, con particular énfasis en la apertura de espacios de recreación, formación y participación colectiva de y para los jóvenes, quienes deben sentir o ver a sus escuelas como parte de la sociedad urbana que los integra y cobija, y a la ciudad como una extensión de su sistema formativo escolar. Morelia tiene que convertirse en una ciudad del y para el conocimiento. Pero en el impulso a las formas y a las condiciones de participación y equidad debe sumarse una que desde nuestro punto de vista resulta ser esencial, a saber: la que establece condiciones de equidad entre mujeres y hombres en distintos planos, empezando porque el 50 por ciento de los cargos de primer nivel del ayuntamiento se ocupe por mujeres. OCTAVO. Morelia debe ser una ciudad sin barreras en la que niños, adultos mayores y personas con capacidades diferentes puedan sentirla suya y sin peligros. Todas las

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Una economía alternativa para México y América Latina

los nueve capítulos del libro Una economía alternativa para México y América Latina (que muy pronto se encontrará en librerías) son la transcripción de las conferencias que se pronunciaron en la Facultad de Economía de la unam y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en noviembre y diciembre del 2009. Conferencias convocadas y coordinadas por el suscrito con el objetivo de contribuir a un Proyecto Alternativo de Nación que sea incluyente y transforme la economía que padecemos la mayoría de mexicanos desde hace 28 años: no solamente los 54 millones que viven en pobreza sino también empresarios medianos y pequeños, trabajadores, técnicos y empleados, profesionistas y, en general, la familia media mexicana. El libro está dividido en 2 partes: la primera consiste en un análisis de la crisis financiera mundial y sus consecuencias en Estados Unidos, América Latina y México; y la segunda en ideas esenciales para la elaboración de un Proyecto Alternativo de Economía: reúne enfoques estructuralistas, poskeynesianos e institucionalistasproductivistas; sus autores son economistas nacionales e internacionales muy reconocidos.

Adolfo Orive

Street por el Gobierno de Estados Unidos; y 2) La búsqueda insaciable de ganancias por las instituciones –empresas– financieras cuyas innovaciones financieras hicieron más elásticos los créditos. Se crearon nuevos instrumentos para los mercados de commodities, bienes raíces y capitales. Las instituciones financieras asumieron posiciones de alto riesgo en favor de la vivienda y de algunas materias primas. Arriesgaban porque sabían que si quebraban serian rescatadas por el gobierno con los impuestos de los contribuyentes, como sucedió en México en la década de los noventa con el Fobaproa. Los cuantiosos fondos de pensión estadunidenses, gracias a la desregulación promovida por el presidente Clinton, empezaron a especular a partir del año 2000.1 A diferencia de la vieja especulación (basada en la variación de los precios de corto y largo plazo), la introducida por el capitalismo financiero administrador del dinero consiste en la creación de mercados de futuros en los que se apuesta a la sistemática elevación de precios a largo plazo. Se trata de los precios de commodities y de petróleo crudo que, a partir de 2002, se incrementaron en más del 500 por ciento. Como lo afirma Randall Wray: no fue China la causante de esa inflación sino los administradores de los fondos de pensión. Crearon swaps de crédito para los prestamistas y para comprar acciones riesgosas. Existió un aseguramiento –swaps– contra México apostando a que no pagaba su deuda a Estados Unidos y Europa. Todo el financiamiento hipotecario se otorgó bajo el supuesto de que los precios de bienes raíces subirían y que la economía real crecería pero, en los hechos, era lo que Hyman Minsky2 denominó un esquema masivo Ponzi, es decir, se contratan nuevos créditos para pagar viejas deudas. La economía casino a la que se refirió Keynes se convirtió en una economía financiera apostadora con dinero ajeno, guiando tanto el camino de la economía real –la productiva– como el de los gobiernos, que suponen lo financiero como lo más importante. Como lo destaca Arturo Huerta, la crisis se inició

La crisis en Estados Unidos Al final del siglo xix, en Estados Unidos, la revolución industrial capitalista había avanzado a tal grado que los empresarios no podían ya sufragar por sí mismos los activos necesarios para producir bienes y servicios: requerían financiamiento externo. Menos de un siglo después el capital financiero ya se había vuelto hegemónico sobre el capital productivo: las inversiones en sus productos empezaron a generar más ganancias que las producidas con los bienes y servicios de los sectores productivos; y más seguras, cuando adquirían el papel financiero gubernamental. (Por ejemplo, General Motors y General Electric son ya más instituciones financieras que industriales). Para llegar a esta hegemonía, el capital financiero requirió dos características: 1) Un proceso de liberalización y desregulación de los mercados de dinero y capital, así como de la sustitución de la primacía de la política fiscal por la política monetaria y el manejo “ortodoxo” de las tasas de interés, que significaban la defensa de Wall

1

Ver Randall Wray, capítulo tres.

Hyman Minsky [1986], Stabilizing an unstable economy, New York, McGraw-Hill, 2008. 2

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RESEÑA


Moreno-Brid y Puchet señalan que el desencanto con los resultados del Consenso de Washington llevaron a la ciudadanía de varios países de la región a elegir candidatos con plataformas políticas que rechazaban el neoliberalismo. Los autores sugieren tres medidas de política económica para salir de la crisis: 1) Un incremento porcentual significativo de la inversión respecto al pib y una nueva orientación de ella para remover los obstáculos estructurales; 2) Políticas específicas contra la desigualdad: por ejemplo, insertando a desempleados en el mercado de trabajo con remuneraciones dignas; y 3) Políticas fiscales y monetarias orientadas a la inversión, al decrecimiento de la desigualdad, a la protección social y a la estabilización de precios. Clemente Ruiz Durán señala que los canales de transmisión de la crisis estadunidense a la economía mexicana no fueron financieros sino los correspondientes a la economía real: el comercio exterior, la caída de la inversión extranjera directa, de las remesas y del turismo, así como la reducción de la disponibilidad de los recursos financieros externos. En una gráfica con los ciclos de las economías de Estados Unidos y México, el autor muestra que de 1930 a 1982 la economía mexicana traza su propia ruta, en ocasiones a contrapelo de su vecina del norte; en cambio, desde los ochenta, salvo las crisis propias de 1987 y 1995, nuestros ciclos están ligados sincronizadamente a los de la economía estadunidense. Para dicho autor, la crisis de 2008 en Estados Unidos no es solamente financiera, también es estructural debido al proceso de desindustrialización de su economía: el valor agregado manufacturero –como porcentaje del pib total– pasó de ser el 27 por ciento en 1950 al 11.5 por ciento en 2008. O sea que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), el gobierno federal mexicano no sólo convirtió a nuestra economía en dependiente sino que además la articuló a una economía en declive.4 Con el 6.7 por ciento de disminución del pib en 2009, para el tercer trimestre de ese año había 3 millones de desempleados involuntarios en México: la mayor cifra en nuestra historia, afectando sobre todo a los jóvenes. El subempleo es ahora del 11.7 por ciento de la Pobla-

cuando cambiaron las expectativas sobre los precios reales de las casas. Sin respaldo de los ingresos reales tanto de los sectores productivos como de los consumidores, ni del valor real de los commodities, toda la actividad especulativa de los administradores de dinero se derrumbó como un castillo de naipes. Durante la Gran Depresión (1929-1933) las bolsas de valores cayeron en promedio 79 por ciento. Ahora, entre 2007 y febrero de 2009, la de China cayó 62 por ciento; la de Japón 59 por ciento; la de Alemania, 50.5 por ciento; la de Estados Unidos, 48 por ciento; y la de México, 44 por ciento. Sin embargo la pérdida de empleo ha sido mucho más fuerte.3 Los 787 mil millones de dólares aprobados por los poderes Ejecutivo y Legislativo de Estados Unidos para rescatar su economía se comprometieron en gran parte con el capital financiero administrador de dinero de Wall Street, en lugar de haber salvado a la economía real –a la planta productiva–, de haber apuntalado el salario mínimo y apoyado a los sindicatos para, en conjunto, incrementar las fuentes de trabajo. Se debería haber transformado en público el sistema privado de pensiones para no seguir necesitando a los administradores de dinero y regresar a la política fiscal al puesto de mando de las políticas macroeconómicas, porque la política monetaria no tiene el poder suficiente para enfrentar los ciclos.

La crisis en América Latina y México La crisis de 2008 en América Latina tuvo como consecuencias el que aumentara, en 2009, en 9 millones el número de pobres, de los cuales 5 millones son indigentes, y que el Producto Interno Bruto (pib) se redujera en 1.8 por ciento. Sin embargo, países como Brasil –gracias a su economía doméstica y al empleo por el gobierno de Lula de la política fiscal y de la banca de desarrollo– tuvieron una economía en crecimiento, mientras que la mexicana se redujo más que cualquier otra economía latinoamericana y del Caribe: decreció 6.7 por ciento; y el gobierno federal se preocupó por cerrar el déficit fiscal en lugar de reactivar la economía.

Arturo Huerta, Hacia el colapso de la economía mexicana, México, unam / Facultad de Economía, 2009.

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RESEÑA

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Ver capítulo cuatro.


ción Económicamente Activa (pea) y el empleo informal ya llegó al 28.5 por ciento. Si se suman estas dos tasas a la de desempleo abierto, la cifra llega a casi la mitad de la pea. La pobreza extrema –la alimentaria– afectó a 5 millones más de mexicanos en estos dos últimos años, y la desigualdad en la distribución del ingreso también se incrementó. La crisis de la economía mexicana es nuestra; la de Estados Unidos vino a profundizarla. La inversión pública ha tendido a disminuir en las dos últimas décadas y la política fiscal ha buscado el equilibrio –tiene un déficit de 0.75 por ciento– cuando en 2009, como medida contracíclica, el déficit en Estados Unidos e Inglaterra fue de 13 por ciento del pib; y en Alemania, Francia e Italia, entre 5 y 7 por ciento. Se olvidan los economistas del gobierno federal de la ecuación de Kalecki,5 desarrollada hace más de setenta años, en la que demuestra que si el sector privado es superavitario (el ahorro es superior a la inversión) y el sector externo es deficitario (las importaciones superan a las exportaciones), el sector público debe ser deficitario para que la economía en su conjunto esté balanceada, independientemente de que cada uno de los sectores no lo esté: “Las salidas o déficit de unos tienen que ser igual a las entradas o superávit de otros.”

El primer supuesto del proyecto alternativo es que la economía mexicana –sin dejar de estar inserta en la globalización y sin dejar de tener una relación comercial preponderante con la que aún es la mayor economía del mundo– no puede seguir dependiendo del exterior. El proyecto alternativo debe tomar en cuenta los caminos recorridos por las economías “independientes” de Corea, Taiwán, China e India y aprender de ellas, transformando así la concepción “intregracionista” del neoliberalismo mexicano. El modelo “independiente” insiste en crear las instituciones necesarias para la construcción de las capacidades (emprendedoras y productivas –técnicas, laborales y organizacionales) requeridas, en lugar del modelo “integracionista” que pone el énfasis en lograr los precios adecuados mediante la adquisición de capacidades del exterior.7

Un Estado desarrollador y empoderador Rolando Cordera y Leonardo Lomelí –en el capítulo cinco del libro– demuestran el papel central y rector “del Estado como diseñador, defensor y reformador de muchas instituciones formales e informales en el contexto del cambio estructural” requerido por una economía alternativa. En un cambio mayor de la economía, el Estado debe jugar el papel de emprendedor de última instancia, aportando una visión de futuro incluyente, creíble y legítima, consensuada con los principales sectores de la sociedad, y capaz de construir las instituciones necesarias para hacer realidad esa visión. El Estado también debe jugar el papel de administrador de los conflictos que necesariamente surgen en todo proceso de cambio estructural.8 Cordera y Lomelí agregan un tercer aspecto: el Estado como creador y renovador de mecanismos institucionales y financieros para una protección social de alcance universalista. Propongo emprender dos pasos más en la definición de las funciones que el Estado deberá llevar a cabo para

Proyecto Alternativo de Economía La segunda parte del libro cuenta con cuatro capítulos con elementos muy valiosos para elaborar un Proyecto Alternativo de Economía que nos permita salir de la crisis estructural que padecemos desde hace 27 años. Como antecedente, en 2009 se reunieron más de 20 distinguidos economistas y científicos sociales, en la unam, para discutir y proponer [...] replantear el modelo de desarrollo asumido desde hace tres décadas… [y construir] una nueva forma de desarrollo que se despliegue en un crecimiento económico alto y sustentable, así como en una progresiva redistribución social y regional del ingreso y de los frutos de ese crecimiento.6 Michal Kalecki, Teoría de la dinámica económica, México, fce, 1956; y Michal Kalecki, Studies in the theory of bussines cycles. 1933-1939, Oxford, Basil Blackwel, 1966.

Alice Amsden, The rise of the rest. Challenges to the West from late-industrializing economies, Oxford uk, Oxford University Press, 2001.

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8 Ha-Joon Chang y Robert Rowthorn, Role of the state in economic change. Entrepreneurship and conflict management, Oxford uk, Clarendon Press, 1995.

Rolando Cordera et. al., México frente a la crisis: hacia un nuevo curso de desarrollo, unam, México, 2009, pp. 17-18.

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RESEÑA


se adjudica el propósito de empoderarlo con las instituciones y recursos necesarios para desarrollar las fuerzas productivas y generar empleo. Las otras funciones del Estado empoderador son: 1) Elevar el nivel educativo y capacitar sistemáticamente a la fuerza de trabajo; 2) Crear sistemas de innovación integrados por universidades, empresas y gobierno que ayuden a elevar el nivel tecnológico de los procesos productivos y los productos de las ramas industriales; y 3) Ayudar a todos los agentes económicos a tener una visión de largo plazo que reduzca las incertidumbres de las decisiones de inversión, señalando oportunidades, reduciendo riesgos y constriñendo los caminos a seguir. En México ya tuvimos un Estado empoderador desde el régimen del General Lázaro Cárdenas. Éste formó una clase campesina –los ejidatarios– que llegó a ser más productiva que los pequeños agricultores; una clase obrera que, a partir de los cincuenta, hizo de la industria –la petrolera, la eléctrica, la manufacturera y la de la construcción– el motor de desarrollo de nuestra economía durante más de dos décadas; y, por supuesto, una clase empresarial –un sector de ella emprendedor, otro no– que era vanguardia en América Latina hasta 1980.9

que se vaya construyendo una economía alternativa: 1) Que sea un Estado desarrollador; y 2) Que sea un Estado empoderador. Explicaré ambos términos aquí, brevemente, pero en el capítulo nueve del libro lo hago de manera extensa. Chalmers Johnson acuñó el concepto de Estado desarrollador capitalista para analizar una tercera vía distinta a la estadunidense y a la soviética con base en el papel jugado por el Estado japonés en la promoción del crecimiento notable de su economía después de la ii Guerra Mundial. En cinco tesis podemos describir las características del Estado desarrollador japonés estudiado por Johnson: 1) Fue un Estado autónomo rector que instrumentó consistentemente durante medio siglo un conjunto de políticas que tenían por objetivo desarrollar sus capacidades tecnológicas y no solamente regular los mercados, como lo plantea la concepción liberal; 2) El Estado autónomo se arraigó en el sector capitalista productivo para formar grandes empresas nacionales líderes en su ramo que como tractoras jalaran enormes cadenas de valor integradas por medianas y pequeñas empresas; 3) El Estado autónomo arraigado contaba con una burocracia profesionalmente especializada para tomar iniciativas y operar con eficacia y eficiencia las políticas sectoriales selectivas que condicionaban el desarrollo programado conforme a planes indicativos con metas y marcos de referencia para toda la economía; 4) El Estado autónomo arraigado creó instituciones financieras públicas para el otorgamiento de créditos a largo plazo y tasas de interés aceptables; otorgaba también incentivos fiscales y exigía por parte de las empresas el cumplimiento de estándares de desempeño previamente convenidos; y 5) El Estado autónomo arraigado creó una institución piloto, el miti –Ministry of International Trade and Industry– para coordinar la planeación, producción energética, producción industrial para el mercado interno, comercio internacional y buena parte del financiamiento; también promovió consejos deliberativos para intercambiar puntos de vista con los empresarios, rediseñar políticas públicas y resolver diferencias y conflictos. El Estado empoderador rompe con la teoría económica neoclásica que sólo pretende asignar combinaciones óptimas de los factores de producción existentes porque parte del hecho de que el sector privado carece de las capacidades tecnológicas y organizacionales para asumir la función de emprendedor del desarrollo económico y, por lo tanto, el Estado RESEÑA

Una nueva teoría productivista y de acumulación de capacidades para el desarrollo La ideología neoliberal y la teoría económica neoclásica que la sustenta piensan que los mercados –con sus precios– proporcionan indicadores para que los inversionistas asignen de una manera óptima los recursos existentes. El reto del desarrollo económico consiste en cómo generar nuevos recursos materiales financieros y humanos que precisamente ahora no existen. Es decir, el neoliberalismo y la teoría económica neoclásica no sirven para guiarnos en el camino del desarrollo económico. Partiendo de un Estado desarrollador y emprendedor, necesitamos de una nueva teoría productivista y de acumulación de capacidades para saber qué hacer. Los capítulos siete y ocho, de Ha-Joon Chang,10 y el último capítulo del libro aludido –escrito por el autor de este artículo– pretenden avanzar en ese camino. 9

Carlos Tello, Estado y desarrollo económico: México 1920-2006, México, / Facultad de Economía, 2007.

unam

10 Profesor de Economía en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, especialista en el Este Asiático.

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importante de la población –lo que además incentiva la demanda–, con una política de pleno empleo que vaya mucho más allá que el seguro de desempleo que se otorga por ciertos gobiernos. Esta política tiene efectos de corto plazo.11 Si los bancos centrales en las economías capitalistas pueden actuar como prestamistas de último recurso cuando las instituciones financieras enfrentan situaciones críticas, ¿por qué el gobierno no actúa como empleador de última instancia, durante las recesiones económicas, garantizando el empleo a los trabajadores que no lo pueden encontrar en el sector privado? Si en una economía neoliberal puede darse un Fobaproa que beneficie a los banqueros con los recursos de los contribuyentes, ¿por qué no ha de darse un programa de pleno empleo para trabajadores desempleados, en una economía alternativa? Se trata de un programa que garantice un “colchón” de reserva de empleos en lugar de un seguro que mantenga un ejército de reserva de desempleados. Será un programa que también capacitará a los que ingresan en él. La garantía de empleo es una oferta incondicional de empleo a un salario mínimo suficiente para alcanzar un estándar de vida digno. La idea es que pueda convertirse en el salario mínimo de la economía, inclusive en el sector informal. Su fijación, al iniciar el programa, debe resultar de una discusión abierta entre empleadores, trabajadores y gobierno. El trabajo que realicen los integrantes del programa debe ser principalmente público y comunitario. El organismo público que maneje el programa puede ser centralizado o descentralizado. Con este programa se tenderá hacia el pleno empleo porque habrá una oferta de trabajo disponible para cualquiera que desee aceptarlo. Cuando la economía se vaya reactivando, los empresarios podrán contratar a trabajadores capacitados y empleados por este programa.

Para generar desarrollo económico debe fomentarse el crecimiento de la productividad del trabajo en la planta productiva. Con el neoliberalismo, México ha padecido un proceso de desindustrialización prematura –la industria fue dejando de participar importantemente en el pib mucho antes de alcanzar el nivel tecnológico y organizacional de los países desarrollados; y, paradójicamente, es en la industria en donde más se puede incrementar la productividad del trabajo. (Por ejemplo, el crecimiento de la productividad promedio de México de 1990 a 2006 fue sólo de 0.7 por ciento cuando de 1940 a 1981 había sido de 3.2 por ciento). Chang insiste: Mi opinión es que la economía mexicana debería enfocarse en la industria que tenga el mayor impacto en términos de producción, crecimiento de la productividad y empleo [...] Hay que debatir sobre qué hacer y cuál va a ser el motor de crecimiento durante los próximos 30 años. ¿Va a ser la bioenergía, la electrónica, qué va a ser? [...] Hay que maximizar la acumulación de capacidades tecnológicas. Finalmente lo que hace la diferencia entre los países pobres y los ricos, son las diferencias en sus capacidades tecnológicas.

Al respecto, México debería empeñar más recursos en el desarrollo de ciencia y tecnología. Finlandia invierte el 3.5 por ciento de su pib; Corea, el 3 por ciento; México el 0.4 por ciento. Continúa Chang: A este paso, en 20 años los mexicanos se van a sentir desafortunados. México requiere más inversión pública, mayores incentivos para las grandes empresas del sector privado y encadenar a las pequeñas empresas para promover un desarrollo conjunto.

Una política de pleno empleo con estabilidad de precios Los resultados de una política productivista y de acumulación de capacidades tecnológicas y organizacionales toman tiempo, varios años. Ante la recesión que padecemos –2.5 por ciento de crecimiento medio anual cuando la población crece al 1.8 por ciento, de hecho, recesión o estancamiento, como quieran describirlo–, es indispensable mejorar el nivel de vida de un sector muy

11 Ver capítulo seis, de Randall Wray: profesor de Economía en universidades estadunidenses.

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RESEÑA


PRÓXIMAMENTE EN LIBRERÍAS

expediente político

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POR LOS CAMINOS DE BARTRA (Luces de un pensamiento en libertad) Julio Moguel

Será siempre un fallo no leer y releer y discutir a Marx […] Será cada vez más un fallo, una falta contra la responsabilidad teórica, filosófica, política. Desde el momento en que la máquina de dogmas y los aparatos ideológicos ´marxistas´ (Estado, partidos, células, sindicatos y otros lugares de producción doctrinal) están en trance de desaparecer, ya no tenemos excusa, solamente coartadas, para desentendernos de esa responsabilidad. No habrá porvenir sin ello. No sin Marx. No hay porvenir sin Marx […] JACQUES DERRIDA

i Hay un plano del marxismo que en mi opinión resulta irrenunciable, y que se mantiene como cuerpo irreductible de ideas dentro del pensamiento de Armando Bartra, al que me adhiero sin chistar. A dicho plano me referiré en primer lugar. Paso luego a revisar dos textos específicos de nuestro autor: El hombre de hierro y Tomarse la libertad, materiales que, siendo de los más actuales (2008 y 2010), permiten encontrar algunas síntesis o claves del conjunto de su construcción intelectual.1 ¿Qué veo en dicha revisión? Veo a un Bartra alejado de la metafísica fundamentalista del Yo a la que estuvo y se encuentra ligado el marxismo de antaño y de hoy. Alejado a la vez de ese cartesianismo fundamentalista con el que se vistió un pensamiento que presumió durante décadas –y que aún presume en muchas de sus vertientes– de su férrea e incontrovertible cientificidad. Veo a un Bartra alegre, jovial. Desprendido de la toga del sapiente de voz impostada a la que nos tiene acostumbrada la academia, pero también de los signos y sotanas de iglesias que prometen o pregonan el regreso

o la llegada de Dios. Veo a un Armando Bartra creativo y generador de ideas provenientes de sus grandes amistades con pensamientos “históricos” a través de la lectura o de su propia inserción y compromiso en procesos sociales, culturales y políticos de actualidad. No es mi intención con este escrito tratar de establecer “cortes” o líneas de ruptura en el proceso ya largo –más de 40 años– de producción teorética de Armando Bartra, pero valga decir que su pensar en libertad y sus capacidades de pensar desde los descentramientos necesarios del pensar identifican sus escritos desde joven. O si no, ¿por qué sus estudios y publicaciones sobre el magonismo cuando lo que “se exigía” entonces –urgía, en apariencia– era definir “las claves centrales” de la Revolución? ¿Por qué el campesinado y lo rural como “materias de estudio” –y como “materia política”– de intensa ocupación personal cuando de lo que se trataba era de “entender” el despliegue de nuestro boom urbano e industrial (y/o del quehacer revolucionario del proletariado)? ¿Por qué hurgar afanosamente en el baúl de la literatura y de la prensa “marginales” cuando muchos de nuestros grandes intelectuales y escritores se peleaban entonces por producir o encontrar las claves de la literatura y del periodismo de las luces de hechura o signo cosmopolita

1 Armando Bartra, El hombre de hierro. Los límites sociales y naturales del capital, Itaca, México, 2009; y Tomarse la libertad. La diálectica en cuestión, Itaca / Juan Pablos Editor, México, 2010.

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POR LOS CAMINOS DE BARTRA


generalmente se piensa, sino en concatenaciones no dialécticas que el propio Heidegger identificó como propias de una “hermenéutica de la facticidad”. En este marco, y en los términos manejados por Peter Sloterdijk, podemos decir en este punto que Marx es uno de los grandes “fenomenólogos de la dureza del mundo”, y que dicha perspectiva, que lo hermana en más de un sentido con el pensamiento de Heidegger, es herencia, decíamos, a la que Bartra no ha renunciado y a la que nadie que la tenga debiera renunciar. Pero aclaremos más este punto con los términos de Sloterdijk:

o universal? ¿Y por qué tantas señales y tantos signos de su propia y muy característica personalidad que han llevado siempre a mostrar que es justamente en y desde los tan magníficos como ninguneados pliegues de la vida donde generalmente “se mueve” la historia y una parte no desdeñable de la verdad? Pero vayamos pues rápidamente a nuestro tema, pues se acaba pronto el tiempo de comenzar.

*** El marxismo al que Armando Bartra no ha renunciado –y al que nosotros tampoco estamos dispuestos a renunciar– se encuentra anclado a una perspectiva del pensar “lo humano”, “la historia” y “lo social” desde su mismísima “materialidad” o, si se prefiere, desde la perspectiva de la relación del “Ser” con dicha materialidad, más o menos en la idea husserliana de “ir a la cosa misma” para enfrentar el enorme reto de actuar y pensar, o de la más elaborada idea heideggeriana del pensar al Ser siempre en su ser-ahí o en su “estar-en-el-mundo”, mas no en relaciones simples de “interacción” como POR LOS CAMINOS DE BARTRA

[Marx y Heidegger] están de acuerdo sobre todo en [...] la idea de que la existencia humana tiene que ser desarrollada en el ámbito de una hermenéutica posmetafísica de lo real. Los dos descubren [...] en la realidad social de los hombres los vestigios de lo urgente e ineludible [...] la huella del cuidado y del impulso. Marx y Heidegger son los dos grandes fenomenólogos de la dureza del mundo, esa dureza que resulta obligatoria para introducir una sobriedad desencantada en los delirios de libertad de todos los idealismos pusilánimes. Desarrollando 68


perspectiva y posibilidad. Hay otra línea constructiva que, creemos, llega a poner en cuestión la marxisticidad del pensamiento bartriano, pues se extiende desde el margen o la periferia de dicho continente conceptual y no desde sus centros. A ello nos referiremos ahora.

ambos, cada uno a su manera pero inequívocamente, el hecho de estar-en-el-mundo a partir de este a priori de la urgencia, llevan al lenguaje la situación en el mundo de un modo ya no más contemplativo, sino dramático activo, entendiéndola como compendio de la confrontación, del trabajo y la lucha con las resistencias [...] Marx y Heidegger

Cuestionamiento I: Frente a la Gran Centralidad y el Designio Manifiesto, la historia que marcha –no necesariamente hacia delante– en y desde sus mismísimos pliegues y sus espacios y tiempos de marginalidad

han presentado proyectos en competencia para desarrollar el mismo problema fundamental: los dos interpretan el ser humano antes que nada como aquella criatura cuyo venir-al-mundo tiene que atravesar el paso estrecho de lo urgente [...]2

Dice Bartra en El hombre de hierro:

Y hablábamos de una “hermenéutica de la facticidad” que en Marx tiene otras magníficas y acaso más amplias connotaciones, a saber, las que pueden leerse en términos de praxis, de acción o de vita activa que en el autor de El capital quedó privilegiadamente establecida dentro de los márgenes marcados por las matrices clasistas de los diversos modos de producción, tema que, ahora sabemos, deja mucho que desear en su valor hermenéutico, pero que siempre contuvo, y contiene, un valor positivo esencial, a saber: el de ofrecer la opción inmediata a un reconocimiento o autorreconocimiento social de formar-parte-de (distinguible sin duda de la simple y rala connotación de “lo pobre” o de “los pobres”), tanto en el espacio y tiempo del ser como en el del proyecto en marcha “hacia la Gran Transformación”. Tema que tampoco es desdeñable dentro del terreno propio de la filosofía si consideramos que una de las críticas más punzantes y definitivas al pensamiento de Heidegger, proveniente de Levinas y Löwith, se ubicó en el señalamiento de que la idea del ser-ahí debía ser secundaria, dependiente o subsidiaria de la del ser-con. No quisiera reducir a estos elementos lo que, estoy convencido, resulta para nosotros “irrenunciable” del pensamiento de Marx –y que, como he señalado, pertenece íntimamente en mi opinión al pensamiento bartriano–, pero el tiempo apremia y se exige entrar en el segundo momento de aproximación.

Las afirmaciones en el Manifiesto comunista que exaltan “la revolución de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción” sugieren sin duda la idea de que el desarrollo de la tecnología y la cooperación en el trabajo son las premisas materiales de una nueva sociedad en gestación, de modo que bastaría con liberarlas de sus ataduras para propiciar el nacimiento de un mundo otro [...] La visión de las “fuerzas productivas” como el motor oculto de una historia que avanza empujada por los cambios progresivos en las tecnologías y las formas de cooperación, las cuales al entrar en contradicción con las relaciones de producción propician la mudanza del orden social, hacen de la revolución un fenómeno crepuscular que se impone fatalmente al final de la jornada cuando el nuevo régimen está maduro en el seno del antiguo [...]3

Fetichismo de centralidad al que se suma el fetichismo de la uniformidad, porque: [...] habrá que admitir que la vocación emparejadora de la revolución industrial y del orden burgués resultó en gran medida ilusoria. Habrá que reconocer que si en el siglo xix el planeta parecía encaminarse a la homogeneidad en el xxi

es patente que –revolcada pero terca– la diversidad está

aquí para quedarse […]4

ii Hay otro nivel de las relaciones de Armando Bartra con el pensamiento marxista que se despliega desde otra

En la visión tradicional, destacadamente la marxista, se pensó que iría justamente al revés: el monstruo de metal habría llegado al mundo pre-capitalista de las discontinuidades temporales y de las diferencias justamente para homogeneizarlas en sus cronos y en

2 Peter Sloterdijk, Venir al mundo, venir al lenguaje. Lecciones de Frankfurt [Primera edición en alemán, en Suhrkamp Verlg Frankfurt am Main, 1988], trad. de Germán Cano, Pre-textos, España, 2006, pp. 108-109.

3 4

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Armando Bartra, El hombre de hierro, op. cit., p. 158.

Idem., p. 23.

POR LOS CAMINOS DE BARTRA


sus metros, modulando al mismo tiempo sus maneras para dar a la humanidad un campo tridimensional de perfectos equilibrios-en-contradicción. Pero el tartamudeo y la obtusidad con los que finalmente se impuso esa presencia universal del superhombre ventrudo nos entregó a las generaciones de las eras moderna y posmoderna un mundo “contrahecho, aberrante, disforme”, con un modo de producción “titánico pero renco”, un “capitalismo barroco, abigarrado, siempre a medias”, un espacio-tiempo planetario, en fin, “donde la reducción de la humanidad a dos clases (sociales) nunca pasó de buen deseo o de un mal sueño”. Y con el fracaso de la idea de “uniformidad tendencial del mundo” quedó sepultado, a la vez, “el enfoque centralista de la sociedad”.5 El fenómeno de la creciente marginalidad o de la multiplicación de los espacios orilleros del capital, ahora queda claro, no corresponde a una etapa específica del desarrollo del modo de producción capitalista, sino que es parte de su propia naturaleza, por más que se exprese de manera mucho más dramática y global en el presente. Pues no ha sido –en palabras de Bartra– “la historia lineal de la progresiva proletarización del trabajo”, sino

fuentes energéticas, redes de transmisión de energía, infraestructura de comunicaciones y transportes [...]7

Esta línea de análisis resulta de enorme importancia pues es la que explica, por ejemplo, que el campesinado pueda ser identificado como “una clase” propia de la relación de capital (y no como reminiscencia de un pasado precapitalista). Y de ella se derivará también la explicación de las multiplicadas formas de presencia del hombre de metal sobre el planeta, es decir, su ya mencionado carácter multiforme. Que este proceso pendular de “repulsión” y “asimilación” fue considerado por el marxismo como un producto derivado y necesario de la implacable ley de la centralidad modo-productiva, lo cual se expresó en el concepto acuñado de “ejército industrial de reserva”, idea que integró al ámbito del ser-proletariado a todos y cada uno de los sectores de la población que, empleados, subempleados o desempleados, marginados, lumpenes o menesterosos, “entraban y salían” de la órbita activa del capital en una funcionalidad suprema que, en el paro, servía para lograr la depresión del precio de la fuerza de trabajo y, activos, servían directamente en la incesante producción de plusvalor.

[...] una errática y sangrienta combinación de inclusión

Cuestionamiento II: Detrás del “imperativo tecnológico” se encuentra el fenómeno del prometeísmo. Visión que hoy más que nunca se requiere desterrar

y exclusión. En el orden del absolutismo mercantil, la de explotado-marginado es la doble condición permanente de un trabajador subordinado al capital en el modo perverso de “atracción y repulsión”. Entonces no es sólo la

Lo que en El hombre de hierro aparece como crítica al “imperativo tecnológico del desarrollo”, en un libro posterior de Bartra, Tomarse la libertad, aparece claramente como una crítica a la visión prometéica de la historia. Citamos a Bartra:

“esclavitud asalariada” la que ofende sino también y sobre todo la “inestabilidad”, la constante amenaza de amanecer “superfluo”, redundante, malthusianamente prescindible.6

En cuanto a las manifestaciones en que el capital “repulsa” o “excreta” para crear sus propios circuitos orilleros, podemos decir, con Bartra, que una es:

[...] los 50 millones de muertos de la Segunda Guerra Mundial y en particular aquellos que perecen calcinados

[...] la exteriorización de actividades productivas cuya

o envenenados por la radiación durante y después

subsunción directa en el capital privado resultaría

de su estremecedor final en Hiroshima y Nagasaki;

contraproducente. [...] Y esto sucede por lo general

la “guerra fría” que la sigue, pautada por la suicida

cuando la propia índole del proceso en cuestión impide su

carrera armamentista (bomba atómica, bomba de

conformación material al modo intensivo y continuo que

neutrones, bomba de hidrógeno); el ominoso empleo

requiere el capital como ocurre con las labores domésticas

pacífico del átomo en plantas termonucleares; y el

y ciertos cultivos; cuando su condición física propicia

catastrófico deterioro del medio ambiente saldo de los

la formación de monopolios indeseables como algunas

productivistas e insostenibles patrones seguidos por la

5

Idem., p. 28.

6

Idem., p. 138.

POR LOS CAMINOS DE BARTRA

7

70

Ibidem.


industria, la agricultura, el consumo y la urbanización desfondan la confortante visión prometéica de la historia según la cual el imparable y progresivo desarrollo de la

Y es en esta perspectiva que entra en crisis la idea de que la abundancia constituye una condición absoluta para llegar a un régimen histórico desalienado (el comunismo, en el concepto marxista) donde el hombre encuentra –al fin– sus posibilidades históricas de realización.

ciencia y la tecnología a la postre nos harían libres de la escasez y por tanto desalienados y felices. Prometeísmo consustancial al pensamiento de los apologistas del capital, dado que la acumulación a toda costa se justifica en tanto que motor de la intensificación tecnológica y la expansión económica que producen riquezas, pero compartido con el marxismo corriente por cuanto éste sugiere (enfáticamente

La idea –subraya Bartra– de que así como el modo de

en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels) que es

producción capitalista produce enajenación, un orden sin

el imparable embarnecimiento de las virtuosas “fuerzas

propiedad privada ni clases sociales produciría libertad, de

productivas” lo que, tarde o temprano, romperá las

plano me repele. La libertad no mana de un orden social

costuras de las viles “relaciones capitalistas de producción”

(cualquier orden social) [...] Como momento negativo, la

(con una manita de sus amigos proletarios, claro está).8

libertad está en el hacer, no en el ser.11

El tema de la abundancia no queda entonces negado como posibilidad (absurdo sería), pero sí desplazado de su condición histórica fundante de desenajenación y libertad. La opción humana de realización se ubicaría, en consecuencia, en el hacer de hoy, y más precisamente, en el hacer social de hoy que configura el sentido o la razón de ser de la praxis. Entendiendo este hacer en su dialectibilidad negativa.

Más claramente aún en torno al centro de su crítica, nos dice Bartra: [Existe aquí] una suerte de milenarismo, el germen de un prometeísmo teleológico que lee la historia como curso que va de la escasez a la abundancia a lomos de las potencias productivas; saga que está a punto de culminar felizmente porque el contenido progresivo (unas “fuerzas productivas” cuyo desarrollo el capitalismo aceleró como

iii Quisiera en esta última parte señalar algunas conclusiones que se derivan en mi opinión de los ya señalados posicionamientos de Armando Bartra, en el entendido de que corresponden a mi estricta y muy personal responsabilidad. Acaso Armando mismo tome distancia o difiera de algunas o de todas las líneas que siguen en cuanto a tono, concepto y/o maneras de formulación

nunca) comienza a romper la forma alienada. Entonces la eclosión de la “nueva época” se presenta como nacimiento de un orden inédito que ha madurado lentamente en el interior del viejo. La “revolución partera de la historia” es herencia hegeliana hasta en la metáfora.9

La clave de la crítica sartreana en esta formulación en contra del pensamiento teleológico propio del marxismo perezoso es el concepto de rareza o de escasez. De nueva cuenta en palabras de Armando:

A manera de conclusión general Existe un fetichismo aún más universal y transhistórico que el de la mercancía, que es, podríamos calificarlo así, “el fetichismo del yo”. La centralidad “del hombre” en el espacio-tiempo universal del Ser corresponde, decíamos al principio de nuestro texto, a una perspectiva metafísica del yo que es hermana del cartesianismo fundamentalista más tradicional. Y que es además idea-fundamental principalísima de nuestra construcción “ideológica occidental”.

[...] el hombre son siempre los hombres (yo y los otros) y la desconcertada muchedumbre de proyectos se expresa en escasez como negación del hombre por el hombre a través de la materia trabajada. Esta relación fundante es a la vez “principio de inteligibilidad dialéctica” porque la rareza es condición de posibilidad del conflicto social pero también de la solidaridad, de la rebatiña y de la generosidad, de la inercia y de la libertad; sustento de la piedra y a la vez de la llama.10 8

Armando Bartra, Tomarse la libertad, op. cit., pp. 49-50.

9

Ibidem.

10

11

Idem., pp. 145-146.

Idem., p. 96.

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y mayor, propios de los procesos de constitución del Ego occidental. La crisis del Yo-centro occidental (la crisis del prometeísmo y del milenarismo, a la que hemos aludido) se inicia en algún momento del siglo xix, y se despliega en sus fases de mayor precipitación desde las primeras décadas del xx. Muchas fueron las llamadas de atención y los puntos de reflexión filosófica del tema a lo largo de este tiempo, pero no podemos dejar de mencionar la aportación específica de Nietzsche quien, con su “Dios ha muerto” –esa “falta de Dios” que ya tiempos atrás Hölderlin constataba– marcó un hito histórico en esta específica reflexión. Lo que estaba en juego en este tipo de aproximaciones filosóficas era, en el espíritu de un tiempo-crítico que apenas empezaba a emerger, la sospecha o la convicción primaria de que los mundos que hasta ese momento habían aparecido como pieles o corazas protectoras del Ser o como esferas-cobijantes de su estar-en-el-mundo habían empezado a estallar. Y aparecieron, entonces, los vértigos “de lo abierto” y las ansiedades propias de ese mundo vuelto de pronto hacia la inmensidad. Lo urbano y su tiempo-líneamovimiento-fuga (alias velocidad) puso en jaque al Yo-centro y lo lanzó a la búsqueda de nuevas fórmulas de referencialidad. Como cuando en otros tiempos la búsqueda del Absoluto lanzó al Yo al encuentro de la tierra prometida o de la piedra filosofal. De esa crisis del Yo-trascendental surgieron muchos que, como egos emprendedores, descubrieron, o creyeron descubrir, un nuevo ámbito de apasionamiento y religiosidad en la cinética. Apareció entonces el “molinero del ‘molino que se mueve a sí mismo’” o el “ego emprendedor con movimiento autónomo”,13 con novísimos problemas para construir sus nuevos parámetros de referencialidad.14 Con ello, entre otras entidades ontológicas (partículas elementales, en la formulación de Michel Houelebeq), se constituyó el –tipo– single cósmico (el término es de Peter Sloterdijk) o el single-místico-moderno, unidad identificable del ser humano de la modernidad caracterizada por su adoración al Yo autorreferenciado-en-fuga. En el

Visto en su perspectiva ontológica, la crisis del prometeismo o del milenarismo debería leerse por muchos motivos como la crisis del Yo-centro propio del Ego occidental. De ese Ego que se desplegó en un primer momento como un desprendimiento paulatino, sereno y largamente labrado del Yo frente a su entorno (la base natural de su existencia), y luego como construcción del Yo-persona o ente-individual que se volvió mónada fundante del ser social propio de la modernidad (de esa que, podríamos decir, arranca en su tranco básico a partir de 1492), y que “niega” por metafísica definición el hecho histórico decisivo de “lo humano”, a saber, que “la más pequeña unidad de autoconciencia es una díada”. En palabras de Sloterdijk: [...] La ideología occidental de la autonomía, que viene desde los estoicos hasta los liberales de nuestros días, ha impedido un oportuno debate de la división del estado de vigilia primigenio en las díadas y tríadas íntimas; sin ninguna razón, ha elevado de antemano al individuo al pedestal del sujeto que se presta atención a sí mismo. Con eso, más involuntaria que conscientemente, señala el hecho de que los típicos ciudadanos y políticos que se han originado desde hace dos o tres mil años están obligados a vivir en una permanente preocupación por la conservación personal que está cautiva en sí como en una bola de cristal [...]12

Este proceso de formación del ego occidental quedó claramente marcado por el sentido de trascendencia, y se labró dentro del imaginario de un tiempo-flujo con principio y fin-feliz que tuvo el mágico designio de hermanar durante siglos al pensamiento religioso dominante con las ideologías y doctrinas revolucionarias y milenaristas más disímbolas de acá o de allá. Incluyendo al marxismo. El fetichismo ligado al “imperativo tecnológico” propio del pensamiento marxista tradicional no debería ser considerado como una variable independiente capaz de generar sus propias y derivadas consecuencias de enajenación –mucho menos como un fetichismo derivado del de la mercancía, tal y como está expuesto en El capital–, sino él mismo como una variable dependiente de un fetichismo mucho más englobante

13 Peter Sloterdijk, Eurotaoísmo. Aportaciones a la crítica de la cinética política, Seix Barral, Colección Los Tres Mundos, España, 2001.

“Si observamos este asunto desde el punto de vista de la teoría de los sistemas y de la psicología, podemos decir que el asunto del siglo xx es la autorreferencialidad. Sólo que los sistemas autorreferenciales son también sistemas autológicos y autoelógicos.” Peter Sloterdijk, Sobre la mejora de la buena nueva, Siruela-Biblioteca de Ensayo, Madrid, 2005, p. 93.

14

Peter Sloterdijk (1993), Extrañamiento del mundo, Pre-textos, España, 2001, pp. 327, 328. 12

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exigir a sus iguales una cuota de reconocimiento pre-datado por su entrega heroica a La Revolución. A esos específicos egos destinados a triunfar nunca se les ocurrió que el “Dios ha muerto” de Nietzsche también iba dirigido contra ellos: despacharon al sótano de sus sentidos y recuerdos las reflexiones de algunos filósofos que, como Schopenhauer, había logrado pensar “conjunta y radicalmente las tres grandes humillaciones de la megalomanía humana”, a saber, la humillación cosmológica, la humillación biológica y la humillación psicológica. En palabras de Rüdiger Zafranski, al referirse al pensamiento de Schopenhauer:

campo del marxismo estas partículas elementales resignificaron el sentido de su Ser y de su estar-en-elmundo con la idea (vieja, sin duda, pero resignificada aquí) de ser privilegiados portadores-de-verdad, en el litigioso proceso de llevar al hombre hacia la libertad y hacia su plena y definitiva desalienización. Lo que tenemos entonces a la vista no es tanto el marxista o al revolucionario que carga la herencia de una determinada doctrina sobre “el imperativo tecnológico” y el fin-feliz del comunismo, sino simple y llanamente a uno, entre otros, de esos “egos emprendedores con movimiento autónomo” que crecieron y se multiplicaron como hongos en la época que nos tocó vivir. El discurso cuadradamente clasista del marxismo (de “ese marxismo” al que critican Sartre y Bartra) terminó no sólo por nulificar sus capacidades específicas de análisis sino por dejar clara y definitivamente establecido el vínculo tan perverso como metafísico de una necesaria relación: la de la clase obrera destinada a “superar los antagonismos sociales y nacionales y los conflictos del hombre con el hombre” para “superar las contradicciones del capitalismo y organizar la conquista humana de la naturaleza”,15 con aquellos ego-centros portadores del saber útil para el cambio revolucionario que, en aras de su estratégica función, no podían menos que 15

La humillación cosmológica: nuestro mundo no es más que una de las innumerables esferas que pueblan el espacio infinito y sobre el que se mueve “una capa de moho con seres vivientes y cognoscentes”. La humillación biológica: el hombre es un animal en el que la inteligencia sirve exclusivamente para compensar la falta de instintos y la inadecuada adaptación al medio. La humillación psicológica: nuestro yo consciente no manda en su propia casa.16

16 Rüdiger Safranski, Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, Tusquets Editores, 2008, p. 14.

Cf. Merleau-Ponty, citado por Bartra en Tomarse la libertad, p. 92.

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15 tesis sobre humanos y otros animales

niego sensación, en la medida en que depende de un órgano corporal. Así mi opinión no es tanto cruel con los animales cuanto indulgente hacia los hombres [...] pues les absuelve de la sospecha de crimen cuando comen o matan animales.”1

1. Sólo por una histórica perversión del lenguaje, que debemos corregir inmediatamente, el término “animal” puede ser utilizado como ofensa, sinónimo de limitaciones, defectos o carencias. Así considerado es un calificativo que facilita (quizá legitima) el maltrato y la muerte de alguien. “Animal”, por el contrario, es un término que intenta describir un modo de ser viviente, sensible, actuante: un modo de vibrar y poner a resonar dinámicamente los elementos del habitar en una sinfonía múltiple, violenta y serena a la vez.

6. ¿Comer bien, sin culpa, sabiendo que a nivel individual, alguien muere, alguien sufre? Claro que es posible, si crees que así debe ser, porque así ha sido siempre, porque no ponemos esto en cuestión. Pero, supongamos que no renunciamos a la reflexión y sí nos cuestionamos a quién nos comemos, por qué, cómo vivió y si valió la pena. Comer bien podría ser posible con un carnivorismo “orgánico”, que permita mirar a los ojos al animal que te vas a comer cuando todavía vive, y aceptar sin culpa su lucha por vivir. O comer sólo animales que murieron por causas naturales, accidentes, o aquellos que matamos por eutanasia verdadera, si seguir con vida les causaría gran sufrimiento.

2. Este concepto –animal– no puede ser ni muy claro ni excluyente. Es difuso, viscoso, permeable, móvil, con pseudópodos, cilios y membranas que captan y sueltan algo. No es una figura de contorno ideal y pulido sino un fractal cambiante. Quizá las resonancias que reconocemos como minerales y vegetales son animales de otra manera. 3. Sentir importa. En el sentir se entrelaza el querer y el habitar del viviente en su tiempo y espacio. Sentir que otro siente también importa. Es el principio del juego y de la tragedia.

7. El parasitismo que la especie humana practica con el planeta no es ya sustentable. La ganadería intensiva es responsable del 18 por ciento de los gases que causan el efecto invernadero y, en consecuencia, el calentamiento global, contribución incluso mayor que la de los motores de vehículos.2 Para ser congruentes, es preciso desalentar el consumo de carne con la misma intensidad con la que desalentamos el desperdicio de agua, energía eléctrica y combustible fósil.

4. Las divisiones y acomodos que analíticamente hacemos para determinar quién siente y quién no siente suelen dejar un mal sabor de boca. ¿Por qué defender férreamente la insensibilidad de todas las plantas frente a la sensibilidad de cualquier animal? Quien practica el veganismo ético decide mantenerse comiendo y viviendo bien sin consumir animales por cuanto esto implica causar su sufrimiento o beneficiarse de éste. Para esa persona es importante creer que las plantas no sufren cuando las cortan. Quizá debamos conformarnos, por lo pronto, con la evidencia de que gritan menos. 5. La confesión de Descartes respecto a por qué sostuvo la tesis de que el animal [no humano] es sólo mecanismo insensible al dolor habla por toda nuestra situación contemporánea, entre la solidaridad, el reconocimiento, la culpa y el cinismo. Dijo: “no les 15 TESIS SOBRE HUMANOS Y OTROS ANIMALES

Ana Cristina Ramírez Barreto

8. “Yo no soy un animal. Yo sí poseo [y aquí se menciona alguna cualidad o rasgo que considere distintivo y permanente].” Cuando se reflexiona un poco sobre qué somos si no animales, se suele conceder que el cuerpo sí lo sea: “mi cuerpo es el animal; él es el que está limitado a lo biológico, atado a la necesidad y la insignificancia. Yo no.” Alguna satisfacción encuentra quien así localiza al animal en su existencia.

1

Descartes, Correspondencia con Henry More, 5/02/1649.

2

fao,

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Livestock’s Long Shadow –Environmental Issues and Options, 2006.


alguien –un animal que nos importe–, no es un sólido, no es una escalera que requiera dejar atrás unos peldaños para subir a otros. Es un fluido. Todas las voces impactan en él y lo mueven, en algún momento, para bien, a pesar de decir cosas diferentes desde situaciones diferentes. Todas las voces pueden contribuir con algo. No pediré silencio a gente vegetariana que se expresa en contra del matadero, o a veganos que sólo se permiten un poco de miel de vez en cuando, tampoco al aficionado taurino que se indigna por el trato a los perros callejeros, ni al torero que expresa un singular aprecio por el toro al que quiere matar bien y rápido, al arriero que sabe cuánto depende de sus animales, al cazador que reconoce huellas donde otros no... No será fácil, no será simple ni lógico. A veces parecerá que debemos elegir entre una u otra tragedia, pero prefiero que todos hablen desde la bondad que tengan a la mano y la que quieran alcanzar a forzar el silencio de alguien.

9. Pero para la mirada inquisitiva de quien estudia lo que vive: ¿dónde hay “un animal” en la parvada que levanta el vuelo, en la manada de cebras? ¿Cómo le va la etiqueta “animal” a los hongos o a los virus? Uno es ya multitud de otros, con otros, hacia otros, entre otros. 10. ¿Puede un animal ser persona? El zorro de El principito, lo sabe bien: una persona –su individualidad, su rostro, sus experiencias, su trascendencia– se hace en el trato, en la convivencia, sea o no de la especie humana. 11. Es falso que organismo y persona se desplieguen de modo paralelo e independiente, el uno condenado meramente a seguir las vías de la evolución, la otra agraciada por el amplio horizonte de la historia. El organismo es persona (Tim Ingold). 12. El lenguaje articulado no es la gran barrera que nos separa y nos pone por encima de otros animales. Es un resonar que dominamos en un estilo diferente, que nos conecta a otros (también animales) e intensifica nuestras responsabilidades. En modo parecido a los humanos, otros animales también habitan con sus formas de hablar. Este universo no es ni mudo ni cacofónico. 13. Quien trata con caballos sabe este principio para convivir con animales: pide poco, confórmate con menos y agradéceles mucho. 14. Habiendo visto a los animales de otro modo que como recurso a explotar o medio para alcanzar fines humanos, los movimientos proteccionistas tienen que templar sus exigencias de justicia igualitaria con el reconocimiento de sus limitaciones: no puedes proteger animales si no cuentas con la colaboración de los humanos que los acompañan, incluso cuando este acompañamiento sea abusivo o para su explotación. 15. El espacio social, donde podemos intervenir para llamar la atención sobre las malas condiciones de vida de 75

15 TESIS SOBRE HUMANOS Y OTROS ANIMALES


Tomás montero

especies de compañía

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Tomás Montero Torres: la mirada prodigiosa

Luis Gabino Alzati

los pueblos tienen sus maneras y costumbres de contar y preservar sus historias. A lo largo del tiempo hemos coleccionado relatos orales, escritos, imágenes y vídeos, hemos creado museos y templos que resguardan nuestra memoria frágil y difusa. La fotografía es hoy en día la mejor forma de preservar ese vínculo con el pasado, de luchar contra la desmemoria y la impermanencia. Tomás Montero Torres (Morelia, 1913-Ciudad de México, 1969) fue uno de esos personajes que heredaron el arte de recordar mediante artificios. Con su alquimia poderosa materializó la luz y contuvo el tiempo en imágenes prodigiosas. Más de 85 mil para ser precisos. Por ello el descubrimiento del acervo de Tomás Montero Torres fue tan fortuito como paradójico. Después de su muerte en 1969, su viuda María Butzmann conservó las cajas que contenían centenares de sobres y miles de negativos, la mayoría catalogados por el propio Tomás Montero, resguardando así un patrimonio familiar, pero también una parte fundamental de la historia del México moderno. En esas siete cajas de cartón se almacenó uno de los vacíos más amplios y reveladores de la fotografía mexicana, el legado de Tomás Montero Torres. Fotógrafo de prensa, artista plástico, reportero de revistas, opositor al régimen autoritario emanado de la gran Revolución, Tomás Montero Torres tuvo la

capacidad de retratar lo que tenía que retratar. Y aunque él mismo se consideraba un fotógrafo de reportajes y no de “hits”, el instante decisivo, ese momento preciso que Henry Cartier-Bresson hizo inmortal, aparece de manera constante en la obra de Tomás Montero Torres, que bien puede empezar a ser considerado, sin exagerar, el padre del fotoperiodismo mexicano, cuya historia se ha mantenido incompleta hasta ahora en que las aportaciones del maestro michoacano comienzan a ser revaloradas.

El arte no tiene ideología En parte, el olvido de 40 años al que fue sometido su legado podría deberse a su filiación política, ligada con la derecha de mediados del siglo xx. La investigadora Laura González, de la Universidad Nacional Autónoma de México y curadora de “A vuelo de cámara, fotografía periodística de Tomás Montero Torres”, considera, en el texto que elaboró para el catálogo de la muestra que además de la ya señalada, son varias las razones que podrían haber contribuido para que Montero fuera mencionado “tangencialmente” en la historia de la fotografía de nuestro país a pesar de que colaboró en algunas de las publicaciones más relevantes de ese tiempo como La Nación, Impacto, Mañana, Revista de América, Señal, Revista de Revistas, El Universal y Excélsior. 77

tomás montero torres


Tomás montero

No obstante, sus fotografías nos revelan al más crítico de los fotógrafos de la época, a ese que supo la manera exacta de presentar lo impresentable, de atreverse a decir con sus imágenes lo que el autoritarismo pretendía mantener oculto. Su valor hizo que se ganara el reconocimiento de colegas y pensadores considerados inclusive más proclives a las ideas progresistas y de avanzada representadas por la izquierda, tal es el caso del portugués Antonio Rodríguez, partidario del comunismo y promotor de la primera exposición de fotografía de prensa en México, que se inauguró en 1947 en el Palacio de Bellas Artes. Rodríguez, hombre congruente y defensor de las causas justas, reconoció en Montero Torres a un baluarte de la oposición sin que mediaran entre ambos diferencias ideológicas, pues la represión la padecían por igual todas y todos los verdaderos opositores al régimen.

Las razones para el práctico desconocimiento de la fotografía de Tomás Montero son varias: en primer lugar, la escasez de estudios serios sobre fotoperiodismo por parte de la crítica especializada en México. Salvo algunas excepciones dignas de mencionarse (las investigaciones de John Mraz, Rebeca Monroy Nasr, Alberto del Castillo y Ariel Arnal, entre otras) existen pocos ensayos que analicen el vastísimo legado de imágenes periodísticas producidas en nuestro país durante el siglo xx.

Sin embargo, la investigación emprendida por la curadora y su equipo la llevó a desarrollar una teoría que, además de ayudarnos a comprender las razones de este vacío en la documentación del trabajo de Montero Torres, nos aproxima a la esencia del personaje: Pero la razón que explica mejor la práctica ausencia de Montero Torres en los recuentos sobre fotoperiodismo

Ejercer con arte el periodismo Su ética y sensibilidad humana guiaron su mirada a través de la escenografía nacional, donde convivieron al unísono las escenas más duras y dolorosas encarnadas por la pobreza extrema, la ignorancia del pueblo, la desigualdad y la represión, con imágenes de una poética

mexicano es la naturaleza plural y poco definible de su trabajo: además de fotógrafo, Tomás Montero también ejerció, conspicua y diestramente, como dibujante, pintor, publicista, redactor y representante de compañías aéreas. Más que ante un fotoperiodista, nos encontramos, pues, ante un verdadero “empresario de la imagen”.

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Es precisamente la aviación y sus orígenes en México uno de los temas recurrentes en sus archivos. En los primeros 19 mil negativos digitalizados se encuentra un gran lote fotográfico sobre este tema. Políticos y artistas de cine en la antesala de algún vuelo, las primeras salas de espera, el aeropuerto capitalino y sus trabajadores no pasaron desapercibidos para Montero Torres. Bien vale todo este material para conformar un museo de la aviación en México. Otro de los grandes temas en los que Montero volcó su pasión fotográfica fue el de la tauromaquia. De acuerdo con Martha Montero y Silvia Sánchez, directora general y directora de Conservación del Archivo Tomás Montero Torres, respectivamente, son las escenas de la plaza, el ruedo hirviente, las bestias embistiendo y los toreros más afamados de la época enfundados en su traje de luces o retratados en sus haciendas, el segundo lote más importante de su acervo después del de la vida política de México. Así veía Tomás Montero la vida, así andaba con su cámara capoteando a la muerte. Tomás Montero Torres se aleja paulatinamente del ejercicio fotográfico para dedicarse a otras actividades. Lo que motivó esa decisión fue su estado de salud, agravado por un padecimiento crónico degenerativo que le ganó la batalla, pero no pudo arrancarle su lugar, merecido, en la memoria histórica.

inverosímil, donde el paisaje urbano, principalmente la ciudad de México, emerge como una visión extraída de la imaginería rulfiana; o sus vistas rurales donde el cielo se vuelve uno con el agua de los lagos de su Michoacán. Tragedia y belleza, acaso expresiones de un algo incomprensible a la razón –que se asemeja al arte–, pero visibles a través de la mirada paciente y privilegiada de Tomás Montero Torres. Laura González Flores afirma que las imágenes de Montero Torres sobre pobreza y marginación son espectaculares en términos de un proceso históricoimaginario. Tal vez esta tendencia a plasmar ese México profundamente lacerado por las injusticias es el rasgo distintivo que convirtió a Tomás Montero en un personaje hasta ahora único, y en amigo de personajes ampliamente liberales como el mencionado Antonio Rodríguez o el célebre José Vasconcelos, quien encabezó la cruzada educativa en los albores del Estado mexicano. En una magistral secuencia, Montero Torres retrató a Vasconcelos en la intimidad de su casa, jugando con sus nietos, regalándonos la oportunidad de apreciar de cerca a un personaje que hoy es sinónimo de modernidad. En el mismo sentido se encuentra el gran estadista michoacano, el general Lázaro Cárdenas del Río, quien aparece en varias fotografías de Montero Torres junto a su hijo, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a quien sostiene entre sus brazos en lo que presumiblemente es la Residencia Oficial de Los Pinos; en otra escena retrata el poder y la autoridad del general, quien es conducido en un vehículo portando la Banda Presidencial; una imagen más lo capta en los instantes previos a que aborde un avión de la Compañía Mexicana de Aviación.

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Apuntes sobre la literatura brasileña de hoy Paulo Moreira

ME PARECE ADECUADO comenzar estos apuntes sobre la literatura brasileña contemporánea explicando qué entiendo por literatura nacional. Ésa es una definición clásica en el Brasil, planteada por Antonio Candido en 1959 en la introducción a Formação da Literatura Brasileira: una literatura nacional es un sistema dinámico formado por la interacción entre comunidades de productores y receptores que comparten una lengua y una identidad y que, con el pasar del tiempo, constituyen una tradición, que no es un panteón de dioses literarios, sino algo dinámico, en cambio permanente.1 Así, invito al lector de Rojo-amate a empezar este examen del estado actual de la literatura brasileña echando un vistazo a su producción, recepción y tradición. La estructura editorial que conecta productores y receptores ha crecido y se ha diversificado rápidamente desde los años ochenta, y el mercado brasileño cuenta hoy con 345 millones de libros vendidos anualmente. Las editoriales más grandes como Record, Rocco y Companhia das Letras todavía se mantienen independientes con respecto a los grandes conglomerados multinacionales y publican nuevos títulos, además de mantener un extenso catálogo de autores brasileños. Hay aproximadamente 100 editoriales más pequeñas que están agrupadas en la libre (Liga Brasileira de Editoras) y organizan su propia feria anual independiente (la “Primavera dos Livros”), publican mil 200 títulos nuevos por año, entre ellos importantes autores brasileños (destaco entre esas editoras, Cosac y Naify, Iluminuras, Azougue y 7 Letras). Asimismo, hay cerca de un centenar de editoriales universitarias reunidas en la abeu (Associação Brasileira das Editoras Universitárias) que cuentan con un catálogo en rápida expansión de más de 50 mil títulos y tienen actuación importante en el campo de las humanidades, especialmente las editoriales de la Universidad de São

Paulo, de la Universidad Federal de Minas Gerais y de la Universidad Estadual de Campinas.2 He aquí el retrato de un medio editorial bastante dinámico que, a pesar de problemas de distribución en el ámbito nacional, sigue expandiéndose y no está todavía controlado ni por corporaciones multinacionales ni por grandes cadenas de librerías. Destaco aún la apertura del mercado brasileño al extranjero en el aspecto que es realmente importante: las literaturas de otras lenguas y otros países de lengua portuguesa, que han logrado obtener un espacio considerable. Eso se ve en fuerte contraste, por ejemplo, con el encierro en que vive hoy el universo cultural de la lengua inglesa, donde menos de 0.01 por ciento de lo que se publica hoy en día es traducción.3 Hay un interés constante en publicar, no sólo novedades, sino también obras importantes, incluso clásicos de la literatura rusa y árabe que han sido traducidos por primera vez a partir del idioma original y autores fundamentales como Rulfo y Faulkner que han recibido traducciones y ediciones mejor cuidadas.4 Sin embargo, la existencia de sólo mil 500 librerías en un país de dimensiones continentales y casi 200 millones de habitantes indica que, infelizmente, la literatura y Las editoriales Record, Rocco y Companhia das Letras tienen excelentes sitios de consulta en internet. Para más información sobre la libre y la abeu véanse, respectivamente, http://www.libre.org.br/ y http://www.abeu.org.br/.

2

Los datos provienen de un ensayo de Alberto Manguel publicado en su sitio de Internet, donde analiza el aislamiento del mundo de habla de inglesa con severidad: “Los lectores de habla inglesa se encerraron en algo peor que una mentalidad imperial, [...] en un estado de felicidad imperturbable. Lectores y escritores en inglés, hoy en día prácticamente no sabemos nada de lo que está sucediendo en las culturas del resto del mundo. Pase a una librería en Bogotá o Rotterdam, Lyon o Bremen, y podrá ver lo que los escritores de otros países están haciendo. Pregunte por Antonio Lobo Antunes o Cees Nooteboom en Liverpool, Vancouver o Los Ángeles [...] y será recibido con una mirada vacía. Pero esa pregunta probablemente no se le pida, porque los lectores de habla inglesa se han convertido en prisioneros de su propia lengua, viviendo de lo que la industria editorial opta por darles de comer.” (“Publishing Today”, en http://www.atelieraldente.de/manguel_0h4/essays. html).

3

Se destacan Mamede Mustafa Jarouche, que ha traducido y anotado el Livro das mil e uma noites y el Kalila e Dimna de Almuqaffa directamente del árabe en 2005; también sobresale Alberto Mussa, que ha traducido y organizado una colección de poemas árabes preislámicos en 2006. Paulo Bezerra ha traducido a Dostoievski (Crime e Castigo, O idiota, Os demônios), Gogol, Bakhtin y Vigotski al portugués, directamente del ruso. La editorial Cosac y Naify ha traducido a Faulkner (O som e a fúria, Luz em Agosto, Sartoris y el raro –hasta en su original en inglés– A árvore dos desejos). 4

Véase “Literatura como sistema”, en Antonio Candido (1959), Formação da literatura brasileira, Editora Itatiaia, Belo Horizonte, 1997, pp. 23-25.

1

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da Cruz e Souza, Manuel Bandeira, Carlos Drummond de Andrade, João Cabral de Melo Neto, Hilda Hilst y Paulo Leminski. Más que homenajes oficiales y elogios grandilocuentes, importa que la mayoría de esos autores han merecido ediciones populares y anotadas de sus obras y también encuentros de especialistas patrocinados por universidades y asociaciones de estudio.

la lectura en general son aún privilegio de pocos en Brasil y la considerable inversión del gobierno federal en la compra de libros didácticos para los alumnos de las escuelas públicas contrasta con el abandono que padecen la mayoría de bibliotecas públicas del país.5 El calendario literario brasileño sigue patrones fácilmente reconocibles: dos enormes ferias que ocurren cada dos años entre Rio de Janeiro y São Paulo; dos premios literarios, uno nacional (Jabuti) y otro internacional en el ámbito de la lusofonía (Portugal Telecom); un inmenso congreso bianual de especialistas universitarios organizado por la abralic (Associação Brasileira de Literatura Comparada) y un mediático encuentro literario (la flip, Feira Literaria Internacional de Paraty) que ofrece el fetiche de una relativa proximidad a grandes (y no tan grandes) estrellas nacionales e internacionales en un bucólico pueblo colonial durante el apacible invierno fluminense (cuando lo permite la Copa del Mundo).6 Por su parte, un calendario parecido se reproduce en las capitales provinciales del país, como Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, Salvador, Recife, Fortaleza y Belém, con sus ferias, galardones, congresos y eventos locales. La vitalidad de la tradición literaria brasileña se comprueba con el esfuerzo continuo de divulgación y crítica de las obras en prosa de autores como Antônio Vieira, José de Alencar, Machado de Assis, Graciliano Ramos, Guimarães Rosa, Clarice Lispector y Rubem Fonseca; además, en poesía: Gregório de Mattos e Guerra, João

*** Pero por detrás de todos esos datos positivos y de esa percepción de vitalidad y funcionamiento adecuado, hay una crisis que se agudiza cada año desde el final de la década de los ochenta. Sus señales son claras cuando abandonamos los números e iniciamos un análisis cualitativo: el culto mediático al star system y al bestseller importado de los Estados Unidos; la pérdida de espacio de la literatura en los grandes periódicos sujetos a presiones económicas; la sustitución del concepto de cultura por el de entretenimiento; la preferencia por press releases más o menos disfrazados con respecto a las reseñas críticas independientes; el empobrecimiento estético y la falta de energía creativa; la aversión a cualquier tipo de osadía en nombre de un pragmatismo que no pasa de una búsqueda burocrática por credenciales de prestigio y el intento cínico por parte de autores y críticos de encuadrarse completamente en un sistema cada vez más claramente exhausto y absurdo. Ésta no es una crisis exclusivamente literaria, sino también cultural, y tampoco es específicamente brasileña. El primer desafío es darle un nombre preciso: una expansión implacable de la lógica del capitalismo corporativo –lo que se suele llamar en inglés managerial revolution– a absolutamente todos los aspectos de la cultura humana. Para darle ese nombre primero hay que desmitificar la lógica discursiva envuelta en falsedades y eufemismos que la protegen: palabras como “productividad” o “competencia” disfrazan la explotación sin límites; la libertad de mercado no nos deja libres sino para comprar como se puede lo que se impone; la democracia se convierte en un juego en el

5 Por ejemplo, en A econômia da cadeia produtiva do livro, un estudio reciente en Rio de Janeiro patrocinado por el bndes (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social, 2005), Fábio Sá Earp y George Kornis declaran que incluso el presupuesto de una de las bibliotecas más importantes de São Paulo, el estado más rico del país, tendría que ser cuarenta veces más grande para funcionar conforme a los patrones internacionales de excelencia (pp. 54-55). Los autores destacan que en el ámbito internacional los gobiernos de Brasil, Argentina y México no compran libros para sus bibliotecas, lo que califican como “una especie de inanición latinoamericana” (p. 67). Disponible en la red en http://www.bndes.gov.br/Sitebndes/ bndes/bndes_pt/Institucional/Publicacoes/Consulta_Expressa/Setor/Industria_Grafica/200503_7.html. En 2004, la editorial Record ha hecho retraducir a Rulfo (Pedro Páramo y O Chão em chamas) en una edición conjunta y de bolsillo.

6 El Jabuti existe desde 1959 patrocinado por la Câmara Brasileira do Livro y el premio Portugal Telecom se entregó por primera vez en 2003. La primera flip fue organizada en 2004 y la abralic existe desde 1986. Para más información se pueden consultar las páginas http://www.cbl.org.br/jabuti/, http://www.premioportugaltelecom.com.br/2010/, http://www.flip.org.br/ y http://www.abralic.org.br/.

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capacidad de dar entrevistas llamadas “polémicas” con base en un concepto que asocia la polémica a una forma de diversión. La idea absurda del éxito literario como resultado de estrategias de marketing impone a escritores dispuestos el papel ridículo de aspirantes a celebridades. Su correlato es una crítica pedante y conservadora, como describe Flora Sussekind en artículo reciente:

cual hay que escoger entre dos versiones de la misma ideología y la privatización de los lucros se alterna con la socialización de las pérdidas económicas. Esa expansión de la lógica del capitalismo corporativo pretende reducir a todo y a todos al estado de mercancía y gobernar todas las relaciones de todos los campos de la actividad humana por las implacables leyes del lucro: maximizar rentas y minimizar costos siempre, no importa cómo. En el campo literario brasileño esa lógica discursiva plantea como gran defecto, por ejemplo, el hecho de que hay gran número de pequeñas editoriales que operan en Brasil sin seguir los criterios de eficiencia económica, es decir, que no existen única y exclusivamente para generar márgenes de ganancia más grandes.7 Esa lógica discursiva plantea un concepto de productividad que se mide en datos cuantitativos precisos: número de títulos, número de ejemplares vendidos, número de premios, valor de becas, etcétera. Pero la vitalidad de la literatura no se mide en números. El discurso empirista de defensa de la eficiencia esconde la miseria económica y espiritual contemporáneas en eufemismos y falsedades. En las universidades estadunidenses eso se traduce en la esterilidad absurda del publish or perish académico: una montaña de libros que se escribe, se publica y se vende, pero no se lee; libros que se olvidan rápidamente, envueltos en un silencio ensordecedor de indiferencia y irrelevancia, a pesar de todas las estrategias de marketing que enmascaran la cobardía conformista como osadía iconoclasta.8 La crisis explota precisamente cuando se agota la perversión de las teorías posestructuralistas que consiste en la creencia de que las apariencias bastan por sí mismas. Mantener las apariencias ya casi es imposible. Al crítico no debería importarle si las empresas del mercado editorial lograron o no aumentar sus márgenes de lucro, porque una literatura vital no está hecha de libros vendidos como fast-food ni de autores cuya habilidad más importante es su fotogenia o la

Ahora hay un conservadurismo francamente hegemónico, que engloba el retorno a las figuras todopoderosas del especialista monotemático, del intermediario con capacidad de tránsito entre instituciones y del coleccionador de menudencias; al debate de preferencia no muy denso en minicursos y ponencias-espectáculo; al mundo de reglas técnicas y normas de género o subgénero aprendidas sin sentido crítico en oficinas de adiestramiento, al brillo mediático de instituciones autocomplacientes como la Academia Brasileña de Letras y similares, a las formas variadas de culto a personalidades literarias generalmente ya fallecidas. [...] pero también hay los que todavía vivos se ven autores y se convierten en máscaras que a menudo los hacen prisioneros de marcas registradas del mercado que son difíciles de descartar.9

Otras voces se levantan en contra de ese estado deplorable, a menudo desde el Internet. Más allá de simples quejas, hay actuaciones contundentes como el de la traductora Denise Bottman, que desde su blog ha denunciado con pruebas incontestables el uso sistemático de traducciones mal hechas, plagiadas, o atribuidas a traductores que no existen.10

*** Hay varias formas de responder a esa crisis y este texto es una respuesta crítica a ella. En medio del alboroto de la farsa que se descompone hay excelentes escritores 9 “A crítica como papel de bala”, en http://oglobo.globo.com/blogs/prosa/ posts/2010/04/24/a-critica-como-papel-de-bala-286122.asp.

Esa observación consta en el informe preparado por el bndes, en Fabio Sá Earp y George Kornis, A econômia da cadeia... op. cit. Curiosamente, una de las referencias conceptuales principales de los autores es el libro de Gabriel Zaid, Livros demais: sobre ler, escrever e publicar, Summus, São Paulo, 2004. 7

Véase www.naogostodeplagio.blogspot.com. Hasta junio de 2010, Bottman documentó 120 casos de plagio en 16 editoriales. El intento por parte de éstas para prohibir a Denise Bottman que divulgara sus denuncias generó un manifiesto organizado por traductores, firmado por más de 3 mil personas (véase http://apoiodenise.wordpress.com/). Bottman destacó entre sus denuncias una serie de “posts” en julio de 2010 que demuestran cabalmente, con base en la lectura en comparación con los originales, que el premio de traducción de la Academia Brasileira de Letras fue concedido a alguien absolutamente incapaz.

10

8 Para una crítica elocuente de este estado en las letras estadunidenses, recomiendo como lectura fundamental a Lindsay Waters, Enemies of promise: Publishing, perishing and the eclipse of the scholarship, Prickly Paradigm Press, Chicago, 2004. Lindsay dirige el área de Humanidades de la editorial Harvard University Press.

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y señales de vitalidad en la producción, recepción y tradición brasileñas. No quiero ofrecer una larga lista de autores y libros con breves comentarios generales y cometer inevitables injusticias por omisión, y por eso voy a concentrarme en cuatro ejemplos paradigmáticos de esa vitalidad. Son dos textos de ficción (Rakushisha de Adriana Lisboa y Eles eram muitos cavalos de Luis Ruffato), uno de ensayos (Um diário de idéias de Fábio Durão) y un extenso trabajo de análisis histórico (Uma história do Romance de 30 de Luís Bueno).

goma, disimular otros con el esfumino, despistar en curvas. De tal modo que se olvide que un día fue recta, dotada de un punto final. De objetivo. Desobjetivarse. Ése, el territorio realmente virgen: el único. Asumir como sentido la falta de sentido de la vida. En todos los sentidos.14

El eslabón que une a Adriana Lisboa y a sus personajes al Japón es significativo: el “Diario de Saga” del poeta japonés del siglo xvii Matsuo Bashô, que viaja a Kyoto y vuelve a la Rakushisha (Choza de los Caquis Caídos) para ver una vez más la luna subiendo por detrás de un templo. Adriana Lisboa y sus personajes buscan las cosas pequeñas e ignoran tanto lo que es banal como lo que es grandilocuente para sugerir en el detalle algo de lo humano que está más allá de lo que el poeta Paulo Leminski llamaba “la dictadura de la utilidad [...] uña y carne con el lucrocentrismo de esa nuestra civilización”.15 En ese gesto estético y cultural fundamental está la importancia del texto de Adriana Lisboa.

Rakushisha En una época en que tantas voces gritan para ocultar con el impacto de su estridencia el vacío de lo que dicen y buscan oportunismos temáticos y estéticos para esconder la falta de propósito de lo que escriben, Adriana Lisboa se preocupa por cultivar el silencio y la quietud, compartiendo con el lector de Rakushisha, al final sorprendido, la fuerza de los movimientos sutiles de la mente y del corazón humanos que “se van gastando y dislocando de la más contundente de las maneras: sin alarde, sin aviso”.11 Con una prosa límpida, precisa y poética, Lisboa tiene una mirada delicada y atenta tanto a los detalles sensibles del mundo como a los caminos astutos de “la memoria que sigue subalterna al corazón”.12 Rio de Janeiro y Kyoto, las dos ciudades donde se ubica Rakushisha, no figuran como escenarios de tarjeta postal, sino como presencias importantes en la narrativa. Y es así porque el viaje, lejos de la mezcla de pragmatismo materialista y hedonismo imbécil que marca la búsqueda de lo pintoresco o de lo exótico del turismo contemporáneo, es para Adriana Lisboa un momento de reflexión que “nos enseña muchas cosas. Que la vida es el camino y no el punto fijo en el espacio”.13 Inmersos en profunda soledad, reviviendo en silencio sus memorias o su desconsuelo, Haruki y Celina, los protagonistas de Rakushisha, buscan perderse en un país desconocido:

Eles eram muitos cavalos A la suavidad de Adriana Lisboa contrapongo Eles eram muitos cavalos16 (publicado en Argentina este año por la editorial Eterna Cadencia), que se concentra en un único día (9 de mayo de 2000) en la ciudad de São Paulo y se dispersa en 29 fragmentos en los cuales Luiz Ruffato nos presenta la megalópolis como un purgatorio de miseria material y espiritual. Una multitud de personajes, pobres diablos, casi todos inmigrantes o hijos de inmigrantes con nada más que frágiles lazos afectivos con el pasado: luchan por sus sueños, ilusiones o sólo por la supervivencia. A pesar de las coincidencias temáticas, Ruffato es diferente de los narradores del “infierno urbano” de las ciudades latinoamericanas que aparecieron durante el periodo que combinó recesión e inflación con las políticas neoliberales y que se suele calificar como “décadas perdidas”. Las narraciones cortas de Eles eram muitos cavalos hablan de violencia descarnada, explotación, cobardía y cinismo, pero Ruffato no narra la vida de los miserables del São

Trazar una recta, el menor camino entre dos puntos, y hacerla trizas con la tijera, borrar unos trechos con la 11 Adriana Lisboa, Rakushisha, Rocco, Rio de Janeiro, 2007, p. 33. [Las traducciones del portugués de todas las citas son mías.] 12

13

14

Ibid., p. 115.

Ibid., pp. 53-54.

Cita del texto de Leminski llamado “Inutensílio”, publicado en Anseios Crípticos, Criar, Curitiba, 1986, pp. 58-60.

15

Ibidem.,

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Luiz Ruffato, Eles eram muitos cavalos, Boitempo Editorial, São Paulo, 2001. apuntes sobre la literatura brasileña de hoy


Gilberto Pérez

contemporánea, y la recepción más interesante de la obra de ambos se encuentra en la universidad, puesto que sólo son objeto de la atención discreta que merece la literatura de calidad en los medios masivos.

Paulo del siglo xxi con el distanciamiento morboso del naturalismo del siglo xix que muchos de sus contemporáneos adoptaron (principalmente aquellos que copian de manera superficial el estilo “brutalista” de Rubem Fonseca, más fascinados por su éxito de ventas que por la excelencia estética del maestro). Asimismo, Ruffato se destaca de otros narradores de la violencia urbana por su atención al lenguaje y a la forma narrativa. Buscando un lenguaje propio a través de un tratamiento creativo dado a los vernáculos brasileños, Ruffato está, felizmente, muy lejos de la corriente prosa literaria liviana derivada del periodismo. Utilizando variaciones de ritmo y mudanzas rápidas de narradores y de foco narrativo, Eles eram muitos cavalos es uno de esos raros libros que sorprenden y tienen carácter distinto, algo que no se puede clasificar fácilmente como novela, toda vez que los fragmentos sólo se conectan sutilmente, con el esfuerzo activo del lector. Ruffato busca una síntesis de técnicas de la narrativa moderna del siglo xx sin pastiches nostálgicos o irónicos, adaptando esas técnicas a su sensibilidad contemporánea y su proyecto narrativo.17 Eles eram muitos cavalos y Rakushisha son obviamente diferentes, pero se aproximan porque son ejemplos paradigmáticos de excelencia en medio de la mediocridad de gran parte de la literatura contemporánea, que busca en vano adaptarse a un medio ideológico hostil. Adriana Lisboa y Luiz Ruffato presentan en su independencia estética y crítica dos entre varias salidas posibles para la crisis

Um diário de idéias Del campo de la crítica universitaria sale Um diário de idéias, también un libro especial: accesible (aunque escrito desde la academia sin concesiones), compuesto de fragmentos cortos sin título ni orden cronológico que reflexionan sobre la vida académica, las relaciones entre vida y arte y entre arte y cultura, los malentendidos y grandes hallazgos provocados por la convivencia entre extranjeros y los desafíos creados por ese juego de engaños en que se convirtió la vida contemporánea. Escritos desde Brasil, Estados Unidos o Europa, esos fragmentos apenas sugieren enlaces entre ellos hasta que el penúltimo nos presenta un índice con títulos que revelan retrospectivamente una organización clara que hasta entonces sólo estaba insinuada. Con sentido de urgencia, el profesor de la unicamp –una de las tres más grandes instituciones universitarias latinoamericanas– rechaza la retórica vacía de parte del discurso académico actual, rescatando el texto académico del ostracismo cultural a que fue relegado, impregnado de un tono personal sin el egocentrismo fútil de las confesiones mediáticas de reality show. En Um diário de idéias Durão piensa con el lector, no en contra de él, manteniendo la claridad de expresión como un principio ético en dicha relación. Con una verdadera postura intelectual democrática (que no se contenta con anunciarse, sino que se enuncia en la práctica del texto), Durão escribe con propósito y claridad, pero sin reducir demagógicamente lo complejo

17 Los cuatro libros de Ruffato que a continuación enlisto forman un conjunto ambicioso de cinco volúmenes titulado Infierno Provisório: Mamma, son tanto felice (2005), O mundo inimigo (2005), Vista parcial da noite (2006) y O livro das impossibilidades (2008), en los cuales Ruffato pretende construir un gran panorama a la manera del proletariado brasileño desde los años cincuenta.

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Uma história do romance de 30

a fórmulas fáciles, dejando espacio para la duda. De ahí la franqueza y contundencia en nombrar las asuntos y plantear términos para debate lejos del estigma de la teoría literaria como juego esotérico para iniciados. Se trata de reflexiones de un brasileño sobre la vida intelectual con aspecto claramente comparativo, que escapan a la tendencia de encontrar los problemas y cualidades de su país como condición particular y excepcional, y con ello efectuar idealizaciones, positivas o negativas. Fábio Durão evita los dos extremos perversos del complejo de inferioridad que persigue a las elites de América Latina: ni la negatividad obtusa del mazombo (el criollo brasileño) que se cree mejor que el país donde nació y confunde agresividad con inteligencia, ni el optimismo obtuso del ufanista18 que prefiere la ilusión orgullosa a la disposición crítica. Fábio Durão no alaba los centros de Occidente ni se queja de su actitud condescendiente hacia América Latina. Simplemente constata sus límites y critica la visión superficial de Europa, de los Estados Unidos y de nosotros mismos como marca de nuestra alienación. Así, por ejemplo, Durão revela las paradojas inherentes de una universidad americana completamente inserta en el sistema capitalista que se especializa en la “confección de mercancías intelectuales de izquierda”.19 Durão comenta entonces sobre la utilización cínica de la crítica marxista al capitalismo en Estados Unidos:

Mientras las reflexiones de Fabio Durão se concentran en el campo de la crítica cultural, Luís Bueno publicó en 2006 Uma história do romance de 30, un hito de avances fundamentales en la práctica historiográfica en los estudios literarios que orientan la recepción de la tradición literaria brasileña. No se trata sólo de un análisis detallado, sino de una relectura amplia de las obras del periodo, como explica Bueno: “en principio cualquier novela publicada entre 1930 y 1939 nos despertó interés y, si lo ubicábamos en alguna biblioteca accesible, lo leíamos”.21 Así, Bueno no acepta pasivamente las selecciones previas de autores y obras y hace una renovada lectura cerrada tanto de los textos como de la primera recepción de las obras, emitiendo entonces sus propias opiniones, al contrario de la crítica que apenas repite juicios (y prejuicios) anteriores. En un trabajo admirable y raro, texto y contexto, análisis y síntesis, juicio estético y comprensión histórica se equilibran para fecundarse mutuamente en Uma história do romance de 30 e inyectan vitalidad a la tradición de la narrativa brasileña. No es en el empeño de los juicios anteriores que se ubica la necesidad de revisiones, pues estamos siempre empeñados de alguna manera, incluso (y tal vez principalmente) aquellos que insisten en su propio carácter desinteresado. Luís Bueno demuestra categóricamente los problemas crónicos de la crítica historiográfica: el gusto por afirmaciones categóricas de carácter general; la confección de listas didácticas que separan obras y autores en grupos homogéneos y opuestos entre si; el levantamiento de trazos típicos esquemáticos y, finalmente, la tendencia de ignorar todo lo que complica esa visión, apelando a la categoría del “personaje solitario”. Las setecientas páginas de Uma história do romance de 30 dan ejemplo de práctica historiográfica al cuestionar categóricamente juicios superficiales y generalizaciones apresuradas, basados en distorsiones del pasado. La lección fundamental de Uma história do romance de 30 es que, para llegar a un entendimiento más profundo de la tradición literaria, hay que estar atento a la alteridad del pasado sin perder de vista las preocupaciones contemporáneas. Nuestra condición

Al impartir un curso sobre literatura y capitalismo [un compañero del programa de doctorado] pudo percibir que los alumnos comprendían perfectamente el contenido que él exponía, entendían también su encadenamiento, pero parecían apáticos al llamado de la teoría. Términos como “explotación”, “plusvalía”, “lucro”, “lucha de clases”, etc., generalmente dan origen a fervorosos adeptos o feroces opositores. Nada de eso aquí: un entendimiento desprovisto de afecto. [...] más de un alumno dijo que ahora entendía cómo funcionaba el sistema en el cual se insertaría, y que así tendría mejores oportunidades de encontrar un buen empleo y ser un profesional exitoso.20

18 El término es corriente en Brasil para caracterizar el patriotismo sin juicio crítico y se inventó como parodia de Porque me ufano de meu país, tratado patriótico de 1901 del conde Affonso Celso.

Fábio Ackelrud Durão, Rio-Durham (nc)-Berlim-Um diário de idéias, unicamp-iel, Campinas, 2009, p. 34.

19

20

21 Luís Bueno, Uma história do romance de 30, Edusp-Editora unicamp, São Paulo, 2006, p. 15.

Ibid., p. 35.

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Martha Meireles

de la tradición brasileña escribieron como críticos implacables del género humano, como revolucionarios desencantados, como poetas etnógrafos, como profetas del misterio o como destructores implacables de todas las ilusiones. Lo hicieron no sólo con la intensidad de su deseo y la claridad de su visión, sino también con gran capacidad de invención creativa y crítica y construyeron una tradición que todavía nos mueve a los que leemos hoy en día. Hay un marcado contraste entre esa tradición y la mayoría de la producción contemporánea. Hoy en día la mayoría se conforma con escribir como turistas en busca de algo divertido para contar, quizá un love story; quieren establecerse como arribistas que publican un bestseller que se adapte bien al cine o son apenas gente bien relacionada con una beca o premio de prestigio cada vez más cuestionable. La vanidad suele ser parte de la personalidad de grandes artistas –seres humanos comunes aun cuando sus obras son extraordinarias–, pero cuando la necesidad de reconocimiento se transforma en el único combustible de la creación, el vacío es palpable, aunque se esconda tras pirotecnias técnicas o retóricas. A nadie debería sorprender que la literatura brasileña contemporánea esté en crisis, pero que quede claro que no es cuestión de falta de talento –ese inefable, pero

contemporánea es ineludible: los retrógradas más conservadores y los vanguardistas más visionarios lo son a la manera de su tiempo. Aunque no podamos ver el pasado con los ojos de nuestros antecesores, la búsqueda en el pasado de aquello que es lo más extraño a nosotros es uno de los aspectos más ricos de la historia y de la crítica.

*** La primera década del siglo xxi debe marcar el fin de una época infeliz en la cual muchos escritores respondieron de manera equivocada a dos preguntas fundamentales que definen la sustancia y el valor de la producción y recepción literarias: ¿por qué y para qué escribir?22 Éstas son preguntas que el escritor contesta, no a su público lector ni a la crítica, sino a sí mismo. Hay muchas y muy diferentes maneras de responderlas, como atestiguan los cuatro ejemplos de excelencia literaria que brevemente presenté aquí. Al responder para sí mismos qué es lo que les motivaba y cuáles eran sus propósitos, grandes autores Adapto la pregunta que hizo el crítico y escritor Silviano Santiago en un texto de 1984, importantísimo para la crítica brasileña, “Por que e para que viajam o Europeu?” (Companhia das Letras, 1989). El ensayo de Santiago empieza como una reseña demoledora del libro de Umberto Eco, Viagem pela irrealidade cotidiana, para reflexionar en contra de la mirada de aquellos críticos y escritores europeos que llegan a nuestro continente buscando no más que confirmar sus hipótesis o, como dice el epígrafe de Valéry al texto, “buscan algo que ya habían encontrado”.

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fundamental componente de la creación literaria–, sino de actitud frente a la labor literaria en un momento de crisis. Sólo a partir de una actitud crítica consciente en su sentido más profundo, la crisis, presencia casi constante en la cultura latinoamericana, se transforma en momento de renovación, como describe Fábio Durão su visita a la Mona Lisa en medio del alboroto del Louvre:

turistas alrededor y los guardias hastiados, pero atentos, todos formaban parte de un mismo cuadro, componían en realidad una instalación. En el centro, la Mona Lisa, sonriendo, leía a los turistas e insistía en su silencio tranquilo.23

Se trata de contrarrestar la crisis cacofónica ofreciendo al lector exhausto un nuevo panorama o tal vez, apenas un silencio sereno. O, como ha dicho con su típico humor sarcástico Rubem Fonseca, “¿Los lectores se van a acabar? Tal vez. Pero los escritores no”.24

Sin la amenaza constante del fracaso, sin la presencia amenazadora de la muerte, tantas y tantas veces anunciada, el arte no existiría. Cada vez que se decreta su fin, el arte resurge de otra manera. De ahí mi alegría cuando al dar un paso atrás y mirar la escena desde lejos, pude percibir un nuevo panorama: la pintura, los frenéticos

Martha Meireles

23

Fábio Ackelrud Durão, Rio-Durham (nc)... op. cit., p. 28.

En http://www.portalliteral.com.br/artigos/pensamentos-imperfeitos-a-literaturade-ficcao-morreu.

24

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Elías María del Rocio López Ruiz

caminé cuarenta noches por el desierto, y no escuchaba la voz de Dios. Me recosté bajo un espino deseando dormir. Un remolino de arena caliente me trajo un cuervo, el cuervo me trajo una pierna de cordero y un trozo de pan. Mis manos quisieron tocar la comida, palidecí, mis alimentos se transformaron en cabeza de león. Levanté las manos al cielo y clamé, me bañé en lágrimas, gemía, pero la cabeza seguía ahí. Entonces pensé que no necesitaba comer, cerré los ojos y el cuervo me dio a beber de su pico una buena sidra. Sin poder evitarlo me embriagué, daba tumbos junto a la cabeza. De pronto, una voz poderosa me ordenó comer, y yo obedecí, mastiqué con todas mis fuerzas: la lengua

estuvo deliciosa, los ojos tenían un intenso sabor a muerte, y me convulsioné en la arena hasta quedar sin fuerza. La cabeza de león me llamó a pelear. Como pude me defendí, su mandíbula laceraba mis brazos, mi corazón se afligió al ver mi vida ensangrentada. Una piedra me hizo recobrar el valor, cargué en ella toda mi fuerza, suaves bocados de hueso llegaron a mi paladar. Comí su sangre y mi sangre, había dejado de tener hambre. La arena fría trajo un cuervo, el cuervo me trajo vino. En medio del silencio pude escuchar una voz que me decía: ¡Bien has hecho!, tienes valor y fuerza, ¡regresa y quema los altares de Baal!

Hiram G. Rodríguez

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Antes de perder los dientes María del Rocio López Ruiz

se acababa de inyectar heroína. La ventana había dejado entrar los autos, la gente, la soledad rugía cada vez más fuerte. Su cabeza y sus labios flotaban, las encías le dolían. Se levantó como pudo y vomitó saliva. No tenía fuerzas, volvió a recostarse, intentó orar, balbuceó –Perdón, perdón... por si existe el cielo... Cuando despertó, otra vez se dio cuenta que estaba en medio de la desolación, no tenía hambre, no tenía ganas de nada, no sabía qué hacer con el tiempo. Su cuerpo comenzó a temblar suavemente, y así hasta que la desesperación la hizo arrastrarse por el piso y arrancarse los cabellos, se levantó, observó el espejo y azotó su cabeza contra él. Intentó pensar de qué manera conseguir dinero, cómo, con quién, ¿y su familia?, ¿si se entera y vienen por ella y otra vez adentro? Al hacer dibujos en el aire piensa en ir al río, y entrar... Ella deja de temblar, se siente fuerte,

Hiram G. Rodríguez

sale sintiéndose fuerte, a cada paso la debilidad la lleva por otro camino y llega a la casa de Judas Iscariote. Él está fumando crack, ella suplica, le besa los dedos quemados por el aluminio, él también quiere dinero, sus puños la cubren de besos en la mejilla y la sienta en la calle, vigila en la esquina. Lástima pone dinero en sus manos. Ella sonríe, corre, consigue, se inyecta en... los brazos no dejan ver las venas, entonces en el cuello... Duerme y despierta. Hay costras en su piel, y sus ojos tristes… una voz lejana… se enfurece, toma un gancho de alambre para meterlo en su oído: sumérgete en las aguas y vuelve a nacer. Ella sale, corre con el gancho en la mano, el río puede estar bajo cualquier puente, se deja caer, disfruta caer, las aguas la cubren, se levanta, regresa a la casa sintiendo a cada paso que flota, hay una extraña felicidad en su cuerpo y en su alma.

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En el friso de la barca Sonia Cruz

solía vivir en los esteros, en una barca de roble. Mi hermana Genoveva anudaba cristales a un arnés y pescaba. La barca se zarandeaba poco: fluía por los senderos aparentes del mar, como la sal por las autopistas de mis yemas. Genoveva era dorada porque pescaba de día, cuando el Sol jocoso fulguraba en los cristales, y los peces acometían a su llamado. Genoveva fue la pescadora estriada. Quiso serlo porque, cuando niños, un domingo de misa enarcó sus uñas en las peceras del cura y se hizo de peces. Creyó que fue el Sol tintineando en sus uñas. Creyó que pescando con vidrios, ya en el mar, cegaría a los peces. Los peces son prófugos del cascarazo que les propina Genoveva. Les parece que el mar es una ventana que fluye, que se atraviesa por siempre. Hoy mis dedos conservan el oleaje del mar en sus yemas, mis ojos la sal. Soy un viejo que mengua, que frisa en el declive, y mi reflejo el testigo de la ponzoña de mis cicatrices. He deshecho, como el delicado arnés que el viento del mar descosía, los botones y seguros, los muros y guijarros que me sostenían a la vida. Soy decadente y añejo, y en mi mirada se entiende que mis ojos cerrados son un guiño infinito. El tiempo me ha jugado la broma de la arena: el viento tuesto y afilado con los años me ha surcado el corazón y las costillas, y hoy por ellas corren y se enredan nimias venas color hierba. Mi reflejo explica por qué decaigo. Por qué la arritmia incontrolable de mi corazón se apacigua con la noche, o la luna muy cerca. Es porque mi reflejo entiende que la noche no tiene luz para cegar a los peces, que Genoveva no puede danzar la intemperie, ni corroer la noche con el llanto de los peces y su muerte. Me apaciguo entonces de noche, cuando sé que Genoveva no inunda con sus vidrios el mar de colores. El espejo acopla los defectos de mi rostro, como cerros y pozos en la antigua llanura. Eso lo entiendo. Pero no comprendo la lágrima rala que transgrede mi mejilla, que la cruza y la ensarta, que me sala con el frío y endulza en noviembre. No entiendo cómo me entristece todo lo que le reñí a Genoveva por cazar peces, cuando niños. Soy de los viejos incontenibles y traigo a los críos la mala vieja de la vida. La mala vida que me dejó el vivirla,

la siempre envidia a Genoveva. Hoy soy viejo, pero no hallo el descanso. Me atengo al beneficio y disfrute de la placidez, de la nebulosa armonía del viejo de alma blanca, que coloca su cigarro como puente sobre el vaso, del cauto que enhebra la vida repasándola con esmero. Prefiero la lucha síndica contra el viviente, el fecundo, el pudiente: el niño ímprobo. Qué más le queda a un viejo que la pena por lo hecho, que la pena de aguardar cada día lúcido la penumbra, cada río calmo el torrente discontinuo o la muerte: el momento de no culpa.

*** Tuve un sueño. En él conocí en una iglesia a un niño que era yo mismo. En él se congregaban todos los colores dibujados por el Sol en los vitrales. En un vitral, asediaba fiera la figura de Aníbal el cartaginés. Le presté al niño un vidrio oscuro de una cara para que se viera. Y vio amarillo pigmeo, el color hierba latiente de las venas en sus costillas, un tono cardo. Así me lo dijo, a mí, que fui su maestro. “No opongas la risa que este asunto te provoca. Eres de tantos colores porque Dios ha querido poner el Sol por todos lados, y en ti el Sol es uno con Dios, por prima vez. Deja de querer entender. La nariz de Aníbal está en tu nariz, su boca en la tuya, y cuando parpadeas: él hace lo mismo. ¿Cómo crees, si no, que ha descendido del atrio, del vitral bondadoso que te alumbra, de allá de tan arriba, de la ventana donde Aníbal se dibuja? Ha sido porque Dios se ha hecho uno con el Sol.” No me quiso entender el niño que era yo mismo, o a mi tarareo. No quiso entender que pronto se avocaría su vida a la tragedia: que su hermana Genoveva descubriría sus dotes para la pesca en un acuario de la iglesia, y que esto le traería la insania. Le toqué una pieza en el órgano y tampoco quise obsequiarle el cristal. Me lo guardé en el bolsillo de la pechera, bajo la vacua mirada de mis ojos.

*** Genoveva inspiró en mí el oficio religioso, las ocasiones en que atrapaba peces con las uñas en la iglesia. Hoy lo he dejado y soy un viejo que mengua, que frisa en 91

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Hiram G. Rodríguez

de mí tal nombre, en la desesperación del olvido. Esparragosa es el lugar idílico para los pescadores de vela, los que se atañan en buscar la muerte del pez ofusco. Y fue, para mí, en la infancia sola, el lugar requisito para ensueños. Puede soñarse en Esparragosa, y en el sueño mío, el primero, fue de tarde a la mesa y no fueron rojos tus cabellos. Asistí, a tu derecha, al conteo de las gaviotas deslizas entre nubes sobre la casa nuestra, siendo isla en el mar. Siendo barca de roble en la meseta de agua. En un frasco guardaste las venas áureas del Sol. De un frasco, vertiste el Sol en moldes: habías concretado en lápices de color esos rayos en que me dibujé en alguna ocasión en la iglesia. Arrimabas a tu mano aquella inusual cantidad, aquel racimo coloreado de lápices que se te escapaba cada tanto de la mano, y caía al suelo. Pérdida intolerable, juego literario de quien propicia este ensueño. De quien anoche me permitió entrever que estaba soñando: con pequeños roces, el día –luz. “Amarillo pigmeo, color hierba y un tono cardo se te escurrieron de entre los dedos y cayeron al suelo, por un resquicio impuesto al centro y alma de nuestra mesa. Con descuido y distracción fingí buscarme un espejo en la pechera, y en ello viste la oportunidad para volcar la mesa en busca de colores. Sí, Genoveva, y entre tus dedos los colores caídos. Extendiste tu mano como pavo real y en ella noté rodaduras de color. Ralladuras de color como los colores en la Iglesia. Años antes, compuse un falsete a un niño, tergiversando los colores de su piel,

el declive. Genoveva se hizo del vientre de mi madre antes que yo. Mientras vivió, me fue mayor. Hoy soy tan viejo que los huesos, o lo que de ella quede, se corroen igual a los que en mi interior subsisten. De no haberme ella superado en años, mi Dios o mi frente brusca, tan destacada por el espejo, habrían atinado a no juzgar mi intención de educarla. Habría atinado Dios a llamarme santo y no bastardo, hijo orgánico de la manzana pútrida. Es una pena intolerable, y hoy soy un viejo incontenible que trae al joven el ejemplo del desatinado, del no hombre en que me he convertido. “No has de tratar con maledicencia a la fraterna, sino con amor contiguo a quien ha sido y ha tocado todos los sitios del mundo antes que tú, pues habrá de ser ella siempre la primera y, en todo, tú el segundo.” Hoy soy un viejo y recuerdo muy bien que no fueron aquéllas las palabras que dirigí al niño de la iglesia, que era yo mismo. Es sabido que Genoveva enfermó incluso antes de mis influencias. Es sabido que así fue, y por lo tanto no quedan muchas culpas con qué ofuscarme. El martirio ha sido mío por muchas décadas y hoy, que soy viejo, he decidido redimirme.

*** Solía contarle a Genoveva un sueño, el que la enfermó. El ensueño de Esparragosa de la Serena, el lugar que hoy cree habitar: “Esparragosa de la Serena. Anoche dejé fluir puros cuentos

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uno de ellos era una ventana al día –luz– y que por él cazaba peces. Creía habitar el no mundo. Terminado el ensueño, Genoveva continuó viviéndolo insistentemente, y dejó de recordarme como yo, recordándola. Genoveva fue la pescadora estriada, enferma a edad pronta. Antes de que le contara mi sueño primero ya decía que el filo del papel le hacía escribir con miedo. Que el pánico arremetía sus plurales, que el suave trazo de la s, se trocaba por la brusquedad de la X. Después del sueño, peor. En la mano tuvo el grito por meses. Más tarde murió. La mató la pena de no entender el llano instante en que se muere. Como la cortina que son los colores del mundo sobre una ventana abierta. De Genoveva se supo tardíamente que escribió: “Cada crayón caído y colocado en el cristal oscurecido me acerca más al día –luz. Me miré entonces pelirroja en el destello de mi frente, sobre el espejo. Y fui más de mí. Me cobijo yo misma con los espejox que me abrazan: soy de tantax manerax porque Dios ha querido poner mi rostro por todox ladox, y en mí mix rostrox son uno con Dios, por prima vez. Paredex de mostaza con resquiciox garabateadox, por donde se cuelan lax arañax. Me supe en el –no mundo. Fuera, crayonex de tamañox informex vaticinaban aventurax infinitax. Dentro, la abuela con anteojox, paleta y sombrilla, destaca mi tardanza.” Hoy soy un viejo que mengua, que frisa en el declive, un no hombre en un no mundo. Las curas a la vida me rodean por centenas. A veces dilucido por la ventana a un niño, que soy yo mismo. En él se congregan todos los colores del mundo. Quiero alcanzarle el espejo en mi pechera, pero entonces empieza a correr. O es que lo asusta la muerte.

fruto de la luz que iluminaba los vitrales en él, en la unión de Dios con el Sol. Rodaduras de color en las rodillas de tus dedos, en la pecera estrecha que fue tu piel debajo de las uñas cuando pescabas, allí nadaron rodaduras de color. “En esa primera tarde a la mesa, día de –no luz–, de gaviotas disonantes y mujeres envestidas en mandiles, pronuncié por vez primera el nombre no dicho. “–Esparragosa de la Serena, ¡casa islote en la ribera, isla perdida de la entre mar! “Y con lo dicho, robaste de mi pechera, Genoveva, mi espejo: el cristal de la cara oscurecida. Entre el cielo y mis zapatos, sobre los cuales lápices trazaron lluvias amarillas, color hierba y tono cardo, se respiraban ralladuras. Te disculpaste con una caricia. Quisiste. Cobijar con mi espejo tus crayones. Quise decirte. Lo mucho que no podrías. Un vestido sin bolsillos te adornaba tristemente de arriba abajo en éste mi ensueño, y te impedía guardar del Sol los colores del mundo, ahora fúlgidos por la luz sobre el espejo. “Es inmortal en mí éste, mi primer ensueño, en el que robaste de mi pechera el espejo que no refleja. Una ventana se abrió en el espejo y los colores del mundo, que colocaste sobre él, ondearon como doseles. Es inusual decir que al otro lado tú peinabas. Rojizos tus cabellos. Ante la ventana contigua a los colores del mundo, viste un arcoíris. Genoveva enferma, las ventanas son un juego movedizo de cristales con caras mates. El cristal sobre el que colocaste lluvias de amarillo pigmeo, color hierba y tono cardo, es ahora en donde fulgura el arcoíris. Genoveva enferma, las ventanas son un juego movedizo de cristales. Pero en los que te cobijas, anida tu cura. Un cristal da al mundo. Entre los otros te encierras. Y peinas, rojiza. Tus cabellos, Genoveva.”

*** A los peces les parece que el mar es una ventana que fluye, que se atraviesa por siempre, pero nunca del todo Mi sueño volvió a Genoveva infame y presumida. Se creía cobijada por mil espejos, llena de brío. Creía que 93

puros cuentos


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PRESENTACIÓN “La palabra es silencio preñado”, así nos recibe Ernesto Hernández Doblas en el Pórtico de su Museo de musas; de esa manera nos incita a ser testigos “del vuelo a ras de piel” acaecido en los jardines del erotismo. El poeta celebra su comunión con las musas del ahora y con aquellas que se encuentran distantes mas como heraldos envían a sus fantasmas: “Con aguijón de miel/ le naces a mis ojos/ en el impulso azul/ de la poesía”, nos dirá Hernández Doblas. “...surgida de la nada” Margarita Vázquez se hace presente para dar salida a su voz de versos libres. Sus

poemas son el remanso donde se invita a descansar al guerrero para que ulteriormente continúe con su eterna batalla en contra del miedo. De la poesía michoacana contemporánea emergen ambos aedas. Ernesto comparte los cantos de uno de sus textos, Margarita nos ofrece una muestra de la antología que reúne poemas de toda una vida dedicada a las letras. De cara al caracol se avizora el Museo de musas, y viceversa. Entre ambos se gesta y perpetúa la creación de la poesía, ese “puente entre la realidad y el deseo”.

Miguel Ángel García

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Museo de musas Ernesto Hernández Doblas

Humedad del universo

Hojas

Mi lengua en tu vulva: vibrante palabra ensalivada.

Con aguijón de miel le naces a mis ojos en el impulso azul de la poesía.

Mi boca es un lirio tus muslos: la tierra.

Con una piel de hojas que el otoño teje sobre tu mar de huesos.

Los gemidos brotan del silencio mojan la cama, el navío nocturno.

Me bendice la ansiedad cuando te sueño cuando los días agonizan sobre tu espalda.

Calientes oleajes nos sumergen en aguas de sol. El sol es un pez que nos enreda.

Con aguijón de miel le naces a mis ojos y son tus labios una manzana en llamas que me ofreces y obedezco.

Hundo mi boca en tu vulva para llenarla de miel para tener en los labios el panal de tu mar. De tu obscuro musgo bebo mientras los caracoles se agitan en el fuego.

Himno de manzana (Fragmento)

Siembro mi rostro en tu vulva y la sombra de la luna sube por tus piernas.

II

Soy la pantera que lame la humedad del universo.

Una tarde cuyo retrato conservo, andaba yo en el andén de la ansiedad con el verbo encontrar en los zapatos. Una tarde sin orillas por la cual cruzaban las doncellas del viento sobre mis cabellos de verso libre. Y en verdad os digo que lo que buscaba ya andaba tras de mí como una sombra.

museo de musas

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Memorias de arena

Ojos de luna (Fragmento)

Amaneciste de nuevo en la playa del recuerdo, dibujando imágenes de arena.

I Desde sus ojos de luna me miró mi musa.

Se dibujan las olas en la costa de tu pelo. Los atardeceres pronostican la distancia sin tu cuerpo y el sol está en eclipse con la luna que avanza de tus labios a mis ojos.

En una ebriedad de pájaros nos vimos andar. Desde su piel de agua danzó mi musa como vertical espuma.

Desnudo, llego a tu fantasma a ese relámpago encendido entre mis huesos. A esas calles apagadas sin tu nocturna presencia de grillo que lava el silencio.

Nos vimos andar en los espejos de la tarde.

Memoria de nubes (Fragmento)

Recorriendo tu cuello, tu boca el fino musgo que crece en tu rostro colibrí. Recorriendo la espesura de tus dedos, de tus muslos y la serpiente nácar que habita en tus pupilas. Recorriendo la habitación donde no estuvimos nunca donde jamás.

I Esta noche llueven sobre el poema las letras de tu nombre. El poema es un vaso donde sacia su sed el sueño del poeta.

Amaneciste de nuevo, exacta completa puntual. Amaneciste en la forma del recuerdo que se consume taciturna.

El poeta siembra ojos en la fertilidad de los recuerdos. Tu recuerdo arde sobre la página, sobre la luz de lo callado.

* Ernesto Hernández Doblas, Museo de musas, Jitanjáfora, Morelia, 2008. 97

museo de musas


De cara al caracol (Antología)

Margarita Vázquez Díaz

***

Aparición (Fragmento) I Con los pies en el suelo regreso a mis raíces, surgida de la nada aparezco, me alejo de las sombras sin morir, el otro lado del espejo me mira. Desde algún lugar cercano la gravedad me planta en la tierra, las flores de mi nombre no se deshojan, son verdaderas noches de lluvia extensa. Me encuentro en primera fila: la vida no me mata me vive. Mucho más correcto dar salida a esta voz. [...]

Ya no caben los peces en mi sueño se desbordan.

II Han instalado su acuario dentro de mi cama por las noches trepan hasta mi sueño.

III Estoy segura que un pez yace en el fondo del mar.

IV Esta mañana encontré una de sus aletas atrapada entre mi sueño y el colchón.

de cara al caracol

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***

*** A George W. Bush

Se abrió la puerta Beatriz entró al infierno de Dante a saber de sus afiladas uñas y su mirada suplicante.

Un gigante se estremece desde su altura de gigante. Un gigante empequeñece desde su altura de gigante un gigante empequeñece ante la grandeza de lo que no alcanza.

*** Ven bebe de los senos que tanto gustas –guerrero– ellos refrescarán la tierra de tu boca.

*** Penetré el fuego del dragón de las siete cabezas conmovida por los tropezones que se daba porque el fuego obnibulaba su mirada. Penetré en mis abismos al recorrer los suyos. Perdí la razón en algún momento al caminar con él en busca de su razón de ser.

Ven acurruca tus sueños por mis rincones.

* Margarita Vázquez Díaz, De cara al caracol (Antología poética), Jitanjáfora, Morelia, 2010.

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GASPAR AGUILERA DÍAZ: alquimista de la palabra Miguel Ángel García

con el paso del tiempo Gaspar Aguilera ha confirmado su vocación literaria y con las grafías ha dado testimonio de su universo lingüístico, de las imágenes que le susurran significados a sus pupilas. Desde temprana edad publicó poemas y artículos en distintos medios (revistas especializadas en literatura y rotativos), primero de manera local; después, cuando su pluma comenzó a destilar la savia de las letras, a nivel nacional e internacional. Colaboraciones donde comunica la intimidad de su poesía y en la prosa refrenda su compromiso con el análisis y la crítica social inherentes a la sana difusión de la cultura.1 Al respecto, Gaspar afirma:

enmascaramiento de una precaria realidad, la poesía y su lenguaje se convierten, en lo más profundo de nuestro ser, en el territorio que permite identificarnos.2 [...] cada libro es una verdadera travesía hacia lo otro que estamos por conocer; al finalizar el trayecto, conmovidos, nos damos cuenta que hemos llegado enriquecidos y con una sensación de plenitud [...]3

Aguilera se deleita al compartir la plenitud experimentada en la literatura y por eso ha participado en varias emisiones del Encuentro de Poetas del Mundo Latino, impartido talleres de creación literaria, aunados a clases de literatura mexicana e hispanoamericana en varias preparatorias de la umsnh, así como en la Universidad de Salzburgo, Austria, y en la Universidad Central de La Habana, Cuba.

En épocas como la nuestra, en la que el derrumbe de muchos de nuestros mitos ideológicos, políticos y

Concepción Morales

hasta amorosos, justifican la indiferencia, el vacío y el

Gaspar Aguilera Díaz, Imago Mundi. Ensayos sobre literatura iberoamericana, Universidad de La Ciénega / Editorial Pelicanus / Sistema Michoacano de Radio y Televisión, Morelia, 2010, p. 105.

2

1 Narrador, ensayista y antologador son otras de las facetas que muestra el poeta nacido en Parral, Chihuahua, en 1947.

3

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Ibid., p. 11.

perfiles


Entre sus poemarios publicados destacan: Informe de labores, 1981; Tu piel vuelve a mi boca, 1992; Liebe, stadt und vergessen (El amor, la ciudad y el olvido), edición bilingüe alemán-español, 1994; y Coloraturas y Silencios, 2011. (Parte de su obra poética ha sido traducida al francés, polaco, ruso, checo, inglés y alemán).

Su aporte al mundo de las letras y el inagotable apoyo para la materialización de proyectos culturales no han pasado desapercibidos, muestra de ello son los galardones endilgados a su persona: •En 1978 le fue otorgada la primera mención del Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes por su libro Pirénico. •En 1990, la Fundación Cultural Chihuahua le otorgó

***

el Premio Tomás Valles Vivar, en el área de Letras, en reconocimiento a su obra.

Para finalizar, sólo resta recordar lo que José Emilio Pacheco le escribiera a su amigo en un poema, a manera de prólogo:

•Ese mismo año recibió el Premio Nacional Tiempo de Niños (Conaculta), por su trabajo de promoción cultural y coordinación general del Encuentro de Hombres Nuevos (Festival Infantil de Arte Ciencia y Recreación), celebrado

Tú tienes la palabra.

en Uruapan desde 1988.

Úsala.

•En 1992, por sus méritos literarios, se hizo acreedor a la

Hónrala.6

Presea José Tocavén, otorgada por el periódico La Voz de

Gaspar Aguilera ha refrendado dicha solicitud amistosa pues continúa creando esa polifonía literaria que difumina las fronteras. Resulta evidente su alquimia: con su obra convierte el plomo en oro y la palabra en verso.

Michoacán. •En 1994 fue integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte. •En 2008 el estado de Michoacán le otorgó el Premio Estatal de las Artes Eréndira, en reconocimiento a su trayectoria literaria.4

Gaspar utiliza la palabra como instrumento para manifestar la sensibilidad creativa que en su ser pernocta. Como buen alquimista, transmuta su alma previo a la conversión de la palabra en verso. Es entonces que dice lo que deseamos decir, nos toca, y con ello, a través de las letras, lo que fue un suceso personal se torna colectivo (nos pertenece) gracias a la complicidad implícita en la soledad de la lecto-escritura. Redactar es su manera de sobrevivir-interpretar y compartir al mundo. El poeta despierta “con el sabor del sueño entre los dientes”,5 por ello en su poesía nos habla de lo erótico, de la alteridad marginada, la música, la belleza, la ausencia, el recuerdo... 4

6 José Emilio Pacheco, “Para Gaspar Aguilera Díaz”, en Gaspar Aguilera Díaz, Los ritos del obseso, poesía 1984-2004 (antología), México, Siglo xxi Editores / uamAzcapotzalco, 2004, p. 12.

Diccionario de autores michoacanos, Jitanjáfora, Morelia, 2011.

5 Gaspar Aguilera Díaz, Los últimos poemas de Dante, Colibrí / Secretaría de Cultura del estado de Puebla, 2005, p. 46.

perfiles

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