Los profesionales en Cs Ec y la tecnología informática _Cap I

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CAPÍTULO 1 La economía digital exige un inédito tipo de liderazgo. Un ejecutivo necesita ser curioso, involucrarse personalmente con la tecnología informática y proponer nuevos modelos de estrategia. DON TAPSCOTT

LOS PROFESIONALES EN CIENCIAS ECONÓMICAS Y LA TECNOLOGÍA INFORMÁTICA 1. ALCANCE DEL CONCEPTO DE ‘TECNOLOGÍA INFORMÁTICA’ Hoy en día, los profesionales en Ciencias Económicas, y prácticamente los profesionales de cualquier disciplina, están involucrados inexorablemente, en mayor o menor medida, en el manejo de asuntos vinculados con la tecnología informática. Dado que la necesidad de adquirir el dominio de esta tecnología depende estrechamente de la especialidad de cada profesional, resulta oportuno analizar, desde este punto de vista, las distintas situaciones de ejercicio de las profesiones de Ciencias Económicas. Así, por ejemplo, aquella necesidad varía significativamente entre quienes se desempeñan en ámbitos diversos tales como el asesoramiento impositivo, la auditoria, la consultoría contable o administrativa, la prestación de servicios profesionales en relación de dependencia, la actuación en un alto puesto ejecutivo o la acción como emprendedor de la empresa propia. Para este análisis, resulta inicialmente imprescindible definir el significado y alcance de la expresión ‘tecnología informática’. El concepto y los ámbitos abarcados por esta expresión han venido variando con el transcurso del tiempo y, es necesario decirlo, han estado sometidos a la influencia de las empresas proveedoras de la tecnología. Sin embargo, puede señalarse, en primer término, que la tecnología informática es mucho más que equipos y programas de computación. 9


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En la base de cualquier concepción de la tecnología informática, se encuentra el equipamiento, es decir, todo lo que comúnmente se denomina ‘hardware’. Se trata de un recurso físico imprescindible, pero insuficiente para poder implementar cualquier manifestación de esta tecnología. El hardware resulta totalmente improductivo si no cuenta con el software de base, es decir, con los programas (el más importante de los cuales es el sistema operativo) que hacen posible que el hardware funcione. El gráfico que se exhibe más abajo expone, en forma de capas, estos dos primeros elementos comprendidos en la tecnología informática, es decir, el hardware y el software de base con los que una computadora está en condiciones de funcionar. Pero esto implica, de inmediato, la necesidad de determinar para qué va a funcionar, es decir, qué resultados habrán de esperarse de ese funcionamiento y qué nuevos programas serán necesarios a ese fin. El primer importante recurso adicional de software es el que implementa las bases de datos, es decir, el conjunto de herramientas lógicas destinadas a administrar el almacenamiento de los datos. En el mismo nivel de estas herramientas, se encuentran los productos de software preparados para atender funciones básicas y generales en el uso de las computadoras, tales como los programas para la construcción de aplicaciones. Todo este conjunto de herramientas conforma la tercera capa de la tecnología informática. La cuarta capa corresponde al software de aplicación, es decir, aquellos programas que satisfacen las necesidades específicas de cierto ámbito de la acción de las organizaciones o de los individuos. Esta capa incluye, por ejemplo, programas de contabilidad, de ventas, de liquidación de sueldos, de diseño arquitectónico y aquellos que integran los paquetes para tareas de oficina. El funcionamiento interrelacionado de los componentes de todas las capas mencionadas hasta aquí da lugar a la generación de los sistemas de información de la organización, ámbito que constituye la quinta capa de la tecnología informática. La sexta capa corresponde a los distintos procesos que se desenvuelven en la organización para satisfacer los objetivos funcionales de la misma. En consecuencia, la tecnología informática abarca el espectro completo de todas las capas expuestas en el gráfico, con lo que trasciende el campo del hardware y el software mediante la consideración del importante ámbito de los sistemas de información aplicados al tratamiento eficiente de los procesos de la organización. 10


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LAS CAPAS DE LA TECNOLOGÍA INFORMÁTICA

El gráfico de capas exalta el carácter interrelacionado y complementario de los recursos y ámbitos de acción que definen el alcance de la tecnología informática, y permite analizar cuál es la profesión o especialidad primordialmente involucrada en el conocimiento y la conducción de las herramientas y actividades de cada capa. Existen abundantes carreras terciarias para la formación de especialistas en cada una de las capas más interiores del esquema expuesto. Asimismo, hay carreras de escuelas de negocios, genéricamente de Ciencias Económicas, orientadas a la formación vinculada con las capas más externas del gráfico. En su origen, los planes de estudio de las carreras puramente informáticas o de ciencias de la computación cubrían las capas de hardware, de software de base, de bases de datos y, en mínima medida, de software de aplicación. Paulatinamente, y al advertirse que tal alcance era insuficiente, los contenidos fueron evolucionando hasta la situación actual, en la que aspiran a cubrir, justificadamente, las capas superiores. Por su parte, los planes de estudio de las carreras de Ciencias Económicas cubrieron inicialmente los contenidos vinculados con la organización, los procesos y los sistemas de información. Poco a poco, han incursionado en las restantes capas. Quienes se han formado en carreras puramente informáticas consideran la organización desde el punto de vista de la computadora, es decir que se centran en la herramienta. Es una visión extremadamente parcial, 11


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aunque resulte superior a los enfoques iniciales de estas carreras. En cambio, la visión de la escuela de negocios considera la herramienta como tal, es decir, como un instrumento para implementar y administrar sistemas de información, los que, a su vez, constituyen un medio para la operación de los procesos que sirven al logro de los objetivos de la organización. De tal modo, existen diferencias importantes entre la formación de una escuela de negocios y la de una escuela puramente informática. Ahora bien, ¿cuál es la ubicación del profesional en Ciencias Económicas en este esquema? La respuesta puede variar según se considere que tal profesional actúa como contador, como ejecutivo, como auditor o como asesor. Y también deben incluirse los casos de profesionales que, además de haber obtenido el título de Contador, Licenciado en Administración o Licenciado en Economía, cursaron una carrera de Licenciatura en Sistemas o similar, tal como la que la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires implantó a fines de la década de 1980 y que fue la primera en su tipo. El interrogante requiere un análisis como el que a continuación se desarrolla. 2. ATRIBUTOS DE LA TECNOLOGÍA INFORMÁTICA 2.1 Aspectos positivos La aplicación de la tecnología informática permite, entre otros resultados: Obtener mayor eficiencia. Aumentar la velocidad de procesamiento de la información. Mejorar la toma de decisiones. Disminuir los costos. Mejorar la calidad de los productos o servicios. Ofrecer nuevos productos o servicios. Lograr ventajas competitivas. Todo esto deviene de la naturaleza esencial de la tecnología informática: se trata de una extraordinaria y poderosa herramienta amplificadora de la capacidad humana. Sin perjuicio de lo que el futuro pueda deparar en este aspecto, actualmente la tecnología informática depende del ser humano, y éste, a su vez, depende de aquélla. La tecnología informática multiplica, amplifica, mejora. En una organización con recursos humanos calificados, esta tecnología, correctamente aplicada, permite obtener resultados de alta excelencia. Pero, si los recursos huma12


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nos son deficientes, no existe ninguna implementación de la tecnología informática que pueda generar el apropiado funcionamiento de la empresa. Por ello, los recursos humanos continúan siendo el capital más importante de una organización. 2.2 Aspectos negativos La tecnología informática presenta también aspectos negativos cuyo reconocimiento puede hacer posible la adopción de criterios para atenuar o anular su incidencia. El más importante aspecto negativo es que el uso de esta tecnología crea dependencia. Este es un aspecto inevitable, debido a que las versiones particulares de las herramientas informáticas que una organización adopta se vuelven obsoletas en corto plazo o requieren ampliaciones y modificaciones para acompañar el crecimiento o la transformación de las organizaciones. El problema de la dependencia es hoy mucho más reducido que el de tiempos pasados. Ello se debe a que el hardware y el software están más estandarizados. Pero, aun así, la elección de una determinada versión tecnológica genera un inevitable grado de “cautividad” respecto a la misma. Por ejemplo, si se desea pasar de una compañía de telefonía celular a otra, es necesario aceptar que habrá que cambiar el número de la línea. Con esta clase de enfoques comerciales de los proveedores de herramientas de tecnología informática, así como de los consultores que las recomiendan, todo cambio en este terreno implica costos y esfuerzos que suelen hacerlo inconveniente. Otro problema importante, en la administración de la tecnología informática, es el de la seguridad de los sistemas de información. Las medidas que deben adoptarse en tal sentido, y los naturales costos asociados, deben implantarse minuciosamente para asegurar la preservación de los siguientes factores cruciales en cualquier organización: La continuidad de los procesos, es decir, la garantía de que la organización no habrá de enfrentarse con la interrupción de operaciones debida, por ejemplo, a: o Virus informáticos. o Siniestros o accidentes. o Ataques delictivos. o Deslealtad, error o ineficiencia del personal. La integridad de los datos, es decir, el atributo por el cual los datos, y la información emergente de su tratamiento, pueden considerarse 13


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completos y correctos. Los datos tienen integridad cuando están libres de errores, intencionales o no, en grado necesario para el desarrollo de las operaciones normales, y cuando no han sido modificados ni procesados en forma no autorizada. La confidencialidad, que es el atributo de los datos, de la información o del soporte lógico cuando los mismos se encuentran preservados contra su divulgación indebida. La privacidad, es decir, la condición de la información por la cual ésta se encuentra protegida contra la utilización, la observación o la divulgación maliciosas y no autorizadas de datos sobre las personas. La historia de la adopción e incorporación de la tecnología informática en las organizaciones registra tanto experiencias exitosas como notables fracasos. Así, por ejemplo, un porcentaje relativamente menor de los proyectos de sistemas terminan en el tiempo planeado, con el nivel de costos presupuestado y con pleno cumplimiento de los resultados previstos. Asimismo, un porcentaje de los proyectos que ronda el doble del anterior se cancelan antes de su concreción final, o bien, si se los termina, no son nunca utilizados. Y, finalmente, alrededor de la mitad de los proyectos terminan tarde, gastan mucho más dinero que lo previsto y no hacen todo lo que prometieron. Las principales causas de frustración en las incorporaciones de la tecnología informática son: Incorrecta interpretación de las necesidades del usuario. Ineficiencia de la gestión de los proyectos (deficiente planificación, liderazgo inadecuado, falta de apropiado seguimiento). Inadecuada administración del cambio involucrado. Insuficiente apoyo y compromiso de los niveles superiores. Falta de activa participación de los usuarios. Ausencia de los recursos necesarios en el momento oportuno. Deficiente definición de los requerimientos transmitidos al proveedor de la aplicación. Errónea elección del proveedor. Capacitación escasa o inadecuada en contenido, extensión u oportunidad. Fallas en el análisis de los riesgos del proyecto. Problemas de comunicación. 14


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3. LOS PROFESIONALES EN CIENCIAS ECONÓMICAS Y LA TECNOLOGÍA INFORMÁTICA Ante la precedente enunciación, es necesario orientar la acción hacia el logro de un balance final positivo. Ello es posible, y son los profesionales en Ciencias Económicas quienes pueden jugar un rol decisivo en ese sentido. Los máximos responsables de las organizaciones, frente a las demandas de inversión de recursos para el desarrollo o la adquisición de sistemas informáticos, se plantean válidos interrogantes como los siguientes: ¿Cuál es el rendimiento de la inversión? ¿Se justifica la inversión en tecnología informática? ¿Mediante la inversión realizada, se han obtenido los resultados que los aspectos positivos de la tecnología prometen? ¿Por qué suele haber tanta diferencia entre lo proyectado y lo obtenido? ¿Es la evolución de la tecnología tan impredecible como se la presenta? ¿Cómo se encaran alternativas como las siguientes?: o Desarrollar o comprar. o Tercerizar o no tercerizar. o Ser el primero o esperar. ¿Quién puede ayudar a responder estos interrogantes y conducir la implantación de los apropiados cursos de acción? En su carácter, principalmente, de asesores o consultores, los profesionales en Ciencias Económicas pueden cumplir un papel fundamental para proporcionar las adecuadas respuestas y para llevarlas a la práctica en cada organización específica. Y esto está ocurriendo en todo el mundo. El profesional en Ciencias Económicas no sólo puede ofrecer los aportes mencionados, sino que, inexorablemente, deberá concretarlos, pues, al desempeñarse en una organización, se verá involucrado en cuestiones estrechamente relacionadas con la tecnología informática. Para aproximarse a ello, conviene tener en cuenta un conjunto de principios básicos iniciales que se exponen a continuación y que, sin implicar complejos detalles tecnológicos, son muy útiles para orientar la acción. En la actualidad, el mercado del software está inundado de productos o paquetes destinados a los procesos típicos de cualquier organi15


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zación, de modo tal que la mayoría de los problemas de tratamiento de datos ya están resueltos. Tal vez, en algunos casos, resulte necesario realizar adecuaciones para adaptarse al perfil específico de organizaciones concretas, pero, en lo esencial, es decir, en la parte medular del sistema, se cuenta con un producto acabado. Desde luego, la adopción de un producto particular requiere una cuidadosa elección, pero una parte significativa de la misma se sustenta en criterios que no están relacionados con las tecnologías de hardware y de software, sino con las tecnologías gerenciales, de negocios y de sistemas generales. Por lo tanto, el profesional en Ciencias Económicas se halla en condiciones de efectuar las evaluaciones que permitan recomendar con fundamento el producto que satisfaga las necesidades. Hay que ser prudente y cuidadoso con las más recientes manifestaciones de la tecnología. La última tecnología no es necesariamente la mejor, por lo menos en muchos casos específicos. La última tecnología puede ser útil para cierta organización y no resultar adecuada para otra. Por otra parte, las ventajas de implantar la última tecnología deben ser comparadas con los costos y esfuerzos implicados en el cambio. En el ámbito de la industria informática, lo único realmente creíble es lo que funciona. Los folletos, la publicidad, la prensa y los representantes de los proveedores siempre auguran los más brillantes resultados para cada nueva tecnología, pero la definitiva verdad está en las experiencias concretas de implementación. Ser el primer adoptante de una cierta tecnología informática demanda altas inversiones, y mucho más si se termina siendo el único. Para lograr resultados exitosos en la incorporación de tecnología informática, es necesario seleccionarla, implementarla y operarla correctamente. Esto se consigue con la aplicación de apropiadas metodologías que los profesionales en Ciencias Económicas pueden y deben llegar a dominar. Ello no implica aprender a programar ni a manejar los equipos de hardware, sino aplicar técnicas vinculadas con la determinación de las necesidades de información, el apropiado funcionamiento de los procesos de negocios, el análisis de la rentabilidad de inversiones y la planificación, la conducción y el control de proyectos. Los asesores deben involucrarse en los proyectos de implantación de tecnología informática, asegurando, asimismo, que también lo hagan 16


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los usuarios. Está comprobado que, en muchos casos, los proyectos de tecnología que mejor funcionan son liderados por los usuarios, y no por los especialistas de sistemas. Los usuarios tienen un interés directo en la obtención de resultados exitosos; son los que mejor conocen las necesidades que deben satisfacerse y son responsables de justificar la inversión involucrada. Los proyectos de incorporación de tecnología implican generalmente la compra de paquetes de aplicaciones, muchas de las cuales están integradas para satisfacer las demandas de la mayor parte de los procesos de la organización. La incorporación de estos paquetes, que en muchos casos exigen significativos esfuerzos de adaptación, capacitación e implantación, requiere la elaboración de un proyecto organizacional, y no de un proyecto puramente tecnológico. Se trata de proyectos organizacionales montados sobre tecnología informática. Si se los encara sólo como proyectos de tecnología, suelen fracasar o tener resultados limitados. Es necesario diseñar una estrategia general para la adopción de nueva tecnología. La principal alternativa en este sentido es la opción entre ser líder o “seguidor alerta”. La opción de ser líder puede generar, por cierto tiempo, una ventaja competitiva, pero requiere la disposición y posibilidad de realizar importantes inversiones. Sin embargo, en muchas ocasiones se puede generar una buena posición competitiva adoptando la estrategia de seguidor alerta, la que consiste en mantener un atento conocimiento de las experiencias pioneras de implementación de la tecnología novedosa y, en el momento en que se la considera convalidada, concretar el propio proyecto. Esto, además, suele derivar en los beneficios provenientes de la paulatina reducción de los precios de cualquier producto de la tecnología. En materia de sistemas informáticos, un importante principio es el de que tales sistemas son demasiado importantes como para dejarlos solamente en manos de los tecnólogos. De esto se deriva un amplio campo de acción para los profesionales en Ciencias Económicas. Respecto a la evolución de la tecnología informática, se han formulado, entre otras, las siguientes leyes principales:

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o Ley de Moore (Fundador de Intel): “El poder de procesamiento de un chip se duplica cada dieciocho meses mientras el costo se mantiene constante”. o Ley de Ancho de Banda o Ley de Gilder (Economista especializado en tecnología informática): “El ancho de banda se duplica cada año”. Estas leyes se han venido cumpliendo desde hace muchos años, y se seguirán cumpliendo, por lo menos, por más de una década. En virtud de lo que ellas sostienen, se produce un permanente y marcado crecimiento en el uso de la tecnología informática, tanto de computación como de comunicaciones, y una casi asombrosa reducción de los precios en relación con las prestaciones. Sin embargo, en materia de sistemas de información de las organizaciones, debe tenerse siempre presente que no se trata de incorporar tecnología, sino de incorporar soluciones. Esto da lugar a que existan en el mercado empresas proveedoras de servicios de integración de sistemas que, más allá de marcas y modelos de productos, ofrecen la implementación de la solución completa a la que cada organización aspira. La instalación de nueva tecnología no debe limitarse a una mera automatización, es decir, hacer con máquinas lo que antes se hacía manualmente. Si bien esto puede dar lugar a mayor rapidez y seguridad de las operaciones, deja de lado los beneficios que la tecnología puede aportar en la implantación y los resultados de sistemas de información y de procesos de reingeniería. Los profesionales en Ciencias Económicas poseen formación en estos últimos aspectos, condición de la que suelen carecer quienes se centran puramente en las herramientas de computación. La ejecución de los proyectos de sistemas puede demandar mucho tiempo. Pero los usuarios requieren que la solución de sus problemas y la satisfacción de sus necesidades se concreten a corto plazo. Además, cuando los proyectos duran mucho, aumenta su complejidad y son afectados por el frecuente cambio de las condiciones del contexto. Por estas razones, la concepción del plan principal debe realizarse a mediano o largo plazo, pero es necesario aproximarse a ella mediante proyectos de corto plazo. Como suele decirse, hay que pensar en grande y ejecutar en pequeño; es decir, planificar globalmente, pero ejecutar parcialmente. Los grandes proyectos deben dividirse en etapas, cada una de las cuales debe producir resultados en algunas semanas o, a lo sumo, en pocos me-

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ses. Todo proyecto que demande muchos meses debe ser factorizado mediante su división en subproyectos. En el ambiente de la industria informática se usa una jerga particular que resulta muy hermética para quienes no son especialistas. Técnicos, empresas proveedoras, vendedores, autores y periodistas utilizan una maraña de términos, acrónimos, siglas y neologismos, generalmente derivados del idioma inglés. Los siguientes son ejemplos ilustrativos. Términos buffer (memoria intermedia) background (segundo plano) motherboard (placa principal) Acrónimos bit (BInary digiT = dígito binario) modem (MOdulador DEModulador) adware (ADdvertising supported softWARE = programa financiado con publicidad) Siglas RAM (random access memory = memoria de acceso libre). LCD (liquid crystal display = pantalla de cristal líquido). MIPS (million instructions per second = millón de instrucciones por segundo). Neologismos resetear (derivado de reset = volver al estado inicial). chatear (derivado de chat = charla electrónica). zipear (con el significado de ‘comprimir un archivo’ y derivado del programa de compresión llamado ‘ZIP’). Estos recursos expresivos, muchas veces alimentados por intereses comerciales o por el afán de impresionar al interlocutor, no deben amedrentar a quienes deban comunicarse con técnicos especialistas, ya que nada misterioso se esconde detrás de tales palabras. Un buen diccionario o glosario de informática aportará la mayor parte de las aclaraciones. El precio de los productos de la industria informática tiene muy especiales características. Los profesionales en Ciencias Económicas saben que, comúnmente, el precio de una mercadería tiene relación directa con el costo de producirla. En los productos de la industria informática, que están mayormente constituidos por bytes (es decir, representaciones 19


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simbólicas), el precio no está relacionado con el costo. Un producto de software tiene altos costos de producción, entendido este último término como la creación del producto. Pero el costo de reproducción es prácticamente nulo. Los conceptos de ‘costo fijo’ o de ‘costo variable’ son también válidos en la industria informática, pero, en ella, tales costos se comportan de manera distinta. La gran mayor parte son costos fijos, y una pequeña parte son costos variables. Por ello, en esta clase de productos, es frecuente que el precio cambie o se defina según quien sea el cliente. Asimismo, un producto de software puede tener un precio insignificante a fin de estimular la compra de los productos de hardware que se requieren para utilizarlo, o bien para generar ingresos por el servicio de mantenimiento del producto. Teniendo en cuenta que, en virtud de estas características, el precio de los productos de la tecnología informática es, muchas veces, el precio que está dispuesto a pagar el cliente, la decisión de comprar tales productos debe sustentarse en cuidadosos análisis. El profesional en Ciencias Económicas que se desempeña como ejecutivo, contador, gerente administrativo, gerente general, asesor administrativo, asesor contable o auditor no tiene otra opción que entender la tecnología informática y participar, desde las capas exteriores del esquema expuesto al principio de este capítulo, en las acciones de la organización dirigidas a implantar y explotar los recursos informáticos. Esta consideración tiene muy pocas excepciones, tal como, por ejemplo, la del profesional dedicado exclusivamente al asesoramiento impositivo. En un proyecto de tecnología informática, el profesional en Ciencias Económicas puede cumplir diversos roles. Por ejemplo, puede ser el “patrocinante” del proyecto, es decir, aquel que le concede su apoyo, especialmente si el profesional ocupa un puesto de alto nivel, tal como el de miembro del Comité de Dirección. También puede ser el gerente o coordinador del proyecto, contando, para la consideración de las cuestiones puramente técnicas, con un colaborador especialista. Asimismo, el profesional puede estar en la situación de ser protagonista del proyecto en su calidad de usuario directo o indirecto, auditor, asesor, etc. En cualquiera de estos papeles, los profesionales en Ciencias Económicas no necesitan dominar las capas internas del esquema, es decir, las de hardware, de software de base y de bases de datos, pero deben conocer profundamente las restantes capas externas, es decir, las de procesos, sistemas de información y software de aplicación.

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Muchos de los ejecutivos de sistemas en empresas importantes no son egresados de carreras de tecnología, sino de carreras de negocios que han entendido la naturaleza y el funcionamiento de la tecnología informática. Un gran número de egresados de carreras de pura tecnología están cursando una maestría de negocios para poder aspirar a puestos ejecutivos. La tecnología informática debe responder a la estrategia del negocio y estar al servicio de ella. Pero debe tenerse en cuenta que existen muchos negocios en los que, para definir la estrategia, es necesario saber qué es lo que la tecnología puede brindar. Un banco, por ejemplo, depende del conocimiento de la tecnología para plantear su estrategia de negocio, pues éste se halla basado en la tecnología. Un aspecto que debe ser cuidadosamente administrado es la aplicación del outsourcing o tercerización de las actividades informáticas. En general, la tercerización puede ofrecer ventajas de operación y de costo, pero deben extremarse los recaudos para su eficiente planificación, ejecución y control. La evaluación del proveedor de servicios de outsourcing debe ser rigurosa, y tanto tal evaluación como la auditoria de cumplimiento pueden ser ejercidas por el profesional en Ciencias Económicas, teniendo en cuenta que la tercerización no implica una abdicación, sino la delegación de la ejecución, pero reteniendo el planeamiento y el control. En la actualidad, estamos viviendo en la denominada ‘sociedad del conocimiento’ o ‘sociedad de la información’. En este sentido, los profesionales en Ciencias Económicas deben advertir que los conjuntos sociales y las organizaciones tienen mayor valor por el conocimiento acumulado que por sus activos fijos. Existe un importante déficit de recursos humanos formados en tecnología informática. Aunque hay una gran demanda de técnicos, hay también una gran demanda de analistas funcionales de sistemas cuyo perfil es satisfecho por los profesionales en Ciencias Económicas. Todo lo expuesto explica y fundamenta las razones de la importante participación de los profesionales en Ciencias Económicas en la administración de la tecnología informática puesta al servicio de los sistemas de información, de los procesos y, en definitiva, de la organización. Los técnicos manejan y dominan los aspectos visibles e instrumentales de la tecnología, lo que, por otra parte, es el aporte que de ellos se espera. Pero 21


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los aspectos más importantes y los problemas más serios de los proyectos de tecnología informática residen en cuestiones que no resultan tan visibles, tales como la administración del cambio, la estrategia de sistemas y el uso de la información como el principal recurso para el manejo de la organización toda.

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