Nu2 nº 51

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alejandro días echedey ramírez liván verdercia parto cerebral nuria vidal alejandro correa césar manrique marie détrée fran rodriguez roberto batista josé suárez alberto de león

francis pérez álvaro guzmán ahmed erraji mario relaño nico panna óscar valido martina villar luis miguel coloma martín y sicilia verónica farizo

DICIEMBRE FEBRERO 2019

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Editorial

Un día desembarqué en una isla poblada para aislarme de otros, para cobrarle las horas pendientes al tiempo y mecerlas bajo la luna del mar. Llegué como un mendigo dichoso, con viento sobre la cara y nostalgia entre las manos. Hallé un lugar donde lamerme las revoluciones perdidas sin temor a extraviarlas en el tiempo. A pesar de las inclemencias, la resignación no entra en mis bolsillos; me seduce más el frío que el uniforme, la cueva que un templo, la arena que el alfalto. Hoy, con mi botella serena, soy el canto de un borracho marino, el salitre incrustado en su barba, la niebla que oculta la taberna. En estos años, las olas me separaron de todos ellos... de las filas, de los filos, de los hilos, de las hienas. En tierra, todos acechan; se les puede ver desgarrándose las uñas mientras la hiel de sus ojos refleja las fauces frente a vidrieras, son las

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EDITOR y DIRECTOR Fernando Barbarin REDACCIÓN María Larumbe

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sombras hambrientas que siembran piedras y desprecian a los desiguales. Algunos, zozobran por el peso de sus alforjas, y sobre la tierra naufragan. Mi isla los aisla, pero si algún día abordan mi orilla, soplaré con mis puños hasta que los devore la marea. Yo elegí silbar con los alisios y desenredar cometas, apagar el ruido y observar de cerca la distancia. Hoy, más que nunca, tengo los pies sobre la mar. Así sé que la roca es el más confortable de los tronos, que el suspiro póstumo de una estrella es candil en la noche, que la silueta crujiente de un cráter encarna la anarquía perfecta. Sé que los años requieren segundos y que un dedal de mar es más libre que el mayor de los pantanos. Tras la orilla de mi barca no cicatrizan la fronteras. Os espero.

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SUMARIO

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FRANCIS PÉREZ

Una cámara con agallas

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Un tinerfeño, entusiasta y amante del buceo, testigo presencial de la dibersidad que atesora los océanos.

ARTÍCULO >

MI ISLA >

Tinamala · 12

Luis Miguel Coloma · 22

Durante más de 15 años se estuvo extrayendo canto rojo de la montaña de Tinamala.

Te escondes entre las costuras de mis recuerdos más profundos.

ARTÍCULO >

MAR AFUERA >

Hijo del mar · 14

Nico Panna · 24

Con 5 años de edad, yendo con su familia hacía la playa local de Rabat.

Movimiento de renovación cultural, con mensajes gráficos.

MAR AFUERA >

2NU2 >

La vida bajo las aguas · 18

Pancho Lasso · 25

Cada vez que abría el grifo, se quedaba abstraído mientras el agua corría.

Proyectos de alumando de la Escuela de arte.

ARTE >

ISLAGRAM... >

Martín y Sicilia · 20

Espacio móvil · 27

Te escondes entre las costuras de mis recuerdos más profundos.

En muchas ocasiones la belleza se camufla en lo cotidiano, una mirada tras la cámara...

SALITRE >

ARTE COLECTIVO >

Óscar y Martina · 21

Parto Cerebral · 28

n el paraguas del infinito, el pasado. Sobre el follaje alborotador de mi copa...

Espacio para el arte asociativo conejero canalizado por asociaciones culturales.

PINTURA > Alejandro Correa . . . . . . . . . . 32

MAR Y ARTE · 31

ESCULTURA > César Manrique . . . . . . . . 33

Espacio de intercambio artístico donde el punto de referencia para el desarrollo creativo es el mar.

PINTURA > Marie Détrée . . . . . . . . . . . . . 34

Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos, ilustraciones e imágenes incluidos en esta publicación sin permiso por escrito del editor.

PINTURA > Fran Rodriguez . . . . . . . . . . . 35 PINTURA > Roberto Batista . . . . . . . . . . . 36 PINTURA > José Suárez . . . . . . . . . . . . . 37 PINTURA > Alberto de León . . . . . . . . . . 38



Una cámara con agallas Francis Pérez. Comenzó su carrera fotográfica capturando el lecho marino canario y hoy es uno de los fotógrafos submarinos con mayor proyección internacional. Un tinerfeño entusiasta y amante del buceo, testigo presencial de la diversidad que atesoran nuestros océanos.

A lo largo de su dilatada trayectoria, ha sido galardonado en numerosos concursos internacionales de fotografía. Recientemente fue premiado en el presigioso WORLD PRESS PHOTO 2017 dentro del apartado de naturaleza. Su trabajo se ha podido ver en revistas como National Geographic y libros como Blue Hope, de Sylvia Earle. Toda una vida seducido por el mar, ¿existen las sirenas? (sonríe) Yo quiero pensar que sí; y el que diga lo contrario, que lo demuestre. Si el mar fuese una naranja podemos decir que solo conocemos la cáscara. Sabemos más del universo que de nuestros océanos; por lo tanto, quiero pensar que sí existen. ¿Qué te impulsó a empuñar una cámara bajo el agua? Pues después de unos años buceando y acompañando a amigos que ya tenían cámara, empecé a sentir la necesidad de mostrar lo que estaba viendo en mis inmersiones, quería enseñarlo a mi familia y amigos. Así fue que me lancé y me compré una cámara

analógica y la metí directamente en una carcasa submarina. ¿A qué dificultades técnicas se enfrenta un fotógrafo submarino? Pues la principal es que el agua y la electricidad están peleadas desde siempre, así que por ahora hay que meter nuestras cámaras en cajas estancas; eso lo primero. Lo segundo es que debajo del agua todo cambia, estamos disparando a través de un cristal y no solo estamos fotografiando animales o paisajes submarinos, estamos fotografiando agua y ésta cambia; a veces está turbia, a veces clara, a veces muy azul y a veces verde, tiene textura y varía según la luz. Otra cosa fundamental es que a medida que bajamos vamos perdiendo los colores cálidos, rojos y naranjas, y va permaneciendo el azul. Entonces tenemos que utilizar luz artificial y otras técnicas para devolver a la escena los colores “reales”. ¿Qué quieres transmitir a través de tu trabajo? Mi pasión por el océano, su belleza, su fragilidad, sus colores, su misterio, su azul, sus habitantes, sus paisajes…, su deterioro.

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A través de tus fotografías nos sumerges en un espacio de serenidad y armonía, ¿cuándo sabes que estás frente a la fotografía deseada? Muchas de las fotografías deseadas hay que buscarlas, pero siíreconozco que algunas han sido por estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado y con un poquito de suerte. Cuando miro por el visor, disparo y veo en la pantalla de la cámara lo que está saliendo; entonces empieza el cosquilleo en el estómago y sigo disparando fotos todo lo que puedo, buscando la foto deseada. Luego miro si está enfocada, si la foto es correcta técnicamente y si es así, vuelves al muelle con la sonrisa en la cara. ¿Como describirías tu mundo submarino? Durante mucho tiempo lo definí como decía Cousteau, “El mundo del silencio”; pero ya en los últimos años me he dado cuenta de que de silencioso no tiene nada, que uno de los grandes problemas que hay actualmente es la contaminación acústica y que está provocando problemas de comunicación entre los cetáceos. ¿Cuál es la fotografía que has perseguido y todavía no has logrado? Pues tengo unas cuantas en la “wishlist”. Una de ellas son la iguanas de las Islas Galápagos; nunca he empleado tanto tiempo y esfuerzo en conseguir una foto y aún hoy no he podido conseguirla. Me refiero a una iguana comiendo bajo el agua; he estado en el agua hasta cuatro horas sin salir esperando a que entren a comer, y nada. En el 2015 estuve a punto de ir a Fernandina, la isla con más iguanas de todo


Galápagos y saliendo de la Isla de Darwin se averió uno de los dos motores del barco y tuvimos que cambiar de ruta. Así que tendré que volver. Has recorrido el mundo cámara en mano, ¿cuál es la experiencia que más te ha marcado? Pues ha sido aquí en Canarias, y fue cuando me puse delante de un rorcual de unos 14 metros en plena acción. Lo fotografié en una embestida a una bola de chicharros, me lancé al agua y me puse delante de la bola mientras la engullía, a unos pocos metros de él. Con tu permiso, queremos conocer aspectos personales, ¿cuál es la especie marina con la que más te identificas? Quizás con los rorcuales, son las ballenas que más he fotografiado. Pero mi unicornio y con el que tengo una espinita clavada son los cachalotes, para mí es la ballena de las ballenas. Los quiero fotografiar en Canarias, pero por ahora se resisten. Muchos desconocen que Canarias es uno de los lugares del mundo con mayor variedad de cetáceos, ¿están los responsables políticos capacitados para la gestión y protección de este tesoro marino? Los responsables y gestores sí son conscientes y están capacitados; son biólogos, gente de ciencias del mar… que sabe lo que hace. El problema no son los políticos, ni los gestores, creo que es fácil siempre echarle la culpa a ellos. Pienso que es todo un poco, la gente en general no sabe que aquí hay cetáceos, cuando ven mis


fotos de los rorcuales piensan que son de otro lugar. Hay una legislación en torno a los cetáceos que la gente desconoce; no hay información, no hay educación, hay también mucho pirata y sobre todo, hay falta de medios para hacer cumplir dichas normas. Lo que sí es cierto, por ejemplo, es que las ballenas piloto del suroeste de Tenerife tienen la hormona del estrés, el cortisol, muy alta en comparación a ballenas de otros lugares. Y está claro que la previón de avistamientos legales e ilegales afecta en este sentido. Hay un negocio muy potente y muy beneficioso en torno a las ballenas que si sigue así tendrá consecuencias. Este último año creo que se medidas y la cosa va a cambiar, vamos a ver.

navegación en zódiac. El cambo climático es una realidad y no somos conscientes hasta que lo vivimos de cerca.

Parece que el cambio climático es ya una realidad, ¿has podido constatar estos cambios? Respecto al cambio climático sí lo empiezo a ver en nuestras islas. El verano pasado, en el suroeste de Tenerife, el agua alcanzó los 26 grados, y eso no es normal; nunca lo había visto en los años que llevo en el mar. Otra cosa que me sorprendió fue cuando en el viaje que hice a Chile, a Patagonia, me fui a bucear al glaciar Santa Inés y vi como entre el frente actual del glaciar y el frente más antiguo, la morrena, había casi media hora de

¿Tu próximo proyecto? Tengo un viaje ya programado y cerrado para fotografiar cachalotes a las Islas Mauricio,en abril del 2019, y antes intentaré volver a Chile; quiero volver a Chañaral de Aceituno, a la Reserva Marina Pingüino de Humboldt, a fotografiar ballenas, como no; en marzo más o menos. Y si todo sale bien, a final de año, de nuevo a Patagonia. El resto aquí, en casa, y en el agua todo lo que pueda. Con muchas ganas, vamos a ver como empieza el año.

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La vida surgió y evolucionó en el mar. Si no cuidamos el mar, ¿terminaremos con la vida? Si, es una frase que parece un tópico, pero es la pura realidad. Silvia Earle dice siempre “ No blue, no green”. Nuestro planeta, en su “superficie” es un 70% de agua; un planeta sin los océanos sería un planeta sin vida. Cada vez que se extingue una especie marina estamos matando un poco más el océano. Falta protección en todas partes. De nosotros depende cambiar esta tendencia.


Mensaje para

una botella Rosa Elena Brito

... y el agua … y el agua. Una vez, en algún tiempo, tuve la suerte de escuchar esta conversación: –¿Dices, que fuiste color, entonces?, ¿y antes?, ¿a qué te dedicabas?, ¿a ser persona y consolarte con la rutina? ¿durante cuánto tiempo dejaste abandonada tu alma?, ¿con qué la alimentabas a ella si ignorabas su existencia?. Ya veo, te conformabas con que habitara en ti esa paz engañosa pero cómoda que encubre con la ocupación las inquietudes inherentes al ser humano, anulando el sentido de su existencia. La rutina es el placebo de las masas. Pobre especie la humana… –No… espera, tampoco es así, tengo un cuerpo material por el cual responder, no puedo andar siempre navegando por la isla de los sueños… –Les he observado desde siempre… a lo largo de la evolución y temía que este momento llegara. ¿No te das cuenta?, la vida terrenal ha alienado tu verdadero yo, ha desterrado de tu cuerpo el sentido real de tu existencia desde hace tanto tiempo que ya hasta ignoras la posibilidad de tenerlo, ¿para qué quieres así un cuerpo?. Éste debe servirte de nexo entre las posibilidades que te brinda tu mente en lo irracional e inaprensible, y entre la vida terrenal, para que ambas formas convivan y se beneficien la una de la otra. Tu cuerpo es la puerta que tienen lo extraterrenal y el mundo físico para poder comunicarse. Si tú te quedas en uno de ellos, éste se empobrecerá y el otro morirá en el olvido. Sólo conviviendo podrán ambos evolucionar en ti y tú alcanzar tu satisfacción desarrollando todos tus potenciales. –No sé… no es tan sencillo… la vida terrenal es la que más duele y se sufre, están los miedos, las decepciones… –¿Tú has visto alguna vez sufrir a un árbol?, ¿o a un ave quedarse en tierra pudiendo volar?, son ustedes, los humanos tan imperfectos pero maravillosos a la vez… ellos, el árbol y el ave tienen muy claro lo que su esencia les pide. No dudan, como lo hacen ustedes, en desarrollar todas sus potencias porque la naturaleza no les ha dado esa opción. Así, no cabe la posibilidad de que sufran por ello. Un árbol crece hasta que el propio desarrollo de otro elemento se lo impida. Es árbol en todo su ser y no se espera otra cosa de él y por eso es grandioso. Pero el árbol, no puede elegir entre realizarse como árbol o pez. Sin embargo, a ti, la naturaleza te

ha dotado de la posibilidad de elegir, de inspeccionar en tu interior y ver qué eres realmente. Esto es algo que el árbol no puede hacer. Se te ha concedido la posibilidad de hacer uso de la razón. El problema es que si ignoras esta opción, y a tu alrededor sólo hay peces, querrás ser pez aunque dentro de ti se encuentre un árbol… entonces, vivirás con tus ramas inundadas toda la vida… y quizá nunca madures ningún fruto… sufrirás. –Ya. ¿Sabes?, a veces, mi mente se aleja sin permiso como un niño que se zafa de la mano de su madre cuando está distraída para coger, tocar y probar todo lo que está a su alcance; en otras ocasiones, la suelto de mi mano conscientemente, la dejo marchar, que explore; y a veces, aunque la empuje, no se mueve. Se instala en una parcela de mi cabeza y practica y juega con el eco que retumba una y otra vez… incansable. –Entiendo, ese niño del que hablas es tu yo explorador, escúchalo y no dejes que desaparezca, trae vida a tu cuerpo y se llama ilusión. Te orientará en lo que eres. Ese eco molesto, se llama frustración y es el resultado de no haber dejado entrar la ilusión en mucho tiempo. Cultiva ilusión y bondad, y aparecerá ante ti tu verdadero yo. –Ya, pero… ¿y tú?, ¿de dónde sales?, parece que conoces todos los secretos de la vida… ¿quién eres?, ¿quién crees ser?. –Soy tu reflejo, soy el agua. He nacido infinitas veces y he visto a la vida nacer en mí. He adquirido infinitas formas y nunca me he detenido. Soy más vieja que la vida pero regalo juventud. Soy inerte pero fluyo incansable, destruyo y construyo, circulo dentro de ti. Me dejo llevar, dentro de lo que mi condición me consiente y mi ser, es. Como agua.

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Cantera y localización de cine

Durante más de quince años se estuvo extrayendo canto rojo de la montaña de Tinamala, en Guatiza. Hasta que introdujeron el bloque. En 1987 acogió escenas del rodaje sueco de la ópera Aida. Hacia mitad de los años 50 se empezó a extraer canto rojo de la montaña de Guatiza. Perteneció y sigue siendo propiedad de Isaías Fernández Cejudo, quien con su hermano Juan y la colaboración de Jesús Soto, la pusieron a funcionar gracias a una máquina cortadora ideada y desarrollada por el que fuera genial colaborador de César Manrique. Con este material se ha construido medio Arrecife, entre otras cosas… “Estuvo funcionando unos quince años. Primero la de arriba, en la que también se construyó un aljibe para aprovecharla recogiendo agua, y posteriormente la que se encuentra en primer término al llegar. Allí trabajaron unas ocho o diez personas. Su labor consistía en perfeccionar o corregir el corte que hacía la máquina de algunos cantos, además de cargarlos en los camiones… Aquello daba para vivir”, explica Isaías. Hacia mitad de los 60, cuando introdujeron en la isla el bloque, cayó la demanda de canto rojo y “la cantera acabó cerrando a principios de los 70. Sin embargo, unos pedidos

hicieron que retomara temporalmente su actividad. La reforma del Convento de Santo Domingo, en Teguise, el Hotel Meliá Salinas y también para Caleta de Famara”, apunta. Acabada la demanda del material, comenzó a interesar el enclave. En 1987 la cantera grande se convirtió en un gran templo egipcio de quince metros de altura. En ella, (además de en otras localizaciones de la isla), se rodaron escenas de una versión cinematográfica de la ópera Aida, de Verdi. Una película con 150 millones de pesetas de presupuesto (900.000 euros), dirigida por el sueco Claes Fellbom, al frente de un equipo de la Folkoperan (compañía de ópera Popular de Estocolmo), y con más de un centenar de extras seleccionados entre los residentes en la isla. MÁS 30 AÑOS DE SILENCIO La gente de Guatiza la conoce como 'el chinero'. De aquí se sacó piedra para asfaltar las carreteras de media isla, y estuvo funcionando hasta los años 80. El chinero de Guatiza es el legado silencioso de otro tiempo y otra medida de las cosas. De allí sacaba piedra todo el que la necesitaba. Igual que del campo o de la playa. Eras público... Pero llegaron los años 50 y el turismo, y había que hacer


“De allí sacaba piedra todo el que la necesitaba. Igual que del campo o de la playa. Era público...“ carreteras porque sólo había en Lanzarote pistas de tierra. Por aquel entonces, los hermanos Juan e Isaías Fernández Cejudo tenían un camión y le ofrecieron al Cabildo transportar piedra para los trabajos de asfaltado. “No había permisos burocráticos, ni contratos, ni hacían falta... Se hablaba. Tú necesitas esto, yo te lo proporciono”, explica Isaías sonriendo mientras busca en su memoria. “Trabajaban tres o cuatro hombres -añade-, seleccionando la piedra a mano y cargándolas en cestas de palma al camión”. “Estuvo funcionando bien -relata- hasta que pusieron la primera machacadora. Ésta no tuvo éxito porque no tenía apenas demanda. Lo que ellos vendían la gente lo tomaba gratis... Hasta que prohibieron recoger cantos de la playa para construcción”. “Al principio todo era fácil. No había que picar la montaña. Bastaba con recoger de la base y caía más, como cuando haces un hoyo en la arena seca. Pero las necesidades fueron aumentando y el Cabildo puso un camión con una criba de tambor, que seleccionaba piedra de distintos grosores y que hoy permanece

allí roído por el óxido y los años”. De allí salió la carretera de Arrecife a Tahíche, y también la de allí a Órzola. Se utilizó a su vez para hacer la Avenida de las Playas de Puerto del Carmen. Luego, cuando tocó construir las carreteras del sur y del oeste de la isla, se habilitó una cantera similar cerca de Masdache. Poco después, Isaías compró con con su socio, Manuel Nieves, una criba mayor, con cinta transportadora que separaba y canalizaba la piedra según el tamaño. “La construyó un ingeniero alemán que vivía en Las Palmas. Nos costó... no llegó a 200.000 pesetas (1.200 euros). En verdad era muy sencilla. Tenía un motor de unos tres caballos y estuvo funcionando unos cuatro años. Se amortizó... No se ganaba mucho dinero, pero bastó”. Casi a principios de los 80 ya había tres machacadoras, casi todas las carreteras estaban ya hechas y dejó de hacer falta. Isaías empezó a explotar la cantera de canto rojo del otro lado de la montaña, y el chinero quedó en el olvido. Texto y fotos: Luis Miguel Coloma



Instantes eternos, Lanzarote. Foto Gines Díaz

Con cinco años de edad, yendo con su familia hacía la playa local de Rabat, cayó a un río desde un puente de ocho metros de altura sin saber casi nadar. Al día siguiente volvió al mismo lugar él solo y saltó al vacío voluntariamente. Dos años más tarde ya cogía olas “a pecho”en la gran playa de Bhar Ikbir. Desde entonces su abuela comenzó a llamarle Hijo del Mar. Con tan solo unas aletas el Hijo del Mar nos ha sorprendido a todos enfrentándose al oceáno en grandes temporales y desafiando olas enormes en la costa de Tinajo, Lanzarote. En varias ocasiones se ha activado el servicio de rescate al ser avistado un hombre “aparentemente” en peligro nadando en un mar dantesco. Es por ello, que en días de olas grandes y antes de entrar al agua, Ahmed avisa ahora al 112 para que no desplieguen el dispositivo de emergencia si reci-

ben una llamada con esas características. Pero Ahmed Erraji no sólo dedica su energía a fluir en el agua. Recoge plástico, redes, cabos y “piche” que el mar arroja a las costas de Lanzarote cada semana; trabaja en el servicio de Acogida de menores marroquíes; colabora mensualmente con la ONG Aloha Life de niños discapacitados y con problemas de inserción social, es tutor de dos niños que llegaron en patera a la isla y regenta “La Ola Verde”, un restaurante vegano en Playa Honda. Su honestidad, dedicación y humildad lo definen. Pero el activismo concienciador de Ahmed Erraji y su mensaje de denuncia social han sido omitidos en diferentes entrevistas, habiendo sido publicadas sus hazañas oceánicas en revistas de surf de todo el mundo e incluso en la web de Red Bull recientemente.

Foto Álvaro Guzmán


“La isla tiene tanta energía que te retiene como la mismísima gravedad”

Siempre enfrentando nuevos retos. Foto Antón Carús

¿Cuál ha sido la situación más límite a la que te has enfrentado? Fue en Nazaré hace años (*Nazaré en Portugal es el lugar con las olas más grandes del planeta). Me caí en una ola grande y me rompí el brazo. Acto seguido me quedé inconsciente. Hasta hoy no sé quién me sacó ni cómo llegué al hospital. Desde aquí,le doy miles de gracias a ese héroe anónimo. ¿Por qué viniste a Lanzarote? Vivía en Gran Canaria y un hotel me llamó desde Lanzarote para una entrevista. Cogí mi furgo rumbo a La Isla. Pasé la primera noche en la playa de Famara, la segunda en La Santa y ahí entendí que me daba igual el resultado de la entrevista. La isla tiene tanta energía que te retiene como la mismísima gravedad. ¿Ha potenciado la isla tu integridad y ganas de cambiar las cosas? Hoy en día el hombre se enfrenta con la naturaleza en una lucha para dominarla y explotarla. Pero en esta isla hay tanta energía que te enseña a ser honesto contigo mismo y con la

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madre naturaleza. Además de vivir una vida que va de acuerdo a tus valores personales. Para mí este paisaje es un regalo que no tiene precio. Por eso me siento con la gran responsabilidad de cuidarlo. No debería existir una dominación de uno sobre el otro. Ahmed, creo que no consumes nada cuya elaboración haya supuesto stress a ningún animal, ¿desde cuándo eres vegano?, ¿Por qué? Hace casi dos años. Uno tiene que descubrir que cuando sufrimos, sufrimos de igual manera seas un cerdo, un oso o un niño. Verdaderamente me siento muy apenado por aquellos que hablan incoherencias con respecto al “SI AL CONSUMO DE CARNE”, lo que injustamente produce la muerte de aquellos seres vivos que no tienen como defenderse, que no tienen una voz que llegue al oído de cada ser humano. En el sector ganadero, dos mil litros de agua es lo que requiere una hamburguesa de cien gramos. Una sola hamburguesa es lo que equivale a ducharme durante dos meses enteros. El agua es el nuevo petróleo y las naciones pronto irán a la guerra por ello. El 90 % de peces pequeños


“Más y más petróleo” Foto Álvaro Guzmán

“Mi historia con el mar comenzó a los cinco años de edad. Me conmueve su inmensidad y también me impresionan sus grandes olas. Siento que es poderoso, el dueño del lugar. El agua te arrastra y acaricia tu cuerpo. Es como una temible seducción. Su fragancia es tan particular que no te permite olvidarla fácilmente. Cuando estoy en el mar es realmente mi momento, como una meditación. Simplemente percibir durante el transcurso del día sus diferentes colores, es también es maravilloso.”

Nazaré, Portugal. Foto Ginés Díaz padre

mueren para alimentar ganado. Las vacas siendo vegetarianas son ahora el depredador marítimo más grande del mundo. En definitiva, comer carne trae mal carma y ofende la humilde creación de esa tierra. Actualmente eres medio tutor de dos niños marroquíes y trabajas con los menores que están llegando en patera a Lanzarote. Además estás organizando recogidas de basura en la costa con estos chicos, ¿crees que estas acciones pueden normalizar la situación? Son acciones que pueden aliviar la situación. Normalizarla no. Ellos ven en Europa ese familiar cercano y tienen razón. Europa siempre ha hecho el rol de padrastro, un padrastro que simula protección al tiempo que coloniza, saquea y a menudo pega y bombardea a África. Esa madre no necesita a un protector para reafirmarse como continente; ella tiene muchos hijos, muchos recursos. Si la dejaran en paz no habría fronteras ni pateras; quizás Europa bajaría con visado a África para trabajar. ¿Cuáles crees que son las herramientas para el cambio de conciencia que el planeta y todos necesitamos?

Primera limpieza con los menores en el Saladar de La Santa. Octubre 18. Foto Álvaro Guzmán

Empatía y darnos cuenta de nuestro parentesco con todos los seres vivos. La tierra puede producir lo suficiente para las necesidades de todos, pero NO lo suficiente para satisfacer la avaricia de todos. Aprender a desaprender estos hábitos que no respetan el entorno ni a nosotros mismos. También podríamos denominarte Hijo de la Tierra ya que cuidas, respetas y mejoras nuestro entorno fuera del mar. En diferentes entrevistas han omitido tu mensaje de denuncia y conciencia ambiental y humana. ¿Hay algo que quieras decir al respecto? El planeta nos pide a gritos un cambio de actitud. Solo el hecho básico de plantar un árbol siembra conciencia. Una fruta fue primero una semilla. Si cuidas un huerto, él te cuida a ti, tu le alimentas y él a ti. Pocas cosas en nuestra desagradable vida funcionan así, con tanta justicia. Le basta un lugar donde crecer. Nace, crece y es parte del mundo. Entonces uno se da cuenta que el auténtico sueño en esta vida es La Vida misma. Amar y cuidar el entorno. Cuando hablo de la vida no me refiero solo a la humana, sino a las otras vidas injustamente mal tratadas. Entrevista por Álvaro Guzmán www.alvaroguzmanfoto.com


> abc sub

FOTO: FRANCIS PÉREZ www.francisperez.es TEXTO: MARIO M. RELAÑO http://hisaetuvalu.wix.com/mariomrelano

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LA VIDA BAJO LAS AGUAS Cada vez que abría el grifo, se quedaba abstraído mientras el agua corría. Pasaba minutos enteros viendo perderse el chorro por aquel agujero infinito sin saber muy bien por qué lo hacía. Quizá era un trauma infantil que le angustiaba desde que una vez vio como su mundo se sumergía literalmente bajo las aguas del mar. Hace varias semanas, pocos lustros después de que toda su vida quedase arrasada por aquella gran marea no vaticinada, decidió ponerse una escafandra prestada y, desde lo que antes era el pico más alto de la comarca, saltó a las frías aguas de ese mar aún más grande ahora de lo que parecía entonces. Las aguas estaban claras y con la ayuda de un foco que llevaba, pudo ver en el fondo, sumergida a sus pies, la ciudad donde nació y pasó su infancia. Peces de colores de todos los tamaños nadaban ante sus ojos muy por encima de las primeras torres que sobresalían entre verdes posidonias que movían sus brazos al ritmo que las corrientes imponían. La que fuera la torre más alta, se encontraba ya bastante deteriorada y muy tupida de vegetales y corales. No la hubiera reconocido. No se parecía a aquella alta basílica que tanto llegaron a venerar sus antepasados. Animales acuáticos de todo tipo entraban y salían de ella nadando con descaro. Ahora era su ciudad. No reparó apenas en ellos porque era mucho lo que quería recordar

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5 viajando en el tiempo a través de sus calles anegadas. Bajar hacia el fondo era descubrir algo que ya se intuía, era comprobar que parte de la ciudad se había borrado para siempre. Nadando entre aquellos recuerdos finalmente encontró la que había sido su casa durante los seis primeros años de su vida. Cascotes caídos bajo lo que parecía la entrada principal sepultaban el acceso y tan solo cuando miró a través de la ventana se dio cuenta de que aquello debía quedar olvidado para siempre. No había vida que recordar en ese lugar muerto. Una especie de tsunami llegado sin que nadie previera, sepultó aquella villa costera una mañana de agosto. Olas tan gigantes como altos muros dejaron atónitas a todas aquellas personas que, minutos después, morirían ahogadas mientras el agua se levantaba ante ellos. Apenas nadie pudo escapar. Lo extraño del fenómeno fue que las aguas nunca volvieron a bajar. Todo aquello quedó arrasado y sepultado para siempre para convirtiéndose en una ciudad fantasma. Los cuerpos subieron a flote. Las vidas muertas entre la superficie y el fondo. No hubo meteorólogo que supiera nunca explicar lo que sucedió aquella mañana.



De buena casa, buena brasa

¿Dónde reconocer lo que me rodea y poner una primera piedra que dé sentido a mi mundo, a mi existencia? ¿Dónde habitar, entonces? En Alquiler vacacional Martín y Sicilia terminan viviendo en los coches tras ser desalojados de sus casas por imperativos capitalistas, y como náufragos desheredados, levantan una casa que ya no tiene paredes, y se las ven y se las desean para acomodar las estancias entre los asientos y el maletero, pues entre arenas movedizas, podemos vivir de alquiler en una casa prestada o, por qué no, pasar nuestras vacaciones dentro de un cuadro de ilusión

con bellos trampantojos salidos del último catálogo de «la república independiente de mi casa». Un conjunto de imágenes figurativas, a fin de cuentas, que viene a actualizar el catálogo de historias nada autobiográficas de Martín y Sicilia y llenas de señuelo conceptual. Sigue dominando una teatralidad con un regusto por el suspense que sumerge a sus personajes en las consecuencias de la pérdida de sentido del mundo contemporáneo. Después de barrer el bosque, han pintado de nuevo el cuadro en blanco: quedamos todos invitados a reescribir la Historia.


> salitre

óSCAR VALIdO MARtINA VILLAR

ALbERtO hugO ROjAS

EL BOSQUE AÚN HUELE En el paraguas del infinito, el pasado. Sobre el follaje alborotador de mi copa, la idéntica luz que toca el Universo. Alrededor de estos anillos, algo más que tiempo. A nuestro lado, las estaciones. Cuando prorrumpe el otoño con sus atrezos; con sus botas, con sus colas, con sus aletas o con sus alas, no merma ni esclaviza una milésima gota de sangre de nuestras vetustas colectividades. En el otoño, maravilloso bostezo, atusamos de humedad crujiente nuestras lianas, nuestras hojas y nuestras ramas a modo de abierta morada parda, afable y altruista. Él protege los primeros latidos embrionarios ocultos en el corazón de nuestros vientres y juntos preparamos el compost milagroso de la madre tierra. El bosque aún huele, aunque esos seres obstinados, asistidos de relojes a toda máquina, se empecinen en constreñir de basura este maravilloso planeta. Sin embargo, continuamos agitando nuestras cabelleras acopiadas, achatadas, desbaratadas al viento, en ramilletes o estofadas, entretanto exhibimos la más fantástica transformación; la extraordinaria revelación de un paisaje heterogéneo con múltiples camuflajes, colores y fragancias. Somos valientes y nos aligeramos de la nostalgia de nuestros pesos, así como de los tormentos irracionales de esos bípedos que diariamente nos envenenan y nos contagian de excesivos y foráneos pobladores. Las aves y nuestros insectos endémicos son testigos de sus barbaries. Y los mamíferos que, tratando de acercarse para demostrar una afectuosa relación, se desploman sobre nuestros pies ante la impotencia de la frustración. El otoño huele a agua, a entrañas, a crujido, a tierra húmeda y a metamorfosis. A renacimiento y a vida. Y junto con el resto de sus hermanos y de su hermana la primavera no son los criminales de este absurdo latrocinio. Las estaciones no nos degüellan, ni sierran nuestros troncos, ni atraviesan con vileza nuestras pieles, ni nos desencajan en especímenes mutilados. Sobre ellas tampoco recae la demencia ignominiosa de esta apostasía, la que infunden esos individuos de dos patas, los mismos que, con ese talante de reniego, intoxican todo lo que rozan. El otoño no prende nuestros cuerpos ni se deleita cuando,

escuchando nuestros alaridos, perecemos en malditas hogueras; entretanto, esos organismos brincan y beben cada vez que Lucifer se disfraza de fiesta. Agua, tierra, vegetación y otoño, este último silbando con su exclusiva orquesta y paleta, resilientes de un mismo Universo, danzan al unísono y lanzan una última bocanada en una penúltima misión: <<Imposible sobrevivir en este mundo de plásticos, de cables y de cemento embadurnado de tanta inopia alada. Este cometido, respirar y oxigenar, supera con creces a cualquiera de las anteriores estadías. ¡Y es que ni con los dinosaurios fue tan complicado!>>.

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> mi isla

LuIS MIguEL COLOMA http://islaflipica.blogspot.com.es

LA NADA ENVOLVENTE

T

e escondes entre las costuras de mis recuerdos más profundos. Entre los momentos que no alcanzo a reproducir en mi mente. Esos que duermen en la memoria de mi ser esencial. Que no experimentaron quienes fui, ni conocerán quienes seré. Juegas a confundirme asomándote entre mis miedos terrenales y las huellas de mis sonrisas espontáneas. Te cubres con el manto de mi noche y te disuelves en el vacío insondable que me separa de cualquier forma exterior.

Y así, persiguiéndote, entendí la naturaleza del enorme vacío que nos habita. La distancia abisal que nos une y a la vez nos separa. Como un océano. Millones de kilómetros de nada absoluta entre nosotros y en nosotros mismos, apenas islitas minúsculas e insignificantes en el universo. Kilómetros o milímetros envolventes, disfrazados de aire, de vida. Distancias astronómicas de oscuridad total, de inexistencia, que forman parte de mí, de ti, de cada uno de nosotros. De seres vivos e inanimados. Silencio puro que conforma más del noventa por ciento del todo absoluto y del algo más simple. Desde su nivel más básico. Desde nuestras células. Desde los átomos que conforman nuestras células, somos una conjunción de galaxias. Estamos construidos fundamentalmente de vacío. El que hay entre los núcleos y los electrones de cada una de nuestros miles de millones de partículas. Y ese mismo vacío es la casi totalidad del mundo que nos rodea. Afuera. Adentro. Ese es el no-lugar en el que te escondes y en el que te conviertes. El no-espacio entre dos cifras de un código binario. El no-tiempo entre los segundos de un reloj

Obra de Carlos Parra

digital. En las rendijas de mi aspiración y mi espiración. Entre los flujos de las mareas, la cadencia de los solsticios y la magia de los eclipses. Tan inalcanzable eres que solo se te puede representar por medio de relaciones numéricas. Complejas fórmulas matemáticas que pretenden comprender la nada con precisión y exactitud. Sin embargo son en sí mismas abstracción absoluta. Cifras que cuantifican el vacío. Que suman y restan mientras tienden al infinito. Un juego de equilibrios por el que se definen las emociones, la existencia, el Arte…, la vida. Y aun así, no necesitas conocerlo para existir, para ser, para sentir ni para emocionarte. Eres en gran parte vacío y de él estás rodeada. Eres la oscuridad y el silencio y, al mismo tiempo, la luz y la materia que habitan en ellos. Por eso puedo tocarte y no tocarte al mismo tiempo.



> mar afuera

NICO PANNA Nico Lovergraphic Estudio

'FISHERMEN LIVE SET' Técnica mixta

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> 2nu2

aLEjaNDRo Díaz GaRcía “El viajero de la Luz”

PANChO LASSO

EcHEDEy RaMíREz “Soledad”

LIVÁN VERDERcIa “Sin título” 25





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Vidal

> almacenada I Nuria Vidal

Nuria

Hasta el 12 de enero de 2019 la artista Nuria Vidal expone su proyecto “Vagandi Mos” en la sala Cubo del CIC El Almacén

¿Por qué esta exposición se titula “Vagandi mos”? “Vagandi Mos” resume un periodo de trabajo comprendido entre el año 2008 y 2018, entre dos lugares: Madrid y Lanzarote. Es una década reflejada en mis pinturas. Esta exposición habla de un viaje no premeditado. Habla de una búsqueda y un encuentro, habla de un divagar, de esa errancia vital y pictórica de encuentros y reencuentros con mi propio trabajo. Mis amigos Jaime Gil y Marta Peña, tras uno de sus enriquecedores senderos por la isla, me dieron a conocer un revelador trabajo de campo sobre la flora de Canarias realizado por el botánico alemán Herman Dnoche, titulado precisamente “Vagandi mos”. En ese tratado el investigador nos propone, como singular forma de conocimiento e interpretación del paisaje natural de las Islas, la filosofía de “vagabundear” o caminar sin rumbo fijo por las Islas, dejándonos llevar libremente y sin que nada nos determine de antemano. ¿Cómo describirías el proceso de crear en una isla como Lanzarote? “Vagandi mos” muestra un encuentro con mis fuentes de inspiración. Diez años atrás pintaba horizontes sin lugar, nieblas y evanescencias, como si quisiera encontrar aquellos horizontes que no alcanzaba a ver en mi estudio de Madrid. La sorpresa fue llegar a Lanzarote y encontrarme aquí esos paisajes, esas escenas. En

Lanzarote he pintado sombras cuando tanta luz me cegaba, la niebla que buscaba en otros lugares, las noches o los pétalos que hacían flotar mi mente en busca de un lugar en donde posar mi inquietud. Y sobre las pinturas que muestro he seleccionado la obra en papel, porque me gusta la superficie viva y comunicadora de este soporte. Por ello, he optado por mostrarlo sin marcos ni barreras, tal cual lo he pintado. Trabajo el color y me gusta llegar a los umbrales tonales en los que se requiere tiempo para percibir y “entrar” en la obra. También busco la ligereza de la carga de color trabajando con mucha agua y muchas transparencias o, por el contrario, añadiendo en algunas de las pinturas un ligero relieve, a modo de contrapunto. Lo que van a encontrar en la sala es pintura en su estado más puro. Y finalmente llega esta exposición... Sí. En un principio yo iba a exponer en El Almacén en 2009, pero este espacio tuvo que cerrar y el proyecto quedó suspendido sin poder realizarse. Ahora me ha hecho mucha ilusión que me hayan invitado en esta nueva etapa del centro. Y lo he hecho asumiendo el reto que supone exponer en este emblemático centro y además porque la sala me gusta mucho, así como el equipo y todo el entorno artístico-cultural que está generando este espacio, que es muy motivador.

Entrevista: Pepe Betancort / Área de Cultura del Cabildo de Lanzarote. Fotografía: Débora Moro

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César Manrique

Marie Détrée

Fran Rodriguez

Roberto Batista

José Suárez

Alberto de León

Alejandro Correa

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EStA SECCIóN ES POSIbLE gRACIAS AL PAtROCINIO dE:

AYUNTAMIENTO DE ARRECIFE Concejalía de Cultura

La sección “MARTE, mar y arte” ofrece un espacio de diálogo para artistas canarios o residentes en Canarias, cuyas obras estén inspiradas en el mar. Aquí tienen cabida las disferentes disciplinas artísticas que habitan en las islas.


ALEJANDRO CORREA

“HORIZONTE” 2017

Acrílico sobre lienzo, 54x65

Impregnada de nostalgia, riqueza y penumbra, la pintura que sirve de ancla para el alma y a la vez conmina a desviar repentinamente la mirada, como el esquivo movimiento de una sombra en un callejón decimonónico.

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CÉSAR MANRIQUE

“HOMENAJE AL MAR” “Me llega hoy a la memoria el atlántico, maestro mío, lección suprema y constante de entusiasmo, de pasión y de libertad”

César Manrique

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MARIE DÉTRÉE

“EL MAR CRUEL, EL USS AMERICAN STAR” Desde barco trasatlántico hasta de transportador de tropas, desde barco-cárcel hasta hotel flotante, el “América” ha conocido todas las vidas. “Mar cruel” es también el título de una novela marítima de Nicholas Montsarrat que narra la terrible Batalla del Atlántico entre 1939 y 1945. Este naufragio del “América”, en su papel como transportador de tropas (bajo el nombre de “USS Westpoint” en aquellos tiempos) es también para mí un buque fantasma portador de las pesadillas de la Historia. He querido inmortalizar esos últimos instantes en los que, destrozado, partido en dos y agonizante, muere en la costa ventosa de Fuerteventura con el vientre lleno de estos recuerdos que tanto me dicen a mí, como pintora oficial de la Marina. Acrílico sobre lienzo 85x100

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FRAN RODRÍGUEZ

“APLYSIA DACTYLOMELA” No me hayo confinado en el más oscuro y lejano habitáculo de tu universo, ni me resigno a que me intuyas al final de una recta ordenadamente sembrada de números. No soy una cuestión de tamaño o distancia, sino de perspectiva.

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ROBERTO BATISTA

“FELICIDAD” 2008

2018 Óleo sobre lienzo 97x97

El placer profundo, inefable, que es andar por estos campos desiertos y barridos por el viento, subir un repecho difícil y mirar desde allí arriba el paisaje negro, desértico, desnudarse de la camisa para sentir directamente en la piel la agitación furiosa del aire, y después comprender que no se puede hacer nada más, las hierbas secas, a ras de suelo, estremecen, las nubes rozan por un instante las cumbres de los montes y se apartan en dirección al mar y el espíritu entra en una especie de trance, crece, se dilata, va a estallar de felicidad. ¿Qué más resta, sino llorar? José Saramago Cuadernos de Lanzarote, p.102 Diario I-1993, 24 de julio. 36


JOSÉ SUÁREZ

“LA POSE DE LA EXPOSICIÓN YO,YO,YO”

Acrílico sobre tabla.

Yo grito, me lo paso bien aunque los demás disfruten del silencio, dado que yo en ese momento debo comunicarle al mundo que yo estoy pletórico.

David Las Personas

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ALBERTO DE LEÓN

“PATERAS” El mar nos une y nos separa. Es el principio y el fin. Nos da y nos quita.

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DiseĂąo: www.fernandobarbarin.com



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