porada, el 9 de junio del presente año, estos Juegos de Tronos no se han cansado de dejarnos con la boca abierta. Y sucede que la serie no cuenta sólo con personajes intrigantes y carismáticos sino que además le brinda al espectador paisajes y escenarios soñados (la serie se ha rodado en Inglaterra, Marruecos, Croacia, Malta, Islandia, entre otros lugares…), todo esto cercado por una trama que no deja adivinar el futuro de ningún personaje. Todo es incierto, nada es previsible. Y qué decir de la calidad técnica… Directores de la talla de Alan Taylor (“Six Feet Under”, “Lost”, “Roma”, “Los Sopranos”, “Mad Men”), Daniel Minahan (“True blood”, “Six feet under”, “The News Room”) y participaciones como las de Neil Marshall (“Centurión”, “Cuerpo de Elite”, “El Descenso”) coronan un producto de grandísimo nivel. Lannister´s vs. Stark´s, Stark´s vs. Lannister´s, Baratheon vs. Baratheon, Greyjoys vs. Starks, Khaleesi vs. el resto del reino. Pero, ¿cómo empezar a hablar de la serie que nos tiene en vilo, la misma serie que nos lleva a maldecir a todos los dioses, los viejos y los nuevos, durante un capítulo y a adorarlos al siguiente?
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El ultimo hit de HBO, con récord de audiencia no solo en Estados Unidos ha logrado capturar la atención de más de un mortal durante sus tres temporadas Pues bien, comencemos desde el principio. La primera entrega de la saga nos hace entrar a paso lento, muy lento por momentos, en este mundo de cuervos, lobos, leones y dragones… Nos sitúa en el tiempo y espacio de la historia, nos presenta a los protagonistas de la misma para saber, desde el primer día que amaremos a los Stark y odiaremos a los Lannisters (con una pequeña excepción, valga la redundancia). Durante estos primeros capítulos nada aparenta sucederle a ninguno de los personajes, nadie parece estar incómodo, los bebedores siguen bebiendo, los cazadores siguen cazando, los bastardos siguen naciendo, los oportunistas no cesan en sus actividades, los amantes siguen engañándose, el rey sigue reinando.