Edición No 18

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EDICIÓN 18 - MAYO/JUNIO DE 2016



FotografĂ­a Jean Paul Molina


Fotografía Angélica Castellanos

MITOPOÉTICA APLICADA De este modo, para que todo aquello que se aspira a lograr, con la revista, pueda darse; es necesario recurrir a la mitopoética: un subgénero experimental, simbolista y cosmogónico; referente audiovisual que subvierte la narrativa misma y que logra florecer del caos así como florece este proyecto, manteniéndose firme en un mundo sintético y apático. La mitopoética es una especia de visión post surrealista que nace de la imago de la sociedad: el inconsciente colectivo y determinista que forma al individuo desde la niñez: la arquitectura, la gastronomía, el sistema laboral o el sistema gubernamental, la historia o la religión; en suma, todo aquello que rodea al individuo desde su nacimiento y hasta su muerte, y que lo dota de la noción de identidad, donde la mitopoética cumple con la función de remitirse al interior de uno mismo y expresarlo-desenterrarlo desde el símbolo. Así, en la revista se publican contenidos que van más allá de los gustos particulares del colectivo editor, y que se arraigan en el individuo que la lee, de tal forma, que podría ayudar a revelarlo frente a sí mismo; denunciando al mismo tiempo el pérfido autoengaño de su reducción a la colectividad y a la masa, mordiendo con palabras, con sonidos y con imágenes, con el propósito de hacerle despertar frente a su propia visión equívoca de mundo. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ LA CONTRACULTURA Y SU INTERVENCIÓN EN LA SOCIEDAD DEL PROGRESO, CON RESPECTO A LA REVISTA LA CHUECA. John Gómez.

REVISTA LA CHUECA 4


Fotografía Carlos Galván



ILUSTRADORA

DIANA RAMIREZ


FotografĂ­a Karen Fontes


Fotografía Jean Paul Molina

Vuelve La Chueca con su edición Número 18. Llegamos con una nueva narrativa, recargados de la buena energía de nuestros colaboradores, y de su talento. Textos, galerías y entrevistas que nos llevan por lugares cotidianos, paletas de colores que nos permiten crear un lenguaje lleno de originalidad y de frescura, pues nuestra Chueca ya “sacó cédula” con sus 18 números, y llega ahora a las grandes ligas (la mayoría de edad). Esta edición se diagramó en tres idiomas (Español, Inglés y Francés) mostrando con ello su visión universal, de interpretación incluyente y multicultural. La convocatoria, Regard-18, resumió las propuestas audiovisuales precedentes en un video corto que evidenció la evolución de la revista. Es por eso que traemos una edición adaptada a las convenciones visuales de estos rápidos tiempos, con elementos artísticos, virales y humanos. José Girón y John Gómez Mayo de 2016

EDITORIAL


LA CHUECAMENTA DIRECTOR JOHN GÓMEZ DIRECTOR CREATIVO JOSE GIRÓN DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA ANDRÉS LAMUS PRODUCTORA ANGÉLICA CASTELLANOS

Fotografía Matteo Prezioso

JEFA DE COMUNICACIONES JOHANA GUZMÁN TRADUCCIÓN JAVIER GÓMEZ SILVIA JULIANA NAVARRO PORTADA DANIEL CELY

REVISTA LA CHUECA 10

NÚMERO 18 MAYO/JUNIO 2016 www.lachuecamenta.jimdo.com


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VENTANA

RESEÑA El oficio de escribir

URBANO NATURAL

CUENTO Suerte Gombrowicz POESÍA Danielle Barros

Cuentos de una ciudad dormida Hoy soy yo Atazagorafobia

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HUMANIDAD DE LA CÁMARA Luciano Rosso LAF Producciones

EXPERIENCIAS EN FOCO Son de tacón

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PSICOFONÍA

TRAZOS

JORGE MANTILLA CABALLERO: Vida y obra. Darío Ortíz Abby Sampayo

Puerto Candelaria Sinfónico Conmigo somos seis: Tres y Yo + Jaison Neutra en Barrancabermeja Pedrina y Río Esteman


Fotografía Carlos Galván



VENTANA



EL OFICIO DE ESCRIBIR Por Daniel Leguizamón y Mauricio Zapata

CN

Fotografía cedida p Los cuatro jurados finales del Noveno Concurso or R Nacional de Cuento de RCN y el Ministerio de Educación Nacional se dieron cita en el Salón Santa Clara (Hotel Sofitel) con el fin de hablar acerca del oficio de escribir: Piedad Bonnett, Mario Mendoza, Melba Escobar y Patricio Pron. “Cuando uno escribe lo hace con todo el cuerpo” dijo Mendoza. El ejercicio de escribir sucede desde uno mismo e involucra toda la corporalidad. Quizá, debido a esto, el escritor colombiano se habría de ganar una escoliosis por la posición de su espalda al escribir. Pron nos recordó que escribir no es solo una posición física, sino una actitud frente a la realidad que se vive. Mover los libros para colocar un plato sobre la mesa, comprar una caja de cereal, hablar con un amigo. Absolutamente todo alimenta el mundo de quien se ha decidido por la escritura. Pero que todo sea sujeto y objeto de ser escrito y descrito, no hace que al escritor le sea sencillo saber qué escribir. El papel ritual dentro de la producción escrita es una herramienta necesaria para la escritura. Es tan así, decían Pron y Escobar, que es imposible divorciar el estilo de un autor y la manera como su entorno se acomoda a lo que él va a escribir: hay quienes leen antes de lanzarse contra las teclas, como Bonnett. Otros colocan su computador sobre esa mesa en particular, la ubican frente a una silla y luego se disponen a trabajar. Hay cigarrillos, pipas, entre otros. Unos necesitan de la concentración que da el silencio, otros, como Mario Mendoza, prefieren hacer una identificación del entorno, un momento preliminar a la escritura que busca impregnar la imaginación con el grado más alto de verosimilitud. Existe toda una atmósfera que facilita el quehacer creativo, potencializa imágenes y evoca sentimientos y sensaciones.

Fotografía Guile Castel


En una entrevista hecha a Jorge Luis Borges, el escritor argentino manifestó que la biblioteca de su padre fue el acontecimiento capital de su vida, específicamente en su infancia, cuando las lecturas exploratorias le dieron los recursos necesarios para forjar y pulir una inventiva y un estilo propio. Para los cuatro jurados, la relación temprana con los libros también fue determinante para su desarrollo como escritores. Sin embargo, estos primeros acercamientos con las letras no eran llevados a cabo, aún, bajo la mirada de quien lee para escribir, sino del que lo hace para tener la sencilla satisfacción de conocer. Eran bibliotecas que contemplaban variables temáticas que podían situar a cada uno de estos escritores en un contexto social distinto; como en el caso de Pron, quien a corta edad leyó el Libro Rojo de Mao, por estar este dentro de la biblioteca de su padre. Pese a esto, la lectura hedonista fue siempre una constante en la primera etapa de sus vidas, lectura que incluso salvó sus vidas, como la de Mendoza, quien después de haber sido desahuciado por médicos y haberse recuperado de la enfermedad que padecía, encontró en los libros la medicina que lo habría de acompañar de allí en adelante. Cabe resaltar, entonces, que en el oficio de escribir, la escritura no es tan importante como la lectura misma; esta tiene la facultad de reinventar, corregir, guiar o afianzar cualquier idea que un escritor conciba.

Fo to

En medio de esta metástasis creativa en la cabeza del escritor siempre debe estar presente una pregunta que guíe la impulsividad creadora: ¿Para quién escribir? Pron y Bonnet coinciden en que los públicos son r RCN ida po muy diversos. Puede ser incluso el mismo autor d e ía c f Quienes escriben para sí, dice Bonnett, coa gr rren el riesgo de no comunicar, el objetivo último de la escritura. Salir al mundo y volver sobre sí mismo es un ejercicio básico para cualquier autor. Que lo lean, que lo critiquen, que él mismo se manifieste frente a sus lectores, ejerce un poder transformador determinante en la personalidad y el tipo de obra que produce el autor. Por eso también, argumentan Mendoza y Bonnett, es realmente importante que el escritor tenga distintos oficios. La realidad es la que alimenta y la que nutre el texto. Hay que salir al mundo y vivirlo.


Cada vez

que llego a casa, cierro la puerta con rabia pero yo me quedo afuera. Afuera mis sueños son fértiles como la roca, como la caca que adorna las calles del centro. Afuera se mezclan con otros sueños, rostros sin nombre que forman una nube espesa, casi como un aura que llevamos todos sobre la cabeza y que a ratitos llueve y nos moja la cara. Al cerrar la puerta siento el abismo al que conducen los sueños, lo lejos que suelo estar de casa, lo mucho que he comido, lo poco que he leído, lo lento que gira el mundo de este lado de mi corazón y lo sola que estoy al haber rechazado la compañía de mi soledad.

Me asomo a la ventana, me veo sentada afuera, en

una banca del parque y me pregunto si tendré frío. Al cerrar la puerta olvido que allá no siento frío, que las impredecibles estaciones de la ciudad no gobiernan mi ánimo, que los paraguas sólo me sirven cuando estoy adentro. Entonces ocurre que mi espíritu, envainado en la estación más lluviosa, siente los achaques del cuerpo como si fuera viejo y me quedo en casa esperando a que pase. De vez en cuando me asomo a la ventana y veo que sigo ahí, deambulando por el parque con unas piernas largas, las manos en los bolsillos y un gesto altanero en la boca. Me pregunto a dónde voy en las noches cuando me desvelan las pulgas que se han tomado mi cama y todos los perros de la ciudad ladran al tiempo. Me imagino acurrucada en la bóveda celeste masticando despacio los melocotones de la inmortalidad, o en medio de un baile a la luz de la luna rodeada de aborígenes entendiendo cualquier cosa que yo seguro no entiendo.

Los días

comienzan a sobreponerse unos a otros como las páginas de un libro largo y predecible. Poco a poco, nuestros encuentros se van reduciendo. En todo ese tiempo, los árboles no cambian de hojas. A pasos taciturnos recorro la casa con un té de menta.

La lluvia y los exámenes me siembran en la mesa

del comedor, de espaldas a la ventana. Cuando me canso de leer cosas que no entiendo, cierro un momento los ojos y pienso en usted sentada en la banca del parque.

Ilustración Sofía Bernal


SUERTE

Para

mi cumpleaños, recibo un gato con aspecto de tigrillo. Se llama Aquiles, el nombre ya lo traía puesto. Ese día vienen varios amigos a casa y me descubro lavando las uvas, pelándolas y sacándoles la pepa a cada una. Luego me las llevo a la boca, de una en una, mastico veinte veces antes de tragar. En la cama, me pregunto cómo se sabe si envejece el cuerpo o el espíritu. El solo pensamiento contiene la respuesta, me respondo con aburrimiento mientras me limpio el ombligo. En un afán por evocarla y recordar quién soy, me fumo un diálogo de Platón sin encontrar el menor placer en ello y sintiéndome ligeramente ridícula, como si alguien me observara desde lejos. Al día siguiente, me duele la cabeza y me irritan los maullidos de Aquiles.

Mientras

preparo el café, trato de recordar el sueño de la noche anterior. Un año antes era capaz de meterme a la boca veintitrés uvas al mismo tiempo. Y no era un plan, era solo un arrebato. En el sueño, Aquiles y usted corrían por los tejados de la Candelaria en una noche oscura. Yo veía sus siluetas a través del vidrio y sentía una profunda nostalgia. No encontré redención en la costura.

El tiempo ya no andaba hacia delante, sentí pena por

usted y decidí pensar en otra cosa. Casi un año más tarde, me encuentro caminando por la Avenida 19 hacia Guadalupe y me veo pasar, pero no me reconozco en seguida. Sigo mis pisadas arrastrada por una inercia olvidada, que me lleva al parque, a las palomas, a la bóveda, a la banca de siempre en donde me siento y me miro en sus ojos y confirmo que ya no somos la misma.

Usted lleva puestas unas mallas rotas de rayas verdes

con negro y una chaqueta de cuero con flecos, botas de matador y una mirada atenta y perdida de quien todo lo entiende pero ya no le importa. Me siento a su lado pero usted no me ve, quizá porque me he vuelto opaca. Un aborigen con el pelo muy largo se le acerca y juntos se ponen a fumar y a reír.

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Un aĂąo antes era capaz de meterme a la boca veintitrĂŠs uvas al mismo tiempo. Y no era un plan, era solo un arrebato.

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Al volver a casa me asomo a la ventana y veo que está feliz, que ha aprendido a olvidarme. Desde aquí envidio su cara mientras negocia un paquete de risas, mientras nuestro asfalto se va convirtiendo en su edén transitorio. Desde aquí envidio las puertas abiertas que va dejando a su paso, los miedos que va perdiendo a medida que yo los gano. Cierro lo ojos y la veo bailar alrededor del fuego, descalza y risueña. Dos hombres tocan el tambor y el aire huele a trigo, a naranjas, a otro tiempo. Me voy quedando dormida sobre un libro abierto. Poco a poco me voy acostumbrando a las manías de este nuevo ángel que me dice por donde pisar.

Un día,

Aquiles enloquece. Me explican que ha llegado a la pubertad, que tendré que castrarlo si quiero tenerlo conmigo. Lo encierro en su jaula y tomo un taxi. El taxista pregunta si es un tigrillo, le digo que sí y no vuelve a hablar en el resto del recorrido. Me bajo en una clínica de gatos. Me dicen que lo tendrán que operar. La otra opción es dejarlo libre, en la calle. Pero Aquiles ha crecido en sesenta metros, tomando la cena a la misma hora cada día y recibiendo un baño los domingos. Entonces entra a la sala de operaciones. Espero. Al cabo de tres horas me devuelven a Aquiles, encerrado en su jaula y anestesiado. Aquiles y yo salimos a la Séptima.

Está diluviando.

A mí se me escurren las lágrimas. Empapados, en medio de los rayos, un gato sedado y yo esperamos a que un bus pare a recogernos. Los buses no paran. Los carros pasan cerca y nos lanzan oleadas de agua lluvia. Al fin, un bus se detiene y subimos Aquiles, la jaula y yo. Durante el trayecto, abro la reja y le acaricio. Me han dicho que se quedará tranquilo. Con el tiempo, se irá poniendo gordo, somnoliento y retraído. Acuesto a Aquiles en mi cama y le tapo. Luego salgo a buscar la inyección que tendré que ponerle cuando despierte.

Es entonces cuando la veo pasar por la Calle del Despeño. Lleva una

mirada turbia y unas ojeras inmensas; la boca es una mueca huraña de labios partidos. La tristeza ensombrece su cara, que ya no es la mía. Me doy cuenta de cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que la vi.

Fotografía Angélica Castellanos


Después

de ese día, usted se fue convirtiendo en un fantasma. Los meses que siguieron a nuestro encuentro fueron una larga despedida. Todas las noches prendía la chimenea y quemaba cartas de amor, fotografías, diarios, cuadernos, lápices, servilletas con notas escritas, flores de papel. Faltaban pocos días para que terminara la universidad. Aquiles ya había engordado varios kilos y ahora me acompañaba a ver la tele en el sofá, como un esposo cansado. Pronto tendría mi diploma y podría volver a mi ciudad. Los últimos cuatro años de mi vida pasarían a estar cuidadosamente archivados en un cajón de la memoria. El problema era que me costaba saber dónde etiquetarla y ponerla. Incluso, dudaba si habría un espacio dentro de las carpetas para usted. Y de abrir un espacio ¿Cuál sería? ¿En dónde la pondría?

Una mañana

me levanté, había estado leyendo y salí un poco tarde a la Universidad. Estaba atravesando el parque cuando se me acercó. Me costó mucho trabajo reconocerla. Cuando comenzó a hablar entendí que era la primera vez que le oía la voz. La cabeza rapada. La nariz quebrada. El rostro demacrado. Las botas manchadas de barro. El pantalón y el suéter con algunas manchas secas de sangre. Siempre había querido hablar con usted.

Hubiéramos subido juntas. Le hubiera prendido

el calentador para que se bañara con agua hirviendo, seguro que a usted le gusta el agua que quema igual que a mí. También le hubiera prestado un pantalón que le gustara, y una blusa recién planchada; le hubiera preparado una ensalada de frutas con yogurt y cereales, hubiera prendido la cafetera y hubiéramos podido fumarnos un cigarrillo, oír un poco de música, algo que nos gustara a las dos, podría ser Leonard Cohen, quizá no lo haya oído pero yo ya sabía cómo le iba a gustar, le hubiera confesado que la conozco desde el primer día, desde el día en que todo empezó.


Le hubiera

presentado a mi gato, la hubiera escuchado, me hubiera quitado los zapatos para tratar de recordar. Pero entonces vi su mano huesuda con el índice extendido para mostrarme algo que no podía ver. El hilito de su voz, agitada y débil, amenazaba con romperse en cualquier momento. Vi la herida en su tórax, la sangre y la angustia. Con un movimiento enérgico la empujé y me alejé de ahí tan pronto como pude.

Desde la distancia le desee suerte, y aunque creo que no me oyó, aún hoy se la sigo deseando.

Melba Escobar

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GOMBROWICZ Patricio Pron


Un hombre viajó en tren con un caballo. El viaje sólo fue posible gracias a que las ordenanzas -urdidas por funcionarios ingleses encerrados en altas torres inglesas colmadas de papeles ingleses que serían, en algún momento, las ordenanzas inglesas de los ferrocarriles ingleses- contemplaban la posibilidad, mínima, de que un caballo viajara en tren si disimulaba eficazmente su condición equina. En todo caso, y para entonces, nada había en él que recordase al animal que se rebelaba bajo el golpe de fusta y trotaba por el campo misionero para llenarle los ojos de crines y sudor a una señorita que ahora vivía en Buenos Aires. Sólo los cascos, que se disimulaban bajo el ruedo extendido de los pantalones, los brazos caídos a los costados del cuerpo, inútiles para otra labor que no fuera correr, y los pelos, renegridos y brillantes y que le caían sobre el belfo, lo asemejaban a los caballos que habían sido su padre y su abuelo, de los que él ya no parecía guardar memoria. Como un caballo, no podía -y esa era la mayor de sus incapacidades- nombrar las cosas. Su acompañante, un campesino que se había maravillado ya ante las formas precipitadas y cambiantes de la capital misionera, una vez, al ir también a entregar un caballo, se anticipaba a esa incapacidad de hablar de su protegido adivinando sus deseos; pero estos, por otra parte, eran más bien escasos, y se limitaban a avena, terrones de azúcar y agua, que le servían en el vagón comedor en platos de porcelana, y la adivinación no suponía realmente ningún esfuerzo. Al hundir el belfo en el agua o en el plato de avena, se reflejaba en sus ojos, notablemente separados, el placer que le brindan a los caballos


las pequeñas cosas a las que estos pueden acceder, sean todavía caballos o hayan sido convertidos ya en otra cosa. Los esfuerzos porque ese caballo se pareciera a un hombre se habían iniciado un año atrás. En un principio, el animal se había negado a adoptar los gestos que lo asemejarían a un hombre. Una angustia profunda, en la que mucho tenía que ver el absurdo de la gestión, le enturbiaba los ojos hasta que ya no podía ver el campo sino como una extensión acuosa y verde e intransitable; incluso hacia el final de su adiestramiento, el animal no pudo nombrar las cosas que lo rodeaban. El Creador -o la ilusión de él- había podido tolerar que ese caballo se pareciera gradualmente a un muchacho por el imperio de unos hombres, pero parecía haberle vedado para siempre la palabra. El viaje en tren operó, sin embargo, cambios notables. Mientras que al comienzo lo acometía el deseo irrefrenable de correr por los vagones, ese deseo cedió más tarde a favor de otros, como el de probar la carne que servían en el vagón comedor, o realizar una reverencia ante las mujeres con quienes se cruzaba. Al final, los ojos ebrios de tantos paisajes desplegados, extensiones pobladas de caballos que comenzaban ahora a resultarle progresivamente distantes y casi repulsivos en su ansiedad de yeguas, quiso ser llamado por un nombre. Él mismo eligió uno que distaba una enormidad de los nombres oídos en el campo, bajo el peso informe de la montura y del jinete: «Witold Gombrowicz». Los motivos de esa elección permanecieron en el misterio hasta el final de su vida, e incluso después. Cuando el tren detuvo su marcha al fin en los andenes de Retiro, y los campos y los pueblos que se habían entreverado en los

ojos de los viajantes con las primeras calles de la ciudad estaban ya lejos, el campesino creyó que era inútil continuar con la simulación e intentó ensillar a Gombrowicz; pero Gombrowicz se opuso, y sus ojos se llenaron nuevamente de la angustia de aquello que excede el sentido, equino o humano, y resulta incomprensible. Fue igualmente incomprensible para él la sucesión de imágenes de autos, edificios y personas que se le mezclaban rápidamente frente a los ojos con la figura de una señorita, ante un tren inglés, con el rostro desencajado.


Ilustración Sofía Bernal





ILUSTRADORA

DIANA RAMÍREZ

REVISTA LA CHUECA 31


FotografĂ­a Diana Rochet


RAMA Las ideas quieren desprenderse de los hombres. Pobres ilusas, pretenden volar.



urbano natural


CUENTOS DE UNA CIUDAD DORMIDA Estas fotos son un adelanto de un proyecto más grande en el que he estado trabajando desde hace unos meses. Se trata de una serie de imagenes que dan una visión íntima, honesta, y sin concesiones de la ciudad por la noche. De una forma u otra, siempre me ha gustado documentar instantes nocturnos, fotografiando la ciudad, no necesariamente desolada, pero sí dejada sóla por ella, más respetada. Así que, cuando los demás duermen, dejo mi apartamento con una de mis cámaras, un par de rollos (casi siempre en blanco y negro) un buen objetivo, y mi encantador perro. Lo que siempre encuentro es una ciudad silenciosa, desierta. Este es el momento que prefiero para tomar fotografías callejeras, dejando que sombras y luces me guíen. Todas las fotos son análogas, y fueron tomadas con dos cámaras: una Nikon F4s y una Voigtländer Vito III; manejando rollos Kodak T-MAX 400 (forzado 1600 y 3200), y Tri-X 400 (forzado 3200). La película fue revelada por mi usando Agfa Rodinal y Kodak Rodinal HC-110.

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FotografĂ­a Matteo Prezioso


FotografĂ­a Matteo Prezioso




FotografĂ­a Matteo Prezioso


FotografĂ­a Matteo Prezioso



FotografĂ­a Matteo Prezioso



FotografĂ­a Manu Mojito


En unas sociedades diversas, la T paradójicamente “no debe existir” , y si existe será desde la marginación, la decadencia, la miseria emocional y social. Desde ese lugar se ha narrado la Historia T, acostumbrada a enunciarse y autoenunciarse desde un lenguaje alternativo, documental, crudo en forma y fondo, aparentemente coherente con la injusticia y el dolor. Expuesta desde la violencia,la HistoriaT ha reclamado respeto y conciencia al resto de la sociedad. Desde “El Rebusque” (Colombia, 2010) Manu Mojito contradice el modo de narrar y recurre al lenguaje publicitario para seguir escribiendo la Historia T a través de una disciplina diseñada para homogeneizar a las personas, apelando a un lenguaje diseñado para comunicar aquello que se debe ser, pensar y sentir si se quiere pertenecer al mainstream. Si el lenguaje publicitario esta destinado a embellecer y construir lo atractivo para el grueso del cuerpo social, Manu identifica esta disciplina como idónea para dejar atrás el victimismo y abrir sentido a la belleza, física y humana, de las personas trans, retratando mujeres y hombres que transitan con naturalidad en la sociedad, personas que se viven “dentro de”, alejadas del rincón que la cultura hegemónica ha diseñado para ellos en reductos teóricos, semanas LGBTTTIQ, lenguajes visuales específicos o espacios underground. Lo trans permea en todo y en todos, la publicidad lo hace del mismo modo, y la comunidad Trans, cansada de ser entendida “al margen”, necesita no sólo un trato igualitario si no trascender una discusión que nunca tendría que haber iniciado.

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Durante su residencia en México, Manu se ha vinculado con diversas personas trans que contribuyen a tal efecto a partir de iniciativas personales, ciudadanas, profesionales, para desarrollar así, bajo los lineamientos estéticos de una editorial de moda, retratos que nos permiten llegar a entender a sus protagonistas como parte activa de la sociedad.

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FotografĂ­a Manu Mojito



FotografĂ­a Manu Mojito


Atazagorafobia

Fotografía Daniel Cely

Una mirada introspectiva, donde la auto-censura y el miedo a dejar una zona de comodidad lleva a la frustración y ésta se convierte en una red que no permite avanzar; el sujeto se encuentra en un estado pasivo e ignorante de su condición, terminando así en un letargo mientras es violenta pero sutilmente consumido por sus miedos.


FotografĂ­a Daniel Cely


FotografĂ­a Daniel Cely


FotografĂ­a Daniel Cely


FotografĂ­a Daniel Cely


FotografĂ­a Daniel Cely


FotografĂ­a Daniel Cely


REVISTA LA CHUECA 59



HUMANIDAD DE LA CÁMARA


LUCIANO ROSSO Por José Girón

¿Cómo lograste desarrollar ese abanico de expresiones gestuales del que haces gala en los videos? Desde muy pequeño jugaba haciendo caras y me divertía hacer la fonomímica de la música que escuchaba. Pero también lo hacía con la radio en vivo, con los locutores y las publicidades que ahí pasaban, entonces eso me permitía improvisar y estar muy atento a ese instante irrepetible. De chico mis padres nunca me dijeron: “no hagas esas caras!”, o “¡no cruces los ojos así!”. Creo que eso también me aportó grandes herramientas para desarrollar la gestualidad que se ve en mis vídeos.

¿Cuál es tu secreto para lograr que los videos que subes a las redes sociales se viralicen de ese modo, y que los vea tanta gente? La verdad yo no tengo ningún secreto. Yo solo hago esos vídeos porque parten de mi deseo de expresar y ese deseo no se apaga con nada.

Supongo que la gente ve en ellos la simpleza pero también cierta complejidad y eso les parece algo interesante. Lo que quiero transmitir es un poco de alegría en un mundo tan hostil. Si la gente entiende ese mensaje de entrada, es seguro que van a disfrutar aunque sea un poco a lo largo de los tres minutos que puede durar una canción interpretada con mi cara.



Explícanos un poco acerca de la percusión corporal y cómo la incorporas a tus personajes. Yo creo en el cuerpo como herramienta escénica, así como también es un magnífico instrumento. Diría que es el primer instrumento que existe, tiene numerosas cualidades sonoras si uno le presta atención. Yo empecé a explorarlo siendo bailarín en mis comienzos, y casi paralelamente al comienzo de mi carrera como actor. Todos somos seres musicales, por decirlo de alguna forma, yo no puedo separar eso de ninguno de mis personajes escénicos. ¿Qué piensas del trabajo con actores

naturales?

Me gusta la idea de fusionar las disciplinas artísticas porque creo que en un principio estaba todo junto: la danza, la música, el ritual y quizás un fuego en el centro de la escena. Luego todo fue separado para estudiarlo como una materia académica. Mi búsqueda es amalgamar esas disciplinas otra vez mediante el cuerpo todo. Creo que el escenario es la mejor escuela, no hay que esperar un diploma para estar listo, hay que probar, errar, volver a intentar, de esa forma se adquiere experiencia, pero por sobre todo saber escuchar y saber interpretar el deseo del director, ser un desprendimiento de esa idea que quiere transmitir, ser en parte la idea misma.


Háblanos del Poyo Rojo Un Poyo Rojo es un encuentro con uno mismo mediante el OTRO. Es una obra que me ha dado muchísimas alegrías a lo largo de sus ocho años de existencia. La obra rompe con las barreras del lenguaje articulado. Por eso lo llamamos teatro físico. Estamos haciendo grandes giras desde hace algunos años con una recepción increíble de públicos de todas partes del mundo. Tiene un gran despliegue físico pero aún así, cuenta una gran historia aunque muy simple a la vez. Es un orgullo para mi trabajar con Alfonso Barón en escena, y con Hermes Gaido en la dirección. Somos amigos hace muchos años y trabajar en un contexto de amistad le suma mucho amor y cuidado al trabajo. Ojalá podamos ir pronto a México a presentar la obra así pueden ver de lo que les hablo.


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ENTREVISTA A LAF PRODUCCIONES Por José Girón

¿Cuál es el propósito de sus videos? En cuanto a los videos de LAF Producciones, el propósito básicamente es muy simple: pasarlo bien y reírse. Sí, nos encanta el humor, nos gusta que la gente se sienta identificada, con situaciones cotidianas, y que se rían un ratito dentro de su vida diaria. Nosotros hacemos videos cortitos para que los puedan ver en un minuto. Yo antes cuando trabajaba (tenía un trabajo estable en una oficina) me gustaba cuando mi jefe se iba al baño. Me acuerdo que me conectaba a internet y buscaba videos para pasar el rato, y yo creo que hay mucha gente en esta situación. Ese es el objetivo: ayudar al pobre compañero que está aburrido en su trabajo. Y bueno, con eso, reírnos nosotros también y pasarla bien.

¿Qué opinan del formato de video que manejan? Pensamos que siempre hay modas y tendencias, sin embargo persisten las ganas de hacer y ver humor. Van cambiando los formatos, desde las producciones muy elaboradas del cine y la televisión, pasando por los videos cortos de YouTube y Facebook, hasta las cápsulas rapidísimas de Vine y Snapchat. Van cambiando las maneras de contar historias pero las necesidades siguen siendo las mismas: sentirse identificado, retratar situaciones divertidas y dolorosas que nos son comunes a todos.


¿Qué clase de público los sigue? Hemos logrado reunir en nuestra página “LAF Producciones” a mucha gente de todos los países de Latinoamérica. Estamos muy contentos de poder conectar, con el humor que tenemos, con todas estas personas de habla hispana. Estamos tan felices por eso, y por el que haya pasado más o menos poco tiempo: en realidad dos años llevamos tratando de que nuestros videos sean más virales. Pero claro, en los últimos meses ha sido explosivo y realmente hemos llegado a un público muy amplio, teniendo ya casi 43 millones de visitas en los últimos tres meses. Lo cual es gigante. Al principio el camino fue mucho más duro: nosotros teníamos casi cero experiencia en cámara, en actuación, escribiendo cosas para internet, rápidas, que se tienen que entender inmediatamente y que tienen que llegar a hacerle click a las personas en un segundo. Pero a medida que fuimos aprendiendo, empezamos a mejorar. Ahora somos expertos en el tema, hasta el punto en que el propio Netflix nos escribió para trabajar con nosotros.

Escuche la entrevista completa en nuestro soundcloud: https://

soundcloud.com/revistalachueca/ entrevista-a-laf-producciones

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¿En qué momento se dieron cuenta de su éxito con los videos que hacen? Ya en febrero del año pasado empezamos a subir un poco más; y ahora, como dice Loretto, en los últimos cuatro meses,LAF pasó de ser un fenómeno santiaguino (de Santiago de Chile) a ser un fenómeno regional; con seguidores en México, España, Perú, Colombia, Venezuela; y eso ha sido muy gratificante: saber que uno, a pesar de las marcadas fronteras entre nuestro países, le está hablando a una audiencia de Latinoamérica. Nos encanta eso, sentir que se rompen las barreras y que Latinoamérica se entiende así en el humor y que tenemos esta comunidad tan agradecida de los videos, gente que le gusta y que valora lo que estamos haciendo: este esfuerzo tan grande por hacer videos en todo momento y de manera gratuita, para que sean accesibles para todos.

¿Elaboran guiones para sus videos? Nosotros creamos narrativas para celulares, para la gente que se quiere entretener “entre tiempos”. Somos guionistas de profesión. Escribimos todos los días; nos demoramos alrededor de una semana, entre que escribimos el guión, encontramos la idea, vemos lo que queremos hacer; y después la grabamos, juntamos actores, vemos qué locación vamos a usar. Y luego, editarlo y todo eso, toma más o menos una semana más. Ahí uno va viendo otros virales en internet, entiende qué es lo que la gente anda buscando. Aprendes sobre la marcha. Eso es lo mejor de todo, y una ventaja enorme de la Internet por sobre el cine y la televisión: puedes aprender en tiempo real qué le gusta o no a las personas. Qué cosas comparten porque los hace ver bien ante sus amigos, pero cuáles ven realmente.




EXPERIENCIAS EN FOCO

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¿Podría darnos una sinopsis del proyecto? Rafael se enfrentó a un reto real: presentar un casting para un papel de un artista transformista de los años 50, en una película mexicana. El personaje, “La Pirrurri”, se encuentra en la cárcel por un crimen que no cometió, y para escapar de su tristeza, canta y baila. Rafael trabajó en la construcción interna y externa del personaje, durante los 13 capítulos de (5 a 10 min cada uno) que dura la serie. Los capítulos se pueden ver en la pagina web: www.rafaelnovoasinfiltro.com El publico acompañó a Rafael Novoa siguiendo su sueño en la construcción del personaje, y en su transformación. Miles de seguidores de todas partes del mundo lo acompañaron en el proceso. Creamos un vinculo con sus fans que lo apoyaron para conseguir el papel. La serie con un formato novedoso (grabado en calidad cinematográfica con un guión que combinó realidad y ficción), trascendió en diversas plataformas, medios digitales y tradicionales, enganchando de manera contundente a los usuarios. El resultado se vio reflejado en grandes comunidades de seguidores y fanáticos que interactuaron con los personajes a través del sitio web www.rafaelnovoasinfiltro. com, YouTube, #RafaelNovoaSinFiltro, la plataforma Claro-Colombia, EL TIEMPO digital y las redes sociales de la serie #RafaelNovoaSinFiltro.

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¿Por qué lanzarse a producir esta serie, que más que tener una línea narrativa de ficción habla de un proceso de transformación? Por qué queríamos hacer algo diferente a lo que se había visto en series web en Colombia. Pensamos que las plataformas digitales ofrecen la posibilidad de explorar diferentes formatos y quisimos aprovecharlo. También queríamos mostrar a Rafael Novoa de una manera natural y autentica, desde un punto de vista humano que la gente que lo ha visto durante sus 22 años de carrera en televisión no conocía.

¿Cómo surge el proyecto? A raíz de la propuesta de la esposa de Rafael, Adriana Tarud, que me buscó para hacer algo en digital donde Rafael pudiera mostrarse de una manera diferente. Yo soy guionista y productora de cine y televisión, y amiga de Rafael Novoa desde hace varios años, y comencé a trabajar con mi equipo, Productora Yerbabuena Film (www.yerbabuenafilms.com) en una idea que fuera original y autentica con la que Rafael, que nunca había explorado el mundo digital, se sintiera cómodo.

Fue así como les hicimos la propuesta de un reto actoral. algo que pusiera a prueba a Rafael como actor, algo que por lo general no ocurre porque al ser un actor con tanta experiencia y reconocido, esta encasillado en el papel protagónico de galán A Rafael le gustó la idea y de la mano de Adriana y de él, comenzamos a buscar personajes de guiones de cine reales que significaran un reto para él. Así encontramos a la “Pirrurri” y comenzó la construcción de la historia.


¿Por qué es importante narrar historias que visibilicen a la comunidad trans? Para todo el equipo fue una experiencia enriquecedora porque aprendimos mucho de un mundo al que éramos ajenos.

que no se sabe mucho. Manu Mojito y Madorilyn fueron unos mentores increíbles para Rafael. Lo guiaron y lo ayudaron a crear el personaje de “ La Pirrurri” desde el interior.

Los conocimos y convivimos con ellos, aprendimos a valorar este mundo de gente extraordinaria, profesional y talentosa, del REVISTA LA CHUECA 79


¿Por qué usar a Rafael Novoa (un sex simbol colombiano) para hacer un papel de trans? Se trato de un reto actoral. Esta vez fue un transformista porque era un personaje de una película mexicana real, del que Rafael se enamoró y significaba un reto actoral para él, algo que nunca había hecho. Pero hubiera podido ser cualquier otro personaje.

¿Por qué escoger el formato de serie web? Por que era un formato que Rafael Novoa no había explorado, y a Adriana y a Rafael les pareció una buena herramienta para acercarse a sus seguidores, para poder interactuar con ellos directamente a través de las redes sociales y conocer sus opiniones, consejos y reacciones.


¿Qué otro nuevo personaje van a preparar para la nueva temporada de la serie web? Es sorpresa, prometemos sorprender a los seguidores de la 1ra temporada. Por el momento de puedo adelantar que tiene que ver con Lucha Libre y se va a rodar en México DF.

¿Quién es el equipo detrás de esta transformación, brevemente que hacen? Manu Mojito y Madorilyn Crawford (en el link de la pagina web pueden ver susperfiles como “aliados”: www.rafaelnovoasinfiltro. com

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PSICOFONÍA


PUERTO CANDELARIA


Fotografía Andrés Lamus

sL a m us

SÍNFÓNICO Po r A n

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Fotografía Andrés Lamus


¿Cómo ha sido el proceso de evolución de su música? En 15 años cambia mucho el grupo, o sea, cambian mucho las personas, cambian mucho las ciudades, no hay casi nada que se parezca en uno mismo a lo que fue 15 años atrás, y eso se ve reflejado en Puerto Candelaria. Incluso hemos cambiado más de lo que la gente está acostumbrada a que una agrupación cambie, pero considero que sería más extraño un grupo que sigue sonando igual 15 años después. Siempre estamos buscando la manera de cambiar, de invitar a los oyentes y al público a que se atreva a escuchar y a cambiar lo que tenía en la cabeza de lo que significaba Puerto Candelaria. Creo que en estos 15 años nuestra música ha pasado por muchos matices. Inicialmente tuvimos un periodo muy inocente de la música, de querer hacer las cosas muy bien, tanto que el primer disco fue catalogado como el mejor disco de jazz en Colombia. Estábamos a duras penas cumpliendo 20 años y ya teníamos una responsabilidad altísima y una expectativa muy alta, entonces empezamos a desarrollarlo. Con el segundo disco empezamos a ser muy radicales, a buscar la disonancia, el ridículo, el error como elementos primordiales en Puerto Candelaria. Con Vuelta Canela, nuestro tercer álbum, es donde se empiezan a sentir las influencias de los lugares donde estábamos tocando y que eran lugares que no tenían

nada que ver con lo que estábamos escuchando en Colombia. Entonces empezamos a tener una influencia muy fuerte de música balcánica, incluyendo también varios elementos de la música electrónica. Esto se nota más en Cumbia Rebelde, que es el cuarto disco, y en lo que pasa con Amor y deudas, que compite al lado de Andrés Cepeda, y al lado del reggaeton. Hace dos años fuimos número uno radial en RCN, una cosa que nosotros nunca nos esperábamos que sucediera y eso marca un nuevo momento porque empezamos a dejar de tocar en auditorios y empezamos a tocar en fiestas, la gente empezó a estar parada y ya tocamos alrededor de la media noche y eso fue una transformación para Puerto Candelaria. Todas esas transformaciones que han sucedido en estos quince años hemos intentado llevarlas de la mejor manera, divertirnos y generar el juego y la reflexión desde el camino que vayamos tomando.

Puerto Candelaria tiene un show que combina la música, el teatro, la vestimenta, entre otros ¿Cómo decidieron llevar a Puerto Candelaria más allá de la música y montar un espectáculo con estas características? Puerto Candelaria siempre fue imaginado como un lugar donde sucedían cosas y no necesariamente tenían que ser de tipo musical. En nuestro proceso de internacionalización, entre el 2005 y 2006,


(ya hace 10 años), buscamos desarrollar todo esa parte multidisciplinaria, precisamente para poder expresar a culturas muy lejanas lo que estábamos hablando, porque no había contexto, entonces empezamos a tocar mucho en Europa, en Brasil, que son lugares donde la cultura colombiana no se conoce mucho, entonces ahí empezó ese momento de ver la música más desde el punto de vista de una artista y menos desde el punto de vista de un músico.

Desde un principio quisimos incursionar en esa idea y juntarla a la música, que es nuestra herramienta de comunicación, lo más importante y lo que sabemos hacer mejor; quisimos que fuera complementada con el baile, con la palabra, con la puesta en escena y es algo que ha sido desarrollado con los años, no es algo que surgió así y ya, al contrario: son quince años de prueba y error. Nos hemos dado cuenta que ese juego tanto para el público como para nosotros ha sido un éxito. Es una forma de comunicación más directa con la gente.


En ese proceso hemos recibido mucha ayuda de algunos amigos, por ejemplo del teatro Matacandelas, profesionales del arte escénico, del diseño y es muy bonito ver como Puerto Candelaria supera la música, no es un ritmo, no es un género musical, es una tendencia artística que se puede traducir en diferentes lenguajes y es muy chévere cuando la gente se apropia de eso.

Su último álbum “Amor y Deudas” los ha llevado a lugares donde nunca habían estado ¿Cómo ha sido el cambio para Puerto Candelaria a partir de este éxito? Digamos que es sorpresa, pero es diferente para un artista que tiene un hit radial al año o a los cinco años de comenzar carreraque para nosotros que llevamos quince años trabajando, fue una sorpresa pero ya a la vez ya nos encontrábamos preparados.

Fotografía Andrés Lamus


La infraestructura de Puerto Candelaria la recibe y la afronta, antes el público iba a escuchar la música de Puerto Candelaria y ahora quieren ir escuchar una canción, como a cualquier artista radial, y es empezar a entender eso. Es un reto llegar a cumplir lo que cada integrante quiere como músico, lo que

queremos como grupo y que el público que siempre ha seguido a Puerto Candelaria disfrute en nuestros conciertos y, además, que los que nos escuchan más recientemente también vayan y disfruten de nuestra música.


¿Qué planes tienen para el futuro? Pues estamos empezando a hacer la música nueva, las canciones. Ahora con Amor y Deudas se nos ha abierto una puerta, pero vamos a ver qué sucede.

Ahora hay un gran debate en la música colombiana sobre si es mejor ser independiente o si es mejor firmar con la disquera, y yo creo que vamos a irnos por un tono gris, mirando cómo ser comerciales y a la vez seguir creciendo en la parte musical.

Fotografía Andrés Lamus



Fotografía Andrés Lamus


CONMIGO SOMOS SEIS: TRES Y YO + JAISON NEUTRA EN BARRANCABERMEJA

Por John Gómez

Fotografía Rafa Esparragoza


El concierto fue genial. La gente vibró, cantó y gozó cada una de las canciones. La banda, un poco ebria y exhausta. ¿Cómo no estarlo en Barrancabermeja, donde respirar es llenarse los pulmones de esa niebla caliente que viene del río, de la calle, de su gente? Luego, las risas a medianoche, las bromas y caer uno a uno en las habitaciones, en un caluroso fin de semana en el que el agua escasea. Sin embargo, hubo tiempo para jugar futbol en la consola, y para un picadito ante la burla constante de un par de adolescentes. Tiempo para rasgar las cuerdas de la guitarra, afinar la voz, comer en abundancia, e incluso, filosofar de madrugada. Y al final, luego de las sesiones nómadas en una azotea que no tenía nada que envidiarle a Nueva Orleans (porque sí, en Barranca a veces también llueve), la entrevista a la banda y al cantautor que hicieron que este encuentro fuera posible.

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¿Cómo ha sido la respuesta del público en ésta gira nacional?

Fotografía Rafa Esparragoza

TRES Y YO: Buenísima. Ayer tuvimos un conciertazo aquí en Barranca, y la verdad todos los conciertos tuvieron la misma energía. Fueron bares pequeños, pero la gente tenía muy claro qué era lo que quería escuchar, qué banda era la que quería llegar a ver, y se llevaron una muy buena impresión en Bogotá.

Trabajamos muy fuerte para ello: duramos un mes en Bogotá, después pasamos al Socorro; y todos los conciertos con esa energía de un bar pequeño, con el público que quiere ir a escuchar, que va a divertirse y a pasarla bien. En cuanto a medios y todo lo que va por ese lado, se ha hecho una buena labor, se ha indagado en ciertos medios que no conocíamos, hemos tenido bastante acogida en ese aspecto, como por ejemplo ésta entrevista. Han salido cosas así, ha salido bastante trabajo con el cual estamos muy contentos.


¿Cómo ha sido la acogida de su nuevo álbum? La gente ha sabido entender lo que queríamos con éste proyecto. Este es un proyecto de exploración, de educar esos sonidos, de avanzar nosotros como músicos en lo que estamos haciendo, en nuestra profesión, basados en ritmos folclóricos. Tuvimos una gran acogida, un gran evento de lanzamiento, y el video por YouTube se ha movido bastante, porque este es un trabajo audiovisual. También fue otra cara que mostrarle a la gente, algo que vale la pena reiterar.

¿Ha sido fácil conseguir los espacios para sus presentaciones? Lo difícil es lo que uno mismo pueda hacer. Basta con llamar al dueño del establecimiento, al dueño del evento, o enviar un correo, y se pueden abrir muchas puertas Digamos que no siempre es así, pero se pueden lograr muchas cosas creyendo en uno mismo y en los proyectos. Yo creo que la escena de la música independiente está viva, porque es trabajo de uno mismo hacer que esté viva, y que uno mismo genere esos espacios, se encargue de hacer autogestión y hacer todo para que funcionen los proyectos. Si no lo hay, hay que hacerlo; si no hay espacios, hay que abrirlos, y para eso se trabaja todos los días con pasión, ordenadamente. Realmente los espacios están, lo que hay que hacer es ir por ellos.


¿Cómo ha sido el trabajo en el primer disco? NEUTRA: Bastante laborioso. Me he trazado unos objetivos que son: dejar avanzado el primer sencillo y al año siguiente tenerlo completo. Quiero hacer primero el disco, tener algo para mostrar, y luego sí empezar a viajar para dejar música en cada ciudad y en cada sitio a donde llegue. Luego del álbum, la idea es aceptar todas las invitaciones que me hagan y ahí se organizará la gira nacional. ¿Cómo nace Nómada Sesiones, cómo coge fuerza y cómo ha sido trabajar en este proyecto? Nómada es una de las formas de hacer autogestión. Nos reunimos un grupo de amigos, que estamos velando y haciendo en pro del arte y de las expresiones artísticas, y decidimos condensar una pequeña productora totalmente autogestionada. Así desarrollamos Nómada Sesiones que se hace aquí mismo, en mi pequeño espacio. Aparte, también tenemos un evento que se llama Noche de música independiente, donde han estado Tres y Yo, Caribefunk, y yo mismo. Es eso, empezar a ejecutar proyectos, no solo como músico, sino como gestor cultural. Porque Nómada es algo que nace tratando de apoyar el talento local y regional, pero haciéndolo con honestidad. Yo encuentro en los grupos independientes la respuesta a lo que estamos haciendo.


Fotografía Andrés Lamus


FotografĂ­a Rafa Esparragoza


¿Cómo es el proceso de grabación de sus discos? El proceso de grabación de Tres y Yo ha ido evolucionando. Ahora hacemos un trabajo de preproducción más elaborado con la idea de llegar mucho más preparados a la grabación en estudio. Los dos últimos discos tuvieron un trabajo muy duro de producción, y eso nos da una idea mucho más clara a la hora de grabar para dar cuenta de lo que es un trabajo discográfico. Entre todos vamos desarrollando la producción desde el instrumento que interpreta cada uno. Ya tenemos un orden preestablecido, y por lo menos, éste último disco tiene nuevos instrumentos, y hacer arreglos para cada uno de los instrumentos fue divertido. También lo fue trabajar con otros músicos. Fue una idea bacanísima, y ésta vez le dimos la batuta a Daniel porque él es el mago de la consola. El hacer, hacer y hacer, logra que uno vaya depurando cosas. Eso me parece una ventaja: grabar bastante. Los conceptos y el sonido mejoran considerablemente en tecnicismos con las personas y los equipos de trabajo, y esto hace que todo sea mucho más preciso.


PEDRINA Y RIO


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Fotografía Andrés Lamus


¿Cómo deciden llegar a esta unión de ritmos? Fue de una manera muy orgánica. De algún modo teníamos los dos una gran afinidad con ritmos latinos porque habíamos tocado en bandas de rock y bandas de funk. Hicimos un recorrido por géneros musicales, y en algún punto empezamos a componer. Sentimos que las canciones pedían diferentes vestidos, otros ritmos, así que simplemente dijimos “no nos opongamos a esto, permitamos que suceda”, y así fue que sucedió.

¿Cómo han conseguido vivir de su música? Como en todas las empresas, yo creo que la gente se enfrenta a la sostenibilidad de su producto, sobre todo comenzando. Pasa con una tienda en la que vendes dulces y cigarrillos, y en el arte también ocurre. Ha habido momentos en los que esa parte es complicada, pero también es bonito tener esos retos y superarlos, como que le da un valor adicional a lo que haces.

¿De donde vienen sus nombres? De una base de datos de nombres (risas). Queríamos que el nombre dejara claro que eramos un dueto pero nuestros nombres de pila nos parecían aburridos, entonces nos pusimos unos nombres que nos gustaran y ya.

¿Qué buscan transmitir con su música? Transmitimos algo que estamos viviendo, un momento súper bonito. Estamos rodeados de amor. Básicamente, nuestras canciones son sobre el amor desde diferentes ópticas: como hermanos, como amigos, con la pareja, el despecho; porque nos inquieta mucho el tema del amor, y nos parece que nos fluye hablar de él porque lo estamos viviendo.


¿Cual ha sido la recepción del público?

Fotografía Andrés Lamus

En general, hemos tenido una experiencia muy bonita porque empezamos a mostrar música hace año y medio, y desde que publicamos la primera canción empezamos a tocar. La gente siempre ha sido muy cariñosa con nosotros, creo que por la misma temática que manejamos, estamos llenos de cosas bonitas y positivas, la gente se está pegando a eso y ha ido creciendo. Es muy lindo lo que ha ido pasando.


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Fotografía Andrés Lamus



¿En qué tarimas han tocado?

E S T E M A N Fotografía Andrés Lamus

Estuvimos al sur de suramérica, en el Lollapalooza de Chile, en Argentina, en Perú. Luego hicimos unos shows aquí. Pero a partir del lanzamiento de Caótica Belleza el año pasado fue que arrancamos la gira fuerte en el Teatro Mayor de Bogotá, en Medellin, en México, y terminamos con unos shows en Bucaramanga y Manizales, todo como parte de la gira del lanzamiento del nuevo disco.


¿Como ha sido la experiencia musical durante estos años? Ha sido todo un camino, como una montaña rusa. Uno hace primero un disco, luego empieza a escribir nuevas canciones, conoce nuevos artistas, pero yo lo resumo como que está muy influenciado por Latinoamérica por un lado, y por otro lado por una hermandad musical, no solo de Colombia sino de Latinoamérica. El tema de poder haber colaborado con Natalia Lafourcade, con Li Saumet de Bomba Estéreo, con Carla

Morrison, es algo que está mostrando lo que está pasando con la música hoy en día, como una red de muchos lazos que se unen y se multiplican.

¿En qué lugar, de los que han estado últimamente, se han sentido más a gusto? Estuve en Rock al Parque hace unos años y fue muy chévere, porque fue el día alternativo y era, al mismo tiempo, paralelo a la tarima de death metal. También estuve en el Vive Latino en México, el Lollapalooza, en Nueva York, y en general hay diferentes festivales en los que hemos tocado. Eso es lo que está haciendo que uno también se diversifique como banda y que cada vez pueda llenarse de nuevas ideas para crecer

¿Qué fue lo más relevante o complicado del proceso de grabación del disco? Fue un proceso muy diferente al típico de encerrarse durante dos meses en el estudio, con el mismo productor. Todo lo contrario, fue un disco que se hizo casi durante casi dos años con canciones que yo tenía escritas y que estaban guardadas en el baúl. Fueron tres productores: Mauricio Rengifo, Juan Pablo Vega y Andrés Rebellón; y la cantidad de personas que participaron en el disco (como Santiago, de Monsieur Periné) hacen que este sea un disco de colaboraciones, no solamente de duetos o de canciones, sino como una hermandad que lo hace a uno crecer mucho como artista, y que a mí personalmente me encanta.


Fotografía Andrés Lamus


Fotografía Andrés Lamus


ENTRE VINOS Con

Miguel Ángel Cruañas

Miguel Ángel Cruañas es español, catalán de Barcelona. Como para muchos mediterráneos, el vino forma parte de su vida. Ha sido coleccionista de vinos y ha tenido la fortuna de beber de todos y cada uno de los grandes nombres del vino y de las marcas míticas. Es periodista y abogado, diplomado en enología, sumillería y cataduría; y es amante del arte y la literatura. Desde hace 10 años vive en sudamérica. Actualmente, ofrece catas guiadas de vino, imparte cursos sobre el tema en el SENA, escribe en la revista De Mesa y dirije un programa radial uniendo dos pasiones: el vino y el conocimiento.

¿A qué edad inició sus viajes por el mundo? Mis padres vivían en Caracas cuando me concibieron. Al enterarse del embarazo, volvieron a España. Mi primer viaje fue en el vientre de mi madre. Yo digo que nací predestinado a viajar y a ser viajero.

¿Qué labores ha desempeñado a lo largo de su vida? Periodista, abogado, consultor, enólogo, catador, docente, empresario, lector, escritor, estudiante, descriptor de vinos, jugador de tenis, observador y padre.

¿Cuál considera que ha sido su mayor experiencia en estos viajes? Tener la oportunidad de hacer lo que me gusta con quien me gusta y cuando me gusta; y disfrutar de las diferencias que ofrecen todos y cada uno de esos países.




En cuanto a recuerdos imborrables destacaré uno: en la reserva Kruger, en Sudáfrica. Me alojaba en un lodge frente a un río. Desperté al amanecer al oír actividad. Me asomé, y una manada de elefantes estaba bebiendo y refrescándose en el agua; nadaban y jugaban. Los adultos protegían a las cuatro crías que se mantenían juntas y por debajo de sus mayores. Son imágenes que quedan grabadas en el disco duro de la memoria y del corazón

¿En qué se enfoca al viajar al exterior? En aquello que cacterice el país al que viajo. A Francia hay que ir a disfrutar de su gastronomía y del amor, a Italia del arte y de la moda, a China de su cultura milenaria… pero hay que ir preparado. Viajar requiere de educación, paciencia y mucha cultura. Por eso está muy clara la diferencia entre el vacacionista, que aprovecha sus vacaciones donde sea, preferiblemente en la playa sin hacer nada. El turista, que es el que viaja adonde lo lleva el tour y saca fotos y no recuerda los nombres de los sitios a los que lo han llevado. Y el viajero, que lo mira todo, lo prueba todo, que enamora y se enamora en cada país, en cada ciudad se deja un pedazo de corazón con la esperanza de volver y encontrarlo algún día.

¿Cuál es su principal interés en viajar? Como ya he comentado, la oportunidad de conocer gente diferente, culturas y placeres diferentes como enriquecimiento personal.Pero no es imprescindible cruzar una frontera para ello. Se viaja desde lo interior. Leer nos transporta. Salir de casa “cultivados” nos permite apreciar mejor otras cosas que, hasta el momento, desconocíamos.

¿Ha tenido alguna mala experiencia en sus viajes? Sí. Me han perseguido, me han robado; pero las experiencias buenas siempre borran los malos recuerdos. Quizá debería apuntar que para no tener malas experiencias suele bastar con aplicar el sentido común.

¿En qué país oriental encuentra semejanza a la cultura latina? En ninguno. La meditación y la relajación como forma de vida y espíritu, forman parte del adn del oriental, como la rumba lo forma del latino. Pero si me pregunta si algún país europeo guarda similitud con Latinoamérica, la respuesta es sí: Italia. Son felices, desordenados, descomplicados y amantes de la música y el baile. Y las mujeres son...

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Trazos



Fotografía Andrés Lamus


JORGE MANTILLA CABALLERO

VIDA Y OBRA

Mi padre fue de Zapatoca y mi madre de San José de Suaita. Yo nunca tuve hermanos ni hermanas, soy único hijo. Ellos ya murieron hace muchos años. Mi padre trabajaba en la Compañía Colombiana de Tabaco, que producía Pielroja y otros tabacos. A él le correspondía la tarea de comprar tabaco para la empresa. Yo viví en muchas zonas de ambiente labriego, aunque la procedencia de mi padre no era esa. Desde los 5 años viví una situación, supremamente tensa y difícil para cualquier humano; en Puente Nacional, en Málaga, o por los lados de García Rovira y Miranda, todos esos pueblos que estaban en guerra viva cuando liberales y conservadores (pues no había más partidos) se disputaron la patria. Ese fue el panorama en el que yo viví como niño, la violencia cruda, de la manera más literal posible. Vi como asaltaron la empresa donde mi padre trabajaba, y mataron a casi todos. Aquello me impactó profundamente, aquella visión que se me quedó del ser humano. Me puse a pensar desde entonces que el ser humano era muy agresivo y violento, y lo vi reflejado en las épocas postconflicto: en las que la gente era muy temerosa, en lo que era rosarse con uno de un partido opuesto.



Fotografía Andrés Lamus


Después de los incidentes de pequeño, yo comencé a dibujar mis primeros elementos, recordando esas faenas de tanto dolor. Cuando mi padre logró que lo trasladaran a Bucaramanga, el adquirió una casa allá y yo entré a hacer el bachillerato en el Colegio Virrey Solís. Esto me creó a mí la necesidad de tener un grupo de amigos que se interesaran por la ciencia, por la búsqueda de elementos sobre el dibujo, sobre las aproximaciones mentales que uno podía hacer con las narrativas sociales; y terminé mi bachillerato en ese colegio. No quise seguir en ninguna universidad ni local ni de Bogotá, porque me interesó la Nacional, pero todo el año permanecía cerrada por los problemas que ya venían sucediendo desde pequeño. Entonces, fui a los Estados Unidos (donde tengo un hijo) y pude tomar clases de arte, ir a talleres, conocer artistas, ir al Museo de Arte Moderno de Nueva York, pude ir a otros lados y abrir el espectro del mundo. Mi formación artística fue totalmente autodidáctica, salvo algunas participaciones en saloncitos de arte, en el área donde siempre viví (Connecticut). En Hartford tienen muy buenos museos, y tienen mucha gente que trabaja en artes plásticas. Allí fue donde vine a conocer muchas cosas. Después, cuando regresé a Colombia (luego de ocho años), me di cuenta de que no existían esas cosas aquí, mucho menos en Bucaramanga.


Mi vida siempre ha sido un trasegar por la búsqueda interna y la filosofía: el criterio del individuo como posición acérrima y solitaria, dándole participación a ideas y a personas que puedan aportar algo a lo que yo quiero hacer. Comencé mi carrera estudiando el Expresionismo figurativo, después pasé al Expresionismo abstracto y quise hacer una simbiosis entre ambos; pero encontré que había otra orientación fundamental, porque nosotros somos muy surrealistas: el latinoamericano es muy surrealista, el colombiano tiene eso muy marcado también. Fue entonces cuando me interesó el Surrealismo, más como filosofía que como praxis de escuela; pues las imágenes surrealistas no me llamaban mucho la atención sino el pensamiento. Así, entre el Expresionismo, el Surrealismo y unas búsquedas lumínicas que hice en materia de color sobre los Impresionistas (me gustaron mucho Manet, Monet y el mismo Van Gogh en alguna época en que fue Post Impresionista) senté las bases para seguir en el cuento del arte. No me interesa la crítica nacional, porque la crítica nacional es una crítica paga. Es una crítica que nace de un grupo que se autofinancia para decir algo sobre el artista local. Es llegar a un convenio ¿Cuánto valen cuatro cuartillas?, ¿qué quiere?, ¿cuánto puede pagar? Se cobra por la crítica.

Fotografía Andrés Lamus


REVISTA LA CHUECA 126

Fotografía Andrés Lamus


Mis obras son el relato de lo que yo creo ver en los sueños de otros, una revisión que hago oportunamente a la sociedad que me rodea: mis sueños como si fueran peldaños que uno va cubriendo a través del tiempo, y de los que se han cumplido todos y todo lo que yo he querido ser. Inconvenientes hubo, pero los he logrado, por lo tanto ahora registro y miro el entorno en que vivimos. Veo gente que sufre en demasía, veo personas que tienen como máxima presea un auto, un perfume, un reloj, un pantalón de cierta marca, y así. La sociedad es engañosa. Existe el autoengaño también, y entonces el caldo de pasiones y de situaciones es infinito. Y lo que yo tengo siempre como auto-psicoanálisis, es la remisión de cómo el mundo me ha impactado, y yo qué he hecho para impactar ciertos sectores de ese mundo, cuál es mi conexión con él. Por lo tanto yo me dediqué a explorar el Expresionismo figurativo, y un arte que nada tuviera nada que ver con la postura académica.

La decoración es una rama menor del arte, el diseño una rama mayor del arte. Y a veces los confunden. Decorar es la esencia de lo bonito puesto en una parte, el diseño es cómo hacer una pieza bien ejecutada, óptica y sensorialmente. El arte no debe cobijar minucias que se puedan cambiar de un día para otro. La gente, desgraciadamente, si el otro año sale otra moda, hace lo posible por cambiarla para darse la satisfacción de tenerlo todo. Mis libros se llaman El libro Negro de Mantilla Caballero y Decoratorio. Fueron diseñados bajo un criterio hilarante y sardónico de cómo veo la vida. Me interesan mucho las películas del espacio, el cine de terror, las películas mudas, y la experimentación que logran muchos chicos en el formato de video corto. Es una manera rápida de llegarle a la gente, y conozco a varios que están trabajando muy bien aquí en Bucaramanga. Me interesa también la fotografía, es un arte que admiro. O la investigación que hace un grupo como ustedes, un colectivo, pues no es fácil entenderse con grupos de personas. Por lo menos, con las personas mayores eso no se da, es imposible, porque el sentido de lo acérrimo y la imposición de una idea no les permiten la flexibilidad de la ayuda de un segundo. Creo en una manera de acercar al público son las ferias de arte, porque de todas maneras el público tiende a acercarse, a enterarse qué está sucediendo, qué es eso.

Fotografía Andrés Lamus

La herencia que tenemos todos los santandereanos es que casi todos los artistas de acá son unos coloristas intuitivos muy grandes. Eso da ya la garantía de que puedan hacer unas piezas de colores y lectura acertada. Lo otro es que nuestro pensamiento es muy combativo, entonces quien logra pasar las pruebas de fuego aquí en cualquier parte puede mostrar sus criterios. Yo llevo ya 53 años de vida gráfica y tengo 68 de vida cronológica.


Fotografía Andrés Lamus

La generación actual, en su periodo de jublación, cumple con el siguiente epitafio: “No estoy muerto, nací muerto.”



2006 - Darío Ortiz - La condición humana - óleo sobre tabla - 140 x 245 cm



2015 - Dario Ortiz - Palimpsesto de autorretrato ditirĂĄmbico en el estudio N. 7 - TĂŠcnica mixta sobre papel - 170 x 110 cm


2016 - DarĂ­o Ortiz - After - Acuarela/papel - 165 x 110 cm


2015 - Dario Ortiz - El triunfo de Baco - Óleo sobre lienzo - 200 x 170 cm

REVISTA LA CHUECA 134


2016 - Dario Ortiz - Infraganti - Acuarela/papel - 40 x 30 cm



ILUSTRADORA

ABBY

SAMPAYO



ILUSTRADORA

ABBY

SAMPAYO


REVISTA LA CHUECA 140

Fotografía Carlos Galván


EN ESTA EDICIÓN... DANIELLE BARROS IV Sacerdotisa da Aurora Pós-Humana, desenhista, poetisa e zineira. Bióloga (UNEB), mestre em Ciências (ICICT/Fiocruz) e doutoranda em Ensino de Biociências e Saúde (IOC-Fiocruz) - bolsista CAPES/Plano Brasil sem Miséria. http://www.elo7. com.br/auroraposhumana

MATTEO PREZIOSO Fotógrafo italiano. En la actualidad vive en Colombia, Bogotá, (después de haber vivido en Los Angeles y Londres) donde sigue trabajando principalmente en el retrato y en el fotoperiodismo. ABBY SAMPAYO Ilustradora y Diseñadora gráfica. 21 años. Desarrolla iniciativas que promueven el dibujo en su ciudad como ‘El club de Dibujo de Bucaramanga’. Su obra se referencia mucho del cómic tipo americano de línea gruesa y entramada. w w w. f a c e b o o k . c o m / abbysampayoart/ Fotografía Angélica Castellanos

PATRICIO PRON (Argentina, 1975) es autor de los volúmenes de relatos Hombres infames (1999), El vuelo magnífico de la noche (2001), El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan (2010), Trayéndolo todo de regreso a casa. Relatos 1990-2010 (2011) y La vida interior de las plantas de interior (2013), entre otros.

DANIEL CELY. “La creación fotográfica es esencial para mi trabajo por su capacidad de reproducción precisa de la realidad siendo a la vez un lenguaje que no prescinde de la subjetividad de quienes la intervienen.”

MANU MOJITO Artista visual con énfasis plástico, especialista en fotografía de moda Destacado en el Circulo de la Moda de Bogotá y obras del Teatro Nacional con exhibiciones en España, México y Nueva York.


DIANA RAMIREZ Ilustradora boliviana. En la actualidad trabaja con directora de arte en la agencia RAZA, a expuesto su trabajo en centros culturales importantes uno de ellos fue en Japón en la exposición de graphic dessert. Clasificó en la bienal del cartel y su trabajo se encuentra en ---> https://www. behance.net/dir ago

Fotografía Angélica Castellanos

DIANA ROCHET Licenciada en español y literatura de la Universidad Industrial de Santander, actualmente se desempeña como docente de secundaria. Algunos de sus escritos literarios y académicos han sido publicados en revistas locales y nacionales

CLAUDIA CRUZ Productora y guionista de cine y televisión. Fundadora y directora de Yerbabuena Films & Consulting, productora especializada en la creación, desarrollo y producción de contenidos para cine, televisión,publicidad y plataformas digitales.



REVISTA LA CHUECA 144

Ilustraciรณn Diana Ramirez


ANDRÉS LAMUS Piedecuesta, 1989. Estudiante de diseño industrial, dos veces invitado a Rock al Parque. Fotógrafo en jefe de La Chueca. Viajero intermunicipal, profesional y en formación constante como fotógrafo.

JULIANA SIERRA Fotógrafa, estudiante de veterinaria y amante de caminar a la luz de la luna.

ANGÉLICA CASTELLANOS Bucaramanga, 1990. Realizadora audiovisual e ilustradora de vez en vez. Productora en la Revista La Chueca. Tiene experiencia como cámara de Ulibro y fotografía en las I Jornadas Filosóficas UIS. Su otra pasión es la cocina.

JOHN GÓMEZ Bucaramanga, 1988. Filósofo y escritor. Ganador del 9 CNC (2015). Publicado en Abrakadáber y otros cuentos (La Cueva, 2014) y La voz alucinada (Editorial UIS, 2014). entre otros.

JOSE GIRÓN Bucaramanga. Director creativo de la Revista La Chueca.

JOHANA GUZMÁN (Barranquilla, 1995). Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la UNAB Trabajó como periodista para el equipo de Infoeventos. Ha sido reportera para el programa Soy Autónomo TV y moderadora en la Feria del Libro de Bucaramanga, Uibro. En la actualidad es Jefa de comunicaciones de la Revista La Chueca.

Fotografía Angélica Castellanos


FotografĂ­a Diana Rochet



Número 18, Mayo/Junio de 2016 Revista digital Director John Gómez Editor John Gómez Diseño y Diagramación Colectivo Chueco Agradecimientos Kussi Huayra Dirt Silver Sofía Bernal Jessica Aparicio Jorge Mantilla Caballero Amp 23 Entretenimiento

www.lachuecamenta.jimdo.com lachuecamag@gmail.com Bucaramanga 2016


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