Revista Exceso edicion nº 15 marzo 1990

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Fruto Pinol DEDIDA A DASE DE COCTEL DE JUGOS ENVASADA ASEPTICAMENTE

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que 'eras



Depósito Legal pp. 89-00-13 FOTO PORTADA-. Vasco Szinetar MO0a0: Jenny Lessour DIRECTOR Ben Ami Fihman

JEFE DE REDACCION Ewald Scharfenberg

REDACCION Hugo Prieto Valentina Marulanda Gonzalo Jiménez

DIRECTORA DE ARTE Kataliti Alava (Monta¡e electrónico)

CORRESPONSALES Rosario del Castillo (Camándula), Bogotá Gustavo Morales, París Miguel Schapira, Ginebra Carol Prunhuber, Madrid Etna Mores, Miami kama Neri, Chicago

FOTOGRABA Vasco Szinetar Juan Carlos Oropeza

SERVICIOS ESPECIALES EFE, Sygma, Kipa, Gamma, VU Actuel, Globo

COLASORADORIES Juan liscano Matilde Daviu Rubén Monasterios Margarita Zingg de Blohm Marcelle Joyo Juan Sánchez Peláez Jaime Manrique Rafael Sylva María Sol Pérez Schael Marcos Tarro Luis Britto García Jaime Ballestas Frank Baiz Fausto Masó Francisco Vera Izquierdo Pablo Antillano José Ignacio Cabrujas

ILUSTRACIONES Eneko Las Horas Gisela Arévalo

ARCHIVO E INVESTIGACION Rosanna Di Turi

couticaota

DE PRUEIRAS

Malena Sánchez Peláez

GERENTE DE VENTAS Moisés González EJECUTIVOS DE CUENTA llvia Rojas David Guerra

FOTOLITO E IMPRESION Editorial Primavera

DISTESUCION Distribuidora Continental SA.

EDITORIAL EXCESO Residencias Pinalvq, 1 -15, Avilanes a Mirador, La Candelaria, Caracas 1010 Tel: 574.10.50-574.11.50 Fax: (02) 744676 Exceso no acepta publicidad redaccional

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4,4, 01». •

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NOTAS Los dardos de la redacción. 3.000 dólares de contado y las

76

páginas de Life recompensaron

Personajes extraídos de la vida

los desvelos de una fotógrafa ve-

misma.

nezolana en Pekín. Verdadera economía a escala es la que de-

80

sarrolla Jean Pierre Gautt en Fran-

Tutto sollo voce.

cia. En las vitrinas de la atta moda parisina parafrasean el lema

ARTKULOS

de los 60: Big is beautiful. Los añicos de Bertold Brecht llegan a destiempo a Caracas. Un convidado de piedra divide a los tan-

Algo de lo que han dado en lla-

gueros del país.

mar la crisis de las democracias populares es poco más que la transformación de las Espadas

En trance de mudanza, el gran

Musa del rock local (pág. 33)

estalinistas en zocos donde se o-

Pierre Blanchard ennoblece la

frece toda la bisutería occiden-

pesca fluvial con una porción de

tal. Jaime Ballestas recogió los

desde Maturín rompieron la co-

riesling.

ecos de esa mutación este in-

tidiana quietud de un cantón

Cuando ya se habían lanzado a

vierno en Budapest.

suizo.

la piscina vacía del éxito en un

pleitos de alcoba exportados

país en bancarrota, pensaron en El radar de los placeres de la

33

el destino patrio.

carne y el espíritu.

22

Descendiente del edecán predi-

Uegando al fin del siglo con la

lecto del Libertador, sobrina de

lengua afuera, el subcontinente

COLUMNAS

Los objetos sobre los cuales se

Pedro Estrada, una ecléctica he-

se prepara para el quinto cente-

82

arquea la tentación de un con-

rencia permitió a Helena Ibarra

nario del descubrimiento sin un

Rafael Sylva

sumidor muy especial.

conciliar el rock, el periodismo, la

ápice de orgullo. Bastó una dé-

ecología y la cocina.

cada de traspiés, de los que se levana aquí un inventario parcial, para que se desmoronaran

La fatiga costosa y elegante.

Rubén Monasterios

todas las aspiraciones de jugar Menester vagabundear por las

en las grandes ligas de las nacio-

calles de Caracas para llegar a

nes. De la megalomanía sólo

estrella mundial del cine; tal se-

quedan los pequeños prejuicios.

Juan Liscano

pectrales rastros, que datan de

Si en vez de Casablanca el Rick's

Gunter Klaus

cuando eran unas perfectas des-

quedara en la avenida Baralt,

ría la prédica de Jessica Lange, Natassja Kinski y Charlotte Rampling de materializarse sus es-

conocidas, en playas, comunas,

Bogad tendría acento de Fun-

bares y otras plazas de la bohe-

chal y quizás un lápiz tras la oreja.

mia local.

42 Drama medanal en Berna

Matultn, el Peyton Place venezolano <pág• 42)

66 Un itambe en trá bunakes

CUENTO

88 L, ca am p

'...

Hubert Haddad

Ricardo Koesling para algunos

JUEGOS

La diplomacia venezolana re-

es un villano, pero la verdad es

presenta fielmente al país en el

que ya no dirime 'agravios a pu-

extranjero, y como muestra de

ños como hacía en la universi-

ello queda este caso —poster-

dad, sino en los Juzgados, donde

gado por la justicia, las páginas

es una estrella, casi tanto como

rojas y los compinches de los in-

frente a los mandos de un avión

96 ltealetta o ralea

volucrados—, en el que unos

o en el polígono de tiro.

Leopoldo Flores

Steve Hamaoul M.I.

Exces0 _Mann 199n 3


EXCESOS 11

...y esta soy yo en Tiananmen '

Gabriela Medina, una joven fotógrafa venezolana de 28 años, puso inesperadamente un pie en el estribo de la fama cuando en la primavera del año pasado la revista Life, vaticano del periodismo grdico, adquirió una de sus fotos con el entonces sólo probable —y después efectivo— propósito de incluirla en un número especial consagrado a las melares del 89. La foto era una de las muchas que la caraqueña había tomado en la madrugada del 4 de ¡unió desde las alturas de uno de los edifidos residenciales del Diplomahc Compound de Pekín —a K) minutos de la plaza Tiananmen—. La transacción concluía con un golpe de suerte la metamorfosis de un viaje turístico en hazaña profesional. En efecto, Gabriela, que había llegado a la capital china a finales de abril sin más conocimientos de sinología que un facturo chop suey, se había dedicado los primeros días al rutinario turismo monumental. Aunque desprevenida, supo sentir, más allá de la barrera del idioma, la efervescencia de la primavera de Pekín. Empezó a frecuentar Tiananmen; Alti la euforia desordenada de parque de atracdones revolucionario la contagió y, por reflejo, al °hetiyo de su cámara. Prueba de ello, la improvisada Diosa de la Democracia publicada por EXCESO en noviembre, las siete imágenes compradas por el New York Times y, sobre todo, la visión nocturna del intermina-

&sida da

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E-

jército del Pueblo que, en solitario y 'para que me creyeran después', registrara una desvelada Gabriela desde la ventana de su cuarto la madrugada del día de la masacre.

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EXCESOS lilliput reconvertida Cuando Jean Pierre Gault, arquitecto de interiores, tuvo un día la idea de crear en miniatura el idílico pueblito provenzal de Saint Paul de Vence, en donde en 1981 había decidido instalarse a vivir en paz, no sospechó que aquel gesto puramente lúdico lo arrastraría, en menos de una década, al torbellino de una empresa de 95 penonos dedicadas a la producción regular y a escala de casitas, barrios y pueblos enteros de Europa, que se venden par montones a turistas y coleccionistas. No obstante la demanda, las construcciones de Gault, en arcilla, únicas y personales, siguen siendo modeladas una a una. Como buen artista, la gestión empresarial no es propiamente su fuerte y por eso tuvo que asociarse con Dominique, su hermano pragmético. Casitas, rincones, plazas, calles, pueblos enteros: es la versión posindustrial del ramo naif de hacedores de casitas de Los Andes venezolanos. ¿Quiere comprar /VIontmartre? ¿le Marais? ¿Algún rincón en particular de Amsterdam o Venecia? Hay soluciones habitacionales para todos bs gustos y nostalgias, en su galería de Saint Paul de Vence, y en la pomposa tienda del 206 de la Rue de Rivoli, Oh

pleno coraz5n cle Paris.

Eso si, de Caracas no espere encontrar ninguna réplica; Gault es artesano, de ningún modo experto en acodos.

6 Exceso Marzo 199


EL ARTE DEL ESCOGES El proceso de elaboración del whisky, es todo un arte en el cual, cada detalle, cada momento, es importante para producir el verdadero escocés. Este arte se inicia con el filtrado del agua a través de capas de turba, antes de remojar en ella la cebada, que luego se extiende sobre un piso de hormigón para que germine gracias al calor y la humedad. Durante este "malteado", la cebada se disuelve debido a una enzima que ésta segrega, quedando lista para convertirse eñ azúcar.

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Luego de detener esta germinación en un momentó determinado, se procede al secado y tostado del producto, en unos hornos especiales alimentados con turba, elemento fundamental para que el whisky adquiera ese especial aroma. Este producto vuelve a humedecerse, convirtiéndose en una pasta que es amasada en grandes cubas, donde el almidón soluble se vuelve un líquido azucarado ("wort"). A éste se le agrega levadura en unos grandes recipientes para estimular la fermentación, llamada finalmente "wash",

una primera fermentación de la malta que resulta un vino de bajo contenido alcohólico. En ese momento se realiza, entonces, la primera destilación en alambiques "discontinuos" de cobre (Pot Stills). Luego, se procede a .la segunda destilación y, finalmente, al añejamiento en barriles de roble, de una duración aproximada entre los 4 y 15 años. Hemos obtenido, entonces, el whisky denominado "single" o de malta pura, de un valor algo más elevado que el llamado "Blended" o de mezcla. Pero, ambos,son el resultante del arte del escocés. .


EXCESOS Panzas trés chic Desde los tiempos de Pornpidou los gordos no las tenían todas consigo en París, y no era para menos, pues tratórdose de la capital mundial de la moda, las riberas del Sena debían ser parcelas vedadas para la obesidad. El repunte del dólar a fines del invierno, sin embargo, convirtió los aparadores de Saint Germain des Pres en una seguidilla de prótesis protuberantes apretujadas bajo chalecos, camisas y chaquetas. Parecía un caleidoscopio documental del medio oeste americano, ei paraíso de las barrigas cerveceras en los carteles, la palabra

big subrayada, en

inglés en el original pretendía engatuzar a los compradores de los Estados Unidos, por si la oferta de tallas desde la XL hasta XXXL no resultaba lo suficientemente persuasiva. En los albores del cambio equinoccial, las baratas estacionales en Paris enfatizaron en las panzas como gancho comercial, seguramente para usufructuar la cresta de un mercado. Pero no faltó quien se congratulara por ello, viendo en

io ofensiva premoóonol un signo de los tiempos por venir: luego de varios lustros de fitness, los gordos salen sin pudores a las vitrinas.

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Exces0 Marzo 19


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El hotel de Tutankamen La meta final de la avenida Libertador y de todos los noctámbulos que se aventuran hacia el centro de Caracas, por los lados de La Candelaria, tiene un punto inconfundible: las areperas Alaska I y II, estadones obligadas para matizar los albores del día con una de queso guayanés o una reina pepeada. Desde las mesas del lugar se avistan las dos esfinges que custodian la entrada del Hotel Ribot, imponentes como los carros que aterrizan en la plancha de. zinc que resguarda el estacionamiento que hay bato el puente de la avenida. La rara arquitectura del edifi-

do es más que literal. Más allá del umbral, un limbo de sensaciones acecha desde una kidica encrucijada: o atajo a placeres faraónicos, o acceso a una milenaria maldición como la que amenazara a los descubridores ingleses del Valle de los Faraones. Su bar, integrado a los servidos que se prestan, es fuente de toda dase de evocaciones oníricas. lo que pasa allí fue resumido por un diente consuetudinario: "Es como si escuchara el agua de un arroyo y me encontrara con ella, desprovista de todo atuendo. Me acerco, atraído por el rumor del líquido y

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en cada uno de sus recodos, en sus promontorios, hasta que me lleva a la o orilla del éxtasis, todo por (;) 580 bolívares"..

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EXCESOS De Brecht a la telenovela Póstumo, embalsamado y convertido en pieza de museo, llega hasta nosotros el teatro de Bertold Brecht. El acontecimiento para dar apertura al VIN Festival Internacional de Caracas, será la presencia, por primera vez en el continente, del Berkner Ensemble, grupo que fundó y dirigió ¡unto con su esposa el dramaturgo alemén, en los arias de la segunda posguerra. Toda una comunidad de devotos vibró allá y aqui con los postulados brechtianos feorización, distanciamiento, puesta en crisis), de los cuales se regresó años ha, sin contar que los últimos virajes de la historia ponen en entredicho las bases mismas de una agrupadón que surge en la entonces República Democrática Alemana, como abanderada del marxismo leninismo, ni que el mercader del cine Menahem Calan impostora una versión hollywoodense de la Opera de tres centavas, con Raúl Julia como galén, recién estrenada en el norte. Los más insignes dramaturgos venezolanos — desde Cabrufas para abafotambién entraron en comunión con el dogma de Brecht; incluso algunos, los más afortunados — Nicolás Curiel, por *limpio—, tuvieron oportunidad de ser sus pupilos. Sólo que la dialéctica de la sobrevivenda en el trópico transformó el distanciamiento en su contrario: el acercamiento por la vio del melodrama televisado. Como quiera que sea, la obra que veremos, la Opera de tres centavos, con música de Kurt WeL en la cual se recrea,

o Ira* de lo porodb, uhd st›ciedad corrupta de miserables y mendigos, en el Londres de prindpios de siglo, cobra de

pronto, para nosotros, una vigenda estremecedora. 12

Exces0

Marzo 1990 ri 011,40.



EXCESOS ¿Sos vos, Gardel? Otrora terminal de pasajeros de fuste en Caracas, la añosa gloria de Caño Amarillo se ahoga hoy entre los talleres del Metro, las abandonadas caballerizas de Guzmán Blanco y la mácula expansiva de la marginalidad. Sin embargo, cada 24 de iunio, las retretas restauran algo de su esplendor las celebraciones de la batalla de Carabobo y de San Juan pasan a un plano posterior ante la conmemoración del accidente aéreo que más de medio siglo antes acabara con los trotes de Carlos Gardel. La peña tanguera de la ciudad, en francas vías de extinción, se congrega en torno a la estatua que señala que por esa estación, en 1935, llegó el Morocho del abasto a la capital venezolana. Pero este año podría ser distinto; un viejo gardeliano, comparando la escultura de Marisol con los certeros rushes de su memoria, reclamó: "Yo lo vi cantando en Valencia, me sé prácticamente todas sus películas, y puedo asegurar que Gardel, cuando cantaba, nunca abría así sus brazos. Quizás saludando, o agradeciendo los aplausos; pero mientras cantaba, si usaba la guitarra, ponía sus manos sobre el instrumento, y si no, las posaba sobre un compañero, incluso las

mella en los bolsillos",

De

ratificar la ineocactitud, los más rigurosos gardelianos podrían hasta retirar su venia a los actos que religio- LL samente se vienen cumpliendo a los pies de la estatua

de la discordia.



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MA:TELIC:orTE RIES LING Preparación

FIERRE BLANCHARD Con sólo 33 años (siete en Venezuela), este chef es uno de los más reputados exponen-

"ef

tes de la cocina francesa, ahora democratizada y lanzada al vacío. Sus platos a table se podrán disfrutar a corto plazo en su nuevo y exclusivísimo local, en la parte alta de lo que era el antiguo Patrick.

Los pescados pueden ir en filetes o enteros picados en trozos • Pelar y picar las legumbres en trocitos. • Poner tres litros de agua en una olla y agregar las cabezas de los pescados, la zanahoria, la cebolla, el perejil, el tomillo, laurel y ajoporro. Cocinar todo durante 30 minutos, cubierto. • En una olla aparte, colocar los filetes o trozos de pescado, con vino, un poco de caldo, sal y pimienta. Cocinar durante siete u ocho minutos. "Sacar el pescado, colocarlo en un plato de servir y reservarlo en un lugar caliente. • Reducir el caldo a la mitad del volumen. Agregar la crema de leche y cocinar hasta que la salsa espese. 'Agregar dos yemas de huevo batidas, sal y pimienta. Bailar con esta salsa el pescado. "Por último, agregar las rebanadas de pan frito encima. A esta salsa se le pueden agregar hongos, berros, tocineta y cebollitas. Se sirve con vino Riesling

E c E TA DEAUTOR Ingredientes (Para ocho personas) 2 a 3 kilos de pescado (preferiblemente de río y pequeño) 1 zanahoria 1 ajoporro cebolla 2 ramas de perejil 1 ramita de tomillo 1 hoja de laurel 1 taza y media de vino riesling 1 taza de crema de leche 2 huevos Rebanadas de pan frito en mantequilla

Átá.

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La bodeguita del presidente

SEXT °SENTIDO

De portugueses, por supuesto, pero no una bodeguita cualquiera, sino la del Rey David ahora con una flamante sucursal en los Palos Grandes. La referen-

cia bíblica tiene que ver con el nombre del dueño, David Texeira, y con las especialidades Kosher que importa y suministra con carácter de exclusividad a la comunidad hebrea de la ciudad. Para unos y otros, judíos y cristianos (de hecho, es proveedora de la casa presidencial), ofrece una sofisticada despensa. Un vistazo por una de las neveras puede poner en evidencia este tipo de delicias: trufas de Perigord, arenque de Noruega, angular de España, truchas ahumadas, salmones, mortadela de Bótalo. Para la línea Kosher, malle in Manhattan, cuenta con la supervisión de un rabino y con los instrumentos exclusivos (báscula, cuchillo) a fin de garantizar su estricta sujeción a la ley mosaica. La atención es esmeradísima y brindan café para hacer más grata la espera en la barra. Pero eso sí, antes de emprender viaje, es bueno cerciorarse de que la chequera cuenta con un buen respaldo. Cuarta transversal con Avenida Andrés Bello, los Palos Grandes, Tel.: 283.8011

Pasapsallas vía fax Por fax, directamente desde el escritorio y sin necesidad de desplazarse, se puede consultar la lista de pasapalos de todo tipo, combinación y precio, y hacer el correspondiente pedido. Le Marselle, en la avenida principal de La Castellana, Inauguró recientemente este servicio que ahorrará colas, tiempo y calenturas. Los precios se establecen por cada cien unidades y la lista comprende más de 3$ variedades para todas las dietas y hábitos alimenticios, desde los vol au vent surtidos hasta los fileticos de pescado, pasando por los canapés, las tarlatelas y los sancvkhitos, en frío y caliente, dulces y salados. Marcando el número de fax 32.36.92, se puede consultar el repertorio completo.

BARATO Y CON GRACIA Vegetariana es en muchos casos la etiqueta que da carta de ciudadanía a una comida pobre en su elaboración, poco nutritiva, insípida y, como si fuera poco, desprovista de proteína animal. Y justamente El exquisi-

to menú vegetariano, ahora en su décimo aniversario, constituye, dentro de un registro de opciones populares, una manera de comer económica y con gracia, cuando se trabaja o se deambula por el centro de la ciudad. Hay recursividad y honestidad en el pequeño buffet que ofrecen de lunes a sábado en horas del mediodía.

Una Suiza libre de toda sospecha La ocasión será como para parafrasear a Jean Ziegler: seguramente será Swissair la encargada de transportar desde el pequeño país centroeuropeo el cargamento de 7.000 kilos de ingredientes y vinos que traerá el Hilton para su festival gastronómico de este mes en la Rotisserie. Se anuncia una seductora carta en la cual figuran carnes de cacería vedadas en el país. Veamos algunos platos: medallones de lomito de ciervo, paté de venado, filete de perca sobre champignones a la crema, carne curada al aire y los vinos más apropiados, como son kw, blancos de sabor afrutado y cuerpo ligero del Valais y de las cepas de las riberas del lago Leman; tintos como el Merlot de Ticino y el Dole. Habrá también muestra de pastelería y folklore de Suiza y vendrán dos reconocidos chefs del lilton de Basilea a dar una mano al creativo chef de planta Reynold Pache. Del 5 al 31 de marzo.

El menú puede ser éste, por ejemplo: sopa de arroz integral con vegetales y hierbas, muy aromatizada, servida con queso blanco rallado; un segundo plato que cada quien se sirve a su gusto y medida con opciones como berenjenas y zanahorias salteadas; vegetales crudos (lechuga, remolacha rallada, etc); cebada o trigo como acompañamiento; torta de jojoto. Distintos y muy gratos aderezos naturales para la ensalada; postres para elegir; calé o té de hierbas, una jarra de jugo y una cesta de pan integral. El precio es de 80 bolívares. No hay manteles pero sí derroche de pulcritud. Centro Parque Carabobo, Local 120, nivel 1, frente al Metro.

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Vietnam siempre gana Stone, Kubrick, De Palma, y ahora otra vez Stone: la escalada de películas inspiradas en la guerra de Vietnam (¿una forma de catarsis?) parece no detenerse nunca. Todo parece indicar que una de las más recientes, Nacido el 4 de julio , anosará con los Oscares, como lo hizo ya con los Globos de Oro: mejor drama, mejor guión, mejor actor, mejor director. Oliver Stone basó su relato en las 20 toneladas, entre animales y utilería, además de la aelegación humana, serán transportadas desde la Unión Soviética para garantizar las funciones del famoso Circo de Moscú en trágicas experiencias adel Poliedro de Caracas entre el 22 de marzo y el 15 de abril. La representación zoológica es- quiridas en la vida real tá integrada por 26 perros de diferentes razas, seis leopardos siberianos, un chimpancé, nue- por Ron Kovic —un comve monos macacos, tres ponies, tres boas, 11 papagayos, seis gatos y 19 osos pardos. Las se- batiente que regresa a siones tendrán lugar a las ocho de la noche, con funciones diurnas adicionales los fines de se- su patria en silla de ruemana. Venta de boletos en las taquillas del Poliedro y en otros puntos de la ciudad que se di- das—. Protagonizada por Tom Cruise, quien encarvulgarán oportunamente. na a aquel hombre que debe hallar el coraje para reconstruir una nueva vida cuando el mundo de su juventud ha sido desEl único festival de música de cámara que se reatruido. La película dura dos liza en el país propone el retorno a cierta manera de horas y media y abarca 20 años de la vida norteamedisfrutar la música —íntima, recogida, informal— tal ricana. como se hiciera varios siglos atrás, antes de que la sa-

LA GRAN CARPA ROJA

RETIRO MUSICAL

la de conciertos se apropiara del evento musical. La Colonia Tovar, con su clima de montaña y su talante europeo, ofrece ese retiro mágico, particularmente propicio, para este festival que tiene su homólogo en el Festival de L'Eté Masan, en las proximidades de la ciudad belga de Lieja (intercambio de artistas y reciprocidad en la información), y cuya segunda edición se realizará del 8 al 111 de marzo, con la dirección musical de André Poulet. Destacamos, dentro de un denso programa de conciertos en los foyers de los principales hoteles, el recital de Lieder de Brahms que

ofrecerá et prestigioso barítono belga Lttdouic de San, en el Hotel Ñibourg, el sába do

10 a las 9 p m. Reservaciones para alojamiento y entradas a los conciertos en Organización del Caribe, Tel.: 284.60.22. Al margen del festival, actuará el mismo solista en un concierto sirifónico-operático (Orquesta Sinfónica Municipal) en el Aula Magna de la UCV el domingo 18.

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Cuentos nocturnos

SEXTOSENTID

Caparedta blanca, se llama el espectáculo que inaugura La Guacharaca el 12 de marzo, justo en la antesala del Festival Internadonal de Teatro, con dirección general de Cayito Aponte. Primer teatro de cabaret que se hace en el país. Pero además, teatro con música (coros y

arias) y derroche de

humor, fórmula que da

como resultado una

opereta, género en el

cual se mueve con sol-

venda el más cómico de

los bajos. Claudia Na-

zoa (prima de Claudio)

es la autora del libre-

to de esta nueva cape-

rudta referida a la ac-

tualidad de America La-

tina, en la boca del

Fondo Lobuno Interna-

donal. Partidpan, a-

demás del elenco esta-

bk de La Guadiaraca,

otros artistas invitados.

Presentaciones de lu-

nes a sábado, y el 7 de

Marzo, Carlos Omobono

en vivo.

Made in I China

Los resultados del proceso de modernización iniciado en China por el viejo Deng no han sido todos tan nefastos como los sucesos de Tiannamen. Imposible negar ciertos logros en el campo de la producción material. Por ejemplo, la tienda del Museo de Arte Moderno de Nueva York, vitrina

abierta a lo más novedoso en diseños, exhibe y vende actualmente un radio de pilas, frecuencia FM. Un escueto cubo negro, funcional y elegante, Made in

China por el sello EK. Cuesta 16 dólares.

BONDADES DEL DIOS SOLAR Para el año 2000 una buena parte de la humanidad estará sumida en la pobreza absoluta, aunque exenta del pago de facturas de electricidad, porque habrá recurrido al sol como fuente energética —directa, autónoma, infalible, desinteresada, inagotable— al menos mientras el universo sea lo que es. La conversión fotovoltaica (conversión de la luz en energía) no fue hallazgo nipón, como suele pensarse, sino de un francés, el físico A. Becquerel, en 1830. La base de esta transformación es la célula fotovoltaica o fotopila, que convierte la radiación solar en electricidad. Al verlos, nadie podría sospechar la extraordinaria potencia de estos paneles que resultan del ensamblaje de las células, parecidos a un pequeño vitral artístico. Photowatt Internacional, con sede en Francia, es la tercera compañía en el mundo y la primera en Europa en desarrollar, industrializar y comercializar los módulos generadores de aplicacion fotovoltaica. La filial en Caracas tiene apenas unos meses, pero ya las aplicaciones en agroindustria, petroindustria, telecomunicaciones, son considerables. Muchas personas están optando también por este sistema para uso doméstico, en vista de sus numerosas ventajas y de la economía que representa el hecho de que se hace una sola inversión inicial. Otras alternativas son su utilización parcial, por ejemplo, el calentador de agua para cinco personas: cuesta 25.000 bolívares y garantiza baño caliente para varias generaciones. O la planta de energía solar portátil, del tamaño y el aspecto de una cava de hielo para lancha, transportable a la selva, a la cumbre del Autana o a la isla desierta. Suministra energía las 24 horas, no se agota y cuesta entre 40.000 y 50.000 bolivares, según la potencia requerida. Photowatt, atendido por ingenieros francovenezolanos, está situada en el cruce de Mucuchíes con California, Edil. Jimmy, en las Mercedes. Te1:752.25.98. Exces0

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Espejo del cueTo Cada vez es mayor el número de personas en todo el mundo que, aparentemente insatisfechas de la medicina tradicional (alopática), están acudiendo a otras alternativas: acupuntura, terapia neural, terapia molecular, homeopatía, medicina naturista, iridiología y tantas ramas y subramas. La iridiología, unaforma de diagnóstico que parte de la convicción de que el organismo humano con todas sus funciones (circulatoria, digestiva, neurovegetativa) se refleja en el iris, está de moda. Los antiguos fenicios la practicaban y en la actualidad la han desarrollado fundamentalmente los orientales y en menor escala los europeos. El iris se observa detenidamente con los mismos aparatos usados en oftalmología, a fin de poder ver las cuatro capas que, según ellos, lo conforman y ponen en evidencia el resto del cuerpo e incluso del alma. En Dietetic Products, tienda vegetariana (Villa Mediterránea,

Centro Plaza), dos pro-

fesionales de la iridiología a-

tienden consultas dos días a la semana. Tel.: 283.71.44 y 283.30.66. 20

ExcesO Marzo 1990

Otra forma de filosofar Juan Nutlo pertenece a esa estirpe de filósofos que florece al margen de los sistemas, que renuncia a las pretensiones totalizadoras y que privilegia como medios el ensayo y la nota. Para Uhl filósofo que se ha decidido a pensar por sí mismo, y desde la inmersión decidida en la realidad, no puede haber objeto filosófico prestabiecido (la sustancia, el ser, el conocimiento). De allí que en la

serie de textos recogidos en el libro que acaba de publicar Monte Avila (La veneración de las astucias) , se hable un poco de todo: la historia, las obras literarias, el cine, los demás filósofos, desde su óptica siempre incisiva, intransigente, lúcida, pesimista casi siempre, porque como dice Cioran, pedirle optimismo a la filosofía es la más descarada hipocresía.

UN GRINGO CON TUMBAD David Ryrne, líder de la banda Talking Meada, ganador del Oscar por la banda sonora de El último Emperador, director él mismo de una de las grandes sátiras norteamerkanas en el dne, Trua glories, y asiduo de la vanguardia intelectual neoyorquina (el músico Drian Eno, el dneasta konathan Domine, la coreógrafa Twyla Tharp y la teatrera Seth Henley), se ha incorporado con fervor a la ola de la etnemúsica con su nuevo LP, Rel Momo, donde aborda la salsa, el merengue y el mambo, junto a los grandes de la Fania: Celia Cruz, Willie Colón, lohnny Pacheco, Tomo Toro y el brasileño Hervert 'Yianna (de Os Paralamas do Smceso). La campaña de desinformadón sobre su arribo a Venezuela para una ¡am mesaba —que si viene, que si no— parece diluirse en la versión de que podría venir el próximo abril si las ventas en el país de su Último larga duradón son, siquiera, aceptables. Así que ya sabe: en la época de la sodedad dvil y la autogestión, quizás está en sus manos que ilyrne acepte el ventetú venezolano. La clave está en todas las tiendas disqueras del país.


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Podría sonar a extravío el que un arquitecto se dedique al diseño de lencería. Aunque si se lo ve desde la perspectiva de la decoración de interiores, luce coherente. Es el caso de Adalí de Guada, con su firma Jacobsen, que produce y vende en exclusividad muy bellos edredones con sus cojines. No se hacen en serie sino por encargo, y resultan significativamente más económicos, especialmente si se eligen telas nacionales.

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San Martín de Parque Central, Tel.: 574.09.82 y 574.09.80.

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Santa Teresa. Venexótica tiene su sede en el Edificio

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Convertidos en quimeras la Selva Negra y el río Nilo, al

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Turismo exótico

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sana A CODICIA Sorbete a la moda La moda ahora entre yuppies y redén casados de aquí y de allá es comprar las máquinas para fabricar helado en casa. En el mercado local se consigue una que otra de marca importadas también en Margarita. Un lote que en dicieimbre se ofreció vía tarjeta de crédito se agoté de inmediato, pero están a punto de renovar el stock, en la marca Waring, producidas en Estados Unidos y cuyo precio ronda los 2.800 bolívares la unidad. Para continuar en boga, los franceses, cada vez más receptivos a los dictados de este tipo de consumo, no sólo las están comprando, sino que ya lanzaron un diseno a duo que permite elaborar simultáneamente helados de sabores distintos.

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• Entre las novedades que, en materia de vinos, ofrece para este despegue del año la Distribuidora Chumaceiro, hay que reseñar un buen surtido de Bordeaux, en Magnum, procedentes de los castillos de Lascombes 1983-1985, Laroque 1985, Castera 1985 y Batailley 1985. Este tamaño de litro y medio —bien lo saben los conocedores— prolonga la longevidad de dichos caldos, ya aguantadores de por sí. En España acaban de descubrir el Magnum y se está generando todo un boom, mientras que en Francia se conoce desde hace mucho tiempo. Y la otra novedad en Chumaceiro es que disponen de una interesante selección de blancos y tintos en medias botellas, tan escasas regularmente y tan oportunas para aquellas circunstancias y momentos en que sólo se desea una copa o máximo dos. Calle Las Mercedes, Edif. NQ 25, Tel.: 261.12.39. • Y bastante más allá, en Paris, L'esprit et le vin , es la única tienda especializada en parafemalia de lujo para el servicio del vino y su degustación. Las copas, las garrafas con picos de plata, los decantadores, catadores, sacacorchos de

plata en km más creativos diseños, termómetros. No podía taltar la chaine gourmande, para sostener la servilleta, imprescindible en el bolsillo de cualquier gastrónomo que se respete. La ventaja de la tienda es que la selección entre nuevos productos es rigurosa: sólo tienen lo mejor de lo mejor. Está ubicada en el 8 de la Avenue de Temes, en el XVIle.


SUMACODICIA

Una guía del uj o

Museum de museo

Los suscriptores venezolanos ya tienen en sus manos el ejemplar personalizado, forrado en cuero y marcado de la In

World Guide, correspondiente a la edición 1990 y realizada en Berlín. A diferenda de otras, en esta guía del lujo, concebida por Peter Finbelner-Zelimann, la selecdón de los lugares no tiene caráder publidta-

TESORO BAVARC)

do, lo cual garantiza

Más allá de los avatares del CKD y el dólar liberado, alguien tie-

cierta confiabilidad. Pa-

ne que comprar los lujosos y costosísimos carros de fantasía que día y

ra muchos, en todo caso,

noche, y en forma renovada, exhibe el pórtico de Super Autos las Mer-

es el ABC en materia de

cedes en el ángulo de la Calle París con Veracruz. El BMW gris plata

buenos restaurantes, ho-

635 C51 de 1988 full equipo (asientos eléctricos, cuero, tedio corredizo,

teles de primera, clubes

aire acondicionado, caja automática) bien vale los 80.000 dólares que

privados, casinos, ba-

factura. los incunables germanos son la especialidad al lado aguarda

res, golf, tiendas de lujo. Hay que constatar sin embargo que en lo que se refiere a Venezuela, está manejando datos desactualizados: figuran restaurantes desapareddos (Patrick, Le Groupe, entre otros) y se mondonan los nombres de Reynaldo y Carolina Herrera como príncipes del

jet

set local, cuya casa sería "el Monte Everest de la vida sodal caraqueña". Lo cual es cierto pero en Nueva York, donde viven desde hace mucho tiempo, y con el sesgo de relatividad que hay de Caracas a la gran urbe.

comprador un Forsch() 911 negro modelo 1986. Quinta Irene, Tel.: 91.98.33.

Dos son los criterios que según los expertos, deben tenerse en cuenta para otorgar a un objeto la clase de museo: significado histórico y calidad estética. Y para certificarlo, doctores tiene la santa madre iglesia. Así, por ejemplo, la esfera del reloj sin números que concibió en 1947 el diseñador americano George Nathan Horwitt,obtuvo su lugar en el Museo de Arte Moderno de New York. La firma Movado compró el diseño en 1961 y lo registró con el nombre de Museum, y ahora está disponible en Venezuela.

Com p a ctísimo equipo reproductor de disco laser para el carro es tan pequeño y tan simple que parece un juguete Fischer Price. Funciona conectándolo mediante un adaptador al encendedor y se le pueden instalar cornetas y audífonos. De quitar y poner —vacuna contra ladrones—, se alimenta también con comente y se instala en cualquier lugar. Los fabrica Citen del Japón y en Caracas los está vendiendo la tienda de los corotos raros y curiosos: Play House Club (Calle California, edificio El Portal, Las Mercedes, Tel. : 92. t9,75). El miniequipo con los audífonos cuesta 8.200 bolívares y el adaptador tiene un precio adicional de 2.200. El

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SUDOR

KILATES

El boicotpor San Isidro El nombre del embalse, La pereza, se convirtió, por obra de La deshidratación que azota al país, en pura literalidad. Los esquiadores venezolanos que tienen allí su centro de operaciones en la Escuela Nacional María Victoria Carrasco, se han visto obligados a entrar en paro forzoso desde diciembre, cuando el embalse se transformó un una explanada de polvo. Se pone así en entredicho, mientras San Pedro no disponga

BARRERA DE CORAL

otra cosa, la actividad de nuestros deportistas y su participación en eventos internacionales.

Cuando se lanzó a correr en lancha hace un poco más de dos años, Coral de Sousa se reveló contra las discriminaciones que establecían una categoría femenina. Se le brindó la oportunidad de competir contra los hombres y les ganó. Actualmente es la única mujer en este ejercido y se coronó recientemente como campeona nacional absoluta 1989 en la categoría Cats 1W. De su padre, Adriano de Sousa, varias veces campeón años atrás, heredó el fervor naútico y la pasión por los bienes raíces: es la segunda a bordo en su oficina de Inversiones Adrosa. La madre, mientras tanto, prende velas a los santos cada vez que su hija única de 29 años sale a competir. Por fortuna, en 34 válidas, no ha sufrido el menor percance y su lancha, una CCII de 14 pies y motor 70 Yamaha se comporta bien, permitiéndole desarrollar hasta 64 millas por hora. Coral cumple además un papel muy activo en la organización de la motonáutica: es presidenta de la Asociación del Distrito Federal y tesorera de la Federación Venezolana que anida este mes la temporada anual con las dos primeras válidas los días 17 y 18 en el embalse de Guataparo, en Valenda.

NO SON

NIAIDA

El viejo, le dicen desde los 20 años, pero el apelativo no tiene que ver con su estado físico, insuperable aún a los 58, cuando se mantiene invicto en natación master y compite con éxito en triatlón. Desde su llegada al país en el 49, Alfonso Victoria es poco más o menos el dueño de la natación y el rey de los entrenadores —de su hechura son laureados ejemplares como Alberto Mestre y Rafael Vidal—. Como buen español es "caballo de buena boca": come estrictamente de todo y no renuncia por nada del mundo al más grasoso y suculento de los cocidos; se toma dos whiskies diarios y se regala un buen tabaco de vez en cuando. Pero, eso sí, llueva ; truene o relampaguee, salta de la cama a las cinco de la madrugada. Hace natación por espacio de una hora, en la piscina de su casa en Prados del Este y luego dedica otra hora al trote o la bicicleta. Así, en plena forma, se marcha a su fábrica de ropa deportiva que surge, siendo ya entrenador durante el gobierno de Leoni, para remediar el déficit de trajes de baño que había en el país. Arena, filial de la célebre marca francesa, es en la actualidad toda una empresa de 100 empleados que además está patrocinando a varios de los más destacados triatletas del país. 24

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SUDOR18KILATES Buceo computarizado Lo novísimo en submarinismo registra una computadora de inmersión. Tan exclusiva práctica no podía permanecer ajena a los avances de la informática. En este pe-

queño adminículo, apenas más grande que un reloj, y de activación automática, delega el explorador submarino cálculos fastidiosos que antes tenía que hacer él mismo, como son la profundidad, la compresión, la decompresión, el tiempo de inmersión, tiempo de ascenso, saturación. Ya se encuentra a la venta en tiendas deportivas especializadas y su precio, según el modelo y la amplitud de su registro, oscila entre los 17.000 y los 22.000 bolívares. Sesto Continente, La Florida, Tel.: 74 38.73. Josbert's Sport, Las Mercedes, Tel.: 92.5635.

Aprender sobre ruedas • Entrenamiento por espacio de un fin de semana completo propone a los jó,

Ganador en la reciente vuelta de la prestigiosa Copa Davis, corresponde ahora al equipo venezolano foguearse en cuartos de finales ante la selección de Cuba, ronda que se jugará en Varadero entre el 30 de marzo y el primero de abril. Una oportunidad que no quieren pasar por alto los organismos de turismo de Fidel para incrementar, en combinación con nuestras agencias locales, el turismo a la isla del so. cialismo, en momentos en que no le cae nada mal. Y el plan es bastante atractivo, al menos en términos económicos: tarifas entre 370 y 554 dólares, que incluyen boletos aéreos, desayunos, cenas (durante una semana), traslados, compras, visitas, show en el Tropicana y por supuesto, asistencia a la glamorosa competencia. Organizadora oficial del tour es la agencia Yap's Tour, Tel.: 541.02.98 y 545.07.46.

FLAMA 1E PROFESOR Un año de trabajo en un banco como profesional de la

yenspilotacud

computadón bastó a Pablo San-

velocidad en motociclismo

ta Catalina para convencerse

"Eduardo Alemán Racing".

de que su vocación era otra y se

Comprende teoría, práctica en la pista y preparación física y tiene un costo de 1.500 bolívares. La sede reside en el autódromo de San Carlos. Eduardo Alemán, Tel.: 22.26.39. • Unos 50 pilotos, todos hombres en excelente estado físico, se disputarán el 28 de marzo, en Turagua, la competencia del Campeonato Nacional de Motociclismo de velocidad, en varias categorías.

COPA DAVIS EN CUBA

desplegaba al aire y el sol (ver página 74). Entonces retornó a los deportes: natación, biddeta, triatlón, waterpolo. Sus 27 años, atlétkamente acomodados, y su aristocrático semblante, le garantizan una exdusiva dientela como profesor particular de natadón para niños y niñas bien de las urbanizadones del Este. Con tarifas, por derto, bastante democráticas. Tel.: 732.29.12. Exces0

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COMO GANAR ENEMIGOS Y CONSERVARLOS FiFCLITIVO- LEOPOLDO SUCRE FIGARELLA Sólo Hernández Grisanti le disputa su casi vitalicio sitial como técnico de la panoplia adeca. La ausobre el Orinoco, los altos hornos de Guayana, todos tics de la Gran Venezuela, lo tuvieron corno inspirador cuando no ejecutor. González Lander, en la presidencia del Metro, es su compañero en la dupla del continuismo administrativo; en efecto, los vaivenes de la fortuna hasta la fecha no diezman la aureola de eficiencia que arropa a Sucre, impuesta a sangre y fuego, con un estilo tan autoritario y personalista como el que sólo podría exhibir un precursor, desde los años 60, del workaholism.

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k topista Coche-Tejerías, los elevados, el puente

EL ENEMIGO EL EPISODIO

LOS DETALLES

UNA FRASE TIPICA

EL PRONOSTICO

Nonio Neri Mago

Un careo televisivo.

(Set. 1966): El debate en TV sobre posibles corruptelas en la ejecución del presupuesto del Ministerio de Obras Públicas agobia a Sucre. Neri, entonces diputado de FND, entiende que el ministro Leopoldo Sucre —al que califica de abusivo, por sobrepasar instancias administrativas en aras de la eficiencia— disfruta de mayor espacio en el programa y se queja. Percibe que esa ventaja es suficiente sobre su rostro inocuo, desprovisto de carisma, apenas conocido en el ranking de los burócratas públicos.

"Los que dicen que detrás de un contrato sin licitación hay un acto doloso tienen que probarlo' (L.S.F.)

Todo lo contrario se demostrará más tarde en la CANTV

Anelo Espinoza

Tienes razón pero vas preso.

(Mar. 88): En funciones, el ministro presidente de la CVG, Sucre Figarella, sospecha que una fuga ilícita de capitales amenaza el patrimonio de las empresas adscritas a a la corporación que dirige. Instruye al entonces ministro de Justicia, Manzo González, para que ponga en marcha una investigación policial al más alto nivel, encomendada al superagente Anelo Espinoza. Personal de la más elevada estima: Celestino Martínez, Héctor Soucy y Andrés López Robles, es acusado de cobrar comisiones ilegales. Sucre Figarella desestima los resultados de la investigación, tira el informe a la papelera y le da un espaldarazo a sus allegados.

'Me anoté mal con ese investigador" (L.S.F.)

Saldrán ala luz otros informes de la Manzopol

José Molina

Quién es quién.

Después de seis años de intervención, los sindicalistas adecos convienen en realizar las elecciones para elegir la representación obrera en Sidor. Sucre confía en una ratificación del mandato para sus compañeros de partido, pero la Causa R obtiene la mayoría absoluta y desbanca a sus pupilos. Al enterarse de los resultados, Sucre golpea con fuerza la mesa y dice:' ¡Qué vaina, ahora tengo que soportar a Andrés Velásquez. Voy a pedir que echen del partido al imbécil de Mollegas!".

'Yo soy amigo del hacer y enemigo del no hacer (L.S.F.)

Si así fue en Guayana, más dificil será la convivencia en Miraflores.

Leopoldo Bruzual

Choque de tocayos

En momentos en que las empresas básicas del Estado financiaban la campaña electoral, el búfalo cuestionó las nuevas plantas para reducir aluminio y bauxita. 'Las inversiones en sus alocados proyectos dizque superan los 80.000 millones de bolívares, los próximos dos años ¡Vaya tocayo!', dijo. Antas habló de las roscas gerenciales y una relegación del FIV en el manejo de las empresas.

'...lo que rechazo categóricamente es que la denuncia se lance sin fundamentos y

Ni la redición de la guanábana los contentará.

Díaz

Blanca Ibáñez

Oiga usted, presidente.

Una de las indispensables visitas a Miraflores, donde Lusin , chiseponíaldcutosprgedlainustr básicas adscritas a la CVG, no pudo culminar en la audiencia prevista. Blanca Ibáñez, exsecretaria privada del presidente, se ofreció para recibir las cuentas del ministro, a lo que Sucre respondió categórico: 'yo sólo le rindo informes al presidente'. Desde entonces, un agrio alejamiento que no llegó a la enemistad marcó el resto del ejercicio en el gobierno.

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se convierta en escándalo con el simple afán de manipulación comercial o electoral de unos pocos" (L.S.F.) "Zapatero a tus zapatos' (del refranero popular)

Como gallo tapao regresará a Miraflores


Raúl Velasco. Acabados Somoza, Stroessner, Duvalier y hasta Pinochet, la suya es la última, y la más nefasta, de las dictaduras latinoamericanas. Martín Lantlgua. Sus patillas, sus fluxes, su andar, su voz, su ranking, en fin, todo él es un remake de La loba.

Henry Kissinger. Su voz siempre reconvendrá a la administración norteamericana de turno. Si en Venezuela hay senadores vitalicios, en Estados Unidos hay un asesor eterno.

Gloria Martín. En los 70, saboreó la miel del éxito con sus canciones de protesta. Años después, luego de un silencioso paréntesis, regresó apoyada en las canciones de Melissa y Pablo Manaveilo sólo para comprender que no todos los autoexilios son malos.

INTERMITENTES Los nacionalismos en la Unión Soviética. Desde que el chiripero de los gentilicios se alborotó al calor de la perostroika, no pasa una semana sin que el resto del mundo descubra a los uzbekos y kirguises, azeríes y letones, moldavos y turkrnenos. Unos matices, peculariedades regionales, que la severidad del Imperio antes soslayaba. El mirador de La Alameda. Los Champe E iysées caraqueños de fines de los 80 se apagaron con la década.

Contrabando de gasolina. Mientras los aumentos del combustible ocurran primero en Colombia, siempre habrá un motivo para cruzar la frontera.

ETERNOS Los Antafios del Stadlum. Paladines de la música cañonera, estos veteranos del sombrero de pajilla y la retreta, se han mantenido exactos durante cuatro generaciones, cual eternos huéspedes de la cápsula del tiempo.

Rosana Ordoñez. Habla como lo haría un ama de casa, y dicen que ese es su fuerte comunicativo, un encanto que sólo obra mientras alguna otra ama de casa, una secretaria privada por ejemplo, no se atraviesa en su camino.

El socialismo de Carlos Tablante. El lapso de su militancia no le habría alcanzado ni para leer el prefacio de El Capital.

Las canciones de Nelson Mandato. A Tracy Chapman, Simple Minds,The Specials, Dire Straits y otras gentes del rock les quitaron un prisionero que afinó sus canciones por la libertad. Ya aparecerán sustitutos en Cuba, Haití o Albania.

EPITAFIOS

EFIMEROS Octavio Lepage. Como premier, precandidato presidencial, presidente del Congreso; su rol de comparsa sólo se destaca en los períodos de transición.

MIKE TYSON No lo salvó la campana sino la mafia. DOUGLAS DAGER El hipodromo olvidó sus pronósticos. CENTRO SIMON BOLIVAR Sin ser un prócer, Narváez no merecía la bancarrota. MANUEL PEÑALVER La culpa la tuvo el gobierno anterior. CARLOS "CAFE" MARTINEZ Hizo el spring training tras las rejas. CARLOS BLANCO En la personificación de la reforma dejó atrás a los Borbones. FREDERICK DE KLERK La negritud fue su argumento para hacer pulso con Gorbachov. EL COMECON El capitalismo fue su comején. JUAN FELIX SANCHEZ Su ingenuidad le abrió las puertas de Miraflores.

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un país La vida sin Lenin puede tener sus inconvenientes: luego de la borrachera de la liberación, los nietos de Bela Kun descubren que tras la fachada de la economía de mercado yace el pesaroso tinglado de la inflación, el desempleo y la competencia.

Jaime Ballestas, desde Budapest

n par de años atrás el Danubio era la frontera orient

la economía de mercado.


n el primer plano del amplio panorama que se divisa desde los ventanales del Hilton, en las colinas de Buda, veo alzarse en toda su gótica belleza las cinco veces centenarias torres del Bastión de los Pescadores. Más atrás, en la lejanía de la fría y brumosa mañana húngara, las líneas voluptuosas del Danubio inician una ligera curvatura en su ruta hacia Visegrad, y al otro lado del río, junto al parlamento, las figuras rectangulares de los antiguos edificios de Pest se confunden entre sí, rememorando el esplendor de los días del imperio. Sin poderlo evitar, en estas postrimerías de un invierno poblado de nieves y vientos boreales, mi pensamiento regresa a los instantes grabados en la memoria desde mucho tiempo atrás, cuando llegué por primera vez a la capital de Hungría. En aquella república socialista, hoy difusa por el paso de los años, no existían ni los lujosos hoteles de las cadenas estadounidenses, ni los McDonald's, ni las tiendas Pierre Cardin, ni mucho menos las empresas privadas que ahora proliferan por doquier. Eran los días en que el paso de un Mercedes Benz por las calles o una caja de cigarrillos americanos colocada en una mesa constituían un verdadero acontecimiento, y despertaban la curiosidad de los sorprendidos parroquianos. Las estrellas rojas coronaban las cúspides de fábricas y edificios importantes, cuyas deterioradas fachadas aún mostraban las caries que dejara la metralla durante la breve revolución de 1956. En cualquier mañana de tan lejana visión, mis ojos podían contemplar el rutinario desfile de los primeros trabajadores que, imbuidos en sus enormes sacos grises desmodados, caminaban silenciosamente mientras los automóviles de fabricación soviética, ruidosos y de líneas diferentes, se »o.Exces0 Marzo 1990

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desplazaban por las calles empedradas conduciendo en su interior ala elle del Partido de los rabála-

dores. Eran los tiempos del auge del régimen comunista. Un comunismo sui generis, porque después de la sangrienta revuelta iniciada por un grupo de jóvenes desde la estatua de Petofi —y aplastada por una masa de tanques rusos equivalente a la avalancha mecanizada que participó en la batalla de Kiev, en la II Guerra Mundial— el país de los magyares fue privilegiada como una vitrina socialista. En él se disfrutaban por vía de excepción más libertades que en las otras democracias populares y, siendo un país relativamente pobre, disfrutaba de la abundancia de esos peculiares bienes sin brillo que producen . las economías centralizadas, junto a una buena porción de productos importados. Una concesión graciosa que les daba el Kremlin para borrar de la memoria de los húngaros los días de la invasión, a pesar de que sus tanques permanecían en las afueras de la ciudad controlando cada paso y cada gesto que pudiera parecerles desmesurado. 28 años después, ya no es posible encontrar el fulgor ni de una sola de esas estrellas rojas; tam poco permanecen erectas las idealizadas estatuas de Marx y Lenin que decoraban plazas y avenidas, y están ocultos los comprometedores emblemas de la hoz y el martillo. Después del otoño de 1989, aquella profusión de símbolos vinculados al poder bolchevique empezó a podrirse en el patio trasero de todas las oficinas del Estado, y de las ideas marxistas que una vez fulpn ganilluingentrenniblovn los centros de enseñanza, sólo queda un montón de cenizas apiladas en algún rincón, de donde poco a poco —parece— se las irá llevando el viento. En su lugar, una sorprendente ola de cambios en lo político 30

Exceso Marzo 1990

La Budapest clásica es escenario de otra movida.


y lo económico ha desprendido a Hungría del cordón umbilical de Moscú, haciéndole desviar la boga hacia el corazón de Europa. Con esa sutileza y el poder abrasivo de las aguas subterráneas, el capitalismo se coló por las rendijas del esqueleto socialista, que aunque todavía sigue instalado en el país, ya tiene las entrañas completamente devoradas. os actuales cambios políticos en Hungría, como en casi todas las llamadas democracias populares de Europa central, tienen tres causas: en primer lugar, el hecho de que tanto a Marx como a Lenin se les pasó por alto señalar en sus tesis el tiempo preciso para que la dictadura del proletariado pudiera borrar de la esencia humana, la ambición, y los sentimientos de nacionalismo y libertad, además de dar con el antídoto para que el poder absoluto no corrompiera a los supuestos dirigentes de la clase obrera. Junto a eso está el fracaso de estas economías centralizada, tras el esfuerzo de toda una generación, para producir bienes y servicios con alguna abundancia y un mínimo de calidad. Pero sin duda que el factor fundamental de esa trasmutación social y política radica en la aparición, inesperada y significativa, de un pequeño hombre portador de una extraña marca en la frente: Mijail Gorbachov. Si bien en el lejano 1956 los húngaros se levantaron ante el terror estalinista, el recuerdo de los tanques disparando a mansalva sobre la población indefensa, los 40 años de auténtico lavado cerebral, mas una satisfacción precaria pero segura de sus necesidades elementales, les había llevado a aceptar a regañadientes el sistema; de allí que fueran los perfumes de la perestroika y el glasnost los que avivaron el aún latente sueño de libertad y el deseo de poseer las riquezas y los avances tecnológi-

cos que anuncian las vitrinas de occidente. Este pequeño país agrícola, rico en uranio, bellas mujeres, vinos y una música de ensueño, ya poseía ciertas libertades que no gozaban otros países socialistas, pero al dispararse los temores a una nueva reprimenda soviética, brotaron las 100 flores y 100 escuelas del pensamiento que socarronamente proclamaba Mao Tse Tung con su enorme tijera escondida tras la espalda. Haciendo honor al dicho de que tres húngaros son seis partidos políticos y seis partidos húngaros son 12 ideologías, apenas el partido comunista (o Partido Obrero Socialista Húngaro) trocó su condición de proletario por el de socialdemócrata anunciando elecciones libres, surgieron decenas de micropartidos que hoy llegan casi a la cuarentena con una militancia entre los 10.000 y 50.000 miembros cada uno. Los resultados de la contienda electoral de este mes de marzo parecieran inclinarse por el triunfo del viejo partido comunista transformado, obviamente por su mejor organización y por contar con dirigentes entrenados y mayores recursos de poder, pero la gran incógnita a despejar en lo político en esta nueva Hungría, así como en los otros países tras la destartalada cortina de hierro —con la probable excepción de Alemania— es hacia dónde se inclinará la balanza política después de cierto tiempo, cuando la clase media y la masa trabajadora, al no disponer de inmediato del bienestar que soñó con los cambios propugnados, empiece a sentir la ausencia de las pocas cosas mediocres pero seguras que le había dado el sistema comunista. Mientras la duda se despeja, sobrevivirán la confusión y la desconfianza, dos fantasmas que se pasean constantemente por las grandes avenidas de Budapest, escondidos entre la bruma tóxica producto del invierno y los altos índices de contaminación urbana E

CARACAS

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PRESENTA

FESTIVAL GASTRONOMICO CULTURAL SUIZO Del 6 al 31 de marzo, 1990

Lf1 HOTISSEFIle El Restaurante de los Ejecutivos y las Cenas Elegantes. Cerca de los centros Culturales y Financieros más importantes de la Capital. Reservaciones: 574.11.22 - 574.21.22 ext. 4107 - 4108 * * * * *

EL HILTON • EL HOTEL Un desarrollo del Centro Simón Bolívar

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ende los años 70, Hungría ya tenía cierto margen de libertades económicas. Las pequeñas empresas privadas con dos o tres trabajadores, que abundaban en las calles laterales a Vatci Utca, no habían dejado de generar artículos sofisticados y de alta calidad, que vendían en los almacenes de la lujosa avenida comercial. Esta forma de producción capitalista se empezó a multiplicar al entrar los 80, y hoy por hoy abiertamente han proliferado: ya no es raro encontrar empresas con 100 ó más dependientes que compiten ventajosamente con las del Estado. Pero los nuevos empresarios húngaros, multimillonarios en florines, quienes para mejorar la calidad de sus productos compraban maquinarias y materias primas en occidente y hacia allá enviaban a capacitar al personal, sufren hoy el impacto de la transformación: por un lado, los altos precios y la escasez de materia prima, por el otro, la perspectiva de impuestos elevados combinados con la baja pro32

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ductividad de unos trabajadores que piensan que el capitalismo significa trabajar menos. Para su desgracia, el cambio le soltó las amarras a los perros hambrientos de la inflación y, al carecer de un sistema definido para el control, la fiera liberada, con su apetito desbocado, ya empieza a morder a diestra y siniestra a una población que no conocía sus colmillos. Con un incremento de precios de casi un uno por ciento durante los 50, a un tres por ciento en la década de los 70, y un 10 por ciento en los 80, la inflación se perfila cercana al 100 por ciento este 1990, al dispararse al doble en pocos meses el precio de los artículos de primera necesidad y el alquiler de las viviendas estadales. Y lo que es peor: a despecho de la transformación intempestiva de las estructuras, han regresado las • colas para comprar artículos escasos, el pan, la carne y otros bienes básicos que eran lo único que siempre garantizaba la anterior economía subsidiada. En el área de la vivienda, una

de las cuatro divinidades socialistas, también se produjo un cambio de 180 grados. Los edificios en las grandes ciudades, en su mayoría viejos y en pésimas condiciones, que eran alquilados por el Estado a tarifas que ni siquiera cubrían los costos de mantenimiento, son vendidos a los particulares. Esta política, que tiende a acelerarse, ha incorporado dos derechos individuales que antes habrían sonado a blasfemia: la posibilidad del propietario de disponer de lo adquirido, y el derecho de la herencia. Sin embargo, este deseo del gobierno de deshacerse de todo lo que pueda y su invitación a los grandes capitales internacionales para que compren o se asocien a los medios de producción, ha encontrado un fuerte rechazo de muchos sectores nacionalistas hún-

convite: allí están la General Motórs, los bancos japoneses, las corporaciones de Europa Occidental. En esta confusa situación económica el país sigue girando con pesar alrededor de dos peligrosos ejes: la corrupción, una vieja institución nacida y amamantada en el socialismo, y la deuda externa, que monta a los 20.000 millones de dólares y agita al atemorizante espectro del Fondo Monetario Internacional. La tabla de salvación parece estar en el esperado fondo europeo para la reconstrucción de los países del Este, que aún no está librando cheques. Por ahora, en las calles de la hermosa Budapest y en los románticos cafés decorados con la delicadeza del siglo pasado, el hombre común ve que junto a la ganada libertad, que les suena como las pegajosas notas de una

garos ante el temor de que los otrora comunistas terminen vendiéndole todo el país a los forasteros. Los dueños de la economía mundial ya han llegado para discutir los términos de la fiesta de

zarda y bajo los vaporosos acordes del violín gitano, llegaron otras cosas: no le alcanzan los salarios y por todos lados se sienten las alevosas dentelladas del desempleo y la escasez. CCE)


todos los ámbitos pionera antes de los 30 años, como nadie en el país sabe que el amor entra por la cocina.

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I puzzle e as es re as

Congratúlese: la parroquia El Recreo podría disputar a Beverly Hills la distinción como el lugar con mayor densidad de estrellas cinematográficas del mundo. Pero para eso, hágase antes detective e investigue las inciertas pistas dejadas hace más de 10 años por Jessica Lange, Charlotte Rampling y Natassla Kinski al pasar por Caracas. Gonzalo Jiménez

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1 sol del sureste norteamericano avanza con lenta solemnidad sobre un cartel que reza No Trespassing clavado sobre la verja de una anónima granja de Virginia, Estados Unidos. Detrás, a cientos de metros del cercado de madera, se erige una casa en la que

una no tan anónima Jessica Lange comparte su vida junto al dramaturgo y ahora director de cine Sam Shepard. Esa mañana, cuando la luz rompe con fiereza los campos de arado, un perro se ha entretenido quizás masticando una máscara comprada por Lange en un lejano viaje hecho a la América del Sur junto a su primer esposo, el español Paco Grande. Son 22 años los transcurridos

désele esa aventura y los recuerdos regresan envueltos en una bruma como la que cruzaba los pórticos del Bar Las Tres Puertas en El Hatillo, a las afueras de Caracas, donde la comunidad hippie de la década de los 70 alcanzó algunos de sus mejores momentos 38

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antes que el secuestro Vegas Pérez y la perenne iliquidez de la bohemia criolla terminaran por cerrar el negocio. Si triste fue su final, el local cosechó glorias como estación de los periplos iniciáticos que por allí pasaron, pero además, pasó a ser junto al Gran Café de Sabana Grande algo así como la sucursal venezolana del

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Dorothy Chandler Pavillion de Los Angeles: ciertas versiones sobre la estadía en Caracas de Lange, Nastassja Kinski y Charlotte Rampling los han colocado en el rol de preámbulo indispensable para obtener el estrellato sobre las colinas de Hollywood. Las versiones, ciertamente pródigas en incongruencias, desembocan en un enigma que yace escondido tras la advertencia que reza No trespassing sobre la verja de una granja anónima de Virginia os espectros cinematográficos pueblan las consejas con que María Vásquez, publicista de la agencia Pegaso, ameniza las conversaciones por las que hizo públicas las andanzas tercermundistas de Jessica Lange en Caracas. "La conocí en el restaurant La Vesuviana, en los años 70. Fue hacia 1978, lo recuerdo bien porque ese año entré en la Central a estudiar Letras. Era una hippie más con el cabello a media melena estilo Greta Garbo", asegura, aún en conocimiento de que para esa fecha Lange ya había protagonizado King Kong, la cinta que la daría a conocer. Debía ser una mujer delgada acostumbrada a vivir en la carretera, tallando a pie sobre el asfalto la filosofía de Jack Kerouac y la canción Subterranean Homesick Blues de Bob Dylan. Ideas acuñadas sobre su piel de manera invisible desde la época en que su padre Al vivía en una permanente ronda migratoria por Estados Unidos, y que anticiparían la partida de Jessica a la universidad estatal de Minneapolis en pos de una licenciatura en Arte, donde el destino se le toparía en la figura de un español de 24 años llamado Paco Grande. El affaire itinerante que resultaría de ese

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encuentro abarcaría tres continentes, incluyendo un breve interludio durante el cual los atraparía el Mayo francés en París. Si Lange vivió en Caracas, su estancia se ha convertido en un fantasma sólo evocado en menciones difusas, casi perdidas a la distancia de los años. Episodios dispersos que permiten reconstruir una figura y un camino igual de accidentados, emparentados con el hambre y el anonimato. Un trayecto con nada que envidiar a la búsqueda de Rosebud en el Ciudadano Kane.

Gustavo, dueño de La Vesuviana, echa un vistazo a una foto de la actriz y la recuerda vagamente. "Vino varias veces a pedirme una contribución. Tú sabes, algo de comer, unas pizzas, pero ala tercera vez le dije que basta y nunca más regresó". Un alma en pena que retorna de vez en cuando en la voz del rumor y eriza los cabellos de Ugo Ulive o Mauricio Wallerstein. A Ulive se le señala de haberle hecho una audición a la futura Frances para el montaje de la obra El Balcón, estrenada a fines de los 70. Jessica salió aplazada bajo la severa sentencia de que "no tenía madera"; una gringa poseedora de un español paupérrimo no podía encontrar su puesto en las tablas latinoamericanas. El mutismo de Ulive sobre el incidente se esconde tras el humor negro, "no puedo decirte nada porque Sam Shepard cogería celos de mí". Ironía tañida por ramalazos de culpa al no haber podido ser —quizás— el Svengali venezolano de la cinco veces nominada al premio Oscar. El caso de Wallerstein se cruza en

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la historia por haber sido un asiduo de los cafés de Sabana Grande y relacionarlo con una rubia norteamericana deseosa de ser actriz no deja de ser tentador para ciertas mentes locuaces. Las escenas faltantes se pueden

armar sobre las mesas de La Vesuviana. Allí, el rompecabezas toma las dimensiones de una epopeya tipo Easy Rider. La rubia se presentó como Jessie, arrastrando sobre su espalda una historia igual a la de los personajes que crearía. En Venezuela, su relato podría haber hecho las delicias del dramaturgo Rodolfo Santana : viajaba desde Perú con un fotógrafo alemán, pidiendo cola, durmiendo donde fuera, hasta que el germano la abandonó en la cuna de Bolívar sin más techo que las estrella& Un instinto de supervivencia desarrollado en el camino la condujo a la República del Este donde prácticamente el gobierno, a través de sus personeros, subvencionaba el consumo de licor en todas las aristas del llamado triángulo de las Bermudas: el Franco, el Chicken Bar. Oportunidad no desaprovechada por Jessie, quien arrimó su silla —según María Vásquez— a la cofradía formada, entre otros, por Tomás Eloy Martínez, Jorge Cafrún y otros escritores hoy establecidos fuera del país. Una parada obligatoria en el trópico aderezada por el clima hippie de rumies de los 70: comunas en El Hatillo, marihuana, horas enteras sentada sola en La Vesuviana esperando quien brindara las cervezas, uno que otro levante para pasar la noche y tertulias nocturnas como excusa para expresar en un chapurreado español su amor por las películas de John Huston. Un ir y venir enfundada en una falda hindú y collares de cuero, siempre sin maquillaje, anónima, deseosa por encontrar la salida de ese paraje sorteado por automoviles — Sabana Grande aún no era un boulevard— y tercios de a dos bolívares. No bastó hacer cerámica en La Azulita, estado Mérida, ni mucho menos toparse con un pintor alemán de metro 80 de estatura, una especie de wagneriano atleta teutón apodado El Bisonte (por el hedor que despedían sus vestimentas), quien se encargaría de mostrar a Jessica las playas del Caribe cuando, con cámara fotográfi-


ca y morral militar, se la llevó por dos meses a Chuspa. "Aquí vinieron muchos artistas musiues pero como aquel alemán con la cola de caballo en el pelo no se ha vuelto a ver", recuerda en el pueblo costero una mujer avejentada por el salitre del mar. Una doble, una aventura de incógnito, quizás tan sólo las resonancias de unas ansías desesperadas por ser actriz; en todo caso peripecias ahogadas por el olvido entre las mesas de La Vesuviana. El mismo olvido arroparía los ingleses pasos de Charlotte Rampling, habitante intermitente de Caracas por breves meses y donde habría vivido una de las etapas más tormentosas de su vida, tal como lo confesara a la revista The New Yorker 10 años atrás: se involucró en un menage a trois con un venezolano y un extranjero en las habitaciones del hotel Kursaal, en la avenida Casanova a dos cuadras de La Vesuviana, verdadero eje magnético para potenciales actrices. Las pruebas de esa escabrosa geometría pasional remontaron el cielo caraqueño en el humo de la pira donde se consumieran los archivos del hotel. Leudo Gonzalez, propietario de las empresas Cumberland (antiguos administradores del Kursaal ), afirma que "registros tan antiguos (1973) no se guardan". A sus oídos jamás llegó el más leve rumor sobre el incidente. Juan Carlos Rojas, recepcionista del Kursaal para 1975 y actual gerente del hotel Savoy, coloca cara de extraño al tener noticia sobre el caso. "Dudo que haya ocurrido porque la nueva administración de entonces era muy estricta y trataba de limpiar la mala imagen que tenía ante los turistas". El lance impidió a Rojas alcanzar la gloria como el portero de noche criollo de la Rampling, honor que iría a parar a manos de Dick Bogarde con la anuencia de Liliana Cavani, directora del famoso film. Y de nuevo el paralelismo con el clásico de Welles: los ribetes de esta historia desaparecieron en las brasas de un fogón como el que evaporó el enigma

de Rosebud. El papel sí sería más generoso con el testimonio del paso de otra estrella, Natassja Kinski. Una entrevista a Nasty, reproducida en el flamante Diario de Caracas del 26 de diciembre de 1979, vertió nueva leña al fuego de las imputaciones que tildan a la capital como el germen del Star System hollywoodense. "En la época de Caracas teníamos muy poco dinero y la posibilidad de hacer cine nos abrió una posibilidad (sic) inesperada". La hija de Klaus Kinski vivió en Venezuela a los 13 años junto a su madre, en una edad limítrofe entre la infancia y la adolescencia, caractedstica que la catapultaría — mediante la ayuda de unos amigos criollos de su mamá— a la palestra de de las fotografías y los filmes publicitarios. Pero entre los productores publicitarios venezolanos nadie recuerda —y vaya que sería difícil olvidar algo así— una sesión con la Kinski, crisálida de una carrera que despegaría con su participación en Falso Movimiento de Win Wenders, Tess de Román Polanski, las norteamericanas Cat People — la mujer pantera— y Hotel New Ilampshire, en la que caracterizaría a una mujer vestida de oso, una tendencia quizás adquirida en un lejano paseo por el zoológico de Las Delicias, en los recesos del desaparecido Colegio Alemán de Maracay, donde supuestamente había estudiado. La influencia tropical tampoco eludiría a Jessica Lange: su primer rol cinematográfico, coincidencialmente, sería al lado de un animal, el simio King Kong. Historias que se esfuman en la mente de los protagonistas, tanto o más que el recuerdo de una Caracas sustentada sobre la abundancia del petróleo. Una Venezuela surcada por extranjeros on the road como escribiera Jack Kerouac, trajeados en jeans gastados y noches de hotel, a la caza de un futuro que se hincara en los umbrales del Teatro Chino en Los Angeles. Enigmas cuyas respuestas siguen resguardadas del mundo en la oscuridad, la misma que se produce cuando el sol del sureste se esconde con solemne lentitud tras un letrero que reza No Trespassing, clavado en la cerca de una granja anónima de Virginia, Estados Unidos. CEE)


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ra muy temprano para ir tan rápido por las calles de Berna. Alojado en la ambulancia que se abría paso ululando a rabiar, la angustia de Domingo Urbina Cabello apenas rasgó el sueño de unos apacibles vecinos, acostumbrados a la noche tranquila. A más de un oficinista bancario la bulla lo despertó a medias, como suele hacerlo una pesadilla liviana. Claro, les llegaba un instante del tormento del embajador venezolano, a eso de las cuatro de la madrugada. Todos volvían a la almohada sin saber que el hombre inundaba la camilla de sangre, a pesar de que el personal paramédico del Inselspital , un centro de asistencia a 10 minutos de la legación diplomática venezolana, presionaba la pierna, postergando la hemorragia que emanaba de su arteria femoral. En segundos, Domingo Urbina ganó un semblante acerado. Su rostro era el de un moribundo. Y al tiempo que los médicos luchaban por su vida en la sala de cuidados intensivos del hospital, la servidumbre de la embajada venezolana le rendía testimonios a un equipo de la policía que se abrió paso en ese pedacito del territorio patrio, con la venia de la Casa Amarilla. Sin embargo, las primeras versiones recogidas por esas pesquisas serán edulcoradas más tarde, de manera que el escrito oficial entregado a la compañía de seguros habrá de satisfacer los requerimientos para cubrir la convalescencia del embajador venezolano. Poco antes, cuando la ventisca de otoño presagiaba un frío intenso que resignaba el espíritu, sin embargo Urbina acariciaba los declives del verano, apenas conmovido por un whisky. El artificioso calor de la noche

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como para iniciar la expansión urbana. De esa época viene el Hospital, donde Domingo Urbina hizo carrera en la administración pública. La continuidad en el gobierno después de las elecciones en diciembre del 62, no ofreció mayores garantías en la lucha intestina por los mandos regionales. Alfaro, sin embargo, es recompensado cuando el presidente Raúl Leoni le retribuye su lealtad al partido y lo nombra gobernador del estado Monagas. Un pálpito le dice al caudillo que no es en los mandos nominales donde se decidirá la suerte de la organización. Renuncia luego de un desempeño fugaz y reasume la jefatura adeca para abrirse paso en la dirección desde una sólida posición parlamentaria. Su discípulo, creado como el genio que sale de la botella, es Domingo Urbina, enraizado en los sectores independientes. Eso le vale un puesto privilegiado en la boleta electoral y su deserción definitiva a Caracas como diputado al Congreso de la República. De allá para acá, nadie recuerda una sola intervención en un mítin electoral, un afiche o una pancarta que lo muestre sonriente. Nunca se ganó un votó en la calle. Quizás también por eso nadie recuerde una intervención suya en el parlamento; jamás levantó la mano, a no ser para votar en bloque. oco era el aporte de Domingo Urina en el menudeo de la política, m as su prestigio era uno de los más penvidiables activos de la región. Es cierto que su propio peculio apenas podía considerarse en el ranking de las fortunas más acuadalas de Maturín; un bien llevado hato llamado El estrecho, precoz ejemplo de la reconversión agrícola, le garantiza una renta apenas algo más que modesta. Pero no es por aquí por donde escurre el linaje. Su esposa Yolanda, tiene títulos y abolengos de alcurnia que mostrar. Su padre, Jesús Chucho Simosa prosperó en la ganadería y el comercio floreciente. Y sin embargo, supo arriesgar una cuota financiera en apoyo de las nuevas organizaciones políticas, durante los gobiernos de López Contreras, Isaías Medina Angarita y el régimen del general Marcos Pérez Jimenez, eso le ganó simpatías en todos los rincones del país. Pero un encumbrado matrimonio con Roselia Palacios, habrá de desmontar la jungla social


la dirigencia lo favorece: Luis Piñerúa Ordaz, su pupilo, es electo secretario general de AD y Luis Alfaro Ucero asciende a la secretaría política del Comité Ejecutivo Nacional. Pero el declive es ya una pendiente inevitable que eclipsa primero en la derrota electoral de 1978 y cierra inevitablemente con el fin de sus días. Rómulo Betancourt sabía que el andamiaje del partido era un casco podrido. En una de sus últimas visitas a Maturín prefirió las atenciones de un árabe amigo suyo que el albergue del caudillo regional. Una mañana, bien temprano, pidió que lo llevaran hasta la residencia que en las afueras del aeropuerto se hizo construir Alfaro, bajó del carro y después de saborear la ostentación, dijo: "este hombre es una rata". Una de las tantas incursiones atribuídas al apego de Betancourt por el misterio y el enigma. Acaso esa conducta le ganó fama de caudillo y un cariz de piache, dueño de los destinos nacionales. Eso lo entendió bien Alfaro, que lo imita a más no poder. El prefiere que lo vean en la barbería decana de Maturín, en las desdeñables mesas del Club Campestre, donde la baraja dicide el traspaso de fortunas y las tierras, a un discurso en la Asamblea Legislativa. Otros hacen bulla, pero él y Domingo Urbina seducen con el poder. Luis Alfaro Ucero jamás pensó que el premio que concedió al A veces no son únicafinal sería un castigo. mente los recursos provistos A comienzos de los 70, confirmado el por la Lotería de Oriente o Fundemos (Funtriunfo de Carlos Andrés Pérez, Betancourt dación para el desarrollo del estado Monaespera a su discípulo en los burladeros del gas), sino las intervenciones a motu propio para la familia. Vaya un recuento de sus credenciales: hermana de Juan José Palacios, miembro de la generación del 28; íntimo amigo de Rómulo Betancourt, líder de la asonada estudiantil que el siete de abril de 1928 retó al gobierno del benemérito; último mandatario regional durante el gobierno de Medina, soportó más tarde el exilio en San José junto a la prosapia adeca.

poder, pero el hombre se alebresta y la misa

las que aseguran el nimbo del liderazgo re-

ma confección del gabinete en Miraflores sentencia la ruptura. El fundador espera paciente el último chance que le brinda la política en julio de 1975, cuando el partido celebra su XX Convención. La renovación de

gional. Pasó con el hato El estrecho cuando

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una severa descapitali7ación amenazaba con la quiebra: un crédito por un millón de bolívares fue condonado por la presidencia de la República y cinco meses más tarde

vino la inyección estatal para el relanzamiento del hato familiar, con un aporte de cinco millones. O la vez que un pleito con el capataz — más tarde llevado a juicio—, amenazaba con mermar los activos de El estrecho. Nemencio Rondón se refugió en la ley del tercio (una de cada tres cabezas de ganado), para asegurarse una compensación por el tiempo que pasó al frente del hato. Pero el abogado Guillermo Urbina, hermano de Domingo, interpuso una demanda por abigeato ante el Tribunal de Primera Instancia Penal. El juez, José Enrique López Tablero, apreció el aparente delito sólo como una apropiación indebida calificada. Esta leve desaveniencia con el abogado de la causa le costó el puesto en la judicatura. Ahora, en Maturín, no quiere hablar de ese episodio porque le trae malos recuerdos. Uno de tantos ejemplos de la justicia partidizada.

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n 1984, luego de varios períodos de rutina parlamentaria, Domingo Urbina ya estaba fastidiado del Congreso. De refractar allí la política a deca, de alzar la mano en cuanta comisión lo requería. Ya era hora de un descanso. Así que su protector, enganchado al tren del lusinchismo, lo ubicó en el servicio exterior. El primer intento fue como embajador ante la Santa Sede, pero los informes de la curia de Maturín llegaron al Vaticano, que tras una simple lectura de sus travesuras le negó el placer. Se dijo entonces que iría a Bélgica, pero finalmente se fue a Suiza. El canciller Simón Alberto Consalvi lo juramentó como embajador ante la Confederación Helvética, en febrero de 1986. En la expedición a los Alpes se apuntó la nieta, que apenas tenía claro una cosa: dominar el idioma francés. Unos dicen que Urbina se refugió en Berna para subsanar un problema oftálmico de Yolanda Simosa, pero otros mencionan un serio intento para apartarla del alcoholismo en un centro especializado. Proyectos que naufragaron el 29 de noviembre de 1989, la noche fatídica. A su regreso, en diciembre, lo vieron en Maturín, haciendo gala de buen humor, aunque le notaron un caminar descompuesto, como si tuviera un problema articular. De visita en visita, echando chistes, como si no hubiera pasado nada. H.P. allE)



1.1111111011MERICII, 'LA RAZA COMICA? El bálsamo de la autoestima, para los tantos recónditos dolores ancestrales de este continente, rezuma en el alma latinoamericana con la primera caricia extranjera. Una Irrisoria inversión de escalas se operaba cuando las hazañas de Bolívar concluían su posteridad ultramarina con un sombrero de fieltro en la cabeza de Byron. Un gorro de moda con el nombre de El Libertador, tal como ocurrió realmente en el siglo XIX, sin embargo, valía más a ojos de sus herederos que el atavío real de unas fronteras ganadas con aquellas proezas. Obra, no cabe duda, de un desequilibrado péndulo sentimental. El sombrero de Byron reencarnaría siglo y medio después en las franelas estampadas con la efigie del Che Guevara que vistieron el torso rebelde y festivo de las juventudes europeas antes de ayer. El hecho, gesto europeo y emotiva respuesta latinoamericana de reconocimiento agradecido, se multiplicaba. Podía adoptar el subalterno rol de Ricky Ricardo en Yo amo a Lucy, el nombre de Francisco de Miranda en el turístico Arco de Trifunfo de París o el insólito, el ocurrente liquiliqui de Gabriel García Márquez en la ceremonia del Nóbel de Estocolmo: la emoción de los latinoamericanos es, invariablemente, exagerada. Como no dejaba de serlo el eufórico espejismo de triunfo que provocaban hace 15 años unos altos precios del petróleo, las portadas de las revistas internacionales —Newsweek, Le Nouvel observateur— engalanadas por los best-sellers del boom, la invencibilidad danzante del Rey Pelé en los céspedes del mundo y los bolsillos a reventar con un dinero prestado a manos llenas por una banca internacional sospechosamente generosa. Una intempestiva buena estrella se empeñaba en montar una marcha triunfal para gente demasiado tiempo acostumbrada a los ayunos del fracaso hereditario, Y se bailó, sin pensarlo dos veces, al son de la halagüeña voz de las sirenas. Latinoamérica estaba de moda. Se oía en todas partes, lo proclamaba hasta Le Monde, Pero no hay bien que por mal no venga. La década que acaba de concluir trocó la sonrisa en mueca, Derrotas gigantescas se asentaron en causas tan diminutas como el archipiélago de Las Malvinas. Un crédito Ilimitado amaneció enorme y obscena deuda externa, poniendo en duda no sólo el futuro sino hasta el pasado y, por supuesto, el presente de los países más ricos: Brasil, México, Argentina y Venezuela. Mala paga, la América Latina perdió el respeto a sus opiniones. Todavía, cuando cae en el antojo de una casa de discos del Viejo Continente, como acaba de ocurrir con la lambada, puede sonar duro con el favor de los disclockeys que hacen de portavoces en París, Londres y New York. De resto, la América Latina no interesa. La alegría por la caída del muro de Berlín, en un mundo ahíto de perestroika, sólo puede dejar un breve espacio en el corazón extranjero para tres o cuatro lágrimas de cocodrilo por la soberanía de Panamá y la amenaza a los tratados del Canal

firmados por Cortar y Torrijos. La cocaína do Pablo Escobar Intriga In& a Europa y Estados Unidos quo la Revolución cubana y Fidel Castro. No más caricias del Primer Mundo para la susceptibilidad latinoamericana. Los escritores del boom, uno de los otrora más prestigiosos productos de exportación, han quedado como papelillo de un lejano carnaval. La candidatura de Mario Vargas Liosa, por eso, suena a oportuna reconversión. Quedan atrás 10 años de infamias y fracasos para un continente en barrena. Sin una gota de amor propio, ni nadie que diga lo contrario. 48

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BENJAMIN MENENDEZ. "Tráigan-

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me al principito", retaba desde el efímero Puerto Argentino a Andrew, todavía un mozalbete, que venía con la Fuerza de Tarea británica a recuperar sus Falkland. "De aquí sólo saldré muerto", fanfarroneaba el comandante argentino que luego suscribiría la rendición sin haber siquiera desenfundado su pistola. La patética figura de Menéndez encarnó la historia de desatinos de las Malvinas, apenas prefigurada por el chasco de los Dragger: Argentina apostó fuerte a esos aviones, calco israelí del Mirage V francés, recién adquiridos a costa de un drástico aumento de la deuda externa. Concebidos para el teatro de operaciones del Medio Oriente (un viaje ida y vuelta entre Tel Aviv y El Cairo toma unos 800 kilómetros), la corta autonomía

EL ANDINO. AÑOS 70: la efervescencia primeriza del Pacto Andino contempla una dadivosa consideración para sus socios más pobres: Bolivia y Ecuador. Se asigna entonces al Ecuador la fabricación de un modelo de auto popular para la región, y después de algunos años de trabajo nace El Andino, un cuatro cilindros tan feo y antifuncional que aún yacen los restos del prototipo en una chivera, arrumados junto a los destartalados sueños del Acuerdo de Cartagena.

EL CANAL DE NICARAGUA. Rumores intermitentes sobre un financiamiento japonés y probables excavaciones con detonaciones atómicas controladas sobre el cauce del río San Juan se aso-

LA VENTA DE ROMARIO. No

man a las páginas de

en balde fue Brasil el Última país del subcontbsectte en abolir la esclavitud; en 198$ el delantero Remado Farias fue vendido por el Vasco de Gama al PSY Eincilloven de Holanda por la vía del SWAP: Philips, patrocinante del equipo neerlandés, entregó papeles de la deuda brasileña con un valor nominal de cuatro millones de dólares, para conseguir el pase del futbolista.

prensa de cuando en

de vuelo de esos aviones (1.000 k) dejaba prácticamente sin combustible a los pilotos argentinos que partían desde el continente armados hasta los dientes rumbo al archipiélago.

cuando, sin que el agobio de los contras permita, al menos, tomarlos en serio. Sería un fiasco inofensivo, de todas maneras, en comparación con el tratado Chamorro-Bryant de 1914, por el que, a cambio de cuatro millones de dólares, Estados Unidos adquiría el derecho exclusivo y a perpetuidad de construir un canal en territorio nicaragüense. Los norteamericanos, dueños del canal de Panamá, nunca se animarían a abrir una vía interocéanica alterna, y de paso, de los cuatro millones de dólares muy poco llegaría a las arcas nicas,

ROBERTO DURAN. Comenzó la década ratificando en Montréal sus pergaminos de héroe. "Nadie sabe qué pasaría en Panamá si Mano'e

pues los estadouniden-

Piedra llegara a perder", habría exclamado el general Torrijos. Diez años después, muerto el cau-

del país centroamericp

dillo

panameño, dos sombríos espectáculos ante

ses, que entonces administraban las finanzas*, no tras ocuparlodres,'

viarían el pagó para el

Leonard y una patraña impositiva en Florida ha-

servicio de la deuda ex-

cen pensar qué habría pasado si Mano'e Piedra

terna...con acreedores

se hubiese retirado a tiempo.

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de Estados Unidos.


avrouturaa. Parecía la peroorsollada empresarial de

EL CHAMPU DANIELA ROMO.

la década: la Irelkowagen de Irasil era .1 mayar exportador del país/ la Ford argen-

Una transnacional lanza con formidable éxito en Estados Unidos el champú Farrah Fawcett

tina, perticulannente con el modele Falcon, había subyugado el mercado. En 1987, arando ambas empresas se fusionaron para constituir AutoloWna, se estimaba que

y promueve la misma fórmula en México pero bajo el patronímico de

su capacidad Instalada haría instantáneamente de la corporadén .1 iásdédrese produdar mundial de carros. Pare ese mismo

la cantante azteca. Después de iniciarse la rimbombante campaña, en abril de 1986, el limpiador de cabello apenas rasguña el 3 por ciento del mercado y su introducción entre el público hispano de los Estados Unidos ni remotamente cumple las expectativas de los fabricantes.

cabo inicial perdería 220 millones de dólares, y les números rojos no dejan de salpicar sus balances.

LA TEORIA DE LA DEPENDENCIA. La incólume cantaleta que en los 60 entonaran Fernando Henrique Cardoso, Enzo Faletto y Raúl Prebisch para explicar la atrofia socioeconómica regional —y que hubiera podido afinar toda una cantata sobre las relaciones norte-sur— dejó de ser la partitura preferida, opacada por el vibrante sostenutto neoliberal de la nueva derecha.

MUERTOS EN ACCION. Como si con la crisis editorial no bastara, el informe 1989 de la organización Re-

porters sans frontiéres señala que los primeros cuatro lugares en el ranking mundial de muertes violentas de periodistas en ejercicio corresponden a naciones latinoamericanas: 1. Colombia, 15 muertes; 2. El Salvador, 11 muertes; 3. Perú, 7 muertes; 4. Brasil, 4 muertes.

URUGUAY, UN DESIERTO. La eterna discusión sobre la viabilidad del Uruguay, un estado tapón prohijado por Gran Bretaña el siglo pasado para catalizar las pugnas entre Brasil y Argentina, podría concluir por forfeit: el éxodo comenzó durante los años de la dictadura militar y sigue en firme a comienzos de los 90. En 1989, un promedio de 300 personas por mes gestionaron el pasaporte italiano para poder emigrar a Europa, y una reciente encuesta reveló que más de la mitad de la población adulta estaría dispuesta a marcharse del país.

EL REMATE DE LAS EMPRESAS. El vellocino de la privatización tiene rala la pelambre: en 1988 el gobierno peruano pone en venta 18 empresas estatales, y 12 meses más tarde nadie había ofrecido por ellas. En el sector aéreo se hace espedalmente evidente que no es tan fácil hincarle el diente a la vianda del Estado: el (mico platillo suculento del menú es LanChile, cuyo paquete accionario es adquirido por la SAS escandinava. No se logra vender Aeroméxko, que rebota en la quiebra para de nuevo alzar vuelo con otro

nombre y una soba-

cién fineatiera de emergenda. Aviateca, Alr icatsaka„ Muna y Lloyd

AA.

reo siguen en la minuta de los subastadores.

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LA REBELION

CIBERNETICA DEL BRASIL. Desde Brasilia se dictan medidas proteccionistas de la industria informática y el panorama refulge: atizados por la demanda de un gigantesco mercado interno, los chips arrastrarían al país hasta el club de los grandes. Pero los productos brasileños no terminan de ponerse al día, y en el ínterin, Brasil sucumbe en la prueba de pulso con los Estados Unidos. A fines de 1989, Carla Hills, funcionaria norteamericana de comercio, anunció el levantamiento de las sanciones a Brasil, pues esta nación había hecho "movimientos correctos" para proteger la propiedad intelectual en el campo de la informática.

EL MODELO PUERTORRIQUEÑO. El régimen de Estado libre-asociado es un experimento inédito, quizás un atajo al desarrollo. Mas a pesar de los gruesos subsidios de Washington, la política de 25 por ciento de desgravámenes dicionales prescrita para quienes establezcan industrias en la isla, y otros incentivos fiscales, el ritmo de crecimieqlp interanual de Puerto Rico malamenteTalcanza una tasa promedio de 1,9 por ciento, contra un 2,8 por ciento del resto de la Unión Americana, durante el decenio de 1976-1986. Paralelamente, el índice de desempleo escala hasta el 23,4 por ciento, un irresistible llamado para emigrar.

VIEDMA. 1E1 desconcierto anide en Boca y Barrio Norte, Palermo y Avellanada, cuando e1 presidente Alfonsín anuncia para 19119 la mudanza de la capital oficial de la República Argentin a a Insana, un villorrio en el reino de los calbedtas negras, en los confines de la Patagonia. Con vigor de colonizadores se trazan planos y se proyectan monumentales obras, el traslado parece inminente, pero según languidece la triste óánlnis-

..... MI III .11

•,,-.41

traclón de los radicales se apaga el espolian* de la fantástka metrópolis.

EL OSOR10. La empresa brasileña Engasa concibió un tanque pesado, el Osario (41 toneladas) en el que invirtió más de 70 millones de dólares y lo melar de sus rociamos humanos, pero no vende ninguno. Su costo imitarlo alcanza los dos millones de dólares.

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LA PISTA MATAVERI. 20 millones de dólares costó la ampliación de la pista del aeropuerto de isla de Pascua, adelantada en a-

cuerdo con los Estados Unidos para que sirviera de Regadero de emergencia para los transbordadores opatlales. Pero el desastre del Challenger retrasó todo el programa, y la a-

largada pista, que se suponía obraría como incentivo para el turismo, no ha atraído a la isla del Pacifico más que los ruanada* vuelos de la línea aérea oficial de Chile.


MISI. CONDOR. Can .i sigilo de un proyecto Manhattan, Amena/iba desarrolla un cohete de $00 k116metros de alcance, con un mamen de error en la puntería de más e menos 30 kilometres a la redonda del blanco y con capacidad para llevar una carga de apenas 400 kilos/ un misil con esas cartacteristicas sélo puede servir como vector nuclear, pero Argentina todavía no domina la tecnología para usar .1 combustible atómico con fines bélicos. Tampoco cuenta con los recursos para afinar la precisión del vuole, mía tecnología que también le ha sido embargada desde la guerra de las Malvinas. II Cóndor, res, se congela.

EL PARLAMENTO LATINOAMERICANO. Se sabía que nunca contaría con alguna potestad legislativa y que tampoco rebasaría el incómodo papelón de ente decorativo, pero el engendro rozó el ridículo cuando se vio que el peruano Luis Alberto Sánchez, que 24 años antes había presidido la reunión donde se decidió su constitución, en 1987 volvió a presidir la que apenas sería la primera sesión del organismo en casi un cuarto de siglo de fionamiento?

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iP LA FINTA DE LA SELECCION JUVENIL MEXICANA. En el Campeonato Juvenil de fútbol de la CONCACAF, jugado en 1989 en Guatemala, la oncena de México arrasa con sus oponentes, pero pronto se descubre que algunos de sus integrantes presentaron docu-

mentación forjada y, en realidad, sus edades superan la reglamentaria. La FIFA execra de toda competencia a México, que cede su cupo para ele Mundial de Arabia Sawilir ta a los Esta%s Unidos, equipo que a su vez y sorpresivamente alcanzaría las semifinales.

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CORREDOR INTEROCEANICO DE LOS LIBERTADORES. Perú,

III

Bolivia y Argentina pactan integrar sus redes ferroviarias para crear un eje que cruce el continente del Atlántico al Pacífico: el plan tropieza con el tramo MataruniPuno, donde la trocha es más ancha que el standard y no hay financiamiento para reducirla. Ya en 1912 Bolivia se había quedado con los crespos hechos al completarse entre la selva el férrocarril Madeira-Ma1-llore (una salida al Atlántico) justo cuando las plantaciones caucheras, del Asia desbancaron al las pioneras de Brasil y Bolivia. Gajes de la mediterraneidad.

INTERCOMUNICACION DE LAS CUENCAS HIDROGRAFICAS. Hay quienes han avizorado durante los últimos tres lustros en las cuencas interconectadas del Plata, Amazonas y Orinoco una autopista fluvial surcada por lanchones como el Rhin, proyectos que se desvanecen en modestas aventuras a bordo de peñeros.

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LAS ~in 19U., lee dna. primeras casillas de la lista de los meleras librea del «te ~gin Le Monde fueren para novelas multas ea América Latina. En 19119, ea su prospección a futuro sobre les autores de la década de les 90, el ~vol oleservateur

subraya nombres de e scritores europeos orientales, hasta de un africano, y Mi* asoma come batacazo al colombiano Alvaro Mutis.

EL MAGNATE. Las precarias telenovelas argentinas, mexicanas, venezolanas y brasileñas se venden hasta en Italia, Corea y Egipto. El negocio no es de riesgos, y entonces un productor reúne en Miami a una pareja de alto kilates, Andrés García y Ruddy Rodríguez, y gasta varios millones de dólares para filmar la gran realización del género. Sin embargo, no logra vender ni un serial, ni siquiera en América Latina, porque cada capítulo vale cinco veces lo que uno de cualquier telenovela normal.

EL FESTIVAL DE LA OTI. Bala das, lentejuelas y telarañas pierden rating año tras año, casi tanto como el programa 300 millones, de inspiración hispana, que como su gris sucesor, el programa Punto de encuentro, fracasó en hacer de América Latina un rosario de pintorescadas.

LA FABRICA DE TRACTORES DE CIUDAD GUAYANA. La conversión de América del Sur en granero del mundo debía tener su resorte mecanizado en Puerto Ordaz, pero del proyectado complejo sólo salieron deudas.

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ALASEI. Cientos de foros y simposios sobre un nuevo orden informativo internacional concluyeron én la fundación de una agencia interestatal de noticias regionales de la que no se conoce el primer suscriptor. El empresario mexicano Mario Vásquez Raña banderilló la situación con la compra de la United Press International en bancarrota.

EL PUENTE A MARGARITA. Si había echado a andar el Metro de Caracas, ¿por qué no podría Luis Herrera Campins tender el segundo puente colgante más extenso del mundo? Pero el viernes negro demostró ser aún más profundo que la propia Fosa de Cariaco.

EL SOL, EL CRUCEIRO, EL PESO ARGENTINO.

LAS CIUDADES. Atestadas y contaminadas; según estadísticas de la ONU, a fines de los 80 un 69 por ciento de los latinoamericanos vivían en ciudades de más de 50.000 habitantes. El colapso de sus servicios es síntoma de un proceso urbanístico que premonitoriamente vislumbrara Claude Lévy-Strauss: "Hubo quien maliciosamente definió a América como una tierra que pasó de la barbarie a la decadencia sin haber conocido la civilización. Con más acierto podría aplicarse la fórmula a las ciudades

VOLTA REDONDA. Brasil invierte en la construcción de una planta de energía nuclear en Volta Redonda, un

N114V0 Mundee pasan

enclave industrial, pero el proyecto se

directamente de la lozanía a la decrepitud, pero nunca son antiguas".

paraliza por el derrumbe de uno de los tanques de enfriamiento.

A despecho de sus soleras de estabilidad y bonanza, a todos barrió la hiperinflación. Sus sucedáneos, apuntalados por

planes económicos que homónimamente los bautizaran —el inti, el cruzado, el austral— parecieran esperar un fin similar o quizás más aparatoso, para desvelo de otras tambaleantes denominaciones latinoamericanas.


Jacques Attali estremece Europa con su éxito de librerías Las líneas del horizonte alones d'horizon,

Ed.

Favard, París 1990). Tomando la posta de un Servan-Schrelber y, sobre todo, de un Toffier, organiza las gruesas tendencias que apenas se manifestaron en la década que termina y esboza así un nuevo escenario mundial para el fin de milenio. Sus vaticinios no son simples ejercidos de salón: Attall es el principal asesor del presidente Mitterand, y quizás pOr eso más de un analista ha tomado sus enunciados al pie de la letra; antes que profecías, premisas estratégicas. Dentro de un cambio de guardia en el liderazgo planetario, una doble espiral de tensiones, definida por las simultáneas escisiones entre ricos y pobres, por una parte, y entre dos grandes bloques contrapuestos de hegemonía económica, por la otra, pareciera reservar a las naciones del depauperado.sur, y en particular a la América Latina, un rol bastante menos que subalterno en los albores del siglo XXI.

PAISES E AS DEI \FRABESARROLLO VIOLENTOS Y DOMINADOS "...Pienso que no asistiremos a un triunfo de la economía americana sobre un mercado dominado por los servicios, sino que caminamos, por el contrario, hacia un mundo hiperindustrial, en fuerte crecimiento, dominado por dos espacios rivales: El Espacio Europeo y el Espacio del Pacífica Dos espacios donde las potencias económicas van a substituir a las potencias militares, ambas en decadencia." ()9) "...la pobreza se instala para durar en numerosos países del Sur y el retorno del crecimiento en el Norte abre nuevas brechas entre los más ricos y los más desprovistos. Millares de personas rabian al ver los destrozos que la prosperidad de algunos causa a su propia sobreviviencia y al ambiente de todos. Ahora bien, la ley del mercado no absorberá esos desórdenes. Por el contrario, los acentuará en favor de los más fuertes..." (p.15) "...la guerra, mañana, es de esperar menos en los espacios dominantes que en la periferia. Conflictos imprevisibles recurrirán con mayor frecuencia a los métodos del siglo: los medios servirán de amplificadores de las amenazas, los videocassettes portarán mensajes de rebelión. Los rehenes, secuestros de aviones, rupturas de comunicación, serán estrategias de ataque banales y superadas". (p.65) "Entre esos dos espacios (Europeo y Pacifico), la rivalidad provocará tensiones comerciales, financieras y políticas, en vista de apropiarse de las técnicas, las empresas y los mercados, en particular dentro de sus periferias respectivas (Africa para Europa, Latinoamérica y el Sureste asiático para el Pacífico) ... (p.63)

LAS PROFECIAS PARA IBEROAMERICA DE JACQUES ATTALI. BUFONES (En los espacios dominantes) "...la creación aparecerá pronto corno una actividad socialmente necesaria, un trabajo útil y no de placer. Esta necesidad de formar, inventar, creer, desplazará la frontera entre consumo y producción. la creación no será más una forma de consumo sino, convertida en trabajo, producirá ingresos..." (p.190) "Mientras tanto, la periferia refunfuñará...Los mercados de los espacios dominantes permanecerán cerrados a sus productos...Estos se atrincherarán, encerrando sus reservas, sitiados, ciegos ante la suerte del resto del mundo(...) Al muro de Berlín lo sustituirá un muro entre el Norte y el Sur. léase entre los capitales del Sur y el resto de los países. Sólo las élites continuarán circulando: el Norte tiene necesidad de los creadores del Sur para alimentar sus propios objetos nómadas de música, imágenes de cultura o de cocinas lejanas". (p.192)

EMIGRANTES (Para que los países del Este pasen de una economía donde la escasez se rige por la lista de espera, y la videncia es contenida por la fuerza, a una economía en la que la escasez es dirigida por los precios y la violencia contenida por el dinero) "...esto pasará por la solución de problemas próximos -para simplificar- a los de América latina: insuficiencia de redes de distribución, dominación de los circuitos paralelos, inflación, desempleo, endeudamiento, no encuentran en ninguna parte soluciones milagrosas. Esos países deberán afrontar la realidad de su nivel de desarrollo, dar a los precios su función distributiva, instalar un cuadro jurídico que dé a las empresas un poder real de decisión. Esto exigirá una nivelación de los valores y provocará la aparición de desigualdades considerables. De allí los riesgos de crisis, de retrocesos...Suponiendo incluso que estas medidas sean aplicadas con coraje, espíritu de justicia y habilidad politica, hará falta mucho tiempo para que las reformas produzcan sus efectos si acaso los producen. No se verá de un día para otro aparecer empresarios creando empleos, ni el regreso de capitales..." (p.110) "Nómada, el hombre lo será tanto por su trabajo como por su consumo...Los trabajadores menos formados, los menos creadores de información, devendrán objeto de trabajo, objetos nómadas . Emigrarán sin cesar hacia los lugares donde esperan trabajo y protección social, acompañándose de objetos nómadas que los ayudarán a permanecer ligados a sus universos de origen. En el Espacio del Pacífico, los emigrantes vendrán de América latina... Ya, en los Estados Unidos, los hispanoparlantes son más de veinte millones". (p.172) Exces0

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I miedo a la guerra de Angola —para la que reclutaban jóvettes de 15 y 16 años— llevó a Juan Fernandes a dar el salto de su vida cuando apenas tenía 14. La travesía del Atlántico en 1961 le trastocó el mundo, mucho antes aún que la década empezara a mostrar sus signos de perturbación y relajo, colocándolo en el abasto de un hermano en Altavista. Los diarios madrugonazos serían una rutina recurrente en ese oficio, al Igual que el apartamento en la azotea de un edyicio en Lídice, donde un techo de zinc y cuatro catres se disputaban el poco espacio disponible en el hacinado dormitorio. Ahora, de vez en cuando, pasa por el sector en automóvil acompañado por su actual esposa, la actriz Hilda Carrero, de un pasado perdido entre las paredes alfombradas del Seasons Club, del algo buscando quizás asir que es dueño. La noche hechizó a Juan Fernandes y, según sus propias palabras, lo "echó a perder". En 1973 saldría de una cafetería en Sabana Grande para, junto a unos primos, lanzarse a dirigir la discoteca de moda, La Burbuja, en El Rosal. Allí. Fkrnandes dio inicio a un carrusel nocturno, del que no se ha bajado aún a los 42 años, y que además le ha costado dos divorcios, el último de ellos con la modelo Belén Marrero, amén de incontables ligazones con gente de la farándula, escaño que le ha permitido ascender hasta las páginas de Venezuela Gráfica. Sin embargo, el calibre de sus publicitados escarceos amorosos no consigue rasgar las vestiduras de lo que ha sido el mayor capricho y, a la vez, el mayor riesgo de su vida, el City Hall. Un templo de baile con '

capadla[ para 1.200 personas, Inspirado en

el Studlo 54 de Nueua York, al que alguna vez le fuera negada la entrada sin reparar en la limosina que lo depositó ante sus puertas. Tamaño desaire desataría en Fernandes una voracidad por imponer la música disco en el país y propiciar el engorde de los muy variados negocios nocturnos que han pasado por sus manos: Le Pamasse, Winners, Reflections, Teorema, El Sarao y el Seasons Club, fundado por él hace 12 años y del que afirma nunca vendería ni por todo el dinero del mundo. 60 Exces0 Marzo 1990



Carlos Fernandes

C

arios Fernandes es un tipo duro. Serían las calles caraqueñas —donde se ha formado desde los 11 años, cuando ingresó al país— las encargadas de borrarle cualquier acento remtniscente de Madeira y conferirle un comportamiento impetuasoso con el que ha logrado erigirse en el líder de los comerciantes portugueses del centro, un verdadero héroe de la sociedad civil. Un título conseguido en combate de 15 rounds con la vida y cuyas huellas no pueden ser ocultadas bajo una corbata de bacterias y los trajesfinamente cortados que cubren su cuerpo de 40 años cuando se dirige, todas las mañanas, al cuartel general de la Cervecería El Centro, a una cuadra de Capitolio, en plena avenida Baralt. Un local que ocupa desde los 18 años cuando, junto a su cuñado, montó la Fuente de Soda El Silencio, recinto donde trabajó como mesonero durante tres años. Una eternidad a la sombra de los designios del cuñado y que pondría en prueba al montarse en la ola de las cervecerías, de moda en 1972, año en que fundó la Cervecería El Centro. Lugar propio para el talento vivo, sea mariachis o música criolla: allí el comediante Carlos Donoso y su mono fent actuaron cada fin de semana durante una década. Verdadera gallina de oro que ha empollado otros hijos de la mente empresarial de Fernandes: El Foro Romano en Bello Campo, La Vinatería, la discoteca Dance Palace y otra gama de locales que encauzan necesidades creadas por éstos últimos, el hotel Palace en la avenida Norte Sur 4 y el hotel St. Moritz. Logros que relucen como un oasis en el sórdido desierto de la avenida Baralt, poblada por bares de la talla del Flor del Campo y el Noche y Día, donde sus compatriotas, los hermanos Pinto, siguen manejando el mostrador, nerviosos, evasivos, con una cerveza en la mano y la mirada dividida entre la pollera que sirve de fachada y la escalera que conduce al bar de ficheros. Y todos en la espera de que Carlos Fernandes y el abogado José Migares Gómez, exclirector de la Renta Nacional, consigan en la Corte Suprema de Justicia revocar el decreto dos de Claudio Fermín y se aleje definitivamente el fantasma del retorno a Plinchal. 62

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iempre a la carrera, José Ornelaavanza fugazmente entre las luces tenues de su local, el Juan Sebastian Bar, sorteando mesas y clientes, en un constante empeño por romper el ritmo cadencioso con que los músicos abordan una canción del grupo brasileño Cama de Gato. Ornela maneja el único piano bar al servicio exclusivo del jazz, donde la fauna que lo ronda ha presenciado a verdaderas leyendas en acción: Irakere, Paquito D' Rivera, Ron Carter y Arturo Sandoval, entre otros. Si el costoso reloj que usa Ornela hablara, seguramente remitiría a la frase "el hombre que quiere puede", especie de leit motiv con que la praxis ha cubierto la existencia de este hijo de Madeira, anclado en Caracas desde hace 30 años. El rencuentro con su padre, dueño en Petare del barEl Sol, fine la diana que sonó temprano (con sólo 12 años) para que enfundara el cuchillo, arma con la que peló papas y verduras por un salario de 100 bolívares mensuales. Rieron años en los que conoció no únicamente la cocina del bar, sino Petare. 'Yo sí sé lo que es vivir en un barrio, eso fue cuando Pelare era casi rural y uno pasaba 14 horas trabajando". Pero nada es eterno y Ornela emprendió otros rumbos dentro del empresariado lusitano.La Gran Fogata, también en Pelare, aseguraría su iacceso definitivo a las puertas del cielo. De allí al Juan Sebastian Bar sólo bastó un empujón. En 1979 compró el local, que ya funcionaba con un público fiel desde el 73. Publicistas, intelectuales, escritores, entre otros son el enjambre humano que en la tenue oscuridad de las mesas son incapaces de ver al dueño, fugaz, invisible, siempre a la carrera.

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Manuel Faya

a oficina de Manuel Pava, dueño del salón de festejos La ()rehíla, en Colinas de Bello Monte, y socio con su hermano Juan Silvestre en Le Parnasse. desdice de su pasado en el que, campesino, corría descalzo por las tierras de Madeira. Arrancado a los siete años de ese campo idílico y llevado en barco hasta Venezuela, le tocaría pasar ocho noches durmiendo sobre tres cajas de Polar. Un lecho incómodo al que jamás regresaría mientras tuviera la voluntad de trabajar. Ahora, una oficina con cuadros de Elvis Presley, Jimmy Hendrix y el afiche de un fajo de dólares, resguarda la butaca desde la que contempla o escucha las pruebas de los artistas que presenta en su negocio. Pava, mucho antes que Daniel Santos revitalizara con su voz a La Orchila y la buena ventura regresara a sus predios, trabajó corno el niño de los mandados en el abasto que su padre tenía en aquel entonces. Pero el llamado de la sangre retumba y se lanzó de nuevo al campo de la agricultura. El mercado al por mayor de Coche era el destino todas las mañanas cuando Pava partía con su cosecha desde el Hoyo La Cumbre, en Galipán. Una rutina cumplida religiosamente desde las cuatro de la mañana hasta las 11 de la noche. Casi 30 años después el horario es el mismo pero trastocado, de 11 de la noche hasta las cuatro de la mañana. Luego vendrían las veladas en el Cine La Pastora y la nunca ausente Grappette de colita. Una infancia que la rudeza diaria volcaría a una dureza en los negocios que le permitiría obtener para sí el bar Mi Rancho, el bar Superior y el bar Balconcito, este último cerrado por Diego Arria. Un mundo de ficheras y cerveza que no lo salvaría de olisquear la chamusquina de la catástrofe: el incendio de la discoteca Hawai! Kaí, en Colinas de Bello Monte, al que amparaba un seguro de cobertura limitada. Un crepúsculo que renació en la figura de La ()rehíla.

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Mantener la línea de su cuerpo es saludable \ y fácil... Sí, T.P.M. El método suizo de adelgazamiento ya está en Venezuela para que usted obtenga la figura que desea sin arriesgar su salud.

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LA LEY DEL PILO TO Ricardo Koesling hizo en los barrios de Petare una pequeña fortuna que le valdría un curso de aviador. En vuelo rasante se graduó de abogado, eso sí, de los más beligerantes, y desde entonces, entre audaces barrenas por los aires de la polémica, pide pista en los tribunales con los casos más sonados de la década.


ada que pueda confundir. Sencillamente lo previsible adorna la oficina de Ricardo Koesling. Aunque el decorado tiene sus elocuencias para el visitante. Una foto lo muestra apacible, casi satisfecho, en cuclillas, apoyándose en su escopeta, detrás de un tigre abatido. Otra gráfica troquela su figura como un relieve sobre una fila de negros bien armados. En otra, los restos de una avioneta, apenas reconocible entre los matorrales, son la secuela de un accidente donde casi pierde el pellejo. El marco gótico de un pergamino otorgado por la Universidad Santa María le confiere el trato de doctor. La figura de un león ebrio en una jungla de porcelana abdica y lo celebra como rey de la selva. Pero esta secuencia desigual de fotografías no califica en la rigurosa elección de las panorámicas que podrían ilustrar el ya accidentado performance de Ricardo Koesling. Es simple, ninguna congela su figura en los predios del edificio Universidad —sede de los tribunales penales—, donde el abogado ha pasado los últimos seis años, involucrado en los casos más impepinables de la década: un pleito sucesoral para resolver la disputa por el control de' uno de los mayores bancos del país; la demanda y posterior cacería del velocista financiero Mario Muggia, a instancias del hoy presidente de la Bolsa, Juan Domingo Cordero; y los intringulis, aún en proceso, en los juicios que se le siguen al editor Carlton Prunhuber —uno de sus defendidos— y a los dos sobrevivientes del Amparo, a quienes acusa de fabuladores. Vaya cartera. Nada de eso estropea sus actuaciones en pro de las buenas Dlle•-

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i OJO, YUPPIES

se buscan jóvenes altruistas EL NEOYUPPISMO VENEZOLANO SE PREPARA PARA EL RELEVO: YA NI PEREZ NAIM NI LA FEBRES CORDERO LO REPRESENTAN. Y AUNQUE IGUAL ESCALAN POSICIONES Y HACEN DINERO, LOS INSURGENTES, RETOÑOS DEL COMPUTADOR, EL TELEFAX Y EL MÓVIL CELULAR, AL FUROR DEL MARKETING INJERTAN UNA CIERTA SENSIBILIDAD SOCIAL. Matilde Daviu

e

n los Estados Unidos, los babyboo-

mers alimentados con compotas Gerber, brownies y cereales, los mismos

que realizaran todo tipo de deportes en los campus universitarios y llegaran, también, a perder todo pudor en fiestas organizadas por las fraternidades de sus respectivas universidades, se convirtieron, posteriormente, en los yuppies que hoy tienen más de 30 años de edad: Dan Quayle, por ejemplo, no hace mucho que dejó la categoría. En Caracas, algunos de los recién graduados en la carrera de Administración de Empresas que se incuban en universidades como la Metropolitana, la Vargas o el IESA parecen adoptar el transplantado apelativo en un país económicamente devaluado. Claro que sería oportuno el relevo, porque desde hace algunos años las mismas reiteradas caras se abrogan el tenue ponqué del yuppismo local. La posta viene con bríos, pero aparte de unos matices, flamea un estandarte completamente nuevo: el de, digamos, una sensibilidad social. No se trata, pues, de la llegada de los antiyuppies —que ganan posiciones en el primer mundo hiperindustria-

lizado—, sino de una vernácula adulteración. Ni qué decir de sus actitudes: como sus predecesores son agresivos, competitivos y decididos a jugárselas todas para conseguir lo que la sociedad de consumo les ofrece. Muchos de ellos egresados de universidades como Harvard, Yale, Penn, Stanford o Boston, los eslabones más rutilantes de la llamada Ivy League, son los que más rápidamente ascienden en la pirámide gerencia' de las corporaciones. En fin, resultantes de una extraña alquimia en la que la más alta tecnología se combina con un contexto de crisis, estos hombres y mujeres cuyas edades oscilan entre los 20 y 30 años, líderes en avanzadas ciernes, hasta se han ocupado en exponer a un agiornanuniento refinatorio el olvidado patriotismo social.

I

ucas Boulton, 23 años (le edad, estudió bachillerato y el B.A. en los Estados Unidos. Proyectado para trabajar en alguna de las empresas de su familia, sin embargo transitoriamente defeccionó para trabajar en el Manufacturar Hannover Trust Company de Nueva EXCPSO

DIII■

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Andrelna Delgado (29), bien pagada, quizás subempleada.

lanos son iguales a los americanos en la ambición y tienen los mismos propósitos de superación; pero nosotros somos distintos a ellos en el logro. En nosotros hay una frustración pues el logro no es real. Con lo que ganamos, aunque tenga que trabajar los sábados, no podemos obtener lo que el sistema podría ofrecemos. Estamos frenados".

so

ilberto Carrasquero, 26 años de edad, abogado y con un Master en Ciencias Políticas, nació un 24 de julio y toma muy en cuenta el sino definido por los planetas en su signo zodiacal. Es un verdadero electronic frick; ejerce el derecho a niveles de consultoría corporativa, tiene una compañía de bienes raíces, realizó cursos de Alta Gerencia en el IESA y se va a completar un M.B.A. en la universidad de Stanford favorecido por una beca Fullbright. Rechaza los estereotipos: "puedo aceptar el pullover y el topside, pero los lentes redondos de carey no"; le gustan las películas de acción y el scotch, no fuma, juega racquetball, conduce un Sierra 300, tiene un celular, TV digital, contestadora electrónica, computadora, espo-

sa y un bebé. Gilberto confiesa formar parte de una generación que está molesta: tenía 20 años cuando sobre todos se desplomó el viernes negro. "Mi generación no está conforme. Yuppie o no, los que nos formamos afuera tenemos una responsabilidad con el país que requiere del aporte de los mejores. De hecho, nuestra responsabilidad es mucho mayor que la de aquellos que no tuvieron la misma formación que

fectos de un vuelco político sino por la aplicación de una filosofía de producción. Nosotros dependemos de la creatividad para mantener el nivel de vida al cual estuvimos acostumbrados. Veremos profesionales de otras áreas volcados a la actividad comercial, hacia una aventura empresarial y ese será el vuelco que dará el país dentro de poco". Quizás sea ese el argumento que ampare la nueva iniciativa de Gilberto: una empresa consagrada al análisis de datos, que deberá activar apenas vuelva de los Estados Unidos. "La expresión del cambio es válida para todas las épocas pero la del tercer milenio es de verdad-verdad. El hecho de ser latinoamericanos no nos dará una condición distinta a la de otros países. La conciencia latinoamericana servirá para realizar proyectos positivos y no para aislarnos del mundo y morirnos de hambre solos". Hace siete años sus amigos en Boston lo llevaron a un yuppie-bar; hoy departe con

Un yuppie en Caracas • Su remuneradón básica inidal oscila entre los 25.000 y 30.000 bolívares. • Mobiliario doméstico: Equipo integrado de sonido, un betamax, un PC y una contestadora, amén del móvil celular. • Compra arte como inversión. • Maneja un Fiat o un campero japonés. • Sólo le queda Le Club. • Por él, las panaderías se han transformado en ventas de deiicatesses y centros gastronómicos. • Quiere poner de moda el moler maracucho. • Vive en el Este, bebe &col" juega racquetball, pedalea en La Lagunita o en el Country, y sube al Avila por Sabas Nie-

Gilberto Carra squero (26) en el buró de un

e lectron ic frick.

ves. • No lo piensa mucho antes de cambiar de trabajo; las lealtades se relativizan ante su afán por asegurar un futuro pronto.

nosotros." El futuro del país pareciera estar concentrado en la baza del cambio. "Venezuela va a cambiar dramáticamente, no por e-

una suerte de peña de jovenes profesionales que se reunen aquí y allá para hablar del proceso que vive padece?— Venezuela. DI».

• No es que hable mal de los partidos, simplemente no le interesa la política.

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nos dé la oportunidad de demostrar todo lo que podemos hacer, los cambios que podemos traer al implementar nuevas ideas para mejorar las cosas". "El sistema tendá que ser más eficiente, más especializado y competitivo donde la informática será el medio de comunicación por excelencia, donde todas las actividades girarán en torno a la tecnología. El que no lo quiera aceptar así, lamentablemente se va a quedar atrás. Queremos al país pero no nos interesa la politiquería partidista". Las sospechas de que esa avidez competitiva pudiera propiciar negocios sucios las mantiene a raya José Antonio: "Aunque el dicho americano de money as easy comes as easy goes

podría oponerse a nuestras aspiraciones de hacer dinero rápidamente, nosotros no tomamos el atajo de la corrupción sino el de aprovechar lo que alcanzamos por nuestros propios méritos. Mantenemos a toda costa una ética profesional. Yo me siento tan capaz como el mejor. No se trata de una pedantería sino de un alta estima de nuestras capacidades. Creo que hemos demostrado que somos capaces de tomas posiciones relevantes para el desarrollo exitoso de nuestro país, propuesto corno el gran proyecto." ¿De dónde salieron estos jóvenes que se expresan con tanto énfasis sobre los destinos del país? ¿Acaso de una ciudadela de concreto como el C.C.C.T. donde apenas unos años atrás se paseaban por los iluminados pasillos a ver las vitrinas y se agrupaban alrededor de unas mesitas de fórmica para comerse una pizza o una hamburguesa ignorando, para aquel entonces, que llegarían a ser señalados como miembros de una generación boba?

Cl›..D

FOTOGRAMAS DEL CAMBIO

Spader, ora yuppie, ora antiyuppie.

James Spader, actor de nariz respingona, mirada profunda, nítido semblante WASP; su redención es la de toda una generación. En sucesivos roles cinematográficos encarnó la invicta ruindad de los 80: el adulante yuppie que en Baby Boom torpedea el cargo a Diane Keaton, el halcón de bufete en Wall Street, el prepotente hijo-de-papá de La chica de rosa, incluso fue Rip, el mefistotélico jíbaro descrito por Brett

ne el primero en recoger los rastros de la mudanza. Si el magro erotismo de Nueve semanas y media dictó una pauta de las relaciones interpersonales en los 80 y el yes sir, no sir de los marines de Kubrick no era más que un eco del estribillo que entonces se repetía entre las parvadas gerenciales, el humanismo y la solidaridad son reivindicaciones de La sociedad de los poetas muertos, el más reciente film del australiano Peter Weir, que hace poco conmovió a los caraqueños.

bre todo un nulo, como se califica a sí mismo, deambula sin destino por las calles de París. Ni las utopías de los 60, ni el individualismo de los 80 tienen sentido. Hippo ha sido despojado de sueños, de ambiciones, de todo; sólo le queda una oportunidad: "amar como un loco". Hippolyte no es, en realidad, protagonista de nada. No cede, no concede, no le interesa cambiar el

isPOLYTE CH RARD ‘ LANTI-"GOLDEN BOY"

DU CINEMAME ARCH A , ' IR COI IP DE

oppoiylt out 4Ataioluircirhaai Ie s'imritér•ess

dita

prscbrin" n'en revient pas. Le premier film anti - is. Lr . -yuppie, Un rri 'II en dix ans. fait du bien. Ceux c Easton Ellis, en la versión para la pantalla de Menos que cero. En las postrimerías de la década, sin embargo, Jason Soderbergh haría de él en Sexo, mentiras y video un parco trotamundos a la deriva, Graham, denso y dubitativo, sobre todo solidario, elaboradamente onanista e improductivo. La vulnerabilidad y el gregarismo parecieran relevar a la agresiva asertividad del decenio anterior. La conversión semeja una parábola de San Pablo, y como siempre es el ci-

A Weir le salió una réplica europea: Un monde sans pitié (Un mundo sin piedad). El primer film abiertamente antiyuppie de la década, dicen. Quizás sea, más bien, un ajuste de cuentas con 20 años de atraso o, por qué no, la expresión de la filosofía de una nueva generación. El autor del film es Eric Rochant, de 28 años de edad; su reto consistía en construir la historia de un personaje que no hace nada. Hippolyte, un joven como tantos en una década de bonanza, pero so-

mundo como tampoco el dinero y el éxito personal clausuran, para él, el dilema de la vida. Por eso deambula, espera el amanecer, y juega interminables partidas de póker. No tiene opción: al fin y al cabo la vida es lo que es, basta con esquivar sus vaivenes. El individualismo de la década yuppie, herencia directa de la muerte de las ideologías y del fracaso de la generación del 68, glorificado en Wall Street, revela todo su sinsentido en el patético desencanto del personaje.

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PABELL

TRACCION A SANGRE El escocés Conon Doyle lo llamó Mundo perdido y quizás desde entonces todo visitante a las recónditas comarcas de Guayana adentro es visto como un extranjero. Antonio Azoz, Juan Luis Pinto, José Francisco Sánchez y Pablo SantaCatalina, venezolanos, triatlonistas furibundos, así lo acaban de constatar mientras cargaban con 28 kilogramos de equipaje y alguna añoranza de hospitalidad en su épico recorrido en bicicleta Ciudad Bolívar-Canaima-Santa Elena de Uairén-Kanavayén. Fueron los primeros en hacer la escabrosa ruta a trancos de pedal, y la inédita expedición tomó un mes para cubrir el plan a bordo de las bicis todo-terreno, cabalgaduras que sólo se dejaron para escalar el Auyantepuy, pescar en Playa Blanca sobre el río Carrao o vencer el fango en el trayecto El Paují-Paraytepuy, entre otros formidables obstáculos, de los que la fatiga no era el menor. Mientras cruzaba la Gran Sabana, el grupo urdió una nueva y por demás exigente aventura: nada menos que un paseíto en bicicleta Puerto Ordaz-Río de Janeiro, una sudorosa alternativa de transporte —aún más factible que el ya utópico empalme de las cuencas hidrográficas de América del Sur— que sólo aguarda patrocinantes. E.S.

La aparición de Pelusa, réplica local y tardía para Shirley Temple, quizás epilogue el dominio que una estirpe ejerce sobre la farándula infantil: las tres vástagos de la familia Termini han irrumpido en ~bote al encuadre de la pantalla chica sin reparar en lo corto de sus existen, cias. En una precoz trayectoria las tres rubias hermanas se han ocupado de acaparar los roles que, en esta categoría junior, ofrece la TV local. F,stas aptitudes compar tidas, y tempranamente descubiertas, pueden encontrar un vértice en las inclinaciones que hacia ese entorno farandulero tenían sus padres, en la época en la que él, Franco Termini, asomaba su imagen de cantante joven a través del Show de Renny y ella, Ana Maria, trataba de hacerse campo entre los muros de Televisa en México. Y como sucediendo esas carreras truncas, la mayor de las Termini, Laura, se abrió paso a los nueve con una cuña de detergentes, para abarcar desde entonces, cinco años en los Minipops , varias participaciones en /a t telenovelas de siempre y una esmera iniciación como cantante en un duo que apenas dejó un Lp como testimonio. Tres años menor, Rossana no renuncia a esta infiltración de la familia en el medio y cuela su imagen desde hace ocho años en la pantalla, sin conformarse con participar en un solo canal, repartiéndose entre cuñas, novelas, especiales y edulcoradas series. Aprovechando el precedente la menor, Francisca, también hace de este medio

parte de

su rutina. Sin embargo, la identidad de estas precoces artistas no sólo figura en los créditos televisivos: también resuenan en los graderíos del hipódromo, cuando cualquiera de las tres yeguas de su padre reiteran sus nombres al despuntar en una carrera. R.T.

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DINASTIA 19 PULGADAS

Ql


EL EXILIO INTERIOR

BULGARIA SUYA Personaje recurrente en reportajes insólitos por su fervor esotérico, Iván Drenikoff, jefe de la Sección de Libros Raros de la Biblioteca Nacional, expía desde los 11 años y en trance permanente la quema de un libro de yoga que a esa edad comprara sin permiso materno. Tal expiación creó un hábito compulsivo por la adquisición de libros extraños, amuletos y souvenirs en su Sofía nativa, que a la postre lo llevaría a ser el dueño absoluto de la colección más grande relativa a los Balcanes que existe hoy fuera de Bulgaria: una docena de toneladas, en total, que fueron trasladadas en un contenedor hasta la Biblioteca de la Universidad de Stanford. Cuenta Drenilcoff que el local "se levantó del piso" cuando los 12 mil kilos de recuerdos e historia abandonaron su aposento de 30 años. Naturalizado venezolano, mantiene estrecho contacto con su hermano Cirilo, encargado de crear en Bruselas el Instituto de Estudios Balcánicos, entidad destinada a velar por la integridad de la colección, que incluye entre otras cosas un busto del padre de los Drenikoff —en una época comandante de la Armada Real—, 15 mil libros (cuatro mil de ellos probarían que Macedonia perteneció a Bulgaria), un traje típico de tres siglos de antigüedad, íconos, sortijas, 350 mapas originales, fotografías, pinturas, y hasta el documento original de la firma del armisticio búlgaro al cabo de la I Guerra Mundial. En su refugio norteamericano, el muestrario sólo puede ser visto por quienes cuenten con la autorización expresa de Drenikoff, siempre y cuando no sea un ciudadano búlgaro; en ese caso, el acceso le será estrictamente negado. G J.

Como una fantasmal aparición entre el mullido engramado de los campos de golenelCaracas Country Club, la fachada de la quinta Mami inquieta a los visitantes de la Casa Club, que aún no se reponen del hallazgo cuando otra revelación completa el asombro: allí vive solo, como un oso huraño, Francisco Pérez Jiménez, el hermano del general. Confinado en un enigma más impenetrable que el de su propio hermano exiliado en Madrid, Francisco no hace, sin embargo, nada por disiparlo. Por el contrario ahuyenta, como desde hace años, un primer husmeo reporteril: "Usted se vendió, como todos los periodistas. No quiero hablar. No tengo tiempo. F uerajde aquí". Pero este agrio recibimiento contrasta con una sobria presentación de los tesoros que esconde la quinta Mami: el mes pasado remató .sus pertenencias, conmoviendo el mercado local de las antigüedades. Su casa, construida en 1956, fiel a los cánones de la ruidosa arquitectura llamada justamente perezjimenista —la casa la diseñó él mismo—, tiene for-

ma de barco y una piscina vacía que remeda una guitarra. En su interior, las habitaciones están dispuestas en torno a una amplia escalera estilo Art Nouveau, con pisos de mármol de Portugal. A un lado hay una capilla consagrada a Pío X. En el segundo piso: un bar, sala de cine, sala de colecciones —filatelia y toda clase de Iconos religiosos, cuadros de Murillo, Bassano, Caracci—, una barbería particular y un gimnasio coronado por una terraza. De allí arranca una escalera de acero que conduce a un observatorio-planetario, que visto desde afuera semeja una enorme claraboya sitiada por la maleza que ha ido ganando terreno en los

jardines descuidados. A su juicio, el mejor retrato del Libertador es el de Acevedo Bernal ("por desgracia obra de un colombiano", acota), del cual conserva una reproducción. Una suerte de pedestal soporta las esculturas de "los tres majaderos de la historia": Cristo, Quijote y Bolívar. Sin mengua alguna para el contiguo retrato del general Pérez Jiménez, cuya figura aparece en uniforme de gala, prendidas todas las condecoraciones autoimpuestas. II .P. all ■•



Ricky Ils

LA CONCERTACION SEGUN PIPO Después de

cinco años en Menudo, hizo una audición para estudiar arte dramático en Nueva York. Quiere ser actor.

Roby. Se tropezó con un coreógrafo en Estados Unidos, de allí pasó al elenco de la película Salsa. Se habla de otros films y un disco, pero no hay nada concreto.

Pipo, así simplemente, aunque la modestia del apelativo no lo haga refractario al homenaje que le hace García Márquez en cada una de sus visitas clandestinas a Caracas, cuando se acerca exclusivamente a saludarlo. O que en otras ocasiones, menos clandestinas, el Nóbel colombiano se permita invitar a Simón Alberto Consalvi, a María Di Mase y demás amigos del alma a disfrutar un bollito missto, de la cocina tradicional del Piamonte, que adora y que Pipo prepara como nadie por estas latitudes. O que Bettino Craxi lo llame para alabar alguno de sus platos. O que su restaurante, Via Appia, inaugurado hace cuatro años en pianísimo y con sordina, se

haya convertido en el restaurante del presidente, una contraseña que se queda corta porque además de CAP y su gabinete, son habitués los miembros del quién-es-quien de la política y las finanzas. Es Pipo, pues, para todos. Así se lo puede ubicar: un piamontés —aunque nacido en Taormina—de elegante vestir que siempre incluye el anacrónico

elaboración. Un mero ahumado, unas berencorbatín, cordialmen- jenas, unos pimentote distante, de hablar nes, rociados con un pausado y palabras Gavi blanco de la boprecisas. No establece dega del Conde di Cadiscriminaciones en el vour, siempre serán utrato: en el marco de na buena sugerencia su restaurante todos para él. La lealtad de los clientes son igua- CAP al lugar es proverbial: cuenta Pipo les y merecen las misque una noche se premas deferencias. Si se trata del presidente Pé- sentó sin previa reserrez, por supuesto, Pi- vación, y como todas po sabe que lo oportu- las mesas estaban ono no es propiamente cupadas, tuvo que esla carne; que prefiere perar cerca de 20 milas comidas sin mucha nutos afuera. A lo mejor ese día lo único que apetecía eran los Tallarines a la Canache Mata (tallarines negros amasados en tinta de calamares que se han convertido en una de las especialidades más requeridas del Via Appia). V.M. cior).

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OÍD nAL TAMBOR A

k unque en alegoría, trocando una rada del Caribe por locaciones en Almería, y quizás hasta sin te-

ner exacta idea de ello, el director David Lean y Marion Brando están por recrear cinematográficamente a Venezuela. Lean —el mismo de Lawrence de Arabia— convocó al inefable Brando para el rodaje en esa localidad española de su versión en 70 milímetros de Nostromo, la novela de Joseph Conrad. El relato, alguna vez descrito como "la historia de los efectos corrosivos del interés material sobre la sociedad", transcurre en una imaginarla nación sudamericana, Costaguana, y su principal puerto, Sulaco, que, según los analistas de la obra, no estarían inspirados más que en Venezuela y Puerto Cabello, donde Conrad desembarcara a fines del siglo XIX como mercader itinerante. Descrita en el texto —y el correspondiente guión— con familiares toponimias como Higuerota (sic) y San Tomé, la República de Costaguana había sido coto exclusivo de Guzmán Rento, un caudillo al que poco le falta para retratar al Ilustre Americano. Convertida en spotwoman de productos tan diversos como franelas, refrescos y pantalones, Aguasanta Erminy se somete a una elevada exposición en la pantalla chica, tras un receso casi misterioso. Ahora se sabe que anduvo haciendo pruebas para los bucadores de casting en agencias de Florida. Su venerada imagen en Venezuela, no obstante, pareció desabrida en Ices medios anglosajones, donde la competencia no es cosa fácil. Acaso la fortuna le sonría en Japón, donde un hermético complejo por las de su tipo arrincona a las mujeres de ese país.

G

arante delgentilicio durante los últimos 10 años, el ga-

llego José Iglesias Lorenzo, dueño de Pepeganga, estaría en dificultades financieras luego de una desventurada incursión en el negocio inmobiliario. Entonces, la pregunta de qué pasaDel iango en París a un remedo del joropo

ría en Venezuela si no existiera Pepeganga, lejos de una descabellada hipótesis, podría ser una aterradora realidad.

La cima del cielo, está bien, pero lo que Ricardo Montaner parece reservar para los compositores de sus éxitos es poco menos que la sima del desengaño. Mientras un par de modelos meneaban sus ternuras al compás de ¿A dónde va el amor? en el spot televisivo de pantalones Olímpico, la disquera Sonorodven cobraba sin remilgos cerca de 500.000 bolívares por ceder el tema, monto del que al cantante argentino-maracucho correspondería una buena tajada; para el autor, entre tanto, sólo quedaría el asombro y un precario acuerdo que en cualquier caso impidió la intervención de los tribuna-. les. Pero la magnitud de los gazapos en materia de derechos de autor crece junto a la

fama de Montaner. Hace poco, el dúo de Fernando y Juan Carlos habría acudido a Love Records, la editora musical del grupo Rodven, al enterarse de que el álbum Montaner 1 detentaba el primer lugar en el hit parade de Ecuador. En lugar de un suculento cheque de regalías, los jóvenes compositores se encontraron con una excusa: el administrador de la empresa en Quito se había fugado con los reales. 80

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Montaner: ¿A dónde van los royalties?


1:11 ue Encarnación Rivas es el solitario ícono de la adequidad •

queda subrayado por el incierto destino de los derechos de las obras de Rómulo Gallegos, epítome de la literatura criolla y besa seller indiscutible. Se revela ahora que un gobierno de Acción Democrática en 1987 perdió esos derechos, que hasta esa fecha reposaban en poder de la editorial del Estado, Monte Avila. Su director de entonces, Néstor Leal, para resarcir el desliz habría propuesto un verdadero exabrupto: la expropiación de esos derechos, que hoy son dominio de Edito-

Gallegos preterido

rial Panapo.

¿Jesús Marcano Trillo de moda? Nada podría vaticinarlo. De hecho, su retiro del juego activo fue forzado el año pasado cuando los Cachorros de Chicago le expidieron el release definitivo. Pero la revista norteamericana Spy, en su edición correspondiente al mes de febrero de 1990, lo incluye en una lista de notables, junto a Nadia Comaneci, Bo Derek, Billy Joel y otros. La publicación, irreverente y sardónica, es el vocero de cierta intelectualidad ligera neoyorquina, y de alguna manera Manny calza en su perfil: certero inversionista, hosco con el público latino y buen vecino en barrios norteamericanos, se separó de su mujer, a la que se le tenía por su agente, para seguir en Maracaibo su inédito tránsito de pelotero a yuppie (últimamente se le ha visto como oficial de relaciones públicas de una petrolera).

M

ás peligrosa que un comando suicida iraní es la

oleaza de un escritor. Salman Rushdie relata en entrevista con Newsweek —unatéicoubaz—qeJohnLCaréecomndóaugrneditoalstadounidense no publicar una edición de bolsillo de Los versos satánicos pa-

ra "proteger a los vendedores"; sin embargo, el escritor indobritánico barrunta que el trasfondo del asunto no es más que el reconcomio de Le Carré, irritado por unas acuciosas críticas que Rushdie formulara a su último libro. El último chisme del gobierno anterior. Aseguran algunos asistentes que Carmelo Lauría, exministro de la Secretaría de la Presidencia, habría relatado en una atemperada reunión sostenida con

Rehén del terrorismo literario

sus colegas de gabinete para explicar el incidente de las tanquetas que salieron a las calles del centro de Caracas: "Eso fue obra de Luis Alberto Machado. La gente lo toma por-gafo, pero un tipo que logró 40 puntos en las encuestas frente a Carlos Andrés, tiene que ser bien inteligente. Machado maneta información, conoce los detalles del Palacio, y cada vez que le pregunto «¿tú fuiste?», lo único que hace es reirse".

í a la Perestroika. No al destape. Como director musical de la ópera Boris Godounov de Mussorgski, llevada al cine por Zulawski, el cellista Mstislav Rostropovich se opuso rotundamente a las atrevidas escenas de desnudo con que el director francés adobó su propia versión de la vida del terrible Zar atormentado por los remordimientos de la usurpación y encarnado por el irresistible barítono Ruggero Raimondi. No se sabe a qué acuerdo llegaron pero lo cierto es que la película ya se está exhibiendo en Francia, mientras el músico, después de un largo exilio, se prepara para un triunfal regreso a su patria rusa. Regreso en el cual estará escoltado por varias personalidades vinculadas al mundo mu/

sical, entre ellas la flamante presidenta de la Fundación Mozarteum de Venezuela, Patricia Phelps de Cisneros.

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>— V) LLJ LL

C¿

Coincidencias

A

no 1909. Sigmund Freud y Carl Jung se

encuentran en el

estudio del primero, discutiendo sobre el tema de la percepción extrasensorial. A medida que lo hacen sus ánimos se van exaltando al punto que, de civilizado diálogo, pasarán a una agria confrontación. Precisamente cuando ambos científicos están más ofuscados se escucha un fuerte ruido explosivo proveniente de un estante lleno de libros. Los dos miran sorprendidos y Jung exclama: "¿Lo ve, maestro? Ese fue un perfecto ejemplo del llamado fenómeno catalítico". A lo que Freud replicaría: "Vamos, Jung, jUSted sabe que eso no tiene sentido!". Jung, como poseído por una inexplicable certeza, argumenta: "Si lo tiene, I lerr Professor, y 82

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para demostrarle que se equivoca, vaticino que dentro de poco habrá otro ruido como el anterior". Aún Freud sonríe escéptico, cuando en efecto se escucha el mismo estallido. Desconcertado, el padre del psicoanálisis no atina a pronunciar palabra. En 1972, el doctor Robert Harvie, psicólogo de la Universidad de Londres, lee a un amigo la relación que Jung, posteriormente, hiciera de aquel incidente. Justo cuando llega al pasaje donde Jung cuenta lo de la segunda detonación, una lámpara en su casa cae estrepitosamente. Ese mismo año, la doctora Margaret Green, quien viaja en tren hacia Londres, se distrae leyendo en el libro de Arthur Koestler, Raíces de la coincidencia, el pasaje donde relata el mismo episodio entre los dos grandes psicólogos. Justo al repasar las líneas en las que Jung evoca el segundo estallido, la ventana del vagón se resquebra-

quizás debido a la divulgación

ja ruidosamente. Robert Wilson,

del raid se le llamó Mulberry.

autor también de un libro sobre las coinci-

dencias, comentaba a su esposa —mientras ambos almorzaban en un restaurante— que, aún cuando había escrito muchas veces sobre aquel incidente ocurrido a Freud y Jung, a él jamás le había ocurrido nada semejante. En ese preciso instante la esposa de Wilson derramó su vaso de agua y cuando un mesonero acudía presuroso a secar el mantel, tropezó con el vaso de Wilson derramando también su contenido. ¿Fenómeno paranormal en cadena? No necesariamente. Quizás mera coinciden-

cia. Sólo que tal calificativo, mera, no parece ser el adecuado para la serie de eventos sincrónicos que tuvo lugar a partir del incidente inicial de 1909. Es

de ese tipo <le

fen4mencw que,

desde hace varias décadas, algunos hombres de ciencia han estado prestando atención al fenómeno de sincronicidad de los eventos. Esos sincronismos van desde lo insignificante y cotidiano hasta lo simplemente escalofriante, y han obligado a quienes se ocupan de investigar su fenomenología a concluir que parece existir algún tipo de inevitabilidad dirigida en esas notables yuxtaposiciones de eventos.

c

uando el Alto Mando Aliado organizaba la invasión del continente europeo, programada para el 6 de junio de 1944, asignó palabras-clave a las distintas fases de la operación. Así, a las playas escogidas para el desembarco se las llamó en código con los nombres de Utah y Omaha. A la bahía arti-

ficial que se utilizaría después Neptuno fue el nombre adjudicado al plan de operaciones navales y la palabra Overlord codificaría todo el plan de invasión. Aquellos nombres altamente confidenciales eran parte del secreto militar, y fue por esa condición que cundió la alarma cuando exactamente aquellas mismas palabras comenzaron a aparecer en los crucigramas que diariamente publicaba el periódico londinense Daily Tele graph. El 3 de mayo de 1944, apenas un mes antes de la invasión, fue detectado el nombre Utah en el crucigrama de ese diario. El 23 de mayo tocó el turno aOrnaha. El 31 del mismo mes apareció el de Mulberry, y el 2 de junio, sólo cuatro días antes del que después sería conocido como el Día D, aparecieron simultánea-

114 le P(110

Ame la Lek.nitinenSible alarma

del Alto Mando Aliado, el Servicio de Inteligencia Militar británico arrestó al responsable de elaborar tales crucigramas. Tras una minuciosa investigación, los servicios de inteligencia concluyeron que el individuo en cuestión era inocente, y que todo no había sido más que una asombrosa coincidencia. Toda persona conoce sucesos de ese tipo, tan increíbles que lindan con lo sobrenatural. Pero, ¿es en verdad así, o responden esos paralelismos a lo que Paul Kammerer catalogara como lógica de la serialidad en eventos probables? He aquí dos ejemplos, rigurosamente ciertos, de esa presunta serialidad. El domingo 23 de octubre de 1642, en el campo de Edge Hill, cerca de Keinton

(Inglaterra), se libró una batalla en la que más de 24.000 hombres perderían la vida, El domingo 24 de diciembre de ese mismo año, poco después

de la medianoche, docenas de feligreses que regresaban de la Misa de Gallos contemplaron atónitos cómo en el mismo campo de Edge Hill, hasta entonces desolado, figuras fantasmales pero claramente visibles repetían durante casi una hora idéntico combate. Fueron tantos y tan calificados los testigos, que el insólito fenómeno no pudo ser atribuido a una alucinación. El otro caso tuvo lugar algo más al este, en la ciudad hanseática de Hambur-

go. A las tres de la mañana del 29 de julio de 1932, dos periodistas que recorrían la zona portuaria experimentaron con aterrador realismo los ruidos y estallidos que provocaban cien-


bombas sobre el puerto alemán. Al denunciar el evento

fueron acusados de locos, o de por lo menos estar ebrios, pues Alemania entonces no estaba en guerra y nadie había bombardeado Hamburgo. El 29 de julio de 1943, 11 años más tarde, y exactamente a las tres de la madrugada, centenares de bombarderos aliados sí atacaron Hamburgo, descargando sobre la ciudad la mayor concentración de explosivos hasta entonces jamás conocida. Se cumplía de aquella forma y con pasmosa exactitud lo experimentado mentalmente 11 años antes, en 1932, por los dos periodistas. ¿Pueden los dos casos citados —rigurosamente auténticos e históricamente comprobables— ser atribuidos al fenómeno de serialidad? ierto desmitificador, que, bajo el seudónimo de doctor Cryton, escribía en la prestigiosa revista Science Digest una columna en la que se ocupaba de pulverizar mitos y leyendas, opinó sobre estos eventos seriales o coincidentes: "Por cada Freud o Jung, a quienes les ocurren fenómenos poltergeist mientras hablan sobre parasicología, existen muchos científicos que también han discutido sobre el mismo tema sin que suceda nada de particular. Por cada caso", prosigue Crypton, "de extrañas coincidencias, existen miles de millones de situaciones normales". Por ejemplo, aún cuando las probabilidades de que al lanzar un dado caiga el mismo número una docena de veces consecutivas sean de 1.000 millones contra una, tal fenómeno

eventualmente ocurrirá. En otros casos, tales probabilidades pueden ser precisamente calculadas. Tomemos el caso, por ejemplo, de un jugador de bridge que recibe una mano perfecta. Las probabilidades de que esto ocurra son de 158.000.389.899 (ciento cincuenta y ocho mil millones trescientos ochenta y nueve mil ochocientos noventa y nueve) contra una. Pero si se considera que sólo en un país como Gran Bretaña unos dos millones de ciudadanos juegan como promedio 30 partidas de bridge a la semana, se evidencia que en esa nación tienen lugar cerca de 3.120.000.000 (tres mil ciento veinte millones) de partidas al año. Si a ello se añaden las que se juegan en el resto del mundo, la cifra de partidas supera al número de las probabilidades contra una mano perfecta. Resultado: no tiene nada de raro que una mano perfecta aparezca. La Ley de Probabilidades también deniega la creencia de que hay algo paranormal en la sorprendida constatación de que en todo grupo de personas, siempre hay dos que comparten una idéntica fecha de cumpleaños. Estadísticamente se ha comprobado que cuando un grupo está ya compuesto por 23 individuos, allí infaliblemente habrá dos con la misma fecha de nacimiento. Ante estos argumentos, Cryton termina diciendo: "Basta un somero conocimiento de los aspectos más elementales de la Ley de Probabilidades para comprender que esas asombrosas coincidencias citadas por parasicólogos y otros mitificadores, no son más que interesantes, aunque totalmente predecibles, subproductos de una misma ley: la Ley de Probabilidades". COD

O

GUNTER KLAUS

tos de aviones descargando sus

ras la caída del muro de Berlín una vez más se escucha el glorioso canto de Sigfrido. Las armoniosas notas de libertad que claman por una Alemania grande y unida, se esparcen

T

como el polen arrastrado por el viento en la primavera, entre los pinares de la Selva Negra, río abajo por el cauce del Rin y del Elba, sobre las fábricas esclavas de Dresden y en los burbujeantes garrafones de cerveza de la esplendorosa Baviera. Su andante sostenuto penetra el alma de millones y millones de obreros y campesinos esparcidos por toda la inmensa extensión de nuestra geografía, y desde el corazón del Ruhr hasta el parlamento del Berlín manchado de rojo se siente el llamado de la raza. Con este canto sublime, la patria de Goethe, de Beethoven, de Schiller y von Braun una vez más reinicia el interrumpido camino hacia su destino. A casi 45 años de uno de los más vergonzosos momentos de la cobardía y el ventajismo humano, una esperanza de esplendor se vislumbra. Luego de ser golpeados por todos los flancos, de defendemos con nuestros niños y ancianos, bombardeársenos sin compasión y ser atacados al mismo tiempo por las huestes de prácticamente todo el planeta, en la más sangrienta ofensiva que se conozca contra un solo pueblo, después de destruir nuestras ciudades, humillamos, calumniamos, dividimos y usamos de payasos en el cine, la patria alemana gozosa hoy entona sin miedo su nuevo cántico de aliento. No obstante las advertencias de Gorbachov y la preocupación de Bush, nuestra tonada seguirá en un incontenible crescendo hasta volver a inundar sin complejos las ondas del éter con el himno a la alegría. El hecho de que nuestros compatriotas, desarmados y subyugados por la tiranía rusa, pulverizaran el muro de la ignomi- 12i~

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nia es una prueba de su temple. No bastaron los tanques, ni las bocas de las ametralladoras, ni las minas, ni las púas del alambre, ni los inmensos reflectores que a diario alumbraban la cara delirante de la muerte fraticida. Como alemanes se volcaron hacia la libertad en una migración sin precedentes, para iniciar la reconquista de su estrella matutina eliminando las fronteras y volviendo añicos los linderos innobles que nos impusieron mientras nuestros prisioneros de guerra eran dejados morir de inanición en los campos de concentración secretos del ejército norteamericano. s lógico que esta gesta produzca temor. Si durante los años del martirio bélico, a pesar de estar acosados y combatiendo en todos los frentes, Alemania había logrado liberarse del dominio judío y convertirse en una patria grande y poderosa que enfrentó a las superpotencias empeñadas en repartirse el planeta, en estos días de paz, mientras todo el mundo, tanto en Occidente como en el área comunista, se encuentra sumido en una insalvable crisis económica, nosotros, aún arrastrando el sufrimiento y la humillación que nos impuso la derrota, en ambos lados, estando arriba hemos demostrado nuestra capacidad y nuestro tesón. Ante los ojos de todos los países está la muestra indubitable de nuestra fuerza creadora, de nuestra organización, de nuestra superioridad de espíritu. Aún divididos y ocupa-

E

ayuda de nadie nos levantamos de nuestras propias

da gil%

cenizas como el Ave Fénix, y con nuestra laboriosidad e ingenio hemos probado que somos la 84

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más grande potencia económica de este siglo. Hoy por hoy somos una lección ejemplarizante de lo que es ser más efectivos, ser más capaces y más creadores. Si se nos mira con asombro y no obstante la altura de nuestra moneda la gente quiere productos alemanes se debe a que sin importar el sistema que se nos imponga sabemos hacer mejor las cosas. Esta grandeza no es una circunstancia pasajera, es la herencia de los siglos. Es nuestro el privilegio de haberle dado a la especie humana las figuras fundamentales de la música, de la literatura, de la ciencia y la tecnología. Toda la filosofía y la historia del pensamiento descansa en textos alemanes y son nuestros los genes que pusieron de rodillas al espacio sideral y liberaron la energía oculta que estaba adormecida en el corazón de la materia. De alemanes fueron los avances o aplicando el método y el rigor de las uni versidades alemanas. Por eso, entre las ruinas regadas en pedazos todavía polvorientos a los dos lados de la Puerta de Brandemburgo hay más que un gesto de rebeldía ante la esclavitud, en esos trozos de piedra que causaron tanto dolor y muerte está la fuerza vivificadora de la esperanza. De allí que todo alemán y descendiente de alemanes puros que ame a su patria y a su estirpe, debe unirse, olvidar las diferencias y sumarse al coro que estalló en el histórico otoño de 1989 diciendo: "Bienvenidos hermanos nibelungos, luchemos por seguir juntos y juremos consagrarnos sin desmayos y si es necesario sacrificando nuestras vidas para lograr el cumplimiento de nuestra sagrada meta". COD

en

oz u —J

"cm vacion o !íheración no de los rasgos más importantes de la cosmogonía hindú descansa en la concepción de que la Creación del mundo no fue un acto voluntario del Creador, en este caso Brahma, demiurgo y una de las emanaciones de la Divinidad Suprema, de la Unica Existencia, del Ser Verdadero, Luz Perfecta, increada, inmaculada, siendo las otras dos proyecciones, Vishnu y Siva. Estas tres hipóstasis del Uno, de la Fuente de Energía inalcanzable, tienen a su cargo respectivamente la Creación, la Preservación y la Destrucción. Y la creación de Brahma, si bien procede de su concentración no

obedece a un plan preconcebido como en el Antiguo Testamento judaico. Brahma ignora los poderes y las formas de su hondura y por eso lo nacido de su concentración cósmica, universal,

estado meditativo perfecto yoga, le resulta desconocido. No controla lo emanado de sí. No crea, como Jehová, separando las tinieblas de la luz, el agua de la tierra, y luego en sucesivas etapas: la vegetación, los animales, por orden, luego a Adán y finalmente a Eva, para alegrarlo. Tampoco establece prohibiciones y castigos. La creación de Brahma es azarosa, involuntaria y una vez nacida de su meditación puede sorprenderlo como sucede cuando aparecen Aurora y el Amor. Semejante concepción cosmogónica, enteramente diferente a la bíblica, concede por eso un papel determinante a Maya, la Ilusión, Alma del mundo, Gran Madre de las formas y de las pasiones, quien hechiza y destruye, impele al nacimiento y a la muerte. Está claro en esa mitología que la relación con Maya implica dependencia del mundo, sufrimiento y goce, angustia y paz momentánea, pasión con todas sus consecuencias. Queda claro que la lucha del asceta consiste en liberarse de Maya. Por eso el Udana 8. Visakha, aconseja: "Las penas, lamenta-


ciones y sufrimientos de múltiples formas/que existen en este mundo se producen a causa de algo querido./...Por eso, si aspiras al estado libre de dolor y pasión/ no tengas nada querido/en ningún lugar de este mundo". El cristianismo quiso edificar y salvar por la redención del pecado. La ética hindú de la Creación descansa sobre la aceptación de lo involuntario y el imperio de Maya en el mundo. No propone salvación sino liberación. Admite el caotismo, pluralidad, desorden, infelicidad, placer, azar, necesidades del mundo. Admite pues el mundo como es y no como obra de un demiurgo sabio y ordenado que diseñó un paraíso para el hombre y este lo traicionó infringiendo la prohibición fijada. Para el judeocristiano el hombre expía una culpa original que no existe en la cosmogonía, la religiosidad y la ética hindú. El mundo, obra involuntaria de Brahma tiende, por una parte, a su conservación y multiplicación y, por la otra, a su destrucción. Sobre ese acontecer reina Maya, cuyo aspecto más terrible es Kali. Apuntemos que el gnosticismo de los siglos I, II y III, concebía la Creación como obra de un eón, Sofía, que quiso imitar al Supremo del cual había emanado, y emanado a su vez creó un monstruo, Idalbaoth, creador de esta Tierra, de este mundo nuestro. La relación con la cosmogonía hindú estriba en los procesos de emanaciones, pero el gnosticismo es cristiano aunque antijudaico, y descansa sobre la noción del pecado y de la salvación por un Cristo preexistente, emanación del Unico, de la Energía universal del Padre de la Grandeza.

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a lambada es el último grito, o con más propiedad deberíamos decir: último convulsivo meneo de baile social. Nacida en Brasil, en cosa de meses

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se extendió por todo el mundo occidental. La cantan y bailan alemanes, franceses y españoles; en los Estados Unidos penetró mucho más allá del ámbito latino de esa sociedad, donde la llaman dirty dance. Tanto como sus predecesores, el tango, el danzón y el bolero, entre otros, la lambada es execrada por quienes asumen el rol de guardianes de la moral pública y de la virtud de sus conciudadanos, en tanto que la colectividad social en su conjunto enloquece con ella, unos bailándola, otros —la mayoría por ahora, diría yo— viéndola bailar. Quien no reconozca los contenidos más que explícitamente eróticos de la lambada está ciego, o vive en un limbo de inefable ingenuidad. La música cs cálida y sensual, pero sin los acordes melancólicos, tristones, propios del 111 tango y de muchos boleros. La coreografía hace que la pareja baile con vientre y pubis pegados, manteniendo ella las piernas separadas y él una de sus piernas inserta entre las de la mujer. La vestimenta femenina establecida como la más adecuada para bailar la lambada es una breve faldita ancha, que a cada pirueta revolotea y revela todo cuanto es posible revelar de los muslos y trasero de la bailarina. El tango y el bolero también se bailan estando la pareja abrazada y unidos sus torsos, pero el primero es una modalidad tan complicada en su coreografía que estando la atención de los bailantes concentrada en hacer bien los pasos, es muy poco el espacio psicológico que queda 1 disponible para experimentar sensaciones eróticas. El bolero es mucho más fácil, pero en esta danza la dama, siendo pudo- Dila-

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SIN MOVER

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rosa o sintiéndose desagradada por un contacto demasiado íntimo con su partner de turno, puede revirar, y hasta quizás aplicar el freno, esto es, poner su antebrazo izquierdo en la parte anterior del hombro de su pareja, en lugar de abrazarlo. Tal el matiz de la lambada: en ella ninguna de estas cosas tienen lugar. O se baila como es, con todas sus implicaciones eróticas aportadas por los contactos corporales, lascivos tongoneos y destapes, o sencillamente no se baila. De hecho, la lambada en cuanto danza social, es una versión moderna de una forma de bailar ritmos movidos que tiene una extensa tradición en el trópico. Se trata de un estilo que sólo se practicaba en los burdeles, conocido con el curioso aunque muy descriptivo nombre de pulir la hebilla. Cuando se comentaba que" fulano está puliendo la hebilla," aludíamos a que bailaba de una forma muy parecida, aunque más cadenciosa, a la moderna lambada; el paso siguiente consistía en pedir la llave. Hoy algunos piensan que la lambada es audaz y obscena; mañana les parecerá convencional y a nadie le llamará la atención. Siempre ha sido así en lo referido a las innovaciones en bailes sociales y en muchas otras cosas. El danzón, por ejemplo, que alcanza los salones decentes de la Cuba colonial del siglo XIX, era admitido en ellos en cuanto se bailara en el estilo conocido como en cuatro ladrillos, pero de ningún modo de hacerse en un ladrillo. Las parejas

bailaban en el primer estilo abrazadas, pero con los cuerpos distanciados, meneándolos levemente bajo la severa mirada de las chaperonas que no oculta-

ban que estaban ahí para velar por la virtud de sus polluelas; la coreografía del danzón admite desplazamientos de las parejas, de modo que ocasionalmente las que estaban en la periferia de la pista de baile, pasaban al centro del grupo de bailantes, quedando, así, ocultas a la vigilancia chaperonil. Entonces, súbitamente adoptaban un ladrillo...y se oían suspiros y reprimidos quejidos. El problema consistía en que, al pasar la pareja de nuevo a la periferia del grupo, el hombre tenía que ingeniárselas para disimular la erección originada por el fugaz momento de ceñido bailoteo; esto se lograba manteniendo la pierna derecha ligeramente flexionada, en razón de lo cual uno bailaba con cierto ligero balanceo semejante al caminar de un cojo. Los bromistas y envidiosos que, tanto en esa remota época como en la actual, no faltan en ningún sarao, hacían chistes soterrados respecto

Jl

a los engrifados caballeros; de ellos se decía que bailaban en cojito. ampoco se libró el tango de toda suerte de vituperios; en frase lapidaria, el lúcido poeta argentino Leopoldo Lugoncs —que no lo fue tanto en la comprensión del sentido profundo del tango— escribió hacia 1913 que "el tango no es baile nacional, como tampoco lo es la prostitución que la engendra". En los salones europeos sólo logró ser admitido luego que el Papa Pío X le diera su beneplácito a partir de ver una exhibición realizada en el Vaticano por un conjunto artístico porteño. Pero las resistencias hacia las innovaciones bailables y hacia el baile en general vienen desde mucho más atrás. Julio César, llamado la reina de Bitinia a causa de la loca pasión amorosa que en él despertara el rey de ese estado, Nicodemo, y de cuya promiscuidad queda constancia en el calificativo que le endilgaran sus soldados de ser "el marido de todas las mujeres y la mujer de todos los maridos", hizo degradar a Laberio y expulsarlo de la Orden Ecuestre porque bailó en un teatro. Horacio se refería al baile como "una de las tantas infamias de Roma". Ovidio consideraba las salas de baile como "lugares de naufragio del pudor", y Cicerón afirmaba que "el que baila, está loco o ebrio". Petrarca llamaba al baile "espectáculo loco, odioso, indigno del hombre y causa de

T

numerosas infamias". Rousseau, pedófilo declarado, fetichista y exhibicionista, objetaba el baile ¡por ser extremadamente peligroso para la moral! (0)



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r, el ángulo, frente a la verja de una institución,

—¿Qué desea?— refunfuñó.

orfanato o ancianato, un anuncio le llamó la

Jean Nordau sonrió para disimular su contrariedad.

atención: Flote/ de Refugio. Jean Nordau aspiró el

HUna habitación, naturalmente! Claro, si es posible...

aire: lluvias y humaredas de noviembre. Al resguardo de las grandes arterias, la calle estaba tranquila.

—Me queda una, la 236— dijo la hotelera descolgando la llave del gancho.

Trepó la escalinata y empujó la puerta de vidrio. Al fondo del hall, una mujer dormitaba detrás de la recepción. Gorda, de rasgos duros, roncaba suavemente. Un mechón gris se escapaba del casco roj izo de su peluca. Repetidos golpes sobre la mesa terminaron despertffidola. Bostezó antes de incorporarse. A través de la pupila, medio cerrada, se filtró su mirada. 88

Exces0 Marzo

1990

\; ... ‘‘„

11/ 0

—¿Se encuentra usted en regla?— añadió suspicazmente.

Jean Nordau le tendió su pasaporte. Ella observó la fotograba

y hojeó las visas.

—Hay que llenar la ficha y se paga por adelantado. ¿Es por una noche? —A lo mejor más... —¿Es cuestión de negocios, eh?


—Sí, sí: negocios.

do donde se distinguían vestigios arquitéctonicos: capiteles

La gorda alzó los hombros y descargó una mano re-

de columnas, restos de arquerías, estatuas mutiladas y me-

pleta de anillos sobre el timbre. El botones acudió al pri-

CUENTO

dio sepultadas bajo bs escombros.

mer llamado. Desgarbado, desarreglado, no pudo contener un bostezo nervioso. La piel de su rostro palideció al templarse sobre sus protuberancias óseas. —Conduzca al señor!— dijo secamente la hotelera.

A

poyado en la baranda, Jean Nordau levantó los ojos hacia la muralla ciega formada por una hilera de edificios con ventanas dirigidas hacia la

Una escalera bastante estrecha comunicaba con las

avenida. Más arriba, las nubes rozaban las chimeneas en

habitaciones. Al llegar al cuarto y último piso, el emplea-

volutas fuliginosis. Caía la tarde. La sirena de un carro de

do tomó un corredor oscuro.

policía se perdió en el rumor sordo de la ciudad. Fatiga-

—Aquí es!— exdam6. —"Número 236, está marcado!

do, se quitó los zapatos y se recostó. la voz del emplea-

Nueve habitaciones por piso, basta calcular. Las otras do-

do resonaba en la escalera. Canturreaba el mismo estri-

cientos sólo existen en la imaginación de la patrona...

billo imbécil, con una especie de temblor asmático. Jean

Se puso a echar bromas en la puerta. Esta chirrió. El

Nordau se agitó. El revólver formaba un surco en la al-

empleado abrió los postigos y pasó un pañuelo ajado por

mohada. Recordó que estaba cargado y quedó petrifica-

la mesa de noche.

do, súbitamente espantado. Su tensión lo agotó ensegui-

—Me pregunto de dónde cae tanto polvo, ¿usted no?

da. Se entregó al sueño. Hacia la medianoche, una explo-

Desde hace 20 años me pregunto lo mismo! Hay nubes

sión estremeció la ciudad. Se precipitó a la ventana y al-

cuando llueve. Pero, y el polvo, ¿eh? ¿El polvo?

canzó a ver un resplandor y unas humaredas por encima

Jean Nordau examinó al tipo. Como solapado más

de los techos. Poco después empezaron a oírse las sirenas.

bien, con el ojo clavado bajo la ceja, daba una impresión

No se movió nada en los alrededores. Se

de deterioro, de gastados reflejos, que acentuaban cier-

puso, no obstante, a vigilar la calzada.

ta agobiadora flacura. Sacudiendo su paro corno si sa-

Tres fardes alumbraban la verja de la ins-

ludara el paso de las nubes, se puso a conturrear, con el

titución. Un gato de pelo largo trazó un

torso inclinado hacia la calle:

círculo de luz y se deslizó entre los barro-

"Erase una huérfana graciosa

tes. Jean Nordau desplazó su mirada ha-

Una felina cocida en oro fino

cia el cuadrado sombreado del patio

Su padre era un estafador

donde se perfilaban otros caserones y el

Y su madre una ruda peliroja^.

campanario de la capilla. Le pareció en-

Exasperado, Jean Nordau tosió. El empleado había guardado el pañuelo. —¡Disculpe!— dijo. —Seguramente el señor desea descansar—.

La seguridad que le proporcionaba un arma como esa no era comparable

trever un desplazamiento transversal de las tinieblas. Poniendo suma atención, creyó distinguir una doble hilera de siluetas,

con los riesgos vinculados a su

que se fue hundiendo en el hall de un

Quedó satisfecho con la propina. Se inclinó exagera-

edificio, al otro lado del patio. Un aula de

damente. Al fin solo, Jean Nordau suspiró. Deshizo su ma-

muchachas, pensó, sin tener en cuenta la

leta, desdobló un traje y algunas camisas. Un pesado re-

incongruencia de la hora. Dubitativo, es-

vólver se hundía entre la ropa. Como si soñara, lo empu-

cudriñó en la oscuridad del patio, y más

porte.

ñó. La seguridad que le proporcionaba un arma como

allá, los terrenos del jardín que un faro

ésa, no era comparable con los riesgos vinculados a su

medio dejaba ver por encima del muro. Las piedras escul-

porte. Casi siempre fuera de su alcance, escondida en

pidas apenas emergían entre la hiedra y la ortiga. El mis-

el fondo de la maleta, ¿de qué defensa podría servirle?

mo gato de pelo largo vino a encaramarse en un zóca-

Como de costumbre, tratándose de una habitación segu-

lo de mármol. Sus maullidos atrajeron a otros felinos que

ra, la colocó bajo la almohada después de alzarla con cui-

fueron acudiendo de inmediato y empezaron a lanzar lú-

dado.

gubres chillidos

Jean Nordau se acercó a la ventana. Hacia abajo, los

Jean Nordau giró los talones; se sentó, inquieto, al bor-

techos de pizarra de la institución brillaban bajo el cha-

de de la cama. Hubo un traqueteo en las escaleras. Lue-

parrón. Un amplio patio sembrado de castaños relucía de-

go percibió otro en el corredor. Alguien jadeaba detrás

trás de la fachada, protegido por altas rejas de puntas

de la puerta. Sin moverse, agarró el revólver, antes de

sagitadas. De un lado y otro se recostaban al muro edi-

apagar la luz. Transcurrieron algunos segundos en el más

ficaciones anexas, dormitorios o salas de estudio. Una ca-

completo silencio y luego se escuchó afuera el clic

pilla grisácea separaba el patio de un jardín abandona-

terruptor. Se filtró una claridad por debajo de la puerta. Ir»

del in►

Exceso) Marzo 1990 89


CUENTO

Golpeaban suavemente. Presa de los nervios, fue a abrir.

Encandilado por la claridad, Jean Nordau crispó los

Una mujer muy joven se encontraba en el rellano, despei-

párpados. Avanzó titubeando hasta la puerta. El emplea-

nada y en camisón de dormir. No lograba disimular su con-

do entró sin autorización. Dejó la bandeja y miró de re-

trariedad.

ojo el cubrecama, un poco arrugado.

—Disculpe—, susurró ella —debí equivocarme—. Estupefacto, Jean Nordau dejó caer bruscamente su brazo. la adolescente se sobresaltó. —Usted también!— dijo ella con un tono de amargo re-

—¿Entonces usted no se ha acostado?— preguntó. Jean Nordau apartó la vista, indispuesto por la expresión malsana de su semblante. El hombre ya se iba a retirar. Un hilito socarrón flotaba en sus labios. —Espere!— le ordenó aquel. —He tenido una visita.

proche. —No tenga miedo—, farfulló, seducido por la extrema delicadeza de sus rasgos. —Yo no he matado a nadie—.

Una mujer muy joven. Se equivocó de puerta. Tranquilícese...Pero era bastante tarde. ¿Será una de sus clientes? El empleado había palidecido. Salió precipitada-

5

e embdsilló el revólver. No obstante su curiosidad,

Conciente de haber metido la pata, Jean Nordau mi-

su ayuda, pero la muchacha aprovechó el cor-

r6 el humo que salía de la tetera. Por un instante pensó

te de luz para desaparecer. A tientas, en el corredor,

llamar de nuevo al empleado. Pero, viéndolo bien, ¿hasta

alumbró de nuevo y de repente se sintió inmovilizado, tar-

que punto le concernía aquel incidente? Tenía sobradas

díamente impresionado por la belleza de la adolescente.

razones para mantener la reserva.

¿Se trataba de una cliente del hotel, sorprendida de en-

Desayunó cerca de la ventana, sin quitar los ojos de

contrar un desconocido en este cuarto? Tan joven como

los techos de la institución. En el patio jugaban las niñitas;

parecía, lo más probable era que se tratara de la hija o

otras, mayores, deambulaban en pequeños grupos bajo la

de alguna parienta de la gorda de la peluca. Jean Nor-

fronda reseca de los castaños. Todas portaban la misma

dau se puso a hacer memoria.

cofia negra y siniestra y un vestido largo plisado. Sonó

Fuertemente impresionado, permaneció despierto por

una campana y las huérfanas se formaron en filas impe-

espacio de una hora, con el ojo clavado en la puerta, has-

cables. Las columnas ondularon hacia los pórticos de los

ta que su cogote se doblegó. Su visitante reapareció en un

edificios. Jean Nordau sentía una vaga nostalgia, impreg-

sueño. Su mirada, de un verde líquido, tenía un dulce can-

nada de angustia. Postrado, contempló el patio desierto. Un

dor que se tornaba equívoco en su pre-

rayo de sol iluminó un resto de té en la taza de vidrio. Vio

sencia, desnuda en el corredor del hotel.

con nitidez reflejarse allí un vuelo de palomas y se distra-

Morena, de labios gruesos, levantaba el

jo siguiendo el deslizamiento de las nubes en miniatura.

No obstante su curiosidad, se abstuvo de interrogarla. Se limitó a ofrecerle su ayuda, pero la muchacha aprovechó el corte de luz para desaparecer.

busto, con la espalda hundida, como esos

Con el álimo sombrío se decidió por fin a salir. El re-

animales acosados ofreciendo su gargan-

vólver fue envuelto en un pañuelo para que no deforma-

ta con la esperanza del perdón. El real-

ra el bolsilb interior de su impermeable. Con éste bajo el

ce de su pecho bajo la delgada camisa

brazo, se dirigió a las escaleras. Estrépitos de voces subían

acabó de trastornarlo. Ya se acercaba

del hall. la hotelera ya no lucía tan altiva:

hacia él, cuando apareció la hotelera,

—No esperaba verlo tan temprano, apreciado coronel.

acompañada del empleado. En una espe-

iCon estos incidentes! Pero la habitación 234 está desocu-

cie de gran duelo, ella sollozaba, con la

pada, si la quiere...

peluca torcida debajo de un velo negro.

—¡Tengo mis hábitos! De no ser la 236, ninguna otra.

la adolescente se había soltado. Tranqui-

En el hall, Jean Nordau contuvo un movimiento de cu-

la, empezó a quitarse la camisa como en

riosidad. El tal coronel era un viejo barrigón que se atra-

una especie de desafío. los recién llega-

gantaba de indignación. Por b menos octogenario, daba

dos se lanzaron sobre ella y la cubrieron

la impresión de un jubilado endomingado, metido en un tra-

con una sábana. Mientras el empleado la

je de rayas, muy holgado.

mantenía atada como en una camisola, la hOtelENO M4

Ion() sobrg ol coláNsh

y ton un gesto obsce

no, levantó su vestido, poniendo a descubierto sus enormes muslos. Dos golpes en ese momento b despertaron sobresaltado. —El desayuno, señorl— vociferaban. 90

mente del cuarto.

se abstuvo de interrogarla. Se limitó a ofrecerle

Exces0 Marzo 1990

La gorda exclamó, regocijada por la oportunidad: —iSeñor Ñordau! Como caído del cielo! ¿Piensa usted dejar su habitación? Como b tomaran desprevenido, éste apenas atinó a decir: —Sí. En fin...a lo mejor. No sé... —Al mediodía este señor la ocupará— interrumpió ella.


—¿Cómo es eso? ¿Mi habitación? Yo me quedo. Desconcertado él mismo por su intempestiva determinación, dio un paso hada la calle.

CUENTO

lucubraciones. Frente al hotel se hallaba estacionada una camioneta. El empleado estaba recibiendo cajas de botellas y enor-

--iSeñorl— dijo mediando y con voz gangosa el coro-

mes empaques de conservas que iba apilando en la es-

nel. —Le ruego encarecidamente que acepte otra habita-

calinata. Murmuró algunas palabras al repartidor y los dos

ción. Mi honor está en juego?

soltaron una carcajada. Jean Nordau sujetó el impermea-

—¿Qué implica para usted?— recalcó la hotelera. —Estará igualmente bien en la 234—. Tras una puerta de vidrio se escuchó la voz agria del empleado que entonaba de nuevo el absurdo estribillo: "Frase una huérfana graciosa Una felina cocida en oro fino..."

ble contra su cuerpo. Tropezó en el momento de traspasar el umbral. —Con cuidado, señor insomne?— refunfuñó el empleado arrojándose, no pro-

que tumbara las hileras de botellas.

Jean Nordau observó, uno tras otro, al viejo y a la ma-

En el cuarto piso, pero del otro lado

trona. Poseído por un estremecimiento de cólera, sujetó el

del rellano, encontró Jean Nordau su nue-

impermeable contra sus costillas y se mordió los labios.

va habitación. Su maleta y sus cosas es-

—Ferfectd— exclamó la empelucada. —Si no le moles-

taban tiradas detrás de la puerta. La dis-

ta el empleado va a mudar su equipaje. Usted verá la 234

posición del espacio y la decoración le

es perfecta—.

A lo mejor la gorda

piamente para ayudarlo sino para evitar

parecieron prácticamente las mismas. En-

de la recepción no era sino la sórdida patrona de un burdel. Perplejo, admitió sin embargo el escaso

tonces le sorprendió la senil obstinación

fundamento de tales

ientras caminaba por la acera, Jean Nordau

del supuesto coronel. Inclusive la vista des-

sintió indignación por haber abdicado tan fá-

de la ventana era similar, con tan sólo

fflit cilmente, y todo para salvaguardar un anoni-

una pequeña diferencia. Sin lugar a du-

mato bastante dudoso. Alzó los hombros y dirigió la mira-

das, aquí se distinguía mejor el terreno del

da al antejardin de la institución. Detrás de las altas re-

jardín, cerca de la capilla. En el patio de

jas, un grupo de muchachas se dirigía en perfecto orden

la institución, las nilitas venían justamente de hacer filas pa-

al pórtico del pabellón central. Rígidas, silenciosas, forma-

ra dirigirse a las clases.

ban un cortejo melancólico que lo llenó de una sorda inquietud.

elucubraciones.

Jean Nordau suspiró. La tristeza carcelaria de esas concentraciones de niños no había dejado, desde la víspera,

Más lejos, en un callejón lateral, distinguió las persia-

de repercutir en su humor. Recordaba haber sufrido en

nas oxidadas de algunas tiendas y los vestíbulos de los

otros tiempos idénticas coerciones, en un internado de Je-

edificios de donde emanaba un olor de cava. Varias ve-

suítas. Pero una impresión vaga acentuaba su malestar.

ces moderó el paso, pero siempre lo sorprendía, o bien un

Era la soledad, sumada a la monotonía de vaivenes, ¿o qui-

transeúnte o bien alguna conserje, en el momento en que

zás una especie de resignación mecánica lo que pesaba

se disponía a deshacerse de su impermeable. Entre bocas

por esas columnas? Estas se entrecruzaban sin llegar ja-

de akantarillas y potes de basura, llegó hasta el final del

más a la menor veleidad de desorden. Las taciturnas huér-

pasaje, decidido a arrastrar la aventura hasta el canal, en

fanas en cansadas filas, confinadas en un duelo reglamen-

los extramuros de la ciudad. Sin embargo, inspeccionó a al-

tario, como si la administración responsable las ofreciera

gunos metros del primer cruce. Cordones de policía requi-

para alguna fúnebre y definitiva penitencia.

saban los vehículos, mientras inspectores civiles controlaban a los peatones. Sin precipitación, pero con el vientre helado, Jean Nordau se devolvió, luchando contra un furioso deseo de dejar botado el impermeable y correr a todo dar.

J

ean Nordau se sobresaltó. Al lado de la capilla se paseaba una silueta, entre los vestigios semi sepultados del jardín. La silueta se subió al pe-

destal y parecía entretenerse saltando sobre los arrecifes

De regreso al hotel, se arrepintió de haberse dejado

esculpidos que emergían del bosquecillo. Enredada en sus

llevar por la impaciencia en el momento aquel. El coronel

movimientos, dejó caer su cofia y empezó a sonreir, esplén-

le había dirigido una mirada lastimera. ¿Qué podría sig-

dida en su vestido largo, azul noche. La graciosa jovialidad

nificar aquella historia de honor? Se estremeció al recor-

de la muchacha, aislada así de sus tétricas congéneres, lo

dar a la adolescente en camisón cuando vino la otra no-

emocionó sobremanera. Con un gesto tímido y luego va-

che a tocar a su pueda. A lo mejor la gorda de la recep-

liéndose de un pañuelo vivamente agitado, hizo lo posible

ción no era sino la sórdida patrona de un burdel. Perple-

por atraer su mirada. De pronto, la adolescente se que-

jo, admitió sin embargo el escaso fundamento de tales e-

d6 inmóvil. Manipuló los lazos de su cuello y fue descubrien- 110.-

Exceso) Marzo

1990

91


CUENTO

do su espalda y su busto. Estupefacto, vio cuando se ten-

y carros de combate livianos, extrañamente camuflados por

dió al sol con los senos desnudos. Se quedó estático, con

una especie de malla grisácea, como telarañas polvorien-

el corazón que se le salía, contemplando esa grácil prisio-

tas. Después de su paso, el silencio sólo fue interrumpido

nera que se le mostraba allí, no obstante las altas mura-

por el agua de las canalizaciones.

llas que la encerraban. La adolescente hizo una reverencia, recogió su cofia y desapareció en la sombra de la capilla. Jean Nordau permaneció postrado largo tiempo. Repetidas veces, a lo largo de la tarde, entre sucesivos ador-

té, atraído por un manto de sombra que ondu-

laba de un extremo al otro del patio de recreo.

Algunos crujidos allí desviaron su atención. Corrió hacia la

mecimientos, en la cama o el sillón, escrutó el cerco de ma-

puerta. El parquet del pasillo chirriaba como la noche an-

leza. A medida que pasaban las horas, fue mayor su de-

terior. Con las manos sudorosas, contuvo la respiración. Se

cepción y su ansia de volver a ver a la huérfana con los

oyó el ruido de un pestillo seguido de un cuchicheo. Jean

senos desnudos. Cuando regresaron las sombras alineadas

Nordau apartó la silla. Apenas tuvo tiempo de ver desa-

de las internas por entre las edificaciones, intentó ubicar en-

parecer el rastro de la dormilona, del otro lado del rella-

tre ellas a la impúdica niña de las clinejas rubias. Con el

no, sin lugar a dudas, en la 236, la habitación del coro-

caer de la tarde, su febrilidad se transformó en estupor. Los

nel. Sin zapatos, se atrevió a ir hasta allí, en puntillas.

grupos de muchachas continuaban bordeando las facha-

Una luz se filtraba por la cerradura. Inclinándose, cerró el

das o recorrían el patio, en orden riguroso. "Como solda-

ojo izquierdo.

ditos', pensó él, con los ojos clavados en las más grandes

la muchacha estaba desnuda en medio del cuarto. So-

que, en ese instante, entraban de dos en

llozaba mientras el viejo, en elásticas, se paseaba entre la

Hubo desfile de blindados y carros de combate livianos, extrañamente

dos a la capilla. Hasta donde le permitió

cama y la ventana. Con las manos en la espalda, éste cu-

la distancia, las observó una por unp, y sa-

chicheó, como para sí mismo, sin mirarla:

lo pudo comprobar hasta qué nto la

—¿Qué más quieres? ¿No te he dado ya todo?

uniformidad del vestido y la moles de

--Quiero dejar el orfanato!

su actitud las hada anónimas Un det

—Sabes muy bien que es imposible. Los otros no lo

imprecisable le molestaba. Olvidó a la

aceptarían jamás. Además, me preocupa la vieja. ¡Me de-

traviesa muchachita, tan ocupado como

nunciaría! ¿Te das cuenta del escándalo?

estaba en estudiar las sensatas maniobras

camuflados por una especie de malla grisácea, como telarañas polvorientas.

de la tarde: nuevas dispersiones en los

—Me importa un bledo el escándalo! ¿No soy acaso tu nenita querida?

cuatro ángulos del patio y una última reu-

—De alguna manera, ella también es tu madre...

nión. Al encenderse los faros se acentua-

--Esa vieja ramera!

ba la penumbra detrás de los muros. El

Jean Nordau se había puesto pdido. Era exactamen-

espectáculo prosiguió mentalmente mien-

te la aparición de la víspera. la adolescente estaba de

tras las hniebas se apoderaban del pa-

frente, con el rostro bañado en lágrimas. Había admira-

tio. Angustiado, se despegó de la venta-

do algunas horas antes sus bellos senos, en el desierto jar-

na y recobró el ánimo frente al espejo del

dín de la institución. Temblando de emoción tuvo que apo-

armario.

yarse en la manija. El viejo se sobresaltó y se lanzó a la

Jean Nordau se vistió para salir. Cenó sin apetito en el primer negocio que encontró y regresó de inmediato al

hotel. Con los pies sobre el escritorio, el empleado doméstico mordía un cigarro apagado. Refunfuñó.

puerta. —lo que me temía!— exclamó, agarrando al voyeur por

la manga — ¿Qué hace usted aque (Hable! Jean Nordau lo rehusó fácilmente pero el bullicio atra-

—Lo estaba esperando para trancar la puerta!

jo otros dientes, todos bastante entrados en años, algunos

—¿A las diez?

enfermos o desfigurados. Percibió con pavor aquellos sem-

—Orden del coronel! Hay toque de queda...

blantes hostiles. los ancianos llevaban ropa de calle y da-

Jean Nordau apretó los dientes y se volteó hacia la es-

ban la impresión de estar muy alertas.

labro. Tu en su habitación tuvo la precaución de

cufiar

la

puerta con el espaldar de una silla. Después de verificar

92

Ni

ás tarde, en la noche, Jean Nordau se levan-

El corone' kabla soltado su brazo: —ISíganos, por favor!— ordenó.

el cargador del revólver, apagó la lámpara de la cabe-

Los otros lo asediaron. Pensó por un instante empujar-

cera y se aposté en el ángulo de la ventana. Hacia las on-

los y correr a buscar su arma, pero la situación le pare-

ce empezó a llegar desde la calle un rechinar de cade-

ció tan absurda que más bien prefirió enterarse un poco

nas y un zumbido de motores. Hubo desfile de blindados

más. ¿Qué podrían contra

Exces0 Marzo 1990

él esos vejestorios?


—iBaje, por favor!— dijo fríamente el coronel. Jean Nordau dio un paso hacia su antigua habitación. —Si usted permite— dilo en voz baja—, yo quisiera de-

CUENTO

tred-la. —La llave está pegada de la cerradura. Pase adelante y guarde las distancias... Entonces se introdujeron en una estrecha galería sos-

cir dos palabras a esta chiquilla... Unas vetustas pistolas brotaron de las escamosas ma-

tenida por tablas. Jean Nordau trastabillaba, no obstante las franjas de luz que atenuaban las tinie-

nos de los más amenazantes. —No se lo repetiremos!— exclamó uno de ellos apun-

blas. Detrás, el empleado canturreaba con una voz gangosa.

tando con su arma.

"Erase una huérfana graciosa

No le quedó más remedio que obedecer. En los pisos inferiores otros cabeciblancos, mutilados, caracortadas o

Una felina cocida en oro fino..."

con el rígido ancestro con cara de ladrillo, engrosaron en

Unos 100 metros más adelante, una

silencio aquella singular escolta. Jean Nordau fue condu-

reja de prisión delimitaba el túnel. Más

cido a un amplio salón contiguo a la recepción. Llegó un

allá, penetraron los dos hombres en una

rumor que pronto fue acallado por la voz imperativa del

cripta sostenida por gruesas columnas.

coronel.

Una escalera mecánica se hallaba re-

—(Señores! Tenemos aquí un nuevo intruso, el tercero en un mes. El enemigo busca deshonrarnos por todos los medios. Miren cómo sus agentes se presentan al hotel corno

Titubeó, sin embargo, ante la última salida. Sus carceleros debieron prever todo pero, a fin

machada a una de las dos paredes ver-

de cuentas, no podía

ticales. --Ya llegamos— dijo calmadamente el

pudrirse en esa

empleado.

vulgares dientes... —La marrana esa debería poner el aviso de copado—

Jean Nordau echó un vistazo a la redonda. Dijo con voz lastimera:

mugió el cara de ladrillo.

capitán! El estado mayor sería descubier-

—¿Usted no viene..? —No, yo no— le respondió. --Que ten-

to fácilmente. Un achacoso cadete se acercó cojeando y dando ta-

ga buena noche, señor insomne! —Espere! ¿Qué papel desempeña usted? ¿Qué signi-

conazos. —Teniente Bigeot, presente! ¿Me permite? pues!— dijo impaciente el coronel.

-

—Conozco a ese pícaro. Era ¡efe de enfermeros en el

fica esta puesta en escena? La antorcha se dirigió hacia la reja, que se bajó estrepitosamente. Los cerrojos crujieron. —Guerra es guerra!— puntualizó el empleado antes de

hospicio de Saint-Senis. Jean Nordau no dio crédito a sus oídos. Le entró un

alejarse.

ataque de risa nerviosa que provocó un clamor indignado. "En qué calabozo he caído!", exclamó en cuanto re-

umergido en las tinieblas, Jean Nordau se despla-

cobró el aliento. "iExijo explicaciones! iLlamen a la hotelera!".

zó a tientas a lo largo de las paredes. Se ensa-

El coronel rio irónicamente, aunque muy pálido.

ñó inútilmente con los barrotes de su celda. Cuan-

—El empleado bastará. !Hagan venir al recluta Bastien!

do llegó a la escalera, en la pared del frente, trepó has-

Este último se abrió paso entre los ancianos. Estaba

ta una especie de ensanchamiento, detectado algunos mi-

ataviado con un uniforme de la armada regular que flo-

nutos antes. De un espaldarazo arrancó una portezuela

taba en su magro esqueleto.

que le costó mucho trabajo derribar. Titubeó, sin embargo,

—La tropa se ocupará de usted!

dijo entonces el co-

ante la última salida. Sus carceleros debieron prever to-

ronel. El empleado descolgó de su hombro un pesado fu-

do, pero, a fin de cuentas, no podía pudrirse en esa ca-

sil que empuñó con decisión. En esta forma obligó a su pri-

va. Dispuesto a probar suerte, Jean Nordau se subió P°r

sionero a que lo precediera por las escaleras.

fuera de la cripta.

—!Vamos a bajar!— le advirtió. —Usted de primero. Jean Nordau abrió la puerta de las cavas y se petrificó de horror.

Por contraste, le pareció que la oscuridad relativa provenía del día. Un tenue resplandor bosquejaba altas vidrieras enrejadas a varios metros del piso. El eco de sus pa-

—¿A dónde me lleva?

sos le proporcionó una cierta idea del lugar. Aquello po-

—A su nuevo domicilio, señor. Avance o no respondo

día ser un depósito lo suficientemente grande corno para

por usted

.

Una veintena de peldaños más adelante, debajo de

aparcar un avión. Se apoyó en los postes y eludió los zócalos en

el fondo de los fosos, algunas veces provistos de

unas bóvedas húmedas, el empleado tomó una antorcha

sillas Se sentía demasiado mal como para desear algo dis-

eléctrica y dirigió el haz de luz hacia la puerta baja y es-

tinto a un inmediato descanso. Se arrellanó en una de

Exces0 Marzo 1990

93


CUENTO

esas recámaras, con la nuca sobre el glacis. Cuando abrió los ojos, una hora después, la penumbra atenuada le permitió identificar el edificio.

der camino a las dases. Encaramado aún en su andamiaje, Jean Nordau empezó a temblar. Acababa de dilucidar por fin el malestar que le había impedido actuar. Una revelación tan tardía

J

ean Nordau se precipitó hacia el pórtico. Simple

le espantaba, aunque él no ignorara la naturaleza de su

y llanamente lo habían llevado del otro lado de

distracción. ¿Dónde estaban las maestras, los vigilantes, las

la calzada a través de un túnel que desemboca-

monjas? Nunca, en ningún momento, había visto un adul-

ba por debajo de la capillo' de la institución. Esta se en-

to dentro de la institución. Esta certeza lo sumió en un

contraba fuera de servicio y en un estado de extremo de-

abismo de perplejidad. las huérfanas parecían obedecer

terioro. Con la espalda adolorido, observó una pila de

escrupulosamente a las consignas ordinarias, pero ninguna

cajas y botellas vacías. Después de cerciorarse de su es-

autoridad visible las acompañaba. Esas danzas mecánicas

tabilidad, alcanzó la altura de una vidriera, y de un co-

adquirían súbitamente otra significación

dazo, rompió contra la reja uno de los vidrios. El patio de

Jean Nordau retiró su vara. En busca de una salida ex-

la institución estaba vacío. Más allá de los edificios, se le-

ploró de arriba a abajo la capilla. Aquí y allá vio rastros

vantaba la fachada del hotel, bajo un cielo azabache.

parduzcos que raspó con la uña, antes de apartarse te-

El alba no tardaría. Podría pedir ayuda. Lo liberarían

morosamente.

sin esperar investigación alguna y él se largaría sin

lo asaltó una duda atroz. A partir de ese momento per-

decir nada. La maniobra era demasiado peligrosa para

dió todo control y corrió a refugiarse en la cripta detrás

buscar reparación de un daño, benigno, en resumidas

del altar. Las tinieblas lo sosegaron un poco. Pero le pa-

cuentas.

reció oír un silbido. Entonces se recostó contra la pared más Una opresión en la región del corazón

Más ágil que él, la extraña muchacha se iba alejando sin tocar tierra, saltando por los pedestales y las columnas truncas. Aporreado, entrevió los senos de la huérfana a través de un manojo de cardos florecidos.

vino a atizar la emoción que experimen-

metdica le hizo levantar la frente. Alguien trepaba enér-

tó en tres ocasiones, después de que la a-

gicamente la escalera. Vio volar un vestido en la daridad

dolescente le había perturbado su prime-

que irradiaba la abertura. Todo su miedo desapareció y

ra noche en el Hotel de Refugio. Aga-

él se avalanzó seguidamente. Un muslo blanco había emer-

rrado a la reja, Jean Nordau se sumer-

gido entre las sombras. Al salir, reconoció a la adolescen-

gió en extrañas fantasías, en las que unos

te del jardín, la presa sibilina de los ancianos. Recostada

ancianos repugnantes se dedicaban a

a una columna, sonreía ingenuamente. El se acercó:

rendir pleitesía al esplendor inmacula-

-¿De donde viene usted?

do de aquella Suzanne de pequeños se-

-Del túnel, por supuesto.

nos.

-iTendrá que cesar este juego y confesármelo todo! Unas pisotadas reclamaron su aten-

ción. Se levantó más para abarcar todo

-¿Por los clientes del hotel, supongo? -Sí, en fin, casi. Por el estado mayor.

los castaños. Sacadas tan temprano de la

-Yaya, pues! ¿Y dónde estén las tropas?

cama, tiritaban en sus vestidos conven-

ximidad ahora lo alarmaba. Un segundo grupo atravesó el patio en dirección a la capilla las siluetas se perfilaban en la atmósfera grisácea. Salían al encuentro del alba, corno viuditas siniestras, con un paso fantasmal.

-Eso sí lo ignoro. El coronel dirige las operaciones. Es-

toy segura que él ganará la guerra. -la guerra! ¿Cud guerra? -Aquella que nos dejó huérfanas. !Por favor! ¿No es usted su prisionero? - Esas gentes estén locas de atar! -A lo mejor, pero ellos tienen experiencia y medallas.

El cielo se adoró lentamente. Vio cuando las huérfanas

¡Si supiera! Cada vez nos regalan una moneda de oro. Yo,

se dispersaron bajo los árboles. Se entregaron a los jue-

por ejemplo, soy la hija adoptiva del coronel. le muestro

goA pmp« de su ociad. Tíos de ellos dibujaron rayuelas

mis senos y él me da lecciones

con tiza; otras pintaron un círculo y se pusieron en cucli-

las demás. Sólo tenemos una madre adoptiva...

llas; algunas saltaron a la cuerda, Las más grandes se mantuvieron al margen de esa friolenta agitación y caminaban

Marzo

tratadas.

ñitas, de dos en dos, caminaba entre

Observó su procesión con un nuevo interés. Esta pro-

Exces0

- No se trata de un juego. Nosotros hemos sido con-

el patio con la mirada. Un grupo de ni-

tuales.

94

próxima, incapaz de mover un solo miembro. Una vibración

de

moral. Lo mismo para

- ¿Ah, la hotelera? Me imagino que el cuerpo de tropa se contenta con ese inmundo empleado.

en parejas al abrigo de las fachadas. Pero la campana re-

-Es un buen soldado. Y usted es el enemigo.

picó y se formaron nuevamente las filas antes de empren-

La ingeniosa adolescente se escapó a volandas, muer-

1990


JUEGOS

ta de risa. Encaramada en el altar se entusiasmó —V\ las huérfanas nos gusta la carne rola, señor enemigo!

Estas palabras lo petrificaron. la observó con tal inten-

A

de triunfo

sidad que ella se echó a reir. De repente, muy seria, alzó su vestido hasta la mitad del muslo. —¡Vamos!— dijo compasiva. —Tengo la dave de su salvación—.

Steve Hamaoui M.I.

Saltó hasta el transepto y abrió una puerta lateral. Después de dar un vistazo al exterior, le dio un golpecito en las manos:

A fines de enero se celebró en La Haya (Holanda) el IV Torneo Top 16, bajo el pa-

—Apúrese entonces! Las nhas no tardará)! Obedeció sin replicar. Un sol magnífico se levantaba sobre la ciudad. La adolescente empezó a dar volteretas

trocinio del Staten Bank y Cap Gemini Pandata. Como su denominación deja entrever, allí durante cuatro días se congregaron 16 de las mejores parejas del mundo, y entre

delante de él. Se encaramó a un murito contiguo al ábsi-

ellas, por Venezuela Claudio Caponi y quien escribe tuvimos el honor de ser invitados. Hasta el round 13 la pugna fue cerrada entre la dupla inglesa de Tony Forrester y An-

de y le tiró un beso con la punta de los dedos. Desapa-

drew Robson, que resultaría campeona, y el tandem brasileño Chagas-Castelo Bran-

reció enseguida por el otro lodo.

co, sus escoltas. El tenor del evento puede medirse por el último lugar apenas logrado por la pareja del norteamericano Jeff Mekstrot, repetidas veces campeón del mun-

j

ean Nordau corrió a alcanzarla, olvidando por completo las circunstancias. No le sorprendió llegar a un jardín bordeado de murallas, detrás de

la capilla. A su derecha, a 50 metros, la fachada del Hotel de Refugio dominaba los techos de la institución. Tropezó con una baldosa que ocultaban las zarzas Más

do, y el prestigiado jugador pakistaní Zia Mahmood. Los representantes de Venezuela alcanzamos el puesto 14, aunque alguna compensación obtuvimos al ser elegidos como la pareja más caballerosa y por tanto recibir una medalla de manos del burgomaestre de Amsterdam. Durante el match con la pareja griega, Claudio tuvo que jugar una mano que luce sencilla pero que en realidad, siguiendo los po r centajes de distribución, se complicó un Poco-

ágil que él, la extraña muchacha se iba alejando sin tocar E-K109832 C-K92 D-010 T-32

tierra, saltando por los pedestales y las columnas truncas. Aporreado, entrevió los senos de la huérfana a través de un manolo de cardos florecidos. —Pero si es un cementerid— exclamó.

E-Q6 C-Q53 D-J973 T-K1075

E-74 C-J74 D-A642 T-QJ86

Cómo era posible que reinara allí ese dor húmedo de matadero! Giró la cabeza a derecha e izquierda, furioso por dejarse inducir a ese juego de escondite. De algún lugar, entre las tumbas, se desgranó una risa de n?So. En-

E-AJ5 C-A1086 D-K85

tonces lo deslumbró un resplandor. Eran las ventanas abiertas del hotel que brillaban con el sol. Vio allí a los ancia-

T-A94

nos que se exhibían cómicamente en las balaustradas. El coronel se había puesto un casco y apuntaba un largavista en dirección suya. Del primero al último piso los otros lo imitaron. Pero lo cierto es que de todas partes le apuntaban largavistas. En el instante mismo en que la prudencia le aconsejó

SUR 1 ST

2E Passo

OUEST

Passo Passo Passo

NORD 2 C* 4E

EST Passo *Transfer a Espada Passo

lanzarse al suelo, un intenso tiroteo desgarró el aire. Jean Nordau oyó el silbido de las balas a su alrededor. Trató de recordar las razones que lo habían llevado a ese lamentable hotel. No obstante, se olvidó del asunto y reconoció que no había sido la prudencia la que lo lanzó al

La salida fue la QT y Claudio se agachó. El jugador siguió con un pequeño T hacia el K y el A de Claudio que cortó el último T de su mano con el 10 de E. Todavía tenía que perder un C y un D por lo que el contrato dependía aparentemente de localizar la Q de E. Los porcentajes indican que la repartición 3-1 se da el 50 por ciento de

proyectil b suficientemente certe-

las ocasiones, mientras que la 2-2 el 40. Claudio jugó una pequeña E hacia el A y dejó correr la J que fue ganada por el jugador en Este que volvió con la Q de C, única car-

ro para librarb de un peligro mayor, poblado de huér-

ta que pone en dificultad a Claudio, que ganó con el A e impaseó la J de Oeste. Gran

fanas y veteranos de guerra.

jugada de Claudio y aguerrida defensa del jugador griego en Este que trató de enga-

suelo, sino más bien un

ñar al carteador. Traducción del francés: V.M. (411) Exces0

Marzo 1990 95


JUEGOS

Realezay ralea

Leopoldo Flores

Romeo y Julieta: si los amantes de Verona se enfrentaron sobre un tablero de ajedrez, el encuentro debió ser tan apasionante como el que protagonizaron recientemente dos adolescentes contemporáneos, Judith Polgar, de 13 años de edad, y Michael Adams, de 17. El doble mortal gambito Capuleto-Montesco pudo haberse jugado durante un obligado relax restaurador en la única noche de amor que les deparó el destino. Curiosamente, el bardo crea el arquetipo del amor, pero soslaya, más que el Cantar de los Cantares, el abrazo sensual, la mutua posesión, la llama erótica, que debió iluminar el temprano amanecer de un martes 13 de ese verano veronés. Romeo y Julieta, pasión sin erotismo, como una partida de ajedrez contra reloj. Pero sólo con una muerte. No existe el doble mate en el juego, mas sí en la vida. El cotejo que comentamos a continuación se desarrolló en el marco del Campeonato Europeo por equipos, con la participación de 27 países, paradójicamente celebrado en el Cercano Oriente, en Haifa, Israel. Judith es la menor de una dinastía ajedrecística. Con sus hermanas Szusza y Sofía, las Polgar ocuparon tres tableros de la representación magiar en el Campeonato Mundial Femenino por equipos 1989, que quedó por delante de las soviéticas, éstas perjudicadas por la defección de una de sus jugadoras para casarse con un estadounidense; nuevamente amor y ajedrez. En Haifa, Judith Polgar integró el equipo húngaro, por derecho propio, al lado de los grandes maestros de su país. Michael Adams, por su parte, es el más reciente descubrimiento británico, al lado de Speelman, Nunn, Short. Ganó el Torneo de Londres el pasado verano, erigiéndose en el más joven GM inglés y, en la historia, apenas algo mayor que Fisher, Kasparov, Polgar y el brasileño Henrique Mecking, cuando consiguieron el grado.

Campeonato Europeo por equipos, Haifa (Israel) Blancas: Judith Polgar (Hungría) Negras: Michael Adams (Inglaterra) 1. e4, e6; 2. d4, d5; 3. Cc3, Ab4; 4. e5, Dd7; Una jugada poco frecuente en la defensa francesa, de paternidad y época de aparición oscuras. Inicialmente usada para contestar Dg4 con f5, sin obstruir un posible regreso del AR negro a a7 ó fi. Posteriormente se combinó con la idea de enrocar largo y tratar de eliminar el peligroso AR blanco, como se verá en la continuación de esta partida. Esta estrategia ha sido difundida por Petrossian, Karpov y Seirawan, entre otros. 5. a3, Axc3+; 6. bxc, b6; 7. Dg4, f5;

8. Dg3; Aa6; 9. Axa6, Cxa6; 10. Ce2, 0-0; Si retarda el enroque con Cb8 11.C14 amenazando Cxe6 y Dxg7. 11. CM (era mejor de una vez a4), Cb8; 12. a4, Cc6 (12..., a6; 13. a5, b5i); 13. a5¡, CxaS (Véase el diagrama); 14. Txa5i; La dorna e mobile. Un sacrificio posicional, en el sentido amoroso de la palabra, y además intuición femenina, que inicia un ataque antes de completar su desarrollo. Precocidad calculada. 14. bxa; 15. 0-0, Ra8¡?; Mejor defensa

ügia CO1115. ..., Cgi IV á láVálló a b6. Sería peligroso 16. Dxg7, Tdg8, abriendo agresivamente la columna CR sobre el enoroque blanco; justamente lo que busca Judith es la impunidad de su rey.

96

Exces0 Marzo 1 990

16. Aa3, Ce7?; 17. Axe7?¡ (ahora sí se podía jugar Dxg7), Dxe7; 18. Dd3¡; No quería ver la jugada anterior porque tenía esta idea fija. Entra a dominar las debilitadas diagonales blancas justo cuando la dama negra las acaba de abandonar. 18. ..., c6; 19. Da6, Ra8?¡; Forzada esta entrega de peones. Otras ahernativas permiten la irrupción del caballo más rápidamente con Cxe6, porque la dama negra no puede desviarse del control de la casilla b7, por eventual mate en una de las variantes.

8

6 5 4

20. Dxc6+, Db7; 21. Dxe6, Tc8; 22. g3, Txc3; 23. Cxd5, Txc2 ; 24. Ce3, Tb2; 25. DxfS, a4; 26. e6, a3; 27. Da5, a2; 28. d5, Te8; 29. Rg2, Tb5; JO. Da3; Evita 30...., Txe6 por 31. Df8+, lo cual sí era posible después de Dxa2. 30. ..., Tb3; 31.Da5, Tb5; 32. Da3, Tb6?; Ha debi-

3 2

1

do jugar 32. ..., Tb3 buscando las tablas por repetición de jugadas. Se interpuso el machismo, rechazando las tablas como un amor platónico.

niag rama después de la jugada 13. ..., Cxa5. Blancas: Re1-Dg3-Thl-Ac1-C14-c242-g2-h2-c3-d4-e5-Ta1 (13 piezas) Negras: Rc8-Dd7-Td8-Th8-Cg8-Ca5-a7-c7-g7-h7-b6-e6-d5-f5 (14 piezas)

33. Rg 1, Ta6; 34. Dc3, Tc8; 35. DeS, Db5; 36. Tal , Ta3; 37. e7, Ta6; 38. Df5, De8; 39. De4, Ta4; 40. De6, Tb8; 41.d6¡, Dc6;No le teme a 41....,Tb1+; 42. Rg2, Txa1; 43. d7 y gana.

42. Dd5, Dxd5; 43. Cxd5, Se rinde. Una partida intensa y con errores, como corresponde a los adolescentes.




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