Revista CIS n°14

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CIS CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL de Un Techo para Chile

Nuevas aproximaciones a la desigualdad social

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Año 9 | Primer semestre 2011 ISSN 0718-5561


Contenidos revistacis14

Foto portada: Divulgação UTPMP-Brasil. Comunidad de Padroeira, en el Grande Sao Paulo, Brasil. En ella habitan cerca de 900 familias en delicadas condiciones de hacinamiento e higiene. La comunidad existe hace más de 40 años y Un techo para mi país Brasil se encuentra trabajando en ella. Se han construido 42 casas.

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Editorial

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Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos. Por Francisca Bustamante

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Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas

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Exposición como vulneración. Aproximación etnográfica a la vivencia de la pobreza en la constitución del hogar en el campamento San Francisco Por Pedro Pablo Seguel

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Deserción Universitaria en Chile: Incidencia del financiamiento y otros factores asociados Por Andrés Barrios

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Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez

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Entrevista a Francisco Sabatini Desigualdad y exclusión urbana en América Latina

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Chile: De la concentración basada en recursos naturales a la equidad basada en la economía del conocimiento Por Daniel Araneda

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El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.


Equipo Publicación: Elisa Salinas Tai Lin Ignacio Pérez Ismael Tabilo Diseño Gráfico: Fernanda Cruz ISSN 0718-5561 www.untechoparachile.cl/cis

El primer semestre de este año estuvo fuertemente marcado por una serie de protestas y demandas propulsadas desde distintos lugares de la ciudadanía, que han logrado poner en jaque a un amplio espectro del establishment político y económico de nuestro país. Es así como, probablemente, el momento presente de nuestro país quedará guardado en la retina como un tiempo de convulsión y malestar social. A este respecto, nos parece que estas manifestaciones responden mucho más a legítimas reivindicaciones de justicia social frente al diagnóstico planteado más arriba, que al pataleo de algunos envidiosos. Esta amplia gama de movimientos ciudadanos que han logrado hacer eco a sus demandas tiene pocos precedentes en nuestro país desde el retorno a la democracia. En este sentido, nos gustaría detenernos en dos elementos puntuales que están detrás de los movimientos actuales, los futuros y de aquellos que nunca serán. Por un lado, existe una contradicción intrínseca en la brecha entre la democracia real y la democracia potencial de nuestra sociedad. Las posibilidades brindadas por instituciones robustas permiten a la ciudadanía apropiarse del espacio social y EDITORIAL REVISTA 14 Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile

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Editorial Director Centro de Investigación Social (CIS) Ignacio Pérez

La lucha contra el escenario de desigualdad social que actualmente aqueja a nuestro país es un elemento central dentro de la aspiración por una sociedad más cohesionada para el futuro próximo. En este sentido, más que adentrarnos en las disputas éticas respecto a cuan permisibles son las desigualdades en pos del crecimiento económico, creemos importante dar visibilidad a las situaciones concretas que se generan en una sociedad desigual. La analogía que Pierre Bourdieu hace del Contrabajo de Patrick Süskind nos parece particularmente ilustradora de lo dolorosa que puede ser la experiencia del mundo social para quienes, tal como el contrabajista dentro de una orquesta, ocupan una posición oscura y secundaria en el marco de un espacio de privilegiados. De la misma manera, el Chile del crecimiento y del progreso puede hacer tanto o más dolorosa la propia experiencia de desventaja relativa.

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Editorial clamar por la posibilidad de reivindicar legítimas demandas que han quedado olvidadas por las coacciones de una democracia potencial; aquella que se presenta como posibilidad pero que en el día a día los chilenos no logran identificar en su propia condición existencial. Por ende la tensión se genera entre las prácticas de participación que podemos ejercer en dicho espacio social, a todas luces de mayor y mejor democracia que en el pasado; con las posibilidades futuras de nuestra sociedad. Por lo mismo podemos decir que ésta aún sufre los embates de la postergación de una serie de grupos sociales que observan como día a día los beneficios del crecimiento económico les pasan por al frente.

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En segundo lugar, y volviendo al ejemplo que nos otorga Bourdieu, parece importante detenerse en los desafíos que presenta el escenario de desigualdad en nuestra sociedad. Toda vez que hemos llegado a un umbral de desarrollo económico privilegiado en los últimos años, se hace necesario adentrarnos en un escenario que se nos presenta como oscuro y heterogéneo. La desigualdad es una “caja negra”, que está compuesta por las experiencias que día a día viven todos quienes ocupan dicha posición oscura y ajena a los beneficios de la sociedad. Es esta situación la que el autor llamaría miseria de posición, que tiene como síntoma emblemático la exclusión social y el distanciamiento social.

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Frente a este diagnóstico, el compromiso político que tenemos desde la investigación y las ciencias sociales radica en la posibilidad de adentrarse en esos espacios de desigualdad, develar la experiencia detrás de la exclusión, intentando visibilizar cómo se vive la desigualdad en la cotidianeidad de los habitantes de nuestras urbes. Siguiendo a Urry y Law (2005) planteamos que las ciencias sociales son performativas, dicho concepto tomado del filósofo John Austin, refiere a que toda vez que hacemos referencias a la realidad, estamos al mismo tiempo creándola. De esta manera, si somos estrictos con la noción de perforRevista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

matividad, toda vez que nos referimos a dichos espacios de desigualdad, al mismo tiempo los creamos como problemáticas sociales. Esto exige una utilización responsable de los conceptos, una alta rigurosidad metodológica y ante todo, una comprensión adecuada de los límites y alcances de nuestra denuncia. Es así, como desde Un Techo Para Chile y Un Techo Para Mi País, abrimos este espacio para la reflexión fresca acerca de la pobreza y la desigualdad social urbana, tratando de incluir nuevas visiones de investigadores jóvenes. Lo que se persigue así, es hacer en conjunto un pequeño aporte a la reflexión sobre lo que sucede en los sectores más vulnerables de nuestras ciudades. De esta manera esperamos ir avanzando poco a poco en hacer de éste un continente más inclusivo, justo y humano. Este es el desafío que nos convoca a diario y por el que estamos dispuestos a seguir trabajando.


Investigación

EXPLORACIÓN DE UN MODELO DE FACTORES SOCIALES DETERMINANTES DE SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA EN MUJERES QUE HABITAN EN CAMPAMENTOS María Francisca Bustamante Sage | Pontificia Universidad Católica de Chile

Resumen

Palabras claves: Determinantes sociales de la salud, depresión femenina, extrema pobreza, campamentos Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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El objetivo central de este estudio fue explorar cómo las condiciones de vida en campamentos de la región Metropolitana y del Bío – bío, asociadas a la experiencia de una serie de desventajas socio-económicas y de exclusión social, pueden determinar sintomatología depresiva en las mujeres que habitan dichos asentamientos. A nivel metodológico, mediante regresiones logísticas se probó cómo influían distintos niveles de determinantes sociales de la salud (socioeconómico-ambiental, comunitarios, familiares y del ciclo de vida) sobre los niveles de sintomatología depresiva de la mujer. Los resultados indicaron que las variables asociadas al nivel familiar, como tener más de cuatro hijos y vivir en un hogar donde algún miembro de la familia presente enfermedades crónicas, fueron las más relacionadas al aumento de la probabilidad de que una mujer que vive en campamentos presente altos niveles de sintomatología depresiva. Ello se explicaría por el hecho de que las exigencias a nivel familiar son una de las principales fuentes de tensión cotidiana en la vida de una mujer que vive bajo condiciones socioeconómicas precarias. En consecuencia, cabe reflexionar sobre la construcción del rol de la mujer en nuestra sociedad, aún muy ligado a las tareas domésticas y de cuidado de la familia, y a la sobrecarga que implica el cumplimiento de éste.

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Investigación 1. Introducción Un campamento es, según la definición de Un Techo Para Chile (UTPCH), un asentamiento donde habitan más de 8 familias agrupadas o contiguas, las que carecen (o poseen de manera irregular) al menos de uno de los servicios básicos como son: agua potable, luz eléctrica, alcantarillados; y se encuentran en una situación irregular respecto al terreno. Según el último catastro del Minvu, en el año 2011 en Chile existían 706 campamentos. (Minvu, 2011)

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En términos de las mediciones de pobreza e indigencia, en el año 2007 el 62,4% de los hogares de campamentos se encontraban por debajo de la línea de la pobreza, lo que implica que el ingreso per cápita total de estos hogares era menor al valor de dos canastas básicas. A la vez, del total de hogares de campamentos que se encontraban por debajo de la línea de la pobreza, el 32,3% se encontraba en situación de pobreza y el 30,1% eran indigentes. Por otra parte, sólo el 37,6% de los hogares de campamentos están por encima de la línea de la pobreza (Mardones, 2007).

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Una de las principales características de la vida en campamentos son las condiciones precarias de habitabilidad. Los datos del Catastro del Minvu (2011) indican que un 67% de los campamentos tiene acceso regular a electricidad, un 87% tiene acceso irregular a agua potable y un 86% accede al servicio de alcantarillado de manera irregular. Este panorama indica que hay carencias importantes en el acceso y formalidad del servicio de agua potable Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

y de eliminación de excretas, lo que puede traducirse en malas condiciones sanitarias e higiénicas para sus habitantes. Complementando lo anterior, no sólo las condiciones materiales permiten dar cuenta de la situación de pobreza, sino también la situación de inclusión/exclusión respecto a distintos sistemas sociales que garantizan condiciones de bienestar social y calidad de vida en esta sociedad. Algunos estudios realizados en campamentos dan cuenta de situaciones de exclusión en relación al sistema educativo, laboral y de salud (UNICEF-UTPCH, 2009; Alvarado & Gallegos, 2004; Bedregal et al., 2006). Fotografía: Un Techo para Chile


Particularmente en el ámbito de la salud, cabe destacar que la información actual indica que hay una alta cobertura del sistema de salud ya que un 76,7% de los jefes de hogar de campamentos en las regiones Metropolitana, del Bío-Bío y Antofagasta tienen cobertura de Fonasa en el grupo de atención gratuita (UNICEF-UTPCH, 2009) lo que da cuenta de que si bien hay acceso al sistema de salud, es un tipo de acceso que se asocia a problemáticas como mala calidad de atención, tiempos de espera extensos, entre otros.

de acumulación de desventajas sociales. Al mismo tiempo, el profundizar en las causantes estas enfermedades en contextos de extrema pobreza aporta información para orientar la intervención social en salud en términos de la prevención y tratamiento de determinados problemas.

Más específicamente, Bedregal et al. (2006) muestra algunas conclusiones que dan cuenta de las desventajas de las personas de campamentos en términos de su calidad de vida, salud y acceso al sistema, estas son: a) En la población habitante de campamentos existe una alta insatisfacción con la calidad de vida en general, y en específico en relación con la salud. b) Se comprueba que existe una sub-utilización de los recursos de salud, cuestión que se manifiesta principalmente en el distanciamiento de las redes de salud primarias, el desconocimiento del tema previsional y en la conducta mostrada ante el padecimiento de una enfermedad, ya que hay una alta recurrencia de conductas como la automedicación y el no atenderse en servicios de salud. c) Un gran número de personas que viven en campamentos no accede a prestaciones que en general tienen alta cobertura en el país como el control del niño sano, programas de vacunación y retiro de leche en el consultorio. d) Se evidencia una importante cantidad de problemas derivados del alto consumo de alcohol y tabaco entre dicha población. f) Finalmente, el estudio da cuenta de que en campamentos hay una mayor prevalencia de problemas relacionados al estado anímico, depresión y trastornos del sueño. Mientras en Chile un 17% de la población mayor de 18 años declara presentar estos síntomas, en campamentos la cifra alcanza a un 40%.

Con el fin de orientar la exploración de un modelo que profundice en factores sociales determinantes de la sintomatología depresiva en mujeres que viven en campamentos, es importante profundizar en algunos antecedentes asociados a las tendencias, causas y consecuencias de la depresión en la mujer. Los datos obtenidos por Benjamin et al. (2002) indican que más de un tercio (36%) de la población chilena estudiada, había tenido un desorden psiquiátrico a lo largo de su vida, mientras que uno de cada cinco, 22,6%, había tenido un desorden en los últimos 6 meses. A la vez, en este estudio se confirma la mayor prevalencia de trastornos ansiosos y depresivos entre las mujeres y de trastornos asociados al consumo de sustancias psicoactivas en los hombres. Si se observan los datos obtenidos en campamentos, la tendencia es similar. Así, para el caso de los campamentos de la Región Metropolitana, un 43,6% de mujeres declara tener síntomas depresivos, mientras que sólo un 27,4% de los hombres afirma tenerlos (CIS, 1996). A nivel de las causas de la depresión, destaca la multicausalidad del problema. Desde el ámbito de la biología la OMS (2000) expone que se han relacionado a la depresión causas genéticas, ligadas al funcionamiento de los neurotransmisores y ligadas al sistema endocrino, que en las mujeres es diferente ya que actúan hormonas específicas

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A partir de lo anterior, cabe preguntarse por los factores que afectan la salud mental de las personas en un entorno

2. DEPRESIÓN EN LA MUJER: TENDENCIAS, CAUSAS Y CONSECUENCIAS

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del sistema reproductivo. Por ejemplo, se ha probado una relación entre la mayor prevalencia de depresión en la mujer y los años de fecundidad, con los cambios hormonales que estos ciclos vitales suponen. Al mismo tiempo, se han documentado de manera extensa las variaciones del estado de ánimo ligadas a los cambios hormonales que tienen lugar durante el ciclo menstrual y el puerperio. Sin embargo, a pesar de que se han encontrado estas relaciones biológicas y genéticas con la depresión, se afirma que los trastornos mentales y del comportamiento se deben fundamentalmente a la interacción de múltiples genes de riesgo, procesos biológicos y factores ambientales, es decir existe acuerdo en la gran importancia de la influencia que juegan las variables socio-ambientales o externas al individuo en la configuración de la depresión al interactuar con variables biológicas y genéticas. Entonces, desde una visión integradora la OMS plantea que la causa de los trastornos mentales como la depresión, son de origen biológico, psicológico y social (OMS, 2001). De este modo, cobra relevancia analizar la depresión de la mujer desde sus causas sociales debido a que tal como plantea la OMS (2000), actualmente se debe evaluar las necesidades específicas de la salud mental de la mujer para generar un proceso de promoción de salud eficaz. Esto estaría siendo obstaculizado por la insuficiencia de las fuentes de datos, por una excesiva biologización para la explicación de las enfermedades y porque se abordan los problemas de salud mental desde un enfoque que individualiza a la mujer, olvidando la situación de salud de grupos específicos de la sociedad, como lo son las mujeres de status socioeconómico bajo.

tan en la calidad de vida y otros ámbitos. Retamal (2008) plantea que “la depresión provoca un considerable impacto en la salud pública: los años de vida saludable perdidos por discapacidad en las mujeres se ubica en el segundo lugar y en el décimo lugar al considerar ambos sexos” (Considerando todas las patologías o problemas de salud que hacen que una persona pierda años de vida saludable) (p.17). Al mismo tiempo, documenta que un 30% de las consultas registradas en la atención primaria se realizan por motivo de depresión. Por último, plantea que a nivel psicosocial la depresión tiene impacto significativo sobre la crianza de los hijos, la separación conyugal, el aislamiento social, las tasas de suicido y la enfermedades somáticas (Retamal, 2008).

A nivel de las consecuencias de la depresión, tal como lo afirman Minoletti & Zaccaria (2005) los problemas de salud mental son los que más impacto generan en ámbitos como la calidad de vida de las personas, en las relaciones familiares, en la economía individual y social, y en los sistemas de salud. Específicamente, en el caso de la depresión en la mujer, también se documentan consecuencias que impac-

Abordando los factores asociados a la salud mental de mujeres que viven en condiciones de pobreza, el análisis de Belle (1990) da cuenta de una serie de variables que se han asociado a problemas de salud mental de las mujeres como el no tener confidentes o relaciones íntimas, el tener hijos bajo su cuidado, ser soltera o divorciada, presentar carencias educativas o de empleo.

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Siguiendo la discusión anterior y dado que este estudio busca realizar una mirada sociológica de los determinantes de la salud mental de la mujer, específicamente de la depresión, se profundizará en los factores sociales asociados de manera positiva y negativa a la ocurrencia de depresión en mujeres que viven en contextos de pobreza, con el fin de orientar la construcción del modelo de análisis de datos. En primer lugar, a nivel general se han encontrado relaciones entre variables sociodemográficas y la presencia de sintomatología depresiva en mujeres. Matud et.al. (2006) encuentra evidencia de que las diferencias de género en depresión se maximizaban en las personas mayores de 34 años, en las que tenían hijos, en las casadas o divorciadas, en las de bajo nivel de estudios y en las no profesionales.


Considerando lo expuesto, es importante indagar en los factores sociales que determinan la depresión de la mujer en contextos de extrema pobreza, como es el caso de las mujeres que viven en campamentos de nuestro país.

(1) Para una mayor reflexión sobre este temas, ver: Barrón y Chacón, 1992; Berkman y Glass, 2000; Berkman y Kawachi, 2000; Barrón y Sánchez, 2001; Matud et.al. 2002

3. MIRADAS TEÓRICAS AL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 3.1 EPIDEMIOLOGÍA SOCIAL: DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD Y LÍNEAS TEÓRICAS PARA EXPLICAR LA RELACIÓN ENTRE ENTORNO SOCIAL Y SALUD A continuación se analizan algunas teorías que permiten explicar el vínculo entre los factores sociales y la salud mental de las personas, con el fin de indagar en las posibles respuestas a la principal interrogante de esta investigación. Desde el enfoque de la epidemiología social, las enfermedades no sólo son entendidas desde sus causas o determinantes físicas y biológicas, sino también a partir de sus determinantes y distribución social. Así la epidemiología social, se enfoca en analizar los determinantes sociales de las distribuciones de la salud y enfermedad en las poblaciones, dando cuenta de inequidades en dicha distribución. Los determinantes sociales de la salud se han definido como “aquellas condiciones sociales en las cuales se desarrolla la vida de las personas y que afectan el estado de salud de la población en distinto grado, de acuerdo a diversos factores” (Jadue y Marin eds. 2005: 9). En el libro “Social determinants of health: The solids facts” (OMS, 2003) se pone en cuestionamiento la idea de que las desigualdades en la salud se generen por diferencias en el acceso a cuidados médicos, y se busca probar la hipótesis de que el entorno económico y social afecta en la salud de la población generando diferencias. Al mismo tiempo, se genera una crítica a la idea de que las enfermedades o la mortalidad estén determinadas en mayor medida por los factores de riesgo individuales. Según su análisis este tipo de factores sólo explica una parte de las causas de muerte. En esta línea, se argumenta que “por muy importantes que

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Siguiendo en el marco del análisis de factores asociados al deterioro o bienestar mental de las mujeres pobres, una línea importante de investigación es la que estudia el rol de protección de la salud mental que cumplen variables ligadas al nivel de las relaciones sociales y comunitarias, como el capital social, las redes sociales o el apoyo social¹. Matud et.al. 2002 estudia la importancia de los factores sociodemográficos en la percepción de apoyo comunitario de mujeres y hombres. Los principales resultados indican que la presencia de síntomas somáticos, disfunción social, ansiedad, insomnio y depresión grave correlacionan significativamente con bajos niveles de apoyo social, siendo los coeficientes ligeramente más altos para las mujeres, con excepción de los síntomas somáticos y la disfunción social. En el contexto nacional, Poblete, Sapag & Bossert (2008) han relacionado el capital social con la salud mental de personas que habitan en comunidades urbanas de nivel socioeconómico bajo. El principal resultado del estudio sugiere una relación positiva entre capital social y salud mental. A nivel más específico, encuentran una relación entre género femenino, bajo nivel educativo y padecimiento de enfermedades crónicas con bajos niveles de salud mental. Al mismo tiempo, los componentes del índice de capital relacionados a la confianza se asociaron con una mejor situación de salud mental.

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Investigación puedan ser las susceptibilidades genéticas a las enfermedades del individuo, las causas comunes de la mala salud que afectan a poblaciones son ambientales y aparecen y desaparecen con mucha mayor rapidez que los cambios genéticos de ritmo lento porque reflejan los cambios en nuestra forma de vivir” (p.7). Partiendo de estas ideas generales, dentro de la epidemiología social se ha teorizado en la búsqueda de explicaciones donde se vinculen las variables sociales con la salud de las personas. En este sentido, Krieger (2001) expone tres líneas teóricas contemporáneas para dar cuenta de estos fenómenos: a) Teoría psicosocial, b) Teoría de la producción social de la enfermedad o economía política de la salud, c) Teoría ecosocial y perspectivas dinámicas relacionadas multi-nivel. Para efectos del presente trabajo, se profundizará solamente en la primera, ya que es la que le da un marco al estudio. La teoría psicosocial, surge preguntándose por qué algunos individuos desarrollan respuestas patológicas ante ciertas condiciones de vida, mientras que otros expuestos a las mismas condiciones se mantienen sanos. Frente a este fenómeno, Cassel (1976, citado en Krieger, 2001) plantea una de las teorías fundantes de esta perspectiva, explicando como hipótesis central que el entorno puede generar condiciones de estrés psicológico en los individuos y por vía del estrés se afecta la salud de las personas.

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El estrés se puede definir como el proceso mediante el cual las demandas del medio superan la capacidad de adaptación del organismo, originando cambios psicológicos o biológicos que pueden poner a las personas en riesgo de sufrir enfermedades (Cohen, Kessler & Underwood 1995).

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Siguiendo esta definición, la teoría considera que existen entornos estresores que se caracterizan por la existencia de jerarquías dominantes, desorganización social, cambio social rápido, marginalidad y aislamiento social. Al mismo Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

tiempo, se agrega que los efectos de estos factores sobre la salud podrían ser amortiguados por factores como el apoyo social y los activos psicosociales. Por lo que Cassel plantea que la mejor intervención para reducir los problemas de salud de los individuos o grupos es fortaleciendo el apoyo social, más que reduciendo la exposición a los estresores. Además de las líneas teóricas nombradas, “en los últimos 15 años, se han elaborado varios modelos para mostrar los mecanismos por medio de los cuales los determinantes sociales influyen en el estado de salud, con el fin de hacer explícitos los nexos entre los distintos tipos de determinantes y definir puntos en entrada para políticas sociales” (Jadue y Marin eds. 2005: 11). Al mismo tiempo, permiten visibilizar la manera en que los determinantes sociales de la salud influyen en que se generen inequidades sociales. A continuación se profundizará en uno de los modelos explicados en el estudio citado, debido a que éste permitirá articular las variables e hipótesis de la investigación en la búsqueda de determinantes sociales de la salud mental de mujeres que viven en campamentos. El modelo seleccionado es el de Dahlgren y Whitehead (1992 citado en Jadue y Marin eds. 2005). En él se explica la producción de enfermedades y de inequidades dentro de la población por interacciones causales entre 4 niveles: características individuales, estilos de vida, redes sociales y comunitarias, y socioeconómico/cultural/ambiental. Las personas se encuentran en el centro del modelo, donde se consideran variables genéticas condicionantes de la salud y otras como el sexo o la edad, que se constituye como el nivel individual. Luego se encuentra el nivel de los comportamientos personales, las relaciones íntimas, familiares y las formas de vida. Posterior a éste, se articula el nivel de las redes y sociales y comunitarias. Por último, se pueden observar los factores relacionados a las condiciones de vida, a los aspectos socioeconómicos, acceso a servicios, entre otras variables estructurales (Ver figura 1).


Figura 1: Modelo de producción de inequidades en salud de Dahlgren y Whitehead.

Fuente: Dahlgren y Whitehead, 1992, citados en “Determinantes sociales de la Salud en Chile” Jadue, L. y Marin, F. eds. 2005.

En resumen, la presente investigación se nutre de la epidemiología social, ya que desde ésta se considera que las enfermedades no sólo son causadas por factores físicos, genéticos y biológicos, sino también a partir de su distribución en distintos grupos de la sociedad y de factores sociales. Al mismo tiempo, la vertiente psicosocial de la epidemiología social aporta la idea de que el entorno social puede generar respuestas patológicas en las personas mediante el estrés, lo que aumenta la probabilidad de enfermar. Por último, el modelo de Dahlgren y Whitehead permite organizar y dar sentido en términos de las rela-

ciones de causalidad a las variables sociales que pueden determinar patologías en las personas, en la búsqueda de un modelo de explicación de la sintomatología depresiva de las mujeres que viven en campamentos.

3.2. ¿DE QUÉ MANERA LAS VARIABLES SOCIALES PUEDEN DETERMINAR LA DEPRESIÓN EN LAS MUJERES QUE VIVEN EN CONTEXTOS DE POBREZA?: TEORÍAS QUE EXPLICAN ESTA VINCULACIÓN Desde la teoría psicosocial de la epidemiología social, se han elaborado dos hipótesis o líneas de análisis, para responder a este tipo de interrogante, relacionada a la distribución social desigual de la enfermedad mental según el género. Ellas son: la hipótesis de la exposición diferencial y la hipótesis de la vulnerabilidad diferencial (Barrón, 1989; Aneshensel, 1992). En primer lugar, la hipótesis de la exposición diferencial plantea que “las clases bajas tienen mayores tasas de psicopatología porque experimentan más acontecimientos vitales estresantes, así tienen mayor probabilidad de exponerse a estrés en sus experiencias cotidianas” (Barrón, A. 1989:50). La misma explicación se puede aplicar para dar cuenta de los diferenciales de enfermedad mental de las mujeres, es decir, las mujeres a lo largo de sus vidas estarían expuestas a una mayor cantidad de experiencias estresantes que los hombres, principalmente ligadas a aspectos afectivos y de la relación con otros como la ausencia de cónyuge, la crianza de los hijos, etc. Por su parte la hipótesis de la vulnerabilidad diferencial, surge como respuesta a la explicación de la exposición diferencial, argumentando que ésta no explica completamente la diferencia en los trastornos psicológicos según variables sociodemográficas. Más bien, proponen que los grupos más desfavorecidos como las clases bajas o las mujeres son más vulnerables a los acontecimientos vita-

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Las dinámicas que se producen entre los determinados niveles van a determinar peores condiciones de salud para los grupos que se encuentran en posiciones más bajas de la escala social, ya que esto se asocia a estilos de vida menos saludables, más tensiones familiares, menos contactos y vínculos con redes de apoyo social y comunitario, y peores condiciones ligadas a variables estructurales como de vivienda, empleo, educación (Jadue, L. y Marin, F. eds. 2005: 11).

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Investigación les estresantes, teniendo un mayor impacto en ellos. Este impacto diferencial se explicaría por diferencias en los recursos psicológicos y sociales para el afrontamiento del estrés provocado por los eventos vitales, así los eventos no serían inherentemente estresantes. Entonces la clase social generaría diferencias en la salud mental como una variable intermedia, que media la relación entre estrés y enfermedad afectando en la disponibilidad de recursos de afrontamiento (Barrón, A. 1989). Por ejemplo, los bajos niveles educativos de la clase baja pueden determinar menor efectividad y un menor repertorio de recursos de afrontamiento ante una situación estresante.

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Una tercera línea de explicación, que puede entenderse como una conjunción de las teorías anteriores se enmarca en la línea de la teoría de la desesperanza aprendida para explicar los mayores niveles de depresión de las mujeres en contextos de pobreza. En términos generales, esta teoría plantea que la pérdida de control sobre los eventos vitales estresantes genera la sensación de que la propia conducta no tiene influencia en el cambio o manejo de dichos eventos, por tanto la recurrencia de los eventos y la consecuente sensación de pérdida de control traen como resultado la desesperanza aprendida. La desesperanza aprendida y la depresión tienen similitudes debido a que en ambos casos se manifiestan actitudes de pasividad, expectativas negativas, sensación de pérdida de control, y una autoimagen devaluada (Hooker, 1976).

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Finalmente, complementando las visiones anteriores, el análisis realizado por Barrón (1989), específicamente para la explicación de las diferencias de salud mental según el género expone la hipótesis de los conflictos o tensiones de rol. A nivel general, bajo esta mirada se plantea que las mujeres pueden presentar mayores tensiones o conflictos con su rol construido socialmente asociado a las tareas del hogar restringidas al espacio íntimo de la familia, lo que puede generar frustraciones o conflictos cuando quieren ocupar un rol ligado a otros espacios como en el munRevista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

do laboral, público, etc. En el sentido de la teoría de roles sociales de género, es importante considerar que la construcción de roles de hombre y mujer en el contexto de los campamentos podría analizarse también desde el punto de vista de la teoría del efecto del barrio o vecindario. Sabatini, Cáceres y Cerda (2001) plantean que una de las consecuencias que tiene el vivir en un determinado barrio que se encuentra en situación de segregación residencial, es la construcción de roles sociales a partir de los modelos existentes en el vecindario (Jencks & Mayer, 1990)². Así se plantea que la segregación residencial socioeconómica genera que las personas que viven en barrios pobres segregados tengan una escasa exposición a modelos de rol ligados al logro de movilidad social ascendente por medio de la dedicación, disciplina, esfuerzo por las vías convencionales. Ello implica menores oportunidades para incorporar hábitos y expectativas ligadas a salir de la situación de pobreza y mejorar las condiciones de vida (Katzman, R. 2003). Asimismo, se podría plantear que el rol del hombre y la mujer también son definidos de acuerdo a los modelos de rol existentes en barrios pobres como son los campamentos. Tal como lo documentó la encuesta CEP del año 2002, Chile es un país donde la tasa de participación laboral de la mujer es baja en comparación con países desarrollados y con otros países de Latinoamérica. Al mismo tiempo, a nivel subjetivo, Chile aparece como un país muy poco proclive al trabajo de la mujer. A partir de esto, se puede pensar que en nuestro país el rol de la mujer está construido en base a su rol tradicional, donde se la vincula a los espacios domésticos y de cuidado de la familia. Por tanto, los modelos de rol femeninos tenderían a asociarse a este tipo de construcción, tanto en la sociedad general como en sectores de pobreza, (2) Aquí siguiendo a Sabatini, Cáceres y Cerda (2001) entendemos segregación residen-cial como “el grado de proximidad espacial o de aglomeración territorial de las familias pertenecientes a un mismo grupo social, sea que éste se defina en términos étnicos, etáreos, de preferencias religiosas o socioeconómicas, entre otras posibilidades” (p.27).


En suma, tomando los niveles de análisis y causalidad del modelo de producción de inequidades de salud de Dahlgren y Whitehead (1992 citado en Jadue, L. y Marin, F. eds. 2005), donde se articulan 4 niveles de variables que afectan la salud de las personas (individuales o relacionadas al ciclo de vida; familiares; redes sociales y comunitarias; socioeconómicas-ambientales), y considerando las relaciones teórico-empíricas mostradas entre pobreza, género y depresión, se pueden establecer las siguientes hipótesis de investigación: a) En relación al nivel socioeconómico, cultural y ambiental, se podría esperar que variables de este nivel como son el bajo nivel educativo, el no tener empleo y la vivienda precaria, determinen mayores probabilidades de presencia de sintomatología depresiva en las mujeres que viven en campamentos. Más específicamente, desde la teoría de la exposición diferencial, se entiende que la precariedad de la vivienda (medida a partir del sistema de eliminación de excretas de la vivienda) puede ser un estresor ambiental para la mujer. Respecto a variables como el empleo y la educación, desde la teoría de la vulnerabilidad diferencial, el no tener empleo y el bajo nivel educativo podrían constituirse como una carencia de herramientas de afrontamiento ante situaciones estresoras, lo que se traduce en una mayor probabilidad de que las mujeres presenten problemas de salud mental como la depresión. b) En relación al nivel de las redes sociales y comunitarias, en la línea de la teoría psicosocial de la epidemiología social, se puede esperar que la percepción de apoyo comunitario y la participación en organizaciones comunitarias se constituyan como factores de protección de la salud mental de las mujeres que viven

en campamentos, debido a que serían variables intervinientes y amortiguadoras de las condiciones estresantes del medio y los niveles de depresión de la mujer, determinando una menor probabilidad de presencia de sintomatología depresiva entre éstas. Al mismo tiempo, desde la teoría de la vulnerabilidad diferencial de las mujeres, tanto el apoyo comunitario como la participación en organizaciones, pueden ser entendidas como herramientas o estrategias para el afrontamiento de las situaciones estresoras que experimenta la mujer en un medio de extrema pobreza como los campamentos. c) En el tercer nivel del modelo de análisis se articulan las variables familiares. Así variables como tener más de 4 hijos o la presencia de enfermedades crónicas en el hogar pueden constituirse como factores de vulnerabilidad y tensión, debido a que implicarían mayores responsabilidades ligadas al rol tradicional de la mujer vinculado a la realización de las labores domésticas y de cuidado de la familia. Ello puede generar mayores niveles de estrés si se considera el contexto de carencias económicas. d) Por último, se encuentran las variables que corresponden a características individuales propias del ciclo de vida de la mujer. El tener más de 30 años puede determinar mayores niveles de depresión ya que puede asociarse a que mayores problemas de salud, mayor incidencia de enfermedades crónicas y menor satisfacción vital. Estas situaciones pueden ser experimentadas como hechos vitales estresantes si es que no se tienen estrategias y herramientas de afrontamiento, por tanto podrían generar mayor vulnerabilidad de la mujer. Respecto a la variable estado civil, se espera que el no tener pareja pueda constituirse como una factor tensionante en la medida en que la pareja puede ser una fuente de apoyo, de entrega de afecto y de compañía a lo largo de la vida. Sin embargo se debe considerar que en contextos de pobreza, como lo son los campamentos, la pareja

Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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con la diferencia de que en estos últimos la participación de la mujer en otros espacios que no sean el doméstico es más escasa.

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Investigación también puede ser un productor de tensiones, debido a que puede generar situaciones de violencia intrafamiliar, machismo, abuso de alcohol, etc. En este sentido, cobra relevancia la construcción social del evento vital estresante, finalmente el tener pareja puede tener efecto o no tenerlo sobre la probabilidad de que una mujer tenga depresión dependiendo de factores como el tipo de vínculo, la calidad de la relación, la confianza y reciprocidad dentro de la pareja, la sensación de control que tenga la mujer en la relación, etc.

4. ASPECTOS METODOLÓGICOS

la implementación del plan de salud. Por su parte, la selección de las dueñas de casa y hogares encuestados dentro de cada campamento, se estableció a partir de un proceso de selección aleatoria probabilística. Así, la muestra estaba formada por un total de 262 casos. Cabe agregar que a pesar de que la muestra contempla mujeres de dos regiones diferentes, en el estudio de determinantes de la depresión no se incluyó como variable la zona de residencia de la mujer, debido al bajo número de casos del estudio, ya que esta variable no generaba diferencias significativas entre las mujeres encuestadas, al ser cruzada con la variable dependiente. 4.2 MÉTODO

4.1 DATOS

revistacis

Los datos utilizados para el presente estudio, son el resultado de una encuesta de diagnóstico llevada a cabo por el Centro de Investigación Social (CIS) de Un Techo Para Chile, respondiendo a la necesidad de generar un acercamiento a la realidad de la salud mental de las personas de campamentos. Ésta fue la “Encuesta de Diagnóstico de necesidades de salud y acceso a redes” construida por el equipo de investigación y diagnóstico del CIS, y aplicada durante el año 2009. La encuesta fue diseñada para ser respondida por la dueña de casa de cada hogar, y permitió recopilar información, tanto de su propia situación de salud y acceso a redes, como la de los otros miembros de la familia.

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En relación a la muestra, la encuesta fue aplicada en un total de 14 campamentos, 9 en la Región Metropolitana y 5 en la región del Bío Bío. Para la realización de las encuestas se consideraron dos aspectos: la selección de los campamentos a encuestar y las dueñas de casa que se encuestaron dentro del asentamiento. Para la selección de los campamentos se constituyó una muestra de éstos, considerando factores como tamaño, distribución dentro de la ciudad o región y que estuviesen en la fase inicial de Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

La metodología usada en esta investigación es de carácter cuantitativa, debido a que se busca medir el impacto de diferentes factores sociales en la probabilidad de que una mujer presente síntomas de depresión, en contextos de pobreza. Se pueden distinguir 3 procedimientos metodológicos de análisis de datos que se han llevado a cabo en este estudio, los que se describen a continuación: a) Exploración inicial de los datos con análisis de frecuencias simples y cruces de variables: Permite observar las tendencias generales en la distribución de las variables y un análisis de cruces de variables, que se realiza para observar el comportamiento de la variable dependiente según las distintas variables independientes y para determinar si existen diferencias significativas en la distribución de la variable dependiente entre las distintas categorías de las variables independientes mediante la prueba de chi2 de pearson. b) Análisis de correlaciones: La prueba rho de spearman se realizó con el fin de verificar la existencia de altas correlaciones o efectos de colinealidad entre dichas variables, para posteriormente ser incluidas en los modelos


de regresión logística, sin que estos efectos intervengan en los resultados. c) Modelos de regresión logística: Este tipo de análisis permite determinar qué variables pesan más para aumentar o disminuir la probabilidad de éxito o error en el comportamiento de la variable dependiente. En el caso de esta investigación sería la probabilidad de tener alta presencia de sintomatología depresiva frente a no tenerla, en relación a un cambio en una unidad de las variables independientes.

alto como “altos niveles de sintomatología depresiva” del resto de los cuartiles, tal como se observa en el cuadro a continuación: Cuadro 1 VARIABLE DEPENDIENTE CÓDIGO

VALORES

FRECUENCIA

0

Nivel medio y bajo de sintomatología depresiva

78,2%

1

Alto nivel de sintomatología depresiva (cuartil más alto de la distribución)

21,8%

Sintomatología depresiva

N =262

4.3 VARIABLES

Fuente: Elaboración propia en base a “Encuesta de diagnóstico de salud y acceso a redes en campamentos” (UTPCH, 2009)

a) Variable dependiente b) Variables independientes Las variables independientes incluidas en los modelos de regresión logística se definieron de acuerdo a los niveles de análisis del modelo de Dahlgren y Whitehead, es decir, nivel socioeconómico/ambiental, comunitario, familiar e individual o del ciclo de vida de la mujer. Es importante agregar que las variables independientes del estudio fueron creadas y recodificadas usando como criterios principales la simplificación de las categorías de las variables originales para ser incluidas en los modelos de regresión, y la distribución que se generaba al ser cruzadas con los niveles de sintomatología depresiva. Es decir, los puntos de corte de las categorías de las variables independientes se asociaron a diferencias relevantes en la distribución de los niveles de depresión en las mujeres encuestadas. (Ver cuadro 2)

Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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La variable dependiente de este estudio es la sintomatología depresiva. Esta variable se creó a partir de la escala de sintomatología depresiva del CES-D (Center of Epidemiologic Studies Depresion Scale) (Radloff, 1977). La escala está compuesta por 20 ítems que describen manifestaciones de síntomas de la depresión, con 4 opciones de respuesta cada uno que indican la existencia e intensidad del síntoma (ninguna vez, alguna vez, ocasionalmente, la mayor parte del tiempo). Las respuestas se califican con puntajes que van del 0 al 3. La puntuación total puede utilizarse como indicador de síntomas depresivos clínicamente significativos en el punto de corte de 16. Sin embargo, en el presente estudio se fijó otro punto de corte para determinar sintomatología depresiva en las mujeres, debido a que sobre los 16 puntos se ubicaban un 62,2% de los casos estudiados, situación que se puede asociar al hecho de que en contextos de extrema pobreza las personas presentan mayores niveles de problemas de salud mental que el resto de la población. Según lo anterior, se estableció un punto de corte en base a cuartiles de la escala, que permite discriminar de mejor manera las diferencias dentro de la escala de sintomatología depresiva y así la variable dependiente se dicotomizó distinguiendo el cuartil más

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Investigación Cuadro 2 NIVEL DE ANÁLISIS DE LA VARIABLE

VARIABLES INDEPEN- CÓDIGO DIENTES Nivel educativo

Nivel socioeconómico/ Ambiental

Nivel de las redes comunitarias

Situación laboral Sistema de eliminación de excretas (como indicador de condiciones de vivienda) Podría encontrar a alguien que me ayudara en la comunidad (indicador de apoyo comunitario percibido) Participación en organizaciones comunitarias

Número de hijos

Nivel familiar

VALORES

FRECUENCIA

Media o más Básica o menos Trabaja No trabaja Eliminación por cañería Eliminación por letrina, pozo o sin sistema

41,7% 58,3% 28,6% 71,4%

259

0

De acuerdo

84,3%

1

Indiferente y en desacuerdo

15,7%

0 1 0 1 0

1

0

1 1 2 3 0

Hogar con enfermedad crónica

Edad Estado civil

259 66%

255

1

Nivel individual (propias del ciclo de vida de la mujer)

262

34%

0 1 1 2 3

Participación en organizaciones comunitarias No participa en organizaciones comunitarias 0-1 hijo 2-3 hijos 4+ hijos Hogar sin enfermedad crónica Hogar con enfermedad crónica 15 a 29 años 30+ años Con pareja Separada o viuda Soltera

88,1% 260 11,9% 46,1% 46,1% 7,8%

243

49% 243 51% 41,5% 58,5% 66,9% 6,8% 26,2%

262 262

Fuente: Elaboración propia en base a “Encuesta de diagnóstico de salud y acceso a redes en campamentos” (UTPCH, 2009).

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5. PRINCIPALES RESULTADOS

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En primer lugar, destacan los principales resultados del análisis de correlaciones entre las variables independientes del estudio, ya que indican algunas tendencias relevantes, más aún al considerar que estas relaciones posteriormente pueden afectar los modelos de regresión logística, al generar efectos de colinealidad.

Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

La variable bajo nivel educativo presenta correlaciones positivas con el resto de las variables de nivel socioeconómico/ambiental, es decir, con ser desempleada y con vivir en un hogar con un sistema de eliminación de excretas sin cañería. En segundo lugar, se relaciona positivamente también con las variables de nivel familiar ‘presencia de enfermedades crónicas en el hogar’ y ‘tener 4 y más hijos’. Por último, se relaciona de manera positiva con las variables de nivel individual ‘tener pareja’ y ‘tener más de 30 años’. Esto indica que la educación es un aspecto relacionado a la configuración de muchas de las situaciones asociadas a la vida en contextos de pobreza (Ver cuadro 3). El que una mujer tenga más de 30 años también se relaciona con muchas de las variables del estudio. Así, mantiene relaciones significativas y positivas con tener bajos niveles educativos, con vivir en un hogar con presencia de enfermedad crónica, con tener entre 2 y 3 hijos, con ser separada o viuda, con estar casada y con ser soltera. Por otra parte se relaciona significativa y negativamente con estar desempleada y con el que una mujer no tenga hijos o tenga un hijo. Dado que esta variable tiene relaciones significativas con todas las categorías de la variable estado civil, se puede suponer que están midiendo algo similar, es decir, el ciclo de vida de una mujer medido en años se asocia al estado civil de ésta. Así por ejemplo, considerando las etapas del ciclo de vida de una mujer, es más probable que las mujeres jóvenes sean solteras, que viudas o separadas. Por esto, en los modelos de regresión logística se prueba el efecto de las variables a nivel individual (estado civil y edad) primero de manera conjunta, y luego sin incluir el estado civil debido a que éste no mostraba diferencias significativas al cruzarse con la sintomatología depresiva de la mujer (Ver cuadro 3). Por último, se presentan los resultados (ver cuadro 4) e interpretaciones de los modelos de regresión logística. A nivel general, cabe agregar que se realizaron cuatro modelos, en cada uno de los cuales se incluyen las variables de


Cuadro 3: Correlaciones entre variables independientes (** las correlaciones son significativas al nivel de 0.01 y * las correlaciones son significativas al nivel de 0.05)

COEFICIENTE RHO DE SPEARMAN (2 COLAS)

BAJO NIVEL EDUCATIVO (BÁSICA MUJER DESEMPLEADA O MENOS)

ELIMINACIÓN NO PARTICIPA DE EXCRETAS EN ORGANISIN CAÑERÍA ZACIONES

ALGUIEN DE MI COMUNIDAD ME PODRÍA AYUDAR (INDIFERENTE O EN DESACUERDO)

HOGAR CON ENFERMEDAD CRÓNICA

0 A 1 HIJO

2 A 3 HIJOS

4 Y MÁS HIJOS

CON PAREJA

SEPARADA O VIUDA

SOLTERA

Bajo nivel educativo (básica o menos)

1

Bajo nivel educativo (básica o menos)

,130(**)

1

Eliminación de excretas sin cañería

,134(**)

-,003

1

No participa en organizaciones

,089

,101

,050

Alguien de mi comunidad me podría ayudar (Indiferente o en desacuerdo)

,073

,033

,029

-,008

1

Hogar con enf. crónica

,130(*)

,009

,133(*)

-,011

-,092

1

0 a 1 hijo

-,126(*)

-,083

-,151(*)

,062

,036

-,085

1

2 a 3 hijos

,037

,059

,120

-,032

-,060

,052

-,852(**)

1

4 y más hijos

,164(**)

,044

,058

-,055

,043

,064

-,283(**)

-,260(**)

1

Con pareja

-,130(**)

-,341(**)

-,092(**)

,045

-,141(*)

,114

-,032

,033

-,002

1

Separada o Viuda

-,049

-,049

,000

-,016

,166(**)

,128(*)

,054

-,009

-,082

-,163(**)

1

Soltera

,109(**)

,355(**)

,091(**)

-,039

,050

-,195(**)

,003

-,030

,050

-,914(**)

-,252(**)

1

Edad (30 y más años)

-,252(**)

-,149(**)

,048

-,028

,058

,299(**)

-,207(**)

,164(**)

,083

-,285(**)

-,221(**)

-,404(**)

EDAD (30 Y MÁS AÑOS)

1

1

los distintos niveles establecidos a partir del modelo teórico de producción de inequidades en salud de Dahlgren y Whitehead (1992 citado en Jadue, L. y Marin, F. eds. 2005), estos son: socioeconómico-ambiental, comunitario, familiar e individual.

les del estudio se obtendrán a partir de los resultados de éste. Teniendo en cuenta lo anterior, es posible destacar los siguientes efectos de los distintos niveles de variables independientes del estudio sobre la depresión de las mujeres que viven en campamentos:

Se debe considerar que al evaluar la bondad de ajuste de cada uno de los modelos elaborados, el que alcanzó un R2 de Nagelkerke superior es el cuarto modelo, que incluye todas las variables del estudio, es decir corresponde al modelo completo, explicando un 16% de la varianza de la variable dependiente, por tanto, las conclusiones principa-

En el primer modelo, que únicamente incluye las variables de nivel socioeconómico- ambiental, se evidencia que el bajo nivel educativo de la mujer y que el hogar donde ésta vive tenga un sistema de eliminación de excretas sin cañería generan un aumento en las chances de tener niveles altos de sintomatología depresiva. Más específicamente

Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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Fuente: Elaboración propia en base a “Encuesta de diagnóstico de salud y acceso a redes en campamentos” (UTPCH, 2009).

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Investigación Cuadro 4: Modelos de regresión logística de determinantes de alta sintomatología depresiva en mujeres que viven en campamentos MODELO 1

MODELO 2

MODELO 3

MODELO 4 Variables asociadas al nivel individual

Variables asociadas al nivel socioeconómico/ambiental

Variables asociadas al nivel comunitario

Variables asociadas al nivel familiar

Exp (B)

Exp (B)

Exp (B)

Sin estado civil Exp (B)

Con estado civil Exp (B)

Educación básica o menos

1,847*

1,694

1,774

1,649

1,571

No trabaja

1,071

1,118

1,034

1,063

1,050

Eliminación de excretas sin cañería

2,002*

2,229**

1,922

1,943

1,949

No participa en organizaciones de la comunidad

---

,845

,816

,837

,797

Podría encontrar a alguien que me ayudara en la comunidad (indiferente o en desacuerdo)

---

1,557

1,434

1,381

1,370

---

---

1,862

1,787

1,781

---

---

3,375**

3,211*

3,196*

Hogar con enfermedad crónica

---

---

2,312**

2,131**

2,102*

1,373

1,359

Tener entre 2 y 3 hijos Tener más de 4 hijos

30 años y más

---

---

---

Separada o viuda

---

---

---

Soltera

---

---

---

Constante

-2,197

-2,298

-3,027

,987 ,773 -3,137

-3,008

N

262

252

204

204

203

R cuadrado de Cox y Snell

,055

,042

,102

,104

,106

R cuadrado de Nagelkerke

,036

,064

,154

,158

,160

** P < 0,05 - * p < 0,1

revistacis

Fuente: Elaboración propia en base a “Encuesta de diagnóstico de salud y acceso a redes en campamentos” (UTPCH, 2009).

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tener educación básica o menos aumenta en 1,84 veces la probabilidad de que una mujer presente alta sintomatología depresiva, frente a tener educación media o más, y el tener un sistema de eliminación de excretas sin cañería aumenta en 2,00 dicha posibilidad, en relación a tener un sistema con cañerías. Por su parte, el estar desempleada tiene un efecto nulo sobre la probabilidad de tener altos niveles de sintomatología depresiva. Sin embargo, no es posible ser concluyente a partir de los resultados de este modelo, debido a que la bondad de ajuste es bastante baja, explicando solamente el 3,6% de la variación de la variable dependiente. Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Cuando se incluyen las variables de nivel familiar e individual, desaparece el efecto significativo como predictoras de alta sintomatología depresiva de las variables del nivel socioeconómico ambiental, como es el caso del bajo nivel educativo y vivir en un hogar con un sistema de eliminación de excretas sin cañería. En dichos modelos, las únicas variables que aparecen como significativas en predecir depresión en las mujeres que viven en campamentos son las variables de nivel familiar (tener más de 4 hijos y que en el hogar haya presencia de enfermedad crónica). Sin embargo, a pesar de que desaparezca el efecto significativo


de estas variables como predictoras de depresión en las mujeres, se puede suponer que siguen teniendo un efecto en aumentar la probabilidad de altos niveles de depresión, pero no de manera directa, sino que un efecto mediado por las variables familiares, es decir, el rol que estarían jugando variables como la baja educación de la mujer y el vivir en un hogar con condiciones precarias de eliminación de excretas, sería el de contribuir en la configuración de situaciones familiares tensionantes y de vulnerabilización de la mujer, las que en los modelos estadísticos de este estudio aparecen como las principales determinantes de alta sintomatología depresiva de la mujer que vive en campamentos. Esto se puede hipotetizar debido a que las variables socioeconómicas están correlacionadas con las familiares y además se analizó en dos modelos de regresión logística si las variables de nivel socioeconómico/ ambiental determinaban la probabilidad de ocurrencia de las variables familiares y los resultados indicaron los siguientes efectos significativos: a) La probabilidad de ocurrencia de que una mujer tenga 4 hijos o más, en relación a tener un hijo o ninguno, aumenta cuando tiene educación básica o menos. b) La probabilidad de vivir en un hogar donde alguno de sus habitantes presenta alguna enfermedad crónica, respecto a vivir en un hogar sin presencia de enfermedades crónicas, aumenta cuando una mujer tiene educación básica o menos y cuando vive en un hogar con condiciones sanitarias precarias.

crónica en sus miembros aumenta 2,1 veces la probabilidad de que una mujer presente altos niveles de sintomatología depresiva, en relación a vivir en un hogar donde no habitan personas con enfermedades crónicas, lo corrobora la tercera hipótesis de la investigación.

El efecto de las variables de nivel familiar sobre la sintomatología depresiva alta se prueba en el tercer y cuarto modelo de regresiones logísticas, mostrando una estabilidad del efecto en ambos. El modelo completo (cuarto) indica una influencia significativa de las variables de nivel familiar sobre las probabilidades de cambio en la variable dependiente del estudio. Así, el que una mujer tenga 4 hijos y más aumenta 3,1 veces la probabilidad de que ésta forme parte del cuartil más alto de sintomatología depresiva, respecto a tener ningún o un hijo. Por su parte, el vivir en un hogar donde hay presencia de alguna enfermedad

En este marco, a partir de los resultados obtenidos en los análisis de regresión logística, es posible concluir que dentro de los cuatro niveles de variables independientes probados, sólo el nivel familiar fue determinante en términos de aumentar la probabilidad de que una mujer que vive en campamentos tenga alta sintomatología depresiva. Además, considerando los distintos resultados relacionados al efecto de las variables socioeconómicas en los modelos de regresión elaborados se puede hipotetizar que éstas tienen un efecto indirecto sobre la probabilidad de ocurrencia de altos niveles de sintomatología depresiva, me-

Por último, variables que en la literatura aparecen como determinantes de la depresión en las mujeres como son el desempleo, las carencias de apoyo comunitario y social, el no tener pareja y el tener más años, en este estudio no tienen efectos significativos sobre la presencia de sintomatología depresiva en las mujeres que viven en campamentos, a partir de los resultados de las regresiones logísticas.

6. CONCLUSIONES, DISCUSIÓN Y LIMITACIONES

Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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Tal como se ha expuesto a lo largo del estudio, el objetivo central de éste fue generar una exploración de un modelo de determinantes sociales de la sintomatología depresiva de mujeres que viven en campamentos. Para esto, se probó el efecto de distintas variables agrupadas en cuatro niveles – socioeconómico/ambiental, comunitario, familiar e individual o del ciclo vital- sobre los niveles altos de sintomatología depresiva de las mujeres.

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Investigación diado por las variables familiares, es decir, contribuirían a la configuración de determinadas condiciones familiares tensionantes que son las que predicen la probabilidad de ocurrencia de la depresión de la mujer en el marco de este estudio. Por su parte, las variables de nivel comunitario e individual o asociadas al ciclo vital de la mujer, en los distintos modelos elaborados no tuvieron efecto significativo en generar mayor probabilidad de que las mujeres de campamentos tengan altos niveles de depresión, al contrario de lo que se esperaba que ocurriera en base a las orientaciones que entrega la literatura.

la mujer en situación de vunerabilidad, sino que también se pueden entender como situaciones conflictivas o tensionantes para cumplir el rol de cuidadora de la familia y de encargada de las labores domésticas, aún muy presente en nuestra sociedad. El no tener recursos y vivir en una situación de exclusión dificultaría la realización de estas labores domésticas cotidianas, así se transforman en una sobrecarga en cuanto al cumplimiento de dicho rol. Tal sobrecarga puede ser productora de tensión, de frustración y de desesperanza, que finalmente son los síntomas que generan depresión.

Estos resultados pueden ser interpretados desde algunas de las teorías expuestas. En primer lugar, la teoría psicosocial permite ver la depresión de las mujeres como una patología mental determinada por variables sociales mediante un factor intermedio que es el estrés. Así a nivel general, en esta investigación se puede entender que las condiciones de pobreza de las mujeres se constituyen como estresores que generarían sensaciones recurrentes de desesperanza, frustración, pérdida de control, lo que finalmente se traduciría en síntomas depresivos.

Asociado a lo anterior, el hecho de que el desempleo haya tenido un efecto nulo en generar mayores probabilidades de sintomatología depresiva, desde las teorías revisadas se puede observar bajo la mirada de la construcción de roles de género y los modelos de rol en el vecindario. Si el rol principal de la mujer en contextos como el estudiado es el de “dueña de casa”, es esperable que no sea relevante en su construcción de identidad el tener un empleo remunerado fuera del hogar, sino más bien se debe entender que las labores domésticas son también una forma de empleo. Al mismo tiempo, también cabe pensar que en el barrio o vecindario donde viven, en este caso el campamento, los modelos de rol de género se construyen a partir de la idea de que la mujer es responsable de las labores del hogar, más que como una persona con altas expectativas educacionales o laborales, lo que se podría asociar a mujeres de clase media y alta, donde la construcción de roles de género no solo vincula a la mujer al hogar, sino también se identifica a partir del éxito profesional y educativo.

revistacis

A nivel más específico, en segundo lugar, el tener más de 4 hijos y el vivir en un hogar donde alguien presenta alguna enfermedad crónica según la teoría de la vulnerabilidad diferencial se constituirían como estresores para la mujer que vive en campamentos, ya que las carencias educativas, de recursos, de acceso a protección social que experimenta un mujer en situación de pobreza, se asociarían a una escasez de herramientas o estrategias para enfrentar procesos como la crianza de los hijos o el cuidado de los enfermos en el hogar, lo cual acarrearía los sentimientos nombrados más arriba asociados a la depresión. En tercer lugar, desde el punto de vista de la teoría de los roles de género y las tensiones relacionadas a éstos, el tener cuatro o más hijos y el vivir en un hogar con presencia de enfermedades crónicas, no sólo puede poner a

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Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Por último, el hecho de que las variables comunitarias también hayan tenido un efecto nulo sobre las posibilidades de presentar altos niveles de depresión se puede interpretar a partir de la idea de que en nuestro país existen bajos niveles de confianza en las organizaciones sociales y en la comunidad, y por una predominancia de la confianza en los lazos más íntimos como familiares y amigos (Valen-


Considerando los resultados obtenidos y sus interpretaciones a la luz de las teorías revisadas, un primer punto de reflexión se relaciona a la construcción del rol de la mujer en nuestra sociedad y específicamente en los sectores más pobres. El que en este estudio se compruebe que sólo las variables que dan cuenta de tensiones a nivel familiar son predictoras de la depresión de las mujeres en contextos de pobreza, indica que el rol de la mujer en nuestra sociedad sigue estando vinculado estrechamente al espacio familiar y doméstico. A la luz de planteamientos como los del PNUD (1998) lo anterior se reflejaría en el hecho de que a pesar de que la sociedad experimenta procesos de modernización acelerados en niveles estructurales e institucionales, hay espacios como el cultural que no se ve afectado por estos procesos. Una segunda reflexión que surge a partir del estudio se relaciona con la importancia que tiene la mujer como encargada de los cuidados de salud de la familia, y que ese rol puede generarle sobrecargas y desencadenar problemas de salud como la depresión. Tal como lo mencionan autores como Sunkel (2006), la mujer en contextos de pobreza aparece mediando la relación entre sistemas de protección social y familia, lo que se traduce en sobrecargas a su rol. Teniendo en cuenta esto, es necesario que la política pública de salud genere estructuras que puedan aliviar de responsabilidades a la mujer en este sentido, o bien constituirse como un apoyo o amortiguador de los efectos negativos sobre su salud que implican estas responsabilidades. En este sentido, debiera producirse un fortaleci-

miento del acceso y calidad de los servicios a los que accede la mujer y la familia en el sistema de salud público, una inclusión responsable de otros actores de la sociedad en los temas ligados a la salud familiar, como los hombres, los jóvenes y la comunidad y un trabajo de salud preventivo con éstos, con el fin de evitar muchos de los problemas de salud crónicos que en una sociedad como la nuestra tienden aumentar, como los asociados a la mala alimentación y sedentarismo. A la vez, lo anterior se puede relacionar con el resultado que indica que el apoyo comunitario percibido tuvo efectos nulos sobre la salud mental de las mujeres, debido a que la comunidad tampoco se constituiría como un espacio donde la mujer aliviane sus cargas. Por tanto, a nivel práctico, una intervención en salud en contextos de pobreza cuyo objetivo sea amortiguar los efectos negativos de las tensiones familiares sobre la salud mental de las mujeres, debiera orientarse a alivianar las cargas de ésta en relación a sus responsabilidades con la familia. Es decir, una intervención de salud con la comunidad debiera partir de las necesidades específicas de la mujer en relación a sus responsabilidades familiares, con el fin de generar impacto y amortiguación de dichas tensiones. Esto es importante además si se considera que actualmente muchos de los procesos participativos que se llevan a cabo en comunidades como los campamentos, también pueden constituirse como una carga extra para la mujer o como una extensión de las labores domésticas, ya que son ellas las que más participan y dirigen organizaciones destinadas al mejoramiento de las condiciones de vida y a la resolución de problemas de la comunidad, como es el caso de los comités de vivienda. Con todo, se debe considerar que este estudio tiene limitaciones sobre todo a nivel metodológico, lo que a la vez se configura como un desafío para profundizar en la temática de la salud mental de mujeres pobres en futuros estudios mejorando las debilidades que éste presenta.

Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos Por María Francisca Bustamante Sage

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zuela y Cousiño, 2000). La tendencia a la desconfianza en los vecinos y a la atomización de las comunidades parece ser generalizada en barrios y vecindarios en nuestro país, por tanto, es difícil que la comunidad pueda tener un efecto protector sobre la salud mental de las personas, si se considera que ésta no necesariamente se concibe como un espacio de apoyo en aspectos cotidianos y ligados al espacio privado de las personas como es el caso de su salud.

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Investigación En este marco, un primer aspecto a mejorar se refiere al tamaño de la muestra, debido a que ésta estaba constituida por un total de 262 casos de mujeres que viven en campamentos y que además estaban a cargo del hogar. El que la muestra sea pequeña pudo haber determinado el efecto nulo de algunas variables en los modelos de regresión. Al mismo tiempo, el que hayan respondido en su mayoría mujeres que se declaraban dueñas de casa también puede sumar sesgo a la investigación, en la línea de que variables como el desempleo hayan tenido efecto nulo sobre la sintomatología depresiva.

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Otro aspecto que puede ser mejorado se relaciona a la medición del apoyo social y comunitario. Tal como se expuso en la revisión bibliográfica, una de las críticas que se elaboran a los estudios sobre dicha temática es que las mediciones de apoyo social se vinculan al apoyo percibido o provisto en espacios íntimos y familiares, no en ámbitos vinculados al espacio comunitario, que es la medida que se usó en este estudio. Por tanto la discordancia de resultados se puede explicar por estas distintas formas de medir el apoyo. Incluso se podría pensar que si se hubiera medido el apoyo social ligado al espacio íntimo de la mujer, podría haber aparecido algún efecto de amortiguación de éste sobre los niveles de depresión dada la importancia que tuvieron las tensiones familiares como predictoras. En esta línea, el presente estudio tampoco considera una medición del apoyo que se presenta a nivel más informal en la comunidad, como podría ser el que se prestan entre amigos o vecinos en aspectos más cotidianos y no vinculados a las organizaciones de la comunidad, lo cual también podría tener un efecto protector de la salud mental de la mujer que vive en campamentos.

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Al mismo tiempo, se podría perfeccionar la medida de participación en la comunidad, no sólo considerando si una mujer participa o no participa, sino que los tipos de participación, la confianza en las organizaciones, los motivos frente a los cuales se acude a éstas, etc. En los campamenRevista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

tos estudiados había una alta participación en comités de vivienda, dado que son campamentos donde trabaja UTPCH, sin embargo, este tipo de organización tiene como objetivo la consecución de una vivienda nueva, en un nuevo barrio, por lo que no se asocia directamente a un espacio de contención y apoyo para la mujer. En resumen, reflexionando sobre futuros estudios que traten este tema en el contexto nacional, es necesario indagar en modelos más complejos de análisis de factores determinantes de la salud mental de las mujeres en contextos de pobreza. En ellos sería importante incluir distintas variables en los niveles mencionados y distintas formas de medición de las mismas, para ahondar en la búsqueda de los factores que determinan negativa y positivamente la salud mental de las mujeres. En esta línea, un desafío más específico es generar nuevas formas de medición del apoyo social y comunitario formal e informal, y de apoyo de la mujer en espacios más íntimos, para clarificar el rol y la importancia que tienen éstos al relacionarse con la salud de las mujeres y sus familias. A la vez, es necesario generar medidas mejores y más exactas de las variables del nivel socioeconómico/ambiental, que las usadas en esta investigación, considerando temáticas como el género y la pobreza para la elaboración de éstas. Por último, es importante profundizar en las características y cualidades de las situaciones familiares que puedan estar determinando sintomatología depresiva, por ejemplo: composición familiar, situaciones ligadas a la crianza de los hijos, las relaciones familiares y de pareja, etc. Lo que finalmente puede ser útil y relevante al momento de orientar políticas e intervenciones sociales ligadas a proveer de herramientas, estrategias y apoyo a la mujer en el rol que cumple como cuidadora del bienestar familiar.


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Investigación

CHILE SOLIDARIO: PASADO Y FUTURO DE LA VÍA CHILENA A LA PROTECCIÓN SOCIAL (2003-2011) Resumen

Abstract

La pobreza en Chile ha mostrado un franco descenso durante los últimos 21 años y el actual gobierno se ha propuesto como meta erradicar la extrema pobreza en 2014. Uno de los principales instrumentos implementados durante la última década para reducir la pobreza es el programa Chile Solidario. Actualmente está comenzando a implementarse la primera fase del Ingreso Ético Familiar (Asignación Social) que implica un incremento significativo de los montos de las transferencias que reciben las familias beneficiarias. Lo anterior significa un cambio en la lógica de ejecución de Chile Solidario, pasando desde un programa basado en un sistema de coordinación programática con condicionalidades, orientado a conectar a las familias con la red existente de servicios y prestaciones sociales, a uno de condicionalidades leves, orientado a fomentar el desarrollo de las capacidades humanas a través de un hipotético cambio de comportamiento incentivado por las transferencias. Este documento discute los principales alcances que este escenario trae asociado y los desafíos que enfrenta este cambio.

Poverty has steadily declined over the past 21 years in Chile and the Chilean government has recently proposed that poverty shall be eradicated by 2014. In the last decade, the main mean, among others, to achieve this aim has been a program called Chile Solidario. Most recently, the first phase of the Ethical Family Income (Social Assignment) has been launched. This program will imply a significant increase vis-à-vis in the amount of the cash transfer that families received under Chile Solidario. This means a whole change in the logic of execution of Chile Solidario: from a conditional cash transfer program based on programmatic coordination with conditionalities to one with soft conditionalities. While the main objective of the first program consisted in connecting families to the existing network of social services and allowances, the objective of the second one is to enhance the development of human capabilities, through hypothetical behavioral changes encouraged by the money transfers. This work analyzes the main consequences and challenges of the switch in this Chilean social policy.

Palabras claves: Programas de transferencias condicionadas; Chile Solidario; Asignación Social; Protección social.

Keywords: Conditional Cash Transfers Programs; Chile Solidario; Social Allowance; Social Protection.

(1) Agradezco los valiosos comentarios y sugerencias de Simone Cecchini, Oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, y de Claudia Robles, Asistente de investigación de la misma división. Consultas y comentarios es-

cribir a luishernan.vargas@cepal.org. Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de la Organización. Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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Luis Hernán Vargas F. | Asistente de investigación de la División de Desarrollo Social de la CEPAL y Sociólogo de la Universidad de Chile¹.

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Investigación 1. Introducción Desde 1990, Chile ha crecido un 5% anual en promedio (a precios constantes), duplicando el PIB per cápita real desde 3.081 dólares en 1990 a 6.369 dólares en 2010 (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2010). El país, según la CEPAL, ha experimentado una disminución constante de la pobreza a lo largo de las últimas décadas, pero alrededor de 2.000.000 (11,5%) de chilenos y chilenas siguen viviendo en situación de pobreza y de éstos, aproximadamente 607.000 (3,6%) no pueden costear una canasta básica de alimentos.

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En síntesis, el país tiene recursos como nunca en su historia pero todavía tiene pendiente sacar de la pobreza a más del 10% de la población nacional. En los últimos años, se puso en marcha Chile Solidario, y más recientemente, en 2011, se ha inaugurado la Asignación Social, inserta en el objetivo de erradicación de la extrema pobreza para el 2014. En este contexto, el objetivo central de este artículo es revisar las características de esta estrategia de reducción de la pobreza, sus logros, críticas y algunas consideraciones que surgen a partir de los cambios implementados recientemente.

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En primer lugar, se presentarán los aspectos generales, tipos y evolución de los programas de transferencias condicionadas (PTC) en América Latina, como la principal herramienta de combate a la pobreza con que cuenta la protección social no contributiva. Asociado a lo anterior, se discutirán las innovaciones que contemplan estas transferencias para incrementar las capacidades humanas y romper con la reproducción intergeneracional de la pobreza. En segundo lugar, se revisa el inicio y trayectoria de Chile Solidario principalmente respecto de los montos y presupuestos autorizados para financiar su implementación. Además se sintetizan las principales discusiones respecto de sus logros y falencias a lo largo de nueve años de funcionamiento. Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

En tercer lugar, se presenta el programa de Bonificación para el Ingreso Ético, dado a conocer públicamente como Asignación Social. Se examinan los incrementos de las transferencias y principales implicancias de su diseño para pasar desde un programa sustentado en sistemas de coordinación programática con condicionalidades a unos de de condicionalidades leves. El artículo finaliza con las principales conclusiones que surgen de la información presentada, junto con recomendaciones acerca del diseño y forma de las prestaciones del futuro Ingreso Ético Familiar.

2. PROTECCIÓN SOCIAL Y PROGRAMAS DE TRANSFERENCIAS CONDICIONADAS EN AMÉRICA LATINA: EVOLUCIÓN E IMPLICANCIAS Los sistemas de protección social, desde una mirada integral y fundada en derechos, buscan garantizar el cumplimiento de condiciones de vida básicas para sostener un nivel mínimo de bienestar y compensar la caída de ingresos a través de la garantía de acceso a mecanismos de protección ante eventos críticos. Buscan también facilitar el acceso a servicios sociales incorporando a éstos a sectores históricamente excluidos de la oferta pública de servicios promoviendo la autonomía y el capital humano. En tercer lugar, los sistemas de protección social intervienen en los mercados del trabajo promocionando y promoviendo mejores políticas laborales (en línea con las propuestas vinculadas al principio de trabajo decente de la OIT) ante el avance de la precarización laboral. Dichos sistemas están conformados por un componente no contributivo (asistencia social), uno contributivo (seguridad social), así como por un tercer componente consistente en la regula-


Diagrama 1: Componentes e instrumentos de los sistemas de protección social PROTECCIÓN SOCIAL No Contributiva

Contributiva

Regulación del mercado laboral

Transferencias en efectivo o especies, sujetas o no a corresponsabilidad (PTC, pensiones sociales u otras); Subsidios al consumo; Empleos de emergencia; Promoción y acceso a servicios sociales existentes

Regímenes de pensiones contributivas (vejez, discapacidad, invalidez); Seguros de salud; Seguros de desempleo; Licencias (maternidad/paternidad, enfermedad)

Normativa y supervisión de estándares laborales orientados a fomentar y proteger el trabajo decente, formalización de contratos, negociación colectiva, seguridad laboral, salarios mínimos, eliminación del trabajo infantil, políticas de antidiscriminación

Fuente: (Cecchini & Martínez, 2011)

El componente no contributivo de los sistemas de protección social está principalmente dirigido a la población en extrema pobreza, pobreza y vulnerabilidad, buscando incrementar sus ingresos disponibles y/o fortalecer las capacidades humanas para superar la pobreza en el largo plazo. Este componente adquiere particular importancia cuando los beneficiarios de los esquemas de seguridad social representan una minoría de la población, las regulaciones laborales operan en relaciones contractuales informales y los servicios básicos están altamente fragmentados y estratificados (Barrientos, 2011). O bien, opera en los sectores (algunas veces minoritarios) que quedan excluidos de los sistemas formales de protección y seguridad social. (2) Para efectos del presente artículo, nos enfocaremos en la protección social no contributiva

Como se indica en el diagrama 1, los instrumentos que adoptan los gobiernos de la región son, por lo general, focalizados para cubrir las carencias más urgentes de la población más desfavorecida (transferencias en efectivo/en especie, empleos de emergencia, promoción de servicios sociales), pero también pueden ser universales como los subsidios al consumo y algunas pensiones (Renta Dignidad en Bolivia o programas de renta o ingresos mínimos). 2.1 ¿Qué son los Programas de Transferencias Condicionadas? Los Programas de Transferencias Condicionadas³ entregan transferencias en efectivo a los hogares cuyos ingresos se sitúan bajo la línea de pobreza o indigencia y que no tienen posibilidad de acceder a la protección social contributiva. El propósito de dichos programas es lograr romper con la reproducción intergeneracional de la pobreza, por lo que su población meta tiende a ser familias con hijos en edad escolar y/o de primera infancia, contribuyendo a la protección de las primeras etapas del ciclo de vida (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2011). En el corto plazo, los PTC generan un incremento de los ingresos disponibles para el consumo básico de las familias, facilitando el acceso de los destinatarios a la utilización de los servicios de salud y educativos, contribuyendo a conseguir el objetivo de largo plazo respecto al fortalecimiento de las capacidades humanas (Barrientos, 2011). Pero, ¿por qué no, simplemente, se entrega el dinero directamente a los hogares destinatarios? Según Barrientos (2011), los principales argumentos sobre la aplicación de las condicionalidades son: 1) señalan a los destinatarios que la inversión en capacidades humanas es importante; 2) al ser las madres las principales receptoras de las (3) En adelante PTC.

Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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ción de los mercados laborales (Cecchini & Martínez, 2011). Cada uno de estos componentes de la protección social opera con instrumentos particulares que se señalan en el diagrama 1².

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Investigación transferencias, habrá un posible mayor impacto entre los niños y niñas del hogar debido a una mejor utilización de la transferencia y del cumplimiento de las condicionalidades, en vez de una transferencia directa de ingresos cuya utilización estaría limitada por las diferencias de género en el hogar y 3) en caso de una insuficiente oferta de servicios, las condicionalidades podrían tener el efecto de una mayor coordinación y prioridad de la cobertura de servicios sociales en los hogares más pobres. 2.2 Nacimiento y evolución de los PTC en América Latina

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Los Programas de Transferencias Condicionadas en América Latina y el Caribe comenzaron a implementarse a mediados de la década de 1990, primero en México (Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa)) y posteriormente, en Brasil (Bolsa Escola del Distrito Federal, antecedente directo del Programa Bolsa Escola Federal). A fines de 1998 estos programas beneficiaban a 8.700.000 personas, aproximadamente. En el año 2000 los PTC cubrían a alrededor del 5,7% de la población total de la región, y en el 2005, dicha cobertura aumenta hasta el 13,5% de la población total de la región. Y para el 2010, alrededor de 113 millones de personas, que representan el 19,3% de los latinoamericanos y caribeños, formaban parte de dichos programas de transferencias de ingresos (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2011).

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Al igual que el número de beneficiarios, los presupuestos de los PTC respecto al PIB regional también han experimentado un continuo incremento en la última década. Entre el 2000 y 2009, el esfuerzo económico de los países se ha doblado desde un 0,19% del PIB de la región en el 2000 a un 0,4% en el 2009. Llama la atención que el presupuesto de los PTC, a nivel regional, no haya sufrido descensos durante la última crisis económica. La anterior tendencia es coincidente con lo que ha ocurrido con el conjunto de la inversión socialen la región4. Es Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

decir, la región no optó por contraer la inversión social durante la última recesión económica, marcando un hito en la historia regional sobre el cómo enfrentar las crisis económicas, a través de sostenibilidad y capacidades fiscales contracíclicas que permitieron financiar las políticas sociales en un período de crisis y volatilidad económica (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2010). Cecchini y Martínez (2011) a partir de una revisión detallada de los distintos PTC existentes en la región, proponen una tipología de clasificación basada en tres principios diferenciadores: 1) énfasis en objetivos de corto (generación de ingresos) o largo plazo (acumulación de capacidades humanas); 2) rol de las transferencias en la lógica del programa (incentivo o ingreso directo) y 3) tipos de condicionalidades respecto a las sanciones y su aplicación y verificación. Los programas de incentivo a la demanda con condicionalidad fuerte se caracterizan por establecer un esquema de una transferencia-una condición. En consecuencia, incentivan el cambio de comportamiento de los destinatarios hacia una mayor inversión en capacidades humanas a través de la generación de activos y utilización de los servicios disponibles en la oferta pública de educación y salud. Lo anterior se canaliza a través del monitoreo de las condicionalidades y la aplicación de las sanciones respectivas de los programas. Los programas de transferencia de ingresos con condicionalidad blanda se centran en la transferencia monetaria que suplementa el ingreso familiar, y la condicionalidad asociada refuerza y protege el capital humano, aunque con un monitoreo y verificación débil, o bien, sanciones

(4) Si bien se tiende a denominar gasto social, es pertinente hablar de inversión social por los retornos futuros en desarrollo humano asociados. Para mayores detalles, véase (Martínez & Collinao, 2010).


Y, en tercer lugar, sistemas o redes de coordinación programática con condicionalidades son aquellos donde se busca asegurar el acceso a prestaciones ofrecidas por distintos programas y en que las condicionalidades se acuerdan entre la familia y el acompañamiento familiar del programa, en base a una cantidad de criterios mínimos al interior de dimensiones de desarrollo que determina el programa. En esta última categoría se clasifica el programa Chile Solidario, ya que a través de los acompañamientos familiares se establece un nexo entre la oferta pública de servicios y programas sociales con la población con mayores carencias económicas del país.

3. LA EXPERIENCIA CHILENA: CHILE SOLIDARIO El programa Chile Solidario fue anunciado en la cuenta pública del 21 de mayo del 2002 por el Presidente Ricardo Lagos basado en el diagnóstico de que existía una pobreza estructural que no podía ser tratada únicamente con transferencias monetarias. Resultaba altamente necesario potenciar las capacidades humanas de las familias e integrarlas al crecimiento económico y a la institucionalidad social, dejando atrás una visión asistencialista de la política social y del combate a la pobreza. Concretamente, el propósito original de Chile Solidario fue “mejorar las

condiciones de vida de familias en extrema pobreza, generando las oportunidades y proveyendo los recursos que permitan recuperar o disponer de una capacidad funcional y resolutiva eficaz en el entorno personal, familiar, comunitario e institucional” para que de este modo, mejoraran sus condiciones socioeconómicas (Raczynski, 2008, p.9)). En consecuencia, Chile Solidario se emplaza como un programa intersectorial que busca activar las capacidades de las familias a través de la definición conjunta de metas a cumplir en siete dimensiones (identificación, salud, educación, ingresos, vivienda, trabajo y dinámica familiar). Esas metas deben ser trabajadas durante los dos primeros años de participación en el programa (Larrañaga & Contreras, 2010). Este programa está bajo la responsabilidad del Ministerio de Planificación y su ejecución es coordinada por la Secretaría Ejecutiva de Protección Social. No obstante, existen más servicios y ministerios sectoriales involucrados directa o indirectamente en su ejecución, constituyéndose en la política intersectorial más importante e innovador del país (Larrañaga & Contreras, 2010). El programa Chile Solidario se inició ocupando la infraestructura jurídica e institucional del programa Puente, que estaba en fase piloto en el año 2002. En 2004 se promulga la ley 19.949 que busca otorgar estabilidad jurídica y temporal a este programa pionero en la historia de la protección social en Chile (Larrañaga & Contreras, 2010). Este nuevo cuerpo legal define a la población meta como todas las familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Actualmente estas familias son seleccionadas a partir de la aplicación de la Ficha de Protección Social5 (ex Ficha CAS) aplicándose una prueba de medios indirecta (proxy (5) La actual administración ha señalado que va a reemplazar la Ficha de Protección Social con una nueva modalidad de evaluación y monitoreo.

Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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moderadas que no implican la cancelación del beneficio. Por ejemplo, en Bolsa Família al detectar el incumplimiento de las condicionalidades, los funcionarios investigan las causas directamente con las familias y acuerdan un mecanismo para superar la falta de cumplimiento de la condicionalidad de la transferencia. Un caso especial de este tipo de PTC lo representan aquellos programas donde las condicionalidades no son verificadas y/o no están asociadas a sanciones ni suspensiones de los destinatarios por motivos institucionales y/o presupuestarios.

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Investigación means test) que se refleja en el Índice de Calidad de Vida y su puntaje de corte son los 4.213 puntos6. La Ficha de Protección Social introduce una noción dinámica de la pobreza asociada a la vulnerabilidad, es decir, el riesgo de estar en pobreza debido a tres factores: bajo nivel de activos económicos, alta exposición de riesgos económicos y ausencia relativa de defensas (Herrera, Larrañaga, & Telias, 2010)

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Las familias permanecen por un tiempo máximo de 5 años en el programa. Durante los primeros años reciben el Bono de Protección, con montos que disminuyen cada 6 meses. Durante los últimos tres años, ellas son titulares del Bono de Egreso cuyo monto equivale al último Bono de Protección (Barrientos, Niño-Zarazúa, & Maitrot, 2010). De este modo, se establece un esquema de salida o “graduación” a través de transferencias mínimas, pero manteniendo al destinatario como sujeto prioritario de la política social. Los receptores prioritarios de los bonos de proteccion y egreso, y el Subsidio Único Familiar son las madres o mujeres jefas de hogar, siguiendo la tendencia de los distintos PTC de la región de tener preferencia por ellas debido a que se supone que utilizarán eficientemente la transferencia para incrementar el bienestar de su núcleo familiar (Cecchini & Madariaga, 2011). Esto supondría un empoderamiento de las mujeres, al tener mayor poder de decisión sobre el consumo familiar, mejorando su autoestima, autonomía y bienestar. Pero también existen críticas referidas a que dicho rol reproduce una visión maternalista del acceso de las mujeres a los recursos y servicios públicos, porque supone una función de instrumento de distribución y no de sujetos de acción (Martínez & Voorend, 2008). Al tratarse de un programa intersectorial, los componentes del Chile Solidario son variados y abarcan distintos

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(6) El puntaje se asigna según la capacidad de generación de ingresos. Ésta se calcula a partir de variables observables (escolaridad, experiencia laboral, afiliación laboral, entre otras) y del entorno. También se consideran los ingresos vinculados con transferencias monetarias y se optó por no incluir activos físicos como vivienda o bienes durables. Mayores detalles en Herrera, Larrañaga y Telias (2010)

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bonos exclusivos para los destinatarios del programa, subsidios no exclusivos pero con acceso y/o montos prioritarios, acompañamientos familiares de apoyo psicosocial y facilitación al acceso a la red de protección social que ofrece el Gobierno de Chile. Las características de cada uno de los componentes se detallan en el siguiente cuadro. Las sanciones contempladas en Chile Solidario son bastante flexibles comparadas con el esquema de sanciones de otros PTC de la región como el Programa Oportunidades. El Bono de Protección es el único bono con sanciones, que se aplican cuando existe un incumplimiento reiterado del compromiso de participación o no se cobra durante 6 meses continuos. Es decir, se da de baja al destinatario al detectarse una clara falta de interés y voluntad en participar para mejorar sus capacidades para superar su condición de vulnerabilidad. Los apoyos psicosociales de Chile Solidario tienen su origen en el programa Puente, a través del cual se buscan cumplir los 53 mínimos sociales en 7 las dimensiones explicitadas anteriormente y actúa como puerta de entrada al sistema de protección social chileno. Puente es ejecutado por FOSIS con oficinas en cada municipio a través de funcionarios municipales que realizan los acompañamientos familiares. En caso de que exista un déficit de personal, FOSIS provee la diferencia para apoyar la ejecución local de Puente. Además, el acompañamiento familiar debe establecer vínculos entre los beneficiarios de Chile Solidario y el conjunto de la oferta programática pública que tengan convenios centrales suscritos con MIDEPLAN (Larrañaga y Contreras, 2010; Cecchini y Madariaga, 2011). En el año 2005 se comenzó a hacer más especializado el acompañamiento familiar con la creación del programa Vínculos, orientado a adultos mayores. En el 2006 el programa Calle buscó acercar la oferta de servicios y mejorar algunas capacidades de las personas que se encuentran en situación de calle, y el 2009 comenzó a dar un acompa-


Cuadro 1: Componentes del Programa Chile Solidario. Principales características Máximo por Corresponsabilidad familia

Montos mín/ máx (2009)

Una por familia

Según se establece en contrato familiar

$6.500/$13.194

Mensual

Madre o jefa de hogar

Una por familia

Cumplimiento de los mínimos acordados en fase acompañamiento

$6. 500

Retiro de efectivo

Mensual

Madre o jefa de hogar

No tiene

No tiene

$6. 500

Plana

Retiro de efectivo

Mensual

Destinatario directo/a

No tiene

No tiene

$75.000

Plana

Descuento sobre valor

Mensual

Jefe/a de hogar

Una por familia

Anual

Destinatario/a directo/a

No tiene

Destinatarios

Modalidad

Periocidad

Receptor

Bono de Protección

Todas las familias en fase acompañamiento

Plana

Retiro de efectivo

Mensual

Madre o jefa de hogar

Bono de Egreso

Todas las familias que terminaron fase acompañamiento

Plana

Retiro de efectivo

Subsidio Único Familiar

Hijos/as menores de 18 años, mujeres embarazadas, discapacitados físicos y mentales

Plana

Pensión Básica Solidaria

Adultos mayores de 65 años

Subsidio Agua Potable

Todas las familias

Subsidio proretención Escolar

Sostenedores de colegios municipales, subvencionados y técnicosprofesionales

Subsidio cédula Identidad

Todas las familias

Acompañamiento Familiar

Todas las familias

Vinculación otros programas

Todas las familias

Plana

Descuento sobre valor

Una sola vez

Destinatario directo/a

No tiene

100% hasta 15m3 de consumo mensual

No tiene

No tiene

El destinatario debe cancelar $ 500 para la obtención de la cédula.

Todos los miembros de la familia

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de datos de programas de protección social no contributiva, División de Desarrollo Social, CEPAL <http://dds. cepal.org/bdptc > Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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Forma de entrega

Componentes

29


Investigación ñamiento más especializado a los menores cuyos padres estén privados de libertad, a través del programa Construyendo Caminos. 3.1 Presupuestos y montos del Chile Solidario El presupuesto de Chile Solidario ha aumentado significativamente7: entre 2003 y 2010 aumentó 10,9 veces en términos nominales y 8,9 veces en términos reales8. El crecimiento promedio interanual nominal en dicho periodo es de 69,7%, cuyo rango varía entre 395,3% entre el 2003 y 2004 explicado principalmente por el ingreso de las primeras familias, mientras que el menor crecimiento nominal del presupuesto fue de -2,4% entre el 2009 y 2010. En términos reales, el crecimiento promedio interanual fue de 65,3%, con un peak de crecimiento del 386% y una caída real de -5,1% entre 2009 y 2010.   Gráfico 1: Presupuesto del programa Chile Solidario. En millones de pesos corrientes y constantes 180.000

160872 160872

Millones de pesos

160.000 140.000 120.000 100.000

83716

80.000

82480

77730

60.000

63713

51367

40.000

69996

86043

98649 92454

73577

81868

2007

2008

93599 90259

40865

20.000 10570 8251

0 2003

2004

2005

Mill. de pesos corrientes

2006

2009

2010

2011

Mill. de pesos constantes

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de datos de programas de protección social no contributiva, División de Desarrollo Social, CEPAL<http://

lo hace Oportunidades en México, la Asignación Universal por Hijo para Protección Social en Argentina o Bolsa Familia en Brasil, entre muchos otros PTC de la región. La principal innovación y su idea fuerte es ser el vaso comunicante entre los servicios y programas públicos con las familias más excluidas, además de generar las aptitudes necesarias que permitan ejecutar capacidades para superar dicha condición por parte de las familias a través del acompañamiento familiar. Replicando lo realizado por Cecchini y Madariaga (2011) acerca de la relación entre los montos mínimos y máximos de las transferencias en relación a las líneas de pobreza e indigencia de los países de América Latina y el Caribe, podemos decir que los montos involucrados en Chile Solidario se caracterizan por representar un bajo porcentaje de las líneas de pobreza e indigencia9. La excepción se genera en el caso de que el hogar beneficiario tenga algún miembro elegible para recibir la Pensión Asistencial o Pensión Básica Solidaria (posterior a la reforma previsional de 2008). Como límite mínimo se ha definido el monto recibido por una familia que por ser destinataria de Chile Solidario tiene derecho al monto inferior del Bono de Protección (o recibir el Bono de Egreso) y el Subsidio Único Familiar como base. Dicho monto para el 2003 alcanzaba los $ 2.017 (US$ 2,9)10 corrientes mensuales per cápita, mientras que para el 2006 se incrementó hasta $ 2.211 (US$ 4,2) corrientes per cápita y en 2009 el monto límite mínimo era de $ 3.095 (US$ 5,5) corrientes per cápita mensual.

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dds.cepal.org/bdptc >

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Como se mencionó anteriormente, la centralidad de Chile Solidario no radica en transferir montos significativos para superar la condición de pobreza o indigencia como (7) El presupuesto del 2011 contempla la entrada en operación de la Asignación Social, que será revisado con mayor profundidad en otra sección del documento. (8) Los valores constantes están actualizados a pesos chilenos de abril de 2011.

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(9) Según la metodología utilizada por la CEPAL, la línea de indigencia y pobreza se calculan sobre la base del costo de una canasta alimentaria per cápita según área geográfica. Ambos valores se actualizaban según la variación anual del IPC general (similar a la metodología utilizada por MIDEPLAN), pero desde 2009 la metodología de actualización de la línea de indigencia se rige por la variación anual del IPC de los alimentos y bebidas no alcohólicas, mientras que el componente no alimentario continua siendo actualizada según la variación anual del IPC general. (10) Los montos en dólares se calcularon según la tasa de cambio de la serie “rf” del Fondo Monetario Internacional (FMI)


Como límite máximo se ha definido el monto recibido por una familia que por ser destinatario de Chile Solidario tiene derecho al monto más alto del Bono de Protección, el Subsidio Único Familiar y la Pensión Básica Solidaria11. El monto para el 2003 alcanzaba los $ 10.331 (US$ 14,9) corrientes per cápita, mientras que para el 2006 se incrementó a $ 13.719 (US$ 25,9) corrientes per cápita y en 2009, cuando ya entra en operación la Pensión Básica Solidaria el monto límite máximo corresponde a $ 22.546 US$ (40,2) corrientes per cápita. En 2003, los montos máximos per cápita de las transferencias monetarias representaron el 47% de la línea de indigencia urbana y 61% de la línea de indigencia para las áreas rurales. Mientras, su importancia relativa respecto a la línea de pobreza era de 24% para las zonas urbanas y de 35% en las áreas rurales. Estos porcentajes experimentaron un alza significativa en 2006: entonces, el programa Chile Solidario significó un máximo de 58% de la línea de indigencia urbana y 76% de la línea de indigencia rural. Respecto de la línea de pobreza de 2006, el límite máximo representó el 29% de los ingresos per cápita de las personas en áreas urbanas y 43% en las zonas rurales. Por último, el incremento (11) La Pensión Básica Solidaria se creó a partir de la Reforma Previsional iniciada en el Gobierno de Michelle Bachelet en 2008. Anterior a dicha reforma, la pensión básica se llamaba Pensión Asistencial (PASIS).

en las prestaciones de la nueva Pensión Básica Solidaria derivó en una consecuente mayor importancia relativa de los montos según las líneas de indigencia y pobreza para 2009. Lo anterior se refleja en una equivalencia del 72% de la línea de extrema pobreza urbana y 93% para las áreas rurales para el límite máximo del monto per cápita. Dichos porcentajes son menos significativos para la línea de pobreza, alcanzando un 40% de ésta en las zonas urbanas, y un 58% en las zonas rurales12. Pero el monto mínimo alcanzó un valor de $ 3.095 (US$ 5,5) equivalente al 10% y 13% de la línea de indigencia urbana y rural, respectivamente. A partir de la revisión anterior, se puede concluir que los montos de las transferencias a la que tienen acceso los destinatarios de Chile Solidario (incluyendo el Subsidio Único Familiar y la Pensión Básica Solidaria) no bastan por sí solos para superar la condición de extrema pobreza. Esta situación se matiza si el destinatario tiene acceso a las pensiones no contributivas. En consecuencia, si la estrategia de superación de la pobreza extrema de Chile Solidario se orientara solamente a apoyar monetariamente a las familias destinatarias, resultarían altamente insuficientes para alcanzar dicha meta en función de su baja importancia relativa respecto a las líneas de pobreza e indigencia y la no superación del déficit mensual de ingresos de la población indigente. La excepción corresponde a la Pensión Básica Solidaria, cuyo monto supera el 100% del déficit mensual promedio de los recursos monetarios de la población indigente en zonas urbanas y rurales, pero no logra superar el déficit mensual promedio de ingresos para la población pobre, salvo la que reside en zonas rurales (Cecchini y Madariaga, 2011). Asimismo, la evidencia existente nos indica que el impacto de Chile Solidario sobre los ingresos, utilizando la encuesta panel Chile Solidario 2003-2004, es bajo y no existen diferencias estadísticamente significativas entre los ho (12) Para mayores detalles de los montos e importancia según las líneas de pobreza e indigencia de cada año, véase el cuadro 1 del anexo.

Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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En 2003, ambas transferencias representaron un 9% de la línea de indigencia urbana y 12% de la línea de extrema pobreza para las áreas rurales. Mientras que su importancia relativa respecto a la línea de pobreza era del 5% para las zonas urbanas y el 7% de los ingresos per cápita de las personas residentes en áreas rurales. Dichos porcentajes se mantuvieron en el 2006, pero sufrieron variaciones en el año 2009, debido a que los $ 3.095 (US$ 5,5) equivalen al 10% y 13% de la línea de indigencia urbana y rural, respectivamente. Pero no sufrió variaciones en su relevancia según la línea de pobreza urbana y se incrementó en 1 punto porcentual para la línea de pobreza rural del 2009.

31


Investigación gares beneficiarios y no beneficiarios. Una de las razones que plantea Galasso (2011) es que algunos hogares activos no participan en la red de transferencias monetarias al cual ellos tienen derecho por ser parte de Chile Solidario. 3.2 Logros y críticas13 Las principales debilidades que se han diagnosticado respecto del programa, corresponden a un bajo cumplimiento de las metas asociadas a inserción laboral y generación de ingresos por parte de las familias usuarias, elementos claves para la reducción de la extrema pobreza.

revistacis

MIDEPLAN (2009) detectó en las familias egresadas del programa Puente un predominio de trabajo inestable y mal remunerado, presente en el 83,3% de los hogares destinatarios. Además, la situación laboral se agrava por un predominio de actividades laborales por cuenta propia, asociadas a actividades de sobrevivencia con bajos niveles de escolaridad. Por otra parte, Hoces de la Guardia, Hojman y Larrañaga (2011), utilizando las bases de datos de las fichas CAS y de Protección Social entre 2000 y 2006, detectaron que existe una diferencia significativa en la empleabilidad del jefe de hogar en las cohortes de hogares participantes que empezaron el 2002 respecto a los hogares que ingresaron el primer semestre de 2003. También aumentó a nivel general el número y porcentaje de personas trabajando en el hogar en ambas cohortes. Pero el impacto en ingresos no es positivo para todos los hogares beneficiarios: mientras que en las cohortes del 2002 se percibe un impacto positivo, para los hogares que ingresaron al programa durante el primer semestre del 2003 el ingreso per cápita y del jefe de hogar es negativo y estadísticamente significativo (Hoces de la Guardia, Hojman, & Larrañaga, 2011).

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(13) Cabe destacar que una limitación de las evaluaciones se debe a los problemas de calidad de los datos generados por la Encuesta Panel Chile Solidario, que fue ejecutada posteriormente a la implementación del programa y que debiera ser el principal insumo para dichas investigaciones (Larrañaga & Contreras, 2010). Esto redunda en que los avances en determinados indicadores de impacto no pueden ser directamente atribuidos a los resultados de Chile Solidario.

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Al revisar algunos estudios sobre la intermediación laboral que ofrece SENCE para beneficiarios de Chile Solidario, a través del programa Bonificación de Contratación de Mano de Obra, en 2008 ésta tenía una tasa de uso del 50% y similar porcentaje encontró un puesto de trabajo durante el período de 4 meses inmediatamente siguiente. Contrariamente a ello, la habilitación sociolaboral para jóvenes beneficiarios de Chile Solidario, ejecutada desde 2007 y consistente en la realización de talleres que fomenten la importancia del cumplimiento de rutinas y funciones laborales, resultó en un porcentaje de empleabilidad de éstos de solamente un 1,6% en diciembre de 2008 (Organización de los Estados Americanos (OEA)/ Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)/ Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2010). Resultados similares se observan a partir de los programas de microemprendimiento ejecutados por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) para beneficiarios de Chile Solidario: las actividades financiadas tienen bajos retornos económicos, por lo que se transforman en una ocupación secundaria cuando logran insertarse como asalariados en el mercado laboral. De no lograr una inserción laboral formal, los destinatarios utilizan los proyectos de microemprendimiento como actividad de sobrevivencia. Las razones son variadas y van desde la falta de conocimientos en administración y negocios, problemas domésticos, hasta la presencia potenciales consumidores/ clientes con bajos ingresos. Es posible plantear que parte de estos factores pueden ser abordados por estos programas, por ejemplo, proveyendo cursos de capacitación en administración y contabilidad básica. Sin embargo, hay otros factores que son estructurales a la sociedad chilena, como la alta segmentación de los mercados locales y que difícilmente estos programas pueden modificar por sí solos (Organización de los Estados Americanos (OEA)/ Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)/ Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2010).


Respecto al impacto de Chile Solidario en la reducción de la pobreza, entre 2003 y 2006, Carneiro, Galasso y Ginja (2009) identifican un efecto positivo en los hogares beneficiarios situados en zonas rurales, y en los que son encabezados por jefes de hogar con educación básica incompleta. Sin embargo, este impacto no representa más de 0,1 puntos porcentuales de la línea de indigencia a nivel nacional. Los logros de Chile Solidario han sido igualmente reconocidos, y han situado a este programa como uno de referencia en la región. Una mención especial en este aspecto merece el componente de los acompañamientos familiares. La evidencia indica que entre las familias beneficiarias hay una mayor disposición a invertir en capital humano y mayor autoestima y percepción de sí mismos. Esto es especialmente destacable en las zonas urbanas y es atribuible directamente los apoyos familiares (Galasso & Carneiro, s/f; Gallaso, 2011). También hay una percepción de mayor cercanía del Estado generando un acercamiento de los servicios sociales y espacios de reflexión, pero dicho efecto se debilita después de la finalización del apoyo psicosocial correspondiente, porque no se logra generar una concientización y actitud hacia la propia iniciativa de los

destinatarios y una relación consolidada con los servicios sociales. (Nun & Trucco, 2008). Las familias beneficiarias perciben una mayor cercanía del Estado gracias a las visitas domiciliarias de los apoyos familiares, quienes acercan la batería de programas estatales a los requerimientos específicos de los destinatarios y generan un espacio de reflexión conjunto, que previamente a la puesta en marcha del programa no era suficientemente valorado. Un segundo ámbito de logro del programa es el de la mayor utilización de los servicios educativos y de salud por parte de los beneficiarios (Larrañaga, Contreras, & Ruiz-Tagle, 2009). La matrícula pre-escolar aumentó entre 4 y 6 puntos porcentuales, y la de educación básica entre 7 y 9 puntos. Al mismo tiempo, existe un incremento de 4 a 6 puntos en las visitas de prevención que realizan los/las niños menores de 6 años a centros de salud en zonas rurales, y entre 6 y 7 puntos, en los controles de Papanicolaou en mujeres mayores de 35 años (Galasso, 2006).

4. INGRESO ÉTICO FAMILIAR Y ASIGNACIÓN SOCIAL: ¿HACIA UNA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA EXTREMA EN 2014? El Gobierno del Presidente Piñera tiene como objetivo erradicar la extrema pobreza en 2014 y sentar las bases necesarias para erradicar la pobreza en 2018. Con este objetivo, se encuentra promoviendo una serie de reformas institucionales y programáticas. En términos institucionales, se busca reemplazar el Ministerio de Planificación por un nuevo Ministerio de Desarrollo Social que buscará mejorar la efectividad de los programas sociales del país. El futuro Ministerio estará compuesto por dos subsecretarías: Evaluación Social (evaluación y monitoreo de los programas sociales) y Servicios Sociales (integración, administración y ejecución de los Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

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Un tercer elemento del programa Chile Solidario sobre el que se han elaborado críticas, es su diseño. Según Larrañaga y Contreras (2010), éste correspondió a un diagnóstico errado por parte de MIDEPLAN en el origen de Chile Solidario que postulaba la existencia de un núcleo estático de pobreza extrema. Sin embargo, los datos de la Encuesta Panel de Chile Solidario entregan evidencia contraria a esta información, indicando que existe una alta rotación de las familias que viven en situación de pobreza extrema. Por otra parte, los autores aluden a que, en el momento de ingresar al programa Puente, el 80% de las familias reportan un cumplimiento de al menos 40 de las 53 metas a ser trabajadas. De esta forma, no sería posible generar datos robustos respecto de los impactos del programa en la situación de indigencia de los destinatarios (Larrañaga & Contreras, 2010).

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Investigación distintos servicios y prestaciones sociales) (Gobierno de Chile, 2010). En tanto, en términos programáticos, se ha anunciado en los Mensajes a la Nación del Presidente de la República ante el Congreso Pleno de 2010 y 2011 la creación de la principal herramienta para lograr dichas metas: el Ingreso Ético Familiar que está operando en su primera fase como Programa Bonificación al Ingreso Ético Familiar o “Asignación Social”. La Asignación Social empezó su operación en abril de 2011, y está reglamentada por el Decreto 29 del 7 de marzo de 2011. El organismo responsable de este programa es MIDE-

PLAN y los pagos se realizan en las distintas oficinas del Instituto de Previsión Social (IPS). Esta nueva transferencia está compuesta por una asignación base y sucesivos incrementos según el cumplimiento de condicionalidades, las cuales son: asignación por escolaridad (matrícula y asistencia), control del niño sano e inserción laboral de la mujer. Las mujeres madres o jefas de hogar son las receptoras, pero no tienen la exclusividad para certificar el cumplimiento de las condicionalidades. Los montos de todas estas transferencias no son planas (como en el programa Chile Solidario original), sino que según nivel de ingresos del hogar. Las principales características se presentan en el cuadro 2.

revistacis

Cuadro 2: Componentes del Programa de Bonificación al Ingreso Ético Familiar (Asignación Social). Principales características

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Componentes

Destinatarios

Modalidad

Asgnación Base

Todas las personas/familias destinatarias

Según características destinataa rio/hogar

Asignación por Esolaridad (Matrícula)

Hijos/as entre 6 y 18 años

Asignación por Esolaridad (Asistencia)

Forma de entrega

Máximo por familia

Corresponsabilidad

Madre o jefa de hogar

No tiene

No tiene

d

Madre o jefa de hogar

No tiene

Matrícula en establecimiento educacional reconocido por el Ministerio de Educación

Anual

e

Madre o jefa de hogar

No tiene

Asistencia mínima de 85%

Retiro de efectivo

Semestral/ Anual

Madre o jefa de hogar

No tiene

Controles de salud de niños/as entre 0 y 5 años

Retiro de efectivo

Anual

Destinatario directo/a

No tiene

Periocidad

Receptor

Retiro de efectivo

Mensual

Según características destinatab rio/hogar

Retiro de efectivo

Anual

Hijos/as entre 6 y 18 años

Según características destinatab rio/hogar

Retiro de efectivo

Asignación por Control Niño Sano

Hijos/as entre 0 y 5 años

Según características destinatab rio/hogar

Asignación por Inserción Laboral de la Mujer

Mujeres mayores de 18 años sin cotizaciones entre abril 2009 y marzo 2011 y al menos 3 cotizaciones continuas entre abril y octubre de 2011

Según características destinac tario

a Considera el puntaje obtenido en la Ficha de Protección Social (FPS); b Considera el puntaje obtenido en la Ficha de Protección Social (FPS) y la antigüedad de la familia en Asignación Social; c Considera el salario promedio obtenido entre abril y octubre del 2011; d Los meses considerados para calcular el monto final de asignación son Abril y Mayo de 2011; d Los meses considerados para calcular el monto final de asignación son entre Junio a Diciembre de 2011

Fuente: Elaboración propia a partir de Cecchini y Madariaga (2011) y Base de datos de programas de protección social no contributiva, División de Desarrollo Social, CEPAL <http://dds.cepal.org/bdptc > Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis


El presupuesto de la Asignación Social está contemplado en la Ley de Presupuestos del Sector Público14, al interior de la partida correspondiente al Sistema Chile Solidario, con una suma de CLP$ 64.046.000.000 (US$ 134.680.574). Este monto corresponde a un incremento del 39,8% respecto del total del presupuesto asignado en 2011 para Chile Solidario. Los beneficiarios de esta nueva transferencia monetaria son los hogares o personas que forman parte del Programa Chile Solidario, que se encuentren recibiendo los Bonos de Protección o de Egreso, o que cuenten con acompañamiento familiar. A su vez, deben encontrarse en situación de pobreza extrema, según lo certifica su puntaje en la Ficha de Protección Social (4.213 puntos o menos). Los nuevos destinatarios que ingresen a Chile Solidario entre el 1 de Abril y el 31 de Diciembre de 2011 y que cumplan con ( 14) El financiamiento forma parte de la partida presupuestaria del Ministerio de Planificación, capítulo de la Subsecretaría de Planificación, en el ítem 010.

los requisitos anteriores también tienen derecho a recibir dicha prestación a través de las distintas oficinas del IPS (Gobierno de Chile, 2011). En caso de que una familia no realice el cobro de las transferencias por 3 meses consecutivos sin ninguna justificación, serán dados de baja del padrón de beneficiarios activos. No obstante, el Decreto vigente explicita que las otras asignaciones son otorgadas en caso de cumplimiento de las condicionalidades, es decir, está sujeta a realizar la condicionalidad para tener derecho a recibir la transferencia monetaria (Gobierno de Chile, 2011). Los montos son calculados diferenciadamente en función del número de integrantes elegibles y el puntaje del hogar en la Ficha de Protección Social, entre otras características. El detalle para cada uno de las asignaciones y los montos se presentan en el siguiente cuadro.

Cuadro 3: Componentes del Programa de Bonificación al Ingreso Ético Familiar (Asignación Social). Montos y criterios de transferencias MIEMBRO ELEGIBLES

MONTOS Puntaje FPS Menor o igual 2.515: $ 7.500 Entre 2.516 y 3.207: $ 6.000 Mayor a 3.208 y menor o igual a 4.213: $ 4.500 Puntaje FPS Menor o igual 2.515: $ 5.000 Entre 2.516 y 3.207: $ 4.000 Mayor a 3.208 y menor o igual a 4.213: $ 3.000

Asgnación Base

Todos los miembros del hogar

Asignación por Esolaridad (Matrícula)

Número de hijos/as entre 6 y 18 años

Asignación por Esolaridad (Asistencia)

Número de hijos/as entre 6 y 18 años

Puntaje FPS Menor o igual 2.515: $ 5.000 Entre 2.516 y 3.207: $ 4.000 Mayor a 3.208 y menor o igual a 4.213: $ 3.000

Asignación por Control Niño Sano

Número de hijos/as entre 0 y 5 años

Puntaje FPS Menor o igual 2.515: $ 5.000 Entre 2.516 y 3.207: $ 4.000 Mayor a 3.208 y menor o igual a 4.213: $ 3.000

Asignación por Inserción Laboral de la Mujer

Número de mujeres mayores de 18 años que cumplen con requisitos de cotización

Promedio remuneraciones en cotizaciones abril-octubre 2011 Igual o menor a $ 172.000: 10% del promedio multiplicado por 3 Mayor de $ 172.000 y menor o igual a $ 215.000: $ 51.600 Mayor de $ 215.000 y menor a $ 387.000: $ 17.200 menos 10% de diferencia entre promedio y $215.000. El resultado se multiplica por 3

Fuente: Elaboración propia a partir de Gobierno de Chile (2011) Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

revistacis

COMPONENTES

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Investigación Las condicionalidades ocupan un lugar central en el diseño de la Asignación Social, con el objetivo declarado de aumentar la utilización de los servicios sociales. La definición de las condicionalidades no es producto del trabajo de acompañamiento familiar, sino que está predefinida de antemano, tal como la mayoría de los PTC que se ejecutan en América Latina y el Caribe. En consecuencia, con la inserción de condicionalidades monitoreadas, y sus respectivas sanciones en caso de incumplimiento y el incremento del valor de las transferencias para suplementar ingresos bajos, se adopta la lógica de los PTC con condicionalidad débil, con un resultado esperado de disminución de la pobreza y la desigualdad como objetivo prioritario15 (Cecchini & Madariaga, 2011). 4.1 Asignación Social y clasificación de los PTC

ten diferencias relevantes según se trate de educación básica o media: un menor porcentaje de niños y niñas asisten al nivel de educación media que al básico (véase cuadro 4). Cuadro 4: Tasa neta de asistencia a educación básica y media entre niños y niñas entre 6 y 18 años, según pobreza e indigencia (2009). Cuadro 4: Tasa neta de asistencia a educación básica y media entre niños y niñas de entre 6 y 18 años según pobreza e indigencia (2009)

INDIGENTES

POBRES

NO POBRES

Total

Básica

93,35%

95,79%

97,79%

97,31%

Media

85,17%

86,46%

86,37%

86,32%

Total

90,5%

92,5%

93,8%

93,4%

revistacis

Fuente: Elaboración propia a partir de CASEN 2009

36

Como se señaló anteriormente, los PTC tienen como objetivo incrementar la inversión del hogar en capacidades humanas, la capacidad de consumo y el uso de los servicios sociales. Las asignaciones específicas para salud y educación de la Asignación Social actúan como un incentivo a la población extremadamente pobre para acceder a los servicios educativos y de salud durante la primera infancia. En otras palabras, contribuye al mejoramiento en el acceso a los servicios públicos, incrementando los indicadores intermedios de desarrollo humano, pero no tiene una incidencia directa sobre los resultados finales en educación y salud.

Por lo tanto, podría ser importante considerar montos diferenciados de las transferencias, aumentándolas a medida que se avanza en los niveles de educación, de manera de incentivar la asistencia y disminuir la deserción escolar entre los jóvenes. Existen varios ejemplos de entrega de montos mayores para estudiantes secundarios, como es el caso de Bono variable adolescente de Bolsa Família (Brasil), el subsidio educativo de los Subsidios Condicionados a la Asistencia Escolar (programa local de Bogotá, Colombia) o el apoyo educativo del Programa Oportunidades de México.

Según la CASEN 200916, entre los niños y niñas entre 6 y 18 años, el 93,4% asiste a algún establecimiento educacional. Dicho porcentaje es algo menor entre los indigentes (90,5%) y pobres no indigentes (92,5%). Sin embargo, exis-

También, se recomienda ampliar los beneficios y la cobertura hacia los menores de 3 a 5 años para promover el acceso a la educación pre-escolar y reforzar de forma efectiva los incrementos de capital humano en las primeras etapas del ciclo de vida (León, 2008)

(15) La no disponibilidad de una guía de operaciones no permite determinar de buena forma la severidad o la inclusión de sanciones anexas, por lo que resulta temprano determinar que se trate de un PTC con monitoreo de sanciones fuertes. (16) Según las líneas de pobreza e indigencia de la CEPAL. Para mayores detalles, véase el anexo estadístico del Panorama Social 2010.

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Las causas para no asistir a un establecimiento educacional son diversas y las principales están indicadas en el cuadro 5. No figuran entre las principales razones proble-


Entre los niños/as de 7 a 13 años que debieran estar cursando la enseñanza básica, las principales razones de no asistencia entre los indigentes son razones de índole económica, mientras que entre los niños/as pobres no indigentes y no pobres existen problemas de insuficiencia de ingresos, pero también debido a bajo rendimiento escolar o cancelación de la matrícula. Por último, tanto en indigentes como en no pobres, existe un cierto desinterés en asistir a la educación básica. Pero entre los niños y niñas de 14 a 18 años, las razones de no asistencia están vinculadas con la maternidad o paternidad, además de razones económicos y desinterés. A diferencia de algunas de las razones de no asistencia para la enseñanza básica, no están entre las más importantes problemas relacionados con el rendimiento académico o expulsión del estudiante del recinto educacional. Es posible plantear que estas razones de no asistencia podrían ser aspectos a ser abordados por la Asignación Social, si se introducen los diseños respectivos y que garanticen el derecho a la educación a través de transferencias monetarias que permitan superar el costo de oportunidad que conlleva a las familias a retirar a los niños y niñas del sistema educativo. También es relevante la conciliación entre educación y cuidado, para disminuir la deserción escolar vinculada por razones familiares derivadas del embarazo adolescente. La relevancia que puede adquirir el apoyo psicosocial radica en resaltar el valor y el impacto de la educación en las trayectorias de empleabilidad y vida de las personas. Además, resulta necesario poder vincular a las jóvenes con embarazo adolescente a la oferta de protección que les permita conciliar trabajo, estudio y cuidado y evitar

Cuadro 5: Principales razones de no asistencia a educación básica y media entre niños y niñas entre 6 y 18 años, según pobreza e indigencia (2009) Orden principales razones de no asistencia

1

Indigente Básica

Mediaa

Básica

Dificultad económica

Trabaja/ Busca trabajo (16,62%)

Problemas de rendimiento (15,61%)

(41,18%)

2

3

Pobres no indigentes

Dificultad acceso o movilización (7,36%)

Paternidad/ Expulsión o maternidad cancelación de matrícula (6,76%) (11,19%)

No le interesa

No le interesa

(7,12%)

(8,28%)

Mediaa

Básica

Dificultad Dificultad económica económica

Mediaa Trabaja/ Busca trabajo (14,69%)

(12,84%)

(15,41%)

No le interesa

Problemas de rendimiento

(9,99%)

(11,83%)

Prueba Selección Universitaria (9,62%)

No le interesa

Dificultad económica

(11,31%)

(8,71%)

Dificultad Paternidad/ económica maternidad (6,66%)

No Pobres

(9,01%)

Nota: a No se consideró como prioritaria la razón de “Terminó de estudiar”.

Fuente: Elaboración propia a partir de CASEN 2009.

la deserción escolar. En consecuencia, los incentivos monetarios de la Asignación Social debieran generar las condiciones para la inserción en el trabajo hasta haber completado la educación media, pero no son suficientes sin apoyo psicosocial. Respecto a la salud de los menores de 5 años, el 65, 4% tienen un estado nutricional normal. En el 2009 los estados nutricionales problemáticos se concentran en el diagnóstico de 31,8% de sobrepeso (incluyendo obesidad) en este grupo de edad, mientras la desnutrición infantil en el país es más bien marginal aunque todavía está presente en 2,9% de los niños de 0 a 5 años17. Mientras, la cobertura de las vacunas BCG (recién nacido), Pentavalente (3era dosis) y Trivírica (12 meses), en la población de 0 a 5 años, es del 97,3%, 94,1% y 91,6%, respectivamente (Ministerio de Salud, s.f). (17) La desnutrición infantil se desagrega en 0,5% de desnutridos, 2,4% en riesgo de desnutrición y 0,05% en riesgo de desnutrición secundaria (consumen alimentos adecuados, pero no son procesados de forma óptima por el organismo debido a problemas fisiológicos).

Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

revistacis

mas relacionados con la oferta de los servicios educativos (inexistencia de establecimiento cercano o dificultad de acceso y movilización).

37


Investigación Según la CASEN 2009, los menores de 5 años en situación de extrema pobreza (49,0%) asisten más al control del niño sano que entre los pobres no indigentes (47,0%) y no pobres (46,5%). En todos los casos, la asistencia es inferior al 50% de los niños y niñas en esa edad. Al desagregar la información según grupos de edad, se puede determinar que no existen diferencias significativas en la realización del control de niño sano según grupos de ingresos por agrupación de edad. En consecuencia, la cobertura en salud preventiva infantil pre-escolar no realiza una distinción significativa según nivel socioeconómico de los beneficiarios.

3 a 5 años 58,68

57,17

60

61,27

0 a 2 años 59,89

70

61,52

65,14

Gráfico 2: Realización de control de salud en los últimos 3 meses entre niños y niñas menores de 5 años, según pobreza, indigencia, no pobres y grupos de edad (2009)

sas de inmunización infantil con una cobertura universal y procurar incentivar la realización del control del niño sano entre los menores de 5 años en condición de indigencia. Obviamente, no es responsabilidad exclusiva de esta bonificación lograr cumplir estos indicadores de desarrollo humano, pero ésta puede contribuir a mejorar dichos niveles al incentivar un cambio de conductas entre los hogares con menores elegibles. Para el cumplimiento y sostenibilidad de estos objetivos, es también fundamental considerar el rol del trabajo psicosocial del acompañamiento familiar en la futura implementación del Ingreso Ético Familiar, especialmente si se consideran los positivos resultados de este componente identificados en la sección 3.2 y las características de las familias destinatarias. 4.2 Diferencias en los montos de la Asignación Social y de los bonos de Chile Solidario: los límites mínimos de la nueva transferencia para la pobreza extrema A primera vista, los montos de la Asignación Social son considerablemente más altos que los de los bonos de Chile Solidario en su versión original. Pero, ¿cuánto varían, exactamente, los montos y qué porcentajes representan de las líneas de pobreza e indigencia según área geográfica?

35,22

38,30

35,79

41,11 33,71

40

37,15

50

30

20

3,02 3,51

Otro control

No hizo Control Otro control niño sano control No pobre

1,29 1,15

1,72

4,31

10

0 No hizo Control control niño sano Indigente

Otro control

No hizo Control control niño sano Pobre

revistacis

Fuente: Elaboración propia a partir de CASEN 2009

38

De este modo, lo que se esperaría como resultado del programa (entre otros posibles de ser generados, especialmente para la salud infantil) es, en el caso de la educación, incrementar la tasa neta de matrícula y asistencia para la educación primaria y especialmente secundaria entre los beneficiarios de esta nueva transferencia monetaria, y en el de la salud, disminuir la escasa brecha que separa las taRevista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Una familia (con o sin hijos) recibe, como mínimo, CLP$ 3.300 per cápita mensual por concepto de los bonos de Egreso de Chile Solidario y Subsidio Único Familiar. Adicionalmente al ser beneficiaria de la Asignación Social, los integrantes de una familia reciben como mínimo entre CLP$ 4.500 (US$ 9,5) y CLP$ 7.500 (US$ 15,8) per cápita mensual como base. Y si se suman las transferencias por salud y educación, el monto fluctúa entre CLP$ 10.500 (US$ 22,1) y CLP$ 17.500 (US$ 36,8) mensuales per cápita18. (18) Los valores de la Asignación Base y de las asignaciones adicionales por concepto de cumplimiento de las condicionalidades de salud y educación dependen del puntaje en la Ficha de Protección Social detallados en el cuadro 3.


En resumen, los montos que recibirá una familia que se encuentre en la fase de egreso de Chile Solidario se incrementarán entre 2,4 y 7,8 veces según el número y edad de los hijos, puntaje en la FPS y el cumplimiento íntegro de las condicionalidades. Esto se traduce en un mayor apoyo monetario de parte del Estado para las familias que están en una situación de extrema pobreza y en un probable mayor incentivo para cumplir con los objetivos de desarrollo humano en educación y salud infantil. Además, los montos y su importancia relativa según las líneas de pobreza e indigencia pasan a estar entre los cuatro más altos de la región (junto con Brasil, México y Costa Rica).

5. CONCLUSIONES A partir de la revisión expuesta en el presente artículo se puede concluir que, en comparación con el diseño original de Chile Solidario, la ejecución de la primera fase del Ingreso Ético Familiar constituye un avance, aunque todavía parcial, en la erradicación de la pobreza extrema. Esto, debido fundamentalmente al incremento en la importancia relativa de los montos de las transferencias según las líneas de pobreza e indigencia, especialmente entre las familias que muestran un puntaje extremadamente bajo en la Ficha de Protección Social. (19) El detalle de cada monto y su importancia relativa según las líneas de pobreza e indigencia se presentan en el cuadro 2 del anexo.

La inclusión de bonificaciones asociadas al cumplimiento de corresponsabilidades en salud y educación significa un diseño orientado disminuir los niveles de pobreza y desigualdad en los ingresos. El papel de las condicionalidades sobre la utilización de los servicios públicos es reforzar y proteger la situación de desarrollo humano (educación y salud) de las familias y personas. Al detectarse una deserción escolar en educación media asociada a factores económicos de las propias familias, sería pertinente establecer un monto mayor en las transferencias para los adolescentes mayores de 14 años, de manera de desincentivar en este grupo etáreo una inserción temprana al mundo laboral o evitar una inactividad prolongada de aquellos que desertan educacionalmente y no se insertan en espacios productivos. Al respecto, existe evidencia internacional de relativo éxito en Brasil (donde el beneficio variable por adolescente fluctúa entre los CLP$ 43.000 y CLP$ 48.000 mensuales por beneficiario) y México (el monto promedio del apoyo educativo de CLP$ 8.100 para primaria y CLP$ 18.700 para secundaria). Asimismo se debiera garantizar el acceso a un sistema nacional de cuidados para las adolescentes embarazadas, con el objetivo de no tener que desertar del centro educacional para poder atender los requerimientos de los hijos/ as. Y por otra parte, ampliar la cobertura de las transferencias condicionadas hacia los menores de 3 a 5 años para apoyar la tasa de matrícula a la educación pre-escolar de los hogares más vulnerables y empezar de forma temprana con la estrategia de fortalecimiento de las capacidades humanas. De acuerdo a los resultados positivos obtenidos para el componente de acompañamiento familiar, se podría optar por continuar con el apoyo psicosocial brindado por el programa, de manera de detectar y minimizar comportamientos que no contribuyan al éxito del programa, y fortalecer las habilidades psicosociales y laborales de los Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

revistacis

El monto total mínimo que puede recibir un individuo perteneciente a una familia destinataria es de CLP$ 7.800 (US$ 16,4) mensuales por cada integrante, equivalente al 23% de la línea de indigencia urbana y 30% en zonas rurales. Mientras el monto máximo que puede recibir cada integrante de una familia como mínimo es de CLP$ 20.800 (US$ 43,7) mensuales por persona representando el 62% y 81% de la línea de indigencia urbana y rural, respectivamente19.

39


Investigación destinatarios. Sin lugar a dudas, la asignación por inserción laboral de la mujer es una herramienta relevante, pero actualmente discriminaría a las mujeres en extrema pobreza que realizan actividades laborales en situación de informalidad. En consecuencia, en las condiciones actuales y sin un incentivo al mercado laboral que busque formalizar y/o contratar a las mujeres vulnerables social y económicamente, el impacto de este componente no sería significativo si no se flexibiliza o cambia la condición de formalidad laboral para mejorar la empleabilidad femenina20.

revistacis

En conclusión, la futura implementación del Ingreso Ético Familiar, aunque asume un perfil de un programa de incentivo a la demanda con condicionalidad leve, no debiera ser excluyente con el componente de apoyo psicosocial y familiar del actual Chile Solidario. Las principales implicancias radican en que el resultado final debiera traducirse en un incremento de los ingresos de las familias destinatarias y una consecuente reducción de la pobreza y extrema pobreza, en parte, por la implementación de la Asignación Social.

40

(20) La Encuesta Casen 2009 nos indica que el 46,19% de las mujeres indigentes mayores de 18 años que están ocupadas, no cotizan en ningún sistema, mientras que el 35,16% de las mujeres pobres son informales y solamente un 15,55% de las mujeres no pobres ocupadas no realizan cotizaciones previsionales.

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Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis


ANEXO Cuadro 1: Montos mínimos y máximos componentes de Chile Solidario como porcentaje de la línea de indigencia y pobreza (2003, 2006 y 2009)

TRANSFERENCIAS

AÑO

MONTO TRANSFERENCIA MÍN/MÁX (MONTOS PER CÁPITA)

MONTO MÍN/MÁX COMO PORCENTAJE DE LA LÍNEA DE INDIGENCIA (LI) Y LA LÍNEA DE POBREZA (LP) ÁREAS URBANAS

ÁREAS RURALES

LI

LP

LI

LP

Bono de Protección

2003

1.008/1.008

5/5

2/2

6/6

3/3

Bono de egreso

2003

1.008/1.008

5/5

2/2

6/6

3/3

Subsidio Único Familiar (SUF)

2003

1.008/1.008

5/5

2/2

6/6

3/3

Pensión Asistencial por Ancianidad (PASIS)

2003

8.314/8.314

38/38

19/19

49/49

28/28

Monto límite mín/máx

2003

2.017/10.331

9/47

5/24

12/61

7/35

Bono de Protección

2006

1.105/2.366

5/10

2/5

6/13

3/7

Bono de egreso

2006

1.105/1.105

5/5

2/2

6/6

3/3

Subsidio Único Familiar (SUF)

2006

1.105/1.105

5/5

2/2

6/6

3/3

Pensión Asistencial por Ancianidad (PASIS)

2006

10.248/10.248

44/44

22/22

56/56

32/32

Monto límite mín/máx

2006

2.211/13.719

9/58

5/29

12/76

7/43

Bono de Protección

2009

1.548/3.141

5/13

3/7

6/17

4/10

Bono de egreso

2009

1.548/1.548

5/5

3/3

6/6

4/4

Subsidio Único Familiar (SUF)

2009

1.548/1.548

5/5

3/3

6/6

4/4

Pensión Básica Solidaria (PBS)

2009

17.857/17.857

57/57

32/32

74/74

46/46

Monto límite mín/máx

2009

3.095/22.546

10/72

5/40

13/93

8/58

Fuente: Elaboración propia a partir de Cecchini y Madariaga (2011) y Base de datos de programas de protección social no contributiva, División de Desarrollo Social, CEPAL < http://dds.cepal.org/bdptc >

Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas F.

revistacis

Nota: Para calcular el monto per cápita se consideró el tamaño medio de los hogares urbanos del quintil más pobre para cada año (CEPAL, base de indicadores y estadísticas sociales (BADEINSO) de CEPALSTAT).

43


Investigación Cuadro 2: Montos mínimos y máximos componentes del Programa de Bonificación al Ingreso Ético Familiar (Asignación Social) como porcentaje de la línea de indigencia y pobreza (actualizado al 2011)

MONTO TRANSFERENCIA PER CÁPITA MENSUAL

TRANSFERENCIAS

MONTO MÍN/MÁX COMO PORCENTAJE DE LA LÍNEA DE INDIGENCIA (LI) Y LA LÍNEA DE POBREZA (LP) ÁREAS URBANAS

ÁREAS RURALES

LI

LP

LI

LP

CHILE SOLIDARIO Bono de Protección

1.650

5

3

6

4

Bono de egreso

1.650

5

3

6

4

Subsidio Único Familiar (SUF)

1.650

5

3

6

4

Pensión Básica Solidaria (PBS)

19.036

57

32

74

46

Monto minimo límite

3.300

10

5

13

8

ASIGNACIÓN SOCIAL Asignación Social Asignación Base

4.500

7.500

14

8

18

11

Asignación por Control de Niño Sano

3.000

5.000

9

5

12

7

Asignación por Matrícula

3.000

5.000

9

5

12

7

Asignación por Asistencia

3.000

5.000

9

5

12

7

a

4.500

14

8

18

11

b

10.500

32

18

41

26

c

Monto límite 3

17.500

53

29

68

43

Monto total 1d

7.800

23

13

30

19

Monto total 2e

13.800

41

23

54

34

20.800

62

35

81

51

Monto límite 1 Monto límite 2

f

revistacis

Monto total 3

44

Notas: a Considera el monto mínimo de la asignación base; b Considera el monto mínimo de la asignación base, control de niño sano y matrícula o asistencia escolar según corresponda; c Considera el monto máximo de la asignación base, control de niño sano y matrícula o asistencia escolar según corresponda; d Considera los montos mínimos de Chile Solidario y Asignación Social (solamente la asignación base); e Considera los montos mínimos de Chile Solidario y Asignación Social (monto mínimo de la asignación base, control de niño sano y matrícula o asistencia escolar según corresponda); f Considera el monto mínimo de Chile Solidario y Asignación Social (monto máximo de la asignación base, control de niño sano y matrícula o asistencia escolar según corresponda).

Fuente: Elaboración propia a partir de Gobierno de Chile (2011) y Base de datos de programas de protección social no contributiva, División de Desarrollo Social, CEPAL <http://dds.cepal.org/bdptc> Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis


Investigación

EXPOSICIÓN COMO VULNERACIÓN. APROXIMACIÓN ETNOGRÁFICA A LA VIVENCIA DE LA POBREZA EN LA CONSTITUCIÓN DEL HOGAR EN EL CAMPAMENTO SAN FRANCISCO Resumen

Abstract

El presente artículo corresponde a una aproximación etnográfica al significado de lo doméstico y su relación con la noción de pobreza para 6 madres y sus familias en un Campamento en Santiago de Chile. El objetivo que se persigue no es sólo exponer cómo se entiende la casa, sino cómo ésta es vivida, dando cuenta de un conocimiento basado en el sentimiento, habilidades y orientaciones que se desarrollan en el contacto con un ambiente específico. El argumento se divide en cuatro secciones: La primera trata de cómo la casa se constituye en un espacio de tránsito entre el ideal de la casa propia y el ejercicio presente de este ideal. Después se señala cómo a través de las prácticas de limpieza la casa adquiere un carácter de refugio frente a un ambiente considerado como adverso. En tercer lugar, se describe cómo la casa puede adquirir el carácter contrario al de refugio frente al invierno. En la última sección se relaciona la concepción del hogar con un ideal de clausura, que es homologable al ideal de un cuerpo resistente, donde la exposición se relaciona con vulnerabilidad. Finalmente, se reflexiona sobre los procesos identitarios que se hacen parte de la construcción social de la pobreza.

This article corresponds to an ethnographic approach to the meaning of the concept of domestic and its relationship with the notion of poverty in six mothers and their families in a slum in Santiago, Chile. The objective is to expose not only the way in which home is understood but how it is lived, giving an account of knowledge based on the feeling, skills and orientations that arise in contact with an specific environment. This work is divided into four sections: The first one describes the way in which the house becomes an area of transit between the ideal of home ownership and the exercise of this ideal in the present. The second section describes the cleaning practices through which the house acquires the form of a refuge from the environment considered as adverse. The third part describes how the house can acquire the opposite character of the refuge as the problems of winter arrive. The final section relates the conception of the ideal home with an enclosed space, which is homologous to the ideal of a resistant body, where exposure is related to vulnerability. Finally, I reflect on the identity processes that are part of the social construction of poverty.

Palabras claves: Campamentos, Pobreza , Casa propia , Espacio doméstico, body-self

Keywords: Slums, Poverty, Homeownership, domestic space, bodyself

Exposición como vulneración. Aproximación etnográfica a la vivencia de la pobreza en la constitución del hogar en el campamento San Francisco Por Pedro Seguel Varas

revistacis

Pedro Seguel Varas | Licenciado en Sociología y estudiante de Magister en Sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

45


Investigación Introducción La pobreza urbana ha sido descrita por una variedad de autores como un proceso de segregación espacial, donde la opulencia y la miseria se visibilizan ambientalmente. Son barrios marginales, que han sido caracterizados como parias urbanos (Wacquant, 2001; Bauman, 2005), definición que intenta destacar el carácter excluyente del desarrollo urbano de las grandes ciudades que les ha dado formulación.

revistacis

La definición de barrios marginales o slums ha sido descrita por UN-Habitat (2003) como un proceso de concentración de pobreza, enfermedades, condiciones precarias de vivienda, altos índices de criminalidad, entre otros. A su vez, estos espacios expresan oportunidades favorables para una población desempleada y que ha vivido una dificultosa incorporación al mercado, ya que ofrece oportunidades de vivienda informal y generación de empleos alternativos. En Chile, según el último Catastro Nacional, prevalecen 706 campamentos en los que habitan más de 30.000 familias, concentrándose el 17% de éstos en la Región Metropolitana (MINVU, 2011).

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En esta visibilidad espacial del escenario urbano, mi interés para el presente artículo no es dar cuenta de una definición exhaustiva o crítica de las condiciones de pobreza existentes, ni de los procesos que sustentan su auto reproducción en poblaciones con trayectorias comunes. Mi interés se centra en lo que se denomina la construcción social de la pobreza (Fernández, 2000; Márquez, 2004), enfatizando el proceso relacional de su propia definición. Se pretende destacar la incomprensión que necesariamente existe en la categorización de alguien como “pobre”, desconociendo los procesos identitarios que se hacen parte de la definición de la propia precariedad. Propongo que es dicha incomprensión, la que puede generar un carácter descalificador y estigmatizante de los propios modos de vida, lo que expresa una demanda de reconocimiento Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

dentro de los programas de habilitación social y la política pública (Márquez, 2004). Esta intención nace desde un trabajo etnográfico y de mi experiencia como voluntario¹ a la aproximación de la cotidianeidad de madres y sus familias residentes del campamento San Francisco, ubicado en la Comuna de San Bernardo en Santiago. Concentro mi observación y relatos en el significado de la constitución de lo doméstico y su relación con la noción de pobreza para estas madres. Me propongo no sólo exponer cómo se entiende la casa como espacio familiar, sino de cómo ésta es vivida en este contexto específico. Esto significa una descripción que apela a lo que Ingold (2000) llama una ecología sensible, es decir, dar cuenta de un conocimiento basado en el sentimiento, habilidades y orientaciones que se desarrollan en el contacto con un ambiente específico. Dar cuenta de la proximidad de alguien con su mundo, para aproximar el entendimiento de ese mundo propio. La estructura analítica de este artículo es claramente mi responsabilidad y construcción, pero debo recalcar que las nociones de pobreza, familia y casa que se presentan en este trabajo son fruto del trabajo de observación y conversación con las madres con quienes compartí mi experiencia en el campamento.

(1) A De manera previa y durante mi trabajo etnográfico, realicé labores de trabajo voluntario en el Plan de Habilitación Social de Un Techo para Chile. Elaborando proyectos de diversa índole junto con la directiva de uno de los Comités de Vivienda del campamento. El trabajo etnográfico mismo se realizó desde Abril hasta Junio del 2011. El trabajo consistió en visitas semanales a mesas de trabajo comunitarias, conversaciones etnográficas, entrevistas y observaciones en las casas de mis informantes.


La casa propia: entre el ideal y el logro.

Cabe mencionar que el campamento consta de una historia de 20 años de existencia, siendo poblado por residentes de heterogénea duración. Las madres a las que me refiero en este artículo, viven en este lugar desde hace 3 años o menos y la mayoría señala no haber vivido en condiciones similares a las actuales anteriormente. Al describir la decisión de llegada al campamento, muchas me señalaban una mala situación económica previa, lo que las incapacitaba para pagar otro tipo de residencia. A su vez, dicha situación adversa estaba acompañada de una aspiración de realización de un proyecto familiar. Es posible identificar una trayectoria común en las experiencias previas a la llegada al campamento de estas familias. La condición previa de allegamiento o arrendamiento de casas (fundamentalmente a familiares o amistades) destaca como algo recurrente a través de mis informantes. En este sentido, la migración al campamento es descrita en varios de los relatos como la oportunidad de generar un espacio propio en contraste con las experiencias anteriores. Irma, madre de 4 hijos y ama de casa, me explicaba cómo fue para ella este proceso de cambiar de la casa de su suegra al campamento. Irma decía, que si bien los recuerdos de la casa de su suegra eran vistos como positivos (sobre todo en cuanto a comodidad), presentaban también conflictos respecto a los quehaceres del hogar y convivencia. En este sentido, Irma exponía que junto con su

marido deciden arrendar una casa para no molestar más a sus suegros y que, dada la imposibilidad de continuar arrendando, llegan al campamento. En el mismo sentido, me interesa enfatizar que todas mis informantes llegaron al campamento con una pareja y la mayoría con hijos². Asimismo, me describían el momento en el que levantan o compran la media agua como un momento en que todos estaban presentes. Esta llegada al campamento, sin embargo, no significa un rompimiento de las relaciones familiares o de amistad previas. Muchas de estas relaciones siguen manteniéndose diariamente y en algunos casos los familiares viven en barrios cercanos al campamento. El campamento en este sentido, agrega una nueva realidad, una vivienda propia, mas no rompe con experiencias familiares pasadas. Respecto a las orientaciones sobre el futuro, al conversar sobre las aspiraciones y deseos de las madres, gran parte de ellas expresaban el deseo de conseguir una casa como el alcance de todas las metas. En este sentido, la vivienda del campamento se coloca en una situación ambigua entre la aspiración de futuro y el logro alcanzado para el proyecto familiar. La casa propia se coloca como un proceso al cual se aspira llegar develando lo incompleto de la vivienda actual, pero es, a su vez, motivo del desplazamiento y objeto de realización en la actualidad. Es decir, es un logro que al estar incompleto se expresa dentro del éxito y el fracaso. Entre la imposibilidad de tener un mejor lugar y la posibilidad realizar la voluntad de independizarse. Las mujeres no hacen una distinción entre el hogar y la (2) No necesariamente con la misma pareja que tienen en el momento en que realicé mi trabajo de campo, sin embargo la mayoría de mis informantes la mantiene.

Exposición como vulneración. Aproximación etnográfica a la vivencia de la pobreza en la constitución del hogar en el campamento San Francisco Por Pedro Seguel Varas

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El campamento San Francisco se ubica en la comuna de San Bernardo, rodeado por un barrio residencial. Corresponde a una apropiación ilegal de terreno, perteneciente a la Municipalidad y al Serviu (Servicio del Sector Vivienda). En un conteo aproximado de familias realizado con el Comité de Vivienda estimamos 150 viviendas, siendo difícil dar cuenta de un número fijo, dada la constante aparición y desaparición de éstas en el terreno.

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Investigación casa, pensando en categorías que podrían replicar una categoría de lo ideal simbólicamente definido y lo real materializado. Más bien la relación entre lo ideal y real debe ser entendido como un flujo continuo. Semánticamente no hay una diferencia entre la casa del futuro e ideal, con la casa de la actualidad. Como señala Mallet (2004) la casa debe ser entendida en este flujo entre ambos elementos. Lo real y lo ideal no se constituyen en oposición (como conceptos o dominios puros), sino más bien en tensión. Es decir, implican conceptos y experiencias que se definen mutuamente en la constitución de lo doméstico.

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Es por tanto, una tensión clave para entender lo que para estas mujeres significa estar en la casa, en tanto una experiencia viva de la localidad, una inmersión del self en lo local (Brah en Mallet 2004; Merleau-Ponty, 1945). Para ello es necesario, dar cuenta de cómo se instala esta casa en el

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terreno circundante. El basural y la casa: el refugio. El campamento se define como el entorno inmediato de la casa y es fundamentalmente el ambiente en donde ésta se localiza. Claramente el barrio, la feria, como otras unidades espaciales o ambientales, pueden ser relevantes para su comprensión, sin embargo al campamento se le otorga una proximidad a la noción de la casa con una mayor facilidad. Esta asociación se hace fundamentalmente desde la oposición entre la casa y el campamento, expresada como una oposición entre lo sucio y lo limpio. Al preguntar por lo que define al campamento, es en su condición de basural donde mis informantes encontraban mayor comunión. La basura es visualmente algo impactante y dominante en el terreno, que hace evidente que el campamento mismo se llame basural (Fotografía 1). El campamento, a pesar de estar abierto, es decir, sin un enrejado o un muro como el común de otros campamentos del sector, es identificable fundamentalmente por la basura y la tierra. Es algo que contrasta con los barrios y calles circundantes, es esa visibilidad lo que cierta unidad a pesar de su apertura. Si bien este carácter visual es relevante, también se manifiesta de otras maneras. Ximena, quien reside hace dos años en el campamento, explicaba que para ella este lugar se diferencia de cualquier otro por la siguiente experiencia: “Es que tú sales y huele mal, ese olor a perro muerto. Te lavas, sales entera bonita y te llenas de polvo afuera de tu casa.”

Fotografía 1. El campamento es definido como un basural. Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Fotografía: Del autor


Es decir, el basural no es solamente visible, sino que también entra por la nariz y el polvo te mancha. La suciedad expresa un carácter invasivo al parecer inevitable para Ximena. Sin embargo, a pesar de que el basural es descrito con un carácter envolvente, éste es limitado a la experiencia que se desarrolla en un espacio fuera de la casa. El campamento es expresado como un espacio de tránsito, que es distinto al doméstico. A través de mis visitas y conversaciones en las casas de las señoras, resultaba un hecho común el encontrarlas en actividades de orden y aseo del hogar. Luna, madre de dos hijos y ama de casa, se identifica a sí misma como “maniática de la limpieza”. Ella me señala que no soporta vivir en la “cochinada” y que se lo pasa barriendo el polvo, limpiando el piso con cloro y ordenando la casa. Si bien no es la única que limpia en el hogar, ella declara que finalmente toda la responsabilidad recae en ella y que lo hace con gusto. En el mismo sentido, la preocupación no es solo por mantener limpia la casa, me aclara, sino también por mantener limpios a los integrantes de la familia. La tarea de limpiar la casa se expresa como un arduo trabajo de todos los días, que expresa habilidades de administración importantes del agua donde ésta es escaza³.

hay tiempo para limpiarlo en un día de semana, así como él se enfermará si se baña. La posibilidad de mantenerse “sucio” hasta el otro día, como que su propio hijo fuese quien tomara la decisión de limpiarse no parecían estar dentro de las posibilidades admisibles para Luna. En este sentido, la encargada de la limpieza es la madre y que sus hijos ensucien o estén sucios la afecta a modo personal. En otra ocasión, la misma diferenciación entre lo limpio y lo sucio en paralelo con la casa y el campamento surgió explícitamente en otra conversación. Luna, mientras lavaba los platos describe esta situación: “Yo soy maniática de la limpieza. Para qué quiero más campamento, si ya vivo en uno digo yo”. Es esta distinción del campamento sucio con la casa limpia, a través del constante trabajo de prácticas de limpieza lo que diferencia el afuera del adentro. El campamento se vuelve el escenario donde la casa es visible y destacable.

(3) El campamento no posee sistema de alcantarillado, por lo que el agua potable es proporcionada por la municipalidad con un camión proveedor una vez por semana. El almacenamiento de esta agua es responsabilidad particular de cada familia y los contenedores difieren en su calidad, así como en su tamaño.

Fotografía: Del autor

Fotografía 2: “¡Para qué más campamento, si ya vivo en uno!” me dice Luna.

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La preocupación por la limpieza, aparece como una responsabilidad fundamental de la madre. Esto queda bien expresado en una situación que pude presenciar mientras conversábamos con Luna en su casa un día jueves por la tarde. Su hijo de 12 años quería ir a jugar fútbol afuera, sin embargo Luna enojada lo detiene regañándole que en la semana él no puede jugar. Luna argumenta que no podrá bañarlo después. Agrega que no

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Investigación La relación entre suciedad y orden adquiere un sentido muy similar a lo descrito por Mary Douglas: (…) la suciedad es esencialmente trastorno. No hay tal cosa como la suciedad absoluta: existe en el ojo del espectador [...]. La suciedad ofende el orden. Su eliminación no es un movimiento negativo, sino un esfuerzo positivo para organizar el medio ambiente. (1966, p. 2)

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En este sentido las prácticas de higiene son un acto creativo y positivo frente un escenario desordenado. La basura se describe como un continuo permanente desde la llegada al campamento. Me declaran que si bien a veces se limpia o a veces aparece más basura, siempre ha habido basura en este lugar y -suelen agregar- que siempre la habrá. Este carácter en continuo se asocia al carácter de descuido y de un terreno al que nadie le importa. La basura es fundamentalmente identificada a agentes externos que llegan con camiones a botar basura, evidencia de la carencia de un enrejado o muro de contención en el campamento. Asimismo son los propios vecinos y las madres con quienes compartí, las que contribuyen a tirar basura, sin despertar ánimos de colaboración para una limpieza general. Sin embargo, las madres no parecen reconocer su contribución a la suciedad del terreno señalando que ellas se preocupan de tirar sus cosas donde no moleste. El basural en este sentido es definido como terreno descuidado, un lugar donde nadie pone orden, ni siquiera la municipalidad o su organización vecinal. El campamento aparece como esencialmente sucio, como un lugar que siempre ha sido así al margen de cualquier intervención.

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En el hogar como lo describía anteriormente, quien se preocupa de la limpieza y el orden de las cosas es fundamentalmente la madre. Es a través de un orden constante en el que logra estabilidad y aislamiento de todo este desorden de la suciedad descrita en el exterior. No es que el campamento sea menos limpio que el hogar, es fundamentalmente distinto y por ello las prácticas de limpieza deben Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

ser entendidas como un acto de creación para posibilitar la vida en el campamento. La convivencia con el desorden puede ser mejor entendida a través de las prácticas de recolección de “cachureos” descritas por Irma. Ella me declaraba que el campamento no le molesta, que mientras no se meta con nadie, mientras se quede en su casa y salga directamente hacia afuera del campamento no se hace ningún problema. El campamento es desagradable, pero es identificado como mero tránsito sin reconocerse una mayor interacción con uno. A pesar de este carácter transitorio, pude observar en su casa la presencia de elementos recolectados del basural (Fotografía 3). Al preguntarle si esto estaría desordenado o sucio, Irma me señaló estos eran sus “cachureos” y que se encontraban en armonía con la casa. La distinción en este sentido entre lo que es cachureo y lo que no, no es de carácter absoluto como lo señalaba en la cita de Douglas (1966). Se trata más bien de una disposición de los elementos del hogar por parte de la madre. Irma me explicó que ella les había sacado el polvo y que los había dejado en un lugar donde “no molesten” para ver qué uso puede darles después. Así mismo puedo encontrar que la práctica

Fotografía: Del Autor

Fotografía 3: “Cachureos” dispuestos en un lugar que no molestan.


Es en esta descripción de contrastes, entre un campamento como unidad caótica y la estabilidad alcanzada a través de las prácticas de limpieza, en que el hogar adquiere el carácter de refugio. El resto no parece importar mientras la casa esté bien. Es en la casa donde parece encontrarse un refugio frente la ansiedad y anarquía del caos. Es desde esta distinción que podemos entender la repugnancia al mal olor y al polvo. Este carácter de refugio del hogar ha sido ampliamente reconocido en la literatura, visto tradicionalmente como la esencia del significado del hogar mismo. Sin embargo, más que una esencia me parece que es una aspiración a ser construida constantemente. Una tensión a ser resuelta, que define al hogar como el lugar en que se puede producir la resolución de esta tensión (Mallet, 2004; Blunt, 2005; Kaika, 2004). Esta práctica se concibe como natural; frente a un escenario percibido como amenazante, se constituye una visión estabilizada de lo doméstico en el campamento. Por otro lado, carece de sentido limpiar el campamento, ya que éste volverá a ser lo que es. El campamento entra en tensión con lo familiar, ya que este núcleo decide instalarse en él. La casa puede estar sucia y desordenada, sin embargo la idea de habitar un espacio así resulta repugnante y vergonzoso para las madres. La posibilidad del habitar un hogar, en este sentido, está dada por su capacidad de mantener el orden. Este ideal de constituir lo familiar, es la esencia del proyecto de la casa propia en el campamento descrito anteriormente. El objetivo es darle materialidad al deseo, traer

al presente el ideal del futuro. Es a su vez, la capacidad de constituir un espacio autónomo a pesar de condiciones que no son percibidas como deseables. Las señoras se distinguen a su vez de otras personas significativas, como lo son las personas con plata o de mayores ingresos. Alejandra me señala como en su casa nadie puede estar de flojo o vago, es decir, que todos deben cooperar con el orden de la casa. Me argumenta que no pueden dejarse estar o flojear, ya que no tienen dinero para conseguir una nana u otra persona que les haga el servicio de aseo. En este sentido, Alejandra reconoce que el aseo es algo deseable por cualquier persona que se preocupe por su hogar, pero que para aquellos que no viven en el campamento la tarea resulta algo más sencillo. El relegar esta tarea a otra persona por dinero, permite despreocuparse por poner el orden, no tenerlo presente. En su caso por el contrario, se expresa como una preocupación permanente y en ese sentido quien es considerado de flojo, es moralmente despreciable. En este mismo sentido, la recurrente asociación del flojo con el vago y descuidado, remite al vagabundo. Se trata de aquella persona desprovista de un hogar (homeless), aquella persona que se ha dejado estar. Esto refuerza la idea de la íntima relación entre esfuerzo –entendido como actividad- y la casa. Un hogar que necesariamente se gana con el esfuerzo permanente de imponer orden. Este ideal de la casa propia y limpia, así como su carácter de refugio, no debe entenderse como una subcultura con valores diferenciados distinto al resto de la sociedad. Si bien las señoras se presentan con habilidades que las distinguen de otras personas, el ideal es atribuido al general de las personas. Más bien parece corresponder con la aspiración de la utopía moderna del hogar descrita por Kaika (2004): Dirt, fear and anxiety stemming from social and natural processes are supposed to have been `exi-

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se repite en la utilización de material desechado para la construcción de rejas en el hogar, así como la obtención de algunos sillones en la sala de estar. Elementos que son incorporados funcionalmente al hogar. Es la madre que en su capacidad de visualizar algún sentido de uso a estas basuras o disponerles un lugar específico quien los transforma en “cachureos”. Es constitución de orden a través del desorden, un acto positivo y no negativo como señalaba anteriormente.

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Investigación led’ from this isolated private space and confined instead (if not relegated) to the urban space or to nature. Thus, excluding socio-natural processes as `the other’ becomes a prerequisite for the construction of the familiar space of the home. The inside becomes safe, familiar and independent not only by excluding rain, cold and pollution, but also through keeping fear, anxiety, social upheaval and inequality outside.4 (p.272)

con lo extraño. Es en este sentido como la carga del estima es vivenciada como una condición de marginalidad o de extranjero (Simmel en Fernández, 2000) frente a una sociedad que no reconoce el proyecto propio en construcción. Es lo que Márquez (2004) señala como la capacidad de la persona pobre de trabajarse a sí mismo desde una condición de precariedad. Es decir, de internalizar la categoría de pobreza, así como de refutar una categoría dominante de su condición.

Es este sentido de exclusión de procesos naturales y sociales lo que le ofrece autonomía; lo que hace posible el deseo de contar con un espacio controlado y privado. Sin embargo, la tarea de exclusión parecería facilitada en un contexto ajeno al campamento.

La dignidad, a pesar de la condición de pobreza, es expresada como la capacidad de valerse por uno mismo, referente a habilidades sociales que irían más allá de la diferencia económica. La dignidad como equivalente a la limpieza, es la demostración de estas habilidades. Así también es la manera de limitar el acceso del estigma y con ello la desigualdad social al interior del hogar. Un intento de poner las diferencias sociales al margen para constituir el refugio.

A pesar de este carácter positivo del refugio, como señala Sibley (en Kaika, 2004), esta manera ideal de ver el hogar, lo constituye como un potencial espacio de exclusión frente a aquellos que no logren satisfacer la condición de excluir el afuera. Es donde el miedo a lo extraño, puede ser proyectado a objetos y espacios.

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En este sentido las madres alegan que la vivencia en el campamento las expone al estigma social de la pobreza. Recurrentemente en diversas conversaciones con pobladoras he escuchado la expresión de “seré pobre, pero soy digna”. Esta expresión suele ser equivalente a “seré de campamento, pero no soy sucio”. Las señoras atribuyen el juicio injustificado de las personas de afuera a ver a los pobladores como el equivalente de todo lo que rechazan. El estigma no sólo los asocia con la suciedad, sino como he señalado anteriormente, con el descuido, el desorden

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(4) La suciedad, el miedo y la inseguridad propios de los procesos sociales y naturales han sido supuestamente exiliados del espacio privado y confinados (si es que no relegados) al espacio urbano o natural. Así, el excluir este proceso socio natural se convierte en un requisito para la construcción familiar del hogar. El espacio interior se convierte en un espacio seguro, familiar e independiente no sólo por que aísla de la lluvia, el frío y la contaminación, sino que también por dejar fuera la inseguridad, la agitación social y las desigualdades.

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Sin embargo, a pesar de este carácter de refugio, es el hogar mismo el que puede ser objeto de un sentimiento de exclusión, convirtiéndose más que en un refugio en una prisión, tal como lo presentaré a continuación.

La vivienda, el forro y el frío: la prisión. Una de las prácticas y demandas primordiales de las familias del campamento, es la obtención de un forro protector para la vivienda. Es decir, la obtención de un aislamiento térmico para las paredes, junto con una capa impermeable para el techo frente las lluvias. La vivienda social o mediagua está constituida por una estructura de madera y un techo compuesto por fieltro y Zinc. La estructura es descrita como delgada y fría por par-


te de mis informantes, en efecto es la misma casa la que dice sentirse fría. Así mismo las paredes de madera presentan grietas y perforaciones que señalan la relevancia del forraje. El aislamiento, siguiendo el argumento de Kaika (2004) expuesto anteriormente, corresponde a la exclusión de una naturaleza dolorosa experimentada en el frío y la lluvia. El forro es tanto condición de subsistencia de la familia, como una capa protectora que delimita una diferencia entre lo natural y lo familiar. Es en este sentido, elemento clave de la constitución del refugio.

Zhong y Leonardelli (2008) señalan como es común asociar términos como lo familiar, lo acogedor con un sentimiento de calidez, así como una actitud excluyente y hostil puede ser asociada al frío. Es más, los investigadores han demos-

Fotografía: Del Autor

Fotografía 4: El forraje constituye una de las preocupaciones fundamentales de las familias para enfrentar el frío y la lluvia.

trado la correspondencia física y psicológica que puede existir entre dichas sensaciones, donde la exclusión puede efectivamente sentirse fría. Si bien el frío es descrito como doloroso e intenso, la mayor preocupación llega con el invierno cuando el frío adopta la forma de la lluvia. Alejandra, al comenzar los días de invierno, me describe que para ella el invierno significa la posibilidad que se “te llueva la casa”. Esta situación es marcada por la entrada del agua al hogar, afectando diversos ámbitos: mojando a las personas, las camas, la ropa e incluso provocando “corto circuitos”. Los diversos bienes utilizados para proveer el calor, se tornan inútiles frente una lluvia intensa que impregna todo. Sin embargo, la penetración del agua no es la nulidad de la casa; es dar cuenta de su propia debilidad. En este sentido aquello construido como lo más domestico y familiar, deviene en una prisión (Kaika, 2004). Es la evidencia de la artificialidad del proyecto del mundo privado, que había

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Algo que da cuenta de este valor simbólico del forro, es expresado en la práctica de decoración las paredes de la vivienda. En los hogares que visité, pude observar como práctica común la instalación de posters y cuadros en las viviendas expresando un sentido estético con imágenes que daban cuenta de un lugar más acogedor. Estas imágenes estaban en correspondencia con preferencias estéticas de las familias, dando cuenta de su propia individualidad. Además de estas decoraciones, me parece aún más interesante mencionar la preferencia de colocar fotos de familiares en las paredes (Fotografía 4) práctica muy común en los hogares. No pude visibilizar el mismo patrón con fotografías enmarcadas sobre los muebles. Esta preferencia por colgar las fotos en la pared está relacionada a una decisión de optimización del espacio, pero también expresa la importancia familiar del forraje térmico. El placer estético de decorar las paredes, tiene que ver con la visibilidad de un ambiente acogedor. La pared desnuda de estas decoraciones, no hace más que indicar que ella protege de la lluvia y el frío. En este sentido, el ambiente acogedor también debe envolver el interior del hogar.

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Investigación conseguido estabilidad y naturalidad frente la exclusión que antes dábamos cuenta. Este carácter de la prisión, es recurrente y es la amenaza latente frente a cada día de lluvia. Un frío que por su intensidad, adquiere un nivel distintivo en el campamento. Irma me señala como el frío era algo desconocido para ella antes de llegar al campamento y de cómo se vive de manera más intensa que en otros lados. En el mismo sentido, afirma lo incomprensible que resulta para alguien saber lo que es la pobreza, si no ha vivido el frío y el invierno de esta manera. Es tal cual señalaba antes, cómo la pobreza se siente fría. Para entender mejor este sentimiento, así como la intensidad de su rechazo, es necesario dar cuenta de cómo esto se relaciona con el dolor y la percepción corporal de estas madres. Tal como señala Rob Imrie (en Blunt, 2005) los sentimientos de una persona sobre su casa y sus experiencias con ella no se pueden disociar de su corporalidad. Claramente la corporeidad ha sido descrita a través de un conjunto de prácticas, pero dar cuenta del frío requiere una aproximación al propio cuerpo de las madres y su relación con el dolor.

La madre dura, los hijos blandos.

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Hablar del frío no significa restringirse a dar cuenta de la relación entre un estado fisológico y su representación simbólica, es más bien un terreno donde estos planos se difunden en la experiencia sensible (Schepher-Hughes & Lock, 1987). El dolor del intenso frío, así como la rabia de que la vivienda se llueva, están relacionados al malestar de los hijos y como éste es percibido por la madre. Conversando con Gema, madre de dos hijos, tras un día de intensa lluvia

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pude constatar esta experiencia. Ella me describía que su necesidad de un fieltro era por sus niños, ya que ellos son los que lo pasan mal y se enferman. Agregaba además que ellos no tienen la culpa de pasar por esto. Por otro lado, esto contrasta con el propio malestar corporal de Gema, que me lo señalaba como inexistente o irrelevante. Ella declaraba estar acostumbrada, que es fuerte y que la lluvia no le afecta. Me decía que aunque se moje no se enferma, debido a que ella es dura. Esta autodescripción del cuerpo materno como resistente y duro frente al dolor, resulta recurrente al momento de hablar con las madres sobre la posibilidad de enfermarse. Expresiones como “soy dura como una piedra”, “soy de fierro” o “tengo aguante”, son recurrentes en este ámbito. La sensación de enfermedad y dolor es minimizada, incluso cuando otros les señalan la evidencia de su malestar. Esta dureza no significa que el dolor no exista, más bien la resistencia a éste sería la prueba de la propia condición de dureza. Este aguante está relacionado a la experiencia de valerse por uno mismo y a la irrelevancia atribuida al reposo o el cuidado frente al dolor. La única enfermedad que parece justificar la visita al doctor, es descrita como aquel momento en que el cuerpo ya no puede ponerse en pie. Magdalena, quien se autodenomina dura como una piedra, me describió el momento en el que tuvo que ir al doctor de esa manera: al llegar a la casa después de un día de trabajo en la feria, empezó a tambalear perdiendo el aliento. Es en ese momento en cuando fue llevada a rastras al consultorio para atención médica. Esta situación refleja cómo el bienestar se presenta como la capacidad de movilizarse por uno mismo. De modo similar a lo descrito por Strauss (en Bernal, 1984) identificado como la “capacidad de estar de pie” como expresión corporal del bienestar subjetivo. Esta capacidad implica una


El cuerpo es asociado al bienestar en tanto es una unidad cerrada y hermética, que es fundamento del aguante, que permite el despliegue de la autonomía. Sin embargo, este cuerpo duro y autónomo de la madre es diferente al cuerpo de los hijos. La dureza y autonomía es un logro alcanzado con la edad, reflejo de un conjunto de experiencias. Alejandra se describe a sí misma como el “pilar del hogar” y manifiesta su descontento con la actitud que adoptan sus hijos al intentar reemplazarla en sus tareas del hogar cuando ella se encuentra enferma. Enojada por esta actitud, le declara a sus hijos que ella no es una “guagua” para ser tratada de esa manera. Esto no significa que ella haga todo el trabajo. Ella considera que sus hijos ya son grandes -17 y 21 años respectivamente- y ninguno está en condiciones de andar de vago, o por la casa sin ayudar en nada. Más aún, los hijos no tienen por qué meterse en su enfermedad, no tienen por qué complicarse la vida con sus dolores. La enfermedad, se remite a su condición privada, a algo que los hijos no deben vivir. En este sentido, al hablar del dolor de ver a los hijos enfermar por frío, debe entenderse aquella madre que se relaciona con un cuerpo en movimiento, autónomo y resistente. Autonomía que desea para su familia y ve vulnerada. La constitución de un espacio de refugio en este sentido, no es expresado tanto para la madre, sino para sus hijos. Refugio que es proyección de la propia dureza hacia los hijos, donde la madre se ve al interior de la familia y su casa. Es por tanto la vulneración del propio hermetismo del hogar, lo que atenta contra su propia condición de madre. El dolor y la enfermedad personal no es lo que produce malestar, es la impotencia de constituir la capa protectora. Dicha impotencia está asociada a las condiciones materiales de la vivienda, pero también a la diferencia económica existente. Es como exponía anteriormente, una pobreza

que se siente fría, que para comprenderla habría que vivirla. Autores como Le Breton (1999), describe como este sentimiento de impotencia de las personas en situaciones de pobreza da el fundamento para un hermetismo corporal, entendiendo éste como una compensación psicológica: El sentimiento de impotencia que se siente ante una estructura social donde resulta difícil encontrar un sitio para sí, se sustituye por una forma de desquite ejercido contra el propio cuerpo convertido en lugar de soberanía personal. Las heridas, las patologías internas son asumidas como un fastidio, que se encaja de acuerdo con una moral cultural que a veces se transforma en demostración de excelencia. Cuando se está desprovisto de todo, queda al menos el propio cuerpo para dar testimonio ante los demás de la propia existencia. (p. 163) Si bien la interpretación del autor identifica lo relevante que es la autonomía expresada corporalmente, no permite entender cómo se define la condición misma de la precariedad. Es decir, supone la dureza como respuesta a un mundo que es en condición desigual y precario. Sin embargo, como he intentado destacar, la dureza no es sólo una respuesta frente al ambiente, es también creadora de éste. Adquirir un cuerpo es adquirir un mundo sensible (Latour, 2004; Ingold, 2000), en el sentido en que la dureza es también una manera de relacionarse con un ambiente hostil no solo negándolo. La dureza y el aguante cobran significado, cuando se constituye un mundo que aguantar. Es un modo de habitar, que da cuenta de un mundo. El basural, como señalaba en un inicio, es visto como desagradable y caótico, sin embargo puede ser habitable frente a las habilidades de limpieza de la madre. Una demostración activa de la autonomía, que también constituye el espacio propio. La limpieza no es solo un ejercicio representacional, sino una actividad constructiva de la casa. Asimismo, es demostración de la soberanía individual. De la misma manera, el dolor que representa el hecho de que

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dimensión valórica de la autonomía, como expresión del propio actuar.

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Investigación la casa se llueva por dentro, es la vulnerabilidad de este proyecto propio. Dolor que al margen de la soberanía corporal de la madre, se siente al ver la porosidad de este proyecto hermético. El hermetismo y la dureza se ven como condiciones para la relación con un mundo particular. Se expresan como habilidades para construir, que también demuestran las maneras de habitar en este ambiente específico (Ingold, 2000). Es a través de la creación de un ambiente cómo las madres se ven y muestran en él toda su capacidad.

Comentarios finales A través de este trabajo he intentado dar cuenta cómo la casa (o el hogar), expresa un espacio donde se deben solucionar un conjunto de tensiones. Es entre lo ideal y lo real; entre el refugio y la prisión, donde se construye la casa propia. El hogar en este sentido es un espacio fluido de distinciones, que refleja y objetiviza diversas identidades y valores en la unidad material de casa (Blunt, 2005).

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La casa corresponde a lo que Kaika (2004) había identificado como la utopía de la casa moderna. Kaika expresa como la promesa de lo privado en las casas burguesas se puede objetivizar e independizar de procesos naturales y sociales de su alrededor. Esta posibilidad está dada por una membrana porosa de redes socio técnicas que lo hacen posible. El control de la calefacción, el agua purificada se distinguen del frío y la lluvia. Un conjunto de objetos y relaciones industriales posibilitan ese artificio de lo invisible.

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La constitución de las casas en el campamento, no es distinta a esta aspiración hermética. Sin embargo, la porosidad o exposición es más evidente. Al tener menos elementos para materializar el proyecto propio, las madres deben ejercer un conjunto de prácticas de distinción para poder Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

construir y habitar el hogar. En el mismo sentido, la aspiración a la casa propia como ideal de futuro, se entiende como la materialización de este sueño a través de mejoras materiales de vivienda. Por la misma razón, la importancia de la demanda por el forro del hogar es un asunto primordial. La vulneración en este sentido, se expresa como la imposibilidad de constituir un espacio cerrado donde ejercer autonomía. Es decir, la porosidad se entiende como debilidad. En un sentido similar, Márquez (2004) señala que la pobreza hoy en día se experimenta como un proceso altamente individualizado, donde la superación de dicha condición se exacerba en el acortamiento de la distancia entre lo deseado y lo posible. Sin embargo, la pobreza puede ser experimentada como un proceso de descalificación o estigmatización. Ejemplo de lo anterior, es la descalificación declarada por mis informantes en la asociación que otras personas pueden hacer entre vivir en un campamento y estar sucio. Este hecho es justamente desconocer el conjunto de habilidades y prácticas que son necesarias para habitar en su ambiente. Reconocer que existe un margen de maniobra en la definición de las propias condiciones de pobreza a través de un proceso indentitario, genera un desafío relevante para la política pública y la habilitación social. Como dice Márquez, el desafío está en la tarea del reconocimiento que debe acompañar la estrategia de integración funcional a la sociedad. Esto implica enfatizar en la relación concreta que se da entre un asistente y alguien en la condición de asistido. A mi parecer dicha labor de empatía y reconocimiento de la propia condición de existencia, debe apelar a reconocer las maneras y habilidades en que las personas logran habitar su mundo. Es reconocer estas habilidades, donde podemos partir por entender su mundo y las condiciones de adversidad que enfrentan.


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Considero que, quien pretenda tomar dicho rol de asistencia, sea una ONG o persona particular, debe tener presente este carácter relacional de la construcción de la pobreza. La entrega de habilidades, así como la entrega de bienes de ayuda, supone entrar en una relación concreta y compleja de definiciones de los sujetos involucrados. Existe un elemento descalificador, así como un creativo detrás de lo definido como precario. Esta característica debe permanecer como una negociación permanente entre asistidos y asistentes.

Exposición como vulneración. Aproximación etnográfica a la vivencia de la pobreza en la constitución del hogar en el campamento San Francisco Por Pedro Seguel Varas

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Investigación

DESERCIÓN UNIVERSITARIA EN CHILE: INCIDENCIA DEL FINANCIAMIENTO Y OTROS FACTORES ASOCIADOS Andrés Barrios F. ¹ | Un Techo para Chile, es Ingeniero Civil de Industrias con magíster en Ciencias de la Ingeniería por la Universidad Católica, abarrios@untechoparachile.org.

Resumen A través del presente artículo, se exponen los principales resultados de la aplicación de un modelo de análisis de diferentes determinantes de la deserción de la educación superior en Chile, y la importancia del financiamiento sobre ella. Se encontró evidencia de que los instrumentos de financiamiento reducen las probabilidades de deserción, y de que la efectividad de éstos es mayor cuánto menores son los ingresos de quien los recibe. Así, concluimos que la focalización de estas ayudas en los quintiles más bajos tiene pleno sentido. Palabras claves: Deserción - Logit - Financiamiento.

(1) Agradecemos al Ministerio de Educación y a la Comisión Ingresa por darnos acceso a la base de datos.

Deserción Universitaria en Chile: Incidencia del financiamiento y otros factores asociados Por Andrés Barrios F.

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Códigos JEL: I18, I23

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Investigación 1. Introducción La deserción de la educación universitaria es un fenómeno que ha sido ampliamente analizado en las últimas décadas. Su estudio es relevante por los costos que genera tanto a las universidades, como a los estudiantes y al Estado. A la deserción se le ha vinculado con factores socioeconómicos, de habilidades y desde la perspectiva de política pública, especialmente con el acceso al financiamiento, lo que puede ser especialmente relevante en países menos desarrollados como Chile. La cobertura de la educación superior en Chile ha crecido significativamente, desde cerca de un 7% en el año 1980, a un 40% en el año 2010. Ello ha sido caracterizado como un cambio desde un sistema de elite a uno masivo (OCDE, 2009). A su vez, esto ha conllevado nuevos desafíos, entre los que destaca enfrentar la alta deserción y sus consecuencias (González y Uribe, 2005).

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Por su parte, la masividad alcanzada en tan corto tiempo obedece a la fuerte participación privada en el financiamiento. De hecho, entre los países de menor desarrollo, Chile ha sido pionero en fortalecer un sistema de educación superior fuertemente financiado por los propios estudiantes. El hecho que sean los propios estudiantes quienes paguen parte importante de su formación sugiere que las restricciones de liquidez pueden constituir un problema mayor para el acceso.

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En Chile existen diversos instrumentos de financiamiento. El primero, el Crédito con Aval del Estado (CAE) se asemeja a un crédito privado, con condiciones de pago similares a las de un crédito de la banca privada y con tasas de interés cercanas a las de mercado. El segundo, el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU) aplica una tasa de interés subsidiada y su pago es condicional al ingreso del estudiante. Además de estos sistemas de crédito, el estado administra una amplia variedad de becas. Estas becas Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

se entregan por criterios académicos, por necesidad económica y/o como una medida de discriminación positiva o reparación. Este articulo está basado en el trabajo de Barrios, Paredes & Meneses (2011) y su propósito es contribuir a entender las principales causas de la deserción universitaria. Además, se analiza de manera particular el efecto de la ayuda financiera sobre la deserción y la efectividad de su focalización en los grupos de mayor vulnerabilidad. El trabajo se estructura en cuatro secciones aparte de esta introducción. La sección dos presenta una breve revisión de la literatura y una descripción del sistema de educación superior en Chile. La tercera sección describe los datos y la metodología. En la cuarta sección se presentan los resultados y en la quinta sección se concluye.

2. Deserción Universitaria y el Sistema Chileno 2.1 La Literatura Existen distintos enfoques para el tratamiento de la deserción. Braxton, Johnson & Show – Sullivan (1997) clasifican los enfoques en cinco categorías: • Sicológicos • Económicos • Sociológicos • Organizacionales • De interacciones Además de estas categorías, es posible identificar en la literatura otros modelos que integran elementos de los anteriores (St.John, Cabrera, Nora y Asker, 2000). A conti-


El enfoque sicológico explica la deserción a partir de los rasgos de personalidad. Fishbein y Ajzen (1975) desarrollaron uno de los primeros modelos sicológicos, concluyendo que la decisión de deserción es determinada por las creencias del estudiante y las normas subjetivas que dispone acerca de ellas. La deserción sería así el resultado de un debilitamiento de las intenciones iniciales del estudiante. Attinasi (1986) trabaja sobre este modelo y lo complementa con la idea que la deserción es también determinada por la evaluación que hacen los estudiantes de su vida, una vez que ya ingresaron a la educación superior. Ethington (1990) incorpora elementos de las conductas de logro de Eccles et al. (1983), encontrando apoyo empírico a la idea que el rendimiento académico previo afecta los resultados futuros de los estudiantes, pues influye en la forma en que enfrentan las dificultades y metas que se fijan. El enfoque económico sostiene que los alumnos permanecerán en la educación superior en la medida en que los beneficios percibidos sean mayores que los costos económicos (Becker, 1964). Esta perspectiva subyace a gran parte de los estudios que examinan los programas de rebajas de matrícula, crédito y becas (St. John, Cabrera, Nora & Asker, 2000). El enfoque sociológico destaca los elementos que afectan externamente al individuo. Un trabajo pionero en esta línea es Spady (1970), quien basó su modelo en la teoría del suicidio de Durkheim (1897). Ésta sugiere que el suicidio se produce debido a una ruptura del individuo con el sistema social debido a que no es capaz de integrarse a la sociedad. Haciendo un paralelo, Spady (1970) propone que la deserción es el resultado de la falta de integración de los alumnos a la educación superior. El enfoque organizacional propone que la deserción depende de las características de la institución de educa-

ción superior. Elementos como la calidad de los profesores, la experiencia de los estudiantes en la sala de clase, y factores específicos como seguros de salud, actividades deportivas y culturales, disponibilidad de libros e infraestructura, influyen, según los autores, de manera importante sobre el abandono de la educación superior (Braxton, Milem, Sullivan, 2000; Tillman, 2002). Braxton, Johnson & Show – Sullivan (1997) sostienen que los modelos de interacciones explican el fenómeno de la deserción a partir de las relaciones entre alumnos e instituciones. Entre los modelos de integración destacan Tinto (1975) y Bean (1980). Tinto (1975) plantea que los estudiantes construyen su integración social y académica evitando las conductas que les generan costos de algún tipo y buscando recompensas en las relaciones, interacciones y estados emocionales. Variables como el nivel socioeconómico y cultural de la familia, sus valores, ciertos atributos personales y la experiencia académica previa a la educación superior influyen sobre las probabilidades de deserción. Bean (1980) sostiene que las creencias influyen sobre las actitudes y que éstas actúan sobre las intenciones conductuales. Las creencias son afectadas por factores institucionales similares a los planteados por Tinto, además de algunos factores externos a la institución como las oportunidades de empleo. Cabrera, Castañeda, Nora & Hengstler (1992) y Chen (2008) integran los modelos de Tinto y Bean. Especialmente relevantes en la deserción resultan los estímulos de padres y amigos, y la ayuda financiera de los padres. Nora & Rendon (1990) explican la deserción a partir de las habilidades de los estudiantes, sus necesidades de financiamiento, los beneficios otorgados por la institución a la que asisten y el rendimiento académico. St. John, Cabrera, Nora & Asker (2000) sugieren una conexión entre la elección de la universidad y la persistencia en ella. La persistencia es

Deserción Universitaria en Chile: Incidencia del financiamiento y otros factores asociados Por Andrés Barrios F.

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nuación se describirán las teorías detrás de estas perspectivas.

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Investigación influenciada por factores socioeconómicos y las habilidades académicas afectan la disposición de los estudiantes a matricularse en la educación superior. Tras ello, los estudiantes evalúan los costos y beneficios asociados a entrar a una institución en particular y finalmente, una vez dentro, tomando en cuenta su experiencia y rendimiento académico evalúan los costos económicos y no económicos de seguir estudiando. En esta última etapa, pueden encontrarse diferencias en la permanencia dependiendo del tipo de institución a la que se asiste y algunas características importantes de ella (Himmel, 2002).

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La literatura distingue empíricamente entre deserción y suspensión y si la deserción es o no voluntaria (Stratton, Ottole & Wetzel, 2008). Brawer (1996), muestra que en los EE.UU cerca de la mitad de quienes ingresan a la educación superior no logran obtener ningún título o grado al cabo de cinco años. Horn (1998), también para los EEUU, muestra que cerca de dos tercios de los estudiantes que persisten durante el primer año, logran completar su programa de estudios. Así, condicional a completar el primer año y matricularse en el segundo, la probabilidad de graduarse es sustancialmente mayor

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Con respecto a las variables de ayuda financiera, investigaciones para los EE.UU. como St. John, et al. (1994) y Paulsen & St. John (2002), muestran que tanto las becas como los créditos otorgados a los estudiantes tienen un efecto positivo en la permanencia de los estudiantes de un año a otro. DesJardins, Ahlburg & McCall (2002) señalan que los créditos tienen un efecto negativo en la permanencia, pero que este efecto se va haciendo menos importante a medida que se acerca el fin de la carrera. Dowd (2004) halla evidencia contraria, sugiriendo un impacto positivo de los créditos en la persistencia. Singell (2002) apoya esa evidencia y si bien los créditos subsidiados tienen un efecto positivo en la permanencia, los sin subsidio resultan insignificantes. Chen y DesJardins (2010) encuentran que la ayuda financiera tenía un efecto significativo reduciendo Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

las probabilidades de deserción. Además, este efecto es más importante en el caso de las becas entregadas por el Gobierno Federal de los EE.UU. y que el impacto de todos los instrumentos depende de la raza de los jóvenes. En cuanto al efecto por tipo de becas, tanto DesJardins, Ahlburg & McCall (2002) como Singell (2002) encuentran que las becas basadas en mérito y en necesidad tienen un efecto positivo en la permanencia. En su revisión, Chen y DesJardins (2010) sugieren que hay pocos estudios que hayan examinado variaciones en el efecto de los distintos instrumentos de ayuda financiera sobre las probabilidades de deserción y critican que a menudo se ignora el hecho de que el efecto de la ayuda socioeconómica puede variar de acuerdo a ciertas características de los sub grupos a los que pertenecen los individuos: raza y grupo socioeconómico por ejemplo. Paulsen y St. John (2002) y St. John y Starkey (1995) estudian como distintos grupos socioeconómicos responden de manera distinta a los instrumentos de ayuda financiera al decidir si permanecen o no en la universidad a lo largo del año académico. Encuentran que los alumnos provenientes de grupos socioeconómicos bajos respondían mejor a las becas, mientras que los alumnos provenientes de grupos socioeconómicos medios – bajos responden de mejor forma a créditos y a los beneficios de estudio y trabajo (Paulsen y St. John, 2002). St. John (2003) halla que el efecto varía dependiendo de la raza y el nivel de ingresos. Chen y DesJardins (2008) estudian el impacto de distintos instrumentos de ayuda financiera sobre las probabilidades de deserción no encontrando diferencias significativas. Por otro lado, la dificultad con la identificación del efecto de las becas es materia de estudio más reciente (Bettinger 2000; Dynarski 2002). Los estudios de deserción universitaria para Chile son escasos y básicamente se han orientado a estimar la magnitud del problema, la que parece ser muy importante. González (2005) estima una tasa de deserción a nivel de pregrado en el año 2004 cercana al 53.7%, siendo mayor


2.2 El sistema de educación superior en Chile. Hasta 1980 la educación superior en Chile era impartida fundamentalmente por instituciones estatales y los pagos estaban fuertemente subsidiados por el Estado. No obstante, por la relativamente baja cobertura de la educación media y por la selectividad de la educación superior, su acceso estaba fuertemente limitado a personas de ingresos altos. En 1980 fue promulgada una nueva legislación que dio forma al actual sistema y que si bien ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de los años, aún conserva sus elementos fundamentales. Esta reforma fue impulsada con el fin de incorporar financiamiento privado al sistema, abriendo nuevas opciones de estudio. Concretamente, las universidades nacionales fueron separadas, dándoles un carácter regional. De ocho universidades pasaron a ser veinticinco y con ellas se formó el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH). Además, el nuevo marco legal abrió la posibilidad de crear universidades privadas, que estaban autorizadas para impartir cualquier carrera y entregar grados académicos. Para financiar la investigación, se crearon fondos concursables abiertos a los que podían acceder las distintas instituciones.

Se implementó también un nuevo modelo de financiamiento. Esto significó que todas las universidades comenzaron a cobrar matrícula y aranceles, mientras que el gobierno creó un sistema de becas y créditos orientado a los alumnos de las universidades del CRUCH. En el año 2010, el sistema está compuesto por las 25 universidades del CRUCH y por 34 universidades privadas. Este gran crecimiento del sistema y la controversia sobre la calidad de la educación impartida, dio lugar a la creación del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, que comenzó a funcionar en el año 2006. Esta reforma afectó también a los beneficios otorgados por el gobierno para financiar los estudios superiores, pues para su asignación se comenzó a exigir que la institución donde el alumno realizaría sus estudios estuviese acreditada. Al año 2009 había un total de 535.000 alumnos universitarios en pregrado. De ellos, menos del 8% está en algún programa de postgrado o post titulo. El gasto público por estudiante que realizan distintos países como proporción de su PIB per cápita es del 15% en Chile. En los EE.UU. dicho porcentaje es de 20% y en Corea de 74%. Sin embargo, al considerar el porcentaje del PIB que se invierte en total en educación, incluyendo el gasto privado en educación Superior, Chile se encuentra entre los países que más gasta, lo que obedece en gran medida al alto costo de los aranceles (OCDE, 2009). El sistema de financiamiento de la educación superior chileno vigente el 2010 es mixto, donde además de los recursos que aporta el Estado, los propios estudiantes y sus familias deben pagar una parte importante de su formación superior. El Estado tiene distintos programas de financiamiento. Las instituciones pueden recibir recursos principalmente a través del Aporte Fiscal Directo (AFD), el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) y fondos competitivos para investigación o desarrollo institucional. El AFD

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en las universidades privadas nuevas que en las públicas. González y Uribe (2005) estiman distintas tasas de eficiencia, consistentes con el diferencial de deserción por tipo de universidad y por carreras. A partir de las estimaciones realizadas y considerando que el costo de la docencia era similar a los aranceles promedio de cada institución, calculan que el costo directo de la deserción representa el 23.5% del gasto que el estado realizaba en educación superior. UNESCO (2004) encontró que el efecto de la deserción en términos de costos era cercano a los US$ 96,2 millones de dólares, lo que representaba el 26% del gasto público en educación universitaria y el 10.2% del gasto total en el sector universitario.

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Investigación es el principal instrumento y consiste en un subsidio de libre disponibilidad que se asigna en un 95% de acuerdo a criterios históricos y en un 5% de acuerdo a indicadores de eficiencia anuales exclusivamente a universidades del CRUCH. A diferencia del AFD, el AFI está dirigido a todas las instituciones de educación superior. Los recursos del AFI se distribuyen de acuerdo al puntaje obtenido en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) por los alumnos que se matriculan en primer año en cada institución. Concretamente, se asignan recursos por cada alumno matriculado cuyo puntaje esté dentro de los mejores 27,500 de la PSU. La importancia relativa de los distintos esquemas de financiamiento son 41% de AFD, 5% AFI, 47% de ayudas a estudiantes y el restante 7% a distintos programas.

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2.3 Programas de apoyo al financiamiento de la educación superior en Chile.

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Chile se ha convertido en uno de los países que ha alcanzado mayor nivel de financiamiento privado en la educación universitaria, y en particular, que parte importante de los costos sean asumidos por los mismos estudiantes (OCDE, 2009). Si bien ello ha permitido una mayor cobertura, suele cuestionarse como fuente de inequidad, pues no todos quienes quieren entrar a la universidad pueden pagar los aranceles. Como respuesta, existe una serie de programas de financiamiento de parte del gobierno, de parte de las instituciones de educación superior y de parte de la banca privada. Al año 2010 existen diez programas de becas y dos sistemas de crédito administrados por el gobierno, a través de los cuales se busca promover el acceso a la educación superior de los quintiles más pobres. En el caso de las becas tanto los montos como las condiciones de asignación varían. Es así como pueden encontrarse becas destinadas exclusivamente a los quintiles más pobres y otras que pueden asignarse a cualquier postulante que cumpla con los requisitos académicos sin importar su origen socioeconómico.

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Los sistemas de crédito también tienen diferencias, siendo las más relevantes que el FSCU sea un crédito similar a uno privado en tasas y condiciones de pago, mientras que el CAE sea un crédito blando, subsidiado (tabla 1). TABLA 1: CRÉDITOS ENTREGADOS POR EL GOBIERNO

FSCU

CAE

Requisitos Académicos

Puntaje PSU > 475

Puntaje PSU > 475 o NEM > 5.3

Requisitos Económicos

Quintiles I a IV

Todos los quintiles

Requistos Institucionales

Universidades del CRUCH

Todas las Universidades acreditadas

Tasa de Interés

Inflación + 2%

Inflación + 6.1% (2007)

Período de gracia

24 meses

18 meses.

Condicional al ingreso

No

Número de beneficiarios (2007)

129.279

38.579

Fondos públicos gastados (2007) CLP 74.7 mil millones

CLP 41.7 mil millones

FUENTE: MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y COMISIÓN INGRESA.

3. Metodología y Datos 3.1 Metodología Para estimar los determinantes y la contribución de los distintos factores a la deserción, el método preferentemente usado en la literatura es el Logit (Hu & St. John, 2001; Smith & Naylor, 2001; Paulsen & St. John, 2002; Dowd, 2004; Herzog, 2005; Stratton, Ottole & Wetzel, 2008; Gury, 2009). La derivación, proviene de la teoría de la utilidad aleatoria, que parte de la idea de que la utilidad de los individuos se deriva de los atributos de los bienes y no del sólo consumo de ellos (véase Ortúzar, J. de D, 2000). La estimación de este tipo de modelos y en particular, los parámetros , utilizan el método de Máxima Verosimilitud, que entrega parámetros asintóticamente insesgados.


3.2 Datos Los datos provienen de siete bases de datos distintas generadas por el Ministerio de Educación y la Comisión Ingresa. Estas son las bases del Sistema de Ingreso a la Educación Superior (SIES) de los años 2006, 2007 y 2008, las bases de Asignación de Beneficios de los años 2006 y Datos 2007, y la base de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) del año 2006. Las tres primeras contienen información sobre características socioeconómicas de los individuos y sobre las instituciones en las que se encuentran matriculados. Con el conjunto, se puede seguir el comportamiento de los estudiantes entre los años 2006 y 2008, de modo de determinar si el individuo se matriculó de forma consecutiva en los tres años, si abandonó después del primer año, reintegrándose en el año siguiente, o si abandonó sus estudios al final del primer o segundo año. Esta información se complementa con aquella sobre la asignación de beneficios, que incluye la asignación de las becas administradas por el Estado y del Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU). La base de la PSU 2006 entrega información socio demográfica de los individuos, antecedentes académicos de la educación secundaria, además de los puntajes obtenidos en esta prueba necesaria para el ingreso a la gran mayoría de las universidades en Chile. Por último, la base de la Comisión Ingresa aportó con los datos necesarios para identificar quiénes habían sido beneficiados con el Crédito con Aval del Estado el año 2006, a quienes les había sido renovado este beneficio para el

año 2007 y a quienes les había sido entregado por primera vez el 2007. Siguiendo a St. John, Cabrera, Nora & Asker (2000) que sugiere que la decisión de abandonar la universidad se desencadena a partir de la nueva información que se adquiere al ingresar a ella, consideramos exclusivamente alumnos que el año 2006 estuvieran ingresando por primera vez a un programa de pregrado con una duración de más de cinco semestres en alguna universidad privada o tradicional y que al momento de su matrícula no tuvieran más de 25 años. Con ello se llegó finalmente a una base de 70.084 observaciones. En cuanto a la variable a explicar, la base sólo cubre un período de tres años. En esta base, en el primer año abandonan sus estudios universitarios 5,100 alumnos, lo que equivale a un 7.2% de la muestra, mientras que en segundo año lo hacen 5,948 alumnos que representan el 8.5% de la muestra. A diferencia de lo observado por Stratton, Ottole & Wetzel (2008), que hallan altos niveles de suspensión, el porcentaje de alumnos que permanece en la educación superior sobrepasa el 80% y aquel que suspende sus estudios temporalmente es menos del 1% (tabla 2).

4. Resultados En esta sección se presentan los resultados de la estimación de dos modelos Logit a través de los cuales se buscó estudiar las causas de la deserción y en particular el efecto que tienen sobre ella los beneficios socioeconómicos. En ambos modelos se incluyeron variables demográficas, variables asociadas a la educación de los padres, variables socioeconómicas, variables asociadas a los antecedentes académicos del estudiante y variables asociadas al programa y la casa de estudios. Se incluyeron estas variables

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El modelo base que estimamos sigue estrechamente a Stratton, Ottole y Wetzel (2008), pero sin distinguir entre deserción y suspensión. Así, la estructura general del modelo a estimar considera la decisión de continuar o no los estudios en función de variables demográficas (sexo, edad, estado civil), de variables del hogar (educación de los padres, ingreso del hogar), de variables académicas (NEM, PSU) y de la recepción de ayuda financiera.

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Investigación TABLA 2: DESCRIPCIÓN DE VARIABLES DEPENDIENTES Permanece en la universidad

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Variables demográficas Sexo Femenino Hombre (Categoría de base) Edad: 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 Estado civil Soltero (Categoría de base) Casado Viudo o separado Educación de los padres Enseñanza media incompleta Enseñanza media completa Universitaria incompleta Universitaria completa o más (Categoría de base) Tipo de ingresos Dependiente de sostenedor (categoría de base) Independiente $0 - $278,000 $278,001 - $834,000 $834,001 - $1,400,000 (Categoría de base) $1,400,001 - $1,950,000 $1,950,001 - $2,500,000 $2,500,001 ó + Características del programa de estudio Tipo de universidad: Universidad del CRUCH Universidad privada (Categoría de base) Región del sostenedor ≠ Región de la universidad Experiencia académica Tipo de insitución enseñanza media: Pública Particular subvencionada Privada (Categoría de base) Ayudas financieras recibidas Beca Crédito Crédito subsidiado (FSCU) Crédito sin subsidio (CAE) Otro tipo de crédito

FUENTE: COMISION INGRESA Y MINEDUC

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Deserta de la universidad

Porcentaje de la muestra

Porcentaje sin información

1,48%

30,908 26,502

5,791 5,846

52,36% 46,26%

2 5 122 27,599 16,252 6,520 3,323 2,109 1,463 1,052 0

0 0 10 2,424 2,623 2,165 1,406 1,097 847 693 372

0,00% 0,01% 0,19% 42,84% 26,93% 12,39% 6,75% 4,57% 3,30% 2,49% 0,53%

56,759 425 2

10,834 549 11

96,45% 1,39% 0,01%

2,15%

5,417 13,958 7,646 14,544

1,190 2,305 1,074 1,436

9,43% 23,21% 12,44% 24,83%

30,10%

41,410 2,389 21,424 17,603 5,126 2,236 1,414 2,423

5,998 417 4,100 2,318 427 176 112 145

67,64% 4,00% 36,42% 28,42% 7,92% 3,44% 2,18% 3,66%

28,36%

34,395 23,015 16,525

5,415 6,222 5,656

56,80% 41,72% 31,65%

1,48%

37,364 24,157 37,203

11,998 25,205 12,159

28,09% 35,96% 17,35%

12,873 29,545 18,708 6,020 3,944

2,006 3,753 2,251 506 936

21,23% 47,51% 29,91% 9,31% 6,96%

0,00%

17,95%

17,87%

17,12%

0,00%


intentando replicar el modelo propuesto por Stratton, Ottole & Wetzel (2008). Además de estas variables, se incluyeron las que indican si los estudiantes recibieron o no ayuda socioeconómica.

caso. En el segundo modelo además de esta variable, se incluyeron otras dos que se generaron multiplicando la variable recién descrita por el ingreso y el ingreso al cuadrado respectivamente. Esto para estudiar si el efecto de las ayudas socioeconómicas sufría algún cambio asociado a variaciones en el ingreso.

En un primer modelo para estudiar este elemento, se incluyó una variable dummy que tomaba el valor 1 si el estudiante había recibido algún tipo de ayuda y 0 en otro

En la tabla 3 se presentan los resultados de la estimación

TABLA 3: RESULTADOS ESTIMACIÓN DE MODELOS

Variables demográficas Sexo: femenino Edad hombre – 18 Edad mujer – 18 Hombre casado Mujer casada Educación de los padres Enseñanza media incompleta Enseñanza media completa Universitaria incompleta Nivel de Ingresos Vivirá independiente Ingreso (miles de pesos) Ingreso^2 Características universidad y programa de estudio Pertenece al CRUCH Región hogar ≠ Región universidad Duración programa de estudios Antecedentes NEM Promedio PSU lenguaje y matemáticas Escuela de procedencia: municipal Escuela de procedencia: particular subvencionada Ayuda socioeconómica Recibió Beneficio Recibió Beneficio * Ingreso Recibió Beneficio * Ingreso^2 Constante Resultados generales del modelo Log Verosimilitud Grados de Libertad Razón de Verosimilitud (χ2) Prob > χ2 ρ2

MODELO 2

Odds Ratio

Efectos Marginales

- 0.34895 0.23441 0.24903 0.77828 1.62129

*** *** *** *** ***

0.70543 1.26417 1.28278 2.17773 5.05961

- 0.031923 0.021229 0.022552 0.095249 0.259612

0.07490 - 0.05148 - 0.01661

1.07778 0.94982 0.98353

0.13059 - 0.00057 0.0000001

** *** ***

0.39299 0.47212 0.04166

Efectos Marginales

Sig.

Odds Ratio

- 0.34792 0.23477 0.24934 0.77588 1.62179

*** *** *** *** ***

0.70615 1.26461 1.28318 2.17249 5.06214

- 0.03182 0.02126 0.02258 0.09486 0.25970

0.006941 - 0.004621 - 0.001497

0.08577 - 0.04802 - 0.01713

1.08955 0.95312 0.98302

0.00797 - 0.00431 - 0.00154

1.13950 0.99943 1.00000

0.012396 - 0.000052 0,00000001

0.13089 - 0.00079 0.0000002

* *** ***

1.13985 0.99921 1.00000

0.01242 - 0.00007 0.00000002

*** ** *

1.48141 1.60340 1.04254

0.034050 0.051404 0.003773

0.40124 0.45727 0.04346

*** ** *

1.49368 1.57975 1.04441

0.03473 0.04950 0.00393

0.00287 - 0.00540 0.15756 0.02596

*** *** **

0.99713 0.99462 1.17065 1.02630

- 0.000260 - 0.000489 0.014558 0.002354

- 0.00286 - 0.00536 0.13795 0.00331

*** *** **

0.99714 0.99465 1.14792 1.00332

- 0.00026 - 0.00049 0.01271 0.00030

0.23674 --2.25089

*** --***

0.78919 ----

- 0.022049 ----

- 0.40184 0.00034 - 0.00000 2.33066

*** *

0.66908 1.00034 1.00000 --

- 0.03820 0.00003 - 0.000000001 --

-19,414.39 19 4,073.58 0 0.095

Coeficiente

*** -19,403.25 21 4,095.86 0 0.0955

NOTA: p value < 0.001 *** p value < 0.01 ** p value < 0.05 * p value < 0.1 †

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA Deserción Universitaria en Chile: Incidencia del financiamiento y otros factores asociados Por Andrés Barrios F.

revistacis

MODELO 1 Sig.

Coeficiente

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Investigación de estos dos modelos. Se presentan los coeficientes estimados, los niveles de significancia encontrados, los odd ratio y los efectos marginales. Además, al final de la tabla se presentan algunas estadísticas generales asociadas a los modelos. En la tabla 3 pueden apreciarse los resultados de la estimación de los modelos. Podemos observar que los signos y niveles de significancia obtenidos en ambos casos coinciden lo que da consistencia a los resultados. Se encontró que las mujeres tienen menos probabilidades de desertar que los hombres, que los estudiantes solteros tienen menos probabilidades de desertar que los casados y que mientras mayor es el estudiante al momento de ingresar a la universidad, mayores son sus probabilidades de deserción. Se encontró también que el nivel educacional de los padres prácticamente no afecta las probabilidades de deserción² y que las características del programa y de la casa de estudios afectan las probabilidades de deserción. En relación a los antecedentes académicos del estudiante, se encontró que quienes terminaron la enseñanza media con mejores notas y quienes obtienen puntajes más altos en la Prueba de Selección Universitaria tienen menos probabilidades de desertar. Se encontró además que los estudiantes provenientes de escuelas municipales tienen mayores probabilidades de desertar que quienes provienen de colegios particulares subvencionados o de colegios particulares.

En relación al ingreso y a las ayudas socioeconómicas³ se encontró que aquellos alumnos provenientes de hogares más ricos tienen menores probabilidades de deserción que aquellos provenientes de hogares con niveles de ingresos más bajos. Sin embargo, de acuerdo a lo hallado en el segundo modelo, el efecto del ingreso va decreciendo a medida que estos aumentan. El haber recibido algún tipo de ayuda socioeconómica reduce las probabilidades de deserción, pero de acuerdo a lo encontrado en el segundo modelo, este efecto va decreciendo a medida que aumenta el ingreso. En las figuras 1 y 2 se presentan las curvas de probabilidades de deserción en función del ingreso para individuos tipo con y sin beneficios socioeconómicos. En ambos casos se observa que las probabilidades de deserción se reducen significativamente a medida que aumenta el ingreso. Además, se observa que las ayudas socioeconómicas reducen de manera importante las probabilidades de deserción y que su impacto disminuye con el ingreso.

FIGURA 1: PROBABILIDADES DE DESERCIÓN VS INGRESO (MODELO 1) Sin beneficios

Con beneficios

18,00% 16,00% 14,00% 12,00% 10,00% 8,00% 6,00% 4,00% 2.00%

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Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

$100 $180 $280 $340 $439 $500 $580 $660 $740 $820 $900 $980 $1060 $1140 $1220 $1300 $1380 $1460 $1540 $1620 $1700 $1780 $1860 $1940 $2020 $2100 $2180 $2260 $2340 $2420 $2500 $2580 $2660 $2740 $2820 $2900 $2980

0,00%

(2) Aún cuando se encontró evidencia estadística que indica que los hijos de padres que no completaron la educación media tienen más probabilidades de desertar, el nivel de significancia de esta variable es bajo si se considera el tamaño de la muestra con la que se estimaron los modelos. (3) La variable ingresos se estandarizó en miles de pesos. A pesar de ello, las magnitudes que toma esta variable y la que considera el ingreso al cuadrado son bastante altas por lo que los coeficientes y efectos marginales son aparentemente bajos.

NOTA: PROBABILIDADES CALCULADAS PARA UN HOMBRE DE 18 AÑOS, SOLTERO QUE VIVE CON LOS PADRES Y QUE OBTIENE UN NEM Y PUNTAJE PSU IGUALES AL PROMEDIO DE LA MUESTRA. FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA


Referencias

FIGURA 2: PROBABILIDADES DE DESERCIÓN VS INGRESO (MODELO 2) Sin beneficios

Con beneficios

18,00% 16,00% 14,00% 12,00% 10,00% 8,00%

Attinasi, L. (1986). Getting in: Mexican American Students’ perceptions of their college-going behavior with implications for their freshman year persistence in the University. ASHE 1986 Annual Meeting Paper, ERIC N° 268 869. San Antonio, TX.

6,00% 4,00% 2.00% $100 $180 $280 $340 $439 $500 $580 $660 $740 $820 $900 $980 $1060 $1140 $1220 $1300 $1380 $1460 $1540 $1620 $1700 $1780 $1860 $1940 $2020 $2100 $2180 $2260 $2340 $2420 $2500 $2580 $2660 $2740 $2820 $2900 $2980

0,00%

NOTA: PROBABILIDADES CALCULADAS PARA UN HOMBRE DE 18 AÑOS, SOLTERO QUE VIVE CON LOS PADRES Y QUE OBTIENE UN NEM Y PUNTAJE PSU IGUALES AL PROMEDIO DE LA MUESTRA.

Barrios, M.A. (2011). Deserción y Financiamiento en las Universidades Chilenas. (Tesis de maestría no publicada). Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA

Barrios, M.A., Meneses, F. & Paredes R. (2011). Financial Aid and University Attrition in Chile. (Manuscrito no publicado). Santiago, Chile

5. Conclusiones

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La evidencia para Chile muestra que el financiamiento universitario reduce la probabilidad que los alumnos deserten de la universidad, lo que es consistente con el hecho que al no poderse dar en garantía el capital humano que se crea, las restricciones al financiamiento bancario son operativas. Se encontró además que las ayudas financieras tienen un impacto menor, cuando mayor es el ingreso de los alumnos.

Bean, J. (1985). Interaction effects based on class level in an explanatory model of college student dropout syndrome. American Educational Research Journal, 22(1), 35-64.

Las recomendaciones de política son bastante directas. El acceso a financiamiento reduce las probabilidades de deserción, por lo que es importante diseñar instrumentos adecuados que permitan que quienes lo requieran, puedan acceder a esta ayuda. Además, como era esperable, focalizar el financiamiento hacia los grupos de menores ingresos es doblemente virtuoso, porque además de resolver un problema de acceso, reduce la deserción, especialmente sensible en esos grupos.

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Artículo

CAMPAMENTOS, VIVIENDAS Y ACCESO A LA CIUDAD PARA LOS POBRES Patricio Domínguez| Ingeniero Civil y Magíster en Sociología, Docente Instituto Sociología UC

Abstract

Los asentamientos informales corresponden a una de las expresiones más relevantes de la pobreza urbana. A pesar de que no existen modelos teóricos o empíricos que den cuenta de su real complejidad, existe cierta evidencia reciente que puede servir de base para una futura investigación. En este trabajo se analizan tres problemas que, integradamente, exigen comprender este fenómeno más allá de la realidad de quienes ahí viven, intentando mostrar que la demanda específica de los pobladores no sólo busca mejorar su precariedad habitacional, sino además tener un acceso adecuado a la ciudad y a las oportunidades que ésta ofrece. En primer lugar, se revisan algunos datos recientes de Chile que indican que, pese a la enorme vulnerabilidad de estos hogares, sus ingresos pueden superar en muchos casos al del grupo pobre. Vivir en un asentamiento informal aparece -en estos casos- como una estrategia que los hogares movilizan para reducir su vulnerabilidad o riesgo de caer/permanecer en pobreza, cediendo calidad de vivienda a cambio de mejor localización. Por último, se presentan algunos antecedentes que introducen la mirada del capital social y algunas recientes pautas de participación para la superación de la pobreza, como una buena guía para acoger en forma eficaz la demanda estos hogares.

Slums are one of the most relevant expressions of urban poverty. There are no current theoretical or practical models to explain their real complexity. Nevertheless, there is recent evidence that could be useful as a starting point in a future investigation. In this work, we will analyze three problems or challenges that, seamlessly, demand understanding this phenomenon beyond the reality of people living in slums. We will demonstrate that people in slums demand not only aims to improve their housing conditions, but also a better access to the city and the limited opportunities that it offers. This work takes a view over some recent information from Chile, to evince that in many cases the incomes of people living in slums exceed the ones from the poorer groups. Living in a slum appearsin these cases -as a strategy that families use to reduce their risk of becoming really poor. Forced to choose, families seem to prefer a better scenario of opportunities rather than quality housing. At last, we present some discussions about social capital and some recent participation guides to overcome poverty that can be useful as a reference to admit the demands from the people in slums in an effective way. The need of a house and of a dignifying access to the city seems as the two main challenges of the inhabiting form of the great masses of actual population.

Palabras claves: Vulnerabilidad urbana, acceso a oportunidades, asentamientos informales.

Keywords: Urban vulnerability, opportunities, slums.

Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez

revistacis

Resumen

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Artículo 1. Introducción

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Seducidos y abandonados es la expresión que utiliza Kaztman (2001) para caracterizar la composición de la pobreza urbana de América Latina. Según él, durante los últimos años los pobres urbanos “han sido seducidos por una sociedad moderna en que sólo pueden participar simbólicamente, no pudiendo superar por sus propios medios los obstáculos para alcanzar una participación material equivalente” (p 186). Posiblemente este esquema de integración refleje bastante bien la realidad de los asentamientos informales. Con el objetivo de conocer en forma más profunda esta realidad, se analizarán algunos de los elementos centrales de la reflexión actual sobre este tipo de asentamientos. La relevancia de este fenómeno en ningún caso está de salida.

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Según estimaciones de Lipton y Ravallion (1995) en todo el mundo llegan más de 70MM de personas a vivir en las ciudades cada año. Este proceso de inserción no suele ser del todo feliz. El crecimiento de las ciudades ha estado acompañado de un aumento sin precedentes de la pobreza urbana - Ravallion et al (2007). Muchas veces sigue ocurriendo la “recepción hostil” con que De Soto (1987) caracterizó la inmigración en Perú el pasado siglo XX. El informe de UN-Habitat (2003) establece una completa revisión de este fenómeno estimando que para el año 2001, 924 millones de personas, casi un tercio de la población urbana del mundo, vivía en asentamientos informales. En el caso de Chile los antecedentes históricos sobre el fenómeno de los asentamientos informales han llevado a algunos a visualizar en esta materia el despliegue de un movimiento popular tan relevante como el del trabajador. Según Garcés (2002) durante el siglo XX, el poblador ha sido tan relevante como este último en cuanto a la promoción de más oportunidades y mejoras en la calidad de vida de los habitantes. Este artículo pretende entregar una breve revisión de algunos de los principales temas asociados al fenómeno de Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

los asentamientos informales. Pondremos especial atención a los campamentos en el caso de Chile, de los cuales contamos con interesante evidencia reciente. Muchas de las ideas revisadas no presentan resultados perfectamente aplicables a todas las situaciones, sin embargo, existe una serie de ideas que van tomando fuerza y que pueden ser consideradas como una guía para las medidas que urge tomar. Ellas buscan servir además de orientación para priorizar los esquemas de investigación que vengan y se necesiten desarrollar con mayor urgencia. En concreto, este trabajo busca poner en perspectiva tres discusiones actuales sobre el fenómeno de los asentamientos informales. La primera de ellas describe el nivel de pobreza de sus pobladores y marca algunas pautas de su prioridad en términos de la política social. En segundo lugar, a partir de las conclusiones anteriores, se dan ciertas luces acerca de la relación entre la pobreza de los asentamientos informales y el contexto urbano donde se emplazan, mostrando la necesidad de superar la noción de déficit habitacional a la hora de implementar soluciones para estos grupos de familias. Por último se expone la reciente discusión sobre el capital social, que entrega buenas luces sobre las posibilidades prácticas de implementar esta mirada. De esta manera, se revisan algunos de los principales desafíos de la participación de las mismas familias de los asentamientos en la búsqueda de soluciones efectivas a sus demandas. Finalmente, en las conclusiones, se entregan algunas ideas que buscan orientar la discusión sobre la prioridad y los esquemas de solución al fenómeno de los asentamientos informales que pueden ser de interés para su estudio futuro.


2. La pobreza de los asentamientos informales

Son muchos los aspectos que permiten establecer coFotografía: Un Techo para Chile

nexiones entre la pobreza como fenómeno integral y el estudio de los asentamientos informales. En primer lugar, resulta interesante considerar a estos últimos como un punto especial de observación del primero. Además de los rasgos de carencia, precariedad y exclusión que los asemeja, tienen en común la resistencia a ser observados bajo esquemas teóricos únicos, así como la dificultad de hallar una solución exclusiva y eficaz1. Algo que confirma la complejidad del análisis es el alcance con que habitualmente se los estudia. Así como la pobreza, en tanto fenómeno, no sólo atañe a quienes están o pueden ser calificados bajo esa condición, existe buena evidencia que muestra que el problema de los asentamientos informales parece ser mucho más un asunto de la ciudad completa -y el modo en (1) Quizás la reflexión más destacada del último tiempo en esta materia la entrega el reciente texto de los economistas del MIT que fundaron el Jameel Poverty Action Lab. Para mayor detalle revisar recomendamos revisar Banerjee y Duflo (2011)

revistacis

La tesis central de este artículo intenta mostrar que el fenómeno de los asentamientos informales queda reducido en su comprensión, al abordarse únicamente como un problema de precariedad de vivienda. Un análisis sobre la pobreza de las familias que viven en este tipo de asentamientos debe mirar en forma integral su condición, especialmente a la hora de definir su prioridad dentro de un esquema focalizado de políticas sociales. De esta manera, tomaremos en cuenta la amplísima discusión sobre el fenómeno de la pobreza que ha buscado superar la mirada tradicional de carencia de ingresos necesarios para vivir, hacia esquemas que incorporan enfoques dinámicos y multidimensionales de observación. Examinaremos así, el vínculo entre la pobreza y los asentamientos informales.

Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez

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Artículo que se organiza su enorme cantidad de integrantes-, que un problema exclusivo de quienes no tienen un lugar digno donde vivir. Por otro lado, la definición de pobreza utilizada suele tener fuertes repercusiones sobre los criterios de focalización real de las políticas sociales. Así, calificar la pobreza de los asentamientos informales puede impactar directamente en la prioridad que se asigne a éstos. Recientemente, una serie de investigaciones han intentado aportar con evidencias concretas a esta discusión2.

más aún con los hallazgos de Undurraga (2011) para El Salvador y Uruguay que, con distintos niveles de pobreza, muestran también que una buena parte de las familias de asentamientos informales vive con ingresos por encima de la tradicional línea de la pobreza3. Si bien, y tal como veremos más adelante, esta información sirve de base para la necesidad de enfocar este fenómeno con una mirada urbana, es necesario tomar en cuenta el alcance de esta observación a partir de dos de los más importantes focos de observación de la pobreza actual: la perspectiva multidimensional y dinámica.

a. Los datos

b. La relevancia del enfoque multidimensional

Varios autores dan cuenta que no todas las familias que viven en campamentos lo hacen permanentemente bajo la línea de la pobreza.

Los resultados presentados en la Tabla 1 podrían ser un buen argumento para restar prioridad a estas familias en un esquema de políticas sociales focalizadas hacia la reducción de la pobreza. Un razonamiento como éste debe tener al menos en cuenta la definición de pobreza que utiliza4. La discusión sobre este punto puede resultar algo extensa. En este caso tomaremos como referencia válida el debate acerca de cuáles son las dimensiones constitutivas del bienestar a la hora de calificar a personas u hogares en condición de pobreza5.

Tabla 1. Estimaciones de pobreza para hogares de campamentos en Chile Autor Fuente % Hogares

Mardones (2007) Brain et al (2010) Celhay (2011) Undurraga (2011)

CIS LILP LILP LILP

Pobres en campamentos

2007 (2008)* (2008)* (2008)*

62% 49% 54% 37%

*Utilizan diferentes supuestos de actualización de ingresos según cuentas nacionales y la estimación (actualización) de la canasta básica de alimentos para el año 2008 a partir de la definida por Mideplan el 2006 Fuente: Elaboración propia a partir de las investigaciones citadas.

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Pese a las diferencias, los resultados de la Tabla 1 llaman bastante la atención. La información puede asombrar

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(2) Brain et al (2010), Celhay y Sanhueza (2011), Ugarte (2010), Mardones (2007) utilizan datos de Chile y Undurraga (2011) con datos de Chile, Uruguay y El Salvador. Con algunas diferencias importantes todos ellos muestran que al contrario de lo que habitualmente se supone las familias de los campamentos no serían las más pobres de los pobres de sus respectivos países.

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Para Larrañaga (2007), lo relevante en la discusión sobre la pobreza serían las “privaciones o carencias que representan amenazas sustantivas a la (calidad) de vida de las personas” (p 9). Aunque destaca la relevancia del IPP6 como (3) En el caso de Uruguay y El Salvador, esos valores serían 53% y 78% respectivamente. (4) Habitualmente la discusión sobre la definición de pobreza se ha centrado en lo que se conoce como el paradigma de la pobreza según ingresos (IPP: Income Poverty Paradigm). El gran desafío al interior de este paradigma, en términos de conceptos y definiciones, ha consistido en tres subproblemas implícitos en su método de cálculo y análisis. Ellos son: Identificación, Agregación y Comparación de Distribuciones del Ingreso según intensidad de pobreza. El enorme grado de avance en estos tres tópicos llevó a Bourguignon (2003) a señalar que “este paradigma está completo” (5) Para ver un debate interesante al respecto, revisar Larrañaga (2007). (6) IPP, Paradigma de la Pobreza por Ingresos o “Income Poverty Paradigm”


Así, siguiendo a Larrañaga (2007), las principales dimensiones del bienestar que quedan fuera del IPP para el caso de Chile, y que serían claves en la conformación de un indicador multidimensional de la pobreza, son salud, educación y vivienda. En ese sentido, el autor establece una serie de indicadores relacionados con ésta última. Ellos son: la vivienda propiamente tal, bienes y servicios públicos adyacentes y la composición social de los vecindarios. De esta manera, la evidente precariedad habitacional de los asentamientos informales por sí sola, parece ser entonces un contundente argumento de priorización del gasto social hacia éstas. Un enfoque de focalización exclusivamente basado en la pobreza de ingresos resulta una medida incompleta del bienestar de los hogares y, por lo tanto, una estrecha herramienta de focalización de las políticas sociales hacia la reducción de la pobreza.

c. La conocida dinámica de los ingresos de hogares pobres Tal como lo afirman Jalan & Ravallion (2000), la pobreza no es estática para la mayoría de las familias que viven en situación de pobreza. Esto implica al menos dos cosas. En primer lugar, existe un grupo de familias con buenas probabilidades de salir de la pobreza, así como otro grupo que tiene altas probabilidades de entrar7. Una posibilidad de asegurar esto en forma certera se obtiene al observar qué ocurre en datos de panel. Para el caso de Chile entre los años 1996-2001 ocurrió lo siguiente: Tabla 2. Movimientos sobre y bajo la línea de la pobreza en Chile. Años 1996, 2001 y 2006.

1996

2001

P

NP

2006

P

NP

Total

P

4,4%

7,0%

11,3%

P

NP

1,6%

10,6%

12,2%

NP

P

1,5%

5,8%

7,4%

NP

3,2%

65,9%

69,1%

Total

10,7%

89,3%

100%

Fuente: OSUAH (2007)

Si bien en Chile entre 1996 y 2001 la pobreza cayó progresivamente desde un 23,1% a un 13,7%, vemos en la tabla que al menos un 34% de las personas pasó por la pobreza en al menos uno de esos tres instantes de observación. Así también, Cooper y Nielsen (2004), tomando en cuenta sólo los dos primeros instantes de observación de la Encuesta Panel-CASEN, muestra el gran dinamismo de ingresos de los estratos más pobres.

(7) Ver Domínguez (2006)

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parámetro en la adquisición de bienes y servicios claves para la mayor parte de las necesidades básicas, señala que algunas “dimensiones esenciales del bienestar suelen quedar fuera del rango de cobertura de los ingresos” (p 5). La pregunta guía para construir un indicador multidimensional de la pobreza precisamente es ¿qué (dimensiones constitutivas del bienestar) no compra el ingreso? Existen muchos bienes que suelen responder a una decisión social de sustituir el mercado por mecanismos públicos en la provisión de servicios. Como indica Bourguignon (2003), los mercados para cierto tipo de atributos no monetarios no existen. En cierta forma, la sociedad parece optar por dejar fuera de la lógica de mercado la provisión de bienes y servicios cuyo acceso se garantiza por medio de derechos sociales. “El Estado de bienestar debilita el nexo monetario al garantizar unos derechos independientes de la participación en el mercado” señalan Esping -Andersen (1990, en Armijo, 2008, p 4).

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Artículo Figura 1: Diagrama de movimientos desde y hacia deciles 1 y 10

0

Posición Relativa 2011 02 04 06 08 10

¿De adónde vienen los Pobres?

0

02

04 06 08 Posición Relativa 1996

10

d. Vulnerabilidad a la pobreza La vulnerabilidad a la pobreza es la probabilidad o riesgo que enfrenta un hogar de caer en pobreza. Para ello, un hogar no sólo cuenta con un conjunto de activos que puede movilizar, sino además de un conjunto de posibilidades que ofrece su entorno (Estado, mercado y la sociedad en general). La figura 2 resume el esquema que Wormald y Kaztman adaptaron para América Latina a partir de las investigaciones de Moser y su conocido enfoque AVEO (Activos, Vulnerabilidad y Estructura de Oportunidades) Figura 2. Modelo de Vulnerabilidad Social8.

¿De adónde vienen los Nuevos Ricos?

0

Posición Relativa 2011 02 04 06 08 10

Nivel Macro Social (Estructura de Oportunidades)

0

02

04

06

08

10

a) Mercado del Trabajo b) Oferta de Salud c) Oferta de Educación d) Oferta de Previsión y Seguridad Social e) Capital Social Comunitario

Nivel Micro Social (Recursos y Capacidades de los Hogares) a) Capacidad de las Personas - Capital Humano Jefe Hogar y otros b) Recursos de los Hogares - Materiales (bienes) y Capitales c) Estrategias de Movilización

Posición Relativa 1996

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Fuente: Cooper y Nielsen (2004)

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Como muestran Cooper y Nielsen (2004) entre los años 1996 y 2001 existió una enorme movilidad para los deciles más pobres. Analizar los ingresos de familias pobres en un momento del tiempo tiene una importante limitante asociada al dinamismo propio que éstos muestran. Un esquema de comparación más amplio y, que en cierta forma podría superar esta restricción dinámica, lo entregan algunas investigaciones recientes sobre el fenómeno de la vulnerabilidad a la pobreza, cuyo enfoque se centra más en las condiciones que harían que un hogar presente mayor probabilidad de caer en pobreza que, en los resultados observados en función de los ingresos declarados en un momento del tiempo.

Vulnerabilidad Social a la Pobreza (Riesgo de Personas / Hogares a caer o permanecer en condición de pobreza Fuente: Domínguez (2006)

Tal como se ve en la figura 2, la vulnerabilidad es producto tanto de la composición del portafolio de activos de los hogares y las personas –que incluye la posesión y capacidad de control o movilización de recursos materiales o simbólicos que permiten al individuo desenvolverse en la sociedad- como de las cambiantes características de las estructuras de oportunidades de acceso al bienestar asociadas al funcionamiento del Estado, del mercado y la comunidad. Los recursos y capacidades de las personas y sus (8) Adaptado de Kaztman (1999), Wormald (2003) y Kaztman & Wormald (2002).

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Asi, destacamos junto a Kaztman (2002) que este enfoque –inicialmente planteado por Moser (1998) como assetvulnerability-approach- permite abrir la caja negra de los hogares pobres al considerarlos a éstos como agentes activos en la superación de su situación. ¿Qué pasa con las familias de los campamentos en esta perspectiva? No existe evidencia contundente que compare tanto los activos como la estructura de oportunidades que poseen o enfrentan los hogares que viven en asentamientos informales. En relación a la estructura de oportunidades, veremos en el siguiente punto algunos de los datos que encuentran Brain et al (2010) y Celhay (2011) para el caso (9) En relación a este nivel resulta interesante adoptar la distinción de Kaztman (1999) entre activos, recursos, capacidades y estrategias. Los recursos refieren a todos los bienes tangibles o intangibles que posee un hogar. Por su parte, el concepto de activo refiere sólo a aquellos recursos que movilizan los hogares en función del aprovechamiento de una oportunidad de integración y mejora de su bienestar social. Por último, las capacidades corresponden a un tipo particular de recursos, asociado al capital humano de las personas. Por último, las estrategias se refieren a las formas particulares de articulación de los recursos y las capacidades de las personas y del hogar para el logro de sus metas de bienestar. (10) Frente a esto, destaca una reciente declaración del Banco Mundial: “Claramente, la evaluación de la vulnerabilidad es más compleja que la medición de la pobreza en un punto del tiempo. Requiere datos sobre los activos de los hogares (físicos, humanos y capital social) en combinación con datos sobre redes formales de seguridad, sobre el funcionamiento de los mercados, y sobre políticas económicas que determinan el conjunto de oportunidades de los hogares y el rango de actividades que pueden llevar a cabo para enfrentar los riesgos”. Traducido de: Kaztman (2005, p 281).

de Santiago de Chile. Sin embargo, en relación a los activos, podemos ver lo siguiente: Tabla 3. Estimaciones de pobreza para hogares de campamentos en Chile Atributo Hogares

Pobres de RM

Hogares de Campamentos de RM

Tasa de Empleo Masc. 16-64**

25%

40%

Tamaño Hogar*

4,53

3,91

Edad JH

46,8

41,8

Escolaridad JH (años)**

8,1

7,1

96,8%

98,2%

% niños 13-18 que asiste al colegio** 84,5%

78,1%

JH Mujer**

42,1%

% niños 5-12 que asiste al colegio*

36,1%

(**) Diferencia del test de media significativa al 95% (*) Diferencia del test de media significativa al 90% Fuente: Undurraga (2011).

A diferencia de lo que se observó en términos del ingreso, al comparar la posesión de algunos activos (escolaridad, sexo y edad del jefe de hogar, % asistencia al colegio de niños 13-18 años), los hogares de campamentos parecen ser “más pobres” incluso que aquellos que, tradicionalmente, son calificados como tales. Entonces, surge la pregunta respecto de cuáles serían los factores que inciden en el hecho de que los hogares de campamentos tengan más ingresos que los hogares observados pobres en un determinado momento del tiempo. Una posibilidad a explorar sería analizar la geografía de oportunidades a la que estas familias tienen acceso y cómo ésta es aprovechada para obtener más ingresos. Este punto plantea además un interesante argumento para estudiar el fenómeno de los campamentos desde una perspectiva urbana.

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hogares están dados por los diferentes capitales (social, humano, cultural, familiar) que éstos posean, y su capacidad para movilizar estos recursos hacia las estructuras de oportunidades9. Respecto de este enfoque, Kaztman (2005) ha señalado: “aceptando que aún está lejos de constituir un marco conceptual articulado y consistente para analizar los problemas más álgidos del desarrollo social, (…) promete una mirada más rica a la problemática de la generación y reproducción de la pobreza y de la exclusión” (p 278)10.

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Artículo 3. Los asentamientos precarios como fenómeno urbano Desde sus orígenes y como base de su proceso de formación, los asentamientos informales surgen como la posibilidad de brindar un acceso, temporal o permanente, a las oportunidades que brinda la ciudad. Esta antigua idea ha encontrado nuevo sustento en algunas investigaciones recientes. La masiva producción de viviendas en Chile a fines del siglo XX nos muestra hoy que la precariedad en que vivían las familias traspasaba varios ámbitos más allá de la vivienda. Aún urge comprender a fondo el fenómeno de los asentamientos informales. Por ahora, parece plausible suponer que las opciones de los pobladores no son ni arbitrarias ni sometidas a la mera contingencia, sino tal como lo decía Portes (1972) responden a un esquema racional11. El desafío estaría entonces en comprender bien cuál es la racionalidad que habría detrás de ese modo particular de comportamiento. Este desafío no sólo resulta un apasionante tema de investigación, sino además resulta urgente en términos del diseño de políticas que busquen responder adecuadamente a las demandas e inquietudes de esas familias. a. Los “con techo”. Un antecedente relevante de la política habitacional y urbana

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Fotografía: Un Techo para Chile

Un caso interesante que ejemplifica y reafirma la noción de que el fenómeno de los asentamientos informales tendría su raíz en algo más profundo que la simple falta de

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(11) Portes (1972) muestra que el comportamiento de los pobladores de los asentamientos informales de América Latina en vez de satisfacer un determinada subcultura –de la pobreza- propia de quienes viven una situación de precariedad, muestran un tipo de comportamiento estrictamente racional. Weber clasifica la acción social en 4 tipos según el modo de orientación: uno del tipo racional utilitario que es capaz de escoger los medios que maximicen el resultado final de un acto, otro con similar uso de medios y fines pero con fines ideológicos o altruistas más que personales; los otros dos no serían racionales al definir sus medios en función de fines sino que responderían a emociones o acciones meramente tradicionales. Tomando la clasificación tradicional de Weber, éste sería del tipo racional utilitario.


vivienda, es el de la política habitacional chilena de fines del siglo XX. Durante este período, se disminuyó el déficit habitacional a un ritmo inédito para América Latina. Sin embargo, a esa misma velocidad, se fue definiendo lo que sería un actor inédito de la política social: los pobladores “con techo”. Tal como señalan Rodríguez y Sugranyes (2005), estos pobladores, ahora con techo, nos muestran que “la casa propia”, a diferencia de lo que comúnmente se estima, no resuelve la verdadera reivindicación de estos pobladores. Ésta está estrechamente relacionada con las posibilidades de integración social de toda la población al interior de la ciudad, y específicamente para ellos, demanda un lugar en la ciudad que les permitiera dejar atrás los problemas asociados a la pobreza y exclusión.

hace alusión a los asentamientos irregulares localizados en los sectores de mayores ingresos. Un ejemplo notable en ese sentido, fue el período de erradicaciones masivas en Santiago, entre 1979 y 1984, donde se entregaron soluciones a 30 mil familias. La “solución” contaba en estos casos, además del desalojo forzado, con la dotación de una solución habitacional en propiedad y de carácter definitivo, con urbanización, y una construcción de 25 metros cuadrados en lotes de 100 metros cuadrados. La Figura 3 muestra cómo estas erradicaciones tuvieron un patrón claro de desplazamiento desde las comunas más adineradas (sector nor oriente) que erradicaron a sus campamentos, hacia otros sectores de bajos recursos que recibieron a las familias erradicadas (sector nor poniente y zona sur especialmente).

a.1. La exacerbación de la cantidad

La primera gran ola de construcción masiva de viviendas sociales estuvo destinada a las familias de campamentos12–nombre que según Rodríguez y Sugranyes (2005)

Figura 3: Erradicación de pobladores de campamento del área metropolitana de Santiago por comuna de origen y destino. 1979-1985

Fuente: Gurovich, 1989 (12) En adelante al referirnos específicamente al caso de los asentamientos informales de Chile usaremos el concepto de campamento.

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Ante la urgencia generada por un déficit habitacional extremadamente alto, entre 1980 y el año 2000, se construyeron en Chile alrededor de 202 mil viviendas sociales. Si bien esto parece un logro notable, acarreó también una serie de problemas que se han prolongado en el tiempo. Las soluciones que se implementaron han acumulado una extensa crítica por su baja calidad y su escasa visión urbana. Como describen Rodríguez y Sugranyes (2005), en general las soluciones implementadas “cubren una extensión urbana relativamente pequeña, pero de alta densidad. Cada proyecto utiliza al máximo la capacidad del terreno, con poca o escasa relación con los terrenos aledaños. Hay un nulo diseño urbano y escaso diseño arquitectónico de las unidades” (p 60). Por ello, los mismos autores plantean que ante el aparente éxito de la política, lo más relevante que estaría ocurriendo es “un nuevo problema de vivienda y urbano: un enorme stock de viviendas sociales inadecuadas que requieren atención” (p 60).

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Artículo ¿Qué factores influyeron en la configuración del problema de los “con techo”? Son muchas las razones que han confluido para llegar a tal situación. Muchas de ellas están estrechamente vinculadas a los pilares de la política habitacional desarrollada en los años 80 con fuerte impulso a la inversión privada. El esquema de subsidio-ahorro-crédito diseñado por la administración MINVU de la dictadura miliar “buscaba asegurar la participación de las empresas constructoras”. Las dos principales razones para esto que señalan Rodríguez y Sugranyes (2005) son: 1. Política de suelo y su particular regulación. Este factor se vio acrecentado ante la urgencia que generó la crisis económica del 82, y que incentivó grandes compras de paños de terreno por parte de empresarios en la periferia. Así, ésta operó como la reserva natural destinada al suelo de viviendas sociales.

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2. Modelo de producción. Según los autores el modelo creado dejó plenamente satisfechos a sus protagonistas (“Estado que financia y unas pocas empresas que producen sin riesgo” (p61)), dentro de un esquema de nula competencia que buscaba, casi exclusivamente, dar techo sin importar las variaciones posibles, sin poner incentivos a la calidad. Así, lo que se incentivaba era únicamente a hacer lo necesario para asegurar el financiamiento que proponía el Estado ex ante. Este esquema de producción hizo innecesaria la innovación al definir un modelo de negocio con un nivel de diálogo ínfimo entre actores que podrían estar generando propuestas de mejora como las Universidades, ONG´s o centros de investigación y, especialmente, los mismos beneficiarios/destinatarios cuyo rol era inexistente.

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a.2. Otros “logros” asociados a la reducción del déficit Como ya se planteó más arriba, durante los últimos años del siglo XX se redujo fuertemente el déficit de techo que existía en Chile. Sin embargo, tal como lo exponen Rodríguez y Sugranyes (2005), el problema vino asociado a la calidad; y ya existen muchos indicadores que muestran que “si hace veinte años atrás el problema de la vivienda era el de las familias sin techo, hoy, en Santiago, el problema de la vivienda es el de las familias con techo” (p 61). No resulta difícil conectar esta situación con la política de vivienda desarrollada en Chile. Una posibilidad es observar la concentración de viviendas sociales en la periferia construidas a finales del siglo en Santiago. Figura 4. Localización de conjuntos de vivienda social entre 1980-2000

Fuente Rodríguez y Sugranyes (2005).

Dentro de los principales resultados asociados a esta masiva construcción de viviendas, Rodríguez y Sugranyes (2005) muestran la pérdida de empleo, incremento en costos de transporte, dificultades de acceso a educación, salud y subsidios de la red social, y nuevas dimensiones de violencia e inseguridad que no existían en los campamentos. Además, detectaron un importante desarraigo de la red informal de ayuda y apoyo unido a una fuerte dismi-


En esta misma línea, llama particularmente la atención los hallazgos de Aravena y Sandoval (2005). Entre algunos de los principales rasgos que complejizan las posibilidades de integración de las personas ellos destacan los siguientes: - Abandono, y marginalidad asociada al lugar periférico que los conjuntos ocupan dentro de cada comuna o ciudad y la pérdida de algunos “beneficios” del Estado por la eventual mejora socioeconómica que les brinda la casa propia. - Alta conflictividad social y estigmatización. Dificultad para establecer vínculos con vecinos nuevos desconocidos (distintas procedencias según comuna de origen), la búsqueda de soluciones individuales a los problemas y el resultante debilitamiento de la acción de dirigentes y la participación social. - Empobrecimiento material asociado al deterioro de la vivienda y el vecindario relacionado con los problemas de diseño de los espacios públicos y la dificultad de administración de los reglamentos de copropiedad. b. Vivir en un campamento para acceder a la ciudad y lo que ella ofrece. Para Brain et al (2010) la decisión de vivir en campamentos está orientada a combinar dos objetivos “generalmente excluyentes”: mejorar la localización al interior de la ciudad y acceder a una vivienda formal en propiedad. Una solución eficaz debiera tomar en cuenta el logro de ambos objetivos. La pregunta para las políticas públicas (13) Dentro de las características de este tipo de integración se destacan: 45% pobres (15% en extrema pobreza); 40% con ampliaciones informales; 65% quiere irse; 90% siente miedo y vergüenza de barrio; 56% tiene problemas de seguridad asociados a delincuencia y drogas.

orientadas a las personas que viven en campamentos no sólo tiene que ver con cómo ofrecer una vivienda digna, sino con cómo garantizar a la vez, un espacio y el acceso a las oportunidades al interior de la ciudad. Posiblemente en esta necesidad de una ciudad más integrada, especialmente para los grupos más vulnerables, estaría una de las claves del aún esquivo, pero abiertamente anunciado fin de los campamentos en Chile14. Esto se debería a que la decisión de vivir en un campamento tiene directa relación con la alternativa disponible. Ugarte (2010) muestra que en esta decisión no sólo habría razones relacionadas con el presupuesto de que disponen estas familias, sino además con un análisis completo de los costos y beneficios en que incurriría al trasladarse a una vivienda social (la principal alternativa de acceso a una vivienda formal en Chile para familias de escasos recursos). Al identificarlos, Ugarte (2010), encuentra que la eventual pérdida de redes sociales y los costos de la formalización, entre otros, son unos excelentes incentivos para que una familia siga viviendo en una vivienda precaria al interior de un campamento. Brain et al. (2010) aporta una evidencia en este mismo sentido al afirmar que los campamentos en Chile están mejor localizados que las viviendas sociales. Utilizando datos de familias que vivían en viviendas sociales el 2009, encuentran no sólo que quienes llegan a un campamento lo hacen desde una comuna con menor precio de suelo, sino además que, quienes provinieron desde un campamento (y fueron erradicados) hacia una vivienda social, se movieron desde una comuna de mejor precio de suelo a una de peor. La relevancia de la localización para las familias de campamentos tendría además un contexto particular. Según Brain et al (2010), en Chile habría un aumento de la de (14) Según Un Techo para Chile existen 12 anuncios presidenciales que anticipan el término de los campamentos en todo el país desde finales de los años 90. Ellos fueron realizados por distintos Presidentes en ejercicio y prometido en casi todos los programas presidenciales de los últimos 4 períodos.

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nución de la participación de los pobladores en las organizaciones comunitarias13.

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Artículo manda por mejor localización que surgiría en respuesta al modelo de desarrollo económico y sus respectivos “altos grados de inestabilidad laboral, precarización del empleo, y de segmentación de la calidad de la oferta educativa y de salud” (p 116). Ante este escenario una buena localización “podría mejorar las oportunidades de trabajo en estos mercados flexibles” (p 116). Tal como señalamos anteriormente, el vivir en un campamento en muchos casos tendría que ver con una estrategia de reducción de la vulnerabilidad. La clave en este caso puede retratarse a través de la geografía de oportunidades a la que tendría acceso una familia por el hecho de vivir en un sector de la ciudad en comparación con otro15. Las familias realizarían una especie de balance de opciones entre una vivienda informal con acceso a una mejor geografía de oportunidades, versus el acceso a una vivienda formal, pero con una peor geografía de oportunidades. Veamos qué factores incidirían este balance.

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i. Vivir en un espacio más precario

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Uno de los rasgos más evidentes de los asentamientos informales es la mala calidad de sus viviendas. Sobre este punto no sólo parece influir la falta de recursos de las familias que ahí viven, sino además los bajos incentivos que estas familias tienen para mejorar su vivienda gradualmente en el tiempo. Galiani & Schargrodsky (2005) muestran que ante la incertidumbre en la posesión de los títulos de propiedad, familias con iguales condiciones previas invierten bastante menos en su vivienda. Con un caso bastante excepcional de experimento natural en la entrega de títulos de propiedad en Argentina, encuentran que las familias que recibieron sus títulos de propiedad a lo largo del tiempo vivían en viviendas cuya calidad era un 40% mejor que las de sus vecinos que aún seguían esperando por sus títulos.

(15) Ver Galster y Killen (1995)

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Brain et al. (2010) reafirman lo anterior al mostrar que la principal razón que expresan los habitantes de los campamentos para abandonar este lugar es la necesidad de vivir en una vivienda mejor. ii. Acceder a una mejor geografía de oportunidades Tal como lo destaca Tironi (2004) respecto del famoso texto de Dreier y Swanstrom (2001), Place matters, el lugar importa. Lo relevante del lugar tiene que ver con la posibilidad de acceder a ciertas oportunidades –económicas, laborales, recreacionales, etc- que no está repartida en forma homogénea al interior de la ciudad. Tomando en cuenta esta idea cuesta pensar que para las familias más vulnerables, el lugar que ocupen en la ciudad sea irrelevante. Tal como vimos para el caso del ingreso, el vivir en un campamento parece precisamente una estrategia de reducción de vulnerabilidad que los hogares de los asentamientos informales movilizan a su favor. En esta misma línea, Glaeser (2000) muestra que los pobres de EEUU suelen vivir en las zonas centrales de la ciudad accediendo así a una mejor localización, que les permite compensar su baja calificación y disminuir los costos de transporte del hogar al trabajo. Brain et al. (2010) por su parte, muestran que esta búsqueda por una mejor geografía de oportunidades es una constante generacional en el caso de Chile, particularmente centrada en la zona de Santiago. Lo anterior se refuerza con los resultados de Undurraga (2011), que revelan que la tasa de empleo masculino para los hogares de campamentos es de un 40%, bastante superior al 25% de los hogares pobres de la RM. Un interesante aporte en esta línea lo entregan Celhay y Sanhueza (2011). Utilizando los mismos datos de Brain et al (2010) con una muestra contrafactual de familias representativas de viviendas sociales de Santiago, encuentran que los hombres de campamentos encuentran mejores resultados de empleo (tasa de participación laboral y de empleo) que aquellos que con atributos similares viven


en viviendas sociales. Por su parte, Gallegos (2006) muestra que las redes sociales y algunos elementos asociados al capital social de los campamentos tienen importantes efectos sobre la superación de la pobreza mediante el trabajo.

tipo de capital. Para otros sin embargo, no constituye propiamente un tipo de capital (Fine 2001), pero sin embargo es algo que ayuda a potenciar la productividad de otros capitales presentes en las personas (Coleman, 1990)17. De todas formas, existe un consenso respecto de que aún su medición cuantitativa está lejos de ser factible (Portes, 1998, Fukuyama, 2000; Fine, 2001).

4. Capital Social y participación. ¿Cuánto importa? ¿Cuánto se puede?

Para nuestra discusión tomaremos la definición de Atria (2003), que lo define como la “capacidad efectiva de movilizar productivamente y en beneficio del conjunto, los recursos asociativos que radican en las distintas redes sociales a las que tienen acceso los miembros del grupo en cuestión”. Su vínculo con la reducción de la pobreza es bastante original; según Arriagada (2004), corresponde a los “medios para desplegar capacidad de reacción frente a la pobreza18”. Un aporte interesante en esta línea es poner atención en el capital social comunitario y, siguiendo también a Atria (2003), en sus estrategias de promoción referida a sus dos componentes fundamentales: empoderamiento y asociatividad19. Aquí estarían los aspectos fundamentales a tomar en cuenta para lograr la reducción de la pobreza.

El enfoque de capital social surge como respuesta crítica al predominio del ingreso/consumo en la caracterización del fenómeno de la pobreza. Al igual que otros enfoques de esta misma línea, éste concentra la mirada en los activos, más que en las carencias de los hogares pobres. Para ello, reelabora la noción de estrategia de vida a partir de la observación de lo que los pobres tienen, desestimando quizás el peso de ciertos condicionantes estructurales16. Sin embargo, no existe claridad en la definición del concepto de capital social. Para algunos como Portes (1998) el problema es que muchas veces se le define en forma tautológica sin dejar claro si la asociatividad a la que se relaciona es causa o consecuencia de la existencia de este (16) Tal como señala Arriagada et al. (2004), este enfoque plantea un polo de discusión bastante distinto al del ingreso/consumo. Para ellos, Moser presenta un modelo que resulta un equilibrio que combina los activos que poseen los hogares y las condiciones estructurales del entorno que enfrentan. Una adaptación de éste se presenta en la figura 5.

De todas formas, es necesario constatar aquí también la heterogeneidad de los asentamientos informales y sus pobladores como un elemento indispensable de cualquier análisis. Hasta ahora, no existe evidencia certera que permita asegurar que cualquier presupuesto de capital social se traduzca en una salida de la pobreza más eficaz en el tiempo. Precisamente creemos que éste es uno de los aspectos menos desarrollados y más urgentes de respaldar

(17) Precisamente en esta línea Durston (2003) defiende la noción de capital como un activo que reporta beneficios que en su ausencia no existirían. (18) Arriagada et al. (2004) p10. (19) Es necesario distinguir entre las redes y el capital social, éste último reside en el primero, sin embargo no todas las redes se traducen en un capital que puede administrar un hogar o una comunidad a su favor. Las redes permiten describir el lugar en que reside el capital social de una persona.

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Un último aspecto de interés consiste en contrastar la discusión sobre los asentamientos informales con uno de los denominados enfoques alternativos de pobreza llamado el enfoque de capital social. Si bien aquí la evidencia es muchísimo menor que en los casos precedentes, resulta interesante revisar la discusión y revisar su relevancia para el diseño de políticas públicas asociadas al problema de los asentamientos informales.

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Artículo empíricamente ante los nuevos diseños que puedan surgir. Por ello, queremos constatar las potencialidades de este enfoque y dar algunas líneas de orientación hacia las futuras investigaciones que surjan en el campo del estudio del capital social de los asentamientos informales. a) Capital social y carencia material No es clara la evidencia respecto del vínculo entre capital social y carencia material. Por un lado, Lomnitz (1975) plantea que la reciprocidad surge de situaciones de carencia de recursos materiales y es ella quien moviliza los recursos sociales y los convierte en económicos. Como contraparte, González de la Rocha (2003) encontró -en su evaluación sobre los impactos de la implementación en sus primeros años del programa Progresa/Oportunidades en México- que, dentro de las desventajas acumuladas producidas por la exclusión laboral y la precariedad de opciones para la generación de ingresos, se produce un proceso de erosión de los recursos de los pobres, incluidos los recursos sociales. De todas maneras, existe una serie de factores que, al menos potencialmente, permiten concebir al capital social como una herramienta importante que estaría presente en muchas de las comunidades de asentamientos informales.

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b) Historias y carencia que unen

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A simple vista, es posible analizar los niveles de asociatividad presentes en poblaciones que comparten no sólo un espacio al interior de la ciudad, sino la mayoría de las veces una historia de marginación similar. No es claro que la historia común opere necesariamente como un aditivo social, sin embargo existen buenos argumentos para sostener que factores asociados a esta historia -como la defensa permanente del territorio que habitan- jueguen un importante rol en ello. Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

De Soto (1987), al estudiar los presupuestos de la vivienda informal en Lima en los años ochenta mostró que, contrario al tradicional prejuicio que vincula anarquía y desorden con la vida en los asentamientos informales, al interior de éstos existe un conjunto de “normas extralegales” que regulan en cierta forma las relaciones sociales, compensan la falta de protección legal y entregan progresivamente cierta estabilidad y seguridad para los derechos adquiridos. Llamó “normatividad extralegal” a este conjunto de reglas. De Soto20 muestra que la toma o invasión de un terreno está basada en una rigurosa lógica de funcionamiento. El origen de la organización de los pobladores estaría en el “contrato de invasión” que establecería las responsabilidades de cada parte en la toma del terreno definido. Sin contrato sería muy difícil de alcanzar una masa crítica suficiente para evitar que el propietario pueda actuar eficazmente. De la ejecución de este “contrato” aparecería, como consecuencia inmediata, la instauración de un derecho sobre el terreno que denomina “derecho expectaticio de propiedad”. Éste correspondería a un tipo de derecho imperfecto, ya que si bien entrega la seguridad y estabilidad para habitar el terreno, no entrega los incentivos necesarios para invertir confiablemente importantes cantidades de dinero. De esta forma, no proporciona sobre sus pobladores los mismos atributos que la propiedad tradicional –su relativa vulnerabilidad los obligaría a asumir una serie de costosas medidas precautorias. Así también, son muchas las ideas que muestran el impacto que el capital social puede generar. Para Lomnitz (1975), “el marginado” logra sobrevivir precisamente gracias a una organización social especial -sui generis- que les permite compensar la falta de seguridad económica con las redes de intercambio recíproco de bienes y servicios. González de la Rocha (2003) destaca por su parte, otros tra (20) De Soto (1987) argumenta en su texto que la vivienda informa tiene una enorme similitud que la formal en cuanto a su legitimidad social. El proceso de adquisición de ésta sufre muchas veces el proceso exactamente inverso al de una formal y su orden sería el siguiente: Ocupación – Construcción – Habilitación - Propiedad


bajos donde se lo define como "un refugio contra la desocupación" (Chiarello 1994), "un seguro de desempleo a la latinoamericana" (Lomnitz 1975), como "intercambios que compensan los aumentos de los costos de la economía" (Gershuny 1994), o como "parte de la solución" (Durston 2003). Todas estas perspectivas muestran que, en diversas situaciones, el intercambio social opera como un amortiguador de las necesidades y los problemas de escasez de recursos, más aún en contextos donde existen pocas posibilidades de obtener ingresos por medio de la fuerza de trabajo.

inmigrados a la ciudad que, pese a sus habilidades no desarrolladas presentan un gran ímpetu por mejorar. Éste tipo de asentamientos sería el que fácilmente mejora y abandona su condición informal. Como contraparte, los asentamientos de desesperanza albergarían dentro de sí a pobladores con menores capacidades de mejorar y con enormes dificultades de insertarse adecuadamente en el mercado laboral. De esta forma, Stokes (1962) sostiene que la permanencia de los asentamientos informales en EEUU “depende tanto de la tasa de inmigración como de la tasa de integración o de absorción de sus migrantes” (p 162).

c) La reciprocidad no es gratuita.

Otro punto que permite evitar la idealización del capital social está en el reconocimiento del conflicto y sus alcances. Como lo destacan Arriagada et al. (2004)21 “el potencial asociativo del conflicto es tan importante como el de cooperación” (p 26). Tal como plantean Kessler y Roggi (2003), los conflictos “no se trata de evitarlos, como una anomalía en una comunidad idealmente armónica, sino de integrarlos al diseño y ejecución de los planes” (p 26).

Stokes (1962) analiza este punto al intentar explicar por qué, a pesar de la riqueza, el alto desarrollo económico de los Estados Unidos y un enorme esfuerzo por eliminar los asentamientos informales, éstos seguían proliferando en las grandes ciudades. La principal razón –decía- tiene que ver con la falta de una adecuada teoría respecto de su formación. Plantea así, un modelo que distingue entre 4 tipos distintos de asentamientos informales. La principal diferencia estaría entre los asentamientos de esperanza y desesperanza. La distinción en este caso sería de orden intuitivo y haría alusión a una cualidad psicológica de sus habitantes por mejorarse a sí mismos, y la valoración del rol que su esfuerzo puede jugar en ello. Los asentamientos de esperanza tendrían dentro de sí a los recién

Por otro lado, existe una serie de costos y obligaciones vinculados a la sociabilidad. Dentro de los costos no deseables aparece el problema de la exclusión de extraños22. Así también hay algunos costos directamente asociados que bajo ciertas condiciones hacen difícil la promoción del capital social, tal como lo demuestra González de la Rocha (2003) en relación al proceso de erosión de los recursos en un conjunto de familias de México. Así también, Arriagada et al. (2004) señalan que “en comunidades pobres, donde los individuos y familias entablan una lucha cotidiana por obtener ingresos apenas suficientes para la alimen (21) Para una adecuada comprensión de la relevancia del conflicto, Arriagada et al (2004) establecen una serie de recomendaciones que permiten manejar los niveles de conflictividad. (22) Arriagada et al. (2004) señalan: “ciertas redes de capital social pueden tener consecuencias no deseables, como la exclusión de extraños. Es decir, que los mismos lazos beneficiosos para miembros de un determinado grupo, por lo común los autorizan a vedar el acceso a recursos de miembros de otros grupos” (p 27).

Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez

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Sin embargo, ni la vida al interior de los asentamientos informales ni la noción de capital social debe ser idealizada. Así como muchas veces la historia o los proyectos resultan excelentes “catalizadores” de un capital social efectivo que permite ser un real escudo que protege ante la vulnerabilidad de las familias que viven en condiciones de pobreza, también existe una serie de circunstancias que podrían operar como impedimentos a la generación o promoción de capital social, así como los costos y obligaciones que éste genera.

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Artículo tación, cumplir con las obligaciones de la sociabilidad se convierte en una tarea sumamente difícil” (p 27). Una persona mientras más integrada está en una red de relaciones, más obligaciones tiene. En algunos casos, la excesiva sociabilidad entre los miembros de una comunidad puede aparecer como una carga cuya “densidad de relaciones y la capacidad de control social (…) los hace aceptar y rechazar lo que la comunidad espera de ellos, más que permitirles movilizar recursos de relaciones sociales, los fuerza a destinarlos únicamente a lo que es socialmente aceptado” (p 27). De esta manera, la reciprocidad se torna una obligación difícil de cumplir para quien vive en un contexto precario. d) Capital social florece cuando las condiciones materiales lo permiten.

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Tomando en cuenta los costos asociados y las diferentes estrategias que utilizarían los hogares, Atria et al. (2003) plantea un vínculo entre capital social y pobreza por medio de la distinción entre la capacidad de movilización del capital social, y los recursos asociativos con que contaría una comunidad. La relación queda descrita por la Figura 5.

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En una situación de extrema pobreza –indigencia- los costos de adquisición de los recursos asociativos parecieran lidiar con otro tipo de bienes más fundamentales para la sobrevivencia. En este caso sería válido el esquema presentado por González de la Rocha (2003). Con mayores ingresos a cuestas, los hogares serían capaces de movilizar ciertas conexiones sociales a su favor –en términos de beneficios económicos- y, por lo tanto, hacer uso de las relaciones sociales en el sentido que señala Lomnitz (1975). Habría entonces, tal como lo destacan Arriagada et al. (2004), un umbral mínimo de recursos necesarios para promover el capital social.

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Figura 5. Distribución del capital social y la distribución del Ingreso Capacidad de movilización

Recursos asociativos

indigencia pobreza

ingresos bajos

ingresos medios

ingresos altos

Fuente: Atria (2003)

e) Posibilidades de promover la participación: la importancia del intermediario social Como hemos señalado, no todas las formas de sociabilidad se traducen en mejoras efectivas de la calidad de vida de los habitantes más pobres23 . Una buena posibilidad de promoción del capital social orientado hacia la superación sustentable de la pobreza es la participación. Imparato y Ruster (2003), comparando algunos proyectos de urbanización progresiva en América Latina, muestran cómo el rol de los pobladores puede acarrear importantes mejoras (23) Una interesante distinción en esta línea la comentan Arriagada et al. (2004) al distinguir entre capital social de unión (bonding), de puente (bridging) y de escalera (linking). El primero hace alusión a las redes que se establecen entre los mismos miembros de una comunidad que sólo podría tener un efecto paliativo ante escenarios de riesgos en el bienestar de sus miembros. Como formas más sustentables en la superación de la pobreza, destacan la relevancia del capital social de puente que potencia la relación entre organismos públicos, privados tipo ONG´s y la sociedad civil, que sería un típico ausente de las políticas sociales, pese a que “algunas evaluaciones (…) destacan que cuando microproyectos territoriales son planificados contemplando instancias provinciales de reunión, tienden a ser más exitosos” (p.34). En el caso del capital social de escalera que vincula a las familias y sus agrupaciones con programas, autoridades y funcionarios públicos. (24) Definen como local residentes -o pobladores en nuestro caso- a quienes habitualmente se les llama beneficiarios o destinatarios de un programa. Dejan de lado estas denominaciones precisamente por el carácter pasivo que denotan.


El costo de la participación está asociado al tiempo y al gasto asumido en montar los mecanismos necesarios, el procedimiento de servicios especializados, como la asistencia socio-técnica, y el tiempo requerido en la formulación y preparación de las fases del programa. Los riesgos en esta línea, están asociados a iniciativas pobremente administradas. Para ello, los autores definen siete pilares de la participación que permiten ordenar el rol del intermediario social. Ellos responden a diferentes aspectos del proceso participativo que van desde la conexión con la demanda hasta la sustentabilidad26. Sin una intermediación competente pueden surgir conflictos de interés que paralicen el proyecto o que le hagan perder el foco. (25) Imparato y Ruster (2003), definen participación como el “proceso en el cual las personas, y especialmente las personas desaventajadas, influyen sobre la asignación de recursos, política, formulación de programas e implementación, y son involucrados en diferentes niveles y grados de intensidad en las etapas de identificación, planificación, diseño, implementación, evaluación y post evaluación del desarrollo de proyectos” (p 20, traducción propia). (26) En resumen ellos son: Información y comunicación de los avances, logros y fracasos del proyecto; definición de las herramientas de planificación y participación; Intermediarios fuertes; cambio de actitud; cambio de estructura de Incentivos; Estructura Institucional; y Capacidad Técnica.

De todas formas, para Imparato y Ruster (2003) la ausencia de una tradición participativa en una determinada localidad no debe ser la excusa para evitar la participación. Su relevancia intrínseca no puede quedar relegada ni siquiera a este aspecto. Para ello, destacan en todos los casos comparados de América Latina la importancia de un intermediario social fuerte. Es en el diseño del rol de éste donde se jugaría la real posibilidad de involucrar a la comunidad. La clave en este aspecto, desde un punto de vita operacional, estaría dada por dos factores: la existencia de organizaciones calificadas que busquen actuar como intermediarios, y la asignación de suficientes recursos para cubrir el costo de tales intermediaciones.

5. Conclusiones: La vivienda digna como derecho Este trabajo busca poner en perspectiva tres discusiones relevantes sobre el fenómeno de los asentamientos informales. Este tipo de asentamientos constituye un punto clave de observación de un fenómeno más complejo y heterogéneo como la pobreza. La tesis central aquí planteada, sostiene que al igual que en esta última, una descripción integral del fenómeno exige superar la realidad exclusiva de quienes viven en esta situación. Las principales conclusiones de este artículo surgen a partir de esta reflexión y se dividen en dos partes. En primer lugar, las familias de los asentamientos informales debieran constituir un grupo prioritario de la política social. Si bien existe cierta evidencia que muestra que no son necesariamente el grupo más pobre de la población según ingresos, este solo dato no puede restarles prioridad. La complejidad del fenómeno de la pobreza exige un acercamiento más completo y fino. Son dos los alcances que se puedan hacer en esta línea. Primero, la necesidad de tener en perspectiva los principales factores Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez

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en la implementación e impacto de ciertos proyectos24. Según ellos, habría un fuerte vínculo entre participación25 comunitaria, impacto y sustentabilidad de un proyecto. Para ello, trabajan con dos premisas aplicadas a los casos de urbanización: por el lado de la demanda toman en cuenta que existe un fuerte deseo y poderoso potencial dentro de las comunidades de bajos ingresos por cuidar de sus propios temas, administrar sus finanzas y crear activos sustentables en infraestructura y, por el lado de la oferta muestran que la participación trae enormes beneficios al proyecto, aunque también tiene algunos costos y riesgos involucrados. El desafío no sería entonces alcanzar el máximo nivel de participación, sino lograr el nivel de participación que es apropiado a las circunstancias, tomando en cuenta los objetivos del proyecto y las restricciones y oportunidades locales.

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Artículo

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que afectan la calidad de vida de sus habitantes y en este sentido la vivienda constituye un bien indispensable que el ingreso como medida no considera en su estimación. Enfoques sencillos de identificación de la pobreza como el de necesidades básicas (NBI por ejemplo) tenían en cuenta muy claramente este aspecto. De todas maneras, la precariedad en una de las condiciones esenciales de la vida es un argumento certero para una urgente y adecuada focalización de recursos para quienes lo necesiten. Segundo, la observación de los ingresos de una familia en un momento del tiempo, si bien puede dar cuenta del estado puntual de pobreza de esa familia, no aporta toda la información respecto del patrón completo de vulnerabilidad a la que está enfrentada. Precisamente los altos niveles de vulnerabilidad de las familias más pobres están relacionados con la dinámica intertemporal de sus ingresos. Un análisis más fino en este sentido debe tomar en cuenta el portafolio de recursos que ese hogar dispone, las estrategias que movilizan, y la estructura de oportunidades que enfrentan. En este sentido, observar que los hogares de campamentos obtienen ingresos mayores a los de los grupos pobres, incluso a grupos de la población con historias similares, pero que, a la vez poseen un portafolio de recursos similar, no hace más que confirmar la idea de que los campamentos surgen como una estrategia de reducción de vulnerabilidad a la pobreza. De esta manera, es necesario avanzar hacia el diseño de una política de vivienda y urbanismo que asegure un acceso digno a todos sus habitantes. Tal como vimos para el caso de los campamentos en Chile, este acceso no sólo debe poner en cuestión los esquemas de financiamiento y producción, sino además el espacio de la ciudad que se disponga para ello.

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El segundo gran punto en cuestión suscribe la necesidad de estudiar los asentamientos informales más allá de la realidad de sus propios habitantes, más allá de sus carencias y necesidades. Si bien aún queda un largo camino por comprender qué incide en la decisión o necesidad de una familia de habitar al interior de un asentamiento informal, Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

existe buena evidencia para afirmar que, de algún modo importa el modo en que está organizada la ciudad y la forma en que reparte las oportunidades a sus habitantes. Es necesario incorporar en esta línea una mirada urbana del fenómeno que tome en cuenta la real demanda de sus habitantes. En ese sentido, parece haber ya evidencia suficiente –especialmente al revisar el caso de Chile de los últimos años- para comprender que ésta es una demanda combinada de vivienda y acceso a la ciudad. En esta línea no hay definiciones precisas de cómo este particular tipo de demanda puede ser plenamente satisfecho. Surge como intuición natural el reconocer que quienes ahí viven no pueden ser un mero espectador de las políticas de solución que se pretendan implementar. Una solución adecuada debiera atender e interpretar la demanda de los pobladores en lo más profundo. La reflexión a partir del rol del capital social y el tipo de participación de los destinatarios de las políticas sociales parece ser una muy buena guía. Si bien en este caso la reflexión teórica y empírica parece estar en un estado bastante preliminar, existen ya buenas pautas para abandonar el rol de espectador que muchas veces juegan los pobladores de los asentamientos informales .


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Entrevista

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ENTREVISTA A FRANCISCO SABATINI: DESIGUALDAD Y EXCLUSIÓN URBANA EN AMÉRICA LATINA

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Francisco Sabatini es docente de la Universidad Católica de Chile, Sociólogo de la misma universidad y Ph. D. en Planificación Urbana de la Universiadad de California. Sus temas de interés son: segregación residencial, conflictos ambientales, planificación urbana y participación ciudadana. Por Tai Lin e Ignacio Pérez

Entrevista a Francisco Sabatini Desigualdad y exclusión urbana en América Latina

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A modo general, ¿cuáles serían, desde una perspectiva de planificación urbana y sociológica, las principales características de las ciudades en América Látina? Las ciudades han sido un mecanismo de integración social muy importante; dado que el simple hecho de trasladarse del campo a la ciudad produce niveles básicos de movilidad social e integración a la sociedad.

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Francisco Sabatini

Entrevista

A la llegada de los españoles y portugueses, estos territorios estaban ocupados por población indígena y por tanto rural. El instrumento de ocupación y producción del proyecto nuevo fue la construcción de ciudades. Este proceso se dio en paralelo a la ocupación, colonización, organización. En el caso de Chile, donde el tema indígena fue tan difícil de solucionar para los españoles y criollos, la des-ruralización de los mapuches se transformó en un elemento central. Así, las estrategias de conquista fueron la generación de población sedentaria en localidades que se fueron transformando y adquiriendo carácter urbano, más las fundación de ciudades bajo el modelo español. Así, la ciudad ha sido muy importante en nuestra historia, al igual que la manera en cómo nos integramos, bien o mal. En lo fundamental, yo diría que las ciudades han sido positivas en términos de integración social y de armar estos países.

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Después viene el tema de la desigualdad. Las ciudades pueden ser hoy trampas de pobreza, de una pobreza dura que es la del gueto, que se forma como un “enjambre telúrico”. El gueto es un conjunto de fenómenos sociales que se dan juntos y se refuerzan unos con otros, tendiendo todos a la desintegración. Se van asociando y tienen una secuencia, comparten el irse alejando del patrón valórico predominante. Esto es un fenómeno específicamente urbano. Tiene que ver con varias cosas, pero una de ellas es la conformación de espacios peculiares, homogéneos, y estigmatizado. Todos los sistemas sociales en la historia, que se conozcan, producen desigualdades desde un plano ideológico. En todos los sistemas sociales siempre ha habido una preocupación por identificar, controlar y aislar a los grupos peligrosos. Se definen categorías de personas que son peligrosas, porque no se les conoce, porque son de otra etnia, de otra religión, o porque son pobres, porque pueden ser ladrones, lo que sea. En ese sentido, ¿cómo se ve esa guetización de los barrios populares? En particular, en la ciudad chilena, ¿por qué se ha segregado? El fenómeno del gueto empezó a capturar barrios en Latinoamérica hace no mucho tiempo. Es necesario aclarar que el gueto no es un barrio,


Existe un tercer factor que tiene que ver con una cuestión más propiamente social. En el origen de la industrialización, las clases altas de la ciudad, los más ricos, eran las clases medias porque la aristocracia estaba en el campo. Cuando estas “clases medias” fueron generando nuevas fortunas urbanas, quisieron formar una identidad social nueva. Por ello abandonaron sus barrios y se trasladaron a unos nuevos donde nadie se pareciera a lo que ellos eran antes. Así, se valieron de la segregación para generar una nueva identidad de clases. Esto es lo que, siguiendo los trabajos de Senett, llamamos adolescencia urbana. Por último, existiría un factor relacionado a salubridad y calidad de vida. La salida de las élites del centro de Santiago y la formación del barrio alto, estuvieron relacionados con la tuberculosis. Escapando de esta enfermedad, que por cierto cargaba con un estigma social, se buscaron lugares altos y asoleados. Por eso se eligió el cajón del río que tiene mejor ventilación, mejor sol, y mejor paisaje.

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La relación entre desigualdad y segregación es compleja y es necesario hacer la diferencia entre estos dos conceptos. Los historiadores caracterizan las ciudades preindustriales como profundamente desiguales pero muy poco segregadas. Hay unas formas y hay unas claves en la aparición de la segregación que son propias de la ciudad industrial. Producto de la industrialización, las fábricas, y con ellas los obreros, se establecen en las ciudades. Como consecuencia a esta presencia surge un miedo político: miedo al peligro rojo. Entonces, arrancarse del peligro rojo es un factor que influyó sobre la migración de las élites del centro de Santiago. Este fue un proceso lento que se desarrolló desde las últimas décadas del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Por otra parte, existe un factor económico, ligado a la formación de los mercados de vivienda, primero, y de suelo después. La presencia de los obreros generó una demanda por vivienda, que en un principio fue satisfecha con tugurios –viviendas viejas, subdivididas, hacinadas, insalubres, que se arrendaban por pieza. Después eso fue generando la posibilidad de que la vivienda para clases populares fuera un negocio en términos de producir viviendas nuevas,

y al ser la vivienda una cuestión de mercado, va a aparecer la segregación por un tema de suelo. Empieza a desarrollarse el concepto de exclusividad social, de barrios malos, barrios buenos.

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es un fenómeno que ocurre dentro de un barrio, y fundamentalmente con jóvenes, produciendo desintegración.

Entrevista a Francisco Sabatini Desigualdad y exclusión urbana en América Latina

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Entrevista Asumiendo eso, ¿podríamos decir que estas desigualdades forman parte del status quo de las ciudades como Santiago? ¿Consideras que hay un acostumbramiento al panorama? Las desigualdades son, en efecto, parte de nuestra sociedad. Ahora, la forma en cómo se expresan éstas en la ciudad es variada. Por ejemplo, la formación del barrio alto es más heterogénea que la de los barrios más marginales; ¡ojalá toda la ciudad fuera como el barrio alto! Éste tiene mucha más mezcla social que el resto de la ciudad, en una determinada escala. En el barrio alto no viven sólo ricos, sino que todos los grupos sociales, aunque obviamente con distintas proporciones.

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O sea en Lo Barnechea hay campamentos, y en Las Condes hay blocks… Es que eso ha sido lo tradicional, la segregación espacial propugnada desde los grupos de élite se puede mantener a escala de conjunto, y después hay más mezcla. Incluso esos conjuntos residenciales, con el paso del tiempo pueden ser penetrados por clases medias. Desde tu perspectiva, esta baja escala posibilitaría el encuentro y la integración. ¿Se da en la práctica esa integración? Lo que pasa es que hay que definir bien lo que es integración, muchas veces cuando se habla de este tema, y se tiene una idea totalmente idea-

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lizada. La integración tiene un lado más funcional, por ejemplo, el trabajo de las personas más pobres en la casa de las personas más ricas, es integración. Pero eso no garantiza que a las personas no las exploten, no las discriminen, no se aprovechen o no las traten mal. Tampoco quiere decir que esté solucionado el problema, pero es muy distinto tener trabajo que no tenerlo, o vivir en zonas donde hay posibilidad de acceder a empleos, que vivir en barrios donde masas de gente no tiene trabajo. El otro aspecto de la integración es más subjetivo, y consiste en reconocerse como personas con derechos, más allá de cualquier desigualdad. Entonces en ese marco ocurre este proceso de reducción de escala de la segregación. También se habla de la dispersión de las élites, o de la gentrificación. Ahora último también se habla de la posibilidad de gentrificar sin expulsar, que parece una contradicción en sus términos, porque en los países desarrollados ha significado expulsar a los habitantes pobres de ciertas zonas, para ser pobladas por gente más rica. Aquí se presenta como una oportunidad, porque la parte más complicada de la segregación en la ciudad latinoamericana es la periferia popular homogénea, donde se están generando los guetos. Entonces esta fuerza de mercado de la economía inmobiliaria como la gentrificación, te abre una posibilidad.


La parte más importante de la planificación urbana es lo que conocemos como plano regulador, que en la jerga especializada es la zonificación. El primer plan regulador a escala ciudad, apareció en Frankfurt en 1870. Esa idea de ordenar la ciudad, asignando trozos de la ciudad a actividades específicas está ligada a cuestiones ambientales. Entonces la planificación urbana es quizás la primera forma de gestión ambiental pública en términos masivos de la era moderna. Pero desde el inicio estuvo mezclada extrañamente con los miedos: miedo al peligro rojo, a ciertos temas sanitarios relacionados con los barrios más pobres, a la identidad de clases, etc. La ciudad nueva está llena de intereses y la planificación urbana es utilizada para llevar adelante esos propósitos difíciles de declarar. Entonces tiene una doble cara: es un instrumento de gestión ambiental razonable, pero al mismo tiempo tiene esta agenda dos, conectada de alguna manera con las desigualdades, con marcar diferencia entre los grupos sociales, lo que al mismo tiempo genera diferenciaciones en cuanto al acceso a los recursos, a las plusvalías.

Hablemos un poco de campamentos, ¿cuál es tu opinión acerca del poblador como sujeto de la historia, tal como lo plantea Garcés? Claramente existe ese sujeto, al lado del proletario y tal vez al lado de los indígenas. El tema es que políticamente no es lo que era antes. El poblador de campamentos se ha visto degradado por el fenómeno del gueto, es una lástima, pero es posible reconocer una transformación del capital social desde la dictadura. Las poblaciones chilenas en su época de gloria, de combate, son productoras de movilización social, y hoy en día mira en lo que están. De todas formas, ahí está el ADN del poblador y eso sería importante de rescatar. Yo miro hoy en día las movilizaciones estudiantiles, a los dirigentes, y te da esperanza en el futuro del país verlos hablar, son mucho mejor que los políticos (en el buen sentido de la palabra), entonces ahí está el capital social y político más poderoso de la historia política de Chile. Lo nuevo del movimiento de pobladores es esta concepción del poblador como algo amplio, que abarca clases medias, y que porta un interés por la localización, algo propio de quien es residente de esta ciudad. Ello se entiende porque este elemento está asociado a demasiadas cosas: calidad de vida, condiciones medioambientales, a la formación de una comunidad estable, etc. Así, el suelo

se vuelve central en la vida de la gente, y por lo tanto es un ámbito de disputa y conflicto social tremendo. ¿Son, en su opinión los habitantes de campamentos los excluidos por excelencia de la ciudad? Hay una imagen de los campamentos, que los retrata como lo último que nos va quedando de una pobreza dura, muy extrema; como una pobreza que hay que extirpar, abriendo el paso para una vivienda formal. Según esta visión, en los campamentos estarían algo así como los “más pobres de los pobres”. En un estudio que hicimos nosotros encontramos que esto no es tan claro, ya que los resultados arrojaron que los campamentos responden a una estrategia de localización y de mejora las posibilidades de acceder a la vivienda formal. Así, nuestra interpretación de lo que son los campamentos no se refiere únicamente al aspecto del déficit habitacional, sino que se entiende que hay gente que elige vivir en campamentos. Al menos por un rato, quizás no es un proceso absolutamente consciente, quizás tiene que ver con una necesidad de mantener las redes o de mantenerse en su comuna de origen, pero tiene una racionalidad agregada. Por otro lado, está la idea “Un Techo para Chile” de que puede existir un “Chile sin campamentos”. Personalmente, no lo creo posible pues creo

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¿Cuán responsable son las políticas de planificación urbana dentro de estos procesos de integración/ segregación? ¿Cuánto pueden hacer? ¿Cuánto no se ha hecho?

Entrevista a Francisco Sabatini Desigualdad y exclusión urbana en América Latina

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Entrevista

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que alguna forma de ilegalidad en la ocupación del suelo va a existir siempre. La desigual distribución en el ingreso hace que sea imposible erradicar todo tipo de ocupación ilegal de terrenos. La gran brecha de ingresos que existe en Chile se expresa, a nivel territorial, produciendo que los que están en el escalón inferior de esta distribución, se ubiquen demasiado lejos de los centro geográficos de oportunidades. Y como todos vivimos pisando el suelo, estas personas van a utilizar el suelo quiéranlo o no. Entonces se va a utilizar el suelo de modo irregular.

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Entonces, para cerrar, ¿quiénes son desde tu perspectiva los más excluidos de la ciudad? Los campamentos normalmente albergan un fuerte sentimiento de esperanza ya que existe un capital social instalado, la necesidad de organizarse y de ayudarse entre ellos. Sin embargo, cuando el estado, a través de un computador, les asignaba una vivienda de manera aleatoria, pasaban a habitar uno de estos conjuntos de vivienda social, con el sueño de ser de pasar a ser de clase media quizás. Lo que ocurría normalmente era algo muy lejano a eso: primero, la organización social se pierde, la gente se mete en una vivienda de muy mala calidad, muy chica y ahí se construye el gueto. El gueto está más en la vivienda social que en los campamentos, por lo que a mi juicio

ellos están mucho peor que la gente de campamentos. Hay mejoras notables eso si con la política habitacional nueva. Pero el problema es que, al corto andar, en muchos de esos conjuntos está metida la droga y la violencia. Entonces es una forma de condenar a una suerte de infierno a esos conjuntos tan homogéneos socialmente. Por eso la gente se está resistiendo, rehusándose a usar los subsidios para irse a cualquier parte. Asimismo, hay gente que prefiere volver al campamento antes que vivir en un gueto. Y eso es muy triste, es la pérdida de un sueño. Al mismo tiempo, se desvaloriza la vivienda social. A todas luces hay ahí una crisis, y en esta crisis hay que meter con fuerza el tema de la localización. Ahora viene en la nueva política habitacional un subsidio complementario, de integración social, vamos a ver cómo funciona. Lo que da más esperanza, es que la gente está movilizada por este tema, y eso es súper importante.

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Artículo

CHILE: DE LA CONCENTRACIÓN BASADA EN RECURSOS NATURALES A LA EQUIDAD BASADA EN LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO Daniel Araneda | Estudiante Economía Universidad de Chile

A través del presente trabajo, se pretende contribuir a la comprensión de la evolución de la pobreza y la desigualdad en Chile, relacionándolas con las medidas propuestas por el Consejo de Innovación. Para ello, se establecen dos paralelos: primero, con las reformas del Consenso de Washington y la etapa de segundas reformas; y segundo, con la relación entre una economía basada en la explotación (1) Se entiende por cluster a los complejos productivos que aprovechan la dinámica económica, es decir, la interacción entre demanda de insumos y perfeccionamiento del producto, que se da en torno a una actividad central. Podríamos pensar en la industria salmonera, donde no sólo se encuentra el cultivo mismo del salmón, sino también la demanda por jaulas o profesionales capacitados, así como se genera también una industria que demanda salmones para agregarles valor.

de recursos naturales y la consiguiente concentración del ingreso. Lo que se pretende mostrar de esta forma es que si Chile quiere sostener su crecimiento económico y reducir la desigualdad, requiere de una política industrial basada en la capacitación de sus trabajadores y en el avance en el conocimiento. Durante la dictadura militar, la macroeconomía chilena dio un vuelco importante que se desarrolló posteriormente en toda Latinoamérica. Chile pasó de ser una economía cerrada, basada en la sustitución de importaciones, es decir, en la producción de manufacturas que antes eran importadas, a ser un país abierto al mercado y, por lo tanto, basado en el aprovechamiento de los recursos con mayor dotación en el país, sobre todo en el área de los recursos naturales. Este nuevo modo de hacer economía, fue recogido en los noventa como una receta reproducible universalmente bajo el nombre de Consenso de Washington. Aquí se postulaba: i) la importancia de la apertura de los mercados, ya que según esta línea de pensamiento, sólo así se podría hacer buen uso de las ventajas comparativas. ii) Una baja intervención estatal, traducida en la disminución de los subsidios y protecciones a la industria nacional; desregulación y privatización de muchos servicios hasta entonces públicos. El objetivo de todo ello era mantener la respon-

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Durante las últimas semanas hemos presenciado importantes movilizaciones estudiantiles exigiendo el retorno a la educación pública, financiamiento estatal y mejoras en la calidad de ésta. También dentro del acontecer noticioso, nos encontramos con las declaraciones del vicepresidente de la CORFO, Hernán Cheyre, quien señaló el fin de la política de clusters1. Esto significa que el estado chileno renuncia a una política industrial que apoyaba a sectores específicos que poseían ventajas competitivas, con la intención de apoyar a todos los sectores por igual. Al renunciar a esta política industrial, Chile pierde capacidad para modificar su matriz productora y exportadora, manteniendo la primacía de las exportaciones de commodities, es decir, materias primas sin alto valor agregado, como el cobre.

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Artículo sabilidad fiscal (que para el Consenso de Washington se expresaba en un bajo nivel de deuda pública), porque ésta sería una característica atractiva para las inversiones; y una industria nacional competitiva internacionalmente. Esto último bajo la noción de que las empresas privadas, dada la competencia a la que están sometidas, son más eficientes que las públicas. iii) Un último punto importante es el énfasis que se le otorgó al control de la inflación, idealmente cercana a cero. Ello respondía a la idea que señala que los costos de la inflación afectan especialmente a la población más pobre que no puede protegerse de ella, y también a la noción de que la inflación es distorsionadora de los precios que el mercado requiere para su eficiencia.

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Chile fue bastante exitoso en la aplicación de estas medidas. Las cifras lo ilustran bien: la hiperinflación previa al golpe militar, era sobre el 700% anual, y aunque su reducción fue bastante costosa por la persistencia que tiene este fenómeno, finalmente se logró disminuir a un promedio anual cercano al 20% entre el ‘82 y el ‘89. También se pasó de un déficit del gobierno general de 11.5% en promedio durante la UP a un déficit promedio de 0,1% durante los ochenta. La apertura comercial se reflejó en el crecimiento anual de las exportaciones, que pasaron de un -4.1% en promedio en el gobierno de Allende a un 10,6% en promedio anual en el régimen militar. (Ffrench-Davis, 2004)

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Estas medidas fueron continuadas por los gobiernos de la Concertación, aunque se puso un mayor énfasis en la protección social. Dentro de los mismos parámetros, la inflación siguió cayendo (como promedio en los tres primeros años del gobierno de Lagos fue un 2,8%), el déficit pasó a ser superávit cercano a 1% durante los gobiernos Aylwin y Frei, y las exportaciones siguieron creciendo sobre el 9% en estos mismos gobiernos (Ffrench-Davis, 2004). Tal como señala Ffrench-Davis (2004), las políticas públicas implementadas después de la crisis del ’82 se centraron Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

en una ideología neoliberal más pragmática2, que tenía detrás la focalización del gasto en los sectores más vulnerables y la teoría del “chorreo”. La consecuencia fue una importante reducción de la pobreza. Larraín (2008) señala que hacia 1982 alrededor de un 45% de la población vivía bajo la línea de la pobreza, es decir, con un ingreso que no alcanzaba para comprar dos veces una canasta básica de alimentos. En los siguientes veinte años este índice fue disminuyendo considerablemente; en 1992 era de un 33%, en 2000 llegaba a un 20% y seis años más tarde llegaría a la histórica cifra de 14%3. Estas cifras pueden ser complementadas señalando, entre otros logros: i) la esperanza de vida pasó de 62 años en los setenta a 75 años el 2000; ii) en el mismo período el analfabetismo bajó de un 12% a un 4%; la cobertura de educación básica, de 75% a 98%; la de educación media de 29% a 84%; la de educación superior de un 9% a un 30%. iii) Por otro lado las redes de alcantarillado pasaron a cubrir un 93% de la población urbana (en 1970, 31%) y el agua potable alcanzó a un 99% de la población urbana (antes 67%); iv) se puede señalar que al año 2010 un 92% de las familias chilenas tenían refrigerador (solo un 49% en 1982); v) que el hacinamiento pasó de ser 56% en 1982 a 44% en 1992 y posteriormente 20% en 2010. (Ramos, 2005) Bajo la evidencia anterior se puede decir con certeza que, sobre todo en los gobiernos de la Concertación, la pobreza se redujo considerablemente y las condiciones de vida de la población mejoraron. Estas mejoras se tradujeron no sólo en un aumento en el poder adquisitivo, sino también (2) El autor señala dos tipos de política económica durante la dictadura; una primera fase entre 1973 y 1981 centrada en lo que él llama neoliberalismo puro, y una fase entre 1982 y 1989 caracterizada por un mayor pragmatismo. (3) Esto considerando los datos oficiales donde la línea de la pobreza se fija en base a una canasta básica de alimentos. Actualizando con ella los nuevos patrones de consumo, como lo hace el actual ministro de hacienda Felipe Larraín (2008) en “Cuatro Millones de Pobre en Chile: actualizando la línea de la pobreza”, la pobreza sigue siendo bastante elevada: 29% de la población en 2006.


Para algunos el debate se agota aquí. En esta línea encontramos a John Rawls, pensador liberal norteamericano, quien plantea que la desigualdad entre el que tiene más y el que tiene menos, pierde importancia si es que el que tiene menos está mejor que antes, y cuenta con un cierto estándar mínimo para satisfacer sus necesidades básicas. Esta manera de plantear las cosas no parece ser suficiente para un país con el grado de desigualdades como el que presenta Chile. Así, el núcleo del problema parece ser que las desigualdades se van reproduciendo y el espíritu de un mínimo nivel de vida atenta directamente contra la igualdad de oportunidades4. En esta línea las cifras son muy decidoras; Repetto (2005) muestra que la probabilidad de pasar del decil I al decil X es de un 0,06%, la probabilidad de mantenerse en el decil I es 35,22% y la de mantenerse en el X es 55,64%. Así, la correlación con la desigualdad total de Chile es evidente, al analizar la evolución del coeficiente de GINI, que desde los 90 se ha mantenido relativamente estancado. En 1987 éste era 56,3% y en 2003, 55,6%; recién en 2006 cae a 52,9%, pero no deja de ser de los países con peor distribución del ingreso en el mundo (Solimano & Torche, 2006). En el mismo sentido, el ex ministro de hacienda, Andrés Velasco, señala que el 10% de los hogares más ricos tiene un ingreso per cápita 78 veces superior al de los hogares del decil más pobre. ¿Cuál es la mejor estrategia para enfrentar esta situación? Las opiniones están divididas al respecto siendo la reforma tributaria una de las medidas propuestas. Pero los efectos de una reforma tributaria que aumente el impuesto a la (4) En este aspecto, también se puede discutir la correlación existente entre crecimiento e igualdad; si más igualdad nos lleva a un mayor o menor crecimiento. Este debate no será abordado en esta ocasión porque planteamos que la igualdad es un valor en sí mismo, es decir que aunque mayor igualdad no tuviera una repercusión favorable en el ingreso, ello no dejaría de ser un motivo para buscarla.

renta en la distribución del ingreso son discutibles. Engel, Galetovic y Raddatz (1998) plantea que el mayor impacto se encontraría en el gasto social que se pueda hacer con la recaudación. Por ello, planteamos que el mejor avance que se puede hacer en esta dirección es aumentar el royalty a las empresas mineras y reducir la gran cantidad de exenciones que permite el actual sistema tributario5. El consejo de innovación En el año 2005 fue creado el Consejo Nacional para la Innovación y la Competitividad (CNIC). El objetivo de esta iniciativa era crear una visión a largo plazo de lo que debería hacer Chile para crecer en ingresos y también en equidad. La idea central del consejo de innovación es fomentar los complejos productivos en torno a los recursos naturales, pero no en base a una mayor extracción, sino en base a la economía del conocimiento. Así, lo que se espera es que el mayor valor agregado esté en productos donde se cree información nueva o exista una alta tasa de innovación, tanto en los mismos productos, como en los procesos. Los sectores escogidos fueron el resultado de un análisis realizado por consultorías externas (minimizando el problema de agencia en que cada sector busca ser priorizado), que ordenaron todos los sectores chilenos en cuanto a potencial productivo a nivel mundial y la dificultad o facilidad de poder llegar a ese nivel. Dos puntos claves que el CNIC aborda son educación y avance en investigación y desarrollo (I+D). En este sentido, se puede pensar que Chile, luego de cumplir ciertos objetivos como estabilizar los macro fundamentos de la economía (inflación y déficit fiscal) y abrir sus mercados al mundo, debería buscar reformas más complejas que apunten a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes. En ese sentido Stiglitz (1998) y Williamson (2003), entre otros, hablan de una etapa de segundas reformas, buscando objetivos más amplios como la igualdad, un mejor nivel de (5) Este tema da para una amplia discusión que, debido a su extensión, no será abordado en este trabajo.

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en ámbitos no económicos como la esperanza de vida o la cobertura en educación.

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Artículo educación, la protección del medio ambiente, etc. Educación. El CNIC detalla con evidencia internacional la pésima situación de Chile en este ámbito, no sólo la calidad de la educación de Chile es mala a nivel general, sino además profundamente desigual: los colegios municipales, donde va la población con menores ingresos, tienen resultados mucho peores que los particulares pagados. Chile en la dictadura reformó su sistema de educación, y nuevamente con el objetivo de focalizar el gasto y asignar bien los recursos, dejó esta tarea al mercado. De aquí surgen dos graves problemas: el primero de orden moral y el segundo de orden práctico. Por el problema moral de la educación entendemos el hecho de que el mercado puede ser un muy buen asignador de recursos (en este caso no lo es y será revisado en el segundo punto), pero no es justo. Por un lado el mercado asigna recursos en base a criterios de ingreso, por otro, hay bienes que se deberían distribuir con criterios de ciudadanía, es decir, en base a los derechos universales. Dentro de éstos segundos está la educación. Entonces no es justo que bienes que debieran ser para todos, como la educación de calidad, sean repartidos con criterios de mercado, donde sólo algunos pueden pagar, y por ende sólo algunos pueden acceder a ella.

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El segundo punto se refiere a que el mercado, en este caso, no es el mejor asignador de recursos. Mizzala y Romanguera (2005) profundizan en cómo las asimetrías de información, los problemas de agencia, la falta de accountability y de incentivos producen que el mercado no genere educación de calidad. Así, entendemos que el mercado no es el mejor asignador de recursos y no los distribuye de manera justa.

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Investigación y Desarrollo Frente a este diagnóstico, la idea del CNIC es hacerse cargo del conocimiento como un bien cuasi-público. Ello en Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

respuesta al hecho de que como no puede ser fácilmente apropiable, muchas veces desincentiva a los agentes a participar de su creación, porque otros compartirán sus resultados. Lo que se plantea es que Chile, dada su ventaja competitiva en los recursos naturales, genere clusters o complejos productivos en torno a ellos. La idea de esto es agregar valor a la cadena productiva del recurso natural, más que aumentar su producción propiamente tal. Al mismo tiempo, se genera mayor estabilidad ya que los productos manufacturados o con mayor valor agregado, no tienen un precio tan fluctuante en el tiempo como los commodities. Para lograr lo anteriormente descrito, es posible agregar valor a los productos en dos etapas diferentes: desde los procesos previos en los insumos (encadenamiento hacia atrás) o en los mercados que utilizan el producto (encadenamiento hacia adelante). En el caso del cobre, por ejemplo, la propuesta indicaría que más que aumentar el volumen de las exportaciones de cobre, se debería incentivar la tecnología de exploración o de creación de maquinaria para su explotación, esto sería un encadenamiento hacia atrás. Vale la pena mencionar la experiencia de Finlandia, donde la industria forestal no sólo produjo encadenamientos hacia adelante (pasar de exportar troncos y madera terciada a pulpa y cartón), sino que también se produjeron encadenamientos hacia atrás (exportación de químicos utilizados en la producción) y el aumento en inversión en otros países (Ramos, 1998). El consejo de innovación y la igualdad La mayor ventaja de la economía basada en el conocimiento, como el mismo CNIC lo expresa, es que favorece la igualdad. Como se señalaba anteriormente, desde la dictadura se favoreció la exportación de recursos naturales, que generan rentas de las cuales sólo unos pocos pueden apropiarse debido a sus características monopsónicas (sólo un demandante de la fuerza de trabajo, que por lo mismo, tiene poder al fijar los precios6). Por la misma ra-


Una economía donde el estado apoya a los sectores productivos basados en el conocimiento, produce mayor competencia y, por lo mismo, disipación de rentas y mayor igualdad. Análogamente, pensamos que las recomendaciones del CNIC apuntan a una mayor igualdad, a una mayor participación del estado en la educación, y a un mayor fomento estatal de la investigación; lo último, dada su condición de bien cuasi-público. Estas recomendaciones nos llevan a pensar en un estado bastante más comprometido en la distribución del ingreso del país que lo propuesto por el Consenso de Washington. Por lo mismo, vale la pena considerar las reformas propuestas por el CNIC como el siguiente paso a dar; ese que apunta a mejorar el bienestar de los ciudadanos y a una mejor distribución de la riqueza. En la misma línea, esto conduce a pasar de las rentas producidas por la exportación de recursos naturales, a la competencia y repartición equitativa producto de la economía del conocimiento. Es evidente que todos estos cambios deben ir acompañados por reformas institucionales que los sustenten. En este sentido, planteamos que es imposible lograr mejoras profundas en la educación, tal como se espera, si es que no se elimina el lucro de ella. De lo contrario, lo único que se lograría es que el incremento en el gasto estatal fuera a parar a las manos de los empresarios de la educación. Lo mismo pasa con la salmonicultura: de nada sirve que el estado promueva firmas que produzcan jaulas de salmones si no existe una regulación que impida el hacinamiento de (6) El concepto de monopsonio se parece bastante al de monopolio, en el último hay solo un vendedor, que por lo mismo, puede cobrar más; análogamente, cuando hay un solo comprador, este puede hacer que los precios, en algunos casos el salario, sea menor que bajo la existencia de competidores. (7) Cabe señalar el proceso de privatización de los recursos naturales realizado en la dictadura, no fue del todo transparente, e incluso se favoreció directamente a algunos grupos económicos como el relacionado a la industria forestal donde el estado financiaba el 75% de cada árbol plantado.

éstos y la consiguiente aparición de virus como el ISA. Así, es posible concluir que la función que juega la institucionalidad es clave para todos los sectores productivos, y que el rol de ésta debe ser constantemente cuestionado y perfeccionado. En esta línea se podría incluso replantear el sentido del royalty minero que pagan las empresas cupríferas para aumentar los ingresos fiscales y con ello el gasto social.

Conclusión A modo de conclusión y síntesis, es importante señalar que Chile ha avanzado bastante en la reducción de la pobreza, en la estabilidad de su economía y en la apertura a los mercados internacionales. En este proceso, la exportación de grandes volúmenes de recursos naturales ha sido un factor importante, pero todos estos avances son, sin duda, insuficientes. El gran camino que le queda a Chile por recorrer es el progreso hacia una sociedad más justa e igualitaria. Un buen paso en este sentido, lo sugirió el Consejo de Innovación, haciendo evidente el pésimo e injusto sistema educativo chileno, y privilegiando la economía del conocimiento. A la luz de lo anterior vale la pena replantearse las noticias recientes sobre las movilizaciones estudiantiles exigiendo al estado una educación pública y de calidad, la poca disposición de diálogo de las autoridades y también las declaraciones del vicepresidente de CORFO, Hernán Cheyre. Ambas declaraciones del gobierno bien podrían interpretarse como una medida de dejar las cosas tal como están, con una educación de calidad sólo para quienes pueden pagar por ella o como el deseo de perdurar en un modelo donde sólo ganan quienes están sentados sobre los recursos naturales, que para misterio de nadie, en ambos casos, son los mismos de siempre.

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zón, no todos pueden acceder a mayores niveles de ingreso, sino sólo el propietario del recurso natural7.

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Artículo Bibliografía Engel, E., Galetovic, A. y Raddatz, C. (1998). Reforma tributaria y distribución del ingreso en Chile. Estudios Económicos, Servicios de Impuestos Internos. (disponible en www.sii.cl) Ffrench-Davis, R. (2004). Chile entre el neoliberalismo y el crecimiento con equidad: reformas y políticas económicas desde 1973. Buenos Aires: Ediciones Siglo Veintiuno. Miszala, A y Romanguera, P. (2005) Calidad de la Educación Chilena: El Desafío de la Próxima Década en Meller, P. La Paradoja aparente: equidad y eficiencia, resolviendo el dilema. Santiago: Taurus. Ramos, J. (2005). Los vulnerables. En Cómo ha cambiado la vida de los chilenos. Recuperado el 7 de julio de 2007, de: http.//www.ine.cl/canales/sala_prensa/revistaseconomicas/24/josephramos24.pdfhe Ramos, J. (1998). Una estrategia de desarrollo a partir de complejos productivos en torno a los recursos naturales (clusters). Revista de la CEPAL, 66, 105–125 Repetto, A. (2005). Desigualdad de ingresos y oportunidades en Chile en Meller, P. La Paradoja aparente: equidad y eficiencia, resolviendo el dilema. Santiago: Taurus.

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Stiglitz, J. (1998) More Instruments and broader goals: moving toward the post-Washington Consensus. WIDER Annual Lectures 2. The United Nations University.

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Williamson, J. (2003) After the Washington Consensus: Restarting Growth and reform in Latin America. Washington: Institute for international economics.

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(2011, 14 de junio). Chile: Hogares más ricos tienen ingreso promedio 78 veces mayor que los pobres. Revisado en julio de 2011, en http://www.emol.com/noticias/ economia/2011/06/14/487283/chile-hogares-mas-ricos-tienen-ingreso-promedio-78-veces-mayor-que-lospobres.html


Artículo

“EL BRASIL DE LA EXTREMA POBREZA” Ricardo Montero| Director Social ONG Um Teto para meu País-Brasil

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Fotografía: Divulgação UTPMP-Brasil

El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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Artículo Introducción Brasil está de moda. El país de la Amazonía, el fútbol, la samba, el carnaval, las playas y la alegría, en los últimos años se abrió a una nueva realidad, un nuevo estatus. Brasil es hoy un ejemplo de crecimiento económico, de desarrollo, innovación y biocombustibles. Además posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo con PréSal¹, cada día gana más protagonismo a nivel de la política internacional –en parte gracias a uno de los presidentes más carismáticos de la historia, Luis Inácio “Lula” da Silva-, es parte de uno de los nuevos clubes de países poderosos como miembro del BRIC –Brasil, Rusia, India, China, al cual recientemente se está sumando Sudáfrica-, y permanente aspirante a una silla en el consejo de seguridad de la ONU. Como si esto no bastara, el mayor país de Latinoamérica va ser sede de la próxima Copa del Mundo el 2014 y organizará las Olimpíadas de Rio de Janeiro el 2016. Claramente se proyecta como candidato a “país de la década”.

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Lamentablemente, este es sólo un análisis parcial de la situación actual de Brasil, ya que hoy tenemos dos países; dos realidades conviviendo bajo un mismo nombre y soberanía.

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Según los últimos datos entregados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en base al último censo de 2010, y tal como se observa en el gráfico n°1, actualmente 16.267.191 de brasileños viven en situación de extrema pobreza, con un sueldo menor R$ 70 (US$ 43) por persona al mes, lo que representa un 8,5% del total de la población. Ese número es equivalente a todo el estado de Rio de Janeiro o a todos los habitantes de Chile, y se dobla si consideramos las cifras más conservadoras referentes a las personas que viven en situación de pobreza. A esto se suma que Brasil es uno de los países más desiguales en la distribución de renta en América Latina, la que, sin ser (1) Pré-sal es el nombre dado a las reservas de hidrocarburos que se extienden por más de 200 kilómetros, entre el litoral de Santa Catrina y Espiritu Santo.

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la región más pobre, es la más desigual del mundo. Según el Informe Regional del PNUD 2010, la desigualdad observable en Brasil, con un coeficiente de Gini de 0,5304, sólo es comparable con la que presentan países como Bolivia, Haití, Ecuador o Chile. Gráfico n°1: Distribución del ingreso según rasgos sociodemográficos Onde estão os miseráveis Quem são Brasileros com renda de

Quantos são

até R$ 70 mensais

16.267.197 = 8,5%

por pessoa da familia

dos 190.755.799 de brasileiro

Salario minimo: R$545 R$ 70 Onde estão Urbano

8.674.845

Nordeste

9.609.803

18,1%

Sudeste

2.725.532

3,4%

Norte

2.658.452

6,7%

Sul

715.961

2,6%

25,5% de população rural brasileira

Centro-Oeste

557.449

4%

Faixa etária (anos)

Cor ou raça

5,4% de população urbana brasileira Rural

7.593.352

0-4

12,00%

Parda

61,80%

5 - 14

27,90%

Branca

26,10%

15 - 17

7,20%

18 - 19

3,70%

20 - 39

27,60%

40 - 59

6,50%

Preta

9,00%

Indígena

2,00%

Amarela

1,10%

Fuente: IBGE (Instituto brasilera de Geografía y Estadística)

Al analizar detalladamente las distintas regiones de Brasil, la diferencia es todavía más preocupante tal como se aprecia en el gráfico n°2. Según datos recogidos por el gobierno brasilero, publicados en el diario Estadao, es en el nordeste del país donde la existencia de los dos Brasiles se hace más evidente. En ese lugar dos “tipos” de países conviven en un mismo territorio y bajo una misma soberanía, con 9.609.803 personas viviendo en situación de extrema po-


Uno de cada cuatro habitantes de las zonas rurales en Brasil viven en situación de extrema pobreza, a pesar de que solamente 15,6% de la población total no vive en zonas urbanas. Del total de los brasileros en esta situación, 50.8% tienen menos de 19 años y 40% tienen menos de 14 años. Sin embargo, esta realidad va más allá de los números y los porcentajes, y se hace evidente a través de algunas situaciones concretas que permiten dimensionar la magnitud del problema. Las violaciones a los derechos humanos hoy en Rio -en base a numerosos informes de prensa, denuncias de familias, ONGs y los informes de la Relatora de la ONU para el Derecho a la Vivienda, Raquel Rolnik- es crítica. Utilizando como excusa la Copa y los juegos Olímpicos, hoy se realizan demoliciones y remociones de favelas completas con compensaciones, que si existen, son bajas, unilaterales y no representan una solución concreta y definitiva para los afectados. Estas conductas, disfrazadas de políticas públicas, son simplemente intolerables y no se condicen con un país que aspira a ser desarrollado. El gobierno federal y estadual debe garantizar transparencia en los proceso de remoción, sólo en aquellos casos en que sean absolutamente necesarios y el respeto irrestricto a la ley. Otro caso evidente que muchos no quieren ver –tal vez porque el período de lluvias terminó por este año- son las familias que viven en zona de riesgo (riesgo de inundaciones, derrumbes, deslizamientos, aluviones, borde de canales y ríos, etc), simplemente porque no tienen otra op-

Gráfico n° 2: Distribución de la pobreza extrema por Estado y por región Pobreza extrema por região

4%

3%

16%

17%

Norte Sul Centro-Oeste Sudeste Nordeste

59%

Pobreza extrema por estado

0a5% 6 a 10% 11 a 15% 16 a 20% Mais de 20%

Acre

733.5 mil 46% 133.4 mil

População total Pessoas na pobreza extrema

54%

Pobreza na área rural Pobreza na área urbana

Fuente: IBGE (Instituto brasilera de Geografía y Estadística)

ción. Según un estudio solicitado por la Secretaria de Habitación de la ciudad a la Fundación Seade, y cuyos datos preliminares fueron publicados en la prensa, actualmente hay más de 173 mil familias viviendo en zonas de riesgo en el estado de Sao Paulo, lo que equivale a más de dos veces el estadio Morumbi con su máxima capacidad. (Bombig, 2011) La sistemática remoción de familias de estas zonas no es una solución, pues viven ahí precisamente porque El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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breza, lo que representa un 59% del total de personas en esa condición. En el sureste son 2.725.532 que representan un 17%, en el norte, 2.638.452 con un 16%, en el sur, 715.961 lo que equivale al 4% de esa región, y por último, en el centro oeste son 557.449 de personas en situación de pobreza extrema, lo que representa un 3% del total de la población. (Salomon, 2010)

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Artículo no tienen un lugar mejor donde ir y al ser expulsadas terminan viviendo en peores condiciones y en zonas de mayor riesgo. Las prefecturas se ven hoy absolutamente superadas y no existe solución posible sin una coordinación, financiamiento y trabajo en conjunto en los tres niveles en que se organiza administrativamente Brasil, nivel federal, estadual y municipal. Respecto a la propiedad del suelo donde viven estas familias, por definición favela es un lugar con una situación irregular de terreno, y entendiendo que el derecho de propiedad debe ser protegido y defendido en un estado de derecho, no podemos olvidar que tener un lugar donde vivir es un Derecho Humano básico. Éste es reconocido por el ordenamiento jurídico internacional y el brasileño, que en el capítulo II artículo 6 de la Constitución (1988), señala expresamente que: “Son derechos sociales a la educación, a la salud, al trabajo, a la vivienda, al descanso, a la seguridad, la previsión social, a la protección a la maternidad y a la infancia y la asistencia a los desamparados” (Capítulo II de los Derechos Sociales, artículo 6).

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La irregularidad en la tenencia de los terrenos es un problema transversal que no distingue estratos socioeconómicos en Brasil, pero solamente los más vulnerables y excluidos son lo que en la práctica se ven violentados. Según los datos oficiales de la prefectura en la ciudad de Sao Paulo -en la que habitan más de 10 millones de personas- uno de cada tres paulistanos viven en situación irregular de vivienda considerándose dentro de este concepto favelas, loteamientos irregulares de terreno y cortiços (conventillos).

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Si consideramos los criterios del Gobierno y tomamos el ejemplo de una familia que vive en condición de extrema pobreza en la Grande Sao Paulo, su ingreso promedio, con 3 ó 4 integrantes, iría desde los R$ 210 (US$ 135) a los R$ 280 (US$ 180), considerando que el salario mínimo legal en Brasil hoy es de R$ 545 (US$ 350). Como referencia, el microbús Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

en Sao Paulo cuesta R$ 3 (US$ 1.9). Una persona que trabaja 20 días necesita mínimo R$ 120 (US$ 76) para poder ir y volver todos los días, es decir, actualmente muchas familias no pueden ejercer un derecho tan básico y fundamental como el derecho a poder desplazarse libremente para poder ir a trabajar. En marzo del 2010, en el marco del Quinto Fórum Urbano Mundial en Río de Janeiro, el entonces Ministro de las Ciudades, Marcio Forte de Almeida, anunció una disminución considerable en el déficit habitacional del país, pero todavía se requieren más de 5.8 millones de unidades². Otro flanco a tomar en cuenta es el problema de la alimentación. A modo de referencia podemos tomar los datos de un estudio realizado el 2006 por el IBGE sobre seguridad alimentaria. Allí se denuncia que más de 72 millones de brasileños se encontraban al año 2004 en situación de inseguridad en esta materia; es decir, no tenían garantizado el acceso a comida en la cantidad, calidad y regularidad suficiente. Así se puede calcular que cerca de 14 millones de personas pasan hambre en este país. Además, el mismo estudio muestra que los niños, afro-descendientes y las personas que viven en el norte y nordeste del país son los grupos que más sufren con esta carencia. (Giep & Sacco dos Anjos, 2006) Estos ejemplos son un claro reflejo de que millones de familias viven en una emergencia constante en Brasil, en una condición de vulnerabilidad extrema y que están lejos de ser parte de un país desarrollado. Ante esta situación el Gobierno Federal ha implementado e n los últimos años diversos programas destinados a cambiar esta realidad. Los principales son:

(2) El déficit habitación brasileño disminuyó de 6.3 millones en el 2007 a 5.8 millones en el 2008, según el estudio de la Fundación João Pinheiro (2010). Disponible en: http://wuf5.cidades.gov.br/pt-br/noticias/10-03-22/Ministro_das_Cidades_anuncia_novo_d%C3%A9ficit_habitacional_brasileiro.aspx


A. Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC)³ Este programa fue lanzado en enero de 2007 por el presidente Lula, en conjunto con la entonces Ministra de la Casa Civil, Dilma Russeff. Dentro de sus prioridades se encuentra invertir en infraestructura, en áreas como saneamiento, habitación, transporte, energía y recursos hídricos, entre otros. Combinado con medidas económicas busca estimular los sectores productivos y al mismo tiempo llevar beneficios sociales para todas las regiones del país. Con la segunda parte de este programa, el PAC 2, se busca mantener la economía activa invirtiendo en obras que disminuyan la desigualdad y generen más calidad de vida para los brasileños. Si bien este programa ha sido considerado como exitoso y cuenta con experiencias específicas bastante positivas, no ha logrado mantener una calidad mínima estable ni cumplir con las metas planificadas.

Este programa beneficia a más de 12 millones de familias y varía según la renta de cada una, el número y la edad de los hijos. El monto total del beneficio, según los factores antes señalados va desde los R$ 32 (US$ 20) a R$ 242 (US$ 154). El programa tiene tres ejes principales: transferencia de renta, condiciones a ser cumplidas y programas complementarios. La transferencia directa de renta actúa como política de alivio al entregar una solución concreta y estable respecto al ingreso mensual. Las condiciones refuerzan el acceso a derechos sociales básicos como educación, salud y asistencia social, y además funciona como una contrapartida con obligaciones para el beneficiario. Las principales condiciones para obtener el beneficio son: a. Salud. Mantener al día una ficha de vacunación de los hijos, niños y adolecentes entre 6 y 15. b. Educación. Todos los niños y jóvenes entre 6 y 15 años deben estar debidamente matriculados y con una asistencia escolar mensual mínima de 85%. Los estudiantes entre 16 y 17 años deben tener una asistencia mínima de 75%.

B. Bolsa familia4

Como el mismo gobierno señala en su página web “la bolsa familia es un programa de transferencia directa de renta con condicionalidades, que beneficia a familias en situación de pobreza y pobreza extrema. El programa integra “Fome Zero” (Hambre Cero) que tiene como objeto asegurar el derecho humano a la alimentación adecuada, promoviendo la seguridad alimenticia y nutrición…”.

Los programas complementarios tienen como objetivo el desarrollo de las familias para disminuir su vulnerabilidad. Si bien se deben cumplir ciertas condiciones y se entiende hoy como un programa fundamental en la lucha contra la pobreza y la pobreza extrema, Bolsa familia es una política de alivio a través de la transferencia de renta y no hay estudios que garanticen que sea una forma de salir de la condición de pobreza. Según los datos entregados por el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada IPEA (2011), más del 30% de las personas en situación de pobreza extrema (5.4 millones) no reciben este beneficio por diversos motivos como falta de documento de identidad, desconocimiento del programa u otras causas.

( 3) http://www.brasil.gov.br/pac/o-pac/ (4) http://www.mds.gov.br/bolsafamilia

El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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Es el programa de gobierno más conocido a nivel de políticas sociales y uno de los más grandes a nivel mundial tanto por los montos involucrados como por el número de beneficiados.

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Artículo C. Minha Casa Minha Vida (MCMV) Este es el principal programa de habitación del Gobierno Federal. Sus objetivos son la reactivación y estimulación económica, –fue lanzado durante el período de crisis económica mundial, con el cual Brasil consiguió ser uno de los países que mejor enfrentó este problema a nivel global- y disminuir el déficit habitacional existente. Destinado a personas que ganan hasta 10 salarios mínimos fue anunciado en marzo de 2009 y en su primera etapa busca construir más de un millón de unidades. La segunda parte de este programa “Minha Casa, Minha Vida 2” pretende duplicar la primera y entregar 2 millones de unidades hasta el año 2014.

comunique, a qué parte de la ciudad serán trasladadas y pagar los montos que corresponda sin derecho a opinar. Terminar con las favelas en base exclusivamente a la construcción de nuevas casas es una utopía, el problema es mucho más complejo a causa de los altos costos de los terrenos, la especulación inmobiliaria y la cantidad de viviendas que se requieren. Así, se debe buscar una solución que además de la construcción de nuevas unidades considere la regularización y urbanización de terrenos y la mejora y ampliación de las casas ya existentes. D. Brasil sin miseria5

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Si bien el programa logró de forma general los objetivos propuestos, su gran carencia es no poder dar soluciones concretas y efectivas a las personas que ganan hasta tres salarios mínimos y sólo ser efectivo para más de cuatro salarios. La información referente a los resultados del programa es poco clara y se concentra casi exclusivamente en el banco estatal la “Caixa Economica Federal” que participa del proceso de financiamiento y otras funciones asociadas. En abril de este año uno de los principales periódicos de Brasil, la Folha de São Paulo, anunció en base a la información de la misma “Caixa Económica Federal” que “el programa del gobierno federal MCMV completó dos años sin entregar ningún inmueble para familias de la ciudad de São Paulo que reciben menos de 3 salarios mínimos”. (Folha de San Pablo 15 de abril de 2011)

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El problema para estas familias es aún mayor si consideramos que la elección de los beneficiados, por no existir recursos suficientes, es realizada por sorteo entre los inscritos y sin ningún tipo de trabajo social efectivo con las familias participantes. Esta es una política absolutamente vertical que considera a las familias como simples beneficiarios que no tienen más opciones que inscribirse, esperar ser sorteada –si es que tienen “suerte”-, que se le Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Es el último programa del Gobierno Federal y busca combatir la pobreza extrema en base a la información del CENSO 2010. Los principales ejes de acción son: i. Transferencia de renta, ii. Acceso a servicios públicos e iii. Inclusión productiva. El objetivo es sacar de la miseria a 16,2 millones de personas que viven con menos de R$ 70 (US$ 43), criterio establecido por el propio gobierno. Uno de sus principales aportes es, aunque parezca simple, reconocer a nivel estatal y social que Brasil tiene a millones de personas viviendo en situación de extrema pobreza. Asumir el problema y su magnitud es el primer paso para implementar una solución efectiva.

(5) http://www.brasilsemmiseria.gov.br/ http://www.youtube.com/watch?v=C_aiAW jeQUM


Conclusiones:

Los principales problemas de éstos son la falta de coordinación general entre todos los programas, especialmente respecto a la información que utilizan, el tipo de público a ser atendido. Además, se cuestiona la efectividad de las políticas públicas que son implementadas desde el Gobierno Federal, pero cuya óptima ejecución depende fundamentalmente una correcta interacción a nivel del Gobierno Estadual, y especialmente de la aplicación micro de cada una de las Prefecturas. 2. La pobreza es un fenómeno multidimensional que se presenta como resultado combinado de variados factores interconectados, entre sí: educación, capacitación, salud, alimentación, vivienda, acceso a la justicia, crédito, servicios, redes, etc. Es por esto que las soluciones propuestas deben ser integradas, tanto a nivel de objetivos como de implementación, y no ejecutadas de forma paralela, esta es la única forma de lograr una incidencia real. Por otro lado la implementación de esas políticas debe considerar el desarrollo de herramientas concretas para los beneficiarios, que les permita ser protagonistas de su propio desarrollo y no solamente receptores de un programa unilateral del estado que al ser retirado termina con el beneficio y no desarrolla herramientas para los destinatarios.

La práctica demuestra que las políticas que se implementan de forma vertical –más aún en Brasil que cuenta con tres niveles muy marcados federal, estadual y municipal- sin considerar las particularidades de las comunidades más vulnerables, no tienen la efectividad esperada. 3. Hoy los más excluidos de Brasil y Latinoamérica son personas que se encuentran fuera de la sociedad, que no cumplen muchas de las obligaciones que como ciudadanos les corresponden, pero que por otra parte, y lo que es más complejo, se les impide exigir y hacer efectivos sus derechos sociales básicos. Ante este problema no existen soluciones mágicas, la única posibilidad es reintegrar a estas familias a través de un proceso largo e integral que no sólo les permita reincorporarse sino que también mantenerse en ella, como protagonistas de su desarrollo y como actores efectivos. 4. Palabras como desnutrición, analfabetismo, vivienda de emergencia o pobreza extrema no deberían existir en el Brasil del siglo 21, y su presencia implica un fracaso para toda la sociedad brasileña, pero principalmente un desafío urgente que debe ser atendido en el más corto plazo posible. Las familias más vulnerables de Brasil no necesitan ni quieren regalos, pero si oportunidades y principalmente que se respeten efectivamente sus derechos sociales garantizados en la constitución y en las leyes. La vergonzosa situación de pobreza extrema no es solamente problema del estado y de las familias, es un problema multilateral y son muchos los actores responsables. Sin acceso a oportunidades de desarrollo y el apoyo de otros sectores las familias no tienen la posibilidad de superar esa condición.

El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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1. Es evidente que Brasil ha mejorado mucho en los últimos años; los programas sociales implementados en la última década destinados a combatir la pobreza sin lugar a duda son un aporte, especialmente los propuestos por el Presidente Fernando Henrique Cardoso (19952002), y ejecutados y mejorados durante los dos periodos de gobierno del Presidente Lula (2003-2011), pero claramente todavía hay muchos temas que atender de forma urgente.

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Artículo La sociedad civil agrupada y organizada es un actor fundamental especialmente en la denuncia y la presentación de propuestas. Otro actor indispensable para terminar con la pobreza son las poderosísimas empresas brasileñas y grupos económicos, sin ellas no hay solución posible. La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no debiera ser un departamento dentro de una empresa destinado a hacer donaciones o capitalizar acciones de carácter social. RSE es una manera de realizar acciones, de forma permanente, estable y concreta, con el objetivo de generar un efecto positivo en la sociedad y no puede limitarse exclusivamente a donaciones puntuales o como herramienta de exención de impuestos.

Brasil tiene hoy una posibilidad única de transformarse en una potencia mundial, pero para eso necesita comprender que con dos países en uno no hay desarrollo sustentable posible. 5. Lo más preocupante, más allá de la efectividad o coordinación de los programas, es la incertidumbre de, en base a la experiencia de los últimos años, no tener la seguridad en el cumplimiento de los plazos de ejecución de estos planes, ni en su cobertura. Este problema se acentúa en materia de infraestructura, servicios y regularización de terrenos. Todo esto debe ser articu-

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Fotografía: Divulgação UTPMP-Brasil

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Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis


lado con la mejora y construcción de nuevas casas entendidas no sólo como un déficit cuantitativo sino que también cualitativo, es decir que las comunidades sean parte de un proceso de trabajo social integral. A través de nuestro trabajo en contacto directo con las familias que más necesitan, hemos descubierto que Brasil no es un país pobre, pero si es un país profundamente injusto y desigual y a la vez tenemos la convicción más absoluta de que existen millones de jóvenes y otros actores de la sociedad dispuestos a cambiar esta situación.

Un Techo para mi País continuará trabajando para mostrar la realidad de pobreza en la que viven millones de brasileños y latinoamericanos, en los 19 países en que estamos presentes, y con la misma convicción y perseverancia mantendremos nuestro trabajo y nuestra propuesta como la principal forma de denuncia.

Considerando el déficit de viviendas existente, el proceso que este tipo de acciones implica y que en su mayoría impacta a familias de baja renta, la pregunta que debe ser contestada sinceramente hoy por las autoridades es: ¿Qué hacemos con las millones de personas que viven en una situación de emergencia habitacional y, si todo sale bien, como mínimo tendrán que esperar varios años para poder optar a una vivienda-solución definitiva? Para este tipo de pregunta sólo tenemos dos respuestas posibles, la políticamente correcta pero insostenible e ineficiente: “Tenemos proyectos en ejecución que consideran esas familias para una solución definitiva” o la impopular pero verdadera: “Necesitamos de forma urgente alguna solución transitoria para evitar que la calidad de vida de esas familias no se siga deteriorando de una forma irreversible en los próximos años”.

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Es por eso que hoy más que nunca defendemos la construcción de viviendas de emergencia como una solución transitoria para todas las familias que lo requieran. No aceptamos como una solución definitiva este tipo de vivienda, pero si estamos dispuestos a seguir dando la cara y construyendo hasta que ninguna familia en Latinoamérica necesite de ellas. El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero

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Artículo BIBLIOGRAFÍA Bombig, A. (2011, 14 de mayo). SP tem 522 mil pessoas em área de risco. Estadao. Rescatado en julio de 2011, de http://www.estadao.com.br/noticias/nacional,planode-dilma-para-erradicar-pobreza-tem-16-milhoes-debrasileiros-como-alvo,714457,0.htm?p=3 Constitución de la República Federativa de Brasil de 1988. (1988), Capítulo II de los Derechos Sociales, artículo 6. Folha de San Pablo. (2011, 15 de abril). Rescatado en mayo de 2011, de http://www1.folha.uol.com.br/ mercado/902909-minha-casa-exclui-mais-pobresGiep, W & Sacco dos Anjos, F. (2006). Estado e segurança alimentar: alcances e limitações de políticas públicas no Brasil. En Revista Textos & Contextos Porto Alegre. 6(2) p.335-353. Disponible en http://revistaseletronicas.pucrs.br/ojs/index.php/fass/article/viewFile/2322/3251 IBGE (2011). Censo demográfico 2010: resultados preliminares do universo. Recuperado el 20 de julio de 2011, de http://www.ibge.gov.br/home/estatistica/populacao/censo2010/calendario.shtm

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Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD (2010). Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, Recuperado el 20 de julio de 2011, de http://hdr.undp.org/es/informes/regional/destacado/RHDR-2010-RBLAC.pdf

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Salomon, M. (2011, 3 de mayo). Plano de Dilma para erradicar pobreza tem 16 milhões de brasileiros como alvo. Estadao. Rescatado en julio de 2011, de http://www. estadao.com.br/noticias/nacional,plano-de-dilma-para-erradicar-pobreza-tem-16-milhoes-de-brasileiroscomo-alvo,714457,0.htm?p=3

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Artículo

MICROCAMPAMENTOS Y SU INVISIBILIDAD EN LA MACROHISTORIA¹ Tamara Canales González² y Andrea Maulén Lara³ | Circulo Investigativo sobre el Fenómeno del Microcampamento. Fundación Trabajo en la Calle

El presente artículo, nace de la reflexión principal que llevó al Circulo Investigativo sobre el Fenómeno del Microcampamento de Fundación Trabajo en la Calle a problematizar desde las ciencias sociales, puntualmente desde la historia, el porqué de la invisibilidad de los microcampamentos santiaguinos. La investigación “Microcampamentos para la Macrohistoria”, hoy en curso, se centra en dos elementos fundamentales; la problemática de la invisibilidad como antecedente de la desigualdad social y la responsabilidad de la Historia en la visibilización de estos grupos humanos, tarea que hasta hoy no se ha efectuado. Los cuestionamientos y reflexiones se orientan a la forma de asentamiento que los particulariza y distingue de los tradicionales Campamentos. Esta diferenciación se establece desde la ocupación de terrenos “ocultos”, produciéndose una invisibilización territorial, fenómeno que se traduce en una invisibilización ante el debate público, políticas y programas sociales. Es trascendental, por tanto, recuperar la memoria histórica de la comunidad de Microcampamentos, como paso a la obtención de oportunidades y establecer un estudio que devele el origen, continuidad y cambio desde una perspectiva histórica. Palabras claves: Micro Campamentos, invisibilización, desigualdad social, oportunidades, Historia Oral.

Abstract This article is based on the main reflection made by the researchers from Trabajo en la Calle (Street Work) which analyses from the social sciences, mainly from History, the reason why micro shanty towns in Santiago seem invisible. The research work “Microcampamentos para la Macrohistoria” (Micro Shanty Towns for a Macro History), up to date, focuses on two fundamental elements which are the problem of invisibility as a cause of social inequity and the responsibility of History in making more visible these human groups, a task still undone. The reflections are oriented towards the way in which these communities settle, and their main differences with traditional shanty towns. This differentiation is mainly established by the occupation of “hidden” lands, fact that produces a sort of territorial invisibility which in turn makes them invisible for the public opinion, public policies and social programs. It is crucial then to recover the historical memory of a micro shanty town community in order to lead them to obtain opportunities; and to establish a study that reveals the origin, continuity and change from a historical point of view.

Keywords: Micro shanty town community, invisible, Social inequality, Opportunities, Oral History Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.

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Resumen

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Artículo 1. INTRODUCCIÓN La desigualdad social es un problema extendido en nuestro país y está estrechamente vinculado al fenómeno de la pobreza. Esta característica de nuestra sociedad, sumada al acelerado desarrollo urbano de las últimas décadas4, ha dado pie a ciertas condiciones de vida, trabajo, educación y vivienda, donde lo equitativo pareciera ser una aspiración más que un hecho real. En su conjunto, la sociedad chilena está lejos de poder disminuir el incremento de esta condición, que afecta no sólo el ingreso económico, la adquisición de bienes materiales y vivienda de las familias más vulnerables, sino que de manera más general y profunda, ha invisibilizado a un sector importante de la población. Nos referimos a los Microcampamentos, dispersos a través de la Región Metropolitana, que han crecido a la par de las políticas públicas y programas que los marginan por su desconocimiento y que por tal, están fuera de las cifras oficiales para contabilizarlos, intervenirlos y considerarlos5.

principal característica de los Microcampamentos: su invisibilidad. Ésta se trabajará a través de la dinámica del asentamiento o invisibilidad física para centrarnos en el contexto social ampliando la temática de la desigualdad social a través de la invisibilización como parte del desconocimiento social respecto a su existencia. En esta misma línea, la Historia Oral (como metodología historiográfica), se presenta como una posibilidad des-invisibilizadora de este fenómeno, convirtiéndose una herramienta de inclusión social que nos permite conocer rasgos propios de las comunidades que los componen. Así, los pobladores pueden ser reconocidos como grupo socio-cultural y recuperar el lugar que les corresponde ante las políticas, programas sociales y la sociedad en general. Figura 1: Acceso al Microcampamento “La Vecindad”, Comuna de La Granja, Santiago

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En este contexto, este artículo pretende adentrarse en la

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(1) Este artículo se encuentra inmerso dentro de un proceso de investigación más amplio acerca del fenómeno de los microcampamentos en Chile. El objetivo del Circulo Investigativo sobre el Fenómeno del Microcampamento de Fundación Trabajo en la Calle es hacer visible esta problemática social a partir de diferentes miradas, disciplinas y visiones. (2) Licenciada en Historia, mención Estudios Culturales, Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Profesional Fundación Enseña Chile 2010 - 2011 (3) Licenciada en Historia, mención Estudios Culturales, Universidad Academia de Humanismo Cristiano. (4) Hacemos referencia a las transformaciones y nuevas demandas en las grandes urbes, proceso consolidado por la modernización y tecnificación, cuyo resultado se manifiesta en la concentración de fuentes laborales y servicios, lo que a su vez, ha acarreado problemas asociados al incremento de la población en las ciudades, hacinamiento y condiciones de miseria tras las migraciones a los centros urbanos. Sabemos que estas transformaciones no son nuevas en nuestras ciudades, sino que responden un largo proceso de modernización y los efectos de la globalización neoliberal que actúa como mecanismo de selección permanente en función a la competencia entre capital y trabajo, que está por sobre los intereses de las colectividades. (5) Fundación Trabajo en la Calle, da el primer paso en la atención de este sector de la población. Resulta útil el Catastro Microcampamento 2010, elaborado por esta fundación.

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Fotografía: Fundación Trabajo en la Calle

La invisibilización, como veremos, se presenta como un obstáculo para cualquier acción de intervención a nivel comunal o nacional, ya que los programas, fundaciones y otras entidades que se encargan de luchar contra la vulnerabilidad y exclusión social y otorgar apoyo en la adquisición de la vivienda definitiva, no han podido concebirlos como parte de la realidad urbana de nuestra ciudad.


Un ejemplo claro de ello, es la definición utilizada por el organismo gubernamental encargado del trabajo con asentamientos precarios. El Catastro de campamentos del MINVU (2011) se refiere a “asentamientos preferentemente urbanos, de más de 8 familias que habitan en posesión irregular un terreno, con carencia de al menos 1 de los 3 servicios básicos (electricidad, agua potable y sistema de alcantarillado) y cuyas viviendas se encuentran agrupadas y contiguas” (p. 6). Esta definición, orientada a cifrar la intervención de programas para la adquisición de la casa propia, nos aproxima a la situación de los “Campamentos”6, pero, ¿qué ocurre entonces con los asentamientos donde habitan hasta dos familias? ¿Tienen posibilidad de ser incluidos en este tipo de programas? ¿Qué hacer frente a un fenómeno desconocido, por su manera de asentarse, pero que igualmente está presente en nuestra sociedad? Por tanto, nuestro quehacer está orientado a develar una nueva dinámica de asentamientos urbanos: Los Microcampamentos.

2. ¿QUÉ ES UN MICROCAMPAMENTO?

Se entenderá por Micro campamento, por tanto, a los asentamientos precarios que no cuenten con acceso regular a servicios básicos, cuyas viviendas estén construidas con materiales de desecho o madera, que carezcan de tenencia regular del terreno (muchas veces producto de tomas de terrenos abandonados) y que estén ubicadas en laderas de cerros, orillas de ríos o cercanos a hitos de riesgo. Las familias que en ellos habitan no han logrado acceder a una vivienda social, ya sea por la extrema vulnerabilidad en que se encuentran, o porque la política habitacional no ha sido capaz de incluirlas entre los programas de vivienda. La experiencia de la fundación en este terreno, señala a la invisibilidad física como una de las principales problemáticas de este tipo de asentamientos, ya que se encuentran muchas veces ocultos detrás de panderetas, rejas, o en laderas de cerros. Esta particularidad es fundamental y marca la diferencia con respecto a los tradicionales campamentos. Pero ¿existen otras variables que los diferencien de los campamentos? ¿Cuáles son? ¿Qué miden? Figura 2: Pobladores en microcampamento, Santiago de Chile.

(6) Esta forma de asentamiento, responde a las llamadas tomas de terreno, fenómeno estudiado por Garcés (2002). Otro trabajo interesante es el de Espinoza, 1988. (7) Fundación sin fines de lucro creada hace 13 años con el objetivo de apoyar a familias que viven en Microcampamentos en el proceso de la obtención de la vivienda propia.

Fotografía: Fundación Trabajo en la Calle

Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.

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La fundación Trabajo en la Calle7, haciéndose cargo de esta realidad, ha intentado construir una definición que de cuenta de las formas en que viven las familias con que trabaja. Frente a la complejidad del fenómeno, la fundación optó por proponer una definición preliminar flexible, que permitiera la suficiente apertura como para orientar la búsqueda de Micro campamentos sin excluir los casos límites.

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Artículo 3. VARIABLES QUE GENERAN EL ÍNDICE DE FILTRO DE CAMPAMENTOS VERSUS MICROCAMPAMENTOS Para poder comprender las características, particularidades y dificultades de las nociones insertas en la definición de Micro campamentos, se presenta a continuación un cuadro comparativo entre éstos y los campamentos, utilizando como fuentes principales los catastros elaborados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Catastro Campamentos 2011 y el Catastro Microcampamentos 2010 de la Fundación Trabajo en la Calle. Estos responden a datos de la Región Metropolitana. a. Criterios Ministerio de Vivienda y Urbanismo Cuadro 1: Tabla de criterios MINVU

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b. Criterios Fundación Trabajo en la Calle La fundación ha establecido por lo menos dos criterios bases, de acuerdo a la definición que han propuesto, que tienen relación con la dificultad de delimitar una categoría de pobreza urbana. La dificultad radica precisamente en que dicha delimitación frente a otras categorías no siempre es clara, como lo es la situación de calle, en función de ello, se han establecido criterios Mínimos y Adicionales. Cuadro 2: Tabla de criterios mínimos

FILTROS

CRITERIOS

FILTROS

Cantidad de familias

Mínimo de 8 y sobre 50 familias por campamento

Ubicación del asentamiento

Asentamientos insertos en la Región 9 Metropolitana

Tenencia del terreno

Privados y estatales (arrendado, ocupado de hecho o mixto)

Cantidad de familias

Mínimo de 2 y máximo 26 familias

Disponibilidad de energía eléctrica

Servicio regular o irregular (colgados del tendido eléctrico)

Materialidad de las viviendas

Construcción hecha con materiales livianos o desechos

Disponibilidad de agua potable

Servicio regular o informal -procedencia del agua- (medidores compartidos, colgados a la red, pozos, etc.)

Disponibilidad de servicios básicos (Alcantarillado, Luz eléctrica, Agua potable)

Irregularidad en al menos uno de ellos (improvisados, compartidos)

Disponibilidad de Solución Sanitaria

Servicio regular (alcantarillado o fosa séptica) o irregular (pozos negros, fosas, canales)

CRITERIOS8

120

y Urbanos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. El resultado es la caracterización de los Campamentos. A continuación, se presentan los criterios mínimos con los que se maneja la Fundación Trabajo en la Calle.

Tenencia del terreno

Irregularidad en al menos uno de ellos (improvisados, compartidos)

Fuente: Elaboración Propia

Fuente: Elaboración Propia

El procesamiento de estos datos se realiza en base a la definición conceptual que ha sido señalada en la introducción. Estas variables lo que hacen es filtrar lo que ellos llaman las “pistas de campamentos”, discriminando así aquellos asentamientos que cumplen con la definición establecida por la Comisión de Estudios Habitacionales

Los criterios mínimos responden a los establecidos en forma general en la definición de asentamientos precarios. Sin embargo, una primera diferenciación cuantitativa tiene que ver con la cantidad de familias que habitan un determinado lugar. Al bajar el criterio de definición de ocho a dos, ciertos asentamientos que no son tomados en cuenta dentro de la categoría de “campamento” son calificados ahora como microcampamentos. De esta manera, por una parte se visibiliza el fenómeno al incluirse sectores de la

(9) Se consideran únicamente los asentamientos de la Región Metropolitana ya es aquí donde la Fundación Trabajo en la Calle realiza gestión en Microcampamentos.

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población que no estaban contabilizados, y por otra se amplía el campo de intervención.

4. LA PROBLEMÁTICA DE LA INVISIBILIZACIÓN

Así, los criterios que marcan la diferencia, han sido denominados por la fundación como Criterios adicionales, lo que ha permitido mantener una apertura suficiente como para no excluir casos límites.

Como ya vimos, los Microcampamentos aparecen como una nueva condición urbana, cuya característica principal es que se encuentran físicamente ocultos (Fundación Trabajo en la calle, 2010). Esta invisibilidad territorial, se traduce en una invisibilidad ante el debate público, en el diseño e implementación de las políticas y programas sociales, ante las ciencias sociales y en especial en la historia de nuestra sociedad.

Cuadro 3: Tabla criterios adicionales CRITERIOS

FILTROS

Aspiración al cambio

Los habitantes ven esta situación como transitoria y manifiestan el deseo de salir de ella

Participación en procesos de postulación a la vivienda

Experiencia anterior frustrada de postulación a la vivienda

Nivel de organización comunitaria

Grupo poco cohesionado por diferencias de motivaciones y objetivos

Nivel de Capital Social

Bajo nivel de capital social con escasos organismos interventores

Nivel de vínculo con redes formales

Situación de aislamiento

Fuente: Elaboración Propia

Las variables que se presentan hacen posible filtrar otras “pistas” de asentamientos precarios, lo que nos deriva a la realidad de microcampamentos. Estos criterios adicionales, nos permiten también comprender y rescatar la experiencia de los pobladores, sus aspiraciones y motivaciones. En este sentido, tienen gran relevancia para nuestros estudios, ya que los consideramos como fuente primaria de material historiográfico. Así, a partir de estos criterios nos es posible construir un relato sobre el origen, cambio y continuidad de los microcampamentos de la Región Metropolitana. Ahondaremos en esta temática más adelante.

Para revertir esta situación, los microcampamentos deben ser estudiados como parte de los fenómenos sociales y económicos que impulsan la diferenciación social, marginación y exclusión. Es por esto que en este trabajo nos planteamos como primer objetivo la des-invisibilización respecto a estos asentamientos, ya que el principal problema, es el desconocimiento existente sobre esta realidad. De acuerdo a lo anterior, la elección de la metodología responde al interés por mostrar y acompañar a los pobladores. En este proceso, planteamos que, a través de la Historia Oral los pobladores reconstruyan su historia, rescaten, y construyan su memoria a través de sus experiencias, vivencias y motivaciones. Así planteamos que estas comunidades pueden construir su rol social como sujetos históricos activos. Al mismo tiempo, este proceso les daría consistencia de sujetos históricos a los pobladores y permitiría reconstruir la memoria a través de los testimonios que son resultado de la experiencia de quienes viven y han vivido al margen de la oficialidad.

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c. Criterios Adicionales

Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.

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Artículo Figura 3: Familia pobladora de campamento La Vecindad, comuna de La Granja, Santiago.

Fotografía: Fundación Trabajo en la Calle

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5. INVISIBILIZACIÓN COMO UNA NUEVA APROXIMACIÓN A LA DESIGUALDAD SOCIAL: LOS MICRO CAMPAMENTOS SANTIAGUINOS Y LA POSIBILIDAD DE OPORTUNIDADES

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La desigualdad social, no puede entenderse sino como parte de un fenómeno que se encuentra estrechamente relacionado con la pobreza. Este fenómeno, ciertamente complejo, no puede sólo ser reducido a la temática de la distribución del ingreso, ya que según diversas encuestas de opinión y estudios recientes sobre el tema, la mayoría de las personas pobres manifiesta que el desarrollo económico no los ha favorecido, y cerca de la mitad indica que la pobreza se mantiene igual, a pesar de los aumentos en los ingresos y mejoramientos en la infraestructura. Los sectores más pobres no se perciben como favorecidos, a pesar de las nuevas disposiciones institucionales (aumento de salario mínimo, reforma tributaria, aumento del gasto social). (Rodríguez & Winchester, 2001) Revista del Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile www.untechoparachile.cl/cis

Para efectos de este estudio, comprendemos que la desigualdad social se expresa como la presencia persistente de barreras al cambio de estatus socioeconómico, vale decir, una estructura de oportunidades que reproduce situaciones de desventaja o exclusión (Espinoza, 2006). Sin embargo, consideramos que esta noción, se debe ampliar para comprenderla a través de grupos sociales minoritarios y que están fuera de las cifras oficiales para contabilizarlos e intervenirlos, ya que la invisibilización es también parte de la desigualdad social, y ésta se traduce en una de las mayores barreras para que no se generen cambios en estas comunidades. Este enfoque sustenta nuestra propuesta fundamentada en la des-invisibilización del fenómeno de microcampamentos a través de la Historia Oral, ya que ésta se presenta como una herramienta de inclusión social, al rescatar y dar voz a los pobladores de estas comunidades10. Con la apertura a través del dar a conocer esta realidad, se pueden generar oportunidades. Pero, ¿qué clase de oportunidades? Sabemos que el fenómeno de la desigualdad es más complejo que la distribución del ingreso, es por ello que hablaremos de la distribución de las “oportunidades” que tiene que ver con el acceso a mejorar la calidad de vida de las personas, en su bienestar (Ottone & Vergara, 2007). Para que esto ocurra es necesario concebir la movilidad social como una herramienta integrativa. Para efectos de este trabajo, se empleará esta noción según lo planteado por los autores. Así, concordamos en que “la finalidad de entrar en la dinámica de movilidad social, ampliando el término, los sectores más pobres multiplican el acceso a (10) La posibilidad de inclusión que se produce a través de la Historia Oral en grupos como estos, permite conocer rasgos propios de sus comunidades y las condiciones que los perturban. Quien habla, nos relata sus experiencias personales y/o de grupo, pero también lo hace para modificar las relaciones de exclusión y marginalidad en que viven, de tal forma que los pobladores pueden ser reconocidos como grupo socio-cultural y recuperar el lugar que también les corresponde ante las políticas y programas sociales.


En este sentido sólo asumiendo la responsabilidad social frente al tema, se puede erradicar esta condición. Recordemos que Chile presenta además, una muy baja movilidad intergeneracional en cuanto a los ingresos. Es decir los sujetos tienden a persistir en las situaciones “de partida” u “origen”; hay una transmisión de padres a hijos de las condiciones socio-económicas, lo que puede leerse como una desigual distribución de oportunidades. (González, 2006) Es así como vemos que muchas familias están heredando el hogar en el microcampamento, ya que se presenta como único lugar donde vivir, o en otras palabras, no tienen más opciones. Finalmente, la aproximación que hacemos de la desigualdad social, estudiando como caso particular la condición de invisibilidad de los microcampamentos, permite abordar y dar a conocer este fenómeno desde sus características particulares, abarcando a la vez, toda su complejidad. Inicialmente, traspasamos las barreras deterministas que puedan encasillar este fenómeno como resultado de la mala distribución económica en nuestro país, o el acceso a la vivienda definitiva. Esto no quiere decir que no sean (11) Como un criterio de la definición propuesta, los Microcampamentos catastrados se encuentran dentro del radio urbano de la Región Metropolitana. Respecto a su ubicación, es posible señalar que un 77,2% de los Microcampamentos catastrados tiene una ubicación central. Es decir se encuentran a máximo veinte minutos caminando de al menos tres servicios públicos. (Consultorio, Hospital, Escuela, Municipalidad, Carabineros y Paradero del Transantiago).

variables de la invisibilización de los microcampamentos, sino que la raíz de esta desigualdad social está fundada en la limitación o nulas oportunidades de las que disponen los habitantes de los asentamientos estudiados, oportunidades que no pueden llegar a este sector de la población, porque no se conoce de su existencia. Desde nuestra posición, las oportunidades de cambio en este sector de la población se comenzarán a producir a través del conocimiento del fenómeno, como ya se ha establecido anteriormente. Los Microcampamentos de la Región Metropolitana están en el anonimato actualmente, sin embargo, existen datos relevantes para que desde ya se vaya conociendo sobre esta realidad urbana. En nuestra región, se detectaron microcampamentos en 23 de las 32 comunas que la componen, es decir en el 71,8% de las comunas de la provincia11. Ellos están localizados en la siguiente distribución de frecuencias: Cuadro 4: Cantidad de Microcampamentos por comuna en la Región Metropolitana.

COMUNA

Nº DE MICROCAMPAMENTOS

CATASTRADOS

ESTACION CENTRAL

RENCA

6 6

CONCHALI

4

EL BOSQUE

4

QUILICURA

4

HUECHURABA

3

LA CISTERNA

3

LO ESPEJO

3

MACUL

3

PEÑALOLEN

3

MAIPU

3

QUINTA NORMAL

2

LA FLORIDA

2

PEDRO AGUIRRE CERDA

2

CERRO NAVIA

2

PUDAHUEL

2 Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.

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bienes que se adquieren en el mercado a la vez que multiplican el acceso a servicios que son provistos por el Estado por medio de políticas públicas especialmente diseñadas para ello". (p. 83) Es importante señalar que las oportunidades pueden nacer como proposiciones desde fundaciones u otros grupos activos en la acción comunitaria, pero sin duda, la tarea de ellos no es posible desempeñarla sin una validación social que puede ser propiciada desde el gobierno, y de los recursos económicos necesarios que ellos dispongan.

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Artículo

RECOLETA

1

LA GRANJA

1

SAN JOAQUIN

1

SAN RAMON

1

SAN MIGUEL

1

CERRILLOS

1

LO PRADO

1

Fuente: Catastro Microcampamentos, Fundación Trabajo en la Calle, 2010

A. LA HISTORIA, RESPONSABILIDAD Y MÉTODO

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Cuando una rama de las ciencias sociales decide intervenir sobre una problemática, requiere de información preliminar acerca de los orígenes y transformaciones del grupo humano en cuestión. Desde ahí, por siglos, la historiografía chilena ha colaborado con la visibilidad de ciertos grupos humanos, constituyéndolos como personajes representativos de una realidad única y digna de revisar en cuanto a su origen, continuidad y cambio. Como cientistas sociales, hemos sido testigos de que figurar en la historia permite “ser visto” por el otro como sujeto histórico. Es así como esta disciplina cumple la función de “vitrina social” dando, en muchos casos, voz y presencia en el imaginario cultural de una sociedad a un grupo delimitado de personas que se agrupan bajo características y aconteceres comunes.

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Muchos sucesos históricos en Chile, a pesar de su reciente surgimiento, son muy conocidos por la sociedad y ya se encuentran insertos en las mentalidades de los ciudadanos como acontecimientos importantes. Basta reflexionar en torno al peso que le otorgamos a un hecho o fenómeno que se encuentra dentro de la cronología nacional, versus uno que sólo es conocido o nombrado por una fracción de personas. Esto nos muestra cómo los hechos, al ser historizados, pasan a transformarse en Hitos, dignos de ser atendidos e incluso difundidos por los medios de comunicación bajo un sentido de responsabilidad social.

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En este contexto, la suerte de los Microcampamentos no ha sido la mejor, pues a pesar de sus más de ocho décadas de existencia, los estudios acerca de éstos no alcanzan a ser escasos, sino que simplemente no existen. Podemos excusarnos diciendo que generalmente se confunden con los “Campamentos”, ya que es bastante delgada la línea que los separa, pero si nos adentramos un poco más en el tema, notaremos que aquella marca es suficiente para asumir que sus historias, necesidades y demandas son divergentes. Por tanto es necesario, ponerle atención a los Microcampamentos como un fenómeno aislado. Entre el año 2005 y 2007 los campamentos con menos de 20 familias disminuyeron, por el contrario los microcampamentos aumentaron de un 36% a un 41,5%. Para comprender de mejor manera estos datos, debemos considerar que en Chile el 60% de los microcampamentos tiene más de 20 años de antigüedad y que la cantidad de éstos no es menor, pues para el año 2010 se catastraron 59 microcampamentos sólo en la región metropolitana. El 62% de ellos, no había sido catastrado con anterioridad por ningún tipo de informe, a pesar de su antigüedad. En esos 59 Microcampamentos, se alojan 512 familias, las cuales equivalen a 1806 personas aproximadamente, con un 30% de población menor de 12 años y un 31% de adultos entre 20 y 59 años. (Fundación Trabajo en la Calle, 2010) A partir de estos datos, podemos afirmar que las familias que habitan los microcampamentos son un grupo digno de ser registrado por la historia nacional, y no sólo por esta disciplina, sino que de modo general como un tema país dentro de las academias. En este contexto, la historia se muestra como una herramienta especialmente útil ya que, como afirmábamos un par de párrafos más arriba, entrega a los sujetos la posibilidad de “mostrarse” a los demás. A la vez, la historia se presenta como una oportunidad para que aquellos grupos humanos construyan una conciencia histórica e identitaria, a partir del rescate de sus memorias. Lo anterior sirve para validarse como actores sociales


Trabajos como de Vicente Espinoza (1988) y Mario Garcés (2002) han dado cuenta de problemáticas sociales ligadas a la vivienda y el espacio urbano Chile, durante el siglo XX. Estos trabajos han servido para visibilizar y dar a conocer de mejor manera las diversas problemáticas que son parte de cada uno de los fenómenos investigados. Desde hace una década aproximadamente, podemos notar un aumento en la cantidad de trabajos historiográficos realizados utilizando la metodología de la Historia Oral. Ésta realiza la construcción histórica desde el rescate del testimonio hablado de los sujetos en cuestión. Uno de los objetivos de ésta, es velar por la subjetividad de las personas demostrando que los recuerdos y vivencias también son una fuente histórica válida, más aún para quiénes no han tenido la suerte de dejar su huella en insignes libros o documentos archivados cuidadosamente en bibliotecas oficiales. La historiografía Rankeana, de corte positivista, mantuvo el quehacer de la disciplina histórica remitida a la revisión de documentación tangible, como archivística y bibliográfica, donde se posicionaba el registro escrito como único medio portador de información irrefutable, validando no tan sólo esta información sino que también de quienes se escribía, a los alfabetizados. Esto produjo un sistema de exclusión en aquellos que no sabían escribir, leer y cuya historia era, por tanto, transmitida de forma oral.

Por tanto, podemos definir la historia oral como una metodología que intenta recuperar la subjetividad de las personas, documentando las realidades vividas principalmente por quienes no han tenido los elementos tangibles para dejar un legado histórico. Si consideramos que la historia tradicional ha estado escrita principalmente por hombres y elites, notaremos inmediatamente que un gran porcentaje de grupos humanos carentes de recursos económicos no tienen ningún otro legado histórico más que su propia memoria (Sitton, Mehaffy, & Davis, 1989). Portelli (2001), explica “Una diferencia entre las fuentes escritas y las fuentes orales consiste en que las primeras son por lo común documentos y las segundas son siempre actos” (p. 12). Parece lógico entonces que, si bien las fuentes documentales son necesarias, en este tipo de casos, es esencial poder recopilar el material desde una fuente directa. Esto se debe a que es diferente basar el constructo histórico en los matices de una voz y en los detalles más ricos de un testimonio, que basarlos únicamente en lo que por decisión de otros, era importante de registrar para la posterioridad. Figura 4: Interior de microcampamento, Santiago de Chile

Fotografía: Fundación Trabajo en la Calle

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con trayectoria, y dar cuenta de que tienen la misma importancia que aquellos que han gozado de visibilidad dentro de la sociedad, propiciada principalmente por el quehacer de las ciencias sociales, e impulsada por las políticas públicas. Así, lo que se plantea es que el protagonismo que les ha sido negado, tiene una oportunidad de surgir desde la disciplina que estudia los tiempos pretéritos, apelando por su puesto a la realización de aquel trabajo por medio de una metodología que respete la subjetividad, los pensamientos y vivencias reales de los pobladores.

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Artículo Por otra parte, no podemos olvidar la percepción que tienen los pobladores de los microcampamentos acerca de quiénes se han acercado en algunas oportunidades a trabajar con ellos, ya que muchos, afirman los pobladores, han ido por un tiempo acotado y desaparecen al obtener el producto deseado. Inmediatamente podríamos pensar que el extraer los testimonios de ellos para la construcción de la historia caería dentro del mismo juego. En este sentido, queremos dejar claro desde un principio que una de las principales motivaciones de esta estructura metodológica es entregarles a ellos el producto en construcción; él que ha de ser creado por ellos mismos como protagonistas, y donde el investigador sólo juega un rol de mediador entre el testimonio y el papel. Por lo tanto, dentro del proceso de producción serán ellos sujetos activos y no meros espectadores de la fabricación de su propia historia. El objetivo de esto es reivindicar el papel del sujeto en la historia, pues caemos muchas veces en el grave de error de hablar de episodios históricos como si éstos devinieran por sí solos, olvidándonos de que éstos fueron llevados a la realidad por personas, con anhelos, motivaciones y encrucijadas. En este sentido, nos valemos de la Historia Oral ya que, tal como plantea Portelli, la historia oral es ante todo un trabajo de relaciones: entre narradores e investigadores, entre hechos del pasado y narraciones dialógicas del presente.

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6. CONCLUSIÓN

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Como hemos visto a través de este recorrido conceptual, se intenta por una parte, dar a conocer una realidad social invisibilizada y por otra, se intenta mostrar la validez de una metodología historiográfica. Esta última se propone como una forma de romper con las barreras de exclusión generadas por el desconocimiento de este fenómeno social.

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Nos aproximamos a través del fenómeno de la invisibilidad territorial, a una realidad mucho más compleja, contenida en la invisibilidad de este sector como parte de la pobreza, por ende, de la desigualdad social. Trabajamos a partir de este supuesto, ya que desde la disciplina que estudia el tiempo pretérito, el no conocer, produce una serie de fenómenos que afectan a los sujetos por su no-reconocimiento, es así que aparece pertinente la Historia Oral como método para derribar esta barrera. Esto posibilitará conocer esta problemática, conocer a los sujetos sociales que componen esta encrucijada social, y finamente abordar esta realidad desde el debate académico en primera instancia, para que desde esta intervención sea posible llegar al debate público y social. Desde la Historia, complejizamos este fenómeno como un intento de dar a conocer, en palabras sencillas, pero no menos importantes, a los actores sociales de los Microcampamentos de la Región Metropolitana. El aporte de la historia, es recoger sus testimonios y así en conjunto con ellos, construir su memoria histórica. ¿Por qué la historia?, bueno porque se presenta como una herramienta legitimadora de la experiencias individuales y colectivas, esto le da sentido social a las diversas demandas, aspiraciones y motivaciones que han originado este fenómeno. El intento que aquí se realiza es des-invisibilizarlos, darles protagonismo y sacarlos del anonimato otorgado por sus condiciones de asentamiento. No queremos que su condición geográfica se traduzca en un límite social, por ello, es importante que existan políticas orientadas a mejorar la calidad de vida de quienes habitan microcampamentos sin olvidar que la inserción social no depende sólo de lo material (como lo es la vivienda definitiva), si no también ganando un lugar en el imaginario cultural de nuestra sociedad. Para cumplir el último objetivo mencionado ¿Debemos seguir negando el pódium a quienes no cuentan con los recursos económicos para mostrarse por sí solos? Pun-


Si bien nos constituimos como seres únicos gracias a la conciencia que desarrollamos de que existe un “otro” fuera de nosotros mismos, es necesario comenzar a validar cada vez más las metodologías que permiten trabajar desde la identidad propia de quienes se pretende visualizar. Es conocido por muchos el hecho de que la historia de algunas partes del mundo ha estado escrita desde la otredad, sin considerar las verdaderas percepciones del grupo. El mejor ejemplo lo expone Said (1978) en su libro Orientalismo, al pedir una reformulación de la visión que se tiene de oriente, ya que la historia de aquella parte del mundo ha estado escrita desde occidente. Desde aquí, finalmente, ¿es coherente que la historia de “unos” esté escrita por “otros”? Quizás lo más sano es poner las herramientas que tenemos a nuestros alcances a disposición de quienes las necesitan, o mejor dicho, a quienes las merecen, a aquellos con quienes la historia tiene una gran deuda.

BIBLIOGRAFÍA Espinoza, V. (1988). Para una historia de los pobres de la ciudad. Santiago de Chile, Ediciones SUR. Espinoza, V. (2006). La Movilidad Social en el cono Sur. Oportunidades y desigualdad Social. Revista de Sociología de la Universidad de Chile, nº 20, 131-146. Fundación Trabajo en la Calle (2010). Catastro Microcampamentos (publicación interna)

Garcés, M. (2002). Tomando su sitio. El movimiento de pobladores de Santiago, 1957-1970. Santiago: Ediciones LOM. González, R. (2006). La desigualdad de ingresos: ¿el “ceteris paribus” del estilo de crecimiento? Revista Aspectos, N° 2 (Otoño 2006), 67-92. MINVU (2011). Catastro Nacional de Campamentos. Recuperado el 20 de julio de 2011, de http://www.minvu.cl/ opensite_20061113124729.aspx MINVU (2011). Catastro Nacional de Campamentos, Primera etapa, 25 mayo de 2011, de http://www.minvu.cl/ opensite_det_20110525124852.aspx, 1-50. Ottone, E. & Vergara C. (2007). La Desigualdad social en América Latina y el caso chileno. Estudios Públicos, N° 108 (Primavera), 59–91. Portelli A. (2001) La orden ya fue ejecutada, Prólogo para la edición en castellano, 1-14 Rodríguez, A. & Winchester, L. (2001) Santiago de Chile. Metropolización, globalización, desigualdad. Revista Eure, 27, (80), 121-139. Said, E. (2002). Orientalismo. Introducción. Barcelona: Editorial Debate. Sitton, T. Mehaffy, G.L. & Davis O.L. (1989). Historia Oral. Una guía para profesores (y otras personas) México: Fondo de Cultura Económica. Tourtier-Bonazzi C. (1991). Propuestas metodológicas, Historia y Fuente Oral, 6, 181-189.

Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.

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tualmente para el caso de los microcampamentos, ¿el estar tras panderetas y rejas debe ser un sinónimo de anonimato histórico? ¿Son sus memorias una fuente histórica sin importancia? Para todas estas interrogantes, nuestro planteamiento es un “no” como respuesta.

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De este nĂşmero de la revista del Centro de InvestigaciĂłn Social de Un Techo para Chile se imprimeron 1000 ejemplares en Alfabeta artes grĂĄficas en Agosto del 2011.


Contenidos revistacis14

Editorial Exploración de un modelo de factores sociales determinantes de sintomatología depresiva en mujeres que habitan en campamentos. Por Francisca Bustamante Chile Solidario: Pasado y futuro de la vía chilena a la protección social (2003-2011) Por Luis Hernán Vargas Exposición como vulneración. Aproximación etnográfica a la vivencia de la pobreza en la constitución del hogar en el campamento San Francisco Por Pedro Pablo Seguel Deserción Universitaria en Chile: Incidencia del financiamiento y otros factores asociados Por Andrés Barrios Campamentos, viviendas y acceso a la ciudad para los pobres Por Patricio Domínguez Entrevista a Francisco Sabatini Desigualdad y exclusión urbana en América Latina

Auspicia:

Chile: De la concentración basada en recursos naturales a la equidad basada en la economía del conocimiento Por Daniel Araneda El Brasil de la extrema pobreza Por Ricardo Montero Microcampamentos y su invisibilidad en la macrohistoria Por Tamara Canales G. y Andrea Maulén L.


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