Revista CIA Nº 2

Page 221

221 una lógica que separa a productores de espectadores. Ellas han aprovechado esta situación para extraer la mayor parte de su ganancia de los usuarios. Ellas sólo toman en cuenta el valor de una obra en cuanto valor de cambio. Se trata de un modelo de negocio que logró lo que nunca antes se había logrado: al extraer su plusvalía principalmente de los consumidores, produce valor sin fuerza de trabajo, es decir, sin trabajo remunerado. A pesar de ello, otro valor potencialmente emancipatorio se habrá producido: las mismas prácticas colaborativas elaboran creativos modos de sociabilidad que posibilitan nuevas estrategias para orientarse hacia fines distintos de los del mercado. Las prácticas colaborativas a partir de las cuales se genera contenido socialmente relevante –si bien son aún incipientes y representan zonas delimitadas de lo social– tal vez puedan modificar paulatinamente a la sociedad en su conjunto. Una nueva herramienta de lucha favorece esta tendencia: internet. El contenido ya no es apropiable, pues se comparte a través de redes sociales que se rigen con una lógica y una ética distintas a las del mercado. La emergencia de los usuarios toma hoy las notas de una nueva subjetividad política. La cuestión es cuál es el uso al que esta herramienta sirve, en qué contexto, y por parte de quién: el valor de uso de un instrumento es revelado cuando es puesto en funcionamiento. Quizás sea innegable que la usuariedad es algo así como una espada de doble filo, y esto mismo hace que incorporarla en el ámbito artístico sea tan interesante. Hoy, la usuariedad representa una oportunidad para salirse del esquema de apropiación privada del valor producido comunitariamente, pero a la vez es necesario notar que aún es funcional a este modelo de negocio.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.