Retromaniac 8

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Es curioso como la evolución de los sistemas informáticos parten desde orígenes similares dando resultado productos diferentes. Durante los años 80 y gran parte de los 90, los tres mercados principales de consumo, Estados Unidos, Europa y Japón, sobrellevaron un par de generaciones de computadoras domésticas que evolucionó cada una por su lado, y mientras que en occidente algunas de las propuestas compartieron protagonismo en ambos continentes, en Japón, la cosa sería totalmente diferente. Spectrum o CPC eran auténticas rarezas en un mercado nipón en el que las grandes del hardware británico como Amstrad o Sinclair apenas se atrevían a pisar, dada la feroz competencia que las propias productoras locales ejercían sobre sus productos. Además, existía un problema aún más acuciante, y era (es) el del idioma. Los caracteres japoneses son históricamente complicados de representar en las pantallas, sobre todo cuando se cuenta con poca resolución como ocurría con aquellas primeras máquinas. Además solía requerir un espacio precioso de la ROM de los ordenadores para albergar aquellos interminables símbolos kanji, monstruosos al lado de los sencillos caracteres ASCII a los que estamos acostumbrados en Occidente. Así fue como los fabricantes japoneses irían a lo suyo produciendo unas curiosas máquinas que no han sido hasta hace un puñado de años cuando se han puesto de moda entre los más curiosos del panorama retro de la tecnología. Durante los primeros años de la década de los 80, en Japón Fujitsu, NEC y Sharp se repartían el pastel de los ordenadores en el país del sol naciente. Los sistemas de 8 bits como el exitoso FM-7 de Fujitsu o el

X1 de Sharp no competían con los sistemas de Apple o Commodore que ya despuntaban en Estados Unidos, sino que crearon una línea paralela simplemente deliciosa en la que descubrir nuevos títulos y rarezas dignas del mejor coleccionista. Las características técnicas de estos ordenadores que llegaron a las casas de los usuarios japoneses superaban casi siempre a lo que podríamos considerar los homólogos occidentales, gracias a la mayor resolución de pantalla, unidades de disco estandarizadas, amplia paleta de colores o una capacidad de generación de sonido muy avanzada para la época. NEC, con el PC-8801 fue quizás el que se llevó el gato al agua esa generación, gracias sobre todo a la continuidad que tuvo con la serie 98 ya en 16/32 bits, pero tampoco podemos olvidar a nuestro querido MSX, algo más de un estándar que surgió en 1983, y que, esta vez sí, tuvo cierta repercusión, sobre todo en ciertos países europeos. Sin embargo las cosas no duran para siempre, y el declive de los 8 bits pronto comenzó a pronunciarse a partir de la segunda mitad de los 80, con la aparición del PC-9801 de NEC, un ordenador personal que obtuvo un éxito increíble en el mercado, con casi 5000 programas lanzados en su tiempo amén de títulos independientes (doujin) que simplemente son imposibles de contar, el Sharp X68000, un curioso equivalente de lo que podríamos considerar los ordenadores lúdicos en occidente por antonomasia, el Atari ST, por supuesto el Amiga de Commodore, y finalmente el FM TOWNS de Fujitsu, el último en llegar al mercado, prácticamente rozando ya la década de los 90, y que trataría de aprovechar la fuerza de la serie FMR50 de la

propia empresa, más implantada en el ámbito del trabajo. En este reportaje trataremos de arrojar algo más de luz sobre el FM TOWNS, su evolución, diferentes modelos, competencia y causas de su desaparición. Hablaremos de sus juegos más emblemáticos y repasaremos algunas curiosidades. ¿Preparados para acompañarnos en este divertido y exótico viaje? Nace el FM TOWNS de Fujitsu A mediados de los 80 y debido a la presión que Sharp y NEC estaban provocando en el mercado, Fujitsu debe poner al día la plataforma FM-7, posiblemente uno de sus ordenadores personales más exitosos hasta el momento pero que se había quedado decididamente atrás en cuanto a prestaciones. Por ello un equipo de ingenieros comienza a desarrollar un nuevo ordenador basado en la arquitectura del FMR50, un sistema ampliamente implantado a nivel estatal bastante popular entre oficinistas y funcionarios públicos. Fujitsu conocía ya la máxima de que “el hardware se vendía con un buen software”, y precisamente el FMR50 contaba con un catálogo bastante sólido gracias a ‘suites’ como Lotus o editores de texto especializados en el idioma japonés. Durante la primera etapa de prototipo se le conoció al ordenador como FM TOWNES, en honor al físico ganador de un nobel en 1964 Charles Hard Townes. Era habitual en Fujitsu denominar en las primeras etapas de diseño a sus equipos PC con nombres de científicos. Sin embargo, justo antes de lanzar el ordenador al mercado, cambiaron el nombre a TOWNS para evitar que su pronunciación para fuera “Tau-Ness”. La otra parte del nombre, FM, significa Fujitsu Microcomputer. La premisa básica para concebir esta nueva máquina era la de crear un ordenador

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