Retromaniac 8

Page 171

[104,13790] En esta interminable caída he alcanzado a ver la luz. He podido notar claramente que una conciencia superior guía mi camino. Poco a poco, sin atisbo de duda, una mano invisible me dirige. Ahora sé que hay un destino esperándome, que tengo un lugar que ocupar. He entendido que ‘el salto’ es un salto de Fe. Ya no tengo miedo. Ni aún en el momento en que, encajado entre otros de los prisioneros con los que he compartido mi encierro, siento que me desvanezco, que desaparezco.

Conforme el mundo se desdibuja, yendo y viniendo ante mis cansados ojos, y las fuerzas me abandonan, estoy tranquilo, pues ahora sé que hay algo más que lo que vemos. Que alguien ahí fuera, cuidando de mí. De nosotros. Y creo en un mundo venidero, mejor y más justo. Con un último pensamiento para mi familia, dejo este mundo. Y estoy en paz. Me confío a ti, Señor. “¡¡Bien, otro Tetris!!”

La casta de los eternamente vencidos Por: Axel A. Giaroli Sentí su llegada mucho antes de oír sus pisadas, antes incluso de oler su sangre. Su determinación y voluntad me parecieron transparentes nada más verlo cruzar el umbral. Su mirada la conocía muy bien, era aquella firmeza fanática que había estado observando a lo largo de una vasta generación. Distinto rostro, mismo adversario. Sonreí mientras bebía mi copa de sangre con absoluto deleite, contemplando al victorioso paladín de la verdad y la justicia que avanzaba con ardorosa ira divina. Luego dejé mi copa en el brazo de mi trono y me levanté del mismo para recibirlo como se merecía. El eco de mis aplausos fue, junto con los pasos del que aspiraba cazarme, lo único que se escuchó en la abovedada habitación. Se detuvo en medio del cuarto, pero aquella mirada desafiante continuaba como un emblema en honor a su incorruptibilidad. – ¡Excelente! No me has defraudado. Puedo ver delante de mí a todo un campeón, un hombre que ha visto con sus ojos directamente a la muerte y no ha pestañeado. Has conseguido llegar hasta aquí; eso en sí mismo es una gran proeza. No me dice nada, se limita a seguir observándome en completa tensión. No baja la guardia, ni siquiera cuando vuelvo a sentarme en el trono y comienzo a beber nuevamente de mi copa. – Pero la noche aún no ha terminado. – comento – No, desde luego que no ha terminado. En ese momento me contesta y oigo por vez primera su voz. Ni siquiera en los descendientes ha cambiado el mismo tono petulante de su discurso. – ¡No te burles de mí! ¡Sabes perfectamente para qué he venido! – Sí... claro. – respondo – Esto empieza a ser realmente aburrido. Puedo

notarlo, ¿sabes? Tienes el mismo porte que tenía tu abuelo. A tu padre no te pareces mucho, pero a tu abuelo sí... un gran adversario. ¿Serás también tú un gran adversario? – ¡Cállate! – me grita Y para completar su insolencia, extiende el tan odiado Vampire Killer y lo lanza contra mí. Aunque por desgracia para él, en el momento en el que llegó a mi trono yo ya me había teletransportado hasta su lado. Con un solo brazo le agarré con rapidez del cuello y lo levanté a pulso. – No te equivoques, imbécil. Sólo has llegado hasta aquí porque así lo he querido, ni más ni menos –expreso seriamente. Justo antes de intentar apartarse con una patada vuelvo a trasladarme automáticamente hacia mi trono. Él se gira manifestando un rostro patético y lleno de ira absurda. – Quiero proponerte un trato. Algo que puedes considerar como un premio por... tu valentía, por decir algo. Únete a mí y te concederé más poder del que cualquier rey o papa pudiera imaginar, incluso te ofrezco

171


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.