Sistema de Alerta Temprana ante Fenómenos Hidrometeorológicos Extremos en México

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Sistema de alerta temprana ante fenómenos hidrometeorológicos extremos en México Oscar Frausto Martínez Julio César Morales Hernández César Daniel Aguilar Becerra Coordinadores

REDESCLIM-CONACYT


Frausto Martínez, Oscar. Sistema de alerta temprana ante fenómenos hidrometeorológicos extremos en México / Oscar Frausto Martínez, Julio César Morales Hernández y César Daniel Aguilar Becerra –CDMX: UAGRO. REDESCLIM - CONACYT. 108 p. ISBN: 978-607-8755-09-7 1. Fenómenos hidrometeorológicos, 2. Sustentabilidad, 3 Seguridad ambiental, 4. Cambio climático.

Oscar Frausto Martínez, Julio César Morales Hernández y César Daniel Aguilar Becerra Coordinadores Diseño editorial y formación: Gema Alín Martínez Ocampo Primera edición: 2020 ISBN: 978-607-8755-09-7 Fotografías de entrada de capítulo y portada a excepción de los que se indican: https://pixabay.com/es/ Las opiniones, datos y citas presentados en esta obra son responsabilidad exclusiva del autor y no refleja, necesariamente, los puntos de vista de la institución que edita esta publicación. Prohibida su reproducción parcial o total, por cualquier medio, mecánico, electrónico, de fotocopias, térmico u otros, sin permiso de los editores. Hecho en México


Índice Prólogo

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Introducción

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1. PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LOS SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA ANTE FENÓMENOS HIDROMETEROLÓGICOS 1.1. Introducción 1.2. Componentes de los SAT 1.3. Participación social 1.3.1 SAT y Participación Social 1.4. SAT en México 1.5. Propuestas para la participación social efectiva en los SAT para FHM en México 1.6. Conclusiones 1.7. Agradecimientos 1.8. Referencias 2. SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA BASADO EN LA COMUNIDAD ANTE FENÓMENOS HIDROMETEOROLÓGICOS EN LOCALIDADES SITUADAS EN BARRAS DE LITORAL COSTERA 2.1. Introducción 2.2. Revisión de literatura 2.2.1 Gestión de desastres y resiliencia 2.2.2 Sistemas de alerta temprana, sus componentes y orígenes 2.2.3 Sistemas de alerta temprana ante fenómenos hidrometeorológicos en México 2.3. Metodología 2.3.1 Zona de estudio 2.3.2 Recolección y Análisis de la información 2.4. Resultados y discusión 2.4.1 Conocimientos y Riesgos 2.4.2 Servicio de vigilancia y alerta 2.4.3 Difusión y comunicación 2.4.4 Capacidad de respuesta 2.4.5 Pertinencia y comprensión de la evaluación 2.5. Reflexiones finales 2.6. Referencias

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3. VULNERABILIDAD FRENTE A RIESGOS DE DESASTRES BASADA EN LOS CAPITALES COMUNITARIOS. UN ESTUDIO DE CASO EN IXIL, ESTADO DE YUCATÁN. 3.1. Introducción 3.2. Metodología 3.3. El papel de los Capitales comunitarios para la reducción de la vulnerabilidad 3.4. Conclusiones 3.5. Agradecimientos 3.6. Referencias 4. SISTEMA DE MONITOREO MULTI-AMENAZA: HERRAMIENTA OPERATIVA PARA ALERTA TEMPRANA 4.1. Introducción 4.2. Materiales y métodos 4.3. Resultados y discusión 4.4. Conclusiones 4.5. Agradecimientos. 4.6. Referencias 5. SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA MULTI-RIESGO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 5.1. Introducción 5.2. Materiales y métodos y/o supuestos teóricos 5.3. Resultados y discusión 5.4. Conclusiones 5.4.1 Acciones de acuerdo a los elementos de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México 5.5. Agradecimiento 5.6. Referencias 6. ATLAS DE RIESGOS COMO INSTRUMENTOS DE SISTEMAS DE ALERTAS TEMPRANAS 6.1. Introducción 6.2. Materiales y métodos 6.2.1 ¿Qué son los Atlas de Riesgos? 6.3. Área de estudio 6.4. Fenómenos perturbadores de origen natural 6.5. Resultados 6.5.1 Temperaturas extremas 6.6. Lluvias extremas 6.7. Conclusiones 6.8. Referencias

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RED DE DESASTRES ASOCIADOS A FENÓMENOS HIDROMETEOROLÓGICOS Y CLIMÁTICOS REDESCLIM- CONACYT

COMITÉ TÉCNICO ACADÉMICO Carlos Manuel Welsh Rodríguez Mercedes Andrade Velázquez Oscar Frausto Martínez Enrique González Sosa Saúl Miranda Alonso Julio César Morales Hernández María De Lourdes Romo Aguilar Ana Cecilia Travieso Bello Luis Felipe Pineda Martínez

COMITÉ EDITORIAL Julio César Morales Hernández Oscar Frausto Martínez César Daniel Aguilar Becerra

Los capítulos se sometieron a dictamen bajo el sistema doble ciego y se aceptaron aquellos que cumplieron con el proceso de revisión y corrección del dictamen.

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Prólogo La Red de Desastres asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESCLim) es una red temática CONACYT que desde su nacimiento ha construido un dialogo permanente entre el sector público y la academia para construir una base de conocimiento interdisciplinar en cinco líneas temáticas en primer lugar monitoreo, bases de datos y diseminación de la información; diagnósticos y análisis de procesos; pronóstico meteorológico y prevención de desastres; modelación climática y finalmente políticas públicas y comunicación; mismas que gracias a un trabajo colaborativo de sus miembros distribuidos a los largo del País, con participación de más de 30 instituciones de educación superior y centros de investigación. La REDESCLim ha propiciado un trabajo colegiado al interior de la RED a través de las reuniones nacionales donde se discute de manera amplia como enfrentar los desastres, en cada una de ellas se han publicado productos de alto impacto y calidad, mismos que están disponibles de manera gratuita para la sociedad en general en nuestro sitio web. Gracias a la obtención de recursos públicos de la convocatoria 2019 del programa de actividades científicas, tecnológicas y de innovación de CONACYT se desarrolló la séptima reunión nacional en las instalaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana con el propósito de discutir los SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA ante desastres hidrometeorológicos y climáticos, donde además se contó con la invaluable participación del Servicio Meteorológico Nacional por medio del Dr. Ricardo Prieto González, así como los responsables de protección Civil de los Estados de Veracruz y Tabasco, Dra Guadalupe Osorno Maldonado y Lic. Jorge Mier y Terán Suárez, lo que favoreció una discusión orientada que concluyó con el presente libro que estamos seguros puede convertirse en una obra de referencia y consulta. Cada capítulo del presente libro recoge análisis, reflexiones y opiniones que deben contribuir al desarrollo de una cultura de prevención y acción para que los sistemas de alerta temprana sean una herramienta útil de alto impacto; son el resultado de los trabajos de la séptima reunión nacional donde se presentaron de 30 trabajos de que fueron evaluados por un comité científico de alto nivel de acuerdo a criterios objetivos, en relación a sus impacto a la sociedad, resultando aprobados y apoyados para su presentación 17 trabajos realizados bajo la colaboración de un total de 69 autores de los cuales 48 son miembros de la RED, de éstos 16 son mujeres y 32 son hombres, proveniente de 21 instituciones y centros de investigación.

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Los desastres asociadas a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos son una realidad que en el marco normativo debemos enfrentar, pero es mejor favorecer conductas de prevención y planificación antes que de reconstrucción, sobretodo ante los escenarios que señalan que la intensidad y frecuencia de estos fenómenos será mayor en el futuro; pero más aún cuando es posible que existan momentos de hacer frentes a dos amenazas de diversa índole, como la presencia de un huracán y un virus, razón por la cual el papel que los sistemas de alerta juegan es de vital importancia para prevenir, reducir el riesgo y la vulnerabilidad de la sociedad y ecosistemas en México.

Dr. Carlos M. Welsh Rodríguez Representante de REDESCLim ante CONACYT (www.redesclim.org.mx) Investigador del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) Universidad Veracruzana 8


Introducción Este libro es una contribución producto de la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESClim) del Programa de Redes Temáticas del CONACYT. La REDESClim tiene por propósito mejorar el conocimiento y la capacidad de respuesta a la variabilidad climática y a las manifestaciones naturales intensas como los huracanes, inundaciones, ondas de calor, sequías y todo tipo de fenómenos hidrometeorológicos que pudieran resultar amenazantes para la sociedad. En el marco de la convocatoria CONACYT 2019 para actividades científicas, tecnológicas y de innovación, la REDESCLIM presentó como tema de discusión, análisis e investigación los sistemas de alerta temprana ante desastres hidrometeorológicos y climáticos, donde se presentaron de 30 trabajos de que fueron evaluados de acuerdo a criterios objetivos y en relación a sus impacto a la sociedad, resultando aprobados y apoyados para su presentación 17 trabajos realizados (11 trabajos presentados en la revista Quehacer científico de Chiapas y 6 presentados en este libro) bajo la colaboración de un total de 69 autores, de los cuales 48 son miembros de la RED; de éstos, 16 son mujeres y 32 son hombres, proveniente de 21 instituciones y centros de investigación. Los trabajos que cumplieron con los requisitos de calidad científica y pertinencia social en relación a la cultura de la prevención de los desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos y los sistemas de alerta temprana como herramienta de gestión vigente en el marco normativo. Este libro contiene la participación de 6 artículos que presentan discusiones técnicas, prácticas y, sobre todo, propositivas en relación a los sistemas de alerta temprana como una herramienta de gestión, todos permiten una evaluación articulada de los sistemas de alerta como un instrumento que es cierto técnicamente es robusto, puede ser sujeto de mejora y de propiciar la incorporación del factor humano para aumentar sus capacidades operativas y de gestión. Los 12 autores que aparecen en los capítulos provienen de ocho instituciones del sector académico y público, a través de diferentes disciplinas, favorecen el análisis y la evaluación integral de los sistemas de alerta temprana. Estos trabajos orientan al lector sobre las causas físicas y sociales de los desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos y el papel que los sistemas de alerta juegan para prevenir y reducir riesgo y la vulnerabilidad de la sociedad y ecosistemas en México.

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De manera individual, cada capítulo es resultado de un riguroso ejercicio metodológico y técnico que se hace accesible al lector en mapas, tendencias, patrones, frecuencias, escalas, tablas, gráficas, prácticas extraídas de la realidad observada, ya sea por medio de fórmulas, monitores, instrumentos o directamente en el trabajo de campo que se efectuó en cada proyecto de investigación referido por los autores. En el primer capítulo, Ana Cecilia Travieso Bello y María de Lourdes Romo Aguilar analizan la incorporación de la participación social en los sistemas de alerta temprana (SAT) ante fenómenos hidrometeorológicos para proponer acciones viables de incorporarse en el esquema vigente. El método utilizado fue la investigación documental de tipo exploratoria, lo que permitió argumentar y concluir sobre los principales puntos de la relevancia a incorporar el enfoque participativo en los SAT, permitiendo fortalecer las capacidades de la población para enfrentar situaciones de riesgo.

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Los autores Adel Hafsi, César Daniel Aguilar-Becerra y Oscar Frausto Martínez evalúan los elementos, acciones y buenas prácticas que se realizan en estas comunidades ante la presencia de fenómenos hidrometeorológicos, considerando las categorías y elementos de un SAT basado en la comunidad. Para ello, se diseñó una matriz que establece, a partir de los cuatro objetivos generales expuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres, lo siguiente: conocimientos de los riesgos, servicios de vigilancia y alerta, difusión y comunicación y capacidad de respuesta, siendo la base del capítulo dos. La tercera contribución recae en Denise Freitas Soares de Moraes y Cecilia Sandoval Ayal. Este trabajo contribuye al avance de la discusión en la materia, utilizando el marco analítico de activos o capitales comunitarios para determinar el grado de vulnerabilidad de la población de la localidad 8 de Ixil,Yucatán, México, como factor clave de la construcción social del riesgo asociado a los impactos de fenómenos hidrometeorológicos en dicha localidad. Se hace hincapié a las percepciones de la población respecto a las debilidades y fortalezas de sus capitales comunitarios para hacer frente a los riesgos, a través del abordaje del capital humano, social, político, natural, físico y financiero. En el cuarto capítulo, los gestores Jorge Humberto Bravo Méndez y Saúl Miranda Alonso proponen un SAT para el monitoreo de la presencia y evolución de fenómenos atmosféricos perturbadores en el Estado de Veracruz, bajo la Coordinación del Centro de Estudios y Pronósticos Meteorológicos (CCEPM), para lo cual recurren al uso de imágenes de satélites geoestacionarios GOES, que tienen una cobertura espacial fija, con un periodo de tiempo de


renovación de imagen relativamente corto, lo que favorece un seguimiento continuo a eventos meteorológicos o ambientales determinados. Por su parte, en el capítulo quinto, Martha Lilian Llanos Rodríguez, enfatiza sobre la necesidad de homologar los medios de comunicación por los cuales se hacen públicas las alertas a los Estados y se menciona la urgente necesidad de expandir y consolidar el monitoreo y alerta de los diversos fenómenos naturales que inciden en el país, con lo que se podría avisar con oportunidad a las autoridades y público en general de los peligros que ponen en riesgo su vida y su patrimonio. Finalmente, en el sexto capítulo Ma. Luisa Hernández Aguilar y Gerardo Daniel López Montejo exponen los resultados alcanzados en los Atlas de Riesgo (AR) como herramientas para desarrollar sistemas de alerta tempranas. Los AR, al ser instrumentos técnicos-científicos elaborados con base en metodologías acreditadas, recolectan y procesan datos e información, ofreciendo pronósticos o predicciones temporales sobre las amenazas y sus posibles efectos. Para tal fin, se presentan ejemplos de los trabajos terminados de los Atlas de Riesgo Municipales de Felipe Carrillo Puerto y Benito Juárez, municipalidades del Estado de Quintana Roo. Este libro se gestó con la idea de mostrar ese quehacer científico entre especialistas a partir de una línea temática que incide en los fenómenos hidrometeorológicos y los sistemas de alerta temprana. Agradecemos a los autores, dictaminadores y al comité técnico académico de la REDESCLIM – CONACYT el apoyo brindado para el desarrollo de esta obra.

Oscar Frausto-Martínez – División de Desarrollo Sustentable de la Universidad de Quintana Roo Julio César Morales Hernández – Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara César Daniel Aguilar Becerra - Centro de Ciencias de Desarrollo Regional, Universidad Autónoma de Guerrero Agosto de 2020

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1 PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LOS SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA ANTE FENÓMENOS HIDROMETEROLÓGICOS Ana Cecilia Travieso Bello1* y María de Lourdes Romo Aguilar2 Universidad Veracruzana. Av. Xalapa s/n Esq. Manuel Ávila Camacho, Colonia Obrero Campesina, CP 91020, Xalapa, Veracruz, México. El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: lromo@colef.mx Autora de contacto: atravieso@uv.mx

1.1. Introducción Los eventos hidrometeorológicos derivados de la variabilidad climática ocasionan impactos severos en los ecosistemas, la población, sus bienes y actividades. De acuerdo con Hallegatte et. al. (2016) en un trabajo que elaboraron para el Banco Mundial, señalaron que los desastres asociados a fenómenos naturales se han incrementado en las tres últimas décadas, registrando en 2017 pérdidas globales por un monto de 330,000 millones de dólares y atribuyen 75% de esas pérdidas a eventos climáticos extremos. Por su parte, el IPCC (2012) observó tendencias de incremento en la temperatura y la precipitación para América y otros países, y con ello posiblemente, mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos tales como inundaciones. Esto aunado a las condiciones

de vulnerabilidad diferenciada en México, donde uno de los elementos centrales es la poca preparación ante este tipo de situaciones, permite vislumbrar un panorama de incremento de personas afectadas por estos eventos. Según el informe del Banco Mundial Investing in Urban Resiliencia (Invertir en la resiliencia urbana), en 2030, los desastres asociados a fenómenos naturales probablemente generarán pérdidas equivalentes a USD 314,000 millones al año en las ciudades de todo el mundo, debido a la falta de inversiones urbanas para mejorar la capacidad de adaptación. La incorporación de la gestión de riesgos de desastres en la planificación del desarrollo puede revertir la actual tendencia del aumento de estos impactos. Si los países actúan de manera decidida, se pueden salvar vidas y bienes.

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Sin embargo, muchas naciones en desarrollo no cuentan con las herramientas, la experiencia, ni los instrumentos para integrar las posibles consecuencias de los fenómenos naturales adversos en sus decisiones de inversión” (GFDRR y World Bank Group, 2015). Es aquí donde cobra alta relevancia la participación social en los esquemas para instrumentalizar los SAT en la gestión de riesgos de desastres, porque si bien no hay grandes recursos financieros para invertir

ceso participativo, acorde a las particularidades sociales y culturales, con enfoque de género. Además, deben incluir mecanismos efectivos de comunicación de emergencias y riesgos de desastres, basado en las tecnologías sociales y sistemas de telecomunicaciones (UNISDR, 2015).

en la planificación del desarrollo, sí existe una amplia experiencia de la sociedad civil en la gestión integral de riesgos de desastres. Por lo cual, esa experiencia tendría que ser aprovechada y sistematizada en protocolos que incorporen de manera efectiva la participación social.

vez cobra más relevancia; aunque existe suficiente información, en muchos casos se encuentra dispersa, aislada, incompleta o no es asequible (López-García et al., 2017).

El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 fijó como resultado para el año 2030 la reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas que éstos ocasionan, para ello estableció cuatro prioridades: 1) Comprender el riesgo de desastres, 2) Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionar dicho riesgo, 3) Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia, 4) Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz y para “reconstruir mejor” en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción. Los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) centrados en las personas están incluidos en la cuarta prioridad; éstos requieren desarrollarse a través de un pro-

La implementación de los SAT, como estrategia para reducir los efectos de la variabilidad climática y el cambio climático, cada

Por ello, el objetivo de este trabajo es analizar la incorporación de la participación social en los SAT ante fenómenos hidrometeorológicos (FHM) en México para proponer acciones viables de incorporarse en el actual esquema de los SAT. El enfoque utilizado fue cualitativo mediante la técnica de investigación documental de tipo exploratoria, que consistió en la selección y sistematización de información bibliográfica, normativa y procedimental sobre los SAT y el papel de la participación social en este tipo de sistemas. Los referentes teóricos revisados son la participación social y los SAT en la gestión integral de riesgos de desastres.

1.2. Componentes de los SAT Un SAT permite la transmisión rápida de datos, activando mecanismos de alarma en


una población, previamente organizada y capacitada para reaccionar de manera temprana y oportuna (OEA, 2010). Éste debe incluir cuatro elementos o componentes, los cuales son: 1) conocimiento de los riesgos, 2) seguimiento técnico y servicio de alerta, 3) comunicación y difusión de las alertas, y 4) capacidad de respuestas comunitarias (EWC III, 2006). Para que un SAT sea eficaz, estos componentes deben coordinarse entre los distintos sectores y niveles, así

de estos SAT, debido a que la participación activa de las comunidades es una condición indispensable para su eficacia en las distintas etapas, desde la identificación y evaluación del riesgo, el diseño del SAT, el monitoreo de los indicadores, la colecta de datos, hasta la comunicación de la alerta y la respuesta (OEA, 2010).

como al interior de los mismos, incluyendo mecanismos de retroalimentación para la mejora continua, con énfasis en las comunidades vulnerables (NU, 2016). Además, el desarrollo y sostenibilidad de los SAT debe considerar varios temas transversales como son enfoque de amenazas múltiples para la alerta temprana, la participación de las comunidades locales, la perspectiva de género y de diversidad cultural, gobernabilidad adecuada y arreglos institucionales (EWC III, 2006).

y/o impactos similares o distintos, en contextos donde los fenómenos peligrosos pueden ocurrir solos, combinados o en cascada, e incluso, acumularse en el tiempo. Estos SAT aumentan la eficacia y consistencia de los avisos, mediante mecanismos coordinados, donde intervienen múltiples disciplinas en el proceso de identificación y monitoreo de los riesgos (PNUD et. al., 2018). Sin embargo, aún existen limitaciones en la difusión de la alerta temprana, debido a las dificultades para llegar a la población más remota y vulnerable con alertas oportunas, significativas y accionables (UNISDR, 2017). Esta situación plantea como reto la incorporación efectiva de la participación social en los distintos componentes del SAT.

El estudio comparativo de 21 casos de SAT ante inundaciones en América Latina (9 países de América del Sur y América Central), mostró que de los cuatro componentes de un SAT, los que tienen mayor peso son el seguimiento técnico y servicio de alerta con 95% y la comunicación y difusión de las alertas con 90%. En contraste, los estudios técnico de las amenazas y la vulnerabilidad previo al diseño del SAT y la capacidad de respuesta comunitaria solo ocuparon 62 y 52%, respectivamente (Dávila, 2015). Este hallazgo pone en duda el funcionamiento

Actualmente se están priorizando los SAT multi-riesgo, que abordan diversos riesgos

1.3. Participación social La participación social ha sido conceptualizada de muchas maneras a partir de los distintos enfoques que la abordan. Frecuentemente se observan trabajos que la consideran sinónimos de participación ciudadana, participación comunitaria, acción

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pública, hasta como participación política. Canales (2006: 69) menciona que ha sido “un principio instrumental reivindicado por sectores y actores subordinado. Sin embargo, el concepto ha perdido especificidad debido a las múltiples connotaciones que se le han atribuido y a su utilización para las más variadas formas de actividad colectiva”. El concepto de participación social que se

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utiliza en este trabajo deriva de lo que Casquete (1998) define como sociedad civil, para distinguirla de sociedad como tal. Este autor señala que “sociedad civil incluye a ciudadanos que actúan colectivamente en la esfera pública con el objeto de expresar sus intereses, pasiones e ideas, así como para intercambiar información, conseguir objetivos comunes y efectuar demandas al Estado” (Si bien hay otras referencias a sociedad civil por autores multicitados como Cohen y Arato (2003) y Olvera (2001) y Olvera (2003), entre otros, aquí se retoma el planteamiento de Casquete (1998) por considerarlo un concepto útil en relación con los SAT), esto nos lleva a plantear la participación social como el involucramiento y el actuar e interactuar colectivamente para el logro de un fin común. Esta participación social puede ocurrir a través de figuras institucionalizadas y no institucionalizadas. Las institucionalizadas son aquellas que están contempladas en lo normativo e institucional, sistematizadas y cuentan con cierto reconocimiento formal.

Las no institucionalizadas son las formas de participación de la sociedad a través de canales informales y que no están organizadas o reguladas mediante mecanismos específicos, sino que ocurren de forma espontánea como reacción a alguna situación o evento particular. En el primer caso y a manera de ejemplo, se pueden citar los talleres participativos para la planeación del ordenamiento o del desarrollo urbano, donde se contempla el tema de los riesgos a desastres. En el segundo caso, se puede referir lo que ocurre ante una contingencia por eventos hidrometeorológicos extremos, donde la sociedad se agrupa o reagrupa para tomar acciones de prevención o atención del desastre, como parte de la gestión de riesgos.

1.3.1 SAT y Participación Social Existen varios trabajos antecedentes sobre la relevancia del enfoque participativo en los SAT y en la gestión del riesgo de desastres. López-García et al. (2017), reflexionan sobre diversos enfoques y experiencias nacionales e internacionales en SAT y concluyeron que muchos no se implementan. Además, los SAT que se encuentran en funcionamiento presentan desequilibrio entre sus componentes y no se ajustan a necesidades de los territorios, debido a la poca participación comunitaria. Por ello, recomiendan el enfoque participativo, en el diseño y operación de SAT eficaces, que contribuyan a la construcción de comunidades resilientes.


Por su parte, la UNESCO (2011) coordinó un esfuerzo con el Centro de Prevención de Desastres en América Central-Guatemala (CEPREDENAC), donde participaron la Comisión Europea, el Ministerio de Educación de Panamá (MEDUCA) y el Sistema de Integración Centroamericana de la Secretaría General de El Salvador (SICA), cuyo resultado fue un Manual sobre Sistemas de Alerta Temprana enfocado en inundaciones. En dicho documento plan-

Recientemente el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) elaboró un proyecto piloto para el desarrollo de una aplicación para teléfonos inteligentes (App) que brinda información sobre el nivel de alerta ante FHM declarada por el COE y sus recomendaciones, así como el estado del tiempo a escala real, la ubicación de centros de refugios y puntos de concentración ante eventos extremos. Esta App permitirá la interacción de los usuarios con el COE, a través

tean como elementos centrales los aportes de un SAT al proceso de desarrollo de las comunidades y sugirieren mecanismos de participación en los diferentes procesos para fortalecer los SAT, enfatizando en actividades educativas para el docente de la enseñanza en SAT.

de una función de retroalimentación. Sin embargo, los autores consideraron prioritario el diseño de contenidos y productos que permitan una mejor orientación hacia la población, previo a la implementación de la App (Spahn et. al., 2017).

De manera particular, en República Dominicana las organizaciones comunitarias juegan un papel relevante en la cadena de alerta temprana, ya que los Comités Comunitarios de Prevención, Mitigación y Respuesta o redes comunitarias para la primera respuesta, participan en coordinación con las instituciones del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Respuesta ante Desastres, en la difusión de alertas, la evacuación y la respuesta, en caso de emergencias causadas por desastres en sus comunidades. Además, en algunos casos se involucran en la elaboración de mapas de riesgos y señalización de rutas de evacuación, brindan información a las familias e identifican los recursos y capacidades de las comunidades, en caso de emergencia.

1.4. SAT en México En México, el marco normativo federal en materia de reducción de riesgos, atención de emergencias y desastres asociados a fenómenos naturales y antropogénicos corresponde a Ley General de Protección Civil y su reglamento. Esta ley promueve desde la niñez una cultura de responsabilidad social dirigida a la protección civil, con énfasis en la prevención y autoprotección ante los riesgos, brindando atención prioritaria a la población vulnerable y de escasos recursos económicos. Además, incluye los principios de participación social en todas las fases de la protección civil, la corresponsabilidad entre sociedad y gobierno, el establecimiento y desarrollo de una cultura de la protección civil mediante la participación individual y

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colectiva de la población, con énfasis en la prevención. Cuenta con un enfoque de Gestión Integral de Riesgos, definida como el conjunto de acciones encaminadas a la identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos. Este proceso involucra los tres niveles de gobierno y los sectores de la sociedad, e incide en las causas estructurales de los desastres, fortaleciendo las capacidades de resiliencia o resistencia de la sociedad (CD, 2018).

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En este sentido Alcántara et. al. (2019) mencionan que la “Gestión Integral del Riesgo de Desastres, también debe considerar de manera fundamental a la sociedad civil organizada, y fomentar, a partir de las mejores prácticas de participación ciudadana, la reducción de vulnerabilidades y exposición, así como el diseño e implementación de protocolos de emergencia y políticas de reconstrucción”. El reglamento de la Ley General de Protección Civil define los SAT como “el conjunto de elementos para la provisión de información oportuna y eficaz, que permiten a individuos expuestos a una amenaza tomar acciones para evitar o reducir su riesgo, así como prepararse para una respuesta efectiva” y considera que su diseño debe incluir la perspectiva de género y las necesidades de las personas con discapacidad y grupos vulnerables (CD, 2015). Una alerta clara y oportuna brinda conocimiento acerca de lo que se espera que ocurra y la forma en que debe reaccionarse, reduciendo el impacto

de los fenómenos naturales perturbadores (SEMARNAT, 2017). En México, los SAT están organizados de acuerdo a los fenómenos asociados a los riesgos, para el caso de los FHM, se tienen los siguientes: el SAT para Ciclones Tropicales (SIAT-CT) que inició en el año 2000 con cobertura nacional y emite avisos con 72 horas de anticipación; el Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis en la costa del Pacífico mexicano, que data del año 2013 y emite alertas para tsunamis locales con minutos de anticipación, mientras que para los lejanos o transoceánicos, la antelación es de horas. Por último, los Sistemas de Alerta Hidrometeorológica a nivel Cuenca (SAH), que se diseñaron a partir de 1998, actualmente se cuenta con cuatro, distribuidos en diferentes regiones del país. Además, el Servicio Meteorológico Nacional, cuyo origen se remonta a 1877, es el encargado de avisar ante la ocurrencia de estos fenómenos y elaborar los pronósticos meteorológicos (CENAPRED, 2019). De los SAT mencionados, el más desarrollado es el SIAT-CT (SEGURIDAD, 2019). Aunque se han desarrollado “Alertas del Servicio Meteorológico Nacional Experimental”, que despliegan mapas de alerta en tiempo real, ante la posible presencia de condiciones meteorológicas que representen valores extremos de temperatura máxima y mínima, viento y precipitación, provocados por fenómenos meteorológicos (Eslava et al., 2016), aún no se cuenta


un SAT multi-riesgos, que integre al menos los FHM. El SAT en México incluye cuatro componentes, similares a los establecido en la “Tercera Conferencia Internacional sobre Alerta Temprana” (EWC III, 2006), que se describen a continuación. El primero, corresponde al conocimiento previo e identificación de los riesgos asociados a fenómenos perturbadores, para tomar medidas de preparación y autoprotección. El segundo es el sistema de medición y monitoreo del fenómeno perturbador, que obtiene datos a partir de redes de instrumentos y telecomunicaciones, con el fin de elaborar pronósticos o emitir avisos con bases científicas. El tercero es la difusión de alertas públicas, que incluye protocolos preestablecidos y operados por las autoridades para brindar información clara y precisa, dirigida a activar la respuesta de la población. Por último, el cuarto componente corresponde a los planes de respuesta o de contingencia, que preparan a la población para enfrentar los impactos de fenómenos perturbadores, donde los ejercicios de preparación y los simulacros contribuyen de manera significativa a una respuesta rápida y eficaz (Castelán, 2019). Aunque el Sistema Nacional de Protección Civil se encuentra integrado por las dependencias y entidades de la administración pública federal, estatal y municipal, el cuerpo de bomberos, los centros de investigación, educación y desarrollo tecnológico, los medios de comunicación, representantes

de los sectores privado y social, así como por grupos voluntarios, vecinales y organizaciones de la sociedad civil (CD, 2018), en la práctica no se han establecido los mecanismos para la participación social efectiva en los SAT.

1.5. Propuestas para la participación social efectiva en los SAT para FHM en México La teoría plantea que un SAT eficaz centrado en las personas, incluye la participación social en todos sus componentes (UNESCO, 2011). Por otra parte, el reglamento de la Ley General de Protección Civil indica que los particulares y las organizaciones de la sociedad civil pueden participar en los procesos de preparación, difusión y respuesta de los SAT, bajo la coordinación de las autoridades responsables, para salvaguardar la vida de la población (CD, 2015). En este contexto, se proponen acciones viables para la participación social efectiva, en cada uno de los componentes de un SAT para FHM. Las propuestas derivaron del análisis del documento “Sistema de alerta temprana multiriesgos: una lista de verificación”, herramienta práctica que incluye los principales componentes y acciones que los gobiernos nacionales, las organizaciones comunitarias y los distintos sectores deben considerar en el diseño y evaluación de los SAT. También se consultaron experiencias exitosas, que incluyen la participación social en los SAT (UNGRD, 2016; CIIFEN, 2017).

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En el componente de conocimiento (componente 1), donde se analiza el riesgo como un proceso de construcción social, resultado de la interacción de uno o varios FHM con la vulnerabilidad, es fundamental la participación social para la integración de conocimiento histórico e indígena de los FHM ocurridos a nivel local, su impacto y manejo tradicional. La población también puede aportar información relevante en la evaluación de la vulnerabilidad, debido a su conocimiento del territorio y de los factores locales que diferencian la vulnerabilidad, como son: género, edad, discapacidad, acceso a infraestructura, diversidad económica, desigualdades sociales, sensibilidad ambiental, cobertura de canales de comunicación, entre otros. Además, ésta juega un papel esencial en la identificación de actores que coadyuvan o interfieren en la articulación de los SAT. Adicionalmente, pueden incorporarse a la construcción de mapas comunitarios de riesgos dinámicos, en áreas rurales y urbanas, así como en el proceso de actualización periódica de los datos. La integración de esta información permitirá conocer la capacidad real de las comunidades para enfrentar los FHM extremos y priorizar las necesidades que deben atender los SAT, brindando elementos clave para la preparación de la respuesta. Además, contribuye a la sensibilización y toma de conciencia social de la población que participa en estos procesos, condición necesaria para mejorar sus capacidades para enfrentar los riesgos por FHM.

El sistema de medición y monitoreo (componente 2) de los FHM puede enriquecerse con la participación social, a través de la capacitación de grupos de la sociedad civil organizados para la operación y el mantenimiento de equipo, que permita la obtención y registro de datos a nivel local. Esto puede complementarse con el uso de instrumentos artesanales de monitoreo con una mayor cobertura, por lo que se propone un modelo de operación mixto que combina el modelo centralizado o instrumental con el comunitario (Dávila, 2015), para generar alertas con bases científicas, más precisas y oportunas, únicamente en los territorios bajo riesgo, evitando las falsas alertas, que generan desconfianza en la población. Por otra parte, la participación social puede contribuir a la mejora de la comunicación de los pronósticos y avisos, ya que avisan a las autoridades correspondientes si la información trasmitida es clara, precisa, comprensible, eficaz, oportuna, útil y si llega a todos, principalmente a los más vulnerables. También pueden apoyar en el diseño de estrategias para generar confianza y credibilidad en los mensajes que emiten las autoridades responsables en esta materia. Los elementos antes mencionados aplican también a los componentes 3 y 4 de difusión de las alertas y de planificación de la respuesta, que se describen a continuación. La difusión de alertas públicas (componente 3) debe incluir estrategias de comunicación a nivel local, que garanticen la coordinación


entre quienes emiten la alerta y los canales de difusión, dichas alertas deben adaptarse a las diversas necesidades de grupos específicos (por edad, sexo, discapacidad, etc.). Además, los mensajes de alerta temprana basados en el impacto tienen que comunicar el riesgo y brindar asesoría sobre las medidas que se pueden implementar para la reducción de los riesgos, de manera clara y diferenciada por niveles de riesgos; éstas deben llegar especialmente a la población más vulnerable (UNISDR, 2017). En este sentido, el reglamento de la Ley General de Protección Civil menciona que los mecanismos de difusión y comunicación para trasmitir alertas a la población en riesgo deben establecer canales y protocolos que permitan las trasmisión clara y oportuna, así como instrucciones para atender la emergencia (CD, 2015).

paración y otra de ejecución. La fase de preparación incluye el protocolo de respuesta, la capacitación para la respuesta, el diseño y la instalación de la señalética y la preparación de recursos para la respuesta (CIIFEN, 2017). El protocolo de respuesta debe apegarse a la normatividad, ser sencillo, claro y operativo (CIIFEN, 2017). Para cumplir con estas tres últimas características, debe elaborarse de manera participativa con la población y las autoridades locales, estableciendo las responsabilidades y acciones de todos los actores involucrados y garantizando la capacitación para llevar a cabo las acciones asignadas.

Por tanto, las redes de voluntarios de la sociedad civil pueden contribuir de forma significativa en este componente en la selección de los medios de comunicación efectivos y ágiles (redes sociales, banderas, sirenas, campanas, perifoneo, reuniones comunitarias, etc.) adecuados a las condiciones geográficas y culturales específicas; la difusión de las alertas públicas en un lenguaje acorde a las condiciones locales, dirigidas a las personas en riesgo y diferenciadas por su nivel de vulnerabilidad; y la retroalimentación de fallas en la diseminación y comunicación para su mejora continua.

El reglamento de la Ley General de Protección Civil considera la capacitación de la población y de las autoridades de los tres órganos de gobierno para responder adecuadamente a las alertas, así como la ejecución de campañas de concientización a la población en relación con los riesgos por fenómenos naturales perturbadores. Además, plantea que “los Grupos Voluntarios, Grupos de Primera Respuesta y demás organizaciones de la sociedad civil, así como los representantes de los sectores privado y social, y los medios de comunicación, podrán participar en la inducción de prácticas de Autoprotección y Autocuidado bajo la coordinación y el conocimiento de las autoridades de Protección Civil correspondientes” (CD, 2015).

Los planes de respuesta o de contingencia (componente 4) tienen dos fases, una de pre-

Por ello se propone que los grupos voluntarios y demás organizaciones de la socie-

21


22

dad civil se capaciten en el comportamiento hidrometeorológico y climático de la localidad, la interpretación correcta de los boletines de alerta y la gestión integral de riesgos, para informar y orientar a la población acerca de la respuesta ante los FHM extremos.

vida, pueden registrar las lecciones aprendidas en los planes de preparación y respuesta, así como en los procesos de sensibilización y capacitación, como punto de partida para mejorar la capacidad de respuesta local y contribuir al desarrollo de una cultura de protección civil.

Las organizaciones de la sociedad civil pueden apoyar en la organización, difusión y ejecución de ejercicios de preparación y

La fase de ejecución de la respuesta inicia cuando ocurre una alerta real por un FHM extremo, las autoridades responsables

simulacros; en la instalación de señalética en lugares altos y visibles, con base en el mapa comunitario de riesgos; así como en campañas de sensibilización y educación públicas, adaptadas a sus necesidades específicas, debido a las condiciones geográficas y culturales diferenciadas y a la presencia de grupos vulnerables. También pueden contribuir en la elaboración recursos para la respuesta y su difusión, como es el caso de materiales educativos, acorde a las condiciones socioeconómicas y culturales de la comunidad.

comunican la alerta y la difunden a la población, a través de los medios de comunicación identificados en el protocolo de respuesta. Las organizaciones de la sociedad civil pueden contribuir a la diseminación de la respuesta en la comunidad y en la implementación de las acciones acordadas para atender la emergencia, así como informar en el momento en que esta termina.

Cabe destacar que la UNESCO (2011) mencionó que la eficiencia de los SAT depende del conocimiento de la existencia de riesgos, la activa participación de las comunidades y el compromiso institucional. Además, destacó el papel de la educación como factor indispensable para la toma de conciencia ciudadana y la diseminación eficiente de las alertas y la preparación constante. Por otra parte, las organizaciones de la sociedad civil a partir de sus experiencias de

Por último, es importante destacar que la participación de las comunidades locales es un aspecto trasversal fundamental en el desarrollo y la sostenibilidad de los SAT, ya que esta contribuye significativamente a la incorporación de otros aspectos trasversales, como son la perspectiva de género, la diversidad cultural y la gobernabilidad adecuada. Por tanto, retomamos la propuesta de reforma de la Ley General de Protección Civil, que plantean Alcántara et. al. (2019), para ampliar la convergencia de órdenes de gobierno, así como la participación social y del poder legislativo en las definiciones de política pública y transitar del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) al Sis-


tema Nacional de Gestión Integral de Riesgos de Desastre (SINAGIRD), que integre cinco principios fundamentales: eficiencia y equidad, integralidad, transversalidad, corresponsabilidad y rendición de cuentas. Estos cinco principios involucran la participación social, por lo que consideramos pertinente sean observados en los SAT para incorporar de manera eficaz la participación social en la gestión integral de riesgos de desastres.

1.6. Conclusiones La Ley General de Protección y su reglamento promueven una cultura de protección civil, con énfasis en la prevención, y consideran la participación social en todas las fases de la protección civil. Sin embargo, a la fecha los SAT para FHM son escasos, el país carece de un SAT multi-riesgos para estos fenómenos y no se han establecido mecanismos para la participación social efectiva en los mismos. La participación social es imperativa en todos los componentes del SAT para lograr su eficacia, por lo que se propone que la sociedad civil organizada participe en la generación de información, medición y monitoreo de los FHM y de la vulnerabilidad para el análisis de los riesgos, debido al conocimiento tradicional e histórico que posee de su territorio. Dicha participación contribuye a la mejora de la comunicación y difusión de pronósticos y avisos, en congruencia con las condiciones geográficas, socioeconómicas y culturales locales. Ade-

más, el diseño y la implementación de los planes de respuesta o de contingencia, de forma participativa garantizan su sencillez, claridad, oportunidad y operatividad. Los procesos de sensibilización y capacitación mejoran la capacidad de respuesta local y contribuyen al desarrollo de una cultura de protección civil, por lo que son indispensables en todos los componentes del SAT. Aquí la participación activa de la sociedad civil organizada puede contribuir a la difusión más amplia de la información, así como a generar confianza y credibilidad en los mensajes que emiten las autoridades. Las lecciones aprendidas por las comunidades pueden retroalimentar cada uno de los componentes del SAT, en relación con la capacidad real de la población para enfrentar los riegos por FHM, considerando la vulnerabilidad diferenciada, lo cual contribuye a la mejora continua del SAT. Por tanto, la participación social es un elemento transversal en los SAT, que contribuye a su desarrollo y sostenibilidad, debido a ello se recomienda crear instancias que puedan ser el vínculo entre gobierno, técnicos, área operativa y sociedad civil como Consejos de participación social en SAT para la gestión integral de riesgos de desastres.

1.7. Agradecimientos Las autoras agradecen a la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeo-

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rológicos y Climáticos del Conacyt el financiamiento para participar en la discusión nacional en relación con los Sistemas de Alerta Temprana para Fenómenos Hidrometeorológicos, que permitieron enriquecer este trabajo.

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2 SISTEMAS DE ALERTA TEMPRANA BASADO EN LA COMUNIDAD ANTE FENÓMENOS HIDROMETEOROLÓGICOS EN LOCALIDADES SITUADAS EN BARRAS DE LITORAL COSTERA Adel Hafsi1; César Daniel Aguilar-Becerra2*; Oscar Frausto Martínez1 1

Universidad de Quintana Roo, Campus Cozumel. Avenida. Andrés Quintana Roo S/N, entre calle 110 sur, Frente a la Colonia San Gervasio. C.P. 077600, Cozumel, Quintana Roo, México 2

Universidad Autónoma de Guerrero, Centro de Ciencias de Desarrollo Regional, Calle El Pino Col. El roble sin #, C.P. 39640, Acapulco Guerrero, México. *Autor de correspondencia: caguilar@uagro.mx.

29

2.1. Introducción En los últimos años, las barras litorales costeras han estado bajo presión antrópica, esto derivado del crecimiento urbano y por el desarrollo de actividades económicas a gran escala (como lo es el turismo), factores de cambio que han contribuido sin duda alguna a la transformación acelerada de estos espacios geográficos, lo que ha provocado una serie de impactos negativos que ya han sido definidos en diversos trabajos de investigación (Boyauzan y Irzi, 2016; Domingues, Santos, de Jesús, y Ferreira, 2018). Las barras de litoral son una protección física ecológica y base económica para una población costera en constante crecimiento (Otvos, 2012, 2019). En este sentido, las

barras exhiben morfología y dimensiones diferenciadas entre ellas (Cooper, Green, y Loureiro, 2018). Para este estudio, se analizan las comunidades asentadas en barras litorales que se separan de tierras adyacentes por una laguna, estuario, pantano o bahía (Bitencourt y Dillenburg, 2020). El tipo de comunidades que pueden encontrarse en estos espacios es variado y pueden clasificarse de acuerdo con sus características socioculturales, económicas, ambientales y físicas, ya sean pequeñas localidades rurales, zonas rurales en transición a procesos urbanos, o en su defecto áreas ya totalmente urbanizadas (Aguilar-Becerra et. al., 2019; Frausto-Martínez y Colín-Olivares, 2020). Los asentamientos humanos en Barras de Litoral son altamente vulnerables ante el


impacto de fenómenos hidrometeorológicos, tales como: lluvias, inundaciones y ciclones tropicales, los cuales en los últimos años son más frecuentes y extremos, mismos, que se caracterizan por dejar a su paso daños incalculables, tangibles e intangibles. (Domingues et. al., 2018; Plomaritis, Ferreira, y Costas, 2018). Cabe mencionar, que parte de estos daños se derivan por la ausencia de la aplicación de un Sistema de Alerta Temprana (SAT) eficiente, que permita a la población tomar medidas de precaución ante el posible riesgo de desastre (Ahsan et. al., 2020; Jiménez-Hernández y Sánchez-González, 2007).

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Los SAT permiten minimizar significativamente el impacto de las amenazas (Alvalá et. al., 2019; Fakhruddin y Schick, 2019). No obstante, el estudio y aplicación de éstos en zonas costeras ha sido poco abordado para asentamientos humanos en barras litorales, ya que, en su mayoría, éstos están orientados de manera generalizada y no por áreas geográficas. La problemática anterior, puede observarse en las Comunidades: San Nicolás de las Playas, Colonia Luces del Mar, Los Mogotes, La Barra, La estación y Playa Azul, ubicadas en la barra de litoral perteneciente al municipio de Coyuca de Benítez. Municipio que no cuenta con un SAT específico para la zona y que por su ubicación geográfica, estas comunidades son altamente vulnerables ante la recurrencia de fenómenos naturales hidrometeorológicos, tal como se ha señalado en otros estudios (Cruz, Ortega, y Mojarro, 2019; De Los Santos Serrano, 2018; Flores-Lorenzo y Dávila-Hernández, 2018).

Bajo la premisa de que un SAT ante fenómenos hidrometeorológicos tiene que estar sustentado en la comunidad, el objetivo del presente capitulo, busca evaluar los elementos, acciones y buenas prácticas que se realizan en las comunidades antes señaladas. El resto del documento está organizado de la siguiente manera. En la primera parte, se aborda una revisión de literatura rápida para comprender aspectos teóricos en la gestión de desastres y resiliencia, así como también, los componentes de un SAT y la implementación de estos en México. Enseguida, se describe la parte metodológica, los resultados, la discusión y, las conclusiones del capítulo.

2.2. Revisión de literatura 2.2.1 Gestión de desastres y resiliencia La gestión de riesgos y desastres naturales (GRD), por sus siglas en español, se aplican de distintas maneras debido al paradigma en la cual se insertan las políticas de un país. El primer paradigma de la GRD, llamado “Hazard-centered”, surgió a principio del siglo XX. Ese paradigma se caracteriza por su enfoque infraestructural e ingenieril para enfrentarse a un evento extremo (Kelman, Mercer, y Gaillard, 2017). Siendo considerado como un fenómeno extremo o raro; dando como respuesta habitual de las instituciones de protección civil aplicar medidas para controlar los riesgos, resistir, mitigar el peligro y la exposición al riesgo (Veyret y


Reghezza-Zitt, 2006, p. 2). Se identifica que la gestión de riesgos es de tipo vertical, de arriba-abajo con políticas a corto plazo, enfocadas en respuestas reactivas y que mejoran principalmente los sistemas de emergencias y las infraestructuras. En ese caso la vulnerabilidad = Exposición. (Figura 2.1). A pesar de una evolución dentro de este paradigma, la consideración del factor social en los estudios realizados por la escuela de Chicago seguía realizándose bajo el prisma del azar (Burton, Kates, y White, 1978; Kates, 1971; Texier, 2009). Se trataba de observar las interacciones que pueden existir entre los peligros naturales y las sociedades humanas (Oliver-Smith, 1996). Dando

como resultado que las sociedades no estaban preparadas, por lo que, la solución adecuada era de mejorar los dispositivos de resistencia e implementar nuevos dispositivos de prevención. En este camino, en el estudio de O’Keefe, Westgate, y Wisner (1976), « Taking the naturaleness out of natural disasters» demostraron que los países que registraron más desastres son los países con el Producto Interno Bruto (PIB), más bajo. Finalmente, esta desigualdad en la repartición de los desastres en función al índice del PBI determinó que los desastres no están únicamente vinculados a la intensidad del riesgo, sino que también es el resultado de consecuencias socioeconómicas. Además, el fracaso de las políticas públicas en materia de gestión de riesgos para hacer frente a los peligros llevará a examinar nuevas estrategias.

Figura 2.1. Paradigmas de gestión de riesgos. Fuente: elaboración propia.

31


32

El decenio de 1970 marcó un hito en el enfoque de la gestión de los riesgos y los desastres naturales con la aparición de un nuevo paradigma con un enfoque sociocultural. Este se construyó en oposición al anterior, el cual se centraba en el análisis de los sistemas naturales (Kelman et. al., 2017). Y debido a esta determinación de cortar con el paradigma anterior le dio el nombre de paradigma “Radical” o “Vulnerabilidad Global” (Texier, 2009). En este segundo pa-

bargo, el arraigo de las políticas de gestión del riesgo en el primer paradigma y su incapacidad para iniciar cambios estructurales (políticos, económicos, sociales) dificultaron la implementación de la ideología de este paradigma.

radigma, se considera que la magnitud de la catástrofe, ya no se debe simplemente a la magnitud del peligro proveniente de un fenómeno natural, sino a la vulnerabilidad social, cultural, religiosa, económica y política en las que se encuentran inmersas las comunidades, que a su vez juega otro papel en su día a día (Blaikie, Cannon, Davis, y Wisner, 2004; Cannon, 1994; Gaillard, 2007; Hewitt, 2019). Esta nueva visión viene compensar las debilidades del paradigma anterior. Así, se identifica que la gestión de riesgos es de tipo vertical, de abajo hasta arriba, con políticas a largo plazo enfocadas en respuestas proactivas, las cuales mejoran las condiciones socio culturales. En ese caso la vulnerabilidad = Marginalización + Restricciones (ver Figura 2.1).

de Sendai (2015-2030). En tal dirección, el concepto que conlleva el paradigma de resiliencia fue rápidamente aceptado, pero su entendimiento quedó confuso. En este sentido, la divergencia de opinión y de definiciones tienen 2 raíces. En primer lugar, el uso del concepto se encuentra inmerso en diferentes campos de estudio (ciencia física, psicología, sistemas ecológicos complejos, gestión de riesgos etc.), por lo que la definición se lleva a cabo en función de cada especialidad. Para Carpenter, Walker, Anderies, y Abel (2001), la resiliencia se presenta como un concepto que se debe definir el enfoque de: ¿Resiliencia de qué? o ¿Para qué?. Así, al definir precisamente en qué y para qué se requiere el uso del concepto de resiliencia se admiten los usos variados y las definiciones divergentes.

Esta visión implica la identificación de las vulnerabilidades de la población para poder reforzarlas y reducir los efectos de un peligro. Este enfoque debe basarse principalmente en proyectos participativos a nivel comunitario (Texier, 2009). Sin em-

La oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres por sus siglas UNDRR (antes UNISDR) como actor clave de la GRD e instigador de los marcos de Hyogo y Sendai propone la siguiente definición:

Finalmente, a partir de 1990, el tercer paradigma ‘Resiliencia’ entra en el campo de la GRD y se popularizo gracias a los acuerdos de Hyogo (2005-2015) y los acuerdos


“la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad expuestos a una amenaza para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficaz, lo que incluye la preservación y la restauración de sus estructuras y funciones básicas” (UNDRR, 2015). Esta definición hace referencia a las características que debe de tener un sistema, comunidad o sociedad para preservar, restaurar sus estructuras básicas y sus funcionalidades ante efectos de un azar. Sin embargo esas características involucran al sistema de tener dos estados, que fueron criticados por Serge Lhomme, por ser incompatibles y opuestos, uno rígido y resistente y otro flexible y absorbente (Reghezza-Zitt, 2013, p. 7). En Quenault (2013), se propone un esquema que pone de relieve esta doble dimensión de la resiliencia, con un recordatorio de los atributos específicos y su dimensión de afiliación (p. 8). La primera dimensión involucra una resiliencia con respuestas de tipo “reactivo” con el objetivo de absorber, resistir y auto-organizarse para enfrentarse a una perturbación y quedar en el mismo dominio de atracción. En esta dimensión, las medidas de prevención y preparación se concentran en reforzar las estructuras físicas, ingenieril y los servicios de emergencia para disminuir los efectos de un evento y volver rápidamente a la situación previa. Esta dimensión recuerda el paradigma centrado en la amenaza.

La segunda dimensión se concentra en implementar respuestas “proactivas” para reforzar la capacidad adaptativa y la capacidad de aprendizaje para poder recuperarse y adaptarse a las transformaciones, reorganización o renovación de las estructuras y funciones. En ese caso, el sistema está en constante desequilibrio y la vulnerabilidad o la resiliencia pueden ser afectadas no solo por los planes de reducción de vulnerabilidad, pero también por todos los planes de desarrollo social, económico, demográfico, geofísico, y ecológico. Esta dimensión recuerda el paradigma de vulnerabilidad global. Finalmente, Reghezza-Zitt (2013) propone una visión de reconciliación de las dimensiones con base a las temporalidades de una crisis (ver síntesis en la Figura 2.2). A través del tiempo, se identifican tres periodos, que son: perturbación, crisis y recuperación (Recovery). La idea es que durante la fase de perturbación la primera dimensión juega un papel importante, es decir que el objetivo de ese momento es resistir y disminuir los efectos del evento gracias a las medidas de reforzamiento de las estructuras físicas e ingenieril. Directamente, después de la perturbación viene el momento en la cual el objetivo permite al sistema absorber la perturbación, mantenerse y volver al estado de equilibrio. En esta fase los factores biofísicos, sociales y espaciales influyen sobre la resiliencia; si las capacidades de respuesta de las organizaciones son adecuadas entonces la perturba-

33


ción sólo fue un accidente, en el caso contrario, es una crisis (Reghezza-Zitt, 2013). Una vez concluida la fase de crisis, viene el momento de recuperación (Recovery), el cual es la segunda dimensión de la resiliencia, que permite reconstruir el sistema en su conjunto infraestructural y social. Para concluir, un sistema o una comunidad resiliente se debe de tener la habilidad y la capacidad para resistir, absorber, acomodar, adaptar, transformar y recuperar des-

pués de una perturbación causada por un evento externo. Esas características pertenecen a dos dimensiones de la resiliencia que intervienen a distintos momentos de una crisis. Aquí la resiliencia es multi-actor, con una dirección horizontal en lo cual la comunidad, el sector público y el sector privado son involucrados en los planes de emergencias, de prevención y de reducción de las vulnerabilidades, la visión política es a medio plazo y en ese caso: Vulnerabilidad = Capacidad ( ver Figura 2.1)

34

Figura 2.2. Dimensiones de la resiliencia adaptadas a las temporalidades de un desastre. Fuente: elaboración propia.


2.2.2 Sistemas de alerta temprana, sus componentes y orígenes Los sistemas de alerta temprana (SAT), por sus siglas en español, son una herramienta de gestión de desastres que permite reducir las pérdidas humanas, estructurales y económicas (Sufri, Dwirahmadi, Phung, y Rutherford, 2020). El marco de Sendai (UNDRR, 2015), identifica siete metas con el fin de apoyar la evaluación de sus avances a nivel mundial, entre ellos, el objetivo 18 (g) recuerda la importancia de “Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, así como, el acceso a ellos para el año 2030.” (p.12). Los primeros SAT que se desarrollaron al final del siglo XX, se concentraron de manera limitada en el desarrollo de medidas de detección y pronósticos de eventos de peligro para emitir una alerta de manera eficiente (Sufri et. al., 2020). Esta definición de los SAT recuerda la ideología del paradigma “Hazard-centered”, en el cual los desastres se determinan únicamente por la intensidad de un evento sin tomar en cuenta los factores sociales, culturales, religiosos, económicos y políticos que pueden afectar un sistema o una comunidad. Los métodos hazard-centered han demostrado rápidamente sus límites y han tenido que adap-

tarse para aumentar su eficacia. Siguiendo a la UNDRR, (2006), para que un SAT genere una respuesta adecuada, debe centrarse en la población (es decir, no consistir únicamente en una intervención tecnológica) (citado en: García (2012). Por otro lado, la UNDRR, (2020), señala que los sistemas de alerta temprana eficaces (End to end) y centrados en las personas, pueden incluir cuatro elementos clave interrelacionados, los cuales se exponen a continuación: 1) Conocimientos del riesgo: evaluación de los riesgos (la reunión sistemática de datos y evaluaciones del riesgo de desastres) y vulnerabilidades significativas, teniendo en cuenta su dinámica y variabilidad. 2) Servicio de vigilancia y alerta: capacidad para vigilar los signos precursores del peligro, detección, vigilancia, análisis y previsión de los peligros y posibles consecuencias, esto, para emitir una alerta precisa en el momento oportuno. 3) Difusión y comunicación: difusión de mensajes de alerta claros (fuente oficial, de advertencias autorizadas y oportunas) y comprensibles (exactas, factibles e información asociada sobre la probabilidad y el impacto), con información previa de preparación. 4) Capacidad de respuesta: educación sistemática y programa de prepa-

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ración para las personas en situación de riesgo y las autoridades. “Estos cuatro componentes interrelacionados deben coordinarse dentro de los sectores y entre ellos en múltiples niveles para que el sistema funcione con eficacia e incluya un mecanismo de retroinformación para mejorar continuamente” (UNDRR, 2020). Así, un SAT resiliente en su dimensión compleja, debe incluir las dos dimensiones men-

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cionadas de resiliencia. Es decir, debe cumplir con su enfoque tecnológico basado en las herramientas de evaluación, prevención y comunicaciones para mejorar su eficiencia. Pero también debe ser co-construido con la población para integrar a la comunidad en los procesos de identificación de los riesgos y desarrollo de las herramientas (Baudoin, Henly-Shepard, Fernando, Sitati, y Zommers, 2016; Texier, 2009). La idea es que los actores públicos, privados y las comunidades jueguen un papel equivalente en los intercambios permanentes y horizontales, ya que, fortalecen el sistema y facilitan la apropiación del instrumento. Por último, la UNESCO, en su estudio realizado en colaboración con el Ministerio de Educación de Costa Rica (Copri, 2012), propuso cinco imperativos que debían respetarse para dar más peso a la comunidad: 1) Todos participan sin discriminación: que todos integren las diversas organizaciones sociales sin ningún tipo de discriminación por

causa de género, religión, ideología, raza, etc. 2) Escuchar y ser escuchados: establecer condiciones de diálogo a fin de que la comunidad, una vez informada, tome decisión más conveniente y asume sus compromisos. 3) Respetar los acuerdos: asegurar que la comunidad respeta y lidera los acuerdos de asamblea y los convenios asumidos o firmados. 4) Organizados y coordinados: promover el trabajo en equipo de forma coordinada entre la comunidad, las instituciones públicas y privadas. 5) Manejar los conflictos: favorecer el dialogo para arreglar los conflictos con el debido respeto a los acuerdos comunitarios.

2.2.3 Sistemas de alerta temprana ante fenómenos hidrometeorológicos en México El Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) es el organismo que emite las declaratorias ante el riesgo de desastre en México, esta dependencia gubernamental se apoya de otros organismos públicos para la gestión y aplicación de los diferentes SAT existentes ante fenómenos hidrometeorológicos, de los cuales se reconocen tres y cuyas características pueden observarse en la Tabla 2.1.


Tabla 2.1. Servicios y sistemas de alerta temprana en México ante fenómenos hidrometeorológicos Sistema Servicio Meteorológico Nacional Sistema de alerta temprana ante incendios en México Sistema de alerta temprana para ciclones tropicales

Fenómeno

Cobertura

Fecha de inicio

Momento de Aviso Aviso ante la ocurrencia y pronósticos

Meteorológicos

Nacional

1987

Incendios forestales

Nacional

1999

Aviso ante la ocurrencia

Ciclón tropical

Nacional

2000

Con 72 horas de anticipación

Fuente: Elaboración propia con base a CENAPRED, (2019).

El Servicio meteorológico Nacional (SMN) tiene sus orígenes en 1877 y con el tiempo ha venido transformándose, cabe resaltar que el organismo depende de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), quien a su vez forma parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). El SMN, es el encargado de proporcionar la información sobre el estado del tiempo a escala nacional-local, con la finalidad de identificar las posibles amenazas ante fenómenos meteorológicos que puedan afectar las distintas actividades económicas, de pérdidas humanas, así como también, recolectar información climatológica nacional (SMN, 2020), cuyas funciones principales de acuerdo con su sitio web son las siguientes: 1. Mantener informado al Sistema Nacional de Protección Civil de las condiciones meteorológicas que puedan afectar la población. 2. Difundir al público boletines y avisos de las condiciones del tiempo, haciendo énfasis en temporadas

de ciclones, que abarca de mayo a noviembre. 3. Proporcionar al público información meteorológica y climatológica 4. Realizar estudios climatológicos o meteorológicos 5. Concentrar, revisar, depurar u ordenar la información, generando el Banco Nacional de Datos Climatológicos, para consulta al público.

En lo que refiere, el SAT ante incendios forestales se encuentra a cargo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Este sistema se basa en la generación de información usando datos satelitales como insumo principal, cuyo monitoreo seda a nivel nacional las 24 horas del día (CONABIO, 2020). Por último, el SAT ante ciclones tropicales (SIAT-CT) tiene como objetivo el alertamiento y coordinación para mitigar los efectos que pueden emanar frente al im-

37


pacto de este tipo de fenómenos naturales (SEGOB, 2019). En este sentido, el funcionamiento y organización de este SAT depende principalmente del CENAPRED, SMN y del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). En tal dirección, el SIAT-CT tiene dos tablas de alertamiento, la primera corresponde al acercamiento (parte delantera del ciclón) y la segunda corresponde a la tabla de alejamiento (parte trasera del ciclón), en ambas se manejan

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etapas y rangos de acuerdo con el proceso en que se encuentra el ciclón, lo cual puede visualizarse en cinco fases de alertamiento para cada tabla (ver figura 2). Sin embargo, a pesar del diseño completo del SIAT-CT, uno de los problemas que también presenta es la difusión de la alerta ante el riesgo, cabe destacar que esta no solo depende del gobierno federal, sino también de autoridades estatales y municipales.

2.3. Metodología 2.3.1 Zona de estudio Las comunidades de objeto de estudio se encuentran en la barra de litoral conocida coloquialmente como Riviera de Coyuca en el Estado de Guerrero, México, en las coordenadas 16°57´0´´ N y 16°54´0´N. El territorio de esta comprende de una longitud aproximada de 18 kilómetros y, una anchura entre mar y laguna menor a un kilómetro considerando los puntos de ubicación de la comunidad de Playa Azul y la colonia de Pie de la Cuesta. En total, en el sistema de la barra coexisten siete comunidades, cabe señalar que el territorio de esta pertenece a dos municipios, Coyuca de Benítez y Acapulco de Juárez, siendo el primero, el que mayor proporción territorial ostenta de la barra (Ver Figura 2.3).

Figura 2.3. Fases de alertamiento dependiendo el estatus de un ciclón tropical. Fuente: elaboración propia con base en (SEGOB, 2019)


En lo que infiere al territorio que comprende al municipio de Acapulco, este solo cuenta con el asentamiento urbano de la colonia Pie de la Cuesta, la cual se caracteriza por concentrar la mayor parte de infraestructura urbana, (casas-habitación y zona turística). En el caso de Coyuca de Benítez, se sitúan seis localidades: San Nicolás de las Playas, Colonia Luces del Mar, Los Mogotes, La Barra, La estación y Playa Azul. Cabe destacar que estas comunidades se encuentran en una etapa de transición rural-urbana y son la base de este estudio. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y geografía (INEGI) en el último Censo de Población y Vivienda en toda la barra habitan un total de 5,456 habitantes, ver

Tabla 2.2 (INEGI, 2010), Las actividades económicas que coexisten son: el turismo, pesca, ganadería y agricultura, siendo las dos primeras las más importantes de la zona (Cruz et. al., 2019; Rivas, 2014). El clima que prevalece en la barra es subhúmedo tropical tipo A (W0), la temperatura diaria promedio corresponde a los 33 °C. La precipitación anual es de 1,700 mm y una mínima de 900 mm. La temporada de lluvia comienza oficialmente del 15 de mayo al 16 de noviembre, meses en los que habitualmente existe la presencia de huracanes, tormentas tropicales, lluvias torrenciales e inundaciones. La vegetación de la barra consiste en pastizales, huertas frutales, ornato, y en la laguna se puede observar el mangle rojo y blanco además de carrizo y tule (Castillo, Gervacio, y Bedolla, 2018).

Figura 2.4. Comunidades de estudio. Elaboración propia con base a los datos vectoriales del INEGI, (2019).

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Tabla 2.2. Perfil sociodemográfico de las Comunidades de Estudio Comunidades

Población masculina

Población femenina

Población total

Pie de la Cuesta San Nicolás de las Playas Luces en el Mar Los Mogotes La Barra de Coyuca La estación Playa Azul Población total

S/D 134 591 631 420 66 112 1776

S/D 119 609 653 487 53 135 1868

1446 253 1200 1284 907 119 247 5456

Fuente: Elaboración propia con base al INEGI, (2010).

2.3.2 Recolección y Análisis de la información

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Para la evaluación del SAT se diseñó y construyó una matriz que permite facilitar el análisis de las instituciones locales encargadas de la gestión de desastres, así como también los actores involucrados en las comunidades de estudio. La matriz está constituida por cinco elementos importantes: objetivos, cuestionamientos, medidas, actores, evaluación y fuentes. Mismos que a su vez, se encuentran divididos dentro de las cuatro categorías u objetivos generales tal como se muestra en la parte horizontal de la Tabla 2.3. Los objetivos generales a reconocer están fundamentados con base a las cuatro categorías expuestas por la UNDRR (2006, 2020): Conocimientos del riesgo, Sistema de vigilancia y alerta, Difusión y comunica-

ción, Capacidad de respuesta, (categorías que fueron definidas líneas atrás). Que a su vez van acompañados de 14 objetivos específicos, mismos que se retomaron de documentos especializados en sistemas de alerta temprana, por señalar algunos: (Basher, 2006; CRS, 2019; Cowan, O’Brien, y Rakotomalala-Rakotondrandria, 2014; Choo, 2009; Didier, Bernatchez, y Dumont, 2017; Kelman y Glantz, 2014; OMS, 2018; Perdiguero, 2018; UNDRR, 2006). Posteriormente, siguiendo a estos autores, se formularon 53 cuestionamientos repartidos de acuerdo con los objetivos generales; en conocimientos y riesgos se compone de 12 interrogantes, en servicios de vigilancia y alerta temprana 18, difusión y comunicación 11, por último, en capacidad y respuesta 12 (ver Tabla 2.4). Los cuestionamientos fueron adaptados a fenómenos hidrometeorológicos y para comunidades en barras de litoral costera.


Tabla 2.3. Objetivos de evaluación para la evaluación de un SAT ante fenómenos hidrometeorológicos. ID

Objetivos Generales

OG1

Conocimientos y riesgos

OG2

Servicios de vigilancia y alerta

OG3 Difusión y comunicación

OG4

Capacidad y respuesta

ID

Objetivos específicos

OS1 OS2 OS3 OS4 OS5

Identificar los peligros asociados a los riesgos. Identificar las funciones de las partes interesadas. Conocer las vulnerabilidades y las capacidades de la comunidad. Centralizar y actualizar la información sobre los riesgos. Implementar los sistemas de vigilancia constante de los parámetros de peligro. Implementar una base científica para las previsiones y las alertas. Emitir una alerta temprana precisas y oportuna. Implementar procedimientos organizativos y de toma decisiones servicios de vigilancia y alerta. Implementar sistemas y equipos de comunicaciones. Las comunidades saben qué hacer en función de la información que reciben. Implementar los procedimientos organizativos y de toma de decisiones de difusión y comunicación. Implementar los planes de respuesta. Evaluar los planes de respuesta. Organizar campañas de sensibilización y educación del público.

OS6 OS7 OS8 OS9 OS10 OS11 OS12 OS13 OS14

Fuente: Elaboración propia. Tabla 2.4. Cuestionamientos para la evaluación de un SAT en comunidades de barra de litoral costera

ID

OS1 C.1 OS1 C.2 OS2 C.1 OS2 C.2 OS2 C.3 OS2 C.4

OS3 C.1 OS3 C.2 OS3 C.3 OS4 C.1 OS4 C.2

Cuestionamiento

¿Se analizan las principales incertidumbres y se evalúan los datos antiguos relacionados a fenómenos hidrometeorológicos? ¿Existen mapas de riesgos (dinámica y peligros múltiples) para determinar las zonas y los grupos que pueden verse afectados dentro de la barra costera? ¿Se identifican a los principales organismos gubernamentales nacionales que participan en la evaluación de los riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos (incluidos los riesgos, las vulnerabilidades y las capacidades) y aclaración de las funciones? ¿El gobierno promueve una legislación o política que rige la evaluación de los riesgos, las vulnerabilidades y las capacidades? ¿Están identificados los responsables de coordinar la información sobre los peligros y los riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos (exposición, vulnerabilidad social y material, capacidad) ? ¿Se identifican a los responsables en la elaboración de procedimientos para movilizar a la comunidad de la barra costera para que participen en la evaluación de los riesgos a nivel local, teniendo en cuenta las necesidades de todos los grupos (mujeres, niños, ancianos, discapacitados, etc.)? ¿Se generan datos e información fiable sobre la vulnerabilidad de género, discapacidad, el acceso a la infraestructura, la diversidad económica, las desigualdades sociales? ¿Se evalúan los conocimientos de los riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos de la comunidad de la barra costera? ¿Los conocimientos y las percepciones tradicionales de las mujeres y los hombres de la comunidad de la barra costera se incluyen en el análisis y la evaluación de las características de los principales peligros naturales? ¿Se ha establecido un directorio central para reunir toda la información sobre fenómenos/ desastres y riesgos? ¿Se han establecido normas nacionales para la reunión, el intercambio y la evaluación sistemáticos de información sobre riesgos y, exposición, vulnerabilidad y capacidad?

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Tabla 2.4 Cuestionamientos para la evaluación de un SAT en comunidades de barra de litoral costera (Continuación)

ID

OS4 C.3 OS5 C.1 OS5 C.2 OS5 C.3 OS5 C.4 OS5 C.5 OS5 C.6 OS5 C.7 OS6 C.1 OS6 C.2 OS6 C.3

42

OS7 C.1 OS7 C.2 OS8 C.1 OS8 C.2 OS8 C.3 OS8 C.4 OS8 C.5 OS8 C.6 OS9 C.1 OS9 C.2 OS9 C.3 OS9 C.4 OS10 C.1 OS10 C.2 OS10 C.3 OS11 C.1

Cuestionamiento

¿Se ha establecido un procedimiento para mantener, revisar y actualizar periódicamente los datos sobre riesgos, las vulnerabilidades y los riesgos emergentes? ¿Se ha establecido una red de vigilancia de los riesgos que amenazan a las comunidades de la barra costera? ¿Existe una documentación de los parámetros de medición y las especificaciones para cada riesgo pertinente? ¿Hay equipos técnicos adaptados a las condiciones y circunstancias de la barra costera, con personal capacitado en su utilización y mantenimiento? ¿Se reciben, y se ponen a disposición los datos de vigilancia en tiempo real o casi real? ¿Se controla periódicamente la calidad de los datos de vigilancia y los metadatos archivados puestos a disposición para fines de verificación e investigación? ¿Se hace un mantenimiento periódico del equipo y los programas informáticos? ¿Existe un sistema de intercambio de datos entre municipios, estados, países con diferentes capacidades técnicas? ¿Se hacen análisis y procesamiento de datos, elaboración de modelos, pronósticos y productos de alerta basados en métodos científicos y técnicos? ¿Funcionan los centros de alerta las 24 horas del día, los siete días de la semana, y emplean a personal capacitado? ¿Hay una vigilancia constante del estado de los sistemas de vigilancia y análisis de datos para detectar lagunas en los datos y problemas de conexión o procesamiento? ¿Los mensajes de alerta son claros y coherentes? ¿Se lleva a cabo el diseño y difusión de alertas oportunas para cada tipo de peligro? ¿Existe la disponibilidad de planes y documentos de vigilancia elaborados con expertos y autoridades competentes? ¿ Existe un proceso que especifique las funciones de todos los organismos que elaboran y difunden alertas? ¿Cuentan con acuerdos y protocolos interinstitucionales a nivel nacional sobre el intercambio de los datos de vigilancia? ¿Cuentan con acuerdos y protocolos interinstitucionales para uniformar la terminología de las alertas? ¿Cuentan con la elaboración de una estrategia de coordinación de peligros múltiples? ¿Los asociados en los sistemas de alerta, incluidas las autoridades locales y los medios de comunicación, se ponen en contacto con los organismos encargados de diseñar y difundir las alertas? ¿Existe un sistema y procedimiento de difusión y comunicación? ¿Se ha establecido acuerdos que permitan utilizar los recursos del sector privado ( telefonía móvil, satélite, televisión, radiodifusión, radioaficionados, redes sociales) para difundir las alertas? ¿Los sistemas de comunicación y alerta tienen una capacidad suficiente para llegar a toda las comunidades de la barra costera? ¿Se hace mantenimiento del equipo y adaptación a las nuevas tecnologías para garantizar la interoperabilidad? ¿Las instrucciones son claras y los mensajes de alerta suscitan reacciones precisas (por ejemplo, la evacuación)? ¿Las alertas tempranas toman en cuenta la diversidad de los riesgos asociados a la barra costera y las necesidades de los diferentes grupos de población vulnerables? ¿La comunidad de la barra costera sabe qué servicios emite las alertas y confía en los mensajes? ¿Se definen las funciones y responsabilidades de cada agente en el proceso de difusión de las alertas?


Tabla 2.4 Cuestionamientos para la evaluación de un SAT en comunidades de barra de litoral costera (Continuación)

ID

OS11 C.2

Cuestionamiento

¿Se estableció una estrategias de comunicación a nivel nacional, subnacional y local para garantizar la coordinación entre los emisores de alertas y los canales de difusión? OS11 C.3 ¿Se organizan reuniones periódicas de coordinación, planificación y evaluación entre los emisores de alertas, los medios de comunicación y la comunidad? OS11 C.4 ¿Existe una red de profesionales y voluntarios para recibir y difundir las alertas? OS12 C.1 ¿Las medidas de preparación para casos de desastre, se conciben de manera participativa con la comunidad de la barra costera? OS12 C.2 ¿Las medidas de preparación para casos de desastre, se apoyan en la legislación? OS12 C.3 ¿Se Incorporan las necesidades de las personas de la barra costera con distintos grados de vulnerabilidad en las medidas de preparación para casos de desastre? OS12 C.4 ¿Los planes o procedimientos operativos incluyen los servicios de emergencia y de salud para reaccionar rápidamente a los acontecimientos? OS12 C.5 ¿Se hace un análisis de situaciones de emergencia, catástrofes e intervenciones anteriores y se integran las lecciones aprendidas en los planes de prevención y respuesta, así como en las estrategias de fomento de la capacidad? OS13 C.1 ¿Se realizan ejercicios para poner a prueba y mejorar la eficacia de los procedimientos de difusión de las alertas tempranas, la preparación y las respuestas a las alertas? OS13 C.2 ¿Se aplican estrategias para mantener el nivel de preparación durante largos períodos de retorno o en previsión de fenómenos peligrosos? OS13 C.3 ¿Se evalúa de la capacidad de la comunidad de la barra costera para comunicarse tras una alerta temprana? OS14 C.1 ¿Se incluyen en los programas escolares, programas de sensibilización y de educación sobre los peligros hidrometeorológicos que podrían amenazar a la comunidad de la barra costera población, sobre las vulnerabilidades, la exposición y la manera de reducir los efectos de los desastres? OS14 C.2 ¿Se enseñan los signos de alerta temprana de los peligros hidrometeorológicos a fin de contribuir a la vigilancia comunitaria y favorecer intervenciones determinadas? OS14 C.3 ¿Se informa a la comunidad de la barra costera sobre la forma en que se difundirán las alertas, las fuentes de información fiables y la forma de reaccionar? OS14 C.4 ¿Las campañas de sensibilización y educación pública están adaptadas a las necesidades específicas de los grupos vulnerables? Fuente: Elaboración propia.

Para dar respuesta a los 53 cuestionamientos, se establecieron medidas, en este caso son un apoyo para la búsqueda y consulta de información del usuario, la cual puede ser primaria y secundaria, por ejemplo, Atlas de riesgo, bases digitales, planes de intervención institucionales, legislación, planes de contingencia y conocimientos de actores clave de la comunidad (entrevistas). En lo que refiere a la evaluación de la matriz esta se postula de la siguiente manera:

- El nivel 0, corresponde a un elemento no evaluado, no incluido en el SAT y, por tanto, no se ha realizado en el sitio. - El nivel 1, corresponde a un elemento del SAT a nivel nacional, pero este, no se ha implementado a nivel municipal, por lo tanto, no se encuentra en las comunidades de estudio.

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- El nivel 2, corresponde a un elemento del SAT realizado a escala nacional, pero este se encuentra parcialmente desarrollado en el sitio. - El nivel 3, corresponde a un elemento del SAT, que se ha realizado y evaluado en el sitio. El resultado de los objetivos específicos (OSi) se ha calculado a través de la suma de los puntos alcanzados de los cuestionamientos (Ci), entre el puntaje máximo alcanzable de los mismos, multiplicado por 100, lo cual puede representarse de la siguiente manera: 44

Demo OS i =

| C \100 Max # | C i

i

El diseño de la entrevista se planteó de manera semiestructurada, y se basa en los conocimientos y experiencias de los actores clave dentro de las comunidades, los cuales según Martín (2009) e Izquierdo (2015), son aquellas personas que tienen relación

en el campo y permiten al investigador ser la fuente de sus datos. En este sentido, para este estudio, los entrevistados son informantes de diferentes sectores involucrados en la toma de decisiones en las comunidades, entre ellos, cinco residentes, de los cuales dos jugaron el papel de científicos ya que pertenecen a un centro de investigación, los restantes son prestadores de servicio turístico y, por último, un informante del sector gubernamental. Cabe señalar, que una condición básica en la elección de los actores es que estos estuvieran radicando en alguna de las comunidades en los últimos diez años. Las preguntas de la entrevista estuvieron fundamentadas con base a los objetivos específicos y los cuestionamientos que no se respondieron se complementaron con información secundaria. En consecuencia, las entrevistas fueron video grabadas y tuvieron una duración en promedio de 50 minutos, posteriormente se llevó a cabo un análisis del discurso de cada una de ellas.

Figura 2.5. Matriz para la evaluación de los elementos, acciones y buenas prácticas de un SAT basado en la comunidad.


2.4. Resultados y discusión De los 53 cuestionamientos, nueve se han contestado con fuentes secundarias y complementadas con las entrevistas; doce solo de fuentes secundarias y treinta y dos se atribuyen a la información obtenida de las entrevistas.

2.4.1 Conocimientos y Riesgos A nivel nacional se pueden encontrar diversos organismos e instituciones que se encargan de generar y evaluar riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos, mismos que son la base para la toma de decisiones del municipio de Coyuca de Benítez. Cabe destacar, que el atlas de riesgo del municipio aún no se encuentra publicado en un sitio web, por lo tanto, no hay acceso al pú-

blico para la consulta de mapas de riesgos, lo que impacta en la calificación para el objetivo OS1, con un 33% (ver Figura 2.6). En lo que respecta al objetivo OS2, de manera general partiendo de arriba-abajo, se pueden identificar las funciones de las partes involucradas; no obstante, en lo que refiere al municipio, los encargados en la toma de decisiones tienen que poner mayor énfasis en la designación de dichos responsables, ya que se percibe poca sinergia entre el sector gubernamental del municipio y las comunidades, lo cual ya ha sido manifestado en la comunidad de la Barra por López Velasco, Espino, y de La Parra (2018). Este tipo de problemática no es ajena para otras zonas geográficas, ya que también ha sido revelado por Plomaritis, Costas, y Ferreira (2018) en su trabajo realizado en la barra de litoral Ría Formosa en Portugal.

Figura 2.6. Resultados de los 53 cuestionamientos de acuerdo con la línea de atención

45


De acuerdo con la entrevista realizada al informante del sector gubernamental, el municipio de Coyuca tiene definido los polígonos que están en riesgo dentro de las comunidades. Empero, no tienen como avalar que han tomado en cuenta los conocimientos de la comunidad, ya que cada sector de la población cuenta con diferente visión sobre los posibles riesgos, por lo anterior, el OS3 tuvo con una calificación baja con el 22% (ver Figura 2.6). Por último, el OS4, tiene un porcentaje de 78%, sin embargo, la información de los riesgos está centralizada a nivel nacional y estatal, y no a nivel de las comunidades de barra de litoral, por lo que puede conllevar a la poca o nula aplicación. 46

2.4.2 Servicio de vigilancia y alerta Esta categoría está compuesta de la evaluación de cuatro objetivos específicos, en consecuencia, la calificación del OS5 es de 43%, OS6 62%, OS7 83%, y OS8 72%. Los resultados de este apartado en gran medida se deben a que el municipio y las localidades no cuentan con una red de vigilancia formalmente establecida, además de no contar con un equipo técnico especializado, lo que conlleva a que las mediciones, transmisión de información, así como los procedimientos organizativos y de toma de decisiones se encuentren solo a nivel nacional y estatal, lo que, al momento de ser aplicados en el municipio estas no lleguen a todos los sectores, por lo mencionado, el porcentaje OS5 es el más bajo de para esta categoría.

2.4.3 Difusión y comunicación A nivel municipal existe un sistema de comunicación, el cual está desarrollado en conjunto con servicios de privados y por el uso de nuevas tecnologías. Sin embargo, el sistema de alerta se distribuye a ciertos grupos de la población. Por ejemplo, a cooperativas de pesca y establecimientos de servicio turístico, lo cual no garantiza que están cubiertos todos los grupos poblacionales, a pesar de ello, el objetivo OS9 tiene un porcentaje aceptable, con el 83%. “A nosotros nos llega la alerta de protección civil estatal, lo que hacemos es mandarla por WhatsApp, tanto como a pescadores como los establecimientos, utilizando a los funcionarios que se encargan de área, por ejemplo, el director de turismo manda la alerta al grupo que tiene con los dueños de los establecimientos”. Informante clave del sector gubernamental. El OS10, cuenta con una evaluación de 67%, ya que, si bien a nivel nacional las instrucciones y mensajes de alerta son claras, no siempre toman en cuenta toda la diversidad de riesgos, por lo que tienden a soslayar las especificidades físicas y la vulnerabilidad que puede existir para diferentes tipos de localidades. Al mismo tiempo, de acuerdo con las entrevistas a los informantes de la comunidad, han aludido que la población no reconoce fácilmente a los organismos que emiten las alertas. Para el OS11, existen procedimientos organizativos para establecer estrategias de comunicación, en lo


cual las responsabilidades de cada agente y organizaciones están definidas. No obstante, cuenta con un porcentaje de 67%, lo cual está dado a que se encontró ausencia de participación de las comunidades en la coordinación, planificación y difusión de las alertas. “Los habitantes no reconocen a los organismos, si aquí no hay presencia del gobierno, quizás en la cabecera municipal sí, pero aquí no”. Informante clave de la comunidad.

2.4.4 Capacidad de respuesta Los planes de respuesta que corresponde al OS12, de acuerdo con el análisis de la recolección de información, los protagonistas en mayor parte son protección civil municipal, en conjunto con otros organismos como la Secretaría de la Defensa Nacional a través del Plan DN-III-E. Cabe mencionar, que ante la ocurrencia de inundación sobre todo en la comunidad de la Barra y Playa Azul, desde hace diez años, en épocas de lluvias, se lleva a cabo la apertura de la barra de manera antrópica, misma que se sustenta de acuerdo con la declaratoria de emergencia ante inundación de Protección Civil del Estado y municipio, bajo la directriz de la Secretaría de la Comisión Nacional del Agua, en la que participan los pobladores de la región en conjunto con maquinaria de los diferentes gobiernos. Lo anterior corrobora lo señalado en el trabajo de López Velasco et. al. (2018) en la comunidad la Barra, en que manifiestan que los habitantes han

desarrollado sus propias prácticas para resguardar sus activos ante la presencia de un riesgo. Pese a ello, la evaluación del objetivo 0S12 corresponde de 67%, ya que se encontró que no se incorpora la comunidad en los planes de respuesta institucionales, al mismo tiempo, que existe una falta de atención de los habitantes más vulnerables. En este sentido, lo anterior contradice lo estipulado por la (UNDRR, 2015) de incluir los conocimientos de la población en la construcción de un SAT para que este no solo sea dictado de afuera hacia adentro. Cabe apuntalar, que en las comunidades existe una ausencia de ejercicios para poner a prueba y mejorar la eficacia de los procedimientos de difusión, preparación de respuestas frente a las alertas, lo que en consecuencia no permite evaluar las capacidades de la comunidad y de los servicios emergencia, por ende, la calificación del OS13 corresponde al 22% (ver figura 9) impactando seriamente en la evaluación del OS14, mismo que tiene una calificación del 0%, esto derivado las nulas campañas de sensibilización hacia la población para la gestión de riesgos ante desastres hidrometeorológicos en todas las comunidades de la barra litoral.

2.4.5 Pertinencia y comprensión de la evaluación Los 53 cuestionamientos utilizados han dado respuesta a la evaluación de los 14 objetivos específicos, los cuales a su vez

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pertenecen a los objetivos generales que han sido expuestos por la UNDRR: Conocimientos y riesgos, servicio de vigilancia y alerta, difusión y comunicación y capacidad de respuesta, ya que se evalúa la eficacia de los acuerdos institucionales, la participación de la comunidad, personas vulnerables, comunidad científica, instituciones públicas, servicios de emergencia. Lo anterior, siguiendo algunos estudios

48

(Adger, 2000; Coles y Buckle, 2004; Kimhi y Shamai, 2004; UNDRR, 2015) da pie a la evaluación de un SAT resiliente basado en la comunidad, ya que teniendo de base lo expuesto un sistema debe de tener la habilidad y la capacidad para resistir, absorber, acomodar, adaptar, transformar y recuperar después de una perturbación causada por un evento externo, en este caso asociado por un fenómeno hidrometeorológico. Por otro lado, la matriz utilizada (ver figura 5), propone la columna de medidas, la cual hace referencia a los documentos, fuentes y herramientas que pueden ser base para la consulta y recolección de información, lo que facilita la evaluación de los cuestionamientos. En esta dirección, una debilidad de la matriz es la subjetividad, ya que depende de la percepción del investigador. Aquí, cabe señalar que los cuestionamientos no tienen ponderación, es decir, que todos los objetivos generales tienen el mismo peso. De igual manera, la recolección de la información al ser mixta permite que la matriz

no dependa solo de una fuente de datos, aquí destacar que se han realizado solo cinco entrevistas, si bien se han considerado a diferentes actores, la muestra puede ser no representativa, por lo que en estudios posteriores se recomienda incluir a otros actores de los mismos sectores con el fin de obtener disimiles puntos de vista. Así también, los resultados obtenidos se asemejan a lo encontrado en Cid Nacer, Milanés Batista, Pinto Osorio, y Núñez Alvarez (2019), en su estudio titulado “La informática y la gestión integrada de los sistemas de alertas tempranas dentro del manejo integrado de zonas costeras”. Alude que América latina la evaluación de los SAT marcan una tendencia en la cual los gestores se enfocan mayormente en el desarrollo de las categorías de “Servicio de vigilancia y alerta” y “Difusión y comunicación” lo cual se manifiesta también en este trabajo y que hace recordar a los primeros SAT del final del siglo XX, marcados por la herencia del paradigma centrado en la amenaza y por su enfoque infraestructural e ingenieril para enfrentarse a un evento extremo (Basher, 2006; Kelman et. al., 2017; Sufri et. al., 2020).

2.5. Reflexiones finales Las comunidades de la barra de litoral Riviera de Coyuca: Pie de la Cuesta, San Nicolas de las Playas, Colonia Luces del Mar, Los Mogotes, La Barra, La estación y Playa Azul, manifiestan que no cuentan con una


buena gestión del riesgo ante la presencia de un fenómeno hidrometeorológico, dicho lo anterior, procedente de la ausencia de sinergia entre el sector gubernamental con los diferentes actores de las localidades, por ejemplo, en la difusión de las alertas y en el servicio de vigilancia, rubros que tienen que desarrollarse de manera participativa, incluyendo a los grupos más vulnerables para que estos se apropien de la herramienta y sean actores de su propia resiliencia. Así también, se tiene que mejorar el acceso a la información de los conocimientos de riesgos acerca de fenómenos hidrometeorológicos y como sensibilizar a la comunidad para mejorar su capacidad adaptativa. Por último, la matriz puede coadyuvar a los tomadores de decisiones en la generación de las acciones correspondientes al momento del diseño, implementación y evaluación de un SAT pensado para diferentes zonas geográficas.

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3 VULNERABILIDAD FRENTE A RIESGOS DE DESASTRES BASADA EN LOS CAPITALES COMUNITARIOS. UN ESTUDIO DE CASO EN IXIL, ESTADO DE YUCATÁN. Denise Soares* y Cecilia Sandoval Ayala Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, Blvd. Paseo Cuauhnáhuac 8532, Progreso, 62550 Jiutepec, Morelos – México. *Autor de correspondencia: denisefsoares@yahoo.com.mx

3.1. Introducción El enfoque de reducción de riesgos de desastre por amenazas hidrometeorológicas, en sus primeras vertientes teóricas, puso énfasis en las amenazas como detonador del desastre, para luego y según García Acosta (2005, 2009), abordar la necesidad de comprender a los desastres no como eventos, sino como procesos que se van gestando a lo largo del tiempo hasta derivar en sucesos desastrosos para las poblaciones. Ello como resultado de un análisis de la insuficiencia analítica de los enfoques centrados en el fenómeno físico, lo cual originó el surgimiento de modelos alternativos para el estudio de los desastres y la adopción de aproximaciones teóricas de la construcción social del riesgo asociada, por un lado, con las percepciones del riesgo y por el otro, con la vulnerabilidad y la desigualdad social.

En ese sentido, se fue configurando una perspectiva teórica que deriva de un amplio debate sobre el modelo de desarrollo y que reconoce que la pobreza va más allá de los ingresos o el consumo, para acercarse a los aspectos multidimensionales del cambio de bienestar socioeconómico y como una manifestación de la falta de activos (Sen, 1981; Chambers, 2010; Filgueira 1998; Moser et al., 2010). Estos tipo de enfoques tienden por un lado, a concentrarse en las condiciones de la pobreza, desigualdad y vulnerabilidad de los grupos sociales relacionados con el acceso a los recursos y los activos, además de sus estrategias, en función de las oportunidades que ofrece el mercado, el estado y la sociedad a los individuos, hogares y comunidades y que se constituyen conjuntamente en el punto de partida para definir sus estrategias de vida (Flora et al., 2004). Por otro lado, estos enfoques coinciden que el crecimiento económico per se no produ-

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ce, necesaria y linealmente, desarrollo social y recuerdan que las instituciones y el sistema social son elementos primordiales para el acceso a los beneficios económicos y otros recursos que son fundamentales movilizar para la reducción de la vulnerabilidad (Soares y García, 2014).

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El planteamiento de los medios de vida y capitales comunitarios permiten un análisis descriptivo que retrata una compleja red de actividades e interacciones que hace hincapié en la diversidad de las formas en que se ganan la vida. Esto puede traspasar los límites de los enfoques convencionales sobre el desarrollo rural que se centran en las actividades definidas: la agricultura, el empleo asalariado, el trabajo agrícola, la pequeña empresa y así sucesivamente. En realidad, las personas combinan diferentes actividades en un complejo conjunto de estrategias para sobrevivir de cierta manera aceptada localmente. Los resultados, por supuesto, varían, y cómo afectan a las diferentes estrategias de medios de vida es una preocupación importante para el análisis de los medios de subsistencia. Este análisis dinámico, longitudinal, hace hincapié en términos tales como adaptación, resiliencia, mejoramiento, diversificación y transformación (Soares et al., 2012; Scoones, 2009; Cutter et al., 2009; UNDP, 2015; CARE, 2010). La idea de los medios de vida sostenible fue introducida por primera vez por la Comisión Brundtland sobre Medio Ambiente y el Desarrollo, para después ampliarse el

concepto en la Conferencia de las Naciones Unidas de 1992, en la que se respaldó la consecución de los medios de vida sostenibles como un objetivo general para la erradicación de la pobreza. A principios de la última década del siglo pasado, Chambers y Conway (1992) propusieron que un medio de vida es sostenible cuando puede hacer frente y recuperarse del estrés y las crisis, mantener o mejorar sus capacidades y activos, y proporcionar oportunidades de subsistencia sostenibles para la próxima generación, además de aportar beneficios netos a otros medios de subsistencia a nivel local en el corto y largo plazo. De los distintos componentes de un medio de vida, el más complejo es la “cartera de activos” a partir del cual las personas construyen su vida, que incluye tanto los activos materiales y recursos, como los activos intangibles, tales como las demandas y el acceso. Cualquier definición de la sostenibilidad de los medios de vida tiene que incluir la capacidad de evitar, o más generalmente resistir y recuperarse de amenazas y choques (Chambers y Conway, 1992). En esta contribución nos acercamos a las voces de los actores sociales locales del municipio de Ixil, estado de Yucatán, para entender cómo movilizan sus medios de vida y capitales comunitarios para hacer frente a los riesgos de desastres. Abordamos seis componentes relevantes en la conformación de los medios de vida de la comunidad: el capital social, el capital humano, el capital


político, el capital natural, el capital financiero y finalmente, el capital físico o construido. Al acercarnos a estas variables nos hacemos una pregunta fundamental: ¿cuál es la relación entre los diferentes capitales comunitarios y la condición de vulnerabilidad frente a los riesgos de desastres hidrometeorológicos en la zona? Argumentamos que no se ha prestado suficiente atención a las opiniones expresadas por los habitantes y entenderlas es un punto clave para la transformación de las realidades locales hacia procesos de mayor sostenibilidad ambiental y reducción de riesgos de desastres.

3.2. Metodología La investigación que se presenta a continuación aporta elementos de análisis acerca de la vulnerabilidad y/o fortaleza de los capitales comunitarios en Ixil (Yucatán), cuyo acceso y movilización son claves para la reducción de los riesgos de desastres. La metodología de medios de vida sustentables plantea que cada comunidad, sin importar cuán pobre sea, cuenta con recursos que puede disponer para gestionar su propio desarrollo. Los autores dividen los recursos en tres categorías: a) los que pueden ser consumidos (usados y agotados); b) los que pueden ser almacenados y conservados (nadie los puede usar); y c) los que pueden invertirse para crear más recursos. Aquellos que se invierten para crear más recursos en el corto, mediano y largo plazos se conceptualizan como capitales (Flora et al., 2004).

Los capitales se dividen en seis apartados: social, humano, político, natural, financiero y construido. El Capital Social se refiere a las relaciones formales e informales entre las personas, de donde se pueden obtener diversas oportunidades y beneficios. El Capital Humano está constituido por las destrezas, conocimientos, salud y educación de las personas dentro de una comunidad. El Capital Político está relacionado con la toma de decisiones y las instituciones que cumplen con la función de tomar o facilitar estas decisiones. El Capital Natural se refiere a los recursos naturales disponibles en la comunidad. El Capital Financiero se trata de los recursos disponibles como ahorros en efectivo o activos líquidos como el ganado; así como pensiones y otras transferencias financieras. Y finalmente, el Capital Físico o Construido comprende la infraestructura básica (vivienda, servicios, etc.) y los activos físicos o bienes que apoyan los medios de vida (Flora et al., 2004; Gutiérrez y Siles, 2008; Bebbington, 2005). Los capitales poseen una profunda interdependencia e interacción entre ellos, de tal suerte que la degradación de un capital incrementa el riesgo de pérdida de los otros; de la misma manera que un capital reforzado posee un efecto multiplicador en los demás, creando espirales ascendientes o procesos sostenibles. La investigación, realizada con la metodología descrita, fue desarrollada en la localidad de Ixil, la cual concentra el 98% de la población del municipio de Ixil, reportada en el censo de 2010, con un total de 3,803 per-

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sonas, de las cuales 2,434 individuos (62.3% del total de la población) se encontraban en pobreza, 1,968 (50.4%) presentaban pobreza moderada y 466 (11.9%) estaban en pobreza extrema. Asimismo, la condición de rezago educativo afectó a 29.8% de la población, lo que significa que 1,162 individuos presentaron esta carencia social y el porcentaje de personas que reportó habitar en viviendas sin disponibilidad de servicios básicos fue de 57.4%, lo que significa

la encuesta, 903 hogares de la localidad de Ixil, estado de Yucatán, y para determinar el número de encuestas a aplicar, se utilizó la fórmula para la determinación de la muestra cuando el universo es finito.

que las condiciones de vivienda no son las adecuadas para 2,240 personas (CONEVAL, 2011). Estas situaciones de carencias de activos contribuyen a incrementar el riego de desastre en la localidad, dado que la población no puede movilizar recursos suficientes y adecuados para hacer frente a las amenazas, por no contar con dichos recursos.

aplicar por manzana. De los 81 hogares encuestados, se aplicó una encuesta individual a cualquiera de los miembros del hogar que fueran mayores de 18 años, considerando que un número equivalente de encuestas individuales fueran aplicadas para mujeres y hombres. Asimismo, se llevaron a cabo cuatro grupos focales con 11 personas, 6 hombres y 5 mujeres basados en los siguientes tópicos: a) medios de vida y clima; b) capitales de la comunidad; c) redes de apoyo y organizaciones; d) legitimidad de autoridades municipales. 1

Se desarrolló en la localidad, una encuesta y cuatro grupos focales. Se consideró como universo de estudio para la aplicación de

Para la fase de diseño del trabajo de campo para la aplicación de los cuestionarios se utilizó un mapa de la localidad de Ixil y en base al número total de manzanas se determinó el número de cuestionarios a

Tabla 3.1. Tamaño de la muestra.

nD e m=o

N ) Za 2 p ) q d 2 * ( N - 1) + Z a 2 ) p ) q

En donde: N = Total de la población = 903 hogares, Z α= 0.05 = 1.96 al cuadrado (la seguridad es del 95%), p = proporción esperada1 (en este caso 93.9% población que presenta algún grado de vulnerabilidad por carencia social o pobreza = 0.939), q = 1 - p (en este caso 1-0.939 = 0.061, 6.1% de población no pobre y no vulnerable), d = precisión o error admitido (se calculó la muestra considerando un 5% de error), Siendo n = 81 hogares.

Fuente: elaboración propia. 1

De acuerdo con la Medición de pobreza efectuada por CONEVAL (2010), el porcentaje de población del municipio de Ixil considerada como “No pobre y no vulnerables” es del 6.1%, mientras que el 93.9 por ciento restante se considera población vulnerable por carencia social o vulnerables por ingreso. Por otro lado, considerando el número de carencias promedio en los indicadores de pobreza, el porcentaje de la población del municipio de Ixil que presenta algún tipo de pobreza es del 62.3%.


3.3. El papel de los Capitales comunitarios para la reducción de la vulnerabilidad Para analizar el resultado encontrado con la aplicación de la metodología de “Capitales Comunitarios”, empezamos por el capital social, por ser una variable esencial en la reducción de la vulnerabilidad, al interactuar con las demás de manera dinámica y afectarlas, ya sea positiva o negativamente. En otras palabras, su activación deficiente puede representar la probabilidad de que no se logren ciertas metas sociales o, una vez alcanzadas se vuelvan vulnerables o insostenibles. Uno de los pioneros en el estudio del capital social fue Pierre Bourdieu, quien lo define como el conjunto de relaciones y redes de ayuda mutua que pueden ser movilizadas efectivamente para beneficio de un individuo o de su clase social. Para el autor, el capital social es base de un proceso de acumulación que permite que las personas logren mayor éxito en la competencia social y por ello se concentra en los beneficios que reciben los individuos en virtud de su participación en grupos y en la construcción deliberada de la sociabilidad, con el objetivo de crear ese recurso (Bourdieu, 2011). Por otro lado, Barriga Machicao (2004) y Woolcock y Narayan (2000) afirman que los beneficios producidos por el capital

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social constituyen una base social y económica que puede favorecer el impulso de acciones de apoyo al desarrollo, con la consecuente reducción de la vulnerabilidad. Añade que el grado de institucionalización de las relaciones en el capital social, el tipo de acciones que se promueven y los recursos que estas relaciones pueden proveer, son los insumos a partir de los cuales este capital genera cambios y beneficios para la colectividad. Asimismo, Adger (2006) plantea que el capital social es la base para el proceso de adaptación, al argüir que la capacidad para adaptarse depende de la habilidad para actuar colectivamente. El capital social incluye relaciones, lazos de confianza, de reciprocidad o redes que pueden ser utilizadas para soportar estrategias de sobrevivencia, de acumulación o de promoción. Para el capital social comunitario, es necesaria la existencia de individuos propensos a la convivencia y conductas de cooperación para maximizar la ganancia colectiva. En Ixil, fue posible identificar que existen organizaciones como el ejido, de horticultores o ganaderos, en la que participan principalmente hombres, y también existen algunos grupos de mujeres, que se dedican principalmente a la confección de artesanías, elaboración de composta y reciclado de residuos sólidos, además de agricultura orgánica. En la localidad, los pobladores también identifican la presencia una Organización No Gubernamental internacional2.

Proyecto Itzaes – Rotary Foundation, ver página Web http://wp.proyectoitzaesusa.org/

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no hay organización social orientada a reducir la vulnerabilidad frente a los riesgos de desastres. Dicha organización es coyuntural y se da únicamente como respuesta después de los desastres, cuando las personas se unen

A partir de los resultados de la encuesta se observa que únicamente el 43.9% de la población participa en alguna organización, asociación o grupo, de estos, el 66.7% son hombres y el 33.3% son mujeres.

63.0 Total

Hombres

33.3

Mujeres 37.0

66.7

56.1 43.9 No participa Si participa

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Figura 3.1. Porcentaje de la población de Ixil que participa en alguna organización, asociación o grupo. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta.

Sin considerar al ejido o las sociedades de horticultores, el tipo de capital social más observable en la localidad es el del tipo grupal, integrado por 4 a 12 individuos, con un solo líder, que ejerce sobre ellos algún grado de control y muy enfocados a resolver las problemáticas y los asuntos referidos a la actividad que los aglutina, siendo la principal motivación para asociarse, el de tener acceso a créditos blandos o financiamiento por parte de instituciones gubernamentales. Asimismo,

en redes colaborativas para lograr mayores oportunidades de recuperarse del desastre. De la importancia que tiene para los pobladores de Ixil el pertenecer a alguna organización, asociación o grupo destacan la de tener acceso a los recursos (36.6%); defender o mantener sus derechos (24.4%), o por pertenecer a algún gremio religiosos (12.2%), entre otros, conforme se muestra en la siguiente gráfica. 36.6

Para tener acceso a los recursos 24.4

Mantener sus derechos 12.2

Gremio religioso 9.8

Organizarse como grupo 7.3

La participación hace que la gente sea más unida Información y aprendizaje Querer que su comunidad destaque

7.3 2.4

Porcentaje

Figura 3.2. Porcentaje sobre la importancia que tiene pertenecer a alguna organización, asociación o grupo. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta.


Como podemos observar, en los gremios religiosos participa el 12.2% de los encuestados, lo que implica que la religión es un lazo que acerca a las personas de Ixil, y que al mismo tiempo, forma parte importante de la historia, las costumbres y las tradiciones de los pobladores de la localidad. Es importante mencionar que entre las motivaciones para pertenecer a alguna organización, no está presente la relacionada con la posibilidad de reducción de la vulnerabilidad frente a los riesgos de desastres. Llama la atención esta invisibilidad de los riesgos de desastres en la encuesta, toda vez que la zona es afectada por huracanes sistemáticamente y en pláticas informales con habitantes de la localidad, el riesgo de la presencia de huracanes es un tema relevante, por la posible pérdida de sus medios de vida, que se concentran principalmente en el cultivo de hortalizas en invernaderos. El capital humano puede definirse como aquellos conocimientos, empíricos o formativos, que permiten a los individuos de la comunidad hacer frente a condiciones adversas, incluyendo aquellas relacionadas con la variabilidad y cambio climático. El capital humano es un factor determinante en la capacidad de respuesta de la población ante los desastres ocasionados por amenazas naturales.

3

Segnestam (2009) afirma que el acceso a la educación es una de las variables de mayor relevancia en la reducción de la vulnerabilidad del capital humano. La autora señala la sinergia positiva de la educación con otros capitales, como el financiero, dado que el acceso a la educación incrementa las oportunidades de encontrar trabajo. Los habitantes de Ixil, para llevar a cabo estudios a nivel preparatoria3 o universitarios deben cubrir inversiones adicionales en costos de traslado a otra localidad, lo que limita las posibilidades de acceder a un mayor nivel de estudios tomando en cuenta la situación precaria de los ingresos de las familias de la localidad. Si bien la educación formal (que se imparte en las escuelas oficiales) no es el único medio de información ni la única instancia donde se forma capacidades, sí es un buen indicador para medir el nivel de acceso y manejo de información que puedan tener las personas para enfrentar los efectos de los fenómenos naturales extremos. En el caso de Ixil, en general el nivel de escolaridad es bajo, pues los mayores porcentajes de personas que acceden a niveles de escolaridad se ubican entre primaria incompleta (29%) y secundaria completa (33%), siendo que solamente el 10% alcanzó cursar el bachillerato o licenciatura, el 17% concluyó

En el año de 2012, en la localidad de Ixil se puso en marcha el programa estatal de bachillerato intercultural a distancia, un sistema de educación de nivel preparatoria para aquellos municipios que no cumplen con los requisitos como el número de estudiantes mínimos para abrir un plantel escolar en sitio. El programa busca aumentar el número de población con nivel preparatoria. Dentro de las características del programa se encuentra la interculturalidad. No habiendo límite de edad para inscribirse, el nuevo sistema puede ser aprovechado por personas mayores. Entre los beneficiarios no tendrían que viajar a otros municipios luego de concluir la secundaria; además de incluir la preparación en informática, se busca también acreditar la formación para proyectos productivos que podrán desarrollar en su comunidad, entre otros.

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la primaria y el 11% de plano no tuvo acceso a la educación escolarizada. Con dichos datos podremos concluir que el nivel de acceso a la educación en la localidad es predominantemente en el ciclo primario, ya sea concluido o no. Los bajos niveles de educación de los pobladores de Ixil limitan sus posibilidades de encontrar un buen empleo. La mayor parte de la vida laboral, principalmente de los

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hombres de la localidad, han dedicado a actividades como la horticultura o la ganadería, habiendo encontrado en estas actividades productivas “el mejor empleo posible. Por otro lado, debido a las relaciones de poder y la toma de decisiones en función de los medios de sustento, las mujeres tienen menores oportunidades de acceso a mejores niveles de educación y de empleo, lo que implica que las familias de Ixil no están maximizando sus ventajas para alcanzar un mejor nivel de bienestar debido a una menor participación de las mujeres en el mercado laboral.

% con respecto al total

En términos del Capital político, el acceso limitado al poder político es uno de los factores que limita la capacidad de hombres y mujeres para “poder” hacer o “ser” con sus derechos y asignaciones, y que puede aumentar las condiciones de la vulnerabilidad social de los pobladores ante los impactos asociados a los riesgos de desastres. Las capacidades de los pobladores de Ixil dependen del acceso o de las oportunidades que hombres y mujeres puedan tener en función de las relaciones de poder, la toma de decisiones y lo que las instituciones están haciendo para facilitar estas decisiones mediante la participación política de hombres y mujeres. El nivel de confianza es un indicador clave para medir el capital político de los hombres y mujeres de Ixil y de acuerdo a los resultados de la encuesta individual, los niveles de confianza de las mujeres con respecto a sus autoridades de Ixil, resulta más bajo que el de los hombres, conforme se detalla en la siguiente Figura 3.3.

Hombres

Mujeres

34.6 26.0

22.8

16.7 11.8

Mucha confianza

9.3

Algo de confianza

22.4

17.1 8.9

8.1

Poca confianza

8.9

13.4

No confío nada

Figura 3.3. Porcentaje de los niveles de confianza de hombres y mujeres de Ixil con respecto a sus autoridades. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta.


De los factores que fueron incluidos para determinar los niveles de confianza de la población de Ixil hacia sus autoridades fueron: la honestidad de sus autoridades, la igualdad de acceso a los programas sin importar partido político y si sus autoridades incluyen indistintamente a los hombres y mujeres. Fue precisamente este último punto el que presenta casi cinco puntos porcentuales de diferencia entre hombres y mujeres. Es decir, el menor nivel de con-

tados opina que los resultados de los planes y programas del gobierno mejorarían mucho si la población fuera tomada en cuenta. Un 17.1% opina que la participación de la población ayudaría un poco a mejorar los resultados, en tanto, un 7.3% opinan que los resultados de los programas no mejorarían o serían igual si la población fuera tomada en cuenta.

fianza entre las mujeres de Ixil hacia sus autoridades, se explica en mayor medida porque ellas no se perciben incluidas por las autoridades en la participación política y toma de decisiones.

dado los gobiernos a la prevención de riesgos por desastres, aproximadamente una tercera parte (un 29.3%) de la población opina que se le ha dado menos importancia que la que merece, en tanto un 46.3% contesto que se la ha dado la importancia que merece, un 9.8% respondió que se le ha dado más importancia que la que tiene y un 14.6% contestó no saber.

Los niveles de confianza de la población hacia sus instituciones, con respecto a lo que se está haciendo para prevenir los riesgos de desastres tampoco son altos, observándose algunos factores que inciden negativamente en la percepción del capital político de la localidad asociado con los planes de prevención de riesgos por desastres, como la alta rotación del personal del ayuntamiento, incluyendo el personal de la unidad de protección civil; o la falta de respuesta por parte del ayuntamiento y protección civil para emprender acciones de mitigación de riesgos frente a amenazas naturales, como por ejemplo, las de huracanes. De los resultados de la encuesta, tenemos que en la misma proporción de hombres como de mujeres, el 75.6% de los entrevis-

En cuanto al nivel de importancia que han

En la percepción de los pobladores de Ixil, ningún otro capital de la localidad es más relacionado con la vulnerabilidad de la población ante un evento hidrometeorológico extremo como un huracán o una inundación que el capital físico o construido. Probablemente, esto se deba a que las experiencias frente a los huracanes Gilberto y, principalmente ante Isidoro se encuentre aún en la memoria inmediata de los pobladores y la necesidad de proteger sus vidas esté más relacionada con la condición física y que brinde seguridad, sean sus propias viviendas o los edificios de la localidad. Principalmente para las mujeres, el capital físico relacionado con la falta de servicios básicos

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como electricidad, agua o salud, las hace más vulnerables debido al rol que desempeñan tradicionalmente.

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Ante la pregunta de cuáles son los servicios, obra o edificios públicos que deberían estar en buenas condiciones y no lo están para enfrentar un riesgo de desastre provocado por un evento hidrometeorológico, la población encuestada se refirió a los servicios básicos de electricidad (23.0%); servicio

De acuerdo con los resultados de la encuesta individual, se presenta la siguiente Tabla 3.2 sobre la condición actual de la infraestructura, obra pública y servicios con los que cuenta la localidad de Ixil, según la percepción de sus pobladores. El hecho de que las infraestructuras estén en estado regular, malo o pésimo sería una limitante importante para que la localidad pudiera hacer frente y recuperarse de los impactos de los huracanes de manera eficaz y, como tal,

de agua potable (16.4%) y pozos pluviales (11.5%). La condición actual de estos servicios básicos, así como la pérdida de los mismos posterior a un huracán o inundación, hacen que los pobladores se perciban muy vulnerables ante los impactos de dichos fenómenos.

es un punto que incrementa su vulnerabilidad frente al riesgo de desastres. Según la percepción local, la valoración de su infraestructura se ubica entre regular y buena, lo que indica la necesidad de mantenimiento de las que están en estado “regular”, a fin de reducir la vulnerabilidad de dicho capital.

Tabla 3.2. Tabla de porcentaje de percepciones de la población sobre la condición actual de la infraestructura, obra pública y servicios con los que cuenta la localidad de Ixil. Tipo/Condiciones Carretera principal Pavimentación de las calles Alcantarillas o pozos pluviales Alumbrado público Clínica de salud Escuelas Casa ejidal Iglesia Agua entubada Electricidad Fosas sépticas en viviendas Telefonía fija Telefonía celular Transporte (foráneo)

Muy buenas Buen estado (%) (%) 1.2 15.9

Regular estado (%) 52.4

Mal estado (%) 22.0

Pésimo estado (%) 8.5

No hay (%)

0.0

14.6

47.6

31.7

6.1

2.4

24.4

39.0

22.0

11.0

1.2

1.2 0.0 1.2 2.4 8.5 3.7 2.4

29.3 39.0 54.9 39.0 75.6 37.8 47.6

52.4 48.8 39.0 41.5 14.6 35.4 31.7

9.8 7.3 3.7 11.0 1.2 12.2 8.5

7.3 4.9 1.2 6.1 0.0 11.0 8.5

1.2

2.4

42.7

32.9

13.4

6.1

2.4

1.2

26.8

22.0

19.5

22.0

100 8.5

0.0

59.8

26.8

7.3

4.9

1.2

Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta.


El capital financiero de la localidad son aquellos recursos de capital disponibles, vía créditos o financiamiento para el establecimiento o desarrollo de empresas o proyectos productivos en la comunidad. La disponibilidad de recursos financieros como el crédito puede invertirse en la construcción de capacidades y disminuir la vulnerabilidad económica de las personas, los grupos y la comunidad, frente a los riesgos de desastres. A nivel familiar hemos analizado los recursos económicos con los que cuentan los pobladores de Ixil y nos enfocaremos a los negocios identificados en la localidad y a

los tipos de financiamiento a los que tienen acceso. Debido al limitado número de grupos o colectivos de trabajo dentro de la localidad, la acumulación de capital financiero puede observarse a mayor medida en lo individual. Debido a lo anterior, la mayor parte de los establecimientos o negocios que fueron identificados en la encuesta, son familiares. Algunos de los negocios identificados, requirieron de la formación de un grupo de trabajo para acceder al crédito o al financiamiento, sin embargo, estos grupos, se constituyeron para dicho fin y no operan como grupos de trabajo. A pesar de que se 65

Tabla 3.3. Tipos de establecimientos o negocios que fueron identificados en Ixil. Tipo de negocio

No. Establecimientos

Donde opera

Ciber

1

Local

Comercio de abarrotes

6

En la vivienda

Criadero de venados

1

Terreno parcelado

Huerta

2

Terreno parcelado

Invernadero

1

Propiedad ejidal

Llantera

1

En la vivienda

Panadería

2

En la vivienda

Puesto (Casa del pueblo)

1

Mercado “Casa del pueblo”

Renta maquinaria agrícola

1

Terreno particular

Sastrería

1

En la vivienda

Taller (reparación de bombas de agua)

1

En la vivienda

Taller carpintería

1

En la vivienda

Taller de confección de uniformes y costura

1

En la vivienda

Taller de herrería

3

En la vivienda

Taller de torno

1

En la vivienda

Taller para elaboración de artesanías

1

En la vivienda

Tapicería

1

En la vivienda

Total general Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta.

26


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conversó con la población sobre este tipo de grupos, no se llegó a ninguna conclusión al respecto de los objetivos del grupo; el reparto y destino de las utilidades del negocio o de las responsabilidades del manejo actual de los recursos; de los participantes activos de los negocios; o la propiedad de los terrenos en donde operan (Tabla 3). Por lo anterior, no queda claro el beneficio colectivo de los financiamientos recibidos.

siendo plana toda la superficie del territorio municipal, considerada como llanura de barrera en su mayor extensión, debido a que en el extremo norte existen playas. El municipio posee una vulnerabilidad muy alta del agua subterránea costera a la contaminación por efectos antropogénicos, así como riesgos de incendio en la zona costera, que se incrementan después del efecto devastador de huracanes y tormentas tropicales. Esto se debe a que después de

Como podemos observan en la tabla anterior, a excepción del invernadero y el criadero de venados, la mayor parte de los establecimientos identificados son micronegocios, que en su mayoría son operados por el jefe o jefa de hogar con el fin sostener económicamente a la familia o complementar los ingresos familiares.

estos eventos existe una acumulación de ramas y árboles caídos, que eventualmente se secan y constituyen una buena fuente de combustión.

En términos de Capital natural, a pesar de que el municipio de Ixil cuenta con 19 kilómetros de playa y 1,593.96 hectáreas de manglar, que representa el 2.13% de la superficie total del estado (POETCY, 2007), la población de la localidad cabecera del municipio no tiene acceso a la explotación de los recursos del mar debido principalmente, a que carece de una vía de comunicación hacia la costa. La distribución espacial de los ecosistemas en Ixil, es similar a la observable en el resto de los municipios costeros de Yucatán,

4

La ausencia de un instrumento de gestión y aprovechamiento de los ecosistemas del municipio impide identificar oportunidades para la diversificación productiva de los medios de vida de la población, la aplicación de tecnologías y uso de suelo compatibles con el entorno y el desarrollo de programas de conservación de los ecosistemas. En nuestra interacción con la población de Ixil, al menos dos proyectos de aprovechamiento y conservación de los ecosistemas fueron identificados, sin embargo ninguno de ellos se encuentra en operación: a) Proyecto de ecoturismo, con actividades a ofertar de senderos interpretativos, visita a vestigios arqueológicos (las trincheras de Ixil4), baño en cenotes, entre otros; y b) Unidad de Manejo Ambiental (UMA), para la cría de

Al norte de la localidad de Ixil, rumbo a la costa, se encuentran unas construcciones conocidas por los pobladores como “Las trincheras”. Estas fortificaciones fueron construidas en el siglo XVI, formando parte amplio de defensa de la capital yucateca y la costa norte, principalmente como medida de precaución contra las excursiones de los piratas (Orilla 1998).


venados, coordinada por ejidatarios, con el apoyo inicial de Semarnat. Estas podrían constituirse en alternativas productivas a fin de reducir la vulnerabilidad de la población local, lo que tendría un impacto positivo en la reducción de la vulnerabilidad de los medios de vida frente a los riesgos de desastres.

3.4. Conclusiones Nuestra reflexión se orienta a la discusión de los resultados en cuanto al marco analítico de activos o capitales comunitarios, utilizado para determinar el grado de vulnerabilidad de la población de la localidad de Ixil, como factor clave de la construcción social del riesgo asociado a los impactos de fenómenos hidrometeorológicos en dicha localidad. Para ir más allá de la vulnerabilidad, identificamos el papel que tienen los activos para enfrentar las amenazas relacionadas con los fenómenos hidrometeorológicos, con el fin de comprender el rol de los capitales comunitarios en el aumento de la capacidad de adaptación. Concluimos que, más que los ingresos, son los activos que poseen las familias un factor determinante para reducir el riesgo de desastre. El marco de activos nos permitió también identificar y analizar la relación entre la vulnerabilidad y capacidades; así como la relevancia del balance entre los capitales comunitarios y la interdependencia entre ellos, con el fin de identificar los factores que pueden mejorar la capacidad de los

pobladores de la localidad ante los impactos asociados a los riesgos de desastres. El análisis de los capitales comunitarios genera información que permite comprender el contexto, las debilidades, las fortalezas y las demandas específicas de su población. Asimismo posibilita vislumbrar las interacciones entre los capitales, estableciendo en cuáles de ellos es prioritaria una intervención, a fin de que se rompa con el círculo vicioso de pobreza, degradación ambiental y escasa capacidad para enfrentarse a los riesgos de desastres. Conociendo los puntos débiles de cada capital y cómo puede afectar a los demás, se puede determinar los puntos de control que deben ser monitoreados y potenciados, así como las acciones adecuadas a emprender a fin de reducir la vulnerabilidad de dicho capital y crear sinergias con otros. Dicho reconocimiento es vital para enfocar los programas y proyectos de las diferentes instituciones hacia el fortalecimiento de los capitales más débiles, así como fomentar procesos de desarrollo endógeno. En Ixil se hace necesario el fortalecimiento del capital humano, dado que el nivel educativo es un factor clave que puede impulsar una sinergia positiva con otros capitales, como el financiero y el social. En términos de capital social es imprescindible generar y consolidar iniciativas de articulación y organización social para hacer frente a los desastres. En lo que concierne al capital político, es esencial generar procesos de mayor

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legitimidad y confianza en las autoridades locales, para que se trabaje de manera articulada población y gobierno, para la reducción de los riesgos de desastres. Si se prioriza la oferta institucional local y regional hacia intervenciones que fortalezcan los tres capitales comunitarios mencionados (capital humano, social y político), se puede impulsar el desarrollo de una espiral virtuosa, dado que la sociedad en

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su conjunto y las autoridades locales estarán preparados a brindar respuestas más efectivas y eficaces ante el riesgo de los desastres causados por los huracanes y ello puede redundar en menores pérdidas de infraestructura (capital físico) y de recursos naturales (capital natural), reduciendo las inversiones que se tienen que emplear para salir de la situación de desastre (capital financiero). La reducción de la vulnerabilidad y por ende el fortalecimiento de los capitales comunitarios requiere de una estrategia a mediano y largo plazo. Ello provoca, por un lado, que en no raras ocasiones se limite su importancia y urgencia frente a otros temas que irrumpen en la agenda en forma de crisis, y por el otro, que no se logre su continuidad debido a los tiempos políticos con los cuales se manejan las agendas en este país, provocando la discontinuidad de planteamientos y compromisos en virtud del cambio de partido en el poder. De esa manera, los recursos que siempre son limitados, suelen mermarse aún más con las di-

ferentes coyunturas. Por lo tanto, se tendría que enfocar dichas políticas con un horizonte temporal adecuado, considerarlas como un proceso iterativo y continuo y tratar de generar mecanismos para blindarlas.

3.5. Agradecimientos Las autoras agradecen a la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos del Conacyt el financiamiento para participar en la discusión nacional en relación con los Sistemas de Alerta Temprana para Fenómenos Hidrometeorológicos, que permitieron enriquecer este trabajo.

3.6. Referencias Adger, W. N. (2006). Vulnerability. Global Environmental Change 16 (3), 268-281. Barriga Machicao, M. M. (2004). El rol del capital social en la reducción de vulnerabilidad y prevención de riesgos. Caso del municipio de Estelí – Nicaragua, Tesis de Magíster Scientiae en Socioeconomía Ambiental, Centro Agronómico Tropical de Investigación y Ensenanza (Catie), Programa de Enseñanza para el Desarrollo y la Conservación, Escuela de Posgrado, Turrialba, Costa Rica. Bebbington, A. (2005). Estrategias de vida y estrategias de intervención: el capital social y los programas de superación de la pobreza [versión electrónica]. En I. Arriagada (ed.), Aprender de la experiencia. El capital social en la superación de la pobreza (págs. 21-46). Santiago de Chile: CEPAL/Cooperazione Italiana.


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4 SISTEMA DE MONITOREO MULTI-AMENAZA: HERRAMIENTA OPERATIVA PARA ALERTA TEMPRANA Jorge Humberto Bravo Méndez y Saúl Miranda Alonso Secretaría de Protección Civil del Estado de Veracruz Dirección: Distribuidor Vial 1009, Torre Corporativa Olmo Piso 6 y 7, Reserva territorial, 91096 Xalapa, Ver., México. Autor de correspondencia: jh.herk@gmail.com

4.1. Introducción El monitoreo de las condiciones atmosféricas y ambientales son herramientas necesarias en el desarrollo de alertas tempranas para prevenir a la población contra posibles riesgos. El medio más eficiente para llevar a cabo un monitoreo con amplia cobertura, es la observación de la Tierra (OT) a través de los múltiples instrumentos colocados en satélites. En la actualidad el uso de imágenes de satélite, es indispensable para un pronóstico oportuno del tiempo a corto plazo y para el monitoreo operativo de algunos desastres ambientales. La prevención oportuna exige adquisición de datos con una mayor precisión y con un intervalo de tiempo de captura lo más corto posible sobre una misma área de interés. Particularmente los satélites de órbita geoestacionaria favorecen una cobertura que no varía espacial-

mente y los intervalos de tiempo en los que captura las imágenes son constantes y relativamente cortos, esto es ideal para dar seguimiento a determinados eventos, el ejemplo clásico es el seguimiento a los ciclones tropicales. Los satélites que observan al continente americano con órbita geoestacionaria son los satélites de la NOAA llamados Geostationary Operational Environmental Satellites (GOES), la más reciente generación de estos satélites es conocido como serie GOES-R. (https://www.goes-r.gov/mission/ mission.html). Con el lanzamiento del satélite GOES-R, inició para el continente americano, la era de los nuevos satélites geoestacionarios de la NOAA. Estos satélites de la denominada “serie GOES-R” son: GOES-R, GOES-S, GOES-T y el GOES-U [1]. Con esta nueva generación de satélites, es posible la imple-

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mentación de un sistema de monitoreo multi-amenaza, ya que la alta resolución espacial y temporal con la que estos satélites obtienen sus datos, en comparación con sus predecesores, lo favorece. Por “amenazas múltiples”, o multi-amenaza como se escribe en este trabajo, se entiende: “1) la selección de múltiples amenazas importantes que afronta el país, y 2) los contextos particulares en los que pueden

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producirse sucesos peligrosos simultáneamente, en cascada o de forma acumulativa a lo largo del tiempo, y teniendo en cuenta los posibles efectos relacionados entre sí. Las amenazas incluyen (como se indica en el Marco de Sendái para la Reducción del Riego de Desastres 2015-2030, enumerados por orden alfabético) procesos y fenómenos biológicos, ambientales, geológicos, hidrometeorológicos y tecnológicos” (OMM, 2018). El GOES-R al ser colocado en su órbita geoestacionaria pasó a llamarse GOES-16 y el 18/12/2017 al reemplazar al GOES-13 pasó a ser el satélite operativo GOES-Este de la NOAA. El segundo satélite de la serie, el GOES-S, fue lanzado el 01/03/2018 y fue renombrado GOES-17 cuando se posiciono en órbita geoestacionaria y el 12/02/2019 al reemplazar al GOES-15 pasó a ser el satélite operativo GOES-Oeste de la NOAA (GOES – R, 2020). El sensor Advanced Baseline Imager (ABI) es el instrumento principal en los GOES-R

para visualizar las condiciones de la atmósfera, los océanos y en general el medio ambiente. ABI observa a la Tierra con 16 bandas espectrales diferentes, dos canales visibles, cuatro canales cercanos al infrarrojo y diez canales infrarrojos (el GOES que lo precedió solo tenía 5 bandas). ABI proporciona tres veces más información espectral, cuatro veces la resolución espacial y una cobertura temporal cinco veces más rápida que los sistemas GOES predecesores. Debido a que la cobertura con la que el GOES-16 observa la república mexicana, es mejor que la del GOES-17, este trabajo usa únicamente datos del GOES-16, sin embargo, esta metodología es perfectamente aplicable al GOES17. El satélite GOES-16 tiene cuatro coberturas, a) FullDisk (una cobertura global), b) CONUS (una cobertura de Norte América), c) Mesoescala (dos coberturas de mesoescala, que principalmente monitorean a los EUA). Para este trabajo únicamente se usa el sector CONUS, el cual cubre totalmente la República Mexicana, abarcando desde el norte de los EUA hasta el estado de Chiapas, con lo que se puede dar seguimiento a los sistemas meteorológicos en temporada invernal y desde el límite entre el Mar Caribe y Océano Atlántico hasta Baja California, favoreciendo el seguimiento de ciclones tropicales desde parte del Océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México con un intervalo de captura de cinco minutos para el sector CONUS.


El acceso a este gran volumen de datos requiere infraestructura no muy accesible en México por el elevado costo que supone la adquisición de una antena receptora de datos que producen estos satélites de nueva generación. De las antenas receptoras con las que se cuenta en este país, la única que cumple con los requisitos para recibir datos ABI y de otros sensores del GOES-16, es la que se ubica en el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT)

recientes, como los que proporciona AWS o GCP.

del Instituto de Geografía (IGg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

municación, por parte de una fuente oficial, de avisos fidedignos, oportunos, exactos y de utilidad práctica e información conexa sobre la probabilidad y el impacto; y iv) preparación a todos los niveles para reaccionar ante los avisos recibidos. Este trabajo se centra en el segundo elemento: la “detección, vigilancia, análisis y predicción de los peligros y consecuencias posibles” (OMM, 2018).

LANOT distribuye y permite el acceso a los productos que allí se generan (http://www. lanot.unam.mx/lanot.html) pero no da acceso a los datos obtenidos del satélite GOES16. Los datos derivados del satélite, como los que se generan en LANOT, tienen gran valor y múltiples usos, sin embargo para la implementación del sistema de monitoreo que se describe en este trabajo se requiere del uso de datos obtenidos directamente de los satélites de la serie GOES-R, ya sea en nivel 1 o nivel 2. Otra característica que hay que tener en cuenta para la implementación de un sistema de monitoreo, es el tiempo de obtención de los datos, por lo cual se requiere tener un acceso sin limitaciones, como lo pueden ser usuarios y contraseñas o protocolos de acceso que pueden tener una mayor demora en la transferencia de archivos, en comparación con servicios más

Los cuatro elementos de los sistemas de alerta temprana eficientes y centrados en la población son: i) conocimiento sobre los riesgos de desastre basado en la recopilación sistemática de datos y las evaluaciones del riesgo de desastres; ii) detección, vigilancia, análisis y predicción de los peligros y consecuencias posibles; iii) difusión y co-

4.2. Materiales y métodos En el pasado, hasta hace no mucho tiempo atrás, para poder tener acceso a datos de satélite comúnmente se requería el uso de antenas receptoras, sin embargo, para la adquisición de esta infraestructura es necesario considerar una inversión inicial además del mantenimiento, y por otro lado el arrendamiento de algún servicio, software y/o hardware, que en algunos casos puede ser bastante costoso, tal que, eventualmente pasa a ser un servicio insostenible. En la actualidad, gracias a la apertura de diversos centros para compartir datos de OT, es po-

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sible obtener de forma gratuita el acceso a una amplia gama de datos obtenidos por satélites.

medioambientales, pueda implementar su propio visualizador de imágenes enfocándose en su propia área de interés.

Desde que los datos del satélite GOES-16 fueron puestos a disposición del público en el segundo trimestre del 2017 como datos preliminares no operativos a través de los servidores de UNIDATA, y con la necesidad que se tenía, y aún se tiene, para la vigilancia continua e las condiciones meteo-

El sistema de monitoreo multi-amenaza, del que se trata este trabajo, se desarrolla en tres fases:

rológicas en la Secretaria de Protección Civil del Estado de Veracruz (SPC-Ver)., se ha trabajado con distintas librerías, tecnologías, herramientas de código abierto y/o acceso libre, en un sistema de adquisición, procesamiento y despliegue de datos de acceso libre de los satélites de la serie GOES-R.

obtenidos en tiempo cercano al real con un intervalo de aproximadamente 5 minutos, a continuación, se hace una descripción de las fuentes de acceso. Utilizando un computador, con sistema operativo GNU/Linux y el lenguaje de programación Python, se accedió de forma periódica a alguna de las fuentes de acceso libre del Big Data Project1 (BDP) de NOAA para descargar los datos. Como alternativas de acceso libre, en caso de que así fuera necesario, es posible descargar los datos a través de los servidores de UNIDATA, servidor que, además de permitir la descarga de los datos, también permite el acceso a través del protocolo OpenDAP. Otra posible opción es la descarga automática, también usando python, de los datos usando servidores ADDE a través de software como IDV o McIDAS-V. Respecto a la descarga de datos del BDP, se han hecho pruebas del tiempo de descarga de las 16 bandas en formato NetCDF y se ha estimado que para el sector CONUS tarda aproximadamente entre 25 a 45 segundos y para el sector FullDisk es de 2 a 4 minutos. No se han descargado los secto-

El objetivo de la implementación de este sistema de monitoreo, es usar los recursos existentes del centro de trabajo, tales como infraestructura tecnológica (computadores, internet, etc.) y capital humano, priorizando una inversión monetaria nula o mínima, esto último considerando la adquisición de un computador robusto que ayude en la disminución en el tiempo del procesamiento de los datos y monitores para el despliegue de imágenes. De este modo cualquier centro de meteorología, que no pueda acceder a una antena receptora de imágenes satelitales y a un software especializado de despliegue de datos, pero que requiere dar seguimiento a fenómenos hidrometeorológicos y algunos

1) Adquisición de datos. Para el desarrollo de este sistema de monitoreo, se hace uso de datos del sensor ABI, estos datos son


res Mesoecala, debido a que su cobertura se centra principalmente en regiones de EUA. Cabe aclarar que el tiempo de descarga está muy relacionado con el ancho de banda y buena conexión del sistema de internet. 2) Procesamiento de datos. El procesamiento de los datos hace uso de python, en particular de la librería Satpy, una de varias librerías del proyecto Pytroll. Ésta librería se encarga de leer el dato, procesarlo y combinar las bandas de acuerdo a las necesidades de cada usuario, dando como resul-

tado la posibilidad de guardar el dato final en distintos formatos, entre ellos imágenes tipo geotiff. Las combinaciones RGB creadas con Satpy se en listan en la Tabla 4.1, Tabla 4.2, Tabla 4.3. La estimación del tiempo de proceso fue hecha con un computador tipo Workstation con 40 núcleos y 128 en memoria Ram. La capacidad de almacenamiento que se espera cada 5 minutos al generar las combinaciones descritas en las tablas anteriores, de muestra en la Tabla 4.4.

Tabla 4.1. Imágenes con resolución de 2km Nombre (inglés) Simple water vapors Differential water vapors Tropical air mass Night microphysics Air mass Dust Ash Volcanic gas Total processing time

Descripción Combinación simple de Vapor Diferencial de vapor de agua Masas de aire, versión tropical Microfísica (noche) Masas de aire Realce de tormentas de arena Realce ceniza volcánica Realce de SO2

Tiempo de procesamiento 0:00:06.268093 0:00:06.411883 0:00:05.907605 0:00:05.880633 0:00:05.849947 0:00:06.315256 0:00:05.887766 0:00:06.083683 0:00:48.640873

Tabla 4.2. Imágenes con resolución de 1km Nombre (inglés) Day microphysics Convection Cloud phase distinction Natural color enhance fire Snow and fog Fire Temperatua Cloud phase Total processing time

Descripción Microfísica (día) Convección severa Distinción de fase de nubes Realce de fuego (color natural) Realce de nieve y niebla Realce de puntos calientes Fase nues

Tiempo de procesamiento 0:01:03.084208 0:00:45.959707 0:00:53.314009 0:00:48.525978 0:00:59.844130 0:00:20.216620 0:00:52.977457 0:06:43.922882

Tabla 4.3. Imágenes con resolución de 1/2km Nombre (inglés) True color Total processing time

Descripción Color verdadero

Tiempo de procesamiento 0:01:33.687028 0:01:33.687028

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Tabla 4.4. Cantidad de almacenamiento. Resolución 1/2 km 1 km 2 km

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Cantidad 1 imagen 7 imágenes 8 imágenes

Tamaño de los archivos 150 MB 250 MB 62 MB

Tamaño total

460 MB

Esta cantidad de almacenamiento, mostrada en la tabla 4, puede verse reducida considerablemente si se aplican procesos de compresión, sin embargo, esto reduce un poco la calidad de la imagen. Teniendo las imágenes raster se usa Qgis-server para

petitivos que pueden hacer perder mucho tiempo en trabajos operativos, como lo es el monitoreo o vigilancias de las condiciones del tiempo, un ejemplo descarga automatizada de datos y su procesamiento.

acceder a las imágenes a través de servicio Web Map Service (WMS)

El uso de la técnica RGB de procesamiento de imágenes, favorece la mejor interpretación de las condiciones atmosféricas; ya que, gracias al realce, que esta técnica ofrece, en las características de determinados fenómenos perturbadores permite identificar con mayor claridad zonas afectadas y las que podrían afectarse.

3.- Despliegue de imágenes. Este último paso es para poder visualizar las imágenes en una aplicación basada en la web, por lo cual se utiliza HTML, CSS y JavaScript, además de la librería Leaflet ampliamente utilizada para la publicación de mapas en la web, esta librería permite hacer uso de servicios WMS, que es el servicio que previamente establecimos con Qgis-server. Como cualquier aplicación está en desarrollo continuo por lo cual se tiene planeado incorporar mejoras de acuerdo a las necesidades, principalmente del CEPM. Para este desarrollo continuo se hará uso del control de versiones GIT.

4.3. Resultados y discusión La programación es, en la actualidad, una ciencia transversal a muchas disciplinas del conocimiento, y las ciencias de la atmósfera no son la excepción. Gracias a la programación es posible automatizar procesos re-

A continuación, se muestran ejemplos de como la combinación de canales multiespectrales mejora al interpretar determinadas situaciones, no se muestran todas las combinaciones que se describen en las tablas anteriores. La Figura 4.1 muestra el 2017-03-23 a las 22:47:22 una tormenta de arena, en colores rosados, al norte de la República Mexicana y es posible distinguir entre las nubes la distribución de la arena. La Figura 4.2 muestra la fumaróla el 201709-27 a las 13:47:25 emitida por el volcán Popocatepetl y es posible distinguir, entre las nubes, la distribución de la ceniza.


Figura 4.1. Distinción de tormentas de arena (en rosa) en una imagen multiespectral.

La Figura 4.3 muestra, para el 28/05/2018 a las 22:02:26, incendios en varios estados de la República Mexicana, al noroeste es po-

sible ver las plumas de humo, a demás al noroeste de la Florida se encuentra la tormenta subtropical Alberto.

Figura 4.2. Composición RGB para el realce de la ceniza volcánica.

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Figura 4.3. Composiciones RGB en color verdadero.

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4.4. Conclusiones El uso de datos geoespaciales y el previo conocimiento de ciencias transversales a las ciencias atmosféricas, como lo es la programación, permite desarrollar herramientas con fines operativos que apoyen a las labores de vigilancia, monitoreo y seguimiento de algunos fenómenos perturbadores. En este caso particular, la generación operativa de imágenes RGB permite identificar con mayor claridad las características de determinados fenómenos perturbadores, principalmente de origen hidrometeorológico. Un centro de meteorología o de monitoreo de condiciones ambientales, tiene

la posibilidad de acceder a un sistema de monitoreo, usando datos de los satélites de Nueva generación de la serie GOES-R, con relativa poca inversión o nula. Este sistema de monitoreo usa datos de calidad obtenidos de fuentes de primera mano, siendo el BDP la opción principal por el acceso fácil y sin restricciones para la obtención del gran volumen de datos que se encuentran almacenados en lo que común mente se conoce como “la nube” Este almacenamiento permanente en la nube, supone que el usuario final que usa esos datos no tiene que pensar en un almacenamiento local, pues puede acceder a estos datos cuando sean necesario, esto considerando que siempre serán de acceso libre.


4.5. Agradecimientos. Al grupo de desarrolladores de paquete Satpy del proyecto Pytroll, ya que sin este excelente paquete hubiera sido de mucho mayor dificultad la implementación de este sistema de monitoreo multi-amenaza y a la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos del Conacyt el financiamiento para participar en la discusión nacional en relación con los Sistemas de Alerta Temprana para Fenómenos Hidrometeorológicos, que permitieron enriquecer este trabajo.

4.6. Referencias OMM (2018). Sistemas de Alerta Temprana Multirriesgos: Lista de verificación. Organización Mundial de Meteorología. https://library. wmo.int/doc_num.php?explnum_id=4576

WMO, (2017). Guidelines on Satellite Skills and Knowledge for Operational Meteorologists: GOESR, consultada en: http://www. goes-r.gov/mission/mission. html. GOES-R (2020). GEOSTATIONARY OPERATIONAL ENVIRONMENTAL SATELLITES—R SERIES. Consultada en: https://www.goes-r. gov/mission/mission.html Páginas consultadas: GOESR, consultada en: http://www. goes-r.gov/spacesegment/abi. html GOESR, consultada en: http://www. g o e s - r. g o v / u s e r s /c o m e t / npoess/multispectral_topics/ rgb/index.htm

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5 SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA MULTI-RIESGO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Martha Lilian Llanos Rodríguez Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Autora de Contacto: martha.llanosr@gmail.com

5.1. Introducción El objetivo principal de la protección civil es la de salvaguardar a las personas, su patrimonio y su entorno en caso de riesgo (pág. 3, Ley General de Protección Civil, SINAPROC, 2012). La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) realizó un estudio (2013) sobre el Sistema Nacional de Protección en México (SINAPROC), donde en el apartado sobre Prevención y Mitigación de los Riesgos de Desastres, se describe lo siguiente: Un área que ha desarrollado el SINAPROC en las dos últimas décadas es la gradual creación y aceptación de los Sistemas de Alerta Temprana (SAT). Se define un SAT como un conjunto de procedimientos e instrumentos, a través de los cuales se monitorea una amenaza de carácter previsible, se recolectan y procesan datos e información, ofreciendo pronósticos o predicciones temporales sobre su acción y posibles efectos (UNESCO, 2016).

En ese sentido, el diagnóstico que se presenta en el Plan Nacional de Protección Civil 2014-2018 (PNPC), señala que las estrategias para cumplir con los objetivos relacionados con el monitoreo y alerta especialmente de los fenómenos naturales los esfuerzos no han sido tan unidos, existiendo una coordinación deficiente (PNPC, SEGOB, 2014). Se enfatiza sobre la necesidad de homologar los medios de comunicación por los cuales se hacen públicas las alertas a los Estados y se menciona la urgente necesidad de expandir y consolidar el monitoreo y alerta de los diversos fenómenos naturales que inciden en el país, con lo que se podría avisar con oportunidad a las autoridades y público en general de los peligros que pongan en riesgo su vida y su patrimonio.

5.2. Materiales y métodos y/o supuestos teóricos La multiplicación de daños ocasionados por los efectos de fenómenos hidrometeoroló-

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gicos en la Ciudad de México, requiere del establecimiento de una dinámica en materia de protección civil con énfasis en la prevención, con el propósito de disminuir y mitigar las afectaciones a la población. De esta manera, se debe crear un Sistema de Alerta Temprana por Tiempo Severo que permita con la mayor oportunidad avisar sobre el probable o eminente impacto de eventos meteorológicos.

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El objetivo de esta alerta es proporcionar información sobre tiempo severo, es decir, lluvia fuerte, caída de granizo, caída de nieve o aguanieve, viento fuerte y temperaturas altas y bajas a la población, a los tomadores de decisiones de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y en general del Gobierno de la Ciudad de México con la finalidad de activar sus protocolos de prevención, así como una atención rápida y eficiente. Sus objetivos específicos son: • Informar las condiciones meteorológicas en la Ciudad de México mediante la vigilancia permanentemente de redes de observación en superficie y altura, así como de percepción remota con satélites y radares meteorológicos. • Anticipar las condiciones meteorológicas con previsiones a corto y muy corto plazo empleando las salidas de modelos numéricos de escala regional.

• Mantener informada a la población de las acciones a tomar antes, durante y después de una emergencia por tiempo severo. El Sistema de Alerta Temprana por Tiempo Severo se desarrolla en cuatro líneas de acción, las cuales se relacionan con la observación, registro, pronóstico y difusión de las condiciones meteorológicas. Para ello, se han determinado los siguientes ejes estratégicos: • Operación de la red de estaciones meteorológicas de superficie de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil. • Recopilación la información meteorológica generada por las redes de observación operadas por otros organismos en la Ciudad de México y Estados circunvecinos. • Diseño y manejo de bases de datos meteorológicos. • Ejecutar el modelo de pronóstico numérico Weather Research and Forecasting (WRF) a muy alta resolución espacial, asimilando información de las redes meteorológicas disponibles. • Realizar análisis y pronósticos meteorológicos enfocando el interés en el área que cubre la Ciudad de México. • Preparar boletines, notas, infografías y comunicados para una información efectiva.


5.3. Resultados y discusión Para conjuntar la información mencionada en el apartado anterior y difundirla de una forma unificada se elaborará un boletín meteorológico dos veces al día a las 7 y a las 14 horas, además se elaborará un informe meteorológico dos veces al día a las 17 y 20 horas. En caso de un cambio en las condiciones meteorológicas se generarán boletines especiales sin horario determinado.

También se actualizará cada que sea necesario el nivel de riesgo generado por las expectativas de tiempo severo en cada una de las 16 Alcaldías de la Ciudad de México. Para la categorización de los niveles de riesgo por fenómenos meteorológicos, utilizados para emitir el Sistema de Alerta Temprana Multi-Riesgo en la Ciudad de México, se sugiere sean los siguientes:

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Las alertas que se manejarán se integran utilizando los siguientes criterios:


La tarea fundamental de los meteorólogos en este sistema es determinar el nivel de riesgo, cuya señal es la pauta para activar de manera preventiva al Sistema de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil ante fenómenos hidrometeorológicos.

5.4. Conclusiones 5.4.1 Acciones de acuerdo a los elementos de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México

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De acuerdo a la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas en 2006, un sistema completo y eficaz de alerta temprana lo comprenden cuatro elementos: a. b. c. d.

Conocimiento de los riesgos Servicio de seguimiento y alerta Difusión y comunicación Capacidad de respuesta

Estos van desde el conocimiento hasta la preparación y la capacidad de respuesta. También afirman que los mejores sistemas de alerta temprana establecen sólidos vínculos internos y ofrecen canales eficaces de comunicación entre todos estos elementos. Dado que el operador de la Alerta es la Secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de Méxi-

co, estos elementos se componen de la siguiente forma: Siendo el operador de la alerta la Secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, estos elementos se componen de la siguiente forma:

Conocimiento de los riesgos: Atlas de Peligros y Riesgos - Recopilar sistemáticamente la información de los peligros, riesgos y vulnerabilidades por fenómenos hidrometeorológicos en la Ciudad de México - Elaborar evaluación del riesgo - Elaboración de mapas de riesgo

Servicio de seguimiento y alerta: Coordinación de Alerta Temprana Multi-Riesgo - Monitorear de las condiciones meteorológicas de la Ciudad de México - Elaboración de boletines, informes y avisos referentes a la expectativa de la presencia tiempo severo.

Generar la Alerta Difusión y comunicación: Coordinación de Promoción y Difusión - Divulgar la información sobre riesgos. - Elaborar infografías sobre la Alerta. - Publicar en redes sociales boletines, informes meteorológicos y Alerta.


Capacidad de Respuesta: Dirección General Táctico Operativa - Desarrollar la respuesta en el ámbito de la Ciudad de México ante tiempo severo. - Elaborar planes de gestión en caso de emergencia o desastre

5.5. Agradecimiento La autora agradece a la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos del Conacyt el financiamiento para participar en la discusión nacional en relación con los Sistemas de Alerta Temprana para Fenómenos Hidrometeorológicos, que permitieron enriquecer este trabajo

5.6. Referencias Cámara de Diputados del Congreso de la Unión (2012). Ley General de Protección Civil. Recuperado de: http:// www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/

pdf/LGPC_030614.pdf . Consultado en septiembre del 2015 UNESCO (2016). Sistemas de Alerta Temprana. Recuperado de: http://www.unesco.org/new/ fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/SanJose/pdf/Panama%20MANUAL%20 INFORMATIVO.pdf . Consultado en junio 2016. SEGOB (2014). Programa Nacional de Protección Civil 2014-2018. Recuperado de: http://www.dof.gob.mx/nota_detalle .php?codigo=5343076&fecha=30/04/2014 13 SINAPROC Civil (2012). Ley General de Protección Civil. Recuperado de: http://www.proteccioncivil. gob.mx/work/models/ProteccionCivil/Resource/6/1/images/lgp c.pdf. Consultado en agosto del 2015 OCDE (2013). Estudio de la OCDE sobre el Sistema de Protección Civil en México, OECD Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/9789264200210-es

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6 ATLAS DE RIESGOS COMO INSTRUMENTOS DE SISTEMAS DE ALERTAS TEMPRANAS Ma. Luisa Hernández Aguilar y Gerardo Daniel López Montejo Centro de Información Geográfica, División de Ciencias e Ingenierías, Universidad de Quintana Roo. Campus Chetumal. Autora de contacto: malu@uqroo.edu.mx

6.1. Introducción Evaluar el riesgo de desastres significa tener en cuenta, no solamente, el daño físico esperado, damnificados o pérdidas económicas, sino también factores sociales, así como la habilidad organizacional e institucional. En materia de gestión de riesgos de desastres, la capacidad institucional se concibe como la capacidad administrativa y de gestión de un país, principalmente en la aplicación de políticas públicas para responder de manera eficiente y adecuada antes las amenazas. Los avances logrados en la gestión del riesgo son diferentes para cada país. En México, tanto a nivel estatal y municipal, aún existe una gran limitación y diferenciación en la obtención de información, además de carencias técnicas por parte de los responsables de estos procesos, específicamente de las direcciones y coordinaciones estatales y municipales de protección civil (Hernández y Castillo, 2012).

nivel internacional para la implementación de la Reducción de Riesgo de Desastre (RRD), adoptado por los Estados miembros de las Naciones Unidas de 2005 a 2015. Actualmente es el Marco de Sendai, marco sucesor del MAH, el cual tiene vigencia hasta el 2030. Los cambios más importantes entre estas perspectivas son el marcado énfasis puesto en la “gestión del riesgo de desastres” en lugar de la “gestión de desastres”, la definición de siete objetivos mundiales, la reducción del riesgo de desastres como resultado esperado, un objetivo centrado en evitar que se produzcan nuevos riesgos, la reducción del riesgo existente y reforzar la resiliencia. Así como, un conjunto de principios rectores, incluida la responsabilidad primordial de los Estados de prevenir y reducir el riesgo de desastres, y la participación de toda la sociedad y todas las instituciones del Estado (UNISDR, 2015).

El Marco de Acción de Hyogo (MAH) fue el instrumento cualitativo más importante a

México, como parte de los Estados miembros de las Naciones Unidas, y firmante de

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los marcos internacionales de MAH y Sendai, ha sido reconocido a nivel internacional por sus políticas públicas y acciones en materia de gestión integral de riesgo. No obstante, cabe señalar que México desde 1986 ha establecido su propia gestión de riesgo, a partir de la tragedia sufrida por el temblor de 1985. Es así, que, por decreto presidencial, en 1986 se estableció el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Posteriormente, en 1988, con el apoyo del gobierno de Japón, se crea el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), instancia concebida para mejorar los conocimientos existentes en prevención de desastres, contribuyendo en actividades de investigación y desarrollo, apoyado por el personal académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quedando como un órgano administrativo desconcentrado, jerárquicamente subordinado a la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Años más tarde, en el año 2000, para establecer las bases de coordinación entre los distintos órdenes de gobierno en materia de protección civil, se decretó la primera Ley General de Protección Civil (LGPC), la cual se reformo en 2012 (Hernández y Castillo, 2016). Lo anterior, creo un sólido marco institucional y de políticas públicas en el país, dando lugar a las funciones y responsabilidades de la evaluación de riesgos en México, cuyo enfoque comprende una mejor comprensión científica de las amenazas, que entre sus pretensiones se encuentran el desarrollo y actualización de los Atlas de Riesgo (AR), como herramientas de planeación territorial. (Figura 6.1).

Por ley, las autoridades de Protección Civil de todos los niveles de gobierno deben desarrollar y actualizar su Atlas de Riesgo (DOF, 2014). Los Atlas de Riesgo (AR) constituyen el marco de referencia para la elaboración de políticas y programas en todas las etapas de la “Gestión Integral del Riesgo”; asimismo, se establece que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) es la institución técnica-científica de la Coordinación Nacional de Protección Civil que tiene entre sus atribuciones la integración del Atlas Nacional de Riesgos (ANR). De acuerdo con Guevara, et. al. (2006), los antecedentes del Atlas Nacional de Riesgo (ANR) se remontan a 1991, cuando la Secretaría de Gobernación publicó una primera versión del “Atlas Nacional de Riesgos” y posteriormente el “Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos de Desastres en la República Mexicana”, elaborado por el CENAPRED en 2001. Asimismo, en 2004, CENAPRED publica la primera “Guía Metodológica para la elaboración de Atlas de Peligros Naturales a Nivel de Ciudad, Identificación y Zonificación” y la “Guía Básica para la Elaboración de Atlas Estatales y Municipales de Peligros y Riesgo”. El Gobierno Federal, a través de la Secretaria de Desarrollo Agrario,Territorial y Urbano (SEDATU), desarrolló para el ejercicio fiscal 2017, el Programa de Prevención de Riesgos (PPR), actual rector para el desarrollo de los AR. Este programa tiene sus antecedentes de la fusión del Programa


2006, El manual operativo de SINAPROC, establece las funciones de las entidades federales

2001-2006, El Programa Nacional de Protección Civil (PNPC) adopta el enfoque de Gestión de Riesgos (GR)

2008-2012, El Programa Nacional de Protección Civil (PNPC), adopta el enfoque de "Gestión Integral de Riesgos (GIR)"

2012, Se plantea una mejor comprensión cientifica de las amenazas y se consolida el Atlas Nacional de Riesgos (ANR): federal, estatal y municipal

2014, Por Ley las autoridades de Protección Civil de todos los niveles de gobierno deben desarrollar y actualizar sus atlas de riesgos (DOF, 2014)

Figura 6.1. La evaluación del análisis de riesgos en México.

de Prevención de Riesgos en los Asentamientos Humanos (PRAH), manejado por lo que fue la Secretaría de Desarrollo Social en 2011 (SEDESOL) y operado hasta 2015. Desde 2016, 2017 y 2018 se publica la “Guía de Contenido Mínimo para los Atlas de Riesgo” y sus reglas de operación en el Diario Oficial de la Federación (DOF), con la finalidad de contar con criterios homogéneos para establecer los elementos y características mínimas que deberán contener los AR estatales y municipales, a fin de posibilitar su integración de manera uniforme al ANR. En los últimos años, varias entidades federativas han elaborado sus respectivos AR y otras se encuentran desarrollándolo, sin embargo, como señala el estudio elaborado por la Academia de Ingeniería de México “Inventario de Atlas de Riesgos en México”, se tiene identificados un total de 403 AR, que han sido publicados en escalas estatales y municipales hasta 2016. De estos AR solo se han publicado 31 a nivel estatal, y de los AR municipales únicamente se han publicado 375, que representa sólo un 15% del total de los 2, 459 municipios del país.

Los usuarios finales de los AR, son las autoridades competentes de los gobiernos locales, cuyo objetivo principal es que cuenten con una herramienta geográfica para ubicar e identificar el tipo y grado de amenazas, susceptibilidad, peligros, riesgos y/o índice de exposición existente de acuerdo con el origen de los mismos, a diferentes escalas. En este documento se hace énfasis en que la interpretación de los datos y la cartografía obtenidos contribuirá a detectar, clasificar y zonificar las áreas de: peligros, vulnerabilidad y riesgos; dando lugar a una correlación entre las zonas propensas al desarrollo de fenómenos perturbadores y el espacio físico vulnerable tomando en consideración aspectos como infraestructura, vivienda, equipamiento e indicadores socioeconómicos, demográficos, entre otros. Por lo que, al identificar el tipo, grado de amenaza, periodos de retorno, e índices de exposición, desde una manera científica y con base a metodologías comprobadas, se está en la posición de utilizar toda esta información derivada de los AR, como una herramienta técnica para un alertamiento oportuno y formal, identificando fases, tiempos y acciones que pueden convertirse en Sistemas de Alerta Temprana

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(SAT) con el objetivo de proteger a las personas y sus medios de vida.

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El presente capítulo tiene como objetivo principal exponer que los resultados alcanzados en los Atlas de Riesgo (AR) tienen la potencialidad de desarrollar Sistemas de Alerta Tempranas. Los cuales, al ser instrumentos técnicos-científicos elaborados con base en metodologías acreditadas, recolectan y procesan datos e información, ofreciendo pronósticos o predicciones temporales sobre las amenazas y sus posibles efectos. Para tal fin, se presentan a manera de ejemplos parte de los trabajos terminados de los Atlas de Riesgo Municipales de Felipe Carrillo Puerto y Benito Juárez, municipalidades del Estado de Quintana Roo.

6.2. Materiales y métodos 6.2.1 ¿Qué son los Atlas de Riesgos? Son instrumentos de Planificación Territorial para la Prevención, la Gestión de Riesgos y el Ordenamiento Territorial, que proporcionan a los estados y municipios información estratégica para identificar potencialidades y conflictos para el uso de su territorio. Entre sus objetivos se encuentra: • Proporcionar el conocimiento de factores funcionales y técnicos de la vulnerabilidad.

• Identificar los peligros naturales a los que están expuestos. • Apoyar en la construcción de escenarios de ocupación territorial. • Determinar acciones a seguir en el corto mediano y largo plazo. • Dar soporte en la toma de decisiones para el manejo del territorio.

¿Para qué son útiles los Atlas de Riesgos? Sus resultados pueden y deben incorporarse a los Programas de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, permitiendo que el riesgo disminuya y se salvaguarde la vida de la población. Adicionalmente sirven para dar certidumbre a los programas de inversión, ya que permiten garantizar que la nueva infraestructura sea segura. Pueden contribuir a evitar sanciones de acuerdo con la Ley General de Protección Civil (2012) que dispone que la edificación en zonas señaladas como de riesgo, sin el análisis y autorización correspondientes, es un delito grave, y que los servidores públicos que autoricen el uso de suelo en zona de riesgo pueden ser sancionados. Finalmente, para acceder a recursos a la brevedad en caso de desastre, es decir, valorar el impacto socioeconómico de los desastres.

¿Qué es un Sistema de Alerta Temprana (SAT)? Los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) son instrumentos o procedimientos con los que se realiza el seguimiento de amenazas. Con


ellos se recolectan y procesan datos e información. El resultado son los pronósticos sobre su acción y posibles efectos (Villagran, 2007). De tal modo que son los principales elementos de reducción de riesgo de desastre. Su objetivo principal radica en evitar la pérdida de vidas humanas y disminución en los impactos económicos y materiales de los desastres. De la misma manera, es facultar a las personas y comunidades que enfrentan una amenaza que actúen con su-

respuesta (Figura 6.2). Desde esta perspectiva, los AR realizan una evaluación de los riesgos (conocimiento de riesgos); realiza pronósticos y escenarios, si bien no las 24 horas al día si a partir de datos de estaciones meteorológicas que los recogen en ese periodo de tiempo (servicio de seguimiento y alerta); son instrumentos de difusión y comunicación, sin embargo, los canales de comunicación los definen las autoridades locales para llegar a las personas en peligro

ficiente tiempo y de modo adecuado para reducir la posibilidad de daños personales, materiales y al entorno.

(difusión y comunicación); entre su metodología existe la evaluación a la “capacidad de respuesta”, referido a la preparación del antes y después de un evento entre autoridades y población. CENAPRED (s/f) señala que son cuatro elementos interrelacionados que componen las SAT a nivel nacional: 1) Conocimiento del riesgo; 2) Sistemas de Medición y Monitoreo; 3) Diseminación y Comunicación y 4) Capacidad de respuesta; y que la falla de uno de éstos elementos puede conducir a la falla de todo el sistema.

De acuerdo con la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (EIRD, 2006) se señala que un sistema completo y eficaz de alerta temprana comprende cuatro elementos interrelacionados, que van desde el conocimiento de los riesgos y las vulnerabilidades hasta la preparación y la capacidad de

Conocimientos de los riesgos

Servicio de seguimiento de alerta

Recopilación sistemá ca de información y evaluación del riesgo

Desarrollo de servicios de seguimiento y alerta temprana

Difusión y comunicación Comunicación de la información sobre riesgos y alertas tempranas

Capacidad de respuesta Desarrollo de las capacidades de respuesta de los ámbitos nacionales y locales

Figura 6.2. Cuatro elementos principales de los sistemas de alerta temprana centrados en la población (EIRD, 2006)

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6.3. .Área de estudio Como ya se ha mencionado, para el análisis de amenazas y propuestas de Sistemas de Alerta Temprana se utilizaron los resultados de los Atlas de Riesgos de los municipios de Benito Juárez y Felipe Carrillo Puerto; ambos localizados al sureste de México, en la Península de Yucatán, en el Estado de Quintana Roo (figura 3).

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El municipio de Felipe Carrillo Puerto se encuentra en la parte central del Estado de Quintana Roo entre las coordenadas 19°35’ de latitud norte, 88°33’ de longitud oeste. Cubre una superficie de 13,191 km2. Es el más extenso de la entidad, con el 27% de la superficie total estatal. A 2015 contaba con una población de 81,742 habitantes, según el INEGI - el 67% es población indígena – distribuida en 216 localidades. Su altitud promedio es de 20 msnm. Colinda al norte con el municipio de Tulum; al oeste con el Municipio de José María Morelos, al sur con el municipio de Bacalar y al este con el Mar Caribe (figura 3). Por su parte, el municipio de Benito Juárez se encuentra en la parte nororiental del Estado de Quintana Roo entre las coordenadas 21°13 ́ de latitud norte y 87° 05 ́ de longitud oeste. La extensión territorial del municipio es de aproximadamente 929.84 km2, con una altitud media de 10 msnm. Colinda al norte con el municipio de Isla Mujeres; al oeste con los Municipios de Puerto Morelos y Lázaro Cárdenas, al sur con

el municipio de Puerto Morelos y al este con el Mar Caribe. Es también, el municipio con mayor población (743,626 hab. a 2015, INEGI), el 96% de sus habitantes se concentra en la ciudad de Cancún (Figura 6.3).

Figura 6.3. Ubicación del área de estudio.

6.4. Fenómenos perturbadores de origen natural Recientemente el Centro de Información Geográfica, de la Universidad de Quintana Roo, concluyó los Atlas de Riesgos de los municipios de Felipe Carrillo Puerto y Benito Juárez, ambos del estado de Quintana Roo. Estos atlas municipales se elaboraron de acuerdo con los Términos de Referencia para la Elaboración de Atlas de Peligros y/o Riesgos 2018 emitidos por la SEDATU. En estos Términos se señala que los fenómenos perturbadores que deben analizarse son los de tipo geológico e hidrometeorológico (Tabla 6.1).


Tabla 6.1. Fenómenos perturbadores de origen natural

Geológicos

Hidrometeorológicos

En este trabajo, a manera de ejemplo, se eligieron los fenómenos hidrometeorológicos de temperaturas y lluvias extremas, para presentar una propuesta de cómo elaborar un Sistema de Alerta Temprana (SAT) a partir de los resultados obtenidos de éstos AR. Cabe señalar que el estado de Quintana Roo no cuenta con un SAT para temperaturas y lluvias extremas. Si bien, en el área de estudio existen una amenaza natural, que ha provocado lo mayores daños a la población y territorio, como son los ciclones tropicales, se omitió en este aná-

1. Vulcanismo 2. Sismos 3. Tsunamis 4. Inestabilidad de laderas 5. Flujos 6. Caídos o derrumbes 7. Hundimientos 8. Subsidencia 9. Agrietamientos 10. Ondas cálidas y gélidas 11. Sequias 12. Heladas 13. Tormentas de granizo 14. Tormentas de nieve 15. Ciclones tropicales 16. Tornados 17. Tormentas de polvo 18. Tormentas eléctricas 19. Lluvias extremas 20. Inundaciones pluviales, fluviales, costeras y lacustres

lisis porque ya existe un Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT CT) desde el año 2000, cuya aceptación y difusión ha sido implementada para todo el país por el SINAPROC. De la misma manera, y como se expone en la tabla siguiente, en México, ya se han implementado algunos servicios y sistemas de alerta para la reducción del riesgo, de los cuales el Sistema de Tsunamis y de Incendios Forestales podrían también implementarse en la región (Tabla 6.2).

93


Tabla 6.2. Servicios y Sistemas de Alerta en México Sistema

Fenómeno

Información

Cobertura

Fecha de inicio

Momento de aviso

Servicio Sismológico Nacional

Sísmico

www.ssn.unam.mx

Nacional

1910

Aviso ante la ocurrencia

Sísmico

www.cires.org.mx

Ciudades de México, Oaxaca, Chilpancingo, Acapulco y Morelia

1991

Segundo previos al arribo de un sismo que ya ocurrió. Depende de la distancia del epicentro y la energía del sismo

Volcánico

www.gob.mx/ cenapred

Zonas aledañas al volcán

1994

Ante la ocurrencia de eventos

Ciclón Tropical

smn.cna.gob.mx www.gob.mx/ cenapred

Nacional

2000

Con 72 horas de anticipación

Sistema de Alerta Sísmica Mexicana (SASMEX)

94

Sistema de Monitoreo del Volcán Popocatépetl Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT) Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis Sistema de Alerta Temprana de Incendios en México Servicio Meteorológico Nacional

Tsunami

www.bit.ly/1w3MNJa

Costa del Pacífico Mexicano

2013

Para tsunamis locales, minutos de anticipación; para los regionales y lejanos o transoceánicos, horas

Incendios forestales

www.gob.mx/ conabio

Nacional

1999

Aviso ante la ocurrencia

Meteorológicos

smn.cna.gob.mx

Nacional

1877

Aviso ante la ocurrencia y pronósticos

Fuente: CENAPRED. http://www.cenapred.gob.mx/es/Publicaciones/archivos/298INFOGRAFASISTEMASDEALERTATEMPRANA.PDF

6.5. Resultados 6.5.1 Temperaturas extremas La temperatura se puede definir como una propiedad física que se refiere a las nociones comunes de calor o ausencia de calor.

Es una de las magnitudes más utilizadas para describir el estado de la atmósfera. La meteorología realiza análisis a cerca de este parámetro; la temperatura del aire varía entre el día y la noche, entre una estación y otra, y también entre una ubicación geográfica y otra, se pude llegar a estar bajo


los 0 °C y superar los 40 °C en diferentes regiones del planeta. En México, en los meses de la primavera y verano se resaltan las zonas con las mayores temperaturas y el conteo de días con temperatura máxima mayor o igual a 40 °C. En la época invernal, se reportan los descensos de la temperatura que ocasionan las masas de aire frío y el conteo de días con temperatura mínima menor o igual a 0 °C. Las primeras corresponden a las ondas cálidas (OC) y las segundas a las ondas gélidas (OG). De acuerdo con el CENAPRED (2016), en México se han utilizado los umbrales de 30 y 35° C en tres días consecutivos para definir una onda de calor (OC). En la siguiente sección se mostrarán series históricas de temperaturas máximas y mínimas entre 1961 y 2017, un total de 56 años, para el municipio de Benito Juárez. Para el municipio de Felipe Carrillo Puerto se mostrarán series históricas de temperaturas máximas y mínimas entre 1952 y 2017, lo

que hace un total de 65 años, lo anterior permitió identificar las áreas más propensas a temperaturas extremas cálidas o gélidas en éstos territorios. Los datos se obtuvieron del IMTA (Instituto Mexicano de Tecnología del Agua) y la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua) a través del “Sistema de Información Geográfica del Extractor Rápido de Información Climatológica (SIG ERIC) v 1.0” (http://hidrosuperf.imta.mx/sig_eric/). Así como de la Gerencia Estatal Quintana Roo (Área Técnica) con sede en la ciudad de Chetumal. Cabe señalar que este servidor utiliza una base de datos de estaciones climáticas superficiales de México administrada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), así como del proyecto CLICOM, el cual es un sistema de software de manejo de datos climatológicos desarrollado por las Naciones Unidas, que significa CLImate COMputing project. Es decir, se utilizaron las Estaciones Climatológicas CLICOM y la Estaciones Climatológicas de Referencia para cada uno de los municipios, seis para Benito Juárez y ocho para Felipe Carrillo Puerto (Tabla 6.3 y Tabla 6.4).

Tabla 6.3. Promedio de las temperaturas máximas registradas por las estaciones meteorológicas para el municipio de Benito Juárez (1961-2017). Clave enero febrero marzo abril mayo junio julio agosto septiembre octubre estación

noviembre diciembre

23155

29.49

30.79

31.74

33.18 34.45 34.35 35.03 35.58

34.50

32.65

30.90

29.78

23014

29.00

29.59

31.49

32.64

33.40 33.10 33.30

33.50

32.70

31.20

29.65

28.80

23166

29.97

30.92

31.77

32.20

32.11 32.62 32.85

32.05

31.44

30.87

30.13

29.41

CANQR 30.19

29.30

30.57

32.50 34.50 34.51 35.16 35.44

35.23

33.21

31.23

29.62

23010

27.87

28.38

29.58

30.68

31.58 32.20 32.20

32.55

32.34

30.68

29.27

28.34

23019

28.19

28.56

29.72

31.18

32.25 32.38 33.02

33.29

32.32

31.22

29.74

28.42

95


Tabla 6.4. Promedio de las temperaturas máximas registradas por las estaciones meteorológicas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto (1952-2017). Clave enero febrero marzo abril mayo junio julio agosto septiembre octubre noviembre diciembre estación

96

23003

31.37

32.88

34.49 35.91 35.65 35.71 35.21 35.42

34.53

33.83

32.25

31.72

23017

28.89

29.75

31.52

32.54

33.29

32.49 32.57

32.66

32.00

31.04

29.96

28.88

23022

31.43

32.25

33.30

34.22

34.94

34.27 34.33

34.65

33.99

32.77

31.69

31.24

23024

31.09

31.96

33.35

34.82

35.41

34.27 34.07

33.90

33.44

32.67

31.67

30.83

23031

30.70

31.71

33.54

35.04 35.83 34.58 34.62

34.77

33.88

32.76

31.61

30.66

23045

29.69

30.87

30.47

34.19

34.83

33.92 34.34

35.02

34.47

32.62

31.07

30.00

23152

30.36

30.95

31.75

32.91

33.86

32.89 33.07

33.59

33.15

31.86

30.85

30.05

23162

27.98

29.63

30.64

32.32

32.63

31.80 31.39

32.27

32.32

30.70

28.89

28.15

Una de las mayores consecuencias de las temperaturas extremas son las muertes que ocurren por las olas de calor, que provienen del estrés térmico acumulado (ya sea durante días o semanas), y eso tiene que ver más con los largos periodos de exposición a un calor moderado (30-35 grados) de las máximas o picos de una temporada. No hay que olvidar, que a éstos parámetros hay que sumarles la sensación térmica. La cual en verano se puede experimentar más o menos calor a una misma temperatura, en este caso debido a la combinación de temperatura y humedad relativa. En días calurosos, una humedad relativa alta aumenta la sensación de calor, ya que la evaporación del sudor, que es el principal medio para disminuir el calor corporal, se ve dificultada por el exceso de humedad presente en el aire. Por ejemplo, en un día con una temperatura de 30 °C y humedad relativa de 50%, la sensación térmica es de 36 °C. En verano la sensación térmica se calcula para valores de temperatura a partir de 20 °C.

Para poder identificar las áreas en los territorios municipales más amenazadas a temperaturas extremas, se trabajó con el promedio computado de los datos por mes y estación, y el promedio anual por estación obtenido del IMTA y CONAGUA. Posteriormente, utilizando técnicas de geoprocesamiento de análisis espacial, se empleó el método de interpolación IDW (Inverse Distance Weighted). Este método presupone que la variable que se representa cartográficamente disminuye su influencia a mayor distancia desde su ubicación de muestra. Es decir, una superficie con una ubicación más distante de la toma de datos tendrá menos influencia sobre la superficie analizada. Lo anterior permitió identificar las zonas con más probabilidad de peligro por Temperaturas Máximas Mensuales para cada uno de los municipios. Se cartografiaron los datos obtenidos y el resultando fueron 12 mapas para la Temperatura Máxima Promedio (doce para cada municipio), así


como dos mapas de probabilidad de peligro anual (CIG-UQROO, 2018a, 2018b). En este documento solo se muestran los resultados de los meses identificados con temperaturas superiores a los 35°C para ambos municipios: julio, agosto y septiembre para Benito Juárez; y abril, mayo, junio, julio y agosto para Felipe Carrillo Puerto (Figura 6.4 y Figura 6.5). Se observa que, en el municipio de Benito Juárez, las temperaturas extremas se sitúan sobre la ciudad

urbanas donde se experimentan fuertes cambios en las propiedades del suelo superficial, en contraste con las que pueden darse en áreas rurales. Por su parte, para Felipe Carrillo Puerto la variación entre los meses de abril a agosto de sus temperaturas máximas se observa alrededor de sus localidades principales como Señor, Tihosuco, Tepich, así como en su cabecera municipal. Al ir creciendo la población, se produce un incremento más significativo en espacios

de Cancún, principalmente. Es en las zonas

urbanos o semiurbanos.

97

Figura 6.4. Zonas de temperaturas extremas para el municipio de Benito Juárez. (Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Benito Juárez, 2018, CIG-UQROO, 2018a).


98

Figura 6.5. Zonas de temperaturas extremas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, 2018 (CIG-UQROO, 2018b).


6.6. Lluvias extremas El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) espera que el aumento en la temperatura ocasionado por el cambio climático modifique significativamente los patrones tradicionales de precipitación a nivel mundial, afectando actividades que están ligadas a los recursos hídricos tales como la producción alimentaria, el suministro de agua potable y el saneamiento (IPCC, 2014). Algunos de estos cambios han sido asociados con influencias humanas, como por ejemplo la disminución de las temperaturas frías extremas, el aumento de las temperaturas cálidas extremas, la elevación de los niveles máximos del mar y el mayor número de precipitaciones intensas en diversas regiones. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) define lluvia como la precipitación de partículas líquidas de agua, de diámetro mayor a 0.5 milímetros. Para saber la intensidad de una precipitación, se utilizan dos variables, la primera es la altura de la lámina de agua formada (en mm) y la segunda es la intensidad de la precipitación que rela-

ciona esta altura de la lámina de agua con el tiempo que tardo la lluvia en alcanzarla (mm/hora). El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) clasifica las lluvias de fuertes a intensas a aquellas que son mayores a 50 mm en un periodo de 24 horas. Para el municipio de Benito Juárez el régimen pluvial observado cuenta con dos periodos claramente diferenciados, un periodo de lluvias durante los meses de mayo a octubre (con una precipitación media mensual de 120 mm) y una época de secas en los meses noviembre a abril (con una precipitación media mensual de 58 mm). La distribución espacial de los acumulados mensuales de lluvia para el municipio tiene un rango que va de los 29 mm a los 194 mm, siendo los meses de junio a octubre los de mayor precipitación (Figura 6.6). El mes de mayor precipitación es octubre y la zona del municipio es la parte central del mismo. Para identificar las áreas con mayor amenaza de lluvias extremas se muestran los mapas obtenidos del análisis de datos meteorológicos para los meses de junio, septiembre y octubre (Figura 6.7).

99


Figura 6.6. Climograma de la Estación Meteorológica Cancún ESIME. (Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del SMN, http://smn.cna.gob.mx/es/informacion-limatologica-ver-estado?estado=qroo), CONAGUA. Consultado el 28 de diciembre de 2018).

100

Figura 6.7. Zonas de lluvias extremas para el municipio de Benito Juárez. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Benito Juárez, 2018 (CIG-UQROO, 2018a).


Por otra parte, para el municipio de Felipe Carrillo Puerto el régimen pluvial tiene dos periodos claramente diferenciados, un periodo de lluvias durante los meses de mayo a octubre (con una precipitación media mensual de 163 mm) y una época de secas en los meses noviembre a abril (con una precipitación media mensual de 55 mm). La distribución espacial de los acumulados mensuales de lluvia para el municipio tiene un rango que va de los 35mm a los 300

y la zona de concentración se observa en la parte central del municipio. Todo esto puede observarse en la Figura 6.9 que muestra la distribución espacial de la precipitación acumulada mensual de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional en el municipio. Si bien el resultado fue un mapa para cada mes del año, para fines ilustrativos se muestran solo los mapas de los meses con mayor precipitación en el municipio. En todos los casos para definir los umbrales de lluvia

mm, siendo los meses de junio a octubre los más húmedos del año (Figura 6.8). El mes de mayor precipitación es septiembre

se requiere información precisa y detallada de los registros de precipitación de las estaciones meteorológicas más cercanas al sitio.

101

Figura 6.8. Climograma de la Estación Meteorológica 00023003, Felipe Carrillo Puerto. (Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del SMN, http://smn.cna.gob.mx/es/informacion-limatologica-verestado?estado=qroo), CONAGUA. Consultado el 28 de diciembre de 2018.


102

Figura 6.9. Zonas de lluvias extremas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, 2018 (CIG-UQROO, 2018b).

Basado en lo anterior, y de acuerdo a CENAPRED (s/f), la información, la investigación y el desarrollo de modelos físicos y estadísticos derivados de los AR pueden ser

implementados como SAT, ya que se pueden identificar las cuatro líneas de acción señaladas como elementos necesarios para integrar los SAT. En los AR se observa:


1.- Conocimiento previo e identificación de los peligros y riesgos asociados con los fenómenos perturbadores que se enfrentan. 2.- Análisis de datos a través de imágenes de satélite, de radares y estaciones meteorológicas, las cuales se identifican como sistemas de medición y monitoreo continuo, lo que permite realizar pronósticos y/o predicciones, mediante modelos computacionales. 3.- La cartografía es el medio para transmitir la información geográfica generada de modo visual, además de los cuadros estadísticos, el cálculo de índices, modelos predictivos y los análisis de periodos de retorno. 4.- La evaluación de la capacidad de respuesta a través de la medición del grado de vulnerabilidad social, que incluye los resultados del cuestionario de capacidad de prevención y respuesta; y el resultado del cuestionario de percepción local del riesgo. Ahora bien, para las amenazas de temperaturas y lluvias extremas en los municipios analizados, una propuesta de SAT dependería de la jerarquización de los umbrales mínimos y máximos, los cuales, por supuesto, dependen del área de estudio. Para las amenazas presentadas se han señalado umbrales mínimos, tales como los 35º C de temperatura durante un periodo de tres días para definir la presencia de una onda de calor; o los 50 mm de precipitación en un periodo de 24 horas para declarar llu-

vias fuertes e intensas (SMN). Como señala Domínguez, et. al. (2016), la definición de umbrales de lluvia tiene ventajas adicionales, ya que se tiene el dato, es factible el diseño y construcción de sistemas de monitoreo hidrometeorológico (redes de pluviómetros, pluviógrafos, etc.) Las temperaturas más altas registradas históricamente han sido en Benito Juárez, el 14 de agosto de 2003 con 41.5º C y en Felipe Carrillo Puerto, el 30 de marzo de 2001 con 46º C. Por otra parte, las precipitaciones más altas registradas históricamente, sin estar asociadas a un ciclón tropical, han sido en Benito Juárez, el 23 de diciembre de 2000 con 208.6 mm y en Felipe Carrillo Puerto, el 30 de noviembre de 1990 con 320 mm. A partir de estos datos se pudiera delinear una clasificación cualitativa del nivel de peligro (muy alto, alto, medio, bajo, por ejemplo).

6.7. Conclusiones Para la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD), los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) son elementos principales de vigilancia y monitoreo a diversas amenazas. Contribuyen a reducir o evitar que se produzcan la pérdida de vidas y daños materiales, mediante la aplicación de medidas de protección y reducción de riesgos. La eficacia de los SAT está fundamentada en el conocimiento de las amenazas y la participación de la sociedad, derivada de una adecuada comunicación de las autoridades.

103


Los Atlas de Riesgo proveen información valiosa. Sin embargo, algunas amenazas podrían ser monitoreadas de manera más dinámica y menos estática, tal es el caso de las variables meteorológicas señaladas en este capítulo (temperatura y precipitación), con modelos de pronósticos para 24, 48 y 72 horas de anticipación. Esta simple correlación resulta practica para la implementación de un SAT que permitiría establecer zonas más propensas a éstos fenómenos basados

104

en éstos modelos. Con esta información, las autoridades gubernamentales deben establecer estrategias de monitoreo constante de las variables de interés de dichas amenazas, para poder responder en caso de alguna emergencia. No obstante, la elaboración, ejecución y uso por parte de los gobiernos locales de los AR tiene desiguales grados de consolidación en los distintos municipios del país. Los AR municipales deben ser considerados un componente clave del desarrollo de la política de protección civil en México. Aunque es evidente la disociación entre el contenido conceptual y normativo de estos documentos, y sus efectos territoriales reales, en cuanto a la disminución de la vulnerabilidad o la prevención efectiva del riesgo de desastres. Finalmente, se observa un instrumento relativamente débil, en su carácter más informativo que regulador, ya que cuya difusión hacia la población es escasa por las autoridades competentes. Sin tomar en cuenta que proporcionan una contribución importante

al desarrollo y ejecución de planes y mecanismos, incluidos los de alerta temprana.

6.8. Referencias Academia de Ingeniería de México, (2017). Inventario de Atlas de Riesgo en México. Informe del estado actual. Noviembre 2017. México. Recuperado de: http://www.ai.org.mx/sites/default/files/atlas_riesgo.pdf CIG-UQROO, (2018a). Atlas de Riesgo del Municipio de Benito Juárez 2018. Centro de Información Geográfica (CIG) de la Universidad de Quintana Roo (UQROO). Chetumal, Quintana Roo, México. CIG-UQROO, (2018b). Atlas de Riesgo del Municipio de Felipe Carrillo Puerto 2018. Centro de Información Geográfica (CIG) de la Universidad de Quintana Roo (UQROO). Chetumal, Quintana Roo, México. CENAPRED, (2016). Metodología para elaborar mapas de riesgo por temperaturas máximas (1ª etapa ondas de calor). Subdirección de Riesgos Hidrometeorológicos. Sistema Nacional de Protección Civil. Febrero 2016. México. CENAPRED, (s/f). Sistemas de alerta temprana. Coordinación Nacional de Protección Civil. Recuperado de: http://www.cenapred.gob.mx/es/ documentosWeb/Enaproc/curso_ Alerta_Temprana.pdf.


DOF 03-06-2014. Diario Oficial de la Federación. Ley General de Protección Civil. Últimas reformas publicadas DOF 03-06-2014. Capítulo III, Artículo 19, Fracción XXII. Secretaría de Gobernación. Domínguez, L., Castañeda, A. y González, A., (2016). Análisis de umbrales de lluvia que detonan deslizamientos y sus posibles aplicaciones en un sistema de alerta temprana por inestabilidad de

Sociedad del riesgo en México: análisis y perspectivas (1-24 pp.). Chetumal, Quintana Roo, México. ISBN: 978-607-9448-23-3. Hernández, M-L y Castillo, L., (2012). “Capacidad institucional ante la reducción del riesgo de desastre en Quintana Roo: Marco de acción de Hyogo”. Quivera, vol. 14, núm. 2012-2, julio-diciembre, 2012, pp. 23-48. Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca,

laderas. Dirección de Investigación. CENAPRED. Coordinación Nacional de Protección Civil. SEGOB. Recuperado de: http://www1.cenapred. unam.mx/COORDINACION_ADMINISTRATIVA/SRM/FRACCION_ XLI_A/23.pdf EIRD, (2006). EWC III. Tercera Conferencia Internacional sobre Alerta Temprana. Del concepto a la acción. Desarrollo de Sistemas de Alerta Temprana. Bonn, Alemania. Guevara, E., Quaas, R. y Fernández, G. (2006). Conceptos básicos sobre peligros, riesgos y su representación geográfica. SEGOB. CENAPRED. ISBN: 970-628-904-6. México. Hernández, M-L. y Castillo, L., (2016). “El sistema nacional de protección civil en México y la gestión de riesgos en sus estados y municipios”. En Campos, B., Orozco, M. y Velázquez, D., (Coord.),

México. IPCC, 2014: Cambio climático 2014: Informe de síntesis. Contribución de los Grupos de trabajo I, II y III al Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático [Equipo principal de redacción, R.K. Pachauri y L.A. Meyer (eds.)]. IPCC, Ginebra, Suiza, 157 págs. UNISDR, (2015). Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.Primera Edición. Ginebra, Suiza. Villagrán, Juan C, (2007). Sistemas de Alerta Temprana en Centro América: Una visión integral Sistemas de Alerta Temprana para reducir el impacto de los fenómenos naturales. Centro de Investigación y Mitigación de Desastres Naturales, CIMDEN Villatek S.A.

105



Índice de figuras Figura 3.1. Figura 3.2.

Porcentaje de la población de Ixil que participa en alguna organización, asociación o grupo. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta. 60 Porcentaje sobre la importancia que tiene pertenecer a alguna organización, asociación o grupo. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta. 60 Figura 3.3. Porcentaje de los niveles de confianza de hombres y mujeres de Ixil con respecto a sus autoridades. Fuente: elaboración propia en base a los resultados de encuesta. 62 Figura 4.1. Distinción de tormentas de arena (en rosa) en una imagen multiespectral. 77 Figura 4.2. Composición RGB para el realce de la ceniza volcánica. 77 Figura 4.3. Composiciones RGB en color verdadero. 78 Figura 6.1. La evaluación del análisis de riesgos en México. 89 Figura 6.2. Cuatro elementos principales de los sistemas de alerta temprana centrados en la población (EIRD, 2006) 91 Figura 6.3. Ubicación del área de estudio. 92 Figura 6.4. Zonas de temperaturas extremas para el municipio de Benito Juárez. (Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Benito Juárez, 2018, CIG-UQROO, 2018a). 97 Figura 6.5. Zonas de temperaturas extremas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, 2018 (CIG-UQROO, 2018b). 98 Figura 6.6. Climograma de la Estación Meteorológica Cancún ESIME. (Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del SMN, http://smn.cna.gob.mx/es/informacion-limatologica-ver-estado? estado=qroo), CONAGUA. Consultado el 28 de diciembre de 2018). 100 Figura 6.7. Zonas de lluvias extremas para el municipio de Benito Juárez. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Benito Juárez, 2018 (CIG-UQROO, 2018a). 100 Figura 6.8. Climograma de la Estación Meteorológica 00023003, Felipe Carrillo Puerto. (Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del SMN, http://smn.cna.gob.mx/es/informacion-limatologica-ver estado?estado=qroo), CONAGUA. Consultado el 28 de diciembre de 2018. 101 Figura 6.9. Zonas de lluvias extremas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Fuente: Atlas de Riesgo del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, 2018 (CIG-UQROO, 2018b). 102

107


Índice de tablas Tabla 2.1. Servicios y sistemas de alerta temprana en México ante fenómenos hidrometeorológicos Tabla 2.2. Perfil sociodemográfico de las Comunidades de Estudio Tabla 2.3. Objetivos de evaluación para la evaluación de un SAT ante fenómenos hidrometeorológicos. Tabla 2.4. Cuestionamientos para la evaluación de un SAT en comunidades de barra de litoral costera Tabla 3.1. Tamaño de la muestra. Tabla 3.2. Tabla de porcentaje de percepciones de la población sobre la condición actual de la infraestructura, obra pública y servicios con los que cuenta la localidad de Ixil. Tabla 3.3. Tipos de establecimientos o negocios que fueron identificados en Ixil. Tabla 4.1. Imágenes con resolución de 2km Tabla 4.2. Imágenes con resolución de 1km Tabla 4.3. Imágenes con resolución de 1/2km Tabla 4.4. Cantidad de almacenamiento. Tabla 6.1. Fenómenos perturbadores de origen natural Tabla 6.2. Servicios y Sistemas de Alerta en México Tabla 6.3. Promedio de las temperaturas máximas registradas por las estaciones meteorológicas para el municipio de Benito Juárez (1961-2017). Tabla 6.4. Promedio de las temperaturas máximas registradas por las estaciones meteorológicas para el municipio de Felipe Carrillo Puerto (1952-2017).

37 40 41 41 58

64 65 75 75 75 76 93 94 95 96



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