Atlas de las Desigualdades Socio Económicas del Ecuador

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ATLAS DE LAS DESIGUALDADES SOCIO-ECONÓMICAS DEL ECUADOR t

rre en la violencia patrimonial con una caída del 37,7%; seguida de cerca por la violencia física que baja proporcionalmente 36,6 puntos, y por la violencia sexual pues aunque solo desciende 5,2 puntos porcentuales entre los quintiles 1 y 5; esa diferencia en términos relativos significa una disminución del 32,3%. Estos cambios se explicarían porque las necesidades y carencias de los hogares pobres son mayores y constituyen una fuente de tensiones y conflictos, y las oportunidades educativas de sus integrantes son menores. En los hogares de mayores ingresos las mujeres tienen una menor carga de trabajo y una mayor escolaridad, factores que aportarían a disminuir los episodios de violencia.

Es necesario anotar que una variable que juega un papel positivo para disminuir la violencia de género de parte de la pareja, es el nivel educativo. La probabilidad de sufrir violencia por parte de la pareja es menor entre las mujeres con una escolaridad alta. Vale la pena resaltar que no hay variaciones significativas entre las mujeres que han realizado estudios primarios o secundarios; pues el descenso de la violencia se produce sobre todo entre aquellas que tienen 13 o más años de educación formal. Esta tendencia se explicaría porque las mujeres con mayor educación probablemente tienen mayor autonomía y empoderamiento, atribuciones que contribuirían a disuadir las actitudes agresivas de su pareja.

A pesar de lo señalado, los datos confirman que la violencia de género ocurre en todos los estratos socioeconómicos, y que ninguna mujer está exenta de sufrir malos tratos por parte de su pareja o ex pareja. Lo que pasa es que su causa originaria es la valoración diferenciada de lo masculino y lo femenino. Ésta se expresa en relaciones asimétricas de género que discriminan y colocan en situación de desventaja a las mujeres.

Mirando de forma desagregada la asociación entre la escolaridad y la incidencia de los distintos tipos de violencia, se constata que la caída es mayor cuando se trata de violencia física; pues la cifra se reduce 4 veces entre la observada para las mujeres que no accedieron a la educación (48%) y la que presentan las que tienen 20 años de estudio (12%). En el caso de la violencia psicológica y sexual, la disminución es menor, ya que entre un extremo y otro la incidencia baja aproximadamente a la

mitad. En el primer caso pasa del 49 al 24%, mientras en el segundo se observa que la violencia sexual desciende del 19 al 12%. En cuanto a la violencia patrimonial se ve que este tipo de agresión no guarda una clara relación con el nivel educativo de las mujeres.

1

El 10,8% de la población serrana y el 33,1% de la población amazónica se identifica como indígena (Censo, 2010)

*UiÀFR

Perpetradores de sexo forzado o violación a las mujeres: 2011 30 26,3 25

20 Porcentaje

16,9 14,9

15

15,6 14,4

10

5

3,6

3,6

3,4

2,4 1,3 0 Ex esposo o ex pareja

Enamorado

Otro familiar

Padrastro

Fuente: INEC, Encuesta de relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, 2011. Elaboración: Unidad de Información Socio Ambiental UASB y CEPLAES

Hermano

Padrastro

107

Otra persona Jefe, supervisor, Personal centros Persona/s conocida empleador educativos desconocida/s


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