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niños, si no que al final de lo que carecían era del amor materno. René Spitz acuño el termino depresión anaclitica para describir a estos niños que por falta de tiempo de sus cuidadoras no recibían el principal alimento del ser humano el amor, estos niños no eran tocados, acariciados, besados y tampoco se sentían queridos su expresividad facial era perdida y generalmente no lloraban pues de una u otra manera habían aprendido que aun que lloraran nadie los atendería, muchos de estos niños se deprimían y morían al poco tiempo. Realmente esta investigación es un poco triste respecto, a que la falta de esos cuidados maternos y del contacto de una madre en estas etapas de la vida puede detener el desarrollo crucial de los infantes.
Revista Psicoactiva No. I
A todo esto viene este análisis de la necesidad que tenemos los seres humanos de tener ese contacto atraves de la carisias desde los primeros años hasta los últimos de nuestra vida, porque también se ha comprobado que los ancianos que están en asilos a través de los abrazos y de las carisias responden de mejorar manera respecto a su estado anímico ante la depresión. Para concluir solo queda decir que la piel no solamente es un traje que portamos para envolver músculos y huesos si no que al contrario de ser algo que cubre es realmente algo que expresa y nos hace ser más humanos uno con el otro. Por eso anímate y experimenta dando carisias y recibiendo, que aunque las redes sociales nos han dejado comunicarnos de una manera virtual, nunca está de más dejarte sentir un poco de inteligencia emocional.
Rodolfo Rodríguez Paz Psicología Clínica. Quiché