Pisos Minimos

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Criterios mínimos para pensar una nueva institucionalidad de las Pedagogías en la Universidad de Chile. Estudiantes Departamento de Estudios Pedagógicos.

Los estudiantes del Departamento de Estudios Pedagógicos hemos elaborado una serie de criterios bases para pensar la institucionalidad de las pedagogías en la Universidad de Chile. Estos criterios debiesen constituir un piso para la discusión y construcción de un proyecto participativo de pedagogía en nuestra Universidad. En primer lugar resulta fundamental Reconocer, visibilizar y analizar el trabajo realizado principalmente en el DEP, pero también en otras unidades académicas. Si bien potenciaremos los elementos centrales de nuestra formación, porque la consideramos un aporte y una forma particular de leer la realidad que apunta a la transformación, de igual forma nos parece importante reconocer otras experiencias de la universidad. Así, el nuevo proyecto de institucionalidad para las pedagogías en la Universidad de Chile debe surgir del diálogo de la comunidad universitaria y a partir de los diversos programas de formación e investigación que ya existen. El análisis de estas experiencias y sus proyectos deberá servir de base para la construcción colectiva del proyecto institucional, ya que resulta fundamental que estas instancias dialoguen analizando sus experiencias y trabajando en conjunto para la construcción de un proyecto institucional de educación que reconozca el trabajo realizado históricamente. Sin embargo nos gustaría destacar el modelo de formación que se ha llevado a cabo por el DEP en los últimos diecinueve años, como una base metodológica esencial para la construcción de un nuevo proyecto basado en la reflexión sobre la práctica que desestime el modelo técnico de docencia. En los diecinueve años de experiencia el DEP ha logrado establecer una veta de formación que se aleja del perfil técnico, pero que no lo niega, estableciendo así una relación real entre la teoría y la práctica pedagógica, para promover una educación de calidad.

Criterios transversales Hemos identificado dos criterios que son transversales y cruzan la enumeración de los aspectos que hemos destacado para el proyecto institucional de las pedagogías en la Universidad.


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Relación con la escuela y la comunidad. Resulta fundamental construir un vínculo de la universidad con el sistema educacional y con la comunidad escolar. Generando así comunidades de aprendizaje y reflexión surgidas desde la práctica pedagógica y la experiencia de docencia. Una relación que surja institucionalmente y que permita un diálogo fluido entre ambas realidades que nutra recíprocamente la práctica pedagógica. Esto porque la formación de profesores de la Universidad debe entenderse en relación y contextualizada en el sistema educacional.

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Crítica que apunte a la transformación. La reflexión, indagación y crítica de la propia práctica pedagógica y la realidad escolar chilena debe apuntar a la transformación del modelo en pos de estas características y de la construcción de pensamiento crítico colectivo, así este criterio va a cruzar todos los ámbitos que desarrollaremos a continuación.

1.- Hacia la construcción de un Proyecto Educativo: La Experiencia DEP Por 19 años el Departamento de Estudios Pedagógicos se ha hecho cargo de retomar la histórica tarea de la Universidad de Chile en la formación de profesores de Educación Media. En estos años se ha logrado acumular una experiencia tremenda gracias a la conexión que se ha mantenido con distintas escuelas del sistema escolar. Experiencia que está en relación a las tensiones y disputas que ocurren dentro de las establecimientos escolares, el lugar de los profesores y estudiantes dentro del sistema escolar, comprendiendo de manera crítica las repercusiones que el modelo económico, político y social neoliberal tiene en el diseño del sistema educacional. De esta manera la formación de los docentes en el DEP ha estado enfocada en construir una mirada crítica y reflexiva frente a las problemáticas del sistema educacional, desnaturalizando las relaciones que se dan dentro de la escuela, todo esto posibilitado gracias a la formación en la investigación de la práctica pedagógica. Valoramos todo el trabajo y rescatamos los grandes avances que se ha logrado en la formación de un profesor crítico, labor que se ha realizado a pulso en un esfuerzo mancomunado entre los docentes y las generaciones de estudiantes que han pasado por el DEP. Sin embargo comprendemos que esta experiencia debe ser potenciada, primero, desde un diagnóstico interno de nuestras potencialidades pero también de lo que nos hace falta y de aquello que debemos reforzar (p.e. la relación con los centros de práctica), en segundo término, desde la puesta en diálogo con otras experiencias de formación de docentes y de investigación dentro de la Universidad de Chile y, en tercer lugar, desde la apertura al dialogo con docentes en ejercicio, iniciando con los que trabajan en los Centros de Práctica con los que la Universidad tiene contacto. Este cruce de experiencias debe realizarse a


través de un dialogo abierto y participativo, sobre todo democrático, donde todos tengan el espacio y el tiempo suficiente, por lo que es necesario asegurar aquello para que se concrete un proyecto educativo que represente a la Universidad de Chile y la sociedad en su conjunto. Creemos que lo descrito anteriormente contribuiría a potenciar y fortalecer lo que actualmente se realiza en el Departamento de Estudios Pedagógicos, en relación con la construcción de un proyecto educativo y de formación de profesores enfocado en el desarrollo de una capacidad crítica, de reflexión y de investigación sobre la realidad educativa nacional.

2.- Perfil del Profesor Crítico Buscamos relevar y potenciar el perfil de egreso de nuestro Departamento, enfatizando el sello de profesor crítico y reflexivo que este perfil desarrolla. De esta manera mencionaremos los principios centrales que consideramos fundamentales para el desarrollo de un modelo educativo del proyecto institucional de la Universidad. En este sentido debemos considerar el trabajo colaborativo con la comunidad escolar, para construir en conjunto el aprendizaje y el desarrollo de los sujetos en su contexto y comprometidos con los cambios de la época, entendiendo desde el diálogo y las visiones diversas la realidad cambiante en que vivimos. Para lo cual, como se expresa en los criterios transversales, es fundamental fortalecer el vínculo y la comunicación con las escuelas de manera que el sello de formación DEP este reconocido y valorado en los liceos y la universidad mantenga el contacto con la realidad educativa y su complejidad, con el propósito de pensar proyectos en conjunto. El docente debe, también, considerar, reconocer y apropiarse críticamente del marco epistémico y curricular de la disciplina que enseña y la diversidad socio histórica y cultural de los estudiantes, para favorecer sus aprendizajes y desarrollo. Generando, en este sentido, espacios de aprendizaje pertinentes al contexto en que se encuentra desde su disciplina o en el diálogo interdisciplinario. Es fundamental entonces participar de la gestión institucional impulsando estrategias orientadas al fortalecimiento de la comunidad educativa y sus relaciones con el entorno. Así la comunidad en general se hace parte del proceso pedagógico. De esta forma el profesor se reconoce y se compromete como actor social en su contexto y comunidad y no solo en el espacio del aula. Para lo cual resulta central indagar sistemática, crítica y reflexivamente el espacio escolar y la práctica pedagógica para enriquecer su desempeño profesional. El quehacer docente con base investigativa es posibilitado y enriquecido a instancia del diálogo pedagógico, cuya forma de concreción es el diálogo entre pares.


De esta manera y a través de estos espacios se busca empoderar a los estudiantes en su desarrollo como sujetos críticos e integrales, otorgándoles protagonismo en su proceso de formación en diálogo con su contexto y su comunidad para construir aprendizajes significativos que aporten al desarrollo de los estudiantes como actores. Finalmente y en relación a lo anterior, el docente debe ser capaz de integrar críticamente las nuevas tecnologías a su quehacer profesional, comprendiendo el acelerado crecimiento de los conocimientos, la rapidez de su renovación, la explosión de innovaciones tecnológicas y los nuevos formatos a través de los cuales se representa, accede y distribuye la información, que son los rasgos distintivos que hoy caracterizan a la sociedad de la información en que vivimos.

3.- El lugar de la Investigación La investigación pedagógica es la que se establece en la observación participante del docente, dentro de los contextos educativos concretos: el aula, la escuela, la comunidad que la ampara. En dicha investigación los principales protagonistas son los estudiantes y los docentes, como sujetos que interactúan directamente en lo que llamamos relación pedagógica, a partir de la cuál se crea conocimiento (distinto de la reproducción del conocimiento), en cuyo desarrollo se hacen carne las tensiones que derivan de las políticas educativas, de los problemas sociales, políticos y económicos del país y, más importante aún, los sueños, deseos, esperanzas y proyectos de los sujetos. La Investigación Pedagógica que los docentes realizan dentro de las escuelas, debe ser considerada con la misma importancia y posicionarse tan alto como se considera a la Investigación en Educación, realizada por investigadores expertos que trabajan desde fuera del aula. Debemos reconocer que una de las grandes diferencias con la Investigación Educativa es que aquella se centrará en realizar análisis a nivel macroestructural, poniendo atención en las políticas educativas, en las tendencias económicas y sociales del sistema educativo, en síntesis en procesos “por arriba” de la práctica pedagógica, no tomando mucho en cuenta la experiencia, las necesidades y la acción de los docentes en el aula. La Investigación Pedagógica, por su definición, debe poder vincular a la Universidad de Chile con las escuelas donde se está construyendo el conocimiento. En primera instancia, esta vinculación se daría por medio de los Centros de Práctica de los docentes en formación, posibilitando una comunicación fluida, un intercambio de experiencias entre ambos espacios que permitan enriquecer la mirada crítica que se tiene del sistema educacional. Así la Universidad debe abrir espacios de investigación y reflexión que acojan la práctica pedagógica no sólo para los docentes en formación sino también para los profesores y profesoras en ejercicio y, desde ahí, para la comunidad escolar en su conjunto, entendiéndolos como sujetos capaces de leer e investigar su práctica pedagógica y con la posibilidad y derecho de poder interpelar y repensar las política educacionales.


En este sentido, la Universidad debe abrir espacios que permitan comprender al docente como un sujeto que debe ser capaz de trabajar a la par con los expertos que elaboran investigaciones sobre la estructura escolar, conectando así las reflexiones teóricas con las reflexiones teórico-prácticas de la realidad de la educación en Chile. Este cruce concreto entre teoría y práctica, creemos, permitirá una verdadera transformación en el sistema educacional chileno.

4.-Interdisciplinariedad La interdisciplinariedad es uno de los aspectos principales de la formación del Departamento de Estudios Pedagógicos, ya que se plantea la necesidad de una formación colaborativa entre estudiantes de distintas disciplinas. La formación pedagógica debe ser concebida en el diálogo interdisciplinario, lo cual no se da solo en el contacto entre estudiantes de distintas disciplinas, sino en el trabajo colaborativo y la discusión de temáticas referidas a la práctica docente desde distintas perspectivas disciplinarias. De esta forma, una de las principales fortaleces que presenta el modelo de formación del DEP tiene relación con la diversidad de sus estudiantes y la construcción de proyectos de investigación y debates en clases que consideran los aportes que cada sujeto con su experiencia y perspectiva disciplinar puede aportar en el análisis de las realidades y la docencia. Los lenguajes son diversos pero pueden entrar en diálogo. Este proceso es fundamental para el desarrollo de los profesores y el trabajo colaborativo. De esta forma se superan las parcelas disciplinarias en que se organiza el conocimiento curricularmente. Así, la interdisciplinariedad aporta diversidad de miradas y lecturas en pos de un aprendizaje y una educación integral e integradora. La pedagogía no puede ser entendida de forma aislada, sino en directa relación con las humanidades, las ciencias y las artes, es allí donde resulta fundamental el diálogo para que esta relación sea desarrolladora.

5.- Vinculación con el Campus Juan Gómez Millas Para la futura institucionalidad de las pedagogías en la Universidad de Chile, pensamos que las licenciaturas que viven dentro del Campus puedan tener una vinculación real y fluida, donde efectivamente se dé una educación interdisciplinaria y que no se dé una unión administrativa como sucede hoy. Para esto es necesario que se amplíen las posibilidades de acceder al programa de educación, tomando como ejemplo el modo de ingreso de las generaciones de Ciencias Exactas al DEP, quienes ingresan a la Universidad a la carrera de pedagogía en Física y Matemáticas, pero que estudian la licenciatura primero. A este programa proponemos la modificación del momento de ingreso al DEP, adelantando ciertos cursos de educación para que se hagan entremedio de la


licenciatura. Además, consideramos fundamental que los estudiantes de todas las licenciaturas estén mezclados y, por esto, que no se continúe que los estudiantes de ciencias exactas vengan como un solo curso, puesto que una de las grandes riquezas del programa del DEP es que obliga a hacer un trabajo interdisciplinario con los estudiantes provenientes de distintas áreas. Al ingresar antes y al tener mezclados a los estudiantes, se logra de manera mucho más concreta la pretendida interdisciplinariedad. Los estudiantes pueden ir y volver desde sus disciplinas de base para contribuir al conocimiento de la educación y viceversa. De igual modo, creemos fundamental que los profesores de los distintos estamentos tengan constantemente reuniones en las que se discuta los alcances del desempeño de cada uno para la formación de todos los estudiantes. Así, se vinculará al trabajo de autoreflexión sobre la propia práctica docente a profesores que no están al tanto de ella. La Universidad de Chile tiene una vocación educativa, esta vocación tiene que reelaborarse en pro del mejoramiento de todos los departamentos, no solo de aquellos que están vinculados directamente a la formación de profesores. En este sentido, y también potenciando la interdisciplinariedad, la nueva institucionalidad que pensemos colectivamente para las pedagogías debe ubicarse en el campus Juan Gómez Millas, ya que allí se concentran importantes redes de discusión pedagógica y la mayoría de las disciplinas de origen de los estudiantes del DEP, razón por lo cual este espacio fomenta el diálogo y la participación en un área, como la educación, que debe construirse en este vínculo.

6.- Relación con las Disciplinas En relación a todo lo anterior, principalmente al diálogo interdisciplinario y al vínculo de las pedagogías con las ciencias, las humanidades y las artes, nos parece central a la hora de pensar un proyecto de educación potenciar y fortalecer el vínculo de los estudios pedagógicos con sus disciplinas de origen, pero también con las humanidades particularmente. Todos los estudiantes del Departamento de Estudios Pedagógicos somos portadores de un saber disciplinario de un área específica que enriquece la mirada integral de la educación, en este sentido, por un lado no debemos perder el contacto con la investigación y con las lecturas de realidad que surgen desde allí, pero por otro necesitamos vincularnos con la pedagogía previamente, de manera que los perfiles de formación estén en diálogo. Las humanidades históricamente han estado vinculadas a la pedagogía, relación que pensamos es necesario potenciar desde el trabajo en conjunto y colaborativo enfocado en la formación de docentes integrales, dialogantes, investigadores y críticos, entendiendo la realidad social y de las escuelas desde una perspectiva amplia y compleja.


7.- Extensión La unidad de extensión surge desde la necesidad vital de establecer vínculos sólidos y dialogantes con la realidad social. La pedagogía, en tanto práctica profundamente contextualizada requiere en su formación, tanto inicial como continua, consistencia en su hacer otorgado por la comunicación o relación dialéctica si se prefiere, con su entorno. Una unidad de extensión asegurará el establecimiento y mantención de las buenas relaciones con los centros de práctica y con otras instituciones que imparten la carrera de pedagogía, con el fin de crear lazos reales a partir del diálogo, en primer lugar entre la universidad y los contextos sociales de cada centro, y en segundo lugar entre los proyectos formativos presentes en educación. En el Departamento de Estudios Pedagógicos se ha optado desde sus inicios por una formación pedagógica que surge desde la construcción del sujeto a partir de una circunstancia histórica, situada, otorgando reflexión a los docentes sobre su misa práctica como una forma de aprendizaje situado. En este sentido es esencial entender que las pedagogías de base crítica y reflexiva no pueden desarrollarse al margen de la realidad social que las alberga. En virtud de todo lo anterior surge la necesidad de conformar una unidad específicamente encargada para esto en la que la creación de lazos tanto con los centros de práctica como con la comunidad en general, se concrete. Además se considera esencial incluir un espacio en el que los egresados de pedagogía puedan compartir sus experiencias laborales y reflexionar sobre su formación como una forma de perfeccionarla y a la vez de reflexionar sobre la propia práctica. En este sentido también proponemos la creación de “Círculos de aprendizaje y reflexión” en tanto instancia que permita el intercambio de experiencias y significados propios de la vida escolar y de otras formas de educación (clubes sociales, centros de padres, educación popular, etc.), de modo que la universidad instale espacios de discusión sobre educación entre los propios actores directo, a lo cual se puede agregar el valor de establecer nexos sustantivos con la comunidad. Estas propuestas se construyen desde la necesidad de vincular sustancialmente la formación pedagógica, sea inicial o continua en pregrado o en posgrado, con contextos reales que propicien la conexión entre el trabajo pedagógico y un modelo de sociedad coherente. 8.- Posgrado Nos parece fundamental potenciar este nivel de estudios, sin embargo pensamos que este debe estar en directa vinculación con la formación inicial de pregrado, con la investigación en educación y, principalmente, con la formación continua de los profesores. De esta forma el posgrado no responde a una necesidad de especialización generada desde el mercado, sino a nutrir las necesidades de los docentes en las aulas. Es importante entonces fortalecer la relación con las


escuelas, de manera que los programas desarrollados respondan a problemáticas reales, ya que un posgrado en pedagogía no tendría sentido si no está en relación con la escuela. En el mismo sentido debemos enfatizar estos programas en la investigación y el desarrollo de campos de acción. Así el posgrado retomaría la línea investigativa del pregrado fortaleciendo la investigación pedagógica. Resulta fundamental también mantener y potenciar la interdisciplinariedad en los estudios de posgrado, ya que, al igual que en el pregrado el diálogo entre las distintas disciplinas enriquece la mirada pedagógica de la realidad de las escuelas. La creación de nuevos programas de magister y de un doctorado en educación en nuestra universidad debe realizarse de forma participativa y dialogante, considerando las diversas experiencias que existen y, por supuesto, considerando la práctica pedagógica.

9.- Formación Continua Si bien consideramos importante impactar en el sistema educacional desde nuestra universidad, es necesario tener en cuenta las experiencias y realidades diversas que allí se materializan. Se debe considerar la realidad, la práctica y la experiencia de los profesores en las escuelas, transformando la formación continua de los docentes en un proceso integral e integrado a la formación inicial, donde la relación no sea aislada y esporádica, sino permanente. Así, relevamos la importancia que tiene la articulación entre escuelas y universidad, en el sentido de la formación docente, tanto inicial como continua y de posgrado. Creemos esencial que las nuevas generaciones de profesores(as) sean conscientes de la importancia esencial de la labor pedagógica: la relación entre personas que se educan mutuamente (estudiante-docente) en concordancia con un contexto determinado, de modo que las prácticas pedagógicas tengan un carácter reflexivo y no técnico, que los docentes indaguen en su contexto y no apliquen ni reproduzcan un modelo aprehendido a priori y poco significativo para sus estudiantes. Por todo lo anterior consideramos que la formación continua debe estar enfocada en la reflexión sobre el propio trabajo docente, no constituyéndose en una instancia teórica aislada de éste. De esta forma el perfeccionamiento se establece como una instancia donde la práctica adquiere mayor significado para el docente desde la adquisición de nuevas herramientas y enfoques pedagógicos. En el mismo sentido, es importante vincular la investigación en educación y pedagógica a estas instancias de formación, potenciando la reflexión y la indagación de profesores y estudiantes. Esta vinculación resulta mucho más interesante en la medida de que son los docentes en ejercicio los que viven en carne propia las políticas educativas que son trazadas desde el ministerio, por lo que potenciar un pensamiento crítico y entregarles herramientas de investigación les permitirán interpelar las políticas educativas, así como permitirán a la


Universidad contar con una reflexión y critica a estas desde las mismas aulas, potenciando así la investigación pedagógica.

10.- Participación Triestamental (Democratización) Finalmente pensamos, en relación a lo que hemos expuesto como líneas generales y respectando los modelos de formación que estamos defendiendo, que la construcción de la institucionalidad debe realizarse en forma democrática, participativa y plural, incluyendo a todos los estamentos de la universidad. Considerando, principalmente y en forma central, a los actores que se encuentran directamente relacionados con la formación de profesores, peo también a la comunidad universitaria en general para la formulación e implementación de este proyecto. Sin embargo esta participación y diálogo no debe materializarse únicamente en la etapa de formulación, sino durante todo el proceso y el posterior funcionamiento potenciando la democratización interna de la universidad. Así, debemos mantener la transparencia, la comunicación y la claridad con el fin de construir colectivamente este espacio de desarrollo de las pedagogías en nuestra universidad. Asamblea de Estudiantes DEP Universidad de Chile. 2012


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