#1 Ocupación y toma

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7 - ENERO - 2014

EDITORIAL #1 Por Francisco Díaz

Hasta septiembre de 2011, cuando el movimiento Occupy Wall Street (OWS) la hiciera mundialmente famosa, la palabra “occupy” no era muy usada en el idioma inglés; de ser necesario, palabras como assault, storming, raid o take eran las utilizadas para referir a este tipo de maniobras. En Chile, por nuestra parte, usamos la palabra “ocupación” como genérico de “trabajo”, mientras que para referirnos a las ocupaciones espaciales (tipo OWS) usamos la palabra “toma”, pues denota con mayor precisión la ocupación violenta y desafiante de un espacio prohibido. De hecho, para simbolizar la violencia en la toma no autorizada de un espacio, los punks debieron cambiar la “c” por la “k”, reemplazando la palabra “ocupantes” por “okupas”. Este breve recuento semántico sirve para contextualizar lo que podemos encontrar en La Ocupación, ya que si bien su nombre hace una clara referencia a Occupy Wall Street se trata de un ejercicio completamente distinto. Que hayan carpas y que el espacio se abra de forma continua no implica que podamos encontrar en La Ocupación alguna crítica seria al sistema, ni menos que el espacio se haya ocupado de forma violenta. Las similitudes en la estética y en el nombre pueden ocultar las enormes distancias conceptuales entre ambas instancias: una subversiva y la otra planificada; una ilegal y la otra coordinada con los arrendatarios del espacio; una que resistió por dos meses hasta que fue desalojada por la fuerza, y la otra con fecha de término y fiesta de clausura. Sería injusto entonces pedir que La Ocupación tenga alguna semejanza con sus homónimas en inglés o con su hermana en español escrita con “k”. Más justo es entenderla como lo que realmente es: una suerte de Kidzania para arquitectos y artistas, o bien un Summer Camp para jóvenes de elite que pueden darse el lujo —no muy extendido en Chile— de destinar horas gratuitas a una experiencia colectiva que no tiene mas retribución que reactivar el capital social que ya poseían. De hecho, la metáfora del Summer Camp permite entender mejor la instalación de carpas o la exhaustiva programación de actividades. Los padres envían a sus hijos a un campamento de verano para que sociabilicen, hagan amigos, conozcan otros lugares y gasten energías; lo fundamental parece ser reducir el aburrimiento para que los niños o adolescentes—que tienen tiempo libre durante el verano—no molesten. Pues bien, en La Ocupación hay energía y sociabilidad de sobra; aunque también debe haber algo de aburrimiento, sino sería difícil entender que promisorios arquitectos y artistas chilenos tengan la necesidad de inventarse una “ocupación”. Esta necesidad de ocupar un tiempo y un espacio se desarrolla, tal vez inconscientemente, contra un telón de fondo no tan promisorio: la precarización laboral de las llamadas “industrias creativas” y la creciente des-ocupación de muchos jóvenes arquitectos y artistas. Esta es una pre-ocupación actual, ante la que esta actividad veraniega no debiera hacer la vista gorda. Por último, y ya que La Ocupación —organizada por el Grupo Toma— hace referencia directa a estas dos acciones —“ocupar” y “tomar” un espacio— hemos dedicado la primera entrega de este periódico a estos temas. La entrevista a Quilian Riano, participante de Occupy Wall Street y director de #whOWNSpace nos permitirá entender mejor las problemáticas tras el evento que en cierta forma inspira esta actividad. A su vez, los testimonios de pobladores recogidos del libro de Mario Garcés “Tomando su Sitio” (LOM, 2002), nos ayudarán a recordar con mayor precisión el contexto en el que surgieron las primeras tomas de terrenos en Chile (a mediados del siglo pasado), devolviéndonos la real perspectiva histórica y política en la que surge la noción de “toma”.

#1 OCUPACIÓN Y TOMA

QUILIAN RIANO: “ES FÁCIL HACER ACTIVISMO Y PENSAR EL FUTURO DENTRO LOS MUROS DE UN MUSEO” Quilian Riano es arquitecto y director de DSGN AGNC. Participó en Occupy Wall Street y actualmente dirige también el proyecto #whOWNSpace. Entrevista realizada por Francisco Díaz 4 de enero de 2014

¿Cómo partió Occupy Wall Street? ¿Cuál fue el grado de organización previa? Antes de nada me gustaría decir que aunque yo participé y apoyé a OWS en muchas formas, no organicé ninguna actividad oficial, así que respondo desde mi propio punto de vista. Dicho esto, creo que los principios de OWS se encuentran en la Primavera Árabe. Después de ver desde lejos como varios países y grupos se pararon contra poderes de opresión, la revista canadiense anti-consumo Adbusters puso un afiche para incitar la ocupación de espacios en Wall Street, comenzando el 17 de septiembre (de 2011). Como esta acción fue propuesta por una revista, era de esperar que muchas organizaciones se animaran a participar en la ocupación. Y eso fue exactamente lo que pasó: participaron muchos grupos con hartos integrantes y diversos objetivos.

¿Qué objetivos políticos perseguía la ocupación? La verdad es que cada grupo o persona que participó en OWS tendrá una respuesta distinta a esta pregunta. De hecho, la falta de un objetivo político claro fue la crítica mas común que se hizo a OWS. La ocupación fue un acto contra Wall Street, los bancos, y procesos económicos que llevaron a mucha gente en los Estados Unidos a la pobreza durante la crisis financiera de 2008. También es importante decir que una de las razones por la que tantos grupos distintos se juntaron fue porque OWS fue una “acción” —literalmente “ocupar” un espacio urbano de forma desafiante— y no una serie de demandas políticas que serían fácilmente ignorables.

¿Por qué se eligió Zucotti Park? Es importante entender que Zucotti Park es un espacio público que también es propiedad privada o, como se denomina oficialmente en inglés: Privately-Owned Public Space (POPS). Esto significa que los promotores inmobiliarios reciben un permiso para construir más espacio rentable si es que entregan un espacio urbano —como un parque o una plaza— accesible a todo el público. Estos espacios pueden ser problemáticos (como explora el proyecto #whOWNSpace), pero fue un resquicio en la Ley de los POPS el que ayudó a la ocupación de Zuccotti Park. De acuerdo a la ley en Nueva York, los POPS en espacio abierto (como las plazas públicas) tienen que estar abiertos 24 horas al día, mientras que los Parques Públicos administrados por la el Departamento de Parques de la ciudad de Nueva York, por ley tienen que cerrar durante la noche. La accesibilidad 24/7 de Zuccotti Park fue una de las razones claves por las que fue elegido para la ocupación. La otra razón fue que Zuccotti esta diseñado de forma tal que dejaba muchos espacios abiertos para congregaciones, etcétera.

¿Cómo te integraste a OWS? La integración a OWS fue fácil: fui al campamento y participe en la asamblea general y en grupos de acción enfocados en arquitectura/espacio y pedagogía universitaria.

¿Qué pueden hacer los arquitectos en una instancia de este tipo? Los arquitectos podemos hacer mucho en una acción colectiva como OWS. En los campamentos físicos pueden surgir necesidades en las que

los arquitectos podemos ayudar, como por ejemplo, en asuntos de higiene. Pero no solo eso; los arquitectos podemos hacer mucho mas en movimientos colectivos. Tenemos las herramientas analíticas y gráficas para hablar de procesos de diseño y construcción, y su papel en las economías políticas. Traemos un punto de vista que es un poco distinto y que se puede complementar muy bien con movimientos mas grandes para crear y empujar agendas de una ciudad más equitativa.

¿Qué problemas enfrentaron durante el período en que se mantuvo la ocupación? Cuando se junta tanta gente en un mismo espacio siempre van a surgir problemas, internos y externos. El problema externo más claro fue la interacción con la policía y los dueños de Zuccotti Park. Desde la primera noche el 17 de septiembre hasta la última noche el 15 de noviembre siempre existió la amenaza del desalojo. Internamente también hubo problemas, algo esperable cuando se juntan grupos tan distintos. Un problema pequeño, por ejemplo, fue cuando un grupo de tamboristas no paraba de tocar sus tambores hasta muy tarde en la noche. Esto comenzó a dañar las relaciones con los residentes alrededor de Zuccotti que hasta ese momento apoyaban la ocupación; este problema aparentemente fácil de resolver se convirtió en motivo de división cuando los tamboristas (que eran minoría), reclamaron que no querían ser silenciados por activistas blancos. Al final todos pudieron llegar a un acuerdo, pero este ejemplo muestra que a pesar de que es difícil, es muy importante organizar los activismos en torno a agendas mutuas pero siempre asegurando la diversidad de voces.

¿Qué ha pasado con el movimiento OWS tras el desalojo? ¿Ha continuado o se desintegró? OWS ha cambiado mucho desde el desalojo. Yo creo que muchos de los que participaron siguen trabajando en ideas que comenzaron en OWS. Más organizadamente hay dos proyectos interesantes. Uno es Occupy Sandy, una respuesta organizada al Huracán Sandy que golpeó las costas de Nueva York y Nueva Jersey el 2012. El grupo ha actuado como una organización comunitaria ayudando a reconstruir y actuando como proveedor de servicios públicos. El segundo proyecto es StrikeDebt!. Es un proyecto iniciado por veteranos de OWS que compra las deudas de muchas familias —como lo hacen los bancos— peo por mucho menos de lo que deben individuos. Hasta el momento han logrado saldar casi 15 millones de dólares de deudas. Estos proyectos muestran formas distintas de continuar el activismo. Eso si, un problema con el que debemos tener cuidado —especialmente en proyectos como Occupy Sandy— es el papel del activismo y su interacción con el estado. Es peligroso crear proyectos que reemplazan procesos públicos en vez de demandar que esos procesos públicos operen de formas más equitativas.

¿Qué es “#whOWNSpace”? ¿Qué actividades desarrollan? En su esencia, #whOWNSpace surge de las preguntas que el movimiento Occupy Wall Street abrió sobre la propiedad y el uso de espacio abierto en la ciudad de Nueva York y otras ciudades del mundo. El proyecto pretende dar a conocer y cuestionar las reglas —a menudo conflictivas— que rigen los espacios públicosprivados, para abogar por cambios cuando sea necesario, o bien para proponer políticas alternativas sobre usos y diseños que fomenten la vitalidad democrática. El grupo ya ha realizado varios proyectos. Hemos creado mapas que muestran toda la información disponible sobre las leyes y locación de los POPS. Otros proyectos

incluyen excursiones en las que buscamos democratizar la enseñanza del diseño y, junto a la comunidad, tener un mejor entendimiento de la esfera pública en diferentes comunidades. Junto con estos proyectos, el equipo jurídico de #whOWNSpace ha presionado a las autoridades de la ciudad para conseguir que los propietarios de Zuccotti cumplieran con las reglas y eliminaran las barreras que rodearon el parque durante casi dos meses. A través de una campaña de educación pública sobre los POPS y como encajan dentro de la estructura reglamentaria municipal, se presentaron más de 100 denuncias ante el Departamento de Edificación (DOB) del municipio de Nueva York. Luego la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, la Asociación Nacional de Abogados y el Centro para los Derechos Constitucionales de Nueva York enviaron una carta al DOB e hicieron un comunicado de prensa, todo esto realizado en colaboración con el equipo de #whOWNSpace y aprovechando nuestra investigación. Un día después de enviada esa carta, las rejas fueron retiradas. Ahora nos estamos concentrando en la plaza pública delante del edificio en One Chase Manhattan Plaza (diseñado por SOM), que ha estado cerrada desde el 16 de septiembre de 2011. Esta plaza es una de las fuentes de inspiración para la legislación de los POPS. La innovación de SOM fue optar por utilizar 2 1/2 acres de valiosa superficie en un plaza abierta al público. La plaza se ha convertido en una parte tan integral de la estructura de Lower Manhattan que el 2009 fue reconocida como un hito de Nueva York. A través de estos proyectos hemos empezado a entender mejor el estado del espacio público en Nueva York y el confuso conjunto de reglas que lo rige. Sin embargo, muchas de las reglas que nos hemos encontrado a menudo dicen una cosa explícita: los POPS están destinados para usos “pasivos”, como comer un sándwich. Los usos activos —conversaciones, reuniones, o la organización de comunidades— no se contemplan. Sin embargo, estas actividades son muy necesarias en una sociedad democrática ya que ayudan a las personas se informen y participen en su sistema político.

¿Qué te parece la estetización de la ocupación que se ha dado tras el desalojo, ya sea con el MoMA comprando los pósters de OWS o haciendo instalaciones como la de A-77 en el PS1? Esta es una muy buena pregunta ya que es uno de los problemas más grandes con cualquier tipo de activismo. El problema es complicado ya que la estetización del activismo hecha por instituciones de arte lleva a la cooptación comercial. Al final del día esos tipos de proyectos apuntan a asuntos que el arte o el diseño debería considerar sin ninguna acción significativa. Por ejemplo, y ya que preguntas por el proyecto en el PS1, me parece raro crear una colonia homogénea para artistas pensando que es activismo ambiental real, ya que hay voces y procesos que no son incluidos. Esto es aun mas raro cuando uno piensa que el PS1 esta tan cerca de Greenpoint, Brooklyn, que sigue sufriendo los efectos de unos de los peores derrames de petróleo en la historia de Estados Unidos. El derrame fue culpa de Exxon-Mobil y ha hecho que los suelos y las napas de este vecindario sean unos de los más tóxicos del país. En este caso, como en tantos otros, no hay que ir muy lejos para encontrar una crisis ambiental. Al final del día, es fácil hacer “activismo” y pensar el futuro dentro los muros de un museo. Lo difícil es pensar que es lo que se puede hacer dentro de los complejos procesos existentes. ¿Cómo podría el arte ayudar a manejar los conflictos políticos y ambientales de Greenpoint y otros vecindarios alrededor de la institución de arte? Continúa en la página siguiente >>>>>>>>>


Santiago - Chile

¿Qué pasa con los objetivos originales del movimiento OWS cuando empiezan a ser absorbidos por el sistema y la ocupación se vuelve algo “cool”? El gran punto de OWS es de hacer preguntas sobre el sistema financiero y político de este momento. Lo “cool” no puede hacer este tipo de preguntas y no toma acción. Lo “cool” se compra, se gasta, se bota, para luego ir a comprar la próxima cosa “cool”. Entonces, es mejor no ponerle atención a la estética de la protesta o el campamento y mejor enfocarse en crear procesos y proyectos que como StrikeDebt!, y otros similares iniciados por artistas y diseñadores, que intervengan en sistemas que crean situaciones injustas. Lo importante es comenzar a salir del museo o la galería y comprometerse significativamente con cuestiones políticas.

TESTIMONIOS

Extractos del libro de Mario Garcés: Tomando su sitio, el movimiento de pobladores de Santiago, 1957-1970 (Santiago: LOM, 2002)

“(…) en el año 40, cuando, cuando ya me daba cuenta bien, había mucha pobreza, a pie pela’o, pero cuando se habla de pobreza yo tengo dos formas de ver esas situaciones, porque hay pobreza que la gente se siente pobre y hay pobreza que la gente no se siente pobre. En esos tiempos la gente no se sentía pobre. A pesar de que mi madre, cocinaba a leña, y andábamos parchados, todo eso, pero no sé, no había toda esta… estos mercados que hay ahora, estas propagandas donde la gente se siente pero… pobre, pobre. Como ser ahora, hay mucha gente que se siente lo último. En ese tiempo, la miseria era grande, grande, sí, se comía pantrucas y se comía todo eso, se cocinaba a leña… la mujer trabajaba todo el día, en la casa cierto, había que cortar la leña con hacha, todo eso, y alcanzaba pa’ el tecito no más, eso no más. Entonces eso era pobreza, pero uno no la sentía adentro, no la sentía adentro”. “(…) los cocheros llegaban en la noche, porque habían posadas en Bernal del Mercado, no era pavimentado Bernal del Mercado y habían posadas donde guardaban los caballos, todo eso. Entonces lo que hacíamos nosotros en el conventillo es que llegaban todos los gallos en la noche, los cocheros. Llegaban cura’os, entonces nosotros bajábamos a los cocheros, los metíamos a la casa e íbamos a dejar el choche. Íbamos a dejar a la posada, era muy entretenido, era bonito, es una juventud totalmente distinta (…)”. “Igual era poca gente (la) que tenía radio o vitrola y cuando había un partido importante, entonces la gente sacaba para la calle la radio. A la calle, a la vereda, y toda, y toda la gente se amontonaba alrededor de la radio a escuchar… y a tomar su trago”. “Por eso la pobreza, eso que te digo yo era demasiado pobre… pero la gente no la sentía, no la sentía, porque el conventillo tendría, tendría unas 28 familias algo así y había un solo baño — imagínate— pero era un inmenso sitio”. “El hombre era mucho más machista , hombre que no le pegaba a la mujer no era hombre, toda mujer tenía que ser golpeada, no había mujer que no fuera golpeada”. “Como en el año 50 ya nosotros fuimos creciendo y los sueldos no daban, entonces nacieron estas famosas poblaciones callampas, que no eran poblaciones que se tomaban políticamente sino que eran poblaciones que se tomaban por necesidad. O sea, la persona iba y se adueñaba de un sitio no más, un sitio donde otros habían llegado, después llegaban otros y así se juntaban. Y esta población se llamaba Colo-Colo y estaba donde estaba el canódromo, donde había un canódromo, donde corrían los perros con las liebres, y al otro lado estaba el Estadio de Carabineros, después fue Estadio Colo-Colo, a la orilla del río Mapocho (…)”.

“El agua había que ir a buscarla de ahí de la calle Brasil, que es más o menos a esas alturas donde estábamos viviendo nosotros, a los hornos crematorios, que están en Bulnes con Balmaceda. Ahí estaban los hornos crematorios, hornos crematorios eran donde tiraban a los perros, todo eso, los quemaban… Ahí íbamos a buscar agua (…) todas las noches, llenar una… ¿cómo se llamaba? barril y luego dejarlo a mi mamá porque ella no podía ir a buscar agua, dejarle con agua eso”. Ibador Castro, Población Lo Valledor

*** “Y ahí vivíamos (…) Éramos, se puede decir dos familias, vivía mi mamá con la suegra, el matrimonio, ellos y nosotros. Y todo era… era una pura pieza, reducidos a una pieza grande, una sola pieza. Y todo era, dormitorio, comedor, cocina. La cocina, bueno, se cocinaba afuera, ahí a la entradita de la puerta no más (…).” “Y de las dos familias, éramos como siete u ocho personas. Mi mamá en ese tiempo tenía tres niños, fuera de mí, cuatro, más el matrimonio”. “Y mi mamá lavaba, me acuerdo que lavaba, hervía la ropa también ahí mismo con leña. Lavaba, planchaba y bueno en ese tiempo yo tengo bien malas experiencias, porque… llegaba él después, cura’o, borracho en la noche pidiéndole comida: ¿dónde estai? Ven atenderme, ¿qué estai haciendo? y cosas así. Eso recuerdo yo ¿ah? Y si ella no venía al tiro o… ¡ya! Sírveme comi’a o… ¿qué comi’a hiciste? Esto no está bueno… y vamos… vamos pegándole a mi mamá, le pegaba a mi mamá, me pegaba a mí. Después, mi mamá, hubo un tiempo viendo de que… estaba aburrida con esta situación… me entregó a unos tíos, a unos hermanos de ella para que me llevaran, porque parece que me trataba muy mal a mí ¿ah? Me trataba muy mal, le pegaba a ella y me pegaba a mí también, entonces mi mamá… en ese momento, claro, me apartó de ellos, me entregó a los tíos y… y ella siguió viviendo un tiempo con él, pero, tal vez para que no me pegara a mí lo hizo ella, yo creo, así que… siguió viviendo unos años más con él”. “Ahí que estaba con ellos, pasé como hasta los nueve años, en ese lapso parece que la mamá ya decidió separarse de él ¿no? del marido, porque después como a los… casi ya iba a cumplir diez años, a mi tío se le muere la señora, se murió la señora de él, mi tía, entonces, claro, mi tío diría, qué voy a hacer yo solo con ella. Ubicó a mi mamá y me vino a dejar donde mi mamá”. Elena, Villa Francia

*** “La Corporación de Vivienda prometió los terrenos de la Chacra La Feria, pero eso no pasó de meras conversaciones y tramitaciones (…) esta promesa se había explicitado con motivo del incendio ocurrido en noviembre de 1956, que había dejado a cientos sin hogar. Por estos tiempos nació la consigna trabajar sin transar, hasta la casa conquistar. Se comenzaba a perfilar la toma como último recurso”. “El informativo social del sector era alrededor de los pilones de agua, donde se oían los siguientes diálogos entre los habitantes del Zanjón: —¿Sabe comadre? No doy un veinte más, porque los dirigentes se llevan puro chupando no más. Otra contestaba: —Yo creo que con la plata compran huevos. —Eso mismo digo yo; hay que tener fe, si no, no salen las cosas”. Guillermina Farías.

*** “El día 29, un reguero de pólvora golpeó las puertas llevando la noticia: la toma va. Esa noche, en todos los comités las instrucciones estaban dadas. Requisitos indispensables: ser pobre, tener chiquillos, tres palos y una bandera. Había llegado la hora de las definiciones de cada cual”. Testimonio de un protagonista de la toma ex Chacra La Feria, según Guillermina Farías.

*** “A raíz del incendio que se produjo a mediados de octubre en el Zanjón, fue que el Partido tomó la decisión de que la toma debía ir. Hacía tiempo que estaba planificada y cada vez que se iba a efectuar, llegaban primero los pacos, porque no faltaba el soplo, cuando se iba a hacer la toma, ahí estaban los carabineros, a la entrada donde había un letrero que decía Chacra La Feria”. “Nosotros cuando caminábamos por aquí, lo hacíamos por la línea del tren y éste era un potrero que estaba pelado, y ahí en Treinta de Octubre, había un tranque donde se juntaban el agua para regar la chacra y toda la gente se venía ahí, cuando se hizo la toma definitiva, porque era el lugar más conocido”. Testimonio de un protagonista de la toma ex Chacra La Feria, según Gillermina Farías.

*** “A las ocho de la noche se empezaron a juntar los más decididos en el lugar acordado: los tres palos y la bandera, algunos enseres y frazadas, se iba formando la caravana (…). La columna avanzaba y seguían sumando personas, cualquier oportunidad era buena para obtener un sitio (…). Calladitos, fuimos llegando a nuestra meta, algunos por Departamental, otros por La Feria. Con los reflectores del aeropuerto de Los Cerrillos y la noche oscura y sin luna, nos sentíamos como los judíos arrancando de los nazis: la oscuridad nos hacía avanzar a porrazo y porrazo. Con las primeras luces del alba, cada cual empezó a limpiar su pedazo de yuyo, a hacer su ruca e izar la bandera”. Guillermina Farías.

*** “Yo venía de La Legua y salimos de la misma Legua en marcha con carretones a caballo, carretones a mano o con cosas al hombro, veníamos por Santa Rosa y la gente nos preguntaba ¿qué pasa?, ¿qué pasa? Es una toma de terrenos y tomaban sus frazadas y se plegaban al grupo. Los hombres entraron con todo, los carretones por Departamental y nosotras las mujeres nos vinimos acá. Aquí donde es Treinta de Octubre”.

“Ya como a los tres meses que estábamos aquí, empezó la Junta de Vecinos, ya a presionar, a presionar… Y nos regalaron unos paneles parecidos a esta masisa, que habían sido donados para el terremoto del año (1960), no sé cuándo… que habían llegado y había quedado, y con eso nos hicieron mediaguas. Hicieron cuatro juntas, o sea hicieron un cuadrado y lo dividieron por cuatro. Sería un poquito más grande que esto (3 por 3 metros)… no era más grande. Entonces, cada vez que se incendiaba una, se incendiaban cuatro. Si era cosa de todos los días esa cuestión, y más que en ese tiempo no había gas, sino que todos con chonchón a parafina, o con cocina a parafina, o con leña, entonces los descuidos, todo eso pasaba”. “Aquí lo importante en beneficio pa’la población fue la unidad de la gente, porque nos querían empezar a construir por manzanas. Empezaron con tres manzanas, esa que está aquí al fondo, la que está acá y la que está al frente de la unidad vecinal que la llamábamos la del bloque, porque esa la hicieron de bloque. Y también nosotros nos opusimos a la construcción de paredes de bloque. Entonces se organizó y se fue a la CORVI y se dijo: ¡No señor, o empieza la construcción en toda la población, o no seguimos nosotros así! Paramos esa cuestión, pero, ¿qué nos hicieron? Nos cerraron, llegaron e hicieron la periferia que llamamos nosotros. Construyeron toda la periferia y aquí empezaron a construir como al año después de construida la periferia”. Antimo Palma

*** “—Sin agua y sin luz se formó la población. Uno de los comités del sector B que se formó, fue por esos años con una velita haciendo reunión en Callejón Lo Ovalle, casi al llegar a las palmeras, esquina de Alvarez. Ahí se hizo la reunión con Martín Díaz, el que habla, con una cantidad de gente que estuvo(…)”. Testimonio de poblador de Santa Adriana

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Testimonio de un protagonista de la toma ex Chacra La Feria, según Hilda Sotomayor.

*** “Durante 12 años vivimos en los infecundos terrenos del Zanjón de la Aguada, sufriendo múltiples inundaciones y 18 incendios; sumidos en la promiscuidad y siendo nuestros hijos carne de corrupción. El Presidente Ibáñez ofreció solucionar el problema en tres meses y pasaron 5 años. Así llegó el 30 de octubre de 1957 cuando ocupamos los terrenos del Campamento La Victoria. A los 120 días tenemos una organización ejemplar: hemos levantado una población cuyo costo es de 300 millones; dado forma a las calles, las veredas; trabajando en la instalación de agua potable, luz eléctrica…”. Juan Acosta, presidente de la directiva de los pobladores del Campamento La Vcitoria en el diario El Siglo, 3 de marzo de 1958.

*** “El agua teníamos que ir a buscarla al Callejón Lo Ovalle con Ochagavía, ahí pusieron un pilón. Así, ahí había que saber acarrear. Ahí se hacía cola, se amanecía la gente acarreando agua, unos primeros, otros después (…)”. “Ya ahí empezó la gente a organizarse, se empezaron a organizar por manzanas y la gente en un principio, media… cómo le diré yo… no muy unida todavía, ¡porque no todos se conocían! No le digo que teníamos más allegados que los que habíamos tomado el terreno”.

Publicación periódica realizada por ¨La sala de prensa¨ que surge como respuesta a la invitación hecha por el Grupo Toma a participar de la instalación La Ocupación, a desarrollarse en el Centro Cultural Mil M2 de Santiago de Chile entre el 7 y el 12 de Enero del 2014. Este periódico no aspira necesariamente a informar sobre lo que sucede en La Ocupación, sino que opera de forma independiente, como un órgano crítico, y con una línea editorial propia definida por el equipo editorial. El equipo que conforma esta publicación está integrado por los editores Pablo Brugnoli, Francisco Díaz e Ignacio Rivas, además de la Editora Ejecutiva Rayna Razmilic. Cada uno de los editores estará a cargo de un número, en base a temas predefinidos. La primera edición, editada por Francisco Díaz, estará dedicada al tema “Ocupación y Tomas”. El segundo número dedicado a “Institucionalidad” será editado por Pablo Brugnoli. La tercera entrega estará dedicada a “Ciudadanía y Territorio”. El cuarto número, dedicado a “Trabajo Colectivo” será editado por Ignacio Rivas. La quinta y última entrega aún tiene temática abierta y será co-editada por todo el equipo editorial. Cada ejemplar contará con una editorial, una entrevista relacionada al tema, y también una sección de Cartas del público o los participantes de La Ocupación, en formato físico (en el buzón instalado a la entrada de la Sala de Prensa), a través de Twitter en el hashtag #prensalaocupacion o en el evento de Facebook “La Ocupación”.


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