Orfeo magazine N°15 - Edición española - Primavera 2020

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orfeo 15

m a g a z i n e La guitarra en Japón

Masaki Sakurai Kojiro Nejime Kaoru Ono Masahiro Tanabe Aura Guitar Shop Daisuke Kuriyama Marín Nejime Yuichi Shimizu Las herramientas japonesas Primavera 2020 Edición española


¡ NUEVO LIBRO que reúne los nos 11 al 15 de Orfeo Magazine !

360 páginas en color Formato 24 x 30 cm

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No. 15: Japón

• Paul Fischer • Christopher Dean • Kevin Aram • Gary Southwell • Michael Gee • David Rodgers

• La escuela de Puurs • Leonardo project • L.A.U.M. • Walter Verreydt • Karel Dedain • Mark Peirelinck

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• Masaki Sakurai • Kojiro Nejime • Kaoru Ono • Masahiro Tanabe • Aura Guitar Shop •L as herramientas japonesas

Llega el 1 de junio

Pinche el libro para reservar su ejemplar Creación y dirección: Alberto Martinez Diseño gráfico: Hervé Ollitraut-Bernard Editora adjunta: Clémentine Jouffroy Traducción francés-español: Maria Smith-Parmegiani Traducción francés-inglés: Meegan Davis Sitio internet: www.orfeomagazine.fr Contacto: orfeo@orfeomagazine.fr

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orfeo Editorial

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m a g a z i n e Para comprender a Japón es preciso conocer su carácter sincrético. El país siempre ha logrado combinar teorías o doctrinas diferentes, creando así nuevos universos culturales. Lo ha demostrado en materia de religión, fusionando budismo y sintoísmo, en el ambiente artístico, en el lenguaje y en la industria. Japón se ha construido partiendo de formas importadas que ha logrado asimilar y modificar. Lo que puede parecer una simple copia en realidad no lo es: siempre ha sabido mezclar y hacer suyas las influencias, como es prueba patente la lutería de guitarras. En este número podrán conocer a los grandes luthiers de la historia de Japón que se inspiraron de las guitarras españolas, francesas o alemanas, a las que aportaron sus técnicas, materiales y detalles. También visitaremos los talleres de los que perpetúan una lutería de alta calidad, lejos de las marcas industriales. Pero no son estos los únicos que merecían una visita y pido disculpas a Yuichi Imai, Teruji Yamano y a muchos otros que espero visitar en un próximo viaje. Alberto Martinez


Comienza la floración de los cerezos en el Parque Ueno de Tokio.

Japón fue el primer país asiático que se interesa por la guitarra, como lo demuestra el gran número de guitarristas, luthiers, compositores e industriales que surgieron a lo largo del siglo XX.

La guitarra clásica en Los primeros contactos entre Japón y Europa datan del siglo XVI con la llegada de misioneros jesuitas y comerciantes portugueses de Macao. En las escuelas de los jesuitas se enseñaba música y la práctica de instrumentos occidentales: principalmente el órgano, la trompeta, el arpa y el laúd. Pero a partir de 1615, los sogún Tokugawa dominan Japón, expulsan a los extranjeros, prohiben los productos importados y cierran totalmente el país (período Edo de 1603 a 1868). Es tan solo al comienzo de la época Meiji (1868 a 1912) que toca a su fin el régimen feudal de los so-

gún y se crea el imperio de Japón. El país se abre entonces al resto del mundo. En 1879 el gobierno de Meiji toma una decisión sin precedentes: la enseñanza de la música occidental se vuelve obligatoria en las escuelas primarias y secundarias. Las primeras guitarras El primer músico japonés que posee una guitarra clásica es Kenpachi Hiruma, guitarrista, compositor y mandolinista que estudió en Alemania e Italia y que al regresar a Japón enseña la guitarra.


A principios del siglo XX llegan otras guitarras a Japón gracias al guitarrista y fecundo compositor Morishige Takei (alumno de Hiruma) que tocaba con guitarras románticas hechas por Lacote, Panormo y Stauffer, compradas en Londres en la tienda de Philip Bone. Aunque esas guitarras románticas ejercen una gran influencia en los luthiers japoneses durante la primera mitad del siglo XX, no olvidemos que ellos habían aprendido la lutería fabricando violines. Si la estética de sus guitarras evoluciona inspirándose en las guitarras españolas, la construcción siguió siendo semejante a la de los instrumentos del cuarteto y como la de la mayoría de las guitarras románticas (cuerpo y mástil unidos al final). Y una vez más es Andrés Segovia quien dará un impulso extraordinario a la guitarra clásica. En 1929 sus conciertos en Osaka, Tokio y Kobe impresionaron al público y a los luthiers japoneses. A partir de los años 60 Japón conoce un desarrollo económico sin precedentes. El poder adquisitivo aumenta, hay más tiempo libre y se descubren otras culturas. Casi 10 millones de japoneses estudian la guitarra y la demanda del instrumento crece enormemente. Muchos luthiers se convierten en verdaderos industriales, con docenas de empleados y con una producción mensual de miles de guitarras (Yamaha, Ibáñez, Aria...)

n Japón

La influencia española Varios luthiers españoles van a influenciar profundamente la lutería japonesa. El primero en venir a Japón es el granadino Eduardo Ferrer, invitado por Yamaha en los años 60 para aconsejar a sus oficiales. Luego son Hernández y Aguado (Madrid), también invitados por Yamaha para mejorar la producción de guitarras clásicas.Y el tercero es Arcángel Fernández, después de la estadía de Masaru Kohno en su taller madrileño. Para ilustrar la historia de la guitarra clásica en

El clima El archipiélago japonés forma un arco que se extiende de noreste a suroeste, largo de dos mil doscientos kilómetros. El clima es generalmente templado, pero existe una gran disparidad entre las regiones. A lo largo de la costa del Pacífico, por ejemplo entre Tokio y Osaka, la temperatura promedio supera fácilmente los 30° C en verano, las precipitaciones son abundantes y la humedad es de alrededor del 80%. Sin embargo, el invierno es generalmente seco y soleado. Estos cambios de humedad son perjudiciales para la estabilidad de la madera y dificultan la lutería.

Las cuerdas Las cuerdas de tripa frenaron considerablemente el desarrollo de la guitarra clásica en Japón hasta los años 50. Por un lado, eran caras y no resistían el clima húmedo y, por otro lado, las guitarras con cuerdas de tripa, con su poco volumen, no podían integrarse en las orquestas de mandolinas, a la moda en aquel momento. Esto explica la cantidad de guitarras clásicas hechas antes de la Segunda Guerra construidas para cuerdas de acero.

La madera Japón no tenía acceso a las maderas exóticas de América o África (palisandro, ébano, caoba ...). Los luthiers trabajaban con maderas locales. Como todos venían del violín, utilizaron el arce para el fondo y los aros, el keyaki (zelkova serrata, variedad de olmo) y ciertos árboles frutales (peral, cerezo ...). Pero la frustración de no tener palisandro como los luthiers europeos fue tal que llegaron a barnizar las maderas claras con barnices oscuros. O sea que, por razones diferentes, los luthiers japoneses enfrentaron las mismas restricciones en los años 30 y 40 que las de hoy con las reglas CITES.

Japón hemos seleccionado a cuatro guitarreros representativos de su evolución: Masakichi Suzuki, Kinpachi Miyamoto, Sakazo Nadake y Masaru Kohno.

Ndlr – Un sincero agradecimiento a Hervé César, profesor de guitarra y coleccionista parisino, que me ayudó a escribir este artículo y me prestó los instrumentos históricos, junto con su amigo Philippe Herscu.


Masakichi Suzuki (1859-1944) Es el primer luthier que se dedica a fabricar instrumentos de cuerda, shamisen (especie de banjo japonés) y guitarras de concierto. Fundó la Suzuki Violin Co. en Nagoya en 1887 y ganó varias medallas en exposiciones internacionales, granjeándose una gran reputación por

la calidad de sus violines. Comenzó a construir guitarras hacia fines del siglo XIX y desde 1930 hizo un modelo Lacote inspirado por el trabajo del gran luthier francés y especialmente por la guitarra que Morishige Takei trajo a Japón.

Las maderas son las mismas que se usaban para hacer violines: tapa de abeto y caja de arce.


A principios del siglo XX, las guitarras romĂĄnticas influyeron mucho a los luthiers japoneses. Este es el modelo Lacote hecho por Masakichi Suzuki en los aĂąos 30.


Kinpachi Miyamoto (1878-1960)

Miyamoto se inspirĂł en la guitarra Manuel RamĂ­rez de Segovia.

Muy pocas guitarras salieron de las manos de Miyamoto.


Kinpachi Miyamoto aprendió a hacer instrumentos de cuerda desde muy joven y tuvo la oportunidad de observar y medir la famosa guitarra Manuel Ramírez de Segovia cuando éste guitarrista dio una serie de conciertos en Japón (1929). Posteriormente construirá unas pocas guitarras, algunas inspiradas en los arpegiones y muy bus-

cadas hoy día y otras más parecidas a las guitarras españolas. Famoso por la calidad de sus violines, se le apodará « el Stradivarius de Asia » y contará entre sus clientes a Fritz Kreisler, Ginette Neveu y Albert Einstein. Es el primero que hace evolucionar la guitarra romántica hacia la guitarra española.

Un varetaje muy fuerte, probablemente para cuerdas de acero.


Sakazo Nakade (1906-1993)

Aprendió con su hermano Rokutaro a hacer violines en el taller de Kinpachi Miyamoto en el decenio de los 30. Fueron los primeros luthiers que viajaron a España para estudiar la construcción de guitarras y visitar los talleres de José Ramírez y de Hernández y Aguado. Por haber logrado la síntesis de la guitarra clásica japonesa (estética española y construcción japonesa), se considera a Sakazo Nakade como el creador de la lutería japonesa moderna. Después de su fallecimiento, sus hijos se hicieron cargo del taller y prosiguieron construyendo guitarras.

Varias generaciones de Nakade han seguido trabajando de luthiers.


La caja está hecha de “keyaki” (zelkova serrata), una especie de olmo japonés.


Masaru Kohno (1926-1998)

Guitarra del mismo año que la del concurso de Lieja (1967). Kohno es sin ninguna duda el luthier japonés más conocido en el mundo occidental. Diplomado en ebanistería, pero autodidacta en lutería, construyó sus primeras guitarras en 1948 estudiando las hechas por Sakazo Nakade, a quien no conocía ni había frecuentado su taller. En 1960 viajó a España, visitó el taller de Fleta en Barcelona y más asiduamente el de Arcángel Fernández en Madrid. En 1967 ganó la medalla de oro del Concurso Internacional de Guitarra de Lieja (Bélgica) y su fama adquiere una dimensión internacional. De regreso a Tokio, fundó la revista Gendai Guitar para promover la guitarra en Japón. Siendo perfeccionista buscó siempre el sonido ideal y construyó guitarras utilizando varios tipos de varetajes, pero siempre siguió utilizando solamente el abeto para las tapas armónicas y haciendo el ensamblaje de tipo japonés. Su sobrino Masaki Sakurai ingresó al taller en 1967 y perpetúa la marca Kohno desde que dirige este taller.

La pala recuerda la admiración de Masaru Kohno por Ignacio Fleta.


Diferentes varetajes experimentados por Kohno a lo largo de su carrera (de izquierda a derecha y de arriba a abajo): 1950, 1952, 1967, 1991.



El barrio de Shinjuku en Tokio, con su gentĂ­o y los miles de letreros luminosos.



Masaki Sakurai

Masaki Sakurai comenzó a trabajar con su tío Masaru Kohno y asumió la dirección de la empresa familiar a su muerte. Actualmente la Kohno Guitar Manufacturing cuenta con nueve empleados y fabrica 300 guitarras por año.


“Mi invención más importante consiste en añadir pequeñas piezas de madera en ciertos lugares del varetaje de la tapa.” ¿Qué cambios se han producido desde que dirige este taller? Masaki Sakurai – El más importante ha sido la evolución del varetaje. La construcción de mi tío, Masaru Kohno estaba influenciada por Fleta. Desde entonces he cambiado mucho: el varetaje es diferente, las tapas son mas rígidas, miden de 2,4 a 2,5 mm de espesor, y añadí el diapasón elevado en ciertos modelos. Mi invención más importante consiste en añadir pequeñas piezas de madera en ciertos lugares del varetaje de la tapa, en las zonas anormalmente móviles que presentan una tendencia a ahogar el sonido.

Las diferentes etapas de fabricación se reparten entre las nueve personas que trabajan en el taller.

Pero la madera no es nunca la misma… M. S. – La madera no, pero el varetaje sí. He medido las vibraciones de la tapa y esas zonas están siempre en el mismo sitio, en ese varetaje determinado, claro está. Estudié el modo vibratorio de la guitarra con un especialista de la acústica de la Universidad de Tokio. Determinamos las zonas de la tapa donde existía un conflicto que atenuaba el sonido y añadiendo pequeñas masas en esas zonas logré mejorar el volumen global de la guitarra, la cuerda de sol y la prima. En 1988 gané el primer premio de lutería organizado por UNESCO en


El varetaje creado por Masaki Sakurai, con las pequeĂąas masas para mejorar la movilidad de la tapa.


El diapasรณn elevado del modelo Maestro RF. La Maestro RF, el mejor modelo de Masaki Sakurai.


“Para el mercado local las tapas son casi todas de abeto.” Paris y en 2017 recibí un premio importante en Japón por mis investigaciones en la materia.

Tapas en espera, de abeto y de cedro.

¿Qué madera utiliza para las tapas? M. S. – Para el mercado internacional utilizamos tanto el abeto como el red cedar. Pero para el mercado local las tapas son casi todas de abeto. Los guitarristas japoneses prefieren esa madera a tal punto que incluso Ramírez fabrica un modelo con tapa de abeto especialmente para el mercado japonés. El sonido que gusta en Japón es el del abeto. Eso viene de la música popular japonesa (gagaku), que está escrita en re menor. El abeto europeo se presta mejor para tocar en esa tonalidad y por eso yo también lo prefiero. Pero en Japón existe el ezomatsu (picea jezoensis) muy similar al abeto europeo. M. S. – Si pero los bosques de ezomatsu del Japón no se encuentran en zonas bastante frías, la madera es más blanda y las venas de crecimiento están muy separadas. Me gusta el abeto rígido, con vetas muy apretadas, como el que viene de los Alpes suizos. ¿Y qué madera emplea para el resto de la guitarra? M. S. – Sobre todo el palisandro indio, de Madagascar o de Brasil. El abastecimiento de palisandro brasileño con CITES funciona perfectamente. Ahora mismo espero unos cien juegos. Por supuesto, los reservo para los mejores

La variedad impresionante de sus sierras japonesas.

Grandes existencias de madera.


Antigua máquina de su tío Masaru Kohno para curvar los aros.

modelos. ¡Me encanta el sonido del jacarandá! A veces utilizo el arce para el fondo y los aros pero nunca el ciprés. ¿Cómo construye sus guitarras, al estilo español? M. S. – No, con mi propio estilo! Primero la caja y después el mango, pero el montaje es un poco diferente. No olvidemos que los luthiers japoneses proceden de la lutería de violines, como Kimpachi Miyamoto, y que nosotros somos los expertos de los ensamblajes. ¿Cuántos modelos producen? M. S. – Tenemos dos series de modelos. Con la marca Sakurai Kohno, los modelos Maestro, Special y Professional-J (J como jacarandá). Con la marca Masaki Sakurai, los modelos Maestro RF (Raised Fingerboard en inglés, diapasón elevado en español), PC (Paris Competition) réplica de la guitarra del concurso, Special Concert-J y Concert-R (Rosewood en inglés, palisandro en español).

¿Porqué tantos modelos? M. S. – Cuando se compra madera, todos los trozos no son de la misma calidad. La construcción y el varetaje son similares pero los modelos se fabrican en función de la calidad de la madera y de la necesidad de proponer una gama de precios. ¿Qué tipo de barniz utiliza? M. S. – Siempre utilizo el anacardo (anacardium occidentale). Si clasificamos los barnices en función de su dureza, sería así: poliuretano (como Ramírez), celulósico (como Hauser), barniz a muñequilla y barniz de anacardo. Este último es el más liviano. Se aplica con pistola y es conocido por sus cualidades protectoras contra los insectos. Para mi, es mejor que el barniz a muñequilla. El barniz de anacardo se emplea tradicionalmente en Japón. El único inconveniente es su fluidez, que dificulta la aplicación con pistola sin que se produzcan chorreaduras.


El modelo Sakurai PC es una reproducciĂłn de la guitarra del concurso de ParĂ­s de 1988.



Kojiro Nejime Kojiro “Alberto” Nejime trabajó con Antonio Marín en Granada, ganó varios premios en concursos internacionales, enseño la lutería en Japón y escribió un libro muy detallado sobre la construcción de guitarras clásicas.


Un molde de Antonio Marín de 1984.

¿Cuál es la razón de su vocación de luthier? Kojiro Nejime – Mi hermano era guitarrista y en los años 70, partió a España para perfeccionarse en el Conservatorio de Música de Madrid. Me gustaba mucho oírle y su música me incitó a construir guitarras. Aprendí las bases de la técnica observando el trabajo de un luthier de Tokio que había sido formado por Kohno, pero muy pronto me di cuenta que para progresar verdaderamente tenía que ir a España. En 1979 viajé a Granada y durante un año estuve en el taller de Antonio Marín. La generosidad de Antonio y su amplitud de miras me ayudaron muchísimo. Quedamos amigos de por vida y he vuelto a visitarle varias veces. ¿Qué otros luthiers le han influenciado? K. N. – Estudié detenidamente el trabajo de Robert Bouchet, de Daniel Friederich y de Arcángel Fernández. En los años 80, hice muchas experiencias con varetajes diferentes, con plantillas y


Guitarra de inspiraciรณn Antonio de Torres.


Sus rosetas varĂ­an pero conservan siempre la misma paleta de colores.

Nejime hace hermosas guitarras en un taller muy pequeĂąo.


Siempre conserva su primera guitarra hecha en el taller de Antonio Marín.

técnicas de construcción. En Japón nuestra tradición nos lleva a construir instrumentos al estilo de los violines, pero los encuentros con Marín y otros luthiers me llevaron a adoptar el método español. ¿Y qué tipo de guitarra fabrica actualmente? K. N. – Como aprecio las guitarras de los grandes maestros españoles, mi punto de partida ha sido una plantilla de Santos Hernández con un abanico cerrado de siete varetas, muy clásico y por supuesto sin refuerzo bajo el puente. Modifiqué el sitio de las dos varetas que cierran abajo el abanico para colocarlas un poco mas cerca del centro. Me agrada el sonido de esas guitarras españolas de los años 20 y 30, pero trato de ganar más volumen.

“Mi punto de partida ha sido una plantilla de Santos Hernández con un abanico cerrado de siete varetas, muy clásico.”


“Me gustan las guitarras de los grandes maestros españoles.»

¿Con qué maderas le gusta trabajar? K. N. – Para mí lo esencial es que la madera sea de buena calidad, el tipo me parece menos importante. Adapto la construcción en función de la madera escogida. Cada madera es interesante y posee su personalidad. Para las tapas, empleo con el mismo placer el abeto o el red cedar. Incluso probé los abetos americanos: Sitka, Engelmann y Adirondac. ¿Cómo se reconocen sus guitarras? K. N. – En Japón los luthiers no tratamos de tener una forma de pala personal y variamos muy a menudo. En cambio mis rosetas son casi siempre las mismas; a veces el motivo varía un poco pero no los colores ni su estilo. Aparte del sonido, quizás sea el varetaje lo que mas caracteriza mis guitarras.

El libro de Nejime sobre la construcción de guitarras: una obra imprescindible para toda una generación de luthiers japoneses.


Su modelo de concierto con tapa de abeto Sitka, un abeto americano.


Kaoru Ono Alberto Nejime le inició en la lutería española y completó su formación con José Luis Romanillos. Es perfeccionista en su trabajo y le encantan las herramientas japonesas.



Las soleras, testigos de sus investigaciones.

¿Cuándo comenzó a hacer guitarras y porqué? Kaoru Ono – Comencé a tocar la guitarra cuando estaba en la escuela secundaria y construí la primera en los cursos prácticos de carpintería en la universidad. Después hice algunas como autodidacta pero muy pronto quise aprender de verdad y en 1980 me capacité en la fabricación al estilo español con Alberto Nejime. ¿Qué otros luthiers le han influenciado? K. O. – En 2001 viajé a España para asistir a los cursos de José Luis Romanillos en Sigüenza (España). También fui aconsejado por Arcángel Fernández cuando vino a Japón. Como suelo reparar guitarras en la tienda Aura Guitar Shop, a menudo he podido observar las


Una guitarra de inspiraciรณn Hauser, pero con una cabeza muy personal.


La influencia de Romanillos estรก muy presente en el trabajo de Kaoru Ono.


Una mezcla de palisandro y arce muy bonita. Acabados perfectos hasta en los detalles del puente.


“Me gustan las buenas herramientas japonesas. Aprendí mucho sobre ellas con Noboru Tsuchida.” guitarras de los grandes luthiers: Santos, Esteso, Hauser, Torres... ¿Qué maderas prefiere? K. O. – Para las tapas empleo el abeto y acabo de recibir una partida de magníficas tablas de abeto europeo enviadas desde Alemania por mi colega Gerhard Oldiges. Me gustan las tapas con aguas, bastante rígidas, aun cuando dificultan el cepillado. Para el fondo y los aros utilizo sobre todo los palisandros indio y brasileño; también el arce pero con menos frecuencia. ¿Qué calidades sonoras desea obtener? K. O. – A mi juicio, lo más importante es lograr una buena separación de las voces, me gusta oír todas las notas de un acorde. El sustain y el volumen son importantes pero no son una prioridad para mí. Además trato que mis guitarras resuenen en sol o sol sostenido; pienso que es lo mejor para evitar las notas “lobo”. Creo que a usted le encantan las herramientas… K. O. – En efecto, me gustan las buenas herramientas que tenemos en Japón. Aprendí mucho sobre los diferentes tipos de herramientas con Noboru Tsuchida, que tiene una tienda en Tokio especializada en el trabajo de la madera (ver

pasión por las herramientas Noboru Tsuchida tiene una tienda de herramientas de calidad profesional muy frecuentada por los luthiers. Si le gustan las herramientas japonesas y viaja a Japón no deje de ir a visitarla.

recuadro). He modificado algunas: por ejemplo he añadido un borde de hueso y ébano frente a la hoja del cepillo para obtener un corte mas preciso. ¿Cuántos modelos fabrica? K. O. – Por lo menos cinco: Torres, Hauser, Bouchet, Romanillos y el mío. Actualmente me interesa mucho el trabajo de Hauser I, sobre todo sus guitarras de los años 30. Mi modelo tiene una plantilla Hauser con una tapa bastante gruesa, de unos 2,6 mm. Todas mis guitarras están barnizadas con muñequilla y fabrico unas diez o doce al año.


Ono mejora sus cepillos aĂąadiendo un borde de hueso y ĂŠbano delante de la hoja.


Masahiro Tanabe Masahiro Tanabe es un investigador y su curiosidad le ha llevado a los orĂ­genes de la guitarra. Hoy en dĂ­a Antonio Torres es el faro que le guĂ­a en su trabajo.



Su curiosidad le lleva a hacer fondos de diferentes maneras.

Su buena colección de formones.

Algunos de sus cepillos son de doble hoja.

¿Cuándo y porqué se ha interesado por la lutería? Masahiro Tanabe – Me gusta el trabajo de la madera y la música desde la infancia. Así que al final de mis estudios universitarios comencé a trabajar en Ishii String Instruments. La ventaja de ese taller era la posibilidad que nos daba Sakae Ishii de hacer la totalidad del instrumento y no tan solo una parte como se estila en la mayoría de los talleres. La otra ventaja consistía en que allí se fabricaban guitarras románticas, laúdes y otros instrumentos de cuerda. El taller funcionaba como una pequeña fábrica y yo hacía hasta cuatro guitarras clásicas al mes. Y usted quería hacer guitarras de alta calidad... M. T. – Si, y en ese entonces conocí a Kaoru Ono que cambió la visión que yo tenía de la guitarra hablándome de varios temas y no solo del aspecto exterior del instrumento: la búsqueda de un bello sonido y la importancia de cada elemento de la guitarra. En el 2001 Kiyohisa Motoyama me habló de los


Una soluciรณn original para bloquear las piezas: el uso de resortes de colchรณn.


Tapa de abeto, cabeza chapada con palisandro y clavijeros Fustero.


Una versión de arce de la Manuel Ramírez de Segovia.

cursillos organizados por José Luis Romanillos en Sigüenza (España). Participé en ellos junto con Kaoru Ono, Jun Nakano y Satoru Sakuma. ¡Fue estupendo trabajar hablando de guitarras todo el día! Volví a Japón tan exaltado que pasé dos años tratando para perfeccionar mi trabajo hasta considerarme satisfecho con una de mis guitarras y solo entonces decidí abrir mi propio taller. Entre tanto había comenzado a realizar reparaciones para Aura Guitar Shop lo que me permitió observar el trabajo de los grandes luthiers. ¿Ha tenido otras influencias? M. T. – Si, en 2004 volví a España y visité los talleres de Antonio Marín (Grana-

da), de Manuel Reyes (Córdoba) y de Arcángel Fernández (Madrid). Pero también la cultura, los paisajes y el modo de vivir de los españoles me han influido mucho. Los consejos de los luthiers, ver las maneras de trabajar, el contacto físico con las buenas guitarras, todo eso tuvo repercusiones en mi trabajo ulterior. ¿Y qué madera prefiere? M. T. – Para las tapas utilizo el abeto. No hay que olvidar que me formé con Romanillos! Para el fondo y los aros el palisandro de Brasil es muy bueno, pero lo más importante es armonizar la tapa y la


Saber tocar le ayuda mucho para su trabajo. caja. Si se afina bien la tapa con la caja, el palisandro indio, el arce o el ciprés dan buenos resultados. ¿Y cómo son sus guitarras hoy día? M. T. – Comencé copiando la guitarra de Romanillos, pero después pensé que él se había inspirado en las guitarras de Hauser y entonces hice una copia de una de ellas. Después me dije que a su vez Hauser se había inspirado en la Manuel Ramírez hecha por Santos Hernández e hice otra así. Y por último remonté hasta Torres ya que Manuel se había inspirado en él. Fue como un viaje en el tiempo… Aunque comprendo las diferentes contribuciones de otros luthiers, es Torres quien tiene la mayor belleza sonora. No es la guitarra más equilibrada ni la más potente pero su sonido es el mejor. Es el luthier que más me interesa y trato de hacer la guitarra que imagino que Torres haría si estuviese aún en este mundo. El modelo Torres con todos sus hermosos detalles.



Fushimi Inari, en Kioto, el santuario con miles de pรณrticos anaranjados (torii), protector de los cultivos de arroz.



Aura Guitar Shop Aura Guitar Shop en Tokio es más que una simple tienda de venta de guitarras de alto nivel. Su propietario, Kiyohisa Motoyama ha convertido este lugar en un vivero de luthiers y un sitio de encuentro para guitarristas y coleccionistas.

En los escaparates se encuentran los grandes nombres de la lutería española y mundial. En una de las piezas los escaparates contienen maravillas, guitarras hechas por los grandes nombres de la lutería española y mundial: Domingo Esteso, Robert Bouchet, Hermann Hauser... En otra pieza se puede oír a un cliente que prueba el instrumento de sus sueños y en otra un luthier está reparando una guitarra. Es algo inhabitual y acogedor. Cabe decir que Kiyohisa Motoyama, director y fundador de Aura se perfeccionó en su juventud como guitarrista en el Conservatorio de Música de Madrid y se hizo amigo de los luthiers españoles y europeos antes de abrir su tienda en Tokio. Desde hace mucho alienta a los luthiers japone-


El equipo de Aura y los luthiers: Masahiro Tanabe, Jun Nakano, Kaoru Ono, Daisuke Kuriyama, Yuichi Shimizu, Marin Nejime, Satoru Sakuma, Kiyohisa Motoyama, Hiroya Ishikawa et Shiro Yoshida.

Sana Motoyama caligrafía para nosotros los nombres de los luthiers. ses a que sigan cursillos en España y a que estudien las guitarras de los grandes maestros que él tiene para vender en su tienda. Ha logrado crear una amistad y una solidaridad excepcionales entre los luthiers. Algunos hacen reparaciones de guitarras en los locales de Aura y todos comparten informaciones, experiencias y conocimientos con gran fraternidad. Es un fenómeno inusitado en el mundo de la guitarra que merece ser saludado. Todos tienen presente el consejo dado por Arcángel Fernández a Masahiro Tanabe: “Lo más importante al construir una guitarra es hacerlo con el corazón, eso es todo. Yo añadiría todavía algo: tomarse el tiempo necesario y poner esmero en la tarea. No hay secretos.”

Los jóvenes luthiers Junto a los luthiers confirmados de las páginas anteriores, una nueva generación está surgiendo: Daisuke Kuriyama, Marín Nejime y Yuichi Shimizu, pero también Jun Nakano y Satoru Sakuma cuyos talleres no pudimos visitar por falta de tiempo. Son jóvenes, curiosos y apasionados por su trabajo. Siendo herederos de la gran tradición japonesa del trabajo de la madera, han ido a España para ahondar sus conocimientos de la guitarra clásica (no existe un taller que no tenga una foto de Antonio Marín o de José Luis Romanillos). Ndlr. Un inmenso agradecimiento a Kiyohisa Motoyama. Sin sus grandes conocimientos de la lutería, su historia y sus protagonistas, sin su ayuda para la organización de nuestras visitas a los luthiers, sus traducciones, habría sido imposible realizar este número de Orfeo.


Daisuke Kuriyama Le gustan las guitarras de Santos Hernández y de Domingo Esteso, las guitarras livianas y muy reactivas. Fabrica ocho guitarras por año y tiene en su haber unas sesenta desde que es luthier independiente. ¿Qué le ha llevado a construir guitarras? Daisuke Kuriyama – Descubrí la guitarra con unos amigos de la universidad y en 2003 comencé a trabajar con un comerciante de guitarras de Tokio. Más tarde me informé sobre la construcción de guitarras leyendo el libro de Alberto Nejime y en el 2010 emprendí mi capacitación con Kaoru Ono. ¿Qué luthiers le interesan en particular? D. K. – Ante todo me gusta el trabajo de Kaoru Ono, con quien aprendí el oficio. También aprecio los luthiers españoles de los años 30: Santos, Esteso... Actualmente hago guitarras inspirándome de los grandes luthiers españoles para entender bien la construcción y la sonoridad. No me siento aun capaz de crear mi propio modelo. Pero mis guitarras no son copias cien por cien, ya que introduzco siempre modificaciones personales que me ayudan a comprender el funcionamiento del instrumento. ¿Qué maderas prefiere? D. K. – Me gusta el ciprés aunque sé que es mas difícil de vender. Claro está que también me gustan el palisandro y el arce. Hoy día estamos construyendo una guitarra con un nuevo material ecológico y sostenible: el kebony. Es arce endurecido químicamente. El resultado se asemeja al palisandro. Es un trabajo en común con Kaoru Ono, Masahiro Tanabe, Marín Nejime, Yuichi Shimizu y yo mismo. Cada uno hace una parte (la tapa, el mango, los aros, etc.); es una experiencia formidable, un verdadero trabajo de equipo.




Marín Nejime Nació en 1986 y es hijo de Kojiro « Alberto » Nejime. Fue finalista del Concurso internacional de construcción de guitarras organizado en Granada en 2017.

Supongo que aprendió la lutería con su padre… Marin Nejime – Así es, con mi padre, quien aprendió a su vez con Antonio Marín. Yo construyo mis guitarras al estilo español, como ellos. ¿Porqué hizo una copia de Friederich? M. N. – Durante mi estancia en Granada con Marín en 2012, Antonio me incitaba a hacer experiencias e investigaciones. Como yo había hecho una guitarra al estilo de Robert Bouchet me dije que la siguiente debía ser al estilo de Daniel Friederich, al que se considera como sucesor de Bouchet. ¿Qué guitarra construye ahora? M. N. – Estoy ensayando varios varetajes. Busco un sonido más español que el de Bouchet o Friederich. Parto del varetaje de mi padre, al que he hecho diversas modificaciones. Evidentemente tengo una gran influencia del sonido de las guitarras de Granada, pero desearía modernizarlo. Mis investigaciones no han llegado a su fin…


Yuichi Shimizu Llegó a la lutería después de trabajar con las guitarras acústicas. Desde hace cuatro años se dedica exclusivamente a la construcción de guitarras clásicas.

. ¿Cómo ha llegado a ser luthier? Yuichi Shimizu – Siempre me gustó la música y un día descubrí la construcción de guitarras asistiendo a un curso de un luthier local. Después, como me interesaban sobre todo las guitarras acústicas, me matriculé en la escuela de lutería adonde aprendí a hacer guitarras acústicas y eléctricas. Una vez mi formación terminada encontré un empleo en el taller de Kohno adonde trabajé durante trece años. Allí me interesé cada vez más por la guitarra clásica, pero el trabajo era muy especializado y solamente hice cuatro guitarras completas. Entonces un día fui a ver a Kaoru Ono… Y así encontró un maestro… Y. S. – Así fue. Y con él la lutería se transformó en pasión. Ono le pide a sus discípulos que hagan copias de las grandes guitarras del pasado para comprenderlas mejor. Hice copias de Romanillos, Hauser y pienso hacer una de Torres. Por ahora es el sonido claro y equilibrado de Hauser el que más me gusta. Hace cuatro años que soy luthier independiente y en paralelo a las reparaciones de guitarras ya he construido una docena de guitarras.



El bosque de Arashiyama en Kioto, con bambĂşs de mĂĄs de 10 metros de altura.



Takenaka Carpentry

Decenas de herramientas antiguas atestiguan la historia de la construcción en Japón.

El museo Takenaka fue creado en 1984 con el objetivo de reunir, conservar y resaltar las herramientas tradicionales de los carpinteros de obra, en calidad de patrimonio cultural para las generaciones futuras.

El museo está construido en un jardín cerca de la estación del Shinkansen en Kobe.


Tools Museum

Las herramientas de los carpinteros japoneses se han ido creando paralelamente al desarrollo de las construcciones de madera: cepillos, martillos, sierras y formones de tamaños y formas diferentes adaptados a las manos y los gestos del artesano. Hasta el siglo XIX la construcción japonesa empleaba casi exclusivamente la madera, lo que confirió a los carpinteros de obra un gran conocimiento del material y de la manera de utilizarlo, sobre todo en los métodos de ensambladura. Paralelamente a la fabricación de los famosos

© Takenaka Carpentry Tools Museum (2).

El techo del vestíbulo es de madera natural y está hecho con técnicas tradicionales de carpintería.


Modelo de ensamblaje complejo utilizado en los templos.

Formones para todo tipo de trabajos.

Un cepillo de vigas con una hoja de 30 cm.

La sierra (nokogiri) Las sierras, así como la mayoría de las herramientas japonesas, fueron creadas para trabajar con movimientos de tracción, al contrario de la mayoría de las sierras que cortan también empujando. Esto permite tener hojas mas delgadas, que cortan con más eficacia y dejando un corte muy fino. La sierra japonesa es conocida por la gran variedad de sus modelos, todos previstos para usos diferentes. Existen dos grandes categorías: las que cortan en el sentido de la fibra de la madera y las que cortan en sentido perpendicular. Pero existe también una sierra, utilizada desde el final del

© Takenaka Carpentry Tools Museum (3).

La grande diversidad de los ensamblajes japoneses.

“katana” o sables, símbolo de los samuráis, los herreros japoneses adquirieron un saber muy perfeccionado en la fabricación de herramientas. Mediante las formas, las aleaciones y el pulido lograron crear herramientas sumamente eficaces asociando la belleza con la función. Tradicionalmente las herramientas forjadas manualmente, las más esmeradas y las más perfectas ostentan la firma estampada del herrero que las fabricó. El museo Takenaka está instalado en Kobe, cerca de Osaka en un magnífico edificio con detalles de construcción interesantes: el techo del vestíbulo de entrada construido como un barco o las puertas talladas con azuela. El primer nivel está dedicado a la historia, con una exposición cronológica de las herramientas desde la edad de hierro. En el segundo nivel se pueden ver las técnicas de ensambladura con toda su diversidad y complejidad y en el tercer nivel se encuentran las colecciones de herramientas clasificadas por categorías. Hemos decidido mostrarles cinco herramientas esenciales para el luthier.


Un museo que destaca por su modernidad y su escenografĂ­a.



Dos viejos cepillos de la colección Takenaka para hacer ranuras.

Un viejo cepillo con la hoja firmada por el herrero.

siglo XIX, que posee dientes a ambos lados de la hoja y que reúne así esas dos funciones. En general, el borde de los dientes delanteros es perpendicular a la hoja mientras que el borde trasero se afila de manera alternada a la izquierda y a la derecha, característica que impide que la hoja se atasque en la ranura durante el corte. Existen varios tipos de dientes, afilados de manera diferente según el uso que se hará de la sierra.

© Takenaka Carpentry Tools Museum (3).

El cepillo (kanna) La forma rectangular de los cepillos que vemos hoy día se conoció en Japón alrededor del siglo XV. Los cepillos japoneses son únicos porque funcionan por tracción, al contrario de la mayoría de los cepillos, que se empujan. Los cepillos son muy variados en cuanto a su forma y estilo y están adaptados a las formas de acabado de una superficie. El cepillo se compone principalmente de una hoja metálica y de una base de madera, generalmente de roble, debido a su dureza. Esta base es hecha a veces por el carpintero mismo, aunque cada vez menos, y la mayoría se fabrica hoy a nivel industrial. Ciertos cepillos poseen una segunda hoja pegada a la primera que suprime las irregularidades creadas por el alisado contra la veta de la madera. El formón (nomi) Se compone de una hoja metálica terminada por un varilla que se introduce en un mango de madera. La hoja es de fabricación similar a la del cepillo: un núcleo de acero duro envuelto con capas de acero mas blando y menos quebradizo. Ciertas hojas van ahuecadas en el dorso para facilitar el afilado. Existen varios tipos de formones, pero los dos principales son el formón de percusión y el formón de acabado. El de percusión, que se utiliza

Cabeza de martillo decorada y firmada por Korehide Chiyozuru.


Formones de percusión y sus anillos protectores.

El martillo (genno) El martillo se utiliza generalmente par golpear un formón o para poner clavos. Existen varios tipos según la forma de la cabeza: el ryoguchi-genno con dos superficies percutantes idénticas mientras que el funate-genno y el kataguchi-genno poseen un lado de la cabeza en forma de pico. Algunos martillos tienen superficies de impacto de formas diferentes: una es plana y la otra ligeramente convexa en el centro. El lado plano se

utiliza para golpear los formones y para clavar, mientras que el lado convexo sirve para golpear ligeramente al final de poner un clavo para evitar que se dejen marcas en la madera. El tamaño de los martillos se mide en términos de peso y los mangos son habitualmente de roble. La navaja (kogatana) La navaja japonesa “kogatana” (pequeño “katana”) es un cuchillo con un filo casi de hoja de afeitar que se emplea principalmente para esculpir la madera. Tiene un núcleo de acero al carbono, muy duro pero frágil, recubierto de varias capas de acero más blando y menos quebradizo. Por lo general las hojas de las navajas japonesas se afilan de un solo lado para hacer cortes muy finos y muy precisos. El dorso es ligeramente convexo para facilitar el afilado. El tener la hoja afilada de un solo lado facilita los cortes longitudinales a lo largo de una regla así como los trabajos de chapeado..

Navaja usada diariamente por Yuichi Shimizu.

© Takenaka Carpentry Tools Museum (2).

con un martillo, tiene una estructura robusta y un anillo de metal alrededor de la parte superior del mango. El formón de acabado, como su nombre lo indica, se emplea para pulir superficies más estrechas que no pueden ser tratadas con un cepillo. Como se utiliza solamente con la fuerza de los brazos y sin ayuda del martillo, tiene un mango mas largo. Al igual que por el cepillo, la calidad de la hoja del formón es de extrema importancia y esta exigencia a llevado a la especialización de numerosos maestros herreros.


Los martillos de Kaoru Ono con sus mangos esculpidos y adaptados al peso de la cabeza para un buen equilibrio.

Sobre una caja de punzones, un magnĂ­fico cuchillo de la fragua Muneaki Yaegashi.



Un herrero de herramientas en pleno trabajo (Muneaki Yaegashi en Tokio). Arriba a la derecha, uno de los punzones para firmar las herramientas. Todo en este taller da una sensaciรณn de intemporalidad: el piso de tierra, la estufa con su caldera y las viejas correas de transmisiรณn.


AquĂ­, el martillo que sirve para dar forma al metal incandescente. Abajo y a la derecha, hojas de cuchillos y navajas de la fragua Muneaki Yaegashi.




El templo Kinkaku-ji de Kioto, llamado el “Pabellón de oro”, está cubierto con hojas de oro en los dos pisos superiores. Rodeado de un lago y de un hermoso parque, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.


Paris, abril 2020 Sitio internet: www.orfeomagazine.fr Contacto: orfeo@orfeomagazine.fr


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