Antología de la poesía universal ( 1º Bachillerato)

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LITERATURA

UNIVERSAL

BACHILLERATO ( materia de modalidad )

ANTOLOGÍA DE POESÍA UNIVERSAL ( traducciones en castellano )

lectura obligatoria en la Comunidad de Catalunya

Departamento de Lengua y literatura castellanas Institut PAU VILA ( Sabadell ) curso 2015 / 16


ASIGNATURA : LITERATURA UNIVERSAL

1º BACHILLERATO

Departamento de Castellano

curso 2015 - 16

ANTOLOGÍA DE LA POESÍA UNIVERSAL 1. Homero (siglo VIII a.c.), Canto XXIII. Ulises es reconocido por Penélope, vv. 209-284, la Odisea. 2. Safo (650-580 A.C.), Cantos. Libro primero, vv. 1-28. 3. Horacio (65 A.C.), Épodos II Palabras de Alfio, vv. 1-70. 4. Carmina Burana (siglos XII y XIII): "Oh, fortuna", de Canciones de Beuern. 5. Bernart de Ventadorn (siglo XII), del siglo XVIII "No és meravella si el meu cant. " 6. Dante Alighieri (1265), Infierno I (vv. 1-9, 61-63, 79-84), Infierno V (vv. 100-141), Paraíso XXXII (vv. 88-96), de La Divina Comedia. 7. Francesco Petrarca (1304) "Los que escuchais en rimas el desvelo ", de Cancionero. 8. Francesco Petrarca (1304), CCLXVII "Ay, bello gesto, ay, plácida mirada ", de Cançoner. 9. Ausiàs March (1400), "Veles e vents han mos desig complir ". 10. Garcilaso de la Vega (1501), "A Dafne ya los brazos le crecían ". 11. Pierre de Ronsard (1524), "Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela ", de Las Rosas de Ronsard Segundo libro Sonetos para Elena. 12. William Shakespeare (1564), y "De los seres hermosos deseamos grana ". 13. William Shakespeare (1564), CXXVII, ¿Amor, ciego estúpido, qué le has hecho a mis ojos...? 14. John Donne (1572), "Muerte no te enorgullezcas.", de Sonetos.

15. William Blake (1757), "Londres". 16. William Wordsworth (1770), "Nocturno", de La Abadía de Tintern. . 17. Friedrich Hölderlin (1770), "Canción al destino de Hiperión", de Siete poemas de Hölderlin. 18. Novalis (1772), " Abajo hacia la tierra", vv. 1-60, de Himnos a la noche. 19. Lord Byron (1788), "Las islas de Grecia, islas de Grecia ", vv. 1-30. Don Juan, canto III. 20. P.B. Shelley (1792), "Elegía por la muerte de John Keats" XXXIX, XL, XLI, XLIII. 21. John Keats (1795), "En el otoño". 22. Giacomo Leopardi (1798), "El infinito", de Cantos. 23. Victor Hugo (1802), "Historia". 24. Emily Brontë (1818), "El recuerdo". 25. Walt Whitman (1819), "Lleno de vida, ahora, compacto, visible... ". 26. Charles Baudelaire (1821), "Albatros" 27. Emily Dickinson (1830), "No es la muerte que nos duele... ". + morir no duele mucho 28. Christina Rossetti (1830), "Cuando tú estás muerto, amo ". 29. Stéphane Mallarmé (1842), "Regalo del poema". 30. Paul Verlaine (1844), "La familia de mi sueño. 31. Arthur Rimbaud (1854), "Las vocales". 32. Konstantinos Kavafis (1863), "La ciudad". 33. William Butler Yeats (1865), "La máscara". 34. Paul Valéry (1871)," El cementerio marino", Estrofas 1, 5, 12, 13, 16, 18, 19, 22, 24. 35. Robert Frost (1874), "Rehaciendo el muro". 36. Gottfried Benn (1886), "Hora azul". 37. Rainer Maria Rilke (1875), "Días de otoño". 38. La condesa de Noailles (1876), "El tiempo del vivir ". 39. T.S. Eliot (1888), "East Coker, V, de Cuatro cuartetos de cuerda". 40. Fernando Pessoa (1888), "Sabio es el que está contento con el rendimiento del mundo ", 41. Giuseppe Ungaretti (1888), "La mañana". 42. Anna Akhmatova (1889), "La mujer de Lot".


POEMAS DE LA ANTOLOGÍA DE POESÍA UNIVERSAL 1. Homero (siglo VIII a.c.) Canto XXIII. Ulises es reconocido por Penélope, vv. 209-284, la Odisea. Canto XXIII 209[1] Helena [2]yo tan obstinado. 231 [3]

[4] brazos. Llorando los hallara Eos [5] os de pies ligeros que traen la luz a los hombres, Lampo y

Faetonte, que son los corceles que conducen a Eos. 247 Y entonces dijo a su mujer el ingenioso Odiseo: 248[6] 256

257 263 264 caminante y me diga que voy con un bieldo [7][8] vocabulario ↓ [1] [2] [3][4] [5] [6] [7] bieldo, instrumento para beldar, es decir, para aventar (tirar al viento ) el trigo , legumbres, etc., trilladas, para separar la paja del grano. [8] verraco, 'cerdo'. ( 9 ) griegos


2. Safo (650-580 A.C.) Cantos.

Libro primero , vv. 1-28.

Cantos , Libro I Inmortal Afrodita de colorido trono, hija de Zeus, artificiosa, te suplico que no sometas a infortunios ni dolores, oh Soberana, mi corazón. 5 Y ven, como otras veces que abandonaste la áurea casa de tu padre cuando a lo lejos mi voz oías, luego que tu dorada carroza preparabas: te conducían hermosas 10

ágiles aves cruzando la tierra oscura,

batiendo fuertemente sus alas en medio de los cielos y del éter. De inmediato llegaban. Y tú, dichosa, con tu rostro inmortal sonriendo, 15 preguntabas con qué sentimiento ahora sufría, la causa porque te invocaba, qué anhelaba por sobre todo mi enloquecido ser: "¿A quién deseas ahora que mi persuasión atraiga hacia tu amor? 20

¿Quién, oh, Safo, te atormenta ? Haré que pronto te siga, si te huye; que si tus regalos rechaza, él te los ofrezca, y que de inmediato te ame, si no ama, aunque no lo desee".


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Ven también ahora para librarme del peso de mis penas; todo cuanto satisfacer mi ser anhela, cúmplelo: oh, mi aliada, sé tú misma.

( sé siempre mi aliada )

Preguntas : 1. Investiga quién era y que representaba Afrodita dentro de la mitología griega 2. Resume el sentido del poema y señala su tema. 3. Localiza rasgos de este poema que recuerden expresiones propias de la épica y valora su utilización. 4. ¿Cuál es la petición básica del poema y en qué metáfora basa Safo su creación? 5. Justifica adecuadamente por qué motivos el texto pertenece a la poesía lírica.


3.

Horacio ( 65 A.C. ), Épodos II Palabras de Alfio, vv. 1-70.

( tópico del Beatus ille )

1 Dichoso aquél que vive, lejos de los negocios, como los hombres de antaño ; y, con sus propios bueyes, labra el campo paterno, libre del interés y de la usura.

10 Con todas estas cosas, ¿quién hay que no se olvide de las penosas cuitas del amor? Es más, si una mujer, atenta y pudorosa, cuida su casa y a sus dulces hijos,

2 No le despierta el fiero toque de la trompeta, ni le aterra la mar embravecida; y esquiva el foro público, y el umbral altanero de las aristocráticas mansiones.

11 y, cual una sabina, curtida por el sol como la esposa de un veloz Apulio, pone los troncos secos en el fuego sagrado a la llegada del cansado esposo,

3 Enlaza, sabiamente, los elevados álamos con el pujante brote de las vides; o, en apartado valle, vigila los rebaños de las reses que mugen y campean;

12 y, encerrando el ganado en trenzados apriscos, deja vacías las repletas ubres, y, sacando del ánfora más preciada el buen mosto, le prepara manjares no comprados,

4 o poda con su hoz las inútiles ramas, trasplantando las más reverdecidas; o pone en limpios cántaros las estrujadas mieles, o trasquila a las tímidas ovejas.

13 entonces no querrá las ostras del Lucrino, ni los escaros, ni los rodaballos, aunque los arrojaran a nuestros propios mares las tormentas que braman en Oriente;

5 Y cuando alza el otoño su cabeza en los campos, ornada con los frutos más suaves, ¡cómo goza cogiendo las injertadas peras y unas uvas más rojas que la púrpura

14 ni llenarán su vientre las aves africanas, ni el delicado francolín de Jonia, ni serán más sabrosos que la fruta escogida de las cuajadas ramas del olivo,

6 para obsequiarte a ti, Príapo, y a ti, Padre Silvano, protector de sus linderos! Le gusta descansar bajo la vieja encina, o en el tupido césped de algún prado;

15 o plantas de acedera, que crecen en los prados, y malvas, sanas para el cuerpo enfermo, o el cordero que inmolan las fiestas Terminales, o un tierno chivo arrebatado al lobo.

7 mientras, las aguas corren por sus cauces profundos, los pájaros se quejan en los bosques y las fuentes murmuran en sus manantiales, invitando a una leve somnolencia.

16 Con esta rica cena, ¡qué grato es contemplar a las ovejas retornando a casa, a los pausados bueyes arrastrando el arado - puesto al revés - con su lánguido cuello,

8 Y cuando el crudo invierno de Júpiter tonante aguaceros y nieve nos depara, empuja hacia las redes con una gran jauría, de aquí y de allá, a los fieros jabalíes; 9 o extiende claras mallas con una breve pértiga para atrapar a los voraces tordos; o a la asustada liebre, y a la emigrante grulla, apresa con el lazo como un triunfo.

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y a los esclavos, signo de una rica familia, alrededor de los radiantes Lares! Cuando dijo estas cosas el usurero Alfio, que desde ahora un labrador sería, tomó todo el dinero que recogió en los Idus y lo prestó de nuevo en las Calendas.

Otra versión: Y Alfio el prestamista, queriendo labriego ser , pensaba en el dinero, cómo a colocar iba en las calendas lo recogido en los idus.


4. Carmina Burana (siglos XII y XIII) : "Oh, fortuna", de Canciones de Beuern. Carmina Burana FORTUNA, EMPERATRIZ DEL MUNDO

Oh, Fortuna Oh, Fortuna, como l a luna de condición variable, siempre creces o decreces. La detestable vida primero embota y después estimula, como juego, la agudeza de la mente. La pobreza y el poder los disuelve como al hielo. Suerte cruel e inútil, tú eres una rueda voluble de mala condición; vana salud, siempre disoluble, cubierta de sombras y velada brillas también para mí; ahora, por el juego de tu maldad, llevo la espalda desnuda. La suerte de la salud y de la virtud ahora me es contraria; los afectos y las carencias vienen siempre como cosa impuesta1. En esta hora, sin demora, impulsad los latidos del corazón2, el cual, por azar, hace caer al fuerte; ¡ llorad todos conmigo !


5. Bernart de Ventadorn ( siglo XII ) poema XVIII

"No és meravella si el meu cant. "

No és meravella si el meu cant No és meravella si el meu cant val més que el de cap cantador, car al meu cor el guanya amor, i al seu poder, fidel roman. Cor, cos, saber i enteniment, coratge i força, jo hi he mes. Fora l'amor no m'atreu res, cap envit no m'és escaient. Ben mort deu ser qui amor no entén o al cor no n'ha cap dolç sabor. Car, què val viure sens valor sinó per entristar la gent? Que Déu no em deixi viure, quan del desamor sentís el pes, o a midons no fos ben sotmès el meu amor sempre anhelant. De la més bella, sedejant i amb fe lleial cerco el favor. Ploro i sospiro. Quin temor m'esquinça d'estimar-la tant! Què més puc fer si amor m'encén i d'aquest càrcer on sóc pres, no en puc eixir, si no mercès a pietat que ella no sent? D'aquesta amor sóc molt sofrent, però és tan dolç el seu sabor que cent cops moro de dolor i joiós revisc altres cent. El meu mal té molt bell semblant i val talment un bé palès, car si em fereix, em deixa il·lès per a saber-lo anar servant. Ah, si pogués tot ver amant ser discernit de falsador, i el llausenger i el traïdor portessin banyes al davant! Tot l'or del món i tot l'argent, jo els donaria, ben desprès, si amb mi, que sóc d'amor corprès, midons volgués ser benevolent.

Quan jo la veig, el meu turment em surt pels ulls i la color, car així tremo de paor com fa la fulla contra el vent. No tinc pas més seny que un infant, tant mon amor em té malmès. Doncs si midons així m'ha ullprès, per què no escolta més mon plant? Dama gentil, sols us deman que m'accepteu de servidor. Jo us serviré com bon senyor. Cap guardó no seré esperant. Estic al vostre manament amb cor humil gai i cortès; no sóc lleó ni ós muntès perquè m'occiu com a ells, talment. Allà on es troba el meu Cortès aquest vers meu serà tramès. Si en sóc tan lluny, no és mancament.

midons = és la dama que s´estima ( la traducció és “ el meu senyor “, “ la meva dama “ )


6. Dante Alighieri (1265), Infierno I Paraíso XXXII

(vv. 88-96)

(vv. 1-9, 61-63, 79-84), Infierno V (vv. 100-141),

de La Divina Comedia.

CANTO I (vv.1-9 ) A mitad del camino de la vida,

1

en una selva oscura me encontraba

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porque mi ruta había extraviado.

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¡Cuán dura cosa es decir cuál era esta salvaje selva, áspera y fuerte que me vuelve el temor al pensamiento!

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Es tan amarga casi cual la muerte; mas por tratar del bien que allí encontré, de otras cosas diré que me ocurrieron.

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CANTO I (vv.61--63) Mientras que yo bajaba por la cuesta, se me mostró delante de los ojos alguien que, en su silencio, creí mudo.

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CANTO I (vv.79-84) « ¿Eres Virgilio, pues, y aquella fuente de quien mana tal río de elocuencia? -respondí yo con frente avergonzada-.

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Oh luz y honor de todos los poetas, válgame el gran amor y el gran trabajo que me han hecho estudiar tu gran volumen. CANTO V (vv.100-141) Amor, que al noble corazón se agarra, a éste prendió de la bella persona

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que me quitaron; aún me ofende el modo. Amor, que a todo amado a amar le obliga, prendió por éste en mí pasión tan fuerte que, como ves, aún no me abandona. El Amor nos condujo a morir juntos, y a aquel que nos mató Caín a espera.» Estas palabras ellos nos dijeron. Cuando escuché a las almas doloridas bajé el rostro y tan bajo lo tenía, que el poeta me dijo al fin: « ¿ Qué piensas?» Al responderle comencé: «Qué pena, cuánto dulce pensar, cuánto deseo, a éstos condujo a paso tan dañoso.» Después me volví a ellos y les dije, y comencé: «Francesca, tus pesares llorar me hacen triste y compasivo; dime, en la edad de los dulces suspiros ¿cómo o por qué el Amor os concedió que conocieses tan turbios deseos?» Y repuso: «Ningún dolor más grande que el de acordarse del tiempo dichoso en la desgracia; y tu guía lo sabe. Mas si saber la primera raíz de nuestro amor deseas de tal modo, hablaré como aquel que llora y habla: Leíamos un día por deleite, cómo hería el amor a Lanzarote; solos los dos y sin recelo alguno.

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Muchas veces los ojos suspendieron la lectura, y el rostro emblanquecía, pero tan sólo nos venció un pasaje. Al leer que la risa 1 deseada

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boca

era besada por tan gran amante, éste, que de mí nunca ha de apartarse,

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la boca me besó, todo él temblando. Galeotto fue el libro y quien lo hizo; no seguimos leyendo ya ese día.» Y mientras un espíritu así hablaba, lloraba el otro, tal que de piedad desfallecí como si me muriese;

Paraíso - Canto XXXII (vv. 88-96) Yo vi que tanto gozo le llovía, llevada por aquellas santas mentes creadas a volar por esa altura, que todo lo que había contemplado, no me colmó de tanta admiración, ni de Dios me mostró tanto semblante; y aquel amor que allí bajara antes cantando: «Ave María, gratia plena» ante ella sus alas desplegaba. Respondió a la divina cancioncilla por todas partes la beata corte, y todos parecieron más radiantes.

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7. FRANCESCO PETRARCA , CANCIONERO soneto I

"Los que escucháis en rimas el desvelo.."

Los que escucháis en rimas el desvelo del suspirar que al corazón nutriera al primer yerro de la edad primera, cuando era en parte otro del que hoy suelo; del vario estilo con que hablo y celo, entre el dolor y la esperanza huera, (huera = inútil) de aquel que, porque amó, de Amor supiera, no ya perdón, sino piedad anhelo. Mas ya del vulgo veo cómo en boca fábula fui gran tiempo en que a menudo de mí mismo conmigo me sonrojo; y que es el fruto que mi furia toca, vergüenza porque entiendo ya y no dudo que es breve sueño todo humano antojo.

8. FRANCESCO PETRARCA , CANCIONERO soneto

CCLXVII

¡Ay, bello gesto, ay, plácida mirada … !

¡Ay, bello gesto, ay, plácida mirada, ay, siempre grave andar bello y ligero! ¡Ay, voz que hacía genio áspero y fiero humilde, y gente vil aun respetada! ¡Ay, risa donde flecha fue arrojada por que otro bien que muerte ya no espero! ¡Alma digna a más alto reino y fuero, si no fueses aquí tan tarde enviada! Por vos yo ardo y aun en vos respiro; que yo fui vuestro; y, si ya más no os veo, ningún otro dolor más me penetra. Cuando partí de vos en cruel retiro, de esperanza me llenasteis y deseo; mas en el viento se escribió la letra.


9. AUSIÀS MARCH ( 1400 ) "Veles e vents han mos deigs complir "

AUSIAS MARCH ( 1400 ) VELAS y vientos cumplan mis deseos, siguiendo inciertas sendas por la mar. Poniente y Mistral se arman en su contra; ayudará el Jaloque y el Levante, con sus amigos el Gregal y el Sur, rogando humildemente a la Tramontana que su soplo les sea favorable, y así, los cinco, logren mi regreso. Como cazuela al horno hervirá el mar, mudando aspecto y natural color, y mostrará cómo aborrece todo lo que un instante pesa sobre sí; los peces correrán a los rincones y buscarán secretos escondrijos: por huir del mar que los nutre y los hace, saldrán a tierra como gran remedio. Harán los peregrinos rogativas, con la promesa de ofrendar exvotos; por pánico verán la luz secretos, que al confesor no se revelarán. No saldréis de mi mente en el peligro, mas juraré ante el Dios que nos unió, no ceder en mi firme voluntad y teneros presente en todo tiempo. Temo la muerte, que de vos me ausenta, porque el amor se anula con la muerte; mas no creo que pueda ser mi amor superado por tal separación. Celoso estoy de vuestro amor escaso, que me hundirá en olvido si yo muero; gozar me impide el mundo pensar que (no creo que suceda, vivos ambos) perdáis el don de amar tras de mi muerte, y sea pronto en ira convertido; y si dejar el mundo me es forzoso, todo mi mal será no veros más. ¡Oh, Dios! ¿Por qué no ha término en amor, pues cerca de él me encontraría solo? Sabría vuestro amor cuánto me ama, temiendo, fiando todo el porvenir. Yo soy el más ferviente enamorado entre aquellos que no pierden la vida: mi corazón no muestra, porque vivo, duelo de muerte, en su dolor extremo. Dispuesto estoy a bien o mal de amor, sin que aclare mi sino la fortuna; en vigilia, de par en par la puerta, me encontrará, y con humilde réplica.

Podrá costarme caro mi deseo, y esta espera de males me conforta; no me alegra que a salvo esté mi vida, y pido a Dios no tarde el grave paso. Así no habrán las gentes de dar fe de lo que obre el Amor fuera de mí; en actos su poder se mostrará y probaré con hechos mis palabras. Amor, de vos yo siento más que sé, por lo que ha de tocarme la peor parte; sabe de vos el que sin vos está. Al juego de los dados os comparo.


10. GARCILASO DE LA VEGA ( 1501 ) "A Dafne ya los brazos le crecían" Soneto XIII A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que el oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aun bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que lloraba!

11.

PIERRE DE RONSARD

Pierre de Ronsard (1524) "Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela ", de Las Rosas de Ronsard ( Segundo libro Sonetos para Elena )

Soneto para Elena Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela hilando y devanando, sentada junto al fuego, dirás maravillada, mientras cantas mis versos: «Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa», Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga y que medio dormida ya por la labor se despierte al oír el sonido de mi nombre, bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza. Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos reposaré junto a la sombra de los mirtos, y tú serás una anciana junto al hogar encogida. Lamentando mi amor y tu desdén altivo Vive, créeme, no aguardes a mañana: Coge desde hoy las rosas de la vida.


12. William Shakespeare (1564) SONETO 1 De los hermosos el retoño ansiamos..." ( traducción 1 ) De los hermosos el retoño ansiamos para que su rosal no muera nunca, pues cuando el tiempo su esplendor marchite guardará su memoria su heredero. Pero tú, que tus propios ojos amas, para nutrir la luz, tu esencia quemas y hambre produces en donde hay hartura, demasiado cruel y hostil contigo. Tú que eres hoy del mundo fresco adorno, pregón de la radiante primavera, sepultas tu poder en el capullo, dulce egoísta que malgasta ahorrando. Del mundo ten piedad: que tú y la tumba, ávidos, lo que es suyo no devoren.

De los seres hermosos deseamos grana..."

( traducción 2 )

De los seres hermosos deseamos grana, que así la rosa de hermosura nunca muera, mas según sale de sazón la más temprana, lleve en sí su memoria su tierna heredera. Mas tú, a tus propios claros ojos reducido, tu llama en pasto de tu mismo ser renuevas, trayendo el hambre al silo más abastecido, tú tu enemigo, que en tu dulce ti te cebas. Tú que eres hoy la fresca gala de las tierras y heraldo solo de los ledos meses verdes, en tu propio capullo tu linaje entierras y, tierno avaro, escatimándote te pierdes. Duélate el mundo, o bien tal ansia en ti confiesa que trague el bien del mundo en ti y tu sola huesa.


13.

WILLIAM SHAKESPEARE

SONETO

CXXXVII

"Amor, ciego estúpido, qué le has hecho a mis ojos " ¿Amor, ciego estúpido, qué le has hecho a mis ojos que miran pero que no ven lo que ven? Saben lo que es la belleza, ven dónde se encuentra, y sin embargo, confunden lo peor con lo mejor. ¿Si los ojos, corruptos por miradas seductoras, están anclados en la bahía donde todos los hombres cabalgan, por qué has forjado garfios sobre la falsedad de una mirada a los que el juicio de mi corazón está atado? Por qué mi corazón concibe un coto allí donde él mismo sabe que todos los hombres tienen acceso ¿O, por qué mis ojos, al ver esto, no lo niegan e insisten en proyectar la belleza en tan desagradable rostro? Con aquello verdadero y recto mi corazón y mis ojos han errado, y a esta plaga de falsedad están dedicados.

14. JOHN DONNE ( 1572 )

SONETO X

Muerte, no te envanezcas, aunque algunos te llamen poderosa Soneto incluido en “ Sonetos Sacros “ Muerte, no te envanezcas … Muerte, no te envanezcas, aunque algunos te llamen poderosa y terrible, porque no eres así ; pues aquellos que crees haber aniquilado no mueren, ¡ pobre muerte !, ni a mí puedes matarme. Del descanso y el sueño, que son sólo tu imagen, viene placer, y luego de ti más vendrá aún : los mejores se marchan cuanto antes contigo, descanso de sus huesos, libertad de sus almas. Del hado eres esclava, de azar, reyes y locos, y habitas en veneno, guerra y enfermedad; opio y hechizos pueden igual adormecernos, y aun mejor que tu golpe.¿Por qué entonces tu orgullo? Después de un breve sueño despertamos eternos, y ya no habrá más muerte : muerte, tú morirás.


15. WILLIAM BLAKE ( 1757 ) Londres Vago sin fin por las alquiladas calles, junto a la orilla del alquilado Támesis, y en cada rostro que me mira advierto señales de impotencia, de infortunio. En cada grito Humano, en cada chillido infantil de miedo, en cada voz, en cada prohibición, escucho las cadenas forjadas por la mente: y escucho cómo el grito del Deshollinador hace palidecer las oscuras iglesias, y el dolor del Soldado infortunado ensangrienta los muros de Palacio. Pero, al fin, en las calles de medianoche escucho cómo la maldición de la joven Ramera deseca el llanto del Recién nacido, y asola la carroza fúnebre de los Novios.


16.William Wordsworth ( 1770 ) " Nocturno " de La Abadía de Tintern. Nocturno El cielo está nublado de una vasta y espesa nube, pesada y triste, blanca de la luna, que, borrosa, tras el velo se muestra, ceñido círculo mortecino, con luz tan débil, que ni una sombra entrevía el suelo de tierra - Sea de roca o planta, de árbol o torre. De repente, un relampagueo maravilloso sorprende al peatón que, solitario, medita en el camino, la mirada distraído en tierra; levanta los ojos la nube se rasga- y voz en alto , encima, la luna clara, y el esplendor del cielo. Navegar por la oscura bóveda azul, seguida de miles de estrellas que , vimos, pequeños brillantes, el oscuro abismo cruzan con ella; ¡que raudos se hacen allá, sin desvanecerse! El viento mueve el árbol, pero ellos callan, hacen su camino, inmensurablemente distantes; la vuelta, andamio con estas nubes blancas, enormes, ahondando su fondo inescrutable. Al final se cierra la visión, y la mente, no insensible a tal delicia que poco a poco en calma sosiega, se recoge en la escena gloriosa. 1798.


17.

Friedrich Hölderlin

(1770)

"Canción al destino de Hiperión",

Canto del destino de Hiperión Vosotros vagáis arriba en la luz, en blando suelo, ¡ genios felices ! brisas de Dios, radiantes, suaves os rozan como los dedos del artista las cuerdas santas. Sin sino, como infantes que duermen, respiran los dioses; resplandecen en casto capullo guardados sus espíritus eternamente. Y en sus ojos beatos brilla tranquilo fulgor perpetuo. Pero a Nosotros no nos es dado en sitio alguno posar. Vacilan y caen los hombres sufrientes, ciegos, de una hora en la otra, como aguas de roca en roca lanzados, eternamente, hacia lo incierto.


18.

Novalis (1772) ,

" Descendamos al seno de la tierra", vv. 1-60 ,

VI Descendamos al seno de la Tierra, dejemos los imperios de la Luz; el golpe y el furor de los dolores son la alegre señal de la partida. Veloces, en angosta embarcación, a la orilla del Cielo llegaremos.

Loada sea la Noche eterna; sea loado el Sueño sin fin. El día, con su Sol, nos calentó, una larga aflicción nos marchitó. Dejó ya de atraernos lo lejano, queremos ir a la casa del Padre.

¿Qué haremos, pues, en este mundo, llenos de Amor y de fidelidad? El hombre abandonó todo lo viejo; ahora va a estar solo y afligido. Quien amó con piedad el mundo pasado no sabrá ya qué hacer en este mundo.

Los tiempos en que aún nuestros sentidos ardían luminosos como llamas; los tiempos en que el hombre conocía el rostro y la mano de su padre; en que algunos, sencillos y profundos, conservaban la impronta de la Imagen.

Los tiempos en que aún, ricos en flores, resplandecían antiguos linajes; los tiempos en que niños, por el Cielo, buscaban los tormentos y la muerte; y aunque reinara también la alegría, algún corazón se rompía de Amor.

de

HIMNOS A LA NOCHE


Tiempos en que, en ardor de juventud, el mismo Dios se revelaba al hombre y consagraba con Amor y arrojo su dulce vida a una temprana muerte, sin rechazar angustias y dolores, tan sólo por estar a nuestro lado.

Medrosos y nostálgicos los vemos, velados por las sombras de la Noche; jamás en este mundo temporal se calmará la sed que nos abrasa. Debemos regresar a nuestra patria, allí encontraremos este bendito tiempo.

¿ Qué es lo que nos retiene aún aquí ? Los amados descansan hace tiempo. En su tumba termina nuestra vida; miedo y dolor invaden nuestra alma. Ya no tenemos nada que buscar –harto está el corazón–, vacío el mundo.

De un modo misterioso e infinito, un dulce escalofrío nos anega, como si de profundas lejanías llegara el eco de nuestra tristeza: ¿Será que los amados nos recuerdan y nos mandan su aliento de añoranza?

Bajemos a encontrar la dulce Amada, a Jesús, el Amado, descendamos. No temáis ya: el crepúsculo florece para todos los que aman, para los afligidos. Un sueño rompe nuestras ataduras y nos sumerge en el seno del Padre.


19.

Lord Byron

( 1788 )

"Las islas de Grecia, islas de Grecia " vv. 1-30. Don Juan , canto III. Islas de Grecia, islas de Grecia cuando la ardiente Safo amaba y cantaba, donde crecían las artes de la guerra y la paz, donde Delos se alzaba y Febo tensaba su arco, un verano eterno las dora aún porque todo se ha puesto menos el sol. La Musa de Quíos y Teos, el arpa del héroe, el laúd del amador encontraron la fama que vuestras orillas le negaron. Su lugar de nacimiento ha enmudecido solo a unos sones que repite un poniente más allá de vuestros hombres , " Islas de la Felicidad ". Se abren ante Maratón las montañas y Maratón se abre ante el mar. Y meditando allí una hora entera, soñé que Grecia podía ser libre aún, pues resistiendo a la destrucción persa no podría calificarme de esclavo. Un rey sentado en un acantilado rocoso que contempla Salamina nacida del mar y miles de barcos bajo sus pies, gentes y ejércitos todos suyos, así él los contaba al clarear el día y, ¿dónde quedaron ya puesto el sol? ¿Dónde están ahora? ¿Y dónde estás tú, patria mía? ¡ En la orilla silenciosa, enmudecido ahora el canto heroico, donde ya no late ningún corazón así! ¿ Y tu lira tan divina habrá de fallecer en manos como las mías?


20. P.B. Shelley (1792) "Elegía por la muerte de John Keats" XXXIX, XL, XLI, XLIII. XXXIX Callad, que no está muerto ni dormido; despertó ya del sueño de la vida. Perdidos en visiones tempestuosas y armados contra espectros sostenemos contienda estéril y en delirio loco el puñal del espíritu clavamos en el vacío invulnerable. Si, nosotros, cruel despojos sepultos decaemos, el temor y la angustia día a día nos crispan y consumen, y esperanzas friolentas cual gusanos hormiguean en la entraña del barro que vivimos. XL Ascendió más allá de las tinieblas de nuestra noche; envidia ni calumnia, odio, dolor, ni esta inquietud que el hombre llama placer le tocan ni le hieren; se libró del contagio de esta lenta mancha del mundo, y no podrá ya nunca gemir en vano cuando el tiempo torne helado el corazón, gris la cabeza, ni al dejar de arder el alma misma llenarán sus cenizas sin fulgor. urna desamparada por el llanto. XLI Vive, vela. No lloréis por Adonais. La muerte murió, no él. Tú, joven amanecer, enciende tu rocío, no se ha ido el espíritu que lloras; vosotras, grutas, selvas, no gimáis, ni vosotras, flores y fuentes lánguidas. Y tú, aire, que extiendes como un velo de dolor tu manto sobre la tierra desolada, desnúdala hasta el alto fulgor en que sonríen los alegres astros. XLIII Parte es de la belleza que otros días hizo más bella; está con el espíritu cuya potencia plástica recorre la entraña del espeso mundo inerte y crea desde allí todas las formas que revisten las nuevas sucesiones, y tortura a la escoria en rebeldía que se resiste al vuelo que la encumbra a su alta identidad, según la masa la comparte, y estalla esplendorosa en todo su vigor y su belleza desde el árbol, las bestias y los hombres hasta la luz del cielo.


21. John Keats ( 1795 ) " Oda al otoño" .

Oda al otoño Estación de las nieblas y fecundos sabores , colaboradora íntima de un sol que ya madura, conspirando con él cómo llenar de fruto y bendecir las viñas que corren por las bardas, encorvar con manzanas los árboles del huerto y colmar todo fruto de madurez profunda; la calabaza hinchas y engordas avellanas con un dulce interior; haces brotar tardías y numerosas flores hasta que las abejas los días calurosos creen interminables pues rebosa el estío de sus celdas viscosas. ¿Quién no te ha visto en medio de tus bienes? Quienquiera que te busque ha de encontrarte sentada con descuido en un granero aventado el cabello dulcemente, o en surco no segado sumida en hondo sueño aspirando amapolas, mientras tu hoz respeta la próxima gavilla de entrelazadas flores; o te mantienes firme como una espigadora cargada la cabeza al cruzar un arroyo, o al lado de un lagar con paciente mirada ves rezumar la última sidra hora tras hora. ¿En dónde con sus cantos está la primavera? No pienses más en ellos sino en tu propia música. Cuando el día entre nubes desmaya floreciendo y tiñe los rastrojos de un matiz rosado, cual lastimero coro los mosquitos se quejan en los sauces del río, alzados, descendiendo conforme el leve viento se reaviva o muere; y los corderos balan allá por las colinas, los grillos en el seto cantan, y el petirrojo con dulce voz de tiple silba en alguna huerta y trinan por los cielos bandos de golondrinas.


22. Giacomo Leopardi (1798) " El infinito " de Cantos Canto XII 

El infinito

Amé siempre esta colina, y el cerco que me impide ver más allá del horizonte. Mirando a lo lejos los espacios ilimitados, los sobrehumanos silencios y su profunda quietud, me encuentro con mis pensamientos y finjo, y mi corazón casi se asusta. Escucho los silbidos del viento sobre los campos, y en medio del infinito silencio tanteo mi voz: me subyuga lo eterno, las estaciones muertas, la realidad presente y todos sus sonidos. Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:

y naufrago dulcemente en este mar .


23. VICTOR HUGO ( 1801 ) La HISTORIA Ferrea vox ( Virgilio ) l El destino de los países, como un mar profundo, tiene obstáculos ocultos y torres inestables, está ciego solo quien puede ver, en el futuro del mundo, la lucha de las aguas bajo el combate de los vientos. Un soplo potente e inmenso domina las tempestades. Un rayo del cielo desciende a través de la noche. Cuando el hombre a los gritos de muerte [ mezcla el grito de las fiestas. Una secreta voz habla en el sordo ruido. Ahora y a lo largo de los siglos, los gigantes alemanes, diferentes por su suerte, semejantes en sus deseos, encuentran el mismo fin por caminos contrarios, y sus diversas farolas brillan con fuegos idénticos.

II Musa , no hay época en que tus miradas no abracen, en el porvenir sigues su ciclo solemne; porque los días y los años, y los siglos solo trazan un efímero arroyo en el río eterno. ¡ Verdugos, no lo dudéis ; no lo dudéis tampoco, víctimas !

Ella lleva a todo el mundo su llama inmortal, hasta la cumbre de los montes planea, baja al fondo [ de los abismos, y suele fundar un templo donde faltaba una tumba. Ella da la mano a los héroes que mueren, del carro de los vencedores, rompe el frágil eje; camina soñando en imperios que caen; y por todos los caminos muestra los pasos de Dios. Del viejo palacio de los tiempos construye la cima, los siglos a su llamada se reúnen, y con la mano, como prisionero encontrado por la derrota, arrastra el pasado hasta el futuro. Recogiendo las ruinas del mundo en sus naufragios, de mares en mares sigue al inmenso navío, y saber ver juntos, a los dos límites de los siglos, aquel primer sepulcro y esta última cuna.


24. EMILY BRONTË ( 1818 ) EL RECUERDO Frío en la tierra, y la nieve apilada sobre ti, Lejos, muy lejos, el frío en la tumba triste. ¿Me he olvidado de amarte, mi único amor, Cortada al fin por la implacable ruptura del Tiempo? Ahora, en soledad, ¿ mis pensamientos ya no flotan Sobre los montes, en esa orilla del norte, Descansando sus alas en las hojas de helecho Que cubren tu noble corazón eternamente? Frío en la tierra, y quince diciembres salvajes Desde los cerros marrones se han derretido en primavera;

¡ Fiel, de hecho, es el espíritu que recuerda Después de esos años de cambio y sufrimiento ! Dulce amor de la juventud, perdonad, si me olvido de ti, Mientras la marea del mundo me arrastra hacia adelante; Otros deseos y esperanzas me atormentan, ¡ Las esperanzas que oscurecen, pero no pueden borrarte ! Ninguna luz tardía ha iluminado mi cielo, Ninguna mañana ha vuelto a resplandecer para mí; Toda mi felicidad vino de tu vida, Toda mi felicidad yace en la tumba contigo. Pero cuando los días de sueños dorados perecieron, E incluso la desesperación fue impotente para destruir, Aprendí como la existencia podía ser apreciada, Fortalecida, alimentada sin la ayuda del placer. Entonces probé las lágrimas de una pasión inútil; Destetada mi joven alma de tu anhelo póstumo; Severamente negó su ardiente deseo de acelerar El descenso hacia esa tumba que será mía. Y, aún así, no me atrevo a dejarlo languidecer, No me atrevo a caer en el dolor entusiasta de la memoria;

Una vez bebida profundamente la divina angustia, ¿ Cómo podría anhelar el mundo vacío otra vez ?


26. CHARLES BAUDELAIRE

( 1821 )

El albatros Por distraerse, a veces, suelen los marineros Dar caza a los albatros, grandes aves del mar, Que siguen, indolentes compañeros de viaje, Al navío surcando los amargos abismos. Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas, Estos reyes celestes, torpes y avergonzados, Dejan penosamente arrastrando las alas, Sus grandes alas blancas semejantes a remos. Este alado viajero, ¡ qué inútil y qué débil ! Él, otrora tan bello, ¡ qué feo y qué grotesco ! ¡ Éste quema su pico, sádico, con la pipa, Aquél, mima cojeando al planeador inválido ! El Poeta es igual a este señor del nublo, Que habita la tormenta y ríe del ballestero. Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío , Sus alas de gigante le impiden caminar.

27. EMILY DICKINSON

( 1830 )

Morir no duele mucho...

( traducción 1 )

Morir no duele mucho: nos duele más la vida. Pero el morir es cosa diferente, tras la puerta escondida : la costumbre del sur, cuando los pájaros antes que el hielo venga, van a un clima mejor. Nosotros s omos pájaros que se quedan : los temblorosos junto al umbral campesino, que la migaja buscan, brindada avaramente, hasta que ya la nieve piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.


27. EMILY DICKINSON Morir no duele tanto ...

( 1830 ) ( traducción 2 )

Morir no duele tanto. Nos duele más la vida. Un modo diferente, una forma escondida tras la puerta, es morir. Los pájaros del sur tiene costumbre , cuando la escarcha está a punto de caer , de emigrar hacia climas más benévolos. Nosotros no sabemos sino permanecer. Temblorosos rondamos en torno de las granjas buscando la migaja que alguno ha de arrojar. Tal es el pacto. La piadosa nieve persuade a nuestras plumas de volver a su hogar.


28. CHRISTINA ROSETTI ( 1830 ) Cuando esté muerta, mi amor Canción ( inglesa ) Cuando esté muerta, mi amor, No cantes tristes canciones para mí, No plantes rosas en mi cabeza Ni sombríos cipreses: Sé la hierba verde sobre mí, Con rocíos y gotas mójame; Y si te marchitas, recuerda; Y si te marchitas, olvida. Ya no veré las sombras, No sentiré la lluvia, No escucharé al ruiseñor Cantando su dolor: Y soñando a través del crepúsculo Que no crece ni desciende, Felizmente podría recordar, Y felizmente podría olvidar.

Versión en catalán

Cançó

Quan sigui morta, amo, no cantis cançons tristes per a mi. Sobre el meu cap no plantis roses, ni fosc xiprer mesquí. Sobre meu, fes d’herba verda, rosada i fosa als sols. I si tu vols, recorda’m viva; o oblida’m si tu vols. Ja no veuré dolces ombres, ploure no sentiré, i el rossinyol cantant sa pena, ja no oiré. I somiant dins del crepuscle d’un eternal recer, potser el record em faci seva, oblidaré, potser.


29. Sthéphan Mallarmé ( 1842 ) Don del poema / regalo del poema ¡Aquí te traigo el hijo de una noche idumea! Desplumada, con su ala que sangra y que negrea en los cristales, de oro y aromas abrasados, en los tristes aún, ¡ ay !, vidrios empañados, cayó, sobre la lámpara angélica, la aurora. Cuando de la reliquia se ha hecho portadora para el padre que adversas sonrisas ha ensayado, la soledad azul y estéril ha temblado. ¡ Ay, acoge la cuna, con tu hija, y la inocencia de vuestros pies helados una horrible presencia ! ¿Con tu voz clavicordios y viola imitarás, y con marchita mano el seno apretarás donde la mujer se ha hecho sibilina blancura para labios que de aire azul quieren hartura?

30 .

PAUL VERLAINE ( 1844 )

Mi sueño familiar Tengo a menudo un sueño extraño y penetrante: Una desconocida que amo y que me ama, Y que en cada ocasión no es por entero ella Ni es por entero otra, y me ama y me comprende. Porque ella me comprende, y así mi corazón, Claro para ella sola, ya no es un enigma, Para ella sola, ay, y el sudor de mi rostro, Ella sola lo sabe enjugar mientras llora. ¿Es rubia, pelirroja, morena? No lo sé. ¿Su nombre? Mi recuerdo es que es dulce y sonoro Como la de mis amados que desterró la Vida. Sus ojos se parecen a los de las estatuas, Y su voz, que es serena, lejana y grave, tiene la inflexión de otras voces queridas que han callado.


31. ARTUR RIMBAUD ( 1854 ) LAS VOCALES

La canción de las vocales

A negro, E blanco, I rojo , U verde , O azul: vocales algún día diré vuestro nacer latente: A negro corsé velludo de moscas deslumbrantes, al zumbar en tomo a atroces pestilencias, calas de umbría ; E , candor de pabellones y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas que tiemblan. I , escupida sangre, risa de ira en labio bello, en labio ebrio de penitencia; U , ciclos, vibraciones divinas, verdes mares, paz de pastos sembrados de animales, de surcos que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian. O , Clarín sobrehumano preñado de estridencias extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles: O , Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.

UMBRÍA = SOMBRA OMBELAS = FLORES O FRUTOS


32. Konstantinos Kavafis (1863 )

34. Paul Valéry (1871) El cementerio marino , estrofas 1, 5, 12, 13, 16, 18, 19, 22, 24

LA CIUDAD Dijiste : " Iré a otra tierra, iré a otro mar. Otra ciudad habrá de hallarse mejor que ésta.

Cementerio marino

Cada esfuerzo mío es una condena escrita;

1 Bóveda estanca –vuelo de palomas-,

y está mi corazón -como un muerto- sepultado.

entre pinos palpita, entre las tumbas;

¿ Mi mente hasta cuándo permanecerá en este abatimiento ? Donde quiera que vuelva mis ojos, donde quiera que mire las negras ruinas de mi vida veo aquí, donde tantos años pasé y devasté y arruiné."

el fuego enciende un cenit exacto, ¡el mar, el mar, recomenzado siempre! ¡Oh recompensa, acallar la mente y contemplar la calma de los dioses!

Nuevos lugares no hallarás, no hallarás otros mares. La ciudad te seguirá. Por las calles vagarás,

5

Y como el fruto se funde en deleite,

por las mismas. Y en los mismos barrios envejecerás;

como en delicia tórnase su ausencia

y en estas mismas casas encanecerás.

en boca donde de su forma muere,

Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperesno hay barco para ti, no hay camino.

aspiro anticipada la humareda,

Así como tu vida la arruinaste aquí

y el cielo canta al alma consumida

en este rincón pequeño, en toda la tierra la destruiste.

el tornarse en rumor de las riberas. 12 Aquí venido, el devenir pereza

33. WILLIAM BUTLER YEATS ( 1865 )

es. Insecto nítido rasca el yermo;

" La máscara"

todo ardido, deshecho, recibido

( es un diálogo poético )

_ " Quítate esa máscara de oro en llamas con ojos de esmeralda”. _ “ Oh, no, querido, te atreves tanto para ver si es sabio o salvaje el corazón Y no es frío sin embargo”.

yo no sé bien en qué esencia rigurosa… La vida es vasta, estando ebrio de ausencia, lo amargo es dulce, límpido el espíritu. 13

_ “ Solo quiero encontrar lo que allí hay, Si el amor o el engaño”. _ “ Fue la máscara lo que ocupó tu mente Y puso a latir tu corazón después, no lo que hay tras ella”. _ “ Pero a menos que seas mi enemiga, yo debo indagar”. _ “ Oh, no, querido, olvida todo eso. ¿ Qué importa que haya solo fuego en ti, en mí ? ”

Los muertos están bien en esta tierra,

por su misterio secos, cobijados. Alto el cenit, cenit sin movimiento, su yo se piensa y con sí concilíase… Completa frente, perfecta diadema, en ti yo soy metamorfosis íntima. 16 Gritos agudos de niñas exaltadas,


ojos, dientes, humectados párpados, seno embrujado que juega con fuego, sangre que brilla en labios que se rinden, últimos dones que dedos defienden, ¡todo enterrado y entrando en el juego! 18 ¡Magra inmortalidad, áurea y negruzca consolatriz laureada de vergüenza, que dices que la muerte es nuevo útero, el bello engaño y la piadosa astucia! ¡Quién no conoce, quién no los rehúsa, al hueco cráneo y a la risa eterna! 19

Huecas cabezas y profundos padres,

que bajo el peso de tantas paladas, la tierra sois y confundís las huellas, el roedor gusano irrefutable no es para vosotros los durmientes, ¡de vida vive, a mí no me abandona! 22

¡ No! ¡No! ¡De pie! ¡En la era sucesiva!

¡Quiebre mi cuerpo la pensativa forma! ¡Beba mi pecho la génesis del viento! Una frescura, exhalación marina, me vuelve el alma… ¡Oh poder salino! ¡Corramos tras las ondas y la vida! 24

¡Álzase el viento! ¡Intentemos vivir!

¡Mi libro abre y cierra el aire inmenso, la ola brota del polvo de las rocas! ¡Todas volad, deslumbradas páginas! ¡Olas romped, romped de aguas de júbilo el tranquilo techo que tocan las nieves !


35. ROBERT FROST ( 1874 ) Reparando el muro Algo hay que no es amigo de los muros, que hincha la tierra helada y los socava, que arroja al sol las piedras desde el borde y abre brechas por donde caben dos. Los cazadores ya son otra cosa: he seguido sus pasos, reparando, donde no han dejado piedra sobre piedra persiguiendo el conejo en su guarida por alegrar la jauría. Las otras brechas nadie las ve formar, ni hay rumor de ellas, pero ahí estan cuando hay que repararlas. Se lo anuncio al vecino tras la cuesta; un dia, en la linea divisora, nos encontramos a rehacer el muro. Lo formamos entre ambos, paso a paso. A cada cual las piedras que le tocan, las ovaladas, las bolas tan redondas que cuesta hechizos fijarlas en su puesto: " ¡ No se muevan hasta vernos las espaldas ! " Se destrozan los dedos con asirlas. Cierto, es juego campestre, como tantos, uno contra uno. A más no viene: donde vivimos no hace falta muro: lo suyo es pino, lo mío manzanares.


Mis manzanos, le digo, no amenazan comerse las piñas de sus pinos.

Solo responde, " Buen muro, buen vecino." La primavera me azuza, y me pregunto si quizás le penetro el pensamiento: "Por qué más, buen vecino ? Si hubiera vacas, todavía , pero aquí no hay vacas . Antes de levantarlo, yo quisiera saber a quién incluyo, a quién excluyo, a quién, quizás, ofendo con el muro. Algo hay que no es amigo de los muros, que quiere derrumbarlos." Pienso " duendes ," pero no hay tales duendes, y quisiera que él le pusiera nombre. Allá lo veo, con una piedra empuñada en cada mano, como un salvaje troglodita armado. La sombra en que se mueve me parece más que sombra de selvas o de ramas. No indaga el estribillo de su padre, y tanto le place haberlo recordado que repite, " Buen muro, buen vecino."


36. GOTTFRIED BENN ( 1866 ) Hora azul I Entro en la hora oscuramente azul – está allí el portal, la cadena se cierra y ahora en el cuarto un rojo en una boca y una vasija de rosas tardías – ¡tú! Ambos sabemos que esas palabras, tantas veces dichas entre tú y yo y ofrendadas son ya nada entre nosotros y están fuera de lugar: esto es todo y es el último tren. Lo no-dicho hasta ahora se ha extendido y colma el cuarto y se piensa para sí mismo la Hora –nada espera y nada lamenta– con su vasija de rosas tardías – ¡tú! II Tu cabeza discurre, es blanca y quiere protegerse, sin embargo, se amontonan en tu boca todo el gozo, la púrpura y las flores de la heredada tierra de tus ancestros. Eres tan blanca, se piensa que caerás en copos con toda la nieve, ante todas las deshojadas rosas blancas mortuorias, miembro a miembro – Corales sólo en los labios, tal grande y dura herida. Eres tan suave, traes una especie de hechizo, la fortuna de abismarse y el peligro de caer en una azul, oscuramente azul, hora y cuando ella pasa, nadie sabe si pasó. III Yo te pregunto, ¿eres ya de otro?, ¿para qué me traes las rosas tardías? Tú dices, vuelan los sueños, las horas pasan, ¿qué es todo esto: él y yo y tú? « Cuanto se eleva, busca también su caída, cuanto se vive – quién lo sabe con certeza. La cadena se cierra, calla entre estos muros y allí donde es ancho, alto y oscuro azul. »


37. RAINER MARIA RILKE

( 1875 )

Día de otoño Señor : es la hora. Largo fue el verano. Pon tu sombra en los relojes solares, y suelta los vientos por las llanuras. Haz que sazonen los últimos frutos; concédeles dos días más del sur, úrgeles a su madurez y penetre en el vino espeso el postrer dulzor. No hará casa el que ahora no la tiene, el que ahora está solo lo estará siempre, velará, leerá, escribirá largas cartas, y deambulará por las avenidas, inquieto como el rodar de las hojas.


38. CONDESA DE NOAILLES ( 1876 ) El tiempo de vivir Tu vida ardiente se inclina hacia el atardecer, Respira la juventud , es corto el tiempo que va de la viña al lagar, Del alba al sol que se oculta, Guarda el alma abierta a los perfumes que la rodean, a los movimientos del agua , Ama la esperanza, el esfuerzo, el orgullo , el amor, es la riqueza más profunda ; Cuántos se han ido, di , de entre todos los corazones vivos A la habitación solitaria , Sin haber bebido nunca la miel ni respirado El viento de los amaneceres , Cuántos se han ido, que ahora, este atardecer, parecen raíces de zarzas , y no han saboreado la vida cuando el suelo se abre y se hunde , No compartieron ni el oro ni las esencias Que les llenaban las manos , Pero ahora permanecen en la sombra donde [ todo el mundo duerme, Sin sueños y sin aliento ; - Vive , sé compatible a fuerza de deseos, de angustias y de éxtasis , Escoge aquellos caminos donde el hombre ha de servir como en un vaso, tu alma,


Unida a los juegos del día, estrecha contra tu pecho La vida áspera y feroz ; Que la alegría y el amor entren como un enjambre de abejas en tus labios .

Después mira cómo huyen , sin llantos ni tormentos , Las orillas infieles , Habiendo dado el corazón y tu consentimiento A la noche eterna .


39. T. S. ELIOT ( 1888 ) East Coker , V , de Cuatro Cuartetos V Aquí estoy, pues, en medio del camino, después de haber pasado veinte años -veinte años casi perdidos, los de entreguerrasintentando aprender a utilizar las palabras; y es cada intento un comienzo totalmente nuevo y un fracaso de orden completamente distinto porque sólo se aprende a dominar las palabras para decir lo que uno ya no quiere decir o para decirlo como a uno no le gusta ya decirlo. Así cada empresa es comenzar de nuevo; una incursión en lo inarticulado con mísero equipo que sin cesar se deteriora en el desarreglo general del sentimiento impreciso: indisciplinadas patrullas de la emoción. Y aquello que se trata de conquistar por la fuerza y el sometimiento ya lo han descubierto en una o dos, o en varias ocasiones,

hombres que uno no puede aspirar a emular; pero no hay competencia, sólo existe la lucha por recuperar lo que se ha perdido y encontrado y vuelto a perder mil veces; y ahora de nuevo en circunstancias que parecen adversas. Pero tal vez no haya ni pérdida ni ganancia.


Para nosotros no hay sino el intento. Lo restante no es de nuestra incumbencia . ______________________________________________

El hogar es el punto del que partimos. Vuélvese más extraño el mundo a medida que envejecemos, más complicada la trama de muertos y vivos. No el vívido instante aislado sin después ni antes, sino el arder constante de una vida, y no la sola vida de un hombre, sino de viejas piedras que nadie sabe descifrar. Hay un tiempo para la noche bajo la luz de las estrellas y un tiempo para la noche a la luz de la lámpara ( noche del álbum de fotografías ). Es más él mismo el amor cuando el aquí y el ahora dejan de importar. Los viejos deberían ser exploradores, ahora y aquí no importan, debemos quedarnos quietos y movernos hacia otra intensidad para lograr mayor unión, una comunión más profunda en la fría desolación oscura, entre los gritos del viento y la ola, en las aguas profundas del petrel

1

y la mariposa. En mi fin está mi principio.

1 petrel = ave acuática


40. Fernando Pessoa

( 1888 )

de Odas de Ricardo Reis "Sabio es quien se contenta con el espectáculo del mundo" Sabio es quien se contenta con el espectáculo del mundo Y al beber no recuerda que ya bebió en la vida, para quien todo es nuevo e inmarcesible1 siempre. 1 ( inmarchitable, eterno ) Ya lo coronen pámpanos, o yedras, o rosas volátiles, Él sabe que la vida por él pasa, y tanto corta a él como a la flor de Átropo la tijera. Mas él sabe hacer que el color del vino se lo esconda, que su sabor orgiástico apague gusto a las horas, cual a una voz que llora el pasar de las bacantes. Y él espera , gozoso casi y bebedor tranquilo ; tan sólo deseando con incierto deseo, que la ola abominable no lo moje tan pronto.

41. Giuseppe Ungaretti " La Mattina " M'illumino d'immerso L'Allegria, 1917 "La Mañana" Me ilumino de inmensidad

( 1888 )


42. Ana Ajmátova

( 1889 )

" La mujer de Lot " Pero la esposa de Lot, miró hacia atrás y se convirtió en un pilar de sal. Génesis ( La Biblia )

Y el hombre justo caminaba detrás del mensajero de Dios enorme y brillante, por la montaña negra . Pero una voz insistente le dijo a la mujer : no es demasiado tarde , todavía puedes mirar

a las torres rojas de tu Sodoma nativa, a la plaza donde cantabas, al patio donde hilabas, a las ventanas vacías de las amplias casas donde diste a luz a los hijos para tu esposo querido.

Miró - y encadenados al dolor mortal sus ojos no pudieron ver más ; y el cuerpo se hizo de sal transparente , y sus piernas veloces se adhirieron a la tierra . ¿ Quién llorará por esta mujer ? ¿ Qué tanto vale esta pérdida ? Sólo mi corazón nunca se olvidará a la que dio su vida por una sola mirada. 1922-1924 ( “ Poemas bíblicos “ )


25. Walt Whitman

(1819)

Lleno de vida, ahora, compacto, visible... LLENO DE VIDA AHORA Lleno de vida, ahora compacto, visible, yo, de cuarenta años, en el septuagésimo tercero de los Estados, a alguien que vivirá dentro de un siglo, o después de cierto número de [ siglos, A ti que todavía no has nacido, te buscan estos versos. Cuando los leas, yo, que era visible, seré invisible. Ahora eres tú, compacto, visible, quien los lee, quien los busca, imaginando qué feliz serías si yo estuviera contigo y fuera tu camarada; haz como si yo estuviese contigo. ( No creas demasiado que no estoy [ ahora junto a ti ).

CURULL DE VIDA, ARA, COMPACTE, VISIBLE…

Curull de vida, ara, compacte, visible, jo, als meus quaranta anys i als setanta-tres d’aquests Estats, m’adreço a algú que viurà dintre cent anys o dintre alguns segles, a tu, que encara no has nascut, adreço aquests cants, cercant - te. Quan els llegiràs, jo, que ara sóc visible, hauré esdevingut invisible, i tu, compacte i visible amarant-te dels meus poemes, em cercaràs, pensant que feliç que series si jo pogués ser al teu costat i esdevenir [company teu. Que sigui, doncs, com si fos vora teu ! (No creguis massa que no hi sóc , [ ara .)


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