Ordenamiento local del territorio en el Magdalena Medio

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Al comprender la realidad desde abajo, desde lo local, este libro presenta la realidad del ordenamiento territorial el Magdalena Medio y la aborda desde una perspectiva práctica y desde un marco de observación interdisciplinario, que permiten entender la variable territorial como resultado del conflicto armado en Colombia. Desde estos relatos se produce un análisis para decantar algunos mecanismos que pueden entenderse como principios de un ordenamiento local del territorio o, en otras palabras, como principios basados en realidades concretas que pueden ser tenidos en cuenta para precisar el ordenamiento genérico y reduccionista que muchas veces se aplica indiscriminadamente desde los centros de poder, de arriba hacia abajo. Así pues, este es apenas un primer atisbo para deducir metodologías desde la observación de la realidad imperante en el trabajo de campo, lo que puede desembocar en nuevos rumbos y herramientas para dar mejores respuestas a las realidades del (pos)conflicto.

9 789587 811537

David Burbano González -

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LOS AUTORES

David Burbano González / Germán Montenegro Miranda

Los resultados de la investigación que se presentan en este libro enfocan las realidades urbanas construidas desde la vida cotidiana de las mismas personas que las generaron, lo que ha permitido poner en cuestión el sentido verdadero de indicadores, modelos y estándares en los que se ha movido el mundo de la planeación hegemónica moderna.

ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

Ordenamiento local del territorio en el Magdalena Medio: Barrancabermeja y Vallecito relata la formación de sectores de origen informal, tanto de la periferia urbana de Barrancabermeja como de sectores rurales apartados, como, por ejemplo, el corregimiento de Vallecito (municipio de San Pablo, sur de Bolívar), por donde discurrió la diáspora del desplazamiento forzado por la violencia atroz que caracterizó particularmente a esta parte del territorio colombiano.

Doctor Arquitecto en Periferias y Sostenibilidad Urbana, de la Universidad Politécnica de Madrid. Arquitecto de la Pontificia Universidad Javeriana, profesor e investigador universitario en problemáticas asociadas al ordenamiento territorial en zonas de conflicto armado. Autor de artículos académicos y de textos relacionados con el territorio, las ciudades y el conflicto en Colombia. Consultor en la formulación de estrategias de planeación urbana y regional. Experto en migraciones, periferias urbanas y la relación entre territorios y conflictos. Ha sido asesor en proyectos de desarrollo sostenible desde iniciativas comunitarias. Es líder del grupo de investigación Transiciones Territoriales.

Germán Montenegro Miranda

Barrancabermeja y Vallecito David Burbano González Germán Montenegro Miranda

Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, paisajista de la Universidad Politécnica de Cataluña y candidato a doctor en Geografia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y el Instituto Colombiano Agustín Codazzi. Profesor e investigador del Departamento de Arquitectura de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha investigado y escrito sobre temas de ordenamiento regional, con el grupo Arquitectura-Ciudad-Territorio, y sobre ciudad y vivienda informal, con el grupo Calidad y Habitabilidad de la Vivienda, y desarrolla su tesis doctoral sobre paisajes edificados en la metrópoli, para el caso Bogotá. Ha participado en distintas consultorías de diseño y planeación urbana.


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO


Reservados todos los derechos © Pontificia Universidad Javeriana © Facultad de Arquitectura y Diseño © David Burbano González © Germán Montenegro Miranda Primera edición: diciembre de 2017 Bogotá D. C. ISBN: 978-958-781-153-7 Número de ejemplares: 400 Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia Editorial Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7 n.° 37-25, oficina 1301, Bogotá Edificio Lutaima Teléfono: 3208320 ext. 4752 www.javeriana.edu.co/editorial Correción de estilo Camilo Sierra Sepúlveda Diseño de pauta, cubierta y diagramación lacentraldediseno.com Impresión Javegraf Pontificia Universidad Javeriana. Vigilada Mineducación. Reconocimiento como universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento como personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno. Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

Burbano González, David Armando, autor Ordenamiento local del territorio en el Magdalena Medio : Barrancabermeja y Vallecito / David Burbano González, Germán Montenegro Miranda. -- Primera edición. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2017. 138 páginas : ilustraciones, fotos, mapas y planos ; 22 cm Incluye referencias bibliográficas (páginas 135-138). ISBN : 978-958-781-153-7 1. Urbanismo – Magdalena Medio (Colombia). 2. Ordenamiento territorial - Magdalena Medio (Colombia). 3. Ordenamiento territorial - Barrancabermeja (Santander, Colombia). 4. Desarrollo de abajo-arriba - Magdalena Medio (Colombia). 5. Desarrollo local - Magdalena Medio (Colombia). I. Montenegro Miranda, Germán, autor. II. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Arquitectura y Diseño. CDD 711.40986125 edición 21 Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J. inp

14 / 11 / 2017


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO Barrancabermeja y Vallecito

David Burbano Gonzรกlez Germรกn Montenegro Miranda


CONTENIDO

LISTA DE FIGURAS 9 AGRADECIMIENTOS 13

CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO  19

INTRODUCCIÓN 15 La geografía condicionante del Magdalena Medio

22

Periferia regional

24

La herencia del conflicto

25

Entre lo rural y lo urbano: San Pablo y Barrancabermeja

28

Potencial del ordenamiento territorial en la región del Magdalena Medio

36


PENSAR DESDE ABAJO COMO MÉTODO

39

RELATOS DE ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN VALLECITO Y BARRANCABERMEJA  63

Ordenamiento territorial desde el desarrollo local

41

Metodología flexible y de construcción paulatina

43

Casos de estudio

44

Desplazamiento-retorno en Vallecito

Trabajo de campo

48

Ocupación urbana informal y geografía de Barrancabermeja 72

Dimensiones de análisis

56

Formación incipiente en el sector de Pozo Siete

74

Orden urbano informal en el barrio 22 de Marzo

87

Arenal, legalización paulatina

99

Relatos de ordenamiento local del territorio y deducción de sus mecanismos

60

63


HACIA ALGUNOS MECANISMOS DE ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

CONSIDERACIONES FINALES

127

111 Caminos alternos

127

Ordenamiento territorial rural-urbano Mecanismos de organización comunal

112

Mecanismos de resistencia

115

Mecanismos de financiación

116

Mecanismos de organización espacial

118

Mecanismos de emplazamiento

119

desde nuevos escenarios de paz

129


REFERENCIAS 

135



LISTA DE FIGURAS

Figura 1 Periodización sobre la formación de la región Opón Carare    20

Figura 13 Prototipo de vivienda de invasión, en la cancha del barrio Kennedy  48

Figura 2 Región del Magdalena Medio y el sistema de ciudades en Colombia    21

Figura 14 Localización de asentamientos del primer trabajo de campo    49

Figura 3 Región del Magdalena Medio y su red hídrica     23

Figura 15 Cronología de asentamientos seleccionados para el primer trabajo de campo     51

Figura 4 Tasas de desplazamiento forzado por municipios receptores y expulsores    28 Figura 5 Puerto y actividades del comercio   31 Figura 6 Paisaje industrial petrolero   31 Figura 7 Paisaje informal   33 Figura 8 Plano de crecimiento urbano informal    35

Figura 16 Cronología de asentamientos seleccionados para el segundo trabajo de campo    51 Figura 17 Localización de asentamientos del segundo trabajo de campo    52 Figura 18 Momento de los talleres con la comunidad del corregimiento de Vallecito    54

Figura 9 Lógicas productoras de ciudad desde abajo y desde arriba    41

Figura 19 Momentos de entrevistas a vecinos de La Esmeralda y Kennedy    55

Figura 10 Inventario de barrios ilegales de reciente formación    45

Figura 20 Momento del taller de dibujo con niños    55

Figura 11 Área de origen informal y barrios sin legalizar en el 2014    46

Figura 21 Indicadores de la dimensión tenencia    57

Figura 12 Invasión en la cancha del barrio Kennedy   47

Figura 22 Indicadores de la dimensión productividad socioeconómica    58 Figura 23 Indicadores de la dimensión infraestructura social    59


Figura 24 Localización corregimiento de Vallecito, municipio de San Pablo, sur de Bolívar    64

Figura 37 Actividades comunitarias y comercio en el nodo de centralidad vecinal    80

Figura 25 El camino hacia Vallecito   66

Figura 38 Sección tranversal de La Esmeralda y El Diamante     81

Figura 26 Equipamientos del antiguo corregimiento de Vallecito.   68

Figura 39 Tipologías de emplazamiento a borde de barranco    81

Figura 27 Viviendas construidas por el PDPMM y la Comunidad Económica Europea    69

Figura 40 Tipologías de emplazamiento a borde de zona inundable    82

Figura 28 El proyecto de Servivienda en Vallecito    70 Figura 29 Primera etapa del proyecto de Servivienda. Fachadas principales sobre las calles   70 Figura 30 Viviendas y equipamientos de la segunda fase del proyecto de Servivienda    71 Figura 31 Adaptación del espacio entre las viviendas para usos rurales    71 Figura 32 Interior de la vivienda    71 Figura 33 Localización de los asentamientos Altos del Mirador, La Esmeralda y El Diamante, sector de Pozo Siete    75 Figura 34 Desarrollo histórico de La Esmeralda y El Diamante   76 Figura 35 Representación de la tenencia por los niños del asentamiento de La Esmeralda    78 Figura 36 Estructura urbana de La Esmeralda y El Diamante    79

Figura 41 Indicador visual del nivel del agua en las fachadas y su erosión respectiva    83 Figura 42 Espacio de la calle frente a los aterrazados en La Esmeralda    84 Figura 43 Infraestructura en formación: sistema comunitario de alcantarillado    85 Figura 44 Infraestructura en formación   86 Figura 45 Mutaciones de la vivienda    87 Figura 46 Proceso de autoconstrucción de la vivienda en el asentamiento de La Esmeralda, sector de Pozo Siete    88 Figura 47 Alisado de placa de concreto al interior de vivienda    88 Figura 48 Localización del barrio 22 de Marzo    90 Figura 49 Desarrollo histórico del barrio 22 de Marzo   91 Figura 50 Estructura urbana del barrio 22 de Marzo    92


Figura 51 Proyectos de equipamientos y viviendas de interés social en Caminos de San Silvestre, barrio vecino del 22 de Marzo   93 Figura 52 Dibujo elaborado por una niña, que representa el barrio dentro de la vivienda    94 Figura 53 Sección transversal del 22 de Marzo    94

Figura 63 Sección transversal del barrio Arenal    104 Figura 64 Estado actual de la vía principal de Arenal    105 Figura 65 Publicidad para comercialización del pescado, patrocinada por la organización Fomento para la Prosperidad Social, del Gobierno nacional   106

Figura 54 Barrancos y talla de barrancos   95

Figura 66 Embarcadero y extractores de arena    106

Figura 55 Espacios de calles o patios contra barrancos o concavidades de las quebradas    96

Figura 67 Forma de expansión por relleno de humedal en Arenal   108

Figura 56 El barrio y sus espacios representados por los niños    97 Figura 57 La cancha de fútbol    98 Figura 58 Diferencias de percepción de la cancha entre un niño y una niña   98 Figura 59 Espacios de cohesión social en función de la protección climática    99 Figura 60 Construcción de alcantarillado por frente de lote    100 Figura 61 Localización del barrio Arenal    102 Figura 62 Desarrollo histórico del barrio Arenal    103

Figura 68 Equipamiento improvisado de un preescolar en lote con tipología comercial    109 Figura 69 Esquema de mecanismos de ordenamiento local del territorio    113 Figura 70 Mecanismos de obtención de suelo por relleno    120 Figura 71 Emplazamiento a borde inundable    121 Figura 72 Emplazamientos en alta pendiente    123 Figura 73 Modelo de legalización progresiva desde abajo frente al ordenamiento territorial desde arriba    129



AGRADECIMIENTOS

E

xpresamos nuestros agradecimientos, en primer lugar, a la Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, por compartir de forma generosa la información sobre sus trabajos realizados en la región y por avalar el proyecto de investigación. Al Servicio Jesuita de Refugiados (SJR), por su acompañamiento permanente, la coordinación de los talleres en el trabajo de campo y por establecer contacto con los líderes comunitarios. Por supuesto, gracias a todo el equipo de investigación por todo su trabajo, dedicación y complicidad a lo largo de todo el proceso, en el que tuvimos la oportunidad de compartir intereses comunes sobre nuevas formas de hacer investigación para entender el territorio, lo que permitió deshilar las marañas de cuestionamientos y dudas sobre la realidad observada. Al coinvestigador Fernando Ramírez, diseñador industrial del Departamento de Diseño de la Universidad Javeriana, por su observación pertinente de la realidad de las comunidades en el trabajo de campo, así como por su dedicado trabajo técnico en la recopilación de imágenes y videos. A la arquitecta Ana López Ortego, nuestra imprescindible coordinadora de talleres, motivadora de comunidades y rigurosa investigadora. Al sociólogo Gilberto Bello, por su acertado conocimiento sobre la realidad

colombiana y por su asesoría sobre metodologías en investigación social y de trabajo comunitario. A la arquitecta Natalia Ramírez Arango, por su incansable asistencia y permanente motivación e interés, tan prometedora para futuros semilleros de jóvenes investigadores. A los estudiantes Milton Lozano, por el apoyo en los talleres comunitarios y por compartir los conocimientos que desarrolla a nivel de maestría, y Juan Sebastián Sánchez, quien amablemente compartió información de su tesis de pregrado en Sociología, sobre el inventario de los barrios sin legalizar, los cuales nos sirvieron para la selección de casos de estudio, igualmente por su acompañamiento desde el SJR en los trabajos de campo. Muchas gracias también a los estudiantes del Proyecto Ubicar, que apoyaron el trabajo de campo tanto en Barrancabermeja como en Vallecito. Finalmente, también queremos agradecer a todos aquellos que desde sus responsabilidades institucionales nos apoyaron tanto en a la investigación como en el desarrollo del libro. A nuestro decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño, Giovanni Ferroni, y a nuestra directora del Departamento de Arquitectura, Luz Mery Rodelo, así como también a Nicolás Morales y su equipo de la Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

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NiĂąos en el salon comunal de Pozo Siete. Fernando RamĂ­rez, 2014


INTRODUCCIÓN

L

a irrupción de “otras formas de hacer investigación”, diferentes a las del llamado método científico, ha puesto contra la pared a los medios tradicionalmente utilizados para comprender las realidades urbanas. El mundo actual está exigiendo otro tipo de explicación, ya que la mayoría de los habitantes del planeta vive en ciudades socialmente cada vez más diferenciadas entre ellas y en su interior. Diversos teóricos han identificado este fenómeno como una segregación social acelerada que ocurre con mayor incidencia en los países del tercer mundo y, particularmente, en Latinoamérica. En este sentido, el desarrollo de nuevas miradas que consideren los recientes “giros” del conocimiento, específicamente de las ciencias sociales, representa un reto de investigación para romper con el determinismo y los análisis condicionantes-condicionados de los fenómenos. Así, la adopción de nuevas posturas para obtener otros puntos de vista es una problemática que requiere una solución urgente. Comprender los hechos desde la vida cotidiana de las personas que han construido su propia

realidad cuestiona el significado de indicadores, modelos y estándares en los que se ha movido el mundo de la planeación hegemónica moderna. Esto significa entender la realidad desde abajo, desde lo local. De esta manera, los arquitectos y la arquitectura en general están planteando la necesidad de nuevas formas de comprender los acontecimientos y actuar frente a ellos, para complementar su visión sobre las transformaciones espaciales generadas por formas de ocupación social de facto. En Colombia, por el conflicto y la migración derivada de la violencia, estas formas ocasionaron la constitución de periferias informales en las ciudades, lo que provocó formas de vida y hábitats mezclados entre lo rural y lo urbano. La antinomia campo-ciudad ha permitido que las visiones desde lo urbano, en las que confluyen poder, economía y conocimiento, predominen a tal punto que condicionan todo a su mirada distante y desde arriba. Los desequilibrios que esto ha generado prolongan el conflicto, la guerra y, principalmente, la injusticia, ya que promueve situaciones urbanas desfavorecidas. Por lo tanto, 15


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

esta investigación propone una mirada diferente, desde abajo, para tratar de entender una realidad en bruto, libre de cualquier sintaxis condicionante.

Región del Magdalena Medio y ordenamiento local del territorio Esta investigación surgió de los encuentros entre la dirección del Departamento de Arquitectura, el grupo de profesores del Proyecto Ubicar de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana y el Servicio Jesuita de Refugiados (SJR). El urbanismo y la arquitectura se antepusieron como problema a los antecedentes del trabajo desarrollado en el Magdalena Medio por el SJR y el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM), para abordarlo desde una perspectiva práctica del ordenamiento territorial. Esto significó orientar el marco de observación de situaciones tradicionalmente consideradas por las ciencias sociales hacia una mirada interdisciplinaria, que comprendan el espacio y el territorio en relación con el conflicto urbano-rural en Colombia. Básicamente, el ordenamiento territorial que resultó de este conflicto, el cual surgió al margen de las miradas teóricas y técnicas del urbanismo hegemónico. Así, se empezó a desarrollar una investigación que requirió, de entrada, consultar los registros existentes de información geográfica y la documentación de las experiencias sobre el Magdalena Medio con las instituciones mencionadas, para esclarecer los contextos en los cuales se produjo un ordenamiento territorial de facto, en relación con sus particularidades frente a la tenencia de tierra, la infraestructura social y la productividad económica. Un primer trabajo de campo permitió efectuar un muestreo de casos relacionados con estas categorías, así como explicar

los comportamientos de estos a través de un esquema teórico basado en las ideas del desarrollo local. A partir de esto, se construyó la metodología de manera paulatina, entre matrices de datos armadas desde las evidencias descubiertas en los sucesivos trabajos de campo. Al final, se concibió un primer acercamiento a lo que podrían ser unos mecanismos de ordenamiento territorial desde la visión local. En efecto, estos son unos resultados que apenas vislumbran un pequeño rayo de luz sobre una mina de realidad que se percibe inexplorada. El primer capítulo parte con la descripción de un contexto general construido a partir de información secundaria. A través de este, su autor, David Burbano, esboza la situación presente y pasada del Magdalena Medio y la ciudad de Barrancabermeja, lo que permite entender los acontecimientos de conflicto y migración que incidieron en las formas de reacomodo territorial que sufrió la región en las últimas décadas. Desde la expulsión rural hasta la constitución de periferias informales en las ciudades, se plantea una situación para definir los casos de estudio y las dimensiones de análisis desarrolladas en la investigación. En el contexto se presenta la descripción histórica, geográfica y social que caracteriza la región, lo que fundamenta el estudio del ordenamiento territorial resultante de las situaciones de violencia y desplazamiento en Colombia En el segundo capítulo se presentan, en la redacción de Germán Montenegro, el enfoque conceptual el proceso metodológico que ayudó a precisar casos de estu�dio, las dimensiones de análisis e instrumentos específicos de trabajo de campo y la síntesis descriptiva confinada en relatos. El proceso de selección de los sectores se estableció en correspondencia con los barrios en los que el SJR venía trabajando, junto con la necesidad de que estos sectores cumplieran con los criterios generales planteados para la


INTRODUCCIÓN

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investigación, es decir, sectores de origen informal de la periferia urbana con población desplazada por la violencia, que contaran con cierto nivel de desarrollo para poder identificar acciones territoriales concretas, derivadas de acciones sociales colectivas.

que implicó discusiones internas del equipo, que, posteriormente, fueron recopilados y redactados por Germán Montenegro. Los relatos están referidos a los diferentes casos de estudio analizados, los cuales esbozan desde las experiencias más incipientes hasta las más avanzadas de

En Barrancabermeja se seleccionaron asentamientos sin legalizar, como Antonio Nariño, 22 de Marzo, Pozo Siete, Kennedy, Villa de Dios, Arenal, entre otros, los cuales presentan, a la vez, diversos periodos de formación: desde los más antiguos, en los años setenta, hasta los más recientes. En principio, sobre estos casos se efectuaron muestreos a partir de entrevistas a líderes comunitarios y fundadores, con el fin de socializar la investigación y verificar la pertinencia del lugar para el trabajo de campo. Finalmente, se escogieron tres de ellos para obtener la información con la que se construyeron relatos y se dedujeron algunos mecanismos de ordenamiento desarrollados por la gente. Así mismo, el corregimiento de Vallecito, en el municipio de San Pablo, se seleccionó por la posibilidad de acceder al lugar, ya que es donde el SJR ha trabajado en el proceso de reapropiación del territorio. Este caso de retorno de población desplazada por la violencia a su lugar de origen evidencia el desarrollo territorial producido por acciones sociales colectivas; este caso en particular estuvo acompañado por varios programas, entre los que se destaca el proyecto para la construcción de viviendas ofrecido por la Fundación Servicio de Vivienda Popular (Servivienda), un agente externo. El tercer capítulo reúne los principales resultados de la investigación, a partir de los diferentes relatos construidos por los investigadores, desde un modelo de análisis

formación. Desde estos relatos se produjo el análisis para decantar algunos mecanismos que podrían entenderse como parte de un ordenamiento local del territorio (OLT), que se plantean en el capítulo cuarto, en la narración de David Burbano. Este capítulo recoge las conclusiones de las discusiones producidas dentro del equipo de investigación, las cuales dirimen mecanismos entre un ordenamiento parcial y paulatino, que necesariamente desemboca en un ordenamiento general. Cada uno de ellos se precisa en cuatro categorías: resistencia, organización comunitaria, financiación y organización espacial. El orden de aparición no es aleatorio, ya que supone la evolución paulatina que se produce desde la invasión hasta la consolidación y la legalización de los asentamientos. Al final del texto los autores presentan las consideraciones finales, esbozadas en dos apartados: el primero se relaciona con los aspectos metodológicos y la necesidad de encontrar unos caminos alternos para comprender estas realidades y responder consecuentemente, lo que complementa los instrumentos que se formulan desde arriba. El segundo enfrenta las implicaciones que puede tener esta comprensión de realidad específica en el contexto de un ordenamiento territorial que debe considerar futuros escenarios de posconflicto.


CiĂŠnaga de San Silvestre, en Barrancabermeja. David Burbano, 2014


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

E

l contexto territorial de esta investigación es el Magdalena Medio, una región que revela las dinámicas de conflicto y migración que han marcado la historia de las relaciones entre el campo y la ciudad en Colombia. El presente capítulo describe este contexto desde una dimensión histórica y geográfica y bajo una mirada transescalar; su propósito es aportar explicaciones externas y complementarias, a partir de descripciones de las relaciones entre el espacio geográfico, los acontecimientos históricos y las acciones colectivas concretas, que permitirán revelar un potencial de construcción territorial desde abajo, es decir, desde la fuerza de la organización comunitaria. Este es un lugar que demanda visiones desde las escalas locales hasta las regionales, con referencias permanentes entre centro y periferias. Como se puede deducir de la periodización que desarrolló Jaques Aprile-Gniset (1992), desde el siglo XVI se han presentado importantes acontecimientos en la región Opón Carare: un espacio natural inhóspito, habitado por aborígenes apartados, sometidos paulatinamente a la formación de un área mercantil y

de explotación petrolera. Esto se ha producido por la confluencia de intereses territoriales disputados entre la comunidad aborigen (local), los centros de poder del Estado colombiano y la explotación extranjera del petróleo (figura 1). El río Magdalena aparece como el protagonista fundamental en estas relaciones de poder, así como el principal testigo de la evolución de la región, a partir de tres etapas: la construcción de las aldeas de la población aborigen y el puerto, la configuración de una estructura mercantil asociada con el flujo de productos desde el río a las cordilleras y, posteriormente, la formación de una economía petrolera, relacionada con la ciudad industrial que hoy es Barrancabermeja. En este sentido, la región Opón Carare, que actualmente forma parte del Magdalena Medio, puede definirse como el resultado de sucesivas trasformaciones de las condiciones locales de los aborígenes, que habían sobrevivido a la expoliación de la Colonia gracias a las complejas condiciones geográficas del territorio: primero, por la actividad del río en una fase mercantil, y segundo, por la explotación petrolera en una fase industrial. 19


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Figura 1. Periodización sobre la formación de la región Opón

ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

LO REGIONAL

Carare Fuente: Elaboración de David Burbano, con base en AprileGniset (1992).

Formación espacial petrolera Formación espacial mercantil Formación espacial aborigen

1500

1600 1700 1800

1900

1950

Aldea y puerto fluvial Campamento petrolero Ciudad industrial

LO LOCAL

En efecto, resulta importante entender que históricamente las periferias rurales y las periferias urbanas han establecido una relación dialéctica. Esto se manifiesta como una prolongación de las acciones que a partir de los años cincuenta generaron la horda de migraciones del campo a la ciudad, debido a los efectos del recrudecimiento de la violencia. En los entrecruces de la relación rural-urbana se ha alterado el sistema regional, en términos de un desmedido crecimiento informal en los bordes urbanos y un continuo cambio en las formas de producción en las áreas rurales. La historia de la ocupación poblacional con base en los procesos migratorios está condicionada por los contextos geográficos, las divisiones regionales y sus lógicas de apropiación. Así, la red de pueblos y ciudades

pueden dar cuenta de la influencia que han ejercido sobre ellas las condiciones geográficas de la región: se encuentra atravesada por la estructura principal de vías nacionales, lo que permite una proximidad relativa a grandes metrópolis, como Bogotá, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga; así mismo, forma parte de un conjunto de fenómenos topográficos, hídricos y naturales que se anteponen entre ellos y fragmentan el territorio, lo que genera vacíos aislados y desconectados entre relictos selváticos de la serranía de San Lucas y el Catatumbo. De esta manera, se produce una dinámica dual: una ruralidad profunda y apartada, de difícil acceso, atravesada por canales de comunicación rápida que la conectan con la red nacional de ciudades (figura 2).


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

Figura 2. Región del Magdalena Medio y el sistema de ciudades en Colombia Fuente: Elaboración propia, con base en fotografía aérea del sistema de información geográfica de la Secretaría de Planeación Municipal de Barrancabermeja.

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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

Esta dialéctica rural-urbana evidencia diferencias territoriales muy marcadas entre las distintas situaciones periféricas, en las que se concentra el conflicto armado y los expulsados por el desplazamiento, y los principales centros urbanos, donde llegan los desplazados. Así, la

principalmente por la cuenca media del río Magdalena, el cual recibe muchos otros ríos que bajan de las cordilleras Central y Oriental. Los ríos tributarios, como el Sogamoso, Opón, Carare y Negro, que nacen en la cordillera Oriental, vierten sus aguas sobre la margen

diáspora del desplazamiento ha generado el caldo de cultivo para el crecimiento de la ciudad informal en las periferias metropolitanas colombianas. A partir de este contexto de movilidad poblacional rural-urbana, se entiende el surgimiento de una fuerza comunitaria motivada por el interés colectivo para resolver las necesidades de hábitat en procesos permanentes de territorialización y desterritorialización. En consecuencia, hoy en día se considera una región donde las relaciones urbano-rurales se manifiestan por medio de un esfuerzo colectivo y de diversas expresiones culturales propias que distinguen “lo local” y sus maneras de ser, pensar y actuar en el territorio.

derecha del río; mientras que los ríos La Miel, Nare y Cimitarra, provenientes de la cordillera Central, drenan sus aguas sobre la margen izquierda (figura 3). La región se caracteriza por la presencia de un paisaje cenagoso, que en la parte plana del valle forma un entramado de grandes ciénagas y humedales entre zonas eventualmente inundables, y, en fin, un complejo hídrico que se identifica como el segundo en importancia después de la depresión momposina. Ciénagas como Simití, Burgos, San Silvestre, el Opón y Chucurí, entre otras, determinan los confines de los territorios y limitan el acceso entre ellos, al expandirse y contraerse, según las estaciones lluviosas. La topografía, la más fiel aliada del agua, se caracteriza por un modelado entre valles planos y unos suavemente ondulados que definen los márgenes del río, lo que permite mayor amplitud en el norte y estrechez en el sur. En algunas partes, los niveles más bajos de la topografía definen amplias zonas inundables, además de un cambio permanente del curso rivereño, lo que posibilita que el agua cambie la morfología del río y sus márgenes, así como de las edificaciones que lo ocupan. La vegetación característica de la zona la comprenden los bosques tropicales y algunos de condición seca. La segunda unidad la conforma un paisaje de morfología quebrada con pendientes más prominentes, generado en las estribaciones de las cadenas montañosas Central y Oriental, que enmarcan el valle. Sobre esta unidad se pueden ver con más frecuencia masas boscosas.

La geografía condicionante del Magdalena Medio El Magdalena Medio es un área con más de tres millones de hectáreas, que cobija cerca de 47 municipios; se encuentra en jurisdicción de siete departamentos y ocho corporaciones autónomas regionales. Históricamente, ha sido considerada una región de confluencia de condiciones climáticas agrestes, con temperaturas por encima de los 30º, amplias zonas selváticas, entre pantanos y ciénagas, y extensas zonas inundadas frecuentemente por el río Magdalena, el cual la atraviesa. En las áreas rurales de la mayoría de estos municipios predomina una ruralidad profunda, carente de infraestructura y con difícil acceso. La cultura de la región ha sido moldeada por el agua, a partir de una hidrografía constituida


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

Figura 3. Región del Magdalena Medio y su red hídrica Fuente: Elaboración propia a partir de fotografía aérea del sistema de información geográfica de la Secretaría de Planeación Municipal de Barrancabermeja.

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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

Básicamente, la economía se articula alrededor de la industria petrolera en Barrancabermeja, Sabana de Torres, San Vicente de Chucurí y Cimitarra. En el resto del Magdalena Medio santandereano predomina la ganadería extensiva y el cultivo de cacao, plátano, arroz y

territoriales derivados de la relación causal entre la concentración de recursos naturales –minería, ganadería, petróleo y coca– y las condiciones de pobreza y violencia (Rudqvist y Van Sluys, 2005). Como lo aclara Alonso Espinal (1997), se trata de una región

sorgo. Puerto Nare y Puerto Berrío son áreas ganaderas; el sur del Cesar y Puerto Wilches poseen influencia de la agroindustria de palma africana, algodón y cereales, y la ganadería. En el sur de Bolívar prevalece la agricultura de subsistencia, la pesca artesanal y, en menor medida, la explotación maderera; en la serranía de San Lucas, la minería aurífera ilegal e informal y la expansión de cultivos de coca. Las condiciones productivas agropecuarias del Magdalena Medio están marcadas por la precaria calidad de los suelos, ya que solo algunos terrenos ubicados en la margen del río tienen potencial agrícola significativo. La agricultura es de subsistencia y la frontera ganadera se ha ampliado hasta cubrir la mayor parte de las tierras cultivables; así mismo, la pesca artesanal es cada vez más precaria. En esencia, nos encontramos ante un territorio modelado por una naturaleza agreste y una riqueza diversa, que provee recursos que alimentan economías de exportación en las que predomina el petróleo. Esto ha permitido el desarrollo de una condición particular centro periferia entre ruralidades apartadas y Barrancabermeja, núcleo urbano –168 307 habitantes en 2005– bien conectado con el resto del país y del mundo. Un entrecruce vertiginoso de escalas que le confiere una situación particular a la relación local-global, que se manifiesta en un ordenamiento territorial altamente segregado.

con una estructura social heterogénea, que presenta una cultura de super vivencia, resistencia y confrontación; una localización de frontera interior y de colonización periférica, con respecto a los polos urbanos de Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cúcuta y un territorio disputado, en el cual convergen diferentes intereses económicos, sociales y políticos. Todo esto ha desembocado en una situación de conflicto social y pobreza extrema que plantea grandes contradicciones con una rica concentración de recursos naturales, una identidad cultural ligada al río Magdalena y una localización geoestratégica en relación con los centros más importantes del país (Prodepaz, 2011). El estudio histórico del Magdalena Medio se ha definido a través de los procesos originados en el seno de los movimientos sociales, el conflicto armado y las luchas entre poderes y resistencias, entre las mutaciones de su identidad. Este estudio analiza la formación de las periferias urbanas y rurales como expresión de una organización comunitaria que reacciona para resolver por su propia cuenta las precarias condiciones del despojo y el desplazamiento. Gran parte del conflicto armado que ha caracterizado la región está relacionado con esta condición marginal que ofreció ventajas de localización para el surgimiento de los grupos armados, el cultivo de coca y la minería artesanal, lo que ha determinado espacios de barbarie debido a los enfrentamientos armados, las explotaciones clandestinas de recursos naturales y el desplazamiento de colonos.

Periferia regional Históricamente, la región del Magdalena Medio se ha caracterizado por la presencia de conflictos


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

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El campesinado del Magdalena Medio ha heredado la cultura de los migrantes expulsados de sus tierras por la violencia o la pobreza, desplazados que han colonizado otras partes de la región o se han movilizado a las grandes ciudades del país. Estos colonos con múltiples

económicos o culturales. Este hecho ha generado identidades y dinámicas particulares en las distintas áreas que componen la región. Este carácter de transición territorial también ha generado un carácter transicional migratorio de expul-

identidades y capacidades han construido un territorio de sociedades campesinas diferenciadas por su cultura, sus capacidades productivas, sus economías y sus relaciones sociales y políticas, así como por las redes o alianzas desarrolladas, el tipo de organizaciones construidas y los conflictos en los que han participado. Originalmente, la manera como se denomina la región no surge de consideraciones geográficas, sociales o académicas, sino militares, adoptadas en los años cincuenta, con el objetivo de crear zonas de defensa y erradicación de la violencia. Así mismo, la Iglesia, que siempre había tenido presencia en la zona, implantó la noción de Magdalena Medio con la creación de la diócesis de Barrancabermeja, que unificó parroquias antes asignadas a otras direcciones. El Magdalena Medio es un intersticio político-administrativo entre las regiones geográficas caribeña, antioqueña y cundiboyacense. En términos abstractos, la región se encuentra en medio de todo y de la nada. En un país históricamente conformado por la polaridad de los centros urbanos, sobre el Magdalena Medio no existía ningún polo. Por el contrario, siempre ha sido un lugar de frontera; en consecuencia, la institucionalidad no alcanzaba a cubrir los llamados territorios vacíos, los cuales no poseían una organización política común (González, 2014). Ante esta condición de vacío y periferia, la delimitación del territorio ha sido siempre problemática, ya que no corresponde a una sola unidad política (departamento o municipio) ni es homogénea en términos geográficos,

sión y recepción. La región ha sido poblada por oleadas colonizadoras de distintas procedencias que se iniciaron desde la Conquista, las cuales ocuparon las riberas del río para establecer poblados que sirvieran de apoyo para la colonización del interior del país y enfrentaron a los indígenas yariguíes, ocupantes previos de la zona. En los siglos XIX y XX se inició el poblamiento de los territorios internos; así, la dinámica de ocupación se estableció con el inicio de la explotación petrolera, que llevaría a la conformación de Barrancabermeja como municipio. En la segunda mitad del siglo pasado se presentó una nueva oleada de colonización, que comenzó con los desplazamientos forzados causados por la violencia partidista de los años cincuenta y estableció nuevas tendencias demográficas a partir de elementos como el conflicto armado y las luchas por la tierra, que serían decisivos en las últimas décadas de siglo. En la actualidad, el Magdalena Medio tiene habitantes de procedencia santandereana, antioqueña, costeña, caldense y boyacense, entre otros, en una lógica de pertenencias que muchas veces no corresponde con la adscripción a la unidad político-territorial.

La herencia del conflicto Los primeros conflictos del Magdalena Medio se remontan a la resistencia de los indígenas frente a la conquista española. Durante el período de la Independencia, en la zona montañosa del Magdalena Medio santandereano operaron guerrillas populares, antecesoras de los grupos armados liberales de la guerra de los Mil Días.


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

En los primeros cuarenta años del siglo XX, con la explotación del petróleo, la apertura de Colombia al mercado mundial, la inversión extranjera, el trazado de las vías y la fundación de Barrancabermeja se incrementaron las migraciones y, así, nuevos conflictos sociales surgieron

producción de hoja de coca en el sur de Bolívar, Cesar y Santander provocó otra oleada de cultivadores que entraron a competir con los viejos latifundistas y campesinos por el uso del suelo. No obstante, la explotación del petróleo fue el eje

entre colonos, empresas extranjeras y terratenientes en torno a cuestiones laborales y la posesión o explotación de grandes extensiones de tierra en Santander, Bolívar y Cesar (Archila, 2006). Al finalizar la década de los cuarenta, la frontera del Magdalena Medio aún conservaba bolsones de tierras baldías. En esta década se crearon las primeras organizaciones gremiales de colonos de la región y la violencia partidista se extendió a toda la región, junto con nuevos desplazamientos intrarregionales y colonizaciones. Hacia los años cincuenta, ante el desplazamiento masivo de campesinos del interior del país afectados por la violencia, el proceso de poblamiento sobrepasó la zona petrolera y se desarrolló sobre un mayor número de territorios de la región, mientras la colonización campesina se extendía hacia los valles y el piedemonte. La presión por la tierra se acentuó al fortalecerse la vocación agropecuaria regional alrededor de la ganadería y de los cultivos comerciales de algodón, arroz y cereales. Así mismo, Ecopetrol estableció contratos de arrendamientos con colonos como una forma para preservar el dominio territorial. Una huelga afectaba a toda la población y un aumento de salario también; esta relación es esencial para entender la historia del Magdalena Medio durante todo el resto de siglo. En la década de los setenta la agroindustria de la palma en Puerto Wilches y San Alberto atrajo una nueva ola de migrantes e inversionistas que competían con colonos y campesinos asentados en el territorio, lo que actualizó el conflicto social de la región. En los ochenta la

que determinó en mayor medida el desarrollo y los conflictos sociales de toda la región, debido a que gran parte de los baldíos nacionales fueron otorgados a contratistas de obras públicas. Dado que los linderos de esas concesiones eran tan borrosos, no tardaban en chocar contra posesiones de colonos. Al descubrirse el petróleo, los enfrentamientos entre campesinos y concesionarios se hicieron más intensos y regulares. La Texas Petroleum Company, la principal empresa en la zona, también era dueña de grandes extensiones que desde los años veinte habían sido adjudicadas por el Gobierno como parte de las concesiones petroleras. Después del petróleo, en ese momento la ganadería se convirtió en la principal actividad económica. La explotación petrolera requería, además, grandes contingentes de obreros. La demanda de mano de obra incrementó la migración, sobre todo de las zonas pobladas de Santander, Antioquia y la costa atlántica. Otro elemento determinante en los conflictos de la región ha sido la cuestión campesina y, en especial, las luchas por la tierra, que se expresan a través de la resistencia y formas de organización de los colonos por la titulación de predios (Prada, 2006). En la década de los ochenta el campesinado logró alianzas estratégicas con otros sectores de la población, al organizar “luchas campesinas”, que posteriormente se disminuyeron debido a la guerra sucia que afectó a las organizaciones y sus líderes. Por otra parte, las subregiones del Magdalena Medio han sido definidas por la presencia y el dominio de diferentes actores armados. La subregión norte ha


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

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sido predominantemente guerrillera y la subregión sur, paramilitar, con la correspondiente fluctuación de los órdenes locales. En la segunda mitad de la década de los noventa esta configuración se puso en cuestión, debido a la evidente expansión paramilitar sobre las áreas que durante

ambiente y las formas de organización comunitaria y de desarrollo local. En coherencia con lo anterior, el panorama de la migración por desplazamiento revela la dinámica de reacomodación poblacional en la región a partir de los

décadas habían sido consideradas como de indiscutido control guerrillero (Molano, 2009). Desde los años ochenta, debido a la crisis agropecuaria y la situación de orden público, la concentración de la tierra en manos de narcotraficantes se aceleró: llegaron a ocupar extensas zonas ganaderas y territorios de frontera para desarrollar sus actividades ilícitas. Uno de los procesos más relevantes en el que ha participado el narcotráfico en el Magdalena Medio corresponde a las transformaciones del uso de la tierra y la concentración de la propiedad. La ganadería extensiva muestra cómo el proceso ha estado ligado a la compra de tierras por parte de narcotraficantes que pretendían lavar sus ingresos y adquirir control territorial de la mano de los paramilitares, lo que derivó en grandes extensiones improductivas, que además no generaban empleo. En 1999 se produce un cambio importante a partir de los sucesos de las marchas campesinas de 1996 y la masacre de mayo de 1998, que ocasionó 103 días de éxodo campesino y severas protestas urbanas en la ciudad de Barrancabermeja. Como reacción a estos hechos, se generaron diálogos con el Estado en lo que se llamó la Mesa Regional Permanente de Trabajo por la Paz, en la que se produjeron unos acuerdos. En este proceso se estableció el Plan de desarrollo y protección integral de los derechos humanos del Magdalena Medio (Mesa Regional Permanente de Trabajo por la Paz del Magdalena Medio, 1999), el cual plantea la necesidad de integrar el desarrollo regional y urbano, el rural y agropecuario, el medio

municipios receptores y expulsores de población, registrados en el 2007. La figura 4 muestra los principales municipios expulsores, que coinciden con las áreas donde se vivió con mayor intensidad el conflicto, como San Pablo, Cantagallo y Yondó. Así mismo, Barrancabermeja se presenta como uno de los principales bastiones de recepción de desplazados, entre otros en la región. Esta situación de conflicto permitió el surgimiento de algunos antecedentes que lo problematizaron desde el ordenamiento territorial. En 1999, la Mesa Regional de Trabajo Permanente por la Paz del Magdalena Medio emerge en el marco de los acuerdos que suscribieron representantes del éxodo campesino llevado a cabo por más de 10 000 pobladores del sur de Bolívar y el Gobierno de Andrés Pastrana, el cual concluyó con la firma de los acuerdos del 4 de octubre de 1998. Así, se formuló el Plan de desarrollo y protección integral de los derechos humanos del Magdalena Medio, en el cual se realiza un diagnóstico sobre las condiciones del desarrollo regional y urbano, tras considerar la necesidad de infraestructura en los municipios, como mecanismo de desarrollo ambiental, social y urbano (Mesa Regional Permanente de Trabajo por la Paz del Magdalena Medio, 1999). Este plan presentó estrategias y proyectos sobre la legalización de tierras, el ordenamiento territorial, la integración vial y la planeación participativa. Sin embargo, según el Equipo Nizkor –miembro del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) Europa, Human Rights (Estados Unidos) y Global Internet Liberty Campaign (GILC)–,


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

TASA DE EXPULSIÓN POR PERSONAS EN EL MAGDALENA MEDIO POR 100 000 HABITANTES ENERO DE 1997 A DICIEMBRE DE 2006

TASA DE RECEPCIÓN POR PERSONAS EN EL MAGDALENA MEDIO POR 100 000 HABITANTES ENERO DE 1997 A DICIEMBRE DE 2006 N

N

REGIDOR

TIQUISIO

REGIDOR LA GLORIA

RIO VIEJO

TIQUISIO

LA GLORIA

RIO VIEJO

GAMARRA

ARENAL

GAMARRA

ARENAL

MORALES

MORALES AGUA CHICA

AGUA CHICA

AGUA CHICA

SAN MARTÍN SANTA ROSA DEL SUR

SANTA ROSA DEL SUR SAN ALBERTO

SIMITI

SAN PABLO

PUERTO WILCHES

SAN PABLO

RIONEGRO

SABANA DE TORRES

SAN ALBERTO

SIMITI

PUERTO WILCHES

CANTAGALLO

RIONEGRO

SABANA DE TORRES

CANTAGALLO BARRANCABERMEJA

BARRANCABERMEJA

YONDÓ

YONDÓ

BETULIA

BETULIA

SAN VICENTEDEL DEL CHUCURÍ

SAN VICENTEDEL DEL CHUCURÍ

PUERTO PARRA

PUERTO PARRA EL CARMEN

EL CARMEN

SIMACOTA CIMITARRA

SIMACOTA

CONVENCIONES

LANDAZURI

PUERTO BERRIO

CIMITARRA

CONVENCIONES

LANDAZURI

PUERTO BERRIO

CABECERA MUNICIPAL

CABECERA MUNICIPAL

RIO MAGDALENA

RIO MAGDALENA

EXPULSADOS POR CADA 100 000 HABITANTES PUERTO NARE

de 1 a 26 000

EL PEÑOL

BOLIVAR

EXPULSADOS POR CADA 100 000 HABITANTES PUERTO NARE

de 26 001 a 60 000

de 1 a 13 000

EL PEÑOL

BOLIVAR

de 13 001 a 26 000

de 60 001 a 83 684 0

AGUA CHICA

SAN MARTÍN

10

20

40

de 26 001 a 43 876

60

0

10

20

40

60

Figura 4. Tasas de desplazamiento forzado por municipios receptores y expulsores  Fuente: Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio (2007).

líderes comunitarios han manifestado el incumplimiento de los acuerdos firmados por el Gobierno, cuya fórmula se caracterizó por el desconocimiento de la región, las comunidades y su proceso organizativo. La ineficiencia del Estado y las condiciones críticas de conflicto armado en la región propiciaron el nacimiento de múltiples organizaciones civiles y comunitarias que han trabajado en conjunto para enfrentar las difíciles condiciones humanitarias, concentradas en los nuevos asentamientos

informales originados por el desplazamiento forzado y las condiciones de pobreza extrema.

Entre lo rural y lo urbano: San Pablo y Barrancabermeja A pa r t ir del c onte x to h istóric o, geog ráfico y político analizado, esta investigación intuye que la relación entre las áreas rurales apartadas y las periferias urbanas establece una dialéctica de


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

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territorialización-desterritorialización que vale la pena desglosar para explicar las fuerzas de reacomodación territorial en ambos sentidos. Consecuentes con esta premisa (hipótesis de partida), la investigación escogió como lugares de análisis un asentamiento rural apartado

fueron reubicados en la zona media de la montaña, gracias al proyecto de la Fundación Servicio de Vivienda Popular (Servivienda). Este corregimiento presenta una historia de migración y violencia derivada de intereses estratégicos por

en el sur de Bolívar y otros de urbanización informal en Barrancabermeja, con el fin de abordar esta dialéctica a partir de la descripción comparativa de los dos casos.

la explotación de recursos propios de la región –oro y coca–. Desde los años noventa, este interés lo convirtió en objeto de control territorial por parte de diferentes grupos armados. A partir de esto, Vallecito, junto con otros corregimientos cercanos, vivió un proceso de vejación de los derechos humanos por las disputas entre guerrilla, paramilitares y fuerza pública. Este proceso implicó varias expulsiones de la población y su posterior retorno, lo que manifiesta una fuerza colectiva de resistencia de los habitantes del área, tras reconocer la importancia de estos intentos de retorno a la ruralidad profunda frente a la tendencia de vaciado y engrosamiento de periferias urbanas informales. En este sentido, su historia viene acompañada de un proceso histórico de fortalecimiento comunitario, ante el cual sus líderes y fundadores han mantenido el deseo de permanecer en el territorio como estrategia de autoorganización de las zonas rurales apartadas donde no hay presencia del Estado. Su ubicación apartada ha condicionado el desarrollo de sus propios acontecimientos, lo que históricamente ha determinado procesos de territorialización y desterritorialización, caracterizados por su desarrollo local, producto del asilamiento. En consecuencia, la ausencia del Estado como situación permanente ha producido en la comunidad un sentido espontáneo de autodetermi� nación sobre el modo en que se conforma su territorio, el cual se expresa a través de las decisiones relacionadas

Vallecito, periferia rural A principios de los años setenta del siglo XX, la zona montañosa al occidente del municipio de San Pablo comenzó a poblarse por migrantes de diferentes regiones del país, motivados por la posibilidad trabajar la madera, la minería y la cosecha de maíz, arroz y frijol, entre otros. Esto permitió la formación de varios caseríos dispersos en el borde, entre la selva y el valle del Magdalena. Entre estos asentamientos se destaca el caserío Alto Santo Domingo, desde los años noventa conocido como corregimiento de Vallecito. Los elementos rurales de este corregimiento dan cuenta de la particularidad de los territorios apartados del Magdalena Medio, los cuales constituyeron zonas estratégicas de control para explotación minera y cultivos ilícitos, como fuentes principales de empleo y recursos económicos. Geográficamente, el lugar se encuentra embebido entre continuas montañas selváticas, delimitadas por ríos y quebradas que permiten configurar un ecosistema tropical. El emplazamiento del corregimiento sobre el que se encuentra su población se formó originalmente a partir de viviendas dispersas que se organizaron al borde del río, lo que las hacía vulnerables a las inundaciones. Después de un proceso de desplazamiento y retorno, los habitantes


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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

con los procesos de retorno al lugar que la comunidad ha reconocido como propio y sobre el cual han planteado sus propias decisiones de desarrollo local. En síntesis, la condición territorial del Magdalena Medio no puede referirse únicamente a los bordes urba-

un espacio gestionado administrativamente por diversos centros de poder departamental. Tras ser un caserío de indígenas panches y colonos asentados en las márgenes del río Magdalena, desde el principio del siglo XX empieza un variado proceso de

nos informales, sino también a las zonas rurales apartadas que desde sus comunidades han revelado una transformación concreta de su espacio. En este sentido, el corregimiento de Vallecito, en el municipio de San Pablo, se caracteriza porque vivió la intensidad del conflicto armado entre finales del siglo pasado y principios de este. Según la información del Observatorio de Paz del Magdalena Medio (2007), este fue uno de los municipios con mayor índice de población desplazada expulsada. Adicionalmente, este hecho permitió encontrar algunas intervenciones que se enfocaron en estos territorios, ya que su condición llamó el apoyo de organismos externos. Esto no quiere decir que haya sido el centro de la atención del Estado, ni tampoco que los apoyos prestados hayan sido lo suficientemente efectivos para solventar las dificultades; sin embargo, es importante reconocer la relevancia de estos intentos de retorno a la ruralidad profunda, frente a la fuerte tendencia de engrosamiento de periferias urbanas informales.

mestizaje a partir de los nuevos habitantes que llegan del interior y el exterior del país a trabajar en la explotación petrolera de la Tropical Oil Company.1 Desde entonces, los recursos derivados del petróleo presentan grandes contradicciones con el incremento paulatino de una población pobre y un bajo desarrollo de la región. Durante los años sesenta y ochenta surgieron movimientos sociales organizados en luchas urbano-regionales, como respuesta a las condiciones de desigualdad e injusticia, incoherentes con los niveles de producción de riqueza y de participación en el crecimiento económico del país. Esta contradicción se manifiesta territorialmente mediante una marcada segregación socioespacial (Núñez, 1987), tanto al interior de las ciudades como en las diferentes áreas de la región. En Barrancabermeja particularmente, a lo largo de la segunda mitad del siglo anterior se conforma una estructura sectorizada entre una ciudad planificada y protegida al interior de la refinería, una de servicios en sus bordes inmediatos y una periférica e informal que aloja la población obrera empobrecida y condicionada a las fluctuaciones de demanda laboral de Ecopetrol.2

Barrancabermeja y su periferia informal Entre selva, ciénagas y pantanos se emplaza la ciudad de Barrancabermeja, un conglomerado de grupos sociales enfrentados por las contradicciones que genera la potente economía de la explotación de riquezas naturales, como el petróleo, y las condiciones de pobreza extrema de sus habitantes. A diferencia de otras regiones de Colombia, el Magdalena Medio está determinado por una ciudad como Barrancabermeja, la cual articula

1 Según López Ortiz (2011), en 1914 se instala la primera refinería y en 1918 se constata que el primer pozo de explotación proporciona las cantidades de petróleo aptas para el comercio de exportación. En 1921 el presidente Rafael Reyes, mediante la Concesión de Mares, adjudicó a la Tropical Oil Company el derecho de explotación. 2 Ecopetrol surge en 1951 de los activos revertidos de la Tropical Oil Company. En 1961 Ecopetrol asume el manejo directo de la refinería en Barrancabermeja.


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

Figura 5. Puerto y actividades del comercio Fuente: Fotografía de David Burbano, 2014.

Figura 6. Paisaje industrial petrolero Fuente: Fotografía de David Burbano, 2014.

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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

El centro petrolero prefigura, y antecede muy temprano en forma de excepción atípica en el concierto nacional, lo que sería luego la urbanización del país… eslabón de la cadena, entre un país agrario y otro densamente poblado. La historia de Barranca es de un territorio que se va modelando al calor de tensiones sociales y de la cual se desprenden la colonización de baldíos, el exterminio de etnias aborígenes… el saqueo de los medio naturales de producción, la intrusión del colonialismo de rapiña, los antagonismo entre imperialismo impactando unas selvas colombianas. (Aprile-Gniset, 1999, p. 466)

El paisaje de Barrancabermeja revela los contrastes de su formación: por un lado, la expresión industrial de la explotación petrolera y la naviera del puerto, ligada a las actividades “del comercio” en la urbanización tradicional; por el otro, el extenso territorio de la ciudad informal (figuras 5, 6 y 7). Estos paisajes determinan territorios propios, altamente segregados por bordes concretos: la reja que divide las instalaciones petroleras del resto de la ciudad y la línea del ferrocarril que divide la ciudad informal de la formal. De esta manera, los desarrollos urbanos en Barrancabermeja establecen una relación con la particularidad de sus territorios. En su área de confort, Ecopetrol limita sus avances a las determinaciones de la empresa, lo que establece su independencia con respecto a las decisiones de la planificación general de la ciudad. El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Barrancabermeja define un área genérica de expansión de las instalaciones sin que se llegue al detalle interno de su organización –es importante mencionar que esta área corresponde a un tercio del total de la ciudad–. Se afirma que gran parte de

los terrenos hoy ocupados por asentamientos informales estuvo destinada en otros momentos a la ampliación de Ecopetrol. Esto permite suponer que la lucha por la tierra se ha determinado por el conflicto entre los intereses de capital y los de la población que busca solucionar sus necesidades de hábitat. La cuestión del petróleo exacerba el valor de la propiedad. La actividad del puerto y “el comercio” corresponde a la centralidad funcional y administrativa de la ciudad: allí es donde se asienta el grueso de las actividades económicas relacionadas con los servicios que complementan el funcionamiento de Ecopetrol. Muchos de estos servicios son de carácter global, lo que posibilita un desarrollo urbanístico con modernas edificaciones, en el que se percibe una alta calidad de vida desde un equilibrio de ingresos. Todo lo anterior ha permitido que la ciudad informal surja apartada y dentro de valores económicos, culturales y físicos propios de su formación. Las diferencias sociales territorialmente distinguidas por el apartheid han desembocado en desarrollos singulares desde cada una de las naturalezas que los componen. Así mismo, esto se ha reforzado a partir de los conflictos sociales que, de una u otra manera, representan cada territorio, mediante la presencia de grupos con intereses políticos polarizados. Entre la periferia informal de Barrancabermeja y las áreas rurales apartadas de la región se teje una relación de conflicto como resultado de la migración por trabajo y violencia. Estas inconformidades e injusticias respaldaron el surgimiento de la primera unión sindical en el país, además de la formación de grupos guerrilleros, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este conflicto se agudiza después de 1997, cuando se manifiesta la acción


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

Figura 7. Paisaje informal Fuente: Fotografía de Germán Montenegro, 2014.

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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

del paramilitarismo y produce una gran crisis, la cual atentó contra los derechos humanos de la población y acentuó las migraciones por desplazamiento forzado. Para el año 2000 los paramilitares ocupaban la mayor parte de la Barrancabermeja que antes estaba controlada por

recurrente y muy difundido es el “gota a gota”, con el que se controla a la población a través del préstamo de dinero, el cual es cobrado por un recaudador casa por casa, quien aplica leyes acordadas de penalización. Así, estos procesos se convierten en una mezcla de

milicias urbanas de las guerrillas. Masacres, asesinatos selectivos y desapariciones masivas de población marcaron una época de terror que reorientó el rumbo de la producción de ciudad informal en la ciudad. Barrancabermeja se divide políticamente en siete comunas con más de 220 barrios conformados y establecidos formal o informalmente. Desde finales de los años setenta, en la ciudad se han incrementado y multiplicado distintos mecanismos de construcción urbana a través de la toma de tierras y procesos de autoconstrucción barrial mediante complejas organizaciones comunales, lo que ha dado como resultado la consolidación de cientos de barrios de origen informal. La mayor parte de estos barrios se establecieron, en primera instancia, organizados por comunas populares, lo que generó procesos de invasión. Posteriormente, esta práctica de invadir se convirtió en la oportunidad económica para algunas personas que instauraron un mercado pirata del suelo, a partir de un loteo sin urbanismo. En la actualidad, está práctica de urbanización pirata, en algunos casos, está controlada por bandas criminales. Con respecto a esto último, es necesario precisar que el entorno actual en la mayoría de barrios informales de esta ciudad se encuentra entre una línea delgada que divide lo permitido y tolerado y lo sancionado por el Estado. Las bandas criminales se aprovechan de la necesidad de vivienda, propiciada por el contexto histórico local y los constantes movimientos migratorios, para usurpar terrenos “baldíos” y controlar el negocio del suelo, además de establecer mecanismos de control de la población. Un caso

mecanismos de ordenamiento local del territorio (OLT) que vacilan entre la necesidad de la población y sus diversas formas de ordenamiento comunal y el aprovechamiento de las bandas y organizaciones criminales para controlar y sacar provecho a través de productos monetarios o materiales, que surgen como excedentes de la formación y consolidación de barrios urbanos. El crecimiento informal de Barrancabermeja se produce entre límites muy marcados de formas de urbanización desconectadas. Este fenómeno se observa en la figura 8: por un lado, el área de viviendas de los funcionarios de Ecopetrol (en verde), desde el principio alejada del resto, enrejada y bien acondicionada y dotada en su interior; por otro lado, hacia el río, la ciudad planificada y resuelta por algunos proyectos estatales de vivienda (trazado en gris) para los trabajadores de las actividades de explotación petrolera; y por último, la mancha urbana informal que constituye hoy en día la mayor parte del área de la ciudad, con población proveniente de otras regiones del Magdalena Medio. Esto permite entender cómo el grado de segregación socioespacial es el resultado de una diferenciación social establecida desde las oportunidades económicas dispares entre la riqueza del petróleo y la fuerza indígena y campesina desplazada del entorno regional. Así mismo, la línea del ferrocarril constituye un límite cultural que divide la ciudad planificada de la no planificada. La expansión urbana informal ha colonizado áreas cada vez más inadecuadas para la urbanización. Los asentamientos más recientes (en morado) coinciden, en su mayoría,


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

Perímetro urbano

Periodo 1900- 2000

Crecimiento urbano informal

1950-1960

Ecopetrol

1970-1980 1980-1990 1990-2000 2000-2010 2010-2015

Figura 8. Plano de crecimiento urbano informal Fuente: Elaboración propia a partir de García (2006) y fotografía aérea del sistema de información geográfica de la Secretaría de Planeación Municipal de Barrancabermeja.

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ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

con áreas de riesgo por inundación o remoción en masa. Igualmente, las morfologías serpentéales responden a la topografía para esquivar el riesgo.

Potencial del ordenamiento territorial en la región del Magdalena Medio La región del Magdalena Medio, al ser un espacio caracterizado por una “vasta experiencia de vida cotidiana basada en la supervivencia, resistencia y confrontación” (Alonso Espinal, 1997) y desarrollada bajo la presión del conflicto armado producto de la disputa territorial, resulta un escenario propicio para indagar sobre estas formas de OLT. Los intentos de ordenamiento desarrollados por el Estado, como el Plan de desarrollo y protección integral de los derechos humanos del Magdalena Medio (Mesa Regional Permanente de Trabajo por la Paz del Magdalena Medio, 1999), constituyen la evidencia de un reconocimiento de un ordenamiento especial de los territorios marcados por los sucesos de violencia y conflicto. Los efectos de este plan, formulado desde arriba por el Estado, estaban sujetos a programas que dependen de presupuestos externos; por lo tanto, hoy en día es posible apreciar que muchos de estos programas aún no han sido ejecutados. Esto permite concluir que el potencial del ordenamiento territorial necesariamente debe estar vinculado con la fuerza de los principales interesados en el desarrollo de la región: las comunidades. Los complejos procesos de acciones colectivas que culminan en barrios autoconstruidos en Barrancabermeja –excluidos por ley–3 son sinónimo de esta clase específica 3 Son urbanizaciones no permitidas por el Estado, ya que se encuentran en zonas de alto riesgo, de propiedad privada o Estatal o

de OLT. Los mecanismos de acción individual y colectiva empleados para ocupar un terreno ajeno, resistir ante desalojos, transformarlo espacialmente y, luego, construirlo y consolidarlo como un barrio que aspira a ser reconocido por el Estado son los intereses principales que se plantean en esta investigación. Es evidente que las particularidades a lo largo de la formación y consolidación de barrios dan como resultado una infinidad de procesos de ordenamiento singular (por su geografía, historia, acontecimientos, etc.). Esto permite discutir la crisis de los enfoques metodológicos del ordenamiento territorial hegemónico, a la hora de aproximarse a las realidades locales particulares afectadas por el conflicto. Por ello, se hace necesario evidenciar, como lo revelan varios expertos (Machado, 1998), que el problema rural en Colombia está indiscutiblemente relacionado con la tendencia de pensar el territorio exclusivamente desde lo urbano. No es difícil sustentar la anterior afirmación al ver cómo el crecimiento informal desmesurado llenó la periferia de las ciudades colombianas en un lapso de tiempo relativamente corto –entre los años cincuenta y ochenta–. Fundamentalmente, esto se produjo a partir de la migración por el conflicto rural: primero, gracias a la violencia bipartidista y, luego, por un conflicto armado entre guerrilla, paramilitares, narcotraficantes y Ejército Nacional. El caso de la región del Magdalena Medio es un ejemplo claro de un espacio donde se han presentado con mayor intensidad estos procesos. De esta manera, la tendencia histórica de pensar los procesos urbanos de origen rural desde una perspectiva fueron fundadas luego del 27 de junio del 2003 (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2005, p. 21).


CONTEXTO DEL MAGDALENA MEDIO CON POTENCIAL PARA EL ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO

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eminentemente urbana afirma la visión construida desde los centros de poder, desde los cuales se producen intereses y decisiones concretas. El conocimiento académico y los flujos globales de información que se concentran en estos centros responden a una realidad homogénea

Así, es posible cuestionar los esquemas reduccionistas que piensan el territorio desde una realidad fundamentalmente objetual –demográfica, económica e infraestructural–, a partir de las decisiones tomadas desde los centros de poder, decisiones que no considera-

mediante esquemas genéricos que no son consecuentes con la singularidad del hecho local. La riqueza de los recursos naturales del Magdalena Medio ha incentivado notablemente la construcción de esta perspectiva de poder central que actúa por el interés nacional y transnacional de explotación de estos recursos. Estas acciones desde arriba establecen un contraste particular en la región con las formas de organización de las poblaciones que actúan desde abajo. La movilidad rural-urbana por el conflicto armado en las dos últimas décadas es una característica de la región del Magdalena Medio.

ron la realidad local. En consecuencia, esta investigación encontró conveniente plantear su ámbito de estudio en dos lugares: la periferia informal en Barrancabermeja y el corregimiento de Vallecito, en San Pablo, sur de Bolívar. Ambos son casos significativos por tratarse de los lugares con mayor recepción y expulsión de población desplazada en la última década (Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio, 2007).


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Ordenamiento local del territorio en el Magdalena Medio: Barrancabermeja y Vallecito, se terminรณ de imprimir en los talleres de Javegraf en diciembre de 2017. En su composiciรณn se usaron los caracteres de las familias DIN y Garamond.


Al comprender la realidad desde abajo, desde lo local, este libro presenta la realidad del ordenamiento territorial el Magdalena Medio y la aborda desde una perspectiva práctica y desde un marco de observación interdisciplinario, que permiten entender la variable territorial como resultado del conflicto armado en Colombia. Desde estos relatos se produce un análisis para decantar algunos mecanismos que pueden entenderse como principios de un ordenamiento local del territorio o, en otras palabras, como principios basados en realidades concretas que pueden ser tenidos en cuenta para precisar el ordenamiento genérico y reduccionista que muchas veces se aplica indiscriminadamente desde los centros de poder, de arriba hacia abajo. Así pues, este es apenas un primer atisbo para deducir metodologías desde la observación de la realidad imperante en el trabajo de campo, lo que puede desembocar en nuevos rumbos y herramientas para dar mejores respuestas a las realidades del (pos)conflicto.

9 789587 811537

David Burbano González -

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LOS AUTORES

David Burbano González / Germán Montenegro Miranda

Los resultados de la investigación que se presentan en este libro enfocan las realidades urbanas construidas desde la vida cotidiana de las mismas personas que las generaron, lo que ha permitido poner en cuestión el sentido verdadero de indicadores, modelos y estándares en los que se ha movido el mundo de la planeación hegemónica moderna.

ORDENAMIENTO LOCAL DEL TERRITORIO EN EL MAGDALENA MEDIO

Ordenamiento local del territorio en el Magdalena Medio: Barrancabermeja y Vallecito relata la formación de sectores de origen informal, tanto de la periferia urbana de Barrancabermeja como de sectores rurales apartados, como, por ejemplo, el corregimiento de Vallecito (municipio de San Pablo, sur de Bolívar), por donde discurrió la diáspora del desplazamiento forzado por la violencia atroz que caracterizó particularmente a esta parte del territorio colombiano.

Doctor Arquitecto en Periferias y Sostenibilidad Urbana, de la Universidad Politécnica de Madrid. Arquitecto de la Pontificia Universidad Javeriana, profesor e investigador universitario en problemáticas asociadas al ordenamiento territorial en zonas de conflicto armado. Autor de artículos académicos y de textos relacionados con el territorio, las ciudades y el conflicto en Colombia. Consultor en la formulación de estrategias de planeación urbana y regional. Experto en migraciones, periferias urbanas y la relación entre territorios y conflictos. Ha sido asesor en proyectos de desarrollo sostenible desde iniciativas comunitarias. Es líder del grupo de investigación Transiciones Territoriales.

Germán Montenegro Miranda

Barrancabermeja y Vallecito David Burbano González Germán Montenegro Miranda

Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, paisajista de la Universidad Politécnica de Cataluña y candidato a doctor en Geografia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y el Instituto Colombiano Agustín Codazzi. Profesor e investigador del Departamento de Arquitectura de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha investigado y escrito sobre temas de ordenamiento regional, con el grupo Arquitectura-Ciudad-Territorio, y sobre ciudad y vivienda informal, con el grupo Calidad y Habitabilidad de la Vivienda, y desarrolla su tesis doctoral sobre paisajes edificados en la metrópoli, para el caso Bogotá. Ha participado en distintas consultorías de diseño y planeación urbana.


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