Nomastique #41 / Giro

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giro

#41


Ciudad de México enero 2018

nomastique.org info.nomastique@gmail.com

Nomastique # 41, Nueva Temporada, enero de 2018, es una revista digital en línea, de periodicidad trimestral. Es una plataforma de creación artística. Los textos e imágenes son propiedad de sus autores, los contenidos de textos e imágenes son responsabilidad de sus autores. Se autoriza la reproducción total o parcial de esta revista, siempre y cuando se cite la fuente y sea sin fines de lucro. Nomastique es editada por: Pilar Morales Lara, Susana T. Santoyo y Pablo Martínez Zárate

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Editorial

En Nomastique nos tomamos una larga pausa, pero

hemos vuelto con algunos cambios. Comprendimos

que a veces la periodicidad mensual implicaba poner

presión a nuestras páginas al grado de comprometer la calidad, por ello decidimos ser trimestrales a partir de este número.

Giro Nueva temporada

Nos gusta el blanco y negro, sin embargo, a veces

tenemos tímidas ganas de color, por ello nos animamos a proponer, desde ahora, un acento colorido para cada número. El blanco y negro sigue marcando pauta y el color entra entonces como una grieta, un agujero que

inaugura nuevas miradas sobre el juego inagotable entre imagen y palabra que da sentido a Nomastique.

La brevedad característica de la etapa anterior se

replantea para dar lugar a expresiones literarias como el ensayo, la carta u otros textos de aliento poco más extenso.

En este giro de Nomastique hay topología imaginaria,

redes, lectura/homenaje, protesta, e imágenes que, para nosotros, representan una vuelta de tuerca en la estética de nuestra revista.

Seguiremos trabajando con una palabra eje y por convocatoria.

Seguiremos siendo una revista independiente, sin fines de lucro, que es posible gracias al trabajo de Pilar, Susana y Pablo, pero principalmente de los

colaboradores que en cada número nos envían material

para que nosotros armemos los diálogos entre imagen y texto.

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Entrelazados Raciel Rivas

Gira la tierra Gira la noche y el día Giran los códigos binarios Gira la rueda de tu suerte y la mía ¡por fortuna! Gira el taxista a la derecha: «¡no! mejor a la izquierda». Gira el político de derecha a izquierda, de izquierda a derecha; gira tu voto. Gira un cartel publicitario, uno tras otro, en cada giro de las manecillas del reloj de tu mano que giraste para descubrir que es tarde y debes girar para dónde no habías previsto girar. Giras la puerta de tu oficina, o spot, o buhardilla, o cuarto a escondidas con el anhelo de girar el orden de tus últimos 365 días. Giro frontal superior + surco frontal superior= giro de recuerdos. Giro frontal medio + lóbulo frontal medio= giro de conducta. Giro frontal inferior + sueco frontal inferior= giro de ideas. Giras la perilla de la estufa o del micro para echar un bocadillo, o bien la giran por ti. Giras dinero que gira de valor y giran los precios al mínimo giro de valor, o giran todo eso por ti. Tú y el otro siempre entrelazados ¿todavía lo dudas? Giran los días del calendario y tú y yo y tú y ella o él y tú y todos nosotros seguimos, aún más, entrelazados.

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Gira tu lengua y la mía, luego tu cuerpo y el mío en un mismo giro perfecto. Gira después el futuro en tu vientre de nuestro tiempo presente. Giras despacio el volante para ir por delante. Giran los otros el mismo volante. Giras el volumen para no morir de hastío. Giras dormido. Gira la mañana de su giro vespertino. Giras la perilla del calentador, y aún así no se detiene el frío. Te giras para saludar con cordialidad, por respeto y convivencia (espero no por conveniencia) Te giras para dar la espalda por necesidad, urgencia e inconveniencia (esperemos que así sea) Seguiremos girando por tiempo indefinido en un mundo que no parece girar. Seguirá girando el mundo aunque a veces tú y yo realmente no giremos. Giraré esta silla si es que logro girar la página esta noche quieta en la que más allá de la ventana gira un mundo de personas ya de día. Serás una de aquellas personas que habré pensado girarían en algún momento de su día para leer cada una de estas líneas de las cuales yo ya habré girado para buscarte y quizás nunca encontrarte; o encontrare sin siquiera ya buscarte, del mismo modo como tú lo harías por mí o quizás solo por ti; del mismo modo en que todos los que giramos nos vamos cada día, irremediablemente, entrelazando. 7


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Árbol de hontanar

Lázaro Tello Pedró

iii Ha retomado la carretilla y, en su gesto, cuida la dignidad de los asnos. Agua y madera ocupan su sitio en el trajinar por los caminos. Se agita el polvo sobre sus sandalias, luego el sudor resbala entre el hule y su piel. Gira la rueda, como gira mi corazón; tiemblan las piedras y el agua derramada evidencia un ser errante bajo el sol del mediodía.

i

Un corazón se abraza a la canícula. Hacia lejanos arroyos alguien busca noticias del frío. Ha dejado una paloma lumbrera en su habitación mientras regresa. Yo no sé que al pie de mi cama un alacrán fabrica sombra terminal y espasmo. No conozco la dura sustancia del vejamen ni la fiebre amarilla de la humillación. ii El caracol trabaja el eco en su consola de sílice; la abeja limpia su brújula con el paño de la mañana; la hormiga hornea pan moreno del verano en sus cámaras mortecinas. «El trabajo se expresa desde lo minúsculo», pienso mientras camino hacia lo lejos. Hay caracoles en mis oídos, abejas en mi corazón y hormigas llevando leucocitos hacia mis dedos todavía fríos.

iv Un corazón, vela abierta a la navegación, astrolabio que estrujaron hasta la descompostura, brújula sin dirección, aguja imantada por el deseo, porque el corazón sólo es deseo de movimiento.

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Espejos

Adriana Azucena Rodríguez

—Buscamos a tres mujeres,

una en particular. Todo indica que

venía hacia acá la última vez que fue Las torres parecían decir adiós, desde

vista —dijo el agente, aprovechó para

alentador. Desfilaron barrios de lujo,

las paredes de espejo oscuro del local.

El Periférico termina por marear:

asesinato? —preguntó, pausado, el

un cinturón que ha quedado muy

—Lo primero, o estaríamos

su altura solemne y, de algún modo,

arreglarse la corbata frente a una de

edificios antiguos, vecindades añosas.

—¿Sospecha de secuestro o

su circularidad se impone, como

anciano al que buscaban.

estrecho para una ciudad excedida.

camino a los separos. ¿Dónde está? El

Los agentes sentían náuseas cuando,

operativo está en marcha.

ante una cortina roja: «Cerrando

girar al compás de la música. Tal vez

continuar:

hipnosis»,

orquestas. Puedo llevarlos a donde

espirales en blanco y negro, de los que

suerte, la mujer que buscan atenderá

—Fue a bailar. Todas aman

por fin, se detuvieron en Iztapalapa

para

alcancen a escuchar alguna de las

decorado con un disco de líneas

podrían hallarla. O a otras. Si tienen

se popularizaron en los setenta.

su llamada. Salen pocas.

círculos»,

rezaba

el

«Terapia

cartel,

e

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sí,

voltear. Una mujer que le resultaba

Los agentes se miraron entre

calculaban

que

los

vagamente conocida le extendía un

refuerzos

brazo. Él aceptó y giró.

tardarían unos minutos y decidieron

El

que no perderían nada siguiéndolo. Se

hipnotizador

bebió

algo

dejaron conducir a través de escaleras

fuerte ante el espejo. Escuchaba, cada

un pozo clausurado, más espejos.

con pasamontañas entró, seguido de

vez más cerca, las sirenas. Un hombre

de caracol, entre coladeras expuestas,

otros treinta, pero no cabían más de

Llegaron a percibir melodías: ¿un

diez.

vals?, ¿una salsa?, pero no hallaban

más que huecos malolientes. Los círculos no terminaban; recordaron

el penal: por momentos se dejan de percibir los puntos de orientación.

Su anfitrión los seguía conduciendo a través de habitaciones —y esos malditos espejos— conectadas por tonadas irreconocibles. «El Danubio»,

«Una aventura», murmuraban. Una

leve opresión en el hombro lo hizo 11


Un día escribí acerca de los giros Mónica González Velázquez

En una vuelta de mi mano se abre el mundo. Los caminos buscan destino. El viento enrarecido contempla sus islas. La piedra es un puente que une continentes. Pájaros de vivos colores transgreden sus jaulas y en libertad sobrevuelan. No hay nichos. Las deidades caminan entre los mortales. Hoy no he resuelto todas las dudas en mi paso por el mundo ¿Quién se vuelve poliglota en un mundo que no escucha?, ¿Por qué vaciar es más fácil que llenar?, ¿Por qué me llaman trotamundos, si en mi habitación me extravío?, ¿De qué me construyo, si al caer todas mis partes se derrumban? Sólo el eco de mi voz me acompaña. Nada he respondido. El giro de la historia debió haber sido otro: Este saber no sabiendo es de tan alto poder, que los sabios arguyendo jamás le podrán vencer.

Cuentan que Vallejo era como un pequeño Dios, similar al que lo parió un día. Descubro que ese Dios estaba tan enfermo como yo, y de allí nació un Altazor. A la edad de Cristo me partió un rayo los hemisferios. El giro de la historia debió haber sido otro: Soñar un libro espasmódico de hojas desprendibles. 12


Por siglos nos hacemos escuchar, la historia nos ha visto convulsionarnos y al agravio de su ignorancia, hemos sido sometidos a toda clase de experimentos. El giro de la historia debió haber sido otro: Porque no tengo raíz, como un árbol, y por tanto no tengo raíz…

Y en este cause vulnerable, me exprimo los venenos de la ira porque me han llamado a contar mi historia. No soy yo, en la hoja existen verdades que no quisiera ser. El giro de la historia debió haber sido otro: Ya que preguntas por el futuro, comprende que la vida es una rosa quemada por el azul del silencio. Por el filo multiusos en el que el verso yace. 13


Ciudad de México a 16 de septiembre de 2017

Muy estimada Virginia :

Lamento informarle que la cuenta le falló un poquito. Claro que tampoco es que no hayamos avanzado nada. Yo, por ejemplo (envídieme un poco), voy a la universidad. Soy la única de mis hermanas que lo ha hecho; la mayoría (dos), son amas de casa y pasan las horas entre la cocina y el lavadero. Aunque ellas tuvieron la ventaja de elegir ser amas de casa o trabajar y tener otra vida, sigue existiendo una gran presión social y familiar (por acá se le dice «no salirse del huacal») para que seamos y hagamos aquello «para lo que nacimos»: madres abnegadas e hijas ejemplares. Eso dijo Ruiz Cortines, el presidente que «aceptó», aquí en México, el reconocimiento a nuestro derecho al voto activo y pasivo. No todo debía cambiar, según él. Y así ha sido. Aunque votamos desde hace poco más de 60 años, la mayoría de los grupos representativos son dirigidos por hombres o por mujeres dirigidas por hombres.

Le escribo esperando que donde esté se encuentre mejor que donde estaba antes de haber tomado la fatídica decisión de llenarse las bolsas de piedritas, que me imagino eran las que ya le sobraban en el gañote. Hoy es el día de la escritora, cosa que para usted debe ser muy extraña, pero sí: ya tenemos un día de la escritora y, dicho sea de paso, me parece que su lucha fue fundamental para lograr esto. Quise escribirle unas cuantas líneas para informarle cómo vamos en cuanto a la igualdad y la libertad de las mujeres, eso que a usted tanto le interesaba. ¿Se acuerda que auguraba que como en 100 años la utopía se habría vuelto realidad, que seríamos todas libres y felices para hacer de nuestra vida lo que quisiéramos? Pues verá: No sucedió. 14


Cuando era niña, escuché varias veces a mi mamá decir que una jovencita que “se entregaba a un hombre” fracasaba, como si de alguna manera perdiera el derecho de seguir viviendo y ser feliz. Ya no digamos si ésta se embarazaba: deshonra para ella y para toda la familia. Sin embargo, cuando una de mis hermanas, ya no tan jovencita, pasó por lo mismo, el discurso había cambiado. La idea de fracaso se sustituyó por un «no serás la primera ni la última» y un «no tienes por qué casarte, si no quieres», aunque ser madre soltera seguía pareciendo una ofensa para algunos. En fin, de esto hace ya un par de décadas. Hoy, las mujeres seguimos luchando por que se reconozca nuestro derecho a ejercer la maternidad. Que esto sea aceptado o no, es otra discusión.

Y algunos creen que las escritoras sólo hablamos de amor. Digo algunos porque, desgraciadamente, el mundo lo siguen controlando ellos. Pero no se ponga triste ni se revuelque en su tumba. Usted es una inspiración para mí y para muchas que, como usted, nos dedicamos a la escritura. Nos ha hecho revisar muchas dicotomías para entender que, si bien ya no estamos en el lugar que ocupábamos en el mundo de sus tiempos, nos falta mucho para llegar a donde queremos estar, que no es la cima, precisamente, ni por encima de nadie, sino al mismo nivel que aquellos cuya voz sí se escucha y es respetada. Le cuento, antes de despedirme, que tengo un cuarto propio, y aunque es pequeño y me interrumpen mucho, es mío; es un pedacito de espacio que no sólo me rodea, sino que vive dentro de mí. No está ordenado porque cuando estoy ahí hago dos cosas, principalmente: escribir y dormir, y está lleno de libros, ¡sí, Virginia, de libros!

Lo que no ha cambiado mucho es eso de ser reconocidas como iguales. ¿Sabe usted?, la mayoría de las personas aún cree que las mujeres no sabemos cargar botes llenos de agua o de cemento, que somos malas arquitectas o que nuestro trabajo es menos meritorio que el de los hombres.

Con cariño, Tere Becker. 15


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Texto Raciel Rivas @RacielRivas páginas 6-7

Lázaro Tello Pedró

@aviolus página 9

Adriana Azucena Rodríguez adrianaazucenarodriguez.com páginas 10-11

Mónica González Velázquez

micieloediciones.blogspot.com páginas 12-13

Tere Becker

https://www.facebook.com/ groups/673614519441146/ about/ páginas 14-15

Imagen María José Ramírez instagram.com/machequina portada, páginas 4, 8, 12 y 16

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Nomastique es una publicación sin fines de lucro que busca

ser una plataforma de creación

Siguiente número:

artística donde imagen y texto

convivan de manera inteligente.

Nomastique es trimestral, virtual,

principalmente en blanco y negro.

abril 2018 - mapa (Pantone 2199 UP)

Cada número propone trabajar

bajo un tema abierto sugerido por una palabra. Y con un color como acento al blanco y negro.

nomastique.org | fb/Nomastique info.nomastique@gmail.com | t. @nomastique 20


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